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EL PODER DE POLICIA EN MATERIA DE SANIDAD ANIMAL Y VEGETAL

PODER DE POLICIA Y SANIDAD ANIMAL Y VEGETAL

Poder de policía: atributo que posee todo estado, en la potestad de regular, amplia y genérica
para promover el bienestar común a la que no escapa materia alguna. Bidart Campos: es el
poder plenario inherente a todo estado soberano para todas las cosas perjudiciales al confort,
seguridad y bienestar de la sociedad para prescribir regulaciones que promuevan la paz, la
salud, la moral y la educación; y el buen orden del pueblo. Para legislar sobre fomento de las
industrias del estado, desarrollar sus recursos y desarrollar sus riquezas y prosperidad.

Criterio amplio y restringido. Su proyección en el ámbito rural

Criterio Restringido: Seguridad, salubridad, moral pública

Criterio Amplio: Seguridad, salubridad, moral pública, defensa y promoción de los intereses
económicos de la sociedad y bienestar general.

 Joaquín V. González: sostuvo que el poder de policía se acuerda principalmente a las


provincias y sólo por excepción al gobierno federal por cuanto, siendo nuestro sistema
constitucional de poderes enumerados, los generales se entienden reservados a las
provincias, mientras que los especiales deben constar en el instrumento público que
forma la constitución nacional.
 Ramos Mejía dice que las provincias no pueden tomar decisiones que afecten al
comercio entre ellas o con el exterior, porque esta facultad ha sido delegada
expresamente y por lo tanto corresponde a la nación.
 Quintana: Se trata de un poder concurrente.
 Cullen: Depende del interés afectado.

Conflicto de competencia del Congreso Nacional para legislar en materia sanitaria

Distribución de los poderes legislativos de la nación y de las provincias en materia agraria

Corresponden a las provincias los poderes no delegados por la CN al gobierno federal.


El gobierno federal es de excepción con respecto al provincial, teniendo facultades limitadas.
Salvo excepciones la CN carece de una explícita enumeración vinculada con la materia agraria.

El art. 75 inc. 12 de la constitución y la legislación agraria

El primer problema es la no-inclusión del código agrario en el art. 75 inc. 12 de la CN.


De esta omisión la doctrina agraria extrajo, en un primer momento, que al no existir una
delegación expresa las provincias se habían reservado el derecho de dictar dicho código.
Ordoñez Carasa es partidario de esta postura agregando que el derecho agrario se caracteriza
por un singularismo pronunciado que podrá estar mejor contemplado en los diferentes
códigos rurales que en un solo código nacional.
Empero es hoy opinión pacífica que la facultad legislativa de la nación para dictar la
legislación agraria de fondo fluye de los incisos 12, 18 y 32 del art. 75 de la CN (aunque es
conveniente que una futura reforma constitucional lo exprese claramente).
Poderes legislativos expresamente delegados a la nación

La CN, en el art. 75 inc. 12, consagra (a diferencia de usa) el principio de unidad de


legislación. Resulta irrelevante la omisión señalada: dice González Calderón que el espíritu
federalista de la CN cede aquí bajo la influencia de una tradición secular, en el sentido de la
centralización del poder de legislar sobre derecho privado sustantivo.

Es indiscutible la atribución del congreso de legislar sobre derechos reales, entre ellos
la propiedad agraria en sus distintas manifestaciones, los derechos intelectuales, los contratos
agrarios, incluido el contrato de trabajo agrario, el particular régimen sucesorio agrario, etc.

Es también facultad expresa de la nación la regulación del comercio marítimo y


terrestre con las naciones extranjeras y de las provincias entre sí (art. 75 inc. 13) lo que tiene
principal implicancia en el derecho agrario (por ej. El control del comercio en materia de
granos y carnes). La CS ha reconocido invariablemente este contralor.

Los poderes implícitos. Policía sanitaria

Problema complejo es establecer la delimitación y alcance de los poderes implícitos


que corresponden a la nación con arreglo a la "cláusula elástica" contenida en el art. 75 inc. 32
de la CN ("hacer todas las leyes y reglamentos que sean convenientes para poner en ejercicio
los poderes antecedentes, y todos los otros concedidos al gobierno de la nación").

A pesar que esta redacción es más flexible que la similar norteamericana es exagerado
decir que sólo se requiere la conveniencia para que el congreso esté habilitado para dictar la
ley o reglamento, pues ello es una delegación absoluta de facultades. La facultad implícita que
se ejerce debe ser la consecuencia de un poder expresamente delegado a la nación, que
encuentre en él su apoyo, que sea el medio para ponerlo en movimiento.

Fue la ley de policía sanitaria animal la que permitió un debate en el congreso en


cuanto a la extensión de los poderes del gobierno federal, pues el proyecto de Ramos Mejía
atribuía esta facultad a la nación, mientras que Joaquín V. González sostenía que la facultad es
de las provincias, pues el poder de policía lo tienen ellas; Ramos Mejía replicó que las
provincias no pueden tomar decisiones que afecten el comercio entre ellas o con el exterior,
pues es facultad de la nación (tesis que triunfó con apoyo en el constitucionalista Cullen que
consideraba que sí el interés es general el poder pertenece a la nación y sí el interés es local el
poder es provincial).

Posteriormente el congreso dictó una frondosa legislación basándose en los


argumentos expuestos. No obstante, la cuestión sigue provocando dudas.

En principio el poder de policía es provincial, como lo declaró la CS. Empero, ese poder
puede ser ejercido por la nación dentro del territorio provincial cuando le ha sido
expresamente conferido por la CN o es consecuencia forzosa de otras facultades
constitucionales.

Los poderes concurrentes

Son los que, teniendo el mismo objeto, la CN atribuye a la nación y a las provincias y resultan
principalmente de los arts 75 inc. 18 y 125; el primero atribuye a la nación proveer todo lo
conducente a la prosperidad del país, al adelanto y bienestar de las provincias promoviendo la
inmigración, la colonización de tierras de propiedad nacional; el segundo dice que las
provincias pueden promover la inmigración y la colonización de tierras de propiedad
provincial.

 Colonización: la doctrina incluye entre las facultades concurrentes la colonización,


pero las cláusulas mencionadas autorizan a la nación y a las provincias a colonizar sus
propias tierras fiscales y estas últimas no han delegado el derecho de disponer de sus
tierras públicas y colonizar en base a su distribución. El problema es determinar si la
nación tiene la facultad de promover la colonización sobre la base de tierras que,
encontrándose en territorio provincial, pertenecen al dominio privado y es este
aspecto que la doctrina considera concurrente.
 El régimen forestal: parte de la doctrina ubica entre las facultades concurrentes al
régimen forestal, opinión que no compartimos.

Si bien la CN no se refiere explícitamente a los bosques la facultad para legislar sobre ellos
corresponde a la nación. La necesidad de un régimen federal es evidente dado los intereses
afectados, la importancia de la madera en la industria, su incidencia en el comercio
internacional, en la flora, la fauna y la salud pública.

Además, la ley de bosques mantiene normas que regulan el dominio de ellos y las tierras
boscosas y establece restricciones y limitaciones a este derecho. Es la postura de la CS.

Poderes reservados por las provincias

Los poderes inherentes a las provincias en materia rural son escasos y se reducen
disposiciones de derecho público, de carácter policíaco y reglamentarista, como dice Pérez
Llana, pues las normas de derecho privado deben ser dictadas por el congreso al que además
se le acuerda el poder de reglar el comercio y hacer todas las leyes conducentes a la
prosperidad del país, al adelanto y bienestar de las provincias y en general de hacer todas las
leyes y reglamentos que sean convenientes para poner en ejercicio los poderes concedidos al
gobierno nacional.

Entre los poderes reservados por las provincias están el de colonización sobre tierras de
propiedad provincial y la de reglamentar la superficie mínima de la unidad económica de los
inmuebles rurales, con arreglo al CC, que confiere a éstas el mencionado poder (si bien para
algunos autores esta disposición es inconstitucional y para Brebbia es inconveniente).

Sanidad animal. Ley 3959/00

Art. 1.- La defensa de los ganados en el territorio de la República contra la invasión de


enfermedades contagiosas exóticas y la acción de las epizootias ya existentes en el país, se
hará efectiva por el Poder Ejecutivo por los medios que esta ley indica

 En la capital de la República, Territorios Nacionales y lugares sujetos a la jurisdicción


exclusiva del Gobierno Nacional.
 En lo relativo a las operaciones de importación y exportación de ganado del extranjero
o para el extranjero.
 En lo pertinente al tráfico y comercio de ganados entre una provincia con otra o
cualquiera de los lugares mencionados en el inciso primero.
 En todos los casos en que los Gobiernos de Provincias soliciten su acción dentro de los
límites de su respectiva jurisdicción, o en que se trate de enfermedades contagiosas
extendidas a más de una provincia o que, aunque reveladas en una sola, asuman
carácter epizoótico y ofrezcan el peligro de propagarse fuera de ella.

Obligaciones

Art. 2.- Los Gobernadores de Provincias, como agentes naturales del Gobierno Nacional,
deberán contribuir, dentro de los límites de sus respectivos territorios, a los propósitos de esta
Ley.

El Poder Ejecutivo podrá, no obstante, valerse de su personal propio, revistiéndolo de toda la


autoridad necesaria para la realización de sus fines, cuando las circunstancias lo requieran.

Art. 4. - Todo propietario o persona que de cualquier manera tenga a su cargo el cuidado o
asistencia de animales atacados por enfermedades contagiosas o sospechosos de tenerlas,
está obligado a hacer inmediatamente la declaración del hecho a la autoridad local que los
reglamentos sanitarios determinen.

Art. 5. - Sin perjuicio de esta declaración y aún antes de que las autoridades hayan intervenido,
desde el momento en que el propietario o su encargado hayan notado los síntomas primeros
de la enfermedad contagiosa, deberán proceder al aislamiento del animal enfermo,
separándolo de los sanos en cuanto sea posible.

Art. 6. - La misma declaración y aislamiento son obligatorios de los animales muertos o que se
supongan muertos de enfermedades contagiosas, debiendo sus despojos ser enterrados o
destruidos en la forma que el Poder Ejecutivo determine en sus reglamentos.

Art. 7. - En el momento en que la autoridad reciba la denuncia del caso o tenga conocimiento
de la existencia de la enfermedad, procederá a asegurarse del cumplimiento de las medidas
prescriptas en los artículos 5 y 6 proveyendo lo necesario a su ejecución, si no hubiesen sido
cumplidas, y disponiendo, cuando sea posible, la visita y examen de los animales enfermos, y
de los muertos en su caso, por el perito de que pueda disponer, para verificar la naturaleza de
la enfermedad.

Art. 8. - El hecho será además puesto por la misma autoridad en conocimiento del Poder
Ejecutivo, en la forma y por el conducto los reglamentos determinen.

Art. 9.- Si de las informaciones que el Poder Ejecutivo adquiera resultará que la enfermedad es
de las comprendidas en los reglamentos de que habla el artículo 3 y que el caso cae bajo
alguno de los incisos del artículo 1, el Poder Ejecutivo podrá declarar infestada la propiedad, la
circunscripción o la Provincia entera, según la gravedad de las circunstancias, y estará
autorizado para aislar, secuestrar y prohibir el tránsito de los animales de las zonas infestadas,
para desinfectar y aún destruir los animales y las cosas que puedan ser vehículos de contagio y
para adoptar las medidas que en cada caso aconsejen la naturaleza y caracteres de la
epizootia.

Art. 10. - El Poder Ejecutivo reglamentará por intermedio de la Secretaria de Estado de


Agricultura y Ganadería todo lo relacionado con la habilitación, fiscalización sanitaria integral e
inspección de los mercados de ganado, tabladas, ferias, mataderos, frigoríficos, saladeros,
mataderos de aves, acopio, comercialización e industrialización de huevos, industrialización de
la caza y de la pesca, y en general de todos los establecimientos donde se elaboren o
depositen productos de origen animal, cuando los lugares donde se efectúen las ventas o el
sacrificio de animales o donde estén ubicados los establecimientos en que se fabrican,
depositan o de que se extraen productos, correspondan a la jurisdicción federal, o si están
situados en una provincia, los animales o los productos proceden de otra nación, de otra
provincia o de otro territorio o se destinen al comercio internacional, interprovincial o al de
una provincia con territorios de jurisdicción federal o viceversa. Los productos mencionados
precedentemente transitarán con la correspondiente documentación sanitaria. Los productos
de origen animal no comestibles, procedentes de establecimientos no habilitados en el orden
nacional podrán transitar por el territorio de la República Argentina con destino a un
establecimiento habilitado previo cumplimiento de los requisitos que establezca la
reglamentación.

El Poder Ejecutivo requerirá de los gobiernos de provincia que adecuen sus actuales normas a
las exigencias de la presente Ley y su reglamentación y formalizará con las provincias,
municipios y demás autoridades provinciales los acuerdos y convenios que considere
necesarios para el logro de los fines enunciados.

Plaga: Colonia de organismos animales o vegetales que ataca y destruye los cultivos y las
plantas.

Zoonosis: Se dice de cualquier enfermedad propia de los animales que incidentalmente puede
comunicarse a las personas.

Epizootia: Enfermedad que reina transitoriamente en una región o localidad y ataca

simultáneamente a una gran cantidad de individuos de una o varias especies de animales.

Transporte

Art. 11. - Todo empresario de transporte por agua o por tierra, en los casos regidos por esta
Ley, deberá ajustarse, en cuanto a las condiciones de comodidad, seguridad e higiene que
deben ofrecer sus vehículos para la carga de animales, a los reglamentos sanitarios que el
Poder Ejecutivo dicte.

El Poder Ejecutivo determinará asimismo las condiciones en que las empresas deben
desinfectar los embarcaderos, corrales, bretes y demás locales que hayan ocupado los
animales, así como en los que deben serlo las personas y objetos que hayan estado en
contacto con ellos.

Penalidades

Art. 29. - Toda infracción a las disposiciones contenidas en los artículos 4, 5 y 6 y en los
reglamentos del Poder Ejecutivo, en cuanto a esos artículos se refieran, será castigada con
multa de un mil ($ 1.000) a quinientos mil pesos ($ 500.000), conmutables por prisión a razón
de un (1) día por cada mil pesos ($1.000) de multa, según la importancia de la infracción.

Toda otra infracción a las disposiciones de esta Ley será castigada, si no uviera una pena
especialmente establecida, con multa de un mil ($ 1.000) a quinientos mil pesos ($ 500.000),
conmutables por prisión a razón de un (1) día por cada mil pesos ($ 1.000) de multa, según la
importancia de la infracción.
Art. 30. - Serán castigados con multa de un mil ($ 1.000) a quinientos mil esos ($ 500.000),
conmutables por prisión a razón de un (1) día por cada mil pesos ($ 1.000) de multa:

1) Los propietarios o encargados y los funcionarios y particulares que desobedeciendo órdenes


de las autoridades competentes hubiesen dejado comunicar animales enfermos con sanos.

2) Los que aún antes de la clausura de puertos para el país de origen hubiesen, a sabiendas,
introducido a la República, animales afectados de enfermedades contagiosas o que hubiesen
estado expuestos al contagio.

3) Los empresarios de transporte que conduzcan animales en pie con infracción de los
reglamentos a que se refiere el artículo 11, debiendo duplicarse la pena cuando por la omisión
de las medidas de desinfección o higiene reglamentarias, se hubiese comunicado una
enfermedad contagiosa a otros animales.

Art. 31. - Todo animal que hubiese sido introducido con violación de las cuarentenas
establecidas por los reglamentos, caerá en comiso y su propietario o introductor incurrirá,
además, en una multa de un mil ($ 1.000) a quinientos mil pesos ($ 500 000).

Art. 32. - Las penas impuestas en los artículos anteriores serán duplicadas en cada caso de
reincidencia en la misma violación, sin perjuicio de hacerse efectivas las resoluciones del Poder
Ejecutivo, a expensas del obligado, si no las cumpliese el mismo.

Art. 33. - Las penas impuestas en los artículos anteriores, serán aplicadas por los jueces
federales o de territorio federal en juicio sumario, a pedido de las autoridades sanitarias, que
serán parte en él.

Ley 27.233 Sanidad de los Animales y Vegetales

Art. 1: Interés Nacional. Se declara de interés nacional la sanidad de los animales y los
vegetales, así como la prevención, el control y la erradicación de las enfermedades y de las
plagas que afecten la producción silvoagropecuaria nacional, la flora y la fauna, la calidad de
las materias primas producto de las actividades silvo-agrícolas, ganaderas y de la pesca, así
como también la producción, inocuidad y calidad de los agroalimentos, los insumos
agropecuarios específicos y el control de los residuos químicos y contaminantes químicos y
microbiológicos en los alimentos y el comercio nacional e internacional de dichos productos y
subproductos.

Abarca todas las etapas de la producción primaria, elaboración, transformación, transporte,


comercialización y consumo de agroalimentos y el control de los insumos y productos de
origen agropecuario que ingresen al país, así como también las producciones de agricultura
familiar o artesanales con destino a la comercialización, sujetas a la jurisdicción de la autoridad
sanitaria nacional.

Art. 2: Orden Público. Se declaran de orden público las normas nacionales por las cuales se
instrumenta o reglamenta el desarrollo de las acciones destinadas a preservar la sanidad
animal y la protección de las especies de origen vegetal, y la condición higiénico-sanitaria de
los alimentos de origen agropecuario con los alcances establecidos en el artículo anterior.

Art. 3: Responsalibilidad. Será responsabilidad primaria e ineludible de toda persona física o


jurídica vinculada a la producción, obtención o industrialización de productos, subproductos y
derivados de origen silvo-agropecuario y de la pesca, cuya actividad se encuentre sujeta al
contralor de la autoridad de aplicación de la presente ley, el velar y responder por la sanidad,
inocuidad, higiene y calidad de su producción, de conformidad a la normativa vigente y a la
que en el futuro se establezca. Esta responsabilidad se extiende a quienes produzcan,
elaboren, fraccionen, conserven, depositen, concentren, transporten, comercialicen,
expendan, importen o exporten animales, vegetales, alimentos, materias primas, aditivos
alimentarios, material reproductivo, alimentos para animales y sus materias primas, productos
de la pesca y otros productos de origen animal y/o vegetal que actúen en forma individual,
conjunta o sucesiva, en la cadena agroalimentaria.

Art. 4: La intervención de las autoridades sanitarias competentes, en cuanto corresponda a su


actividad de control, no exime la responsabilidad directa o solidaria de los distintos actores de
la cadena agroalimentaria respecto de los riesgos, peligros o daños a terceros que deriven de
la actividad desarrollada por estos.

Art. 5: Autoridad de Aplicación. El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria, en


su carácter de organismo descentralizado con autarquía económica-financiera y técnico-
administrativa y dotado de personería jurídica propia, en el ámbito del derecho público y
privado, en jurisdicción del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, es la autoridad de
aplicación y el encargado de planificar, ejecutar y controlar el desarrollo de las acciones
previstas en la presente ley.

Art. 14: Sanciones. Las infracciones a las normas aplicadas por el Servicio Nacional de Sanidad y
Calidad Agroalimentaria serán sancionadas con las siguientes penalidades, las que sustituyen
las previstas en los respectivos ordenamientos: a) Apercibimiento público o privado; b) Multas
de hasta pesos diez millones ($ 10.000.000); c) Suspensión de hasta un (1) año o cancelación
de la inscripción de los respectivos registros; d) Clausura temporaria o definitiva de los
establecimientos; e) Decomiso de productos, subproductos y/o elementos relacionados con la
infracción cometida.

Las sanciones enumeradas podrán ser aplicadas por separado o en forma conjunta varias de
ellas, conforme con la gravedad de la infracción, el daño causado, y los antecedentes del
responsable, y con independencia de las medidas preventivas dictadas por el Organismo, de
acuerdo a la legislación vigente. Cuando se hubiere dispuesto la suspensión preventiva de un
establecimiento, la misma no podrá exceder de noventa (90) días hábiles, salvo que razones
debidamente fundadas aconsejen la extensión de dicho plazo.

A los efectos de la adopción de las acciones sanitarias, de control, verificación y fiscalización,


tanto preventivas como las que deriven de procedimientos de infracción a la normativa
vigente, el personal actuante podrá requerir el auxilio de la fuerza pública y solicitar órdenes
de allanamiento a los jueces competentes para asegurar el adecuado cumplimiento de sus
funciones

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