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20 24 lecciones de ajedrez

cista. El gran maestro Florian ccEI que tiene supremacía, está


Gheorghiu escoge un momento obligado a actuar enérgicamente••,
inoportuno para la salvaguarda. tal es uno de los preceptos del gran
pensador ajedrecístico Wilhelm
13 T1D Steinitz (1836-1900), primer cam­
peón mundial, quien formuló las le­
Las blancas, previendo apertura yes básicas de la estrategia ajedre­
de la línea dama, ponen ahí a la to­ cística. Estudiar la herencia clásica
rre. que dejaron corifeos de años pasa­
dos, es provechoso para todos los
13 D2A aficionados al ajedrez y absoluta­
mente indispensable para quienes
Ahora es tarde para que enro­ estudian a fondo el ajedrez, procu­
quen las negras. Después de 13 ... ran enriquecer y fortalecer su jue­
0-0 14 P5D (sacrificio de peón), go.
P x P (está mal 14 ... A2.C? 15 P x P Las blancas, en la partida citada
P x P 16 A5C ! y arruina a las negras sacrifican sólo un peón, pero lo­
la ligazón del caballo en 20) 15 gran todo lo que aspiraban: abren
P x P A2.C 16 P4A A3AR 17 A2.C las verticales centrales, atan a las
con lo que las blancas obtienen una piezas negras por la línea de dama
fuerte posición con un peón pasa­ y dejan al rey adversario en el cen­
do en el centro del tablero. tro.
Ellas ganaron a todas luces la
14 P5D apertura, primera fase de la partida,
a cuenta de un plan más conse­
cuente de sus acciones.
Ahora, para consolidar y aumen­
tar su ventaja deben operar con
energía y precisión.
Los acontecimientos posteriores
servirán de ilustración a uno de los
temas siguientes de nuestras lec­
ciones. Entonces podrán ver el final
de esta partida.

Posición después de 14 P5D.


3
Papel de
las correlaciones
materi ales en la partida

Para valorar bien la correlación perspectivas dictadas por la posi­


de fuerzas en el tablero escaquea­ ción en el tablero y plan de juego.
do, ante todo hay que saber la es­ La valoración correcta de la fuer­
cala de valores comparativos de za real de cada pieza en cada juga­
cada pieza de ajedrez. da determina mucho el potencial
En esta escala, el rey ocupa lugar ajedrecístico del jugador.
especial. Es inapreciable. No se lo Para caracterizar la desigualdad
puede cambiar y cualquier amena­ de fuerzas en el ajedrez existe el
za a su existencia debe eliminarse concepto de ventaja material. Si
sin falta, pues en caso contrario uno de los bandos obtiene ventaja
acabará la partida. material procura acrecentarla para
La pieza más fuerte del ajedrez quebrar la resistencia del rival o,
es la dama, que en general es un al­ conservando esa ventaja, cambiar
fil y un peón y medio más fuerte que más piezas y pasar a la fase final.
la torre. Pero a menudo ocurre que uno
La torre es un peón y medio más de los adversarios accede cons­
fuerte que el alfil o el caballo. Y, fi­ cientemente a pérdida material. A
nalmente, el alfil o el caballo equi­ mí, por ejemplo, me gusta mucho
valen, aproximadamente, a tres atacar la posición del rey enemigo y
peones. para destruir su fortaleza no me de­
Pero además del valor nominal tengo ante sacrificios de mis piezas
de cada pieza, existe el valor real, por peones que protegen directa­
que cambia en el transcurso del mente al rey contrario. Así disputé
juego. Este concepto, más sutil y hace poco la partida con el gran
significante, refleja la importancia maestro húngaro Lajos Portisch.
de cada figura según el volumen de Después de 16 jugadas se creó
trabajo que desempeñe en un mo­ la siguiente posición:
mento dado (hasta cada jugada),
el alfil blanco al precio de su propia
vida aniquila el último bastión del
rey adversario.

21 AxP RxA

Pasó el torbellino combinatorio y


dejó al rey en soledad ante amena­
za de ataque blanco, en primer tér­
mino por la dama.

22 C5R! T1AR-1D
23 D4C+ R1A
24 D5A P3A
25 C7D+ TxC
Si quitamos mentalmente del ta­
26 TxT D4A
blero el peón de 4 dama notaremos
27 D7T T2A
que los alfiles blancos tienen apun­
tados a los dos peones negros que
custodian al rey, sin que haya otros En el tablero hay igualdad mate­
defensores por ahora. rial aproximada. La torre y el peón
Estas circunstancias dan motivo blanco se oponen al alfil y al caba­
para efectuar un rápido ataque llo. Pero las piezas negras ocupan
donde el objetivo -privar al rey posiciones desafortunadas, sobre
contrario de los últimos defenso­ todo el rey. Al mismo tiempo, las
dos piezas blancas más temibles
res- justifica los medios -pérdida
irrumpieron en la séptima horizon­
de peón y dos temibles alfiles blan­
cos. tal y el desenlace de la lucha está
Al principio se abre camino al alfil cerca. Toda dependerá de cuán rá­
de 2CD. pido las blancas alcancen con una
de sus torres la casilla 3CR.
17 P5D! PxP
Sin embargo, la última jugada
18 PxP AxPD
negra contiene pícara trampa para
jugadores presurosos.
Después se reduce el número de
custodios del rey negro. 28 D8T+

19 AxPT+ RxA Si las blancas jugaran en el acto


20 TxA 28 T3D trazando el itinerario T3D-
3CR-8CR+ + se llevarían un chas­
Cuando el rey negro vuelve a es­ co después del impresionante sa­
conderse detrás del peón: crificio de la dama 28 ... O x PA+! !
29 R x D A4A+ y luego 30 ... T x D.
20 ... R1C Todavía peor irían sus asuntos sí
Papel de las correlaciones materiales en la partida 23

29 TxD? TB A+ 30 T 1A A4A+ ! 31
R1T TxT+ + .

28 ... R2A
29 T3D CSA
30 T1A-1D

Siempre es útil poner en juego


esta reserva.

30 C4R
31 D7T+ R3R

No se puede retroceder de vuelta


31 ... R1A debido a nuevo sacrifi­
cio 32 T8D+ ! AxT 33 TxA+ + . Hay Sin haber terminado de desarro­
que ir al centro del tablero y eso en llar las piezas, los contrincantes
el 99 % de los casos equivale a la emprendieron reñida lid, donde la
derrota. correlación material retrocede a se­
gundo plano y además se hace en
32 D8C+ R4A absoluto no típica. Lo fundamental
33 P4C+ RSA ahora es valorar con exactitud la
34 T4D+ R6A actividad de las piezas que partici­
35 D3C+ pan directamente en la lucha.

las negras se rindieron 18 ... C4xA


19 C6A!
Naturalmente, todos los ajedre­
cistas deben conocer y respetar los Con esta jugada, las blancas
principios ajedrecísticos funda­ quieren ganar dama a gran costo
mentales, incluida la escala de va­ de material.
lores comparativos de las piezas.
Pero uno de los atractivos del aje­ 19 ... CxT
drez consiste precisamente en las 20 CxD A4A!
numerosas excepciones de las re­ 21 D3AR TDxC
glas, que con frecuencia conducen 22 TxA AxC
a situaciones y correlaciones no tí­ 23 AxP TxP
picas, donde el camino justo es
muchas veces sugerido por la intui­ En cinco jugadas, la posición se
ción y la experiencia acumulada. hizo irreconocible. Dos caballos y
Como parte de esa experiencia, una torre valen no menos que la
guardo en mi memoria un fragmen­ dama. Además, el alfil blanco no
to de la partida Mijail Tal-Osear puede encontrar de ningún modo
Panno, disputada en 1958. su lugar en el juego. Por lo visto, el
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desenlace de la contienda depen- Por eso, las blancas buscan posibi­


de de la actividad de la dama blan- lidad de dejar al rey en el flanco de­
ca. recho, donde hay peones blancos.

24 D4C! A3C 35 D6A P3T


25 D6R+ A2A 36 D5R T5R
26 OSA C7A 37 D7C+ R6A
27 P3CD A3C 38 D3A+ C6R

Tal temía más el contraataque de A tablas más simples conducía


las negras después de 27 ... T8D+ 38 ... RxP 39 DxC+ R6 A.
28 R2T C7D. Las negras hacen sóli­
da movida obligando a las blancas
39 R1C A5C
a embrollar todavía más el juego.
40 PxC P4TR
41 D1R TxP
28 TxP+ RxT
29 A6T+ RxA
30 DxT+ R4C
A tablas conducía 41 ... T3R
31 PxC PxP 42 P4R P6A después de lo cual las
piezas negras se protegían mutua­
De nuevo cambió bruscamente mente y el rey blanco quedaba en­
la posición. Las blancas tienen en jaulado.
el ataque sólo a la dama y varios
peones. 42 D1A+ R5R
43 DxP+ R6A
32 P3C A5R 44 D1A+ R5R
33 P4TR+ R5C 45 DxP
34 R2T A4A!
Ahora, la dama blanca tiene ayu­
Las negras se defienden magnífi­ dante, el peón pasado 2TD que a
camente. Entregando una pieza (35 fin de cuentas decidirá el résultado
P3A+ RxP 36 DxA R6R!), irrum­ de la lucha. Pero eso ya es tema
pen con el rey en el flanco de dama. para otra lección.
4
Superioridad en el
centro, superioridad
en la partida

Las casillas del centro - P4R y bitos, es decir, comienzo de una


P4D blancas y P4R y P4D de las ne­ partida con sacrificio obligatorio:
gras- son muy importantes.
Como una altura desde la que se ve 1 P4R P4R
bien todo el campo de batalla aje­ 2 P4AR! PxP
drecística y desde la que es más fá­
cil asestar el golpe de gracia a cual­ En nuestros tiempos, con mayor
quier objetivo del tablero. Concep­ frecuencia se emplea el contra­
tos como ••lucha por el centro», gambito: 2 ..., P4D 3 P xPO PSR! y
«dominio en el centro», «ruptura del la lucha por el centro es más sutil.
centro», también reflejan los mo­
mentos más importantes del duelo 3 C3AR
y son bien conocidos por cualquier
ajedrecista experimentado. Al primer campeón mundial ofi­
La lucha por el centro empieza ya cial Wilhelm Steinitz (1836-1900) le
desde las primeras jugadas. El gustaba jugar 3 P4D admitiendo
bando que logra la superioridad en 3 ... DST + 4 R2R.
el centro del tablero (ocupa el cen­ El estimaba que la supremacía
tro), generalmente obtiene fácil po­ en el centro es más importante que
sibilidad de trasladar sus piezas de un buen refugio para el rey.
un sector del tablero a otro, crean­
do superioridad de fuerzas ahí don­ 3 ... P4CR
de empieza el combate. Un siglo 4 A4A P5C
atrás, la lucha por el centro era más 5 0-0! PxC
despreocupada y franca. Las blan­ 6 DxP D3A
cas de inmediato procuraban ocu­ 7 P3D A3T
par el centro con peones, sin dete­ 8 C3A C2R
nerse ante sacrificios materiales. A 9 AxP4A P3D
la sazón estaban de moda los gam- 10 AxA DxA

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