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Agroforestería para la Conservación de los Recursos Naturales y Productividad


YA

Book · August 2018

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2 authors, including:

María Edna Álvarez-Sánchez


Universidad Autónoma Chapingo
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ESPECIES NATIVAS CON POTENCIAL PARA TECNOLOGIAS AGROFORESTALES EN LA SIERRA GORDA DE GUANAJUATO View project

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PARA LA CONSERVACIÓN
DE LOS RECURSOS NATURALES
Y PRODUCTIVIDAD
-

tónoma
idad Au C Coordinadores:
ha
ers

MARÍA EDNA ÁLVAREZ SÁNCHEZ


pin
Univ

go

ANTONIO VÁZQUEZ ALARCÓN


Enseñar la explotación de la tierra,
no la del hombre
i
Coordinadores:
María Edna Álvarez Sánchez
Antonio Vázquez Alarcón

ii
Primera edición, agosto 2018

ISBN: 978-607-12-0517-9

D.R. © UNIVERSIDAD AUTÓNOMA CHAPINGO


Km 38.5 Carretera México-Texcoco
Chapingo, Estado de México. C.P. 56230
Teléfono: 01 (595) 95 2 15 00 ext. 51 42
Correo electrónico: isbnchapingo@gmail.com

__________________________________________________________
Queda prohibida la reproducción o transmisión total o parcial del texto o las ilustraciones
de la presente obra bajo cualesquiera formas, electrónicas o mecánicas, incluyendo
fotocopiado, almacenamiento en algún sistema de recuperación de información,
dispositivo de memoria digital o grabado sin el consentimiento previo y por escrito del
editor.

iii
Universidad Autónoma Chapingo
Maestría en Ciencias en Agroforestería para el Desarrollo Sostenible

Cuidado de la edición: María Edna Álvarez-Sánchez y Antonio Vázquez Alarcón


Agroforestería para la conservación de los recursos naturales y productividad
UACh, Departamento de Suelos

Diseño de portada y de interiores: Lic. Guadalupe Georgina Ramos Rivera

Dr. Gerardo Cruz Flores


Profesor Investigador
Universidad Nacional Autónoma de México
FEZ Zaragoza

Dra. Irma Díaz Aguilar


Profesor Investigador Titular
Posgrado de Edafologia
Colegio de Postgraduados Campus Montecillo

Dr. Marco R. Hernández


Post-Doctoral Fellowship
Great Lakes Institute for Environmental Research
University of Windsor

Dr. Manuel Sandoval Villa


Profesor Investigador Titular
Posgrado de Edafologia
Colegio de Postgraduados Campus Montecillo

Dr. José Víctor Tamariz Flores


Profesor Investigador
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

iv
Los sistemas agroforestales existen desde el inicio de la agricultura, y éstos han sido
utilizados por los primeros pobladores de esta gran nación mexicana para producir sus
alimentos y gran número de satisfactores. Su uso permitió mantener el equilibrio ecológico
durante cientos de años, plantando una gran variedad de cultivos con diferentes hábitos de
crecimiento combinados con especies de árboles, imitando la estructura y la diversidad de
especies de bosques y selvas naturales. La Agroforestería tuvo gran importancia en la vida de
los pobladores rurales del México antiguo, sin embargo, cuando fue ignorada, extensas áreas
terrestres y acuáticas fueron degradadas dramáticamente, debido a la contaminación y al uso
irracional de los recursos naturales que ha provocado la desertificación. Actualmente, su rescate
como ciencia, resulta ser una estrategia clave en la agricultura sostenible para disminuir la
dependencia de insumos externos en la obtención de alimentos, rehabilitar el paisaje agrícola,
regular plagas mediante el control natural, reciclar nutrimentos en los agroecosistemas, fijar y
almacenar carbono, contribuir a mitigar el cambio climático, conservar el suelo, el agua, la
energía, lo que permite proteger y conservar las riquezas naturales, pero especialmente
restaurar las zonas que se encuentran afectadas.

Esta obra tiene como propósito dar a conocer resultados de las investigaciones que
llevan a cabo estudiantes y personal académico de la Maestría en Ciencias en Agroforestería
para el Desarrollo Sostenible. En las primeras páginas encontrará información actualizada sobre
zonas agroecológicas en la Huasteca Potosina, almacenamiento de carbono en sistemas
reforestados, dinámica del nitrógeno y carbono en sistemas agroforestales y naturales. En la
parte media de la obra se abordan temas relacionados con el uso de leña como fuente de
energía en comunidades rurales y se plantean alternativas sustentables de aprovechamiento,
seguida del manejo de una especie arbórea como fuente de combustible y medio de
reproducción de un insecto con aportes de proteína de alta calidad en la alimentación de la
población rural, además se abordan estudios de la diversidad arbórea y belleza escénica de
selvas y manglares, de árboles y arbustos de usos múltiples en el Bajío.

v
Por último, en otro grupo de estudios se integra el conocimiento agroforestal para un
rápido crecimiento de caoba en vivero mediante el manejo nutrimental, como alternativa para
aumentar la sobrevivencia en campo. En el mismo contexto nutrimental, se plantea mejorar la
producción y calidad de aceite de Moringa oleífera. Finalmente, se analiza la rehabilitación de
la fertilidad del suelo al cambiar el manejo de limón mexicano en monocultivo a una asociación
silvopastoril.

El ideal de los investigadores que participan en esta obra es compartir sus experiencias
para que sirvan como una guía fácil en el manejo agroforestal de cultivos agrícolas y forestales,
que contribuya a la conservación de la biodiversidad, mitigar el cambio climático y lograr que la
gente se esfuerce con seriedad por cambiar su actitud hacia el ambiente que sostiene la vida
universal de todos los seres en este planeta.

Ranferi Maldonado Torres

vi
Contenido
Capítulo 1. Zonificación agroecológica de la cuenca baja del Río Tampaón, Huasteca
Potosina Mario Alberto Campos Ugalde, Alejandro Lara Bueno, Miguel Uribe Gómez, Rosa María García
Núñez…………………………………………………………………………………………………………………………...1
Resumen ................................................................................................................................... 1
Introducción ............................................................................................................................... 2
Materiales y métodos................................................................................................................. 3
Resultados y discusión .............................................................................................................. 4
Características biofísicas de la zona ...................................................................................... 4
Evolución histórica del sistema agrario .................................................................................. 8
Zonificación agroecológica ................................................................................................... 12
Conclusiones ........................................................................................................................... 16
Literatura citada ....................................................................................................................... 19
Capítulo 2. Carbono almacenado en la estación experimental “Mario Avila” 50 años
después de su reforestación Alba Gissela Fajardo Ortíz, Antonio Vázquez Alarcón, David Cristóbal
Acevedo, Juan Ángel Tinoco Rueda, Dante Arturo Rodríguez Trejo ........................................................ 24
Resumen ................................................................................................................................. 24
Introducción ............................................................................................................................. 25
Materiales y métodos............................................................................................................... 26
Área de estudio .................................................................................................................... 26
Inventario de carbono almacenado en la EEMA .................................................................. 27
Análisis de las muestras de suelos ...................................................................................... 28
Modelo alométrico para la determinación de biomasa de Eucalipto..................................... 29
Determinación de carbono ................................................................................................... 30
Resultados y discusión ............................................................................................................ 30
Carbono total de la EEMA .................................................................................................... 30
Evolución del suelo .............................................................................................................. 34
Modelo matemático para la determinación de biomasa ....................................................... 35
Estimación de carbono ......................................................................................................... 36
Comparación con otros modelos .......................................................................................... 37
Conclusiones ........................................................................................................................... 38
Literatura citada ....................................................................................................................... 39
Capítulo 3. Carbono y nitrógeno en el suelo de sistemas agroforestales y sistemas
naturales David Cristóbal Acevedo, Vianca Azucena Arévalo Madrigal ................................................. 43
Resumen ................................................................................................................................. 43

vii
Introducción ............................................................................................................................. 44
Materiales y métodos............................................................................................................... 45
Resultados y discusión ............................................................................................................ 47
Concentración de COS ........................................................................................................ 47
Concentración de Nitrógeno Total (Nt) y Orgánico (Norg) ................................................... 51
Relación Carbono/Nitrógeno ................................................................................................ 57
Conclusiones ........................................................................................................................... 58
Literatura citada ....................................................................................................................... 59
Capítulo 4. Consumo de leña en México: hábitos de uso, problemática asociada y
alternativas sostenibles de solución Sofía Violeta Alvarado Machuca, Edna Álvarez-Sánchez, Ranferi
Maldonado Torres, Alejandro Santiago Sánchez Velez ........................................................................ 64
Resumen ................................................................................................................................. 64
Introducción ............................................................................................................................. 65
La leña y su consumo en algunas comunidades de México ................................................ 65
Problemática asociada al consumo de leña ......................................................................... 68
Alternativas para la energización rural ................................................................................. 71
Especies nativas con potencial dendroenergético ............................................................ 71
Calidad de leña ................................................................................................................. 75
Consideraciones en los programas para la energización rural en México ........................... 78
Conclusiones ........................................................................................................................... 81
Literatura citada ....................................................................................................................... 82
Capítulo 5. Contribución al estudio del sistema agroentomoforestal árbol Lippia
myriocephala como fuente de combustible y medio de reproducción de la larva Phassus
triangularis Pascual Cruz Sánchez, Ranferi Maldonado Torres, Edna Álvarez-Sánchez, Eliseo Sosa Montes,
Mateo Vargas Hernández, Rosa María García Núñez, Miguel Uribe Gómez .............................................. 88
Resumen ................................................................................................................................. 88
Introducción ............................................................................................................................. 89
Materiales y métodos............................................................................................................... 91
Descripción del área de estudio ........................................................................................... 91
Análisis proximal y calidad de leña....................................................................................... 91
Medición de características del medio de reproducción de larva ......................................... 92
Análisis químico de la larva de P. triangularis ...................................................................... 92
Resultados y discusión ............................................................................................................ 93
Calidad de la leña de Lippia myriocephala ........................................................................... 93
Ecología de la larva Phassus triangularis en el árbol Lippia myriocephala .......................... 95
Reproducción del adulto de P. triangularis en el árbol de L. myriocephala .......................... 97

viii
Depósito de huevo en el tallo de L. myriocephala ............................................................. 97
Formación de galería y capa protectora en el tallo de la Lippia myriocephala .................. 97
Vivencia de la larva P. triangularis en la galería del tallo de L. myriocephala ................. 100
Aprovechamiento de la larva P. triangularis .................................................................... 102
Conclusiones ......................................................................................................................... 103
Literatura citada ..................................................................................................................... 104
Capítulo 6. Mezquites y huizaches árboles de uso múltiple en el sureste de Guanajuato
Rosa María García Núñez, Nidia Sarahi Reséndiz Flores, Alejandro Santiago Sánchez Vélez .................... 108
Resumen ............................................................................................................................... 108
Introducción ........................................................................................................................... 109
Usos múltiples de los árboles y arbustos ........................................................................... 111
El mezquite y huizache ...................................................................................................... 114
Usos de la goma de mezquite y huizache .......................................................................... 117
Materiales y métodos............................................................................................................. 118
Especies de usos múltiples en el sureste de Guanajuato .................................................. 118
Resultados y discusión .......................................................................................................... 124
Identificación de especies y usos múltiples ........................................................................ 124
Extracción de goma huizache y mezquite .......................................................................... 127
Análisis químico proximal de la goma de mezquite y huizache .......................................... 128
Conclusiones ......................................................................................................................... 130
Literatura citada ..................................................................................................................... 131
Capítulo 7. La diversidad arbórea y belleza escénica de la selva y el manglar en Xpu Ha
Palace, Quintana Roo, México Adriana Velázquez Ortega, Javier Castañeda Rincón, Beatriz Cecilia Aguilar
Valdez, David Delgado Viveros, Juan Juárez Méndez ........................................................................ 136
Resumen ............................................................................................................................... 136
Introducción ........................................................................................................................... 137
Materiales y métodos............................................................................................................. 139
Método para evaluar el área de vegetación de selva ......................................................... 140
Método para evaluar la vegetación del manglar ................................................................. 141
Método para evaluar la Belleza Escénica .......................................................................... 142
Resultados y discusión .......................................................................................................... 144
Diversidad arbórea de la selva ........................................................................................... 144
Diversidad arbórea del manglar ......................................................................................... 146
Plantas epífitas ................................................................................................................... 147
Belleza escénica ................................................................................................................ 150

ix
Conclusiones ......................................................................................................................... 153
Recomendaciones .......................................................................................................... 153
Literatura citada ..................................................................................................................... 154
Capítulo 8. Nutrición para el rápido crecimiento de plantas de caoba (Swietenia
macrophylla King) Ranferi Maldonado Torres, Edna Álvarez-Sánchez, Amparo Borja de la Rosa, Marcela
Karina Mora Patiño ..................................................................................................................... 166
Resumen ............................................................................................................................... 166
Introducción ........................................................................................................................... 167
Materiales y métodos............................................................................................................. 168
Resultados y discusión .......................................................................................................... 172
Conclusiones ......................................................................................................................... 182
Literatura citada ..................................................................................................................... 182
Capítulo 9. Evaluación nutrimental del suelo y limón mexicano con manejo convencional
y silvopastoril, Apatzingán, Michoacán Freddy Huerta Ortega, Ranferi Maldonado Torres, Edna Álvarez-
Sánchez ................................................................................................................................... 184
Resumen ............................................................................................................................... 184
Introducción ........................................................................................................................... 185
Materiales y métodos............................................................................................................. 186
Análisis de suelo y foliar ..................................................................................................... 187
Rendimiento y características del fruto .............................................................................. 188
Resultados y discusión .......................................................................................................... 188
Diagnóstico del estado nutrimental del limón mexicano ..................................................... 192
Índice de balance Kenworthy .......................................................................................... 192
Desviación optima porcentual (DOP) .............................................................................. 193
Rendimiento de frutos por hectárea ................................................................................... 194
Análisis de las principales variables en los frutos............................................................... 195
Porcentaje de colonización micorrícica .............................................................................. 196
Conclusiones ......................................................................................................................... 197
Literatura citada ..................................................................................................................... 198
Capítulo 10. Evaluación nutrimental de plantaciones de Moringa oleifera Lam. para
optimizar la producción de aceite Margarita Esther Mejía Solís, Edna Álvarez-Sánchez, Ranferi
Maldonado Torres, Gustavo Almaguer-Vargas ................................................................................. 203
Resumen ............................................................................................................................... 203
Introducción ........................................................................................................................... 204
Materiales y métodos............................................................................................................. 205
Muestreo, diagnóstico nutrimental y rendimiento inicial de la plantación de M. oleifera..... 206

x
Diagnóstico nutrimental inicial de la plantación de M. oleifera ........................................... 208
Evaluación inicial de rendimiento y contenido de aceite .................................................... 208
Descripción de tratamientos y diseño experimental ........................................................... 210
Diseño experimental y análisis de datos ............................................................................ 210
Diagnóstico nutrimental y rendimiento final ........................................................................ 210
Resultados y discusión .......................................................................................................... 211
Diagnóstico nutrimental del suelo y foliar inicial de Moringa oleífera ................................. 211
Diagnóstico nutrimental foliar final de Moringa oleífera ...................................................... 213
Efectos de la edad de la plantación y fertilización en las variables de rendimiento ........... 215
Efecto de la edad de la plantación .................................................................................. 215
Efecto de la fertilización .................................................................................................. 216
Efecto principal de los tratamientos edad y fertilización sobre la concentración de nutrientes
........................................................................................................................................... 218
Interacción edad del árbol con fertilización en el rendimiento y concentración de nutrientes
........................................................................................................................................... 219
Efecto de la fertilización ..................................................................................................... 220
Correlación entre variables del rendimiento y concentración nutrimental .......................... 221
Conclusiones ......................................................................................................................... 223
Literatura citada ..................................................................................................................... 223

xi
Capítulo 1
Zonificación agroecológica de la cuenca baja del Río Tampaón,
Huasteca Potosina
Mario Alberto Campos Ugalde1, Alejandro Lara Bueno1, Miguel Uribe Gómez1, y Rosa María
García Núñez1

Resumen

La zonificación agroecológica de la cuenca baja del río Tampaón fue establecida


mediante la evaluación de los componentes biofísicos, historia agraria, sistemas agrícolas y
ganaderos. Se identificaron cuatro zonas, una de conservación (espacios con limitaciones para
uso agrícola y pecuario); de cultivos de caña; de ganadería con sistema de doble propósito,
pastoreo extensivo y engorda intensiva; y por último de parcelas huastecas (comunidades
Teenek). Las zonas de caña, parcelas huastecas, conservación y de ganadería representan
19.5, 22.5, 25.8 y 32.2% del área de estudio, respectivamente; constituyendo la distribución
actual de sistemas de cultivo y cría representativos de la región; son el resultado de su evolución
histórica, y la interacción de elementos sociales y biofísicos; siendo suelo, relieve y clima
determinantes para la distribución actual de las actividades agropecuarias.

Palabras clave: Huertos de traspatio, historia agraria, parcela huasteca, sistemas agrícolas,
ganadería.

Autor para correspondencia: mariocampos.ugalde@gmail.com


1Maestría en Agroforestería para Desarrollo Sostenible. Universidad Autónoma Chapingo

1
Introducción
La presión de las actividades humanas asociadas al crecimiento demográfico, han
propiciado que muchos ecosistemas en distintas regiones de México tengan un severo impacto
ambiental, alterando de forma irreversible su composición (Sahagún-Sánchez y Reyes-
Hernandez, 2011). Según Algara (2009) la Huasteca Potosina no ha sido la excepción; como
resultado del profundo impacto generado por las actividades agropecuarias, esta región ha sido
caracterizada como una zona de alta vulnerabilidad, ya que durante décadas ha estado
expuesta a severos problemas de degradación de los recursos naturales, debido al histórico
desmonte del territorio para la siembra de monocultivos y la expansión de la ganadería
extensiva. El establecimiento del proyecto Pujal-Coy (Reyes, Aguilar, Aguirre, y Trejo, 2006)
trajo consigo la deforestación con tasas de hasta el 11% anual, que implicó la sustitución de la
vegetación original, pérdida de cuerpos de agua, compactación del suelo, disminución de la
productividad y como consecuencia, migración de la población y elevada marginalidad social
(Arredondo, Ávila, y Muñoz, 2012; CONAFOR, 2010).

Esta pérdida y degradación generalizada de los ecosistemas naturales ha generado


nuevas oportunidades para la restauración productiva (Brancalion, Viani, Strassburg, y
Rodrigues, 2012). Los conceptos más recientes de restauración productiva implican el aumento
de la biodiversidad y los servicios ambientales en los agroecosistemas, con el objetivo de
contrarrestar los impactos negativos de la expansión y la intensificación agropecuaria.
Solamente el uso de agricultura amigable con el ambiente en los paisajes agrícolas promoverá
beneficios sociales y aumento de la productividad de manera sostenible (Rey Benayas, 2012).

En este sentido, los sistemas agroforestales son considerados alternativas viables de


uso sostenible de la tierra ya que imitan características naturales de los ecosistemas, donde el
sinergismo entre sus componentes conduce a la optimización de la productividad y los
beneficios respondiendo a la necesidad de utilizar, conservar y restaurar los ecosistemas y sus
servicios, para el mejoramiento de la calidad de vida de los pobladores de comunidades rurales
(Franco, 2010; Redondo, 2005; Pico, 2011).

Bajo este enfoque, el uso de sistemas agroforestales constituye una herramienta


fundamental para hacer frente a la degradación de los ecosistemas naturales, además de
contribuir con la seguridad alimentaria y el mejoramiento de la calidad de vida en las unidades

2
de producción campesina. Sin embargo, para proponer sistemas de producción alternativos que
usen y conserven los recursos naturales se requiere de un diagnóstico previo, que incluya el
estudio del sistema agrario, la correcta identificación de los sistemas de producción, su dinámica
y la trayectoria de los diferentes tipos de unidades productivas, por medio de la lectura
cuidadosa del paisaje y la reconstrucción de la historia agraria (Cochet, 2015, Cochet y
Devienne, 2006, Uribe, 2012).

Por tal motivo, este trabajo tuvo como objetivo establecer la zonificación agroecológica
de la cuenca baja del río Tampaón, a través de la evaluación del componente biofísico, estudio
de los sistemas agrícolas y ganaderos típicos de la región y la historia agraria, con el fin de
analizar la heterogeneidad de los sistemas de producción, como medio esencial para generar
propuestas para intervención futura basadas en la agroforestería.

Materiales y métodos
Este trabajo se desarrolló en la cuenca baja del río Tampaón. El área de estudio
comprendió los municipios de Ciudad Valles, Tamuín, Aquismón, El Naranjo, Tamasopo,
Tancanhuitz y Tanlajás, en el estado de San Luis Potosí.

Para entender el sistema agrario actual, con base en la revisión de fuentes bibliográficas
se construyó la línea histórica del desarrollo agrícola que representa la evolución del sistema
agrario en la región a partir del siglo XVI.

Se realizó una caracterización biofísica de la zona a través de la revisión de fuentes


bibliográficas, lecturas de paisaje y el análisis de la cartografía oficial del Instituto Nacional de
Estadística, Geografía e Informática de México (INEGI) y la Comisión Nacional para el
Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO).

Por medio del uso de sistemas de información geográfica se elaboraron mapas de tipo
de suelo, hidrografía, clima, rocas, relieve, topografía, uso del suelo y un modelo de elevación
digital, utilizando como insumos las capas de datos vectoriales e imágenes de satélite obtenidas
a través del software SAS Planet. Con base en las elevaciones en metros sobre el nivel del mar
(msnm) se elaboró una pre-zonificación y se estableció un recorrido por los municipios de

3
interés para la realización de lecturas del paisaje con base en la metodología del diagnóstico
agrario según Apollín y Eberhardt (1999).

Se ejecutaron visitas de campo, tres en otoño del 2015 y dos durante la primavera del
2016, en las cuales se realizaron 77 lecturas del paisaje donde se registró un punto por cada
lectura con las coordenadas geográficas por medio de un geoposicionador global Garmin 60csx.
Asimismo, se observó el entorno y se compiló información descriptiva de los sistemas agrícolas
y pecuarios presentes, coloración, textura al tacto y pedregosidad del suelo, topografía,
especies vegetales cultivadas y no cultivadas. Adicionalmente, se seleccionó un segmento
razonado de productores que consistió en la ubicación de familias campesinas representativas
de los sistemas de producción presentes. Para cada tipo, según Apollín y Eberhardt (1999), el
número de casos debe ser entre dos y cinco familias. Con base en esto se realizaron 41
entrevistas semi-estructuradas y 33 cuestionarios con campesinos de diferentes comunidades
que incluyeron consultas sobre la composición familiar, los sistemas de cultivo y de ganadería,
así como el capital disponible. Esos datos se integraron con la información previa para
establecer la zonificación agroecológica definitiva con base en consultas a los productores, así
como la estratificación realizada a partir de la superposición de mapas temáticos de sistemas
de producción agrícola y de ganadería presentes en los municipios, pendiente del terreno
medida en porcentaje, tipos de climas y clasificación de los suelos a nivel de orden. Esta
superposición condujo a la identificación de zonas homogéneas que fueron representadas en
un perfil fisiográfico y un mapa final, los cuales fueron respaldados con la información de las
lecturas del paisaje.

Resultados y discusión
Características biofísicas de la zona
La Figura 1 establece la ubicación geográfica y los rangos altitudinales de la cuenca del
río Tampaón. Se estima que la zona de estudio se integra por 771,133.00 hectáreas, con
elevaciones que van de 100 a 2,000 msnm; posee climas Aw0, cálido subhúmedo con lluvias
de verano y precipitación invernal entre 5 y 10% en la zona de Tamuín; Aw1, cálido subhúmedo
con lluvias de verano y precipitación invernal entre 5 y 10%, dentro de los subtipos de humedad
media en la zona de Ciudad Valles; Aw2, cálido subhúmedo con lluvias de verano y precipitación

4
invernal entre 5 y 10%, dentro de los subtipos de mayor humedad; (A)C(m)(w), tipo semicálido
húmedo con abundantes lluvias en verano en la región de Tamasopo y Aquismón (Algara,
Servín, Mendoza y Saavedra, 2009). Las precipitaciones, de 1,000 a 1,200 mm anuales, ocurren
en las partes más bajas, mientras que en las zonas altas de la Sierra Madre Oriental alcanzan
cantidades superiores a los 3,000 mm anuales (Algara, 2009).

Figura 1. Ubicación geográfica e intervalos altitudinales de la cuenca baja del río Tampaón, Huasteca
potosina.

La región posee ríos de importancia como el Valles, formado por la unión de los ríos
Naranjo y Micos. Este río atraviesa Ciudad Valles para unirse con el río Pujal y desembocar
hacía el río Tampaón. El río Pujal está formado por los ríos Santa María, Verde y Tamasopo,
entrando a la región por el municipio de Aquismón y atravesando la sierra por medio del Puente
de Dios (Hernández, 2012). El río Tampaón constituye el afluente más importante en la cuenca
del río Pánuco, en términos de extensión y volumen de aportación al caudal (SEDUE, 1984).

5
La topografía de la cuenca del río Tampaón es muy accidentada debido al cruce de
sureste a noroeste de la Sierra Madre Oriental, con prolongaciones de la Sierra Gorda de
Guanajuato atravesando de sur a norte (INEGI, 1984). Con base en lo anterior, se pueden
identificar tres grandes áreas geográficas; la sierra, los lomeríos y las planicies costeras
(Hernández, 2012). Sin embargo, se reconocen seis tipos de topoformas que poseen estrecha
relación con las actividades productivas que se realizan en la región. Del total de la superficie
estudiada, el 51.8% está constituido por sierras, 27.3% por llanuras, 10% por lomeríos y el
restante 10.9% corresponde a pequeñas áreas de bajadas, valles y mesetas.

Con respecto a la geología, el área se encuentra sobre un cuerpo de rocas sedimentarias


marinas carbonatadas y terrígenas. La Sierra Madre Oriental presenta estratos plegados de
rocas sedimentarias marinas del cretácico y jurásico superior, entre las que predomina la roca
caliza en la confluencia de los ríos Verde y Santa María. Debido a la intensa infiltración del agua
en el subsuelo, se han formado extensos sistemas de cavernas, sótanos y dolinas (INEGI,
1984).

Los suelos predominantes son del tipo Vertisol pélico con pendientes de 0 a 20% en
zonas de llanura y moderadamente escarpado (Aguilar, Olvera, y Galindo, 2013), corresponden
a un 36.5% del total de la zona de estudio. Los Feozem lúvico y háplico también se localizan en
las partes bajas con aptitud agrícola y pecuaria (Sámano, Romero, y Romero, 2008)
representando el 10.4% del área estudiada (figura 2). En las partes elevadas de la sierra
predominan suelos de origen calcáreo de tipo Regosol (17.2%) y Leptosol (23.8%), altamente
erosionables y poco profundos. La fertilidad es variable y su uso agrícola está restringido por la
profundidad y otras limitaciones físicas. Los Leptosoles suelen ser más superficiales que los
Regosoles y con frecuencia más rocosos, éstos se encuentran en zonas abruptas, con
pendientes empinadas a moderadas. La mayor parte de estos suelos presentan restricciones
en las prácticas agrícolas y para la producción (Reyes et al., 2006). Otros suelos menos
representativos son los Litosoles y Luvisoles con superficies de 10.6% y 0.9%, respectivamente.

6
Figura 2. Tipos de suelo en la cuenca baja del río Tampaón, Huasteca potosina.

Según Sámano et al. (2008) la vegetación nativa predominante es la selva alta y mediana
perennifolia, conformada por bosques de encino (Quercus sp.), árboles de ébano
(Pithecellobium flexicaule), chijol (Piscidia communis), palo de rosa (Tabebuia rosea), caoba
(Swietenia macrophylla), ceiba (Ceiba pentandra), palma (Chamaedorea spp.) y cedro rojo
(Cedrela odorata); estas especies arbóreas aún se encuentran en pequeños parches. También
se pueden observar plantas de valor alimenticio y la presencia de acahuales, mismos que tienen
su origen en la actividad agrícola. Tiempo atrás, la vegetación se conformaba de árboles
grandes que se utilizaban en la extracción de madera y leña. Las especies de animales
silvestres se han reducido con la disminución de la flora y la presencia del hombre, no obstante,
en los montes altos aún se puede encontrar diversidad de fauna silvestre. Según González
(2011) se han registrado 106 especies de mastofauna entre las cuales destaca la presencia de
una población residente de jaguar, al menos 383 especies de aves y 84 especies de
herpetofauna principalmente dentro de la Sierra Madre Oriental.

7
Evolución histórica del sistema agrario
Periodo del siglo XVI al siglo XIX. El interés de los españoles por las tierras de la
Huasteca inició a partir de la segunda mitad del siglo XVI al disminuir los espacios para el
desarrollo agropecuario en el altiplano central (Carrera, 2015). En el periodo comprendido entre
1521 y 1524, Hernán Cortés impuso nuevas formas de apropiación de la tierra que implicaron
la irrupción de la ganadería y la reducción de los pueblos indígenas huastecos en
congregaciones. Las estructuras político-territoriales formadas a finales del siglo XVI
sustituyeron los señoríos indígenas y garantizaron la continuidad de los procesos de
colonización (Aguilar, 2010), los cuales trajeron consigo la incorporación de la ganadería,
nuevos cultivos y productos del campo como la caña, permitiendo que la Huasteca llegar a
ocupar una posición importante desde el punto de vista comercial y de abastecimiento para las
ciudades del centro de México (Quintero, 2012).

Según Ruvalcaba (1996), hubo dos procesos de entrada de la ganadería a la región


Huasteca; el primero tuvo lugar entre 1524 y 1533 en la planicie, el cual consistió en el
intercambio de esclavos huastecos por animales provenientes de Las Antillas, para beneficio y
lucro de los conquistadores. Este proceso fue devastador, debido a la masiva despoblación y la
desaparición de poblados completos por muerte o traslado a otros lugares fuera del dominio de
los colonizadores; el segundo proceso, por el cual llegó ganado a manos de los indígenas de la
Huasteca, se llevó a cabo como parte de la pacificación y establecimiento de misiones para la
evangelización.

Para el año 1540 hubo un aumento importante del ganado bovino por las condiciones
adecuadas de la región. Este ganado tenía necesidad de pastos, motivo por el cual se dio la
invasión de los terrenos indígenas en las planicies para la ocupación animal (Chev y Huguet,
1960). Estas invasiones implicaban el pago de tributos a partir de los productos obtenidos de la
siembra de maíz, una, dos y hasta tres veces por año en la misma parcela, además de algodón,
camotes, frijoles, piñas, chile, calabaza, zapote, aguacate, entre otros (Ruvalcaba, 1996).

Según Chev y Huguet (1960) en el año 1599 se incrementó el área de cultivo de la caña
de azúcar en la Nueva España, y con ello la aparición de los primeros ingenios en la Huasteca
cerca de Tamazunchale, Ciudad Valles y Tantoyuca. Durante el siglo XVII se desarrolló la
construcción de ingenios y se multiplicaron los pequeños y medianos trapiches en las zonas
cañeras de la Colonia. Según Aguilar (2010) la introducción de la caña de azúcar cambió la

8
estructura social y cultural de los habitantes de esta zona, específicamente, con la instalación
de los sistemas productivos representados por la plantación, la hacienda, el trapiche y el ingenio
como importantes agentes en la transformación social. En el proceso de transformación, la caña
se cortaba y se seleccionaba la semilla para el establecimiento de nuevas áreas. Del tallo se
obtenía el jugo para piloncillo o azúcar, el cogollo para la alimentación animal, el bagazo como
combustible y la ceniza como abono. Esta racionalidad explica el por qué la caña no se conservó
solo como cultivo de hacendados, sino que se expandió permitiendo la consolidación de
sociedades campesinas que cultivaron caña, beneficiada en trapiches artesanales que permitía
obtener la miel para el consumo, el guarapo para la producción de aguardientes clandestinos y
cachaza para alimentar el ganado (Aguilar, 2010).

Durante este periodo hubo un importante establecimiento de cacicazgos, así como el


aumento de abusos en contra de los indígenas; las personas con alto poder político y religioso
se adueñaron de grandes extensiones de tierra pertenecientes a los nativos, ya que los caciques
y colonizadores podían disponer de toda la mano de obra indígena y se les permitió acumular
grandes extensiones de tierra organizadas bajo la figura de haciendas ganaderas concentradas
en las llanuras, de este modo los pobladores nativos fueron arrinconados en las cañadas y
serranías (Moctezuma, 2006). Sumado a esto, durante el segundo tercio del siglo XVIII, de 1737
a 1738, una epidemia de matlazáhuatl, causó enormes estragos entre los habitantes indígenas,
diezmando aún más la población (Luna, 2014).

Periodo del siglo XIX al siglo XX. En el siglo XIX, para el año de 1808, comenzó la
crisis de la monarquía española. Las revueltas en Valles y Río Verde iniciaron en el año 1810
donde fue notable la participación de la población indígena durante la rebelión (Luna, 2014).
Para finales del siglo XIX, la totalidad de la tierra en la Huasteca potosina estaba ya repartida
entre haciendas, ranchos, y comunidades indígenas. Las haciendas se concentraron
principalmente en el municipio de Valles, Tamuín, San Vicente Tancuayalab, Tanquián y San
Martín Chalchicuatla, y en ciertas porciones de los municipios de Aquismón, Tancanhuitz,
Tanlajás, Tampamolón y Axtla; mientras que las comunidades indígenas se asentaron en las
lomas y sierras donde la selva no se había desmontado, en los municipios de Aquismón,
Tanlajás, Tancanhuitz, San Antonio, Xilitla, Tamazunchale, Coxcatlán y Huehuetlán
(Hernández, 2007).

9
En este proceso, Hernández (2007) enfatiza en la adopción del condueñazgo como la
forma local de latifundio en la cual eran copropietarios todos los herederos del dominio, hasta
de varias generaciones de una o diferentes familias, lo que se tradujo en el despojo de la tierra
a los indígenas, quedando sometidos a los condueños mestizos (Ávila, 1996).

El período que va de 1900 a 1920 fue catalogado como la última etapa de un modelo de
organización política y económica basada en la existencia de grandes haciendas, que dio paso
a otro modelo surgido de la revolución mexicana, actualmente basado en la pequeña propiedad,
los ejidos y las comunidades agrarias (Hernández, 2012).

Un cambio tecnológico importante en el siglo XIX fue la introducción del ferrocarril y la


creación de los primeros pozos petroleros, trayendo consigo transformaciones de las
actividades económicas y los sistemas agrícolas (Baca del Moral, 1995). Se introdujeron
cultivos en plantaciones con fines comerciales como la naranja y el café (Hernández, 2012);
asimismo, la apertura de la carretera México-Laredo permitió la incorporación de las
comunidades indígenas a la economía de mercado que dio lugar a la diversificación productiva
en la Huasteca potosina (Ávila, 1991; Moctezuma, 2006).

Para esa época la Revolución mexicana estableció una reforma agraria plasmada en la
Constitución de 1917, que en su artículo 27 estipula el reparto de tierras a los campesinos
demandantes a partir de las expropiaciones a grandes propietarios (Jabardo, 2016). De este
modo, la desaparición de los latifundios, empezó la formación de ejidos y el proceso de
restitución de las tierras comunales que habían sido usurpadas. La Ley reconoció el derecho
de las comunidades indígenas de buscar restituir sus tierras perdidas a causa de las
disposiciones legales de la Ley de 1857. De esta manera se reconocieron tres formas de
propiedad de la tierra; la comunidad agraria, el ejido y la propiedad privada (Hernández, 2007).

De 1930 a 1970, bajo el liderazgo de Gonzalo N. Santos— político, militar y exgobernador


de San Luis Potosí —los grupos ganaderos de la región consolidaron su poder político y así
contuvieron la reforma agraria (Hernández, 2012), sin embargo, hubo un surgimiento de
instituciones dedicadas al trabajo político que dinamizó el reparto de tierras entre los
campesinos (Hernández, 2014).

Según Barthas (1996) de 1940 a 1965, el cultivo de la caña tuvo el mayor dinamismo.
Desde su introducción en la época colonial, el producto final elaborado de manera artesanal era

10
el piloncillo, destinado al autoconsumo y abasto a destilerías clandestinas locales. Gracias a la
introducción de los trapiches de hierro en los años cuarenta fue posible realizar un aumento de
productividad en el procesamiento de la materia prima. En los años cincuenta se consolidaron
rápidamente las plantaciones de caña, y en los años sesenta ocurrió lo mismo con las
plantaciones de café, logrando en muchos casos el asocio de ambos cultivos en una misma
unidad de producción.

Periodo de 1970 al presente. Durante este periodo, en los años ochenta apareció con
gran dinamismo el cultivo de la naranja como una muy buena opción para obtener importantes
ingresos monetarios. En esta etapa, hubo incremento en la siembra de pastos para alimentación
de ganado cebuíno en sistema de doble propósito y para repasto del denominado “novillo
huasteco”. Este cambio de uso del suelo con la siembra de pastos mejorados se dio en las
llanuras y en pie de monte, aunque la milpa, caña, café y naranja se mantuvieron presentes
(Barthas, 1996).

Adicionalmente, en la década de los setentas, durante el gobierno de José López Portillo,


se dio el tercero y último reparto agrario de la Huasteca potosina, impulsado por el surgimiento
de un movimiento campesino independiente en torno al Campamento Tierra y Libertad y el
respaldo del Gobierno Federal para impulsar la creación de un nuevo distrito de riego que
afectaría tierras en el municipio de Tamuín, propiedad de grandes latifundistas como Gonzalo
N. Santos (Ávila, 1996; Hernández, 2012; Quintero, 2012).

Según Hernández (2007) y Jabardo (2016) el proyecto de distrito de riego Pujal-Coy


pretendía abarcar 75 mil hectáreas, con la intención de impulsar social y económicamente el
desarrollo rural de la Huasteca por medio de la redistribución de la tierra a los grupos de
campesinos demandantes, la edificación de obras civiles e hidráulicas previendo la construcción
de infraestructura agrícola, y un cambio en la forma de propiedad e incidir en la redistribución
de la riqueza, aumento de la justicia, el bienestar social, así como elevar el nivel de vida de los
campesinos de la región.

Doce años después de iniciado el proyecto, las selvas presentaban ya una drástica
disminución. El objetivo de sustituir la ganadería por cultivos de riego se intentó cumplir, sin
embargo, en los años subsecuentes a 1985 el programa fue desvirtuado por completo de sus
objetivos; cinco años después hubo un drástico descenso de los cultivos de riego, lo que

11
provocó un aumento en la presencia ganadera, dejando áreas deforestadas y el fracaso del
objetivo de instaurar una agricultura de riego (Quintero, 2012).

En el año 1985 en la Huasteca potosina, la selva tenía una superficie de 73,100 ha, las
áreas dedicadas al cultivo y cubiertas de vegetación secundaria arbustiva se expandieron en
25,900 y 41,800 ha, respectivamente. Para el año 2000 las selvas se habían reducido de 32%
en 1973 a menos del 4% de la superficie existente, por su parte la superficie de praderas se
incrementó en 80,000 ha (Mballa, Carranza y Maldonado-Miranda, 2011).

Actualmente las principales actividades agrícolas y pecuarias responden a la evolución


histórica socio-agrícola, de manera que el cultivo de la caña de azúcar y el ganado vacuno
siguen predominando. Prevalecen áreas con agricultura tradicional en zonas de serranía,
estrechamente ligadas a comunidades indígenas con amplio sentido agroforestal, donde se
encuentra diversidad de especies vegetales y animales que representan un aporte significativo
a la alimentación familiar. En estos espacios, el cultivo de maíz, frijol y caña de azúcar para
piloncillo, ocupan la mayor superficie de las parcelas, sin embargo, existen otros cultivos poco
tecnificados como el café, palma camedor (Chamaedorea spp.) y vainilla (Vanilla planifolia).

Zonificación agroecológica
Con base en la evolución histórica y los sistemas de cultivo y ganadería actuales se
establecieron cuatro zonas agroecológicas bien definidas (Figura 4 y 5):

Zona I. Área de caña industrial. Caracterizada por estar en suelos vertisoles y litosoles
sobre llanuras, mesetas y lomeríos, con climas semicálido húmedo y cálido subhúmedo.
Predominan pendientes hasta de 4% y altitudes de 10 a 400 msnm. La principal actividad
agrícola es el cultivo de caña de azúcar para la industria azucarera ligada a cuatro ingenios
receptores de materia prima ubicados en Ciudad Valles, Tamasopo y El Naranjo, donde se
localizan las superficies más importantes del cultivo, tanto de temporal como de riego con aguas
provenientes de los ríos Gallinas y Valles.

12
Figura 3. Esquema de la evolución histórica de actividades agrícolas y pecuarias en el área de estudio.

Esta zona posee un estimado de 19.5% del total del área de estudio, es de gran
relevancia por tener una de las actividades económicas más importante de la región, sin
embargo, altamente impactante sobre los ecosistemas por incidir directamente en la ocurrencia
de incendios, ser altamente demandante de agua, e influir negativamente en el desarrollo de
actividades turísticas.

Zona II. Área de ganadería. Se estimó que esta zona representa 32.2% del área total
de estudio, posee clima cálido subhúmedo en llanuras con pendientes promedio hasta de 3%,
con elevaciones de hasta 200 msnm. Los suelos más importantes sobre los que se desarrolla
la actividad son los vertisoles, regosoles y feozem, donde se han establecido pastos de clima
tropical como el zacate estrella (Cynodon nlemfuensis), bermuda de la costa (Cynodon
dactilon), zacate guinea (Panicum maximum), zacate brizanta (Brachiaria brizantha), pastos de
corte (Pennisetum purpureum), entre otros.

La mayor parte de la zona ganadera se ubica en el municipio de Tamuín, donde la


ganadería se caracteriza por ser de doble propósito, con pastoreo extensivo de pasturas
monófitas y engorda intensiva de novillos mediante la organización empresarial que controla la
cadena productiva de la carne en la región.

En pocos casos se ha observado el establecimiento de sistemas silvopastoriles


intensivos con leucaena (Leucaena leucocephala) y pasto estrella (Cynodon nlemfuensis), sin
embargo, son comunes algunas tecnologías agroforestales como: cercas vivas y árboles

13
dispersos en los potreros, con el uso de arbóreas como palo de sol (Gliricidia sepium), palo
mulato (Bursera simaruba), chote (Parmentiera edulis), parota (Enterolobium cyclocarpum),
palo de rosa (Tabebuia rosea), guácima (Guazuma ulmifolia), chijol (Piscidia communis),
mezquite (Prosopis juliflora), huizache (Acacia spp.), ébano (Pithecellobium flexicaule), entre
otros.

Zona III. Área de parcelas huastecas. Área estrechamente relacionada con las
actividades de las comunidades indígenas, ubicada al sur de la zona de estudio, con un
estimado de 22.5% de la superficie, conformando un mosaico sobre sierras y lomeríos donde
predominan pendientes de hasta 30%. En esta zona prevalecen suelos leptosoles, regosoles y
litosoles, el clima es semicálido húmedo y templado subhúmedo, en elevaciones que van desde
400 a 800 msnm, aproximadamente.

En estas áreas se ubican las parcelas de las comunidades indígenas Teenek, con
extensiones menores a diez hectáreas en las cuales se localizan huertos de traspatio
diversificados. Los cultivos más relevantes son caña de azúcar para la fabricación de piloncillo
(pilón), maíz, frijol, plátano, cítricos, y en menor grado café, yuca (Manihot esculenta), palma
camedor (Chamaedorea elegans) y vainilla (Vanilla planifolia). Es común encontrar ganadería
de traspatio representada por vacas, puercos, gallinas, burros y caballos, en algunos casos
borregos, guajolotes y gansos.

La importancia de esta zona radica en la diversidad de plantas y de actividades


productivas, de las cuales provienen recursos económicos y comestibles. En estas parcelas se
obtienen bienes para el autoconsumo a partir de árboles de mango (Mangifera indica),
tamarindo (Tamarindus indica), anona (Annona spp.), pemoche (Erythrina sp.), ciruela
(Spondias purpurea), papaya (Carica papaya), naranja (Citrus sinensis), mandarina (Citrus
reticulata), macadamia (Macadamia tetraphylla); hierbas comestibles y medicinales; madera y
leña de cedro rojo (Cerdrela odorata), palo de rosa (Tabebuia rosea), chijol (Piscidia communis);
forraje de palo de sol (Gliricidia sepium), guácima (Guazuma ulmifolia), leucaena (Leucaena
leucocephalla), entre otros. Dentro de estas zonas es posible localizar agostaderos establecidos
en áreas serranas donde no es posible establecer cultivos debido a las características del suelo
y la topografía. Estos agostaderos son determinantes durante la época de sequía ya que

14
permiten a los campesinos mantener sus animales (principalmente ganado vacuno) en
condiciones adecuadas evitando muertes por falta de agua o alimento.

Zona IV. Área de conservación. Zona ubicada en las partes altas del área de estudio
comprendidas entre 800 y 2,000 msnm. Las estimaciones indican que abarca un 25.7% del
territorio estudiado y está conformada por superficies con relieve escarpado en las cuáles
predominan ecosistemas boscosos, selva y áreas naturales protegidas como la Reserva de la
Biosfera Sierra del Abra Tanchipa, Monumento Natural Sótano de las Golondrinas, Monumento
Natural Santuario de las Huahuas, Parque Estatal del Bosque Adolfo Roque Bautista, y la
Reserva Forestal Nacional Porción San Luis Potosí. Cabe destacar que en algunos casos es
posible encontrar algunas actividades de subsistencia con rendimientos marginales por las
condiciones de relieve y las características de los suelos pedregosos, someros y erodables.

En la cuenca baja del río Tampaón los sistemas de producción agrícola y ganadera están
dispuestos en zonas específicas que responden a las características biofísicas e históricas de
la región. Aunque las actividades agrícolas y pecuarias están distribuidas de acuerdo al uso
potencial de los sitios, esta distribución en gran parte es explicada a partir de un proceso
histórico determinante de la región desde el siglo XVI, que implicó el desplazamiento de las
comunidades indígenas a la sierra (zona III) y el establecimiento de la ganadería en las llanuras
ocupadas por los mestizos (zona II).

Con el desplazamiento de los grupos indígenas, hubo también el desplazamiento de la


agricultura tradicional y los sembradíos autóctonos; no obstante, hubo introducción de nuevos
cultivos y especies animales que permitieron el desarrollo de nuevas actividades y la
dinamización de la economía, convirtiéndose así la cuenca baja del río Tampaón en una región
relevante para la producción de caña de azúcar y ganado.

Si bien es cierto, las áreas plantadas con caña (zona I) y algunos espacios de ganadería
ya estaban establecidos antes de la década de 1970, el último hecho que reconfiguró la región
fue la implementación del proyecto de riego Pujal-Coy, el cual favoreció el aumento de la
deforestación y con ello la frontera agrícola y pecuaria. Sin embargo, con los procesos de
reparto agrario y la restitución de las tierras a los indígenas se rescataron actividades
autóctonas en concordancia con la conservación del medio ambiente, con prácticas agrícolas

15
tradicionales con amplio sentido agroforestal, las cuales representan hoy día un aporte
significativo a la alimentación y el bienestar de muchas familias de productores de la región.

Conclusiones
La cuenca baja del río Tampaón posee al menos cuatro zonas agroecológicas, una en la
parte baja correspondiente a ganadería, una la parte media-baja dominada por cultivo de caña
de azúcar, otra en la parte media-alta denominada como zona de parcelas huastecas y por
último una de conservación en las partes más altas de la cuenca.

La zona de ganadería posee un estimado de 32.2% del área de estudio en los municipios
de Tamuín, Ciudad Valles y Tanlajás, caracterizada por tener actividad ganadera de doble
propósito, con pastoreo extensivo de pasturas monófitas y engorda intensiva de novillos.

Un estimado de 19.5% del área de estudio pertenece a zona de cultivos de caña de


azúcar destinada a suplir cuatro ingenios azucareros ubicados en Ciudad Valles, Tamasopo y
El Naranjo, donde se localizan las superficies más importantes del cultivo.

Los municipios de Aquismón, Tancanhuitz, Tamasopo y Tanlajás poseen las áreas más
importantes de huertos de traspatio denominados parcelas huastecas por sus características
estrechamente ligadas a las costumbres de las comunidades indígenas de la región. La zona
abarca un estimado de 22.5% del área estudiada y se caracteriza por la presencia de
comunidades Teenek que le confieren relevancia desde el punto de vista cultural y de
conocimiento tradicional.

Un estimado de 25.7% del territorio estudiado y se compone de terrenos protegidos con


relieve muy escarpado y áreas naturales protegidas como la Reserva de la Biosfera Sierra del
Abra Tanchipa, Monumento Natural Sótano de las Golondrinas, Monumento Natural Santuario
de las Huahuas, Parque Estatal del Bosque Adolfo Roque Bautista, y la Reserva Forestal
Nacional Porción San Luis Potosí.

La zonificación establecida responde tanto a características biofísicas como a la


influencia de procesos históricos que han dado como resultado el sistema agrario actual.

16
Zona IV: Zona III: Zona I: Zona Zona Zona II:
1500 Conservación Parcelas huastecas Caña industrial III IV Ganadería
1400
Tancanhuitz, Aquismón, Tanlajás
1300
1200
1100
1000
900
Elevación (msnm)

Tamasopo, Ciudad Valles, El Naranjo Tamuín, Tanlajás


800
700
600
500
400
300
200
100
0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80 85 90 95 100
Distancia (km)

Café y Ganado Bosque


Leptosoles, regosoles Caña Puerco
palma

Maíz y Gallinas Bohios Pastos


Vertisoles Rendzinas
Frijol

Figura 1. Perfil altitudinal y zonas agroecológicas en la cuenca baja del Río Tampaón.

17
Figura 5. Zonas agroecológicas de la cuenca baja del Río Tampaón, Huasteca Potosina.

18
Los principales sistemas de cultivo de la región estudiada son la caña de azúcar para
industrialización, la caña de azúcar de temporal para producción de piloncillo, café de sombra
en asocio con palma camedor (Chamaedorea spp.), maíz y frijol. Por otra parte, los sistemas
de crianza representativos de la región son la ganadería de bovinos de doble propósito y la
ganadería de traspatio en parcelas huastecas.

El manejo de acahual representado por el Te’lom en las parcelas huastecas es una de


las actividades más representativas desde el punto de vista cultural por su permanencia en el
tiempo, la integración con el entorno natural y la tradición de los pueblos huastecos.

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Prevención y Control de la Contaminación Ambiental. México

Uribe, M. (2012). La agroforestería como factor de desarrollo rural para comunidades


campesinas de la Sierra de Huautla, Morelos (Tesis de doctorado). Universidad
Autónoma Chapingo, México.

23
Capítulo 2
Carbono almacenado en la estación experimental “Mario Avila”
50 años después de su reforestación
Alba Gissela Fajardo Ortíz1, Antonio Vázquez Alarcón2, David Cristóbal Acevedo1, Juan Ángel
Tinoco Rueda3, y Dante Arturo Rodríguez Trejo1

Resumen

En una estación experimental, donde hubo una reforestación y establecimiento de una


cortina rompe vientos entre 1960-1962, se realizó un inventario de carbono y se validó un
modelo matemático para estimar la biomasa arbórea. El inventario incluyo sotobosque,
hojarasca y suelo. El esquema de muestreo incluyó 13 puntos en 6 áreas agrupadas por
densidad arbórea. La especie con mayor frecuencia (96.31%) fue eucaliptus, por lo cual la
estimación de biomasa se realizó con esta especie. Se obtuvo un promedio de almacenamiento
total de 76.87 Mg C ha-1; por reservorio: árboles 29.94%, hojarasca 2.73%, herbáceas 0.92% y
suelo 66.41%. El modelo para estimar la biomasa tiene un coeficiente de determinación de
0.9894 y su expresión algebraica es biomasa = 8.4905 (DAP) - 37.471, con una sobre
estimación de 2.61%. El contenido de carbono en el árbol fue de 47.31%, analizando la
proporción de carbono por componente (de menor a mayor): hojas almacenan el 5.61%, ramas
el 0.75 y fuste 83.65%

Palabras claves: Eucalyptus, ecuación alométrica

Autor para correspondencia: antoniovazqueza@gmail.com


1Maestría en Agroforestería para Desarrollo Sostenible. Universidad Autónoma Chapingo
2Área de Fertilidad. Departamento de Suelos. Universidad Autónoma Chapingo
3Centro Regional Universitario Oriente (CRUO). Universidad Autónoma Chapingo. Huatusco,

Veracruz.

24
Introducción
El dióxido de carbono (CO2) es considerado uno de los principales gases de efecto
invernadero (GEI) (Houghton y Woodwell, 1989; Schneider, 1989; Lashof y Ahuja, 1990) y su
incremento de concentración en la atmósfera produce un aumento en la retención de la
radiación emitida por la superficie terrestre, con lo que altera el régimen térmico e induce el
calentamiento global del planeta. El calentamiento influye en el sistema climático de la tierra y
puede producir un cambio climático (Delgado y Romero, 2007). Los efectos del cambio climático
podrían tener serias implicaciones en el futuro para la agricultura, la forestería y la pesca como
resultado de alterar los ciclos biogeoquímicos y de la constante pérdida de la biodiversidad
(Vitousek, 1994).

México produjo 643 millones de toneladas (Mt) de CO2 en 2002. Aproximadamente 390
Mt CO2, el 61%, fueron generadas por la producción y consumo de energía a partir de
combustibles fósiles, las restantes emisiones de carbono provinieron del cambio de uso del
suelo y silvicultura (14%); residuos (10%); procesos industriales (8%); y agricultura y ganadería
(7%) (Johnson, Alatorre, Romo, y Liu, 2010).

El cambio de uso del suelo se encuentra como el segundo causante de las emisiones y
dentro de este la deforestación donde anualmente se calcula que desaparecen 17 millones de
hectáreas de bosque, lo que significa una liberación anual de cerca de 1.8 Gt de carbono; esto
contribuye con el 20% de las emisiones antropogénicas totales (Montoya, Soto, De Jong,
Nelson, Farias, et al., 1995; Watson, Noble, Bolin, Ravindranath, Verardo, et al., 2000).

Una forma de almacenar y mantener el CO2 que se está liberando es por medio del
proceso de la fotosíntesis gracias a la asimilación de bióxido de carbono atmosférico por parte
de los árboles. En un escenario ideal incrementar los reservorios forestales, ayudaría a
restaurar las áreas degradadas por medio de plantaciones y/o regeneración natural (Montoya
et al., 1995).

Schlegel, Gayoso, y Guerra (2001), consideran que para evaluar los procesos de
captura-emisión se deben tomar en cuenta a cuatro reservorios de carbono (vegetación, materia
en descomposición, suelos y productos forestales). El carbono en la vegetación es la suma del
carbono contenido en la biomasa aérea (árboles, arbustos y hierbas) y el contenido de la
biomasa de las raíces. El carbono en la materia orgánica en descomposición se refiere a la
25
hojarasca y a otros materiales vegetales depositados en el suelo. El carbono del suelo es aquel
que se ha venido acumulando en sus distintas capas como resultado del depósito de materiales
orgánicos (Ussiri y Lal, 2009). Por esta razón es necesario continuar la evaluación del potencial
de los bosques para almacenar carbono. Este trabajo tuvo como objetivo estimar el
almacenamiento de carbono en la estación experimental “Mario Ávila” (EEMA) a través del
inventario de carbono y la generación de un modelo matemático para estimar la biomasa del
bosque y por consecuencia su capacidad de capturar carbono.

Materiales y métodos
Área de estudio
El trabajo se realizó en la Estación Experimental “Mario Ávila” (EEMA) perteneciente a la
Universidad Autónoma Chapingo, con una superficie de 44 hectáreas, de las cuales 25 fueron
reforestadas y 17 se sembraron como cortina rompe vientos. La EEMA se encuentra localizada
en el Estado de México, municipio de Texcoco en el poblado Huexotla (Figura 1). Su ubicación
geográfica está entre los paralelos 19º 27’ 58’’ a 19º 28’ 27” latitud norte y longitud 98º 51’ 14’’a
98º 51’ 45’’ al oeste de Greenwhich, con una altura sobre el nivel medio del mar que varía desde
los 2,300 a 2,346, presenta una pendiente general de 6% hacia el norte y oeste (Ávila 1963;
Reyes 1972; Ramírez 1977; Vera 1981; Martínez 2008).

Figura 1. Localización de la estación experimental (EEMA)

26
Los suelos presentan baja capacidad de retención de humedad, son medianamente ricos
en materia orgánica, y tienen una alta susceptibilidad para erosión. Por su capacidad de uso se
clasifican como Ve-1 lo cual señala que requieren prácticas de conservación intensas (Ávila,
1963). Reyes (1972) reporta que parte de los terrenos se usaron inapropiadamente para la
agricultura en cultivos de maíz criollo de temporal, asociado generalmente con frijol, haba y
calabaza.

El clima está clasificado como C (wo) (w) b (i’). Correspondiente a clima templado sub-
húmedo, presenta una precipitación media anual de 700 mm (Ávila, 1963; Reyes, 1972;
Cachón, Nery, y Cuanalo, 1976; Martínez 2008). La humedad atmosférica se encuentra entre
50 60% (Martínez 2008).

Un aspecto importante a considerar en el área, es la reforestación realizada, ya que


contribuyó de alguna manera en la recuperación del bosque. Esta inició en 1960 y finalizó en
1962 (Ramírez 1977). La selección de especies se realizó en los viveros de Los Remedios,
Coyoacán y Xochimilco (Ávila 1963), las plantas seleccionadas fueron: Pinus montezumae
Lamb, Pinus michoacana Martínez, Eucaliptus camaldulensis var. Brevirostris F. v. M,
Eucaliptus resinífera Sm., Schinus molle Lin.

Inventario de carbono almacenado en la EEMA


Para realizar la cuantificación de carbono se agruparon zonas por densidad de
vegetación, por lo cual se utilizó una imagen satelital del sitio. Con la imagen aérea se agruparon
6 sub-zonas con la ayuda del sistema de información geográfico Quantum GIS tomando como
principal criterio la densidad arbórea, con esta misma herramienta se establecieron los 13
puntos de muestreo para el inventario (Figura 2).

La estimación del almacenamiento de carbono se realizó utilizando la metodología


propuesta por Schlegel et al. (2001) en su trabajo denominado Manual de Procedimientos para
Inventarios de Carbono en Ecosistemas Forestales, la cual permitió contabilizar la cantidad de
carbono capturado en la EEMA.

27
Figura 2. Sub-zonas de la EEMA con la delimitación de áreas y puntos de muestreo

Para evaluar los diferentes tipos de reservorios (árboles, sotobosque, hojarasca y suelo)
la metodología planteó hacer parcelas de tipo circular ubicadas de acuerdo a los puntos
cardinales y divididos en cuatro cuadrantes. De los cuatro cuadrantes, tres se destinan para la
toma de muestras de hojarasca y sotobosque, las dimensiones de ellos fueron de 1 m x 1 m,
en el cuadrante restante se tomaron muestras de necromasa, su dimensión cambio a un cuadro
de 5 m x 5 m, el radio que se utilizó fue de 11.3 m, calculando que el número dentro del área
fuera de más o menos de 30 árboles. Para evaluar los árboles se midieron aquellos que
presentaban un diámetro a la altura del pecho (DAP) superior a 10 cm en tres de los cuadrantes
y en el restante se midieron aquellos a partir de un DAP mayor o igual a 5 cm. En los cuatro
cuadrantes se tomaron tres muestras de suelo para conformar una nuestra compuesta por
cuadrante.

Análisis de las muestras de suelos


Los análisis de las muestras de suelo incluyeron: la determinación de carbono
almacenado, para esto se tomaron dos profundidades 0-5 cm y 5-15 cm, un segundo análisis
correspondió a características químicas y físicas. Nuestro análisis expandió lo realizado por
Asteinza, Vázquez, y Rey (1997) quienes reportaron cambios físicos y químicos del suelo en la
28
EEMA en tres periodos diferentes 1963, 1987 y 1997, las variables analizadas fueron: pH,
nitrógeno total (Kjeldahl), fósforo extractable Olsen, densidad aparente por el método de la
parafina y materia orgánica (Walkely y Black) indicaos en la Norma Oficial Mexicana (NOM-021-
RECNAT-2000).

Modelo alométrico para la determinación de biomasa de Eucalipto


Realizado el inventario de los árboles se encontró que las especies que se presentaron
con mayor frecuencia fueron Eucaliptus camaldulensis var. brevirostris F. v. M y Eucaliptus
resinifera Sm (ver sección de Resultados), por lo tanto se procedió a obtener el modelo para
este género. La selección de los árboles se realizó en las seis zonas que se emplearon en la
medición de carbono. En total se tomaron 10 árboles distribuidos en cada una de las 6 sub-
zonas, se buscó que presentarán características similares como; fuste recto, libre de plagas y
que su diámetro se encontrara cerca del promedio general de alrededor de 16 cm.

El muestro siguió la metodología de Díaz-Franco, Acosta-Mireles, Carrillo-Anzures,


Buendía-Rodríguez, et al. (2007) (Figura 3), que consistió en fraccionar el árbol en fuste, ramas
y hojas. En el fuste se hicieron trozas comerciales, las primeras de 2.55 m y las segundas de
1.25 m. Todas las fracciones se pesaron en campo utilizando para el fuste una balanza romana
de 200 kg de capacidad con una precisión de ±1 kg, y para las ramas y hojas una báscula de
reloj de 10 kg con precisión de ± 0.025 kg. Se tomaron muestras de cada una de las partes del
árbol para determinaciones de biomasa y carbono total.

Figure 3. Metodología descrita por Díaz-Franco et al. (2007), para el fraccionamiento del árbol

29
El cálculo de la biomasa se ajustó a su peso seco, para lo cual se requirió secar las
muestras. El tamaño de las rodajas del fuste requirió la construcción de un micro túnel, en este
lugar duraron alrededor de dos semanas, luego se trasladaron a la estufa del laboratorio para
terminar el secado, por aproximadamente una semana. Las hojas y ramas se secaron en la
estufa del mismo laboratorio a 70 ºC por 24 horas.

Finalizado el secado de las tres partes del árbol, se agruparon de acuerdo a cada sub-
zona de la EEMA y se procesaron para la determinación de carbono total.

Determinación de carbono
La determinación de carbono se realizó de manera directa en el equipo TOC-5050A. En
el inventario de carbono el número total de muestras fue de 52, de las cuales 13 fueron de
hojarasca, 13 de sotobosque y 26 de suelo (dos profundidades analizadas). En la determinación
de carbono para el modelo de biomasa el número de muestras fue de 18 (6 de cada componente
hojas, ramas y fuste)

Resultados y discusión
Carbono total de la EEMA
Se encontraron en total 244 árboles, la densidad promedio por hectárea fue de 474
árboles. De manera individual la sub-zona 5 presentó la mayor densidad (725), diámetro y
altura, esta fue plantada como barrera rompe viento. La sub-zona que presentó la menor
cantidad de árboles fue la 6, pero con individuos con el segundo mejor diámetro y altura, muy
seguramente es el efecto de la baja densidad (200 árboles) que permitió a los árboles enfrentar
menor competencia y tener una mejor captación de luz y nutrientes. Las cuatro zonas restantes
muestran densidades similares (promedio 479 árboles).

En el inventario se encontraron cinco especies de árboles: casuarina, (Casuarina sp,),


cupresus (Cupressus sp), eucalipto (Eucaliptus camaldulensis var. brevirostris F. v. M. y
Eucaliptus resinifera Sm) y pirul (Schinus molle Lin.), con mayor representación de Eucaliptus
camaldulensis y Eucaliptus resinifera con un 96.31% (235 árboles) del total, las cuatro especies
restantes sumaron 4%.
30
Las características dasométricas como DAP y altura se muestran en el Cuadro 1 donde
se exponen los máximos, mínimos, promedio y desviación estándar de esas características.
Para los DAP el eucalipto tiene los valores máximo y mínimo, y en altura también presenta el
máximo, la altura mínima es similar en las cuatro especies. De acuerdo a esta información el
eucalipto posee los árboles de mayor y menor DAP y mayor altura, probablemente muy
influenciado por el gran numero que constituyen esta especie.

Cuadro 1. Árboles encontrados en el inventario con altura (m) y DAP (cm)


Altura DAP
Árboles No. Máx Mín Promedio DS Máx Mín Promedio DS
árboles
Casuarina 2 8.0 7.0 7.50 0.71 25.15 19.10 22.12 4.28
Cupresus 2 6.5 5.5 6.00 0.71 23.24 12.73 17.98 7.43
Eucalipto 235 30.0 5.5 11.63 4.67 84.03 3.18 16.36 8.14
Pirul 5 4.5 4.5 4.50 0.00 12.73 9.55 11.01 1.38

Por encontrarse el eucalipto en un 96.31% del total de los árboles se decidió realizar la
estimación de carbono arbóreo para este género. Se empleó el modelo lineal generado en este
trabajo que se expresa como y = 8.4905x - 37.471, donde y = biomasa (kg) y x = DAP (cm).

En los contenidos de carbono en herbáceas y gramíneas se puede observar que las sub-
zonas en las que se registró menor biomasa fueron la 5 y la 1, no alcanzaron los 0.5 Mg C ha -
1, estos resultados se ajustan con la densidad de árboles encontrados en el inventario donde
las dos zonas presentaron la mayor cantidad de árboles por hectárea. Al reducirse, el ingreso
de la radiación solar hacia el sotobosque hay menor producción de herbáceas y gramíneas. La
hojarasca aportó 3 veces más carbono capturado que las gramíneas y herbáceas, el promedio
general del bosque que fue de 2.10 Mg C ha -1. Las sub-zonas que aportaron más carbono
fueron la 1, 2 y 3, y las que aportaron menos carbono, fueron la 3, 4 y 6, estos valores
comparados con la densidad de árboles encontrados por zona muestran una gran relación
porque al igual que las que presentan mayor cantidad de carbono almacenado poseen un mayor
número de árboles por área las que reportaron menor densidad igualmente contienen menor
cantidad de carbono.

En el Cuadro 2 se muestran los diferentes porcentajes de carbono en las dos


profundidades de suelo estudiadas, se puede apreciar que existe una mayor concentración de
31
carbono en los primeros cinco centímetros del suelo, ya que su promedio general es de 3.16%
frente a 1.53% de carbono en los siguientes diez centímetros de profundidad, esta última
cantidad es casi la mitad de los primeros centímetros. Según lo explican Shaver y Aber (1996),
la disminución del contenido de carbono con la profundidad se debe a que la mayor actividad
de desarrollo de las raíces se realiza en los primeros centímetros del suelo porque ahí se
encuentran las raíces de las hierbas, arbustos y muchas de las raíces finas de los árboles.

Cuadro 2. Porcentaje y cantidad de carbono almacenado en el reservorio suelo


Sub-área %C Mg C ha-1
0-5 cm 5-15 cm 0-5 cm 5-15 cm Total (0-15 cm)
1 2.88 2.23 16.83 43.80 60.63
2 2.63 1.09 16.62 27.41 44.03
3 4.94 1.79 29.41 38.01 67.42
4 2.77 1.18 17.27 23.60 40.87
5 3.02 1.17 16.60 23.93 40.53
6 2.74 1.71 16.11 36.69 52.80
Promedio 3.16 1.53 18.81 32.24 51.05
Desv. Est. 0.88 0.45 05.21 8.41 13.62

Estimada la captura de carbono en cada uno de los reservorios se realizó la suma de


ellos para obtener el carbono total, el resultado fue 76.87 Mg C ha-1 (Cuadro 3). Donde el suelo
aporta el 66.41%, los árboles con 29.94%, hojarasca 2.73% y herbáceas 0.92%.

Analizando las sub-zonas, se aprecia que la que más contiene carbono es la 5, debido a
la cantidad de árboles que contiene, la segunda es la 1 que al igual que la 5 se encuentra
afectada por el número de árboles, pero sumado a esto por el contenido de carbono en el suelo,
en la 3 aunque no presentó una alta densidad de árboles su contenido de carbono en el suelo
es sobresaliente con respecto a las otras sub-zonas, aunque este resultado puede ser el
resultado de la variabilidad del suelo.

Al comparar los valores que se muestran en el Cuadro 4, se puede apreciar que la


cantidad de carbono almacenado por el eucalipto es comparable con varios sistemas naturales
y agroforestales, demostrando que el eucalipto, a pesar de las condiciones edáficas (20 cm) de

32
profundidad y con precipitación media (700 mm), contribuye sustancialmente al
almacenamiento del carbono.

Cuadro 3 Carbono por reservorio y total (Mg C ha-1) de las sub-zonas de la EEMA
Sub-zona Árboles Hojarasca Herbáceas Suelo Mg C ha-1
1 20.69 3.06 0.44 60.63 84.82
2 20.21 2.83 0.70 44.03 67.76
3 17.97 1.39 0.78 67.42 87.56
4 19.20 2.04 1.00 40.87 63.11
5 47.42 2.74 0.42 40.53 91.10
6 12.60 0.55 0.93 52.80 66.89
Promedio 23.01 2.10 0.71 51.05 76.87
% 29.94 2.73 0.92 66.41 100.00

Cuadro 4. Cantidades de carbono almacenadas en diferentes tipos de vegetación


Herbáceas y Hojarasca Suelo
gramíneas
Autor Tipo de vegetación Mg C ha-1
Acosta-Mireles et al.(2009) Pino-encino-hojosas 5.80 23.4 65.30
Oyamel-pino-encino 1.70 15.3 121.10
Pino-oyamel 1.30 16.0 129.40
Pino-oyamel-encino 1.00 20.9 112.20
Oyamel-pino 0.80 14.9 116.70
Pino 0.30 29.6 63.00
Espinosa-Domínguez et al.(2012) Potrero 1.78 0.00 -
Bosque caducifolio 0.64 1.93 -
Silvopastoril 0.61 1.22 -
Café-cedro rosado 0.13 0.63 -
Café-macadamia 0.00 0.85 -
Café-plátano 0.00 1.01 -
Café-chalahuite 0.00 1.87 -
Masuhara (2012) Café especializado 0.02 5.55 54.30
Café policultivo 0.76 4.53 68.70
Bosque mesófilo de 0.14 5.47 61.10
montaña
EEMA Eucalipto 0.71 2.10 51.05

33
Evolución del suelo

En el Cuadro 5 se muestran los resultados de pH, materia orgánica del suelo (MOS),
densidad aparente, N-inorgánico y fósforo mg kg-1o extractable Olsen, realizados a los suelos
donde se llevó a cabo el estudio. El pH se encontró moderadamente ácido, la MOS mostró un
contenido alto. El N presentó contenido medio con un intervalo de 26.95 a 30.63 mg kg -1 y el P
estuvo en dos categorías de clasificación medio (8.33 mg kg-1) y bajo (5.25 mg kg-1).

Cuadro 5.Características físicas y químicas de los suelos de la EEMA,


materia orgánica del suelo (MOS), Fósforo extractable Olsen.
Sub-zona pH MOS Da N inorgánico Fósforo
-3
% g cm mg kg-1 mg kg-1
1 6.25 8.81 1.26 27.65 8.33
2 6.54 6.42 1.47 30.63 8.10
3 6.97 11.61 1.30 29.40 7.18
4 6.53 6.53 1.30 24.50 5.25
5 6.35 6.35 1.24 27.65 7.64
6 6.07 6.07 1.30 26.95 4.86

El pH que se registró en 1963 se clasificó como medianamente alcalino y ahora es


moderadamente ácido. La MOS durante 34 años se ubicó en muy baja y en 2012 es medio. El
nitrógeno inorgánico ha venido incrementando su cantidad a través de los años y ahora se
clasifica en nivel medio. El fosforo empezó con 13.50 kg ha -1 y ahora cuenta con una menor
concentración ubicándose en medio. La densidad aparente se ha mantenido en niveles
similares.

Una de las características de los suelos degradados por erosión de la capa superficial,
corresponde al bajo contenido de MOS, cuando este parámetro se incrementa trae beneficios,
como el mejoramiento de las propiedades químicas, la disponibilidad de elementos, mayor
fertilidad y la resiliencia contra la degradación física especialmente la erosión (Robert, 2002).

Además, la MOS puede mejorar la biodisponibilidad de otros elementos no orgánicos de


importancia, por ejemplo, el fósforo (Robert, 1996). Dentro de las características físicas

34
Basaran, Erpul, Tercan, y Çanga (2008) y González-Molina, Etchevers-Barra, y Hidalgo-Moreno
et al. (2008), encontraron una relación entre una mayor cantidad de carbono y la disminución
de la densidad aparente. Como la densidad aparente ha permanecido relativamente constante,
indicativo de alta porosidad del suelo (54%), tiene diversos efectos positivos sobre la infiltración
del agua de lluvia, el intercambio gaseoso y el movimiento de solutos (Laishram et al. 2012).

Modelo matemático para la determinación de biomasa

Las especies que se encontraron con mayor presencia fueron Eucaliptus camaldulensis
var. Brevirostris F. v. M. y Eucaliptus resinífera, por lo cual se determinó el modelo matemático
para estas dos especies. En el Cuadro 6 se muestran las características dasométricas de los
10 árboles, donde se puede observar que el promedio de DAP y biomasa fue de 18.40 cm y
119.56 kg respectivamente. Se puede apreciar que el fuste es donde se concentra la mayor
cantidad de biomasa después las ramas y las hojas.

Cuadro 6. Características dasométricas de los árboles utilizados en el modelo matemático


Árbol DAP(cm) Altura (m) Peso fresco (kg) Biomasa (kg) Humedad (%)
Max 21.07 17.60 333.68 172.02 56.89
Min 15.60 12.67 169.93 085.00 37.46
Promedio 18.40 15.33 235.14 119.56 49.31
Desv. Est. 02.07 01.46 056.18 031.70 05.21

El criterio de selección para la selección del mejor modelo fue el coeficiente de


determinación (R²) más alto. Graficados el DAP y la biomasa como variable respuesta de los
10 árboles muestreados se encontró que la R2 solo alcanzó un valor de 0.6744, este resultado
es el efecto de la homogeneidad de los valores de DAP (Figura 4), para seleccionar los valores
que permitieran generar una mejor R2 se creó un índice de biomasa que se construyó dividiendo
la biomasa entre el DAP, con este índice se seleccionaron los datos que no se encontraran en
el rango establecido y se eliminaron. Para aumentar los rangos de DAP se buscó en el inventario
de carbono los diferentes valores de DAP y se aumentó el número de diámetros, los que se
incluyeron fueron: 3.18, 7.60, 12.65, 27.90, 31.95, 38.63 y 84.03 cm.

35
Una vez realizados estos arreglos se inició la construcción del modelo, primero se partió
de la gráfica de los 6 árboles seleccionados con el índice de biomasa, que arrojó una R 2 en el
modelo lineal de 0.7674 y una ecuación expresada como y = 8.4834x - 38.646, donde y =
biomasa (kg) y x = DAP (cm). Este modelo se utilizó para calcular las biomasas de los DAP
introducidos, con la información completa se corrió el modelo para los 17 DAP, dando como
resultado la ecuación y = 8.4905x - 37.471, donde y = biomasa en kg y x = diámetro cm, con
una R2 de 0.9894 (Figura 4). Este mismo procedimiento se aplicó a los modelos logarítmico y
exponencial. De los tres el mejor fue el modelo lineal, por presentar el coeficiente de
determinación más alto.

Figura 4. Aplicación del modelo lineal a la tabla de datos con los DAP adicionales

Estimación de carbono
Los diez árboles utilizados para la determinación de biomasa se agruparon por cada sub-
zona y se realizó la determinación de carbono para cada uno de los componentes del árbol
(follaje, ramas y fuste). Se encontró que el follaje contiene un porcentaje 49.43% con una
desviación estándar de 1.80, las ramas un 44.18% y el fuste 48.43% con desviaciones estándar
de 1.19 y 0.99 respectivamente, esta información arrojó un promedio general del árbol de
47.31% de contenido de carbono.

36
Analizando la proporción de carbono por componente se puede ver de menor a mayor
participación, las ramas almacenan el 0.75%, las hojas 5.61%, y el fuste 83.65%, característica
similar encontrada por Díaz-Franco et al. (2007) y Avendaño, Acosta, Carrillo, y Etchevers
(2009), donde el árbol acumula mínimo el 80% del carbono en el fuste.

Comparación con otros modelos


Se realizó la comparación del modelo lineal seleccionado en este estudio frente a otros
cuatro modelos publicados para Eucalyptus spp. Con base a los resultados se puede observar
que los dos modelos de Farahat, Shaltout, El-Kady y Shalapy.(2012) además, el de Senelwa y
Sims (1998), subestiman la biomasa en un 95.27, 95.60 y 45.16% respectivamente, esto quiere
decir que solo estiman la biomasa de los árboles de la EEMA en un 5% del total de su biomasa,
esto para los dos primeros modelos, el tercero calcula la biomasa en un 54.84% de su total, por
eso los resultados de biomasa solo alcanzan aproximadamente 5 kilogramos en las ecuaciones
de Farahat et al. (2012) y alrededor de 65 kilogramos en el modelo de Senelwa y Sims (1998)
Los modelos restantes sobrestiman la biomasa, el de Burrows, Hoffmann, Compton, Back, y
Tait (2000), en un 25.24%, los modelos lineal y logarítmico de este estudio alcanzan el 2.53 y
2.49 respectivamente (Cuadro 7).

Cuadro 7. Resultados de los modelos incluyendo el de este trabajo. B.A.I=biomasa de árboles del
inventario (kg), B.A.M=biomasa de árboles del modelo (kg), %SE=porcentaje de sobreestimación del
modelo
Modelo Fuente B. A. I B. A. M. % SE
Y=-0.13+2logx Farahat et al.(2012) 4.66 04.73 -95.27
Y=0.45+2logx Farahat et al.(2012) 5.59 06.09 -95.60
B=e(-2.81+1.92 LnC) Burrows et al. (2000) 141.05 146.81 25.24
Y=1.22*DBH2*HT*0.01 Senelwa y Sims, 1998 62.66 64.77 -45.16
y=8.4905x-37.471 EEMA 102.03 118.71 2.610
y=158.43ln(x)-341.8 EEMA 120.38 118.65 2.49

Por lo anterior se puede decir que se debe realizar una selección cuidadosa de los
modelos alométricos que serán utilizados para estimar la biomasa de los componentes
forestales. Como se observó anteriormente es posible que se presenten sobrestimaciones de
los valores de biomasa, Chave, Andalo, Brown, Cairns, Chambers, et al. (2005) comentan que
37
varios autores notificaron qué modelos tienden a sobre estimar biomasa. Alves, Soares, Amaral,
Mello, Almeida, et al. (1997) estimaron la biomasa de un bosque tropical de Rondônia, Brasil,
de sucesión primaria y secundaria con diferentes edades, las diferentes ecuaciones produjeron
estimaciones con variaciones de hasta 400%.

Conclusiones
De las especies empleadas en la reforestación en 1962 se identificó que las de mayor
supervivencia fueron Eucaliptus camaldulensis var. Brevirostris, Eucaliptus resinífera, y Schinus
molle Lin.

En el suelo se encontraron cambios importantes después de 50 años, principalmente en


los contenidos de la MOS, dado que se incrementó de un nivel clasificado como muy bajo a
medio. Este incremento es una prueba de la disminución de la degradación del suelo ya que
se aumentaron los almacenes de carbono y nitrógeno.

En el inventario de carbono, más de la mitad es aportada por el suelo (66.41%), seguido


de los árboles con 29.94% y finalmente la hojarasca y las herbáceas con 2.73 y 0.92%
respectivamente. Al agrupar los almacenes en reservorio aéreo y subterráneo se puede
observar que el aéreo contiene el 33.59% y el subterráneo con el 66.41%.

El modelo lineal seleccionado para estimar la biomasa a partir de un DAP de 4.50, mostró
una de las más bajas sobrestimaciones (2.61%), lo que lo hace un modelo confiable para
utilizarlo en áreas con características similares a la que se encuentra en la EEMA.

Con los análisis realizados de carbono orgánico total en los árboles se puede decir que
la cantidad de carbono que almacena cada individuo es de 47.31%. El componente del árbol
que almacena la mayor cantidad de carbono es el fuste con el 83.65% seguido de las hojas
(5.61%) y las ramas (0.75%).

38
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42
Capítulo 3
Carbono y nitrógeno en el suelo de sistemas agroforestales y
sistemas naturales
David Cristóbal Acevedo1 y Vianca Azucena Arévalo Madrigal1

Resumen
Con la finalidad de determinar el efecto de introducir sistemas agroforestales cafetaleros
en ecosistemas naturales, se evaluaron los sistemas cafetaleros maduro (SAM) y nuevo (SAN),
y de un sistema natural (SN) en el contenido de carbono y nitrógeno (nitrógeno total, nitrógeno
orgánico, nitrógeno mineral [N-min], amonio y nitratos), relación carbono/nitrógeno (C/N) en
suelo en las profundidades 0-10, 10-20 y 20-30 cm. Los sistemas agroforestales no tuvieron
diferencia significativa en nitrógeno total y orgánico; ambos fueron superiores a SN. Amonio,
nitratos y N-min fueron menores en SN, no hubo diferencias entre los sistemas. La menor
relación C/N se registró en SN y SAN. Los mayores contenidos de carbono y nitrógeno en sus
diferentes formas se encontraron en la profundidad 0-10 cm y disminuyeron significativa y
gradualmente con la profundidad, excepto en amonio, nitratos y N-min, donde la profundidad
no tuvo efecto. La relación C/N, aumentó con la profundidad. SAN presentó concentración y
contenido de carbono superiores al SAM y SN.

Palabras clave: Sistemas agroforestales, concentración de nitrógeno, contenido de nitrógeno,


relación C/N, nitrógeno mineral.

Autor para correspondencia: cristobalacevdo@yahoo.com.mx


1Maestría en Agroforestería para Desarrollo Sostenible. Universidad Autónoma Chapingo

43
Introducción
Los bosques son reconocidos como sistemas importantes que ofrecen servicios
ambientales debido a su capacidad de almacenamiento y secuestro de CO 2; sin embargo, son
los cafetales con sombra los sistemas agroforestales con mayor potencial para ser incorporados
en el mercado del carbono (Avalos-Sartorio, 2002; Ortiz, 2004; Pineda-López y Sánchez-
Velásquez, 2005) ya que, al incluir especies arbóreas, asumen una importante función en la
retención de C en los suelos y en la madera (Mutuo, Cadisch, Albrecht, Palm y Verchot, 2005).
Se estima que más del 89 % de la captura de carbono en sistemas agroforestales corresponde
principalmente al carbono del suelo (Ávila, Jiménez, Beer, Gómez y Ihbrahim, 2001).

Por otra parte, el nitrógeno (N) después del agua, el principal factor limitante para el
desarrollo de los cultivos, es considerado como indicador de fertilidad del suelo. Así también es
indispensable para la fotosíntesis; es decir, para que las plantas fijen el carbono del aire,
acumulen materia seca y produzcan rendimientos económicamente redituables (Arana, 2003).

En general en los sistemas agroforestales (SAF) cafetaleros los árboles y arbustos


utilizados como sombra permiten una captura más eficiente de la energía solar y favorecen la
adsorción, retención o captura de carbono y nitrógeno sobre y bajo el suelo (Arana 2003; Beer
et al. 2003). Además, mediante sus raíces profundas aumentan la disponibilidad de N por medio
de la fijación biológica, reciclan nutrientes y mantienen el sistema en un estado de equilibrio
dinámico, al reducir la dependencia del sistema de insumos externos (Beer, Muschler, Kass, y
Somarriba, 1997; Gliessman, 2002). Así también las hojas caídas juegan un papel importante
al proveer cobertura al suelo modificando el ambiente edáfico, conforme se descomponen, esta
hojarasca se convierte en fuente importante de materia orgánica activando el ciclo
biogeoquímico del nitrógeno y otros elementos (Altieri, Liebman, Magdoff, Norgaard, Sikor, et
al., 1999; Gliessman, 2002).

Los SAF pueden verse como una alternativa para el uso y manejo de los recursos
naturales en regiones tropicales y sub tropicales, ya que cumplen diferentes funciones de
importancia en los sistemas como: diversificar la agricultura, aumentar el nivel de MO en el
suelo, fijar nitrógeno atmosférico, reciclar nutrientes, modificar el microclima y optimizar la
producción del sistema, en función del rendimiento sostenido (Gliessman 2002).

44
Por lo antes descrito, en esta investigación se tuvo como objetivo contribuir al
conocimiento del estado del C y N en un suelo de dos sistemas agroforestales cafetaleros de
diferente edad, en comparación con un sistema natural, sobre las concentraciones y contenidos
de carbono y nitrógeno en el suelo, para determinar el efecto de introducir SAF’s, en sitios con
sistemas naturales.

Materiales y métodos
El estudio se llevó a cabo en la comunidad La Fraylesca, localizada en el municipio de
Villa Corzo, estado de Chiapas. Se encuentra situada a 50 km de la cabecera municipal.
Geográficamente se ubica entre las coordenadas 93° 23' 54.82" de longitud oeste y 15° 59'
59.42" de latitud norte, a una altura promedio de 820 msnm, son suelos dominantes de tipo
Cambisol (INEGI, 2014).

La investigación se realizó en un sistema natural (SN), correspondiente a selva media


subcaducifolia y en dos sistemas agroforestales (SAF) cafetaleros rusticanos de diferente edad:
SAF maduro (SAM) de aproximadamente 50 años y SAF nuevo (SAN) establecido en el 2013.

Este estudio se realizó en el mes de marzo del año 2015, que corresponde a la época
seca del área. La metodología utilizada para ubicar los puntos de muestreo fue la recomendada
por Tanabe y Wagner, 2003; Etchevers et al., 2005; Carvajal, Feijoo, Quintero, y Rondón, 2009;
Soto-Pinto, Anzueto, Mendoza, Ferrer, y de Jong, 2010; y Noponen, Healey, Soto, y Haggar,
2013. Con el uso de una plancheta dendrométrica se determinó la pendiente general del terreno
en cada sistema. Usando cuerdas compensadas de 11.28 m se delimitaron tres unidades de
muestreo (UM) distribuidas de manera aleatoria, comprendiendo una superficie de muestreo
circular de 400 m2, en cada UM se trazó una cuadricula con equiespaciamientos de 5 m, siendo
puntos posibles de muestreo los puntos de intersección de la misma. Los puntos posibles de
muestreo se numeraron y se seleccionaron al azar tres, en los cuales se tomaron muestras a
tres profundidades: 0-10, 10-20 y 20-30 cm.

Las muestras de suelo se secaron por 10 días en el Laboratorio de Física de Suelos del
Departamento de Suelos de la Universidad Autónoma Chapingo. El suelo seco se pasó por un
tamiz de 2 mm, con el objeto de separar material grueso como piedras y restos orgánicos.

45
El porcentaje de carbono orgánico del suelo (COS) se estimó mediante el procedimiento
para la determinación de materia orgánica del suelo a través del método de Walkley y Black. La
determinación del porcentaje de nitrógeno total (Nt) se realizó mediante el procedimiento
semimicro-kjeldahl. Las concentraciones de nitrato y amonio se obtuvieron mediante extracción
con KCl 2N y su destilación por arrastre de vapor según lo estipulado en la Norma Oficial
Mexicana NOM-021-SEMARNAT-2000 (SEMARNAT, 2002). Para obtener la concentración del
N-mineral, se sumaron las concentraciones de amonio y nitratos; mientras que el N orgánico se
obtuvo por diferencia entre el N total y el N-mineral.

Para determinar el contenido de carbono se utilizó el valor de la densidad aparente del


suelo para cada profundidad, la cual se obtuvo mediante el método de la probeta (Sánchez-
Junco, Damián-Hernández, Cerón-Bretón, Cerón-Bretón, Guerra-Santos, et al., 2011). Los
contenidos de carbono y nitrógeno total en el suelo se calcularon a partir de los valores de %
COS y % N total, la densidad aparente y la profundidad del muestreo utilizando las siguientes
formulas: (Andrade, H., y Ibrahim, M., 2003).

𝐶𝑂𝑆(Mg ha−1 ) = (% 𝐶𝑂)(ρb)(Prof) (1)

Nt (Mg ha−1 ) = ( % Nt)(ρb)(Prof) (2)


Donde:
% CO = Porcentaje de COS

% Nt = Porcentaje de nitrógeno total

𝜌𝑏 = Densidad aparente del suelo (g cm-3)

Prof = Profundidad de la capa de suelo muestreada (cm)

Para la determinación del contenido de N orgánico se usó la misma fórmula que en el


caso del Nt. Para amonio y nitratos se usaron las fórmulas siguientes:

𝑁𝐻4+ (kg ha−1 ) = (% 𝑁𝐻4+ )(ρb)(Prof)(1000) (3)

𝑁𝑂3− (kg ha−1 ) = (% 𝑁𝑂3− )(ρb)(Prof)(1000) (4


Donde:

% NH4+ = Porcentaje de amonio


46
% NO3- = Porcentaje de nitratos

𝜌𝑏 = Densidad aparente del suelo (g cm-3)

Prof = Profundidad de la capa de suelo muestreada (cm)

Para obtener el contenido de N mineral se sumó el contenido de amonio y nitratos. La


relación carbono/nitrógeno se obtuvo dividiendo las concentraciones obtenidas de carbono
orgánico y nitrógeno total.

El análisis estadístico de los datos se realizó utilizando el paquete Statistical Analysis


System (SAS versión 9.4.) considerando un diseño experimental completamente al azar con
tres repeticiones, realizando un ANOVA para determinar el efecto de los sistemas y la
profundidad sobre las variables concentración y contenido de C y N en el suelo, además de la
prueba de comparación de medias de Tukey.

Es conveniente mencionar que se realizó el análisis estadístico para los datos obtenidos
a cada una de las profundidades: 0-10, 10-20 y 20-30 cm, con la finalidad de ver el efecto de
los sistemas a cada profundidad. Pero debido a que los trabajos sobre el tema se realizan a
una sola profundidad generalmente de 0-30 cm, se realizó el mismo análisis para el promedio
de las tres profundidades y este análisis se denominó profundidad 0-30 cm donde se analizó
también el efecto de los sistemas.

Resultados y discusión
Concentración de COS

Los resultados presentados en el Cuadro 1 muestran los cambios del porcentaje de COS
en función de la profundidad en cada uno de los sistemas. El porcentaje de COS en todos los
sistemas fue mayor en la capa de 0-10 cm y disminuyó a medida que la profundidad aumentó.
Esta tendencia coincidió con lo reportado por Masuhara (2012), quien encontró una disminución
en la concentración de COS conforme aumentó la profundidad de 0-10, 10-20 y 20-30 cm, en
cafetales. De acuerdo con Powers (2004), la mayoría de las diferencias marcadas en el COS
ocurren en la capa superior del suelo y en las capas más profundas del suelo es más estable.
47
Los resultados encontrados concuerdan con Alvarado, Andrade, y Segura (2013)
quienes afirman que el incremento del COS en la superficie se debe principalmente a la
distribución y actividad de las raíces finas, además de la caída de hojarasca. Siendo las raíces
finas las más eficientes en absorción de agua y nutrientes, cuya disponibilidad es mayor en los
estratos más superficiales (Claus y George, 2005). De igual forma, Kimmins (2004) menciona
que las raíces de la mayoría de especies herbáceas y leñosas se encuentran en horizontes
superficiales del suelo.

El sistema que presentó el mayor porcentaje de COS en las tres profundidades fue SAN,
pero solo mostró diferencia estadística significativa con SN en las profundidades 0-10 y 20-30
cm, reafirmando que el manejo en los SAF´s, así como la distribución y actividad de las raíces
finas en la capa superficial (0-10 cm) tuvieron un efecto positivo sobre la concentración de COS.

Cuadro 1.Concentración promedio de COS en los tres sistemas.


Profundidad COS* Desviación
SistemaZ
(cm) (%) estándar
SN 3.89a 0.25
0-10 SAM 4.10ab 0.17
SAN 5.05b 0.39
SN 2.84a 0.21
10-20 SAM 3.13a 0.10
SAN 3.31a 0.31
SN 1.78a 0.20
20-30 SAM 2.05ab 0.12
SAN 2.53b 0.28
ZSN: sistema natural, SAM: sistema agroforestal maduro, SAN: sistema agroforestal nuevo.
*Valores designados por la misma letra no son diferentes significativamente (P = 0.05).

La concentración promedio en la profundidad de 0-30 cm, en el sistema natural (SN) fue


de 2.84 ± 0.16%, de 3.09 ± 0.11% en el SAF maduro (SAM) y de 3.63 ± 0.24% en el SAF nuevo
(SAN); estadísticamente solo hubo diferencias entre SN y SAN. Estos resultados fueron
inferiores a lo reportado por Romero-Alvarado, Soto-Pinto, García-Barrios, y Barrera-Gaytán
(2002) quienes encontraron una concentración de 6% en la profundidad de 0-30 cm en un
sistema agroforestal cafetalero rusticano en la comunidad de Francisco I. Madero del municipio
de Jitotol Chiapas. González-Molina, Etchevers-Barra, y Hidalgo-Moreno (2008) quienes
trabajaron en la Sierra Norte de Oaxaca con 5 diferentes coberturas vegetales y Masuhara

48
(2012) quien trabajó en Huatusco, Veracruz con café bajo sombra diversa y no diversa,
reportaron concentraciones similares a las de esta investigación. La diferencia encontrada con
Romero-Alvarado et al. (2002) demuestra que existen otros factores que intervienen en la
dinámica del carbono y que son específicos del sitio independientemente de la cobertura dada
por los sistemas agroforestales.

Contenido de COS

La profundidad del suelo influyó sobre el contenido de COS, pues la mayor cantidad se
encontró dentro de los primeros 10 cm y disminuyó conforme aumentó la profundidad,
observándose este patrón en los tres sistemas (Cuadro 2); coincidiendo con lo reportado por
Masuhara (2012) y De la Cruz (2015) quienes trabajaron en Huatusco, Veracruz en sistemas
naturales y agroforestales con café y encontraron que en la profundidad de 0-10 cm se
encuentra la mayor cantidad de COS y disminuye conforme se incrementa la profundidad (10-
20 y 20-30 cm). Lo anterior se debe a que los mayores contenidos de materia orgánica se dan
en la superficie disminuyendo con la profundidad.

Al comparar los sistemas en la misma profundidad, en las tres profundidades el SAN


presentó el mayor contenido de COS y SN registró los datos menores, aunque estadísticamente
estos sistemas solo difirieron en las profundidades 0-10 y 20-30 cm. El análisis de los sistemas
en tres profundidades, corroboraron que en los SAF´s la incorporación de residuos provenientes
de las podas, además del ingreso natural al suelo de follaje, ramas y troncos generaron un
mayor aporte de materia orgánica al suelo, además de la distribución y actividad de las raíces
finas en la capa superficial (0-10 cm) dando como resultado un efecto positivo sobre el contenido
de COS. (Altieri et al., 1999; Gliessman, 2002).

Al sumar los contenidos de carbono orgánico de las tres profundidades y realizar el


análisis estadístico se encontró que el SAF nuevo (SAN) es el que tuvo el mayor reservorio de
carbono con 136.33 ± 9.01 Mg ha-1, le siguió el SAF maduro (SAM) reportando 115.65 ± 3.99
Mg ha-1, pero estadísticamente no difirieron. El sistema natural (SN) obtuvo el menor contenido
(107.33 ± 6.1 Mg ha-1) difiriendo estadísticamente con el SAF.

49
Cuadro 2. Contenido promedio de COS en los tres sistemas.
Profundidad COS* Desviación
SistemaZ
(cm) (Mg ha-1) Estándar
SN 47.52a 2.9
0-10 SAM 49.44ab 2.1
SAN 59.81b 4.52
SN 36.34a 2.6
10-20 SAM 39.30a 1.23
SAN 42.00a 3.68
SN 23.47a 2.69
20-30 SAM 26.90ab 1.42
SAN 34.52b 3.94
ZSN: sistema natural, SAM: sistema agroforestal maduro, SAN: sistema agroforestal nuevo.
*Valores designados por la misma letra no son diferentes significativamente (P = 0.05).

Los contenidos de COS obtenidos en los sistemas SAM y SAN son parecidos a los
encontrados por Soto-Pinto et al. (2010), quienes trabajaron con café orgánico y no orgánico
con diferentes tipos de sombra, en las localidades de Alan Kantajal, Muquenal, Segundo
Cololteel, Jolkacuala y Chapuyil del municipio de Chilon; Arroyo Palenque, municipio de Salto
de Agua, La Corona y Reforma Agraria, municipio de Marqués de Comillas, en el estado de
Chiapas, reportando contenidos de 112 Mg ha-1 y 135 Mg ha-1 de COS para dos SAF cafetaleros
en la profundidad de 0-30 cm. Los mismos autores observaron una disminución del contenido
de COS conforme aumentó la profundidad de 0-10, 10-20 y 20-30 cm. El contenido de COS
obtenido en el sistema natural es parecido con lo reportado por Segura-Castruita, Sánchez-
Guzmán, Ortiz-Solorio, y Gutiérrez-Castorena (2005) en selvas húmedas (110.5 Mg ha-1).

Factores como las condiciones físicas y biológicas del suelo y la historia de las entradas
de material orgánico a los suelos pueden determinar las tasas de cambio de carbono orgánico
cuando la vegetación y las prácticas de manejo han cambiado (Post y Kwon, 2000). El alto
contenido de COS total en los SAF puede ser atribuido a la incorporación residuos provenientes
de las podas, además de manera natural hay ingreso al suelo de follaje, ramas, troncos y raíces,
de los árboles, arbustos y herbáceas, lo que genera un mayor aporte de materia orgánica al
suelo. Además, es importante mencionar que en SAN los árboles y arbustos eliminados antes
del establecimiento del SAF fueron incorporados al suelo, lo cual explica que en este sistema
se encuentre la mayor concentración y contenido de COS.

50
Concentración de Nitrógeno Total (Nt) y Orgánico (Norg)

La concentración de N total disminuyó conforme aumentó la profundidad, esta tendencia


se observó en los tres sistemas estudiados (Cuadro 3), coincidiendo con lo reportado por Dong,
Hu, Chen, y Zhang (2009), Du, Ren, y Hu (2010), Dikgwatlhe, Chen, Lal, Zhang, y Chen (2014)
y Zhang, Wang, Wang, y Wang (2014). De acuerdo con Benintende et al. (2008), el N total
puede disminuir hasta un 80% a medida que se incrementa la profundidad, independientemente
del tipo de manejo, debido a que la capa superficial es la más influenciada por las adiciones de
N derivadas de los residuos orgánicos que se incorporan o de las fertilizaciones. La misma
tendencia, de disminuir conforme aumentó la profundidad se presentó en el N-orgánico. El cual
representó más del 95% del N-total. Lo anterior está de acuerdo con lo afirmado por Kelly y
Stevenson (1995), quienes encontraron que más del 90% del Nt del suelo se encuentra como
N-org asociado a coloides húmicos y minerales arcillosos o como constituyente de la biomasa
microbiana. También Pajares Moreno y Gallardo Lancho (2010), trabajando en la cuenca de
Atécuaro (estado de Michoacán) con un suelo cultivado durante 4 años con diferentes manejos
edáficos: tradicional (Tt), mejorado (Tm), orgánico (To) y año y vez (Tv encontraron que el
porcentaje de nitrógeno orgánico (N-org) respecto al nitrógeno total (Nt), fue entre el 94 y 98%.

El SAN obtuvo la mayor concentración de N total y orgánico en la capa superficial,


seguido por SAM, pero no difirieron estadísticamente, no obstante, ambos presentaron
diferencias con SN. En la siguiente profundidad (10-20 cm) el SAM presentó la mayor
concentración le siguió SAN pero no hubo diferencia significativa, el SN presentó la menor
concentración difiriendo estadísticamente con los otros dos sistemas. En la capa 20-30 cm SAM
obtuvo la mayor concentración y SN la menor, difiriendo estadísticamente (Cuadro 3). El análisis
demostró que la mayor concentración de N total y N orgánico se presentó en los SAF´s en la
profundidad de 0-10 cm, debido a que esta capa es donde tuvieron más efecto las aportaciones
de material vegetal.

51
Cuadro 3. Concentración promedio de N total y N orgánico en los tres sistemas.
Profundidad N-total* Desviación N-orgánico* Desviación
SistemaZ
(cm) (%) Estándar (%) Estándar
SN 0.48a 0.05 0.47a 0.05
0-10 SAM 0.66b 0.02 0.65b 0.02
SAN 0.77b 0.07 0.76b 0.07
SN 0.30a 0.03 0.29a 0.03
10-20 SAM 0.47b 0.01 0.46b 0.01
SAN 0.44b 0.04 0.43b 0.04
SN 0.18a 0.02 0.17a 0.02
20-30 SAM 0.27b 0.01 0.26b 0.01
SAN 0.23ab 0.04 0.22ab 0.04
ZSN: sistema natural, SAM: sistema agroforestal maduro, SAN: sistema agroforestal nuevo.
*Valores designados por la misma letra no son diferentes significativamente (P = 0.05).

En el sistema natural (SN) la concentración promedio en la profundidad de 0-30 cm fue


de 0.32 ± 0.03% de N-total y 0.31 ± 0.03% de N-orgánico, en el SAF maduro (SAM) fue de 0.47
± 0.01% y 0.46 ± 0.01%, mientras que en el SAF nuevo (SAN) fue de 0.48 ± 0.05% y 0.47 ±
0.05% de N total y N orgánico respectivamente. El sistema natural difirió estadísticamente con
respecto a los otros sistemas tanto en las concentraciones de N-total como en las de N-
orgánico.

Resultados similares fueron reportados por Khalajabadi (2011), quien encontró un


porcentaje de N total de 0.51 en cafetal tradicional. De forma semejante, Cardona-Calle y
Sadeghian (2005), estudiando 8 diferentes agroecosistemas de café en la zona cafetalera de
Colombia, encontraron una variación de 0.20 a 0.70% de N en cafetales bajo sombra. Gutiérrez
Castillo, Harmand, y Dambrine (2004) compararon la disponibilidad de nitrógeno en el suelo en
sistemas cafetaleros bajo sombra de especies maderables, encontrando concentraciones de
0.50% hasta 0.57% de N total.

Contenido de N Total

La profundidad del suelo influyó sobre el contenido de N total y orgánico, ya que la mayor
cantidad se encontró dentro de los primeros 10 cm y disminuyó conforme aumentó la
profundidad, presentándose este patrón en los tres sistemas (Cuadro 4). Esta disminución,
según Schargel y Marvaez (2009), se debe a que el nitrógeno al igual que el carbono orgánico
está vinculado a la materia orgánica, por ello su abundancia disminuye con la profundidad, ya
52
que la disminución de la materia orgánica del suelo a mayores profundidades es notoria dado
que la acumulación de restos orgánicos y la actividad de los microorganismos se da en los
primeros centímetros del suelo.

Carvajal et al. (2009) compararon almacenamientos de C y N en diferentes usos del suelo


incluyendo sistemas agroforestales cafetaleros y un sistema natural (selva), en los que
observaron una disminución en el contenido de carbono y N total conforme aumentó la
profundidad (0-10, 10-20 y 20-30 cm), coincidiendo con lo reportado en este estudio.

Para los dos tipos de N el SAN obtuvo el mayor contenido en la capa superficial (0-10
cm), seguido por el SAM, pero no difirieron estadísticamente, ambos difirieron estadísticamente
con el SN. En la siguiente profundidad (10-20 cm) SAM fue ligeramente mayor que SAN y no
hubo diferencia significativa; por el contrario, SN presentó la menor concentración difiriendo
estadísticamente con los otros dos sistemas. En la capa 20-30 cm nuevamente SAM obtuvo la
mayor concentración y SN la menor; existiendo diferencias estadísticas únicamente entre estos
dos sistemas (Cuadro 4). Estos resultados corroboraron que en los SAF´s la adición de material
vegetal tiene un efecto positivo en la capa superficial, ya que la mayor acumulación de materia
orgánica y la actividad de microorganismos se dan en los primeros centímetros del suelo.

Cuadro 4. Contenido promedio de N total y N orgánico en los tres sistemas.


Profundidad SistemaZ N-total Desviación N-orgánico Desviación
(cm) (Mg ha-1) Estándar (Mg ha-1) Estándar
SN 5.81a 0.64 5.75a 0.64
0-10 SAM 7.95b 0.2 7.9b 0.2
SAN 9.05b 0.74 8.99b 0.75
SN 3.83a 0.4 3.78a 0.4
10-20 SAM 5.94b 0.13 5.89b 0.13
SAN 5.61b 0.5 5.56b 0.5
SN 2.31a 0.29 2.27a 0.29
20-30 SAM 3.52b 0.07 3.48b 0.08
SAN 3.14ab 0.48 3.1ab 0.48
ZSN: sistema natural, SAM: sistema agroforestal maduro, SAN: sistema agroforestal nuevo.
*Valores designados por la misma letra no son diferentes significativamente (P = 0.05).

Al sumar los contenidos en una profundidad de 0-30 cm, los sistemas agroforestales
nuevo y maduro (SAN y SAM) reportaron datos muy parecidos y estadísticamente no difirieron.
El sistema natural (SN) registró el contenido más bajo difiriendo estadísticamente con ambos
sistemas agroforestales (Cuadro 5).

53
Cuadro 5. Contenido promedio de N total y N orgánico en los tres sistemas en la profundidad de 0-30
cm.
N-total Desviación N-orgánico Desviación
Sistema
(Mg ha-1)* Estándar (Mg ha-1)* Estándar
SN 11.97a 1.07 11.8a 1.07
SAM 17.42b 0.3 17.27b 0.3
SAN 17.81b 1.59 17.65b 1.6
*Valores designados por la misma letra no son diferentes significativamente (P = 0.05).

Sacramento, Araújo, Escobar, Xavier, Cavalcante, et al. (2013) reportaron un contenido


de N total de 10.15 Mg ha-1 en un sistema natural del municipio de Sobral, Ceará, Brazil, siendo
este dato similar a lo encontrado en el SN del presente estudio, en la agricultura tradicional
reportaron un contenido de 13.16 Mg ha-1; así también observaron que éste disminuye conforme
aumenta la profundidad. Carvajal et al. (2009) encontraron 10.41 Mg ha-1 de N total en selva y
6.65 Mg ha-1 en cafetal, difiriendo con lo encontrado en este estudio, ya que el mayor contenido
se obtuvo en los SAF cafetaleros.

Concentración de Amonio (NH4+), Nitratos (NO3-) y Nitrógeno mineral (N-min)

El amonio y nitratos al igual que el N total tendieron a disminuir conforme aumentó la


profundidad (Cuadro 6), coincidiendo con lo reportado por Avilés, Socoró, Fiallos, Ávila, Delfini,
et al. (2011). La disminución de amonio y nitratos conforme aumenta la profundidad se debe a
que se ha encontrado que, en suelos forestales, el proceso de mineralización siempre es mayor
en las capas superiores que en las inferiores (Persson y Wirén, 1995). Los árboles pueden
afectar el nivel de nutrientes del suelo al explotar las reservas minerales más profundas,
recuperando los lixiviados y depositándolos sobre la superficie, con lo cual se disminuye la
pérdida de nutrientes (Altieri et al., 1999).

Del mismo modo, el N-mineral al ser la suma de nitratos y amonio, siguió la misma
tendencia de disminución conforme aumentó la profundidad, lo que coincidió con lo reportado
por Arana (2003) en cafetales con incorporación de residuos.

54
Comparando las concentraciones de los sistemas en la profundidad 0-10 cm, el SAN
obtuvo la mayor concentración de amonio, nitratos y N-mineral. En la siguiente profundidad, el
SAM reportó la mayor concentración de amonio, en cuanto a la concentración de nitratos el
SAN registró el dato mayor, el N mineral fue mayor en los SAF´s, reportando datos iguales. En
la última capa muestreada el SAM reportó la mayor concentración de amonio y N mineral, en
nitratos el SAM y el SAN obtuvieron los datos más altos. Estadísticamente no hubo diferencia
significativa entre los sistemas en ninguna de las profundidades.

Cuadro 6. Concentración promedio de amonio, nitratos y N-min en los tres sistemas.


Profundidad SistemaZ NH4+ * Desviación NO3- * Desviación N-min * Desviación
(cm) (mg kg-1) Estándar (mg kg-1) Estándar (mg kg-1) Estándar
SN 21.42a 1.58 22.05a 2.9 43.47ª 4.12
0-10 SAM 21.42a 2.07 23.94a 1.26 45.36ª 2.11
SAN 24.57a 1.34 25.2a 1.37 49.77ª 2.27
SN 18.9a 0.95 19.53a 2.85 38.43ª 2.8
10-20 SAM 20.16a 2.14 20.16a 1.92 40.32ª 3.05
SAN 18.27a 0.83 22.05a 1.99 40.32ª 1.99
SN 17.01a 1.64 17.01a 0.95 34.02ª 1.89
20-30 SAM 17.64a 2.4 18.27a 1.58 35.91ª 2.99
SAN 17.01a 2.31 18.27a 2.27 35.28ª 3.63
ZSN: sistema natural, SAM: sistema agroforestal maduro, SAN: sistema agroforestal nuevo.

*Valores designados por la misma letra no son diferentes significativamente (P = 0.05)

En promedio en la profundidad de 0-30 cm, el SN obtuvo los datos más bajos en amonio,
nitratos y N-mineral y el SAN fue el que reportó los promedios más altos; pero estadísticamente
no hubo diferencias significativas entre los sistemas (Cuadro 7).

Cuadro 7. Concentración promedio de amonio, nitratos y N mineral en los tres sistemas en la


profundidad de 0-30 cm.
Promedio* Promedio* Promedio*
Desviación Desviación Desviación
SistemaZ NH4+ NO3- N-min
Estándar Estándar Estándar
(mg kg-1) (mg kg-1) (mg kg-1)
SN 19.11a 1.28 19.53a 1.78 38.64a 2.27
SAM 19.74a 1.58 20.79a 1.26 40.53a 2.14
SAN 19.95a 1.05 21.84a 1 41.79a 1.68
ZSN: sistema natural, SAM: sistema agroforestal maduro, SAN: sistema agroforestal nuevo.
*Valores designados por la misma letra no son diferentes significativamente (P = 0.05).

55
Contenido de Nitratos, Amonio y N Mineral

Los contenidos de amonio y nitratos tendieron a disminuir con la profundidad (Cuadro 8),
la misma tendencia se observó en N mineral. Al comparar los contenidos de amonio, nitratos y
N-mineral de los sistemas en una misma profundidad, el SAN obtuvo los mayores contenidos
en la profundidad de 0-10 cm, en la siguiente profundidad (20-30 cm) el SAM registró el mayor
contenido de amonio, mientras que el SAN fue mayor en nitratos y N-mineral, en la última
profundidad (20-30 cm) el SAN fue mayor en nitratos y N-mineral y SN registró el mayor
contenido de amonio. Estadísticamente no hubo diferencia significativa entre sistemas.

Cuadro 8. Contenido promedio de amonio, nitratos y N-mineral en los tres sistemas.


Profundidad SistemaZ NH4+ * Desviación NO3- * Desviación N-min * Desviación
(cm) (kg ha-1) Estándar (kg ha-1) Estándar (kg ha-1) Estándar
SN 26.23a 1.90 27.04a 3.6 53.27a 5.07
0-10 SAM 25.82a 2.52 28.81a 1.48 54.63a 2.61
SAN 29.21a 1.7 29.89a 1.59 59.1a 2.78
SN 24.17a 1.14 24.93a 3.55 49.1a 3.38
10-20 SAM 25.46a 2.85 25.29a 2.31 50.75a 3.93
SAN 23.36a 1.34 28.1ª 2.61 51.46a 2.84
SN 22.32a 2.1 22.43a 1.43 44.75a 2.6
20-30 SAM 23.28a 3.26 23.96a 1.9 47.24a 3.91
SAN 23.24a 3.11 24.94a 3.14 48.18a 5.01
ZSN: sistema natural, SAM: sistema agroforestal maduro, SAN: sistema agroforestal nuevo.

*Valores designados por la misma letra no son diferentes significativamente (P = 0.05).

Al sumar los contenidos de amonio, nitratos y N mineral en la profundidad de 0-30 cm,


los tres sistemas reportaron datos muy parecidos y estadísticamente no difirieron, en los tres
casos el SAF nuevo (SAN) fue ligeramente mayor (Cuadro 9).

Cuadro 9. Contenido promedio de amonio, nitratos y N-mineral en los tres sistemas en la profundidad
de 0-30 cm.
NH4+ * Desviación NO3- * desviación N-min * Desviación
Sistemaz
(kg ha-1) Estándar (kg ha-1) Estándar (kg ha-1) Estándar
SN 72.72a 4.69 74.4a 6.84 147.13a 8.55
SAM 74.56a 6.27 78.06a 4.35 152.62a 8.03
SAN 75.81a 4.23 82.93a 4.2 158.73a 7
zSN: sistema natural, SAM: sistema agroforestal maduro, SAN: sistema agroforestal nuevo.
*Valores designados por la misma letra no son diferentes significativamente (P = 0.05)

56
Zarate (2011) reportó en huertos familiares, un contenido de N-mineral de 90.15 kg ha-1,
45.07 kg ha-1 de NH4+ y 45.07 kg ha-1 de NO3-, siendo estos datos menores a los encontrados
en este estudio.

Relación Carbono/Nitrógeno

En los tres sistemas, la relación C/N presentó un comportamiento inverso a las


concentraciones y contenidos de C y N, ya que el menor dato se registró en la parte superficial
(0-10 cm) y la mayor relación se obtuvo en la profundidad 20-30 cm, coincidiendo con lo
observado por Gelaw, Singh, y Lal (2014) en sistemas agroforestales (Cuadro 10).

En las profundidades de 0-10 cm y de 10-20 cm el sistema natural presentó la mayor


relación C/N seguido por el SAF nuevo, y finalmente el SAF maduro registró el dato menor, sin
embargo, en la primera profundidad no se presentaron diferencias estadísticas significativas
entre los diferentes sistemas estudiados, caso contrario en la segunda profundidad, donde si
hubo diferencias significativas. En la última profundidad (20-30 cm) el SAF nuevo obtuvo el dato
más grande, pero estadísticamente no hubo diferencias.

Cuadro 10. Relación C/N promedio en los tres sistemas.


Profundidad Promedio Desviación
Sistemas
(cm) C/N estándar
Sistema natural 8.18a 1.15
Sistema agroforestal
0-10
maduro 6.19a 0.37
Sistema agroforestal nuevo 6.59a 0.99
Sistema natural 9.52a 0.61
Sistema agroforestal
10-20
maduro 6.63b 0.35
Sistema agroforestal nuevo 7.47ab 1.16
Sistema natural 10.06a 1.57
Sistema agroforestal
20-30
maduro 7.66a 0.45
Sistema agroforestal nuevo 10.79a 2.61
*Valores designados por la misma letra no son diferentes significativamente (P = 0.05).

En promedio en la profundidad de 0-30 cm, el sistema natural registró una relación C/N
de 10.05 ± 1.11 y le siguió el SAF nuevo con 9.49 ± 2.49. El SAF maduro reportó el menor dato
(6.68 ± 0.39) difiriendo estadísticamente con el sistema natural.

57
La relación C/N indica la potencialidad del suelo para transformar la materia orgánica en
nitrógeno mineral. Si la relación C/N es baja hay una liberación de nitrógeno (García-Serrano,
Lucena, Ruano, y Nogales, 2009). Cuanto menor es la relación, mayor es la velocidad de
descomposición. Por el contrario, si la relación es alta, la velocidad de mineralización de la
materia orgánica disminuye, hay una liberación muy escasa de nitrógeno asimilable; por lo que
se genera una competencia entre los diferentes organismos del suelo y también entre éstos y
las plantas superiores (Palma, Defrieri, Tortarolo, Prause, y Gallardo, 2000).

El humus estable tiene una relación C/N de entre 9 y 11, por eso se dice que el mejor
sistema es el que tiene un valor cercano a 10 (Nieto, 2005; García-Serrano et al., 2009). Pues
valores más bajos producen pérdidas por lixiviación (mucha disponibilidad) y valores muy altos
producen deficiencias (poca disponibilidad).

Conclusiones
El suelo del sistema agroforestal nuevo por sus características presentó en promedio una
concentración y contenido de carbono superior a los otros dos sistemas; por lo que tuvo una
mayor capacidad como reservorio de carbono comparado con el sistema natural, pero no fue
mejor que el sistema agroforestal maduro. En los dos sistemas agroforestales no hubo
diferencia estadística significativa en la concentración y contenido de nitrógeno total y orgánico
y ambos fueron superiores estadísticamente a lo encontrado en el sistema natural.

Las concentraciones y contenidos de nitratos, amonio y nitrógeno mineral más bajos


correspondieron al sistema natural, pero estadísticamente no hubo diferencias entre los
sistemas, indicando que no se tuvo efecto de estos en la disponibilidad de estas formas del
nitrógeno. En los tres sistemas estudiados, la mayor concentración y contenido de carbono
orgánico y de nitrógeno se encontró en la capa superficial. Los valores obtenidos disminuyeron
gradualmente en todos los casos a medida que aumentó la profundidad de muestreo. En
general, fueron los sistemas agroforestales los que presentaron los promedios más altos en
concentración y contenido de C y N, así como la mejor relación C/N, lo que indica el gran
potencial de la adopción de esta práctica para la conservación y protección de los reservorios
de carbono y la disponibilidad nitrógeno en el suelo.

58
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63
Capítulo 4
Consumo de leña en México: hábitos de uso, problemática
asociada y alternativas sostenibles de solución
Sofía Violeta Alvarado Machuca1, Edna Álvarez-Sánchez1, Ranferi Maldonado Torres1, y
Alejandro Santiago Sánchez Velez2

Resumen

En México 21.1 millones de personas del área rural y 4.5 millones de las zonas urbanas
consumen leña que se extrae de zonas ecológicas que corresponden a bosque templado,
tropical seco, tropical húmedo, zonas áridas y humedales. Por ser un combustible de
recolección, su uso ha sido irracional, ocasionando la extinción de los recursos vegetales más
apreciados como combustible y generando una fuerte presión sobre especies alternativas, en
detrimento de la estabilidad de los ecosistemas. Ante esta problemática, la energización rural
debe promover un desarrollo rural integral, en el que se establezcan acciones sobre la
producción y manejo de esta fuente de energía. En esta investigación documental se expone
una visión de los hábitos de consumo de leña en algunas regiones de México, la problemática
asociada a este uso y posibles alternativas sostenibles de solución.

Palabras clave: especies dendroenergéticas, consumo de leña, estufas ahorradoras, parcela


dendroenergética, desarrollo rural integral.

Autor para correspondencia: edna_alvarez30@yahoo.com.mx


1Maestría en Agroforestería para Desarrollo Sostenible. Universidad Autónoma Chapingo
2División de Ciencias Forestales (DICIFO). Universidad Autónoma Chapingo

64
Introducción
En el presente artículo de revisión se concentra información relativa al consumo de leña
en algunas regiones del país, su importancia económica y cultural para las comunidades; la
problemática asociada a la extracción de este combustible del ecosistema y las alternativas de
solución que se han planteado para atender esta necesidad en las comunidades rurales de
México. En la primera parte del escrito se muestra información sobre los hábitos de consumo
por zonas ecológicas y algunas regiones del país, en la segunda parte, la problemática asociada
desde el punto de vista ecológico y de salud y, en la tercera sección, los atributos con los que
se califica la calidad de leña y posibles alternativas de solución que podrían contribuir a la
permanencia de los recursos naturales maderables en las comunidades con mayor demanda.

La leña y su consumo en algunas comunidades de México


La leña es un recurso importante para las comunidades rurales por ser un combustible
muy utilizado para la cocción de los alimentos, calentamiento de agua y calefacción en el hogar.
También es empleada en las pequeñas industrias como alfarería, panadería, tortillería,
elaboración de barbacoas en hornos, rosticerías y cocción de ladrillos. Según el censo de
población y vivienda (INEGI, 2010), la leña se usa en 6 millones de viviendas (familias de 6
integrantes), con un consumo promedio per cápita de 3 kg día -1, que se extrae de las distintas
zonas ecológicas del país (Contreras-Hinojosa, Volke-Haller, Oropeza-Mota, Rodríguez-
Franco, Martínez-Saldaña, et al., 2003). De acuerdo con Masera, Arias, Ghilardi, Guerrero, y
Patiño (2011) el consumo per-cápita de leña es mayor donde el recurso es más abundante, por
ejemplo, en el bosque tropical húmedo se ha estimado en 3.0 kg día -1, en bosque tropical seco
de 2.5 kg día-1, humedales 5.0 kg día-1, bosque templado 2.0 kg día-1, mientras que la menor
utilización se ubica en zonas áridas con 1.5 kg día-1.

Los estados con mayor consumo de leña son: Veracruz (2,735,375 tms año -1), Chiapas
(2,384,510 tms año-1), Oaxaca (1,847,145 tms año-1), Puebla (1,588,728 tms año-1), Guerrero
(1,254,058 tms año-1) y Estado de México (1,236,654 tms año-1); y si bien el consumo total de
leña a nivel nacional se mantendrá relativamente constante hasta el año 2024, en un número
importante de municipios en la zona centro y sur del país se espera que continúe aumentando
(Masera et al., 2011). Los datos anteriores permiten un conocimiento global del uso del recurso
energético en las poblaciones rurales estatales y zonas ecológicas del país, sin embargo, hay
65
situaciones muy contrastantes en los municipios de los principales estados consumidores. En
general, se trata de localidades con alta proporción de población indígena en situación de
pobreza y pobreza extrema, que según CONEVAL, en 2010 se estimó en 23.3 millones
(CONEVAL, 2016).

El patrón de consumo en zonas y estados mencionados, puede ser muy particular en


función de: la disponibilidad del recurso como combustible y forestal, la tenencia de la tierra, el
número de integrantes por familia, el nivel de ingreso, el costo de la leña, el clima, la época del
año, el uso exclusivo de fogón o combinado con estufas ahorradoras; uso de otro tipo de
combustible utilizado en la cocción. Desde luego, también influyen aspectos culturales, de
tradición y culinarios.

Chiapas, uno de los estados con mayor consumo de leña, muestra grandes variaciones
en el uso y manejo del combustible según la región. Un estudio relativo al uso y manejo de la
leña en colonias alrededor del volcán Huitepec, aledañas a dos áreas naturales protegidas de
manejo privado (Reserva Huitepec-Pronatura) y colectivo (Reserva Zapatista), así como la
población urbana de San Cristóbal de las Casas, permitió tipificar a las colonias en cuatro
categorías: atención prioritaria, atención significativa, atención básica y atención media. En la
primera categoría, el requerimiento de combustible de la comunidad está por encima del resto
de las colonias, con un consumo de leña del 100%. En la categoría significativa, el consumo es
variable y se alterna con otras fuentes de energía, en este grupo se destaca que algunas
localidades son suministro de combustible para otras comunidades y que la extracción puede
ser selectiva de especies vegetales. En ambas categorías el uso y consumo está asociado a
condiciones de pobreza y pobreza extrema. En las categorías restantes, si bien el consumo no
es intensivo, contribuyen al consumo y deben ser consideradas dentro de un plan de manejo
(Santos, Estrada, y Rivas, 2012).

Otro ejemplo de las variaciones en el hábito y consumo de combustible en Chiapas, son


las comunidades cafetaleras de Chenalhó, en las que se ha estimado que el gasto de leña en
la época seca es de 3.7 (± 1.5) kg/persona/día y se incrementa a 3.9 (± 2.7) kg/persona/día en
la de lluvias. También se identificó que en general, las familias con mayor número de integrantes
optimizan el uso de la leña y reducen la tasa de consumo per cápita, así, familias con 10 a 12
integrantes utilizan hasta 55 % menos comparadas con aquéllas con 2 a 4 personas. Por otra

66
parte, aunque los agrosistemas cafetaleros son fuente continua de aprovisionamiento de leña,
éstos no satisfacen las demandas, por lo que algunas familias deben comprarla con una
inversión promedio de $1631.00 (± $1203.00) al año (Ramírez-López, Ramírez-Marcial, Cortina-
Villar, y Castillo-Santiago, 2012).

Un análisis del patrón de preferencias en el uso de leña en seis localidades de Yucatán


(Quiróz-Carranza y Orellana, 2010) mostró que el dispendio promedio en las comunidades
puede oscilar entre 1.26 y 2.89 kg/día/habitante y que las variaciones están asociadas a la
disponibilidad de sitios de extracción (vegetación aledaña y solar) o a la cercanía con una ciudad
(opción por otro combustible). En función de estas condiciones, se estimó que el 42.4% de las
viviendas usan leña como combustible alterno al gas, el 3.9% usa carbón y 2.6% algún otro
combustible como petróleo, cartón, aserrín, etc. El resto de la población (53.3%) extrae leña de
los sitios aledaños.

No todas las comunidades pueden manejar la vegetación para producir leña, ya que esta
posibilidad está estrechamente relacionada con la tenencia de la tierra. Un estudio de caso
sobre análisis social y espacial de uso de la leña en el trópico mexicano, en particular, cuando
la fuente de leña está degradada y la sociedad dividida en propietarios, arrendatarios y sin tierra
(Antonio, Purata, y Treviño, 2006), evidenció que, diferencias en la tenencia influyen en la
intensidad de uso de las fuentes de leña (pastizal cultivado, bosque secundario, cultivos de
roza-tumba-quema, bosque primario, vegetación ribereña, pastizal inducido y otros), en la
inversión de tiempo para adquirirla (de 2 a 5 horas), en las prácticas de colecta y manejo del
recurso como adaptaciones a la escasez. Los propietarios tienen el más alto control sobre los
recursos y pueden manejar la vegetación e integrar varias actividades productivas para hacerse
del combustible. Los arrendatarios consiguen el acceso y cierta capacidad de manejo, pero a
un costo que reduce las ganancias del trabajo invertido; aquéllos sin tierra emplean más tiempo
en buscarla y la colectan principalmente del pastizal cultivado, milpa y pastizal no manejado; un
porcentaje importante la roba de zonas con mayor vegetación forestal.

En la comunidad de Divisadero, Chiapas, localidad con alto grado de marginación, el


100% de la población (comunidad con 108 habitantes) utiliza exclusivamente leña que se extrae
principalmente del terreno comunal sin un mecanismo de regulación. La consecuencia

67
inevitable de esta situación, es el agotamiento del recurso energético hasta el colapso del
sistema ecológico (Velázquez, Morales, Aguilar, Gómez, y Palacios, 2009).

Un aspecto importante del uso y manejo doméstico de la leña en las zonas rurales es
que en una gran proporción representa la única fuente de combustible y aunque en pequeña
escala, una alternativa de ingresos para las poblaciones indígenas marginadas. El género en
relación con la colecta de la leña representa otro punto a considerar en los patrones de consumo
en la localidad. Con frecuencia se le atribuye a la mujer la responsabilidad de proveer de
combustible al hogar (Santos et al., 2012; Soares, 2006), en otros casos al padre y la madre
(Quiróz-Carranza y Orellana, 2010), sin embargo, puede haber una participación muy
diferenciada entre mujeres, los hombres y las familias incluyendo los niños. El rol de género en
el uso de la leña debe ser considerado dentro de cada caso particular para entender cómo se
vinculan los individuos con el recurso, sus implicaciones con el proceso selectivo de las
especies vegetales, intensidad de la colecta y finalmente, el impacto en la cobertura vegetal
(Cruz, Gómez, Bueno, Albarrán, y Torres, 2016; Santos et al., 2012).

La obtención de energía a partir de la leña es una realidad en México y de acuerdo con


la información presentada, el consumo medio familiar para uso doméstico es complejo y con
una gran variación entre macro-regiones y aún dentro de éstas. De no considerarse estas
importantes diferencias y factores asociados, pueden ser impedimento del desarrollo de
cualquier estrategia para superar la degradación de los recursos.

Problemática asociada al consumo de leña


La extracción de leña contribuye a la perturbación de las comunidades vegetales con
repercusiones en la flora y fauna asociada, en particular cuando se supera la capacidad de
resilencia del sistema. Ejemplo de ello es el agotamiento del madroño (Arbutus glandulosa Mart.
& Gal.) (Figura 1) en la comunidad de Las Casitas en la Sierra Gorda, Guanajuato (Alvarado,
2012); reducción de poblaciones de encino (Quercus candicans, Q. benthami, Q. oleoides, Q.
peduncularis, Q. elliptica, Q. sapotifolia y Q. segoviensis) en Chenalhó, Chiapas (Ramírez-
López et al., 2012). La sobre explotación de las especies preferidas para leña, es la pauta para
utilizar especies alternativas, conducente a un escalamiento destructivo del ecosistema. En el
peor de los casos, deforestaciones masivas llevan a la erosión y desertificación de la zona.

68
Como se planteó en secciones anteriores, la problemática sobre la utilización de leña y
la conservación del bosque se encuentra influida por características y condiciones
socioeconómicas asociadas con pobreza extrema de difícil solución (Santos et al., 2012;
SEMARNAT, 2013), a la que se suma la falta de conciencia de propagar los ejemplares
maderables más abusados.

Figura 1. Ejemplares de madroño (Arbutus glandulosa), especie de difícil propagación vegetativa


(Alvarado, 2012).

Como es ya conocido, las estufas de fogón abierto (Figura 2 y 3) presentan baja eficiencia
(5-17%) en los procesos de cocción o calentamiento y, en consecuencia, mayor consumo de
leña (Escobar-Ocampo, Niños-Cruz, Ramírez-Marcial, y Yépez-Pacheco, 2009). El humo
generado por este sistema tradicional puede ser causal enfermedades respiratorias (Burgos,
2012; Sotelo, 2016) entre las más comunes tuberculosis en mujeres y niños (García-Sancho,
Fernández-Plata, Martínez-Briseño, Torre-Bouscoulet, Gochicoa-Rangel, et al., 2013), irritación
de vías respiratorias, sensibilización alérgica; alteraciones agudas y crónicas de la función
pulmonar.

69
Figura 2. Fogón abierto y recolección de leña en el bosque de niebla en Xaltepuxtla, Puebla

En Chiapas el 10% de la población no cuenta con un cuarto independiente para la cocina


y realizan esta actividad en la misma área que utilizan como dormitorio, por lo que las familias
se enfrentan a la exposición continúa y prolongada de las emanaciones generadas en los
fogones. Las condiciones de contaminación al interior del hogar como consecuencia de la
combustión de leña y carbón se ha considerado un problema de salud pública en los hogares
rurales de México, de acuerdo al informe presentado por la Secretaría de Salud y la Comisión
para la Cooperación Ambiental (2002). Sin embargo, esta repercusión en la salud no es tan
directa, ya que en muchos hogares el fogón se ubica en cocinas abiertas o áreas con mucha
ventilación (Figuras 2 y 3).

Figura 3. Consumo de leña en fogón tradicional, Sierra de Huautla, Morelos


70
Otro aspecto que se suma a la problemática es que la combustión de leña para cocinar
contribuye a las emisiones de GEI (gas efecto invernadero) a través de productos derivados de
la combustión incompleta como son CH4, N2O, CO, CO2 y TNMHC. Ghilardi, Guerrero, y Masera
(2007) consideran que las emisiones de CO2 por esta actividad no superan el 4 % de las
emisiones globales. Estimaciones de las emisiones netas de GEI por combustión de leña
residencial para el año 2000 en México alcanzaron 3.95 MtCO2eq, de las cuales 2.87 MtCO2eq
fueron resultado de emisiones de CO2 derivadas del uso no sustentable de la leña (Masera,
2011).

Alternativas para la energización rural

Especies nativas con potencial dendroenergético


El desarrollo de la dendroenergía del medio rural, implica como primer paso el inventario
y la selección de especies combustibles en cada ecosistema. Las normas para esta selección
incluyen el uso de especies locales de aceptación por los usuarios, con buena capacidad de
rebrote y multiusos en sistemas agroforestales; que cumplan con los criterios cualitativos
apreciados por los consumidores: que liberen poco humo, que generen braza y poca ceniza;
fácil encendido y duración en el fuego, sin dejar de lado el valor cultural, culinario y religioso
para los pobladores. Todos estos atributos y cualidades en la selección de especies permitirían
obtener productos, agrícolas, pecuarios, frutales y energéticos. Este tipo de investigación es
necesaria y escasa en el país.

En la Mixteca Poblana el tipo de vegetación predominante es selva baja caducifolia, en


ésta se han contabilizados 106 especies maderables, de las cuales 80 se usan como leña
(Sánchez, 2008). En localidades de Yucatán se identificaron 41 especies de las más usadas
como combustible, pero las principales fueron: Acaciagaumeri, Havardia albicans, Lysiloma
latisiliquum, Gymnopodium floribundum, Bursera simaruba, Caesalpinia gaumeri, Conocarpus
erectus y Piscidia piscipula, debido a su mayor abundancia, fácil encendido, duración en el
fuego y baja emisión de humo (Quiróz-Carranza y Orellana, 2010).
71
De acuerdo con Soares (2006), en los altos de Chiapas la especie predominante y con
mayor potencial combustible es el encino. En la región central de este mismo estado se
identificaron 101 especies para uso energético, clasificadas en 80 géneros y 38 familias
botánicas, de las cuales 95 fueron priorizadas con base en criterios de calidad de leña con
potencial calorífico, capacidad de rebrote, velocidad de crecimiento y frecuencia de uso local
(Escobar-Ocampo et al., 2009). Para la región central cafetalera en Chenalhó, Chiapas,
Ramírez-López et al. (2012), identificaron 138 especies arbóreas que se utilizan eventualmente
o constantemente para leña en función de su disponibilidad, mismas que se clasificaron
cualitativamente como de regular a mala calidad de leña y las especies preferidas por la
comunidad. En la Sierra Tarahumara, Chihuahua, las especies que se usan como combustible
(Camou, 2007) son pino (Pinus arizonica Engelm, P. ayacahuite Ehren, P. leiophylla var.
chihuahuana (Engelmann) G.R. Shaw, P. engelmannii Carr. y P. cembroides Zucc), ciprés
(Cupressus lusitánica Mill.), junípero (Juniperus deppeana Steud.), encino (Quercus spp.),
madroño (Arbutus xalapensis Kunth), aile (Alnus acuminata H.B.K), fresno (Fraxinus uhdei
(Wenz.) Ligelsh) y pingüica (Arctostaphylos pungens Kunt).

La extracción de leña es una actividad muy presente en las comunidades de Morelos.


Existen 45 especies empleadas para este fin, que corresponden a 7.5% del total de las plantas
útiles, sin embargo, las especies de mayor demanda son: tepemezquite o tlahuitol (Lysiloma
divaricata), palo brasil (Haematoxylum brasiletto), palo dulce (Eysenhardtia polystachya) y
tecolhuixtle (Mimosa benthamii) (ATENDER, 2006).

En la huasteca potosina, Proyectos Forestales y Ambientales S.A. de C.V (2013 b),


reporta que las principales especies usadas como leña son el copalillo (Bursera simaruba (L.)
Sarg.), encino (Quercus sp), huizache (Acacia cornígera (L.) Willd.), aguacatillo (Ampelocera
hottlei (Standl.) Standl.) y lantrisco (Pistacia lentiscus L.); dando mayor uso al encino por sus
cualidades como combustible. En el Cuadro 1 se muestran los árboles y arbustos usados como
leña y la familia a la que pertenecen.

72
Cuadro 1. Árboles y arbustos que desarrollan en bosque templado registrados como combustibles
(Camou, 2007).
Familia Género Especie
Coniferophyta
Cupressaceae Cupressus C. lusitanica Mill.
Juniperus J. deppeana Steud.
Pinaceae Pinus P. arizonica var. arizonica
P. ayacahuite brachyptera Shw.
P. leiophylla var. Chihuahuana
(Engelman)
P. engelmannii Carr
P. cembroides Zucc
Magnoliophyta
Betulaceae Alnus A. acuminata H.B.K.
A. arizonica (A. Gray) Sarg.
A. madrensis
Ericaceae Arbutus A. tessellata
A. xalapensis H.B.K.
Arctostaphylos A. pungens Kunth.
Fagaceae Quercus Q. coccolobifolia Trel.
Q. crassifolia H & B
Q. chihuahuensis Trel.
Q. rugosa Neé
Q. scytophylla Liebm.
Q. sideroxila H & B
Q. Tarahumara Spellenb
Q. viminea Trel.
Oleaceae Fraxinus F. uhdei
F. velutina Torr.

En los bosques de clima templado se encuentran diversas especies con potencial


dendroenergético, de las cuales escasamente se ha realizado investigación con fines de
domesticación y uso de la leña. El mismo autor hace una descripción de los usos por especie,
según lo encontrado en las comunidades de la Sierra Tarahumara y se muestran en el Cuadro
73
2. También describe el uso de otros biocombustibles no maderables como: estiércol seco, pajas
y olotes, importantes en esta zona y en zonas áridas donde la leña es escasa. El uso de estos
materiales para los mismos fines, también se ha observado en comunidades rurales semiáridas
guanajuatenses (2002-2003) y en el altiplano potosino (2012-2014).

Cuadro 2. Usos específicos de la leña y otros bio-combustibles en la Sierra Tarahumara (Camou, 2007).
Nombre común Familia Parte usada Uso específico
Pino (Ocote) Pinaceae Tronco, ramas, Uso doméstico, herrería y para prender
astillas, piñas rápido el fuego
Encino Fagaceae Tronco, ramas, Uso doméstico, carbón, ceniza para
corteza nixtamal
Madroño Ericaceae Tronco, ramas Uso doméstico
Táscate (Sabino) Cupressaceae Tronco, ramas Uso doméstico, carbón
Fresno Olaceae Tronco, ramas Uso doméstico
Boñiga de vaca Cocer ollas, quemar cal
Paja Para prender rápido el fuego
Olotes Para prender rápido el fuego

La domesticación de las especies es el proceso que sigue una vez que se tiene el
catálogo de especies combustibles, para lo cual es necesaria una adaptación climática, misma
que se realiza mediante el manejo de las especies dentro de las parcelas agrícolas (PNUMA,
2002). Para la domesticación de los árboles y arbustos de usos múltiples deben conjuntarse
conocimientos tradicionales y científicos, ya que de esta forma se fortalece el desarrollo de los
sistemas agroforestales (Terrones, González, y Ríos, 2004). La estrategia del ICRAF para lograr
la domesticación de los árboles es seleccionar especies con base en las necesidades del
agricultor y de importancia en el mercado regional. Mediante la investigación científica se
determinan los aspectos útiles que deberán mejorarse en cada especie y con un enfoque
participativo de todos los actores (Cornelius y Ugarte-Guerra, 2010).

Finalmente, es de importancia enfocarse en las especies de difícil propagación, como las


especies de la familia Ericaceae para encontrar la forma más adecuada para su reproducción y
establecimiento en parcelas dedicadas a la producción de leña (Alvarado, 2012). Conociendo

74
el comportamiento de las especies se tendrán herramientas para incrementar y mejorar la
producción de leña de forma sostenible.

Calidad de leña
Dentro de la selección de especies locales con potencial dendroenergético, es necesario
determinar la calidad del combustible que se deriva. Desde el punto de vista cuantitativo, los
indicadores más utilizados para definir esta cualidad son: alto peso específico, con elevado valor
calorífico, que produzca braza y poca ceniza, además, que sea de aceptación local. Este tipo
de investigación es necesaria y escasa en el país. En general, la mayoría de los estudios que
incluyen la calidad de la leña han sido abordados desde un enfoque cualitativo, considerando
la preferencia por usos y costumbres de las mujeres que la utilizan (Contreras-Hinojosa et al.,
2003; Escobar-Ocampo et al., 2009; Quiroz-Carranza y Orellana, 2010).

Los indicadores cuantitativos de la calidad de leña implican la medición del poder


calorífico que es la cantidad de calorías que produce un combustible al quemarse, expresado
en kilocalorías por kilogramo de combustible. La determinación del poder calorífico se realiza
con un proceso calorimétrico, usando una bomba calorimétrica o con un proceso químico que
parte de la composición química elemental de la madera (Patiño, 1989). La madera de pino
blanco como combustible tiene la ventaja de tener un bajo contenido de cenizas y azufre; así
como un poder calorífico de 19 MJ kg-1; estos valores son influenciados por el contenido de
humedad, la cantidad de cenizas y extractivos, así como por el tamaño de la madera (Burschel,
Hernández, y Lobos, 2003).

El poder calorífico de una especie es mayor a menor contenido de humedad, por esta
razón se recomienda secar la leña para optimizar su consumo. El proceso de combustión es
influenciado por las características físicas y anatómicas de la madera como el peso específico
y porcentaje de fibras. Conforme el peso específico se incrementa, la madera es más compacta
y aumenta el contenido de fibras con una pared celular robusta, lo que hace que el poder
calorífico sea más alto (Apolinar, Honorato, y Colotl, 2017; Salazar-Sánchez, Serna, Ocampo,
Ríos-Saucedo, Sigala-Rodríguez, et al., 2015).

Una de las especies más estudiadas para la producción de leña es el aile (Alnus
acuminata ssp. Arguta (Schlecht.), su leña, derivada de árboles de 20 a 50 años tiene un poder
75
calórico alto, aproximadamente 19259.3 kJ.kg-1 y un bajo contenido de cenizas (0.34%). En
Costa Rica el carbón obtenido de madera dura (20-50 años) alcanza un poder calórico de 29220
kJ.kg-1 y 0.65% de cenizas, mientras que el carbón proveniente de madera joven (2 a 3.5 años)
de 32400 kJ.kg-1 y 1.28% de cenizas (CATIE, 1986).

Alvarado (2012) evaluó la calidad de leña de forma cuantitativa en cuatro de las especies
más demandadas como leña en la comunidad Las Casitas, en la Sierra Gorda de Guanajuato
(Cuadro 3). El encino y el madroño presentaron la mayor densidad y compactación con respecto
al tepozán y la escoba. El calor de combustión de las especies en orden descendente fue el
siguiente: tepozán<encino <escoba<madroño. El contenido de humedad en la leña es un criterio
importante que debe considerarse ya que, a menor contenido de humedad en el material, mayor
es su poder calorífico. Un contenido de humedad del 10% se considera excelente para tener un
buen rendimiento del combustible (Patiño, 1989). Para las especies en estudio se obtuvieron
contenidos de humedad de 8.87% en tepozán y 9.72% en encino. La cantidad de cenizas que
forma una especie se considera importante por el grado de limpieza que se debe tener con las
estufas, es decir, entre mayor producción de cenizas, mayor la frecuencia con que se debe
retirar este material para mejorar el proceso de combustión. Las especies con mayor contenido
de cenizas fueron el encino (2.34%) y el madroño (1.79%).

Cuando la leña tiene alta densidad, bajo porcentaje de humedad y el calor de combustión
es bajo, su rendimiento como braza ardiendo es de mayor duración, cumpliéndose el criterio de
calidad de las amas de casa (Escobar-Ocampo et al., 2009). En el caso del tepozán al tener
una baja densidad, un bajo porcentaje de humedad y un alto calor de combustión se quema de
forma rápida liberando gran cantidad de humo, con escasa formación de brazas, por tal razón
no se considera como leña de buena calidad.

Al correlacionar todas las variables evaluadas se encontró que existe relación entre la
densidad y el calor de combustión, así como el contenido de humedad y la cantidad de cenizas.
Por ello, la primera relación debe considerarse para seleccionar las especies a propagar,
mientras que la segunda relación debe tomarse en cuenta para el manejo de la leña.

76
Cuadro 3. Evaluación del potencial dendroenergético de cuatro especies nativas en Las Casitas
municipio de Xichú Guanajuato (Alvarado, 2012).
Densidad Combustión Humedad Cenizas Resinas
Muestra (g cm-3) (kJ.kg-1) (%) (%) (%)
Encino 1.57 ±0.17z 17.84 ± 0.33 z 9.72±0.34 z 2.34±0.35 z 2.29±0.23z
Escoba 1.21 ±0.07 17.54 ± 0.13 9.46±0.15 1.43±0.03 0.44±0.11
Madroño 1.10±0.02 17.46 ± 0.17 9.04±0.60 1.79±0.27 2.57±1.17
Tepozán 1.65±0.15 18.05 ± 0.21 8.87±0.16 1.08±0.09 0.67±0.16
zDesviación estándar

Dentro de la necesidad de identificar plantas útiles en la producción de biomasa para


generar energía calorífica económica y sostenible, Salazar-Sánchez et al. (2015), evaluaron
especies vegetales procedentes de los ecosistemas y de especies mejoradas de Durango
(Cuadro 4).

Cuadro 4. Calidad de leña de especies con potencial dendroenergético procedentes de


Durango (Fuente: Salazar-Sánchez et al., 2015).
Especie Humedad Ceniza Carbón Poder
(%) (%) fijo calorífico
(%) (kcal kg-1)
Jarilla (Dodonaeae viscosa) 8.3 3.6 9.8 4023.8
Higuerilla (Ricinus communis) híbrido K93 9.1 8.4 10.7 3834.6
Higuerilla variedad F12 9 6.8 11.2 3922.9
Maralfalfa (Pennisetum sp.) 7.7 9.8 13.5 3956.5
Tabacón Nicotiana glauca 6.9 4.6 14.7 4252.7
promedio 8.2 6.6 12.0 3998.1

La elaboración de pellets y torrefacción incrementaron la calidad calorífica de la biomasa


producida promedio de las especies (3998.1 kcal kg-1) a 4925 kcal kg-1 (± 197 kcal kg-1),
alcanzando valores similares al mezquite (5000 kcal kg-1), especie con excelente calidad como
leña y carbón (Valenzuela-Núñez, Rivera-González, Trucios-Caciano, y Ríos-Saucedo, 2012).

Con la finalidad de contribuir con estudios sobre las propiedades energéticas de la


madera como materia prima para combustible (Apolinar et al., 2017), se caracterizó la madera
77
de Acacia pennatula y de Trema micrantha. En promedio, la de Acacia pennatula presentó un
poder calorífico de 18.54 kJ g-1, un contenido de humedad de 9.15 %, densidad básica de 0.571
g cm-3, 1.07 % de cenizas y 12.37 % de carbono fijo; la madera de Trema micrantha registró un
poder calorífico de 17.76 kJ g-1, un contenido de humedad de 8.25 %, densidad básica de 0.243
g cm-3, 0.79 % de cenizas y 16.31 % de carbono fijo. Con el valor de estas propiedades fue
posible su expresión como índice de valor de combustible fue de 10 814 para A. pennatula y de
9 345 para T. micrantha, indicador de gran utilidad en la valoración de material como materia
prima para la producción de energía.

Consideraciones en los programas para la energización rural en México


La energización rural debe asociarse al uso racional o eficiente de la energía y estar
dentro de las acciones de desarrollo rural integral, teniendo en cuenta que el análisis de los
aspectos energéticos es una condición necesaria pero no suficiente para lograr dicho desarrollo
(Best, 1994). Dentro de estas acciones, debe preverse la conservación de los recursos
naturales mediante la introducción de tecnologías de uso energético más eficientes, del
establecimiento de parcelas dendroenergéticas con especies promisorias para cubrir
necesidades de combustible en el corto plazo; de producción de biomasa dendroenergética en
el que se optimice su poder calorífico mediante pelets y pelets torrefactados o para producir
combustible líquido y gaseoso que impulsen a la pequeña industria de la comunidad rural
(Apolinar et al., 2017; Salazar-Sánchez et al., 2015). Es obligado impulsar los programas de
recuperación de recursos naturales degradados incluyendo las especies energéticas más
vulnerables, conservando la biodiversidad y disminuyendo la presión migratoria del campo hacia
las zonas urbanas o hacia frentes de colonización en tierras no aptas para el uso agropecuario
sostenible (CONAFOR, 2007-2012).

Dado que en una amplia proporción el consumo de leña está asociado a comunidades
en pobreza extrema, es indispensable entender su heterogeneidad social, cultural, étnica y de
género, en relación a sus actividades productivas, sus patrones de consumo, así como la forma
en que se relacionan con su medio social y ambiental en el uso y manejo de los recursos
naturales (Santos et al., 2012; Vázquez Calvo, León, Cervantes, Torres, y Sangerman-Jarquín,
2016).

78
Las agencias rurales del PESA (Programa Especial para la Seguridad Alimentaria) han
promovido el cambio de los fogones tradicionales por estufas ahorradoras de leña que canalizan
el humo hacia el exterior; con esta tecnología se reduce el consumo de leña en 50% o hasta
60% (Sotelo, 2016). Además de este beneficio, también se ha evidenciado que se reduce la
emisión de humo, como lo muestra un estudio realizado en una comunidad al norte de Chiapas
sobre la contaminación intramuros de partículas de tamaño 2.5 μg m -3, en el que se demostró
que la emisión de contaminantes por los fogones abiertos cuantificada en 4.66 μg m -3, se redujo
a 0.276 μg m-3 con estufas ahorradoras, aminorando los malestares y síntomas indicados por
las usuarias con el fogón abierto (Burgos, 2012).

La implementación de estufas ahorradoras para amortiguar el consumo de leña y mejorar


las condiciones de salud, principalmente de los más cercanos a los procesos de cocción de
alimentos (mujeres y niños) ha mostrado resultados inconsistentes. La meta de la adopción ha
tenido escaso beneficio cuando los programas se han desarrollado sin la participación de los
usuarios, (GIRA, 2003; Ruiz-Mercado y Masera, 2015), ejemplo de ello en comunidades de la
Mixteca Poblana (Norman, 2009) y en los Altos de Chiapas (Soares, 2006). Cuando este tipo
de iniciativas tecnológicas se realizan con base en el análisis particular del uso y consumo de
leña, atendiendo el contexto social, ambiental y cultural; además de un seguimiento de
evaluación como programa, se detona el proceso de adopción (Masera, Díaz, y Berrueta, 2006;
Zamora, 2011; Ruiz-Mercado y Masera, 2015; Sotelo, 2016; Jiménez, 2016).

El impacto de las estufas ahorradoras para amortiguar el consumo de leña seguirá siendo
mínimo si no se plantean acciones colaterales de reforestación, establecimiento de parcelas
dendroenergéticas para la conservación de especies y de abasto de combustible, entre otros
productos de beneficio para la comunidad. En este contexto, para que estos programas tengan
éxito en el mediano y largo plazo, deben estar insertados dentro del plan de desarrollo rural
sustentable estatal. Junto con la adopción de las tecnologías mencionadas, la regularización de
la venta de leña es fundamental para ordenar el aprovechamiento forestal y comercialización
de este recurso.

En algunos países se han llevado a cabo programas rurales de electrificación con fuentes
de energía renovables y esquemas de reforestación con fines multipropósito o directamente
energéticos (Contreras-Hinojosa et al., 2003), pero, nuevamente el impacto de estos esfuerzos

79
ha sido muy limitado, debido a falta de continuidad, falta de participación social de los
beneficiarios y de un marco coherente de políticas de integración intersectorial. Por tanto, la
generación de tecnologías y metodologías validadas, es uno de los puntos que debe
desarrollarse para atender la energización rural.

Algunos ejemplos de acciones de energización rural en México son los proyectos


desarrollados entre 1995 y 1997, en los que se analizaron tres sistemas dendroenergéticos:
Dendroenergía para el Desarrollo Rural en El Lago de Pátzcuaro, Michoacán, Los Altos-
Mixtepec, Oaxaca y Tlapa de Comonfort, en el Estado de Guerrero. Se identificaron los patrones
de uso de leña en los sectores doméstico y pequeño industrial, para proponer medidas sobre el
uso eficiente de esta fuente de energía. Se evidenció la importancia de los recursos forestales
como satisfactor de las necesidades de los sectores más pobres de las áreas rurales y para
identificar las áreas con mayores problemas. De ello se derivó la necesidad de establecer
parcelas dendroenergéticas para disminuir la presión sobre los recursos maderables, colectar
especies que garanticen la variabilidad genética e involucrar a los habitantes de las
comunidades en los procesos anteriores con la finalidad de que se apropien de la tecnología y
la utilicen para generar ingresos (CATIE, 1986).

En México se han desarrollado algunas investigaciones dirigidas a la producción de leña,


que contribuyen a reducir la presión sobre los recursos maderables (Contreras-Hinojosa, 2003;
Escobar-Ocampo et al., 2009; Norman, 2009). Éstas han incluido el establecimiento de viveros
y cortinas rompe vientos como alternativa para la obtención de leña de forma controlada en un
área cercana a la casa de los productores, reduciendo la presión sobre las zonas forestales.
Una especie utilizada para estos fines es el arbusto Calliandra calothyrsus Meisn, para la que
se han generado recomendaciones de espaciamiento para una producción anual determinada
(Fierros, 1989), así como para el establecimiento de plantaciones para la producción de leña
con especies propagadas por semilla Rodríguez y Patiño (1989).

Como la leña es un producto que seguirá usándose por varios años, deberá buscarse la
forma de producirla de manera sostenible, para optimizar los recursos forestales, recuperar
suelos improductivos y abatir los costos de aprovechamiento. Huerta (1989) recomienda
establecer plantaciones piloto, considerando el medio físico y biológico, para predecir el
comportamiento de las especies y determinar las que tienen potencial combustible. El

80
procedimiento es seleccionar las especies, producir buena planta en vivero, inocular con
micorrizas y establecer las densidades adecuadas de plantación, para lograr rendimientos
significativos, con respecto a la producción en los bosques naturales.

Conclusiones

En las comunidades rurales de México la leña es el recurso combustible más utilizado


que, al ser aprovechado de manera inadecuada, está originando problemas ambientales,
económicos y sociales. Dado que el consumo de leña está asociado a comunidades en pobreza
extrema, las intervenciones integrales para atender esta problemática deben tener como base
el entendimiento de la heterogeneidad social de las comunidades involucradas, características
culturales, étnicas y de género, en relación a sus actividades productivas, sus patrones de
consumo, así como la forma en que se relacionan con su medio social y ambiental en el uso y
manejo de los recursos naturales.

En los ecosistemas del país existen muchas especies de árboles con poder
dendroenergético, identificadas y clasificadas cualitativamente por el conocimiento de los
usuarios. El aporte es invaluable y debe aprovecharse, sin embargo, también es necesario
determinar la calidad de leña de manera cuantitativa, a fin de aprovechar estos conocimientos
en la investigación científica encaminada al establecimiento de especies nativas, en particular,
de aquéllas con dificultad para reproducirse y con alto poder dendroenergético. Su extinción
debe evitarse.

Diferentes experiencias en campo muestran que el desarrollo tecnológico para la


dendroenergización de comunidades rurales, debe comprenderse como un proceso dinámico
con realimentación constante, que propicien el aprendizaje entre los técnicos, gobierno
municipal y usuarios de la leña, que haga posible la generación de innovaciones en el desarrollo
tecnológico.

Las experiencias, estudios y programas de energización rural en México, indican que las
distintas instancias involucradas en el proceso, están obligadas a comprender y atender las
características locales, que como se discutió, son distintas de una región a otra e incluso entre

81
comunidades cercanas. Asimismo, la implementación de tecnologías ahorradoras de
combustible debe fundamentarse en el diálogo de saberes, en el que se incorpore la experiencia
y el conocimiento que las mujeres hayan generado en torno a este tipo de dispositivos. El
seguimiento y evaluación serán determinantes para estimar el impacto local.

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87
Capítulo 5
Contribución al estudio del sistema agroentomoforestal árbol
Lippia myriocephala como fuente de combustible y medio de
reproducción de la larva Phassus triangularis
Pascual Cruz Sánchez1, Ranferi Maldonado Torres1, Edna Álvarez-Sánchez1, Eliseo Sosa
Montes2, Mateo Vargas Hernández3, Rosa María García Núñez1, y Miguel Uribe Gómez1.

Resumen

Se realizó una contribución al estudio del árbol Lippia myriocephala, hospedero de la


larva comestible Phassus triangularis en sucesiones de vegetación de 1.0, 2.5, 5.0 y 7.0 años,
del sistema agrícola milpa-roza-tumba-pica, en el Ejido Patelná, Tumbalá, Chiapas. Las dos
especies pueden ser utilizadas para el diseño de un sistema agroentomoforestal donde se
pueda obtener combustible, proteína para consumo humano y granos básicos, todo esto en un
pequeño espacio; manejo que puede contribuir a la disminución de la deforestación y reactivar
sitios desaprovechados. En este estudio se presentan parámetros cuantitativos de la calidad de
leña del árbol, el análisis proximal de las propiedades de Lippia myriocephala, como fuente de
alimento de la larva, así como la ecología de Phassus triangularis.

Palabras claves: calidad de leña, análisis bromatológico, sistema agroentomoforestal.

Autor para correspondencia: edna_alvarez30@yahoo.com.mx


1Maestríaen Agroforestería para Desarrollo Sostenible. Universidad Autónoma Chapingo
2Departamento de Zootecnia. Universidad Autónoma Chapingo
3Departamento de Suelos. Universidad Autónoma Chapingo

88
Introducción

En Patelná, Tumbalá, Chiapas, los agricultores tienen diferentes sistemas de producción


que se encuentran dispersos en el ejido. Los sistemas más comunes son el de potrero, cafetal,
tonamil, frijolar, milpa de roza-tumba-quema y de roza-tumba-pica, cada uno de éstos con
diferentes superficies, prácticas y formas de aprovechamiento muy particulares. La Milpa de
roza, tumba y quema o de roza-tumba y pica son los sistemas tradicionales de producción de
los cultivos básicos de maíz (Zea mays L.), frijol (Phaseolus vulgaris y P. lunatus L.) y calabaza,
(Cucurbita argyrosperm Huber y Cucurbita moschata Duch) (Cuanalo-de la Cerda y Uicab-
Covoh, 2006). Una vez que se abre el bosque para que se seque, se corta la vegetación leñosa
delgada (roza) y posteriormente los árboles (tumba) dejando tocones de 1 m de altura; cortan y
pican las ramas para un mejor secado y en su caso, proceder a la quema; manejo que se aplica
en parcelas en rotación. Tradicionalmente, la rotación incluía un período de descanso de 18 o
más años para dar paso al crecimiento de la vegetación secundaria y permitir la recuperación
de la fertilidad del suelo con buenos rendimientos. Actualmente, este patrón de uso del suelo
con quema o pica en Chiapas, ha evolucionado hacia una reducción del período de
recuperación de menos de siete años (Cuanalo-de la Cerda y Uicab-Covoh, 2006; Ruíz, Parra,
Ávalos, y Mariaca, 2006).

El corto tiempo de descanso de la sucesión vegetativa ha generado problemas


relacionados con la reducción en la productividad de los sistemas agrícolas, escasez de leña,
pérdida de especies vegetales en el ecosistema natural, erosión de suelo y escasa entrada de
recursos económicos a las familias.

En los acahuales o sucesiones de la vegetación se encuentra una gran diversidad de


especies de las cuales algunas son aprovechadas por los campesinos como es el árbol de L.
myriocephala, especie de usos múltiples que ofrece alternativas de aprovechamiento por ser de
rápido crecimiento, proveedora de combustible, madera para construcción y elaboración de
artesanías, melífera, uso forrajero y medicinal. Adicionalmente, en los meses de abril a julio y
durante la temporada de lluvias, en el tallo del árbol se pueden cosechar larvas comestibles de
P. triangularis muy apreciadas por los pobladores por su sabor y porque puede representar una
buena fuente de ingresos (Cruz, 2014). Sin embargo, esta larva es explotada de manera no
89
sustentable y no existen estudios de su hábitat que permitan su manejo en campo para la
protección de ambas especies, útiles en el ecosistema. Los insectos y las larvas son un
potencial en la nutrición humana por su alto contenido en proteína, grasas y aminoácidos;
además tienen importancia cultural, nutricional y económica. Las larvas pueden ser
consideradas como un ingrediente rico en proteínas, grasas y minerales para las elaboraciones
de raciones para humano y de ganado (Rodríguez-Ortega, Pino-Moreno, Ángeles-Campos,
García-Pérez, Barrón-Yánez, et al., 2016).

La escasa información existente resulta de observaciones directas en campo, faltando


información cuantitativa detallada sobre las propiedades de la Lippia como combustible, así
como de sus características nutrimentales, base para el aprovechamiento comercial de la larva
por los campesinos.

Se conoce de casos exitosos de producción de insectos como la hormiga escamolera


(Liometopum apiculatum) (Cruz-Labana et al., 2014) y el gusano rojo (Comadia redtenbacheri
Hammerschmidt) (Llanderal-Cázares, Santos-Posadas, Almanza-Valenzuela, Nieto-
Hernández, y Castillejos-Cruz, 2010), en los sistemas de producción de maguey pulquero
(Agave salmiana Otto ex Salm), así como de gusano blanco (Acentrocneme hesperiaris Walter)
en maguey de cerro (Agave lechuguilla Torrey 1859). En estos estudios, el conocimiento del
hábitat como presencia de pastizal o matorral son determinantes para la colecta de gusano
blanco (Rodríguez-Ortega, Equihua-Martínez, Llanderal-Cázares, Rodríguez-Ortega, Pro-
Martínez, et al., 2017); de forma similar ancho de la piña de agave, porcentaje de plantas
infestadas, cobertura del suelo y pendiente, son concluyentes para la colecta de hormiga
escamolera. En el caso del gusano rojo, estudios de las características nutrimentales de la parte
de maguey pulquero del que se alimenta la larva, es de gran valor para el desarrollo de dietas
artificiales dentro de los métodos controlados para la producción sustentable del gusano
(Jiménez, Llanderal, y Pérez, 2015; Llanderal et al., 2010).

Dado que existe escaza información de la L. myriocephala, especie vegetal


multipropósito, la presente investigación tuvo como objetivo determinar características
bromatológicas y de la calidad de la leña del árbol en diferentes sucesiones de la vegetación
del sistema milpa-roza-tumba y pica, así como hábitos de comportamiento y características

90
nutrimentales de la larva como base para la implementación de un sistema agroentomoforestal
sostenible en Paltená, Chiapas.

Materiales y métodos

Descripción del área de estudio


En 2015, mediante recorridos en el territorio ejidal de Patelná, Tumbalá, se ubicaron las
sucesiones de vegetación 1.0, 2.5, 5.0 y 7.0 años del sistema agrícola roza-tumba-pica, mismos
que fueron georreferenciados (Cuadro 1). En cada sucesión se delimitaron áreas de 2000 m 2
(50 x 40 m), con orientación Norte-Sur, dentro de las cuales se delimitaron tres parcelas de 200
m2 (10 x 20 m).

Cuadro 1. Localización de las sucesiones de vegetación del sistema agrícola roza-tumba-pica,


en Patelná, Tumbalá, Chiapas
Sucesión Altitud Coordenadas
m N W
7.0 1059 17° 13’ 092° 10’
5.0 753 17° 14’ 092° 10
2.5 817 17° 14’ 092° 10’
1.0 803 17° 14’ 092° 10’

Análisis proximal y calidad de leña


Para evaluar estas propiedades, se recolectaron al azar cinco troncos de diferente
diámetro de L. myriocephala en las parcelas de cada sucesión (15 muestras) para un total de
60 muestras. Este muestreo se realizó del 27 al 30 de julio de 2015. El material previamente
identificado se pesó, se midió diámetro y longitud; posteriormente se cortó en rodajas como
preparativo del análisis proximal y en cubos para la determinación de parámetros de calidad de
leña.

Las variables consideradas en el análisis proximal fueron: proteína, materia seca, lignina,
celulosa (AOAC, 1975), fibra detergente neutro, fibra detergente ácido (Van Soest, Robertson,

91
y Lewis, 1991), por la técnica de la bolsa de filtro Ankom200 R; lípidos (técnica de Folch, Lees,
y Sloane 1957).

Las variables analizadas para determinar la calidad de leña de la L. myriocephala fueron:


calor de combustión (calorímetro automático isoperibólico, procedimiento UNE-EN 14918),
densidad (según el procedimiento indicado por Alvarado, 2012); contenido de humedad (UNE-
EN 14774-3, 2010) porcentaje de Ceniza (UNE-14775, 2010).

Se realizó el análisis de varianza de las variables evaluadas usando el Modelo Lineal


General para un Diseño de Bloques Completos al Azar, donde los tratamientos correspondieron
a las sucesiones de vegetación y los bloques a los troncos. Los análisis se realizaron con el
Software SAS V 9.4, (SAS Institute Inc.).

Medición de características del medio de reproducción de larva


La colecta y caracterización de la ecología de la larva P. triangularis se realizaron en las
parcelas de las sucesiones de la vegetación en abril de 2016. En los árboles de L. myriocephala
infectados por la larva de P. triangularis se midieron las siguientes variables: número de larvas
por árbol (NLA), número de galerías abandonadas (NGA), altura de infestación a nivel de suelo
(AINS) cm, diámetro de la capa de aserrín (DCA) mm, peso fresco de la capa de aserrín (PFCA)
en g, diámetro de la entrada de la galería (DEG), longitud de la galería (LG) cm, longitud de la
larva (LV) cm, diámetro de la larva (DL) mm, peso de la larva (PL) en g, tiempo de cosecha de
larva (TCL) en segundos, volumen de agua gastada por la cosecha (VAGC) en mL. Las larvas
cosechadas fueron depositadas en bolsas de polietileno y posteriormente conservadas en
congelador.

Análisis químico de la larva de P. triangularis


Las larvas fueron secadas en estufa a 50°C durante seis días, para obtener humedad
parcial y % de materia seca parcial. Para el análisis proximal de la larva se siguió la metodología
de (AOAC, 1975; Sosa, 1979) con tres repeticiones. Los resultados de cada variable medida se
reportan en promedio.

92
Se realizaron análisis de varianza usando el Modelo Lineal General correspondiente a
un Diseño de Bloques Completos al Azar. Donde los tratamientos correspondieron a las
sucesiones de vegetación y bloques a las larvas de P. triangularis. Los análisis se realizaron
usando el Software SAS V 9.4, (SAS, 2016).

Resultados y discusión

Calidad de la leña de Lippia myriocephala


En el Cuadro 2, se puede observar que hubo diferencias significativas (p<0.05) en los
parámetros de humedad, cenizas y densidad, pero no en el calor de combustión de la leña de
L. myriocephala, en diferentes sucesiones.

Cuadro 2. Calidad de leña del árbol L. myriocephala en diferentes


sucesiones de vegetación del sistema milpa roza-tumba-pica
Sucesión Calor de Humedad Cenizas Densidad
combustión % BS** kg/dm3
-1
kcal kg %
7.0 4412. 8a 8.74a 0.86d 0.50ª
5.0 4470.3a 8.52a 1.05c 0.48ab
2.5 4510.4a 7.91b 1.23b 0.46b
1.0 4492.3a 6.78c 1.68a 0.45b
DMS* 77.6 0.37 0.13 0.04
Prob F ns <0.0001 <0.0001 0.0425
CV% 2.05 5.63 20.63 16.64
*Medias con la misma letra por columna no son estadísticamente diferentes.
Prueba de Fisher al 5%. **Diferencia mínima significativa.
zbase seca.

Si bien el calor de combustión de la leña de L. myriocephala no presentó diferencias


significativas (p>0.05) con los años de sucesión, se reduce la producción de ceniza en el fogón
y aumenta su densidad, es decir, mejora la calidad de la madera entre los cinco y siete años;
propiedades muy apreciadas por las mujeres de la comunidad.

La leña de L. myriocephala, mayormente es aprovechada en los meses de marzo a mayo


de cada año, cuando es establecido el sistema agrícola roza-tumba-quema y roza-tumba-pica.
93
Este árbol es conocido empírica y prácticamente por las amas de casa como buena leña por no
pesar al cargarla, emite poco humo y deja poca ceniza en el fogón.

El árbol de Lippia presenta una alta densidad de población y rápido crecimiento en su


hábitat natural, comparativamente, con especies del trópico seco como el Tecolhuixtle (Mimosa
benthamii J.F. Macbr) y Tepehuaje (Lysiloma acapulcense Kunt Benth), cuya leña genera menor
calor de combustión como 4490 y 4429 cal g-1 (Yescas, 2012).

Como árbol de uso múltiple la L. myriocephala sustenta servicios agroecosistémicos


multifuncionales como leña, madera, combustible, melífera y recarga de acuíferos, entre otros
servicios (Navarro, Santiago, Musálem, Vibrans, y Pérez, 2012), por lo que representa un gran
potencial para realizar plantaciones dendroenergéticas con un manejo sostenible y a su vez
conformar el sistema agroentomoforestal.

En el Cuadro 2, se resume la significancia estadística de los parámetros bromatológicos


analizados en la madera del árbol. Hubo diferencias significativas (p<0.0001) en los porcentajes
en proteína, lípidos, fibra detergente neutra (FDN), fibra detergente ácida (FDA), lignina,
celulosa, hemicelulosa y contenido celular en las diferentes sucesiones de vegetación.
El porcentaje de proteína de los árboles de L. myriocephala, disminuyó con la edad de la
sucesión de 2.91% en el primer año, a 1.69 % a los 7.0 años. Cabe destacar que la edad
productiva del árbol para la producción de proteína, con cerca del 2.6 %, es durante los primeros
cinco años, en este mismo periodo, el árbol es mayormente infestado por la larva P. triangularis;
por tanto, este contenido de proteína es el que aprovechan las larvas para su alimentación.

Cuadro 3. Análisis proximal del árbol L. myriocephala en las diferentes sucesiones de vegetación del
sistema de milpa roza-tumba-pica
Sucesión Proteínaz Lípidosz FDNz FDA Lignina Celulosa Hemi Contenidoz
celulosa celular
--------------------------------------------------- % --------------------------------------------------
7.0 1.69c 1.85a 90.1a 82.3a* 22.2bc 59.9a 7.8b 9.9b
5.0 2.50b 1.34ab 87.3b 82.6a 23.7a 59.9a 4.9c 12.7a
2.5 2.36b 1.27ab 91.7a 82.3a 22.5ab 58.6ab 9.3ab 8.4b
1.0 2.91a 0.59b 87.9b 76.6b 21.0c 56.2b 11.3a 12.1a
DMS* 0.2546 0.78 1.99 1.75 1.38 2.50 2.20 1.98
Prob F <.01 <.01 <.01 <.01 0.017 0.027 <.01 <.01
CV% 13.05 7.6 2.7 2.5 7.5 5.2 32.4 22.4
*Medias con la misma letra por columna no son estadísticamente diferentes.
Prueba de Fisher al 5%. **Diferencia mínima significativa.
zbase seca.

94
El porcentaje de lípidos del árbol L. myriocephala tendió a incrementarse con los años
de sucesión, con diferencias significativas entre el primer (0.59%) y lo siete años de edad
(1.85%). Al parecer, otro parámetro importante para la larva es el contenido de aceites
esenciales presentes en el tallo de L. myriocephala, ya que de 0.59 % en el primer año de
sucesión, se incrementa a 1.34% a los cinco años de mayor infestación por la larva P.
triangularis durante su estadio en el árbol.

A medida que la planta madura, particularmente hasta los 5.0 años, al disminuir el
contenido de proteína y aumentar el de lignina en conjunto con el aumento de la FDA, disminuye
la digestibilidad de la pared celular, esto debido a la unión que realiza la lignina con la celulosa
y la hemicelulosa, por consiguiente, menor será su aprovechamiento por la larva. De acuerdo
con Pelicano, Divo, Zamuner, Danelón, y Yoshida, (2007), en un estudio realizado con gusano
de seda, se encontró que a mayor concentración de fibra se incrementa el tiempo de tránsito
por el tracto digestivo. En tanto que a mayor fibra insoluble en detergente neutro menor es el
consumo voluntario del gusano de seda y sólo utiliza para su alimentación el parénquima foliar.

Si bien puede ser relativamente sencillo la cría de algunos gusanos comestibles a través
de dietas artificiales como la de Tenebrio molitor, que puede ser producido a gran escala como
alimento, ya que puede ser alimentado fácilmente a partir de desechos orgánicos vegetales o
dietas preparadas (Mendaza, 2017); experiencias de reproducción para producción comercial
de gusano rojo de maguey han sido infructuosas por la dificultad de alimentar a las larvas con
dietas artificiales (Jiménez et al., 2015). Al parecer la producción comercial larvaria en
invernadero de este insecto precisa de la planta hospedero nativa (Llanderal-Cázares et al.,
2010). Se desconoce el potencial de producción comercial de P. triangularis con dietas
artificiales, pero en este estudio se aportan bases importantes de su alimentación que deben
ser consideradas.

Ecología de la larva Phassus triangularis en el árbol Lippia myriocephala


En el Cuadro 4, se puede observar que no hubo diferencias significativas (p>0.05) en las
sucesiones de vegetación, para las variables número de larvas por árbol (NLA), altura de
infestación a nivel del suelo (AINS), diámetro de capa protectora de la galería (DCG), pesos
95
fresco de la capa protectora (PFCA), diámetro de la entrada de la galería (DEG), longitud de la
galería (LG), longitud de la larva (LV), diámetro de la larva (DL), peso de la larva (PL), tiempo
de cosecha de la larva (TC), volumen de agua gastada (VACG).

En los estudios de larva en las sucesiones de vegetación se encontró una larva por árbol
de L. myriocephala. Según Escamilla-Prado et al. (2012) un árbol puede contener desde una
hasta seis larvas, en árboles jóvenes y adultos, a lo largo del tronco, desde la base hasta una
altura de 8 m.

Cuadro 4. Ecología de la larva P. triangularis en el árbol L. myriocephala en dos sucesiones de


vegetación del sistema roza-tumba-pica
Sucesión NLA AINS DCG PFCA DEG LG LV DL PL TCL VACG
cm mm g mm cm cm mm g s mL
1.0 1.50a* 23.20a 54.24a 2.75a 10.71a 16.70a 6.05a 7.17a 3.30a 2.28a 50.20a
2.5 1.00a 18.00a 64.24a 4.40a 11.76a 25.00a 8.00a 8.68a 5.46a 3.16a 40.00a
5.0 1.00a 40.00a 54.84a 4.45a 10.98a 23.17a 6.75a 7.09a 2.68a 4.82a 158.00a
7.0 1.00a 15.00a 59.21a 4.10a 9.30a 20.00a 8.00a 7.37a 3.30a 2.42a 42.00a
DMS* 2.450 64.280 24.310 3.050 6.280 10.300 2.500 3.970 3.080 7.300 166.310

Prob F 0.8462 0.4812 0.9484 0.0704 0.6655 0.1439 0.2484 0.4604 0.1922 0.3822 0.0936
CV (% ) 82.780 98.770 18.960 37.750 25.100 22.780 16.610 23.630 41.340 98.940 84.240
*medias con la misma letra por columna no son estadísticamente diferentes.
Prueba de Fisher al 5%. **Diferencia mínima significativa.
zNLA: número de larvas por árbol; NGA: número de galerías abandonadas; AGNS: altura de la galera a nivel del

suelo; DCG: diámetro capa protectora de la galería; DEG: diámetro de la entrada de la galería; LG: longitud de la
galería; LV: longitud de la larva; DL: diámetro de la larva; PL: peso de larva; TC: tiempo de cosecha; VAGC:
volumen de agua gastada.

La L. myriocephala y la larva P. triangularis forman un conjunto de organización de


interacciones como redes complejas de interdependencia en las que sustentan su vida. Las
interacciones entre L. myriocephala y la larva P. triangularis adquieren una arquitectura bien
definida, un estilo particular inconfundible, que influye en la persistencia de una comunidad
biológica sujeta a perturbaciones (Bascompte y Jordano, 2008). Los factores que determinan la
existencia de L. myriocephala y la larva P. triangularis son la fertilidad del suelo, humedad,
clima, la sucesión de la vegetación y las propiedades químicas del árbol.

La ecología de la larva P. triangularis se relaciona con las sucesiones de la vegetación


donde crece el árbol L. myriocephala y actúa como un medio de reproducción de la larva. La

96
larva de P. triangularis vive en el árbol para aprovechar la savia que produce el árbol junto con
sus propiedades químicas, por ello la larva tiene la capacidad de sintetizar lípidos a partir de los
carbohidratos.

Reproducción del adulto de P. triangularis en el árbol de L. myriocephala

Depósito de huevo en el tallo de L. myriocephala


El adulto P. triangularis para depositar sus huevos a una altura de 1.50 m en el tallo de
L. myriocephala es ayudado por el mismo árbol de tres formas: a) pequeñas aperturas de la
lenticela, b) caída de ramas y c) musgos y así evitar que sean depredados por sus enemigos
naturales. Al parecer prefieren árboles de L. myriocephala de una edad que va desde el primer
año hasta los siete. Los huevos son ovoides de color amarillento y cambian de color negro
aproximadamente de 12 a 14 horas después de la ovoposición (Tuxtla, 2013), además no son
depositados en un sustrato definido, sino que son dejados caer en forma errática por la hembra.
La eclosión de las larvas es aproximadamente de 25 a 28 días después de la ovoposición, esto
quiere decir que, si los huevos permanecen cerca de un mes a la intemperie con lluvia y sol, no
sobrevivirían; por lo tanto, siempre se apoyan del árbol para crear un microclima de temperatura
y protección utilizando los recursos externos de la Lippia myriocephala para poder sobrevivir y
eclosionar.

Formación de galería y capa protectora en el tallo de la Lippia myriocephala

El periodo larval es de 19 meses y la larva se puede observar elaborando túneles dentro


de la madera cuando alcanza una amplitud de 0.5 cm y llega a alcanzar de 10-12 cm de longitud
en los últimos estadios (Tuxtla, 2013). La larva P. triangularis a los 0.5 cm de longitud tiene la
capacidad de poder crear un túnel para su desarrollo y alimentación, para lo cual puede poseer
ciertas enzimas capaces de desintegrar las propiedades químicas de la corteza; se puede decir
que las primeras horas de haber eclosionado la larva se alimenta de la corteza y de algunas
propiedades que tiene el árbol entre la corteza y la madera, ya que cuando este es cortado el
tallo emite ciertos jugos que son oxidados casi al momento del corte (Figura 1a); al parecer no

97
todos logran sobrevivir, evidencia de ello abandonan su inicio de barrenación y proceso de
construcción de la capa protectora (Figura 1b).

a b
Figura 1. (a) Oxidación de jugos de la madera del árbol L. myriocephala, (b) el inicio de infestación del
árbol por la larva P. triangularis

La larva P. triangularis posee pequeñas patas con garras cerca de la cabeza lo cual
permite sujetarse en el tallo de L. myriocephala y su aparato bucal está diseñado para barrenar
(Figura 2). Las larvas tienen glándulas productoras de seda, las cuales son capaces de producir
la seda suficiente para la construcción de capullos o refugios (Cibrián, 1994).

98
Figura 2. Garras y aparato bucal de la larva

La larva de P. triangularis conforme va creciendo va formando el tamaño su capa


protectora, la longitud de la galería, diámetro interno y el diámetro externo y la seda que produce
es fundamental para la construcción del material como se observa en la Figura 3 (a y b), son
hilos de seda que utiliza la larva para pegar la capa protectora con el tallo del árbol.

a b
Figura 3. Galeras de la larva (a-b)

La capa protectora es un material que permance siempre húmeda, hecha de residuos de


la madera de Lippia myriocephala como aserrin, musgos, seda y resina del árbol, para formar
un material elástico y resistente (Figura 4 a-b).

99
a b
Figura 4. Capa protectora de la larva (a-b)

Vivencia de la larva P. triangularis en la galería del tallo de L. myriocephala

Hecha la galería y la capa protectora por la larva, cumplen el estado de pupa y la


emergencia del adulto. La galería es un sistema que permite estén disponible los nutrientes
para la larva; por medio de la capa protectora se tiene un orificio central que sirve como entrada
para el oxígeno y también para desechar los residuos de la larva que en mayor parte son
residuos de madera como se observa en la Figura (5a-5b).

a b
Figura 5. Savia que emite la larva (a) y desechos (b)

La larva P. triangularis no tiene preferencia en los diámetros de los árboles de L.


myriocephala; pero prefiere infestar en la edad de los primeros cinco años, debido a la mayor
cantidad de nutrientes que aporta el árbol.

En las sucesiones de vegetación la larva P. triangularis es un ser que ha creado una


interacción perfecta con el árbol de L. myriocephala, por los siguientes componentes: altura de
100
establecimiento de la galera para aprovechar la savia, lo que ocurre al barrenar en la parte
central del tallo del árbol (Figura 6a-6b), creación de la capa protectora en forma circular que
diseña la larva con orificio central para expulsar sus desechos.

a b
Figura 6. Galera interna de la larva (a-b)

Según Bascompte y Jordano (2008) las plantas e insectos se proporcionan


oportunidades mutuas y éstas tienen una serie de conexiones que conforman una arquitectura
de redes mutualistas. Las interacciones mutualistas desarrolladas en la naturaleza tejen redes
complejas caracterizadas por una topología bien definida y universal. Se trata de redes muy
heterogéneas, cohesionadas y basadas en dependencias débiles y asimétricas entre las
especies.

Las características particulares de la ecología de la larva P. triangularis en su medio


natural (Cuadro 4) es estático, lo que significa que solo ocupan un solo espacio y es decir que
ellas mismas se depositan en un solo sitio para aprovechar el árbol de manera vertical hacia
abajo, algo benéfico para el agricultor ya que la misma larva optimiza espacio dentro del mismo
árbol mientras que en la parte externa crea una barrera como mecanismo de protección.

La larva P. triangularis aprovecha el árbol desde el nivel del suelo a una altura de 1.50
m, en este espacio vertical es posible encontrar de una hasta 7 larvas, en este estudio se
encontró una larva por árbol en cada sucesión de la vegetación, sin notar mucha diferencia o
preferencia de infestación conforme aumenta el diámetro del árbol L. myriocephala. Los
resultados obtenidos sobre la infestación de la larva son clave para diseñar un manejo de

101
colecta sostenible por los productores, como lo muestra el estudio realizado por Esparza-
Frausto, Macías-Rodríguez, Martínez-Salvador, Jiménez-Guevara y Méndez-Gallegos (2008)
en el que evaluaron la existencia de gusano blanco, gusano rojo y escamoles asociados a las
magueyeras naturales del ejido Tolosa en Zacatecas. Con base a la distribución, densidad y
cobertura de los magueyes, cuantificaron los insectos existentes por unidad de superficie, que
con un esquema secuenciado de recolección por temporada anual podría generar 26210
jornales al ejido, permitiendo obtener ingresos económicos adicionales y favoreciendo el
aprovechamiento sostenible de los insectos.

Aprovechamiento de la larva P. triangularis

Para el aprovechamiento de la larva, la colecta se realiza en los meses de marzo-abril


principalmente. Según Escamilla-Prado et al. (2012) la larva de P. triangularis se puede
recolectar durante todo el año, sin embargo, en marzo-abril y octubre-noviembre se tiene mayor
abundancia y las larvas son de mayor tamaño. Las mujeres y los niños son las que recolectan
las larvas mediante: a) recorrido en las sucesiones de vegetación en busca de árboles
infectados por la larva, b) se busca un medio para echar agua en la galera y una espina para la
cosecha, c) se destapa la capa protectora, d) se vierte agua utilizando el medio (hojas), e) se
espera la salida de larva, una vez en el exterior se le inserta la espina debajo de la cabeza y
posteriormente se saca y se va guardando en un recipiente (Figura 7a-7b); llegando a la casa
se lava y se coloca en un comal caliente para asarla, acompañando su consumo con frijoles y
salsa picante.

a b
Figura 7. Cosecha de larva (a-b)

102
La larva de P. triangularis tienen un alto valor nutritivo; 51.25 % de proteína y 42.40 % de
extracto etéreo. En un estudio muy completo realizado por Ramos-Elorduy, Pino, y Morales,
(2002) sobre el valor nutricional de diversos insectos comestibles, para la larva Phasus sp.,
encontraron valores de proteína 31.45%, y de extracto etéreo 62.20 %, cenizas 1.51 % y de
fibra cruda 3.54%; esta investigación también indica que la larva es rica en aminoácidos
esenciales, vitaminas y con valor energético superior a la carne de res, pescado, frijol, maíz y
carne de pollo.

Al parecer, el alto contenido de grasa (% de extracto etéreo) de la larva P. triangularis y


de otras larvas como Rhynchophorus palmarum L, (con 44.30% de grasa, en base peso
húmedo) es el que le da sabor agradable cuando se fríen o se asan en el comal (Vargas,
Espinoza, Ruiz, y Rojas, 2013).

Con base en los resultados del presente estudio, puede decirse que el manejo del
sistema agroentomoforestal de Lippia myriocephala y Phasus triangularis, representa un gran
potencial para utilizarse como estrategia de alimentación por la comunidad de Paltená, Chiapas,
en particular de niños en estado de desnutrición. Por otra parte, también puede ser una fuente
importante de ingresos económicos para las familias.

Conclusiones

Los resultados del presente estudio mostraron que el árbol multipropósito Lippia
myriocephala posee características deseables para leña y que el mejor momento para
aprovechar el árbol como combustible dentro del sistema Milpa-roza-tumba-pica es a partir de
los siete años de edad. Otra función importante es ser hospedero de la larva comestible de
Phassus triangularis. Las propiedades bromatológicas analizadas en el tronco del árbol, el
período de infestación, la ecología de la larva en las sucesiones de vegetación y su valor
nutricional, indican que representa un gran potencial de utilización para el establecimiento de
un sistema agroentomoforestal en Patelná, Tumbalá, Chiapas.

103
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107
Capítulo 6
Mezquites y huizaches árboles de uso múltiple en el sureste de
Guanajuato
Rosa María García Núñez1, Nidia Sarahi Reséndiz Flores1, Alejandro Santiago Sánchez
Vélez2

Resumen

Las especies arbóreas y arbustivas de las zonas áridas y semiáridas de México, son muy
vulnerables por el deterioro e inadecuada explotación. Consideradas marginales por su escasa
aportación como productos maderables de interés industrial, y sin reconocimiento de los
beneficios que aportan como especies no maderables de uso múltiple. Existe un potencial y
diversidad importante de especies que pueden ser utilizadas como alternativa económica
sustentable de desarrollo para los pobladores. Esta investigación combina los trabajos
documentales reportados para la zona y un levantamiento de campo. Presenta la diversidad de
usos de las especies arbóreas y arbustivas localizadas en la microcuenca de Arroyo Prieto al
sureste de Guanajuato. Paralelamente propone una metodología para implementar un sistema
de recolección de goma de mezquite (Prosopis laevigata Humb. & Bonpl. ex Willd) y huizache
(Acacia farnesiana l. Willd), utilizando un tratamiento con etileno, que estimula la fisiología del
árbol, para acelerar la secreción de goma a un bajo costo.

Palabras clave: uso múltiple, potencial, goma, mezquite, huizache.

Autor para correspondencia: garcianu51@gmail.com


1Maestría en Agroforestería para Desarrollo Sostenible. Universidad Autónoma Chapingo
2División de Ciencias Forestales (DICIFO). Universidad Autónoma Chapingo

108
Introducción

La riqueza florística que existe en nuestro país es debido principalmente a la diversidad


de condiciones fisiográficas y climáticas (Rzedowski, 1978), las regiones áridas y semiáridas se
caracterizan por la diversidad de especies presentes en sus comunidades arbóreas y arbustivas
(Rzedowski, 1978), sin embargo, la aportación de productos maderables de interés industrial es
casi nula y se desconocen las bondades que tienen como especies de usos múltiples no
maderables. Existe un potencial y diversidad muy importante de especies que pueden ser
utilizadas como alternativa económica sustentable de desarrollo para los pobladores que
habitan esas regiones.

En la actualidad, los recursos naturales presentan una serie de situaciones complicadas


en relación a su deterioro y sobreexplotación a nivel mundial. El libre acceso a las tierras
comunales y el cambio de uso de suelo es uno de los principales factores que afectan el medio
ambiente alterando drásticamente el hábitat de todo ser vivo (Alanís, Aranda, Mata, Canizales,
Jiménez, et al 2010). Esta crisis ambiental es consecuencia de la actividad humana expresando
sus efectos en el deterioro y agotamiento de los recursos naturales presentes en el planeta e
indispensables para la vida (López y Valdéz, 2011).

Estos estresores del medio ambiente son causantes de múltiples problemas de manera
global que originan preocupación. En nuestro país se pueden citar la contaminación, pérdida de
biodiversidad (animal y vegetal), fragmentación de hábitat, desastres naturales, etc. (Gelviz y
Pavón, 2013), además del cambio climático y deterioro de la capa de ozono que impacta
negativamente a todo el planeta, por lo que es de suma importancia la conservación de nuestros
ecosistemas naturales (Sandoval, 2017).

El Bajío Mexicano, es una región geográfica y cultural ubicada en el centro del país y
comprende los estados de Guanajuato, Querétaro, Aguascalientes, Jalisco y parte del norte de
Michoacán. El sureste del estado de Guanajuato pertenece a esta región, la cual, al igual que
muchas otras partes de nuestro país se encuentra sujeta a una gran cantidad de disturbios
ecológicos y sociales (Sandoval, 2017). Esta zona está constituida por comunidades vegetales
formadas por manchones de bosques tropicales caducifolios (Figura 1), matorrales xerófitos y
mezquiteras. El clima semiárido propio de esta región favorece una vegetación de sucesión
109
cuando ocurre una perturbación de alto grado de acuerdo a Rzedowski (1978); es común
observar sucesiones de bosque espinoso, pastizal y en menor escala algunos manchones de
bosque de pino-encino en altitudes mayores a los 2000 metros sobre el nivel medio del mar
(msnm). En estados como Guanajuato, hoy en día se encuentran en proceso de desaparición
un gran número de especies nativas (Terrones, González, y Ríos, 2004).

Figura 1. Al fondo el bosque tropical caducifolio del Bajío en la época de lluvias

En la zona del bajío históricamente éste tipo de vegetación ha sido considerado marginal
por el uso dado a las especies, como leña, elaboración de carbón y recolección de algunos
frutos silvestres, taninos, forrajes, ornamento y, sobre todo, por su valor medicinal local
(Sandoval, 2017; Terrones et al., 2006). Además, muchos de los habitantes del estado
tradicionalmente se han visto obligados a emigrar a Estados Unidos, por lo que la mayoría de
las ocasiones, las generaciones de jóvenes no tienen contacto alguno con la vegetación nativa
y los usos que ella representa, lo que significa un desconocimiento de su importancia.

La pérdida del conocimiento ecológico tradicional por parte de las nuevas generaciones
se refleja en una falta de interés por la vegetación existente en la zona, lo que ha contribuido a

110
la destrucción de los hábitats naturales y la afectación de las tierras de ladera por la reducción
de la cubierta vegetal, agotamiento de la fertilidad y compactación del suelo (Figura 2).

Figura 2. Vegetación típica en la microcuenca de Arroyo Prieto

La ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (1988), promueve la


restauración de tierras degradadas, sitios donde será factible iniciar la plantación diversificada
con aquellas especies que aún se aprovechan (Terrones et al., 2006).

Usos múltiples de los árboles y arbustos


El valor intrínseco que tiene la vegetación es proporcionarnos una serie de materias
primas y productos útiles, además del papel indiscutible que tienen en la recarga de los
acuíferos, la prevención de inundaciones y de plagas, el mantenimiento de la calidad del aire y
del agua o para que su presencia actué como obstáculo en el avance de la erosión del suelo,
de igual importancia para el futuro es la necesidad de impedir que se pierda la diversidad de los
organismos que existen en el medio natural que incluyen macro y microbiota (Rzedowski,
2006). Por lo tanto, las comunidades vegetales tienen que ser manejadas como un sistema
integral, ya que están formadas por elementos bióticos y abióticos en complejas interacciones
(Nair, 1984; Krishnamurthy y Ávila, 1999).

Cuando hablamos de árboles o arbustos no podemos clasificarlos como elementos que


se encuentran inermes en el paisaje, tenemos que concebirlos como seres vivos que cumplen
funciones ecológicas dentro del ecosistema, los cuales interactúan con los elementos a su
111
alrededor. Más aun cuando su forma y estructura física está constituida de órganos como hojas,
tallos, raíces, flores y frutos definidos, que realizan procesos biológicos y químicos
determinantes para entender su función dentro del ecosistema (Rivas, 2000).

Un árbol de usos múltiples es uno que, en adición a los productos y servicios


normalmente esperados como madera, también afecta: microclimas, mejora el suelo, incorpora
material orgánico, fija nitrógeno, proporciona importantes productos y servicios tales como:
forraje, productos comestibles para humanos, gomas, resinas, fibras y productos medicinales
(Krishnamurthy y Ávila, 1999).

Sin embargo, ¿cuáles son los productos y servicios normalmente esperados y cuáles son
los productos y servicios adicionales? Los productos y servicios normalmente esperados son
aquellos que los arboles nos proporcionan al realizar su metabolismo primario en los procesos
fisiológicos. La fotosíntesis donde las plantas producen su propio sustento, empleando luz solar,
agua y bióxido de carbono dando como resultado la liberación de oxígeno, la formación de
glucosa y otros azúcares simples (Martínez, 2010). Por otro lado, los productos y servicios
adicionales son aquellos que resultan del metabolismo secundario de las plantas, dependiendo
del grado de adaptación de la especie a su medio ecológico. La producción de metabolitos
secundarios que es diferente en cada especie da como resultado una gran diversidad de
sustancias bioquímicas que le confieren las propiedades organolépticas a los vegetales
(Bruneton, 2001). Entre los compuestos bioquímicos más relevantes están taninos,
oleorresinas, alcaloides, aceites esenciales, flavonoides, esteroides, saponinas, piretroides,
ácidos fenólicos, y otros. Éstos son depositados estratégicamente en estructuras anatómicas
donde la planta los necesita para su sobrevivencia y defensa (Bruneton, 2001).

Los usos de compuesto bioquímicos pueden ser muy variados por ejemplo, las hojas y
semillas del zapote blanco (Casimiroa edulis) que contienen alcaloides (casimiroedina y
dimetilhistamina, casimiroina, edulinina, edulitina y zapoterina) confieren la acción hipotensora,
sedante y analgésica (Vidal, Guzmán, Esquinca, y Cásarez, 2014) (Figura 3 (a)). Sin embargo,
los alcaloides (teobromina y cafeína) que contienen las semillas del cacao (Theobroma cacao)
confieren la acción estimulante (Figura 3 (b)), útiles en casos de astenia física o psicológica,
depresión y tristeza (Zapata, Tamayo, y Rojano, 2013). Finalmente, la corteza del cuachalalate
(Amphyteryngium adstringens) contiene ácidos fenólicos, triterpenos, esteroles (beta sitosterol)

112
y taninos, útiles en casos de úlcera gástrica, gastritis, cáncer del estómago, heridas y llagas
(Figura 3 (c)) (Bautista, 2007).

a b c
Figura 3. Fruto de zapote blanco (a), cacao (b) y corteza de cuachalalate (c)

Consecuentemente, la producción de árboles y arbustos que tengan como objetivo, la


producción de sustancias medicinales, está intrínsecamente relacionada con la adaptación a
las condiciones ecofisiográficas, ya que esta interacción planta-ambiente es la que determina,
la calidad y la cantidad de los metabolitos secundarios (Anaya, 2003).

Existen varias definiciones de usos múltiples; sin embargo, son ambiguas y no se pueden
aplicar todas en general, ya que algunas especies se cultivan para producir más de un producto
y/o beneficio (Krishnamurthy y Ávila, 1999). Un ejemplo es el estado de Michoacán, donde Pinus
spp produce madera para aserrío, y extracción de resina, al mismo tiempo proporcionan
sombra, hábitat de la fauna silvestre y conservan el suelo. Por lo que el árbol, por sí mismo
provee varios productos de uso económico, pero al mismo tiempo puede considerarse un bien,
tanto económica como ecológicamente con los otros componentes del sistema agroforestal
(Nair, 1984). Esto significa que se van a generar interacciones ecológicas ente los componentes
que forman el sistema de producción, las cuales tienden a ser positivas o neutras. Un árbol de
uso múltiple no puede hacer ni proporcionar todo, por lo que se debe buscar el potencial
existente en la diversidad de especies presentes en los nuestros ecosistemas naturales (árboles
o arbustos) y el desarrollo de sistemas de manejo más apropiados (Krishnamurthy y Ávila,
1999).
113
Por lo tanto, definiremos de aquí en adelante a un árbol o arbusto de uso múltiple como
una especie donde podemos obtener un número indeterminado de productos aprovechando
todos sus componentes como: hojas, tallos, frutos y raíz, obteniendo bienes y servicios, que
interactúa tanto económica como ecológicamente en el sistema donde se desarrollan.

Las principales características deseables de los árboles o arbustos de uso múltiple, son:
existencia de uno o más productos distintos de la madera; permitir el crecimiento de las plantas
debajo del dosel; tener efectos favorables sobre la conservación de los suelos y capacidad para
resistir podas repetidas y buena habilidad de rebrotes (Galindo, 1986).

El mezquite y huizache

El mezquite (Prosopis laevigata) y el huizache (Acacia farnesiana) son especies que


pueden ser aprovechadas en forma racional en muchas de las zonas áridas y semiáridas de
nuestro país (Gómez, Signoret, y Abuín, 1970) (Figura 4). Se deben buscar alternativas de
manejo y aprovechamiento mediante investigaciones que permitan definir usos adecuados, por
medio de programas de fomento, conservación y explotación de dichas especies, a través de
políticas gubernamentales que permitan influir en el modo de vida de los habitantes de éstas
zonas (Dávila, 1982, Gelviz y Pavón, 2013), como es el caso de la región sureste del estado de
Guanajuato, donde son apreciadas por la diversidad de productos que se pueden obtener de
ellas.

a b
Figura 4. Prosopis laevigata (a) y Acacia farnesiana (b) componentes típicos de las zonas perturbadas
de las serranías del Bajío
114
A nivel nacional Prosopis laevigata es conocido como mezquite, aunque en Michoacán
se conoce como útuh chúcata, o tiritzecua y algarrobo en Colima, Jalisco y Nayarit (Pennington
y Sarukhán, 1998) con una distribución muy amplia. Es bien identificado como un árbol de uso
múltiple por la gran diversidad de bienes y productos que proporciona (Reséndiz, García,
Torres, Hernández, y Herrera, 2012; Torres, Hernández, Reséndiz, Uribe, y Suaste, 2012).

Desde el punto de vista ecológico, los mezquitales son importantes en la estructura y


funcionamiento de los ecosistemas, constituyen el hábitat para una buena cantidad de fauna
silvestre y mejoran la estética del paisaje (Felker, 1988). Además, Torres et al. (2012) menciona
que esta especie brinda protección como cortina rompe viento, tutor (Figura 5) y mejora la
calidad del suelo al incorporar cantidades considerables de nitrógeno, lo que aumenta la
productividad de los cultivos asociados.

Figura 5. El mezquite como tutor de pitahaya en el INIFAP de Celaya Gto

La madera de mezquite, aunque para algunos ebanistas presenta retos de uso


adecuado, si se procesa apropiadamente es de muy buena calidad para producir muebles,
artesanías, pisos, elaboración de arados, mangos de herramientas, ruedas de carretas, entre
otros. Las vainas frescas o en harina son empleadas como alimento humano. El ganado las
consume aviesamente, el follaje también tiene un uso forrajero, mientras que sus flores son
ricas en polen. La leña de mezquite es muy apreciada para cocinar carnes asadas o para la

115
elaboración de carbón con calidad de exportación. Además, la corteza, hojas, flores, frutos y
goma tienen variados usos en la medicina tradicional, mientras que sus taninos se emplean en
la curtiduría. En prácticamente todo México, las diferentes especies de mezquite son apreciadas
como cercos vivos, y como árbol urbano por su hermosa copa, entre otros (Galindo y García,
1986; Abrego, 1991; Granados, 1996; Rivera, 1999; González, 2001; Várgaz, 2004; Reséndiz
et al., 2012; Torres et al., 2012; Rodríguez, Rojo, Ramírez, Martínez, Cong et al., 2014).

El huizache es un elemento importante de la vegetación secundaria que sucede al


bosque tropical caducifolio cuando es eliminado. Este arbusto crece en áreas perturbadas y
generalmente es considerado como una especie invasora (Resendiz, 2013). El huizache tiene
igualmente una diversidad de usos, su madera es usada como leña y carbón, al tener una
combustión lenta y un alto contenido calórico, además se utiliza para postes, muebles rústicos,
fabricación de mangos para herramientas, artesanías y marcos finos; sus hojas, vainas, flores
y vástagos se emplean como forraje para ganado; de las flores (Figura 6) se saca aceite
esencial utilizado en la industria de la perfumería, además son melíferas; su goma se emplea
como sustituto de goma arábiga, el jugo de las vainas inmaduras se utiliza para pegar porcelana
rota, es también un elemento ornamental en espacios urbanos, forma cercas vivas, barreras
rompevientos y es refugio de la fauna silvestre. En las culturas tradicionales se tiene la creencia
de que estos árboles ahuyentan a los malos espíritus (Gómez et al., 1970; Ramírez-Lozano,
2013; Reséndiz, 2013,).

Figura 6. Flores del huizache; planta melífera de uso múltiple del Bajío

116
En algunas áreas donde se desarrollan estas especies, la explotación intensiva ha
mermado sus poblaciones provocando fuertes repercusiones en la densidad natural de los
ecosistemas donde protegen al suelo de la erosión. Aunado a esto, en muchas de las ocasiones
resultan sin ningún tipo de valor para muchos de los poseedores del recurso, por lo que realizan
remociones indiscriminadas de ellas.

El aprovechamiento de la goma de mezquite y huizache es una alternativa viable para


mejorar los ingresos de muchas de las comunidades donde se desarrollan, ya que la goma es
uno de los productos más importantes en la industria cosmética, medicinal y alimenticia del país,
que podría reducir la alta demanda de goma arábiga, la cual es importada y tiene la ventaja de
no cortar el árbol completo para su aprovechamiento. La goma arábiga africana ha satisfecho
por muchos años la demanda del sector industrial en nuestro país, y es la única reconocida
como sustancia generalmente segura (GRAS) por la Administración de Alimentos y Drogas
(FDA por sus siglas en ingles) de los Estados Unidos de América, para su uso en alimentos
(López et al., 2006). Sin embargo, la escasez debida a sequías y la inseguridad política de las
regiones donde se produce, ha incentivado la búsqueda de otras fuentes que ofrezcan mayor
seguridad en el suministro y los precios.

Aunque la goma de mezquite ya fue aprobada en México para su uso en la industria


alimenticia por la Secretaría de Salud desde 1996, aún existen retos importantes para la
aprobación por la FDA y otras dependencias en Europa para poder competir a nivel mundial.

Usos de la goma de mezquite y huizache


La goma de mezquite es conocida en Sonora como “chúcata” ha sido utilizada en la
medicina tradicional en poblaciones indígenas para curar males gástricos, irritación de ojos, etc.
Además, tradicionalmente la goma se ha colectado y comercializado en pequeña escala como
golosina, laca para el pelo, pegamento y otros usos domésticos en los pueblos del interior del
estado (Vázquez et al, 1984). Desde el punto de vista comercial, la goma de mezquite presenta
gran variedad de usos potenciales en la industria alimentaria, cosmética, farmacéutica y en las
industrias textiles y de papel. En San Luis Potosí se ha comercializado para su uso en la
industria de refrescos (Martínez, 2013).

117
Hay que reiterar que la goma de mezquite tiene un uso potencial en la industria
alimentaria, farmacéutica, textil, cosmética, vinícola, etc., por tanto, sus propiedades
representan un avance significativo para comprender su habilidad para estabilizar interfaces
agua/aceite, encapsular aromas y sabores, entre otras (López, 2010).

La goma de huizache tiene un espectro de uso más amplio que la de mezquite en la


industria alimentaria; se incluye comúnmente en la elaboración de helados, productos de
confitería, jugos de frutas, cerveza, vino, mayonesa, quesos, mermeladas, aderezos,
embutidos, productos dietéticos, etc. De la misma manera en las industrias cosmética, medicinal
y textil (CONABIO, 2012).

Actualmente, la goma de estas especies nativas de México es obtenida en el norte del


país en forma empírica recolectando solo aquella que exudada de forma natural, sin aplicar
ningún método silvícola para su cultivo. Como un aporte a una alternativa viable de producción
en el sureste de Guanajuato, Reséndiz (2013) menciona una metodología de cómo implementar
un sistema de recolección de la goma de esas especies, con el apoyo de un tratamiento
hormonal a base de etileno que estimula la fisiología del árbol, teniendo como resultado una
mayor aceleración en la secreción.

Por todo lo anterior el principal objetivo de esta investigación en la región fue la


identificación de los usos múltiples de las especies en su área de crecimiento. El segundo
objetivo es proponer una estrategia de aprovechamiento del mezquite (Prosopis laevigata) y
huizache (Acacia farnesiana) en la región sureste de Guanajuato, que puede ser una alternativa
viable de producción agroforestal y fuente de ingresos económicos.

Materiales y métodos

Especies de usos múltiples en el sureste de Guanajuato


En los relictos de vegetación localizados en el sureste del estado de Guanajuato se
encuentran una buena diversidad de especies arbóreas y arbustivas de usos múltiples, las
cuales pueden ser utilizadas como alternativa económica sustentable para el desarrollo
socioeconómico de los habitantes de las comunidades rurales que habitan en la zona. Por lo

118
que, ante el acelerado proceso de transformación de estos ecosistemas naturales, es necesario
revalorizar dichas especies a través de un reconocimiento de la diversidad de usos que
proporcionan a los habitantes de la región, así como evaluar la biodiversidad para diseñar
algunas estrategias tendientes a la conservación, reproducción y manejo de especies (Moreno,
2001).

Se realizó el reconocimiento de los usos múltiples de árboles y arbustos en el sureste de


Guanajuato a través de recorridos de campo y encuestas a los habitantes de la región,
específicamente en la cuenca del Arroyo Prieto ubicada en los límites con los estados de
Guanajuato y Michoacán (Figura 7) en 15 sitios de muestreo.

Figura 7. Cuenca de Arroyo Prieto en los límites de Guanajuato y Michoacán

El levantamiento de sitios se realizó en áreas de vegetación con densidades de 50 a 75%


para evaluar la diversidad de especies, así como el registro de nombres comunes de las
especies vegetales.

Se realizó la colecta botánica de las especies (Figura 8) y con el apoyo de campesinos


de la región se obtuvieron los nombres comunes.
119
Figura 8. Colecta de especies nativas como parte del trabajo de campo

Mediante entrevistas se obtuvieron los usos múltiples de las especies arbóreas y


arbustivas. La identificación taxonómica de una tercera parte de las especies colectadas, se
realizó con el apoyo del herbario de la División de Ciencias Forestales de la Universidad
Autónoma Chapingo, con los números de registro 66243, 66244, 66245, y 66246; las restantes
fueron identificadas por sus nombres comunes, respaldadas con imágenes fotográficas y
comparadas con aquellas impresas en el Libro Técnico No.1 Arbustivas Nativas del Estado de
Guanajuato (versión electrónica), y consultadas en el sitio (www. tropicos.org.) con lo cual se
obtuvo el nombre científico.

Extracción de la goma de mezquite y huizache

La investigación se realizó en el arboretum del Campo Experimental Bajío (CEBAJ)


perteneciente al Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias
(INIFAP) localizado en la Carretera Celaya-San Miguel de Allende km 6.5, Roque, Celaya C.P.
38110, Guanajuato, establecido por la Dra. Rosario Terrones Rincón. Actualmente las especies
cuentan con 17 años desde su establecimiento, sin manejo alguno, expuestas a las condiciones
naturales propias del ambiente semiárido.

120
El diseño experimental utilizado fue de bloques al azar (DBA), con cinco tratamientos,
tres repeticiones y tres unidades muestra por tratamiento (árbol). Para el análisis estadístico se
utilizó el programa de SAS, versión 9.3 con DBA y con prueba de Tukey al 0.05.

Se muestrearon 45 individuos de mezquite y 42 de huizache (Figura 9) a los cuales se


les midió diámetro y altura y se estimó el estado fenológico, con el objetivo de homogeneizar
en características físicas de las unidades de muestreo las cuales deben ser similares (Cochran,
1998).

Figura 9. Dimensiones de los bloques experimentales del mezquite y del huizache

Los tratamientos aplicados fueron: Tratamiento 1 (T1) = Exudado en forma natural


(testigo); Tratamiento 2 (T2) =Incisión con aplicación de etileno en tronco principal a 0.60 m de
la base; Tratamiento 3 (T3) =Incisión con aplicación de etileno en rama secundaria; Tratamiento
4 (T4) =Incisión en tronco principal a 0.60 m de la base, sin aplicación hormonal; Tratamiento 5
(T5) =Incisión en rama secundaria sin aplicación hormonal.

La aplicación de los tratamientos se realizó una sola vez y se etiquetó a cada individuo o
unidad experimental (árbol) con su respectivo tratamiento asignado al azar. La incisión o herida
se realizó a un ángulo de 45° en el tronco principal o rama secundaria utilizando un cincel y un
121
martillo a una profundidad de 1cm aproximadamente para no interferir de manera negativa en
el flujo de agua y nutrientes (Figura 10).

Figura 10. Etiquetado e incisión para la extracción de la goma en mezquite y huizache

La solución hormonal fue a base etileno (Ethrel Bayer) en proporción al 10% y se


homogeneizó con 0.5 ml de agua destilada y 0.5 ml de etileno y se aplicó con una jeringa de 3
ml (Figura 11).

Figura 11. Procedimiento de preparación y aplicación de tratamientos

La colecta se realizó mensualmente y en forma manual con el objetivo de proporcionar


tiempo suficiente de recuperación para la siguiente exudación utilizando una pequeña espátula
para despegar la goma. Los aglomerados grandes que se encontraban frescos por dentro, se
dejaron secar sobre bolsas de papel de estraza y los terrones pequeños se despegaban
fácilmente (Figura 12).

122
Figura 12. Colecta de goma de mezquite y huizache

Después de la cosecha se realizó el registro y pesado de ambas gomas, para ello se


utilizó una balanza granataria, registrando sus pesos en gramos en una base de datos de ambas
especies (Figura 13). Posteriormente se llevó a laboratorio para su análisis y determinación de
calidad según especie, época y tratamiento.

Figura 13. Registro y pesado de goma de mezquite y huizache

La clasificación de las gomas se diagnosticó visualmente de acuerdo a la clasificación


reportada por CIAD y CONAFOR en julio 2009 (Cuadro 1).

Una vez clasificadas las gomas se pesaron 20 gramos de cada una, de la clasificación
A, y se colocaron en bolsas chicas de papel encerado para ser llevadas al laboratorio de
Biotecnología de Alimentos del INIFAP-CEBAJ.

123
Cuadro 1. Clasificación manual de las gomas de mezquite y huizache
Características Categorías o clases de goma de mezquite y huizache
A B C Remanente
Integridad de la Entera Entera Entera y Entera y
lágrima fraccionada pulverizada
Tamaño por lágrima > 1.00 cm > 1.00 cm < 1.00 cm < 0.15 cm
Tonalidad en Clara y ambarina Ambarina Obscura Negra
lágrima entera clara
Impurezas Ninguna Trazas Notorias Muy
abundantes abundantes

Se determinó el análisis químico proximal para ambas especies con los siguientes
métodos: proteína cruda de acuerdo con Villegas y Mertz (1970), por el método de Micro-
Kjeldahl; la humedad, cenizas y extracto etéreo de acuerdo con la AOAC (1990); la fibra dietaría
total a través del método gravimétrico enzimático descrito por Prosky et al. (1988) con ligeras
modificaciones; los carbohidratos se determinaron por la diferencia de peso con 100 gramos de
muestra, restando la suma del contenido de proteína, extracto etéreo, cenizas y fibra dietaría
total y los taninos. Se cuantificaron los taninos condensados de acuerdo al ensayo de vainillina
de Desphande y Cheryn (1985).

Resultados y discusión

Identificación de especies y usos múltiples


La información proporcionada por los pobladores locales entrevistados, indica que las
especies identificadas en el muestreo presentan una amplia diversidad de usos. Múltiples usos
fueron reconocidos en las diferentes especies entre los que destacan: elaboración de
artesanías, colecta de frutos silvestres, especies melíferas, especies ornamentales, plantas
medicinales, especies para elaborar mangos de herramientas, obtención de taninos, flores
aromáticas para perfumería, obtención de gomas, y cercos vivos, entre otros (Cuadro 2). Es
destacable que los dos usos primarios principales en la región son leña y forraje.

124
Cuadro 2. Usos múltiples de especies arbóreas y arbustivas en el Sureste de Guanajuato
Nombre Nombre Familia Descripción Uso locales
Común Científico
Cabello de Calliandra Fabaceae Arbusto de 1 Ornamental.
Ángel o anomala a 4m de
Timbillo MacBride altura; flor
rosa fuerte
Cuáquil Celtis caudata Ulmaceae Árbol de 2 a Leña, madera,
Planch. 12m de altura elaboración de trompos,
mangos de
herramientas, medicinal,
melífero.
Colorín Erythrina Fabaceae Árbol no Melífero.
flabelliformis mayor de 4m
Kearney de altura
Copalillo Bursera Burseraceae Árbol de 3 a Artesanal, ceremonial,
cuneata Engl. 10m de altura incienso, aceite
aromático, madera,
leña.
Flor de Mayo Plumeria rubra Apocynaceae Árbol menor a Ornamental (en jardines
o Cacaloxuchil L. 8m de altura con influencia
prehispánica),
recuperador de suelos,
melífero, leña.
Cachiripo Mimosa Fabaceae Arbusto de 1 Forrajero, leña, cercos
lacerata Rose a 3m de altura vivos, elaboración de
mangos de
herramientas.
Frutilla Vallesia glabra Apocynaceae Arbusto Madera resistente para
(Cav.) Link menor a 5m. uso local, melífero.
Garambuyo Myrtillocactus Cactaceae Arbusto de 1 Artesanías, frutos con
geometrizans a 3m de altura pigmentos, taninos,
(Mart.) alcaloides,
Console antioxidantes, forraje.
Granjeno Condalia Rhamnaceae Árbol de 1 a Frutos y alimento de la
Prieto mexicana 7m de altura fauna silvestre.
Schlechtl. var.
Mexicana
Huizache o Acacia Fabaceae Arbusto de 1 Forrajero, melífero,
Yondiro farnesiana (L). a 3m de altura leña, corteza con
Willd. taninos, medicinal,
goma, esencias
aromáticas y colorantes.
Huizache Acacia Fabaceae Arbusto de 1 Forrajero, melífero,
Chino shaffneri a 3m de altura leña, corteza con
Herm. taninos, medicinal,
goma, esencias
aromáticas y colorantes.

125
Nombre Nombre Familia Descripción Uso locales
Común Científico
Mezquite Prosopis Fabaceae Árbol de 2a Forraje, carbón, leña,
laevigata 7m de altura frutos y goma.
Humb.
Mezquitillo Acacia Fabaceae Arbusto de 1 Forrajero, cercos vivos y
constricta a 3m de altura artesanías.
Benth.
Lantrisco Pistacia Anacardiaceae Arbusto de 2 Taninos en hojas, leña,
mexicana a 5m de altura perfumes, recuperador
HBK. de suelos.
Órgano Pachycereus Cactaceae Alturas Ornato y cercos vivos.
Columnar spp. mayores de
3m.
Palo en Cruz Randia Rubiaceae Arbusto de Madera de uso local y
o Crucillo blepharodes uno a 3m de elaborar resorteras,
Standl. altura cercos vivos,
medicinales y melíferos.
Palo Blanco o Albizzia Fabaceae Árbol de 2 a Forraje, medicinal,
Bolillo occidentalis 10m de altura melífero y leña.
T.S.
Brandegee
Palo Dulce o Eysenhardtia Fabaceae Árbol de 2 a Madera dura, postes,
palo azul. polystachya 8m de altura cercos vivos, leña,
(Ortega) Sarg. carbón, melífera,
medicinal, antibiótico
natural para gallinas.
Palo Prieto o Lysiloma Fabaceae Alturas Madera para postes,
quiebrahacha divaricata menores de cercos vivos, medicinal,
(Jacq.) 5m leña y taninos.
MacBride
Pirimo Verbesina Asteraceae Arbusto de 1 Leña y ornato.
Amarillo pietatis a 5 m de
McVaugh altura
Tepame Acacia Fabaceae Árbol de 2 a Forrajero, leña, carbón,
pennatula 12m de altura flores para perfumes,
Schldl. pomadas y medicinal.
Uña de Gato Mimosa Fabaceae Arbusto Madera para mangos de
fasciculata menor de 2m herramientas; cercos
Benth. de altura vivos, y leña.

La leña es utilizada para autoconsumo y venta local. La mayoría de especies presentes


son utilizadas para la extracción de leña. Sin embargo, algunas son más apreciadas como el
mezquite, palo dulce, cachiripo, uña de gato y cuáquil. Por otro lado, hay otras especies como
el cazahuate y el colorín que producen una gran cantidad de humo y se queman con facilidad
las cuales son utilizadas solo cuando no hay otra alternativa de consumo.

126
Las especies forrajeras más utilizadas son: mezquite, palo prieto, tepame, cachiripo,
huizache y mezquitillo. Son especies apetecidas por caprinos, aunque también la madera es
utilizada como leña principalmente la del palo prieto debido a la configuración morfológica del
tallo, ya que al ramificar adquiere un grosor apropiado sin necesidad de fragmentarlo para su
uso. A pesar de esta diversidad de especies y usos, el mezquite y huizache representan un
símbolo regional y pueden representar otros usos adicionales.

Extracción de goma huizache y mezquite


La exudación de la goma fue hasta 20 días después de la aplicación del etileno, pero se
consideró colectar hasta una semana más para que se generara más exudación. Los meses de
producción fueron en abril, mayo y junio únicamente, debido a que una vez que cae la primera
lluvia es difícil la colección por que se deslava la goma de dichas especies (Figura 14).

Figura 14. Deslave de goma de mezquite y de goma de huizache

El rendimiento de la goma de mezquite y huizache fue variable como se muestra en los


Cuadros 3 y 4 obtenidas durante todo el periodo de producción (abril, mayo y junio) en sus 3
fechas de colecta de los 3 bloques y las 3 unidades experimentales; es decir un total de 9
unidades experimentales (árboles).

Los resultados de los Cuadros 3 y 4 muestran que la emanación de goma en cantidad


más promisoria fue con la especie de Acacia farnesiana ya que se registró una cantidad de
1077 y 1050 gramos aproximadamente de goma de huizache.

127
Cuadro 3. Producción de goma de mezquite (F1=18/abril, F2=17/mayo
y F3=20/junio).
Tratamiento F1 F2 F3 Rendimiento (g)
1 9.3 0 0 9.3
2 89.0 58 62 209.2
3 56.0 86 65 207.6
4 12.0 0 0 11.5
5 0.0 0 0 0.0

Cuadro 4. Producción de goma de huizache (F1=18/abril, F2=17/mayo


y F3=20/junio).
Tratamiento F1 F2 F3 Rendimiento (g)
1 0.0 0.0 0.0 0.0
2 709.6 251.7 115.4 1076.7
3 640.3 266.2 143.0 1049.5
4 0.0 0.0 0.0 0.0
5 0.0 0.0 0.0 0.0

El análisis de varianza y prueba de comparación de medias y prueba de Tukey dio como


resultado que los bloques presentan muy poca variabilidad o significancia; sin embargo, entre
tratamientos existe mucha variabilidad.

Análisis químico proximal de la goma de mezquite y huizache


Se realizó el análisis químico proximal de las especies de las tres colectas de goma y las
variables analizadas fueron: humedad, ceniza, proteína, grasa, fibra, carbohidratos y taninos.
Los resultados arrojados de los procedimientos que se realizaron, condujeron a obtener las
siguientes variables; las cuales se pueden observar y analizar en el Cuadro 5.

Cuadro 5. Composición química proximal de la goma de mezquite y huizache (H=


humedad, C= cenizas, P= proteína, G= grasa, F= fibra, C= carbohidratos y T= taninos).
Especie H (%) C (%) P (%) G(%) F (%) C(%) T(%)
Mezquite 9.25 2.55 3.25 2.56 73.23 9.17 0.23
Mf1 9.67 2.72 3.31 2.58 80.13 1.60 0.24
Mf2 11.04 2.61 4.38 2.06 69.98 9.94 0.31
Mf3 11.05 2.66 4.50 2.01 76.65 3.14 0.29
Huizache 13.08 4.76 6.25 3.01 72.65 0.25 0.15
Hf1 12.81 4.75 6.25 2.92 68.89 4.37 0.17
Hf2 12.26 2.52 10.38 2.91 71.55 0.38 0.21
Hf3 12.44 2.74 10.25 3.00 67.79 3.79 0.15

128
La similitud entre la goma arábiga y la de mezquite es conocida, pero no, entre la goma
de huizache que, según los resultados obtenidos en su composición química proximal, la supera
en calidad.

La goma de mezquite no está aprobada por la FDA, Organización de la Naciones Unidas


para la Alimentación (FAO por sus siglas en inglés), la Organización Mundial de la Salud (WHO
por sus siglas en inglés), y el compendio de normas alimentarias aceptadas internacionalmente
(CODEX por sus siglas en inglés) código alimentario de la FAO quienes establecen los
estándares internacionales para este tipo de productos. Sin embargo, en México ya fue
aprobada por la Secretaría de Salud desde 1996 para su uso en alimentos procesados, en
especial en la industria refresquera. Tanto la goma de mezquite, huizache y la arábiga contienen
compuestos polifénolicos o taninos; sin embargo, no se ha observado que presente riesgo para
la salud en la población. Además, puede considerarse la opción de la clasificación manual y el
empleo de la tecnología de ultrafiltración-diafiltración para su proceso. En el cuadro 6 se realiza
la comparación respectiva en cuanto a los parámetros establecidos para cada una de las
gomas.

Cuadro 6. Comparativo de parámetros de goma de mezquite, goma de huizache y goma arábiga


Parámetro Goma de Goma de Goma Arábiga
Mezquite Huizache
Humedad 10.25 % 12.65 % 10.00 a 20.00 %
Cenizas 2.63 % 3.69 % 5.00 %
Nitrógeno Total 0.61 % 1.32 % NR*
Proteína 4.72 % 7.94 % 2.1+0.2 %
Extracto Etéreo 2.29 % 2.95 % NR*
Fibra 75.00 % 70.22 % NR*
Carbohidratos 5.96 % 2.20 % NR*
Taninos 0.27 % 0.15 % 0.49+0.04 %

Ambas gomas pueden ser potencialmente sustitutas de la goma arábiga ya que cumplen
con todas las especificaciones de los parámetros evaluados. En nuestro análisis la goma de
huizache presenta un menor contenido de taninos, comparada con las otras dos. En contraste
es la que presenta el contenido más alto de proteína y nitrógeno. Humedad y cenizas son
bastante similares en ambas especies.

129
Con la aplicación del etileno se puede incrementar el exudado de la goma y con ello su
producción a un precio muy accesible para los productores ya que el litro de etileno cuesta
alrededor de $ 350.00, y con la aplicación de 0.5ml, se podría aplicar en una densidad de
alrededor de 2000 árboles.

Conclusiones

Algunas especies de plantas arbóreas y arbustivas de las regiones áridas y semiáridas,


a pesar de las bondades y potencial que presentan, han sido relegadas, debido a que no
proporcionan productos maderables para la industria del aserrío; sin embargo, la diversidad de
productos no maderables aprovechados a escala local, como la que se presenta en el sureste
de Guanajuato, es amplia. Destaca la producción de forraje donde el mezquite, mezquitillo,
huizache o yondiro, tepame, palo blanco y cachiripo son las especies más utilizadas,
principalmente para la dieta del ganado caprino abundante en la región. Las más utilizadas para
la extracción de leña son palo prieto, mezquite, palo dulce, cachiripo, uña de gato y cuáquil. Sin
embargo, en esta diversidad de especies semiáridas destacan el mezquite y huizache para la
extracción de gomas, las cuales podrían ser un excelente sustituto de la goma arábiga.

A escala local se ha generado tecnología de bajo costo para la extracción de goma


mezquite y huizache; y con ello emergen alternativas de desarrollo productivo para los
productores que habitan las zonas semiáridas de nuestro país.

Esta investigación muestras que es posible acelerar la extracción de goma del mezquite
y huizache sin embargo, la cantidad de goma de huizache es más promisoria que de la goma
de mezquite ya que la relación del rendimiento del primero frente al segundo fue de 5 a 1.

Ambas gomas de mezquite y huizache tienen similitud e incluso mejora los parámetros
requeridos por la FDA para el uso de la goma arábiga en la industria alimenticia, ya que las
impurezas y los taninos son inferiores en las gomas de Acacia farnesiana y Prosopis laevigata,
por lo que ambas gomas podrían ser un producto sustituto.

El aprovechamiento del mezquite y huizache implica el uso de sistemas encaminados al


manejo integral de los componentes, es decir, que permitan un manejo sustentable y
130
diversificado de productos como los obtenidos en los sistemas agroforestales: extracción de sus
gomas, restauradores de procesos erosivos en el suelo (fijadores de nitrógeno), forraje
(alimentación para ganado) miel y producción de carbón. Lo que puede constituir un ingreso
para las comunidades de zonas áridas y semiáridas del país.

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135
Capítulo 7
La diversidad arbórea y belleza escénica de la selva y el manglar
en Xpu Ha Palace, Quintana Roo, México
Adriana Velázquez Ortega1, Javier Castañeda Rincón2, Beatriz Cecilia Aguilar Valdez3, David
Delgado Viveros4, y Juan Juárez Méndez2

Resumen
Esta investigación analizó la diversidad arbórea de selva y manglar, en el parque hotel
ecológico Xpu Ha Palace, Quintana Roo, con el índice de diversidad de Shannon; determinó el
Índice de Valor de Importancia (IVI) de cada especie y realizó una comparación para conocer
la similitud florística de cada sitio con el índice de Jaccard. Se aplicaron encuestas a los turistas
para evaluar la belleza escénica. El área de selva conservada fue la más diversa con 55
especies. Las especies con el IVI más alto en las tres áreas de selva fueron Bursera simaruba,
Calyptranthes pallens, Dyospiros anisandra y Talisia olivaeformis; en el manglar fue Rhizophora
mangle. Las similitudes florísticas entre la selva conservada y la de manejo fue del 63%, en
tanto en las áreas de manglar con manejo y conservada fue del 90%. Respecto a belleza
escénica, los entrevistados expresaron gusto por los sitios ecoturísticos, pero no tienen claridad
del concepto.

Palabras claves: selva, manglar, biodiversidad, diversidad arbórea, ecoturismo.

Autor para correspondencia: sustentableteotihuacan@gmail.com


1Maestría en Agroforestería para Desarrollo Sostenible. Universidad Autónoma Chapingo
2Área de Recursos Naturales. Departamento de Suelos. Universidad Autónoma Chapingo
3División de Ciencias Forestales (DICIFO). Universidad Autónoma Chapingo
4Departamento de Agroecología. Universidad Autónoma Chapingo

136
Introducción
La humanidad tiene el reto de encontrar el punto de equilibrio entre su constante
desarrollo y el manejo adecuado de los ecosistemas, para lograr un desarrollo sustentable para
las generaciones futuras.

El lugar donde se llevó a cabo esta investigación fue en Xpu Ha Palace ubicado en el
estado de Quintana Roo, México. Se trata de un parque - hotel ecoturístico, inmerso entre las
áreas de la selva y el manglar que hay en el terreno, que ofrece un ambiente en convivencia
con la naturaleza a sus visitantes. Tiene una Unidad para la conservación y manejo de la vida
silvestre (UMA) tipo zoológico, en este lugar realizan trabajos de conservación de flora y fauna
nativa de la Península de Yucatán desde 1999; además, se llevan a cabo buenas prácticas
ambientales para el uso sustentable de los recursos naturales, el personal que labora en la
empresa recibe la capacitación necesaria para implementar las prácticas ambientales en sus
áreas de trabajo como son: separación de los residuos que se generan, uso racional del agua
y los energéticos, respeto hacia la flora y fauna, participación en las diversas campañas
ambientales que se llevan a lo largo del año: separación de residuos generados en sus hogares,
limpieza de playa, liberación de tortugas marinas en la temporada de anidación, reforestaciones,
entre otras.

Xpu Ha Palace es considerado una opción de desarrollo ecoturístico sustentable en el


estado de Quintana Roo; razón por la cual en los años 2008 y 2010 la Procuraduría Federal de
Protección al Ambiente, le otorgó la certificación en “Calidad Ambiental Turística” por sus logros
obtenidos, su compromiso social y en materia de cuidado, respeto y conservación del medio
ambiente, siendo así el primer desarrollo ecoturístico de su tipo en el estado en lograr dicho
reconocimiento en dos ocasiones consecutivas.

El tema de la biodiversidad, ha sido más estudiado en países como Costa Rica, Ecuador,
Brasil e Indonesia, mientras que la belleza escénica en España, Francia, EUA, Canadá y Cuba,
en donde el conocimiento generado ha permitido se desarrollen proyectos ecoturísticos y de
turismo rural exitosos a partir de conocer el valor económico, ecológico y social de sus áreas
naturales (Toledo y Ordoñez, 1998).

Según Díaz, De Miguel-José y Casado (1998), en primer lugar, se refiere a la variabilidad


de especies que cohabitan en un espacio común, aunque el término también comprende la
137
diversidad dentro de cada especie y, por supuesto, en los ecosistemas de los que éstas forman
parte. La caracterización individual y única de cada ecosistema obedece al tipo, cantidad y
particularidades de las especies que lo habitan, así como la forma en que éstas interactúan
entre sí y con su entorno.

La diversidad biológica o biodiversidad alude a un concepto amplio e incluyente,


relacionado con los diferentes organismos vivos que se encuentran en los ecosistemas, ya sean
terrestres, marinos aéreos o acuáticos; determina los distintos tipos de ecosistemas, e incluso
diferencia la producción y la productividad en términos de proveer servicios ambientales.
Mientras que la belleza escénica es fundamental para el equilibrio del ser humano. Además,
ésta se vincula con la conservación de las áreas naturales, tanto las protegidas por la ley
ambiental como aquellas que no lo están, en la medida en que puede generar un
encadenamiento de actividades productivas que fomenten el desarrollo comunitario sobre las
bases de sustentabilidad (Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales [SEMARNAT],
2003).

Castelán-Lorenzo, (2016) se refiere a la diversidad arbórea simplemente como a los


diferentes tipos de árboles que se encuentran creciendo en un ecosistema.

Las selvas en México ocupaban inicialmente una extensión aproximada de 18 millones


de hectáreas, de las cuales hacia el año 2002 sólo persistían 3.15 millones, equivalente al
17.5%, de la vegetación primaria. Los factores que impulsan la destrucción de estas selvas
tropicales son principalmente la deforestación y la consecuente fragmentación de los hábitats
naturales, que para el caso de los trópicos se genera básicamente por la conversión a potreros
para la ganadería extensiva, la apertura de terrenos agrícolas y, en menor escala, por lo menos
en tiempos recientes, la explotación forestal comercial masiva (Dirzo, Aguirre–Armando y
López, 2009). Se sabe que algunas de las consecuencias más graves de la fragmentación de
los bosques tropicales son la extinción de especies, la modificación de la biodiversidad y las
alteraciones en el funcionamiento de los ecosistemas. Por esta razón, son necesarios los
análisis de los procesos que mantienen la biodiversidad a diferentes escalas espaciales.

En cuanto a la pérdida de los manglares se sabe que influye significativamente en todas


las especies que los utilizan para su desarrollo biológico. Algunas estimaciones señalan que a
principios del año 2000 la superficie global de manglar se había reducido a poco menos de 15
138
millones de hectáreas. Si esta estimación es correcta y la comparamos con las cifras oficiales
de FAO, en los últimos 20 años se habría perdido entonces cerca del 25% de la superficie. Con
las presiones existentes y si la tendencia continúa, estaríamos destruyendo uno de los
ecosistemas representativos de la biodiversidad del planeta (Calderón, 2009).

Históricamente, la belleza escénica ha sido un criterio aplicado en la legislación de


protección y de conservación, y tiene un papel importante en la ordenación de los paisajes,
cuando son considerados de una belleza singular. Uno de los objetivos de los estudios de
paisaje es la evaluación de las configuraciones espaciales y temporales que afectan a la
integridad ecológica, y relacionado con esto se encuentra el aspecto estético que, más allá del
aspecto visual, tiene una estrecha relación con la interpretación que realizamos de un lugar a
través de nuestros sentidos físicos, nuestros esquemas mentales y nuestra herencia cultural,
así como, con las reacciones y sentimientos que nos despierta (Barrasa, 2013).

El objetivo general de este trabajo fue comparar la diversidad arbórea de la selva en las
áreas de vegetación conservada, conservada con manejo y la de manejo, igualmente en las
áreas de conservación y manejo del manglar en el parque hotel ecológico Xpu Ha Palace,
Quintana Roo, para conocer su grado de conservación y proponer medidas para la preservación
de la misma diversidad arbórea y la belleza escénica del lugar, como resultado de los programas
ambientales como el de la reproducción de la flora nativa que se llevan a cabo para contribuir a
su conservación y al embellecimiento del lugar.

Materiales y métodos
En este estudio se determinaron los parámetros cuantitativos para medir la vegetación
de selva y manglar: dominancia, frecuencia y densidad. Con esta información se obtuvo el Índice
de Valor de Importancia (IVI) de cada una de las especies y a través del índice de Jaccard se
determinó la similitud florística que existe entre las áreas de comparación para la selva: la
conservada, la conservada con manejo y la de sólo manejo y para el manglar el área conservada
y la de manejo. Para conocer la diversidad existente en Xpu Ha, se usó el índice de Shannon –
Wiener, (Franco et al., 1995 y Magurran, 1989), la información que se obtuvo en campo fue

139
analizada con apoyo del programa de cómputo Biodiversity Professional (McAleece,
Lambshead y Paterson, 1997) utilizado por Mayorga y Vásquez, (2000).

La zona de estudio tenía una superficie total de 14.3 hectáreas, fue dividida en tres áreas
para la realización del trabajo, se denominaron de la siguiente manera:

Selva conservada: se denomina como aquella que no ha tenido intervención humana en


actividades como extracción de productos maderables o no maderables, tampoco está sujeta a
programas de conservación y restauración, es un área como su nombre lo dice en estado
natural y está a expensas de los factores ambientales y climáticos como los huracanes. La
superficie era de 4.3 ha.

Selva con manejo: es aquella en la cual se desarrollan programas como el de prevención


de incendios forestales, el de control fitosanitario, el de conservación y restauración de las áreas
de vegetación; además, en ella se lleva a cabo el programa de reforestación con especies
nativas que son recolectadas y se reproducen en un vivero ubicado dentro del mismo predio de
Xpu ha, las plantas son cuidadas hasta que están en edad y talla de ser sembradas en sitios
previamente elegidos y bajo monitoreo para su cuidado durante los primeros meses después
de su establecimiento. La superficie era de 3.6 ha.

Selva conservada con manejo: es aquella que en su mayor parte permanece en


condiciones naturales y ocasionalmente se llevan a cabo actividades como podas del arbolado,
limpiezas del programa de prevención de incendios forestales y el programa de control
fitosanitario, es un área muy cercana al área de selva con manejo. La superficie era de 1.7 ha.

La zona de manglar tenía una superficie total de 4.7 hectáreas, se dividió en dos áreas
denominadas de la siguiente manera: Manglar conservado con una superficie de 2 ha y Manglar
con manejo con 2.7 ha.

Método para evaluar el área de vegetación de selva

Para determinar el tamaño de muestra en la selva se trazó inicialmente una parcela con
un área de 40 x 50 m2 como se muestra en la Figura 1, la cual a su vez se subdividió en
cuadrados de 10 x 10 m2 (Flores y Álvarez-Sánchez, 2011), el muestreo fue totalmente
aleatorio. Se utilizó la metodología sugerida por Magurrán (1988), consistió en realizar una
140
curva de diversidad para determinar la estación más diversa probable, se obtuvo el tamaño
mínimo de muestra de 400 m2 para cada uno de los 6 sitios dentro de las tres áreas de selva a
comparar, dando un total de 24 sitios muestreados. En campo se tomaron los datos del diámetro
a la altura del pecho (DAP) y el área basal de cada árbol que se encontró dentro de los 400 m 2
para determinar los parámetros cuantitativos de la vegetación.

Figura 1. Determinación del tamaño de muestra en campo

Método para evaluar la vegetación del manglar

La metodología que se utilizó en el muestreo de las áreas de manglar fue la de un


transecto como se muestra en la Figura 2 (Cintron y Schaeffer, 1984), este se hizo sobre una
brecha que ya existía, se midieron 100 m lineales sobre el mismo transecto y se eligieron de
forma totalmente aleatoria los árboles de manglar a los cuales se les midió el diámetro a la
altura del pecho (DAP = 1.3 m) y se identificó la especie a la que pertenecía cada árbol.

141
Figura 2. Metodología del transecto usado para muestrear la vegetación del manglar

Para el caso de los árboles de Rhizophora mangle, cuando no fue posible medir el
diámetro a 1.3 m por su dimensión o algún otro factor, éstos fueron medidos 30 cm por arriba
de la altura de las raíces llamados “zancos”, (Valdez, 1991). Además, se registró la presencia
de las plantas epífitas (bromelias y orquídeas) que se encontraban sobre los árboles de mangle
y se documentó vía fotografía, para su conservación y el enriquecimiento de la belleza escénica
del lugar.

Método para evaluar la Belleza Escénica

Para conocer la importancia de la belleza escénica de Xpu Ha Palace se utilizó el método


de “Paisaje como unidad de análisis” usado por Barrasa, (2013) y por Osuna, (2007). Se basa
en la evaluación de los paisajes a partir de la contemplación de los mismos representados en
fotografías, entendiendo estas como versiones simplificadas de la realidad, de forma que,
aunque se pierde parte de la complejidad de las relaciones hombre-naturaleza y se reduce al

142
estímulo visual, se consigue simplificar la metodología. También se aplicó una encuesta
(Aguilar, 2003), que ayudó a conocer las razones de la elección del turista sobre la imagen
elegida.

Para el método de “Paisaje como unidad de análisis”, se eligieron fotografías de los dos
escenarios a compararse, el parque hotel ecoturístico Xpu Ha Palace y de los hoteles
convencionales que hay en el mismo Estado. A las fotografías de los hoteles convencionales
se les llamó imagen A y a las fotografías de Xpu Ha Palace se les llamó imagen B, se muestran
en las Figuras 5 y 6, en el Anexo I. La encuesta tenía 10 preguntas, en su mayoría con
respuestas de opción múltiple.

Para determinar el tamaño de muestra, primero se realizó un pre muestreo de 30


encuestas, del cual se obtuvo como resultado que 19 personas conocían sobre ecoturismo y
las otras 11 no, el muestreo fue totalmente aleatorio y se utilizó la fórmula de Wayne, (2007):

𝑧 2 ∙ pq
𝑛=
𝑑2

Donde:

n = muestreo con reemplazo para población infinita

q=1–p

p.= atributos de la población de muestreo que se considera si saben de ecoturismo

q = atributos de la población de muestreo que se considera no saben de ecoturismo

z = 1.96

d = probabilidad de error al 0.05%

Al turista se le mostraban primero las imágenes e inmediatamente se le hacia la


encuesta. Las encuestas se llevaron a cabo durante los meses de marzo, abril, junio y julio,
cuando la Secretaría de Turismo (SECTUR), reporta un mayor incremento de turistas
nacionales e internacionales que visitan el estado por las vacaciones de la semana Santa y de
verano. Los lugares de aplicación de esta encuesta fueron el hotel Xpu Ha Palace, la zona
comercial principal de la ciudad de Playa del Carmen mejor conocida como la Quinta Avenida,
así como parques públicos, las dos terminales de camiones y la terminal del ferry.
143
Se aplicaron un total de 237 encuestas de forma aleatoria para la realización de este
trabajo el análisis de los resultados para conocer la belleza escénica de Xpu Ha se realizó a
través de dos técnicas de estadística multivariada: conglomerados y componentes principales,
para procesar la información se hizo con el programa de cómputo NTSYS, Versión 2.10p (Rohlf,
2000).

Resultados y discusión

Diversidad arbórea de la selva

Se localizaron un total de 66 especies arbóreas nativas (Cuadro 4, Anexo II), el número


de especies registradas en cada una de las áreas fueron las siguientes: selva conservada: 55,
en la selva conservada con manejo: 48 y en la selva con manejo: 45.

El sitio con mayor diversidad arbórea fue en la selva conservada con un total de 28
especies diferentes, mientras que el sitio menos diverso fue en el área de selva conservada con
manejo, con tan sólo 12 especies. En el caso de la selva conservada con manejo, el resultado
puede deberse a que es un área en la que no se lleva a cabo el programa de reforestación, es
un área en la que se ha dejado la sucesión ecológica haga su trabajo. Los datos obtenidos
indican se establezca también para ésta área el programa de rescate de semillas o plántulas
para su reproducción en el vivero y su posterior reforestación.

En la selva con manejo se obtuvieron 21 especies diferentes, con base en los resultados
obtenidos se sabe que hay especies arbóreas no presentes en comparación con la selva
conservada. En ésta área el programa de reforestación tenía 12 años realizándose y hasta ese
momento no se había hecho algún estudio que indicara si se estaba cumpliendo con los
objetivos de conservar la diversidad arbórea del sitio.

Encontramos once especies arbóreas con mayor dominancia, frecuencia y densidad


relativa reflejada en el IVI con un valor de 10.00 o mayor en alguno de los tres sitios o en los
tres (Cuadro 1).

144
Cuadro 1: Especies arbóreas con Índice de Valor de Importancia (IVI) >10 en al menos un sitio
Árbol Selva Selva conservada con Selva con
conservada manejo manejo
Bursera simaruba 33.00 14.94 14.17
Calyptranthes pallens 18.45 28.36 32.82
Dyospiros anisandra 18.40 19.66 29.28
Talisia olivaeformis 17.68 25.10 8.42
Hyperbaena winzerlingii 21.93 11.62 9.13
Psidium sartorianum 12.92 19.92 12.44
Metopium brownei 16.87 2.19 6.84
Gymnopodium 6.23 9.96 12.81
floribundum
Neea psychotrioides 5.18 9.56 12.21
Acacia gaumeri 9.13 10.33 2.39
Caesalpinia 8.11 10.31 5.26
yucatanensis

En un estudio realizado por Villavicencio y Valdez (2003), en el estado de Veracruz en


un sistema agroforestal, encontraron que Bursera simaruba tuvo un índice de valor de
importancia de 28.30, mientras que en Xpu Ha esta misma especie tuvo el IVI más alto de 33.00
en el área de selva conservada, lo que indica es una especie dominante en las áreas de selva.

Utilizando los valores del IVI identificamos 5 especies arbóreas con menor presencia, es
decir, que sólo se observaron en una de las tres áreas de muestreo, las cuales se muestran en
el Cuadro 2:

Cuadro 2. Especies arbóreas con Índice de Valor de Importancia (IVI) <10 presentes en un sólo sitio.
Árbol Selva Selva conservada con Selva con
conservada manejo manejo
Sabal japa 1.05 0.00 0.00
Ceiba pentandra 0.00 0.99 0.00
Chloroleucon mangense 3.63 0.00 0.00
Coccoloba spicata 0.00 0.00 1.94
Sideroxylon gaumeri 0.84 0.00 0.00

Los resultados obtenidos con el índice de Jaccard fueron los siguientes: en la selva
conservada y selva conservada con manejo se obtuvo una similitud florística de 66.07%, en la
selva conservada con manejo y la selva con manejo se obtuvo un valor de 66.12% y finalmente
en la selva conservada y la selva con manejo se obtuvo un valor de 63%.

145
Los valores mostraron que las áreas de estudio resultaron ser florísticamente muy
similares entre sí, pero cuando se hace la comparación florística entre la selva conservada y la
selva con manejo se observa una mayor diferencia en los valores dando como resultado 63%,
esto puede deberse como ya se dijo anteriormente a que en el área conservada no se realizan
ningún tipo de actividades que interfieran con los procesos naturales de crecimiento,
esparcimiento y diversificación de especies, mientras que en el área de manejo sí las hay, existe
un aprovechamiento turístico con diversas actividades y éstas han ocasionado haya una menor
diversidad de especies en el área a pesar de que existe un programa continuo de rescate y
reubicación de especies arbóreas y uno de reforestación con las mismas especies nativas.

Otro factor que se tiene que considerar en la diversidad de especies presentes en cada
área es que Xpu Ha se encuentra en un lugar que constantemente está expuesto a fenómenos
meteorológicos como los huracanes o a desastres naturales como los incendios forestales, los
cuales en años anteriores han afectado e impactado el crecimiento natural de las áreas de
vegetación.
Es importante mencionar que las selvas bajas caducifolias o selvas secas son un
ecosistema tropical altamente diverso, no sólo en cuanto a riqueza de especies sino también
rico en endemismos (especies que habitan exclusivamente en una determinada región). Se
estima que cerca del 60% de las especies presentes en este ecosistema son exclusivas de
México y casi el 20% de la flora de nuestro país corresponde a este tipo de vegetación
(Rzedowski, 1992). Sin embargo, a pesar de esta gran riqueza biológica, tanto la selva húmeda
como la seca, son quizá los ecosistemas más amenazados, ya que presentan las mayores tasas
de deforestación y fragmentación a nivel nacional (Dirzo, Aguirre-Armando y López, 2009).

Diversidad arbórea del manglar

En las dos áreas de estudio del manglar tanto la conservada como la de manejo, sólo se
localizaron tres especies de árboles (Cuadro 5, Anexo II): Rhizophora mangle, Laguncularia
racemosa y Conocarpus erecta, al respecto en un estudio realizado Trejo, Durán y Olmsted,
(1993) y por Agraz-Hernández, García-Carlos, Osti y Chan (2009), reportan la presencia de
estas mismas especies para toda la zona de la península de Yucatán (Campeche, Yucatán y

146
Quintana Roo), además de una cuarta especie de mangle Avicenia germinans, la cual en el
caso del terreno de Xpu Ha no está presente.

El índice de Shannon indicó una diversidad florística similar y en la comparación hecha


con el índice de Jaccard mostró fue del 90%. Rhizophora mangle fue la especie arbórea con
mayor presencia en ambas áreas con un 71.3%, le siguió Laguncularia racemosa con un 22.9%
y Conocarpus erecta con un 5.80%.

Encontramos que los árboles de Rhizophora mangle obtuvieron los valores más altos del
IVI con 199.83 en el área conservada y de 180.23 en el área con manejo, le siguió Laguncularia
racemosa con un valor de 98.23 en el área con manejo y de 59.09 en el área conservada y
finalmente Conocarpus erecta obtuvo un valor de 41.08 en el área conservada y de 21.54 en el
área con manejo (Cuadro 5, Anexo II).

Ramírez (2006), comenta que en estudios realizados en Colombia se demostró que la


diversidad de los manglares tiende a reducirse a medida que avanza la sucesión por lo que con
frecuencia se vuelven monoespecíficos. Sin embargo, existen otros temas también importantes
de evaluar en estos ecosistemas como son la hidrología, captura de carbono, como reguladores
del clima, barreras naturales contra huracanes, hábitat para la fauna, entre otros de los cuales
han surgido trabajos que han aportado información sobre la importancia de la conservación y
restauración de estas áreas por los beneficios directos e indirectos que genera a la regulación
de las funciones del planeta y que ha sido base para sustentar leyes para su protección a nivel
nacional como la NOM-022-SEMARNAT (2003) y a nivel mundial como la denominación de los
sitos RAMSAR.

Plantas epífitas

Las plantas epífitas: orquídeas y bromelias que se localizaron en las dos áreas de
muestreo del manglar fueron las que se enlistan en el Cuadro 3.

En ambas áreas del manglar se observó que las plantas epífitas crecen sobre los troncos
de las tres especies de árboles, hay zonas donde existe dominancia de la especie
Myrmecophilla christinae, se cree se debe a que los troncos y en sí todo el árbol ofrece las
condiciones necesarias que las orquídeas requieren para reproducirse y crecer.

147
Se observó sólo a Myrmecophilla christinae con floración (Figura 3 a y b), en un estudio
realizado por de Bayona e Ibarra-León (2009), reportan ésta se presenta del mes de mayo hasta
septiembre para ésta especie. Mientras que las bromelias de las especies de Tillandsia
dasyliriifolia y Aechmea bracteata (Figura 4 a y b), estaban iniciando con su floración.

a b
Figura 3. (a) Myrmecophilla christinae sobre árbol de Rizophora mangle, (b) Myrmecophilla christinae
con floración (Fotografía de Hortensia Mascareñas)

Cuadro 3. Plantas epífitas localizadas en las áreas de muestreo en Xpu Ha Palace, Quintana Roo,
México
Nombre común en la
Familia Nombre científico
región
Bromeliaceae Aechmea bracteata (Sw.) Griseb. Neh Ku´uk, Gallito
Bromeliaceae Tillandsia dasyliriifolia Baker. X-ch´ú
Tillandsia streptophylla Scheidw. ex
Bromeliaceae X-mulix
C. Moreno.
Tillandsia pseudobaileyi C.S.
Bromeliaceae Gardner subsp. yucatanensis I. Bromelia
Ramírez Canevali y Olmsted.
Orchidaceae Brassavola venosa Lindl. Dama de noche
Myrmecophilla christinae Canevali Orquídea del manglar,
Orchidaceae
y Gómez-Juárez. X-jom ba´ak

148
Se observó que en el área de manglar con manejo se encuentran las mismas especies
de orquídeas que en el área de manglar conservada. En un estudio de Bayona e Ibarra-León
(2009), reportan la presencia de estas mismas especies en los manglares de la zona sur de la
selva maya del estado de Quintana Roo, pertenecen a las 42 especies que han sido registradas
para el estado.

En el caso de las bromelias, cabe destacar que se observó la presencia de Tillandsia


pseudobaileyi ssp. yucatanensis, sólo en el área del manglar con manejo, en estudios anteriores
realizados en el lugar no fue reportada en la literatura. En un estudio realizado por Ramírez,
Carnevali-German y Chi (2004), mencionan que esta es una de las cuatro especies de bromelias
que se conoce son de la Península de Yucatán. En cuanto a las otras tres especies de bromelias
fueron encontradas en ambos sistemas y los mismos autores las reportan en las zonas norte y
sur de estado de Quintana Roo, así como en las zonas de manglares de Yucatán y Campeche,
pertenecen a las 33 especies identificadas para esta zona.

En estudios realizados por Ramírez et al. (2006), mencionan que las plantas epífitas
desempeñan un papel muy importante en la dinámica de las comunidades ya que al
estratificarse verticalmente, desde los troncos de los árboles hasta las copas del dosel, ofrecen
una gran variedad de nichos y recursos que son aprovechados por diversos grupos de animales
como las hormigas, artrópodos, anfibios, aves, etcétera, contribuyendo al incremento de la
biodiversidad de las comunidades donde se encuentran.

Las plantas epífitas, principalmente las de tipo roseta siendo la más representativa
Aechmea bracteata, Figura 4(a) acumulan grandes cantidades de agua entre sus hojas,
proporcionando una vía alterna en la dinámica de este recurso dentro de la selva, además, la
biomasa de las epífitas establecida en las ramas interiores de los árboles, alberga un alto
contenido de nutrimentos esenciales como fósforo y nitrógeno los cuales posteriormente son
reciclados, brindando rutas alternas al ciclo de nutrimentos y a la dinámica del agua en las
comunidades (Ceja et al., 2008).

149
a b
Figura 4. (a) Aechmea bracteata con floración, (b) Tillandsia dasyliriifolia, Tillandsia streptophylla y
Brassavola venosa sobre Rizhophora mangle

Belleza escénica

El servicio ambiental que aporta la belleza escénica es fundamental para el equilibrio del
ser humano. Además, se vincula con la conservación de las áreas naturales, tanto las
protegidas por la ley ambiental como aquellas que no lo están, en la medida en que puede
generar un encadenamiento de actividades productivas que fomenten el desarrollo comunitario
sobre bases de sustentabilidad (SEMARNAT, 2003).

Para la realización de este trabajo se aplicaron 237 encuestas a turistas de 21 países


diferentes siendo México, EUA, Canadá y España, los que tuvieron mayor número de
participantes. Los entrevistados que expresaron mayor gusto para disfrutar y admirar la
naturaleza y sus bellezas, fueron los provenientes de México, EUA, Canadá, Brasil, España,
Francia, Perú y Venezuela.

El resultado del gusto de los turistas entrevistados para decidir el lugar donde pasar sus
vacaciones por el tipo de imágenes que eligieron fue el siguiente: el 16.5% asignaron una
calificación como máxima de 10 al grupo de imágenes A, el 37% al grupo de imágenes B, el
31% dieron 10 de calificación a ambas imágenes y al 15.5% asignaron una calificación de 0 ó
5 e indicaron que les eran indiferentes las imágenes, pero que disfrutaban mucho sus
vacaciones en el estado de Quintana Roo.

150
Los resultados indicaron que al 37% de los entrevistados después de observar la opción
de las imágenes B, se mostraron interesados por conocer el concepto de un hotel ecoturístico
como Xpu Ha, lo consideraron como una alternativa para disfrutar sus vacaciones en familia y
consideraron de interés para ellos y sus hijos participar en las actividades ambientales que ahí
se llevaban a cabo.

En el componente 1 el porcentaje de variación explicado por la respuesta fue de 16.69%,


en el componente 2 del 12.03% y en el componente 3 de 10.60%, lo que dio un total de 39.32%,
este valor final indicó que las respuestas de los entrevistados fueron muy independientes entre
sí y por lo tanto no hubo agrupamientos claros, por lo que se puede entender que el turismo
que visita el estado de Quintana Roo no tiene claro el concepto de ecoturismo, además los
entrevistados dijeron no estar enterados que existían en el estado opciones de hoteles
ecoturísticos, que sólo estaban enterados que en los parques temáticos existentes había
actividades de protección y conservación al medio ambiente.

En los resultados por componentes principales (Cuadro 6, Anexo III), las variables que
influyeron en la toma de decisiones del turista entrevistado fueron las siguientes:

Componente 1: expresaron les gusta disfrutar de la naturaleza durante sus vacaciones y


como opción prefirieron el grupo de imágenes B de Xpu Ha Palace, por sus bellezas naturales,
las opciones de actividades ambientales que ofrece y la convivencia que pueden llegar a tener
con el entorno.

Componente 2: les gustaría participar en algún taller o actividad de carácter ambiental


como parte de sus actividades de vacaciones, las opciones que ellos eligieron fueron: educación
ambiental, liberación de la fauna silvestre a su medio natural, limpieza de playas y finalmente
las reforestaciones.

Componente 3: consideraron muy importante que existan en el estado lugares


ecoturísticos como Xpu Ha Palace con el fin de aprovechar de manera consciente y sustentable
los recursos naturales y cuidar de la naturaleza, expresaron en sus respuestas que de ésta
manera consideran se podrán conservar y seguir disfrutando de la belleza de los paisajes que
ofrece el estado de Quintana Roo, en ésta y sus futuras visitas.

151
En los resultados obtenidos en el análisis por conglomerados, se obtuvo una similitud
entre las respuestas de 52 entrevistados de las cuales de México fueron 35, de USA 13, Canadá
2, España 1 y Finlandia 1. Se observó que la mayoría de los entrevistados dieron en sus
respuestas una calificación de 10 al grupo de imágenes A, que pertenecen a la opción del
turismo convencional, pero hay una contradicción ya que también expresaron les gusta mucho
disfrutar de la naturaleza y su belleza durante sus vacaciones, consideran importante que
existan lugares en México dedicados al cuidado de la naturaleza para conservarla, disfrutarla y
conocer más de ella. Ésta respuesta ayuda a determinar que el 50% de los entrevistados
desconocen el concepto de ecoturismo y que al respecto existe todo un campo de oportunidad
para proporcionar la información necesaria a los visitantes sobre este concepto de turismo y de
las opciones que existen en el estado de Quintana Roo y en general en México.

Xpu Ha Palace es un parque hotel ecoturístico que cumple con los objetivos de la política
nacional turística (PNT) y del plan nacional de desarrollo (PND) 2013-2018, (Secretaría de
Turismo, [SECTUR], 2013): Impulsar el ordenamiento y la transformación del sector turístico,
impulsar la innovación de la oferta y elevar la competitividad del sector turístico, impulsar la
sustentabilidad y que los ingresos generados por el turismo sean fuente de bienestar social.

En lo que respecta al objetivo siguiente: fomentar un mayor flujo de inversiones y


financiamiento en el sector turismo y la promoción eficaz de los destinos turísticos, con base en
las respuestas obtenidas se sabe se tiene que trabajar en una campaña de mayor flujo de
información para el turista que visita el estado de Quintana Roo, México y que las nuevas
inversiones que lleguen al estado pueden hacerse en ecoturismo para generar un desarrollo
sustentable en el mismo estado.

Otro de los resultados obtenidos fue que los entrevistados coincidieron que prefieren
observar la fauna silvestre en su ambiente natural, por respeto a la fauna y para su
conservación, para conocer en un futuro más de las especies y para seguir disfrutando
observarlas.

Les gustaría mucho conocer la selva y el manglar a través de caminatas por senderos
interpretativos, así como poder participar en talleres ambientales, eligieron como actividades
preferidas la de educación ambiental, liberación de fauna silvestre a su medio natural como la
tortuga marina, limpieza de playas y reforestaciones.
152
En cuanto a su gusto por la gastronomía la comida típica fue su preferida y finalmente
expresaron que visitan el estado principalmente por sus bellezas naturales, por su cultura y
tradiciones y por la infraestructura hotelera con la que cuenta.

La mayoría de los entrevistados expresaron provenían de grandes ciudades y de lugares


con clima frio o templado, por lo cual en cuanto tienen la oportunidad prefieren disfrutar de sus
vacaciones en lugares con clima cálido y playas hermosas ya que dijeron les fascina la tonalidad
color azul del mar Caribe, el arena blanca, las áreas de arrecife para disfrutar de la biodiversidad
que tienen y les impresiona la vegetación de la selva y el manglar, por eso consideran a este
estado como uno de sus preferidos por contar con todas estas bellezas naturales. Los turistas
que visitaban por primera vez el estado dijeron estar maravillados con las bellezas naturales
que tiene el estado de Quintana Roo, México.

Conclusiones

Las actividades de manejo en las áreas de selva y manglar que durante 12 años han
realizado en Xpu Ha Palace, han contribuido en gran parte a la conservación y preservación
de la diversidad de la flora nativa, así como a la belleza natural del lugar, siendo una opción del
gusto de los turistas tanto nacionales como extranjeros que visitan el estado de Quintana Roo
y sobre todo es un buen ejemplo de la preservación de los recursos naturales para el cuidado
del ambiente, en una industria con derrama económica tan importante para México como es el
ecoturismo.

Las actividades ecoturísticas que se realizan en Xpu Ha Palace son un ejemplo viable de
desarrollo sustentable para la generación de beneficios ecológicos, económicos y sociales para
las comunidades del entorno siendo una fuente de empleo y sustento familiar.

Recomendaciones
De acuerdo con el estudio, se requiere brindar mayor información al visitante sobre las
diversas opciones de ecoturismo que puede encontrar en el estado de Quintana Roo, México.

153
Es importante realizar futuras investigaciones sobre los beneficios que genera Xpu Ha
Palace para determinar su viabilidad social y económica en la conservación de los recursos
naturales del lugar, tomando en cuenta los programas de manejo de conservación de la flora y
la fauna nativa, el manejo y ahorro de agua y energía eléctrica, el manejo y disposición de
residuos, el programa de educación ambiental dirigido a los turistas y a la capacitación que
reciben los colaboradores de la empresa.

Literatura citada

Agraz-Hernández, C. M., García-Zaragoza, C., Osti-Saenz, J., y Chan-Keb, C. (2009).


Caracterización de los manglares en los estados de Campeche y Quintana Roo, México.
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Programa Nacional de Investigación en Recursos Naturales y Ecología. México.

Barrasa, G. S. (2013). Valoración de la calidad estética de los paisajes de La Habana (Cuba)


con métodos de participación social. Estudios Geográficos, 74(274), 45-66.

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de muestreo para manejadores de recursos naturales (2da ed., pp. 389-413). UNAM,
México.

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156
ANEXO I.

Imagen
A

Figura 5. Fotografías de hoteles convencionales en Quintana Roo, México.

157
Imagen
B

Figura 6. Fotografías de Xpu Ha Palace, Quintana Roo, México.

158
ANEXO II.

Cuadro 4. Especies arbóreas y su Índice de Valor de Importancia (IVI) de la selva de Xpu Ha Palace, Quintana Roo, México.
Familia Nombre científico Nombre común Selva Selva conservada Selva con
maya Conservada y con manejo manejo
Anacardiaceae Metopium brownei (Jacq.) Chechem, 16.87 2.19 6.84
Urban Boxchechem,
Kabal chechem
Apocynaceae Plumeria obtusa L. / Plumeria Flor de mayo 2.02 2.63 1.85
rubra
Apocynaceae Thevetia gaumeri Hemsl. Akits, Acits, 4.49 6.56 3.95
Sakits.
Arecaceae Coccothrinax readii Nacax * 1.99 6.90 5.82
Arecaceae Pseudophoenix sargentti W. Caribeña, Kuka, 0.00 0.76 0.65
Wendland ex Sargent Ya´axhalalche **

Arecaceae Sabal japa C. Wright ex H.H. Huano 1.05 0.00 0.00


Bartlett
Arecaceae Thrinax radiata Lodd. Ex J.A. & Chit 3.44 2.71 4.90
J.H. Schult.

Bombacaceae Ceiba pentandra (L.) Gaertn. Ceiba, pochota, 0.00 0.99 0.00
yaxché
Bombacaceae Ceiba schottii Britten & Baker Pi´im, pochote 0.00 2.67 0.32
Boraginaceae Cordia alliodora (Ruiz & Pav.) Bojom 0.00 0.20 0.44
Oken
Boraginaceae Cordia dodecandra A.DC. Siricote, 5.92 3.20 4.26
chakopté, k´an-
k´opté, kopté
Burseraceae Bursera simaruba (L.) Sarg. Chacá, Palo 33.00 14.94 14.17
mulato, Chacah.
Capparidaceae Capparis cynophallophora L. Box ché 1.34 1.16 0.32
Ebenaceae Diospyros anisandra S.F. Blake Siliil, k'ak'alche 18.40 19.66 29.28
159
Familia Nombre científico Nombre común Selva Selva conservada Selva con
maya Conservada y con manejo manejo
Erythroxylaceae Erythroxylum rotundifolium Ikil ché, Baak 2.23 3.54 2.78
Lunan soot´s, X-ik´ché
Euphorbiaceae Croton aff. glabelus L. Peskuts 0.00 2.21 0.53
Euphorbiaceae Dalechampia schottii Mo´ol koh, Mool 0.23 1.84 0.15
koh
Euphorbiaceae Sebastiana adenophora Pax & Chechem blanco, 3.19 7.72 1.36
K. Hoffm. veneno ché, sak
chechem
Fabaceae Acacia collinsii Saff. Subin, cornezuelo 3.19 2.02 0.65
Fabaceae Acacia gaumeri S.F. Blake Box catsim 9.13 10.33 2.39
Fabaceae Bauhinia divaricata L. Tsuruktoh 4.27 1.43 4.18
Fabaceae Bauhinia jenningssi P. Wilson Ts´uru´tok´, cola 1.53 0.88 1.91
de gallo, pata de
venado.
Fabaceae Bauhinia variegata L. Pata de vaca, 3.59 3.31 5.05
Ts'ulubtok, u y oc
wacax, Ts´uru´tok
Fabaceae Caesalpinia gaumeri Greenm. Kitinché 1.71 0.10 5.56
Fabaceae Caesalpinia mollis (Kunth) Chakte´ 0.00 3.26 2.14
Spreng
Fabaceae Caesalpinia yucatanensis Tak ´inché, Top 8.11 10.31 5.26
Greenm. lajum, Topk´um
Fabaceae Chloroleucon mangense (Jacq.) Yaxek´ 3.63 0.00 0.00
Britton & Rose.
Fabaceae Gliricidia sepium (Jacq.) Kunth Sak ya´ab, Balché 3.19 3.68 6.90
ex Walp. keej, Cocoite.
Fabaceae Lonchocarpus rugosus Benth. Kanasin 0.45 1.01 0.00
Fabaceae Lysiloma latisiliquum (L.) Benth. Boox Tsalam, 0.52 0.81 1.22
Tsalam, Dzalam,
Tzalam, Tzukté

160
Familia Nombre científico Nombre común Selva Selva conservada Selva con
maya Conservada y con manejo manejo
Fabaceae Piscidia piscipula (L.) Sarg Ja´abin, Jabín, 3.59 4.91 5.46
Habín,
Fabaceae Pithecellobium dulce (Roxb.) Tsiuche, Ts´iuché 1.35 7.27 8.72
Benth
Fabaceae Platymiscium yucatanum Subinché 7.63 3.17 3.71
Standley
Fabaceae Senna racemosa (Mill.) H.S. Xk´anlol, X- 0.56 2.04 0.00
Irwin & Barneby k´anlol ché
Flacourtiaceae Casearia nitida (L.) Jacq. Xi´imché, Ixi´im 1.66 0.45 0.00
ché
Flacourtiaceae Laetia thamnia P. Browne ex L. Chauche´ 6.23 2.82 5.52
Flacourtiaceae Samyda yucatanensis Standl. Puus mucuy, 1.04 4.68 3.20
Puuts´ mukuy,
Limonché,
Malvaceae Hampea trilobata Standley Majahua, Hool, 1.99 4.46 3.24
Moho.
Malvaceae Helicteres baruensis Tsutsup 0.40 1.10 2.36
Menispermaceae Hyperbaena winzerlingii Standl. Naranjillo, X- 21.93 11.62 9.13
chooch kitam
Moraceae Brosimum alicastrum Sw. Ramón, Ox 3.33 4.89 3.47
Moraceae Ficus cotinifolia Kunth / Ficus Álamo, copó, 1.77 5.51 7.04
maxima Miller higuerón
Moraceae Chlorophora tinctoria (L.) Mora 0.40 0.02 0.80
Gaudich. Ex Benth.
Myrsinaceae Parathesis cubana (A. DC.) Plomoche´ 3.59 8.09 4.66
Molinet & M. Gómez
Myrtaceae Calyptranthes pallens Griseb. Chakni, K´a´ak 18.45 28.36 32.82
koolebil
Myrtaceae Psidium sartorianum (Bergius) Guayabillo, X- 12.92 19.92 12.44
Nied. pichi´che´

161
Familia Nombre científico Nombre común Selva Selva conservada Selva con
maya Conservada y con manejo manejo
Nolinaceae Beaucarnea pliabilis (Baker) & Tsipil, (oiispil), 2.43 0.45 0.32
Rose despeinada *
Nyctaginaceae Neea psychotrioides J. D. Smith Ta´ts´i, tatsi 5.18 9.56 12.21
Piperaceae Peperomia obtusifolia (L.) A. K´aan chunuup, 9.44 4.39 4.16
Dietr. Mata palo
Polygonaceae Coccoloba spicata Lundell Boob, boobche´, 0.00 0.00 1.94
x-boobche´
Polygonaceae Gymnopodium floribundum Ts´i´ts ilché 6.23 9.96 12.81
Rolfe
Polygonaceae Neomillspaughia emarginata Sak its´a 2.13 1.99 1.09
(Gross) Blake
Rhamnaceae Colubrina greggii S. Watson var. Pimientaché, puc- 1.20 0.00 2.93
yucatanensis M.C. Johnst. yim, yax-puc-yim,
pook'im - (Kaxil),
balsamo de los
Mayas
Rhamnaceae Karwinskia humboldtiana (J.A. Lu´umché, 0.00 0.59 3.44
Schultes) Zucc. pimientillo
Rhamnaceae Krugiodendron ferreum (Vahl) Chintok´, Quiebra 2.80 0.92 1.55
Urb./ Caesalpinia vesicaria L./ hacha
Acacia dolichostachya
Rubiaceae Alseis yucatanensis Standl. Ja´as ché, 4.86 5.52 5.99
Haasche,
Kakaoche,
Tabaquillo,
Papelillo, K´utsché
Rubiaceae Antirhea lucida (Sw.) Benth & Palo de rosa 8.82 2.70 2.19
Hook. f.
Rubiaceae Guettarda combsii Urban Tastab 0.11 0.13 8.11
Rutaceae Esenbeckia berlandieri Baill. Naranjoche´ 0.58 1.57 1.18
Subsp. Berlandieri
162
Familia Nombre científico Nombre común Selva Selva conservada Selva con
maya Conservada y con manejo manejo
Sapindaceae Exothea diphylla (Standley) Wayamcox 1.71 0.37 1.63
Lundell
Sapindaceae Talisia olivaeformis (HBK.) Guaya, Uayab, 17.68 25.10 8.42
Radlk. Uayum.
Sapotaceae Manilkara zapota (L.) v. Royen Chicozapote, Ya, 6.42 5.45 4.91
Chicle, Sak ya
Sapotaceae Pouteria campechiana (Kunth) Kaniste´ 6.45 3.79 5.18
Baehni
Sapotaceae Sideroxylon gaumeri Pittier Caracolillo 0.84 0.00 0.00
Ulmaceae Trema micrantha (L.) Blume Sakpixoy 0.13 0.00 0.48
Verbenaceae Vitex gaumeri Greenm. Ya´axnik 2.68 1.17 5.99
* Especie endémica
** Especie no endémica y amenazada

163
Cuadro 5. Árboles de manglar y su Índice de Valor de Importancia (IVI) en Xpu Ha Palace Quintana Roo, México.
Manglar con Manglar Distribución
Familia Especie Nombre común
manejo conservado y categoría

Mangle rojo, mangle


colorado, mangle tinto
(nombres más comunes
Rhizophora Endémica y
Rhizophoraceae usados en toda su área 180.23 199.83
mangle L. Amenazada
de distribución); candelón
(Sin., Col.); tabché,
xtapché (maya, Yuc.)

Mangle blanco, (nombres


más comunes usados en
Laguncularia
toda su área de No endémica
Combretaceae racemosa C. F. 98.23 59.09
distribución); mangle y Amenazada
Gaertn.
amarillo (Sontecomapan,
Ver.).

Conocarpus No endémica
Combretaceae Mangle botoncillo 21.54 41.08
erecta y Amenazada

164
ANEXO III.

Cuadro 6. Resultados para belleza escénica que determinaron la influencia del factor en la toma de decisiones
con relación a los componentes de las imágenes A y B y de la encuesta.
Componente Componente
Factor Componente 1
2 3
Imagen A 0.4162 0.3245 0.3017
Imagen B -0.7145 -0.0652 -0.0075
Gusto por la naturaleza 0.8237 0.0120 -0.0736
Actividades acuáticas 0.0000 0.0000 0.0000
Actividades terrestres 0.0187 -0.4248 -0.4713
Conocen Ecoturismo 0.5062 -0.1001 0.1466
Importancia de lugares ecoturísticos 0.2052 0.2601 0.5368
Por qué la importancia de lugares
-0.1754 -0.2686 -0.5552
ecoturísticos
Observar la fauna en ambiente natural 0.0000 0.0000 0.0000
Razones para observar fauna -0.1848 -0.1466 0.2998
Conocer de la Vegetación Selva y manglar 0.3650 0.0321 -0.4753
Actividad de Taller ambiental 0.2113 -0.7311 0.0438
Por qué elegir ese taller ambiental -0.2291 -0.4674 0.1753
Tipo de comida 0.3613 -0.1735 0.2783
Razones para visitar el Estado 0.2875 -0.5639 0.1260

165
Capítulo 8
Nutrición para el rápido crecimiento de plantas de caoba
(Swietenia macrophylla King)
Ranferi Maldonado Torres1, Edna Álvarez-Sánchez1, Amparo Borja de la Rosa2, Marcela
Karina Mora Patiño1

Resumen
Actualmente hay sobreexplotación de caoba (Swietenia macrophylla), en campo ha
comprometido la estabilidad de los ecosistemas y limitado su desarrollo. La producción de
plantas de calidad en el menor tiempo posible durante su crecimiento en vivero, se convierte en
un reto dentro del manejo sostenible de esta especie. En la presente investigación se generó
una propuesta de manejo nutrimental para promover el desarrollo rápido de brizales de caoba
mediante tratamientos de fertilización y suministro de CO 2. En birzales de caoba cultivados en
macetas de 5 L se evaluó: nutrición mineral balanceada; adición de composta (20 g kg-1);
inoculación con multicepa de micorriza (5 g kg-1); inyecciones de CO2 (1000 µmoles mol-1, flujo
de 5 a 7 L, aplicando una hora, dos veces por semana durante dos meses). El diseño factorial
completo generó 16 tratamientos. Las variables evaluadas fueron: altura, biomasa total y tasa
fotosintética. También se observaron los cambios estructurales del tallo en cortes histológicos.
La nutrición mineral asociada con suministro de CO2, aumentó significativamente altura y
biomasa total. También se manifesto un incremento significativo en diámetro de vasos
vasculares y grosor del último anillo. La fertilización con CO2 y sus interacciones con el resto de
los factores estudiados favoreció la actividad fotosintética.

Palabras clave: crecimiento y desarrollo, nutrición mineral, composta, micorrizas y CO2.

Autor para correspondencia: ranferimt@yahoo.com.mx


1Maestría en Agroforestería para Desarrollo Sostenible. Universidad Autónoma Chapingo
2Maestría en Ciencias en Ciencias Forestales. Universidad Autónoma Chapingo

166
Introducción
La caoba es originaria de América tropical y su distribución abarca desde el norte de
Veracruz, en México, América central, hasta Sudamérica en Colombia, Venezuela, Ecuador,
Brasil, Bolivia y Perú. Por su belleza, color y resistencia, la madera de caoba es muy apreciada
y altamente demandada en el mercado nacional e internacional. Los mayores proveedores de
esta madera son Bolivia, Brasil, Nicaragua y Perú, mientras que los principales mercados de
destino para las maderas preciosas, entre ellas la caoba, son Estados Unidos, Japón y la Unión
Europea. Por su parte, las reservas mundiales de la caoba en las selvas tropicales de Centro y
Sudamérica se encuentran en franco descenso, situación que ha propiciado que el cultivo de
ésta sea una oportunidad de negocio para el abastecimiento de madera de esta especie y la
instalación de plantaciones comerciales. La reducción en la producción se ha debido al deterioro
de las áreas de producción de esta especie, estimadas en 80% para América Central y en 60
% en América del Sur. A pesar de los controles más estrictos de extracción y comercio de esta
madera, las poblaciones naturales han disminuido estrepitosamente, causado por la alta
demanda internacional y precios altamente lucrativos, al aumento de la tala ilegal y los períodos
muy largos de corte en las plantaciones (Mize y Negreros-Castillo, 2006).

En México el precio promedio en patio de la madera de caoba es de $4,000.00 metro


cúbico, pero si tan sólo se elaboran troncos aserrados de ciertas dimensiones el precio se
incrementa a $6,000.00 pesos por metro cúbico. Los precios de la madera de caoba a nivel
comercial se han incrementado hasta los $11,000.00 el metro cúbico, situación contraria ocurre
cuando se venden los árboles en pie ya que el precio desciende hasta los $2,200 pesos el metro
cúbico (Sistema Nacional de Información Forestal 2016) . Por su parte, el consumo de madera
en México ha superado ampliamente la producción nacional durante los últimos tres lustros.
Tan sólo para 2005 el consumo de madera por cada mil habitantes se estimó en casi 400 metros
cúbicos. Esta tendencia ha llevado a depender de las importaciones de Centro y Sudamérica,
para satisfacer las necesidades del mercado interno. Aunque en México existen regiones como
Campeche, Chiapas, Tabasco, Veracruz, Oaxaca, Quintana Roo y Yucatán, que cuentan con
las condiciones agroclimáticas de altitud, suelos, temperaturas, precipitaciones y humedad y
con altos rendimientos unitarios, no se ha incursionado en el cultivo de esta especie.

167
En respuesta a los problemas mencionados, en los países con potencial forestal para la
caoba se han impulsado programas de reforestación, restablecimiento de las plantaciones con
fines de explotación comercial controlada, pero los resultados han sido escasos. Algunas de las
causas, se han debido a la baja supervivencia de esta especie en campo. Para ello, se requiere
de un manejo nutrimental de los árboles en la fase de vivero que asegure la producción de
individuos vigorosos, tolerantes al estrés durante el trasplante y capaz mantener un alta tasa de
crecimiento desde el momento de la plantación (Román, Vargas, Vaca, Santos y Alarcón, 2001).

Es conocido que el manejo nutrimental de las plantas en la fase de vivero a través de la


fertilización con productos de síntesis química y abonos orgánicos es determinante en el vigor
de la planta y desarrollo radical (Tisdale y Nelson, 2003). Dentro de este manejo la inoculación
con micorrizas de especies forestales, ha cobrado importancia debido a que contribuyen a
aumentar la densidad radical (Urrestarazu, Mazuela y Alarcón, 2006), la absorción de
nutrimentos, con beneficios particulares para el acceso de los iones que normalmente se
difunden con lentitud hacia el interior de las raíces, especialmente H 2PO4‾ y K+ (Marschner,
2011). Otra práctica importante en la producción de plantas de crecimiento lento en vivero, es
la fertilización carbónica. Investigaciones realizadas en brinzales de pino han demostrado que
la fertilización con CO2 favorece el crecimiento de la planta en términos del diámetro del tallo y
de los meristemos de la semilla (Landis, Tinus, McDonald y Barnett, 1989). Esta práctica podría
ayudar a promover la producción de caobas vigorosas, resistentes a factores climáticos y
saludables en vivero, con mayor sobrevivencia después del trasplante en el campo.

Con base en lo anterior, la presente investigación tuvo como objetivo evaluar la respuesta
de una fertilización balanceada combinada con micorriza, composta y dióxido de carbono, en el
rápido desarrollo, acumulación de nutrientes y cambios estructurales en el tejido del tallo, en
plantas de caoba durante la fase de vivero.

Materiales y métodos
Plantas de caoba (Swietenia macrophylla) de cinco meses de edad, con una altura
promedio de 75 cm y con un número de 10 a 15 hojas, se cultivaron en macetas con 5 kg de
capacidad. El suelo utilizado se caracterizó por ser de pH fuertemente ácido (pH 5.5), sin

168
problema de sales (0.18 dS m-1), con un contenido medio (2.56%) de materia orgánica
determinado por el método de Walkley y Black, muy rico (0.31%) en nitrógeno total y bajo en
nitrógeno inorgánico (25 mg kg-1) determinados por Kjeldahl, muy bajo (3.5 mg kg-1) en fósforo
extractable evaluado por el método Bray-1, bajos contenidos de cationes intercambiables
extraídos con acetato de amonio 1 N a pH neutro, potasio (70 mg kg-1), calcio (604 mg kg-1) y
magnesio (59.5 mg kg-1 ). La concentración de micronutrientes extraídos con DTPA, resultó bajo
en zinc (1.5 mg kg-1), muy bajo en manganeso (3.6 mg kg-1), muy bajo en cobre (0.9 mg kg-1) y
alto en hierro (42 mg kg-1) (NOM-182-SSA1-1998).
Los factores estudiados incluyeron la nutrición mediante la aplicación de fertilizantes
minerales, composta, inoculación con cepas de micorriza y aplicación de CO 2 atmosférico. La
dosis aplicada de fertilizante mineral fue de 52.04 mg kg -1 de N derivado de NH4NO3, 49.1 mg
kg-1 P2O5 procedente de NH4H2PO4, 709.1 8mg kg-1 K2O proveniente de K2SO4, 317.82 mg kg-
1 CaO como CaCO3, 35.28 mg kg-1 de MgO suelo de la fuente de MgSO4.7H2O, 3.6 mg kg-1 Fe
como FeSO4.7H2O, 46.4 mg kg-1 de Mn del MnSO4, de Zn fueron 48.6 mg kg-1 como ZnSO4, de
cobre fueron 28.5 mg kg-1 derivado CuSO4.5H2O y 6.7 mg kg-1 B como Na2B8O13.4.H2O. De
composta se adicionaron 4 g kg-1 de suelo, con las siguientes características: 40% de humedad,
38.5% de materia orgánica, 1.5% N, 0.43 % P, 2.64% K, 8.63% Ca, 0.71% Mg, 2152 mg kg -1
Fe, 122 mg kg1 de Mn, 90 mg kg1 de Zn, 14 mg kg1 de Cu y una densidad aparente de 0.64 g
cm-3. El propágulo de hongos endomicorrízicos denominado comercialmente como Endospor,
estaba compuesto por una multicepa (Cigaspora margarita, Glomus mosseae, G. clarum, G.
deseticola, G. etunicatum, G. brasilianum, G. intraradices) y fue aplicado en una dosis de 1 g
kg de suelo-1. Estos materiales se adicionaron disueltos en el agua de riego al momento de
realizar el trasplante.
Para la aplicación de CO2 atmosférico se construyeron dos cámaras con polietileno
transparente, de 3.20 x 1.04 x 2.20 m de largo-ancho-alto, para los tratamientos respectivos. La
aplicación de CO2 (99.97% de pureza) se controló con un regulador de presión calibrado a un
flujo de salida de 10 L minuto-1. El tiempo de aplicación fue de una hora dos veces por semana
durante dos meses. La manguera de inyección se colocó a lo largo de la cámara y contaba con
orificios que permitían una distribución uniforme del gas. La concentración de CO2 en la cámara
después de la aplicación del gas, era de 1000 µl L-1 CO2. La cámara con el tratamiento de CO2
fue mantenida cerrada por 24 horas, después de cada aplicación. Las unidades experimentales
169
sin inyección de CO2 también fueron colocadas en una cámara de polietileno transparente, para
igualar condiciones ambientales en todos los tratamientos. Los tratamientos ensayados se
presentan en el Cuadro 1.

Cuadro 1. Combinación de factores nutrición mineral, micorrizas,


composta y CO2.
Factores de estudio
Tratamientos
N. Mineral Micorrizas Composta CO2
- - - -
T1 - - - CO2
T2 - - C -
T3 - - C CO2
T4 - M - -
T5 - M - CO2
T6 - M C -
T7 - M C CO2
T8 N - - -
T9 N - - CO2
T10 N - C -
T11 N - C CO2
T12 N M - -
T13 N M - CO2
T14 N M C -
T15 N M C CO2
N = Nutrición mineral, M = Micorrizas, C = Composta, CO2 = Dióxido de carbono

Diseño experimental: El diseño experimental empleado fue completamente al azar con


cuatro repeticiones. El diseño de tratamientos fue un factorial 2 4 derivado de cuatro factores
[Nutrición mineral (N), micorriza (M), composta (C) y dióxido de carbono (CO2)] con dos niveles
(presencia y ausencia de fertilizante) cada uno. El modelo en que se basó el análisis de varianza
fue el siguiente (Martínez, 1988):

Yijklm = µ +Ni + Mj + Ck + CO2l + (NM)ij + (NC)ik + (NCO2)il + (MC)jk + (MCO2)jl+ (CCO2)kl + (NMC)ijk
+ (NCCO2)ikl +(MCCO2)jkl + (NMCO2)ijl + (NMCCO2)ijkl + Σijklm
I, j, k, l, m= 1, 2
m= 1, 2, 3, 4

170
Donde:
Yijklm = es la observación correspondiente a la repetición m de la combinación de los niveles i, j,
k y l de los factores N, M, C y CO2, respectivamente
µ = es la media general
Ni = es el efecto del nivel i en nutrición mineral
Mj = es el efecto del nivel j en micorriza
Ck = es el efecto del nivel k en composta
CO2l = es el efecto del nivel l en dióxido de carbono
(NM)ij = es la interacción entre los factores Ni y Mj
(NC)ik = es la interacción entre los factores Ni y Ck
(NCO2)il = es la interacción entre los factores Ni y CO2l
(MC)jk = es la interacción entre los factores Mj y Ck
(MCO2)jl = es la interacción entre los factores Mj y CO2l
(CCO2)kl = es la interacción entre los factores Ck y CO2l
(NMC)ijk = es la interacción entre los factores Ni, Mj y Ck
(NCCO2)ikl = es la interacción entre los factores Ni, Ck y CO2l
(MCCO2)jkl = es la interacción entre los factores Mj, Ck y CO2l
(NMCO2)ijl = es la interacción entre los factores Ni, Mj y CO2l
(NMCCO2)ijkl = es la interacción entre los factores Ni, Mj, Ck y CO2l

Variables evaluadas

Crecimiento: Se evaluó la altura de planta (iniciando de la base del tallo hasta el ápice
de éste) y diámetro del tallo (base del tallo a ras del suelo) cada dos semanas, después del
trasplante. Con base en estas variables, se estimó el volumen del tallo de cada planta de caoba.
Al término de cinco meses de crecimiento se cuantificó la biomasa de la parte aérea y de la raíz,
separando cada planta en raíz, tallo y hojas. Cada muestra vegetal se lavó con una solución de
HCl al 1%, agua destilada y agua desionizada, se colocó en bolsas de papel y fue secada en
una estufa de aire forzado a 60 °C, hasta peso constante. Posteriormente se determinó la
biomasa seca total producida.

171
Fotosíntesis: Con un equipo de análisis de gases infrarrojo (IRGA) se determinó
fotosíntesis, en hojas jóvenes totalmente desarrolladas. Las mediciones fueron realizadas cada
dos semanas, procurando hacer la evaluación en el momento de mayor actividad fotosintética,
entre las 11:00 y 13:00 horas del día.

Concentración foliar de nutrimentos: El tejido vegetal se digirió mediante una mezcla


diácida (HNO3/HClO4 relación 4:2). En el digerido se determinó la concentración de Ca, Mg, Fe,
Zn, Mn, Cu por absorción atómica y K por fotometría de llama; P por el método del
fosfovanadomolibdato (Jackson, 1970). Para el análisis de N en la muestra vegetal se trató con
una mezcla de ácido sulfúrico-salicílico y posteriormente evaluó en destilación por arrastre de
vapor (Bremmer, 1965).

Estructura del tallo: Para evaluar este parámetro se utilizaron rodajas de tallo de 5 cm de
espesor. Se sometieron a un proceso de ablandamiento en un digestor a una presión de 10 lb
in-2 durante minuto y medio. Una vez ablandados con un xilotomo se obtuvieron cortes
transversales con un espesor de 15 μ. Los cortes se colocaron en frascos con agua destilada,
se decantaron y se agregó colorante (1 g de pardo de Bismarck, disuelto en 100 mL de alcohol
al 50%) hasta cubrirlos. Se mantuvieron en reposo por cinco minutos (López, 2003),
posteriormente, se pasaron por alcohol del 96 y 100%, (durante 30 segundos en cada lavado)
y se lubricaron con xilol. Por último, se colocaron en portaobjetos con una gota de Entellan y se
colocó cubrió con un cubreobjetos. Una vez que la preparación logró secarse se realizaron las
observaciones, de vasos y zonas de crecimiento de la madera de las plantas de caoba.
Las zonas de crecimiento en los cortes histológicos se observaron a través de un
microscopio de circuito cerrado (Nikon), mientras que el diámetro de vasos fue determinado
mediante el programa Motic (2003).

Los datos obtenidos se elaboraron en cuadros, análisis de varianza por cada variable,
gráficas y cuando la interacción entre dos factores fue significativa se realizó la comparación de
medias mediante la prueba de Tukey (Steel y Torrie, 1988).

Resultados y discusión

Los resultados se muestran en cuadros, gráficas y figuras para evidenciar la respuesta


de la caoba a los factores evaluados y la significancia de los efectos obtenidos.
172
Crecimiento. En el Cuadro 2 se muestra el resultado del análisis de varianza obtenido
con la última medición de altura, parte aérea, raíz y volumen de tallo, de los factores principales
y sus interacciones. Los resultados mostraron efectos altamente significativos del CO 2 sobre la
altura y el volumen del tallo, la nutrición mineral con nitrógeno (N) sobre la parte aérea y la
interacción de estos dos factores (CO2*N) sobre la altura de planta, parte aérea, raíz y volumen
de tallo. Resultados similares fueron obtenidos por Landis et al. (1989) quien observó efectos
benéficos del CO2 en el crecimiento de plantas de pino en vivero. La interacción de nutrición
mineral y micorriza también resultó estadísticamente significativa. Este resultado puede ser
atribuido a la diferente respuesta de las micorrizas a la fertilización, algunos hongos se adaptan
(Laccaria laccata y Rhizopogon vinicolor) y otros reducen la formación ectomicorrízica
(Pisolithus tinctorius) (Landis, et al., 1989). Con esto demuestra que se puede mejorar el
desarrollo de plantas en vivero para garantizar su sobrevivencia en el campo (Román et al.,
2001).

Cuadro 2. Significancia de cuadrados medios del factor nutrición mineral (N), micorrizas (M), composta
(C) y dióxido de carbono (CO2) y sus interacciones en altura, parte aérea, raíz y volumen de tallo.
Fuentes de Volumen de
Altura Parte aérea Raíz
Variación tallo
CO2 1056.25** 1066.75 13.53 17097.8**
C 2.25 363.90 1.47 24.7
C*CO2 0.25 174.40 3.20 1111.1
M 81.00 67.63 4.92 1759.9
M* CO2 49.00 503.38 0.67 2213.3
M* C 121.00 86.32 0.0004 327.2
M*C*CO2 182.25 758.38 23.12 577.2
N 9.00 9901.49** 4.07 4568.4
N*CO2 289.00** 3693.14** 82.96** 7575.3**
N*C 12.25 462.51 4.91 757.4
N*C*CO2 49.00 111.54 2.87 0.9
N*M 552.25* 284.30 43.41* 3384.1
N*M*CO2 256.00 797.70 30.95 137.3
N*M*C 12.25 1685.20 11.58 1363.7
N*M*C*CO2 90.25 393.08 4.97 210.6
Error 6332.00 25215.45 432.63 1841.1
CV 11.57 23.56 17.42 19.5
Media 99.25 97.25 17.23 1841.1
* α ≤ 0.05, ** α ≤ 0.01

173
Para evidenciar los efectos principales se realizaron las pruebas de comparación de
medias por Tukey, obteniéndose los resultados que se muestran en el Cuadro 3.

Cuadro 3. Significancia de efectos principales de las variables evaluadas en árboles de caoba.


Tratamiento Diámetro Altura Parte Raíz Biomasa
basal (cm) (cm) aérea (g) (g) Total (g)
Nutrición Con 1.50ª 99.6ª 109.7ª 17.5ª 127.2ª
mineral Sin 1.46ª 98.8ª 84.8b 16.9ª 101.8b
Micorriza Con 1.48ª 98.1ª 98.3ª 16.9ª 115.2ª
Sin 1.49ª 100.4ª 96.2ª 17.5ª 113.7ª
Composta Con 1.48ª 99.0a 99.6ª 17.4ª 117.0a
Sin 1.47ª 99.4ª 94.8ª 17.1ª 111.9ª
CO2 Con 1.50ª 103.3ª 101.3ª 17.8ª 118.1ª
Sin 1.45ª 98.2b 93.2ª 17.7ª 110.8ª
CV 7.92 11.5 23.5 17.4 21.3

La significancia de efectos mostró que la aplicación de nutrición mineral sobre el


crecimiento de la parte aérea y la producción de biomasa total, mientras que la aplicación de
CO2 solo afectó significativamente la altura de plantas. El resto de los factores tuvieron efectos
similares en diámetro basal, altura, parte aérea, raíz y biomasa total.

En la Figura 1 se muestra el efecto de la adición de N y CO2 en las variables de respuesta


parte aérea, raíz y volumen de tallo.

Se puede observar que una nutrición balanceada con nitrógeno en la fase de vivero y la
aplicación de CO2, favorecieron el desarrollo aéreo, radical, volumen de tallo y en consecuencia
la biomasa total. Esto pudo ser resultado de una buena nutrición, la cual fomentó una mejor
asimilación de nutrientes (Landis et al., 1989), y al combinarse con el CO2 incrementó la
fotosíntesis de las plantas dando como consecuencia una mayor acumulación de biomasa
(Landis et al., 1989; Román et al., 2001; Sánchez-Espino, Larqué-Saavedra, Nava-Sánchez y
Trejo, 2000).

174
Figura 1. Efecto del N, CO2 y N*CO2 en las variables parte aérea, raíz y volumen de tallo

Rendimiento en altura de plantas de caoba.

En la Figura 2 se muestra la respuesta en altura de la aplicación combinada de N, M, C y CO 2.


Los mejores resultados se obtuvieron con la aplicación de nutrición mineral y CO 2 (N*CO2), con

175
un crecimiento del 40.2 % en cinco meses de estudio. Esto posiblemente se debió a que el CO 2
aumentó la actividad fotosintética de la planta y promovió una demanda de nutrientes mayor y
en consecuencia una provocó la absorción de nutrientes minerales (Landis et al., 1989); de
hecho, todas las aplicaciones que incluyeron CO2 produjeron mayor altura.

Figura 2. Regresión logística del crecimiento en altura para de los factores evaluación en combinación
con CO2.

En la Figura 3 se muestra la respuesta a las aplicaciones de varias combinaciones de N


y CO2 en la variable altura. Los mejores resultados se obtuvieron con la aplicación de nutrición
mineral y CO2 (N*CO2), con un crecimiento del 60% en cinco meses de estudio. Esto
posiblemente se debe a que el CO2 incrementa la actividad fotosintética de la planta y crea una
demanda de absorción de nutrientes minerales (Landis et al., 1989); de hecho, todas las
aplicaciones que incluyeron CO2 produjeron mayor altura

Figura 3. Regresión del crecimiento en altura producida por la aplicación de nutrición mineral (N), dióxido
de carbono (CO2) y con ambas aplicaciones (N* CO2).
176
Figura 4. Regresión logística del crecimiento en volumen para: 1) aplicación de nutrición mineral y
micorriza (N*M), 2) nutrición mineral y composta, 3) micorriza y composta (M*C), 4) micorriza y dióxido
de carbono (M* CO2), 5) composta y dióxido de carbono (C*CO2), 6) nutrición mineral y dióxido de
carbono (N* CO2) y 7) sin ninguna aplicación (T0) enriquecimiento de dióxido de carbono.

En el análisis de las regresiones obtenidos en el crecimiento en volumen del tallo y las


interacciones de los factores demuestra que todas las combinaciones con el factor CO 2 fueron
mejores que las que no, siendo la mayor N*CO2, seguidas de C*CO2 y M*CO2 (Figura 4).
Demostrando que el CO2 estimula la acumulación de biomasa en las plantas (Sánchez-Espino,
Larqué-Saavedra, Nava-Sánchez, y Trejo, 2000; Landis et al., 1989).

Tasa de respiración y fotosíntesis

En la Figura 5, se observa la regresión exponencial de la curva de fotosíntesis de


plántulas de caoba con base a los cuatro factores comparándolos con el testigo. Al analizar la
curva se puede evidenciar que no existieron diferencias significativas en el comportamiento de
los factores y el testigo.

177
Figura 5. Regresión exponencial de fotosíntesis obtenida por la aplicación de micorriza (M), nutrición
mineral (N), dióxido de carbono (CO2), composta (C) y el testigo.

Se comparó el comportamiento en una curva exponencial de las interacciones de los


cuatro factores y el testigo (Figura 6). En donde, existió el mismo desarrollo de la curva anterior,
donde todos los tratamientos tuvieron el mismo comportamiento en su actividad fotosintética.

Figura 6. Regresión exponencial de fotosíntesis para: 1) aplicación de nutrición mineral y micorriza


(N*M), 2) nutrición mineral y composta, 3) micorriza y composta (M*C), 4) micorriza y dióxido de carbono
(M* CO2), 5) composta y dióxido de carbono (C* CO2), 6) nutrición mineral y dióxido de carbono (N* CO2)
y 7) sin ninguna aplicación (T0).

178
Estructura del tallo

En el Cuadro 4, se muestra la significancia que existe en el número y diámetro de vasos


vasculares en función de los factores N, M, C y CO2.

Cuadro 4. Pruebas de significancia de cuadrados medios del diámetro de vasos vasculares de los
factores nutrición mineral (N), micorrizas (M), composta (C) y dióxido de carbono (CO 2) y sus
interacciones a dos niveles cada uno, aplicado a plántulas de caoba.
Tratamientos Diámetro de Vasos (cm)
CO2 422833.1
C 108863.5
C*CO2 30733.9
M 19556.8
M* CO2 1189111.3**
M* C 617386.8
M*C*CO2 146341.6
N 3974792.6**
N*CO2 1385946.4**
N*C 470273.3
N*C*CO2 567498.8
N*M 3368610.6**
N*M*CO2 0
N*M*C 112523.9
N*M*C*CO2 262894.3
Error 162158.5
Coeficiente de Variación 25.86
Media 1556.9
**α ≤ 0.01

El análisis detectó diferencias significativas en el diámetro de vasos en el factor N y en


las combinaciones de los factores M*CO2, N*CO2 y N*M (α ≤ 0.01) (Figuras 7, 8, 9, 10 y 11).

Figura 7. Diámetro de vasos vasculares de la aplicación de M*CO2.

179
Figura 8. Diámetro de vasos vasculares del factor N.

Figura 9. Diámetro de vasos vasculares de la aplicación de N*CO2.

Figura 10. Diámetro de vasos vasculares de la aplicación de N*M.

180
Figura 11. Diámetro de vasos vasculares del testigo.

La prueba de significancia del espesor de último anillo en función de los factores N, M, C


y CO2 se presentan en el Cuadro 5.

Cuadro 5. Pruebas de significancia de cuadrados medios del espesor del último anillo de los factores
(nutrición mineral (N), micorrizas (M), composta (C) y dióxido de carbono (CO 2) y sus interacciones a
dos niveles cada uno, aplicado a plántulas de caoba.
Último anillo
Tratamientos
(mm)
CO2 0.05
C 0.14
C*CO2 0.044
M 0.70
M* CO2 0.003
M* C 0.37
M*C*CO2 0.088
N 1.78*
N*CO2 0.032
N*C 0.56
N*C*CO2 0.112
N*M 0.013
N*M*CO2 0.36
N*M*C 0.054
N*M*C*CO2 0.58
Error 9.45
Coeficiente de Variación 24.02
Media 1.84
* α ≤ 0.05

Para el espesor del último anillo sólo N es significativa (α ≤ 0.05) (Figura 12). Y va de
acuerdo que con una nutrición adecuada se incrementa el contenido de biomasa en la planta
(Román et al., 2001) (Cuadro 5).

181
Testigo (T0) Nutrición Mineral (N)

Figura 12. Diámetro del último anillo en testigo caobas fertilizadas con N.

Conclusiones
De los factores estudiados, la nutrición mineral, sola o en combinación con la fertilización
con dióxido de carbono favoreció el crecimiento y desarrollo de las plántulas de caoba en las
variables altura y producción de biomasa total.

La nutrición mineral fue el factor significativamente más determinante en promover el


crecimiento y desarrollo de la caoba, el diámetro de vasos vasculares y espesor del último anillo
en el tallo en función de los factores N, M, C y CO2.

La suma de estas variables fueron indicativas de un mejor desarrollo y producción de


plántulas vigorosas y de calidad en comparación con aquellas con manejo tradicional.

Literatura citada
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Chemical and microbiological properties, agronomy monograph (pp. 1149-1178). Madison.
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182
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nursery pest and mycorrhizae. Volume 5. The container tree nursery manual. Agriculture
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de Eucalyptus camaldulensis Denhn. Proveniente de la plantación “Ing. Mario Ávila” en
Texcoco, Estado de México. (Tesis de Maestría). Universidad Autónoma Chapingo,
Texcoco, Edo. de México, México.

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Quintana Roo, Mexico. Journal of Sustainable Forestry, 23(3), 83-96.

Norma Oficial Mexicana NOM-182-SSA1. (1998). Etiquetado de nutrientes vegetales.

Román, J. A. R., Vargas, H. J. J., Vaca, C. G. A., Santos, A. T., y Alarcón, B. M. P. (2001).
Crecimiento de plántulas de Pinus greggii Engelm., en respuesta a la fertilización. Ciencia
Forestal en México, 26(89), 19-36.

Sánchez-Espino, P., Larqué-Saavedra, A., Nava-Sánchez, T., y Trejo, C. (2000). Respuesta de


plantas de maíz y frijol al enriquecimiento de dióxido de carbono. Agrociencia, 34(3), 311-
320.

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McGraw-Hill.

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Alarcón. (Ed.), Cultivos sin suelo (pp. 147-173). Reus, España: Ediciones de Horticultura.

183
Capítulo 9
Evaluación nutrimental del suelo y limón mexicano con manejo
convencional y silvopastoril, Apatzingán, Michoacán
Freddy Huerta Ortega1, Ranferi Maldonado Torres1, y Edna Álvarez-Sánchez1

Resumen
Una alternativa de producción de limón sostenible en monocultivo es manejo silvopastoril.
Este manejo tiene como objetivo la obtención de productos de mayor valor y reducir costos de
producción en el sistema, en tanto que los convencionales, obtener mayor volumen por unidad
de superficie. Con base en el el análisis de las propiedades físicas, químicas y biológicas del
suelo, y el estado nutricional de las plantaciones, se compararon ambos sistemas. El sistema
convencional mostró deficiencias de Fe>P>Mn>Zn>Mg>Cu>Ca, el silvopastoril de
Fe>Mn>Zn>Cu>P>Mg>Ca, y exceso de K>B>N en ambos sistemas. En convencional frutos
tuvieron en promedio peso fresco de 39.33 g, 4.03 cm de diámetro ecuatorial, 7.59 ºBrix, 15.45
mL de jugo, con pH de 2.18, en contraste en silvopastoril tuvieron peso fresco de 46.49 g, 4.29
cm de diámetro ecuatorial, 7.68 ºBrix, 19.57 mL de jugo y 2.15 de pH. Rendimiento de frutos en
convencional fue 21,17 5kg ha-1, mientras en silvopastoril fue 10,975 kg ha-1. El manejo
silvopastoril también presentó problemas nutrimentales, por lo que requiere ser fertilizado para
mantener producción y calidad máximas y sostenidas.

Palabras clave: Sistemas de producción alimentaria, Diagnostico nutrimental, propiedades del


suelo.

Autor de correspondencia: ranferimt@yahoo.com.mx


1Maestría en Agroforestería para Desarrollo Sostenible. Universidad Autónoma Chapingo

184
Introducción
México se ubica como el quinto productor mundial de cítricos, con una extensión de 520
mil hectáreas establecidas en 23 estados del país, en cuanto a producción de limón mexicano,
ocupa el segundo lugar con un 2,439,477 toneladas, cuyo valor estimado es cercano a los tres
mil millones de pesos (Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y
Alimentación [SAGARPA], 2009).

Las principales regiones citrícolas se localizan en el noreste del país, costas del Golfo,
Península de Yucatán y en la vertiente del Pacifico, en la planicie costera del noroeste (Sonora)
y en la costa de Jalisco, Colima, Guerrero, Oaxaca y Michoacán; para este último estado, se
destaca el Valle de Apatzingán (SAGARPA, 2012).

A pesar de la experiencia en la producción de limón mexicano en el Valle de Apatzingán,


se reporta un manejo deficiente del riego, alta presencia de gomosis, enfermedades virales,
inadecuado control de malezas y aspectos relacionados con la génesis suelo (Maldonado,
Etchevers, Alcántar, Rodríguez y Colinas, 2001). Específicamente la presencia de carbonatos
de calcio libres y el pH alcalino de los suelos, inciden negativamente en la disponibilidad,
acceso, absorción, transporte y asimilación de nitrógeno inorgánico, fósforo, hierro, manganeso,
zinc y cobre, para la nutrición de los limoneros y en consecuencia se provoca una baja
producción (Maldonado et al., 2001; Huang, Li y Sumner, 2011).

El manejo convencional de limón mexicano ha originado una disminución en la fertilidad


del suelo, con repercusión en el rendimiento del cultivo y calidad de la fruta (Maldonado et al.,
2001); ante tal situación se están desarrollando parcelas con manejo silvopastoril, las cuales
presentan una alternativa de rehabilitación del suelo y de los árboles. En este sistema se
combina guaje o Leucaena spp., con pasto tanzania y bovinos de doble propósito (leche y carne)
manejados con cerco eléctrico, oferta de agua en abrevadero, lo que en su conjunto promueve
que el sistema presente una mayor sustentabilidad y rentabilidad financiera, muy por arriba de
los sistemas tradicionales (González y Alcaraz, 2013).

El cultivo de limón es de importancia económica en México, la información sobre sus


requerimientos nutricionales es limitada, como en sistema de producción convencional y menos
estudiada como sistema silvopastoril, ya que al aumentar el número de componentes se
complica su análisis entre las interacciones. La ventaja del sistema silvopastoril radica en la
185
diversidad de especies, aporte de materia orgánica, y fijación de nitrógeno cuando se asocia
con leguminosas, con ello se muestran ventajas frente a la producción convencional. Sin
embargo, falta evaluar los cambios en la fertilidad del suelo desde el punto de vista físico,
químico y biológico. Algunos autores mencionan que los animales contribuyen en la
compactación del suelo (Mazorra, Dominguez y Medina, 2003), pero también aumentan la
fertilidad mediante la incorporación de sus heces. De acuerdo con Maldonado et al. (2001) los
suelos de los huertos de limón en el Valle de Apatzingán presentan contenidos de carbonato de
calcio superiores al 1%, pH alcalino (>7.0), pobres en materia orgánica (1.4%) y un contenido
de medio a bajo en nitrógeno inorgánico y fósforo, altos en potasio, calcio, magnesio y bajos en
hierro, manganeso zinc y cobre, condiciones que afectan la fertilidad y nutrición del limón
mexicano, reflejado por la planta en deficiencias nutrimentales.

Por lo anterior, el objetivo de esta investigación fue comparar los sistemas de producción
de limón mexicano, con manejo convencional y silvopastoril a través del análisis de las
propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo, y el estado nutrimental de los árboles que
permita mejorar las condiciones de manejo, para incrementar la producción sin deterioro del
ambiente.

Materiales y métodos
El estudio se llevó a cabo en Apatzingán, Michoacán en dos parcelas experimentales de
limón mexicano de 5 hectáreas cada una, ubicadas a 350 msnm. Se evaluaron dos tratamientos,
una parcela con manejo silvopastoril desde el 2009, donde se combinaron limón mexicano
(Citrus aurantifolia Swingle), leucaena (Leucaena leucocephala variedad Cunningham), pasto
tanzania (Panicum maximum cultivar Tanzania) con fertilización orgánica y bovinos de doble
propósito. Otra parcela de limón con manejo convencional fue establecida desde la década de
los ochenta, cuya fertilización ha sido con productos de síntesis química. La primera fertilización
al suelo se realizó antes de la floración, con sulfato de amonio más triple 17, en una dosis de
2.5 kg/árbol. Al mismo tiempo se hicieron tres aplicaciones foliares de guano de murciélago, a
una dosis de 5 litros/200 L de agua ha -1 por aplicación, cada 10 días; posteriormente dos
aplicaciones de urea foliar en una dosis de 50 kg/2000 litros de agua. Por su parte, el control de
malezas se hizo de forma manual y mecánica. Ambas parcelas han tenido un diseño de
186
plantación en marco real de 7×7 m, con una densidad de 204 árboles ha -1 y con riego por
gravedad.

El clima en la región es tropical, seco estepario, con lluvias de 924 mm durante el verano,
con temperatura entre 8 y 39.8 oC, la condición climática calurosa y la eliminación de la cubierta
vegetal han hecho que el tipo de vegetación dominante sea de selva baja caducifolia, de bosque
tropical espinoso y selva mediana en algunos sitios. El suelo predominante es el Vertisol pélico
(Álvarez-Hernández, Venegas-Flores, Soto-Ayala, Chávez-Vargas y Zavala- Sánchez, 2011).

Análisis de suelo y foliar


Para el análisis de suelo se colectaron cinco muestras inalteradas en forma aleatoria, por
cada parcela experimental a una profundidad 0-30 cm para determinar la densidad aparente,
textura, capacidad de campo y punto de marchitez permanente. También fueron colectadas
otras cinco muestras de suelo por parcela, integradas por 25 submuestras, obtenidas de la zona
de goteo de los árboles de limón. Las muestras se secaron, molieron y tamizaron para
determinar pH, CIC, materia orgánica (Walkley y Black), N inorgánico, P (Bray-1) y determinado
en espectrofotómetro de absorción atómica, K, Ca, Mg, Fe, Mn, Zn, Cu, Mo. La interpretación
se realizó mediante los estándares propuestos por Ankerman y Large (1977); SEMARNAT
(2000).

Para el diagnóstico del estado nutrimental de los árboles de limón mexicano se


obtuvieron 10 muestras de hojas. Cinco muestras de cada parcela, obtenidas de manera
aleatoria mediante la colecta de 100 hojas, cortadas de cada punto cardinal de 25 árboles y se
siguió la metodología por (Maldonado et al., 2001). La interpretación de los resultados
nutrimentales para limón mexicano, se realizó a través del índice de balance Kenworthy (1961)
y Desviación Optima Porcentual (DOP), para lo cual se ocuparon los valores del análisis foliar
(valor de la muestra), comparados con los estándares y coeficiente de variación, generados por
Maldonado et al. (2001).

187
Rendimiento y características del fruto
La cosecha se realizó cuando los frutos estaban en madurez fisiológica y habían
alcanzado un tamaño 31 mm de diámetro, cáscara lisa, color verde intenso y contenido de jugo
de 45 %, aproximadamente (SAGARPA, 2001).

En una hectárea se eligieron y marcaron 5 árboles de limón mexicano, a los que se les
determinó el rendimiento de fruto por árbol y se realizó una estimación de la cosecha por
hectárea. Se obtuvieron cuatro muestras de manera aleatoria cortándose 10 frutos de cada
árbol y por cada sistema de manejo, a los que se les midió el diámetro ecuatorial, peso fresco,
cantidad de jugo, pH y grados (o) Brix del jugo, y porcentaje de humedad. Estas variables fueron
características indicadoras del efecto del manejo convencional y silvopastoril sobre la fertilidad
del suelo y nutrición de la planta.

Temperatura foliar externa. Se determinó mediante un termómetro láser PCE-


Instruments indicado para medir temperatura sin contacto con la hoja, solo a través de la
emisión de una radiación infrarroja. Para ello, se realizaron cinco mediciones de hojas,
apuntando a cinco hojas ubicadas alrededor del árbol y por cada parcela.

Porcentaje de colonización micorrícica. Se colectó una muestra compuesta de raíces


secundarias, en forma aleatoria y por cada hectárea (Ruiz y Davey, 2005). Cada muestra estuvo
integrada por cinco diferentes árboles de limón, lo que resultó en 25 árboles por cada parcela
experimental, para obtener un volumen suficiente de raíces. Con las muestras de raíz se
procedió a la tinción, un procedimiento ampliamente usado con ligeras modificaciones para
visualizar la micorriza V-A (Phillips y Hayman, 1970). Los sistemas fueron analizados
estadísticamente a través de un muestreo con diseño completamente al azar, para sustentar
las principales diferencias entre las variables establecidas (Muñoz- Márquez et al., 2009).

Resultados y discusión
Propiedades físicas. Los resultados encontrados en este trabajo se muestran el Cuadro
1, donde se puede observar que para la variable densidad aparente (Da), el suelo mostró un
proceso grado de compactación debido a que se encontraron valores mayores a 1.7 g cm -3,

188
para ambos sistemas, siendo un valor normal de densidad de 1.1 g cm -3. Por su parte los valores
de textura determinados clasificaron a ambos úselos como arcillosos.

Aunque los suelos fueron de textura arcillosa, en el sistema silvopastoril los porcentajes
de la fracción arena fue un 8.4% más de arena con referencia al convencional, similar porcentaje
de limo y 8.4% menos arcilla. Por lo tanto, se encontró relación con la capacidad de campo,
debido a que la retención de humedad fue un 4.7% menor.

Cuadro 1. Propiedades físicas del suelo con limón mexicano.


Variable Convencional Silvopastoril
Da (g/cm3) 1.74 1.78
Textura Arcillosa Arcillosa
Arena (%) 17.00 25.40
Limo (%) 13.28 13.28
Arcilla (%) 69.72 61.32
CC (%) 68.72 64.02
PMP (%) 58.51 53.02
Densidad aparente=Da (método de la parafina).

Al hacer una comparación con resultados de otras investigaciones se obtuvo un mayor


porcentaje de arcilla, pero mucho menor de limo, comparado con Sustaita, Ordaz, Ortiz y de
León (2000) quienes reportan valores de arcilla de 20%, limo (50%), con estos datos mencionan
que el efecto de la labranza se reflejó en valores altos de densidad aparente, que se
incrementaron conforme aumentó la intensidad de labranza y mayor cuando fue mecanizada.

El agua disponible para los árboles tuvo como límite inferior el punto de marchitez
permanente y como límite superior la capacidad de campo. En la actualidad este concepto es
aceptado para condiciones de suelo sin degradación física, pero es cuestionado para
condiciones de suelos degradados, donde la densidad aparente y resistencia aumentan, la
porosidad se reduce y la distribución y tamaño de los poros se altera (Richard, Cousin, Sillon,
Bruand y Guérif, 2001).

El agua disponible del suelo para los árboles, así como los procesos implicados en su
movimiento dependen del porcentaje de arcilla, los niveles de compactación, el tamaño y el
porcentaje de poros, y el contenido de materia, orgánica, entre otros (Bescansa, Imaz, Virto,
Enrique y Hoogmoed, 2006).

189
Propiedades químicas. En el Cuadro 2 se observa que en el sistema convencional superó
al silvopastoril en diversas variables, excepto en el valor del pH, Mg, Fe y Da. Los valores de N
inorgánico, P y B determinados en el sistema convencional, fueron cercanos al doble de los
encontrados en el silvopastoril, pero con un contenido similar de materia orgánica y Mn, debido
al manejo, componentes vegetales, edad de las plantas, tipo de fertilización y tiempo de
establecimiento.

Cuadro 2. Análisis químico del suelo en sistemas de limón mexicano.


Variable Convencional Clasificación Silvopastoril Clasificación
pH 7.34 Neutro 7.36 Neutro
Materia orgánica (%) 1.97 Bajo 1.73 Bajo
N inorg. (mg kg -1) 8.17 Muy bajo 4.67 Muy bajo
-1
P (mg kg ) 10.97 Medio 3.27 Muy bajo
-1
K (mg kg ) 761.58 Muy alto 670.56 Muy alto
Ca (mg kg -1) 13458.13 Muy alto 10630.00 Muy alto
-1
Mg (mg kg ) 3111.06 Muy alto 3394.03 Muy alto
Fe (mg kg -1) 2.56 Muy bajo 3.06 Muy bajo
-1
Mn (mg kg ) 2.93 Muy bajo 2.89 Muy bajo
Zn (mg kg -1) 3.86 Medio 2.06 Bajo
-1
Cu (mg kg ) 3.80 Muy alto 2.41 Medio
B (mg kg-1) 1.22 Alto 0.60 Bajo
-1
CIC (cmol (+)kg ) 81.83 Muy alta 70.17 Muy alta
Da (t m-3) 0.98 Arcilloso 1.05 Arcilloso
El pH en agua (relación 1:2) suelo agua determinado con potenciómetro, materia orgánica por (Walkley y Black),
N inorgánico (Kjeldahl), P (Bray-1) y determinado en espectrofotómetro de luz, K (espectrofotometría de emisión
de flama), Ca y Mg por volumetría (EDTA 0.01 N), Fe, Mn, Zn y Cu (fueron extraídos mediante digestión húmeda
y leídos en espectrofotometría de absorción atómica), B fue determinado por (azometina-H), Da (probeta).

A pesar de que el nivel de Fe fue muy bajo en ambos sistemas, en los árboles se observó
mayor clorosis férrica en el sistema convencional. El orden de deficiencia de micronutrientes
fueron diferentes, por lo que se manifestó la variabilidad de acuerdo al manejo y se encontraron
algunas similitudes en los resultados, con respecto a lo reportado por Maldonado et al. (2001).

En general, el pH óptimo de los suelos agrícolas puede variar entre 6.5 y 7.0 para obtener
los mejores rendimientos y la mayor productividad (Prasad y Power, 1997). Esto influye en la
disponibilidad de los nutrimentos para las plantas y puede ser la causa de que se presenten
deficiencias y toxicidades (Benton, 2002).

190
El pH de la rizósfera puede diferir del pH del suelo hasta en más de dos unidades,
diferencia que puede cambiar en función del suministro, la fuente de nitrógeno (NH4+, NO3¯ o
fijación simbiótica de N2), el estado nutricional de la planta y la capacidad amortiguadora del
suelo.

El sistema silvopastoril presentó mayor densidad aparente, se determinó que el suelo fue
compactado, debido a la presión ejercida por las pesuñas (pisoteo) del ganado. La
compactación se incrementa cuando el suelo está húmedo, especialmente durante el riego de
los árboles de limón, y esta humedad beneficia al pasto y a la Leucaena leucocephala por estar
en el mismo espacio.

La cantidad de materia orgánica encontrada en el sistema convencional y silvopastoril se


clasificó como baja según la NOM-021 SEMARNAT (2000) y comparado con lo reportado por
Alonso, Sampaio, Febles y Achang (2007) quienes encontraron 4% de materia orgánica.
Aunque este valor supera la concentración reportada por Murray et al. (2011) cuyos contenidos
de materia orgánica, fueron de 0.51%, con un pH de 7.0, CIC de 24.0 cmol (+) kg-1, con Da de
1.4 kg dm3. Al analizar la cantidad de nutrimentos, en el sistema convencional se determinaron
24.01 kg de N ha-1, 32.26 kg de P ha-1, y 2239.05 kg de K ha-1, mientras que en el sistema
silvopastoril se encontraron 14.70, 10.29, y 2112.28 kg de N, P, K ha -1, respectivamente. La
mayor concentración nutrimental de estos elementos, en el sistema convencional, se atribuye
a la incorporación y descomposición de las malezas que desarrollan en los camellones, y al
aporte de minerales a través de la fertilización química del suelo en los arboles de limón. El
silvopastoril se fertilizó de forma orgánica, a través de la fijación de nitrógeno por la Leucaena
leucocephala y aporte de excretas de los bovinos, y descomposición de las hojas de los árboles.

El pH del complejo suelo-rizosfera depende de la solubilidad y la disponibilidad de P,


tanto en los suelos alcalinos como en los ácidos, donde se presentan problemas de fijación de
fosfatos en sólidos insolubles de Ca, Fe y Al (Cruz-Flores, Flores, Alcántar, Trinidad y Vivanco,
2002). Aunado a lo anterior, entre 30 y 70% del P del suelo se encuentra como éster-fosfato en
la materia orgánica del suelo, en complejos cuya principal fracción aparece en derivados del
ácido fítico, el cual, para ser utilizado, debe hidrolizarse por acción de enzimas fosfatasas que
liberan H2PO4¯ y HPO42-, poniéndolos así a disposición de las plantas (Kang y Freeman, 1999).
La baja concentración de Fe en los suelos de esta región es explicada, porque las formas Fe 2+

191
y Fe3+ reaccionan formando productos de muy baja solubilidad como: ferrinihidrita Fe(OH)3 y
goetita (FeOOH) principalmente (Loeppert Hossner y Amin, 1984). La baja concentración de
zinc se debe a que este precipita formando compuestos amorfos insolubles como la smithsonita
(ZnCO3), la franklinita (ZnFe2O4) y la zincita (ZnO).

Diagnóstico del estado nutrimental del limón mexicano

Índice de balance Kenworthy


En el Cuadro 3 se muestran los resultados nutrimentales foliares, y estos indicaron que
en el sistema convencional se encontró una mayor concentración de K, Ca, Mg, Fe, Mn, Zn, Cu,
B y menor concentración de N y P. Los altos porcentajes de N foliar del sistema silvopastoril
podrían deberse a que existen aportes de excretas por los bovinos, además a una posible
fertilización foliar y al N obtenido por la fijación de la Leucaena leucocephala, aumentando los
niveles en las plantas de limón asociado en este sistema.

Cuadro 3. Balance nutrimental foliar de Citrus aurantifolia, mediante índice Kenworthy


Sistema N P K Ca Mg Fe Mn Zn Cu B
---------------- % ----------------- ------------------mg kg-1 --------------
Conven- C 6.23 0.12 2.28 4.18 0.37 35.03 33.23 19.63 9.67 129.3
cional IB 199 66 134 92 84 67 76 79 92 174
ORN P>Fe>Mn>Zn>Mg>Ca=Cu>K>B>N
Silvo- C 7.26 0.14 2.27 3.90 0.35 25.60 23.03 12.03 5.30 84.12
pastoril IB 229 74 134 87 81 62 65 58 66 122
ORN Zn>Fe>Mn>Cu>P>Mg>Ca>B>K>N
C: Concentración nutrimental; IB: Índice de balance; ORN: Orden de Requerimiento Nutrimental.

De acuerdo con el índice Kenworthy el orden de requerimiento nutrimental (ORN), para


el convencional mostró que el P, Fe, Mn y Zn estuvieron abajo del normal, Mg, Ca y Cu
estuvieron en lo normal u óptimo, K arriba de lo normal, pero hubo un exceso de B y N. En el
sistema silvopastoril los nutrientes ubicados abajo de lo normal fueron el Zn, Fe, Mn, Cu, P, Mg,
mientras que solo Ca estuvo en concentración normal. Por su parte, B y K se ubicaron arriba
de lo normal y se observó un exceso de N. Las deficiencias nutrimentales promueven problemas
en el metabolismo vegetal que repercuten en el rendimiento y calidad de la fruta, cada nutriente
192
posee una función específica y no puede ser suplida por otro. Un mecanismo por medio del cual
las plantas extraen el fósforo es a través del dióxido de carbono desprendido por las raíces, el
cual al reaccionar con el agua forma el ácido carbónico, siendo una fuente de iones H +, que
acidifican el medio, este proceso favorece la disolución de los fosfatos insolubles en el suelo
(Ascencio y Lazo, 2001). La deficiencia de Fe debida a una disminución en la disponibilidad de
hierro activo en la planta, es desencadenada por la interacción de factores químicos, físicos y
biológicos presentes, tanto en el suelo como dentro de la misma especie vegetal (Marschner,
1995). La principal deficiencia de hierro en hojas se produce en los cloroplastos por alteración
en su estructura y funciones. Se reduce el número de tilacoides y granas y se altera la estructura
del tilacoide. La reducción de la membrana del tilacoide va acompañada de una disminución de
todos los pigmentos que recogen la luz: clorofilas a y b, y carotenos, si bien los carotenos
disminuyen en menor proporción que las clorofilas y este desequilibrio trae el característico color
amarillo de las hojas cloróticas (Donnini, Castagna, Guidi, Zocchi y Ranieri, 2003). Dichos
cambios pueden ser típicos de cada especie de cultivo, en hojas de limón mexicano deficientes
en Fe, en los cloroplastos los tilacoides se apilan de manera desordenada, con escaso
desarrollo de la grana, además, se afecta el grosor de los parénquimas de empalizada y
esponjoso por cambios en las dimensiones de las células (Maldonado-Torres, Etchevers-Barra,
Alcántar-González, Rodríguez-Alcazar y Colinas-León, 2006). Hojas de pera y durazno Fe-
deficientes no muestran cambios aparentes en cuanto al grosor, pero disminuye el tamaño y el
peso de materia fresca y el diámetro promedio del poro de estomas, sin afectar la densidad de
éstos (Fernández et al., 2008).

Desviación optima porcentual (DOP)


El P, Fe, Mn y Zn estuvieron deficientes tanto en suelo como en el tejido, mientras que
el N, K y B mostraron un exceso al ser interpretado mediante la DOP. Es claro que el exceso
de K foliar se debió a la alta concentración de éste en el suelo.

El calcio, a pesar de la muy alta concentración en el suelo, resultó deficiente y con ello
se afecta la lámina media de las células, se disminuye concentración de proteína contenida en
la mitocondria, y la planta se vuelve más susceptible al ataque de plagas. Por su parte, la
deficiencia de magnesio afecta la molécula de clorofila y reduce la activación de sistemas

193
enzimáticos, el hierro reduce el trasporte de electrones y la síntesis de clorofila y la tasa
fotosintética. La deficiencia de zinc afecta la formación de hormonas y la activación de enzimas
(Azcón-Bieto y Talón, 2008).

De acuerdo a lo presentado en el Cuadro 4, la mayoría de las deficiencias corresponden


a micronutrimentos, por lo que la baja concentración de éstos afectará funciones metabólicas
en el limonero. La desviación óptima porcentual del sistema convencional mostró que los
elementos más deficientes en orden de importancia fueron el Fe>P>Mn>Zn>Mg>Cu>Ca,
mientras que K>B>N se ubicaron en un nivel de exceso.

El sistema silvopastoril a pesar de las ventajas ambientales que ofrece con la asociación
de especies y reciclaje de nutrimentos, presentó problemas en un 70% de deficiencias, además
de P, Ca, Mg, requiere micronutrientes.

La DOP del sistema silvopastoril por el orden de requerimiento nutrimental, fue de


Fe>Mn>Zn>Cu>P>Mg>Ca, con excesos de N, K y B. Se presentaron las mismas deficiencias
en los sistemas, lo que difiere es el orden, coincidiendo solo con el Fe y Ca.

Cuadro 4. Desviación optima porcentual del análisis foliar en sistemas con limón mexicano.
índice Muestra Óptimo DOPC DOPS SDOPC SDOPS Clasificación
Convencional Silvopastoril
N 6.23 7.26 2.80 122.50 159.29 122.5 159.29 Exceso
P 0.12 0.14 0.21 -42.86 -33.33 42.86 33.33 Deficiente
K 2.28 2.27 1.57 45.22 44.59 45.22 44.59 Exceso
Ca 4.18 3.90 4.72 -11.44 -17.37 11.44 17.37 Deficiente
Mg 0.37 0.35 0.49 -24.49 -28.57 24.49 28.57 Deficiente
Fe 35.03 25.60 88.00 -60.19 -70.91 60.19 70.91 Deficiente
Mn 33.23 23.03 55.00 -39.58 -58.13 39.58 58.13 Deficiente
Zn 19.63 12.03 27.00 -27.30 -55.44 27.30 55.44 Deficiente
Cu 9.67 5.30 11.00 -12.09 -51.82 12.09 51.82 Deficiente
B 129.32 84.12 64.00 102.06 31.44 102.6 31.44 Exceso
DOPC=DOP convencional, DOPS=DOP silvopastoril, SDOPC y SDOPS son los valores absolutos para el
sistema convencional y silvopastoril.

Rendimiento de frutos por hectárea


Cada árbol del sistema convencional en promedio produjo 103.8 kg, o lo que es
equivalente a 2638 frutos/árbol, como la densidad de plantación fue de 204 árboles ha -1, se
alcanzó un rendimiento de 21,175 kg ha-1. En el sistema silvopastoril, en promedio cada árbol
produjo 53.8 kg de frutos, se cosecharon 1,157 limones por árbol, y se obtuvo un rendimiento
de 10,975 kg ha-1. Entre las dos formas de manejo de los huertos para producción hubo una
194
diferencia en el rendimiento del 48.2%, los frutos en ambos sistemas fueron de calidad, pero
los mejores se produjeron en el sistema silvopastoril, a pesar de que son árboles de 7 años y
se le realiza una poda intensiva.

Se encontró que el rendimiento del sistema silvopastoril está por abajo del promedio para
la zona de Apatzingán, mientras que el convencional se encontró con 6 t ha-1 por arriba del
promedio, de acuerdo con Maldonado et al. (2001) menciona que el rendimiento promedio de
limón mexicano (Citrus aurantifolia Christm Swingle) en el Valle de Apatzingán (Michoacán,
México) es de 15 t ha-1, pero algunos productores han logrado producir hasta 45 t ha-1. Esta
diferencia entre el rendimiento actual y el posible, sugiere la existencia de problemas de carácter
nutrimental

Noriega-Cantú et al. (2012) encontraron un rendimiento de limón mexicano con manejo


convencional de 11.36 t ha-1 y con manejo orgánico un rendimiento de 10.62 t ha-1, este dato es
inferior al del sistema convencional y similar al del sistema silvopastoril. Pérez-Zamora y
Orozco-Romero (2004) evaluaron el rendimiento de limón mexicano con diferentes dosis de
fertilización nitrogenada, fosfatada y potásica en la cual encontraron que el rendimiento fue
desde 13.19 hasta 31.85t ha-1.

Análisis de las principales variables en los frutos


En el Cuadro 5 se muestran las variables determinadas en los frutos de limón, en el
sistema silvopastoril se encontró mayor peso fresco, diámetro ecuatorial, grados Brix, mililitros
de jugo, gramos de jugo, peso fresco de la cáscara y peso seco de cáscara, pH ligeramente
más ácido.

Cuadro 5. Variables medidas en fruto de limón.


Sistema D. E Jugo Peso Jugo C. F C. S
cm º Brix mL pH --------------g fruto---------------
Convencional 4.03 7.59 15.45 2.18 39.33 15.39 22.09 4.01
Silvopastoril 4.29 7.68 19.57 2.15 46.49 19.74 25.94 4.62
∆Porcentaje 6.4 1.2 26.7 1.38 18.2 28.2 17.4 15.2
Diámetro ecuatorial (D.E), cascara fresca (C. F), cascara seca (C. S), cada una de las variables
corresponden a los promedios de las muestras.

195
De acuerdo a la clasificación de SAGARPA (2001) las cualidades de los frutos se
encuentran en el código 5, se tuvieron frutos de calidad en milímetros y en unidades de producto
por kilogramo, para ambos sistemas de producción, el convencional presentó frutos que
contuvieron 39.13% de jugo, mientras que el silvopastoril 42.46% de jugo. En promedio ambos
sistemas mostraron que por cada kilogramo de limón el 59.20% fue bagazo.

Los frutos en ambos sistemas por las características de su diámetro y peso superan a
los encontrados por Pérez (2002) quien reportó frutos de 34.8 gramos, y estos tuvieron un
47.02% de jugo, con 28.73 frutos por kilogramo, lo que representa 470.02 gramos de jugo por
kilogramo de limón. Por su parte, el sistema convencional presentó 25.42 limones por kilogramo,
391.3 gramos de jugo por kilogramo de limón, mientras que en el sistema silvopastoril produjo
en un kilogramo 21.51 limones y 424.60 gramos de jugo.

El menor porcentaje de jugo tanto en el sistema convencional y silvopastoril, se le


atribuye a las deficiencias y excesos nutricionales, siendo notorio que el silvopastoril se acerca
a lo reportado en la literatura, por lo que se convierte en una opción de producción para
continuar con el cultivo de limón.

Temperatura externa de copa. Se presentó una temperatura de 38.4 ºC en el follaje de


los árboles de limón bajo el sistema convencional, contra 31.0 ºC del sistema silvopastoril, una
diferencia de 7.4 ºC, con ello se demostró que en los silvopastoriles la temperatura se redujo y
tuvo una función en la supervivencia de especies silvestres, además de proveer sombra para
los animales en pastoreo (López, 2007). Por su parte, Pérez, Soca, Díaz y Corzo (2008)
reportan que la temperatura ambiental promedio, durante las horas de la mañana como en la
tarde fue menor en el sistema silvopastoril (23.9 y 26.6 °C, respectivamente), en comparación
con el sitio donde existió únicamente pasto (26.4 y 28.1 °C).

Porcentaje de colonización micorrícica


Respecto al análisis micorrícico se encontraron diferencias entre el sistema convencional
y orgánico, ya que en el convencional tuvo 32.2% de micorrizas, de las cuales 12.7% fueron
vesículas y 19.4% hifas. En el silvopastoril 22.2% de micorrizas, con 6.1% vesículas y 16.1%
hifas, pero al considerar la cantidad de fósforo que hay en los sistemas 32.26 kg ha -1 y 10.29 kg
ha-1, respectivamente. En el convencional le correspondió el 1% de micorrizas por cada
196
kilogramo de fósforo, mientras que el silvopastoril el 2.16% de micorrizas, dato que está
relacionado con la cantidad de fósforo que posee este sistema. Es decir, que a un nivel bajo
fósforo aumentó la asociación con micorrizas. Miyasaka y Habte (2007) en estudios realizados
concluyeron, que la absorción más eficiente por las raíces micorrizadas se debe
fundamentalmente a una aceleración de la disociación del fosfato insoluble.

Resultados similares de micorrizas, del presente estudio fueron obtenidos por Muñoz-
Márquez et al. (2009) quienes determinaron el grado de micorrización natural en árboles de
nogal pecanero (Carya illinoensis K. Koch) y encontraron un rango que fue de 13 a 32% de
infección, con estructuras de vesículas, esporas y micelio.

Otra investigación que reportan un porcentaje de colonización similar fue por Ballesteros,
Unigarro, Rosero y Solarte (2004) correspondió Bactris gassipaes presentó el 20%; Borojoa
patinoi (12%) y Theobroma cacao (8) presentaron los valores más bajos, el mismo autor obtuvo
un resultado superior al presente trabajo, con Musa sp. (48%).

Conclusiones
Los suelos presentaron problemas de compactación, un pH neutro (> a 7.3), bajo
contenido de materia orgánica, muy bajo N inorgánico, Fe y Mn, muy altos en K, Ca, Mg, Cu y
CIC, de medio a bajo en Zn y B.

De acuerdo al índice de balance Kenwhorthy para limón mexicano difieren en el orden,


en el sistema convencional fue P>Fe>Mn>Zn>Mg>Ca=Cu>K>B>N, mientras que en el
silvopastoril Zn>Fe>Mn> Cu>P>Mg>Ca>B>K>N. La (DOP) mostró deficiencias de P, Ca, Mg,
Fe, Mn, Zn y Cu, exceso de N, K, B en ambos sistemas y el macronutriente de mayor limitación
fue el P, entre los micronutrientes más limitantes estuvo el Fe seguido de Zn, Mn y Cu.

Por su parte la temperatura foliar externa de los árboles de limón difirió en 7.45 ºC, siendo
mayor en el sistema convencional respecto del sistema silvopastoril.

El porcentaje de colonización micorrícica fue de 32.22% en el convencional, contra 22.2%


del silvopastoril.

197
Ambos sistemas produjeron frutos de calidad, aunque los mejores estuvieron en el
silvopastoril debido a un mayor peso fresco, porcentaje de jugo, diámetro ecuatorial, y grados
Brix.

El rendimiento por hectárea en el sistema convencional fue de 21,175 kg ha -1, mientras


que en el silvopastoril fue de 10,975 kg ha-1, existiendo una diferencia del 48.2%, pero la calidad
de los frutos en este último sistema fue mayor.

Literatura citada
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202
Capítulo 10
Evaluación nutrimental de plantaciones de Moringa oleifera Lam.
para optimizar la producción de aceite
Margarita Esther Mejía Solís1, Edna Álvarez-Sánchez1, Ranferi Maldonado Torres1, Gustavo
Almaguer-Vargas2.

Resumen
El objetivo de este estudio fue proporcionar recomendaciones de fertilización para
producir semilla y aceite de Moringa oleifera en plantaciones de 2 y 6 años de edad. Se
formularon tratamientos de fertilización a partir de análisis nutrimentales de suelo y foliar
(índices de balance Kenworthy), al inicio y al final del experimento. Las variables evaluadas
fueron: rendimiento de semilla, concentración de aceite y concentraciones nutrimentales
foliares. La fertilización no tuvo influencia en los componentes de rendimiento y disminuyó
significativamente la concentración de aceite. El índice de balance Kenworthy final, mostró que
se corrigieron deficiencias nutrimentales iniciales, pero se incrementaron a nivel de exceso K,
Fe, Cu, Zn, y Mn. Dichas concentraciones nutrimentales se correlacionaron negativamente con
el contenido de aceite. Condiciones alcalinas de suelo y calidad de agua interfieren con el
manejo óptimo de la nutrición de la plantación.

Palabras clave: Moringa oleifera, diagnóstico nutrimental, Índices de balance Kenworthy.

Autor de correspondencia: edna_alvarez30@yahoo.com.mx


1Maestría en Agroforestería para Desarrollo Sostenible. Universidad Autónoma Chapingo
2Instituto de Horticultura. Departamento de Fitotecnia. Universidad Autónoma Chapingo

203
Introducción
El cultivo de moringa tiene cada vez más importancia en los sistemas de producción,
debido a las múltiples propiedades y usos de esta especie vegetal. Las hojas contienen un alto
nivel proteico (mayor al 25%), más vitamina A que la zanahoria, más calcio que la leche, más
vitamina C que las naranjas y más potasio que el plátano (Alfaro y Martínez, 2008; Amaglo,
Bennet, Lo-Curto, Rosa Lo-Turco, et al., 2010; Del Toro, Carballo y Rocha, 2011). Estas
características le confieren importancia en la alimentación humana y en animales como los
rumiantes (Pinheiro, Farías, de Abreu y Urano, 2008; García et al., 2009; Pérez, Sánchez,
Armengol y Reyes, 2010; Ghazanfar, Latif, Hussain y Ahmad, 2011). En la industria química se
utilizan extractos de las hojas de Moringa oleífera que contienen hormonas promotoras de
crecimiento vegetal y son aplicados a otros cultivos por medio de atomizadores (Culver, Fanuel
y Chiteka, 2012; Abdalla, 2013). La semilla contiene una apreciable cantidad de tocoferoles y
entre 19 y 47% de aceite, con más del 70% de ácido oleico el cual está considerado dentro de
los aceites vegetales de más alta calidad (Anwar y Rashid, 2007; Rashid, Anwar, Ashraf,
Saleem y Yusup, 2011). Por ello, este aceite es altamente apreciado en la industria para su
consumo humano, la elaboración de cosméticos, lubricantes de maquinaria y biodiesel.
Derivado de lo anterior, es de gran importancia del estudio de los factores que intervienen en el
rendimiento de semilla y en la producción de aceite.

En Pakistán se han caracterizado las propiedades físicas y químicas del aceite de


moringa, reportándose un contenido de 34.8% de aceite, con una concentración de 73.22% de
ácido oleico (Vlahov, Kripono y Ndalut, 2002; Kleiman, Ashley y Brown, 2008). En Brasil, se
obtuvo un rendimiento de 45t ha-1, con un contenido de 39% de aceite, una concentración de
19% de ácidos grasos saturados y 81% de insaturados, de los cuales el 78% fue del tipo de
ácido oleico (Da Silva, Serra, Gossmann, Wolf, Meneghetti et al., 2010).

Como resultado del tipo de ecosistemas, edades de árboles y variedades, se han


reportado diferencias en rendimiento de vainas, cantidad de semillas y contenido de aceite
(Pinheiro, Farías, de Abreu y Urano, 2008; Ayerza, 2011; 2012).

Un estudio realizado por Anwar, Hussain, Ashraf, Jamall y Lqbal (2006) mostró que
diferentes niveles de salinidad del suelo no afectan significativamente el rendimiento de semilla,
sin embargo, a mayor salinidad los contenidos de ácido oleico, palmítico, α y β tocoferoles se

204
elevan, en tanto que el ácido mirístico se reduce. Estas diferencias de rendimiento de aceite
entre los estudios pueden estar relacionadas con las condiciones nutrimentales del suelo y del
cultivo, el clima y la variedad genética (Da Silva et al., 2010).

Con el propósito de aumentar la productividad del cultivo en rendimiento de semilla y


mejorar el rendimiento y calidad del aceite, resulta importante generar información nutrimental
de las plantaciones de moringa. Investigaciones en palma de aceite Munévar (2001) indica que
el manejo adecuado de la nutrición y prácticas de fertilización tienen una influencia directa con
los niveles de productividad de aceite. La palma de aceite requiere una nivelación de nutrientes
principalmente N, P, K, Mg y S para obtener óptimos rendimientos.

El análisis de suelo y foliar es una herramienta para diagnosticar el estado nutrimental


de los cultivos y realizar acciones de manejo para mejorar los componentes del rendimiento de
forma anticipada. La interpretación de resultados de análisis foliares puede realizarse con la
técnica desarrollada por Kenworthy (1961) el cual considera el valor estándar como el valor
igual a la media de la concentración nutrimental de una población de plantas con altos
rendimientos. A partir de la desviación estándar de la concentración de nutrientes en las
muestras foliares con respecto del estándar, se obtienen los índices de balance de nutrientes
para cada nutrimento.

Con este estudio, se genera información de los requerimientos nutricionales de moringa


para su manejo dentro de las tecnologías agroforestales con fines de producción de aceite, que
en la actualidad, es escasa y que puede resultar en valor agregado para incrementar la
rentabilidad de los sistemas de producción. Por lo tanto, el objetivo de esta investigación fue
evaluar el estado nutrimental de plantaciones de Moringa oleífera en San Gabriel Chilac,
Puebla, mediante análisis foliar y de suelo, para correlacionar la concentración de nutrientes
con el rendimiento de semilla y contenido de aceite para optimizar su producción.

Materiales y métodos
La investigación se realizó en una plantación de Moringa oleifera de la “Huerta
Calvariotitla”, localizada en el municipio de San Gabriel Chilac, Puebla entre los paralelos
18°19'1.81" N y 97°20'40.13" O a una altitud de 1219 msnmm. Se encuentra en la zona
ecológica del trópico seco, el clima es Seco muy cálido, BSo(h´)w según (García, 1998). Se

205
reporta una precipitación anual de 455.9 mm, una temperatura media anual de 18.0 °C, con una
máxima anual de 26.1 °C y la mínima anual de 10.0 °C.

El área de estudio se delimitó en dos lotes, uno de ellos cuenta con plantas de 6 años y
otro de 2 años de edad. Las plantaciones cuentan con una densidad de 1118 árboles por
hectárea. Los árboles de las dos parcelas no han recibido manejo de podas, fertilización o riego
debido a la mala calidad del agua. Los árboles fueron plantados en cepas de aproximadamente
1.5 m de diámetro las cuales se rellenaron con limo proveniente de un arroyo que se forma en
temporada de lluvia.

Muestreo, diagnóstico nutrimental y rendimiento inicial de la plantación de Moringa


oleifera
El primer muestreo de suelos y foliar se realizó el 4 de marzo del 2014, en temporada de
sequía. Las plantas se encontraban en proceso de floración, se tomaron muestras de cuatro
hojas sanas por árbol ubicadas en la tercera posición contando del ápice de la rama y orientadas
en cada uno de los ejes cardinales de 25 árboles por cada edad. Las muestras florales se
colectaron en los cuatro puntos cardinales de la planta y sin pecíolo. Se obtuvo una muestra
compuesta foliar y de flor para la plantación de seis y otra para la de dos años.

En el laboratorio de Química de Suelos en la Universidad Autónoma Chapingo, las se


lavaron secuencialmente las muestras en un tren de contendedores con: agua corriente, HCl
0.1 N al 8%, agua destilada y el último con agua desionizada. Después, en bolsa de papel las
muestras vegetales fueron secadas a una temperatura de 70°C durante 72 horas y en un molino
de acero inoxidable se molieron hasta pasar por malla 40. La digestión de la muestra se realizó
con una mezcla de ácido nítrico/ácido perclórico concentrados en una relación 4:2. La
cuantificación de N se determinó por el método semimicro Kjeldahl, el Ca, Mg, Fe, Mn, Cu, Zn
por espectrofotometría de absorción atómica, K por flamometría y B por Azometina-H y
espectrofotómetro de luz visible. Los resultados de las concentraciones de nutrientes en hojas
y flores se indican en el Cuadro 1.
Se obtuvieron dos muestras compuestas de suelo de cada parcela, para ello, se tomaron
20 submuestras de la capa superficial 0 a 30cm de profundidad, con una barrena de acero
inoxidable. Los puntos de muestreo fueron seleccionados de forma aleatoria y en zigzag,
cubriendo toda la superficie de ambos lotes. Las muestras se molieron hasta pasar por un tamiz
de malla de 2mm y se midieron los atributos de acuerdo la Norma Oficial Mexicana-021
206
(SEMARNAT, 2000) para fertilidad del suelo: pH en agua (relación 1:2); materia orgánica
(Walkley y Black); nitrógeno inorgánico (𝑁 − 𝑁𝑂3− + 𝑁 − 𝑁𝐻4+ , extraído con KCl 2N); fósforo
disponible (Olsen) y determinado en espectrofotómetro de luz; capacidad de intercambio
catiónico y cationes intercambiables (con acetato de amonio 1N pH=7); Fe, Mn, Cu, Zn
(extraídos con DTPA); B (extraído con CaCl2) y conductividad eléctrica (relación 1:5). La
clasificación de la fertilidad del suelo de acuerdo con la NOM-021 (SEMARNAT, 2000) para
suelos de México se muestra en el Cuadro 2.

Cuadro 1. Concentración de nutrientes en hojas y flores en dos muestras compuestas


de Moringa oleifera pertenecientes a los dos lotes de estudio.
---------------- Concentración de nutrientes en flor y hoja -----------
-------------- Lote 1z-------------- -------------- Lote 2y --------------
Estructura Flor Hoja Flor Hoja
N (%) 4.50 4.90 3.22 4.00
P (%) 0.15 0.21 0.15 0.15
K (%) 2.33 1.14 2.25 1.51
Ca (%) 0.39 2.38 0.31 2.59
Mg(%) 0.51 2.28 0.36 1.70
Fe (mg kg-1) 60.90 86.15 103.90 70.40
Mn (mg kg-1) 14.10 138.55 11.20 90.80
Zn (mg kg-1) 22.90 30.00 38.35 41.55
Cu (mg kg-1) 5.10 7.50 6.95 10.25
B (mg kg-1) 165.68 640.47 0.00 164.36
S (%) 0.301 0.394 0.348 0.440
zplantacióncon árboles de 6 años de edad
yplantación con árboles de 2 años de edad

Cuadro 2. Determinación de concentración mineral del suelo y clasificación según


NOM-021 (2000).
Atributos Lote 1 Clasificación Lote 2 Clasificación
6 años 2 años
pH 7.9 Medianamente 8.3 Medianamente
alcalino alcalino
MO (%) 1.88 Medio 1.21 Bajo
N inorg. (ppm) 56 Alto 21 Medio
P Olsen(ppm) 21.9 Alto 7.53 Medio
Ca (me/100 g) 20.902 Alto 17.927 Alto
Mg (me/100 g) 4.100 Alto 4.351 Ato
K (me/100g) 1.276 Alto 0.751 Alto
Fe (ppm) 0.2675 Deficiente 0.22 Deficiente
Cu (ppm) 0.5175 Adecuado 0.325 Adecuado
Zn (ppm) 0.195 Deficiente 0.295 Deficiente
Mn (ppm) 3.89 Adecuado 1.425 Adecuado
B (ppm) 4 Muy alto 4 Muy alto

207
Diagnóstico nutrimental inicial de la plantación de M. oleifera
La interpretación de los análisis foliares se realizó con la técnica Kenworthy (1961). Con
los resultados del análisis foliar, valor estándar y el coeficiente de variación se estimaron los
índices de balance para el diagnóstico nutrimental inicial de la plantación de Moringa oleifera
en San Gabriel Chilac, Puebla. El valor estándar y el coeficiente de variación se calcularon a
partir de datos de contenido nutrimental foliar de moringa encontrados en la literatura para
diferentes poblaciones con rendimiento óptimo de biomasa (Foild, Makkar y Becker, 2001;
Amaglo et al., 2010; Del Toro et al., 2011; Ghazanfar et al., 2011; Pita-Hernández y García-
Quiñones, 2012; Zayed, 2012; García, Martínez y Rodríguez, 2013) (Cuadro 3).

Cuadro 3. Estándares foliares y coeficientes de variación para el cultivo de Moringa oleífera.


Cultivo N P K Ca Mg Fe Mn Zn Cu B
-1
------------------------ % -------------------- ------------------- mg kg -----------------
Moringa oleífera S z 2.86 0.23 2.17 2.64 1.99 175 113 35.8 11.0 164
CV y 18.9 22.4 23.2 30.2 31.6 26.5 30.1 25.7 30.2 27.5
S z =Valor del estándar
CV y=Coeficiente de variación

El diagnóstico nutrimental foliar mediante índices de balance Kenworthy se muestra en


el Cuadro 4. Se indica la concentración de nutrientes, los índices de balance, la condición
respecto al estándar y el orden de requerimientos en forma descendente. Los nutrientes
deficientes son aquellos que se tomaron en cuenta en el diseño de tratamientos para la
corrección de deficiencias. También se evaluó la calidad del agua para riego, que de acuerdo
con Jones y Wolf (1984) presentaba altas concentraciones de B y Na (Cuadro 5).

Evaluación inicial de rendimiento y contenido de aceite


La cosecha de vainas se realizó durante los meses de febrero a mayo de 2014,
reportándose los componentes de rendimiento para el Lote 1 y 2 (Cuadro 6). El contenido de
aceite o grasa cruda se determinó por extracción directa con disolvente orgánico hexano, en un
extractor tipo Soxhelt (AOAC, 1998). En los árboles se midió la altura y el diámetro del cuello
de la raíz (DCR) para escoger árboles con porte y vigor similares, para determinar las unidades
experimentales en cada plantación.

208
Cuadro 4. Balance nutrimental inicial de Moringa oleifera mediante índices Kenworthy.
Concentración nutrimental
Muestra N P K Ca Mg Fe Mn Zn Cu B
-1
------------------------- % ----------------- ------------------- mg kg -----------------
L-1-Hoja CN 4.9 0.21 1.14 2.38 2.28 86.1 138.5 30 7.5 640.5
6 años IB 157 93.3 63.5 93.1 110 62.7 115.8 88.0 77.8 310.6
C Ex N BN N N BN N N BN Ex
ORN Fe>K>Cu>>Zn>Ca>P>Mg>Mn>N>B
L-2-Hoja CN 4.01 0.15 1.51 2.59 1.7 70.4 90.8 41.55 10.25 164.36
2 años IB 132 73.0 76.6 98.7 90.0 56.1 86.3 112 95.2 100.2
C AN BN BN N N BN N N N N
ORN Fe>P>K>Mn>Mg>Cu>Ca>B>Zn>N>
CNz=Composición nutrimental; IBy=Índice de balance de Kenworthy; C x=Condición: D= deficiente, BN= debajo de
lo normal, N=Normal, AN=arriba de lo normal, Ex=exceso; ORNw=Orden de requerimiento de nutrientes.

Cuadro 5. Clasificación de calidad de agua para las plantaciones de dos y seis años de edad según
Jones y Wolf (1984).
Parámetros Valor Clasificación Parámetros Valor Clasificación
Conductividad eléctrica (dS 1.53 Media Calcio (mg L-1) 83.18 Buena
m-1)
Sodio (meq L-1) 9.2 Mala Sodio (mg L-1) 211.46 Mala
Nitratos (mg L-1) 15.5 Buena Boro (mg L-1) 1.2 Media
-1
Cloruros (meq L ) 5.5 Media RAS 4.2 Media
-1)
Fosfatos (mg L 2.16 Buena pH 6.93 Medio
-1
Bicarbonatos (meq L ) 8.4 Buena Salinidad 7.8 Condicionada
efectivaz
Magnesio (mg L-1) 63.4 Mala Salinidad 6.9 Condicionada
potencialy
Z = ∑cationes –(CO32- + H CO3- + SO42- ; y=(Cl+SO42- /2)

Cuadro 6. Rendimiento, peso y contenido de aceite de semillas de M. oleifera en la primera


floración en época de sequía.
Chilac, Densidad Rendimiento Peso Peso de Peso Contenido
Puebla de promedio 50 de 50 de aceite
semilla/árbol de vaina semillas granosz
Árboles ha-1 g g g g %
Lote 1 (6 años) 1118 43.9 6.52 5.86 4.04 20.70
Lote 2 (2 años) 1018 62.3 6.48 6.07 4.07 26.80
zGranos= semillas sin pericarpio.

209
Descripción de tratamientos y diseño experimental
Con base en los análisis de suelo e índices de balance Kenworthy se generó un
tratamiento óptimo de fertilización con cuatro tratamientos generados por el factor edad de la
plantación y la fertilización. Para la plantación de seis años se generaron los siguientes
tratamientos: (a) tratamiento sin fertilización con el manejo que los productores dan a sus
árboles (6SF); (b) fertilización al suelo y foliar (6F) consistente en dos aplicaciones de la dosis
(352.9 g de S, 178.2 g de N, 23.62 g de P, 21.8 g de Fe, 24.9 g de Mn, 16.3 g de Zn y 11.4 g de
Cu por árbol). Los tratamientos para los 2 años de edad fueron: (a) sin fertilización (2SF); (b)
con fertilización (2F), en dos aplicaciones de la dosis (237.40 g S, 209.42 g de N, 88.64 g de P,
51.28 g de K, 25.30 g de Fe, 30.60 g de Mn, 18.80 g de Zn y 14.30 g de Cu por árbol). El azufre
(S) se aplicó como corrector de alcalinidad. Cada dosis se realizó con dos riegos de auxilio. En
ambos lotes, la fertilización foliar consistió en tres aplicaciones de un compuesto de
micronutrientes (11.34 S, 10.00 Fe, 10.00 Mn, 3.00 Zn, 0.75 Cu, 1.75 B, 0.80 Mo, 60.36% de
ácidos húmicos) al 3%.

Diseño experimental y análisis de datos


Se utilizó un diseño completamente al azar con arreglo factorial 2X2. El diseño de
tratamientos consideró el factor edad y fertilización, con dos niveles cada uno, seis y dos años
de edad; con y sin fertilización, respectivamente. Se consideraron 5 repeticiones por cada
tratamiento con tres árboles como unidad experimental.

El análisis estadístico de los resultados se realizó con software SAS 9.0, obteniéndose
el análisis de varianza (ANOVA) y medias múltiples (Tukey). Con las variables concentración
de nutrientes, rendimiento de semilla, diámetro y altura final del árbol, se realizó una correlación
de Pearson.

Diagnóstico nutrimental y rendimiento final


El muestreo foliar final se realizó al inicio de la segunda floración de M. oleifera. El 15 de
agosto 2014 se colectaron las muestras de tejido foliar de cada árbol para cada tratamiento, del
mismo modo que en el muestreo inicial. Se procedió al análisis en laboratorio y al cálculo de los
Índices de balance Kenworthy. Un mes y medio después de la floración inició el desarrollo de
frutos y la cosecha de vainas comenzó el primero de febrero del 2015. De cada árbol se obtuvo

210
el peso de vaina total, el número de semillas por vaina, el peso total de semillas, el peso de 200
semillas y el peso de 50 semillas sin pericarpio; también se midió diámetro y altura final.

Para la evaluación del contenido de aceite final se retiró el pericarpio de 100 semillas por
árbol y se mezclaron en correspondencia a las unidades experimentales, se molieron en un
mortero de porcelana, se secaron por 24 h a 60 °C en una estufa Fisher Scientific Isotemp Oven
Modelo 615F y se extrajo el aceite de semilla por medio del Soxtec™ 2050 Auto System con
hexano por tres horas.

Resultados y discusión

Diagnóstico nutrimental del suelo y foliar inicial de Moringa oleífera


De acuerdo con la NOM-021 (SEMARNAT, 2000) los suelos se clasifican como
medianamente alcalinos, con baja concentración de materia orgánica en la plantación de dos
años, y media para la de seis años. Según Reyes (2006) la moringa crece en un suelo con
intervalo de pH entre 4.5 y 8.0, aunque prefiere suelos neutros o ligeramente ácidos. Por lo
tanto, es posible su cultivo en las condiciones de clima y suelo de Tehuacán, Puebla, siempre
que se corrijan las deficiencias nutrimentales que presentan estos suelos.

Las deficiencias de micronutrientes hierro (Fe) y zinc (Zn) encontradas en el suelo, son
comunes en suelos alcalinos, debido a que precipitan formando compuestos poco solubles,
siendo necesaria la corrección del pH mediante la aplicación de S (Sierra, Lancelloti y Vidal,
2007). La aplicación de S tiene como propósito disminuir el pH aumentando la disponibilidad de
los micronutrientes Fe, Mn, Cu y Zn, por lo que se precisaría balancear la relación entre éstos
a fin de evitar competencias iónicas, es decir, sería necesaria su aplicación aun cuando su
disponibilidad en el suelo indicara nivel de suficiencia.

De acuerdo con el análisis foliar y el diagnóstico según los índices de balance Kenworthy,
la suficiencia de P (plantación de 6 años) y deficiencia (plantación de 2 años) coincidió con la
concentración determinada en el suelo; esta congruencia también se observó en Fe. Las plantas
pueden presentar deficiencia de Fe debido al antagonismo con Ca, principal factor en
condiciones calcáreas, pero principalmente el exceso de bicarbonatos del suelo y del agua de

211
riego que precipitan las formas solubles de dicho elemento (Obreza, Zekri y Calvert, 1993). La
concentración de Zn y Mn en el tejido foliar, resultaron en un nivel normal, aun cuando el Zn fue
deficiente en el suelo, lo cual indica, que para estas condiciones de suelo, la moringa presenta
estrategias de adaptación que favorecen el acceso a nutrientes poco disponibles como el Zn.

Con relación al K, éste fue determinado en altas concentraciones en el suelo, pero


deficiente en las plantas, ésta puede ser ocasionada por un exceso de Ca, Mg y Na (Wild,
Russell, Urbano y Rojo, 1989). Por otra parte, los altos niveles de Ca presentes en el suelo,
también alteran las relaciones catiónicas con el K y Mg, limitando la absorción de éstos, misma
que se reflejó en el análisis foliar (Obreza et al., 1998).

El N foliar se encontró en exceso y arriba de lo normal para los árboles de seis y dos
años, en congruencia con el análisis de suelo que fue alto y medio (para seis y dos años,
respectivamente).

Con respecto a la concentración de azufre foliar, no se encontraron suficientes datos en


la literatura, por lo tanto, no pudo estimarse el estándar ni realizar el índice de balance para este
nutriente. Sin embargo, en las plantaciones de seis y dos años de edad la concentración foliar
de S fue de 0.394% y 0.440% respectivamente, en comparación con la experiencia de Moyo,
Masika, Hugo y Muchenje (2011) en donde se encontró una concentración de 0.63%.

El B puede presentar una baja solubilidad en estos suelos, sin embargo, para el
diagnóstico de suelos la concentración resultó muy alta para las dos plantaciones; en tanto que
los índices de balance resultaron en exceso para los seis años y normal para los dos años.
Algunas especies de plantas presentan síntomas de toxicidad arriba de los 200 mg kg -1 (Foth,
1990).

La salinidad fue de 13.71 y 5.33 dS m-1 para el suelo de las plantaciones de seis y dos
años respectivamente, resultando en fuertemente salino y salino (NOM 021, 2000). El árbol de
Moringa oleífera prefiere suelos neutros o ligeramente ácidos por lo que su cultivo en suelos
alcalinos afecta en su rendimiento. El incremento de salinidad se correlaciona positivamente
con el contenido de Na y P y la actividad de antioxidantes (12 dS m -1) y negativamente con el
Ca, Mg y K, por lo que moringa es moderadamente tolerante a las condiciones salinas (Nouman,
Tahir, Ahmed. Ahmed, Gull, et al., 2012).

212
El agua de riego fue analizada para ambas plantaciones, lo que resultó en calidad media
pero condicionada para suelos con buen drenaje para evitar la acumulación de sales, Na y Mg
por falta de lixiviación (Jones y Wolf, 1984). La acumulación de sales ocasiona el aumento de
la tensión osmótica, más estrés y, por lo tanto, el árbol debe hacer mayor esfuerzo para
absorberla.

No se encontraron datos suficientes de la concentración de nutrientes en las flores de


Moringa oleífera para hacer una comparación, según Amaglo et al. (2010) la concentración de
K y Ca en plantas de 11 meses de edad es de 3.51 y 0.17% de K y Ca respectivamente. En el
presente estudio los análisis indicaron 2.33 y 0.39% de K y Ca para los seis años y de 2.25 y
0.36 % de K y Ca para los dos años.

Diagnóstico nutrimental foliar final de Moringa oleífera


De acuerdo con los análisis del tejido foliar la fertilización incrementó la concentración de
nutrientes deficientes (Cuadro 7) elevando el nivel de concentración de los tratamientos con
fertilización (6F y 2F) sobre los tratamientos sin fertilización (6SF, y 2SF), excepto en el K que
presentó un nivel más bajo en el tratamiento con fertilización para los dos años (2SF).

El N resultó arriba de lo normal para los cuatro tratamientos, mientras que los
tratamientos sin fertilización presentaron un nivel más cercano al normal. La concentración más
alta que reporta Pita-Hernández y García-Quiñones (2012) es de 3.59% más cercano a los
tratamientos sin fertilización, lo que podría sugerir que se redujera la adición de nitrógeno en la
fertilización de Moringa en un suelo con alta y media concentración de este elemento. Si el
objetivo fuera producir semilla, se necesita reducir el crecimiento vegetativo ocasionado por
exceso de N, para inducir con mayor prioridad la producción de frutos (Troeh y Thompson,
2005).

Según Del Toro et al. (2011) reportan una concentración foliar de P de 0.35% con
fertilización orgánica y Moyo et al. (2011) de 0.30%, por lo que, la concentración del 6F podría
estar dentro de los niveles normales. Con la fertilización, la corrección de pH permitió una mayor
disponibilidad del P y el riego fue un factor que favoreció el proceso de difusión (Barber, 1980).

El nivel de concentración del K foliar resultó abajo de lo normal para 2SF y 2F para los
dos años sin y con fertilización. La corrección de la concentración del nutriente en la planta fue
efectiva para la plantación de seis años en donde no se agregó el nutriente, esto porque se
213
balanceó la relación K, Ca y Mg en el suelo. Se precisa reconsiderar los balances entre K/Mg y
K/Ca para mejorar la disponibilidad del K, esto se confirma con el comportamiento del Mg en la
planta, cuya concentración disminuyó en las dos plantaciones, presentándose abajo de lo
normal para la de seis años y deficiente para la de dos años.

Cuadro 7. Diagnóstico nutrimental final de plantaciones de Moringa oleifera de los seis y dos años de
edad.
N P K Ca Mg Fe Mn Zn Cu B
---------------------------- % ------------------------ --------------------------------- mg kg-1 ---------------------------
Sin fertilización CNz 3.47 0.23 1.8 2.32 0.61 98.17 130.7 17.08 7.76 2234
6 años (6SF)
IBy 117.3 100.0 86.9 91.5 52.6 67.7 111 61.2 79.4 1015.
Cx AN N N N BN BN N BN BN Ex
ORN Mg>Zn>Fe>Cu>K>Ca>P>Mn>N>S>B
Con CN 4.14 0.29 1.73 1.86 0.41 434.9 196.9 62.42 23.31 1796
fertilización
IB 136.3 120.2 84.4 79.4 45.7 209.2 152 155.3 178.1 821.7
6 años (6F)
C AN AN N BN BN Ex Ex Ex Ex Ex
ORN Mg>Ca>K>P>N>Mn>Zn>Cu>Fe>S>B
Sin fertilización CN 3.56 0.28 1.5 2.5 0.4 111.5 133.11 19.82 7.34 1874
2 años (2SF)
IB 119.8 116.9 76.3 96.3 45.3 73.3 112.4 66.9 76.8 856.1
C AN N BN N D BN N BN BN Ex
ORN͋ Mg>Zn>Cu>Fe>K>Ca>Mn>P>N>S>B
Con CN 4.34 0.28 1.27 2.1 0.34 384.2 218.74 56.92 18.24 1416
fertilización
2 años (2F) IB 142.0 116.9 68.1 85.7 43.3 187.9 165.4 143.9 145.9 653.8
C AN N BN N D Ex Ex AN AN Ex
ORN͋ Mg>K>Ca>P>N>Zn>Cu>Mn>Fe>S>B
CNz=Composición nutrimental; IBy=Índice
de balance de Kenworthy; C x=Condición: D= deficiente, BN= debajo de
lo normal, N=Normal, AN=arriba de lo normal, Ex=exceso; ORNw=Orden de requerimiento de nutrientes.

Se reportan concentraciones de Ca en hoja de 3.65, 2.04, 1.93 y 1.44% (Amaglo et al.,


2010; Moyo et al., 2011) por lo que la baja concentración de Ca en el tratamiento 6F podría
estar dentro de un nivel normal.

El efecto de la fertilización fue más evidente en los micronutrientes que presentaron


deficiencias en el análisis inicial foliar y de suelo. El Fe resultó abajo de lo normal para los
tratamientos sin fertilización y en exceso para 6F y 2F (con fertilización). La concentración de
Fe en hoja se ha reportado de 490 mg kg-1 (Moyo et al., 2011), por lo que el exceso de este
nutriente podría estar representando un índice de balance menor.
214
El Mn presentó la misma respuesta que el Fe, el descenso de pH y de las
concentraciones de Ca y Mg aumentaron su disponibilidad, así para los otros cationes como el
Zn y Cu (Mortvedt, Giordano y Lindsay, 1983). El diagnóstico de Cu para los tratamientos con
fertilización resultó en exceso para la plantación de seis años y arriba de lo normal para la de
dos años. Según Mortvedt et al. (1983) la concentración de Cu arriba de 20mg kg-1 puede
presentar casos de toxicidad en las plantas. El único nutriente que se presentó en exceso en
los cuatro tratamientos fue el B, esto debido a su alta concentración en el suelo.

El S presentó una concentración de 1.2 ± 0.1 y 1.4 ± 0.09 para los tratamientos de seis
años y dos años sin fertilización y de 1.8 ± 0.05 y 1.4 ± 0.17 para los tratamientos 6F y 2F (con
fertilización). No se encontró en la literatura información para este nutriente por lo que no se
obtuvo un índice de balance para el diagnóstico foliar. La aplicación de S mejoró la
disponibilidad de P y micronutrientes para las plantas, incrementándose los índices de balance
para exceso y arriba de lo normal en todos ellos. En climas secos con una temperatura media
anual de 15 °C, Moyo et al. (2011) determinaron una concentración foliar de S en Moringa de
0.63%.

Efectos de la edad de la plantación y fertilización en las variables de rendimiento

Efecto de la edad de la plantación


El efecto de la edad sobre el peso de la semilla, peso de 200 semillas y el peso de 50
semillas sin pericarpio fue altamente significativo (p<.0001) con un 81.5, 33.4 y 36.6% mayor
en los seis años de edad (Cuadro 8). El número de semillas por vaina tuvo una respuesta
significativa (p<0.0053) siendo 15% más alto en árboles viejos, el contenido de aceite en semilla
no tuvo diferencias significativas en la edad, sin embargo, se obtuvo menor porcentaje de aceite
(5%) en semillas de los árboles más viejos. Sharma y Raina (1982) reportan que puede haber
variaciones en el peso de 3000 a 9000 semillas por kilogramo.

En el presente estudio el número de semillas por kilogramo fue de 7399 y 11050 para
seis y dos años respectivamente, lo que muestra que el peso de las semillas para los seis años
estuvo dentro del rango. Sin embargo, el de dos años se aleja en gran medida de lo reportado
por dichos autores.
215
Cuadro 8. Efecto principalz de la edad en las variables del rendimiento.
Fuente de variación Dos años Seis años p. ≥F
Diámetro fina (cm) 4.97 10.04 <.0001***
Altura final (cm) 232.2 315.3 <.0001***
Volumen final (cm3) 1426 8335 <.0001***
Peso de vaina/árbol (g) 117.5 587.6 <.0001***
Número de vainas/árbol 43 140 0.003***
Peso de semilla/árbol (g) 37.3 201.03 <.0001***
Número de 11 13 0.0053**
semillas/vaina
Peso de 200 semillas (g) 18.1 27.03 <.0001***
Peso de 50 granosy (g) 3.65 5.76 <.0001***
Porcentaje de aceite 36.8 34.8 NS
z Promedio sin tomar en cuenta la fertilización
y Semillas sin pericarpio

El rendimiento obtenido en la plantación de seis años comparado con los reportados en


la literatura por Ayerza (2012) para dos años fue similar en el número de vainas por árbol y el
peso de semilla por árbol; el peso de 200 semillas fue dos veces más bajo y el peso de 50
granos 86% más bajo en los seis años. Sin embargo, al comparar entre plantaciones de
diferentes edades ubicadas bajo las mismas condiciones ambientales, los resultados
concuerdan a mayor edad de las plantaciones de moringa, se reduce el contenido de aceite de
semilla.

Factores ambientales pueden estar influyendo negativamente sobre el rendimiento en


las edades estudiadas, en cuanto a la altura se ha reportado que puede desarrollarse bien hasta
los 1200 msnmm (Ramachandran, Peter y Gopalakrishnan, 1980) o hasta 1560 msnmm en
suelos con buen drenaje (Jama, Nair y Kurira, 1989). Sin embargo, en la zona de estudio los
suelos se compactan y los árboles son altos, lo que puede conferir una baja producción de
semilla, en concordancia con la edad.

Efecto de la fertilización
En el efecto principal de la fertilización sobre las variables de rendimiento sólo hubo
diferencia significativa (p<0.01) en el peso de 50 semillas sin pericarpio, encontrándose mayor
peso en el tratamiento sin fertilización. En los resultados se puede observar que en las
216
mediciones de la altura, diámetro en el cuello de la raíz y por ende el volumen, fueron más altas
en los árboles con fertilización, pero, en términos de rendimiento, los pesos fueron más altos en
los árboles sin fertilización. Es posible que los nutrientes aplicados hayan promovido el
desarrollo y el crecimiento vegetal en vez de la producción de semilla y aceite (Cuadro 10).

Cuadro 9. Rendimiento de Moringa oleifera con y sin fertilización en dos plantaciones de diferente edad.
Variable Edad 6 años Edad 2 años
Tratamiento Sin Con Sin Con
fertilización fertilización fertilización fertilización
Árbol Diámetro (cm) 1.09 1.12 0.48 0.52
Altura (cm) 313.17 317.40 225.05 239.33
Volumen (cm3) 156.68 163.96 42.53 50.00
Vainas Peso por árbol (g) 610.00 565.10 107.03 127.93
Número por árbol 135.07 145.10 39.97 45.93
Semilla Peso por árbol (g) 223.82 178.24 29.70 44.92
Número por vaina 12.67 13.13 10.40 11.33
Peso de 200 semillas (g) 29.00 25.07 18.40 17.80
Peso de 50 granos (g) 6.38 5.14 3.98 3.32
Contenido de aceite (%) 38.35 31.18 36.69 36.91
Aceite Peso por árbol (g) 85.83 55.58 10.90 16.58
Peso por haz (kg) 101.71 65.86 12.91 19.65
z Peso sobre densidad de 1118 árboles por hectárea.

Cuadro 10. Efecto principal de la fertilización sobre el rendimiento de Moringa oleifera.


Fuente de variación Con Sin Pz
fertilización fertilización
Diámetro final (cm) 8.18 7.83 NS
Altura final (cm) 278.4 269.1 NS
Volumen final (cm3) 5086 4674 NS
Peso de vaina/árbol (g) 346.5 358.5 NS
Número de vainas/árbol 95.5 87.5 NS
Peso de semilla/árbol (g) 111.6 126.8 NS
Número de semillas/vaina 12 11 NS
Peso de 200 semillas (g) 21.4 23.7 NS
y
Peso de 50 granos (g) 4.2 5.2 0.01**
Porcentaje de aceite 34 37.6 NS
z Probabilidad< 0.01 **
y Peso de semilla sin pericarpio.

217
Efecto principal de los tratamientos edad y fertilización sobre la concentración de
nutrientes
El efecto de la edad no fue significativo en la concentración de N, S, Cu, Zn, Fe y Mn
esto demostró que los árboles de seis y dos años tuvieron la misma concentración de estos
nutrientes a diferencia del P, K, Ca, Mg y B que presentan diferencias entre las edades. La
interacción de la edad con la fertilización mostró diferencias significativas en la concentración
de P y S, por lo que su demanda está relacionada con los requerimientos de la planta a
diferentes edades y por su disponibilidad en el suelo. Los nutrientes afectados por la edad
fueron el P, Mg y B, por su parte, el P presentó una mayor concentración en las plantas de dos
años de edad (Cuadro 11). El P estuvo presente en el suelo como H2PO4- y como HPO42-; estos
fosfatos son esenciales para la división celular, ya que algunos estudios demuestran que las
zonas meristemáticas presentan una mayor concentración de P que aquellas que han dejado
de dividirse (Foth, 1990), por lo que las plantas jóvenes tienen una mayor concentración. En
otro aspecto, el efecto del P es absorbido por las raíces y distribuido por toda la planta,
concentrándose en las partes reproductivas (Troeh y Thompson, 2005). Se ha determinado que
las plantas con mayor actividad reproductiva poseen más P, por lo que su concentración puede
estar dirigiéndose a estas zonas, encontrándose en menor cantidad en las hojas.

Magensio se encontró significativamente (p<0.01) mayor en las plantas de seis años de


edad, este elemento es vital para la fotosíntesis porque todas las moléculas de clorofila lo
contienen, por lo que las plantas de mayor edad pueden presentar una mayor actividad
fotosintética. Boro presentó una diferencia significativa (p<0.01) siendo mayor en los árboles de
seis años, lo cual puede deberse a que B tiene una relación positiva con el contenido de pectina
(Hu, Brown y Labavitch, 1996) la cual puede ser más alta en la pared celular de plantas con
mayor edad.

Cuadro 11. Nivel de significancia del efecto de la edadz sobre la concentración nutrimental
foliar de Moringa oleifera.
Fuente de N P K Ca Mg S Cu Zn Fe Mn B
variación
-------------------------------%----------------------- --------------mg kg-1--------------
Dos años 3.94 0.28 1.38 2.31 0.37 1.43 12.8 38.4 247.9 3.5 1646
Seis años 3.78 0.25 1.76 2.09 0.5 1.48 14.6 35.7 250.1 3.5 2015
Pr≤F NS 0.03 NS NS 0.01 NS NS NS NS NS 0.0002
z Promedio sobre la fertilización de las plantaciones.

218
El tratamiento con fertilización (CF) tuvo un efecto significativo en el incremento de los
nutrientes aplicados (N, Cu, Zn, Fe, Mn) presentando un antagonismo con el P y Ca, ya que
estos se presentaron en mayor concentración en el tratamiento sin fertilización (SF) (Alcántara
y Trejo, 2009). Con excepción del K que no mostró diferencias significativas entre los
tratamientos. El Ca se presentó en menores concentraciones en los tratamientos sin
fertilización, por lo que la corrección de pH en los tratamientos (CF) disminuyó su disponibilidad
para las plantas (Sierra et al., 2007) (Cuadro 12). Para corregir la deficiencia de nutrientes como
Cu, Zn, Fe y Mn, debe tomarse en cuenta el antagonismo con P y Ca, así como el efecto de la
disminución de pH en suelos alcalinos para evitar que se presente una deficiencia de los
mismos. El efecto de los tratamientos en B resultó en una menor concentración en los
tratamientos con fertilización. Según Meléndez y Molina (2002) la acumulación de B en el suelo
puede provenir del agua de riego, el rango de B aceptable en agua de calidad para riego va de
0.2-0.8mg L-1. El análisis de la muestra de agua para este estudio resultó en 1.2mg L -1 de B,
característica de zonas áridas, su aplicación en los cultivos puede agravar la acumulación de B
en suelo y generar toxicidad.

Cuadro 12. Nivel de significancia del efecto de la fertilización en la concentración de nutrimental foliar
de Moringa oleifera.
Fuente de N P K Ca Mg S Cu Zn Fe Mn B
variación
---------------------------%---------------------- ---------------- mg kg-1---------------

Con 4.22 0.28 1.4 1.99 0.37 1.57 19.84 55.58 393.13 4.36 160.6.
fertilización
Sin 3.51 0.25 1.6 2.41 0.5 1.34 7.55 18.44 104.8 2.64 205.4.
fertilización
Prob. F <.0001 0.02 NS 0.003 0.00 0.0004 <.0001 <.0001 <.0001 <.0001 <.0001
1
z Promedio sobre la edad de las plantaciones.

Interacción edad del árbol con fertilización en el rendimiento y concentración de


nutrientes
No se presentaron diferencias significativas entre los tratamientos con (CF) y sin
fertilización (SF) para cada edad de árbol, en las variables de rendimiento. Esto puede ser
porque existe otro factor que está limitando el rendimiento, ya que algunos autores en

219
condiciones de secano y suelos alcalinos reportan rendimientos más altos (Sharma y Rains,
1982; Ayerza, 2011;2012; Villa-Ramos, Fernández-Olano y Diez-Núñez, 2013).

Los factores altitud y drenaje del suelo ya han sido estudiados (Ramachandran et al.,
1980), sin embargo, no se ha estudiado el efecto del exceso de B en el crecimiento y
rendimiento de la Moringa. El porcentaje de aceite en la semilla presentó una diferencia
significativa, siendo mayor en el tratamiento sin fertilización, para los seis años de edad; esto
indica que las plantas de mayor edad son más susceptibles al desbalance de micronutrientes,
en especial el exceso de ellos que influyen negativamente en el porcentaje de aceite.

Cuadro 13. Nivel de significancia en la interacción edad con fertilización en el rendimiento.


Fuente de Diámetro final Altura final Volumen Peso de Número de
variación final vainas por vainas por árbol
árbol
(cm) (cm) (g)
(cm3)
Edad 2 6 2 6 2 6 2 6 2 6
(años)
Con 5.16 11.2 239.3 317.4 1603 8569 127.93 565.1 45.93 145.1
fertilización
Sin fertilización 4.78 10.89 225 313.1 1248 8101 107.03 610 39.97 135.1
P. de F 0.90 0.94 0.83 0.99 0.97 0.94 0.99 0.97 0.99 0.98
Promedio 3.3 7.3 155 210 1056 7370 78.7 392 29.0 93.7

Fuente de Peso de Número de Peso de 200 Peso de 50 Porcentaje


variación semilla por semillas semillas granos de de aceite de
árbol por vaina semilla semilla
(g) (g) (g)
Edad (años) 2 6 2 6 2 6 2 6 2 6

Con 44.92 178.24 11 13 17.8 25.1 3.3 5.1 36.9 32.2


fertilización
Sin 29.7 223.81 10 12 18.4 29 3.9 6.3 36.7 38.3
fertilización
Prob. de F NS NS NS NS NS NS NS NS NS 0.05
Promedio 25.2 134 7.2 8.7 45.1 18.1 2.6 3.8 24.9 23.5

Efecto de la fertilización
Los efectos de la fertilización en la concentración de N fueron significativos en los árboles
de dos y seis años, encontrándose mayor concentración en el tratamiento SF en la plantación

220
de dos años y en menor concentración para el tratamiento sin fertilización para los árboles de
seis años (Cuadro 14).

Cuadro 14. Nivel de significancia en la interacción edad con fertilización sobre la


concentración de nutrientes en hojas de árboles de Moringa oleifera.
Fuente de N P K Ca Mg S
variación
Edad 2 6 2 6 2 6 2 6 2 6 2 6
(años)
Con 4.3 4.1 0.29 0.27 1.3 1.71 2.12 1.86 0.33 0.39 1.42 1.72
fertilización
Sin 5.6 3.5 0.2 0.23 1.4 1.81 2.5 2.32 0.4 0.6 1.44 1.26
fertilización
Prob. de F 0.0003 0.002 NS 0.03 NS NS NS NS NS 0.038 NS <.0001

Fuente de Cu Zn Fe Mn B
variación

Edad 2 6 2 6 2 6 2 6 2 6
(años)

Con 18.24 21.43 56.92 54.2 384.3 402 4.38 4.34 141.6 179.5
fertilización
Sin 7.34 7.76 19.81 17.1 111.5 98.2 2.66 2.6 187.4 223.4
fertilización
Prob. de F 0.0006 <.0001 0.0001 0.0001 0.0001 <.0001 0.008 0.008 0.003 0.004

Para el P se encontró diferencia significativa (p<0.059) entre los niveles de fertilización


para la población de seis años; presentándose en una mayor concentración para el tratamiento
CF. Al tener una mayor disponibilidad de P por la fertilización en conjunto con la intercepción
radical, se puede presentar un incremento en la absorción de P. El Mg fue significativamente
de menor concentración en el tratamiento CF para los seis años, lo que pudo generar
antagonismo con Cu, Zn, Fe, Mn y B, mismos nutrientes que presentaron un incremento
significativo para las dos edades.

Correlación entre variables del rendimiento y concentración nutrimental


Se presentan las correlaciones entre las variables del rendimiento y la concentración
nutrimental (Cuadro 15). El diámetro, altura y volumen final se correlacionaron positivamente
con las variables de rendimiento restantes, los árboles con mayor porte tuvieron una
ramificación y producción de frutos mayor, a excepción del porcentaje de aceite que no tuvo
una correlación significativa con los componentes de rendimiento. Por otro lado, las variables

221
del volumen del árbol estuvieron relacionadas positivamente con la concentración de B, a mayor
volumen del árbol mayor concentración de B.

El porcentaje de aceite presentó una correlación significativa pero negativa con N, S, K,


Fe, Cu, Zn y Mn, esto puede deberse al antagonismo que presentan con el Mg, ya que según
Ross (2004) el Mg es el nutriente más importante después del N y K en la producción de aceite
en el cultivo de palma de aceite. El K contribuye en la formación de racimos y el Mg en la
síntesis de aceite, dado que se observa una correlación positiva entre el peso de 200 semillas
y 50 semillas sin pericarpio con la concentración de Mg y K, puede recomendarse reducir la
aportación de los nutrientes antagónicos y aplicar fertilización foliar de Mg.

El peso de vainas y semillas totales, el peso de 200 semillas y de 50 semillas sin


pericarpio por árbol, correlacionó negativamente con la concentración de P y positivamente con
la concentración de B. Esto indica que los requerimientos de P por la moringa pueden ser
menores.

Se encontró una alta concentración de B en semillas y vainas y en general en todos los


tejidos, ya que se relaciona positivamente con el volumen de las plantas y el peso de las semillas
(excepto por el número de vainas y porcentaje de aceite). La correlación positiva del B con estos
componentes podría indicar que, a mayor volumen, mayor concentración de B. El exceso de B
puede llevar a una toxicidad en las plantas lo que está limitando su volumen y rendimiento
(Albornoz, Torres, Tapia y Acevedo, 2006; Lizarazo, Hernández, Fischer y Gómez, 2013).

El Cu, Fe, Zn, Mn están relacionados positivamente entre ellos por los efectos sinérgicos,
mientras el Cu, Fe y Zn negativamente con el Mg, Ca y B por antagonismo. El Mn presentó una
correlación positiva con P y S, y, negativa con B, por lo que la aplicación de Mn en los
tratamientos disminuyó significativamente su disponibilidad para las plantas. El K mostró una
correlación positiva con el Mg, por lo que, en la fertilización se pueden agregar simultáneamente
para aumentar el contenido de aceite. El Mg presentó una relación positiva con el Ca y B; sin
embargo, debe tomarse en cuenta el desplazamiento del Mg por Ca en el suelo, la correlación
negativa para los nutrientes que fueron aplicados en la fertilización, así como el antagonismo
con N, P, K, Fe, Cu, Zn y Mn. El Cu presentó una correlación negativa con el contenido de
aceite. El N tuvo relación negativa con P, B, peso de cincuenta semillas sin pericarpio y el

222
contenido de aceite; positiva con el Ca, S, Fe, Cu, Zn, Mn, por lo que su aplicación debe ser en
menores concentraciones para evitar el exceso de estos nutrientes.

Los resultados anteriores indican que en el muestreo foliar de M. oleifera, la época del
año debe ser considerada para hacer un diagnóstico eficiente. En el presente estudio, el primer
muestreo foliar se realizó en temporada de sequía, por lo que los nutrientes podrían estar
acumulados en otros tejidos. Santacruz, Cristancho y Munévar (2004) consideran importante
calcular las fluctuaciones en la concentración de nutrientes a través del año para observar el
tiempo en donde sean menores y realizar una única colecta de muestras foliares en esa época
del año.

Conclusiones
El estudio de diagnóstico y recomendaciones de fertilización para producir semilla y
aceite de Moringa oleifera en plantaciones de 2 y 6 años de edad, en San Gabriel Chilac, Puebla
indicó que se corrigieron las deficiencias nutrimentales iniciales de P, K, Fe y Cu, en ambas
plantaciones, pero, se incrementaron a nivel de exceso el K, Fe, Cu, Zn, Mn. Dichas
concentraciones nutrimentales se correlacionaron negativamente con el contenido de aceite. El
pH alcalino, el exceso de boro en el suelo, la compactación del suelo y la calidad del agua de
riego con alta concentración de Na y de B, son factores limitantes del volumen, rendimiento de
semilla y de un manejo de la nutrición del cultivo para incrementar la producción de aceite.

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AGROFORESTERÍA PARA LA CONSERVACIÓN DE LOS RECURSOS NATURALES Y
PRODUCTIVIDAD
La edición de esta obra estuvo al cuidado del Programa de Maestría en Ciencias en Agroforestería
para el Desarrollo Sostenible, Departamento de Suelos. La reproducción se realizó en la Imprenta
Universitaria de la Universidad Autónoma Chapingo, Km 38.5 Carretera México-Texcoco, Chapingo,
Estado de México. C.P. 56230. El tiraje consta de 300 ejemplares. Septiembre 2018

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