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Mª Ángeles: 1- La ópera en el barroco:<br />La ópera barroca fue un espectáculo

diseñado para atraer tanto a la vista como al oido. Se difundió por toda Europa pero su
trayectoria triunfal fue seguida por dos siglos de abandono, tiempo durante el cual fue
denigrada por pasada de moda sin la menor esperanza, falta de dramatismo, pomposa y
vacía. El auge de la musicología a fines del siglo XIX trajo consigo la exhumación de
una obra tras otra y pasado el recodo del siglo la escuela neobarroca, en reacción contra
el drama musical wagneriano, sacó provecho de ello. El nombre de Monteverdi resonó
una vez más después de muchos años; tras la primera gran guerra, las obras de Haendel
volvieron a la escena por vez primera en Göttingen. Había mucho que resucitar,
aparentemente como vía de escape de la emotividad del romanticismo tardío, pero un
exponente del docorativo estilo vocal barroco, en verdad la estrella de la ópera barroca,
había desaparecido sin remedio: el castrato, el varón<br />mutilado que fue la creación
extravagante y víctima del bel canto. <br />Orígenes de la ópera:<br />La palabra
"ópera" significa "trabajo" u "obra" en idioma italiano (del plural del Latín opus que
significa "trabajo" o "labor") sugiriendo que combina el arte del canto solista y coral,
declamación, actuación y danza en un montaje de espectáculo. Esta forma surgió en
Italia desde un contexto de variadas formas de entretenimiento cortesano, y aunque las
primeras óperas fueron modestamente montadas en comparación con otras formas
contemporáneas de drama cantado, la ópera las superó, y actuó como transición entre la
corte y el teatro público, adquiriendo los espectaculares montajes típicos del
Intermedio.<br />Dafne, de Jacopo Peri fue la primera composición generalmente
considerada ópera, tal como se la define actualmente, aunque con sólo cinco partes
instrumentales fue mucho más una Ópera de cámara que el precedente Intermedio o que
las óperas de Claudio Monteverdi unos años después. Fue escrita alrededor de 1597, en
gran parte, bajo la inspiración de un círculo elitista de literatos humanistas florentinos,
conocido como la Camerata Florentina. Claramente, Dafne fue una tentativa por
restablecer la clásica tragedia griega, como parte del movimiento más amplio de hacer
resurgir la antigüedad clásica, característica del Renacimiento. Los miembros de la
Camerata consideraban que los coros de los dramas griegos eran originalmente
cantados, y posiblemente también el texto entero de todos los roles; la ópera así fue
concebida como una manera de restaurar esta situación. El libreto fue de Ottavio
Rinuccini, que había escrito algunos de los intermedios de Medici de 1587, en los
cuales también Peri se había involucrado; Rinuccini parece haber reciclado algo del
material de sus intermedios anteriores (ver imagen superior). Mucha de la música de
Dafne desafortunademente se ha perdido (el libreto fue impreso y se conserva), pero
una de las últimas óperas de Peri, Euridice, de 1600, es la primera ópera que ha
sobrevivido hasta el día de hoy.<br />La tradición de montar drama con música cantada
deriva de formas seculares y religiosas de la Edad Media, y en el tiempo en que aparece
la primera ópera, el Intermedio italiano tiene sus formas equivalente en varios
países.<br />Escuelas de ópera en italia:<br />Florencia:La Pintura del Doecento, en
Italia, estaba dominada por la maniera greca, una forma o estilo de pintura mural o
mosaico caracterizada por la composición plana y por su temática y estética bizantina. A
lo largo del siglo XIII, pintores italianos como Pietro Cavallini, Cimabue y oltros, al
incluir en sus pinturas, elementos con acentos paleocristianos, retomaron una tradición
que nunca se había perdido del todo y que estaba muy presente ya en los frescos i
mosaicos de la iglesia de San Clemente al Laterano (hacia 1080), o en los mosaicos del
ábside de Santa Maria in Trastevere (hacia 1145), ambas iglesias en Roma .<br />Giotto
di Bondone y los pintores de la escuela florentina, durante los primeros años del
Trecento, al superar la maniera greca lograron un avance decisivo en el desarrollo de un
nuevo lenguaje pictórico. La ciudad de Florencia, junto con la ciudad de Roma habían
sido los reductos más persistentes de la tradición clásica durante la etapa de la Pintura
del Doecento, caracterizada por sus acentos bizantinos que dominaba el arte de la
pintura en la Italia del Duocento.
 La ópera en Francia:<br />La ópera francesa es el arte de la ópera cantada en francés
y que se desarrolla en Francia. Francia tiene una de las tradiciones operísticas más
importantes de Europa, con obras de compositores nacionales de la talla de Lully,
Rameau, Berlioz, Bizet, Debussy y Poulenc, además de aportaciones de muchos
compositores extranjeros, como Gluck, Cherubini, Rossini, Meyerbeer y Verdi.<br />El
género operístico francés se inició en la corte del rey Luis XIV con la obra de Jean-
Baptiste Lully Cadmus et Hermione (1673). Lully y su libretista Quinault crearon la
«tragédie en musique», una forma escénica en la que la música de baile y la escritura
coral tenían un papel especialmente destacado.[1] El sucesor más importante de Lully
fue Rameau, y a su muerte tomó el relevo el alemán Gluck, que produjo en la década de
1770 una serie de seis óperas para la escena parisina que renovaron por completo el
género. Al tiempo, a mediados del siglo XVIII, otro género operístico iba ganando
popularidad en Francia: la «opéra-comique», en el que las arias alternaban con el
diálogo hablado.[2] En la década de 1820, la influencia de Gluck en Francia dio paso a
un nuevo gusto por las óperas de Rossini y una obra suya, Guillaume Tell, ayudó a
fundar otro nuevo género, conocido como «grand opéra», cuyo exponente más
destacado fue Giacomo Meyerbeer.[3] Otro género más, de tono más ligero, el de la
«opéra-comique», también gozó de gran éxito en manos de Boïeldieu y Auber. En este
clima, surgieron las óperas de Hector Berlioz que lucharon, sin conseguirlo, por obtener
el éxito del público: su obra maestra épica, Les Troyens, la culminación de la tradición
gluckiana, no tuvo una representación adecuada hasta casi cien años después de ser
escrita.<br />En la segunda mitad del siglo XIX, Jacques Offenbach dominó otro nuevo
género, la opereta, con obras ingeniosas y cínicas como Orphée aux enfers;[4] Charles
Gounod tuvo un gran éxito con Faust;[5] y Bizet compuso Carmen, probablemente la
ópera francesa más famosa de todos los tiempos. Al mismo tiempo, la influencia de
Richard Wagner se consideró un desafío a la tradición francesa. Tal vez la respuesta
más interesante a la influencia wagneriana fue la singular obra maestra operística de
Claude Debussy, Pelléas et Mélisande (1902),[6] considerada un auténtico «no man′s
land» del arte lírico.[7]<br />En el siglo XX ya no hay operistas franceses y la ópera
aparece en el opus de los diferentes compositores como un hecho aislado, sin
continuidad. Un compositor, una o dos óperas, aunque eso sí, firmadas por autores de la
talla musical de Ravel, Poulenc o Messiaen.
 La zarzuela en España (s. xvii, xviii):<br />Parece que los primeros autores que
aportaron su genio a este nuevo estilo de teatro musical fueron Lope de Vega y
Calderón de la Barca. Según las investigaciones, Calderón es el primer dramaturgo que
adopta el término de zarzuela para una obra suya titulada El golfo de las sirenas (1657)
que interpretaba la vida de un joven aventurero que emprendía un largo viaje lleno de
misterios y peligros.<br /> Lope de Vega<br />Lope de Vega escribió una obra que
tituló La selva sin amor, drama con orquesta. Según el autor era «cosa nueva en
España». En el prólogo de 1629 de esta obra se dice: «Los instrumentos ocupaban la
primera parte del teatro, sin ser vistos, a cuya armonía cantaban las figuras los versos en
aquella frondosa selva artificial, haciendo de la misma composición de la música las
admiraciones, quejas, iras y demás afectos…». Sin embargo, sólo se conserva la música
suficiente en la obra Los celos hacen estrellas de Juan Hidalgo y Juan Vélez de
Guevara, que se estrenó en 1672. Con esta obra se puede tener una idea de cómo era
este género en el siglo XVII y como marco la diferencia para las siguientes doctrinas del
genero.<br />Busto de Ramón de la Cruz en Madrid (L. Coullaut, 1913)<br />El siglo
XVIII da entrada a la dinastía de los Borbones; con ellos se pusieron de moda los estilos
italianos en diversas manifestaciones artísticas, incluida la música y la danza en los
centros de convivencia de la plebe. Las zarzuelas del siglo XVIII se convirtieron en
obras estilísticamente parecidas a las óperas italianas: por ejemplo, las obras de Antonio
de Literes. Pero al llegar el reinado de Carlos III, amante de las buenas representaciones
teatrales los problemas políticos provocaron una serie de revueltas contra los ministros
italianos llevando el conflicto ala toma de ayuntamientos y disturbios frecuentes (cual
por ejemplo, Esquilache (i.e. Squilacce), hecho que repercutió en las representaciones
teatrales y de nuevo imperó la tradición popular española representada, en esta ocasión,
por los sainetes de don Ramón de la Cruz. La primera obra de este autor representada en
este género fue Las segadoras de Vallecas (1768), con música de Rodríguez de Hita.<br
/>La ópera en Inglaterra:<br />En Inglaterra, uno de los antecedentes de la ópera en el
siglo XVI fue la Afterpiece que se interpretaba al final de una obra; a menudo
escandalosa, y consistente, en general, de diálogos ajustados a música arreglada de
melodías populares. En este sentido, algunas afterpieces anticiparon la Ópera de baladas
del siglo XVIII. Al mismo tiempo, la Mascarada francesa fue ganando una firme
recepción en la Corte Inglesa, con majestuoso esplendor y escenarios altamente
realistas. Íñigo Jones se convirtió en el diseñador líder de estas producciones, y el estilo
dominó los escenarios ingleses por tres centurias. Estas mascaradas contenían canciones
y danzas. En la mascarada Lovers Made Men (1617), escrita por Ben Jonson, uno de los
principales dramaturgos del género, se cita: "the whole masque was sung after the
Italian manner, stilo recitativo" (la mascarada entera fue cantada luego de la manera
italiana, estilo recitativo).
 tngo esa parte

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