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Migraciones internas en el Perú

CUSO: REALIDAD NACIONAL

DOCENTES: ZULEMA

ALUMNOS/CODIGOS:
VILLOGAS ESPINOZA JOSEPH/15160312
GOMERO NOEL NEHEMIAS/15160316
FALCON PEREZ KYLE/15160315
INDICE

1. INTRODUCCIÓN 1
2. MIGRACIÓN INTERNA EN EL PERÚ 2
2.1 Conceptos y generalidades 3
2.2 El impacto de la migración campo-ciudad en el proceso de urbanización en el
desarrollo nacional 4
2.3 Etapas, aspectos históricos en la migración interna hasta los años 90’ . 5
3. CARACTERÍSTICAS DE LA MIGRACIÓN CAMPO-CIUDAD EN EL PERÚ ACTUAL. 6
3.1 Distribución de la población migrante interna según sexo, edad, lugar de
procedencia y ocupación. 8
3.2 Causas de la migración interna . 12
3.3 Etapas de la migración campo-ciudad 13
3.4 Zonas expulsoras y receptoras de migrantes . 14
3.5 Distribución cuantitativa y regional de la migración interna. 18

4. LA PROBLEMÁTICA DE LA DESIGUAL DISTRIBUCIÓN EN EL PERÚ Y LA


INTERVENCIÓN DELFACTOR MIGRACIÓN INTERNA.
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4.1 Consecuencias de la migración campo-ciudad. 20
4.2 Tendencias y perspectiva de la migración interna. 21

5. CONCLUSIONES 24

6. BIBLIOGRAFÍA. 25
MIGRACIÓN INTERNA EN EL PERÚ
1. INTRODUCCIÓN

Las migraciones internas constituyen procesos sociales que tienen un carácter


histórico estructural, las mismas que adquieren características significativas por
su intensidad a partir de la década del 50, contribuyendo a acelerar el proceso de
urbanización y litorización en el Perú, con el crecimiento inicial de las ciudades de la
costa, posteriormente algunas ciudades de la sierra y más recientemente, otras
menores que abren un proceso de selvatización, urbano-rural.

La contribución de las migraciones en la redistribución de la población en


nuestro territorio, se evidencia en la aparición de nuevos focos de atracción de
población. En el período 1981-1993, puede observarse cómo se acentúan y
expanden estas tendencias en especial en ciertas áreas de la selva alta (San Martín y
Ucayali) y en algunas ciudades que corresponden al Trapecio Andino. De otro lado,
aunque se aprecia un descenso relativo de las migraciones a Lima Metropolitana; en
términos absolutos el incremento es significativo. La capital sigue siendo la principal
receptora de población a nivel nacional.

Las migraciones están articuladas y condicionadas por otros procesos socio-


económicos que giran en torno a la estructura productiva, especialmente la
agropecuaria, la violencia, el narcotráfico, etc., a los cuales hacemos referencia
pero no con la rigurosidad del caso. Hablar de las migraciones internas en el Perú
conlleva riesgos como caer en generalidades o eludir aspectos sin duda importantes.
Sin embargo, haremos el esfuerzo de abordar las tendencias más relevantes de este
proceso.

1
2. MIGRACIÓN INTERNA EN EL PERÚ

En el último medio siglo, el país ha experimentado cambios sustantivos en su realidad


demográfica, social y económica, dichos cambios, especialmente los experimentados en el
último cuarto de siglo, han sido determinantes en la nueva configuración de la realidad
nacional. En estos cambios, las migraciones internas, que son desplazamientos poblacionales
de un lugar a otro, cambios que se dan con ánimo de residencia, entre unidades político
administrativas mayores (departamentos), y entre las unidades político administrativas
menores (distritos), han sido decisivos en la nueva configuración de la realidad del Perú, a
inicios del siglo XXI.

Las migraciones internas han incidido positivamente en el escenario de la realidad


peruana de hoy, han posibilitado mejores condiciones de vida de cientos de miles de peruanos,
que en un proceso de auto redistribución poblacional en el territorio, han activado
capacidades para un mejor aprovechamiento de los recursos económicos, naturales, humanos,
tecnológicos y sociales, ahora con mayor dinámica por todo el país. Más allá del hegemonismo
que sigue teniendo Lima, la Capital de la República, que aún se mantiene como principal imán
de población migrante interna e incluso extranjera, el crecimiento económico descentralizado
del país está configurando nuevas áreas productivas que atraen población, que aportan a una
mayor actividad económica de las partes, es decir de las regiones, proceso que abona al
crecimiento del todo el país. Por cierto, las regiones más dinámicas son las que mayormente
ganan población migrante, como veremos a lo largo del presente trabajo.

Se observa intensa movilización de recursos económicos por todo el país, dentro de ellos
el capital humano, acondicionado a los procesos productivos que se manifiestan en la
diversidad geográfica de nuestro territorio. En este proceso han tenido incidencia positiva los
desplazamientos de población a lo largo y ancho del país. La densidad demográfica se
manifiesta en la costa peruana, por las intensas migraciones provenientes de los Andes o en
dirección hacia la selva amazónica, con grandes extensiones que contienen ingentes recursos,
configura un escenario promisorio para el futuro, con un mercado interno mucho más
integrado y pujante.

2.1Conceptos y generalidades

Corresponden a los movimientos migratorios que se realizan dentro de un mismo país.


Tiene consecuencias fundamentalmente económicas, aunque también pueden ser atribuidas a
otros factores tales como: Sociales, culturales. Los factores económicos pueden ser resumidos
como la búsqueda de oportunidades económicas con la intención de mejorar el nivel de vida.
Estas migraciones generalmente se realizan debido a las desigualdades regionales que existen
dentro de los países. Por ello, las migraciones internas se producen, generalmente, desde las
regiones menos favorecidas hacia las más beneficiadas en términos de: fuentes de trabajo,

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mejores niveles de ingreso, mejores condiciones educativas y otras expresiones de desarrollo.
Estos movimientos permiten nivelar las condiciones de desarrollo económico por un ajuste de
la población a los recursos.

2.2El impacto de la migración campo-ciudad en el proceso de


urbanización y en el desarrollo nacional.

El Perú en el último medio siglo se ha urbanizado plenamente, por las migraciones


internas, en la actualidad tres cuartas partes de la población peruana viven en las ciudades, allí
donde se desarrolla la industria, el comercio y los servicios. La población mayoritariamente se
ha volcado a las ciudades imprimiéndole además, pujanza económica. La población que
proviene principalmente de las áreas rurales y de las pequeñas ciudades, villorrios y centros
poblados, tras un intenso proceso migratorio proveniente de los Andes, preferentemente
hacia las ciudades costeras y también hacia la selva, hacia el llano amazónico.

Primero a Lima, ahora una mega ciudad de más de 9 millones de habitantes, también
hacia ciudades de más de 500 mil habitantes como Arequipa y Trujillo, al norte y sur costero, a
ciudades de 100 mil a 500 mil habitantes como: Chiclayo, Chimbote, Cusco, Ica, Iquitos, Juliaca,
Piura, Pucallpa, Puno, y a ciudades de 50 mil a 100 mil habitantes, entre las que destaca
Moquegua, Puerto Maldonado, ésta última, impulsada por el flujo turístico hacia el Manu, la
interconexión con el Brasil, a través de la carretera interoceánica sur y también por la

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proliferación de la actividad minera artesanal, tras el oro aluvial que arrastran los ríos.
Dimensiona los cambios, señalar que por el año 1940 del siglo pasado, sólo existían 10 grandes
ciudades, la mayor de ellas Lima, la Capital de la República, pasados 67 años (al 2007), el
sistema de ciudades mayores de 20 mil habitantes está compuesta por 79 ciudades,
configurándose tres grandes bloques: ciudades metropolitanas y grandes, 4 ciudades en total,
representan el 5,0% del total de ciudades. Ciudades intermedias mayores (17) e intermedias
(13), 30 en total, representan el 38% del total, y ciudades pequeñas, 45 ciudades, representan
el 60,0% del total.4 En el año 2015, ya existen en el país 93 ciudades de 20 mil y más
habitantes, fruto de las intensas migraciones internas, interdepartamentales e interdistritales,
que expresan singularmente los avances en el proceso de urbanización, lo cual incide en el
crecimiento económico.

La población mayoritariamente se ha trasladado a las ciudades, por su crecimiento


económico, allí se concentra la actividad empresarial de mayores recursos, también de
medianos y pequeños negocios, que se asientan con mayor dinámica en este ámbito. La
pérdida de población de las áreas rurales amerita especial atención, se aceleró desde hace más
de medio siglo por la crisis de la agricultura, principal actividad de ese ámbito, que presionó al
incremento de las migraciones internas, las mismas que han nutrido en sobremanera el
urbanismo en la realidad peruana, pero han despoblado parte importante de las zonas rurales.
. Así: “A pesar de todos los problemas que tienen las ciudades y de la permanencia de
importantes grupos poblacionales en situación de pobreza e indigencia, en promedio, es más
alto el acceso a los servicios de salud y menores las tasas de mortalidad de niñas, niños y
mujeres; mayores la asistencia escolar, el nivel educativo y la población alfabeta; más
extendido el acceso a vivienda y a servicios básicos como electricidad, agua, desagüe, etc.

Es decir, las condiciones de vida suelen ser superiores en las ciudades”. Definitivamente,
el atractivo de las ciudades que permite mejorar las condiciones de vida impulsó a cientos de
pobladores a dejar el campo y trasladarse a la ciudad, ello principalmente por la crisis de la
agricultura, los fallidos procesos de reforma agraria, y de otro lado, el repunte de la industria,
el comercio y los servicios urbanos.

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Si uno observa el gráfico, puede apreciar el dinámico proceso de urbanización que ha
vivido el país en los últimos 70 años. Se aprecia la paulatina disminución de la proporción de la
población asentada en el campo, en área rural, proceso reflejado por los Censos Nacionales de
1940, 1961, 1972, 1981, 1993 y 2007. La población rural en los años 70 representaba más del
50% de la población total del país, bajó a 40% en el año 1981, a 30% en el año 1993 y a 25% en
el año 2007, se estima que para este año 2015 la población asentada en el área rural apenas
representará el 23% de la población total. Los cambios se dieron con fuerza desde mediados
del siglo pasado, los Censos Nacionales de Población de los años 1940 y 1961, señalaban que la
población mayoritariamente aún se asentaba en el área rural, superaba el 50% del total de la
población al año 1961. Ya en el Censo de Población del año 1972, en forma abrupta, los datos
indicaban que cerca del 60% de la población peruana residía en las ciudades, en una década
(1961-1972) el 12,1% de la población peruana se volcó a las ciudades, principalmente a Lima.

La tendencia se mantiene a lo largo de los 90, el crecimiento de las ciudades, las


reformas en materia económica cuyo impulso inicial se da en las Al año 2007 la población rural
apenas si representa el 25% de la población total del país. Se estima que en este año 2015 el
77% de la población peruana residirá en las ciudades, aún con un protagonismo hegemónico
de la Capital de la República, pero con un fortalecimiento de ciudades intermedias que exhiben
gran dinámica, especialmente en las capitales regionales, donde el crecimiento económico ha
sido sostenido y se proyectan, avizoran como nuevos polos de desarrollo.

La economía peruana en el último cuarto de siglo ha venido creciendo sostenible a una


tasa de promedio de 5,3% anual generando posibilidades de empleo e ingresos para los
migrantes.

2.3 Etapas, aspectos históricos en la migración interna hasta los años 90’.

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El proceso migratorio rural urbano se intensifica masivamente desde 1950, como
consecuencia de la crisis estructural del agro andino, en un marco semifeudal de transición al
capitalismo. Esta migración permitió que se generen intercambios socioculturales con las
ciudades en crecimiento, ya que las personas se desplazan, no sólo físicamente, sino que
arrastran consigo su universo ideológico cultural, como normas, valores, festividades,
ceremonias, sus costumbres de reciprocidad andina, su práctica colectiva, que les permite
establecer relaciones permanentes entre los migrantes y sus comunidades campesinas de
origen. Este conjunto de manifestaciones, describe la magnitud e importancia del proceso
migratorio en nuestra realidad social nacional.

En la década de 1970, un encarnizado debate sobre el carácter de la sociedad peruana,


dividía la izquierda, entre los que pensaban que la sociedad era “predominantemente
capitalista” y los que opinaban que era aún “feudal”. El debate se sellaba, a favor de los
primeros, con un incuestionable dato censal: la mayoría de la población, desde el Censo de
1972, era “urbana”.

La discusión sobre el carácter de la sociedad peruana quedó, en la década siguiente,


fuera de la historia. Sin embargo, la “urbanidad” o “ruralidad” del país o de una zona, siguen
siendo evidencias de su nivel de desarrollo. Efectivamente, en tanto la mayoría de la población
(de un distrito, de una provincia, de una región) es “urbana”, se le atribuye un mayor nivel de
desarrollo que un espacio de mayoría “rural”. Lo rural carga así con una suerte de lastre; una
pervivencia de la historia a ser “superada”: el progreso es urbano. La asociación de lo urbano
con el progreso está vinculada a la identificación de lo urbano con el desarrollo industrial (al
que se supone en un nivel “superior” que la actividad agrícola ubicada como “primaria”), así
como con la disponibilidad de servicios y a las condiciones de la alta concentración de
población (autopistas modernas, sistemas de tránsito complejos). No hace mucho el propio
Presidente de la República sugirió que, como el estado no puede hacer un centro de salud o un
colegio secundario en cada poblado rural, lo mejor era que las personas migren a “las ciudades
intermedias”, donde parece que García opina que existen muchos servicios de calidad. Si bien
sus apreciaciones se produjeron en el contexto de la aprobación de leyes que buscaban
facilitar que pobladores rurales vendieran sus tierras a empresas privadas, la imagen de
“ciudad” con progreso y servicios y, por oposición, la de espacio “rural” con atraso y carencias,
jugaba sobre una especie de sentido común nacional.

3 CARACTERÍSTICAS DE LA MIGRACIÓN CAMPO-CIUDAD EN EL PERÚ


ACTUAL.

Existe una clara tendencia a que los migrantes presenten características heterogéneas
según sea el lugar de origen y el lugar de destino, por lo que se hace complejo caracterizar a
los migrantes en general. Por ello, en este capítulo se realiza un primer acercamiento a la
inmigración y emigración de acuerdo al rango de tamaño de ciudades.

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Las principales variables que se analizarán están en relación al sexo, la edad y el nivel de
educación alcanzado. Una primera inspección general sirve para introducir el análisis y se
efectúa para comparar a migrantes con no migrantes y dentro de los migrantes a aquellos
“intra sistema de ciudades” con aquellos que resultan del intercambio entre el sistema de
ciudades y el resto del sistema de asentamientos humano.

En el cuadro siguiente se presentan las cifras absolutas y en el gráfico 2 las relativas que
permiten efectuar este primer perfil. Los datos indican que:

a) la migración entre ciudades NO se caracteriza por el predominio femenino que han


constatado investigaciones previas sobre migración en general o migración campo-ciudad en
particular; la mayor paridad socioeconómica y laboral entre ciudades (en comparación con la
disparidad campo-ciudad) atenúa los incentivos para la selectividad femenina de la migración.

b) La migración entre el sistema de ciudades y el resto del sistema de asentamientos


humanos SÍ se caracteriza por un sesgo de género. Este no se aprecia en la composición de
estos migrantes –de hecho: hay más hombres que mujeres en este flujo: 481 786 contra 468
459- pero sí se verifica al examinar los dos sentidos del flujo. En efecto, la corriente (desde el
resto del sistema de asentamientos humanos hacia el sistema de ciudades) tiene un 51.2% de
mujeres mientras que en la contracorriente (desde el sistema de ciudades hacia el resto del
sistema de asentamientos humanos) este porcentaje baja a 45.3.

c) Se ratifica el sesgo etario favorable a las edades activas ya que los diferentes tipos de
migrantes registran un porcentaje de población de entre 15 y 64 del orden de 80%, muy
superior al 72% de los no migrantes del sistema de ciudades y al 64% de los no migrantes del
resto del sistema de asentamientos humanos. El mayor porcentaje se da entre los migrantes
intra sistema de ciudades (81.6%) y el menor en la corriente desde el resto del sistema de
asentamientos hacia el sistema de ciudades (78.5%)

d) Los migrantes intra sistema de ciudades sobresalen por el alto porcentaje que ha
alcanzado el nivel universitario, algo más de un 30% 55/, vale decir los desplazamiento entre
ciudades tienen una alta selectividad educativa y resultan particularmente atractivos para
personas calificadas. Como contrapartida a este hallazgo, las cifras muestran que la
contracorriente desde el sistema de ciudades hacia el resto del sistema de asentamientos
humanos tiene una mayor proporción de universitarios que los no migrantes del sistema de
ciudades y que la corriente desde el resto del sistema de asentamientos humanos hacia el
sistema de ciudades. Estos resultados son inesperados y sugieren una tendencia que deberá
ser revisada con metodologías más precisas en este mismo texto: la migración podría estar
contribuyendo a incrementar el acervo de recursos humanos calificados (con formación
universitaria) en el resto del sistema de asentamientos humanos y erosionando ligeramente
este acervo en el sistema de ciudades

e) Finalmente, entre los migrantes entre ciudades se registra la menor proporción de


personas con baja educación. Nuevamente la selectividad de este flujo apunta a un alto nivel
de formación. La composición de la corriente y la contracorriente vuelve a sugerir que la
migración podría estar deteriorando ligeramente el promedio de calificaciones de los recursos
humanos del sistema de ciudades.

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3.1 Distribución de la población migrante interna según sexo, edad, lugar
de procedencia y ocupación.

 Migrantes según sexo

Si se analiza la migración por rango de tamaño de ciudades y por origen y destino de los
migrantes se descubre que existen grandes diferencias entre ellos, lo que parece obedecer a la
complejidad de los mercados de trabajo de las ciudades de origen y destino. Se constata que
las ciudades consideradas como grandes por contar con una población entre 500 mil y menos
de 1 millón de habitantes y las Metrópolis (con más de un millón de habitantes) reciben más
inmigrantes mujeres que hombres. La diferencia se hace más notoria a medida que aumenta el
tamaño de las ciudades. Los datos consignados en el siguiente cuadro refieren que de cada 100
mujeres inmigrantes a las ciudades grandes hay 97 hombres y en las metrópolis de cada 100
mujeres son 93 hombres inmigrantes (cuadro 3.10).

La preferencia de las mujeres por migrar hacia las ciudades de mayor tamaño estaría
motivada mayormente por la búsqueda de empleo, y, por las condiciones del mercado de
trabajo imperante en el país, estas tienden a insertarse mayormente en trabajos informales de
baja productividad, principalmente en la rama de servicios (comercio y servicio doméstico).

Al analizar los flujos de emigrantes, se constata que de las ciudades consideradas como
grandes y de las Metrópolis emigran más hombres que mujeres. Así, por cada 100 mujeres que
emigran de las ciudades con más de un millón de habitantes lo hacen 110 hombres; en las
ciudades grandes la relación es de 104 hombres (gráfico 3.2). Esta mayor emigración masculina
de las metrópolis y las ciudades grandes tiene como destino las Ciudades Intermedias
Mayores, Intermedias Menores y Pequeñas Ciudades; las cuales se convierten atractivas en
términos laborales para la población masculina.

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La migración interna puede ensanchar o estrechar las diferencias territoriales en materia
de atributos sociodemográficos. Por ejemplo puede aumentar o disminuir las disparidades
territoriales de la composición por sexo y por nivel educativo. La literatura reciente sobre el
caso latinoamericano (Rodríguez y Busso, 2009) sugiere que la migración interna en general
coadyuva al ensanchamiento de las brechas territoriales en indicadores sociodemográficos.
Este estudio ofrece información novedosa que extiende ese hallazgo, en materia de
distribución por sexo, al intercambio dentro del sistema de ciudades, pues las ciudades con
menor índice de masculinidad tienden a reducirlo aún más con la migración intra sistema de
ciudades. Este hallazgo será reafirmado y cuantificado con mayor detalle en una sección
siguiente, mediante el uso de un procedimiento especialmente elaborado para estimar el
impacto neto y exclusivo de la migración sobre la composición por género, edad y educación
de las ciudades.

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 Migrantes según edad

La mayoría de la población migrante del Sistema de Ciudades se encuentra en edad


para trabajar, ya que el 81,6% tiene una edad comprendida entre los 15 y 64 años de edad. El
15,2% son menores de 15 años y el 3,2% tienen de 65 a más años de edad. Por cierto, este
hallazgo no es novedad, pero sí ratifica que el perfil de los migrantes intra sistema de ciudades
no se aparta mucho del perfil de los migrantes internos en general, lo que, a su vez, abona a la
hipótesis de que los determinantes de esta migración pueden ser similares a los factores
laborales de la migración interna.

De acuerdo al rango de tamaño de ciudades, la metrópolis disminuye su dependencia


demográfica por la migración entre ciudades (sus inmigrantes son un 83,2% de edad laboral
mientras que sus emigrantes son un 79.5%); en cambio, en el resto de las categorías de
ciudades (salvo la de 50 mil a 99 999) sus emigrantes registran una mayor proporción de
población en edad de trabajar que los inmigrantes (por lo cual, la migración tiende a aumentar
su dependencia demográfica). La emigración desde estas ciudades podría ser una vía de
escape para quienes emigran, pero esto agrava la situación de los que permanecen allí, ya que
constituyen una trampa territorial de pobreza.

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 Migrantes según educación

La educación ha constituido el más eficaz de los instrumentos de movilidad y ascenso


social, siendo por ello la principal apuesta de la sociedad y las familias para superar la pobreza
y alcanzar la equidad y la integración.

Desde mediados del siglo pasado, el Estado realiza grandes esfuerzos para que el país
logre el acceso universal al sistema educativo, sobre todo a la educación básica, primaria y
secundaria, lográndose niveles de asistencia escolar para estos niveles relativamente altas. Sin
embargo, este esfuerzo universalizador tuvo grandes resultados pero fue a costa de la calidad
de la misma,

A pesar de los esfuerzos realizados, las oportunidades para el acceso al sistema


educativo aún no están equitativamente distribuidas en el país. Las ciudades de menor tamaño
y los centros poblados menores de 20 mil habitantes, debido a su gran dispersión, no cuentan
con un abanico de servicios educativos que atiendan a todos y en los diversos niveles de la
educación. Debido a ello, la emigración por educación, a nivel individual, se constituye en un
mecanismo compensador de la falta de oportunidades de acceso a ella. Pero también la
migración a nivel social puede convertirse en una trampa para el desarrollo o un atajo al
mismo, si es que en los saldos migratorios estas localidades pierden o ganan recursos humanos
calificados.

De acuerdo a la información que se presenta en el cuadro 3.14, que se encuentra a


continuación, y que está referida sólo a la migración al interior del sistema de ciudades, se
aprecia que sólo las ciudades metropolitanas alcanzan tasas positivas de migración en todos
los niveles de educación, siendo lo más resaltante que es el único rango que gana recursos
humanos calificados a nivel de educación superior no universitaria y universitaria, presentando
tasas de 2.85 y 3.13 habitantes por cada mil, respectivamente.

Por contrapartida, todo el resto de rangos de tamaños de ciudades pierden recursos


humanos de todos los niveles de educación, con excepción de las ciudades grandes que ganan
recursos humanos con educación primaria y secundaria.

Por ello, se estaría configurando que sólo Lima estaría encaminada por un atajo al
desarrollo, en tanto gana los recursos humanos más calificados, que por lo general, son las
personas con mayores capacidades e instrumentos para enfrentar los retos del desarrollo.
Mientras que el resto de rangos de ciudades, al perder sus recursos más calificados, estarían
cayendo en una trampa para el desarrollo, pues se estarían alejando de ellas aquellas personas

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que pueden contribuir notablemente a realizar los emprendimientos que requiere la vía al
desarrollo, la equidad y la integración.

En este contexto, es importante precisar que las ciudades que sufren de manera más
intensa la pérdida de sus recursos, son justamente las ciudades que se encuentran en los
rangos de ciudades con menos población, en tanto cuentan, proporcionalmente, con la menor
cantidad de recursos humanos calificados, y son esos pocos recursos los que pierden.

Cabe subrayar que estas conclusiones se basan en los saldos migratorios de los
diferentes grupos educativos por ciudades o agrupaciones de ciudades ordenadas según
tamaño demográfico y por ello tienen sesgos que pueden invalidar sus conclusiones. Por
ejemplo, con el solo dato de un saldo migratorio positivo de personas de educación superior
NO puede concluirse que la ciudad aumente, en promedio, sus recursos humanos calificados
por migración. En efecto, si de manera simultánea el saldo migratorio de personas sin
educación es incluso mayor, entonces el resultado final de la migración es la merma de la
educación promedio.

3.2 Causas de la migración interna.

Socioeconómicas:

- Busquedas de mejores condiciones de vida, empleo, ingreso; debido al alto porcentaje


de pobreza en el area rural.

Zonas de alto crecimiento economico:

- Industria
- Urbanismo
- Mejor acceso a servicios

Politicas:

- Conflicto

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- Terrorismo
- Violencia

Degradacion del medio ambiente:

- Sequias
- Huaycos
- Inundaciones

Otras causas

- Deseo de progreso, aspiraciones, emprendimiento, mayor educación.

3.3 Etapas de la migración campo-ciudad

Las migraciones internas constituyen procesos sociales los cuales tienen un carácter histórico
estructural, las mismas que adquieren características significativas por su mayor intensidad a
partir de la década del 40, contribuyendo así a acelerar el proceso de urbanización y
reduciendo las zonas rurales con el pasar de los años, con el crecimiento inicial de las
principales ciudades de la costa en especial Lima, también hay un notorio aumento de las
barriadas el cual es considerado como un nuevo tipo de urbanización , todo esto ocurre a
consecuencia de las constantes migraciones que se realizaran a partir de esos años en adelante

“Así en 1956 se registraron 56 barriadas, que concentraban 119,886 habitantes apenas el


(9.5%) de la población total de lima metropolitana, estimada en entonces 1,260,729
habitantes. En 1961 se duplico al llegar a 316,829 habitantes (17. 2%).en 1972 fueron 805,177
habitantes (17. 2%).El último censo de1981 dio un total de 408 barriadas que albergaban en
total de 1,460,471 habitantes equivalentes al (32.5%) de la población total de Lima”.

Posteriormente algunas ciudades de la sierra más recientemente , otras menores que abren un
proceso de selvatizacion , urbano-rural(a partir de la década del 80 las migraciones a la selva
empiezan a tomar más fuerza), debido a que comienzan el auge del comercio ilegal de la coca,
volviendo a la selva alta un punto nuevo de migrantes , los cuales mayoritariamente eran:
colonizadores ,comerciantes ,asalariados y peones quienes iban con el objetivo de poder hacer
crecer sus ingresos económicos aún más.

La contribución de las migraciones en la redistribución de la población en nuestro territorio, se


evidencia en la aparición de nuevos focos de atracción de población. En el periodo 1981-1993,
puede observarse como se acentúan y expanden estas tendencias en especial en ciertas áreas
de la selva alta (San Martin y Ucayali) y en algunas ciudades que corresponden al trapecio
Andino. De otro lado, aunque se aprecia un descenso relativo de las migraciones a Lima
Metropolitana; en términos absolutos el incremento es significativo. La capital sigue siendo la
principal receptora de población a nivel nacional.

Las migraciones están articuladas y condicionadas por otros procesos socio-económicos que
giran en torno a la estructura productiva, especialmente la agropecuaria, la violencia, el
narcotráfico, etc., a los cuales se hace referencia, pero no con la rigurosidad del caso. Hablar

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de las migraciones internas en el Perú conlleva riesgos como caer en generalidades o eludir
aspectos sin dudad importantes. Sin embargo, hay que hacer el esfuerzo de abordar
tendencias más relevantes de este proceso.

3.4 Zonas expulsoras y receptoras de migrantes.

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3.5 Distribución cuantitativa y regional de la migración interna.

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4 LA PROBLEMÁTICA DE LA DESIGUAL DISTRIBUCIÓN EN EL PERÚ Y LA
INTERVENCIÓN DEL FACTOR MIGRACIÓN INTERNA.

4.1 Consecuencias de la migración campo-ciudad.


Las consecuencias las podemos ver con estos indicadores:
1. Demográficos: Hace 50 años, la población rural representaba el 64.6% de la población del
Perú, ahora la población rural representa el 23.30%, invirtiéndose la proporción. La tasa de
natalidad en 1950 era del 48.7%, bajando a 18.90% por mil en el 2014, la tasa de mortalidad,
bajó de 22.50% en 1950 a 5.6% en el 2014. Estos indicadores han impulsado el crecimiento
poblacional a números sin precedentes. Por ejemplo Lima, pasó de tener 2millones de
habitantes en 1961 a más de 10, 000, 000 en la actualidad.
2. Económicos: Las migraciones internas aportan fuerza laboral, emprendimiento, ahorro e
inversión. En los últimos 25 años, ha venido creciendo sostenible a una tasa mayor al5% anual,
generando un crecimiento de la clase media del 15 a más del 50%.Se estableció además un
sistema dinámico de ida y vuelta de remesas tanto de las familias de origen a los migrantes al
inicio, como posteriormente, del migrante asentado y con ingresos hacia sus familias de
origen. El 26% de la Población Económicamente Activa (PEA) ocupada es migrante, más de
4millones (2012), el migrante aporta 25.7% al Producto Bruto Interno (PBI), además genera
valor agregado que representa el 13% del PBI.
 

3. Social: La pobreza se redujo en más de 30 puntos en los últimos 10 años, 2.6 millones de
puestos de trabajo más en la última década, muchos de ellos para migrantes internos. Más de
25% de los trabajadores son migrantes internos.
4. Urbanismo: Considerando que 6 millones de migrantes internos existen en el país, lo que
representan la quinta parte de la población peruana, se generó un explosivo crecimiento de las
ciudades. Este crecimiento obligó a los migrantes a configurar
las barriadas, constituidas por familias de bajos ingresos que construyen sus viviendas enespaci
os ocupados, invadiendo propiedad privadas en la periferia urbana. Estas construcciones
precarias carecen de servicios básicos, como agua, energía eléctrica, saneamiento, creciendo
de manera desordenada y caótica, ya que carecían de planificación urbana. Las barriadas,
que luego se convertirían en pueblos jóvenes, y luego distritos en los conos mencionados
anteriormente, provocaron el colapso de servicios de transporte, saturaron el espacio urbano,
al no contar con áreas de esparcimiento público ni espacios deportivos, generando
hacinamiento y tugurización.
5. Cultura: Las nuevas ciudades, tuvieron que resolver sus necesidades, por la falta
de presencia del estado, generando sus propios sistemas económicos, importando sussistemas
culturales. Se implementó la informalidad, como sistema comercial paralelo a la
institucionalidad legal, surge el comercio ambulatorio, ferias, mercadillos, paraditas, entre
otros. Aparece también tradiciones culturales, basados en la música, la comida, tradiciones
religiosas, sanadores, curanderos. Aparece la música chicha, la tecno-cumbia, Sarita Colonia,
los Shapis, Pintura Roja y Chacalón.
6. Educación: Se incrementa la demanda de la educación, se reducen las tasas de
analfabetismo urbano, se multiplica la oferta educativa básica, gracias a una población más
urbana. La educación refuerza las expectativas de desarrollo y progreso en los jóvenes

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migrantes. Las migraciones internas han permitido mayor integración, más identidad,
redefiniendo la cambiante fisonomía de la población, de las familias de la nación, a su vez,
encaminadas al progreso.

4.2 Tendencias y perspectiva de la migración interna.

Dada la gran heterogeneidad en los resultados del mercado laboral a nivel regional, tanto en
términos de «stock» de empleo adecuado y de «flujo» en la creación de empleo adecuado, se
podría esperar importantes flujos de migración interna en el Perú. Lamentablemente, las
Encuestas de Hogares utilizadas en este estudio solo capturan los episodios de la migración de
largo plazo, es decir: la diferencia entre el lugar de nacimiento y el lugar de residencia actual,
independientemente del tiempo transcurrido. Sin embargo, nosotros estamos interesados en
los flujos migratorios durante este último período de auge de la economía peruana.
Los censos de población en el Perú se llevan a cabo generalmente una vez cada diez años. El
último censo se realizó en octubre del 2007 y una característica del mismo es que se incluyó
una pregunta específica respecto a la migración en los últimos cinco años. Es decir, hubo una
pregunta sobre el lugar de residencia en octubre del 2007 y otra pregunta sobre el lugar de
residencia cinco años atrás, en octubre de 2002, alrededor del comienzo del período de auge.
El cuadro resume nuestro trabajo con estas dos preguntas para cada departamento para la
población total. La última línea nos dice que el 4,5% de la población peruana se movió entre
2002 y 2007 dentro de sus departamentos de residencia. Más importante aún, el 6,2% de la
población peruana entre esos años se mudó de un departamento de residencia a otro. Las
cifras recogidas por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) para once
países de América Latina muestran que la migración interna en el Perú es relativamente
comparable al promedio simple de la región (4,9%).
El departamento que relativamente atrajo la mayoría de la población fue Madre de Dios (en la
selva), con un saldo migratorio neto de 14,8%, una tasa muy alta de 21,1% correspondiente a
entradas solo parcialmente compensada con un 6,3% de salidas. Nuestro trabajo con las
cuentas nacionales a nivel regional muestra que Madre de Dios tuvo una tasa promedio anual
de crecimiento económico de un punto porcentual superior a la ya elevada media peruana
para este período de auge, explicado fundamentalmente por el auge en la minería —
relacionado con las perspectivas del oro— y que se extendió a otros sectores económicos,
especialmente la construcción.
De nuestros datos sobre empleo, podemos decir que Madre de Dios también tenía un alto
porcentaje de empleo adecuado superior a la media nacional al comienzo del período (37,1%
en 2003-2004). Además, la característica más sobresaliente de Madre de Dios en los últimos
años es que ocupó el primer lugar en términos de aumento en el empleo adecuado (9,3 puntos
porcentuales) durante este período de expansión, con importantes aumentos en la agricultura,
comercio y otros servicios, aunque no en la minería.

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En el segundo y cuarto lugar, encontramos a Lima y Callao, tradicionalmente los principales
imanes para la migración en el Perú —concentran casi un tercio del total de población
peruana, con un saldo migratorio neto de 4,5% y 4,4%, respectivamente. En los datos de
empleo, Lima (incluido el Callao) tenía la segunda mayor cuota de empleo adecuado (43,0%) al
comienzo del boom, y también experimentó importantes aumentos en dicha categoría (4,5
puntos porcentuales) en los últimos años. Tacna, la región limítrofe con Chile, se ubica en el
tercer lugar con una tasa de migración neta de 4,5%. Este comportamiento migratorio es
coherente con el hecho de que Tacna sea la región con el mayor porcentaje de empleo
adecuado (43,7%) en 2003-2004 y haya tenido aumentos sustanciales en la misma variable (5,3
puntos porcentuales) durante este auge. Tumbes, otra región limítrofe, esta vez con el
Ecuador, ocupó el quinto lugar con un 3,0% de saldo migratorio y, de nuevo, esta región fue la

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tercera en porcentaje de empleo adecuado con un 42,4% y una ganancia de 4,3 puntos
porcentuales en los últimos años.

En el otro extremo de la distribución, la región de Amazonas (en la selva) ocupó el último lugar
en términos de saldo migratorio con un -7,8% (una tasa de salidas del 13,7% parcialmente
compensada con una tasa de entradas del 5,9%). Amazonas tuvo un aumento de su PBI casi
igual a la media nacional, explicado principalmente por la agricultura, pero tuvo un desempeño
por debajo del promedio nacional en su mercado laboral, tanto en términos de stock de
empleo adecuado (una participación de 25,9%) y en el flujo de la misma variable (dos puntos
porcentuales de ganancia). La minería ha contribuido negativamente a la generación de
empleo adecuado, al igual que los servicios gubernamentales, otros servicios y comercio.
Huancavelica es un mejor ejemplo de los vínculos entre crecimiento del PBI, empleo y los
patrones de migración. Esta región de la sierra sur ocupó el penúltimo lugar en términos de
saldo migratorio, con una tasa de -7,6%.

Huancavelica experimentó una tasa de crecimiento económico que fue alrededor de la mitad
de la media nacional, con una contribución negativa de la agricultura. Además, esta región
empobrecida presenta los más débiles indicadores laborales en términos de stock de empleo
adecuado (únicamente el 10,6% de su fuerza de trabajo se encuentra en dicha categoría) y por
debajo de la media de ganancia en los últimos años (tres puntos porcentuales), con
contribuciones negativas en términos de generación de empleo adecuado por parte de la
construcción y otros servicios.

Cajamarca, una región de la sierra norte, experimentó una salida neta del 7% de su población
en los últimos años. Este departamento ha tenido el más débil desempeño económico (un
crecimiento del PBI de solo el 0,9%) debido a la contracción de la minería y al pobre
desempeño en todos los sectores de servicios. Estos acontecimientos negativos representaron
importantes pérdidas en términos de empleo adecuado (ya por debajo de la media nacional,
con 22,2% de participación), pues cayó 1,6 puntos porcentuales más debido a un
empeoramiento en la generación de empleo adecuado en la agricultura, la construcción y el
comercio.

Perspectivas migratorias y laborales:

Las historias individuales a nivel de cada región presentadas en la sección anterior parecen
apoyar la idea de una fuerte asociación entre los patrones migratorios y el funcionamiento del
mercado de trabajo de las regiones que absorben y expulsan población, tanto en términos de
stock (de empleo adecuado) y flujo (generación de empleo adecuado). La asociación entre los
flujos migratorios y el PBI regional parece más débil e indirecta, precisamente porque se
canaliza a través del mercado de trabajo.

La evidencia estadística es trabajada mediante un análisis de regresión múltiple, teniendo


como variable dependiente el saldo migratorio neto entre 2002 y 2007, y como variables
independientes: el empleo total en 2003-2004, el cambio en el empleo total entre 2003-2004 y
2006-2007, la proporción de empleo adecuado en 2003-2004, la variación de esta proporción
entre 2003-2004 y 2006-2007, y el crecimiento del PIB regional. Esta regresión se realiza para
los 24 departamentos (con la característica deseable de tener todas las variables en su nivel
representativo, pero pocas observaciones) y para las 189 provincias (con la característica
positiva de una muestra mucho mayor, pero con la limitación de no representatividad de las
variables de empleo a nivel provincial).

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Los cuadros siguientes muestran que las dos variables resumen del mercado de trabajo
enfatizadas en la primera parte de este estudio —el stock y flujo de empleo adecuado—
resultaron ser estadísticamente significativas en ambos tipos de regresiones, ofreciendo
evidencia de un patrón de migración en esta década impulsado firmemente por las
perspectivas económicas y la variable de mayor atención para la mayoría de peruanos: la
probabilidad de disponer de un adecuado trabajo.

5 CONCLUSIONES

- Si bien la tendencia de las migraciones interna se viene atenuando, como observamos


en los números, sin embargo el acervo de migrantes es bastante elevado, como lo
hemos señalado, 20% de la población peruana ha cambiado su residencia entre
departamentos, en tanto el 34.5% son migrantes interdistritales, lo cual señala el
enorme contingente de la diáspora interna peruana, que añade progreso pero a la vez
demanda atención.
- Las migraciones aportan transferencias monetarias internas, fuerza de trabajo,
generan empleos e ingresos, aportan a la productividad laboral y al PBI.

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- Finalmente, cabe señalar que las migraciones internas han permitido mayor
integración, más identidad, redefiniendo la cambiante fisonomía de la población, de
las familias, de la nación, a su vez, encarrilándose al progreso, dadas sus capacidades
productivas que se van acomodando a los nuevos espacios que van ocupando, de esta
manera potenciando el espacio geográfico interno. Los intensos desplazamientos
poblacionales, han permitido ampliar el mercado de bienes y servicios, han
posibilitado el desarrollo económico. Vienen propiciando un mercado interno más
integrado y creciente. Por ello es que este proceso debe ir acompañado de políticas
públicas que cubran las nuevas demandas locales, capacitación para el trabajo,
engarzando crecimiento y desarrollo, seguridad social y educación.

6 BIBLIOGRAFÍA.

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- 2007. Lima: PRINLEY S.R.L.
- FELIX MURILLO ALFARO. (1995). Migracion interna en el Peru.
02/11/17, de INEI Sitio web:
https://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/publicaciones_digital
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- GUSTAVO YAMADA. (2012). Migracion interna en el Peru. Lima: U.
Pacifico.
- ANIBAL SANCHEZ AGUILAR. (2012). Migraciones internas en el Peru.
Lima: INEI.

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