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La historia ha sido testigo de todo tipo de muertes: por edad avanzada, accidentes, enfermedades, el

azar, por ignorancia, por un error maldito, o incluso por la insistente idiotez de la que muchos incluso
no les es posible salvarse, y que por si fuera poco, llega a ocasionarles problemas a otros.
Bienvenidos a una nueva edición de Oh My LOL la vida moderna, donde repasaremos algunas de
las muertes más absurdas que demuestran que la estupidez humana existe y son totalmente
merecedoras de un Premio Darwin.
Que bueno si usted esta como ‘’qué es esa vaina’’ Es un premio irónico que se le da a las muertes
más absurdas que hacen, según sus creadores, “que la raza humana mejore con la eliminación
accidental de algunas personas”. Ahora, para llevarse el premio hay que cumplir varios requisitos,
claro: que haya sido una muerte totalmente provocada por una pendejada, que la muerte sea
provocada a uno mismo, que la persona tenga edad legal para conducir y no tenga un retraso mental
y que el acontecimiento sea verificado por un medio o haya testigos.
Dicho esto, demos un repaso a las muertes más sonadas de los últimos años por haber sido
merecedoras de nominación para este singular premio
Una mujer emetofilica (que siente placer por el vómito) murió asfixiada tras respirar un trozo de perro
caliente cuando su pareja le vomito en la cara.
Un levantador de pesas murió mientras intentaba levantar una piedra de grandes dimensiones al
expulsar los intestinos a través del recto.
Para acudir a una cita de índole romántica, un tipo utilizo un spray nasal para limpiar su nariz. Este
spray que lleno con agua contaminada, infecto su cerebro y le provoco la muerte
Boris Mordiscoff, un soldado que al tener una vida sexual inexistente decidió intentarlo con un animal
del bosque y encontró un mapache que finalmente le arrancó el pene y murió desangrado
Diodorus el jorobdo Él fue jorobado toda su vida, y al conocer al médico experto Socles lo convenció
de curarlo de ese bulto en su espalda. Para ello puso a Diodorus boca abajo, le dijo que aguantara la
respiración y cerrara sus ojos, luego colocó tres piedras inmensas en su espalda, y cuando abrió los
ojos, la joroba ya no estaba. Desafortunadamente falleció, aplastado por las piedras que le partieron
la columna.
Una mujer murió tras embarcarse en un viaje espiritual en el que renunció a comer y a beber
pensando que podría subsistir sólo alimentándose de la luz del sol.
Un hombre que se dedicaba a limpiar camiones vio en el interior de uno de ellos una botella de
vodka con un líquido azul dentro. Pensando que sería alcohol, robó la botella y se la bebió. En
realidad lo que bebió fue líquido limpiaparabrisas. Estuvo muy enfermo los siguientes días en el
hospital hasta que falleció por envenenamiento con metanol.

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