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CAPÍTULO 2: ENFOQUES DE LAS ÁREAS CURRICULARES SEGÚN LAS

RUTAS DE APRENDIZAJE PARA EL NIVEL INICIAL

2.1. Área de Matemática

El área de Matemática asume el enfoque centrado


en resolución de problemas o enfoque
problémico como marco pedagógico para el
desarrollo de las competencias y capacidades
matemáticas.

Este enfoque supone cambios pedagógicos y


metodológicos muy significativos, pero sobre
todo rompe con la tradicional manera de entender
cómo es que se aprende la Matemática y consiste
en promover formas de enseñanza-aprendizaje
que den respuesta a situaciones problemáticas
cercanas a la vida real.

El enfoque pone énfasis en un saber actuar pertinente ante una situación problemática,
presentada en un contexto particular
preciso, que moviliza una serie de
recursos o saberes, a través de
actividades que satisfagan
determinados criterios de calidad.

La importancia de este enfoque radica


en que eleva el grado de la actividad
mental, propicia el desarrollo del
pensamiento creativo y contribuye al
desarrollo de la personalidad de los
estudiantes.

Con el incremento sistemático del


nivel de la actividad mental durante
las prácticas educativas, se fomenta el
aprendizaje consciente de la matemática y se desarrolla la autonomía de pensamiento y
la confianza de los estudiantes. El uso continuo de este enfoque posibilita además la
actividad creativa, capacidad con la que el alumno puede seguir aprendiendo, y que
puede ir consolidando gradualmente.

En relación al desarrollo de la personalidad, esta forma de aprender matemática favorece


tanto el razonamiento e importantes operaciones del pensamiento, como el
afianzamiento del autoconcepto, la autoestima y el desarrollo personal. Ambas cosas
lo convierten en un motor del desarrollo de la personalidad del estudiante.
El enfoque de resolución de problemas constituye entonces una vía potente y eficaz para
desarrollar actitudes positivas hacia las matemáticas. Permite que cada estudiante se
sienta capaz de resolver situaciones problemáticas y de aprender matemáticas,
considerándola útil y con sentido para la vida. La posibilidad que ofrezcamos a los
estudiantes para enfrentarse a situaciones problemáticas con diferentes niveles de
exigencia matemática, junto al trabajo grupal, favorecerán el desarrollo de actitudes
positivas hacia la matemática, una aspiración que la sociedad contemporánea le plantea a
la escuela peruana.

2.2. Área de Comunicación

Todos los seres humanos contamos con la facultad general del lenguaje, pero distintas
comunidades han desarrollado distintas lenguas. Por ello, el lenguaje es relevante para
la formación de las personas y la conformación de las sociedades:

Desde la perspectiva del ser individual, el lenguaje cumple una función representativa.
El lenguaje faculta a nuestros estudiantes para apropiarse de la realidad y organizar lo
percibido, lo conceptualizado e imaginado. El lenguaje es el instrumento más poderoso
para obtener conocimiento. Por eso es tan importante en la escuela.

Desde la perspectiva social, el lenguaje cumple una


función interpersonal. El lenguaje sirve para
establecer y mantener relaciones con los otros. Por
medio de sus lenguas, nuestros estudiantes se
constituyen en miembros activos de distintos
colectivos humanos, construyen espacios conjuntos,
conforman comunidades basadas en la coordinación
y el acuerdo, y tejen redes sociales. Para la
comunidad educativa la escuela es el espacio más
importante de interacción comunicativa. La escuela
se constituye en un espacio en el que los docentes continuamos, fortalecemos y
formalizamos lo aprendido por los niños en el hogar. En combinación con las otras
áreas curriculares, en la escuela proporcionamos a nuestros estudiantes oportunidades
para organizar, categorizar y conceptualizar nuevos saberes. Por medio del lenguaje,
cada aula se convierte en un espacio de construcción de conocimientos y de interacción.
Así, los niños transitan, con nuestra ayuda como docentes, desde un entorno y saberes
más locales e inmediatos hasta otros ámbitos y conocimientos más amplios, diversos y
generales.

Se define el lenguaje como un rasgo distintivo de la humanidad, una facultad con la que
nacemos y que nos permite conocer y usar una o más lenguas para ejercer prácticas
sociales e individuales Es decir, el lenguaje posibilita tomar conciencia de sí mismos y
afirmarse como personas distintas de los demás. Asimismo, el lenguaje se desarrolla a
lo largo de toda la vida: dentro y fuera de las aulas; antes, durante y después de la
educación escolar. Nuestros estudiantes usan el lenguaje para, en interrelación social,
construir conocimientos y contribuir al diálogo intercultural. Es decir, usamos el
lenguaje para comunicarnos.

Respecto de la comunicación oral. En esta etapa, es


necesario desarrollar en los niños la comprensión y
expresión oral. De esta manera, irán aprendiendo a
adecuar su lenguaje a los diferentes contextos
sociales donde tengan que hablar. Por ello, la escuela
debe ofrecer variadas y continuas oportunidades para
dialogar, escuchar a pares o adultos, comentar e
intercambiar ideas sobre lo que escuchan, lo que
sienten y lo que quieren.

Respecto de la comunicación escrita. Desde


pequeños, los niños sienten gran interés por la lectura
y la escritura de textos en situaciones que para ellos
son significativas; además, construyen explicaciones y conceptualizaciones sobre el
mundo de la escritura, cuando se encuentran en contacto con materiales escritos. Todo
esto se produce, y empieza a manifestarse, mucho antes de cumplir los cinco años. Por
eso, en Educación Inicial, se trata de poner a los niños en contacto con el mundo escrito
a través de diversas prácticas sociales de lectura y escritura, de manera que “lean” y
“escriban” desde sus propias posibilidades y desde sus niveles evolutivos. No se trata de
que estén alfabetizados al terminar la Educación Inicial, sino de que hayan iniciado el
proceso de leer comprendiendo, de que intenten leer por sí mismos y de que usen la
escritura para comunicar sus ideas. Todo esto, como parte del proceso de irse
alfabetizando, aunque no consigan aún la convencionalidad del sistema.

Respecto de los lenguajes artísticos. Los diversos


lenguajes artísticos surgen de forma natural en los
niños y se desarrollan favorecidos por la cultura y
por el acompañamiento pertinente, respetuoso y
afectivo de los adultos. Es importante expresarse
por medio de diversos lenguajes artísticos, pues
ello permite el desarrollo de múltiples capacidades
y posibilita que cada uno encuentre los medios
más adecuados para manifestarse como ser único
y especial. Por esta razón, la escuela debe brindar
oportunidades para que los niños tengan vivencias
enriquecedoras de distintos tipos, especialmente
las que impliquen conciencia del cuerpo, del
espacio, del tiempo y desarrollo de la percepción
con todos los sentidos, en diversos ambientes de
aprendizajes. La escuela es el espacio
democratizador donde podemos brindar a los niños, desde que son muy pequeños, el
acceso al arte, superando así el prejuicio de que este es un lujo o una banalidad. Si la
escuela brinda todas estas oportunidades a los niños, el lenguaje podrá ayudarles
paulatinamente a lograr formas más adecuadas de actuación con los demás. Es decir, les
servirá para establecer relaciones afectuosas y respetuosas con otros, convivir de manera
más armoniosa, resolver conflictos por medio del diálogo, emplear su imaginación con
libertad e incluso de forma irreverente, desarrollar un espíritu creativo, crítico y flexible
que pueda expresarse a través de la palabra, el cuerpo, la música y las representaciones
gráfico-plásticas, así como reconocer el valor de las lenguas de diversas culturas y el
rico legado de manifestaciones literarias de estas culturas en sus lenguas. En
consecuencia, podrán obtener y analizar información oral y escrita, pensar con opinión
propia, confrontar ideas, expresarse en forma oral y escrita para participar en la vida
escolar, familiar y comunal, e inventar mundos posibles y reconstruirlos a través de la
palabra preparándose así para ejercer y disfrutar como sujetos de una ciudadanía plena.

2.3. Área de Ciencia y Ambiente

Hoy en día, el aprendizaje de la ciencia y


de la tecnología es una necesidad para
todas las personas. Por ello, su enseñanza
en el nivel de Educación Inicial apunta a
que nuestros niños desarrollen
capacidades para observar, explorar,
cuestionar, buscar respuestas y pensar
creativamente. De esta manera, podrán
conocerse, comprender mejor el mundo
que les rodea, utilizar sus conocimientos
para solucionar problemas y tomar decisiones informadas que le permitan mejorar su
calidad de vida. Por ello, la enseñanza de la ciencia y tecnología debe tener como punto
de partida al niño como sujeto de acción, y surgir a partir de lo que este sabe y le resulta
familiar, es decir, desde situaciones que lo afecten en su vida. Ellos descubren el mundo
activando sus sentidos y recogiendo información con la que construyen
representaciones, a partir de lo que hacen y perciben. Aprenden ciencia y tecnología con
alguien atento a sus necesidades, que lo acompaña, guía y proporciona las condiciones
necesarias para que se desarrollen como personas autónomas, sensibles y competentes.
Nuestra labor será reconocer y valorar las actividades y proyectos de acción que los
niños emprenden. Debemos organizar espacios que promuevan la experimentación y el
descubrimiento, el placer por aprender, explorar, imaginar y preguntar. Esto les servirá
para obtener información que les permita tomar decisiones, resolver problemas
cotidianos y encontrar respuestas a sus propias inquietudes.

¿Es posible que niños de tres, cuatro o cinco años de edad puedan hacer ciencia y
tecnología?

Hoy en día, se considera que el juego y la exploración libre son actividades importantes
y fundamentales en el desarrollo del infante, ya que favorecen la curiosidad, el deseo
profundo de conocer y el placer por aprender.
Cuando los niños juegan y exploran, entran en un
proceso de experimentación con su entorno y con
los objetos que utilizan, se muestran atentos e
involucrados porque estas actividades las hacen por
iniciativa propia y motivados por sus ganas de
conocer el mundo. De igual manera, la búsqueda de
respuestas a sus «¿Por qué?» y «¿Cómo?» los
animan a explorar y a probar todas las posibilidades
que encuentran, a fin de descubrir y aprender a
partir de su propia acción. Las situaciones de
exploración espontánea constituyen experiencias
valiosas para su desarrollo. La libertad de acción les
permite hacer uso de sus recursos para solucionar
problemas, pensar creativamente, relacionarse con otros, expresar ideas y ser
protagonistas de sus aprendizajes. Esta libertad genera en los niños el placer de sentirse
autónomos y competentes. Las actividades libres no significan soledad o falta de
planificación, pues deben surgir dentro de un ambiente pensado y organizado con la
intención de propiciar la interacción, comunicación, y el desarrollo de habilidades y
conocimientos. De igual manera, requieren de la presencia y acompañamiento de un
docente disponible y atento a las necesidades e iniciativas de sus niños que cree un
ambiente de seguridad, respeto y aprendizaje.

Si hay algo que caracteriza a los niños es la capacidad de asombro y emoción que surge
naturalmente en ellos ante los hechos sencillos de la vida cotidiana. Sentir el viento,
seguir a las hormigas, recoger piedritas o jugar con un poco de tierra y agua son algunas
de las actividades que suelen hacer espontáneamente, ya que tienen una fuerza interior
que los motiva a explorar, y descubrir su entorno. Además, observan, indagan, hacen
preguntas y explican a su manera todo aquello que perciben, guiados por la curiosidad y
el deseo de conocer el mundo que los rodea. Un
objetivo en la enseñanza de las ciencias es
potenciar las capacidades innatas de los niños
aprovechando el interés que tienen por conocer y
apropiarse del mundo para interpretarlo y hacerlo
suyo. Por tal razón, es importante que observemos
con atención lo que hacen con espontaneidad, ya
que sus juegos y diálogos evidencian lo que les
interesa conocer y los recursos que utilizan para
explorar. De esta manera, obtendremos
información valiosa que puede ser aprovechada
para la planificación de actividades y proyectos
que generen aprendizajes más cercanos y
significativos
2.4. Área Personal Social

El área Personal Social busca contribuir al desarrollo


integral de los estudiantes como personas autónomas que
desarrollan su potencial, y como miembros conscientes y
activos de la sociedad. En este sentido, el área Personal
Social, para el nivel de Educación Inicial, atiende el
desarrollo del niño desde sus dimensiones personal (como
ser individual, en relación consigo mismo) y social (como
ser en relación con otros). Ello involucra cuatro campos de
acción que combinan e integran saberes de distinta
naturaleza, lo que permite que el niño estructure su
personalidad teniendo como base el desarrollo personal, el
cual se manifiesta en el equilibrio entre su cuerpo, su
mente, afectividad y espiritualidad. Los campos de acción
son:

 El desarrollo personal
 El desarrollo psicomotor y el cuidado del cuerpo
 El ejercicio de la ciudadanía
 El testimonio de la vida en la formación cristiana
Estos campos son complementarios y resultan fundamentales para la realización plena
de la persona en la sociedad, pues le permitirán enfrentar de manera exitosa los retos
que se le presentan. Al mismo tiempo, cada campo requiere de procesos distintos que se
evidenciarán en la práctica docente. Se responde así a la Ley General de Educación, que
plantea como fines de la educación peruana y como objetivos de la educación básica
formar personas que:

a. Consoliden su identidad personal y social.


b. Sean capaces de lograr su propia realización en todos los campos.
c. Se integren de manera adecuada y crítica a la sociedad y, así, ejerciten su ciudadanía
en armonía con el entorno.
d. Contribuyan a desarrollar una sociedad democrática, solidaria, justa, inclusiva,
próspera, tolerante y forjadora de una cultura de paz que afirme la identidad nacional,
sustentada en la diversidad cultural, ética y lingüística.
e. Afronten los incesantes cambios en la sociedad y el conocimiento.
Consecuentemente, el área debe fomentar, por un lado, el desarrollo de competencias
que contribuyan a que las personas se sientan bien consigo mismas, desplieguen su
potencial y afirmen su autonomía.

Por otro, debe promover también el desarrollo de competencias que propicien el


ejercicio ciudadano y la vida democrática en sociedades que están en constante cambio,
la consolidación de identidades personales y sociales, la disposición a la
interculturalidad y a la integración latinoamericana, así como una vida armónica con el
ambiente. Todo ello se articula con el enfoque educativo, que tiene como centro al
estudiante, protagonista de su propio desarrollo y gestor del despliegue de su potencial.

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