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Teoría de sistemas

y ciencias sociales
Una revisión crítica LUIS VERGARA ANDERSON

Durante las últimas décadas los enfoques sistémicos han disfrutado de difu-
sión y adopción tan generalizadas que en muy diversos campos han llegado a
constituir un criterio de cientificidad y vigencia. Suele afirmarse que nos en-
contramos en "la era de los sistemas" y con frecuencia la concepción sistémica
es propuesta como el paradigma del pensamiento contemporáneo.

La complejidad e interdependencia manifiestas de los fenómenos sociales,


hacen que éstos constituyan justamente el tipo de objetos de estudio para los
cuales los enfoques sistémicos ofrecen proveer los marcos conceptuales y los re-
cursos metodológicos requeridos para ser abordados adecuadamente.

En lo referente a posiciones teóricas en las ciencias sociales, las concepciones


sistémicas se han encontrado tradicionalmente vinculadas a las corrientes fun-
cionalistas, en tanto que 1:,n el renglón metodológico su incidencia ha sido en la
línea de la construcción de sofisticados modelos matemáticos orientados general-
mente hacia ejercicios de simulación en equipos de cómputo electrónico.

El empleo de concepciones y métodos sistémicos en las ciencias sociales ha


sido objeto de múltiples y variadas críticas, que evocan (y quizá constituyen una
instancia contemporánea de) las célebres disputas en torno del positivismo. Den-
tro de estas críticas se distingue por su importancia la que hace referencia a
dichos métodos y concepciones como una manifestación de una ideología tecno-
crática.

En este trabajo se presenta una selección bibliográfica y hemerográfica


sobre estas cuestiones, acompañada de breves comentarios que pretenden des-
tacar la relevancia de las referencias que se hacen a la literatura sobre la materia.

Este trabajo ha sido realizado en el marco de una investigación que el autor


se encuentra llevando a cabo en la Universidad Iberoamericana (México, D. F.)
sobre teoría de sistemas en ciencias sociales e ideología.

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1. La "revo,luci,ón sistémica" y la mencionarse a este respecto: Aristó-
génesis del pensamiento sistémico teles, Tomás de Aquino, Nicolás de
moderno Cusa, Leibnitz, Vico y, de alguna ma-
nera, Hegel y Marx. En las primeras
Durante las últimas cuatro déca- décadas del siglo en curso, particu-
das han tenido lugar tres desarrollos larmente en la de los años veinte,
históricos paralelos interrelacionados pueden observarse formulaciones
y mutuamente reforzados, cuyo im- sistémicas en disciplinas muy diver-
pacto cultural es conocido como la sas:
"revolución sistémica" y que, por su - A. N. Whitehead (mecanicismo
alcance y profundidad, suele compa- orgánico, 1925) y G. Galli (pro-
rarse con la revolución industrial: blema de lo uno y lo múltiple,
1939), en filosofía.
- El de la informática;
- H. Rickert (1911) y W. Pareto,
El de un conjunto de disciplinas en teoría sociológica.
afines, tales como la cibernética, - W. Kohler. K. Koffka y M. Wer-
la teoría de la información, la theimer (teoría "gestalt"), en psi-
teoría de autómatas, la investiga- cología.
ción de operaciones, etc., caracte-
rizadas entre otros aspectos por - B. Malinowski y A. R. Radcliff e-
su sustrato matemático y su Brown (funcionalismo), en an-
vinculación en alguna forma a tropología social.
conceptos y/ o prácticas del cam- A. J. Lotka (sistemas abiertos,
po de la informática; y 1925), L. von Bertalanffy (biolo-
gía organísmica) y W. B. Cannon
El del pensamiento sistémico mo- (homeostasis, 1929), en biología.
derno.
L. Szilard (relación entre entro-
A lo largo de la historia de la. cien- pía e información, 1929), en ter-
cía y de la filosofía aparecen repeti- modinámica.
d'amente posiciones de tipo sistémico. Hacia el final de la década de los
Entre los pensadores más notables treinta, L. von Bertalanffy concibió
anteriores al presente siglo suelen la posibilidad de una teoría general
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de sistemas; sin embargo, la comu- Los objetivos de dicha asociación fue-
nicación de esta concepción no tuvo ron formulados como sigue:
lugar sino hasta después de conclui-
da la Segunda Guerra Mundial; 1950 1. Investigar el isomorfismo de con-
es la fecha de publicación de los dos ceptos, leyes y modelos provenien-
artículos de mayor significación al tes de diversos campos.
respecto. En 1954, a partir de los 2 . Promover el desarrollo de mode-
esfuerzos de von Bertalanffy (biólo- los teoréticos adecuados en los
go), K. Boulding (economista), R. campos que carezcan de ellos.
Gerard (fisiólogo) y A. Rapoport
(matemático), se fundó la "Society 3. Reducir a un mínimo la duplica-
for Geneml Systems R esearch" (ini- ción de esfuerzos teoréticos en
cialmente con el nombre de "Society campos distintos.
for General Systems Theory" ), bajo 4 . Promover la unidad de la ciencia
los auspicios de la American Associa- mediante el mejoramiento de la
tion for the Advancement of Science. comunicación entre especialistas.
La revolución si~témica es analizada en los primeros capítulos de ACKOFF
(1981) y en ROSE (1974) . El desarrollo histórico del pensamiento sistémico
puede apreciarse en el capítulo 1 de BERTALANFFY (1968), en BERTA-
LANFFY (1972), en la Introducción de KLIR (1972) y en CA VALLO (1979a) .
Para una relación de antecedentes históricos más amplia que las que figuran
en las referencias anteriores puede consultarse el capítulo 5 de SOROKIN
(1966).

2 . El pensamiento sistémico Una definición típica de sistemci lo


en general concebía como un conjunto de ele-
mentos interactuantes constitutivos
Puede afirmarse que en un princi- de un todo que exhibía propiedades
pio fueron dos las influencias predo- distintas a las de los elementos con-
minantes en el pensamiento sistémi- siderados aisladamente y no reduci-
co de la postguerra: la cibernética bles a ellas. Un recurso frecuente-
(definida por sus creadores, N. Wie- mente empleado para su representa-
ner y A. Rosenblueth, mexicano éste ción era el de una "caja negra" con
último, en 1948 como la ciencia del
control y las comunicaciones en los corrientes de entradas y salidas, pro-
animales y en las máquinas) y las venientes y dirigidas al medio am-
concepciones organísmicas de ciertos biente, respectivamente. Entre el me-
biólogos ( que tienen en las concepcio- dio ambiente y el sistema existía una
nes funcionalistas sus contrapartes frontera delimitante. Este tipo de
en las ciencias sociales) . La mayor concepciones originaba de una mane-
parte de las preocupaciones iniciales ra natural consideraciones sobre es-
hacían referencia a cuestiones relati- tructuras jerárquicas formadas por
vas a las relaciones entre un todo y sistemas, cuyos elementos eran en sí
las partes que lo constituian, y a la mismos sistemas, por lo que se les
estabilidad del todo frente al medio denominaba "subsistemas", y que a
que lo rodeaba, y con el que se en- la vez eran subsistemas de otros si&-
contraba comunicado en el caso ge- temas de mayor envergadura.
neral.

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Los sistemas fueron clasificados dad grande de teorías de sistemas,
de muy diversas maneras, dependien- diferenciadas entre sí, además del
do de los aspectos que para el caso grado en que han sido desarrolladas,
resultaban relevantes. Se habló de por su generalidad Y, en el caso de
sistemas abiertos o cerrados, según las pocas generales, por su contenido
tuvieran o no comunicación con el específico.
medio ambiente. Desde el punto de
vista de su relación con la realidad Un sistema general es uno en el
física se les clasificó en conceptua- que se ha hecho abstracción de todo
l es, abstractos y concretos. Una de lo no sistémico. Se ha hablado tanto
las clasificaciones más conocidas es de teorías generales de sistemas co-
sin duda la que propuso K. Boulding mo de teorías de sistemas gener~les.
y que involucra nueve niveles, que Parecería que en la práctica ambas
van desde las estructuras rígidas es- cosas han venido a ser lo mismo: teo-
táticas hasta los sistemas trascenden- rías de lo sistémico en general. Un
tales, pasado por los mecanismos, los concepto de especial importancia en
dispositivos autorregulados, los sis- estas teorías es el de los sistemas iso-
temas abiertos, los organismos infe- mórf icos. Se trata de un concepto to-
riores, los animales superiores, el mado del álgebra moderna en la que
hombre y los sistemas sociocultura- se hace referencia a estructuras al-
les. gebraicas isomórficas. En términos
generales puede decirse que dos sis-
Desde el inicio, el pensamiento sis- temas son isomórficos cuando son
témico invadió el ámbito de la filo- idénticos en sus aspectos sistémicos,
sofía. Una visión sistémica del mundo caso en el que uno puede ser emplea-
puede sostenerse en el plano ontoló- do como modelo del otro y viceversa.
gico -es decir, considerando a lo Queda claro que todo sistema es nece-
sistémico como la naturaleza de lo sariamente isomórfico a algún siste-
real-, o meramente en el plano epis- ma general.
temológico -es decir, como un modo
conveniente o único para compren- Von Bertalanffy (apoyándose en
derlo, independientemente de su na- te~tos del ciberné_tico W. R. Ashby)
turaleza-. Pueden así encontrarse af1rmab~ que existían en principio
en la literatura diversas ontologías y dos cammos para la construcción de
epistemologías explícitamente sisté- una ~eoría general de sistemas: el in-
micas. Con frecuencia en esta litera- ductivo ( preferido por él), consisten-
tura se descubren las afirmaciones de te en observar fenómenos semejantes
que "ser" es ser sistema y de que sus- presentes en varias disciplinas distin-
tancialidad es sistematicidad. tas, para luego descubrir generalida-
des; y el deductivo (preferido por
En la práctica son muchas las de- Ashby), con el que partiendo de una
finiciones que se han propuesto para concepción ~e sistematicidad, se pre-
el concepto de sistema. Estas difie- tende enunciar leyes y principios ve-
ren entre sí, entre otras cosas, por rificables en todo sistema. Algunos
su generalidad. Como es posible en ejemplos de los conceptos sistémicos
principio desarrollar (o al menos pre- considerados como fundamentales
tender desarrollar) una teoría alre- por von Bertalanffy fueron los de
dedor de cualquiera de estas defini- crecimiento, competencia, centraliza-
ciones, ocurre que existe una plurali- ción, finalidad, etc. Ashby a su vez,

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propuso su famosa "ley de variedad ser destacados la teoría general de
requerida" -que establece límites los sistemas vivientes, desarrollada
mínimos en la complejidad de un sis- por J. G. Miller y la teoría de los sis-
tema que ha de procesar información temas autopoiéticos, generada por
proveniente de un medio ambiente los biólogos chilenos F. G. V arela,
hipercomplejo-, como un ejemplo de H. R. Maturana y R. Uribe.
principio al que puede arribarse de-
ductivamente. En cualquier caso, es Muy diversas clases de metodolo-
fácil ver cómo las teorías generales gfas sistémicas han sido elaboradas.
de sistemas han sido siempre pro- Quizá las más conocidas sean las co-
puestas por sus promotores como una rrespondientes a la "ingeniería de
especie de lenguaje transdisciplina- sistemas" -disciplina que pretendía
rio o de metaciencia no ocupada del abordar en toda su complejidad pro-
esclarecimiento de los órdenes y re- blemas de diseño que involucren hom-
gularidades objeto de las distintas bres, máquinas, materiales y recur-
disciplinas científicas, sino del orden sos financieros en forma interactuan-
y las regularidades exhibidas por te- y el conjunto de técnicas ubica-
ellas. das bajo el rubro de "análisis de sis-
temas" -patrimonio de consultores
Desde otra perspectiva se ha afir- en materia de diseño organizacional,
mado reiteradamente que los fenóme- administración e informática-. De
nos observables pueden agruparse mayor interés para las ciencias so-
bajo los rubros de simplicidad orga- ciales resulta ser la "dinámica de sis-
nizada, complejidad organizada y temas", desarrollada por J. Forrester
complejidad desorganizada. Se argu- y empleada frecuentemente en la
menta que los métodos analíticos son construcción d'e modelos globales de
Rdecuados para el primer tipo, los gran escala destinados a ejercicios de
sistémicos para el segundo y los es- simulación.
tadísticos para el tercero. En forma
parecida, aunque no del todo parale- Existen también metodologías sis-
la se ha afirmado con frecuencia témicas derivadas de concepciones
que el ámbito propio de aplicación teóricas, y entre éstas ameritan des-
de los métodos analíticos clásicos es tacarse, por ejemplo, la desarrollada
el de los sistemas cerrados y que la por G. Klir y colaboradores en el
cibernética (al menos como fue con- campus de Binghampton de la State
cebida en su origen) da cuenta de los University of New York. Finalmente,
sistemas autorregulados relativamen- una mención especial puede hacerse
te simples, pero que los sistemas de la metodología propuesta por el
abiertos con complejidad igual o su- inglés P. B. Checkland como respues-
perior a las de los seres vivos requie- ta a la inadecuación de metodologías
ren de otro tipo de métodos que vie- como el análisis de sistemas y la in-
nen a ser precisamente los sistémi- geniería de sistemas en problemas
cos. De hecho los sistemas vivientes "suaves", es decir, problemas en los
( entre los que suelen incluirse no sólo que el ser humano participa en cuan-
los correspondientes a individuos, si- to tal. Algunos de los defensores de
no también a grupos de ellos y aun esta metodología han sugerido la
a macrosistemas sociales) han sido existencia de paralelismos con las teo-
objeto varias veces de tratamientos rías y los programas generados por
específicos, entre los que ameritan la Escuela Crítica de Francfort, lo

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La naturaleza de l pensamiento sistémico y sus reZaciones y contrastes con los
métodos analíticos clásicos son el objeto de la primera parte de CHECK-
LAND (1981). Las consideraciones fundamentales de von Bertalanffy so-
bre teorf!a general de sistemas se encuentran en los capítulos 2, 3 y 4 de
BERTALANFFY (1968). Para ejemplos representativos de proposiciones en
materia de teorías generales de sistemas, consúltese KLIR (1972) y en es-
pecial la introducción y los capítulos 2, 7, 8 y 9. Los textos clásicos en ma-
teria de cibernética son WIENER (1948) y AS HBY (1956). Para el punto
1

de vista de A shby sobre teoría geneml de sistemas, consúltese ASHBY


(1958), BOWLER (1981), BUNGE (1979), LASZLO (1972), MORIN
(1977), SUTHERLAND (1973) son ejemplos muy conocidos de filos ofías
y cosmovisiones sisté11iicas. En BAHM (1981) se comparan dis tintas clases
de filosofías sistémicas en cuanto al peso específico que otorgan a cada
miembro de la relación partestodo. KOESTLER (1969) es un ejemplo de
filosofía sistémica "ho lonista". T eorías generales de los sistemas vivientes
ampliamente difundidas pueden apreciarse en MILLER (1978) y ZELENY
( 1981). La metodología de Checkland está descrita en detalle en la segunda
parte de Checkland (1981) y la de Klir y colaboradores en CA VALLO
(1979b).

cual ha motivado amplias discusiones 3. El pensamiento sistémico en lais


sostenidas en los números sucesivos ciencias sociales 1: el funciona-
del Journal of Applied Systems Ana- lismo de Malinowski a Parsons y
lysis, publicación controlada por el la proposición de Buckley
Departamento de Sistemas de la Uni-
ver sidad de Lancaster. El funcionalismo, fuertemente in-
fluido por la biología de corte organís-
En la actualidad se presenta prác- mico, busca explicar los hechos so-
ticamente un consenso en cuanto a ciales a través de los significados ob-
que casi desde el inicio se abrió una jetivos -distintos de las intenciona-
brecha entre el discurso teórico en lidades subjetivas de los actores so-
materia sistémica y el metodológico, ciales- que pueden tener en relación
de tal manera que los aportes meto- con el todo social en el que se dan,
dológicos de las teorías generales de concebido éste como un sistema auto-
sistemas han sido más bien pobres, regulado. Estos significados obj eti-
en tanto que las metodologías sisté- vos son precisamente las funciones
micas no se encuentran sustentadas desempeñadas con relación al mante-
teóricamente de manera adecuada. nimiento de la existencia del sistema
social.
Dos desarrollos teóricos relativa- Aunque parece que se presentan
mente recientes, que con frecuencia algunos enunciados de tipo funciona-
creciente se mencionan como elemen- lista en los escritos de E . Durkheim,
tos innovadores de importancia en esta corriente de pensamiento hace
el pensamiento sistémico, son la teo- su aparición explícita en el seno de
ría de catástrofes de R. Thom y la la antropología social inglesa en la
teoría de las estructuras disipativas d'écada de los años veinte, típicamen-
de I. Prigogine. te con B. Malinowski. Otro antropó-
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logo inglés, A. R. Radcliffe-Brown li- tivas marcadamente evolucionistas
ga la noción de función con la de es- para explicar sus desarrollos en el
tructura, atendiendo a las formas en tiempo. La relación entre el pensa-
las que los patrones persistentes de miento sistémico y el funcionalismo
relaciones sociales contribuyen al llegó a ser tan estrecha, que en la
mantenimiento del sistema. práctica las expresiones "teoría de
sistemas sociales" y "teoría funciona-
En manos de los norteamericanos lista" vienen a ser sinónimas.
R. Merton, T. Parsons y de sus cola-
boradores, el funcionalismo se trans- En 1967 el sociólogo norteamerica-
forma posteriormente en un acabado no W. Buckley publicó el libro So-
marco teórico sociológico. A Merton ciology and Modern System Theory,
se debe la distinción entre función en cuyos primeros capítulos hace una
manifiesta y función latente, y a cuidadosa crítica en abstracto a las
Parsons, promotor de la expresión teorías sociológicas basadas en mo-
"funcionalismo estructural" ( o bien, delos mecanicistas u organicistas de
un tanto incorrectamente en español, la sociedad, seguida de ilustraciones
"estructural-funcionalismo"), la for- concretas, para lo cual emplea las
mulación de una teoría que amalga- teorías desarrolladas por G. C. Ho-
ma los principios funcionalistas con mans y por T. Parsons. Esencial-
la noción de acción social, y que pre- mente critica que en este tipo de mo-
tende dar satisfacción plena a la exi- delos se enfatizan exclusivamente as-
gencia de M. Weber en el sentido de pectos homeostáticos y de equilibrio
que una teoría sociológica debía pro- mecánico sin prestar la atención de-
veer explicaciones adecuadas, tanto bida a l~s procesos morfogenéticos
en el plano de la causalidad, como de reestructuración interna, típicos
en el de la intencionalidad y el sen- de los sistemas abiertos adaptativos.
tido; es decir explicaciones que satis- El resto del libro está dedicado a un
facieran tanto los requerimientos de bosquejo de lo que podría ser una
las Niaturwissenscluiften, como los teoría sociológica que se apoyara
de las Geist eswissenschciften. En sus efectivamente en estos aspectos de la
escritos tardíos, Parsons hizo uso de teoría de sistemas, de la cibernética
una terminología explícitamente ci- y de la teoría de la comunicación de-
bernética en sus descripciones de las sarrollados fundamentalmente en la
características fundamentales de los primera mitad de la década de los
sistemas sociales e incorporó perspec- sesenta.
Cuatro momentos diferentes del funcionalisrno estructural de T. Parsons
pueden apreciarse en los dos primeros capítulos PARSONS (1951), en el
capítulo segundo de PARSONS (1966) y en PARSONS (1975). La crítica
de Buckley y los modelos mecánicos y organicistas, así como su propia pro-
vosición teórica se encuentran en BUCKLEY (1967). BUCKLEY (1968) es
una recopilación de 50 textos sobre teoría de sistemas en las ciencias so-
ciales y de la conducta, generados en los quince años anteriores a su publi-
cación. MURUYAMA (1963) es la referencia clásica respecto a la exten-
sión de la cibernética al camvo de los sistemcis abiertos adavtativos. Otros
textos de importancia sobre concepciones sistémicas de la sociedad son
ACKOFFEMERY (1972), BAHM (1983), BERRIEN (1968) y los capítu-
los 5 y 6 de MARTIN SERRANO (1978) .

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4. El pensamiento sistémico en las nomía, libertad, integridad, significa-
do, espíritu, etc., para proyectarl?s
ciencias sociales 11: Deutsch y posteriormente al contexto de un sis-
Easton (Ciencia Política) tema político generalizado.
Durante la década de los cincuenta ...~ Easton, a quien se debe la concep-
y en la primera mitad de la de los . ción de lo político como la asignación
sesenta varios autores de importan- autoritaria de valores, desarrolló sus
cia buscaron formular teorías en el planteamientos sistémicos en el cam-
campo d'e la ciencia política, emplean- po de la ciencia política en tres li-
do para ello concepciones sistémicas bros escritos a lo largo de cerca de
o sistémico-cibernéticas. Destacan en- quince años. El primero de éstos, The
tre éstas las de K. Deutsch y D. Eas- Politiccil System (1953, 1971), invita
ton. de alguna manera a la elaboración de
una teoría sistémica para la ciencia
Deutsch, en su libro The Nerves of política. En los otros dos, A Frame-
Government (1963), intentó descri- w ork for Political Ancilysis (1965) y
bir en términos de un modelo ciber- A Systerns Analysis of Political Life
nético procesos y aspectos subjetivos (1965), desarrolla el marco concep-
tales como conciencia, voluntad, auto- tual correspondiente.
Las obras a las que se ha hecho referencia en este apartado sobre teoría
de sistem'as en ciencias políticns son DEUTSCH (1963), E'ASTON (1965a),
EASTON (1965b), EASTON (1971). Otros textos de interés particular
con relación a la misma temática son KAPLAN (1967) y BAREL (1971).

5 . El pensamiento sistémico en las , proceder a efectuar ejercicios de si-


ciencias sociales 111: los modelos mulación con base en dichos modelos,
globales contando con el apoyo que brindan
los computadores electrónicos. Estas
Durante la década de los años cin- técnicas se emplearon inicialmente
cuenta, a partir de un proyecto de en el ámbito industrial y, hacia la
investigación concreto realizado para mitad de la década de los sesenta, su
una fábrica de componentes electró- aplicación se extendió a otros cam-
nicos por el Massachusetts Institute pos, notablemente al de la simulación
of Technology, J. Forrester desarro- de la evolución de ciudades enteras,
lló la metodología inicialmente cono- hasta que en 1970 el Club de Roma
cida como "dinámica industrial", ape- encomendó a Forrester la utilización
lación que posteriormente fue gene- de su metodología con el mundo en-
ralizada para convertirse en "dinámi- tero como objeto de estudio. Los re-
ca de sistemas". sultados de este estudio fueron divul-
gados en el conocido libro The Limits
Mediante las técnicas de la dinámi- to Growth (1972), cuyos autores fue-
ca de sistemas es posible construir ron un grupo de discípulos de Forres-
modelos de sistemas muy complejos, ter. El estudio centró su atención en
caracterizados por estar constituidos las variables (1) población, (2) in-
por redes de retroalimentación y por dustrialización, (3) contaminación,
su naturaleza dinámica, para después (4) producción de alimentos y (5)

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consumo de recursos no renovables. T•urning Point, difirió en muchos as-
Las conclusiones alcanzadas fueron pectos del anterior, y dos de éstos re-
que, de sostenerse las tendencias his- visten especial significación. En pri-
tóricamente observadas en lo refe- mer lugar, aplicando técnicas de la
rente al comportamiento de las varia- llamada "teoría de sistemas jerarqui-
bles indicadas, el sistema mundial su- ·, zados en múltiples niveles", se consi-
friría un colapso (manifestado fun- deró al mundo como dividido en 10
damentalmente en lo referente a po- regiones interdependientes e inter-
blación y producción industrial) , en actuantes, en tanto que el modelo de
un período no mayor a 100 años; que Forrester no contemplaba ninguna
era posible modificar las tendencias descomposición de este tipo. En se-
señaladas, de tal manera que se al- gundo lugar, aspectos sociopolíticos,
canzara un estado de equilibrio en ausentes en el estudio anterior, fue-
el que todo habitante del planeta tu- ron explícitamente tomados en cuen-
viera satisfechas sus necesidades ma- ta en esta ocasión. Las conclusiones
teriales básicas y dispusiera d'e una del estudio, sin embargo, no fueron
oportunidad equitativa de realizar su esencialmente distintas a las del es-
potencial humano; y que para lograr tudio previo.
el estado de equilibrio apuntado era
urgente encaminar hacia esa meta En el campo de los modelos globa-
los esfuerzos globales de la humani- les, los estudios a los que se ha hecho
dad. referencia son sin duda los más di-
fundidos, pero de ninguna manera los
Poco tiempo después de la publica- únicos. Especial mención amerita el
ción de Th e Limits to Growth el Club Modelo Mundial Latinoamericano de-
de Roma encomendó un segundo es- sarrollado en la primera mitad de la
tudio a un numeroso grupo de inves- década de los años setenta ( o sea
tigadores encabezado por M. D. Me- · paralelamente al desarrollo de los es-
sarovic y E. Peste!. Este estudio, cu- tudios encomendados por el Club de
yos resultados fueron publicados en Roma) en la Fundación Bariloche
1974 bajo el título Mankind at the (Argentina).
En adición a los reportes al Club de R oma ya indicad'os MEADOWS ET. AL.
(1972) y MESAROVIC-PESTEL (1974), los interesados en cuestiones r e-
ferentes a modelos globales pueden consultar DEUTSCH ET. AL. (1984)
en donde, entre otras cosas, se dedica un capítulo al Modelo Mundial Latino-
americano de Bariloche. El Modelo Mundial de Forrester se presenta en
detalle en FORRESTER (1971), sus planteamientos generales teórico-meto-
dológicos en FORRESTER (1968) y su modelo urbano en FORRESTER
(1969) . La teoría de los sistemas je1·arquizados en múltiples niv eles se ex-
pone en MESAROVIC ET. A L. (1970).

6 . La crítica al pensamiento sistémico ejemplo, que una teoría de este tipo


en las ciencias sociales sería por necesidad tan amplia en su
cobertura, que perdería toda posibi-
Las pretensiones de los promotores lidad de tener algún contenido rele-
de teorías de sistemas han sido criti- vante; que sus postulados usuales,
cadas de manera muy general con al- como lo es "el todo es más que la su-
guna frecuencia. Se ha afirmado, por ma de las partes", no son ni claros,

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ni susceptibles de verificación empí- ladas tanto de manera abst racta co-
rica; que en la práctica los enfoques mo de manera particularizada contra
sistémicos no son más que la aplica- la mayor parte de los autores antes
ción de aquel grupo de teorías y téc- mencionados, algunas áreas, aspectos
nicas a las que hemos llamado "disci- y técnicas específicas han sido obje-
plinas afines"; que los enfoques sis- to de críticas más especializadas. Tal
témicos no son sino un vocabulario es el caso, por ejemplo, del empleo
ambiguo y confuso, que se emplea en de enfoques sistémicos en la a dminis-
lugar de un discurso consagrado, sin tración pública, de los modelos glo-
ganarse nada con ello, etc. Sin em- bales y, por supuesto, del funciona-
bar go, con mayor frecuencia, se en- lismo sistémico en materia de teoría
cuentra en la literatura la opinión de sociológica y/ o antropológica, inclu-
que, siendo válido y valioso el pensa- yendo intentos, como el de Buckley,
miento de tipo sistémico en algunos d.e superar algunos de sus aspectos
campos específicos de las ciencias de más objetados tradicionalmente. El
la naturaleza y de la ingeniería, su empleo de los métodos sistémicos en
generalización a todas las á reas del las ciencias sociales ha sido t ambién
conocimiento, y a las ciencias socia- objeto de críticas de tipo inmanente,
les en particula r , es del todo impro- como lo es, por ejemplo, el señala-
cedente e infundada . miento de la imposibilidad de dispo-
ner de criterios generales para la de-
En adición al tipo de críticas an- terminación empírica de la frontera
teriores, las cuales han sido formu- de los sistemas sociales.
Una crítica t e11ivrana a los suvuestos del v en samiento sistémico puede
hallarse en BUCK (1956). Las dos obras críticas de tipo general citadas
con mayor fr ecuencia son BERLINSKI (1976) y LILIENFELD (1978) (la
primera de ellas es notable por la virulencia y corrosividad de su estilo) .
GARCIA COTARELO (1979) es una obra crítica del pensamiento sistémico
en general y en las ciencias sociales en especial, escrita desde una versp,ec-
tiva europea. Críticas muy conocidas al empleo de enfoques sistémicos en la
'Administración Pública son BOGUSLA W (1965) y HOO S (1972). Innumera-
bles son las obras que se han ocupado críticamente del funcionalismo si s-
témico; mencionaremos aquí únicamente la colección de a rtículos sobre el
tema DEMERATH-PETERSON (1967), la crítica al intento de Buckley con-
tenida en DIAZ POLANCO (1982), GOULDNER (1970), LAU RIN-FRE-
NETTE (1976), WALSH ( 1972) y la primera parte de ZEITLIN (1973).
Para críticas del modelo global ele Forrester , véan;se la segunda parte de
BERLINSKI (1976) y el capítulo 8 de LILIENFELD (1978). Denuncias
explícitas del pensamiento sistémico como una ideología tecnocrática pueden
encontrarse en las páginas finales de LILIENFELD (1978) y en PAL-
MADE (1979). HILLIER-LEAMAN (1972 / 73), compara las teorías de sis-
temas con el estructuralismo, como aproximacion es al fenómeno de " sistema-
ticida:d", y se pronuncia a favor del segundo.

En general, la literatura crítica al meno ideológico (aunque no siempre


pensamiento sistémico en las ciencias se afirme ello explícitamente). Este
sociales tiende a señalar su carácter señalamiento del pensamiento sisté-
ahistórico y a exhibirlo como fenó- mico como ideología presenta dos mo-

Cien. Tec. Des. Bogotá (Colombia), 9 (1-4): 1-240, Ene.-Dic., 1985 207
dalidades. En primer lugar, y ésto dos añade una tercera que es la de
con referencia a las posiciones teóri- la acción autorreflexiva emancipa-
cas funcionalistas, se afirma que dora.
connotando el concepto de sistema es-
tabilidad' frente al medio ambiente, Luhmann detecta significativos
el empleo de este concepto en las cien- avances en la concepción de lo sisté-
cias sociales introduce inevitablemen- mico. Observa que en lugar de las
te un sesgo hacia la estabilidad del pretéritas consideraciones de las re-
"sistema social" y una depreciación laciones entre partes y todo, los sis-
de la consideración de factores inter- temas tienden a ser concebidos al mo-
nos de cambio. En segundo lugar, do funcionalista en términos de in-
suele reconocerse al pensamiento sis- terdependencias entre sistema y me-
témico como una ideología tecnocrá- dio ambiente. Apunta también la sus-
tica que tiende a legitimar concentra- titución de la preocupación por los
ciones de poder y control sobre am- análisis en términos de entradas y
plios sectores de población en manos salidas, por una atención al carácter
de una élite constituida por técnicos. autorreferencial de lo sistémico. A
partir de una síntesis de estas con-
7 . El debate Habermas-Liuhmann cepciones y ciertos aspectos del pen-
samiento de E. Husserl, desarrolla
El debate que tuvo lugar, durante su teoría de los sistemas de sentido.
los últimos años de la década de los El sentido es, para Luhmann, una
sesenta y los primeros de la siguien- estrategia de reducción de la comple-
te, entre J. Habermas, el miembro jidad de un medio sobrecomplejo, es
más distinguido de la segunda gene- un estructuramiento del mundo que
ración de la Escuela Crítica de conlleva la negación de las infinitas
Francfort, y el sociólogo N. Luhmann, posibilidades no realizadas, pero que
el más importante promotor de teo- permanecen como potencialidades.
rías sociales sistémicas en la RF A, Es esta negación la que delimita al
reviste particular interés, no sólo por sistema y establece la distinción en-
el prestigio de los interlocutores, sino tre lo constitutivo del sistema de sen-
sobre todo porque la proposición de tido y lo que no lo es. La evolución
Luhmann constituye la expresión más de un sistema de sentido tiene un
radical y profunda posible del fun- carácter autorreflexivo; en efecto, al
cionalismo sistémico. Anteriormente recibir el sistema información pro-
a este debate, Habermas había criti- veniente del medio que no es capaz
cado la noción de sistemas empleada de asimilar con la estructura que en-
en la ciencia analítica de corte posi- tonces posee, modifica esta última de
tivista, a la que contrapuso la cate- manera que pueda superarse esta di-
goría marxista de totalidad dialécti- ficultad. Es así como las diferencias
ca (1963); así como el funcionalismo entre sistemas de sentido, mediados
estructural de T. Parsons ( 1970) , por intercambios de información,
esto último con fundamento en ar- constituyen la condición necesaria y
gumentos de tipo lógico desarrolla- suficiente para su evolución, la cual
dos por C. Hempel y E. Nagel. Cen- es regida por tres mecanismos se-
tral en su pensamiento es la distin- cuenciales: proyección, selección y
ción, implícita en Marx, entre la es- estabilización. Para Luhmann, ni la
fera de la acción instrumental y la continuidad de la estructura, ni su
de la acción comunicativa. A estas evolución, resultan teoréticamente

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problemáticas. El medio ambiente de Habermas reprocha a Luhmann, en-
un sistema de sentido está constitui- tre otras muchas cosas, (1) que no
do exclusivamente por otros sistemas reconozca la distinción entre acción
de sentido. Un sistema de sentido, instrumental y acción comunicativa
además, no debe ser confundido con al telescopiar las diferentes dimen-
sus sustratos biológicos, psíquicos o siones de la evolución social en la so-
sociales. La sociedad en concreto no la reducción de complejidad; (2) la
constituye al sentido en la visión de ausencia de una consideración de los
Luhmann, sino que es constituida valores, las motivaciones, las volun-
por éste, y algo análogo ocurre con tades, etc., como mediadores entre la
el sujeto. teoría de la sociedad' y la praxis so-
cial; (3) que no toma en cuenta de
La función de la sociedad viene a manera alguna los avances alcanza-
ser, para Luhmann, la dirección de dos a partir del siglo XIX por la tra-
la evolución de su sistema de senti- dición dialéctica; y (4) el marcadí-
do. Esta función es desempeñada de simo carácter ideológico tecnocrático
ordinario por algún subsistema so- de su proposición.
cial. A este respecto puede observar-
se una especie de secuencia histórica
general que parte del sistema de pa- En última instancia parecería que
rentesco y, pasando por el religioso, en el fondo de la controversia se en-
el político y el económico, llega a cuentra el papel que habrá de desem-
nuestros días, en las sociedades más peñar el individuo en una sociedad
desarrolladas, al científico. Dentro moderna. Para Luhmann el ind'i viduo
del subsistema científico, corresponde tendrá inevitablemente que encon-
a la sociología la función de investi- trarse subordinado al funcionamien-
gar empíricamente los sistemas de to de un sistema autorregulado, en
sentido prevalecientes y proponer tanto que para Habermas el único
alternativas. programa admisible es el de la recu-
peración de la libertad social a través
Como puede apreciarse, la postura de la acción discursiva; esto es, del
de Luhmann constituye una radica- diálogo en ausencia de coerciones,
lización del funcionalismo estructu- con el resultado de la adopción del
ral d'e Parsons para generar más bien punto de vista apoyado por el mejor
un estructuralismo funcional en el argumento.
que todo -la verdad, la legitimidad,
el derecho, el individuo, etc.- es fun- A diferencia de lo ocurrido en re-
cionalizado. No es el hombre quien lación con otras controversias en las
hace historia, sino que la praxis (re-
ducción de complejidad) asigna al que ha participado Habermas, es no-
hombre las acciones que habrá de table cómo en ésta las posiciones de
ejecutar. los dos interlocutores fueron afectán-
dose mutuamente a través del diálo-
Habermas responde a la proposi- go sostenido. Sin concederle jamás a
ción de Luhmann con una crítica que Luhmann la razón en los puntos esen-
tiene aspectos inmanentes de gran ciales de la controversia, Habermas
importancia, aunque destacan en ella ha hecho uso en sus propios trabajos,
los de carácter trascendente. Muy a partir de 1973, de un marco con-
sintéticamente puede decirse que ceptual explícitamente sistémico.
Cien. Tec. Des. Bogotá (Colombia), 9 (1-4): 1-240, Ene.-Dic., 1985 209
Los trabajos constitutivos del debate Habermas-Luhmann fueron recogi-
dos en HABERMAS-LUHMANN (1971). En ocasiones suele incluirse entre
las fu entes primarias r ef erentes a este a sunto a HABERMAS (1973) por
su explícito manejo de concepciones sistémicas. Escritos posteriores de Ha-
bermas en los que se alude a estas cuestiones, constituyen los capítulos 5
y 7 de HABERMAS (1976). Las críticas de Hab ermas al con cepto de sistema
de la ciencia analítica positivista y al funcionalismo parsoniano se encuentran
en HABERM1AS (1963) y HABERMAS (1970), respectivamente. Para co-
nocer el estado de la teoría de L uhm ann inm ediatam ente antes clel en cilentro
con Hab ermas, véa se LUHMANN (1968).

8. La teoría de sistemas y do por V. Afanasiev, I. Blaubert,


el marxismo V. Kuzmin, V. Sadovskii y E. G. Yu-
din, entre otros. Probablemente pu-
Es indiscutible que se presentan, al diera ubicarse también en esta co-
menos superficialmente, algunas se- rriente al economista polaco O. Lan-
mejanzas entre ciertas nociones del ge. Existen también quienes sostie-
discurso sistémico y algunas catego- nen la absoluta incompatibilidad de
rías del pensamiento marxista. Al in- uno y otro pensamiento; entre éstos
terrogante sobre la relación entre el podría señalarse, por ejemplo, al yu-
pensamiento sistémico y el marxista goslavo B. Milosevic. Sin embargo,
se han dado, tanto en los países so- al considerar la extensa literatura
cialistas como en occidente, tres res- publicada en los últimos años sobre
puestas distintas. Hay quienes opinan marxismo y teoría de sistemas, la
que las concepciones sistémicas son tendencia que claramente se aprecia
perfectamente compatibles con (su como dominante es la de procurar al-
interpretación) del marxismo, y que gún género d'e integración de ambas
materialismo dialéctico y teoría de corrientes de pensamiento para dar
sistemas son tan sólo dos niveles dis- lugar, en lo que a teoría sociológica
tintos de abstracción; tal es, por se refiere, a una postura de síntesis
ej empio, el parecer de un conocido entre las teorías de tipo funcionalis-
grupo de investigadores de la Acade- ta basadas en la idea de consenso y
mia de Ciencias de la URSS integra- aquellas que enfatizan los aspectos
Un ejemplo de texto en el que se afirma la incom patibilidad d el marxismo y
la teoría de sistemas es el del último capítulo de GARCIA COTARELO
(1979). MATUS (1980) es un trabajo de un autor latinoamericano de ins-
piración marxista, en el que se propone un nuevo modelo d e planeación para
los países del área , caracteriza do por el peso específico concedido a los as-
pectos políticos y por su marco conceptual explícitamente sistémico. BALL
(1979), BERGHE (1967), HABERMAS (1973) y JAGUARIBE (1978) son
textos que reflejan de alguna manera trabajos de síntesis entre posturas
dialécticas y sistémicas ef ectuados por sus au tores. BLA UBERG ET. AL.
(1977) es típico de los 1nateriales generados sobre teoría de sistemas por los
miembros de la Academia de Ciencias de la URSS. LUDZ (1975) describe
las relaciones entre el marxismo oficialista y las teorías de sistemas es una
crítica al marxismo desde una perspectiva sistémica. GEYER (1980) es un
estudio del fenómeno ele la alienación (o enajenación) también desde una
perspectiva sistémica.

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dinámicos generados por conflictos puesta en práctica de un sistema re-
intraestructurales. Al tomar nota de gulador de la economía social chilena
estas aseveraciones conviene tener en tiempo real, orientado hacia la rea-
presente que la diversidad de escue- lización de los propósitos políticos
las dentro de la ancha corriente mar- del gobierno. El proyecto fue bauti-
xista es tan amplia como la de las zado con el nombre CYBERSYN (de
posiciones teóricas y metodológicas cibernética y sinergía) y sus aspec-
en el campo de los sistemas. tos más sobresalientes fueron: (1) es-
tar basado conceptualmente en el mo-
9. La experiencia chilena delo neuro-cibernético expuesto en el
libro de Beer Brain of the Firm;
En una sola ocasión un gobierno (2) una red de comunicaciones en
ha intentado aplicar a escala nacio- tiempo real, conocida como CYBER-
nal una metodología explícitamente NET, que vinculaba el aparato pro-
sistémico-cibernética para la conduc- ductivo y el dispositivo central para
ción de la economía social. Trátase la toma de decisiones; (3) CYBERS-
de un episodio latinoamericano y de TRIDE, un programa para ser pro-
un gobierno declaradamente marxis- cesado electrónicamente en un com-
ta. En efecto, en 1971, cerca de un putador; y ( 4) un espacio físico equi-
año después de haber asumido el po- pado con los recursos tecnológicos re-
der, el gobierno chileno de la Unidad levantes disponibles, que fue denomi-
Popular encabezado por el doctor nado "cuarto de operaciones", en el
Salvador Allende, encomendó a S. que se tomaban las decisiones centra-
Beer, conocido autor y consultor en lizadas con apoyo en las informacio-
materia cibernética, el diseño y la nes electrónicamente procesadas.
La historia del proyecto CYBERSYN es narrada extensamente por el propio
BEER en BEER (1981), que es la segunda edición de Brain of tJie Finn.
Para una crítica del proyecto en el sentido de que, pese a las excelentes in-
tenciones que lo motivaron, por su carácter positivista estaba impedido de
constituir un instrumento efectivo al servicio de la razón práctica comuni-
cativa ( en el sentido de Habermas), consúltese ULRICH (1981) y la res-
puesta del propio Beer, BEER (1983).

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