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El país: Feminismo necesario


Debates parecen eternos. Se repiten una y otra vez; sin embargo, la esencia
Algunos misma de la discusión es una vieja conocida. El feminismo es
protagonista de cientos de debates así, a diario. Las feministas nos hallamos
eternamente enfrentadas a las restricciones impuestas por una sociedad que
se encuentra demasiado cómoda heredando un mundo desigual y aceptando,
sin criterio y con excesivo desparpajo, comportamientos que, a los ojos del
siglo XXI y de la historia, parecen ridículamente anticuados, obsoletos e
innecesariamente nocivos.

¿Cuál es la razón que excusa la continua actitud conforme, sumisa y dócil del
ser humano ante revoluciones que debían tener lugar hace décadas? ¿Por qué
cada vez que el feminismo roza al animal aletargado y enjaulado que es la
conciencia social, este se revuelve y muerde sin darse cuenta de que el roce,
aunque desconocido y algo desagradable al principio, luego le proporcionaría la
libertad que tanto ansía?

Todavía no tenemos respuestas. El hombre aceptó las ideas que el


heteropatriarcado le susurraba mientras dormía, creando en su sueño fantasías
sobre avances tecnológicos, coches voladores y dinero, y restándole
importancia a las ideas de libertad que tanto le había costado fabricar y
expandir por sí mismo (si no me creen, pregúntenselo a Luis XVI de Francia),
propias de una sociedad moderna y desarrollada. Pero, sobre todo, se olvidó
de soñar con los derechos de las mujeres.

Es por esto que defiendo, a capa y a espada, que el feminismo es necesario, y


ahora que podemos soñar con nosotras mismas, tenemos la obligación moral
de hacerlo por las que estuvieron y las que estarán. El feminismo es un espacio
seguro donde apoyarnos y luchar por las demás, levantando nuestra voz y
nuestro puño como arma y escudo contra aquellos que, petrificándose poco a
poco sobre el sofá mullido de sus privilegios, se sienten amenazados por la
pérdida de este, y arremeten contra quienes ondean la igualdad como bandera
y cuya única agenda es verificar el cumplimiento de lo que se nos prometió

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sobre papel mojado (y remojándose desde hace 70 años) en la Declaración
Universal de los Derechos Humanos.

Bibliografía: Reyes.M.A, (2019). Feminismo necesario.El país. Recuperado de:

https://elpais.com/elpais/2019/02/15/opinion/1550241446_812258.html

Opinión a favor Opinión en contra


“Es por esto que defiendo, a capa y a
espada, que el feminismo es
necesario, y ahora que podemos
soñar con nosotras mismas, tenemos
la obligación moral de hacerlo por las
que estuvieron y las que estarán.”

“CONTRA EL FEMINISMO”

La situación ha llegado al punto de que resulta complicado chistar la definición


del feminismo como igualitario sin correr el riesgo de sentar cátedra de
misoginia avanzada.

El feminismo actual, al considerar los valores masculinos en términos casi


puramente negativos, ligados a la violencia y la competitividad y al
mantenimiento de un sistema de dominio y opresión (el “patriarcado”) basado
en la privación de la libertad y la igualdad de las mujeres, se convierte, así, en
un suprema cismó.

Pero juega con un equívoco que camufla este hecho, al invocar la igualdad
como objetivo: pues lo que habitualmente entendemos por igualdad es
“igualdad de oportunidades”, es decir, que las reglas y las condiciones han de
ser las mismas para todos.

No es esta, sin embargo, la igualdad la que el feminismo pretende. Al contrario,


el objetivo del feminismo es que la igualdad sea el resultado de las políticas
que se apliquen, incurriendo estas en todas las injusticias, abusos y
desequilibrios precisos a fin de conseguir ese objetivo igualitario. Así, es una
evidencia que ya nadie se atreve a negar, que las leyes de género y de
inspiración feminista conculcan principios esenciales como la igualdad ante la
ley y la presunción de inocencia: el fin – la igualdad – justifica los medios – la
injusticia.

Tan desequilibrada resulta la arquitectura legal española a este respecto, que


ninguna sociedad de nuestro entorno (ese al que gustan invocar con
frecuencia) se ha acercado siquiera a la atrocidad legislativa que se ha
perpetrado entre nosotros con la Ley Integral de Violencia de Género.
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La misma anfibología aprovecha al feminismo respecto a la “brecha salarial”,
concepto que maneja con absoluta falta de pudor para inducir la creencia de
que las mujeres reciben menor salario que los hombres por el mismo trabajo, lo
que es una falacia rotunda. Sencillamente, si así fuese, no existiría el paro
femenino, salvo que estemos dispuestos a considerar completamente idiotas a
los empresarios españoles.

La diferencia entre el conjunto de hombres y el conjunto de mujeres se produce


por razón de que estas detraen horas de trabajo para dedicarlas a la atención
de los hijos y los mayores (la renuncia voluntaria de las mujeres a la jornada a
tiempo completo es 7 veces mayor que la de los hombres), y también por la
diferencia de la presencia de hombres y mujeres en distintos sectores de
actividad.

Por lo demás, los salarios también muestran diferencias por razones de edad,
pues es evidente que los jóvenes están peor pagados que los más maduros; y
también se observan diferencias de salarios entre los nacionales y los
inmigrantes, entre quienes han cursado estudios de humanidades y los de
ciencias, entre el medio rural y el urbano…y así podríamos construir un
interminable memorial de agravios en el nombre de la igualdad.

Lo único que verdaderamente discrimina a la mujer es la maternidad; ahí reside


la verdadera brecha. Pero de esa, claro, el feminismo actual no quiere ni
hablar; porque no le interesan las mujeres reales, sino solo LA mujer, para él
una simple abstracción a través de la que obtener sus objetivos ideológicos y
mantener los chiringuitos de los que vive. Y muy bien, por cierto.

Bibliografía: Paz.F. (s.f).Contra el feminismo.El debate.Recuperado de:


https://eldebate.es/identidad/contra-el-feminismo-20190305

Opinión a favor Opinión en contra


Lo único que verdaderamente
discrimina a la mujer es la
maternidad; ahí reside la verdadera
brecha. Pero de esa, claro, el
feminismo actual no quiere ni hablar;
porque no le interesan las mujeres
reales, sino solo LA mujer, para él una
simple abstracción a través de la que
obtener sus objetivos ideológicos y
mantener los chiringuitos de los que
vive. Y muy bien, por cierto.

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“EL FEMINISMO UNA MODA”

El feminismo engloba diversos movimientos que demandan igualdad entre


hombres y mujeres en todos los ámbitos de la vida personal y social. Este
nace, como tal, tras la Revolución Francesa, cuando las mujeres se dan cuenta
de que la creación de una sociedad con igualdad jurídica y algunas, de las
denominadas hoy en día, libertades civiles se circunscribían a los hombres.
Medio siglo después se comienza a ganar el derecho al sufragio femenino, hito
fundamental por el que la mujer adquiría valor como potencial electora, lo que
promovió un cambio social, también impulsado por la Segunda Guerra Mundial
y las mejoras tecnológicas que favorecieron el acceso de las mujeres al
mercado de trabajo. En mi opinión, esto último es el segundo gran hito en la
consecución de la cuasi igualdad de la mujer en países desarrollados, ya que,
sin acceso a recursos económicos resulta complicado, si no imposible, tener un
nivel alto de lo que se denomina empoderamiento, otra palabra muy de moda, y
que se puede resumir en adquirir el poder para tomar decisiones sobre tu
propia vida, alcanzando la autonomía de las mujeres. Al mismo tiempo, el
desarrollo económico se produce en parte por esta incorporación de las
mujeres al trabajo. Nadie puede negar que la no utilización del potencial
productivo del recurso más importante, el humano, solo por ser mujer es un
lastre para la economía. De hecho, los países más igualitarios son los que
tienen mayor bienestar económico.

Obviamente, en los países desarrollados el nivel de igualdad es muy elevado,


pero ¿sigue existiendo el machismo? Por supuesto, cualquier mujer que viva
en España y haya salido alguna vez a la calle, trabajado o visto la tele, sabe
que, si bien la mujer goza en nuestro país de igualdad jurídica, en el ámbito
social y económico aún queda camino por andar. Ahora bien, la gran cuestión
es cómo va a evolucionar la lucha por la igualdad si se deja en manos de
políticos y «políticas» que buscan el voto rápido, fácil y manchan de ideologías
políticas dicha lucha. El primer y alarmante resultado ha sido que no todas las
mujeres somos iguales. Así, si no eres de una determinada ideología política,
fundamentalmente progresista de izquierdas (aunque habría que discutir
mucho sobre si lo son) da igual cualquier ataque machista que sufras, la
mayoría de las mujeres (progresistas de izquierdas) no van a protestar contra
ello. El feminismo siempre ha estado fundamentado en la solidaridad femenina,
en esa red tejida a lo largo de los siglos. Esto ha dado poder a la mujer y se
basa en que, aunque no piense como tú o incluso tú seas una mujer de ideas
machistas (que las hay y bastantes), si te agreden de cualquier forma por el
hecho de ser mujer, yo reacciono contra ello: en el trabajo, en la vida
doméstica, en mi día a día, a nivel micro, sin que haya titulares ni periódicos,
reacciono. Además, ahora resulta que si eres azafata de F1 cosificas a la
mujer, pero si eres actriz o presentadora de televisión, hagas lo que hagas, no,

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y da igual los estándares de belleza profundamente dañinos que perpetúas.
Las primeras no son tan libres como las segundas de ponerse lo que quieran y
trabajar en lo que quieran, ¿por qué? Pues no tengo ni idea, supongo que solo
lo que dicen ciertas mujeres es lo que vale, verdades absolutas incuestionables
y si no estás de acuerdo, te conviertes automáticamente en machista y facha.
La máxima preocupación que me surge es ¿no llevamos luchando desde el
siglo XV para tener la libertad de elegir nuestros trabajos y qué hacer con
nuestros cuerpos? Y si hay personas que piensan que estos causan un
perjuicio o cosifica a la mujer, ¿no tenemos libertad para seguir realizándolos?,
¿de dónde viene este recorte de libertades para aquellas mujeres que no
hacen lo que otras dicen o simplemente no comulgan con sus ideas?, ¿del
progresismo?

Bibliografía: Salazar.M.O. (2018). El feminismo, una moda. Opinión.


Recuperado de: https://www.diariocordoba.com/noticias/opinion/feminismo-
moda_1210099.html

Opinión a favor Opinión en contra


Pues no tengo ni idea, supongo que
solo lo que dicen ciertas mujeres es lo
que vale, verdades absolutas
incuestionables y si no estás de
acuerdo, te conviertes
automáticamente en machista y
facha.

“LA INCONGRUENCIA DEL FEMINISMO EN NUESTRO DÍA A


DÍA”
Seamos honestos y analicemos con detenimiento algunas situaciones en las
que llegamos a ser bastante incongruentes. Somos humanos y está en nuestra
naturaleza, pero también lo está el corregir ciertas actitudes que nos lleven a
ser mejores personas.

Quiero hablar sobre un término que habla de la hermandad entre mujeres y que
creo, es algo que todas deberíamos llevar en nuestro corazón y poner en
práctica día a día.

Leyendo algunos artículos me topé con el término “sororidad”, un neologismo


que se refiere a la hermandad entre mujeres y que comenzó a utilizarse
alrededor de los años 70 por Kate Millet, autora del libro Política sexual, y que
hacía referencia al feminismo de la segunda ola, el cual se enfocaba en la
desigualdad no-oficial, la libertad sexual, la familia, el trabajo y el derecho al
aborto.

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Luchamos por la igualdad de género, publicamos imágenes que abogan por la
causa en redes sociales y afirmamos que somos feministas, pero se nos olvida
lo más importante, la auténtica sororidad de cada día. Las pequeñas actitudes
que tenemos con nuestras “hermanas” en todo momento.

Somos tan incongruentes… Yo quisiera que realmente fuéramos más


consientes para crear hermandad y respeto entre nosotras mismas, porque a
mí me da mucha tristeza esta situación de “pose” en muchas de nosotras. Ojo,
no generalizo.

No hablemos de feminismo cuando ni siquiera nosotras entre mujeres nos


estamos respetando. Cuando criticas y llamas “zorra” a una mujer que tiene
libertad sexual, cuando te acuestas con el novio de alguien más y luego te
quejas de que te hicieron lo mismo o cuando insultas y hablas mal de alguien a
quien ni conoces. No hablemos de feminismo cuando somos tan hipócritas.

Escuchamos la proclama “tenemos que estar unidas” pero no veo que


cambiemos hábitos tan sencillos como lo que hacemos diariamente. Pongamos
el ejemplo y seamos realmente un equipo que se respeta, que se impulsa y que
se cuida. Piensa antes de decir las cosas y si es algo negativo, reflexiona si va
a hacer un bien, un cambio o si solo es para criticar.

Seamos cómplices, seamos equipo, seamos una misma.

Tratemos de concientizar a nuestras amigas, a nuestras conocidas, en crear un


ambiente de respeto entre nosotras. Hablemos de feminismo y apliquemos el
valor de igualdad, respeto, amor y sororidad todos los días.

Bibliografía: Altuzar. F. (s.f). La incongruencia del feminismo en el día día.Elle.


Recuperado de: https://elle.mx/estilo-de-vida/2019/09/05/la-incongruencia-del-
feminismo/

Opinión a favor Opinión en contra


Tratemos de concientizar a nuestras
amigas, a nuestras conocidas, en
crear un ambiente de respeto entre
nosotras. Hablemos de feminismo y
apliquemos el valor de igualdad,
respeto, amor y sororidad todos los
días.

“TU NO ERES MACHISTA NI FEMINISTA, TU ERES TONTO”


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Entendiendo que tonto es el que dice tonterías.

Vivimos en un mundo, a veces, ignorantes, vacíos y fríos. Un mundo donde


quienes tienen privilegios o maltratan se sienten intimidados, y esa proyección
la lanza en forma de discurso cargado de falacia, odio y confusión. Un discurso
que busca despistar y minimizar una desigualdad patente. Y dentro de ese
mundo también están quienes jamás han leído nada de la Historia. Quienes
creen, sean hombres o mujeres, que las cosas han caído del cielo, que piensan
que jamás se ha necesitado luchar para obtener mejoras sociales o laborales.
Esas personas incrédulas que viven del pasotismo y la comodidad de haber
nacido en democracia. Esas personas que no han conocido la vida de las
personas que fueron perseguidas, vigiladas, acosadas, torturadas,
encarceladas, asesinadas, únicamente por opinar y defender una idea.

¿Y qué mayor injusticia existe que la desigualdad de género?

Por eso, me apena que exista gente que tire por tierra esta batalla y que
minimice con algo tan importante como es la dignidad. Jamás acusaré a quien
no se levanta, pero sí a quien impide que yo lo haga.

Y antes de terminar contestando a quienes acusan a este movimiento de estar


politizado o con los motivos que han hecho que yo parara el 8 de marzo,
conviene refrescar la memoria.

La lucha feminista no es algo de la actualidad, sino que se remonta al principio


de los tiempos, me atrevo a decir que a la época de los Primates. Algunas
sitúan el feminismo a fines del siglo XIII, cuando Guillermine de Bohemia
planteó crear una iglesia de mujeres. Otras rescatan como parte de la lucha
feminista a las predicadoras y brujas, pero es a mediados del siglo XIX cuando
comienza una lucha organizada y colectiva. Las mujeres participaron en los
grandes acontecimientos históricos de los últimos siglos como el Renacimiento,
la Revolución Francesa y las revoluciones socialistas.

De los orígenes, de la historia, y de las vidas de grandes mujeres, podría estar


escribiendo horas y horas, pero no lo voy a hacer en este artículo. Eso sí, y
como estamos hablando del Día de la Mujer, y de lo ridículo que supone tener
que escuchar y leer que para cuando el Día del Hombre, o que el Día de la
Mujer se celebra trabajando o divirtiéndose, conviene contextualizar el Día,
más que nada para tapar algunas conciencias, ya que sé que hay vergüenzas
que jamás se van a extinguir.

Fue un 8 de marzo de 1857 cuando un grupo de mujeres empezaron a


revelarse. Las trabajadoras textiles de la fábrica Lower East Side de Nueva

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York organizaron una marcha en protesta de sus precariedad laboral y salarial,
ya que cobraban alrededor del 70% menos que los hombres, a pesar de
suponer la casi totalidad de la plantilla trabajadora. El acto fue boicoteado por
la fuerte represión policial. Cincuenta y un años después, en 1908 tuvo lugar
uno de los acontecimientos más trágicos en la historia reivindicativa de la
mujer. En la misma ciudad, Nueva York, 40.000 costureras industriales
organizaron una huelga para manifestarse. Sus peticiones eran la igualdad de
derechos, la reducción de jornada laboral (era de 12 horas o más), la abolición
de la explotación infantil y el derecho a unirse a sindicatos. Ese día pasó a la
historia no solo por esa lucha, sino porque en una de las fábricas donde se
realizaba la huelga, los propietarios ordenaron cerrar puertas y ventanas y
atrapar en su interior a las manifestantes. Un incendio acabó con la vida de 120
mujeres que estaban allí luchando. Pero tuvo que pasar 67 años para que la
ONU proclamara el 8 de marzo como una fecha clave para reivindicar y
conmemorar la lucha de las mujeres en el mundo.

Realmente es estremecedor. Mujeres que murieron por defender unos


derechos y aún así seguimos minimizando esta ola imparable que ha venido
para recordarlas y quedarse.

¡Ésas sí que eran auténticas feministas y me representan! Se lee en las redes.


Esas mujeres fueron asesinadas en mucho caso, otras repudiadas o criticadas
por el entorno. Se me viene a la cabeza Clara Campoamor, la mujer que
consiguió que las mujeres pudiéramos votar a pesar de ser cuestionada de la
misma manera que nosotras lo somos ahora. Ni más ni menos. Esta ola
feminista no es distinta, ni especial, ni de imitación. Esta ola feminista es la
continuación de las anteriores y la previa a las que vendrán después, pues
tendrán que pasar muchos años para que verdaderamente tengamos la
igualdad. La diferencia es que ahora utilizan la coacción y la vejación contra
nosotras. Ahora no nos pueden matar legalmente, aunque el patriarcado lo
haga todos los días.

Así que únicamente pido una cosa. No me frenéis, no les quitéis las ganas a
las que tenemos fuerza, ilusión y energías para luchar. No ridiculicéis a quienes
creemos en esta batalla y sabemos que con la acción y el ruido podemos
seguir cambiando el mundo.

Y por último, gracias a todos los hombres aliados del feminismo, que sois la
inmensa mayoría, porque los único que están en contra de este movimiento
son los machistas.

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Bibliografia: Lopez. C. (2019). Feminismo.El foro de ceuta. Recuperado de:
https://elforodeceuta.es/opinion-tu-no-eres-machistnia--feminista-tu-eres-tonto/

Opinión a favor Opinión en contra


Así que únicamente pido una cosa.
No me frenéis, no les quitéis las
ganas a las que tenemos fuerza,
ilusión y energías para luchar. No
ridiculicéis a quienes creemos en esta
batalla y sabemos que con la acción y
el ruido podemos seguir cambiando el
mundo.

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