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Artículo 1

La ley reputa comerciantes a todos los individuos que, teniendo


capacidad legal para contratar, se han inscripto en la matrícula de
comerciantes y ejercen de cuenta propia actos de comercio,
haciendo de ello su profesión habitual

Artículo 515

Sólo se considera mercantil la compra o venta de cosas muebles


para revenderlas por mayor o menor, bien sea en la misma forma
que se compraron o en otra diferente, o para alquilar su uso,
comprendiéndose la moneda metálica, títulos de fondos públicos,
acciones de compañías y papeles de crédito comerciales.

Artículo 516

No se consideran mercantiles:
1. Las compras de bienes raíces y muebles accesorios.
Sin embargo, serán comerciales las compras de cosas accesorias
al comercio, para prepararlo o facilitarlo, aunque sean accesorias a
un bien raíz.
2. Las de objetos destinados al consumo del comprador, o de la
persona por cuyo encargo se haga la adquisición.
3. Las ventas que hacen los labradores y hacendados de los frutos
de sus cosechas y ganados.
4. Las que hacen los propietarios y cualquier clase de personas de
los frutos o efectos que perciban por razón de renta, dotación,
salario, emolumento, u otro cualquier título remuneratorio o gratuito.
5. La reventa que hace cualquier persona del resto de los acopios
que hizo para su consumo particular.
Sin embargo, si fuere mayor cantidad la que venden que la que
hubiesen consumido, se presume que obraron en la compra con
ánimo de vender y se reputan mercantiles la compra y la venta.

El comercio
Por N U R I E. R O D R Í G U E Z O L IVE RA y Carlos E. L ÓP E Z R O DRÍG UE Z
I. Etimología de la palabra comercio

La palabra comercio proveniente del latín commercium. Ésta se


descompone en cum, que significa con, y merx o mercis, que
significa mercancía. 

Mercancía es una "cosa mueble que se fabrica o se adquiere para


ser vendida" [ 1 ] .

Commercium era uno de los derechos que correspondían a los


ciudadanos romanos no incapacitados, para adquirir y transmitir la
propiedad.

La palabra commercium, utilizada junto al verbo facere, estaba


referida a la actividad de intermediación entre la compra y venta de
mercancías. 

A pesar de que es relativamente sencillo desentrañar la etimología


de la palabra comercio, no lo es tanto alcanzar su significado actual,
pues depende, para empezar, del punto de vista desde el que se le
considere: económico o jurídico.  

II. Concepto económico de comercio

Desde el punto de vista económico, se llama comercio a la


intermediación entre la oferta y la demanda de mercaderías , con
el objetivo de obtener un lucro.

Desde este punto de vista, la actividad mercantil se distingue de


otras actividades conexas a ella.  
Se distingue de la producción y del consumo: los dos extremos del
ciclo económico. 

Se distingue de la transformación ( fabricación ) que no implica,


necesariamente, intermediación en el cambio de bienes.  

Se distingue del transporte , que tampoco supone dicha


intermediación.
A. Etapa previa al comercio: el trueque o intercambio

Al menos teóricamente, se supone que en etapas rudimentarias de la


civilización existió lo que se denomina “economía individual”, en
que cada individuo o familia, se bastaban a sí mismos. El hombre
producía lo que necesitaba. La familia era un núcleo que producía y
consumía su propia producción.

Luego, cuando los hombres se organizaron en colectividades


mayores, supuestamente, tuvo lugar otro fenómeno económico:
ciertas colectividades habrían producido en exceso ciertos bienes,
mientras carecían de otros, que eran producidos por otras
colectividades. Habría nacido, entonces, el trueque. Los hombres
adquirían las cosas que necesitaban a cambio de las cosas que
habían producido en exceso, mediante el intercambio de unas por
otras.

El fenómeno anotado es una manifestación de la división del


trabajo. Cada célula social y económica produce lo que puede
producir mejor o más fácilmente. Luego, cede lo producido en
demasía obteniendo, a cambio, los productos que le hacen falta. En
esta etapa, los cambios se operan directamente entre productores
que, a la vez, son consumidores.

Hasta aquí existe intercambio pero no intermediación. El mero


intercambio de productos no requiere de moneda, ni del crédito, ni
de ninguno de los negocios jurídicos que, en cambio, sí se
desarrollan en torno de la intermediación. En esta etapa, todavía no
existe comercio [ 2 ] .

El fenómeno económico denominado "intercambio" se corresponde


con el contrato de permuta, que está regulado tanto en el Código
Civil (CC) como en el Código de Comercio (CCom).

B. El comercio como intermediación


Cualquiera sea la civilización de que se trate, existe un momento
histórico en su evolución, en el que el intercambio pasa a un
segundo plano. Esta evolución se encuentra vinculada con el
establecimiento de relaciones entre civilizaciones que se encuentran
separadas por una cierta distancia y, especialmente, cuando entre
una civilización y otra existe un mar, un desierto o una cadena
montañosa. En esa circunstancia es que aparece en escena un
personaje, que percibe que puede adquirir la producción local,
transportarla hasta un lugar en el que el producto escasee y venderla
allí a un precio superior al que compró la mercadería. Esta persona,
como fruto del servicio que presta, obtiene un lucro, que consiste en
la diferencia entre el precio al que compra y el precio al que vende,
deducidos sus gastos.

La operación que realiza esta persona se denomina intermediación.


La intermediación supone que la mercadería entra al patrimonio
del intermediario y vuelve a salir , sea en el mismo estado, o sea
después de darle una forma de mayor o menor valor.  
1. Intermediación y compraventa

El contrato por el cual una mercadería entra al patrimonio de una


persona, con la finalidad de ser vendida luego, se denomina
compraventa mercantil. Éste constituye el acto de comercio por
antonomasia y, por ello, encabeza la lista de los actos reputados
comerciales por el art. 7 del CCom: 
"La Ley reputa actos de comercio en general:
1. Toda compra de una cosa para revenderla o alquilar el uso de
ella, bien sea en el mismo estado que se compró, o después de darle
otra forma de mayor o menor valor. "

2. Intermediación y comerciante
De la especialización en la intermediación, como una nueva
manifestación del principio de la división del trabajo, aparece la
figura del comerciante . La función de intermediación la cumple, de
una manera especializada, una persona o un grupo de personas.  Se
dibuja de este modo, junto a las figuras del labrador, del pastor, del
leñador, la figura del comerciante . 

3. Distinción entre intermediación y producción


A lo hasta aquí comentado corresponde agregar que, desde la más
remota antigüedad, se generó una diferenciación entre producción y
comercio, que se mantuvo y acentuó con el transcurso del tiempo y,
desde luego, se conserva hasta nuestros días.

Mediante el comercio los bienes aumentan su utilidad. En efecto, la


utilidad mayor de un bien, no sólo se produce por las
transformaciones que la industria pueda introducirle. También,
adquiere mayor utilidad cuando se le ubica en el momento y en el
lugar necesario para su consumo. Es lo que se llama utilidad de
tiempo y de lugar. Algunas veces el valor comercial de un bien
puede llegar a ser mayor que el industrial, por lo costoso de su
transporte y de  hacerlo llegar a los lugares de consumo, porque de
nada sirve un bien si no se encuentra en el lugar y en el tiempo
adecuado para satisfacer necesidades del consumo.

Conclusión:
La actividad comercial es una consecuencia del principio de la
división del trabajo en virtud del cual ciertas personas, los
comerciantes, se especializan en la función de intermediación entre
el ofertante - sea este productor, exportador, importador o mayorista
- y el minorista o hasta incluso el consumidor, con una finalidad de
lucro. Manejando, por ahora, conceptos simplificados, no es
comercial la actividad de producción del agricultor o del
ganadero ni del industrial .

De todos los términos que habitualmente se utilizan para describir el


fenómeno económico comercial, preferimos el de intermediación.
Conceptos aparentemente similares como el de mediación o el de
intercambio, se aplican mejor a otros fenómenos diversos al
comercio .

C. La mediación
La actividad de mediación supone generar las condiciones para
que entre dos sujetos - diversos del mediador - se celebre un
negocio jurídico. El mediador, por esa tarea, obtiene una comisión.

Obsérvese que en el caso de la mediación, el bien objeto de la


mediación no ingresa al patrimonio del mediador . El mediador no
es parte en el negocio jurídico que se logra en virtud de la
mediación.

Al mediador profesional nuestro CCom lo considera un auxiliar del


comercio. El contrato por el cual se le encarga la mediación se
denomina corretaje .

III. Concepto jurídico de comercio

El comercio no es una creación legislativa. El legislador reconoce


un hecho económico al que considera como comercio y sanciona la
norma que debe regirlo. No obstante, existen algunos actos que se
reputan comerciales porque así lo dispone la Ley, a pesar de que, de
acuerdo con su naturaleza económica, no lo sean.

El comercio, desde el punto de vista jurídico , no coincide con su


concepto económico.

La diferencia entre el concepto económico y el jurídico, se explica


por razones históricas y de política legislativa. En términos
generales, se observa que el Derecho comercial ha ido ampliando
progresivamente su ámbito de aplicación. Por otra parte, el concepto
jurídico de comercio varía según el país de que se trate.
Por lo tanto, desde el punto de vista jurídico, para determinar
qué es lo que constituye materia comercial, en última instancia,
debemos corroborar qué es lo que la Ley considera como
comercial. La Ley hace esto de dos maneras: enuncia lo que reputa
comercial en el art.   7 del CCom y califica como mercantiles a
ciertos contratos y a algunos otros negocios jurídicos en otras
normas, especialmente en el libro II del CCom.

El CCom vigente en nuestro país, califica como actos de comercio a


distintos negocios. Los enuncia en el art. 7 . Algunos de ellos,
responden al concepto económico de comercio pero otros no.

Mencionaremos, a continuación, aquellos actos enumerados en el


art. 7 , que coinciden con el concepto económico de comercio .

A. Compraventa mercantil

Responde al concepto económico la compraventa de bienes


muebles para revender , mencionada en el n° 1 del art. 7 . Este
negocio es comercial en la ciencia de la economía y en el Derecho
pero, en los restantes incisos, se califica como comerciales a otros
actos, aun cuando no responden al concepto económico de comercio.
Es por ello que, según comprobaremos,  no hay coincidencia entre el
concepto económico y el jurídico de comercio. El concepto jurídico
de comercio es más amplio y comprensivo que el económico.

La compraventa de bienes inmuebles, aunque se realice con la


intención de su reventa o arrendamiento posterior, no es mercantil,
puesto que el art. 516 del CCom así lo establece expresamente.

B. Operaciones de banco

Se considera comercial no sólo la intermediación entre la


producción y el consumo de mercaderías sino, también, la
intermediación en la circulación del dinero que realizan los
bancos y demás entidades de intermediación financiera. Esto se
encuentra recogido en el n° 2 del art. 7 , al referirse a las
"operaciones de banco" . 

La intermediación en la actividad financiera es especialmente


evidente si se contempla en su unidad funcional a los contratos de
depósito bancario y los contratos de préstamo . Con los primeros
ingresa dinero al patrimonio del banco. Con los segundos, ese dinero
egresa de su patrimonio. La ganancia básica del banco se encuentra
en la diferencia entre lo que paga por los depósitos y lo que cobra
por los préstamos.

C. Operaciones de cambio

La operación de cambio está incluida en el n° 2 del art. 7 . ¿Qué es


una operación de cambio? Cambio es la sustitución de una cosa por
otra. Podría confundirse, entonces, con el contrato de permuta ( art.
572 CCom ) pero no es ese el sentido de la norma que comentamos.  

La doctrina unánime entiende que el art. 7 se refiere al cambio de


moneda. Para que haya operación de cambio, deben intervenir
monedas de países distintos. La moneda actúa como mercadería; se
compra y se vende. 

D. Negociación sobre letras de cambio y demás papeles endosables

En la negociación sobre letras de cambio y demás géneros de


papeles endosables a que refiere en n° 3, también,   podría verse el
concepto económico de comercio. Obsérvese que lo que el art. 7
mercantiliza no es la propia letra sino la " negociación" sobre tales
documentos. La actividad comercial sería la intermediación en estos
documentos.

E. Comercio marítimo
El n° 6 del art. 7 , al referirse a todo lo relativo al comercio
marítimo peca de tautológico. La Ley reputa comercio al comercio
marítimo. 

Por lo tanto, la Ley obliga a que el intérprete determine qué es el


comercio, para lo cual éste no tiene más opción que recurrir al
concepto económico.

Libro I: De las personas del comercio

Título I: De los comerciantes

Capítulo I: De los comerciantes en general y de los actos de


comercio

Art. 1. La ley reputa comerciantes a todos los individuos que,


teniendo capacidad legal para contratar , se han inscripto en la
matrícula de comerciantes y ejercen de cuenta propia actos de
comercio, haciendo de ello su profesión habitual .

El Decret o L ey 888 i nt erpret a l os artí cul os 1 y 32 del Li bro 1º, T ít ul o 1º, con l os
si gui ent es t érmi nos:   “... exi gen el requi si t o de i nscri pci ón en l a m at rí cul a haci endo
de esa i nscri pci ón una p resun ci ón ju ri s et d e ju ri s a favor d el matri cu l ad o para
opt ar a todos aquel l os benefi ci os de l a l ey com erci al ” .
La L ey Regi st ral 16.871, al reorgani zar el Regi st ro de C omerci o, supri me l a
mat rí cul a de comerci ant e. Puede ent enderse que l a mat rí cul a se supl e con l as f i chas
personal es previ st a en su art í cul o 48 o que se han derogado t odas l as di sposi ci ones
del C ódi go de Comerci o que hacen ref erenci a a l a mat rí cul a, por apli caci ón del
art í cul o 100 de l a ref eri da L ey.

Art. 2. Se llama en general comerciante, toda persona que hace


profesión de la compra o venta de mercaderías. En particular se
llama comerciante, el que compra y hace fabricar mercaderías para
vender por mayor o menor, en almacén o tienda.

Son también comerciantes los libreros, merceros y tenderos de toda


clase que venden mercancías que no han fabricado.

Art. 3. Son comerciantes por menor los que, en las cosas que se
miden, venden por varas o metros; en las que se pesan, por menos de
una arroba de doce kilogramos; y en las que se cuentan, por bultos
sueltos.

Art. 4. Son comerciantes así los negociantes que se emplean en


especulaciones en el extranjero, como los que limitan su tráfico al
interior del Estado, ya se empleen en uno solo o en diversos ramos
del comercio al mismo tiempo.

Art. 5. Todos los que se dedican al comercio, una vez que tengan la
calidad de comerciantes, según la ley, están sujetos a la
jurisdicción, reglamentos y legislación comercial.

Los actos de los comerciantes se presumen siempre actos de


comercio, salva la prueba contraria.

No exi st e en nuest ro paí s j uri sdi cci ón comerci al . La compet en ci a para los asunt os
comerci al es se est abl ece en l a L ey 15.750, artí cul os 68, 71 y 72. Para concursos
comerci al es hay normas especi al es de compet enci a en el artí cul o 33   de la L ey
15.750 y en los art í cul os 1.567 y 1.578 del C ódi go de C omerci o.

Art. 6. Los que verifican accidentalmente algún acto de comercio ,


no son considerados comerciantes.
Sin embargo, quedan sujetos en cuanto a las controversias que
ocurran sobre dichas operaciones, a las leyes y jurisdicción del
comercio .

Ver not a al art í cul o 5.

Art. 7. La ley reputa actos de comercio en general:

1º. Toda compra de una cosa para revenderla o alquilar el uso de


ella, bien sea en el mismo estado que se compró, o después de darle
otra forma de mayor o menor valor ( artículos 515 y 516 ).

Art . 515. Sól o se consi dera mercant i l l a compra o vent a de cosas m u ebl es para
revenderl as por mayor o menor, bi en sea en l a mi sma f orma que se compraron o en
otra di f erent e, o para al qui l ar su uso, comprendi éndose l a moneda met ál i ca, t ít ul os
de f ondos públi cos, acci on es de compañí as y papel es de crédi t o comerci al es.

Art . 516. N o se consi deran mercant i l es:

1º. Las compras de bi enes raí ces y muebl es accesori os.

Si n embargo, serán comerci al es las compras de cosas accesori as al comerci o, para


prepararl o o faci l i t arl o, aunque sean accesori as a un bi en raí z.

2º. Las de obj et os desti nados al consumo del comprador, o de la persona por cuyo
encargo se haga l a adqui si ci ón.

3º. Las vent as que hacen l os labradores y hacendados de l os f rut os de sus cosechas
y ganados.

4º. Las que hacen los propi et ari os y cual qui er cl ase de persona de l os frut os o
ef ect os que perci ban por razón de rent a, dot aci ón, sal ari o, emol ument o, u ot ro
cual qui er t ít ul o remunerat ori o o grat ui t o.

5º. La revent a que hace cual qui era persona del rest o de los acopi os que hizo para su
consumo part i cul ar.

Si n embargo, si f uere mayor cant i dad l a que venden que la que hubi esen consumi do,
se presume que obraron en la compra con áni mo de vender y se reput an mercant i l es
l a compra y la vent a.

2º. Toda operación de cambio, banco, corretaje o remate .

3º. Toda negociación sobre letras de cambio o de plaza, o


cualquier otro género de papel endosable .

4º. Las empresas de fábricas, comisiones, depósitos o transportes


de mercaderías por agua o por tierra.
5º. Las sociedades anónimas , sea cual fuere su objeto.

6º. Los fletamentos, seguros , compra o venta de buques , aparejos,


provisiones, y todo lo relativo al comercio marítimo.

7º. Las operaciones de los factores, tenedores de libros y otros


empleados de los comerciantes, en cuanto concierne al comercio del
negociante de quien dependen.

8º. Las convenciones sobre salarios de dependientes y otros


empleados de los comerciantes.

El art . 7, n° 5, est abl ece l a comerci al i dad f ormal de l as soci edades anóni mas. L a
L ey de Soci edades Comerci al es n° 16.060 de 1989 est abl ece la comerci al i dad f ormal
para las soci edades con obj et o no comerci al que adopt en cual qui era de los t i pos
previ st os en el l a.

El art . 7, n° 8, at ri buye caráct er comerci al a l as convenci ones sobre sal ari os de


dependi ent es y ot ros empl eados de l os comerci ant es, pero el l o es mat eri a
act ual ment e del Derecho l aboral , si n perj ui ci o de normas especi al es cont eni das en
est e C ódi go.

Capítulo II: De la capacidad legal para ejercer el comercio

Art. 8. Es hábil para ejercer el comercio toda persona que, según


las leyes comunes, tiene la libre administración de sus bienes .

Los que, según esas mismas leyes, no se obligan por sus pactos o
contratos, son igualmente incapaces para celebrar actos de comercio ,
salvas las modificaciones de los artículos siguientes.
Las normas sobre capacidad están contenidas en el Código Civil (CC)
modificado por la Ley 16.719.

Arts. 9 a 11. Derogados.


El CC modificado por la Ley 16.719 establece que la mayoría de edad se
adquiere a los 18 años y por lo tanto el mayor de 18 años es capaz para
ejercer el comercio. Las normas derogadas, establecían un régimen de
autorización para comerciar para los mayores de 18 años y menores de
21.

Art. 12. Derogado. 


Este artículo, que contenía una norma especial para la mujer que ejerce
el comercio, quedó derogado por la Ley 10.783 que establece, en el art.
1º:  “La mujer y el hombre tienen igual capacidad civil ”. 

El art. 20 de esa Ley establece la derogación de las normas que se le


opongan.

El art. 12 disponía lo siguiente: "La mujer que ejerce el comercio, por


cuenta propia, no puede reclamar beneficio alguno legal de los
concedidos a las personas de su sexo, contra el resultado de los actos y
obligaciones comerciales que hubiese contraído."

Art. 13. En caso de duda, las obligaciones contraídas por la mujer


comerciante, se presumen comerciales (artículo 5), salvo el caso de
hipoteca previsto en el artículo 23.

La norma reit era lo di spuest o por el art í cul o 5. La sal vedad cont eni da en el art í cul o
13 quedó derogada por l a L ey 10.783.

Art. 14. La mujer propietaria de un establecimiento comercial , se


presume que lo dirige, hasta que sea legítimamente registrado el
nombramiento de un gerente o factor. Desde entonces, todos sus bienes
propios, así como los de su comercio, responden a los actos del gerente o
factor, según los términos de la autorización registrada.

Art. 15. El matrimonio de la mujer comerciante, no altera sus derechos y


obligaciones relativamente al comercio y actos del gerente o factor.

El inci so 2, que se ref i ere a aut ori zaci ón del mari do,   quedó derogado por l a L ey
10.783.

Art. 16. Derogado.

El art í cul o 16 decí a así :   “ Cuando una m uj er ent ra en soci edad de com erci o, no goza
de l os derechos ni t i ene l as obl i gaci ones de com erci ant e, sal vo que se est i pul e
expresam ent e, y se haga públi co, que t endrá part e en l a gesti ón de l os negoci os
soci al es ” .
Por normas vi gent es, las soci edades comerci al es son suj et os de derecho y el soci o
nunca revi st e cal i dad de comerci ant e, ni aún cuando part i ci pe en l a gest i ón de l os
negoci os soci al es.

Art. 17.  La mujer de comerciante que meramente auxilia a su marido en el


comercio no es reputada comerciante.

Arts. 18 a 26. Derogados por la Ley 10.783 que establece el régimen de la


sociedad conyugal de bienes y por la Ley 16.179 que modifica el Código Civil.

Art. 27. Están prohibidos de ejercer el comercio por


incompatibilidad de estado:

1º. Las corporaciones eclesiásticas.

2º. Los clérigos de cualquier orden, mientras vistan el traje clerical.

3º. Los magistrados civiles y jueces en el territorio donde ejercen su


autoridad, y jurisdicción con título permanente.

Se han dictado leyes con   prohibiciones especiales para la explotación de


ciertos giros por personas físicas o jurídicas.

Art. 28. En la prohibición del artículo precedente, no se comprende


la facultad de dar dinero a interés, con tal que las personas en él
mencionadas, no hagan del ejercicio de esa facultad profesión
habitual de comercio,   ni tampoco la de ser accionistas en cualquiera
compañía mercantil, desde que no tomen parte de la gerencia
administrativa de la compañía.

Art. 29. Están prohibidos por incapacidad legal:

1º. Los que se hallan en estado de interdicción.

2º. (derogado por Ley 18.387 )

El texto derogado establecía: "Los quebrados que no hayan obtenido


rehabilitación".
Art. 30. Son nulos para todos los contrayentes los contratos
mercantiles celebrados por personas notoriamente incapaces para
comerciar.

Si la incapacidad no fuese notoria, el contrayente que la oculta


queda obligado, pero no adquiere derecho para compeler al otro al
cumplimiento de las obligaciones que éste contrajere.

Sin embargo, la nulidad de la obligación comercial del menor no


comerciante, es meramente personal; y no se extiende, por
consiguiente, a los demás coobligados.

Ver art. 1563 del Código Civil

Art. 31. Los extranjeros pueden ejercer libremente el comercio con


los mismos derechos y obligaciones que los ciudadanos del Estado.

La L ey 16.060   de soci edades comerci al es est abl ece una normat i va especi al para las
soci edades consti t ui das en el ext ranj ero.  
Di st i nt as l eyes est abl ecen exi genci a de naci onal i dad o domi ci l i o en el paí s, para
poder expl ot ar   det ermi nados gi ros.
Capítulo III: De la matrícula de los comerciantes

Art. 32. Para que las operaciones, actos y obligaciones activas y


pasivas de la persona que ejerce el comercio sean determinadas y
protegidas por la ley comercial, es necesario que la persona que
quiere ser comerciante, se matricule en el Juzgado L. De Comercio,
siendo domiciliada en el Departamento de la capital, y si en alguno
de los otros Departamentos, ante el Alcance Ordinario del pueblo
cabeza del Departamento.

Ver not a al art . 1º.

La L ey Regi st ral 16.871 , como se señal a en not a al art . 1º, supri me l a mat rí cul a. Si
se consi dera que   se supl e con el régi men   de f i chas personal es, que cumpl en con l a
f unci ón de l a mat rí cul a, podrá ent enderse vi gent e las normas de est e capí t ul o, con
l os aj ust es rel aci onados con l a compet enci a j udi ci al .
Art. 33. Derogado por L ey 16.179.

Art. 34. La matrícula del comerciante se hace en el Registro de


Comercio, presentando el suplicante petición que contenga:

1º. Su nombre, estado y nacionalidad; y siendo sociedad, los


nombres de los socios y la firma social adoptada.

2º. La designación de la calidad del tráfico o negocio.

3º. El lugar o domicilio del establecimiento o escritorio.

4º. El nombre del gerente, factor o empleado que ponga a la cabeza del
establecimiento.

Ver not a al art í cul o 1 y 32. Si se ent i ende que l as fi chas regi st ral es que debe l l evar
el Regi st ro de C omerci o   sust it uyen a l a mat rí cul a, est a norma queda vi gent e.

Art. 35. Derogado por L ey 10.783 y 16.179.

Art. 36. La inscripción en el registro será ordenada gratuitamente por el


Juez L. De Comercio o Alcalde Ordinario en su caso, siempre que no
haya motivo de dudar que el suplicante goza del crédito y probidad que
deben caracterizar a un comerciante de su clase.

Ver not a al art í cul o 34. Si se ent i ende vi gent e est e art í cul o, est á modi f i cado en
cuant o a l os jueces   compet ent es. Los j ueces compet ent es serí an   el Juez de Paz de
l a Capi t al de Turno, en Mont evi deo y el Juez de Paz Depart ament al   en l os demás
depart ament os (L ey 15.570).

Art. 37.  El Juez Letrado de Comercio negará la matrícula si hallare que el


suplicante no tiene capacidad legal para ejercer el comercio, quedando a
salvo al que se considere agraviado, el recurso para ante el Tribunal
Superior.

Si la denegación se hubiese hecho por el Alcalde Ordinario, el recurso


será para ante el Juez L. de Comercio.
Si se entiende que las fichas registrales sustituyen a la matrícula, la
norma está vigente, salvo en las referencias a Jueces competentes, según
nota al art. 36.

Art. 38. Toda alteración que los comerciantes hicieren en las


circunstancias especificadas en el artículo 34, será de nuevo llevada al
conocimiento del Juzgado Letrado de Comercio o Alcalde Ordinario
respectivo, con las mismas solemnidades y resultados.

Ver not a al art í cul o 37.

Art. 39. Se supone el ejercicio habitual del comercio para todos los
efectos legales, desde la fecha de la inscripción en la matrícula de
comerciantes.

Ver not a a l os art í cul os 1 y 32.

Capítulo IV: Del Domicilio de los Comerciantes

Art. 40. El domicilio de un individuo es el lugar en que habita con


ánimo de permanecer.

El domicilio general del comerciante es el lugar donde tiene su


principal establecimiento.

La Ley 16.060 de sociedades comerciales, en su artículo 13 proporciona


un concepto distinto de domicilio respecto de las sociedades y agrega el
concepto de sede.

Art. 41.  Cuando un comerciante tiene establecimientos de comercio


en diversos lugares, cada uno de éstos es considerado como un
domicilio especial, respecto a los negocios que allí hiciere por sí o
por otro.

Art. 42. Los individuos que sirven o trabajan en casa de otros,


tendrán el mismo domicilio de la persona a quien sirven, o para
quien trabajan, si habitan en la misma casa.
Art. 43. El lugar elegido para la ejecución de un acto de comercio,
causa domicilio especial, para todo lo relativo a ese acto y a las
obligaciones que causare.

Actos de comercio incluidos en el art. 7 del Código de


Comercio

Por V I R G I N I A S. B A DO C AR DOZ O y C AR L OS E. L ÓPE Z R ODR Í GUE Z

I. Compraventa

El Código de Comercio (CCom) define a la compraventa en términos


similares al Código Civil (CC).

El CC, en el art. 1661 dispone:

“La compraventa es un contrato en que una de las partes se obliga


a dar una cosa y la otra a pagarla en dinero.”

Por su parte, el art. 513 del CCom establece:

"La venta comercial es un contrato por el cual una persona, sea o


no propietaria o poseedora de la cosa objeto de la convención, se
obliga a entregarla, o a hacerla adquirir en propiedad a otra
persona que se obliga por su parte a pagar un precio convenido, y
la compra para revenderla o alquilar su uso."

Hacemos notar que el art. 513 se refiere a la venta. Veremos, a


continuación, que el art. 7 hace referencia a la “compra” y el art.
515 menciona la “compra o venta”. En el art. 516 se reitera el
manejo de esos términos, alternativamente, en los distintos incisos.
En rigor, en tales normas, debió aludirse a la compraventa que es el
nombre del contrato, tal como lo hace el CC y el art. 514 del CCom.

II. Empresas de fábrica, comisión , depósito y transporte


En el n° 4 del art. 7 tenemos una dificultad inicial, por la utilización
de la palabra empresa. Luego, podremos analizar la referencia a
fábrica, comisión, depósito y transporte de mercaderías por agua o
por tierra. 

Sociedad y empresa

A. Concepto de empresa en el art. 7


Las tres primeras acepciones sobre la palabra "empresa" que
contiene el Diccionario, son las siguientes:

1. lugar en que se realizan estas actividades;

2. unidad de organización dedicada a actividades


industriales, mercantiles o de prestación de servicios con
fines lucrativos;

3. acción o tarea que entraña dificultad y cuya ejecución


requiere decisión y esfuerzo ( R EAL A CADE MIA E SPAÑOL A ,
Diccionario de la lengua española ).

Esas tres acepciones del Diccionario coinciden con algunos de los


sentidos en que se ha utilizado la palabra " empresa" en nuestro
Derecho.

1. Empresa como establecimiento


El establecimiento comercial o industrial - también, llamado " casa
de comercio" - constituye un bien, objeto de Derecho. Es un bien
complejo de composición heterogénea integrado por instalaciones,
mercaderías, marcas, etcétera. Esa diversidad de bienes componen
un nuevo bien, que constituye el instrumento de que se sirve el
comerciante para desarrollar su actividad.

En este sentido se utiliza la palabra " empresa" en el n° 5 del art.


123 de la Ley 18.387 de 2008 , de Declaración Judicial del Concurso
y Reorganización Empresarial (LC):
"El informe del síndico o del interventor tendrá el siguiente
contenido:
...

5. La forma más conveniente de proceder a la liquidación de la


masa activa, para el caso de que no se apruebe un convenio entre el
deudor y sus acreedores ni se logre realizar la venta en bloque de
la empresa en funcionamiento."

En este caso, la referencia a la " venta en bloque de la empresa " sólo


puede estar referida al establecimiento, pues sólo los bienes pueden
ser objeto de un contrato de compraventa.

Si consideráramos que en el art. 7 del CCom se utiliza la palabra


"empresa" en este sentido, lo que el CCom reputaría como acto de
comercio sería el establecimiento.

Parece obvio que no es éste el sentido en que se emplea la palabra


"empresa" en el art. 7 del CCom, puesto que el establecimiento no
es un acto, sino un bien.

2. Empresa como organización de los factores de producción

En otra acepción, la palabra "empresa" corresponde a un concepto


económico referido a la organización de los factores de producción.
En este sentido, "empresa" es la organización de trabajo ajeno y
capital. 

Según alguna doctrina, la finalidad de obtención de ganancias no


sería esencial a este concepto.  

El concepto económico de empresa fue recién desarrollado a partir


de la primera guerra mundial, con la obra de W IEL AND (Basilea,
1864-1936) y los trabajos de V IVANTE (Venezia, 1855-1944) y
M OSSA (Sassari, 1886-1957), publicados en la Rivista del Diritto
Commerciale e del Diritto Generale delle Obbligazioni (Riv. Dir.
Comm.), respectivamente "Un nuovo reggruppamento degli atti
abbiettivi di commercio" (1919, t. 1, p. 145) e "I problemi
fondamentali del diritto commerciale" (1926, t. 1, p. 233). 

En nuestra doctrina, M EZ ZE RA Á LVARE Z (Curso de Derecho


Comercial, t. 1, pp. 79 y 80)  y P É REZ F ONT ANA consideraron - con
algunas variantes entre sí - que la inclusión de la palabra "empresa"
en el art. 7 del CCom, debía ser interpretada en el sentido
desarrollado por los autores referidos.
a. Posición de P ÉREZ F ONT ANA

Según P É RE Z F ONT ANA sería mercantil la propia empresa y de esa


mercantilización de la empresa se deduciría que serían comerciales,
tanto los actos que permiten establecer a la empresa, como los que
la ponen en condiciones de funcionar, así como los actos que son el
resultado de su actividad .

En el caso de la empresa de fábrica, por ejemplo, serían actos


comerciales, entonces, aquellos por los cuales se organiza la
empresa de fábrica - la compra de equipos industriales, la provisión
de materia prima, etc. - y lo serían, también, los actos que suponen
la explotación de la actividad objeto de la empresa.
b. Posición de M EZ Z ERA Á L VAREZ

M E ZZ E RA Á L VAREZ considera que lo que el art. 7 comercializa no


son las empresas, en sí mismas, sino determinadas actividades ,
con la condición de que sean realizadas mediante una organización
de tipo empresarial. Así como el CCom, para reputar comercial a la
compraventa exigió que existiera la intención de revender, para
reputar comercial a la fábrica, la comisión, el depósito o el
transporte, exigió que esas actividades fuesen realizadas mediante
una empresa. Decía M EZ ZE RA Á LVARE Z :
"De esta manera de encarar el problema se deducen, a mi modo de
ver, dos consecuencias importante: la primera, que no cualquier
actividad, por el solo hecho de estar organizada en forma de
empresa debe reputarse de carácter comercial ni la empresa que la
ejerce 'empresa comercial'; la segunda, que no todo acto de
fabricación, o todo contrato de comisión, depósito o transporte
debe considerarse comercial por sí solo, si es que no está vinculado
a una actividad empresaria, o si es que no posee otros caracteres
que - en virtud de otras normas legales - le confieren carácter
comercial".

Esta posición ha sido seguida por alguna doctrina nacional actual


(R IP P E K ÁISER , Instituciones de Derecho Comercial Uruguayo , p.
44).  

3. Empresa como actividad económica y profesional del empresario

Ciertos autores entienden que la empresa es la actividad económica


y profesional del empresario para la producción o mediación en el
mercado de bienes y servicios ( C ASANOVA , M E SSINE O , G RAZIANI ,
F E RRI , A SCARE LL I , E SCARRA y, entre nosotros, S UP ERVIELL E ). 
a. Interpretación de la norma en el contexto histórico de su sanción  

La aplicación de este concepto de empresa a la interpretación del


art. 7 podría ser el criterio más adecuado, si consideramos que lo
que debiéramos determinar al interpretar el art. 7 - de acuerdo con el
criterio de interpretación que indica el art. 17 del CC - no es lo que
hoy se entiende por empresa, sino lo que se entendía por empresa en
1866, fecha de la sanción de nuestro CCom o, en puridad, en 1807,
fecha de la sanción del CCom francés , fuente de nuestro art. 7.  

El art. 7 del CCom uruguayo - como tantos otros CCom - tiene su


antecedente en el CCom francés. No existía, cuando se sancionó el
CCom francés (1807), un concepto económico de empresa como
"organización de trabajo ajeno y capital ". No hay, detrás del n° 4
del art. 7, entonces, conceptos económicos ni jurídicos ni
doctrinarios. La doctrina sobre la empresa se elaboró mucho después
de la sanción de los códigos. De manera que, el concepto dado por
el art. 7 hay que estudiarlo a la luz de lo que tenía el legislador ante
sí al sancionarlo. 

En este mismo sentido, autores franceses del siglo XIX, como


A LAUZE T , reconocen que el codificador quizás no se hubiera dado
cuenta exactamente de las palabras que estaba empleando. A L AUZ ET
reconoce, además, que la exigencia de una organización empresarial
sería ilógica e inútil (A LAUZE T , Commentaire du Code de
Commerce, t. 7, parte 2, 1871, p. 808).
b. Interpretación lógico-sistemática  

Además, el propio CCom nos indica que cuando utilizó la expresión


"empresa " se estaba refiriendo a una actividad. Véase que se
dispone "La ley reputa actos de comercio en general ". Esto es, lo
que se enumera en el n° 4 del art. 7, son actos. Por lo tanto, puede
entenderse que nuestro CCom considera mercantiles a la actividad
de fábrica, comisiones, depósito o transporte, prescindiendo de la
existencia de una “empresa” en el concepto actual de ese término,
que no se tenía en 1866.  

La enunciación de actos de comercio, tomada de la legislación


francesa, se hizo con la finalidad de configurar la calidad de
comerciante (art. 1) y para determinar la jurisdicción de los
Juzgados de Comercio (art. 5). No sería necesario, entonces, para
considerar mercantil a estas actividades, la comprobación de que
quien las realiza posee una organización de trabajo ajeno y capital.
Se requiere sí, que se trate de una actividad continuada para
categorizarla como comercial y, de allí, reputar comerciante a quien
la realice. Recordamos que la enunciación de actos de comercio,
tomada de la legislación francesa, se hizo con la finalidad de
configurar la calidad de comerciante (art. 1) y para determinar la
jurisdicción de los Juzgados de Comercio (art. 5).  
Desde esta perspectiva, pareciera razonable considerar que el
codificador utilizó el término empresa como sinónimo de actividad.
Su inclusión se debió a la voluntad histórica de someter a ciertas
actividades económicas al régimen más severo del Derecho
comercial y, al mismo tiempo, que su titular quedara sujeto al
estatuto del comerciante y a la jurisdicción mercantil.  

 B. Fábrica, comisión, depósito y transporte


Analizaremos, a continuación, cada una de las actividades
comprendidas en la referencia legal.  

1. Fábrica
Según vimos, el ciclo económico consta de tres etapas: producción,
intermediación y consumo. Desde el punto de vista económico, sólo
se considera comercio a la etapa de intermediación. La fabricación,
entonces, en tanto consiste en producción o transformación, no sería
comercio desde el punto de vista económico. Sin embargo, el CCom
menciona expresamente a la empresa de fábrica entre los actos que
reputa comerciales, con lo cual mercantiliza algo que, en sentido
económico no sería comercio.

a. Concepto de fábrica

De acuerdo al Diccionario de la lengua española , fabricar es


producir objetos en serie, generalmente por medios mecánicos.
También, se considera fábrica a la transformación industrial de una
fuente de energía.

El ciclo económico consta de tres etapas: producción,


intermediación y consumo. Desde el punto de vista económico, sólo
se considera comercio a la etapa de intermediación. Con la inclusión
de la empresa de fábrica como acto de comercio, se comercializa,
entonces, lo que en sentido económico, no es comercio, según ya
expusimos. La fabricación es producción y el comercio es
intermediación entre la producción y el consumo.

La doctrina ha interpretado en forma amplia el concepto gramatical


de fábrica. La doctrina sostiene que la norma abarca, también, a la
empresa de manufactura en que se recurre principalmente a la
habilidad manual del operario 1 [ 2 ] . En ésta hay, también,
transformación de materia prima, sólo existe diferencia en cuanto al
medio empleado.

Cabe advertir que en la enumeración original de los actos de


comercio realizada en el CCom francés, no se mencionaba a la
"fábrica" sino a la "manufactura". Nuestro codificador sustituyó la
expresión original.

Se sostiene que la actividad de fábrica existe no sólo cuando se crea


una cosa nueva sino, también, cuando se le atribuye una calidad
nueva. Daremos ejemplos: no sólo es producción tejer una tela sino,
también, lo es el teñido. También, se incluye en el concepto de
producción, todo lo que aumenta la utilidad de un bien. Quien
aumente la utilidad de un bien a través de un proceso mecánico,
estará fabricando. Con este criterio amplio, quedarían comprendidos
en el numeral que estudiamos, por ejemplo, aquéllos que se dedican
al lavado y planchado de ropa o a la limpieza de obras sanitarias.

Para la hipótesis de este numeral cuarto, no interesa el origen o


procedencia de los bienes que se transforman: pueden ser comprados
o pueden ser productos obtenidos de la tierra del fabricante. Por
ejemplo: la fabricación de azúcar con insumos provenientes de
cultivos propios de remolacha o el aserradero que trabaja e
industrializa la madera de los montes de su propiedad, son
comerciales.

b. Alcance de la mercantilización de la empresa de fábrica

1
Ahora, aplicando a la fábrica los conceptos vertidos en cuanto al
significado de empresa en el art. 7 , tendríamos varias posibilidades
interpretativas.  

Según posición de P ÉR E Z F O NT ANA , ya mencionada, sería mercantil la


propia empresa de fábrica. Esto es, la organización de trabajo ajeno y
capital, aplicada a un proceso de fabricación, sería mercantil.
Consecuentemente, serían comerciales, tanto los actos que permiten
establecer una fábrica y la ponen en condiciones de funcionar, como
los actos que son emanación de su actividad . Serían actos comerciales,
entonces, aquellos por los cuales se organiza la empresa de fábrica: la
compra de equipos industriales, la provisión de materia prima, etcétera, y
lo serían, también, los actos que suponen la explotación de la actividad
objeto de la empresa.

Esta posición nos merece varias objeciones.


* En primer lugar, en la posición de P É R EZ F ONT ANA , sólo serían
comerciales los actos que la empresa de fábrica realice, lo cual implica
la subjetivización de la empresa de fábrica. Sin embargo, en nuestro
Derecho, la empresa no tiene personalidad jurídica. Por lo tanto, la
subjetivización de la empresa de fábrica va a contramano de uno de los
principales axiomas en que se fundamenta nuestro sistema jurídico.

* En segundo lugar, si entendiéramos que el n° 4 tiene como objetivo


comercializar todas aquellas compraventas tendientes a establecer la
fábrica y permitir su funcionamiento, entonces el n° 4 funcionaría como
una excepción al n° 1, en tanto, según éste sólo sería mercantil la compra
para revender. Esta conclusión nos parece absurda y absolutamente
alejada de la intención del legislador. En general, nos parece equivocada
la interpretación según la cual la empresa de fábrica sería una especie de
esfera que mercantiliza todo lo que toca.

Además, la interpretación de PÉREZ FONTANA haría superflua la inclusión


de la fábrica en el n° 4 del art. 7 . Las compraventas accesorias al
comercio, para prepararlo o facilitarlo, ya son mercantiles en virtud de lo
dispuesto en el inc. 2 del n° 1 del art. 516.
Si aplicamos a la empresa de fábrica el segundo de los criterios
propuesto por MEZZERA ÁLVAREZ - esto es, que el art. 7 no mercantiliza a
la propia empresa sino a la actividad realizada mediante una
organización empresarial - quedarían descartados los problemas
derivados de la subjetivización de la fábrica, así como de la
mercantilización de los actos preparatorios de la fabricación.  

Sin embargo, se nos ocurre otra objeción.


* Adviértase que la actividad de fábrica - o sea, la fabricación - no está
constituida por verdaderos actos jurídicos. La fabricación es un conjunto
de hechos. Pertenece al mundo de lo fáctico, no de lo jurídico. Por lo
tanto, mal puede ser un acto de comercio un conjunto de hechos. A la
fabricación, en sí misma, no le podemos aplicar el Derecho comercial. El
Derecho regula relaciones jurídicas y el proceso de fabricación no lo es.

* Podría entenderse que lo que se pretende mercantilizar son las ventas


que el fabricante hace de sus productos . Esto merece una crítica muy
similar a la que efectuábamos respecto de la mercantilización de los
actos preparativos de la fábrica. La comercialidad de la venta que hace el
fabricante de sus productos, no depende de lo que establezca el n° 4 -
que no se refiere expresamente a ella - sino de lo establecido respecto de
la compraventa en el n° 1 del art. 7 y en el art. 516. La venta de los
productos que se fabrican será mercantil si quien los compra lo hace con
la intención de revenderlos o arrendar su uso ( art. 7 , n. 1). Si el
fabricante vende directamente al consumidor, entonces, la compraventa
no será mercantil (art. 516, n. 2) sino una relación de consumo (art. 4
Ley 17.250). Por otra parte, si el codificador hubiera querido que las
ventas que hacen los fabricantes de sus productos fueran mercantiles, lo
hubiera establecido a texto expreso, claramente, como hizo respecto de
las compraventas de cosas accesorias al comercio (art. 516, n. 1, inc. 2).

En nuestra opinión - y tal como lo reconoce A L AUZ E T indirectamente -


la finalidad del legislador no era mercantilizar ni a la propia empresa ni
a los hechos que constituyen el proceso de fabricación, sino someter al
fabricante al estatuto del comerciante .
Es evidente que el codificador francés pudo haber realizado eso
directamente, estableciendo que comerciante no era sólo aquél que
intermediaba sino, también, quien fabricaba. Esto no era, sin embargo,
"l'air du temps ". Recuérdese que la Revolución Francesa acabada de
abolir terminantemente a todas las corporaciones 2 [ 3 ] y se quería
objetivizar el Derecho comercial. Sin perjuicio de ello, si la actividad de
fábrica se declaraba mercantil, quien fabricase sería comerciante y, por
lo tanto, quedaría sometido al estatuto del comerciante y a la jurisdicción
mercantil 3 [ 4 ] .
2. Comisión

La comisión es una especie de mandato. El CCom la reglamenta en el


libro que se destina a los contratos, junto con el mandato.

¿Cuál es la diferencia entre mandato y comisión ? En el mandato, el


mandatario obra en nombre de la persona que le ha efectuado el encargo
y, también, por cuenta de ella. En la comisión , el comisionista obra en
nombre propio, sin mencionar a la persona que le ha efectuado el
encargo, aunque obra por su cuenta (art. 300 CCom). Como consecuencia
de esta distinta manera de actuar, resultan diferentes efectos en uno y
otro caso. Los actos realizados por el mandatario, vinculan al tercero con
el mandante; los actos realizados por el comisionista, vinculan al tercero
sólo con el comisionista (art. 337 CCom).

El mandato y la comisión pueden ser comerciales o civiles, según sea el


objeto sobre el que recae. Si el mandato se da para realizar un negocio
comercial, el mandato es comercial (art. 306 CCom). Lo mismo puede
decirse de la comisión (art. 337 CCom y 2068 CC).

Si consideramos que la palabra " empresa" en el art. 7 se refiere a la


organización de trabajo ajeno y capital, cuando el art. 7 se refiere a las
empresas de comisiones, comprenderá tanto a las que realicen comisión
comercial como civil, por cuanto no distingue. De manera que el acto
aislado de comisión , sería comercial si se prueba su conexión con un
negocio comercial, pero, si se trata de una empresa para la realización de
2

3
comisiones, sería comercial en razón de la organización asumida, sea
cual fuere la naturaleza civil o comercial de los negocios encomendados.

Si consideramos que la palabra " empresa" en el art. 7 es un mero


sinónimo de "actividad" , entonces sólo será mercantil el contrato de
comisión vinculado con un negocio comercial. El contrato de comisión ,
cuando recae sobre negocios civiles, quedaría regulado por el CC (art.
2068).

En otra postura puede entenderse que el art. 7 declara comercial a la


empresa de comisiones refiriéndose, como dijimos, a una actividad
continuada cuyo objeto es la celebración de contratos de comisión . Si
una persona realiza esta actividad será comerciante. Para calificarlo
como tal, no se requiere que los encargos que recibe sean para realizar
negocios comerciales. Desde luego, los contratos que en cada caso
celebre con sus comitentes serán comerciales o civiles según el objeto
del encargo.

Es decir, se califica como comercial la actividad continuada de realizar


encargos, sin interesar a los efectos de esa calificación, que los negocios
que se cometen sean civiles o comerciales. Luego, para la atribución de
comercialidad a los contratos de comisiones que se celebren, se debe
estar a la distinción que hace el art. 337.  
3. Depósito y transporte

Algunos servicios, por ser instrumentos esenciales al comercio, han sido


incluidos en la nómina del art. 7 . Así sucede con los contratos de
depósito y transporte.

a. Depósito mercantil

El depósito es un contrato. Está definido por el art. 2239 del CC:  "El
depósito en general, es un acto por el cual alguno recibe una cosa ajena
con la obligación de guardarla y de restituirla en especie".

El art. 721 define el depósito mercantil. Para que lo sea, deben darse los
siguientes requisitos:  
a. que sean comerciantes, ambos contrayentes ; 
b. que las cosas depositadas sean objetos del comercio y 

c. que se haga el depósito a consecuencia de una operación mercantil .

Ahora bien, el art. 7 se refiere a las empresas de depósito sin hacer


distinciones. Nuevamente, el alcance de la referencia al depósito depende
de la interpretación de la palabra " empresa". Si consideramos que la
palabra "empresa" en el art. 7 se refiere a la organización de trabajo
ajeno y capital, debemos concluir que la empresa de depósito será
comercial sea cual fuere el tipo de depósito que realice. De manera que
la empresa que realice depósitos en que no se den los extremos exigidos
por el art. 721 , sería de todos modos comercial.

Sólo para el depósito aislado se requerirían los requisitos del art. 721
para su calificación como comercial, pero ellos no se exigirían si el
depósito fuese efectuado por una empresa comercial. Se repite lo que
hemos expresado respecto al corretaje y al remate y a la comisión. Todo
acto de corretaje y de remate y todo acto de una empresa de comisión y
de una empresa de depósito, aun cuando tengan relación con un negocio
civil, serían comerciales.

En la otra línea interpretativa que venimos exponiendo, sólo sería


mercantil el contrato de depósito que cumpliere con lo dispuesto en el
art. 721 . No cumpliendo con las disposiciones de este artículo, sería
indiferente que quien lo realice se haya organizado como empresa o no.

b. Transporte

El transporte es un contrato por el cual el transportador se obliga a llevar


cosas o personas de un lugar a otro, a cambio del pago de un precio
(flete). Desde el punto de vista económico, el transporte no es comercial
pero es evidente que cumple una función auxiliar del comercio,
facilitando la circulación de los bienes.
* Transporte de personas

El art. 7 no se refiere al transporte de personas. Se entiende que éste es,


también, comercial dada la remisión de la disposición al art. 1855 del
CC que establece:  
"El servicio de los empresarios o agentes de transportes, tanto por
tierra como por agua, así de personas como de cosas, se regirá por las
disposiciones de la ley comercial."

Por otra parte, el CCom, en el libro III , regula el contrato de pasaje, que
es el transporte de personas por mar, como si fuera una forma de
fletamento y el fletamento es comercial, por lo dispuesto en el art. 7 , n°
6. De manera que, con criterio amplio, debe entenderse que es comercial
el transporte de pasajeros por tierra.
* Transporte aéreo

No está previsto, en el art. 7 , el transporte aéreo, ni podía estarlo ya que


la aviación es posterior a la sanción del CCom. Se entiende que también
es comercial, haciendo una interpretación amplia de este numeral.
* Transporte de mercaderías

Si consideramos que la palabra " empresa" en el art. 7 se refiere a la


organización de trabajo ajeno y capital, sólo sería comercial el transporte
si el transportista posee dicha organización. No sería comercial,
entonces, el acto de transporte aislado. Tampoco lo sería el transporte
ejercido por quien tiene un oficio, como el taxista o el fletero, que
siendo dueño del vehículo, trabaja personalmente, pero si el taxista,
emplea varios empleados o si el fletero contrata empleados y tiene dos o
tres camiones o camionetas, está creando una empresa de transporte y
deviene comercial su actividad.  

Si consideramos que el art. 7 , n° 4, utiliza la palabra empresa como


sinónimo de actividad comercial, será comercial la actividad del taxista o
fletero aun cuando la desarrolle personalmente. Según se expresó con
anterioridad, en ninguna norma del capítulo V se exige que para que el
contrato de transporte sea regulado por el CCom, el transportador deba
organizar una empresa. Contrariamente, se refiere, además del
empresario de transporte, al " comisionista de transporte " (art. 164), a los
"troperos", "arrieros" y, en general, a " todos los que se encargan de
conducir mercancías mediante una comisión, porte o flete " (art. 163).

Tampoco en el CC se establece que el transporte de pasajeros sólo será


mercantil cuando el transportador se organice como empresa.
Contrariamente, dispone que se regulará por la Ley comercial tanto el
transporte de pasajeros realizado por un empresario como por un agente
de transporte. Este último puede ser un empresario o no, por eso el art.
1855 del CC lo menciona por separado.

III. Otros actos de comercio

A. Operaciones de cambio, banco , corretaje y remate

El art. 7 reputa actos de comercio a toda operación de cambio, banco ,


corretaje o remate .

1. Operaciones de cambio

La operación de cambio está incluida en el n° 2 del art. 7 . 

¿Qué es una operación de cambio? Cambio es la sustitución de una cosa


por otra. Podría confundirse, entonces, con el contrato de permuta (art.
572 CCom) pero no es ese el sentido de la norma que comentamos.

La doctrina unánime entiende que el art. 7 se refiere al cambio de


moneda. Para que haya operación de cambio, deben intervenir monedas
de países distintos. La moneda actúa como mercadería; se compra y se
vende. En esa compraventa no se requiere intención especial, como en el
caso del n° 1 del art. 7.

Nuestro CCom no reglamenta la operación de cambio; sólo hay


referencias aisladas. En nuestro país, en estas operaciones hoy
intervienen los bancos y las casas de cambio, sometidos a un régimen
legal y reglamentario especial.

2. Operaciones de banco

Las operaciones de banco están previstas en el n° 2 del art. 7 .

Según señalaba M E ZZ E R A Á L VAR EZ , el problema fundamental que plantea


esta referencia a las " operaciones de banco " consiste en decidir si puede
configurarse una operación de banco que sea comercial por sí misma, a
atención a su naturaleza objetiva, con prescindencia de los sujetos que en
ella intervengan, o si, por el contrario, es imprescindible la intervención
de un banco.

En la opinión de M E ZZ E R A Á L VAR EZ , la operación de banco no puede ser


separada del sujeto que la realiza, el cual debe ser necesariamente un
banco. De acuerdo con esta posición, sólo adquirirían carácter de
operación de banco, aquellos actos realizados por bancos , esto es, las
entidades autorizadas a funcionar bajo un régimen determinado. No
podríamos tipificar una operación aislada como bancaria y afirmar que
sea bancaria, cuando la realiza quien no sea entidad bancaria. Por
ejemplo, un particular podría dedicarse a recibir dinero y a colocarlo,
pero ni los depósitos ni los préstamos que realice serán operaciones de
banco y, por lo tanto, no serán actos de comercio, por aplicación de este
numeral. De manera que para calificar una operación como bancaria
no podemos prescindir de la persona que lo realice que debe ser un
banco.

La actividad de los bancos se desarrolla utilizando, fundamentalmente,


los clásicos contratos de depósito y préstamo. Existen distintas
modalidades de depósito o préstamo bancario, pero en ellas no varía la
estructura propia de los contratos tradicionales. Por lo tanto, el negocio
bancario no tendría una especificidad que lo distinguiese. No sería un
contrato distinto; se distinguiría de los otros sólo por el sujeto que lo
realiza.

Hacemos la salvedad de algunos negocios bancarios que se alejan de los


tradicionales, como la apertura de crédito, el descuento, el crédito
documentario, el arrendamiento de cajas de seguridad. Estos negocios
nacen en el ámbito bancario pero nada obstaría a que cualquiera de ellos
pudiera ser ejecutado por una persona no bancaria pero, en tal caso, no
serán operaciones de banco y no serán negocios mercantiles, según el
criterio adoptado por M EZ ZE R A Á L VAR E Z .

En otra postura, destacamos que el CCom francés - a quien debemos la


inclusión de esta categoría en la enumeración de los actos de comercio -
quiso eliminar el tono subjetivo y profesionalista de la legislación
anterior. Por ello, en lugar de sujetar a los bancos al Derecho y la
jurisdicción mercantiles, prefirió referirse a las " operaciones de banco ".

Entendemos que existen una serie de negocios jurídicos que típicamente


corresponden a la operativa bancaria. Todos ellos, en nuestra opinión,
constituyen "operaciones de banco ", sea quien sea que los realice y,
consecuentemente, quedan sometidos al Derecho mercantil.

Como contrapartida, aquellos negocios típicamente civiles, como la


compraventa o hipoteca de inmuebles, no se convierten en actos de
comercio porque los celebre un banco. Se rigen siempre por el Derecho
civil.

3. Operaciones de corretaje y remate

a. Corretaje

El corretaje está previsto en el n° 2 del art. 7 . El corretaje es una


mediación entre oferta y demanda de bienes y servicios. Tiende a
provocar el acercamiento entre las partes para facilitar la conclusión de
contratos directamente entre ellas. Quien participa en esa mediación es el
corredor , a quien el CCom le da un estatuto profesional especial.

La actividad del corredor se caracteriza porque se limita a vincular a las


partes sin entrar dentro de la circulación de los bienes. Interesa recalcar
que el corredor no tiene representación de las partes que le encomiendan
un negocio. No es mandatario. Sólo presta su concurso para lograr el
acuerdo directo de los contratantes.

Como puntualización, cabe advertir que el CCom califica de comercial a


toda operación de corretaje sin hacer distinciones, sin imponer la
accesoriedad del corretaje a negocios mercantiles. En consecuencia, el
corretaje puede vincularse a operaciones civiles, como por ejemplo una
compraventa de inmuebles. El corretaje en negocios civiles, en nuestra
opinión, también, es comercial.

Además, dado que el CCom reglamenta la profesión del corredor, se


plantea la siguiente duda: si el corretaje, para ser acto de comercio, debe
ser realizado por un corredor profesional. Entendemos que la Ley no
distingue. En consecuencia, el corretaje efectuado por quien no es
corredor profesional, es también comercial.

b. Remate

El remate , también, constituye una forma de mediación entre oferta y


demanda de bienes. En el remate , el rematador ofrece, previos los avisos
de estilo, determinados bienes a un grupo de interesados; recibe ofertas a
viva voz de estos y acepta la última y mejor.

Corresponde señalar, que la Ley califica de comercial a todo remate sin


distinguir si se trata de remate de muebles o inmuebles. En consecuencia,
el remate de inmuebles es comercial.

Por otra parte, el DL 15.508 de 23 de setiembre de 1983, modificado por


Ley 16.736, arts. 433 a 435, reglamenta la profesión del rematador ,
derogando las normas del CCom. En el régimen vigente se establece que
los rematadores profesionales tienen la exclusividad de las ventas en
remates de cualquier clase de bienes (art. 2). No puede haber, por lo
tanto, remates realizados por quien no sea rematador .

El rematador actúa por cuenta del dueño de los bienes, aceptando el


precio ofertado y, de este modo, perfeccionando una compraventa. Si el
bien vendido en remate es un inmueble, el rematador logra la
determinación del precio, vinculando al dueño; pero no puede celebrar
por éste, la enajenación que requiere escritura pública. La escritura debe
ser firmada por el dueño del bien y, si se trata de venta judicial, por el
juez en representación de éste.

El rematador – repetimos – actúa por cuenta ajena , para concertar la


venta o para fijar uno de los elementos del contrato de compraventa.
Puede asumir dos calidades: mandatario o comisionista, según invoque o
no el nombre del dueño de los efectos vendidos. Si actúa como
mandatario, ejerce la representación del dueño de los bienes que le
encomienda el remate y, por lo tanto, lo vincula jurídicamente con
terceros. Si actúa como comisionista, no tiene funciones de
representación y no vincula al dueño de los bienes frente a terceros. El
DL 15.508 hace continua referencia al comitente en sus disposiciones,
pero entendemos que es una manera equívoca de designar al dueño de los
bienes y que ello no implica la calificación del negocio jurídico que lo
vincula al rematador.

B. Negocios relacionados con el comercio marítimo

Se consideran negocios relacionados con el comercio marítimo los


fletamentos, los seguros, la compra o venta de buques, aparejos,
provisiones y todo lo relativo al comercio marítimo. El texto del n° 6 del
art. 7 , presenta la peculiaridad de mencionar una serie de actos para
terminar con una expresión de carácter general, con lo cual se ve como
superflua la enumeración efectuada.

Las actividades comerciales, en los orígenes del Derecho comercial en la


Edad Media, se desarrollaron, primordialmente, sobre los mares. Hay
razones históricas que justifican, por lo tanto, la inclusión de todo lo
relativo al comercio marítimo en el Derecho comercial.

Vamos a analizar algunos de los actos enumerados.

1. El fletamento y la compraventa de buques, aparejos y provisiones

Es un contrato por el cual el fletante cede el uso de espacios de un


determinado buque y se obliga a transportar los bienes que se
coloquen en esos espacios a cambio del pago de un flete . Dentro de la
reglamentación del fletamento , hay disposiciones relativas al contrato de
pasaje que, por lo tanto, también, es comercial.  

En cuanto a la compraventa de buques, no interesa la calidad del buque


ni a qué se dedica . Será tan comercial la compraventa de un buque
mercante como la de un pesquero o de un buque destinado a recreo o a
investigación científica. Tampoco es necesario que se dé, en este caso,
el elemento intencional requerido en el n° 1 para la compraventa
comercial.

2. Seguros
El CCom, en el art. 7 , sólo se refiere al seguro marítimo. Otra vez
debemos invocar razones históricas. Los seguros marítimos fueron los
primeros y únicos en la Edad Media y Renacimiento. Los terrestres sólo
cobran importancia a partir del siglo XIX. El CCom francés sólo
reglamentaba el seguro marítimo.

El seguro terrestre es, también, comercial.  


Lo es, porque está regulado en el CCom.  

Por otra parte, el art. 2167 del CC establece que los principales
contratos aleatorios son el contrato de seguros, el préstamo a la gruesa,
el juego, apuesta o suerte, y la constitución de renta vitalicia, aclarando
expresamente que los dos primeros pertenecen a la ley comercial.

3. Todo lo relativo al comercio marítimo

Antiguamente, todo lo relativo a la navegación tenía carácter comercial.


El art. 633 del CCom francés reputa actos de comercio a todas las
expediciones marítimas.

Nuestro texto encierra un concepto más restringido; no todo lo


concerniente a la navegación será comercial sino todo lo relativo al
comercio marítimo. No obstante, en el CCom, se regulan todos los
contratos relacionados con los buques y la navegación, aun aquellos que
no tienen que ver con el comercio:  
a. la hipoteca de buque ( art. 1035 ), 

b. el préstamo a la gruesa ( art. 1290 ), 

c. el ajuste de la gente de mar ( art. 1061 ). 

También, se regulan instituciones que no son intrínsecamente


comerciales, como la asistencia, el abordaje, el salvamento, etcétera. De
manera que, a pesar de la precisión final del art. 7 , n° 6, es materia
comercial no sólo lo relativo al comercio marítimo sino todo lo que
concierne a la navegación marítima.

Entendemos que el art. 7 , sólo se refiere al comercio marítimo, puesto


que se trata de una enunciación de actos que, en la mayoría de sus
numerales, tiene como fin atribuir la calidad de comerciante a quien los
realiza haciendo de ello su profesión habitual.

C. Actos que actualmente están regulados fuera del CCom

Tres de los numerales del art. 7 , se refieren a actos cuya regulación ya no


se encuentra en el CCom: las negociaciones sobre letras de cambio o
cualquier otro género de papel endosable, las sociedades anónimas y las
convenciones sobre salarios de dependientes y otros empleados de los
comerciantes.

1. Negociaciones sobre títulos valores

El art. 7 , n° 3, establece lo siguiente: "Toda negociación sobre letras de


cambio o de plaza o cualquier otro género de papel endosable" .

a. Letras de cambio

Con relación a este numeral debemos señalar que el CCom reglamentaba


a las letras de cambio y a los vales. Sus normas fueron derogadas por el
DL 14.701 que contiene una disciplina general de los títulos valores y
disciplinas especiales para letras de cambio y vales y una referencia a los
cheques que están regulados en el DL 14.412.

b. Papel endosable

Luego, la norma se refiere a cualquier otro género de papel endosable.


¿A qué se refiere ese texto?

Para entender lo que es un papel endosable, debemos explicar


previamente las diversas formas en que se pueden emitir las letras de
cambio, los vales y los cheques. Se distinguen tres modalidades: títulos
al portador, a la orden y nominativos.

El título al portador es aquel que no menciona el nombre del beneficiario


y puede ser cobrado por quien sea su tenedor. Se trasmite por la simple
transferencia manual.
El título a la orden, es el título que indica en su texto el nombre del
beneficiario. La DL 14.701 establece que ese documento se trasmite por
endoso y entrega. El endoso es una constancia escrita al dorso del título
valor firmado por el beneficiario. Puede constituirse con su sola firma.

Basta con el endoso y la entrega del título para que se transfieran los
derechos que éste confiere. El endoso es un acto sencillo. Puede ser una
constancia puesta al dorso del documento que diga " Endoso a favor de X "
seguida por la firma del endosante o puede consistir en la sola firma del
endosante. No es necesario ni la firma del endosatario ni que se notifique
el deudor. El título puede ser objeto de sucesivos endosos.

Advertimos que en el CCom, hoy derogado, para que un título fuera


endosable debía constar en su texto la cláusula "a la orden". Con el DL
14.701, cambia el régimen pues esta ley dispone que el título con
indicación del beneficiario se presume a la orden, sin que sea necesario
estampar esa frase. El mismo régimen se había establecido en materia de
cheques por el DL 14.412. Si se quiere que uno de esos títulos no pueda
trasmitirse por endoso, debe establecerse el siguiente texto: "no
endosable" o "no a la orden".

El título nominativo, es aquel que indica en su texto el nombre del


beneficiario y, además, se libra por una persona que lleva el registro de
los títulos que crea. Ese requiere para su transmisión, el endoso, la
entrega y, además, la inscripción en el Registro del creador.

Explicado qué es el endoso, volvamos al art. 7 , n° 3, que se refiere a


papeles endosables. Son títulos endosables las letras, los vales y los
cheques, cuando se emiten con indicación de beneficiario. También, lo
son el conocimiento marítimo y el aéreo, el contrato de prenda sin
desplazamiento, los certificados de depósito aduanero. Todos estos
papeles son comerciales y las negociaciones que sobre ellos recaigan
también lo serán.

Resumiendo, la letra de cambio es siempre comercial sea cual fuere su


forma. El cheque y el vale lo serán sólo cuando sean a la orden, aunque
entendemos que sobre la base de textos legales que disponen que a los
vales y cheques se le aplica la disciplina de las letras, cae sobre estos
dos títulos también la calificación de mercantiles, sea cual fuere su
forma.

c. Negociación

Volviendo al texto del art. 7 , n° 3, vemos que se ha dado carácter


comercial en primer término a toda negociación sobre letra de cambio.
La letra de cambio se ha considerado comercial, tradicionalmente. Su
ubicación entre los actos de comercio se debe a motivos históricos. Nace
en la Edad Media, utilizada por comerciantes y actualmente se usa
preponderantemente por ellos.

La Ley comercializa toda negociación. Se ha considerado que esto


significa que todo lo relativo a la emisión o libramiento de la letra, a su
circulación, a su aceptación y a su extinción es comercial. La expresión
negociación puede entenderse referida, también, a la intermediación en
estos documentos.

2. Sociedades anónimas

El n° 5 del art. 7 incluye a las sociedades anónimas, entre los actos de


comercio, cualquiera sea su objeto. Esta norma suponía una excepción al
principio general establecido por el propio CCom (hoy sustituido en los
referente a sociedades comerciales por la LSC). En éste se establecía que
una sociedad era civil o comercial, según el objeto para el cual se
constituía, entendiendo por objeto la actividad que los socios se
proponían realizar. Las sociedades eran comerciales, entonces, cuando
tenían por objeto realizar una actividad comercial.

De la lectura del n° 5 del art. 7 surge, en cambio, que se reputa acto de


comercio a las sociedades anónimas aun cuando desplegaron una
actividad civil. Se establece, por lo tanto, un criterio formal para la
imputación de comercialidad.

a. Comercialidad de las sociedades según la Ley 16.060 (LSC)


El art. 7 , n° 5, ha quedado tácitamente modificado por la LSC. Ésta
caracteriza a la sociedad comercial por tener por objeto una actividad
comercial. Luego, organiza distintos tipos sociales: colectiva, sociedad
de responsabilidad limitada, en comandita, de capital y trabajo, sociedad
anónima. En el art. 4, se dispone que la sociedad que adopte un tipo de
los previstos por la Ley será comercial, sea cual fuere su objeto.

En consecuencia, en el régimen vigente, hay sociedades comerciales por


su objeto y hay sociedades comerciales por su forma. Ya no sólo la
sociedad anónima es comercial por su forma. Lo serán las sociedades que
adopten cualquiera de los tipos previstos por la LSC y aunque su objeto
sea realizar una actividad civil. También, tienen comercialidad formal las
sociedades cooperativas agropecuarias por lo dispuesto en el art. 1 de la
Ley del 5 de abril de 1941.

Queremos señalar que en la Ley 16.060, la sociedad comercial es un


contrato, pero también es un sujeto de Derecho. Nace el sujeto de
Derecho, con la celebración del contrato, sin cumplir con requisitos de
ningún tipo. Con el artículo 7 del Código de Comercio se comercializa al
contrato. Al sujeto de Derecho creado, se le aplica el estatuto profesional
del comerciante.

b. Precisión

El solo hecho de que se trate de una sociedad con un tipo comercial, no


imprime carácter comercial a la actividad que esta sociedad realice. La
comercialidad es un calificativo del contrato de la sociedad . Es
comerciante el sujeto nacido de la celebración del contrato y que, como
persona jurídica comerciante, estará sometido al estatuto y normas de la
legislación comercial; pero los actos que realice el sujeto jurídico
estarán regidos por la Ley comercial o la civil, según sea su naturaleza
intrínseca. Desde luego, será de aplicación el art. 5 del CCom, que crea
la presunción de comercialidad de los actos del comerciante, pero
admitiendo la prueba en contrario. También, debe tenerse en cuenta que
los actos que son intrínsecamente civiles, como la compraventa de
inmuebles, nunca se pueden presumir comerciales, aunque los celebre un
sujeto, persona física o jurídica comerciante.

3. Actos relacionados con factor , dependientes y otros empleados

a. Operaciones de los factores, tenedores de libros y otros empleados

El n° 7 del art. 7 establece:  


"Las operaciones de los factores, tenedores de libros y otros empleados
de los comerciantes, en cuanto concierne al comercio del negociante de
quien dependen."

Los factores actúan en representación del comerciante. Las operaciones


de los factores – dentro de ciertos límites – son imputables al principal o
dueño; el factor es un mero representante.

La referencia a tenedores de libros y otros empleados resulta inadecuada.


Los tenedores de libros, realizan una labor dentro de la organización
interna, sin trascendencia frente a terceros. Los empleados no celebran
operaciones relacionadas con el comercio de quien los ha contratado,
salvo que entren en la categoría dependientes .

La comercialidad deriva de una doble conexión: subjetiva, con un


determinado comerciante; y objetiva, con el comercio de ese
comerciante. No todos los actos de las personas mencionadas serán
comerciales sino, como lo dice el art. 7, sólo en cuanto conciernen al
comercio del negociante. Por ende, las operaciones de ese numeral no
constituyen negocios distintos a los enumerados en numerales anteriores.
En este numeral no se ha calificado un típico negocio mercantil
diferenciado de otros, como en las normas precedentes.

La norma incorpora una presunción de comercialidad de ciertos actos,


cuando se configuran las dos conexiones mencionadas. Este numeral
tiene similitud con el art. 5 que analizamos más adelante. Quizás debió
ubicarse como otro inciso del art. 5.

b. Convenciones sobre salarios de dependientes y otros empleados


El n° 8 del art. 7 del CCom, incluye como acto de comercio:  
"Las convenciones sobre salarios de dependientes y otros empleados de
los comerciantes."

No obstante, e n la actualidad, las regulaciones del trabajo entre el


principal y el factor y sus dependientes, en lo fundamental, escapan a la
esfera del Derecho mercantil, para entrar al campo del Derecho del
trabajo. Como la calificación legal contenida en el art. 7 mantiene su
vigencia, en lo que no haya sido expresamente previsto por las leyes
laborales, debe aplicarse la legislación mercantil.

Al estudiar factores y dependientes y en Derecho marítimo,


encontraremos normas mercantiles que regulan relaciones laborales y
analizaremos cuáles han sido derogadas por el Derecho laboral y cuáles
no.  

Caracteres de la enumeración del art. 7 del Código de


Comercio
Por NURI E. RODRÍGUEZ OLIVERA

y CARLOS E. LÓPEZ RODRÍGUEZ

I. Sobre la objetividad o subjetividad


La doctrina ha atribuido objetividad a la enumeración de los actos de comercio, desde
dos puntos de vista:

A. Primer sentido atribuido a la objetividad


Desde un punto de vista, objetividad significa que la comercialidad de cada acto
depende de su propia naturaleza y no de la calidad de comerciante de la persona que
lo realiza. 

1. Operaciones de banco

Sin embargo, hay determinados actos que son comerciales en función del sujeto que los
realiza. El ejemplo que menciona la doctrina es el de las operaciones de banco. No
coincidimos con esta opinión, según se estableció al analizar el n° 2 del art. 7 del
Código de Comercio (CCom).
Existen una serie de negocios jurídicos que típicamente corresponden a la operativa
bancaria. Todos ellos, en nuestra opinión, constituyen «operaciones de banco», sea
quien sea que los realice y, consecuentemente, quedan sometidos al Derecho mercantil.

En esta postura, serían mercantiles aquellos negocios bancarios que se alejan de los
tradicionales, como la apertura de crédito, el descuento, el crédito documentario, el
arrendamiento de cajas de seguridad. Estos negocios nacen en el ámbito bancario pero
nada obstaría a que cualquiera de ellos pudiera ser ejecutado por una persona no
bancaria, sin que por ello, en nuestra opinión, perdiesen su mercantilidad.

Como contrapartida, pareciera obvio que aquellos negocios típicamente civiles, como la
compraventa o hipoteca de inmuebles, no se convierten en actos de comercio porque los
celebre un banco. Se rigen siempre por el Derecho civil.

2. Empresas

Se ha pretendido ver, asimismo, un matiz de subjetividad, en la referencia a empresas


que se efectúa en el n° 4 del art. 7. 

PÉREZ FONTANA SOSTENÍA QUE LA COMERCIALIDAD A QUE SE REFIERE EL CCOM SE


RELACIONA CON LOS ACTOS QUE ÉSTA REALICE. LUEGO, SOSTENÍA QUE, COMO NO HAY
EMPRESA SIN EMPRESARIO, ESTA DISPOSICIÓN SUPONÍA UNA APLICACIÓN DEL CRITERIO
SUBJETIVO EN LA DETERMINACIÓN DE LOS ACTOS DE COMERCIO, POR EL CUAL SERÍAN
COMERCIALES LOS ACTOS REALIZADOS POR EL EMPRESARIO[1].

No compartimos el criterio reseñado, según surge del comentario que se puede leer en el
hipervínculo siguiente: Empresas.

En nuestro Derecho sólo son personas jurídicas, las consagradas por el art. 21 del
Código Civil y aquellas a las cuales la Ley les ha atribuido tal carácter, como las
sociedades comerciales (Ley de Sociedades Comerciales n° 16.060 de 1989).

No hay, detrás del art. 7 CCom, conceptos económicos ni jurídicos ni doctrinarios. La


doctrina sobre la empresa se elaboró mucho después de la sanción de los códigos. De
manera que, el concepto dado por el art. 7 hay que estudiarlo a la luz de lo que tenía el
legislador ante sí al sancionarlo, esto es, un hecho económico y nada más que eso. Se
manejó el término «empresa» como sinónimo de actividad continuada. Su inclusión se
debió a la voluntad histórica de someter a ciertas actividades económicas al régimen
más severo del Derecho comercial, sometiendo a su titular al estatuto del comerciante.

En el art. 7 el codificador utilizó la palabra «empresa» como un sinónimo de actividad,


del mismo modo que en otros numerales utilizó otras expresiones como operaciones,
negociación o convenciones.

3. Operaciones de los factores


También, se podría considerar como una excepción a la objetividad, la referencia
del n° 7, a la mercantilidad de las operaciones de los factores.
El n° 7 del art. 7 establece: 
«Las operaciones de los factores, tenedores de libros y otros empleados de los
comerciantes, en cuanto concierne al comercio del negociante de quien dependen.»

Según se desprende del texto transcripto, la comercialidad deriva de una doble


conexión: subjetiva, con un determinado comerciante; y objetiva, con el comercio de
ese comerciante. No todos los actos de las personas mencionadas serán comerciales
sino, como lo dice el art. 7, sólo en cuanto conciernen al comercio del negociante. Por
ende, las operaciones de ese numeral no constituyen negocios distintos a los
enumerados en numerales anteriores. En este numeral no se ha calificado un típico
negocio mercantil diferenciado de otros.

Observaciones

 Advertimos que, fuera de la enumeración que realiza el art. 7, el CCom regula


contratos, como el préstamo o el depósito, cuya mercantilidad depende de la calidad de
comerciante de uno o de los dos contratantes. Sin embargo, aun en estos acasos se
requiere, adicionalmente, que el negocio tenga conexión con su actividad mercantil.

Todo lo dicho hasta aquí no se contradice con la presunción de comercialidad


establecida en el art. 5 para todos aquellos actos que realicen los comerciantes. Este
texto, no significa que los actos de los comerciantes sean necesariamente comerciales,
ya que pueden no serlo, sino que quien alegue que el acto realizado por un comerciante
no es comercial, debe probarlo.

B. Segundo sentido atribuido a la objetividad


La enumeración es objetiva, también, porque no considera la intención con que se
realiza el acto. 
Claro que esto tiene una enormísima excepción en la tipificación que de la compraventa
comercio realiza el n° 1 del art. 7.
Sin perjuicio de ello, incluso la compraventa, en varios casos, es mercantil, sea cual sea
la intención del comprador.

Conclusión

En conclusión, se considera que la enumeración es “predominantemente objetiva”


porque si bien en primera instancia se considera únicamente al acto en sí mismo,
respecto a determinados actos se tendría en consideración al sujeto que lo realiza o la
intención con que se realiza el acto.

II. Sobre la taxatividad o enunciatividad


Una enumeración es taxativa cuando debe interpretarse estrictamente, sin inclusión de
otros casos que los enumerados, porque de ello depende la aplicación de un Derecho
especial. Por el contrario, una enumeración es enunciativa cuando se ha hecho a vía de
ejemplo. En este segundo caso se pueden incluir otros casos similares a los enunciados,
por analogía.
Aclarado esto, se plantea la interrogante siguiente: ¿es posible incorporar al art. 7 otros
actos similares por analogía? En definitiva ¿la enumeración es taxativa o enunciativa?
Al respecto se han sostenido tres posiciones.

A. Tesis restrictiva
Según los defensores de esta teoría, la enumeración es taxativa. De acuerdo con esta
posición, no sería posible agregar otros actos a la lista, por más similares que fueran. 

Quienes opinan de esta manera fundamentan su posición en la naturaleza excepcional


del Derecho Comercial. El Derecho comercial es un Derecho de excepción con respecto
al Derecho Civil. Por lo tanto, debe interpretarse restrictivamente y lo que no está en el
art. 7 o en la legislación comercial, pertenece al Derecho Civil.

B. Tesis amplia
Para esta posición la enumeración es enunciativa. Se fundamentan en el acápite del art.
7, que establece:

«Se reputa actos de comercio en general…»

Por otra parte, entienden que ello favorece al comercio que está en permanente
evolución y que por medio de esta teoría puede adaptarse a las normas legales vigentes.

C. Tesis intermedia
Es cierto que en buena parte de la materia contractual, el Derecho Comercial constituye
un Derecho excepcional frente al Civil. Además, las dificultades para concebir una
definición de acto de comercio unánimemente aceptada, impone que se establezca
expresamente por la Ley qué es lo que ha de considerarse acto de comercio, caso a
caso. 
Por lo tanto, no es posible agregar a la lista otros casos más que los previstos
legalmente, bajo el pretexto de considerarlos afines a alguna concepción teórica de acto
de comercio. La determinación de los actos de comercio es de orden público, por lo
que no queda librada a la voluntad de los particulares. Estos no pueden atribuir
naturaleza civil a un acto calificado como comercial, ni calificar como comercial a un
acto no incluido en la nómina.
Sin embargo, también, es cierto que la enumeración no puede considerarse
exhaustiva, porque los actos de comercio no se agotan en el art. 7. Otros actos como la
fianza (arts. 603 y ss. CCom), la prenda y la hipoteca comercial, se encuentran
regulados en otros artículos del mismo CCom.

Asimismo, es posible advertir un criterio lógico en cada numeral del art. 7. En


efecto, cada inciso del artículo encierra una categoría. Dentro de esta categoría puede
utilizarse la analogía para incluir casos no previstos expresamente. Siguiendo este
criterio, por ejemplo, puede ampliarse el n° 4 del art. 7 y entender que las empresas de
transporte por aire son, también, comerciales.
III. Heterogeneidad y homogeneidad
Algunos autores consideran que la enumeración contenida en el art. 7 es heterogénea,
pues contendría actos de diversa naturaleza. Algunos de estos actos serían contratos,
otros serían títulos valores y otros serían empresas.
En nuestra opinión, no existe tal heterogeneidad. Todo lo enumerado por el art. 7 son
actos.
Los contratos son negocios jurídicos bilaterales y los títulos valores son negocios
jurídicos unilaterales, pero todos pertenecen al género acto jurídico.
En cuanto a las empresas del n° 4, entendemos que el art. 7 no utiliza la expresión
empresas como organización de trabajo ajeno y capital, sino como actividad. Esto es,
consideramos que el n° 4 se refiere a la actividad de fábrica y a los actos de transporte,
depósito y comisión.

¿Qué consecuencias tiene que un acto sea calificado como


comercial?

Por N URI E. R ODRÍGUEZ O LIVE RA y C ARL OS E. L ÓPEZ R ODRÍGUEZ

En algunos países, la distinción entre actos de comercio y actos


civiles es fundamental a los efectos de dilucidar la competencia de
los tribunales, puesto que las cuestiones comerciales se deben
tramitar ante tribunales especiales o jueces de comercio. En nuestro
país, a partir del Código de Organización de los Tribunales (1934)
se suprimió la judicatura comercial. Los mismos jueces entienden en
contiendas civiles y comerciales.    

No obstante, la determinación de cuáles son actos de comercio


reviste interés por las siguientes razones.

I. Delimitación del ámbito de aplicación del Código de Comercio

Nuestro Código de Comercio (CCom) sigue, predominantemente, la


tendencia objetiva. El centro de nuestra legislación mercantil, su
fundamento, está en el acto de comercio y, accesoriamente, se
reglamentan profesiones comerciales, los bienes y el mercado.

Importa saber si un determinado acto reviste naturaleza civil o


comercial, para poder establecer si se le aplicará el Código Civil o
el CCom y la demás legislación comercial. El acto que la Ley
califica como comercial, será siempre comercial y regido por la Ley
comercial, sea quien fuere quien lo realiza. Un civil puede realizar
actos comerciales y estará sujeto, entonces, a la legislación
comercial, sin haberse convertido en comerciante (art. 6 CCom).

II. Definición de comerciante

En función de la determinación del acto de comercio, se llega a la


definición del comerciante. En efecto, es comerciante quien realiza
habitualmente actos de comercio, haciendo de ello su profesión
habitual.

III. Determinación de la naturaleza comercial de las sociedades

La caracterización de una sociedad como comercial se hace, en


principio, en función de su objeto aunque, también, la Ley de
sociedades comercializa a las sociedades cualquiera sea su objeto
cuando adoptan un tipo de los previstos.

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