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ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA: UNA SOCIEDAD EN PROFUNDA CRISIS

Miguel Ángel del Pozo Rosquete

“...los hombres poseen un sentido innato para la dignidad y la justicia...”


Peter Sloterdijk, “Ira y Tiempo”
Robert de Niro: “...I’m wanna say one thing: “fuck Trump”...”

La sociología norteamericana tiene su base social en una muy amplia, importante y


sólida clase media como sustento básico y fundamental de los paradigmas sobre los
cuales tienen su razón de ser el autóctono y particular sistema capitalista
estadounidense cual es y se comporta como un modelo sistémico con
particularidades objetivas sobre su marco de desarrollo histórico ante sus propios y
extraños competidores por lo cual deberíamos ser muy prudentes en su análisis para
así evitar caer (falling down) en esquemas rígidos e ideologizados sobre frases
hechas en clara justificación seudo-filosóficas por ideológicas. Ahora esa realidad
sociológica tiene que tener y tiene su propio proceso histórico de formación y
conformación político-ideológica que nos lleva, al analizarlo, a tratar de comprender,
aceptarlo y enfrentarlo, en el campo de las ideas, en “lo real-estadounidense”, cuando
nos proponemos acercarnos a un modelo sistémico obligado por histórico cuando lo
realizamos sobre la base de los paradigmas de una propuesta socialista para las
realidades objetivas por donde está transitando el siglo XXI.
Para comenzar en ese propuesto análisis lo lógico sería trasladar nuestras lecturas a
la propia constitución norteamericana en su base fundamental, es decir, en su propio
origen, cuando conocemos que cuando se ha desarrollado, la referida constitución,
“aguas abajo”, en su interpretación jurídica, propuesta y ejecución, reiteramos, en la
originalidad de la carta magna estadounidense, se ha realizado bajo el título de los
“Amendment of the Constitution” (“The Constitution of the United States of America
and the Declaration of Independence”. New York, s/f, pp. 67). Proponemos como
traducciones del vocablo “amendment” del inglés al castellano como: “enmienda”,
“alteración”, “modificación, “adaptación”, incluso, “corrección”. Aceptaremos como
traducción al vocablo “enmienda” como concepto fundamental.
La Constitución norteamericana en su “Preámbulo” reza: “...Nosotros, el pueblo
(nación) de los Estados Unidos, con la finalidad de formar (organizar) una Unión más
perfecta, establecer (constituir) la Justicia, asegurar la Tranquilidad doméstica,
proveer para la defensa básica (common defence), promover el Bienestar general, y
asegurar las Bendiciones de la Libertad para nosotros (la ciudadanía) y nuestra
Prosperidad, ordenamos y establecemos (de manera obligatoria) esta Constitución
para los Estados Unidos de América..” (pág. 23). La Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela en su Preámbulo comienza con la frase: “...El pueblo de
Venezuela...” (Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela. Caracas,
2000, pág. 9). Sin comentario.
Entrémosle al trapo. Dar una visión muy general a la sociología norteamericana
incluso cuando nos vamos a las películas de Holywood percibimos curiosidades muy
interesantes desde los primeros colonos provenientes de las islas británicas, la
“Conquista del Oeste”, los ovejeros vascos, el millón de suecos, los emigrantes de
principios del siglo XX y el éxodo hacia “el paraiso” de judíos huídos de la Alemania
nazi. Un crisol de sociedades profundamente diferentes en sus histórias, en sus
creencias, en sus costumbres como en sus aspiraciones; era, en última instancia,
dejar a la “cansada y agotada Europa”, sus continuas guerras y hambrunas, las
persecusiones religiosas y las objetivas realidades de los cambios históricos
inevitables de los “modos de producción”. Era la realidad histórica del “ser social
europeo” en permanente crisis.
No, no se nos han olvidado aquellas poblaciones de gentes procedentes del
continente africano quienes llegaron a los suelos meridionales de la novel nación para
convertirse en esclavos de los campos pertenecientes a otras migraciones
procedentes de las Europas. Esas comunidades antes de llegar al cine, participaron
en la “Guerra de Secesión” bajo promesas casi incumplidas. Llegaron a ser
visibilizados con la música gracias al jazz, al blues, para influir en los sentires y
sentimientos de otros grupos sociales. Eran y aún son el “pecado original”, “la mancha
de la democracia norteamericana”, quienes caminan por el aspirado “Edén”, el
aspirado “Paraiso terrenal”, la base fundamental del ideario ideologizado.
¿Cuándo se consolidó la sociedad norteamericana como sociedad imperial-
imperialista? ¿Se consolidaría en aquella sociedad de emigrantes antes de la Primera
Guerra Mundial? Más bien ¿serían aquellas realidades históricas “el avatar” que al
convertirse en el “catalizador” serían la conversión (no teológica) para aquellas
“sociedades norteamericanas aspiradas? ¿qué significa el calvinismo en la
conformación de una sociedad imperial-imperialista?
Nos consideramos que el proceso histórico cual abarcó desde 1899 hasta el año
1950, los Estados Unidos de América desarrollaron, en evolución permanente, una
serie de políticas de Estado de preparación hacia dar “el salto adelante” para poder
convertirse en “una potencia mundial”. Debemos precisar que hay una profunda
diferencia de aspirar a ser “una potencia mundial” a convertirse en “la potencia
mundial” en considerando, al tiempo, la temporalidad convertida de aquel “bipolar
mundo” cuando los EEUU de América tuvieron que compartir la globalidad con la
URSS. Es en ese orden que debemos ser muy analíticos cuando reflexionamos sobre
la íntima relación entre EEUU de América y el concepto “imperio”.
El tema a analizar es sí esa preparación de los EEUU de América se desarrollaría
hacia “compartir” el “Poder Mundial”, bien alcanzar el cenit aspirado de convertirse y
comportarse como el “Único Poder Mundial”. Es, en ese orden, cuando sería
supremamente importante lo conceptual contenido en el significado socio-económico
de la Revolución Bolchevique y, fundamental, el significado del liderazgo de Joseph
“padrecito” Stalin en aquella globalidad temporal. Es decir, en el marco aspirado de
ser “la potencia” se coló un intruso cual además de ser una potencia continental era la
antítesis sistémico-ideológica de lo pensado por Washington como necesidad
obligatoria para controlar los futuros momentos del mundo denominado como
Occidental.
A partir de la década de los años 50 del siglo próximo pasado, Washington, en su
camino imperial, desarrolló dos variables importantes: una guerra continuada y la
profunda alienación ideológico-sistémica de la sociedad norteamericana.
Nada de extrañar que el futuro deseado por Washington se sustentara en la “guerra
continuada” cuando desde sus propios principios constitucionales dos conceptos
estaban adscritos a la letra constitucional: “lo militar” en sus diferentes expresiones y
el “continuo expansionismo”. Dos necesidades sobre los cuales se tenían que
sustentar “los hechos históricos” que significaran el “paseo empedrado” hacia la
consecusión de “lo imperial”. Pero para ello era y es aún radicalmente necesario el
“acompañamiento social”, es decir, la alienación de “lo americano” (sic) como base
fundamental justificativa de y para “lo ideológico mundial”.
En esa línea de pensamiento se sucedieron dos variables que serían las bases
fundamentales de los desarrollos posteriores hacia alcanzar la consolidación del
“imperio norteamericano”. El primero la poco mencionada pero muy importante
realidad de la “Guerra en la península de Corea”. Sería el primer hecho histórico de la
confrontación del imperio norteamericano-capitalista (como imperio) con el
“comunismo internacional”. Ya “Mister X”, funcionario del Departamento de Estado,
había redactado su proclama anti-comunista (1947) en la necesidad imperativa de
confrontar a la URSS. Aquella guerra coreana más dedicada a la China dirigida bajo
la batuta de Mao Zedong que la confrontación bélica en la Corea misma, sería la base
fundamental de todo un desarrollo ideológico dirigido tanto por Hollywood como por la
prensa escrita estadounidense. Era, sencillamente, el “lavado de cerebro” a la
sociedad norteamericana sobre la base objetiva del “consumo capitalista”; es, en
última instancia, la tesis convertida en praxis del “american way of life” frente a las
realidades socio-económicas por las que atravesaba la URSS y China post-guerra
mundial.
Aquel “sueño americano” tuvo su cenit y comienzo de su decadencia con las causas y
consecuencias de la “Guerra de Vietnam” impactando e influeyendo en la
deconstrucción del “american way of life”. En la medida que comprendamos el
significado consecuencial de la guerra en Vietnam podremos ir acercándonos al
desarrollo “aguas abajo” del desmontaje del “american way of life” aún cuando el
consumo se fuera exponenciando a sus máximas realidades desde el gobierno del
actor norteamericano y sindicalista, Ronald Reagan hasta momentos previos al
coronavirus en curso actual(2020).
Para poder comprende el impacto de dicha guerra en mención en la sociología
norteamericana solo es necesario conocer el “Concierto-Festival de Woodstock”
(1969). Toda la estética que giró alrededor de aquel momento impactó en las
mentalidades de una generación proveniente de diferentes estratos sociales que
objetivaron los significados de dicha conflagración. Aquella realidad se expresó de
diferentes maneras como fueron la combinación de “lo beatnik” (1954) con “lo hippie”.
A pesar de las persecusiones del “macartismo” aquella inquieta juventud comenzó a
surgir en inquietudes intelectuales adscribiéndose a la lectura de filosofos como
Herbert Marcuse (“El hombre unidimensional”). El “american way of life” comenzó a
desmoronarse hasta fechas recientes cuando el actual Presidente Donald Trump y su
Secretario de Estado, Mike Pompeo tratan de “su resurrección”.
¿Se ha detenido la “caída libre” de la sociedad norteamericana hacia su decadencia
imperial? Nos vamos a permitir sugerir la lectura del artículo de Pasqualina Curcio
titulado: “El fin del imperio estadounidense”, publicado en “Últimas Noticias”
(http://www.ultimasnoticias.com.ve/noticias/general/abrebrecha-el-fin-del-imperio-
estadounidense/).
Expone las siguientes cifras en verdades: “...En EEUU muere 1 persona cada 15
minutos por armas de fuego. En 2019 murieron 39.052 personas por disparos…
tiroteos masivos: ...alcanzó un récord de 415 durante 2019...Es el país con más
armas de fuego en manos de civiles: en promedio 120,5 armas por cada 100
habitantes...Según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, 630.000
personas murieron por sobredosis de estupefacientes en todo el país entre
1999 y 2016. En 2017 fallecieron 72.000 por esta causa...en EEUU alrededor de
61.000 prisioneros están recluidos en régimen de aislamiento...Desde 2017 han
sido arrestados 36 periodistas mientras cubrían protestas...más de 5.400 niños
de sus padres en la frontera con México...El 43,5% de la población
estadounidense (140 millones de personas) tiene bajos ingresos...En 2018 más
de medio millón de estadounidenses vivían en las calles...El 10% más rico de
los hogares estadounidenses es dueño del 75% de la riqueza del país según la
firma financiera JP Morgan Chase...El presupuesto militar en 2017 fue de 688 mil
millones de dólares y solo 190 mil millones fueron asignados a programas
contra la pobreza...” (Idem). La société américaine est malade, hubiera expresado
Oswaldo Barreto Miliani.
Los tiempos revolucionarios en la Historia son caprichosos. Quien hubiera pensado
que en 1915 se iría desarrollando un proceso social-militar en la Rusia zarista que
llevaría a la abdicación y la formación de un gobierno menchevique. (febrero, 1917).
Las intelectualidades rusas del siglo XIX comprendieron las realidades sociales que
se estaban gestando en el seno del campesinado ruso (Isaiah Berlin. “Pensadores
rusos”.FCE. Brevarios 287. México, 1980, pp. 557). ¿Está la intelectualidad neo-
marxista norteamericana estudiando sus realidades sociales ante “la crisis social” en
la que se encuentran las diferentes clases sociales norteamericanas en los avatares
del gobierno del Presidente Donald Trump?.

UNIDAD, LUCHA, BATALLA, VICTORIA.


delpozo14@gmail.com

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