Inst. Bíblico “Rev. T.O.

Johnston” / Alumno: Sergio Francisco Carrizales Martínez

Libro de Ezequiel, Profesor: Hno. Nicolás Alcalá

CAPITULO 37, ENSAYO Y APLICACIÓN PRACTICA AL DIA DE HOY

Eze 37:1-28
(1) En este versículo se deja ver claramente que se trata de una visión.
El valle representa la Mesopotamia, el escenario de la residencia de
Israel en su estado de muerte nacional

Los huesos se refieren a los exiliados quienes de alguna manera habían

perdido toda esperanza de ser restaurados; es esta, entonces, una
Palabra de ánimo de parte de Jehová para Su Pueblo.

(2) Eran tantos, asi que representaban entonces la soledad en que se

encontraban y sentían el Pueblo de Dios, de tal forma que se necesitaba
un milagro sobrenatural para que pudieran volver a confiar y creer,
esperando ansiosamente la llegada de su Dios.

(3) Ezequiel ante la pregunta de ¿Si vivirán estos hueso?, contesta:

Señor, tu lo sabes; dando a entender que solo en las Manos de Dios esa
nación podría volver a ser la misma.

(4) Dios aquí establece que solo con una Palabra fresca y directa de
parte de EL, es que estos huesos, esta nación, puede volver a tener
esperanza y vida.

(5) Así como en el Edén, el soplo divino de parte de Dios en las narices
de Adán, dio vida a una criatura inanimada, así mismo, el Pueblo de
Israel necesita el soplo divino de parte de Dios, Su Palabra para poder
ser renovados y vivir.

(6) Para poder vivir se necesitaban, tendones, carne, piel y espíritu.

Habla de un proceso de restauración total, paso a paso, en donde la

renovación interior para poder ser movilizados hacia una relación
absoluta y radical con Dios, Su Creador y Salvador.

(7-14) Ezequiel comienza a hablar la Palabra del Señor, los huesos

comienzan a juntarse uno al otro, comienzan a unirlos los tendones a
afirmarlos la carne y a cubrirlos la piel, pero aún faltaba la parte
fundamental, el SOPLO DE DIOS, Su Espíritu trayendo sanidad, unidad,
restauración, renovación, una nueva visión que pudiera dar dirección a
esta nación.

Los huesos representan la casa de Israel que estaba desesperada y no

creía que Dios la volvería a establecer en la tierra. Pero el Señor
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promete levantarlos de su estado de muerte, darles vida, reunirlos
desde todos los confines de la tierra y restaurarles su vida nacional

(15-28) Aquí la Palabra del Señor va dirigida a la unidad de Su Pueblo,

Él unirá a Judá e Israel, bajo un mismo Rey, Cristo.

Muchos ciudadanos del reino del norte habían sido llevados al cautiverio
por los asirios, cerca de 150 años atrás. Sin embargo, algunos de sus
descendientes también se juntarían en el retorno, cuando nuevamente
las dos naciones serían una.

26 “Firmaré con ellos una alianza de paz, una alianza conmigo para
siempre; pondré en medio de ellos mi santuario para siempre.”

Dios hará un pacto con Su Pueblo unido, un pacto fundado en la unidad.

Las naciones entonces sabrán que Jehová santifica a Israel, porque Su
Santuario estaría para siempre con ellos, unidos primeramente.

CONCLUSIÓN.

Podemos concluir lo siguiente.

En los versos 1 al 14, Dios está haciendo un llamado de restauración de

renovación, pero también lanza un mensaje de Esperanza Divina, en
donde Él les restaurará con Su Palabra y con el Soplo de Su Espíritu.

Así mismo en los versos 15 al 28, Dios hace un llamado a la unidad de

Su Pueblo, es en la unidad en donde Su Santuario estaría por siempre en
medio de Su Pueblo y las naciones verían que Jehová está en medio de
ellos.

Bien escribió el Salmista:

Salmos 133

1. ¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es

Habitar los hermanos juntos en armonía!
2 Es como el buen óleo sobre la cabeza,
El cual desciende sobre la barba,
La barba de Aarón,
Y baja hasta el borde de sus vestiduras;
3 Como el rocío de Hermón,
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Que desciende sobre los montes de Sion;
Porque allí envía Jehová bendición,
Y vida eterna.

Dios Bendice en la unidad.

APLICACIÓN PERSONAL AL DIA DE HOY.

En nuestros tiempos, en nuestra país y ciudad se viven tiempos de

mucha desesperanza, desesperación, angustia, aflicción, carestía
económica, desintegración; pareciera que nuestra sociedad se está
desmoronando, pareciera que nuestro país se viene abajo, así mismo
nos encontramos ante una sociedad apática ante las cosas divinas, en
donde podemos ver sequedad; muchos en las iglesias viven vidas
religiosas, llenas de liturgia, pero no de relación, llenas de formas, pero
no de convicción.

Es en estos tiempos en donde pudiéramos clamar como el profeta,

pidiendo que Dios venga y avive Su Obra en medio de estos tiempos de
tanta incertidumbre; que Él traiga restauración, renovación, unidad,
adhesión a Su Cuerpo; pero que sobre todo SOPLE DE LOS CUATRO
VIENTOS sobre nuestra tierra, en esta generación, que Su Pueblo se
levante en medio de la desolación social, económica, familiar; en medio
de la inseguridad, de la pobreza; NECESITAMOS EL SOPLO DE SU
PRESENCIA, DE SU ESPÍRITU, para poder levantarnos como ese ejército
victorioso que Él ha diseñado y proyectado para conquistar con Violencia
y Valentía el Reino de los Cielos.

Orar para que tengamos cielos abiertos sobre nuestra nación; Orar para
que haya unidad en la iglesia, que de “muchos cuerpos”, “muchos
concilios”, “muchas organizaciones”, se levante en cada ciudad de
nuestro país UN SOLO CUERPO, unido y armonizado por Su Espíritu, a
través de vivir SU Palabra día a día.

Necesitamos hombres completos, así como esos cuerpos fueron

formados por completo, sin error, sin falla, así necesitamos hoy un
liderazgo espiritual íntegro, enfocado en servir al Rey, a Su Cuerpo y no
a sus propios intereses.

Líderes con motivos puros, impulsos puros hacia un caminar en Fe y en

Acción.

Espíritu de los 4 vientos, ven y sopla sobre nuestro país, sobre nuestra
ciudad, sobre nuestras iglesias, sobre Tu Pueblo, sobre tus siervos.
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