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AGRADECIMIENTOS .................................................................................................III
1 INTRODUCCIÓN ...................................................................................................1
1.1 PROBLEMA DE ESTUDIO .......................................................................................................1
1.2 OBJETIVOS DE ESTUDIO .......................................................................................................3
2 ANTECEDENTES.................................................................................................. 4
3 MARCO CONCEPTUAL ........................................................................................ 7
EL DISEÑO DE LA PROSPECCIÓN .......................................................................................................7
4 METODOLOGÍA ................................................................................................... 11
DISEÑO DE PROSPECCIÓN ...............................................................................................................11
4.1 DEFINICIÓN DEL UNIVERSO DE ESTUDIO .......................................................................11
4.2 TIPO DE PROSPECCIÓN ........................................................................................................13
4.3 TÁCTICA DE PROSPECCIÓN .................................................................................................16
4.4 INTENSIDAD DE LA PROSPECCIÓN ....................................................................................17
4.5 TIPO DE REGISTRO...............................................................................................................18
4.6 POSTPROCESO.......................................................................................................................18
5 RESULTADOS........................................................................................................ 19
5.1 PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA.........................................................................................19
5.1.1 Evidencias Arqueológicas Inmuebles y Muebles.....................................................................22
5.1.2 Evidencias Arqueológicas de Alta y Baja Densidad .............................................................42
5.1.3 Elementos Lineales ..............................................................................................................46
5.2 CARACTERIZACIÓN FORMAL DE LOS COMPONENTES DE ASENTAMIENTO................48
5.2.1 Componentes Arquitectónicos ...............................................................................................48
5.2.2 Componentes Alfareros ........................................................................................................57
6 DISCUSIÓN............................................................................................................62
6.1 SOBRE LA COBERTURA E INTENSIDAD DE LA PROSPECCIÓN .........................................62
6.2 SOBRE LA UNIDAD DE REGISTRO EMPLEADA ..................................................................65
6.3 SOBRE EL SISTEMA DE GEORREFERENCIA ........................................................................66
6.4 SOBRE LA PRESENTACIÓN DE LOS DATOS ........................................................................67
6.5 POSIBILIDADES ANALÍTICAS ...............................................................................................69
7 REFERENCIAS CITADAS ....................................................................................70
ANEXO 1.........................................................................................................................75
EVIDENCIAS ARQUEOLOGICAS DE ALTA DENSIDAD ......................................75
A) EVIDENCIAS PREHISPÁNICAS .....................................................................................................76
B) EVIDENCIAS HISTÓRICAS ............................................................................................................96
ANEXO 2 ...................................................................................................................... 107
BASE DE DATOS DE EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS...................................... 107
iii
Agradecimientos
Este Informe de Práctica Profesional ha sido financiado por el Centro de Investigaciones del
Hombre en el Desierto (CIHDE), a cuyos integrantes agradezco su apoyo y confianza.
Quisiera reconocer especialmente a mis colegas y amigos Álvaro Romero, Daniela Jofré, John
Graniffo y Jacinto Santana, quienes me acompañaron incondicionalmente en las largas y
extenuantes, -aunque gratificantes-, jornadas de terreno. A mis colegas y maestros Mauricio
Uribe, Álvaro Romero y Calogero Santoro, quienes revisaron pacientemente los primeros
borradores y reportes de terreno haciéndome saber sus falencias. A todas las personas de la
comunidad del Valle de Codpa, quienes me recibieron amablemente, confiándome sus visiones
sobre el mundo de los abuelos y gentiles. Finalmente, me queda agradecer el constante apoyo
que recibí de parte de mis padres y hermanos, ya que sin su apoyo este trabajo no hubiera sido
posible.
1
1 INTRODUCCIÓN
Por último, cabe mencionar que cualquier prospección arqueológica que no considere
adecuadamente las estrategias metodológicas y definiciones operacionales señaladas
anteriormente no puede ser calificada como una prospección “sistemática”.
3
Cabe señalar que esta prospección no está orientada a responder preguntas de investigación
sobre la prehistoria del valle de Codpa y del norte de Chile, sino más bien apunta a resolver
problemas metodológicos que intervienen en el diseño de la prospección y el posterior
procesamiento de los datos obtenidos en terreno para generar preguntas arqueológicas
específicas a posteriori.
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2 ANTECEDENTES
El valle de Codpa, donde se centra nuestro interés, se caracteriza por una estrecha quebrada
que presenta un curso fluvial permanente, aunque pequeño, que permite la irrigación y cultivo
de sus laderas inmediatas. En la actualidad, este espacio concentra la mayor cantidad de
población de la quebrada, destacando los poblados y caseríos de Ofragía, Cerro Blanco, Codpa,
Guatanave, Guañacagua y Chitita. La actividad económica predominante es la fruticultura,
complementada con actividades de ganadería en pequeña escala y prestación incipiente de
servicios turísticos (Ajata 2004).
En los espacios altos y alejados del curso fluvial principal, la vegetación es escasa, limitándose a
algunas especies xerófitas y matorrales pequeños que crecen especialmente en época de lluvias.
Esta vegetación es aprovechada por algunas especies de animales, como el guanaco, que
desciende desde pisos más altos.
Por su parte, los antecedentes de investigaciones arqueológicas en esta quebrada son pocos,
entre los cuales destacan las investigaciones de finales de la década de 1950 realizadas en Caleta
Vítor y en el valle de Chaca por la Universidad de Chile y el Museo Regional de Arica
(Dauelsberg 1960; Schaedel 1957). Ambos trabajos se caracterizan por entregar un primer
panorama de la ocupación del valle en tiempos prehispánicos, clasificando las evidencias en
conchales, emplazamientos de población, cementerios y arte rupestre. Del área que nos
interesa sólo se hace una mención ambigua a dos cementerios en mal estado de conservación y
a una casa con petroglifos que se localizan en el trayecto entre los pueblos de Codpa y
Guañacagua (Dauelsberg 1960).
5
Otros trabajos se enfocan en la documentación del arte rupestre y procesos de puesta en valor
patrimonial (Cabezas et al. 1984; Romero 1996; Romero et al. 2004). De esta manera, en 1984
se dan a conocer dos sitios de petroglifos en el sector de Ofragía (Cabezas et al. 1984). Sin
embargo, estos sitios forman parte de un conjunto más amplio de yacimientos de arte rupestre
que se distribuye entre el actual Pueblo de Codpa y el sector de Ofragía.
en sitios como Incauta, Molle Grande 2, Cacicazgo y Cachicoca (Muñoz et al. 1987b, Romero
2007). Para tiempos históricos se ha documentado el sitio de Cerro Blanco con fechas tan
tempranas como 1560+-50 DC (Muñoz y Chacama 1988). Si bien la información sobre el
Período Colonial en el Valle de Codpa es escasa, existen antecedentes históricos más
específicos para períodos posteriores (Ajata 2004, Hidalgo 1978, Hidalgo et al. 2004, Hidalgo y
Durston 1998).
En síntesis, los antecedentes del Valle de Codpa muestran que no se han realizado
prospecciones arqueológicas que permitan conocer una amplia variedad del registro
arqueológico. De esta manera, se ha accedido a los sitios conocidos de forma dirigida mediante
los datos aportados por informantes locales (Muñoz et al. 1987b) o mediante inspección visual
desde vehículo (Ajata 2006, Carrasco 2006). Los tipos de sitios identificados corresponden a
asentamientos habitacionales con arquitectura compleja (poblados, pukaras, tambos), sitios con
arte rupestre (geoglifos, petroglifos pinturas) y lugares con presencia de restos óseos, muros
pircados y cortes estratigráficos intervenidos por la construcción del camino vehicular.
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3 MARCO CONCEPTUAL
El diseño de la prospección
En primer lugar, veremos qué se entiende por Prospección Arqueológica. Ha sido definida
como la “Aplicación de un conjunto de técnicas para optimar las probabilidades de
descubrimiento de los materiales culturales que caracterizan el registro arqueológico en el
ámbito de un espacio geográfico conceptualmente definido” (Gallardo y Cornejo 1986: 410).
Esta definición de prospección arqueológica es importante, ya que nos permite plantear dos
cosas. Primero, al señalar que el objetivo de la prospección es el descubrimiento de los
materiales culturales que caracterizan el registro arqueológico, se subentiende que la
prospección corresponde al descubrimiento de cualquier evidencia del registro humano sin que
se presenten limitaciones temporales. El registro arqueológico, en este sentido, no sería
privativo de las evidencias prehispánicas. Y segundo, la prospección arqueológica no se limita
exclusivamente al registro superficial. Más bien, éste depende de la técnica de registro
empleada (pedestre, aérea, teledetección, etc.), pero siempre dentro de un espacio definido
previamente.
Como los mismos autores señalan, esta definición logra separar dos concepciones distintas
sobre la Prospección y que generalmente se encuentran entremezclados en otros enunciados
(p.e., Lumbreras 1981). Estas concepciones hacen referencia, por un lado, a la prospección
como un proceso en sí mismo, y por otro, a la prospección como una estrategia que permite
responder a determinados objetivos de una investigación. De esta manera, la definición de
prospección como un proceso en sí mismo permite potenciar el descubrimiento de una amplia
8
variedad de materiales culturales, sin el sesgo que involucra responder a preguntas concretas de
investigación.
Por otro lado, esta definición de prospección involucra, aunque no esté señalado
explícitamente, el concepto de Diseño de Prospección. Gallardo y Cornejo (1986: 410) señalan
que “la elaboración de un diseño de prospección implica adquirir la información necesaria para
realizar una secuencia de decisiones que conduzca a la selección de las técnicas más apropiadas
para el descubrimiento de materiales arqueológicos”, -y continúa-, “esta secuencia de
decisiones debe estar avalada por el reconocimiento de los factores que afectan la probabilidad
de descubrimiento”. El diseño de la prospección constituye, por lo tanto, un proceso
sistemático de búsqueda de antecedentes previo a la realización de la prospección arqueológica.
Este proceso implica la explicitación de aquellos factores que se hallan o no controlados por el
arqueólogo en el descubrimiento de las evidencias culturales.
Los factores que no son controlados por el arqueólogo dicen relación con las propiedades de
los materiales culturales (obstrusividad, abundancia y agrupamiento) y las características del
medio ambiente (visibilidad y accesibilidad). En cambio, los factores que son controlados por
el arqueólogo dicen relación con las técnicas y estrategias de prospección como tipo de
prospección, táctica empleada e intensidad de la prospección (Gallardo y Cornejo 1986).
Una vez que se han identificado los factores señalados anteriormente, es necesario definir el
tipo de prospección que se empleará, debido a que esta decisión permitirá conformar el resto
de los elementos integrantes del diseño de prospección. De esta manera, las investigaciones
arqueológicas han utilizado dos estrategias para el descubrimiento de los materiales
arqueológicos, a través del muestreo del universo de estudio y a través de la cobertura total de
éste (Muller 1975, Fish y Kowalewski 1990).
La prospección por cobertura total consiste en una estrategia en la que el total del universo de
estudio es cubierto. Entre las desventajas de este tipo de prospección destaca el hecho de una
mayor inversión de tiempo y recursos económicos para abarcar la totalidad de dicho espacio
(Fish y Kowalewski 1990).
La conformación del diseño de prospección adquiere mayor complejidad cuando se opta por
realizar una prospección por muestreo, debido a la mayor cantidad de espacios que se deben
definir para el proceso de recolección de información arqueológica. En el caso de una
prospección por cobertura total, el espacio a prospectar es generalmente uno.
Más allá de esta diferencia, ambos tipos de prospección deben explicitar y definir el universo
de estudio que abarcará la prospección, así como los estratos que conforman el universo de
estudio. En el caso de la prospección por muestreo, se debe exponer, además, el porcentaje de
cobertura de cada estrato, el tamaño y forma de las unidades de muestreo, la forma de dirigir el
muestreo (tabla de números aleatorios, computador, etc.) y el tipo de muestreo empleado (p. e.,
azar simple o estratificado).
Por último, otro elemento importante que debe ser definido en el diseño de prospección es la
unidad de registro utilizada. Son varios los autores que señalan problemas con el concepto de
sitio en las investigaciones arqueológicas (Chang 1992; Nielsen et al. 1996; Rossignol 1992;
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Wandsneider 1998). Por ello es necesario diferenciar entre unidad de registro arqueológico y
unidad de análisis. Siguiendo a Gallardo y Cornejo (1986), la Unidad de Registro Arqueológico
corresponde a la unidad mínima de registro en el proceso de prospección. En cambio, la
Unidad de Análisis corresponde a una definición posterior que se adecua de acuerdo a los
objetivos de una investigación particular. En este mismo sentido, Wandsnider (1998) señala
que la unidad de análisis se debe definir posteriormente a la prospección como aquellos lugares
pick dentro de una continua densidad superficial (Cfr. Ebert 1992).
Este problema, ha sido previsto por Gallardo y Cornejo (1987), al señalar que la definición de
sitio utilizada en la práctica arqueológica tiene grandes implicancias en la producción del
conocimiento arqueológico. Esto les lleva a proponer una definición operacional en el
concepto Unidad de Registro Arqueológico, la cual puede incluir desde un artefacto aislado
hasta un sitio propiamente tal, quedando a consideración posterior de su descubrimiento y
localización, su pertinencia en un programa de investigación cultural específico (Gallardo y
Cornejo 1986).
En las líneas precedentes hemos señalado varios aspectos sobre el diseño de prospección que
consideramos relevantes y que formarán parte del presente trabajo. Así:
4 METODOLOGÍA
En este apartado se especifican los procedimientos necesarios que nos permitirá llevar a cabo
una prospección arqueológica en el Valle de Codpa. Estos procedimientos se presentan en el
Diseño de Prospección Arqueológica y consideran los aspectos señalados previamente en el
marco conceptual. Posteriormente, señalaremos la manera en que serán presentados los datos
(resultados) considerando algunos resúmenes estadísticos para conocer las principales
tendencias del registro arqueológico.
Diseño de Prospección
Nuestro interés se centra en un espacio delimitado de la sección media y superior del valle de
Codpa. Los motivos que nos han llevado a elegir este espacio son: a) el conocimiento previo
que el autor tiene de esta localidad, lo que permite una adecuada estimación de los parámetros
que pueden afectar el proceso de prospección, tales como visibilidad y accesibilidad; b) una
importante presencia de evidencias arqueológicas en la localidad, que de alguna manera se
diferencia del registro arqueológico conocido en la literatura y que da cuenta de la abundancia,
agrupamiento y obstrusividad de los materiales arqueológicos; y c) que este sector corresponde
al espacio con mayor presencia poblacional actual del valle, poniendo en riesgo constante la
integridad del patrimonio arqueológico local.
Para delimitar este espacio se definió un buffer 1 de 400 metros desde el río Codpa, entre las
localidades de Guatanave y Palca. Este buffer permitió la selección de 14 cuadrantes de un
kilómetro por lado, de acuerdo a la carta geográfica 1:50.000 Codpa 5-04-01-0027-00 del
Instituto Geográfico Militar de Chile.
1 Un buffer corresponde a una zona que comprende una distancia específica alrededor de una variable espacial. Los
buffer son ampliamente utilizados para efectuar análisis de proximidad (ESRI 1996).
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Figura 1. Universo de estudio señalando los cuadrantes de prospección y el buffer de 400 m en color rojo.
Esta delimitación territorial posee tal amplitud que permite documentar una serie de
asentamientos arqueológicos, áreas de actividad y de recursos que pueden llevar a establecer
inferencias sobre patrones de ocupación y organización social en el valle de Codpa. Claro está
que tales inferencias corresponden a etapas posteriores al proceso de prospección, tal como
señalamos con anterioridad.
2 Inicialmente, la selección de los cuadrantes se realizó sobre la base de una carta geográfica de datum WGS84.
Los valores aquí presentados corresponden a la transformación numérica desde el datum WGS84 al PSAD56.
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Las características particulares del universo de estudio indican la presencia de dos sectores
diferenciados, tanto por sus condiciones de visibilidad y accesibilidad del terreno, como por la
abundancia y agrupamiento de las evidencias arqueológicas y la obstrusividad de los diferentes
materiales culturales. A estos dos sectores diferenciados se les ha denominado Estrato Bajo y
Estrato Alto.
El Estrato Bajo (en adelante EB) corresponde al fondo de la quebrada y las laderas adyacentes
al río, lugares donde se concentra hoy en día la mayor parte de las actividades productivas.
Comprende desde el sector de Guatanave hasta Palca, incluyendo las desembocaduras de las
Quebradas Puquio y Sibitaya (representa un 48,77% del área total). Entre los factores que
afectan la probabilidad de descubrimiento destacan: 1) La visibilidad que se ve condicionada
por la presencia de cultivos arbóreos y arbustos, presencia de ocupaciones actuales,
reocupaciones de sitios arqueológicos, alteración antrópica del terreno y derrumbes naturales
de la ladera de la quebrada. 2) La accesibilidad que se ve restringida por la propiedad privada
con presencia de cercos que impiden el acceso a las parcelas de terreno. La única manera de
transitar a lo largo de la quebrada es a través de la huella vehicular que se dispone
inmediatamente sobre los límites de la propiedad privada. La alta pendiente de las laderas de la
quebrada impone fuertes restricciones a la movilidad, siendo posible recorrer sólo aquellos
espacios menos abruptos que se disponen por sobre la huella vehicular. 3) Las características
de abundancia y agrupamiento de las evidencias arqueológicas pueden ser estimadas solo
después del registro de las mismas. 4) Respecto de la obstrusividad de los materiales
arqueológicos podemos destacar la dificultad para distinguir las estructuras de piedras
dispuestas en las laderas de los cerros donde el componente rocoso disperso es el mismo que
de las construcciones de piedra.
El Estrato Alto (en adelante EA) corresponde a las planicies inter-quebradas o áreas que se
encuentran fuera de la quebrada principal. Comprende las cumbres de cerros, planicies altas y
quebradas menores tributarias de las de Codpa, Puquio y Sibitaya (representa un 51,24% del
área total). Entre los factores que afectan la probabilidad de descubrimiento en este estrato
destacan: 1) Las características topográficas facilitan la visibilidad de las evidencias
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arqueológicas, tanto porque el terreno es menos abrupto, como porque existen condiciones de
erosividad menores de la superficie del suelo. 2) La accesibilidad se ve facilitada porque este
espacio es de propiedad fiscal y no existen impedimentos antrópicos que dificulten la libre
circulación; así como los niveles menores de pendiente facilitan el desplazamiento por el área.
3) Las características de abundancia y agrupamiento de las evidencias arqueológicas pueden ser
estimadas sólo después del registro de las mismas. 4) Respecto de la obstrusividad de los
materiales arqueológicos podemos señalar que las estructuras de piedras presentan menor
obstrusividad, ya que muestran un mayor contraste con la superficie de los suelos altamente
oxidados por las condiciones climáticas.
La delimitación espacial de los estratos se realizó mediante la definición del punto de quiebre
de las planicies altas y la quebrada principal, de tal manera que ambas vertientes y el lecho de la
quebrada de Codpa quedaron incluidas en el EB (Figura 2).
obtener una muestra de los tipos de evidencias presentes en la sección alta de la quebrada
(Parsons 1990).
Para el EB se definió una Prospección por Cobertura Total con el propósito de obtener una
perspectiva lo más completa posible respecto de la distribución de las evidencias arqueológicas
en el espacio (Fish y Kowalewski 1990). Para el EA, en cambio, se prefirió la aplicación de una
Prospección por Muestreo al Azar con el interés de obtener un panorama representativo de las
evidencias arqueológicas presentes en esta sección (Muller 1975), que de acuerdo al supuesto
señalado deberían ser menores a las del EA. Este muestreo se realizó sobre la base de una tabla
de números aleatorios (Gallardo y Cornejo 1986; Shennan 1992), eligiéndose los cuadrantes
números 5, 7, 12 y 14 que en conjunto constituyen un 28,98% del EB (Tabla 1 y Figura 3).
Figura 4. Mapa de pendientes del área de estudio. Los colores rojos indican los lugares de mayor pendiente.
Debido a la gran pendiente que posee el terreno en este estrato, la orientación específica de los
transectos a recorrer dependerá directamente del trazado de la huella vehicular. Además, la
cantidad total de transectos en este espacio particular, depende de la amplitud de la ladera y del
grado de pendiente que ésta tenga. Por lo tanto, no es posible establecer de antemano la
cantidad total de transectos, ni las dimensiones que estos pueden alcanzar.
Para el EA, la separación entre los prospectadores no fue superior a 100 metros, lo que
permitió registrar la totalidad de los sitios de alta densidad y la mayoría de los sitios de baja
densidad de acuerdo a las condiciones de visibilidad ya mencionadas. Esta mayor separación
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entre prospectadores se corresponde con una menor pendiente del terreno del EA. Cada uno
de los transectos fue organizado en recorridos lineales, adecuándose a la forma de los
cuadrantes muestreados, cuyas dimensiones son de 1.000 m por lado.
4.6 Postproceso
Después de cada campaña de terreno, la información de los navegadores GPS y cámara digital
es descargada en el computador. Para la correcta lectura y conversión de datos se utiliza el
programa MapMaker 3 , donde los datos son almacenados en coordenadas rectangulares planas
(UTM) de acuerdo al Datum Provisorio Sudamericano 1956 (PSAD56), Huso 19, Faja K. Para
la integración de los datos del GPS y la cartografía de base se utiliza el programa ArcView 3.2 4
y para la elaboración de la base de datos se utiliza el programa Microsoft Excel.
3 http://www.mapmaker.com/
4 http://www.esri.com/
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5 RESULTADOS
Se llevaron a cabo seis campañas de terreno entre noviembre de 2002 y agosto de 2004. En las
campañas de terreno participaron tres arqueólogos y dos ayudantes de terreno 5 en un total de
18 días. La Tabla 1 nos muestra la cantidad de días y personas que permitieron cubrir los
diferentes sectores del área de estudio. Esta información nos lleva a afirmar que el área
recorrida pudo ser cubierta por una persona en 36 días de terreno.
Tabla 1. Resumen de las campañas de terreno señalando la cantidad de días y personas que permitieron cubrir el
área de estudio.
Campaña Fecha inicio Nº Días Nº Prospectores Personas/Campaña
1º 17/11/2002 3 3 9
2º 05/01/2003 3 2 6
3º 14/03/2003 4 2 8
4º 25/04/2003 5 1 5
5º 27/02/2004 1 2 2
6º 06/08/2004 2 3 6
5En las campañas de terreno participaron Álvaro Romero (Arqueólogo), Daniella Jofré (Arqueóloga), John
Graniffo (Profesor Educación Física), Jacinto Santana (Profesor Historia y Geografía) y el autor del informe.
20
ha % ha % ha %
Teórica 682,71 48,76 209,60 14,97 892,31 63,73
Real 625,50 44,68 193,13 13,80 818,63 58,48
Figura 5. Áreas de cobertura real de la prospección. El achurado gris claro corresponde al estrato bajo recorrido.
El achurado gris oscuro corresponde al estrato alto recorrido.
Además, se debe señalar que en términos específicos, al interior de cada sección o cuadrante
hubo espacios que no pudieron ser recorridos a pie, debido a las limitaciones que imponían la
propiedad privada y los espacios bloqueados por cercos perimetrales. Por otro lado, como fue
señalado en el diseño de prospección, tampoco se prospectaron aquellos lugares de ladera de
cerro que presentaban pendientes abruptas o condiciones del terreno difíciles para el
desplazamiento. Por estos motivos, los recorridos siguieron el sentido del camino vehicular,
documentando evidencias arqueológicas generalmente en las partes superiores de este camino.
La prospección permitió registrar un total de 324 URA (Anexo 1), de las cuales un 77% se
localiza en el EB y un 23% en el EA (Figura 6). Si bien, a primera vista puede parecer que en el
EB hay una mayor cantidad de sitios, la abundancia de las evidencias arqueológicas, medida a
través de su densidad, esto es el número de URA dividido por el área, nos indica que para el
EB se presentan 39,78 URA por cada kilómetro cuadrado y para el EA 38,86 URA por
kilómetro cuadrado. Esto nos lleva a rechazar el supuesto de que en el EB se encontraría una
21
6 Para el cálculo de la densidad se utilizó solamente la información de las evidencias arqueológicas puntuales y no
aquellas lineales, debido a que estas últimas en ocasiones ocupan tanto el EB como el EA simultáneamente.
22
El registro de las evidencias en el terreno, mediante GPS, resultó en la obtención de dos tipos
de datos: puntuales y lineales. Generalmente, los puntos corresponden a evidencias con una
presencia singular en el espacio, mientras que las líneas corresponden a elementos que se
proyectan en el espacio y se presentan, en ocasiones, de manera extendida ocupando
simultáneamente uno u otro cuadrante y/o estrato. Las URA que hemos documentado
corresponden en un 89,51% a elementos de puntos y en un 10,49% a elementos de líneas.
Como una forma de presentar los datos de la prospección de manera más ordenada, -
considerando las implicancias que tiene una representación geométrica singular o extendida de
las URA-, es que en primer término presentaremos la localización y distribución de los
elementos puntuales considerando sus características inmuebles y muebles, así como sus
características de alta y baja densidad. Posteriormente, nos referiremos a las principales
características de localización y desplazamiento de los elementos lineales.
5.1.1.1.1 Corrales
Estructura construida con muros de piedra de forma ovoidal y que generalmente se encuentra
con restos de guano en superficie (Figura 8). Corresponde a la variable con mayor
representación en el espacio (53 URA) y se asocia tanto a evidencias de Alta Densidad
Arqueológica y Alta Densidad Histórica. Se distribuye principalmente en el EB, y,
excepcionalmente en el EA. En este último, se encuentra asociado a senderos troperos que
descienden a la quebrada, sectores de paradero de animales y a un pucara. En el EB, son muy
comunes y se localizan en toda su extensión. Se denota una pequeña concentración entre el
sector de Guatanave-El Chaco.
5.1.1.1.4 Tendederos
Aterrazamiento realizado en la ladera de los cerros, de tamaño pequeño, cuyas formas van
desde las semicirculares a las irregulares (Figura 10), en algunos casos con muros de contención
en piedra, especialmente en lugares muy escarpados, que se utilizan desde tiempos históricos
para la deshidratación de los frutos tales como la pera, el durazno y el membrillo (26 URA).
Estos elementos, por lo tanto corresponden a estructuras netamente agrícolas y se localizan
solamente en el EB. La distribución espacial de este tipo de estructuras se concentra
especialmente en los sectores de Guatanave, Guañacagua, El Chaco y hacia el E de Chitita,
asociándose directamente con dos sitios de Alta Densidad Histórica.
Figura 11. Vivienda de forma rectangular construida en piedras dispuesta en terraza habitacional histórica.
homogénea por ambas laderas del valle. Mayores características son señaladas en el apartado
“Componentes Arquitectónicos”.
Figura 12. Estructura circular pequeña asociada a material lítico en el alto este de Guañacagua.
29
restricciones para recorrer ampliamente este sector de la quebrada. Por otro lado, sabemos que
las terrazas agrícolas se distribuyen casi homogéneamente por el valle, presentándose de
manera monumental especialmente en los sectores de Guatanave-Guañacagua y Chitita-Palca.
5.1.1.1.10 Aleros
Concavidades rocosas de formación natural que presentan pisos de ocupación y evidencias de
no diagnósticas en superficie (10 URA). Se asocian a dos sitios de Alta Densidad Histórica en
sectores de pendientes rocosas abruptas (Figura 14). Su distribución es relativamente
homogénea en el espacio, presentándose en un 60% en el EB y 40% en el EA. La característica
común de los aleros es su asociación con espacios de tránsito, utilizando este elemento
especialmente como un refugio transitorio. Esta característica, y la presencia de elementos
muebles de varios momentos temporales nos llevan a plantear que este tipo de elemento ha
sido utilizado en tiempos tanto prehispánicos, históricos como actuales.
Figura 14. Alero rocoso con material arqueológico en el sector de Guatanave, ladera sur.
31
5.1.1.1.11 Revolcaderos
Concavidad o ahondamiento de la superficie del terreno debido a factores faunísticos (10
URA). Estos rasgos se encuentran presentes solamente en el EA y asociadas a aquellos
espacios donde hay senderos troperos y senderos tipo rastrillo, como sucede en los cuadrantes
5, 7 y 12 (Figura 15). Las evidencias muebles que se encuentran junto a estos rasgos
corresponden principalmente a guano de camélido y desechos de talla lítica (p. e., sílice). Por lo
tanto, es posible establecer que este tipo de evidencia inmueble corresponde a espacios de
descanso utilizados por las tropas de camélidos, conocidos localmente bajo el término de
“revolcaderos”.
5.1.1.1.12 Calvarios
Estructuras de piedra y/o adobe con niveles escalerados, de forma cuadrangular que
sostuvieron o sostienen en la parte más alta una cruz de madera (9 URA). En el 77,7% de los
casos se presentan en el EB, y en un 22,3% en el EA. Su distribución en el espacio sigue pautas
bastante uniformes. No se asocia directamente a sitios de Alta Densidad Arqueológica, y sólo
en un caso a un sitio de Alta Densidad Histórica. Este tipo de estructuras se utiliza
específicamente para fines rituales y se asocia directamente con la introducción de la religión
cristiana (Figura 16).
5.1.1.1.13 Depresiones
Concavidad o ahondamiento de la superficie del terreno, debido a factores antrópicos (8
URA). Su presencia es escasa, por lo que es difícil establecer pautas espaciales en su
construcción. Algunas de estas corresponden a estructuras creadas por el ser humano como
refugio temporal, similar a la estructura circular pequeña u otros elementos ligados a los
asentamientos, como se puede desprender de su asociación a dos sitios de Alta Densidad
Arqueológica y a un sitio de Alta Densidad Histórica. En otros casos corresponden a rasgos
33
5.1.1.1.14 Petroglifos
Los bloques de petroglifos (5 URA) se ubican en el sector de Guatanave-Guañacagua
(cuadrantes 4 y 5) y Palca (cuadrante 9). Uno de ellos se asocia a un sitio de Alta Densidad
Arqueológica, que corresponde a un cementerio prehispánico; sin embargo, los motivos del
petroglifo corresponden a calvarios de origen hispánico. Otros tres petroglifos se ubican a
orillas del sendero tropero que conecta el actual Pueblo de Guañacagua con el Pucara de
Guañacagua. Sus motivos son una combinación de figuras prehispánicas e hispánicas de
camélidos, cruces y campanarios (Figura 17). Finalmente, otro bloque se asocia a un sitio de
Alta Densidad Arqueológica (Viviendas de Palca N) cuyos motivos corresponden a una figura
antropomorfa y a un posible camélido.
5.1.1.1.15 Camaretas
Bloques de piedra en cuya cara superior se ha elaborado una serie de perforaciones de manera
y tamaño regular (Figura 18). Sus ejemplares (3 URA) se encuentran asociados directamente a
sitios de Alta Densidad Histórica y Actuales o a sectores con evidencias históricas en el EB.
Estas perforaciones de los bloques han sido utilizadas por la población local como soportes de
pólvora utilizada en festividades religiosas.
7En el caso del Cementerio de Guatanave, si bien no se encontraron evidencias cerámicas, el fragmento cerámico
más cercano se halla a una distancia de 78 metros, medido desde el centro de este sitio.
38
5.1.1.2.8 Vidrio
Este elemento se presenta en ambos estratos y se asocia a todos los sitios de Alta Densidad
Histórica y a dos sitios de Alta Densidad Arqueológica (32 URA). En el EB se distribuye de
manera relativamente homogénea en los sectores Guatanave-El Chaco y Chuca-Chuca-Sibitaya
y se ausenta entre Sabayane y Tanguaya. En el EA sólo se presenta en el cuadrante 5, en la
terraza intermedia y en el paradero del Alto S de Guañacagua.
39
5.1.1.2.14 Loza
Este elemento se presenta en ambos estratos, asociándose a cuatro sitios de Alta Densidad
Histórica y a ningún sitio de Alta Densidad Arqueológica (17 URA). En el EA se presenta de
manera muy puntual en el paradero del alto S de Guañacagua y en el cuadrante alto del S de
Chitita. En el EB se concentra principalmente en los sectores de El Chaco y Chitita.
Figura 20. Evidencias prehispánicas (en rojo) e históricas (en azul) de alta densidad arqueológica.
Los senderos que conservan una extensión mayor se ubican fuera de los espacios de
producción agrícola del valle, en las laderas del cerro y en el EA. Los más importantes, a
nuestro juicio, se ubican en los sectores de Guañacagua, Tanguaya, Chitita y Palca. En
Guañacagua se registraron tres senderos que acceden al sector de confluencia del valle, uno
desde la planicie norte, otro desde la planicie sur y otro desde la planicie este (Figura 21). Uno
de estos tramos se asocia directamente con el Pucara de Guañacagua, el que controla
visualmente, por lo menos, unos 500 metros continuos de este sendero. El pucara también
tiene control visual sobre los otros dos segmentos de caminos que descienden al valle.
En Tanguaya se presenta otro sendero que desciende al valle desde la planicie norte pasando
por el asentamiento de Tanguaya Este. Este sendero se conecta en la planicie alta con el
sendero que asciende desde el este del sector de Guañacagua.
En Chitita se registra otro sendero de acceso al valle desde la planicie sur, el que se asocia, en
cierta medida, al Pucara de Chitita. En este caso, el Pucara de Chitita no alcanza la misma
capacidad visual que el Pucara de Guañacagua, debido a que se ubica a una altura relativa
inferior que el entorno, y a que el sendero principal desciende por una quebradilla que se ubica
hacia el oeste.
Finalmente, en Palca se presenta otro sendero que accede al sector de confluencia del valle,
desde la planicie este. El sendero debe atravesar por medio del Poblado de Palca para poder
llegar hasta la parte más baja de la quebrada.
Los senderos que descienden al valle se caracterizan por lo general por presentar una mayor
sofisticación arquitectónica detectándose muros de contención, en algunos casos, de varios
metros de alto; escalas de piedra labradas en la roca o dispuestas en el lugar para salvar algún
accidente en el terreno; vías alternativas para el ascenso y el descenso con diferencias en su
inclinación; rellenos de tierra y muros especiales para colocar un segmento de camino en
lugares donde naturalmente es muy dificultoso o imposible el tránsito (p. e., acantilados,
quebradillas), entre otros detalles.
Los senderos que se desplazan por espacios regulares con escasa pendiente, generalmente no
presentan mayores características constructivas. Ahora Bien, en superficie se observan los
surcos originados por el paso constante de personas y animales, produciendo a su vez un
cambio en la coloración de la superficie del terreno, el cual es de un color más claro que el
resto de la superficie rocosa que se halla más oxidada.
48
Una vez que hemos presentado los datos de la prospección considerando tipos de datos
puntuales y lineales, y en el primer caso sus características inmuebles y muebles, así como de
alta y baja densidad de las evidencias arqueológicas, pasaremos a analizar algunos aspectos
básicos sobre los componentes del patrón de asentamiento. Para esto, realizaremos una
descripción de los componentes arquitectónicos y alfareros más relevantes de las evidencias
arqueológicas de alta densidad. Esto nos permitirá alcanzar una primera aproximación a las
formas de asentamiento en tiempos prehispánicos e históricos de la zona de estudio.
Dentro de los componentes arquitectónicos hemos considerado elementos tales como las
viviendas, las plazas, los depósitos, los pasillos y escaleras, los muros y fosos y las tumbas que
nos permiten entregar una visión respecto de los principales tipos constructivos del área de
estudio.
como la parte anterior de otras viviendas o como parte de pasillos de comunicación entre
viviendas. La disposición de las viviendas no presenta un orden aparente, más bien parece que
se presentan de manera orgánica, de acuerdo a la topografía del lugar (Muñoz et al. 1997).
Para tiempos históricos se produce un cambio en las formas constructivas. Las viviendas se
edifican bajo un patrón rectangular, utilizándose para ello piedras canteadas y/o adobes en su
construcción y un techo a dos aguas. Si bien, este patrón ya existía en momentos del Período
Tardío y así lo atestiguan edificaciones en los sectores de Incauta, Molle Grande y Cobija, estas
formas arquitectónicas no se documentaron en nuestra área de estudio. Parte integrante de este
patrón rectangular son los poyos o asientos dispuestos principalmente en las partes internas de
estas construcciones o los camastros en las construcciones de dormitorio (Schiappacasse y
Niemeyer 1997). Se desconoce hasta el momento si existen diferencias temporales o
funcionales respecto de las construcciones con materiales de piedra o adobe y es algo que se
puede resolver en futuras investigaciones.
8 La Sra. Angelina Aguilar del Sector de Palca ha ocupado estas estructuras hasta tiempos recientes para el
depósito de alimentos, ya que permite mantener frescos los alimentos, alejados de bichos y animales y fuera del
alcance de otras personas, especialmente cuando la casa queda sin moradores por algún tiempo. Para esto utiliza
barro y paja sobre la cual dispone una piedra laja como tapa.
51
Palca). Las tres plazas documentadas presentan un acceso ascendente bien definido mediante
escalas de piedras. La forma de estos espacios son variables y el tamaño varía dependiendo de
la pendiente del lugar. De esta manera, la plaza del Pucara de Guañacagua presenta las mayores
dimensiones (20 m de largo y 9 m de ancho) siendo la que presenta los menores niveles de
pendiente en el lugar. Por lo general las plazas se disponen siempre hacia un costado del
asentamiento, aprovechando el espacio más alto del lugar y con mejor visibilidad del entorno.
En el contexto de los asentamientos históricos, sólo hemos documentado la plaza del Pueblo
de Guañacagua (URA 323) la cual se dispone en medio del pueblo, no alcanzando a formar
una cuadra propiamente tal, sino más bien un pequeño espacio público en medio de las
viviendas. Otros espacios públicos se localizan frente a las iglesias y se trata de espacios donde
se ha aterrazado la superficie del terreno, se ha pavimentado su superficie y se han puesto
53
límites con muros de piedra, espacios para jardines, escalas de acceso y gradas como asiento del
público (Caserío de Guatanave, Pueblo de Guañacagua y Pueblo de Chitita).
Figura 25. Escalera de acceso hacia el sector de la plaza del Poblado de Palca.
Para tiempos históricos los pasillos se han transformado en vías de circulación más amplias.
Las escalas de piedra se utilizan tanto en contextos domésticos para acceder a las terrazas
habitacionales, como en contextos sociales y religiosos para acceder a las plazas que están
frente a las iglesias.
54
Figura 26. Muro perimetral del Pucara de Guañacagua y Foso en el acceso al Pucara de Chitita.
55
Para tiempos históricos se registró el Cementerio Actual Guañacagua (URA 97), el cual
presenta una gran cantidad de entierros desde época histórica desconocida y probablemente
prehispánica a juzgar por las evidencias cerámicas en superficie. El patrón de entierro del
individuo es extendido decúbito dorsal, colocándose en superficie un montículo de tierra
alargado o una estructura sólida con una cruz hacia la cabecera del difunto.
En síntesis, encontramos elementos arquitectónicos que han sido descritos para otros sectores
de la precordillera. En relación con la forma de las viviendas prehispánicas se ha hablado de un
patrón circular que tiene sus variantes de acuerdo a su disposición en terrenos más o menos
inclinados (Muñoz et al. 1997). Este patrón circular se extendería por lo menos entre los valles
precordilleranos de Lluta y Camarones, observándose una convivencia de este patrón circular
con un patrón rectangular desde Camarones hacia el sur (Niemeyer et al. 1971, Uribe 2006).
56
Junto a las viviendas se observa la presencia de depósitos de cultivo de piedra que en algunos
asentamientos de presentan de forma agrupadas. Esta característica puede ser relevante para el
estudio de las formas de producción agrícola y almacenamiento comunitario. Las plazas y las
escalas de piedra, por su parte, nos permiten plantear interrogantes sobre tipos y jerarquías de
asentamientos, ya que la presencia de estos elementos no es generalizada. Para tiempos
históricos, las plazas se asocian generalmente a los principales lugares de culto religioso y de
congregación social de la población; las escalas en cambio, se asocian tanto a lugares de uso
social como doméstico.
Los muros y fosos constituyen elementos constructivos muy particulares para tiempos
prehispánicos en momentos del Período Intermedio Tardío. Estos se asocian solamente a
asentamientos de altura o pucaras. Si bien se ha dicho que tales evidencias constituyen
elementos de carácter “defensivo” (Muñoz et al. 1987b, entre otros), aún queda por investigar
más a fondo los contextos arqueológicos que hablan de momentos de conflicto entre
poblaciones.
Para tiempos históricos se generaliza la construcción con adobes, elemento constructivo que ya
era conocido en tiempos prehispánicos y que solo era utilizado para determinados tipos de
inmuebles (p.e., chullpas y kallankas). Una gran cantidad de elementos son construidos con
adobes, tal como las viviendas, depósitos de cultivo, hornos, entre otros elementos.
57
10 Estas clasificaciones de la cerámica pintada representan principalmente a los componentes cerámicos del
Período Intermedio Tardío y el Período Tardío. Por lo tanto, la presencia de otros componentes cerámicos más
tempranos pueden no verse reflejados en este trabajo.
58
Figura 28. Fragmentos de cerámica de la Tradición Serrana. Se observa en superficie unas manchas de color rojo.
Tabla 7. Tradiciones cerámicas en los lugares con evidencias prehispánicas de alta densidad.
Evidencias prehispánicas
de alta densidad
n %
Tradición Arica 7 53,85
Tradición Serrana 12 92,31
Tradición Altiplánica 9 69,23
La información previa nos permite afirmar que la alfarería constituye uno de los principales
elementos que nos permiten situar cronológicamente a los asentamientos del área de estudio.
De esta manera, todos los lugares con evidencias prehispánicas de alta densidad, al menos,
funcionaron durante el Período Intermedio Tardío, y algunos de ellos, continuaron en
actividad durante el Período Tardío. Además, nos permite señalar que existe una situación de
convivencia de las diferentes tradiciones en las áreas de asentamiento, tal cual se ha planteado
para diferentes asentamientos de la precordillera de Arica (Muñoz et al. 1987b, 1997, Romero
1999).
62
6 DISCUSIÓN
A partir del desarrollo de la prospección podemos dar cuenta de una serie de implicancias
relacionadas con los problemas señalados inicialmente en el problema de estudio, esto es, con
la cobertura e intensidad de la prospección, la unidad de registro arqueológico y el sistema de
georreferencia.
El diseño consideró una estrategia de prospección por cobertura total del estrato bajo (48,76%)
y una estrategia de muestreo del estrato alto (14,97%), lo que significaba cubrir un área teórica
de 63,73% de las 1.400 ha del área de estudio. Sin embargo, en la práctica solamente se cubrió
un 58,48% del área programada. Las áreas cubiertas y no cubiertas fueron descritas y
plasmadas en la Figura 5. Las causas que limitaron el recorrido total del área programada se
refieren a problemas logísticos relacionados con los tiempos invertidos en el desplazamiento
por el área de estudio, lo que impidió acceder dentro del tiempo proyectado a las áreas más
distantes (cuadrante 14).
Ahora bien, la intensidad corresponde a una variable que da cuenta de la cantidad de esfuerzo
invertido en recorrer determinado espacio. Este esfuerzo puede ser medido mediante la
separación de los prospectadores en el terreno, la cantidad de tiempo invertida en recorrer un
64
espacio determinado (Gallardo y Cornejo 1987), o por la cobertura visual del terreno medida a
partir de los trayectos recorridos (Ajata 2006a).
Para este trabajo la intensidad fue una variable difícil de manejar. En primer lugar, la
complejidad de la superficie del terreno no permitió el desarrollo de transectas con una
separación estándar medida en una determinada cantidad de metros. Por lo tanto, no podemos
calcular la intensidad a partir de este indicador 11 .
En segundo lugar, si bien pudimos calcular el tiempo invertido en recorrer el área de estudio
(818,6 hectáreas en 36 días por una persona) cuyo promedio es 22,7 hectáreas por persona por
día, este valor sólo es aproximado, puesto que no considera el área real recorrida (se deben
descontar los espacios de mayor pendiente de los cerros y las propiedades privadas). En este
sentido, la cifra promedio de terreno recorrido debiera ser menor en la realidad, lo que implica
una mayor intensidad del reconocimiento arqueológico.
En tercer lugar, la cobertura visual del terreno, uno de los indicadores que podría haber
aportado interesantes resultados para este trabajo, no fue posible estimarla debido a que no
todos los prospectadores disponían de equipos GPS en el momento del reconocimiento 12 .
Otro motivo que atentó contra este cálculo fue la dificultad en descargar oportunamente la
información de los recorridos o track del GPS en computadores portátiles 13 . Además, hubo
problemas en la recepción de la señal satelital del GPS especialmente en aquellos espacios de
terreno más accidentados de la parte baja de la quebrada, lo que impidió una visión clara del
cielo, y por ende de una adecuada recepción de la señal satelital.
Por lo tanto, podemos señalar que en esta experiencia en terreno se desarrolló un adecuado
trabajo de delimitación del área de estudio conociendo con certeza los límites externos de la
prospección, pero hubo dificultades con las delimitaciones internas de esta área, así como en la
cuantificación de la variable intensidad.
11 Inclusive, en los terrenos más planos, la separación entre los prospectadores constituye una mera aproximación
y en ningún caso corresponde a una realidad.
12 Para posicionar las evidencias arqueológicas registradas por personas sin GPS se contó con el apoyo de las
14 Sin embargo, esto debe evaluarse en el futuro puesto que los valores de densidad arqueológica del estrato alto
(EA) fueron obtenidos con un sistema de muestreo, cuyos cuadrantes concuerdan con los lugares de acceso al
valle. Puede ser que esta mayor densidad sea consecuencia de su asociación con estos accesos.
66
Por otra parte, la definición de prospección utilizada permitió tener una visión más amplia
respecto de los tipos de evidencia a documentar. De esta manera, se incorporó al registro una
amplia variedad de evidencias de carácter histórico, las que han sido escasamente consideradas
en los estudios previos.
El trabajo basó su sistema de registro en terreno en el uso de navegadores GPS. Esto significa
que cada evidencia registrada cuenta con una localización espacial absoluta medida en
coordenadas UTM y proyectadas en un datum específico (PDAD56). De esta manera, la
precisión máxima sobre localización de la información obtenida es el metro y el error
promedio estándar alcanza unos 10 a 15 m lo que significa un error aceptable en el contexto de
la escala de trabajo. Sin embargo, en determinadas circunstancias este error era mucho mayor y
ocurría en lugares del estrato bajo donde la quebrada presentaba pendientes demasiado
abruptas y no había una visión adecuada del cielo. El registro de las evidencias en el estrato alto
no presentó estos inconvenientes, presentando un error dentro del rango de los 7 a 10 m.
Una de las mayores ventajas con el uso del GPS es la velocidad en la toma del dato lo que
redunda en un aumento en el número de registros en terreno. Esta velocidad se debe a que las
coordenadas quedan almacenadas directamente en la memoria interna del dispositivo, evitando
así un proceso de trascripción de las coordenadas en una ficha o cuaderno de campo. La
información almacenada en la memoria del GPS, por su parte, es descargada directamente en el
computador, evitando así los típicos errores que supone el proceso de doble transcripción
numérica de las coordenadas: lectura del dato en el GPS para ser traspasada al cuaderno de
campo y lectura del dato en el cuaderno de campo para ser traspasada al computador.
Otra de las ventajas del uso de dispositivos GPS es la forma del registro espacial. Para
hallazgos puntuales se toma solamente un punto (par de coordenadas), mientras que para el
registro de rasgos lineales se toma y almacena información mediante un track. La
documentación de datos lineales es uno de los tipos de registro ampliamente beneficiados con
67
el uso del GPS, ya que el GPS almacena información puntual del rasgo cada cierta distancia lo
que permite registrar la forma y extensión del rasgo lineal.
El manejo de los datos espaciales mediante formatos digitales facilita ampliamente su uso y
manipulación por medio de sistemas de información geográfica. De esta manera, una gran
cantidad de procesos pueden ser alcanzados de forma expedita, tal como el cálculo de
coordenadas, distancias, extensiones, etc.
recorrió un total de 22,7 hectáreas por cada día de terreno (Tabla 1). Con esta información el
lector tiene claridad respecto de la intensidad de la prospección, así como de los lugares que
fueron recorridos y los que faltan por recorrer.
Por su parte, las líneas representan principalmente segmentos de senderos que nos entregaron
una visión general sobre la articulación del espacio trabajado. De esta manera, los principales
accesos al valle fueron relacionados con determinados asentamientos que cumplen un rol
estratégico en el área (p.e., Pucara de Guañacagua y Poblado de Palca).
La presentación de los datos nos permitió plantear algunas aproximaciones sobre el patrón de
asentamiento en el Valle de Codpa. Así se presentaron de forma cualitativa los principales
componentes de asentamiento a partir de sus características arquitectónicas y alfareras.
69
De igual manera, la información entregada en este trabajo sobre las evidencias arqueológicas de
alta densidad es bastante general y, por lo tanto, debe complementarse con el desarrollo de
trabajos intra asentamiento utilizando instrumental de registro espacial de mayor precisión. En
una escala espacial macro, los análisis espaciales pueden beneficiarse enormemente con la
utilización de sistemas de información geográfica (SIG). Así, es posible analizar la relación que
pueden tener distintos tipos de elementos inmuebles y muebles con las evidencias
arqueológicas de alta densidad; o la relación entre los asentamientos entre sí y con el entorno; o
de los distintos tipos de estructuras y materiales con los recursos particulares del ambiente. Lo
anterior puede dar cuenta de diferentes tipos de actividades sociales desarrolladas en el
territorio y, por ende, de los tipos de organización social y comunitaria existentes en el valle.
70
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72
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75
ANEXO 1
A) Evidencias Prehispánicas
77
El cementerio de Guatanave tiene una extensión que no supera los 50 metros de largo en
el sentido E-W y 30 metros en el sentido N-S. En la actualidad, en este espacio se
evidencian tres tumbas en el perfil expuesto de la ladera del cerro. Se trata de fosas
subterráneas de más de un metro de profundidad revestidas con piedras lajas en la parte
inferior, piedras angulares en la parte superior y cubiertas por una capa de ramas y hojas
sobre la que se depositaron piedras lajas para cubrir la estructura. La forma en planta de las
estructuras es circular.
Figura 30. Cuerpo momificado con turbante que apareció con la remoción de tierra por maquinaria en el
cementerio de Guatanave.
79
Figura 33. Pucara de Guañacagua. En primer plano se observan sus tres muros delimitadores.
La “plaza”, ubicada hacia el SW del asentamiento, posee una planta de forma semi
rectangular, cuya extensión es de 20 x 9 metros. Para su construcción se aterrazó el terreno,
elaborando una base de piedra hacia sus lados S, W y N. Hacia el W, presenta un acceso de
60 centímetros de ancho y dos metros de largo. Las viviendas se disponen hacia el NW del
84
Entre los componentes cerámicos se registraron fragmentos con decoración negro y rojo
sobre pasta con tratamiento pulido exterior; negro rojo y blanco sobre pasta; reticulados de
líneas negras sobre engobe rojo; cerámica con antiplásticos gruesos de cuarzo y superficies
estriadas; engobes rojos; engobes café oscuro muy pulidas; fragmentos con líneas negras
formando círculos concéntricos (Chilpe); un asa con decoración negro y rojo sobre la pasta
(Pocoma), fragmentos con pintura roja dispuesta desordenadamente (Charcollo), entre
otros decorados.
85
Figura 34. Vista general del emplazamiento del Asentamiento de Tanguaya Oeste.
Las estructuras se caracterizan por plantas ovales y muros dobles con relleno. Los accesos
de estas estructuras se encuentran orientados hacia el este. Hacia el oeste del asentamiento
se identificó la presencia de un depósito de cultivo subterráneo. La extensión de este
asentamiento no supera los 18 metros en sentido este-oeste. Entre los componentes
cerámicos solamente se identificó la presencia de fragmentos correspondientes a la
tradición serrana.
86
Este asentamiento se halla atravesado por el paso de un sendero tropero que conecta este
sector con el alto N de la quebrada de Codpa.
B) Evidencias Históricas
97
Figura 45. Vista panoramica del Pueblo de Guañacagua. Abajo se observa la iglesia del pueblo.
101
Figura 49. Vista del asentamiento de Chitita Oeste. En primer plano se observa un horno de barro.
106
Figura 50. Vista panorámica del sector de Chitita. El Pucara de Chitita se localiza inmediatamente sobre la
quebradilla que se observa en la parte superior central.
107
ANEXO 2
Aleros
Ladera
Estrato
Nombre
Tumbas
Corrales
Calvarios
Densidad
Area (m2)
Cuadrante
Nº de Sitio
Camaretas
Petroglifos
Oseo mular
Tendederos
Depresiones
Malacologico
Lascas liticas
Revolcaderos
Litico de Sílice
Silos de adobe
Silos de piedra
Guano de mular
Ceramica Pulida
Litico de Basalto
Periodo historico
Ceramica Alisada
Ceramica Estriada
Terrazas Agricolas
Ceramica Enlozada
Guano de camelido
Ceramica Torneada
Ceramica Decorada
Evidencias Muebles
Ceramica Engobada
Instrumentos Liticos
Monticulo de piedras
Periodo prehispanico
Cuescos de duraznos
Evidencias Inmuebles
Ceramica no Decorada
Terrazas Habitacionales
Ceramica con Mica dorada