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Materia: Eclesiología
Sin duda una de las figuras más emblemáticas en nuestro país es la de Monseñor Romero,
se tienen diferentes opiniones al respecto de su vida, obra y labor social. Algunos le conocen
como un subversivo dentro de la Iglesia, agitando a las masas al calor de su ideología para
convertirlos en adeptos a organizaciones revolucionarias, otros lo ven como un buen pastor
de la Iglesia Católica, y un grupo no minoritario, lo ve como un mártir que por amor a su
pueblo murió entregando su vida cual Cristo salvadoreño. Como se ha aprendido en clase, la
historia y la verdad dependerán del ángulo en el que se miren y la forma en que sean
contadas.
Para la Iglesia Católica, las relaciones con el Estado se pusieron tenses después de
llegar al poder el General Humberto Romero, por esa misma época Oscar Arnulfo Romero
fue nombrado Arzobispo de San Salvador (1977-1980) considerado como el más
conservador de los dos candidatos para ese puesto. La característica principal de la Iglesia
Católica, en este periodo de finales de los 70 y durante la década de 1980, fue su fuerte
postura a favor de los derechos humanos y la justicia social, basada en la pastoral “opción por
los pobres” anunciada durante la reunión de los obispos latinoamericanos en Medellín en
1968 y reiterada en Puebla en 1979.
Muchos sacerdotes católicos era presionados por las fuerzas militares del gobierno y
los grupos derechistas que apoyaban al gobierno y su guerra en contra de la insurrección
encabezada por los marxistas, torturando y asesinando a los que levantan si voz en contra del
gobierno. En pinceladas rápidas este es el contexto en el cual Monseñor desarrollo su
ministerio y bajo esta concepción formo la iglesia bajo su pastorada.
2. Eclesiología de Monseñor
Según Mora y Rodríguez (2018) Monseñor Romero perfilaba la Iglesia con las
siguientes características:
Todo lo anterior, representa una muy bien pensada lista de características que
combinan lo espiritual de la Palabra, y la arrasadora conversión que la praxis comunitaria
produce. En las cartas pastorales Monseñor descubre su idea de la Iglesia y como esta debe
de caminar en medio del conflicto social que la rodea. En su primera carta pastoral así habla
de la Iglesia y su compromiso de servicio:
Resulta así el carácter atrayente de una Iglesia que no vive para sí, sino para servir
de instrumento a Cristo para la redención de todos los hombres. Y me agrada mucho
subrayar este sentido de servicio en una carta que tiene como objeto la presentación de un
pastor que quiere vivir y sentir, lo más cerca posible, los sentimientos del Buen Pastor que
“no vino a ser servido sino a servir y dar su vida” (Pat. 20, 28).
Claramente, la Iglesia para Monseñor, no era la de una institución para legitimar una posición
social sino el servicio mismo, servicio que acerque a la Iglesia al pueblo honrando los valores
cristianos que predica y promueve:
La Iglesia no vive para sí. Su razón de ser es la misma de Jesús: un servicio a Dios
para salvar al mundo. Así lo proclamó el Concilio Vaticano II, al escribir sobre la misión de
la Iglesia en el mundo actual: “Por solidaridad, respeto y amor a toda la familia humana, el
Concilio quiere dialogar con ella acerca de todos los problemas, aclarárselos a la luz del
Evangelio y poner a disposición del género humano el poder salvador que la Iglesia, condu-
cida por el Espíritu Santo, ha recibido de su Fundador.
En la misma primera carta, Monseñor presenta una “radiografía” critica de la Iglesia donde parece
tener afilada la navaja para describir como la Iglesia no vive o ejecuta su papel tal como es llamada
dentro de la sociedad.:
Al evaluar de manera consciente, el trabajo pastoral de Monseñor Romero; no cabe duda que
es y ha sido un referente de ministerio profético de denuncia y ayuda a los más necesitados.
En su caminar pastoral, dejo bien claro puntos que aun la Iglesia de hoy no logra comprender;
hablo del cuerpo de Cristo y utilizo la metáfora de la boca para identificarse, no como uno
que daba sus propias ideas sino como un vocero de la misma.
Hablo de la política y la Iglesia, como campos comunes de acción y así lo hizo, impacto la
vida política de la nación con su franca denuncia, le entrego al país un modelo de Iglesia de
tipo comunitaria que no era complicada de hacer, pero que si requería de personas
comprometidas y consientes de la cuota de esfuerzo que esto requiere.
Al analizar lo anterior, surgen varias preguntas: ¿Qué papel juega la iglesia en el contexto
social, político y económico? ¿ Se puede tipificar la Iglesia dentro de algunos de los cuatro
modelos comunitarios, y de ser posible en cuál de ellos? ¿ Qué opinión le merecería la Iglesia
a Monseñor? ¿Cómo se puede generar una conciencia de comunidad en la Iglesia actual?
Desde nuestras trincheras, con los jóvenes y con la Iglesia en general, es bastante difícil
cambiar la mentalidad heredada de generaciones que solo buscaban la mera subsistencia y
asistencialismo, pero que no se enfocaban en cultivar la armonía entre fe y practica, una
generación de extremos o llevados por la pura espiritualidad o encerrados en la práctica
solamente. Monseñor buscaba el equilibrio y eso lo que se debe enseñar modelando con el
ejemplo.
No se puede ni se debe tener la misma practica pastoral después de leer estos documentos, de
Monseñor sería irresponsable y una falta grave ante la comunidad que espera de sus líderes el
ejemplo y las pautas a seguir, en una sociedad como la salvadoreña que ha sido golpeada en
cada coyuntura, la Iglesia se presenta como la esperanza. Pero a esperanza sin influencia no
sirve y la influencia sin acción es solo una ilusión de lo que podría ser pero no es.
Las acciones a tomar, serán las de impulsar por medio de la practica personal, la vida y
acción en comunidad, transformando de forma consciente y voluntaria, el pensamiento que
no permite que se desarrolle el modelo de Iglesia correcto y concreto que el país necesita.
Referencias Bibliográficas