Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Estructura de la narración
Como sucede con otros elementos, el tratamiento que reciben los incluidos en este apartado
en la literatura infantil y juvenil no se diferencia mucho de la función que cumplen en la
literatura dirigida a los adultos. Lo que hacemos es priorizar aquellos aspectos que más
rentabilidad tienen en el análisis de nuestros libros.
Así pues, optamos por analizar las construcciones o las marcas lingüísticas que se utilizan
para conseguir determinadas opciones estilísticas y, aunque es necesaria una división en
apartados, hemos de entender la obra literaria como un todo, como un conjunto de opciones
estilísticas cuyo valor literario nace, entre otras cosas, del efecto creado por todas ellas.
La estructura narrativa del relato para cine, según el manual de Syd Field
La estructura narrativa que mantiene la mayoría de las narraciones de tradición oral y que
consideramos prototípica de la narrativa infantil sigue un esquema quinario (Tabla 1), es
decir, los hechos se organizan en cinco momentos o secuencias y cada una cumple una
función determinada siguiendo una progresión lineal.
Tabla 1
Secuencia Función discursiva
Situación inicial Se parte de una situación estable. Se presentan los
personajes principales, el escenario, la época y las
relaciones que se establecen. También pueden
presentarse las propuestas estilísticas escogidas.
Inicio del conflicto Llamada también inicio de la acción, del nudo o de
la complicación. Hay una acción o un
acontecimiento que modifica la situación inicial e
introduce una tensión.
Conflicto Es el resultado de la secuencia anterior: uno de los
participantes desarrolla una serie de acciones para
intentar resolver el conflicto.
Aunque lo habitual es que se expliciten las cinco secuencias narrativas, puede ser que alguna
de ellas no aparezca. Por ejemplo, la situación inicial se hace imprescindible en muchas de
las novelas del XIX, pero en la actualidad muchas narraciones la obvian ya que el cuadro
inicial, es decir, los personajes y sus circunstancias son ya conocidos por el lector, lo que hace
innecesaria su presencia.
La forma en que se presenta la situación final también ha cambiado. Si en un momento
histórico el final feliz parecía imprescindible, en la actualidad puede ocurrir que el conflicto
no se resuelva, en el sentido de cambiar la circunstancia que lo motivó, pero sí que hay un
cambio en la manera de enfrentado. Dado que la mayoría de los libros actuales tiende a
asimilar al protagonista con el lector del libro, el autor le propone una resolución más
próxima a su realidad extraliteraria en la cual, por ejemplo, unos padres separados no vuelven
a casarse, pero el protagonista, y con él el lector, sí puede llegar a entender y a superar el
conflicto de la separación.
Puede ocurrir, fundamentalmente en el caso de los libros para los más pequeños, que esta
estructura quinaria se reduzca a una estructura ternaria, reduciéndose a un inicio, acción y
resolución, con lo cual la situación inicial y final prácticamente no se explicitan o se funden
con el inicio o resolución del conflicto.
Los relatos juveniles que narran aventuras de iniciación acostumbran a plantear
esquemas más complejos, similares a la estructura que Propp planteaba para los relatos
maravillosos. Vogler propone una adaptación de este esquema que siguen novelas como
Harry Potter (Rowling 1999) o películas como E. T. El extraterrestre (Spielberg 1982), El rey
león (Allers y Minkoff, 1994) o Titanic (Cameron -1997). En estos relatos se propone un
viaje iniciático del héroe, quien sigue los pasos que describimos a continuación: