Sei sulla pagina 1di 58
ORGIA de Pier Paolo Pasolini Version castellana: Carla Mateeini POESIA EN FORMA DE TEATRO “Las palabras de la lengua no son entonces mas que Jnstrumentos del sueio: de manera que el mal es la realidad, el sueno el bien”. iste afio 1995 sefiala un amargo aniversario en la ria de Pier Paolo Pasolini. En noviembre se cum- in veinte afios de su muerte, final violento infligido una vida solicaria acabada en la soledad de una ypa. En todo este tiempo, la justicia italiana ha sido ‘incapaz de disipar la evidencia de que su asesino, Pino Pelosi, no actué solo cuando masacté a Pasolini y con- yirtié al incémodo corsario en un cadaver por fin mudo. Parece pues oportuno publicar este affo el segundo texto ceatral de Pasolini que se traduce al castellano, pero también resulta significativo y preocupante que hhayan pasado siete afios descle que se edité el primero, “CALDERON” (en 1980 en la revista PIPIRIJAINA, y en 1987, en segunda edicién revisada, en ICARIA). Un vacio de demasiados afios, que condena al silencio a sus otros textos dramaticos, mientras que el resto de su obra literaria -narrativa, ensayo, poesfa- ha merecido una atencién editorial més sensible. No lo achaquemos a desinterés por el teatro de Pa- solini, que resulta sin duda de dificil lectura y compleja 7 puesta en escena. Lo mismo ocurre con otros autores que han transicado la escricura dramética junto con otros géneros de mayor fortuna editorial. La edicién te~ atral en lengua castellana, pese a notables iniciativas re- cientes, sigue siendo precaria en relacién con Ja de otros paises europeos. Escasas colecciones, desineerés de las instituciones y también indiferencia de las editoriales, que a veces “compleran” la publicacién de la obra de un autor dejéndose por el camino precisamente sus textos draméticos. En el caso de Pasolini, su novela péstuma, “PETROLEO., ha sido editada en castellano muy poco tiempo después de su aparicién en Iealia, mientras cinco de sus seis cragedias permanecfan en el mas ab- soluto olvido, Esperemos que no pasen otros siete afios hasta que otfo texto teatral suyo pueda conocerse en castellano. De ese bloque de seis eragedias, “que puede consi- derarse como un tumor en el cuerpo del teatro conven- cional”', quedan, ademés de esta “ORGIA”, y en orden cronolégico de publicacién, “PILADE” (1967), “AFPA- BULAZIONE"” (1969), "PORCILE” (1969), y la til- tima, su casi aucobiograffa literaria, “BESTIA DA STILE", escrita y reelaborada entre 1965 y 1974 “ORGIA” data de un afio muy especial, 1968, cuando Pasolini publica en la revista “Nuovi Atgomenti” su {ANIFIESTO POR UN NUEVO TEATRO”, polé- mico enunciado en 32 puntos de su “teatro de la pala- bra", que cuestiona y se enfrenta tanto al teatro tradi- cional y oficialisea (por él denominado “teatro de la Charla”), como al de vanguardia (“teatro del Gesto y 1 Moisés Pérez Coterillo, prilogo a CALDERON (ceria, 1987) del Grico”). Este malintencionado cuerpo teérico pro~ pone un teatro “ni académico ni de vanguardia", un te- aero como rito cultural, licerario y de pensamiento, en concraposicién al “rito ceaeral o social” en que se habfa convertido la escena de los afios 60, Nos ha parecido conveniente reproducir el “MANIFIESTO" como in- troduccién a “ORG[A”, tras su publicacién en la re- vista "EL PUBLICO”, en el néimero 10/11 de 1984, ya que muchas de las claves de lectura de su teatro son fé- cilmente rastreables en esos postulados. Asi contaba Pasolini en 1971 su regreso a la escri- cura dramética, tras una primera incursién en los afios 40 con “I TURCS TAL FRIUL", drama histérico en dialecto sobre una pequefia comunidad rural: “En 1965 padect la tinica enfermedad de mi vida: una tilcera bas- ance seria, que me recuvo en cama un mes. Durante la primera convalecencia lef a Platén, lo que me hizo de- sear escribir mediante personajes. Ademds, en aquel momento habia agotado mi primera fase poética y lle- vaba tiempo sin escribir en verso. Como estas tragedias estan escritas en versos, es probable que necesitara un pfetexto, personas incerpuestas, es decir, personajes, para escribir versos”. Y después: “Escribf estas seis tra- gedias en muy poco tiempo. Empecé a escribirlas en el 65 y pricticamence las cerminé en el 65. S6lo que no las he terminado, No he terminado de limarlas, corre- girlas, todo lo que se suele hacer con un primer borra- dor, Algunas estan escricas por entero, exceptuando al- guna escena que atin quiero afiadir. En este tiempo, se han vuelto menos actuales, pero entonces las considero como cosas casi péstumas"” Son muchas las claves emblemicicas del ceatro de 9 Pasolini, que aparecen en la casi totalidad de las trage- dias con mayor 0 menor intensidad. Si quisiéramos buscar un eje temético comtin a todas, podrfa encon- trarse en esa dialéctica de los contrarios que esta en la raiz de su pensamiento politico, filoséfico y poético. La dualidad tesis/antitesis, la alternancia de aparences opuestos, el yo escindido y sufrience enfrentado a su Historia aparecen claramente en “ORGIA”, en la pro- pia situacién dramética que plantea I aparente oposi- cién Hombre/Mujer. Pero estén también en “CAL- DERON” (realidad/snefio, “normales” /excluidos), en “AFFABULAZIONE” (las condiciones disociadas Pa- dre/Hijo), en “PILADE” (la oposicién irreconciliable Pasado/Futuro), como permanente alternancia que ori- gina conflicto y sufrimiento. Tampoco est ausente en “ORGIA" la dicotomfa “normal”/diferente: es la diver sidad por fin asumica del Hombre en el dolorido mo- nélogo del sexto episodio. Pero en “ORGIA", mas que en ningiin otro texto ceatral, quizas sélo en el cine de “SALO”, la pulsién de muerte parece disolver cualquier otto motivo poético. Amor y sexo como destruccién y degradacién, sadismo y masoquismo como castigo fas- cinado, el cuerpo herido como signo Gnico de realidad frente a la inutilidad de la palabra... Tal vez sea ésta la obra mas dura y hermética del teatro de Pasolini, pues se adentra en ritos y territorios que suelen permanecer vedados: fetichismo, sadismo, deseo de violacién -infli- gida y recibida- en una especie de pesadilla alucinada. Como al trasluz, aparece en la pesadilla la sombra de la gran angustia moral de Pasolini, la dualidad Bien/Mal, que sélo puede resolverse en la muerte. Si “ORGIA” es obra de arduo desentratiamiento en Ia lectura, no menos compleja parece su escenificacién. lo En el punto 10 del “MANIFIESTO”, tras enumerar aquello a lo que su teatro debe oponerse -siempre la dialéctica- subraya Pasolini una de sus “caracteristicas fundamentales: es decir (como en el teatro ateniense) la falta casi total de accién escénica”. Posiblemente en ninguna tragedia como en “ORGIA” la dramaturgia nace de ese supuesto, y el ritual de muerte del Hom- bre y la Mujer se celebra en la casi absoluta inmovili- dad de una pesadilla psicética, En “ORGIA" la pulsién de la muerte lace con més fuerza que en ninguna otra obra, en una especie de estado febril y agénico que se mantiene desde el y anticipa el final que cierra el sarcastico “flash- ". Como en “BESTIA DA STILE”, “el Desdo- blado vuelve a ser Unico”, y el horror de la dualidad sélo puede resolverse en la muerte. Como debié saber Pasolini en su propio trégico final, esa muerte que, en palabras del estudioso Aurelio Roncaglia, “nos deja con la amargura del pesar por lo que, con la muerte de Pa- solini, hemos perdido. Me corrijo con rabia: por lo que nos han arrebatado”. arran- Carla Matteink Madrid, enero de 1995 ul MANIFIESTO 32 PUNTOS PARA UN NUEVO TEATRO Pier Paolo Pasolini 1 El teatro que esperdis, incluso el més absolucamente nuevo, no podré ser munca el ceatro que esperdis. De hecho, si esperais un nuevo teatro, lo esperdis necesariamente en el Ambico de las ideas que ya tenéis: ademas, lo que esperdis, de algtin modo ya esté ahi. No hay nadie entre vosotros que ante un texto o un espectéculo pueda resistir la tentacién de decir: “Esto ES TEATRO”, 0 al contrario: “Esto NO ES ‘TE- ATRO”, Pero las novedades, incluso las absolutas, como bien sabéis, no son nunca ideales, sino siempre concretas. Por tanto su verdad y su necesidad son mezquinas, fascidio- sas y decepcionantes: 0 no se reconocen o se discuten remi- cigndolas a las viejas costumbres. Hoy, entonces, todos espetiis un teatro nuevo, pero ya tenéis todos en la cabeza una idea de él, nacida en el regazo del viejo teatro, Estas notas estén escritas bajo forma de ma- nifiesto, para que lo nuevo que expresan se presente decla- rada ¢ incluso autoritariamente como tal. B (En todo este manifiesto, Breche jamas seré citado. Bl ba sido el tltimo hombre de teatro que ha podido realizar una revolucién teatral en el interior dlel propio teatro: porque en sus tiempos la hipétesis era que el ceacro tradicional existia (y de hecho asf era). Ahora, como veremos a través de este manifiesto, la hipétesis es que el ceatro tradicional ya no existe (0 est dejando de existir), En tiempos de Brecht, se ppodian por tanto operar ciertas reformas, incluso profundas, sin poner en cuestiGn el ceatro: es mis, la finalidad de tales teformas era la de convertir el teatro en auténtico teatro Hoy, en cambio, lo que se somete a discusidn es el propio te- tro: la finalidad de este manifiesto es por tanto, patadéji- camente, la siguiente: el teatro deberfa ser lo que el teatro no €s, Sea como sea, esto es cierto; que los tiempos de Breche han tetminado para siempre). QUIENES ERAN LOS DESTINATARIOS DEL NUEVO TEATRO 2D “Los destinatarios del nuevo teatro no sexan los burgueses que componen generalmente el ptiblico ceatral: serén en cambio los grupos avanzados de la burguesta. Estas eres Ifneas, del todo dignas del estilo de un acta, son el primer propésito revolucionario del presente mani- fiesto. 4 Significan en efecto que el autor de un texto teatral no escribird ya para el piiblico que ha sido siempre, por defini- cién, el pablico teatral; que va al teaero para divertirse, y que a veces se escandaliza Los destinatarios del nuevo teatro no se divertirdn, ni se sscandalizardn ante el nuevo teatro, ya que, al pertenecer a Jos grupos avanzados dle la burguesfa, son en todo semejantes al autor de los textos. ‘A una sefiora que frecuence los teatros de la ciudad, y no se pierda jamés los principales estrenas de Screhler, Visconti 0 Zefielli, se le aconseja calurosamente que no asista a las representaciones del nuevo teatro. O, si se presenta con su simbélico, patético, abrigo de visén, se encontraré en la en- trada con un cartel explicanda que las sefieras can ahrign de vis6n deberdn pagar su entrada treinca veces més de su coste normal (que seré bajfsimo). En dicho cartel, por el conera- tio, estard escrito que los fascistas (con tal de que sean me- nores de veinticinco afios) podrén entrar gratis. Y, ademés, podré leerse un ruego: que no se aplauda. Los silbidos y de- més muestras de desaprobacién serdn, por supuesto, admiti- dos, pero, en lugar de los eventuales aplausos, se pediré al espectador esa confianza casi mistica en la democracia que consiente un didlogo, del todo desinteresado € idealista, so- bre los problemas planteados o debatidos en el texto. 4 Por grupos avanzados de ba burguesfa entendemos los pocos 15 miles de incelectuales de cada ciudad cuyo interés cultural sea quizgs ingenuo, provinciano, pero real. 5 Objecivamence, estén consticufdos en su mayor parte por los que se definen como “progresistas de izquierdas” (in- cluidos los catélicos que tienden a consticuir en Italia una Nueva Izquierda): la minoria de esos grupos esté formada por las élites supervivientes del laicismo liberal y por los ra- dicales, Naturalmente, este desglose ¢s, y quiere serlo, es- quemético y cerrorista 6 1 nuevo teatro no €9 enconees ni un ceatro académicn? ni un teatro de vanguatdia’ No se inscribe en una tradicién pero campoco la com- prueba. Simplemente la ignora y la supera de una vex por todas. [Teas angio 0 moteoes con buss de eon. Compal tis Gus Ta) ce see elmo, canals sundae los sabe 16 EL TEATRO DE LA PALABRA y El nuevo teatro quiere definirse, aunque sea de modo ba- nal y en estilo de acta, como “teatro de palabra" ‘Su incompacibilidad tanco con el teatro tradicional como con todo tipo de contestacién al teatro tradicional, se con- tiene, por tanto, en esta aucodefinicién. No oculta‘ que se remite explicitamente al ceatro de la democracia ateniense, salténdose completamente toda la cra- diciGn reciente del teatro de la burguesfa, por no decie la en- tera tradicién moderna del ceatro renacentista y de Shakes- peare 8 Venid a presenciar las representaciones del “teatro de pa- labra” con la idea més de escuchar que de ver (restticcién necesaria para comprender mejor las palabras que vais & oit, por tanto Las ideas, que som los personajes reales de este teatro). A QUE SE OPONE EL TEATRO DE PALABRA 9 Todo el ceatro existence puede dividirse en dos tipos: es- tos dos tipos de teatro pueden definirse -segtin una termi- 4 Con candor de neétic, nologfa seria- de diferentes maneras, por ejemplo: teatro tra- dicional y ceatro de vanguardia, teatro burgués y teatro an tiburgués, teatro oficial y ceatro de contestaciGn; teatro aca- démico y teatro anderground, etc. Peto a estas definiciones setias nosotros preferimos dos definiciones alegres, 0 sea: a) teatro de la Charla (acepeando por canto la brillance defini- cién de Moravia), b) teatro del Gesto 0 del Grito. Para que nos entendamos en seguida: el eeatro de la Charla es aquel teatro en el que la charla, precisamente, sus- tituye a la palabra (por ¢}., en lugar de decis, sin humor, sin sentido de lo ridiculo y sin buena educacién, “Quisiera mo- rir", se dice amargamente “Buenas noches"); el ceatro del Gesto o del Grito es aquel teacro en el que la palabra ha sido complecamente desacralizada, 0 mejor ain, destruida, a fa- vor de la presencia fisica pura (cft. més adelante). 10 El nuevo teatro se define de “Palabra” por oponerse en- tonces: 1°) Al teatro de la Charla, que implica una reconstruc~ cién ambiencal y una estructura espectacular naturalistas, sin Jas cuales: a) los aconcecimientos (homicidlios, hurtos, bailes, besos, abrazos y contraescenas) setfan irrepresentables; b) de~ cir “Buenas noches” en lugar de “Quisiera morit” no cendrfa sentido porque falearfan las armésferas de la realidad coti- diana, 2°) Por oponerse al teatro del Gesto 0 del Grito, que con- testa al primero destruyendo sus estructuras naturalistas y desconsagrando sus textos: pero del que no puede abolir el 18 dato fundamental, 0 sea, la acvién escénica (que él lleva, por el contrario, a la exalcacién), : De esta doble oposicién emana una de las caracterfsticas fundamentales del “teatro de palabra”: es decir (como en el teatro ateniense) le falta casi total de accién escénica Ia falea de accién escénica implica naruralmente fa desa- paricién casi total de la puesta en excena -luces, escenografia, vestuario, exc., codo ésto quedari reducido a lo indispensa- ble (ya que, como veremos, nuestro nuevo teatro no podré dejar de seguir siendo una forma, aunque jamés perio tada, de RITO; ¥ pot tanto, un encenderse 0 apagarse de Iu- ces para indicar el comienzo 0 el final de la rep no podré dejar de subsistir). 0 et Se sence ist peneovel teatro de la Charla’ como el teatro del Gesto o del Grico® son dos productos de una misma civilizacién bur- guesa. Ambos tienen en comtin el odio a la Palabra. El primero es un ritual donde la burguesia se tefleja, més © menos idealizindose, de todos modos reconociéndose siem- pre El segundo es un ritual en el que la burguesta (restable- ciendo a través de st propia cultura antiburguesa la pureza Fe tun teatro religioso), por una parte se reconoce como pro- luctora del mismo (por razones culcurales), por otra saborea ¢l placer de Ia provocacién, de la condena o del escandalo 5 De Chejov a fonesco al hotrible Albee. 6 Bl espléndido Living Theasce. 19 (mediante el cual, finalmente, no consigue més que la con- firmacién de sus propias convicciones). 12 Esce (el teatro del Gesto 0 del Grito) es entonces el pro~ ducto de la anticultura burguesa’, que se sida en polémica ‘con [a burguesfa, utilizando contra ella el mismo proceso, desemetivo, cruel y disociado, que fue empleado (uniendo a la locura la préctica) por Hitler, en los campos de concen- cracién y de exterminio. 1B Si, tanto el teatro del Gesto 0 del Grito tiene como des tunataria -puede yue ausence- & la burguesfa a Ta que escan~ alizar (sin la cual setfa inconcebible, como Hicler sin los jules, los polacos, los gitanos y los homosexuals), el teatro de Palabra, por el contrario, tiene como destinatarios a los pro- pias grapes eulturalesavsanzadas que lo produce. 14 EI teatro del Gesto 0 del Grito -en Ia clandestinidad a underground. persigue con sus destinararios una compli de lucha o una forma comiin de ascetismo: y por canto, a fin de cuentas, no representa, para los grupos avanzados que lo ‘De Ar este teat ha 7 De Artaud al Living Theatze, sobre todo, y a Grocowsky, dado pruebas muy als. 20 producen y disfruran como destinatarios, més que una con Jfirmacién, ritual, de sus propias convicciones anciburguesas: Ja misma confitmacién ritual que representa el teatro tradi- ional pata el piiblico medio y normal con sus propias con- vicciones burguesas Por el contratio, en los espectéculos del teatro de Palabra, aunque se tengan muchas confirmaciones y vetificaciones (no fn vano autores y destinatarios pertenecen al mismo efeculo culeutal ¢ ideol6gico), habra sobre todo un intercambio de opiniones y de ideas, en una relacién mucho més eritica que ritual’. DESTINATARIOS Y ESPECTADORES 15 @Seti posible una coincidencia, peéctica, entre destinata- tios y espectadores? Nosotros creemos que en Italia, los grupos culeurales avanzados de la burguesfa ya pueden formar incluso numé- Ficamente un pablico, produciendo por tanto en la préctica Un teatro propio: el ceatro de la Palabra constituye enconces, cn la relacién encre autor y espectador, un hecho del todo nuevo en Ia historia del teatro. No cs seguro, por supuesto, que los propios grupos culeurales avanzat- dos se siencan alguna vez escandalizidos y sobre todo decepcionados. Sobre todo cuando los textos son abiertos, es deci, plantean los pro- blemas sin pretender resolverlos. Estas son las siguientes razones: a) el teatro de Palabra es -como hemos visto- un teatro posibilitado, solicitado y dis- frutado en el cfrculo estrechamente cultural de los grupos avanzados de la burguesia, b) representa, en consecuencia, el nico camino para el renacimiento del teatro en un pais donde la burguesia es incapaz de producie un teatro que no sea provinciano y académico, y donde la clase obrera es ab- solutamente ajena a este problema (y por tanto sus posibili- dades de producir en su propio émbito un teatro es mera~ mente te6rica: teérica y retGrica, como demuestran todos los incentos de “teatro popular” que ha tratado de alcanzar di- rectanente la clase obrera). ¢) el teatto de Palabra -que, como hemos visto, elimina toda relacién posible con la burguesfa y se dirige s6lo a grupos culturales avanzados- es el tinico que puede llegar, no por determinaci6n o por ret6rica, sino de un modo realista, a la clase obreta. Ya que éta se balla de echo unida por una relacién directa con los intelectwales aven des, Bs esta una nocién tradicional e ineliminable de la ide- ologia marxista, y sobre la cual tanto los heréticos como los ortodoxos no pueden dejar de estar de acuerdo, como sobre un hecho natural, 16 No malincerpretéis. No se trata de un evocar aqui un obretismo dogmético, estalinista o togliattiano , 0 de todos modos conformisea. Se evoca més bien la gran ilusién de Mayakovsky, de Es- senin, y de aquellos otros conmovedores y grandes j6venes ‘que actuaron con ellos en aquel tiempo. Nada de obrerismo oficial, por tanto: aunque el teatro de Palabra acudiré con sus textos (sin decorados, trajes, musiquitas, magnetéfonas y mi 2 mica) a las fébricas y a los circulos culturales comunistas, puede que en grandes salas con las banderas rojas del 45. 17 Leed los apartaclos 15 y 16 como los fandamentales de este manifiesto. 18 El teatro de Palabra, que se va definiendo a lo largo de este manifiesto, es en consecuencia también una tarea préc- tica, 19 _No se excluye que el teatro de Palabra experimente tam- bién con espectéculos explicitamente dedicados a destinat tios obreros, pero setfa, precisamente, de forma experimen- tal, ya que a tinica manera justa de implicar presencia obrera en este teatto, es la indicada en el punto C del apar- tado 15. 20 Los programas del teatro de Palabra -constituido en ta- fea 0 iniciativa- no tendrén por canto un ritmo normal. No habra preestrenos, estrenos y funciones. Se prepararin dos o tres representaciones a la vez, que se darn contemporiinea- 2B mente en la sede propia del teatro, y en aquellos lugares (fi bricas, escuelas, circuitos culturales) donde los grupos cul- turales avanzados, a los que se dirige el teatro de Palabra, cienen su sede. LOS DOS TIPOS DE ACTOR QUE EXISTEN 21 Qué ¢s el teatro? “EL TEATRO ES EL TEATRO". Esta es hoy en dfa la respuesta general: el teatro se entiende en- conces hoy en dia como "algo diferente” que puede expli- carse s6lo por si mismo, y puede ser intufdo s6lo de forma carismética El actor? ¢s la primera viccima de esta especie de misei- cismo teatral, que a menudo lo convierte en un petsonaje ignorante, presuntuoso y ridiculo. 22 Pero, como hemos visto, el teatro de hoy es de dos tipos: el teatto burgués y el teatro burgués antiburgués. De dos ti- pos son, por tanto, también los actores. Observemos primero a los actores del teatto burgués. El teatro burgués halla su justificacién (no como texto 9 Pero también el ertic. 24 sino como espectéculo) en la vida de sociedad: €s un lujo dle la gente bien y rica, que posee también el privilegio de |i cultura’ Ahora, un ceacto semejante esté en crisis: y se ve por ello obligado a comar conciencia de su condicién, a reconocet las razones que lo expulsan del centro de una vida de sociedad a los mérgenes, como algo superado y supetviviente. Un diagnéstico que no le ha sido dificil: el teatro eradi- cional ha comprendido bien pronto que a un nuevo tipo de sociedad, inmensamente aplanada y ensanchada, las masas pequefio burguesas lo han sustituido con dos tipos de acon- tecimientos sociales mucho més adecuados y modernos: el cine y la televisién, No le ha sido tampoco dificil compren- der que algo irreversible ha ocurrido en la historia del tea- tro: el “demos” ateniense y las “élites” del viejo capitalismo son recuerdos remotos. jLos tiempos de Brecht han acabado para siempre! El teatro tradicional ha terminado, por tanto, encontrin- dose en un estado de deterioro hist6rico, que ha creado a su alrededor, por un lado, una atmésfera de conservacién tan miope como obstinada, por otto, un aire de nostalgia y de esperanzas sin fandamento. Este es también un hecho que el teatro tradicional ha sa- bido diagnosticar de modo mas 0 menos confuso, Lo que el teatro tradicional no ha sabido diagnoscicat, ni siquieta @ nivel de un primer destello de consciencia, es lo que él mismo es. Se define a sf mismo como Teatro y basta. Hasta el actor mas chapucero y amanerado, frente al ptiblico més deteriorado, percibe vagamente que ya no participa en 10 Por lo menos la oficial, nacida del prvilegio de asistir ala escuela, 25 un acontecimiento social, triunfante y del todo justificado, y explica por tanto su presencia y su servicio (tan poco soli- citado) como un acto mistico: una “misa” teatral, en la que el Teatro aparece bajo una luz tan resplandeciente que acaba por cegat: ya que, como todos los falsos sentimientos, pro- duce una conciencia intransigence, demagégica y casi terro- rista, de su propia verdad. 23 ‘Veamos ahora el segundo tipo de actor, el del teatro an- ciburgués, del Gesto o del Grito. ‘Como ya hemos visto, este teatro tiene las caracteristicas siguiences: a) se ditige a destinatarios burgueses cultos, im- plicéndolos en su propia protesta antiburguesa desaforada y ambigua; b) busca las sedes en las que ofrecer sus espectd: ‘culos fuera de las sedes oficiales; ¢) rechaza la palabra, y por tanto las lenguas de las clases dirigentes nacionales, a favor de una palabra contrahecha y diabélica 0 del puro y simple esto, provocatorio, escandaloso, incomprensible, obsceno, ritual {Cul es la tazén de todo esto? Es un diagnéstico ine- xacto, pero igualmente eficaz, de aquello en que se ha con~ vertido, o simplemente es, el teatro. Es decir, EL TEATRO ES EL TEATRO, una vez més. Pero mientras que para el te- tro burgués ésta no es més que una taucologéa, que implica tun misticismo tidiculo y fatuo, pata el ceatro anciburgués ésta es una auténtica -y consciente- definicién de la sacrali- dad del teatro. Tal sactalidad del teatro se funda en la ideologia del re- nacimiento de un teatro primitivo, originatio, cumplido 26 como un Fito propiciatorio, o mejor orgiéstico. Se trata cle tuna tfpica operaciGn de la cultura moderna: por la cual una forma dle religién cristaliza la irracionalidad del formalismo ten algo que nace como no auténtico (0 sea, por esteticismo) y se convierce en aucéntico (es decir, un verdadero tipo de vida como pragma fuera y en contra de la prictica) Ahora bien, en algunos casos tal religiosidad arcaica re- vitalizada por rabia contra el laicismo imbécil de la civiliza- cin del consumo, acaba precisamente por convertirse en una forma de auréntica religiosidad moderna (que nada tiene que ver con los antiguos campesinos y mucho, por el contrario, con la moderna organizacién industrial de la vida). Piénsese, 4 propésito del Living Theatre, en la colectividad casi tfpica de orden monéscico, en el “grupo” que susticuye a los gru- pos tradicionales como la familia, etc., en la droga como protesta, en el “dropping out” 0 autoexclusién, pero como forma de violencia, al menos gestual y verbal, en resumen, en el espectéculo casi como un caso de sedicién, 0 -como suele decirse ahora de guerrilla Pero en la mayorfa de los casos tal concepcién del teatro termina siendo la misma tautologta del teatro burgués, obede- Giendo a las mismas reglas inevitables”. La religién, enton- ces, de forma de vida que se realiza en el ceatro, pasa a con- vertirse simplemente en “la religién del teatro”. Y este t6pico cultural, este esteticismo de segundo orden, convierte 11 Dionisio, 12 Vuelve a vislumbrarse aqui la figuea de Hitler, ya evocada antes en ‘este manifesto. 13 BI teatro sntiburgués no podria existe: a) sin l teatro burgués al que Contestar y arrasar (ste es si objetivo principal; b) sin un pliblico bargués al que escandalizar, aungue set de forma indirecta, al actor enlutado, drogado, en algo tan ridiculo como el ac- cor integrado, de traje cruzado, que trabaja también en ce- levisién, EL ACTOR DEL TEATRO DE PALABRA 24 Ser por tanto necesario que el actor del "eeatro de Pala bra”, en cuanto actor, cambie de naturaleza: ya no tendri que sentirse fisicamente portador de un verbo que trascienda Ja cultura en una idea sacral del teatro: rendrdé que ser sinple- ‘mente un hombre de cultura, Ya no tendrd, entonces, que fundar su habilidad cn cl atractivo personal (teatro burgués) 0 en una especie de fuerza hiscérica y mesidnica (teatro antiburgués), explocando dema- ‘gogicamente el deseo de espectéculo del espectador (teatro burgués) o engafiando al espectador mediante la imposicién implicita de hacerle parcicipar en un rito sacral (teatro anci- burgués). Tends més bien que fundar su habilidad en su ca- pacidad para comprender realmente el texto". Y no ser por tanto intérptete en cuanto portador de un mensaje (jel Tea- tro!) que trasciende el texto: sino vehiculo viviente del pro- pio texto, 14 Cosa que hacen, con mucha buena voluntad y a menudo coo buena fe, ‘odos los accores serios: pero con débiles resultados criticos. Ya que ‘tin ofuscados por la idea eautoldgica del ceacro, que implica mate flales y estilos histricamence diferentes alos del texto examinad (si fe erata de tn texto anterior a Chejov o posterior a lonesco). ‘Tend que hacerse cransparente sobre el pensamiento: y sera mejor actor cuanto més, al oftle decir el texto, el es- pectador comprenda lo que él ha comprendido, EL “RITO" TEATRAL 25 El teatro es de todos modos, y en cualquier caso, en todo tiempo y lugar, un RITO. 26 Desde una perspectiva semiolégica el teatro es un sistema de signos cuyos signos, no simbélicos sino iednicos, son los mismos signos de la realidad. El ceatro representa un cuerpo mediante un cuerpo, un objeto mediante un objeto, una ac- cién mediante una accién. Nacuralmente, el sistema de signos del teatro tiene sus cédigos particulares, a nivel eséticn, Pero a nivel puramente se- mioligico no se diferencia (como el cine) del sistema de sig- nos de la realidad, El arquetipo semiolégico del teatro es entonces el espec- tdculo que se desarrolla cada dia ante nuestros ojos y al al~ cance de nuestros ofdos, por Ia calle, en casa, en los lugares de encuentro piiblico, etc. En este sentido la realidad social fs una representacién que no esté del codo falta de a con 29 ciencia de serlo, y tiene de todos mods sus e6digos (reglas de buena educacién, de comportamiento, técnicas corporales, etc.); en una palabra, no esté del todo falea de la conciencia de su propia ritualidad. El rito arquetipo del ceatro es por tanto un RITO NA- ‘TURAL. 27 Desde un punto de vista ideal, el primer teatro que se di- ferencia del teatro de la vida es de carter religioso: crono- Iogicamente este nacimienco del teatro como “misterio” no se puede fechar. pero se repite en todas las situaciones his- roricas, © mejor, prehistéricas, andlogas. En todas las “eda- des de los origenes”, y en todas las “edades oscuras”, 0 me- dievos. El primer rito del teatro, como propiciacién, conjuro, misterio, orgia, danza magica, etc., ¢s por tanto un RITO RELIGIOSO. 28 La democracia ateniense ha inventado el teatro més grande del mundo -en verso-, instituyéndolo como RITO POLITICO, 29 La burguesia -junto con su primera revoluciéa, la revo- lucién protestance- ha creado en cambio un nuevo tipo de 30 teatro (cuya historia comienza quizd con el teatro del arte, pero ciertamente con el ceatto isabelino y el teatro del Siglo dle Oro espafiol, y llega hasta nosotros). En el teatro inven- tado por la burguesia (en seguida realista, irénico, de aven- ura, de evasién, y, como diriamos ahora, aséptico aunque se trate de Shakespeare 0 de Calderén), la burguesia celebra el més grande de sus fascos mundanos, que ¢s cambign poéti- camente sublime, por lo menos hasta Chejov, es deci, hasta la segunda revolucién burguesa, la liberal. El teatro de la burguesfa, es entonces un RITO SOCIAL 30 Con el declinar de la “grandeza revolucionaria” de la bur- guesfa (a menos que -puede que con justicia- no se quiera considerar “grande” a su tetcera revolucién, la tecnol6gica), hha declinado también la grandeza de ese RITO SOCIAL que ha sido su teatto, Asi que si por un lado ese rito social so- brevive, cuidado por el espiritu conservador burgués, por otro, esta adquiriendo una nueva conciencia de su propia ti- tualidad. Conciencia que parece ser del todo adquitida como hemos visto- por el teatro burgués antiburgués, que abalanzandose contra el ceatro oficial de la burguesfa, y con- tra la propia burguesfa, dirige su ataque sobre codo contra su oficialidad, su establishment, o sea, su carencia de religién. El teacto wnderground -como hemos dicho- trata de recuperar los or{genes religiosos del teatro, como mistertio orgidstico y violencia psicagégica; sin embargo, en una operacién seme- jante, el esteticismo no filtrado por la cultura, consigue que el ‘contenido real de tal religién sea el propio teatro, asi como el mito de Ja forma es el contenido de todo formalismo. No puede decirse que la religién violenca, sacrilega, obscena, desacra- 31 lizadora-sacralizadora del teatro del Gesto 0 del Grito est falta de contenido y no es auténtica, porque a veces esté lena de una auténtica religién del ccatro El tito de este teatro es por tanto un RITO TEATRAL EL TEATRO DE PALABRA Y EL RITO 31 El teatro de Palabra no reconoce como suyo ninguna de los ritos antes enumerados. Rechaza con rabia, indignacién y nfusea, ser un RITO ‘TRATRAL, 0 sea, obedecer las reglas de una tautologia sa~ ciente de un espiritu teligioso arquevlégico, decadence, y culeuralmente genérico, ffcilmente integrable por la bur- guesia a través del mismo escdndalo que quiere provocar. Rechaza ser un RITO SOCIAL de la burguesia; es més, ni siquiera se dirige a la burguesia y la excluye, cerrndole la puerta en las narices. No puede ser el RITO POLITICO de Is Atenas aristoté- lica, con sus “muchos” que eran pocas decenas de miles de personas: y toda la cindad estaba concenida en su espléndido teatro social al aire libre. No puede enfin set RITO RELIGIOSO, porque sti nuevo medievo tecnolégico parece excluirlo, en canto que antropo- Idgicamente diferente de todos los precedentes medievos. Dirigiéndose a destinatarios de “geupos culturales avan- 32 zados de la burguesia”, y, por tanto, a la clase obrera més ‘consciente, a través dle cextos fundados en la palabra (puede que poética) y en temas que podrian ser los tipicos de una conferencia, de un mitin ideal o de un debate cientifico, el teatro de Palabra nace culeura, y acta cotalmente en el ambico de la Su rito no puede entonces definirse de otro modo que RITO CULTURAL, 32 Para resumir entonces: El ceatto de Palabra es un teatro completamente nuevo, porque se dirige a un nuevo tipo de piblico, dejando de lado del todo y para siempre al piblico burgués eradicional. Su novedad consiste en ser, precisamente, de Palabra; es decir, en oponerse a los dos teatros tipicos de In burguesta, el teatro de la Charla 0 el teatro del Gesto 0 del Grito, que son reconducidos a una unidad sustancial: a) por el propio piiblico (al que el primero divierte y el segundo escandaliza)s b) por el odio comiin a la palabra (hipécriea en el primero, irracional en el segundo). El teatro de Palabra busca su “espacio ceatral” no en el ambiente, sino en la cabeza. ‘Técnicamente tal “espacio ceatral” seré frontal: cexco y actores ante el piblico: la absoluca igualdad culeural entre 33 e808 dos interlocutores, que se miran « los ojos, garanciza una real democraticidad también escénica. El teatro de Palabra es popular, no porque se dirige di- recta 0 retéricamente a la clase trabajadora, sino en cuanto se ditige indirecta y realistamente a través de los intelec~ tuales burgueses avanzados que son su tinico ptblico. El teatro de Palabra no tiene ningtin interés espectacu- las, mundano, etc.; su tinico interés es el cultural, comtin al autor, a los actores y a los espectadores; que, por tanto, cuando se retinen, cumplen un “rito cultural”, (Texto publicado en la revista “nuowi Argomenti", 1° 9, enero- marzo 1968 en Roma, bajo el tudo “Manifesto per un nuovo te- atro”) 34 PROLOGO. Hombre: He muerto hace poco. Mi cuerpo pende de una soga, extratamence vestido. Acaban pues de resonar aqui mis tiltimas palabras, © sea: “Por fin alguien ha hecho un buen uso de la muerte" Si, éto es lo que he dicho, antes de balancearme ahorcado, ataviado de manera realmente abominable. @Echar un viseazo atrés -como un flash-back- sobre los tileimos hechos significativos, y tipicos dle mi vida? Es lo tinico que ahora me interesa hacer: pero como un escritor de memoriales y de aforismos (a causa, es probable, de la excesiva sabiduria de la muerte) Bien, pues: este hombre que os habla colgado de una soga, ‘con el pescuezo roto, y frio ya, hha sido lo que se dice un hombre como todos los demés. No ha sido ni un poeta, ni un loco, ni un miserable, ni un drogado. 35 Y ha estado, con todos los demiés, de parte del poder (del poder que uno ciene, 0 del que tan s6lo participa no tiene importancia) ;Pertenecer a la parte del poder, adle- més, en absoluto significa ser un hombre partidistal Por el contratio, quien acepta ser un tranquilo, andnimo, respetable detentador atin de una minima parcela de po- der, desea, con instinto animal, que su existencia y la ajena in opciones y sin pasiones. sea gris, En la érbita del poder esté pues la libertad (que es Ia libercad més verdadera: jla misma de los ani- males!) del que no tropieza con su propia existencia. Si, yo he sido realmente libre ¢ independiente porque he aceptado sin reserva alguna que existe el poder, y me he adaprado a ello, con codo el conformismo necesario, y como hombre normal, he eratado de vivit mi parte de él Nada de grandezas: s6lo he sido un burgués medio. Para completar pues el cuadro, debo afiadir que en absoluto he sido conformista para hacer buen uso del poder: jno, no! He sido precisamente de esos que, en su libertad, no han conocido ni amor, ni caridad, ni demas dificultades de la conciencia (Pero la paz deja huellas sangrientas como la guerra. cra monstruosidad escenifica sus espectéculos en lugar de las matanzas. 36 iY cudnta paz en este valle entre los Alpes y el mar!) {Por qué entonces he podido vivir en paz en un periodo de paz del mundo? {Una pregunta absurda, la que me hago, después de lo que he dicho hasta ahora! Bien, yo he sido en vida un hombre Diferente: esa es la razén por la que me he preguntado cémo he podido vivir en paz, de parte del orden. Bs simple: ocultando a mi mismo y a los demas mi Diversidad. ‘Que jamds ha sido examinada, comprendida, aceprada, discutida, manipulada. Ha permanecido virgen tal y como vino al mundo, conmigo (0 con mi infancia). Y por tanto se ha limitado a actuar @Se puede actuar antes de decidir? ,O sin decidir? Si He examinado, comprendido, aceptado, discutido, mani- pulado mi Diversidad s6lo pocos minucos antes de morir: ¢s decir, en el tiempo necesario para quitarme, de modo ejemplar, la vida. Repito entonces que si mi vida hubiese sido un espectéculo, no habrfa sido yo quien me encontrara ante el drama, debido, por tradicién, a un concraste Bl flash-back de los iltimos sucesos de mi tragedia no podrian haber sido drama o dilema, repito, més que para la conciencia de un posible espectador. Y he aqui ahora cudles me parecen, de muetto, los tétmi- ‘nos de este dilema (que ningiin espectador queria aceprar, y se defenderia de él desaprobando, y silbando, 0 incluso llamando, podeia jurarlo, a la Comisarfa). {iene la Diversidad derecho a permanecer siempre igual a sf misma? ZA no ser, en ese caso, més que evidencia de escindalo? {No debe, mas bien, convertirse en otro escdndalo? Qué es al fin y al cabo la Diversidad cuando no se enelva ella misma diferente de sé ‘mas que un mero término de negacién de la norma? ZY por tanto parte de Ja propia norma? Y, lo que importa, qué debe hacer el que es Diferente? Negro, judio, monstruo, gqué se te pide que hagas? ~Reconstruir en tf la realidad haciéndola de nuevo real? (Progresar tii también, desobedeciendo, no slo a las leyes de la norma, sino también a las de la Demencia? O bien... adebes en cambio aceptatla -aceptarla tal y como ce la has encontrado? ENo tienes otra cosa que hacer, Diferente, més que per- derte, para asf reencontrarte? eDebes aceptar el odio racial como si esa aceptacién fuera tu razdn de ser en el mundo, si, privado de simpatia y de derechos humanos, puedes asf sancificarte a tf mismo y al mundo? 38 Bah, no he logrado responder a estas preguntas mas que de manera confusa, repito, unos instances antes de ahorcarme, Pero si lo que mi muerte vuelve significativo de mi existencia -lo digo una vez més- fuese una representacién, creo que a los espectadores,, mis enemigos, que quieren defenderse de mi, les diria: "Os lo ruego, sed como esos soldados que han entrado los primeros tras las alambradas de un campo de concenceacién... Y alli sus ojos... jAh, os lo ruego, sed j6venes como ellos!” Eso es todo. Y ahora, que os divirtiis 1 EPISODIO -y te haré? fe gusta: como le gusta al enfermo conocer su mal. Nos queda toda la noche para hacer lo que deseo. blemos ahora con calma de tu cemblor... 4 Majer Pero es que yo no sé decirte mas que tiemblo. Y ello fusca mi conciencia: sé bien que si la gente del mundo tras las paredes de nuestra casa, pudiera ver. Pero la gente del mundo no verd. Y por ello me siento profundamente feliz, Hombre 2¥ en qué consiste esa felicidad? Mujer En saber que nadie sabe lo que deseo. Hambre Pero lo sé yo. Mujer No, tti tampoco sabes lo que deseo: no debes saberlo, porque serfas para mf un estorbo. Yo necesito estar sola, ‘Asi como yo soy un autémaca es mi deseo de perder toda voluncad, asf t no eres més que el medio que he encontrado, no sé cémo, no me importa cémo, para realizar, en soledad, mi deseo. gAcaso acompafia alguien al ahorcado o al crucificado? EL mundo de la victima y el mundo del verdugo son mundos separados, de soledad. Yo no existo para ti, ti no existes para mf, Y ello acrecienta atin més mi felicidad. Hombre Y, en efecto, la raz6n por la qui es que no eres para mf més que una cosa. No me reconozco a mi mismo en nadie més. En esta ausencia de codo amor se ha ocultado mi amor de muchacho nacido en un mundo. Mujer ‘Ti podrias ser sélo el medio de mi muerte, ‘no mi asesino. Y en cuanto a ser mi marido, lo eres para ese mundo... en que hemos nacido, Hombre ‘Tras haberte matado te olvidaria, regresarfa a los pastos como una bestia, en otro dia, bajo otro sol -del que tendrfa experiencia por vez primera, ya que toda experiencia pasada carece de valor. Majer Podrias pasar junto a mi cumba sin reconocerla, Mear allf cerca. Pero eso s6lo aumentaria la felicidad por la que tiemblo. Hombre Cusnras veces me has contado cuindo emper6 todo ésto. Cuéntalo luna vez més, esclava. Mujer jLo sé, lo sé! El placer de ser humillado no conoce fondo: sobre todo cuando nos consideramos inocentes. podria matarce 43 Hombre - Eneonces, esclava, eras una nifia Mujer Si, poca cosa ya entonces, Hombre Bras mis rubia que ahora? Majer ‘Sf, como un angelito de los recordatorios. Hombre ‘Dime antes: zdénde ocurria todo eso? Mujer En cu mismo pueblo. Hombre , {Un pueblo eno de caminos de polvo: de esos duboles que ya no existen, las moreras? ja maleza alta, doblada por la Iuvia? os reinantes sobre horas, 2 cerros con I [Donde las espigas de crigo eran segment digamos, de profugos que habfan cruzado la Dalmacia y Cataluiha, desde regiones bafiadas por el mar? 2Y donde, finalmente, las campanas temblaban como nidos de serpientes bajo tierra, o los caserios se hundian entre un sauce y una acacia, y en medio, verde, fillgida de sol, la morera? Mujer Si Hombre @¥ qué decia la gente? 44 Majer Era cu propia gente. Hombre Asi que, entonces, no hablaba... Majer Oh sf, sus voces lo Henaban todo. GEL sol baftaba los canalones azules de sulfato? 20 las tapias sobre los estercoleros? Y esas voces tefifan de paz la angustia, tranquila, del dia. {ba avanzando poco a poco el ocaso, especie de mosto de otros planeras, con su tinte rojo denso como una pasta divina? Pues bien, esas voces, extratiamence alegres, surgian por donde el campanario o el caserio de la carretera. SIN EMBARGO NADIE HABLABA. Al fin descendfan los atardeceres, Ilegaba el coque de queda azul oscuro sobre la nieve, ceniciento y caliente sobre las amapolas- y esas voces, cantando incluso, brotaban de los jardin- nes, ifigtirate!, de los jardines, y no de naranjos y limone- sino de grandes encinas y de hierbas medicinales, con alguna que otra dalia SIN EMBARGO NADIE HABLABA. Hombre Mi gente, la verdad, era algo distinta. Vivia en una ciudad de provincia. En los soportales de una lonja, esas voces resonaban a lo largo de restaurantes conocidos por forasteros y 45 trarantes de ganado, SIN EMBARGO NADIE HABLABA. ¥ habia, en lo alto, un castillo donde, junto con las de las golondrinas, resonaban las voces de los nifios y de las nodrizas, agudas y como rofdas por la excesiva luz serrana -SIN EMBARGO NADIE HABLABA. De noche en la placita frente al palacio del Ayunta- miento, donde Venecia 0 Turin 0 Bolonia fueron capitales imitadas en pequefio y en sublime, las voces salfan de los cafés abiertos hasta tarde, si era verano, 0 encre los chirtidos desolados, si era invierno, de los diltimos tranvias (y no olvido las voces atronadoras de los pequefios cines de barrio): PERO NADIE HA- BLABA, Majer Tanto si las voces se modulaban como en un medievo riistico, cribado por el buen sentido del Diecinueve, como si se expresaban en lengua (una lengua mal adopeada), de éto no hay dudas: NADIE HABLABA. Hombre 2 en la familia? Majer Era como en la euya Hombre {Un padre que abria la boca para emitir asquerosos so- niidos de mando, hosco como un viejo soldado por culpa del vino y de la media pobreza, Y NO HA- BLABA? Una madre, inconsciente y lejana como un pajarillo, que abria la boca para defenderse o lorar ‘0 protestar inoportuna -Y NO HABLABA? Majer Si, mas o menos asf. Mi padre era guapo aunque anciano, y abria la boca para decir cosas dichas a su vez por sus padres, ordenando a la nifta con dulzura, al nifio con respeto -SIN EMBARGO NO HABLABA. Mi madre segufa estando enamorada de él y abria la boca para decir cosas de casa y comida, en un Ienguaje hecho para ellos dos -SIN EMBARGO NO HABLABA. Honbre Nadie en ese mundo tenia algo que decitle 4 otro: y sin embargo era un puro resonar de voces. ZY tG cémo aprendiste a hablar? Mujer Escuchando esas voces. Hombre Pero {te decian algo? :¥ qué era? Mujer Oh, no, eran s6lo voces. Ellas, es cierto, decian mi nombre, ¢ indicaban todas las cosas que nos rodeaban y nos hacfan falea, en ese mundo: PERO NO HABLABAN. 47 Hombre {Qué has aprendido entonces? Majer ‘A tener una vor. Hombre Y yo cambién. Y yo también Pero en el alma, mientras, qué nos ocutria? ‘TRATABA DE INTRODUCIRSE LA PALABRA NO DICHA. Mujer ‘Si, también en mi: pero nunca he sabido pronunciarla. Hombre Qué divino eta ese silencio Ileno de voces. Majer ‘Donde no era necesario conocer. Hombre Donde, pues, bastaba con unir tu propia voz ‘que no hablaba, con las voces de todos los demés, en la luz de una mafiana, contra las paredes rojas levantadas sobre el primer rocfo a la luna por el sol. Majer ‘Alli nos comunicébamos entre nosocros haciendo algo. Hombre Hunos y Longobardos habéan hecho un templete de la mas dura y blanca de las piedras; los Eeeuscos habéan bacho una cumba de toba con sexos rosas, 48, Mujer Mi madre hacfa pollo con salvia, y tortas de harina amarilla, bajo la ceniza. Hombre Un padre Aacfa su recortido a la oficina; otro padre rebacie el tejado con tejas nuevas; otro mas Aacia marchas con los soldados. Y asi se comprendian entre ellos. Mujer ‘Las viejas esclavas de Venecianos o Piamonteses del Estado Vaticano, hacéan conjuros, contra el cielo que geuffa, con ramas de olivo. Hombre Los trenes corrfan en paz. Iujor Recuerdo el ruido de los bidones de la leche, contra los manillares de las bicicletas, mezclados con cancio- nes. lambre Ensefiéndonos a no hablar, ‘esto es 1o que han hecho con nosotros. lujer Personas asfixiadas por la alegria de la vergiienza, lombre Siempre la misma. ujer Siempre la misma, claro, como siempre es el mismo el olor del semen masculino, al que esté ligada, “y que nadie sabré jamés describir. 49 iv yo soy como el primero en el que has advertido ese 1" é Mujer Sf, un padre, como él. Un duefio de la vida. Hombre (Bra puro? Majer ‘Si, porque era como su padre. Y yo quise que fuera un simple animal {que me comiera, con su alienco que olfa a cigarrillos (los primeros) y su piel a buen jabén. Pensaba que yo no comprendia que él ocultaba su prisa | porque sabfa que el destino estaba con él Y, deseando destronrarme, . como puede hacerlo un adulto con una nifia, sabia, sabfa bien, que no provocaria ningéin escindalo, que no violarfa nada. ;Pero yo no! Al contrario, su paz en la ley y su hambre, fran para mf el medio para conseguir, en cambio, escéndalo y violaci6n. Quien posee es inocente, quien es posefdo es culpable. Hombre 2Y le mirabas los pantalones? Mujer " ‘Si, pero él consideraba mi mirada 50 tun derecho suyo y una cietna, ingenua debilidad mfa Se daba cuenta con paternal ironia. ‘Ademés, sus pantalones eran los que se llevaban en aquellos afios, sin coqueterfa masculina alguna Pantalones de quien trabaja y obedece Hombre 2Y les mirabas también a los otros los pantalones, tan imptidicamence llenos de pudor? Majer Sf, los miraba, Alli estaba la promesa de mi vergiienza, esa hermosa promest que nos hace supervivientes, ebrios de Ia plicida felicidad de seguir viviendo. Alli estaba el nido, donde primero anida el padre y después el hijo. Y la mujer calla, 6 canta en sus quehaceres, en las largas y grises mafanas, en las sobremesas Hlenas can s6lo de sol. En un pueblo cercano al cuyo (en el anfitearro de esos mismos Prealpes) habia un mizador, que daba a un sendero en sombra, 'y@.un valle inundado de luz, con su Quiero decireelo, por milésima vez. ‘Avese mirador acudfa un hijo de vecinos pobres, pobre era también su leza, pobre el rubio de sus débiles cabellos, ‘pobres sus ojos lacrimosos de gato, pobre 51 Ja vida en su cuerpecillo de nombre Mirco. A diario venfa, y yo le ataba a los barrotes del mirador. A diario él loraba. ‘A diario yo le deca que le retendria alli, y que nunca volverfa a yer a su madre. El corazdn se me ponia duro, como un miembro: y 4l lloraba abriendo su boca ridfcula de pobre, bafiéndose en légrimas. Altededor flotaba el verano, suspendido en la luz del rio de ese valle que no recuerdo més que por su luz, por su luz que daba forma al silencio de las vidas que pasan. Era una proteccién en la que se deshacia Ja proteccién del regazo materno y la de los brazos del padre; tevelando las inmensidades del mundo, al que ese inmenso valle, con su luz, pertenecta. Majer También en esta habitacién hay esa inmensidad, 52 I EPISODIO “Mujer Qué quieres hacerme? Hombre Atarte las manos. Majer “Pot qué?... “Hombre Para que pierdas una libertad... ¥ conquistes otra: Ja de estar en mi poder ‘Asi te vengas del mundo, y tiemblas de una libertad que te ahoga de £020... | Majer {Me ahoga de gozo, quizés, porque me quedo sin escapatoria? Hombre Si, aceptando que ests en mis manos. “Mujer a ese aceptar, 0 mejor desear Jo que no podria evitar, aumenca atin més mi gozo? Hombre Si, como todo lo que se repite. 33 Majer 2¥ qué harés después? Hombre “Te ataré cambién los pies, para que ya no puedas levantarte y moverte. Para que estés como una bestia atada, con la frente baja, con la boca Ilena de saliva, con los ojos brillantes de graticud, de acuerdo, por bestial dulzura, con su amo que quiere macarla, Majer eY qué hards cuando esté atada? Hombre Nada -en unas horas. tal vez en toda la noche. en muchas noches seguidas Nada, Baseard con que estés atada, sin cu libertad, y s6lo con la libertad bestial de cu ser feliz. ‘Majer ‘Me dejards desnuda? Hombre No del todo, Quiero que sientas, ‘para cu vergitenza, que yo siento vergiienza por ti ‘Majer 'Y cuando esté asi, medio desnuda, gqué me haris? Hombre Por mucho tiempo, asf como eG guardarés dentro de ¢f 34 la felicidad de estat atada, asf yo guardaré dentro de mi la felicidad de haberte atado, Serd un sentimiento convulso, no falto de ironia: y si bien no se transformard atin en una ereccién, se depositard como un tormento placentero en mi vien- tre. Mujer €¥ aguancarés asf muchas horas? Hombre ‘Muchas horas, te lo repico, tal vez coda la noche © muchas noches més: debemos prever, ante nosotros, un tiempo ilimitado, porque esto no es un juego. | Majer 2¥ no me tocaris? Hombre iNo! Como no me cocaré a mf mismo, reservando también para mf una obligacién que no se puede trans- gredir. Tid atada, y yo duefio de ti, asistiremos a mi prepotencia, oculta en los pantalones tigidamente abrochados... Ilenos de pudor. Poco @ poco una mueca indefinible, pornogrifica, se dibujaré en nuestros rostros: Ja tragedia no excluye el ridiculo. Bromearemos también, un poco, como si... esto fuera un juego... Pero ay de tf, como te atrevas a it un poco més lejos que una ridicula sonrisa de gula por lo que te esté prohibido hasta lo insoportable. Injer Y al final de todo este tiempo, cuando ti, no yo, 55 decidas que ha Ilegado el momento... Hombre ‘Me concederé el placer de castigarte... Majer (Por qué razn? Hombre | Por tu pasividad, tan inhumana que te despoja de toda dignidad; o bien para compla- certe, porque la mueca que deformaré tu cara fingiendo el ceo de una herofna inocente, ‘otra cosa no quiere; o bien, por eu debilidad, ante la cual mi violencia, ingenuamente, no sabe resis- tin | Majer, ZY cémo me castigarts? Hombre Humillando, ante todo, esa conciencia con la que finges ser obediente, sélo obedience Majer 2 cmo la humillaris? Hombre Me descubriré, pero de manera que ei no veas, obligandote a patadas a que te des la vuelea: luego me subiré sobre tf, con descuido, sin ganas, con esttipida ¢ inocente brutalidad; después me apartaré de cf sin derramar el semen, ;As{ comprobaris que la cuya es obediencia, s6lo obe- diencia! 56 Mujer 2 después? Hombre Después te volveré a dar la vuelta a patadas para que vveas bien: me ocuparé un poco de mf, yo solo, mirandote, para mostrarte lo que te has perdido; y, atin sin haber derramado el semen, me volveré a encerrar en los pantalones. enos de pudor... Mujer 2Y seguirds dejéndome atada, a la espera de tus nuevas voluntades? Hombre ‘Oh, creo que encontraré en seguida un nuevo prevexco: para castigarte -y no por tu mansedumbre- sino por tu complicidad. Mujer @Mi complicidad? Hombre Si, cu complicidad. Entonces te castigaré como el marido castiga a su mujer puta Miger {Con puifietazos, con patadas? Hombre Con puitecazos, con patadas, queria. Pero como veo en ¢f la mueca que vuelve a dibujarse, hipécritamente en tu cata de nifa calculadora... 37 te aclararé que serin pufietazos y patadas de verdad; y, pot si no bastaran, te colgaré de los brazos, ‘a una viga del techo, y recurriré a Ia correa. Majer 2¥ dénde me azotaris? Bn la cara? ¢En el vientre? Hombre Donde caiga, y, te lo repito, no ser un juego. ‘Tu cuerpo sangraré, y colgars. El dolor te hard olvidar el placer del dolor. El fin que deseabas lograr deseeuira tu deseo. Entonces, querida, ya no cendré cémplices: estaré solo, como ti ahora, que me utilizas como un medio. "Td serds cl medio: un cuerpo sin consciencia. Majer 2X todo, asi, habrt terminado? Hombre “Tal vex, o tal vez no. Terminaré, si sobre tu cuerpo magullado ‘que ya no sabe nada, yo, al fin, me libero, como en un acto descuidado y banal, de mi semen hasta entonces recenido. Si en cambio atin tengo la fuerza de retenerme... continuaré Majer a cémo? Hombre ‘Te haré volver en tf, curdndote lo necesario para que puedas volver a abrir los ojos y comprender. Majer gAbrit los ojos sobre qué, y comprender qué? 58. Hombre Puede que esta vez no ocurta, pero antes o después ocurrira. Majer ‘éQué? Hombre Iré all, y mataré a nuestro hijo mayor con un cuchillo, y al més pequefio Jo ahogaré en un barrefio con agua. Luego traeré aqui sus cuerpos, para enseitértelos, y los meteré juntos en un saco, como se suele hacer, para sacarlos de casa y arrojarlos al rio. Majer 2 ya no volveris? Hombre Volveré, clato que volveré. Pero, probablemente, no estaré solo. Majer ZY con quién volverés? Hombre Habré dado una vuelta por esos barrios, de la ciudad, donde se encuentran guardias y putas. Hoy ¢s Pascua, lo sabes: buen tiempo y dfa de fiesta. No me seré dificil encontrar amigos... entablar amistad con desconocidos.. Los traeré aqui y les diré Haced con esta puta lo que os apetezca. Majer a de qué manera? 59 Hombre ‘Te dejarén en el suelo atada, y se te subirén encima uno a uno, sin ni siquiera besarte o mirarte a la cara. Majer 2Y ellos no se desnudardn? Hombre No, seguro que se... pondrén un poco cémodos, para hacer més aprisa lo que quieran. Majer a¥ querrin una sola vez 0 més veces? Hombre Cada uno como quiera. Si alguno lo prefiere, ni siquiera lo hari. Se woatentaré con exhibirse ‘con pretender dle tf otto trabajo. Majer Cémo una petra? Hombre Si. Pero mientras esté agachado sobre ti, dentro de tf y al mismo tiempo fuera como un extraiio, tendré una expresién atenta en la cara, estaré, tal ver, tun poco implicedo e interesado: pero no te hagas ilu- siones, fen cuanto acabe, seré como si no hubiese ocurride nada. Majer a después? Hombre Se irén sin mirarte siquiera: hoy es fiesta, y se irén a sus diversiones, perdidos... en la religién de cada dia... Mujer a no dirén nada? {Ni una sola palabra? Hombre No. Majer Los perderé, pero los habré conocido, Los perderé con tetror, pero también con Ia esperanza de conocer @ ottos nuevos. Hombre AY de qué te servird haberlos conocido? Majer Del placer de contarlos, para saber cudntos hay en el mundo, ast de inocentes. La inocencia pecadora es un material precioso. Hombre 2Al que utilizar, domindndolo? Mujer No, al que envidiar: con un amor terrible. Les diré, a mis amos de pocos minutos, que se irén a sus casas, donde brillarin las primeras luces de la noche, y ellos ni siquiera se darén cuenta, “Hasta la vista”, aunque sabré que se trata de un adiés 61 Hombre Alguno entre ellos al saludarte, ser incluso cortés, La cortesfa obrera, que respeta cus pecados de privilegiada, Majer Lo que me humillaré més profundamente no ser de hecho su brutalidad -requerida y otorgada- sino la maravillosa fragilidad de su caso de conciencia, Cun dulcemente brillarsn las hnces de sus casas, en la noche, Hombre 2 no serén posibles amores? ‘Mujer jNo! Lo creeré, en cada abrazo... pero sabré, siempre, que no es posible. Cuinto amor por el joven de mejillas hundidas, de pomulos altos y frente sudorosa bajo el casco de creta, rosa, de sus cabellos cortos, que me mira con sus ojos de nitio achinados como rendijas soleadas por su timidez de obrero nacido en el Nore. Cusnto amor por el joven moreno, que sin duda viene de Sicilia, con su boca de bérbaro esclavo adolescence, perverso, pero lleno de delicadeza como una madre... Hombre ‘A todos esos cémplices despreocupados, ‘4 los distingues apenas, pero los distingues: y corpére- amente, puedes también, entonces, conocerlos (un color rubio del pelo corto; un mechén moreno). @ ¢Pero sus almas? (Sus caracteres? Cémo puedes conocerlos, si no te dicen una sola palabra, ce roman y se van (de sus voces, podris captar un susurro, una risa). Majer Pero me hablan con la lengua de su carne. Por la forma... el modo...; el tiempo... por la intensidad con que, una vez dentro de mf, hacen su larga y breve confesién; por la violencia y por la dulzura -con la infinita ‘gama que une ambas cosas, con las que me usan: por los golpes siemicos que, con los rifiones, me dan, 0 bien por sus torpes empujones; por la insinuante y por la exasperante obstinacién con que se retuercen; o bien por la tinica, larga presin; por su interés, que es absorbido por todo el cuerpo, © bien por esa tinica parte del cuerpo... que excluye ciegamente al resto... por el modo en que se consumen, hiriendo, 0 bien de- rritiéndose en liquida dulzura. Cada uno de estos actos que te he enumerado en abstract tiene infinicas variances concretas (aunque el modelo sea s6lo uno). Por ellas comprendo, sin necesidad de palabras, Jas almas, los caracteres de mis amores de pocos minu- tos. Hombre ar 6 Majer ‘Ah, nada. Yo para ellos no existo. Solo existo para th: que eres mi amo. ‘Una puta, ya lo sabes, y su chulo. Puedes hacer conmigo lo que quieras. Sigues siendo el adolescente que me dabe miedo. Hombre Bien. ‘Me ahogan las ganas de perderme, y de jugar a acabar de una vez por todas. (Enpieza a atarla) Majer La lengua que nos vemos obligados a empleat, -en lugar de aquella que no nos han ensefiado, © nos han ensefiado mal- la lengua del cuerpo, 5 tna lengua que no distingne la muerte de la vida. Hombre En efecto, querida, asfixiado por toda la vide que hay en micuerpo, me embarga la decisién de dar muerte para morir, (Enpieza a golpearla) Majer (grita) Hombre {Crefas que jugaba? (Vaelve a golpearla) Mujer (grita) 6 lombre No: todo lo que he dicho, lo haré, y esto no es un juego, sino realidad. (Lat golpea con mds fuerza, Ella grita) Yo quiero realmente matarte, yo quiero realmente morir, No despertaré de este suefio, Serd realmente el fin de todo. Cuando el mundo abra los ojos verd realmente otro asesinaco. iMi carne desea realmente la muerte! iMi polla desea realmente la sangre! 65 Ill EPISODIO Hombre eEn qué piensas? Majer Pienso en nosotros dos, que volvemos @ asomarnos a la vida. Hombre Quieres decir que ya es « con su suefio de luz... 1 alba Mujer La luz, como dices, es apenas un suefio (deers de Ja de la luna): atin puedo resiscis, Hombre Sf, pero cuando sean las ocho de la mafiana, y la vida vuelva a empezar, bajo el sol inocente... Majer Lo sé, nos encontraremos en ese paso, Lo sé, lo irreparable nos espera, y ser un momento como cualquier otto. Hombre ero zen qué pensabas? 66 lnjer En momentos como estos sienco nostalgias, como suefios que tuve hace tiempo y vuelven con forma de cosas reales. Tal vez sean sueftos de mi padre y de mi madre jAtin no tengo treinea afios! Entonces, ccémo puedo recordar aquel tiempo, aquel tiempo lejano, cuando aqui todo eran praderas, yal fondo, hacia el Po no habja més que un poco de niebla? Sin embargo lo recuerdo. ¥ recuerdo que los chopos clareaban -verdes sobre una hierba més verde. Y formaban una corona gris todeando el amor de los dulces simios campesinos que nunca miraban al cielo més que para rezac. El resto del tiempo miraban los cerruiios. ‘Asf se habjan hecho de tierra mojada y piedra blanca, con las manos juntas, 0 en el puiio un rastrill. Hacia los Prealpes o los cerros Euganeos 1no habfa més que pueblos con caserfos y palacetes por donde pasaban al sol, bajo los rosetones, en un silencio incurable los carros del mosto -o del heno- geuil era el més salvajemente, humanamente perfu- mado? Salfan las muchachas al atardecer de las primeras fibri- Y todos sabfan, a su paso, si era otofio -o si era primavera. Entre los pueblos de tierra or 68 ‘que bajaron hace mil afios de los Alpes y se asentaron allf en el Hano hace otros mil afios, se habia perdido todo rastro de barbarie, ‘También entre sus bueyes y sus pettos. Los padees y las madres, ahora ya pequefios burgueses, rantos aflos después, eran de esa tierra mojada y esa piedra blanca. e¥ c6mo iba yo a recordar las moreras, dime, si atin no tengo treinta afios? Las moreras luminosas dentro de las eras en sombra; de un verde brillante como el oro, o las moreras en fila que sujetaban las parras, tan negras, en febrero, contra los montes celestes, EI mundo era asf, recuerdo, desde pot lo menos doce mil afios: las primeras chimeneas en Monza o en Miln eran hermanas de los chopos de los campos de Cremona, La teligidn lo volyia colo igual desde antes de Cristo, y recuerdo que incluso antes se rezaba de la misma manera, en las nieblas profundas 0 en los dias serenos con el sol en la mitad de un cielo azul y frio. Puede que fuera un borracho o un fascista, mi padre, sin embargo mojaba su manaza en agua bendira: y también su mezquina esposa. iNo ha pasado una sola vida desde aquellos tiempos! El rrigo legaba hasta las primeras casas de las ciuda- des, la vida cotidiana se hacia como dentro de madrigueras -en esos pueblos consagrados a la tierra mojada y al polvo que sabe a nieve Los campos de hierbas medicinales y las casas de los vecinos eran todo el mundo -con Roma lejana, A veces acude a mi memoria ese largo suefio. 2Histamos fuera de él? En ese suefio veo el rostro de mi madre infinitamente mas viejo que su edad; el rostto de mi madre joven en su inocencia, incapaz de profetizar, como una perta. Cusinea certeza habfa en sus ojos! 2Qué me importa si esa certeza era la simple sensatez de los pequefios burgueses de aquellos tiempos? {Si ella era esclava de su condicién de esposa y madre? iEstaba todo el Hombre como lo habfa estado doce mil aftos en la certeza de es0s ojos abiertos en un pueblo entre los Alpes y el mar! Estaban Mantua y Florencia, los pequeftos pueblos junto al Po y al Apenino, la pequefia Grecia, con su polvorienta Atenas... @enfa la estacién en que tenfan que florecer las primulas en las rl Y las primulas florectan. Hombre ¢Qué quieres hacer? Majer ¢Qué quieres hacer ti? Hombre Eh, también siento tus mismas nostalgias, oo Majer Son como soplos de realidad que llegan... alli donde ha caido todo el viento. Hombre Con ellos el mundo vuelve a caer sobre nosotros. Majer Si: porque el mundo no es el mundo presente: nosotros vamos siempre un poco por detrés. Hombre Con el mundo presence... podriamos llegar a un pacto: nuestros actos se deben a él y nosotros pocrfamos compensarle, de alguna manera... Majer Pero con el mundo pasado ‘no podemos hacer nada, No nos impone ningiin acto: se limita a guiarnos y a juzgarnos. No escucha nuestras razones: pero nos guia y nos juzga con los ojos bondadosos de un sol alto en el cielo azul y frvo; la castidad de los geandes simios sevetos y justos que miran cielo y terrufio; aran y podan; cavan y vendimian; tienen buroctacias ordenadas como vifiedos; sirven en ejércitos del Rey; son esclavos del fascismo en tanto que pobres y anti- ‘gus; la historia ha pasado sobre ellos siempre igual, como una eterna nube. Ahora que todo ha cambiado, detrés de nosotros cenemos un mundo, con sus estacio- nes, 70 Honbre Y ese es el mundo, amor mio, que hemos violado -con nuestros actos de violacién, Porque aquel, no éste, merecia ser violado. Y nos inspiraba el deseo irresistible de violarlo... Pero en él, como bien dices, la misma fuerza que nos hace pecar tnos hace también no querer pecar. Aquello contra lo que blasfemamos es aquello a lo que rezamos, Majer Ta luz del sol atin tan lejano, ‘que se graba, con la de la luna, en las ventanas ‘me inspira un terrible deseo de reconstruir ese mundo. Hombre Pero el deseo de violar y violarnos volvers. ‘Majer No quiero saber. Hombre Muéscrame tus heridas... Aqui lun moratén negro, aqué una Haga atin fresca de sangre; aqui las marcas de los dientes sobre la piel nifia, eternamente nitia, Eres tt quien me ha querido culpa- ble dle estas hetidas. (Heridas tan dulces y puras cuando son ligeras y se deben al amor de dos jvenes esposos, benditos). Con estas hetidas, que hemos decidido juntos, hemos acaticiado la idea de Ja muerce... para olvidarla, He jut las marcas. Han quedado en cu piel de madre horriblemence negras y rojas. Cuil eta entonces nuestro lenguaje? Estas marcas son como los signos escritos de lenguas antiguas, muettas y jams descifradas; quiero decir, en los utensilios, en las armas; estén ahi, desentertados, a la luz del sol, sin decir nada; jy sin embargo han dicho tanto! ‘Ahora, aqui, anuaciando el sol nacience, ‘sed la luna baja que precede a la aurora justo el momento en que por fin todos duermen. Nadie, querida, nos acompana. Para desciftar estos signos estamos solos. Majer Oh, estos signos! Incluso un muchacho serfa capaz de leerlos, ¢ incerpretarlos. {Con a ironfa en los ojos, y la piedad que condena, i, el moralista, el puro! Hombre ‘Lo que he expresado mediante estos signos es mi deseo de mori; y t6, el de hacerme morie, Si, Yo, deseando hacerte morir, en realidad deseaba morir. Y ti, deseando morir, en realidad deseabas hacerme morit. Est la lengua del que mata y la Jengua del que muere. Ta vida es un espectéculo, pues, siempre. Yo represento -golpedndote con las manos, con la correa de los pantalones, escupiéndote, mordiéndote, retorciéndore los brazos, 72 clavando en tu carne objetos mucho més grandes que un miembro, y mucho més capaces de abrirte y violarte, aténdote como en los suefios a la cama, del techo, haciéndote poser por bandas de chicos, dispuestos y despreocupados, dejéndote en el hedor de su orina- haciendo todo eso, yo represento mi deseo de moti Y et, suftiendo a través de mf todo ésto, cambién te representas mediante la més expresiva de las lenguas. Y cuando yo he dicho: “BI deseo de violar y de violarnos volver”, he dicho palabras necias. ¢Podrfa, en efecto, decirlo mejor que mi carne que vuelve « temblar? 2Y qué queda en el fondo de tus ojos, sino una som- bra, que, més que error al so, ‘expresa el ansia ciega de otra noche? Majer Sf, estamos dando un especticulo. Hombre ‘Mi cuerpo es inequivoco. Razonemos. Si quieres resolver mi enigma, y el tuyo, escucha las palabras como puto sonido, o habito, halo de voces de ese mundo... donde nadie habla. Las propias palabras que digo, no son mds que parce de mi mirada, de mi cuerpo. ‘Aunque el dolor y la vergiienza rnos hayan hecho un poco més expertos en nosotros, y en la atroz desnaturalidad del mundo, seguimos siendo como todos los demés B que usan estas palabras como sondmbulos (© como larvas salidas de la tumba y aturdidas por el sol). ‘Nuestra carne es un enigma que como enigma se ex- presa Pero nuestras palabras, ahora, son pobres sonidos que no dicen nada més que la vida vuelve a comenzat. Y AS{ NOS HERMANA CON AQUELLOS QUE ODIAMOS. LOS QUE NO TIENEN MAS ESPERANZA QUE AQUELLA EN LA QUE VIVEN. Ahora, nosottos dos, si no estuviésemos en la vida que ¢s tan sélo nuestra, y no hubiésemos escenificado ‘una ceremonia hipécrita, oculeéndonos aqui, en un dormitorio matrimonial como en una madri- guera -y hubiésemos en cambio hecho puiblicamence reco convirtiendo Jo que hemos hecho en nuestros encuentros en auténtico espectéculo, qué espectador habria dejado de comprendernos, ‘AUNQUE NO HUBIESEMOS DICHO NI UNA SOLA PALABRA? Majer ‘Nuestra realidad no es entonces la que hemos expresado con nuestras palabras: jsino la que hemos expresado mediante nosottos mismos, utilizando nuestros cuerpos como figuras! Yo como victima, «4 como verdugo. Victima que quiere matar, et; verdugo que quiere morir, yo. Hombre Pero tii sabes que esta mal. “ Majer Lo sé. Hombre La noche esté 2 punto de acabar; una especie de velo helado ofusca la luna: sefial de su fin, Majer Pero {cémo podremos liberarnos nunca de este mal si es tan infinitamente mas hermoso que cualquier bien? Hombre ‘Nuestra realidad -ahora ya lo sabemos- somos nosotros mismos: y a cravés de nosotros mismos la expresamos. Cada vida nuestra no es sino un ejemplo, que habla: mientras que las palabras -ésto también sabemos- son nosotros mismos sélo por su sonido y por una parce, inefable, de su sentido. ‘Al no ser nosotros mismos, no son la realidad: las palabras de la lengua no son entonces ‘mas que instrumentos del suefio: de manera que el mal es la realidad, el sueio el bien. Majer eQué quieres decir con eso? Hombre Sélo dejando de ser lo que somos -que, en lo que nos concierne, est mal- es decir, dejando yo con mi vientre, ta con el tuyo, de usar el lenguaje de la carne- podemos recuperar el suefio: salvarnos 5 ‘Majer Olvidas que siempre hemos vivido fingiendo que sofidbamos: nuestra casa, nuestros hijos, tu trabajo, mi repucacién. Hombre Precisamente: no tenemos la fuerza de vivie nuestra realidad: ella nos ha hecho esclavos. AY de qué sitve vivitla, si es esclavitud? hos avergonzames de ella, en efecto. Sabemos que esté mal... ‘Nos situamos junto a los demés -que, si supieran, nos juzgatian- ;juzgindonos en su lugar! Es cierto que el espectéculo que ofrecemos es a puerta cerrada, Peto, como espectadores de nosotros mismos, nos condenamos. Y asf seguimos, dia a dfa, viviendo la libertad de la vergtienza pero con la vergtienza de los esclavos. Majer ‘Comprendo: hablas de la hipoctesia. Hablas del sentimiento de culpa. Hablas de la contradiccién de nuestra vida: pequefios burgueses en el suefio que es el bien, de dia, réprobos, en la realidad que ¢s el mal, de noche. Pero de no ser asi, gen qué consistiria nuestro placer que nos hace cemblar al mero pensamiento de la sole- dad? Hombre ‘Ab, no te hagas ya ilusiones. Majer {De qué? 76 Hombre ¢Lo quieres saber? Majer dla decisién de saber podeia dividienos? Hombre Si me lo preguntas, zpor qué lo temes? Mujer Lo temo por t. Hombre {Qué es lo que cemes? Majer Que tii no tengas miedo de saber lo que yo tengo miedo de saber. Hombre Algo me habla: y no puedo dejar de ot Majer {Te habla... mediante palabras 0 mediance realidlades? Hombre Al igual que antes me ha hablado la lengua de la carne (los jeroglificos tan ficilmente descifrables de las Ilagas y los moratones en tu cuerpo), asf ahora, con su lengua, me habla otra realidad: igualmente pre- sente. Majer Si est, forma parte de mi. Hombre Lo sé, no quieres saber: y ello nos divide. Majer No quiero saber. Hombre ‘Ah, pobre cémplice, mira, mira hasta dénde llega el mundo. Aqui -donde este cardenal mas negro que azul, parece ser el signo de nuestro lenguaje mds secreto- ‘mira lo que apresuradamente te has puesto, como avergonzandote: un par de medias. La mamé inocente se ha tapado. Si entonces he descifrado ya lo que quiete decir el mo- ratén en tu carne, ahora descifro las palabras de esta media, que es td. 'Y esta media me dice, de ef, una noche... en comin con una horda inmensa de hombres... una noche, cuando las primeras luces se encendian, y tal vez acababa de dejar de lover... ;Dénde estaba ‘esa merceria? {Entre charcos rosados? Y mira, mira aqui: entre el muslo y el vientre (en el pliegue que tanto habla nuestra lengua de puercos, oscura como una religién) mira, mira este liguero. ‘Te lo compré yo, temblando, Pero me encontraba en una tienda civili- zada, con una muchacha que sontefa, y cientos de personas que caminaban por la acera: sonaban sirenas, y campanas. YY luego, estas braguitas: las esclavas del tiempo. 2Qué dicen? Dicen que eu vientre que es muerte tan gozada que, con sélo decir esta palabra, me duele dulcemente la carne del mfo 78 -idicen la ideologia de la muerte! Si en efecto en ti, en tu carne, madre, quiero mori, y esta muerte es furia- las delicadas braguitas, producto de la ciudad, que esté alrededor y dentro de nosotros, dicen que no s6lo ta, sino todo el orden del mundo esté protegido y auspiciado por la muerte. 'Y nosotros somos en efecto gentes de orden, ;n0? Has pensado jamés en subvertir el orden, ei? No. Y estas braguitas lo dicen mucho més claramente que ti. (Qué amor tan abso- luto, en efecto, por su caducidad, por su miseria! Ta enagua: la enagua de seda, bastante buena, segtin las posibilidades de nuestra mediana riqueza, aquf esté, cubre las marcas atin rojizas de mordiscos y latigazos. ,Dénde esté la verdad mis verdadera? 2En lo que dicen estas marcas de sangre ‘0 en lo que dice esta marca de seda? Las primeras dicen lo que deseamos, Ja segunda lo que aceptamos. Majer 2Qué es lo que aceptamos? Hombre Aceptamos un pacto por el que podemos hacer, después, lo que deseamos: como diré mas adelante. Mujer De la doble cosa que soy, parte la quiero saber, parte no la quieco saber. Hombre No puedes. He aqui, si desde la falda voy subiendo 79 hacia atrés, dénde me Ievan los pensamientos que de ello nacen... Recojémonos un momento: jeudnta miseria en esa cela, cuyo color, por alguna poética razén, tanto nos gust6! 3¥ hemos contado con él para un placer dominical Compartido con todos nuestros coetdneos en la enotmidad de los dfas de verano! Cuinta miseria, ¢no? {No se te encoge el conse6n? Este de la misetia que enternece es el primer paso. Después, piensas que esta miseria, injustificada y tan desgarradora, no es més que el fruto de algo labil, cuya aparicién es tan irrisoria en este mundo... Tu dignidad esté entonces protegica por esta conmove- dora nada, SE TRATA DE UN HABITO A LA MUERTE. ;Ast pasa el tiempo de esta falda, ast se destife para siempre su color de fiesta! Pero zquién nos clava este pensamienco de muerte en el corazén? @Mediante esta falda ue nos resulea tan querida en estos dias? Majer Nadie. Hombre ‘Nadie, en efecto, que posea un rostro 0 un cuerpo. Pero es algo que con la muerte tiene tan estrecho parentesco ‘como para ser una sola cosa con ella: gel pasado? gla experiencia de los padres? ¢La religién? ‘La moral comin? Digamos: Ja autoridad. La aucori- dad. 80 De ella esta falda recibe su origen Y en efecto ella, al ser también toda la riqueza, fos hetmana con millones de ciudadanos. Es una fraternal y cOmplice pasién, y necesidad, Ti, al ponértela, tras haberla amado y comprado, etes también lo que ella es. , Ella es la bandera de muerte del poder. jHe ahf pues lo que aceptamos! La ciudad con sus hombres sagrados, que nos bendicen, con sus hombres poderosos, con sus hombres armados, con sus normas, y con su norma de las normas: que hace del amor de los demés pureza, del nuestro culpa. Mujer ‘Comprendo: de la doble cosa que soy, til quieres que escuche lo que es més fuerte. Pronto repicarin las campanas del mundo antiguy. Li luz asquerosa de la luna -que ahora deja el cielo a la aurora- somos nosotros mismos surgidos del infierno. para rezar, arrepencirnos, regresar al orden. 81 IV EPISODIO Mujer Hay luna, y oigo les voces Pain de los relevisores lejanos mezcladas con su silencio como una sola cosa. Hombre Es primavera, ya avanzada.. Majer fife das cuenta? La ventana esté abjerca: pero nada se mueve aqui en la habicacién. Fuera y dentro, inmévil, hay la misma tibieza. Hombre ‘Ay, me duele un poco en el higad... Majer 'Y yo tengo mi dolor de siempre en las sienes Hombre a {Te has acordado de la pastilla y el vaso de agus Mujer Si, estén en la mesilla, con las flores. Hombre , Qué lees esta noche antes de dormirte: 82 Majer Los nifios han arrancado las tapas. No recuerdo el titulo y el autor. Trata de profecias de profesores, Hombre Nuestros hijos las vivirén, Majer En paz. En una paz peor que cualquier guerra Hombre Del pasado sélo recuerdas la paz: y en efecto en paz viven los campesinos, y campesinos son codos los hombres del pasado. Ese pasado que nos parece feliz: vigilia del nacimiento de dos gusanos infelices. iVemos tanta maravillosa paz en el futuro, Porque nosotros hemos perdido tanta! Mujer Somos gente de bien, ahora, con su dolor de cripa, Pero yo no amo la paz... ‘Me aterra, como un suefio en el que codos saben lo que deben hacer, ‘menos yo. lombre Asf como los campesinos cultivaban en paz sus campos, encerrados en una barrera de montes color del cielo, en esa larga vigilia que te decia, as{ también nuestra nueva raza quiere trabajar en paz. Ser y trabajar aunque sea de modo tan diferente, 83 segiin las nuevas profecfas- cumpliendo contemporine- mente millones de gestos iguales, como un tito. En paz, sf, en paz. Y nosotros dos, en la paz de los demés. Majer Pero a mf me parece que en esta paz se cometen estra- 05, y que hay un olor a incendios tras el olor del sol Hombre {No estés contenta? El especticulo que damos fgno es acaso un especticulo de paz? No hay espectadores. Pero si los hubiera leerian hoy en los signos vivientes de nuestro cuerpo, la historia de un marido y una Mujer que se van a dormir miencras asoma una antigua luna, ‘con su buena voluntad, en cl honor de la ley, y el orden, Ileno de su gracia. Majer Serd esta maldita primavera... Hombre (Me encuentras especialmente... pilido de cara? Mujer No me parece. Hombre - Vivo en el terror: veo el rosa de mis ufias ran desvaido, Majer Pero ce has curado. Hombre Desde cuando -después de esta Pascua- he visto cmo se me puede morir el cuetpo, cémo te caes al suelo, en tu propio vémito, con Ia cabeza atravesada por un calor que anuncia el desmayo -cémo sucede a COSA. Majer Te has cuidado, y ce has curado. Hombre Eh, pero tu cuerpo se ce sigue queriendo morir, més all de cus cuidados, y de cu voluntad. Bs un proceso irreftenable, que comienza, a traicién, con la cara que palidece y las manos que tiemblan... jLa tinica defensa, figirate, es decidir no pensarlo! Dime... catin no lo sientes mover en tu vientre? Majer No, atin no. Hombre aa nacer el mejor de nuestros hijos.. Pero ahora debo dormir. Maiana tengo un dfa de mucho trabajo. En el nombre de Padre, del Hijo y del Espfritu Santo. (Se duerme) Majer {Sabes qué significa vivir un suefio? Lo que tii no eres, eres: y, cada noche, lo frecuentas, 85 Esté bien, expliquémoslo codo, tiiy yo, ahora, después de nuestros hijos. Pero si los origenes de Ia raz6n estén en el tiempo, su limite esed en la profundidad. No quiero llegar a ese limite. Quiero si acaso retroceder en el tiempo, a donde pueda sofiar que soy como mi padre y mi madre. No quiero saber otra vez que un inocente puede inspirar horror. Pero si duermo, gqué suefios tendré? {Los del pasado reciente o del pasado lejano? ‘Aunque, luego, yo sepa que también en el pasado lejano. también entonces: ‘en los tiempos del rrigo que lamfa las ciudades, y de las chimeneas confusas con las torres grises sobre los pantanos..., la raz6n que explicaba la vida ho era sino un manera de seguir tirando. pPero de qué me servirfa, ahora, ese engafio? No tengo suefo. Quisiera decirce: No quiero estar mejor, para después sofiar, de todos modos, lo que no debo sofiat, {Qué més da, me veo igualmente arrasttada al fango de mi insomnio que quiere tener suefios! No sé salir de aqui. No sé imaginar otra cosa, en torno, porque no soy capaz, porque soy como ti una pequefia burguesa, con su bagaje desesperado de ideas. 86 Este es sin duda un delitio, é¥ por qué ahora me levanto? (Se levanta de la cama) Algo se ha movido ahora en la habicacién, ‘como un latido en un cuerpo: lo he ofdo. Dentro del aire se ha movido el aire. jcémo un golpe desde las profandidades del cielo! Y el rebote ha Llegado hasta aqué, irrisorio hélito de aire que produce una emocién irreconocible. jAsi que la tibieza, dentro y fuera, ya no es igual! Algo ha turbado su perfecta serenidad. “Tal vez s6lo sea la noche que se hace mas firesca. 20 no emanaré todo ésto de mi corazén ‘que quiere exteriorizar sus remordimientos? Si, yo, en la vigilia, hablo de remordimientos. 2Y de qué otra cosa iba a hablar? Y de Jos remordimientos, pata més precisién, por haber violado aterrada ese mundo. ese mundo donde vuela una luciérnaga por acequias desfallecidas... al soi lo de las tiltimas campanas (cuyo recuerdo se ha ensombrecido al fondo del hori- zone). Cuando estallan, a veces, los fuegos artificiales en otro pueblo... deers de las parras. Y los militares, ya fuera de los cuarteles, ppasean por las desiertas calles asfaltadas, ‘Una gran sabiduria se extiende entonces en ese 87 88. mundo, Los ancianos (los ancianos que ahora no cuentan nada, como cuetpos intitiles), son sus ‘venerados cestigos; y los muchachos, fututos ancianos, inocentes s6lo porque ayunos de ese saber que poscerin - juegan alli donde las luciéenagas surcan mas domésticas el aire. Era destino, que antes lo hiciera, y ahora lo supiera jHay que escandalizar y traicionar a ese mundo! Si no... se pierde... repitiéndose en su eternidad.. seri s6lo poseido por otros id€nticos a ést0s... Hay que ensuciarlo y blasfemarlo para que decaiga -para que se mueva y nv dé sis... renmeimientos: En esta “paz” que ha cafdo sobre mi vida y en ella se ha incrustado, como una estacién que no cambia nunca, una indeterminable mafiana de paz, de trabajo, de cosas desnudas y severas (comparcidas con los vecinos, en el sonido del televisor) de recogimiento, de ausencia de expresin (que tanto complace al cfrculo compuesto por hombres, de orden y por tebeldes) de discrecién y de dignidad, de misterio familiar (tan amado por los viejos y los nuevos moralistas), ah, ah, ah, ah, ah, ah, jcudntos remordimientos! Gracias a los remordimientos, yo no hacfa més que pensar en el pasado (el lejano, sf, pero también el reciente). Con la bayeta del polvo en la mano me quedaba pensando -en lugar de cantar como las otras amas de casa cen sus locas etmitas diurnas- con remordimiento... en lo que en esta Pascua se ha acabado, Era un remordimiento largo, oh, largo, ‘un remordimiento total que me Henaba toda y no me dejaba nunca, A través de ese remordimiento, mira por dénde, no hacia més que pensar en el mal que habia hecho, en todos sus detalles. iNo olvidaba ni uno! ¥ todo lo que habja hecho -a través del remordimiento- me recordaba lo que me habia quedado por hacer (ya lo que habfa renunciado Por ese repentino recorno de la vireud... pascual). Cudnto sufria! iTralard, remotdimiento, conservacién de suftimicnto! iSufrimienco, disfruce imposible de olvidar! (Y jamés olvidado, de hecho). Este hilico de aire que al refrescar la noche. Este hilito de aire que al refrescar la noche precediendo la breve agonia, 89 90 me recuerda sélo lo que atafie al amor, ‘el mis sucio amor, que ¢s la Gnica cosa que, tras la agonia, se pierde realmente. Se pierde realmente. porque esta hecha de carne, que se corrompe. 'Y tanto més porque esta hecho sélo de carne -de senos, de vientre, de muslos, de sexo: se va, s¢ Va, es lo tinico que se pierde para siempre, todo lo demés, paciencia, pero en la carne esta la nica cosa segura que se va, iy 680 es todo, cumbs mia! Veamos: zqué pensaba yo, gracias a mis remordimien- tos? Pensaba, exo es, en Ia carne. Pero no en la carne hermosa, con su dignidad, del rosero, de los hombros, de la nuca, No: sino en la carne donde es més carne, y por ello més muere. a gracia de un rostro o la fiereza de unos hombros o la inocencia de una nuca no mueren. Pero aquello que la tela de un par de pan- talones (en un recato severo y casi inmaculado) protege, si rigida, y si blanda, destefiida y arrugada, revela casi cle manera infantil -con brutal inocencia- eso muere. Y puesto que cada vez que ha sido milagrosamence go- vado ‘vuelve a esa su naturaleza prohibida en la gracia atolondrada de la vida- hay que gozarlo mil veces; no dejarlo ni siquiera un instante, no conceder ni un solo resqui- cio al recrearse de su lejanfa... de su misterio.. de su pureza que significa tragedi Sélo aquel que, con rodo lo que ello puede violar, ¢s violado por él, siempre, cada dfa, a cada hora, puede decir que vive. Porque vivir ¢s temblar: Después, cuando todo acabe, todo acabaré: no habré un rostro inmortal y un sexo mortal. Renuncia idiota, anticipacién de muerte, cretina, hecha en nombre de los vecinos de casa -de una no bien precisada vida ciudadana- de un padre y de una madre, gigantes, sf, de acuerdo, pero pequeftos burgueses y fascistas -de altos ideales que al final no cuentan nada: con moralidad, religién, y demés sandeces de ese estilo; simples chécharas de la vida, mientras que sélo cuenta el profundo silencio con el que se coca, temblando, un regazo. En mis remordimientos, yo sofiaba con ese regazo ~con una simple mirada, en el suefio, al rostro, justo para comprender de qué regazo se tracaba. y tanto mejor, claro, si ese rostro era hermoso un joven de nariz algo corta, pongamos, el labio superior suspendido como el de un pececillo, el pelo rubio casi rapado convertido en polvillo de espigas- on © bien un joven moreno, con Ia boca del arabe adolescente, malvado, pero carifioso como una madre. Ah, éste terrible hélito de aire, Esos pantalones de cada dia de la vida fetiches del sexo y del trabajo. {Eso es lo que quiero, sin remordimientos Quiero su honesta brutalidad, su demanda, su urgencia, por la transgresién que en una noche cualquiera se cumple en el ligero tufo sagrado del semen. Quiero, también, por su parte algo de ironia que vuelva distance y en el fondo ausente su complicidad de joven escogido al azar entre los j6- vents. Me pongo rigida, pura tensién, producida por las violentas palpicaciones, que me vuelyen espfrieu y me alejan de mi. En esta exaltacién no se puede producit més gue lo que quicro. Ven, hijo con pretensién de padre, padre atin hijo, ven, cumple tu sencillo acto. Mas como estamos en una noche cualquiera, podemos no respecar nada yy hacer lo que hasta ahora ignoras y de lo que cu boca, abriéndose, sonrie. 92 ‘Ta aceptas en seguida, te prestas, porque eres hijo de la noche, que nada ce ha ensefiado ¢ impuesco, y en tus pobres casas -cuyas primeras Iuces alli se encienden- la vida vale tan poco ‘que se puede hacer con ella lo que apetezca. Atame las manos... 2Qué hago? Camino? Noy hacia el cuarto de los hijos? (Da unos pasos) zActtio antes de haber decidido? 20 bien, ya he decidido, sin saberlo? Siento el impulso de hacer: y s6lo sé lo que debo hacer. La sucesién de mis actos es muy precisa en mi mente. May un rfo, que Muye en un valle, cerca de aqué La primavera vuelve sus aguas turbias y casi amarillas (miencras que en los periodos de escascz es azul, de ‘marfil entre la ceniza y el cobrizo de las ramas secas). Iré a la ribera de ese fo -con la luz que dibuja la inmensidad... de las vidas que pasan en el dia. Me quedaré un momento en esa orilla de primeros de junio; después desapareceré, en el agua, que se volvers, asf, trégica (peto pronto atenta s6lo a alejarse corriendo). Antes, habré atravesedo toda la gran ciudad. Y ese poco de campo que queda entre ella y el io: 93 4 atravesaré, es decit, mi presente y mi pasado. Pero no estaré sola, porque ~incluso antes gut, en esta casa -en el silencio de los primeros suefios -habré alcanzado el cuarto de los nis. Ellos estarin pues conmigo, haciéndome compaiiia. No serdin dos compafieros vivos, sin embargo, sino dos compafieros muertos. En efecto, antes de alcanzar su cuartito, jré a buscar un cuchillo, a la cocina, por aqui. ¥ es lo que, dando unos pasos, me dispongo hacer. (Da unos pasos) jEso es todo! Dirén: murié por un hélito de aire. V_ EPISODIO ‘Muchacha Bista es cu casa? Hombre ae gusta? ‘Muchacha Es mona. Hombre Quitace el abrigo... Machachs {Seguro que no va a venir nadie? Hombre Esca es mi casa, Muchacha AW vives aqui solo? Hombre Si, ahora vivo aqut solo. tuchacha 2Ahora? lombre Antes estaba mi mujer, y estaban mis hijos. 95 i| Esta primavera se marcharon... y ya no volvieron... Muchacha Brrr, empieza la estacién mala, lleva coda la mafiana aublad Hombre Con las primeras luvias de oto y el verano atin por terminar.. fs el momento mis hermoso para hacer el amor. | Muchacha Oh, para mf siempre es igual! Hombre No es verdad -hipécrita, Cuando est4 nublado } ce gusta més quedarte en casa. Y cerrar las vencanas para que se forme la primera tibieza ten Ia habitacidn donde te has encerrado: una cibieza olvidada, pero tan profundamente conocida: ila tibieza de los otros afios! | Sientes la nostalgia del fuego, | y la came bajo el primer jersey de lana es sensible a toda esa novedad del fresco | en el corazén de un cielo atin sereno. | Machacha 4Cémo son tus hijos? Hombre Uno tiene seis afios, el otro cuatro. ‘Son dos varoncitos serios como Cantos otfos. ‘A veces me parecen mayores QUE YO. 96 Muchacha ¢Entonces, puedo quitarme el abrigo? Hombre Si, te lo he dicho... El mayor es cruel, sus ojos oscuros estén Ilenos de amor por su madre. EL pequefio también esta leno del mismo amor, pero le rfen los ojos, nada le importa, ¢ ligero y cémico como un cachorro, y en su serio respeto por su hermano mayor hay una especie de alegre compasién.. Machacha Es verdad, qué agradable es el fresco, cuando dentro hace un calorcillo tan rico. Si, si, parece que ¢s el afio pasado, Hombre O tal vez, parece que es dentro de diez afios... (si atin sigues viva). Este es un dia en el futuro -{te gusta- al final de un verano que atin est por llegar... ‘Te das cuenta, eh, cudnta prisa se da el tiempo, aunque sea tan lento! Muchacha Pero zpor qué dices: si atin sigues viva? Hombre Desniidate ahora. ‘Muchacha Si, es que he estado enferma: dos afios de sanatorio, hijo mio, ” Hombre Ah! Pero desntidace ahora. Muchacha {Quieres verme mientras me desnudo? Hombre Si. Muchacha @Sabes que me haces gracia? (Empieza a desmudarse) Hombre Se ha acabado el verano, pero atin tienes la piel morena... Muchacha {No vas a poner un disco? Hombre No tengo. Lo haremos todo en silencio. Muchacha {Pero oye, ¢6 por quign me has tomado? Hombre Por lo que eres, la muchacha del primer dia sin sol de verano. Muchacha ‘Ah, bueno... Hombre @No te da vergiienza mixarme a los ojos? Muchacha No, gpor qué? 98 Hombre Porque ests desnuda, como la bestia en un prado. Muchacha iQué mal me miras! Hombre zNunca te ha dado vergitenza? Muchacha Un poco la primera vez, pero después nunca. Hombre @Peto no piensas en cu vientre? Muchacha a qué? Hombre iEn tu vientee! jEn tu vientre! Ese rincén del cuerpo que todos ocultan, que no debe existir, que cada uno finge no tener, ‘al menos no pensar en él, y estar libre de él. jIncluso tu padre! luchacha {Tienes gracia! Quién va a pensar esas cosas. lombre ‘Té encuentras natural tener tu sexo, sa frontera lisa al final de cu viencre Jamido por una marea negra. LY sin embargo es antinacual.. antinatural! {No sabes que es intolerable y escandaloso Comprobar en eu propio caso la regla general? Té, al mostrarce a mé desnuda, lo haces. Para que me entiendas... mira, piensa en dos padres. si, dos padres... dos hombres adulcos, ya sin ninguna de las ligerezas de la juventud.. el uno frente al o¢50, como dos jévenes canallas, con la bragueta abierta, mirindose.. Muchacha ‘Ja ja! Jo jo! Qué cosas se te ocurren.. Hombre 'Y asi estas tt, con el viencre desnudo... Muchacha St, sf, esta bien, ya me he encerado. 21 no te desnudas? Hombre Yo no, porque sé que eres sucia, y te gusta més tun hombre « meclio desvestir con sts pantalones, que desnudo con su naturaleza, can simple como la cuya Muchacha Por mi, como quieras. Hombre {fe gusta hacer datio? 100 Machacha (Qué? Hombre Hacer daft. Muchacha zAl hombre? Hombre Oh, lo has cogido. Muchacha Peto geémo? Hombre 2Qué quiere decir hacer dao? fe hace dato un hombre cuando te da puiietazos y patadas? Muchacha ZA mi? {Que se atreva tan s6lo a levantarme la mano! {Menuda soy yo! Hombre Hija de pobre gente... monilla... carne que se defiende aunque valga poco. Que tiene que luchar, disimulando como victorias Jas rendiciones por sus continuos batacazos... Muchacha Te has quedado blanco... ¥ me parece ‘que también ciemblas... Qué ce pasa? Hombre {Estoy blanco? {Tiemblo? Puede que sea la luz... 101 Y ademés... estoy algo enfermo. Pero mejor no pensarlo, Entonces, ete gusta hacer daite? Muchacha @Pero cémo? ,Cémo? Hombre Verés... ¢Quién ha sido el Giltimo que ha estado contigo? Muchacha El domingo pasado... Era, recuerdo, tun chico siciliano, que hace la mili en Bolonia: habfa venido a ver a sus pariences Hombre 7Era un chico guapo? ¢Moreno? :Castafio? Muchacha No recuerdo... Parecfa un bandido. Hombre Entonces... piensa que ese bandido dispuesto a hacer el amor como lo hace él, 6 sea, como una madre que te estrecha a su pecho, © como un padre que ce encierra en casa -con sui gran sexo siciliano - fuerte como un tronco y tierno como un frato- piensa que alguien, este soldado, se lo ata y te dice: Mira ante ef cudnta fuerza impotente: humillala, hiérela, véngate de su pretensién de fecundar. hazlo Horar como un nifio sin semen, 102 Muchacha (re) Hombre jAh, cu entendimiento es tan pequefio como tu destino! Muchacha (rie) Hombre Escés sola con él, esté en cus manos. ;Comprendes? Hacéis algo que no es ya de esta tierra, Esed fuera de todo limite, esté en el espiritu, Un muchacho fuerte que se prepara a ser padre, y avanza, aventurero como un hermoso Don Quijote, con sus piés y su sexo por el mundo, ha caido -y codo puede suceder: todo excepto lo que ya forma parte del mundo, Muchacha No consigo entenderte.... Hombre iEstés sola con él! iSola! ;Sola Muchacha Eso ya se sabe. Hombre Bien, piensa en nosottos dos. iQué paz! iEs la primera noche! El mundo no sabe nada, 103 esté hecho de hombres que vuelven del trabajo, y el tfo de coches, goyes? avanza, en la luz, como un suspiro. El hombre que se dispone a hacer el amor -yo- como ante el monumento de una carne que rezuma sangre fresca ci est cemblando, sabes, hasta chocar los dientes. Bsed en éxtasis Aquello que es sagrado para su primera edad de hijo, al realizarse, lo vuelve inmortal. Debes saber que todo eso retorna y se repite. Cada nueva ereccién lo pretende, No basta la primera vez, porque no la recuerdas. Nosotros buscamos, en esta repeticién, tun evento inaugural. Y jamés dejamos de buscar porque cada vez olvidamos, A través de la repeticién, se revive una sola Cosa. Estas esperando, con tu victima, (a la espera, contigo, de que se realice el suefio) que se realice una realidad que destruya cualquier otra realidad. CADA DIOS QUE HA DESAPARECIDO HA RE- GRESADO. Era un dia de sol, cen la placita silenciosa 104 de una pequefia ciudad o un pueblo entre los montes y el mar, tun dia de paz que ha permanecido igual desde el Diecisiete 0 el Dieciocho; y allé se me apatecié Dios. Luego desaparecié en seguida. Cada nueva ereccién, © ansiedad 0 bochorno de ereccién, quiere que la cosa se repita, y que el Dios sea un regreso. (Agarra a la mujer y le ata las mans) Muchacha Socorro, gqué vas a hacer? (Socorro! Hombre Calla, imbécil, 0 te mataré en seguida. Muchacha iSocorto, mamé, por piedad, suéleeme! Hombre No te haré nada malo... tal vez Tal vez me baste con tu miedo, auténtico, que recorre tu hocico en rifagas, disimulado un poco por la vergiienza. ¥ un poco por el pensamiento de que manifestandose sea peor. Zo ves? {Lo ves que cualquier otra realidad no im- porta? Es un éxtasis en el que desaparece el mundo y vuelve a aparecer Dios, 105 Machacha Si, pero ahora vamos, es tarde, jtengo que volver a casa! Hombre ‘Antes te dije que mi mujer y mis hijos se marcharon en Pascua. Pero no es cierto. Los he matado. Tenia que matarls a ella, pero ha sida més hermoso matatlos a todos. Después los he sacado, y los he atrojado al rio. Muchacha iNo es verdad! jNo te creo! Pero ahora, por favor, suéltame las manos! Hombre @Sabes que no me importaria nada tu muerte? Porque no existe nada més que la muerte -excepto mi deseo. {Sabes que eal vex no vuelvas a casa? ENo veas més a tu madre? Muchacha {Qué dices? Oh Hombre Estaris aqui, en mis manos, porque eres una nia, de manos enrojecidas por el trabajo y una primera ligera arruga en la frente Una nifia un poco nifio, eres avencurera y confiada como un chico, Esa hendidura al final de tu vientre se la das al hombre como a un amigo, ¢verdad? jAsf aprenderds a fiarte canto de la amistad! 106 Muchacha Hablas como un loco, oh Dios, deja que me vaya, Hombre ‘Te montaré cien veces, interrumpiéndome... Y mientras te daré patadas y pufietazos, como un marido borracho. Muchacha jOh, basta, mam, mama! Hombre {Te daré puitetazos y patadas Porque no mereces otra cosa por culpa de tu inocencia! Y me asfixia el deseo de perderme y acabar de una vez por todas. (Pmpieca a golpearla) ‘Muchacha Ah no, no! jEn la espalda, no! Hombre Por qué, yo te pego donde quiero. (Siigue pegetndola) ‘Muchacha iPor favor, en la espalda no! jHe estado en un sanatorio! ;Te lo he dicho, te lo he dicho! Hombre Aaaaah, lo sé: jsi supieras qué buena noticia me has dado! En un sanatorio, has estado, donde van los pobres. 107 Perra, pobre perra, ‘que has venido con tu vestidito de pura. a conmoverme... rebosando salud, pobrecilla, incluso con tus pulmones agujereadss... Eres pobre, y la vida te malerata: gno es asi? Pues yo hago lo mismo que la vida Grita todo lo que quieras, ahora, que después callarés: porque mafiana por la mafiana -si no te he matado an tes: te resignaris, y volverdés a tus calles como si no hubiese pasaclo nada, ‘Sobrevivir ya es mucho, santa, querida puca! Contarés la historia, victoriosa, y luego encontrards a otto, porque la vida te arroja aqut y allé, y ti herdicamence sigues adelance, eno es asi? Marchacha Sf, sf, es asf. ;Pero ahora deja que me vaya! Hombre {Ni lo suefies! (Vuelve a golpearla) ¥ cuando estés ahf en el suelo, apaleada como una ternera, puede que me desabroche, y atin sabiendo que mi orina carece de inocencia y frescura animal, la descargue sobre gcomprendes? ;Sobre es0s ojos impiidicos de ignorancia demasiado estipida, sobre esos senos santamence sin pudor! (uelve a pegarla, Ella grita) 108 eEh? ¢Acaso cre‘as que bromeaba? ¢Crefas que yo no queria REALMENTE. (De pronto deja de golpearla, tambaledndase) ‘Aaaah, me encuentro mal.. ‘Tengo la frente empapada en sudor, y tiemblo.. como ocurre cuando realmente... Estoy mal. Socorro, Dios! (Vomita) Tenfa que ocuetir, ‘Algo me arrastra hacia el fondo. Un calor en la cabeza, ah Dios, tal vez me vaya a desmayar. Si esto es morir.. Bien, lo acepto con resigancién... no pienso en nada, (Cae desmayads sobre su vémite. La muchacha consigue desa- tarselas manos, se pone sélo los zapstas y el abrigo sobre su cuerpo desnuda y buye corriendo) 109 VI EPISODIO Hombre Se ha celebrado un pequefio concierto de angeles centre las paredes de mi créneo. ‘Yo lo seguia, con atencién y arrobamiento: no sabia que se estaba tan bien cafdo en el suelo como un titete sobre el propio v6- mito. Eran instrumentos festivos y lejanos como la dileima nube irisada tras la descruccién del mundo... Me he desmayado, y he vomitado: jeudnea paz entre el vmito y las lagrimas! ¢Dénde ha ido? ‘Toral soledad, He aqut, a mi alrededor... los signos de la nueva reali- ded. Una casa Hlena de un silencio no natural; tuna absurda soga; unos cuantos ¢rapos, algiin rastro, acusador, de vémito. {Qué me revelan todos estos signos? Me tevelan que esta realidad no me pertenece. Pertenece ya slo a los demés (vecinos, colegas... y cuatro policfas siervos de Dios). no j Muchos pares de ojos, supongo, veriin estos signos, Los entendesén; y asi, eras una larga posesién, me veré expropiado de mi realidad, que volverd a sus legitimos propietarios en la gris memoria del mundo. (Empieza a deimudarse) Estaba escrito, en alguna parte, siempre estuvo escrito: y yo nunca quise leer. De una larva blanca en su indecente inocencia ha surgido un muchacho impiiber, de cabellos castaiios y ya viejos, severo criado del mundo, que vivi6 en familia y fue a la escuela, dispuesto a codo, experto en cualquier dedicado a la tarea de aprender y ser merecedor del fucuro comin. Sigo siendo ese muchacho impber surgido de la larva ceptacién, jPero, después, la primera barba! iLas primeras gotas de esperma! iAaaaaaah! En unas pocas semanas he vuelto, hacia atrés, a ser la silenciosa larva con su baja sonrisa que sélo piensa en chupar a vida. Esto me ha ocurtido: pero yo, repito, siempre he crefdo (0 decidido) ser ese muchacho imptiber favorecido por el mundo, iYo, en lo que concierne mi conciencia, m1 he aceptado, pues, al mundo! ;Yo, he doblado la cabeza! Pero la larva nifia -y el Hombre ‘que después la ha servido- querian algo diferente Mi voluntad de normalidad ha terminado por no contar: ! Gro €s lo que estaba escrito y yo no quise leer. ‘Ahora, el dolor terrible que siento al morir fs tan s6lo por lo tinico que ame: la carne tan masticada y nunca engullida de mi madre. Sin embargo, sin emabrgo no es este dolor lo que més importa (Se ba ido desvistiendohasta quedar desnudo) He padecide el proceso de ser algo DIFERENTE. Esto me ha ocuerido. {Por cul disefio del mundo? Para que los otros, quizas, se reconocieran como jUs- , tos? GY pudiesen, ast, seguir, tranquilizados, el suceder de la vida? Y ahora, aquf, muriendo, 7 gno hago mas que servir a ésta mi funcién? Acaso el hombre al cual, maldita sea, le ha tocado el : destino de ser DIFERENTE, ‘ tiene que estarse toda la vida quieto, marcado, fichado, en su diversidad? 2 cAcaso s6lo los otcos (los simpaticos, conmovedores normales) poseen la prerrogativa de seguir adelante, es decir evolucionar, y hacer la historia? Mientras que para mi, DIFERENTE, y todos mis desdichados compafieros de inforcunio (Negros, Judios), nada, Nada de Historia. Un destino de inmovilidad preservada por el odio. Por el odio, digo, de los hermanos, que, mediante evoluciones y revoluciones, morales y religiones, avanzan, ellos sf, paso a paso. ;Pues no! Yo, ardientemente obediente a esta regla, al final de mi pubertad -como ya me he dicho, en el presente, ingenioso mondlogo- fui un honesto adulto, que se sometia con buena fe de colegial 4 todas las reglas del juego (del poder: no s6lo: jsino que incluso aceptaba, diligente, la condena de su DIVERSIDAD! 2 ahora por qué al fin, mira por dénde, me rebelo? (Empieza a reenger la ropa de la muchacha y a ponérsela primero, las medias) La marca de estas pobres medias de pequeiia burguesa suburbana dice con gean claridad dos cosas: primera: su caducidad, segunda: su pertenencia a la esfera del poder. En una tienda invadida por un color rosa tremendo -el que cae de una avenida nunca vista de la ciudad 113 presa de una puesta de sol fantéstica - y dle, familiar s6lo para los que viven por alli- hhabfa dejado de Mover... y entre tanco rosa nacfa Ja luna, lena de una légica fatal (Se ha puesto Las medias, y abora coge el lighter) Primero: Ia caducidad; segundo: un rinconcito en el mundo del poder Dos buenas excusas para ser diferentes en paz Querida muerte, ja ja, qué ail me eras para poder fingit que el tiempo no era nada; que no pasabs. |¥ que entonces lo correcto era estarme quiero ldedicado s6lo a mis espléndidas, divinas porquerias! Un liguero barato. Un amor, un vulgar, lamentable amor. (Un amor de quien no sabe nada, pero -Y tui muchacha que hasta puta 0 criada, Jo sabe todo, como cualquier ora cria- cura jcudnta inmensidad en ese no saber nacla!) (Hay sin duda una analogta entre los inocentes y los DIFERENTES pero qué abismo entre el servilismo de los inocenres y el servilismo de los DIFERENTES!) 'A los primeros, jamds les acusard nadie de no avanzar ven la historia, en la historia... mientras que @ los se- gundos..) Liguero de una cemporada, catay, me has hecho jugat contigo como un gare que no sabe nada, bigotuda méquina inocence. Te he lamido y araftado con Ia infinita M4 exaltacién... del loco situado en Ja vida magnificamente, Yo estaba en efecto aterrado por el chantaje de la reli- repito, € i Pero repico, ese terror me resultaba muy cémodo, mu- cho Porque me habieuaba a sentir teztoe por tod, . y asi he doblado la cabeza, me he encertado en . ; parazén, donde, jpor Dios!, después he hecho todo lo ae he querido. (Se ba ajustade ef liguero: cage las bragas) Bh braguitas de mi madre! segundo: ln oiipecs al ode 9 ey Besgues Ciegas, saquito vergonzante pra pubtiouees por otro, al obedecer a quien querria we nunca se hablara de vosot (Se ba puesto las bragas: cge la enagua) Lo mismo digase de esta enagua. Ligada a temas de canciones, a la televisién, y cosas pa- Ah, claro! Hay misterios asi. ¢Quién ha dicho rscidas que una vida pequefio burguesa no pueda ser miste- Al contraris con 1 contratio, es misceriosa cambign ella; pongamos 115 como la vida de un anciguo Griego. Es impenetrable: porque su fealdad yy su vulgaridad (de la que, vaya, ahora soy aquf cons- ciente) Para el mal no hay ‘no pueden impedirle que sea real fronteras. Yo he aceptado esta enagua tan basta; he aceptado sus encantos al aleance de cualquiera, su inocencia deseada por las complicaciones de la riqueza; su inocencia: en la que la muerte ineroduce el principio de la cesignacién. (Se ha puesto la enaguas cage La falda) No eres ti la falda de lana ligera sabarse el verano? que se saca cuando va @ ac: Ta también, ti tambi¢n, sélo dices que por ti ha pasado el tiempo, aquel que destruye, al nacer, las esperanza. (Se ha puesto ta falda) No es de los montes de la Juna de donde venfis, signos de mi nueva realidad, Digo nueva: y no sin razén. ‘Tan nueva, como para hacer que decaiga coda ya expe- rimentada idea de novedad. En efecto: cuando érais los signos de mi realidad vicja dos eran Jas alternativas: primero, con Ia excusa. de la caducidad (por tanto de la resignacién) ‘otidad y llevar esa magnifica vida de- ppuercos. somecerse a la aut 116 com ido G omo ya ha ocurrido en el curso de esta tragedi) eo... ahora... se abre una tercera alternativa. juuna alternativa.... revolucionaria! He sido vuestro esclavo, objetos de mi vida: en consecuencia, habéis sido los signos de mi obedien- Pero ahora, ahora ya no soy vuestro esclavo! Ja, ja 7 he trastocado del todo vuestra normal funcids e y mafana por la mafiana, asf, vosortos seréis los signo ; de mi nueva realidad {Cudnto habliis, cudnto gritaréis, (enloquecidos) obje tos banales, palabras del silencio y de la resignacién! (Saca del bolso la barra de labios, las polvos, y emp empie maquillarse) Lo repico: en nombre de 1a muerte que me habéis predicado toda la vide, hhumildes cosas, he renegado de la consciencia de mi diversidad. Que, asf, no ha tenido historia Ha i permanecido siempre en el mismo punto, como vo- Pero ahora, lo repico, Soe 0s hago de golpe hablar otro lenguaje Ah, en cudntas oc de mi adolescencia, de mi juvencud, jiones, en cudntas horas en casa, en la escuela, cn las calles del centro Ilenas de caras conocidas como méscaras, o en esas avenidas periféricas donde atin resplandece el tremendo rosa de esos charcos.. a7 {CUANTAS VECES HUBIERA PODIDO REBE- LARME! Y en cambio, una vez pot todas -1o repito, lo repito- yo habia pronunciado un acroz juramento de lealtad. ‘Ahora me dispongo @ negatlo. Mi lenguaje quedaré mudo pot excelencia, ademés que por la eternidad... Sin embargo Gquien mafiana venga, yalce los ojos para desciffaro, comprenders gut terible fuerza, jamds pensada haste ahora, Ihabria tenido mi deseo de ser libre, si Iubiese vencido mi instinto mediante ol cual fa muerte habia declaraclo intl toda esperanza. El grupito de gente que el sol eraeré Uelegados por el inmenso mundo de la historia (los vecinos, en silencio, los policfas con su triste sudot, los camilleros venidos del campo: jcémo los veo!) se encontrarén ante un fendmeno expresivo ‘ndudablemente nuevo, tan nuevo como para dar un gran escdndalo y enmierdat, précricamente, cualquiera de sus amores De hecho no hago és¢o (como, repito, ya ha sido hecho en el curso de esta tragedis) por haber perdido el sentido de la ley: Sino por haberlo vuelto a encontrar. y JUZGADO Bien, el bonzo esté listo. (empieza realizar os actos naar para abarcars dl cho) 8 jSol, detente sobre Gab € sobre Gabadn, yt, luna, sobre un aban, y ttt, Inna, sobre el valle (Se sube a la silla e introduce ka ei a en ef niuo corvedizo) jAlegraos! En una de tantas casas de este barrio -sea por luco, 0 por neurosis, o tedio de la tarde de hha habido por fin un Hombre fee que ha hecho buen uso de la muerte, 119

Potrebbero piacerti anche