GRUPO DE TRABAJO

SALUD INTERNACIONAL
Y SOBERANÍA SANITARIA
2
 Salud Internacional Sur Sur

IV Dossier de Salud Internacional Sur Sur

Coronavirus en América Latina y Caribe:

Entre la terapia de shock de la enfermología
pública y la respuesta de la salud colectiva/salud
internacional Sur Sur

Autor: Gonzalo Basile

3
IV Dossier
PRÓLOGO
Como parte de las producciones y dinámicas de
la agenda del Grupo de Trabajo de Salud Inter-
nacional y Soberanía Sanitaria del Consejo Latinoa-
mericano de Ciencias Sociales (CLACSO), deseamos
presentarles la edición de los Dossier de Salud Inter-
nacional Sur Sur CLACSO.
Este es un trabajo conjunto del Programa de Salud
Internacional de FLACSO RD (Programa República
Dominicana) y el Área de Salud de IDEP-Instituto de
Estudios de Participación y Estado (Argentina).
En este caso, entregamos una edición especial a par-
tir de la emergencia internacional de salud pública
en Coronavirus (Covid-19).
Los Dossier buscan ser un aporte en la producción
y difusión de conocimientos e innovación hacia una
nueva Salud Internacional Sur Sur, contribuyendo a
desarrollar esta perspectiva conceptual, metodoló-
gica y de política pública para incidencia a nivel re-
gional como nacional.
Esperamos sea de interés para centros miembros
CLACSO, universidades y comunidad científica del
campo de estudio, movimientos sociales y organi-
zaciones de sociedad civil, organismos regionales
como así en la gestión pública y Gobiernos de Amé-
rica Latina y el Caribe especialmente.
Director Daniel Godoy
Área de Salud Instituto de Estudios de Participación y Estado (IDEP-ATE)
Director Gonzalo Basile
* Programa de Salud Internacional Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales - República Dominicana
(FLACSO RD)
Diseño y diagramación
Cecilia Fernández Lisso- Sofía Goñi
4
El objetivo central de estas ediciones de los Dossier
es fortalecer un proceso descolonial, emancipatorio
e intercultural en el desarrollo de una nueva Salud
Internacional Sur Sur.
Editamos estos Dossier según una agenda de publi-
caciones de trabajos y artículos inéditos de destaca-
dos investigadores y equipos de trabajo referidos a
la Geopolítica colonial del Sistema Internacional de
Cooperación, la Salud Internacional Sur Sur y el Giro
decolonial, Migraciones y SISS, Agenda global de Re-
formas a Sistemas y Políticas de Salud, Seguridad So-
cial y Protección Social en el Siglo XXI, las Emergen-
cias socioambientales y Capitalismo del Desastre,
Militarización y Acción Humanitaria, Epidemiología
del Ambiente y Extractivismo, Epidemiología Inter-
nacional, Complejo Médico Industrial Farmacológi-
co y Medicamentos, entre otros temas que iremos
incorporando con el desarrollo de producciones de
este espacio abierto.
Esperamos sean de vuestro interés y difusión.
Ediciones Dossiers de Salud Internacional Sur Sur
 Salud Internacional Sur Sur

RESUMEN:

La pandemia mundial de Coronavirus tiene
impactos epidemiológicos, pero también de salud
colectiva para América Latina y Caribe. Los daños y
afectación a la vida de la sociedad están quedando
fuera de la agenda de la enfermología pública
internacional en el afrontamiento de la emergencia
de Covid-19. Este artículo desde el marco teórico
de la Salud Internacional Sur Sur busca realizar una
caracterización epidemiológica de la pandemia
Coronavirus y de las enfermedades respiratorias
haciendo especial énfasis en los casos de Italia,
España y Estados Unidos, asimismo a partir de una
matriz de análisis crítico se busca describir por un
lado las dinámicas sociopolíticas en la sociedad frente
al riesgo epidémico como también las dinámicas
sociopolíticas del Estado frente al riesgo epidémico
describiendo especialmente las capacidades de
respuesta de los Sistemas de Salud, el modelo de
Emergencia y Desastres en implementación con una
militarización creciente y la coordinación regional
en el abordaje de la enfermedad. Por último, desde
la teoría de la Doctrina del Shock y Capitalismo del
Desastre se trabajan algunas hipótesis sobre Covid-19
como terapia de shock que podría fragilizar aún más
a las sociedades latinoamericanas y caribeñas.

Palabras claves: Coronavirus – Epidemiología crítica – Salud Colectiva – Salud Internacional Sur Sur

Autor(es): Basile, Gonzalo (gbasile@flacso.org.do )

Cita:
BASILE, G. Coronavirus en América Latina y Caribe: entre la terapia de shock de la enfermología pública y la respuesta
de la salud colectiva/salud internacional Sur Sur. En IV Dossier de Salud Internacional Sur Sur, Ediciones GT Salud
Internacional CLACSO. Marzo, 2020.

Fecha: Marzo 2020

Grupo de Trabajo de Salud Internacional y Soberanía Sanitaria de CLACSO

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ABREVIATURAS

COVID-19 – Coronavirus
BID - Banco Interamericano de Desarrollo
BM - Banco Mundial
CAN - Comunidad Andina de Naciones
CARICOM – Comunidad del Caribe
CDC – Centro de Control y Prevención de Enfermedades (EE.UU.)
CE-CDC – Centro Europeo de Control y Prevención de Enfermedades
CELAC - Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños
CEPAL - Comisión Económica y Social para América Latina
CLACSO - Consejo Latinoamericana de Ciencias Sociales
CMIFF - Complejo Médico Industrial Farmacéutico Financiero
CDSS – Comisión de Determinantes Sociales de la Salud
CSS - Cooperación Sur Sur
CUS - Cobertura Universal de Salud
ETN - Enfermedades No Transmisibles
FESP - Funciones Esenciales de Salud Pública
INE – Instituto Nacional de Estadísticas (España)
IPCC – Control y Prevención de Infecciones
ISS – Instituto de Salud de Italia
ISTAT – Instituto Nacional de Estadísticas(Italia)
KCDC – Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Corea del Sur
MERS – Síndrome Respiratorio de Medio Oriente
MS – Medicina Social
MSBSC – Ministerio de Sanidad, Bienestar Social y Consumo(España)
MS - Ministerio de Salud de Italia
OCDE - Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
OMC - Organización Mundial de Comercio
OMS - Organización Mundial de la Salud
ONGN - Organizaciones no gubernamentales del Norte
ONU - Organización de Naciones Unidas
OPS - Organización Panamericana de la Salud
SARS – Síndrome Respiratorio Agudo Severo
SC – Salud Colectiva
SGI - Salud Global Liberal
SICA - Sistema de Integración Centroamericano y República Dominicana
SIP - Salud Internacional Panamericana
SISS - Salud Internacional Sur Sur
TB - Tuberculosis

6

INTRODUCCIÓN:
Desde la confirmación del primer caso de Covid-19
en América Latina y Caribe, se observa un umbral
epidemiológico de casos ascendente para la región,
conjuntamente con una curva ascendente de pánico
colectivo, desprotección social, invisibilidad de la
fragilidad de los sistemas de salud y de toma de
decisiones públicas basadas en terapia de shock
hacia la sociedad. En la comprensión y respuesta a
la emergencia de salud pública del Covid-19, está
primando la doctrina del shock (Klein, 2017). La
avidez de los mercados y de las élites por convertir
todo desastre y emergencia en lucro; tal como
postula Klein(2017) comienza a aparecer en la propia
declaratoria de Donald Trump de “guerra al Covid-19”,
donde enciende los motores del shock. Donde
hay guerra, es difícil considerar el fortalecimiento
de sistemas de protección y cuidado a la sociedad.
El complejo médico industrial farmacéutico es
por demás similar al complejo militar industrial. El
filantrocapitalismo sanitario está al acecho (Birn, 2010).
Los daños y afectación a la vida de la sociedad están
quedando fuera de la agenda de la enfermología
pública internacional en el Covid-19: pérdida
y suspensiones masivas de fuentes de trabajo,
flexibilización laboral, crisis alimentaria, impactos
económicos y sociales severos, congelamiento
de la economía popular de sobrevivencia,
sobreexplotación de las/os trabajadores de servicios.
Como dice Klein, el capitalismo necesita de un
proceso de destrucción para edificar su consumo y
destruirlo nuevamente para volver a construirlo. La
Salud Internacional Sur Sur
“Creo que estamos ciegos, Ciegos que ven,
ciegos que, viendo, no ven”
Ensayo sobre la Ceguera (José Saramago)
vinculación de Salud a Seguridad Nacional. También
esto se conjuga en la trama de abordaje en la
epidemiología internacional del Covid-19.
Sin negar la relevancia epidemiológica en la
coyuntura de la novedad virémica, la sobreactuación
sobre la pandemia puede llevar a escenarios aún de
mayor desigualdad, emergencia social y sanitaria.
Por esto es necesario ampliar una contextualización
y marco de referencia de fuentes de información,
marcos teóricos y dimensiones en estudio.
A través del lenguaje sanitario no solo describimos y
transmitimos conocimientos, sino que delimitamos
actuación, el hacer, las prácticas en el campo de la
salud, que pueden transformar las subjetividades,
condiciones sociales de vida y el mundo en
que vivimos, o bien reproducir mecánicamente
respuestas instrumentales de intervención técnico
normativa (Granda, 2004). Los sustentos ideológicos,
concepciones y acciones técnico - políticas y su
proyección sobre la sociedad que expresan la ciencia
biomédica clínica individual y la salud pública
vertical actualmente en el marco de Covid-19 han
generado un complejo espiral de patologización
de la sociedad, desinformación/sobreinformación,
conductismo individual como principal estrategia
de afrontamiento, toma de decisiones públicas
basadas en la predicción, inferencia o temor social
de difícil desactivación en el marco de un abordaje
fragmentado y sectorializado del cuidado de la
7
salud colectiva. Espiral que condiciona el gobierno
sanitario (y a los Gobiernos).
Foucault (1966), en el “Nacimiento de la Clínica”, ya
nos hablaba de una medicina que se da como ciencia
del individuo, tratamiento del cuerpo enfermo,
basándose su éxito de positividad a través de su
engarce con la enfermedad y la muerte. Una metáfora
de la máquina corporal con desperfectos en su
estructura y función por causas externas o internas,
que hay que reparar. Ante el éxito de la biomedicina
clínica sobre la enfermedad individual, también se
considera a principios del siglo XX, que era posible
construir una enfermología pública, que se denominará
salud pública, supuestamente capaz de dar cuenta de
la enfermedad colectiva o pública, como sumatoria de
enfermedades particulares con acciones de control
vertical desde los Estados sobre las poblaciones. Con
el método científico positivista basado en la idea de
la verdad universal. Este paradigma y maquinaria es la
que se encuentra en operaciones.
“Al igual que la Medicina transforma al médico en el mago
que explica la enfermedad y que al mismo tiempo la cura, así
también la Salud Pública transforma al Estado en el mago
que explica el riesgo y lo previene. Esta metáfora del Estado
mago y exorcista sobre el riesgo y la enfermedad públicos es
plenamente coherente con la concepción social dominante
durante el siglo XIX y a inicios del XX… El salubrista del siglo XX
está encomendado, entonces, a cuidar la salud del Estado y de
la ciencia-técnica, actuando sobre el riesgo de enfermar de la
población a su cargo; debe observar a la población pero a través
de los cristales de la norma estatal y de la razón instrumental;
y debe intervenir sobre la población transformada en objeto,
la misma que no sólo debe ser intervenida con la ciencia y la
técnica sino que tiene, además, que aprender a olvidar su cultura
particular siempre riesgosa.”.
(Granda, 2004)
La medicina social y salud colectiva latinoamericana
y caribeña (Iriart et al, 2000) trabajará en la
preocupación por ver no solamente la enfermedad y la
muerte sino la necesidad de reflexionar, comprender
y actuar sobre la salud y la vida en sociedad, sin
descuidar las primeras. Más que ver sólo objetos de
intervención individual el intento por mirar sujetos y
relaciones sociales que impactan en estilos, modos
y patrones de vida; además del compromiso del
Estado de producir salud a la comprensión de otras
formas también de accionar saludables que a su
vez se construyen en el seno de la sociedad desde
sus organizaciones, movimientos, grupos, actores
e instituciones de la esfera pública incluyendo
las formas de organizarse y vivir en sociedad
diferentes como el vivir bien/buen vivir. Lo público
se entiende como lo relativo a lo gubernamental,
en contraposición con lo privado, cuando lo que
requiere la medicina social es contrastar más
ampliamente lo colectivo de lo individual, liberando
a la salud de la captura de la visión excesivamente
individual que impuso el modelo bio-médico, hasta
en el propio campo de la salud pública. Cabe insistir,
que la idea no es olvidar ni negar lo individual, sino
crear espacios y pensamiento para lo colectivo.

8

Desde CLACSO1 actualmente se elabora un
documento de trabajo bajo una matriz de análisis
sobre Covid-19 en seis dimensiones:
1. Caracterización de la pandemia Coronavirus y de
las enfermedades respiratorias con eje en los casos de
Italia, España y EE.UU., 2. Dinámicas sociopolíticas de
la sociedad frente al riesgo epidémico, 3. Dinámicas
sociopolíticas del Estado frente al riesgo epidémico,
4. Respuesta de los Sistemas de Salud, 5. Integración
regional y salud internacional sur sur; y 6. Doctrina
del Shock y Capitalismo del Desastre en el riesgo de
Covid-19.
En este Dossier abordaremos estos ejes que
actualmente se trabajan en un estudio comparado 12
países de la región. Con el objetivo central de revisar
istemáticamente el estudio de lo internacional y la
Salud desde el Sur, no estando exenta de disputas
epistemológicas y geopolíticas como campo de
conocimiento, de metodología y acción. En las últimas
décadas se desarrolló una nueva direccionalidad que
se define como Salud Internacional Sur Sur (Basile,
2018) cuyo objetivo central es promover un giro
decolonial y la construcción de soberanía sanitaria
en la región.
A sabiendas del contexto regional actual, resulta
clave para este trabajo preguntarse ¿la emergencia
epidemiológica internacional? ¿Cuánto de terapia
de shock hay en las medidas gubernamentales y
sociales? En definitiva, resulta necesario entonces
enumerar interrogantes que buscamos aproximarnos
en este primer Dossier:
1 Del Grupo de Trabajo de Salud Internacional y Soberanía Sanitaria de CLACSO(Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales) integrado por
63
Salud Internacional Sur Sur
• En el periodo de origen, evolución y caracterización
epidemiológica del Coronavirus a nivel mundial y
en América Latina y Caribe ¿hubo un proceso de
metabolismo entre Sociedad y Naturaleza?
• ¿La caracterización epidemiológica del Covid-19
muestra una pandemia letal en expansión exponencial?
¿Qué otras dimensiones pudieran estar en juego desde
la epidemiología crítica? ¿Qué papel están jugando
la Respuesta de los Sistemas de Salud? ¿Cuál es la
metodología imperante en el diseño y gestión de
la respuesta a las Emergencias de salud pública en
Latinoamérica y Caribe?
• ¿Cómo son las dinámicas sociopolíticas de la terapia
de shock con pánico en la sociedad? ¿Cómo se gobierna
la curva ascendente de desinformación, temor social
y aislamiento individual? ¿Qué rol juega la ciencia
biomédica y la infectología en el comportamiento
individual de la respuesta a la emergencia?
• ¿Cuál es la geopolítica sanitaria que primó en las
medidas tomadas por los Estados en América Latina
y Caribe? ¿Qué niveles de coordinación y cooperación
regional Sur Sur se activaron en respuesta a Covid-19?
• ¿Es doctrina de shock y capitalismo del Desastre la
lógica que hegemoniza la respuesta a Covid-19? ¿Qué
papel están jugando el filantrocapitalismo sanitario y
el complejo médico industrial farmacéutico financiero?
9
Coronavirus y Metabolismo entre Sociedad-Naturaleza: origen y evolución
de la pandemia

“Nuestra presencia aquí y ahora coincide con la formación de una conciencia global de que
los modos de producir, de comerciar, de consumir, de aprender, de relacionarnos con la natu-
raleza, de comunicarnos, y de hacer cultura, que el Capitalismo mundial ha producido, son lo
opuesto de lo que debemos hacer para forjar el bienestar de la humanidad y proteger la vida
sobre la Tierra”. Jaime Breilh (2012)

En diciembre del 2019, se comienzan a identificar Es decir, el origen de la enfermedad es un claro

una cada vez mayor frecuencia de nuevos casos de trasvasamiento de la naturaleza a la sociedad,
neumonía infectada por coronavirus (2019-nCoV) en eso que llamamos de forma simplificadamente
Wuhan, una gran ciudad de 11 millones de personas enfermedades zoonóticas. Pero que también
en el centro de China. El 29 de diciembre de 2019, puede ser leído en clave de metabolismo entre la
los primeros 4 casos reportados, todos vinculados Naturaleza y la Sociedad que permite reconocer la
al Mercado Mayorista de Mariscos de Huanan (sur interdependencia del ser humano con la naturaleza:
de China), fueron identificados por hospitales
locales utilizando un mecanismo de vigilancia
para "neumonía de etiología desconocida" que se “es un proceso que genera una situación de determinación
estableció a raíz de la estela del brote de síndrome recíproca entre la sociedad y la naturaleza; así, la forma
respiratorio agudo severo (SARS) del 2003 con el en que los seres humanos se organizan en sociedad
objetivo de permitir la identificación oportuna de determina la forma en que ellos afectan, transforman y se
nuevos patógenos como 2019-nCoV (NEJM, 2020). apropian a la naturaleza, la cual a su vez condiciona la
La presunción de casos por exposiciones zoonóticas manera cómo las sociedades se configuran”
o ambientales estuvo desde el inicio presente.
Víctor Toledo y Manuel Gonzáles (2005).
Así el brote de coronavirus (Covid-19) inicial surge
entonces en el mercado de mayoristas de mariscos
de Wuhan, dentro de la comercialización de
animales silvestres (murciélagos, serpientes, otros),
con la mayoría de los primeros casos en trabajadores
jornaleros chinos en precarias condiciones de
protección laboral y sanitaria en su trabajo.

10

Para la epidemiología el metabolismo Sociedad-
Naturaleza, es un proceso determinante de las
formas de vivir, enfermar y morir. Donde prima
el antropocentrismo implicará que la acelerada
destrucción, manipulación, mercantilización de la
sociedad sobre lo natural (madre tierra, ecosistemas),
genera de forma cada vez más recurrente y rápida
complejos procesos de subsunción y subordinación
de la naturaleza a las necesidades de acumulación
social que producen transformaciones mutuas de la
sociedad en el ambiente, y del ambiente impactando
en la sociedad.
La conexión entre lo natural, lo biológico y lo social,
entonces, no se reduce a un vínculo externo, a algo
“natural” o “catastrófico”, puesto que hay un nexo
interno, esencial, dado por el movimiento antes
descriptos.
Los cambios en las dinámicas poblacionales
y de urbanización malsana y ecológicamente
Caracterización epidemiológica del Covid-19 a nivel mundial
Los coronavirus se pueden transmitir de los animales
a las personas (transmisión zoonótica). Hasta el
momento, se conocen seis especies de coronavirus
que causan infección en los humanos. De ellas, hay
cuatro (i.e., 229E, NL63, OC43 y HKU1) que generan
frecuentes infecciones en el tracto respiratorio
superior, con síntomas de resfriado común
Salud Internacional Sur Sur
insustentables, la pérdida del equilibrio natural de
los ecosistemas, la introducción de especies exóticas,
tráfico ilegal o caza, en definitiva, la brutal y acelerada
depredación de la sociedad sobre la naturaleza es
quizás la mayor amenaza hoy a la salud colectiva.
El Covid-19 es un proceso salud enfermedad
determinado por este metabolismo Sociedad-
Naturaleza.
Por ello la clave de comprensión que la determinación
social de la salud y la vida “va y viene dialécticamente
entre las dimensiones general, particular y singular:
se reproduce de lo general a lo particular, y se genera
de lo particular a lo general. En el proceso se dan
formas de subsunción en las cuales los procesos de la
dimensión más simple se desarrollan bajo subsunción
respecto a las más complejas y entonces aparece
que la relación social-natural, o social-biológico
ocurre como un movimiento entre partes de un todo
concatenado que es la naturaleza” (Breilh, 2013).
(Habibzadeh y Stoneman, 2020). Tan sólo dos, junto
con el nuevo coronavirus (Convid-19) identificado,
provocaron epidemias (Kim et al., 2020), estos fueron
el virus del síndrome respiratorio agudo severo
(SARS) y el Síndrome respiratorio de Oriente Medio
(MERS).
11
Tabla 1 – Caracterización del Covid-19 en comparación con otros virus (2020)

Fuente: Elaboración propia

(1) OMS, 2018. Global burden estimates of annual epidemics

(2) OMS, 2019. Data desde 2012 inclusive noviembre 2019.
(3) CE-CDC y OMS, 2020. Data al 30 de Marzo del 2020
(4) Chinese Journal of Epidemiology, 2020

Es importante plantear por la literatura disponible de
investigación epidemiológica en China, y otras revistas
y centros de investigación globales, se comienza
a disponer de un volumen de conocimiento e
información sobre la epidemiología de la enfermedad
Covid-19, su tasa de letalidad bruta, su reproducción
básica, los grupos de riesgo, el tratamiento clínico,
entre otros (Chinese Journal of Epidemiology, 2020).
Los estudios publicados por la Revista China de
Epidemiología (Chinese Journal of Epidemiology,
2020), entre los casos confirmados estudiados (44,
672 casos) la mayoría estaban en el rango de edad
de 30 a 79 (86,6%), el 51.4% eran hombres, el 22%
eran agricultores o trabajadores, y provenientes
de la provincia de Hubei (74,7%). De los casos
confirmados, 1023 murieron y la tasa bruta de
letalidad fue del 2.3%. La mayoría de los casos
fueron de leves a moderados (80,9%), los casos
severos representaron el 13.8% (neumonía viral), y
los casos críticos representaron el 4.7%. La tasa de
letalidad más alta del grupo de edad ≥80 años fue
del 14,8%. La tasa bruta de letalidad fue de 2.8% para
hombres y 1.7% para mujeres. Por ocupación, la tasa
de letalidad más alta para los jubilados/pensionados
de 5.1%. La tasa bruta de letalidad para pacientes
sin comorbilidades fue de aproximadamente
0.9%. Sin embargo, la tasa de letalidad fue
superior para pacientes con co-morbilidades: tales
como enfermedades cardiovasculares, diabetes,
enfermedades respiratorias crónicas, hipertensión y
cáncer. La letalidad para pacientes con enfermedad
cardiovascular fue del 10.5%, los pacientes con
diabetes fueron de 7.3%, para pacientes con
enfermedad respiratoria crónica fue 6.3%, para
pacientes con hipertensión 6.0% y con cáncer fue

12
 Salud Internacional Sur Sur

5.6%. El número de reproducción básica(R0), que
se define como el número medio de personas que
serán infectadas por cada persona enferma, es de 1.4
a 4.9 en Covid-19, superior a la influenza estacional.
En Corea del Sur, de los 9661 casos confirmados de
SARS-CoV-2, se distribuyeron en 3834 masculinos
(39.7%) y 5827 femeninos (60.3%), con 158 muertes
dando una tasa de letalidad del 1.64%, con un
50.6% de muertes masculinas y 49.4% defunciones
femeninas, dando una letalidad del 2.09 en varones
y 1.34 en mujeres. El 92.4% de las muertes se dieron
en los rangos de edad 60-69, 70-79 y más de 80 años.
Más de 80 años representa el 50.6% de las muertes
(KCDC, 2020).

Tabla 2 – Distribución de casos de Covid-19 según sexo y rango de edad / Corea del Sur
(al 30 de marzo 2020)

Fuente: KCDC – Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Corea del Sur

13
Hablar de la totalidad de casos acumulados y su tasa
letalidad basados en los reportes oficiales globales
de la Organización Mundial de la Salud(OMS, 2020)
es un error recurrente de la lectura epidemiológica
actual, porque se conocen las muertes acumuladas
totales, pero en ninguna epidemia en curso se
sabe el número total de enfermos lo cual hace
que se comuniquen en tiempo real tasas brutas
de letalidad desde el 4, 1% (promedio mundial)
hasta un 7.9%(Italia) que no es válido actualmente
reproducir y expresar de esa manera alimentando
un comportamiento individual de desinformación
sobre la pandemia mundial. Lo importante es que
el número de casos confirmados ciertamente no es
el mismo que el número total de casos. Por lo tanto,
los casos confirmados son solo una parte del número
total de casos.
Para comprender las estimaciones sobre casos, se
necesitaría saber cuántas personas en el mundo
se someten a pruebas de Covid-19 todos los
días y cómo se asignan las pruebas disponibles.
Lamentablemente, no hay datos centralizados de
la OMS sobre las pruebas Covid-19 y la mayoría
de los países no proporcionan informes oficiales
sobre las pruebas realizadas. Sólo Corea del Sur está
comunicando y aplicando pruebas masivas, con
395, 194 al 30 de marzo (KCDC, 2020), y tan sólo un
2.4% del total de pruebas fueron confirmadas de
coronavirus en todo el país. El punto más obvio es
que los datos muestran que Corea del Sur realiza
más pruebas que otros países. Eso significa que
podemos esperar que en Corea del Sur el número
de casos confirmados (pruebas positivas) esté más
cerca del número real de personas infectadas que en
otros países. Corea del Sur pudo fabricar y utilizar
rápidamente una gran cantidad de pruebas, lo que
14
demuestra que es posible que la soberanía sanitaria
no es sólo un concepto (Basile, 2019).
En un brote continuo, aún no se conocen los
resultados finales (muerte o recuperación) para
todos los casos. El tiempo desde el inicio de los
síntomas hasta la muerte varía de 2 a 8 semanas para
Covid-19 (Chinese Journal of Epidemiology, 2020).
Esto significa que algunas personas que actualmente
están infectadas con Covid-19 morirán en una fecha
posterior. Como explicamos a continuación, esto
debe tenerse en cuenta al comparar el número
actual de muertes con el número actual de casos.
En una epidemia de una enfermedad infecciosa es
importante no solo estudiar el número de muertes,
sino también la tasa de crecimiento a la que
aumenta el número de muertes. Esto se debe a que
incluso si el número actual de muertes es pequeño
en comparación con otras enfermedades, una tasa
de crecimiento rápida podría conducir a números
muy grandes rápidamente. Para informar la tasa
de cambio, habría que enfocarse en la pregunta:
¿Cuánto tiempo se tardó en duplicar la cantidad de
muertes confirmadas?
El tiempo de duplicación de las muertes cambia y
cambiará en el futuro. Sería un error extrapolar el
crecimiento actual hacia el futuro, o considerarlo
que se mantendrá constante durante toda el brote
o epidemia. Es importante entender lo que significa
que las muertes se dupliquen. Mientras las muertes
se dupliquen a un ritmo constante, el crecimiento
es exponencial. Los humanos tendemos a pensar
en procesos de crecimiento lineal incluso cuando
el crecimiento es exponencial (Our World in Data-
Oxford University, 2020).
 Salud Internacional Sur Sur

Tabla 3 – Tiempo de duplicación de muertes en Países con más de 400 muertes confirmadas
/ al 30 de Marzo 2020

Fuente: Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC) y Our World in Data-Oxford University, 2020

Los medios de comunicación y ciertos especialistas
clínicos tienden a hablar sobre la tasa de letalidad
como si fuera un número único y constante, un hecho
inmutable sobre la enfermedad. Pero no es una
constante biológica; en cambio, refleja la gravedad
de la enfermedad en un contexto particular, en un
momento particular, en una población particular.
La probabilidad de que alguien muera de una
enfermedad no solo depende de la enfermedad
en sí, sino también de procesos protectores que
dispone, de la atención y tratamiento que recibe y
de la capacidad del paciente para recuperarse de
ella. Esto significa que la letalidad puede disminuir o
aumentar con el tiempo, a medida que cambian las
respuestas, y que puede variar según la ubicación y
las características de la población, o la edad o el sexo.
Como muestra el caso de China, la tasa de letalidad
de Covid-19 no es constante. El Informe de la
Misión Conjunta OMS-China sobre la enfermedad
del coronavirus 2019 (OMS, 2020), donde en febrero
muestra los valores de la letalidad para Covid en
varios lugares de China durante las primeras etapas
del brote, desde principios de enero de 2020 hasta

15
el 20 de febrero de 2020. Allí se puede ver que en
las primeras etapas del brote la letalidad fue mucho
más significativa: 17.3% en toda China y más del
20% en el centro del brote, en Wuhan. Pero en las
semanas que siguieron, la letalidad disminuyó
considerablemente. La OMS dice que "el estándar
de atención ha evolucionado a lo largo del brote". La
letalidad cayó a 0.7% para pacientes con aparición
de síntomas después del 1 de febrero en China.
También se puede ver que la tasa de letalidad era
diferente en diferentes lugares. Para el 1 de febrero,
en Wuhan todavía era del 5,8%, mientras que era del
0,7% en el resto de China. Esto muestra que lo que
dijimos sobre la letalidad en general, que cambia
de vez en cuando y de un lugar a otro. Cuando
hablamos de la tasa de letalidad de una enfermedad,
necesitamos hablar sobre un momento y lugar
específicos, en Wuhan el 23 de febrero o en Italia
el 24 de marzo, en lugar de como un valor único e
inmutable.
Hay dos razones por las cuales la tasa de letalidad no
refleja el riesgo de muerte (OWD-Oxford University,
2020):
La tasa de letalidad no nos dice el riesgo de muerte
de alguien infectado con la enfermedad, y hay dos
razones por las cuales se considera que la tasa de
letalidad no representa el riesgo real de muerte.
Uno de ellos tenderá a sobreestimar; el otro tenderá
a subestimar. Cuando hay personas que tienen la
enfermedad pero no son diagnosticadas, la tasa
de letalidad sobreestimará el verdadero riesgo de
muerte. Con Covid-19, creemos que hay muchas
personas no diagnosticadas (conocido como caso
confirmado). La diferencia entre los casos totales y
16
confirmados, es que no sabemos el número de casos
totales. No todas las personas se hacen la prueba de
Covid-19, por lo que el número total de casos es mayor
que el número de casos confirmados. Y cada vez que
hay casos de la enfermedad que no se cuentan, la
probabilidad de morir por la enfermedad es menor
que la tasa de letalidad reportada especialmente en
los medios de comunicación y en los especialistas
de infectología clínica. Es importante destacar que
esto significa que la cantidad de pruebas realizadas
afecta la tasa de letalidad: solo puede confirmar un
caso evaluando a una persona. Entonces, cuando
comparamos la letalidad entre diferentes países, las
diferencias no solo reflejan las tasas de letalidad, sino
también las diferencias en la escala de los esfuerzos
de pruebas diagnósticas.
Cuando algunas personas están actualmente
enfermas y morirán de la enfermedad, pero aún
no han muerto, calcular la letalidad al día de hoy
subestimará el verdadero riesgo de muerte. Con
Covid-19, muchos de los que están enfermos y
morirán aún no han muerto. En brotes epidémicos
en curso, las personas que actualmente están
enfermas eventualmente morirán de la enfermedad.
Esto significa que actualmente se cuentan como un
caso, pero eventualmente también se contarán como
una muerte. Esto significará que la tasa de letalidad
es más baja que el verdadero riesgo. Con el brote de
Covid-19, puede tomar de dos a ocho semanas que las
personas pasen de los primeros síntomas a la muerte,
según los datos de los primeros casos (NEJM, 2020).
Eso significa que algunas personas que ahora se
cuentan como casos confirmados y que morirán aún
no están incluidas en el número de muertes. Es decir,
la letalidad en este momento es una subestimación
de lo que será cuando la enfermedad haya seguido
 Salud Internacional Sur Sur

su curso y terminado un brote. Estos son principios
básicos en una emergencia epidemiológica que
quedaron un tanto en la opacidad por la lluvia de
interpretaciones, gráficas, fuentes de información,
especialistas clínicos opinando, etc.
En la propia The Lancet se lo dice expresamente
esto: se necesitan mejores datos para comprender
claramente las diferencias en la letalidad y cómo
deben guiar la toma de decisiones (Lazzerini y Putoto
2020). El artículo compara la letalidad de diferentes
países, mostrando un rango muy amplio desde el
0.2% en Alemania a 7.7% en Italia. Pero establece
claramente que esto no necesariamente proporciona
una comparación precisa de la probabilidad de
morir por Covid-19 si alguien está infectado. No
sabemos cuántos casos son asintomáticos versus
sintomáticos; y si se aplican los mismos criterios para
las pruebas, ni la cantidad de casos totales, y todo lo
que se explica antes.

Gráfico 1 – Casos confirmados y muertes acumuladas de Covid-19 según País y región (hasta 30
de Marzo 2020)

Fuente: Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC), 2020

17
Tabla 4 – Tiempo de duplicación de casos según primeros 11 Países con mayor cantidad de
casos confirmados / al 30 de Marzo 2020

Fuente: Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC) y Our World in Data-Oxford University, 2020

En algunos casos, es útil saber no solo cuántos casos
se detectaron en un país determinado, sino cuántos
se registraron en comparación con la cantidad de
personas/población que realmente tiene ese país.
Por ejemplo, si se hubieran detectado 30,000 casos en
Uruguay, de una población de aproximadamente 3,
486,000, eso tendría un impacto mucho significativo
que el mismo número detectado en los Estados
Unidos, con una población de 327 millones.
Actualmente no hay un umbral epidemiológico en
América Latina y Caribe sobre SARS-CoV-2, es decir
bajo cierto umbral de casos en algunas enfermedades
se habla de una epidemia. Esto en general está
implicando que la actual situación se analice más en
espejo de lo que viene ocurriendo en el Norte global
(principalmente Europa y Estados Unidos), o bien, por
modelajes matemáticos de corte predictivos (Imperial
College, 2020). En primer lugar, una hipótesis no
es generada por los datos sino inventada por
científicas/os para dar cuenta de las observaciones

18

que forman parte del problema que la hipótesis trata
de resolver. Una vez obtenida evidencia pertinente
y supongamos que a favor de la hipótesis, no se
induce su probabilidad, sino que se evalúa o juzga
la hipótesis a la luz de la evidencia y de argumentos
críticos que ayudan a decidir sobre su aceptabilidad.
Lo que tratamos de decir es tener precauciones con
la simulación y las predicciones, que tienen también
riesgos de transformarse en conjeturas inductivas.
En planificación y pensamiento estratégico en salud
(Matus, 1995), trabajar sobre escenarios y procesos
resulta pertinente. En la sala de situación de gobierno
en salud puede hasta ser útil modelajes matemáticos
para generar hipótesis de tasa de ataque, impactos,
necesidad de recursos humanos, materiales e
insumos, infraestructura, otros.
Ahora bien, cuando esto pasa a ser ejercicio de
catastrofismo probabilístico de circulación pública
y masiva, no deja de tener ciertos comportamientos
de futurología. La predicción matemática aplicada a
la epidemiología y la salud colectiva genera la tesis
que una enfermedad epidémica (o una emergencia
o un desastre) son una amenaza descontrolada
que afecta a la sociedad y el desarrollo, y que sólo
podemos predecirla, prepararnos y responder.
Esta tesis fue puesta en discusión hace décadas por
el pensamiento crítico latinoamericano en salud y en
los estudios sociales de los desastres, demostrando
que era la propia sociedad y su modelo de desarrollo
la que produce los riesgos de forma cotidiana,
continúa, que se distribuyen de forma desigual y
que esos riesgos tienen procesos mediadores y
estructurantes que la salud colectiva y medicina
social definirán como determinación socioambiental
de la salud y la vida (Breilh, 2013).
Salud Internacional Sur Sur
El caso Italia: En Italia según el sistema de vigilancia
de mortalidad diaria (SISMG) del Instituto Superior
de Salud(adscripto al Ministerio de Salud Pública),
se identifica un promedio de 8000 muertes anuales
por influenza y complicaciones hasta picos de 12,000
muertes como en el 2018 (Epicentro, 2020). En estos
mismos meses de curvas ascendentes, son cientos
de miles los casos de influenza y enfermedades
respiratorias anuales en el país. La necesidad de
marcar que la influenza está dentro de las 10 primeros
causas de muerte en el país(FluNews-ISS, 2020).
“Si, de hecho, observamos la tendencia de la mortalidad total
(es decir, por todas las causas) durante un período de tiempo,
notamos una tendencia sinusoidal con picos en correspon-
dencia con los meses de invierno y depresiones en los perío-
dos de verano y los picos se observan principalmente entre
las personas de edad avanzada...mayores de 65 años… ”.
(Epicentro - Instituto de Salud de Italia, 2020)
En Italia el 7.5% de la población tiene más de 80
años. Es el segundo país más viejo al mundo después
de Japón. En este marco, el 44% de los casos y el 61%
de las muertes por Covid-19 en Italia se dieron hasta
el momento en la región de Lombardía (MS, 2020).
La según región más afectada fue Emilia Romagna
aunque con menor significancia. Lombardía tiene
10,085,021 habitantes, de los cuales 22,7% son
mayores de 65 años (2,272,836), de los cuales un
6,3% del total de habitantes son mayores de 80 años
(622,444 personas) (ISTAT, 2019).
19
Tabla 5 – Total de casos en UCI según región, Total de casos acumulados y muertes según región /
en porcentaje (al 24 de Marzo 2020)
Fuente: Ministerio della Salute de Italia. (2020)
La edad media de los pacientes fallecidos positivos
al Covid-19 en Italia fue de 79,5 años (ISS, 2020).
Las mujeres constituyen el 30% de estos y con
un rango de edad mayor (83,7 años) respecto a
los hombres. Al 17 marzo, los pacientes fallecidos
de Covid-19 positivos en Italia, de menos de 50
años eran 17. De ellos, 5 tenían menos de 40, eran
todos hombres y con edad entre 31 y 39 años con
graves patologías pre-existentes (cardiovasculares,
renales, psiquiátricas, diabetes, obesidad). El 25.1%
de los pacientes presentaban 1 patología, el 25.6%
20
presentaban 2 patologías y el 48.5% presentaban 3 o
más patologías (ISS, 2020).
Las medidas de austeridad extrema sobre los
bienes públicos (Karanikolos et al. 2013), la
reducción drástica de capacidades de los servicios
de salud pública (incluyendo reducción de camas
en unidades de cuidados intensivos, caída de
médicos/as por habitante), la preeminencia de
seguros y establecimientos sanitarios privados en
el norte de Italia, podrían ser leídos como procesos

y determinantes de un sistema de salud italiano
en tensión, sobredemandado, con pérdidas de
capacidad de respuesta sanitaria en medio de una
demanda exponencial de casos agudos y severos en
adultos mayores. Entre el 2010 y el 2019 hubo una
desfinanciación de 37 billones de euros al servicio
sanitario nacional italiano, frente a un aumento de
las necesidades en salud nacional que aumentan
anualmente el 0.9% por año (8.8 billones de euros),
inferior a la inflación media anual del +1.07%. Para
el trienio 2019-2021 se destinó un total de 8.5
billones de euros a lograrse a final del trienio. Pero
la relación entre gasto sanitario y PIB se reduce cada
año: 2019-2020 del 6.6%, 2021 al 6.5% y en 2022 al
6.4%, desvelando las trampas en perspectiva para la
gestión a mediano plazo.
Las proyecciones del Observatorio nacional de la
Salud en las Regiones italianas (Osservatorio su lla
Salute, 2020) (calculadas con los datos del MIUR y
el Ministerio de Salud) de los 56,000 médicos que
el Servicio Nacional de Salud (SSN) perderá en los
próximos 15 años, solo se reemplazará el 75%., es
decir, 42,000. Lombardía era de las regiones con más
caída de personal sanitario.
El caso España: La población de España a junio de
2019 era de 47.026.208. La población mayor de 64
años asciende al 20%, es decir unos 9,1 millones
de personas, de las cuales algo más del 30% (2,9
millones) son mayores de 80 años (INE, 2019). La
esperanza de vida al nacimiento se encuentra por
encima de los 83 años, alcanzando los 80,4 para los
hombres y los 85,7 para las mujeres. Esta pirámide
de población, sumada a la mayor incidencia de
Salud Internacional Sur Sur
patología crónicas (24% de las personas mayores de
64 años refiere 2 o más patologías crónicas), hace
que, en España, al igual que en Italia, la población de
riesgo sea más elevada.
En España en 2019 se estimaron en 525, 300 casos de
influenza estacional y 6300 muertes, y en 2018 hubo
800,000 casos y 15,000 muertes (Instituto de Salud
Carlos III, 2019).
La pobreza en mayores de 65 años según el informe
sobre el Estado de la pobreza y exclusión social en
España 2008-2018, en 2018 el 21.5% de la población
española estaba en riesgo de pobreza o exclusión
social riesgo, de los cuales el 13.8% (1,4 millones)
eran personas mayores de 65 años.
Varios autores marcan la correlación entre las
políticas de austeridad (Navarro, 2020) y privatización
en las comunidades autonómicas sobre la sanidad
pública (Bacigalupe et al. 2016) como un efecto
sobre la epidemia en estudio. La Comunidad de
Madrid, que concentra el 31% de casos y el 57% de
las muertes de Covid-19 (MSCBS, 2020), fue uno de
los emblemas de las asociaciones público-privadas
con gerenciamiento privado de establecimientos
hospitalarios. La incidencia acumulada de Covid-
19((casos acumulados por 100.000 habitantes) es
por lejos mayoría en Madrid con 299,02 y Navarra
de 286,14. Hasta el momento la epidemia en
España implica 5231 casos en unidades de cuidados
intensivos y 46,617 hospitalizados (MSCBS, 2020).
21
Tabla 6 – Total de casos en UCI según región, Total de casos acumulados y muertes según región en
España /en porcentaje (al 24 de Marzo 2020)

Fuente: Elaboración propia en base a Actualización nº 54. Enfermedad por el coronavirus (COVID-19) del MSCBS (2020)

Tabla 7 - Distribución de casos hospitalizados, ingresados en UCI y fallecidos por grupos de edad con
datos notificados incluyendo edad y sexo* (al 22 de marzo 2020)

Fuente: Elaboración propia en base a Actualización nº 52. Enfermedad por el coronavirus (COVID-19) del MSCBS (2020)
*Datos obtenidos del análisis sobre 18.959 casos notificados con información de edad y sexo.

22

Según un análisis de Manuel Espinel (Espinel, 2020),
en términos de camas hospitalarias, en 2017 según
la OCDE contaba con 3.0 camas /1000 habitantes,
muy por debajo de la media de países de la OCED
de 4,7/1000 habitantes y casi la mitad de los países
como Francia o Alemania (Rico,2018). Es importante
no perder de vista que en los últimos años hubo una
pérdida de camas hospitalarias públicas y un cierre de
camas estacional, particularmente en la Comunidad
de Madrid (Vargas, 2019). Como muestra la Tabla 6,
en principal problema se encuentra en que el 38%
de los casos confirmados termina hospitalizado y
en unidades de cuidados intensivos, situación que
al ser aguda implica una sobresaturación de los
centros hospitalarios. De igual manera, de todos
los casos confirmados el 6,2% termina ingresado
en la UCI. En los hospitales públicos de España
se cuentan con alrededor de 4.500 camas de UCI
(3.500 en hospitales públicos). Si la estancia media
puede llegar a ser de 3-4 semanas, y aquí se aprecia
claramente el otro grave problema crítico del sistema
hospitalario español que es la saturación de las UCI.
La situación se ve agravada además con el 12% de
los casos confirmados de Covid-19, es decir, 3.475,
son médicos, enfermeras y otros trabajadores de la
salud(Espinel, 2020).
Como se aprecia en la tabla, el 50% de las personas
hospitalizadas tienen más de 69 años, mientras
que las personas hospitalizadas menores de 40
años no supera el 10%. Por otra parte, algo más del
60% de las personas ingresadas en la UCI tienen
entre 60 y 79 años de edad. Como cabría esperar
en esta situación, muchas personas mayores de 80
años tendrían pocas indicaciones para ingresar a la
Unidad de Cuidados intensivos (Espinel, 2020).
Salud Internacional Sur Sur
La Federación de Asociaciones para la Defensa de la
Sanidad Pública de España lo remarca claramente:
``los años de acoso y derribo, recortes y deterioro
en beneficio de los intereses privados han golpeado
a nuestro sistema sanitario público. Han quedado
expuestas las carencias que viene sufriendo la sanidad
pública fruto de las políticas de recortes realizadas
desde hace años y el peligro que han supuesto las
políticas de austeridad que se vienen aplicando en la
UE y a nivel estatal con la imposición del artículo 135
de la Constitución en lo relativo al pago de la deuda
por encima de las necesidades sanitarias y sociales de
la ciudadanía´´.
Por último, la precariedad en la vida, la ruptura de
soporte social y soledad de los adultos mayores
(incluyendo su pobreza energética), la propia
privatización de las residencias de envejecientes
administradas con lógicas de lucro y no de cuidado
donde se confirman casos y muertes en Madrid;
comienzan a ser dimensiones de preguntas de
investigación frente al impacto del Covid-19 en
España. Esteban Herrera y Rodríguez Gómez(2015)
remarcan en un estudio de situaciones de
dependencia de adultos mayores en residencias de
ancianos en España que:
- Aumento del número de personas ancianas
que se encuentran en situación de dependencia y
necesitan cuidados especiales, que lo responden
instituciones especializadas privadas como las
Residencias de Ancianos que asumieron de forma
creciente la responsabilidad de los cuidados de las
personas mayores dependientes y su calidad de vida.
23
- Un alto porcentaje de más del 70% de los
centros residenciales y un 75% de la oferta de plazas son
de titularidad privada en España, aun cuando el 29%
de las plazas son gestionadas por medio del sistema de
concertación entre el sector público y privado y el resto
son plazas de financiación a precios de mercado.
- El impacto negativo de la crisis económica
y las políticas de austeridad adoptados en el país
que suponen significativos recortes en el estado de
bienestar y afectaron muy directamente a las personas
mayores dependientes.
- Las personas adultas mayores en alto riesgo
de dependencia representaban un 15% de los mayores
de 65 años en España.
- Las personas mayores totalmente
dependientes eran entre el 5 y el 10% de los mayores de
65 años. Es decir, entre ambos grupos implican millones
de personas adultas mayores en frágiles condiciones.
- Este nuevo escenario de envejecimiento en
España, y en Europa en general, produjo una presión
considerable sobre los sistemas de protección social y
salud disponibles que fueron diseñados para responder
a una realidad caracterizada por la expansión del
empleo asalariado y por un periodo de jubilación/
pensión relativamente breve.
Como refuerza Espinel (2020), la gestión de los
cuidados de las personas mayores. Según la
Asociación Plataforma por la Dignidad de las
Personas Mayores en las Residencia22, en la
Comunidad de Madrid hay unas 490 residencias, 65
de titularidad pública (1 estatal, 44 autonómicas y
20 municipales). De las 44 autonómicas, 19 son de
gestión indirecta (privada) y de las 20 municipales,
7 son de gestión privada. Por tanto, el 92% de las
2 Banco Mundial - "Gasto en Salud, total (% por PBI)" - Ver: http://datos.bancomundial.org/indicador/SH.XPD.TOTL.ZS (En Internet]
24
residencias, son privadas. De las aproximadamente
51,000 plazas ofertadas, sólo 10.658 son públicas.
Residencias de mayores de la Comunidad de Madrid
donde se dan casos del Covid-19 están muriendo
decenas de ancianos a los que no se les hizo la
prueba diagnóstica. El coronavirus ha entrado en al
menos 72 geriátricos madrileños.
El caso EE.UU: Estados Unidos cuenta con el sistema
sanitario más costoso, irracional e ineficiente en
términos de indicadores de resultados quizás del
mundo. Desde la reforma de 1965 con la creación del
Medicaid (para "pobres") y Medicare (cobertura para
mayores de 65 años), hubo 6 intentos de reformas
sanitarias que fracasaron. Es el único país en la
región que no reconoce el derecho a la salud por el
Estado. En EE.UU. el 18 por ciento (%) del PBI se gasta
en salud2 , se gastan 9.403 dólares al año per cápita.
Casi 30 millones de personas en EEUU no tienen
ninguna cobertura sanitaria y otros 27 millones
tienen una cobertura muy insuficiente (Navarro,
2020). El propio Centro de Control y Prevención de
Enfermedades (CDC, 2020) estima que en lo que va
de la temporada invernal hubo al menos 36 millones
de casos de influenza, 370.000 hospitalizaciones y
22.000 muertes a causa de influenza entre fines del
2019 y los primeros meses del 2020 (con circulación
de H1N1, H3N2, B).
Según la propia OMS, hay cuatro tipos de virus
de la influenza/gripe estacional (A, B, C y D)
que, anualmente, a nivel mundial, se estiman
que producen entre «3 y 5 millones de casos de
enfermedades graves; y alrededor de 290.000 a
650.000 muertes respiratorias» (OMS, 2018).

Por su parte, en América Latina y Caribe, cada año
experimenta un frecuente aumento en el número de
influenzas y de infecciones respiratorias (actualmente
tenemos circulación de H1N1, H3N2 e Influenza
B), también parainfluenza en otras etapas del año
en el Caribe (OPS, 2019). Una sala de situación por
país arrojaría miles de muertes. En Argentina por
ejemplo en el último anuario de Estadísticas Vitales
se reportó que en 2018 murieron 31.916 personas
por neumonía e influenza, de las cuales 13.246 fueron
mayores de 85 años, lo que representa el 41,05% de
los fallecimientos y constituye la segunda causa de
muerte en esa franja etaria (DEIS, 2018). En 2017
habían sido 64.869 defunciones por enfermedades
del sistema respiratorio en el país, de las cuales
33,504 fueron por neumonía e influenza con el 61%
(20, 324 casos) en personas de más de 80 años de
edad (DEIS, 2017).
La región, especialmente Sudamérica en etapa
invernal, suele ver tensionados y sobredemandados
sus servicios de atención sanitaria, aunque
tiene algunos conocimientos acumulados en las
últimas décadas para las infecciones respiratorias
como cuáles son los grupos de mayor riesgo que
tienen la posibilidad de desarrollar síntomas más
graves, como las personas mayores con enfisema
y asma crónicos, personas obesas, mujeres
embarazadas, personas con co-morbilidades de
enfermedades crónicas(diabetes, hipertensos) o con
inmunosuprimidos como VIH, casos oncológicos.
La inmunidad de algunas cepas de las influenzas
estacionales y las vacunas son medios protectores.
Aunque en el contexto regional, la teoría de factores de
riesgo (Breilh, 2010) reducen y sesgan la comprensión
en la clasificación de grupos de riesgo para Covid-19.
Salud Internacional Sur Sur
Jaime Breilh define factor de riesgo como
contingencia probable:
“El riesgo se postula como categoría general de explicación,
como si se tratara de una lotería de probabilidades aleatorias sin
un contexto determinado por las relaciones sociales (de poder),
regularidades determinadas históricamente y los modos de vida
(salario, estructura de la jornada de trabajo, relaciones con los
medios de producción). Bajo este modelo, lo que cuenta es el
horizonte visible, el cuadro clínico de signos y síntomas, se trata
de evidencias aisladas que generan explicaciones reducidas al
ámbito individual observable”
Desde aquí reaparece la necesidad explicativa
basada en perfiles epidemiológicos destructivos que
padecen colectivamente millones en Latinoamérica
y el Caribe: más del 80% de la población vive en
ciudades donde en cada país se pudiera cartografiar
la ubicación espacial y el porcentaje de hogares
con hacinamiento domiciliar significativo (más de
4 personas por habitación), las viviendas precarias
sin abrigo ni acceso a agua segura ni condiciones
materiales de protección e higiene. No son “grupos”,
son poblaciones y sociedades en riesgo permanente.
Sociedades excluyentes. Las familias en situación de
calle, las personas privadas de la libertad, los barrios
populares y asentamientos humanos, los desplazados
ambientales y territoriales sobreviviendo en
urbanizaciones malsanas. Las medidas de
cuarentena aplicadas en Europa en sociedades con
casi pleno empleo y acceso a sistemas de protección
que tuvieron vocación universal, operarán de forma
diferente en sociedades donde prima el empleo
informal, la economía popular, la desprotección,
la división sexual del cuidado y la necesidad de
generar sustento diario (CEPAL, 2019). El parlamento
de mujeres ecuatorianas ya popularizó: “la pastilla de
la cuarentena es un privilegio de clase”.
25
Tabla 8 – Población latinoamericana y caribeña según cantidad de personas y porcentajes. Año: 2020

Fuente: CEPALSTAT, 2020. /CELADE-CEPAL 2020.

Todas las muertes evitables son injustas y prevenibles.
Las enfermedades desatendidas y olvidadas
(infecciones respiratorias, dengue, chagas, diarreicas
agudas, malnutrición, malaria, tuberculosis,
enfermedades crónicas, otras), la epidemia de
muertes por violencia incluidas las violencias
basadas en género y feminicidios, las emergencias de
salud que anualmente tienen los países en la región
están atravesadas por inequidades de étnia, género
y clase social que tendrán en la actual experiencia
de Covid-19 un caso testigo para exigir el mismo
grado de atención, alerta y respuesta de parte de la
sociedad y especialmente de los Estados.

Fundamentos en las dinámicas sociopolíticas del Estado ante el riesgo epidémico

“La Enfermología Pública, los colectivos tienen que supeditarse al conocimiento sobre el riesgo
sustentado por la ciencia infectológica y en esa medida no pueden jugar ningún papel la cultura
local ni las diversidades humanas históricamente constituidas, las mismas que supuestamente
se rendirán ante la presencia civilizadora de la razón y la moral. Por otro lado, las prácticas ne-
cesarias para la prevención deben ser diseñadas y ejecutadas por el Estado, el que en su labor
igualmente civilizadora ayudará a superar las prácticas y poderes locales necesariamente irra-
cionales; las colectividades, en palabras de Foucault, habrían sido suprimidas o transformadas
en objetos”.
Edmundo Granda(2004).

26

La salud no se encuentra tan sólo en la construcción
de una ciencia individual que se considera a sí
misma representativa de toda la verdad en el
campo de la medicina, en dónde el Estado es un
centro intérprete, ordenador y legislador de toda
normatividad biomédico-tecnológica necesaria
para aplicar la ciencia sanitaria a la sociedad.
Nuevamente resulta clave ampliar la comprensión de
la salud, en clave de salud colectiva, pensando la propia
vida en sociedad y metabolismo con la naturaleza.
Las dimensiones, modos y estilos de vida
destructivos y protectores, no tan sólo un cálculo
del riesgo que ocurre por “fuera y antes que la
máquina corporal enferme” (Granda, 2004). El riesgo
se encuentra ubicado a decir de Granda(2004) en la
propia vida del individuo que entrelazadas a grupos,
poblaciones y sociedades, con lo cual la salud misma
tiene dimensiones de lo general, lo particular y lo
individual que están estrechamente imbricadas. Son
las universidades, la ciencia positiva, la que fragmenta
y separa en partes a estos procesos colectivos.
Los modos de vivir colectivos, y los estilos de vida
particulares forjan perfiles de vivir, enfermar, morir,
de procesos saludables y protectores, pero también
procesos dañinos y malsanos primordialmente para
la sociedad (Breilh, 2013)
Cuando la salud desde el Estado (salud
pública funcionalista), actualmente incluso
instrumentalizada a las Funciones Esenciales de la
Salud Pública de los organismos internacionales
(Basile, 2018), mantiene y reproduce el paradigma
lineal causal biomédico, se enfoca y resuelve el
control de riesgos o modificación de efectos en las
personas; desde una perspectiva del Estado que se
Salud Internacional Sur Sur
coloca por fuera de su sociedad y de la naturaleza,
mirada que podría definirse como monocultural,
antropocéntrica y por su propia fundamentación
también como eurocentrada (Breilh, 2013).
La restauración del Estado policial, de la policía
médica del siglo XVIII o XIX, de la militarización en el
control de enfermedades en la mejor tradición de los
ejércitos del colonialismo sanitario, reactualizaron
velozmente la teoría del contagio, la segregación
espacial y racial, la salud como cuestión de Seguridad
Nacional (Comblin, 1988).
Eso se encuentra en los genes del liberalismo. El
capitalismo en su fase acelerada vuelve a su tradición de
liberalización en lógica financiera, de mercantilización
de los bienes sociales para la vida (Salud, Educación,
otros), pero reafirma su carácter punitivo de Seguridad
para el Desarrollo con sus dispositivos clásicos que
actúan en momentos de crisis.
El sanitarismo internacional panamericano nacido
del entramado del colonialismo, capitalismo y
modernidad(Basile, 2018) se configura actualmente
como una bandera que se levanta para adoptar
medidas de vigilancia y control de los elementos
considerados peligrosos: la enfermedad y las
fronteras, pasando por los pobres, los migrantes, los
indígenas, las mujeres, los negros, los viejos y ante
la falta de explicaciones científicas, los prejuicios
siempre están para apuntalar la señalización de
culpabilidades en especial sobre grupos subalternos
de la sociedad.
De esta manera, el saber (bio)médico se convierte
en un modelo epistemológico hegemónico
(Menéndez, 2003) que rápidamente como lo vemos
en la presente pandemia excede la explicación y el
estudio del mundo de la enfermedad, y se ofrece
como pertinente para producir conocimiento y
recomendaciones acerca de la sociedad y la vida.
27
Estados latinoamericanos y caribeños: geopolítica sanitaria entre la dependencia
y la supervivencia
La geopolítica sanitaria del Covid-19 representa un
ejemplo quizás de manual de cómo el tránsito de
una pandemia global tiene una alerta y atención
pública sobredimensionada en la enfermedad en
gran medida por la grave afectación de los países del
Norte global.
No alcanzarían las líneas para disponer de ejemplos
de epidemias y brotes epidémicos y sus cifras de
impacto en millones de vidas humanas en África,
en América Latina y el Caribe o en las dinámicas
destructivas en el Sur global (Ej: muertes de migrantes
en Mediterráneo, desplazados y muertes por guerras
y hambrunas como en Siria, Libia, Yemen y otras),
desde los últimos dos brotes de Ébola (Shultz, 2016)
Tabla 9 – Distribución total de casos y muertes según enfermedad nivel mundial /2019
Fuente: Organización Mundial de la Salud, 2019.
28
al Cólera en Haití, desde la mortalidad materna e
infantil a las violencias que anualmente acumulan
enfermedad y muertes evitables, y la lista continúa.
Daría la impresión de que nunca se hubiese logrado
la misma atención ni respuesta.
La vida no tiene el mismo valor humano ni la
misma protección. El Covid-19 sólo nos vuelve
a reafirmar la geopolítica sanitaria del poder, en
clave de naturalización de las desigualdades y
determinaciones supranacionales (Basile, 2018).
Sólo a modo de un breve resumen epidemiológico
anual (OMS, 2019):

La doctrina panamericana (Rapoport, 2008) una vez
más operó sobre Latinoamérica y Caribe como un
territorio de su dominio y expansión de intereses.
Los Estados siguieron rápidamente las medidas
emanadas desde la administración Trump. La
salud internacional panamericana y la salud global
liberal en general orgánicamente responden a esta
geopolítica del poder y conocimiento del Norte
global y su sistema mundo (Basile, 2018).
Ello explica en parte por qué las diplomacias y
tecnocracias globales de la salud a la hora de actuar
e intervenir en esta geopolítica internacional,
incluso las latinoamericanas y caribeñas, son
implementadoras, operacionalizadoras y ejecutoras
acríticas de las agendas de supuestos "consensos"
de salud global y cooperación internacional Centro-
Norte. Esta dinámica requiere de diplomacias y
tecnocracias sanitarias dispuestas a reproducir,
administrar y no problematizar ni pensar alternativas
(Basile, 2018).
Los programas de salud internacional y salud
global, que en muchos casos no son otra cosa que
medicina del viaje y estudio de enfermedades del
subdesarrollo investigadas y tratadas del Norte,
se encuentran con que ahora son los propios
países del Sur tomando medidas punitivas, de
control poblacional, de segregación y expulsión
de viajeros. El libreto operacional con que ellos
mismos entrenaron a esos recursos humanos en
transferencia técnico-científica.
De igual forma, el filantrocapitalismo sanitario (Birn
& Richter, 2018), se encuentra al acecho y en estado
expansivo en la presente geopolítica del Covid-19.
Salud Internacional Sur Sur
La filantropía empresarial y los intereses de mercado
infunden los principios y prácticas de lucro,
demostrando la potencial beneficencia al capitalismo
a través de innovaciones que supuestamente
“benefician a todos, tarde o temprano, a través de
nuevos productos” (Bishop & Green, 2009), y esto no
exime al campo sanitario. La estrategia de ayudar,
dar, sumarse a temas de agenda global de salud
nunca fue gratuita. Son inversores en cuestiones
sanitarias que consideran y calculan maximizar el
lucro y las ganancias extraordinarias para ciertas
causas de interés.
El anuncio del reciente Fondo de Respuesta
Solidaria Covid-19 y el ensayo Solidarity de la
Organización Mundial de la Salud pareciera tomar
estas características (OMS, 2020). La propia OMS
parece haber decidido resolver sus problemas de
desfinanciamiento crónico a través de la pandemia.
Esto será tema de evaluación post-Covid19.
En general se suele utilizar el ejemplo de la Fundación
Bill y Melinda Gates como paradigma. Aunque
en realidad la cartografía actual es infinitamente
más compleja del filantrocapitalismo: el poder
exponencial de la Fundación Carlos Slim, Fundación
Clinton, la Berkshire Hathaway (Walmart, Nestlé,
Sanofi-Aventis, otras), el Grupo Bilderbeg, la Bayer-
Monsanto, todas las Big Pharma y sus fundaciones,
entre otros.
Referencia llamativa en este sentido, es el Centro
Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud en
asociación con el Foro Económico Mundial de Davos
y la Fundación Bill y Melinda Gates organizaron el
“Evento 201”(CJHHS, 2019), un ejercicio pandémico
de alto nivel realizado el 18 de octubre de 2019 en
29
la ciudad de Nueva York. El ejercicio ilustraba las
áreas en las que serían necesarias alianzas público
/ privadas durante la respuesta a una pandemia
severa para disminuir las consecuencias económicas
y sociales a gran escala”, dice la página del «evento
El riesgo de los fragilizados, financierizados y desfinanciados Sistemas de Salud
La probabilidad que las personas y poblaciones
sean sanas y saludables están condicionadas por las
estructuras y sistemas sociales vigentes. La teoría de
los factores de riesgo y la biomedicina tuvieron cierto
impacto en el proceso de salud enfermedad a nivel
clínico-individual, pero siguen siendo insuficientes
para la protección y trasformación de la salud de las
poblaciones y grupos sociales, así como para abordar
integralmente las desigualdades y la determinación
socioambiental de la salud y la vida en la región de
América Latina y Caribe (Breilh, 2010).
El moderado informe del 2008 de la Comisión
Mundial de Determinantes Sociales de la Salud(WHO,
2009) presentó un conjunto significativo de
evidencias demostrando que los procesos sociales,
económicos, y las inequidades en el poder y el acceso
a recursos comunes y bienes públicos impactan en
los resultados de salud a nivel individual y a nivel
colectivo. Es decir, como uno vive, se enferma y se
muere (Bronfman, 2001). En esto, los sistemas de
salud no sólo tienen impacto en la salud colectiva
(Granda, 2004), sino que son en sí mismos sistemas
o determinantes sociales que reflejan, reproducen
y cristalizan las desigualdades e inequidades
imperantes en la sociedad, pero también pueden ser
30
201, a Global Pandemic Exercised». La enfermedad
escogida como pandemia para el modelaje fue un
Coronavirus (CJHHS, 2019).
dispositivos exitosos de cómo enfrentar, reducir y
transformar las condiciones sociales de vida (Benach,
2005).
Es decir, los sistemas de atención en salud, en
tanto instituciones colectivas en su carácter de
construcción histórica y temporal, significan la
respuesta social y material que un Estado y Sociedad
dan a las necesidades, prioridades y demandas
de salud colectiva de un pueblo. Esa capacidad de
respuesta es la que está en crisis en América Latina
y Caribe frente a la posibilidad de brotes epidémicos
y/o epidemia de curva exponencial como Covid-19
y otras.
Es evidente que el modelo de protección social
liberal residual y el de meritocracia no resolvieron
la cuestión social de la desigualdad en salud en
América Latina y Caribe. Los procesos de reformas
al Estado y los sistemas de salud comandados por
el Banco Mundial y el Banco Interamericano de
Desarrollo, agravaron la situación de los sistemas
sanitarios (Almeida, 2001).
Pero además ese ciclo de reformas generó lo
que llamamos “desciudadanización” de grandes

conjuntos sociales de la sociedad latinoamericana
y caribeña (Basile, 2019), que se desvincularon en
la materialidad de su vida de la esfera pública, de
la trama de los asuntos comunes y colectivos de la
sociedad. Identificamos en este trabajo dos tipos de
desciudadanización (Fleury, 1997):
- Desciudadanización por mercantilización:
importantes sectores auto-percibidos como clases
medias y altas de la sociedad a medida que el Estado
no respondía a sus necesidades materiales de vida,
resolvieron sus vidas en el mercado: enviando
sus hijos a educación privada, pagando seguros
privados de salud, trasladándose con vehículos
particulares propios y viviendo en barrios y/o torres
privadas cerradas y segregadas espacialmente de la
ciudad con seguridad privada. Este sector considera
esto fruto de su esfuerzo y devenir individual.
Aunque en contextos epidémicos, encuentran que
el sector privado responde como siempre lo hace:
minimizando riesgos, y socializando pérdidas.
- Desciudadanización por desposesión:
grandes conjuntos y grupos sociales subalternos de
las sociedades excluyentes latinoamericanas nunca
tuvieron acceso efectivo a bienes públicos y sociales
para la vida como derechos de ciudadanía y mejora
intergeneracional. Su vínculo con bienes sociales
necesarios para la vida es a través del clientelismo
político partidario, y/o de la demostración de ser
“pobre” para tener el “beneficio”. Este lenguaje y
prerrogativas de las tecnocracias de la pobretología
produjeron una desposesión subjetiva en la
vinculación, apropiación y colectivización del Estado
en sectores excluidos de la sociedad.
Salud Internacional Sur Sur
Los sistemas de salud latinoamericanos y caribeños
pasada las oleadas de reforma y shock, en la mayoría
de los países desfinanciaron sistemáticamente sus
servicios de atención y programas de salud pública,
con un espiral de deterioro, ineficacia, ineficiencia,
pérdida de capacidades que se transformó en una
profecía autocumplida: el Estado proveedor no
sirve ni responde a las necesidades colectivas de la
población (Laurell, 2013).
En este contexto antes descripto, las reformas de
los sistemas sanitarios en Latinoamérica y Caribe
tuvieron y tienen que ver con la expansión de una
teoría dominante definida por sus autores como
pluralismo estructurado (Lodoño y Frenk, 1997),
Chile y Colombia como emblemas, que plantea
centralmente una dinámica donde la propia reforma
al sistema de salud debe permitir estructurar
mercados plurales con competencia regulada en la
cobertura y acceso a la atención en salud:
1. Se promovieron las coberturas sanitarias
diferenciadas a través de seguros de salud por
estrato social ampliando las desigualdades y
también la financierización con la separación de
funciones entre Estado y mercado abriendo la
puerta a la intermediación y modulación financiera
de aseguradoras privadas, mercado de prestadores
en competencia y asociaciones público-privadas.
2. El Aseguramiento (CUS hoy) primó en la mayoría
de las reformas regionales y no fue un camino efectivo
para la universalidad del derecho a la salud, sino la
universalización de tipos de coberturas diferentes
según grupos poblacional. Todos los gobiernos de
diferentes signos políticos lo impulsaron en la región.
31
3. Se debilitaron los sistemas y servicios de salud
pública
4. Los seguros no lograron ser integrales ni cubrir
todas las necesidades (su cobertura se vincula a
un listado de enfermedades, procedimientos y
prestaciones mínimas)
5. Son ineficaces e ineficientes para desarrollar
estrategias de cuidado integral y abordar las
dimensiones preventivas-epidemiológicas frente a
endemias y epidemias regionales prevalentes y nuevas.
6. El subsidio a la demanda con enfoque de riesgo
social y apertura de competencia público-privada no
mejoró el acceso ni la calidad de atención en salud
y acrecentó transferencia financiera pública al sector
privado.
7. Se profundizó la fragmentación de los sistemas
de salud, no por un error de la reforma CUS/SU, sino
dividiendo a los prestadores, a los usuarios/poblaciones
a cubrir, para crear competencia y mercados.
Es decir, el principal temor de los tomadores de
decisión y gobiernos de la región latinoamericana
y caribeña es explicar por qué los sistemas de salud
continúan estando fragmentados, fragilizados,
desfinanciados crónicamente:
1. Por qué no estarían en condiciones ni en capacidad
para prevenir y controlar infecciones dentro de los
establecimientos sanitarios en el marco de grandes
flujos de demanda de atención de enfermedades
respiratorias severas, con las necesarias medidas de
IPCC en protección al personal sanitario (OMS, 2020).
32
2. Por qué no podrían afrontar los impactos agravados
de las infecciones respiratorias (no sólo en el caso de
Covid-19) en contextos de desigualdades sociales y
malnutrición/déficit nutricional en determinadas clases
sociales, donde redes integradas de servicios y estrategias
preventivo-promocionales de salud son inexistentes
en territorios, comunidades, barrios, recayendo toda la
respuesta sobre los Hospitales públicos.
3. Por qué hay carencias en los propios sistemas de
información para la vigilancia y respuesta en salud
con acciones de protección integral de las personas,
familias y comunidades,
4. Por qué estructuralmente se profundizaron las
malas condiciones de trabajo de los equipos de
salud y la deshumanización/maltrato en la atención
sanitaria pública.
5. Por qué a medida que los países atravesaron este
ciclo de reformas, existe una progresiva reducción,
transferencia al privado y/o nulas capacidades en la
hospitalización y cuidados intensivos especializados.
Esta descripción resumida continúa siendo un grave
problema de salud pública anualmente sin gran
visibilidad en América Latina y Caribe.
Cuba y su sistema nacional de salud pública
totalmente estatal con todos los niveles de
complejidad, universalización de atención médica
básica y gran capacidad resolutiva evidencia los
indicadores de resultados más efectivos de la región,
planteó otro tipo de respuesta a la emergencia de
Covid-19 quizás más parecida a la de Corea del Sur
(CLACSO, 2020). Incluyendo no interrupción de la
vida cotidiana y de la movilidad humana, entre otras.
El sistema de salud cubano pudiera transformarse en
el espejo donde reevaluar las prioridades en salud
para América Latina y Caribe.

Emergencias de salud pública y sistemas de salud:
Dentro de este escenario de la crisis sistémica de
los sistemas de salud frente a las emergencias
y sobredemanda permanente, la necesidad de
aprendizaje en el diseño y gestión de emergencias
y desastres como una capacidad pública colectiva es
también un aspecto para evaluar.
La cultura hospitalocéntrica sólo suele instalar la
idea de hospitales seguros e inteligentes. Aunque
le cuesta pensar y actuar en una salud pública
inteligente que sea capaz de gestionar integralmente
riesgos ante las emergencias y desastres en y con la
sociedad (Lavell, 2001).
Una revisión comparada del diseño, gestión e
implementación de los Comités Operativos de
Emergencia de Salud Pública ante el Covid-19 y
otras emergencias sanitarias para la preparación y
respuesta; los países latinoamericanos y caribeños
parecen repetir patrones, lógicas y cultura
institucional. Sólo recordar la crisis epidemiológica
del 2009 sobre la influenza H1N1 quizás permita
revisar algunas políticas, marcos metodológicos
y prácticas implantadas. Como es descripto más
adelante, a su vez la conformación de comités de crisis
basados en “expertos” puso como política de Estado la
epistemología clínica individual infectológica sobre
una epidemia/pandemia, alimento la demostración
de una débil rectoría, comunicación y gobernanza
pública en la respuesta a las emergencias de salud
pública, fragilizo la toma de decisiones centralizadas,
y la lista pudiera continuar.
Salud Internacional Sur Sur
Un eje importante para resaltar es la dependencia
que también en la respuesta mostraron los
gobiernos y sociedades latinoamericanas en la
compra e importación para aprovisionamiento de
los insumos, medicación, material de protección y
de pruebas diagnósticas desde el mercado global
de la enfermedad hacia la periferia. Teniendo
que en muchos casos negociar con un mercado
sobredemandado, especulativo y con una curva
“exponencial” de ganancias.
La soberanía sanitaria regional nuevamente
demuestra que tan sólo no es un concepto, sino
que se plasma en estas crisis y emergencias de salud
pública (Basile, 2019).
De la revisión sistemática y análisis de los decretos,
resoluciones, medidas y anuncios de 20 países de
Latinoamérica y Caribe, además del seguimiento
de la respuesta a la emergencia en varios de ellos,
se realizó una breve sistematización de marco
de análisis sobre el modelo de Respuesta a la
Emergencia de Covid-19:
33
Cuadro 1 - Modelo de Respuesta a la Emergencia de Covid-19 en América Latina y Caribe / Año: 2020

Fuente: Elaboración propia

34

Las controversiales medidas de cuarentena social
aplicadas en Europa en sociedades que tienen pleno
empleo y acceso servicios de seguridad social, en
sociedades donde prima el empleo informal, la
economía popular, la desprotección y la necesidad
de generar sustento diario, será cuestión de análisis
si el mandato de aislamiento forzado, afecta tanto
a la sociedad como a los sistemas de vigilancia
epidemiológica y detección temprana de casos.
La capacidad del Estado aparece entre una
prioridad y una incógnita. La cultura y capacidad
de planificación estratégica de gestión integral
pública de Riesgos de Desastres y estrategias
efectivas de Prevención, Preparación y Respuesta
ante Emergencias Socioambientales a veces sólo
se aloja en documentos y planes. Muchas de los
países de la región se encontraron sin planificación
de procesos en el sector salud y/o transectorial para
preparación y respuesta. El “ganar tiempo” no parece
la mejor tesis en las emergencias de salud pública
y los desastres sociambientales en el siglo XXI. Los
planes de contingencias barriales, municipales
y provinciales, es decir, la territorialización de la
preparación y respuesta.
Los sistemas de salud pública continuaron hasta
llegada del Covid-19, sólo preparando su sistema
de urgencias médicas hospitalarias (y tomando
medidas paliativas de ampliación de camas como
en toda Emergencia o Desastre), Pocos sistemas
locales de salud pública desarrollaron capacidades
de prevención, preparación ni de respuesta ante
emergencias y desastres socioambientales donde no
se puede "esperar" a los enfermos-damnificados (las
personas) sino movilizarse rápido a los territorios,
barrios y lugares a trabajar directamente con la
Salud Internacional Sur Sur
población al instante mismo del evento ocurrido
desde dimensiones preventivo-promocionales, de
acompañamiento en salud mental y de vigilancia de
la salud como en atención de equipos de respuesta
rápida en salud.
Refundar y recuperar una rectoría del Estado en
abordaje integral de las emergencias, también
puede implicar una nueva institucionalidad para
la prevención, preparación, gestión y respuesta.
El espacio territorial de la ciudadanía y las tramas
sociales cotidianas no pueden ser descartadas,
militarizadas y verticalizadas los Comités de expertos.
Los sistemas de salud, sistemas de emergencias, de
transporte y de planificación de infraestructura, de
protección social y medios de vida, de educación,
requieren estar atravesados y gobernando la
emergencia con la sociedad. Humanizar las respuestas
del cuidado de las familias y hogares considerando
su dolor y situación en las emergencias y desastres,
debiendo primar un diálogo intercultural con las
familias, grupos y poblaciones con mecanismos
institucionales de participación ciudadana para
definir necesidades, problemas y prioridades locales.
Para esto se requiere a decir de Sonia Fleury una
nueva inventiva e institucionalización crítica en el
Estado: “procesos de transformación de las estructuras
y dinámicas institucionales, principalmente las
estatales, en las que se plasmen esas nuevas relaciones
de poder… A la consolidación de la esfera pública de
forma más inclusiva. Se trata de innovar e inventar
procesos, metodologías, dinámicas y estructuras que
permitan y consoliden la expansión de la ciudadanía y
la inclusión social” para vivir bien(Fleury, 2009).
35
Integración regional y salud internacional sur sur
Paradójicamente, por otro lado, las medidas
sanitarias gubernamentales latinoamericanas y
caribeñas pusieron nuevamente al descubierto la
fragmentación y dependencia regional. Paraguay
anuncia de una forma. El Salvador, Guatemala,
Colombia, República Dominicana, Ecuador, Haití
y Chile de una manera. Brasil de otra. Argentina y
Venezuela de otra. Nicaragua, Cuba y México de otra.
Y así pudiéramos continuar la lista. El Sistema de
Integración de Centroamérica y República Dominicana
(SICA) finalmente si activo una respuesta regional.
La integración regional en salud en América Latina
y Caribe, esta pandemia demostró una vez más
la urgente necesidad de reconstruir redes de
cooperación, coordinación y toma de decisiones de
salud internacional de forma conjunta desde el Sur
resguardando la soberanía sanitaria regional (Basile,
2019). La inexistencia de coordinación y cooperación
integral en el diseño de estrategias epidemiológicas
regionales conjuntas resultó evidente, sobrevolando
una especie de competencia por la radicalidad en el
shock a la sociedad.
Más allá que algunos Ministerios de salud en
América Latina y Caribe compartan información
epidemiológica de casos, alertas y respuesta de forma
bilateral o se anuncien compras concertadas como
consumidores de tecnología sanitaria y medicación
3 ISAGS-UNASUR - Vigilancia. http://isags-unasur.org/es/o-que-fazemos/vigilancia/
36
del complejo médico industrial farmacéutico
del Norte global, realmente la inexistencia de
coordinación y cooperación integral en el diseño de
estrategias epidemiológicas regionales conjuntas
resultó evidente (Preciado, 2008).
La Red Suramericana de Vigilancia y Respuesta en
Salud3 fue un intento en este sentido en promover
un "escudo epidemiológico" regional, aunque en su
implementación quedaría ceñida a una concepción
de una epidemiología clásica especialmente sobre
inmunizaciones y control sanitario tradicional sobre
las enfermedades epidémicas y de notificación
obligatoria como de riesgos del Reglamento
Sanitario Internacional (RSI). Como bien lo planteaba
el propio ISAGS-UNASUR a partir del año 2016, la red
sudamericana de vigilancia y respuesta en salud se
basó sobre dos iniciativas subregionales ya existentes
y con características muy claras: la Comisión de
Vigilancia en Salud del Subgrupo de Trabajo 11
“Salud” del Mercado Común del Sur (Mercosur) y
la Red Andina de Vigilancia Epidemiológica del
Organismo Andino de Salud-Convenio Hipólito
Unanue (ORAS-CONHU). Estas experiencias aún
incipientes nunca pudieron ni potenciarse ni asumir
autonomía y soberanía regional en su concreción.

Las dinámicas sociopolíticas en la Sociedad ante el riesgo epidémico
En 1938, Orson Welles, como parte de su estrategia
para promocionar su obra teatral “La guerra de los
mundos”, desató un ataque de pánico colectivo en
Estados Unidos al anunciar: “Señoras y señores,
tengo que hacer un grave anuncio”: una invasión
alienígena. Pánico (del latín“panicus”, miedo excesivo
sin aparente causa justificada), en el Diccionario de
la Real Academia Española es el miedo extremado
o del terror producido por la amenaza de un peligro
inminente, y que con frecuencia es colectivo y
contagioso. El pánico es una reacción colectiva muy
temida, a pesar de no ser la más frecuente que se
puede definir como el miedo colectivo intenso,
sentido por todos los individuos de una población
y que se traduce en las reacciones primitivas de
fuga, de fuga sin objetivo, desordenada, de violencia
o de suicidio colectivo. El sentir intensamente
miedo es una reacción frecuente en situaciones de
emergencia o de amenaza, pero no es una condición
suficiente para que aparezcan conductas de pánico
individual y colectivo (Méndez, 2010).
La curva expansiva de desinformación,
sobreinformación, angustia colectiva, espiral de
pánico en ciertos sectores sociales, sería necesario
abordarla como una prioridad de la salud pública
desde la salud mental comunitaria (Stolkiner y
Ardilla, 2012). Una asociación bastante directa con
repentización de opiniones de infectólogos clínicos
en vivo y directo en medios de comunicación y el
caos de fuentes de información basura en redes
sociales produjo quizás una reinterpretación del
riesgo epidémico. En este sentido, cómo frenar
una circulación viral prevalente es una pregunta
recurrente estos días: la de la ciencia biomédica
individual en su mayoría a través de infectólogos
Salud Internacional Sur Sur
clínicos convertidos en opinólogos a tiempo
completo en medios de comunicación y redes
sociales, dando respuestas poblacionales desde
enfoques en medidas individuales, con la alarma
social y especialmente desdibujando la compresión
y rol de la salud pública (Ministerios, gestores
públicos, universidades) en diálogo y intercambio
con la sociedad.
Existe en contextos epidémicos una delegación
en vocerías de la enfermología, con preeminencia
de figuras y personalidades individuales médicas
que respondieron a sus lógicas hospitalarias y
de sociedades clínicas, colegios médicos; y hasta
algunos actores que directamente promovieron los
intereses de la propia industria farmacéutica en su
trabajo de “expertos” (Ugalde y Homedes, 2009). Es
decir, esto no refiere a los excelentes trabajadores
sanitarios clínicos con capacidad para atención
individual de la enfermedad en establecimientos
de salud que disponen los países en la región y que
todos los días producen cuidado en condiciones de
trabajo muchas veces adversas y responden desde los
fragilizados sistemas de salud pública, sino a quienes
estuvieron dando recomendaciones a nivel individual
minuto a minuto casi 24x24 mezclando pautas de
cuidado, protección y prevención de la enfermedad
individuales y colectivas, confundiendo estudios y
pensamiento epidemiológico con estudios clínicos,
vociferando modelajes matemáticos, sobreactuando
la gravedad, sesgando la información, improvisando
y desdibujando el rol y preparación del Estado junto
con la Sociedad. En esto los medios de comunicación
tienen su responsabilidad. Pero el diseño público
de la respuesta a la emergencia de salud pública
en muchos países de América Latina y Caribe se
37
delegó su gobierno público en actores individuales
biomédicos que respondieron a su lógica, formación
e intereses (Menéndez, 1998).
Ernesto Estéves Rams acaba de publicar un artículo4
en Cuba que resulta ejemplificador en el análisis
de la dinámica sociopolítica del riesgo epidémico
y el rol de los expertos. El artículo cuenta que “del
folklore soviético viene la fábula del inventor de
la silla voladora. Un día, en un centro científico, se
presenta una persona que quería ver al director, pues
tenía una solución para los problemas de transporte.
A tanta insistencia, el director lo recibe -llamémoslo
Alexei-, y le pregunta cuál era su solución. El aludido
contesta: «la silla voladora». Pasa entonces a explicarle
con estadísticas, tablas, gráficos, etc., cuántas sillas
voladoras se necesitarían, los costos, la cantidad de
personas que se podrían transportar al año, a los dos
años... El director, emocionado por lo revolucionario
del invento, le halaga su presentación y le pregunta
por los planos de la silla voladora para valorar las
adaptaciones industriales que tendrían que hacer.
Alexei, sorprendido, le responde: «¿Cómo que los planos
de la silla? Eso se lo dejo a ustedes. Yo ya di la idea».
Y dice Estéves Rams con la fábula de la silla voladora:
…” Hay personas en la red hoy que me recuerdan la
fábula, nos inundan de propuestas de sillas voladoras.
Son capaces de clamar por la solución mágica a la
crisis sanitaria… Pero, a pesar de no saber nada de
eso, se erigen en expertos de manejo de crisis y dictan
qué debe hacerse, truenan si el Gobierno no hace
lo que sugieren. Un colega me decía que habíamos
descubierto una nueva fuente de servicio exportable
para el país: expertos en manejo de crisis”.
Por último, también la aparición de dinámicas
de darwinismo social (Lukács & Roces, 1972) de
4 Granma(Cuba)- La fabula de la silla voladora: http://www.granma.cu/mundo/2020-03-24/la-fabula-de-la-silla-volado-
ra-24-03-2020-01-03-42
38
selección natural sobre el afrontamiento de la
enfermedad del presente coronavirus, con lógicas
de descarte sobre la dependencia y precariedad
de la vida de los adultos mayores que en América
Latina y Caribe. Donde la propia sociedad funciona
radicalizando medidas de comportamiento
individual asumiendo su rol de policía médica
(Nouzeilles, 1997), de denunciar al “Otro”, y comienza
a producir una dinámica culpabilizadora a sectores
sociales que no cuentan ni con derechos sociales ni
laborales ni económicos para entrar en “cuarentenas”
porque esas familias, grupos, poblaciones están en
riesgo día a día. Son los grupos desciudadanizados
por desposesión definidos previamente. El riesgo es
poner en riesgo la cultura de la sobrevivencia que no
se transmite en vivo y directo por ninguna cadena
comunicacional.
Asimismo, los feminismos regionales y decoloniales
(Lugones, 2011) seguramente tendrán grandes
desafíos por delante en la lógica imperante sobre la
enfermedad del SARS-CoV-2. Sin duda la sobrecarga
del cuidado de la familia, de niños/as y ancianos
sobre las mujeres es un hecho (Batthyány, 2015), la
división sexual del trabajo del cuidado potenciado
en una coyuntura epidemiológica que no lo tuvo
en cuenta. Los esfuerzos del movimiento feminista
por visibilizar esto: ya el Parlamento Plurinacional y
Popular de Mujeres del Ecuador planteó “la pastilla
de la cuarentena es un privilegio de clase”.
Y es desde la propia sociedad donde comienzan a
emerger respuestas solidarias, donde la familia, el
barrio, la comunidad, el ayllu, se transforman en los
espacios colectivos para cuidarse y protegerse, para
alimentarse en conjunto, para el gobierno de los
asuntos comunes en comunidad.

Doctrina del shock y la salud de la sociedad
Por último, la expansión actual de doctrina del shock
está primando en la comprensión y respuesta a la
emergencia de salud pública del Covid-19 (Klein,
2017). La avidez de los mercados y de las élites por
convertir todo desastre y emergencia en lucro; tal
como postula Klein (2017) comienza a aparecer en
la propia declaratoria de Donald Trump de “guerra
al Covid-19”, donde enciende los motores del shock.
Donde hay guerra, es difícil considerar fortalecimiento
o apuntalamiento de sistemas de protección. El
complejo médico industrial farmacéutico es por
demás similar al complejo militar industrial.
“¿Habrá recesión? … Bueno, puede ser. No estamos pensan-
do en términos de recesión. Estamos pensando en términos
del virus. Una vez que nos detenemos, creo que hay una tre-
menda demanda acumulada, tanto en términos del merca-
do de valores como en términos de la economía. Y una vez
que esto desaparezca, una vez que pase y hayamos termi-
nado con eso, creo que verás una tremenda, una tremenda
oleada ".
Donald Trump (Casa Blanca, 16/03/2020)5
El «capitalismo del desastre», agrega Klein(2017),
utiliza el miedo como un efecto dominador sobre la
población a quienes el sistema de mercantilización
de la vida no les da otra solución más que una
promesa de falsa seguridad.
Los daños y afectación a la vida de la sociedad están
quedando fuera de la agenda de la enfermología
pública internacional en el Covid-19: pérdida
5 https://www.whitehouse.gov/briefings-statements/remarks-president-trump-vice-president-pence-members-coronavirus-task-for-
ce-press-briefing-3/
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y suspensiones masivas de fuentes de trabajo,
flexibilización laboral, crisis alimentaria, impactos
económicos y sociales severos, congelamiento
de la economía popular de sobrevivencia,
sobreexplotación de las/os trabajadores de servicios.
Como dice Klein, el capitalismo necesita de un
proceso de destrucción para edificar su consumo
y destruirlo nuevamente para volver a construirlo.
El devenir de la desprotección que implica la
modernidad siempre fue progresivo. También esto
se está conjugando en las tramas de abordaje de la
epidemiología internacional del Covid-19.
La industria farmacéutica mundial sigue siendo uno
de los sectores más prometedores para los negocios
del gran capital y garantía de tasas de ganancias
extraordinarias, con una alta concentración. El
mundo farmacéutico es un pastel de gran valor
sectorial que es liderado por 17 "big pharma" (valor
global del 51% de mercado distribuido entre estas
mega empresas), seguido de 277 pequeñas empresas
farmacéuticas(de especialidad farmacéutica), con
23% de participación, seguido de China y el sector
genérico; que son casi iguales en tamaño.
Aunque el capitalismo global pareciera
autoinfligiéndose un daño exorbitante, también
puede que este aprovechando la escena para ajustar.
Como plantea Wendy Brown(2017), el capitalismo
neoliberal es capaz de convertir cada necesidad y/o
problema del ser humano en una empresa rentable.
El Covid-19 no es la excepción. Sino todo lo contrario.
39
A modo de aportes y conclusiones:
1. El Covid-19 es un proceso salud enfermedad de-
terminado por el metabolismo Sociedad-Naturaleza.
Donde el antropocentrismo implica una cada vez
más acelerada destrucción, manipulación, mercanti-
lización de la sociedad sobre lo natural (madre tierra,
ecosistemas), generando consecuentes impactos en
la salud y la vida.
2. La terapia de shock sobre la pandemia, pero en
especial sobre las sociedades, puede llevar a escena-
rios aún de mayor desigualdad, emergencia social y
sanitaria.
3. Los abordajes en China y Corea del Sur y en ge-
neral en mundo no occidental, tuvieron un impac-
to rápido en la curva senoidal y en la respuesta a la
emergencia de Covid-19. Aunque posiblemente se
subestiman las capacidades de control poblacional
vertical (cultura autoritaria para mundo occiden-
tal) y especialmente la vasta experiencia aplicada
en anteriores riesgos epidémicos de enfermedades
respiratorias(Ej: SARS) en sociedades con alto stress
de contaminación del aire e infecciones respiratorias
prevalentes.
4. Cuba en comparación con el resto de los países
de América Latina y Caribe, es de los pocos que tomó
medidas de vigilancia y respuesta a Covid-19, pero bus-
cando mantener procesos de la vida cotidiana. Será
pertinente evaluar la respuesta del Sistema de Salud de
Cuba en comparación con el resto de la región.
40
5. Ha primado una matriz y lógica de diseño y ges-
tión de la Emergencia Covid-19 que deberá seguir
siendo estudiada, especialmente por sus caracte-
rísticas de militarización, punitivismo, individualiza-
ción del riesgo, transferencia de responsabilidades
a la Sociedad. Repensar las Emergencias y Desastres
como tarea regional.
6. El temor de no “interferir” con las respuestas gu-
bernamentales de biomedicalización de la pande-
mia y patologización con militarización de la socie-
dad, implicó en la práctica que la microbiología hoy
gobierna las políticas, estrategias y acciones sanita-
rias en el Sur global sobre la respuesta a Covid-19.
Muchas personalidades biomédicas que fueron y
son aplaudidas actualmente, posterior a la emergen-
cia será momento de revisar sus roles, opiniones y
puesta en escena pública.
7. La agenda, geopolítica y acciones de salud a nivel
internacional, regional y sus impactos nacionales y
locales tienen implicancias en un nuevo carácter de
la dependencia en el campo de salud pública y la epi-
demiología. La dependencia financiera-tecnológica,
la importación acrítica de innovaciones de medica-
mentos, de tecnologías sanitarias, de conocimientos
y tratamientos biomédicos, transnacionalización de
modelos hospitalarios y de atención médica, de res-
puesta a emergencias sanitarias, de políticas basadas
en evidencias de ese Norte global son sólo algunos de
los procesos generadores de dependencia sanitaria.

8. Más que aceptar la colonización de la ciencia del
individuo, de la terapia de shock y el capitalismo del
desastre, enhebrar encuentros en y con la sociedad
para producir cuidado (despatriarcalizado) empieza
a ser una premisa de multiplicidad de actores sub-
alternos. Donde urge repolitizar un diálogo sin in-
termediarios con el Estado para responder de forma
prudente, efectiva, justa, poniendo en el centro a la
salud de la sociedad. Más que medidas individuales,
medidas de salud colectiva y protección para y con
la sociedad.
9. La curva ascendente de militarización, policía
médica, control poblacional, persecución social y
medidas sobre comportamientos individuales po-
nen en la cuarentena social su mayor expresión en
sociedades desiguales y excluyentes. Mantener y
proponer una vitalidad cuestionadora y una cone-
xión permanente con las colectividades afectadas
permite no sólo pensar la salud colectiva desde el
Estado, sino en y con la Sociedad.
10. Recuperar las mejores tradiciones del pensa-
miento crítico latinoamericano y caribeño en salud
y la cuestión social (Granda, 2004), como en las di-
mensiones teóricas y prácticas de la reactualización
de la teoría de la dependencia (Dos Santos, 2000);
quizás sea prioritario para repensar la geopolítica
sanitaria del SARS-CoV-2. Basándonos en relecturas
que trabajen a partir de una autonomía y soberanía
sanitaria regional en la vigente crisis epidemiológica
internacional. Esta crisis, en definitiva, pone al des-
cubierto una vez más que dependencia no es tan
sólo un fenómeno externo. Se manifiesta también a
formas y estructuras internas (sociales, ideológicas,
Salud Internacional Sur Sur
políticas, de gobierno). Preguntas incómodas sobre
los modos de vivir, enfermar y morir.
11. La crisis y fragilización de los sistemas de sa-
lud pública fue invisibilizada en la emergencia del
Covid-19 en varios países. La teoría crítica latinoa-
mericana sanitaria asume que un sistema de orga-
nización, redes y gestión de salud colectiva que se
construya a partir de la universalidad, integralidad e
interdependencia es desde donde más eficazmente
se desmercantiliza la salud y la vida, y se responde
de forma más eficiente a las necesidades y emergen-
cias sanitarias de las sociedades complejas e inequi-
tativas que aún se reproducen en Latinoamérica y
Caribe. Sistemas universales e integrales de carácter
público es lo más “seguro” para la salud colectiva de
la sociedad. Retomar este análisis sobre la pandemia
Covid-19 parece clave en un momento que las socie-
dades están observando las capacidades de sus Sis-
temas de Salud.
12. La necesidad de una salud internacional des-
de una geopolítica Sur Sur y decolonial(Basile, 2018)
nuevamente aparece en el horizonte de aprendizajes
post-Covid 19. La dependencia al panamericanismo
sanitario una vez más demostró que los países de la
región por momentos somos importadores de medi-
das de repetición y copia, de paquetes prediseñados.
Repensar, conceptualizar y operacionalizar la Sobe-
ranía Sanitaria: buscando maximizar la capacidad de
decisión en el contexto global imperante y contra-
rrestrar las lógicas hegemónicas del panamericanis-
mo y salud global liberal es quizás una premisa sus-
tancial que permita una genuina capacidad regional
de formular políticas, metas, estrategias, respuestas
41
a emergencias de salud y crisis epidemiológicas ba-
sadas en nuestros propios actores y decisiones.

13. A decir de Wallerstein (1976) “es importante mirar

de un nuevo modo no sólo cómo funciona el mundo en
qué vivimos, sino como hemos llegado a pensar acer-
ca de este mundo”. Analizar los modos en que hemos
pensado conocíamos el mundo, también implica los
modos en que creíamos conocer y hemos pensado la
salud internacional. Es un camino de emancipación
epistémica que plantea la nueva salud internacional
sur sur (Basile 2018).

14. Las epidemias a veces también pueden servir

para repensar y recordar las deudas pendientes a
nuestras sociedades y Estados. Es momento de llamar
a la tranquilidad, a enredarnos y solidarizarnos, pero
para nada a quedarse paralizadas y paralizados ni ca-
lladas y callados. Es momento de la salud “colectiva”.

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