Sei sulla pagina 1di 16

Periódico de arte, cultura y desarrollo del Centro Cultural Parque de España /AECI, Rosario, Argentina.

Número 3, verano de 2008

Aira
en el Congreso
de Literatura
César Aira escribe especialmente para el T. sobre las ventajas y desventajas
de conocer con precisión cómo sucederán los hechos en el futuro, también
sobre su imposibilidad de ser un dandy y además de la capacidad de alguna
gente para hablar al revés. Mientras, una reportera lo persigue en su
itinerario por Rosario, donde el escritor fue invitado estelar en un encuentro
académico, y atenta a sus declaraciones captura, como si fueran perlas,
conceptos que bien podrían funcionar como claves para leer su obra.

[Aira] nificantes; el interés que despertaría en el público un tema sobre el


que podríamos haber escrito un libro... Con cualquiera de estas
oportunidades perdidas podríamos habernos hechos ricos. ¡Y era
tan fácil! Sólo había que saber qué pasaría. Pero, por supuesto,
nadie puede saber de antemano qué pasará. Se lo sabe después,
cuando ya pasó, y la ocasión de sacar provecho también pasó.
De ahí puede venir, y es casi inevitable que en algún momento
Octubre, 2007 venga, un fantaseo de hombre maduro: volver a sus veinte años,
cuatro o cinco décadas atrás, pero sabiendo todo lo que iba a ocurrir
I en esas décadas, que ahora volverá a vivir sabiendo (recordando)
todo el futuro inmediato y mediato dentro de ese lapso de su salto
Cuando uno ha vivido cierto número de años y vuelve la vista atrás. Las posibilidades que se abren son innumerables. ¿Qué no
atrás suele lamentar las oportunidades perdidas —pero con un sen- podría hacer? De dinero ni hablemos, porque acertaría con los
timiento de pérdida moderado por el conocimiento fehaciente, que negocios y las inversiones más jugosos. Y si quisiera fama y prestigio
da la experiencia, de que en su momento las oportunidades no eran en alguna rama de las artes o el espectáculo, o la empresa, o el saber,
oportunidades; no eran nada, era lo que pasaba, nada más, por lo o la moda... En el caso de que le interesara el poder, no le costaría
tanto era imposible ganarlas o perderlas. Sólo la mirada retrospecti- obtenerlo: la política no tendría secretos para él, porque la política
va las vuelve oportunidades, valiosas, únicas, irrepetibles. Ahí es es el arte del tiempo y la oportunidad, y aquí nuestro soñador juga-
cuando se lamenta “no haberlo sabido”. Es casi inevitable añorar, ría con cartas perfectamente marcadas. Lo más probable es que
aun sabiendo lo inútil que es hacerlo, las ventajas que nos habría querría todo eso, y más. Podría ser el Rey del Mundo, lo que es el
deparado “haberlo sabido” entonces; aunque para haberlo sabido resultado tradicional de todo fantaseo; éste sería inagotable por la
entonces deberíamos haber sido videntes del futuro. Lo somos cantidad de elementos a considerar; cada recuerdo arrastraría un
ahora, al ver el futuro que ya pasó. Aquel presente estaba lleno, tesoro de posibilidades, la enciclopedia de la vida se animaría de
completamente lleno, centímetro a centímetro y minuto a minuto, triunfo, goce, erotismo, eficacia...
de oportunidades que nos habrían beneficiado tanto o más que la De este ocioso juego de la imaginación surge una necesidad
varita mágica del hada más generosa. inesperada: la de saber. El que fantasea con esta posibilidad de
Sólo habría que volver al pasado, reteniendo el conocimiento regreso y segunda vida cuenta con el saber acumulado en su prime-
adquirido por la experiencia mientras ese futuro era presente, y ra vida. De hecho, no se demoraría en esta ensoñación si no fuera la
mediante el regreso se lo vuelve a hacer futuro, pero transparente, ya clase de hombre a los que se califica de “informados”, con la sufi-
vivido. Entonces sí, se lo sabría todo, y entonces sí se haría verdad, ciente curiosidad intelectual como para mantenerse al tanto de la
literal e implacable, lo de “saber es poder”. Porque sabiendo lo que marcha del mundo, pero también para saber de historia, de arte, de
va a pasar no se perdería ninguna apuesta ni se desperdiciaría nin- ciencia y técnica, de las modas y sus causas y efectos, de los resortes
guna iniciativa. No sólo saber el número de la lotería que saldrá pre- de la sociedad. Ha captado el aire y el espíritu de su época, así como
miado, sino tantas otras cosas: el potencial de ganancias de un sus detalles puntuales. Y advierte que si el viaje hacia atrás se hicie-
negocio que dejamos pasar porque en su momento parecía un nego- ra realidad, y emprendiera su carrera triunfal por el presente revivi-
cio más, riesgoso como todos; la cotización que alcanzaría un artista do, no lograría sus fines sólo con información: necesitaría combi-
al que conocimos joven y vendiendo sus cuadros por sumas insig- nar los datos con el gusto, el discernimiento, con cierto refinamien-
2 Transatlántico

to ético y artístico. Esto puede ser toda una revelación. Es probable del deseo de volver atrás en el tiempo. El que ha hecho el ridículo, y
que él se haya preguntado de qué le sirvieron tantos años de lectu- lo sabe (siempre lo sabe), no quiere otra cosa que trasladarse mági-
ras, de reflexión, de aprendizaje, de cultivo del espíritu (y quizás se camente atrás, al instante anterior al que dijo o hizo lo irrevocable.
lo preguntó con cierta amargura, porque este trabajo sutil le insu- Hay muchas circunstancias en las que uno querría volver atrás en el
mió un tiempo y una energía que podría haber usado con fines más tiempo; pero sólo cuando se ha caído en el ridículo, en el más atroz
prácticos, y prosperar). Pues bien, aquí tiene la respuesta: lo hizo (siempre lo es), ese deseo se manifiesta ardiente, devorador, en la
para darle materia a este fantaseo. O, desde adentro del fantaseo: carne, a la vez que se lo sabe imposible. En otros casos puede ser un
para aprovechar como es debido la insólita oportunidad de haber mero fantaseo, una especulación; gracias al ridículo, encarna como
vuelto cuarenta años atrás en el tiempo. experiencia vital. Y el que no ha tenido esa experiencia no puede
Dije que no bastaría con la información. Quiero decir que la saber lo que es la literatura, al menos como yo la entiendo.
información podría suplirse con un auxiliar mágico, como el
Almanaque de Resultados Deportivos de los próximos veinte años
(está en una película, y el que lo usa es el villano). Con él puede
ganar todas las apuestas y hacer una gran fortuna. Pero un fantaseo III
así sería mecánico, mezquino, primitivo. Para que valga la pena
como experiencia vital tendría que implicar todos esos conoci- Un día en el cine mientras esperaba que empezara la película,
mientos que hacen (que han hecho para ese hombre culto y sensi- dejando vagar sin rumbo el pensamiento, una jovencita descubrió
ble) el placer de la cultura. que podía hablar al revés, es decir pronunciando los sonidos de una
Aquí llegamos a una paradoja que es todo lo contrario de una palabra del último al primero, por ejemplo “palabra-arbalap”, y una
paradoja: la sospecha de inutilidad que sobrevuela los trabajos de frase como “estoy en el cine” se volvía “iotse ne le enis” (pues las
la alta cultura, del refinamiento de la sensibilidad, el cultivo del palabras quedaban en el orden original). Podía hacerlo sin ningún
gusto, la lectura, el pensamiento, se disipa... pero sólo para revelar esfuerzo, muy rápido, del modo más natural. No le costaba nada.
que su única utilidad se manifestaría en el caso de que se produjera Era un don que aceptaba muy contenta, y sólo le sorprendía haber
un milagro que nunca se producirá. tardado tanto en descubrirlo (tenía dieciséis años). Aunque quizás
Pero un hombre así de culto no puede ignorar que su interven- no lo había tenido siempre sino que le llegaba ahora, como un
ción provocaría divergencias, que irían haciéndose más marcadas cambio más de los que sobrevenían en la etapa del crecimiento.
con el tiempo. Cuando más provecho sacara de su conocimiento Esto era lo más probable, porque no recordaba ningún anteceden-
mágico, mayores serían las divergencias. De hecho, podrían ser te, que habría debido aparecer en algún momento de la infancia, en
algo más que divergencias y anular toda la ventaja. Comprarle su medio de los juegos de lenguaje tan frecuentes en los niños. Aun
producción a ese joven y desconocido pintor que en el futuro así, no podía evitar el sentimiento de haber nacido con el don; tam-
recordado llegará a ser un Picasso puede hacer que no llegue a ser bién era posible: había tanto que uno ignoraba de sí mismo, y que
un Picasso; porque en su “verdadera” historia llegó a serlo, entre iba descubriendo poco a poco. Así sucedía con los dones, y no
otras cosas, porque no vendió un solo cuadro en su juventud. Al podía asombrarle no haber pensado antes que podía tener uno tan
venderlos ahora, en la “repetición” del fantaseo, puede decidir curioso e inútil como el de hablar al revés.
casarse, o beber, o irse de viaje, o hacer cualquier otro uso del dine- No tardó en exhibirlo ante sus compañeros de colegio y su fami-
ro de las ventas que trunque su carrera tal como “fue”. Lo mismo, o lia. Su padre, al oírla (estaban sentados a la mesa, comiendo) le
cosas peores, pasarían con los negocios o la política o cualquier mostró que él también podía hacerlo, y a ella se le reveló que el don
otro campo de acción. Sacaría algún provecho con sus primeras incluía la capacidad de entender lo que otros decían al revés.
inversiones, pero muy pronto todo habría cambiado respecto de su Intercambiaron unas frases con las palabras dadas vuelta, ante la
primera pasada por el presente, ya no reconocería nada de lo que perplejidad de la madre y los otros hermanos, de la madre sobre
antes vivió, y no tendría ninguna ventaja relativa respecto del resto todo, ya que en más de veinte años de matrimonio nunca había
de la humanidad, o de lo que fue su vida anterior. sabido que su marido tuviera esa habilidad. Terminó todo en risas y
La conclusión es que no podría hacer nada, nada distinto de lo admiración. No valía la pena que sus hermanos menores propusie-
que hizo la primera vez, si quiere seguir reconociendo el mundo tal ran palabras difíciles, ella las invertía al instante, sin necesidad de
como fue. Ni siquiera en su vida privada, hasta en la más íntima. pensar ni concentrarse. Querían imitarla y no podían, o podían
Debería respetarlo todo. Sería un caso de “amor fati”, amor a los laboriosamente, tratando, decían, de visualizar la palabra escrita y
hechos y a la realidad tal como fue, tal como vuelve a ser, sin el de leerla de atrás para adelante. Ella, descubriendo en ese momento
menor cambio. Amor que le cuesta caro, pues debe pagarlo vivien- la mecánica de sus inversiones, dijo que lo hacía sólo por el sonido,
do por segunda vez su vida de pobreza, de errores, de frustraciones. no como una lectura. El padre asentía, pensativo, un poco distante.
Salvo que quizás, con su inteligencia y su sensibilidad, pueda apre- Al día siguiente, cuando la llevaba al colegio en auto, volvieron a
ciar, ya que lo está contemplando por segunda vez, el delicado ejercitarse en su extraño modo de hablar, más a gusto por estar
mecanismo de lo real, los resortes causales infradelgados que man- solos. Pero aquí, no interrumpidos por comentarios o desafíos, la
tienen cada cosa en su lugar del espacio y del tiempo, como un hija notó que su padre, si bien podía mantener el ritmo, no lo hacía
gran rompecabezas armado por manos sobrenaturales (y sin tan bien como ella. En realidad lo hacía igual de bien, pero no con
embargo, por definición, naturales). Un espectáculo nunca com- la misma naturalidad, cosa que se observaba en pequeños detalles:
pensa una acción real, pero ésta quizás equivaldría a una experien- una pausa casi imperceptible, un sonido cambiado de lugar, el
cia mística. entrecejo fruncido pensando... No era tan automático como en ella.
Se lo hizo notar y él la felicitó por su poder de observación. En efec-
to, a él no le había venido como un regalo del cielo: había tenido
que aprenderlo. Lo había aprendido bien, dijo la chica. Él asintió
II sonriendo. Sí, lo había aprendido bien. Mejor de lo que él mismo
creía: lo advertía al recuperar la habilidad después de tantos años
Yo jamás podría ser un “dandy”, ni siquiera extendiendo a su máxi- sin practicarla. Le contó por qué había aprendido. Cuando era un
ma amplitud la definición del término. Me lo impediría mi desali- adolescente, de la misma edad que su hija tenía ahora, había tenido
ño, mi desinterés por la ropa, mis modales aparatosos, lo una noviecita (se apresuró a aclarar que poco después las circuns-
desaforado de mi conversación, el tono patético que domina mis tancias los habían alejado, sin mucho drama porque esos amoríos
transacciones con el prójimo... Podría seguir. de chicos eran superficiales y pasaban sin dejar huella, y no la había
Pero además, aunque esto parezca lo de la zorra y las uvas, no vuelto a ver ni saber nada de ella), una noviecita que tenía el don
quiero serlo. No tanto porque no me gusta la actitud distanciada, natural de hablar al revés. Para él era una magia, y con el entusias-
cuidadosa, deliberada, en el fondo limitada, del dandy, como por mo y la facilidad de aprender de la juventud se había esforzado por
un motivo muy específico, que tiene que ver con el ridículo. imitarla, y lo había logrado, y durante todo un verano habían inter-
El rasgo que mejor define al dandy es su evitación del ridículo. cambiado, en esa especie de código secreto, palabras de amor, del
Ese es su alfa y su omega. Y yo tengo por fundamental la experien- amor puro de los niños grandes que juegan al amor, y sin saberlo
cia del ridículo; de hacerlo, no de presenciarlo o examinarlo. Le aman de verdad. No se lo cuentes a tu madre, agregó: las esposas
doy tanta importancia porque es la experiencia clásica, el modelo, son muy susceptibles con la historia de sus maridos. ≈

César Aira

[El Congreso
de Literatura]
Nora Avaro

“Hice mis paseos”, me dice César Aira y la ciudad coinciden divinamente para la
subraya sus dominios rosarinos con énfasis mexicana en un chasquido realista que a los
folklórico. Entonces supongo que fue al fanáticos de Aira, digo más, a los rosarinos
Monumento, al Palacio Fuentes, al Laurak fanáticos de Aira, no les queda más que
Bat, al Camarín de la Virgen. Este año lo envidiar. La extranjería es una ventaja injus-
ladea una tesista mexicana que tiene el pri- ta, en este caso, porque cualquiera sabe que
vilegio de recorrer el extranjero bajo las no hay ciudad sin literatura, y un rosarino
indicaciones de su autor favorito. La mexi- merece tanto o más que un mexicano que el
cana parece no dar crédito a su suerte, se ve autor favorito lo acompañe al Monumento:
tan contenta y tan correspondida como Acá, la llama.
cualquier personaje de Aira que encaja justo Pero parece que, la pena iguala, a los pla-
con su destino aunque lo juzgue asombroso. tenses les ocurre cosa parecida. El novelista
De aquí para allá su autor favorito la acom- Juan José Becerra, por ejemplo, que cuando
paña en un trayecto efectivo por Los miste- era joven, más joven, creía que las frases con
rios de Rosario, la novela y la ciudad: acá, El muchas cláusulas subordinadas garantizan
Cairo; acá, el faro; acá, la Catedral. Gracias un piso de calidad literaria, que tiene un
a las gentilezas del autor favorito, la novela y perro rengo y escapista que se llama Bob, “por
Arte, cultura & desarrollo 3

Fotos: Willy Donzelli


Marley”, y que, en definitiva, llegó a Rosario, nación de la celebrada cortesía borgeana”). dislate mientras, le contó Aira a Becerra “el César Aira es escritor.
al Congreso de Literatura, para entrevistar La descripción maliciosa que Aira hizo en mecanismo esté bien ajustado, y aun dentro Nació en Coronel
públicamente a Aira, fue una vez a otro con- el Congreso de Literatura de los estudiosos del mayor delirio las cosas funcionen bien, Pringles en 1949.
greso, en Mérida. En Mérida leyó El Congreso de su obra, muchos de ellos reunidos en mecánicamente bien”. Esta mecánica realis- Desde 1967 vive en
de Literatura que sucede en Mérida y, leyendo pleno claustro para escucharlo, parece ni ta del delirio, en su actividad sincrética, y Buenos Aires. Es uno
la novela en Mérida, supo, con una contun- tocarla, como si una y otros estuvieran sepa- como no puede ser de otro modo, suele de los escritores más
dencia que quizá antes no había sentido, rados por un muro transparente de malen- revertir en ironía, en sarcasmo, o mejor, en prolíficos de la litera-
aunque sin la orientación personalizada del tendidos, casi un sueño realizado (“bueno, el chiste, “en jueguito”; y aunque Aira odie el tura argentina. Fue
autor favorito, que las novelas de Aira, a pesar malentendido es un elemento enriquecedor humor y haya dedicado una novela —Cómo traducido y editado
del sabio loco, la clonación de Carlos Fuentes ¿no?”). Si bien se miran, y aunque resulten me reí— a la tragicomedia del chistoso a en Francia, Inglaterra,
y los gusanos de seda gigantes, son realistas. confortables para la aplicación de teorías en pesar de sí, afirma que lo suyo, “lo mío”, Italia, Brasil, España,
“Reales”, aclararía Aira. boga, sus novelas suelen procurar, más que dice, “se desliza por una superficie irónica, México y Venezuela.
La noche de octubre que Becerra lo bases argumentativas sólidas, desconcierto e distanciada, superficial, frívola si ustedes Lleva publicados más
entrevistó —el salón de actos de la Facultad inseguridad, sensaciones ambas poco bien- quieren”. Y agrega: “He notado también, y de sesenta libros, entre
de Humanidades colmado de congresistas, venidas para la gran mayoría de tesistas y lo noto cada vez más, la dificultad de escri- novelas, ensayos y
profesores, alumnos y la tesista mexicana, profesores —la pequeña minoría, la que le bir en serio, ahora he sido, casualmente, obras de teatro. Entre
todos muy prestos a reír y cavilar según lo da buen lugar a inseguridad y desconcierto, jurado en dos concursos de novela y en los los primeros libros,
marcara el protocolo Aira—, Aira dijo más constituye el plantel de sus mejores lectores dos le hemos dado el premio a novelas Ema, la cautiva (1981),
sobre la realidad: “Quizá no habría que a secas, sean estos claustrales o no—. A Aira humorísticas, simplemente porque eran las La liebre (1991), y
hablar de realismo sino de realidad, simple- se lo dijo en público Becerra, un platense mejores. Se ha hecho difícil escribir en entre los últimos,
mente ¿no?, una realidad topográfica. sensitivo: “A mi me ocurrió muchas veces, serio, sin caer en la solemnidad, en la ton- Cómo me reí (2005),
Siempre que vengo a Rosario rehago el leyendo sus libros, sentir, y me gustaría dejar tería, en la predicación, hemos acumulado El pequeño monje
camino que hacían mis personajes en Los testimonio de la palabra sentir, que me tanta ironía ¿no?, tanto distanciamiento, budista (2006),
misterios de Rosario, voy al Camarín de la repliego hacia mi propio origen, como si yo hemos puesto tantas barreras que hoy día Pequeño manual
Virgen, en fin. Una vez una tesista extranje- fuese un niño al que le leen un cuento de escribir en serio se ha vuelto casi imposible, de procedimentos
ra fue a Flores, investigó mis novelas, sobre Andersen, y supongo que esto ocurre porque eso lo siento yo que detesto el humor y sin (2007) y La vida nueva
todo El sueño, conoció a todos los persona- siempre hay algo nuevo en los libros de embargo todo me sale chistoso”. (2007).
jes, les hizo entrevistas, los fotografió, foto- César, algo que no está en ningún lado y que “Me sale”. “Me salió mal”, “me salió
grafió los lugares, se maravillaba de la reali- al hacerse presente produce un blanco de demasiado mal”, “me salió chistosa”, “no me
dad, que no es exactamente realismo, el rea- interpretación, una sorpresa y una experien- salieron convencionales”. Y no es excesivo
lismo es otra cosa, algo más artificioso, en cia de novedad que nos lleva a lo que podría- tributo al coloquialismo porque, en verdad,
mis novelas hay la realidad casi en bruto mos llamar un estado de infancia”. a Aira las novelas “le salen”, una detrás de la
mechada con un poco de delirio”. otra; pero como se sabe un escritor sofisti-
cado y erudito “del lado de Borges, no del de
“Mi vocación era escribir Arlt”, cree que no se trata de escribir mucho
“Lo que yo vi” novelas convencionales” sino de escribir bien, porque sólo bien da la
sensación de mucho: “No sé, simplemente,
La línea madre inventiva, el continuo de seria, honesta e instantánea, el tiempo de No veo cuál es el interés de volverse adulto, no sé. Siempre están hablando de lo prolífi-
causas y efectos, comienza, evoluciona y decir y subrayar “hice mis paseos”, sortear dijo más o menos Copi, un autor favorito de co que soy y creo que encontré una buena
culmina en la visión, y en una doble fórmu- réplicas y avances, para desaparecer por los Aira, quien podría suscribir ese desinterés fórmula para acallarlos: el secreto para ser
la concurrente que es capital en el realismo pasillos de la facultad con su tesista mexica- tal como prefiere: en bloque. Previo a la prolífico no es escribir mucho sino escribir
(en la realidad) de Aira: ver lo que se inventa na, y muy dispuesto a señalar, en el fragor entrevista pública que le concedió a Becerra, bien. Una novela va saliendo después de
/ inventar lo que se ve. Él mismo destacó, la calmo de la huida, la escalera precisa por Aira leyó un ensayo sobre tres tipos de nove- otra”. Y también: “También hay que contar
noche del Congreso de Literatura, la natu- donde baja Olivia en Los misterios de las: la novela imperfecta, la novela mecánica con la inercia del trabajo, uno lo ha venido
raleza visual y descriptiva de su pericia, que Rosario. Un auténtico escapista, como Bob, y la novela perfecta. Lo escribió para conso- haciendo durante casi cuarenta años, es
en sus novelas redunda en inflación onírica, Bob Marley, el perro rengo de Becerra. larse un poco de lo mal que le había salido imposible dejar de hacerlo, para mí escribir
en imaginería surrealista, en videncia y en Me pregunto cómo desaparece, cómo ges- una suya, “tan mal —dijo Aira— que sentí la es parte de mi higiene cotidiana, creo que
aptitud visionaria: “Simplemente una nove- tiona sus técnicas de fuga sin resignar los necesidad inmediata de justificarme”. En su no hay secretos, no hay nada, para mí es lo
la va saliendo después de otra, hay algo del buenos modales; cómo sortea la admiración justificación, describe a un lector niño que más normal del mundo ¿no? escribir una
placer de escribir, del placer de inventar, son y el snobismo, cómo logra, si es que hay atado a la lógica de los hechos se convierte novela, después escribir otra y otra y otra,
dos cosas un poco disociadas: por un lado, alguna, borrar la diferencia. Cómo pasa de en un legislador severo del verosímil com- como son cortas me puedo dar el lujo de
el placer de la invención, y por otro lado, el conferenciante, invitado especial, autor pensatorio, aunque se trate del más maravi- jugar, de apostar fuerte a ideas un poco
trabajo artesanal de ir escribiendo. Yo escri- favorito, a curioso que andaba por ahí, se lloso. Ese niño, al que Becerra se parece inviables, muy inviables. Muchas veces
bo muy lento, muy despacio, muy poco, asomó, no encontró nada de su interés y como lector de Aira, está muy dispuesto a los abandono una novela a las diez o veinte
muchas veces he pensado que más que siguió su camino llevándose una mexica- dragones, a las hadas, a los gusanos gigantes páginas, otras las termino, y cuando las ter-
escribir lo mío se parece a dibujar, no sólo na hacia el único destino que en Rosario y a los perros escapistas, pero a condición de mino, se publican, porque ahí hago como
porque escribo a mano en una libreta o un importa: el Monumento a la Bandera. que dragones, hadas, gusanos y perros se un corte epistemológico de mis facultades
cuaderno sin renglones sino porque voy justifiquen, y lo hagan con la seriedad con críticas, cierro los ojos, y aunque sienta que
dibujando las ideas, lo visual del asunto. El que se justifica un novelista cuando escribe salió mal, que salió demasiado mal, la
otro día lo oí a Alan Pauls decir una cosa “El secreto de mi éxito” una mala novela. “Contra lo que muchos publico. Indefectiblemente”.
que me sorprendió mucho, que él nunca ve pueden pensar —dijo Aira—, yo tengo muy
las escenas de lo que escribe, trabaja sola- Las gentilezas de cicerone con las tesistas presente al lector porque yo soy uno, yo me
mente con el sonido de las palabras, de las extranjeras, en Rosario o en Flores, parecen pienso como lector y en mis novelas trato de El fin del mundo
frases. No sé si él lo diría por provocación, una prolongación de las que Aira dice tener ser claro, lo más claro posible. Vuelvo a los
por decir algo distinto y original pero, si es en sus novelas con los profesores universi- temas de este ensayo que leí recién, de seguir Hace algunos días me crucé con un lector
cierto, resulta mi contracara, porque yo veo tarios en general: “Muchas veces me han una lógica, que cada causa tenga su efecto, de Aira en una fiesta tumultuosa en Buenos
todo, y todo mi esfuerzo de trabajo artesa- preguntado por el interés que despiertan que cada efecto haya tenido su causa, no Aires. El lector de Aira, un porteño desco-
nal, de hacer las frases, es para que se vea lo mis libros en los círculos académicos —le dejar hilos sueltos, gratificar al lector con un nocido, un extraplanetario, me contó que
que yo vi. A veces me voy un poco demasia- dijo a Becerra—, y yo mismo me he contes- relato que se sostenga del principio al fin; vivía en Rosario desde hacía unos meses; su
do lejos en descripciones, en descripciones tado si no habrá de mi parte un elemento de muchas veces hago un sacrificio porque me trabajo, comprar y vender granos, lo había
de acciones, para que no se confundan en lo demagogia ahí, de servirles en bandeja de digo que yo soy un escritor más sofisticado, llevado a la ciudad, tenía sus oficinas en el
más mínimo, para que los lectores vean plata todas las teorías. Creo que eso puede entonces hago algún corte abrupto, algún Palacio Fuentes.
exactamente lo que yo vi cuando lo inventé”. deberse, entre otras cosas, a que yo trabajo salto, pero va contra mi espíritu infantil de Recién instalado, y para abreviar la nos-
en la ficción, en la creación novelística, con contar las cosas bien contadas del principio talgia, el lector de Aira —que todavía no era
elementos de cultura popular tomados de al fin. Muy pocas veces he experimentado lector de Aira y que poco después lo sería
“Voy al Camarín de la dibujos animados, de cómics, de películas o con saltos en el tiempo, juegos à la Faulkner, para siempre— decidió comprar un libro.
de la televisión berreta y con eso hago un siempre empiezo donde empieza la historia Visitó entonces una librería céntrica y, pis-
Virgen” poco estos mecanismos meta-narrativos; en y termino donde termina la historia, paso a peando entre los anaqueles, vio un título
general, los que trabajan con mecanismos paso. El lector no tiene por qué sentirse que, dada su situación, le pareció el indica-
Dice: “Voooy al Camaaarín de la Virgennn”. meta-narrativos, eruditos, lo hacen con excluido, quizá sí en el sentido en que le do: Los misterios de Rosario.
Hay mucho en esa modulación. Hace algu- materia noble, con la materia noble, los estoy tomando el pelo, eso me lo han dicho La sola lectura del libro bastó para vol-
nos años, en otro Congreso de Literatura, profesores no encuentran los mecanismos muchas veces y a veces con razón, porque es verlo inmediatamente rosarino, me dijo el
una señora rosarina se lo hizo notar. Aira tan fácil. No lo tengo muy claro pero me inevitable si uno empieza por el camino de lector de Aira. Porque, desde que había lle-
contaba entonces, con una complacencia parece que ahí está la clave… El secreto de la ironía, del juego y de esa cosa horrible que gado, él tomaba todas las mañanas su des-
extraordinaria, infantil, que la señora rosa- mi éxito, para decirlo con una frase”. yo detesto pero en la que caigo inevitable- ayuno en el Laurak Bat, rebotaba de tristeza,
rina repetía, después de escuchar su confe- Servir en bandeja de plata el procedi- mente que es la meta-literatura; pero siem- como el muñeco de nieve, por la calle Santa
rencia: “esa voz… esa voz”. Pues sí: el mur- miento, ponerlo a funcionar en materia pre trato que no se me vaya la mano. Yo Fe, leía los graffitis en los frescos del Palacio
mullo, la parsimonia, la falsa modestia y la degradable, propinar aquí y allá cifras can- siempre he dicho que mi sueño, mi voca- Fuentes, y escuchaba, estaba seguro de
cortesía intimidante recuerdan a Borges y tadas para lectores profesionales pero un ción, era escribir novelas convencionales y si escuchar, en las noches solitarias en que
también, por momentos, la mirada hacia poco ignorantes, para que la inteligencia de me salieron así fue porque no me salieron añoraba su casa, su castillo porteño, un cri
arriba, en pesquisa celestial: un ciego con los lectores profesionales y un poco igno- convencionales”. cri persistente y amenazador. “Hace poco
superfluos anteojos de miope. Pero sucede rantes salga, del trabajo con sus novelas, no casi nevó”, me dijo el lector de Aira, como si
que Aira no es ciego aunque sus modos de sólo indemne, sino fortalecida: he ahí la esa coincidencia literaria y meteorológica
estar entre la gente semejen los de un ciego clave demagógica de su éxito, su cortesía “Todo me sale chistoso” garantizara su realidad personal; y agregó,
o mejor, justamente al revés, los de un vi- borgeana (“Borges coqueteó con la idea de ya en el clímax de la fiesta: “espero estar en
dente solitario, especie única, que desea, y una imperfección significativa, esa peque- De la novela que Aira llama “convencional” Rosario cuando llegue el fin del mundo”. ≈
consigue, enceguecer al resto del mundo: ña incoherencia que sugiere algo que las suyas retienen el gusto por la peripecia y
primero con su brillo, después con su eva- quedó sin decir y le da al lector la sensación el acato a la motivación; no importa hasta
sión. Los brazos cruzados, la sonrisa plena, de ser más inteligente que el autor, culmi- dónde se llegue por la vía de la realidad y del
4 Transatlántico

El futuro anterior
Alan Pauls

N
No hay nada más raro que una ciudad marcha atrás, repatriarme a ese pasado ron en mí los ecos de una infancia de esos bolsones acotados donde los
donde lo más visible es el cielo y el absoluto que es la infancia? intacta, es porque en ese idioma municipios suelen invertir de golpe
horizonte el único límite que creen Mi visión de Brasilia, ciudad única, impronunciable resonaba el imaginario todos sus arrebatos experimentales—
encontrar los ojos. Sin embargo, la pionera, de avanzada, era desde el que tejió mi niñez, la niñez típica del sino en la ciudad toda, en su ejecución y
primera incongruencia con la que tro- principio una retrovisión, un déjà-vu hijo de la cultura de masas: el imagina- 1. más sobre
la ciudad toda:
su concepto. Y reaparecían
pecé en Brasilia no nació del espacio inducido por algunos estímulos incon- rio de la ciencia ficción. (El mismo página 16 —he aquí el aspecto verda-
sino del tiempo. Tropecé es un decir: fundibles: el derroche de espacios des- imaginario, dicho sea de paso, que apa- deramente perturbador, casi subversivo,
iba en coche. Ya en el avión que me iertos, el culto de la intemperie, la rece deshidratado —es decir: vaciado de del déjà-vu— irrigadas con la misma
llevaba a Brasilia supe lo poco que usa- extraña soberanía de la arquitectura (a lo único que todavía puede reanimarlo: calidad emocional, el mismo veneno
ría las piernas a lo largo de los tres días la vez altiva, porque sabe que no tiene su dimensión histórica— en un spot paradójico que las había signado la pri-
que se avecinaban, lo mucho que nece- rival, y modesta, porque es hija de la publicitario de Nokia filmado precisa- mera vez, cuando yo tenía seis, siete,
sitaría de las ruedas de otros: desde el planificación), la falta de ruido y de mente en Brasilia, donde el futurismo ocho años y me dejaba hechizar por
dorso de la mesita rebatible que tenía mezclas, la monumentalidad de la es un trompe l’oeil y la ciudad, la ciudad cualquier imagen que afirmara imaginar
frente a mí, a diez mil metros de altu- escala... Y sobre todo las siglas, que real, el decorado ready made más barato algo que todavía no existía: la euforia
ra, un Fiat Stilo modelo Schumacher proliferaban en el espacio público del mundo. En el comercial, un astro- (de sentir que se podía ver el futuro), la
pavoneaba su arrogancia color rojo como jeroglíficos destinados a una raza nauta, guiado únicamente por el nave- inquietud (de comprobar que el futuro
sangre envalentonado por esta leyenda: superior, o más impaciente, de lectores: gador de un teléfono celular, atraviesa podía ser espantosamente inhumano).
“Si verlo así, solo, te seduce, imaginate N-Q3-L, W1302... Las siglas son un a pleno sol la ciudad completamente Yo apenas aterrizaba —si es que se pue-
con vos adentro manejándolo”. Iba en talismán clásico para la imaginación de desierta, pasa junto a la catedral de de realmente aterrizar en un sitio tan
coche, decía, y en el coche sonaba todo niño crecido en los años sesenta. Niemeyer, deja atrás los cuencos gigan- aéreo, tan suspendido, tan colgado
“Generación Coca Cola”, una canción- Son la unidad de base de una quimera tescos del Parlamento, camina por el como Brasilia— y ya Brasilia me inspi-
manifiesto del grupo Legiâo urbana, la sinóptica que cree que confabulando techo de la Alvorada, se detiene ante un raba la misma ambivalencia contrariada
muestra de autobiografía musical que números y letras se puede reducir el edificio, sube por un ascensor, llama a que solían inspirarme esas arquitectu-
mi anfitrión y chofer, y pronto mi ami- sentido y la complejidad del mundo a una puerta y llega por fin a su destino, ras del futuro descubiertas, de chico, en
go, había elegido, pobre, para presen- un juego de coordenadas unívocas. la fiesta de disfraces a la que lo invita a el cine o la televisión: belleza y opre-
tarse ante mí, que lo ignoro y moriré Pero si las siglas de Brasilia desperta- pasar un sonriente conejo de peluche sión, inteligencia y despotismo, innova-
ignorándolo todo sobre el rock en de un metro ochenta.) ción y omnipotencia. Más que contra-
general y el brasileño en particular. De Fahrenheit 451 a riada, en realidad, era una ambivalencia
Avanzábamos por el Eje Monumental. Alphaville, todas las postales dolorosa, pero no por la dosis de miedo
Dejábamos atrás el sector de los minis- de paisajes urbanos anticipa- que incluía sino porque mientras me
terios con sus persianas extrañas, ver- torios que me vieron crecer enfrentaba con una incógnita difícil
des como suaves párpados vegetales, “ puedo decir reaparecían de golpe encar- (¿Es fatalmente opresiva la belleza a
cuando pensé: ¿cómo es posible que nadas en Brasilia, no en un gran escala?), al mismo tiempo me con-
Brasilia, la ciudad del futuro por exce- también que tengo barrio en particular, no en denaba a no poder resolverla. Al pare-
lencia, pueda hacerme retroceder, dar una zona privilegiada —uno cer, la belleza venía con la opresión, la
la misma edad,
que soy tan viejo
o tan joven como
lo más viejo que
tiene la ciudad”
Arte, cultura & desarrollo 5

Un escritor de paso
por Brasilia descubre
correspondencias
exactas entre esa
ciudad, el imaginario
de su infancia y su
propia biografía.
El déjà-vu que le
provocan la soberanía
de la arquitectura y
los grandes espacios
abiertos derivará en
sospechas acerca de El autor nació en Buenos Aires en 1959.
Es escritor, crítico de cine y guionista.
casi todo, en especial Publicó las novelas El pudor del pornógrafo,
El coloquio, Wasabi, El pasado —ganadora
la realización de los del premio Herralde 2003 y llevada al cine
por el director Héctor Babenco— e Historia
sueños. del Llanto.

inteligencia con el despotismo, la vo- cineastas como Truffaut y Godard transcurre en el jardín, alrededor de la nes de toda una ciudad más espacio y
luntad de innovación con la voluntad de —como muchos otros— se lanzaran de pileta —cuyo uso nadie sabe si está más furia que un presidente), o si es el
control. pronto a poner en escena los tiempos incluido en la entrada y la bebida— y ejemplo más perfecto de un escándalo
La idea de futuro está en el corazón fascinantes y terribles que se avecina- sobre todo en un quincho diminuto para el que nadie —y menos que nadie
de la experiencia de déjà-vu que Brasilia ban. Pienso, por supuesto, en las altas donde veinte militantes del baile —yo los hijos del modernismo utópico del
fue para mí. Porque pensándolo bien, banderas del modernismo, en el ímpetu entre ellos, decidido a reanudar relacio- siglo XX— está todavía preparado: el
¿hay alguna idea más fechada, más his- de los gestos fundacionales, en el culto nes con mis piernas— obedecen las ins- escándalo de un sueño realizado.
tórica? ¿Hay algo más pasado que el de lo nuevo, en eso que en términos trucciones enérgicas, tal vez demasiado Estuve sólo tres días en Brasilia, pero
futuro? Y sin embargo, mientras seguía- muy generales, y no sin melancolía, se para la hora, recién las cinco de la tar- podría decir (sin alardear) que nací
mos viajando en coche, esquivando pea- sigue llamando utopismo. Y pienso en de, de un DJ llamado Leâozinho. La allí, que allí viví, vivo y quizá viviré y
tones lánguidos y acobardados a la vez el extraño núcleo aporético que parece fiesta, me dicen, se llama tarde ensola- que de un modo singular, incluso incó-
—sonaba ahora Lobâo, un energúmeno estar en el centro de ese gran entusias- rada, y mientras vuelvo a sentir sangre modo, que recién ahora empiezo a
aparentemente legendario—, me di mo crítico y civilizador: la necesidad de en las pantorrillas me pregunto otra vez poder pensar, es mi ciudad, simple-
cuenta de que si algo compartía yo con desplegar un esfuerzo sobrehumano lo que vengo preguntándome desde la mente porque de Brasilia puedo decir
Brasilia, algo a la vez íntimo e histórico, para hacer realidad un futuro que de caída del muro de Berlín (primero) y lo que no podré decir jamás de ninguna
personal y político, era el hecho de que todos modos nos estaba asegurado. desde la llegada del 2001, el año de otra ciudad del planeta: que soy su
ambos éramos, somos, seremos siempre ¿Cuántos brazos hicieron falta, cuántos 2001 Odisea del espacio (después): estricto contemporáneo. Nací en 1959,
hijos de ese milagro del destiempo, de fueron sacrificados para construir ¿quién inventó la fatalidad del futuro: cuando Brasilia estaba a punto de inau-
ese anacronismo mítico que es el futu- Brasilia, cuántos sobreviven hoy a gatas la ciencia ficción o el comunismo? La gurarse. Así como pensé, mientras bai-
ro. Y cuando digo futuro pienso sin en lo que una jerga decididamente respuesta que da Brasilia es escandalo- laba esa tarde ese set prematuro en un
duda en la ciudad descentralizada de cienciaficcióndependiente llama ciuda- samente simple: ¿hay acaso alguna dife- quincho diseñado para mesas de ping
Fahrenheit 451 (donde para leer libros des-satélite? Nadie nunca pudo decír- rencia? De ahí el problema o la imposi- pong o barbacoas, que muy probable-
había que ser tan maquis como Lucio melo, y durante los tres días que pasé bilidad, más bien, de decidir qué es mente fuera la persona más vieja de
Costa, el hombre que diagramó esta en la ciudad me quedó flotando en la Brasilia: si el único experimento comu- toda la fiesta (primera vez en mi vida
ciudad imposible, para infiltrarse en el cabeza la famosa frase de Walter nista del siglo XX que tuvo éxito (pero que experimento ese privilegio, y se lo
urbanismo) y en la Alphaville de Godard Benjamin: “No hay documento de cul- en ese caso, ¿entendimos bien la lec- debo a Brasilia), puedo decir también
(donde la sigla hlm ya no designaba tura que no lo sea a la vez de barbarie”. ción? ¿Comprendimos que la fórmula que tengo la misma edad, que soy tan
una avanzada de la arquitectura popu- Al tercer día me llevan a una fiesta. era el plan piloto, no el plan quinque- viejo o tan joven como lo más viejo que
lar, la Habitation à loyer moyen —“vi- Es una fiesta diurna, en una casa parti- nal; el urbanismo modernista, no la tiene la ciudad, y que esa evidencia
vienda de alquiler medio”—, sino una cular, pero hay que pagar entrada y socialización de los medios de produc- única —sentirme biológica, histórica-
pesadilla poética, Hôpitaux à longues llevar algo para beber. Los dueños de ción; Le Corbusier y no el partido úni- mente trenzado con una ciudad extran-
maladies, “hospitales para enfermedades casa no están, o al menos no se han pre- co?), si el museo de un urbanista visio- jera en la que pasé sólo tres días—
prolongadas”). Pero pienso sobre todo sentado como tales; toda la casa está nario (Lucio Costa) o el de his majesty todavía me hace temblar las piernas
en las fuerzas intelectuales, las ideas, clausurada, en sombras, como un Niemeyer (quizás el único arquitecto que recién volví a usar unas pocas
las creencias que hacían posible que dos gigantesco animal dormido; la fiesta del mundo que merezca en las discusio- horas antes de abandonarla. ≈
Todas las fotos: Alan Pauls
6 Transatlántico

Cultura, economía e industrias culturales. El investigador Octavio Getino anali-


za el nuevo mapa económico y político formado a partir del cruce productivo de
comunicación y cultura. Mientras reivindica el estudio del impacto económico de este
fenómeno, reclama prestar atención también a la importancia del sector para la
integración nacional y regional, para poder hablar, entonces, de “verdadero desarrollo”.
Octavio Getino Nos referimos a lo que constituye una de las palmente las actividades, los servicios y las les de Europa y Latinoamérica ven amenaza-

C
manifestaciones más importantes, entre otras industrias culturales, haciendo además de ese das su independencia y la capacidad de refor-
Cultura y economía son dos términos que a posibles, por ejemplo, las relacionadas con tiempo, lo que griegos y romanos reconocían zar su posición, debido al proceso de con-
lo largo de la historia marcharon por sepa- educación, salud. Se trata de lo que convencio- como aschole, unos, y neg-otium, otros. centración y a la imposición de un modelo
rado, como líneas paralelas que, aunque podían nalmente denominamos sector cultural, una La dimensión económica de estos campos vehiculado por la mundialización de inter-
mirarse la una a la otra, parecieran estar con- especie de ecosistema integrado por distintos del sector cultural salta a la vista cada vez más cambios. Estas regiones corren el riesgo de
denadas a no reunirse nunca. Primero como procesos de producción, apropiación y repro- a través de estudios e investigaciones reali- ver la cultura sometida a las leyes del mercado,
concepto holístico, referido a las relaciones ducción de actividades, bienes y servicios en zadas por organismos intergubernamentales y sus productos convertidos en simples mer-
del hombre con la naturaleza, los dioses y los los que prevalecen los valores simbólicos por o por expertos de distintas procedencias. Por cancías. Tanto aquí como allí, intelectuales,
otros hombres, luego como idea de “alta cul- encima de cualquier otro tipo de valor, por ejemplo, según el estudio realizado por el artistas, cineastas, escritores, músicos y edito-
tura” o “artes elevadas”, la cultura, o mejor ejemplo, los de uso o de cambio. Ello obliga a investigador español Lluís Bonet, el sector de res, entre otros, se niegan a considerar esta rea-
dicho, las fuerzas sociales que asumieron en delimitar el estudio científico de las dimensio- la cultura y de la comunicación ha comenzado lidad como una fatalidad.”
cada momento histórico su liderazgo, se resis- nes principales de este sector (simbólicas, a vivir una transformación casi tan radical Sea cual fuere el sistema político y econó-
tió habitualmente a ser medida o cuantificada, económicas, políticas) y también el de los como la experimentada con la invención de la mico en el cual se desarrollen las activida-
como si la racionalidad no pudiera o debiera campos en que el mismo se manifiesta, en imprenta. La aparición de equipamientos des, los servicios y las industrias culturales,
inmiscuirse en los laberintos de lo intangible o particular, los referidos a las actividades, los multimedia, la digitalización de los forma- ellas ocupan en nuestros días un lugar privi-
de las cosas que tendrían que ver más con las servicios y las industrias culturales. De lo tos así como los grandes logros en las tecnolo- legiado en la economía, el empleo y en las
emociones y el corazón. Esta fue una visión contrario, la cultura, como concepto totaliza- gías de telecomunicaciones, comportan un políticas de desarrollo. Para la unesco, las
predominante a lo largo de muchos siglos, dor, se erigiría en una especie de panacea cambio radical en las formas de producción y cifras del año 2000 en el sector de las indus-
pese a que pensadores como Pitágoras afir- inalcanzable para la razón y el conocimiento. consumo. El sector cultura pasa a ser visto trias culturales indicaban que éste era uno de
En teoría

masen en su momento que todo lo existente Con relación al campo de las industrias cul- como una actividad clave en las estrategias los de mayor crecimiento a escala mundial,
sobre la tierra, incluida la música, es decir, el turales, el crecimiento casi explosivo que se internacionales de dominio de los nuevos estimándose que su facturación habría alcan-
medio más emparentado con las emociones, verificó a lo largo del siglo XX hizo que, prime- mercados de las telecomunicaciones y el ocio; zado en dicho período la suma de 831.000
podía ser estudiado y construido a partir de ramente, los grandes conglomerados y las este hecho provoca un proceso acelerado de millones de dólares, previéndose, además,
fórmulas matemáticas. mayores compañías del sector, realizaran sig- integraciones empresariales verticales y hori- que la misma se elevaría en 2005, a 1,3 billo-
Convengamos entonces que estamos ha- nificativas inversiones en el estudio de su poten- zontales, y de globalización de las estrategias nes de dólares, lo que supone un crecimiento
blando de un tema nuevo y en nuestro país casi cialidad económica —incorporando no sólo a de los grandes grupos empresariales del sec- de 7,2% anual. Si a ello se suma la facturación
inexplorado. Además, recién en las dos o tres los economistas, sino a los antropólogos, soció- tor. [ 1 ] de las Nuevas Tecnologías de la Información
últimas décadas, las nuevas constituciones logos, sicólogos y artistas— con el fin de utili- A su vez, la Oficina para Europa del Banco y la Comunicación (ntic), recursos estratégi-
nacionales aparecidas en los países de Amé- zar sus resultados, manejados siempre a nivel Interamericano de Desarrollo (bid), orga- cos cada vez más incorporados a las industrias
rica latina, osaron introducir por primera vez, privado, en función de una mayor rentabilidad nismo que apenas una década atrás no tenía culturales, creativas y del entretenimiento, la
el término “cultura” en su visión más amplia y económica y de una más refinada explotación demasiado acercamiento a los temas de la cifra ascendió en el año 2000 a 2,1 billones de
antropológica. Lo cual, pese a todo, representa de los mercados. Con esto, los grupos más cultura, sostenía hace sólo tres años que “las dólares. Facturación a su vez concentrada en
un serio avance en este terreno, como lo fueron poderosos del empresariado local o mundial industrias culturales tienen una función fun- las naciones de mayor desarrollo si se tiene en
los primeros estudios que se llevaron a cabo ampliaron la rentabilidad tradicional obte- damental en la creación de los imaginarios cuenta que, según algunos estudios realizados,
en Estados Unidos y en Europa —a partir de los nida con el tiempo de trabajo de las personas y individuales y de las identidades colectivas y un 65% de la población del mundo no ha
años 60 y 70 del siglo pasado— sobre la inciden- lo extendieron también sobre el llamado tiempo constituyen uno de los vectores principales hecho nunca una sola llamada de teléfono y
cia de algunas actividades artísticas y culturales de ocio —tiempo de otium, decían los roma- de expresión y diálogo entre las culturas. Sin que existen más líneas telefónicas en Manhat-
en la economía y el empleo de diversas ciudades. nos— que es donde se desenvuelven princi- embargo, hoy en día, estas empresas cultura- tan que en toda el África subsahariana.

Rosario – Cruz Alta, 1995. Un hombre viaja en colectivo a un pueblo del interior. En el tra-
yecto, la lectura de un poema de Eugenio D’Ors acompaña su extrañamiento mientras el paisaje corre
al otro lado de la ventanilla. Más tarde, una visita a la casa de Ezequiel Martínez Estrada y la visión
En la práctica

de un “tapial erizado con vidrios de botella” cargarán de incertidumbres su libreta de escritor.


Pablo Makovsky

E
Alta. A ese encuentro suelo atribuir la con- manera como una suspensión. Algo quedaba hábitos, decidí sentarme al lado de la mujer con
cepción de mi primera hija. Al viaje a Cruz para mí en suspenso entonces, algo que era su crío. El gurisito me recibió con un estira-
El 16 de agosto de 1992 invertí 18 pesos en la Alta, en el límite entre Santa Fe y Córdoba, mío a condición de perderlo: lo que era tras- miento de sus piernas, cosa que recibí como
compra de Introducción a la vida angélica, de atribuyo también un descubrimiento pequeño tabillaba, se debilitaba como el paisaje que una patada, y otra. Y, de inmediato, la excusa de
Eugenio D’Ors, en la ya desaparecida librería acerca de la vida y la obra literaria; un hallazgo transcurría frente a la ventanilla. No significa la madre. Y, lo más extraño, mi respuesta: que
Trieste, en la galería del bar Remember. Tres acaso trivial con el que me digo cosas que ya que no sabía quién era, sino que, precisa- no, no me molestaba en absoluto. Y más raro
años después, un viernes de principios de entenderé y son tal vez el motivo último de mente, era como hundir el dedo en eso con lo aún: no me molestaba en absoluto que el bebé
agosto de 1995, repasé páginas de ese libro al estas líneas. que subía al ómnibus y notar su espesor más improvisara una caminata lunar sobre mis
volver de Cruz Alta, donde daba clases de cine blando, o su falta de espesor. De repente, pantalones de corderoy color caqui que había
en el colegio secundario Santa Juana de Arco. Asiento 33 leyendo un libro, escuchando música —por lo pagado en Rholand siete u ocho veces más
“Los Ángeles del Señor —citaba D’Ors—,/ general extranjera, por lo general country, que caros que el libro de D’Ors. Antes de salir de
Que Jacob vido en escala,/ No bajan en un Aquella mañana de agosto de 1995, con el es la dimensión angélica de la música popu- Rosario, mientras el cielo de acero echaba un
volar/ Magüer que posean alas./ No bajan cielo resplandeciente y gris y el aire enrarecido lar—, mi ángel, ese diálogo con el que me brillo pálido sobre el rancherío de avenida
volando, no./ Peldaño a peldaño bajan”. por la lluvia de la noche, subí al ómnibus a eso había hecho en tierra firme a mí mismo, se Godoy, habíamos entablado una conversación
Cada cual construye su ángel, recuerdo que de las 7 y 10. El asiento 33, el de la ventanilla, convertía en fantasma y lo que yo era saltaba con la madre. Tenía la edad de algunas de mis
predicaba D’Ors en su libro, y también usaba estaba ocupado por una mujer joven, de la de una morada a otra del camino que seguía el alumnas en Cruz Alta: diecisiete años. Había
el término “personalidad” y “diálogo” para que no vi sino su hijo, una criatura acurrucada ómnibus y lo que me volvía, en la forzosa tenido a su hijo en Buenos Aires hacía un año,
referirse a esa compañía extramundana que en sus brazos que parecía todo lo que esa soledad de la butaca, era la melancolía de esas a los dieciséis. “No recuerdo cómo era mi vida
podía caer y arrastrarnos o ser nuestra guarda. mujer tenía para mostrar o, mejor, parecía vidas que se deshilachaban en la ventanilla antes de que él naciera”, recuerdo que dijo. Y
Pero yo había vuelto sobre esas páginas no ser todo lo que hasta ese momento estaba dis- antes de ser vividas. Eso: el viaje era el lugar, el recuerdo muy bien cómo me trató cuando argüí
debido a los vaivenes de mi trato intelectual con puesto a ver. momento en el que me encontraba con mi que no, que los niños no eran para mí, que
el Absoluto, sino al encuentro que había tenido El viaje de media distancia, frecuente, de extranjería como quien se encuentra con la pese a pisar los diez años de noviazgo eso de
la plomiza mañana del viernes 4 de agosto de rutina, como el que hacía entonces a Cruz novia o la niñera de la infancia. tener hijos... bueno. Y ella, cuyo nombre no
1995 en el ómnibus que me llevaba a Cruz Alta o San Nicolás, funcionaba de alguna Así que esa mañana, a contramano de mis anoté, hizo un gesto con la mano, terminó de
Arte, cultura & desarrollo 7

A estas cifras deben sumarse las que devie- lógicos y culturales. Una dualidad de cam- nición que había hecho la unesco de las mis- tente en Iberoamérica, con el fin de “reunir,
nen de la función reproductora de capital que pos de estudio que obliga a construir nuevas mas (radio, televisión, revistas, música, libro, procesar y poner en servicio información cuan-
diversas industrias ejercen en el sistema eco- herramientas de conocimiento. prensa, cine y video). Este proyecto inició sus titativa y cualitativa que contribuya al mejora-
nómico global, particularmente las relaciona- Una de las primeras tentativas de abor- trabajos a partir de agosto de 1999 y contó miento de las políticas públicas y también al de
das con la promoción y publicitación de mer- daje, no ya industria por industria, sino de con la participación de los ministerios y orga- las prácticas del sector privado, particular-
cancías y servicios en general, impulsoras de verdaderos complejos industriales, fue el estu- nismos responsables de Cultura de algunos mente en las pequeñas y medianas empre-
pautas y comportamientos culturales, cuya dio que, con apoyo de unesco, organizó la países andinos, como Colombia, Perú, Chile sas”. En sus tres años de vida —actualmente
incidencia económica, política y social ha Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano y Venezuela. En su primer informe se sostenía depende de la Subsecretaría de Industrias
incentivado fuertemente las demandas y el (fncl) de La Habana, en 1987, en el que se que la ausencia de información confiable, Culturales del Gobierno de la Ciudad de Bue-
consumo de todo tipo de bienes y servicios. estudiaron por primera vez las relaciones exis- adecuadamente recogida y sistematizada, es nos Aires— el oic realizó investigaciones sobre
En cuanto a la participación de las distin- tentes en la industria audiovisual (cine, tele- uno de los problemas para la definición de la dimensión económica y el funcionamiento
tas regiones en la facturación mundial del visión y video) en siete países de América políticas públicas, planes de desarrollo y meca- de este sector, produjo estudios e informa-
sector, apenas entre un 10 y un 20% del total latina, con el fin de contribuir a las políticas de nismos de integración de las industrias cultu- ción permanente y periódica con relación a los
corresponde a los territorios que no están integración sectorial y regional. Entre las con- rales en América latina. Recientemente, el problemas y avances del mismo y se constituyó
comprendidos en la Unión Europea y en los clusiones de dicho estudio, se destacaba la cab participó junto con los gobiernos de en un primer referente local con relación a la
Estados Unidos. Es decir, al resto del mundo, creciente interinfluencia de los diversos Colombia y Chile en la presentación de los incidencia de las industrias culturales en la
dentro del cual se encuentran los países de medios audiovisuales, que el desarrollo tecno- primeros estudios sobre el impacto de las economía, el empleo y la cultura. [ 3]
América latina y el Caribe. A su vez, tratándose lógico tenderá a acentuar en los próximos industrias culturales y la cultura en la econo- Un avance más significativo aún está dado
de intercambios internacionales, se constata años. Esto influye sobre la producción de mía de dichos países. Estudios que, en el caso por los acuerdos celebrados en el último perí-
para nuestra región una creciente pérdida de hardware y de software, las formas de uso de de Colombia, se extendieron a la incidencia odo por los Ministros y Responsables de Cul-
participación en las exportaciones mundiales. las tecnologías y la circulación social y tipolo- económica nacional de las industrias del cine tura de los países iberoamericanos, para poner
Mientras que en 1948 la presencia latinoa- gía de los mensajes. También se observaba y del disco. en marcha sistemas de información cultural [1]
mericana en las mismas era del 11%, ella cayó que la carencia de políticas nacionales de A su vez, la Reunión del Parlamento Cultu- —ejemplo de ello en el último año es el sinca, Lluís Bonet i Agustí,
al 6,7% en 1960 y al 4,8% en 1970, para repre- comunicación y cultura, capaces de integrar las ral del mercosur (parcum) aprobó en Mon- de Argentina— dentro de los cuales está pre- Economía y cultura:
sentar en 1986 apenas el 4,2 por ciento. En la diversas áreas del espacio audiovisual, y éste, tevideo, a finales de 1999, el auspicio y la pro- visto reunir y procesar información que, junto Una reflexión en clave
actualidad, América latina y el Caribe ocu- a su vez, integrar los procesos de desarrollo moción de un estudio sobre la incidencia eco- con la referida a las industrias culturales, se latinoamericana.
pan menos del 40% del espacio que tenían en educativo, científico y tecnológico, constituye nómica y social de las industrias culturales ocupará del conjunto del sector cultural. Investigación realizada
las exportaciones mundiales de 1950, pese a un factor que acentúa el impacto negativo de para la integración regional, cuyos rasgos prin- Uno de los objetivos de esta tentativa es para la Oficina para
que en los últimos años se ha producido una los fenómenos referidos. cipales fueron asumidos meses después, en instalar en cada país lo que se conoce como Europa del Banco
indiscriminada apertura de mercados a la Dicho estudio incentivó el empleo en la junio de 2000, durante la X Reunión de cuentas satélites de Cultura al nivel de la que Interamericano de
participación de inversores privados y se dio región del concepto “espacio audiovisual” Ministros de Cultura de la región que tuvo comenzó a efectivizarse este año en Colombia, Desarrollo, Enero 2001.
comienzo a la desregulación de sectores bási- —adelantado poco tiempo atrás en la Comu- lugar en Buenos Aires. Un año después se y que también cuenta con proyectos en mar-
cos de la industria y los servicios. [ 2] nidad Europea— abarcador de las referidas inició la etapa preparatoria del estudio, de cha en Argentina, Brasil, Venezuela, Cuba, [ 2]
Pero no se trata de reducir el estudio de la industrias, y cuya primera manifestación ins- tres meses de duración, durante la que se llevó Chile y otros países, con el fin de articular Carlos E. Guzmán
economía de la cultura encarando solamente titucional tuvo lugar en 1989, en Caracas, a cabo la recopilación y el procesamiento de cada vez más los estudios y las relaciones entre Cárdenas, Innovación
la incidencia de esta en el crecimiento econó- donde suscribieron varios acuerdos de copro- datos estadísticos, procedentes de Argentina, economía y cultura. Un desafío, sin duda, y competitividad de las
mico y el del empleo. Lo es también, y funda- ducción, mercado común e integración cine- Brasil y Uruguay, sobre la incidencia econó- pero de importancia fundamental si se aspira industrias culturales y
mentalmente, para los procesos de integración matográfica iberoamericana, que sirvieron mica y sociocultural, los intercambios y las al diseño de políticas sólida y científicamente de la comunicación en
nacional y regional, además de lo que puede de base a sendas leyes nacionales, sancionadas políticas de integración regional. efectivas, sin las cuales habrá de resentirse Venezuela. oei, Caracas,
significar para la identidad y el autorrecono- en más de diez países de la región. Este con- Más recientemente, en 2004, lo que enton- cualquier tentativa de desarrollo del sector 2001.
cimiento de los individuos y las sociedades, sin cepto de espacio audiovisual se incorporó ces era la Secretaría de Cultura del Gobierno cultural —y del desarrollo en general— así
cuya existencia sería poco confiable hablar también a la Constitución Nacional de Argen- de la Ciudad de Buenos Aires implementó la como de la preservación de los derechos [ 3]
de verdadero desarrollo. Desafíos que, supo- tina de 1994, y a la nueva Ley de Cine de ese creación de un Observatorio de Industrias humanos en materia de diversidad cultural y www.buenosaires.gov.ar/
nemos, habrán de ser asumidos a través de país, donde también, por primera vez, comen- Culturales (oic), el único de este género exis- de identitarios sociales y nacionales. ≈ observatorio
estudios interdisciplinarios, no tanto para zaron a articularse las primeras, e insuficien-
una sumatoria de disciplinas con lógicas espe- tes, relaciones del cine con la TV y el video
cíficas y diferenciadas, como para construir nacional. Con lo cual se verifica que un con-
marcos teóricos y metodológicos integrales y cepto que pueda ir más allá de lo estricta-
nuevos, a la altura del objeto de estudio. El mente teórico o académico puede servir para El autor nació en 1935 en León, España. En 1952 llegó a la Argentina.
que, además, comporta dimensiones tangibles materializarse en políticas de cambio. Es investigador en temas de cultura y comunicación. Dirigió junto a Fernando Solanas
—relativamente fáciles de analizar gracias a la En esa misma época, los países del Conve- el film testimonial La hora de los hornos (1968). Actualmente es coordinador del
lógica de la economía y la estadística— e intan- nio Andrés Bello (cab) diseñaron un pro- Observatorio de Industrias Culturales de la Ciudad de Buenos Aires. Publicó Las
gibles que requieren de instrumentos de aná- yecto de estudio sobre “Economía y Cultura”, industrias culturales en la Argentina: dimensión económi?ca y políticas públicas (1995),
lisis más complejos, por cuanto demandan dedicado en su primera fase a la investiga- Cine y televisión en América Latina: producción y mercados (1998), Turismo: entre el
de enfoques sociales, psicosociales, antropo- ción de las industrias culturales, según la defi- ocio y el neg-ocio. Identidad cultural y desarrollo económico (2002).

disolver los fragmentos de la estúpida vulgata que vivía en San José de la Esquina (a 30 kiló- vés del cierre abierto. De repente, esa visión Estrada, en la calle Vélez Sársfield 769, era
que acababa de desembozar y me retó como si metros) visitar la casa natal de Ezequiel Mar- que había acariciado desde la ventanilla, la ahora el depósito de la carpintería. Las galerías
el adolescente fuera yo, como si hasta entonces tínez Estrada y ver si podíamos hacer algo así del pueblo fantasmagórico, hundido en su que daban al patio cobijaban tablones y mue-
hubiese perdido el tiempo y tratara de excu- como un cortometraje documental. Averigua- halo de película inconclusa, cristalizaba en bles lijados, a medio desarmar. “Ve, ahí está el
sarme. “Creo que vale la pena ser padre”, dijo. ría, me dijo; su tía era la jueza de Paz de San esos souvenirs escolares. tapial del poema”, dijo el carpintero. Y era
Sus frases eran sencillas, acaso porque no bus- José, su familia estaba vinculada a la vida polí- En el Juzgado de Paz, la tía de Fernanda cierto, no lo del “tapial erizado con vidrios de
caba decirlas, sino hablar de eso que era ella en tica y social del pueblo desde hacía al menos nos atendió enseguida, en medio de un ruidoso botella” (como dice el verso de Martínez
ese viaje: poco más que una niña con un bebé tres generaciones. trajín de oficina. “Martínez Estrada —dijo la Estrada) que, de haber existido fuera de la
en brazos. Una niña que viajaba hasta Are- El viernes siguiente, un radiante día de sep- mujer—, no, no lo conozco. ¿Hace mucho que imaginación del poeta, habría sido avistado
quito a enseñarle su hijo a sus padres, que no tiembre, después de almorzar en la casa de la se fue del pueblo?” Mi explicación: la enverga- entre 1896 y 1907. Lo que era cierto es que hay
habían querido, no habían podido, no habían directora del colegio, subí a uno de los ómni- dura del personaje, el poco tiempo que había un poema, “San José de la Esquina”, en el libro
ido a Buenos Aires a conocer a su nieto. Él, su bus que hacían el recorrido de Laboulaye a 2. más sobre
el personaje:
vivido ahí antes de que sus padres Argentina (1927), donde también menciona
esposo, su pareja, era de San Nicolás, y allá Rosario, pasaban por Cruz Alta y hacían escala página 16 se lo llevaran, a los doce años, hacia una ventana, unas rejas y la luna detrás. Pero
había quedado, en la primera posta de un viaje en San José de la Esquina, en la ruta 92. Mi Buenos Aires; el carácter de algún modo sim- el tapial que tuve enfrente aquél mediodía de
que habían emprendido los tres. Apenas idea era tanto visitar la casa de Martínez bólico de la busca que encarábamos con su septiembre de 1995 tenía unos culos filosos
recuerdo la larga conversación durante los 90 Estrada como caminar esas calles que veía sobrina, no hicieron más que desconcertar a la de envases de ginebra, Crush y pomelo Neuss,
kilómetros del trayecto. Pero me acuerdo, sí, que todos los viernes envuelto en el sopor del viaje, jueza, que demoraba el ingreso de una emple- y los ladrillos desnudos, unidos por telarañas
la ayudé con un cochecito y un bolso que bajé meterme en su luz, transitar su aire ajeno ada en pos de entender de qué trataba aquella y sombreados por un níspero.
hasta la banquina embarrada. Recuerdo haberle dopado por las visiones remotamente familia- convocatoria. “¡Ah, para siempre inmóviles recuerdos tan
dicho al chofer que me esperase y recuerdo la res que había tenido desde la ventanilla. Cuando salimos, Fernanda se rió de su tía y remotos/ que no sé si son míos, si ciertos o de
boca abierta del ómnibus, con su tufo cálido y Fernanda, mi alumna, me interceptó en la me dijo que no importaba, que había pregun- fiebre!”, escribe Martínez Estrada en su poema.
adormecido, esperándome a mis espaldas parada del ómnibus y no recuerdo bien por qué tado, que fuésemos hacia una carpintería. Allí “Peldaño a peldaño” subí al ómnibus que me
mientras dejaba en el piso los bártulos y ella ote- cuestiones de itinerario pasamos por su casa, nos atendió un hombre de unos 40 años, rubio, devolvió a Rosario. Y descendí con aquellos
aba el camino rural donde una camioneta venía una mole que recuerdo marrón y pálida, de la ropa empolvada de aserrín, las manos áspe- vidrios que miraban al cielo incandescente
a buscarla. “Peldaño a peldaño”, como en la techos altos, cuya disposición original había ras y los ojos celestes encendidos sobre la son- clavados en ese pequeño recuerdo. También las
cita de D’Ors, mi hija nació casi un año más mutado con el tiempo. En un rincón de la risa. “Todos me dijeron que esa es la casa”, obras más grandes y fascinantes parten de esa
tarde, el 12 de julio de 1996. cocina comedor había un lavarropas de tambor dijo. “Todos”: otros vecinos, gente vieja, su discreta incertidumbre de haber estado, haber
con la ropa apilada encima. En la mesa el her- padre ya muerto. La casa natal de Martínez visto sin ver, haber partido. ≈
Ruta 92 mano menor hacía la tarea. El olor a jabón se
mezclaba con el de la viruta de unos lápices de
Visto que no era descabellado que mis clases de colores recién afilados. El niño alzó la vista El autor es periodista y escritor. Nació en Paysandú, Uruguay, en 1963. Desde 1984
cine en Cruz Alta incluyeran una parte práctica, de su carpeta, saludó e hizo temblar un lápiz vive en Rosario, donde actualmente es editor de Cultura del diario El Ciudadano. Publicó
y como práctica había adquirido hacía cinco rojo en el aire. Más allá, sobre una mesa de el libro de poesía La vida afuera (EMR, 2001), el cuento “La niña” en la compilación
años, trabajando de realizador en un canal de televisor cargada de revistas, estaba la mochila Rosarinos de antología (2004) y editó la revista Lenta Prisa, de la Secretaría de Cultura
cable de San Nicolás, propuse a una alumna de mi alumna: unas carpetas asomaban a tra- del Gobierno de Santa Fe.
8 Transatlántico

Una cronista viaja desde


Rosario a Bahía Blanca
y desde allí a Ingeniero
White para visitar el
Museo del Puerto, una
experiencia en la que la
memoria y la historia
se investigan y se ponen
en discusión desde los
espacios de la vida
cotidiana.

I
Cecilia Vallina

Ingeniero White no formaba parte de mi


ruta hacia el sur en mi época de estudiante y
mochilera, y no fue, entonces, parada noc-
turna antes de seguir viaje hacia Las Grutas,
Madryn, y el prometedor destino falsamen-
te inexplorado y salvaje de los 80: Puerto
Pirámides.
Bahía Blanca sí era, en cambio, el punto
donde hacer noche y sentirnos disidentes
peligrosos en una ciudad que representaba
para nosotros la contracara de nuestra iden-
tidad platense y combativa. En ese viaje, a
los dieciocho años, Bahía era para mí y para
ese nosotros pasajero (como todo contin-
gente de verano) formado por protomilitan-
tes de derechos humanos en plena forma-
ción y excitación epocal, en principio, la
ciudad del diario que había acompañado
con tono épico a los militares en el poder. El
pasado como problema se nos imponía y la
historia se instalaba en ese nosotros que
acampaba en los médanos falsamente vírge-
nes de Pirámides, como el nudo intelectual
que nos esperaba ni bien volviéramos a La
Plata y tomáramos las riendas de nuestras
carreras universitarias. Nada sucedió así,
por supuesto.
El contingente sufrió una diáspora anti-
cipada y los destinos del viaje y con él los de
nuestro futuro, el tiempo que por juventud,
pero también por época, no nos ocupaba
por ese entonces, se bifurcaron.
Veintidós años después hubo un motivo
para volver a hacer noche en Bahía Blanca,
conocer el Museo del Puerto de Ingeniero

Cabeza, coraz
White. En el hotel Muñiz revisé un ejem-
plar de La Nueva Provincia como quien se
reencuentra con viejos enemigos para com-
pletar simbólicamente el desembarco a un
territorio que volvía a ser no el centro sino
un punto lateral del viaje. Esta vez llegué
por la 33, la ruta por la que van los que via-
jan de Rosario a Bahía y de Bahía a Rosario.
Aunque era la primera vez que iba a
White, uíte, como dicen los de Bahía y los de
White, yo era demasiado conciente de la
anacronía como peligro, no porque crea,
como Baudrillard, en la imposibilidad con-
temporánea de explorar cualquier rincón del
planeta ya que todos han sido transitados e
incorporados al libro de la cultura de la de imaginar cómo sería la costa si ellos cambio, en una tendencia más materialista. Raimondi extendió el brazo y señaló la
humanidad —quedaría entonces sólo el viaje pudieran volver a disfrutar de la ría como Mientras avanzamos por la avenida línea de chimeneas y torres grises que cortan
interior; aunque Baudrillard no se privó de antes de la construcción de la central, que Figueroa Alcorta, más conocida como “la el horizonte chato de Bahía y que son parte
hacer su propio viaje por las carreteras ame- funciona desde 1989, cuando el piletón que ruta”, por donde circulan los camiones que de su paisaje diario y objeto de su pensa-
ricanas y después contarlo—, no lo creo, formaba esa entrada del mar en la costa se transportan el cereal al puerto, rumbo a miento desde que entró a trabajar al museo
decía, ya que eso sería pensar en la crónica y usaba como balneario. “Para mí la termo es Ingeniero White, pienso que mi primera en 1992. De algún modo —pienso ahora
en su recepción sólo desde su variable más algo que todas las noches tiene la luz prendi- visión del polo no fue nocturna y no fui, por mientras miro la foto que saqué desde esa
informativa y desechar su propia mecánica da y para mí es una maravilla”, escribió Jho- lo tanto, sugestionada por el efecto lumínico ventana sabiendo que ahí había un asunto
de producción de sentido, me digo —tratan- natan Mercado, un admirador de la muestra maravilloso que provoca en Jhonatan el que sólo después iba a entender—,
do de reverdecer ante mí misma mi mi- terrestre de galaxia brillante que ofrece el complejo industrial petroquímico que el trabajo de Raimondi es, también, acercar
sión— mientras atravieso los siete kilómetros polo industrial a sus habitantes, reactuali- comenzó a funcionar a fines de los ’60 y que el polo hasta Bahía, invertir los términos
que hay entre Bahía y White, y saco fotos de zando así la disputa de posiciones entre fue sucesivamente estatal o privado —Petro- espaciales que ubican a la ciudad en el cen-
la torre de la Central Termoeléctrica Luis románticos —que encarnarían los más ape- química Bahía Blanca, con mayoría estatal, tro y al complejo petroquímico en las afue-
Piedrabuena, la “termo” como leí después gados a una contemplación de tipo lírica del fue creada 1971 y ya avanzados los ´90, el ras y proponer desde el Museo del Puerto,
que le dicen los chicos del barrio Bulevar mundo estelar—, frente a otros que ven en gobierno de Carlos Menem decidió dejar discutir el orden de la cosas. Discutir y decir,
Juan B. Justo, del puerto de Bahía Blanca. “la termo” que alimenta las industrias del todo el complejo en manos privadas. por ejemplo en un folleto escrito para las
Lo leí en un librito que se llama Qué bien se polo, las entrañas de un monstruo “que larga Vi el polo por primera vez desde la venta- escuelas: “El Museo del Puerto no está en la
vive en el Caribe, editado por el Museo del humo y hace un ruido muy espantoso”, como na del quinto piso del departamento de Ser- Luna. Forma parte de un enorme espacio de
Puerto de Ingeniero White, en el que los Valeria Cristini, compañera de curso de Jho- gio Raimondi, el director del Museo del producción donde día a día empresas gigan-
chicos de la escuela Nº 21 siguen la consigna natan, que podría alinearse en el futuro, en Puerto de White. tes (en su mayoría multinacionales) generan
Arte, cultura & desarrollo 9

Foto: C.V.

zón, estómago
ganancias que se miden de a miles y miles murió en el exilio. Saqué, también en ese ca se ven “los pescadores que lanzan sus En la entrada, unos carteles amarillos y Fotos, excepto las que se
de millones de dólares”. Y decir “no está en lugar, un par de fotos de las barcas pensan- redes, los estibadores que cargan las bolsas petisos que señalan la historia de trabajo indican: Museo de Puerto
White.
la Luna” —como explicó Raimondi en una do siempre que sólo más tarde podría de fertilizantes sin usar guantes, los vecinos que contienen las partes de adoquines, de
entrevista centrada en cómo se construye y recomponer un conjunto que todavía no que barren el cereal que cae de los camio- máquinas, de herramientas, que están pues-
se trabaja con el archivo del museo, que le terminaba de formarse en mi cabeza. Sólo nes, las gaviotas felices”. tos en el jardín de museo, parecen una pista
hice (para la revista Lucera) antes de venir a después, cuando vi ese mismo amarradero y “La tradición de los museos es en general del programa de trabajo que rescata las ten-
White— es “hacer que el museo compita esos mismos barcos dibujados en una serie la de devolver una imagen tranquilizadora siones y los conflictos a partir de los cuales
con la dinámica de los medios, como si fue- de tarjetas que se llaman “El puerto no es de la historia, en principio como algo que es posible reponer la historia y construir un
ra una suerte de gran lente a través del cual postal” pude agregarle voces y movimiento a sucedió, como algo exacto, que está ordena- relato que quiebre la naturalidad con la que
las noticias se lean y se relean pero desde la los encuadres momentáneos de los barcos do y completado, para siempre”, dice Rai- se iguala el polo a las coordenadas de orden
densidad y los diversos registros sociales que de los pescadores, de los mástiles, de las mondi. y progreso que trazaron los civilizadores de
hablan de la historia”. gaviotas que los eligieron como su residen- No es este el caso. Este museo, al que lle- Bahía Blanca. Como el “Ingeniero White”
Antes de llegar a White hacemos una cia. “En el 2000 cortamos la ría para que gamos por la calle Guillermo Torres salpica- que da nombre al puerto, el inglés que eje-
parada en un amarradero repleto de embar- nos dejen trabajar. San Silverio estaba con da de cantinas y cabarets portuarios pálidos, cutó el deseo del presidente Julio Argentino
caciones rojas, naranjas, amarillas, donde nosotros”, dice Cacho Mazorca, un pescador azules o rosas o negros, que ya no brillan de Roca y construyó la línea de ferrocarril que
me cuentan que San Silverio es el patrono artesanal, en una de las postales en la que noche como sí brilla la “termo” de Jhonatan, unió Bahía Blanca con Neuquén para movi-
de los pescadores. Los pescadores lo eligie- otra vez chicos de una escuela, ahora de la se despega de la línea de casas envejecidas. lizar con facilidad y rapidez a la frontera con
ron como su santo porque muchos de ellos Escuela de la Ciudad de Bahía Blanca, La construcción resalta con rojo, verde y Chile el ejército y las armas.
vinieron del archipiélago de Ponza, en Ita- intervienen imágenes del puerto en las que amarillo brillante y se convierte en el centro Discutir y desestabilizar la misma condi-
lia, donde Silverio, un Papa desterrado, el agua es demasiado azul o en las que nun- cromático de la cuadra. ción de testimonio del pasado a ser conser-
10 Transatlántico
Foto: C.V.

vado como símbolo del progreso, que podría por la editorial bahiense Vox, en el 2001, en
haberle cabido a la casa de chapa y madera el que se podía ver plasmada una disquisi-
sobre pilotes construida en 1907 por la ción sumamente atractiva para trabajar el
compañía inglesa del Ferrocarril del Sud, en problema de la atribución del testimonio.
la que funciona el Museo del Puerto de Un archivo recopila relatos individuales que
Ingeniero White. Un destino que sí cum- pasan a formar parte, al integrarse a un
plen, por ejemplo, en los pueblos del norte conjunto mayor, de un gran relato. ¿Cómo
de Santa Fe, muchas de las estaciones y de conservar entonces lo específico, lo irrepeti-
las que en la primera mitad del siglo veinte ble que carga ese relato, la subjetividad de
fueran las espléndidas casas para el perso- cada uno de los que pusieron su historia en
nal jerárquico construidas por otra compa- ese archivo? En respetar esa marca. Si en el
ñía, en este caso la alemana Harteneck, relato de un hecho que podría ser contado
dueña de La Forestal, a las que los poblado- por muchos aparece un nosotros anónimo,
res exhiben como si fueran las ruinas de un los nombres propios están puestos para
set abandonado de filmación de una pelícu- conservar las marcas únicas que les perte-
la inglesa procolonial que algún día podría necen y que así, como irrepetibles, se
recomenzar. suman a un relato mayor.
No se trata aquí, en el trabajo en White, En una entrevista de Osvaldo Aguirre
de la hipótesis con la que el crítico de la cul- para Diario de Poesía, Raimondi devela una
tura Andreas Huyssen habla de la “obsesión tradición. Allí menciona un ensayo del poe-
por las ruinas” que estaría teniendo occi- ta norteamericano Louis Zufosky que seña-
dente. Esa hipótesis sostiene que el culto a laba cómo los estudios sobre poesía con-
la nostalgia que rodea a todo edificio que temporánea solían concentrarse en los
pertenezca al pasado, preferentemente liga- grandes temas cuando, en verdad, la época
do a un momento del desarrollo industrial, bien podía encontrarse en la opción que
estaría delatando, por desplazamiento, una hace un autor entre un artículo determina-
Foto: C.V.

nostalgia por una etapa temprana de la do y uno indeterminado, de modo tal que,
modernidad, “cuando todavía no se había continúa Raimondi, el razonamiento de
desvanecido la posibilidad de imaginar Zufosky, en cada elección léxica, y en cada
otros futuros”. Si hay nostalgia de la posibi- construcción sintáctica puedan encontrarse,
lidad de imaginar otros futuros, al parecer también, todo el peso de la historia y la car-
se trataría, para Huyssen, de una especie de ga del sentido epocal.
nostalgia enferma ya que “hoy no habría Como si Raimondi hubiera entrenado al
posibilidad de imaginar otros futuros”. A lo equipo en practicar ese oído de autor, sólo
sumo, dice él, “contra el imaginario moder- así llegan hasta acá el nombre del italiano
no de la ilustración el imaginario moderno Nino Lupo, cuyo diario de viaje desde Italia
de las ruinas es conciente del lado oscuro de a la Argentina a bordo del barco “Mendoza”,
la modernidad”. De lo que se trata, enton- en 1948, fue publicado por el Museo, el del
ces, es de discutir cómo pensar “ese lado herrero español Atiliano Pascual o el del ita-
oscuro”, ¿cayendo en la nostalgia, pensando liano José Falcioni, ambos muertos a fines
que antes sí había futuro y hoy sólo nos de julio de 1907, luego de que la Sub Prefec-
quedan las ruinas de ese futuro? O, en cam- tura reprimiera una huelga de los trabaja-
bio, como entiendo que propone el Museo dores del Ferrocarril del Sud.
del Puerto, iluminar, pero no para idealizar O, en cambio, en un ejemplo de la apli-
sino para volver históricos, esos restos cación del artículo indeterminado, las rece-
materiales y simbólicos de ese proyecto de tas que se comparten en la cocina del
modernidad inconcluso que hoy, en la calle Museo y que se ponen en práctica los fines
Guillermo Torres y Cárrega, se pone en dis- de semana cuando se amasan tortas, masi-
cusión, con las escuelas, con los vecinos, tas y brusquetas, como ese sábado que nos
con los trabajadores. Cambiar el sintagma recibieron las vecinas cocineras mientras
“nostalgia, oscuridad, ruinas, culto a equis untaban las tostadas con tomate. Mientras
cosa”, por “memoria, conflictos, presente, esperábamos que empezara una lectura de
política, cuerpos, voces, herramientas, imá- poetas jóvenes de Bahía y la gente, los de
genes, relatos”. Bahía y los de White, se acomodaban en el
La gran ventaja del programa teórico del salón principal en el que Atilio Miglianelli,
Museo del Puerto es que se puede ver, leer, ex Míster Costa Azul y ex repartidor de car-
se puede tocar y escuchar, se puede, incluso, ne y buzo por más de dieciocho años, me
comer y hasta bailar. contaba cómo los nuevos alambrados que
Se puede leer. El Museo recopila testi- ponen las empresas del polo interrumpen
monios de los trabajadores del ferrocarril y los recorridos que él hacía en bicicleta. Ati-
del puerto y edita una colección de libritos lio se mueve con naturalidad en el Museo,
en los cuales es posible encontrar, metoní- es parte de la situación. Todos lo conocen y
micante, el programa estético político que su función no termina dentro de los límites
guía su trabajo. Pero esos testimonios no de su personaje. Atilio espera, más que yo
están organizados en un gran libro rector que me empeño en ver el conjunto, lo que
que guarde la memoria de White como si ofrece la velada. “Me gusta mucho la poesía,
fuera uno de esos álbumes en el que un así que vamos a ver”, me dice antes de aco-
humano con espíritu de contador anota al modarse entre las mesas de los que son de
pie, junto con la fecha y el asunto, la situa- acá. Mientras los poetas jóvenes y urbanos
ción emocional que vivían los fotografiados leen, pienso que deben haber pasado
en ese instante. Si en un álbum ese registro muchas cosas para que Atilio y los compa-
podría llegar a cristalizar las futuras lecturas ñeros de su mesa estén sentados comiendo
de esa foto, la existencia de ese gran tomo brusquetas hechas por las vecinas que com-
haría lo mismo con los testimonios. Hay, en parten recetas, las mismas de las fotos que
cambio, muchos libros, folletos, postales, forman parte, con nombre y apellido, de las
papeles, que hacen circular las historias que paredes del comedor del Museo.
forman parte del archivo. Saco un volante Cabeza, corazón, estómago, como luga-
amarillo de la pila de papeles. Dice: “taller. res en lo que poner en escena los espacios
Obreros, trabajadores, técnicos, laburantes, de la vida diaria, sus tensiones, sus conflic-
operarios… o de cómo se fue modificando el tos, sus puntos de encuentro. Dice Raimon-
‘trabajo’ en las últimas décadas. Invitados: di. “Y no te digo siempre, pero domingo por
Raúl Marín, Emilio Ale y Carlos Florido de medio alguno se molesta y sale con algo así
SUPA y alumnos de la escuela Nº 10”. Saco como ‘¿Qué tiene que ver esto con la histo-
otro, este del Comité Pro Ácrata del museo. ria de White?’”. Se le podría contestar al
Dice: “En agosto de 1901, dos mil trabajado- señor con un fragmento del poema de Rai-
res ocupados en la construcción del ramal mondi “Para hacer una torta sin leche”:
ferroviario Bahía Blanca-Pringles se decla- “El resto se sabe: enmantecar el molde,
raron en huelga por el incumplimiento, por enharinarlo / y horno. Titi Trujillo le echa
parte de la empresa inglesa Ferrocarril de un chorrito de vino / oporto. Titina Lancio-
Sud, del contrato firmado meses atrás con ni a veces licor de café o esencia / de vaini-
los obreros”. lla. Otros le ponen trozos de manzana, /
Ese cuidado en reponer los nombres pro- pasas de uva, chocolate o ciruela. Eso va en
pios de los que aportan su testimonio al gustos, / en las ganas de inventar, en lo que
archivo oral que recopila el Museo es parte se tenga a mano.” ≈
de una posición respecto del tema, a la que
me asomé antes de conocerlo, cuando leí el
libro de Raimondi, Poesía Civil, publicado
Arte, cultura & desarrollo 11

El dibujante
como extensión
del lápiz
Dibujantes rosarinos discípulos de Luis Bras, un
pionero de la animación, se propusieron ser ellos
también maestros de nuevas camadas de entusiastas
del trazo en movimiento. Desde el 2006 la Escuela
para Animadores se afianza en la idea de crear un
espacio en el que enseñar y aprender incluya,
también, producir para un mercado amable con la
escala artesanal.

Todas las fotos: Willy Donzelli

Sebastián Villar Rojas nas como si todo su cuerpo fuera una exten-
sión del lápiz: recordemos la idea del obrero
Desde que apreté el rec del grabador y como apéndice de la máquina, pensemos en
empecé a bombardear con preguntas al las posibilidades de esta naciente industria
Gato y a Florencia (egresados y actuales cultural. Pero aquí la atmósfera y el mur-
ayudantes de la escuela) hasta que apreté mullo en nada se parecían al de las oprobio-
stop cuando Pablo Rodríguez Jáuregui sas fábricas inglesas del siglo XIX: la música
finalizó la entrevista para recibir el proyec- de fondo, el sol en las ventanas, las lentas
tor con el que iban a verse películas de culto caminatas del tablero a las computadoras, que sucedió en el oficio al primero de todos: El Sótano, claro antecesor y germen de la
en la hora de Historia de la Animación, el las charlas entre sonrisas y palmadas en el Luis Bras, dibujante rosarino que inauguró actual Escuela para Animadores.
aula taller (un cuarto especialmente acondi- hombro y mates, todo entre esas cuatro el campo local en la década del sesenta y
cionado en el segundo piso de La Isla de los paredes me hablaba de amistad, coopera- arrastró el arado de la animación “indepen-
Inventos) se fue llenando de una atmósfera ción, intercambio de ideas y, por supuesto, diente” hasta el último día de su vida, en La muerte y la brújula
y de un murmullo que los teóricos del desa- dibujos animados. 1995. (o el incierto camino del Sótano…
rrollo endógeno no dudarían en llamar Esta es la Escuela para Animadores, Ese año marca un “punto y seguido”, en
“sinergia en estado puro” y los pensadores espacio coordinado por Pablo Rodríguez palabras de Jáuregui, porque fue entonces Si la muerte es siempre un duelo, la de un
abismados en los misterios de la vida grega- Jáuregui, un pionero de la animación en cuando el sótano ubicado en San Lorenzo maestro es también el inicio de un esfuerzo
ria sencillamente “comunidad”. Rosario perteneciente —junto a Esteban 1553 donde funcionaba el taller de Bras de recuperación de su legado. ¿Cómo soste-
En los tableros de dibujo unos veinte chi- Tolj, Diego Rolle y José Beccaría, entre —lugar en el que vivía, trabajaba y daba cla- ner y transmitir la voz de quien dio forma a
cos y chicas se encorvaban sobre sus lámi- otros— a la “segunda generación”, aquella ses— es reconvertido por sus discípulos en nuestra propia voz? ¿Cómo dar a otros lo
12 Transatlántico

1 Maqueta realizada por Bras para un proyecto desconocido, ahora convertida


en pieza de exhibición en la Escuela para Animadores.

2 Dibujitos de distintos realizadores que pasaron por el taller de Bras y El Sótano,


algunos de los cuales se sumaron ahora a esta nueva experiencia.

que a nosotros nos fue dado con tanta la ciudad. Mirado desde ahí, apunta, “se
pasión y generosidad? Después de hacerse trataría de una germinación un poco demo-
estas preguntas, Jáuregui, Tolj, Beccaría y rada”, para luego matizar el crudo realismo
Rolle encontraron la fórmula: hacerlo per- de la sentencia anterior diciendo que “posi-
durar más allá de la memoria y más acá de blemente sea más justa una valoración de
la muerte era seguir enseñando, sostener su estas realizaciones audiovisuales locales
proyecto con creatividad, descubrir nuevas como bienes culturales de la ciudad que
caras de Bras en la propia cara y en la de aportan a la construcción de una identidad
aquellos que vendrían a sumarse. “Pagamos propia, de la cual también forman parte las
las deudas, alquilamos el lugar, lo remoza- condiciones de producción y exhibición y la
mos un poco y abrimos un taller de anima- relación geográfica con la Capital Federal”. Es que la animación como negocio, como canadiense. “El National Film Board de
ción e historieta; con los materiales de Bras He aquí todo un nudo de problemas (geo- actividad transable en un mercado maneja- Canadá tiene un área de animación impor-
(maquetas, proyectores, bocetos) armamos gráficos, económicos, culturales) que el do por las grandes productoras, es un tantísima. Ellos tienen muchísimos realiza-
3. más sobre
luis bras:
un museo en la mitad del sótano”, proyecto de una escuela para animadores emprendimiento que requiere no sólo una dores becados que producen películas para
página 16 dice Rodríguez Jáuregui. vendría, si no a saldar, al menos a poner inversión fuerte de capital, sino también el Estado canadiense (cortos y largos didác-
Ahí trabajaron desde 1996 a 1998. Y lo sobre el tapete y a intentar corregir. ajustarse a una serie de requisitos (técnicos, ticos sobre ciencia, ecología, historia, artes).
que pasó fue más que interesante: nació un estéticos, temáticos) que un animador de Todo ese material se distribuye alrededor
club de dibujantes donde, aparte de los que oficio —mezcla de artista y artesano— está del mundo y es parte de la imagen del país”.
cursaban el taller —salían tres promociones …a La Isla) lejos de poder —e incluso desear— cumplir. Entiéndase bien: aquí no se trata de refu-
de una docena de alumnos por año— siem- Sobre esta camada de dibujantes y animado- giarse cómodamente en las arcas del Esta-
pre había circulando mucha gente “del palo En 1998 El Sótano cerró sus puertas. El sue- res “independientes”, a la luz de sus poten- do, sino de crear un ámbito (una suerte de
de la historieta”. Max Cachimba, Flor Bales- ño de un espacio colectivo se vio momentá- cialidades pero también de sus contradiccio- sociedad de capital y trabajo) que contribu-
tra, Silvia Lenardón, Luis Lleonart, Chachi neamente diezmado, aunque la producción nes —que, arriesgo, son las mismas que ya a consolidar una actividad artística en
Verona, fueron algunos de los nombres que siguió creciendo de manera sostenida. Entre enfrenta Rosario en tanto ciudad de escala desarrollo, al tiempo que impulse a quienes
pasaron por El Sótano para hacer “algo ani- 1998 y 2000 Tolj, Rolle y Beccaría produje- media—, se apoyaría la creación en 2006 de la practican a encontrar, entre sus muchas
mado” con sus dibujos e ilustraciones. ron, en un altillo del barrio Las Malvinas y la Escuela para Animadores. facetas, también —remarco, “también”— un
Entre 1996 y 2000 El Sótano fue una ver- bajo el sello El Sótano Cartoons, una extraor- sentido y una responsabilidad social. “Esta-
dadera usina, “se hicieron muchísimos cor- dinaria cantidad de cortos animados. En mos tratando de perfilar una visión del ani-
tos, todos trabajábamos en los proyectos de una ciudad que no dejaba demasiadas Nace una estrella mador que más que un tipo ejecutivo, pro-
todos, había un verdadero cruce”, cuenta opciones, el espíritu autogestionario y expe- (o cómo reapropiarse del Estado) fesional y demás, sea una persona sensible,
Jáuregui. La interacción entre estos nuevos rimental continuó dominando el rubro. con un registro muy claro del entorno en el
animadores sumada al padrinazgo desde Estos artistas se movían por una línea de La propuesta cerró con el apoyo de la cual está trabajando”, dice Jáuregui. Pero,
Buenos Aires del programa televisivo “Caloi trabajo que los condicionaba a permanecer Secretaría de Cultura de la Municipalidad, ¿cómo se lleva a la práctica este proyecto tan
en su tinta” y de “agitadores profesionales” en una “zona gris” entre la profesionaliza- en un claro ejemplo de articulación virtuosa ambicioso como factible?
como el guitarrista Fernando Kabusacki ción y el amateurismo. “En Rosario hay un entre un grupo de artistas con mucho capi-
—con quien Jáuregui trabaja desde 1991— estudio realmente profesional que es tal intelectual (un acervo de décadas en el
generaron un conjunto de producciones con Animatoon. Nosotros no pasamos por ahí oficio) y un Estado municipal con recursos Estudiantes a estudiar
una fuerte coherencia interna. dentro, no tenemos ese entrenamiento y no materiales y oídos abiertos —o al menos (pero también a trabajar)
Sin embargo, en el texto de presentación sabríamos cumplir con pedidos de gran más abiertos que antes— a nuevos proyectos
del dvd Cuarenta años de dibujos animados escala. Así que estábamos en un lugar un culturales. “La idea se terminó de amasar Dicen las actas oficiales: “La escuela tiene
en Rosario (1965-2005), el mismo Jáuregui poco raro, animadores independientes, entre el Centro Audiovisual Rosario y La como objetivo formar animadores indepen-
aclara que no sería del todo correcto inter- autogestionados, moviendo lo que hacíamos Isla de los Inventos, le encontramos la vuel- dientes capaces de desarrollar proyectos
pretar a este grupo de animadores y sus en un circuito muy chico, los festivales, la ta para que se pudiera hacer ahí porque si desde el guión a la posproducción… Se trata
obras como el estado germinal de un posi- distribución mano a mano, alguna muestra teníamos que alquilar un local y convertir la de un curso intensivo de seis meses para
ble desarrollo industrial de la animación en en Buenos Aires”, explica Jáuregui. escuela en un proyecto comercial, se nos iba dibujantes que quieran formarse en el oficio
a complicar muchísimo”. del dibujo animado”. La cartilla de materias
La lógica de Jáuregui es clara: si el mer- y docentes corrobora estos objetivos. Los
cado no puede absorber lo que hacemos treinta dibujantes seleccionados —los aspi-
porque no es rentable, no nos enojemos con rantes deben presentar carpeta y proyecto
el mercado ni forcemos una “reconversión” de tesis final— tienen una jugosa variedad
de lo nuestro en detrimento de su valor cul- de asignaturas: Animación (Jáuregui y
tural: busquemos apoyo en las herramientas Beccaría), Historia de la Animación y del
públicas que deben ser puestas al servicio de Cine (Leandro Arteaga), Guión (Víctor
la comunidad (o de las múltiples y ambi- Zenobi), Producción (Horacio Ríos),
guas comunidades que se entremezclan en Tecnología (Diego Rolle), Dibujo (Diego
nuestras glocales aldeas). De esta forma, no Fiorucci), Teoría del Color (Silvia
sólo dinamizamos nuestra actividad y cui- Lenardón) e Historieta (Max Cachimba),
damos su sentido, su valor, su autonomía, además de un seminario mensual con un
sino que al mismo tiempo nos reapropia- profesional de la industria (por la Escuela
mos de algo que en esencia ya es nuestro: el han pasado disertantes de Animatoon,
espacio público, sin más, el Estado. “Fue un Patagonik Animation, Productora
toma y daca, armamos un recorrido que los Medialuna, entre otros).
chicos pueden venir a hacer los sábados y Dice Jáuregui: “Se trata de recuperar la
domingos (el Museo del Cine) con activida- tradición ancestral del aprendiz de oficio, el
des dirigidas por los coordinadores de La padre que le dejaba su pibe a un carpintero
Isla, y nosotros ocupamos el lugar los lunes, y le decía: entrénemelo, que aprenda el
miércoles y viernes”. oficio. La idea es recuperar ese tipo de rela-
Un punto de referencia —acaso una ción persona a persona, que en lugar de
estrella distante que guía secretamente los estar dibujando solo, aislado, estés traba-
pasos de Jáuregui— es la política cultural jando con los compañeros al lado, con

1 2
Arte, cultura & desarrollo 13

En la práctica En la práctica En la práctica En la práctica


El escritor de frases comunes.
Escribir como se habla en la rea-
lidad. A partir de esa revelación,
entregada por un padre obrero a
un hijo que convirtió a la litera-
tura en su arte y su oficio, se des-
glosa la interesante diferencia
que media entre el sentido común
y la frase común.

Juan Diego Incardona

El otro día mi viejo, un tornero que habrá leído, como mucho, diez
libros en toda su vida, dijo de un cuento que le mostré: “esto me inte-
resa porque está escrito como se habla en la realidad”. Ciento cin-
cuenta años antes, un piloto del Mississippi, llamado Samuel
Langhorne Clemens, pensó lo mismo, y a la hora de plasmarlo en el
libros, con música, que alguien te pueda llando con los veinte egresados de 2006”. papel, se impuso una consigna fundamental: escribir como se habla.
recomendar una película, mirar lo tuyo, La idea de la cooperativa no deja dudas De allí que su prosa se fue enriqueciendo de numerosas frases comu-
intercambiar opiniones e ideas sobre cada sobre sus dos principales objetivos: que los nes, que vincularon su literatura al mundo y a la época, una literatura
uno de los trabajos”. egresados puedan, algún día no muy lejano, que, además, no se nutría de los libros, sino de aquello que hace a un
Por otra parte, el nombre y sitio web de “vivir de esto acá”, y que la producción tenga escritor realmente único: su experiencia de vida. El interés por las
“comunidad de animadores independien- un anclaje temático y estético en Rosario, frases comunes lo llevó a tal punto que hasta se reflejó en la firma de
tes” fue mutando a una cooperativa de tra- sus paisajes, sus realidades y ficciones. sus narraciones, pues dejó de lado el nombre verdadero y adoptó uno
bajo, que es ya un marco legal real. “Pensá- nuevo, un seudónimo particular, conocido en el mundo entero como
bamos que era una propuesta incompleta Mark Twain, hoy sinónimo de la mejor literatura juvenil y humorís-
abrir una instancia de formación para una Rosario, ¿cabeza de ratón? tica, pero que antes de sus famosas aventuras apenas sonaba en los
ciudad donde no hay una ocupación posible (hacia un cambio de paradigma) ríos norteamericanos como una simple expresión marinera, que
en este rubro”. Para empezar a corregir esta anunciaba dos brazas de profundidad: ¡Marca dos!
situación Jáuregui ideó una estrategia de “Cuando llevábamos con Kabusacki seis o Su obra es fundacional. Un compatriota suyo, Ernest Hemingway,
eslabonamiento no sólo de la formación con siete años laburando sin parar, él me dijo: afirmó: “Toda la moderna literatura americana arranca de un libro de
el empleo, sino también de las diversas Ya sé cómo le voy a poner a mi próximo dis- Mark Twain titulado Huckleberry Finn”.
generaciones de animadores entre sí. co: cuesta arriba hacia la nada”. La risa que A partir de este gran libro —observa Borges en Introducción a la
“Intentamos que la primera tanda del año siguió a esta frase es la clave de la estrategia Literatura Norteamericana—, que abunda en admirables evocaciones
pasado (2006) se parara en toda la genera- de Jáuregui: “Si vos desactivás esta cuestión de las mañanas, de las noches y de las aterradoras riberas del río, sur-
ción que pasó por El Sótano, si ves la tabla de que hay que llegar a algún lado, a las gieron después otros dos libros cuya línea general es la misma: Kim,
de docentes están todos los que fueron grandes producciones, a los grandes de Kipling (1901), y Don Segundo Sombra, de Ricardo Güiraldes
docentes o egresados de ahí. Además, abri- medios, ya hay una gran batalla ganada”. La (1926). Huckleberry Finn se publicó en 1884; por primera vez un escri-
mos una instancia de cooperativa de trabajo idea no es renunciar al sueño, sino cons- tor norteamericano utilizaba el lenguaje de Norte América sin afecta-
para los chicos que van egresando, primero truirlo desde lo posible, con lo que se tiene, ción. John Mason Brown escribió: “Huckleberry Finn enseñó a hablar
integrándolos en las materias como ayudan- pero poniendo todo, absolutamente todo en a toda la novela norteamericana con frases comunes”.
tes, y a partir del año que viene (2008) con la cancha: “Hay que dejar de lloriquear con Es importante diferenciar frase común de lugar común. Lo segun-
actividades de extensión afuera de la escue- que ‘nadie nos da plata’, ‘el canal no nos do tiene que ver con el sentido. Es una metáfora trillada, un cliché,
la”. Uno de esos proyectos de extensión es la atiende’, ‘en Buenos Aires no nos conocen’. una asociación previsible que, por eso, ha perdido originalidad. La
organización de talleres en los cuatro distri- Nosotros podemos encontrar una escala frase común también se ha dicho muchas veces, pero no importa,
tos de la ciudad. “Estamos proponiéndole a posible, razonable, alinearnos con otros porque no es el sentido lo que prevalece, sino el sonido, hecho quizás
la coordinación de Ceroveinticinco, el pro- géneros de producción que también están de muchas palabras, que el tiempo y el uso convirtieron en unidad,
grama de acceso a bienes culturales para en la misma escala. Si podemos empezar y en algo indivisible. Si desfragmentáramos el lenguaje como lo hace-
niños y jóvenes de la Municipalidad de terminar un proyecto de principio a fin, mos con la información almacenada en un disco rígido, cada frase
Rosario, hacer actividades de animación desde el boceto hasta la proyección, ¿qué común ocuparía sólo el lugar de un cluster, no se podría partir más.
con realización y exhibición en cada distri- estamos esperando?, ¿qué más queremos?” Puede ser un giro, una expresión, una parte de un refrán. La frase
to, y armar mensualmente un programa La consigna es clara: ¡A trabajar! Eso sí: sin común pertenece al habla, como el lugar común pertenece, mayor-
donde haya un bloque de cada distrito, con mirar el queso ajeno. ≈ mente, a la escritura. Al hablar, lo que se dice brilla o se apaga según
un fuerte criterio de intercambio, registran- cómo suena, y al escribir, en cambio, lo que se dice preocupa tanto,
do la característica barrial, local, de cada por quedar documentado, que muchos escritores se complican la
zona de la ciudad”. El autor nació en Rosario vida en poder explicarlo. Sería bueno que recordaran a Mark Twain
Pero eso no es todo. La cooperativa tam- en 1981. Es estudiante de tantos “artistas” de la prosa, que todavía hoy siguen haciendo de sus
bién produce animación para la tele local: Ciencia Política de la escrituras parrafadas barrocas e hiperestilizadas que, salvo lectores
“Desde hace un año estamos esperando que Universidad Nacional de masoquistas, nadie puede entender.≈
Canal 5 nos dé pista, el programa se llama Rosario. Textos suyos
‘Cabeza de ratón’ y son trece emisiones de fueron incluidos en las
media hora cada una”. Y como si fuera poco, antologías Concurso
actualmente están trabajando en un largo de literario para escritores El autor nació en Villa Celina, 1971. Publicó El ataque (Eloísa Cartonera,
ochenta minutos llamado “Guía de Rosario rosarinos (poemas, 2007), y relatos en las antologías No hay cuchillo sin rosas (Eloísa Carto-
Misterioso”, un material didáctico apuntado UNR Editora, 2000) nera, 2007), Buenos Aires Escala 1:1 (Entropía, 2007) e In Fraganti
a las escuelas donde se narran historias fan- y 12 narradores jóvenes (Suda?mericana, 2007). Antes de fin de año, publicará una novela breve,
tásticas ocurridas en la ciudad. “Todo está (Editorial Municipal de Objetos maravillosos, por Editorial Tamarisco, y en 2008 su novela en
muy anclado en los lugares que uno puede Rosario, 2006). Entre 2003 relatos Villa Celina, por Editorial Norma. Actualmente, dirige la revista El
ver por la calle, lugares reconocibles, situa- y 2005 fue coeditor de la interpretador (www.elinterpretador.net) y administra el blog Días que se
ciones históricas reales. Eso se está desarro- revista Box populi. empujan en desorden.
14 Transatlántico

La trama de la vida Rodrigo Alonso

A
A lo largo del siglo XX, el universo plástico que, según su concepción existencial, rigen opera por contrastes. Todas estas vías, todos
sufrió una serie de cambios profundos. Si el universo, sus componentes y procesos. estos caminos abiertos son recorridos que, de
hasta mediados de esa centuria hubo una Cada línea establece un vínculo, cada círculo una u otra manera, transita el artista. Porque
preocupación particular por los sistemas de es pura potencialidad. Entre ellos se confor- el color también es potencialidad, y por lo
representación, la segunda mitad estuvo ma un intrincado juego de relaciones que va tanto, acontecimiento y desafío.
marcada por un ánimo de renovar no ya las dando consistencia a la totalidad de los acon- En su serie más reciente, Torti asocia algu-
formas sino el propio oficio y sentido de la tecimientos plásticos. nos colores, el blanco y el negro, a propieda-
pintura. Los numerosos campos experimen- Sus primeras series indagan los mecanis- des y valores. El verde corresponde a la com-
tales abiertos, tanto en la reconfiguración de mos que van configurando el terreno de lo pasión, el azul a la sabiduría, el rojo a la
lo visual como en los modos de hacer, nos posible. Mediante un sistema de composi- libertad. El blanco es la iluminación, la
obligan a considerar hoy no sólo el producto ción simple y disciplinado, construye estruc- armonía de los tres colores previos —las tres
de la actividad artística sino, principalmente, turas de círculos y segmentos de líneas que se virtudes del Buda—. El negro es la ignoran-
la práctica que ha conducido hasta él. conforman a cada instante, a partir del cia, la negatividad, la ausencia de valores.
La obra de Emilio Torti es el resultado de cúmulo de posibilidades que aparece al fina- Esto transforma cada obra en una indagación
una verdadera práctica. En ella se conjuga la lizar cada trazo. Las estructuras se van existencial, en un intento por conjurar un
exploración de un mundo de formas simbó- ampliando, invaden la tela, revelan la poten- sistema espiritual a través de un trabajo con
licas con una conciencia existencial, derivada cialidad formal de la superficie aparentemen- la materia, el lenguaje plástico, la percepción
de la filosofía budista. Cada color, cada man- te vacía donde se instalan. En el budismo el y la emoción.
cha, cada trazo responde a la voluntad explí- vacío no existe. El juego de las líneas y los cír- La confluencia de todos estos elementos
cita de poner de manifiesto —a través de los culos pone en evidencia el fondo que parecía configura un espacio donde causas y efectos
medios que ofrecen el dibujo y la pintura— inexistente; figura y fondo coexisten, no hay dialogan en simultaneidad, donde teoría y
un pensamiento que se brinda como un don exclusión sino convivencia integral. práctica convergen en una propedéutica espi-
al espectador. Torti cree en la capacidad de la La aparición del color supone un reto para ritual que el artista considera un deber ético
obra artística para producir reflexión y trans- esta práctica ascética. Los colores están car- de su práctica artística. Por esto, sus pinturas
formar. Por eso, su trabajo es también una gados de asociaciones, no son simplemente y dibujos no pueden verse únicamente como
práctica de militancia a través de la imagen. elementos del vocabulario visual sino marcas el resultado de una experimentación formal o
Animado por este objetivo, el artista se culturales, emocionales e históricas. El color un intento por ampliar el campo de las for-
orienta a la presentación antes que a la re- implica también su ausencia —el negro— y mas plásticas. En su hacer, en su trabajo
presentación. Su obra no es la traducción del su convergencia en la integración del espec- constante, en su convicción y dedicación,
mundo fenomenal o de la realidad aparente. tro lumínico —el blanco—. Varía cuando es descansa la clave de todo aquello que vemos
En todo caso, expresa otro campo de fenó- línea, superficie o mancha, cuando se en su obra, pero que, además, deberíamos
menos y realidades, uno que surge de la manifiesta solo y cuando debe convivir con intuir en lo que ella nos dice desde su poten-
internación profunda en los mecanismos otros, cuando se aplica por afinidad y cuando cialidad emocional, visual y metafórica. ≈
Esmalte, acrílico sobre chapadur. 0,60m x 1,22m. 2007.
Emilio Torti

Sobre las tres virtudes del Buda.

Esmalte sobre tela. 0,60m x 0,60m. 2007.


Lápiz sobre tela. 0,60m x 0,60m. 2003.
Diagrama de un instante en reposo.

Sobre las tres virtudes del Buda.

“La trama de la vida


(Sobre la ley de
causalidad en el
budismo de Nichiren)”
Muestra de Emilio Torti
curada por Rodrigo
Alonso, en Galerías del
CCPE/AECI hasta el 30
de diciembre de 2007.
Esmalte, acrílico sobre chapadur. 0,60m x 1,22m. 2007.

Emilio Torti nació en


Rosario en 1952. Sus
trabajos han sido
exhibidos, además de
Argentina, en Estados
Sobre las tres virtudes del Buda.

Unidos, Holanda,
Venezuela y Panamá,
entre otros países.
Obtuvo en 1998 el
premio de pintura del
Salón Nacional de
Rosario, Museo Muni-
cipal de Bellas Artes
“Juan B. Castagnino”.
Arte, cultura & desarrollo 15

Partida de las grandes líneas


algunos poemas escogidos y otros inéditos
Mi gloriosa juventud Partida de las grandes líneas I

He decidido quedarme indefinidamente ahora desde el barranco ya no se ve la casa


existe este dolor suave casi cansancio han crecido los árboles llevándose el miedo
yo repito tu nombre como quien dice la edad camina hacia el mito
tengo sed o es muy tarde
nada se rompe nada se detiene
los que mueren los que se preparan a morir Partida de las grandes líneas V
las cosas que no fueron dichas en su momento
los infinitos caminos del dolor sobre el sueño de las ciudades amadas
la resignación que se instala en la vida de los que amo. se hamaca una muchacha
Cuando me ahogo y marca el recorrido de una mujer
recorro acompasadamente que durante décadas creyó ir en busca del
algunos de los infinitos caminos que llevan a la locura más cerrado corazón de la cultura
mi vida a través de él mi vida sin él sobre el sueño de las ciudades amadas
mi vida cercada por los que amo. una mujer sigue buscando
la piedra mágica de la felicidad por el saber

La muerte de A.B.
Partida de las grandes líneas XXX
Ahora estoy para siempre de espaldas a una puerta abierta
con él han muerto mis dueños y mi único lejano reflejo de amor me pidió que llevara unos libros que le interesaban
sólo quedan estas representaciones limitadas a las que llamo y algo de dinero para una celebración
pasión desgarro y llamaré muerte y me citó en el vestíbulo de partida de las grandes líneas
me acaban de presentar un panorama desconocido: cuando en la noche en vez de él
el escenario intacto y perenne de mi juventud terminada llegaron los camilleros para Lourdes
supe que debía irme con su último regalo
los libros que amo
querida amiga dijo el dinero para un buen vino
y en el espejo que me corresponde
querida amiga dijo el asco a la caridad
después de quince años de silencio y los amados destinos de esas grandes líneas
yo volví a tener patria y país
y empecé a ser más indeseable aún
entre los que han creído conquistar este páramo Educada en el vicio de los hombres

voy a la cocina y me siguen


El sujeto de la izquierda voy al baño y golpean la puerta
me despiertan en la noche para preguntarme si duermo
educada para ser llaman por teléfono en todas mis ciudades
la magnífica militante de base de un partido para avisarme cuidado con el vino y la vida literaria
que por no leer la historia de mi país no he perdido padre ni tíos ni ahijado ni amigos de juventud
se ha convertido en polvo no enamorado sino muerto por no perder no he perdido ni editor
preparada para una eterna carrera de fondo ni ese hombre
Juana Bignozzi

tengo ante los ojos una pared impenetrable que ya sombra aún cuida mi paso en las esquina
detrás de la cual sólo hay no me han dejado caer de su mano de su vicio
otros 50 años de trabajo y espera de su peso de mi corazón

otra vez la cruda tarea a mi cargo vuelvo a pintar las flores de mi juventud

otra vez la cruda tarea a mi cargo vuelvo a pintar las flores de mi juventud
de no aceptar los acuerdos vuelvo a ver el amanecer
no aceptar este destino de joya de tu soledad sin temor
otra vez la cruda tarea de decir ya nunca nadie podrá decirme éstas no son horas
tu final no va a ser mi final veo amanecer como una mujer no como una joven temerosa
ser el mundo entero en una vida es demasiado trabajo de la ley tu ley
para una mujer un poco mayor con citas dispersas en varias ciudades el acero de esta luz para una mujer sola
que ya aprendió a no confundir que no debe temer sino decidir
el dolor con la vida y la pasión con la propiedad

la luz de la edad
dispuesta a creer que me han amado
¿será ya para siempre el momento en que cae el día
dispuesta a creer que me han amado y todavía no se encienden las luces?
incapaz de saber si he amado ¿será ya para siempre aquellos años en los que la luz maternal era
—entendámonos, entregada, perdida, sin rescate— la macilenta del comienzo del día
aún quisiera comprender el amor de los hombres donde vos y yo
hombres que vuelven o permanecen y repiten su pasión descoloridos y agotados cruzábamos una plaza?
aún quisiera llegar a saber qué rostro ven en el mío
en ese momento de extrañamiento que llaman pasión
ahora tengo la edad de mi madre cuando escribí

ahora tengo la edad de mi madre cuando escribí


una mujer de 60 años caminando erguida bajo la lluvia
me pregunto en la inconciencia de los años
qué hacía esa mujer que llamaba la atención de su hija joven
iba de visita a casa de sus amigos llevaba un bizcochuelo
los hijos de inmigrantes siempre pensamos en la comida
me gustaría que alguien me mirara al caminar
y dijera que aún estoy erguida
y aún tengo amigos para visitar

no tengo un planteo meditativo ante la poesía

no tengo un planteo meditativo ante la poesía


menos aún trascendente
en la madrugada estoy en mi balcón acristalado
y llueve sobre esta ciudad muerta para la vida común
dos hombres de paso hablan en voz alta
Juana Bignozzi de día podan los árboles
nació en Buenos Aires en podría convertir esto en un poema
1937. Entre 1974 y 2004 pero sólo me voy a dormir
vivió en Barcelona. esperando que mañana llegue una carta
Desde entonces vive
nuevamente en Buenos
Aires. Los primeros trece
poemas que aquí se
publican pertenecen a
sus libros Mujer de
cierto orden (1967),
Regreso a la patria
(1989), Interior con
poeta (1994), Partida
de las grandes líneas
(1996) y La ley tu ley
(2000). Los cuatro
últimos se publican por
primera vez. Todos
fueron seleccionados
por Transatlántico.
2008
Tra nsa tl á ntico

1
Anticipos (de l a l ibreta del director) con Gastón, algo también para el lado de la nada de los festejos que está armando Pancho
Gal erías: (casi cerrado, esperando algunos música de cámara. Y Pablo prometió un pro- por los diez años de la reunión de la vaca cor-
ajustes del cronograma). Marzo: Galicia, o yecto de tango, para que viéramos. Veremos, dobesa con el toro español.
sorriso de D aniel, con la Xunta de Galicia y claro está. Y antes, volver a hablar con Carolina para
actividades paralelas. N ombres ambiciosos H ay que ir también calentando motores meter el Centro como una posta de la Escue-
en carpeta (nuestra): Xerardo Estévez, M a- rumbo al Bicentenario. Con Carina segura- la M óvil, y seguir el tema de la maestría o
nuel O liveira, M anolo Gómez, Pilar Cagiao, mente armaremos un ciclo de conferencias, especialización o qué en Gestión cultural
¿alguien de Zara? Abril: obras de M aría Suar- más para el lado de la historia, y después, (pedir ya mismo entrevista con Barés, a ver
di. Cura Jorge Taverna I rigoyen. En el medio, desde mayo o por ahí, un ciclo dedicado a la qué onda). Y en un momento dado va a ser
presentación del libro de M ario M erlino. En literatura argentina. Si V iñas acepta dar la diciembre, como ahora mismo y otra vez,
mayo, O svaldo Boglione, con curaduría de charla inaugural, le ponemos de nombre como ahora, la ansiedad y la calma como dos
M arcela Romer, y apoyo de la M usto. En junio, “Literatura argentina y realidad política”. Si monstruos de fuerzas iguales que no se pue-
fotos recortadas de Luján Castellani con cura- no, como anotan N ora y Analía, “Figuracio- den vencer, hasta que sí, digámoslo, gana el
duría de Tulio de Sagastizábal. En julio, Tipos nes políticas de la literatura argentina”. monstruo de la ansiedad.
Latinos, ver detalles con Pablo, M arcela, y la Tenemos, además, que cerrar con el Goe-
mina de la escuela de diseño; eso va a estar the una muestra espectacular de 40 años de Mar tín Prieto
bueno y girará por toda América (latina, claro). videoarte alemán, y el pre- estreno, en marzo,
En agosto: Litorales Rosario/ Valparaíso, cura de la película de Pablo Romano.
Justo Pastor M ellado, dos fotógrafas, o vide- En teatro, D e Bernardis reservó fecha para
astas, dos novelistas, dos de allá y dos de acá: estrenar un Otelo. Y Giacometto me mandó
los nuestros, Laura Glusman y O scar Tabor- un plan, que todavía no leí, para hacer una
da. En septiembre, tal vez, M adrid M irada, obra, que dirigiría él, a partir de una convo-
una exposición que viene de M adrid, invita- catoria a actores. Y Andrea me dijo que le
Periódico de arte, cultura y desarrollo del
ron a catorce fotógrafos latinoamericanos a gustaría hacer algo. ¿Q ué será “algo”? ¿Y
Centro Cultural Parque de España / AECI,
fotografiar M adrid, durante una semana, podremos traer El niño argentino? A Kartún Sarmiento y río Paraná, (2000) Rosario,
luego armaron una muestra. La fotógrafa le gusta nuestro teatro. D ijo: “qué buenos Provincia de Santa Fe, Argentina.
argentina invitada es nuestro crédito local, la hombros que tiene”. Y cuando lo dijo movió Teléfonos: (+54 341) 4260941 y 4402724
Colorada Sacco. Y en octubre-noviembre está los hombros. Correo electrónico: t@ccpe.org.ar
el archivo de Graciela Carnevale (grandes Y hay que pensar —ya mismo—en el pro-
Consejo editorial: M artín Prieto, Pedro Cantini,
expectativas). grama “Bienvenidos a 1968” —llamarlo a Alan
Brasilia (desde el cielo), según Alan Pauls “el ejemplo más perfecto de un escánda- Cecilia Vallina, Gastón Bozzano.
lo para el que nadie está todavía preparado”. U n cronista y una ciudad que nacieron
C omo posibilidad: una muestra muy y pedirle prestada la idea de un año como un Diseño: Pablo Cosgaya, M arcela Romero.
el mismo año y se encuentran en las páginas 4 y 5 de esta edición. grande, que viene de España, que se colga- lugar, que está buenísima—. E l programa Ilustraciones: D avid N ahón.
rá en el Castagnino y otra, posiblemente en involucra a todos los demás. Al festival de Impresión: Cooperativa Gráfica Patricios.

2
el M acro, todo eso, si sale, para abril, o por jazz, a Contemporáneo, a Literatura Argenti-
ahí. Ah, además, llamó Lidia que va a hacer na, a Galerías, “episodios” que van confor-
en el CCEBA un curso de curaduría y nos mando una escena 1968. Y hay que pensar en
Apenas te distingo, fragmentario invitaba a que becáramos uno o dos curado- un curador del ciclo o, mejor dicho, en un
res de acá, para que vayan allá. Eso está bien. pensador.
de tan lejano y de tan pequeño.
Y después, detalles para ir viendo: el plasma Además hay que hacer la página nueva y ya
U n poco de memoria y otro poco de sueño
afuera, el concurso de videos, los cuadros que estamos, renovar toda la comunicación
te van reconstruyendo en un plano arbitrario. de Lachar —que parece que va a hacer una del Centro, incluida la programación.
película— en los camarines del teatro. Y cuatro números de Transatl ántico, y el
La casa amplia tenía H ablar con Lila. disco de Juancho con la Editorial M unicipal,
rejas en las ventanas y la luna tras ellas. En música está, naturalmente, el Festival el libro Españoles en Rosario, con Carina y la
Con el apoyo de:
D espués la galería de Jazz Rosario, con nuevo curador, y Contem- municipal, y el libro de Cecilia con Viterbo.
y un tapial erizado con vidrios de botellas. poráneo del Mundo y, por lo que vamos viendo Y hay que viajar a Córdoba, no perderse

U na tarde llovió con sol. ¡Q ué vieja y nueva


esa lluvia de oro, y con cuánta alegría
cantaba yo:"¡qué llueva, la vieja está en la cueva!"
Así sigue lloviendo en mi alma todavía.

Fuera del pueblo, en casa de una vieja. U na pala


de sacar pan. U n horno. O tro chico. Algún juego.
La vieja que pitaba un cigarro de chala.
Recuerdo bien la mano, el cigarro y el fuego.

¿Y algo más? U na fiesta junto a un río. La gente


alegre, el viento a toda orquesta.
D ebió ser una fiesta muy triste aquella fiesta
pues mi madre se puso a llorar de repente.

(U n pañuelo de seda cuadriculado, el río,


mucha tierra en el aire y un sol amarillento.
Coches. Gente cantando. Y nada más. D ios mío,
y nada más que el sol, las lágrimas y el viento.)

¡Ah para siempre inmóviles recuerdos tan remotos


que no sé si son míos, si ciertos o de fiebre!
Tengo miedo al tocarlos, porque están casi rotos,
que éste se me deforme y el otro se me quiebre.

Ezequiel M artínez Estrada

“San José de la E squina”, del libro Argentina (1927). M artínez E strada, mucho
menos conocido como poeta que como autor de los célebres ensayos Radiografía
de la pampa (1933) y La cabeza de Goliat (1940), nació en 1895 en ese pueblo san-
tafesino, donde vivió hasta los 12 años, y murió en Bahía Blanca en 1964.

3
Luis Bras (1923- 1995), dibujante e ilustrador rosarino. En sus trabajos por encargo
para agencias publicitarias empezó, tempranamente, a agregar movimientos sim-
ples a tipografías y dibujos. Así se convirtió en el pionero de la animación publicita-
ria en R osario y terminó por realizar unas trescientas piezas a lo largo de toda su
carrera, muchas de las cuales hoy son leyenda en el ambiente —como el spot de las
píldoras digestivas R adicura—. A partir de 1967 realizó todo tipo de experimentos:
“Toc, toc, toc...” (1965), rayado y pintado sobre película en sincronía con el único
sonido del golpe de un lápiz sobre una mesa; “Bongo Rock” (1969), rayado a mano
sobre película velada con una púa de fonógrafo, a través de nueve mil fotogramas;
“La danza de los cubos” (1976), para la cual fabricó mil doscientos cubos de telgopor
forrados con cartulinas de colores; “D anubio azul” (1977), obra para la que pintó a
mano mil ochocientos cartones durante tres años... Y así se convirtió en el pionero
de la animación independiente en Rosario, con una obra signada por la experimen-
tación y el riesgo: mayormente, cortos no narrativos, sin personajes ni historia,
basados en la búsqueda de la sincronía de imagen y sonido mediante técnicas lo
más manuales posibles. A partir de los años ochenta cambió de formato y pasó al
video por cuestiones económicas y llegó a probar con las primeras computadoras
llegadas a país. En 1990 publicó Formas de hacer cine de animación (U N R Editora),
libro en el que detalla sus métodos de trabajo. Fue docente en la Escuela de Bellas
Artes de la U N R y en la Escuela Provincial de C ine y TV de Rosario, y en su propio
taller inspiró y formó a una nueva camada de realizadores que hoy está tomando el
lugar del maestro. La viñeta que aquí se publica, que retrata a Bras y a una de sus
obsesiones, la construcción de maquetas (como la que se publica en pág. 12) fue rea-
lizada por alguno de sus antiguos discípulos, aún no identificado, y conservada por
los actuales.

Potrebbero piacerti anche