El autor comienza el escrito con un análisis a dos tesis famosas en la explicación de la extinción

de los regímenes dictatoriales, una de ella dice que los regímenes dejaron el poder por un
desacredito en américa del sur, y la segunda, debido a la victoria de un nuevo conjunto de
valores que lograron la instauración de la democracia.

Hace un análisis de dos actores que considera esenciales en la explicación de la naturaleza de

las dictaduras del cono sur, por un lado, la clase terrateniente y por el otro, la clase obrera. El
éxito de la democracia venezolana se explica por la debilidad de ambas fuerzas debido a la
riqueza petrolera. La falta de una clase hacendada fuerte es lo que determina la ausencia de
una oligarquía agraria clásica, y la carencia de una clase obrera fuerte, determino la ausencia
de un movimiento sindical poderoso.

Mientras que, en el caso de Argentina, Chile y Uruguay, tenían una combinación de clases
terratenientes tradicionalmente fuerte con movimientos obreros tradicionalmente fuertes
también. El enfrentamiento entre estas dos fuerzas, ha sido estructuralmente decisivo para el
advenimiento de las dictaduras militares.

Mientras que, por el contrario, en Colombia se dio una clase terrateniente tradicionalmente
fuerte con un movimiento obrero sindical, produciendo a su vez, una democracia restringida.
Contrario al caso de Bolivia, donde en ese periodo existió el movimiento obrero
históricamente más fuerte de todo el continente en las minas de estaño, y al mismo tiempo,
contaba con la clase terrateniente mas débil del continente.

Las fuerzas armadas han sido los padres del populismo latinoamericano n sus comienzos. Pero,
a medida que el proceso populista se iba desarrollando y ganaba en autonomía, crecía la
inquietud de sus promotores originales, debido a dos razones: por un lado, las fuerzas de las
masas organizadas por el populismo adquirían cada vez mayor peso y por el otro lado, las
presiones distribucionistas sobre los modelos de acumulación de capital local iban
incrementándose. Con la revolución cubana se puede evidenciar una radicalización de las
masas populistas, movimientos y partidos comunistas, que produjeron un grado superior de
combatividad de las masas populares en el continente.

Por lo que la posición de las dictaduras fue la de adoptar contrarrevoluciones preventivas cuya
misión primordial fue la de decapitar y eliminar a una izquierda que no se resignaba al modo
de producción capitalista, sino que apuntaba directamente a un socialismo que lo trascendía.
Su función primordial fue la de traumatiza a la sociedad civil en su conjunto con una dosis de
terror para asegurarse que no hubiera una residencia en desafíos revolucionarios. Su vocación
secundaria fue la de restaurar las condiciones de una acumulación viable, mano de obra
disciplinada, bajos salarios y deflación. En tercer lugar, lo militares latinoamericanos no podían
evitar una cierta identificación con su protector latinoamericana.

Estos regímenes instauraron una democracia estable capitalista construida sobre la derrota de
las clases populares. Sin embargo, debido a que las democracias suramericanas se encuentran
abrumadas con la pobreza, desigualdades y deudas enormes, se establecen una circunstancias
que posibilitan una clase popular con exigencias cada vez más fuertes. Es probable que el
populismo, el comunismo latinoamericano sobreviva en algunas de sus variantes hacia el
socialismo.