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Teoría de la producción de rayos

Para entender lo que ocurre una vez que el electrón relativista entra en la nube
debemos tener claros un par de conceptos. En primer lugar, el recorrido libre
medio es la distancia promedio que puede recorrer una partícula antes de
colisionar con un átomo o molécula del medio en que se encuentra. Cuanto más
rápido vaya, mayor será esta distancia, como parece lógico.
Por ejemplo, si un campo eléctrico muy alto llega a arrancar un electrón de un
átomo, se considera que tendrá un recorrido libre medio de unos centímetros. En
cambio, los electrones de muy alta energía creados por los rayos cósmicos, que
se mueven a prácticamente la velocidad de la luz, llegan a recorrer entre 50 y 100
metros antes de volver a colisionar con una molécula de aire.

Lo segundo que tenemos que entender es la aceleración que una partícula


cargada sufre al encontrar en el SI de un campo eléctrico. Recordad que en la
base de la nube hay una gran cantidad de carga negativa acumulada, mientras
que en el suelo encontraremos carga positiva. Si un electrón – cuya carga es
negativa -, llega a situarse entre estas dos zonas las cargas positivas de la
superficie tenderán a atraerlo (cargas opuestas se atraen), mientras que las
cargas de la nube lo repelerán (cargas iguales se repelen).

Es decir, si un electrón libre llega hasta la parte baja de la nube, ambas fuerzas
eléctricas lo empujarán hacia abajo. La energía suministrada por el campo
eléctrico será proporcional a la distancia que el electrón recorra. Los que
conozcáis la definición matemática del trabajo realizado por una fuerza lo habréis
entendido a la primera, los que no pensarlo de esta forma: cuanto más tiempo
actúen las fuerzas, mayor energía suministrarán.

Juntando todo esto, llegamos a la conclusión que los electrones extremadamente


energéticos procedente de los rayos cósmicos, si llegan a la base de la nube, son
capaces de aumentar aún más su energía gracias que recorren mayor distancia
en el centro del campo eléctrico.

Tras recorrer esos 50-100 metros de media, el electrón chocará contra una
molécula de aire. El resultado de una colisión tan energética es la producción de
una gran cantidad de partículas. Entre otras cosas, la colisión arrancará muchos
de los electrones que hay en los átomos de la molécula.

La energía del electrón incidente se repartirá entre todas estas partículas, pero
como éste tenía una energía enorme, es muy probable que haya más electrones
que también se muevan a gran velocidad. Estos nuevos electrones podrán, igual
que su progenitor, recorrer una distancia media de 50 a 100m, durante la cual
serán empujados hacia abajo por las fuerzas eléctricas, que volverán a aumentar
sus energías.

En definitiva, lo que está ocurriendo es que el campo eléctrico es capaz de restituir


la energía perdida durante las colisiones. Pero para que lo pueda hacer, es
necesario que todo comience con un electrón extremadamente energético, con un
recorrido libre medio suficientemente largo. Electrones tan energéticos no se crean
por si sólos, por eso es necesaria la intervención de los rayos cósmicos.

Es decir, los rayos cósmicos siembran electrones de muy alta energía, que si por
casualidad llegan a una nube suficientemente electrificada pueden desencadenar
una avalancha de más y más electrones. Dicha avalancha representa la primera
fase del rayo, lo que llamamos el líder. 

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