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Presentes
Nos dirigimos a Ustedes de manera respetuosa y con mucha preocupación respecto el proyecto
de resolución del amparo en revisión 928/2019, listado para ser resuelto por la Segunda Sala en
sesión del día 13 de mayo del presente año, respecto a la constitucionalidad de diversas
porciones normativas de la Ley Minera relativas a los derechos de pueblos y comunidades
indígenas.
Con la asesoría del Centro Mexicano de Derecho Ambiental, A.C. (CEMDA), en marzo de 2015
se presentó demanda de amparo alegando la inconstitucionalidad de la Ley Minera, así como la
violación de los derechos del pueblo maseual a la autodeterminación y al control de los recursos
naturales por la expedición de las concesiones mineras Atexcaco I”, “Atexcaco II” y
“Macuilquila”, que inciden principalmente sobre los municipios de Tlatlauquitepec, Yaonáhuac y
Cuetzalan del Progreso, en especial por la falta de consulta previa, libre e informada tanto en la
expedición de la Ley como en el otorgamiento de las concesiones.
Durante el proceso del juicio de amparo, se presentaron diversas pruebas como peritajes en
antropología, impacto ambiental y topografía y agrimensura, para corroborar el interés legítimo
del pueblo maseual para acudir al juicio de amparo.
Por lo tanto, se le ordenó a la Secretaría de Economía: (i) dejar sin efectos las tres concesiones
mineras, así como su inscripción en el Registro Público de Minería; (ii) llevar a cabo una
consulta previa, informada, culturalmente adecuada, y de buena fe; y (iii) emitir un nuevo
pronunciamiento respecto la procedencia de las concesiones.
Aquí es donde nos encontramos, con el asunto por ser decidido por la Segunda Sala. Debido a
que el proyecto de resolución a cargo del Ministro Laynez es público, realizamos un análisis
jurídico y con una perspectiva de derechos humanos, concluyendo que el mismo significa una
regresión para los derechos de los pueblos y comunidades indígenas, en especial ante el
contexto actual en el que nos encontramos, donde 35% del territorio nacional se encuentra
concesionado a empresas mineras, lo que ha generado y genera diversos conflictos
socioambientales.
Por un lado, la resolución hace un muy amplio y detallado recuento de los estándares
nacionales e internacionales sobre derechos de los pueblos indígenas, pero al momento de
analizar la Ley Minera, se limita a afirmar sin mayor sustento que “el contenido de la Ley Minera
no se vincula directamente con los intereses y derechos de los grupos indígenas involucrados."
Consideramos errónea y jurídicamente sin sustento tal argumentación, pues las comunidades y
pueblos indígenas han sido testigos sobre cómo los actos administrativos basados en la Ley
Minera han afectado sus territorios, formas de vida y derechos humanos. Tal situación ha sido
constatada no sólo por la misma sentencia de primera instancia de este caso, sino por otros
juzgados en los estados de Guerrero, Puebla, Oaxaca, San Luis Potosí, entre otros, en donde
se ha llegado a la misma conclusión: el otorgamiento de concesiones mineras - procedimiento
regulado por la Ley Minera - en territorios indígenas ha sido inconstitucional en tanto no se ha
garantizado su derecho a la consulta previa, libre e informada por los impactos significativos
que tal actividad conlleva.
También es preocupante que la limitada interpretación sobre la Ley Minera sea un mal
precedente para otros casos, en los que los pueblos y comunidades indígenas han emprendido
acciones jurídicas ante los conflictos socioambientales que la minería ha generado en sus
territorios.
Atentamente,