ISFD “Cristo Redentor” D-212 Práctica Docente IV

1. ¿Cuáles han sido tus fortalezas en estos cuatro años de formación? ¿Hay
algún secreto en ellas?

Mi fortaleza es Dios, mi familia y mis amigas. Dios que me ayuda, guía, siento que
me da las fuerzas suficientes para afrontar todo y curarme cuando lo he
necesitado. Mi familia, mis papás, mi novio, mis hermanos, sobrinos, cuñados, que
me acompañan todos los días incondicionalmente, me dan un empujón cuando
estoy cuesta abajo y me ponen el freno cuando estoy demasiado acelerada. Los
veo y una mala cursada se vuelve risas en un solo instante, me traen paz. Me
escuchan cuando les leo mis trabajos, cuando estudio, me toman lección, me
entienden cuando estoy tapada de trabajos. Lo mismo mis amigas, las que están
fuera del instituto, siempre están dispuestas a colaborar conmigo en cualquier
instancia, de cualquier forma, así sea buscándome libros, yendo a sacarme
fotocopias cuando yo no puedo por mis horarios, etc. Respecto a mis amigas y
compañeras, siempre están dispuestas a darme la mano, intercambiar ideas,
llevar adelante las lecturas juntas, llamarnos para ver cómo interpretamos una
consigna, si la respuesta que dimos no nos deja conforme acudimos una a las
otras, compartimos momentos de risas entre el caos de lecturas y relecturas,
trabajos y parciales para ayudar a llevar todo de la mejor manera posible, y que
sea una linda experiencia y no algo que nos atormente y haga mal.

No sé si es un secreto, pero supongo que lo que hay es amor, mucho amor en las
relaciones que forjo, y éste es incondicional. Sé que cuando casi caigo mal,
estuvieron allí para sostenerme a tiempo, y ellos saben que me tienen a mí de la
misma forma.

2. ¿De qué raíces recibiste nutrientes? ¿Quiénes han sostenido tu trayectoria

de formación, así como lo hace un tabonuco?

De las raíces que recibí nutrientes, fue de mi familia y docentes durante la

trayectoria escolar. Pero sin dudas la que nutrió esa raíz principal, de la que
salen todas las demás fue de las de mi mamá. Si soy lo que soy, si tengo la
fuerza que tengo es gracias a ella. De ella aprendí a luchar por mis ideales, a

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levantarme aunque no tenga fuerza, a defender lo que amo. Con ella aprendí a
leer y a escribir, a sumar y restar, las tablas de multiplicar, sin gritos ni enojos,
con risa y amor siempre. Luego ingresé a la escuela, fui recuperando esos
saberes y aprendiendo muchísimos más.

Mi trayectoria de formación la sostiene, como dije anteriormente, Dios, mi

familia, mi pareja, mis amigas y compañeras. Pero tambén todos los docentes
que pasaron por mi vida, que me llenan de saberes, de contenidos. Que tiene
la paciencia de explicarme las cosas hasta que puedo comprenderlas, que
están ahí al frente de la clase, por más tensa y dura que se ponga la cosa. Ha
habido situaciones horribles entre docentes y estudiantes de las que he
aprendido muchísimo, para el día que me toque estar al frente, cosas buenas,
cómo han afrontado situaciones, y también las cosas que no quisiera repetir
estando frente a mis estudiantes.

Yo siento que de todo aprendemos, de lo bueno y malo, de los docentes que

ponen todo de ellos y de los que no tratan muy bien a sus estudiantes, ya que
allí están los dos claros ejemplos: los docentes que queremos ser y la clase de
docentes que no queremos ser. Y todo esto, y muchísimas cosas más que en
este momento tal vez escapan a mi memoria, son las raíces de mi formación.
Sin olvidarme de los autores, los textos y entrevistas, que leemos y
reflexionamos durante la carrera.

El pensamiento crítico y reflexivo se adquiere en conjunto, para finalmente ser

libres e independientes.

3. ¿A qué tempestades te enfrentaste, cuales llegaron a las costas y no

lograron abatirte?

Me enfrenté a las tempestades de sentir no poder, de no creer en mí, en mi

capacidad, en mi pensamiento crítico. Me enfrenté a mis horarios de trabajo,
sacrificar horas de sueño por el estudio, a sobre exigirme tanto que resultó en
un mes de reposo absoluto. Y en ese momento ni siquiera pensé en mi salud,
solo agradecía que justo hayan empezado las vacaciones de invierno para no

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faltar a clases, cuando las recomendaciones eran dejar el año lectivo. Me

enfrenté a eso, me enfrento y sigo, soy fuerte, Dios me hace fuerte, al menos
tengo esa convicción. Y si no tuviese el apoyo de mis seres queridos, tampoco
podría haber enfrentado ninguna tempestad, porque para mí, solos no
funcionamos, sino en manada.

4. Según el poeta Francisco Luis Bernárdez “lo que el árbol tiene de florido/
vive de lo que tiene sepultado”...por eso qué pensamientos estimulan en
vos los tabonucos en cuanto a estos años de formación en nuestro ISFD?

Los pensamientos que estimulan en mi los tabonucos en cuanto a estos años de

formación en el ISFD son que todos los que integramos el instituto somos como
una gran comunidad de tabonucos, tanto docentes como estudiantes nunca nos
dejamos caer, los docentes nos brindan su sabiduría, nos acompañan y guian,
pero nos dejan crecer libres y fuertes para llegar a ser profesionales de primer
nivel el día de mañana. No son egoístas, no se guardan nada para ellos mismos,
con todo lo suyo nutren nuestras raíces y las sostienen, para crecer
independientemente de lo que ellos hagan con nosotros en este primer eslabón de
la cadena como futuros docentes.

También el compañerismo que tenemos en el aula, es increíble los lazos que se

formaron y nos acompañaron estos cuatro años de carrera. La empatía, el
compañerismo, las risas y la solidaridad es algo que jamás falta entre mis
compañeras y yo. Estoy muy feliz de pertenecer a éste grupo de personas tan
enormes en espíritu y sabiduría.

5. Pensándote como egresada y profesional de la educación… ¿De qué modo

construirás tus raíces? ¿Cómo enfrentarás las tormentas?

Construiría mis raíces junto a mis compañeros, junto a los profesionales con
quienes trabajo, creando un ambiente sano y productivo. Ya que como docente
debemos saber trabajar en conjunto, beneficiando a la comunidad educativa en su
totalidad, principalmente a los estudiantes, para que nuevas y mejores políticas

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educativas tengan lugar en nuestro territorio, para que los estudiantes tengan un
pensamiento crítico, tengan las herramientas para afrontar el mundo, y que lo
hagan en comunidad, de forma solidaria, presentándole los valores necesarios
para que esto suceda, que sepan que la vida de forma egoísta e individualista no
es satisfactoria pero tampoco dependiendo de los demás. Todo en su justa
medida. La autonomía es algo indispensable para trabajar con los niños, para que
afronten sus deberes y obligaciones diarias.

Y si tormentas se avecinan y me abaten, no dudaría en buscar ayuda en mis

colegas, nada más noble que saber que todos necesitamos de otros para vivir en
sociedad, para llevar adelante nuestras tareas, y no perder el eje.

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