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Alumno: Juan Carlos Flores Pérez

Catedrático: Pbro. Lic. Eduardo Contreras Ramos


Grado: 2° filosofía
Materia: Filosofía del lenguaje.

Comentario a la Primera parte de la Obra de San Agustín, De Magistro


o sobre el lenguaje.

En esta segunda parte de la obra, Obispo de Hipona discute con su hijo Adeodato
algunos términos, a saber: el signo, la palabra y el nombre. Es de prestar atención la
siguiente proposición de Agustín la cual habrá de marcar el eje de la conversación: “…
cuando hablamos hacemos signos”. De aquí habrá de señalarse que ésta palabra (signo)
proviene de: significar la cual a su vez proviene del latín: significare que se compone de
dos palabras: signum et facere: es decir, hacer signo.
Además del signo se menciona un término similar, significables, es decir: aquellas cosas
que pueden ser significadas con signos y no son signos. Ésta última sentencia pareciera un
traba-lenguas, sin embargo, no lo es.
Más adelante se define el segundo término que enunciamos en el primer párrafo:
palabra, la cual, según Agustín, indica todo lo que se profiere con una voz articulada y con
algún significado. Continuará explicando el mismo Agustín que todos los nombres son
palabras, más no todas las palabras son nombres. Esto último lo indica y lo deja muy claro
-según la opinión de Atilano Domínguez-, citando lo que ya algunos autores latinos han
expuesto, tales como Quintiliano, Varrón, entre otros.
Casi al final de la primera parte, se hace un análisis entre dos términos: la palabra y el
nombre. De éstos últimos se discute si acaso serán sinónimos o bien tienen algo que ver. A.
Domínguez citando a autores modernos, concretamente a los lógicos como B. Russell y G.
Frege, afirma que tanto “palabra” como “nombre” son sinónimos en sentido amplio debido
a que tienen la misma referencia, pero con distinto significado.
Ésta última cuestión sobre el sentido y la referencia, está plasmada en la obra de G.
Frege que lleva el mismo nombre. Por otro lado B. Russell y en general para los lógicos-
según la opinión de A. Domínguez, hay palabras e incluso expresiones que no son nombre
sino símbolo incompleto ya que, sólo se significan dentro de una frase.
A modo de conclusión, me ha llamado la atención la relación que existe entre éste
pequeño fragmento de la obra de San Agustín con lo que el curso nos está presentando,
pues F. Conesa y J. Nubiola en su obra sobre Filosofía del lenguaje exponen sintéticamente
tres núcleos temáticos, a saber: Semántica, Pragmática y Sintaxis del lenguaje. De las
anteriores, la primera tiene incidencia en las relaciones entre los signos y los referentes; la
segunda entre signos y sus intérpretes y por último, la Sintaxis como los signos dentro de
un sistema de signos.1

1
Cf. F. CONESA-J. NUBIOLA, Filosofía del Lenguaje, Herder, Barcelona, p.66

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