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DOCTORADO EN ADMINISTRACIÓN

INTRODUCCIÓN A LAS CIENCIAS HUMANAS


PRESENTACIÓN DE SINTESIS PERSPECTIVA ONTOGENÉTICA

Por: Sergio René Oquendo Puerta


Profesor: Rodrigo Muñoz

Desde la cultura… bitácora de viaje social

Para presentar una síntesis sobre la ontogenética como perspectiva teórica,


conceptual del seminario de Introducción a las Ciencias Humanas, se hace
necesario comprender el sentido y objetivo que se pretendió al intencionar
un viaje a su interior.

Es claro que se guarda respeto por la complejidad del conocimiento, en tal


sentido, se planteó “intentar dar respuesta desde un enfoque
multidisciplinario a la pregunta: ¿qué es el hombre?”; con este punto de
partida, se deja claro que no hay una completud con relación a la idea que el
hombre tiene sobre si, por una aparte y por otra, que se hace necesario
integrar miradas, complementar perspectivas científicas, inter y trans/
disciplinares para buscar una aproximación más holística a lo que somos
como especie hoy.

Las perspectivas propuestas para el viaje, parte del sentido de lo que somos
como individuos, únicos e irrepetibles, para ello en esta síntesis el desarrollo
neurobiológico, el aprendizaje, el desarrollo afectivo, la socialización, las
relaciones sociales y la palabra se constituyen como claves que aportan a esa
individualidad y al desarrollo del ser humano.

Antes de empezar por este viaje, se hace necesario aclarar que esta es una
síntesis ontogenética imperfecta, de un no experto y con ella se pretende
solo una aproximación que sirve como pretexto para tender el puente entre
humanismo y gestión.

Para hablar de ontogénesis se debe reconocer como predecesor


condicionante la filogénesis, es decir se parte de la idea de un proceso
evolutivo de la especie humana, que parte e integra las etapas desde la
fecundación hasta su plenitud, madurez y consolidación como sujeto con
características fisiológicas, psicológico y sociales únicas.

Un primer recorrido fundamental para llegar a comprender al ser humano


adulto, social, con palabra y actos sociales, es el presentado por el desarrollo
neuro bibliológico o desarrollo del sistema nervioso, el cual se plantea como
una etapa evolutiva fundamental para la construcción de una personalidad y
de un ser humano social.

En él, la realidad (contexto) del proceso de fecundación, seguido por el


cuidado que se de en el proceso embrionario, su primer contacto con el
mundo, el de sus padres en la socialización primaria, los estímulos
sensoriales, comunicativos, amorosos y la alimentación, se constituyen en
los factores preponderantes para su neuro desarrollo.

La explicación consiste en que tanto en la etapa embrionaria, como en la


primera etapa de contacto con la realidad, se presenta la formación de todo
el tejidos nervioso, el proceso neuronal, el proceso de mielinización y
construcción de celular nerviosas, el desarrollo de habilidades motoras, el
desarrollo físico e intelectual, que si bien procesos evolutivo filogenético, se
hace y consolida en total interdependencia con el contexto donde se dé, del
mismo modo, dichos factores inciden directamente en el desarrollo del habla,
del lenguaje y socialización del niño; Por lo tanto, muchas de las
explicaciones de una personalidad sana, socialmente aceptada, está
condicionada por el proceso evolutivo, contexto donde y como se dé.

Por otra parte, pero siempre en relación con el proceso de desarrollo del
sistema nervioso (filogenética) y de los procesos de socialización primaria y
secundaria (ontogenética), es necesario abordar el aprendizaje y para ello
debe tenerse claro que no solo las condiciones biológicas o genéticas inciden.

Autores como Piaget, Vygotsky, sostienen que el proceso de aprendizaje y


conocimiento es un procesos de maduración desde los primeros estímulos
individuales, complementado por las relaciones con el contexto y las
interacciones sociales o grupales, es decir nos constituimos en la relación
sujeto entorno y con ello desarrollamos dimensiones de lo cognitivo como la
atención, la percepción, la memoria, la inteligencia, el lenguaje y el
pensamiento, dimensiones que permiten la formación de seres humanos
mejores, críticos y creadores de mejores formar de vivir o al menos que
toleren vivir en comunidad.

En dialogo con el aprendizaje e igual en múltiples interdependencias, se da la


formación de un yo adulto que parte del desarrollo psicosexual, la formación
de la personalidad, y para ello se hace necesario acudir a los aportes de
teóricos como Sigmund Freud con el psicoanálisis y Erik Erikson con infancia
y sociedad.
El desarrollo psicosexual planteado por Freud presenta la constitución de
cinco etapas evolutivas que se dan en el proceso de crecimiento del niño, las
cuales son la oral, anal, fálica, de latencia y genital. Cada una constituye a
su vez y se dan por la relación y construcción de objetos psicológicos que
permiten satisfacer necesidades sexuales puntuales denominadas “libido”, es
decir concepto relacionado e intencionado al deseo sexual o a la energía
psíquica que una persona clave para el desarrollo de su personalidad.

La etapa oral primer hito en la conformación de la personalidad (primeros


dos años de vida), relacionado con la pulsión de hambre o pulsión
nutricional, relacionada directamente con el seno materno y quizás la etapa
más importante de la vida del niño, en tanto permite satisfacción dada por la
actividad de succión.

Posteriormente se presenta la etapa anal (entre los dos y tres años), etapa
donde se da la expulsión o retención de las heces que en la misma tensión
de expulsar y retener genera representaciones de placer al individuo.

La etapa fálica, donde se produce el Complejo de Edipo y el Complejo de


Electra (entre los cuatro y seis años), en esta etapa el niño o niña orienta
sus impulsos a sus genitales consiguiendo la satisfacción a través del juego
con el pene el niño y clítoris la niña.

Etapa de latencia (entre los cinco o seis años y la pubertad) Freud plantea
que es la etapa de la aparición del súper yo, o etapa de control o
autocontrol, donde en palabras de Freud “el niño reprime sus sentimientos
edípicos e inhibe sus apetitos erótico-sexuales”.

Finalmente la etapa genital, (en la pubertad) plantea Freud que en esta


etapa “tras superar el complejo de Edipo se deposita el deseo sexual – la
libido por fuera de la familia, hacia “personas del sexo opuesto y convierte la
relación genital reproductora en el objetivo del instinto sexual”.

Adicionalmente a efectos de explicar el proceso del funcionamiento psíquico,


se presentan el concepto o instancia del Ello, el Yo y el Superyó, elementos
constitutivos de la personalidad.

El Ello se explica como la energía psíquica que busca o expresas las


necesidades físicas que materializan el principio del placer, su origen está en
la etapa oral.
El Yo constituye la energía psíquica que regula las exigencias del Ello,
estableciendo conexión el contexto bajo el principio de realidad,
entendiéndose esto como el que define la pertinencia o viabilidad de las
exigencias del Ello, es una especie de polo a tierra psicológico establecido por
la conciencia de lo exterior, es en esta instancia donde las necesidades y
deseos son convertidos por el Yo desde el primer año de vida en objetos que
remplazan o satisfacen las necesidades orgánicas expresadas por el Ello.

Finalmente se encuentra la instancia o concepto psíquico denominado el


Súper Yo, el cual constituye la energía psíquica que contiene la carga moral,
el control, la norma, el ideal de actuación, la moral que castiga o restringe
las acciones del Ello y el Yo, los instintos y las pulsiones, es reflejo del
castigo de los padres y dicha instancia se estructura las siete años. Las
pulsiones hacen presencia en las tres instancias nombradas y son
precisamente la carga de energía que presiona una acción decisión.

La perspectiva ontogenética desarrollada desde la mirada psicosocial realiza


un gran aporte a la comprensión del ser humano como complejo en
evolución y en total interacción con el entorno que lo circunda y lo afecta,
en tal sentido, la personalidad del individuo es moldeada por su proceso de
crecimiento dado al lado de sus padres, el contexto que lo reprime, castiga y
satisface, desembocando en un tipo de personalidad adulta que es la que
interdependientemente constituye nuevos entornos, contextos que inciden la
formación de nuevas personalidades.

De este modo son las pulsiones reprimidas, el control excesivo ejercido por el
Súper Yo o el desbordamiento del placer desmedido generado del Ello, el que
genera personalidades socialmente aceptadas o no, de igual modo existe la
interdependencia de que es la sociedad con sus reglas, consciencia y
libertades la que incide para el desarrollo de personalidades que puedan vivir
en comunidad o no.

Puede comprenderse como una ecología psico-social, una dialéctica entre


esfera psicológica y la esfera social, es decir cada sociedad carga sus
enfermedades o salubridades, en esta lógica se considera imposible
entender la psique sin entender lo social y viceversa.

Precisamente es la interacción social otra de las perspectivas ontogenéticas y


quizás una de las más importantes que permiten poner el sello ontogenético
del individuo.
Para ello, como se planteó anteriormente puede plantearse dos etapas de
constitución del ser social, la primeara de ellas denominada socialización
primaria la cual se presenta en la primera infancia del niño en su contacto
con su mundo cercano y afectivo padre y madre, clave para la formación
precisamente del sistema nervioso.

La segunda de ellas es la socialización secundaria, etapa fundamental por el


contacto con otros seres, niños, escuela, maestros, cultura, símbolos,
rituales, la palabra etc., factores que permitirán su inserción e inmersión
social de una u otra manera y se dará por toda su vida.

Pero es importante aclarar que tanto la perspectiva psicoafectiva


(psicológica), como la social son interdependientes interrelacionadas y
ambas construyen un sello de personalidad único, relacionada con la forma
como los individuos asuman dichas etapas, las afecten y se dejen afectar por
las mismas.

La estructura social de una u otra cultura imprime en los suyos su sello,


marca por medio de la socialización, por medio de la educación las formas de
comportamiento que los individuos deben apropiar, se enseña a leer textos y
contextos, se enseña a inhibir y desinhibir, se enseñan los miedos y
controles, lo bueno y lo malo, los dioses, los mitos y verdades, en síntesis se
moldea el cuerpo y la conducta para vivir en la comunidad; con ello
implícitamente moldean su forma de pensar y actuar.

Es el contacto con lo social, con el otro y los otros que se forma una
ontología, pero debe entenderse que dichas interacciones se reflejan en
actos y costumbres, pero de igual modo tienen un altísimo impacto en la
personalidad psíquica de los individuos. Es decir en lo social se forma lo
intelectual y lo moral. Plantea Mauss “que es justamente una subordinación
de lo psicológico a lo sociológico”.

En la interacción social el individuo emerge naturalmente la expresión de sus


costumbres y sus instituciones, las cuales se materializan en símbolos que
determinan sus salubridades o trastornos sociales, pero igual producto de un
orden social.

De la vida en sociedad nacen sistemas simbólicos que tienen como primer


plano el lenguaje, pero de igual modo tiene su génesis l las reglas morales,
las formas de relaciones económicas, el arte la técnica, la ciencia y los mitos,
donde se instala la religión.
Mauss M, propone para comprender lo social de los individual el termino Acto
Social Total (AST), planteando de alguna manera que las construcciones
individuales solo podrían constituirse en algo social real cuando estas sean
integradas en el sistema social diacrónica y sincrónicamente, es decir cuando
se construya evidencia, uso y tradición apropiación por el sistema social
completo.

En otras palabras solo se constituirá en AST plantea Mauss M, cuando


diferentes modalidades de lo social lo apropien como lo jurídico, económico,
estético y religioso; o diferentes momentos de la historia de cada individuo
como nacimiento, infancia, educación, adolescencia, matrimonio etc., o
diferentes formas de expresión como fenómenos fisiológicos como
secreciones, moderaciones, aceleraciones y representaciones entre otras. Es
decir el AST se constituye en social cuando todos los elementos de la
naturaleza social lo integran y cobra sentido global. Es decir plantea Mauss
M, cuando sale del ámbito individual y “se transforma en un sistema entre
cuyas partes pueden descubrirse conexiones, equivalencias y solidaridades”

En dialéctica se plantea el AST como la integración entre lo individual y lo


colectivo, o es expresión del individuo o práctica es un acto individual que
cobra sentido social; es el puente entre lo individual y lo colectivo, entre
aspectos sincrónicos, diacrónicos; es dimensión de lo fisiológicos y lo
psicológicos.

La dialéctica cultural -psicológica forma la personalidad que la sociedad


requiere, a partir de los diferentes patrones actos que la marcan y
configuran. Por lo tanto, los AST son la cultura misma, y en tanto cultura en
la interacción con los individuos que la constituyen es más lo que se trasmite
cultural e inconscientemente que lo que enseña. De este modo las formas
que consciente o inconscientemente adoptamos en sociedad roles, ritos,
mitos, moral, lenguaje son productos de la misma y mecanismo de
identificación propios de sociedad específica.

Es precisamente la interacción sociedad, cultura infancia en la que plantea


Erik Erikson un puente interactivos entre lo social y psicológico, en tanto la
configuración de la personalidad del ser humano esta marca por la forma
como maduran en diferentes fases (anales, orales…) con la cultura.

Finalmente y como última perspectiva ontológica a abordar en esta síntesis


se presenta la palabra. Esta tal como se plantea en el AST, emerge como
significado y para significar símbolos y costumbres, por ello la palabra como
expresión del pensamiento, de las ideas, representa las características de
una cultura, de una sociedad.

La palabra como elemento filogenético, es decir como componente biológico


nos diferencia de los demás seres vivos, y como componente ontogenético
nos identifica, es decir la palabra es la condición ontológica de identidad del
ser humano, el lenguaje es constitutivo él se la materia prima como se
construye el ser, en síntesis el ser humano es lenguaje.

La noción de representación es la filogénesis del humano, es la característica


de conquista del cerebro humano, pero poco a poco remplazamos la realidad
por símbolos, lo plantea Piaget en otras palabras expresando como que todo
concepto nuclear es la permanencia en la mente del objeto, y el objeto se
remplaza en la mente por una representación simbólica que convertimos en
palabra.

Por su parte Vygotsky expresa con respecto a la palabra que "… la relación
entre pensamiento y palabra no es un hecho, sino un proceso, un continuo ir
y venir del pensamiento a la palabra y de la palabra al pensamiento, y en él,
la relación entre pensamiento y palabra sufre cambios que pueden ser
considerados como desarrollo en el sentido funcional. El pensamiento no se
expresa simplemente en palabras, sino que existe a través de ellas."

La palabra es la representación de la realidad y desde allí se representa la


subjetividad de cada persona, en la palabra están y se representan los
rasgos de la cultura, la norma, lo social, psicológico, lo económico lo
individual y lo colectivo, lo sincrónico, diacrónico, lo fisiológicos y lo
psicológicos.

En y con la palabra se reconoce al otro, como igual y deferente, con el otro


construyo la palabra, la identidad individual y cultural; con los otros en
aprobaciones y desaprobaciones nos moldeamos, nos vinculamos,
desplegamos en la palabra toda la condición humana.

“Yo diría que, antes de servir para comunicar, el lenguaje sirve para vivir”

Alain Chanlat y Renée Bédard.

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