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EXTENSION LA ISABELICA
Formación social
C.I: 28259532
8vo semestre
Materialismo dialéctico:
El materialismo dialéctico es la ciencia filosófica sobre las leyes más generales del
desarrollo de la Naturaleza, de la Sociedad humana y del pensamiento, la
concepción filosófica del partido marxista-leninista, creada por Marx y Engels y
perfeccionada por Lenin y Stalin. Esta concepción filosófica “llámese materialismo
dialéctico, porque su modo de abordar los fenómenos de la Naturaleza, su método
da estudiar estos fenómenos y de concebirlos, es dialéctico, y su interpretación de
los fenómenos de la Naturaleza, su modo de enfocarlos, su teoría materialista”
(Stalin). Al crear el materialismo dialéctico, Marx y Engels lo hicieron extensivo al
conocimiento de los fenómenos sociales.
Materialismo histórico :
Existen diferencias entre los grupos socialistas, aunque casi todos están de
acuerdo en que están unidos por una historia en común que tiene sus raíces en el
siglo XIX, en las luchas de los trabajadores siguiendo los principios de solidaridad
y vocación a una sociedad igualitaria, con una economía que pueda, desde su
punto de vista, servir a la totalidad de la población en vez de a unos pocos.
Por otro lado el significado de facto del socialismo ha ido cambiando con el
transcurso del tiempo. Así en el marxismo-leninismo el socialismo es considerado
como la fase previa al comunismo, mientras que en la socialdemocracia con el
término de socialismo se alude a la redistribución de la riqueza mediante la
aplicación de un sistema fiscal progresivo.
Reflexión: Vista la evolución del ser humano, podemos prever que van a surgir
siempre diferencias y, por tanto, disidencias respecto de una realidad que no es
absoluta sino representativa, esto es, que no es leída en su estricta materialidad
sino que se tamiza a través de marcos heredados de la construcción social. Tanta
fuerza tienen esos marcos, especialmente en la era de la comunicación, que
cuando un hecho niega el marco, preferimos negar el hecho. Como reto, se trata
de reconstruir esos marcos para que dejen más espacio a la libertad de
conciencia. Es lo que Gramsci llamó «conquista de la hegemonía», camino de
crear un nuevo sentido común socialista donde la empatía sea algo inmediato.
Hoy en día se nos pide quedarnos en casa el tiempo que haga falta y no caer
presos del pánico. Debemos hacer un ejercicio simultáneo de responsabilidad
individual y social. Para no contagiarnos y no propagar la epidemia. Salvar
nuestras vidas es una prioridad indiscutible, al ser una condición de posibilidad
para cualquier otra cosa. En contadas ocasiones un desafío nos plantea que todos
nos lo jugamos todo al mismo tiempo. No faltará quien experimente la tentación de
aprovechar esta calamidad para lucrarse. Ni tampoco ha dejado de pensarse que
deben primar los intereses del sistema financiero, bancario y económico, para que
quienes logren sobrevivir a la epidemia mantengan inalterado el actual estilo de
vida. Sin embargo, la crisis del coronavirus podría generar una catarsis colectiva
propiciadora de cambios muy significativos en un orden social donde resulten más
complementarios el interés personal y los intereses colectivos.
Hay que tener en cuenta que las cosas pueden siempre cambiarse por algo
equivalente y por eso tienen un precio de mercado. Pero que las personas no
deben ser jamás un mero instrumento para una u otra finalidad. Porque su
carácter irrepetible les hace sencillamente insustituibles. Y ello les otorga esa
dignidad indisociable del ser humano.
Aunque parece algo muy obvio, se diría que tendemos a olvidar lo más evidente.
Saquemos lecciones positivas de la pandemia. Alimentemos nuestra alma y
espíritu para una mejor concepción de todo lo que está ocurriendo y puede ocurrir,
seamos optimistas ante esta situación, no todo está perdido, confiemos en que
habrá un cambien y hagamos que eso suceda.