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Lenguaje juvenil,
comunicación entre jóvenes y oralidad
1 Agradezco a Luis Fem ando Lara algunos comentarios y sugerencias a una versión
an terio r que m e ayudaron a ver Ciertos fenóm enos con más claridad. Además
debo un gran agradecim iento a A velina C hristm ann p o r la corrección del estilo
de este texto.
2 Cf. Schlieben-Lange (1983: 163).
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Q u ed a claro que no existe u n lenguaje juvenil com o una lengua aparte. Se trata
m ás bien de una jerga, que, sin embargo, no se reduce a u n a lista de elem entos
léxicos diferentes, com o algunos pretenden.
E n el volum en VI, 2 del "Lexikon der Rom anistischen Linguistik", dedicado al
portugués y publicado en 1994, n o se m enciona nada acerca del lenguaje juvenil
en el artículo pertinente de D elm ira Maçãs. Para el portugués de Portugal, son
conocidos algunos glosarios del lenguaje escolar y universitario de los años
cuarenta. Para la variedad brasileña, es conocido el estudio "A linguagem da
juventude" de M ónica R ector (1975), pero que abarca, realm ente, sólo la variedad
estudiantil. Pero es en Brasil precisam ente, con su alto porcentaje de población
marginada y p o r las condiciones de vida en las favelas, así com o de los niños de la
calle, donde se ha producido u n caldo de cultivo para el desarollo de form as
idiom áticas, más allá de la "língua padrão". P o r estudios de antropología urbana
está docum entado que tam bién en Brasil hay bandas de jóvenes m arginados al
estilo de los "punks" (por ej. en R ío de Janeiro, cf. Caiafa 1985) y las evidencias lo
co n firm an tam bién. Además, se pueden observar h o y en Brasil, com o en otras
grandes ciudades tam bién, los "grafiti" caligráficos atribuidos a los jóvenes.
Existe, entonces, una "gíria" de im pronta juvenil. La falta de investigaciones
lingüísticas al respecto se explica p o r la estructura histórica de la lingüística en
este país, no p o r la inexistencia del fenóm eno.
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11 Así, el sandhi, reconocible en m uchos textos españoles p. ej. del siglo X V I (cf.
C om pany C om pany 1994), no se perm ite en el lenguaje escrito m ientras que en
francés se ha aceptado y h o y en día constituye la n o rm a (cf. p. ej. l'églisé).
12 Esto tam bién constata H einz K röll (1994: 356) para todas las lenguas específicas:
"Tem os de p a rtir do principio que a base das linguagens especiais é a linguagem
falada corrente, a língua com um ou então u m dialecto. (...) as gírias e o calão, as
linguagens m arginais, se relacionam principalm ente com a linguagem popular."
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13 Este tipo de juego, denom inado habla revesada, existe en España del siglo XVIII,
C om o vesrre está atestiguado en el lunfardo de A rgentina. Se usa en ciertas capas
sociales de jóvenes mexicanos tam bién. Lara (1992: 86) atestigua u n ejem plo del
habla revesada en el pachuco: rufo < ferrocarril. Además se ha observado en el
caló colom biano.
14 Cf. al respecto el análisis detallado de Melá (1988).
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se aplica tam bién a elementos del caló: guri < guripa, así com o en la
morfología del lenguaje juvenil, el empleo del sufijo -ota, rasgo de esta
variedad, se hace también sobre elementos del caló: porrata < porrero,
chuleta < chulo.
Tenemos que darnos cuenta de que el lenguaje estándar es un fenó
m eno multiaspectual, ya que es una variedad de un grupo generacional
específico (adultos), de estratos sociales específicos (la burguesía y los
estratos cultos15), una variedad impuesta por una agencia estatal (escue
la), la cual utiliza medidas de sanción si las normas ensenadas no son
acatadas. El lenguaje juvenil se quiere diferenciar de este lenguaje
estándar. Para esto los jóvenes luchan contra los tres aspectos: la
norm a escolar, el estilo culto y la cultura de los adultos. Sobre todo en
el caló o argot encuentran un instrum ento opositor ya existente, lo
que explica la existencia de muchos "préstamos" del caló en el lenguaje
juvenil.
Pero tam bién se explican otras características. La oposición (par
cial) contra la cultura de los adultos tiene que ver con la ya citada
velocidad de cambio, la que resulta de una actitud contradictoria en la
valoración del lenguaje juvenil por los adultos.16
El lenguaje juvenil, por lo menos en algunos aspectos, está conce
bido como lengua de contraste dentro de una contracultura frente a la
de los adultos, y — lo que es olvidado continuam ente — tam bién
frente a la "cultura infantil", y es tratado con una actitud de rechazo
p o r parte de los padres, así como de la sociedad oficial. A pesar de ello,
hay cada vez más adultos que pretenden "rejuvenecerse" a través del
uso de expresiones tomadas del lenguaje juvenil. Com o los jóvenes
17 (El sociolecto juvenil) "ofrece las características propias del registro coloquial
— actualización, espontaneidad, expresividad, discordancias sintácticas, anacolu
tos ... —" (H errero 1989: 199).
18 Este m i planteam iento es distinto de la ya famosa "cadena de variedades" (Varietä
tenkette) de K och y O esterreicher (1990: 14). Ellos pretenden que la variedad
diatópica puede tom ar la posición de la variedad diastrática y la diastrática puede
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tativo por medio del sufijo verbal -le {ándale, córrele) que sólo se da en
el lenguaje hablado. Además, pienso que es precisamente en el lenguaje
juvenil donde se manifiestan rasgos de este tipo. Ejemplos de tales
rasgos en el español peninsular son procedimientos morfológicos, así
com o los sufijos -eta, -ota y -ata. Tam bién se puede m encionar el
procedimiento sintáctico de inclusión en ciertas estructuras sintácticas
de elementos ("tacos") sin form ar parte de su estructura con valor
degradativo "¿Dónde cojones has estudiado?" (H errero 1989: 185) o
fenóm enos sintácticos como verbos que en la lengua estándar funcio
nan en estructuras intransitivas, pero que en la variedad juvenil son
estructuras transitivas (currar 'trabajar': Si es que Rafita se lo curra m uy
chungo) o verbos intransitivos que configuran estructuras "cuasi
atributivas": "Siempre vamos depalmosos" (H errero 1989: 188).
La variedad lingüística empleada en cada discurso está insertada en
un espacio de variedades, se define por su lugar y po r diferenciarse de
las otras variedades. El espacio de variedades en el cual se encuentra el
lenguaje juvenil está constituido por cuatro polos inmediatos: el habla
culta, el lenguaje oral, el habla popular y el caló y las otras variedades
generacionales. La relación con el habla culta es doble: de un lado, es
la variedad prestigiada en la sociedad en general y así es un m arco de
referencia para la valoración de la variedad juvenil por parte de ciertos
estratos sociales; del otro lado, no es el marco de referencia para los
mismos jóvenes. Sería falso partir de la lengua culta estandarizada
com o punto de referencia para la visión interna de los mismos jóve
nes. Así el hecho de que nos encontrem os con muchos elementos del
caló se explica por la razón de que la variedad básica, la variedad que se
aprende de los padres, es el habla popular con elementos del caló y de
ninguna m anera el español culto.
4.1 Textos
Texto 1
Texto 2
pausa breve
pausa más amplia
pausa bastante amplia
/ interrupción de una construcción
malo alargamiento del vocal
ESQUINA tonalidad elevada
espErate voz alta en una sílaba
< >‘ entonación de exclamación
< >2 entonación de pregunta
< >3 voz cuchicheada
< >4 enunciación rápida
< >5 tonalidad elevada de toda una secuencia
(xxx) parte del texto incomprensible
( ) parte del texto poco claro
(( )) evento no lingüístico
/ / eliminación de una parte del texto
/ riendo/ fenómenos paralingüísticos
Z El Zapo (narrador)
M entrevistadora
F otra persona
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4.2 Análisis
Son rasgos universales del español hablado en estos textos entre otros:
— Elisión de los verba dicendi que m arcan norm alm ente el estilo
directo y utilización del recurso del cambio de la voz para im itar el
discurso): pero eran judas no < no que cálmense> (T i: 46) (se
encuentra este recurso estilístico tam bién en la literatura, p.e. en
M ario Vargas Llosa, La casa verde).
— Partículas oracionales/modales:
1. ps : y el pinche Aron ps . ves que está malo, y yo lo . dijimos <ps
cálmense con el. ps el está malo> (Ti: 28; y ps la banda había
madreado un güey (T2: 10);
2 .y a , que se refiere a una expectativa:25
y acáfue cuando y a .. al Chucho ya lo habían subido arriba del carro
(TI: 36);
y la fám ily del Aron ya ves / < no. que no están haciendo nada (Ti:
43);
dije <hijo de suputa madre> .. y a después sefueron (Ti: 55/56).
Ya en el prim er caso es adverbio con valor tem poral, en los dos
otros casos es partícula modal. N o tiene valor adverbial como en
alem án 'schon', francés 'deja' o inglés 'already', sino — como
señala Acosta (1984: 40) — "a un contenido o realidad que le sirve
de ocasión para concluir otro contenido matizado por el contexto
24 C om pany C om pany (1994: 16) llam a este fenóm eno ''duplicación sintáctica1'. Lo
considera u n rasgo particular del español mexicano ya com probado en la época
colonial.
25 Sim ilar a la partícula m odal alemana doch.
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— O tras interjecciones: chin (T2: 49) ah, güery, me cai (TI: 18) hijo
(TI: 48), chales (T2: 27).
Son rasgos específicos del estilo oral del español en este texto, entre
otros:
Podría pensarse que estos dos procedim iento son rasgos universales,
dado que tam bién en alemán, francés y otras lenguas son característi
cos del estilo oral. Los considero, sin embargo, rasgos no universales
porque depende de la decisión norm ativa de sancionar estos rasgos en
Lenguaje juvenil, com unicación entre jóvenes y oralidad 495
I o Rasgos léxicos
A nteriorm ente expliqué la afinidad del lenguaje juvenil con el caló,
por encontrarse en éste elementos que tam bién están revestidos de una
variedad expulsada de la lengua estándar codificada. N o sorprende
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2 o Rasgos morfológicos
A parte de los elementos léxicos se pueden destacar algunos procedi
m ientos morfológicos:27
— Pronominalización de verbos: sacar > sacarse algo, curar > curarse
algo.
— Em pleo del sufijo -ear para crear un matiz devaluatorio e irónico:
cotorrear > cotorreo 'encuentro para intercam biar novedades',
madrear 'salpear', patear, catearP
3 o Rasgos fonéticos
— Alteración de palabras por transformaciones fonéticas: refrescos >
chescos, no > nel.
31 Cf. Z im m erm ann (1991: 923), donde explico con mas detalle el concepto de
''m atiz".
Lenguaje juvenil, com unicación entre jóvenes y oralidad 499
32 Y al revés podemos decir que el análisis del lenguaje juvenil desde una perspectiva
de la gram ática tradicional derivada del lenguaje escrito n o puede tom arlo en
cuenta en su totalidad, sino que tiene que reducirlo y p o r eso em itir u n juicio
falso de que la diferencia reside solamente en el léxico.
33 N o es tem a de m i tratado, p o r lo que no voy a p rofundizar este aspecto, pero
tiene razón Shana'a (1989) en destacar el talento narrativo del narrad o r "El
Zapo".
Lenguaje juvenil, comunicación entre jóvenes y oralidad 501
Los dos textos nos enseñan tam bién otro aspecto. La conceptuali-
zación del fenóm eno como lenguaje o variedad juvenil no es suficien
te. Los rasgos lingüísticos analizados hasta ahora no solamente ocurren
en eventos comunicativos específicos, sino se crean durante estos. Es en
tales eventos, por ser éstos los m om entos genuinos de su génesis,
donde los rasgos lingüísticos adquieren su fuerza cultural. U no de ellos
es la narración de acontecimientos del mismo grupo entre los m iem
bros del grupo, como es el caso en los dos textos documentados. U n
tem a preferido en estos eventos son los choques con la policía o con
otros grupos de jóvenes. Este tipo de eventos comunicativos, que se
desarrollan de preferencia en la calle, presenta rasgos particulares y
posibilidades específicas de utilizar el cuerpo: ofrece más libertad de
expresión gestual y corporal.35 La temática no fue — según parece —
introducida por la entrevistadora, sino representa una tem ática prefe
rida de los jóvenes.
A unque estuvieron presentes varios miembros de la banda, sólo
uno de ellos era el narrador principal. Así se puede considerar la
situación comunicativa casi natural; el mensaje estaba dirigido — no
sólo a la entrevistadora — sino a los miembros del ingroup. "Encuen
tros narrativos" con tématicas como éstas constituyen una situación
com unicativa predilecta de los chavos banda. N o es una temática
cualquiera: contribuye a la cohesión del grupo concienciándola de sus
experiencias, acciones y condiciones de vida comunes. Son estos facto
res que crean y fortalecen la identidad social por medio de la com uni
cación del grupo entre sí sobre sus actividades comunes, intercam bian
do sus opiniones personales al respecto de lo ocurrido y vivido,
sintiéndose así como guerreros, evaluando las malas actitudes de los
36 Ese tip o de eventos com unicativos, claro está, no es to talm ente específico de la
cultura juvenil. T odos los seres hum anos nos encontram os con cierta frecuencia
e intercam biam os experiencias para "digerir" y evaluar lo que nos aconteció: los
n iños sus experiencias con los papas o los profesores, las mujeres sus problem as
con sus maridos o sus experiencias con sus novios, los empleados o empleadas sus
p roblem as con otros empleados o empleadas o con sus jefes, los cazadores sus
logros durante la caza, etc.
37 Cf. u n ejemplo de duelo entre jóvenes franco-árabes en Z im m erm ann (1991: 922).
Lenguaje juvenil, com unicación entre jóvenes y oralidad 503
Resumen
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