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ESPECIALIZACIÓN

EN FOTOGRAFÍA
CUARTA PROMOCIÓN 2010-2011
EDITORA: MARGARITA MONSALVE PINO
Primera edición, agosto de 2012
© Universidad Nacional de Colombia
© Facultad de Artes. Sede Bogotá
© Especialización en Fotografía, 2012
Universidad nacional de colombia
ISBN: 978-958-761-291-2 Sede Bogotá
Facultad de arteS
Prohibida la reproducción total o parcial por eSpecialización en FotograFía
cualquier medio sin la autorización escrita del 2010-2011
titular de los derechos patrimoniales.
Ignacio Mantilla Prada
Impreso y hecho en Bogotá D.C., Colombia.
RectoR

María Clemencia Vargas Vargas


ViceRRectoRa Sede Bogotá
Catalogación en la publicación Universidad Nacional de Colombia

Especialización en fotografía : cuarta promoción 2010-2011 / Sandra Milena Arango Rodrigo Cortés Solano
Navales ... [et al.] ; editora Margarita Monsalve Pino – Bogotá : Universidad decano
Nacional de Colombia. Facultad de Artes, 2012
94 p. : il.
Gabriel F. Rodríguez Guerrero
Incluye referencias bibliográficas
Vicedecano de PRogRamaS cuRRiculaReS
ISBN : 978-958-761-291-2
Nancy Rozo Montaña
1. Fotografía artística - Tesis y disertaciones académicas 2. Imágenes fotográficas –
Tesis y disertaciones académicas I. Arango Navales, Sandra Milena II. Monsalve Pino, Vicedecana de inVeStigación y extenSión
Margarita María, 1948- III. Universidad Nacional de Colombia (Bogotá). Facultad de
Artes. Especialización en Fotografía
Tsenia Mahel Cáceres Cárdenas
CDD-21 770.11 / 2012 SecRetaRia de Facultad

Sandra Burbano López


diRectoRa de BieneStaR

Carlos Martín Riaño Moncada


diRectoR áRea cuRRiculaR de imagen y cReación aRtíStica

Alfonso Espinosa Parada


diRectoR centRo de diVulgación y medioS

especialización en FotograFía

Especialización en Fotografía. Facultad de Artes. Universidad Nacional de Colombia. Margarita Monsalve Pino
Director Centro de Divulgación y Medios: Alfonso Espinosa Parada. cooRdinadoRa académica
Editora: Margarita Monsalve Pino.
Diseño y diagramación: Mauricio Arango y Clara Victoria Forero Murillo. Gabriel Rojas Manjarrez
Corrección de estilo: Claudia Burgos Ángel. aSiStente de cooRdinación

EspEcialización En FotograFía 4 5 EspEcialización En FotograFía


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Esta pregunta es el pretexto para una reflexión artística que in-
dague, simultáneamente, las modalidades del ver que el dispositivo
fotográfico instaura en la sociedad contemporánea y las problemáticas
relaciones que sostenemos con el medio, territorio o lugar en el que
nos encontramos inmersos. De esta manera, la pregunta “¿Qué hace
la fotografía frente al paisaje?” implica primero atacar la noción misma
de fotografía, en un contexto en el que la clásica concepción de una

¿QUÉ HACE LA
imagen de luz sobre una placa sensible no da abasto para abordar
la diversidad de prácticas que derivan del lenguaje fotográfico. Dicho
lenguaje aparece hoy como un estrato clave en la arqueología de la
visualidad contemporánea, pues los códigos, retóricas y procedimien-
tos fotográficos se encuentran diseminados en una extensa variedad

FOTOGRAFÍA
de productos y formas de imagen; hay fotografía, obviamente, en las
manifestaciones más corrientes que reconocemos como tal: libros de
paisajes exóticos, postales, catálogos de turismo, etc.; pero también
la hay en las imágenes científicas, que comenzaron con la fotografía

FRENTE AL
aérea y terminan en las sofisticadas técnicas de teledetección espacial
y en los sistemas de información geográfica; hay también fotografía en
los sistemas de visión nocturna que se utilizan para vigilar algunas de
nuestras selvas u otras zonas de conflicto, así como la hay en la cáma-

PAISAJE?
ra de video del viajero desprevenido o en el programa de televisión tipo
“trotamundos” dedicado a la inmersión entretenida del espectador en
las sorpresas de algún paisaje lejano. La complejidad del dispositivo
va, entonces, desde la fotografía estetizante que convierte las puestas
de sol en calendarios decorativos hasta el sustrato fotográfico de las
imágenes computarizadas con las que se nos informa sobre el com-
portamiento del clima y la meteorología.
Y si la pregunta “¿Qué hace la fotografía frente al paisaje?” ataca
GUILLERMO SANTOS SÁENZ la noción de fotografía, hace lo mismo con el paisaje. Tradicionalmente
PROFESOR CATEDRÁTICO ASOCIADO | FACULTAD DE ARTES entendido como la comprensión artística de un territorio, la noción debe
interrogar los tipos de relaciones que establece el hombre con dicho te-
rritorio. Esas relaciones pueden pasar por la contemplación silenciosa
de la línea del horizonte, la experimentación emocional y subjetiva de
un lugar o de los elementos aislados que lo componen, la apropiación
ligera del turista, la observación minuciosa y cientificista del viajero ex-
plorador, la transacción comercial que pone precio por fanegada o la
exploración organizada en búsqueda de recursos explotables. Existen,
de este modo, infinidad de aproximaciones al territorio y esto hace que
ese mismo territorio se multiplique en sus formas y posibilidades de
representación. Tal vez sea este ámbito de multiplicidad y heteroge-
neidad el punto de partida desde el cual la noción contemporánea de
paisaje debe explorarse, y es justamente el trabajo del artista, en tanto

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constructor de representaciones y explorador de percepciones, el que se fotográficos originales no han sobrevivido hasta nuestros días, los do-
ve avocado con mayor fuerza a explorar esta noción múltiple de paisaje. cumentos atestiguan que estas imágenes sirvieron de base para las
Interrogar propuestas artísticas de nuestro contexto que se acer- láminas dibujadas que quedaron como archivo del proyecto2.
can a esa pregunta por el paisaje y que además utilizan como estrate- Una de las facetas más inquietantes de este tipo de documen-
gia creativa o reflexiva el dispositivo fotográfico es una operación doble tos es la cercanía que imponen entre dos actitudes distintas de la re-
que permite confrontar los órdenes plásticos y visuales con los que se presentación frente al paisaje; son a la vez apropiaciones racionales y
ha abordado la percepción de nuestro territorio y, a la vez, aproximarse planificadas que sirven a un proyecto inundado de intereses políticos y
a los retos y conflictos contemporáneos que supone vivir en un espacio económicos y, sin embargo, no dejan de tener una percepción intuitiva
de geografías complejas como el colombiano. del paisaje que busca el hecho estético y que, por lo tanto, deja pasar
algo de la herencia romántica pictórica en sus pretensiones artísticas.
De la apropiación y la contemplación No es plausible afirmar que podamos rastrear a Caspar David Friedrich
Las primeras formas de utilización del dispositivo fotográfico aquí, ni que hay una búsqueda emocional de lo sublime, pero tampo-
frente al paisaje fueron determinadas en buena medida por el acto de co podemos afirmar que alguien como O’Sullivan estuviera totalmente
apropiación que implica el hecho de fotografiar. Desde que Roland Bar- ajeno a este tipo de experiencia mientras producía sus imágenes. De
thes y Susan Sontag en sus conocidos ensayos sobre la fotografía1 hecho la tradición contemplativa del paisaje es tan intensa que permea
describieron y profundizaron sobre la fotografía como acto de apropia- casi toda la fotografía de paisaje en sus comienzos, especialmente en
ción, los efectos psicológicos y culturales de esa característica del acto los trabajos más reconocidos de Gustave Le Gray, Charles Soulier, Ro-
fotográfico se han hecho evidentes y han constituido materia prima para ger Fenton, o Adolph Braun, todos ellos pintores académicos de for-
la reflexión artística. Los antecedentes de esta actitud se encuentran en mación.
los orígenes mismos de la fotografía, especialmente en un momento La misma tensión entre la apropiación y la contemplación que
histórico como la mitad del siglo XIX, en el que el hombre comenzaba alimenta el comienzo de la fotografía de paisaje se expresa de manea
a agotar el territorio “por conocer”. Se trata de una época en la que singular en el trabajo del fotógrafo y pintor Erwin Kraus, cuyas fotogra-
las expediciones científicas, que son mezcla de aventura y conquista fías de la alta montaña colombiana son un paso inevitable en lo que
y rezago de tradiciones coloniales, hacen parte del proyecto de con- se refiere al uso del dispositivo fotográfico frente al paisaje en nuestro
solidación nacional de los estados y, por ende, de domesticación de país. Kraus fue un incansable explorador y viajero de la geografía co-
sus territorios. Las placas paisajísticas logradas por Timothy O’Sullivan lombiana, incluso colaborador de proyectos científicos3. Como viajero
en el oeste de los Estados Unidos son uno de los ejemplos inaugura- que se apropia del territorio desconocido Kraus no solo fotografía la
les en este sentido. Después de la guerra civil, de la que deja también alta montaña sino que además es el primero en escalar varios de los
un registro que lo hizo famoso como uno de los primeros fotógrafos picos nevados más altos de Colombia. En 1938 escaló por primera vez
de guerra, O’Sullivan participa en cuatro expediciones dedicadas a la el Pan de Azúcar en el Nevado del Cocuy; en 1939 escaló el pico Si-
exploración del oeste del país. Las imágenes ejecutadas entre 1867 y món Bolívar en la Sierra Nevada de Santa Marta, y en 1942 ascendió el
1871 (Dingus, 1995) constituyen un preciado legado a la fotografía de Ritacuba Negro de nuevo en el Cocuy, encarnando así el arquetipo del
paisaje que incorpora, a la vez, algo de la tradición pictórica y, por lo aventurero que pone el pie en el paisaje más remoto y desconocido.
tanto, de una visión que rastrea la belleza y el goce del territorio, pero Pero la actividad de Kraus se desprende también de la tradición con-
que simultáneamente está dedicado a reunir información detallada para templativa. Pintor de formación (participo en el Primer Salón de Artistas
el estudio de la geología, la flora, la fauna, los recursos minerales, el Colombianos donde obtuvo una mención honorífica y en 1946 obtuvo
clima y la elaboración de mapas. El territorio fotografiado es aquí el
territorio adquirido e inventariado. 2 Una descripción más detallada del caso se puede consultar en la Historia de la foto-
De manera similar, la fotografía se utiliza como instrumento téc- grafía en Colombia (Serrano, 1983).
3 “[…] en 1958, el Año Geofísico Internacional, cuando el padre Jesús Emilio Ramírez,
nico de apropiación por parte de los dibujantes de la Comisión Coro- del Instituto Geofísico de los Andes, nos facilitó una contribución de $800 para el
gráfica en Colombia, como Manuel María Paz, y aunque los materiales viaje con Thomas van der Hammen y Juan Perico a la Sierra Nevada de Santa Marta
y posteriormente al Cocuy, viajes que constan en una pequeña revista publicada por
el Agustín Codazzi”. Apartes de la entrevista Erwin Kraus, Memoria viva de la montaña
1 La cámara lucida. Una nota sobre la fotografía y Sobre la fotografía, respectivamente. colombiana. En: http://www.lablaa.org/blaavirtual/faunayflora/paramo/erwin.htm

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el tercer lugar en el VII Salón Nacional) las fotografías de Kraus rescatan lo que parece ser el mismo paisaje, en la que se incluye, como parte del
el cuidado compositivo, la sutileza de la acción de la luz, los recursos guiño irónico, la ráfaga disparada sobre el río.
visuales que dan profundidad, en suma, todo el arsenal de estrategias El paisaje al óleo en pequeño formato remite en la historia del
propias del género en el que se formó y que hacen del paisaje un ideal arte colombiano a una noción tradicional de aproximación al territorio,
estético. Por estas razones las fotografías de Kraus permiten una pri- de la cual algunos críticos han querido reconocer movimientos confor-
mera intervención para la construcción de un diálogo entre imagen y mados como la llamada “Escuela de la Sabana”.
territorio donde se pueden revisar los presupuestos más básicos que Se trata aquí de la contemplación y el goce frente a las cuali-
construyen esa relación. dades formales del paisaje y de las posibilidades expresivas que éste
Los artistas contemporáneos asumen otros niveles de compleji- ofrece al pintor, así como del abanico de recursos visuales que éste
dad donde tanto esas relaciones entre imagen y territorio como el mis- último despliega en su obra. Sin embargo Baraya retoma esta tradición
mo dispositivo de visión se someten a escrutinios e interpretaciones pictórica artística para ponerla en crisis frente a un paisaje cuyas po-
en las que el problema estético no se puede desligar de un contexto sibilidades estéticas contrastan con un candente contexto histórico y
político concreto y de estructuras de pensamiento históricamente deter- político. El acto violento (la ráfaga) se presenta como una irrupción que
minadas. Como uno de los antecedentes más relevantes y conocidos atestigua la apropiación casi despiadada de un territorio. La secuencia
de esta perspectiva está el trabajo de José Alejandro Restrepo en torno de video se pone en diálogo con la pintura, y por ello cabe pensarla en
a las descripciones y recorridos de viajeros científicos como Humboldt. lo que tiene de fotográfica pues participa del carácter referencial y obje-
En este tipo de trabajos el artista rescata una percepción problemati- tivo de la fotografía, a la vez que incluye elementos como el movimiento
zada (ideológica, cultural e históricamente) del paisaje y, a la vez, de la y el sonido que Baraya aprovecha en favor de su estrategia irónica. Por
mirada que sobre éste se instaura; el paisaje y su percepción o cons- otra parte, el fragmento no es una puesta en escena sino más un regis-
trucción estética no se comprenden aislados del aparato ideológico tro de una escena que el artista se topa. Según me lo ha comentado
que los sustenta. personalmente, esta secuencia proviene de uno de sus viajes a la Ama-
En septiembre de 2006, Alberto Baraya presentó en la Galería zonía, en el que realizó una investigación sobre la explotación cauchera
Santa Fe del Planetario Distrital la muestra “Expedición Bogotá” como y, a la vez, tuvo la oportunidad de acerarse a otros fenómenos actuales
parte de su proyecto “Herbario de plantas artificiales”. Baraya reflexio- (narcotráfico, guerrilla, etc.) que, como la vieja historia del caucho en la
na en este proyecto sobre los procedimientos científicos con los que región, continúan esa relación de apropiación despiadada del territorio
nos acercamos a la naturaleza y los parámetros de verdad, objetividad mediante la cual también, desafortunadamente, se hace paisaje.
y domesticación que esos procedimientos encierran. Con una fuerte Así, entre la devoción que dejan escapar la fotografías de Kraus
dosis de ironía, Baraya se ha dedicado a la catalogación taxonómica y el registro videográfico de Baraya comentado por la miniatura pin-
tradicional de plantas fabricadas artificialmente que encuentra en los tada, el espectador puede navegar por una serie de actitudes que el
más diversos contextos. En la muestra “Expedición Bogotá”, el trabajo dispositivo fotográfico asume frente al paisaje, permitiéndose en oca-
parece inclinarse hacia una reflexión relativa al problema del paisaje. En siones abandonarse en la admiración o reflexionar en las heridas que
una de las piezas presentadas Baraya, sin renunciar al recurso de la iro- se inscriben en el territorio, de la misma manera que el dispositivito
nía, se sitúa también entre la actitud contemplativa y la apropiación. La mismo va y viene entre la apropiación y la contemplación.
pieza consiste en un sensor de movimiento que, ante la presencia del
espectador, activa una secuencia de video. En los primeros instantes De la documentación, la construcción y la elaboración plástica
del fragmento una ráfaga de un arma de fuego es disparada sobre la Una de las contribuciones importantes de la visión fotográfica a
superficie de un río. La violencia de este primer segmento contrasta con la iconografía visual contemporánea es la expansión múltiple del punto
el resto del video, en el que, después de la ráfaga, el mismo encuadre de vista y, por lo tanto, de la percepción misma. Antes del siglo XIX
sobrio permanece inmóvil sobre el horizonte y un silencio contemplativo eran pocas las representaciones paisajísticas que escapaban a la vista
le permite al espectador confrontarse con la aparente armonía de lo que frontal con la línea del horizonte atravesando de lado a lado por algún
parece un paisaje virgen de selva y río. A un costado de esta proyec- punto el espacio de representación. Aún en los comienzos de la foto-
ción, e iluminada por una luz de spot, aparece una miniatura al óleo de grafía hubiese sido atrevido imaginar, por ejemplo, la imagen de la tierra

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fotografiada desde el espacio exterior, punto de vista que no resulta in- dispositivo fotográfico, en las piezas que han derivado de su proyecto
comodo hoy para casi ningún espectador. De la mano de instituciones inicial, Herrán ha generando vistas que van desde la observación de
consagradas a agotar las posibilidades documentales del dispositivo, detalles de la flor como en “Amapola Manchada” (2000), panoramas
como la famosa National Geographic, la visión fotográfica se interna de las zonas de cultivo tanto en Turquía como en Colombia, o fotogra-
hoy hasta las profundidades de los océanos o las inclemencias de fías de objetos escultóricos y modelos producidos por el propio artista
los polos. Esta empresa documentadora es parte de la tradición na- como en “A ras de tierra” (2003). Esta diversidad en la construcción
turalmente aceptada que enmarca el dispositivo fotográfico dentro de visual parece una de las estrategias con las que Herrán aborda a su
una actitud de registro fiel y mimético de la realidad. La fotografía, aun vez las múltiples realidades que ha encontrado en un problema como
cuando nos encontremos en lo que algunos han denominado una era el del cultivo de la amapola.
posfotográfica, sigue funcionando como una instancia verosímil, y así La indagación que puede comenzar con el primer plano de la
una de las cosas que la foto hace frente al paisaje es documentar. flor o el plano general de los cultivos se convierte en una construc-
Sin embargo, la noción de documento puede volverse tan com- ción cada vez más elaborada hasta llegar a las vistas de los objetos
pleja como lo es para un historiador que intenta descubrir, además diseñados y subjetivamente dispuestos. Lo que se construye aquí es,
de aquello que el documento pretende atestiguar, las motivaciones y entonces, un territorio complejo, que no remite necesariamente a un
posibles claves que revela la manera como el documento mismo está espacio geográfico definido sino a lo que se podría llamar un paisaje
hecho, el contexto al que pertenece y las tensiones o coyunturas que de realidades disímiles y contradictorias que conviven juntas, en el que
lo hicieron posible. La simple aparición de un punto de vista sobre el la imagen puede acceder a fenómenos tan heterogéneos como el inte-
territorio, por ejemplo, puede remitir a una revolución perceptiva o a un rés estético por la flor, el impacto de la problemática en áreas rurales,
nuevo orden social o económico. Los primeros intentos de fotografía las tensiones que llevan a controlar y vigilar una zona especifica o las
aérea realizados por Felix Tournachon Nadar, cuando en 1869 montó implicaciones sociales o ecológicas de medidas como las campañas
su aparato fotográfico en un globo sobre la ciudad de París y produjo de erradicación.
la primeras vistas cenitales sobre una ciudad (aún no existía allí la torre Cuando el paisaje comienza a construirse subjetivamente son
Eiffel, ni existían en Nueva York los rascacielos que la hicieran famosa) las decisiones y estrategias de construcción las que dominan el inte-
no solo “documentan” la urbe del momento sino que pueden hablar rés del artista, y en el caso del dispositivo fotográfico son los usos y
también de otra relación con la ciudad, donde la estructura y ordena- procedimientos los que terminan volviéndose problemas plásticos por
miento del trazado comienzan a responder a un orden planeado y a resolver. La relación con el paisaje se establece, entonces, apelando a
un trazado organizado que este nuevo punto de vista hace posible, problemas que se derivan del género, a las posibilidades que el me-
cercano a lo que, por la misma época, produciría la reforma urbanísti- dio ofrece y a la experiencia creativa como fuente de reflexión. Artistas
ca de Haussman. como Hiroshi Sugimoto parecen alejarse de los contextos históricos y
Para los artistas que en ocasiones se topan con la idea de “do- sociales para profundizar en una experiencia poética de la fotografía. En
cumentar un paisaje”, el ejercicio se transforma en una reflexión sobre su serie de “Paisajes Marinos” (Seascapes) que viene realizando desde
la imagen que vemos, aquello que se nos muestra, pero también sobre 1970, Sugimoto realiza vistas sobrias en blanco y negro de océanos
las implicaciones que son inherentes a esa forma de mostrar. Y de esta de diferentes partes del mundo. Por su estabilidad compositiva, el uso
manera se transita del simple registro hacia una actitud de construc- de las texturas y su profundidad visual los trabajos de Sugimoto no
ción. La mirada que rastrea y define una serie de intencionalidades a pueden escapar a lo que antes he denominado “los problemas del gé-
medida que recupera o se detiene sobre aspectos específicos de un nero”. Por otra parte, Sugimoto presta una especial atención a las po-
territorio. sibilidades del medio fotográfico, mostrándose cercano a una tradición
Juan Fernando Herrán trabajó sobre el problema del cultivo y preciosita donde el nombre de Ansel Adams y sus majestuosas vistas
la explotación de la amapola en su proyecto “Papaver Somniferum”. de los parques naturales de los Estados Unidos son el primer referente,
La complejidad que este tema presenta se ve reflejada en el amplio y lo primordial son los aparatos de gran formato, el conocimiento ex-
rango de fuentes de documentación que este artista ha utilizado como haustivo de los materiales y la rigurosidad en los proceso de revelado.
material de trabajo. Dentro de este rango Herrán realiza también una Pero la verdadera poética se encuentra en la experiencia creativa, que
indagación sobre el paisaje; usando con multiplicidad y versatilidad el se expresa, por ejemplo, en el hecho de que estos paisajes marinos

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suelen ser el resultado de larguísimos tiempos de exposición, procedi- que interactúan con paisajes abiertos y aprovechó los resultados foto-
miento con el cual Sugimoto suele experimentar. Incluso al exhibir este gráficos de esa interacción.
trabajo al aire libre, Sugimoto ha titulado sus vistas “Tiempo expuesto” Ya sea que la fotografía se utilice como herramienta cartográfica
(Brougher, 1994), algo que puede entenderse también en la medida para mapear algo tan invisible como el viento o el vacío de un paisaje,
en que el espectador se ve obligado a preguntarse por la experiencia o que, como en el caso de Herrán, nos permita profundizar en una pro-
que supone la actividad de fotografiar océanos por más de treinta años blemática sociopolítica y humana del paisaje, lo que se nos presenta
seguidos. como esencial en el diálogo entre estos trabajos es la manera como
Otros artistas enfrentan su relación con el territorio involucrándo- los artistas hacen de la visión fotográfica una experiencia visual flexible
se ellos mismos como hacedores o interviniéndolo y permitiendo que la frente al territorio.
fotografía se sume a su trabajo como anexo testimonial. Tal es el caso Así, cuando el dispositivo fotográfico se hace transitar del registro
de trabajos que han hecho de la relación conceptual con el paisaje una y la documentación a la construcción plástica del paisaje, el espectador
tradición reconocida hoy, entre ellos las caminatas e intervenciones de es llevado a un terreno amplio de percepción que le permite volver a
Richard Long o el trabajo de Robert Smithson, cuya “Espiral jetty en el pensar las maneras como hemos hecho y seguimos haciendo paisaje.
gran lago de sal de Utah” (1970) es uno de los ejemplos fundacionales
de este tipo de interés. De fotografías, paisajes, nostalgias, e ironías en el Salto del Tequendama
Rosario López, en una perspectiva que hereda algunos de los Del arsenal de actitudes y gestos que he descrito en los párra-
planteamientos de Smithson, indaga en sus obras recientes sobre las fos anteriores se nutre la visión de creadores jóvenes que, situados
relaciones entre paisaje y escultura, preguntándose por los problemas frente a una realidad, no siempre alentadora, tratan de descubrir me-
que implica la elaboración plástica del paisaje mediante la fotografía. diante la fotografía cuáles pueden ser sus propias maneras de relacio-
En el trabajo de López los cuestionamientos sobre el género siguen narse con el mundo que han heredado y cómo pueden, con ayuda del
siendo el motor esencial, el paisaje como fundamento investigativo; arte, reformularlo en paisaje. El ensayo paisajístico que Jesús Bucheli
en las piezas que ha venido presentando, López juega con la manera presentó como trabajo de grado de la especialización de fotografía de
como aspectos compositivos –como la profundidad, el horizonte o el la Universidad Nacional de Colombia en 2011 es un ejemplo de ese
uso del vacío– pueden devenir problemas escultóricos. A estas indaga- intento de crear una aproximación personal al paisaje que se ha vivido
ciones López parece añadir la pregunta ¿Qué hace la fotografía frente durante toda la vida.
al paisaje? En el proyecto “Trampas de viento” que inicia en Inglaterra A diferencia de la experiencia de alguien como Kraus que hace
en 1997 y se prolonga hasta 2002, López interviene diversos escenarios 60 o 70 años se aventuraba apasionado en territorios inexplorados don-
al aire libre con objetos escultóricos, en lo que parece un poético inten- de humildemente se podía topar con una belleza sublime como la de
to por fotografiar un elemento del paisaje que no vemos. La idea de los glaciares del Cocuy o del Parque de los Nevados, quien busca hoy
fotografiar algo tan invisible como el viento acerca el trabajo de López una experiencia de ese paisaje no puede abstraerse, por ejemplo, del
a ese aspecto tan inefable de la elaboración plástica del paisaje que la deshielo que poco a poco ha acabado con la nieve en esos mismos
fotografía puede tener y que Sugimoto presenta de manera tan simple territorios. En un mundo donde las batallas de Green Peace se han he-
en sus “Tiempos expuestos”. En el proyecto “Abismo” (2005), López cho famosas, los agujeros en la capa de ozono dan testimonio de los
profundiza sobre el medio fotográfico con imágenes que, según ella traumas a los cuales hemos sometido el equilibrio del lugar en el que
misma, construyen paisaje casi a la manera de un cartógrafo: “Pienso vivimos. En ocasiones estas heridas marcan la percepción con la que
que de todas maneras el ejercicio de ver a través de una cámara está un artista se acerca a un territorio determinado o, incluso, pueden ser el
en estrecha relación de quien levanta un mapa del paisaje. El papel núcleo mismo del problema que lo motiva a hacer paisaje.
del cartógrafo así como el del fotógrafo depende siempre del punto de Dos artistas jóvenes, Mateo Pérez y Diego Benavides, han
observación donde coloque su cámara o donde establece los puntos coincidido en su interés por el Salto del Tequendama, un lugar en
para trazar las coordenadas que delinean el paisaje” (Maestría de Ar- el que esta clase de heridas, y las contradicciones y paradojas que
tes Plásticas y Visuales, Universidad Nacional de Colombia, 2006). En encierran, se manifiestan con claridad. A partir de las tensiones que
investigaciones que constituyeron la materia prima para una residencia suscita la exuberante belleza de su configuración geográfica y los dra-
artística en Francia, López trabajó el movimiento de diversos materiales máticos problemas ambientales que le han hecho al río Bogotá una

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desafortunada reputación, estos dos artistas han querido reelaborar, cómo lo vemos devela quienes somos. Y todo ello sucede en la medida
mediante la fotografía, sus relaciones con el paisaje. en que reconocemos que a través de la fotografía el paisaje también
En el caso de Benavides4, la fotografía se pone a prueba en nos mira y al mirarnos nos desnuda.
su capacidad emotiva, a la vez que los supuestos perceptivos de re-
gistro y documento dialogan con otras muchas formas de construir vi-
sualmente un paisaje. Así, su propuesta utiliza fotografías en planos Bibliografía
generales, sobrias y bien compuestas, con elementos que remiten a BARTHES, Roland (1990). La cámara lúcida. Nota sobre la fotografía.
experiencias subjetivas y emocionales como dibujos de recuerdos per- Barcelona: Paidos.
sonales. Entre el registro sobrio del paisaje y el dibujo del recuerdo BENAVIDES, Diego (2006). La pradera. Texto del proyecto de grado,
personal, Benavides indaga sobre un paisaje maltratado y las expe- maestría de Artes Plásticas y Visuales, Universidad Nacional. Bogotá.
riencias que de allí se desprenden: “[…] no es muy fácil emocionarse, BROUGHER, Kerry (1994). “Hiroshi Sugimoto: recuerdos en blanco y
a lo Caspar David Friedrich, al contemplar –por ejemplo– una catarata negro”. En: Revista Luna Cornea, No. 6, Conaculta, Centro de la Ima-
en los Andes colombianos si ésta despide un olor nauseabundo […]” gen, México.
(Benavides, 2006: 9). DINGUS, Rick (1995). “Las abstracciones irónicas de Timothy
Mateo Pérez pareciera retirarse a un lugar más distante pero no O’Sullivan”. En: Revista Luna Cornea, No. 7, Conaculta, Centro de la
necesariamente menos inquieto frente a la misma clase de experiencia. Imagen, México.
Pérez usa aparatos de gran formato con una actitud semejante a la tra- MAESTRÍA DE ARTES PLÁSTICAS Y VISUALES, UNIVERSIDAD NACIO-
dición de paisaje fotográfico de Ansel Adams, donde una pureza formal NAL DE COLOMBIA (2006). Once. Catálogo de la maestría de Artes
se impone y los resultados compositivos se explotan en copias cuida- Plásticas y Visuales, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá.
dosas de gran formato. En sus “Deshielos”, sin embargo, la búsqueda SERRANO, Eduardo (1983). Historia de la fotografía en Colombia. Bogo-
de perfección formal con la que Pérez fotografía el río Bogotá se torna tá: Museo de Arte Moderno de Bogotá.
contradictoria con la manera como el blanco de las espumas contami- SONTAG, Susan. Sobre la fotografía. Madrid: Alfaguara.
nantes y casi radioactivas cubre la superficie del agua. Tal ironía llena el
trabajo de Pérez de una instancia crítica que alcanza no solo el paisaje
que fotografía sino la fotografía misma.

Lo que la fotografía dice: El paisaje nos mira.


Ya sea que la fotografía nos sea útil para apropiarnos del es-
pacio; o que como la pintura nos incite a la contemplación, a la mira-
da mística de la visión romántica de la naturaleza; o bien nos permita
deambular por el mundo de las formas plásticas que se tejen en el
espacio, y nos abra al juego de inventarnos el territorio en nuestra pro-
pia mente; todo esto a lo que siempre nos remite es al hecho de que la
relación entre paisaje e imagen es un juego de reflejos, de resonancias,
en las que el mundo resulta ser una especie de espejo aumentado
de nuestra psiquis y nuestro espíritu. Lo que hace la fotografía frente
al paisaje es posibilitar en nosotros una forma de autoconocimiento,
nos muestra lo que vemos,-- pero nos muestra también que la manera

4 El trabajo de Diego Benavides comenzó con el proyecto “Agua”, exhibido en la Fun-


dación Valenzuela y Klenner en el contexto de la muestra “Señales de humo II”, y
continuó con otras indagaciones realizadas para su trabajo de grado de la Maestría
de Artes Plásticas y Visuales de la Universidad Nacional. Su propuesta hizo parte de
la muestra selección “Arte joven 2006”, del Museo de Arte Moderno de Bogotá.

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