Sei sulla pagina 1di 22

Revista Austral de Ciencias Sociales 23: 61-82, 2012

DOI: 10.4206/UHYDXVWUDOFLHQFVRFQ

historia política y, al mismo tiempo, proponemos


a manera de reflexión algunos temas para su
indagación, tales como la cultura política y
violencia política.

Palabras clave: Chile, dictadura militar,


historiografía, nueva historia política, Augusto
La dictadura militar de Pinochet.

Augusto Pinochet como Abstract


Nueva Historia Política:
The following article aims at placing General
Perspectiva historiográfica Augusto Pinochet’s military dictatorship in
Chile as a field study for the development and
y algunos temas para su positioning of a new political history focused
on people’s actions. For that purpose, we
indagación characterize the new political history and, at
the same time, we propose some topics to
Augusto Pinochet’s military dictatorship as be inquired and reflected on, such as political
a New Political History: Historiographical
culture and political violence.
perspective and some inquiry topics
Key words: Chile, military dictatorship,
Danny Monsálvez A.* historiography, new political history, Augusto
Pinochet.
Resumen
Introducción
El siguiente artículo pretende situar el período
de la dictadura militar del General Augusto Hasta un par de años atrás, no eran pocos los
Pinochet en Chile como campo de estudio para prejuicios que existían a la hora de intentar
el desarrollo y posicionamiento de una nueva hacer historia política. Por una parte, la actividad
historia política, centrada en el accionar de los política está cuestionada y hasta vilipendiada
sujetos. Para aquello, caracterizamos la nueva a nivel de ciudadanía;1 en segundo lugar, la
historia política, dentro de una perspectiva
* Departamento de Ciencias Históricas y Sociales, Universidad de
Concepción. Este artículo forma parte de la investigación sobre
“Violencia política y mecanismo de control social en un espacio
1
La mayoría de las encuestas y estudios de opinión reflejan que las
local: Concepción 1973-1976”, para optar al grado de Doctor © en instituciones más criticadas y con menos confianza por parte de la
Historia por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. E-mail: ciudadanía son: Gobierno, Poder Judicial, Cámara de Diputados,
dannymonsalvez@udec.cl Senado y Partidos Políticos.
61

Fecha recepción 04-12-2012 ARTÍCULO


Fecha aceptación 24-03-2013
Revista Austral de Ciencias Sociales 23: 61-82, 2012

historiográfica, ha tenido mala fama, pues se consecuencias a nivel de sociedad, así como
asocia al dato, la cronología, el acontecimiento, los procesos de transiciones democráticas,
preocupada o circunscrita a narrar los temas han llevado a volcar la mirada al desarrollo
de Estado, grandes personajes, incluso estar de una nueva historia política centrada en
al servicio del poder; es decir, la manifestación temáticas tales como memoria, cultura política,
más evidente del positivismo historiográfico. subjetividades, violencia política, imaginarios
En tercer lugar, en determinados centros y representaciones sociales y, obviamente, el
académicos aún se seguía insistiendo que poder; centrando el campo de acción en los
la historia política se circusncribía a la lucha aspectos cotidianos de los sujetos y no solo en
electoral, partidos políticos, grandes personajes aquellas variables relacionadas con los temas
politicos, militares o eclesiásticos;2 y, en cuarto de Estado.
lugar, nos encontramos en la hegemonía
de la nueva historia social y sus diversas En ese contexto, la dictadura cívico-militar de
representaciones, que comprenden gran parte Augusto Pinochet y el periodo de transición
de los trabajos en el campo de la historiografía democrática encabezado por los gobiernos de
nacional contemporánea. Es decir, apostar o la Concertación de Partidos por la Democracia,
querer abocarse al estudio de la historia política, vienen a constituirse en un excelente campo de
de una nueva historia política, implica todo un exploración o laboratorio para el avance de una
desafío; hay que enfrentar aquellas barreras, nueva historia política, tanto desde el punto de
prejuicios y críticas que de una u otra forma vista metodológico como teórico. Es decir, la
siguen manteniendo a la historia política en un historia política progresivamente ha comenzado
segundo y tercer plano en el campo del trabajo a recuperar aquel sitial venido a menos, tanto
historiográfico. por la crítica historiográfica (primera etapa de la
Escuela de los Annales), como por aquellos que,
No obstante lo anterior, los diversos procesos de una u otra forman, asociaban la historia política
sociales y políticos que se han desarrollado en a una historia oficial centrada en el accionar de
las últimas décadas del siglo XX, especialmente los gobiernos y de quienes detentaban el poder.
vinculados a las experiencias de los regímenes
militares, sus traumáticas y complejas Ahora, ¿por qué la dictadura militar de Augusto
Pinochet puede ser considerada como nueva
historia política? De acuerdo al historiador

2
El historiador mexicano Carlos Aguirre Rojas de manera crítica
señala: “…la vieja historia positivista decimonónica, no es otra Julio Pinto Vallejos, existe un paralelismo
cosa que un cadáver viviente, que si bien sigue estando presente entre historiografía e historia; es decir, entre
en muchas universidades y centros de investigación de todo el
mundo, lo hace sólo porque sigue siendo alimentada y promovida las diversas corrientes historiográficas y los
desde las esferas de los poderes políticos aún dominantes. Pues procesos sociales que se han desarrollado
dado que esta historia positivista puramente erudita y descriptiva
se ha vuelto consciente y perezosamente neutra, acrítica y en nuestro país. Esto quiere decir que la
complaciente con los poderes y las jerarquías dominantes en historiografía chilena es hija directa de su
todo el planeta, proveyendo además a estos últimos de las
necesarias versiones legitimadoras de la historia oficial, ella
tiempo; en segundo lugar, ha desarrollado
sigue siendo promovida y sostenida en todo el mundo, segura constantemente una relectura del pasado y
de su supervivencia y persistencia, a pesar de su cada vez más
62
escandaloso y evidente anacronismo y vacuidad” (Aguirre Rojas,
crítica del presente y, en tercer lugar, ha estado
2004: 138). influenciada por renovaciones disciplinarias
La dictadura militar de Augusto Pinochet como Nueva Historia Política: Perspectiva historiográfica y algunos temas para su indagación

externas y de otras ciencias sociales. Del mismo políticos o la lucha política circunscrita a
modo, la historiografía nacional ha estado resultados electorales; el segundo, en comenzar
cruzada por determinadas crisis y rupturas a construir y desarrollar una propuesta
políticas y sociales que han ocurrido en nuestro historiográfica no adscrita a la nueva historia
país durante el siglo XX y, en todo este proceso, social, pero tampoco contraria a ella, si no
especialmente en las últimas décadas, la figura que incorporando sus enfoques y sus análisis,
de Augusto Pinochet y su gobierno se han con lo cual “…surge un campo muy fértil de
constituido en variable fundamental en el debate estudios de las subjetividades, formas de vida,
político e historiográfico. Siguiendo a Pinto mentalidades de las subculturas militantes,
Vallejos, una parte del trabajo historiográfico claves para comprender la evolución socio-
desarrollado durante la dictadura militar de cultural de las sociedades latinoamericanas en
Pinochet implicó que “…la historia debía ponerse general…” (Ulianova 2009: 11-12).
irrestrictamente al servicio de la causa de la que
se sentían portadores, del reestablecimiento Esta naciente comunidad de historiadores con
del orden y combate al marxismo, primero, una sensibilidad política, posición ideológica
y de refundación económica y social a partir y mirada crítica de la sociedad, asumen que
de 1975” (Pinto 2006: 69). Mientras que, por la historia se construye tanto con datos como
otro lado y en medio de la censura, represión con interpretación de los procesos sociales
y persecución, una sector de la comunidad de y políticos, sobre la base de una rigurosidad
historiadores prosiguió desarrollando diversos intelectual y el respectivo aporte teórico y
estudios e investigaciones en materia de metodológico; es decir, sus contribuciones
historia económica y social, dando pie a la pasan -entre otros aspectos- por la innovación
llamada “Nueva Historia Social”, impulsada y calidad de sus investigaciones en las cuales
tanto por historiadores que se encontraban en se busca rescatar el accionar y vivencias de los
el país como en el exilio; lo cual conllevó un sujetos, ya sean individuales o colectivos que,
“estímulo intelectual y político” derivado de la con el tiempo y a través de su experiencia social,
derrota producto del golpe de Estado de 1973, de su cultura, de su actividad más inmediata,
el exilio que se debió enfrentar y la concerniente se han ido transformando en forjadores u
autocrítica del proceso experimentado en los orientadores de diversos procesos políticos,
años sesenta y setenta (Pinto 2006: 82). sociales y culturales.

Paralelamente a aquello, con el transcurrir de Así la historia política comenzaba a recobrar


los años y en medio del proceso de renovación protagonismo en el espacio historiográfico
historiográfica, comenzó a surgir un importante nacional, poniendo atención, como dice la
número de historiadores e investigadores historiadora Cristina Moyano, a tres grandes
que centraron sus esfuerzos en dos ámbitos cambios vividos desde 1980 en adelante. En
relacionados entre sí: el primero de ellos, en primer lugar, lo referido a los objetos de estudio,
superar el enfoque tradicional de una historia con el interés por investigar los partidos políticos
política centrada en la narración y delineamiento como comunidades de actores, poniendo énfasis
de los hechos del pasado humano y que en las culturas políticas. En segundo lugar, el 63
privilegia la descripción de presidentes, líderes cruce de la historia política con la historia social,
Revista Austral de Ciencias Sociales 23: 61-82, 2012

a través de la preocupación por el tema de la Lo anterior se sustentó en dos postulados


memoria. Por último, la historia política del tiempo fundamentales; la bipolaridad y la guerra
presente o del pasado reciente ha registrado generalizada, es decir, la existencia de dos
avances significativos en la historiografía fuerzas opuestas, en pugna e irreconciliables:
nacional, vinculados a temas que formaban el bien expresado en el Occidente cristiano y
parte del debate en el espacio público. Por último el mal encarnado en el Oriente comunista;
“…se le ha sumado uno menos popular, pero no esta última se representa en la región a través
por ello menos significativo. La historia política de revoluciones y movimientos sociales y
también ha sufrido transformaciones producto populares, los cuales supuestamente pusieron
de la relación fructífera con la filosofía política y en peligro la seguridad, unidad nacional y la
la lingüística, a través de la historia conceptual” sociedad misma; ante aquel estado de cosas, la
(Moyano 2011: 230-231). población se encontraba indefensa para hacer
frente a dicha amenaza, por lo tanto fueron las
En ese contexto, el presente artículo busca Fuerzas Armadas, en su percepción de última
caracterizar esta nueva historia política, reserva moral de la patria y salvaguardia de la
situándola en un periodo histórico determinado institucionalidad, las encargadas de intervenir
(Régimen de Augusto Pinochet), para de esa y asumir la conducción del Estado. Aquello
forma instalar y hacer presente algunos temas de devino en un militarismo que -de acuerdo al
investigación que tengan como objetivo general citado Velásquez- significaba que
avanzar en el desarrollo y problematización de
una mejor y más completa historia política del la institución castrense al servicio de la clases
dominantes asume una ideología específica y se
Chile reciente.
proyecta como un superpoder entronizado en el
Estado burgués, erigiéndose en factor decisivo
de la política del régimen con pretensiones de
I. Contexto histórico controlar, mediante una metodología de guerra,
toda la vida nacional (Velásquez 2002: 16).
El colombiano Edgard Velásquez plantea que la
Doctrina de Seguridad Nacional, se transformó Pero ese militarismo no se circunscribe sólo a
en el fundamento teórico que tuvieron los los uniformados, también incluye a civiles,
militares en América Latina en la lucha contra
quienes piensan que las soluciones a los problemas,
el comunismo, ya que en el contexto de Guerra
y en general toda la vida social, se debe regir por
Fría se pasó de una guerra militar a una guerra la disciplina castrense. Estos civiles constituyen
total, cubriendo la expresión política del militarismo armado y son
una punta de lanza en las diversas corporaciones
todas las áreas de acción, desde el desarrollo públicas y privadas (Velásquez 2002: 16).
económico hasta la educación o la religión y
determinó los criterios fundamentales que debían Para el abogado chileno Jorge Tapia Valdés,
ser tomados en cuenta para, de una manera
integrada, proponer el afianzamiento del proceso
se trata de la concreción de una alianza militar-
para combatir al supuesto enemigo interno tecnócrata, la cual tiene como proyecto político
64 (Velásquez 2002: 12-13). el establecimiento de un nuevo orden social,
sustentado políticamente en
La dictadura militar de Augusto Pinochet como Nueva Historia Política: Perspectiva historiográfica y algunos temas para su indagación

un régimen no democrático de gobierno, primer lugar, la determinación del comandante


fuertemente autoritario y con gran capacidad de en jefe de la Fuerza Aérea, general Gustavo
acción policial; en la esfera económica, crecimiento
económico a través del fomento y defensa de la
Leigh, de bombardear el palacio de La Moneda”;
propiedad privada de los medios de producción, la como segundo momento situamos
libre empresa, el incremento de las capacidades de
ahorro e inversión a través de un brusco corte de …la acción del comandante en jefe del Ejército,
todas las políticas redistributivas y la aniquilación general Augusto Pinochet, de crear un servicio de
de la capacidad negociadora de las organizaciones seguridad especial destinado a llevar adelante el
laborales; y en la esfera social, el desarrollo de la combate contra el marxismo -La Dirección Nacional
unidad nacional y del sentido del orden y disciplina de Inteligencia (DINA)- y de nombrar en su cargo
en torno a un proyecto cultural monista”3 (Tapia al entonces coronel Manuel Contreras (Huneeus
Valdés 1980: 149). 2000: 99).

En opinión del politólogo Alain Rouquié, el En tercer lugar se encuentra “…el desempeño
objetivo de estos regímenes que unen la del general Sergio Arellano Stark al hacer
violencia represiva sin precedentes con el efectiva la orden del general Pinochet de
liberalismo económico es “…reestructurar acelerar los procesos de los tribunales militares
la economía y la sociedad con el objeto de en el norte del país, a consecuencia de lo cual
establecer un orden contrarrevolucionario y fueron asesinadas 72 personas, en lo que
permanente, así como una vida política y social se conoció como ‘la caravana de la muerte’”
sin riesgos para el status quo” (Rouquié 2011: (Huneeus 2000: 99). Todas estas acciones de
116). fuerza están indicando una clara predisposición
y sentido de identidad del nuevo régimen,
En el caso de la dictadura que encabezó el construida sobre la base de la violencia y un
general Augusto Pinochet, el cientista político ambiente de miedo y terror en la población.
Carlos Huneeus señala que al momento del
Golpe de Estado de 1973, tres fueron las En otras palabras, desde el momento mismo
acciones de fuerza que impregnaron un sello del golpe de Estado el tema de la violencia,
coercitivo al accionar militar de aquel martes particularmente la violencia política, se
11 de septiembre y el posterior régimen cívico- constituyó en un elemento central en el accionar
militar que gobernó el país por 17 años. “En de los militares y de aquellos sectores civiles que
los respaldaron. Por ejemplo, Tomás Moulian es
aun más directo y explícito al calificar el régimen

3
Para Tapia Valdés, la elite tecnocrática-empresarial es aquel de Pinochet como una “dictadura revolucionaria-
“estrato de especialistas vinculados por origen y profesión a
los sectores empresariales de la agricultura y la manufactura,
terrorista”, sobre la base de cuatro elementos.
con una fuerte tendencia al predominio de lo privado sobre lo En primer lugar, procedimientos formales, una
público en el plano socioeconómico, y hasta ahora desplaza relación verosímil con principios de justicia
de posiciones de poder o influencia por la inadecuación de sus
perspectivas teóricas y prácticas con respecto a las políticas de y la generación representativa de la ley. En
las corrientes populistas, socialistas, comunitaristas que han segundo lugar, la capacidad de legislar estaba
predominado en los últimos años en parte del continente. Este
grupo, en una situación de supeditación más o menos ostensible, en manos de las Fuerzas Armadas y no de
participa sin embrago en los procesos de toma de decisiones un poder estatal diferenciado. En tercer lugar, 65
juntamente con los militares y les sirve de nexo con los sectores
civiles e internacionales” (1980: 149). el saber teórico operaba como un sistema
Revista Austral de Ciencias Sociales 23: 61-82, 2012

dogmático, es decir, una ortodoxia. Y, en cuarto una violencia política de carácter sistémica,
lugar, el uso del terror sobre el cual se sostenía en la cual se crean dispositivos de control
el orden, un poder-terror para reprimir e tendientes a “institucionalizar” la violencia como
inmovilizar, pero “también poder para conformar mecanismo para la resolución de los conflictos;
las mentes a través del saber, de un saber. De es decir, se crean leyes, reglamentos, normas
este fluyen interpretaciones, ideas-fuerzas que y una institucionalidad tendiente a establecer
explican y orientan la acción, pero también una sociedad vigilada y punitiva, preocupada
una normatividad, una capacidad creadora de de castigar y disciplinar a la población. Pero no
normas, de prescripciones que se transforman solamente aquello, también imponer el terror
en derechos, en poder-derecho, por tanto en y el miedo como una forma de control en las
poder para hacer” (Moulian 2002: 165-166). personas. Y, en segundo lugar, una cultura
autoritaria, caracterizada por “la ideología de
Por su parte, Enrique Cañas Kirby indica que, la seguridad nacional, la ideología del neo-
en un primer momento, los militares recurrieron liberalismo aplicado a la economía, a la política
a cuatro discursos para explicar y sobre todo y a la cultura y los elementos residuales del
justificar el accionar militar del 11 de septiembre tradicionalismo católico” (Brunner y Catalán
de 1973. El primer de ellos fue el discurso 1985: 420). Así, la seguridad nacional definió
restaurador, el cual hacía mención a la situación al enemigo y justificó el derecho a reprimirlo
de caos que vivía el país al momento de la (eliminarlo) por la fuerza; es decir, legitimó
intervención militar; el segundo, el regenerador, la intervención de las Fuerzas Armadas en
que apuntaba a reconstruir la sociedad chilena la conducción del Estado. Por su parte, el
(en decadencia) desde una perspectiva general neoliberalismo, implicó que el mercado regulaba
y alternativa al socialismo y la democracia automáticamente los conflictos: “El consumidor
liberal; el tercero, el geopolítico, centrado en el satisfecho sería el sostén del régimen”. La
peligro que tiene el Estado en el frente interno economía pasaba a sustituir a la política o
(ante aquello, las Fuerzas Armadas cumplen bien se hacía política, pero con un lenguaje
un rol fundamental como salvaguardas de la económico. Y en el caso del tradicionalismo
seguridad nacional); y el último, el revolucionario, católico, este otorgó a la dictadura la justificación
como el intento de institucionalización del poder de su autoritarismo a través del vínculo con
militar. Se constituye en un discurso “mesiánico” los valores de la familia, la patria y el pasado
que se legitima a través de un orden político y de la nación. La mancomunión de estos tres
económico (Cañas 1997). Cada uno de ellos componentes heterogéneos “contribuyeron a
cumplió un objetivo específico y obedeció a una conformar una específica y peculiar concepción
coyuntura o momento histórico determinado, autoritaria del mundo, cuya función fue soldar
teniendo como objetivo central dar legitimidad al entre sí a los innumerables circuitos ideológicos
régimen a nivel interno y externo y cimentar un que recorrían el régimen y el bloque en el poder”
camino con carácter permanente en el tiempo. (Brunner y Catalán 1985: 425-426).

Lo que sí está claro es que, a contar de aquellos En consecuencia, a la par de la transformación


66 primeros años, dos fueron los aspectos que económica (implementación del neoliberalismo)
dieron identidad a la dictadura. Por una parte, y el cambio político institucional (Constitución
La dictadura militar de Augusto Pinochet como Nueva Historia Política: Perspectiva historiográfica y algunos temas para su indagación

de 1980), la dictadura cívico-militar de Augusto Mundial) los que cambian profundamente el


Pinochet tuvo en la violencia política un estado de cosas existentes y que, al mismo
mecanismo de represión y coerción y en la tiempo, dan lugar a nuevos tipos y formas
cultura autoritaria, un dispositivo de persuasión de entender y pensar la historia. De ahí que
sobre los cuales instituyó y proyecto su legado éstos hechos no sólo sean importantes para
más allá de los 17 años en los cuales estuvo en sus protagonistas, sino para los historiadores
el poder. (Pasamar 2000: 12).

Será en este contexto, post Segunda Guerra


Nueva Historia Política: Mundial y con el desarrollo de la historia del
características generales presente, donde situamos el retorno de la historia
política. Como apunta Carlos Altamirano,
Como explica Gonzalo Pasamar, el tránsito del
siglo XVIII al XIX se caracterizó por los diversos El renacimiento del interés en la historia política
procesos de cambios y sucesos revolucionarios, en América no podría disociarse, por cierto, de las
específicamente por la Revolución Francesa, desventuras políticas del subcontinente. Pienso
particularmente en la experiencia de los regímenes
como hito fundante o referencial para el inicio autoritarios sufrida por los países del Cono Sur, y en
de la época contemporánea; convirtiéndose en la reflexión sobre las condiciones y las adversidades
una especie de “laboratorio político” para los de la democracia que esa experiencia provocó en
regímenes e ideologías del siglo XIX y hasta el espacio de las élites intelectuales (el exilio fue
1914 (Pasamar 2000). Asimismo, la Segunda en muchos casos el contexto de esta reflexión)
(Altamirano 2005).
Guerra Mundial y la transformación del mundo
-en palabras de Julio Aróstegui- colocaron
en primer plano la percepción de un “nuevo En la misma línea, Guillermo Palacios plantea
tiempo” (así como ocurrió con la Revolución que el fin de la alternativa socialista, el término
Francesa), distinto de la contemporaneidad; de las dictaduras militares, la crisis de los viejos
por lo tanto, era preciso historiar este “nuevo paradigmas “derecha” e “izquierda”, dieron “...un
tiempo” a través de cuatro grandes variables: impulso formidable a una historiografía política
el testigo, la memoria, la demanda social y el latinoamericana que buscará la revalorización y
acontecimiento, que vinieron a constituirse en el redescubrimiento de los espacios democráticos
dispositivos conceptuales y metodológicos para que la habían poblado desde la constitución de
la “Historia del Presente”, la que, entre otros los Estados nacionales” (Palacios 2007: 9).
aspectos, establece una forma de tratamiento
del presente en términos socio-culturales y lo Para Palacios, esta nueva historia política se
vincula con fechas como elemento de referencia, revitaliza con aquellos estudios relacionados
pero no definible por ellas (Aróstegui 2004). con determinados pilares fundamentales: el
concepto de revolución, a lo cual se agrega
De lo anterior se desprende que son el estudio sobre la democracia representativa
determinados acontecimientos, convulsiones, en América Latina, pero, sobre todo, la
rupturas, momentos de crisis (por ejemplo revitalización de la historiografía política en 67
Revolución Francesa y Segunda Guerra América Latina se hizo desde la perspectiva del
Revista Austral de Ciencias Sociales 23: 61-82, 2012

estudio de la cultura, tanto popular como de las la historia política. Como hemos señalado en
elites (Palacios 2007: 11). pasajes anteriores, los fundadores de la Escuela
de los Annales hicieron un retrato totalmente
Si nos remontamos a Europa y según lo peyorativo de la historia política, por lo menos
enunciado por Xavier Gil Puyol, producto de la en sus inicios -en palabras de los autores- bien
interdisciplinariedad en el trabajo historiográfico, fundada (Bourdé y Martín 2004: 252).
tiene poco sentido seguir insistiendo en el
carácter excluyente de historia política, historia Sin embargo, será el papel de René Rémond
social o historia cultural; es decir, “los límites después de la Segunda Guerra Mundial el que
entre estas diversas parcelas son hoy más contribuirá a la renovación de la historia política,
borrosos que nunca y así se ha constatado dejando atrás definitivamente la crónica de
también desde otras parcelas de la práctica los acontecimientos. Asimismo en materia
historiográfica”. Entonces, cada vez se da un institucional, dos instancias se constituyen en
mayor diálogo y conexión entre estas tendencias. polos de desarrollo para esta nueva historia
Siguiendo aquel argumento, la nueva historia política, la Fundation Nationale des Sciences
política ha sido definida como una historia cuyo Politiques-Institut d´Etudes Politiques y la
objetivo es “explorar la profundidad social de Universidad de París X, Nanterre; a lo cual se
la política, encontrar signos de vida política en agrega con el tiempo el Institut d´Histoire du
ámbitos donde previamente no se pensaba Temps Présent. Es decir, el aporte institucional,
que existían”; es decir, una “historia social con más el trabajo -entre otros- del propio Rémond,
la política restituida” o bien la explosión de Pierre Norá, J. Julliard y J. P. Rioux , fueron
procesos políticos que son también sociales (Gil “ensanchando” el campo de lo político y su
Puyol 1995: 196). Para profundizar aquello, Gil preponderancia en muchos dominios de la
Puyol se sitúa en el periodo de la Edad Moderna realidad colectiva.
Europea desde particulares enfoques, reunidos
en cuatro grupos: “La historia de la familia; la Atenta al acontecimiento, pero también a los
historia política “desde abajo”; la política a movimientos de gran amplitud (las ideologías de
través de canales informales; y, por último, los larga duración, por ejemplo) y a las estructuras,
especialmente a través de la noción de cultura
revisionismos sobre las Revoluciones Inglesas y
política, ya no se limita al desarrollo descriptivo
Francesas” (Gil Puyol 1995: 197). En resumen, de una simple crónica de los acontecimientos.
el autor plantea la re humanización de la historia En suma, la nueva historia de lo político satisface
política, por lo tanto, de la historia general y actualmente las principales aspiraciones que habían
aquello se da entre otras cosas porque la historia suscitado la justificada rebelión contra la historia
política es también historia social y cultural. política tradicional (Bourdé y Martín 2004: 258).

Guy Bourdé y Henvé Martín, en su libro sobre A propósito de René Rémond, María Cruz Mina
las escuelas históricas, tienen un capítulo lo sitúa como el referente, el articulador de una
especial que aborda la nueva historia política o red, de una especie de “familia intelectual” de
como los autores la denominan la “renovación investigadores y docentes dedicados a la nueva
68 de la historia política”. Comienzan señalando el historia política, siendo la obra “Pour une histoire
desprestigio y saturación en la cual había caído politique” (1988) una especie de “…manifiesto
La dictadura militar de Augusto Pinochet como Nueva Historia Política: Perspectiva historiográfica y algunos temas para su indagación

a favor de la historia política, relegada durante Junto a Rémond, situamos el aporte de François
tiempo por la historia económica y social y Xavier Guerra, el cual es analizado por Claudia
ahora renovada y adaptada a las exigencias de Curi Azar. Para esta autora, el renacer de la
nuestro tiempo, sino todo un balance de labor historia política está vinculado directamente a
ya realizada y una llamada a nuevas vocaciones los aportes de François Guerra, el cual señaló
apuntando sugerencias para futuros estudios” que la actividad de los ciudadanos determina en
(Cruz 1993: 59-91). un alto grado la comprensión de la política; “De
este modo, la política no deja de estar presente
Al igual que los citados Pasamar y Aróstegui, en ningún momento, es la sintaxis de múltiples
René Rémond señala que las experiencias del aspectos de la vida humana en su conjugación
siglo XX, aquellas crisis, guerras, convulsiones pública y, por tanto, nadie puede sustraerse de
constituyeron una nueva forma de concebir ella” (Curi 2008: 78).
la política por parte de la sociedad. Además,
existen factores internos que explican el interés Una propuesta de renovación de la historia
y renovación de la historia política, la cual pasa política, pasaba -entre otros aspectos- por
por el “objeto del conocimiento histórico”, es analizar la importancia de la figura del actor
decir, por una perspectiva epistemológica; lo histórico. Es decir, los “actores colectivos”
cual se ve reflejado en el interés y privilegio por quienes se desenvuelven de manera conjunta
la historia electoral, partidista, los fenómenos y no desde una óptica individual que resulta ser
ideológicos y mentales, a lo cual se agregará el poco operativo en el ámbito social.
trabajo interdisciplinario, apertura a las ciencias
sociales, la cuantificación y comparación; el Sin lugar a dudas, uno de los temas
paso de la exploración de individuos y minorías fundamentales en la historia política dice
privilegiadas a la investigación de las masas, relación con el estudio del poder. Destacando
abandonando el tiempo breve por la larga en este ámbito el aporte de Michel Foucault y
duración y donde lo político se vincula con lo otros autores, Elena Hernández Sandoica dice:
social (Cruz 1993: 62-63).
Por otra parte, conviene recordar que Michel
Aquel trabajo interdisciplinario y de apertura a Foucault descentralizó radicalmente el concepto de
las ciencias sociales impulsará el desarrollo de poder, al concebirlo como una trama de relaciones
de fuerza distribuidas de manera asimétrica por
algunos temas y problemas desde la perspectiva toda la sociedad, incluyendo el sexo, el afecto
de la nueva historia política; es decir, una historia y las emociones. Barthes, a su vez, entendió la
renovada en cuanto metodología y teoría. política “como el conjunto de relaciones humanas
Por ejemplo, el análisis de la guerra, historia en su estructura real y social, en su capacidad para
religiosa o sociología religiosa enriquecen construir el mundo (Hernández 2004: 432).
la historia política, la opinión o historia de la
opinión, los partidos políticos como instancias Lo que Hernández Sandoica señala es que
de socialización, identidad política, difusores así como el concepto de poder (vinculado a la
de ideologías, las asociaciones políticas como política) es visto y analizado de manera diferente
grupos de interés y que no tienen como objetivo (citando a Foucault); la política en el último tiempo 69
el acceso al poder (Cruz 1993: 75-81). -también- es examinada de una manera distinta,
Revista Austral de Ciencias Sociales 23: 61-82, 2012

más allá de su definición cívico-normativa. tener como objeto primordial el descubrimiento


Reafirmando aquello, Olga Echeverría y Lucia de las bases socioeconómicas de los
Lionetti señalan la importancia que ha tenido la fenómenos ligados al poder” (García de los
renovación, diversificación y complejización de la Arcos 1992: 60). A lo cual se agrega el tema
historia política. Y en aquel proceso los aportes de del Estado como uno de los campos de estudio
Foucault han jugado un rol fundamental. “En ese privilegiados de la historia política, sin embargo,
sentido, remitimos a Foucault, quien se interesó debe ser analizado desde diferentes puntos de
por la “política” en tanto no sólo se ocupaba vista, por ejemplo, las estructuras de poder y
de la acumulación de poder “económico” o la el funcionamiento o ejercicio del mismo (García
monopolización de la violencia estatal”, sino que de los Arcos 1992: 67-73).
se relaciona con la producción del poder social”.
(Echeverría y Lionetti 2006: 1). Jean-François Sirinelli en su artículo “El retorno
de lo político” (1993), establece una relación
De esta manera -y siguiendo a estas autoras-, y apoyo entre la historia política y la historia
el estudio de temas como las formas de del presente: “…la historia política ha sido un
sociabilidad, prácticas políticas, renovación fermento para la historia del tiempo presente,
del lenguaje y resignificación de palabras, los a la que le unían, se ha visto, afinidades y un
imaginarios y representaciones sociales han pasado en común. Y, en su fase de despegue
enriquecido los estudios de la historia política en institucional, la segunda se ha beneficiado de
el último tiempo (Echeverría y Lionetti 2006: 8). la recuperada solidez de la primera” (Sirinelli
1993: 29). No obstante aquello, para que la
Quien realiza una interesante exposición del historia política pueda constituir efectivamente,
poder y de la nueva historia política es M. F. su “revivificación” debe investigar y hacerse
García de los Arcos (1992). Para ella, la historia cargo por una parte del estudio de las culturas
política es la historia del poder, donde lo político políticas y, por otra, vincularse con la historia
es inseparable de lo social y lo social es sociocultural, para que, de esta forma, pueda
integrar el estudio de las representaciones. Es
todo aquello que añade al grupo humano en sus decir, abordar dos temáticas de análisis que
relaciones colectivas: económicas, demografía,
llevan años desarrollándose, pero que deben ser
clases, ambientes, cultura, prácticas religiosas y un
largo etcétera”, de ahí se desprende que “el objeto incorporadas a la historia del tiempo presente.
de la nueva historia política debe ser el estudio Asimismo, la idea de cultura política se enlaza
de las diferentes fuerzas sociales en aquellas con “los valores y creencias de una sociedad,
actividades que atañen a la organización grupal, ya particularmente, [que] están en copropiedad
sean los intentos de preservación o de regulación
entre la política y la cultura, y aquellas que se
de un orden existente, ya sean los muy diferentes
movimientos que puedan originarse encaminados unen de forma especial conforman una familia
a cambiar parcial o totalmente el orden establecido política y constituyen su cultura política propia”
(García de los Arcos 1992: 57-58). (Sirinelli 1993: 30; entre otros, véase López de
la Roche 2000: 93-123 y Lechner 1987).
Para la historiadora mexicana, la historia
70 política no puede ir desvinculada de lo social, Los ejemplos citados con anterioridad (cultura
al punto que “…la nueva historia política ha de política y representaciones) deben ser analizados
La dictadura militar de Augusto Pinochet como Nueva Historia Política: Perspectiva historiográfica y algunos temas para su indagación

no solo en aquellos elementos que los unen, si se centró en las transformaciones estructurales
no investigar, examinar sus propios límites. De que la política experimentó, por ejemplo, la crisis
ahí nace el desafío intelectual de ir reconociendo de los partidos políticos y el discurso del fin o
que estas historias vienen a constituir el comienzo muerte de las ideologías, es decir, la pérdida
de un largo camino que han de recorrer juntas que experimentó la política como centralidad en
y que hoy, entrado el siglo XXI, se han ganado la vida social debido a las políticas económicas
un espacio en el quehacer historiográfico neoliberales y el concerniente desplazamiento
internacional y nacional (entre otros, se puede de la vida social del Estado hacia el mercado.
consultar Bresciano 2010 y Ulianova 2009). Al mismo tiempo,

La globalización cultural y comunicativa, el papel


La dictadura de Augusto Pinochet central de la televisión, los medios masivos, los
circuitos del consumo, la publicidad y las industrias
como nueva historia política culturales en la producción de ideologías livianas
y de estilos de vida especialmente perceptibles
La nueva historia política como marco en los jóvenes, en un contexto de repliegue de las
historiográfico nos permite aproximarnos a formas de organización y participación asociadas
la dictadura de Augusto Pinochet a través de con los idearios de izquierda (movilización de
masas, crítica del statu quo, política argumentativa
algunos temas y líneas de investigación con y programática de base letrada), es otro de los
el objetivo de pensar críticamente el lugar que factores que en esta última década han estimulado
ocupa la dictadura en nuestra historia política el interés académico hacia la cultura política y, en
reciente. Para ello proponemos dos campos de general, de las interrelaciones entre la cultura y la
acción, básicamente a nivel de reflexión: cultura política (López de la Roche 2000: 97).
política y violencia política.
Dentro de la nueva historia política como
Según Fabio López de la Roche, el concepto producción historiográfica, la cultura política
de cultura política comenzó a ser utilizado en está relacionada por ejemplo con el tema de las
América Latina a mediados de las década del mentalidades y representaciones sociales que
ochenta, prolongándose a los periodos de los heterogéneos grupos conforman acerca de
transición democrática. Es decir, el interés por la realidad y la vida política en particular, es
aquel concepto se vincula con los periodos de decir, cómo los sujetos y los diversos sectores
dictaduras militares; allí la cultura política se sociales se perciben mutuamente.
relacionaba con reconocer la trascendencia
de los factores culturales, específicamente los La noción de cultura política nos permite
relacionados con la subjetividad de los actores abordar una pluralidad de fenómenos,
políticos (López de la Roche 2000: 94). Así, asimismo, demanda diversas aproximaciones,
mientras a mediados y fines de la década confluencias interdisciplinarias y distintos
del ochenta, el concepto de cultura política enfoques metodológicos, por lo tanto, el
correspondía a la etapa de transición a la concepto puede ser usado como categoría
democracia y al papel de las creencias y valores analítica, no identificado con un contenido
en la construcción de un determinado orden determinado. De la misma forma, puede servir 71
social y político, en los noventa la preocupación como categoría relacional, permitiendo analizar
Revista Austral de Ciencias Sociales 23: 61-82, 2012

comparativamente distintas culturas políticas de lo que deberíamos entender por una cultura
en diversas tradiciones y momentos. política democrática. Lo anterior no significa
desconocer que el fenómeno existe, por lo tanto,
Lo que sí esta claro es que no existe una cultura política como categoría relacional habría
sistematización o noción única de cultura política; que usarla para confrontar las orientaciones
de esta forma, son múltiples disciplinas las que colectivas de dos o más actores respecto a
concurren a su estudio: historia de la cultura, cuestiones políticas (Lechner 1987: 7-9).
sociología política, semiología, antropología
política, psicología social, ciencias política y En una perspectiva más específica, Cristina
lingüística. Conjuntamente, el concepto tiene Moyano (siguiendo a Lechner) plantea que cultura
que ver con dos esferas de la vida social; por una política como concepto operacional permite
parte, la “política” y por otra la “cultura”, por lo adentrarnos en la producción subjetiva de los
tanto, existe un diálogo e interacción entre ellas. individuos en aquellos lineamientos valóricos e
ideológicos que fundamentan su accionar. Para
Si bien pueden existir determinados problemas Moyano Brahona en su estudio sobre el MAPU
en su uso, podemos aproximarnos -siguiendo en Dictadura (2010), cultura política
a López de la Roche- a través del aporte que
realiza el intelectual Norbert Lechner y sus será la forma en que un movimiento entiende la
estudios sobre subjetividad, específicamente actuación política y simbólica de sus miembros,
dentro de la construcción de un orden social
en la relación que se da entre el mundo cultural determinado; la significación que realizan de
y valorativo de aquellos sujetos que participan su actuación; las luchas por la búsqueda de
en política. Por ejemplo, en la organización las hegemonías del recuerdo y del presente; la
de la vida cotidiana de las personas, viendo direccionalidad que le entregan a la acción y las
cómo se construyen diariamente modelos lecturas que hacen de ella, y las redes sociales que
articulan sus relaciones; en suma, la construcción
de orden, la relación con el poder, actitudes de una identidad partidaria forjada en la vida
y comportamientos frente al ejercicio de la cotidiana misma (Moyano 2010: 42).
autoridad, formas de obediencia social o
distanciamiento con el poder y con lo establecido Directamente vinculado con el punto anterior, es
(López de la Roché 2000: 97-98). necesario recalcar el concepto de subjetividad
y su importancia en la política. Como apunta
Para Lechner, la cultura política está vinculada el citado Lechner, será tarea de la política
a la lucha por la democracia. El autor cita el caso “…acoger los deseos y los malestares,
de la dictadura militar de Augusto Pinochet, las ansiedades y las dudas de la gente, e
la cual intentó fundar un estado autoritario, incorporar sus vivencias al discurso público.
clausurando instancias políticas clásicas como Así dando cabida a la subjetividad, la política
partidos y sindicatos e impulsando una revisión da al ciudadano la oportunidad de reconocer su
de la noción misma de política. experiencia cotidiana como parte de la vida en
sociedad” (Lechner 2006: 477).
Para el pensador alemán nacionalizado chileno,
72 no existe un significado claro y preciso del La relación con nuestro entorno es mediada.
concepto, tampoco existe un acuerdo acerca De ahí que la información requiere ser tratada,
La dictadura militar de Augusto Pinochet como Nueva Historia Política: Perspectiva historiográfica y algunos temas para su indagación

sistematizada, traducida a nivel mental; ese psicosociales, simbólico-culturales, políticos,


tratamiento mental es la subjetividad. Y en éticos e históricos. Por lo tanto, relacionado
aquella interconexión con nuestro entorno con este último punto, cabe preguntarse, ¿qué
juegan un papel importante la razón (intelecto, papel juega la violencia en el cambio histórico?
raciocinio); la experiencia; aquello que tengo Y, en un plano más específico, ¿qué papel
en la memoria y conservo como experiencia desempeña la violencia en las relaciones
individual y social; los estados anímicos, la políticas?
creencias, la capacidad de imaginar y crear,
es decir, la necesidad de llevar a cabo la Como primera aproximación al tema, Aróstegui
experiencia de los objetos. Por ello la dimensión expresa que no existe una conceptuación
subjetiva de la política implica que el sujeto unívoca, por lo tanto, la primera dificultad es la
sea un generador (creador) en los espacios de formular un concepto preciso y suficiente de
sociales en los cuales actúa; lo anterior conlleva lo que debe entenderse por violencia. En ese
que la subjetividad ofrece motivaciones que sentido, a la hora de definir o conceptualizar
alimentan la política, entendida esta como “la la violencia, se requiere necesariamente
conflictiva y nunca acabada construcción del relacionarla, situarla en determinadas
orden deseado” (Lechner 2002: 8); es decir, la circunstancias, en otras palabras, al referirnos
política tiene un carácter constructivista en la a la violencia, en este caso política, se requiere
producción de sociedad. inscribirla dentro de un marco coyuntural
identificable. Como señala Graciela Lúnecke
Si la idea es pensar, comprender y proyectar Reyes,
la política como mecanismo que controla las
tensiones de la sociedad, la organización para analizar la violencia política desde un enfoque
de las fuerzas sociales en una determinada histórico, es menester tratar de abordar todos
los planos que se entrecruzan en el fenómeno,
dirección, entonces la subjetividad es inherente centrando el interés tanto en las causas que llevan a
a ella; por lo tanto, se requiere “volcar las la aparición de éste en el escenario político, como en
miradas y los estudios sociales hacia la las formas y funciones que asume dentro del proceso
comprensión de la vertiente subjetiva de la de cambio y conflicto político (Reyes 2000: 28).
política”; al mismo tiempo, “los estudios sobre
subjetividades políticas son importantes Volviendo a Aróstegui, la violencia entendida
también para comprender el funcionamiento de como acción, estado o situación, por lo general
los partidos, en especial para indagar acerca se sitúa dentro de un conflicto, lo cual no significa
de las particularidades que los hacen atractivos que violencia y conflicto sean directamente
más allá del mero enunciado de sus ideales asociados o confundibles. Lo que sí puede
programático” (Moyano 2009: 43). relacionarse es el hecho que cuando surge la
violencia, esta se inserta en el conflicto entre
Pasamos al tema de la violencia política; al humanos. Sin embargo, puede existir conflicto
respecto, y desde una perspectiva más teórica que no alcance la situación de violencia, “…en
y conceptual, el historiador español Julio el sentido de la inexistencia de una imposición,
Aróstegui señala que la violencia tiene que ver o, en último caso, del uso de la fuerza física, 73
con factores biológicos, psicológicos (mentales), de fuerza explícita, como caracterizadora de
Revista Austral de Ciencias Sociales 23: 61-82, 2012

la violencia (…) la violencia, en fin, tiene, sin guerrillas, terrorismo, acción miliciana urbana,
duda como manifestación esencial el uso control social, persecución policial, y para algunos y
bastante teóricos pertenecen a este mismo género
de esa fuerza física, pero tampoco ello es su de fenómenos las guerras, los diversos géneros
característica constitutiva” (Aróstegui 1994: 30). de guerra. Y hay múltiples instrumentalizaciones:
células, bandas, organizaciones guerrilleras,
La violencia se constituye es una situación sectas, organizaciones para militares de partido,
o expresión social que involucra un par de cuerpos policiales, ejércitos (Aróstegui 1994: 37).
actores, y que tiene como particularidad un
forma de anomia. Además, adquiere una En todos estos casos, se da un denominador en
imposición coercitiva de una de las partes en común, la aparición de situaciones violentas en
conflicto sobre la otra. “Ello se hace, sin duda, el curso de la resolución de conflictos políticos,
por medio de la fuerza, pero no necesariamente lo cual nos aproxima a una definición de ella,
de la fuerza física”. En todo este proceso entra básicamente como instrumento de análisis en
en juego el tema del poder, concepto que para un contexto y situación histórica determinada,
Aróstegui implica “…un conjunto de medios por que tiene que ver con el problema del poder
los cuales una parte obliga a la otra a obedecer y las relaciones políticas. En vista de aquello,
su voluntad” (Aróstegui 1994: 34). violencia política es

toda acción no prevista en reglas, realizada por


Aquí se da otra relación, a la ya señalada entre cualquier actor individual o colectivo, dirigida a
conflicto y violencia, ahora se suma el poder controlar el funcionamiento del sistema político de
y violencia. Al igual que en el caso anterior una sociedad o a precipitar decisiones dentro de
(conflicto-violencia), el poder y la violencia, ese sistema. Las matizaciones y concreciones que
pueden estar relacionados, pero no significan esta primera definición básica precisaría no están
tampoco lejos de la lista de las establecidas al hablar
lo mismo; además, si bien históricamente el de la violencia en general (Aróstegui 1994: 39-44).
poder puede ser violento y tener un carácter
coercitivo, también puede ser un elemento de Por otra parte, la conceptualización que hagamos
consenso. de violencia política dependerá de los actores
que la definan, sus propósitos, el contexto en el
En el caso más específico de la violencia política, cual se utiliza y la relación con el poder político
término que nos convoca en esta ocasión, “… establecido, entre otras variables. Tampoco se
presenta históricamente una elevada gama de trata de establecer que la violencia política se
ideologizaciones y justificaciones, de estrategias circunscribe a la acción individual, colectiva o
o formas de ejercerse, de instrumentalizaciones rebelión de grupos sometidos, los cuales buscan
o de organizaciones ad hoc para ejercerla” subvertir el orden establecido; es decir, la acción
y, al ser tan amplio, podemos encontrar un que se produce en un sólo sentido, de abajo
sinnúmero de manifestaciones o expresiones, hacia arriba, resulta poco satisfactoria. Por lo
por ejemplo tanto, “Equiparar violencia política únicamente
a manifestaciones tales como terrorismo,
…los motines, las huelgas, las rebeliones,
insurrecciones, revoluciones, las represiones, los guerrilla, formas diversas de lucha armada,
74
golpes de Estado, etc., Un elevado número de como acostumbra a hacerse con frecuencia
formas de ejercerse: resistencia, lucha armada, desde ciertos enfoques, es, simplemente, una
La dictadura militar de Augusto Pinochet como Nueva Historia Política: Perspectiva historiográfica y algunos temas para su indagación

manipulación con fines políticos que no puede primer concepto como aquel proceso de hacer
ser seriamente aceptada” (Aróstegui 1994: leyes, instrumentos empíricos para transformar
44). Por lo tanto, la violencia política tiene normas ilegales de los grupos dominantes
que entenderse como una forma particular en normas legales que son obligatorias para
de violencia, como aquel conflicto central de otros grupos. Mientras que la criminalización
toda sociedad, el conflicto entre gobernantes y consiste en el proceso de imponer leyes que
gobernados, donde, al mismo tiempo, tiene la tienen por objeto la coerción psicológica o física
característica de su verticalidad4 y en la cual se de aquellos grupos o sectores que desafían
da una relación entre poder/violencia y Estado/ las normas legales. De esta forma, los grupos
violencia (Aróstegui 1996: 16). dominantes utilizarán la ley no solamente para
penalizar una determinada infracción o delito,
Aspecto significativo a considerar en este sino también para ampliar y consolidar la
proceso es la relación que se produce entre dominación (Turk 1996: 42-43).
violencia y capitalismo. Es decir, se instituye
una sociedad capitalista que establece un doble Es decir, toda aquella acción política es vista
control: por una parte, el del Estado sobre la como delito cuando es percibida por la autoridad
violencia en la llamada “autoridad pública”, (grupos dominantes y hegemónicos) como
“fundada en el monopolio de los instrumentos una alteración o modificación en la estructura
de violencia”; y, por otra, el control del mercado de la misma; en ese caso, quienes son parte
a través del contrato de trabajo capitalista. Por lo y promueven esas acciones políticas serán
tanto, la función principal del Estado capitalista criminalizados, imponiéndoles una determinada
será el disciplinamiento social por medio de una realidad. Por ejemplo, el concepto de violencia
“vigilancia burocrática” (Aróstegui 1996: 25). en estos casos es más bien utilizado para las
acciones de los manifestantes contra el gobierno
En resumen, para Aróstegui, la violencia política que para aquellas que realizan los partidarios
debe ser analizada como una categoría histórica del gobierno o las fuerzas policiales contra los
donde está presente el problema del poder y opositores. En ese contexto y siguiendo a Turk,
las decisiones políticas. Además, se requiere la violencia política adquiere algunas formas y
delimitar los ámbitos, espacios, niveles, campo dinámicas sociales, por ejemplo, “…la violencia
de acción y objeto, es decir, la violencia política coercitiva tiene como objetivo persuadir a los
es una forma particular y especial de violencia, oponentes para que concluyan o reduzcan
la cual se centra de preferencia en el conflicto sus acciones políticas. La violencia lesiva más
(vertical) entre gobernantes y gobernados, entre que persuadir, pretende castigar. La violencia
grupos dominantes y subalternos, de “arriba destructiva constituye la última sanción: su
abajo” o “abajo arriba”. objetivo es la exterminación” (Turk 1996:
48). Cada uno de ellas varía y responde a un
Desde la perspectiva de la criminalidad, Austin
Turk señala que uno de los elementos centrales 4
Con la expresión “verticalidad” queremos caracterizar el hecho de
en el análisis sobre la violencia política dice que los polos de las acciones violentas en política, es decir, en lo que
llamamos violencia política, son disimétricos. La violencia política es
relación con el grupo que domina los procesos un producto siempre del conflicto entre gobernantes y gobernados. 75
de legalización y criminalización, entendiendo el De “arriba abajo” o de “abajo arriba”.
Revista Austral de Ciencias Sociales 23: 61-82, 2012

contexto en el cual se aplica, sin embargo, las El trabajo de Turk lo grafica de la siguiente
tres no son excluyentes entre sí. forma:

Tabla 1. Actores políticos

Formas de violencia defensores desafiadores


Restricciones a la movilidad (ej. arrestos
Advertencias y amenazas (ej. Llamadas,
domiciliarios, control del pasaporte,
cartas, carteles, pintadas).
1. Coercitiva prohibición de reunión). Confiscación
Hurto, robo.
de propiedad (ej. multas, impuestos,
Secuestro.
decomisaciones). Detención y arresto.
Disturbios golpeando a la policía,
Control de disturbios (porras, caballos, simpatizantes o espectadores,
2. Lesiva gases utilizados contra los manifestantes), apaleamiento a prisioneros.
castigo corporal. Tortura

Pena capital, asesinato, linchamiento, Ejecución de prisioneros, asesinato,


3. Destructiva
masacre, guerra interna. linchamiento, masacre, terrorismo.

Fuente: Turk (1996: 49).

Para la filósofa Adela Cortina, la violencia se que le proporciona” (Cortina 1996: 57-63). Para
presenta como una forma de poder, como Eduardo González Calleja, la violencia política
un medio que busca conseguir determinados es el
objetivos y en el caso de las relaciones personales,
“un procedimientos es violento cuando con él empleo consciente (aunque no siempre
se trata de forzar a alguien para que haga lo premeditado) o la amenaza del uso, de la fuerza
física por parte de individuos, entidades, grupos o
que no quiere hacer de modo natural, trátese partidos que buscan el control de los espacios de
de violencia física o verbal” (Cortina 1996: 57- poder político, la manipulación de las decisiones
58). Además, la violencia tiene tres funciones: en todas o parte de las instancias de gobierno, y,
instrumental, comunicativa y expresiva. en última instancia, la conquista, la conservación o
la reforma del Estado. Esta definición provisional
abarca desde los llamamientos intelectuales
La primera de ellas “consiste en utilizarla como (justificaciones, amenazas, doctrinas y teorías de
medio para alcanzar una meta”; en la segunda, la violencia) hasta la violencia física, siempre que
se “pretende transmitir un mensaje” y, en la cumpla dos requisitos: manifiesten intencionalidad
76 última, “una persona ejecuta acciones violentas y se dirijan a influir en el campo de la estructura
por el puro placer de realizarlas, por el disfrute política (González 2002: 270-271).
La dictadura militar de Augusto Pinochet como Nueva Historia Política: Perspectiva historiográfica y algunos temas para su indagación

La destaca pensadora Hannah Arendt (1970) como el último recurso para mantener intacta
comenta que existe una relación entre poder la estructura del poder frente a sus retadores
y violencia, siendo esta última la expresión individuales” y, en este enfrentamiento (violencia
más evidente de la primera, sin embargo, no contra violencia), la superioridad del gobierno
hay que confundir ambos conceptos. Por otra será absoluta, mientras se mantenga intacta su
parte, existe poca claridad a la hora de definir estructura de poder, es decir, “…mientras las
qué se entiende por poder, violencia, así como ordenes se obedecen y el ejército o la policía
poderío, fuerza y autoridad. En ese sentido, están dispuestos a usar sus armas al servicio
Arendt apuesta por especificar cada uno de del gobierno”.
aquellos términos. El poder constituye aquella
capacidad humana de actuar concertadamente, No obstante lo anterior, Arendt señala que no
no de manera individual, y se mantiene mientras existe un gobierno basado exclusivamente en
se conserve unido. El poderío constituye la medios violentos, “hasta el dirigente totalitario
actitud de una sola persona, aunque se exprese cuyo principal instrumento de mando es la
con otros; actúa de manera independiente, por tortura necesita una base para su poder; la
eso mismo, por su particular independencia, policía secreta y la red de soplones”; se trata
siempre termina dominado por la mayoría que de ver (analizar), es ahí uno de los puntos
se combina para combatir aquel poderío. La importantes, “la organización superior del
fuerza constituye aquella energía desatada por poder; esto es, en la solidaridad organizada de
movimientos físicos y sociales. En el caso de los amos” (Arendt 1970: 45-47). Parafraseando
la autoridad, implica un reconocimiento; para a Antonio Gramsci, no se trata de destruir
aquello no se necesita coerción ni persuasión, o centrarse en aquellas cosas materiales,
sino que el respeto hacia el cargo y la persona. se tratada de conocer aquellas relaciones
Por último la violencia, “…se distingue “invisibles, impalpables, aunque se escondan
por su carácter instrumental. En términos en las cosas materiales” (Gramsci 1990: 197).
fenomenológicos, se aproxima más al poderío,
ya que los implementos de la violencia, como El poder es inherente a la existencia de las
las demás herramientas, se diseñan y emplean comunidades políticas, “brota dondequiera
a fin de multiplicar la fuerza natural hasta llegar que la gente se una y actúe de concierto”.
a sustituirla en la etapa final de su desarrollo” Lo que requiere es legitimarse y para aquello
(Arendt 1970: 41-43). recurre al pasado, pero al mismo tiempo busca
justificarse en el presente y futuro. En el caso
Estas definiciones y caracterizaciones no son de la violencia, igual busca legitimarse, pero
de ninguna manera absolutas, “compartimentos nunca justificarse.
estancos”, que no tengan relación alguna entre
sí. Son conceptos que deben ser analizados, Para finalizar, una breve referencia al tema del
relacionados y situados en una determinada terror (que no es lo mismo que la violencia),
realidad o proceso histórico. Esto nos permite que constituye una manifestación en la cual la
por ejemplo relacionar el concepto de poder violencia, tras destruir todo poder, mantiene el
y violencia en un caso bien particular como el control absoluto. Aquello ocurre, entre otras cosas, 77
gubernamental. Aquí “…la violencia aparece por la atomización social, cuando desaparece
Revista Austral de Ciencias Sociales 23: 61-82, 2012

toda oposición organizada, cumpliendo en toda señalaba que en la historia mundial, en los
esta dinámica un papel muy importante la figura últimos 60 años, la historia política había sido
del “soplón ubicuo, quien ya puede estar de sometida a una creciente crítica, acusándola
verdad omnipresente dado que ya no es nada de ser una historia de fechas, acontecimientos,
más el delator profesional a sueldo de la policía batallas, cronología en torno al poder, que
sino, al menos en potencia, cada persona que inconsciente o semiinconscientemente se
uno encuentra” (Arendt 1970: 51). convertía en una herramienta de legitimación
del poder.
Dentro de todo este proceso, situamos la
tortura como símbolo de la violencia. De Indica que el debate en torno a la crítica de la
acuerdo a Norbert Lechner, la tortura es una historia política no es algo reciente, sino que ya
de las formas más explícitas de control social, se dio a comienzos del siglo pasado en Europa
“mediante la tortura se comunica físicamente y, también, la crítica a la crítica, es decir, la
el poder: intimidación a reconocer la existencia respuesta de los defensores de la historia
y superioridad del poder. La finalidad de la política, también se encuentra allí presente.
tortura es la confesión-reconocimiento del amo”
(Lechner 1977: 9). La tortura como acción Para Fermandois, el estudio de la historia
directa marca a la víctima, toma posesión de política sigue tan vigente ayer como hoy, aunque
ella a través de una marca, delimitando al mismo con categorías más ampliadas. Por ejemplo, el
tiempo el mundo de los sin-poder, con lo cual tema del poder y dominio político y todo lo que
el torturador simboliza un orden, es decir, un aquello constituye como categoría analítica.
poder bajo una forma de castigo. El cuerpo (de La mentalidad de los grupos dominantes, algo
la víctima) viene a constituirse en el “espacio en significativo para entender la política. Antes
que se concretiza la ley”. de la mentalidad de una época, se trata de la
mentalidad de los gobernantes, el enraizamiento
Siguiendo a Foucault, no se trata de ver cómo social, el proceso de toma de decisiones.
el poder se ejerce en una sociedad desde una
concepción jurídica o cuaál es el sistema de Asimismo, las confrontaciones ideológicas
leyes que el poder establece sobre el cuerpo frente a realidades tecnocráticas constituyen
social. Lo significativo es analizar cómo “… otro aspecto fundamental que se dan en todos
el poder se instala y se desarrolla de manera los sistemas y no solamente en aquellos más
subcutánea. Trabaja sobre el comportamiento oficialmente ideológicos. No hay grupo de poder
cotidiano (en caso extremo sobre el cuerpo)” que funcione sin alguna doctrina implícita y esa
(Lechner 2006: 200). doctrina siempre choca con algunas realidades
de su propia acción, como parte de la vida
política.
La Nueva Historia Política en
perspectiva nacional: algunas referencias Otra esfera de estudio de una historia política
más novedosa, sería aquella que trata del
78 Desde el punto de vista nacional, el historiador lenguaje de la política y que proviene del
Joaquín Fermandois Huerta (1987-1988) desarrollo extraordinario de la lingüística en el
La dictadura militar de Augusto Pinochet como Nueva Historia Política: Perspectiva historiográfica y algunos temas para su indagación

siglo XX. Ahí existe un interesante campo de en proclamas, constituciones, documentos,


acción, ya que a través del lenguaje político periódicos, libros, es decir, en esa masa
podemos observar, por ejemplo, como se de escritos por las que circulaba la palabra
construyen los discursos y representaciones pública en el siglo XIX? Dejando atrás el tema
sociales. del lenguaje y los conceptos políticos, Olga
Ulianova agrega que la historia política intenta
Vinculado con este último tema, la citada estudiar y comprender nuestro pasado reciente;
historiadora de la Universidad de Santiago es decir, aquel siglo XX corto recién concluido
Cristina Moyano, señala que el lenguaje (Ulianova, 2009: 11).
se construye históricamente y cumple una
función de disputa por las nominaciones de Para Moyano Barahona, el campo de lo político
las realidades. Además, se articula en función enfrentó dos problemas: el primero de ellos fue
de aspectos conceptuales, siendo el concepto el desplazamiento que la historia política tuvo
un término complejo y polisémico, que posee por parte de la “nueva historia social”, en la
mucho contenido semántico. De esta forma, los cual “hacer historia política era una osadía que
conceptos políticos constituyen disputas por la pocos se atrevían a realizar en la comunidad de
significación; es la lucha política clave, ya que historiadores nacionales”; el segundo, la idea
los conceptos estructuran la experiencia social de separar lo social de lo político, minimizando
e inspiran determinadas pautas de acción de este último para de esta forma generar “…toda
los individuos y grupos (Moyano, 2009). Como una edificación de lo social, entendida como
apunta Roberto Samar, la esfera suprema e incontaminada donde
los sujetos constituían su propia historicidad”
Cuando nombramos algo lo categorizamos (Moyano, 2010). Se trata de una historia social
vinculándolo con una serie de conceptos, sin política incluida (Grez, 2007).
prejuicios e ideologías. Lo relacionamos con un
campo semántico, que es un conjunto de palabras
o elementos significantes con significados A pesar de aquellas complejidades, el interés
relacionados. Estas redes de sentido son lentes por lo político cobró fuerza, entre otras cosas
que condicionan la forma en que vemos el mundo. por las experiencias de los regímenes militares
(...) Esta disputa discursiva no es un problema ocurridos en América Latina a contar de los
superficial o de estilo, ya que la determinación
del nombre de lo que se discute influirá en el años sesenta y sus traumáticas experiencias
desenlace del debate. Por eso las definiciones de en la región; a lo que se suma los procesos
los hechos políticos son un importante espacio de de transiciones a la democracia. Todo aquello
confrontación, que influirá la forma de percibir la ha constituido un atrayente campo de análisis
realidad” (Samar, 2011). histórico, donde esta “nueva historia política”
tiene mucho que aportar.5
Quien también destaca el tema del lenguaje
político es el mencionado Carlos Altamirano
(2005), quien se pegunta: ¿De qué hablaban 5
Rolando Álvarez Vallejos con sus estudios sobre el partido comunista
esos personajes históricos, no importa si eran en Chile “Arriba los pobres del mundo. Cultura e identidad política
notorios, oscuros o anónimos, cuando decían del Partido Comunista de Chile entre democracia y dictadura.
79
1965-1990” (2011); Freddy Timermann López y sus trabajos sobre
por ejemplo, “nación”, “ciudadano” o “pueblo”, el régimen de Pinochet desde el punto de vista de los dispositivos
Revista Austral de Ciencias Sociales 23: 61-82, 2012

No quisiéramos cerrar esta reflexión sin A la fecha el Taller ha desarrollado cinco


hacer referencia y destacar la iniciativa Jornadas de Historia Política;6 asimismo han
del “Taller de Historia Política” (http://www. publicado dos textos “Para el análisis del Chile
tallerdehistoriapolitica.tk) constituido por contemporáneo. Aportes desde la historia
alumnos de historia de la Universidad de política” (2009) y “Vitalizando la historia política.
Valparaíso. En la presentación de su primera Estudios sobre el Chile reciente (1960-2010)”
publicación señalan que el Taller surge por (2010), a lo cual se suman diversas actividades
iniciativa de los estudiantes de la carrera de de extensión como seminarios, charlas, foros y
Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales, paneles de discusión con académicos y actores
quienes buscan convertir este espacio “… sociales y políticos, lo cual muestra la seriedad
en una instancia de discusión, difusión y del trabajo desplegado durante estos años.
producción historiográfica impulsada para y
por los estudiantes de la carrera de Pedagogía En concreto, ya entrado el siglo XXI, podemos
en Historia y Ciencias Sociales, con el fin de decir coincidiendo con Moyano que
aprender los procesos políticos, económicos y
sociales en que se ha visto inmersa la historia esta NHP (Nueva Historia Política) ya no teme
de nuestro país a lo largo del siglo XX” (Cfr. cruzar las fronteras disciplinarias y navegar en las
aguas de la sociología política, de la ciencia política
Taller de Historia Política 2010). De la misma o de la antropología, de donde puede sacar nuevos
forma, exteriorizar el vivo conceptos y nuevos métodos que nos permitan
repensar el pasado reciente y por cierto, el campo
…interés de los estudiantes por la historia del de lo político (Moyano 2010).
país en la perspectiva de comprender el tiempo
presente y contar con herramientas que permitan
la lucha por un país donde se haga realidad la
participación plena de los ciudadanos en la vida
colectiva y donde se avance en la conquista de
una sociedad donde impere la justicia y la igualdad
(Ríos 2010: 5-6).

de poder, “El factor Pinochet. Dispositivos de poder – Legitimación mujeres y los militares, “Integración de la Mujer en Política: La Mujer
– Elites Chile, 1973-1980 (2005); Verónica Valdivia en sus Chilena en las Elecciones Presidenciales y el Gobierno de Carlos
investigaciones sobre izquierdas y derechas en el Chile de Pinochet, Ibáñez del Campo, 1952-1958” (2002), “Las chilenas, los católicos,
“Su revolución contra nuestra revolución. Volumen I y II” (2006 Y los políticos y las reformas del código civil: más allá de la esfera
2008); Luís Corvalán Márquez “Del anticapitalismo al neoliberalismo Privada/pública” (2004); Sergio Grez Toso con sus dos últimos libros
en Chile” (2001); Juan Carlos Gómez especializado en temas como sobre los anarquistas y el comunismo en Chile, “Los anarquistas y
ciudadanía, sociedad civil, democracia, neoliberalismo, “Política, el movimiento obrero. La alborada de “la Idea” en Chile, 1893-1915”
democracia y ciudadanía en una sociedad neoliberal (Chile: 1900- (2007) y “Historia del comunismo en Chile. La era de Recabarren
2010) (2010); Juan Cáceres Muñoz desarrollando temas como (1912-1924)” (2011) y Jaime Massardo sobre el estudio de la
las elites del poder, redes de familia, justicia y delito, “Poder rural culturas subalternas, “La formación del imaginario político de Luis
y estructura social Colchagua, 1760-1860. La construcción del Emilio Recabarren” (2008).
Estado y la ciudadanía desde la región” (2007); Claudio Llanos
6
La primera se desarrolló el años 2007 y llevó por título “Estado
Reyes con temas de historia contemporánea e imperialismo, chileno: legitimidad, crisis y transformación durante el siglo XX” y
“Bases histórico-políticas del Estado de Bienestar alemán y la última correspondiente al presente año se denominó “Desarrollo,
británico (temas y problemas)” (2012), ““Ilusiones y cegueras: transformaciones y resistencias en la sociedad neoliberal (1980-
miradas sobre Europa entre 1922 y 1939. Desde el Royal Institute 2011)”. Además, en el marco de dicha jornadas se realizan clases
80 of International Affairs” (2011); María Elisa Fernández y la historia magistrales, lanzamiento de libros y publicaciones relacionadas con
de la cultura, ciudadanía, identidad política, con énfasis en las el área de estudio.
La dictadura militar de Augusto Pinochet como Nueva Historia Política: Perspectiva historiográfica y algunos temas para su indagación

Bibliografía

Aguirre Rojas, C. 2007. Antimanual del mal historiador. Grez Toso, S. 2007. “Escribir la historia de los sectores
España: Montesinos. populares. ¿Con o sin la política incluida?. A propósito de dos
Aguirre Rojas, C. 2004. La historiografía en el siglo XX. Historia miradas a la historia social (Chile, siglo XIX)”. En línea, disponible
e historiadores entre 1848 - ¿2025?. España: Montesinos. en: Cyber Humanitatis 41.
Altamirano, C. “De la historia política a la historia intelectual: Guy, B. y Hervé, M. 2004. Las escuelas históricas. Madrid:
reactivaciones y renovaciones”. En línea, disponible en: http:// Akal editores.
historiapolitica.com/datos/biblioteca/xixaltamirano.pdf. Hernández, E. 2004. Tendencias historiográficas actuales.
Arendt, H. 1970. Sobre la violencia. México: Editorial Joaquín Madrid: Akal editores.
Mortiz. Hobsbawn, E. 2007. “El desafío de la razón. Manifiesto para la
Aróstegui, J. 2004. La historia vivida. Sobre la historia del renovación de la historia”. Revista e-l@taina. Revista electrónica
presente. Madrid: Alianza editorial. de estudios Latinoamericanos 5, 19: 63-68. En línea, disponible
Aróstegui, J. 1994. “Violencia, sociedad y política: la en: http://www.iigg.fsoc.uba.ar/elatina.htm
definición de la violencia”. Revista Ayer 13: 17-55. Huneeus, C. 2000. El Régimen de Pinochet. Santiago:
Aróstegui, J. 1996. “La especificación de lo genérico: La Sudamericana.
violencia política en perspectiva histórica”. Revista Sistema 132- Le Goff, J. 1991. Pensar la historia. Modernidad, presente y
133: 9 a 39. progreso. Barcelona: Paidos
Bresciano, J. A. (Comp.). 2010. El tiempo presente como Lechner, N. 1977. “A propósito del control social: un
campo historiográfico. Ensayos teóricos y estudios de casos. comentario”. FLACSO Documento de Trabajo: 1-13.
Uruguay: Ediciones Cruz del Sur. Lechner, N. (Comp.). 1987. Cultura política y democratización.
Brunner, J. J. y Catalán, G. 1985. Cinco estudios sobre cultura Santiago, Buenos Aires: Flacso-Clacso.
y sociedad. Santiago: Facultad Latinoamericana de Ciencias Lechner, N. 2002. Las sombras del mañana. La dimensión
Sociales. subjetiva de la política. Santiago: Lom ediciones.
Burke, P. 1999. Formas de hacer historia. Madrid: editorial Lechner, N. 2006. Obras Escogidas. Volumen 1. Santiago:
Alianza. Lom ediciones.
Cañas Kirby, E. 1997. Proceso político en Chile. 1973-1990. López de la Roche, F. 2000. “Aproximaciones al concepto de
Santiago: Editorial Andrés Bello. cultura política”. Convergencia 7, 22: 93-123.
Cruz Mina, M. 1993. “En torno a la nueva historia política Lúnecke Reyes, G. 2000. Violencia Política (Violencia Política
francesa”. Revista de Historia Contemporánea 9: 59-91. en Chile. 1983-1986). Santiago: Lom ediciones, Arzobispado de
Cortina, A. 1996. “Ética y violencia política”. Revista Sistema Santiago Fundación Documentación y Archivo de la Vicaría de la
132-133: 57 a 91. Solidaridad.
Curi Azar, C. 2008. “François Guerra y la revalorización de la Mac Gregor, J. 1999. “¿Por qué historia política?”. Revista
historia política”. Revista Tiempo y Espacio 20 (17): 77-83. Signos Históricos I, 2: 155-167.
Echeverría, O. y Lionetti, L. 2006. “La Historia Política en Moulian, T. 2002. Chile Actual. Anatomía de un mito. Santiago:
su complejidad: los aportes de la historia cultural y la historia Lom ediciones.
intelectual”. En línea, disponible en V Jornadas Nacionales de Moulian, T. 2009. Contradicciones del desarrollo político
Historia Moderna y Contemporánea. Facultad de Humanidades. chileno. Santiago: Lom ediciones.
Universidad Nacional de Mar del Plata, http://historiapolitica. Moyano Barahona, C. 2009. MAPU o la seducción del poder
com/datos/biblioteca/echeverria1.pdf. y la juventud. Los años fundacionales del partido-mito de nuestra
Fermandois Huerta, J. 1987-1988. “Vigencia de la historia transición. Santiago: Ediciones Universidad Alberto Hurtado.
política”. Revista Dimensión Histórica de Chile 4-5: 227 a 232. Moyano Barahona, C. 2009. “Entre el campo de experiencia
García de los Arcos, M. F. 1992. “El misterio del pequeño y el horizonte de expectativas. Una historia conceptual del
número o sobre la historia del poder: una aproximación a la lenguaje político de la izquierda durante la dictadura: Socialismo,
nueva historia política”. Revista IZTAPALAPA 26: 55-75. revolución y democracia (1973-1990)”. Proyecto Fondecyt,
Gil Puyol, X. 1995. “La historia política de la Edad Moderna iniciación en investigación.
Europea, hoy: procesos y minimalismo”. Carlos Barros (Ed.). Moyano Barahona, C. 2010. El MAPU durante la Dictadura.
Historia a Debate. Volumen III. España: Gráficas Sementeira. 195 Saberes y prácticas políticas para una microhistoria de la
-208. renovación socialista en Chile 1973-1989. Santiago: Ediciones
González Calleja, E. 2002. La violencia en la política. Universidad Alberto Hurtado.
Perspectivas teóricas sobre el empleo deliberado de la fuerza Moyano Barahona, C. 2010. “Elementos teóricos y
en los conflictos de poder. Madrid: Consejo Superior de metodológicos para estudiar a los partidos políticos y a la militancia”.
Investigaciones Científicas. Cátedra Magistral, IV Jornadas de Historia Política, Valparaíso, 20
Gramsci, A. 1990. Cuadernos de la Cárcel. Pasado y presente. de octubre. Taller Historia Política: http://tallerhistoriapoliticauv. 81
México: Juan Pablo editor. blogspot.com/p/iv-jornadas-de-historia-politica.html.
Revista Austral de Ciencias Sociales 23: 61-82, 2012

Moyano Barahona, C. 2011. “La historia política en el Ríos Kroyer, N. (Ed.). 2010. Para el análisis del Chile
Bicentenario: entre la historia del presente y la historia conceptual. contemporáneo. Aportes desde la historia política. Valparaíso:
Reflexiones sobre la nueva historia política”. Revista de Historia Taller de Historia Política, Universidad de Valparaíso.
Social y de las Mentalidades 15, 1: 227-245. Samar, R. “Palabras y política”. Página 12. En línea; disponible
Palacios, G. 2007. “Entre una “nueva historia” y una “nueva en miércoles 4 de mayo de 2011, http://www.pagina12.com.ar/
historiografía” para la historia política de América Latina en el diario/laventana/26-167509-2011-05-04.html.
siglo XIX”. Guillermo Palacios (Coordinador). Ensayos sobre Sirinelli, J.-F. 1993. “El retorno de los político”. Revista de
la nueva historia política de América Latina, s. XIX. México: El Historia Contemporánea 9: 25-35.
Colegio de México. En línea, disponible en: http://historiapolitica. Tapia, J. 1980. El terrorismo de Estado. La Doctrina de la
com/datos/biblioteca/xixpalacios.pdf. Seguridad Nacional en el Cono Sur. México: Nueva Imagen.
Pasamar, G. 2000. La Historia Contemporánea. Aspectos Turk, A. T. 1996. “La violencia política desde una perspectiva
teóricos e historiográficos. Madrid: Síntesis. criminológica”. Revista Sistema 132-133: 41-55.
Pinto Vallejos, J. (Comp.). 2006. Cien años de propuestas Ulianova, O. 2009. Redes políticas y militancia. La historia
y combates. La historiografía chilena del siglo XX. México: política está de vuelta. Santiago: Editorial Ariadna-IDEA-USACH.
Universidad Autónoma Metropolitana. Velásquez, E. 2002. “Historia de la Doctrina de Seguridad
Nacional”. Convergencia 27: 11-39.

82

Potrebbero piacerti anche