Sei sulla pagina 1di 49

Suscríbete a DeepL Pro para poder editar este documento.

Entra en www.DeepL.com/pro para más información.


1936 RACIÓN DE ARBTT DE LA FUNDICIÓN DE $TRAI L CANADÁ

que hasta ahora han celebrado los dos Gobiernos en virtud del artículo XI de
la Convención. ... se comunicará a los gobiernos en un plazo de tres meses a
partir de la fecha en que finalice el período de prueba.
(6) El Tribunal se reunirá por lo menos una vez en el año 1939, para
examinar los informes y tomar las medidas que considere necesarias.
(7) En caso de desacuerdo entre los Consultores Técnicos, remitiránel
asunto al Tribunal para su decisión, y todas las personas y la Fundición de
Trail afectadas por la presente actuarán de conformidad con dicha decisión.
(8) Con el fin de disminuir, en la medida de lo posible, las fumigaciones d
urinti el inter- val de tiempo que se extiende desde el 1 de mayo de 1938. al 1 de
octubre de 1938 (durante cuyo tiempo o durante parte del mismo, es posible que
las observaciones y experimentos arriba previstos no estén en pleno
funcionamiento), el Tribunal ordena que la Fundición de Raíl sea explotada con
las siguientes limitaciones - en lo que respecta a las emisiones de azufre -
entendiéndose que el Tribunal no está en la actualidad dispuesto a hacer
permanentes dichas limitaciones, pero considera que por el momento es probable
que reduzcan la posibilidad o la posibilidad de que se produzcan lesiones en la
zona de daños probables.
(a) En los períodos comprendidos entre el 25 de abril y el 10 de mayo y entre
el 22 de junio y el 6 de julio, que son los períodos de mayor sensibilidad al
dióxido de azufre para determinados cultivos y árboles de esa zona, no se
emitirán más de 100 toneladas diarias de azufre de las chimeneas de la Fundición
de Rastro.
(b) Como precaución adicional, y durante todo el período hasta el 1º de
octubre de 1538, el registrador de dióxido de azufre de Columbia Gardens y
el registrador de dióxido de azufre de la granja de Stroh (o cualquier otro
punto aprobado por los Consultores Técnicos) funcionarán continuamente, y
también se realizarán observaciones de la humedad relativa en ambas
estaciones de registro. Cuando, entre las horas de la salida y la puesta del sol,
la concentración de dióxido de azufre en Columbia G ardens exceda de una
parte por millón durante tres períodos consecutivos de 20 minutos, y la
humedad relativa sea del 60 por ciento o superior, se notificará
inmediatamente a la Fundición de Trail; y la emisión de azufre de las
chimeneas de la planta se mantendrá a 5 toneladas de azufre por hora o
menos hasta que la concentración de dióxido de azufre en la estación de
registro de Columbia G ardens descienda a 0,5 parte por millón.
(c) Este reglamento podrá ser suspendido temporalmente en cualquier
momento por orden de los Cónsules Técnicos o del Tribunal. si en su
funcionamiento interfiere con algún programa de investigación en curso.
(9) Para el cumplimiento del régimen temporal aquí prescrito por el
Tribunal, el Dominio del Canadá se comprometerá a proveer el pago de los
siguientes gastos del mismo a) El Tribunal fijará la remuneración de los
Consultores Técnicos y de los funcionarios u otros auxiliares que pueda
necesitar. que se considere necesario emplear; b) los estados de
cuenta serán presentados por los Consultores Técnicos del Tribunal al y
aprobados por el Presidente por escrito; c) el Dominio del Canadá depositará
periódicamente en una institución financiera que designará el Presidente del
Tribunal las sumas que éste considere necesarias para el pago de la
indemnización, los viajes. y otros gastos de los Consultores Técnicos y de los
secretarios u otros auxiliares; d) el Tribunal presentará por escrito al Dominio
del Canadá un informe sobre todas las sumas recibidas y gastadas por j t, y
toda suma no gastada será devuelta por el Tribunal al Dominio del Canadá al
concluir el período de prueba.
U.S.A. GANA DA (TRA IL SM E LTER ARBITRAJE) 1937
(10) Se entenderá que los términos "Tribunal" y "Presidente", tal como se
utilizan en el presente documento, .significan el Tribunal, y'4 el Presidente, tal
como se constituyan en cualquier futuro i ime en virtud de la Convención.
Se entenderá que el término "Trail Smelter", tal como se utiliza en el
presente documento, se refiere a la Consolidated h4ining and .Smelting
Company of Canado, Limited, o sus sucesoras y cesionarias.
Nada de lo dispuesto en los párrafos anteriores de la cuarta parte de la
presente decisión eximirá al Dominio del Canadá de cualquier obligación
que exista actualmente en virtud de la Convención en lo que respecta a la
indemnización o compensación, si la hubiere, que el Tribunal pueda
considerar debida por los daños, si los hubiere, ocurridos durante el período
comprendido entre el 1° de octubre de 1940 (fecha en que se concede la
indemnización por daños) y el 1° de octubre de 1940, o una fecha anterior en
que el Tribunal pueda dictar su decisión definitiva.

[Firmado]
LAN HoSviE.
Firmado)
CHARLES J'ARRE N .

Firmado)
R . 4. E . Sr. RE E NSH IE LDS.
1938

ION DE DECISIÓN

INFORMADO EL 11 de marzo de 1941, al gobierno de los Estados Unidos de América y al gobierno


de Canadá, bajo la convención firmada el 15 de abril. 1935.

Este Tribunal se constituye en virtud de la Convención entre los Estados


Unidos de América y el Dominio del Canadá, firmada en Ottawa el 15 de
abril de 1935, debidamente ratificada por ambas partes, y de las
ratificaciones intercambiadas en Ottawa el 3 de agosto de 1935 (en adelante,
"la Convención"), y sus facultades se derivan y limitan de ella.
En virtud del artículo II de la Convención, cada gobierno debía elegir un
miembro del Tribunal y los dos gobiernos debían elegir conjuntamente un
presidente que no debía ser ni súbdito británico ni ciudadano de los Estados
Unidos. Los miembros del Tribunal fueron elegidos de la siguiente manera: por
los Estados Unidos de América, Charles Warren de Massachusetts; por el
Dominio del Canadá, Robert A.E. Greenshields de la Provincia de Quebec; por
los dos Gobiernos conjuntamente, Jan Frans Hostie de Bélgica.
En el párrafo 4 del artículo I I de la Convención se disponía que "los
Gobiernos podrán designar cada uno de ellos un científico para que preste
asistencia al Tribunal"; y los científicos fueron designados de la siguiente
manera: por los Estados Unidos de América, Reginald S. Dean de Rlissouri;
y por el Dominio del Canadá, Robert E. Swain de California. En noviembre
de 1940. Victor H. Gottschalk de Washington, D.C., fue designado por los
Estados Unidos como suplente de Reginald S. Dean. El Tribunal desea dejar
constancia de su agradecimiento por la valiosa asistencia que recibió de estos
científicos.
El Tribunal informa aquí de sus decisiones finales.
La controversia es entre dos gobiernos que tienen que ver con los daños
ocurridos, o havirni ocurridos, en el territorio de uno de ellos (los Estados
Unidos de América) y que supuestamente se deben a un organismo situado en el
territorio del otro (el Dominio del Canadá). En esta controversia, el Tribunal no
se reunió ni se reúne para pronunciarse sobre las reclamaciones presentadas por
particulares o en nombre de uno o más particulares por su Gobierno. Aunque los
particulares pueden entrar en el sentido de "partes interesadas", en el artículo IV
y de "partes interesadas", en el artículo ¥'I I I de la Convención y aunque los
daños sufridos por los particulares, en parte, "permitieron establecer una escala
conveniente para el cálculo de la reparación debida al Estado" (véase el fallo Nu.
13, Corte Permanente de Justicia Internacional, Serie A, Nº 17, págs. 27, 25).
(C/. lo dicho por el Tribunal en la decisión comunicada el 16 de abril de 1938. en
lo que respecta a los problemas derivados del abandono de los bienes, Parte
"£dos, Cláusula ( 1).)
Entre los dos países involucrados, cada uno tiene un interés igual que si
se pruebe una molestia, la indemnización a las partes perjudicadas por los
daños probados será justa y adecuada y cada una de ellas tiene también un
interés igual en que no se permitan reclamaciones no probadas o
injustificadas. Pues, aunque ahora se puede afirmar que los intereses de los
Estados Unidos han sido perjudicados por las operaciones de una empresa
canadiense, es igualmente posible que en algún momento en el futuro Ca
nadiari
U. S.A. CANADÁ $TRJ lL ARBITRAJE MÁS SILENCIOSO 1939
los intereses podrían ser reclamados en. i " rojo por una corporación americana.
Como bien se ha dicho: "No sería ventajoso para los dos países interesados que
se impida el esfuerzo industrial exagerando los intereses de la comunidad
agrícola. De igual modo, tampoco sería ventajoso para los dos países que se
oprimiera a la comunidad agrícola para promover los intereses de la industria".
Consideraciones como las anteriores se reflejan en las disposiciones de la
Convención en el artículo IN, que "el deseo de las Altas Partes Contratantes" es
"llegar a una solución justa para todas las partes interesadas". Y la fraseología cif
las preguntas presentadas al Tribunal evidencia claramente un deseo y una
intenci6n de que, en cierta medida, al responder a las preguntas, el Tribunal se
esfuerce por arljustar los intereses en conflicto mediante alguna "solución justa"
que permita la continuación de la explotación de la Fundición de Trail pero con
las restricciones y limitaciones que, en la medida de lo previsible, permitan
obtener una indemnización, si a pesar de esas restricciones y limitaciones, se
produce un daño previo a la explotación en los Estados Unidos. daños se
produjeran en el futuro en los Estados Unidos.
Para llegar a su decisión, el Tribunal ha tenido siempre presente el hecho
adicional de que en el preámbulo de la Convención se afirma que ésta se
concluye con el reconocimiento de "la conveniencia y la necesidad de
efectuar un arreglo permanente".
El deber impuesto al Tribunal por la Convención era "decidir finalmente"
las siguientes cuestiones:
(1) Si los daños causados por la Fundición de Senderos en el Estado de
Wash-ington se han producido desde el primer día de J a nuary, 1932, y, en
caso afirmativo, qué indemnización debe pagarse por ello?
(2) En caso de respuesta afirmativa a la primera parte de la pregunta anterior,
¿se debe exigir a la fundición de rastros que se abstenga de causar daños en el
estado de lavado en el futuro y, en caso afirmativo, en qué medida?
(3) A la luz de la respuesta a la pregunta anterior, ¿qué medidas o
régimen, si es que lo hay, deben ser adoptadas o mantenidas por la
"Fundición de rastros"?
(4) ¿Qué incitación o compensación, si la hubiera, debería pagarse a
cuenta de cualquier decisión o decisiones dictadas por el Tribunal de
conformidad con las dos cuestiones anteriores?
El Tribunal se reunió en \ V a s h i n g i o r i , en el Distrito de Columbia, el
21 y 22 de junio de 1937, para la organización, la adopción de reglas de
procedimiento y la audiencia de declaraciones preliminares. Del 1° de julio al 6
de julio, se desplazó e inspeccionó la zona involucrada en la controversia en la
parte septentrional del condado de Stevens en el Estado de Washington y
también inspeccionó la planta de fundición de la Con, solidated Nlining and
Smelting Company of Canada, Limited, en Trail, en Columbia Británica.
Celebré sesiones de recepción y examen de las pruebas orales y documentales
presentadas por los gobiernos o por las partes interesadas, según lo dispuesto en
el artículo I-II, en Spokane, Estado de Washington, del 7 al 29 de julio de 1937,
en Washington, en el distrito de Columbia. el 16, 17, 18 y 19 de agosto de 1937;
en Ottawa, en la provincia de Ontario, del 2, 3 de agosto al 18 de septiembre de
1937; y escuchó los argumentos de los abogados en Ottawa del 12 al 19 de
octubre de 1937.
El día 2 de enero de 1938, los agentes de ambos gobiernos informaron
conjuntamente al Tribunal que no tenían nada más que presentar. En virtud
de las disposiciones del artículo XI de la Convención, se convirtió entonces
en el deber del
1940 U.S. A. CAN.'IDA (T RAIL S MELT ER ARB ITRATI ON )

Tribunal "que informe a los gobiernos de sus decisiones finales en


un período de tres meses después de la conclusión del proceso", Le. el 2 de abril
de 1938.
Tras un largo examen del voluminoso expediente mecanografiado e
impreso y de la transcripción de las pruebas presentadas en las audiencias, el
Tribunal notificó oficialmente a los Agentes de dos de los Gobiernos que, en
su opinión, a menos que se prorrogara el plazo, el Tribunal se vería obligado
a adoptar una decisión permanente el 2 de abril de 1938, sobre la base de
datos que consideraba inadecuados e insatisfactorios. Por recomendación del
Tribunal y en virtud de las disposiciones del Artículo XI que autorizan dicha
prórroga, los dos Gobiernos prorrogaron por acuerdo el plazo para el informe
de la decisión final del Tribunal a tres meses a partir del 1° de octubre de
1940.
El 16 de abril de 1938, el Tribunal adoptó su "decisión final" sobre la
pregunta No. 1, así como sus decisiones temporales sobre las preguntas No.
2 y No. 3, y estableció un régimen temporal en virtud de las mismas. La
decisión comunicada el 16 de abril de 1938 se denominará en adelante
"decisión anterior".
En relación con la pregunta Nº 1, en la declaración presentada por el Agente
del Gobierno de los Estados Unidos. reclamaciones por daños y perjuicios de
b1.849.136. 16 con intereses de 8250.855,01 -total 2.100.011 dólares.17- fueron
presentadas, divididas en siete categorías, con respecto a (a) tierra despejada y
mejoras; (#) de tierra no despejada y mejoras; (c) ganado vivo; (d) propiedad en
el pueblo de Northport; (s) el mal hecho por los Estados Unidos en violación de
la soberanía, medido por el costo de la investigación desde el 1 de enero de
1932, hasta el 30 de enero de 1936; (/) intereses sobre 350.000 dólares
aceptados en satisfacción de los daños a J anuario 1,
1932, pero no pagado en esa fecha; (§) empresas comerciales. La zona
reclamada
que se dañe contenía "más de 140.000 acres", incluyendo el remolque de
Northport.
El Tribunal rechazó las reclamaciones de los Estados Unidos en relación con
los apartados c), d), e), /) y ¿), pero las aceptó, en parte, en relación con los
restantes apartados a) y 6).
En conclusión (final de la segunda parte de la decisión anterior), el Tribunal
respondió a la pregunta Nº I de la siguiente manera:
Los daños causados por la Fundición de Rastro en el Estado de
Washington se han producido desde el primer día de enero de 1932 y hasta
el 1 de octubre de 1937, y la indemnización que se pagará por ellos es de
setenta y ocho mil dólares (878.000), y será una indemnización completa y
definitiva y una compensación por todos los daños ocurridos entre esas
fechas. Se permitirá el pago de intereses a razón del 6% anual sobre la suma
arriba mencionada de setenta y ocho mil dólares (78.000) desde la fecha de
presentación de este informe y decisión hasta la fecha de pago. Esta
decisión no está sujeta a alteraciones o modificaciones por parte del
Tribunal en lo sucesivo. El hecho de la existencia de daños, si los hubiera,
ocurridos después del 1 de octubre de 1937, y la indemnización que se
pague por ellos, si la hubiera, el Tribunal determinará en su decisión final
Respondiendo a las preguntas No. 2 y No. 3, el Tribunal decidió que, hasta
que se adoptara una decisión definitiva, la Fundición de Trail estaría sujeta a
un régimen temporal (descrito más detalladamente en la cuarta parte de la
presente decisión) y se estableció un período de prueba hasta una fecha no
posterior al 1° de octubre de 1940, a fin de que el Tribunal pudiera establecer
un régimen permanente basado en un "estudio más adecuado e intensivo", ya
que el Tribunal consideraba que la información que se había presentado
anteriormente no le permitía determinar en ese momento con suficiente
certeza sobre un zé:gime permanente.
U.S.A. CANADÁ $TRA I L SME LTER ARBITRACIÓN) 1941
Para supervisar la conducta del régimen temporal y de acuerdo con la
cuarta parte. Cláusula (1) de la decisión anterior, el Tribunal nombró dos
Consultores Técnicos, el Dr. R. S. Dean y el Profesor
R. E. Swain. Como se establece en la mencionada cuarta parte (cláusula 7), el
Tribunal se reunió en H'ashington. D.C., con estos Consultores Técnicos desde
el 24 de abril de 1939 hasta el 1° de mayo de 1939, para examinar los informes
de estos últimos y determinar el curso ulterior que debía seguirse durante el
período de prueba (véase la cuarta parte de la presente decisión).
En la decisión anterior se había dispuesto que se adoptaría una decisión
definitiva sobre las cuestiones pendientes en un plazo de tres meses a partir
de la terminación del período de prueba, es decir, a partir del 1º de octubre de
1940, a menos que el período de prueba terminara antes. El período de
prueba no terminó antes del 1 de octubre de 1940. Como el Tribunal
consideró necesario, después del período intermedio de dos años y medio,
recibir declaraciones suplementarias de los gobiernos y oír de nuevo a los
abogados antes de la disuasión de la explotación minera en régimen
permanente, se fijó una audiencia para el 1º de octubre de 1940. Debido,
como quiera que sea, a la interrupción de sus comunicaciones y a otras
circunstancias, la declaración suplementaria de los Estados Unidos no se
transmitió al Dominio del Canadá hasta el 25 de septiembre de 1940 y, en
consecuencia, se aplazó la sesión pública.
El Tribunal se reunió en Boston. Massachusetts. el 26 y 27 de septiembre
de 1940. para la adopción de rituales de procedimiento adicionales. Se
reunió en Montreal, P.Q., con sus asesores científicos, del 5 al 8 de
diciembre de 1940, para examinar el Informe Final que habían presentado en
su calidad de Consultores Técnicos (véase la cuarta parte de esta decisión).
Celebró su reunión pública y escuchó los argumentos de los asesores en
Montreal, del 9 al 12 de diciembre de 1940.
El plazo en el que el Tribunal debe informar de sus decisiones finales fue
prorrogado por acuerdo de los dos (Gobiernos hasta el 12 de marzo de 1941 .

A modo de introducción a la decisión del Tribunal, puede ser útil una breve
declaración, en términos generales, de las condiciones climáticas áridas
topográficas y la historia económica de la localidad involucrada en la
controversia.
El río Columbia tiene su fuente en el Dominio de Canadá. En un lugar de la
Columbia Británica llamado 'T'rai1, pasa por una fundición situada en un
desfiladero, donde se funden grandes cantidades de zinc y plomo. Desde
Trail, su curso es hacia el este y luego gira en una larga curva hacia la línea de
límite internacional, en cuyo punto corre en dirección sudoeste; y su cour,se al
sur del límite continúa en esa dirección general. "La distancia desde Trail a la
línea de límite es de unas siete millas en línea recta o unas once millas,
siguiendo el curso del río (y posiblemente una distancia un poco más corta
siguiendo el contorno del valle). En Trail y continuando hasta el límite y durante
una distancia considerable por debajo de éste, las montañas se elevan a ambos
lados del río en pendientes de varios ángulos a alturas que van desde los 3.000 a
4.500 pies sobre el nivel del mar, o entre 1,.500 y 3.000 pies sobre el río. El
ancho del valle propiamente dicho es de entre 1 y 2 millas. A ambos lados del
río hay una serie de bancos a varias alturas.
Más o menos a mitad de camino entre Trail y el límite hay un lugar, al este, al
lado del río, conocido como Columbia Gardens; en el límite, en el lado este del
río y en el lado sur de su afluente, el Pend-d'Oreille,
122
1942 U. S.A. CANADÁ (ARBITRAJE DE FUNDICIÓN DE RASTROS)

son dos lugares conocidos respectivamente como Waneta y Boundary; el


primero está en el lado canadiense de la frontera, el segundo en el lado
americano; a cuatro o cinco millas al sur de la frontera, y en el lado oeste del río,
hay una granja, llamada así por su propietario, Fowler Farm (Section 22, T. 40,
R. 40), y en el lado este del río, otra granja, Stroh Farm, a unos cinco rrtiles al sur
de la frontera.
La ciudad de Northport está situada en la orilla este del río, a unas 19
millas de Trail hy el río, y a unas 13 millas en línea recta. Cabe señalar que
las montañas que se extienden más o menos en dirección este y oeste se
elevan hacia el sur entre Trail y el límite.
Varios arroyos son afluentes del río en la región de Northport, como sigue:
Deep Cireek, que fluye del sudeste al noroeste y entra en el río ligeramente al
norte de Northport; frente a Deep Creek y entrando en el lado oeste del río y
fluyendo desde el noroeste, Sheep Creek; al norte de Sheep Greek en el lado
oeste, Nigger Creek; al sur de Sheep Creek en el lado oeste, Squaw Creek; al
sur de Northport, en el lado este, fluyendo desde el sudeste, Onion Creek.
A unas ocho millas al sur de Northport, siguiendo el río, está la ciudad de
Marble; y a unas diecisiete millas, la ciudad de Bossburg. A tres millas al sur de
Bossburgo está la ciudad de Evans; y a unas nueve millas, la ciudad de Marcus.
Al sur de Marcus y a unas cuarenta y una millas de la línea fronteriza está la
ciudad de Kettle Falls que, en general, puede decirse que es el límite sur de la
zona en cuanto a las pruebas presentadas. Todos los pueblos mencionados son
pequeños en población y en superficie.
En Marble y al sur, varios otros arroyos entran en el río por el lado oeste,
como el arroyo Cattlesnake, el arroyo Crown, el arroyo Flat y el arroyo
Fifteen Mile.
En todos los arroyos mencionados anteriormente, se extienden valles
tributarios, difieren...
en tamaño.
\El ancho del valle propio del río es de una a dos millas, el ancho del valle
medido a una altitud de 3.000 pies sobre el nivel del mar, es de
aproximadamente tres millas en Trail, las o y media millas en Boundary, cuatro
millas sobre Northport, tres y media millas en If arble. Cerca de Bossburgo y
hacia el sur, el valle a la misma altitud se ensancha consiclérablemente.
En cuanto a las condiciones clirtiásicas, se puede afirmar que la región es, en
general, seca, aunque no lo que se denomina "árida". El promedio de
precipitaciones anuales en Northport de 1923 a 1940 inclusive fue de algo más
de 17 pulgadas. Variación entre un mínimo de 9.G0 pulgadas en 1929 y un
máximo de 2G.04 pulgadas en 1927. Las lluvias en los meses de abril, mayo y
junio en Northport, fueron de 2,30 pulgadas en 1938 y de 39 pulgadas en 1938.
3,78 pulgadas, y en 1940, 3,24 pulgadas. La humedad media varía con cierta
regularidad de un día para otro. En J une, 1937, en Northport, jt tuvo un máximo
promedio de 74 % a las 5 a.m. y un mínimo promedio de 26 % a las 5 p.m. El
rango de temperatura en los diferentes meses, tal como aparece en los registros
de los años 1934 a 1540 inclusive, en Northport fue el siguiente: en los meses de
noviembre, diciembre, J anuario y febrero, el más bajo
La temperatura fue de -19° (en J anuario, 1937 y , y la más alta fue de 60° (en
No-vember. 1934) ; en los meses de crecimiento de abril, mayo. J une y J uly, la
temperatura más baja fue de 12° (en abril de 1936), y la más alta de 110° (en J
uly, 1934); en los meses restantes de agosto, septiembre, octubre y marzo, la
temperatura más baja fue de 8° (en octubre de 1935 y marzo de 1939), y la más
alta de 104° (en septiembre de 1938).
U.S. A - C.A.D.A.D. (ARBITRAJE DE LA FUNDICIÓN) 1943
La dirección del viento de superficie es, en general, desde el doc noreste
del valle del río, pero esto varía en los momentos del día en los acantilados y
en los hijos del mar de los acantilados. El tema de los vientos es divertido y
se trata en la cuarta parte de esta decisión y, en detalle, en el informe final de
los consultores técnicos.
La historia de lo que puede ser aterrador el desarrollo económico de la zona
puede ser brevemente expuesta como sigue: Antes de 1892, había pocos colonos
en esta zona, pero la construcción de viviendas y la ubicación de las granjas
recibieron un impulso, en particular en el lado oriental del río, en el momento en
que se emprendió la construcción del ferrocarril de Spokane y el norte, que se
completó entre la ciudad de Spokane y h'orthport en 1892 y se amplió a Nelson
en la Columbia Británica en 1893. En 1892, la ciudad de Northport fue fundada.
En 1900, la población de esta ciudad era de 787 habitantes. Cayó en 1910 a 476
pero volvió a subir, en 1920, a 906. En 19.i0, había caído a 391. La
población de los recintos más cercanos a la línea de separación, oig., Boundary
y Northport (incluidos los recintos de Frontier y Nigger Ci eek antes de 1931)
era de 919 en 1900; 913 en 1910; 1.304 en 1920; 648 en 1930 y 651 en 1940. En
estos recintos, la superficie de todas las tierras en granjas en 192 o' era de 5.292
acres; en 1930, 8.040 acres; en 1935, 5.666 acres y en 1940, 7.175
acres. El área
en tierras de cultivo en 1925 fue de 798 a''res; en 1930, 1.227 acres; en 1935,
963
acres y en 1940, cerca de 900 acres 1. En otros dos recintos al este del río y al
sur del límite, Cummins y Doyle, la población en 1940 era de 293 habitantes, la
superficie de las granjas era de 6.884 hectáreas y la de las tierras de cultivo era
de unos 1.738 acres.
Alrededor del año 1896, se estableció en Northport un negocio que se ha
denominado "Fundición Breen CopPer", operado por la compañía LeRoi Min-
inch y Smelting C'im, y más tarde llevado a cabo por la Northport Smelting
y la Compañía de Refinación, que fue constituida en 190 l . Este negocio
empleaba a veces a cien o setecientos hombres. Aunque como se trataba de
una moderna fundición como la Trail Smelter, la extensión de sus
operaciones era pequeña. El valor principal de los minerales fundidos por
ella estaba en el cobre, y los minerales tenían una alta concentración de
azufre. Durante algunos años, se empleó el método un tanto principista de
"tostado en pila", que consistía en tostar el mineral en montones abiertos
sobre xvoodfires, frecuentemente llamados en la jerga minera "montones
apestosos". Más tarde, este proceso cambió. Se liberaban unas setenta
toneladas de azufre por día. Esta Compañía de Fundición y Refinería de
Northport c de manera intermitente en operaciones de estañado hasta 1908.
Desde 1908 hasta 1915, su fundición estuvo inactiva. En marzo de 1916, se
reanudó la operación con el propósito de fundir el mineral de plomo, y
continuó hasta el 5 de marzo de 1921, cuando dejó de funcionar y su planta
fue desmantelada. Durante este tiempo se emitieron unas 30 toneladas de
azufre por arcilla. No cabe duda de que el funcionamiento de esta planta de
fundición causó daños en cierta medida "en una zona más o menos
restringida".
Además del negocio de la fundición, ha habido operaciones mineras
intermitentes de plomo y zinc en esta localidad, pero no han sido un factor
importante para aumentar la población.

En el caso del recinto de la frontera, se omitió en los informes recibidos por el


Tribunal la superficie de las tierras de cultivo, ociosas o en barbecho, de las
cifras del censo de 1940, y se declaró que se había "remitido para evitar la
divulgación de las operaciones individuales".
° Para el recinto de Cummins, la superficie de las cosechas fallidas y de las tierras
de cultivo, ociosas o en barbecho, es sólo aproximadamente "correcta", las cifras del
censo hacen omisiones similares y por la misma razón.
1944 C-ANADA T RAI L SME LTER ARBITRATI ON)

La industria más importante de la zona era antes la industria maderera. Tuve sus
comienzos con la construcción de la estación de Spokane y el Ferrocarril del Norte.
Se construyeron y operaron varios aserraderos, en gran parte con el propósito de
proporcionar lazos con el ferrocarril. De hecho, los árboles que crecen -
pino amarillo. Abeto Douglas, alerce y cedro- fueron los más valiosos para ser
transformados en dinero en efectivo. Al principio, la zona estaba bastante
arbolada, pero la madera ha desaparecido en gran parte y el negocio de la madera es
ahora de pequeño tamaño. En unos 57.000 acres en los que se hicieron cruceros de
madera en 1927-1928 y en 1936 en el área general, puede ser dudoso que haya hoy
más de 40.000 miles de pies tablares de madera comercializable. En cuanto a las
condiciones agrícolas, puede decirse que la agricultura se lleva a cabo en el valle y en
los bancos y las laderas de las montañas y en los valles afluentes. Los suelos son de
naturaleza ligera y arenosa, relativamente "bajos" en materia orgánica, aunque en los
valles afluentes el suelo es más arcilloso y fértil. En algunas localidades,
particularmente en las laderas, el riego natural por debajo de la superficie permite una
humedad suficiente; pero en otras regiones es deseable el riego en las zonas más altas
para obtener resultados favorables. En un informe realizado por el Dr. F. C. Wyatt,
jefe del Departamento de Suelos de la Universidad de Alberta, en 1929, se afirma
que "tomada como una unidad, la gama de cultivos de estos suelos es amplia y abarca
los cultivos adecuados a las condiciones climáticas. Al mismo tiempo,
hay que señalar que una gran parte de esta zona no es primordialmente apta para la
agricultura. En un informe del Departamento de Agricultura de los Estados
Unidos, en 1913, se afirma que "hay aproximadamente un tercio de las tierras de la
cuenca superior del Columbia que no son aptas para la agricultura, ya sea porque son
demasiado pedregosas, demasiado ásperas, demasiado escarpadas o una combinación
de estos factores. Para utilizar esta gran proporción de tierra y satisfacer las
necesidades de madera de una población en aumento, la L* cuenca del
Alto Columbia se ve obligada a considerar seriamente el problema de la reforestación
y la conservación". Gran parte de las tierras de cultivo, especialmente en los bancos,
son tierras despejadas del crecimiento de los bosques; la mayoría de las granjas
contienen de un octavo a un cuarto de un
(80-160 acres); y hay muchas granjas más pequeñas y algunas más grandes.
En general, los cultivos de las granjas son alfalfa, fleo, trébol, grano
cortado en verde para heno, cebada, avena, trigo y una pequeña cantidad de
patatas. El heno silvestre se corta cada año en cierta medida. Los cultivos, en
general, se cultivan para la alimentación y no para la venta, aunque se vende
una cierta cantidad de trigo y avena. Gran parte del suelo es aparentemente
adecuado para el cultivo predominante de alfalfa, que se suele cortar en la
actualidad dos veces al año (con un pequeño tercer cultivo en algunas
explotaciones). Gran parte de la alfalfa actual ha estado enraizada durante
varios años.
El ganado lechero se cría hasta cierto punto y se pastorea en los pastos
salvajes de las colinas y montañas en los meses de verano, pero el negocio
de la lechería depende de la existencia de suficiente tierra cultivada como
complemento de la lechería para proporcionar el forraje adecuado para los
meses de invierno.
En los primeros tiempos se creía que, debido a las condiciones del suelo y
del clima, esta localidad se desti ndaba para convertirse en una región
frutícola, y se plantaron algunos huertos. Por varias razones, de las cuales se
afirma que la fumigación es una de ellas, los huertos no han prosperado. En
1909-1910, la Upper Columbia Company compró dos grandes extensiones,
que comprendían unos diez mil acres, con la intención de desarrollar la tierra
para la purificación de los huertos y la venta de madera mientras tanto, y
estableció un gran huerto de unos 900 acres en la ciudad de mármol. El
proyecto, a principios de 1917, resultó ser un fracaso.
U.S.A. CANADÁ $TRA IL SM ELTER ARBITRATION ) 1945

YO...
En 1896 se inició una fundición bajo los auspicios de los Estados Unidos
cerca de la localidad conocida como Trail, B.C. En 1906, la empresa
Consolidated H lining and Smelting Com- pany of Canada, Limited, obtuvo una
carta de constitución frente a las autoridades canadienses, y esa empresa
adquirió la planta de fundición de Trail tal como existía. Desde entonces, la
empresa canadiense ha explotado sin interrupción la planta de Sniel ter y, de vez
en cuando, ha aumentado considerablemente su capacidad hasta convertirla en
una de las plantas de fundición mejor equipadas y más grandes del país. En 1925
y 1927, se levantaron dos pilas de la planta a 409 pies de altura y la fundición
aumentó enormemente su fundición diaria de minerales de zin': y plomo. Este
aumento de la producción resultó en más humos de dióxido de azufre y mayores
concentraciones emitidas al aire. En 1916 se emitieron aproximadamente 5.000
toneladas de azufre por mes; en 1924, unas 4.700 toneladas; en 1926, unas 9.000
toneladas, cantidad que aumentó hasta casi 10.000 toneladas por mes en 1930.
En otras palabras, en 1930 se emitían diariamente entre 300 y 350 toneladas de
azufre. (Cabe señalar que una tonelada de azufre es sustancialmente el
equivalente a' dos toneladas de dióxido de azufre o SO,).
Desde 1925, por lo menos, hasta 1937, se produjeron daños en el Estado
de Washington, como resultado del dióxido de azufre emitido por la
Fundición de Trail, como se indica en la decisión anterior.
El tema de las fumigaciones y el daño que se afirma que resultan de ellas
fue remitido por los dos Gobiernos el 7 de agosto. 1928, a la Comisión
Internacional Conjunta, Estados Unidos y Canadá, en virtud del Artículo IX
de la Convención del 1o. de enero de 1909, entre los Estados Unidos y Gran
Bretaña, en el que se dispone que las altas partes contratantes podrán acordar
que "cualquier otra cuestión o cuestiones de diferencias que surjan entre ellas
y que se refieran a los derechos, obligaciones o intereses de una en relación
con la otra, o con los habitantes de la otra, a lo largo de la frontera común
entre los Estados Unidos y el Dominio del Canadá. se remitirán de vez en
cuando a la Comisión Internacional Conjunta para su examen e informe".
Tales informes no se considerarán como decisiones de la cuestión o asuntos
así presentados, ya sea sobre los hechos o sobre la ley, y no tendrán, en modo
alguno, carácter de laudo arbitral".
Las cuestiones remitidas a la Comisión Mixta Internacional fueron cinco,
de las que cabe señalar las dos primeras: en primer lugar, la medida en que
los bienes del Estado de Washingtcin han sido dañados por los vapores de la
fundición de Trail B.C.; en segundo lugar, la cuantía de la indemnización que
compensaría los intereses de los Estados Unidos en el Estado de Washington
por los daños pasados.
La Comisión Conjunta Internacional se reunió en Northport, en Nelson, B.C.,
y en Washington, D.C., en 1928, 1929 y 1930, y el 28 de febrero de 1931 emitió
un informe unánime que no es necesario examinar en detalle.
Después de esbozar los planes de la fundición de 9 rieles para extraer el azufre
de los humos, el informe recomendó (Parte I, Párrafos a ) y c)) que "se pida a
la empresa que proceda con la mayor rapidez que sea razonablemente posible a las
obras antes mencionadas y que también erija con la debida diligencia las nuevas
unidades de ácido sulfúrico y tome las medidas adicionales o de otro tipo que sean
necesarias", si lo hubiera, para reducir la cantidad y la concentración de los humos
de SO que se derivan de dicha planta hacia los Estados Unidos hasta que haya
reducido la cantidad por algún medio hasta un punto en el que no cause ningún
daño en los Estados Unidos".
1946 (ARBITRAJE DE LA FUNDICIÓN TRAICIONAL DE LOS ESTADOS UNIDOS Y
CANADÁ)

En el mismo párrafo p) de la Parte I se da una definición de "daño":


La palabra "daño", tal como se utiliza en este documento, significa e
incluye los daños que los Gobiernos de los Estados Unidos y el Canadá
puedan considerar apreciables y, a los efectos de los párrafos n) y r) del
presente documento, no incluirá los daños ocasionales que puedan ser
causados por los vapores de SOA que se transportan a través de la
frontera internacional en bolsas de aire o por rea son de condiciones
atmosféricas inusuales. Sin embargo, siempre que cualquier daño en el
Estado de Washington, de cualquier manera que sea, causado por dichos
humos a partir del 1 de enero de 1932, será objeto de indemnización por
parte de la compañía a los intereses así dañados.....
El párrafo 2 decía, en parte, lo siguiente:
En vista de la reducción prevista de los humos de azufre descargados
de la fundición de Trail durante el presente año, como se menciona más
adelante, la Comisión ha considerado conveniente determinar el monto
de la indemnización que compensará los intereses de los Estados Unidos
en
con respecto a tales humos, hasta el primer día J anuario, 1932. La
Comisión encuentra y disuade de que todos los daños pasados y todos los
daños hasta e incluyendo el primer día *J anu ary siguiente, es la suma de
8350.000. Dicha suma, sin embargo, no incluirá ningún daño ocurrido...
anillo después del 1 de enero de 1932.

El presente informe no consiguió la aceptación de ambos gobiernos. Sin


embargo, el Dominio del Canadá ha pagado una suma de 350.000 euros a los
Estados Unidos.
Dos años después de la presentación del informe mencionado, el Gobierno
de los Estados Unidos, el 17 de febrero de 1933, hizo declaraciones al
Gobierno del Canadá en el sentido de que las condiciones existentes eran
totalmente insatisfactorias y que todavía se estaban produciendo daños y se
entablaron negociaciones diplomáticas que desembocaron en la firma de la
presente Convención.
La Consolidated Mining and Smelting Company of Canada, Limited, pro-
cedió después de 1930 a hacer ciertos cambios y adiciones en su planta, con
la intención y el propósito de disminuir el contenido de azufre de los humos,
y en un intento por reducir las fumigaciones perjudiciales, alrededor de 1934
entró en funcionamiento un nuevo sistema de control de la emisión de humos
durante la temporada de crecimiento de los cultivos. A las tres plantas de
ácido sulfúrico en funcionamiento desde 1932, se han añadido recientemente
otras dos. La capacidad total es ahora de 600 toneladas de ácido sulfúrico por
día, lo que permite, si estas unidades pudieran funcionar continuamente a su
capacidad, la fijación de aproximadamente 200 toneladas de azufre por día.
Además, a partir de 1936 se han puesto en funcionamiento unidades de
producción de azufre elemental. En la actualidad existen tres de estas
unidades con una capacidad total de 140 toneladas de azufre por día. La
capacidad de absorción de dióxido de azufre es ahora de 600 toneladas de
dióxido de azufre por día (300 toneladas de los gases de la planta de zinc y
300 toneladas de los gases de la planta de plomo). Como resultado, la
máxima recuperación posible de dióxido de azufre, con todas las unidades en
pleno funcionamiento, se ha llevado a una cifra que es aproximadamente
igual a la cantidad de ese gas producido por las operaciones de fundición en
la planta en 1939. Sin embargo, el cierre normal de las unidades en
funcionamiento para su reparación, el suministro de energía, el amoníaco
disponible y la situación general del mercado son factores que influyen en la
cantidad de dióxido de azufre tratada.
En 1939, 360 toneladas, y en 1940. 416 toneladas, de azufre por día
fueron oxidadas a dióxido de azufre en los procesos metalúrgicos de la
planta. De lo anterior,
U.S. A- CANADAIL S ME LT ER ARB ITRATIO N) 1947
en 1939 se utilizaron 253 toneladas y en 1940, 289 toneladas por día del
azufre que se oxidó a dióxido de azufre. Ciento siete toneladas

NORTHPORT
(FuMi GA IONS iN Ho uRS AND MIN UTES AT THE CO NCENTRA IO NS None D lN
FIRST CoLuN)
1938 AbrilMayoJunioJulio Agosto Sept.
Concentraciones p.p.m. h. rri. h. m. h. m. h. m. h. m. h. m. h. m.
.11-.25 . ... .... 60 0 0 0 20 5 5010 40 28 20
.26-.50 0.................. 50 0 0 1 40 3 0
60
00
por encima 0 0 0 0 0 00 0 5 0 20
de.50................ 1
0
Máximo p.p.m. ... . . . .33 . .
.... 66 0 1 6 51
.. 8 5 1
19
39
. I 1-.25 1 4010 0 9 20 5 20 5 0250
.26-.50 00 0 0 00 2 0 340
20
por encima de .50 000 0 0 00 000
0 0
Maxmumppm.............16 .21 .30 .24 . .36
3
3
19
40
.11-.25 16.................. 2IJ 32 40 5 40 9 20 10 0 23
10
.26-.50 2IJ 00 0 0
00 00 00
por encima de 0,50. 0 00 0 0
1)
00 00 00
Máximo p.p.m............................ 37 .23 .22 .19 .1 .23
7

WANETA
(FUuGACIONES EN HORAS Y MINUTOS EN LAS CONGzNvnnviONES DE NOVIA EN
Finsz COLUMNA)

1938 Junio-Julio-Agosto-Septiembre
Concentraciones h m. h m h m. h m
p.p.m. . . . . . .
-11-.25 1 t1 1 4 2 40 5 3
3 8 0 0 6 0
.26-.50 . 0 5tl 1 2 3 20 5 2
.. .. 0 0
por encima 0 2tl 0 0 5 0 0 2
de.............. 50... 0
Máximo p.p.m. ... .52 . 30 1.63 .
7
. 5

1939 Abril-Mayo Junio . 26-.50


... ..... 4 40
h. m. h, m. h. m. !› 40 8 20
-II-.25 .. ........ . 11 55 IU 0 20 20 por encima
de.50......... .. 0 20 1) 0 1 Julio-Agosto-Septiembre .
20
Máximo p.p.m. .52 .46 . 79 h. m. h. m. h. m.
10 40 1320 1650
1940JunioJulio 50 620 920
00 040140
.39 .56 .59
Agosto-Septiembre
h m h m h m h m
. . . . . . . .
1 I -.25 5 2 1 2 2 2 2 0
0 8 0 7 0 8
.26-.50 .. ... 0 0 6 4 4 4 8 4
........ 0 0 0
.
por encima de .50 0 0 0 0 0 4 0 0
Máximo ppm. . . . 0 .
1 4 6 4
5 9 4 2
1948 ARBITRAJE DE LA FUNDICIÓN DE U.S.A. EN CANADÁ)

y 127 toneladas de azufre por día durante esos dos años, respectivamente, se
emitieron como dióxido de azufre a la atmósfera.
Las toneladas de azufre emitidas al aire por la Fundición de Trail
disminuyeron de unas 10.000 toneladas por mes en 1930 a unas 7.200
toneladas en 1931 y 3.400 toneladas en 1932, como resultado tanto del
comienzo de la absorción del dióxido de azufre como de las condiciones
comerciales deprimidas. Al retroceder la rescisión , esta media mensual se
elevó en 1933 a 4.000 toneladas. en 1934 a casi 6.300 toneladas y en 1935 a
6.800 toneladas. En 1936, sin embargo, había disminuido a 5.600 toneladas; en
1937, disminuyó aún más a 4.850 toneladas; en 1938, aún más a 4.230 toneladas
para llegar a 3.250 toneladas en 1939. Sin embargo, volvió a subir a 3.875
toneladas en 1940.
Durante el período transcurrido desde el 1º de enero de 1932, los Estados
Unidos mantuvieron registradores automáticos para registrar la presencia de
dióxido de azufre en el aire, así como la duración de las fumigaciones y la
concentración máxima en partes por millón (p.p.m.) y una centésima parte de
partes por millón, en el lado oriental del río en Northport de 1932 a 1937; y
en Boundary iri 1932. 1933, y en partes de 1934 y 1935; en Evans, al sur de
North Port, de 1932 a 1934 y en partes de 1935; y en Marble, en 1932 y 1533
y en parte de 1934; y los Estados Unidos tuvieron en varias ocasiones en
1939 y 1940 una grabadora portátil en Fowler Farm. El Dominio del Canadá
mantuvo
en Stroh Farm de 1932 a 1937 y de enero a mayo de 1930, y en un punto
opuesto a Northport en el lado oeste del río de 1937 a 1940 -ambos registradores
en territorio de los Estados Unidos; y en territorio canadiense, en Waneta, de
junio a diciembre de 1938, de enero a Starch, 1939. y de junio a diciembre de
1940, y en Columbia Gardens de mayo de 1937 a diciembre de 1940.
Los datos compilados del registrador de Northport durante los períodos
vegetativos de abril a septiembre, 1538, 1939 y 1940, y del registrador de
Waneta durante los períodos vegetativos mientras funcionaba de junio a
septiembre de 1936 y 1940, y de abril a septiembre de 1939, muestran el
número de horas y minutos de cada mes durante los cuales los humos
estuvieron presentes en las diversas concentraciones de 0,11 a 0,25, 0,26 a
0,50 y más de 0,50.

SEGUNDA
PARTE

La primera pregunta del Artículo II I de la Convención es: "1) Si los daños


causados por la Fundición de Trail en el Estado de Washington han ocurrido
desde el primer día de enero de 1932 y, en caso afirmativo, qué indemnización
debe pagarse por ellos".
Esta cuestión ha sido contestada por el Tribunal en su decisión anterior, en
cuanto al período comprendido entre el 1 de enero de 1932 y el 1 de octubre
de 1937, como se ha expuesto anteriormente. Con respecto a esta cuestión,
hay tres demandas que ahora son propuestas por los Estados Unidos...
Estados.
I.
Se pide al Tribunal que "reconsidere su decisión con respecto a los gastos
efectuados por los Estados Unidos durante el período comprendido entre el
1º de enero de 1932 y el 30 de junio de 1936". Se afirma que "a este respecto,
los Estados Unidos tienen derecho a ser indemnizados por la suma de
889.655, con intereses a razón del 5% anual desde el final de cada ejercicio
económico en que se gastaron las diversas sumas hasta la fecha de la
decisión final del Tribunal".
Esta reclamación se trató en la decisión anterior (segunda parte, cláusula
7) y fue desestimada.
U.S.A.CANADÁ 4 TRAI L FUNDICIÓN A RBITR ACIÓN 1949
La indemnización que el Tribunal consideró debida por los daños
ocurridos desde el primer día de enero de 1932 hasta el 1 de octubre de 1937,
es decir..,
El Dominio del Canadá pagó 878.000 euros a los Estados Unidos y los recibió
sin reservas. (Actas, Vol. 56, pág. 6468.) La decisión del Tribunal en ri:spect de
daños hasta el 1º de octubre de 1937 se cumplió así de conformidad con el
artículo XI I de la Convención. Si no fuera, en sí misma, definitiva a este
respecto, la decisión habría adquirido un carácter de finalidad a través de esta
acción de las partes.
Pero esta finalidad era inherente a la decisión. .4i'tículo X I , si la Convencio'n
dice: "El Tribunal concha rey'ort a los Gobiernos sus decisiones finales
. tan pronto como haya llegado a sus c'incIusiones con respecto a las preguntas.

y el artículo N I I del Convenio, "Los C'-gobiernos se comprometen a tomar
tales medidas m" puede ser necesario iri orcier para asegurar el debido
cumplimiento de las obligaciones asumidas en virtud del presente. en
cumplimiento de la decisión del Tribunal al."
No hay duda de que el Tribunal tenía la intención de dar una respuesta
definitiva a la pregunta I para el período hasta el 1 de octubre de 1937. Esto se
hace abun- dante claro por el pasaje citado arriba, en particular por las palabras:
"Esta decisión no está sujeta a alteración o modificación por parte del Tribunal
aquí presente."
Se podría argumentar que las palabras "tan pronto como llegue a sus
conclusiones con respecto a las preguntas" muestran que las "decisiones finales"
mencionadas en el artículo XI de la Convención no serían definitivas hasta que
se hubieran respondido todas las preguntas.
Al proceder así, el Triliunal no actuó exclusivamente sobre su propia
interpretación de la Convención. Declaró a los gobiernos su intención de
conceder daños y perjuicios por el período que va hasta el 1 de octubre de
1937, al tiempo que ordenó nuevas investigaciones antes de establecer un
régimen permanente. En este entendimiento, ambos Gobiernos, mediante un
intercambio de cartas entre el Ministro de los Estados Unidos de América en
Ottawa y el Secretario de Estado del Dominio del Canadá (14 de marzo de
1938, 22 de marzo de 1938), convinieron en la prórroga de tirrie solicitada.
Esta interpretación del artículo X I de la Convención, además, no está en
contradicción con la intención de las partes expresada en la Convención. En
ese momento no se previó que pudieran ser necesarias nuevas
investigaciones, una vez concluidas las audiencias, como se demostró. Pero
se impuso al Triliunal el deber de llegar a una solución justa para todas las
partes interesadas. Este resultado no podría haberse logrado si el Tribunal se
hubiera visto obligado a tomar una decisión permanente sobre un régimen
basado en datos que tanto él como sus agregadores científicos consideraban
inadecuados e insatisfactorios. Y, por otra parte, es evidente que la equidad
no se habría cumplido si el Tribunal, habiendo llegado a la conclusión de que
los daños se habían producido después del 1º de enero de 1937, hubiera
retenido su decisión de concesión de daños durante más de dos años y
medio.
El Tribunal examinará ahora si su decisión relativa a la pregunta Nº 1, hasta el
1º de octubre de 1937, constituye una cosa juzgada.
Como lo expresó el Dr. James Brown Scott {Hugue Court Reports, p. XXI):
"... a falta de un acuerdo de los países contendientes que excluya el derecho de
las naciones y que establezca específicamente el derecho que debe aplicarse, el
derecho internacional es el derecho de un tribunal internacional". Al decidir de
conformidad con el derecho internacional, un tribunal internacional puede
aplicar, y de hecho lo hace frecuentemente, el derecho nacional; pero un tribunal
internacional no se apartará de las normas del derecho internacional en favor de
normas divergentes de
1950 U.S.A. CANADÁ $TRAIL SME LTER ARBITRAJE )

de la legislación nacional a menos que, al negarse a hacerlo, vaya


indudablemente en contra de la intención expresada en los tratados en los que
se basan sus facultades. Esto parecería ser particularmente el caso en asuntos
de procedimiento. A este respecto, debe prestarse atención a las reglas de
procedimiento adoptadas por este Tribunal con la concurrencia de ambos
Agentes el 22 de junio de 1937, en las que se dice (Ai ticle 16) : "En lo que
respecta a cualquier asunto en el que no se prevea expresamente en estas
reglas, el Tribunal procederá según lo exijan el derecho internacional, la
justicia y la equidad". Sin duda, tales disposiciones no podían prevalecer
contra el Convenio, pero muestran, al menos, cómo, en opinión común del
Tribunal y de los Agentes, se entendía entonces el Artículo IV del Convenio.
Según este último, el Tribunal aplicará la ley y la práctica seguidas al tratar
cuestiones afines en los Estados Unidos de América, así como el derecho y la
práctica internacionales. Este texto no obliga al Tribunal a aplicar la
legislación y la práctica nacionales con exclusión del derecho y la práctica
internacionales.
Cabe señalar además que las palabras "la ley y la práctica seguidas en
los Estados Unidos" se califican por "en el tratamiento de cuestiones afines".
A menos que se ignoren estas últimas palabras, significan una limitación de
la referencia a la legislación nacional. Lo que es esta limitación se pone de
manifiesto cuando se hace referencia a las cuestiones expuestas en el artículo
anterior. Se trata de cuestiones de daños causados por los humos de
fundición, de la indemnización por los mismos, de las medidas o del régimen
que debe adoptar o mantener la fundición con o sin indemnización o
compensación. Pueden ser cuestiones de derecho o cuestiones de práctica. La
práctica seguida, por ejemplo, en los mandamientos judiciales relativos a los
problemas de los humos de fundición puede seguirse en la medida en que lo
permita la naturaleza de un tribunal arbitral. Pero las cuestiones generales de
derecho y de práctica, como la autoridad de la cosa juzgada y sus
excepciones, no son "cuestiones conexas" a las del artículo III.
Esta interpretación se confirma por la correspondencia intercambiada entre
las partes, en la medida en que forma parte del expediente. El 22 de febrero
de 1934, el Gobierno del Canadá declaró (carta del Secretario de Estado de
Relaciones Exteriores al Ministro de los Estados Unidos en Ottawa) que
"estaría plenamente satisfecho de remitir al Tribunal a los principios de
derecho reconocidos y aplicados por los tribunales de los Estados Unidos de
América en esas materias". Ahora bien, los asuntos a los que se refiere esa
frase son disuasorios, tal como se desprende de las frases anteriores:

Es probable que el uso de la palabra "perjuicio" provoque


malentendidos que deberían eliminarse cuando se resuelvan los términos
reales de la cuestión para su inclusión en la Convención. A fin de evitar
ese malentendido, parecería conveniente utilizar la palabra "daño" en
lugar de "perjuicio" y además, ya sea para definir la palabra
efectivamente utilizada por una definición que se incorporará a la
Convención o bien por referencia a los principios generales del derecho
que aplican los tribunales de los dos países al tratar asuntos conexos.

Este pasaje muestra que las "cuestiones conexas" que las partes tenían en
mente al redactar la Convención eran principalmente las cuestiones que, en
los casos entre particulares, encuentran su respuesta en el derecho de las
molestias.
El hecho de que la inviolabilidad de la cosa juzgada se atribuya a la decisión
final de un tribunal internacional es una norma esencial y establecida del
derecho internacional.
Si es cierto que las relaciones internacionales basadas en el derecho y la
justicia requieren una resolución arbitral o judicial de las controversias
internacionales, es igualmente cierto
EE.UU. CANADÁ (ARB ARBOLEDA DE SENDEROS) 1951
que tal adjudicación debe, en principio, permanecer sin impugnación, si se
quiere que sea efectiva para ese fin.
Numerosas e importantes decisiones de tribunales arbitrales y de la Corte
Permanente de Justicia Internacional demuestran que se trata, en efecto, de un
principio de derecho internacional. En este momento, bastará con hacer
referencia a algunas de las decisiones más recientes.
En las decisiones de un tribunal arlaitral constituido en virtud del estatuto del
Tribunal Permanente de Arbitraje relativo a los Fondos Píos de California (14 de
octubre de 1902, Hague Caurt Reports, 1916, pág. 3), la cuestión era si la
reclamación de los Estados Unidos en nombre del Arzobispo de San Francisco y
del Obispo de Monterey se regía por el principio de res judicato en virtud del
laudo arbitral de Sir Edward Thornton. Esta pregunta fue respondida
afirmativamente.
El caso Fabiani (Comisión de Reclamaciones Franco-Verde-Industrial,
Informe Ralston, Decisión del árbitro Plumley, pág. 110) es de particular interés
para el presente caso.
Había habido un laudo del Presidente de la Confederación Suiza que permitía
parte de una reclamación de Francia en nombre de Fabiani contra Venezuela y
desautorizaba el resto. Como el mandato del segundo tribunal arbitral era más
amplio que el del primero, los demandantes sostuvieron que "de las sumas que el
honorable árbitro de Berna se negó a conceder, hay ciertas partes que él ha
dispuesto de tal manera que siguen en vigor contra el Gobierno demandado en
virtud de los términos generales del protocolo constitutivo de esta Comisión". El
primer árbitro había eliminado todas las reclamaciones basadas en supuestos
actos arbitrarios (/ni£t du prince) de las autoridades ejecutivas por no estar
incluidas en la materia sometida a su jurisdicción, que consideraba limitada por
el tratado a la "negación del justo hielo", concepto que interpretó como limitado
a los actos y omisiones de las autoridades judiciales. Se argumentó, en nombre
de los demandantes, que "la doctrina y la jurisprudencia han sido durante mucho
tiempo unánimes en cuanto a este principio incontestable de que una declaración
de incompetencia nunca puede producir el efecto de rsiJudicafa sobre el
fundamento
de la ley". El árbitro Pumle Y rechazó estos argumentos. "En interés de la
paz", se había impuesto una limitación a la acción diplomática en un tratado
cuyo significado había sido "resuelto de forma definitiva y concluyente", tal como
se aplicaba a los conflictos de Fabiani , por la primera espera. Y el árbitro
concluyó que "el compromiso acordado entre los honorables gobiernos...
después del premio del honorable Presidente de la Confederación Suiza,
estaban.... "actuando juntos" una disposición completa, final y concluyente
de toda la controversia en nombre de Fabiani.
De nuevo en el caso de la reclamación de la Orinoco Steamship Company
entre los Estados Unidos y Venezuela, un tribunal arbitral constituido bajo el
estatuto de la Corte Permanente de Arbitraje (25 de octubre de 1910,
EE.UU.).
El autor de la obra, el Sr. Favre, en su libro "International Late", V, pág. 230,
subrayó la importancia del principio de la "re" judicota en las controversias
internacionales. La primera cuestión que debía decidir el tribunal arbitral era si
la decisión previamente pronunciada por un árbitro en este caso "habida cuenta
de las circunstancias y de conformidad con los principios del derecho
internacional" no era "nula, y si debía considerarse tan concluyente que
impidiera un nuevo examen del caso sobre su
méritos''. Como veremos más adelante, el tribunal sostuvo que la decisión era
parcialmente nula por exceso de poder. Esto, sin embargo, estaba rígidamente
limitado y el principio afirmaba lo siguiente: " es ciertamente en interés de
la paz
1952 U. 5. A. CANADÁ (ARBITRAJE DE LA FUNDICIÓN TRAICIONAL)

y el desarrollo de la institución del arbitraje internacional tan esencial para el


bienestar de las naciones, que, en principio, tal decisión sea aceptada,
respetada y ejecutada por las partes sin reservas".
Tres opiniones consultivas sucesivas, relativas a la delimitación de la frontera
polaca con Checoslovaquia (Cuestión deJaworzina, Nº 8, serie B, pág. 38), la
delimitación de la frontera albanesa en el Monasterio de San Naum (Nº 9, serie
B, pág. 21, 22), y el servicio postal polaco en la Ciudad Libre de Danzig (No. 1
1, Serie B. pág. 24), la Corte Permanente de Justicia Internacional basó su
apreciación de los efectos jurídicos de las decisiones internacionales de carácter
arbitral en el principio subyacente de la rsi judicata.
Este principio fue afirmado en la sentencia de la Corte sobre la demanda de
Bélgica contra Grecia en la mitad de la Societé Commerciale de Belgique (Serie
ARB, No. 78, p. 174), en la que la Corte dijo: "... ya que el arbitraje
Los laudos a los que se refieren estas presentaciones son, según la cláusula
compromisoria en virtud de la cual se han dictado, "definitivos e
inapelables", y como el Tribunal no ha recibido ningún mandato de las partes
al respecto, no puede confirmarlos ni anularlos ni total ni parcialmente".
En el conocido caso de Frelinghuysen u. Key (110 U.S. 63, 7 1, 72), la Corte
Suprema de los Estados Unidos, hablando de un laudo de la Comisión de
Reclamaciones Mexicanas de los Estados Unidos, en virtud del Convenio del 4 de
julio de 1868, por el cual (Art. V) las partes acordaron, infsr alia, considerar el
resultado del procedimiento como una " solución completa, perfecta y
definitiva de toda reclamación", dijo: "En lo que respecta a los Estados
Unidos y México, los laudos son definitivos y concluyentes hasta que se
anulen por acuerdo entre los dos Gobiernos o de otro modo".
No hay duda de que en el presente caso, hay res judicata. Los tres elementos
tradicionales de identificación: partes, objeto y causa (Corte Permanente de
Justicia Internacional, sentencia 1 1, Serie A, Nº 13, Opinión disidente de hI.
Anzilotti, pág. 23) son los mismos. (C/. Corte Permanente de Justicia
Internacional, serie B, Nº 11, pág. 30.)
En virtud del Estatuto de la Corte Permanente de Justicia
Internacional
por el cual (artículo 59) "La decisión de la Corte no tiene fuerza obligatoria
salvo entre las partes y respecto de ese caso concreto", la Corte Permanente
de Justicia Internacional, en un fallo interpretativo (fallo Nº 11, serie A, Nº
13, pág. 10, caso 20-Chorzfiw), expresó la opinión
que la fuerza de la res J udicata era inherente incluso en lo que era una decisión
incidental sobre un punto preliminar, la propiedad de la Oberschlesische Com- pany.
El juez de minoría, M. Anzilotti, señaló que "en virtud de una regla generosamente
aceptada que se deriva de la concepción misma de la r-^ J udicn /n, las decisiones
sobre cuestiones incidentales o preliminares que se han dictado con el único objeto
de juzgar las reclamaciones de las partes no son vinculantes en otro caso"
(misma decisión, pág. 26). Más adelante, en el mismo caso
(sentencia 13, serie A, Nº 17, voto particular de M. Ehrlirh, págs.
75 y 76), M. Elirlich, el juez nacional disidente designado por Polonia, aprobó
esta declaración. Sin embargo, M. Anzilotti (sentencia 11, serie A, Nº 13, voto
particular disidente, pág. 27) no respondió expresamente en sentido negativo a la
pregunta que formuló, a saber "¿Cubre esta regla general también el caso de una
acción de indemnización consecutiva a una sentencia declaratoria en la que se ha
decidido la cuestión preliminar?" Es cierto que, cuando se volvió a plantear la
cuestión de la indemnización (sentencia 13, serie A, Nº 17, págs. 31
y 32), el Tribunal parece haber evitado, como
M. Ehrlich señaló la afirmación de que había r-! J udicala y se reservó el
efecto de su decisión incidental "en cuanto al derecho de
propiedad
U.S.A. G 4NADA (TRAI L SME LTER A RBITRATION) 1993
bajo la ley municipal". Pero la Corte Suprema dijo: "... es imposible que el
derecho de la Oberschlesische a la fábrica de Cliorzow se considere de manera
diferente a los efectos de esa sentencia (la anterior sentencia No. 7 en la que se
afirmaba que la actitud del Gobierno polaco respecto de la O0erschlesische no
era conforme al derecho internacional) y en relación con la demanda de
reparación basada en la misma sentencia". admitiendo así en efecto (M. Anz
ilotti coincide ahora en que estaba obligado por su anterior decisión.
En el presente caso, la decisión no fue preliminar ni incidental. Tampoco fue
una decisión sobre una cuestión de jurisdicción. Hay alguna autoridad (Tiedemann
u. Poland, 1'ecueil des Décisions des Tributiaux Arbitraux Mixtes, Tomo VII (1928),
p. 702), en apoyo de la afirmación de que una decisión sobre la cuestión de la
jurisdicción únicamente puede, en determinadas circunstancias, ser revocada por el
mismo tribunal; y podría argumentarse, como, de hecho, lo hizo Francia en el caso
Fabiani, que una decisión que se limita a negar la jurisdicción no puede constituir
nunca una resJ udicata en lo que respecta al fondo del asunto en cuestión. Pero
asumiendo que el primer argumento para mentir es tan correcto como el
segundo sin duda lo es.
que no afectaría a la cuestión en el presente caso. Aquí, como en el caso
Fabiani, la decisión no fue una denegación de jurisdicción.
Los Estados Unidos no conti-nuan que la decisión anterior es nula por exceso
de poder, sino que piden que se reconsidere y revise, en lo que respecta a los
costos de la investigación, por un' cargo de un error material de faw (Record.
pág. 6540).
A falta de acuerdo entre las partes beta een, la primera cuestión relativa a
una solicitud que tiende a la revisión de una decisión que constituye res
judicata, es: ¿puede concederse tal solicitud en el derecho internacional, a
menos que se hayan otorgado expresamente facultades especiales para ello al
tribunal?
La Convención para la Solución de Controversias I'acificas firmada en
La Haya el 18 de octubre de 1907 (Artículo £i3) dice: "Las partes pueden
reservarse en el compromiso el derecho de exigir la revisión del laudo".
Sólo en ese caso, el artículo se aplica. Pero, por otra parte, el Estatuto de
la Corte Permanente de Justicia Internacional (Artículo 61) no requiere que se le
concedan tales poderes especiales a la Corte.
En el caso Jaworzina (Opiniones consultivas, Serie B, Nº 8, pág. 37), la Corte
Permanente de Justicia Internacional expresó la opinión de que la Cont'erence
de Embajadores, que había actuado en calidad casi arbitraria,
no conservaba la facultad de modificar su decisión, ya que había cumplido la
tarea que se le había encomendado al dar esta última. Sin embargo, en el caso
del monasterio de San Naum (Opiniones consultivas, Serie*. B, No. 9, pág. 21),
el Tribunal pareció menos positivo en cuanto a la posibilidad de una rex'isión en
ausencia de una reserva expresa a tal efecto.
Las decisiones arbitrales no dan a la pregunta una respuesta unánime. Así, en
los Estados Unidos, la Comisión de Reclamaciones Mixtas de México de 1868,
mientras que el árbitro Lieber, en una moción para la celebración de una nueva
audiencia, volvió a examinar el caso, el árbitro Thornton, en los casos Wei1,
LaAbra y otros, se negó a celebrar una nueva audiencia, en particular porque las
disposiciones de la Convención le impedían en efecto celebrar una nueva
audiencia en los casos que ya había decidido (Moore, International Arbitrations,
1329, 1357). Sin embargo, en el único caso de Schreck, accedió a la petición de
uno de los Agentes de reconsiderar su decisión. El caso también de A. A. Green
(Moore, Arbitrajes Internacionales, 1358) fue reconsiderado por el Árbitro y el
de G. Moore (Moore, Arbitrajes Internacionales, 1357) por los dos
Comisionados. En el caso Lazare (Haití u. United
...Sates), el árbitro. <- J ustice Strong, se negó a un ensayo, "únicamente p a r a
1954 C-4NAD A DE LOS EE.UU. (FUNDICIÓN TRAICIONAL DE RBITRACIÓN)

la razón", que en su opinión, su "poder sobre el premio llegó a su fin" cuando


"había pasado de sus manos y se había archivado en el Departamento de Estado".
(Moore. International Arbilralians, 1793.) En los casos de sabotaje, ante la
Comisión Mixta de Reclamaciones americano-alemana, el árbitro, el Sr. Juez
Roberts, concedió una nueva audiencia, aunque no había ninguna disposición
expresa en el acuerdo que autorizara a la Comisión a hacerlo (15 de diciembre de
1933, Documents, pág. 1122, .American journal of Inlernatianal Law, 1940,
págs. 154, 164). Sea definitiva, en parte o no, la decisión anterior no dio
respuestas definitivas a todas las preguntas. El Tribunal, por esa decisión, no se
convirtió en funstus o fficio. Parte de su tarea aún estaba ante él cuando se
presentó la solicitud de revisión. En esas circunstancias, no se
plantean las dificultades y los vínculos inciertos que podrían
presentarse cuando un tribunal arbitral, habiendo completado su tarea y
finalmente aplazado, se le pide que
reconsiderar su decisión.
El Tribunal, por lo tanto, decide que, al menos en esta etapa, la Convención
no le niega la facultad de conceder una revisión. (Cf. D. V. Sandifer, Evidence
befare International tribunals, 1939, pág. 299.)
La segunda cuestión es si debe concederse la revisión; y esta cuestión se
subdivide en dos partes separadas: en primer lugar, si debe considerarse la
petición de revisión, y en segundo lugar, si se considera, si la decisión
anterior debe revisarse en vista de las consideraciones presentadas por los
Estados Unidos.
Según la norma de la Convención de La Haya para el Arreglo de
Controversias en el Pacífico (Artículo 83), la cuestión de si una revisión debe
entrar en vigor debe tratarse por separado. Tal es también la regla según el
Artículo 61 del Estatuto de la Corte Permanente de Justicia Internacional. Es
cierto que. en el caso de la Compañía Naviera del Orinoco, el tribunal
arbitral no examinó por separado la cuestión de la nulidad del laudo anterior
y la cuestión del fondo; pero la decisión, a ese respecto, no parece ajustarse
al compromiso que separaba claramente ambas cuestiones.
En los casos de sabotaje y en otros casos ante la Comisión de Reclamaciones
Mixtas, Estados Unidos y Alemania, había prevalecido una práctica contraria.
Pero cuando se planteó la cuestión de la revisión, el árbitro, el Sr. Juez Roberts
(decisión de 15 de diciembre de 1933, Documents, pág. 1115 j American journal
of International Law, 1940, págs. 157-158) ...dijo: "Estoy convencido, ya que el
asunto se considera ahora en retrospectiva, de que habría sido más justo para
ambas partes, definitivamente pasar en primera instancia a la cuestión del
poder.... de la Comisión. El procedimiento ordenado habría requerido que
estas cuestiones fueran decididas por el árbitro antes de la presentación de las
pruebas presentadas. El agente americano ha presentado.... una gran cantidad de
pruebas que
. He pensado que es inapropiado examinarlo". Como la posición
aparentemente requería mayor aclaración, se presentó una moción para
determinar "si la próxima audiencia será meramente de carácter preliminar"
(Documentos,
p. 1159) . El árbitro decidió que debía hacerlo, diciendo: "Alemania insiste
en que la cuestión preliminar se determine por separado. Soy de la opinión
de que es su derecho."
El Tribunal opina que se debe seguir este procedimiento.
Como ya se ha dicho, la petición se basa en un supuesto error de derecho.
Los Estados Unidos sostienen que el Tribunal se equivocó en la
interpretación del Convenio cuando decidió que el dinero gastado en la
inversión realizada por el Gobierno de los Estados Unidos de los problemas
creados en los Estados Unidos por el funcionamiento de la Fundición de
Trail no podía ser
EE.UU. CANADÁ (RELACIÓN DE LA FUNDICIÓN TRAICIONAL) 1955
incluido dentro de los "daños causados por la Fundición de Rastro" (Artículo II I
(1) del Convenio, Acta, p. 6 (J30). Declaraciones del Tribunal en el
sentido de que la controversia no entrañaba "ningún tipo de hechos que las
personas designadas'' en el caso I'm Alone "consideraran que los justificaban al
conceder al Canadá una indemnización por daños y perjuicios por violación de la
soberanía" y que, en los casos en que se había presentado una demanda privada,
"se concedieron daños y perjuicios por gastos", no como indemnización por la
violación de la soberanía nacional, sino como indemnización por los gastos en
que incurran los reclamantes individuales al tramitar sus reclamaciones por actos
ilícitos del Gobierno infractor" también se impugnaron, aunque el peticionario
añadió que posiblemente esas nuevas declaraciones podrían considerarse como
dicta. (Actas, pág. 6040.) Se argumentó además que la solución adoptada por el
Tribunal no era una "solución justa para todas las partes interesadas", como lo
exige el artículo IV de la Convención.
Según el Convenio de La Haya (Artículo 83), una petición tendiente a la
revisión de un laudo sólo puede hacerse sobre la base del descubrimiento de
algún hecho nuevo calculado para ejercer una influencia decisiva en el laudo y
que en el momento en que se cerró la discusión era desconocido para el Tribunal
y para la parte que solicitaba la revisión.
Cabe señalar que, en la primera Conferencia de La Haya, la delegación de
los Estados Unidos presentó una propuesta por la que cada parte tenía
derecho a una segunda audiencia ante los mismos jueces dentro de un
determinado período de tiempo "si declara que puede convocar a nuevos
testigos o plantear cuestiones de derecho no planteadas o decididas en la
primera audiencia". Sin embargo, se consideró que esta propuesta debilitaba
indebidamente el principio de la cosa juzgada. El texto, tal como está ahora,
fue adoptado como un compromiso entre el punto de vista americano y las
opiniones de aquellos que, como de Martens, se oponían a cualquier revisión.
El Estatuto de la Corte Permanente de Justicia Internacional (Artículo 61)
coincide sustancialmente con la Convención de La Haya: "Sólo podrá pedirse
la revisión de una sentencia cuando se base en el descubrimiento de algún
hecho de tal naturaleza que constituya un factor determinante, hecho que, en
el momento de dictarse la sentencia, era desconocido por el tribunal y
también por la parte que solicita la revisión, siempre que ese
desconocimiento no se deba a negligencia". En la presentación de este texto,
el informe de la Comisión Consultiva de juristas Procés- Verbaux, p. 744)
decía muy acertadamente: "El derecho de revisión es un derecho muy
importante y afecta negativamente en el ámbito de la justicia un punto que,
en aras de la paz internacional, debe ser considerado como definitivamente
resuelto. La justicia, sin embargo, tiene ciertas exigencias legítimas". Estos
requisitos se establecieron en el texto, que permite al tribunal armonizar su
decisión con la justicia en los casos en que, sin culpa del demandante, los
hechos esenciales no se revelaron o en que se descubrió posteriormente un
fraude. No se considera que ningún error de derecho sea una base posible de
revisión, ni en la Convención de La Haya ni en el Estatuto de la Corte
Permanente de Justicia Internacional.
La Corte Permanente de Justicia Internacional dejó abierta, en el Saint
Caso Naoum (Serie B, pág. 21 ), la pregunta es si, en ausencia de una
disposición expresa, un laudo podría ser revisado 3 "en caso de que se
demuestre la existencia de un error esencial o se invoquen nuevos hechos".
Salvo en los casos en que se acordó una segunda audiencia ante el mismo u
otro Tribunal entre los gobiernos o sus agentes en el caso, hay pocos casos de
laudos en los que se concedió una nueva audiencia o una revisión. En el caso
Green, citado anteriormente (Nloore, Arbitrajes Internacionales, 1358), el
árbitro concedió una nueva audiencia porque no se le transmitieron ciertas
pruebas que estaban ante los Comisionados. En el caso de George
1956 U.S.A. CANADÁ (TRAIL SMELTER ARBtTRATtON)

Moore, también citado anteriormente (Moore, International Arbitrations, 1357),


se elaboró un nuevo documento. En este último caso, los Comisionados
declararon que era su práctica conceder la revisión cuando las nuevas pruebas
eran tales que indudablemente deberían producir un cambio en la mente de la
Comisión, excepto cuando pudiera haber algunos lamentos graves o
probablemente se cometiera una injusticia con el Gobierno demandado. En el
único caso de Schreck, también citado anteriormente (Moore, International
Arbitrations, 1357), el árbitro Thornton reconsideró su decisión a petición del
agente del Gobierno demandante y, en este caso, se concedió la revisión porque
consideró que había cometido claramente un error de derecho. Debido a que el
demandante había nacido en México, había dado por sentado que tenía la
nacionalidad mexicana. "El Agente de los Estados Unidos presentó la ley
apropiada de México, por la cual parecía que la suposición era claramente
errónea.
En el caso de' la empresa Orinoco S. S. donde, se recordará, la cuestión ante el
tribunal arbitral era si el laudo de un arbitraje anterior era nulo, el Estado
defensor, Venezuela, argumentó que la decisión no era nula ya que el
compromiso era válido, no había habido exceso de poder, ni supuesta corrupción
de los jueces, ni ningún "error esencial" en la decisión.
Hubo varias demandas cuyo rechazo por el árbitro en el primer arbitraje, el Sr.
Barge, se consideró por separado. La demanda principal había sido desestimada
por tres motivos: el primero era la interpretación de un contrato entre el
Gobierno venezolano y un concesionario; el segundo era una denominada
cláusula Calvo y el tercero era la falta de cumplimiento tanto del contrato como
de la legislación venezolana al omitir notificar al Gobierno venezolano la cesión
del contrato.
Según el mandato, los primeros árbitros debían decidir "sobre la base de
una equidad absoluta, sin tener en cuenta las objeciones de carácter técnico o
las disposiciones de las legislaciones locales". De las circunstancias del caso
se desprendía claramente que los motivos segundo y tercero eran totalmente
irreconciliables con estos términos. No obstante, el segundo tribunal arbitral
no alteró las conclusiones de Umpire Barge en lo que respecta a la demanda
principal. El segundo laudo decía:
Considerando que la apreciación de los hechos del caso y la
interpretación de los documentos eran competencia del Árbitro y que
sus decisiones, cuando se basan en dicha interpretación, no están sujetas
a revisión por este Tribunal. que si una decisión arbitral pudiera ser
impugnada por una apreciación, apelación y revisión erróneas, que los
Convenios de La Haya de 1899 y 1907 se han propuesto evitar, sería la
regla general.
Sin embargo, otras reclamaciones mucho más pequeñas habían sido
rechazadas exclusivamente por los motivos dos y tres. En este caso la decisión
se consideró nula por exceso de poder.
Los casos de sabotaje se reabrieron bajo la alegación de que las decisiones
habían sido inducidas por el fraude y las decisiones se revisaron cuando esto se
probó. Esto obviamente está dentro de los límites establecidos tanto por la
Convención de La Haya como por el Estatuto de la Corte Permanente de Justicia
Internacional. El siguiente pasaje de la decisión del árbitro, el Sr. Juez Roberts,
en el que se basa el peticionario en este caso, tiene, por lo tanto, carácter de
dictado:
Creo que está claro que cuando la Comisión ha interpretado mal las
pruebas, o ha cometido un error de cálculo, o cuando su decisión lo
hace
ARBITRAJE DE LA FUNDICIÓN DE LA PISTA DE CANADÁ DE LOS EE.UU.)
1957
no seguir sus conclusiones de hecho, o cuando en cualquier otro aspecto la
decisión no se ajusta al reccid- como se hizo, o cuando la decisión implica
un error material de derecho, la Comisión no sólo tiene el poder, sino que
está bajo el deber, tras una demostración apropiada, de reabrir y corregir
una decisión de acuerdo con los hechos de las normas legales aplicables.
Esta declaración puede estar totalmente justificada por las circunstancias
especiales de la Comisión Mixta de Reclamaciones, en particular por la práctica
seguida por esta Comisión en el caso Inilio, aparentemente con el
consentimiento, hasta que los casos de sabotaje llegaron a su última fase, del
árbitro, los comisarios y los agentes, pero en la medida en que no se refiere a la
corrección de posibles errores derivados de un deslizamiento o una omisión
accidental, no expresa la opinión generalmente predominante en cuanto a la
posición en el derecho internacional, expresada por ejemplo en el siguiente
pasaje de una decisión reciente: ". para justificar la revisión
no basta con que se haya producido un error en un punto del derecho o en la
apreciación de un hecho, o en ambos. Sólo la falta de conocimiento por parte del
juez y de una de las partes de un hecho material y decisivo puede, en derecho,
dar lugar a la revisión de una sentencia" (de Neuflize u. Disconto Gesellschaft,
Recueil des Décisions Jes Fribunaux Arbitraux Mixtes, t. VI I, 1928, 629) ".
Un mero error de derecho no es motivo suficiente para una petición tendente
a la revisión. La fórmula "error esencial" tiene su origen en un texto votado por
el Instituto Internacional de Derecho en 1876. Desde su inicio, los mismos
autores estaban divididos en cuanto a su significado. Es tan significativo que el
tribunal arbitral en el caso del Orinoco lo evitó; el Tribunal Permanente en el
caso de Saint Naoum se refirió a ello. El Gobierno del Reino de los
Serbios, Croatas y Eslovenos alegó un error esencial tanto de hecho como de
derecho (Serie C, No. 5, II,
p. 57. alegatos del Sr. Spalaikovi trh), pero lo que el Tribunal tenía en mente
en el pasaje citado anteriormente (véase la página 36 de la presente
decisión), era sólo un posible error de hecho. El párrafo en el que aparece
este pasaje comienza con las palabras "Esta decisión también ha sido
criticada porque se basó en información errónea o se adoptó sin tener en
cuenta ciertos hechos esenciales".
El Tribunal es de la opinión de que el criterio adecuado reside en una distinción
no entre los errores "esenciales" de la liiw y otros errores similares, sino
entre los errores "manifiestos", como el del caso Schreck o los que serían
com-
que pasara por alto un tratado pertinente o basara su decisión en un acuerdo que
se hubiera dado por terminado, y otros errores de derecho. Al menos, esto es lo
más lejos que podría permitirse con la fuerza de los preceptos...
abolladuras y práctica. El error de interpretación de la Convención alegado
por el peticionario en la revisión no es un error tan "manilést". No es necesario
considerar otras críticas. La suposición de que están justificadas no bastaría para
alterar la decisión.
Por estas razones, el Tribunal opina que la petición debe ser denegada.
II (o).

Se solicita al Tribunal que lamentablemente el daño que se ha producido en el


Estado de Washington desde el 1 de octubre de 1937, "es una consecuencia de la
emisión de dióxido de azufre por las fundiciones de la Consolidated Mining and

Smelting
Esta decisión se refiere al reglamento de los tribunales arbitrales mixtos franco-
alemanes, pero este reglamento expresa la opinión que prevalece en general en
cuanto a la posición en el derecho internacional.
123
1958 U.S.A. ARBITRAJE DE LA FUNDICIÓN DE JGANADA TRAIL)

Company en Trail, B.C., y que se pague una indemnización por la suma de


834.807.
Se alega que se han sufrido daños agudos, en 1938-1940, en una superficie de
aproximadamente 6.000 acres y daños secundarios, durante el mismo período, en
una superficie de aproximadamente 2 7.000 acres. También se alega que se han
producido daños en la ciudad de Northport, situada en esta última zona. Sobre la
base de las investigaciones realizadas en 1939 y 1940, se afirma que la zona de
daños agudos se extiende en la ribera occidental del río Columbia hasta un punto
situado aproximadamente al norte de la desembocadura del Arroyo Profundo,
siendo la anchura media de esta zona en esta ribera de aproximadamente 1 milla,
y en la parte oriental del río Joank, hasta un punto situado un poco al sur del
límite septentrional de la Sección 20, T. 40, R. 41, variando la anchura de esta
zona en esa ribera entre aproximadamente 1} millas en la frontera y t milla en su
extremo inferior. Se afirma que la zona de daños secundarios se extiende en
ambas orillas del río hasta aproximadamente una milla por debajo de Northport;
se extiende lateralmente, en el límite, hacia el oeste hasta el límite occidental de
la Sección 2, T. 40, R. 40, y hacia el este hasta el límite oriental de la Sección 1,
T. 40, R. 41; se extiende a lo largo de Cedar Creek por encima de la Sección 14,
T. 40, R. 41, a lo largo de Nigger Creek hasta la mitad de la Sección 9,
T. 40, R. 40, a lo largo de Little Sheep Creek hasta la mitad de la Sección 10, T. 40,
R. 39, a lo largo de Big Sheep Creek hasta el límite oeste de la Sección 15, T.
40, R. 39, y a lo largo de Deep Creek, hasta la esquina sudeste de la
Sección 14, T. 39,
R. 40. Cabe señalar que la superficie de los daños alegados por los Estados
Unidos en su escrito original era de unos 144.000 acres.
En cuanto a la superficie de los daños agudos, se reclaman 0,8525 dólares por
acre en todas las tierras, estén o no desbrozadas y se utilicen para cultivos,
madera u otros fines. Se reclama igualmente, en cuanto a la superficie de los
daños secundarios, sobre la base de 81,0511, en todas las tierras. Se alega que los
daños se produjeron, en 1932-1937, en la zona de daños agudos, en la medida de
§l 7.050; en la zona de daños secundarios, en la medida de 8199.200 y en la
ciudad de Northport, en la medida de 8.750 dólares. Se supone que los daños de
1938 a 1940 son 0,3 de la primera cantidad en la zona de daños agudos, y 0,15
de la segunda y tercera cantidad, respectivamente, en la zona de daños
secundarios y en la ciudad de Northport.
La solicitud de una indemnización por la suma de 834.807 se basa en el
último párrafo de la segunda parte de la decisión anterior, citada más arriba, en
la que se dice que el Tribunal determinará en su decisión final el hecho de la
existencia de daños, si los hubiere, ocurridos después del 1º de octubre de 1937,
y la indemnización que se pagará por ellos.
El presente informe abarca el período que va hasta el 1º de octubre de 1940.
El Tribunal ha examinado únicamente las pruebas pertinentes (incluidos
los datos de las grabadoras situadas por los Estados Unidos y el Canadá)
presentadas en las audiencias celebradas en Washington, D.C., Spokane y
Ottawa en 1937, pero también las siguientes: a) los informes de los
consultores técnicos nombrados por el Tribunal para supervisar el período
experimental comprendido entre el 16 de abril de 1938 y el 1° de octubre de
1940, así como sus informes sobre las investigaciones personales en la zona
en diversos momentos de ese período; b) los informes francos de sus
investigaciones en la zona en 1939 y 1940 por el científico de los Estados
Unidos, Sr. Griffin; c) los balances mensuales del azufre de las operaciones
de la fundición. d) todos los datos de los registradores situados en Columbia
Gardens, Waneta, Northport y Fowler's Farm ; e) los datos del censo y todas
las demás pruebas producidas antes de él.
El Tribunal ha examinado cuidadosamente los registros de todas las
fumigaciones que los Estados Unidos alegan específicamente como causantes o
susceptibles de causar
U.S.A. CANADÁ $TRAIL SMELTER ARBI2'RATIONJ 1959
daños, así como los registros de todas las demás fumigaciones que se considere
que pueden haber causado daños. En relación con cada uno de esos casos, se
ha considerado detalladamente, con miras a determinar el hecho o la
probabilidad de los daños, la duración de la fumigación, la intensidad de la
concentración, la combinación de duración e intensidad, la frecuencia de la
fumigación, la hora del día en que se produjo, las condiciones de humedad o
drout, la estación del año, la altitud y la ubicación geográfica del lugar sometido
a fumigación, los informes sobre las encuestas e investigaciones personales y
todos los demás factores pertinentes.
Como resultado de ello, se ha llegado a la conclusión de que los Estados
Unidos no han podido demostrar que ninguna fumigación realizada entre el 1º
de octubre de 1937 y el 1º de octubre de 1940 haya causado daños a las
cosechas, a los árboles o de otro tipo.

Por último, el Tribunal pide a la cuestión I que determine, con respecto a


los gastos efectuados por los Estados Unidos durante el período
comprendido entre el 1° de julio de 1936 y el 1° de septiembre de 1940, que
los Estados Unidos tienen derecho a recibir una indemnización por la suma
de 838.657,79 euros, con intereses a un tipo del 5% anual, desde el final de
cada año fiscal en que se gastaron las diversas sumas hasta la fecha de la
decisión definitiva del Tribunal.
En cuanto a la reclamación de indemnización por los costos de las
investigaciones realizadas entre julio de 1936 y el 1º de octubre de 1937, no
puede permitirse por las razones expuestas anteriormente en relación con los
costos de las investigaciones realizadas entre el 1º de enero de 1932 y el 30 de
junio de 1936. El Tribunal, por lo tanto, considerará ahora la cuestión de los
costos de las investigaciones realizadas desde el 1 de octubre de 1937.
En virtud del Artículo XIX', la Convención entró en vigor inmediatamente
después del intercambio de ratificaciones. Las ratificaciones se intercambiaron
en Ottawa el 3 de agosto de 1935. Por lo tanto, la Convención estaba en vigor al
principio del período cubierto por esta reclamación. En virtud de la Convención
(Artículo XIII), cada Gobierno pagará los gastos de la presentación y c''nducción
de su caso ante el Tribunal. Cualquiera que haya sido la naturaleza de los gastos
incurridos anteriormente, el Tribunal considera que los fondos gastados por los
Estados Unidos en la investidura, preparación y prueba de su caso después de
que el Convenio que dispone el fallo arbitral f''r, incluyendo la disposición antes
mencionada del Artículo XIII, se había concluido y había entrado en vigor, eran
de la naturaleza de los gastos de la presentación del caso. No se puede conceder
una indemnización sin que se demuestre la existencia de un perjuicio, su causa y
los daños que le son debidos. La presentación de una reclamación por daños y
perjuicios incluye, por implicación necesaria, la recopilación en el terreno de los
datos y la preparación necesaria para su presentación como prueba en apoyo de
la exposición de los hechos prevista en el artículo V de la Convención.
Se argumenta que donde se ha causado el daño y la continuación de este
se teme razonablemente que se produzca una lesión, que se necesite una
investigación y que el costo de esta investigación sea una consecuencia tan
perjudicial de la lesión como los daños a los cultivos y a los árboles. Se
argumenta que la indemnización prevista en la pregunta 1 comprende
necesariamente los fondos gastados en dicha investigación.
Existe una diferencia fundamental entre los gastos realizados para reparar las
consecuencias perjudiciales de una lesión y el dinero gastado para determinar la
existencia, la causa y el alcance de esta última.
Estos no forman parte del daño, como tampoco lo son los demás gastos
que conlleva la búsqueda y obtención de un recurso judicial o arbitral, como
los honorarios de
1960 EE.UU. CANADÁ (ARBITRAJE DE PYME TRAICIONAL)

abogados, los gastos de viaje de los testigos, etc. En efecto, sería imposible
establecer una distinción lógica entre los gastos de preparación de los
informes periciales y los gastos de preparación de las declaraciones y
respuestas previstas en el procedimiento. Evidentemente, el hecho de que
estos gastos puedan ser efectuados por diferentes organismos del mismo
gobierno no constituye una base para tal distinción lógica.
La Convención no justifica la inclusión del costo de las investigaciones en
el rubro de daños. Por el contrario, aparte del artículo XI II, tanto el texto de
la Convención como la historia de su conclusión desmienten cualquier
intención de incluirlos en ella.
El daño por el que debe pagarse una indemnización es el causado por
la Fundición de Trail en el Estado de Washington. Las investigaciones en el
campo se llevaron a cabo allí y sucede que los experimentos se llevaron a
cabo en ese Estado. Pero estas investigaciones fueron realizadas por agencias
federales. El "daño" -suponiendo que el dinero gastado en los salarios y
gastos de los investigadores debería ser llamado así- fue por lo tanto
causado, no en un Estado en particular, sino en todo el territorio de la Unión.
La palabra "daño" se utiliza en varios pasajes de la Convención. Puede
que no tenga en todas partes el mismo significado, pero no se le deben dar
significados diferentes en distintos pasajes sin algún fundamento en el propio
texto o en su historia. Aparece por primera vez en el preámbulo, donde se
dice que "los vapores descargados de la Fundición han.... estado causando
daños en el Estado de Washington". Luego aparece en el artículo I, donde se
dice que los 350.000 dólares que se pagarán a los Estados Unidos serán "en
pago de todos los daños ocurridos en los Estados Unidos como.... resultado
del funcionamiento de la Fundición de Trail". En el Artículo I I I en sí, la
palabra aparece dos veces. Se pregunta al Tribunal "si se han producido
daños causados por la Fundición de Trail en el Estado de Fi'ashington" y "si
se debe exigir a la Fundición de Trail que se abstenga de causar daños en el
Estado de Washington en el futuro y, en caso afirmativo, en qué medida". El
artículo X garantiza a los investigadores calificados el acceso a los bienes
"en los que se afirma que se han producido o se están produciendo daños".
Por último, el artículo XI trata de la "indemnización por daños y perjuicios
. que pueda ocurrir posteriormente al período de tiempo abarcado por el
informe del Tribunal".
La tendencia de pensamiento subyacente sugiere firmemente que, en todos
estos pasajes, la palabra "daño" tiene el mismo significado, aunque en el
artículo X su alcance se limita a los daños a la propiedad por el contexto.
En el preámbulo se dice que el daño denunciado es un daño causado por
los vapores en el Estado de Washington y hay razones para admitir que esto,
y sólo esto, es lo que se entiende por la misma palabra cuando se utiliza de
nuevo en el texto de la Convención.
Si bien ninguna parte del informe de la Comisión conjunta fue aprobada
oficialmente por ambos Gobiernos, no cabe duda de que, cuando la suma de
Se acordaron los 350.000 dólares mencionados en el artículo I, las partes
tuvieron en cuenta la indemnización sugerida por esa Comisión. Fue, al menos,
de hecho, una aceptación parcial de las sugerencias de esta última. (Véanse las
cartas del Ministro de los Estados Unidos en Ottawa al Secretario de Estado de
Asuntos Exteriores del Canadá, de 30 de enero de 1934, y de este último al
primero, de 17 de febrero de 1934). Tampoco hay duda de que, en la suma de
8350.000 sugerida por la Comisión, no se incluyeron los gastos de investigación.
Esto queda demostrado de manera concluyente por los párrafos 2 y 3 del informe
de la Comisión Mixta Internacional, en los que se recomienda que esta suma sea
mantenida por el Tesoro de los Estados Unidos como fondo fiduciario para ser
distribuida a las personas
U. S.A. CANADÁ T RAI L SMELTER A RBITR ATI ON) 1961
"dañado por los humos" por una persona nombrada por el Gobernador del Estado de
Washington y donde se dice que no se incluyó ninguna indemnización por daños a
las tierras del gobierno de los Estados Unidos. Si, con ese informe ante ellos, las
partes tuvieran la intención de incluir los costos de las investigaciones en la palabra
"daños", como se utiliza en el artículo II I, sin duda habrían expresado su intención
con mayor precisión.
A este respecto, se argumentó en nombre de los Estados Unidos que, si bien el
mandato de la Comisión Internacional de Justicia hablaba de la "medida en que se
han dañado los bienes en el Estado de Washington", el mandato del Tribunal
Arbitral1 no contiene la misma limitación a los bienes. Sin embargo, cabe
señalar que, si bien no se reclamó ninguna indemnización por los daños a la
salud de los habitantes, la existencia de tales daños fue asentada por las partes
interesadas en aquel momento. (Véase la carta del Ministro de los Estados
Unidos de América en Ottawa al Secretario
de Estado para Asuntos Exteriores del Canadá, de J anuario 30, 1934). La
diferencia en el mandato puede explicarse además por la circunstancia de que el
caso se presentó ante este Tribunal, no como una suma de reclamaciones
individuales por daños a propiedades privadas, defendidas por el Gobierno, sino
como una única reclamación por daños al territorio nacional.
Si, en virtud de la Convención, el dinero gastado por los Estados Unidos en
inversiones no puede considerarse un'. daño, no puede reclamarse ninguna
indemnización por ello, en virtud de esta última, incluso si" tales gastos no
pueden incluirse debidamente en los "gastos de la presentación y la conducta"
del caso. Si hubiera una laguna en la Convención, la reclamación debería ser
rechazada, ya que no está respaldada por la práctica internacional.
Cuando un Estado patrocina una reclamación privada en nombre de uno de
sus nacionales, a veces se incluyen los gastos en que este último puede haber
incurrido en el enjuiciamiento o el intento de establecer su reclamación antes de
la boda y, en condiciones apropiadas, puede incluirse legítimamente en la
reclamación. Se trata de los gastos, accesorios al daño, en que incurre el nacional
al tratar de obtener un remedio o una reparación local, como es, por regla
general, su deber, si, a causa del perjuicio sufrido en el extranjero, quiere
disponer él mismo de la protección diplomática de su Estado. Sin embargo, el
Tribunal no ha sido informado de ningún caso en el que un gobierno haya
solicitado ante una jurisdicción internacional o haya sido autorizado por un
laudo o sentencia internacional a indemnizar por los gastos en que haya
incurrido al preparar la prueba para presentar una reclamación nacional o
reclamaciones privadas que haya defendido; y los abogados de los Estados
Unidos de América, al ser requeridos para citar cualquier precedente de tal
sentencia, han declarado que no conocen ningún precedente. Los casos citados
fueron casos en que el nacional perjudicado había incurrido en gastos
permitidos, y todos excepto uno, antes de la presentación de la reclamación por
el Gobierno.

Santa Clara Estates Company, Comisión Británica 4'enezuelan de 1903


(Informe de Ralston, pp. 357, 402) ; Orinoco Steamship Company (Estados Unidos)
r. Venezuela (Informe de Ralston, pág. 10 7) ; Arbitraje Estados Unidos-
Venezuela en La Haya, 1909, pág. 249 (Relaciones Exteriores de los Estados
Unidos, 1911,
p. 752) ; Compagnie Générale des .\sphal tes de France, British-Venezuela n
Arbitration (Informe de Ralston, págs. 331, 340) ; H. J. Randolph Hemming en
virtud del Acuerdo Especial del 111 de agosto, I S10 (Informe de Nielsen, págs. 620,
622) ; Slaufeldt (Estados Unidos r. Guatemala), Department of State Arbitration
Series N o. 3, pág. 881; h4ather y Glover u. Nlexico (Moore, International Arbi-
trations, págs. 3231-3232) ; Patrick H. Cootey r. México (Moore, International
Arbitra- ctions, págs. 2 769-2970) ; The Louisa (Moore, International Arbitra-
ctions,
1962 U.S.A. CANADA TRAIL SMELTER A RBITRATI ON)

A falta de autoridad establecida por los precedentes, el Tribunal opina que,


cuando se solicite a un tribunal arbitral que adjudique los gastos de un
gobierno en los que se haya incurrido para preparar pruebas en apoyo de su
reclamación, en particular una reclamación por daños al territorio nacional,
la intención de permitir que el Tribunal lo haga debe figurar, ya sea en el
lenguaje expreso del instrumento por el que se establece el tribunal arbitral o
como implicación necesaria de su disposición. En este caso no existe ni tal
lenguaje expreso ni tal implicación.
De lo anterior se desprende que, aun cuando el Tribunal estuviera
facultado para reabrir la causa en lo que respecta a los gastos efectuados por
los Estados Unidos del 1° de enero de 1932 al 1° de octubre de 1937, el
Tribunal habría llegado a la misma conclusión en lo que respecta a dichos
gastos y se habría visto obligado a af(irm su decisión adoptada en el informe
presentado el 16 de abril de 1938.
Dado que el Tribunal, en su decisión anterior, ha respondido a la pregunta Nº
1 con respecto al período comprendido entre el primer día de enero de 1932 y el
primer día de octubre de 1937, ahora responde a la pregunta Nº 1 con respecto al
período comprendido entre el primer día de octubre de 1937 y el primer día de
octubre de 1940, de la siguiente manera.
(1) No se ha producido ningún daño causado por la Fundición de Trail en
el Estado de Washington desde el primer día de octubre de 1937 y antes del
primer día de octubre de 1940, por lo que no se pagará ninguna
indemnización por ello.

TERCERA PARTE.

4 "La segunda cuestión del artículo I II de la Convención es la siguiente:


En caso de que la respuesta a la primera parte de la pregunta anterior sea
afirmativa, ¿se debe exigir a la Fundición de Rieles que se abstenga de
causar daños en el Estado de Washington en el futuro y, en caso afirmativo,
en qué medida?
El daño ha ocurrido desde el 1 de enero de 1932, como se establece
plenamente en la decisión anterior. En este sentido, la primera parte de la
pregunta anterior ha sido respondida en el afrmativo.
Como ya se ha dicho, el informe de la Comisión Mixta Internacional (1 g))
contenía una definición de la palabra "daño" que excluía "los daños
ocasionales que puedan ser causados por los vapores de SO que se
transportan a través de la frontera internacional en bolsas de aire o a causa de
condiciones atmosféricas inusuales", por lo menos en lo que respecta al
deber de la Fundición de reducir la presencia de ese gas en el aire.
La correspondencia entre los dos Gobiernos durante el intervalo entre ese
informe y la conclusión del Convenio muestra que el problema planteado de
esta manera era lo que las partes tenían principalmente en mente al redactar
la Pregunta Nº 2. Si bien Ganada deseaba que se aprobase el informe, los
Estados Unidos declararon que no podían acceder a la propuesta de limitar la
consideración de los daños a los daños tal como se definían en el informe
(carta del Ministro de los Estados Unidos de América en Ottawa al Secretario
de Estado de Asuntos Exteriores del Dominio de Ganada, 30 de enero de
1934). Se expresó la opinión de que "mientras se produzcan fumigaciones en
el Estado de Wash-
p. 4325) ; Dr. John Baldwin u. México (Moore, Arbitrajes Internacionales, pp.
3235-3240) ; Robert H. Play u. Guatemala (Foreign Retations of the United
States, 1900, p. 674) ; Salvador Commercial Company u. Guatemala (Foreign
Relations of the United States, 1902. pp. H59-873).
(ARBITRAJE DE LOS EE.UU. EN CANADÁ) 1953
ington con una frecuencia, duración e intensidad tales que causen lesiones",
las condiciones ofrecían "motivos de queja por parte de los Estados Unidos,
independientemente de las obras de reparación y.... sin tener en cuenta
el efecto de esas obras" (misma carta).
El primer problema que se plantea es si la pregunta debe responderse
sobre la base de la legislación seguida en los Estados Unidos o sobre la base
de la legislación internacional. El Tribunal, sin embargo, considera que este
problema no necesita ser resuelto aquí, ya que la ley seguida en los Estados
Unidos al tratar los derechos cuasi-soberanos de los Estados de la Unión, en
materia de contaminación del aire, si bien es más definitiva, está en
conformidad con las normas generales de la legislación internacional.
En particular, al llegar a sus conclusiones en relación con esta cuestión y
con la siguiente, el Tribunal ha tenido en cuenta el deseo de las altas partes
contratantes de "llegar a una solución justa para todas las partes interesadas".
Como dice el profesor Eagleton en {Responsabilidad de los Estados en
International Lan , 1928, p. 80) : "Un Estado tiene en todo momento el deber de
proteger a otros Estados contra los actos perjudiciales de los individuos de su
jurisdicción". Se han presentado al Tribunal un gran número de esos
pronunciamientos generales b)- autoridades principales sobre el deber de un
Estado de respetar a otros Estados y su territorio. Estos y muchos otros han sido
examinados cuidadosamente. Las decisiones internacionales, en diversas
materias, desde el caso Alabama en adelante, y también las anteriores, se basan
en el mismo principio general y, de hecho, este principio, como tal, no ha sido
cuestionado por el Canadá. Pero la verdadera dificultad se plantea más bien
cuando se trata de determinar lo que, pro subjecta materie, se considera que
constituye un acto perjudicial.
Un caso relativo, como el presente, a las relaciones territoriales, decidido
por el Tribunal Federal de Suiza entre los cantones de Soleura y Argovia,
puede servir para ilustrar la relatividad de la regla. Soleure presentó una
demanda contra su Estado hermano para que se le prohibiera el uso de un
establecimiento de tiro que ponía en peligro su territorio. El tribunal, al
conceder la orden, dijo: "Este derecho (la soberanía) excluye ... no sólo la
usurpación y el ejercicio de los derechos soberanos (de otro Estado) sino....
también una invasión real que podría perjudicar el uso natural del territorio y
la libre circulación de sus habitantes". Como resultado de la decisión,
Argovia hizo planes para la mejora de las instalaciones existentes. Estas, sin
embargo, fueron consideradas como protección insuficiente por Soleuri-. El
cantón de Argovia pidió al Tribunal Federal que decrete que el rodaje sea
permitido de nuevo después de la presentación de las mejoras proyectadas.
Esta moción fue concedida. "La demanda del Gobierno de Soleura", dijo el
tribunal, "de que todo peligro sea absolutamente abolido, aparentemente va
demasiado lejos". El tribunal determinó que no se había eliminado todo
riesgo, ya que la región era llana y los polígonos de tiro absolutamente
seguros sólo se encontraban en los valles montañosos; que existía la
obligación federal de que las comunas proporcionaran instalaciones para las
prácticas militares de tiro y que "no se pueden exigir más precauciones para
los polígonos de tiro cercanos a los límites de dos cantones que las que se
exigen para los polígonos de tiro en el interior de un cantón". (R. O. 26 I,
pág. 450, 451 ; R. O. 41, I, pág. 137 ; véase D. Schindler, "The
Administration of justice in the Swiss Federal Court in Intercantonal
Disputes", American Journal o_/ In femational Lan , Vol. 15 (1921), págs.
172-174.)
No se ha tratado ningún caso de contaminación del aire en un tribunal
internacional.
que se ha señalado a la atención del Tribunal ni el Tribunal sabe de ningún caso
de este tipo. La analogía más cercana es la de la contaminación del agua.
Pero, aquí también, no se ha citado ni se ha encontrado ninguna decisión de un
tribunal internacional.
1964 U.S.A. CANADÁ TPn L SMELTER A RBITRATIO N)

Sin embargo, tanto en lo que respecta a la contaminación del aire como a la


del agua, existen ciertas decisiones del Tribunal Supremo de los Estados Unidos
que pueden tomarse legítimamente como guía en este campo del derecho
internacional. pues es razonable seguir por analogía, en los casos internacionales,
los precedentes establecidos por ese tribunal al tratar las controversias entre los
Estados de la Unión o con otras controversias relativas a los derechos cuasi-
soberanos de esos Estados, en los que no prevalece ninguna norma contraria en
el derecho internacional y no se puede aducir ninguna razón para rechazar esos
precedentes a partir de las limitaciones de la soberanía inherentes a la
Constitución de los Estados Unidos.
En el juicio del Estado de Missouri u. el Estado de Illinois (200 U.S. 496,
521) relativo a la contaminación, dentro de los límites de Illinois, del río
Illinois, un afluente del Mississippi que fluye hacia este último donde forma
el límite entre ese Estado y Missouri, se denegó un mandamiento judicial.
"Antes de que este tribunal intervenga", dijo el tribunal, "el caso debe ser de
una magnitud seria, clara y plenamente probado, y el Jarincilo que se aplique
debe ser uno que el tribunal esté dispuesto a mantener deliberadamente
contra todas las consideraciones del otro lado. (Véase Kansas u. Colo- rado,
185 U.S. 125.) " El tribunal consideró que la práctica denunciada era general
a lo largo de las orillas del río Mississippi en ese momento, que era seguida
por el propio Missouri y que, por lo tanto, el demandado estableció una
norma que el demandante tenía derecho a invocar.
A medida que las reclamaciones de salud pública se hicieron más exigentes y
se perfeccionaron los métodos para eliminar las impurezas del agua, las quejas
cesaron. Es significativo que Missouri se pusiera del lado de Illinois cuando
los otros ribereños del sistema de los Grandes Lagos trataron de ordenarle que
desistiera de desviar las aguas de ese sistema a las del Illinois y el Mississippi
con el mismo propósito de deshacerse de las aguas residuales de Chicago.
En la demanda más reciente del Estado de Nueva York contra el Estado de
Nueva Jersey (256 U.S. 296, 309), relativa a la contaminación de la bahía de
Nueva York, la orden judicial fue también rechazada por falta de pruebas, pues
algunos expertos consideraron que los planes en litigio darían lugar a la
presencia de "olores desagradables y depósitos antiestéticos", mientras que otros
expertos igualmente fiables declararon que confiaban en la opinión de que las
aguas estarían suficientemente purificadas. El tribunal, refiriéndose a Missouri e
Illinois, dijo: ". la carga
al Estado de Nueva York de sostener las alegaciones de su proyecto de ley es
mucho mayor que la impuesta a un demandante en un juicio ordinario entre
particulares. Antes de que este tribunal pueda ser movido a ejercer su
extraordinario poder, según la Constitución, de controlar la conducta de un
Estado a petición de otro, la amenaza de invasión de derechos debe ser de una
magnitud seria y debe ser establecida por pruebas claras y convincentes".
Lo que el Tribunal Supremo dice allí de su poder en virtud de la
Constitución se aplica igualmente al poder extraordinario otorgado a este
Tribunal en virtud de la Convención. Lo que es cierto entre los Estados de la
Unión es, al menos, igualmente cierto en lo que respecta a las relaciones
entre los Estados Unidos y el Dominio de Canadá.
In another recent case concerning water pollution (283 U.S. 473), the
complainant was successful. The City of New York was enjoined, at the
request of the State of New jersey, to desist, within a reasonable time limit,
from the practice of disposing of sewage by dumping it into the sea, a
practice which was injurious to the coastal waters of New jersey in the
vicinity of her bathing resorts.
In the matter of air pollution itself, the leading decisions are those of the
Supreme Court in the State of Georgia o. Tennessee Copper Company and
U.S.A . CANADA (TRA I L SMELTE R ARBITRATION) 1965
Ducktown Sulphur, Copper and Iron Company. Limited. Although dealing
with a suit against private ‹companies, the decisions were on questions
cognate to those here at issue. C•eorgia stated that it had in vain sought relief
from the State of Tennessee, on whose territory the smelters were located,
and the court defined the nature of the suit by saying: “This is a suit by a
State for an injury to it in its capacity of quasi-sovereign. In that capacity, the
State has an interest independent of and behind the titles of its citizens. in all
the earth and air within its domain.”
On the question whether an injunction should be granted or not, the court
said (206 U.S. 230) :
It (the State) has the last word as to whether its mountains shall be
stripped of their forests and its inhabitants shaII breathe pure air....
It is not lightly to be presumed to give up quasi-sovereign rights for pay and
.... if that be its choice, it may insist that an infraction of them shall be
stopped. This court has not quite the same freedom to balance the harm that
will be done by an injunction against that of which the plaintiff complains, that
it would have in deciding between two subjects of a single political power.
\Vithout excluding the considerations that equity always takes into account
it is a fair and reasonable demand
on the part of a sovereign thikt the air over its territory should not be
polluted on a great scale by sulphurous acid gas, that the forests on its
mountains, be they better or worse, and whatever domestic destruction
they may have suffered, should not be further destroyed or threatened
by the act of persons beyond its control, that the crops and orchards on
its hills should not be endangered from the same source. Whether
Georgia, by insisting upon this claim, is doing more harm than good to her
own citizens, is for her to ‹determine. The possible disaster to those outside
the State must be accepted as a consequence of her standing upon her
extreme rights.
Later on, however, when the court actually framed an injunction, in the case
of the Ducktown Company (237 U.S. 474, 477) (an agreement on the basis of an
annual compensation w:is reached with the most important of the two smelters,
the Tennessee Copper Company), they did not go beyond a decree “adequate to
diminish materially the present probability of damage to its (Georgia’s)
citizens”.
Great progress in the control of fumes has been made by science in the last
few' years and this progress should be taken into account.
The Tribunal, therefore, finds that the above decisions, taken as a whole,
constitute an adequate basis for its conclusions, namely, that, under the
principles of international law, as well as of the law of the United States, no
State has the right to use or permit the use of its territory in such a manner as to
cause injury by fumes in or to the territory of another or the proper- ties or
persons therein, when the case is of serious consequence and the injury is
established by clear and convincing evidence.
The decisions of the Supreme Clourt of the United States which are the basis
of these conclusions are decisions in equity and a solution inspired by them,
together with the régime hereinafter prescribed, will, in the opinion of the
“tribunal, be “just to all parties concerned”, as long, at least. as the pres- ent
conditions in the Columbia River $'a1ley continue to prevail.
Considering the circumstances of the case, the Tribunal holds that the
Dominion of Canada is responsibli• in international law for the conduct of the
Trail Smelter. Apart from the undertakings in the Convention, it is,
1966 U.S.A. CANADA TRAI L SMELTER ARBITRATION)

therefore, the duty of the Government of the Dominion of Canada to see to it


that this conduct should be in conformity with the obligation of the Dominion
under international law as herein determined.
d“he Tribunal, therefore, answers Question No. 2 as follows: (2) So long
as the present conditions in the Columbia River Valley prevail, the Trail
Smelter shall be required to refrain from causing any damage through fume.s
in the State of Washington ; the damage herein referred to and its extent
being such as would be recoverable under the decisions of the courts of the
United States in suits between private individuals. The indemnity for such
damage should be fixed in such manner as the Governments, acting under
Article XI of the Convention, should agree upon.

PART FoUR.

The third question under Article II I of the Convention is as follows: “In


the light of the answer to the preceding question, what measures or régime, if
any, should be adopted and maintained by the Trail Smelter?”
Answering this question in the light of the preceding one, since the Tri-
bunal has, in its previous decision, found that damage caused by the Trail
Smelter has occurred in the State of Washington since January 1, 1932, and
since the Tribunal is of opinion that damage may occur in the future unless
the operations of the Smelter shall be subject to some control, in order to
avoid damage occurring, the Tribunal now decides that a régime or measure
of control shall be applied to the operations of the Smelter and shall remain
in full force unless and until modified in accordance with the provi- sions
hereinafter set forth in Section 3, Paragraph VI of the present part of this
decision.
SECTION I

The Tribunal in its previous decision, deferred the establishment of a per-


manent regime until more adequate knowledge had been obtained concern-
ing the influence of the various factors involved in fumigations resulting
from the operations of the Trail Smelter.
For the purpose of administering an experimental period, to continue to a
date not later than October 1, 1940, during which studies could be made of
the meteorological conditions in the Columbia River Valley, and of the
extension and improvements of the methods for controlling smelter opera-
tions in closer relation to such meteorological conditions, the Tribunal, as
said before, appointed two Technical Consultants, who directed the obser-
vations, experiments and operations through the remainder of the crop-
growing season of 1938, the crop-growing seasons of 1939 and 1940 and the
winter seasons of 1938-1939 and 1939- 1940. The Tribunal appointed as
Technical Consultants the two scientists who had been designated by the
Governments to assist the Tribunal, Dr. R. S. Dean and Professor
R. E. Swain.
The previous decision directed that during the trial period, a consulting
meteorologist, to be appointed with the approval of the Technical Consult-
ants, should be employed by the Trail Smelter. On May 4, 1938,
Dr. J. Patterson was thus appointed. On May I , 1939, Dr. Patterson resigned
to take up meteorological service in the Canadian Air Force, and Dr. E. W.
Hewson was given leave from the Dominion Meteorological Service and
appointed in his stead.
U.S.A . CANADA $TRAI L SME LTER ARBITRATION) 1967
The previous decision further directed the installation, operation and
maintenance of such observation stations, of such equipment at the stacks
and of such sulphur dioxide reccirders (the permanent recorders not to
exceed three in number) as the Technical Consultants would deem necessary.
The Technical Consultants were empowered to require regular reports from
the Trail Smelter as to the methods of operation of its plant and the latter
was to conduct its smelting operations in conformity with the direc- tions of
the Technical Consultants and of the Tribunal; these instructions could and,
in fact, were modified from time to time on the result of the data
obtained.
As further provided in the previous decision, the Technical Consultants
regularly reported to the Tribunal which, as said before, met in 1939 to
consult verbally with them about the temporary régime.
The previous decision finally pi’escribed that the Dominion of Canada
should undertake to provide for thi• payment of the expenses resulting from this
temporary régime.
On May 4, 1938, the Tribunal ‹authorized and directed the employment of Dr
J hn P. Nielsen, an American citizen, engaged for three years in post- graduate
work at Stanford Universe ty, in chemistry and plant physiology, as
an assistant to the Technical Corisultants ; Dr. Nielsen continued in this
capacity until October 1, 1938.
Through the authority vested iri it by the Tribunal, this technical staff was
enabled to study the influence of meteorological conditions on dispersion of
the sulphurous gases emitted frorri the stacks of the smelter. This involved
the establishment, operation, and maintenance of standard and newly
designed meteorological instruments and of sulphur-dioxide recorders at
carefully chosen localities in the United States and the Dominion of Canada,
and the design and construction of portable instruments of various types for
the observation of conditions at numerous surface locations in the Columbia
River Valley and in the atmosphere over the valley. Observations on height,
velocity, temperature, sulphur dioiide content, and other characteristics of the
gas-carrying air currents, were made with the aid of captive balloons, pilot
balloons and airplane flights. These observations were begun in May, 1938,
and after information as to the inter-relation between meteorological
conditions and sulphur-dioxide dis I ribution had been obtained, the observa-
tions were continued throughout !:everal experimental régimes of smelter
operation during 1939 and 1940.
Periodic examination of crops and timber in the area claimed to be affected
were made at suitable times by members of the technical staff.
The full details of the projects un'3ertaken, the methods of study used, and the
results obtained may be found in the final report entitled Metearalogical
in0estigatiotis near Yrail, B.C., 1938-1940, 6J' Reginald S. Dean and Rabert
E. Su ain (an elaborate document ‹if 374 pages accompanied by numerous
scientific charts, graphs and photoc;raphs, copies of which have been filed with
the two Governments and h‹rve been made a part of the record by the
Tribunal).
The Tribunal expresses the hope that the two Governments may see fit to
make this valuable report available to scientists and smelter operators
generally, either by printing or other form of reproduction.
1968 U.S.A . /CANADA (TRA I SM E'IT ER A RBITRATION)

SECTION 2.

The investigations during the experimental period make it clear that in the
carrying out of a regime, automatic recorders should be located and
maintained for the purpose of aiding in control of the emission of fumes at
the Smelter and to provide data for observation of the effect of the controls
on fumigations.
The investigations carried out by the Technical Consultants have con- firmed
the idea that the dissipation of the sulphur dioxide gas emitted from the Smelter
takes place by eddy-current diffusion. The form of the attenua- tion curve for
sulphur dioxide with distance from the Smelter is, therefore, determined by this
mechanism of gas dispersion.
Analysis of the recorder data collected since May, 1938, confirms the
conclusion of the Tribunal stated in its previous decision to the effect that
“the concentration of sulphur dioxide falls off very rapidly from Trail to a
point about 16 miles downstream from the Smelter, or 6 miles from the
boundary line, measured by the general course of the river ; and that at
distances beyond this point, the concentration of sulphur-dioxide is lower
and falls off more gradually and less rapidly”. The position of the knee in
this attenuation curve is somewhat affected by wind velocity and direction,
and by other factors.
From an examination of the recorded data, it appears that the Columbia
Gardens recorder located 6 miles below the Smelter, is above the knee of the
attenuation curve. The Waneta recorder, 10 miles below the Smelter, is still in
the region of very rapid decrease of sulphur dioxide while the North- port
recorder, 19 miles below the Smelter, is well below the knee of the curve. There
is very little variation in the average ratio of concentrations between the various
recorders. For example, the average ratio for the years 1932 to
1935, between Columbia Gardens and Northport, was 1 to .31, while the
average ratio for the experimental period from May, 1938, to November, 1940,
was 1 to .39. The individual variations from this ratio are relatively small.
The ratio between Columbia Gardens and Waneta for the period 1932 to
1935 was .6 and that for the period May 1938, to November 1940. was .75. The
individual variations of the ratio between Columbia Gardens and Waneta are,
however, much greater than those between Columbia Gardens and Northport.
It is accordingly found that the Columbia Gardens recorder and the Northport
recorder give as com- plete a picture of the attenuation of sulphur dioxide with
distance as can be obtained with any reasonable number of recorders.
I t may be fairly assumed that the sulphur dioxide concentration at Colum-
bia Gardens will fall off quite rapidly with distance away from the Smelter, and
that a concentration very close to that recorded at Northport will be reached
several miles above Northport. Concentrations recorded at inter- mediate points
are functions of a number of variables other than distance from the Smelter. It
may be generally assumed that the concentration in the neighborhood of the
border is'iIl be from .£' to .75 of that recorded at Columbia Gardens. Individual
variations, however, are likely to be some- what greater than this, and in
unusual instances concentrations near the border may be substantially equal to
those at Columbia Gardens.
Although as a result of the investigations carried out by the Technical
Consultants, the conclusion might be warranted that the Waneta recorder
could be discontinued, it has, nevertheless, been decided to have it main-
U.S.A. CANADA $TRA [L S ME LTER ARB ITRATION ) 1969
tained for a limited period of further investigations, particularly as it was
removed from its present location during one winter season of the trial
period. As an a1ternativt• to \Vaneta, a location suggested by the United
States, Gunderson Farm (on the west bank of the river in Section 12, T. 40,
R. 40), was considered. The difficulties inherent in servicing a recorder in
that location, particularly in winter time, would not be compensated. it was
thought, by any ap›preciabIe advantages. It was further considered that
Waneta—a location practically identical to that of Boundary which the
United States’ scientists had selected in the past—jutting out as it does
almost into the middle of the Columbia Valley where it swerves to the west,
is one of the best sites that could be chosen for a recorder in that vicinity.
The Tribunal, having gone into the matter with great care, is convinced that
this choice is not adversely afflicted by the vicinity of the narrow gorge of
the Pend-d’Oreille River.

The year is divided into two parts, which correspond approximately with
the summer and winter seasons: / i2.. the growing season which extends from
April 1 through the summer to September 30, and the non-growing sea- son
which extends from October 1 through the winter to April 1. Atmo- spheric
conditions in the Columbiii River Valley during the summer vary widely
from those in the winter. During the summer, or growing season, the air is
generally in active movement with little tendency toward extended periods of
calm, and smoke from the Smelter is rapidly dispersed by the frequent
changes in wind direction and velocity and the higher degree of atmospheric
turbulence. During the winter, or non-growing season, calm conditions may
prevail for several d ays and smoke from the .Smelter may be dispersed only
very slowly.
In general, a similar variation in atmospheric stability occurs during the
day. The air through the early morning hours until about nine o’clock is not
subject to very rapid movement, but from around ten o’clock in the morning
until late at night there is usually more wind and turbulence, with the
exception of a quiet spell which often occurs during the late afternoon.
During the growing season, ther‹• is furthermore a marked diurnal varia-
tion of wind changes whose maxi mum frequency occurs at noon for the
general direction from north to south and at seven o’clock in the evening for
the general direction from south ti› north. This diurnal variation of wind
changes doex not occur so frequently during the non-growing season.
During the growing season, the ‹descent of sulphur dioxide to the earth’s
surface is more likely to occur at some hours than at others. At about nine to ten
o’clock in the morning, there is usually a very pronounced maximum of
fumigations, and this morning fuinigation occurs with such regularity that it has
been the practice of the Smoke Control Ofhce at the Smelter for some time to
cut down the emission of sulphur to the atmosphere during the early morning
hours and to keep it down until from eight to eleven o’clock in the morning. The
amount and duration of the cut are determined after an analysis of the wind
velocity and direction, and of the conditions of turbu- lence or diffusion of the
smoke. This is a fundamental feature of the program of smoke control, and
the main reason for its success is that it
prevents accumulations ot‘ sul r hur dic›xide which tend to de,scend from higher
elevations w'hen the early morning sun disturbs the thermal balance by heat- ing
the earth’s surface. This earl y morning diurnal fumigation reaches
1970 USA. CANADA (TAIL SMELTER ARBITRATION)
all recorders in the valley almost simultaneouslv, the intensity being usually
highest near the Smelter. The concentration of sulphur dioxide during this
type of fumigation rises as a rule very rapidly to a maximum in a few
minutes and then drops ofF exponentially, only traces often remaining after
two or three hours. A similar diurnal fumigation, usually of shorter duration,
is occasionally observed in the early evening due to a disturbance of the
thermal balance as the sun sets.
Sulphur dioxide sampling by airplane has indicated that in calm weather
and especially in the early morning hours, the effluent gases hold to a fairly
well-defined pattern in the early stages of their dispersion. The gases rise
about 400 feet above the top of the two high stacks, then level out and spread
horizontally along the main axis of the prevailing wind movement. During
the relatively quiet conditions frequently found in the early morning, an
atmospheric stratum carrying fairly high concentrations of suJphur dioxide
and spreading over a large area may be formed.
With the rising of the sun, the radiational heating of the atmosphere near
the surface may disturb the thermal balance, resulting in the descent of the
sulphur dioxide which had accumulated in the upper layers at approxima-
tely 2,400 feet elevation above mean sea level, and extending either up-
stream or down-stream from the Smelter, depending on wind direction. This
readily explains the simultaneous appearance of sulphur dioxide at various
distances from the Smelter.
During the non-growing season, the non-diurnal type of fumigation
predominates. In this type, the sulphur dioxide leaving the stacks is carried
along the valley in a general drift of air, diffusing more or less uniformly as
it advances. From two to eight hours are usually required for the smoke to
get from Trail to Northport when the drift is down river. Such fumigations
are not recorded simultaneously on the various recorders but the gas is first
noted nearest the Smelter and then in succession at the other recorders. The
concentration at a given recorder often shows very little variation as long as
it lasts, which might be for several days depending entirely upon wind velo-
city and direction.
I t is an interesting fact that the agricultural growing season and the non-
growing season coincide almost exactly with the periods in which diurnal and
non-diurnal fumigations respectively, are dominant. The transition from diurnal
to non-diurnal fumigations and wire serta Occurs in September and April.
Diurnal fumi,gations sometimes occur during the non-growing season but with
much less frequency and regularity than during the growing season, and at a later
hour because of the later sunrise in winter. Similarly, the non-diurnal type
sometimes occurs during the growing season. Its manifestations are then the
same as during the winter, the chief difference being that it rarely lasts as long.
Sulphur dioxide recorders can be used to assist in smoke control during
both the growing and non-growing season. They are more useful in the latter
season, however, because in a non-diurnal fumigation, the gas usually
appears at Columbia Gardens some time before it reaches Northport, and
high concentrations recorded at the former location serve as warnings that
more sulphur dioxide is being emitted than can adequately be dispersed
under the prevailing atmospheric conditions. This information may lead to
a decrease in the amount of sulphur dioxide emitted from the Smelter in time
to avoid serious consequences. With the diurnal type of fumigations, on the
other hand, high concentrations of sulphur dioxide may descend from the
upper atmosphere to the surface with little or no warning, and the
U.S.A. CANADA $TRA IL 5ME LTE R ARBITRATION 197 I
only adequate protection against this type of fumigation is to prevent
accumulations of large amounts of sulphur dioxide, either up or down
stream, at or just before the periods when diurnal fumigations may be
expected.

Observations over a period of years have indicated that there is little


likelihood of gas being carried acrriss the international boundary if the wind
in the gas-carrying levels, approximately 2,400 feet above mean seal level. is
in a direction not included in the 135° angle opening to the westward starting
with north, and has a velocity sufficient to insure that no serious accumu-
lation of smoke occurs. A recording cup anemometer and art anemovane
suspencied 300 feet above the surf‹ice, 1,900 feet above mean sea level, from
a cable between the tops of the zinc stack and a neighboring lower stack,
indicate the velocity and direction of the wind reliably except when the
velocity or direction of the wind at. this level differs from that in the gas-
carrying level 500 feet or more hi,qher. An attempt has been rnade to use the
geostrophic wind forecasts rnacle by the Weather Bureau at Vancouver for
predicting the velocity and diri:ction of the wind at these higher levels, but
the results, although promising, have not yet been sufficiently certain to
warrant the use of geostrophic v inds as a factor in smoke control. (For
further details, see Report of the Technical Consultants.)

A very significant factor in determining how much sulphur dioxide can


safely be emitted by the Smelter is the rate of eddy current diffusion. When
the rate of diffusion is low, smoke may accumulate in parts of the valleys
Such accumulations frequently occur up-stream from the Smelter when there
is a light up-river breeze.
The main factors governing the rate of diffusion of sulphur dioxide are the
turbulence and lapse rate of the air. Turbulence is used instead of the more
homely term gustiness to express the action of eddy currents in the air
stream. Turbulence, therefore, is expressed in terms of changes in wind
velocity over definite intervals of time, and may be measured by observa-
tions on standard anemometers, as has been done during the early stages of
these meteorological studies. It has been found, however, that different
observers using this method of measurement were not in agreement when the
changes in velocity occurred rapidly and were of great intensity. It was
furthermore found that the sensitivity of standard anemometers was not
sufficient to give the desired precision. A number of modifications have been
made which have led finall)' to the design and construction of an instrument
called the Bridled Cup Indicator, which is more sensitive than any of the
other instruments used, and is also free from personal error in the reading of
the instrumental record.

There are several limitations to the application of the turbulence criterion. On


a number of occasions, marked fumigations have occurred when the instrument
showed that the turbulence was good or excellent. On every occasion of that
sort which has been studied, pilot balloon observations revealed that there was a
strong down-river wind from the surface of the
1972 U.S.A. CIANADA T RAIL S ME LTER A RBIT RATIO N

valley floor to about 2,500 feet above mean sea level. At about 4,000 feet,
however, the height to which the valley sides reached, conditions were calm
or very nearly so. Ordinarily, with good turbulence, the sulphur dioxide
would be rapidly diffused upward and rise above the sides of the valley
without difficulty. The non-turbulent condition at 4,000 feet associated with
the calm layer acts effectively as a blanket, preventing the escape of the gas
through the top of the valley. The turbulence in the lower layers serves then
only to distribute the sulphur dioxide more or less uniformly in the valley.
There is no exit through the top, and the gas moves down the valley with no
lateral diffusion, in much the same way as if it were flowing along in a giant
pipe. This type does not occur very frequently, but when it does, the sulphur
dioxide recorder at Columbia Gardens must be used to prevent the building
up of high concentrations in the valley. That is the type of fumigation which
can be controlled most readily by means of such a recorder.

Another difficulty with the turbulence condition is that, especially during


the daytime in summer, the turbulence recorder may indicate very little
turbulence, but the diffusion may nevertheless be quite satisfactory. That is
because turbulence does not cover all aspects of diffusion and some other
factors, such as the lapse rate, must be taken into account.
Lapse rate, which is the technical term for the change of temperature in
any given unit interval of height, is inter-related with wind velocity and
turbulence, but each may contribute separately in the slow carrying upward
of smoke by means of convection currents. Unfortunately, the measure- ment
of lapse rate and its application in smoke control have not yet been fully
developed. (For further details, see Final Report of the Technical
Consultants.)

The behavior of the air in the valley is influenced also by other general
meteorological conditions. For example, experience has shown that when the
relative humidity of the air is high, particularly during periods of rain or
snow, caution must be used in emitting sulphur dioxide to the atmosphere.
Again, when the barometer is steady, weather conditions such as wind
direction and velocity, diffusion conditions, etc., are not liable to change.
Similarly, unfavorable conditions are likely to persist until the barometer
changes noticeably. This suggests a generalization which will be found to
hold not only for barometric changes but also for most of the other factors
that have been found to influence sulphur dioxide distribution; that fumi-
gations occur chiefly during the period of disturbance that accompanies
transitional stages in meteorological conditions.

lt has been found by the Technical Consultants that meteorological


conditions at the Smelter sometimes prevail under which the instrumental
readings at the level where the instruments now are or may be located do not
fully reflect the degree of turbulence in the atmosphere at the higher gas-
carrying levels. Under those conditions, it is possible that visual obser-
vations by trained observers may sometimes determine the turbulence more
accurately. Where by such visual observations the conclusion shall be
L* . S. A. C A N.PDA (TRA I L SME LTE R A RBIT RATI Oi ) 1973
reached that the turbulence at hislher levels is definitely better than at the level
of the instruments, the loai4 can sometimes be safel y I ilCreased from the
maximum allowable as determined by the instruments under the regime herein
prescribed. Conver,sely, vhere by such v isual obsers ations the conclusion shall
be reached that the turbulence at higher levels is definitely worse than at the
level of the instruments, it u’ill be the dut y of the SineI ter (and to its advantage
in lessening risk of injurious fumigation) to reduce the load from the maximum
allowable as determined by the instruments under the régime herein prescribed.
The Tribunal in the régiine has taken into consideration this factor of visual
observ-ations, to a limited extent and in the non-growing season only. If further
experience s hall show in the future that more use can be made of this factor. the
clause of the régimi• providing for a method of its at teration may be utilized
for a future devc1 1» rnen t of this factor r rox ided it shall appear that it can
be done w•ithout risk of inj ury to territory south of the
boundary.
(i)

The Tribunal is of opinion that the régime should be given an uninter- rupted
test through at least two grois'ing periods and one non-growing period. It is
equally of opinion that thereafter opportunity should be given for amendment
or suspension of the regime, if conditions should warrant or require. Should it
appear at any time that the expectations of the Tribunal are not fulfilled, the
régiine prescribed in Section 3 iijra) can be amended according to Paragraph \°I
thereof. This same paragraph may become operativ’e if scientific advance in
the control of fumes should make it possible atid desirable to improve upon the
methods of control herein- after prescribed ; and should further‘ progress in the
reduction of the sulphur content of the fumes make the regime, as now
prescribed, appear as unduly burdensome in view of the end defined in the
answer to Question No. 2. this same paragraph can be invoked in order to
amend the régime accord- ingly. Further, under this paragraph, the régime may
be suspended if the elimination of sulphur dioxide frorri the fumes should reach
a stage where such a ster could clearly be taken wit hon t undue risks to the
United States’ interests.
Since the Tribunal has the pow'•r to establish a ré¿irne, it must equally
possess the power to provide for a Iteration, modification or suspension of such
régime. It would clearly not be a “solution just to all parties con- cerned” if its
action in prescribing a regime should be unchangeable and incapable of being
made responsive to fu ture conditions.

The foregoing paragraphs are the result of an extended investigation of


meteorological and other condition:› which have been found to be of signih-
cance in smoke behavior and control in the Trail area. The attempt made to
solve the sulphur dioxide problem presented to the Tribunal has finally
found expression in a regime which is now prescribed as a measure of
control.
The investigations made during the past three years on the application of
meteorological observations to the solution of this problem at Trail have
built up a liind of significant and important facts. This is probably the most
thorough study ever made of any area subject to atmospheric pollution by
industrial smoke. Some factors, such as atmospheric turbulence and
124
19 74 U •S..\ . O.IN.'IDA (TR.II L SMELTER .ARBITR.'ATION )

the movement of the upper air currents have been applied for the first time to
the question of smoke control. All factors of possible significance, includ-
ing wind directions and velocity, atmospheric temperatures, lapse rates,
turbulence, geostrophic winds, barometric pressures, sunlight and humidity,
along with atmosphei’ic sulphur dioxide concentrations, have been studied.
As said above. many observations have been made on the movements and
sulphur dioxide concentrations of the air at higher levels by means of pilot
and captive balloons and by airplane, by night and by day. Progress has been
made in breaking up the long winter fumigations and in reducing their
intensity. In carrying finally over to the non-growing season with a few
minor modifications a regime of demonstrated efficiency for the growin
season, there is a sound basis for confidence that the winter fumigations will5
be kept under control at a level w’ell below the threshold of possible injury
to vegetation. Likewise, for the growing season a régime has been formu-
lated v•'hich should throttle at the source the expected diurnal fumigations to
a point where they will not yield concentrations below the international
boundary sufficient to cause injury to plant life. This is the goal which this
Tribunal has set out to accomplish.
The T ribunal has carefully considered the suggestions made by the
United States for a régime by which a prefixed sum would be due
whenever the concentrations recorded would exceed a certain intensity for a
certain period of time or a certain greater intensity for any twenty minute
period.
It has been unable to adopt this suggestion. In its opinion, and in that of its
scientific advisers, such a régime would unduly and unnecessarily hamper the
operations of the Trail Smelter and would not constitute a solution fair to all
parties concerned”.

SECTION 3.

In order to prevent the occurrence of sulphur dio.xide in the atmosphere in


amounts, both as to concentration, duration and frequency, capable of
causing damage in the State of Washington, the operation of the Smelter and
the maximum emission of sulphur dioxide from its stacks shall be regulated
as provided in the followin5 regime.

I. Instruments.
A. The instruments for recording meteorological conditions shall be as
follows:
(n) \\'ind Direction and \Vind Velocity shall be indicated by any of the
standard instruments used for such purposes to provide a continuous
record and shall be ohsem•ed and transcrihed for use of the Smoke
Control Office at least once every hour.
(é) \Vind Turbulence shall be measured by the Bridled Cup Turbulence
Indicator. This instrument consists of a light horizontal wheel around
whose periphery are twenty-two equally-spaced curved surfaces cut
lrom one-eighth inch aluminium sheet and shaped to the same-sized
blades or cups. This wind-sensitive wheel is attached to an aluminium
sleeve rigidly screwed to one end of a three-eighth inch vertical steel
shaft supported by almost frictionless bearings at the top and bottom of
the instrument frame. The shaft of the v, heel is bridled to prex’ent
continuous rotation and is so
U. S..N . ,'C?.4 N.ID.4 ATR.\ I I- S.viE LTER .\RBITR.ATION) 19"/5
constrainecl that its angle :›l’ rotation is clirect lv proportiCinal to the
square of the ix’inci s-e1ocit\ . One complete revolution of the
anemonaeter shaft c‹rrresl 7onci s to a i\ met x elocit y of 3fi miles per
hour and. ii ith eigh teen ertually spaceci contact points on the com-
mutator, one make anci one break in the circ not is ecjuivalent to a change
in winci s elocity o1 try o miles per hour. recorcied on a stan- clard
anenaoqraph. (For further detail. see the Final Report of the Technical
Consultan ts. p ?0S.)

The iiistrrimen t.s noted in ( z) and (b) a bove, shall be Jocated at the present site
near the zinc stack of t be Smel ter or at some other location not less favorable for
such obsei i ation,s.
c) .X tnJospheric temperature arid barometric pressure she11 be deter- mined by
the standarcl in* trument.s in use for such meteoroloyica 1 obsers ations.

B. Sulphur dioxide concentrations sh all be deternainecl by the standard


recorders, \s hich proc ide automatically an accurate and continuous record of
such concentrations.
One recorder shall be loca ted at Coluiribia Garclens, as at r resen t installecl
wit h arranqemen ts for the autoiriatic transcription of its record to the Smoke C!
ontro1 Office at the Smelter. .4 seconcl recorcler shall be main- tained a t the
present site near Nor1hport. .fi third recorder shall be main- tained at the presen
t site near \\"a net a, which recorder may be eiiscontinued
after I3eceniber 31, 194?.

II. Document 1s.


The su Iphur dioxide con ceiitrations indicateci by the prescribed rec orders
shall be reduced to tabular form ,ind kept on file at the Smelter. The original
instrumental recordings of all irieteorologica1 data herein required to be made
shall be preserved by the Smelter.
A summary of Smelter operation covering the daily sulphur balances shall
be compiled mon thly ancl copit-s sent to the Gov ernnaen ts of the United
S tatei and of the Doiriinion of Canada.

Sulphur clioxide shall be dischar Decl into the atmosphere lrom smelting
operations of“ the zinc and lead plan ts at a heigh t no low er than that of the
presen t stacks.
I n case o1’ the cooling of the s tacks. by a length y shut clown. yases cc›ntain-
ing sulph ur clioxide shall not be emil ted uiltil the stacks have been heated to
normal operating temperatures by hot gases free o1’ sulphur ciio.xide.

IV. .Waxi'nium Permissible Sul filiur Emis›‘ioii.


The following tw c› tables ancl General restrictions ,give the maximum hourly
permissible emission of’ sulphur dioxide expressed as tons per hour of
contained sulphur.
1S7G U. S. A. CANA DA (TR.'XI L SM E LTER A RBIT R ATIO N)

GRO\VI NG SEASOh’
T ur biilt'n r'r' '1'urbu leii
ce E,ul F.ii r 'I ur bulenee Turbu-
ExceHe u
C

\\’inrt I\’i nil \\’inrl \\ uid \\’i nil \Yi nd blind nod
mot favt4i'able not fiu-oraIjle not I.ii-‹›rable favorable
f,i i i›i.title f,u f.w‹›riili an
or.ii›le le d far
oralJl
o
Acid night to 3 2 G 5 9 9 1 11
a.in. .. 1
3 a. ni. to 3 mrs.
after sunrise 6 6
..........
3hrs. after sunrise
to 3 hrs. before 2 5 5 S 9 1 11
sunset 1
3 mrs. before en nset
to sunset ... - .. 2 ñ
Sunset to mid nigh 3 7 6 S 9 1 ll
t.. 1

NON-GROWI NG SE.4SON
Turbulence Turbule rice
B:id F.iir Turbulence Turbu-
Good lence
Excellent
(1) (2) (3) (4) (5) ((i) (7)
\\"in‹l \\‘ind V'm‹1 \\’ind \\"ind Wind \Yind not
not. I.at ‹Ornble not favoralile noC f;ivorabIe favorable
Y vorable favorable favorable and
fai-oralile
Midnight to 3 a.m. .. 2 8 5 1 9 1 11
3 a.m. to 3 hrs. a£tec 1 1
sunrise
0 4 4 6 4 6 6
3 hrs. after sunrise to 3
hrs. before sunset
2 S 6 1 9 1 11
3 hrs. before sunset to
sunset ......... 1 1
Sunset to midnight . . 2 7 ñ 9 7 0 9
3 9 6 1 9 1 11
General Restrictions and Procisiolis.
(a) If the Columbia Gardens recorder indicates 0.3 part per million or more
of sulphur dioxide for two consecutive twenty minute periods during
the growing season, and the wind direction is not favorable, emission
shall be reduced by four tons of sulphur per hour or shut down
completely when the turbulence is bad, until the recorder shows 0.2
part per million or less of sulphur dioxide for three consec- utive
tw'enty minute periods.
If the Columbia Gardens recorder indicates 0.5 part per million or
more of sulphur dioxide for three consecutive twenty minute periods
during the non-growing season and the v ind direction is not favorable,
erriission shall be reduced by four tons of sulphur per hour or shut
down completely when the turbulence is bad, until the recorder shows
0.2 part per million or less of sulphur dioxide for three consecutive
twenty minute periods.
U.S.A . C.4 N AD.4 T R:\ I I SME LTE R .4 RBITR.A TIONS 197.7
(é) In case of rain or snow. the emission ol’sulphur shall be reduced by two
(2) tons per hour. This regulation shall be put into effect imme- diately
is’1aen precipitation can be observed from the Smelter and shall be
continued in effect for twenty (20) minutes after such preci- pitation has
ceased.
(c) If the slag retreat ment furnace is not in operation the emission of
sulphui- shall be reduced by two (*) tons per hour.
d) If the instrumental reading :.hows turbulence e.xcellent, good or fair, but
visual observations in,ide by trained observers clearly indicate that there is
poor diffusion. the emission of sulphur shall be reduced to the figures
given in column (1 ) if w'ind is not favorable, or column
(2) if wind is favorable.
(e) When more than one of the i’estricting conditions provided for in [a),
(é), (c), and (d) occur simultaneously, the highest reduction shall
apply.
(/) If. during the non-s • wing .›eason, the instrumental reading shows
turbulence fair and wind not favorable but visual observations by
trained observers clearly indicate that there is excellent diffusion, the
maximum permissible ‹emission of sulphur may be increased to the
figures in column (5). The general restrictions under [a), [b) ,
(c) and [e), however, shall be applicable.
Whenever the Smelter shall avail itself of the foregoing provisions, the
circumstances shall be fully recordecl and copy of such record shall be sent to
the two Governments within one month.
(p) Nothing shall relieve the Sine lter from the duty of reducing the maxi-
iumsulphur emissicin beluw the amount permissible according to the
tables and the preceding general restrictions and provisions, as the
circumstances may ret}uire for the prudent operation of the plant.

V. Fe fimtioii of terms arid Conditions


(a) \¥'ind Direction ancl ¥’elocity—The following directions of wind shall be
considered favorable provided the y show a velocity of five miles per
hour or more and have persisted for thirty minutes at the point o1’
observation. namely nc'rtli, east, south, southwest, and inter- niecliate
directions. that is any direction not inclucJed in the one hundred and
thirty-five (135) degree angle openins to the westward
s tartinp with north.
All winds not included in the a Sove cJefinition shall be considered not fax
orable.
i b) Turbulence—The following ‹definitions are made of bad, fair, good, and
e.xce1lent turbulence. The figures s iven are in terms of the BricJled Cup
Turbulence Iindicator for a period of one half hour:
Bad Turbulence...............................................0-74
Fair Turbulence ................... ...... .... 7O- 149
Good Turbulence..............................................50-349
E.xce11ent Turbulence........................... 3ñ0 and above

If at any time another instrument should be found to be bet ter adapted to


the measurement of turbulence, ant:1 should be accepted for such measure-
1978 U. S.A. ‘'C.IN.ID.4 (TR.II L S ME LTE R .4RBITR.ATION)

ment bx' agreement of the ti o Governments, the scale of this instrument shall
be calibrated bx comparison is’ith the Bridled Cup Turbulence Indicator.
l"I. .4 mendmeiit at‘ Su ‹J›eiisiaii of the Régiitie.
If at any time after December 31. 1942. either Government shall request
an amendment or suspension of the régime herein prescribed and the other
Gov ernment shall decline to agree to such request, there shall be appointed
by each Government. within one month after the making or receipt respec-
tively of’such request. a scientist of repute: and the tw‘o scientists so ap Poin
ted shall constitute a Coiiimission for the purpr›se of considering and acting
upon such request. If the Commission within three months after appoin t- ment
fail to agree upon a decision. they shall appoint jointly a third scientist
xx’ho shall be Chairman of’ the Commission ; and thereupon the opinion of the
majori ty. or in the absence of anv majoritv opinion, the opinion of the C•hairman s
hal I be decisive ; t he opinion shall be rendered within one mon th after the
choice of the Chairman. If the two scientists shall fail to agree
upon a third scientist within the Pre scribed time, upon the request of either. lie
shall be appointed w'ithin one month from such failure by the President of the
-American Chemical Society. a scientific body having a membership
both in the United S tates. Canada, Great Britain and other countries. Any of
the periods of time herein prescribed max be extended by agree-
ment betn een the two Governments.
The Commission of ti› o. or three scientists as the case may be. ma\• take such
action in compliance ii ith or in denial of the request alcove referred to. either in
whole or in part, as it deems appropriate for the avoidance or pres•ention of
damage occurring in the State of \Vashing ton. The decision of the
Commission shall be final, and the Governments shall take such action as may
be necessary to ensure clue conformity w ith the clecision, in accorcl- ance wi th
the provisions of .4rtlcle XII of the Convention.
The compensation of the scientists appointed and their reasonable expen- ditures
shall be paid by the Government which shall have requested a deci- sion ; i f both
Gov ernnients shall haste made a request for decision. such expenses shall be shared
equally by both Gox'ernments ; provided. however, tha t if the Commission in
response to the request of the LI nited States shall find that notv.'ithstancling
compliance with the régime in force damage has occurred through fumes in the State
of \Vashington. then the a L'oi’e e.xpeiises shall be r aicl by the Dominion of
Canada.

S ECTI O 4-

\Vhile the Tribunal refrains from making the follou in9 su9%e,stion a part of the
regime prescribed, it is strongly of the opinion that it ix ould be to the clear
advantage of the Dominion of Canada, if during the interval between the date of
filing of this Final Report and December 31. 1542. the Dominion of Canada would
continue, at its own e.xpense. the maintenance of experi- mental and observational
is'ork by two scientists similar to that which was established by the Tribunal under
its previous decision, and has been in operation during the trial period since 1938. I t
seems probable that a continuance of inv’estigations until at least December o l .
1942, woulcl proc ide additional valuable data both for the purpose of“ testing the
effective opera- tion of the régiine now prescribed and for the purpose of obtaining
tnforma- tioias to the possibilit y or necessity of improi errlents in it.
U. S..4. , C A N.IDA (TR *.I L 5M E LTE R ARBITR.ATION ) 1979
The value of this trial period has been acknowledged by each Government. In
the memorandum submitted by the Canadian Agent, under date of December
28, l.°40, » hile commenting on the expense involved. it is stated

The Canadian Government is not disposed to question in the least the


value of the trial period of three years or to underestimate the great
benefits that have been derivecl from the investigations carried on by the
Tribunal through its Technical Consultants.

The Agent for Canada at the hearing on December 11, 1940 (Transcript,
p. 6318) stated:
We have had the benefit of an admirable piece of research in fumiga-
tions conducted lay the Technical Consultants, and we have had the
advantage of all of their stud ies of meteorological conditions....

The Counsel for CanacJa (Mr. ".FiIIey). in a colloquy with the American
Rfember of the Tribunal at the he aring on Decem bei 12, 1940 (Transcript, pp.
G493-6494) said:
JUDCE W.'\RRcN : We stated very frankly to the Agents that we svere
prepared in March (1538) to i ender a final decision but that we thought it
would be highly unsatisfactory to both parties to do so unless we had some
experimentation.
Mr. TI LLEv : There is no cJtiulat about that—quite r roperly, if I may say
so. with deference.
JUDGE \V.fiRREN : We were tr ying to do this for the benefit of both
parties. fi‘e where prepared to answer the questions.
Mr. TiLLEv : Nothing coul‹J have been more in the interests of the
parties concerned than what on did.

In the memorandum submitted by the United States Agen I, under d ate of


January 7. 1949, while explaining the reasons for the inability of the United
States to offer concrete suggestions in relation to a proposed régime, other- than
the régime suggested by the United States, it is stated (p. 11) :
It should be understood that the d rafting of this Memorandum has
not been undertaken in an at tempt to minimize the importance of the
excellent work performed b’,' meteorologists of the Government of
Canada under the direction of the Technical Consultants and their
undoubtedly meritorious con iribution....

The Counsel for the United States (Mr. Raftis) at the hearing on Decem- ber
9, stated (Transcript of Recor:1, p. 6080, p. 6089) :
I will say at the outset that I believe the meteorological studies which
we (w’ere?) conducted have been very helpful. They have been
undoubtedly gone into at considerable length with a definite effort to
put the finger on the problem which has been confronting us now for
some fifteen years.... As I ,ay, I think these studies have been most
helpful, because up to that time we had more or less only to leave to
conjecture w hat happened when these gases left the stacks ; we did not
know through any definite e.xperiments what became of this gas
problem.
1980 U . S..4. /'CANAD.4 ATR.II L SME LTER ARBITRATIO N )

The scientist emr 1oyed by the United ,S tates, hIr. S. \V. Griffin, in his report
submitted Nos-ember 30, 1940, relating to the Final Report of the Technical
Consultants. statecl (p. 3) :
Regarding the investigations of the Canadian meteorologists in work- ing
out the complicated air movements which take place os•er this irregular
terrain, there can be no don bt of the x•alue of their contribution in adding
much to the know'Iedge. both of a fundamental and detailed character, to
that which previously existed.
(p. 5) It remains to be determined whether or not the three year period
of e.xperimentation may ex entually bring about a permanent abeyance
of harmful sulphur dioxide fumigations. south of the interna- tional
boundary. Howev-er this may be, there can be lit tIe doubt that the
knoix'1edge gained in some of the researches described in the report is
sufficiently fundamental in character and broad in application that, if pu
blished. the work should be of interest and value to any snielter man-
agement engaged in processes which pollute the air with sulphur
dioxide.

PART FIV E.

The fourth question under Article II I of the Convention is as follows :


\\'hat indemnity or compensation, if any, should be paid on account of
an y decision or decisions rendered by the Tribunal pursuant to the next
tix o preceding Questions?
The Ti ibunal is of opinion that the prescribed régime will probably remove the
causes of the present controversy and, as said before, will probably resul t in pres en
ting any damage of a material nature occurring in the State of W’ashinpton in the
future.
But since the desirable and expected result of the régime or rrleasure of
control hereby required to be adopted and maintained by the Smelter may not
occur. and since in its answer to Question No. 2, the Tribunal has required
the Smelter to refrain from causing d amage in the State of \Vas h- ington in
the future. as set forth t herein. the Tribunal answers Question No. 4 and
decides that on account of decisions rendered by the Tribunal in its answers
to Question No. 2 and Question No. 3 there shall be paid as follows:
(o) if any damage as defined under Question No. 2 shall have occurred since
October 1, 1940, or shall occur in the future. whether through failure on the
part of the Smelter to comply with the regulations herein prescribed or not-
withstanding the maintenance of the régime, an indemnity shall be paid for
such damage but only when and it’ the two Governments shall make arran-
gements for the disposition of claims for indemnity under the provisions of
Article XI of the Convention ; (#) if as a consequence of the decision of the
Tribunal in its an.swers to Question No. 2 and Question No. 3, the United
States shall find it necessary to maintain in the future an agent or agents in
the area in order to ascertain whether damage shall have occurred in spite of
the régime prescribed herein, the reasonable cost of such investigations not in
excess of $7,500 in any one year shall be paid to the United States as a
compensation. but only if and when the two Governments determine under
Article XI of the Conx'ention that damage has occurred in the year in ques-
tion, due to the operation of the Smelter, and “disposition of claims for
indemnity for damage” has been made by the tw‘o Governments ; but in no
case shall the aforesaid compensation be payable in excess of the indemnity
U.S..A . C.¥NADA TRA I L S ME LTE R .-YRBITR.-ATION) 1981
for damage ; and further it is understood that such payment is hereby
directed by the Tribunal only as a compensation to be paid on account of the
answers of the Tribunal to Question No. 2 and Question No. 3 (as prov- ided
for in Question No. 4) and »o/ .is any part of indemnity for the damage to be
ascertainecl and to be determined upon by the two Governments under
Article XI of the Convention.

P.RT 1x.
Since further inve.stiJations in the future may be possible under the provi-
sions of Part Four ancl of Part Fi . e of this decision, the Tribunal finds it
necessary to include in its report, I he following provision :
Investigators appointed by or on I ehalf of either Government, whether
jointly or severally, and the members of the Commission provided for in
Paragraph fi'I of Section 3 of Part Four of this decision, shall be permitted at
all reasonable times to inspect the operations of the Srrlelter and to enter
upon and inspect any of the properties in the State of Yt'ashing ton which
may be claimed to be affected by flames. This provision shall also apply to
any localities where instruments ai‘e operated under the present régime or
under any amended régime. \\’lierever under the present régime or any
amended régime, instruments havi• to be maintained arid operated by the
Smelter on the territory of the United States, the Government of the United
States shall undertake to sec ure for the Government of the Dominion of
Canada the facilities reasonably required to that effect.
The Tribunal expr esses the s trong hope that any investigations which the
Governments may undertake in th•- future, in connection with the matters dealt
with in this Precision, shall be- conducted jointly.
Signed) JAN Hos+iE.
Srgned) PHA R LES WARREN.
(Signed) R. A. E. REENSHIE LDS.

ANNEX.
I. Lrf ter om Ilie, Heni bers of tlie Xi ibiuia I to t/ie Sect clam of Stall of tlie I'milr.d
I'll Ie and ,Yeci etary of Slate )or Ex ternal .4 f)“air s of U.aiiadii, .i lair 6, 194.1 .

TR.OIL SRIEL"I“ER -ARBITRAL "I“RI BUN.ML.


UNITED S+.a rEs ND C.ANADA .

7.10 Mi rrs Br I LD ING ,


)\'.USH INGT ON , D. .
AIR: N1ay 6, 1941.
The Trail Smelter .firbitraI Tri bunal has receix’ecl from its scientific
ac1x’isers in that case. a Jetter dateci April 28. 1941 , copy of which is here- in
it1s enclosed. The members of the Tribunal think that it is their duty in
transmitting this letter to both loo vernrnents, to declare that the state-
ieit contained therein is the corret:t inter Pi e tation of Clause IV, Section 3
of Part Four of the Decision repo›‘ted on Starch 11, 1941.
Respect full y yours,
J.aN Hoszir.
PHA R LES 11’ RREN .
R . A. E . G R EEN SH IELDS.
1982 L’.S..'Y . 'C.CNAA.'Y TR.II L S MELT ER A RBIT R UTI OF )

I I. Letter ft our thr Eecliiiical C.oiisultants to the C.hairmaii of the Yrail Sme lter
.It bitral Fribuwal. April ñ, 1941 .
REGIN.'OLD N. DEAN .

152 9 .ARLINGTOx DRI¥‘E.

April 28. 1941 .


DR. J.fi> F. HosziE.
Trail Smelter .Arbitral Tribunal,
710 Mills Building.
Washington, D.C.
DE.sR DoczOR Hos+iE:
A critical reading of the text of Part IV. Section 3 (I\*) of the decision of
the Tri bu nal rePorted on hIarch 11 . 1941 . revueals a situation ivhic h. after
careful consideration, v e feel should be brought to your attention. Under the
heading ‘‘maximum Permissible Sulphur Emission” i t is stated
that the two tables and the general restrictions ix hich follow give the maximum
hourly permissible emission of sulphur dioxide expressed as tons per hour of
contained sulphur.
If a strict interpretation were placed on this statement as i t stands.
it would lead often to a complete shut-down of all operations at the Smelter.
For example. if the tur bulence is bad and the wind not favorable. no sulphur
mav be emitted. Of course. i t was intended that these s ti r ••- lations were to
govern Dwight and Lloyd roasting operations. Small amounts of sulphur dioxide
w'ill necessarily es cape front the blast furnace and other operations in the
Smelter, but these have new er been specifics11 y designated in any of the
régimes which we have laid down, simply because they are insignificant in
amount. In the orderly administration of this final régime, all who have
been connected with the i» revious régimes would not fall within the above
stipulation. If, however, the strictest possible interpretation were insisted upon
the results would not only be disastrous to the Smelter. but clearly outside of
the intended scope of the regime. Tail gases have been recognized all
along as a normal part of the smelting operation.
The situation w'ould be fully clarified if the following changes were
made in the statement on page 74, Section 3 (I\*) : The following two tables
and general restrictions give the maximum hourly permissible emission of
untreated sulphur dioxide from the roasting plants expressed as tons per hour
of contained sulphur.
I regret that such a possible interpretation of the régime was not noted by us
when it is’as being formulated. It is brought to your attention now in order
to put on record this possible misinterpretation of the régime as it is now
worded.
h’ours sincerel y.
ROBERT E. Sis•.six,
R. S. Dx.s>.
6CltTt tfil2l fl,0tISul!Otl!S.

Potrebbero piacerti anche