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REPÚBLICA DE COLOMBIA

TRIBUNAL ADMINISTRATIVO DE BOYACÁ


Sala de Decisión No. 6

MAGISTRADO PONENTE: FÉLIX ALBERTO RODRÍGUEZ RIVEROS

Tunja

MEDIO DE CONTROL: REPARACION DIRECTA


DEMANDANTE: OMAR STEVEN CRUZ MONTAÑEZ
DEMANDADO: DEPARTAMENTO DE BOYACÁ Y MUNICIPIO
DE SANTA SOFÍA
RADICACIÓN: 150013333009 201700131 01

I. ASUNTO A RESOLVER

Procede el Despacho a resolver el recurso de apelación interpuesto por el


apoderado judicial de la parte actora, señor OMAR STEVEN CRUZ
MONTAÑEZ, contra el auto proferido en audiencia inicial por el Juzgado
Noveno Administrativo del Circuito Judicial de Tunja el 22 de agosto de
2019, mediante el cual se declaró probada de oficio la excepción de falta
de legitimación en la causa por pasiva del Departamento de Boyacá y del
Municipio de Santa Sofía, y se declaró terminado el proceso.
II. ANTECEDENTES

2.1. - La demanda

Actuando mediante apoderado judicial y en ejercicio del medio de control


de reparación directa, el señor OMAR STEVEN CRUZ MONTAÑEZ, presentó
demanda con el fin que se declare que el Departamento de Boyacá y el
Municipio de Santa Sofía son administrativamente responsables, por los
perjuicios que le fueron ocasionados con el depósito de residuos tóxicos
crudo de castilla, derivado del petróleo, en un predio de su propiedad,
ubicado en el Municipio de Santa Sofía.
R.D. 2017-0131-01

A título de reparación de perjuicios solicitó que se condene a las entidades


demandadas a pagar los perjuicios materiales y morales; y que se fije
canon mensual de arrendamiento a partir del 21 de marzo de 2015, hasta
el momento en que se efectúe la recuperación definitiva del inmueble (fls.

113 - 114).

2.3.- La providencia recurrida.

Se trata del auto de 30 de julio de 2019, proferido en audiencia inicial por


el Juzgado Noveno Administrativo Oral del Circuito Judicial de Tunja,
mediante el cual se declaró probada de oficio la excepción de falta de
legitimación en la causa por pasiva del Departamento de Boyacá y del
Municipio de Santa Sofía, y se declaró terminado el proceso.

Indicó el A - quo que el predio "El Reposo" del Municipio de Santa Sofía
fue propiedad de la señora Luz Elena Gutiérrez Ascenso, quien presentó
derecho de petición ante la Alcaldía de ese municipio el 19 de septiembre
de 2013, con el fin que se retirara de su inmueble una sustancia tóxica,
que tenía alto grado de peligrosidad identificada como crudo de castilla,
alojada en una piscina. Que esta sustancia era propiedad del
Departamento de Boyacá y del Municipio de Santa Sofía, derivado de la
construcción y pavimentación de la vía que conduce de Villa de Leyva a
Santa Sofía.

Explicó que el material fue depositado en el referido predio como


consecuencia de la ejecución del contrato de obra pública No. 0015 de 15
de marzo de 1996, suscrito entre el Departamento de Boyacá y el
Consorcio integrado por Héctor Tocarruncho Gamboa y Luis Gonzalo
Robles Sáenz, y que para la época de ejecución del contrato el señor Omar
Steven Cruz Montañez no era el legítimo propietario del inmueble
denominado "El Reposo", habida cuenta que lo adquirió por compraventa
en 2015.

Consideró que el Departamento de Boyacá y el Municipio de Santa Sofía


carecen de legitimación material en la causa frente a unos posibles daños
ocasionados al señor Omar Steven Cruz Montañez, toda vez que no existe

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una conexión entre las partes, y los hechos constitutivos el presunto daño
serían objeto de análisis ante la Jurisdicción Ordinaria, puesto que se
trasladaría a un litigio entre particulares, esto es, entre la señora Luz
Elena Gutiérrez Ascenso y el señor Cruz Montañez, pues fue la vendedora,
quien a sabiendas de la situación que afectaba al predio, procedió a
venderlo por medio de compraventa.

Anotó que el hecho generador del daño presuntamente causado al


demandante se materializó en la compra del inmueble, mas no en el
depósito del material conocido como crudo de castilla, lo que genera una
falta de legitimación material en la causa del Departamento de Boyacá y
el Municipio de Santa Sofía (fls. 452 - 455).

2.4.- Fundamentos del recurso:

El apoderado del demandante interpuso recurso de apelación contra la


anterior decisión, y como fundamento de la alzada expuso que si el daño
sobre el inmueble hubiera cesado al momento de la compra por parte del
señor Omar Steven Cruz Montañez, se trataría de un proceso de
responsabilidad civil extracontractual; pero que actualmente el daño se
sigue causando, de tal manera que se torna frecuente, toda vez que en
este momento se encuentra depositado ese crudo de castilla, y es de
propiedad del Municipio de Santa Sofía y del Departamento de Boyacá, y
por tanto, el demandante sí contaría con legitimación en la causa por
activa, mientras que la tendrían por pasiva los entes accionados (Minuto
17:16 - 18:54, del DVD fl. 456).

III. CONSIDERACIONES

3.1. Competencia

De acuerdo a lo previsto en el artículo 153 del C.P.A.C.A., le corresponde


conocer en segunda instancia al Tribunal Administrativo de las
apelaciones de autos susceptibles de este medio de impugnación como lo
es el caso del auto que declaró probada de oficio la excepción previa de
falta de legitimación en la causa por pasiva.

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3.2. Problema Jurídico

Corresponde a la Sala determinar si en el caso concreto se materializó la


excepción de "falta de legitimación en la causa por pasiva" de las
entidades que componen el extremo pasivo dentro del sub examine, para
lo cual deberá establecerse la fuente del presunto daño alegado por el
accionante.

3.3- De la Legitimación en la causa

En relación con la naturaleza jurídica de la noción de legitimación en la


causa, en sentido amplio, la jurisprudencia constitucional se ha referido
a ella, como la "calidad subjetiva reconocida a las partes en relación con
el interés sustancial que se discute en el proceso"". Sin embargo, al
respecto es sabido que el Máximo Tribunal de lo Contencioso
Administrativo, se ha pronunciado en torno a distinguir dos clases de
legitimación en la causa, "de hecho" y "material":

Por la primera, legitimación de hecho en la causa, se entiende la relación


procesal que se establece entre el demandante y el demandado por
intermedio de la pretensión procesal; es decir es una relación jurídica
nacida de una conducta, en la demanda, y de la notificación de ésta al
demandado; quien cita a otro y le atribuye estar legitimado de hecho y
por activa, y a quien cita y le atribuye estar legitimado de hecho y por
pasiva, después de la notificación del auto admisorio de la demanda.

Por su parte, la legitimación material en la causa alude a la participación


real de las personas, por regla general, en el hecho origen de la
formulación de la demanda, independientemente de que haya demandado
o no, o de que haya sido demandado o no. Es decir, todo legitimado de
hecho no necesariamente será legitimado material, pues sólo están
legitimados materialmente quienes participaron realmente en los hechos
que le dieron origen a la formulación de la demanda. En la falta de

CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-965 de 2003.

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legitimación en la causa material sólo se estudia si existe o no relación


real de la parte demandada o demandante con la pretensión que se le
atribuye o la defensa que se hace, respectivamente. En últimas la
legitimación material en la causa o por activa o por pasiva es una
condición anterior y necesaria, entre otras, para dictar sentencia de
mérito favorable, al demandante o al demandado.2

Conforme a lo anterior, mientras que la legitimación en la causa de hecho


viene a ser la situación en la que se encuentra, en un determinado
momento, una persona natural o jurídica, por el hecho de demandar o ser
demandada, o en general por el hecho de intervenir en un proceso, la
legitimación en la causa material viene a ser aquella que ostentan
únicamente los titulares de la relación jurídica sustancial.

De tal suerte que la legitimación en la causa por activa la tendrá quien


tiene efectivamente el derecho, mientras que la legitimación en la causa
por pasiva la tendrá únicamente quien debe responder por él, esto es,
quien realizó u omitió los hechos que dieron lugar a instaurar la demanda.

Ahora bien, en tratándose del medio de control de reparación directa, la


legitimación en la causa por activa se determina por la pretensión misma,
esto es, la indemnización, conforme lo señalado por el artículo 140 del
CPACA y la jurisprudencia del Consejo de Estado3, y en virtud de ello, se
encontrará legitimado para lograrla el damnificado, por ello basta con
acreditar tal condición.

No obstante, en reciente sentencia de unificación4, la Sección Tercera del


Máximo Tribunal de lo Contencioso Administrativo estableció que cuando se
pretenda demostrar el derecho de dominio en un proceso judicial que
se tramite ante la Jurisdicción de lo Contencioso Administrativo, para
efectos de tener por verificada la legitimación en la causa por activa en

2Ver entre otras, CONSEJO DE ESTADO. Sala De Lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera. Magistrada Ponente:
Dra. MARIA ELENA GIRALDO GOMEZ. Sentencia del diecisiete (17) de junio de dos mil cuatro (2004). proferida dentro
del proceso radicado No. 76001-23-31-000-1993-0090-01(14452) donde actúa como demandante Reinaldo PossoGarcia y
Otros y como demandado la Nación-Ministerio de Transporte- INVIAS: CONSEJO DE ESTADO. Sala de lo Contencioso
Administrativo, Sección Tercera, Subsección C. Magistrado Ponente: Dr. JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA.
Sentencia del catorce (14) de marzo de dos mil catorce (2014), proferida dentro de la Acción de Reparación Directa radicada
bajo el No. 76001-23-25-000-1997-03056-01 (22.032), donde actúa como demandante Elizabeth Valencia y Otros y como
demandado La Nación — Ministerio de Transporte — Instituto Nacional de Vías.
Sentencia del 26 de abril de 2006, M. P. Ruth Stella Correa Palacio, Rad. 20 001-23-3 1-000-1 996-03 05 0-01 (14908).
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Sala Plena, sentencia de 13 de mayo de 2014, expediente
76001-23-31-000-1996-05208-01(23128), C.P. Mauricio Fajardo Gómez.

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aquellos eventos en que se acuda al proceso en calidad de propietario sobre


un bien inmueble respecto del cual se fundamenten las pretensiones de la
demanda, la inscripción o el registro del título en la Oficina de Registro de
Instrumentos Públicos constituye prueba suficiente.

Esto, en el entendido que si el Estado considera como un servicio público el


registro de instrumentos públicos por las finalidades de interés general que
este sistema involucra y, si para ello le exige a los Registradores adelantar
un procedimiento técnico, jurídico y especializado con el propósito de sólo
inscribir aquellos títulos que reúnan los presupuestos legales previstos para
ello, decisión final —inscripción- que se presume legal tanto por la
presunción de legalidad propia de los actos administrativos, como por el
principio de la legitimidad registral, propio, a su vez, de los sistemas
técnicos registrales como el contenido en el Decreto-ley 1250 de 1970 y en
la Ley 1579 de 2012, según el cual el derecho inscrito en favor de una
persona realmente le pertenece puesto que así lo dice el registro, no puede
más que concluirse que esa inscripción es suficiente para probar la
propiedad respecto de un bien inmueble, en especial, cuando ese derecho
pretende acreditarse para efectos de demostrar la legitimación por activa
en un proceso que se adelante en la Jurisdicción de lo Contencioso
Administrativos.

De manera que la sola certificación, entendida como la constancia o fe que


expide el Registrador acerca de la situación jurídica de los bienes sometidos
a registro, mediante la reproducción fiel y total de las inscripciones
respectivas (artículo 54 del Decreto-ley 1250 de 1970), sin duda constituye
prueba suficiente, de la titularidad del derecho de dominio que se pretende
hacer valer, puesto que en ese documento se hace constar tanto la persona
que figura como titular de ese derecho —valor constitutivo del derecho de
dominio de la inscripción (modo de transferir el dominio)- como quiera que
esa constancia se fundamenta en la realización de un acto de registro del
título, el cual goza de una presunción de legalidad y legitimidad registral
que debe necesariamente observarse y acatarse mientras no se demuestre
—a través de los medios legales previstos para ello- lo contrario6.

5Ibídem.
6lbídem.

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Con todo, precisó la Corporación en la Sentencia mencionada, que si bien


con el sólo certificado de Registro de Instrumentos Públicos puede probarse
la propiedad o la titularidad de un derecho real sobre el bien objeto del
respectivo folio de matrícula, lo cierto es que la persona interesada debe
acreditar, a su vez, que ese bien respecto del cual figura como titular en el
referido certificado corresponde a aquél que pretende hacer valer en un
juicio que se adelante ante la Jurisdicción de lo Contencioso Administrativa,
para efectos de demostrar la legitimación en la causa.

En lo que atañe exclusivamente a la legitimación en la causa por


pasiva, debe anotarse que un sujeto o entidad puede estar legitimado en
la causa de hecho pero carecer de legitimación en la causa material, lo
cual ocurrirá cuando a pesar de ser parte dentro del proceso no tenga
relación alguna con los intereses inmiscuidos en el mismo, por no tener
conexión con los hechos que motivaron el litigio7. Así lo ha explicado de
antaño la Sección Tercera del Consejo de Estado:

"La legitimación ad causam material alude a la participación real de las


personas, por regla general, en el hecho origen de la formulación de la
demanda, independientemente de que haya demandado o no, o de que
haya sido demandado o no. Ejemplo:
- A, Administración, lesiona a B. A y B, están legitimados materialmente;
pero si
- A demanda a C, sólo estará legitimado materialmente A; además si D
demanda a B, sólo estará legitimado materialmente B, lesionado. Si D
demanda a C, ninguno está legitimado materialmente.
Pero en todos esos casos todos están legitimados de hecho; y sólo
están legitimados materialmente, quienes participaron realmente en la
causa que dio origen a la formulación de la demanda."8

Debe precisarse también que la falta de legitimación material en la causa,


por activa o por pasiva, no enerva la pretensión procesal en su contenido,

A propósito de la falta de legitimación en la causa material por activa, la Sección ha sostenido que
"... si la falta recae en el demandante, el demandado tiene derecho a ser absuelto pero no porque él
haya probado un hecho nuevo que enerve el contenido material de las pretensiones sino porque
quien lo atacó no es la persona que frente a la ley tiene el interés sustantivo para hacerlo —no el
procesal-". Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, sentencia
del veinte (20) de septiembre de dos mil uno (2001); Consejera ponente: María Elena Giraldo Gómez;
Radicación: 10973.
8 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, sentencia del quince
(15) de junio de dos mil (2000); Consejera ponente: María Elena Giraldo Gómez; Radicación número:
10171.

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como sí lo hace una excepción de fondo, tal y como lo ha sostenido esta


Corporación:

"[L]a excepción de fondo se caracteriza por la potencialidad que tiene,


si se prueba el hecho modificativo o extintivo de la pretensión procesal
que propone el demandado o advierte el juzgador (art. 164 C.C.A) para
extinguir parcial o totalmente la súplica procesal.

La excepción de fondo supone, en principio, el previo derecho del


demandante que a posteriori se recorta por un hecho nuevo y probado
—modificativo o extintivo del derecho constitutivo del
demandante— que tumba la prosperidad total o parcial de la
pretensión, como ya se dijo.

La legitimación material en la causa activa y pasiva, es una condición


anterior y necesaria, entre otras, para dictar sentencia de mérito
favorable, al demandante o al demandado. (Negrillas del texto original,
subrayas de la Sala).

Por tal razón, y en los términos del artículo 180 del Código de Procedimiento
Administrativo y de lo Contencioso Administrativo (CPACA)10, en la audiencia inicial
el juez, de oficio o a petición de parte, podrá declararla, con el fin de evitar el desgaste
innecesario del servicio de administración de justicia.

En igual sentido, la Sección Tercera del Máximo Tribunal de esta jurisdicción en


reciente pronunciamientoll señaló que si bien el artículo 180 de la Ley 1437 de 2011
previó la facultad-deber del juez de dar por terminado el proceso en la audiencia
inicial, si encuentra configurada la legitimación en la causa, bien por activa o por
pasiva, es necesario precisar que no en todos los casos la legitimación en la causa
debe aparecer probada en la mencionada etapa procesal, pues se trata de un
presupuesto para la sentencia de fondo. No obstante, ocurre que hay casos en los
cuales la falta de legitimación en la causa aparece clara, incluso desde la demanda y,

9 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, sentencia del veinte
(20) de septiembre de dos mil uno (2001); Consejera ponente: María Elena Giraldo Gómez;
Radicación: 10973.
1° "ARTÍCULO 180. AUDIENCIA INICIAL. Vencido el término de traslado de la demanda o de la de
reconvención según el caso, el Juez o Magistrado Ponente, convocará a una audiencia que se
sujetará a las siguientes reglas: (..) 6. Decisión de excepciones previas. El Juez o Magistrado
Ponente, de oficio o a petición de parte, resolverá sobre las excepciones previas y las de cosa
juzgada, caducidad, transacción, conciliación, falta de legitimación en la causa y prescripción
extintiva. Si excepcionalmente se requiere la práctica de pruebas, se suspenderá la audiencia, hasta
por el término de diez (10) días, con el fin de recaudarlas. Al reanudar la audiencia se decidirá sobre
tales excepciones. Si alguna de ellas prospera, el Juez o Magistrado Ponente dará por terminado el
proceso, cuando a ello haya lugar. Igualmente, lo dará por terminado cuando en la misma audiencia
advierta el incumplimiento de requisitos de procedibilidad. El auto que decida sobre las excepciones
será susceptible del recurso de apelación o del de súplica, según el caso (...)."
11 Consejo de Estado, Sección Tercera, auto de 12 de noviembre de 2019. Exp. 05001-23-33-
C000-2014-01705-02 (61153). C.P. María Adriana Marín.

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por ende, no tiene sentido tramitar todo el proceso cuando tal situación puede
remediarse a tiempo.

3.4. Caso concreto

Se tiene entonces que el a quo consideró que se configuró la falta de


legitimación en la causa por pasiva, en razón a que el demandante, señor
Omar Steven Cruz Montañez, no era el propietario del inmueble para la
época en que ocurrieron los hechos por los cuales pretende derivar
responsabilidad de las entidades accionadas, y que por tanto, cuando
adquirió de sus anteriores dueños, ya existían las condiciones descritas en
la demanda, de modo que la verdadera causa del daño consistiría en la
compraventa de un inmueble a sabiendas de los vicios que este contenía,
lo cual se torna en un litigio entre particulares, propio de la jurisdicción
ordinaria y en el cual no tendrían relación alguna el Departamento de
Boyacá y el Municipio de Santa Sofía.

Por su parte, el apelante estimó que el daño aún se mantiene en el predio,


puesto que el material denominado crudo de castillo permanece allí
depositado y que por tanto, demandante y demandados se encuentran
legitimados para comparecer al proceso.

Verificadas las pretensiones de la demanda, es claro que se dirigen a se


declare que el Departamento de Boyacá y el Municipio de Santa Sofía son
administrativamente responsables, por los perjuicios que le fueron
ocasionados con el depósito de residuos tóxicos crudo de castilla, derivado
del petróleo, en un predio de su propiedad, ubicado en el Municipio de Santa
Sofía y se les ordene cancelar los perjuicios materiales y morales derivados
de tal ; y que se fije canon mensual de arrendamiento a partir del 21 de
marzo de 2015, hasta el momento en que se efectúe la recuperación
definitiva del inmueble (fls. 113 - 114).

Tal como se anotó en precedencia, en principio, para analizar la legitimación


en la causa, en casos como el sub lite bastaría con que el demandante,
quien afirma ser damnificado por su condición de propietario del predio
denominado "El Reposo" ubicado en la Vereda Duraznos y Colorados del

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Municipio de Santa Sofía, acredite tal calidad, y en lo que atañe a los


demandados, la legitimación por pasiva en este punto únicamente sería de
hecho en tanto los señala de haber depositado un material peligroso (crudo
de castilla) en su inmueble, mientras que la legitimación material quedaría
pendiente de análisis en la decisión que ponga fin al proceso.

De acuerdo con lo anterior, en folios 446 a 448 obra el Certificado de


Tradición y Libertad expedido por la Oficina de Registro de Instrumentos
Públicos de Moniquirá, del predio identificado con No. de matrícula 083-
40029, denominado "El Reposo"ubicado en la Vereda Duraznos y Colorados
del Municipio de Moniquirá, el que figura como propietario desde el 8 de
abril de 2015 el señor Omar Steven Cruz Montañez, de tal manera que se
encuentra plenamente demostrado el interés que le asiste al demandante,
en tanto afirma que en su predio se ocasionó un daño, derivado del
vertimiento del material crudo de castilla.

No obstante lo anterior, no ocurre lo mismo con las entidades demandadas,


habida cuenta que, tal como lo explicó el a quo, de los hechos narrados en
la demanda, y los documentos que actualmente obran en el plenario, los
hechos que dieron origen al presunto daño tuvieron lugar en 1996, en el
marco de las labores adelantadas como objeto del contrato de obra No.
0015, suscrito el 15 de marzo de 1996 entre el Departamento de Boyacá y
el Consorcio Héctor Tocarruncho Gamboa - Luis Gonzalo Robles Sáenz (fls.
297 - 303).

Ahora, verificado el Certificado de Tradición y Libertad del predio objeto del


presente proceso, para la época en que se ejecutó la obra, esto es, entre el
5 de mayo de 1996 y el 22 de mayo de 1997 (fls. 315 - 316), fungían como
propietarios del inmueble los señores Moisés Suárez Suárez y Carmen Alicia
Naranjo de Suárez, quienes lo enajenaron en 2005 y desde entonces pasó
por varios propietarios, de quienes no se conoce dato que hubieran puesto
de presente el daño que se alega en el sub lite.

El 15 de abril de 2013, por compraventa, el predio pasó a ser propiedad de


la señora Luz Elena Gutiérrez Ascenso, quien el 19 de septiembre de 2013
presentó derecho de petición ante la Alcaldía del Municipio de Santa Sofía,

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con el fin que "sean retiradas las piscinas en las cuales tienen almacenado
el asfalto de propiedad de la alcaldía, porque ocupan mucho espacio en mi
predio y no me permiten comenzar trabajos de adecuación de terreno,
ambientalmente representan un peligro ya que dichas piscinas están
vencidas en su base y al regarse el asfalto sobre la tierra ocasionaría un
daño ecológico irreversible..." (fl. 16)

El Alcalde Municipal de Santa Sofía contestó el referido memorial por medio


del Oficio No. D.A.M. 218/13 de 1° de octubre de 2013, y le informó a la
señora Gutiérrez Ascenso que se asignó a la Secretaría de Planeación
Municipal la tarea de coordinar trabajos de retiro de asfalto (fi. 17).

Posteriormente, el señor Omar Steven Cruz Montañez adquirió el predio por


compraventa, negocio jurídico que se llevó a cabo el 21 de marzo de 2015
y en su calidad de propietario, instauró acción de tutela en septiembre de
2016 en contra del Municipio de Santa Sofía, la cual fue tramitada por el
Juzgado Promiscuo Municipal de Santa Sofía, donde se profirió sentencia el
28 de septiembre de 2016, en la que se resolvió negar por improcedente el
amparo (fls. 188 - 210). Decisión que fue confirmada en segunda instancia
por el Juzgado Civil del Circuito de Moniquirá en fallo de 11 de noviembre
de 2016 (fls. 211 - 220).

Del fundamento fáctico de la demanda se extrae con claridad que el actor


ha tenido conocimiento del daño en su inmueble desde el momento en que
lo adquirió, así como también se colige que la anterior propietaria conoció
de la ocupación alegada, y ejerció acciones para conjurarla, puesto que,
como ya se mencionó, los trabajos allí adelantados tuvieron lugar entre
1996 y 1997, esto es, más de 18 años antes del negocio jurídico de
compraventa.

Ahora, contrario a lo afirmado como sustento del recurso de apelación, en


el presente caso no se trata de un daño de tracto sucesivo, puesto que los
trabajos adelantados con ocasión del contrato de obra No. 0015 de 1996,
y según se afirmó en la demanda, desde esa época fueron depositados los
desechos de material denominado "crudo de castilla", momento para el
cual, los entonces propietarios del predio tuvieron conocimiento del daño.

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Recuerda la Sala que en cuanto al daño continuado o de tracto sucesivo, el

Consejo de Estado, recientemente precisó:

1. Es verdad que la jurisdicción de lo contencioso administrativo


ha morigerado, en ciertos casos, el conteo de la caducidad de la
acción, en virtud del derecho al acceso a la administración de justicia
(artículo 229 de la Constitución Política) y del principio pro actione. En
algunas ocasiones se deberá diferenciar el momento de producción del
daño para garantizar el derecho de acceso a la administración de
justicia, por ello se ha entendido, para asuntos particulares, que se
debe iniciar el conteo desde la fecha de finalización de la obra o trabajo
público, o en la cual el afectado tuvo conocimiento del daño, toda vez
que, es solo a partir de esa fecha que tendría un interés actual para
acudir ante la jurisdicción. Se trata de una excepción a la regla según
la cual el término de caducidad se cuenta desde la afectación concreta
al predio con la obra, salvo que esta se hubiere producido hasta su
finalización12.

2. En igual sentido se ha afirmado:

"tratándose de daños que se causan en la ejecución de obras


públicas [...], esta Corporación ha señalado que para el computo
de caducidad debe tomarse como punto de referencia el de la
finalización de la obra, dado que es a partir de allí que se puede
dimensionar la magnitud del daño"13. Con anterioridad se había
señalado que "[...J cuando se construye una obra pública y se
alega que la construcción de la misma (técnicamente el trabajo
público) causó un daño a una propiedad inmueble, el término
para formular la correspondiente acción indemnizatoria
empezará a contar a partir de la terminación de la misma'".

Estos daños pueden llegar a producirse o manifestarse incluso con


posterioridad a la terminación de la obra pública, caso en el cual el
término de caducidad debe empezar a correr, precisamente, desde que
este adquiere notoriedad o desde que la víctima se percata de su
existencia. "15

En el sub judice, si bien no se encuentra en discusión el tema de la


caducidad del medio de control, resulta indispensable aclarar que del daño

que se alega en la demanda se tuvo, o se debió tener conocimiento en el

momento en que se depositó el material, o por lo menos, cuando se enajenó

el bien, toda vez que, de acuerdo con las reglas de la experiencia, previo a

la realización de un negocio jurídico de estas características, los

'2 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Sentencia de 23 de octubre de
2017, exp. 41.258
13 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Sentencia de 25 de
julio de 2016, exp. 37.676.
14 Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Sentencia de de 28
de enero de 1994, exp. 8610.
15 Consejo de Estado, Sección Tercera, Sentencia de 7 de octubre de 2019, Exp. 68001-23-31-
000-2006-01636 01(45662). C.P. Alberto Montaña Plata

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contratantes verifican el estado del inmueble, de manera que, tal como se


observa en el Certificado de Tradición y Libertad, los señores Moisés Suárez
Suárez y Carmen Alicia Naranjo de Suárez vendieron el predio al señor
Claudio Henario Suárez Naranjo el 28 de febrero de 2005, momento para
el cual, es razonable presumir que se percataron de los presuntos daños
causados 8 años atrás.

Así, no podría en este caso, y específicamente en lo que atañe al


demandante, señor Omar Steven Cruz Montañez, afirmarse la ocurrencia
de un daño de tracto sucesivo, solo por el hecho que el material continúe
alojado en el predio que ahora es de su propiedad, como quiera que desde
el momento en que lo adquirió, esto es, 21 de marzo de 2015, no se han
adelantado nuevos trabajos u obras allí por parte de las entidades
accionadas, sino que busca atribuirles responsabilidad extracontractual por
los mismos hechos que tuvieron lugar entre 1996 y 1997.

En este punto, se rememora que uno de los elementos del daño antijurídico
es que sea personal, es decir, que se alegue por la persona que lo sufrió en
su momento, y por consiguiente, el hecho que se transmita la propiedad
del inmueble sobre el que se adelantaron las obras no transmite per se la
titularidad del derecho a buscar el resarcimiento de perjuicios, mucho
menos cuando se trató de una compraventa, negocio jurídico voluntario, en
el que se aceptó adquirir un bien con los defectos que pudiera presentar.

Lo anterior permite afirmar que cuando las entidades accionadas


adelantaron obras en las que presuntamente se generó un daño, el señor
Omar Steven Cruz Montañez no era propietario del Predio denominado "El
Reposo", así como tampoco fue el primero en advertirlo, por lo cual, a pesar
que alega tener la condición de damnificado, no serían las demandadas
quienes pudieron ocasionarle directamente un daño, habida consideración
que, mientras ha ejercido el dominio del bien, éstas no han ejecutado obras
o trabajos allí, es decir, no se ha entablado una relación extracontractual
entre demandante y demandados que habilite citar a las entidades del
proceso.

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R.D. 2017-0131-01

Tal como se explicó en precedencia, lo hasta aquí señalado atañe a una


legitimación material en la causa que generalmente se analiza con el fondo
del asunto; no obstante, cuando resulta completamente claro que las
entidades demandadas no tienen relación alguna con el hecho dañoso
alegado por el demandante, en aras de evitar el desgaste procesal, debe
declararse en la audiencia inicial, además por cuanto se trata de una
excepción mixta, al tenor de lo previsto en el numeral 6 del artículo 180 del

CPACA.

Como corolario de lo expuesto, colige la Sala que i) el hecho dañoso alegado


por el actor tuvo lugar entre 1996 y 1997 cuando el predio denominado "El
Reposo", pertenecía a otras personas; ii) el señor Cruz Montañez adquirió
el inmueble en marzo de 2015, para cuando los propietarios anteriores ya
tenían conocimiento del daño, puesto que ya se habían ejercido acciones
para mitigarlo; iii) en la demanda no se alegó que mientras el actor ha
fungido como propietario del inmueble se hubieran adelantado o se
adelanten actualmente nuevas obras que justifiquen un posible vínculo
extracontractual entre demandante y demandados y, por ende, se
encuentra probada la falta de legitimación en la causa por pasiva del
Departamento de Boyacá y el Municipio de Santa Sofía, quienes, al ser los
únicos demandados, la consecuencia de esta determinación es la
terminación del proceso.

Finalmente, resta aclarar, que en el mismo sentido que lo puntualizó el a


quo, no puede pasar por alto la Sala la existencia del negocio jurídico del
contrato de compraventa, suscrito entre el demandante, señor Omar
Steven Cruz Montañez, y la señora Luz Elena Gutiérrez Ascenso, plasmado
en la escritura pública No. 414 de 21 de marzo de 2015, en la cual, el
comprador adquirió el predio denominado "Villa Luz", última parte de uno
de mayor extensión llamado "El Reposo", en el que presuntamente se
encuentra depositado el material "crudo de castilla", y allí manifestó que
recibía a satisfacción el predio, que además se encontraba en su posesión
(fls. 18 - 19).

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R.D. 2017-0131-01

De esta forma, cualquier vicio o irregularidad del negocio jurídico, como los
vicios redhibitorios, en este caso material extraño y/o peligroso depositado
en el terreno, pasa a ser propio de la relación contractual entre los
particulares que celebraron el contrato, y no extracontractual entre el
particular comprador y las entidades demandadas, puesto que, de lo
contrario, ello implicaría una interminable transmisión de la titularidad de
los presuntos daños antijurídicos que no fueron alegados en su debido
tiempo.

Precisado con suficiencia lo anterior, la Sala confirmará el auto proferido en


audiencia de 22 de agosto de 2019, por el Juzgado Noveno Administrativo
del Circuito de Tunja.

Finalmente, el Despacho no condenará en costas a la parte recurrente, en


la medida en que no se encuentran probadas de acuerdo a lo previsto en
el ordinal 8° del Artículo 365 del C.G.P.

IV. DECISIÓN

En virtud de lo anteriormente expuesto, la Sala de Decisión No. 6 del


Tribunal Administrativo de Boyacá,

RESUELVE

PRIMERO: CONFIRMAR el auto proferido en audiencia de 22 de agosto


de 2019 proferido por el JUZGADO NOVENO ADMINISTRATIVO DEL
CIRCUITO JUDICIAL DE TUNJA, de conformidad con la parte motiva de la
presente providencia.

SEGUNDO: Sin condena en costas y agencias en derecho.

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TERCERO: Una vez en firme la presente providencia, por secretaría


envíese el expediente al despacho de origen.

NOTIFÍQUESE Y CUMPLASE.

Los Magistrados

c-e DRIGUEZ RIVEROS


ALBER/7

FABI IVAN AFANADOR GARCIA

LUIS ERNESTO ARCINIEGAS IANA

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