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De todo el texto, resaltamos 7 ideas que aún después de tantos años, siguen
siendo vigentes desde varios puntos de vista:
Poetisa, maestra y activista. Así fue Gabriela Mistral, la chilena que no sólo
pasó a la historia por ganar el Premio Nobel de Literatura, sino por sus firmes
convicciones y denuncias con respecto a un sistema educacional, que desde su
discurso, debía ser de calidad y para TODOS. El paso de Gabriela por el mundo
de la pedagogía en Chile no fue sencillo; su origen humilde, su género, su
posición política y social, su visión pedagógica, muy adelantada para la época,
además de su formación autodidacta, hicieron ruido en el mundo de la
pedagogía de ese momento. Sin embargo, con esfuerzo, dedicación y
convicción logró posicionarse como líder, como un modelo a seguir
para las mujeres y como maestra de las américas, llegando incluso a
impactar notablemente en los procesos de la reforma educativa en México,
país donde residió gran parte de su vida.
Gabriela no sólo era una educadora, era una artista que estaba
convencida de que educar y moldear humanos, era una labor semejante a la
de un talentoso escultor que después de un trabajo dedicado, obtiene los más
gratificantes resultados. “Yo me pongo más feliz que Miguel Ángel
cuando termina el David cuando hago una hermosa clase”. Sus
palabras (recopiladas de extractos de prosa, conferencias y artículos), incluso
60 años después de su fallecimiento siguen tan vigentes como en ese
entonces, siguen siendo una guía y una lección para todos aquellos docentes
cuyo único objetivo es enseñar con pasión.
2. La escuela
“Los maestros deben mostrar las bellezas y miserias de su escuela, para crear lenta pero
seguramente, la simpatía de la ciudad hacia ella, ya que solo conocer conduce a amar. La
vida de un establecimiento no ha de ser interior, subterránea, fría: se ha de derramar hacia
afuera. Exhibición, no; transparecia de la labor que se realiza, plena luz entorno a ella,
porque es honrada, y petición de ayuda, porque a todos importa la casa de los niños, porque
debe ser ella la preocupación latente de todos los hombres y mujeres buenos y
conscientes”.
3. El oficio
“Que el oficio no nos sea impuesto: primera condición para que sea amado. Andan muchos
sintiéndose humillados en su profesión o pensándose superiores a ella. ¿Por qué no la dejan?
La recogerán otros que le sean más leales… Porque cuando la profesión se vuelve vicio para
nosotros, hasta el punto que el maestro de escuela acaba por no ver el mundo sin
pedagogía -y solo en la suya, lo que es peor- la extensión, digamos la inundación del oficio
para la calamidad”.
4. La imagen
“Al hogar de la Palabra: que llamamos Escuela o Colegio, ha llegado un competidor
formidable: la imagen. La cuestión del cine educativo igual que la recién nacida televisión,
va y viene en ensayos y en críticas laudatorias o en despectivas y hasta iracundas. Ninguna
clase escolar de tipo verbalista podrá dar a los muchachos -ni aún por el profesor más
ilustre- el caliente interés de una cita viva, asistida en su relato de movimiento,
expresividad, color, arte, belleza y verdad… Tarde o temprano los profesores comprenderán
que el huésped cuya presencia les parecía un peligro, es realmente el mayor y mejor de sus
aliados”.
La Tercera
5. La lectura
“… Yerran los maestros que, celando mucho la calidad de la lectura, la matan al imponer lo
óptimo a tirones antes de tiempo… he visto a chiquitos bostezar por una líadas en versión
llamada infantil y que se despabilaban en seguida con cualquier Julio Verne… Aceptemos
ladinamente el gusto zurdo del niño por la aventura mal escrita, que una vez hecho su
“estómago lector” la aventura sandía irá trepando hacia Kipling y Jack London, y de estos a
otros, hasta llegar a la Divina Comedia, al Quijote o al mundo de Calderón… El fastidio lleva
derecho a la repugnancia”.
7. La enseñanza es poesía
“Quien ha hecho clase lo sabe. Sabe que la hermosura es el aliado más leal de la virtud y
que el maestro más reacio a la poesía se le hace pura poesía la clase cuando explica con
altura… La pedagogía tiene su ápice, como toda ciencia, en la belleza perfecta: Esta, la
escuela, es, por sobre todo, el reino de la belleza. El reino de la poesía insigne. Hasta el que
no cree cantar, aquí está cantando sin saberlo”.
CA 1917. Legado de Gabriela Mistral, Colección Archivo del Escritor, Biblioteca Nacional.