Hola Bicho , ¿Cómo has estado?

¿No te parece extraña esta pregunta? A mí sí, porque antes solíamos contarnos todo, yo era tu confidente,
tú eras el mío, y en algunas noches compartíamos nuestros miedos más profundos, nuestros sueños y las
cosas que nos preocupaban mientras nos tomábamos las manos ¿te acuerdas?

Gasté mucho tiempo preguntándome qué fue lo que nos pasó, pero ahora ya se la respuesta: El tiempo. Fue
ese terrible fenómeno que no se puede detener, que fluye, que cambia las cosas y que en algún punto nos
separó. Sin embargo, y aunque la vida haya pasado, todavía tengo cosas que decir, palabras atoradas en mi
garganta que no me dejan dormir por las noches, y de esto se trata esta carta.

Necesito pedirte perdón, y no porque nuestro final haya sido enteramente mi culpa, lo que sucede es que al
calor del rompimiento, no pude reconocer de frente mis errores, que fueron muchos, algunos graves y otros
insignificantes, pero que acumulados nos llevaron hasta este momento. Discúlpame, la chica que cometió
todas esas faltas no es la misma que te escribe hoy, y si pudiera cambiarlo lo haría sin pensarlo dos veces.

También quiero darte las gracias por un sinfín de cosas, todos esos buenos momentos, que ahora derivan en
nostálgicos recuerdos, agradezco que hoy te encuentro en alguna canción, una película, un libro y en las
tardes más calurosas del verano. Hay un poco de ti en mí, y espero que también dentro de ti exista un poco
de mí y no es algo que me moleste, porque al final de cuentas, tú ayudaste a moldear la persona que soy
ahora.

No voy a mentirte, hay muchas cosas de las que me arrepiento de nuestra relación, pero al mismo tiempo,
hay miles que atesoro cada día de mi vida, nunca voy a olvidar tu protección, tu cariño, tu solidaridad y las
lecciones que me diste en el pequeño lapso de la vida que pudimos compartir.

¿Tú recuerdas alguna cosa sobre mí? Me gusta pensar que sí, imagino que hay momentos en los que no
puedes evitar transportarte a nuestros instantes más felices, y que sin notarlo, una sonrisa cruza tus labios
preguntándote qué pensaría yo sobre algo que acabas de ver.

Estoy segura de que a pesar de que el tiempo fue quien nos llevó por caminos diferentes, también es
nuestro aliado. Lentamente está borrando el odio, el rencor, los gritos, las lágrimas, y ha sanado
completamente nuestros corazones, y lo mejor de todo, es que nos está permitiendo solo conservar los
recuerdos dulces.

Lo que siento por ti es un sentimiento muy extraño, es dinámico y está mutando. En un principio, fue un
amor tan intenso que pensé que no cabría en mí y duraría para siempre, después pasó a convertirse en un
algo doloroso, una herida que me ha costado mucho poder cerrar, y ahora, es un gran cariño fraternal
porque en un momento compartimos una vida y eso es muy difícil de ignorar.

Finalmente, quiero desearte una excelente vida, dejando atrás nuestras rencillas, eres una gran persona,
que al igual que yo se merece lo mejor, encontrar al gran amor de su vida, y  toda la felicidad y plenitud que
este mundo puede ofrecer.

Solo te voy a pedir una cosa, y es probablemente la última que jamás voy a pedirte, y es que pienses en
un momento en el que fuiste feliz a mi lado, uno donde hayas estado sonriendo y tu corazón latió  con fuerza
¿ya lo tienes? Ahora atesóralo y recuérdame siempre de esa manera, porque yo así te guardo en la mente.

Quizás nos veamos en otra vida y ya no cometamos los mismos errores.

Besos