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BASES BIOLÓGICAS DE LA RESISTENCIA AERÓBICA

El término resistencia tiene muchas connotaciones, a tal punto que se puede aplicar
en relación a muchas actividades cotidianas del ser humano (manejar, estudiar, etc.).
En el deporte u otra práctica de ejercicios físicos de tipo cíclico como el simple trote,
la elíptica, etc., el concepto de resistencia también se aplica en todas y cada una de las
disciplinas deportivas, particularmente cuando se trata de ejecutar ejercicios varios
en condiciones de entrenamiento. El deportista que repita un mayor número de veces
un determinado gesto motor, sin disminuir su eficacia desde el punto de vista de la
biomecánica, tendrá más resistencia. Este tipo de resistencia, que bien puede ser
denominada como resistencia general, por el hecho de que en su definición no se
especifica alguna actividad en especial, se puede definir como "la capacidad de una
persona de mantener en un alto nivel y durante el mayor tiempo posible, la
capacidad de trabajo, cuando realiza cualquier tipo de actividad".

Cuando se entra a especificar el tipo de actividad, se comienza a especializar el


concepto y se pasa de lo general a lo especial. En este caso, se podría justificar el
término resistencia especial. Algunos ejemplos de resistencias especiales son:
resistencias local y global, estática y dinámica, de fuerza, aeróbica, anaeróbica, etc.
Entonces, la alta capacidad de una persona para resistir cuando realiza determinada
actividad, se expresa hasta tanto la fatiga, como mecanismo protector, no lo obligue a
disminuir o detener la actividad que esté realizando. La relación estrecha entre la
resistencia y la fatiga, también permite definir la resistencia general como "la
capacidad del sujeto para contrarrestar la fatiga, cuando éste realice determinada
actividad".
 
En la práctica deportiva, se diferencian dos tipos de resistencia: la resistencia
general y la especial. La resistencia general, en el argot deportivo, se asocia a la
resistencia de tipo aeróbico, o sea que se trata de actividades de corte o tipo
aeróbico, que es en donde la intensidad se mantiene moderada en base a unas
pulsaciones por minuto hasta o por debajo de las 150, en personas con un nivel de
entrenamiento medio o alto. Por otro lado, en el argot deportivo, el concepto de
resistencia especial no hace alusión a ninguna actividad deportiva en particular.
Cada actividad dentro de este concepto se torna especial. Desde este punto de vista,
la definición de resistencia general ya mencionada, es muy semejante a la definición
de resistencia especial utilizada en el ámbito deportivo.

En resumen hasta ahora, se puede mencionar que la definición de resistencia


general no especifica la actividad o tipo de ejercicio, mientras que la definición de
resistencia especial si la especifica. Al tener en cuenta estas recomendaciones se
evitan cierto tipo de errores de apreciación. En el caso de los maratonistas, por
ejemplo, para ellos la resistencia general o aeróbica se torna una resistencia
especial.

Por lo anterior, es mejor hablar de resistencia aeróbica a secas, en lugar de


resistencia general. La resistencia aeróbica puede catalogarse como una cualidad
motriz general, básica para una gran cantidad de deportes y de disciplinas
deportivas, al tiempo que se torna "especial" para los maratonistas y demás
deportistas cuyo resultado deportivo depende mucho de la potencia y de la
capacidad del mecanismo aeróbico oxidativo.

Entonces, se entiende por resistencia aeróbica "la capacidad de una persona para
mantener un movimiento de estructura cíclica (trote, nado, etc.) a un alto ritmo
(hasta las 150 ppm) y durante el mayor tiempo posible, utilizando de una manera
exclusiva o casi que exclusiva el mecanismo aeróbico oxidativo como aquel que
aporta el total de sustratos energéticos (ácidos grasos) en la producción de energía
para la resíntesis de ATP.

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