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En lo que confiere a este apartado nos referiremos a una de las principales preguntas que surgen a
partir de la problemática de las batidas, siendo esta la siguiente: ¿Son las batidas una estrategia de
limpieza social? Asimismo y en pro de dar una posible respuesta a esta pregunta, se plantea como
objetivo indagar las características socioeconómicas y la formación académica de las personas que
son objeto de las batidas.
En ese sentido, debemos empezar por mencionar que los jóvenes de estratos bajos son los
principales afectados por el servicio militar obligatorio y por consiguiente, son también los más
vulnerables a las batidas. Hecho que se puede constatar en afirmaciones del Concejal de Bogotá
Antonio Sanguino del Partido Alianza Verde, quién denunció varios casos de batidas ocurridos en
febrero del presente año en la localidad de Ciudad Bolívar afirmando que ‘‘el Ejército en
complicidad con la Policía sigue practicando estas irregularidades en el sur de Bogotá como ocurrió
este fin de semana y la noche anterior”[CITATION Red15 \p 1 \l 3082 ]. Conviene subrayar que las
batidas están prohibidas legalmente por la Sentencia T-455/14 proferida por la Corte
Constitucional.
Con respecto a esto se especula que los jóvenes de “barrios populares” o como en el caso anterior,
residentes en el sur de la ciudad, por ser de estratos bajos los tildan de ladrones, drogadictos, vagos,
entre otras cosas, estigma que influye en la realización de batidas militares en vista de que
generalmente estas se llevan a cabo en estos sectores en contraste con barrios del norte de la
ciudad, donde también existe el supuesto de que por ser de estratos altos todos tienen
facilidad para adquirir la libreta militar, presunción que en la mayoría de casos es ratificada pero
como todo, existen excepciones.
De este modo se da paso a otro punto importante y es que una buena parte de la población que
habita en barrios de estratos bajos -como por ejemplo en la localidad de Ciudad Bolívar mencionada
anteriormente- no tiene los recursos suficientes para acceder a la educación superior y si los tienen
no es de igual calidad que aquellos jóvenes de estratos altos. En una investigación de Reportes del
Emisor sobre Educación y Reproducción de la desigualdad en Colombia, al hacer un análisis entre
los puntajes del ICFES de personas de estratos 1 y 2 y personas de estratos 5 y 6 se encontró que al
finalizar los estudios de bachillerato se presenta una disminución en la continuación de estudios
superiores para los estratos 1 y 2:
(…) se puede observar que la participación de estudiantes de los estratos 1 y 2 disminuye
significativamente al pasar del grado 11 al momento de presentar las pruebas Saber Pro. Este
resultado puede explicarse por una combinación de factores entre los que se encuentran la exclusión
de una proporción de los estudiantes de estratos bajos de la educación superior por falta de recursos
económicos, por los bajos puntajes que obtienen en la prueba Saber 11 o por la deserción
universitaria. (Sánchez, A. y Otero, A. 2012. p. 3)
Lo dicho hasta aquí supone que los jóvenes al no encontrarse estudiando se reducen sus
posibilidades de conseguir empleo, dando lugar a que estos permanezcan en las calles jugando,
como vendedores informales o simplemente sin realizar algún tipo de actividad, evidenciando así el
desempleo y la falta de oportunidades. Estos factores motivan la acción de las batidas puesto que
una de las condiciones para no ser reclutado a las fuerzas militares es estar cursando una carrera, ya
sea técnica, tecnológica o universitaria según el marco legal de la Jefatura de Reclutamiento
consignado en la Constitución Política de Colombia así:
Ley 548 DE 1999 Artículo 2 Prorrogó la ley 418 por tres (3) años más y le adicionó el siguiente
texto:
Los jóvenes menores y mayores de edad que al momento de la selección se encuentren adelantando
estudios universitarios, se les debe aplazar la definición de su situación militar hasta cuando terminen
los estudios de pre-grado.
Los jóvenes que al momento de la selección se encuentran adelantando estudios universitarios, se les
debe aplazar la definición de su situación militar hasta cuando terminen los estudios de pre-grado.
Quien interrumpa sus estudios será incorporado. (Constitución Política de Colombia. 1991.)