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Ahora bien, pese a que el artículo 1° del citado Decreto Supremo precisa que en las
competencias transferidas del OSINERGMIN al MINTRA no se incluyen aquellas
actividades de la industria minera que no se encuentren vinculadas con obligaciones o
derechos laborales sobre seguridad y salud en el trabajo, consideramos que ello no
es suficiente para resolver situaciones concretas que se puedan suscitar durante el
desarrollo de las actividades mineras, trayendo como inmediata consecuencia una
Situación de inseguridad jurídica y el entorpecimiento de una adecuada supervisión y
fiscalización de la actividad minera, que, si bien trae muchos beneficios económicos y
sociales, como muchas otras actividades humanas, también genera serios impactos
en la sociedad. Imaginemos el siguiente escenario: Un trabajador minero
(debidamente capacitado) no acata las normas internas de una Compañía Minera
sobre distancias durante explosiones, y producto de ello, transita por una zona
restringida durante una actividad con explosivos resultando seriamente herido. La
pregunta es: ¿Estamos ante una infracción de procedimientos mineros supervisado
por OSINERGMIN o ante una falta de seguridad y salud del trabajador, de
competencia del MINTRA? O es que ambos tienen competencia por este incidente en
concreto. Consideramos que ante ciertas situaciones específicas y propias del sector
minero, podríamos encontrarnos ante hechos que podrían caber válidamente dentro
de las competencias de una u otra institución, lo que eventualmente podría generar
una contienda por ver que institución se hace de las multas impuestas, llegando a
supuestos donde el Titular de la Concesión tenga que hacerse responsable de dos o
más sanciones administrativas, infringiéndose así principios tales como el non bis in
ídem. Así también, consideramos que el hecho de desconcentrar de tal manera las
actividades de fiscalización no es lo más conveniente, sobre todo en un sector tan
efervescente como el minero. Nuestra opinión es que diluir de esta manera las
atribuciones supervisoras y fiscalizadoras, no solo genera un impacto económico
negativo en las instituciones públicas (por el mayor gasto público a realizarse) sino
que además puede traer como incentivo perverso contiendas de competencia a
efectos de imponer sanciones administrativas al Titular de una Concesión Minera y,
por tanto, encarecer dicha actividad, pues el titular minero estará ante los siguientes
escenarios: (i) No saber ante quién responder por determinado evento (inseguridad
jurídica) y (ii) Pagar más de una sanción administrativa por un mismo hecho, como
consecuencia de no saber ante quién responder (Afectación a Derechos
Constitucionales como el Non Bis in Idem).
En ese sentido, de continuarse con fiscalizaciones de cargo de varias
instituciones, hacen falta reglas mucho más claras sobre las competencias de
cada una y la garantía de que no existirán incentivos perversos para la imposición de
sanciones
administrativas que al final del día lo que ocasionaran es ahuyentar la inversión en
nuestro país.
Ante este escenario que se dá en nuestro país. ¿Cuál es su punto de vista?
Ante este problema mi punto de vista sería que exista otra entidad mayor de delegue
o destine los cargos a las tres entidades. Una entidad evaluadora para la destinación
de responsabilidades.