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Un área o zona metropolitana es una región urbana que engloba una ciudad central (la metrópolis)

que da nombre al área y una serie de ciudades que pueden funcionar como ciudades dormitorio,
industriales, comerciales y servicios. También se conoce como red urbana.

El concepto de área metropolitana es indispensable para comprender la realidad urbana de


nuestro tiempo: se trata de un fenómeno que principalmente se desarrolla a partir del siglo XIX,
relacionado en sus inicios con la Revolución Industrial y que, sobre todo, a final del siglo XX afecta
a la mayoría de las ciudades grandes y medias, ya no sólo producido por el desarrollo económico y
desarrollo social en los países desarrollados, sino también, debido a las altas tasas de crecimiento
demográfico, en los países emergentes y del Tercer mundo. La mera observación del entorno
periférico de ciudades como Granada lo manifiestan de un modo evidente, mediante la evolución
de las comunicaciones, la proliferación de nuevas actividades, la expansión urbanística y, a nivel
social, con la ubicación indistinta de todos los estratos sociales en toda el área, como domicilio
habitual.

Las áreas metropolitanas constituyen los polos básicos del sistema de ciudades. De acuerdo con el
perfil teórico, funcionan como verdaderos centros de innovación, cultural, social y demográfica, al
mismo tiempo que concentran una gran parte del poder económico, y en ellas radican
importantes centros de decisión que –de un modo u otro– influyen en los diversos componentes
del sistema de ciudades inserto en su área de influencia.1

Hay numerosos ejemplos de áreas metropolitanas en el mundo:

En América del Sur: Región metropolitana de São Paulo, Gran Buenos Aires, Región Metropolitana
de Río de Janeiro, Lima Metropolitana, Área metropolitana de Bogotá, Región Metropolitana de
Santiago (Chile), Belo Horizonte, Gran Caracas, Área metropolitana del Valle de Aburrá (Medellín),
Guayaquil, el Distrito Metropolitano de Quito, el Gran Santo Domingo de la República Dominicana,
Área Metropolitana de Cali, Gran Concepción, Gran Valparaíso, Asunción, Montevideo, entre las
más pobladas y extensas.

En América del Norte y América Central: Zona metropolitana del valle de México, Área
metropolitana de Boston, Área metropolitana de Houston, Área metropolitana de San Diego, Área
metropolitana de Miami, Zona metropolitana de Monterrey, Área metropolitana de Toronto, Área
metropolitana de Vancouver, Área metropolitana de Montreal, Área metropolitana de Denver,
Área metropolitana de Nueva York, Gran Los Ángeles, Gran Área Metropolitana (Costa Rica), Área
metropolitana de Guatemala, de Chicago, Dallas-Fort Worth.

En Europa, algunas de las mayores son las de Londres, París, Moscú, Área Metropolitana del Rhur,
Madrid, Milán, Barcelona, Berlín, Atenas, Roma, Hamburgo, Fránkfort del Meno, Viena,
Ámsterdam, Kiev y Lisboa.

En Oceanía: Sídney, Melbourne, Brisbane, Auckland y Adelaida son las principales metrópolis.

En Asia: Área del Gran Tokio, Osaka, Pekín, Shanghái, Hong Kong, Bangkok, Singapur, Yakarta,
Bombay, Nueva Delhi, Karachi, Teherán, Damasco, Jerusalén, Dubái o Beirut.

Índice

1 Diferentes modelos de organización urbana

2 Áreas Urbanas Funcionales (AUF)

3 Áreas metropolitanas por población

4 Véase también

5 Referencias

5.1 Bibliografía

Diferentes modelos de organización urbana

El concepto central que diferencia el concepto "área metropolitana", de otras organizaciones


demográficas se encuentra en el enfoque que se le dé a esa agrupación. Bien sea la idea de un
sistema radial, centralizado con una ciudad principal, cuyo tamaño está generalmente definido por
las correspondientes administraciones, y con grandes densidades de población –área
metropolitana–. O bien la consideración del núcleo urbano como la suma de una o más ciudades
principales que a su vez pueden tener sus correspondientes áreas metropolitanas, y que, debido al
crecimiento de éstas, han llegado a fusionarse en una agrupación superior –conurbación–. En
ciertos casos de este segundo modelo, la extensión física y la población serían enormes, formando
espacios urbanos de decenas de millones de habitantes que agruparían ciudades ya de por sí
grandes y conformando megalópolis. En la práctica, los conceptos: metrópolis, área
metropolitana, conurbación, megalópolis y otros más generales pueden referirse a la misma cosa,
pero fijándoles previamente las cualidades o variables que deseamos incluir en el espacio
geográfico, siendo típicas la proximidad o la densidad de población, pero no definitivas.

El pensamiento sociológico sobre la sociedad urbana es enriquecedor: considérese ya sea el de los


mismos sociólogos (Alain Touraine en La transformación de las metrópolis) o el de los cineastas
(Fritz Lang en Metrópolis) o el de los especialistas en ecología humana (Amos H. Hawley en La
estructura de los sistemas sociales, un clásico).

Finalmente, el desarrollo de muchas áreas rurales con miles de casas unifamiliares, carreteras en
vez de calles, numerosas urbanizaciones, espacios verdes por todos los sitios en vez de parques y
una extensión de decenas de kilómetros cuadrados, ha construido un nuevo concepto de ciudad
que ya no tiene mucho que ver con la ciudad típica, pues presenta infraestructuras muy caras
debido a su baja densidad y gran extensión, pero una calidad de vida superior. Existe entonces una
gran preocupación y dedicación por parte del municipio por la definición de prioridades y por su
dotación presupuestaria. El estudio de las prioridades sociales como índices, que componen
indicadores sociales de desarrollo regional, que es el objetivo final de tales planes regionales,
merece un tratamiento independiente. Aunque no sea el único tema, merecen un lugar destacado
el transporte, los medios de comunicación, la educación, la salud y, claro está, el trabajo y de todo
esto debe de ser dotada el área. Hay proyectos en marcha, bien documentados, de esta nueva
condición humana para las preguntas y las respuestas nuevas.

Áreas Urbanas Funcionales (AUF)

Para los fines del proyecto Urban Audit se definen, para las principales ciudades europeas, sus
áreas metropolitanas de influencia, conocidas como Áreas Urbanas Funcionales (AUF). Cada AUF
consiste en una ciudad y los municipios que forman su entorno funcional, concretamente de
influencia laboral. El objetivo es disponer de un área con una parte significativa de población
ocupada residente que se desplaza a trabajar a la ciudad objeto de estudio. Un municipio
pertenece al AUF de una ciudad si el 15% o más de su población ocupada se desplaza a esa ciudad
por motivos de trabajo. En 2014, las AUF con mayor población [de España] fueron las de Madrid
(con cerca de 6,53 millones de personas) y Barcelona (con 4,89 millones). Por su parte, las de
Valencia, Sevilla y Bilbao contaban con más de un millón de personas cada una.2

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