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Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Ego%C3%ADsmo_psicol%C3%B3gico
Generalmente se considera que esta teoría fue propuesta originalmente por Jeremy
Bentham1 pero se encuentran posibles antecedentes en las obras de Thomas Hobbes2 y
en François de La Rochefoucauld.3 Su proponente más destacado, en el pasado reciente,
fue Moritz Schlick.4
El egoísmo psicológico pretende ser una teoría acerca del cómo los individuos se
comportan, consecuentemente debe diferenciarse del egoísmo ético, de acuerdo con el
cual los individuos deben moralmente estar motivados por su propio interés y del
egoísmo racional, que sugiere que lo racional es maximizar los intereses del actor en
todas circunstancias.
Índice
1 Argumentos
2 Historia
3 Críticas
4 ¿Egoísmo positivo?
5 Referencias
6 Véase también
7 Bibliografía
8 Enlaces externos
Argumentos
Gutiérrez Sáenz[cita requerida], apunta que, desde la infancia el hombre posee un criterio que
utiliza constantemente: buscar lo agradable, y evitar lo desagradable, buscar el placer y
evitar el dolor. La aplicación de este criterio tiene un carácter instintivo, y en esto el
hombre coincide con los animales.
Como es fácil vislumbrar, existen personas que utilizan este único criterio durante toda
su vida, sin sospechar siquiera que existen otros modos de elegir. Lo que constatan los
defensores de la teoría del egoísmo psicológico es una enorme sed de placeres en todos
los terrenos: comida, bebida, sexo, bienestar, amistades, etcétera.
La teoría de Freud acerca del principio del placer, el ello y la libido, nos proporciona
una perfecta ilustración de este nivel. Los instintos buscan su satisfacción en varias
vertientes por todos conocidas.
Por otro lado, no habría por qué desechar este criterio cuando se trata de escoger una
diversión, un pasatiempo, un tema de conversación de sobremesa, etc. Este nivel es,
pues, un auténtico criterio y sirve como orientación en muchos casos en forma legítima.
El error consiste en asentarse en cualquiera de los dos extremos opuestos: 1) el uso
exclusivo de este nivel en cualquier situación de la vida, o 2) la eliminación absoluta de
este criterio, como si el placer fuera algo malo.
Siguiendo este criterio entonces se puede pensar, que, realizar acciones que nos lleven
al placer individual, no es malo, aun cuando se podría pensar que al hacerlo, estaríamos
siendo egoístas, y por ende seríamos incapaces de realizar acciones altruistas; procurar
placer para uno mismo siempre y cuando no se dediquen todas las acciones de nuestra
vida en conseguirlo, y hacer el bien sincero a otros, se puede compaginar.
Historia
Thomas Hobbes.
Thomas Hobbes fue un filósofo materialista inglés del siglo XVII que estableció las
bases del laicismo y del racionalismo para explicar, más allá de los dogmas sobre un
designio divino en la autoridad real, el origen del Estado y de la sociedad civil a partir
de la hipótesis sobre un estado de naturaleza primigenio.
En esta obra concibe al hombre como un animal temeroso y perseguido, capaz de mirar
al futuro, que teme siempre que se le acaben las provisiones o que otro pueda
quitárselas, por eso quiere poder y más poder, convirtiéndose en un ser solitario y
asocial. Este es el estado de naturaleza del hombre, es decir, el estadio previo a su
socialización. Hobbes lo describe así: en el estado de naturaleza impera la guerra de
todos contra todos. La vida es solitaria, pobre, espantosa, brutal y breve. De esta
descripción procede una famosa fórmula que hoy sigue citándose: Homo homini lupus:
«El hombre (homo) es un lobo (lupus) para el hombre (homini)».
A través de la estrategia de reinterpretar motivos, explica sobre todo que las acciones
altruistas pueden entenderse en términos egoístas. Así, por ejemplo, la caridad, que es el
placer que encontramos en demostrar nuestro propio poder, en el fondo no es más que
un sentimiento de superioridad sobre el otro.
Un hombre caritativo solo demuestra que es capaz de valerse por sí mismo y que es
superior a otros. La compasión tiende a ser una acción egoísta porque las desgracias de
los demás nos afectan y preocupan debido a la posibilidad de que nosotros pasemos por
una situación igualmente desafortunada.
Para Hobbes, "la compasión es la imaginación o la ficción de una calamidad futura para
nosotros, y que surge de sentir las calamidades de otro hombre".5 Finalmente, Hobbes
descubrió que no hay nada tan peligroso como la moral.
Adam Smith, como teórico económico, también contribuye a desarrollar las teorías del
egoísmo psicológico. Es el autor de un importante ensayo económico, La Riqueza de
las Naciones, en el cual establece el principio de la libertad económica independiente
del poder político según leyes propias de la producción como el ciclo de la mercancía y
la ley de oferta y demanda para regular el precio de las mercancías.
Críticas
Los críticos del egoísmo psicológico aseveran que la teoría no es falsable
empíricamente, pues dada una conducta supuestamente altruista se le puede
reinterpretar como egoísta sin necesidad de verificación empírica. Es decir, una vez que
la hipótesis de egoísmo psicológico es la presuposición que sirve para explicar las
acciones humanas, todo lo que suceda será considerado egoísta y podrá ser interpretado
para conforme a esa hipótesis.
En el siglo XVIII, Joseph Butler se lanza contra las teorías del egoísmo psicológico y
sostiene que no es cierto que seamos demasiado egoístas, que deberíamos serlo aún
más.
La idea principal de egoísmo psicológico debe entenderse sin caer en confusiones, pero,
según sus detractores, una vez aclarada, la teoría no es convincente. Ejemplos de esto
son:
1. La confusión entre egoísmo e interés propio: el acto egoísta es la acción que ignora el
interés de los otros en condiciones donde sus intereses no deberían ser saltados. De este
modo, el tomar agua cuando uno tiene sed no es un acto egoísta, aunque responda a un
interés propio, pero ¿seguiremos siendo egoístas si sabemos que hay quienes mueren
por no tener acceso a este líquido vital?
2. La posible confusión entre las conductas por interés propio y las búsquedas del
placer: hacemos muchas cosas que nos generan satisfacción, pero eso no representa que
actuemos por interés propio. El hombre que se droga aun después de saber la relación
entre la droga y el daño a la salud seguramente no está actuando en su interés propio, ni
siquiera siguiendo su criterio propio –el interés propio dictaría que dejara de drogarse–.
Sin duda, se está drogando por placer, pero esto solo muestra que la búsqueda
indisciplinada del placer y actuar por interés propio son cosas distintas.
3. La confusión de la falsa suposición de que una preocupación por el bienestar propio
es contrario a toda preocupación auténtica por los demás: todos (o la gran mayoría)
desean su propio bienestar, pero ¿podría ser verídico que uno no se puede interesar
realmente por el bienestar ajeno? Bien es cierto que en ocasiones nuestros intereses
pueden chocar con los intereses de otros y tal vez se tendrían que tomar decisiones
difíciles. Principalmente si esas decisiones involucran a amigos y familia, a veces
optamos por el interés de ellos.
Dice Sánchez Vázquez que el egoísmo ético tiene por base una doctrina psicológica de
la naturaleza humana o de la motivación de los actos humanos, de acuerdo con la cual el
hombre está constituido psíquicamente de tal manera que el individuo siempre persigue
la satisfacción de su propio interés. O sea, el hombre es por naturaleza un ser egoísta.
Pero, desde el punto de vista de estos críticos, hay actos humanos que son realizados en
beneficio de los demás y que están muy lejos de satisfacer el propio interés. Por
ejemplo, las ocasiones en que se defiende una causa común sacrificando incluso la
propia vida; si un ser humano está dispuesto a poner en peligro su integridad física por
defender una causa que tendrá beneficios para los demás, entonces no está buscando un
beneficio propio. Así se puede poner en duda que el hombre es por naturaleza egoísta y
que solo busca su autobeneficio y su placer.
¿Egoísmo positivo?
Una visión que ha tomado auge en los últimos años es la que se conoce como "el
egoísmo positivo", que alude a la necesidad y posibilidad de vivir con aprecio hacia los
demás, pero sin permitirles que nos controlen. Quizás sea ese un sentido posible
atribuible a la frase: "juntos pero no revueltos". Para el conferencista, escritor y
orientador de la conducta, Renny Yagosesky, el egoísmo positivo nos permite participar
de diversos contextos de vinculación social (como pareja, familia, empresa y sociedad)
sin perder nuestra identidad, sin despersonalizarnos y sin ceder a la alienación cultural
que se deriva de la presión social de inclusión y de la necesidad personal de aceptación
y aprobación. En ese sentido, lo relaciona con la autoestima, al percibirlo como una
manifestación sana de valoración y respeto por nuestras necesidades, valores, objetivos
e inclinaciones.
Referencias
1.
Véase también
Egoísmo racional
Egoísmo ético
Thomas Hobbes
Joseph Butler
Bibliografía
Baier, Kurt (1990). "Egoism", en A Companion to Ethics, Peter Singer (ed.),
Blackwell: Oxford.
Batson, C.D. (1991). The Altruism Question: Toward a Social-Psychological
Answer, Hillsdale, N.J.: Lawrence Erlbaum Associates.
Batson, C.D. & L. Shaw (1991). "Evidence for Altruism: Toward a Pluralism of
Prosocial Motives," Psychological Inquiry 2: 107-122.
Broad, C. D. (1971). "Egoism as a Theory of Human Motives," en su Broad's
Critical Essays in Moral Philosophy, London: George Allen and Unwin.
Butler, J. (1900). Fifteen Sermons Preached at the Rolls Chapel, en The Works
of Bishop Butler, J. H. Bernard (ed.), London: Macmillan, Sermons I and XI.
Hobbes, Thomas (1650). De la naturaleza humana (Human Nature).
Hobbes, Thomas (1651). Leviathan, C. B. Macpherson (ed.), Harmondsworth:
Penguin.
Hobbes, Thomas (1654). Of Liberty and Necessity, dominio público.
Slote, M. A. (1964). "An Empirical Basis for Psychological Egoism," Journal of
Philosophy 61: 530-537.
Sober, E. & D.S. Wilson (1998). Unto Others: The Evolution and Psychology of
Unselfish Behavior, Harvard University Press.
Rachels, James. (2007). Introducción a la filosofía moral, México D.F.: Fondo
de Cultura Económica.
Sánchez Vázquez. (1976). Ética, México,D.F.: Grijalbo.
Gutiérrez Sáenz R. (2002). Introducción a la ética, México.: Esfinge.
Dietrich Schwanitz (2004). "La Cultura. Todo lo que hay que saber"
Enlaces externos
Egoísmo en la Internet Encyclopedia of Philosophy (en inglés)
Egoísmo en la Stanford Encyclopedia of Philosophy (en inglés)