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Clínico:
Un Profesional de
Salud Imprescindible
en Tiempos de
COVID-19
Autores
“¿Que hacen, a quien ayudan y cómo funcionan los nutricionistas renales? Los
dietistas renales educan, capacitan y tratan a las personas con cualquier tipo de
afección renal” Como nutricionista argentina es un honor y un placer poder
colaborar en este momento de la pandemia, interactuar y compartir experiencias
con mis colegas latinoamericanos
LN Judith Leibovich Gabriela
Red Renal Diaverum Argentina
Agradecer a Dios por tener una profesión Divina. De igual manera gradecer la
oportunidad que me brindaron para pertenecer a tan prestigioso grupo de
profesionales.
LN Lorena Del Pilar Rivera Córdova
Nutricionista Clínico Hospital Caja Petrolera. Clínica Incor. Santa Cruz
Bolivia
LN Paulo Arias
Presidente de la Asociación de Nutricionistas Clínicos del Perú-ANUTRIC
Hospital José Casimiro Ulloa
Actualmente, vivimos una situación muy diferente a nuestra práctica diaria. La pandemia de COVID-19
ha llegado a cambiarnos el panorama, donde la adaptación de los Servicios de Nutrición es imperativa y
ofrece la oportunidad de desarrollo de nuevas estrategias y protocolos referentes a nutrición clínica. En
este documento describimos claramente los conceptos que circunscriben la nutrición clínica y se brindan
recomendaciones por las subespecialidades de la misma.
Objetivos
L
Nutrición Clínica
La nutrición clínica es una ciencia que se ocupa de la prevención, diagnóstico y manejo de los cambios
metabólicos y del estado nutricional, relacionados con cualquier enfermedad aguda o crónica, como con
aquellas condiciones causadas por carencia o exceso de energía y nutrimentos1. Entonces, el estado
nutricional es determinante en el pronóstico clínico y que las alteraciones de la composición corporal,
capacidad de ingestión, digestión, absorción, utilización y/o excreción, modificará la adaptación a la
enfermedad y respuesta al tratamiento.
La nutrición clínica se presenta frente a esta pandemia de COVID 19, como una parte fundamental del
arsenal clínico, que da cumplimiento al derecho humano del paciente a recibir cuidado nutricional en
condiciones de dignidad2, siendo indispensable una atención nutricional completa, suficiente y de
calidad, que tenga por objetivo disminuir la morbi-mortalidad así como influir en la reducción de costos
de la atención hospitalaria3, pudiendo de esta manera, destinar más recursos a aspectos vitales para la
atención de los pacientes.
Nutricionista Clínico
El nutricionista clínico es un profesional especializado, quien cuenta con conocimientos de metabolismo,
bioquímica, bases de fisiología de la nutrición humana y fisiopatología de condiciones clínicas que pueden
comprometer el estado nutricional. Es un profesional que forma parte del equipo interdisciplinario de
salud, con destrezas para aplicar correctamente el proceso de cuidado nutricional, soporte nutricional e
integrarse al equipo de salud hospitalario y/o ambulatorio para contribuir en mejorar y mantener el
estado la salud. Por la tanto, el objetivo de todo nutricionista clínico es la prevención de las situaciones
relacionadas con la alteración del estado de nutrición, una de ellas, es la desnutrición intrahospitalaria4.
Es el nutricionista clínico el que diseña, calcula, supervisa y se encarga de llevar a cabo la terapia
nutricional, es quien define cómo se lleva a cabo de manera concreta la nutrición del paciente, por qué
vía, en qué cantidad y por cuánto tiempo4.
Tamizaje Nutricional
Es el proceso que identifica con rapidez a los individuos en riesgo nutricional, este último se refiere a “la
probabilidad de mejor o peor evolución debida a factores nutricionales y que puede ser modificado
mediante una intervención nutricional”.5
La Valoración Global Subjetiva (VGS), Nutritional Risk Screening 2002 (NRS-2002), Mini Nutritional
Assessment (MNA) o Malnutrition Universal Screening Tool (MUST) son algunos de los tamizajes usados
comúnmente con más o menos datos solicitados que hacen variar la precisión y rapidez del instrumento.
Sin embargo, actualmente se recomienda el NRS-2002 por sus buenos valores predictivos para estancia
hospitalaria, mortalidad y complicaciones.6
Es así que este proceso estandarizado demuestra que los nutricionistas son los responsables de brindar
atención nutricional, utilizando un método sistemático el cual permite desarrollar un pensamiento crítico
y tomar las mejores decisiones para proporcionar una atención nutricional segura y eficaz8. (Ver Figura
1).
Componente Parámetro
Antecedentes personales patológicos y no patológicos
Historia clínica Antecedentes médicos familiares
completa Motivo de la Hospitalización
Diagnósticos Clínicos.
Capacidad de masticación y deglución
Estado de salud gastrointestinal
Alergias e alimentarias
Anamnesis
Costumbres o factores religiosos que alteren el consumo alimentario, creencias
alimentaria
sociales o ecológicas, decisiones personales relacionadas a la alimentación.
Aspectos económicos
Aversiones y preferencias alimentarias.
Antropometría básica (cuando se aplique).
Análisis por impedancia bioeléctrica
Antropometría
Ultrasonografía musculoesquelética
y composición
Tomografía axial computarizada
corporal
Resonancia magnética
Absorciometría con rayos X de doble energía (DEXA).
Generales
Bioquímica
Específicos para la patología.
Clínica Exploración Física Enfocada en el Estado de Nutrición.
Recordatorio de 24 horas,
Dietética Frecuencia de alimentos
Registro de consumo.
Ecológica Factores que generan una atmósfera pro-disbiótica.
Fuerza de prensión manual
Funcional
Velocidad de marcha.
Fuente: ADA 2013.
Es mandatorio que el nutricionista plantee objetivos dietoterapéuticos que van a generar la intervención
nutricional. Sin objetivos, no se tiene forma alguna de garantizar que las acciones que se tomarán son las
indicadas10.
Las intervenciones deben realizarse con base en principios científicos, deben ser fundamentadas con un
alto nivel de investigación de calidad, utilizando guías de práctica clínica nutricionales basadas en la
evidencia científica, acorde a la condición social, cultural y económica del paciente con un enfoque en el
máximo beneficio posible11. Sin embargo, en situaciones nuevas como la infección por COVID-19 podemos
auxiliarnos de la experiencia en la atención nutricional a pacientes con complicaciones respiratorias
similares. Si bien es cierto que se va aprendiendo en el camino y debemos estar atentos a la evidencia más
reciente, misma que nuestros colegas de todo el mundo están trabajando día con día para reunir y
comunicar de manera casi inmediata.
Por último, el proceso de atención nutricional no es un modelo bidimensional, tampoco ciclo que
debamos repetir, sino un modelo dinámico que se asemeja a una espiral que debe ir llevando al paciente
a un mejor estado de salud12.
De igual manera, debe practicarse dentro de los marcos de las Guías de Práctica Clínica vigentes,
buscando que nuestra la evidencia de mejor calidad, debiendo aplicar nuestro criterio profesional.
En todos y cada uno de los casos en que nuestro paciente no pueda, no deba o no quiera ingerir los
nutrientes suficientes, a través de la vía oral, debemos hacer uso de las estrategias de la nutrición clínica
especializada como suplementos, por vía enteral o parenteral, con intención terapéutica, para así prevenir
la desnutrición y sus efectos deletéreos14.
Además, es importante contar con la disposición del personal técnico y auxiliar en nutrición, puesto que
amplían el radio de acción y garantizan el trabajo eficiente; encomendándoles las funciones específicas
de acuerdo al Manual de Organización y Funciones (MOF) y el Manual de Procedimientos (MAPRO),
potencializando sus destrezas mediante la práctica.17
Nefrología
La población portadora de enfermedad renal crónica (ERC), y en especial pacientes en tratamiento
sustitutivo renal, así como pacientes con trasplante integran el grupo de mayor riesgo de presentación
clínica grave y mortalidad asociada a COVID-19 debido a su estado inmunológico comprometido,
comorbilidades asociadas y por la alta probabilidad de diseminación de la infección en el lugar donde
recibe tratamiento.18,19
Según la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS 2)20, la prevalencia de ERC en Argentina es alta,
estimándose en 12,7% de la población en concordancia con las encuestas realizadas en otros países. Los
grupos con mayor prevalencia de ERC son las personas que presentan hipertensión arterial, diabetes y
adultos mayores, los que a su vez se hallan en mayor riesgo de complicaciones graves (internación en
terapia intensiva, necesidad de uso de ventilación mecánica y muerte) si sufren por COVID-19.
Específicamente, en pacientes COVID-19 con trastornos para deglutir, se debería tomar en cuenta que
podrían cambiar las características físico-químicas de la dieta adaptándola a que esta sea blanda, fácil de
tragar y fraccionándola. Asimismo, en tiempos actuales y pudiendo ocurrir cambios en el ritmo de las
sesiones de la diálisis el paciente podría ser atendido de forma más conservadora21; es decir, utilización
de dietas hipoproteicas y uso de cetoanálogos adaptando las indicaciones nutricionales a la valoración
bioquímica, función renal residual, estado nutricional y presencia de sintomatología urémica. Los
potenciales beneficios y riesgos de la restricción de proteínas deben ser considerados de manera
individual, dependiendo de la situación nutricional actual y el riesgo de pérdida de masa energética de
proteínas.22
Ya que la colación intradiálisis ha quedado suspendida por la indicación del uso de los barbijos en los
pacientes como método de barrera desde que salen de su domicilio, reciben la terapia dialítica hasta que
regresan a sus casas, el nutricionista clínico renal debe sugerir preparaciones alimentarias para reforzar
la provisión energética según el turno asignado de la diálisis a partir de las recomendaciones nutricionales
de las guías K-DOQI como así también considerar la reducción de los líquidos, Na , K y P diario.23
Sin lugar a dudas, la telemedicina, teleasistencia, telefonía y/o redes de comunicación son herramientas
eficaces para realizar indicaciones nutricionales, control y seguimiento, inclusive, de cómo realizar la
compra adecuada y responsable de alimentos, impartir normas de higiene, donde el lavado de manos es
fundamental para todos los procesos implicados para la preparación de los mismos.24,25
Entonces, es recomendable que todos los pacientes sean instruidos en la aplicación de medidas
universales de higiene y bioseguridad, enfatizándose el correcto lavado de manos y limitación del
contacto físico.
Oncología
El cáncer engloba un grupo de enfermedades que comparten características comunes entre las que
destacan el crecimiento desordenado de células anormales y su capacidad para invadir tejidos sanos.26
Se ha descrito que la desnutrición relacionada al cáncer puede ser resultado de la inflamación aguda y
crónica, debido a los efectos que tiene el tumor y la respuesta del huésped sobre las diferentes vías
metabólicas, el uso de ciertos sustratos bioquímicos27,28 y tratamientos, como la quimioterapia, cirugía o
radioterapia, lo que se relaciona con resultados clínicos negativos como mayores complicaciones
postquirúrgicas y mayores tasas de mortalidad después del acto operatorio. 29
Como se sabe, el COVID19 es una enfermedad causada por un nuevo coronavirus, y que se ha expandido
a nivel mundial, llegando el primero de abril de este año, a 800 mil casos confirmados en todo el mundo.
De un grupo de pacientes evaluados en China, se encontró que el 1% tenía una enfermedad oncológica
activa, y observaron que este grupo tuvieron mayor riesgo de desarrollar complicaciones respiratorias
más severas y requirieron el uso de terapia intensiva.30 Esto porque su sistema inmune se encuentra
comprometido debido al progreso de la enfermedad o a los tratamientos inmunosupresores al que son
sometidos.
Frente a esta epidemia, se adopta medidas como el aislamiento social obligatorio, distanciamiento social
y estrategias de higiene para paliar la propagación del virus.31 Adicionalmente, se opta por suspender
todas las atenciones por consultorio externo, como la de nutrición clínica, en los hospitales especializados
en enfermedades oncológicas, conllevando a la postergación de cirugías electivas y la alteración en la
programación de terapias antineoplásicas.
Esto representa un desafío para los equipos de nutrición clínica oncológica, debido a que necesita la
adopción de nuevos procesos y protocolos de atención que den seguridad al profesional y paciente.
Asimismo, quizás sea necesario diseñar nuevas estrategias para el seguimiento no presencial, y generar
guías de práctica clínica que prioricen la atención de ciertos pacientes con alto riesgo nutricional, e
implementar atenciones remotas mediante telemedicina o llamadas telefónicas, y la generación de
material educativo virtual con la finalidad de seguir ofreciendo atención oportuna y de calidad.
Medicina Interna
Según las últimas evidencias, 50-73% de pacientes del Servicio de Medicina Interna presente riesgo de
desnutrición al ingreso32,33 relacionado con la presencia de numerosas comorbilidades como
enfermedades neoplásicas, diabetes mellitus con complicaciones, úlceras gástricas, enfermedades
cardiovasculares, enfermedades renales, demencia y enfermedades pulmonares que resulta en estancia
hospitalaria prolongada, riesgo de infecciones intrahospitalarias, lesiones por presión, reingresos y mayor
mortalidad32,34.
En el paciente que convive con diabetes mellitus es conocido que suelen tener mayor riesgo de contraer
infecciones respiratorias con gran potencial de mortalidad. Por lo cual, se sugiere que esos pacientes
mantengan un buen control glicémico.36 En caso de COVID 19, se recomienda que los pacientes con
diabetes tipo 1 deban monitorizar su glucosa en sangre y cetonas urinarias con frecuencia si se presenta
fiebre con hiperglicemia.36
En las últimas investigaciones se observa una creciente población de pacientes con COVID-19 de sexo
masculino, adultos mayores, frágiles y polimórbidos con mayor riesgo de resultados negativos y riesgos
derivados de la desnutrición.
Esta epidemia impone cambios en los establecimientos de salud de nuestras organizaciones que no
deberían eclipsar la importancia de la atención nutricional.24,37
Además, el insuficiente aporte nutricional durante la estancia en la UCI ha sido asociado con mayor riesgo
de mortalidad, pobre calidad de vida y complicaciones posteriores.40 En este contexto, el nutricionista
clínico de cuidado intensivo debe implementar, y monitorear la terapia nutricional con mucha más
celeridad durante la pandemia COVID-19, ya que la presencia de este profesional ha demostrado mejorar
el inicio de la estrategia de nutrición clínica especializada y del aporte de la misma, con la interpretación
más precisa de las recomendaciones internacionales.41, 42, 43
El abordaje nutricional de un paciente con COVID-19 es como el de cualquier otro paciente en condición
crítica a través del proceso de atención nutricional que establezca el estado actual, severidad de la injuria,
estimación de los requerimientos e indicación de nutrición clínica especializada o soporte nutricional.
No se debe utilizar calorimetría indirecta en pacientes con COVID-19 debido a su potencial efecto
aerosolizador. Por el contrario, se recomienda el uso de ecuaciones de predicción como se señala en la
Tabla 2.
* VCO2 = Volumen de CO2 producido derivado del ventilador mecánico por capnografía (ml/min)
No hay evidencia a la fecha que la suplementación de micronutrientes tenga un impacto sobre los
resultados clínicos de pacientes con COVID-19.
En pacientes no intubados que estén usando cánulas nasales para administración de oxigeno se debe
valorar la necesidad de un suplemento oral idealmente de alta densidad calórica e hiperproteica a fin de
proporcionar en poco volumen el mayor aporte nutricional, permitiendo así un menor trabajo al
comer.44,45 A parte de ello, la nutrición enteral podrá ser indicada en pacientes no intubados que no
La nutrición enteral debe ser iniciada de manera trófica en pacientes que estén en transición a la
estabilidad hemodinámica, como aquellos donde se esté disminuyendo el número y dosis de vasopresores
sin embargo en los que la dosis vaya en aumento o tengan severa hipoxemia, hipercapnia o acidosis esta
deberá ser contraindicada44,45. Actualmente, no hay recomendación para el empleo de una fórmula
enteral con perfil anti-inflamatorio rica en omega 3 en el tratamiento de síndrome de dificultad
respiratoria aguda asociado a COVID-19.46, 47, 48 Y, la nutrición parenteral sólo debe ser indicada cuando
el tracto gastrointestinal no esté funcionando o en pacientes intubados que no toleren la nutrición enteral
durante la primera semana en la UCI.
Otra recomendación específica para pacientes con COVID-19 y la necesidad de nutrición enteral, se
refiere a su administración en posición pronada. La posición pronada es la posición de decúbito ventral
(estómago abajo), utilizada para combatir la hipoxemia, mejorar la oxigenación y la acidosis respiratoria,
que son situaciones comunes entre estos pacientes. En esta posición, se recomienda mantener la nutrición
enteral a 20 ml / h (trófica), de forma continua y al mover al paciente, la dieta debe detenerse primero,
siguiendo los protocolos institucionales. Se debe considerar mantener la cabecera elevada (25-30°) y el
uso de procinética fija. Un paciente con nutrición parenteral no debe pausar una dieta cuando mueve al
paciente.44,45
De esta manera aplicando los conceptos y herramientas según sea el caso se garantizará que el paciente
reciba de manera rápida y oportuna el suministro de nutrientes que le permita hacer frente a la infección
por COVID-19 favoreciendo así la reducción de la morbi-mortalidad, mejora de la calidad de vida y
reducción de readmisiones.
Obesidad
La obesidad es una enfermedad crónica, prevenible caracterizado por un aumento del peso corporal a
expensas de la masa grasa. Es el resultado de un desbalance energético entre la ingesta y gasto calórico.
Los factores causales conocidos son la predisposición genética y factores ambientales como la
alimentación con alta densidad energética y el sedentarismo49. Además, es considerada una enfermedad
metabólica la cual coexiste con otras enfermedades crónicas no trasmisibles. Esto hace potenciar el riesgo
de complicaciones frente a cualquier infección.
En este sentido, las personas con obesidad tienen alto riesgo de complicaciones graves de COVID-19, en
virtud del mayor riesgo de enfermedades crónicas que impulsa. La obesidad aumenta el riesgo relativo de
la enfermedad respiratoria entre 2 a 3 veces 49. Una publicación reciente en la revista JAMA sobre las
muertes en Italia asociadas con la pandemia COVID-19 menciona que la obesidad, como una
comorbilidad crónica preexistente, estaba asociadas a la mortalidad, sobre todo si el IMC> 40 kg/m2. Así
también se piensa que las diferencias entre el número de muerte entre China e Italia podría deberse a las
diferencias en las prevalencias de obesidad entre países50.
Un punto para tener en cuenta es el impacto que podría producir la alta infección del COVID -19 en
pacientes con obesidad severa debido a la necesidad de camas bariátricas y dificultad para las
intubaciones, diagnósticos por imágenes (existen límites de peso en los aparatos), posicionamiento y
transporte51.
Por otro lado, los pacientes obesos con síndrome de distrés respiratorio agudo por COVID-19 deben
recibir un soporte nutricional especializado, sobre todo si presentan riesgo nutricional. Tanto las
necesidades energéticas como de nutrientes deben ser adoptadas a su condición por lo que sería
Energía IMC >30 - 50: 11 a 14 Kcal peso actual o 22 – 25 Kcal peso ideal IMC >50
>2g/Kg/peso ideal, IMC 30 - 40
Proteínas
>2,5g/Kg/peso ideal, IMC > 40
CHO y grasas Relación 30:70 (pacientes no ventilados) y 50:50 (pacientes ventilados)
Fuente: JPEN 2016; 40 (2) 159–211
Pediatría
El nutricionista clínico pediátrico forma parte del equipo multidisciplinario para el mejor manejo del
paciente, se involucra en el tratamiento médico y en la evolución. No solamente cuando se encuentre con
alguna patología o en estado grave, sino también en el niño sano, tomando en cuenta el crecimiento y
desarrollo desde edades tempranas de la vida. 54, 55
Con la actual problemática a nivel mundial es muy importante identificar muy bien las poblaciones
pediátricas que tienen mayor riesgo nutricional, más que de infección por COVID-19 según la evidencia,
como resultado de la ausencia de para una alimentación suficiente, adecuada y saludable. 56
Cirugía y Trasplante
Durante la pandemia COVID-19, en el programa de donación y trasplante se han limitado las visitas
hospitalarias y se postergan los procesos de trasplante donde los riesgos superan los beneficios. Asimismo,
se ha tomado decisiones de postergar todas las cirugías electivas y en las cirugías de emergencia se sugiere
realizar la detección de COVID-19 (hemograma completo, IgM o IgG, detección de ácido nucleico, y
tomografía computarizada de tórax).59,60
El nutricionista clínico es el profesional predilecto que debe estimar las demandas nutricionales y
asegurar que el flujo de alimentación sea con mayor calidad e inocuidad para que la nutrición de pacientes
quirúrgicos sea segura.61
Es muy probable que la mayoría de estos pacientes tengan que ser alimentados a través de sonda de
alimentación y sedados, por ello es de gran importancia considerar al nutricionista clínico dentro del
equipo de trabajo donde impera el liderazgo, coordinación, integración, estableciendo alianzas, redes y
la sostenibilidad de las acciones a favor de la mejora de la salud nutricional.62
Es importante que el nutricionista clínico de neurología esté capacitado para detectar de manera
oportuna alteraciones en la mecánica de la deglución. Por otra parte, se debe siempre estar de la mano
con el tratamiento médico con la finalidad de conocer el estadio o evolución de la enfermedad para tomar
decisiones de forma oportuna, como cuándo se debe optar por una vía de alimentación enteral o bien por
una oral con modificación en la consistencia y viscosidad de los sólidos.
Debido a que un gran porcentaje de pacientes con enfermedades neurodegenerativas son adultos mayores
o bien población con desnutrición que implicaría un riesgo mayor a complicaciones por infección COVID-
19; se debe considerar un mayor cuidado. Son imperativas las medidas de higiene y sana distancia como
en la demás población, así como asegurar un correcto control de la enfermedad; desde el punto de vista
nutricional evitar a toda costa la desnutrición subyacente. Además, se debe considerar el uso sostenido
de suplementos nutricionales orales.24,64
Tomando en cuenta que de todos los pacientes infectados por COVID-19 lleguen a ser casos críticos y
requieran un apoyo ventilatorio, está bien documentado que posterior al retiro del tubo endotraqueal se
presenta disfagia orofaríngea hasta en 60% de los pacientes extubados aún al alta hospitalaria.65 El papel
del nutricionista clínico será clave no solo en la evaluación y tratamiento de estos pacientes, sino en la
rehabilitación y reinserción a la sociedad.
Soporte Nutricional
La nutrición clínica especializada o soporte nutricional, definida como un conjunto de procedimientos
terapéuticos para mantener o recuperar el estado nutricional del paciente a través de la nutrición
parenteral y enteral, deja en claro la necesidad de la presencia del nutricionista clínico en las unidades de
soporte nutricional y su función está guiada por las regulaciones en algunos países de América Latina.66
El desafío de todo el equipo de salud ante la pandemia de COVID-19 es una realidad, y la terapia
nutricional es una parte integral de la atención al paciente, incluso cuando está en la fase inicial de los
síntomas, hasta su fase crítica. Recordamos que parte de los pacientes requieren hospitalización y
aproximadamente el 5% irá a las unidades de cuidados intensivos, principalmente con disfunción
respiratoria, seguida de otras complicaciones, entre ellas la disfunción renal. Los pacientes infectados,
además de la inflamación, también presentan anorexia, disgeusia (pérdida del gusto) y anosmia (pérdida
del olfato), que en conjunto afectan la aceptación diaria de los alimentos, corroborando la pérdida de
peso, la desnutrición y el estado clínico.
Teniendo en cuenta que los pacientes que permanecen más de 48 horas en la UCI deben considerarse en
riesgo de desnutrición, esto podría agregarse a la lista de factores de riesgo anterior como una
sugerencia.68
Es fácil entender que la terapia nutricional en estos pacientes debe iniciarse lo antes posible, teniendo en
cuenta tanto la vía oral con indicación de suplementos orales, la nutrición enteral cuando es imposible
cumplir el objetivo nutricional por vía oral o la nutrición parenteral cuando el tracto gastrointestinal
(TGI) está comprometido y puede usarse de forma exclusiva o complementaria.
Hay estudios que sugieren una indicación de suplemento oral en pacientes con COVID-19 en riesgo
nutricional, independientemente de la ingesta de dieta oral, inicio inmediato de un suplemento de hasta
900 Kcal con hasta 55 g de proteína y, si en los dos días consecutivos no toleran y/o si el paciente empeora
su condición respiratoria, se puede iniciar la nutrición parenteral complementaria. Otros autores
recuerdan la importancia de evaluar si la dieta oral asociada con la realización de la terapia nutricional
cumple con las recomendaciones de vitaminas y minerales, por lo tanto, es posible complementar algunos
nutrientes como la vitamina C, zinc y vitamina D. Es importante tener en cuenta que cada uno la unidad
hospitalaria debe desarrollar sus protocolos individuales pensando en su realidad, sin olvidar los
principios de ética y seguridad del paciente.68,69,70
La nutrición enteral es la ruta preferida cuando la ruta oral no se puede usar y se debe comenzar temprano
(24 a 48 horas). Cuando existe una contraindicación en el uso de TGI, se debe considerar la nutrición
parenteral y comenzar lo antes posible y también, se sugiere su administración de manera
complementaria (periférica cuando sea posible) en pacientes que no alcanzan los objetivos calóricos y
proteicos (más del 60%) a través del tracto digestivo.24,68,69,70
Teniendo en cuenta las recomendaciones nutricionales, las calorías siguen las recomendaciones ya
conocidas por todos, y dependerá de la situación en la que se encuentre el paciente con COVID-19, que
puede ser de 15 a 20 Kcal/Kg/día, llegando a 30 Kcal/kg/día. Si el paciente no es crítico y está desnutrido.
Para las proteínas, se sigue el mismo razonamiento, que va desde 1.0g/Kg/día a 2.0g/Kg/ día, considerando
a cada paciente individualmente. La progresión de la terapia nutricional para alcanzar el objetivo
preestablecido debe seguir la tolerancia del paciente y los protocolos de cada unidad hospitalaria, en
general comienza con aproximadamente el 60% del objetivo y se espera que para el cuarto día ya haya
alcanzado el 100% del objetivo nutricional está cubierto.24,68
También se sugiere no utilizar fórmulas específicas para manipular el coeficiente respiratorio y reducir la
producción de CO2 en pacientes con disfunción pulmonar, que son hiperlipídicos (más del 50%) e
hipoglucídicos (entre 20-25%). Las fórmulas isoosmolares parecen ser mejor toleradas y se debe
considerar la presencia de fibra cada vez que el paciente lo tolera, recordando que en los casos en que es
De acuerdo a las funciones del nutricionista clínico de soporte nutricional, los pacientes con sospecha o
confirmación de COVID-19 deben recibir asistencia nutricional de conformidad con los protocolos y
reglamentos hospitalarios, sin embargo, los consejos de nutrición de algunos países también se han
expresado indicando medidas de atención. Para prevenir la propagación de la enfermedad. En este
sentido, se recomienda que el nutricionista clínico no realice el tamizaje nutricional ni evaluación
nutricional presencial. La sugerencia es utilizar recursos tecnológicos para recopilar datos a distancia
(telenutrición, teléfono) y recopilar datos secundarios de los registros médicos y del equipo de enfermería,
medicina y fisioterapia, para luego tener la base para elaborar y guiar una planificación dietética
adecuada.24,68,71
Si la visita cara a cara es esencial, se recomienda seguir estrictamente los protocolos y pautas de las
regulaciones internas del Servicio de Control de Infecciones Hospitalarias de su institución, con respecto
al uso de Equipo de Protección Personal (EPP), que debe seguir las recomendaciones de Organización
Mundial de la Salud (OMS).
Nutrición Domiciliaria
La nutrición domiciliaria es el método terapéutico para restaurar o mantener el estado nutricional,
mediante la administración en domicilio de los nutrientes necesarios vía tracto digestivo, en pacientes
que no pueden tener un consumo regular de alimentos por vía oral, debido a su situación clínica.72 Es así
que los objetivos principales de la nutrición domiciliaria son corregir las deficiencias nutricionales
significativas, evitando mayor pérdida de peso corporal y mejorando la calidad de vida.72
El soporte nutricional enteral es un tratamiento médico, pero las decisiones de la vía de administración,
tipo de fórmula y manejo, son realizados de mejor forma por el equipo multidisciplinario de nutrición
que contempla al profesional nutricionista. Este soporte se inicia durante la estadía hospitalaria y
continua como terapia nutricional en domicilio.72
Por lo tanto, hay que tener en cuenta los criterios y factores que deben considerarse para realizar una
transición segura de un paciente con nutrición enteral desde el hospital a su domicilio o residencia de
larga estadía, como se describe en la Tabla 5.
La adecuada instrucción al paciente y/o cuidado en estos temas y de la fórmula que debe ser usada en
domicilio (de acuerdo a la disponibilidad existente y que pueda comprar la familia de acuerdo a sus
recursos económicos, para cubrir los requerimientos), pueden optimizar la adherencia y seguridad en el
tratamiento del plan nutricional entregado y reducir el reingreso hospitalario del paciente, en estos
tiempos de pandemia en donde se están priorizando las camas para la atención de pacientes con COVID-
19.
Los pacientes con COVID-19 con mayor riesgo de fallecer, son los adultos mayores y que presenten
multimorbilidad. Y son justamente estas características las que tienen la gran mayoría de los pacientes
que están recibiendo nutrición enteral en domicilio. Por lo que se debe tener especial cuidado para reducir
el riesgo de complicaciones, evitar el contagio en el domicilio, y en especial en una posible re-
hospitalización.
Inmunología e Infectología
En 2017 la Academia Española de Nutrición y Dietética enmarco su congreso bajo el lema: “El Dietista
Nutricionista: Promotor de Salud Pública”, dado que la importancia de este profesional radica en su
interacción con múltiples profesionales sanitarios y campos de acción, desde la gastronomía, educación
alimentaria, y su estrecha relación con la clínica de múltiples patologías y la mejora de la salud. El
nutricionista es promotor del cambio hacia una población hábitos de vida saludable y su subsecuente
resultado, una vida saludable.74
En estos tiempos de pandemia en donde el principio de una adecuada nutrición que es la seguridad
alimentaria se encuentra afectada, indiscutiblemente estos cambios impactaran en estado nutricional de
la población. Como lo referencia Chandra (2004): “Está ampliamente aceptado que la malnutrición está
asociada a alteraciones en el sistema inmunitario tanto de sus órganos centrales como de la respuesta
inmune, especialmente de la inmunidad celular, pero también de la fagocitosis, producción de citoquinas,
secreción y afinidad de anticuerpos y capacidad del sistema del complemento”75
Por ende las acciones generadas por la labor diaria del profesional en nutrición desde la garantía de un
derecho fundamental como lo es la alimentación, la educación en alimentación y estilo de vida como
factores epigenéticos, la atención a población sana, con diagnósticos crónicos o infectados por el SARS-
CoV-2 en estadios críticos o sobrevivientes, están enfocadas a garantizar el cumplimiento de
requerimientos normales o ajustados a las necesidades de cada individuo, aquellos que velaran por un
sistema inmunológico con los recursos suficientes para realizar su mejor labor.
Los profesionales en nutrición a cargo de la gestión y administración de los servicios de alimentos, son
responsables de proveer liderazgo, manejo financiero y de recursos humanos; así como resolución de
conflictos y toma de decisiones, comunicación efectiva y planificación estratégica; asegurando calidad y
mejora continua de los procesos relacionados con el proceso de atención nutricional.76
En tiempos en que el mundo sufre una pandemia por COVID-19 y conociendo sus efectos deletéreos en
el estado nutricional, en especial cuando se trata de pacientes en estado crítico24 es fundamental
reconocer la importancia que reviste la valoración del riesgo nutricional de estos pacientes y su atención
mediante consejería nutricional y/o nutrición clínica especializada, con la finalidad de cubrir sus
requerimientos de calorías, así como de macro y micronutrientes.77
La evolución tan acelerada de esta enfermedad y su alta contagiosidad ya evidenciada78, 79, exige que
quienes administran los servicios de alimentación tomen medidas urgentes para asegurar el acceso y la
disponibilidad a los alimentos y suplementos orales que se brindan a los pacientes hospitalizados, en el
contexto de las diferentes políticas gubernamentales de cada país dirigidas a la contención de la
pandemia.
En este sentido, los gerentes de los Servicios de Nutrición deben ser los responsables de establecer
estrategias que permitan mantener funcionando la producción diaria de alimentos, con insumos y recurso
humano requerido para las diferentes actividades.
Coordinar con las jefaturas administrativas, la posibilidad de ampliar la planilla de recurso humano
o solicitar aumento de presupuesto ante un eventual incremento de los casos por atender y ante la
posibilidad de contagio de alguno de los funcionarios de la unidad y que se requiera una cuarentena
obligatoria de toda la unidad.
Propiciar estrategias de motivación, trabajo en equipo y apoyo emocional que permitan al recurso
humano mantener un adecuado nivel emocional ante la incertidumbre y temores relacionados con
la pandemia.
Realizar modificaciones horarias o de roles de labores, así como planes de vacaciones anticipadas a
funcionarios que por su condición de salud tengan mayor riesgo de contagio.
Planificar programas de capacitación continúa dirigida a todo el personal a cargo, en temas
relacionados con reducción de la posibilidad de contagio por COVID-19.
Redefinir las actividades correspondientes a cada puesto de trabajo en los servicios de nutrición
hospitalaria; ante las modificaciones de los procesos sustantivos o la implementación de nuevos
procesos derivados de la atención de la emergencia.
Fuente: Howells et al 79
El apoyo profesional y el liderazgo con valores éticos, deben caracterizar al nutricionista clínico y ser
premisa diaria en la labor hospitalaria.
Existen varios factores (Figura 2) nutricionales y no nutricionales que pueden influenciar en la dieta y el
estado nutricional, y esto a la vez en la inmunidad. Entre ellos se puede citar al alto consumo de comidas
rápidas, sedentarismo, obesidad, etc.80
En este sentido se puede decir que la respuesta inmune se podría ver comprometida en estados de
malnutrición (tanto por exceso como por déficit), aumentando el riesgo de infecciones. Por ello se cree
que existe una interacción bidireccional entre nutrición, infección e inmunidad. Además, los estados de
carencia nutricional pueden afectar el riesgo y gravedad de la infección.80
Dieta insuficiente
Subnutrición
Otros factores que influyen: sexo, programación fetal, historia de inmunización, exposición al patógeno, condiciones
específicas de salud, presencia de partologias de base
Por otro lado, no se ha probado la eficacia del uso de ningún otro nutriente o compuestos llamados
nutracéuticos incluidos el ácido ferúlico, ácido lipoico, espirulina, N-Acetilcisteina, glucosamina, beta-
glucanos o la baya de saúco para ayudar a combatir COVID-19. 25
Las recomendaciones generales para alimentación saludable durante la cuarentena por COVID-19 25,82
incluyen la planificación del abastecimiento y consumo de alimentos a nivel familiar, inclusión de
alimentos saludables de las Guías Alimentarias del país con adecuado almacenamiento, hidratación y
ejercicio física.
Conclusiones
La intervención de los nutricionistas clínicos cobra importancia como parte integral de la terapia
hospitalaria, brindando soluciones basadas en la evidencia científica, con la capacidad de modificar el
pronóstico del paciente y mejorar sustancialmente el resultado clínico, al brindar la oportunidad al
organismo de responder mejor. Un paciente que responde mejor al tratamiento clínico, tiene más
probabilidad de pasar un menor tiempo en el hospital y con ello se disminuyen las posibles
complicaciones derivadas de las estancias intrahospitalarias prolongadas, tales como desnutrición o
infecciones nosocomiales.
Sin lugar a dudas, la bioseguridad del profesional de la salud ya no será la misma, habrá un antes y un
después de esta pandemia del covid-19, pero sobre todo la comunicación entre los profesionales será más
que importante, por lo tanto, debemos tomar en cuenta lo siguiente:
b. La aplicación de las precauciones estándares por parte de los trabajadores de salud para todos los
pacientes como:
La transmisión a través de las manos, por transmisión de contacto ha sido demostrado, por lo que un
virus en las manos y su posterior inoculación en mucosa oral, nasal y ocular es una importante vía de
transmisión. Por lo que se debe realizar la higiene de manos frecuentemente con agua y jabón con o sin
antiséptico o gel con alcohol de 60 al 95%.
Además, mantener una distancia mínima de 1 metro entre el nutricionista, médico, personal de
enfermería y paciente cuando se realice la visita nutricional o se den todas las instrucciones de cuidados
y entrega de recetas etc.
Deberá usar mascarilla los nutricionistas que estén expuestos al ambiente hospitalario o comunitario.
Antes de tocar la mascarilla, lávese las manos con un desinfectante a base de alcohol o con agua y
jabón.
Inspeccione la mascarilla para ver si tiene rasgaduras o agujeros.
Oriente hacia arriba la parte superior (donde se encuentra la tira de metal).
Asegúrese de orientar hacia afuera el lado correcto de la mascarilla
Colóquese la mascarilla sobre la cara. Pellizque la tira de metal o el borde rígido de la mascarilla para
que se amolde a la forma de su nariz.
Tire hacia abajo de la parte inferior de la mascarilla para que le cubra la boca y la barbilla.
Después de usarla, quítese la mascarilla; retire las cintas elásticas de detrás de las orejas manteniendo
la mascarilla alejada de la cara y la ropa, para no tocar las superficies potencialmente contaminadas
de la mascarilla.
Deseche la mascarilla en un contenedor cerrado inmediatamente después de su uso.
Lávese las manos después de tocar o desechar la mascarilla.