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1
Los marginados del sistema siguen otras reglas para su supervivencia que indirectamente también dependen
del imperativo de producción-consumo.
2
Guy Debord, La sociedad del espectáculo, Buenos Aires, La Marca, 1995, parágrafo 6.
3
“Algunas cosas día tras día. Metro - trabajo - cena - trabajo - butaca - televisión - sueno - metro - trabajo. .Cuánto
más puedes tragar? Uno de cada cinco sufre un colapso nervioso”. Grafiti de Londres en la década del ‘70. Cfr.
Greil Marcus, Rastros de carmín, Barcelona, Anagrama, 1993, p. 157.
contra “el médico, jurisconsulto, sacerdote, poeta, sabio” a quienes el sistema de trabajo “ha
convertido en sus servidores asalariados”?4
MOSTO Marisa. Las desmesuras del amor. Ensayos sobre el poder de la vida personal.
Buenos Aires, Sabiduría Cristiana, 2012, 18-19
Mosto
Filosofía, crítica, valor de la filosofía
No se esconde acaso una «filosofía» en nuestro «modo de vida»? .No se cuela por todos
lados el espíritu típicamente burgués del individualismo pragmático? Dice Max Horkheimer:
“Lo que hay que aclarar es que no es que la goma de mascar perjudique a la metafísica, sino
que la goma de mascar, es metafísica” 5. Horkheimer se refiere a la sociedad de consumo y
entretenimiento dependientes del sistema de aceleración productiva y lo simboliza con la
goma de mascar. La goma de mascar, nuestro estilo de vida, nos mantiene “activos”, en
movimiento pero sin alimentarnos. Parafraseando a Horkheimer, no es que nuestro modo de
vida impida la filosofía, sino que ya es filosofía. Todo modo de vida manifiesta una
comprensión del mundo, del sentido de la vida, del orden de los valores alrededor de los
cuales se organiza. Filosofía y vida son inseparables. Mi vida manifiesta la filosofía que la
inspira.
El gran problema de la situación actual es que en general la filosofía que vivimos, es asumida
acríticamente. Nos atraviesan las coordenadas de sentido vigentes y las experimentamos
como fruto de la necesidad y no de la libertad. Sucumbimos a su hechizo.
La idea de que la vida intelectual (que no es vida solo de la inteligencia como intente describir
más arriba) pudiera tener sus “caballos de Troya” la he tomado del libro Sobre la televisión del
sociólogo francés, Pierre Bourdieu6. Allí Bourdieu describe, entre otras cosas, como las reglas
de juego del mundo de la televisión, del espectáculo que a su vez dependen del mundo
económico se cuelan en el ámbito de la “cultura”, en el espacio de la vida intelectual o
académica disolviendo su modo de ser propio y neutralizando una de sus capacidades
esenciales: la posibilidad de resistencia al avance totalitario del pragmatismo.
Aparecen formas, dice Pieper, de pseudo arte, pseudo filosofía y pseudo religión que
sustituyen al arte, la filosofía y la religión genuinas, que son a su modo de ver las actividades
(junto con el amor) capaces de trascender eso que él llama “mundo del trabajo” y de rozar
aquello que es buscado por sí mismo y no en función de otra cosa7. Esas falsificaciones,
formas bastardas de la cultura, sostiene Pieper, no hacen sino encerrar aún más al hombre
dentro de la cúpula de la instrumentalidad. Se despliega una industria de la cultura que al
seguir la ley del mercado disuelve las condiciones de posibilidad de la cultura misma.
MOSTO Marisa. Las desmesuras del amor. Ensayos sobre el poder de la vida personal. Buenos Aires, Sabiduría
Cristiana, 2012, pp. 20-2114 La expresión es de Adorno, Dialéctica Negativa, Madrid, Taurus, 1975, p. 342-348.
4
Manifiesto del partido comunista, Buenos Aires, Anteo, 1971, p. 35- 37.
5
M. Horkheimer, citado por Adorno en la introducción a Un mundo feliz de A. Huxley, México, Porrúa, 1990.
6
Sur la television, Taris, LIBER-Raisons d’agir, 1996, p. 73.
7
El ocio y la vida intelectual, conferencia primera.