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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA


UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA
ESTUDIOS JURÍDICOS

Triunfadores:
Alexis Jesús Sarmiento C.I.: 3.861.997
Emilio J.,Rojas M. C.I.: 7.414.491
Ambiente: 603
Profesor: Abog. David Flores Piña
  Aldea: U.E.B. “Dr. Rafael Villavicencio”

Barquisimeto, Junio 2011


JUSTICIA, DERECHOS HUMANOS, EXCLUSIÓN SOCIAL

1. La Exclusión Social, los Derechos Humanos y Derecho Social.


Se entiende por Exclusión Social, el proceso social de separación de un individuo
o grupo respecto a las posibilidades laborales, económicas, políticas y culturales a las
que otros sí tienen acceso y disfrutan. Situación de separación o privación en la que
se encuentran determinados individuos o grupos. Suele concebirse como opuesto a
inclusión social, aunque también a integración social (entendiéndose como el proceso
social por el que un individuo o grupo no se desarrolla de forma integrada en una
sociedad).
La exclusión se puede producir debido a diferentes factores, así también puede ser
el resultado indirecto de procesos de desarrollo, ya sea por el hecho de seguir ciertos
ideales de una comunidad, por una precaria situación económica, o bien en algunos
casos se produce cuando la sociedad responde a los intereses de un grupo minoritario
que ejerce el poder. La privación o dificultad para la satisfacción de ciertas
necesidades secundarias e incluso algunas de las necesidades básicas (tales como
disponibilidad de servicios como agua potable, desagüe y electricidad) es una
característica común en todos los grados y tipos de exclusión.
La exclusión social, sea debida a cualquiera de sus posibles orígenes, produce
siempre en quienes la padecen una pérdida o una lesión del disfrute de los derechos
fundamentales que como personas les corresponden. La exclusión marca la frontera
entre quienes gozan en plenitud de sus derechos y quienes se ven privados de una
parte de ellos, con menoscabo de sus capacidades de desarrollo como personas,
agravio de su dignidad y, con frecuencia, peligro de su propia vida.

Derechos Humanos
Los derechos humanos son un conjunto de principios, de aceptación universal,
reconocidos constitucionalmente y garantizados jurídicamente, orientados a asegurar
al ser humano su dignidad como persona, en su dimensión individual y social,
material y espiritual.

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Los derechos humanos tienen una creciente fuerza jurídica, en tanto que se
integran en las constituciones y, en general, en el ordenamiento jurídico de los
Estados. También, en el ámbito de la comunidad internacional, por su reconocimiento
en numerosos tratados internacionales tanto de carácter general como sectorial;
universal y regional y por la creación de órganos jurisdiccionales, o de otro tipo para
su defensa, promoción y garantía.
Frente a la igualdad en la dignidad y la universalidad de los derechos que
corresponden a las personas nos encontramos, de hecho, con la existencia de
tremendas desigualdades. Esas desigualdades, de todo orden, se deben a la injusticia
generada y mantenida en el seno de nuestra sociedad como fruto del egoísmo
personal y colectivo.
Injusticia y Exclusión van de la mano: en primer lugar, porque toda exclusión es
una injusticia; en segundo lugar, porque no hay exclusión que pueda proceder del
ejercicio de la justicia, cuando lo que produce es el daño de la persona, sino su
destrucción física, psicológica o moral.
Entre la Exclusión y los Derechos Humanos hay una verdadera
contraposición. En efecto, la exclusión se opone radicalmente a la universalidad que
se predica de los derechos humanos.
Así lo expresa claramente la Comisión de Derechos Humanos de Naciones
Unidas en su declaración del día 17 de abril de 1998, cuando dice:

"La Comisión de Derechos Humanos exhorta a la Asamblea General, los


organismos especializados y los órganos de las Naciones Unidas, así
como a las organizaciones intergubernamentales, a que tengan en cuenta
la contradicción que se da entre la existencia de situaciones de extrema
pobreza y de exclusión social, que es preciso erradicar, y el deber de
garantizar el pleno disfrute de los derechos humanos. [Y reafirma que] la
extrema pobreza y la exclusión social constituyen una violación de la
dignidad humana y, en consecuencia, se requiere la adopción de medidas
urgentes en los planos nacional e internacional para eliminarlas"

En cuanto al Derecho Social es necesario arbitrar medidas que atenúen las


dificultades de crecimiento personal y grupal de los sectores más débiles y resuelvan
las situaciones que dan origen a su marginación. Por eso, en palabras de la

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anteriormente citada declaración de la Comisión de Derechos Humanos:
"para asegurar la protección de los derechos de todas las personas y la no
discriminación de los más pobres, así como el ejercicio efectivo de todos
los derechos humanos y las libertades fundamentales, es necesario
conocer mejor lo que tienen que soportar las personas que viven en la
pobreza, en particular las mujeres y los niños, y proceder a una reflexión
basada en la experiencia y las ideas transmitidas por la propia población
más pobre, así como por las personas que trabajan a su lado"

Derechos Sociales Fundamentales

Venezuela, a finales del Siglo XX, se instituye desde la praxiología jurídica


como un Estado Social de Derecho y de Justicia, además ha contado con una
tradición democrática a través de los mecanismos de participación política,
económica, social y cultural, incorporando programas sociales denominadas
Misiones que en un momento se convirtieron en programas coyunturales con la
finalidad de solventar la deuda social adquirida durante del siglo XX.
Estos programas alternativos enmarcados en la política social, se convirtieron en
mecanismos para resolver los problemas de pobreza estructural, cuando se formaliza
el reconocimiento de los tratados y convenios para hacer realidad esos derechos, se
advierte una suerte de esperanza para aquellos que antes eran excluidos y que ahora
son incorporados en proyectos y programas sociales que abarcan desde el Art. 75
hasta el 111 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Así, el Estado venezolano muestra fortalezas, representadas en la Constitución
de la República y estabilidad democrática, en una legitimidad institucional reforzada
en estos tiempos de dificultades, un aparato económico que ha resistido el embate de
la corrupción, el despilfarro y lo más serio que antes de 1999 el Estado no había
cumplido con los derechos sociales fundamentales.
La construcción del Estado social de derecho y de justicia, que sea garante de la
plena participación del pueblo venezolano en los espacios de decisión de lo público,
constituye el fin último de esta delegación legislativa, que además contempla el
fomento del elemento ético como valor de máxima consideración al normar el
manejo de la cosa pública.

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Los derechos sociales fundamentales son derechos generales, específicamente
derechos generales positivos, el carácter general de los derechos sociales
fundamentales se refleja en tres planos: el plano del titular del derecho, el de su
objeto y el de su justificación. En el plano del titular del derecho, todas las personas
son portadoras de derechos sociales fundamentales. En el plano del objeto los
derechos sociales fundamentales, son derechos constitucionales (es decir, no simples
derechos legales). En el plano de la fundamentación filosófica, los derechos sociales
fundamentales son derechos humanos cuyo carácter ideal (validez moral) se ha
fortalecido mediante su positivización (validez jurídica).
Los derechos sociales son los que humanizan a los individuos, sus relaciones y
el entorno en el que se desarrollan. Son garantías de la igualdad y la libertad reales,
pues la libertad no es posible si es imposible ejercerla por las condiciones materiales
de existencia.
Enumerando, los derechos sociales serían: el derecho a un empleo y a un salario,
a la protección social en casos de necesidad (jubilación, seguridad social, desempleo,
bajas laborales por enfermedad, por maternidad o paternidad, accidentes laborales), a
una vivienda, a la educación, a la sanidad, a un medio ambiente saludable, al acceso
a la cultura y a todos los ámbitos de la vida pública.
Hoy en día se puede constatar notables avances en la conciencia moral de
muchos países incluyendo Venezuela, respecto de la defensa, entre otros, del derecho
a la vida, a la libertad, al trabajo, la educación, a la salud, a la tierra, al medio
ambiente; así como los derechos de los niños, los ancianos, las mujeres, las personas
con necesidades especiales, los indígenas, los inmigrantes y todos los grupos sociales
o sectores que sufren discriminaciones particulares. Pero sin embargo nos damos con
la triste realidad que para la plena vigencia de la Integración social y los Derechos
Humanos hace falta algo más que buenas leyes. Es imperioso una adecuada y
sistemática información – formación y toma de conciencia de los mismos.
La noción de vulnerabilidad social ayudaría a identificar a grupos sociales,
hogares e individuos, que por su menor disponibilidad de activos materiales y no

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materiales, quedan expuestos a sufrir alteraciones bruscas y significativas en sus
niveles de vida, ante cambios en la situación laboral de sus miembros activos.

2. Ordenamiento Jurídico Venezolano Vigente.


El Ordenamiento Jurídico hace referencia al conjunto de normas por las que se
rige una sociedad. Se puede definir como un conjunto sistemático de reglas,
principios o directrices a través de las cuales se regula la organización de la sociedad.
Límites del Ordenamiento Jurídico
• Temporal: está contenido por normas vigentes en un momento dado.
• Social: porque este ordenamiento se da entre un grupo social.
• Material: porque se expresa como normas jurídicas.
En el orden jurídico nacional el grado superior del derecho positivo es la
constitución, entendida en el sentido material de la palabra cuya función esencial es la
de designar los órganos encargados de la creación de las normas generales y
determina el procedimiento que debe seguir.
La constitución puede también determinar el contenido de ciertas leyes futuras al
prescribir o prohibir tal o cual contenido.
Una constitución puede con mayor eficacia prohibir las leyes que tengan un
determinado contenido. La técnica jurídica permite dar eficacia a dicha prohibición.
El ordenamiento jurídico venezolano vigente es el que está conformado por una
serie de Leyes Ordinarias y Especiales, que los órganos de Administración de Justicia
deben conocer, para poder cumplir con la difícil y noble misión de juzgar el
comportamiento humano, y determinar si se está en presencia de un supuesto de
hecho que prevé la norma penal, llamase Código Penal, Ley de Aeronáutica Civil,
Ley de Derecho Internacional Privado de Venezuela, Ley Sobre el Hurto y Robo de
Vehículos Automotor, Ley Penal del Ambiente, Código de Comercio, entre otros; y
poder adecuar la conducta humana dentro del tipo penal previsto en el ordenamiento
jurídico y de esta manera garantizar a los sujetos procesales (victima-imputado-
querellado-querellante… el principio de legalidad, conocido como Nullum Crimen
Nullun Poena, Sine Lege, previsto en el artículo 1 del Código Penal Venezolano
Vigente.

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El texto Constitucional venezolano responde a criterios de una carta sustantiva
moderna, adecuada a los preceptos de la Declaración Universal de los Derecho
Humanos, y su modificación posee características de avance institucional, la parte
dogmática de nuestra constitución contiene los llamados derechos humanos, como
son la libertad de expresión, el derecho a la vida la libertad de culto, libertad de
asociación, el debido proceso solo por mencionar algunos, en otras palabras “Las
Garantías Individuales”.
Por todo ello se incorporan al texto constitucional como valores superiores del
ordenamiento jurídico del Estado y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la
igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad individual y social, la
preeminencia de los derechos humanos, la ética pública y el pluralismo político.

3. Tratados y Convenios Internacionales:


Los tratados y Convenios internacionales son un conjunto de reglas que se
especifican en cada ley. Ambos son instrumentos que son usados por los sujetos del
derecho internacional (sujetos típicos y atípicos) por medio de los cuales contraen
derechos y obligaciones que al igual que los contratos cuentan con elementos de
existencia y validez.
Para Antonio Linares, un tratado internacional «es un instrumento donde se
consignan disposiciones libremente pactadas entre dos o más sujetos de Derecho
Internacional con el fin de crear, modificar o extinguir obligaciones y derechos»
(Linares, 1992, p. 61).
Los Convenios son escritos celebrado entre Estados con un grado de formalidad
menor al de un tratado. Normalmente, un convenio es acordado en aspectos
Económicos y Comerciales entre los estados. Los convenios pueden estar dados entre
dos Estados, denominado un Convenio Bilateral, normalmente celebrado para brindar
facilidades en materias Comerciales. Pero también existe otra forma de convenio,
celebrado entre más de dos Estados, el cual se denomina Multilateral, en el cual, el
acuerdo tiene un carácter más normativo respecto de aspectos contemplados dentro
del Derecho Internacional.

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Así mismo estos instrumentos (Convenios y Tratados) son regulados por la
Convención de Viena de 1969 sobre el derecho de los tratados entre Estados y su
ampliación de 1986 que incluye a los organismos internacionales.
Las finalidades que persiguen los Estados cuando conciertan tratados son
ilimitadas en la práctica. Incluyen la adquisición de territorio extranjero, la cesión de
territorio propio, la delimitación y rectificación de fronteras, la promesa de ayuda
recíproca, la garantía de inversiones exteriores, la extradición de personas acusadas
por algún delito o condenadas por ello y otros numerosos supuestos. Los tratados
pueden ser bilaterales, pero también multilaterales, como sucede con las
convenciones de Derecho del mar, la de los derechos humanos o las que regulan los
privilegios e inmunidades diplomáticas. Los tratados multilaterales constituyen la
base para la formación de organizaciones internacionales y la determinación de sus
funciones y potestades.
Para el caso venezolano se ha señalado que los tratados será por medio de una
cláusula por la cual las partes se obliguen a resolver por las vías pacíficas reconocidas
en el derecho internacional o previamente convenidas por ellas, si tal fuere el caso,
las controversias que pudieren suscitarse entre las mismas con motivo de su
interpretación o ejecución si no fuere improcedente y así lo permita el procedimiento
que deba seguirse para su celebración.
Nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela consagra en la
primera parte del artículo 154 los tratados en sentido estricto o formal cuando expresa
«los tratados celebrados por la República deben ser aprobados por la Asamblea
Nacional antes de su ratificación por el Presidente o Presidenta de la República ...»
De esto se deduce que un tratado, para que obligue internacionalmente al Estado,
debe formar parte de nuestro ordenamiento jurídico interno, y aunque la nueva norma
de la CRBV no hace mención sobre la Ley Especial Aprobatoria (como sí lo hacía la
derogada Constitución de 1961), se infiere que la situación se mantuvo igual, puesto
que el vigente texto constitucional contempla en su artículo 187que corresponde al
poder legislativo aprobar por ley los tratados internacionales; por lo tanto, este tipo de
acuerdo internacional requiere para su perfeccionamiento de la aprobación legislativa

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y de la ratificación por parte del Presidente de la República (artículo 236, ordinal4°
de la CRBV).
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, concede a los
Acuerdos, Convenios, Tratados, suscritos y ratificados por Venezuela, jerarquía
constitucional, razón por la cual tienen primacía respecto al Derecho Interno. Al
respecto, es importante transcribir el texto de los artículos 19 y 23 de la Carta Magna.
Artículo 19:
“El Estado garantizará a toda persona, conforme al principio de
progresividad y sin discriminación alguna, el goce y ejercicio irrenunciable,
indivisible e interdependiente de los derechos humanos, Su respeto y
garantía son obligatorios para los órganos del Poder Público, de
conformidad con esta Constitución, con los tratados sobre derechos
humanos suscritos y ratificados por la República y con las leyes que los
desarrollen”.
Artículo 23:
“Los tratados, pactos y convenciones relativos a derechos humanos,
suscritos y ratificados por Venezuela, tienen jerarquía constitucional y
prevalecen en el orden interno, en la medida en que contengan normas
sobre su goce y ejercicio más favorables a las establecidas en esta
Constitución y en las Leyes de la República, y son de aplicación inmediata
y directa por los tribunales y demás órganos del Poder Público”.

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela ha consagrado a estos


instrumentos internacionales sobre derechos humanos una jerarquía especial, que se
traduce en el otorgamiento de rango constitucional, lo que significa que las normas
contempladas en estos tratados prevalecerán en el orden interno y,
consecuencialmente, serán aplicadas con preferencia a las leyes internas; y de igual
manera puede observarse que contempla un orden supraconstitucional, en el sentido
de que estos tratados sobre derechos humanos tendrán una aplicación preferente a
nuestra CRBV, en la medida que consagren disposiciones con mayores garantías en
cuanto al goce y ejercicio de estos derechos que las contenidas en el propio texto
constitucional.
En cada Tratado se establecen contratos, acuerdo de buena fe que no sólo obligan
a lo expresamente acordado en ellos, sino también a todo lo que se desprende de los

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principios de justicia, equidad y buena fe. Los mismos se celebran para ser ejecutados
y su ejecución requiere su aplicación por los tribunales nacionales, sobre todo cuando
se estipulan derechos y obligaciones para los individuos.
Venezuela en la última década se ha abierto un poco más en su Política de
Comercio Exterior y ello proporciona grandes oportunidades, especialmente a las
empresas, de saber aprovechar las oportunidades que se le presentan de acuerdo a los
acuerdos que el Gobierno Nacional ha firmado.

4. Declaración Universal de los Derechos Humanos: Carta Social de las


Américas.
La Carta Social de las Américas, es un Instrumento jurídico de derecho, social
internacional que servirá para trazar directrices que ayuden a América Latina a
formular políticas progresistas que ayuden a superar el flagelo de la pobreza y de la
exclusión que afecta a millones de personas en el continente.
La carta social de las Américas marca la ruptura de un modelo social y
económico que ha estado presente en los países latinoamericanos y no es otro que el
modelo capitalista neoliberal, en la actualidad la carta propone pasar a un modelo
democrático integral, que es aquel donde se garantiza tanto la igualdad de
oportunidades como de condiciones.
Con la Carta Social de las Américas se aspira fomentar en nuestro continente la
universalización de los derechos económicos, sociales y culturales, con garantía de
equidad. El Gobierno Bolivariano espera que sea expresión no sólo de los Gobiernos
representados en la OEA, sino también -y fundamentalmente- de los pueblos.
La Carta Social de las Américas constituye, para los países del hemisferio, un
instrumento fundamental para enfrentar la pobreza, la inequidad y la exclusión social.
Desatinos que han generado unas muy marcadas desigualdades e injusticias sociales.
Es por ello que la Carta Social de las Américas, emanada de la Organización de los
Estados Americanos, debe constituir un instrumento en el cual se establezcan los
principios filosóficos y políticos fundamentales que guíen a los países del hemisferio
hacia la búsqueda de la senda que los lleve a superarlas. Para ello se requiere el
establecimiento de un orden social justo y equitativo, que se proponga:

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• Transformar las condiciones materiales y sociales de la mayoría de la
población, separada y distanciada históricamente del acceso equitativo a la riqueza y
el bienestar.
• Construir una nueva condición de ciudadanía, basada en el reconocimiento
pleno y el ejercicio garantizado de los derechos, como seres humanos y sujetos
sociales con autonomía en todas las esferas de acción de la vida social.
En función, pues, de hacer realidad estos objetivos es donde reside la importancia
de la Carta Social de las Américas. Con ella habrá de lograrse la universalización de
los derechos con garantía de equidad. Permitirá lograr la reducción de las brechas de
riqueza, ingreso y calidad de vida. La acción política, como espacio del interés
colectivo y construcción de ciudadanía, será redimensionada, para permitir su
apropiación por los ciudadanos.

Propósito: Establecer un carácter vinculante para los estados miembros de la OEA


respecto a los derechos humanos sociales económicos y culturales, como normas que
deberán regir la orientación de las políticas públicas que terminan avanzar hacia el
fortalecimiento de los derechos colectivos, la preservación de la interculturalidad, el
rescate de los valores propios de nuestros pueblos y el desarrollo de estrategias de
desarrollo sustentable para lograr la paz social
Por tanto el Estado asume, el imperativo ético y político, de cooperar para hacer
posible la disminución de las desigualdades sociales y así poder construir equidad,
como un ejercicio de una nueva gobernabilidad, de una gobernabilidad
revolucionaria.

5. Declaración Universal de los Derechos Sexuales


Revisada y aprobada por la Asamblea General de la Asociación Mundial de
Sexología (WAS) el 26 de agosto de 1999 en el XV Congreso Mundial de Sexología,
Hong Kong, República Popular China.
Los derechos sexuales deben ser reconocidos, promovidos, respetados y
defendidos por todas las sociedades con todos sus medios.

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Los Derechos Sexuales son derechos humanos universales basados en la libertad,
dignidad e igualdad inherentes a todos los seres humanos. Dado que la salud es un
derecho humano fundamental, la salud sexual debe ser un derecho humano básico.
Para asegurar el desarrollo de una sexualidad saludable en los seres humanos y las
sociedades, los derechos sexuales deben ser reconocidos, promovidos, respetados y
defendidos por todas las sociedades con todos sus medios.
1- El Derecho a la Libertad Sexual: La libertad sexual abarca la posibilidad de las
personas a expresar su sexualidad y excluye todas las formas de coerción sexual,
explotación y abuso en cualquier periodo y situación de la vida.
2- El Derecho a la Autonomía Sexual, Integridad Sexual y Seguridad del Cuerpo
Sexual: Incluye la capacidad de tomar decisiones autónomas sobre la vida sexual
dentro de un contexto de la propia ética personal y social. También incluye el control
y disfrute de nuestros cuerpos, libres de tortura, mutilación y violencia de cualquier
tipo.
3- El Derecho a la Privacidad Sexual: Derecho a expresar las preferencias sexuales
en la intimidad siempre que estas conductas no interfieran en los derechos sexuales de
otros.
4- El Derecho a la Equidad Sexual: Este derecho se refiere a la oposición a todas las
formas de discriminación, por razones de sexo, género, orientación sexual, edad, raza,
clase social, religión o discapacidad física, psíquica o sensorial.
5- El Derecho al Placer Sexual: El placer sexual, incluyendo el autoerotismo, es una
fuente de bienestar físico, psicológico, intelectual y espiritual.
6- Derecho a la Expresión Sexual Emocional: La expresión sexual es más que el
placer erótico en los actos sexuales. Cada individuo tiene derecho a expresar su
sexualidad a través de la comunicación, el contacto, la expresión emocional y el
amor.
7- El Derecho a la Libre Asociación Sexual: Significa la posibilidad de casarse o
no, di divorciarse y establecer otros tipos de asociaciones sexuales.

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8- El Derecho a tomar decisiones reproductivas libres y responsables: Derecho a
decidir sobre tener descendencia o no, el número y el tiempo entre cada uno y el
derecho al acceso a los métodos de la regulación de la fertilidad.
9- El derecho a la información basada en el conocimiento científico: La información
sexual deber ser generada a través de un proceso científico libre de presiones externas
y difundidas de forma apropiada en todos los niveles sociales.
10- El derecho a la educación sexual comprensiva: Este es un proceso que dura toda
la vida, desde el nacimiento y debería involucrar a todas las instituciones sociales.
11- El derecho a la atención clínica de la salud sexual: La atención clínica de la salud
sexual debe estar disponible para la prevención y el tratamiento de todos los
problemas, preocupaciones y trastornos sexuales

6. Constitución de la República Bolivariana de Venezuela


La Constitución es un texto de carácter jurídico-político fruto del poder
constituyente que fundamenta todo el ordenamiento, situándose en él como norma
que recoge y crea los poderes constituidos. Además, tendrá el carácter de norma
suprema, de manera que prevalecerá sobre cualquier otra que fuese posterior y
contraria a ella. También tendrá el carácter de norma rígida, que supone que su
modificación o derogación está sometida a unas condiciones especiales, recogidas en
la propia Constitución.
También puede definirse como la “ley fundamental, esté escrita o no, de un
ESTADO, la cual fija los límites y define las relaciones entre los poderes del Estado
(Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Ciudadano y Electoral). Le garantiza al pueblo
ciertos derechos. Es la cristalización jurídica de un acto constituyente. Es un concepto
político, dada su fundamentación en una decisión del poder constituyente y es un
concepto jurídico, púes posee una configuración jurídica.
La Constitución de Venezuela de 1999 es la Carta Magna vigente de la República
Bolivariana de Venezuela, adoptada en Diciembre de 1999, la llaman la
"Constitución Bolivariana", por inspirarse en los ideales de Simón Bolívar y su
ideología el Bolivarianismo.

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Este procedimiento para aprobar la nueva carta magna convirtió a la Constitución
Venezolana de 1999 en la primera y única en la historia nacional cuya redacción fue
aprobada por el pueblo mediante el voto en referéndum, el 15 de diciembre de 1999,
siendo promulgada por la Asamblea Nacional Constituyente en Caracas, el 20 de
diciembre de 1999.
Ésta Constitución en ejercicio de su poder originario representado por la
Asamblea Nacional Constituyente mediante el voto libre y en referendo democrático,
fue decretada en base al ejemplo histórico de nuestro Libertador Simón Bolívar y el
heroísmo y sacrificio de nuestros antepasados aborígenes y de los precursores y
forjadores de una patria libre y soberana; con el fin supremo de refundar la República
para establecer una sociedad democrática, participativa y protagónica, multiétnica y
pluricultural en un Estado de justicia, federal y descentralizado, que consolide los
valores de la libertad, la independencia, la paz, la solidaridad, el bien común, la
integridad territorial, la convivencia y el imperio de la ley para esta y las futuras
generaciones; asegure el derecho a la vida, al trabajo, a la cultura, a la educación, a la
justicia social y a la igualdad sin discriminación ni subordinación alguna; promueva
la cooperación pacífica entre las naciones e impulse y consolide la integración
latinoamericana de acuerdo con el principio de no intervención y autodeterminación
de los pueblos, la garantía universal e indivisible de los derechos humanos, la
democratización de la sociedad internacional, el desarme nuclear, el equilibrio
ecológico y los bienes jurídicos ambientales como patrimonio común e irrenunciable
de la humanidad

7. Ley Orgánica de Niño, Niña y Adolescentes


Con ocasión a la aprobación de la Convención sobre los Derechos del Niño, el 20
de Noviembre 1989, el Estado venezolano promulgó la Ley Aprobatoria sobre la
Convención de Derechos del Niño, publicada en Gaceta Oficial Nº 34.541, de fecha
29 de agosto de 1990, siendo dicha Convención fuente directa para la elaboración y
promulgación en el año 1998 de la Ley Orgánica para la Protección del Niño y del
Adolescente, la cual viene a derogar la Ley Tutelar del Menor vigente desde el año
1980, incorporando un cambio paradigmático, en el entendido que sustituye la

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doctrina de "situación irregular" que concebía a los niños como objetos de tutela por
la novedosa doctrina de Protección Integral como sujetos plenos de derechos, pues,
reconoce a los niños y adolescentes como un sector fundamental de la población que
debe recibir la atención necesaria para su pleno desarrollo, a la vez que le garantiza el
derecho a participar activamente en todo lo que les concierne.
Como se dijo anteriormente, Venezuela ratificó la Convención Internacional
sobre los Derechos del Niño (C.I.D.N) y la hace Ley de la República el 29-08-90
(Gaceta Oficial N° 34.541) y, a partir de ese momento, asume con los niños y
adolescentes del país el compromiso de brindarles protección integral, la cual se
refiere a dos aspectos: Protección Social y Protección Jurídica. La protección social
se logra a través de un conjunto de actividades dirigidas a proporcionar las
condiciones necesarias para el desarrollo de la personalidad, para satisfacer las
necesidades básicas y garantizar derechos fundamentales de la niñez y juventud. La
protección jurídica implica legislar para hacer exigibles los derechos consagrados en
la Convención, mediante la creación de instancias administrativas y judiciales que
intervengan en caso de que estos derechos sean amenazados o violados.
La Ley Orgánica para la Protección al Niño y Adolescente (LOPNA), fue
aprobada en Caracas el 2 de Octubre de 1998 en la Gaceta Oficial de la República de
Venezuela Nº 5.266 Extraordinario, dicha ley sustituyó a la Ley Tutelar del Menor y
entra en vigencia el Primero de Abril del año 2000. Luego de esto la Asamblea
Nacional (AN) aprobó el 11 de marzo del 2004 la primera discusión del proyecto de
reforma de esta ley y en segunda discusión, realizada en el 2006, fue aprobada la
reforma entrando en vigencia el 10 de diciembre de 2007 y plasmada en la Gaceta
Oficial Nº 39.828 de la República Bolivariana de Venezuela
Al aprobarse la ley que protege a los niños, niñas y adolescentes se crea un
paradigma sobre el papel y visión que dentro de la sociedad deben tener estos
ciudadanos y ciudadanas como sujetos de derecho.
Los niños, a partir de los 12 años de edad, ya son individuos que deben responder
ante las instancias civiles, penales y administrativas por sus actos. Con la reforma de
la Ley Orgánica para la Protección al Niño y Adolescente (LOPNA) el niño, niña o

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adolescente que por algún motivo cometa algún delito contra la sociedad y que
perjudique a otras personas debe responder directamente por ello.
La LOPNA se rige por el modelo de protecciones integral que consiste en el
reconocimiento de todos los niños, niñas y adolescentes, sin discriminación alguna
como sujetos de plenos derechos, cuyo respeto se debe garantizar.
El Art.10 de la LOPNA establece que “todos los niños y adolescentes son sujetos
de derechos” y el Art. 13 eiusdem consagra lo relativo al ejercicio progresivo de los
mismos.
En este aspecto la Exposición de Motivos de la LOPNA antes de hacer referencia
a las cuatro categorías de derechos que amparan a la infancia, señala lo siguiente:
“La nueva doctrina convierte las necesidades de niños y adolescentes en derechos
civiles, culturales, económicos, políticos y sociales, así como garantiza para los
adolescentes en conflicto con la ley penal, una justicia que respete los mismos
derechos procesales consagrados para los adultos.”

Objeto de la LOPNA
Regular los derechos y garantías, así como los deberes y responsabilidades
relacionadas con la atención y protección de los niños, niñas y adolescente, además
esta ley refuerza el concepto de familia como célula fundamental de la sociedad, por
lo que le da gran importancia a las obligaciones que tiene como responsable principal,
inmediata e irrenunciable en el desarrollo integral de los niños, niñas y adolescentes.
Esta ley tiene rango constitucional, es decir, en la nueva constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, aprobada el 15 de diciembre de 1999, en su
Capítulo V establece que hay que darle prioridad a la protección integral del niño,
niña y adolescente. Así mismo dice:
Artículo 78. Los niños, niñas y adolescentes son sujetos plenos de derecho y estarán
protegidos por la legislación, órganos y tribunales especializados, los cuales
respetarán, garantizarán y desarrollarán los contenidos de esta Constitución, la
Convención sobre los Derechos del Niño y demás tratados internacionales que en esta
materia haya suscrito y ratificado la República.

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8. Ley de Registro de Antecedentes Penales.
Los Antecedentes Penales es un certificado para Venezolanos o Extranjeros que
permite acreditar la carencia de antecedentes penales o en su caso la existencia de los
mismos.
Según el Artículo 3º. De esta ley - Se considera Antecedente Penal de
conformidad con esta Ley, únicamente la existencia de una o varias sentencias
condenatorias definitivamente firmes, privativas de la libertad.
De acuerdo a lo establecido en la Ley de Registro de Antecedentes Penales en
Nuestro País Venezuela está prohibida la expedición de Antecedentes Penales, salvo
en casos de Seguridad Social y a petición de alguna autoridad pública, de manera que
ninguna empresa privada puede solicitar certificado de Antecedentes Penales a nadie
en razón de Ofertas de Empleo.
Este certificado de (no poseer) Antecedentes Penales es otorgado por el
Ministerio del Poder Popular para Relaciones Interiores y Justicia, y se diferencia del
certificado otorgado por la prefectura o policía local del pueblo o ciudad en que a
diferencia de aquellos que tienen ámbito local, éste tiene ámbito nacional, de manera
que consta que usted tiene o no Antecedentes Penales en la República Bolivariana de
Venezuela.
9. Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
La Organización de Naciones Unidas en la IV Conferencia Mundial de 1995
reconoció que la violencia contra las mujeres es un obstáculo para lograr los objetivos
de igualdad, desarrollo y paz, y viola y menoscaba el disfrute de los derechos
humanos y las libertades fundamentales de la mitad de la Humanidad. Además la
define ampliamente como una manifestación de las relaciones de poder
históricamente desiguales entre mujeres y hombres. De allí que en la presente ley la
violencia de género queda delimitada claramente por el sujeto que la padece: las
mujeres.
Según exposición de motivos de la Ley Orgánica sobre el derecho de las mujeres
a una vida libre de violencia:

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..."todas las mujeres son víctimas potenciales de maltrato y la violencia por razones
de sexo, pues, en todas las sociedades ha pervivido la desigualdad entre los dos
sexos..."
La importancia de este fenómeno ha hecho que la comunidad internacional
legisle sobre la materia, reconociendo la violencia de género como una violación de
los derechos humanos de las mujeres. La violencia de género ha sido objeto de
estudio principalmente bajo el impulso del Decenio de Naciones Unidas para la
Mujer (1975-1985), que contribuyó poderosamente a sacar a la luz este problema. En
ese marco internacional se han producido importantes convenciones y tratados que,
de acuerdo al artículo 23 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, son hoy día ley de la República. Entre los más importantes, tenemos: la
Convención sobre Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer
de 18 de diciembre de 1979, documento jurídico de mayor autoridad en relación con
los derechos humanos de las mujeres. Asimismo, la Declaración de Naciones Unidas
sobre la Eliminación de la Violencia sobre la Mujer, proclamada en 1993 por la
Asamblea General con motivo de la Conferencia Mundial de los Derechos Humanos,
entre otras.
Y, más recientemente, es necesario señalar las Resoluciones de la IV Conferencia
Mundial sobre las Mujeres, celebrada en Pekín en 1995, donde se obtuvo el
reconocimiento de que cualquier forma de violencia que se ejerza contra las mujeres
constituye una violación de sus derechos humanos.
En Venezuela, los movimientos de mujeres, con su accionar sistemático y
permanente en el tiempo, han obtenido logros importantes en el reconocimientos de
sus derechos; sin embargo, es en el año 1999, con la aprobación de la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela, cuando se obtiene el mayor logro que marca
un hito en la historia de luchas de las mujeres en nuestro país, al visibilizar a las
mujeres e incluir la perspectiva de género en la carta Magna. Sin embargo ello no es
suficiente, es importante acelerar los procesos de reforma y elaboración de las leyes
necesarias para hacer real y efectivo ese reconocimiento de los derechos de las
mujeres contenidos en nuestra Constitución.

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Con la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de
Violencia se pretende dar cumplimiento al mandato constitucional de garantizar, por
parte del Estado, el goce y ejercicio irrenunciable e interdependiente de los derechos
humanos de las mujeres, así como su derecho al libre desenvolvimiento de la
personalidad, sin más limitaciones que las derivadas del derecho de los demás y del
orden público y social. Por ello el Estado está obligado a brindar protección frente a
situaciones que constituyan amenazas, vulnerabilidad o riesgo para la integridad de
las mujeres, sus propiedades, el disfrute de sus derechos y el cumplimiento de sus
deberes, mediante el establecimiento de las condiciones jurídicas y administrativas
necesarias y la adopción de medidas positivas a favor de éstas para que el ejercicio de
sus derechos y la igualdad ante la ley sea real y efectiva.
El objeto de esta Ley es según el Artículo 1:
“garantizar y promover el derecho de las mujeres a una vida libre de
violencia, creando condiciones para prevenir, atender, sancionar y
erradicar la violencia contra las mujeres en cualquiera de sus
manifestaciones y ámbitos, impulsando cambios en los patrones
socioculturales que sostienen la desigualdad de género y las relaciones de
poder sobre las mujeres, para favorecer la construcción de una sociedad
justa democrática, participativa, paritaria y protagónica”.

La Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia
aprobada recientemente en Venezuela, es única en América Latina ya que reconoce
19 tipos de violencia por razones de sexo:

1. Violencia psicológica 11. Violencia simbólica.


2. Amenaza. 12. Acoso u hostigamiento
3. Violencia doméstica 13. Violencia física
4. Violencia sexual 14. Acceso carnal violento
5. Prostitución forzada. 15. Esclavitud sexual.
6. Acoso sexual 16. Violencia laboral.
7. Violencia Patrimonial y Económica. 17. Esterilización forzada.
8. Violencia obstétrica. 18. Tráfico de mujeres, niñas y adolescentes.
9. Violencia mediática. 19. Trata de mujeres, niñas y adolescentes
10. Violencia institucional.

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10. Ley de Igualdad de Oportunidades para la Mujer.
Esta Ley regula el ejercicio de los derechos y garantías necesarias para lograr la
igualdad de oportunidades para la mujer, con fundamento en la Ley Aprobatoria de la
Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la
Mujer.
La Constitución actual visibiliza a la mujer como ciudadana de deberes y
derechos, creadora y autónoma, imprescindible para el pleno desarrollo de la
sociedad. El lenguaje no sexista de la Constitución de 1999, basada en los principios
de la igualdad y la no discriminación, constituyen una ruptura paradigmática con el
viejo modelo patriarcal de la subordinación y la exclusión en las relaciones de género.
De ahí que se hacen presentes artículos de una gran trascendencia para el desarrollo
de una cultura democrática de género para la igualdad y la equidad entre hombres y
mujeres
El proyecto de ley de igualdad de oportunidades para las mujeres, fue una
iniciativa promovida desde el Congreso por la presidenta de la Comisión Bicameral
para los Derechos de la Mujer y la redacción del texto estuvo a cargo de dos asesoras
de dicha instancia.
El proyecto de ley se fusionó con otra iniciativa que tenía como objetivo la
creación del Consejo Nacional de la Mujer, al mismo tiempo que se presentó el
proyecto de ley, se emitió un decreto ejecutivo en el que se eliminaba el Ministerio de
Estado para la Promoción de la Mujer, de ahí la importancia de crear una instancia
formal encargada de la promoción de los derechos de las mujeres.
Esta Ley Regula el ejercicio de los derechos y garantías necesarios para lograr
la igualdad de oportunidades para la mujer, con fundamento en la ley aprobatoria de
la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la
mujer. El Cap. II (Arts. 11-17) se consagra a los derechos laborales de la mujer, los
cuales incluyen el derecho al trabajo urbano y rural, la igualdad de acceso a todos los
empleos, cargos, ascensos, oportunidades y a idéntica remuneración por igual trabajo.
El cap. III (arts. 18-24) se refiere a los derechos políticos y sindicales de la mujer. El
embarazo no puede ser motivo de discriminación. Los exámenes médicos para

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descartar o comprobar un posible embarazo, con fines de aprobar o rechazar su
ingreso o permanencia en una empresa son considerados como lesivos a los derechos
laborales de la mujer. El cap. IV se dedica a los derechos económicos de la mujer,
tanto en el medio rural como en la artesanía y las microempresas. Se crea el Instituto
Nacional de la Mujer y una Defensoría Nacional de los Derechos de la Mujer. Se
incluyen también disposiciones relativas a la participación de las mujeres en las
relaciones internacionales.

11. Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas.

La Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas, en consonancia con el


mandato constitucional, establece el reconocimiento y la consideración que el Estado
venezolano les brinda a estos venezolanos aborígenes.
Esta ley reconoce la diversidad cultural, lingüística y legal de la República
Bolivariana de Venezuela y pone fin al hecho colonial que puso a los pueblos
originarios en una condición de subordinación política, explotación económica y
subvaloración cultural e ideológica.
Entró en vigencia el 27 de Diciembre de 2005, según N 38.344. Tiene por objeto
desarrollar los derechos de los pueblos y comunidades indígenas reconocidos en la
constitución de la República bolivariana de Venezuela y en los convenios, pactos y
tratados válidamente suscritos por Venezuela, especialmente el Convenio 169 de la
Organización Internacional del trabajo sobre Pueblos Indígenas y Tribales en países
independientes y el Convenio sobre la Diversidad Biológica
A partir de la promulgación y puesta en vigencia de nuestra nueva constitución
de 1999 donde el Estado reconoce la existencia de los pueblos y comunidades
indígenas otorga en nuestra Carta Magna los derechos de esta digna y humilde
población que conforman los ancestrales orígenes del pueblo venezolano en tal
sentido es como la Asamblea Nacional de la República de Venezuela se ve obligada
a cumplir con su deber sagrado de honrar los derechos a través de una Ley
especialísima y originaria como la Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades
Indígenas es así como esta ley reconoce los derechos de los mismos dándole

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protección y garantizándole los derechos consagrados en ésta constitución a estos
pueblos originarios.

12. Ley Aprobatoria de la Convención Interamericana para la Eliminación de


todas las formas de Discriminación contra las Personas con Discapacidad.
La Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela decreta la
siguiente, Ley Aprobatoria de la “Convención Interamericana para la Eliminación de
todas Las formas de Discriminación contra las Personas con Discapacidad”.
Artículo Único: Se aprueba en todas sus partes y para que surta efectos
internacionales en cuanto a la República Bolivariana de Venezuela se refieran, la
“Convención Interamericana para la Eliminación de todas las formas de
Discriminación contra las Personas con Discapacidad”, aprobada en Sesión Plenaria
de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos, el día 07 de julio
de 1999.
El artículo 1 de la Convención Interamericana para la Eliminación de todas las
formas de discriminación contra las personas con discapacidad aprobada por la Ley
762 de 2002, impone eliminar la discriminación en todas sus formas y
manifestaciones, contra las personas que padecen una deficiencia física, mental o
sensorial, sea de naturaleza permanente o temporal, que limite la capacidad de ejercer
una o más actividades esenciales de la vida diaria.
Por su parte, el Convenio 159 de la O.I.T., sobre la Readaptación profesional y el
empleo de personas inválidas, ratificado mediante Ley 82 de 1988, establece el deber
del Estado de garantizar que las personas que padecen una deficiencia de carácter
físico o mental que les reduce sustancialmente la posibilidad de obtener y conservar
un empleo adecuado y de progresar en el mismo, tienen derecho a obtenerlo ,
conservarlo y a progresar en él , siempre y cuando sea posible; así como al de una
readaptación profesional y al respeto a la igualdad de oportunidades y de trato. En el
mismo sentido, el Convenio 161 de la O.I.T. sobre los Servicios de Salud en el
Trabajo, ratificado mediante Ley 378 de 1997 , establece en los artículos 1 y 5, el
deber de los empleadores de fomentar la adaptación del trabajo a los trabajadores,

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habida cuenta de su estado de salud física y mental y la asistencia en pro de la
adopción de medidas de rehabilitación profesional.
Los Estados Parte en la Presente Convención, Reafirmando que las personas con
discapacidad tienen los mismos derechos Humanos y libertades fundamentales que
otras personas; y que estos derechos, incluido el de no verse sometidos a
discriminación fundamentada en la discapacidad, dimanan de la dignidad y la
igualdad que son inherentes a todo ser humano; considerando que la Carta de la
Organización de los Estados Americanos, en su Artículo 3, inciso j) establece como
principio que “la justicia y la seguridad sociales son bases de una paz duradera”,
preocupados por la discriminación de que son objeto las personas en razón de su
Discapacidad;
En el ámbito internacional, en especial desde los organismos del Sistema de
Naciones Unidas – ONU - y organismos dependientes como la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la
Organización de Estados Americanos (OEA) entre otras, se han promulgado
convenios, declaraciones, recomendaciones, convenciones que contienen
planteamientos específicos en relación con los derechos de las personas con
discapacidad o que desarrollan principios universales, aplicables para la toda la
humanidad pero que cobran especial relevancia para las personas más vulnerables.

13. Participación Ciudadana y Contraloría Social.


Participación Ciudadana
Es el derecho a la participación de todos los ciudadanos y ciudadanas, en la
formación, ejecución y control de gestión y políticas públicas, directamente o a través
de sus representantes legales.
La participación del pueblo es necesaria para lograr el protagonismo que
garantice su completo desarrollo, tanto individual como colectivo. Es obligación del
Estado y deber de la sociedad, facilitar la generación de las condiciones más
favorables para su práctica.

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Razones que motivaron a los constituyentes a hacer de la Participación
Ciudadana, el eje fundamental de nuestra Democracia:
1) Desarrollar al individuo y a su colectivo se alcanza con mucha más eficiencia, a
través de la participación de los ciudadanos y ciudadanas. Cuando los ciudadanos
toman parte del hecho público y político, desarrollan con mayor profundidad sus
propias potencialidades.
2) Afianzar la sociedad democrática, pluralista, tolerante, participativa, crítica, libre,
social y protagónica es fin primordial de la participación de los ciudadanos y
ciudadanas, quienes encuentran así su propio camino y logran sus objetivos.
3) Fortalecer la democracia, ejercerla a plenitud, tiene en la Participación Ciudadana
el instrumento clave. Los principios de soberanía popular, de respeto y desarrollo de
los derechos humanos, encuentran en la participación una vía segura para su
consolidación.
4) Fomentar el efectivo control sobre los asuntos públicos, resulta particularmente
importante para el logro de los objetivos del Estado, siendo para ello indispensable la
participación de todos. Ningún control más efectivo, que aquel que ejerce
directamente el ciudadano, aquel en el cual la comunidad actúa de manera decidida.
5) Consolidar la solidaridad social, el hombre consciente que no puede marchar sólo,
que la solidaridad lo obliga a transitar junto a sus conciudadanos el camino del
desarrollo, permite más fácilmente la felicidad general.
6) Propiciar las diversas formas de organización social. A una mayor Participación
Ciudadana, se corresponde un más amplio número y modalidad de organizaciones
sociales para el protagonismo del hombre.
La participación constituye un cambio necesario para la realización colectiva y el
mejoramiento de la calidad de vida. Con la Participación Ciudadana nace una nueva
sociedad más humana, solidaria y socialista, donde lo social esté por encima de lo
económico, y los ciudadanos estén por encima del Estado, que existe para servir al
ciudadano y no para servirse de él. Es hora de la participación. No participar es no
querer ser ciudadano completo. Educar para la participación es transitar el camino de
la nueva sociedad.

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Es de considerar que la participación ciudadana, protagónica y revolucionaria
está basada en valores democráticos, humanísticos con horizonte ético-político, en
búsqueda de un Estado de derecho y de justicia social, para el respeto a la vida, la
libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la responsabilidad social, los derechos
humanos, el pluralismo, la dignidad, el reconocimiento del otro como ser humano,
comprendiendo que el otro o la otra no es más que su propio espejo, es un estado
constante de proyección. Por lo tanto, la participación ciudadana al ejercerse
responsablemente a través del ejercicio de la contraloría social, jamás dirá algo de lo
que no tenga prueba, dado que está sujeta al Estado de Derecho, sus valores
individuales son sustituidos conscientemente por los valores del colectivo.
El sentido de la participación ciudadana es construir el proyecto de país
manifiesto en la CRBV orientado a la transformación no a la reproducción o reforma
del sistema capitalista, por tanto debemos ejercer la participación ciudadana de forma
crítica y autocrítica, consciente de que se está rompiendo el paradigma, cambiando un
modelo de democracia representativa por un modelo de democracia participativa
principalmente desde el ámbito cotidiano, dado que es en lo pequeños espacios donde
se debe profundizar la democracia, en los diferentes escenarios, como: la familia, la
comunidad, el trabajo, entre otros.

Contraloría Social.
Es la máxima expresión de la democracia participativa. Por medio de ella, las
comunidades ejercen acciones de control, vigilancia y evaluación para lograr el
cumplimiento de los objetivos de los programas sociales, fomentando así la
responsabilidad ciudadana en la construcción del poder político y evitando que los
recursos se desvíen hacia intereses ajenos a los del pueblo.
¿Qué se logra con la contraloría social?
Esos ojos vigilantes de los vecinos y vecinas pueden evitar que las obras de la
comunidad se hagan mal; que los recursos que recibe un consejo comunal para una
determinada obra no sean desviados para otros fines; que los materiales que se
compren sean los más baratos pero con la calidad requerida; que la obra se ejecute
hasta el final y no quede a medio camino.

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La contraloría social permite dar seguimiento a las actividades administrativas y
de funcionamiento ordinario del consejo comunal en su conjunto.
La contraloría social a través de información y conocimiento de causa realiza
un conjunto de acciones voluntarias para ejercer el control, la vigilancia, la
supervisión y la evaluación para contribuir con la gestión gubernamental, dado que
busca la democratización de los servicios, el manejo de los recursos en beneficio de la
colectividad, la capacidad de respuesta y pretende evitar que los recursos sean
utilizados por intereses particulares de algún grupo. También, promueve la
honestidad, la transparencia, eficiencia, eficacia y confianza de la ciudadanía en el
proceso revolucionario. La contraloría fortalece la democracia, generando nuevas
relaciones entre el Estado y la Sociedad, brindando mayor eficiencia de la gestión y la
rendición de cuentas en los diversos ámbitos local, regional y nacional.
La contraloría social ejercida de forma ética-política y humanista es el ejercicio
donde el pueblo participa y forma parte de los asuntos públicos. Por lo cual, al ejercer
esta forma de participación se debe estar consciente de los obstáculos y resistencias a
las que la ciudadanía se enfrenta. Organizarse para romper con el silencio que se hace
cómplice, y llegar no con chismes sino con pruebas a las instancias internas y de ser
necesario a las externas donde están las diferentes autoridades competentes o al
Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías no es tarea
fácil.

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