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República de Colombia

Corte Suprema de Justicia

MARGARITA CABELLO BLANCO


Magistrada ponente

STC15432-2017
Radicación n.° 05001-22-03-000-2017-00673-01
(Aprobado en sesión de veinte de septiembre de dos mil diecisiete)

Bogotá, D. C., veintisiete (27) de septiembre de dos mil diecisiete (2017).

Se decide la impugnación interpuesta frente a la sentencia proferida el 21 de agosto


de 2017, mediante la cual la Sala Civil del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Medellín
negó la acción de tutela promovida por Gloria Estela Serna Henao contra el Juzgado
Veintiséis Civil Municipal de esa ciudad y el despacho Sexto Civil del Circuito de esa
urbe.

ANTECEDENTES

1. La gestora, a través de apoderado, demandó la protección constitucional


de sus derechos fundamentales al debido proceso, acceso a la administración de
justicia, vida digna, mínimo vital, «buena fe, seguridad jurídica, confianza legítima y
prevalencia del derecho sustancial sobre el procesal», presuntamente vulnerados
por los despachos acusados dentro del juicio declarativo que le inició a BBVA
Seguros de Vida Colombia S.A., radicado No. 2017-00099.

2. Arguyó, como sustento de su reclamo, en síntesis lo siguiente:

2.1. Que «el día 30 de enero de 2017 se presentó demanda ordinaria de


menor cuantía […] contra BBVA SEGUROS DE VIDA COLOMBIA S.A., para
obtener el cumplimiento del contrato de seguro de vida grupo deudores póliza No.
0110043 con el que se amparó la obligación […] con el banco BBVA COLOMBIA
S.A.», que «en la demanda conforme al literal C del art. 590 del C.G.P. y con el fin
de hacer cesar el daño producido por el incumplimiento contractual y hacer cesar el
daño por producirse, se pidió la medida cautelar innominada “se congele la
obligación de las demandantes con número 0013 0745 21 96 00160648 con el
banco BBVA COLOMBIA S.A., sin que genere el pago de cuotas o instalamentos,
intereses o actualización monetaria, hasta la fecha del fallo del presente proceso”,
se le manifestó al despacho, que solicitaba la medida cautelar conforme lo prevé el
parágrafo 1º del art. 590 del C.G.P. no era necesario agotar el requisito de
procedibilidad; pero más sin embargo se aportó la constancia de no acuerdo».

2.2. Que «el 20 de febrero […] solicitaron audiencia de conciliación en el


CENTRO DE CONCILIACIÓN DE LA PERSONERÍA DE MEDELLÍN convocando a
BBVA SEGUROS DE VIDA DE COLOMBIA S.A.» y que «por auto del 02 de marzo
de 2017 […] inadmite la demanda enunciando que la medida cautelar innominada
no se fundamentó conforme lo prevé el literal C del numeral 1º del art. 590 del
C.G.P. y que por tanto se debe agotar el requisito de procedibilidad».

2.3. El 6 de marzo siguiente, radica memorial en aras de subsanar el


requisito, aduciendo que «la norma es clara al disponer que el que solicite medidas
cautelares puede acudir a la jurisdicción sin agotar el requisito de procedibilidad»,
que además «se le hizo saber que previo a la inadmisión de la demanda se había
solicitado audiencia de conciliación con la demanda y que ya se había programado

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Radicación n.° 11001-02-03-000-2015-01886-00.

para el 15 de marzo de 2017 lo que se le había notificado a la misma, adjuntando


prueba de ello», conciliación que se llevó a cabo en la fecha y hora programada.

2.4. Que «con auto de 14 de marzo de 2017 […] rechaza la demanda


sosteniendo que la medida cautelar innominada no se fundamenta conforme lo
prevé el literal C del numeral 1º del art. 590 del C.G.P., por lo tanto se debe agotar
el requisito de procedibilidad», y adujo que «no es razonable la medida, pues va en
contra del BANCO BBVA que no es parte del proceso y que los perjuicios que
pueda llegar a sufrir no estarían amparados por una caución por el aparo de
pobreza del que gozan las demandantes», decisión que fue recurrida en reposición
y en subsidio apelación.

2.5. El 22 de junio de 2017, el a-quo recriminado resolvió la reposición,


manteniendo la decisión, y el 25 de julio del mismo año, el ad-quem encartado,
confirmando la decisión impugnada.

3. Pidió, conforme a lo relatado, se deje sin valor y efecto los autos de 2 y 14


de marzo,22 de junio y 25 de julio de este año y se ordene al despacho municipal
enjuiciado «admita la demanda y prosiga con las etapas subsiguientes para resolver
el asunto de fondo» (fls. 2-28 C. 1).

LA RESPUESTA DE LOS ACCIONADOS.

El a-quo censurado, refirió que «el expediente que contiene el proceso


verbal con radicado 2017-00099 […] fue remitido desde el 30 de junio de 2017 hacia
los Jueces Civiles del Circuito de Medellín […], y aún no ha sido devuelto» (fl. 62
Ibidem).

El ad-quem encartado, relevó que «consideró que debía confirmarse el auto


impugnado, en razón que la parte demandante no vinculó al proceso, ni citó a
audiencia de conciliación como requisito de procedibilidad al BANCO BBVA
COLOMBIA S.A., situación que implica que en su contra no podía recaer ninguna
medida cautelar», y que «en esa medida se entendió que la constancia que
reposaba a folios 89-7 106-17, no cumple con el propósito previsto en la Ley 640 de
2001, en razón que el BANCO BBVA COLOMBIA S.A., debió haberse vinculado al
proceso y debió ser llamado a la conciliación previa, por ser una parte procesal que
debe ser vinculada forzosamente al proceso, en la medida que esta entidad ostenta
la calidad de tomador y beneficiario como se desprende en el certificado de seguro
de deudores a folio 43 del expediente».

Añadió, que «por ser improcedente la medida cautelar innominada que


estaba siendo pedida, y al no haberse convocado a la audiencia de conciliación
previa con el BANCO BBVA COLOMBIA S.A., no es posible que se acuse a esta
autoridad de haber incurrido en una vía de hecho, en razón que el escenario que
fue planteado era impajaritable que se aportada la conciliación con la intervención
de esa parte» (fl. 63 Idem).

LA SENTENCIA IMPUGNADA

El Tribunal constitucional negó el amparo, al considerar que «contrario a lo


sostenido por la accionante, el contenido del parágrafo primero del artículo 590 ibidem no
puede entenderse en su literalidad, sino que debe hacerse una interpretación sistemática
de la misma, es decir, aquella que armonice con todos los postulados normativos y
jurisprudenciales, hecho lo cual, se puede concluir que la norma en comento habla de una
medida procedente, no cualquier medida, como bien lo entendieron los jueces de instancia,
pues de aceptarse ello así, se convertiría en un comportamiento generalizado por parte de
los usuarios de la administración de justicia, eludiendo con una simple solicitud, tal
requisito».

Agregó, que «contrastada la actuación desplegada por el ente judicial accionado


con la normatividad en comento y lo señalado por el artículo 90 ibidem dispone en su inciso

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3: "mediante auto no susceptible de recursos el juez declarará inadmisible la demanda solo


en los siguientes casos: 7. Cuando no se acredite que se agotó la conciliación prejudicial
como requisito de procedibilidad. En estos casos el juez señalará con precisión los defectos
de que adolezca la demanda, para que el demandante los subsane en el término de cinco
(5) días, so pena de rechazo. Vencido el término para subsanarla el juez decidirá si la
admite o la rechaza", se puede advertir que no le asiste razón a la parte accionante al
considerar que con tal decisión se vulneran sus derechos fundamentales, pues al
estudiar las providencias atacadas contra las cuales expresamente se instauró esta acción
constitucional, la Sala no avizora que con las mismas se hayan lesionado los mismos, pues
al Juez constitucional le está vedado inmiscuirse en el juicio hermenéutico del sentenciador
natural del proceso para lo cual el juzgador cuenta con total autonomía interpretativa».

Relevó, que «las providencias proferidas consagran las consideraciones que


llevaron a los jueces de instancia a concluir que la solicitud de la medida cautelar
innominada no eximía a la parte demandante de cumplir el requisito de procedibilidad
consistente en la conciliación, y que en resumen, como allí lo indican, no son otras que la
medida cautelar pedida es improcedente, al no cumplir con los requisitos de las medidas
innominadas y ser pedida en contra de un tercero que no es parte en el proceso, hecho
que impide tener por surtido el requisito de procedibilidad» (fls. 66-73 Ibíd.).

LA IMPUGNACIÓN

La formuló la quejosa, a través de representante judicial, alegando que «la


"hermenéutica razonable" asumida por los despachos no es razonable porque le quita
seguridad jurídica al proceso y vuelve dudosa e incierta una disposición meramente
procesal que pretende efectivizar los derechos en el proceso, y termina dándosele un
sentido que obstaculiza y dificulta el acceso a la administración de justicia de los
ciudadanos, dándole así prevalencia a un asunto estrictamente procesal y no a la
necesidad de justicia material del ciudadano que acude a la jurisdicción confiado de una
interpretación razonable a una norma clara», y adujo que «las cargas procesales
impuestas por los Despachos son irreflexivas e imposibles de cumplir para el demandante
porque antes de la presentación de la demanda que es el momento oportuno en el que
debe saber si está exento o no del requisito de pro[c]edibilidad le es IMPOSIBLE saber si el
juez considerará razonable o improcedente la medida cautelar innominada que solicitará, y
porque en el término de 5 días para subsanar la demanda es IMPOSIBLE adelantar el
tramite conciliatorio desde el principio hasta la expedición de la constancia que acredite el
agotamiento del requisito de procedibilidad, y ello está demostrado, pues como se relató y
probó documentalmente, se solicitó la conciliación desde mucho antes de la inadmisión de
la demanda y solo se pudo llevar a cabo hasta después de trascurrido el termino
concedido».

Y finalizó, diciendo que «la Sala no se pronuncia sobre, ni tiene en cuenta la


totalidad de los argumentos expuestos en el escrito por el cual se ejerció la acción
constitucional, y al igual que los accionados pasó por alto la constancia de no acuerdo con
número de negocio 858699085 del 31 de mayo de 2016 del CENTRO DE CONCILIACIÓN
DE LA PERSONERÍA DE MEDELLÍN expedida dentro del trámite con Rad.
201601515229832EE aportada desde el inicio del proceso declarativo verbal a folio 89.
Con dicha constancia se agotó el requisito de procedibilidad, y si no se acogen los
argumentos del suscrito, la demanda debe ser admitida a GLORIA ESTELA SERNA
HENAO y JENNIFER TATIANA PALACIO SERNA, y solo inadmitida frente a ALEJANDRA
PALACIO SERNA» (fls. 76-89 Ib.).

CONSIDERACIONES.

1. La reiterada jurisprudencia ha sostenido, en línea de principio, que este


amparo no es la senda idónea para censurar decisiones de índole judicial; sólo,
excepcionalmente, puede acudirse a esa herramienta, en los casos en los que el
funcionario adopte alguna determinación «con ostensible desviación del sendero
normado, sin ecuanimidad y apoyado en el capricho o en la subjetividad, a tal punto
que estructure ‘vía de hecho’», y bajo los supuestos de que el afectado concurra dentro

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Radicación n.° 11001-02-03-000-2015-01886-00.

de un término razonable a formular la queja, y de que «no disponga de medios


ordinarios y efectivos para lograrlo» (ver entre otras, CSJ STC, 3 de mar. 2011, rad.
00329-00).

El concepto de vía de hecho fue fruto de una evolución pretoriana por parte de
la Corte Constitucional, en razón de la necesidad de que todo el ordenamiento jurídico
debe respetar los derechos fundamentales como base de la noción de «Estado Social
de Derecho» y la disposición contemplada en el artículo 4 de la Carta Política. Así hoy,
bajo la aceptación de la probabilidad que sentencias judiciales desconozcan
prerrogativas esenciales, se admite por excepción la posibilidad de amparar esa
afectación siempre y cuando se cumplan los siguientes presupuestos: l. Generales: «a)
Que la cuestión que se discuta resulte de evidente relevancia constitucional; b) Que se
hayan agotado todos los medios ordinarios y extraordinarios de defensa judicial al
alcance de la persona afectada, salvo que se trate de evitar la consumación de un
perjuicio iusfundamental irremediable; c) Que se cumpla el requisito de la inmediatez; d)
Cuando se trate de una irregularidad procesal; e) Que la parte actora identifique de
manera razonable tanto los hechos que generaron la vulneración como los derechos
vulnerados y que hubiere alegado tal vulneración en el proceso judicial siempre que
esto hubiere sido posible y f) Que no se trate de sentencia de tutela» y, 2. Especiales:
«a) Defecto orgánico; b) Defecto procedimental absoluto; c) Defecto fáctico; d) Defecto
material o sustantivo; e) Error inducido; f) Decisión sin motivación; g) Desconocimiento
del precedente y h) Violación directa de la constitución» (C-590/2005, reiterada, entre
otras, SU-913/2009 y T-125/2012).

2. En el presente caso, pretende la gestora, se ordene dejar sin valor y efecto


los autos de 2 y 14 de marzo del año que avanza, que resolvieron, en su orden
inadmitir y rechazar la demanda, así como el proveído de 22 de junio, que desató el
recurso horizontal, no reponiendo la decisión atacada, y la decisión de 25 de julio
siguiente, que resolvió la apelación en el sentido de confirmar lo decidido por el a-
quo; por considerar que los despachos recriminados incurrieron en «defecto fáctico,
procedimental absoluto, fáctico», falta de motivación y violación directa de la
constitución.

3. Obran en el plenario las siguientes pruebas, en relación con la solicitud de


amparo:

a) Constancia de no acuerdo en la audiencia de conciliación de 31 de mayo de


2016, donde se informó que las señoras Gloria Estela Serna Henao y Jennifer Tatiana
Palacio Serna, el día 26 de abril, solicitaron celebración de audiencia de conciliación, que se
adelantó en la fecha referida, y en la que no se logró ningún acuerdo entre las solicitantes y
el apoderado del BBVA Seguros de Vida Colombia S.A. (fls. 29 y 30 C.1).

b) Demanda de proceso declarativo verbal que la aquí accionante, junto a Alejandra


y Jennifer Tatiana Palacio Serna, le iniciaron a BBVA Seguros de Vida Colombia S.A.,
radicada el 30 de enero de 2017 (fl. 32 Ibidem).

c) Solicitud de conciliación radicada el 20 de febrero del año que avanza,


presentada ante la Personería de Medellín (fl. 33 Idem).

d) Auto de 2 de marzo del año en curso, que inadmitió la demanda incoada, al


considerar que «observa el despacho que no se ha dado cabal cumplimiento a lo
establecido por el artículo 82 del Código General del Proceso y por tanto, la parte cuenta
con un término de cinco (5) días, so pena de RECHAZO, para subsanar los siguientes
requisitos:

De un estudio del presente proceso se tiene que la solicitud de medida cautelar


innominada no se fundamenta conforme lo prevé el literal C numeral 1º del artículo 590 del
C.G.P., por lo tanto, la parte demandante deberá aportar la conciliación como requisito de
procedibilidad, de conformidad con lo consagrado en la Ley 640 de 2001 para adelantar
este tipo de procesos» (fl. 36 Ibíd.).

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Radicación n.° 11001-02-03-000-2015-01886-00.

e) Memorial radicado el 6 de marzo siguiente, con el cual el apoderado de la


querellante, pretendió «subsanar el requisito» en que señaló que «siendo procedente por
expreso mandato legal en el presente proceso las medidas cautelares innominadas o
atípicas según el numeral 1) literal c) del art. 590 del C.G.P. le es permitido al demandante
formularlas, quedando así exento de la audiencia de conciliación extrajudicial previa a la
demanda como requisito de procedibilidad, siendo un asunto independiente y ulterior la
prosperidad y viabilidad de las medidas solicitadas a consideración del respectivo fallador,
decisión que no tendrá incidencia en la obligatoriedad o no del requisito de procedibilidad,
dado que la norma solo condiciona su innecesariedad [sic] a que se solicite la práctica de
medidas cautelares, y no si a consideración de un fallador son procedentes», aunado a lo
anterior, informó al despacho que se encontraba programada la audiencia de conciliación
para el día 15 de marzo de este año (fls. 37-39 Ib.).

f) Proveído de 14 de marzo dictado por el despacho municipal encartado, que


rechazó la demanda interpuesta, por considerar que «se está solicitando congelar una
obligación hipotecaria, los intereses o actualización, incluso hasta el momento de proferir la
sentencia, sin embargo, téngase en cuenta que con dicha medida cautelar se estaría
afectando a una persona jurídica que no hace parte de la presente relación procesal, pues
debe tenerse en cuenta que la demanda se dirige en contra de BBVA SEGUROS DE VIDA
COLOMBIA S.A., y el crédito hipotecario según los hechos de la demanda, fue otorgado
por el BANCO BBVA quien no fue demandado dentro del presente proceso, por lo que se
considera en esta oportunidad que la medida solicitada resulta improcedente pues no
puede afectarse a un tercero que en el presente caso no estaría amparado ni siquiera por
una caución judicial como lo exige la norma, al haber solicitado la parte actora se le
conceda el amparo de pobreza teniendo en cuenta la situación económica que manifiesta»,
decisión recurrida en reposición y en subsidio apelación (fls. 43-48 Ibidem).

g) Constancia de no acuerdo en la audiencia de conciliación celebrada el 15 de


marzo del presente año, entre el extremo solicitante, conformado por la accionante y
Alejandra y Jennifer Tatiana Palacio Serna, y el convocado, José Fernando Arcila Lopera,
como gerente y representante legal de BBVA SEGUROS DE VIDA COLOMBIA S.A. (fls.
41 y 42 Idem).

h) Interlocutorio de 25 de julio anterior, proferido por el ad-quem encartado, que


resolvió confirmar el auto apelado (fls. 52-54 Ibíd.).

4. Analizado lo anteriormente reseñado, se advierte que la queja está


enfilada, en últimas contra la decisión de 25 de julio del año que avanza, dictada por
el despacho del circuito convocado, que puso fin a la inconformidad formulada por el
apoderado de la querellante, y resolvió «confirmar el auto proferido el día catorce
(14) de marzo de 2017»; ha de advertirse que, al proferir esa decisión, el despacho
recriminado no incurrió en ninguno de los defectos endilgados, tal como lo
manifiesta el accionante en el escrito genitor, toda vez que la providencia atacada,
responde a unos criterios jurídicos que no pueden catalogarse de absurdos,
antojadizos o caprichosos, soportada en una argumentación que goza de un
aceptable grado de razonabilidad y coherencia, amén que está asentada en el
ejercicio de las atribuciones que le corresponde.

En efecto, en su providencia, el despacho enjuiciado manifestó que «la


razón esta con el Juez de primera instancia, al abordar el estudio de la procedencia
de la medida cautelar innominada, ya que no es posible entender que el ánimo del
legislador, consistía en que simplemente con la solicitud de la medida cautelar
quedara la parte eximida de realizar la conciliación pre-judicial. Y en ese sentido, el
discernimiento que hace la funcionaria sobre la razonabilidad de la medida
innominada se estima acertado, pues es evidente falta de material probatorio que
permita evidenciar la apariencia de buen derecho, tampoco se demuestra la
existencia de una amenaza o vulneración de sus derechos, y por último, la
congelación de la obligación y su consecuente cesación de pagos, es a simple vista
desproporcionado».

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Radicación n.° 11001-02-03-000-2015-01886-00.

Arguyó, que «nótese que la parte actora señala que se congele la obligación
No. 0013 0745 21 7600160648, irrumpiendo así con la obligación que contrajo con
una entidad diferente a la demandada, y que es precisamente objeto de este
proceso entrar a definir si se incumplió la misma. Frente a esto debe acotarse, que
el decreto de la medida cautelar, además de cumplir con los requisitos antes
referidos, debe tener en cuenta el juez que la misma sea susceptible de
materializarse, es decir, que la orden que el funcionario judicial profiera, en aras de
salvaguardas o asegurar la efectividad de la sentencia, tenga vocación de
realizarse, lo cual no se da en este caso, pues se trata de una obligación jurídica
distinta de la que se imputa incumplimiento en la demanda. Aunado a que el
Juzgado, igualmente echa de menos la existencia o amenaza o vulneración del
derecho, cuando precisamente el objeto del litigio es determinar, si en efecto al
demandante le asiste el derecho que es flanco de reclamación, cuando en este
estadio procesal lo único que tiene a su favor es una mera expectativa, la cual no es
suficiente para afirmar que existe la vulneración o afectación de un derecho que
para la hora de ahora no ha sido reconocido».

Y, dijo que «son escasos los medios de convicción que le permitan tener
conocimiento de una medida cautelar acertada [a la Juzgadora], además, deja de
lado la parte actora que lo pretendido con que se ordene a una entidad financiera,
que ni siquiera es parte, congelar la obligación, significaría imponerle una carga que
en verdad no está obligada a soportar y que como se dijo en líneas atrás no está
dentro de las facultades del Juez imponer una orden de la cual no se tiene certeza
sobre su cumplimiento o realización, pues es desconocido para el Estrado si, en
efecto, el derecho a accionar de la aseguradora ha fenecido y los efectos de una
declaración en ese sentido, frente a la obligación dineraria adquirida por el de
cujus».

4.1. De lo anterior, se colige que los argumentos bajo los cuales la célula
judicial enjuiciada sustentó su decisión, se fundamentan en la aplicación de las
normas de derecho sustancial y procesal que rigen el asunto de marras,
hermenéutica de la que concluyó que se debía confirmar la providencia que rechazó
de la demanda dentro del asunto objeto de la presente acción, habida cuenta que,
según anotó, imponía de necesidad cumplir con el requisito de procedibilidad
previsto para esa clase de procesos por la legislación procesal civil, pues la
presunta medida cautelar innominada solicitada por las allí demandantes en el
escrito genitor, con la que pretendía omitir la celebración de la audiencia de
conciliación extrajudicial para poder acudir a la jurisdicción, no cumplió con las
características establecidas en el artículo 590 del C.G.P.

Así las cosas, de las acreditaciones allegadas se observa que la demanda


fue incoada por Gloria Estela Serna Henao, Alejandra y Jennifer Tatiana Palacio
Serna, en contra de BBVA Seguros de Vida Colombia S.A., y en ese escrito, se
solicitó, como medida cautelar innominada, «se congele la obligación de las
demandantes con número 0013 0745 21 9600160648 con el banco BBVA Colombia
S.A. sin que genere el pago de cuotas o instalamentos, intereses o actualización
monetaria, hasta la fecha del fallo del presente proceso», frente a lo cual, el
despacho ad-quem encartado, dijo que esa obligación, está encaminada a una
«entidad diferente a la demandada», y que la medida cautelar, además de cumplir
con los requisitos determinados por la ley, debe ser «susceptible de materializarse»,
lo que en ese asunto, no se cumple, pues «se trata de una obligación jurídica
distinta de la que se imputa incumplimiento en la demanda», y que, además, el
extremo activo de la Litis pretende que «se ordene a una entidad financiera que ni
siquiera es parte, congelar la obligación» lo que conllevaría a que se le imponga
«una carga que en verdad no está obligada a soportar».

De lo anotado, se observa razonable la determinación tomada por la


autoridad enjuiciada, pues en efecto, se advierte que la persona jurídica que fue
demandada –BBVA Seguros de Vida Colombia S.A.- es diferente a aquella de la
que se pidió aplicar la medida cautelar de «congelar la obligación» -Banco BBVA
Colombia S.A.-, lo cual no permite que se decrete la cautela propuesta, pues la

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Radicación n.° 11001-02-03-000-2015-01886-00.

misma recaería en un sujeto diferente al extremo pasivo de la Litis, lo que daría


lugar a vulnerar sus derechos.

Ante esto, se debe decir que si bien es cierto, el parágrafo 1º del artículo 590
del C.G.P. establece que «en todo proceso y ante cualquier jurisdicción, cuando se
solicite la práctica de medidas cautelares se podrá acudir directamente al juez, sin
necesidad de agotar la conciliación prejudicial como requisito de procedibilidad»,
también lo es que el juez, como director del proceso, debe verificar que la medida
solicitada sea procedente, que sea necesaria para evitar la vulneración o amenaza
del derecho, que sea proporcional, y que además sea efectiva para el cumplimiento
del fin previsto.

4.2. Frente a este preciso tópico, esta Sala, tuvo la oportunidad de señalar
que:

[C]onforme a lo dispuesto en el parágrafo 1° del canon 590 del Código


General del Proceso, “(…) cuando se solicite la práctica de medidas
cautelares se podrá acudir directamente al juez, sin necesidad de agotar la
conciliación prejudicial (…)”.

Sobre el punto, coligió que tomando en consideración la improcedencia de la


memorada cautela, tal petición en la demanda no sustituía el requisito de la
conciliación, pues “(…) no es la sola solicitud de medida y práctica de
medida cautelar. Ella debe estar asistida de vocación de atendimiento, es
decir que sea procedente, porque aceptarlo de una forma diferente daría al
traste con el aspecto teleológico de la norma, puesto que bastaría solo
predicar el pedimento asegurativo para evitar el escollo de la conciliación
previa (…)”.

De esa manera, advirtiendo la ausencia del aludido presupuesto de


procedibilidad, dispuso revocar lo actuado en ese litigio y, en su lugar, “(…)
disponer el rechazo de la demanda, por ausencia del requisito de
procedibilidad que conduce a la falta de competencia (…)”.

Las conclusiones adoptadas son lógicas, de su lectura no refulge vía de


hecho, el Tribunal efectuó una juiciosa valoración que le llevó a rechazar de
plano de ese libelo, cimentado en la regla 36 de la Ley 640 de 2001; por lo
tanto, no es posible reabrir un debate fenecido cuestionando el estudio
realizado por el juez ordinario, pues este mecanismo no es una instancia
revisora adicional a las previstas por el legislador (CSJ STC10609-2016, 3de
ago. de 2016, rad. 02086).

5. Corolario de lo anotado, no puede prosperar la petición de amparo, en


tanto que, de la transcripción enantes vista, independientemente que la Corte la
prohíje en su totalidad por no ser este el escenario idóneo para lo propio, dimana
que la exposición de los motivos decisorios al efecto manifestados se guarecen en
tópicos que regulan el preciso tema abordado en el litigio planteado.

Al respecto, la Sala ha sostenido, de un lado, que «el juez de tutela no es el


llamado a intervenir a manera de árbitro para determinar cuáles de los
planteamientos valorativos y hermenéuticos del juzgador, o de las partes, resultan
ser los más acertados, y menos acometer, bajo ese pretexto, como lo pretende la
actora, la revisión oficiosa del asunto, como si fuese uno de instancia» (CSJ STC 7
Mar. 2008, rad. 2007-00514-01); y, de otro, que «la adversidad de la decisión no es
por sí misma fundamento que le allane el camino al vencido para perseverar en sus
discrepancias frente a lo resuelto por el juez natural» (CSJ STC 28 Mar. 2012, rad.
00022-01).

6. En consecuencia, por las razones anteriormente expuestas, se confirmará el


fallo de tutela de primera instancia.

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Radicación n.° 11001-02-03-000-2015-01886-00.

DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia en Sala de Casación


Civil, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la ley,
CONFIRMA la sentencia de fecha y procedencia preanotadas.

Comuníquese telegráficamente lo resuelto en esta providencia a los interesados y


oportunamente remítase el expediente a la Corte Constitucional para su eventual revisión.

Notifíquese

LUIS ALONSO RICO PUERTA


Presidente de Sala

MARGARITA CABELLO BLANCO

ÁLVARO FERNANDO GARCÍA RESTREPO

AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO

ARIEL SALAZAR RAMÍREZ

LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABONA

8
Radicación n.° 11001-02-03-000-2015-01886-00.

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA


SALA DE CASACIÓN CIVIL

ARIEL SALAZAR RAMÍREZ


Magistrado ponente

STC11653-2015
Radicación n.° 11001-02-03-000-2015-01886-00
(Aprobado en sesión de dos de septiembre de dos mil quince)

Bogotá, D. C., dos (2) de septiembre de dos mil quince (2015).

Decide la Corte la acción de tutela formulada por Infobip Colombia


S.A.S. contra la Sala Civil del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Bogotá y el Juzgado 43 Civil del Circuito de la misma ciudad, trámite al cual
se vincularon las partes e intervinientes en el proceso objeto de la queja
constitucional.

I. ANTECEDENTES

A. La pretensión

La empresa accionante actuando por intermedio de apoderado judicial


solicitó el amparo de sus derechos fundamentales al debido proceso y de
acceso a la administración de justicia, que considera vulnerados por las
autoridades judiciales accionadas al rechazar la demanda ordinaria que
presentó contra Nuevas Inversiones Tecnológicas S.A.S. por no agotar el
requisito el requisito de procedibilidad de conciliación extrajudicial.

En consecuencia, pide que se deje sin efectos las providencias


emitidas en primera y segunda instancia, y en su lugar, se ordene admitir la
demanda y fijar caución para el decreto de las medidas cautelares.

B. Los hechos

1. La empresa Infobip Colombia S.A.S. promovió proceso ordinario


contra Nuevas Inversiones Tecnológicas S.A.S., con el objetivo de que se
declarara la existencia del contrato denominado por las partes «Acuerdo de
Servicios de Mensajería de Texto» y que la demandada en virtud de aquel
convenio adeuda los servicios prestados durante los meses de junio a
noviembre de 2014.

2. En la respectiva demanda, la parte actora solicitó el embargo y


retención de dineros de la contraparte, así como el embargo y secuestro de
bienes muebles de su propiedad ubicados en la Calle 8 Sur No. 8 A – 51,
Interior 2, Apartamento 104, Bogotá D. C.

3. El Juzgado 43 Civil del Circuito de Bogotá, a quien fue asignado el


proceso, mediante auto del 27 de abril de 2015 decidió rechazar de plano la
demanda, por cuanto no se agotó la conciliación prejudicial. De igual
manera, advirtió, que si bien la parte demandante solicitó el decreto de
medidas cautelares, éstas no son procedentes al tenor del art. 590 del C.G.P.

4. Inconforme la actora interpuso recurso de reposición y en subsidio


apelación contra el mencionado proveído, insistiendo en la procedencia de las
medidas cautelares deprecadas.

5. El Juzgado de primera instancia mantuvo la decisión de rechazar

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Radicación n.° 11001-02-03-000-2015-01886-00.

de plano la demanda en auto del 13 de mayo de 2015 y concedió la


impugnación propuesta de manera subsidiaria.

6. El 8 de julio de 2015, la Sala Civil del Tribunal Superior de Bogotá


desató la instancia y confirmó el auto opugnado, precisando que debió
agotarse el requisito de conciliación prejudicial, por cuanto la improcedencia
del decreto de medidas cautelares solicitadas en este asunto.

7. En criterio de la peticionaria del amparo, con la anterior


determinación se vulneró el derecho fundamental invocado y se incurrió en
una vía de hecho por defecto procedimental por exceso ritual manifiesto,
puesto que «rechazar la demanda con el argumento que las medidas
cautelares no proceden, es crear en la ley un requisito que no contiene, toda
vez que el literal c) del artículo 590 del C.G.P. no prohíbe pedir las medidas
cautelares solicitadas en este caso».
Aunado a ello, agregó, que «así no proceda la medida cautelar (…) con
la solicitud de la misma, se entiende agotado el requisito de procedibilidad,
toda vez que el legislador solamente solicita para entender agotado dicho
requisito que se solicite la misma, es decir, se está creando (…) un requisito
que la ley no contiene».

C. El trámite de la instancia

1. El 20 de agosto de 2015, se admitió la acción de tutela y se ordenó


el traslado a los involucrados en el proceso para que ejercieran su derecho a
la defensa.

2. El Juzgado 43 Civil del Circuito de esta ciudad remitió en calidad de


préstamo el expediente contentivo del proceso objeto de la queja
constitucional.

3. Los accionados e intervinientes guardaron silencio.

II. CONSIDERACIONES

1. Tal como ha sido sostenido por la jurisprudencia nacional, por


regla general la acción de tutela no procede contra providencias judiciales y,
por tanto, sólo en forma excepcional resulta viable la prosperidad del
amparo para atacar tales decisiones cuando con ellas se causa vulneración
a los derechos fundamentales de los asociados.

Los criterios que se han sostenido para identificar las causales de


procedibilidad en estos eventos están cimentados en el reproche que merece
toda actividad judicial arbitraria, caprichosa, infundada o rebelada contra
las preceptivas legales que rigen el respectivo juicio, con detrimento de las
garantías de las personas que han sometido la ventilación de sus conflictos
a la jurisdicción.

2. En el caso sub judice, aunque el reclamo constitucional también se


dirige en contra de la decisión proferida por el Juez a quo, la Corte se
ocupará únicamente de la que dictó el Tribunal en segunda instancia, toda
vez que ésta fue la que resolvió de manera definitiva la temática objeto del
debate en este asunto.

En ese orden, a partir del examen del auto emitido en segunda


instancia, el 8 de julio de 2015, por el Tribunal Superior de Bogotá, no logra
advertirse una vulneración a los derechos fundamentales de los
accionantes, pues, contrario a lo esgrimido en la tutela, dicha decisión no
representa una vía hecho que quebrante el debido proceso, toda vez que se

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Radicación n.° 11001-02-03-000-2015-01886-00.

adoptó con base en un criterio jurídicamente razonable y en una legítima


interpretación de las normas aplicables al caso concreto.

En efecto, revisado el contenido del proveído cuestionado, se observa


que el Tribunal para confirmar la decisión del a quo de rechazar la
demanda por ausencia del requisito de conciliación prejudicial, señaló:

1. Frente a asuntos que, en lo medular, guardan estrecha similitud con


el que aquí se decide, este Despacho ha sostenido que "si bien el
artículo 35 (inciso quinto) de la Ley 640 de 2001 autoriza a la parte
demandante que acuda directamente a la jurisdicción, cuando en el
proceso que se trate '...se quiera solicitar el decreto y la práctica de
medidas cautelares...', tal prerrogativa está condicionada a la
viabilidad de la respectiva cautela" , hipótesis que no se verificó en el
asunto sub lite, en tanto que los "embargos y secuestros" que solicitó la
demandante (fl. 43), no son procedentes como medidas cautelares
previas en procesos declarativos como el de la referencia.

Ciertamente, el artículo 590 del C. G. de P. es claro en indicar que en


los procesos de la referida naturaleza, las específicas medidas
cautelares que solicitó la parte actora (embargo y secuestro),
únicamente proceden "cuando la demanda verse sobre dominio u otro
derecho real principal, directamente o como consecuencia de una
pretensión distinta o en subsidio de otra o sobre una universalidad de
bienes" (lit. a) o "cuando en el proceso se persiga el pago de perjuicios
provenientes de responsabilidad civil contractual o extracontractual"
(lit. b), siempre y cuando, en uno y otro caso, se hubiere proferido
"sentencia de primera instancia favorable al demandante", hipótesis
estas que, evidentemente, aquí no hacen presencia, en la medida que
el litigio apenas está en su etapa inicial.

Aunado a ello, precisó:

2. Tampoco las reseñadas cautelas eran procedentes a la luz del literal


c del precitado artículo 590, ib., pues tal precepto (aplicable a asuntos
que por sus particularidades resulten ciertamente excepcionales)
permite que el juez de conocimiento decrete "cualquier otra medida
(distinta de la inscripción de la demanda, del embargo y del secuestro,
cuya regulación quedó establecida en los literales a y b de la misma
disposición) que encuentre razonable para la protección del derecho
objeto del litigio...".

3. Ha de verse, además, que avalar una interpretación como la que


sugiere el inconforme, daría al traste no sólo con la regulación prevista
para las medidas cautelares en procesos declarativos (pues, serían
inocuos los literales a y b del art. 590 del C. G. del P. C., si se
permitiera, indiscriminadamente, el decreto de embargos y secuestros
desde la admisión de la demanda en procesos declarativos), sino
también con la ostensible intención del legislador de promover la
utilización de mecanismos extrajudiciales de resolución de conflictos
(ya que le bastaría a todo demandante con solicitar cualquier clase de
medida cautelar, por más ostensible que sea su improcedencia, para
evitar el agotamiento de la conciliación prejudicial).

Las citadas conclusiones son producto de una motivación que no


puede calificarse de irrazonable, pues se fundaron en una legítima
interpretación de la normatividad aplicable al caso concreto, circunstancia
que, a juicio del ad quem, conllevó el rechazo de plano de la demanda, dado
que ante la improcedencia de la medidas cautelares solicitadas por la

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Radicación n.° 11001-02-03-000-2015-01886-00.

demandante debió agotar el requisito de procedibilidad arriba expuesto.

De lo cual resulta, que más allá de que la Corte comparta o no las


conclusiones a las que llegó el Tribunal, como aquellas son producto de una
motivación que no es producto de su subjetividad, resulta improcedente la
intervención excepcional del juez de tutela, más cuando se tiene claro que
no se puede recurrir a esta vía excepcional para imponer al juzgador una
determinada interpretación o enfoque de la normatividad que coincida
plenamente con el de las partes, porque es precisamente en ese campo en
donde se expresa con mayor fuerza su independencia.

Así lo ha sostenido la jurisprudencia:

(…) sólo es factible fundar una acción de tutela, cuando se observa en


el caso concreto, que de manera manifiesta el operador jurídico ejecuta
un juicio irrazonable o arbitrario sobre la valoración probatoria por
fuera de las reglas básicas de realización, práctica y apreciación, las
cuales se reflejan en la correspondiente providencia. El error en el
juicio valorativo, ha dicho esta Corte, debe ser de tal entidad que debe
ser ostensible, flagrante, manifiesto y el mismo debe poseer una
incidencia directa en la decisión. (CSJ. STC. 24. Jun. 2004, rad. 142-
01, reiterada en STC 25. Ene. 2012, rad. 00001, entre otras)

Queda claro, entonces, que lo pretendido por la peticionaria del


amparo es anteponer su propio criterio al del accionado y atacar, por esta
vía, la decisión que los desfavoreció, finalidad que resulta ajena a la de la
acción de tutela, mecanismo que dada su naturaleza excepcional no fue
creada para erigirse como una instancia más dentro de los juicios
ordinarios.

3. No existe duda, por consiguiente, que no fue por defecto


procedimental, ni por ninguna otra actuación caprichosa que el tribunal
tomó su decisión, pues los motivos que adujo en su providencia constituyen
una interpretación judicial perfectamente válida y razonable, por lo que no
se avizora la configuración de ninguno de los requisitos de procedibilidad de
la acción de tutela contra sentencias y, por tanto, no se advierte violación a
los derechos fundamentales de la accionante.

4. Razones que en suma, se estiman suficientes para concluir que la


reclamación está avocada al fracaso, por lo que se denegará el amparo
constitucional que aquí se implora.

III. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia, en Sala de


Casación Civil, administrando justicia en nombre de la República y por
autoridad de la ley, NIEGA la protección constitucional solicitada.

Comuníquese telegráficamente lo aquí resuelto a los interesados; y, en


oportunidad, remítase el expediente a la Corte Constitucional, para su
eventual revisión, en caso de no ser impugnado este fallo.

LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABONA


Presidente de la Sala

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Radicación n.° 11001-02-03-000-2015-01886-00.

MARGARITA CABELLO BLANCO

ÁLVARO FERNANDO GARCÍA RESTREPO

FERNANDO GIRALDO GUTIÉRREZ

ARIEL SALAZAR RAMÍREZ

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