Sei sulla pagina 1di 528

D erecho P rocesal C ivil

TOMO II
Nulidad de los Actos Procesales

Alberto Hinostroza Minguez

J u r i s t a E d i t o r e s E . I . R . L .
A lberto H inostroza M inguez

DERECHO
PROCESAL
CIVIL
TOMO II
N ulidad de los A ctos Procesales

JÜKISTA
DERECHO PROCESAL CIVIL
TOMO II: Nulidad de los Actos Procesales

ALBERTO HINOSTROZA MINGUEZ


JURISTA EDITORES E.I.R.L.
Jr. Miguel Aljovín N° 201 Lima - P erú
Teléf.: 427-6688 / 4281072
Fax.: 426-6303
SUCURSALES:
T rujillo: Jr. Bolívar 542
Teléf.: (044) 200-785
A requipa: Calle Colón 127 - Cercado
Teléf.: (054) 203-794
2da. edición: Julio 2017 00495
Tiraje: 1,000 ejemplares

Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2016-08285


ISBN: 978-612-4184-99-4
978-612-4366-01-7
Derechos de Autor reservados.
Prohibida la reproducción de este libro por cualquier medio,
total o parcialmente, sin autorización expresa del autor.
Composición y Diagramación:
J urista E ditores
A mi hijo, Alejandro,
con quien aprendo día a día
que nada es imposible.
Introducción
Continuando con la colección de libros denominada DERECHO
PROCESAL CIVIL, se presenta en esta oportunidad el Tomo II, que lleva por
título N ulidad de los A ctos Procesales.
Los actos que conforman el proceso, para su validez, deben reunir una
serie de requisitos o condiciones que se hallan previstos en el ordenamiento
procesal. El cumplimiento de sus formalidades asegura la idoneidad de los
actos procesales para ser considerados jurídicamente de modo eficaz; su
inobservancia provoca la correspondiente sanción en virtud de la cual los actos
defectuosos o viciados son privados de sus efectos normales o característicos.
La nulidad procesal representa justamente dicha sanción, la misma que
obedece al estado deficitario o anormal por el que atraviesa un determinado
acto del proceso y que da lugar a la posibilidad de que éste sea invalidado, lo
que ocurrirá si han resultado afectadas formalidades esenciales que impiden
que el acto en cuestión cumpla con la finalidad que le asigna el legislador.
La nulidad procesal es el instrumento de que se vale el derecho adjetivo
para garantizar el acatamiento de sus normas y descartar la presencia en el
proceso de actos carentes de elementos formales mínimos que no sólo entorpecen
su dinámica sino que además vulneran los derechos de los justiciables.
Esta figura jurídica también puede ser considerada como equivalente de
la situación anómala o de imperfección que rodea a un acto procesal desprovisto
de los requisitos exigidos legalmente para su realización y que hace que éste
sea susceptible de ser invalidado.
El instituto aludido se basa en la necesidad de preservar las formalidades
procesales que aseguran la defensa en juicio y el derecho al debido proceso, y
tiene por función, pues, sancionar a los actos procesales defectuosos o viciados
con la respectiva invalidación. Su declaración, dicho sea de paso, no puede
obtenerse de manera fácil, mucho menos si se promueve abusiva o arbitrariamente
10 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

o con una intención simplemente legalista, pues la nulidad procesal se encuentra


regida por una serie de principios como los de especificidad, trascendencia,
conservación, convalidación, de finalidad incumplida, entre otros, todos ellos
destinados a lograr que aquélla sea utilizada adecuadamente y que no se
desvirtúe el importante rol que le asigna el ordenamiento jurídico de protección
de las formas esenciales de los actos procesales que aseguran el derecho al
debido proceso.
A través de esta obra pretendemos, en su primera parte, dar a conocer,
de un modo ordenado y profundo, los diversos criterios y/o reflexiones que
sobre el particular pueden encontrarse en la doctrina procesal; en tanto que en
la segunda parte de la presente investigación procuramos ilustrar al lector
acerca del tratamiento que de la nulidad procesal hace nuestro Código adjetivo
y la Corte Suprema de Justicia de la República (mediante la respectiva
jurisprudencia casatoria), cuya comprensión se ve facilitada enormemente por
los antecedentes doctrinarios recogidos en la primera parte de este libro.
La estructura de la presente obra es, pues, la siguiente:
PRIMERA PARTE: TEORIA GENERAL DE LA NULIDAD
PROCESAL. En ella se aborda lo relacionado a las nociones
esenciales (Capítulo I), clases de nulidad procesal (Capítulo II), los
principios que rigen la nulidad procesal (Capítulo III), la declaración
de la nulidad procesal (Capítulo IV) y la nulidad de cosa juzgada
fraudulenta (Capítulo V).
SEGUNDA PARTE: LA NULIDAD PROCESAL EN NUESTRO
ORDENAMIENTO JURIDICO. En el Capítulo VI, denominado la
nulidad en el Código Procesal Civil, tratamos lo concerniente a la
regulación de la nulidad en dicho cuerpo de leyes, los principios
de legalidad, trascendencia, convalidación y subsanación o
integración, la extensión de la nulidad, el interés para pedirla, la
inadmisibilidad o improcedencia del pedido de nulidad, su
tramitación, el contenido de la resolución que declara la nulidad,
la nulidad de cosa juzgada fraudulenta y las disposiciones expresas
del Código Procesal Civil sobre la nulidad procesal. En el Capítulo
VII, cuyo título es la nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria,
se incorpora una vasta selección de fallos del máximo Tribunal,
como, por ejemplo, la jurisprudencia casatoria relacionada con la
nulidad procesal en general y con los principios que rigen a las
nulidades procesales, la jurisprudencia casatoria relacionada con
los requisitos en general de la nulidad procesal y con la potestad
nulificante del órgano jurisdiccional, la jurisprudencia casatoria
relacionada con la nulidad de cosa juzgada fraudulenta, así como
la jurisprudencia casatoria especial sobre la nulidad procesal (que
versa sobre la nulidad procesal en relación con las diferentes figuras
jurídicas procesales).
Introducción 11

Este libro contiene una sección de práctica forense concerniente a la


nulidad de los actos procesales, lo que incluye a la nulidad de cosa juzgada
fraudulenta, en atención a la utilidad que representa para los operadores del
Derecho el tener a la mano un conjunto de modelos de escritos referidos a los
temas en mención.
Por último, expresamos nuestro agradecimiento a la Casa Editorial por
seguir difundiendo la presente colección sobre Derecho Procesal Civil, en su
segundo Tomo, y esperamos que éste cumpla el cometido que nos hemos
propuesto desde un principio, cual es enriquecer, en mayor o menor medida,
el conocimiento que se tenga sobre el particular.

EL AUTOR
€ Nulidad de los
Actos Procesales
C Nulidad de los
Actos Procesales
CAPITULO I

1. SANCIONES PROCESALES

«... Los actos procesalmente perfectos son aquellos que satisfacen todos
y cada uno de los requisitos que para su existencia normal fijan las normas
adjetivas y los imperfectos son aquellos a los que le faltan elementos esenciales
o accidentales para su existencia...» (TRASLOSHEROS PERALTA, 1988: 310).
A decir de Rodríguez Espejo, «... la imperfección se produce cuando al
acto procesal le falta alguna de las circunstancias establecidas por el Derecho
para su realización ideal. Cuáles son los requisitos cuya ausencia da lugar a la
potencial invalidación del acto es algo que no puede establecerse de forma
general, porque depende en cada supuesto de la voluntad soberana del conditor
iuris...» (RODRIGUEZ ESPEJO, 1976: 679).
«... Los actos irregulares son aquellos, que siendo procesalmente perfectos
violan disposiciones que traen consigo una sanción de índole extraprocesal»
(TRASLOSHEROS, 1988: 310).
Serra Domínguez entiende por irregularidad «... la ausencia en un acto
procesal de determinado requisito que, si bien determina la incorrección del
acto y la subsiguiente imposición a su titular de una sanción determinada, no
impide la plena producción de sus efectos jurídicos. El acto irregular es
incorrecto, pero aun advertida de oficio o por las partes su incorrección no se
perjudica su eficacia. El acto se ha realizado defectuosamente, pero produce
idénticos efectos que si se hubiera efectuado correctamente» (SERRA DOMINGUEZ,
1969: 468).
En relación a la irregularidad de los actos procesales, Gozaíni sostiene
que aquélla «... manifiesta una forma de violar la legalidad de las formas, pero
el vicio que trasuntan no es grave ni produce indefensión o crisis en el derecho
18 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

al debido proceso» (GOZAINI, 1992, Tomo I, Volumen 2: 847). Solamente


acontece -continúa Gozaíni- «... porque el acto se presenta deficitario en sus
requerimientos formales, y por su escasa o nula trascendencia, no dan lugar a
la revocación, ni consideran su saneamiento» (GOZAINI, 1992, Tomo I,
Volumen 2: 847). Este tipo de vicios -destaca Gozaíni- «... se distingue de todos
los demás porque son válidos y eficaces...» (GOZAINI, 1992, Tomo I, Volumen
2: 847). El citado autor argentino hace notar que «la instrumentalidad de las
formas permite bajo este presupuesto, otorgar validez a un acto irregular si
alcanzó la finalidad que, en cada caso en concreto, estaba destinada a satisfacer.
No importan sus defectos, porque no existe subordinación estricta a las formas,
sino a la relación que existe entre el vicio y el fin del acto» (GOZAINI, 1992,
Tomo I, Volumen 2: 851).
Sobre el particular, Zinny expone lo siguiente:
«Para que el acto sea cumplido regularmente deben observarse ciertas
formalidades legalmente establecidas en cuanto a su estructura, en cuanto
al modo, en cuanto al tiempo y en cuanto al lugar en que deben ser
realizados.
Los requisitos estructurales se refieren al esquema trazado por la ley para
el acto de que se trata. Hace referencia a las enunciaciones que debe
contener el acto y que la ley considera indispensable para su validez (...).
Estos recaudos no se establecen con el ánimo de apegarse a un formalismo
sacramental sino que reconocen como finalidad fundamental garantizar
la inviolabilidad de la defensa (...).
Los requisitos modales hacen a la manera en que el acto debe ser cumplido;
pueden estar previstos en forma genérica, sin perjuicio de que para algunos
actos las normas procesales fijen, además, específicamente otros (...).
El tiempo hace referencia a los plazos procesales, entendiendo a éstos
como los lapsos establecidos por la ley para el cumplimiento válido de
los actos procesales (...).

Los actos procesales deben ser ejecutados en un determinado lugar,


también con la finalidad de resguardar el derecho de defensa...» (ZINNY,
1990:161-162).
En cuanto a las sanciones procesales, Guasp afirma que «el ordenamiento
jurídico puede reaccionar de dos maneras distintas ante la presencia de un
vicio procesal. Puede privar el acto procesal viciado de todos o de parte de los
efectos que el acto normalmente produciría; o puede añadirle algún o algunos
efectos que el acto, normalmente, no llevaría consigo. La eficacia anormal lo
es, en consecuencia, tanto por defecto como por exceso, si bien nada se opone,
y resulta frecuente de hecho que uno y otro tipo de reacción concurran con
relación a un mismo supuesto de acto viciado. En caso de privación de efectos,
Capítulo I: N ociones esenciales 19

se habla de invalidez del acto, pues la invalidez o nulidad no es sino el concepto


descriptivo de esta ausencia de todos o de parte de los efectos normales; en
caso de adición de efectos, se habla de ilicitud del acto, pues la ilicitud tampoco
es más que el concepto descriptivo de esta presencia de consecuencias
anormales» (GUASP, 1998, Tomo I: 271). Guasp agrega que «... la ilicitud de un
acto procesal existe cuando la omisión del requisito que en él se produce
determina la adición a su eficacia normal de una consecuencia que, de suyo,
el acto no tendería a producir. Esta consecuencia anormal de los actos ilícitos
recibe el nombre de sanción en sentido estricto. Un acto procesal ilícito es, pues,
ante todo y definitoriamente, un acto sancionable» (GUASP, 1998, Tomo I: 274).

Respecto de las sanciones procesales, Zinny señala lo siguiente:


«Las sanciones procesales son conminaciones de invalidez que se ciernen
sobre los actos procesales tendientes a resguardar la regularidad del
trámite.
Son conminaciones, esto es, advertencias o amenazas dirigidas al acto,
porque es éste su destinatario, al que se le impedirá producir efectos o
se le suprimirán los ya producidos. Cuando la amenaza no se dirige al
acto sino al sujeto que lo cumple, no se trata de una sanción procesal sino
disciplinaria, aunque ella pueda tener como fundamento normas
procesales y produzca efectos en el proceso.
Como cada acto procesal está destinado a producir efectos específicos en
el proceso, cuando es irregularmente cumplido se efectiviza la amenaza
invalidándolo y de esta manera se le priva de efectos, sea impidiéndole
que los produzca o suprimiéndole los ya producidos y evitando que
continúe produciéndolos.
Para que las sanciones procesales puedan ser hechos efectivos es menester
que estén expresamente previstos en la ley, sea en forma genérica para
una determinada categoría de actos o exigencias, sea en forma específica
para un determinado acto o para una determinada exigencia (...).
Cuando la sanción consiste en impedir el ingreso jurídico del acto al
proceso, nos encontramos con la inadmisibilidad. En cambio, cuando el
acto ingresó jurídicamente al proceso y produjo efectos en él, su invalidación
y -consecuentemente- la supresión de tales efectos se logra a través de la
declaración de nulidad. Inadmisibilidad y nulidad, entonces, son las
sanciones procesales» (ZINNY, 1990:164).

Zinny anota que «la inadmisibilidad es la sanción por la que se impide


el ingreso jurídico del acto al proceso y, consecuentemente, que produzca
efectos en él» (ZINNY, 1990:165). «Se trata de un rechazo in límine que tiene
en cuenta aspectos formales, sin analizar el contenido sustancial del acto...»
(ZINNY, 1990: 165). Dicho autor pone de relieve que «... la inadmisibilidad
funciona de manera preventiva a fin de evitar el cumplimiento irregular de la
20 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los A ctos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

actividad procesal, evitando la incorporación jurídica de actos viciados al


proceso. Sin embargo, puede ocurrir que, no obstante el vicio que exhibe el
acto o la carencia de poder del sujeto que lo cumple, el acto sea admitido por
el tribunal. En tal supuesto, ya la inadmisibilidad no puede ser aplicada, desde
que el acto ha tenido ingreso jurídico al proceso y ha producido efectos, por lo
que para hacerlos cesar deberá producirse su invalidación mediante la
declaración de nulidad» (ZINNY, 1990:166).
En sentido similar se pronuncia Maier cuando asegura que «... en derecho
procesal se puede decir que la inadmisibilidad intenta evitar el ingreso (jurídico)
al proceso de la acción procesal irregular mientras que la nulidad intenta
expulsar la acción irregular ya incorporada al procedimiento. Por lo demás, es
normal que el juicio positivo de admisibilidad no dificulte la posibilidad de
una posterior declaración de nulidad» (MAIER, 1980:141).
Lino Palacio, distinguiendo entre inadmisibilidad y nulidad, apunta que
«... mientras la inadmisibilidad constituye una calificación exclusivamente
atribuible a los actos provenientes de las partes que no han sido objeto de
decisión judicial alguna y que, por lo tanto, carecen de aptitud para producir
por sí solos efectos jurídicos sobre el proceso, la nulidad puede configurarse
únicamente con relación a los actos procesales que son susceptibles de
efectos jurídicos autónomos...» (PALACIO, 1977, Tomo IV: 146). Lino Palacio
advierte que «... corresponde reparar en la circunstancia de que mientras la
inadmisibilidad supone la existencia de un acto defectuoso único, la nulidad
puede afectar a todos los actos procesales que constituyen una consecuencia
directa del acto defectuoso, comprendiendo incluso a los actos realizados por
las partes en la medida en que éstos lograron producir efectos procesales
definitivos al integrarse mediante los actos decisorios impugnados» (PALACIO,
1977, Tomo IV: 147).

2. NULIDADES SUBSTANCIALES Y PROCESALES

«El tema de las nulidades pertenece a la teoría general del derecho. Pero
cada rama de éste debe adaptarlo a su finalidad y esencia específica, para no
llegar a soluciones antitéticas con su objeto y contenido» (MAURINO, 1990:12).
Tal como lo expresa Juan Carlos Mendoza, «... reciben el nombre de
nulidades substanciales las que están reguladas por el derecho de fondo y, por
oposición, el nombre de nulidades procesales las reguladas por el derecho de
forma» (MENDOZA, 1966:135). El referido autor añade que:
«Los elementos distintivos de unas y otras surgen de diferencias que
pueden resumirse del siguiente modo:
1. El derecho procesal es una rama del derecho público y queda, por
ende, diferenciado peculiarmente del derecho privado por esta
circunstancia. Lo cual hace que sus normas busquen sobre todo la
Capítulo I: N ociones esenciales 21

afirmación del interés público, con una marcada prevalencia del


poder del Estado. Peculiaridad que fundamenta su autonomía y la
de la teoría de las nulidades procesales, que vienen a tener su apoyo
en la Constitución.
2. Si las normas del derecho procesal son normas de derecho público,
en determinados aspectos las nulidades tendrán lugar de un modo
distinto que en el derecho substancial.
3. En la relación jurídica procesal 'campea y domina' (...) la actividad
del órgano del Estado y tienen predominio los intereses de orden
público sobre los intereses privados. Lo cual hace que pueda
sostenerse la validez de un acto que, mirado solamente desde el
segundo ángulo, debería considerarse nulo.
4. El carácter publicístico del proceso hace que se tienda a eliminar
todas las nulidades que no perjudiquen su finalidad.
5. En los actos procesales existe una relación entre las partes y el
Estado y, en su realización, el Estado actúa como una persona de
derecho público; ambas, razones fundamentales (...) para que se
hagan regir las nulidades ocurridas en el proceso por principios
distintos de los del derecho civil» (MENDOZA, 1966:137).

3. SISTEMAS DE NULIDADES PROCESALES

Soler nos informa lo siguiente sobre los sistemas de nulidades procesales:


«... Tres son los sistemas conocidos en la legislación procesal sobre las
nulidades: Ellos son:
a) Sistema Rom ano: existe una disposición que establece expresamente
la sanción de nulidad para el caso de violación de cualquier norma
procesal.
b) Sistem a Francés: obliga al juez a no declarar otras nulidades que
las establecidas por la ley.
c) Sistem a Germano: deja librado al criterio discrecional del juez la
procedencia de la declaración de la nulidad» (SOLER, 1964: 65).
Al respecto, Lascano apunta que:
«Mucho se ha discurrido en doctrina, acerca del mejor sistema sobre
nulidades de los actos de procedimiento. De ellos, cuatro se destacan en
la consideración de los autores:
I o) Sistema en el que se sanciona el error literal de las fórmulas por
considerarlas sacramentales y solemnes.
22 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

2o) Consiste en abandonar a la apreciación de los Tribunales, las


consecuencias de los vicios de las formas, permitiendo que anulen
o declaren válidos los actos.
3o) No admite más nulidades que las establecidas por la ley.
4o) Se formula con la máxima 'pas nullité sans grief, es decir, no hay
nulidad sin perjuicio y el perjudicado debe pedirla» (LASCANO;
citado por PAYA, 1984: 27).
Acerca del primer sistema enunciado por Lascano, que es el romano,
Payá anota que «es conocido en el derecho romano que el rigor del formulismo
se había llevado a tal extremo, que la omisión de una palabra o una sílaba en
la fórmula, o el empleo de un término por otro, un movimiento cambiado u
otras nimiedades por el estilo, ocasionaban la nulidad de los actos y la pérdida
del derecho...» (PAYA, 1984: 29). «Hoy este sistema se encuentra descartado
para tratar las nulidades, ya que el procedimiento está ahora gobernado por
principios científicos» (PAYA, 1984: 30).
En lo relativo al segundo sistema señalado por Lascano, que es el alemán,
Payá indica lo siguiente:
«... El código de procedimientos alemán hace aparecer los grandes
poderes dejados al juez en esta materia: ningún artículo del código, le
impone al juez pronunciar la 'nulidad' (Nichtigkeit), no está empleada
en ninguna parte, lo que permite al juez anular el acto o mantenerlo, dado
que la prescripción de la ley se manifiesta a través del verbo 'Müssen',
que es esencialmente imperativo, o el verbo 'Sollen', que no implica
ninguna sanción (estos dos verbos significan: Deber, con los distintos
grados de fuerza obligatoria), pero después de haber apreciado:
I o) en lo que concierne a las nulidades de forma, si la parte ha o no
'conocido' o debe necesariamente conocer este vicio;
2o) en lo que concierne a las 'excepciones tendientes a impedir el proceso',
si el demandado encuentra verosímil que sin falta alguna de su parte,
no está en estado de proponerlas antes de su defensa al principal.
Parece por lo tanto deber relacionarse con la categoría de los sistemas
conminatorios relativos» (PAYA, 1984: 36).
Payá nos enseña que «el sistema inglés, se inscribe dentro de aquéllos en
que el juez posee la facultad total de anular el acto viciado con la sola limitación
de la equidad» (PAYA, 1984: 36). En dicho sistema «... el juez posee un poder
casi absoluto y discrecional para apreciar los casos de nulidad, sin que más
que un principio determinado por la equidad, se le imponga como límite para
efectuar aquella apreciación» (PAYA, 1984: 37). «La práctica inglesa sobre
nulidades (...) se encuentra en términos generales dentro de la categoría de los
procedimientos conminatorios absolutos» (PAYA, 1984: 37).
Capítulo I: N ociones esenciales 23

En lo que toca al tercer sistema descrito por Lascano, que es el francés,


Payá refiere que «el sistema de nulidades que pasa de la ordenanza de 1667 al
Código de 1807 es del tipo denominado obligatorio relativo, en el cual el juez
no puede decretar una nulidad que no esté expresamente sancionada por la
ley, sin cometer un abuso de poder, y todas las previstas por la ley son de
aplicación obligatoria para el juez, tanto las de fondo como las de forma»
(PAYA, 1984: 40). Agrega Payá que «este primitivo sistema del código,
obligatorio relativo, fue transformado, poco a poco, en un sistema conminatorio
relativo con la introducción de la regla 'pas nullité sans grief, por la acción
combinada de los jueces, los otros auxiliares de la justicia, y la doctrina...»
(PAYA, 1984: 41).
Finalmente, el cuarto sistema mencionado por Lascano, que es el italiano,
está referido a la facultad del juzgador para declarar la nulidad de un acto
procesal siempre y cuando este último haya causado algún perjuicio, el mismo
que deberá ser denunciado sólo por quien sufrió los efectos del acto viciado.
Podrá, no obstante, el Juez pronunciar de oficio la nulidad del acto procesal si
el vicio es insubsanable.

4. CONCEPTO DE NULIDAD PROCESAL

«En su acepción etimológica, la palabra nulidad (del latín nullitas) significa


negación de la esencia, del ser. Proviene del adjetivo nullus-a-um, que quiere
decir, nulo, ninguno, que no es» (MAURINO, 1990:12).
Morón Palomino nos enseña que «... la palabra nulo viene del latín nullus,
que significa falta de valor, carencia de fuerza para obligar o para tener efecto.
Por tanto, según la acepción etimológica de la palabra, coincidente con su
significado actual, el concepto de nulidad se define por el resultado. Nulo es
aquello que no produce efecto» (MORON PALOMINO, 1962: 20).
La nulidad en general tiene como caracteres los siguientes:
«a) Sanción. Corresponde a un proceder que no debió ser.
b) Legal. Debe basarse en la ley.
c) Aniquilación de los efectos propios del acto. El acto jurídico, enfocado
teleológicamente, se caracteriza por producir consecuencias
jurídicas. La nulidad le niega esas consecuencias.
d) Anomalía constitutiva. La causal de nulidad existe en el momento
de celebración del acto» (MAURINO, 1990:12).
Como bien señala Maurino, «la exactitud terminológica en materia de
nulidades es compleja y delicada. Y esa dificultad se transfiere a la problemática
de dar una noción o definir las nulidades procesales, colocando algunos autores
su mira en las consecuencias (sanción-ineficacia) y otros en el vicio o en el
contenido del acto procesal» (MAURINO, 1990:14). Dicho autor previene que:
24 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

«... Para conceptualizar el significado de nulidad procesal, es necesario


e irremediable entrar en múltiples variantes doctrinarias (...).
a) La primera de esas variantes está dada por la distinta óptica con
que se enfoque el concepto a definir.
Así, algunos autores ponen el acento en el vicio que afecta al acto
procesal, es decir, en la causa determinante de la nulidad.
Otros, en las consecuencias jurídicas que engendra el vicio,
concretándolas 'en la sanción' del acto defectuoso, o en la privación
de sus efectos normales.
Y están también aquellos que prefieren considerar el estado, o
situación latente, que genera el vicio, defecto u omisión del acto
procesal.
b) La segunda variante genera dos posiciones doctrinarias antitéticas,
según se limite la noción de nulidad procesal al quebrantamiento
de las formas, o se considere que es una noción comprensiva de los
vicios u omisiones de cualquiera de los elementos del acto procesal
(sujeto, objeto y forma).
1) Posición particularizadora. Esta corriente particulariza la
nulidad procesal en uno solo de los elementos del acto: la
forma.
(...)

2) Posición generalizadora. Esta corriente doctrinaria entiende que


la nulidad procesal es comprensiva de los vicios que afectan a
cualquiera de los elementos del acto procesal o requisitos de ellos, y
no solamente a la forma. Se incluyen, v.gr., los vicios de la
voluntad (dolo, error, etcétera)» (MAURINO, 1990:14-16).
A continuación pasaremos a ver algunos conceptos formulados por
distintos autores referidos a la nulidad procesal o al acto nulo o viciado.
Morón Palomino entiende que «... el acto procesal nulo es el que resulta
privado de sus efectos normales o peculiares...» (MORON PALOMINO, 1962: 21).
Casarino Viterbo califica a la nulidad procesal como «... el hecho de privar
de todo efecto jurídico al referido acto como si jamás hubiese existido...»
(CASARINO VITERBO, 1984, Tomo IV: 425).
Falcón asegura que «... la nulidad consiste en el acto que le quita efectos
jurídicos a otro acto que tiene vicios...» (FALCON, 1978:135).
Mortara afirma que «... el acto nulo debe considerarse como no existente,
como no productor de los efectos a que estaba destinado» (MORTARA; citado
por MORON PALOMINO, 1962: 21).
Capítulo I: N ociones esenciales 25

Santana Mujica opina que «... las nulidades, en materia procesal, surgen
y están referidas al grado de separación entre lo que está reglado y lo que en
un caso concreto efectúan los sujetos realizadores del acto procesal...»
(SANTANA MUJICA, 1982:153).
A juicio de Pallares, el acto procesal nulo es aquel «... que no reúne los
requisitos legales y que por no reunirlos, la ley lo declara expresa o implícitamente
ineficaz» (PALLARES, 1979: 201).
Guasp expresa que «... la nulidad consiste en que la falta de alguno de
los requisitos exigidos para el acto procesal acarrea, por imperativo del
ordenamiento jurídico, la pérdida de todos (nulidad total) o de parte (nulidad
parcial) de los efectos que el acto normalmente tendería a producir» (GUASP,
1998, Tomo I: 271).
Para Silva Melero, «... la nulidad viene referida a aquellos actos que, aun
no siendo inexistentes, pueden aparecer viciados por la falta de determinados
elementos que hacen relación: l.°, a los sujetos en particular, es decir, a la
capacidad del órgano jurisdiccional o de las partes (incompetencia y falta de
legitimación); 2.°, a la voluntad de los sujetos; 3.°, al contenido del acto, y 4.°,
a la forma del acto» (SILVA MELERO; citado por MORON PALOMINO, 1962:
78). «... La consecuencia de los vicios de los actos procesales se califica de
nulidad y anulabilidad...» (SILVA MELERO; citado por MORON PALOMINO,
1962: 78).
Amaya dice sobre la nulidad que «... el acto jurídico procesal es un
instrumento público y (...) las normas procesales son de orden público. Ambas
premisas se confunden y relacionan para determinar que cuando no se llenan
los requisitos o las solemnidades que el acto jurídico debe contener, y cuando
no se han respetado las normas procesales, se ha incurrido en una nulidad
procesal» (AMAYA, 1947: 27).
Maier denomina nulidad a «... toda descalificación de un acto pretendidamente
jurídico como productor de ciertos efectos determinados por la norma
potestativa que lo regula. No se trata entonces de lo que un ordenamiento
positivo menciona con el nombre de "nulidad7, sino del concepto universal
presente en todo ordenamiento jurídico actual que representa la negación de
la validez de un acto para conseguir determinados fines...» (MAIER, 1980:137).
Esclapez sostiene que «... el acto es nulo cuando ha sido dictado con
violación de las formas establecidas por la ley, las cuales tienen por finalidad
garantizar el derecho de defensa (...) y garantizar también la rectitud de la
sentencia» (ESCLAPEZ, 1967: 203-204).
Véscovi anota que «... desde el derecho romano nos viene la idea elemental
de que nulo es lo que no produce efectos (nullum est quod nullum effectum producit)»
(VESCOVI, 1999: 257). «Y la no producción de efectos del acto nulo deriva de
la violación o el apartamiento de ciertas formas, o la omisión de los requisitos
26 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

indispensables para la validez de aquél» (VESCOVI, 1999: 257). La nulidad


-prosigue Véscovi- «... es un apartamiento de las formas y no del contenido. Y
en el proceso es un error en las formas, no en los fines de justicia queridos por
la ley, sino en los medios de obtener esos fines» (VESCOVI, 1999: 257).
Alsina considera que la nulidad «... es la sanción por la cual la ley priva
al acto jurídico de sus efectos normales cuando en su ejecución no se han
observado las formas prescritas para ello...» (ALSINA, 1958:31). Dicho tratadista
advierte que «... éste es un concepto provisorio, porque la función de la nulidad
no es propiamente asegurar el cumplimiento de las formas, sino de los fines
asignados a éstas por el legislador...» (ALSINA, 1958: 31-32).
Posición semejante a la de Alsina es la que tiene Salas Vivaldi cuando
define a la nulidad procesal como «... la sanción mediante la cual se priva a un
acto o actuación del proceso o a todo él de sus efectos normales previstos por
la ley, cuando en su ejecución no se han guardado las formas prescritas por
aquélla» (SALAS VIVALDI, 1988: 25).
A criterio de Liebman, «el acto procesal está viciado si carece de alguno
de los requisitos de forma prescritos por la ley o necesarios para la obtención
de su finalidad...» (LIEBMAN, 1980:195).
Lino Palacio refiere que «... los actos procesales se hallan afectados de
nulidad cuando carecen de algún requisito que les impide lograr la finalidad
a la cual están destinados» (PALACIO, 1977, Tomo IV: 141). Añade el
mencionado tratadista que «... acaso con motivo de la gravitación que en el
proceso se reconoce al elemento formal, aunque englobando dentro de él a las
restantes dimensiones en que se escinde la actividad procesal, como son el lugar
y el tiempo, es frecuente que las leyes y la doctrina vinculen el concepto de
nulidad a la idea de quebrantamiento o inobservancia de las formas del
proceso...» (PALACIO, 1977, Tomo IV: 142). Sin embargo, -concluye Lino
Palacio- «... no existen razones válidas que autoricen a excluir, del concepto de
nulidad, aquellos vicios que afecten a los requisitos propios de los restantes
elementos del acto procesal, es decir de los sujetos y del objeto (v.gr. falta de
competencia del órgano o de capacidad de las partes; vicios de la voluntad
cuando ellos fueren invocables; inidoneidad o imposibilidad jurídica)»
(PALACIO, 1977, Tomo IV: 143).
Luis Rodríguez estima que la nulidad procesal es «... la sanción por
inobservancia de las formas de los actos procesales (definición de invalidación)
existentes (exclusión de los inexistentes) mientras la invalidez no haya quedado
convalidada (principio de relatividad)» (RODRIGUEZ, 1987: 89-90). Continúa el
autor citado diciendo que «... un acto se encuentra viciado cuando no se
observan las formas procesales y la sanción por esa inobservancia es la nulidad.
El acto debe contener los elementos esenciales para ser considerado tal, porque
en caso contrario sería la nada jurídica (inexistencia)...» (RODRIGUEZ, 1987:
90). Luis Rodríguez considera, además, que «... la nulidad que ataca los defectos
Capítulo I: N ociones esenciales 27

de construcción o de actividad en el proceso o en la sentencia es una forma de


impugnación...» (RODRIGUEZ, 1987: 36).
Acerca del concepto de nulidad procesal, Couture expone lo siguiente:
«... Definir la nulidad como lo que no produce ningún efecto, significa,
en todo caso, anotar sus consecuencias, pero no su naturaleza.
Si se traslada, entonces, la reflexión, de los efectos hacia la naturaleza, se
encuentra una idea ya expuesta (...): siendo el derecho procesal un
conjunto de formas dadas de antemano por el orden jurídico, mediante
las cuales se hace el juicio, la nulidad consiste en el apartamiento de ese
conjunto de formas necesarias establecidas por la ley.
Este primer intento de fijar el sentido de la nulidad procesal, demuestra
que no es cosa atinente al contenido mismo del derecho sino a sus formas;
no un error en los fines de justicia queridos por la ley, sino de los medios
dados para obtener esos fines de bien y de justicia» (COUTURE, 1985:
373-374).
Juan Carlos Mendoza señala sobre el tema que «... poema decirse que las
nulidades no son otra cosa que efectos previstos para ciertas violaciones
formales. Lo que entraña una aparente contradicción, porque la nulidad
procesal sería el efecto producido por un acto irregular, que a su vez revierte
sobre el acto para privarle de sus efectos jurídicos normales y, en algunos casos,
para privarle incluso de todo efecto. O dicho de otro modo: es la consecuencia
que se le reconoce a un vicio procesal sobre el acto que afecta» (MENDOZA,
1966:130). Añade Juan Carlos Mendoza que «... para llegar a la idea de nulidad
se puede buscar la determinación de su esencia o de sus consecuencias. En el
primer caso la tenemos definida como Vicio' de que adolece un acto procesal
y caracterizamos ese vicio como la violación o apartamiento de ciertas formas;
en el segundo caso la tenemos definida como 'sanción' instituida por la ley, y
caracterizamos esa sanción como ineficacia de los actos realizados con violación
o apartamiento de las formas. Si integramos los dos conceptos en uno solo
tenemos que la nulidad consiste en la violación o apartamiento de ciertas
formas, que la ley sanciona con la ineficacia del acto realizado en tales
condiciones» (MENDOZA, 1966: 130).
Según Zinny, «la nulidad procesal puede ser analizada desde dos puntos
de vista. Desde el primero, la nulidad es el vicio que afecta al acto que lo toma
en inapto para producir efectos jurídicos en el proceso. Desde el segundo, es
la declaración de invalidez del acto viciado» (ZINNY, 1990: 166).
Gómez de Liaño González y Pérez-Cruz Martín dicen de la nulidad
procesal lo siguiente:
«... La nulidad, independientemente de las causas que determinen su
valoración, tiene siempre como nota identificadora la de ser una categoría
28 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

tendiente a la protección del ordenamiento jurídico a través de la privación


de los efectos jurídicos producidos o cuya producción se pretenda.
Por ello, podemos definir la nulidad como técnica procesal dirigida a la
privación de los efectos producidos -o cuya producción se pretende- por
actos en cuya realización se hayan cometido infracciones que el
ordenamiento considere dignas de tal protección (...).
Cuatro aspectos son destacables dentro de este concepto:
a) La nulidad entendida como técnica de protección es algo extrínseco
al acto mismo.
b) Para que un acto sea nulo debe, en primer lugar, ser, existir. De lo
contrario no podríamos aplicarle el calificativo de nulo.
c) La norma infringida debe ser de tipo invalidante, es decir, de una
naturaleza tal que su infracción conlleve la nulidad. El carácter
invalidante de la norma puede venir atribuido por el ordenamiento
de forma expresa o a través de un criterio general.
d) La determinación de lo que deba considerarse como causa de
nulidad es fruto de una decisión política y no una exigencia lógica
del ordenamiento que se imponga al legislador. Tal determinación
se hará de acuerdo con criterios de oportunidad y proporcionalidad.
Pero en esa tarea el legislador no está vinculado a otros criterios
diferentes. En consecuencia, son de origen igualmente legal los
límites de la nulidad y los cauces por los que puede hacerse valer»
(GOMEZ DE LIAÑO GONZALEZ; y PEREZ-CRUZ MARTIN, 2000,
Tomo 1:149-150).
Maurino concibe a la nulidad procesal como «... el estado de anormalidad
del acto procesal, originado en la carencia de algunos de sus elementos constitutivos,
o en vicios existentes sobre ellos, que potencialmente lo coloca en situación de ser
declarado judicialmente inválido» (MAURINO, 1990:16). A continuación explica
Maurino su definición de nulidad procesal del siguiente modo:
«a) Estado de anormalidad del acto procesal. Coincidimos con los autores
que consideran la nulidad como un estado del acto.
Colocamos el acento en la calidad de anormal de dicho acto, como
antitético al acto sano, cuyos elementos existen en su totalidad y
no están afectados por vicios u otras irregularidades.
b) Originado en la carencia de alguno de sus elementos constitutivos, o en
vicios existentes sobre ellos. Esta expresión hace referencia a las causas
de este estado de nulidad, centrando el problema en sus elementos
constitutivos, ya sea que éstos falten (omisión) o padezcan vicios o
defectos.
Capítulo I: N ociones esenciales 29

Al hablar de elementos constitutivos, nos referimos a los que


congénitamente integran el acto. Y ello porque queremos fijar
nuestro estudio en el acto procesal en el momento de su realización, para
diferenciar la nulidad de otras hipótesis de privación de efectos de
los actos -por ejemplo, la caducidad-, que provienen de hechos
posteriores al acto.
c) Que potencialmente lo coloca en situación de ser declarado judicialmente
inválido. Ese estado de nulidad procesal latente puede que no se
materialice, ya por subsanación del vicio por convalidación, o
porque ha cumplido su finalidad, y el acto procesal cumpla de
manera perfecta su función idónea, como si no hubiera habido
omisión, vicio o defecto alguno.
El término potencialmente se emplea como equivalente de posibilidad
de que pueda suceder.
La última parte de la definición esbozada recoge un principio
doctrinario de aceptación unánime. Es el que consagra que el acto
nulo requiere declaración judicial. Mientras tanto produce sus
efectos.
Por tal razón no hablamos de privación de efectos. Porque
precisamente esas consecuencias jurídicas, del acto en estado de
nulidad, sólo se materializan con la declaración judicial de ella»
(MAURINO, 1990:16-17).
Por nuestra parte, compartimos el concepto de nulidad procesal esbozado
por Maurino, aunque debemos señalar que aquélla puede también ser vista
como un medio de impugnación de actos procesales: un remedio strictu sensu
(lo que no excluye que el pedido de nulidad pueda estar contenido en
determinado recurso cuando el acto viciado sea una resolución). Esta es la
posición que adopta el ordenamiento procesal peruano y que veremos
detenidamente en el Capítulo VI de esta obra.

5. DISTINCION ENTRE INEFICACIA Y NULIDAD PROCESAL

Si se tiene en cuenta que los actos procesales nulos resultan ineficaces y


que aquellos que son ineficaces no necesariamente adolecen de nulidad, se
colige que la ineficacia representa el género y la nulidad la especie.
Serra Domínguez indica que «... los actos procesales serán ineficaces
cuando por faltarles algunos de los presupuestos, requisitos y condiciones
previstos en la Ley procesal correspondiente no sean susceptibles de producir
sus efectos normales» (SERRA DOMINGUEZ, 1969: 460).
Zinny precisa que «... el acto viciado no es ineficaz "per se7, lo que significa
afirmar que no obstante su irregularidad ha producido sus efectos propios,
sino que tal ineficacia deviene de su nulificación» (ZINNY, 1990:166).
30 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

De la Plaza distingue claramente entre ineficacia y nulidad procesal (que


entiende como invalidez) cuando dice que «... la invalidez de los actos procesales
afecta, fundamentalmente, a la forma en que se realizan. Constituido
válidamente el acto procesal, por lo que se refiere al tiempo, al modo y al lugar,
la disconformidad del acto con el fin que perseguía o su falta de adecuación
para alcanzar éste, no invalida el acto sino que le priva de eficacia para alcanzar
el fin perseguido» (DE LA PLAZA; citado por MORON PALOMINO, 1962: 67).
Véscovi, diferenciando entre validez y eficacia o nulidad e ineficacia,
señala que «... se entiende que la valoración de eficacia es más amplia que la de
validez. Entonces, los actos nulos son ineficaces (a condición de que la nulidad
se declare...), pero éstos pueden, a veces, no ser nulos. Una sentencia no es
eficaz frente a terceros, pero no es nula a su respecto. Una prueba puede no
ser eficaz para demostrar lo que quiere la parte, pero no es nula (...). Muchas
veces la ineficacia proviene, únicamente, de haberse realizado el acto fuera de
tiempo, como el solicitar una prueba después del término hábil» (VESCOVI,
1999: 224-225). «Es decir, que hay una ineficacia del acto nulo, puesto que éste
no produce efecto, y puede haber una del acto válido» (VESCOVI, 1999: 225).
Sobre el particular, Rocco expresa lo siguiente:
«... La ineficacia, desde un punto de vista general, sirve para indicar el
fenómeno (...) en virtud del cual a un acto o a un negocio jurídico que
debe cumplir ciertos requisitos, el derecho no le reconoce en modo alguno,
o le reconoce sólo en parte, los efectos que le son propios, o le reconoce
otros efectos distintos.
La ineficacia, en principio, puede provenir de la falta de uno de los
elementos esenciales del acto o negocio jurídico, que aparezca lógica o
jurídicamente tal (causa intrínseca); o bien de la falta o de la existencia de
una circunstancia extrínseca al acto o al negocio, pero que por voluntad
de las partes o por disposición de ley es necesario que exista o que no
exista (causa extrínseca). La ineficacia por causa extrínseca puede
denominarse invalidez; la ineficacia por causa intrínseca puede
denominarse, en sentido estricto, ineficacia.
La invalidez, a su vez, es de dos especies: completa, cuando el acto carece
de los elementos intrínsecos o requisitos esenciales, provenientes de su
misma naturaleza; incompleta, cuando los elementos o requisitos esenciales
no faltan, pero existen con algún vicio, y este vicio puede provenir o de
la absoluta voluntad de la ley o de la voluntad de las partes.
En el primer caso, especialmente en el derecho procesal civil, hay que
hablar de inexistencia, o de nulidad radical, y en el segundo caso, de nulidad.
(...)

(...) La ineficacia en sentido estricto, es decir, aquella cuya causa es


extrínseca, puede dar lugar a distintas figuras (actos resolubles, revocables,
Capítulo I: N ociones esenciales 31

rescindibles), cuya eficacia o ineficacia depende de una circunstancia


extrínseca (actos sujetos a condición suspensiva o resolutoria). Los actos
que pierden su eficacia sólo cuando son objeto de una manifestación de
voluntad de las partes interesadas, dirigidas a producir la ineficacia, son
llamados por algunos autores actos impugnables, pero con más propiedad
se les debe denominar actos anulables.
De tales actos, que representan la gran categoría de los actos anulables, hay
que distinguir los actos irregulares, que constituyen la categoría de actos
que no son conformes a una disposición de ley, pero respecto de los cuales
la misma ley no conmina, como sanción, la ineficacia del acto. Tales actos
son plenamente válidos, salvo que al violador o contraventor del precepto
se le conminan algunas sanciones, no consistentes en la ineficacia del acto,
que debe ser regularizado...» (ROCCO, 1976, Volumen II: 286-287).

5.1 Revocabilidad y nulidad procesal

En relación a este punto, Devis Echandía anota que «la nulidad se refiere
a la existencia de vicios que afectan la validez del acto; la revocabilidad
generalmente contempla los defectos del acto que lo hacen injusto o equivocado a
pesar de su validez y eficacia, pero puede también operar en razón de aquellos
vicios si se interpone en tiempo el recurso pertinente» (DEVIS ECHANDIA,
1985, Tomo II: 676). «Surge claramente la diferencia entre invalidar y revocar
un acto; la invalidación tiende a eliminar un acto nulo o anulable; la revocación,
además, a excluir la eficacia de un acto válido» (DEVIS ECHANDIA, 1985, Tomo
II: 676).

6. DISTINCION ENTRE CADUCIDAD Y NULIDAD PROCESAL

Para Barrios de Angelis, «la caducidad es un fenómeno relativo a las


situaciones jurídicas...» (BARRIOS DE ANGELIS, 1979:186). Es «... la extinción
de una situación jurídica activa por todos los medios distintos de su consumación,
cuando es irrenunciable y relevable de oficio» (BARRIOS DE ANGELIS, 1979:186).
«Se da en todos los casos en que la ley es expresa, calificándola como
consecuencia del transcurso del plazo correspondiente a una actividad omitida;
y aun cuando la ley no lo haga de modo expreso pero se den los caracteres
antes referidos, como en la extinción de los plazos procesales perentorios...»
(BARRIOS DE ANGELIS, 1979:186).
La caducidad y la nulidad procesal se diferencian por lo siguiente:
a) La nulidad deriva de un vicio que afecta al acto procesal en sí; en
tanto que la caducidad resulta ajena a tal acto en la medida que
concierne a la conducta externa del justiciable.
b) La nulidad representa un concepto de carácter objetivo (vinculado
al acto procesal); mientras que la caducidad es un concepto de
índole subjetiva (vinculado a las partes del proceso).
32 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

c) La nulidad precisa de la declaración judicial correspondiente; en


cambio, la caducidad opera de pleno derecho.
d) La nulidad está referida a un acto procesal ya efectuado; la caducidad,
a un acto procesal que aún no se lleva a cabo.
e) Pese a que la caducidad puede tener como secuela la nulidad del
acto procesal desarrollado extemporáneamente (siempre que
aquélla no fuese convalidada o redimida), el acto nulo derivado de
la caducidad no será susceptible de renovación, como sí puede serlo
el acto nulo strictu sensu.

7. VICIOS QUE DAN ORIGEN A LA NULIDAD PROCESAL

A decir de Guasp, «... si alguno de los requisitos marcados para los actos
procesales no se da, el acto queda viciado por falta de esta circunstancia, ya
que vicio de un acto no es sino la ausencia en el mismo de alguno de los
requisitos que en él debieron concurrir...» (GUASP, 1998, Tomo I: 271).
Según Gozaíni, «... son los vicios una consecuencia del incumplimiento
en los requisitos intrínsecos y extrínsecos necesarios para dar eficacia y validez
a los actos jurídicos en general» (GOZAINI, 1992, Tomo I, Volumen 2: 833).
Angela Ledesma, haciendo un deslinde entre vicio y sanción, sostiene
que «el vicio es el defecto introducido en alguno de los elementos del acto. La
sanción consiste en la declaración jurisdiccional de invalidez de todo lo afectado,
invalidez que representa una verdadera extirpación o desaparición del acto y
de sus efectos, cuya finalidad es la de enderezar el proceso alterado en algún
principio fundamental que haga la constitución del contradictorio, desarrollo
o conclusión del juicio lógico, encausándolo hacia la normalidad, o resultado
querido por la ley» (LEDESMA, 1995: 334).
En opinión de Zinny, «el vicio es la discordancia del acto con la norma
que lo regula; se trata de una irregularidad en el acto cumplido...» (ZINNY,
1990:160). «El vicio es la discordancia que existe entre el acto y las previsiones
de la ley. El acto ha sido irregularmente cumplido cuando no se han observado
las exigencias legales, establecidas para el acto de que se trata» (ZINNY, 1990:
163). Dicho autor agrega que el vicio es objetivo «... cuando la irregularidad se
encuentra en el acto mismo, ya sea en su estructura o en el modo de cumplirlo.
El acto está mal construido porque no se ajusta a las exigencias legales...»
(ZINNY, 1990:163).
Es de subrayar que la principal clasificación existente acerca de los vicios
procesales es aquella que los distingue en: a) vicios o errores de procedimiento
o de actividad o defecto de construcción o de forma o in procedendo; y b) vicios
o errores de razonamiento o de juicio o de contenido o in indicando.
Capítulo I: N ociones esenciales 33

El error in procedendo «... nace de la circunstancia de que desde que el


proceso se inicia y durante su secuencia las partes y el juez realizan actos
sucesivos que avanzan la litis, pero con la actividad que despliegan pueden
cometer errores al inobservar las formas que la ley procesal ha establecido para
cada acto y que significan una garantía para el justiciable...» (RODRIGUEZ,
1987: 25).
Los vicios in procedendo constituyen, pues, errores o defectos en el
procedimiento, en las reglas formales. Suponen la inaplicación o aplicación
defectuosa de las normas adjetivas que afecta el trámite del proceso y/o los
actos procesales que lo componen.
El vicio in procedendo o infracción a las formas acarrea, por lo general -si
fuese insalvable-, la nulidad del acto viciado. Ello condice al iudicius rescindens,
de carácter negativo, que implica la declaración de invalidez del acto cuestionado
y, como efecto secundario, el retrotraer el proceso al estado inmediato anterior
al de aquel en que se produjo el vicio (siempre y cuando éste fuese determinante
en el proceso).
En cambio, los vicios in indicando son aquellos defectos o infracciones
que se producen en el juzgamiento, esto es, en la decisión que adopta el
magistrado. Tales vicios afectan el fondo o contenido y están representados
comúnmente en la violación del ordenamiento jurídico (sustantivo) que tiene
lugar cuando se aplica al asunto controvertido una ley que no debió ser aplicada,
o cuando no se aplica la ley que debió aplicarse, o cuando la ley aplicable es
interpretada y -por ende- aplicada deficientemente. A la violación del derecho
(denominada también error de derecho) se suma el error de hecho que afecta
indiscutiblemente el fondo, formando también así parte del vicio in indicando.
El último tipo de error tiene que ver con la apreciación de los hechos por el
órgano jurisdiccional, la cual, de ser deficiente (como cuando no se valora
apropiadamente un medio probatorio), afecta la decisión del Juez (esto es, la
declaración de certeza sobre los hechos) y causa, por consiguiente, agravio al
interesado.
El vicio in indicando genera la revocación, el iudicium rescissorium, vale
decir, la rectificación directa del vicio o error, dejándose sin efecto la decisión
que ocasionó el agravio y emitiéndose otra -esta vez adecuada y correcta- que
la supla.
De lo expuesto se puede colegir que los vicios que dan origen a la nulidad
procesal no son otros sino aquellos que afectan el procedimiento o las formas
procesales, es decir, los vicios o errores in procedendo, que giran en torno al
aspecto externo o extrínseco de los actos procesales. (Aunque también pueden
incluirse los vicios del consentimiento en la realización del acto procesal como
generadores de la nulidad procesal, lo cual se verá con detalle en el punto
siguiente).
34 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los A ctos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

Alzamora Valdez, al tratar sobre las causas de nulidad del acto procesal,
señala lo siguiente:
«... En primer lugar, son actos procesales nulos los afectos por incumplimiento
de los presupuestos procesales.
En segundo lugar, vician los actos procesales los defectos en la aplicación
y las violaciones de las reglas de procedimiento.
En tercer lugar, los vicios de voluntad (...) influyen en la validez del acto.
En cuarto lugar, el contenido mismo del acto, ya por inexactitud o por
ilegalidad, genera su ineficacia; y
Por último, los defectos estrictamente formales, dado el carácter público
del Derecho Procesal» (ALZAMORA VALDEZ, s/a: 317).
Sobre el particular, Zanzucchi anota que el acto procesal«... puede resultar
afectado por determinados vicios que consisten en el defecto de uno u otro de
los elementos que les son propios, siempre que este defecto no sea tal que dé
lugar a la inexistencia...» (ZANZUCCHI; citado por MORON PALOMINO,
1962: 61). El vicio -según Zanzucchi- puede referirse: «... l.°, a los sujetos, en
particular a su capacidad, sea del órgano jurisdiccional, sea de las partes; 2.°,
a la voluntad de los sujetos; 3.°, al contenido del acto; 4.°, a la adecuación entre
el contenido y la forma, y 5.°, a la forma del acto» (ZANZUCCHI; citado por
MORON PALOMINO, 1962: 61). «... Cada uno de estos vicios pueden producir
consecuencias diversas, a saber: la nulidad del acto (...); o la anulabilidad, o
nulidad relativa...» (ZANZUCCHI; citado por MORON PALOMINO, 1962: 61).
Rocco, siguiendo parcialmente la clasificación de Zanzucchi, distingue
los vicios de los actos procesales en relación:
«a) Con los sujetos, esto es, según que conciernan a los órganos
jurisdiccionales o a las partes. Hay que observar, sin embargo, que
cuando hablamos de órganos jurisdiccionales, entendemos referirnos
no solamente al órgano (oficio) jurisdiccional, sino también a los
sujetos que personifican el órgano. Nótese, además, que, por el
contrario, cuando se habla de partes, esta palabra debe tomarse en
el sentido más amplio, esto es, comprehensivo de todos los sujetos
que de un modo o de otro vienen a estar presentes enjuicio (...).
b) Con la voluntad de los sujetos, esto es, con la voluntad de todos
aquellos, órganos jurisdiccionales y partes, que en cualquier forma
son sujetos de la relación jurídica procesal.
Y como la mayor parte de los actos procesales, tanto de los órganos
jurisdiccionales como de las partes, se traduce en declaraciones de
voluntad y la voluntad puede estar afectada por los tres vicios
característicos del error, la violencia o el dolo, la segunda categoría
de vicios concierne precisamente a esos vicios de voluntad.
Capítulo I: N ociones esenciales 35

La voluntad puede haber tenido una exacta manifestación, pero no


haber sido determinada de modo recto y normal. En general, las
normas jurídicas, y, por tanto, también las normas jurídicas
procesales, no tienen en cuenta el proceso interno que precede a la
formación del acto volitivo, ni, por tanto, las representaciones del
intelecto que han determinado a la voluntad a adoptar la resolución,
o sea, los motivos; pero cuando éstos (especialmente en los actos de
los órganos jurisdiccionales, que son en mayor o menor medida
motivados) sean afectados por vicios que perturben el recto
funcionamiento del querer, se toman en consideración como vicios
de la voluntad, esto es, como vicios que no excluyen la voluntad,
pero que constituyen un elemento perturbador, de modo que si
tales vicios no hubiesen existido, la voluntad no se habría
determinado o se habría determinado en otra forma;
c) Con la no correspondencia entre el contenido y la forma del acto, en
virtud de la cual se verifica el fenómeno de un acto que discrepa
de su contenido. Ya hemos visto (...) que a la diversidad del
contenido de los actos de los órganos jurisdiccionales corresponde
una diversidad de la forma que deben asumir los actos; de manera
que si por su contenido sustancial un acto tiene que adoptar, por
disposición de ley, cierta forma, la disconformidad entre el
contenido y la forma constituye un vicio del acto. Esto, (...) es lo
que ocurre principalmente en los actos de los órganos jurisdiccionales,
pero, sin embargo, aunque en menor medida, también en los actos
de parte (...);
d) Con la forma de los actos procesales, ya de los órganos jurisdiccionales,
ya de las partes. (...) Los actos procesales, tanto de las partes como
de los órganos jurisdiccionales, deben someterse a ciertos requisitos
de forma, y que ese conjunto de formalidades ha sido establecido
por las normas procesales en garantía de la mejor administración
de la justicia y de la certeza acerca de los modos de conseguirla, así
como también a fin de actuar el principio de la igualdad de las
partes en el proceso y el del contradictorio.
La no observancia de las formas constituye, pues, un vicio de los
actos procesales, de los órganos jurisdiccionales y de las partes, y
puede decirse que constituye el vicio más frecuente, ya que es el
caso más común de invalidez de los actos procesales» (ROCCO,
1976, Volumen II: 290-291).

7.1 Los vicios del consentimiento en la realización del acto procesal

Si bien, por lo general, la doctrina encuentra en los aspectos de forma los


vicios que generan la nulidad procesal, es de resaltar que no por ello se deben
descartar a las anomalías intrínsecas del acto o vicios del consentimiento o de
36 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

la voluntad (dolo, error, intimidación y violencia) como causas de dicha figura


procesal.
«... En esencia, el acto procesal es un acto jurídico, en tanto lo protagoniza
el hombre voluntariamente, es decir con discernimiento, intención y libertad»
(MARTINEZ, 1980: 53). «La voluntad es un elemento que hace al contenido
del acto. Nace y se desarrolla, primero, en una faz interna, en el ámbito
puramente psíquico y, luego, se expresa, se manifiesta en el mundo exterior,
a través de la declaración» (MARTINEZ, 1980: 53).
«Pero puede ocurrir (...) que encontremos la forma, la declaración si se
prefiere, pero que falte la voluntad: ya sea por circunstancias propias del agente
(su demencia, su estado hipnótico); o que tal voluntad se encuentre viciada
por el error propio, o por el error provocado a través del engaño (dolo de un
tercero); o por el vicio de violencia (fuerza o intimidación). Finalmente puede
ocurrir que exista una divergencia entre la voluntad real y la voluntad
declarada» (MARTINEZ, 1980: 53-54).
Los vicios intrínsecos «... son consecuencia de la falta de los requisitos
determinados por las leyes sustanciales para todos los actos jurídicos
(discernimiento, intención y libertad)...» (ARAZI, 1991: 219).
Zinny justifica la invalidación de un acto procesal por vicios intrínsecos
en su realización de este modo:
«Las normas procesales son realizadoras del derecho sustantivo; constituyen
un instrumento adecuado para garantizar la actuación del derecho de
fondo. No obstante la indiscutible autonomía del Derecho Procesal, es
un sistema normativo que tiene por objeto la plena vigencia de las normas
sustantivas; no se concibe la existencia de normas realizadoras sin la
existencia de normas realizables. En tanto que las normas sustantivas
constituyen un derecho estático que fija las conductas y relaciones de los
hombres que viven en sociedad, estableciendo sus derechos y obligaciones
y que garantiza su regular observancia con la conminación de sanciones
y asignación de responsabilidades, las normas procesales constituyen un
derecho dinámico destinado a la efectiva vigencia de las normas sustantivas,
cuando ellas no son voluntariamente respetadas. En consecuencia, no
admitir que el acto procesal pueda ser invalidado por vicios en la voluntad,
previsto como causal de sancionabilidad por las normas sustantivas,
implica subvertir el orden jurídico porque significa dar prevalencia a lo
realizador sobre lo realizable, a lo instrumental sobre lo constitutivo. En
consecuencia, en esta línea de pensamiento puede concluirse en que
siempre que exista un vicio en la voluntad y éste pueda ser demostrado,
es posible la invalidación del acto procesal» (ZINNY, 1990:171).
Peyrano precisa que «... el acto procesal viciado intrínsecamente (por ej.,
por error) es también un acto jurídico sujeto como tal a las normas insertas en
el Código Civil (vgr., delimitación de si existe o no intimidación); pero por
Capítulo I: N ociones esenciales 37

formar parte de un proceso necesariamente queda sometido al régimen de


impugnación vigente en éste, que no es otro que el de las nulidades procesales»
(PEYRANO, 1995: 352).
Rocco aborda correctamente los vicios de la voluntad y desarrolla con
claridad los conceptos pertinentes, por lo que nos permitimos citar a continuación
la exposición que hace de ellos:
«Cuando hablamos de vicios de la voluntad de los órganos jurisdiccionales,
causados por error, violencia o dolo, hay que tener presente, ante todo,
que no todos los actos de los órganos jurisdiccionales revisten el carácter
de actos de voluntad, sino que hay algunos (por ejemplo, sentencias de
pura declaración de certeza) que (...) son puros actos de la actividad
teorética, y no de la actividad práctica, de los órganos jurisdiccionales.
Esto no impide, sin embargo, que estando a la actividad intelectiva de
los órganos jurisdiccionales dirigida a operar sobre un acto de la voluntad
(norma jurídica), los vicios característicos de ésta (error, violencia o dolo)
no pueden igualmente encontrar cabida también en el campo de tales
actos de los órganos jurisdiccionales.
Agréguese que (...) la ley no toma en cuenta normalmente el proceso
interno que precede a la formación del acto de voluntad, ni, por tanto,
las representaciones del intelecto que han determinado a la voluntad.
Pero en los actos de los órganos jurisdiccionales, y típicamente en la
sentencia, este proceso formativo de la voluntad debe aparecer y debe
quedar documentado, no sólo en aquellas actividades que desembocan
en un acto de voluntad (sentencias de condena), sino también en aquellas
que se traducen en un puro juicio lógico (sentencias de mera declaración
de certeza).
Y puesto que, en definitiva, los que se denominan vicios de la voluntad
influyen, más que sobre la declaración de voluntad, sobre la determinación
de la voluntad, es decir, sobre el proceso formativo del acto volitivo, es
lógico que tales vicios estén, en el proceso civil, destinados a operar
también en el campo de los actos que se traducen en un puro acto de la
inteligencia y no desembocan en un acto de la voluntad, sino que operan
sobre un acto de voluntad (norma jurídica).
Esto supuesto, podemos examinar ahora cada uno de tales vicios, tratando
de hacer algunas distinciones.
I o) El primer vicio es el error, que consiste en un falso juicio acerca de
una cosa o de un hecho, basado en la ignorancia o incompleto
conocimiento o incompleta o errónea valoración de hechos o de
principios de derecho que se vinculan a los hechos.
Desde este punto de vista, el error se distingue en error de derecho
y error de hecho.
38 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

a) El error de derecho consiste en la ignorancia de una norma de


derecho o en la falsa interpretación o inexacta aplicación de
ella. El caer en error puede ser producto de la actividad
espontánea del órgano jurisdiccional, que ha ignorado una
norma legal, que no la ha aplicado o que la ha aplicado o
interpretado mal, pero (...) también puede ser producto de
las artes ajenas, es decir, de las partes enjuicio.
b) El error de hecho es aquel en que puede incurrir el órgano
jurisdiccional en la valoración de los hechos cuya existencia
sea cierta, o de aquellos en que, siendo incierta la existencia,
haya sido probada la existencia, y en tal caso se traduce en
una falsa valoración de la prueba de los hechos, esto es, en el
falso juicio de la existencia o inexistencia de un hecho al cual
el derecho condiciona el nacimiento, la modificación o la
extinción de un derecho.
Mientras el vicio que constituye el error de derecho tiene (...)
más amplia posibilidad de relieve y de corrección, el error de
hecho tiene más restringidos límites en la posibilidad del
nuevo examen del acto del órgano jurisdiccional (típicamente,
de la sentencia) (...).
c) Por otra parte, los errores se distinguen también en errores in
procedendo y errores in indicando.
Los errores in procedendo provienen de la ignorancia de una
norma procesal, o de la falsa aplicación o interpretación de
una norma procesal; los errores in iudicando consisten en la
ignorancia de una norma de derecho sustancial o en la falsa
aplicación o interpretación de una norma de derecho sustancial.
Es verdad que los errores in iudicando pueden tener por objeto
también los hechos, y no solamente el derecho, pero en
definitiva también el error de juicio sobre el hecho se traduce,
en último análisis, en un error de derecho.
2o) Otra causa que vicia la voluntad es el temor, que la ley lo considera
y contempla por el aspecto de la violencia (vis), que se califica de
moral (vis compulsiva), en contraposición a la física (vis absoluta).
La violencia moral es la amenaza de un mal, que infundiendo temor
en el ánimo de determinada persona, la induce a realizar cierto
acto, que de lo contrario no habría sido efectuado por ella. Para
que haya violencia moral, es necesario que la amenaza sea grave e
injusta. La amenaza es grave cuando el mal amenazado sea tal que
razonablemente produzca temor en una persona sensata; y es
injusta cuando el mal amenazado no constituye el ejercicio de un
derecho propio, ni va dirigido a conseguir ventajas injustas (...).
Capítulo I: N ociones esenciales 39

(...)

3o) El error puede ser causado por dolo, esto es, por una acción
intencional dolosa realizada por un sujeto que personifica el órgano
u oficio jurisdiccional, a fin de favorecer a una de las partes enjuicio,
con daño de la otra.
Aquí, para que el vicio invalide el acto de voluntad, es suficiente
el elemento subjetivo de la intención del sujeto, sin que sea necesario
el concurso de otros elementos objetivos (artificios o engaños).
Pero puede también ocurrir que la intención dolosa no esté en el
juez, sino en las partes, que coludiéndose entre sí, y en perjuicio de
los terceros, induzcan en error al juez (...). Puede ocurrir asimismo
que el dolo sea desplegado por una parte en daño de la otra,
induciendo en error al juez (...), y en tal caso tendrán que concurrir
los dos elementos objetivos y subjetivos del dolo.
El dolo debe estar en una relación tal de causalidad con la emisión
del acto de los órganos jurisdiccionales, que ha de ser la causa
determinante de la declaración de voluntad (dolus causam dans),
mientras que si el dolo es tal que aun sin él el acto se hubiese cumplido
igualmente, no produce la invalidez, ya que no constituye un vicio
del acto (dolus incidens)» (ROCCO, 1976, Volumen II: 294-297).
Rocco, acerca de la nulidad y anulabilidad de los actos procesales de
parte, referentes a la voluntad de los sujetos, señala que:
«... Es cierto que en aquella categoría de actos que constituyen puras
manifestaciones de voluntad, que no tienen una autonomía e individualidad
propias, pero cuyos efectos jurídicos deben estar ligados al derecho más
general (derecho de acción y de contradicción) de que forman parte,
por constituir el ejercicio de esos actos una de las diversas facultades
comprendidas en tales derechos, el elemento de la voluntad no tiene
aquella relevancia que se observa en otras declaraciones o manifestaciones
de voluntad dispositivas.
De ello se sigue que los tres clásicos vicios que pueden afectar a la
voluntad, el error, la violencia o el dolo, tienen escasa relevancia como
vicios y causas de invalidez de los actos procesales de parte pertenecientes
a la primera categoría.
I o) A propósito del error, es cierto que éste no puede tener ninguna
relevancia, por cuanto el derecho procesal prescinde tanto de la
causa como de los motivos que han engendrado la determinación
a cumplir dicho acto, ya que tiene poca importancia el que haya
sido fruto de una falsa representación de la realidad.
2o) A propósito de la violencia, aunque también aquí la indagación
acerca del proceso formativo de la voluntad esté en cierto modo
40 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

precluida, creemos que puede a veces elevarse a la categoría de un


vicio de la voluntad, cuando pueda probarse la violencia ocurrida,
moral o física, de una parte respecto de la otra (por ejemplo,
intimidación de una de las partes).
3o) La misma observación debe hacerse a propósito del dolo, tanto
objetivo como subjetivo, cuando constituya la causa determinante
del acto, y cuando del acto cumplido por efecto de una acción dolosa
de una de las partes en perjuicio de la otra, se hayan seguido efectos
jurídicos apreciables (por ejemplo, soborno de un testigo)» (ROCCO,
1976, Volumen II: 302-303).
En relación a este tema, Oscar Martínez apunta que:
«... Quizás sea más conveniente hablar de vicios de la voluntad, y
no de vicios del consentimiento, tanto de los actos jurídicos en
general o, concretamente, de los actos procesales» (MARTINEZ,
1980: 61). «La expresión 'consentimiento' parece estar referida a la
formación de una voluntad común en los actos jurídicos bilaterales
(más específicamente en los contratos) y no tanto a una voluntad
unilateral...» (MARTINEZ, 1980: 61).
«... Los vicios antes mencionados (de la voluntad) afectan la
intención y la libertad. En cuanto a la falta de discernimiento, suele
considerarse por separado, no como vicio de la voluntad, sino más
bien como un supuesto de su inexistencia...» (MARTINEZ, 1980:62).
«... En cuanto a los actos protagonizados por las partes se sostiene
la absoluta prevalencia, en el derecho procesal, de la voluntad
declarada sobre la voluntad real...» (MARTINEZ, 1980: 56).
«... La seguridad jurídica, y hasta razones que se vinculan estrechamente
con los principios procesales de celeridad y economía, se han invocado
también para sostener la inaplicabilidad -en toda su extensión- de
la doctrina civilista, acerca de los vicios de los actos jurídicos en
general, en materia procesal. De lo contrario (...) los litigantes
podrían procurar la reparación de los errores, deficiencias y
omisiones que les perjudican, invocando la falta de intención, con
lo cual el litigio se complicaría y dilataría desmesuradamente»
(MARTINEZ, 1980: 57-58).
«... El dolo y el error no constituirían nociones distintas, sino que
el primero actúa a través del segundo. Hay error espontáneo y error
determinado por el dolo ajeno, es decir el engaño...» (MARTINEZ,
1980: 63).
Capítulo I: N ociones esenciales 41

8. FUNDAMENTO DE LA NULIDAD PROCESAL

Casarino Viterbo, al tratar sobre el fundamento de la nulidad, manifiesta


que «... la ley procesal es fundamentalmente imperativa, de suerte que su
infracción llevará siempre implícita la sanción de nulidad para el acto realizado
sin sujeción a los requisitos o condiciones que ella señala o exige» (CASARINO
VITERBO, 1984, Tomo IV: 426).
Angela Ledesma asegura que, «partiendo de los principios generales que
regulan el debido proceso, la razón de ser de este instituto (nulidad procesal)
radica en la preservación del proceso regular y legal...» (LEDESMA, 1995: 333-
334).
Por su parte, Juan Carlos Mendoza considera erróneo decir «... que el
único fundamento de la nulidad es la indefensión (...), siendo la única finalidad
del proceso la defensa en juicio, quedaría sin explicar un enorme conjunto de
nulidades que encuentran su fundamentación en otras razones, que son más
bien objetivas y de orden público...» (MENDOZA, 1966: 132). Juan Carlos
Mendoza añade que resulta evidente «... que el verdadero fundamento de la
nulidad (...) es la violación del orden público...» (MENDOZA, 1966:132). Sin
embargo, el mencionado autor distingue a continuación tres fundamentos de
la nulidad: «... I o la indefensión; 2o el principio de orden; 3o y la mera voluntad del
legislador en atención a otras consideraciones de carácter social, político o
económico, de acuerdo con las necesidades de lugar y tiempo...» (MENDOZA,
1966:134).

9. INTERPRETACION DE LA NULIDAD PROCESAL

La nulidad procesal es de interpretación restringida en razón de la


necesidad existente en el área procesal de contar con actos que gocen de validez
y firmeza. Es por ello que, en caso de duda respecto de la producción de algún
vicio procesal, el Juez deberá abstenerse de declarar la nulidad (si hubiera sido
peticionada) y pronunciarse sobre la validez del acto en cuestión. La declaración
de nulidad tiene carácter excepcional y se resuelve como última ratio, por lo
que tendrá lugar sólo cuando se haya producido un estado cierto de indefensión
o no sea el vicio de que se trate susceptible de convalidación o subsanación.
Atendiendo, pues, a lo expuesto es que se dice que la nulidad es de interpretación
restringida o estricta. Tal criterio interpretativo se funda, a no dudarlo, en el
denominado principio de conservación que postula la supremacía de la validez
de los actos procesales frente a la eventualidad de ser declarados nulos, situación
ésta que, reiteramos, es la última que adopta el juzgador.
Otra regla presente en la interpretación de la nulidad consiste en la
prohibición de aplicar por analogía dicha figura procesal. Así tenemos entonces
que las normas referidas a la nulidad, especialmente las concernientes a las
causales de ésta, no pueden ser aplicadas por analogía. Se puede apreciar que
esta regla interpretativa tiene estrecha relación con la indicada en el párrafo
42 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

precedente, a tal punto que podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que
no es sino consecuencia de ella.

10. FINALIDAD DE LA NULIDAD PROCESAL

«... La función procesal es la de corregir las patologías jurídicas y la


nulidad es el medio de que se vale este derecho para enmendar su propia
patología» (PAYA, 1984: 53).
«... Las formas procesales no tienen otro sentido que el de garantizar los derechos
de los individuos, por lo cual las nulidades no tienen otro objeto que salvaguardar
dichas garantías. Y la preocupación del legislador, más que la de establecer
nulidades, es la de fijar los límites, de modo que ellas no sean utilizadas como
medios para violar los deberes (cargas, etc.)...» (VESCOVI, 1999: 263).
Salas Vivaldi señala que los actos viciados «... no pueden ni deben
producir los efectos que la ley le asigna a uno de la misma naturaleza ejecutado
normalmente. Habrá que restarles valor, dejarlos sin efecto, destruirlo y ello
se consigue mediante la nulidad procesal» (SALAS VIVALDI, 1988: 25). Para
dicho autor, pues, la finalidad de la nulidad procesal es «... restarle valor a la
actuación viciada, destruirla, tenerla como no sucedida, ya que no constituye
el medio adecuado para cumplir el fin previsto por el legislador con su
ejecución» (SALAS VIVALDI, 1988: 25).
Arazi asevera que «las nulidades procesales no tienden a reparar la justicia
o injusticia de una decisión judicial; su finalidad es evitar el incumplimiento
de las formas establecidas a fin de preservar el derecho de defensa de las partes
y el principio de bilateralidad» (ARAZI, 1991: 219).
Según Maurino, «... la finalidad de las nulidades procesales es asegurar la
garantía constitucional de la defensa enjuicio» (MAURINO, 1990:33).«... las nulidades
procesales tienen como misión esencial, enmendar perjuicios efectivos, que
surgidos de la desviación de las reglas del proceso, pueden generar indefensión»
(MAURINO, 1990: 34).
Soler sostiene que «... la ratio legis de la obligatoriedad de las formas del
proceso es asegurar la defensa en juicio de la persona y de sus derechos...»
(SOLER, 1964: 65). «De allí surge que el objeto y finalidad del sistema de
nulidades procesales es el resguardo de una garantía constitucional y ello sólo
permite ilustrar acerca de su fundamental importancia dentro del proceso...»
(SOLER, 1964: 65). El objeto de la nulidad de los actos procesales -continúa
Soler- «... no es asegurar el cumplimiento de las formalidades requeridas en
los mismos sino el cumplimiento de los fines confiados a la misma por la ley.
Dichas formalidades no son más que las muchas de que se vale el legislador
para hacer efectiva la garantía procesal que tratamos precedentemente (de
defensa enjuicio)» (SOLER, 1964: 66). Soler concluye luego que es finalidad de
la sanción de nulidad: «... I o mantener la igualdad entre las partes (...); 2o
Capítulo I: N ociones esenciales 43

garantizar el derecho de defensa (...); 3o garantizar la rectitud de la sentencia...»


(SOLER, 1964: 69).
Al respecto, Alsina manifiesta que «... la misión de la nulidad (...) no es
propiamente asegurar la observancia de las formas procesales sino el
cumplimiento de los fines a ellas confiados por la ley. Las formas son el medio
o instrumento de que el legislador se vale para hacer efectiva la garantía
constitucional de la defensa en juicio, lo cual constituye el fundamento de los
llamados derechos procesales de las partes. En cualquier supuesto en que esa
garantía aparezca violada, aunque no haya texto expreso en la ley, la declaración
de nulidad se impone; en cambio, no obstante la existencia de un texto expreso,
la nulidad es improcedente si a pesar del defecto que el acto contiene el fin
propuesto ha sido alcanzado (...). La fórmula sería, pues, la siguiente: donde
hay indefensión hay nulidad; si no hay indefensión, no hay nulidad...» (ALSINA,
1956, Tomo I: 652).
CAPITULO II

La principal clasificación que se hace de la nulidad procesal es aquella


que la distingue en absoluta y relativa, aunque, puntualizamos, en la doctrina
procesal suele asignarse otra terminología al significado de aquellos vocablos.
Sobre el particular, Amaya señala que «... en materia procesal podemos
hablar de nulidades principales y accesorias por ejemplo, o primarias y
secundarias, si se quiere, o mejor a nuestro parecer esenciales y eventuales y así
las llamaríamos, pero teniendo en cuenta las consecuencias que pueden acarrear
las nulidades procesales, vamos a calificarlas como nulidades absolutas y
relativas» (AMAYA, 1947: 29).
En los puntos que siguen vamos a estudiar las diferentes clases de nulidades
procesales, las cuales son, a saber, las siguientes:
Nulidades procesales absolutas y relativas.
Nulidades procesales expresas o conminadas e implícitas o virtuales.
Nulidades procesales de fondo y de forma.
Nulidades procesales saneables e insaneables.
Nulidades procesales totales y parciales.
Nulidades procesales extensibles y no extensibles al trámite
posterior del proceso.
Nulidad o invalidez de acto final y nulidad o invalidez de acto
instrumental.
Nulidad o invalidez directa y nulidad o invalidez remota.
46 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

2. NULIDAD PROCESAL ABSOLUTA

La nulidad procesal absoluta o esencial o primaria o principal o sustancial


(aunque este último término se presta a discusión) es aquel estado invalidatorio
que se da cuando los vicios que afectan al acto son tan graves que el proceso
es violentado o distorsionado en demasía, como cuando producen indefensión
en la contraparte o se oponen a normas de orden público, lo cual hace que sea
insubsanable y susceptible de ser declarada no sólo a instancia de parte
interesada sino también de oficio. Ejemplos de nulidad absoluta lo constituyen
aquellos casos en los que el vicio repercute seriamente en la capacidad de los
sujetos procesales, en la notificación de los actos del proceso (especialmente
de la demanda), etc.
Amaya señala que «son de tantas importancia las consecuencias de las
nulidades que importen una 'indefensión7 (...), o en las que se ha incurrido por
la omisión de un trámite esencial, que (...) no vacilamos en calificar de absoluta
la nulidad procesal de tal índole...» (AMAYA, 1947: 30).
Devis Echandía enseña que la nulidad procesal absoluta (que califica
simplemente como nulidad, en tanto que a la nulidad procesal relativa la
denomina anulabilidad) es aquella que «... impide los efectos jurídicos del acto
y se debe a defectos de forma, capacidad, representación o competencia»
(DEVIS ECHANDIA, 1985, Tomo II: 674). Agrega dicho autor que «el acto nulo
no produce sus efectos jurídicos, mientras no se cumple un hecho que lo sanee,
si esto es posible...» (DEVIS ECHANDIA, 1985, Tomo II: 674).
Para Traslosheros Peralta, «... la nulidad absoluta, por regla general no
impide que el acto produzca provisionalmente sus efectos, los cuales serán
destruidos retroactivamente cuando se pronuncie por el juez la nulidad; de
ella puede prevalerse todo interesado y no desaparece por la confirmación o
la prescripción...» (TRASLOSHEROS PERALTA, 1988: 309).
A decir de Liebman, «son (...) absolutas las nulidades que deben considerarse
objetivamente relevantes, por estar determinadas por la falta de un requisito
que la ley considera indispensable a la buena marcha de la función jurisdiccional:
deben, por eso, pronunciarse por el juez de oficio y son normalmente insanables,
a menos que la ley no considere también respecto de ellas la posibilidad de
una convalidación...» (LIEBMAN, 1980:197).
Rodríguez Espejo concibe a la nulidad absoluta como «... la imperfección
del acto que acarrea una privación de los efectos normales del mismo de tal naturaleza
que cualquier sujeto, en cualquier tiempo y forma está en condiciones de provocar...»
(RODRIGUEZ ESPEJO, 1976: 678).
Gozaíni indica que, por nulidad absoluta, «referimos a un supuesto de
ineficacia o invalidez total. El acto porta un vicio estructural que lo priva de
lograr sus efectos normales» (GOZAINI, 1992, Tomo I, Volumen 2: 843).
Capítulo II: Clases de nulidad procesal 47

A criterio de Ramos Méndez, «la nulidad absoluta se produce cuando


falta algún presupuesto esencial del acto procesal, según las prescripciones de
las normas de procedimiento...» (RAMOS MENDEZ, 1992, Tomo I: 368).
Jaime Guasp dice que la nulidad absoluta se configura «... cuando falta
un requisito tan grave que cualquier sujeto, en cualquier tiempo y en cualquier
forma, puede poner de manifiesto el vicio por el que la ineficacia se produce,
sin sujeción a límites jurídicos especiales» (GUASP, 1998, Tomo I: 272). Jaime
Guasp pone de relieve que «los actos procesales absolutamente nulos no
necesitan, pues, de una especial actividad de invalidación, pero son convalidables,
esto es, cabe remediar la ineficacia producida si el ordenamiento jurídico lo
permite, lo cual puede hacerse de muy variadas formas: desde la repetición
del requisito omitido, pasando por la modificación del mal observado, hasta
la omisión del practicado indebidamente» (GUASP, 1998, Tomo I: 272).
Según Juan Carlos Mendoza, «si admitimos que las normas procesales
pueden ser dispositivas o impositivas -cuya observancia puede ser válidamente
eludida o cuyo cumplimiento es obligatorio, respectivamente- habrá nulidad
substancial cuando se substituya o ataque una norma de este último tipo, cuyo
conjunto está dado en el interés de la defensa o del orden público» (MENDOZA,
1966: 160-161). «Habrá nulidad substancial cuando se obtiene o pretende
obtener el efecto de un acto o de un procedimiento de manera distinta a la
impositivamente prevista por la ley en protección del derecho de defensa o del
orden público. Esto último ocurrirá cuando las partes cambien una forma
establecida en interés del orden público por otra -aunque la consideren idónea
para llenar su cometido- o cuando se den un procedimiento distinto del establecido
legalmente para substanciar el proceso en que intervienen- si se trata de trámites
o diligencias que no están establecidas en su interés exclusivo» (MENDOZA,
1966:161).
En opinión de Morel, las nulidades substanciales o absolutas «... son las
que resultan de la violación de una disposición de orden público o de la ausencia
de un elemento indispensable para dar al acto su carácter específico (...). Las
nulidades de orden público pueden ser alegadas por cualquiera de las partes
y aun declaradas de oficio por el tribunal en cualquier estado de la causa»
(MOREL; citado por ALSINA, 1956, Tomo I: 636).
Al respecto, Lascano afirma que «... el concepto de nulidad substancial
no es equivalente al de nulidad 'absoluta', porque la nulidad substancial puede
convalidarse en algunos casos por conformidad expresa o tácita de las partes
(intervención posterior de la parte afectada, en tanto que la nulidad absoluta
es inconfirmable y puede declararse aun de oficio en cualquier estado de la
causa. Son sustanciales las nulidades que resulten de la violación de los
principios procesales contenidos en la Constitución nacional y de las provincias
y en general las que quebrantan las leyes de orden público...» (LASCANO;
citado por ALSINA, 1956, Tomo I: 636-637).
48 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

En relación al tema, Couture anota lo siguiente:


«El acto absolutamente nulo es (...) un grado superior en el sentido de la
eficacia.
En tanto que el acto inexistente no tiene la categoría de acto, sino de
simple hecho, el acto absolutamente nulo tiene la condición de acto
jurídico, aunque gravemente afectado.
Puede hablarse en él de existencia y de ese mínimo de elementos
requeridos para que un acto adquiera realidad jurídica. Pero la gravedad
de la desviación es tal que resulta indispensable enervar sus efectos, ya
que el error apareja normalmente una disminución tal de garantías que
hace peligrosa su subsistencia. Se decide, entonces, a su respecto, que
una vez comprobada la nulidad, el acto debe ser invalidado, aun de oficio
y sin requerimiento de parte interesada; y que una vez invalidado el acto,
no es posible ratificación u homologación.
El acto absolutamente nulo tiene una especie de vida artificial hasta el
día de su efectiva invalidación; pero la gravedad de su defecto impide
que sobre él se eleve un acto válido.
La fórmula sería, pues, la de que la nulidad absoluta no puede ser convalidada,
pero necesita ser invalidada» (COUTURE, 1985: 378).
Serra Domínguez sostiene que la nulidad absoluta «... se produce siempre
que un acto procesal adolezca de una circunstancia esencial fijada en las leyes
de procedimiento como absolutamente indispensable para que el acto produzca
sus efectos normales, en forma radical e insubsanable...» (SERRA DOMINGUEZ,
1969:461). Agrega el tratadista español que «la nulidad absoluta puede afectar
a los sujetos del proceso -proceso civil contencioso seguido con una sola parte
por fallecimiento anterior al proceso o falta de existencia real de la otra parte;
resoluciones emitidas por jueces o tribunales carentes de jurisdicción, bien por
corresponder el conocimiento del proceso a un tribunal extranjero, bien por
hallarse asignado a otra jurisdicción distinta o a una jurisdicción especial-; al
objeto del proceso -proceso seguido en virtud de demanda que postula una
consecuencia jurídica no prevista o prohibida por el ordenamiento jurídico;
inadecuación del procedimiento-; o a la forma de los actos -por haber sido éstos
realizados en momento procesal inoportuno (admisión de pruebas antes de la
contestación del demandado; calificación presentada en el sumario, etc.), o
actos de las partes realizados fuera de plazo; o, por último, cualquier omisión
de las formalidades esenciales previstas en las leyes...» (SERRA DOMINGUEZ,
1969: 461-462).
Luis Rodríguez, por su parte, niega la existencia de nulidades procesales
absolutas sosteniendo así que:
«a) Las nulidades absolutas procesales no existen.
Capítulo II: Clases de nulidad procesal 49

b) Todas las nulidades procesales son relativas (principio de la


relatividad).
c) Los supuestos que se dan en llamar de nulidad absoluta son en
realidad:
1) de inexistencia. Sentencias imposibles o inciertas (non liquet);
2) supuestos de anulación de oficio, pero siempre por vía de
recurso...» (RODRIGUEZ, 1987: 79).
Luis Rodríguez asegura que «... no puede hablarse de nulidades absolutas
del procedimiento anterior a la sentencia. La preclusión cubre toda posibilidad
de articular nulidades luego de la convalidación expresa o presumida...»
(RODRIGUEZ, 1987: 80). Para dicho autor «el incumplimiento de las formas
procesales atento su instrumentalidad, no genera más que nulidad relativa»
(RODRIGUEZ, 1987: 80).

2.1 Acto inexistente

2.1.1 Configuración

En lo concerniente a la teoría del acto inexistente, Luis Rodríguez nos


informa y comenta lo siguiente:
«La teoría del acto inexistente nace en Francia como consecuencia de la
regla 'pas de nullité sans texté, que condena las nulidades implícitas o
virtuales. Zachariae, ante una regla semejante y para el matrimonio,
introduce por primera vez la cuestión del acto inexistente. Por su parte,
Aubry y Rau son los primeros en definirlo al indicar que el acto al que
le falta un elemento esencial -sin el cual no puede ser concebida su
existencia- debe considerarse como no sucedido (non avenue).
Laurent, por su parte, habla de 'apariencia' y de 'nada' para conceptualizar
el acto, y ello fue motivo de críticas porque (...) nulidad e inexistencia
significarían exactamente lo mismo: sin ningún valor, o bien, vicio que
impide que el acto exista como tal. Indica Laurent que 'un acto es
inexistente cuando él no reúne las condiciones sin las cuales no puede
ser concebido, de suerte que el acto no tiene sino una existencia aparente',
y agrega: 'en realidad, nada ha sido hecho... La nada no puede producir
efecto alguno'.
Baudry Lacantinerie y Barde indicaron que 'el acto inexistente es aquel
que ha sido realizado en el hecho, mas que no tiene existencia legal. Es
una simple apariencia de acto'.
Vale decir que, para los que formularon la teoría, acto inexistente es acto
aparente, en realidad un acto no nacido, 'non avenue', porque le faltan
elementos esenciales para que constituya un acto; la nada no puede producir
50 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

ningún efecto. Nos encontramos con una categoría más allá de la nulidad,
porque ésta implica un acto real pero viciado, y la inexistencia un no acto
cuya 'invalidación' no requiere declaración judicial, no se cubre por la
confirmación ni por la prescripción y se puede reconocer aun de oficio.
(...)

Contra esta doctrina reaccionaron los autores indicando la innecesariedad


de crear esta categoría de actos -sobre cuya enumeración no hay acuerdo-
y que se confunden con los actos nulos de nulidad absoluta. Decir que
un acto es nulo -nullum est- o que él no existe, es la misma cosa. Un acto
de nulidad absoluta (...) y un acto inexistente es exactamente lo mismo.
La nulidad comprende la inexistencia.
Es que, por definición, nulidad es 'état d'un acte juridique entaché d'un
vice qui l'empeche d'exister légalement et de produire ses effets' (estado
de un acto jurídico tachado de un vicio que le impide existir legalmente
y de producir sus efectos).
En consecuencia, un reparo fundamental nace del hecho de que nulidad
e inexistencia son prácticamente voces sinónimas y, tanto es así que al
definirlas se complementan.
(...)

Se ha tratado, entonces, de buscar en el campo lógico y jusfilosófico una


explicación para estos actos. Esteban Imaz considera que desde un punto
de vista lógico no podría hablarse de acto inexistente. Recurriendo a la
pirámide jurídica de Kelsen una norma inferior es válida si se deriva de
otra norma superior y, por consiguiente, todos los actos serían anulables
en función de su validez o invalidez. No habría actos inexistentes. En
realidad, no es totalmente exacto que Hans Kelsen no previera esta
categoría de actos, y es así que en su Teoría pura del derecho advierte: 'Esto
no significa que todo acto que se presente como creador de derecho sea
un acto jurídico en tanto que no se lo anule. Hay naturalmente casos en
que tales actos son nulos ab initio sin que sea necesario anularlos, pero tal
aparente nulidad absoluta se encuentra fuera del dominio del derecho'.
Dejando de lado este reparo y prosiguiendo con la formulación de la
teoría de Imaz, este autor estima que primero habría de hablar de vigencia.
Un acto vigente puede ser válido o inválido, y sólo un acto no vigente es
un acto inexistente. La vigencia es inherente a la existencia del acto y la
validez a su nulidad.
Es nuestro parecer que debería haber acuerdo, liminarmente, sobre el
concepto de vigencia, ya que no es nueva la vieja polémica entre el
realismo conductista y psicologista que preconiza que una norma es
vigente porque es aplicada o es aplicada porque es vigente. Por ello,
considerar acto vigente a aquel que tiene efectivo acatamiento, aplicación,
Capítulo II: Clases de nulidad procesal 51

es algo que merece un análisis más profundo y que no se aviene con la


propia naturaleza del acto inexistente.
No podemos hablar de inexistencia aludiendo a elementos -como la
vigencia- ajenos totalmente al acto en sí mismo. Un acto inexistente
adolece de un defecto de construcción, pero este defecto es tan esencial
que compromete al acto en sí mismo, no es un vicio que lo ha invalidado
o puede llegar a invalidarlo. Tan esencial es el defecto que ni siquiera el
legislador previo sanción para dicha anomalía, pues no puede concebirse
al acto, desde un punto de vista lógico, sin el precitado elemento.
Es que la existencia atañe a la realidad, a la naturaleza de las cosas, en
tanto que la nulidad es un concepto jurídico que supone un acto real al
cual el derecho declara inválido» (RODRIGUEZ, 1987: 37-41).
Luis Rodríguez define al acto procesal inexistente como «... aquel acto al
que le faltan los presupuestos procesales para constituir una relación jurídica procesal»
(RODRIGUEZ, 1987: 45). «El acto inexistente no ha llegado a ser un acto procesal,
y ello en virtud de la falta de elementos esenciales» (RODRIGUEZ, 1987: 46).
Dicho autor pone de manifiesto que «... la determinación ae la inexistencia es
una cuestión lógica y no de la ley. Por ello no es válido oponer, como reparo a
la inexistencia, la falta de determinación legal. Es que la ley no puede concebir
un acto que en realidad no es tal; sólo se refiere a los actos viciados...»
(RODRIGUEZ, 1987: 46). Añade Luis Rodríguez que «la inexistencia importa
un antiacto, no ha llegado a ser. En definitiva, no ha sido concebido, no es ni
siquiera un esqueleto de acto...» (RODRIGUEZ, 1987: 47). En sentido similar
se pronuncia la jurisprudencia argentina que cita el mismo autor: «... La
inexistencia es una situación de hecho que no concierne al ámbito de las
nulidades, ya que es ajena a toda idea de validez por padecer el acto de una
deficiencia de tal naturaleza que lo hacen inconcebible, sin necesidad de ingresar
al examen de sus vicios...» (RODRIGUEZ, 1987: 47).
A nuestro modo de ver, el acto inexistente es aquel al que le faltan los
elementos indispensables para existir como tal, aunque pueda aparentar ser
un acto. No produce, por lo general, consecuencia jurídica alguna, y no precisa
de declaración judicial para determinar su invalidez, pues por sí mismo es
inválido. Así tenemos, por ejemplo, que los actos llevados a cabo para el examen
de una controversia ante una persona que no es Juez y las «resoluciones» que
dicha persona expida no se reputan procesales y no dan lugar a litispendencia
o cosa juzgada. También pueden ser considerados actos inexistentes aquellos
que se producen en el curso de un proceso y que no cuentan con las condiciones
mínimas para gozar de presencia jurídica, verbigracia, una resolución judicial
sin firma del Juez o una demanda o escrito cualquiera no suscritos por la parte
interesada (ni tampoco por el letrado, en los casos en que la firma de éste sea
suficiente). Advertimos, sin embargo, que los últimos ejemplos dados de actos
inexistentes suelen ser asimilados como de nulidad procesal absoluta.
52 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

Para Eduardo B. Carlos, la figura en cuestión «... es 'un no acto', la negación


del ser y de la esencia de él. Es un simple hecho que no produce consecuencia
o efecto jurídico alguno...» (CARLOS; citado por MAURINO, 1990:24). El autor
citado excluye del sistema de las nulidades procesales al acto inexistente y
asevera que «... mal puede hablarse de nulidad de lo que no existe» (CARLOS;
citado por MAURINO, 1990:24). Sobre esto último, Carli adopta prácticamente
una posición coincidente cuando expresa de modo general que «... la inexistencia
es de discutible aplicación en el ámbito del derecho procesal...» (CARLI; citado
por MAURINO, 1990: 24).
Giovanni Leone conceptúa a la inexistencia como «... la no idoneidad de
todo el desarrollo de los actos para encuadrarse en el esquema de una relación procesal»
(LEONE; citado por RODRIGUEZ, 1987: 44).
De la Plaza considera que la inexistencia está determinada «... por la
ausencia de un requisito o cualidad sin el cual el acto no puede nacer...» (DE
LA PLAZA; citado por MORON PALOMINO, 1962: 67).
Al respecto, Prieto-Castro y Ferrándiz sostiene que «... la falta de
observancia de los requisitos formales del acto puede hacer al mismo inexistente.
Tal sucede cuando se ha omitido el requisito necesario para que el acto se
produzca...» (PRIETO-CASTRO Y FERRANDIZ, 1980, Volumen 1:123-124).
El acto inexistente, en palabras de Ramos Méndez, «no se trata tan siquiera
de un defecto de un acto procesal, sino del hecho de no haberse cumplido
ninguno de los presupuestos que le dan vida (...). En estos casos en que ni
siquiera llega a haber actividad procesal externamente, el acto es completamente
irrelevante. Se puede prescindir de él sin más, porque en realidad para el
proceso no existe» (RAMOS MENDEZ, 1992, Tomo I: 368).
Rafael Gallinal califica al acto procesal inexistente como «... aquel que le
falta un elemento esencial en su formación, de tal manera, que no se puede
concebir el acto, ausente aquel elemento» (GALLINAL, s/a, Tomo II: 258). «La
inexistencia así entendida es distinta del caso de nulidad; cuando un acto es
inexistente, la ley no tiene necesidad de anularlo desde que es un acto que no
se ha hecho en realidad, que no existe más que en apariencia, y como en la
realidad no existe, no puede ser anulado; por eso se afirma que la inexistencia
es incompatible con la nulidad» (GALLINAL, s/a, Tomo II: 258).
A decir de Alzamora Valdez, «acto inexistente, es aquel que carece de
los elementos esenciales capaces de prestarle realidad y vida. El acto inexistente,
no tiene significación legal...» (ALZAMORA VALDEZ, s/a: 318).
Devis Echandía estima que el acto inexistente «... no nace ni se produce
jurídicamente» (DEVIS ECHANDIA, 1985, Tomo II: 677).
Payá destaca que «... usar la palabra acto inexistente lleva implícita una
contradicción. El acto como la persona existen o no, y el llamado inexistente
en un no acto, o sea que no lleva las características necesarias para que el juez
Capítulo II: Clases de nulidad procesal 53

sea el que lo descalifique, pues lo está en sí mismo y comprobado esto no es


un acto jurídico aunque pueda ser un hecho» (PAYA, 1984: 95).
Redenti enseña que «... proclamar inexistente un acto, parece en verdad
una contradictio in terminis, pero en realidad se suele aludir con dicha expresión
al contraste entre la pretensión de atribuir una calificación y una eficacia jurídica
a una determinada actividad defacto, y la efectiva ineptitud de dicha actividad
para ser tomada en consideración bajo esos aspectos. Ahora bien, en un
pretendido, aseverado o presunto acto procesal, el defecto de requisitos
esenciales puede ser tal, que no pueda tomarlo en consideración el juez, de
manera que resulta en conclusión procesalmente menospreciable, aun sin
necesidad de un pronunciamiento...» (REDENTI, 1957, Tomo I: 214).
Llambías predica que «... el acto inexistente es un no acto, es una
circunstancia donde está enjuego el ser o no ser, que tiene como consecuencias:
en primer lugar, que no produce efecto jurídico; en segundo, que no necesita
ser invalidado; en tercero, que no puede ser convalidado, y en cuarto, que
puede ser alegado por cualquier interesado» (LLAMBIAS; citado por
GIOVANNONI, 1980: 77).
Satta refiere que «... con el nombre de inexistencia suele indicarse un vicio
del acto, o sea una diversidad suya respecto de la hipótesis legal, que incide
sobre posiciones jurídicas fundamentales del sujeto, determinando una
violación inadmisible. Se habla al respecto de falta de uno de los elementos
constitutivos del acto y se contrapone la hipótesis a la nulidad, que expresa
también un vicio del acto, pero sin embargo no tan grave como para excluir
que el acto pueda ser reconocido como tal, incluso si eventualmente pueda ser
removido por la declaración de su nulidad...» (SATTA, 1971, Volumen I: 236).
En relación a los actos inexistentes, Liebman advierte que «... un acto
para poder ser calificado como nulo debe ante todo existir en su identidad y
con su peculiar fisonomía. En cambio, si faltan también estos caracteres mínimos
y esenciales, el quid que de hecho existe debe considerarse jurídicamente,
precisamente, como un nada, que no puede, de cualquier modo reconocerse
como una cosa existente, menos a los efectos que en cada caso se toman en
consideración» (LIEBMAN, 1980: 203-204).
Para Lino Palacio, «la cuestión de la inexistencia se reduce, en definitiva,
a la confrontación del acto respectivo con la posibilidad de su acatamiento
(vigencia), a cuyo fin el órgano de aplicación debe atenerse a la sensibilidad
jurídica del medio en que le toca intervenir. Verificada, pues, una efectiva
repulsa axiológica de un acto determinado en el medio social de que se trate,
la conclusión de su inexistencia se impone al margen del juicio relativo a la
validez» (PALACIO, 1977, Tomo IV: 152-153).
En opinión de Alsina, «... son inexistentes los actos en los que la omisión
o la violación de una formalidad haya impedido su configuración jurídica,
aunque de esa circunstancia ningún perjuicio derive para las partes. La
54 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los A ctos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

inexistencia no necesita ser declarada, pero puede ser constatada en cualquier


estado del proceso y no admite convalidación» (ALSINA, 1956, Tomo I: 653).
Zanzucchi afirma que acto procesal inexistente «... es aquel al que le falta
el mínimo de elementos necesarios para que pueda ser reconocido como tal.
Carece en absoluto de la eficacia que le sería propia, sin que dicha eficacia
pueda adquirirla después» (ZANZUCCHI; citado por MORON PALOMINO,
1962: 61).
Véscovi manifiesta que la inexistencia «... es una categoría discutida, pues
algunos la subsumen en la nulidad absoluta. Se trataría de un vicio más grave
aún que el que da lugar a una nulidad absoluta; tanto, que afecta al acto en sí
mismo. En realidad, se dice que se estaría frente a un 'no acto' y que, por
supuesto, también sería insanable y ni siquiera necesitaría ser declarada»
(VESCOVI, 1999: 261). En derecho procesal -continúa Véscovi- «... puede
admitirse la categoría de inexistencia para denunciar la presencia de un acto (o
de todo el proceso) que carece de los requisitos indispensables para nacer a la
vida jurídica, de lo que se acostumbra llamar un 'no acto'. Y este tipo de actos
no son convalidables, como resulta de los principios generales. La jurisprudencia
suele hacer uso de este 'grado de nulidad' para incluir aquellos defectos que
pueden invocarse siempre, porque no pueden entenderse convalidados...»
(VESCOVI, 1999: 262).
Según Escobar Fornos, «la inexistencia es la ausencia total de un elemento
esencial para que surja el acto. Por ejemplo, la sentencia dictada por una persona
que no es juez (...); la capacidad para ser parte; las actuaciones realizadas en
hora y días inhábiles, la demanda o recurso sin firma, o el recurso interpuesto
fuera de los plazos legales. No es convalidable, ni produce efecto alguno y se
puede declarar de oficio. Es la más grave de las irregularidades procesales...»
(ESCOBAR FORNOS, 1990: 62-63).
A criterio de Silva Melero, «... la inexistencia supone un acto procesal en
el cual faltan los elementos que son indispensables a los fines de que
externamente pueda ser considerado como tal acto del proceso, como, por
ejemplo, la sentencia sin firma, que no puede pasar a la autoridad de la cosa
juzgada ni impedir que el juez vuelva a decidir...» (SILVA MELERO; citado
por MORON PALOMINO, 1962: 77-78).
Traslosheros Peralta apunta que «los actos inexistentes no requieren
impugnación y basta o una simple defensa, haciendo notoria la inexistencia o
una sentencia declarativa, si se hubieren producido efectos materiales»
(TRASLOSHEROS PERALTA, 1988: 311-312).
Gozaíni señala que «la inexistencia es un término en autocontradicción;
si algo no existe, de suyo supone que no tiene manifestación como hecho. Por
eso, sólo cabe referir a una inexistencia jurídica, donde los elementos que
componen la estructura motivante del acto no responde o se adecúa a los
preceptos que lo predeterminan. Pero esta desarticulación es de tal significación
Capítulo II: Clases de nulidad procesal 55

que no puede cobrar validez alguna, a diferencia de otra irregularidad que,


aun sin estar ajustada al encuadre normativo, puede tener existencia y efectos
jurídicos porque no es importante el desacople» (GOZAINI, 1992, Tomo I,
Volumen 2:842-843). El citado autor argentino añade que «... el derecho procesal
establece requisitos esenciales para la constitución de sus actos. Son presupuestos
que hacen a la vida misma (...). No hay efecto alguno, probable ni posible,
porque el acto es irrelevante, se tiene como no producido. Por tanto ni siquiera
es necesario que sea invalidado, ni pueden aparecer actos posteriores que lo
confirmen, o subsanen» (GOZAINI, 1992, Tomo I, Volumen 2: 843).
Para Serra Domínguez, «... una primera categoría de actos nulos lo
constituyen aquellos en que faltan los presupuestos esenciales para el propio
nacimiento del acto procesal. El acto propiamente no es nulo, sino más bien
inexistente en cuanto no llega a nacer. Los actos inexistentes pueden afectar
bien al sujeto del proceso -el juzgador carece en absoluto de capacidad funcional
y de legitimación, p.ej., hipótesis de proceso seguido ante un particular
desprovisto de función general o concreta jurisdiccional-, bien al objeto del
proceso -sentencia dictada en un proceso civil sin previa audiencia ni solicitud
de las partes o resolución emitida sobre un supuesto imaginario-, bien a la
forma de los actos -p.ej., un acto de parte celebrado fuera de la presencia del
órgano jurisdiccional y en condiciones que impiden pueda llegar a conocimiento
de éste-, etc.» (SERRA DOMINGUEZ, 1969:460-461). Agrega Serra Domínguez
que «... la inexistencia de un acto opera por sí misma ineficacia. En todos los
ejemplos citados, al faltar incluso una simple apariencia de legitimidad del acto
procesal, no será precisa ni tan siquiera una denuncia de oficio o de parte de
tal inexistencia. Sin necesidad de declaración expresa en tal sentido, el acto,
aunque así se pretendiera, no producirá fuerza obligatoria alguna, ni en su
caso será susceptible de ejecución. El juez ante quien se formulara la pretensión
fundada en dicho acto deberá limitarse a prescindir de ella por absolutamente
irrelevante» (SERRA DOMINGUEZ, 1969: 461).
Morón Palomino anota que «para la doctrina científica (...), acto procesal
inexistente es aquel que adolece de un defecto de tal envergadura que impide
que el acto nazca como tal acto procesal...» (MORON PALOMINO, 1962:115).
Dicho autor añade que «para que un acto procesal se considere existente se
precisa que en él concurran las condiciones que constituyen su esencia»
(MORON PALOMINO, 1962:117). «La esencia se puede definir diciendo que
es aquello por lo que la cosa es lo que es y se distingue de las demás...» (MORON
PALOMINO, 1962: 117). La definición correcta -continúa Morón Palomino-
«... expone la esencia del acto; puesto que, en el orden intelectual, la esencia es
aquello que intentamos definir cuando declaramos lo que es la cosa definida.
Tomado un acto procesal cualquiera, si en él concurren el conjunto de notas
comprensivas de su definición in abstracto, ese acto procesal será existente, y
será inexistente en caso contrario» (MORON PALOMINO, 1962:118). Termina
el autor español diciendo que «... la regla propuesta, consistente en buscar la
esencia del acto procesal de que se trata, búsqueda que ha de realizarse cón la
56 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

indagación y examen de su definición, para luego ver si esa esencia concurre


o no en el acto cuestionado, es el único criterio de validez científica para tratar
el problema substantivo de la inexistencia procesal» (MORON PALOMINO,
1962:118).
Rocco sostiene que «... el acto inexistente, especialmente en el derecho
procesal, puede encontrar permanencia jurídica, ya que constituye un acto que,
por la falta de uno de los elementos necesarios e indispensables a la vida misma
de él, no puede concebirse siquiera como existente de hecho...» (ROCCO, 1976,
Volumen II: 286-287).
El indicado tratadista, al estudiar la inexistencia respecto de los actos
emanados de los órganos jurisdiccionales, señala que «es inexistente el acto
procesal de los órganos jurisdiccionales (...) cuando carezca incluso de aquel
mínimo de elementos que se requieren para que pueda existir como acto de
los órganos jurisdiccionales» (ROCCO, 1976, Volumen II: 287). Los casos de
inexistencia de los actos procesales de los órganos jurisdiccionales -prosigue
Rocco- «... no son numerosos, y sobre algunos tipos de ellos se podría discutir
mucho. Pero lo cierto es que debe aceptarse que hay algunos actos inexistentes,
como, por ejemplo, la sentencia que carece de firma (...). Este acto, en verdad,
no puede siquiera considerarse acto de los órganos jurisdiccionales, ya que, en
rigor estricto, carece de la que podríamos denominar la paternidad del acto. Ella
es un quid que no vive siquiera en el mundo material, ya que es un non esse, de
manera que contra ella no hay necesidad de desplegar acción alguna para
eliminarla, ni ninguna impugnación, siendo suficiente, para todo efecto,
declarar que el acto no existe» (ROCCO, 1976, Volumen II: 288).
Rocco, al examinar las condiciones de validez de los negocios jurídicos
procesales, asevera que:
«A fin de determinar el concepto de la inexistencia del negocio jurídico
procesal, hay que tener presente que después de todo, éste es un acto
procesal de parte. La inexistencia del negocio jurídico procesal tiene de
característico que debe deducirse no sólo basándose en los criterios de
los cuales se infiere la inexistencia de todo negocio jurídico, sino también
en virtud de los criterios que regulan la inexistencia de los actos procesales
de parte.
(...)
La inexistencia del negocio jurídico procesal puede darse cuando a éste
le faltan uno o más elementos necesarios, y no se le puede concebir ni
siquiera como existente de hecho (por ejemplo, será inexistente una
renuncia procesal a una obligación procesal, o bien una renuncia a los actos
de un juicio no constituido todavía, o bien no constituido por inexistencia
de la demanda judicial...).
La inexistencia puede darse también cuando el negocio jurídico, como
acto procesal, sea inexistente, por ejemplo, por falta absoluta de jurisdicción
Capítulo II: Clases de nulidad procesal 57

en el órgano al cual se dirige la declaración de voluntad, o por falta de


las cualidades del sujeto de la relación procesal (partes u órganos
jurisdiccionales), respecto a una relación procesal pendiente.
Los negocios jurídicos procesales inexistentes no producen efecto jurídico
alguno, ni aun siquiera el de obligar a los órganos jurisdiccionales a
declarar la inexistencia de ellos» (ROCCO, 1976, Volumen II: 308-309).
Sobre el tema en estudio, Couture nos ilustra de este modo:
«La inexistencia del acto procesal plantea un problema anterior a toda
consideración de validez de él.
Es, en cierto modo, el problema del ser o no ser del acto. No se refiere a la
eficacia, sino a su vida misma. No es posible a su respecto hablar de
desviación, ya que se trata de algo que ni siquiera ha tenido la aptitud para
estar en el camino. Una sentencia dictada por quien no es Juez, no es una
sentencia, sino una no sentencia (Nichturteil). No es un acto sino un simple
hecho.
El concepto de inexistencia se utiliza, pues, para denotar algo que carece
de aquellos elementos que son de la esencia y de la vida misma del acto;
un quid incapaz de todo efecto. A su respecto se puede hablar tan sólo
mediante proposiciones negativas, ya que el concepto de inexistencia es
una idea absolutamente convencional que significa la negación de lo que
puede constituir un objeto jurídico.
Cuando se trata de determinar los efectos del acto inexistente, se observa
que no sólo carece en absoluto de efectos, sino sobre él nada puede
construirse: quod non est confirmare nequit.
La fórmula que defina esta condición sería, pues, la de que el acto inexistente
(hecho) no puede ser convalidado, ni necesita ser invalidado.
No resulta necesario a su respecto un acto posterior que le prive de
validez, ni es posible que actos posteriores lo confirmen u homologuen,
dándole eficacia» (COUTURE, 1985: 377).
Acerca del acto inexistente Maurino expresa lo siguiente:
«Coincidimos con la doctrina que sostiene que el acto inexistente está
excluido del régimen de las nulidades procesales. No tiene categoría de
acto, sino que es 'un simple hecho'.
Pero estos hechos pueden darse en el proceso. ¿O acaso puede hablarse
de acto procesal en el supuesto de un escrito de demanda, al que le falte
la firma del letrado? No, indudablemente.
Pero, presentada al tribunal, genera una actividad del órgano jurisdiccional,
que por mínima que sea, y cualquiera que sea el modo en que se concrete,
deberá fulminar a ese 'no acto' con la sanción de ineficacia.
58 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

Es cierto que el simple hecho no requiere una declaración judicial que lo


invalide. Pero nadie puede decir que una situación jurídica de tal
naturaleza pueda mantenerse sin límite temporal de pronunciamiento.
Ello sería atentatorio contra los principios viscerales del proceso (v.gr.,
seguridad).
Esta preocupación ha inducido a algunos autores a sostener que la vía
de nulidad es apta para invalidarlo. Nosotros entendemos que la
declaración del acto inexistente, hay que situarla en una categoría distinta
de las nulidades procesales. Está sujeto a una declaración de hipernulidad
o nulidad radical. En los códigos de procedimientos, deben establecerse
los mecanismos de su procedencia, aunque puedan utilizarse los medios
impugnatorios aceptados para las nulidades del proceso» (MAURINO,
1990: 25).

2.1.2 Distinción entre inexistencia y nulidad

La inexistencia se distingue de la nulidad por lo siguiente:


a) La inexistencia no acarrea ninguna consecuencia de orden jurídico,
por lo que no precisa de declaración judicial; en tanto que la nulidad
no obsta los efectos jurídicos del acto procesal viciado, los cuales
permanecen vigentes hasta que aquélla sea declarada judicialmente.
Al respecto, Alsina indica que «... el concepto de acto 'nulo' difiere
del de acto 'inexistente' en que mientras éste no requiere un
pronunciamiento judicial para evitar sus efectos, en aquél es
necesario que se declare la nulidad para evitar que los produzca y
para hacer desaparecer los producidos. Una sentencia dictada por
quien no tiene potestad para juzgar no produce ningún efecto y si
se pretendiera ejecutarla bastaría oponer la excepción de 'cosa no
juzgada'; una sentencia que carezca de motivación sería nula, pero
subsiste mientras no se declare su nulidad y puede pasar en
autoridad de cosa juzgada si una vez notificada no se reclama en
tiempo. En derecho procesal este distingo es muy importante,
poique el litigante no puedé considerarse amparado por el solo
hecho de que el acto que le perjudica esté viciado de nulidad, desde
que ese acto Ocupa un lugar en el proceso y éste puede llegar hasta
la sentencia definitiva si no se reclama oportunamente» (ALSINA,
1958: 32-34).
Seria Domínguez señala que «... tanto la nulidad absoluta como la
inexistencia acantean la ineficacia jurídica de un acto determinado.
Pero mientras lá segunda ni siquiera piesenta una apariencia de
legitimidad y no requiere una declaíacióñ judicial que la declare,
la nulidad absoluta, Si bien intrínsecamente iñopeiahté, se presenta
con úna apariencia externa de legitimidad que hace necesaria la
Capítulo II: Clases de nulidad procesal 59

misión de una declaración judicial que la destruya» (SERRA


DOMINGUEZ, 1969: 461).
Posición similar adopta Monroy Cabra cuando dice que «... el acto
nulo no es el mismo inexistente, ya que éste no requiere un
pronunciamiento judicial para evitar sus efectos y, en cambio, en
el primer caso es necesario que se declare la nulidad para evitar
que el acto procesal produzca efectos y aun para hacer que los
producidos se extingan...» (MONROY CABRA, 1979: 401).
b) La inexistencia no puede ser convalidada o subsanada (aunque
cierto sector de la doctrina se incline por su «conversión», sobre
todo cuando el acto inexistente es integrado por otro que sí reúne
las condiciones mínimas para su consideración jurídica); mientras
que la nulidad sí puede ser susceptible de convalidación o
subsanación.
En cuanto a esto, Devis Echandía manifiesta que «... la separación
del acto nulo y el inexistente no es fácil, especialmente frente a las
nulidades absolutas insaneables. Sin embargo, estos actos nulos
insaneables pueden llegar a producir efectos jurídicos, cuando ya no
procede su impugnación, ni hay oportunidad de declarar su
nulidad, y en derecho procesal tenemos el caso de la falta de
jurisdicción o de trámite equivocado o de haberse revivido un
proceso concluido, cuando no es alegada ni declarada dentro del
proceso. En cambio, el acto inexistente no se convalida por falta de
impugnación...» (DEVIS ECHANDIA, 1985, Tomo II: 676).
Piga, en contraposición a la doctrina procesal mayoritaria, opina
que «... la distinción entre nulidad e inexistencia es infundada, ya
que el principio de la cosa juzgada sana todos los vicios, lo cual (...)
obsta a la admisión de dicha distinción» (PIGA; citado por MORON
PALOMINO, 1962:115).
c) La inexistencia puede ser alegada por la persona a la que se le
imputa el vicio; la nulidad, únicamente por quien no propició el
vicio.
d) Si se trata de algún acto introductorio del proceso (como la demanda
o la resolución admisoria de ésta), la inexistencia de aquél no genera
un estado de litispendencia; la nulidad del acto en cuestión, sí
origina dicho estado (el mismo que existe aunque el elemento sobre
el que reposa se encuentre viciado).
En relación a las diferencias entre inexistencia y nulidad, Luis Rodríguez
expone lo siguiente:
«La inexistencia puede ser declarada de oficio en todos los casos, no es
susceptible de convalidación expresa ni presunta, no precluye ni prescribe.
60 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

La cosa juzgada no obsta su planteamiento.


Las nulidades procesales, en cambio, son relativas, confirmables, sujetas
a la preclusión y a la cosa juzgada. Es que si bien el acto nulo no produce
efectos jurídicos procesales, por la irregularidad que contiene, en ciertas
condiciones podría producirlos.
Una cosa es la inobservancia de las formas y otra muy distinta la
inexistencia de ellas; la primera puede ser subsanable, la segunda no; y
ello es así porque, lógicamente, no podría concebirse un acto jurídico
procesal sin forma.
Se ha dicho que la inexistencia es un concepto jurídico y que no se la
puede confundir con la inexistencia material. Por ejemplo, un contrato
cuya oferta no ha sido aceptada o el acto sujeto a condición suspensiva
que no se cumple (...). No creemos posible escindir la inexistencia material,
o de facto, de la jurídica, ya que en el supuesto de contrato no aceptado
nos encontramos en igual situación que la del matrimonio en que los
cónyuges no prestaron su consentimiento o lo hicieron ante quien no es
oficial público. En cuanto al acto sujeto a condición, nadie duda de que
es un acto perfecto dentro del campo obligacional. En el proceso no es
posible, atento lo peculiar de la relación, separar inexistencia material de
inexistencia jurídica. Un escrito no firmado por las partes es la nada en
el hecho y jurídicamente» (RODRIGUEZ, 1987: 48).
Luis Rodríguez cita la siguiente jurisprudencia argentina que distingue
claramente entre nulidad e inexistencia: «... Mientras la nulidad plantea un
problema de incompatibilidad o incoherencia, o sea, una cuestión de validez
o eficacia, la inexistencia apunta a la realidad misma del acto desde el punto
de vista jurídico. El acto no tiene virtualidad alguna» (RODRIGUEZ, 1987: 68).
Satta afirma que «... la distinción es fruto de un notorio equívoco, en
cuanto la validez del acto está siempre en función de su conformidad con la
hipótesis legal, y por lo tanto cualquier diversidad hace al acto inexistente o
nulo como quiera decirse, sin posibilidad de distinguir entre diversidades
grandes o pequeñas. Fuera de la hipótesis legal no hay acto, casi en sentido
naturalístico, al que se pueda atribuir una existencia o que tenga sus condiciones
de existencia» (SATTA, 1971, Volumen I: 236-237).
Enrique Falcón, distinguiendo entre nulidad y acto inexistente, asevera
que «... la nulidad importa la existencia de un acto viciado, que a consecuencia
de ese vicio ha perdido sus efectos. La forma requerida por la ley y omitida en
el acto ha sido considerada esencial, aunque no solemne. Sin embargo, un acto
puede considerarse inexistente si le faltan los elementos constitutivos del
mismo. La inexistencia excede el carácter de la nulidad...» (FALCON, 1978:
136).
Capítulo II : Clases de nulidad procesal 61

Para Giovanni Leone, la diferencia capital entre las figuras jurídicas


examinadas en este punto es que «... la inexistencia atañe al ser de la relación
procesal, a su esencia, en tanto que la nulidad se vincula al concepto de la
relación procesal válida» (LEONE; citado por RODRIGUEZ, 1987: 44).
Por su parte, Payá expresa que «... en realidad, la diferencia no está entre
actos nulos e inexistentes, sino entre juicios nulos y juicios inexistentes...»
(PAYA, 1984: 97). «... No hay en lo procesal inexistencia de actos sino de
proceso...» (PAYA, 1984: 99). Aquellos hechos que la teoría llama actos
inexistentes -continúa Payá- «... obligan, no obstante, al juez a tomar una
decisión, pues de lo contrario se edificaría un proceso o se definiría el mismo
sin sustento alguno» (PAYA, 1984: 99). Dicho autor ejemplifica lo expuesto
señalando que «todo un proceso tramitado legalmente, pero en el que el juez
no hubiera firmado la sentencia (...), traería como consecuencia que se tratara
de un proceso no integrado en su desenlace, obligando a completarlo dictando
una decisión en forma, puesto que la sentencia no firmada sería un hecho y no
revestiría la calidad de un acto» (PAYA, 1984: 99).
El singular punto de vista de Payá es asumido también por Lascano en
estos términos:
«Para que exista juicio, se necesita que haya partes interesadas que
litiguen y un órgano jurisdiccional encargado de atender el litigio. Bien,
si una persona invoca el carácter de representante de otra sin serlo, o si
notifica la demanda a una persona distinta de la del demandado en virtud
de atribuirle arbitrariamente la calidad de apoderado de éste, el juicio no
existe para los supuestos representantes. Estos no necesitan alegar la
nulidad en el juicio en que no han intervenido por sí ni por interpósita
persona. Contra ellos, por lo tanto, no se puede hacer valer la cosa juzgada
ni invocarse la litis-pendencia. De la misma manera, es inexistente un
juicio seguido ante un particular no investido de jurisdicción alguna, ante
un funcionario administrativo o ante un juez incompetente ratione
materie. Las partes no pueden considerarse obligadas a cumplir la
sentencia dictada por el falso juez.
El juicio nulo, en cambio, produce una relación jurídica procesal; el juez
está obligado a proveer, y las partes pueden ser compelidas a cumplir
los mandatos judiciales mientras no sea declarada la nulidad» (LASCANO;
citado por PAYA, 1984: 98).

3. NULIDAD PROCESAL RELATIVA O ANULABILIDAD

Alsina hace notar que «... es inexacto vincular el concepto de nulidad


absoluta al de orden público y el de nulidad relativa al de interés privado para
fijar un criterio de distinción, porque no siempre de una disposición considerada
de orden público deriva una nulidad absoluta...» (ALSINA, 1956, Tomo I: 645).
62 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

De la Colina expresa al respecto que «... se ha generalizado la división


de las nulidades en absolutas y relativas según que violen una disposición de
orden público o simplemente de interés privado, pero que hasta ahora nadie
ha logrado dar un concepto de orden público, por lo que su apreciación queda
librada al arbitrio de los jueces, y que, por otra parte, todas las nulidades de
procedimiento pueden confirmarse» (DE LA COLINA; citado por ALSINA,
1956, Tomo I: 637).
Sobre el particular, Enrique Amaya señala que:
«Se dice que son (las nulidades relativas) aquellas que afectan solamente
al orden privado y que son susceptibles de confirmación.
Sin embargo nosotros no aceptamos que sólo afecten al interés privado,
pues hemos sostenido que las leyes de procedimiento son de orden
público.
Lo que ocurre es que, es FACULTATIVO del orden privado hacer declarar
o no la nulidad, consintiendo expresa o tácitamente el trámite o pidiendo
la declaración de nulidad. Tal es por ejemplo la citación a juicio, nula,
cuando el domicilio donde se ha practicado la citación no es de la persona
citada. Esta nulidad queda subsanada por el comparendo del citado, ya
se haya enterado directa o indirectamente de la citación...» (AMAYA,
1947: 30-31).
La nulidad procesal relativa (llamada también accidental o secundaria o
anulabilidad) se configura cuando las irregularidades que recaen en el acto
cuestionado no tienen trascendencia, es decir, no vulneran formalidades
esenciales del proceso, por lo que el referido acto mantiene su vigencia si no
se declara judicialmente su invalidez. La nulidad procesal relativa puede ser
objeto de subsanación y convalidación, especialmente en aquellos casos en que
los vicios que afectan al proceso no son reclamados oportunamente por el
interesado. Una situación de nulidad relativa sería la representación defectuosa
del demandante, la misma que puede ser subsanada posteriormente (adjuntándose
el poder correspondiente).
Suele decirse que las nulidades en general son de carácter relativo, esto
es, se admite su subsanación. Sin embargo, existen casos en que esta última no
es posible (por lo que estaremos ante nulidades procesales absolutas), como,
por ejemplo, cuando:
a) La nulidad absoluta se encuentra legislada de manera expresa.
b) La nulidad absoluta está prevista implícitamente en el ordenamiento
jurídico, lo que se da, especialmente (no siempre), si se trata de normas:
De orden público.
Imperativas (como las que prevén requisitos o formalidades
esenciales).
Capítulo II: Clases de nulidad procesal 63

En ese sentido se pronuncia Luis Rodríguez al sostener que «... las


nulidades procesales, por la inacción de quien tiene la carga de la impugnación,
pueden convalidarse, ergo, son relativas. Este principio es el de la preclusión»
(RODRIGUEZ, 1987: 32). Cada etapa del proceso -prosigue Luis Rodríguez-
«... tiene un tiempo para ser cumplida y se realizan en forma sucesiva. Vencido
el plazo, dicha etapa queda cerrada, bloqueada, y no puede volverse sobre sus
pasos. Este principio puede ser rígido o elástico -cuando las etapas no tienen
plazo- y si son rígidos van anexos a la acumulación de defensas (principio de
eventualidad), vale decir que la parte, para no perder sus facultades procesales,
opone todas las defensas en un mismo acto...» (RODRIGUEZ, 1987: 33).
Concluye dicho autor afirmando que «este principio, absolutamente desconocido
en el derecho civil, relativiza cualquier pedido de nulidad...» (RODRIGUEZ,
1987: 33).
Enrique Falcón coincide con lo expuesto cuando señala que «... las
nulidades procesales son todas relativas independientemente que el acto sea
nulo o anulable. Y esto sucede porque la nulidad por la nulidad misma carece
de sentido, y no tiene objeto en el campo procesal, si no se desprotegen los
derechos de defensa de las partes, ni se altera el contradictorio» (FALCON,
1978:136).
En lo que toca a la relatividad de las nulidades procesales, Morello nos
informa lo siguiente:
«Pese al tiempo transcurrido y ser premisas inconmovibles, al filo de los
años 67-70, primero que toda nulidad es relativa y segundo que importaba
más la existencia de actos firmes que la de actos válidos o en sí sin vicios,
montándose sobre estos dos comodines se fue organizando un reiterado
asedio a la sentencia que, en verdad, no llegaba a tal por aquellas causas
o similares. Toda nulidad, en principio, en el proceso, es relativa. No hay
nulidad de orden público; no interesa tampoco al proceso y al Servicio
de la Justicia que existan nulidades absolutas, irrecuperables, que no
fueran purgables o saneables, porque esto compromete un valor que
apriorísticamente se entendía como dominante: llegar cuanto antes a la
sentencia final, aun con los baches y tramos apuntados. Porque la
inseguridad se cubría real o aparentemente con la firmeza preelusiva y,
entonces así, sin escrúpulos de conciencia, podríamos arribar al momento
cúspide, al cénit de la composición del proceso que es la sentencia de
mérito. Ahora bien, desde el '70 en adelante las cosas no son tan simples
y una valoración distinta y una vigencia diferente desplaza el eje de la
estructura al correrse al meridiano de la justicia. Fundamentalmente
quisiera recalcar, como una de las preocupaciones mayores, como una
de las notas más salientes para ser repensadas, esto tan significativo: se
recomienza a elaborar, a recrear el sentido y el principio de la defensa en
juicio. Ya no es tan lineal, ni tan racionalista; menos, predominantemente
formalista. Ni los abogados ni los jueces quedábamos conformes con sólo atender
64 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los A ctos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

al valor seguridad. Las presiones de los justiciables, las defensas y oposiciones,


bien o mal encolumnadas en el edificio judicial, lo fueron conmoviendo
y acabaron por darle otra entonación al constituir basamento de la defensa
en juicio...» (MORELLO, 1980:157-158).
A continuación veremos los diferentes conceptos que sobre la nulidad
relativa o anulabilidad esboza la doctrina procesal.
Véscovi define a la nulidad procesal relativa como «... la que se refiere a
los requisitos accesorios, por lo cual no impide la formación del acto, sino que
éste nace, inclusive válido, pese al defecto...» (VESCOVI, 1999: 260). Esta
nulidad -continúa Véscovi- «... necesita ser declarada, pues el acto subsiste
hasta ese momento; la sentencia que la declara es constitutiva, lo que la hace,
con referencia a la nulidad absoluta, declarativa: el juez sólo comprueba la
nulidad; aquélla la 'crea7. Y la nulidad relativa puede ser pedida únicamente
por la parte...» (VESCOVI, 1999: 260).
Liebman concibe como relativas «... las nulidades que pueden pronunciarse
solamente a instancia de parte interesada; son por eso nulidades esencialmente
sanables, porque la falta de relieve de la nulidad convalida el acto viciado;
cuando un determinado requisito es establecido en interés de una parte, la ley
considera que la aquiescencia de ésta valga como síntoma suficiente para
comprobar que la falta de aquel requisito no ha lesionado en modo apreciable
su legítimo interés y dispone por eso que el acto mismo conserve su validez,
como si hubiera sido perfecto» (LIEBMAN, 1980:197).
Lascano califica a las nulidades accidentales o secundarias como «... las
derivadas de la transgresión de formas secundarias que no hacen a la esencia
del acto» (LASCANO; citado por MAURINO, 1990: 22).
Rodríguez Espejo se ha formado la siguiente idea de la invalidez relativa
o anulabilidad: «... Imperfección de los actos procesales que origina una privación de
los efectos normales de los mismos de tal naturaleza que sólo puede ser puesto de
manifiesto por determinados sujetos y en ciertas circunstancias de tiempo y forma»
(RODRIGUEZ ESPEJO, 1976: 678).
Jaime Guasp cataloga a la nulidad relativa o anulabilidad como aquella
que se da «... cuando el acto procesal incurre en un vicio que, por ser menos
grave que el que engendra la nulidad absoluta, necesita de una especial
actividad dirigida a provocar la ineficacia correspondiente; actividad que la
ley sólo reconoce a ciertos sujetos, en determinados tiempos y con sujeción a
formas particulares» (GUASP, 1998, Tomo I: 273-274).
Prieto-Castro y Ferrándiz entiende que son actos anulables «... todos
aquellos para los que la ley señala determinados requisitos formales, pero sin
indicar las consecuencias de su inobservancia» (PRIETO-CASTRO Y FERRANDIZ,
1980, Volumen 1:124).
Capítulo II: Clases de nulidad procesal 65

Según Traslosheros Peralta, «... anulabilidad es la posibilidad de dejar


sin efecto un acto jurídico y consiste en que, no obstante que se ha hecho con
violación de las normas que lo rigen, el acto debe considerarse válido y eficaz,
mientras no recaiga sobre él resolución ejecutoria que declare su nulidad;
además los actos anulables pueden ser convalidados por quien esté legitimado
para hacerlo, por lo que el acto anulable coincide con el afectado de nulidad
relativa, pues en la teoría clásica francesa la nulidad absoluta, como la
inexistencia, equivalían a la nada jurídica y operaban de pleno derecho,
entendiéndose por nulidad de pleno derecho, aquella que operaba por
ministerio de la ley y por tanto, no requiere necesariamente, de ser solicitada
o declarada a petición de parte...» (TRASLOSHEROS PERALTA, 1988: 310).
Para Juan Carlos Mendoza, «habrá nulidad accidental o secundaria
cuando se haya atacado una forma impositiva pero dada en exclusivo interés
de las partes y cuya observancia puede ser relevada por ellos. En cuyo caso
únicamente al afectado corresponderá pedirla y el juez la decretará, o no, según
el acto de que se trata haya sido idóneo, o no, para cumplir su finalidad, aunque
no se hubiese ajustado a lo dispuesto por la ley. Este es el caso típico en que
juega en toda su amplitud el principio finalista y en que, por consiguiente, para
obtener la nulidad, debe demostrarse la existencia de un perjuicio. Exigencia
que no se da en el caso de indefensión, cuya sola existencia está admitido que
es suficiente para solicitar y obtener la nulidad» (MENDOZA, 1966:162).
Miguel y Romero considera que la anulabilidad «... hace referencia a las
infracciones procesales que se convalidan cuando no son impugnadas» (MIGUEL
Y ROMERO; citado por MORON PALOMINO, 1962: 65).
Enrique Amaya denomina nulidad relativa a «... la surgida por los actos
viciados cuya invalidez puede desaparecer por la determinación tácita o expresa
de las partes» (AMAYA, 1947: 30).
En lo concerniente a los actos relativamente nulos, manifiesta Couture
lo siguiente:
«El acto viciado de nulidad relativa puede adquirir eficacia.
En él existe un vicio de apartamiento de las formas dadas para la
realización del acto; pero el error no es grave sino leve. Sólo cuando haya
derivado en efectivo perjuicio, podrá ser conveniente su invalidación.
Pero si no lo trajera aparejado, o si trayéndolo, la parte perjudicada cree
más conveniente a sus intereses no acudir a la impugnación, el acto nulo
puede subsanarse. El consentimiento purifica el error y opera la
homologación o convalidación del acto. Sus efectos subsisten hasta el día
de la invalidación; y si ésta no se produjera, la ratificación da firmeza
definitiva a esos efectos.
La fórmula sería la de que el acto relativamente nulo admite ser invalidado
y puede ser convalidado» (COUTURE, 1985: 379).
66 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

Alzamora Valdez señala que «el acto viciado de nulidad relativa, adolece
de un defecto leve, que no compromete su existencia» (ALZAMORA VALDEZ,
s/a: 318). «Tal vicio, proveniente de un descuido o error en la mayoría de los
casos, sólo puede ser alegado por las partes o por las personas a quienes la ley
reconozca tal derecho» (ALZAMORA VALDEZ, s/a: 318). «El acto anulable
deja de producir efectos sólo a partir del día en que la declaración respectiva
quede ejecutoriada...» (ALZAMORA VALDEZ, s/a: 318).
A decir de Serra Domínguez, «... una categoría sumamente interesante
de actos ineficaces lo constituyen los supuestos de nulidad relativa, intermedios
entre los de nulidad absoluta y los de anulabilidad...» (SERRA DOMINGUEZ,
1969: 464). La nulidad relativa -prosigue el jurista español- «... se distingue de
la nulidad absoluta en que puede ser objeto de subsanación; y se distingue de
la anulabilidad en que no necesita ser puesta de relieve por la parte. Mientras
la nulidad relativa sólo puede ser compensada mediante una conducta positiva,
siendo inoperante la conducta meramente negativa, la anulabilidad es
compensada tanto mediante acciones como mediante omisiones. Por tal motivo
podemos considerar la nulidad relativa como una subespecie de la nulidad
absoluta, que puede ser desvirtuada en virtud de actos concretos» (SERRA
DOMINGUEZ, 1969: 464). Serra Domínguez concluye que «... la anulabilidad
de los actos procesales se produce cuando un determinado acto que, pese a
faltarle alguna circunstancia no esencial, desde un principio ha tenido eficacia
bastante para producir sus efectos, puede ser desprovisto de sus efectos
normales a petición de parte» (SERRA DOMINGUEZ, 1969: 465).
Sobre el particular, Gozaíni expresa lo siguiente:
«El vicio que afecta estos actos es de poca entidad. No trascienden del
fuero interno de requerimiento que las formas imponen.
Son eficaces pese a su irregularidad, y sólo caen si producen daños o
perjuicios a otro, y siempre que éste deduzca la invalidación consecuente
(anulabilidad).
Son relativamente nulos porque dependen de la convalidación que al
respecto suceda; hasta tanto, ellos son válidos.
Un acto enquistado con un vicio leve, tiene utilidad y eficacia, y produce
las consecuencias previstas si la parte perjudicada no promueve la
anulación» (GOZAINI, 1992, Tomo I, Volumen 2: 845-846).
El citado autor argentino agrega que «... la amdabilidad supone la
pretensión promovida por el afectado para invalidar el acto procesal que lo
perjudica» (GOZAINI, 1992, Tomo I, Volumen 2: 846-847). «La anulabilidad,
desde este miraje, se constituye en una consecuencia del obrar de parte
interesada destinada a destruir los efectos jurídicos que obtuvo un acto viciado»
(GOZAINI, 1992, Tomo I, Volumen 2: 847).
Capítulo II: Clases de nulidad procesal 67

Acerca del acto anulable, Devis Echandía refiere que:


«... El acto anulable (...) inicialmente produce todos sus efectos jurídicos, pero
si luego se cumple un hecho previsto por la ley, esos efectos desaparecen.
Por consiguiente, no es lo mismo acto anulable que acto nulo pero
saneable; en realidad, constituyen dos formas antagónicas de actos
viciados. El primero está sujeto a una condición resolutoria, en forma
que si no se cumple, se le considera válido siempre, desde su ejecución,
y por eso el juez no puede declarar el vicio sino hasta cuando en ese
evento aparezca la petición del interesado para que se declare su nulidad;
el acto nulo saneable está sujeto a una condición suspensiva y como es
nulo mientras no se cumpla esa condición (saneamiento o convalidación),
la nulidad existe aun cuando el juez no pueda declararla de oficio. La
anulabilidad tampoco puede ser declarada de oficio, pero esta sola
circunstancia no la identifica con la nulidad, aunque se presenta también
en la nulidad relativa.
Ejemplos de anulabilidad son: cuando la ley procesal dice que para que
se produzca la nulidad de lo actuado por falta de notificación o emplazamiento
a una parte o por indebida representación, o por enfermedad grave del
apoderado o de la parte que litigue personalmente, se necesita que esa
misma parte la reclame en su oportunidad, o de lo contrario se produce
su saneamiento si habiendo concurrido y tenido oportunidad para
alegarla, no lo hizo.
(...) Si la persona mal representada o no citada ha comparecido al proceso,
el vicio será de simple anulabilidad porque el juez ya no puede declararla
de oficio; pero mientras no haya comparecido aquélla se tratará de
nulidad saneable y el juez debe poner en conocimiento de ella el vicio, y
sólo cuando no lo sanea en tiempo debe declararla de oficio» (DEVIS
ECHANDIA, 1985, Tomo II: 674-675).

4. NULIDADES PROCESALES EXPRESAS O CONMINADAS E IMPLICITAS


O VIRTUALES
«... En materia de nulidades ninguna ley puede ser casuista, y menos aún
la procesal en la que el formulismo, consagrado como principio, constituye o
pretende constituir garantía de los litigantes. Es evidente que cuando el
legislador sánciona con la nulidad determinados actos del proceso tiende a
evitar un perjuicio, una lesión y, las más de las veces, la indefensión de la parte.
Fas de nullité sans grief, dicen los franceses. Claro es que el perjuicio, en el
derecho procesal, no puede tener el alcance que en derecho civil, pues, en
términos generales, si las formas se otorgan y establecen precisamente en
garantía de los que litigan, la infracción del ordenamiento procesal ocasionará,
las más de las veces, lesión o perjuicio a la parte, en tanto que sólo en contadas
ocasiones la infracción de hormas formales de derecho privado producirá la
misma consecuencia» (MORON PALOMINO, 1962: 89).
68 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los A ctos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

«Pero las formas y, en general, los preceptos que regulan el proceso son
numerosos: luego numerosas tendrían que ser las ocasiones en que el legislador,
si quisiera ser exhaustivo, habría de establecer la nulidad. Y como difícilmente
cabe contemplar cuantas transgresiones procesales sean imaginables, para,
seguidamente, discriminar las capaces de producir lesión, perjuicio o indefensión,
es natural que se decrete expresamente la nulidad sólo en los casos más salientes;
por lo que, en general, puede decirse que, salvo prohibición expresa, a más de
las nulidades declaradas existen las nulidades virtuales...» (MORON PALOMINO,
1962: 89).
Como bien dice Juan Carlos Mendoza,«... hay circunstancias en las cuales
el legislador estima conveniente fulminar expresamente de nulidad una
transgresión procesal, cualquiera sea el interés que tenga por objeto proteger.
Entonces previene que si el acto o procedimiento no se ejecuta conforme a lo
mandado por él, carecerá de validez. A este tipo de sanción se le da el nombre
de nulidad expresamente conminada...» (MENDOZA, 1966:163).
Las nulidades procesales expresas o conminadas son, pues, aquellas que
están previstas legalmente de un modo claro y específico, vale decir, que se
encuentran contempladas expresa o explícitamente en el ordenamiento jurídico
y no precisan de interpretación alguna.
Las nulidades procesales implícitas o virtuales son aquellas que están
sobreentendidas como sanción a la inobservancia de normas imperativas o de
orden público. Al no encontrarse literalmente descritas, es necesaria la
correspondiente interpretación del texto de la ley a efecto de su determinación.
Así lo deja entrever Juan Carlos Mendoza al sostener que «... las nulidades
virtuales son (...) las que pueden considerarse implícitas en las normas
impositivas que disciplinan el proceso y podrán ser pedidas por las partes o
declaradas de oficio por el juez, según la gradación en que se encuentre la
norma afectada...» (MENDOZA, 1966:164).
Por su parte, Véscovi anota que «la doctrina, no sin discrepancias, ha
creado la categoría de las llamadas nulidades implícitas, que contradice al
principio (de especificidad o legalidad) puesto que admite que, al menos en
ciertos casos, existen nulidades que no están previstas en la ley expresamente,
pero que resultan de principios contenidos en el texto (aunque no explicitados).
Así sucede cuando se 'violan las garantías fundamentales del proceso' o 'el
derecho de defensa y de la debida contradicción o audiencia bilateral', lo que
también se ha llamado caso de indefensión» (VESCOVI, 1999: 264).
«... La distinción entre nulidades expresas o implícitas, a los efectos de
su declaración, tiene un valor relativo, porque lo que cuenta es el contenido de
la forma. Es así que aun en los casos en que la nulidad esté expresamente
prevista, su declaración no tiene objeto, si no obstante el defecto que el acto
contenga el fin propuesto ha sido logrado (...). Recíprocamente, aun cuando
no exista un texto expreso, la declaración de nulidad es procedente si por la
Capítulo II: Clases de nulidad procesal 69

omisión de una formalidad establecida por la ley o presupuesta para la validez


del acto, se ha violado el derecho de defensa en juicio o se ha ocasionado un
perjuicio al derecho de las partes...» (ALSINA, 1956, Tomo I: 651).
Sobre las nulidades expresas e implícitas, Maurino explica lo siguiente:
«... Dado el carácter extremo de la declaración de nulidad, la causa
determinante de ella debe estar establecida por la ley (principio de
especificidad o legalidad).
Pero este sistema no se puede dar en forma pura, ya que el legislador no
puede prever en forma detallada y minuciosa las variantes y matices que
en la realidad asumen las irregularidades del acto procesal, que son
causas de nulidad.
La solución no estará tampoco en el sistema de dejar librada al arbitrio
del juez la apreciación de ellas.
De ahí que doctrina y jurisprudencia coincidan en que la enumeración
que el legislador hace de las nulidades procesales no es taxativa, y que el
sistema de legalidad debe ser atenuado, criterio que por otra parte es recogido
por los modernos códigos de procedimientos.
Surgen así, junto a las nulidades expresas, las llamadas nulidades implícitas.
Son las que, no estando prescriptas específicamente por la ley con sanción
de nulidad, deben declararse, debido a la vigencia de pautas atenuadoras
del principio de legalidad, que incluso lo complementan y lo integran.
Estos criterios moderadores son:
a) Disposición prohibitiva asimilada a la nulidad expresa. Equipara a las
nulidades expresas las originadas en disposiciones imperativas,
(v.gr., normas legales que contienen expresiones como 'no será
permitido', 'es inadmisible', etcétera).
b) Omisión de elementos sustanciales (principio de sustancialidad). A falta
de sanción legal, el magistrado puede declarar la nulidad cuando
se omiten los elementos sustanciales en la ejecución del acto.
c) Finalidad del acto. Principio básico que han aceptado las legislaciones
modernas y que ha tenido amplia acogida, subsumiendo el enunciado
anteriormente.
... Este principio tiene una doble formulación:
1) No basta la sanción legal específica para declarar la nulidad de
un acto, si éste, no obstante su defectuosidad, ha logrado el
objetivo a que estaba destinado (función atenuadora e integradora).
2) No habiendo sanción legal específica, puede declararse la nulidad
cuando el acto no ha cumplido su propósito (función
autónoma)» (MAURINO, 1990: 26-27).
70 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

En lo concerniente a las nulidades expresas e implícitas, Devis Echandía


nos ilustra de esta manera:
«... Si bien es indispensable limitar la nulidad a los vicios esenciales,
cuando el legislador no los contempla taxativamente debe aceptarse que
los casos señalados en la ley no son los únicos y que el remedio debe ser
igual cuando se incurra en otros vicios de similar importancia,
principalmente cuando se desconozcan los principios del derecho de
defensa y de la debida contradicción o audiencia bilateral.
Cuando los Códigos de Procedimiento no contienen norma que excluya
las nulidades implícitas y las que enumera son deficientes, es necesario
elaborar la doctrina de las nulidades de origen constitucional por violación
de la Carta (...).
Pero es mejor que en los Códigos de Procedimiento se haga una
enumeración completa, que incluya los casos de nulidades por violación
de normas constitucionales, y se le dé a aquélla carácter taxativo, para
evitar el abuso que prolongue demasiado los procesos» (DEVIS
ECHANDIA, 1985, Tomo II: 671-672).

5. NULIDADES PROCESALES DE FONDO Y DE FORMA

Couture trata lo relativo a la clasificación de las nulidades procesales de


fondo y de forma de este modo:
«La primera cuestión a abordar es la de que, frecuentemente, la materia
de nulidad procesal no está señalada en los códigos desde un punto de
vista estrictamente formal, sino que la propia legislación la considera
también en un sentido sustancial.
Nuestro Código da a la nulidad un doble contenido: por un lado, habla
de nulidad de las sentencias pronunciadas con infracción a la ley; y por
otro, de nulidad de las sentencias pronunciadas con violación de las
formas y solemnidad que prescriben las leyes para la ritualidad de los
juicios.
Este doble contenido (...) crea la constante interferencia (...) entre la forma
y el contenido de los actos.
Pero cuando se trata de analizar esta circunstancia, y de determinar en
qué puede consistir Ta nulidad por infracción a la ley', se advierte que
no es otra cosa que el agravio. El juez que dicta sentencia aplicando una
ley derogada, o no aplicando la ley qué rige el caso concreto, o falseando
en su interpretación la letra o el espíritu de ella, no dicta una sentencia
nula en su forma, sino errónea en su fondo. Es una sentencia injusta que
causa agravio, y que se corrige mediante el recurso de apelación.
Capítulo II: Clases de nulidad procesal 71

( ...)

Este principio trae las consecuencias que a continuación se anotan.


Debe ser distinta la conducta procesal cuando la nulidad recae sobre la
forma y cuando recae sobre el fondo. Si el superior a quien se ha llamado
a conocer para entender en el recurso de nulidad advierte que la infracción
es a la ley de forma, entonces debe realizar lo que se llama tradicionalmente
renvor. mandar devolver los autos al inferior para que éste se pronuncie
con arreglo a derecho. Se tiene por no hecho todo lo nulo y se coloca el
juicio en el punto en que estaba en el momento en que se consumó la
nulidad. Es ésta una consecuencia necesaria de la nulidad por vicio de
forma, ya que rige también en derecho procesal el principio de la teoría
general de que la nulidad de un acto entraña la invalidación de todos los
posteriores que dependen de aquél.
En cambio, si la nulidad fuera en cuanto al fondo, entonces, como el vicio
no radica en el procedimiento sino en la sentencia misma, el juez de la
nulidad asume los poderes de juez de apelación y dicta sentencia 'como
lo juzgue de ley y de justicia» (COUTURE, 1985: 387-388).
En relación al tema, Rodríguez Espejo subraya que «... hay imperfecciones
que producen la ineficacia del fondo de la actuación. Ejemplo, impertinencia de una
prueba, mientras otras ocasionan la privación de sus efectos normales dejando
absolutamente imprejuzgado el fondo; ejemplo, proposición de prueba no hecha
en forma. La distinción posee gran trascendencia, pues en tanto la invalidez
de fondo da lugar a la definitiva anulación del acto imperfecto y la petición o
decisión contenida en el mismo no puede repetirse sin remover antes, mediante
el cauce procesal de las impugnaciones, la resolución invalidadora, la
anulabilidad que no lesiona el fondo permite el replanteamiento del acto nulo,
siempre que lo autorice el juego de la preclusión» (RODRIGUEZ ESPEJO, 1976:
686).

6. NULIDADES PROCESALES SANEABLES E INSANEABLES

Las nulidades procesales saneables son aquellas que pueden ser subsanadas
o convalidadas, ya sea expresa o tácitamente. Las nulidades procesales
insaneables son aquellas no susceptibles de subsanación o convalidación.
«Importante es la clasificación de las nulidades en saneables e insaneables,
según que pueda convalidarse o ratificarse la actuación, por la simple
manifestación de las partes o su silencio, o que, por el contrario, ese remedio
resulte improcedente» (DEVIS ECHANDIA, 1985, Tomo II: 672).
«... La economía procesal aconseja extender el saneamiento de la nulidad
a la mayor cantidad de casos, y, por lo tanto, salvo disposición legal en contrario,
debe considerarse como la regla general. Es decir, las nulidades procesales
deben ser saneables mientras la ley no disponga lo contrario. Pero son
72 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los A ctos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

insaneables la falta de jurisdicción, el proceder contra providencia ejecutoriada


del superior o revivir procesos legalmente concluidos, o pretermitir integralmente
la instancia, o el seguir un procedimiento distinto del que legalmente corresponda
y la incompetencia funcional...» (DEVIS ECHANDIA, 1985, Tomo II: 672-673).

7. NULIDADES PROCESALES TOTALES Y PARCIALES

La nulidad procesal total es aquella que implica la invalidez de todo el


proceso. La nulidad procesal parcial, en cambio, presupone la invalidación de
algún o algunos actos procesales y no de todo el proceso, o, igualmente, la
afectación no de la integridad de un acto procesal sino sólo de parte de él. Con
esto último coincide prácticamente Redenti cuando afirma que «... la nulidad
puede ser también parcial, respecto de una parte del acto o respecto de una
parte de los posibles efectos del acto entero (utile per inutile non vitiatur [no se
vicia lo útil por lo inútil])...» (REDENTI, 1957, Tomo I: 220-221).
Devis Echandía dice de las nulidades procesales totales y parciales que
«las primeras afectan la totalidad del proceso, y las segundas sólo una parte
del mismo o un determinado acto. Ejemplos de aquéllas son la falta de
competencia o de jurisdicción, la incapacidad o la indebida representación de
las partes; de las segundas, la falta de notificación a los herederos del litigante
que muere, o de formalidades del remate, o la falta de apertura a pruebas o de
traslados para alegar en cualquier proceso» (DEVIS ECHANDIA, 1985, Tomo
II: 673-674).
Sobre las mencionadas clases de nulidades procesales, Juan Carlos
Mendoza manifiesta que «... todos los requisitos de validez de un acto pueden
estar viciados, o pueden estarlo solamente algunos de ellos. En el primer caso
se habla de nulidad total y en el segundo de nulidad parcial. Consecuentemente
se producirá la pérdida de todos o de parte de los efectos que el acto normalmente
tendería a producir...» (MENDOZA, 1966:165). Dicho autor agrega que «... la
nulidad total o parcial puede referirse a los elementos que constituyen un acto
individual del proceso, a un conjunto de actos procesales y aun a todo el
proceso. Según el caso se mantendrán válidas las partes no viciadas de un
procedimiento o el proceso mismo, si es posible suplir la deficiencia. Para
establecer estas consecuencias, deberá tenerse en cuenta la relación en que se
encuentran los elementos de un acto o los actos entre sí: si son antecedentes,
consecuentes o independientes. Los primeros y los últimos no quedarán
afectados; los consecuentes sí, entendiéndose que son tales en cuanto vienen
con posterioridad y se fundan en el elemento o en el acto viciado» (MENDOZA,
1966:166).
Rodríguez Espejo sostiene que «... esta distinción está efectuada con
arreglo al criterio de la fuerza expansiva, o la carencia de fuerza expansiva de
la invalidez del acto singular. Si ahora, de manera distinta, analizamos los actos
singulares anulables, desde el punto de vista de la extensión de su ineficacia,
he aquí como nos encontraremos con otros dos tipos de anulabilidad; la
Capítulo II: Clases de nulidad procesal 73

anulabilidad total o la anulabilidad parcial del acto. En la primera hipótesis el vicio


existente en el acto ocasiona la invalidez total del mismo (...). En el segundo
supuesto, la imperfección priva de su valor normal a una parte únicamente del
acto realizado...» (RODRIGUEZ ESPEJO, 1976: 685). El indicado autor
subclasifica la anulabilidad parcial en objetiva y subjetiva, diciendo de la
primera que «... se produce, cuando lo que se invalida es una sección o parcela
objetiva del acto...» (RODRIGUEZ ESPEJO, 1976: 685). En lo que respecta a la
última, señala que «... la anulabilidad parcial subjetiva o inoponibilidad que se
verifica cuando el acto válido totalmente frente a un área mayor o menor de
sujetos carece, no obstante, de eficacia frente a determinadas personas»
(RODRIGUEZ ESPEJO, 1976: 685).
Juan Carlos Mendoza diferencia la nulidad absoluta de la nulidad total
de este modo:
«... El concepto de nulidad absoluta no es equivalente del concepto de
nulidad total; el primero se opone a la nulidad relativa y el segundo a la
nulidad parcial; el uno indica la gravedad del vicio que afecta a un acto
y el otro la cantidad de requisitos viciados en el acto. Un acto puede ser
totalmente nulo pero puede ser convalidable -como ocurre en los casos
de ratificación-, en cambio un acto absolutamente nulo no admite
convalidación ni compurgación alguna. Así, pues, la nulidad absoluta se
vincula a la imposibilidad de que la preclusión o el consentimiento
compurgue el acto viciado. De donde la nulidad procesal absoluta es la
que no admite reparación o convalidación por cosa juzgada o acto
posterior. Por esto puede decirse que, en el caso de la nulidad absoluta,
el vicio no solamente afecta la esencia del acto -como en el caso de la
nulidad total- sino que la afecta irremediablemente y para siempre...»
(MENDOZA, 1966:138).

8. NULIDADES PROCESALES EXTENSIBLES Y NO EXTENSIBLES AL


TRAMITE POSTERIOR DEL PROCESO

«Por regla general la nulidad procesal retrotrae el proceso al momento


anterior al en que ocurre, pero puede suceder el caso contrario, como cuando
afecta un incidente aislado o un trámite ajeno al curso del proceso, y cuando
la actuación posterior no dependa del acto viciado. El auto que la declare debe
señalar la actuación que debe renovarse» (DEVIS ECHANDIA, 1985, Tomo II:
674).
Las nulidades procesales extensibles al trámite posterior del proceso,
llamadas también nulidades comunicables, son, pues, aquellas que invalidan
todo el procedimiento desarrollado después de producidas por implicar la
renovación de las actuaciones procesales afectadas, siempre y cuando los actos
procesales posteriores no guarden independencia respecto de aquellos que
están viciados, porque, de ser así, no alcanzará la respectiva declaración de
nulidad a los actos que sean independientes del acto u actos nulos.
74 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

Rodríguez Espejo estima que la nulidad comunicable de actos singulares


«... produce la fundamental consecuencia de arrastrar a la invalidez una serie
mayor o menor de actos procesales subsiguientes...» (RODRIGUEZ ESPEJO,
1976: 685).
Esta clase de nulidad da lugar así a las llamadas nulidades derivadas.
Así lo deja entrever Morón Palomino cuando apunta que «si (...) la nulidad del
acto procesal ocasiona la de aquellos otros que le suceden y de él dependen,
puede decirse que en estos casos se está a presencia de nulidades derivadas»
(MORON PALOMINO, 1962:109).
En cambio, las nulidades procesales no extensibles al trámite posterior
del proceso, denominadas también incomunicables, están referidas a actuaciones
cuya afectación no impide el desarrollo del litigio, vale decir, que no influye
en la validez o idoneidad de los actos procesales realizados posteriormente.
Rodríguez Espejo, en cuanto a la nulidad incomunicable de actos singulares,
destaca que «... carece de repercusiones en los actos posteriores (...); al acto
viciado se le priva de eficacia, pero las actuaciones restantes conservan todo
su valor» (RODRIGUEZ ESPEJO, 1976: 685).

9. NULIDAD O INVALIDEZ DE ACTO FINAL Y NULIDAD O INVALIDEZ


DE ACTO INSTRUMENTAL

Rodríguez Espejo, refiriéndose a la invalidez de acto final y a la de acto


instrumental, dice que «... la primera, es decir, la invalidez de un acto final, es
de ordinario y mientras el acto no sea convalidado por uno de los expedientes
que el Derecho establece y regula con este fin, completamente insubsanable.
La segunda, o sea, la invalidez de un acto instrumental es, por el contrario,
automáticamente convalidable por el acto final perfecto, puesto que es la
decisión última del órgano jurisdiccional la que compendia, resume y da eficacia
sustantiva a los actos procesales intermedios» (RODRIGUEZ ESPEJO, 1976:
680).

10. NULIDAD O INVALIDEZ DIRECTA Y NULIDAD O INVALIDEZ


REMOTA

Rodríguez Espejo, en relación a la nulidad o invalidez directa y nulidad


o invalidez remota, apunta lo siguiente:
«... De los actos instrumentales podría realizarse una clasificación ulterior
basada en que su anulabilidad ocasiona una privación directa o remota
de los efectos jurídicos a que tiende.
En efecto, el proceso comprende una sucesión de actos tendentes todos
a obtener una resolución jurisdiccional final. Por ello las actuaciones
procesales intermedias se proyectan a conseguir un fin inmediato
directamente vinculado al acto procesal ulterior, al par que aspiran a
Capítulo II: Clases de nulidad procesal 75

obtener un fin mediato, en función de su necesaria repercusión sobre la


actividad terminal del proceso.
Pues bien (...), la imperfección del acto instrumental puede originar tanto
su ineficacia directa cuando sea privado del fin al que inmediatamente
tendía; ejemplo, proposición de prueba inadmisible, cuanto su ineficacia
remota, cuando el acto sea desposeído de la eficacia mediata que aspiraba
a conseguir; ejemplo, prueba desatendida.
El hecho de que hasta ahora los procesalistas se hayan ocupado con
exclusividad únicamente de la anulabilidad directa, no es óbice para la
existencia del fenómeno y lo correcto de su constatación. Lo que indica
tan sólo es la verdad de estos dos hechos incontrovertibles: I o Que desde
el punto de vista procesal es mucho más importante y grave el primer
tipo de anulabilidad que el segundo. 2o Que la anulabilidad remota por
encontrarse generalmente subsumida en la decisión final no es fácilmente
perceptible con claridad y evidencia» (RODRIGUEZ ESPEJO, 1976: 680).
1. MENCION PRELIMINAR

Los principios que rigen la nulidad procesal son los que a continuación
se indican:
Principio de especificidad.
Principio de finalidad incumplida.
Principio de trascendencia.
Principio de protección.
Principio de conservación.
Principio de convalidación.
Principio de la declaración judicial.
Principio de independencia.
Los mencionados principios serán desarrollados en los puntos que siguen.

2. PRINCIPIO DE ESPECIFICIDAD

2.1 Definición

El principio de especificidad, llamado también de legalidad, postula que


para que pueda declararse la nulidad de un acto procesal éste debe haberse
llevado a cabo contraviniendo el texto expreso de la ley en el cual esté
contemplada precisamente la sanción de nulidad.
78 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

Giovannoni concibe al principio de especificidad como aquel «... que


establece que no hay nulidad si no está expresamente contemplada en la ley...»
(GIOVANNONI, 1980: 75).
Condorelli puntualiza que «a la cabeza de los recaudos que deben
ser concurrentes para la declaración de nulidad de un acto, se encuentra el
denominado principio de 'especificidad', a tenor del cual, no hay nulidad sin
texto que la conmine; el viejo y aún vigente: pas de nullité sans texte»
(CONDORELLI, 1980: 94).
Según Escobar Fornos,«... de acuerdo con este principio, no puede existir
nulidad sin una ley que la establezca expresamente. La nulidad es una sanción
establecida por haberse violado la ley y como tal es de derecho estricto, por lo
cual no cabe aplicarse por analogía. Dentro de este orden de ideas, en caso de
duda el juez debe declarar la validez del acto» (ESCOBAR FORNOS, 1990: 64).
«Este principio se opone al sistema en virtud del cual toda violación a la ley
procesal trae aparejada la nulidad, el que se asemeja al sistema de la nulidad
por la nulidad misma...» (ESCOBAR FORNOS, 1990: 64). Escobar Fornos
advierte que «el principio de especificidad resulta un poco difícil de consagrar,
pues es incómodo señalar la nulidad en la ley caso por caso. Por eso la doctrina
ha formulado otro sistema, en virtud del cual se deja al arbitrio del juez declarar
o no declarar la validez de un acto con vicios formales o de la totalidad del
procedimiento» (ESCOBAR FORNOS, 1990: 64).
Para Véscovi,«... el principio, que nuestros autores llaman, más comúnmente,
de especificidad, puede enunciarse diciendo que no hay nulidad sin texto legal
expreso...» (VESCOVI, 1990: 264). Dicho autor asegura que «este principio ha
sido proclamado, casi invariablemente, por la doctrina y la jurisprudencia. Por
consiguiente, no se admite la nulidad si no se expresa la causa legal en que se
funda...» (VESCOVI, 1999: 264).
Couture señala que «este principio, que es característico del derecho
francés, no está emitido en texto especial...» (COUTURE, 1985:389). «Los textos
consignan frente a cada infracción especial, la sanción de nulidad...» (COUTURE,
1985: 389). Debido al principio de que no hay nulidad sin ley que la establezca
«... no son admisibles, en consecuencia, nulidades por analogía o por extensión»
(COUTURE, 1985: 389).
Al respecto, Maurino refiere lo siguiente:
«... El primer requisito para la declaración de las nulidades es que el acto
procesal se haya realizado en violación de las prescripciones legales,
sancionadas bajo pena de nulidad.
No hay nulidad, sin ley específica que la establezca. Es la regla básica, que
teniendo su origen y equivalencia en la máxima francesa pas de nullité
sans texte, concreta el principio director de este presupuesto, llamado de
especificidad o legalidad.
Capítulo III: Principios que rigen la nulidad procesal 79

Precisando esta noción, digamos que no basta que la ley prescriba una
determinada formalidad para que su omisión o defecto origine la nulidad
del acto o procedimiento. Ella debe ser expresa, específica.
Los modernos códigos de procedimientos, la doctrina y la jurisprudencia,
no han aceptado este principio en su concepción pura, sino con
atenuaciones (incluso se ha integrado con otros principios) nacidas ya
del sistema finalista de las formas, de la necesaria concurrencia con otros
requisitos (...), y en definitiva del juego armónico de las ideas rectoras en
materia de nulidades procesales (interpretación restrictiva, principio de
conservación de los actos procesales, derecho a un proceso justo, etcétera)»
(MAURINO, 1990: 35).

2.2 Aplicación

«... El requisito de legalidad no puede imperar en forma absoluta, puesto


que tiene el inconveniente de que el legislador no puede prever todas las
situaciones en forma 'minuciosa y detallada'. Se vería obligado a elaborar un
catálogo interminable de nulidades procesales. De ahí que sea indispensable
dejar un margen a la decisión del juzgador, para colmar los vacíos del sistema»
(CARLOS; citado por MAURINO, 1990: 36-37).
Véscovi, en lo que concierne a la aplicación del principio de especificidad
o legalidad, opina que «... las nulidades del procedimiento son solamente las
previstas en la ley y no pueden aceptarse otras, debiendo regir, inclusive, la
regla de la interpretación estricta» (VESCOVI, 1999: 264). Sin embargo -destaca
Véscovi-, «... habrá también posibilidad de anular un proceso cuando existan
vicios que obsten a la constitución de una relación procesal válida o se violen las
garantías del debido proceso, que, en el fondo, surgen de normas jurídicas positivas.
Quedaría así traducida la fórmula de 'nulidades implícitas', que emplea la
doctrina, reconociendo la existencia de ciertos vicios que impiden el derecho
fundamental de defensa en juicio, que son impugnables aun cuando la ley no
lo establezca expresamente, y relevables no sólo a pedido de parte, sino también
de oficio. Pero en caso de excepción y con referencia a principios que realmente
existen en el derecho positivo» (VESCOVI, 1999: 264). «En los demás casos, y
especialmente con relación al procedimiento, rige el principio general expuesto
(de legalidad o especificidad)» (VESCOVI, 1999: 264).
Así también lo considera Giovannoni cuando previene que «... debe
tenerse en cuenta que por excepción existen nulidades implícitas, y el juez así
lo podrá decretar cuando ese acto viciado vulnera alguna de las garantías
fundamentales del proceso, cual es la bilateralidad del mismo, que hace a un
debido proceso» (GIOVANNONI, 1980: 75).
Similar parecer tiene Gozaíni al indicar que «el principio recuerda la regla
'pas de nullité sans texté, pero no impide que se anulen actos que eviten el
compromiso con formalidades esenciales (nulidades implícitas)» (GOZAINI,
1992, Tomo I, Volumen 2: 850).
80 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

En la misma línea se encuentra Condorelli al sostener que «... la nulidad


no es solamente procedente cuando exista un texto expreso que la conmine,
sino que tal principio reconoce importantes atenuaciones cuando la nulidad
es la consecuencia necesaria de la omisión de formalidades esenciales, hipótesis
en la que también procede su declaración aun cuando no estuviera concretamente
conminada, que es lo que se conoce como nulidades implícitas» (CONDORELLI,
1980: 96). Agrega luego dicho autor que «si bien toda nulidad debe fundarse
en una disposición legal que la establezca, ello no significa en modo alguno que
la misma deba encontrarse consagrada en términos sacramentales y expresos,
ya que puede resultar de una prohibición o condición legal» (CONDORELLI,
1980: 98).
Luis Rodríguez menciona una doble excepción a la regla de que no hay
nulidad sin texto, a saber:
«a) Nulidad, aunque no haya sanción expresa.
Cuando el acto, debido a sus deficiencias, no cumpla el fin para el
que fue destinado y, en consecuencia, no proteja la defensa.
b) No sancionar la nulidad, aun con norma expresa.
Cuando el acto, aun irregular, ha cumplido la finalidad para la que
estaba destinado.
Los actos procesales están preordenados a la obtención de un fin,
en las notificaciones -por ejemplo- el conocimiento de la providencia,
en las citaciones, hacer saber la fecha de una audiencia. El acto
puede ser irregular, por inobservancia de alguna forma, pero si se
conoce la providencia -o se presume conocida- o se sabe la fecha
de la audiencia se ha garantizado la defensa y, cumplido el objeto,
el acto no resulta nulo (...).
Hay que atender en cada caso a la finalidad del acto, y si la misma
ha sido cumplida no cabe la sanción de invalidación.
(...) En resumen, el acto írrito que cumplió su objeto no puede invalidarse...»
(RODRIGUEZ, 1987: 93-95).
En relación a este punto, Maurino expone lo siguiente:
«... El principio de especificidad funciona atenuado en el derecho procesal
moderno.
(...)

No basta la sanción legal, sino que es necesario que el acto no haya


cumplido el fin al cual iba dirigido. Así, no procede la nulidad procesal,
no obstante la irregularidad de que pudiera adolecer, si ha logrado
cumplir la función a que estaba destinado.
Capítulo III: Principios que rigen la nulidad procesal 81

(...)

Dentro de las pautas atenuadoras del principio de especificidad, que


revisten a la vez, el carácter de complementarias e integrativas de él,
podemos citar:
a) Disposición prohibitiva asimilada a la nulidad expresa (...). Equipara a
las nulidades expresas, las derivadas de disposiciones imperativas.
V.gr., las expresiones, 'no será permitido7, 7es inadmisible7, 7no
podrá7, son suficientes para que el juez pueda pronunciar la nulidad,
aunque ésta no esté prescripta en forma expresa.
Pero esta primera atenuación es insuficiente para resolver los
problemas.
b) Omisión de elementos sustanciales del acto. A falta de un texto
imperativo, se faculta al juez para declarar la nulidad, cuando se
ha omitido un elemento sustancial en la ejecución de un acto (son
las llamadas nulidades implícitas).
Liminarmente sostenemos que este supuesto se halla subsumido
en el principio de finalidad de los actos procesales. Surgió de la
jurisprudencia francesa para mitigar los efectos de la regla pas nullité
sans texte, y fue adoptado por el Código italiano de 1865.
(...)

c) Finalidad del acto. Este principio se integra con el de especificidad,


y esa complementación es la que en definitiva permitirá juzgar
sobre la existencia del vicio y la ineficacia del acto» (MAURINO,
1990: 36-38).

3. PRINCIPIO DE FINALIDAD INCUMPLIDA

«El finalismo considera que los actos procesales no realizan fines por sí
mismos sino que se dirigen a otro fin, y, que, por tanto, las nulidades no pueden
establecerse en beneficio de la ley sino que su declaración debe derivar de un
perjuicio» (ALZAMORA VALDEZ, s/a: 323). «De aquí deriva la consecuencia
que constituye sustento del finalismo: si los actos procesales cumplen el fin
para el que han sido instituidos deben considerarse válidos» (ALZAMORA
VALDEZ, s/a: 323).
El principio de finalidad incumplida emerge del de la instrumentalidad
de las formas que «... subordina la invalidez de un acto procesal no a la simple
inobservancia de la forma, puesta de relieve mecánicamente, sino a la relación
-declarada caso por caso- entre el vicio y la finalidad del acto...» (LIEBMAN,
1980:196). Es así que se sanciona la nulidad «... solamente cuando el acto, por
efecto del vicio, no haya podido conseguir su objeto, en modo de salvar lo que
se hizo en la medida máxima consentida por las exigencias técnicas del proceso»
(LIEBMAN, 1980: 196).
82 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

Tal como dice Eduardo Pallares, «... la nulidad de los actos procesales
está relacionada con el llamado sistema formalista que puede expresarse así:
Los actos procesales para ser válidos necesitan cumplir con las formalidades
previstas de antemano por el legislador. Este principio está atemperado por
las siguientes normas: 1.- Las formas no valen por sí mismas; no deben ser
consideradas como un fin en sí sino como un medio para que el acto realice su
función procesal; 2.- Las nulidades de forma son siempre odiosas; 3.- Cuando
a pesar de faltar al acto determinada forma, realiza dicha función o lo que es
igual cumple el fin para que fue establecido, el acto será válido» (PALLARES,
1979: 202).
«... El vicio formal del acto puede importar la nulidad del acto mismo,
aun cuando ella no esté expresamente conminada por la ley, cuando el acto
carezca de los requisitos formales indispensables para la obtención de su
finalidad. Al juez se le atribuye, por consiguiente, de este modo, un poder
discrecional más bien amplio de indagar la indispensabilidad del requisito
formal para alcanzar la finalidad, investigación que presupone una distinción
entre los substantialia y los non substantialia processus aun allí donde la ley -al
no hacer distinciones- sitúa en el mismo plano todos los requisitos formales
del acto procesal. Se ha observado en su lugar (...) que el carácter estrictamente
formal del acto mismo constituye una garantía de certeza del proceso, pero
el mismo se presta mal a una investigación, caso por caso, dirigida a la
determinación de la esencialidad o no de un requisito formal en relación al
logro del objeto. Se ha considerado, de todas maneras, por la jurisprudencia
que determinan nulidades las violaciones de normas, aun cuando respecto a
ellas la ley no prevé la sanción de nulidad, con disminución de los derechos
de la defensa...» (MICHELI, 1970, Volumen I: 321).
«La nulidad del acto procesal por un vicio de forma no puede ser
pronunciada, sin embargo, cuando el acto ha alcanzado la finalidad a que está
destinado. Esta norma está dictada por una exigencia de economía procesal,
esto es, de no desperdiciar una actividad desarrollada en el proceso cuando la
misma sea idónea para alcanzar la finalidad a la que la actividad misma está
dirigida, según el esquema típico formal previsto por el legislador. Se tiene,
por consiguiente, la aplicación del principio de la conservación de los actos
jurídicos (...) con la admisibilidad de la convalidación de un acto nulo por
defecto de forma cuando dicho acto haya podido alcanzar igualmente la
finalidad a que estaba destinado...» (MICHELI, 1970, Volumen I: 321-322).
Es de resaltar que «... por finalidad u objeto no debe entenderse el móvil,
el motivo determinante del sujeto agente, sino del objeto indicado por el
legislador en la previsión general y típica de dicho acto...» (MICHELI, 1970,
Volumen I: 322).
Sobre el particular, Redenti refiere que:
«... El juez puede (...) considerar necesarias bajo pena de nulidad aun formas
no expresamente prescritas, si su necesidad va implícita en las disposiciones
Capítulo III: Principios que rigen la nulidad procesal 83

atinentes a la naturaleza y a la figura del acto; y puede también considerar


que sean bajo pena de nulidad formas prescritas sin esa sanción expresa.
Para llegar a esos resultados (...) hay que atender a la 'finalidad' del acto.
Pero, ¿a qué finalidad...? No, sin duda, a la meramente subjetiva, contingente
y concreta, que se proponía el autor del acto, de quien no se podría admitir
que, por sí y para sí, se autoimpusiese o autoprescribiese exigencias fatales
de forma. Habrá más bien que atender a las finalidades de la ley, allí donde
la misma consiente o prevé la posibilidad de actos de ese tipo o de esa
figura determinada. Garantía de voluntariedad, claridad, certeza,
documentación, controlabilidad y lealtad del contradictorio e integridad
de la defensa ajena, simplificación, economía... Todas éstas (u otras
análogas) pueden ser las finalidades de la ley, que hay que salvaguardar
a toda costa. Y entonces puede haber formas necesarias para que, al realizar
la finalidad subjetiva del autor del acto, no se hieran esas exigencias de
la ley. De aquí, requisitos formales, concomitantes e indispensables, para
la consecución de la finalidad» (REDENTI, 1957, Tomo E 219).
Por su parte, Satta hace estas observaciones:
«... La conminación de ley es necesaria sólo cuando no entre en consideración
la finalidad del acto (...). Si entra en consideración la finalidad del acto,
la conminación de ley no es necesaria ni suficiente: puede darse, en efecto,
que falten al acto requisitos indispensables para alcanzar su finalidad,
como puede darse que el acto haya alcanzado igualmente su finalidad.
En el primer caso la nulidad se declara incluso sin conminación expresa,
en el segundo no puede ser declarada, aunque haya conminación.
Pero ¿qué significa finalidad del acto? El término es impropio, desde que
la finalidad parece aludir a la voluntad de quien ha dado vida al acto (...).
En realidad no es a esta finalidad que la ley ha querido referirse, sino a
la voluntad y a la finalidad de la misma ley, o sea en términos más
precisos, a la función del acto» (SATTA, 1971, Volumen E 238-239).
Esclapez asegura que cuando la ley contempla la procedencia de la
nulidad por carecer el acto de los requisitos indispensables para la obtención
de su finalidad,«... se está refiriendo a las sentencias definitivas o interlocutorias
desprovistas de fundamento y de citas legales, de fecha, de firma, o cuando ha
sido dictada fuera de la oportunidad correspondiente, faltando prueba por
agregar o producir, o cuando una diligencia (...) ha sido realizada sin observar
los requisitos y formalidades legales en forma que no se cumpla con el fin
querido por la ley. El fin querido por la ley, es el ejercicio del derecho del actor,
sin arbitrariedades y con el debido respeto del derecho del demandado o de
los terceros» (ESCLAPEZ, 1967: 205).
Acerca del principio de finalidad incumplida, Maurino apunta lo siguiente:
«... El principio de especificidad (no hay nulidad sin ley) se integra con el
d e finalidad incumplida.
84 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

La regla de finalidad incumplida es, en suma, una faceta del principio


básico de finalidad. Es precisamente su aspecto negativo, en cuanto enfoca
al acto que no ha cumplido su función.
Nacido del principio finalista de las formas (llamado también de
instrumentalidad), este principio ha pasado al tema de las nulidades
procesales, constituyendo un verdadero sistema de amplia acogida en la
jurisprudencia, doctrina y legislación.
La misión de las nulidades no es el aseguramiento por sí de la observancia
de las formas procesales, sino el cumplimiento de los fines a ellas confiados
por la ley.
La nulidad procesal, precisamente, tiene lugar, cuando el acto impugnado
vulnera gravemente la sustanciación regular del procedimiento, o cuando
carece de algún requisito que le impide lograr la finalidad natural, normal,
a que está destinado, sea en su aspecto formal, sea en cuanto a los sujetos
o el objeto del acto» (MAURINO, 1990: 38).
Dicho autor agrega que:
«El principio finalista tiene una doble formulación, vinculada a la eficacia
del acto, que determina a su vez una doble característica de su función:
a) No basta la sanción legal específica, para declarar la nulidad de un
acto, si éste, no obstante su defecto ha logrado la finalidad a que
estaba destinado (función atenuadora e integradora).
b) No habiendo sanción legal específica, puede declararse la nulidad,
cuando el acto no ha cumplido su finalidad (función autónoma).
En conclusión, la inobservancia de determinadas reglas de procedimiento
constituye una irregularidad. Pero la imperfección llega al estrato
de nulidad, cuando no se cumple el fin propuesto 'y con ello, por
impacto, se lesiona la defensa» (MAURINO, 1990: 39-40).
Maurino cita jurisprudencia argentina vinculada al tema, la misma que,
dada su relevancia, reproducimos a continuación:
«... Los actos procesales están afectados de nulidad cuando carecen de
algún requisito que les impide lograr su finalidad. Debe tratarse de una
irregularidad grave y trascendente, que viole el derecho constitucional
reconocido de la defensa en juicio.
(...)

La finalidad no debe interpretarse desde el punto de vista del fin subjetivo


que determina la realización del acto, sino objetivamente y considerando
que las finalidades particulares se subsumen en la necesidad de asegurar
el derecho de defensa (...).
Capítulo III: Principios que rigen la nulidad procesal 85

La jurisprudencia coincide, en suma, en que debe evitarse un rigorismo


formal, sin sentido constructivo, no correspondiendo declarar la nulidad
cuando el acto haya alcanzado su finalidad» (MAURINO, 1990: 42-43).

4. PRINCIPIO DE TRASCENDENCIA

«Un antiguo principio de derecho dice que 'no hay nulidad sin perjuicio'.
Tal principio se ha llamado de transcendencia: la nulidad de los actos procesales
por vicio de forma no debe ser declarada sino cuando se trata de evitar o
remediar un perjuicio» (ALZAMORA VALDEZ, s/a: 322). «Esta regla (...) ha
surgido como una clara reacción contra el excesivo formalismo» (ALZAMORA
VALDEZ, s/a: 322). Como bien dice Alzamora Valdez, «la nulidad no es un
fin en sí misma, sino una sanción, consecuencia de la violación de la norma, y
carece de sentido si no tiene por objeto lograr una determinada finalidad (orden
público, derecho de las partes, etc.)» (ALZAMORA VALDEZ, s/a: 322).
Giovannoni subraya que, conforme al principio objeto de nuestro examen,
«... es imperioso, para declarar la nulidad del acto, que éste produzca un daño,
y que ese daño no pueda ser reparado sin la declaración de nulidad»
(GIOVANNONI, 1980: 75).
Condorelli señala que el principio de trascendencia está «... plasmado en
la antigua máxima 'pas de nullité sans g rief, que significa que las nulidades no
existen en el mero interés de la ley: no hay nulidad sin perjuicio» (CONDORELLI,
1980: 99). Dicho autor cita a continuación jurisprudencia argentina que guarda
conexión con el principio aludido y establece que:
«... El principio de trascendencia (...) exige a quien reclame la
nulidad que demuestre que el vicio le ocasionó un perjuicio cierto
e irreparable, insubsanable por otra vía ajena al acogimiento de la
sanción de nulidad» (CONDORELLI, 1980:100).
«... No basta para que la nulidad procesal sea procedente la
existencia de un vicio y la ineficacia del acto, si la omisión o el acto
defectuoso o ineficaz no perjudica a los litigantes, quienes, a pesar
de ello, han ejercido sus facultades procesales, o no lo han hecho
porque no tenían defensa que oponer o nada que decir o que
observar en el caso» (CONDORELLI, 1980:100-101).
Angela Ledesma advierte que «la configuración de un vicio o de una
simple irregularidad en la actividad puede generar perjuicios o desvirtuar los
intereses que tutela el proceso; pero no toda irregularidad ni todo vicio es
relevante, tampoco cualquier vicio trae aparejada la invalidez del acto. Para
que la ley considere trascendente esa irregularidad debe ser lesiva de la
actividad regular del proceso. Sólo la irregularidad esencial traerá aparejada
la invalidez del acto...» (LEDESMA, 1995: 326).
86 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

Aguirre Godoy anota lo siguiente sobre el principio de trascendencia:


«Aquí aparece la noción de perjuicio, porque para que pueda determinarse
una nulidad de forma debe existir realmente una lesión al derecho de la
otra parte, que le priva de una adecuada intervención en el proceso o de
la realización de actos procesales indispensables.
Si no se ocasiona perjuicio a la parte, o la desviación es insignificante, no
debe haber nulidad.
(...)

Este principio adquiere importancia cuando los actos impugnados, por


su dependencia con otros actos del proceso, pueden provocar también
la invalidación de éstos; mas si el acto que se impugna se reduce a una
situación aislada e insignificante para la cadena de actos procesales, por
esa misma razón, pierde sentido su impugnación» (AGUIRRE GODOY,
1975: 56-57).
Véscovi, en lo que toca al principio de trascendencia, nos informa que:
«En virtud del carácter no formalista del derecho procesal moderno, se
ha establecido que para que exista nulidad no basta la sola infracción a
la forma si no se produce un perjuicio a la parte. La nulidad, más que
satisfacer pruritos formales, tiene por objeto evitar la violación a las
garantías enjuicio. La nulidad tiene por fin no el solo interés legal en el
cumplimiento de las formas y ritualidades que la ley fija para los juicios,
sino la salvaguardia de los derechos de las partes.
Este principio traduce la antigua máxima 'no hay nulidad sin perjuicio'
que había consagrado, hace tiempo, la jurisprudencia francesa (pas de
nullité saris grief), aun en ausencia de texto legal (...).
Es por esta razón por la que algunos derechos positivos modernos
establecen el principio de que el acto con vicios de forma es válido, si
alcanza los fines propuestos, igualmente, o si en lugar de seguirse un
procedimiento se ha utilizado, equivocadamente, otro, pero con mayores
garantías, lo que también se llama principio de finalidad (...).
Es decir, que la violación formal debe trascender a la violación de los
derechos de las partes (o de una parte)» (VESCOVI, 1999: 264-265).
Sobre el principio en examen, Couture manifiesta lo siguiente:
«... No hay nulidad de forma, si la desviación no tiene trascendencia sobre
las garantías esenciales de defensa enjuicio.
La antigua máxima 'pas de nullité sans grief recuerda que las nulidades
no tienen por finalidad satisfacer pruritos formales, sino enmendar los
perjuicios efectivos que pudieran surgir de la desviación de los métodos
Capítulo III: Principios que rigen la nulidad procesal 87

de debate cada vez que esta desviación suponga restricción de las


garantías a que tienen derecho los litigantes.
Sería incurrir en una excesiva solemnidad y en un formalismo vacío,
sancionar con nulidad todos los apartamientos del texto legal, aun
aquellos que no provocan perjuicio alguno (...).
(...) La jurisprudencia es unánime en el sentido de sostener que no puede
hacerse valer la nulidad cuando la parte, mediante la infracción, no haya
sufrido un gravamen» (COUTURE, 1985: 390).
Maurino, con una visión semejante a la expuesta hasta ahora, aborda el
principio de trascendencia de este modo:
«... Otro de los requisitos básicos para que sea procedente la declaración
de nulidad de un acto procesal, es la existencia de perjuicio y el interés
jurídico en su declaración.
Derivado de la antigua máxima, pas de nullité sans grief (no hay nulidad
sin daño o perjuicio) este presupuesto nos indica que no puede admitirse
el pronunciamiento de la nulidad por la nulidad misma (...).
Las nulidades declaradas en exclusivo beneficio de la ley, podían tener
cabida en legislaciones formalistas, pero no en la actualidad, donde la
regla no es destruir sin necesidad, sino salvar el acto por razones de
economía procesal.
Gobierna este requisito el principio de trascendencia, que nos indica que la
nulidad sólo puede ser declarada cuando haya un fin que trascienda la
nulidad misma, o desde otro punto de vista, que la nulidad no procede
'si la desviación no tiene trascendencia sobre las garantías esenciales de
la defensa en juicio» (MAURINO, 1990: 45).
Gozaíni, en relación al principio de trascendencia, predica lo siguiente:
«El principio vuelve su fuente al derecho francés (aun sin ley expresa),
pas de nullité sans grief (no hay nulidad sin perjuicio); con la importancia
de concatenar la finalidad de los actos con las garantías de defensa y
alegación.
La permisión hacia las nulidades virtuales se vincula con esta regla que
trasciende los pruritos formales para darles el valor y seguridad que llevan
intrínsecamente.
(...)

La instrumentalidad de las formas permite bajo este presupuesto, otorgar


validez a un acto irregular si alcanzó la finalidad que, en cada caso en
concreto, estaba destinado a satisfacer. No importan sus defectos, porque
no existe subordinación estricta a las formas, sino a la relación que existe
entre el vicio y el fin del acto.
88 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

No existe la nulidad por la nulidad misma, no es preciso responder


cabalmente a las solemnidades cuando van de por medio otras prioridades
del proceso, como la celeridad, la claridad, y, en definitiva, la justicia misma.
La trascendencia hace a un modismo de práctica teleológica, donde las
advertencias radican en: a) el tipo de acto desenvuelto, b) el carácter del
vicio que porta, c) la finalidad que persigue, d) si alcanzó ese destino
pretensional, e) si existe perjuicio, f) en su caso, qué importancia tiene
ese gravamen» (GOZAINI, 1992, Tomo I, Volumen 2: 851-852).

5. PRINCIPIO DE PROTECCION

«... La nulidad procesal está reglada por el principio de protección, que


significa que toda alegación de nulidad tiende al amparo de un interés
lesionado» (ALZAMORA VALDEZ, s/a: 323).
Según Giovannoni, «el principio de protección nos señala que nadie puede
alegar la nulidad que él mismo ha cometido o ayudado a cometer, es decir,
nadie puede alegar su propia torpeza» (GIOVANNONI, 1980: 75). Para
Condorelli «todo este complejo -ritual y fondal- en realidad, responde a aquella
regla conforme a la cual nadie puede ir válidamente contra sus propios actos
(adversus factum quis venire non potest)» (CONDORELLI, 1980:112).
Gozaíni considera que el principio de protección «... toma cuerpo en las
vías de impugnación (...); en particular, pretende otorgar razonabilidad a las
nulidades que se deduzcan, requiriendo tres condiciones específicas: a) que la
anulación pretendida, justifique el accionar de la justicia ante la evidencia del
perjuicio que generan los efectos del acto viciado; b) que la nulidad provenga
de actos propios de la jurisdicción, o de la parte contraria; c) que quien promueve
la impugnación no haya dado lugar con sus actos, al vicio que denuncia»
(GOZAINI, 1992, Tomo I, Volumen 2: 855-856). El citado jurista argentino
agrega que «el principio demuestra una extensión del precepto nemo auditur
propiam turpitudine allegans (nadie puede alegar su propia torpeza), que en la
doctrina procesal se expresa como doctrina o teoría de los propios actos, según
el cual, no es lícito admitir que las partes ejerciten actos contrarios a los que la
otra parte, de buena fe acepta, por observarlos continuos y destinados a una
determinada conducta futura...» (GOZAINI, 1992, Tomo I, Volumen 2: 856).
Al respecto, Couture expresa lo siguiente:
«Un (...) principio que rige en esta materia, se refiere a la esencia misma
de la nulidad como medio de impugnación procesal.
La doctrina y la jurisprudencia son uniformes en el sentido de que la
nulidad sólo puede hacerse valer cuando a consecuencia de ella quedan
indefensos los intereses del litigante o de ciertos terceros a quienes alcanza
la sentencia. Sin ese ataque al derecho, la nulidad no tiene por qué
reclamarse y su declaración carece de sentido.
Capítulo III: Principios que rigen la nulidad procesal 89

En definitiva, este recurso no es sino un medio de protección de los


intereses jurídicos lesionados a raíz del apartamiento de las formas»
(COUTURE, 1985: 396-397).
Véscovi incorpora el principio de protección al de trascendencia cuando
afirma que «... el asunto de que no hay nulidad sino para proteger contra la
indefensión, queda subsumido en el principio de trascendencia...» (VESCOVI,
1999: 266).
«De este principio se desprende tres consecuencias: I o- Sólo pueden
reclamar la nulidad quienes tengan interés (partes, terceros afectados, Ministerio
Fiscal); 2o- La falta de interés lesionado, impide la petición de nulidad (...);
3o- El que ha originado o producido el acto nulo no puede ampararse en la
nulidad...» (ALZAMORA VALDEZ, s/a: 323).
En opinión de Couture, las consecuencias del principio de protección son
las que a continuación se indican:
«a) No existe impugnación de nulidad, en ninguna de sus formas, si
no existe un interés lesionado que reclame protección. La anulación
por la anulación no vale. Esta consecuencia lo es también del
principio general ya expuesto de que no hay nulidad sin perjuicio
al recurrente.
b) Sólo pueden invocar las nulidades constituidas en protección de
los incapaces, éstos mismos o sus representantes legales. La nulidad
no pueden aducirla quienes han gozado de capacidad durante la
consumación de los actos.
c) Pero la consecuencia más importante derivada de este criterio
general, es que no puede ampararse en la nulidad el que ha celebrado
el acto nulo sabiendo o debiendo saber el vicio que lo invalidaba.
Esta situación, que es común a toda la teoría de las nulidades, no
es más que una aplicación específica del precepto nemo auditur
propiam turpitudine allegans.
Nada impide y todo insta a que tal precepto se extienda a la teoría
de las nulidades procesales.
El litigante que realiza el acto nulo no puede tener la disyuntiva de
optar por sus efectos: aceptarlos si le son favorables o rechazarlos
si le son adversos. Una antigua corriente de doctrina ve en esta
actitud un atentado contra los principios de lealtad y de buena fe
que deben reinar en el proceso. Pero en verdad, la conclusión puede
apoyarse además en razones técnicas que forman parte de la
estructura misma del sistema de las nulidades en el derecho procesal
civil, dentro de las ideas que acaban de exponerse» (COUTURE,
1985: 397).
90 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

Aguirre Godoy es de similar parecer cuando sostiene que el principio de


conservación tiene varias consecuencias, a saber:
«a) Debe haber siempre un perjuicio para la parte que recurre o sea
que debe producirse una lesión en su interés jurídico;
b) Sólo pueden invocar las nulidades instituidas en protección de los
incapaces, éstos o sus representantes, ya que los que han gozado
de capacidad no pueden favorecerse alegando la nulidad de los
actos en que intervinieron. En realidad este principio de protección
puede ser más general y abarcar el enunciado más amplio que establece
que, sólo aquel a quien perjudica la nulidad puede alegarla, puesto
que no tendría sentido que la pidiera quien no resulta afectado por
ella y por el simple prurito de nulificar actos procesales;
c) El postulado fundamental de que no puede invocar la nulidad el
que ha participado en el acto nulo, sabiendo o debiendo saber el
vicio de que adolecía» (AGUIRRE GODOY, 1975: 58).

6. PRINCIPIO DE CONSERVACION

El principio de conservación «... establece que en caso de duda debe


mantenerse la validez del acto» (GIOVANNONI, 1980: 75).
«El principio de conservación permite, no obstante las irregularidades o
imperfecciones de los actos procesales, mantener la eficacia del acto...»
(GOZAINI, 1992, Tomo I, Volumen 2: 842).
«Este principio es una formulación más acotada del que rige en todo el
derecho, especialmente en los de contenido patrimonial. Tiende a dar
funcionalidad y efectos a los actos jurídicos sin importar el vicio que expongan,
siempre y cuando, claro está, esa nulidad no sea de tal importancia que inficione
la calidad misma del acto» (GOZAINI, 1992, Tomo I, Volumen 2: 855).
«El principio procesal de conservación apunta así a resguardar los valores
de seguridad y firmeza, de suma importancia para la función jurisdiccional,
toda vez que ésta aspira a obtener resultados justos, y logros fructíferos, sin
menoscabarse en dispendios inútiles como los que motivan las nulidades por
el solo hecho de asegurar el respaldo en las formas» (GOZAINI, 1992, Tomo I,
Volumen 2: 855).
Sobre este principio, Condorelli señala que:
«... Una directiva en materia interpretativa del régimen de las nulidades,
lo constituye el principio de la conservación.
El fundamento de esto estriba en que trata de brindársele al acto jurídico
preferencia a la interpretación que traiga como consecuencia la validez
de la cláusula dudosa o ambigua. Algo parecido a lo que ocurre con la
Capítulo III: Principios que rigen la nulidad procesal 91

conversión del acto jurídico inválido por otro acto jurídico distinto pero
válido, si la declaración de voluntad satisface las exigencias legales para
que advenga este último...» (CONDORELLI, 1980:113).
Por el principio de conservación -puntualiza Satta-, «... 'si el vicio impide
un determinado efecto, el acto puede, sin embargo producir los efectos para
los que sea idóneo! Este principio tiene puntos de contacto con el otro, propio
del derecho sustancial, de la conversión de los negocios jurídicos, pero se
distingue de él porque mientras la conversión apoya sobre la interpretación
de la voluntad de las partes (...), la conservación del acto procesal es totalmente
independiente de la voluntad, y tiene su raíz únicamente en la función del acto.
Es decir, puede darse que por un vicio formal el acto no puede cumplir su
íntegra función (...) pero sin embargo puede cumplir una función menor,
comprendida en la primera...» (SATTA, 1971, Volumen I: 241).
En el régimen de las nulidades en el derecho procesal, pues,«... el principio
de conservación -como en el de saneamiento- tienden a acentuar los perfiles
de respeto al resguardo de los valores de seguridad y firmeza, de operancia
relevante dentro de la función jurisdiccional. No se concibe un dispendio
de jurisdicción inútil; de allí que el valor seguridad tienda a prevalecer
axiológicamente sobre el de la validez. De este postulado, se deducen dos
consecuencias de suma importancia: I o) el acto procesal es válido aun siendo
irregular o defectuoso, si ha logrado el fin a que estaba destinado; 2o) en caso
de duda sobre la configuración de un vicio procesal, corresponde declarar la
validez del acto desde que la nulidad debe ser considerada un remedio
excepcional y último» (CONDORELLI, 1980:114-115).

7. PRINCIPIO DE CONVALIDACION

7.1 Configuración
Maurino, acerca de la terminología referida al principio de convalidación,
nos enseña que:
«... Para denominar el presupuesto de marras, el vocablo más aceptado
y preciso es el de convalidación, equivalente a confirmación.
El término 'subsanación' tiene con el citado la relación del género con la
especie. En efecto, 'subsanar' (o sanear) es reparar un error o vicio, es
decir, sanear el acto quitándole su irregularidad. ' Convalidación o
confirmación' es la renuncia de la parte a pedir la nulidad del acto, que
de esta manera se subsana.
Resulta, pues, que la subsanación como actividad puede provenir de las
partes (convalidación propiamente dicha) o del juez.
Algunos autores consideran que la terminología apropiada sería 'renuncia
a la reclamación' o 'renuncia a la nulidad'.
Se emplean también las palabras 'consentimiento', o 'aquiescencia'...»
(MAURINO, 1990: 54).
92 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

Dice Soler que «... subsanación en su acepción gramatical equivale a


reparación de un defecto y su acepción jurídica procesal equivale a otro tanto.
En consecuencia puede concluirse que el acto procesal nulo se subsana cuando
la nulidad ha sido reparada o enmendada...» (SOLER, 1964: 66).
Payá afirma que «... este principio de subsanación lleva inmerso el concepto
de que de alguna manera el acto ha cumplido su finalidad» (PAYA, 1984: 83).
En la subsanación o convalidación «... se constata la actividad de una
persona, plenamente capaz de obligarse y de disponer de sus bienes, que es
parte en el proceso, y conociendo el vicio que hace anulable un acto jurídico,
no ejerce actividad nulificatoria alguna. Por tanto, habiendo cesado el defecto,
quedan convalidados los efectos y la eficacia, ora por la ejecución voluntaria
de la obligación a su cargo, ora por su inacción y silencio...» (GOZAINI, 1992,
Tomo I, Volumen 2: 852).
A decir de Véscovi, «... las razones de seguridad y certeza del derecho,
que se manifiestan de modo especial en el proceso, y el instituto de la cosa
juzgada hacen (...) que en nuestro campo, mucho más que en el del derecho
civil, se aplique el principio de convalidación de las nulidades, de manera que
transcurrida una etapa no se puede volver a la anterior (principio de preclusión
procesal). Y cuando todas las etapas se han cerrado (sentencia definitiva, cosa
juzgada), se precluye la posibilidad de reclamar contra todas las nulidades»
(VESCOVI, 1999: 266). Agrega Véscovi que «algunos han incluido el tema de
la convalidación en el de los remedios contra el acto nulo, es decir, el saneamiento
de las nulidades. Efectivamente, así como el derecho estudia el acto nulo y sus
efectos (...), también lo hace con las formas de evitar dichos efectos, eliminando
o saneando el acto nulo. O sea, que en lugar de la invalidación (efecto negativo),
se busca la subsanación (efecto positivo)...» (VESCOVI, 1999: 266).
Para Luis Rodríguez, «toda nulidad que directa o indirectamente se refiere
a un acto procesal o a una serie de actos procesales es susceptible de convalidación
por defecto de invalidación...» (RODRIGUEZ, 1987:353). La falta de invalidación
-prosigue dicho autor- «... se deriva también de la bilateralidad del proceso y
del dispositivo. Todavía podemos decir que 'nemo iudex sine adore', y que las
partes tienen aún el comando del proceso. Es a su iniciativa que él avanza, es
a su inercia que él se extingue (caducidad), es a su vez un derecho y un deber
(una carga procesal) el impulsar la litis (...) ¿Cómo no han de poder consentir
la irregularidad de un acto procesal?» (RODRIGUEZ, 1987:353). Luis Rodríguez
termina diciendo que «... si el proceso fuera absolutamente inquisitivo, es
evidente, no podría jugar el principio de la relatividad porque el consentimiento
de la irregularidad se debería al propio órgano jurisdiccional. Pero, en todos
aquellos actos en que la actuación de la parte, aun en los procesos mixtos o de
oficio, es decisiva, la falta de invalidación convalida el vicio» (RODRIGUEZ,
1987: 354).
Capítulo III: Principios que rigen la nulidad procesal 93

Salas Vivaldi refiere que «... cada vez que estamos en presencia de alguno
de los casos en que el legislador -sin que medie la correspondiente declaración
de nulidad- estima subsanada la irregularidad que incide en una actuación
procesal, desaparecerá el derecho del agraviado con ella para impetrarla. Se
dice, genéricamente hablando, que se ha producido su convalidación...» (SALAS
VIVALDI, 1988: 26). El indicado autor previene luego que no debe confundirse
«... la convalidación del acto nulo, que siempre procederá del litigante no
causante de la irregularidad, pero sí perjudicado con ella (...) con la llamada
rectificación del mismo. En efecto, esta última también es una manera de
subsanar la nulidad, pero proviene de quien originó el vicio o concurrió a su
materialización (...). Así sucederá, si antes de demandarse la nulidad, éste
subsana el vicio, ya sea repitiendo ahora correctamente el acto o introduciéndole
las enmiendas habilitantes que corresponda...» (SALAS VIVALDI, 1988: 31).
Salas Vivaldi termina diciendo que «la rectificación del acto nulo ha sido
aceptada por la jurisprudencia como forma de subsanarlo, especialmente
porque por medio de ella desaparece el perjuicio que justifica su ineficacia. No
es, naturalmente, convalidación, pues no proviene del legitimado para solicitar
la nulidad» (SALAS VIVALDI, 1988: 31).
A juicio de Aguirre Godoy, «la nulidad relativa sigue los principios
conocidos en derecho sustancial sobre su posible ratificación o convalidación.
En efecto, como son irregularidades procesales de menor trascendencia, no
debe dárseles el efecto grave de provocar la anulación de los actos procesales
sin alegación de parte, pues si no existe tal invocación se produce una
subsanación por acuerdo tácito de la parte. También puede existir este tipo de
convalidación cuando la parte, no obstante existir en los actos procesales una
irregularidad de esta naturaleza, continúa ejercitando actos de parte...» (AGUIRRE
GODOY, 1975: 44). Según dicho autor, este principio «... tiene por objeto
proteger la firmeza de los actos procesales, ya que si quedaran sujetos a
impugnaciones futuras, no obstante que no se objetaron en su oportunidad, el
proceso se llenaría de incidencias de nulidad que afectarían a su normal
desarrollo» (AGUIRRE GODOY, 1975:57). Aguirre Godoy concluye recomendando
que en el proceso «... debe evitarse que la parte se reserve el momento que
estima adecuado para sus personales intereses, pero tal vez el más inoportuno,
para formular la alegación de nulidad de un acto procesal. Al contrario, debe
establecerse que si la parte tuvo conocimiento del acto irregular o nulo, ya sea
en forma directa o indirecta, y continúa interviniendo en el proceso, importa
consentimiento tal actitud para la convalidación de la nulidad que pueda afectar
a tal acto» (AGUIRRE GODOY, 1975: 57).
Goldschmidt considera que son requisitos de la subsanación los que a
continuación se mencionan:
«a) La norma vulnerada sólo debe afectar a la forma del acto procesal
(y no, por ej., a la fundamentación de un acto de postulación ni a
la justicia objetiva de una resolución).
94 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

b) El precepto transgredido debe ser de carácter facultativo. En


oposición a éste, se entiende que existe una disposición de carácter
imperativo, cuando es de tal naturaleza que sin su cumplimiento
no podría ser conseguido el fin de la seguridad jurídica a que el
proceso tiende...» (GOLDSCHMIDT, 1936: 321).
En relación al principio de convalidación, Couture expone lo siguiente:
«... En derecho procesal civil, toda nulidad se convalida por el
consentimiento.
(...)

Aunque la conclusión parezca excesiva a primera vista, es menester no


alejar de la consideración de este problema la idea (...) de que el derecho
procesal está dominado por ciertas exigencias de firmeza y de efectividad
en los actos, superiores a las de las otras ramas del orden jurídico. Frente
a la necesidad de obtener actos procesales válidos y no nulos, se halla la
necesidad de obtener actos procesales firmes, sobre los cuales pueda
consolidarse el derecho.
La conclusión de que en derecho procesal civil todo vicio de forma se
convalida por el consentimiento, tiene amplio ascendiente en la doctrina
extranjera, aun aquella en la cual la nulidad no se impugna por vía de
recurso especial» (COUTURE, 1985: 391-392).
Couture anota además sobre el particular que:
«No han faltado en la doctrina opiniones muy autorizadas que llegan a
la conclusión de que ciertas nulidades pueden hacerse valer aun después
de vencidos los plazos de impugnación dados en la ley, poniendo en
duda la tesis de que no existen en derecho procesal nulidades absolutas.
Los ejemplos propuestos, de sentencias ininteligibles, o contradictorias,
o imposibles de ejecutar, son ejemplos de cátedra que con muy poca
frecuencia se dan en la vida. Más así y todo, eso no significa que no
puedan convalidarse por el consentimiento. Una sentencia ininteligible
será nula en cuanto no pueda ser interpretada y esa nulidad podrá ser
objeto de impugnación aun después de los plazos de recurso, o por vía
de excepción, mediante incidente, o hasta en un juicio posterior (...). La
tesis (...) de que la nulidad tiene varias formas de impugnación además
del recurso, significa, en último término, que aun después de vencidos
los plazos legales, será posible atacar los actos irregulares. Por lo demás,
siempre será posible al tribunal rectificar sus errores, si estuviere en
tiempo de hacerlo.
Pero la parte que tiene en su mano el medio de impugnación de una
sentencia y no lo hace valer en el tiempo y forma adecuada, presta su
conformidad a los vicios del procedimiento, y en ese caso su conformidad
Capítulo II I: Principios que rigen la nulidad procesal 95

trae aparejada la aceptación. Si tiene conocimiento de la nulidad durante


el juicio y no la impugna mediante recurso, la nulidad queda convalidada.
Si vencido el plazo del recurso y pudiéndola atacar mediante un incidente,
deja concluirse el juicio sin promoverlo, también consiente. Y si pudiendo
promover un juicio ordinario, hace expresa declaración de que renuncia
a él, también debe reputarse que con su conformidad convalida los vicios
y errores que pudieran existir en el proceso.
Si el que puede y debe atacar no ataca, aprueba: consensus non minus ex
fa d o quam ex verbis colligitur. En derecho procesal este precepto es poco
menos que absoluto» (COUTURE, 1985: 395-396).

7.2 Formas de convalidación

A continuación procedemos a citar la posición de diversos autores


respecto de las formas (o clases) de convalidación (entendida ésta en su diferente
terminología), que no representan sino la manera como se produce o tiene lugar
la convalidación en el proceso.
A) Posición de Alzamora Valdez.
«La subsanación se realiza: por renuncia y por caducidad. La
renuncia puede ser expresa o tácita. La caducidad se produce
cuando ha transcurrido el plazo señalado por la ley para impugnar
el acto viciado» (ALZAMORA VALDEZ, s/a: 325).
B) Posición de Alsina.
«... Las nulidades de procedimiento pueden ser subsanadas por
voluntad expresa o tácita de las partes. Lo primero ocurre cuando
la parte afectada ratifica el acto viciado de nulidad; lo segundo si
prosigue las actuaciones sin formular observación en tiempo
oportuno...» (ALSINA, 1958:110).
C) Posición de Goldschmidt.
«... La sanación se realiza:
a) Por renuncia al derecho de denuncia.
b) Por pérdida de este derecho, a causa de no haberlo utilizado...»
(GOLDSCHMIDT, 1936: 321).
D) Posición de Beíizonce.
«... En virtud del carácter excepcional y de interpretación estricta
de las nulidades del procedimiento, se admite qué puedan ser
saneadas por la concurrencia de la voluntad de las pártés,
manifestada expresa o tácitamente, sea que sé ratifique el acto, Séá
que transcurra el plazo acordado para impugháflás sin qué ello
96 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

hubiere acontecido, a mérito del principio de preclusión» (BERIZONCE;


citado por BARRIOS, 1980:126).
E) Posición de Oderigo.
«... En cuanto a la forma, el saneamiento de los actos nulos, en los
casos en que procede, ocurre de manera automática, por la omisión
de un reclamo oportuno; y va de suyo que en esos casos el saneamiento
también puede ser expreso, producirse por una manifestación
expresa de consentimiento posterior a la nulidad incurrida, nunca
anterior, porque no se puede consentir anticipadamente nulidades
eventuales» (ODERIGO, 1982, Tomo II: 258).
F) Posición de Escobar Fornos.
«La convalidación puede ser expresa o tácita. Es expresa cuando
explícitamente se pide la convalidación, y es tácita cuando antes
de pedirla se hace otra gestión o no se impugna oportunamente
(preclusión). También desaparece la nulidad cuando las partes
vuelven a realizar el acto nulo» (ESCOBAR FORNOS, 1990: 65).
G) Posición de Condorelli.
«... Todo tipo de irregularidad procesal es susceptible de remediarse
mediante el consentimiento expreso o presunto de la parte a quien
ella perjudique. De allí que los actos procesales viciados o
supuestamente viciados se reparan si no son atacados en tiempo
hábil, sin que quepa distinguir acerca del origen de la irregularidad
o que se trate de un trámite esencial del juicio» (CONDORELLI,
1980:106).
H) Posición de Silva Melero.
«... La sentencia firme viene a subsanar todos los vicios, con la
excepción de los casos de rescisión de sentencia y de inexistencia...»
(SILVA MELERO; citado por MORON PALOMINO, 1962: 78).
«... También el acto procesal se convalida con la preclusión, la
decadencia, la renuncia expresa o tácita, con el hecho de haber
alcanzado los fines que el acto se propone, a pesar de la irregularidad,
y, sobre todo, con el transcurso de los términos de impugnación»
(SILVA MELERO; citado por MORON PALOMINO, 1962: 78).
I) Posición de Salas Vivaldi.
Para Salas Vivaldi, estaremos en presencia de la convalidación tácita
«... si el habilitado para solicitar la nulidad deja pasar las
oportunidades prescritas por la ley para hacerlo. Su omisión le
priva después del derecho para invocarla. Es la situación (...) que
en doctrina se denomina convalidación por conformidad, que tiene
Capítulo II I: Principios que rigen la nulidad procesal 97

lugar precisamente ante la pasividad de aquél, la que debe


interpretarse como aquiescencia frente al acto irregular...» (SALAS
VIVALDI, 1988: 28).
Se produce la convalidación expresa -conforme al indicado autor-
«... cuando la parte afectada con el vicio realiza actuaciones en el
proceso que, demostrando pleno y manifiesto conocimiento de él,
contribuyen a que el acto en que incide cumpla a su respecto los
fines previstos para uno correcto...» (SALAS VIVALDI, 1988: 28).
«... La ejecución de actuaciones que manifiesta e inequívocamente
demuestren, aunque sin decirlo, que el mismo perjudicado con el
acto irregular prescinde de invocar la nulidad consecuente, siguiendo
el proceso su curso normal pese al vicio que le afecta, consiste,
doctrinariamente, en la convalidación por confirmación (...). A ella
conducen, entonces, actitudes positivas del titular del derecho a
invocar la nulidad a través de diligencias que, demostrando conocer
el vicio que la constituye, no la alega» (SALAS VIVALDI, 1988: 29).

J) Posición de Zanzucchi.
Se admite «... no sólo la corrección y rectificación de los actos
procesales viciados sino también su renovación, así como la
posibilidad de que lleguen a sanarse en los siguientes casos: I o,
cuando se ha obtenido el fin del acto, no obstante la irregularidad,
lo cual es posible sólo en caso de anulabilidad, no de nulidad; 2o,
cuando la parte renuncia expresa o tácitamente a la alegación del
vicio, ya que no puede pronunciarse la nulidad sin instancia de
parte y si la parte en cuyo interés es establecido un requisito no
opone la nulidad del acto por la falta del requisito mismo y no la
opone en primera instancia o en las fases sucesivas o cuando tiene
noticia del defecto, se entiende que acepta el acto que, naturalmente,
se convalida; 3o, supone también sanación la aceptación expresa o
tácita de la sentencia impugnable, la preclusión o decadencia y,
finalmente, el transcurso del plazo de la impugnación» (ZANZUCCHI;
citado por MORON PALOMINO, 1962: 62).

K) Posición de Eduardo Barrios.

Eduardo Barrios, en lo que atañe al objeto de nuestro estudio, hace


estas observaciones:
«El concepto de convalidación aparece en la doctrina y sobre todo
en la jurisprudencia, íntimamente ligado al de preclusión, generalmente
provocada por la omisión de la facultad impugnativa de los actos
irregulares o defectuosos.
98 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

La convalidación, entendida como la actividad de las partes


encaminada a subsanar los actos del proceso, tiene un marcado
tinte negocial, que proviene de su origen sustancial en la teoría de
los actos civiles (...).
En esta confirmación convalidativa interviene un ánimus específico,
directo, orientado -lo subrayamos- a provocar la desaparición del
vicio, a purgar el acto.
La conducta del sujeto, sintetizamos, tiene un signo positivo.
Volvemos ahora al terreno de nuestra disciplina formal para
recordar (...) que la persona vinculada a un acto judicial no pacta
con su adversario el asentamiento del proceso sobre bases
irregulares, simplemente no hace valer una facultad que la ley le
confiere.
(...)

Aparece en la conducta omisiva como forma de convalidación el


aspecto negativo.
(...)

(...) La convalidación -en el sentido de aquiescencia- por la voluntad


expresa del sujeto, opera ante las irregularidades de los actos
procesales, provocando por sí e inmediatamente la preclusión y
adelantando sus efectos cuando la voluntad se exterioriza antes del
vencimiento del plazo en el que el nulidiscente debe ejercer la carga
de impugnar.
Si la convalidación es por omisión opera por mandato de la ley, al
producirse la preclusión por inactividad o renuncia del legitimado
para deducirla» (BARRIOS, 1980:128-131).
L) Rosición de Véscovi.
A decir de Véscovi:
«Las formas de subsahación pueden ser varias, a saber:
a) la repetición del acto anterior sin los vicios de éste;
b) lá confirmación o ratificación del acto añulabíe;
c) la conformidad (expresa o tácitá) con el acto, que es lo qué a
veces se llarná convalidación (aunque ese término eqüivále
a subsahación) y puede coíhpréhdéf las tres formas.
Éñ réalídád, lá repetición del acto anterior no es una subsahación
dé ésté, sino la réálización de un nuevo acto, Sin los vicios del
príihéro y qué, por consiguiente/ lo sustituye. Hay ün acto
Capítulo III: Principios que rigen la nulidad procesal 99

válido: el nulo ya no interesa. Así, la notificación realizada


sin las formas requeridas (por nota, si era a domicilio) se
repite, pero en forma correcta. Lo que vale es la segunda.
La confirmación importa un nuevo acto jurídico no similar al
anterior, sino cuyo contenido se agota en la mera ratificación
del antecedente. Inclusive puede ser una sola parte la que se
encuentra afectada por la nulidad, o un tercero. Así, la
manifestación de voluntad que faltó en un escrito (demanda,
etc.), de la esposa, del condominio, etc., o la ratificación de la
declaración que originariamente se prestó sin la presencia del
defensor y sin renunciar a éste.
Por último, la forma más usada en el proceso es la llamada
convalidación de las nulidades por la aceptación de ellas, al no
reclamarse oportunamente. Las nulidades procesales, a
diferencia de las civiles, se subsanan, más que por el transcurso
del tiempo, por el decurso del procedimiento y por el sistema
de preclusiones que impide retroceder a las etapas ya concluidas.
En general, los ordenamientos positivos tienen normas
expresas sobre la subsanación de las nulidades al no reclamarse
dentro de determinados plazos por los recursos establecidos.
Inclusive, algunos derechos prevén institutos para sanear el
proceso de nulidades, de modo de evitar que se aleguen éstas
cuando ya han transcurrido otras etapas, haciendo retrogradar
el procedimiento a estadios ya pasados, con los consiguientes
perjuicios. Es la función del importante 'despacho saneador'
del derecho brasileño en Latinoamérica (...). También la
'audiencia preliminar' (...) tiene, entre otras, esa función.
En todo caso, y cuando estas normas no existen, igualmente
hay un principio general del derecho que acepta la convalidación
de las nulidades procesales, fundado en los postulados antes
mencionados (certeza, seguridad, preclusión). También se
basa en que dichas nulidades deben ser opuestas por las
partes y no de oficio por el juez, por lo cual se presume que
al no hacerlo en tiempo, renuncian a invocarlas» (VESCOVí,
1999: 266-267).
Véscovi advierte que «... la convalidación de las nulidades
procesales se produce, en definitiva, al final del proceso por
el principio de la cosa juzgada (...). Las que se refieren a los
actos de procedimiento se convalidan en la misma instancia
y si no se usan los recursos correspondientes (...). Es decir,
que éstas, que podrían ser las relativas, deben ser impugnadas
de inmediato (...). Y las otras, que la ley llama -a veces
100 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

directamente, y en ocasiones indirectamente- absolutas ('de


pleno derecho', 'de derecho'), quedan convalidadas al final
del proceso, cuando la sentencia definitiva ha pasado en
autoridad de cosa juzgada...» (VESCOVI, 1999: 262).
LL) Posición de Rocco.
Según Rocco:
«... Los actos procesales ineficaces pueden hacerse eficaces siempre
que no se trate de inexistencia del acto.
Los modos como un acto puede hacerse eficaz, son dos:
a) La consecución de la finalidad del acto, que aun careciendo
de un requisito sustancial haya cumplido igualmente con su
función (por ejemplo, una citación en que esté equivocado
el nombre del demandado, pero este se haya constituido
igualmente).
(...)

b) (...) Para los vicios que implican anulabilidad, la nulidad no


puede pronunciarse sino a instancia de parte (...).
Se trata, en este caso, de vicios relativos a un requisito exigido
en el exclusivo interés de la parte, de manera que si no es
alegado por la parte en la primera instancia o defensa
subsiguiente al acto (...), se entiende que hace aquiescencia
al acto.
En cuanto a los actos de los órganos jurisdiccionales, y en
particular a la sentencia, la aceptación expresa o tácita de ella
importa aquiescencia, y por tanto, saneamiento de los eventuales
vicios.
La aquiescencia a la sentencia puede ser expresa, cuando haya
una declaración explícita de voluntad de que se quiere aceptar
la sentencia; es tácita cuando haya una manifestación de
voluntad totalmente incompatible con la voluntad de querer
impugnarla (por ejemplo, ejecución voluntaria e inequívoca
de la sentencia)» (ROCCO, 1976, Volumen II: 307-308).
M) Posición de Maurino.
A criterio de Maurino:
«... Dos son las clases de convalidación:
a) Convalidación expresa. Cuando la parte perjudicada se presenta
ratificando el acto viciado (...).
Capítulo III: Principios que rigen la nulidad procesal 101

b) Convalidación tácita o presunta. Cuando la parte legitimada para


pedir la nulidad, en conocimiento del acto defectuoso, no lo
impugna por los medios idóneos (incidente, recurso, etc.)
dentro del plazo legal...» (MAURINO, 1990: 55).
Maurino, en lo que concierne a la convalidación tácita, señala lo
siguiente:
«a) Fundamento. Partiendo de la noción ya esbozada, su
fundamento radica en que si no se reclama la anulación del
acto irregular en tiempo hábil, precluye el derecho a solicitarla,
pues de lo contrario se lesionaría 'el orden y la estabilidad de
los procedimientos. De ahí su vinculación con la preclusión.
Si en tiempo y forma se pueden cuestionar las actuaciones y
se guarda silencio, ello hace presumir conformidad con el
trámite. Razones de economía y consecuencialmente de celeridad
procesal, así lo imponen.
b) Plazo. El plazo para que se opere la convalidación tácita
depende del medio impugnatorio de que se valga la parte, y
de la legislación positiva vigente.
El momento a partir del cual comienza a contarse el plazo, es
aquel en que el interesado toma conocimiento del acto.
Este conocimiento debe entenderse en sentido amplio.
No puede circunscribirse únicamente a la intervención directa
y posterior en el juicio, o 'a la primera actuación o diligencia
posterior en que intervenga'. Serían ejemplos de lo manifestado,
la presentación de un escrito, asistir a una audiencia, etcétera.
Y ello porque puede ocurrir que el conocimiento se obtenga
de otra manera, v.gr., conseguir un expediente en préstamo,
y advertido el vicio, guardar silencio, para dejar correr el
tiempo y pedir después la nulidad, acarreando perjuicios a
la contraparte y al juzgado.
(...)

Es dable destacar que el sumun del silencio convalidatorio lo


constituye el consentimiento de la providencia de llamamiento
de autos, con lo cual queda saneada toda irregularidad
procesal» (MAURINO, 1990: 55-56).
N) Posición de Morón Palomino.
«... El acto procesal nulo se subsana cuando la nulidad ha sido
reparada o remediada. Esta reparación puede producirse: bien
102 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

substituyendo el acto procesal nulo por otro válido, previa declaración


de la nulidad del primero, naturalmente; bien adquiriendo eficacia
y validez al acto nulo; bien por actividad del autor del acto nulo.
La primera forma de subsanación puede ser denominada
subsanación por renovación, o más brevemente, renovación. La
segunda modalidad de subsanación puede ser llamada convalidación,
expresión que, en su sentido gramatical, significa otorgamiento de
firmeza o valor. La tercera puede ser llamada enmienda» (MORON
PALOMINO, 1962: 203).
En cuanto a la subsanación por renovación, Morón Palomino
explica que «... el remedio del vacío que la nulidad ocasionó
consistirá en la renovación del acto en condiciones de que sea
idóneo para cumplir sus efectos normales. Para que se cumpla la
finalidad del proceso, será precisa la producción de otro acto, de
igual naturaleza que el declarado nulo, pero ajustado a las normas
del derecho procesal» (MORON PALOMINO, 1962: 203-204).
El indicado autor dice de la subsanación por convalidación que
«... puede llamarse también sanatoria, porque hace referencia a la
sanación de lo que se produjo viciado. No exige una previa declaración
de nulidad; por el contrario, la excluye» (MORON PALOMINO,
1962:204). Sobre dicha forma de subsanación agrega Morón Palomino
que:
«El acto procesal inexistente es subsanable sólo por renovación;
o sea, no puede jamás convalidarse» (MORON PALOMINO,
1962:204-205). «La razón, de orden ontológico, se ofrece clara:
de la inexistencia no puede surgir, en ningún caso, la existencia.
La convalidación exige la existencia, pues lo que no existe no
puede sanar y adquirir eficacia» (MORON PALOMINO, 1962:
205).
Los actos nulos para cuya invalidación no exige la ley la
iniciativa privada, bastando a tal fin la declaración de nulidad
de oficio, «... en tanto dura el proceso, tampoco admiten
convalidación. La razón es clara: si (...) la convalidación
presupone el consentimiento de la parte legitimada para
interponer la pretensión de nulidad, en aquellos casos en que
el ejercicio de esa pretensión no es preciso para la declaración
de nulidad, dicha forma de subsanación no podrá operarse»
(MORON PALOMINO, 1962: 206).
Tratándose de actos procesales nulos para los que la ley exige
para su denuncia una determinada actividad o procedimiento
especial,«... si esa actividad no se despliega, si ese procedimiento
no se inicia, actividad y procedimientos a cuyo ejercicio está
Capítulo III: Principios que rigen la nulidad procesal 103

condicionada la interposición de la pretensión de nulidad, la


nulidad queda convalidada» (MORON PALOMINO, 1962:
207).
«... Si (...) la convalidación se produce porque quien podía
interponer la pretensión de nulidad acepta estar y pasar por
el acto nulo y por las consecuencias que éste produzca tal
y como si hubiera sido válido, es claro que tan pronto se
manifieste ese consentimiento o aceptación se producirá la
subsanación por convalidación...» (MORON PALOMINO,
1962: 209).
«... Si la parte legitimada para promover la pretensión de
nulidad, en vez de ejercitarla, realiza un acto que presupone
la existencia y validez del que es nulo, exterioriza una voluntad
tácita; ya que si realizó ese acto procesal cuyo antecedente
necesario es el nulo, quiere decir que acepta las consecuencias
del acto nulo; y si acepta esas consecuencias es porque admite
el principio o la causa, es decir, la validez del acto procesal
nulo, con lo que éste queda convalidado» (MORON PALOMINO,
1962: 209-210).
«Verificado un acto procesal nulo, si la parte legitimada no
interpone su pretensión de nulidad y permanece, además,
inactiva sin realizar el acto posterior correspondiente (...) no
sólo perderá, por el principio de preclusión, el derecho a
ejercitarlo, sino que habrá de estar por las consecuencias de
su inactividad, esto es, habrá de pasar por el efecto positivo
que esa preclusión ocasiona (...), que es, en definitiva, una
consecuencia del acto procesal nulo: luego si acepta la
consecuencia (el efecto preelusivo positivo), aceptación que
puede configurarse como una manifestación de voluntad
presunta, o, si se quiere, en virtud de silencio relevante, cabe
entender que acepta el origen o causa de ese efecto, por lo
que habrá, naturalmente, que admitir que consiente el acto
procesal nulo, con lo que éste queda convalidado...» (MORON
PALOMINO, 1962: 212-213).
Finalmente, en lo que concierne a la subsanación por enmienda,
Morón Palomino aduce que «... afecta a los defectos que originan
excepciones dilatorias» (MORON PALOMINO, 1962: 213).

7.3 Nulidades procesales no convalidables

Existen causas de excepción por las que no son susceptibles de


convalidación las nulidades procesales, como las que a continuación reseña
Maurino:
104 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los A ctos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

«1) Nulidades absolutas previstas por el legislador (...).


La razón es que pertenece a la competencia legislativa la regulación
del régimen de nulidades, atendiendo a las exigencias políticas y
sociales de una situación determinada.
(...) Llámense absolutas, esenciales, etc., estas nulidades tipificadas
legislativamente, existen, y constituyen una excepción a la regla
general de convalidación.
(...)

2) Normas de interés público (...). V.gr., normas sobre composición del


tribunal, sobre competencia, en tanto no admitan 'su prorrogación'.
3) Preceptos de carácter imperativo. Emparentada con la anterior, ha sido
recepcionada por una parte de la jurisprudencia.
(...) No son convalidables los actos irregulares 'por inobservancia
de preceptos de carácter imperativo' (constitución del tribunal,
jurisdicción en razón de la materia). El fundamento es que de otra
manera se desnaturalizaría el sistema procesal establecido para
dirigir las contiendas, o se violarían requisitos constitucionales de
importancia.
4) Normas que contienen un requisito deforma absoluta.
5) Normas de orden público. Las nulidades de orden público no se
consienten por el silencio de las partes. Sólo las sanea la cosa
juzgada...» (MAURINO, 1990: 57-59).
En opinión de Gozaíni, «... los actos nulos de nulidad absoluta no son
subsanables, porque ellos están inficionados, son inválidos. Ocurre que llevan
eficacia y por esta condición resuelven su utilidad mientras no exista actividad
de parte legitimada que acuse la inoficiosidad. Hay consentimiento no
convalidación, es decir, la voluntad expresada ficta o realmente, asiente en la
eficacia del acto, no en su validez como acto jurídico» (GOZAINI, 1992, Tomo
I, Volumen 2: 853).
Por su parte, Alzamora Valdez dice que «no procede la subsanación de
los actos que adolecen de defectos formales derivados del incumplimiento de
las leyes sobre organización de los tribunales, competencia de los mismos,
capacidad de las partes, organización del proceso y otros señalados expresamente
como causantes de nulidad» (ALZAMORA VALDEZ, s/a: 324). «Por tal razón,
no es posible subsanar un acto procesal ejecutado por un tribunal incompleto,
por un juez carente de nombramiento, o por la parte declarada sin capacidad
procesal, etc.» (ALZAMORA VALDEZ, s/a: 325). Señala, además, el autor
nacional que «... cuando el precepto es de tal naturaleza que sin su cumplimiento
no podría ser conseguido el fin de seguridad jurídica a que el proceso tiende,
el vicio es irreparable» (ALZAMORA VALDEZ, s/a: 325).
Capítulo III: Principios que rigen la nulidad procesal 105

Oderigo anota que «las leyes vigentes autorizan el saneamiento de las


nulidades -mejor dicho, de los actos procesales defectuosos-, cuando la nulidad
se origina en defectos del procedimiento; de manera que dicho saneamiento
no procede cuando el defecto se refiere al acto mismo» (ODERIGO, 1982, Tomo
II: 257). «Con otras palabras: procede el saneamiento de los actos procesales
defectuosos de presupuestos, y no de los defectuosos de elementos» (ODERIGO,
1982, Tomo II: 257).
Prieto-Castro y Ferrándiz sostiene que «... la posibilidad de subsanación
de las faltas depende tan sólo de la naturaleza de la norma que prescriba el
requisito formal» (PRIETO-CASTRO Y FERRANDIZ, 1980, Volumen 1: 124).
Por consiguiente, «... si la norma es absoluta, la falta es insubsanable. En tal
caso se encuentran las faltas que originan la inexistencia, como es natural, y la
nulidad. En todos estos casos, el Tribunal ha de apreciar de oficio la existencia
de la falta, no permitiendo que el acto produzca efecto» (PRIETO-CASTRO Y
FERRANDIZ, 1980, Volumen 1:124).
Para Condorelli, «... el principio de convalidación no juega tratándose
de actos inexistentes, ni tampoco cuando se atacan actos afectados por
vicios sustanciales (incapacidad, error, dolo, violencia, fraude, simulación)»
(CONDORELLI, 1980:106).
Según Eduardo Barrios, «no se pueden convalidar, en el sentido de
prestarle aquiescencia, meros hechos generadores de un simple 'procedimiento'.
Esto se vincula al muy discutido 'acto inexistente'...» (BARRIOS, 1980: 132).
«Tampoco pueden convalidarse los actos procesales ni el proceso todo como
estructura, por los vicios intrínsecos (o sustanciales) de incapacidad, error,
dolo, violencia, fraude o simulación» (BARRIOS, 1980:132).

7.4 Inviabilidad de convalidación de actos procesales inexistentes

Es minoritaria la tendencia que admite la convalidación del acto


inexistente. Pocos autores se afilian a tal criterio, contándose entre ellos a Fassi,
quien asegura que «... la nulidad y aun la inexistencia de los actos procesales,
son subsanables por el consentimiento» (FASSI; citado por MAURINO, 1990:
61).
Maurino nos informa que «cierta jurisprudencia se ha manifestado
partidaria de la convalidación, afirmando que la eventual inexistencia del acto
no es susceptible de producir en todos los casos las mismas consecuencias. Se
sostiene que, integrándose con un acto útil y lícito, es capaz de lograr un fin,
y no impugnado en tiempo, no hay razón lógica ni jurídica, para entender que
el silencio guardado no importa un asentimiento con la actuación procesal
cumplida» (MAURINO, 1990: 61). «Se sienta aquí el principio de 'conversión
por saneamiento definitivo', pero aplicado al concepto de inexistencia...»
(MAURINO, 1990: 61).
106 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los A ctos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

Sin embargo, como bien pone de relieve Eduardo Barrios,«... el consentimiento


no convalida los meros hechos en el procedimiento, cuando ellos no constituyen
'actos' (inexistencia)...» (BARRIOS, 1980: 135). Ello se debe a que el acto
inexistente está desprovisto de los elementos mínimos para ser considerado
un acto procesal (de ahí es que se dice que es un simple hecho -jurídico, si se
quiere-), por lo tanto, la inexistencia en cuestión, al no producir ningún efecto,
no precisa de declaración judicial alguna, pudiendo ser constatada en cualquier
oportunidad, pero de ninguna manera puede operar su convalidación.
En ese sentido se pronuncia Gómez Orbaneja cuando expresa que «... el
acto inexistente ni produce efectos ni puede ser objeto de convalidación»
(GOMEZ ORBANEJA; citado por MORON PALOMINO, 1962: 205).
Couture concuerda con lo expuesto en su ya conocida fórmula: «... el acto
inexistente (hecho) no puede ser convalidado, ni necesita ser invalidado» (COUTURE,
1985: 377).
En esa misma línea se encuentra Peyrano cuando predica que el acto
inexistente es aquel «... que no irroga efecto alguno; no pudiendo en ningún
supuesto (a diferencia de lo que sucede con los actos nulos) ser convalidado,
por adolecer de ineficacia absoluta (vgr., sentencia emitida por quien no es
juez)» (PEYRANO, 1995: 363).
Similar punto de vista tiene Guasp al aseverar que «... el acto inexistente
no produce en modo alguno los efectos a que por su naturaleza va destinado (...);
pero, además, no cabe que sea objeto de convalidación, ya que ni el transcurso
del tiempo ni la voluntad de los interesados puede convertirlo en eficaz»
(GUASP; citado por MORON PALOMINO, 1962: 205).
Gozaíni comparte tal criterio cuando indica que «... los actos inexistentes
no pueden subsanarse, sencillamente porque son un no hecho, y carecen de las
mínimas expresiones útiles que le otorguen validez formal y eficacia» (GOZAINI,
1992, Tomo I, Volumen 2: 853).

8. PRINCIPIO DE LA DECLARACION JUDICIAL

Antes que nada, cabe señalar que la invalidación «... sólo puede efectuarse
como consecuencia de una actividad más o menos compleja que se concluye con la
resolución judicial que viene a privar de efectos al acto imperfecto» (RODRIGUEZ
ESPEJO, 1976: 679). «De esta manera aparecen íntimamente ligadas las tres
facetas que presenta el problema nada simple de la invalidez de los actos
procesales; en primer lugar, el jurista se encuentra con un estado de imperfección
para el que el ordenamiento conmina, simple o conjuntamente con cualquier
otro tipo de sanción, la posibilidad más o menos inmediata de privar al acto
de sus consecuencias jurídicas normales; en segundo lugar y en todo caso, al
cultivador del Derecho se ofrece la percepción de una actividad procesal
invalidadora sujeta en las distintas hipótesis a muy diversas exigencias subjetivas,
Capítulo III: Principios que rigen la nulidad procesal 107

temporales y formales; en tercer lugar, y como consecuencia de la actividad


anuladora antes citada, el procesalista se enfrenta a una situación final en que,
por virtud de la eficacia jurídica de la declaración jurisdiccional, el acto
imperfecto ha sido privado, en mayor o menor medida y según una rica
gradación de supuestos y soluciones, de sus consecuencias jurídicas normales»
(RODRIGUEZ ESPEJO, 1976: 679).
Como se ha podido observar, «la nulidad no opera de pleno derecho, de
modo que no basta el deseo de los litigantes para restar eficacia a un acto del
proceso, sino que es necesaria la correspondiente declaración judicial» (SALAS
VIVALDI, 1962: 292).
Al respecto, Liebman precisa que «... para que se tenga nulidad, ésta debe
en todo caso ser pronunciada por el juez, y esto vale, de ordinario, igualmente
tanto para las nulidades relativas como para las absolutas. Esto no obstante, la
declaración de la nulidad tiene el valor de una simple constatación y certificación
de la invalidez del acto, más bien que la de una anulación...» (LIEBMAN, 1980:
199-200).
Redenti coincide con Liebman cuando dice que el pronunciamiento de
nulidad «... parece destinado (...) a declarar la certeza de que el acto era ya
desde su origen y por sí mismo inepto para producir efectos procesales; tiene
más bien (por lo menos en origen) los caracteres de una simple constatación
declarativa...» (REDENTI, 1957, Tomo I: 216).
En lo relativo al principio de la declaración judicial, Véscovi nos enseña
que:
«Los autores civilistas discuten acerca de si la nulidad absoluta necesita,
o no, ser declarada por el juez.
(...) Este problema es diferente al de si la sentencia judicial crea (constituye),
o no, la nulidad. En este aspecto no cabe duda de que la nulidad absoluta,
al menos, no es creada por el juez, sino, simplemente, comprobada. Es
decir, que la sentencia que la acepta es declarativa y no constitutiva, como
la que acoge la nulidad relativa. La nulidad declarada por el juez,
entonces, ya existe, sólo se comprueba, el acto es nulo ab initio, no ha
podido producir efectos. En cambio, la nulidad relativa se 'constituye'
por la sentencia del juez y, en consecuencia, comienza a 'existir' en el
mundo jurídico a partir de ese momento. El acto produjo efectos hasta
entonces.
Descartada esta cuestión, que los civilistas mezclan generalmente con la
primera, parece claro que la nulidad (y aun la inexistencia) tiene que ser
objeto de declaración judicial. O sea, que si bien el acto absolutamente
nulo (o el inexistente) no debe producir efectos, de hecho los produce
mientras no se hace efectiva la declaración judicial. Esto nos parece muy
claro en el campo procesal. Por eso la sentencia que declara la nulidad
108 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los A ctos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

(inexistencia), siendo declarativa tiene efecto retroactivo y produce la


anulación de los actos consecuentes que todavía estaban en pie (...). Es
decir, que aun cuando el juez falle sin jurisdicción, por razón de materia,
o fuera del plazo, etc., la sentencia tendrá validez hasta que sea declarada
nula. Una cosa es que la nulidad sea insanable, que pueda ser declarada
en cualquier momento, que no se convalide, y otra, muy diferente, que
no haya necesidad de una declaración judicial» (VESCOVI, 1999:265-266).

9. PRINCIPIO DE INDEPENDENCIA

En virtud del principio de independencia la nulidad opera únicamente


respecto del vicio que la motivó, no invalidando éste la totalidad del acto, si
no se afectan todos los elementos que lo conforman, así como tampoco se
invalidan los demás actos del proceso en la medida que éstos guarden autonomía
en relación al acto que adolece de vicio o defecto. Es por eso que:
La declaración judicial de nulidad de un acto procesal no se hace
extensiva a los anteriores ni a los posteriores que sean independientes
de aquél.
La invalidación de una parte del acto procesal no implica que
suceda lo propio con las otras que sean independientes de ella, ni
obsta tal invalidación la producción de efectos para los cuales el
acto es idóneo, a no ser que exista norma expresa en contrario.
CAPITULO IV

DECLARACION DE LA
NULIDAD PROCESAL

1. FORMAS EN QUE PUEDE SER PETICIONADA LA DECLARACION


DE NULIDAD PROCESAL

En el derecho comparado la declaración de nulidad puede ser peticionada,


principalmente, a través de: incidente de nulidad, recursos (en especial de
nulidad, apelación y casación), excepciones y proceso o acción autónoma de
nulidad de cosa juzgada fraudulenta.

A) Incidente de nulidad.
«En principio, las nulidades procesales deben plantearse en la
instancia en que se han ocasionado. Es decir que el cuestionamiento
debe hacerse ante el órgano judicial ante el que se cumplieron los
actos defectuosos, procurando su reparación» (MAURINO, 1990:
211 ).
«El fundamento de lo expresado radica en que la habilitación de la
potestad revisora de las cámaras (léase del órgano superior
jerárquico) requiere 'el necesario antecedente de su planteamiento
y decisión previos', pues de lo contrario se violaría la garantía de
la doble instancia» (MAURINO, 1990: 211).
«Las desviaciones procesales o vicios de procedimientos ocurridos
durante la instancia son impugnables por medio del incidente de
nulidad, medio normal que se da para la reparación de los errores
in procedendo y que no ejercitado en tiempo hábil, hace convalidable
el acto y subsanable el vicio que padece» (CARLOS; citado por
MAURINO, 1990: 211).
110 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

El incidente de nulidad «... es aquella cuestión accesoria que pueden


promover las partes en el curso del juicio acerca de la falta de
validez de la relación procesal o de determinados actos de
procedimiento» (CASARINO VITERBO, 1984, Tomo IV: 429).
Para Salas Vivaldi, «es evidente que la petición de nulidad procesal
durante el curso del proceso es un incidente de la causa, pues
constituye una cuestión accesoria que debe ser resuelta por el
juez mediante un pronunciamiento especial...» (SALAS VIVALDI,
1990: 25).
«... La nulidad debe ser pedida por medio de incidente cuando se
trata de "actuaciones nulas por omisiones o defectos, en los cuales
no haya recaído resolución judicial» (JOFRE; citado por MAURINO,
1990: 213).
Así lo considera también Maurino cuando dice que «... la nulidad
por vía de incidente sólo procede contra actos procesales que no
son decisorios o que no importan una resolución» (MAURINO, 1990:
214). Maurino fundamenta de este modo: «... dictada una sentencia
y notificada, fenece la jurisdicción del juez respecto del pleito. No
puede volver a examinar o anular su propio pronunciamiento...»
(MAURINO, 1990: 214).
Según Gimeno Gamarra, «en un sentido estricto el incidente de
nulidad no puede ser considerado como un verdadero recurso,
porque el recurso es la impugnación de una especie determinada
de actos procesales, cuales son las resoluciones judiciales, que tiende
a la reforma o sustitución de la resolución a que se refiera por otra
y que puede fundarse en la disconformidad con el fondo de las
mismas o en la existencia de algún vicio o defecto susceptible de
producir su nulidad, mientras que el incidente es un medio de
atacar la validez, tanto en las resoluciones judiciales, como de otras
especies de actos, que sólo se puede fundar en la existencia de algún
vicio o defecto capaz de determinar la nulidad de los mismos. Es,
pues, el incidente un medio de impugnación, por un lado, más
amplio que el recurso, puesto que no sólo se refiere a una especie
determinada de actos procesales, sino también a otras clases de
actos, y, por otro, más restringido, puesto que sólo se puede fundar
en la existencia de algún vicio o defecto de los actos y no en la
disconformidad en cuanto al fondo de los mismos...» (GIMENO
GAMARRA, 1949: 512-513).
Casarino Viterbo hace notar que «por regla general, los incidentes
de nulidad pueden promoverse en cualquier estado del juicio salvo
que ya se hubiere pronunciado sentencia y se hubiere notificado a
alguna de las partes, o que se tratare de la nulidad de determinados
Capítulo IV : D eclaración de la nulidad procesal 111

actos procesales, pues éstos deben promoverse tan pronto el hecho


que les sirve de fundamento haya llegado a conocimiento de la
parte» (CASARINO VITERBO, 1984, Tomo IV: 429).
Acerca del incidente de nulidad, Luis Rodríguez refiere lo siguiente:
«... El incidente es la vía más importante para articular la
nulidad procesal, porque el recurso, la excepción o la acción
autónoma sólo se dan en casos y supuestos limitados.
Entonces, para atacar una nulidad de procedimiento, por vicio de
actividad anterior a la sentencia, la única vía es la promoción del
incidente de nulidad -en la forma y plazos previstos- en la misma
instancia en que se generó el defecto, aun habiendo decisión.
Resumiendo, el incidente se promueve por:
I o) Vicios del procedimiento anteriores a la sentencia y
derivados de la relación procesal (demanda-contestación-
período instructorio hasta llamamiento de autos).
2o) Vicios del procedimiento anteriores, aun después de dictada
la sentencia o durante el proceso de ejecución (...).
Aun después de dictada la sentencia y en la etapa de
ejecución de la misma -si es por vicio anterior- procede
el incidente y no el recurso. Uno de los requisitos de la
ejecución es que la sentencia se encuentre firme (...).
Todo el proceso puede estar viciado e incluso la
notificación de la sentencia y, por ello, al pretender
ejecutar la misma, sólo es viable el incidente de nulidad»
(RODRIGUEZ, 1987:101).

B) Recursos.
Tenemos los recursos de nulidad, apelación y casación.
1) Recurso de nulidad.
«... En el plano de la pureza terminológica, el vocablo
adecuado para designar este medio impugnatorio, es el de
recurso de anulación. Pero habitualmente se habla de recurso
de nulidad, identificando el vicio y el modo de repararlo: la
enfermedad y el remedio» (MAURINO, 1990:173-174).
«El recurso de nulidad es un medio de impugnación dado a
la parte perjudicada por un error de procedimiento, para
obtener su reparación» (COUTURE, 1985: 372).
«El recurso de nulidad procede contra las resoluciones pronunciadas
con violación u omisión de las formas prescriptas por la ley bajo esa
sanción, o que asuman carácter sustancial...» (MAURINO, 1990:178).
112 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

Acerca de su objeto o finalidad, señala Maurino lo siguiente:

«El recurso de nulidad tiene un objeto mediato o indirecto y


otro mediato o directo.

a) Objeto mediato o indirecto. Tiende a hacer posible un fallo


ajustado a derecho (...).

b) Objeto inmediato o directo. El fin inmediato del recurso


nulificatorio es denunciar los vicios extrínsecos de la
resolución, no los intrínsecos. Teleológicamente apunta
a los aspectos formales de ella, no a la justicia de su
contenido, pues esto último es objeto del recurso de
apelación.

Queda delimitado así el ámbito de este remedio procesal,


en principio, a las impugnaciones dirigidas contra los
defectos de lugar, tiempo y forma que pudieren afectar
a una resolución judicial en sí misma.

Su finalidad es servir de correctivo a un pronunciamiento


que 'se ha desviado de los medios de proceder', sea por
violación u omisión de las formas legales o de las que
asuman el carácter de sustanciales» (MAURINO, 1990:
177).

En lo que concierne a este recurso, Luis Rodríguez anota lo


siguiente:

«El recurso de nulidad tiene por ámbito el de las formas


extrínsecas de la sentencia definitiva y, por supuesto,
no atañe al contenido de la misma (intrínseco). También
comprende las formas de las restantes resoluciones
judiciales (...).

Ello es una consecuencia de la naturaleza del recurso


que se refiere a 'errores in procedendo' y no de razonamiento
(in iudicando).

Las formas extrínsecas se refieren a los requisitos de


tiempo, lugar y forma...» (RODRIGUEZ, 1987:145).

Por su parte, Véscovi, en cuanto al recurso de nulidad, nos


enseña que:

«Nos hallamos (...) frente a un recurso extremo, que,


además, se da contra las sentencias pasadas en autoridad
Capítulo I V : D eclaración de la nulidad procesal 113

de cosa juzgada, por determinadas causales expresamente


establecidas en las leyes adjetivas y está sometido a
reglas rigurosas para su admisión (exigencias formales
y de contenido) (...).
(...)

Por tratarse de un recurso de nulidad, debe fundarse en


la violación de un requisito de forma (error in procedendo)
de la propia sentencia, o del iter procesal. La facultad
del tribunal que juzga el recurso (ad quem) es sólo para
anular (iudicium rescindens) y reenviar al inferior (...).
No para sustituir la sentencia (iudicium rescissorium)»
(VESCOVI, 1988: 333-334).
2) Recurso de apelación.
La apelación es aquel recurso ordinario y vertical o de alzada
formulado por quien se considera agraviado con una
resolución judicial (auto o sentencia) que adolece de vicio o
error, y encaminado a lograr que el órgano jurisdiccional
superior en grado al que la emitió la revise y proceda a
anularla o revocarla, ya sea total o parcialmente, dictando
otra en su lugar u ordenando al Juez a quo que expida una
nueva resolución de acuerdo a los considerandos de la
decisión emanada del órgano revisor.
La apelación no constituye una renovación del proceso o
reiteración de su trámite o un novum iudicium, sino que
representa su revisión. Así es, la apelación supone el examen
de los resultados de la instancia y no un juicio nuevo. En
virtud de dicho recurso no se repiten los trámites del proceso
principal, sino que se llevan a cabo otros notoriamente
diferenciados y dirigidos a verificar la conformidad de los
resultados de la instancia primigenia con lo previsto en el
ordenamiento jurídico y lo actuado y probado en el proceso.
De esta manera el superior jerárquico examina la decisión
judicial que se pone a su consideración haciendo uso de los
elementos incorporados al proceso en su instancia originaria
(y, en determinados casos especiales, de aquellos introducidos
en la segunda instancia), pero no revisando ésta en su
integridad, sino en lo estrictamente necesario.
Sobre el particular, Couture apunta que:
«El agravio es la injusticia, la ofensa, el perjuicio material
o moral (...).
114 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

El recurso dado para reparar los agravios es, pues, la


apelación. Entre el agravio y el recurso media la diferencia
que existe entre el mal y el remedio.
La nulidad, por su parte, es la desviación en los medios
de proceder. Esos medios de proceder no son nunca,
como su nombre lo indica, fines en sí mismos, ya que
el procedimiento por el procedimiento no se concibe.
Sólo se concibe como posibilidad formal de obtención
de ciertos fines. El recurso dado para reparar la nulidad
es la anulación. Pero en la terminología habitual de nuestros
países no se utiliza esta palabra sino, simplemente, la de
recurso de nulidad...» (COUTURE, 1985: 346-347).
No obstante lo expresado por el citado tratadista uruguayo,
cabe destacar que el recurso de apelación contiene intrínsecamente
el pedido de nulidad, en los casos que los vicios estén referidos
a la formalidad de la resolución impugnada. Por consiguiente,
la declaración judicial de nulidad puede derivar de la
interposición de un recurso de apelación, siempre que a través
de éste se denuncie la existencia de vicios in procedendo en el
auto o sentencia objeto de impugnación. Nada impide, dicho
sea de paso, que se declare la nulidad de la resolución
cuestionada en virtud de un recurso de apelación dirigido a
obtener la reparación de los agravios causados, conjuntamente,
por vicios in procedendo e in iudicando.
3) Recurso de casación.
El recurso de casación es aquel medio impugnatorio vertical
y extraordinario procedente en supuestos estrictamente
determinados por la ley y dirigido a lograr que el máximo
tribunal (Corte Suprema de Justicia) revise y reforme o anule
las resoluciones emitidas en segundo grado por las Salas
Superiores (que pongan fin al proceso), que infringen, por
error o arbitrariedad judicial, las normas de derecho material
o procesal (o el precedente judicial) de una manera tal que
dicha infracción (consistente en algún vicio in iudicando o in
procedendo) incide directamente en la parte decisoria de la
resolución, lo que da lugar a un fallo ilegal, irregular o injusto.
A través del recurso de casación se fiscaliza, por un lado, el
quehacer judicial en la aplicación de la ley y, por otro, se
salvaguarda la uniformidad de ésta y la de la jurisprudencia
nacional, resultando un instrumento de gran utilidad para
lograr la seguridad jurídica y la igualdad de las personas ante
la ley. Sirve entonces el recurso de casación, no sólo para
Capítulo I V : D eclaración de la nulidad procesal 115

cautelar intereses particulares y específicos de las partes, sino,


principalmente, para velar por la correcta aplicación del
derecho objetivo y la integridad del ordenamiento jurídico y
de la jurisprudencia nacional vinculante, cumpliendo así una
función protectora del interés público.
Ahora bien, puntualizamos que el pedido de nulidad (total
o parcial) de actuados puede estar comprendido en el recurso
de casación si éste se funda en la infracción de una norma
procesal que produjo la afectación del derecho a la tutela
jurisdiccional efectiva o del debido proceso. Por lo tanto, la
correspondiente declaración judicial de nulidad puede
derivar de la interposición del recurso de casación.

C) Excepciones.
«... Este medio de defensa puede utilizarse para impugnar los actos
procesales viciados y obtener su anulación» (MAURINO, 1990:223).
«La excepción es un instituto procesal a través dpi ™al el emplazado
ejerce su derecho de defensa denunciando la existencia de una
relación jurídica procesal inválida por omisión o defecto en algún
presupuesto procesal, o, el impedimento de pronunciarse sobre el
fondo de la controversia por omisión o defecto en una condición
de la acción» (MONROY GAL VEZ, 1987:102-103).
«... La excepción dilatoria, calificada de procesal en algunos códigos
de procedimientos, tiene como fin 'obtener la anulación del proceso
irregularmente constituido» (CARLOS; citado por MAURINO,
1990: 223).
La declaración judicial de nulidad puede obtenerse mediante el
planteamiento de la excepción procesal, pues, si ésta resulta
fundada, se anulará todo lo actuado y se dará por concluido el
proceso. Puntualizamos que algunas excepciones (como la de
incapacidad del demandante o de su representante, representación
defectuosa o insuficiente del demandante, oscuridad o ambigüedad
en el modo de proponer la demanda y falta de legitimidad para
obrar del demandado) tienen corno primer efecto la suspensión del
proceso a fin de que se cumpla con la subsanación del vicio o
defecto, produciéndose la anulación de lo actuado y la conclusión
del proceso únicamente cuando, transcurrido el plazo correspondiente
señalado por el Juez para que opere tal subsanación, ésta no se lleva
a cabo. Advertimos también que, en caso de excepción de
incompetencia, el efecto del amparo de tal excepción no es la
nulidad de actuados y la conclusión del proceso sino la remisión
de los actuados al Juez que corresponda.
116 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

D) Proceso o acción autónoma de nulidad de cosa juzgada fraudulenta.


Todo lo relacionado al proceso o acción autónoma de nulidad de
cosa juzgada fraudulenta lo veremos detalladamente en el Capítulo
V de esta obra.

1.1 Denuncia y declaración de acto inexistente

Como se expuso anteriormente, el acto inexistente carece de efectos


jurídicos, por lo que resulta innecesario que el estado de inexistencia sea
denunciado por el supuesto perjudicado y luego declarado judicialmente.
Así lo estima Rocco cuando dice que «... hay que tener presente que si el
acto de los órganos jurisdiccionales es inexistente, en nuestro concepto no es
necesaria ninguna impugnación, ya que el acto es tanquam non esse, y no existe
en el mundo material y menos en el jurídico...» (ROCCO, 1976, Volumen II: 305).
Sin embargo, en determinadas hipótesis de inexistencia (como la de la
sentencia sin firma del magistrado) puede promoverse la declaración judicial
del acto inexistente sin que haya ningún límite temporal para ello. Dicha
declaración tiene por finalidad, simplemente por razones de seguridad jurídica,
hacer constar en forma indubitable que un determinado hecho no tiene la
categoría de acto procesal por faltarle los requisitos mínimos exigibles para ser
considerado como tal, no surtiendo, por ende, ninguna consecuencia de orden
jurídico (no por adolecer de nulidad absoluta sino por reputársele a ese acto
como inexistente).
Al respecto, Luis Rodríguez manifiesta lo siguiente:
«La acción meramente declarativa tiene (...) como objeto hacer cesar un
estado de incertidumbre sobre la existencia, alcance o modalidad de una
relación jurídica. En consecuencia podría demandarse por la vía ordinaria
o sumaria, la acción que puede tener por finalidad declarar la inexistencia
de un acto jurídico procesal.
¿Qué sucedería si se tratara de ejecutar una sentencia inexistente? (...) en
caso de inexistencia, la sentencia no pasa en autoridad de cosa juzgada,
empero si se la tratase de ejecutar es dable excepcionarse en la ejecución.
En este supuesto, apreciamos que podría plantearse la inexistencia por
vía de inhabilidad de título, que se encuentra comprendido en la de
falsedad de la ejecutoria...» (RODRIGUEZ, 1987: 67).

2. REQUISITOS PARA SOLICITAR LA DECLARACION DE NULIDAD


PROCESAL

Soler afirma que son requisitos para solicitar la declaración de nulidad


procesal los que se cita a continuación:
Capítulo I V : D eclaración de la nulidad procesal 117

« Io Que la pida el legítimo lesionado. Debe declararse de oficio si afecta


el derecho de defensa.
2° Que se pida en término (...).
3o Interés legítimo lesionado.
4o Que se pida en la instancia en que se cometió» (SOLER, 1964: 75).
Lino Palacio considera que, «sea que la nulidad se declare a petición de
parte o de oficio, la correspondiente resolución se halla condicionada por la
concurrencia de los siguientes requisitos: I o) Existencia de un vicio que afecte
a alguno o algunos de los requisitos del acto; 2o) Interés jurídico en la declaración;
3o) Falta de imputabilidad del vicio a la parte que impugna el acto o en favor
de quien se declara la nulidad; 4o) Falta de convalidación o de subsanación del
vicio...» (PALACIO, 1977, Tomo IV: 155-156).
Satta asevera que «... la parte puede señalar la nulidad sólo bajo determinadas
condiciones: 1) Que haya un interés, derivante de que la observancia del
requisito del acto le haya causado un daño (...); 2) Que lo haga en la primera
instancia sucesiva al acto o, si está prescrita, a su comunicación o notificación
(noticia); 3) Que no la haya causado; 4) Que no haya renunciado aun
tácitamente...» (SATTA, 1971, Volumen I: 239-240).
Santana Mujica opina que para declarar una nulidad el Juez debe atender:
«- Que esté establecida en la ley.
Cuando se haya dejado de llenar en el acto, alguno de los requisitos
esenciales a su validez.
Que se dé a instancia de parte.
O de oficio, si se trata de quebrantamiento de ley de orden público.
Que sea perjudicial.
Que no haya sido consentida expresa o tácitamente» (SANTANA
MUJICA, 1982:158).
Zinny estima que para la procedencia de la declaración de nulidad es
menester:
« Io Que la sanción esté prevista en la ley;
2o Que el acto irregularmente cumplido cause perjuicio. No cualquier
perjuicio justifica la declaración de invalidez del acto irregular, sino
que debe ser de tal entidad que afecte gravemente el derecho de
defensa, restringiendo la audiencia o la prueba;
3o Que el vicio que afecte al acto le impida alcanzar su finalidad
específica» (ZINNY, 1990: 168).
118 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

El mencionado autor añade que:


«... Para que resulte procedente la declaración de nulidad a petición de
parte, además de los requisitos genéricos, es necesario:
Io que la impugnación se deduzca en tiempo oportuno, por la vía
establecida en la ley según sea el acto impugnado (...). Esto impide
que el acto sea consentido y, consecuentemente, que se produzca
su convalidación;
2o que el impugnante exprese cuál es el perjuicio que causa el acto
irregularmente cumplido, del cual se deriva su interés en obtener
la invalidación, indicando cuáles son las defensas que no pudo
oponer o las pruebas de que no se pudo valer;
3o que el impugnante no haya dado lugar a que se produzca el vicio
que denuncia...» (ZINNY, 1990:169).
Angela Ledesma refiere que «para que proceda la declaración de nulidad
es necesario por un lado, la existencia de trascendencia tal en el vicio, que
produzca un gravamen constitucional, por alterar la defensa de las partes y los
derechos como así también la regular constitución del Tribunal (juez natural)
y el cumplimiento de los presupuestos exigidos por la norma para que proceda
la definición sobre el fondo de la cuestión. Por otra parte, que la carencia del
requisito impida que el acto logre la finalidad a la que está destinado, lo que
equivale a la imposibilidad de subsanar el vicio» (LEDESMA, 1995: 335).
Esclapez sostiene que la nulidad por vía de incidente debe cumplir con
los siguientes requisitos: «... a) Que lo pida el legítimo lesionado; b) que se
acredite el interés jurídico en pedirla; c) el daño ocasionado; d) que no haya
sido consentida tácita o expresamente (...); e) que el acto nulo no haya cumplido
la finalidad querida por la ley; f) que se pida en la instancia en que se cometió...»
(ESCLAPEZ, 1967: 209).
Los requisitos de la nulidad por vía de incidente son, a criterio de Enrique
Falcón, los que se mencionan seguidamente:
«1) Debe ser pedida por el legítimo lesionado.
2) Debe acreditar interés jurídico en pedirla.
3) Debe acreditar el daño ocasionado.
4) No tiene que haberse consentido ni expresa ni tácitamente el acto
viciado que se quiere atacar con la nulidad.
5) El acto no tiene que haber cumplido la finalidad querida por la ley,
pues entonces no obstante el vicio, la nulidad no procederá.
6) Que se pida en la instancia en que el vicio se cometió» (FALCON,
1978:138-139).
Capítulo IV : D eclaración de la nulidad procesal 119

Rodríguez Espejo, al examinar los requisitos objetivos de la actividad


invalidadora, asegura que «... objeto de la misma es, (...) cuando la anulación
se realiza a instancia de parte, una petición parcial que ha de poseer, con las
peculiaridades propias de cada hipótesis, posibilidad, idoneidad y causa...»
(RODRIGUEZ ESPEJO, 1976: 681).
A nuestro entender, son requisitos -fundamentales- para solicitar la
declaración de nulidad procesal los que a continuación se indican:
Alegación del perjuicio sufrido.
Acreditación del perjuicio.
Interés jurídico para formular nulidad.
Tales requisitos serán tratados detalladamente en los puntos que siguen.

2.1 Alegación del perjuicio sufrido

«... Sin perjuicio no hay nulidad. Si los derechos o defensas no resultan


afectados, carece de objeto declarar la nulidad. Con ella no se obtendría nada
provechoso para la buena marcha de la justicia, como no fuese el atraso en la
conclusión del proceso...» (ESCOBAR FORNOS, 1990: 64).
Acerca de este requisito, Luis Rodríguez expone lo siguiente:
«Existe una regla fundamental, que es la que establece que no hay nulidad
sin perjuicio ('pas de nullité sans grief). La nulidad no puede ser declarada
por la nulidad misma, porque sino llevaría a una repetición de actos sin
finalidad alguna.
El perjuicio en el proceso es asimilable al daño de las cuestiones
patrimoniales. De la misma forma que en materia civil sin daño no hay
reparación, sin perjuicio no hay anulación.
El perjuicio es el daño procesal que ha ocasionado el acto viciado.
Concretamente, en qué medida ha impedido efectuar un acto o cumplir
una carga procesal.
El perjuicio es el aspecto pasivo, el daño que se ha inferido: la incontestación
a la demanda, el incumplimiento de un acto procesal, etc. El perjuicio se
aprecia objetivamente a través de la efectiva privación que la inválida
actuación opera. No hay perjuicio que no pueda mensurarse, que sea
subjetivo» (RODRIGUEZ, 1987:118).
Ahora bien, «... quien alega la nulidad procesal, debe mencionar
expresamente las defensas que se ha visto privado de oponer, o que no ha
podido ejercitar con la amplitud debida, pues toda sanción nulificatoria debe
tener un fin práctico y no meramente teórico. Debe señalarse cuál es el perjuicio
real ocasionado» (MAURINO, 1990: 46).
120 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

«No basta una invocación genérica, como sería decir, v.gr., 'tenemos
legítimas excepciones que oponer', o la imprecisa fórmula 'se ha violado el
derecho de defensa en juicio', sino que el interesado debe indicar cuál es el
agravio que le causa el acto irregularmente cumplido» (MAURINO, 1990: 46).

2.2 Acreditación del perjuicio

«Concordante con lo expresado en el sentido de que no basta un mero


planteamiento abstracto, para que progrese la articulación nulitiva, debe
acreditarse la existencia de un perjuicio cierto e irreparable» (MAURINO, 1990: 46).
«El fundamento de esta exigencia de demostración del daño, es la
necesidad de diagnosticar jurídicamente si la irregularidad ha colocado o no
a la parte impugnante en estado de indefensión práctica» (MAURINO, 1990:46).
«El perjuicio debe ser cierto, concreto y real, ya que las normas procesales
sirven para asegurar la defensa en juicio y no para dilatar los procesos»
(MAURINO, 1990: 46-47).
«... El requisito del perjuicio sufrido y el interés jurídico, está íntimamente
vinculado al adecuado ejercicio del derecho de defensa en juicio. Es más, el
daño siempre se traducirá en una restricción de las garantías del debido
proceso» (MAURINO, 1990: 48-49). «Es que en rigor, toda declaración de
nulidad, debe reconocer como antecedente inexcusable, una violación de la
garantía constitucional citada» (MAURINO, 1990: 49).
Se dice que hay situaciones excepcionales en las que resulta inexigible
indicar y/o acreditar el perjuicio, a saber:
Cuando la nulidad se declara de oficio (porque al órgano jurisdiccional,
después de constatar el vicio o defecto procesal, sólo le cabe
presumir la existencia del perjuicio).
Si se está ante nulidades absolutas (pues el perjuicio está contenido
implícitamente en la norma legal).
«... Tratándose de los vicios de la sentencia o cuando la violación
está sancionada por una nulidad 'automática'...» (ALSINA, 1956,
Tomo I: 652-653).
En cuanto a lo último, Luis Rodríguez afirma que «... no se ha de exigir
siempre la articulación de las defensas sino, únicamente, cuando el perjuicio
y el interés no surjan evidentes de la causa...» (RODRIGUEZ, 1987:121). Agrega
Luis Rodríguez que «cuando el perjuicio no sea manifiesto es cuando existe,
en grado superlativo, la carga de concretar las defensas. Como el que niega un
documento, por no haber recibido copia de él, y no niega haberlo firmado. En
cada caso debe analizarse el perjuicio y el interés y, en la duda, estarse a la
garantía de la defensa enjuicio en desmedro de la forma» (RODRIGUEZ, 1987:
122 ).
Capítulo I V : D eclaración de la nulidad procesal 121

2.3 In terés jurídico p ara form u lar nulidad

«... Los impugnantes deben individualizar y probar cuál es el interés


jurídico que se pretende satisfacer con la invalidez que propugnan. En otros
términos, el por qué se lo quiere subsanar...» (MAURINO, 1990: 47).
Angela Ledesma aduce que «... el interés en la declaración es presupuesto
de procedibilidad indispensable, para quien impugna el acto (...), para lo cual
debe expresarse el perjuicio. Circunstancias que imponen (...) la necesidad de
mencionar las defensas que se vio privado de oponer...» (LEDESMA, 1995: 335).

Sobre este requisito, Luis Rodríguez señala lo siguiente:


«Es el aspecto activo, el interés jurídico en la declaración que consiste no
en la incontestación de la acción o el incumplimiento de un acto sino en
establecer las defensas de las que se ha visto privado, los medios de
prueba de que no se podrá servir. Siempre desde un punto de vista
objetivo.
El interés jurídico es procesal, ya que se da únicamente en la relación
procesal.
No es posible caer en un formalismo vacuo de contenido y de sentido.
En un exceso de ritual manifiesto (...). No es posible obtener una sentencia
justa mediante un proceso irregular (...). Lo único que redime la forma,
que le da finalidad, que la hace humana, es la defensa de los últimos
derechos de la persona, tal como es el derecho a un debido proceso (due
process oflaw ) (...).
Reconocemos que muchas veces las nulidades y los recursos son opuestos
para ganar tiempo, como 'chicana7, pero también es justo reconocer que
a veces es difícil asimilar los propios errores. Y detrás del mantenimiento
de las formas se encuentra el deseo muy humano de mantener la
resolución irregular. Ese es el argumento decisivo, justamente, de los que
preconizan las bondades de la doble instancia.
Pero cuando está en juego la defensa en juicio, todo lo demás pierde
sentido. Todo el proceso está hecho para garantizarla, ninguna forma
puede coartarla...» (RODRIGUEZ, 1987:119-120).

Lino Palacio anota al respecto que:


«... Aun en el caso de que un acto procesal se haya cumplido con
prescindencia de requisitos prescriptos bajo pena de nulidad o
insusceptibles de lograr la finalidad a la cual se halla destinado, la
declaración de nulidad es improcedente si quien la solicita no demuestra
la existencia tanto de un interés personal cuanto del perjuicio que le ha
ocasionado el acto presuntamente irregular. La respectiva resolución
invalidatoria, en otras palabras, debe responder a un fin práctico (pas de
122 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

nullité sans grief), pues resulta inconciliable con la índole y función del
proceso la nulidad por la nulidad misma o para satisfacer un mero interés
teórico.
(...)

En el supuesto de que la nulidad se declare de oficio no constituye


requisito de la resolución invalidatoria la mención del perjuicio
experimentado por la parte de que se trate, pues en esta hipótesis, como
es obvio, el juez debe limitarse a verificar la irregularidad y a presumir
la existencia de aquél» (PALACIO, 1977, Tomo IV: 159-161).
Por su parte, Alsina, en relación al interés en la declaración, predica que
«... la aplicación automática de la sanción de nulidad por el solo hecho de su
constatación, obligaría en muchos casos a declarar la nulidad de actos de
importancia secundaria por el estado del procedimiento, pero que invalidarían
las actuaciones posteriores, proporcionando con ello un arma al litigante de
mala fe, que le permitiría demorar indefinidamente la tramitación del proceso.
Siendo el interés el fundamento de la protección jurídica, no hay razón para
excluirlo en este caso, y de ahí la regla según la cual no procede la declaración
de nulidad sino cuando se demuestra la existencia de un perjuicio para la
defensa...» (ALSINA, 1958:81). Añade el indicado tratadista que «... la exigencia
de la demostración de un interés no rige tratándose de nulidades esenciales
que afecten al derecho de defensa, las que pueden ser declaradas de oficio por
el juez (...), porque fundándose en la violación de una garantía constitucional,
esta sola circunstancia basta para hacerla procedente. Pero (...) aun estas
nulidades pueden ser convalidadas antes de su declaración de oficio, en cuyo
supuesto habrá desaparecido el perjuicio que fundamentaría el interés en la
declaración. Parece innecesario, además, decir que tampoco se tiene en cuenta
el perjuicio cuando se trata de declarar la inexistencia de un acto procesal»
(ALSINA, 1958: 82).
Maurino recomienda «... que cuando se alegan y prueban, tanto el
perjuicio sufrido como el interés jurídico, con la indicación concreta de las
defensas que el impugnante se ha visto privado de oponer, éstas se planteen en
forma subsidiaria, para el supuesto de que progrese la acción» (MAURINO, 1990:
47). Dicho autor añade que «... el requisito del interés, como exigencia para la
solicitud de la nulidad a petición de parte, no debe ser extremado, porque
llevaría a la actitud de negar el derecho a pedir la nulidad, cuando el afectado
fuera el interés público y no hubiera perjuicio directo al impugnante»
(PALOMARES; citado por MAURINO, 1990: 47).

3. LEGITIMIDAD PARA SOLICITAR LA DECLARACION DE NULIDAD


PROCESAL

A continuación vamos a citar el pensamiento de diferentes autores


referido a la legitimidad para solicitar la declaración de nulidad.
Capítulo I V : D eclaración de la nulidad procesal 123

A) Posición de Alzamora Valdez.


Según Alzamora Valdez:

«... Pueden alegar la nulidad de un acto procesal o del proceso


mismo (caso de los procesos simulados), quienes tengan
interés en que se produzca tal declaración (parte, acreedor,
tercero interesado, etc.).
Es obvio que no pueden demandar la nulidad relativa los que
la hayan ocasionado y la parte que renunció a ella expresa o
tácitamente...» (ALZAMORA VALDEZ, s/a: 319).

B) Posición de Alsina.
«... El juez debe declarar de oficio o a petición de parte o del
Ministerio público, las nulidades esenciales...» (ALSINA, 1958: 74).
«... En cuanto a las nulidades accesorias o secundarias (...) sólo
podrán ser declaradas 'a petición de parte' (...), condición que
debemos vincularla a la exigencia de un interés i a declaración...»
(ALSINA, 1958: 76-77).
«... Es un principio jurídico que la nulidad no puede ser invocada
por quien contribuyó a su celebración (...). Es necesario, no obstante,
recordar que en esta regla no están comprendidas aquellas personas
a quienes una disposición de fondo protege contra su propia
incapacidad, como serían los menores (...). En cambio, están
incluidas las que debían tener conocimiento de la prohibición en
que fundan su pedido de nulidad...» (ALSINA, 1958: 78).
«... La nulidad puede ser alegada por aquel a quien perjudica, pero
no por aquel a quien beneficia...» (ALSINA, 1958: 79).

C) Posición de Salas Vivaldi.


«... El sujeto activo de la nulidad debe ser: a) parte del proceso
respectivo; b) agraviado con la irregularidad del acto; y c) no
causante de ella» (SALAS VIVALDI, 1988: 30).
«La primera condición comprende tanto a las partes directas como
a los terceros que avienen al juicio...» (SALAS VIVALDI, 1988: 30).
«El segundo requisito incide en el agravio que el acto irregular
causa o pueda causar a la parte, pues es indispensable su interés
en la declaración de ineficacia...» (SALAS VIVALDI, 1988: 30).
«Por último, está imposibilitado de alegar la sanción mencionada
quien ha dado lugar a la anormalidad, pues nadie puede valerse
de sus propios errores o dolo» (SALAS VIVALDI, 1988: 30).
124 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

D) Posición de Amaya.
A decir de Amaya:
«Distinguiendo en las de carácter absoluto y relativo, diremos
(...) que las nulidades absolutas deben ser declaradas de oficio,
con la sola denuncia. Las nulidades relativas deben ser
alegadas por los perjudicados por ella.
Se sostiene (...) que no pueden ser alegadas por los beneficiados.
No estamos de acuerdo con ello, pues si una persona, a pesar
de resultar favorecida por la nulidad, desea que el proceso
civil se encuadre dentro de las normas que el procedimiento
determina y solicita la nulidad, no vemos inconveniente
alguno para que se acceda a ello.
Por supuesto quien incurrió en la nulidad no puede solicitarla;
al viejo aforismo latino 'nemo auditur vel propiam turpitudinem
allegans non est audiendus' se agrega una razón de pura
lógica, sería muy fácil dilatar los procesos incurriendo en
nulidades exprofeso para solicitarlas luego (...). Cabe hacer
notar que ni aun los representantes de los Ministerios Fiscal
y de Menores pueden solicitar una nulidad en la que ellos
hubieran incurrido» (AMAYA, 1947: 31).

E) Posición de Juan Carlos Mendoza.


«Si se entiende (...), según las nuevas concepciones del derecho
procesal, que las partes deben colaborar a la buena marcha del
proceso y que el interés no está necesariamente consubstanciado
con el perjuicio -ya que por encima del interés privado hay otro
que es el superior interés de la justicia-, tiene que admitirse que les
es permitido denunciar cualquier tipo de nulidad, sin limitación
en cuanto a la naturaleza de los intereses que afecta. Esta solución
cuenta, además, con apoyos de otra especie: si el juez debe declarar
las nulidades de interés público, el pedido de las partes no hace,
en último análisis, otra cosa que reforzar esa obligación, al advertirle
su existencia. De donde, aunque se desconociera al particular la
facultad de pedir esta clase de nulidad, ninguna repercusión negativa
tendría ello respecto de los deberes del órgano jurisdiccional, que
no podría dejar de cumplirlos so pretexto de haber sido instado a
ello por quien no está directamente interesado» (MENDOZA, 1966:
157-158).
«... Si bien (...) pueden pedir las partes indistintamente que sean
declaradas nulidades de interés público y de interés privado, cabe
hacer algunas reservas respecto de la regla. Esas reservas consisten
en que la nulidad no puede ser invocada por quien contribuyó a
su celebración ni tampoco por aquel a quien beneficia. En estos
Capítulo I V : D eclaración de la nulidad procesal 125

supuestos no son razones únicamente jurídicas las que aconsejan


la solución, sino primordialmente morales, que asumen la forma
de una sanción. En ella se nota, además, la repercusión en el derecho
moderno de la vieja máxima de derecho francés pas de nullité sans
g r ie fj se muestra una de las aplicaciones del principio procesal de
que las formas no están instituidas en beneficio de la ley sino del
derecho» (MENDOZA, 1966:158-159).
«Esta solución tiene que ser, empero, entendida en relación con las
dos hipótesis que venimos planteando: I o si se trata de nulidades
que afectan el interés privado tiene aplicación como regla y el juez
deberá desestimar el pedido; 2o si se trata de nulidades que afectan
el orden público, se reduce más bien a un enunciado meramente
ético, porque el juez no puede dejar de declararlas una vez advertido
de su existencia» (MENDOZA, 1966:159).

F) Posición de Morón Palomino.


«El sujeto activo de la pretensión de nulidad es la persona de quien
procede la declaración de voluntad enderezada a la declaración de
nulidad de un acto o de un conjunto de actos procesales; el sujeto
pasivo es la persona o personas frente a las que se deduce esa
declaración de voluntad, esto es, las restantes partes procesales...»
(MORON PALOMINO, 1962:188).
«... Contra los actos defectuosos de las partes sólo puede reclamar
el adversario y no la misma parte que ocasionó el defecto motivador
de la nulidad...» (MORON PALOMINO, 1962:192).
«... La legitimación para proponer la nulidad corresponde a la parte
gravada con el acto...» (MORON PALOMINO, 1962:192).

G) Posición de Escobar Fornos.


En opinión de Escobar Fornos:
«... La nulidad sólo puede ser pedida por la persona a favor
de la cual se establece, salvo que se trate de una irregularidad
grave, como la falta de presupuestos procesales, en cuyo caso
se puede declarar de oficio o a petición de parte.
(...) La persona que ha dado lugar a la nulidad por culpa o
dolo no puede pedir la nulidad, por aplicación del precepto
nemo auditur propiam turpitudinem allegans. El proceso no
puede ser un instrumento de sorpresas. El que causó la
nulidad no tiene derecho a optar entre pedir la nulidad si le
conviene o quedarse callado si sus intereses así lo requieren.
La buena fe y la lealtad en el proceso se oponen a esa forma
de proceder» (ESCOBAR FORNOS, 1990: 65).
126 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

H) Posición de Véscovi.
Sobre el particular, Véscovi hace estas anotaciones:
«... Acerca del problema de quién tiene legitimación para
reclamar las nulidades, la respuesta debe ser, en principio,
que quien tiene interés en ellas. En realidad, el interés es la
medida de la actuación procesal, en general.
En este sentido es lógico que lo tengan, en primer lugar, las
partes (...).
(...)

Queda excluido, por aplicación de un principio general, el


que ha cometido la nulidad a sabiendas del vicio que invalidaba
el acto. Esto, que COUTURE incluye bajo el nombre de
'principio de protección', resulta de la aplicación del precepto
general de que nadie puede alegar su propia torpeza (Nemo
auditur propiam turpitudinem allegans).
Este principio (...) supone que el 'interesado' tenía un
conocimiento concreto de la nulidad en que incurría en el acto
realizado.
Resulta ilógico que el litigante que realiza el acto nulo,
sabiendo que lo es, pueda tener la disyuntiva de aprovechar
o no sus efectos según su conveniencia; iría contra la lealtad
procesal que deben tener las partes.
En consecuencia, pueden reclamar las nulidades procesales
las partes que tienen interés en ellas, salvo que las hayan
provocado a sabiendas de su ilicitud.
También podrá solicitar la nulidad el ministerio público.
En primer lugar, porque puede ser parte o tercero y como
tal tendrá los mismos derechos de las partes y la misma
legitimación para reclamar las nulidades. Pero, además, este
órgano tiene una legitimación especial, derivada de su función
de defensa de la causa pública (...). Es decir, que si se da este
caso, aun cuando no intervenga como parte en el proceso,
podrá alegar la nulidad. Este principio está consagrado
expresamente en el derecho civil, para los casos de nulidad
absoluta (...). Se aplica, entonces, a todos los procesos (...).
Debe entenderse que también puede alegar las nulidades
procesales que puedan afectar la causa pública y los demás
principios entregados a su defensa (...). Fuera de esos casos,
su pedido no podrá extenderse a las nulidades de procedimiento
que las partes han consentido» (VESCOVI, 1999: 268).
Capítulo I V : D eclaración de la nulidad procesal 127

I) Posición de Maurino.
Maurino, en relación al tema que nos ocupa, es del siguiente parecer:
«... La nulidad no puede pronunciarse sino a instancia de
parte, salvo los supuestos de excepción, en que proceda la
declaración de oficio por el tribunal.
(...)

Los requisitos que deben darse (...) para que la parte quede
legitimada procesalmente a los efectos de solicitar la nulidad son:
a) Que ella no haya originado el vicio o concurrido a producirlo.
Quien solicita la nulidad no debe haber sido causa de
ella (...).
El origen de este presupuesto de legitimación, lo
hallamos en la regla moral nemo auditur turpitudinem
suam allegans, que es de aplicación a la teoría general
de la nulidad de los actos jurídicos y significa que no
debe ser escuchado, quien se prevalece de su propia torpeza.
Es la consecuencia más importante del principio de
protección.
El impedimento supone culpa o negligencia. No así el
error, que es un eximente.
(...)

Tampoco puede pedir la nulidad quien ha contribuido,


con su actitud o asentimiento, a la producción del acto
irregular.
b) Que sea la parte perjudicada, la que alega la nulidad. No
puede ser la beneficiada con el vicio. Sólo la parte en
cuyo interés se ha establecido un requisito, podrá
articular la nulidad, por la falta de él.
(...)

c) Que la parte impugnante no haya convalidado expresa o


tácitamente la nulidad. Opera aquí el presupuesto de la
convalidación (...).
Gobierna este presupuesto el principio de protección.
Es la consecuencia más importante de éste...» (MAURINO,
1990: 67-69).
Maurino señala, además, que:
«... El ministerio público tiene legitimación para requerir la
nulidad de un acto procesal.
128 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

Son aplicables a la nulidad interpuesta por el ministerio


público los presupuestos básicos de las nulidades, v.gr.,
acreditación del perjuicio, convalidación, etcétera» (MAURINO,
1990: 70-71).

J) Posición de Luis Rodríguez.


A criterio de Luis Rodríguez:
«La nulidad puede peticionarse por la parte o decretarse de
oficio por el juzgado o tribunal. La declaración de oficio
resulta excepcional, siendo el principio general que la nulidad
debe ser solicitada por el perjudicado (nulidicente). Al no
haber juicio sin actor (tierno iudex sine adore) y habida cuenta
de la bilateralidad del proceso civil es imperativo del propio
interés articular la incidencia en caso de nulidad.
(...) En principio la legitimación corresponde a las partes, es
decir, a quienes pretenden en nombre propio, o en cuyo
nombre se pretende, la actuación de una norma legal (actor)
y aquel frente a quien dicha actuación es exigida (demandado).
En caso de sucesión o sustitución de partes, la legitimación se
extiende a los que ocupan la posición del litigante fallecido (...),
al apoderado pendiente la intervención de los herederos (...)
o al sustituto del titular del derecho (...).
En caso de pluralidad de partes la legitimación corresponde
a cada litisconsorte en forma individual no beneficiando ni
perjudicando a los demás la promoción o falta de promoción
del incidente. Se exceptúa el supuesto de litisconsortes que
tengan un interés común e iguales defensas, caso en el que
procede la unificación de personería (...).
En caso de intervención de terceros -voluntaria u obligada- la
legitimación corresponde a los intervinientes en la forma
establecida por el rito (...).
En las tercerías, el tercero es parte litigando contra actor y
demandado pudiendo hacer presentaciones en el principal
en la medida que resulte afectado su derecho o se violen los
efectos de la promoción de tercería (...). En tal supuesto resulta
legitimado para promover incidente de nulidad.
Como regla general podemos decir que puede pedirse la
nulidad por quien tenga interés jurídico en obtenerla, es decir, el
que resulte perjudicado por la actuación írrita» (RODRIGUEZ,
1987:104-105).
Capítulo IV : D eclaración de la nulidad procesal 129

Dicho autor añade que el asesor de incapaces «... está legitimado


para promover incidentes de nulidad, en beneficio del menor
promiscuamente representado, pero si la nulidad se fundamenta
en su propia falta de audiencia la misma es relativa, pudiendo confirmarse
por su silencio, su aquiescencia expresa o la falta de gravamen»
(RODRIGUEZ, 1987:106). Señala, además, Luis Rodríguez, respecto
del agente (o ministerio) fiscal, que «... en los supuestos en que este
funcionario interviene en todo lo que esté comprometido el orden
público, está legitimado para articular incidente de nulidad»
(RODRIGUEZ, 1987: 106). También refiere Luis Rodríguez que el
defensor oficial «... ocupa el lugar de la parte y por ello resulta
legitimado para promover el incidente en beneficio de la parte que,
legalmente, representa o defiende» (RODRIGUEZ, 1987:106).

4. DECLARACION DE OFICIO DE LA NULIDAD PROCESAL

Las nulidades declarables de oficio «... son las que el juez pronuncia sin
que medie petición al respecto. En realidad no se trata de un tipo especial de
nulidades, sino de uno de los procedimientos que la ley o la jurisprudencia
reconocen para la declaración de las mismas, si bien no todas las nulidades son
declarables de este modo...» (MENDOZA, 1966:147).
«La facultad dejada al juez para la anulación le impone, no solamente, el
deber de indagar si existe el vicio y si éste se refiere a la sustancia específica
del acto, sino también el de declarar las consecuencias materiales y jurídicas
que del mismo derivan...» (BAPTISTA MARTINS, 1944: 395).
«Es evidente que la forma principal como el magistrado podrá corregir
por propia iniciativa los actos del proceso, será decretando su ineficacia cuando
se han ejecutado de un modo anormal, con lo que evitará la realización de otros
posteriores, que tampoco tendrán valor debido al efecto extensivo de la nulidad
procesal. De esta manera se ahorra tiempo en la tramitación de la causa, pues
se impide su prosecución sobre actos viciados y se propende, a través del juez,
a la correcta aplicación de la ley procesal» (SALAS VIVALDI, 1962: 293).
«... La actuación oficiosa vela por un activismo judicial que corresponda
la seguridad y valor del proceso justo, con el presupuesto de trascendencia que
porta la nulidad procesal» (GOZAINI, 1992, Tomo I, Volumen 2: 867).

4.1 Prevención judicial de nulidades procesales

«... No es misión del magistrado, con respecto a las nulidades del proceso,
únicamente declararlas. Debe, además, prevenirlas» (MAURINO, 1990: 75).
Teniendo en cuenta que en la actualidad el Juez ha dejado de ser un mero
espectador para convertirse en el director del proceso, y atendiendo, entre
otras, a razones de economía procesal y seguridad jurídica, aquél tiene no sólo
130 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

la potestad de declarar la nulidad de los actos procesales viciados apenas lo


constate, sin que resulte necesario petición de parte previa, sino también está
facultado para subsanar oficiosamente los vicios en que se hubiera incurrido.
El magistrado, pues, adopta una actitud de prevención de nulidades procesales
al garantizar el correcto trámite de la causa y el cumplimiento de las formalidades
procesales.
Como bien sostiene Maurino, «el juez debe depurar el proceso de
irregularidades, de vicios y errores. Debe hacerlo inmaculado» (MAURINO,
1990: 75).
Es así que en el derecho comparado se ha instituido la audiencia preliminar
o despacho saneador o audiencia de saneamiento procesal.
Maurino nos informa que, «... por medio de una audiencia preliminar, se
depura el trámite procesal. En ella se examinan los presupuestos procesales,
se resuelven las excepciones dilatorias, expurgándose el proceso de vicios o
errores, lo cual se traduce en una litis correcta y válida, que impide sorpresas
desagradables a posteriori» (MAURINO, 1990: 76). «La función de la audiencia
preliminar es acelerar el proceso, eliminando obstáculos ab initio. Cumple similares
funciones que el despacho saneador brasileño o el demurrer angloamericano, o el
fin de non recevoir, del derecho francés» (MAURINO, 1990: 76).
Silveira indica que «el despacho saneador es aquel dado por el juez antes
de iniciada la instrucción y juzgamiento del proceso. En este despacho, el juez
examina la legitimidad ad processum (aunque pueda hacerlo antes) y la
legitimidad ad causam (momento específico para hacerlo), así como decreta las
nulidades insanables, y providencia para la desaparición de las sanables»
(SILVEIRA, 1947: 265).
Bourguignon precisa que es objeto del despacho saneador «... sanear o
limpiar el proceso de entrada, en cuanto a los vicios subsanables que contenga
la relación procesal entablada» (BOURGUIGNON, 1987: 139). «El despacho
saneador decide la legitimidad de la relación procesal; con el mismo se examinan
los presupuestos de esta última; a) sobresee la instancia si admite la existencia
de una nulidad insanable o declara la falta de acción; b) decretan diligencias
necesarias para el ordenamiento del proceso o diligencias saneadoras,
prosiguiendo el mismo su normal desarrollo hasta la sentencia definitiva»
(BOURGUIGNON, 1987:140)
Por último, en el Congreso de Derecho Procesal realizado en Salta,
Argentina, en el año de 1968, se dictaminó que el principio de saneamiento «...
derivado del de economía procesal, aplicado al sistema de prevención de
nulidades procesales, es aquel en virtud del cual deben otorgarse al juez o
tribunal, amplias facultades, para evitar y subsanar de oficio las omisiones e
irregularidades que se presenten durante el desarrollo del proceso, desde su
inicio, con el fin de que se lo pueda sustanciar válidamente y concluir en
sentencia de mérito» (MAURINO, 1990: 76).
Capítulo I V : D eclaración de la nulidad procesal 131

4.2 P roced en cia de la declaración de oficio de la nulidad p rocesal

«El determinar en qué casos, el juez tiene la facultad u obligación de


pronunciarlas (las nulidades procesales) sin requerimiento de parte, es materia
que depende de las circunstancias de cada cuestión litigiosa, de las normas
positivas vigentes, y de la naturaleza de dichas normas» (MAURINO, 1990:
77).
Maurino, al tratar sobre el móvil de la declaración de las nulidades
procesales a iniciativa del órgano jurisdiccional, afirma que «... el motivo de
su procedencia está en todo acto que lesione la garantía constitucional del debido
proceso» (MAURINO, 1990: 79).
Por su parte, Alsina aduce que «... el juez debe declarar de oficio (...) las
nulidades esenciales, entendiéndose por tales las que resulten de la violación
de una garantía procesal contenida en la Constitución Nacional...» (ALSINA,
1958: 74).
Según Morón Palomino, «... sólo puede el órgano jurisdiccional decretar
ex officio la nulidad en los supuestos (...) de falta de competencia por razón del
valor y de la materia y en el caso de acto judicial verificado bajo la intimidación
o la fuerza; y, por lo que se refiere a este caso, tanto si esa violencia produce
inexistencia como si no la ocasiona...» (MORON PALOMINO, 1962:180).
Para Couture, «... una vez comprobada la nulidad (absoluta), el acto debe
ser invalidado, aun de oficio y sin requerimiento de parte interesada...» (COUTURE,
1985: 378).
Enrique Falcón asevera que «la nulidad de oficio puede ser declarada por
los jueces siempre que el vicio no se hallase consentido y cuando fuese manifiesto
(acto nulo)...» (FALCON, 1978:138).
Oderigo estima que «... la declaración oficiosa corresponde cuando el
defecto procesal consiste en alguna ocurrencia que impida el acceso del
interesado, que represente un obstáculo para la petición de nulidad por la parte
interesada en que se declare» (ODERIGO, 1982, Tomo II: 256-257). Oderigo
entiende que «... los jueces, de cualquier instancia, deben declarar oficiosamente
la nulidad de los actos procesales, de cualquier naturaleza que fuesen, cuando
se hayan cometido violaciones formales que comprometen el orden público»
(ODERIGO, 1982, Tomo II: 257).
A decir de Mortara, «... cuando la violación de formas ofende el derecho
social, el juez debe declararla de oficio, Tomo garantía de la buena administración
de justicia» (MORTARA; citado por MAURINO, 1990: 80).
Gozaíni considera que «... la advertencia de actos irregulares que
manifiestan inobservancia de disposiciones de carácter imperativo, como la
constitución de los presupuestos fundamentales para la litis o el desarrollo
efectivo de la función sin máculas que la inficionen, autorizaría a declarar de
132 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

oficio las nulidades encontradas» (GOZAINI, 1992, Tomo I, Volumen 2: 866).


El indicado jurista argentino añade que «... es posible para el juez declarar ex
officio una nulidad procesal, no obstante fuese consentida y convalidada por
las partes, si ella incide en la regularidad sustancial del proceso» (GOZAINI,
1992, Tomo I, Volumen 2: 867).
En opinión de Juan Carlos Mendoza, existen tres tipos de nulidades
declarables de oficio: «... I o Las conminadas por la ley; 2o las que provienen de
la violación de una norma prohibitiva; 3o y las que -strictu sensu- afectan el
orden público, aunque los actos que las acarreen no estén expresamente
declarados nulos ni expresamente prohibidos» (MENDOZA, 1966:148). Juan
Carlos Mendoza puntualiza que «las que sólo afectan el interés privado, aunque
sean substanciales, y las accesorias, no pueden ser declaradas por iniciativa
del órgano jurisdiccional, porque rige respecto de ellas el principio privatístico
de la autonomía de la voluntad. Unicamente la parte que tiene derecho a
reclamarla debe decidir si hace uso de él o no» (MENDOZA, 1966:148).
Al respecto, Véscovi apunta que:
«Los casos en que el juez puede proveerla (la nulidad) de oficio son
excepcionales y se refieren, según algunos autores, a aquellos en que hay
un interés público o una disposición expresa.
En realidad, (...) estos casos se darían cuando hay una inexistencia (o
nulidad absoluta, si se acepta en derecho procesal), o sea, en los casos de
defectos en la constitución de la relación procesal (ausencia del proceso
mismo) y también en los casos de indefensión, aunque pudiera creerse
que éstos deben quedar librados al pedido de parte. Esta opinión coincide
con la general de que el juez puede examinar la existencia de los
presupuestos de oficio, al dictar sentencia y declarar la nulidad del
proceso por defectos en la constitución de la relación procesal» (VESCOVI,
1999: 269).
Por otro lado, se señala que «... es condición para la procedencia de la
declaración de oficio de las nulidades procesales, que el acto viciado no estuviere
consentido. Es la opinión mayoritaria en la doctrina...» (MAURINO, 1990: 78).
«En cuanto a la jurisprudencia, buena parte de ella se ha pronunciado por la
exigencia de este requisito, sin que interese la calidad de manifiesto que asume
el vicio, fundándose en que las facultades acordadas a los jueces funcionan
paralela y concurrentemente con la carga de impugnación que incumbe a la
parte interesada, no pudiéndosela ejercer cuando ha tenido lugar la preclusión
o la renuncia de aquella carga» (MAURINO, 1990: 78).
Luis Rodríguez, acerca de la procedencia de la declaración de oficio de
la nulidad procesal, anota lo siguiente:
«Los jueces pueden declarar de oficio la nulidad, siempre que el vicio no
se encontrare consentido.
Capítulo IV : D eclaración de la nulidad procesal 133

No cabe sinonimizar declaración de oficio con nulidad absoluta de orden


público (...), pues todas las nulidades procesales son relativas. Así es que
nulidad procesal de oficio no es nulidad absoluta de los actos jurídicos
(...) como nulidad -a iniciativa de parte- no es nulidad relativa en los
términos de la ley civil (...). Una nulidad absoluta es imprescriptible,
inconfirmable y puede alegarse por todos; sin embargo una nulidad
procesal -aun declarada de oficio- sólo puede decretarse si el vicio no se
encontrare consentido, preclusión que opera en el breve plazo que
establece la ley...» (RODRIGUEZ, 1987:107).
Luis Rodríguez agrega que:
«Para declarar la nulidad deben reunirse los requisitos exigidos y,
además, para hacerlo de oficio es necesario que se afecte seriamente el derecho
de defensa (...).
Las únicas nulidades que pueden decretarse de oficio son aquellas en
que se compromete el derecho de defensa, y ello ocurre cuando el acto
viciado implica que no se ha oído a la contraparte (inaudita altera pars).
Como hay un límite a las facultades instructorias del juez, también hay
una valla a la posibilidad de declarar nulidades. No puede el magistrado
sustituir la actividad de las partes y debe respetar la bilateralidad. Muy
grave ha de ser el vicio para que proceda de oficio. En la relación procesal
ninguno de los que intervienen debe asumir un rol tan preponderante
que pueda inclinar la balanza.
Las partes deben controlar el proceso y no pueden, luego, esperar que a
los errores los subsane de oficio el juzgador. Como principio, los actos
procesales se presumen válidos; la nulidad es una excepción y como tal su prueba
corresponde a quien alega y cabe interpretarla con criterio restrictivo.
La nulidad de oficio es, pues, una facultad excepcional» (RODRIGUEZ,
1987:109).

5. EFECTOS DE LA DECLARACION DE NULIDAD PROCESAL

Maurino, en cuanto a los criterios para establecer los efectos de la


declaración de nulidad, enseña que:
«a) Algunos autores adoptan como criterio discriminador la distinción
entre nulidades por violación de las formas sustanciales o esenciales
y aquellas que afectan las formas accidentales o secundarias.
1) Si se afectan formas accidentales o secundarias, la declaración de
nulidad alcanza a las actuaciones impugnadas, pero conservan
sus efectos propios los actos procesales no comprendidos en
la nulidad.
134 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

2) Si se omiten o violan las formas sustanciales o esenciales, el efecto


nulificante es total (...).
Así, se ha sostenido que la omisión determina la nulidad de
todo lo actuado cuando se afecta a una forma esencial del
procedimiento, porque ello hace a la defensa en juicio de las
partes, estando interesado el orden público en su observancia,
v.gr., incompetencia por razón del monto.
b) Otros (...) sitúan el elemento diferenciador según se trate de actos
de parte o resoluciones.
1) Los actos de parte en violación de las formalidades, son
ineficaces (...).
2) Las resoluciones defectuosas no son ineficaces, 'sino que, por
lo regular, son sólo impugnables'.
c) Otro criterio (...) establece las consecuencias jurídicas de la
declaración de nulidad, según ella se refiera al acto, al procedimiento
o a las formas de las sentencias» (MAURINO, 1990: 245-246).
Pasamos a citar seguidamente las reflexiones de diversos autores en torno
a los efectos que se derivan de la declaración de nulidad procesal.

A) Posición de Alzamora Valdez.


Según Alzamora Valdez:
«... La nulidad produce efectos: I o- en cuanto al acto mismo,
y 2o- sobre otros que se relacionan con él.
El acto nulo carece en sí mismo de eficacia jurídica.
En lo que se refiere a los otros actos, la nulidad de uno
determinado, vicia a los que dependen de él (...) ya sean
precedentes o siguientes.
Si el vicio del acto impide un efecto de éste, pueden subsistir
válidamente otros efectos independientes (...).
(...)
Declarada la nulidad, procede que el juzgador señale que
deben renovarse los actos anulados...» (ALZAMORA
VALDEZ, s/a: 321-322).

B) Posición de Gómez de Liaño González y Pérez-Cruz Martín.


A decir de Gómez de Liaño González y Pérez-Cruz Martín:
«La nulidad constituye, desde el punto de vista de la eficacia
de los actos, la protección más radical de la que dispone el
Capítulo IV : D eclaración de la nulidad procesal 135

ordenamiento jurídico. Lo que se consigue con ella es que el


acto no produzca sus efectos o que se eliminen los que haya
producido. Este es, por tanto el efecto que tendrá la declaración
de la nulidad de un acto procesal. Ahora bien, consistiendo
el proceso en un conjunto de actos sucesivos, encaminados
al enjuiciamiento, es preciso determinar las consecuencias
que producirá la nulidad de un acto en los demás (...).
(...) (Se) establece con carácter general un principio
denominado de conservación de los actos, que permite
modular los efectos reflejos de la nulidad. (...) (Se) dispone
que fla nulidad de un acto no implicará la de los sucesivos
que fueren independientes de aquél ni la de aquéllos cuyo
contenido no pudiere haber sido distinto en caso de no
haberse cometido la infracción que dio lugar a la nulidad.
(...) La nulidad de parte de un acto no implicará la de las
demás del mismo acto que sean independientes de aquélla'.
(...) El carácter de independiente de un acto no se determina
especulativamente, sino que desde el punto de vista
puramente pragmático del resultado. En este sentido, la
reposición de las actuaciones, que es la consecuencia ordinaria
de la declaración de nulidad, no supone necesariamente que
el proceso deba empezar de nuevo en el punto en el que se
produjo la infracción. Y por ello al ordenar reponer las
actuaciones debe hacerse mención expresa de las que siguen
siendo válidas» (GOMEZ DE LIAÑO GONZALEZ; y PEREZ-
CRUZ MARTIN, 2001, Tomo II: 741-742).

C) Posición de Alsina.
En opinión de Alsina:
«... El principal efecto de la nulidad es privar al acto de su
eficacia jurídica; y, en consecuencia, se tiene el acto como no
realizado; consiguientemente, tampoco pueden tener validez
los actos posteriores que en él se funden, de acuerdo con la
máxima romana: qued nullum est nullum producit effectum.
(...) Para establecer las consecuencias de la declaración de
nulidad debemos tener presente la distinción (...) según que
ella se refiera al acto, al procedimiento o a las formas de la
sentencia. Tratándose de los actos, es necesario distinguir tres
categorías: los antecedentes, los consecuentes y los
independientes. La relación procesal, en efecto, se presenta
como una sucesión de actos que realizan las partes y el
tribunal, cada uno de los cuales tiene como antecedente otro
acto (...) y es a su vez antecedente del que le sigue (...); entre
136 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

unos y otros puede existir actos independientes (...) 'La


nulidad del acto produce la nulidad de los actos consecutivos,
no así la de las actuaciones independientes' (...).
La nulidad no afecta a los actos anteriores (...) y ello se explica
sin ningún esfuerzo, como tampoco afecta los actos
independientes entre sí, entendiéndose por tales los que no
están vinculados por una relación de dependencia: la nulidad
de la notificación del acto de prueba produce la nulidad de
todas las diligencias probatorias posteriores, pero la nulidad
de una declaración fundada en que el testigo no ha prestado
juramento, en nada afecta la validez de las otras diligencias
de prueba.
(...) Tratándose de vicios del procedimiento, o sea por no
haberse seguido el orden establecido en la realización de los
actos procesales, la nulidad se traduce en la ineficacia de los
actos posteriores, que en realidad no son consecuencia de la
ejecución de un acto viciado sino de la omisión de un acto
requerido para la validez del acto que le sigue: así, cuando el
juez resuelve el incidente sin recibirlo a prueba no obstante
haber hechos controvertidos, o dicta sentencia definitiva sin
citar a las partes para el efecto» (ALSINA, 1958:103-105).

D) Posición de Rocco.
Rocco anota sobre el particular lo siguiente:
«... Puede ocurrir que un acto procesal de parte, por la falta
de un elemento sustancial, no tenga eficacia; pero si los efectos
jurídicos del acto pueden ser varios y diversos, la exclusión
de un efecto no importa necesariamente que no se produzcan
los demás efectos, cuando sean compatibles con el acto
realizado (...).
La nulidad de una parte del acto procesal de parte no afecta
a las otras partes que sean independientes de ella (...),
principio que vale, especialmente, en cuanto a los actos
procesales de parte complejos.
La nulidad de un acto no implica la de los actos precedentes
o siguientes que sean independientes de ella...» (ROCCO,
1976, Volumen II: 305).

E) Posición de Rodríguez Espejo.


A criterio de Rodríguez Espejo:
«... Los efectos jurídicos pueden pertenecer a estas dos grandes
categorías; o son estrictamente procesales o hacen relación a
la eficacia invalidatoria de la resolución anuladora.
Capítulo I V : D eclaración de la nulidad procesal 137

Sobre el primer punto nada de particular podemos decir,


puesto que son de aplicación las normas que con carácter
general determinan la eficacia procesal de las resoluciones
judiciales.
El segundo aspecto del problema se presta, por el contrario,
a sugestivas consideraciones.
La resolución anulante origina, por definición, la privación
de las consecuencias jurídicas normales del acto viciado.
Pero esa privación varía, tanto cualitativamente, como
cuantitativamente de caso a caso y de hipótesis a hipótesis...»
(RODRIGUEZ ESPEJO, 1976: 684).

F) Posición de Zinny.
«... Como sanción, la nulidad es la invalidación del acto viciado.
Esto significa hacer desaparecer los efectos producidos e impedir
que siga produciéndolos. Como consecuencia de la cesación de los
efectos producidos, la anulación del acto procesal trae aparejada la
invalidación de todos los otros que sean consecuencia directa del
declarado nulo...» (ZINNY, 1990:172).
«El proceso regular y legal es el medio para garantizar la
inviolabilidad de la defensa enjuicio de las personas y los derechos,
como así también para obtener una mejor administración de justicia.
La sanción de nulidad es un remedio eficaz para que estas finalidades
no se vean desvirtuadas, reencausando el proceso cuando la actividad
irregularmente cumplida pueda desviarlo hacia un resultado
distinto al previsto en la ley, o impidiendo que se altere algún
principio fundamental en cuanto a su inicio, desarrollo o finalización
que afecte la garantía constitucional...» (ZINNY, 1990:172).

G) Posición de Liebman.
Para Liebman:
«El acto procesal no se presenta aislado: el mismo pertenece,
o al menos es conexo, a un procedimiento, cuyos actos son
vinculados entre sí por un vínculo más o menos estricto de
dependencia, en tal modo que la nulidad de un acto se
comunica a los que necesariamente lo presuponen.
Por eso, si la nulidad es insanable o no es sanada, afecta
también los actos que dependen del acto mismo (...). Con
mayor razón la omisión de un acto hace nulos los actos que
lo presuponen. Particular gravedad asume naturalmente la
nulidad del acto judicial, constitutivo del proceso, que -si no
es sanada- importa la nulidad del proceso entero» (LIEBMAN,
1980:198-199).
138 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

H) Posición de Escobar Fornos.


«... Como el proceso está constituido por un conjunto de actos
encadenados, la nulidad de un acto puede acarrear la nulidad de
los subsiguientes a él supeditados, pero no a los que carecen de
vinculación con el anulado. Por ejemplo, declarado nulo el
emplazamiento, caen todos los actos posteriores a él» (ESCOBAR
FORNOS, 1990: 65).
«... La relación que surge del proceso es unitaria, pues los actos de
que está compuesto se encuentran unidos entre sí por un vínculo
común. Estos actos se desprenden del acto inicial del proceso: la
demanda. Como consecuencia: si se anula la demanda, se anula
toda la relación procesal; la demanda es uno de los actos que fija
las facultades de decisión del juez, por lo cual, si se extralimita, es
nula la sentencia...» (ESCOBAR FORNOS, 1990: 65).

I) Posición de Gozaíni.
Este jurista argentino, acerca de los efectos de la nulidad del acto
procesal, dice lo siguiente:
«Nulificar un simple acto del proceso (...) no acarrea
consecuencias futuras. El acto deja de existir como tal, pierde
validez y eficacia, pero no transfiere a otros su nulidad.
Es una nulidad independiente que no incide en el acontecer
procedimental.
Tampoco tiene efectos retroactivos, sin atender por ahora la
responsabilidad procesal de quien ha dado lugar al vicio, de
modo tal que no conmueve el estado de las actuaciones hasta
allí suscitadas.
Empero hay actos que por comunicabilidad de efectos
conducen la nulidad hacia los demás, sea hacia atrás o por
los que se dieron con posterioridad al vicio.
Por ejemplo, la nulidad del auto que decreta abierto el juicio
a prueba, anula los pasos siguientes que se hubieran practicado,
pero no los anteriores. En cambio, si la nulidad fuera de la
notificación de la demanda, caen los actos que ocurrieron a
posteriori de ella, retrotrayendo la causa a su estado inicial»
(GOZAINI, 1992, Tomo I, Volumen 2: 871-872).
Gozaíni, refiriéndose a los efectos de la nulidad en el procedimiento,
destaca que en estos casos «... los vicios no corren por vasos
comunicantes sino por la trascendencia que tiene el acto, que obliga
a cumplirlo con regularidad y eficacia. Se trata de requisitos
Capítulo I V : D eclaración de la nulidad procesal 139

esenciales que resultan omitidos, y que por esta anormalidad del


trámite, anulan todo lo actuado en consecuencia, volviendo el
proceso al tiempo que ocurre el vicio» (GOZAINI, 1992, Tomo I,
Volumen 2: 872).
Dicho autor, al tratar los efectos de la nulidad del proceso, hace
notar que:
«Aquí la gravedad del error es de tanta importancia que
genera un acusado déficit en la validez absoluta del proceso.
Cuando ello sucede, se nulifica todo el procedimiento cursado.
En estos supuestos se halla enjuego las garantías constitucionales
del debido proceso adjetivo, con sus tutelas esenciales en el
derecho a ser oído, defensa efectiva, y sentencia fundada en
motivos razonablemente obtenidos del análisis de la causa»
(GOZAINI, 1992, Tomo I, Volumen 2: 872).

J) Posición de Casarino Viterbo.


Casarino Viterbo apunta sobre la materia lo siguiente:
«... Los efectos de la nulidad procesal son especialísimos por
la naturaleza también especial de los actos a quienes ella
afecta: junto con hacer desaparecer el acto procesal cuya
nulidad se ha declarado, echa por tierra todos aquellos demás
actos procesales posteriores y consecuenciales del acto nulo.
(...)

En realidad no existe fórmula de carácter general que establezca


un principio semejante, pero se llega a su aplicación teniendo
en consideración que los actos procesales no son algo aislado,
sino el uno consecuencia y, a su vez, antecedente del otro.
Hay veces que los actos procesales producen un doble efecto:
uno, de carácter estrictamente procesal; y otro, de carácter
sustantivo o material. Ahora bien, si se anula dicho acto, no
solamente desaparece para los efectos procesales, sino,
además, para los de orden sustantivo o material, porque éstos
son consecuencia de aquéllos. Ejemplo: se anula la notificación
de una demanda; no solamente falta el emplazamiento del
demandado, sino que, además, esta notificación no ha tenido
la virtud de interrumpir la prescripción» (CASARINO
VITERBO, 1984, Tomo IV: 426-427).

K) Posición de Serra Domínguez.


«... Habida cuenta la peculiar naturaleza del proceso, integrado por
una sucesión ordenada de actos, viniendo cada uno de ellos
140 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los A ctos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

determinado por el anterior y encaminado hacia el que le sigue


normalmente, la nulidad de un acto procesal acarreará la nulidad
de los restantes actos procesales que traigan causa de él. La ineficacia
inicial de un acto priva de su eficacia a los actos que le siguen,
pese a haber sido éstos realizados en forma correcta» (SERRA
DOMINGUEZ, 1969: 465-466).
«Los defectos relativos a los sujetos procesales normalmente
implicarán la nulidad de todo el proceso, siempre que no hayan
sufrido variación en su curso; lo mismo ocurrirá con los referentes
al objeto del proceso y al procedimiento; en cambio los relativos a
la forma de los actos pueden repercutir o no en los sucesivos, según
los casos...» (SERRA DOMINGUEZ, 1969: 466).

L) Posición de Juan Carlos Mendoza.


Juan Carlos Mendoza distingue tres tipos de efectos que producen
las nulidades procesales:«... I osobre el acto nulo (o el procedimiento
nulo, ya que éste no es sino un conjunto de actos vinculados entre
sí por su finalidad común); 2o sobre los demás actos del proceso;
3o y sobre las personas (sujetos del proceso y los auxiliares)»
(MENDOZA, 1966:177).
«... En cuanto a los efectos sobre el acto debe distinguirse de nuevo:
a) según el acto sea totalmente nulo; b) y según el acto sea parcialmente
nulo. Si es totalmente nulo no podrá cumplir, lógicamente, ninguno
de los efectos normales a que está destinado, por verse completamente
privado de eficacia jurídica; si es parcialmente nulo, las demás
partes no quedarán afectadas por la nulidad y aunque el vicio
impida un determinado efecto, el acto producirá aquellos efectos
para los cuales es idóneo» (MENDOZA, 1966:177-178).
«En cuanto a los efectos de la nulidad sobre los demás actos del
proceso hay que distinguir: a) según se trate de actos anteriores; b)
y según se trate de actos posteriores, y entre éstos, nuevamente, los
actos dependientes del acto nulo y los actos independientes de él.
Los actos anteriores no pueden quedar afectados por la nulidad
del acto que le sigue, dada la forma como se desarrolla la relación
procesal, que no admite la dependencia del acto anterior con
respecto del posterior. Los actos consecutivos, en cambio, en cuanto
sean dependientes del acto nulo, quedan afectados por la nulidad
de éste, dado el principio de que lo que es nulo produce un efecto
nulo. No así los actos independientes de él, precisamente por su
falta de nexo causal» (MENDOZA, 1966:178).
«Los vicios del procedimiento -que (...) son vicios de actos que lo
integran- producen la nulidad de los actos posteriores, que en
realidad no son consecuencia de la ejecución de un acto viciado (...),
Capítulo IV : D eclaración de la nulidad procesal 141

sino de la omisión de un acto requerido para la validez del acto que


le sigue, o de la transposición, se puede agregar, de un acto, de
acuerdo al orden legal que le impone el proceso» (MENDOZA,
1966:178).
«... En cuanto a los efectos sobre las personas, hay que distinguir
según se trate: a) del juez; b) de las partes; c) de los auxiliares de
justicia. Generalmente los efectos de la anulación sobre las personas
se traducen en una sanción pecuniaria -la aplicación de las costas
o una multa-...» (MENDOZA, 1966:178).

LL) Posición de Micheli.


En cuanto a los efectos de la declaración de nulidad procesal,
Micheli hace estas observaciones:
«... La necesaria concatenación de los actos procesales entre
sí y la circunstancia de que dichos actos, así coordinados,
están destinados a la finalidad de alcanzar, por regla general,
un pronunciamiento del juez por el cual se conceda o se
niegue una determinada forma de tutela jurídica, produce
importantes consecuencias, por lo que se refiere al ámbito
dentro del cual la nulidad de un acto procesal está destinado
a desplegar su influencia (...). la nulidad de un acto no importa
la nulidad de los actos precedentes ni la nulidad de los actos
posteriores que son independientes de él. Ahora bien, esa
independencia debe entenderse en el sentido de que el acto
procesal nulo no constituya el presupuesto necesario para el
cumplimiento de un acto posterior, teniendo en cuenta el
nexo que liga unos a otros los diversos actos del proceso en
un todo unitario. Con igual cautela debe interpretarse, por
consiguiente, también la (...) norma (...) acerca de la nulidad
de una parte del acto, la cual no afecta a las otras partes de
dicho acto que son independientes de ella. Según estas reglas,
que se inspiran en el principio de la conservación de los actos
y que se coordinan con la exigencia de economía procesal (...)
que se expresa en el conocido brocardo utile per inutile non
vitiatur. (...) Si el vicio que afecta al acto impide la producción
de un determinado efecto jurídico, que sería propio del acto
mismo, este último puede producir, sin embargo, dos otros
efectos para los cuales es idóneo'. Aun cuando no sea posible
hablar, en tales hipótesis, de un fenómeno paralelo a aquel
que se verifica en el derecho sustancial, con la conversión del
negocio jurídico que presupone la relevancia de la voluntad
del efecto (...) sin embargo, se verifica, en virtud de aquella
norma, una posible reducción de los efectos del acto procesal,
no obstante que en él la relevancia de la voluntad del agente
142 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los A ctos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

es bien diversa de aquella que es propia en el campo del


derecho sustancial, dado el carácter predominantemente
formal del acto procesal.
(...)
Siempre por un criterio de economía procesal (...) el juez que
pronuncia la nulidad debe disponer, cuando sea posible, la
renovación de los actos a los cuales la nulidad se extiende (...).
Ahora bien, por renovación se entiende el cumplimiento de
un acto nuevo, sin incurrir en las nulidades que afectaban al
acto precedente, pero siempre que no haya vencido aquel
término perentorio y cuando no se hayan verificado
preclusiones. El acto que constituye la renovación del acto
precedente declarado nulo por el juez despliega (...) efectos
ex tune y no ya ex nunc (...). Diversos de la renovación del acto
nulo, en sentido técnico, son aquellos casos en los que la ley
prevé la posibilidad de que ciertos actos procesales puedan
ser repetidos, por razones independientes de la nulidad de
dichos actos (...).
Con el pronunciamiento de las nulidades, el juez pone a cargo
del secretario, del oficial judicial o del defensor, las costas por
la renovación del acto si y en cuanto la nulidad misma es
imputable a uno de ellos. A instancia de parte, pues, el juez,
con la sentencia que decide la causa, puede condenar al
secretario o al oficial judicial al resarcimiento de los daños
cuando ellos han realizado un acto nulo con dolo o culpa
grave» (MICHELI, 1970, Volumen I: 324-326).

M) Posición de Gallinal.
Gallinal, respecto de los efectos de la declaración de nulidad
procesal, opina de esta manera:
«Hay que distinguir (...) tres categorías de actos: los antecedentes,
los dependientes y los independientes.
Los primeros, cumplidos como estaban válidamente, tenían
existencia propia antes de celebrarse el acto nulo, y así como
la no realización de éste en nada habría influido sobre la
validez de los ya celebrados, tampoco puede afectarles la
anulación del mismo.
El efecto de la nulidad de un acto de procedimiento no obra,
en principio, sino sobre el acto mismo, el cual debe tenerse
como no celebrado, sin que se le pueda reconocer valor
jurídico alguno: quod nullum est nullum producit effectum.
Capítulo I V : D eclaración de la nulidad procesal 143

Pero si los actos consecutivos son dependientes del anulado,


correrán su misma suerte, la nulidad del acto que les sirve de
base y fundamento les debe afectar necesariamente...»
(GALLINAL, s/a, Tomo II: 262).

N) Posición de Santana Mujica.


Dice este autor sobre los efectos de la nulidad que:
«1) Cuando se trata del acto aislado, solamente afecta el mismo.
2) Cuando se trata del acto que es base de otros, entonces es
necesario determinar cuáles son afectables.
3) No son extensibles a la situación de otros colitigantes cuando
le es desfavorable y sí cuando les beneficie.
4) Tiene efectos en las situaciones sustantivas, como las de hacer
procedente una caducidad o que corra una prescripción o
desmejore o no ciertas condiciones de la pretensión.
5) Puede anularse parte de los actos, sobre todo cuando se ha
omitido realizar algo, manteniendo lo efectuado correctamente»
(SANTANA MUJICA, 1982:159).

Ñ) Posición de Luis Rodríguez.


En principio, este jurista estima que:
«El acto viciado lleva en sí mismo el germen de la destrucción,
el juez comprueba la existencia del vicio y declara lo que ya
era írrito.
Es que en realidad la nulidad no extingue el acto, sino que debe
considerarse como si nunca hubiera existido» (RODRIGUEZ,
1987: 86).
Añade Luis Rodríguez lo siguiente:
«Si la resolución rechaza la incidencia y mantiene los actos
procesales, no hay problema alguno.
En caso de hacer lugar a la nulidad los efectos se proyectan
hacia el pasado, se retrotrae -en principio- el procedimiento
con anterioridad al acto viciado, el que debe repetirse. Este
es el efecto 'natural' de la nulidad, volver las cosas al mismo
o igual estado en que se hallaban antes del acto anulado (...).
Debe pues, repetirse el procedimiento salvo que, por razones
de economía procesal, se tenga por efectuado el acto procesal
si al plantearse la nulidad se lo cumplió en subsidio...»
(RODRIGUEZ, 1987:131).
144 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

Concluye Luis Rodríguez diciendo que, «en resumen, el efecto


propio de la nulidad es volver las cosas a su estado anterior. Ello
se cumple retrotrayendo el procedimiento a la etapa procesal
anterior al acto viciado. Las excepciones están dadas por los supuestos
de nulidad parcial de actos que sean separables» (RODRIGUEZ,
1987:133).

O) Posición de Morón Palomino.


En palabras de Morón Palomino:
«... Declarado nulo un acto procesal, éste pierde eficacia en
el proceso, se tiene como no acontecido y, en definitiva,
resulta privado de sus efectos normales.
Si la declaración de nulidad se produce una vez que al acto
nulo han sucedido otros en relación de dependencia con él,
también éstos resultarán afectados y privados de eficacia; se
trata de la nulidad que puede llamarse derivada o sobrevenida,
en contraposición a la originaria (...).
El acto procesal nulo derivativamente, en sí, es perfectamente
ajustado a derecho; no adolece de vicio alguno intrínseco, y
su falta de eficacia proviene de haber sido contaminado, valga
la frase, por la nulidad del que le precedió.
(...)

Naturalmente, en cada caso que la práctica ofrezca será


preciso (...) examinar cuidadosamente la concatenación de
actos que el procedimiento supone para que la nulidad
decretada alcance a todos, pero sólo a los actos procesales
vinculados al declarado nulo.
(...)

(...) La declaración de nulidad, salvo en los casos en que la


pretensión se interpónga inmediatamente después de
producirse la infracción, provoca su efecto ex tune; efecto
retroactivo que nada obsta al carácter constitutivo que pueda
revestir la resolución por la que tal declaración se imponga,
en consonancia con el posible carácter constitutivo de la
pretensión de nulidad.
La declaración de nulidad, por tanto, priva al acto de sus
efectos normales. Esta privación de efectos es, desde luego,
absoluta, lo que no impide que el acto declarado nulo pueda
producir algunos efectos procesales en otro proceso diferente,
como ocurriría, por ejemplo, si se aporta a un nuevo juicio, a
Capítulo I V : D eclaración de la nulidad procesal 145

título de prueba documental, testimonio de ciertas pruebas


practicadas en un pleito anulado en su integridad.
Consecuencia de índole más que procesal funcionarial es la
sanción que, en ciertos casos, puede llevar aparejada la
declaración de nulidad procesal; sanción que se impone al
autor y causante de la nulidad si la misma afecta a un acto
del Tribunal (...).
(...) La declaración de nulidad que provoca sus efectos en el
campo del proceso, puede alcanzar también a la órbita de las
relaciones jurídico-privadas. Piénsese en la declaración
judicial de que un determinado acto procesal, una sentencia,
por ejemplo, es inexistente, y que, en cumplimiento y en
acatamiento de esa apariencia de resolución firme, las partes
hayan realizado determinadas prestaciones.
Cabe suponer, igualmente, el caso de nulidad de recurso
interpuesto contra una sentencia válida, la cual, naturalmente,
pasa a la categoría de firme, con las consiguientes repercusiones
que en el orden jurídico privado produce el efecto de cosa
juzgada en sentido material» (MORON PALOMINO, 1962:
199-201).

P) Posición de Véscovi.
Véscovi, en lo que atañe a los efectos de la declaración de nulidad
procesal, refiere lo siguiente:
«... En principio, el acto nulo no produce efectos, es ineñcaz (...).
(...)

(...) El acto declarado nulo carece de validez, es decir, que no


es eficaz para el fin para el cual está destinado, o sea, que
carece de idoneidad para producir el efecto jurídico que le es
propio. En segundo término, (...) el acto produce la nulidad
de los actos subsiguientes. Este fenómeno de 'nulidad en
cascada', es propio del derecho procesal y se deriva de la
naturaleza del proceso, compuesto de actos interdependientes
que se encadenan unos a otros. Porque el proceso es (...) una
sucesión de actos encaminados a un fin. Es el principio de la
comunicabilidad de los efectos de la nulidad.
Por eso, cuando se declara la nulidad de un acto, un
emplazamiento, la notificación de la apertura a prueba, etc.,
de allí se deriva la nulidad de los posteriores y debe repetirse
el acto nulo hecho en forma válida y luego todos los demás
que lo han seguido hasta la sentencia (...).
146 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

En todo caso, lo más conveniente es que el auto que declara


la nulidad indique las actuaciones que deben reproducirse (...).
(...) Pese a lo dicho, debemos reconocer limitaciones a las
consecuencias de la nulidad. Es que frente a lo expresado
aparece el llamado -principio de conservación que se enuncia en
la doctrina general (y, por consiguiente, en derecho civil y
procesal) y que proclama la mantenencia, en lo posible, de
los efectos de los actos cumplidos (...).
Esto significa que aun cuando no produzca el efecto principal,
es decir, el que le es propio, puede provocar otros efectos
igualmente válidos desde el punto de vista procesal, si nos
referimos a los actos procesales.
O sea, que hay límites tanto objetivos como subjetivos a la
nulidad. Límite subjetivo es el que se refiere a las partes
intervinientes en el acto. En efecto, un acto puede ser nulo
para unos y no para otros. Así, la notificación hecha a la
persona jurídica y a la persona física en un mismo domicilio,
puede ser nula para la una y no para la otra (nula para la que
no tiene ese domicilio y no para la otra que lo tiene). En
general, la nulidad no debe afectar al tercero, sobre todo de
buena fe (...).
Esto es claro; en cambio, resulta más complejo el problema
de los límites objetivos de la nulidad procesal.
En primer lugar, y como mencionamos los efectos reflejos de
la nulidad de un acto ("principio de la comunicabilidad de
los efectos') que se producen en el proceso, debemos señalar
algunos límites a ellos.
Es exacto que la dinámica del proceso trae consigo la
propagación de la nulidad ('nulidad en cascada'), pero esto
se halla sometido a ciertas condiciones, que son:
a) Que el acto reflejo sea consecutivo y no anterior. La
nulidad no se produce hacia atrás, sino hacia adelante.
Lo impediría el principio de la preclusión procesal;
además sería ilógico: si la nulidad es refleja, se deriva
del acto anterior. Así, el emplazamiento nulo no anula
la demanda ni sus efectos.
b) Que el acto sucesivo sea dependiente y no independiente
del que se ha anulado. La nulidad de una prueba no
acarrea la de otra anterior ni la posterior independiente.
La nulidad en la designación del perito no afecta la
Capítulo IV : D eclaración de la nulidad procesal 147

recepción de la prueba testimonial, aunque sí el informe


pericial. A esto se ha dado en llamar principio de
independencia (...).
En segundo lugar, y ateniéndonos a los efectos de la nulidad
en el acto en sí, debemos decir que tampoco todos son
inválidos. Por el contrario, hay ciertos efectos, generalmente
secundarios, que pueden quedar en pie; por lo demás, el acto
nulo puede producir otros efectos derivados del principio de
responsabilidad.
( ...)

La doctrina ha señalado, también, que un acto nulo del


procedimiento puede ser interruptivo de la perención de la
instancia. Esto demuestra que debe procederse a analizar, en
cada caso, los distintos efectos del acto procesal, y si bien su
anulación extingue su efecto principal, puede haber otros,
que son independientes de éste, que pueden quedar en pie.
Asimismo es posible que el acto nulo, a su vez, genere efectos,
sobre todo los derivados del principio de la responsabilidad
en que puede incurrir el que realiza (funcionario) o hace
realizar un acto nulo. Así, el juez que actúa ilegalmente y
provoca la nulidad, puede ser objeto de sanción (juicio de
responsabilidad); lo mismo el funcionario del oficio judicial
(actuario, notificador, etc.). Esta responsabilidad puede ser
civil y hasta penal, según las circunstancias (...).
En cuanto a la anulación del propio proceso, también podemos
señalar, en este caso, la persistencia de algún efecto de los
actos inválidos. La cuestión se presenta más difícil, puesto
que por definición la anulación del proceso acarrea la de todos
los actos que lo componen.
Sin embargo, debemos señalar, en primer término, que en
ciertos casos lo que se designa como anulación del proceso,
no lo es del total sino de una parte, aunque sea la más
importante. Así, cuando se persigue la nulidad incidental de
un proceso, por defecto en el emplazamiento (...), si se obtiene
éxito, en realidad, conforme a los principios estudiados, no
se afectarán los actos anteriores, como la demanda, que
permanecerá intacta, inclusive en los efectos que ha alcanzado.
Además, y aun cuando se diera la nulidad total, como en el
caso de decretarse por el progreso de una acción autónoma
posterior al proceso, podremos pensar que algunos efectos
de los actos también pueden quedar en pie. Así, no importa
que se haya presentado un documento en un proceso nulo,
148 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

para que adquiera fecha cierta (...), y las pruebas diligenciadas,


si bien carecen de validez esencialmente, podrán siempre ser
tomadas en cuenta como indicios. Ya hemos visto, también,
que la interrupción de la prescripción valdría, y lo mismo
puede suceder con el efecto, no principal pero sí secundario
o reflejo, de ciertos actos» (VESCOVI, 1999: 275-278).

Q) Posición de Maurino.
En primer lugar, predica Maurino que:
«Por efectos entendemos las consecuencias jurídicas de la
declaración de nulidad y los actos a los cuales alcanza esa
decisión.
El efecto fundamental se traduce en la ineficacia del acto (...).
La existencia del vicio o causa de nulidad origina la desviación
o irregularidad del acto...» (MAURINO, 1990: 245).
Luego, en lo que concierne a los efectos de la declaración de nulidad
en relación al acto procesal y su ubicación en el proceso, el indicado
autor manifiesta lo siguiente:
«... La decisión sobre nulidad de un acto procesal importa
una constatación declarativa. Por ende, el momento en que
ocurre el vicio es el determinante del efecto retroactivo de la nulidad,
de modo que el acto viciado se tiene por ineficaz, desde su
origen mismo.
Las partes son retrotraídas a la situación o estado anterior al
acto anulado.
La nulidad propia de un acto (...) se proyecta sobre los
actos posteriores o consecuentes, que reconocen en aquél su
antecedente, en virtud de la 'transitividad' que entre ellos
existe.
Ubicado el acto anulado en el centro de la cuestión, cabe
analizar qué efectos producirá sobre los actos anteriores o
antecedentes, los posteriores o consecuentes, y los independientes.
a) Efectos sobre los actos anteriores o antecedentes. La declaración
de nulidad de un acto procesal no afecta a los actos
anteriores (...).
(...)

El fundamento de lo expresado radica en razones de


economía procesal y celeridad, así como en la aplicación
del principio de interpretación estricta de las nulidades
del proceso civil.
Capítulo IV : D eclaración de la nulidad procesal 149

b) Efectos sobre los actos posteriores dependientes o consecuenciales.


También se habla de actos sucesivos, o consecutivos, o
consecuentes.
(...) El término consecuente o consecutivo, no debe
interpretarse literalmente, en el sentido de aplicación a
los actos inmediatos al declarado nulo, producido 'sin
interrupción o intervalo', sino en el sentido de actos que
sean consecuencia del anulado.
Por consiguiente, la declaración de nulidad del acto se
extiende a los que proponemos que se denominen actos
consecuenciales, o sea a los actos posteriores dependientes
del acto nulificado.
(...)

En suma, la extensión de la nulidad no deberá sobrepasar


el límite de garantizar la defensa enjuicio. Alcanzará a
los actos cumplidos que no pueden considerarse
subsistentes o eficaces, independientemente de la
actividad inválida, ya porque la determinan o porque
son consecuencia de la actuación nula.
c) Efectos sobre los actos posteriores independientes. Los efectos
del acto anulado no se proyectan a los actos posteriores
independientes.
d) Efectos sobre los actos divisibles. (...) 'La nulidad de una
parte del acto no afectará las demás partes que sean
independientes de aquélla'.
(...) 'Cuando el vicio impida un determinado efecto, el
acto podrá, sin embargo, producir los demás efectos
para los cuales es idóneo» (MAURINO, 1990: 246-249).
Maurino, en lo que toca a los efectos de la declaración de nulidad
en relación al órgano jurisdiccional que la pronuncia, expone lo
siguiente:
«a) Cuando el mismo juez declara la nulidad de lo actuado, la
resolución no le impone apartarse del conocimiento de la
causa.
b) Pero cuando la nulidad es dispuesta por el tribunal de alzada,
deben distinguirse dos hipótesis:
1) Procedimiento arreglado a derecho. Sentencia anulada en
razón de las formas. Cuando el procedimiento estuviese
arreglado a derecho, debe el tribunal de segunda instancia,
150 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los A ctos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

en el mismo acto, analizar el fondo de la cuestión litigiosa


y fallaren consecuencia.
(...)

En torno a la posición sustentada, señalemos que


existen:
a) Una corriente de opinión favorable, que concentra
sus razones en las siguientes:
1) Absorción de la invalidación por la impug­
nación, al ser ésta un remedio más radical.
2) El juez de primera instancia agota y consume
su jurisdicción en el pronunciamiento.
3) Celeridad y economía procesal. Este es
quizás el más sólido de los fundamentos.
b) Una corriente de opinión contraria, que considera
que corresponde el trámite de reenvío a primera
instancia, para que se dicte nuevo pronunciamiento:
se apoya en estas argumentaciones:
1) El recurso de nulidad tiene individualidad
conceptual.
2) Se viola el principio de la doble instancia,
al decidir sobre el fondo del asunto el
tribunal de alzada, y se le concede a éste
una facultad de excepción.
Concluimos reiterando nuestra posición
inicial, en cuanto a que debe resolver el
tribunal de segunda instancia. De esta
manera se evita el reenvío al juez de primera
instancia, que generalmente no es el mismo
que actuó en el proceso, sino el que lo sigue
en turno, ante la existencia, en la mayoría
de los casos, de prejuzgamiento.
2) Procedimiento no ajustado a derecho o viciado. Resolución
anulada por esa causa. (...) "Si la nulidad proviniese de
vicio en el procedimiento, se declarará nulo lo obrado
que se relacione con la actuación nula o que sea su
consecuencia y se remitirán los autos al juzgado que
corresponda para que tramite la causa y dicte la resolución»
(MAURINO, 1990: 249-251).
Capítulo I V : D eclaración de la nulidad procesal 151

Por último, Maurino, en cuanto a la reproducción del acto anulado,


expresa lo siguiente:
«... El acto anulado puede repetirse, sustanciándose nuevamente
el proceso desde la actuación nula.
(...) Siempre que sea posible, el juzgador habrá de disponer
la reproducción de los actos a que la nulidad se extienda (...).
Por ejemplo: declarada la ineficacia del acto procesal de
notificación, corresponde la reiteración de él, conforme con
las formalidades procesales correspondientes (...).
La excepción a esta regla estará dada por el hecho de haber
transcurrido el término perentorio para hacerlo (...). Tal el
supuesto de la declaración de nulidad de una medida de
prueba, que se originó por el ofrecimiento extemporáneo de
ella. El acto, obviamente, no podrá repetirse» (MAURINO,
1990: 252).
cáramo y
m
g ,i wxjíí tMxy&i ’J'y yuc¡dií'--¿ LLc‘>„;

1. PROCESOS IRREGULARES O ANORMALES

Los procesos irregulares o anormales son aquellos «... en los que las partes
intentan la consecución de algún fin más o menos desviado del de tutela
jurídica...» (GUASP; citado por MORON PALOMINO, 1962: 121).
Urrutia Salas, por su lado, distinguiendo entre proceso irregular, anormal
y nulo, sostiene que «... el proceso irregular es el que viola la regulación formal,
el esquema legal, la estructura jurídica, es decir, la forma, por cuyo motivo
tiene como sanción la nulidad» (URRUTIA SALAS, 1975: 1061). «Proceso
anormal es el que no surge conforme a una norma jurídica, que se pretende
satisfacer a través del proceso, llámese costumbre, ley, equidad, es decir, es un
proceso ajeno a la realidad, porque no hay pretensión discutida, y la que aparece
como causa del juicio, se simula, se inventa. El proceso nulo es un proceso
desarreglado, el proceso anormal es un proceso -desnaturalizado, porque no se
cumple el fin de ser garantía jurídica, ya que ésta se ha podido obtener sin él-.
Es un aprovechamiento del proceso como medio de satisfacer un goce
determinado, en sustitución de la actividad o arreglo directo. Queremos decir
que el proceso anormal se coloca en el lugar de un negocio jurídico directo que
pudo ser satisfecho por las partes, al margen de la justicia; en cambio, el proceso
nulo es la realidad mal construida» (URRUTIA SALAS, 1975:1061-1062).
Los procesos irregulares o anormales son los siguientes:
Proceso convencional.
Proceso aparente.
Proceso simulado.
154 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

En cuanto al proceso fraudulento strictu sensu, que no es sino una


subespecie del proceso irregular o anormal, será visto más adelante cuando se
estudie el fraude procesal.

1.1 Proceso convencional

El proceso convencional «... es el que persigue un fin procesal lícito


mediante formas procesales inadmisibles, es decir, derogando o alterando las
partes, por acuerdo entre ellas, las normas establecidas por la Ley...» (PRIETO-
CASTRO Y FERRANDIZ; citado por MORON PALOMINO, 1962:120).
Pallares anota que si el proceso es convencional, «... ello será por la
existencia de un convenio o pacto, que, por tender a reflejarse en el ámbito del
proceso, o por ir enderezado a la modificación de cualquier forma del
curso normal del procedimiento, habrá de ser reputado, naturalmente, de
convenio o pacto procesal» (PALLARES; citado por MORON PALOMINO,
1962:121).
Urrutia Salas destaca que «... sí es admisible el convenio sobre ciertos actos
del proceso, no lo es, sin embargo, para todo el proceso, cuya estructura la fija la
ley precisamente para ajustar a ella la actividad de las partes y del juez»
(URRUTIA SALAS, 1975: 1066). Añade dicho autor que «no puede haber un
proceso convencional, pero sí, actos convenidos con plena validez en un proceso
jurisdiccional y que importan negocios jurídicos procesales, admitidos, siempre
que sean lícitos en la causa y en el objeto» (URRUTIA SALAS, 1975:1066).
En lo concerniente al proceso convencional, Morón Palomino nos ilustra
de esta manera:
«Existen pactos con apariencia procesal pero de contenido exclusivamente
material o substantivo, como, por ejemplo, el pacto de non petendum (...).
Para que el pacto o convenio sea reputado procesal ha de ir enderezado,
como todo acto de esa índole, a surtir efecto directo en el proceso. El pacto
que tienda a surtir efectos en la sentencia definitiva no tendrá ni matiz
de procesal. Lo será, en cambio, el de no comparecer en juicio, así como
el de distribución del onus probandi y otros semejantes. Estos tienden a
surtir efecto, no en la resolución de la cuestión discutida sino en el proceso
en que aquéllos haya de pronunciarse.
Lo que se acaba de exponer es suficiente para advertir que si el proceso
convencional se origina por voluntad pactada de las partes, o de las
personas que van a ser partes, rara vez se producirá un auténtico y
riguroso proceso convencional, ya que difícilmente se concibe un pacto
que regule, íntegramente, un proceso a espaldas del arbitrado en la Ley.
Se trataría de un proceso hasta sin órganos jurisdiccionales; de un proceso
más que irregular inexistente.
Capítulo V : L a nulidad de cosa juzgada fraudulenta 155

Lo normal es que el pacto recaiga sobre alguna o algunas de las actividades


que en el proceso se desarrollan como, por ejemplo, (...) sobre la prueba,
estableciendo la llamada inversión convencional de su carga. De ahí que
el tipo de proceso anormal que estudiamos se presente en la práctica más
que como proceso convencional como proceso relativamente o
parcialmente convencional.
En principio, puede decirse que la validez de los actos procesales del
juicio convencional, o parcialmente convencional, dependerá de la validez
y eficacia del pacto o contrato a que los actos procesales responden.
Supongamos un pacto sobre competencia territorial: la validez de los
actos tramitados ante el órgano judicial del lugar convenido no podrá
discutirse si se admite la validez del pacto de que se trata.
Pero ¿cuándo será válido un pacto de tal índole?
Antes de seguir adelante conviene dejar puntualizado que la noción de
pacto o del contrato procesal supone, en el orden lógico, dos conceptos:
el de contrato (género próximo) y el de procesal (diferencia específica).
El convenio o contrato procesal es, ante todo, un negocio jurídico, un
contrato. La calificación procesal deriva del fin objetivo al que endereza
el concierto de voluntades y de la materia sobre la que ese concierto de
voluntades recae.
Si el contrato procesal es (...) un contrato antes que nada, es evidente que
le serán de aplicación las normas y preceptos legales arbitradas para los
contratos (...).
(...)

(...) El contrato concertado entre dos o más personas con el fin de que
surta sus efectos en el proceso no vincula, por razones de derecho privado,
al juez, extraño, tercero si se quiere (en sentido civil) al vínculo obligacional;
el juez podrá desconocer dicho contrato que, por tanto, carece de eficacia
procesal intrínseca.
(...)

El contrato procesal tendrá efectiva validez en el proceso cuando la ley


expresamente así lo autorice. Entonces el juez habrá de proceder conforme
al deseo de las partes, no por derogación del principio de relatividad
contractual sino por imperativo del legislador, esto es, por una razón
extrínseca al pacto (...).
(...) El contrato procesal, que, de por sí, no vincula al juzgador, puede ser
lícito o ilícito, válido o ineficaz interpartes. Ocurrirá esto último (...) si
contraría lo dispuesto en las leyes, la moral o las buenas costumbres,
concepto en orden a los cuales no cabe sentar conclusiones generales
debiéndose examinar, caso por caso, el pacto o contrato de que se trate
156 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

y analizar su contenido, finalidad y circunstancias accidentales. Por regla


general habrá que estimar estos pactos, no expresamente autorizados,
contrarios a la Ley, y por tanto, ineficaces (...).
En todo caso, el problema de la validez interpartes de un conbato procesal
es de naturaleza substantiva (...).
Si la parte incumple el contrato procesal y el juez, que no está vinculado
por dicho pacto, dicta un pronunciamiento perjudicial al contratante
frente al que se infringió el convenio, sentencia perjudicial que no se
habría producido de haberse respetado el pacto, cabrá entablar demanda
de resarcimiento de daños y perjuicios. Esta demanda provocará un doble
problema: el de la licitud y validez del pacto procesal no vinculante al
juzgador, y el de la relación de causa a efecto entre el incumplimiento
(desconocimiento del pacto procesal) y el daño (disposición de la
sentencia).
Se ha dicho antes que el pacto o contrato procesal, al no vincular al juez,
no surte, de por sí, efectos en el proceso. A esta conclusión se ha llegado
utilizando el principio de la relatividad conbactual, es decir, un concepto
de derecho privado. Pero, aun sin apartarse del campo del derecho
procesal, la conclusión obtenida se alcanza teniendo en cuenta la
anormalidad que supondría una calificación jurídica, en momento distinto
del asignado para las calificaciones de fondo; momento que se concreta
en el decisorio del pleito.
(...)

Si por inadvertencia del juzgador o por estimarse éste vinculado


legalmente al pacto se realizan determinados actos procesales distintos
de los ordenados por la Ley, o en forma distinta a la prescrita, habrá que
examinar esos actos y aplicar las normas generales sobre nulidades (...);
y si hay lugar a ello, es decir, si se ha producido la nulidad del algún acto
del proceso, nulidad que no haya sido subsanada, habrá lugar al
planteamiento de la cuestión de nulidad, por el procedimiento que
corresponda.
(...)

De todo cuando ha sido expuesto cabe sentar esta conclusión: El llamado


contrato o convenio procesal o, mejor, sobre materia procesal, no ofrece
singularidad en el tema de las nulidades que en el proceso civil puedan
producirse. Si por virtud de un pacto de esa índole el órgano jurisdiccional
conduce la actividad del proceso por trámites distintos de los previstos
y ordenados en la Ley, habrá nulidad procesal siempre que se incida en
alguna de las causas que (...) la producen. No, en obo caso» (MORON
PALOMINO, 1962:122-127).
Capítulo Y : L a nulidad de cosa juzgada fraudulenta 157

1.2 Proceso aparente

El proceso aparente es aquel«... usado por las partes con fines negocíales
pero sin intención fraudulenta» (PRIETO-CASTRO Y FERRANDIZ; citado por
MORON PALOMINO, 1962:120).
Según Jaime Guasp, «... proceso aparente es aquel que las partes utilizan
para la constitución de un negocio jurídico lícito...» (GUASP; citado por
MORON PALOMINO, 1962:121).
Oscar Martínez dice del proceso aparente que es aquel «... que no está
destinado a componer un litigio real y concreto, o potencial o inminente (sentencia
declarativa), supuesto que incluye formas benignas, como la promoción de
procesos con el solo objeto de lograr jurisprudencia que luego se invocará en
el verdadero conflicto» (MARTINEZ, 1980: 68).
Urrutia Salas opina que «el concepto de proceso aparente surge frente al
concepto de proceso real, entendiendo por este último aquel en que la pretensión
jurídica es efectivamente discutida, contrapuesta al interés del demandado. Si
en el fondo, entre el demandante y el demandado, no existe esa discrepancia
jurídica que caracteriza el asunto controvertido, no puede haber un proceso
real que encuentra en su estructura la única manera de obtener la declaración
jurídica conveniente al interés sostenido en el proceso. No siendo así, se cae en
el proceso aparente» (URRUTIA SALAS, 1975:1066). Urrutia Salas agrega que
«... debe tratarse de un acto lícito, es decir, debe ser permitido por el derecho,
es una simulación destinada a crear una relación jurídica sustancial por medio
del proceso, en todos aquellos casos en que la creación de esa relación jurídica
también es posible establecerla en forma directa y se recurre al proceso como
mi substituto legal» (URRUTIA SALAS, 1975:1068). El indicado autor concluye
afirmando que «no sólo puede surgir el proceso aparente como una decisión
de las partes, que pudiendo elegir el trato directo prefieren el proceso, sino
también en aquellos casos en que se exige la sentencia judicial, como único
medio de establecer la obligación o la relación jurídica que se pretende...»
(URRUTIA SALAS, 1975:1068).
En lo relativo al proceso aparente, Morón Palomino señala que:
«Se suele hablar de proceso aparente para referirlo a aquellos procesos
en los que se persigue no la decisión de una controversia, sino un fin
negocial lícito.
La denominación no debe ser aceptada sin reservas, pues si (...) no todo
proceso implica controversia entre partes, el tipo procesal que nos ocupa
no es, en rigor, aparente. Mejor sería hablar de procesos con litis aparente.
(...)

(...) En el proceso aparente (...) está excluida la contienda. Esta ausencia


de litis, ¿supone nulidad procesal?
158 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

Para resolver con acierto es preciso aclarar, previamente, otra cuestión:


¿puede existir un proceso sin litis, sin controversia? La respuesta
afirmativa conducirá, lógicamente, a la admisión, como válido y eficaz,
de un proceso en que la controversia esté ausente; la negativa, por el
contrario, a la estimación de que dicho tipo procesal supone nulidad, o
mejor inexistencia.
(...) A los fines que aquí interesan, basta decir que, siguiendo a una
doctrina autorizada, es dable admitir que la controversia no es esencial
al proceso aunque sea su materia normal (...).
(...)

En consecuencia: si es posible el proceso sin litis, sin controversia efectiva,


la ausencia de ésta no vicia el proceso. Luego, el proceso llamado aparente,
por esa ausencia de contradicción, no puede ser considerado nulo. Es
decir: este tipo de proceso irregular o anormal queda sujeto igual que el
llamado convencional al régimen general de la nulidad de los actos
procesales» (MORON PALOMINO, 1962:127-129).

1.3 Proceso simulado

El proceso simulado es aquel «... en el que se emplean formas procesales


para un fin distinto del que es connatural al proceso (tutela de derechos),
intentándose, a través de él, un resultado de hecho que defraude los derechos
de terceros, como, por ejemplo, el traspaso al demandante por medio de la
sentencia de bienes pertenecientes al demandado en quiebra...» (PRIETO-
CASTRO Y FERRANDIZ; citado por MORON PALOMINO, 1962:120). Si bien
el proceso simulado -por su propia naturaleza- puede ser asimilado al proceso
fraudulento, cabe destacar que este último contiene otras notas distintivas que
rebasan el marco de la simulación en que se desenvuelve aquél, conforme se
verá cuando se examine el fraude procesal en el punto correspondiente.
A criterio de Oscar Martínez, el proceso simulado «... consiste en la
concertación de las partes para que el juez dicte una sentencia que no podría
pronunciar de conocer realmente la verdadera situación jurídica...» (MARTINEZ,
1980: 68).
Jaime Guasp pone de manifiesto que el proceso simulado se diferencia
del aparente, «... porque el negocio jurídico intentado por las partes es ilícito»
(GUASP; citado por MORON PALOMINO, 1962:121).
En lo que respecta a esta clase de proceso irregular o anormal, Morón
Palomino explica que:
«En el proceso simulado se emplean formas procesales admisibles pero
no existe contienda efectiva y real entre las partes, extremo éste en el que
coinciden proceso simulado y proceso aparente. Pero así como en el
Capítulo Y : L a nulidad de cosa juzgada fraudulenta 159

proceso aparente se pretende la consecución de un fin negocial lícito, en


el simulado se intenta alcanzar un fin también negocial pero ilícito: bien
la realización de un acto prohibido por el derecho objetivo (caso de fraude
legal); bien el perjuicio de un tercero que puede estar o no en relación de
vinculación con la situación de derecho que se hace materia del proceso»
(MORON PALOMINO, 1962:129-130).
Dicho autor trata sobre el proceso simulado sin perjuicio de tercero de esta
manera:
«... En cuantos procesos se intente conseguir un resultado de derecho
material prohibido por el legislador (...) se comete fraude legal. Ello es
evidente si se tiene en cuenta que este fraude (...) supone un acto cuyo
resultado está prohibido por una ley pero que se ampara en otra dictada
con distinta finalidad (...).
El fraude legal que nos ocupa se produce en la sentencia que pone fin al
proceso simulado, pues dicho momento decisorio es el que implica la
declaración de certeza. Y tiene el fraude que estudiamos como presupuesto
una alteración de la verdad en la relación de hechos suministrada al
juzgador por las partes (...).
Hasta que la sentencia no se pronuncia no tenemos más que un proceso
aparente, es decir, un proceso sin auténtica controversia. Hemos visto
que este proceso, por lo que afecta al tema de la nulidad de los actos
procesales, no ofrece singularidad. Hay, sí, una diferencia de carácter
meramente subjetivo: en el proceso aparente, simplemente convenido,
no hay intención de defraudar, ni a la ley ni al tercero; en tanto que en el
simulado sí la hay. Pero esa faceta intencional no entra en el ámbito de
lo jurídico procesal.
Si el proceso simulado supone la consecución de un fin negocial proscrito
por el derecho objetivo, esta realidad ilícita no se alcanza hasta que el
juez dicte su sentencia, ya que, hasta entonces, no se produce el efecto
declarativo, constitutivo o de condena en las relaciones jurídicas de
derecho substantivo (...).
(...)

Si el órgano jurisdiccional (...) se pronuncia sobre el derecho con plena


independencia del querer de las partes, y realiza la subsunción en razón
a la determinación de los hechos, en los que la actuación de las partes es
decisiva, resulta evidente que el fraude que se alcanza en el proceso
simulado se produce con ocasión de la sentencia, y obedece a una
alteración de los hechos verificada por los aparentes litigantes, bien
mediante un allanamiento, que cuenta (...) con no escasas limitaciones,
bien mediante el material demostrativo de una prueba artificiosamente
elaborada.
160 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

(...)

Esa alteración de la verdad, ¿anula la sentencia? Concretamos la cuestión


de la nulidad a la sentencia porque hasta ese momento no tenemos más
que proceso aparente, que, en sí, quedó demostrado que no es nulo.
(...)

En resumen: en caso de proceso simulado con resultado de fraude legal


la anulación es imposible; para quienes no fueron partes, carentes de
interés; para el órgano jurisdiccional, a quien no le es lícito entrar en el
terreno de las intenciones; para las partes, que, salvo los contados casos
de revisión, no pueden contrariar mediante una impugnación legal al
efecto de cosa juzgada que la sentencia firme provoca...» (MORON
PALOMINO, 1962:130-133).
Morón Palomino, al abordar el proceso simulado con perjuicio de tercero en
relación de vinculación con la materia del proceso, apunta lo siguiente:
«... En este tipo de proceso anormal pueden distinguirse: proceso
simulado con perjuicio de tercero en relación de vinculación con la
materia del proceso y proceso simulado con perjuicio de tercero con el
que no existe esa vinculación (...).
(...) Se pueden considerar (...) como derechos principales aquellos que,
independizados de la relación jurídica básica, crean una relación
inmediata de poder con el objeto (por ejemplo, el derecho de propiedad,
el de patria potestad, etc.). Son derechos dependientes aquellos que no
se han desligado de la relación o del derecho principal. Entre estos derechos
dependientes se encuentran los derechos subjetivos subordinados, es
decir, aquellos cuyo ámbito de poder está determinado por una relación
jurídica de la que dependen. Los principales grupos de estos derechos
pueden resumirse así: derechos cuya titularidad está determinada por
una relación jurídica en la que coexiste con otro titular (ejemplo, los
derechos de los comuneros en una comunidad de bienes); derechos cuya
titularidad está determinada por la titularidad de otro derecho subjetivo
(los llamados derechos medianamente determinados); y derechos que,
aunque nacidos con independencia, quedan sometidos por el derecho
objetivo a una cierta subordinación respecto de otro derecho subjetivo,
por estar basados en relaciones jurídicas vinculadas entre sí por imposición
legal (por ejemplo, el derecho del subarrendamiento respecto al del
arrendatario).
Cualquiera de estos tipos de derechos subjetivos subordinados, y
especialmente el último, puede ser afectado en un proceso en el que el
titular no sea parte pero en cuyo proceso se ponga enjuego la existencia
o inexistencia del derecho subjetivo principal con respecto al que aparece
vinculado en relación de subordinación.
Capítulo V : L a nulidad de cosa juzgada fraudulenta 161

En ninguno de los casos apuntados puede hablarse de fraude legal,


porque la resolución del negocio jurídico básico también pudo conseguirse
por acuerdo extrajudicial, es decir, por los medios autorizados por el
derecho privado (así, el arriendo puede extinguirse por acuerdo del
arrendador y arrendatario), sin que tampoco quepa hablar de fraude de
tercero, porque el derecho subjetivo de éste, ab initio, estaba vinculado
subordinadamente a la existencia de la relación jurídica básica.
Consecuencia: tampoco en este tipo de proceso anormal encontramos
especialidad relativa al tema de la nulidad de actos procesales. El proceso
simulado con perjuicio de tercero cuya situación jurídica está en
dependencia con la que se hace objeto del proceso, en sí, no es nulo»
(MORON PALOMINO, 1962:134-135).
Morón Palomino, al estudiar el proceso simulado con perjuicio de tercero con
el que no existe vinculación con la materia del proceso, señala que «este tipo de
proceso anormal ofrece verdadero interés. El ejemplo típico es el del proceso
celebrado en fraude de acreedores. Para burlar al acreedor, el deudor, puesto
de acuerdo con quien ningún crédito ostenta en su contra, se deja embargar
por éste en un juicio que no tiene más finalidad que la de substraer los bienes
a la acción del verdadero acreedor» (MORON PALOMINO, 1962:135). «Hasta
que no hay sentencia, la única anormalidad consiste en la ausencia de litis; litis
que (...) no es esencial a la existencia y validez del proceso. Es en la sentencia,
o sea, en la condena que luego ha de ser cumplida en detrimento del patrimonio
del verdadero acreedor, donde se alcanza el fraude de los intereses de éste»
(MORON PALOMINO, 1962: 136). «El ejemplo ofrecido se produce en la
práctica con harta frecuencia; y el problema que suscita este tipo de irregularidad
es de intensa gravedad porque en él destaca sobremanera la malicia de quien,
intencionadamente, provoca su insolvencia para substraer sus bienes a la acción
del acreedor legítimo, sirviéndose para ello de la institución del proceso que
debe amparar intereses tutelables, pero no fraudes y torpes contubernios»
(MORON PALOMINO, 1962: 136). «El proceso fraudulento con perjuicio de
tercero no vinculado con la relación objeto del juicio supone simulación. Actor
y demandado (...) se han puesto de acuerdo para, fingiendo la existencia de un
crédito que en realidad no existe, acudir al proceso y simular un incumplimiento.
De ahí que a este tipo de proceso irregular se le suele denominar no sólo proceso
fraudulento, sino, quizá más frecuentemente en la práctica, proceso simulado»
(MORON PALOMINO, 1962:139). Morón Palomino advierte que «... así como
en el supuesto de proceso irregular con perjuicio de tercero vinculado a la
relación de derecho materia de la litis, ese tercero, al ostentar un derecho del
que, jurídicamente, disponía una de las partes, tenía forzosamente que estar y
pasar por lo que resultara del juicio, en el caso de proceso irregular con perjuicio
de tercero cuyo derecho lesionado no aparece vinculado con el de la litis, falta
razón de derecho adecuada que imponga al perjudicado la necesidad de
aquietarse» (MORON PALOMINO, 1962:142). Para Morón Palomino, la acción
de dolo específico enderezada al resarcimiento patrimonial«... es la acción, que
162 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

(...) corresponde al tercero perjudicado cuando el hecho, por no ser encajable


en alguna de las figuras delictivas, carezca de la tipicidad esencial para la
existencia de delito penal» (MORON PALOMINO, 1962:146). El indicado autor
concluye que «esta acción de resarcimiento es la que habrá de entablar ese
tercero, contra quienes, a través de la institución del proceso, le ocasionaren
un daño, valuable económicamente, cuya reparación se impone al amparo del
derecho civil» (MORON PALOMINO, 1962:146).

2. CONCEPTO DE NULIDAD DE COSA JUZGADA FRAUDULENTA

«... La procedencia de la revisión de la cosa juzgada, sólo puede concebirse


a través de la configuración inequívoca del fraude procesal (concretado a través
de la colusión, el cohecho, la falsificación de documentos, el falso testimonio
declarado judicialmente, etc.)» (GARCIA, 1980:142).
La nulidad de cosa juzgada fraudulenta constituye la sanción dirigida a
invalidar un acto procesal (sentencia o acuerdo homologado judicialmente que
da término al litigio: conciliación y transacción) que ha adquirido la calidad de
cosa juzgada, debido a que el proceso en que dicho acto se realizó ha sido
seguido con fraude o colusión.
La nulidad de cosa juzgada fraudulenta implica la descalificación de un
acto concluyente del proceso que ha alcanzado la autoridad de cosa juzgada
en base a violaciones gravísimas del procedimiento (representadas precisamente
por el fraude y la colusión), que impiden que tal acto cumpla con su finalidad,
de ahí que se le prive de todo efecto que, en tales circunstancias, sería sumamente
reprobable para el derecho y contrario al más elemental sentido de justicia.
La nulidad de cosa juzgada fraudulenta puede ser vista también como
un estado de anormalidad grave e intolerable que afecta a un acto que pone
fin al proceso y al que indebidamente se le ha asignado la fuerza de la cosa
juzgada, pues se ha llevado a cabo dentro de un proceso fraudulento, lo que
motiva que el acto en cuestión deba ser revisado y declarado inválido a través
de una acción (o recurso, según la vía que se emplee) extraordinaria prevista
legalmente con dicho objeto.

3. VIAS PARA SOLICITAR LA NULIDAD DE COSA JUZGADA


FRAUDULENTA

Sobre el tema, Véscovi nos informa lo siguiente:


«Algunos entienden que esta revisión (de la cosa juzgada) consiste en un
recurso, y otros que es una acción autónoma, pues el proceso ya está
terminado.
Capítulo V : L a nulidad de cosa juzgada fraudulenta 163

La cuestión es bastante discutida en la doctrina, pues importantes autores


sostienen que se trata realmente de un recurso, puesto que contiene todos
los elementos de este medio impugna torio; otros sostienen que es acción
autónoma y señalan profundas diferencias.
Naturalmente que la cuestión es dudosa y depende del concepto de que
se parta acerca de lo que es un recurso y de lo que es una acción autónoma.
Asimismo, de cómo sea regulado, en cada país, este remedio. (No
olvidemos que en muchos casos dentro del recurso extraordinario se
mezclan causales y procedimientos que ni siquiera pueden incluirse en
él).
Sin embargo, en tren de dar una opinión, nos parece que se trata más
bien de una acción autónoma, y no de un recurso dentro del proceso, en
el sentido de que éste continúa en otra etapa (instancia), renovándose la
controversia a través de un distinto examen (...). Nos basamos para ello
en que en este proceso (en la mayoría de los casos) el actor plantea una
pretensión diferente -puesto que lo que solicita es la revisión del proceso
en virtud de hechos nuevos-, por lo cual estaremos ante un proceso con
un objeto diferente (...).
A ello debemos agregar que, en muchos de los sistemas, no existe un
plazo para proponer este remedio, o éste es muy amplio, y su instrucción
no paraliza (salvo casos totalmente excepcionales) ni la cosa juzgada, ni
la ejecución de sentencia. Asimismo, porque se admite en muchos casos
que inicien esta acción quienes no han sido partes en el proceso anterior,
lo cual (...) contraría el sistema de los recursos.
La misma opinión nos merece la acción autónoma para reclamar la
revisión del proceso por fraudulento o por nulidad insanable por
indefensión (...), a pesar de que también aquí existe valiosa doctrina
contraria. En efecto, entre nosotros se ha sostenido -por una opinión
minoritaria, pero muy prestigiosa- que dicha acción de nulidad, por
ejemplo, por falta de emplazamiento (que es la más común de indefensión),
no constituye sino un incidente de nulidad dentro del mismo proceso,
dado que éste realmente no ha concluido pues si se ha emplazado
indebidamente a quien debió ser parte, faltó un presupuesto procesal
imprescindible para obtener una sentencia válida.
No obstante estas opiniones, y pese a reiterar que todo depende de cuál
es la extensión que se le da al concepto de recurso y cuál a la de acción
impugnativa autónoma, nos inclinamos por considerar estos medios
dentro de esta última categoría.
Sin embargo, al estudiar los diversos derechos positivos, veremos que
contienen algunas causales típicas del recurso (falta de congruencia de
la sentencia, etc.) y están sometidos a plazos breves, por lo cual nuestra
opinión, de que son acciones autónomas, apunta más al concepto general,
164 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

y al remedio extraordinario que en materia penal existe en la mayoría de


los códigos iberoamericanos (y del mundo), que es, por otra parte, el más
típico recurso de revisión en nuestro Derecho (...). Y también a los recursos
de revisión regulados en una minoría de los códigos de nuestra área en
la materia civil (no penal). Tendencia que los códigos modernos recogen»
(VESCOVI, 1988: 339-341).
Las principales vías existentes en el derecho comparado para solicitar la
nulidad de cosa juzgada fraudulenta son, pues, las que seguidamente se indican:
Proceso o acción autónoma de nulidad de cosa juzgada fraudulenta.
Recurso de revisión.

3.1 Proceso o acción autónoma de nulidad de cosa juzgada fraudulenta

A continuación veremos el pensamiento de diferentes autores en relación


al proceso o acción autónoma de nulidad de cosa juzgada fraudulenta (llamada
también acción de nulidad, acción revocatoria o rescisoria, acción autónoma
declarativa de impugnación de un proceso, demanda revocatoria de la cosa
juzgada fraudulenta, pretensión autónoma de sentencia declarativa revocatoria
de la cosa juzgada írrita o pretensión autónoma subsanadora de desviaciones
procesales).
A) Posición de Berizonce.
«... Desde que la acción de nulidad se propone volver a abrir una
relación procesal cerrada definitivamente por sentencia firme, no
se trata de un simple medio extraordinario de impugnación, sino
que tiene el carácter de una verdadera acción autónoma que pone
en jaque al proceso todo. Acción autónoma, en el sentido de demanda
principal introductiva de la instancia. La materia de la acción
de nulidad es la cosa juzgada obtenida con vicios intrínsecos; el
proceso en el que alguno de los sujetos ha obrado mediante falta
de discernimiento, vicios volitivos (dolo, violencia), fraude o
simulación prohibida por la ley» (BERIZONCE, 1971: 265).
«... El proceso nulificante, similar en este aspecto a la acción de
revisión, comprende dos fases separables: a) en la primera (judicium
rescindens), se indaga sobre la totalidad del thema decidendi; es
necesario que medie relación causal entre el hecho invocado y la
decisión que se pretende hacer caer; se requiere que existan motivos
suficientes para creer que el resultado del juicio hubiera sido
distinto de no haber mediado la circunstancia del agravio (principio
de trascendencia) y que el accionante no hubiera sido quien,
precisamente, originó o contribuyó al vicio que alega (principio de
protección); b) en la segunda etapa {judicium rescissorium), admitida
la nulidad del proceso originario, cuyo efecto es reponer a las partes
Capítulo V : L a nulidad de cosa juzgada fraudulenta 165

hasta donde sea posible en el estado en que se encontraban antes del


hecho que motivara la anulación, el mismo juez debe pronunciarse
nuevamente sobre el fondo del asunto, desaparecido el vicio...»
(BERIZONCE, 1971: 266).

B) Posición de Gozaíni.
La pretensión autónoma de nulidad «se trata en este caso de ir
contra la cosa juzgada; un proceso cualquiera sustanciado y
finiquitado que, en algún pasaje de su historia incurre en vicios
invalidantes advertidos después de dictada la sentencia» (GOZAINI,
1992, Tomo I, Volumen 2: 862).
«Las nulidades del pronunciamiento radican tanto en errores in
iudicando, como en errores in procedendo, sin descartar los que han
malformado la voluntad interna de las partes o del mismo juzgador
(revocación de la cosa juzgada por defectos volitivos, o por fraude
o colisión con terceros, etc.). El objeto de revisión en esta vía no
ocupa todos estos espacios, sino aquellos que demuestran vicios
sustanciales que obtienen una sentencia consecuencia del fraude o
estafa procesal» (GOZAINI, 1992, Tomo I, Volumen 2: 862-863).

C) Posición de Levitán.
«... La acción autónoma no es un incidente del proceso; luego, éste
no ejerce fuero de atracción en relación a la demanda de revocatoria
o nulidad. Siempre será una acción personal, no real, aunque se
refiera a un proceso que verse sobre un inmueble, por cuanto
persigue la revocatoria o nulidad de la sentencia y no el dominio
del inmueble implicado en el pleito...» (LEVITAN, 1986: 216).

D) Posición de Kelley Hernández.


El juicio autónomo de nulidad «se trata de un juicio que se inicia
mediante el ejercicio de una acción para anular otro juicio ya
concluido por sentencia firme» (KELLEY HERNANDEZ, 1998:133).
«Como ejemplo de un juicio autónomo de nulidad, sería el que se
planteara para combatir un proceso fraudulento, es decir, cuando
dos litigantes se coligan poniéndose de acuerdo para seguir un
proceso con la finalidad de perjudicar a un tercero...» (KELLEY
HERNANDEZ, 1998:133-134).

E) Posición de Couture.
«... Para casos excepcionales de fraude, dolo o colusión, debe
conceptuarse concedida y no negada una acción revocatoria dirigida
a obtener la invalidación de los actos ilícitos, cubiertos de formas
procesales, realizados en perjuicio de terceros que no han litigado»
(COUTURE, 1985: 386).
166 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

F) Posición de Benito Pérez.


«... Desde que comenzamos a estudiar los presupuestos que tipifican
el fraude procesal (...), en defensa del valor justicia, siempre fuimos
partidarios de la acción revocatoria contra la cosa juzgada
fraudulenta, en una forma amplia que comprenda, además de los
casos de colusium fraudis de los litigantes, aquellos manifiestos de
indefensión cuando el desarrollo del proceso impide conciliar el
valor justicia con el de seguridad jurídica» (PEREZ, 1975:169).

G) Posición de Alicia García.


Sobre el particular, Alicia García anota lo siguiente:
«... No es descartable la posibilidad de atacar el instituto (de
la cosa juzgada) a través de un nuevo proceso. En este
supuesto, el intento de destruir la cosa juzgada no se hace de
modo directo sino indirecto. Supone que el perdidoso
-agotadas todas las instancias ordinarias y extraordinarias-
inicie un nuevo pleito con el mismo objeto y sobre la cuestión
ya resuelta. Cuando su contraria le oponga la defensa de cosa
juzgada replicará que esa res iudicata no es oponible por ser
el resultado de un pseudo proceso.
De todos modos, aun aceptada la posibilidad recién apuntada,
no cabe duda que la vía más idónea en orden a atacar por
fraude una sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada,
es incoar una pretensión autónoma de sentencia declarativa
revocatoria de la cosa juzgada írrita (...)
(...)

A modo de colofón, una reflexión final se impone: en


definitiva, este tema menor de la eventual revisión de la cosa
juzgada mediante una acción autónoma, acaba por derivarnos
al Tema con mayúscula de todo el drama jurídico: el perenne
enfrentamiento entre Justicia y Seguridad. En nombre de la
seguridad, exigiríamos una cosa juzgada monolítica; en pro
de la Justicia, nos atreveríamos a provocar allí algunas grietas.
Quizás se arguya que en éste como en cualquier asunto jurídico,
ese enfrentamiento resulta a la postre artificioso: una Justicia
insegura no es auténtica Justicia, una Seguridad injusta no es
genuina Seguridad. Empero, bien sabemos en concreto a qué
atenernos cuando reclamamos lo uno o lo otro (...). No siendo
pues confundibles ambos valores, pese a sus nexos, forzoso
será alguna vez decidirse, y entonces, la opción extrema habrá
que hacerla, nos parece, en favor de la Justicia...» (GARCIA,
1980:145-147).
Capítulo V : L a nulidad de co sa juzgada fraudulenta 167

H) Posición de Maurino.
Dice Maurino de la acción de nulidad que:
«a) En primer lugar, es una acción que 'se concreta, exterioriza e
instrumenta, en una demanda principal introductiva de
instancia'.
b) No debe confundirse esta acción con la demanda de nulidad
de los actos jurídicos privados, pues ésta tiene su esfera de
actividad fuera del proceso.
c) Tampoco es dable asimilar al instituto en estudio, medios
extraordinarios de cancelación de la cosa juzgada, como el
recurso de revisión, rescisión, etc., al menos tal como están
legislados éstos en algunos códigos de procedimientos. Con
ello no negamos la necesidad que tendrá, quien en el futuro
trate de cristalizar legislativamente esta acción, de abrevar
en las fuentes de los recursos citados.
d) (...) No entra dentro del ámbito invalidatorio de la acción de
nulidad independiente la cosa juzgada viciada por irregularidades
formales, sea en su presupuesto -sentencia- o en los trámites
que la precedieron.
e) Finalmente, (...) el estado de cosa juzgada es aquel de que goza
Ta última sentencia', es decir la que ha atravesado todas las
alternativas procesales y consumido todos los recursos, si
los hubo, no admitiendo más revisión por tales medios»
(MAURINO, 1990: 227-228).
Maurino señala, además, que:
«... El planteamiento de procedencia de una acción de nulidad
contra la sentencia firme, vuelca al terreno de la discusión
dos disyuntivas clásicas.
La primera: ¿La cosa juzgada es intangible o no?
La segunda: ya de carácter axiológico, coloca al jurista en la
opción entre dos valores: ¿justicia o seguridad?
Y este discurrir teórico resulta vital para dar luz a la cuestión.
a) La cosa juzgada no es intangible (...). Pero tampoco
puede ser vulnerada siempre que a las partes de un
juicio o a terceros se les ocurra.
b) La dicotomía axiológica justicia-seguridad, no es tal.
No hay valor y disvalor que se polaricen. A la justicia
168 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

se opone la injusticia y a la seguridad la inseguridad.


No existe, por tanto, razón lógica para impedir que
ambas se complementen e incluso se integren en trilogía
perfecta con la equidad, para la solución del caso
concreto.
Del precedente razonamiento, concluimos que es
admisible una acción de nulidad autónoma contra la
sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada, siempre
que, excepcionalmente, la justicia y equidad lo exijan. Será
en definitiva labor del magistrado valorar tan delicada
situación, para no alterar la seguridad del proceso y
abrir la puerta a pleitos inacabables.
Más exigente aún, digamos que resulta imprescindible,
para su procedencia judicial, que se halle legislada
sistemática y hasta minuciosamente, por los valores que
están enjuego, quizás más que en ninguna otra situación
procesal.
En caso de duda, el magistrado deberá abstenerse de
anular la cosa juzgada» (MAURINO, 1990: 234).

3.2 Recurso de revisión

Pasaremos a ver en adelante las reflexiones que sobre el recurso de


revisión se pueden encontrar en la doctrina procesal.

A) Posición de Esclapez.
«El recurso surge cuando la sentencia se hubiera dictado en base a
documentos o testimonios declarados falsos con posterioridad, en
sede penal, o cuando hubiera existido cohecho, violencia u otra
maquinación fraudulenta» (ESCLAPEZ, 1967: 210).

B) Posición de Gómez de Liaño González.


«La generalidad de la doctrina coincide en considerar al denominado
"recurso de revisión" como un proceso autónomo dirigido a obtener
la anulación total o parcial de un proceso anterior, y por lo tanto la
nulidad de una resolución judicial anterior que tenía la particularidad
de ser firme...» (GOMEZ DE LIAÑO GONZALEZ, 1992: 539).
«La revisión constituye un equilibrio entre la seguridad jurídica,
que proporciona una resolución judicial firme, y que goza en
consecuencia de los efectos de la cosa juzgada, y la posible injusticia
de esa resolución, permitiéndose el control por vicios o defectos
graves» (GOMEZ DE LIAÑO GONZALEZ, 1992: 539).
Capítulo V : L a nulidad de co sa juzgada fraudulenta 169

Son características del recurso de revisión, según Gómez de Liaño


González, las que se indican seguidamente:
«a) La acción de impugnación, que se ejercita en el recurso de
revisión, está ligada a la existencia de un vicio en procedimiento
judicial anterior.
b) Se pretende obtener la modificación de una situación jurídica
anterior protegida por la cosa juzgada.
c) Sólo tiene lugar por motivos limitados y concretos y no
constituye un nuevo examen del objeto del proceso anterior,
sino solamente se examinará la existencia de alguno de los
motivos alegados.
d) Comprende un doble enjuiciamiento. A través del juicio
rescindente, el Tribunal de revisión resuelve sobre la presencia
del motivo alegado, y dejará sin efecto la sentencia firme,
cuando aprecie su existencia. Al juicio rescisorio deberá
acudir la parte cuando se haya dictado sentencia estimatoria
de recurso para que decida nuevamente sobre el objeto
litigioso.
e) Sólo son susceptibles de revisión sentencias firmes, cualquiera
que fuera la forma en que hubiese sido ganada dicha firmeza,
y sin que por ello sea absolutamente necesario haberse
agotado los recursos ordinarios o extraordinarios.
f) La posibilidad de revisión no está abierta indefinidamente
debiendo siempre de atenerse a unos plazos...» (GOMEZ DE
LIAÑO GONZALEZ, 1992: 539-540).

C) Posición de Ramos Méndez.


«... Objeto de la revisión es un proceso anterior que se intenta
rescindir por uno de los motivos señalados en la ley. Precisamente
de la existencia de uno de estos vicios deriva la posibilidad de
impugnación de la sentencia. Para ello se abre un nuevo proceso
en el que únicamente se decide sobre la existencia del vicio: el juicio
de revisión es exclusivamente negativo, rescindente del proceso
anterior...» (RAMOS MENDEZ, 1992, Tomo II: 760).
«... La revisión permite el control de ciertos vicios que afecten a la
correcta producción de la cosa juzgada, vicios que, de no haber
existido, hubiesen determinado una cosa juzgada de signo distinto.
No quiebra el valor seguridad al revisar la sentencia, sino que se
robustece, pues se confirma su regularidad. En este sentido, el tema
de la injusticia es absolutamente irrelevante en orden a que sea
determinante de la revisión del proceso. El proceso no se revisa
170 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

porque la sentencia sea injusta, sino por la irregularidad del iter


generativo de la misma» (RAMOS MENDEZ, 1992, Tomo II: 761-762).

D) Posición de Gimeno Sendra.


«Se entiende por 'recurso de revisión' la acción de impugnación,
mediante la cual la parte gravada interpone una pretensión
constitutiva de anulación de una Sentencia firme, que reputa injusta
por haberse fundado en el desconocimiento por el juzgador de
hechos relevantes que no pudieron aportarse al proceso, en hechos
declarados penalmente falsos o por haber dictado el Juez la
Sentencia bajo la influencia de ciertos vicios del consentimiento»
(GIMENO SENDRA, 2007, Tomo I: 667).
«... El tradicionalmente denominado (...) 'recurso de revisión' no
encierra ejercicio de medio de impugnación alguno (...). La revisión,
en realidad, es 'un proceso nuevo e independiente en el cual se
ejercita una acción impugnativa autónoma'...» (GIMENO SENDRA,
2007, Tomo I: 667).
«En dicho proceso, el actor interpone una pretensión constitutiva
de anulación de una Sentencia firme, fundada en alguno de los
motivos (...) que están arbitrados para restablecer el valor
constitucional de la 'justicia', que (...) (se) proclama como superior
del ordenamiento» (GIMENO SENDRA, 2007, Tomo I: 667).
«Pero el fundamento, en último término, de la revisión hay que
encontrarlo en la exigencia constitucional de que la tutela judicial
sea 'efectiva' y que, en el actual proceso civil, se otorgue la razón a
quien efectivamente la tiene, dentro y fuera del proceso, y no a
quien ha sabido moverse en él con malas artes, insidias o enredos,
es decir, en la exigencia de que los tribunales civiles descubran la
verdad a fin de impartir una justicia 'material' y efectiva» (GIMENO
SENDRA, 2007, Tomo I: 667-668).

E) Posición de Lino Palacio.


«... En sentido propio, denomínase revisión al remedio tendiente
a obtener el reexamen de sentencias pasadas en autoridad de
cosa juzgada pero pronunciadas a raíz de conductas ilícitas, con
prescindencia de documentos no incorporados oportunamente al
proceso por razones inimputables al vencido, o sobre la base de
medios probatorios afectados de falsedad» (PALACIO, 1979, Tomo
V: 324).
«... Desde que (...) la interposición de todo recurso implica la
suspensión de la firmeza de la resolución impugnada, y la revisión
es admisible, en sentido propio, respecto de las sentencias pasadas
Capítulo V : L a nulidad de cosa juzgada fraudulenta 171

en autoridad de cosa juzgada, difícilmente puede incluirse a aquélla


en el marco de los recursos. Por ello, aun cuando el objeto del
remedio esté constituido por una sentencia y su finalidad consista
en reemplazarla por otra que se haga cargo de las pruebas omitidas
o se ajuste a las idóneas, aquél configura, en rigor, una pretensión
invalidatoria autónoma que, como tal, es objeto de un nuevo
proceso» (PALACIO, 1979, Tomo V: 325-326).

F) Posición de García Valdecasas.


«... El recurso de revisión empieza por ser la negación del concepto
general del recurso. Es, en efecto, un instrumento para volver sobre
una sentencia firme, y la sentencia firme se define como aquella
contra la que no hay recurso, ni ordinario ni extraordinario, de
ninguna clase. De aquí la excepcional singularidad de este recurso,
que le pone en categoría aparte de los demás...» (GARCIA VALDECASAS,
1958:120).
«... El recurso de revisión es un recurso contra una sentencia válida
fallada en derecho según las resultantes que constan en autos; su
fundamento está, pues, fuera de la sentencia. Es decisivo en el
recurso de revisión que los hechos que lo fundamentan han de ser
hechos nuevos, ajenos al pleito, ocurridos fuera de él» (GARCIA
VALDECASAS, 1958:120). «Es necesario, además, que estos hechos
hayan viciado decisivamente la resolución judicial» (GARCIA
VALDECASAS, 1958:120).

G) Posición de Podetti.
«Es evidente que la cosa juzgada, de tan inapreciables ventajas para
la seguridad jurídica, puede, en ciertas hipótesis, resultar inicua.
De allí entonces la conveniencia de crear un recurso que, en casos
excepcionales, permita revisar los procesos con sentencia pasada
en autoridad de cosa juzgada. Es decir, que el recurso de revisión
es el remedio procesal extraordinario encaminado a examinar de
nuevo una sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada, cuando
se ha llegado a ella por medios ilícitos o irregulares, sin culpa o
negligencia del vencido; y prescindiendo o incorporando elementos
de prueba en el nuevo juicio» (PODETTI; citado por LEVITAN,
1986: 212).

H) Posición de Casarino Viterbo.


«... El recurso de revisión es un medio de impugnación extraordinario
que la ley concede por las causales y en contra de las resoluciones
judiciales firmes que ella misma señala, ganadas injustamente, con
el objeto de anularlas en todo o en parte» (CASARINO VITERBO,
1984, Tomo IV: 393).
172 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

«... La característica más sobresaliente del recurso de revisión la


hallamos en que procede en contra de las sentencias firmes; a diferencia
de todos los demás recursos, sean ordinarios o extraordinarios, que
atacan solamente a las resoluciones que aún no han pasado en
autoridad de cosa juzgada» (CASARINO VITERBO, 1984, Tomo
IV: 393).
Casarino Viterbo, en cuanto al fundamento del recurso de revisión,
manifiesta lo siguiente:
«La sentencia firme o ejecutoriada, o pasada en autoridad de
cosa juzgada, como también se la llama, es tenida como la
expresión de la verdad más pura, tanto de parte de los
tribunales como de los litigantes, cualesquiera que sean los
errores de hecho o de derecho que contenga. Sin embargo,
esta ficción de verdad no puede mantenerse cuando con
posterioridad a la dictación de la sentencia aparece un hecho
o circunstancia que por sí solo demuestra su injusticia.
Una sentencia injusta, por consiguiente, debe anularse, y
el medio para obtener esta finalidad es, precisamente, el
recurso de revisión. A la postre, pues, este recurso vela por
la integridad de la cosa juzgada, aun cuando, en apariencia,
tienda a destruirla» (CASARINO VITERBO, 1984, Tomo IV:
394).

I) Posición de Prieto-Castro y Ferrándiz.


Para este autor, el recurso de revisión «... no entra propiamente en
la categoría de los recursos, puesto que la posibilidad de acudir a
éstos implica que el proceso está aún pendiente por no haber
adquirido la sentencia el carácter de firme. Hay, pues, que
considerarlo como un remedio extraordinario y especial que la ley
concede (...) para atacar la fuerza de cosa juzgada de una sentencia,
el pronunciamiento de las sentencias firmes, cuando por la calidad
de los materiales en que se basen o por la forma como se han
obtenido sean injustas» (PRIETO-CASTRO Y FERRANDIZ, 1980,
Volumen 1: 284).
«Con este remedio la Ley sacrifica la intangibilidad normal de la
cosa juzgada, destruyendo la presunción de verdad que por
imposición de ella (...) es inherente a la misma, porque es más útil
a la Comunidad y al prestigio de los Tribunales reconocer la
existencia de una injusticia que defender a ultranza la idea de la
llamada "santidad de la cosa juzgada» (PRIETO-CASTRO Y
FERRANDIZ, 1980, Volumen 1: 284-285).
Capítulo V : L a nulidad de cosa juzgada fraudulenta 173

J) Posición de Kisch.
«... Sólo excepcionalmente y por motivos especialísimos es posible
valerse de un medio para anular la sentencia que ha adquirido la
fuerza de cosa juzgada. Cuando esto ocurre la ley habla de revisión
del procedimiento (WIEDERAUFNAHME DES VERFAHRENS).
Tiene ésta lugar, no por medio de la interposición de un recurso,
sino de la presentación de una demanda independiente, que puede
ser la de nulidad (NICHTIGKEITSKLAGE) y la de restitución
(RESTITUTIONSKLAGE)» (KISCH, 1940: 308).
«... Procede la primera en los casos en que la sentencia esté afectada
de ciertas faltas de proce dimiento de suma gravedad, que la ley
enumera taxativamente...» (KISCH, 1940: 308).
«... Por lo que hace concretamente a la demanda de restitución, es
procedente cuando se dan algunos de los motivos mencionados en
la ley, que inducen a creer que la sentencia es injusta en el fondo...»
(KISCH, 1940: 308).

K) Posición de Rosa Avila Paz y Alicia Ramos.


«Cuando una sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada ha
sido dictada en virtud de alguna maquinación fraudulenta o por
motivos irregulares que la vician, es procedente articular el recurso
de revisión...» (AVILA PAZ; y RAMOS, 1976: 592).
«... El recurso de revisión es un remedio especial que se concede
para atacar la fuerza de la cosa juzgada de una resolución, cuando
sus presupuestos o por la forma en que se la ha obtenido son
injustos...» (AVILA PAZ; y RAMOS, 1976: 593-594).
«Constituye, sin duda, un remedio contra las sentencias dictadas
en procedimientos fraudulentos en los cuales se ha lesionado de
manera esencial el derecho de defensa en juicio» (AVILA PAZ; y
RAMOS, 1976: 594).

L) Posición de Montero Aroca, Gómez Colomer, Montón Redondo


y Barona Vilar.
«La (...) revisión (...) es una concesión del ordenamiento a la justicia
en detrimento de la seguridad jurídica, que se da contra las
sentencias firmes, y ello hasta el extremo de que la revisión no se
funda en el convencimiento de que la sentencia firme fue ilegal y
ni siquiera atiende a que la sentencia fue errónea. El fundamento
de la revisión hay que buscarlo en la mera posibilidad de que la
sentencia firme sea ilegal o errónea. Cuando la actividad de las
partes o del tribunal en un proceso, ha estado condicionada por
una serie de circunstancias que pudieron hacer que se dictara una
174 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

sentencia con contenido posiblemente distinto del que hubiera


tenido de no concurrir aquellas influencias anómalas, la ley concede
a las partes la posibilidad de incoar otro proceso para lograr la
rescisión de aquella sentencia. La revisión no se funda en la
seguridad posterior de que la sentencia es injusta o errónea, sino
en la existencia de circunstancias que hacen pensar que es posible
que la sentencia sea injusta o errónea» (MONTERO AROCA;
GOMEZ COLOMER; MONTON REDONDO; y BARONA VILAR,
2003, Tomo II: 477-478).
«Tradicionalmente nuestras leyes habían considerado a la revisión
un recurso (...). Con todo, es hoy evidente que esa no es su real
naturaleza, pues no se continúa el mismo proceso en otra fase o
etapa, sino que se trata de un nuevo proceso...» (MONTERO
AROCA; GOMEZ COLOMER; MONTON REDONDO; y BARONA
VILAR, 2003, Tomo II: 478).
«Es innegable que entre la revisión y los recursos hay coincidencias,
pero las diferencias son tales que se ha impuesto en la doctrina la
opinión de que se trata de un nuevo proceso, en el que se ejercita
una pretensión autónoma...» (MONTERO AROCA; GOMEZ
COLOMER; MONTON REDONDO; y BARONA VILAR, 2003,
Tomo II: 479).
Montero Aroca, Gómez Colomer, Montón Redondo y Barona Vilar,
acerca de los efectos de la sentencia que se pronuncia sobre el
recurso de revisión, señalan lo siguiente:
«La sentencia puede:
1. °) Desestimar la revisión: La sentencia firme impugnada
permanece invariada, condenándose al demandante a
las costas y a la pérdida del depósito (...).
2. °) Estimar la revisión: Cuando la sentencia estime alguna
de las causas (...) (de revisión), rescindirá la sentencia
impugnada, limitándose a este efecto rescindente o
negativo, dejando la situación entre las partes como si
entre ellas no se hubiesen realizado un proceso anterior
y no hubiese existido nunca una sentencia firme con
cosa juzgada.
En el juicio de revisión no se entra en la cuestión de fondo
que fue objeto del proceso anterior; simplemente se rescinde
la sentencia, devolviéndose los autos al tribunal de que
procedan 'para que las partes usen de su derecho, según les
convenga, en el juicio correspondiente' (...); es decir,
rescindida la sentencia, la situación jurídica entre las partes
Capítulo V : L a nulidad de cosa juzgada fraudulenta 175

queda como si no hubiese existido el proceso anterior, del


que ninguna actuación queda como válida, por lo que si una
de las partes lo estima conveniente puede incoar otro proceso
planteando la misma pretensión, contra la que no podrá
oponerse la excepción de cosa juzgada. En este posible proceso
posterior las declaraciones hechas en la sentencia de revisión
no podrán ser ya discutidas, debiendo ser tomadas como
base...» (MONTERO AROCA; GOMEZ COLOMER; MONTON
REDONDO; y BARONA VILAR, 2003, Tomo II: 483).

4. DISTINCION ENTRE ACCION PAULIANA Y ACCION DE NULIDAD


DE COSA JUZGADA FRAUDULENTA

«... Se ha sostenido que la acción autónoma de nulidad no es sino la acción


revocatoria pauliana del derecho común extendida al campo procesal. Pero,
llevada al ámbito del proceso, como único remedio contra la cosa juzgada
fraudulenta, pierde su antigua fisonomía adquiriendo mayor amplitud
comprensiva de mayores casos. La acción pauliana es una acción encaminada
a garantizar el cumplimiento de la obligación y afecta, por ello, tan sólo a los
actos reales de enajenación fraudulenta, quedando al margen los negocios
simulados perseguibles por una acción distinta. La acción autónoma de nulidad
abarca el proceso fraudulento en sentido genérico, comprensivo del fraude y
la simulación, sin que quede limitada a los acreedores y al caso de disminución
del patrimonio del deudor» (BERIZONCE, 1971:265). «Su ámbito, sin embargo,
es aún mayor al abarcar además a todos los vicios de la voluntad y al
discernimiento» (BERIZONCE, 1971: 266).
Luis Rodríguez, acerca de la distinción entre acción pauliana y acción de
nulidad de cosa juzgada fraudulenta, señala lo siguiente:
«... Es muy peligroso sinonimizar acción revocatoria o pauliana con acción
autónoma de nulidad.
(...)

Se pretende que la acción pauliana puede darse, incluso, contra los actos
procesales y la sentencia. Entendemos totalmente equivocada esta
posición.
Se trata de actos procesales, no de actos jurídicos (...). Dentro del
proceso existen medios de impugnación contra la resolución judicial y
terminado él, la posibilidad de la acción autónoma, pero nunca la acción
pauliana (...).
(...)

(...) La acción pauliana está limitada a los acreedores (...), mientras que la
acción autónoma de nulidad no tiene limitación -en cuanto a los legitimados-
176 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

ya que juega en el interés general. Juega el interés de que una sentencia


con fundamento en un proceso írrito no alcance los beneficios de la cosa
juzgada.
(...)

Sentado que la acción pauliana es inaplicable al proceso y contra la


sentencia, tampoco cabe asimilar la acción autónoma a una acción
revocatoria. Dijimos que la acción autónoma va dirigida a los actos del
proceso. Ello es en parte verdad.
El proceso no tiene finalidad alguna, no es más que un instrumento para
la aplicación de la ley sustancial, las formas tienden a garantizar nada
más -pero nada menos- que la defensa en juicio. Si bien la acción tiene
por objeto un pronunciamiento rescindente de toda la secuencia de actos
procesales -el proceso- o de la sentencia (un acto procesal), ése es el objeto
inmediato. En atención a ese objeto inmediato la acción pauliana es
inaplicable, porque ella se refiere a actos jurídicos.
Pero en atención al objeto mediato, ese objeto es la ley de fondo. En
consecuencia, no es que existan nulidades de procedimiento absolutas,
sino la nulidad absoluta va dirigida al acto que con motivo del proceso
ha quedado firme. Un proceso que ha sido realizado con la finalidad de
perjudicar, con un objeto mediato ilícito (...) implica nulidad del acto que
se intenta consumar mediante el proceso, nulidad que es absoluta...»
(RODRIGUEZ, 1987: 207-210).
Sobre la acción pauliana y la de nulidad de cosa juzgada fraudulenta,
Parry anota que:
«Contemplada en su fondo mismo, la doctrina de la acción revocatoria
no es otra cosa que la extensión al campo del derecho procesal civil, de
ciertos principios simplísimos y muy antiguos en materia de fraude a los
terceros. ¿Qué es el proceso fraudulento, sino un negocio fraudulento
realizado con ánimo de disminuir el patrimonio del deudor, y la
enajenación dolosa que da mérito a la acción pauliana? ¿Qué variantes
esenciales existen entre el juicio tendiente a hacer desaparecer un estado
civil (como, por ejemplo, filiación natural) y el delito de supresión de
estado civil previsto expresamente por la ley penal? ¿Qué alteración de
fondo existe entre la confesión y allanamiento a la demanda obtenida de
un demandado incapaz y los actos que dan origen al delito de circunvención
de incapaces?
Sólo diferencias de forma y no de fondo existen entre estos casos. Una
envoltura de carácter procesal, preparada casi siempre con la finalidad
de asegurar la eficacia del fraude, separa una situación de otra» (PARRY,
1956: 748-749).
Capítulo V : L a nulidad de cosa juzgada fraudulenta 177

Parry concluye que «... la acción pauliana no es, pues, otra cosa que la
extensión al campo del derecho procesal, de los principios de la acción pauliana»
(PARRY, 1956: 749).
Morón Palomino indica al respecto que:
«... La acción pauliana, a nuestro juicio, no es idónea para alcanzar la
nulidad del proceso fraudulento (...).
Ante todo, hay que insistir en que, por regla general, no es correcto
resolver problemas de derecho procesal acudiendo a preceptos e
instituciones de derecho privado.
Por lo que se refiere a la acción pauliana, ésta, por su origen, características
y encuadramiento en la sistemática del Código Civil, es, evidentemente,
inidónea para obtener la anulación de los procesos fraudulentos con
perjuicio de tercero» (MORON PALOMINO, 1962:137).

5. CARACTER EXCEPCIONAL DEL PROCESO O ACCION AUTONOMA


DE NULIDAD DE COSA JUZGADA FRAUDULENTA

El proceso o acción autónoma de nulidad de cosa juzgada fraudulenta


se caracteriza por ser extraordinario o excepcional, pues sólo es procedente en
ciertos casos previstos en la ley de modo expreso (fraude y colusión). Además,
para que dicho proceso pueda iniciarse deben haberse agotado todos los medios
impugnatorios posibles legalmente, salvo que el interesado haya estado
impedido de ejercitarlos. Por otro lado, la declaración de nulidad respectiva
tendrá lugar si se acredita fehacientemente la causa que la amerita (contemplada
en la ley), debiéndose rechazar la pretensión de nulidad a falta de prueba o en
caso de duda, hipótesis éstas en que se prefiere la validez del acto procesal
cuestionado (sentencia con calidad de cosa juzgada o acuerdo homologado
judicialmente -conciliación o transacción-) en vez de su anulación.
Sobre el particular, Luis Rodríguez afirma que:
«Como principio debe mantenerse la cosa juzgada por razones de
seguridad jurídica, y la admisibilidad de la acción queda condicionada
a circunstancias excepcionales de colusión o de delito comprobado, que
afecten seriamente los intereses de terceros (...).
La acción debe darse a falta de otra vía y en situaciones en que aparezca
conculcado el derecho de defensa, máxima garantía que debe ser
establecida en el proceso.
En consecuencia, no procede para un vicio que debió corregirse en el
mismo proceso por vía de incidente de nulidad. La acción no puede cubrir
la negligencia de la parte en plantear sus recursos ni la alegación de la
propia torpeza (quod propiam turpitudinem allegans).
Tampoco es procedente para repetir, ex novo, un juicio o para obtener un
nuevo pronunciamiento...» (RODRIGUEZ, 1987: 214).
178 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

6. CAUSALES DE NULIDAD DE COSA JUZGADA FRAUDULENTA

En cuanto a las causales de revisión de la cosa juzgada, Véscovi hace estas


anotaciones:

«... Según la doctrina más relevante, se considera que tienen que tener
un carácter decisivo, respecto de la sentencia (...). Asimismo, se recalca
que deben constituir una auténtica novedad con respecto al proceso
anterior; es decir, tratarse de hechos nuevos y posteriores a la sentencia, o
conocidos con posterioridad.

Tradicionalmente los casos más aceptados por la legislación comparada


son:

sea por la aparición de nuevos documentos que permanecieron


ocultos o ignorados, por motivos de fuerza mayor o, especialmente,
por intervención de la contraparte de la recurrente;

sea por la declaración de falsedad -sea judicial o admitida por la


contraparte- de los documentos esenciales, por el falso testimonio,
imputado y probado de los testigos; el cohecho, la violencia o las
maquinaciones fraudulentas para obtener la sentencia.

Estos son los motivos más generalmente admitidos también en nuestro


Derecho iberoamericano (...). El Derecho italiano extiende la falsedad a
todo tipo de pruebas, lo que parece más razonable, dado que no hay
por qué excluir los otros medios, como la pericia y las posiciones, por
ejemplo.

Asimismo, algunos ordenamientos incluyen la violación de la cosa


juzgada, esto es, la aparición de dos sentencias contradictorias dictadas
por órganos de la Justicia, sobre causas idénticas (...).

En cambio, la doctrina más aceptable, rechaza como causales las que,


proviniendo de la legislación francesa, se insertan en algunas de las
legislaciones contemporáneas y que se refieren a errores de derecho,
especialmente en lo relativo a la violación del principio de congruencia»
(VESCOVI, 1988: 343-344).

En relación al tema, Rosa Avila Paz y Alicia Ramos apuntan lo siguiente:

«Se considera la necesidad de que se legisle sobre la acción declarativa


de nulidad contra las sentencias pasadas en autoridad de cosa juzgada,
y para ello se dan las siguientes limitaciones y bases:

a) cuando haya habido indefensión absoluta de la persona contra


quien se pretende hacer valer la cosa juzgada;
Capítulo V : L a nulidad de cosa juzgada fraudulenta 179

b) cuando en un acto procesal decisivo haya existido vicio de la


voluntad, esencial y determinante en perjuicio de quien lo alega;
c) cuando la cosa juzgada es el resultado del fraude o simulación en
perjuicio de una de las partes, de un tercero o del orden público;
d) cuando al sentenciar existió cohecho, prevaricato o violencia;
e) cuando una de las partes, por fuerza mayor o por motivos
exclusivamente imputables a dolo invencible proveniente de la otra
parte o de un tercero, se haya visto privada de aportar una prueba
decisiva o cuando se haya utilizado en el proceso, en perjuicio del
accionante y en forma determinante, prueba cuya falsedad hubiere
sido debidamente comprobada;
f) cuando no haya habido un debido y legal proceso y se ha violado
el derecho de defensa (...).
Fuera de estos casos, que deberán ser taxativamente previstos y de
interpretación restrictiva, la cosa juzgada debe ser inimpugnable, cualquiera
que sea el vicio o defecto que se invoque, o el grado de injusticia que se
atribuya a su contenido decisorio» (AVILA PAZ; y RAMOS, 1976: 599).
Las causales de nulidad de cosa juzgada fraudulenta se pueden resumir
en dos, a saber:
El fraude procesal.
La colusión.

6.1 El fraude procesal

A continuación citaremos las reflexiones que hacen diversos autores y


que nos ilustran sobre esta causal de nulidad de cosa juzgada fraudulenta.

A) Posición de García Valdecasas.


En lo que concierne al significado del fraude, García Valdecasas
refiere lo siguiente:
«La palabra fraude tiene varias significaciones en Derecho.
Cabe distinguir hasta cuatro fundamentales.
En un primer sentido, el más genérico, y menos técnico de
todos, fraude es tanto como dolo, malicia. Esta significación
aparece ya, como por lo demás también las otras, más
específicas, en Derecho romano. El fraude encierra entonces
una inevitable referencia subjetiva.
Una significación más determinada equipara fraude a engaño.
Es la significación que va a tipificar el Derecho penal. El
180 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

fraude aparecerá como elemento intencional, ánimo de


engaño, del acto delictivo.
La tercera noción de fraude comprende la detracción o
perjuicio ilícito causado a un tercero. Su figura típica es el
fraude de acreedores. Estos se ven privados de la satisfacción
de un interés a que tenían derecho. Naturalmente, para que
exista este fraude se requieren supuestos específicos, y entre
ellos el llamado consilium fraudis. Pero este consilium fraudis
no se interpreta como un ánimo subjetivo, sino como un
comportamiento que socialmente se estima fraudulento.
La cuarta noción del fraude es la del fraude a la ley. Consiste
en un proceder que no contraviene directamente a la ley, pero
sí la rodea o 'circunviene» (GARCIA VALDECASAS, 1958:
107).

B) Posición de Benito Pérez.


El fraude procesal es un «... concepto amplísimo que abarca todas
las morbosas desviaciones del principio rector de la bona fides,
enderezados -y en esto reside su característica común, pese a la
diversidad de formas- a desnaturalizar el proceso y sus instituciones
fundamentales, de modo que sirvan a la consecución de un designio
ilícito siempre, torpe en ocasiones y, frecuentemente, digno de
general reprobación» (PEREZ, 1975:161).
«La maquinación o ardid que configura el fraude procesal consiste
en tergiversar el objeto de la litis, adulterando la verdad de los
hechos, mediante las maniobras dolosas más sutiles, de donde el
fraude procesal puede presentar la gama más variada, dentro de
la urdimbre tramada por el litigante deshonesto, en la consecución
de su propósito...» (PEREZ, 1975:162).
«... En términos generales, el fraude procesal consiste en el hecho
de omitir deliberadamente las partes que intervienen en el proceso,
prestar al juez su leal colaboración en el esclarecimiento de
la verdad de lo que se discute en el pleito, o en tergiversar
intencionalmente la investigación, adulterando medidas de prueba,
mediante ardid, astucia o maquinación para ofrecerlas como
verdaderas, siendo dolosamente falsas, con el propósito de inducir
al juez a engaño y obtener, por esos medios, una sentencia favorable
a sus pretensiones» (PEREZ, 1975:164).
Benito Pérez, diferencia el fraude procesal de la indefensión, cuando
señala que:
«... El fraude procesal no debe confundirse con la indefensión,
porque el fraude procesal, cuando se dan las modalidades
Capítulo V : L a nulidad de cosa juzgada fraudulenta 181

que lo tipifican, sólo puede configurarse a través de la


substanciación de un proceso, cualesquiera fueren las partes
intervinientes en la obtención de su resultado.
Por tanto, la víctima del fraude, necesariamente, debe haber
sido sorprendida por la maquinación dolosa, a consecuencia
de su participación en el proceso, y de ahí que no pueda
confundirse con la indefensión, que constituye una situación
procesal diferente, sea cuando la víctima sufre la lesión con
pleno conocimiento de causa, porque, siendo parte se le
impide ejercer el derecho que garantiza el debido proceso
legal o cuando en su ausencia se simula un juicio y se la
condena sin ser oída. En ambos supuestos, falta el ardid o
engaño, elementos ambos tipificantes del fraude procesal.
Siendo esto así, aun cuando en uno u otro caso, los actos del
proceso, por su ilicitud, vician el objeto sobre el que ha de
recaer la actividad judicial» (PEREZ, 1975:165).

C) Posición de Devis Echan día.


Este autor afirma, en principio, que existe proceso fraudulento, en
sentido estricto, «... cuando es el resultado del fraude conjunto o
de la colusión de las diversas partes (demandante demandada en
el contencioso; interesados concurrentes en el de jurisdicción
voluntaria), quienes se confabulan para obtener una sentencia en
determinado sentido o de contenido específico, con el fin de producir
efectos jurídicos sustanciales ilícitos o ilegales, que generalmente
conseguirán mediante extracontractuales de voluntad, unilaterales
o bilaterales o para darles mayor eficacia frente a terceros, en virtud
de la fuerza de cosa juzgada de que pueda gozar la sentencia y de
los efectos que ella produce frente a éstos» (DEVIS ECHANDIA,
1970:117).
Devis Echandía sostiene que el fraude procesal tiene las siguientes
características:
«a) Es una forma de dolo o una maniobra dolosa, cuyo contenido
y alcance puede variar, según el acto procesal en que aparezca
y los fines particulares que se persigan;
b) Es obra de una de las partes o de un tercero interviniente si
se contempla en el aspecto restringido de fraude procesal
(proceso, tercería o incidente fraudulentos); pero puede ser del
juez de la causa, del investigador o del comisionado, de un
auxiliar de éstos, e inclusive de cualquier órgano de prueba (...);
c) Persigue un fin ilícito, que puede consistir en el simple engaño
al juez o a una de las partes, para obtener una sentencia
182 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

contraria a derecho e injusta, pero que generalmente tiene


consecuencias específicas, de aprovechamiento o beneficio
ilegal e inmoral, en perjuicio de otra de las partes o de
terceros» (DEVIS ECHANDIA, 1970:120-121).
Devis Echandía, en cuanto al fraude del órgano jurisdiccional, pone
de relieve que:
«El fraude del juez es más grave quizás que el de las partes
y los auxiliares de justicia, porque desvirtúa el debate
procesal, corrompe la función jurisdiccional del Estado,
destruye los fines que con ésta y el proceso se persiguen al
producir resultados contrarios, que ponen en peligro la paz
social y la organización jurídica de la sociedad.
Este fraude es, generalmente, más difícil de probar, porque
se escuda fácilmente en la libertad de criterio y en el supuesto
de error, y, en muchos casos más difícil de corregir, entre otras
razones porque puede presentarse en la sentencia o la actuación
final, contra la cual no siempre existen recursos o defensas en
el mismo proceso, y, en algunos códigos, tampoco mediante
un proceso posterior» (DEVIS ECHANDIA, 1970:119).
A criterio de Devis Echandía, la ley procesal puede configurar el
fraude en el proceso de esta manera:
«a) En forma general, que comprende, en una sola disposición,
cualquier actuación dolosa o ilícita de las partes que persiga
obtener beneficios o ventajas indebidas, impedir la decisión
del asunto o demorarla irregularmente (...).
b) Regulando, en normas separadas, los diferentes casos de
fraude que puedan presentarse (...).
c) Un sistema mixto que incluya una norma general y todas las
especiales que se consideren conveniente...» (DEVIS ECHANDIA,
1970:121).

D) Posición de Prieto-Castro y Ferrándiz.


«... Maquinación fraudulenta es todo artificio realizado personalmente
o con auxilio extraño por la parte que haya obtenido la sentencia
deseada o por quienes la representen» (PRIETO-CASTRO Y
FERRANDIZ, 1980, Volumen 1: 286).
«Se exige que estas maquinaciones se deduzcan de hechos ajenos
al proceso y ocurridos fuera del mismo, no de los alegados y discutidos
en él, pues en otro caso se produciría una reiteración del proceso
por una vía lateral inadmisible...» (PRIETO-CASTRO Y FERRANDIZ,
1980, Volumen 1: 287).
Capítulo V : L a nulidad de co sa juzgada fraudulenta 183

E) Posición de Urrutia Salas.


Este autor dice del proceso fraudulento que en él hay «... un fraude
jurídico, hay dolo, hay delito...» (URRUTIA SALAS, 1975:1069).
Urrutia Salas distingue entre fraude unilateral y bilateral de este
modo:
«En el proceso fraudulento pueden cometerse dos clases de
fraude: el fraude a la contra parte, del uno al otro, o fraude
unilateral y el fraude bilateral, es decir, de las dos partes en
contra de un tercero» (URRUTIA SALAS, 1975:1069).
«La invención de la pretensión jurídica en contra del
demandado, para obtener una declaración a la cual no tiene
derecho, configura el fraude unilateral; la invención de la
pretensión jurídica, aceptada por el demandado para perjudicar
a un tercero, determina el fraude bilateral...» (URRUTIA
SALAS, 1975:1069).
«En el fraude unilateral el contradictorio existe de modo que
no es aparente el proceso, ni es simulado; el proceso es real,
lo falso es la pretensión procesal que el actor inventa en contra
de los intereses del demandado. En el fraude bilateral la
pretensión procesal y el contradictorio se inventan en perjuicio
del tercero» (URRUTIA SALAS, 1975:1069-1070).
A decir de Urrutia Salas, el proceso fraudulento exige:
« Io Que el contradictorio sea falso, ya porque la pretensión se
invente en contra del tercero, por acuerdo de ambos litigantes
(fraude unilateral y bilateral).
2o Que la falsedad de los hechos se sostenga en el proceso como
una realidad, como una verdad, ocultando maliciosamente
los hechos efectivos» (URRUTIA SALAS, 1975:1069).

F) Posición de Zeiss.
«... La mentira procesal puede tomar forma de acto antijurídico y
punible cuando un litigante busca procurarse a sí mismo o a un
tercero una ventaja patrimonial ilegítima mediante alegaciones
falsas con perjuicio patrimonial para otra persona (fraude
procesal...). Un ejemplo de ello es el del litigante que, no teniendo
ya, como él mismo sabe, nada que reclamar, logra obtener una
orden de pago o de ejecución contra el otro. Comete también fraude
procesal quien reclama una indemnización por un damnum ex mora
que no ha sufrido, o la restitución de gastos judiciales no realizados»
(ZEISS, 1979: 38-39).
184 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los A ctos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

«... La figura del fraude abarca también ciertos procesos simulados.


Si una controversia es simulada, o sea si en realidad el demandado
ya le ha dado al demandante lo que éste pretende, o el demandante
no pretende lo que afirma pretender, cabe sospechar que las partes
están persiguiendo fines repudiables sirviéndose para ello de la
justicia. Esta colusión con engaño del tribunal configura un fraude
cuando su finalidad es perjudicar a un tercero ajeno a la litis. Un
ejemplo de ello puede ser el de un deudor que, viendo que es
inminente la ejecución de su hotel, se hace demandar sobre la base
de letras de cambio ya pagadas y se deja condenar por sentencia
contumacial a fin de procurarle al demandante de este pleito simulado
un título para embargar los muebles. Habrá fraude igualmente si
una persona cede a un banco, como garantía, los derechos
emergentes de una renta que le ha concedido su hermano, y luego
éste acciona contra el cedente, en connivencia con él, para hacerle
perder esa renta por supuesta ingratitud...» (ZEISS, 1979: 39-40).
«... No hay fraude en un proceso simulado si las partes, aunque
engañen al tribunal, no lo hacen para procurarse a ellas mismas o
a otros un beneficio patrimonial ilegítimo en perjuicio de un tercero.
Un ejemplo de ello sería si un hombre casado, deseando hacerle
una donación a su amante, también casada, se hiciese demandar
por ésta para ocultar la liberalidad a las dos familias. Aquí lo doloso
sería tan sólo el hecho de solicitar tutela jurídica, no para resolver
un pleito, sino para explotar la autoridad de un fallo judicial»
(ZEISS, 1979: 41).

G) Posición de Morón Palomino.


«El fraude se confunde en la práctica fácilmente con la simulación.
Se trata de conceptos distintos pero que guardan enorme relación;
al extremo de que (...) parece que la simulación (procesal) es medio
de conseguir el fraude de la ley substantiva...» (MORON
PALOMINO, 1962:130).
«¿Guarda semejanza el fraude procesal unilateral con el bilateral?
Si atendemos al dato de la ilicitud, cabe contestar afirmativamente,
ya que tanto en uno como en otro caso se emplea el fraude para
conseguir el resultado antijurídico consistente en la lesión de un
derecho subjetivo. Mas si se atiende al fin concreto que el autor del
fraude persigue en uno y otro caso, hay que destacar la diferencia
que supone que en el fraude unilateral (...) su autor intenta conseguir
una determinada sentencia en perjuicio de su colitigante, en tanto
que en el fraude bilateral (...) ambas partes intentan, en un proceso
inicialmente sólo aparente, provocar xm perjuicio a tercero. Además,
el dolo unilateral no supone convenio, y sí, en cambio, el bilateral»
(MORON PALOMINO, 1962:141).
Capítulo V : L a nulidad de cosa juzgada fraudulenta 185

H) Posición de Luis Rodríguez.


«El proceso pudo haber sido el simulado, pero siempre el fraude
se aprecia en el resultado, es decir en la sentencia. Porque es la
sentencia la que alcanza la autoridad de la cosa juzgada. Cuando
los vicios anteriores del procedimiento están preclusos, la cosa
juzgada cubre con su manto la actuación irregular» (RODRIGUEZ,
1987: 212).

6.1.1 Creación de situaciones procesales y fraude a la ley

El fraude a la ley «se trata, en general, del problema que deriva de la


propia naturaleza del hombre, que vive en ordenamientos normativos y busca,
por móviles diversos, realizar, indirectamente, la finalidad que un ordenamiento
dado le prohíbe...» (VESCOVI, 1969: 86).
Giovanni Giacobbe define al fraude a la ley como «... un comportamiento
relevante, a través del cual el sujeto agente tiende a conseguir una finalidad en
conflicto con normas imperativas porque éstas la prohíben o la admiten con
modalidades diversas de las que persigue el referido agente...» (GIACOBBE;
citado por VESCOVI, 1969: 86).
Véscovi precisa que en el fraude a la ley «... hay un comportamiento ilícito
tendiente a eludir la norma imperativa y realizada por una maquinación
insidiosa que hace que muy a menudo la conducta se disimule, bajo una
apariencia de adecuación a la norma» (VESCOVI, 1969: 86).
Zeiss, acerca de la creación de situaciones procesales como el fraude a la
ley, predica lo siguiente:
«... La creación artera de situaciones jurídicas procesales puede ser tratada
(...) como un problema de interpretación de la ley. Pero ¿es efectivamente
un problema de interpretación legal la acción de crear una situación
jurídica procesal (...)? La actividad dirigida a eludir o a provocar la
aplicación de una norma suele llamarse fraude a la ley, in fraudem legis
agere. En torno a este concepto y a su relación con la interpretación y el
abuso del derecho no reina claridad, y esto nos obliga a tomar posición
al respecto.
(...) Los supuestos de creación artera de situaciones jurídicas procesales
constituyen un fraude de la ley cuyo rastro puede hallarse en determinadas
operaciones dentro del marco de la interpretación de la ley. La reducción
teleológica y la analogía conducen por lo común a resultados razonables
y metódicamente verificables (...).
(...)

(...) El fraude de la ley puede cometerse de dos formas: o bien impidiendo


que se den los presupuestos de la figura de una norma que crea una
186 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

obligación (...), o bien provocando el supuesto de una norma favorable.


En el primer caso se habla de evitación, en el segundo de creación capciosa
del supuesto fáctico o bien de 'usurpación de una norma jurídica'. El
fraude de la ley implica pues un obrar dirigido a provocar o soslayar una
norma» (ZEISS, 1979: 50-52).

6.2 La colusión

La colusión (denominada también fraude bilateral o multilateral o plurilateral),


como causal que es de nulidad de la cosa juzgada, consiste en la confabulación
o concertación entre dos o más sujetos que, simulando la existencia de una
controversia entre ellos, hacen uso del proceso con la finalidad de lograr una
declaración judicial que satisfaga sus intereses en perjuicio de terceros.
Veremos seguidamente el pensamiento de distintos autores referido a
esta causal de nulidad de cosa juzgada fraudulenta.

A) Posición de Luis Rodríguez.


Para Luis Rodríguez:
«El proceso, que desemboca en la cosa juzgada fraudulenta,
o la sentencia fraudulenta, puede deberse a:
(...) La colusión de las partes, un proceso simulado para
perjudicar a un tercero mediante la cosa juzgada que se
pretende obtener» (RODRIGUEZ, 1987: 213).

B) Posición de García Valdecasas.


Dice este autor del fraude bilateral o colusivo lo siguiente:
«En los múltiples expedientes y argucias con que a veces una
habilidosidad, digna de mejor empleo, persigue la consecución
de fines que la ley no autoriza, los intereses particulares
han llegado muchas veces a utilizar los resortes de la
Administración de la justicia para lograr resultados a los que
no hubieran podido llegar en el campo de la autonomía de
la voluntad por la vía de los negocios jurídicos.
Y uno de los expedientes así usados es acudir a una contienda
judicial en la cual por la vía del allanamiento o de la confesión
de una parte, o de la dosificación de pruebas, más o menos
amañadas, o del desistimiento, o de dejar caducar una
pretensión, etc., etc., se arranca a la autoridad judicial un
pronunciamiento que, adquiriendo la autoridad de cosa
juzgada, equivale a provocar el nacimiento, la transmisión o
la extinción de derechos, cuando legalmente no hubieran
podido obtenerse semejantes résultados.
Capítulo V : L a nulidad de cosa juzgada fraudulenta 187

Los procesos en que las partes, previamente de acuerdo entre


sí, persiguen un designio fraudulento, es una de las especies,
la más peligrosa y reprobable, de la figura genérica conocida
con el nombre de proceso aparente.
(...)

(...) El fraude a la ley consiste en aparecer cumpliéndola,


incumpliéndola en realidad. Consecuencia de este principio
es que si el fraude en los negocios consiste muchas veces,
dicho sea con fórmula amplísima, en comportarse como enemigo
presentándose como amigo, en cambio en la contienda judicial
consiste a menudo en presentarse como partes opuestas
enemigos, estando en realidad de acuerdo o convenidos. Ese
es el fraude colusivo en sentido técnico y propio...» (GARCIA
VALDECASAS, 1958:110-111).

C) Posición de Benito Pérez.


Benito Pérez manifiesta sobre el fraude procesal bilateral que
«podría acontecer (...) que actor y demandado se pusieran de
acuerdo en adulterar la realidad de la situación procesal, con el fin
de inducir al juez a engaño para obtener una sentencia en fraude
a la ley o en perjuicio a un tercero. En los casos de dolo bilateral
para causar perjuicio a un tercero, también éste, a pesar de no haber
intervenido en el proceso, puede ser afectado por sus consecuencias,
y quedar, en su virtud, legitimado para el ejercicio de las acciones
impugnatorias» (PEREZ, 1975:164).
«... Podría darse la coincidencia que, del consilium fraudis, además
de las partes, también participara el juez, en la sustanciación del
proceso, en perjuicio de un tercero, o sea, el dolo judicial. En este
supuesto estaríamos en presencia del llamado fraude procesal
multilateral, esto es, todas las partes intervinientes en el proceso
participan del consilium fraudis, en perjuicio de un tercero, extraño
al mismo» (PEREZ, 1975:164-165).

D) Posición de Guido Calogero.


Según este autor, el dolo procesal bilateral es el realizado «por
ambas partes en cuanto, mancomunándose, engañan al juez...»
(CALOGERO; citado por SILVEIRA, 1947: 280).

E) Posición de Silveira.
Silveira anota que «... el dolo es bilateral cuando es practicado
por ambas partes en detrimento de la justicia...» (SILVEIRA, 1947:
287-288).
188 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

7. O BJETO D E IM PU G N A CIO N E N LA N U LID A D D E C O SA JU Z G A D A


FRA U D U LEN TA

Es objeto de impugnación en la nulidad de cosa juzgada fraudulenta:


a) La sentencia con calidad de cosa juzgada.
b) El acuerdo de las partes homologado por el Juez que pone fin al
proceso. Dicho acuerdo puede adoptar la forma de:
Conciliación.
Transacción.
Estas instituciones jurídicas se examinarán minuciosamente en los puntos
que siguen.

7.1 S en ten cia con calid ad de co sa juzgad a.

El procedimiento de revisión de decisiones judiciales afectadas -directa


o indirectamente- por fraude o colusión «como medio extraordinario no se
concede sólo por ciertas causales expresamente previstas en la ley, sino también,
normalmente, contra un solo tipo de sentencias: las definitivas» (VESCOVI,
1988: 346).
Véscovi precisa que «... se trata de sentencias pasadas en autoridad de
cosa juzgada. Cabe entender que aquellos sistemas -que existen- que también
admiten este recurso contra sentencias que no están ejecutoriadas, en nuestro
concepto no están regulando este recurso extraordinario, sino, simplemente,
uno ordinario, bajo este nombre o dentro de éste» (VESCOVI, 1988: 346).
Levitán apunta sobre la materia lo siguiente:
«... La revisión de la cosa juzgada es válida y puede hacerse cuando la
sentencia afecta a terceros y también cuando perjudica a las partes. Porque
si falta la buena fe, la sinceridad con que deben actuar las partes en un
proceso, es lógico que ceda el principio de la inmutabilidad de la cosa
juzgada.
Si los terceros se perjudican por la indebida e incorrecta tramitación de
una causa, la sentencia obtenida, aunque pase en autoridad de cosa
juzgada, será impugnable por los terceros. De manera que el principio
general de que la cosa juzgada se mantiene invulnerable, permanece
incólume. Salvo que, por excepción, mediando violación de la defensa
en juicio, o patentizada la falta de lealtad procesal o buena fe que deben
guardar los litigantes -traducida en el ocultamiento doloso de personas,
hechos o circunstancias esenciales para el proceso legal- o probado el
fraude manifiesto de una de las partes, cede la inmutabilidad de la cosa
juzgada.
Capítulo V : L a nulidad de cosa juzgada fraudulenta 189

Por lo tanto el tercero perjudicado que invoque un interés legítimo y un


perjuicio evidente, proveniente de un proceso fraudulento, podrá atacar
la sentencia pronunciada en un juicio que le es ajeno. Y mediante análogas
razones de fraude procesal, las partes tendrán el mismo derecho»
(LEVITAN, 1986: 216-217).
En los puntos siguientes pasaremos a ver qué se entiende por sentencia
y por cosa juzgada.

7.1.1 La sentencia

La sentencia es el acto procesal desarrollado por el órgano jurisdiccional


por el cual éste pone fin a la instancia o al proceso en definitiva, pronunciándose
en decisión expresa, precisa y motivada sobre el asunto debatido en juicio,
declarando el derecho de las partes o, excepcionalmente, resolviendo sobre la
validez o no de la relación jurídica procesal.
Para Gelsi Bidart, «... la sentencia en tanto que acto más importante del
órgano judicial, en el que se ejercita y resume su potestad, es aquel con el cual,
normal, ordinaria y habitualmente, termina cronológicamente el proceso de
conocimiento (en la etapa o instancia respectiva) y se concluye, consume,
culmina (en el sentido de perfeccionar, realizar, llevar a cabo su culminación)
el proceso» (GELSI BIDART, 1975: 491).
Según Devis Echandía, la sentencia «... es el acto por el cual el juez cumple
la obligación jurisdiccional derivada de la acción y del derecho de contradicción,
de resolver sobre las pretensiones del demandante y las excepciones de mérito
o fondo del demandado» (DEVIS ECHANDIA, 1985, Tomo II: 515). Agrega
dicho autor que «mediante la sentencia se convierte, para cada caso, en voluntad
concreta la voluntad abstracta del legislador que la ley contiene» (DEVIS
ECHANDIA, 1985, Tomo II: 515). Concluye Devis Echandía diciendo que «toda
sentencia es una decisión y el resultado de un razonamiento o juicio del juez,
en el cual existen las premisas y la conclusión. Pero al mismo tiempo contiene
un mandato, pues tiene fuerza impositiva, ya que vincula y obliga. Es, por lo
tanto, el instrumento para convertir la regla general contenida en la ley, en
mandato concreto para el caso determinado. Pero no es por sí misma un
mandato, ya que se limita a aplicar el que contiene la ley» (DEVIS ECHANDIA,
1985, Tomo II: 515-516).

7.1.2 L a cosa ju zgad a

7.1.2.1 C onfiguración

La cosa juzgada es «... la calidad de inmutable y definitiva que la ley


otorga a la sentencia y a algunas otras providencias que sustituyen aquélla, en
cuanto declara la voluntad del Estado contenida en la norma legal que aplica,
en el caso concreto» (DEVIS ECHANDIA, 1985, Tomo II: 562).
190 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

Para Jaime Guasp, «la cosa juzgada en sentido amplio es (...) la fuerza que
el derecho atribuye normalmente a los resultados procesales. Esta fuerza se
traduce en un necesario respeto y subordinación a lo dicho y hecho en el
proceso. El proceso, en virtud de la figura de la cosa juzgada, se hace inatacable,
y cosa juzgada no quiere decir, en sustancia, sino inatacabilidad de lo que en el
proceso se ha conseguido» (GUASP, 1998, Tomo I: 511).
Es definida la cosa juzgada por Lino Palacio como «... la inmutabilidad
o irrevocabilidad que adquieren los efectos de la sentencia definitiva cuando
contra ella no procede ningún recurso (ordinario o extraordinario) susceptible
de modificarla, o ha sido consentida por las partes» (PALACIO, 1979, Tomo
V: 498).
De Santo asevera que «la cosa juzgada presupone fundamentalmente (...)
la inimpugnabilidad de la sentencia, o, expresado de otro modo, la preclusión
de los recursos que proceden contra ella (sea por no haberse interpuesto o por
haberse agotado la facultad de interponerlos)» (DE SANTO, 1987, Tomo VIII-A:
57).
Máximo Castro concibe a la cosa juzgada como «... un efecto de la sentencia,
que impide que nuevamente se vuelva a discutir, entre las mismas partes y
por la misma causa, lo que ya fue una vez objeto de discusión y de resolución
judicial» (CASTRO, 1927, Tomo Segundo: 174).
González-Alegre Bernardo sostiene que la cosa juzgada es «... toda
cuestión fallada enjuicio, contra cuya sentencia no existe recurso alguno o han
transcurrido los términos señalados para preparar, interponer o mejorar el
procedente, sin necesidad de declaración sobre ello...» (GONZALEZ-ALEGRE
BERNARDO, 1955: 772).
Oderigo asegura que «... una sentencia u otra resolución judicial relativa
al fondo producen cosa juzgada, cuando causa ejecutoria, y su contenido
sustancial -lo que sobre el derecho material dispongan- no puede ser revisto
mediante el procedimiento de los recursos...» (ODERIGO, 1982, Tomo II: 265-
266).
Fairén Guillén entiende que la cosa juzgada «... es una institución
destinada a proteger las resoluciones judiciales - conflictos en los que ha
intervenido el órgano jurisdiccional, resolviéndolo por la aplicación de la norma
al caso concreto» (FAIREN GUILLEN, 1990: 515). Dicho tratadista agrega que
«... sin esta protección (...) la función jurisdiccional devendría solamente
consultiva; la s 7opiniones' -resoluciones, en verdad- de los jueces y tribunales,
no serían obligatorias, ya que se podrían volver a provocar y a repetir a voluntad
de los interesados...» (FAIREN GUILLEN, 1990: 515).
Parry estima que «... la cosa juzgada no es el efecto o uno de los efectos
de la sentencia, sino una calidad, una calificación particular de dichos efectos,
esto es, su inmutabilidad...» (PARRY, 1956: 743).
Capítulo Y : L a nulidad de cosa juzgada fraudulenta 191

Casarino Viterbo destaca que «... la cosa juzgada presenta una doble
característica: es coercitiva, pues el vencido está obligado a cumplir la condena
que se le ha impuesto, y en caso de que no lo haga voluntariamente, el vencedor
podrá exigírselo por medios compulsivos; y es inmutable, en el sentido de que
las partes deben respetar lo resuelto y no pueden renovar en un nuevo juicio
la misma controversia» (CASARINO VITERBO, 1983, Tomo III: 225).
En relación a la cosa juzgada, señala Barrios de Angelis lo siguiente:
«... Pensamos que bajo una misma denominación -cosa juzgada- se alude
a no menos de tres realidades diferentes.
A) Etimológicamente, la cosa juzgada es To juzgado7 (iudicatum), lo
que el Juez inmediatamente ha juzgado, lo que es producto de la
actividad mental de juzgar (iudicium); es decir, la sentencia (iudicatio).
B) En segundo término, y siempre dentro del plano etimológico, la
cosa juzgada es el objeto del proceso y, consiguientemente, de la
sentencia.
El sustantivo res, en la locución res iudicata, significa genéricamente,
cosa y objeto; pero, específicamente, alude al objeto del juzgamiento.
Así comparece en las expresiones 7ad res judicandas7, 7de re iudicare7.
Si esta segunda acepción, directamente ligada al sentido legal y al
sentido vulgar, la concertamos con la anterior, comprobaremos que
ambas se encuentran en relación de continente a contenido. En el
instante de dictarse una sentencia, ya la cosa (objeto) estaría juzgada;
el Juez habría emitido su juicio, produciendo algo que, en cuanto
exterior al sentenciante, es, ya, una cosa (la sentencia) juzgada.
Pero es claro que no siempre, con la emisión de la sentencia, se
habrá producido el fenómeno que la práctica denomina, también,
cosa juzgada.
C) En tercer término, cosa juzgada es una fuerza o trascendencia
especial de la sentencia (Rechtskraft). Originalmente debió acompañar,
sin más, al 7judicium7; término que significó no sólo sentencia sino
también, por metonimia, dicha fuerza o trascendencia, una forma
de autoridad. Luego, cuando la idea de ios recursos se desarrolló,
quedó sometida a su exclusión o a su existencia, fijadora de plazos,
cuyo transcurso inútil o aprovechado para deducir aquéllos, difirió
la formación de un estado trascendente, el de cosa juzgada.
Esta acepción última -cosa juzgada como fuerza o eficacia- ocurre
por gracia de brevedad; es una expresión sintética o elíptica. Es la
versión de un enunciado más extenso: autoridad de la cosa juzgada;
es decir, autoridad de la sentencia (ya) cosa juzgada» (BARRIOS
DE ANGELIS, 1970: 9).
192 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

La cosa juzgada es una figura estrictamente procesal por cuanto deriva


del proceso y constituye una consecuencia de la voluntad del Estado expresada
en la ley adjetiva. Sin embargo, sus alcances se proyectan fuera del proceso,
recayendo en las relaciones de índole material, como un efecto de la
inmutabilidad de lo decidido que trae como consecuencia el carácter terminante
o definitivo respecto de la certeza jurídica de las relaciones sustanciales. De ahí
que Vellani sostenga que «... la cosa juzgada tiene naturaleza sustancial en
cuanto influye directa e inmediatamente sobre la preexistente situación
sustancial» (VELLANI, 1968:115). Añade el citado autor que «... la declaración
de certeza, una vez asistida por la autoridad de la cosa juzgada, constituye una
nueva fuente, o título, de regulación de la relación sustancial. Y en cuanto
constituye esta nueva fuente, viene a influir, inevitablemente, sobre la situación
sustancial preexistente...» (VELLANI, 1968:124).
La cosa juzgada, al igual que la jurisdicción, el derecho de acción y el de
contradicción, es una institución de orden público, representando el resultado
de las mencionadas. «... La institución de la cosa juzgada reviste carácter público
y obsta a la proposición eficaz de una pretensión ya juzgada en una sentencia
provista de aquella calidad» (PALACIO, 1979, Tomo V: 501).
Cabe indicar que, si bien en la sentencia deben resolverse todas las
pretensiones formuladas, en caso de no ser así y adquirir aquélla la autoridad
de cosa juzgada, los alcances de ésta no comprenderán las cuestiones omitidas
porque el marco de la cosa juzgada será siempre el contenido del fallo definitivo
(o de la resolución de que se trate).
La cosa juzgada no está referida solamente a la parte dispositiva de la
resolución sino también a su motivación. No pueden ser desligadas por cuanto
aquélla deriva justamente del análisis efectuado por el magistrado y porque
no debe ser interpretada literalmente la decisión sino que debe hacerse en forma
lógica y razonada, siendo indispensable, entonces, la apreciación de la parte
considerativa de la resolución. Sobre esto, Monteiro señala que «... hacen cosa
juzgada todas las relaciones jurídicas que realmente fueron controvertidas y
juzgadas. Así, hacen cosa juzgada los motivos en que tales relaciones estuvieron
expresados como causa inmediata del dispositivo de la sentencia...»
(MONTEIRO; citado por PARRY, 1943: 862). La misma inclinación tiene Parry
cuando apunta que «la parte dispositiva de una sentencia, constituyendo la
esencia de la decisión, asume la autoridad de la cosa juzgada desde que en esta
parte del pronunciamiento el pensamiento del juez viene a estar formalmente
exteriorizado. Cuando los fundamentos se relacionan directa y lógicamente a
la parte dispositiva, no parece dudoso que también ellos producen cosa
juzgada...» (PARRY, 1943: 862). Parry añade que «... la doctrina que supedita
la determinación de la cosa juzgada a los términos de la parte dispositiva
admitiendo el poder interpretativo de los fundamentos, advierte que no debe
creerse, sin embargo, que los motivos puedan prevalecer sobre la disposición.
Esta no puede ser ampliada ni desfigurada por los fundamentos de la sentencia.
La regla es que para descubrir cuál es la decisión del magistrado debe calcularse
Capítulo V : L a nulidad de cosa juzgada fraudulenta 193

sobre la parte dispositiva y no sobre los fundamentos. Sólo está permitido


atender a las razones que la determinaron, cuando ella dé lugar a ser
interpretada» (PARRY, 1943: 865).

7.1.2.2 N atu raleza juríd ica

Sobre la naturaleza jurídica de la cosa juzgada existen diversas teorías,


siendo las más importantes las siguientes:

A) T eo ría de la p resu n ción de verdad.

En el Derecho Romano la cosa juzgada se fundaba en una presunción


de verdad iure et de iure que confería inmutabilidad al fallo, no
pudiéndose revisar la materia controvertida mediante nuevo
proceso. «Según esta teoría, se presume que la sentencia, que se ha
hecho inimpugnable, contiene la verdad objetiva en hecho y en
derecho, y es ésta una presunción iuris et de iure» (ROCCO, 1976,
Volumen II: 321).
Fue recogida esta tesis por Pothier y llevada al Código de Napoleón
gozando de gran aceptación inicialmente, hasta que fue contradicha
por la doctrina moderna porque iba en contra de la realidad. En
efecto, no toda resolución judicial se ajusta a los hechos, pudiendo
lo resuelto no ser coincidente con la verdad material e, inclusive,
ser incompatible con la normatividad jurídica, ya sea por razones
de error del magistrado, arbitrariedad o mala fe de su parte, o
deficiencia en la prueba actuada en el proceso u omisión de la
misma.

B) T eo ría de la ficción de verdad.

Esta posición, promovida por Savigny, postula que toda sentencia


(justa o no) es acertada o se refiere a la verdad, no en base a una
presunción sino a una ficción. «Según esta teoría, el instituto de la
cosa juzgada puede considerarse, en general, como la fuerza legal
de la sentencia, fundada en una ficción de la verdad, merced a la cual
la sentencia pasada en cosa juzgada está garantizada contra toda
futura tentativa de impugnación o de invalidez. Por consiguiente,
en virtud de dicha ficción, la sentencia injusta viene a adquirir un
valor constitutivo de derechos» (ROCCO, 1976, Volumen II: 320).
Al igual que la anterior, no explica la oposición de la sentencia a la
realidad, siendo insuficiente catalogar a la cosa juzgada y sus efectos
como una ficción de verdad. «... El Estado, con la cosa juzgada, no
ha intentado transformar, mediante el artificioso expediente de una
ficción de verdad, el producto del conocimiento humano, que tiene
valor relativo y controvertible, en verdad absoluta e incontrovertible»
(ROCCO, 1976, Volumen II: 321).
194 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

Al respecto, señala Chiovenda que «... las doctrinas que conducen


a la "ficción de verdad", a la "verdad formal", a la "presunción de verdad'
(esta última sobre todo) tienen un gran fundamento de verdad, y
es que en la consideración del mayor número de ciudadanos la
sentencia del juez se considera conforme a la verdad (...). Esta
presunción de verdad es, pues, la base social, la justificación social
de la cosa juzgada. Pero esto no explica la naturaleza del instituto
y no debe asumirse para su definición...» (CHIOVENDA, 1949,
Volumen III: 201-202).

C) T eoría con tractu alista o cu asicon tractu alista.

Tiene su fuente en el Derecho Romano, pues se basa en la arcaica


noción del cuasicontrato de litis contestatio.
Tuvo vigencia esta tesis mientras se aceptó que la comparecencia
al proceso para ventilar un asunto controvertido provenía de un
acuerdo de voluntades entre el actor y el demandado. La vinculación
del sujeto pasivo al proceso contra su voluntad y las nuevas teorías
del proceso, de la jurisdicción y la acción produjeron el rechazo de
la tesis contractualista o cuasicontractualista, ya sea respecto de la
litis contestatio como de la naturaleza de la cosa juzgada.

D) T eoría m aterialista.

Sostenida por Pangenstecher, Kohler, Wach, entre otros.


«... La escuela m aterialista (...) ve en la cosa juzgada un derecho
material reconocido por la sentencia...» (MONROY GALVEZ, 1987:
161).
La teoría materialista «... sostiene que la sentencia crea derecho, de
manera que si aquélla no está de acuerdo con la verdadera situación
jurídica real, según tal teoría produce el nacimiento o la cancelación
del derecho...» (SCHÓNKE, 1950: 270).
Esta teoría «... considera la sentencia como un hecho jurídico
material y no procesal, y por eso hace recaer sus efectos únicamente
sobre el derecho material o la relación jurídica privada que se
ventila en el proceso. De eso resulta que la sentencia vendría a ser
un negocio jurídico que otorgaría derechos subjetivos y no se
limitaría a declarar el derecho objetivo...» (DEVIS ECHANDIA,
1985, Tomo II: 555).
Es meritoria esta posición en la medida que considera la fuerza de
la sentencia como una consecuencia del ordenamiento jurídico, pero
resta su valía cuando confiere eficacia constitutiva a la sentencia,
siendo el carácter de ésta eminentemente declarativo.
Capítulo V : L a nulidad de cosa juzgada fraudulenta 195

E) Teoría procesalista.
Planteada por Hellwig y sostenida por Goldschmidt, Schónke, Stein
y Rosenberg.
Esta teoría confiere a la cosa juzgada solamente efectos procesales,
postulando que no alcanza a las relaciones de orden sustancial
materia de controversia y objeto de la sentencia. En consecuencia,
restringe la autoridad de la cosa juzgada a la declaración de certeza
contenida en el fallo, la misma que es vinculante entre las partes e
irrevisable a través de otro proceso.
Dice Schónke que «... la teoría procesal de la cosa juzgada, considera
que lo esencial en ésta es que la sentencia define la existencia o
inexistencia de un derecho con efecto vinculante para el Tribunal
y para los interesados, de manera que el efecto jurídico determinado
en la resolución, no puede ya discutirse, pero la misma no crea un
derecho nuevo» (SCHÓNKE, 1950: 270).
Conforme a la teoría procesalista (o doctrina alemana moderna),
«... el contenido de la declaración de certeza de las sentencias
pasadas en cosa juzgada no tiene influencia alguna sobre las
relaciones jurídicas sustanciales, las cuales, en caso de error en la
declaración judicial de certeza, continúan siendo lo que son: el único
efecto que se produce es un efecto procesal de aquellos respecto a
los cuales se ha emitido la sentencia, a la observancia, por parte de
los órganos jurisdiccionales, de lo que se declaró cierto, y una
obligación por parte de los mismos órganos de respetar la precedente
declaración de certeza en una sentencia pasada en cosa juzgada»
(ROCCO, 1976, Volumen II: 324).
Pese a que la cosa juzgada no crea ni modifica derechos materiales,
sí les da certeza jurídica atendiendo a la inmutabilidad de la decisión
judicial con tal carácter. Es por esta razón que se objeta a la teoría
en estudio el hecho de negarle a la cosa juzgada efectos sobre la
relación sustancial.

F) Teoría de la voluntad autoritaria del Estado.


Se afirma en base a esta teoría que «... el fundamento de la autoridad
de la cosa juzgada no debe buscarse en el elemento lógico de la
sentencia, sino en el elemento volitivo de ella, en la voluntad del
juez, a la cual se le da un valor incontestable, característico de la
fuerza autoritaria del Poder del Estado» (ROCCO, 1976, Volumen
II: 324).
Sin embargo, es rechazada esta corriente doctrinaria porque el
elemento volitivo no goza de autonomía ni es personal en relación
al juzgador, pues deriva del ordenamiento jurídico. En tal sentido,
196 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

como indica Rocco, «... no se puede vincular la fuerza de la cosa


juzgada a la voluntad del juez, si ésta no existe, o por lo menos no
es independiente y autónoma de la otra voluntad expresada en la
norma jurídica» (ROCCO, 1976, Volumen II: 324).

G) D octrin a italiana m oderna.

Representada por Chiovenda, Calamandrei, Redenti, Rocco y


Liebman.
La tesis italiana coincide en gran parte con la procesalista, pero no
excluye los alcances de la cosa juzgada para con la relación material
controvertida. Además, se limitan los efectos intrínsecos de la cosa
juzgada a la inmutabilidad de la resolución judicial y se afirma -con
acierto- que la imperatividad no es propia de la cosa juzgada sino
de toda sentencia consentida o ejecutoriada.
La doctrina italiana nos parece la más adecuada para explicar la
naturaleza jurídica de la cosa juzgada porque le confiere efectos
procesales e incidencia en la relación material y se evidencia que
es la inmutabilidad la nota característica de ella.

7.1.2.3 Objeto

«... No es correcto decir que el objeto de la cosa juzgada sea llevar la


existencia de la voluntad de la ley para el caso controvertido, porque éste es el
de toda sentencia, haga o no tránsito a cosa juzgada. La diferencia está en la
inmutabilidad y definitividad de tal declaración de certeza; si no hay cosa
juzgada, será una certeza provisional, ya que existirá sólo mientras por un
nuevo proceso no se la modifique, al paso que si la hay, no será posible
examinarla en otro proceso, y, por lo tanto, no debe pronunciarse nueva
sentencia de fondo, sea que confirme o modifique la decisión contenida en la
primera, lo que significa que se tendrá una certeza definitiva e inmutable ne
bis in idem. Esto conduce también a distinguir los efectos de la cosa juzgada y
los propios de toda sentencia ejecutoriada» (DEVIS ECHANDIA, 1985, Tomo
II: 559-560).
En consecuencia, el objeto de la cosa juzgada es la inmutabilidad de la
declaración de certeza contenida en la resolución judicial respectiva.

7.1.2.4 Elementos

En principio, cabe señalar que «... la 'res' se determina por el elemento o


'el qué' que se reclama; por la razón que fue dada como fundamento, o sea 'el
por qué', y ha sido recogida y, por tanto, resuelta por la sentencia positiva o
negativamente; y tal como en ella se reconoce; entre las personas que activa o
pasivamente aparezcan como titulares de la relación jurídica aducida, esto es,
Capítulo V : L a nulidad de cosa juzgada fraudulenta 197

'quien', y según la causa jurídica que apoya o sostiene dicha relación, según la
calidad procesal legitimadora con que actuaron en el proceso» (JIMENEZ
ASENJO, 1948: 74).
Ahora bien, son elementos de la cosa juzgada, conforme lo enseña Ochoa
Franco:
«... Que el objeto sobre el cual versa la discusión sea el mismo, IDENTIDAD
DE COSA;
(...) Que la causa en la cual se fundamenta el nuevo juicio sea igual a la
del anterior, IDENTIDAD DE CAUSA;
(...) Que las personas intervinientes en el nuevo juicio sean las mismas y
con iguales calidades, IDENTIDAD DE PARTES» (OCHOA FRANCO,
1975: 222).
La identidad de la cosa demandada «... no se debe confundir con la
identidad de la causa para pedir o CAUSA PETENDI, pues si se pide una cosa
diferente a la primera, no es posible afirmar entonces que ella sea la misma,
por el único hecho de que la causa de la nueva demanda es igual a la de la
demanda precedente. La Ley y la Doctrina exigen la presencia o concurso de
la identidad de cosa y la identidad de causa, lo cual nos está indicando que son
ideas distintas, y el confundirlas equivale a suprimir uno de los requisitos
esenciales que se exigen para que pueda oponerse la excepción derivada de la
COSA JUZGADA» (OCHOA FRANCO, 1975: 231).
Ochoa Franco precisa que la causa petendi consiste «... en el hecho jurídico
que sirve de fundamento al derecho que se trata de reclamar en el juicio...»
(OCHOA FRANCO, 1975: 231).
En lo que toca a la identidad de partes, Ochoa Franco expresa lo siguiente:
«No se trata de identidad de personas sino de partes. Ello es debido a
que no todas las personas concurrentes a un juicio lo hacen como partes;
además las partes no obran en la mayoría de los casos por sí mismas, sino
atendidas por medio de un representante o apoderado. Si fuera la
identidad de personas el requisito que se estudia, bastaría cambiar de
abogado para que nos fuera posible adelantar de nuevo un proceso que
ya fue decidido en una oportunidad anterior.
Es necesario manifestar la diferencia existente entre partes en sentido
material y partes en sentido formal, pues las primeras son sujetos del
litigio; las segundas son en cambio sujetos del proceso, distintos del juez.
Como el juicio a que nos referimos es de naturaleza contenciosa, tales
sujetos son siempre dos: Demandante y Demandado. Cada uno de estos
sujetos del proceso, puede estar compuesto por una o varias personas y
pueden incluso llegar tales personas a aumentarse en el decurso del juicio,
por medio de la intervención de litisconsortes o coadyuvantes.
198 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

Lo anterior nos demuestra que en lo que dice relación a la Cosa Juzgada,


la identidad de las partes se refiere únicamente a los sujetos del proceso
o partes en sentido formal. Más claro: al demandante y al demandado.
Se debe anotar sin embargo, que los causahabientes a cualquier título
(universal o singular) y los coacreedores o codeudores en los casos de las
obligaciones solidarias o indivisibles de las partes, quedan frente a la
sentencia pronunciada, obligados en la misma manera que las partes.
Podemos concluir que lo importante es la identidad jurídica de las partes
y no su identidad física. La primera se presenta siempre que una persona
cualquiera esté ocupando el lugar de una de las partes del juicio anterior,
en la relación que es objeto del juicio, bien porque ostenta el carácter de
sucesor de aquél a título universal o singular, o cuando debido a la
naturaleza de la obligación en los casos de las solidarias y las indivisibles,
se entiende que ha estado representada por el deudor o coacreedor que
actuó durante el juicio y cuyos resultados y actuaciones le favorecen o
perjudican, según el caso» (OCHOA FRANCO, 1975: 236-238).

7.1.2.5 Fundamento

La cosa juzgada se basa en la voluntad del Estado expresada en el


ordenamiento legal. No se funda entonces en el término de la jurisdicción, pues
ésta, como facultad estable o perpetua del Estado, no se extingue. Tampoco
reposa la cosa juzgada en el fin del derecho de acción por cuanto, pese a que
éste culmina con la conclusión definitiva del proceso, es una institución
autónoma y puede además ejercitarse -aunque sin éxito- al promoverse otro
proceso.
Como bien sostiene Devis Echandía, «... el fundamento o la razón jurídica
de la cosa juzgada, que explica por qué existe y se impone con su inmutabilidad
y su definitividad tanto a los jueces como a las partes, está en la potestad
jurisdiccional del Estado, de la que emana el poder suficiente para imponer, en
la forma como el legislador lo desee, los efectos y la eficacia de la sentencia
definitiva y de otras providencias a las cuales le otorgue los mismos efectos de
cosa juzgada» (DEVIS ECHANDIA, 1985, Tomo II: 567).
Añade el mencionado tratadista que, «así como de la jurisdicción emana
el deber de proveer y juzgar, y los poderes de decisión, de coerción, de
documentación y de ejecución (...), así también emana de ella la voluntad del
Estado de darle carácter definitivo e inmutable a los efectos de la sentencia
ejecutoriada...» (DEVIS ECHANDIA, 1985, Tomo II: 567).
Oderigo refiere que «el fundamento de esa autoridad que se reconoce a
las resoluciones finales relativas al fondo, es cuestión que se vincula directamente
con el fundamento de la justicia como institución social» (ODERIGO, 1982,
Tomo II: 266).
Capítulo V : L a nulidad de cosa juzgada fraudulenta 199

Alvarez Juliá, Neuss y Wagner indican sobre el tema que, «... en cuanto
atañe a la inmutabilidad de la decisión, su fundamento emana asimismo de la
configuración de determinado ordenamiento institucional, en cuanto a la
estabilidad de los derechos de los cuales es uno de los fundamentales el que
emana del reconocimiento judicial de los que las leyes consagran. De ahí que
en última instancia el fundamento de la inmutabilidad esté en la seguridad
jurídica» (ALVAREZ JULIA; NEUSS; y WAGNER, 1992: 200-201).

7.1.2.6 Cosa juzgada formal y material

La doctrina clasifica a la cosa juzgada en formal y material.

A) Cosa juzgada formal.


La cosa juzgada formal«... es la fuerza y autoridad de una resolución
judicial ejecutoriada dentro del mismo proceso en que se pronunció,
por lo que no es pasible de ser controvertida o ser materia de otra
resolución judicial en el mismo proceso en que se declaró. Por cierto,
de la misma definición se advierte que la resolución judicial sobre
la que pesa la cosa juzgada, puede ser controvertida en otro proceso»
(MONROY GALVEZ, 1987:161).
Monroy Cabra asegura que la cosa juzgada formal «... implica que
es posible en un nuevo proceso plantear la cuestión debatida...»
(MONROY CABRA, 1979: 381).
Para Lino Palacio, «existe (...) cosa juzgada en sentido formal
cuando, no obstante ser firme e irrevocable la sentencia dentro del
proceso en el cual se dictó, carece del atributo de la indiscutibilidad
en un proceso ulterior» (PALACIO, 1979, Tomo V: 503).
Alvarez Juliá, Neuss y Wagner consideran que la cosa juzgada
formal «... se trata de la irrevisibilidad de la sentencia dictada en
un proceso en que ha sido expedida. También se la suele llamar
'preclusión de las impugnaciones' y supone, que la revisión es sólo
posible en otro proceso posterior...» (ALVAREZ JULIA; NEUSS; y
WAGNER, 1992:199).
Rosenberg señala que «... la autoridad de cosa juzgada formal de
una resolución no es inmodificabilidad en general, sino simplemente
aquella inmodificabilidad que es consecuencia de la inadmisibilidad
de oposición y recurso; así es, precisamente, inmodificabilidad por
las instancias superiores, es decir, inimpugnabilidad» (ROSENBERG,
1955, Tomo II: 441).
Jaime Guasp predica que «... la cosa juzgada formal es (...) la
expresión que designa la imposibilidad de que el resultado procesal,
plasmado en la decisión del litigio, sea directamente atacado. Ahora
bien, el ataque directo a una decisión judicial, por llevar consigo la
200 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

apertura de un proceso con la finalidad específica de revisar el


anterior, recibe el nombre de recurso. Quiere decirse, por lo tanto,
que la cosa juzgada formal puede ser correctamente definida como
la imposibilidad de que una cierta decisión procesal sea recurrida:
el cierre de los recursos procedentes contra la misma» (GUASP,
1998, Tomo I: 511-512).
Casarino Viterbo piensa que la cosa juzgada formal «... es la que
autoriza cumplir lo resuelto de manera provisional, y que impide
renovar la discusión sobre la cuestión resuelta en el mismo proceso,
pero sin que obste su revisión enjuicio posterior...» (CASARINO
VITERBO, 1983, Tomo III: 226).
De Santo hace notar que «... existe cosa juzgada en sentido formal
cuando, no obstante ser inimpugnable la sentencia dentro del
proceso en el cual se emitió, cabe la posibilidad de obtener, en un
proceso posterior, un resultado diferente al logrado en aquél» (DE
SANTO, 1987, Tomo VIII-A: 57).
Rosa Avila Paz y Alicia Ramos califican a la cosa juzgada formal
como «... la suprema preclusión dentro del proceso obtenida por
la sentencia irrecurrible dada por el tribunal del último grado o la
dictada por el inferior, cuando quedare consentida o firme por falta
de recursos opuestos contra ella» (AVILA PAZ; y RAMOS, 1976:
586). Las mencionadas autoras agregan que «... esta sentencia que
sólo produce cosa juzgada formal tiene, no obstante, igual
imperatividad y exigibilidad como determinación de la voluntad
del Estado en el caso concreto; es más, hasta puede señalarse que
efectiviza con mayor celeridad e impulso ejecutorio en razón de su
naturaleza» (AVILA PAZ; y RAMOS, 1976: 586).
B) Cosa juzgada material.
La cosa juzgada material«... es la fuerza y autoridad de una sentencia
que permite hacerla valer como asunto resuelto definitivamente en
cualquier otro proceso y aun ante cualquier otra autoridad, sea o
no judicial...» (MONROY GAL VEZ, 1987:161-162).
«La cosa juzgada material vincula así al Juez futuro de cualquier
proceso civil, prohibiéndole fallar lo que ya ha sido fallado, carácter
que se suele expresar diciendo que consiste en la indiscutibilidad
del pronunciamiento sobre el fondo del caso litigado» (JIMENEZ
ASENJO, 1948: 72).
En opinión de Monroy Cabra, «... la cosa juzgada material es un
pronunciamiento definitivo sobre las pretensiones de la demanda,
por lo cual no es posible iniciar un nuevo proceso sobre el mismo
objeto» (MONROY CABRA, 1979: 381).
Capítulo Y : L a nulidad de cosa juzgada fraudulenta 201

Chiovenda entiende que la cosa juzgada en sentido sustancial o


material «... consiste en la indiscutibilidad de la esencia de la voluntad
concreta de la ley afirmada en la sentencia...» (CHIOVENDA, 1925,
Tomo II: 412).
A criterio de Lino Palacio, «existe cosa juzgada en sentido material
cuando, a la firmeza o irrevocabilidad de la sentencia, se agrega el
impedimento de que, en cualquier otro proceso, se juzgue de un
modo contrario u opuesto a lo decidido por aquélla, siempre que
subsistan las circunstancias de hecho existentes al tiempo de la
decisión» (PALACIO, 1979, Tomo V: 505).
Jaime Guasp denomina cosa juzgada material a «... la inatacabilidad
indirecta o mediata de un resultado procesal, el cierre de toda posibilidad
de que se emita, por la vía de la apertura de un nuevo proceso,
ninguna decisión que se oponga o contradiga a la que goza de esta
clase de autoridad» (GUASP, 1998, Tomo I: 516). Añade el citado
jurista que «... la cosa juzgada material tiene (...) una naturaleza neta
y estrictamente jurídica. Es una creación del ordenamiento jurídico
que, como tal, tiene sólo validez y vigencia dentro del ámbito de
éste. Ahora bien, es una figura jurídica, no de derecho material,
sino de derecho procesal. En otras palabras, opera, no porque transforme
la situación jurídica material existente antes de la decisión del
proceso, sino porque, al margen de tal transformación, hace surgir
una especial eficacia procesal que antes no existía» (GUASP, 1998,
Tomo I: 517).
Casarino Viterbo asevera que «... cosa juzgada material (...) es la que
autoriza cumplir lo resuelto sin restricción alguna, y que impide
renovar la discusión sobre la cuestión resuelta, tanto en el mismo
proceso como en juicio futuro...» (CASARINO VITERBO, 1983,
Tomo III: 226).
Para De Santo, «existe (...) cosa juzgada en sentido material cuando,
a la irrecurribilidad de la sentencia recaída se añade la imposibilidad
de que en cualquier circunstancia y en cualquier otro juicio se
juzgue de modo distinto a lo resuelto por aquélla» (DE SANTO,
1987, Tomo VIII-A: 57).
Ochoa Franco afirma que la cosa juzgada material «... consiste en
la vinculación de los Tribunales a la resolución dictada, para el caso
de que se inicie cualquier procedimiento posterior...» (OCHOA
FRANCO, 1975:163).
Fairén Guillén dice de la cosa juzgada material que «referido 'al
exterior' de un proceso ya terminado, es 'la vinculación' que
produce en otro proceso la parte dispositiva de la primera sentencia:
es la exclusión -teórica- de la posibilidad de volver a tratar y a
202 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

decidir sobre el mismo asunto con firmeza ("efecto negativo de la


cosa juzgada") y en su caso, si el segundo proceso igual se produjere,
condicionado por el primero de modo inexcusable, la segunda
instancia deberá ser acorde con la primera ("efecto positivo')...»
(FAIREN GUILLEN, 1990: 517).
Alvarez Juliá, Neuss y Wagner estiman que la cosa juzgada material
se trata «... de la total irrevisibilidad del decisorio tanto en el mismo
pleito, como en otro posterior. En principio, podríamos decir que
nos encontramos ante la inmutabilidad de las sentencias firmes»
(ALVAREZ JULIA; NEUSS; y WAGNER, 1992:199).
En palabras de Schónke, la cosa juzgada material «... consiste
principalmente en la vinculación de los Tribunales a la resolución
dictada, en cualquier procedimiento posterior; es un efecto de la
sentencia, que se manifiesta fuera del juicio terminado por la
resolución...» (SCHÓNKE, 1950: 265).
Según Rosa Avila Paz y Alicia Ramos, la cosa juzgada material «...
significa que la sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada es
aquella que ha sido dictada en un proceso resolviendo la cuestión
planteada, la cual no podrá ser decidida nuevamente por otro juez
en sentido contrario, como tampoco ni siquiera discutida, excepto
en un primer examen necesario para identificar su preexistencia
con relación a la cuestión ya juzgada y por la cual se intenta
promover un nuevo juicio...» (AVILA PAZ; y RAMOS, 1976: 586).
Rosenberg, respecto de la cosa juzgada material, anota que «... es
aquel efecto de una resolución con autoridad de cosa juzgada
formal que se manifiesta en la normatividad de su contenido; es decir,
en la normatividad del juicio sobre la consecuencia jurídica producida
en el caso particular...» (ROSENBERG, 1955, Tomo II: 448). Añade
Rosenberg que «sobre esta consecuencia jurídica no puede volver a
discutirse o resolverse entre las personas comprendidas por la autoridad
de cosa juzgada (...); ya sea ella, o su opuesto contradictorio, objeto
inmediato o relación jurídica condicionante (prejudicial) para el
objeto litigioso del segundo procedimiento (...). En la medida de la
cosa juzgada (...), se niega a las partes todo litigio sobre la misma
causa y es inadmisible toda resolución sobre ella; y todo órgano
estatal (...) está obligado a basar su propia conducta en la resolución,
sin más examen...» (ROSENBERG, 1955, Tomo II: 448-449).

7.1.2.7 Efectos de la cosa juzgada

«Como principio de carácter general, la cosa juzgada sólo se extiende a


aquellas cuestiones que le fueron propuestas por las partes a la consideración
de los jueces y expresamente decidida por éstos...» (PALACIO, 1979, Tomo V: 510).
Capítulo V : L a nulidad de cosa juzgada fraudulenta 203

Ahora bien, la certeza y carácter incuestionable de una determinada


situación ventilada judicialmente, derivados de la cosa juzgada, son en realidad
relativos por no ser oponibles a todas las personas al contraerse solamente a
los litigantes o a quienes de ellos emanan sus derechos. «... La autoridad de la
cosa juzgada se despliega también para todos los que, a título universal o
particular, hayan sucedido en la titularidad-legitimación activa y pasiva de aquella
determinada acción...» (REDENTI, 1957, Tomo I: 66-67).
Devis Echandía destaca que en materia civil «... no significa la cosa
juzgada que la parte favorecida adquiera esa certeza definitiva e inmutable
frente a todo el mundo, porque su fuerza vinculativa se limita a quienes fueron
partes iniciales e intervinientes en el proceso en que se dictó y a sus
causahabientes. Es el efecto relativo de la cosa juzgada, que todas las legislaciones
aceptan como norma general y que sólo tiene limitadas excepciones para los
casos en que expresamente la ley le otorga valor erga omnes...» (DEVIS ECHANDIA,
1985, Tomo II: 560).
Lino Palacio comparte lo enunciado cuando manifiesta que «... la cosa
juzgada comprende solamente a quienes han revestido el carácter de partes en
el proceso en el cual se dictó la sentencia que adquirió aquella eficacia. Por lo
tanto, la cosa juzgada no puede beneficiar ni perjudicar a los terceros que han
permanecido ajenos al proceso...» (PALACIO, 1979, Tomo V: 521).
La inmutabilidad, efecto singular de la cosa juzgada, obliga a los
magistrados a no resolver sobre el fondo de la cuestión decidida, dando por
concluido el nuevo proceso. La inimpugnabilidad otorga a lo resuelto la calidad
de definitivo o indiscutible. La sentencia con calidad de cosa juzgada es la que
«... se ha hecho inmutable y al mismo tiempo ha venido a ser inmutable también
la estatuición o pronunciamiento que en ella se contienen, con todos los efectos
que del mismo se derivan» (LIEBMAN, 1980: 590-591).
Schónke pone de relieve que «... el efecto fundamental de la cosa juzgada,
consiste en que los Tribunales de cualquier proceso ulterior, quedan vinculados
por la resolución que tiene el carácter de cosa juzgada, y ésta ha de ser valorada
íntegramente en la nueva resolución sin entrar a examinar su exactitud»
(SCHONKE, 1950: 269).
En suma, «tiene la cosa juzgada una función o eficacia negativa: la
prohibición a los jueces para decidir sobre lo ya resuelto; y una función o eficacia
positiva: la seguridad o definitividad que se le otorga a las relaciones jurídicas
sustanciales sobre la que versa la decisión...» (DEVIS ECHANDIA, 1985, Tomo
II: 564).
Rosa Avila Paz y Alicia Ramos coinciden con lo expresado cuando
apuntan que «... la inmutabilidad de lo resuelto se efectiviza concretamente en
los dos efectos siguientes: a) efecto negativo, que implica que la parte condenada
o aquella cuya reclamación ha sido desestimada por sentencia irrecurrible, no
pueda ya en un nuevo juicio intentar discutir la cuestión ya decidida; y b) efecto
204 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

positivo: por el que la parte cuya acción ha sido acogida y su derecho admitido
por sentencia puede invocar en su favor lo resuelto y obrar en justicia, sin que
otro juez ni autoridad puedan dejar de acatar esa decisión» (AVILA PAZ; y
RAMOS, 1976: 585).
En la misma línea se encuentra Máximo Castro al sostener que:
«... En virtud de la autoridad de la cosa juzgada, la cuestión resuelta por
el juez no puede ser de nuevo planteada entre las mismas partes. Una
parte no puede hacer rever la cuestión fallada: es lo que se llama el efecto
negativo de la autoridad de la cosa juzgada.
La parte puede apoyarse en la resolución del juez, en un segundo proceso,
para hacer sacar del pleito, por el juez, nuevas consecuencias: es lo que
se llama el efecto positivo de la autoridad de la cosa juzgada» (CASTRO,
1927, Tomo Segundo: 201).

7.1.2.8 Lím ites de la cosa ju zg ad a

La cosa juzgada se encuentra limitada objetiva y subjetivamente. El límite


objetivo se presenta atendiendo al objeto y a la causa -o título- de la que deriva
la pretensión. El límite subjetivo está referido a los sujetos intervinientes en la
litis como partes. Así lo deja entrever José Arlas cuando expresa que «... el
límite objetivo está constituido por el objeto o cosa reclamada en juicio y por
la causa o título jurídico en cuya virtud se la reclama, o causa petendi. El límite
subjetivo está formado por las partes del juicio» (ARLAS, 1951: 95).
El límite objetivo de la cosa juzgada tiene como elementos a la identidad
del objeto de la pretensión y la identidad de la causa petendi.
En cuanto a la identidad del objeto, hay que señalar que cuando éste varía
sucede lo mismo respecto del litigio y la pretensión. En materia civil «... el
objeto del proceso lo constituye el derecho reconocido, declarado o modificado
por la sentencia, en relación con una cosa o varias cosas determinadas, o la
relación jurídica declarada, según el caso. Porque sobre la misma cosa pueden
existir diversos derechos (dominio, usufructo, habitación, etc.), y puede tenerse
el mismo derecho sobre distintas cosas. De este modo si falta la identidad del
derecho o la de la cosa, estaremos en presencia de un litigio y de una pretensión
distintos...» (DEVIS ECHANDIA, 1985, Tomo II: 569).
En lo concerniente a la identidad de la causa petendi (o razón de hecho
expresada en la demanda como fundamento de la pretensión), si ésta es distinta
en dos procesos, estando uno de ellos resuelto definitivamente, no se configurará
el presupuesto de la cosa juzgada.
Los indicados elementos no representan por sí solos causa suficiente para
estar ante la cosa juzgada. «... El límite objetivo lo forman, en conjunto, el objeto
y la causa petendi-, si aquél es el mismo (el mismo inmueble, por ejemplo), pero
la causa varía (prescripción en vez de la adquisición por compra), ya no existirá
Capítulo V : L a nulidad de cosa juzgada fraudulenta 205

identidad objetiva entre los dos litigios, ni tampoco cosa juzgada. Ni el objeto,
ni la causa petendi, tomados en forma aislada, son suficientes, en materia civil...»
(DEVIS ECHANDIA, 1985, Tomo II: 574).
Sobre el particular, sostiene Redenti que «los llamados límites objetivos de
la declaración de certeza y por tanto de la cosa juzgada, deberían identificarse
con los del derecho o de la relación que le sirve de base y ha sido declarada cierta,
cualesquiera que sean luego las consecuencias que de ello puedan provenir
para el futuro, aun no explícitamente consideradas o previstas en el momento
en que se forma la declaración de certeza...» (REDENTI, 1957, Tomo I: 65).
El límite subjetivo de la cosa juzgada: la identidad de las partes, hace que
los efectos de ella giren alrededor de tales y no respecto de terceros (salvo en
el caso de terceros cuyos derechos dependen de los de las partes o de cuyos
derechos dependen los de las partes, siempre que hayan sido citados con la
demanda). Puntualizamos que no se trata de identidad de personas sino de
partes, porque aquéllas pueden variar y constituir, sin embargo, una misma
parte procesal en un determinado juicio. «... Lo que importa es la identidad
jurídica de las partes, no su identidad física» (DEVIS ECHANDIA, 1985, Tomo
II: 576).
José Arlas, acerca de la limitación de orden subjetivo de la cosa juzgada,
tiene el siguiente punto de vista:
«... La sentencia produce dos grupos de efectos: efectos directos, que se
refieren a la contienda y que se limitan a las partes, porque éstas son uno
de los elementos de la contienda. Efectos reflejos que se producen frente
a cualquier titular -parte o tercero- de una relación jurídica en determinada
conexión (de prejudicialidad o de concurrencia) con la ventilada enjuicio.
Lo normal es que estos efectos reflejos se produzcan frente a cualquiera
-erga omnes- y lo excepcional es que se limiten a las partes del juicio. En
esta forma, el problema de los límites subjetivos de la cosa juzgada queda
subsumido en la cuestión de sus límites objetivos» (ARLAS, 1951: 98-99).

7.1.2.9 Restricciones a la inmutabilidad de la cosa juzgada

La primera restricción a la inmutabilidad de la cosa juzgada la constituye


la corrección de resoluciones. Esta se funda en la facultad de las partes de
solicitar justamente la corrección o rectificación de una resolución debido a un
error material ostensible, numérico u ortográfico. La corrección puede
efectuarse, además, a iniciativa del propio Juez (de oficio).
De lo anotado se desprende que la corrección de resoluciones procede
en las siguientes situaciones:
Cuando existan errores materiales evidentes en una resolución.
(Por ejemplo, el segundo nombre del demandante se consignó en
forma errónea).
206 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

Cuando hayan omisiones referidas a algunas pretensiones planteadas


por las partes y discutidas en el proceso.
Aun en el caso de encontrarse en ejecución la resolución que
contenga algún error numérico u ortográfico. Esto significa que
será corregida una resolución a pesar de haber sido notificada.
Es de subrayar que la hipótesis contenida en el último acápite es la única
que representa verdaderamente una restricción a la inmutabilidad de la cosa
juzgada.
La segunda restricción a la inmutabilidad de la cosa juzgada la constituye
la nulidad de cosa juzgada fraudulenta, que venimos estudiando precisamente
en el presente Capítulo, por lo que nos remitimos a lo expuesto en los puntos
que lo conforman.

7.1.2.10 Alteración de la cosa juzgada: Hecho posterior a la sentencia

Como se dijera anteriormente, la cosa juzgada implica la inmutabilidad


de lo decidido en la sentencia (que influye, como es obvio, en la relación
sustancial), razón por la cual, en caso de producirse un hecho posterior a la
última que extinga el derecho o título al que se le ha dado certeza jurídica con
el fallo no afecta lo resuelto, que continúa vigente e inalterable, sino el asunto
material que fuera objeto de decisión en la sentencia.
Sobre esto, Devis Echandía explica que en materia civil, «... cuando los
derechos que reconoce la sentencia son renunciables, las partes pueden
modificar sus efectos por transacción o novación, e inclusive pueden extinguirse
totalmente por donación. No se trata en este caso de una excepción a los efectos
normales de la cosa juzgada y tampoco un caso rebus sic stantibus, sino de
extinción de los derechos y obligaciones contenidas en la sentencia por hecho
posterior...» (DEVIS ECHANDIA, 1985, Tomo II: 601).
Agrega Devis Echandía que «el cumplimiento de la condena impuesta
en la sentencia, sea por pago, compensación, ejecución de hecho debido,
restitución del bien, etc., satisface la cosa juzgada al agotar sus efectos, pero
esto no significa que la cosa juzgada tenga una relativa vigencia en el tiempo.
Es el efecto normal del cumplimiento de toda obligación impuesta contractual
o extracontractualmente. La eficacia de la cosa juzgada permanece inalterable»
(DEVIS ECHANDIA, 1985, Tomo II: 602).
En cuanto al tema que nos ocupa en este apartado, Lino Palacio manifiesta
lo siguiente: «... Dado que siempre que se trate de materia disponible las partes
tienen la facultad de modificar el alcance de la cosa juzgada, la parte vencedora
no sólo puede renunciar al resultado favorable obtenido a través de la sentencia
que goza de aquella cualidad, sino también, de común acuerdo con el vencido,
regular nuevamente los términos de la relación o del estado jurídico sobre que
versó el pronunciamiento. Pero aun mediando acuerdo, les está vedada a las
Capítulo Y : L a nulidad de cosa juzgada fraudulenta 207

partes la posibilidad de someter a decisión judicial la cuestión anteriormente


decidida con el objeto de lograr el pronunciamiento de una nueva sentencia...»
(PALACIO, 1979, Tomo V: 500).

7.1.2.11 Sentencias que no adquieren la calidad de cosa juzgada

No adquieren la calidad de cosa juzgada:


Las sentencias ejecutoriadas revisables mediante nuevo proceso.
(Es el caso de la nulidad de cosa juzgada fraudulenta).
Las resoluciones que no se refieran al fondo del asunto controvertido
o incierto (como, por ejemplo, la que declara fundada la excepción
de oscuridad o ambigüedad en el modo de proponer la demanda,
anulando lo actuado y dando por concluido el proceso -en caso de
no subsanarse el defecto dentro del plazo concedido-). Así es, nada
impide que culminado un proceso en virtud de su pronunciamiento
se promueva otro haciéndose valer idéntica pretensión entre las
mismas partes a las del proceso anterior. Existen salvedades a la
regla general, como cuando concluye el proceso sin declaración
sobre el fondo por desistimiento de la pretensión.
Las sentencias recaídas en los procesos de jurisdicción voluntaria
o no contenciosos. Indica acertadamente Devis Echandía que «... la
cosa juzgada tiene por objeto ponerle fin a los litigios y de ahí su
doble fuerza vinculativa. Pero como este motivo no opera para los
procesos de jurisdicción voluntaria, en los que no existe litigio sino
un simple interés de certeza jurídica, en ellos no se produce la cosa
juzgada» (DEVIS ECHANDIA, 1985, Tomo II: 591).
Aquellas sentencias expedidas en procesos contenciosos que por
su naturaleza especial no pueden contener disposiciones de efectos
perdurables, manteniéndose su vigencia hasta tanto no varíen las
circunstancias que las motivaron. (Como en los casos de procesos
de alimentos, suspensión de la patria potestad, interdicción, etc.,
en los que la decisión judicial será modificada si se produce la
exoneración de la pensión alimenticia, si cesa la causal de suspensión,
y si se produce la rehabilitación, respectivamente).

7.1.2.12 Eficacia de la sentencia y de la cosa juzgada

A) Eficacia de la sentencia y de la cosa juzgada respecto al tiempo.


Es de aplicación la normatividad vigente al momento de la
expedición de la sentencia y, con mayor razón, la contenida en ella
como fundamento jurídico de la declaración de certeza. En
consecuencia, los fallos con autoridad de cosa juzgada no quedan
afectados por la promulgación de una ley modificatoria de las reglas
208 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

jurídicas aplicadas en ellos. Sin embargo, tal como lo señala Devis


Echandía, «... no quiere decir esto que el transcurso del tiempo no
pueda afectar en ningún caso los efectos de la sentencia. Es ésta la
regla general, pero algunas sentencias de naturaleza especial, como
las de alimentos o interdicción, pueden ser afectadas en sus efectos
u obligatoriedad cuando en el transcurso del tiempo cambien las
circunstancias que las motivaron, y entonces la ley permite su
revocación o modificación» (DEVIS ECHANDIA, 1985, Tomo II:
585).
Por lo general, es a partir de la ejecutoria de la sentencia que ésta
empieza a surtir sus efectos, pero por voluntad de la ley puede
anticiparse o aplazarse la eficacia de la sentencia. Así tenemos, por
ejemplo, el caso de ejecución anticipada de la pensión de alimentos
fijada judicialmente, en que se ejecuta la sentencia aunque haya
apelación; el supuesto del proceso de desalojo en el cual se expide
sentencia con condena de futuro; etc.

B) Eficacia de la sentencia y de la cosa juzgada respecto al espacio.


En cuanto a la eficacia de la sentencia y de la cosa juzgada respecto
al espacio hacemos nuestra la posición de Devis Echandía, quien
afirma que «... se aplican las reglas sobre la vigencia de la ley procesal,
ya que la eficacia de la cosa juzgada se asimila a la de la ley (...).
Por consiguiente, el doble efecto de inmutabilidad e imperatividad
de la sentencia no se produce ante autoridades ni en el territorio
de otro Estado, sino en virtud del exequátur que le otorguen los
jueces nacionales» (DEVIS ECHANDIA, 1985, Tomo II: 586).

7.2 Acuerdo de partes homologado por el Juez que pone fin al proceso

También es objeto de impugnación en la nulidad de cosa juzgada


fraudulenta el acuerdo de partes homologado por el Juez que pone fin al
proceso, siempre que se presenten en este último las causales de aquélla (es
decir, el fraude o la colusión). Dicho acuerdo puede adoptar la forma de:
Conciliación.
Transacción.

7.2.1 Conciliación

7.2.1.1 Concepto

En principio, cabe señalar que el acuerdo estudiado en este punto,


susceptible de impugnación mediante proceso de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta, debe ser producto de la conciliación judicial o intraprocesal y no
de la conciliación extrajudicial o previa, ya que este último procedimiento no
Capitulo V: L a nulidad de cosa juzgada fraudulenta 209

tiene naturaleza jurisdiccional, y, por ende, el acuerdo derivado de él no reúne


los presupuestos para que sea declarado inválido a través de proceso de nulidad
de cosa juzgada fraudulenta, esto es, que sea homologado por el Juez (en mérito
a una actividad jurisdiccional) y que ponga fin al proceso (y no a un
procedimiento de índole extrajudicial). Mención aparte merece la calidad de
cosa juzgada, que es otro de los presupuestos de la nulidad extraordinaria
examinada en este Capítulo, y del que carece el acuerdo obtenido mediante
procedimiento de conciliación extrajudicial, pues, si bien los efectos de dicho
acuerdo se asemejan a la cosa juzgada al tornarse irrevisable lo convenido por
los sujetos que conciliaron -impidiéndose todo reclamo posterior sobre el asunto
en cuestión-, no por ello tales efectos se identifican con la cosa juzgada porque
ésta atañe solamente a la declaración de certeza contenida en resoluciones
judiciales. Advertimos que, a nuestro modo de ver, la conciliación llevada a
cabo ante un Centro de Conciliación habiendo proceso abierto, debe ser
considerada como conciliación judicial si el acta respectiva (en que consta el
acuerdo conciliatorio) es presentada (con un escrito) por las partes en el proceso
y el órgano judicial aprueba dicha acta, previa verificación de los requisitos de
ley, vale decir, que la conciliación trate sobre derechos disponibles y que el
acuerdo se adecúe a la naturaleza jurídica del derecho en litigio (arts. 325 y 327
del C.P.C.).
La conciliación judicial o procesal o intraprocesal es el «... acuerdo
emergente de una confluencia volictiva tendiente a eliminar un cierto estado
de controversia...» (FORNACIARI, 1988, Tomo II: 116). «... Es un acto complejo
logrado por la voluntad de las partes en confluencia con la actividad del juez,
actividad ésta que se configura en el estímulo del acercamiento y en la
proposición de fórmulas de avenimiento» (FORNACIARI, 1988, Tomo II: 119).
Enrique Falcón conceptúa a la conciliación judicial como «... el avenimiento
amigable entre las partes, que arreglando sus diferencias ante el magistrado,
y a instancia de éste, extinguen las pretensiones antagónicas por haber acordado
el punto común de coincidencia de las distintas pretensiones aducidas»
(FALCON, 1978: 250).
En palabras de Mor ello, la conciliación:
«a) Es un acuerdo de partes;
b) Que se celebra con la presencia e intervención del juez;
c) Necesita que sea homologada por el propio conciliador, o sea el
juez» (MORELLO, 1968: 71).
Lino Palacio dice de esta figura procesal que «... si cabe hablar de la
conciliación como de un acto anormal autónomo de conclusión del proceso, sólo
puede serlo, como principio general en el sentido de que ella supone la iniciativa
y la intervención del juez en la celebración del acto, sin perjuicio de que, en el
primer aspecto, sean las partes, o una de ellas, quienes sugieran a aquél la
conveniencia de la respectiva convocatoria...» (PALACIO, 1979, Tomo V: 558).
210 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

7.2.1.2 Naturaleza jurídica

La conciliación judicial es un acto jurídico procesal complejo, típico,


nominado, bilateral, de libre discusión, conmutativo, oneroso y solemne, por
el cual los sujetos procesales (activo y pasivo), en presencia del Juez, quien la
dirige, exponen sus puntos de vista sobre la materia controvertida y llegan a
un acuerdo con el que ponen término al proceso en que se ventila.
Es un acto jurídico porque implica la expresión de voluntad de los
justiciables destinada a crear, regular, modificar o extinguir relaciones jurídicas.
Tiene carácter procesal la conciliación judicial porque emana de las partes,
acontece dentro del juicio y extingue la relación jurídica procesal conjuntamente
con el proceso. Se dice además que constituye un acto jurisdiccional porque
para la validez de la conciliación es indispensable la aprobación del Juez.
La conciliación es de naturaleza compleja porque puede contener un
desistimiento, allanamiento, transacción, novación, mutuo disenso o también
una mezcla de tales figuras. Lino Palacio concuerda con lo expresado cuando
afirma que «... la conciliación es susceptible de participar, eventualmente,
de las características correspondientes a los restantes actos de conclusión
procesal (...) pues mediante ella las partes pueden concretar un desistimiento,
un allanamiento o una transacción, o bien un acto complejo que presente, al
mismo tiempo, notas propias de aquellos actos» (PALACIO, 1979, Tomo V:
558). Morello comparte lo expuesto cuando manifiesta que la conciliación
«... al participar eventualmente de algunos, varios o todas las notas propias de
esas otras figuras (renuncia, allanamiento o transacción), conforma un núcleo
solutorio complejo...» (MORELLO, 1968: 69).
Es la conciliación un acto típico porque se encuentra prevista, por lo
general, en los ordenamientos procesales de los diferentes países.
Es un acto nominado porque la legislación adjetiva le ha otorgado nombre
o denominación: Conciliación.
La conciliación judicial es bilateral porque en virtud de ella las partes
quedan sujetas a prestaciones recíprocas (que no suponen su equivalencia).
Sin embargo, esa es la regla general que admite como excepción el hecho que
una sola de las partes asuma la prestación contenida en el acuerdo conciliatorio
y renuncie a una eventual contraprestación (a su pretensión). Se dice, entonces,
que la conciliación puede ser de carácter unilateral.
La conciliación strictu sensu es un acto de libre discusión porque los
litigantes exponen sus planteamientos, los discuten libremente sin presiones
de ningún tipo y establecen de mutuo acuerdo los extremos de la conciliación.
«... La interposición del sujeto actuante como conciliador no desnaturaliza la
esencia consensual del acuerdo de autocomposición; serán siempre los
interesados los que obtengan el resultado enderezando sus voluntades a tal
fin...» (FORNACIARI, 1988, Tomo II: 116-117).
Capítulo V : L a nulidad de co sa juzgada fraudulenta 211

La conciliación judicial es conmutativa porque las prestaciones a que se


obligan los litigantes son fijadas en ella expresamente.
La conciliación es onerosa porque supone un enriquecimiento y
empobrecimiento correlativos, una disminución patrimonial para cada uno de
los sujetos procesales. No habrá onerosidad tratándose de la conciliación
unilateral, hipótesis en la que existirá gratuidad para quien, conforme al
acuerdo conciliatorio, no se ha obligado a realizar ninguna prestación.
Es solemne la conciliación judicial porque está sujeta a diversas formalidades,
siendo la más importante la aprobación de la conciliación por el Juez.
Además, la conciliación judicial tiene carácter extintivo porque está
dirigida, en forma directa, a lograr la solución del conflicto e, indirectamente,
a dar por finalizado el proceso como consecuencia del acuerdo al que han
llegado las partes. Esto último hace que sea considerada la conciliación judicial
una forma especial de conclusión del proceso.

7.2.1.3 Oportunidad

Fornaciari indica que «... desde que existe una relación procesal puede
intentarse la concreción del acuerdo...» (FORNACIARI, 1988, Tomo II: 125).
La conciliación judicial podrá tener lugar desde el inicio del proceso
(a partir de la interposición de la demanda o de la expedición del auto admisorio,
si se quiere) hasta antes de pronunciarse la sentencia de segunda instancia.
El acuerdo a que lleguen los litigantes en momento posterior a la
expedición del fallo de segunda instancia significará un acto ulterior a la
sentencia que no afecta la inmutabilidad propia de su calidad de cosa juzgada.
Tampoco tendrá dicho acuerdo el carácter de conciliación judicial cuando no
se realice dentro del proceso sino en fase previa.

7.2.1.4 Formalidad

La conciliación judicial es -como se dijera anteriormente- un acto jurídico


procesal solemne y como tal sujeto a determinadas formalidades, a saber:
Debe llevarse a cabo entre las partes o sus representantes, siempre
que éstos cuenten con facultades expresas para ello.
Debe ocurrir ante el Juez del proceso, cuando ambas partes le
comunican a éste su interés de conciliar, debiendo el magistrado
convocar la audiencia respectiva para tal efecto, y aprobar la
conciliación que se produzca si se trata de derechos de libre
disposición y si se adecúa a la naturaleza del derecho litigioso.
212 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

7.2.1.5 Homologación

Como se indicara, la homologación o aprobación del acuerdo conciliatorio


por parte del Juez tendrá lugar cuando dicho acuerdo:
Verse sobre derechos disponibles.
Se adecúe a la naturaleza jurídica del derecho en litigio.
A pesar de ser la conciliación un acto eminentemente voluntario por el
cual los sujetos procesales pueden crear, regular, modificar o extinguir relaciones
jurídicas, extinguiendo, por consiguiente, el proceso, la libertad de las partes
no puede exceder del marco señalado en los acápites precedentes porque se
iría en contra de intereses fundamentales tutelados por el Derecho. Es por ello
que «... el juez controla los presupuestos procesales y sustanciales que
condicionan la disponibilidad sobre el objeto y legalidad del contenido del
acuerdo conciliatorio» (MORELLO, 1968: 73). Así e s,«... la ley exige la necesidad
de un auto homologatorio. En realidad la exigencia y su resultado implican
una valoración judicial sobre la conciliación, no sobre la litis. Realizada la
evaluación de presupuestos, se dicta una resolución que confiere eficacia al
acuerdo, le da carácter de título ejecutorio. A partir de allí se podrá exigir el
cumplimiento por el procedimiento de ejecución de sentencia...» (FORNACIARI,
1988, Tomo II: 134).
Se aprecia, entonces, que los derechos indisponibles no pueden ser objeto
de conciliación; de ser así, ésta sería nula. Son derechos indisponibles o
irrenunciables los que interesan al orden público o a las buenas costumbres.
En lo que respecta al hecho de que el acuerdo conciliatorio debe adecuarse
a la naturaleza del derecho en litigio, cabe señalar que ello significa que tal
acuerdo no puede estar referido a relaciones jurídicas sustanciales diversas de
aquélla de la cual deriva la materia litigiosa, vale decir, debe tener vinculación
estrecha con ésta. Esto obedece a que sería incongruente darle término a un
proceso en mérito a una conciliación que trata sobre pretensiones que no son
objeto del mismo. Si el Juez no puede ir más allá del petitorio ni fundar su
decisión en hechos diversos de los que han sido alegados por las partes, mucho
menos podrá aprobar una conciliación ajena al contenido de la litis, en
salvaguarda de los derechos de terceros y de la seguridad jurídica.

7.2.1.6 Efectos

Son efectos de la conciliación judicial los que a continuación se indican:


La conclusión del proceso con declaración sobre el fondo, si el
acuerdo conciliatorio es homologado por el Juez y versa sobre todas
las pretensiones enjuicio.
La continuación del proceso, si la conciliación recae sobre alguna
de las pretensiones o se refiere a alguno de los litigantes. En este
Capítulo V : L a nulidad de cosa juzgada fraudulenta 213

supuesto de conciliación parcial, el proceso continuará respecto de


las pretensiones o de las personas no afectadas, excluyéndose de
la litis la (s) pretensión (pretensiones) objeto de conciliación.
El mismo efecto que la sentencia que tiene la autoridad de cosa
juzgada. Es decir, «... queda cerrada toda posibilidad de discutir
ulteriormente el contenido de la conciliación que tiene fuerza
vinculatoria para las partes, al igual que para la jurisdicción,
repercutiendo de un modo cierto, definitivo e inmutable en la
situación jurídica material litigiosa que entre ellas existía...»
(MORELLO, 1968: 75).
La posibilidad de que pueda ser objeto de ejecución (en vía de proceso
único de ejecución) el acta de conciliación judicial correspondiente,
al constituir un título ejecutivo de naturaleza judicial.
El acuerdo conciliatorio homologado por el Juez y que pone fin al proceso
traerá como consecuencia que sea especialmente procedente su impugnación
mediante la acción autónoma de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, siempre
que en el proceso donde tuvo lugar dicho acuerdo haya mediado fraude o
colusión.

7.2.2 Transacción
7.2.2.1 Noción

En principio, cabe señalar que el acuerdo estudiado en este punto,


susceptible de impugnación mediante proceso de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta, es el derivado de la transacción judicial y no de la extrajudicial,
por cuanto en este último caso no se presentan los presupuestos exigidos para
que el referido acuerdo sea invalidado a través de dicho proceso, cuales son:
que tenga la calidad de cosa juzgada, que sea autorizado por el Juez y que
ponga fin al proceso (se entiende que se trata de uno iniciado y no por iniciarse).
Puntualizamos que la transacción extrajudicial, llevada a cabo fuera del proceso
durante la tramitación de éste, cuando es incorporada a los autos se transforma
en judicial, adquiriendo la calidad de cosa juzgada siempre que se produzca
su homologación.
Ahora bien, la transacción judicial es un contrato (lo que no le quita el
carácter de acto procesal) por el que las partes, haciéndose concesiones
recíprocas, proceden a poner fin a una determinada controversia ventilada en
juicio (y, por ende, al proceso), dando lugar a una nueva relación jurídica que
reemplaza a la anterior, la cual también es extinguida. Para ello, claro está,
deberá ser aprobada la transacción por el órgano jurisdiccional.
En opinión de Lino Palacio, «la transacción opera como acto extintivo no
sólo de la obligación y del correlativo derecho litigioso, sino también del proceso
promovido a raíz del litigio» (PALACIO, 1979, Tomo V: 552).
214 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

A decir de Alzamora Valdez, «la transacción significa un acto de


disposición sobre la materia litigiosa...» (ALZAMORA VALDEZ, s/a: 309).

7.2.2.2 Naturaleza jurídica

Existen diversas teorías que pretenden explicar la naturaleza jurídica de


la transacción, siendo las más importantes las que señalamos a continuación:

A) Teoría declarativa.
Son partidarios de esta teoría Castán, Puig Peña, Gullón, Moxo,
Santos Briz, Espín Cánovas, entre otros.
De acuerdo a esta tesis la transacción tiene naturaleza eminentemente
declarativa por cuanto sirve sólo como medio para determinar con
exactitud o aclarar una relación controversial existente entre las
partes. De esa forma las partes autocomponen sus diferencias.
Conforme a esta posición la transacción no crea o da lugar a derecho
alguno, circunscribiéndose su función a «... la fijación convencional
de los mismos por obra de las partes, que declaran con un valor
vinculante de la extensión que ha de darse a la fuente de la relación
jurídica controvertida. Viene a ser la transacción una nueva fuente
de la relación, no en el sentido de que sustituye a la primitiva, sino
que coexiste con ella aclarándola. Los derechos y obligaciones de
las partes no han de considerarse que tienen su causa en la
transacción en sí, sino en la fuente primaria que ha sido completada.
De este modo la relación jurídica se presenta como cierta e
incontrovertida. No obstante, conviene precisar que las partes
cuando fijan sus relaciones transaccionales están sometidas a una
limitación impuesta por la misma naturaleza del instituto, y es la
de que esa fijación ha de partir necesariamente del dato de las
recíprocas concesiones, de las posiciones mantenidas en la
controversia que han zanjado. No pueden hacer cualquier fijación,
sino una que reconozca enteramente la pretensión de la parte, o
bien, de un modo parcial, o que se reconozca la inexistencia del
derecho. El hecho de que no se pueda llegar en la transacción a una
búsqueda objetiva y exacta del derecho aplicable, no obsta en nada
a la naturaleza declarativa del negocio, porque viene impuesto por
la misma esencia de la autocomposición del litigio» (GULLON;
citado por PELAEZ, 1987: 96-97).
La afirmación hecha en el sentido que la transacción -dentro de la
concepción declarativa- no representa una fuente nueva de la
relación, sino que coexiste con la primitiva determinándola con
exactitud o aclarándola, tiene que ser matizada. En teoría esto puede
parecer correcto, mas en la práctica «... lo que sucede es que en la
Capítulo V : L a nulidad de cosa juzgada fraudulenta 215

transacción se refunde o se repite la fuente primitiva y la relación


de ella dimanada una vez despojada de toda la incertidumbre que
le daba la controversia. Pero ello no impide que en la misma
transacción se pueda ver aquella disección entre la fuente de la
relación discutida y la fuente de la fijación convencional que
aparecen unidas» (GULLON; citado por PELAEZ, 1987: 97-98).
Se destaca como efecto de la transacción el extintivo, que no recae
sobre la relación jurídica materia de debate o discusión, sino que
se encuentra referido a la controversia, la misma que fenece como
consecuencia del acuerdo transaccional.
La teoría declarativa ha sido objeto de severas críticas entre las que
se pueden contar las siguientes:
Que los particulares no están facultados para declarar el
derecho, lo cual constituye una función exclusiva del Estado,
específicamente, del Poder Judicial.
Que el acuerdo transaccional no se identifica con la solución
(al dictar sentencia) que brinda el Juez al aplicar el ordenamiento
jurídico.
Que únicamente puede ser declarativa la transacción cuando
lo convenido en ella concuerde con el estado anterior objetivo,
porque sólo de esa manera resultan reconocidos a cada parte
los derechos que en realidad tenía. Sin embargo, no será
posible efectuar comparación alguna por desconocimiento
de la situación previa de la que emerge la transacción (por
ser justamente controvertida).
Que la tesis declarativa no puede explicar en debida forma,
dentro de su marco conceptual, lo concerniente a la transacción
compleja, la misma que se da cuando la solución transaccional
contiene elementos ajenos al asunto controvertido o litigioso,
vale decir, crea, regula, modifica o extingue relaciones
diversas de aquellas que han constituido objeto de controversia
entre las partes. En este caso no estamos ante una simple
fijación o declaración, por lo que la teoría en análisis resulta
insuficiente.
Que el negocio jurídico en que consiste la transacción no es
susceptible de servir como instrumento para declarar la
situación jurídica porque en todo negocio jurídico debe haber
una manifestación de voluntad encaminada a generar
consecuencias de orden jurídico, en tanto que la declaratividad
supone única y exclusivamente una declaración de ciencia,
de conocimiento, mas no de voluntad, vista ésta como
elemento integrante y exigible en la teoría del negocio jurídico.
216 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

Se rescata, sin embargo, de la tesis declarativa, la premisa


sobre la cual reposa: la autocomposición por las partes de
sus diferencias.

B) Teoría traslativa.
Emerge esta teoría de la tradición romana fundada en el Derecho
justinianeo y del aforismo transigere est alienare.
Según esta teoría, denominada también atributiva, a través de la
transacción las partes se hacen mutuas concesiones respecto de sus
derechos.
Así, dentro de esta corriente doctrinaria «la transacción produce
una modificación de la situación jurídica preexistente. El camino
utilizado para fundamentar esta concepción serán las recíprocas
concesiones que constituyen la esencia de la figura» (PELAEZ, 1987:
101).
Gullón, comentando esta teoría, señala al respecto que «esos mutuos
sacrificios implican siempre disposición, renuncia, desaparición de
derechos de cada uno de los patrimonios de los transigentes...»
(GULLON; citado por PELAEZ, 1987: 101). Tales renuncias -de
acuerdo a la teoría que nos ocupa en este punto- no están referidas
únicamente a las acciones o pretensiones, sino también a los
derechos en los que se sustentan aquéllas.
«... La transacción, en suma, es una cesión de derechos litigiosos. A cada
parte se le transfiere lo que la otra le reconoce o asigna» (PELAEZ,
1987: 102). «Tales transferencias están sujetas al régimen general
de los actos y contratos a título oneroso: saneamiento en caso de
evicción y vicios ocultos, retracto en ciertos casos, etc. También
producirá efectos novatorios y servirá de justo título a la usucapión»
(PELAEZ, 1987:102).
Gullón critica esta teoría diciendo que «la naturaleza traslativa de
la transacción pugna abiertamente con el supuesto de hecho bajo
el cual se elabora aquélla. En efecto, no cabe decir que hay una
transferencia de derechos de una parte a otra cuando transigen
sobre una relación jurídica, no saliéndose de este marco en sus
concesiones recíprocas, porque, entre otras cosas, no se puede
ceder algo que no se discute. Renunciaremos, desde luego, a las
pretensiones que sobre ese algo mantenemos, pero estas pretensiones
en modo alguno son derechos firmes de los que se hace dejación...»
(GULLON; citado por PELAEZ, 1987: 107). Complementa lo
expuesto Francisco Peláez afirmando que «... tener o no tener
derecho o razón, o tenerlo en tal medida, es algo que sólo puede
quedar determinado tras la sentencia, y precisamente, la transacción
Capítulo Y : L a nulidad de cosa juzgada fraudulenta 217

la sustituye y es incompatible con ella. Ciertamente puede haber


transferencias en la transacción, y de hecho las hay frecuentemente,
pero no son de esencia en ella, sino un accidente» (PELAEZ, 1987:
107).
Gullón pone el siguiente ejemplo para demostrar que la teoría
traslativa conduce a resultados que se oponen a toda lógica:
«... Supongamos una partición transaccional. Después de haber
afirmado A que una casa es suya, y B que no, llegan al acuerdo de
dividir la propiedad por la mitad. De acuerdo con la teoría criticada,
A ha cedido a B la mitad de su derecho (no ha renunciado a la mitad
de su pretensión), y B le ha cedido a A la mitad de su derecho. Pero
obsérvese que, con ello, se afirma la existencia del principio de
contradicción, es decir, que A tenía el derecho total sobre la casa,
y B lo mismo. De otra forma ¿cómo poder hacer sacrificios mutuos
de sus derechos? A ello se llega naturalmente por no estimar que
ha habido mutuos reconocimientos, y no mutuas cesiones de algo
que no podía darse en dos sujetos independientemente a la vez»
(GULLON; citado por PELAEZ, 1987:107).

C) Teoría constitutiva.
Nace esta teoría como negación del presupuesto de la tesis
declarativa de la transacción. Se niega así la facultad de las partes
para fijar o declarar sus relaciones, dejándose en claro que dicha
tarea corresponde al Estado, a través de sus órganos jurisdiccionales,
o a un tercero (árbitro), si el asunto se ventila en sede arbitral.
En base a esta teoría la transacción tiene naturaleza constitutiva
porque, como todo negocio, conduce a la variación del estado
anterior, ya sea creando o modificando relaciones jurídicas, o
dándoles término.
«... La eficacia constitutiva de la transacción significa que, como
todo negocio jurídico, crea, modifica o extingue relaciones jurídicas.
Así, pues, en una relación jurídica existente entre las partes que
transigen, y que se ha hecho dudosa por la controversia, la transacción
sería una forma de modificar o extinguir aquella relación creando otra en
su lugar» (GULLON; citado por PELAEZ, 1987:102).
Peláez, resistiéndose a dar por válida la tesis examinada, sostiene
con propiedad que «... parecería a primera vista, que la solución
dada por la teoría constitutiva podría servirnos, siendo la transacción
un medio de modificar o extinguir una relación controvertida,
creando otra en su lugar. No obstante, a nuestro juicio, tiene un
grave inconveniente y es el de que la premisa de toda transacción
es una situación conflictiva, por ello no podemos conocer con
seguridad qué se ha modificado o cambiado; desconocemos la
218 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

verdadera situación preexistente al oscurecerla la discusión de las


partes» (PELAEZ, 1987:108).

D) Teoría dispositiva.
Es defendida principalmente por Santoro Passarelli.
Dicho autor considera que «... la transacción, como negocio jurídico
que es, sólo puede ser dispositiva por la constante aptitud del negocio
para modificar la situación jurídica a la que se refiere...» (SANTORO
PASSARELLI; citado por PELAEZ, 1987:102-103). Añade, además,
que la transacción «... extingue la situación litigiosa pero no, en
términos generales, la situación anterior a la controversia porque
ésta no abarca necesariamente a toda relación; puede ser objeto una
parte de la misma» (SANTORO PASSARELLI; citado por PELAEZ,
1987:103).
Luna, al tratar sobre las limitaciones de la teoría declarativa,
pone de relieve ciertas notas de la tesis dispositiva, destacando que
la transacción «... desde luego fija posiciones, pero no porque
declare absolutamente nada sobre lo preexistente sino porque
solventa la controversia mediante el arreglo dispositivo que
suponen las recíprocas concesiones» (LUNA; citado por PELAEZ,
1987:103).
Si se tiene en cuenta que las partes esperan obtener con la transacción
la eliminación de una situación conflictiva, es posible comprender
que resulta sumamente complicado aceptar que se disponga a la
brevedad de algo que está sujeto a discusión y que se ignora a quién
le corresponde en realidad. Es prácticamente imposible el intentar
dar una fórmula de arreglo válida para ambas partes, sin suprimir
previamente el obstáculo (la litigiosidad) que ha evitado precisamente
llegar a dicha fórmula. En razón de esto lo primero que se hace es
poner fin al asunto controvertido a través de un acuerdo del cual
derivarán determinadas obligaciones que no representan sino la
concreción del indicado acuerdo. En resumen, no puede considerarse
a la transacción como un negocio de carácter dispositivo porque
todo negocio de esa naturaleza supone un cambio inmediato en las
titularidades o un desprendimiento -igualmente rápido- de derechos,
debiéndose en la transacción, como se dijera, concluir previamente
el litigio o conflicto. Esto no significa, claro está, que de la solución
transaccional no se generen obligaciones que puedan implicar actos
de disposición.
En nuestra opinión, no cabe duda que la transacción es, en principio, un
contrato (unitario aunque de contenido complejo), y como tal una fuente de
obligaciones. Es por ello que, como todo acuerdo contractual, es inherente a la
transacción el efecto constitutivo. Asimismo, tiene notas dispositivas, ya que
Capítulo V : L a nulidad de co sa juzgada fraudulenta 219

un negocio obligacional puede ser considerado dispositivo en la medida que


surjan de él obligaciones dirigidas a producir una modificación de índole
patrimonial, como bien puede darse en la transacción.
Mediante esta figura jurídica los sujetos involucrados transigen debido
a que se encuentran inmersos en un estado conflictivo que aspiran sea eliminado.
Así, la relación jurídica preexistente es suprimida y dejada de lado por no ser
susceptible de ser fijada o aclarada (si ello fuese posible no transigirían), siendo
reemplazada por una nueva, convenida por ambas partes y derivada precisamente
del contrato de transacción.
De esta manera las partes renuncian a todo derecho o acción (desconocidos
por no haber sido «aclarados» debido a la eliminación del conflicto vía la
transacción) que pudieran tener respecto a situaciones de orden jurídico
preexistentes a la transacción, celebrando el contrato que extinguirá el conflicto
de intereses habido entre los contratantes. Queda eliminado entonces todo
pacto, estipulación, vicio o cualquier circunstancia vinculados a las relaciones
jurídicas cuyo estado dudoso o controversial dio origen a la transacción, por
lo que no serán objeto de consideración alguna y mucho menos entorpecerán
el desarrollo de la nueva situación jurídica (emergente del acuerdo transaccional),
no teniendo, pues, ninguna incidencia sobre ella. Las obligaciones a que se
contrae la situación jurídica resultante del contrato de transacción serán así de
estricto cumplimiento.
En suma, la transacción es un contrato a través del cual se pone .término
a una situación controversial, generando una nueva relación jurídica que
sustituye a la anterior, la misma que -también- es eliminada por completo. Su
efecto principal es claramente extintivo.

7.2.23 Elementos

Son tres los elementos de la transacción, a saber:

A) Relación jurídica dudosa o litigiosa.


Para que haya transacción es necesario que exista previamente un
conflicto de intereses entre las partes basado en una relación jurídica
dudosa o litigiosa. Según Lavie, la transacción debe recaer en
obligaciones dudosas o litigiosas, esto es, «... que el derecho de las
partes o de una de ellas no esté definido de manera concreta y
categórica...» (LAVIE, 1956: 424).
La calidad de dudosa de una relación jurídica implica determinado
grado de incertidumbre acerca de si aquélla es regulada o no por
el derecho, y, en caso que estuviese contemplada positivamente,
de sus alcances. Los sujetos participantes tienen dudas sobre si sus
pretensiones se encuentran o no tuteladas jurídicamente.
220 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los A ctos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

Fornaciari, sobre el particular, señala que «... el carácter de dudosa


de determinada cuestión debe ser apreciado de manera subjetiva,
es decir, en el sentido que seria y razonablemente le atribuyen los
otorgantes con abstracción de la interpretación que le daría un
jurisconsulto o el propio juez de la causa...» (FORNACIARI, 1988,
Tomo II: 28).
La naturaleza litigiosa de una relación jurídica presupone un
conflicto de intereses calificado por la pretensión -fundada o
infundada- de una de las partes y la oposición de la otra. Existen
así voluntades contrarias que se exteriorizan y dan lugar al litigio.
Para Colombo, «los derechos son litigiosos apenas la acción ha sido
entablada, aunque no se haya trabado la relación procesal con la
participación de la contraparte» (COLOMBO, 1944: 59).

B) Intención de las partes de eliminar el conflicto de intereses.


La intención de las partes de eliminar el conflicto de intereses constituye
otro elemento configurante de la transacción. Precisamente la
esencia de ésta es poner fin a tal conflicto, extinguiendo toda duda
o situación litigiosa que pudiera haber y generando un nuevo
estado jurídico. Y, para que ello ocurra, es preciso la voluntad de
las partes dirigida a eliminar el conflicto de intereses.
A decir de Luna,«... la causa del contrato de transacción es la composición
de un conflicto de intereses en razón de una controversia existente entre
las partes, cuya solución o liquidación asumen los mismos interesados
evitando provocar un pleito o acabando, mediante su acuerdo, el que ya
habían comenzado y realizan mediante recíprocas concesiones, dando,
prometiendo o reteniendo cada una de ellas alguna cosa...» (LUNA; citado
por PELAEZ, 1987: 37).

C) Concesiones recíprocas.
Las concesiones recíprocas a que se comprometen realizar las partes
representan el tercer elemento de la transacción.
«La transacción supone sacrificios o concesiones mutuos: si es uno
solo de los litigantes quien cede o accede, habrá desistimiento o
allanamiento, parciales o totales, pero no transacción...» (ALCALA-
ZAMORA Y CASTILLO, 1947: 84).
«Cuando en esta materia se habla de concesiones recíprocas, se está
diciendo de lo que cada contratante sacrifica de sus derechos o
pretensiones, o bien de la prestación que cada uno realice o se obliga
a realizar en beneficio del otro» (FORNACIARI, 1988, Tomo II: 26).
Las concesiones recíprocas deben versar sobre los derechos
pretendidos y controvertidos, en el caso de la transacción judicial,
Capítulo V : L a nulidad de cosa juzgada fraudulenta 221

pudiéndose con ellas, tratándose de la transacción extrajudicial,


crear, regular, modificar o extinguir relaciones diversas de aquellas
que han constituido objeto de controversia entre las partes.
En la transacción las partes confieren una nueva regulación de
fondo al objeto controvertido, terminando así el conflicto existente.
Transmutan una decisión incierta, por la que se enfrentan y de la
cual no podrán estar de acuerdo ambas a la vez, en un contrato que
implicará la conformidad de las partes y una situación cierta. Para
ello cada una de ellas sobre la base de su posición inicial deberá
conceder algo a cambio. Las concesiones recíprocas representan
justamente el sacrificio -en mayor o menor medida- de las pretensiones
invocadas por los sujetos o de los derechos alegados por éstos en
los que se fundan aquéllas.
La exigencia de concesiones recíprocas para configurar la transacción
no significa que ellas deban ser equivalentes o proporcionales,
pudiendo ser las prestaciones disímiles en demasía e implicar mayor
sacrificio para una de las partes en relación a la otra. Lo contrario haría
prácticamente inviable el acuerdo transaccional al ser sumamente
difícil determinar si hubo o no paridad de concesiones.

7.2.2A Clases

La principal clasificación que se hace de la transacción -y la única que interesa


en el estudio de la nulidad- es aquella que la distingue en judicial y extrajudicial.
La transacción judicial se efectúa al interior del proceso, provocando la
extinción de éste y de la controversia ventilada en él, adquiriendo dicho acuerdo
transaccional -que contiene las concesiones recíprocas- la calidad de cosa
juzgada y pudiendo ser ejecutado al igual que la sentencia, cuando se cumple
con las formalidades de ley y es homologado por el magistrado.
La transacción extrajudicial se realiza fuera del proceso, en momento
previo a éste, evitándose de esta manera que sea promovido, teniendo mérito
ejecutivo el documento que la contiene. También suele ser considerada como
extrajudicial la transacción llevada a cabo extraproceso, existiendo ya una
relación jurídica procesal, sin que se haya incorporado a los autos y sin haber
sido homologada por el Juez, pues una vez presentada al proceso adquirirá la
categoría de transacción judicial, la misma que tendrá plena eficacia, así como
la autoridad de cosa juzgada, luego de autorizarlo el juzgador.

7.2.25 Objeto

Constituye objeto de la transacción la situación o relación jurídica


sustantiva materia de controversia. Sobre esto, Luna sostiene que es así en
todos los casos «... tanto en el de la transacción pura y simple, en el que el causal
222 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los A ctos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

aliquid bine inde datum, vel promissum, vel retentum de las recíprocas concesiones
se refiere al ámbito de la misma situación o relación jurídica discutida, como
en el de la transacción mixta o compleja, en la que el término objetivo se amplía,
al poder consistir las recíprocas concesiones en dar, prometer o retener cada
una de las partes también alguna cosa ajena a la situación o relación controvertida,
aunque con el propósito funcional de superar la contienda sobre ésta» (LUNA;
citado por PELAEZ, 1987: 71-72).
La transacción debe recaer sobre un objeto cierto. Este tiene que ser,
además, real o posible, es decir, que exista al tiempo de su celebración o que
sea susceptible de existir en el futuro. El objeto de la transacción debe ser
también lícito, esto es, no tiene que ser indisponible, ni estar fuera del comercio,
ni ser contrario al orden público o a las buenas costumbres. Por último, debe
ser determinado o determinable.

7.2.2.6 Oportunidad

La transacción extrajudicial es la que acontece fuera del proceso. Puede


tener lugar entonces antes de su inicio, cuando las partes deciden sobre algún
asunto dudoso o litigioso evitando el pleito que podría promoverse, o durante
su trámite, transigiendo los interesados fuera del juicio, es decir, sin intervención
del Juez.
En cuanto a la transacción judicial (figura que abarca a la extrajudicial
incorporada a los autos), cabe indicar que puede realizarse en cualquier estado
del proceso, incluso durante el trámite del recurso de casación y aun cuando
la causa esté al voto o en discordia.
Se puede apreciar que la transacción podrá llevarse a cabo hasta antes
que quede firme la sentencia. Una vez producida tal situación no procede su
realización. El eventual acuerdo al que lleguen las partes, posterior al fallo
final, no afecta su inmutabilidad (influyendo tan sólo en su cumplimiento) y
no tendrá, por lo demás, la calidad de transacción.

1.2.2.1 Formalidad

La transacción, como contrato solemne que es, reviste las siguientes


formalidades:
Debe ser realizada por las partes (que tengan plena capacidad
dispositiva sobre el objeto de la transacción) o quienes en su nombre
tengan facultad expresa para hacerlo.
Debe hacerse por escrito, bajo sanción de nulidad, o por petición
al Juez que conoce el litigio. Asimismo, los intervinientes tienen
que precisar su contenido y legalizar sus firmas ante el Secretario
respectivo.
Capítulo V : L a nulidad de cosa juzgada fraudulenta 223

En caso de haber proceso abierto y los litigantes transigieran fuera


de éste (transacción extrajudicial), presentarán el documento que
contiene la transacción (convirtiéndose así en transacción judicial),
legalizando sus firmas ante el Secretario respectivo en el escrito
en que la acompañan, requisito que no será exigióle cuando la
transacción conste en escritura pública o documento con firma
legalizada.
Debe ser homologada por el Juez (la transacción judicial), conforme
se verá en el siguiente punto.

7.1.2.8 Homologación

Homologar la transacción representa el acto realizado por el Juez mediante


el cual aprueba, confirma o solemniza lo convenido por las partes.
Acerca de la homologación de la transacción, debe tenerse presente que:
No será homologada la transacción que contenga prestaciones
unilaterales, debiendo ser aquéllas necesariamente recíprocas.
No se homologará la transacción que se refiera a derechos
extrapatrimoniales (pues son, por lo general, irrenunciables o
indisponibles) y la que se oponga al orden público o a las buenas
costumbres.
La transacción aprobada por el Juez origina la conclusión del
proceso sólo cuando alcanza a la totalidad de las pretensiones y
participan en el acuerdo todos los litigantes; caso contrario,
continuará su tramitación respecto de las pretensiones y personas
no comprendidas en ella.
La transacción homologada afecta las pretensiones en la medida
que las partes deciden sobre éstas, por lo que resulta ineficaz toda
decisión inexistente en el proceso que no se encuentre firme
(recuérdese que sólo se puede transigir hasta antes de quedar firme
la sentencia). Es más, el convenio transaccional -judicial- tiene la
calidad de cosa juzgada, siendo, en consecuencia, inmutable y
definitivo. Es por eso que su incumplimiento no autoriza al
perjudicado a solicitar su resolución sino más bien su ejecución (en
el proceso del que deriva, si se trata de transacción judicial; o a
través del proceso único de ejecución, si se está ante una transacción
extrajudicial).
En aras de la seguridad jurídica y tutela de intereses de terceros la
transacción judicial no es susceptible de crear, regular, modificar
o extinguir relaciones sustanciales extrañas al proceso. Por lo tanto,
su marco no puede ser ajeno al (a los) asunto (s) que es (son) materia
224 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los A ctos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

de debate judicial. En cambio, con las concesiones recíprocas que


contiene la transacción extrajudicial (no incorporada a los autos) sí
es posible crear, regular, modificar o extinguir relaciones diversas
de aquellas que han constituido objeto de controversia entre las
partes.

y.2.2.9 Efectos

La transacción extrajudicial tiene como efecto evitar el proceso que podría


promoverse a causa del asunto dudoso o conflictivo, o ponerle fin, siempre
que, en este último supuesto, se haya incorporado posteriormente a los autos
(en cuyo caso se dice que se convierte en judicial) y haya sido homologada por
el Juez. En virtud de ella se puede crear, regular, modificar o extinguir relaciones
que fueron objeto de controversia y también las ajenas a ellas (tratándose de
la transacción extrajudicial strictu sensu). Por otro lado, la transacción
extrajudicial tiene como efecto convertir en título ejecutivo al documento en
que consta, pudiendo exigirse, pues, su cumplimiento mediante el correspondiente
proceso único de ejecución.
La transacción judicial homologada deja sin efecto toda decisión sobre
el fondo que no se encuentre firme y da lugar además a la creación, regulación,
modificación o extinción de relaciones materiales. Una vez aprobada por el
magistrado, adquiere la calidad de cosa juzgada (en relación a las partes que
la celebraron). En consecuencia, extingue el proceso, si alcanza al conjunto de
pretensiones propuestas y a todas las partes; de no ser así, continuará aquél
respecto de las pretensiones o personas no comprendidas en la transacción.
Además, dicha figura procesal tiene como efecto convertir en título de ejecución
judicial al acuerdo transaccional debidamente homologado, razón por la cual
se ejecuta de la misma manera que la sentencia y ante el mismo órgano
jurisdiccional que lo aprobó.
Por último, es de destacar que el acuerdo transaccional (se entiende
judicial) homologado por el magistrado y que pone fin al proceso traerá como
consecuencia que sea especialmente procedente su impugnación mediante la
acción autónoma de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, siempre que en el
proceso donde tuvo lugar dicho acuerdo haya mediado fraude o colusión.

8. LEGITIMIDAD EN LA NULIDAD DE COSA JUZGADA FRAUDULENTA

Tienen legitimidad para solicitar la declaración de nulidad de cosa


juzgada fraudulenta quienes tengan interés jurídico en que se produzca tal
declaración, esto es, la parte, el tercero interviniente en el proceso (que suele
ser considerado como parte) y el tercero extraño al proceso, que resulten
directamente agraviados por la sentencia o el acuerdo homologado judicialmente
(conciliación o transacción) que hubiese adquirido la calidad de cosa juzgada
en forma irregular al estar el proceso viciado a causa de fraude o colusión.
Capítulo V : L a nulidad de cosa juzgada fraudulenta 225

No podrá demandar la nulidad de cosa juzgada fraudulenta quien haya


provocado o consentido -expresa o tácitamente- la situación anormal que se
denuncia, así como tampoco aquel que no resulta perjudicado con ella.

9. PROCESO DE NULIDAD DE COSA JUZGADA FRAUDULENTA Y


EXCEPCION DE COSA JUZGADA
La excepción de cosa juzgada o exceptio reijudicata es «... aquella especial
excepción procesal por medio de la cual se pide la declaración de certeza de la
existencia de un hecho jurídico (cosa juzgada), al cual el derecho procesal
objetivo somete la extinción del derecho de acción y del derecho de jurisdicción»
(ROCCO, 1976, Volumen II: 341).
«La excepción de cosa juzgada contiene (...) la afirmación de la inexistencia
de la acción, una vez que ésta se ha ejercido y extinguido, y por tanto, la
afirmación de la inexistencia del derecho de aquel que ha pedido la prestación
de la actividad jurisdiccional de cognición a obtener dicha prestación (derecho
de acción); y al mismo tiempo contiene la afirmación de la inexistencia del
derecho de jurisdicción del Estado, y por consiguiente, del derecho de los
órganos jurisdiccionales de prestar, a petición del ciudadano, su actividad
jurisdiccional de cognición» (ROCCO, 1976, Volumen II: 343).
La excepción de cosa juzgada supone la presencia de un proceso concluido
por decisión firme a través de una sentencia o laudo arbitral, y la de otro proceso
en giro donde los litigantes, las pretensiones procesales planteadas, así como
el interés para obrar, sean iguales. A fin de determinar si el proceso ya terminado
es igual al que se encuentra en trámite debe verificarse la identidad de las partes
(no física sino jurídica), de pretensiones y de interés para obrar. Si se constatan
las tres identidades mencionadas, la excepción de cosa juzgada será objeto de
amparo, por lo que se anulará lo actuado y concluirá el proceso (sin declaración
sobre el fondo) en el que se planteó.
La excepción de cosa juzgada es una institución procesal invocada por
quien quiere hacer valer el carácter inmutable e irrevis able de una sentencia ya
pronunciada, y, por ende, destinada a denunciar una cuestión de orden público
(la cosa juzgada), de lo que se infiere su efecto perentorio. Esta figura procesal
se dirige, pues, a lograr el reconocimiento de la declaración de certeza ya existente
y la concreción de la prohibición a los órganos jurisdiccionales de ventilar un
asunto ya juzgado (que implica la conclusión del proceso iniciado indebidamente),
no afectándose, en consecuencia, las relaciones jurídicas de derecho sustancial
que fueron objeto de una precedente sentencia con autoridad de cosa juzgada,
las mismas que se regirán de acuerdo a lo ordenado en dicha sentencia.
Ahora bien, la excepción reijudicata no puede ser planteada en el proceso
de nulidad de cosa juzgada fraudulenta porque este último tiene por finalidad,
precisamente, atacar la calidad de cosa juzgada de una sentencia. Por consiguiente,
no cabe tal excepción en un proceso donde la pretensión consiste en la
invalidación de los efectos propios de la cosa juzgada recaída indebidamente
en un fallo judicial «definitivo».
226 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

También se afirma que la excepción de cosa juzgada no es admisible en


el proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta porque no se cumple con
el requisito de la triple identidad (de partes o de quienes de ellas deriven sus
derechos, de petitorios y de interés para obrar). Así es, el petitorio del proceso
fraudulento (que puede ser cualquiera) siempre será diferente al del proceso
de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, pues en este último tal petitorio, de
naturaleza muy particular, consiste en lograr, reiteramos, la invalidación de
los efectos inherentes a la cosa juzgada recaída indebidamente sobre un fallo
judicial. Como se puede apreciar, no obstante existir una estrecha vinculación
entre uno y otro proceso (al punto de basarse el segundo proceso en el
precedente e influir aquél en éste -siempre que se declare la nulidad de la cosa
juzgada-), no se tratarían de procesos idénticos, razón por la cual no opera,
entonces, la excepción de cosa juzgada en la acción autónoma de nulidad.

10. PROCESO DE NULIDAD DE COSA JUZGADA FRAUDULENTA Y


EXCEPCION DE CONCLUSION DEL PROCESO POR CONCILIACION

La excepción de conclusión del proceso por conciliación es el instrumento


procesal que se plantea con el fin de obtener la anulación de lo actuado y la
conclusión de un proceso idéntico a otro extinguido por conciliación (homologada
judicialmente) de los sujetos intervinientes en el litigio. Para la procedencia de
esta figura procesal (al igual que en los casos de excepción de litispendencia,
cosa juzgada, desistimiento de la pretensión y transacción) se exige la triple
identidad (de partes o de quienes de ellas deriven sus derechos, de petitorios
y de interés para obrar).
Si se declarase fundada la excepción en estudio se anulará lo actuado
y concluirá el proceso en que ella se formuló. Tiene, pues, dicha excepción
naturaleza perentoria.
Es de destacar que, tal como sucede con la excepción de cosa juzgada, la
excepción de conclusión del proceso por conciliación no puede ser propuesta
en el proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta porque éste tiene por
objeto, en el caso particular, combatir la autoridad de cosa juzgada que adquiere
el acuerdo conciliatorio homologado por el órgano jurisdiccional. Por lo tanto,
resulta improcedente la excepción de conclusión del proceso por conciliación
en una acción dirigida a invalidar los efectos de la cosa juzgada recaída
indebidamente sobre el acuerdo conciliatorio en cuestión.
Además, del mismo modo que con la excepción de cosa juzgada, la
excepción de conclusión del proceso por conciliación no es admisible en el
proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta porque falta el requisito de la
triple identidad (de partes o de quienes de ellas deriven sus derechos, de
petitorios y de interés para obrar). En efecto, el petitorio del proceso fraudulento
(que puede ser cualquiera) siempre será distinto al del proceso de nulidad de
cosa juzgada fraudulenta, ya que en este último tal petitorio se dirige a alcanzar
la invalidación dé los efectos inherentes a la cosa juzgada recaída indebidamente
Capítulo V : L a nulidad de cosa juzgada fraudulenta 227

sobre el acuerdo de conciliación homologado por el Juez. Como se puede


observar, pese a existir una estrecha vinculación entre uno y otro proceso (al
punto de basarse el segundo proceso en el precedente e influir aquél en éste
-siempre que se declare la nulidad de la cosa juzgada-), no se está ante procesos
idénticos, lo que hace que no proceda la excepción de conclusión del proceso
por conciliación en el proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta.

11. PROCESO DE NULIDAD DE COSA JUZGADA FRAUDULENTA Y


EXCEPCION DE CONCLUSION DEL PROCESO POR TRANSACCION

La excepción que se trata en este punto es aquel instrumento procesal


que se formula con la finalidad de obtener la anulación de lo actuado y la
conclusión de un proceso idéntico a otro extinguido por transacción de las
partes intervinientes en el litigio homologada judicialmente. Al igual que en
los casos de excepción de litispendencia, cosa juzgada, conciliación y
desistimiento de la pretensión, se exige en este medio de defensa la triple
identidad: 1) de partes o de quienes de ellas deriven sus derechos; 2) de
petitorios; y 3) de interés para obrar. Si faltare alguno de estos elementos no
podría darse amparo a la excepción de conclusión del proceso por transacción.
Esta excepción es una perentoria, pues su efecto es poner término a la
pretensión que fuera objeto de acuerdo entre las partes, quienes se hicieron
concesiones recíprocas sobre derechos patrimoniales, las que fueron aprobadas
judicialmente. De declararse fundada dicha excepción, se anulará, pues, lo
actuado y se dará por concluido el proceso en el que se planteó.
Puntualizamos que, tal como sucede con la excepción de cosa juzgada y
la de conclusión del proceso por conciliación, la excepción de conclusión del
proceso por transacción no puede ser formulada en el proceso de nulidad de
cosa juzgada fraudulenta porque el fin de éste, en el caso específico, es impugnar
la calidad de cosa juzgada que adquiere el acuerdo transaccional homologado
por el Juez. En consecuencia, resulta improcedente la excepción de conclusión
del proceso por transacción en una acción encaminada a enervar los efectos de
la cosa juzgada recaída indebidamente sobre el referido acuerdo de transacción.
Por otro lado, y al igual que con la excepción de cosa juzgada y la de
conclusión del proceso por conciliación, la excepción de conclusión del proceso
por transacción no se admite en el proceso de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta porque carece del requisito de la triple identidad (de partes o de
quienes de ellas deriven sus derechos, de petitorios y de interés para obrar).
Así es, la pretensión del proceso fraudulento (que puede ser cualquiera) siempre
será distinta a la del proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, porque
en éste el petitorio se dirige a lograr la invalidación de los efectos propios de
la cosa juzgada recaída indebidamente sobre el acuerdo transaccional
homologado por el magistrado. Se puede apreciar, entonces, que, pese a existir
una estrecha vinculación entre uno y otro proceso (al punto de basarse el
segundo proceso en el precedente e influir aquél en éste -siempre que se declare
228 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

la nulidad de la cosa juzgada-), no se está ante procesos idénticos, lo que hace


que no proceda la excepción de conclusión del proceso por transacción en el
proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta.

12. E FE C T O S D E L A N U L ID A D D E C O S A JU Z G A D A FR A U D U L E N T A

Son efectos de la nulidad de cosa juzgada fraudulenta los que se mencionan


a continuación:
La invalidación de la sentencia con calidad de cosa juzgada o del
acuerdo conciliatorio o transaccional homologado judicialmente
(también con autoridad de cosa juzgada).
La reposición de las cosas al estado procesal que corresponda, esto
es, el inmediatamente anterior al fraude. Ello con miras a la
renovación -se entiende sin vicios- de los actos procesales afectados,
manteniéndose la eficacia o validez de aquellos que no lo están.
La sustitución del Juez que dirigió el proceso fraudulento, siempre
que hubiera participado del fraude.
Debe tenerse presente que, de declararse fundada la pretensión de nulidad
de cosa juzgada, no habrá de ninguna manera pronunciamiento sobre el fondo
del asunto ventilado en el proceso fraudulento, limitándose la declaración
nulificante a invalidar el acto procesal cuestionado (sentencia o acuerdo
transaccional o conciliatorio) y todos los demás actos que resulten afectados,
y a retrotraer el procedimiento al estado anterior al fraude producido.
También debe tenerse en cuenta que los efectos de la declaración de
nulidad de cosa juzgada fraudulenta no se hacen extensibles a los terceros de
buena fe y a título oneroso. Esto significa que los actos que hubiesen llevado
a cabo éstos, que hubiesen disminuido el patrimonio de quien invoca la nulidad
de cosa juzgada, se reputarán válidos e inobjetables si no obraron de mala fe
y si tales actos no se hubiesen realizado a título gratuito sino oneroso.
En lo que concierne a los efectos de la nulidad de cosa juzgada fraudulenta,
Véscovi asegura que «el objeto del proceso (o recurso) de revisión es la anulación
del fallo impugnado y, eventualmente, el dictado de una sentencia sustitutiva
y correcta. La cual puede ser emitida por el propio tribunal revisor o, mediante
el reenvío, entregarla a la decisión de otro similar al que dictó el fallo que ha
sido anulado» (VESCOVI, 1988:347). Agrega el citado tratadista que «en cuanto
a la sentencia, tiene, a nuestro juicio, el carácter declarativo, puesto que se limita
a comprobar la existencia de la situación (ilegítima) invocada y declarar la
nulidad de la sentencia (o su rescisión). Deberán respetarse las situaciones
consolidadas, en especial los derechos de terceros emanados de la sentencia
con autoridad de cosa juzgada, por lo que aquella anulación no podrá producir
los efectos en cascada de las nulidades procesales referidas a los actos del
procedimiento...» (VESCOVI, 1988: 369).
£ Nulidad de los
Actos Procesales

SEGUNDA PARTE
LA NULIDAD PROCESAL EN
NUESTRO ORDENAMIENTO
JURIDICO
CAPITULO VI

LA NULIDAD EN EL
CODIGO PROCESAL CIVIL

1. REGULACION DE LA NULIDAD EN EL CODIGO PROCESAL CIVIL


De la definición de los remedios que contempla la parte inicial del primer
párrafo del artículo 356 del Código Procesal Civil, en el sentido que aquéllos pueden
formularse por quien se considere agraviado por actos no contenidos en
resoluciones, se puede colegir que, dentro de esta hipótesis, la nulidad constituye
precisamente un remedio dirigido a lograr la invalidación del acto procesal
cuestionado que adolece de alguna deficiencia (por lo general de naturaleza
formal). Si el acto procesal afectado de vicio o error (en su estructura formal y
no en el aspecto de fondo) se trata de una resolución, entonces, el pedido de
nulidad correspondiente deberá adoptar la forma de un recurso (estando a lo
dispuesto en el último párrafo del artículo 356 del Código Procesal Civil).
La nulidad se encuentra regulada en el Código Procesal Civil, principalmente
(pues existen artículos dispersos que tratan sobre ella, como se verá más adelante),
en el Título VI («Nulidad de los actos procesales») de su Sección Tercera («Actividad
procesal»), en los numerales 171 al 178.

1.1 Principios de legalidad y trascendencia de la nulidad


El principio de legalidad (o especificidad) y el de trascendencia están
normados en el artículo 171 del Código Procesal Civil en los siguientes términos:
«La nulidad se sanciona sólo por causa establecida en la ley. Sin embargo,
puede declararse cuando el acto procesal careciera de los requisitos
indispensables para la obtención de su finalidad.
Cuando la ley prescribe formalidad determinada sin sanción de nulidad
para la realización de un acto procesal, éste será válido si habiéndose
realizado de otro modo, ha cumplido su propósito».
232 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

1.2 Principios de convalidación y de subsanación o integración

A) Principio de convalidación.
El artículo 172 -primero, segundo y tercer párrafos- prevé tres casos
en que puede darse la convalidación de la nulidad procesal, a saber:
Tratándose de vicios en la notificación, la nulidad se convalida
si el litigante procede de manera que ponga de manifiesto
haber tomado conocimiento oportuno del contenido de la
resolución (primer párrafo del art. 172 del C.P.C.).
Hay también convalidación cuando el acto procesal, no
obstante carecer de algún requisito formal, logra la finalidad
para la que estaba destinado (segundo párrafo del art. 172
del C.P.C.).
Existe convalidación tácita cuando el facultado para plantear
la nulidad no formula su pedido en la primera oportunidad
que tuviera para hacerlo (tercer párrafo del art. 172 del C.P.C.).

B) Principio de subsanación o integración.


En relación a este principio, el artículo 172 del Código Procesal Civil
(en su cuarto, quinto y sexto párrafos), establece lo siguiente:
No hay nulidad si la subsanación del vicio no ha de influir
en el sentido de la resolución o en las consecuencias del acto
procesal (art. 172 -cuarto párrafo- del C.P.C.).
El Juez puede integrar una resolución antes de su notificación.
Después de la notificación pero dentro del plazo que las
partes dispongan para apelarla, de oficio o a pedido de parte,
el Juez puede integrarla cuando haya omitido pronunciamiento
sobre algún punto principal o accesorio. El plazo para recurrir
la resolución integrada se computa desde la notificación de
la resolución que la integra (quinto párrafo del art. 172 del
C.P.C.).
El Juez superior puede integrar la resolución recurrida cuando
concurran los supuestos del párrafo anterior (sexto párrafo
del artículo 172 del C.P.C.).

1.3 Extensión de la nulidad

El artículo 173 del Código Procesal Civil norma la extensión de la nulidad


sobre la base del principio de independencia que gobierna a dicha figura
jurídica. Así, en virtud de dicho dispositivo legal:
Capítulo V I: L a nulidad en el Código Procesal Civil 233

La declaración de nulidad de un acto procesal no alcanza a los


anteriores ni a los posteriores que sean independientes de aquél
(art. 173 -primer párrafo- del C.P.C.).
La invalidación de una parte del acto procesal no afecta a las otras
que resulten independientes de ella, ni impide la producción de
efectos para los cuales el acto es idóneo, salvo disposición expresa
en contrario (art. 173 -in fine- del C.P.C.).

1.4 Interés para pedir la nulidad

Conforme al artículo 174 del Código Procesal Civil (que trata lo referente
al interés jurídico para peticionar la declaración de nulidad), quien formula la
nulidad:
Tiene que acreditar estar perjudicado con el acto procesal viciado.
Debe precisar, en su caso, la defensa que no pudo realizar como
consecuencia directa del acto procesal cuestionado.
Tiene que acreditar interés propio y específico con relación a su
pedido.

1.5 Inadmisibilidad o improcedencia del pedido de nulidad

Antes de pasar a ver el artículo 175 del Código Procesal Civil, que trata
-de manera expresa- lo concerniente a la inadmisibilidad o improcedencia del
pedido de nulidad, vamos a detenemos un momento para examinar los requisitos
de admisibilidad y procedencia de los remedios (entre los que se incluye, como
se dijera, la nulidad procesal).

A) Requisitos de admisibilidad.
En principio, cabe señalar que, de acuerdo a lo dispuesto en la
segunda parte del primer párrafo del artículo 356 del Código
Procesal Civil, los remedios sólo se interponen en los casos previstos
en dicho ordenamiento procesal.
Ahora bien, son requisitos de admisibilidad de los remedios los
que a continuación se indican:
Su interposición dentro del tercer día de conocido el agravio,
salvo disposición legal distinta (parte final del primer párrafo
del art. 356 del C.P.C.).
Su interposición ante el órgano jurisdiccional que cometió el
vicio o error, salvo disposición en contrario. Así lo establece
la primera parte del art. 357 del C.P.C., que versa sobre los
requisitos de admisibilidad de los medios impugnatorios.
234 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

(Puntualizamos que el planteamiento de algún remedio no


siempre obedecerá a vicio atribuible al órgano jurisdiccional,
por lo que en este caso la expresión correcta es la siguiente:
su interposición -del remedio- ante el órgano jurisdiccional
que conoce del litigio en donde se produjo el acto procesal
cuestionado).
La observancia de las formalidades previstas en el Código
adjetivo para cada medio impugnatorio (léase remedio). Ello
de acuerdo a lo normado en la parte final del art. 357 del C.P.C.
El incumplimiento de alguno de los requisitos mencionados
determina la declaración de inadmisibilidad del medio impugnatorio
(remedio), mediante resolución debidamente fundamentada. Así
lo prescribe la primera parte del artículo 359 del Código Procesal
Civil. Este numeral es concordante con el artículo 128 -parte inicial-
del Código adjetivo, según el cual el Juez declara la inadmisibilidad
de un acto procesal cuando carece de un requisito de forma o éste
se cumple defectuosamente.

B) Requisitos de procedencia.
Los requisitos de procedencia de los medios impugnatorios, entre
los que se encuentran los remedios, están regulados en el artículo
358 del Código Procesal Civil, el mismo que establece lo siguiente:
«El impugnante fundamentará su pedido en el acto procesal en que
lo interpone, precisando el agravio y el vicio o error que lo motiva.
El impugnante debe adecuar el medio que utiliza al acto procesal
que impugna».
El incumplimiento de alguno de los requisitos de procedencia
contenidos en el numeral citado determina la declaración de
improcedencia del medio impugnatorio (remedio, en el caso
particular), mediante resolución debidamente fundamentada. Ello
con arreglo a lo prescrito en la primera parte del artículo 359 del
Código Procesal Civil. Este último precepto guarda concordancia
con la parte final del artículo 128 del indicado Código, conforme a
la cual el Juez declara la improcedencia de un acto procesal si la
omisión o defecto es de un requisito de fondo.
Luego de haber visto los requisitos de admisibilidad e improcedencia de
los remedios (entre los que se encuentra -reiteramos- la nulidad procesal) cabe
anotar que el artículo 175 del Código Procesal Civil se refiere de modo expreso
a la inadmisibilidad o improcedencia del pedido de nulidad, que se declarará,
según corresponda, cuando:
Se formule por quien ha propiciado, permitido o dado lugar al vicio
(art. 175 -inc. 1)- del C.P.C.).
Capítulo V I: L a nulidad en el Código Procesal Civil 235

Se sustente en causal no prevista en el Código Procesal Civil (art.


175 -inc. 2)- del C.P.C.).
Se trate de cuestión anteriormente resuelta (art. 175 -inc. 3)- del
C.P.C.).
La invalidez haya sido saneada, convalidada o subsanada (art. 175
-inc. 4)- del C.P.C.).

1.6 Tramitación del pedido de nulidad procesal

La tramitación del pedido de nulidad procesal, conforme al artículo 176


del Código Procesal Civil, es como sigue:
El pedido de nulidad se formula en la primera oportunidad que el
perjudicado tuviera para hacerlo, antes de la sentencia. El Juez
resolverá previo traslado por tres días.
Sentenciado el proceso en primera instancia, sólo puede ser alegada
la nulidad (se entiende por vicio ocurrido en primera instancia)
expresamente en el escrito sustentatorio del recurso de apelación.
El órgano jurisdiccional revisor (no necesariamente la Sala Civil
como señala el art. 176 del C.P.C., pues el proceso pudo haberse
desarrollado en primera instancia ante un Juez de Paz Letrado, por
ejemplo) resolverá oyendo a la otra parte en auto de especial
pronunciamiento o al momento de absolver el grado.
Las nulidades por vicios ocurridos en segunda instancia, serán
formuladas en la primera oportunidad que tuviera el interesado
para hacerlo, debiendo el órgano jurisdiccional revisor (insistimos
que éste no es necesariamente la Sala Civil como erróneamente se
indica en el art. 176 del C.P.C.) resolverlas de plano u oyendo a la
otra parte.
No podemos dejar de mencionar que, tal como lo señala el último párrafo
del art. 176 del C.P.C., las nulidades insubsanables serán las únicas que pueden
ser declaradas de oficio, mediante resolución motivada, en cuyo caso se
repondrá el proceso al estado que corresponda.
Por otro lado, es de destacar que la nulidad de actos procesales puede
ser peticionada (y posteriormente declarada) no sólo a través del remedio (o
incidente) de nulidad, sino también haciendo uso de la excepción (por la que
se denuncia la invalidez de la relación jurídica procesal debido a la omisión o
defecto de algún presupuesto procesal o de determinada condición de la acción)
y de los recursos de apelación y casación (cuando los vicios están contenidos
en resoluciones judiciales y se refieren a aspectos formales y no de fondo). Por
consiguiente, en cuanto al trámite de tales vías para solicitar la declaración de
nulidad, habrá que estar a lo dispuesto en:
236 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

El Título III de la Sección Cuarta del Código adjetivo (tratándose


de la excepción procesal).
El Capítulo III del Título XII de la Sección Tercera del Código
Procesal Civil (en el caso del recurso de apelación).
El Capítulo IV del Título XII de la Sección Tercera del Código
Procesal Civil (si la vía empleada para obtener la nulidad es la de
casación).
No se profundiza en la tramitación de la excepción y de los recursos de
apelación y casación porque ello rebasa el marco de la presente obra y por ser
suficiente, a nuestro entender, la remisión legal hecha líneas arriba.

1.7 Contenido de la resolución que declara la nulidad

Según el artículo 177 del Código Procesal Civil, la resolución que declara
la nulidad:
Ordena la renovación del acto o actos procesales afectados y las
medidas efectivas para tal fin.
Impone el pago de las costas y costos al responsable.
Es de resaltar que, a pedido del agraviado, la sentencia (y no la resolución
que declara la nulidad, salvo que tal declaración tenga lugar en la sentencia)
puede ordenar el resarcimiento por quien corresponda de los daños causados
por la nulidad. Así lo dispone la parte final del artículo 177 del Código adjetivo.

1.8 La nulidad de cosa juzgada fraudulenta

1.8.1 Noción

Se desprende del artículo 178 -primer párrafo- del Código Procesal Civil
(norma que regula la figura jurídica en estudio) que la nulidad de cosa juzgada
fraudulenta es aquella (situación que adolece de vicio o anormalidad) que
puede ser demandada (por el perjudicado) a través de un proceso (es decir, en
vía de acción) dirigido a invalidar la sentencia con calidad de cosa juzgada o
el acuerdo homologado por el Juez que pone fin al proceso (conciliación o
transacción, también con la autoridad de cosa juzgada), porque -se alega- el
proceso donde se originó el acto procesal cuestionado ha sido seguido con
fraude o colusión, afectando el derecho a un debido proceso, cometido por
una, o por ambas partes, o por el Juez o por éste y aquéllas.

1.8.2 Causales

Son causales de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, de acuerdo al


primer párrafo del artículo 178 del Código Procesal Civil, el fraude y la colusión
(aunque ésta no es sino una modalidad del primero), circunstancias o estados
Capítulo V I: L a nulidad en el Código Procesal Civil 237

irregulares que afectan seriamente el derecho a un debido proceso (cuyos pilares


son la observancia de la jurisdicción y de la competencia predeterminada
legalmente, la defensa en juicio, la motivación de las resoluciones judiciales y
la pluralidad de la instancia).
El concepto y otros aspectos relativos a tales causales han sido tratados
en el Capítulo V de esta obra por lo que nos remitimos a lo indicado en él.

1.8.3 Objeto de impugnación

De conformidad con lo establecido en el primer párrafo del artículo 178


del Código Procesal Civil, en la nulidad de cosa juzgada fraudulenta es objeto
de impugnación la sentencia con calidad de cosa juzgada y el acuerdo
homologado por el Juez que pone fin al proceso (conciliación o transacción,
que cuentan también con la autoridad de cosa juzgada).
A) Sentencia con calidad de cosa juzgada.
Mediante la sentencia el Juez pone fin a la instancia o al proceso en
definitiva, pronunciándose en decisión expresa, precisa y motivada
sobre la cuestión controvertida declarando el derecho de las partes,
o excepcionalmente sobre la validez de la relación procesal (art. 121
-in fine- del C.P.C.).
El artículo 123 del Código adjetivo trata sobre la cosa juzgada en
los siguientes términos:
«Una resolución adquiere la autoridad de cosa juzgada
cuando:
1. No proceden contra ella otros medios impugnatorios
que los ya resueltos; o
2. Las partes renuncian expresamente a interponer
medios impugnatorios o dejan transcurrir los plazos
sin formularlos.
La cosa juzgada sólo alcanza a las partes y a quienes de ellas
deriven sus derechos. Sin embargo, se puede extender a los
terceros cuyos derechos dependen de los de las partes o a los
terceros de cuyos derechos dependen los de las partes, si
hubieran sido citados con la demanda.
La resolución que adquiere la autoridad de cosa juzgada es
inmutable, sin perjuicio de lo dispuesto en los Artículos 178
y 407o». (Estos numerales del C.P.C. están referidos a la
nulidad de cosa juzgada fraudulenta y a la corrección de
resoluciones, respectivamente).
238 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

B) Acuerdo homologado por el Juez que pone fin al proceso.


Dicho acuerdo puede adoptar la forma de conciliación o de
transacción.
a) Conciliación.
Las partes pueden conciliar su conflicto de intereses en
cualquier estado del proceso, siempre que no se haya expedido
sentencia en segunda instancia (art. 323 del C.P.C.).
La conciliación se lleva a cabo ante un centro de conciliación
elegido por las partes; no obstante, si ambas lo solicitan,
puede el Juez convocarla en cualquier etapa del proceso. El
Juez no es recusable por las manifestaciones que pudiera
formular en esta audiencia. Los Jueces, de oficio o a solicitud
de ambas partes, podrán citar a una audiencia de conciliación
antes de emitir sentencia, salvo en los casos de violencia
familiar. Si la audiencia de conciliación fuera a petición de
ambas partes y cualquiera de ellas no concurre a la misma,
se le aplica una multa de entre tres y seis unidades de
referencia procesal (art. 324 del C.P.C.).
El Juez aprobará (homologará) la conciliación que trate sobre
derechos disponibles, siempre que el acuerdo se adecúe a la
naturaleza jurídica del derecho en litigio (art. 325 del C.P.C.).
Si habiendo proceso abierto, las partes concilian fuera de éste,
presentarán con un escrito el Acta de Conciliación respectiva,
expedida por un Centro de Conciliación Extrajudicial.
Presentada por las partes el acta de conciliación, el Juez la
aprobará previa verificación del requisito establecido en el
artículo 325 del Código Procesal Civil (numeral este último
citado precedentemente) y, declarará concluido el proceso
(art. 327 -primer y segundo párrafos- del C.P.C.).
Si la conciliación presentada al Juez es parcial, y ella recae
sobre alguna de las pretensiones o se refiere a alguno o
algunos de los litigantes, el proceso continuará respecto de
las pretensiones o de las personas no afectadas. En este último
caso, se tendrá en cuenta lo normado sobre intervención de
tercero (art. 327 -último párrafo- del C.P.C.).
La conciliación surte el mismo efecto que la sentencia que
tiene la autoridad de la cosa juzgada (art. 328 del C.P.C.).
b) Transacción.
En cualquier estado del proceso las partes pueden transigir
su conflicto de intereses, incluso durante el trámite del recurso
Capítulo V I: L a nulidad en el Código Procesal Civil 239

de casación y aún cuando la causa esté al voto o en discordia


(art. 334 del C.P.C.).
La transacción judicial debe ser realizada únicamente por las
partes o quienes en su nombre tengan facultad expresa para
hacerlo. Se presenta por escrito, precisando su contenido y
legalizando sus firmas ante el Secretario respectivo (art. 335
-primer párrafo- del C.P.C.).
Si habiendo proceso abierto las partes transigen fuera de éste,
presentarán el documento que contiene la transacción
legalizando sus firmas ante el Secretario respectivo en el
escrito en que la acompañan, requisito que no será necesario
cuando la transacción conste en escritura pública o documento
con firma legalizada (art. 335 -in fine- del C.P.C.).
El Juez aprueba (homologa) la transacción siempre que
contenga concesiones recíprocas, verse sobre derechos
patrimoniales y no afecte el orden público o las buenas
costumbres, y declara concluido el proceso si alcanza a la
totalidad de las pretensiones propuestas. Queda sin efecto
toda decisión sobre el fondo que no se encuentre firme (art.
337 -primer párrafo- del C.P.C.).
La transacción que pone fin al proceso tiene la autoridad de
la cosa juzgada. El incumplimiento de la transacción no
autoriza al perjudicado a solicitar la resolución de ésta (art.
337 -segundo párrafo- del C.P.C.).
Si la transacción recae sobre alguna de las pretensiones
propuestas o se relaciona con alguna de las personas, el
proceso continuará respecto de las pretensiones o personas
no comprendidas en ella. En este último caso, se tendrá en
cuenta lo normado sobre intervención de terceros (art. 337
-tercer párrafo- del C.P.C.).
Con la transacción judicial no se puede crear, regular,
modificar o extinguir relaciones materiales ajenas al proceso
(último párrafo del art. 337 del C.P.C.).

1.8.4 Competencia

Al ventilarse la nulidad de cosa juzgada fraudulenta en el proceso de


conocimiento (conforme al primer párrafo del art. 178 del C.P.C.), y de acuerdo
a lo previsto en el primer párrafo del artículo 475 del Código adjetivo, será
competente para conocer dicho proceso el Juez civil.
Puntualizamos que, aun cuando hubiera participado en el proceso
fraudulento un órgano jerárquico superior, no existen razones valederas para
240 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los A ctos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

sustraer de la competencia del Juez civil la pretensión de nulidad de cosa


juzgada fraudulenta, pues no se va a debatir aquí ninguna cuestión de fondo
sino que simple y llanamente se va a verificar si el fraude o la colusión se
produjeron o no. Si el inferior jerárquico estuviera facultado para enmendarle
la plana al órgano superior, pronunciándose en sentido contrario a éste respecto
de la materia litigiosa ventilada en el proceso fraudulento, entonces, sí sería
discutible la competencia del Juez civil en la hipótesis señalada.
También debe rechazarse como argumento válido para cuestionar la
competencia del Juez civil para conocer del proceso de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta la posible parcialización por parte de dicho órgano jurisdiccional
motivada -según se dice- por el respeto o el temor que se tiene para con el
superior jerárquico. Tal alegación es a todas luces extrajurídica y se desenvuelve
en el ámbito de la moral y de la ética profesional. Si el Juez actúa con corrección
y profesionalismo, resolverá la controversia adecuadamente por encima de
cualquier presión que se ejerciera sobre él; caso contrario, no se estaría
administrando justicia como debería de ser, situaciones que no tienen que ver
con el grado de jurisdicción que se tenga sino con la calidad personal de quien
desempeña la magistratura.

1.8.5 Vía procedimental

En atención a lo delicado de la pretensión, el proceso en que se examinará


la nulidad de cosa juzgada fraudulenta no puede ser otro sino el de conocimiento.
Así lo dispone precisamente el artículo 178 del Código Procesal Civil en su
primer párrafo.
El trámite de dicho proceso puede apreciarse a través de los plazos
máximos contemplados en el artículo 478 del Código Procesal Civil, cuales son
los siguientes:
Cinco días para interponer tachas u oposiciones a los medios
probatorios, contados desde la notificación de la resolución que los
tiene por ofrecidos (art. 478 -inciso 1)- del C.P.C.).
Cinco días para absolver las tachas u oposiciones (art. 478 -inciso
2)- del C.P.C.).
Diez días para interponer excepciones o defensas previas, contados
desde la notificación de la demanda o de la reconvención (art. 478
-inciso 3)- del C.P.C.).
Diez días para absolver el traslado de las excepciones o defensas
previas (art. 478 -inciso 4)- del C.P.C.).
Treinta días para contestar la demanda o reconvenir (art. 478 -inciso
5)- del C.P.C.).
Capítulo V I: L a nulidad en el Código Procesal Civil 241

Diez días para ofrecer medios probatorios si en la contestación se


invoca hechos no expuestos en la demanda o en la reconvención
(art. 478 -inciso 6)- del C.P.C.).
Treinta días para absolver el traslado de la reconvención (art. 478
-inciso 7)- del C.P.C.).
Diez días para subsanar los defectos advertidos en la relación
procesal, conforme al artículo 465 del Código Procesal Civil,
numeral referido al saneamiento del proceso (art. 478 -inciso 8)- del
C.P.C.).
Cincuenta días para la realización de la audiencia de pruebas (art.
478 -inciso 10)- del C.P.C.).
Diez días contados desde realizada la audiencia de pruebas, para
la realización de las audiencias especial y complementaria, de ser
el caso (art. 478 -inciso 11)- del C.P.C.).
Cincuenta días para expedir sentencia (art. 478 -inciso 12)- del
C.P.C.).
Diez días para apelar la sentencia (art. 478 -inciso 13)- del C.P.C.).

1.8.6 Plazo para interponer la demanda

Por disposición del primer párrafo del artículo 178 del Código Procesal
Civil, el plazo para interponer la demanda de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta es hasta dentro de seis meses de ejecutada o de haber adquirido
la calidad de cosa juzgada, si no fuere ejecutable, la sentencia o el acuerdo
homologado por el Juez que pone fin al proceso (conciliación y transacción).
El plazo aludido es uno máximo o perentorio y no suspensivo. En
consecuencia:
Dentro de los seis meses de haber adquirido el acto procesal
impugnado (sentencia o acuerdo conciliatorio o transaccional) la
calidad de cosa juzgada, si no fuere ejecutable, puede peticionarse
la declaración de nulidad de cosa juzgada fraudulenta.
Dentro de los seis meses siguientes a la ejecución del acto procesal
cuestionado (sentencia o acuerdo conciliatorio o transaccional), y
siempre que tuviese éste la calidad de ejecutable, puede demandarse
la nulidad de cosa juzgada fraudulenta, siendo factible interponer
tal demanda a partir del momento en que el acto procesal que se
impugna adquiere la calidad de cosa juzgada, por cuanto el objeto
de la acción autónoma de nulidad es precisamente atacar el acto
procesal que reviste indebidamente la autoridad de cosa juzgada
por haberse realizado sobre la base de un procedimiento fraudulento.
242 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

Es errónea la tendencia (doctrinaria e inclusive jurisprudencial)


que considera que, teniendo el acto procesal cuestionado (sentencia
o acuerdo conciliatorio o transaccional) la calidad de ejecutable,
sólo podrá demandarse la nulidad de cosa juzgada fraudulenta una
vez que haya sido ejecutado, contándose el plazo de seis meses a
partir de este momento. Avalar dicho criterio no significa otra
cosa que asignarle a la declaración de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta un carácter eminentemente lírico, resultando ineficaz
y sin sentido para el interesado promover la acción correspondiente,
pues el perjuicio causado prácticamente es irreversible (ello sin
contar además que se obstruye indebidamente el ejercicio del
derecho de acción).
Resulta mucho peor, ya no desde el punto de vista jurídico sino
simplemente lógico, aquella tendencia que estima que el plazo
señalado es uno inicial, es decir que, de acuerdo a esta posición -tan
singular como equivocada-, sólo cuando hayan transcurrido seis
meses de ejecutado el acto procesal impugnado (sentencia o acuerdo
conciliatorio o transaccional), si tuviere la calidad de ejecutable, o
de haber adquirido la autoridad de cosa juzgada, si el acto en
cuestión no fuese ejecutable, sería posible demandar la nulidad de
cosa juzgada fraudulenta. Dicho criterio torna inoperante por
completo la institución de la nulidad de cosa juzgada debido a
fraude o colusión.

1.8.7 Legitimidad

Conforme se desprende del segundo párrafo del artículo 178 del Código
Procesal Civil, tienen legitimidad (activa) para demandar la nulidad de cosa
juzgada fraudulenta la parte o el tercero ajeno al proceso que se considere
directamente agraviado por la sentencia (o también -se entiende- por el acuerdo
conciliatorio o transaccional homologado por el Juez).
Es de resaltar que, si bien la norma aludida no hace mención a los terceros
intervinientes en el proceso, haciendo una interpretación sistemática de ella se
puede colegir que aquéllos de ninguna manera están excluidos como sujetos
activos del proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, pues, estando los
terceros ajenos al proceso (que sufrieron agravio directo) facultados para
demandar la referida nulidad, con mayor razón lo estarán los terceros
intervinientes en el proceso fraudulento al conferirle legitimidad su participación
en el proceso viciado. Al parecer el legislador consideró a esta última clase de
terceros como partes del proceso fraudulento (lo cual no es muy exacto que
digamos), lo que explicaría la omisión descrita.
Puntualizamos que la persona que demande la nulidad de cosa juzgada
fraudulenta deberá sujetarse a los principios exigidos en el Título VI («Nulidad
de los actos procesales») de la Sección Tercera («Actividad procesal») del
Capítulo V I: L a nulidad en el Código Procesal Civil 243

Código Procesal Civil. Tales principios son los de legalidad y trascendencia de


la nulidad, convalidación y subsanación o integración, entre los previstos de
modo expreso (nominado) por nuestro ordenamiento procesal, siendo aplicables
además el resto de principios que gobiernan la nulidad procesal (como el de
independencia, el de la declaración judicial, etc.). Así tenemos, por ejemplo: a)
que no podrá demandar la nulidad de cosa juzgada fraudulenta quien, al no
plantear la nulidad en la primera oportunidad que tuvo para hacerlo, la
convalidó tácitamente (principio de convalidación); b) que no tendrá éxito la
pretensión nulificante si la subsanación del vicio no ha de influir en el sentido
de la resolución (principio de subsanación), como cuando se trata el acto viciado
de uno irrelevante; etc.
La legitimidad pasiva reposa, naturalmente, en el (los) sujeto (s) procesal (es)
que cometió (cometieron) el fraude (partes o terceros intervinientes), incluyéndose
también al Juez que dirigió el proceso viciado, siempre que le sea atribuible a
su persona un comportamiento fraudulento.

1.8.8 Medidas cautelares admisibles

De conformidad con lo dispuesto en el tercer párrafo del artículo 178 del


Código Procesal Civil, en el proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta
sólo se pueden conceder medidas cautelares inscribibles.
Entre estas medidas tenemos el embargo en forma de inscripción y la
anotación de demanda en los Registros Públicos. A continuación veremos lo
relativo a tales medidas precautorias, no sin antes advertir que la primera
prácticamente no tiene aplicación en el proceso de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta, no así la segunda, que representa la medida cautelar por excelencia
a ser ejercitada en el referido proceso.
A) Embargo en forma de inscripción.
El embargo en forma de inscripción es aquella medida cautelar dirigida
a restringir la disponibilidad de los bienes registrados (predios, naves,
aeronaves, vehículos automotores, etc.) del obligado, lográndose su
ejecución con la inscripción del embargo en el Registro Público que
corresponda, para lo cual se deben cursar los partes judiciales
respectivos. Si bien no impide la transferencia del bien, trae como
consecuencia jurídica que el adquirente del mismo asuma la carga
de la medida preventiva hasta por el monto que ella alcance,
sustituyéndose aquél al obligado para tales efectos, salvaguardándose
así los intereses del titular de la medida.
Se basa esta clase de embargo en el principio registral de publicidad
por el cual se presume, sin admitirse prueba en contrario, que toda
persona tiene conocimiento del contenido de las inscripciones. En
consecuencia, una vez registrado, ninguna persona puede alegar
el desconocimiento del embargo en forma de inscripción, descartándose
244 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

entonces la buena fe del adquirente en caso de transferencia del


bien, quien afronta dicha medida al tenerse por cierto que conocía
que el bien afectado aseguraba el resultado de un proceso.
El artículo 656 del Código Procesal Civil regula el embargo en forma
de inscripción estableciendo que:
«Tratándose de bienes registrados, la medida puede ejecutarse
inscribiéndose el monto de la afectación, siempre que ésta
resulte compatible con el título de propiedad ya inscrito. Este
embargo no impide la enajenación del bien, pero el sucesor
asume la carga hasta por el monto inscrito. La certificación
registral de la inscripción se agrega al expediente».
La compatibilidad que exige el artículo 656 del Código Procesal
Civil entre la afectación y el título de propiedad ya inscrito implica
que el titular del derecho dominial que aparezca en el Registro sea
el obligado y no otra persona; lo contrario sería contravenir lo
dispuesto en el artículo 2015 del Código Civil, que consagra el
principio de tracto sucesivo, así como el artículo 2011 del glosado
cuerpo legal, que norma el principio de legalidad. Tal compatibilidad
supone además que el bien sea susceptible de embargabilidad, pues
no procedería la inscripción del embargo si tuviese la calidad de
inembargable (o inafectable), como cuando se trata de un bien que
se constituyó en patrimonio familiar, o que perteneciendo al Estado
sea de dominio público, etc. Es tan importante el requisito de la
compatibilidad entre la medida que se pretende inscribir y el título
de propiedad que, aun en el caso de haber resolución judicial que
ordene la inscripción de una medida incompatible con dicho título
y estar el registrador público obligado a no calificar tal resolución
por mandato del segundo párrafo del artículo 2011 del Código
Civil, debe el indicado registrador rechazar la inscripción en
observancia del principio de tracto sucesivo (contemplado en el
artículo 2015 del Código Civil), según el cual ninguna inscripción,
salvo la primera, se hace sin que esté inscrito o se inscriba el derecho
de donde emane, debiendo mantenerse siempre la exacta
concordancia entre la realidad registral y el contenido del acto que
se pretende inscribir, esto es, que de los asientos regístrales
existentes se aprecie el nexo entre el título dominial inscrito y los
demás derechos registrados o por registrarse. El impedimento del
acceso del mandato cautelar al Registro a causa de la incompatibilidad
descrita se funda además en el hecho de que ninguna inscripción
puede irrogar daño a los terceros ajenos a una relación jurídica, en
razón de no amparar la ley el abuso del derecho.
Capítulo V I: L a nulidad en el Código Procesal Civil 245

B) Anotación de demanda en los Registros Públicos.


La anotación de demanda en los Registros Públicos, denominada
también anotación de litis, constituye una medida cautelar dirigida
a inscribir dicho acto procesal con la finalidad de que todos tomen
conocimiento de la existencia de un proceso en que se encuentra
ventilándose una pretensión referida a derechos inscritos, que
puede afectar su libre disponibilidad por estar sujetos de una u otra
manera al resultado del proceso. A diferencia del embargo en forma
de inscripción, que tiene por fin asegurar la materialización del
derecho declarado en juicio, tenga o no vinculación con el bien
afectado, la anotación de demanda en los Registros Públicos se
encamina a preservar directamente la pretensión misma, haciendo
uso de la publicidad registral que evite la invocación de buena fe
por parte de tercero.
La anotación de demanda en los Registros Públicos produce efectos
prelatorios sobre las medidas cautelares y los derechos reales de
garantía que se hubiesen inscrito, formalizado o constituido, según
el caso, con posterioridad a la primera. De no ser así, resultaría
ineficaz la cautela consistente en dar publicidad a un proceso con
la finalidad de asegurar el cumplimiento del fallo derivado de él,
que beneficie al actor.
El artículo 673 del Código Procesal Civil versa sobre la anotación
de demanda en los Registros Públicos y dispone lo siguiente:
«Cuando la pretensión discutida en el proceso principal está
referida a derechos inscritos, la medida cautelar puede
consistir en la anotación de demanda en el registro respectivo.
Para su ejecución, el Juez remitirá partes al registrador, los
que incluirán copia íntegra de la demanda, de la resolución
que la admite y de la cautelar.
El registrador cumplirá la orden por su propio texto, siempre
que la medida resulte compatible con el derecho ya inscrito.
La certificación registral de la inscripción se agrega al expediente.
La anotación de la demanda no impide la transferencia del
bien ni las afectaciones posteriores, pero otorga prevalencia
a quien ha obtenido esta medida».

1.8.9 Efectos

En principio, debe tenerse presente que la interposición de la demanda


de nulidad de cosa juzgada fraudulenta y su posterior admisión por el órgano
jurisdiccional, no trae como consecuencia la suspensión de la ejecución -si ésta
fuera posible- del acto procesal (sentencia o acuerdo conciliatorio o transaccional)
246 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

que -se alega- ha adquirido indebidamente la autoridad de cosa juzgada por


haberse cometido fraude en el proceso en que se origina dicho acto. Por lo
tanto, el proceso fraudulento sigue su curso hasta que se produzca su ejecución
o hasta que se declare judicialmente la nulidad de la cosa juzgada.
Cabe señalar que, tal como lo prevé el penúltimo párrafo del artículo 178
del Código Procesal Civil, si la decisión (léase sentencia o acuerdo homologado
por el Juez que pone fin al proceso: conciliación o transacción) fuese anulada
(por haberse declarado fundada la respectiva demanda), se repondrán las cosas
al estado que corresponda (para la renovación, esta vez sin defectos, de los
actos procesales viciados). De esta manera la calidad de cosa juzgada que
ostentaba el acto procesal impugnado deviene en ineficaz, vale decir, es
invalidada. Como se observa, la declaración de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta no afecta el fondo de la cuestión debatida en el proceso fraudulento,
únicamente retrotrae éste al estado inmediato anterior en que se produjo el
vicio (produciéndose el denominado reenvío).
Puntualizamos que la nulidad no afectará a terceros de buena fe y a título
oneroso. Así lo establece el penúltimo párrafo del artículo 178 del Código
Procesal Civil.
Si la demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta no fuera amparada,
el demandante pagará las costas y costos doblados y una multa no menor de
veinte Unidades de Referencia Procesal. Ello se desprende del último párrafo
del artículo 178 del Código Procesal Civil.
Es de resaltar que, ante el rechazo de la demanda de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta, y la consideración de que el ejercicio de la acción fue
irregular o arbitrario, puede el interesado (sujeto pasivo en el proceso de
nulidad de cosa juzgada) demandar la indemnización de los daños y perjuicios
que haya sufrido, conforme lo autoriza el artículo 4 del Código Procesal Civil.

1.8.10 Normas adjetivas sobre dolo o fraude

El Código Procesal, en sus artículos 4, 50 -inc. 5)-, 106,109 -inc. 2)-, 110,
111,112,118,186,190,199,332 -inc. 7)-, 441,509,510 y 518, contiene disposiciones
referidas de una u otra manera al dolo o fraude, por lo que procedemos a citar
estos numerales a fin de conocer el tratamiento que en dicho cuerpo de leyes
se hace de las mencionadas figuras jurídicas.
«Artículo 4o.- Consecuencias del ejercicio irregular del derecho de acción civil.-
Concluido un proceso por resolución que desestima la demanda, sí el demandado
considera que el ejercicio del derecho de acción fue irregular o arbitrario, puede
demandar el resarcimiento por los daños y perjuicios que haya sufrido, sin perjuicio
del pago por el litigante malicioso de las costas, costos y multas establecidos en el
proceso terminado».

«Artículo 50°.- Deberes.- Son deberes de los Jueces en el proceso:


( ...)
Capítulo V I: L a nulidad en el Código Procesal Civil 247

5. Sancionar al Abogado o a la parte que actúe en el proceso con dolo o fraude;

(...)»■
«Artículo 106° . - Llamamiento en caso de fraude o colusión.- Cuando en cualquier
etapa del proceso se presuma fraude o colusión entre las partes, el Juez, de oficio,
ordenará la citación de las personas que pueden resultar perjudicadas, a fin de que
hagan valer sus derechos. Para tal efecto, el Juez puede suspender el proceso por
un plazo no mayor a treinta días».

«Artículo 109°.- Deberes de las partes, Abogados y apoderados.- Son deberes


de las partes, Abogados y apoderados:

(...)

2. No actuar temerariamente en el ejercicio de sus derechos procesales;

(...)».

«Artículo 110°.- Responsabilidad patrimonial de las partes, sus Abogados, sus


apoderados y los terceros legitimados.- Las partes, sus Abogados, sus apoderados
y los terceros legitimados responden por los perjuicios que causen con sus actuaciones
procesales temerarias o de mala fe. Cuando en el proceso aparezca la prueba de tal
conducta, el Juez, independientemente de las costas que correspondan, impondrá
una multa no menor de cinco ni mayor de veinte Unidades de Referencia Procesal.

Cuando no se pueda identificar al causante de los perjuicios, la responsabilidad será


solidaria».

«Artículo 111° . - Responsabilidad de los Abogados.- Además de lo dispuesto en


el Artículo 110 [del C.P.C., numeral citado precedentemente], cuando el Juez considere
que el Abogado actúa o ha actuado con temeridad o mala fe, remitirá copia de las
actuaciones respectivas a la Presidencia de la Corte Superior, al Ministerio Público
y al Colegio de Abogados correspondiente, para las sanciones a que pudiera haber
lugar».

«Artículo 112° . - Temeridad o mala fe.- Se considera que ha existido temeridad o


mala fe en los siguientes casos:
1. Cuando sea manifiesta la carencia de fundamento jurídico de la demanda,
contestación o medio impugnatorio;
2. Cuando a sabiendas se aleguen hechos contrarios a la realidad;
3. Cuando se sustrae, mutile o inutilice alguna parte del expediente;
4. Cuando se utilice el proceso o acto procesal para fines claramente ilegales o
con propósitos dolosos o fraudulentos;
5. Cuando se obstruya la actuación de medios probatorios;
6. Cuando por cualquier medio se entorpezca reiteradamente el desarrollo normal
del proceso.
7. Cuando por razones injustificadas las partes no asisten a la audiencia
generando dilación».

«Artículo 118°.- Responsabilidad.- El representante del Ministerio Público es


responsable civilmente cuando en el ejercicio de sus funciones actúa con negligencia,
dolo o fraude. El proceso se sujeta al trámite que corresponde al de responsabilidad
civil de los Jueces».
248 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

«Artículo 186°.- Responsabilidad del apoderado.- El dolo o negligencia en el


ejercicio de su función, constituyen falta grave del apoderado contra la ética profesional.
Si ocurre tal hecho, el Juez lo pondrá en conocimiento del Colegio de Abogados, sin
perjuicio de sancionarlo con una multa no menor de cinco ni mayor de veinte Unidades
de Referencia Procesal, que serán compartidas por igual entre el auxiliado y el Poder
Judicial». (Este precepto legal versa, pues, sobre la responsabilidad del apoderado
del titular del auxilio judicial).

«Artículo 190°.- Pertinencia e improcedencia.- Los medios probatorios deben


referirse a los hechos y a la costumbre cuando ésta sustenta la pretensión. Los que
no tengan esa finalidad, serán declarados improcedentes por el Juez.

Son también improcedentes los medios de prueba que tiendan a establecer:


1. Hechos no controvertidos, imposibles, o que sean notorios o de pública evidencia;
2. Hechos afirmados por una de las partes y admitidos por la otra en la contestación
de la demanda, de la reconvención o en la audiencia de fijación de puntos
controvertidos.
Sin embargo, el Juez puede ordenar la actuación de medios probatorios cuando se
trate de derechos indisponibles o presuma dolo o fraude procesales;

(...)».
«Artículo 199°.- Ineficacia de la prueba.- Carece de eficacia probatoria la prueba
obtenida por simulación, dolo, intimidación, violencia o soborno».

«Artículo 332°.- Improcedencia del allanamiento.- El Juez declara improcedente


el allanamiento y ordena la continuación del proceso cuando:

(...)

7. Presume la existencia de fraude o dolo procesal;

(...)».

«Artículo 441°.- Sanción por juramento falso.- Si se acredita que el demandante


o su apoderado o ambos, faltaron a la verdad respecto de la dirección domiciliaria
del demandado, se remitirá copia de lo actuado al Ministerio Público para la
investigación del delito y al Colegio de Abogados respectivo para la investigación por
falta contra la ética profesional, si uno de los dos fuese Abogado.
Adicionalmente, se impondrá una multa individual no menor de diez ni mayor de
treinta Unidades de Referencia Procesal, sin perjuicio de lo regulado en el Artículo
4 o». (Este último artículo del C.P.C. trata sobre las consecuencias del ejercicio irregular
del derecho de acción civil).

«Artículo 509°.- Procedencia.- El Juez es civilmente responsable cuando en ejercicio


de su función jurisdiccional causa daño a las partes o a terceros, al actuar con dolo
o culpa inexcusable, sin perjuicio de la sanción administrativa o penal que merezca.
La conducta es dolosa si el Juez incurre en falsedad o fraude, o si deniega justicia al
rehusar u omitir un acto o realizar otro por influencia.
Incurre en culpa inexcusable cuando comete un grave error de derecho, hace
interpretación insustentable de la ley o causa indefensión al no analizar los hechos
probados por el afectado.
Este proceso [de responsabilidad civil de los Jueces] sólo se impulsará a pedido de
parte».
Capítulo V I: L a nulidad en el Código Procesal Civil 249

«Artículo 510°.- Presunción de dolo o culpa inexcusable.- Se presume que el


Juez actúa con dolo o culpa inexcusable cuando:
1. La resolución contraría su propio criterio sustentado anteriormente en causa
similar, salvo que motive los fundamentos del cambio.
2. Resuelve en discrepancia con la opinión del Ministerio Público o en discordia,
según sea el caso, en temas sobre los que existe jurisprudencia obligatoria o
uniforme, o en base a fundamentos insostenibles».

«Artículo 518°.- Demanda maliciosa.- Si al declarar infundada la demanda [de


responsabilidad civil del Juez], el Juez considera que el demandante ha actuado con
malicia, o si durante el proceso ha difundido información a través de medios de
comunicación masiva que afecte el honor del demandado, le impondrá una multa no
menor de diez ni mayor de cincuenta Unidades de Referencia Procesal, sin perjuicio
de lo dispuesto en el Artículo 4o». (Este último numeral - art. 4 del C.P.C.-está referido
a las consecuencias del ejercicio irregular del derecho de acción civil).

2. DISPOSICIONES EXPRESAS DEL CODIGO PROCESAL CIVIL SOBRE


LA NULIDAD PROCESAL

A continuación pasaremos a ver los artículos del Código Procesal Civil


que versan de modo expreso sobre la nulidad procesal.

2.1 La nulidad en relación a la conducta procesal de las partes

El artículo IV del Título Preliminar del Código Procesal Civil está referido,
además del principio de iniciativa de parte, al principio de conducta procesal,
estableciendo en su segundo párrafo que las partes, sus representantes, sus
Abogados y, en general, todos los partícipes en el proceso, adecúan su conducta
a los deberes de veracidad, probidad, lealtad y buena fe.
Pues bien, el último párrafo de dicho numeral preceptúa claramente que
el Juez tiene el deber de impedir y sancionar cualquier conducta ilícita o dilatoria.

2.2 La nulidad en relación al principio de inmediación

El primer párrafo del artículo V del Título Preliminar del Código Procesal
Civil versa sobre el principio de inmediación y señala que las audiencias y la
actuación de medios probatorios se realizan ante el Juez, siendo indelegables
bajo sanción de nulidad. Se exceptúan las actuaciones procesales por comisión.
Dicho numeral es concordante con el artículo 202 del Código adjetivo que
regula la dirección de la audiencia de pruebas.

2.3 La nulidad en relación a los deberes de los Jueces

El artículo 50 del Código Procesal Civil contempla los deberes de los


Jueces en el proceso, señalándose en su inciso 6) que son deberes de aquéllos
fundamentar los autos y las sentencias, bajo sanción de nulidad, respetando
los principios de jerarquía de las normas y el de congruencia.
250 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

2.4 La nulidad en relación a la designación de apoderado judicial

El artículo 68 del Código Procesal Civil regula la designación de apoderado


judicial, estableciendo en su parte final que no es válida la designación o
actuación de apoderados conjuntos, salvo para los actos de allanamiento,
transacción o desistimiento.

2.5 La nulidad en relación a la procuración oficiosa

Lo relativo a la procuración oficiosa podemos encontrarlo en el artículo


81 del Código adjetivo. Según el penúltimo párrafo de dicho numeral, si no se
produce la ratificación (de la gestión del procurador por parte del procurado),
se declarará concluido el proceso, entendiéndose, pues, que lo actuado sobre
la base de la gestión del procurador oficioso es dejado sin efecto.
Además, en el último párrafo del citado precepto legal se dispone que es
inválida la ratificación parcial o condicional de la procuración.

2.6 La nulidad en relación a la sucesión procesal

El artículo 108 del Código Procesal Civil norma lo concerniente a la


sucesión procesal. Por ésta un sujeto ocupa el lugar de otro en un proceso, al
reemplazarlo como titular activo o pasivo del derecho discutido. (Ello de
acuerdo al primer párrafo del art. 108 del C.P.C.).
A tenor de lo dispuesto en el último párrafo del mencionado artículo,
será nula la actividad procesal que se realice después que una de las partes
perdió la capacidad o titularidad del derecho discutido, siempre que dicho
acto le pueda haber generado indefensión. Si transcurridos treinta días no
comparece el sucesor al proceso, el Juez debe designar a un curador procesal,
de oficio o a pedido de parte.

2.7 La nulidad en relación al contenido de las resoluciones

Por mandato del artículo 122 del Código Procesal Civil las resoluciones
contienen:
1. La indicación del lugar y fecha en que se expiden (art. 122 -inc.
1)- del C.P.C.).
2. El número de orden que les corresponde dentro del expediente o
del cuaderno en que se expiden (art. 122 -inc. 2)- del C.P.C.).
3. La mención sucesiva de los puntos sobre los que versa la resolución
con las consideraciones, en orden numérico correlativo, de los
fundamentos de hecho que sustentan la decisión, y los respectivos
de derecho con la cita de la norma o normas aplicables en cada
punto, según el mérito de lo actuado (art. 122 -inc. 3)- del C.P.C.).
Capítulo V I: L a nulidad en el Código Procesal Civil 251

4. La expresión clara y precisa de lo que se decide u ordena, respecto


de todos los puntos controvertidos. Si el Juez denegase una petición
por falta de algún requisito o por una cita errónea de la norma
aplicable a su criterio, deberá en forma expresa indicar el requisito
faltante y la norma correspondiente (art. 122 -inc. 4)- del C.P.C.).
5. El plazo para su cumplimiento, si fuera el caso (art. 122 -inc. 5)- del
C.P.C.).
6. La condena en costas y costos y, si procediera, de multas; o la
exoneración de su pago (art. 122 -inc. 6)- del C.P.C.).
7. La suscripción del Juez y del Auxiliar jurisdiccional respectivo (art.
122 -inc. 7)- del C.P.C.).
La resolución que no cumpliera con los requisitos antes señalados será
nula, salvo los decretos que no requerirán de los signados en los incisos 3, 4,
5 y 6 y los autos del expresado en el inciso 6. Así lo establece el citado artículo
122 del Código Procesal Civil.

2.8 La nulidad en relación a la notificación de actos procesales

El artículo 165 se refiere a la notificación por edictos, preceptuando en


su primer párrafo que tal notificación procederá cuando se trate de personas
inciertas o cuyo domicilio se ignore. En este último caso, la parte debe manifestar
bajo juramento o promesa que ha agotado las gestiones destinadas a conocer
el domicilio de la persona a quien se deba notificar.
Dicho artículo dispone en su parte final que si la afirmación se prueba
falsa o se acredita que pudo conocerla empleando la diligencia normal, se
anulará todo lo actuado, y el Juez condenará a la parte al pago de una multa
no menor de cinco ni mayor de cincuenta Unidades de Referencia Procesal,
que impondrá atendiendo a la naturaleza de la pretensión y a la cuantía del
proceso.
Por otro lado, el artículo 170 del Código Procesal Civil señala que al
quedar firme la resolución que declara la nulidad de una notificación (cualquiera
sea su clase), ésta surte efecto desde la fecha en que se realizó.

2.9 La nulidad en relación a la dirección de la audiencia de pruebas

El artículo 202 del Código Procesal Civil versa sobre la dirección de la


audiencia probatoria e indica en su primera parte que la audiencia de pruebas
será dirigida personalmente por el Juez, bajo sanción de nulidad. Este numeral
es concordante con el primer párrafo del artículo V del Título Preliminar del
Código adjetivo, el mismo que se refiere al principio de inmediación.
252 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

2.10 La nulidad en relación a la declaración de parte

El artículo 221 del Código Procesal Civil regula lo concerniente a la


declaración asimilada, señalando que las afirmaciones contenidas en actuaciones
judiciales o escritos de las partes, se tienen como declaración de éstas, aunque
el proceso sea declarado nulo, siempre que la razón del vicio no las afecte de
manera directa.

2.11 La nulidad en relación a la prueba documental

Según el artículo 237 del Código Procesal Civil, son distintos el documento
y su contenido. Puede subsistir éste aunque el primero sea declarado nulo.
Conforme al artículo 243 del Código Procesal Civil (que trata sobre la
ineficacia por nulidad de documento), cuando en un documento resulte
manifiesta la ausencia de una formalidad esencial que la ley prescribe bajo
sanción de nulidad, aquél carece de eficacia probatoria. Esta declaración de
ineficacia podrá ser de oficio o como consecuencia de una tacha fundada. Este
numeral es concordante con el artículo 244 del citado cuerpo de leyes, el
mismo que establece que la copia de un documento público declarado o
comprobadamente falso o inexistente, no tiene eficacia probatoria. La misma
regla se aplica a las copias certificadas de expedientes falsos o inexistentes.

2.12 La nulidad en relación a los medios impugnatorios en general

El artículo 355 del Código Procesal Civil preceptúa que mediante los
medios impugnatorios las partes o terceros legitimados solicitan que se anule
o revoque, total o parcialmente, un acto procesal presuntamente afectado por
vicio o error.
El artículo 356 del Código Procesal Civil norma las clases de medios
impugnatorios, señalando en su primer párrafo que los remedios pueden
formularse por quien se considere agraviado por actos procesales no contenidos
en resoluciones. La oposición y los demás remedios (entre los que se encuentra
la nulidad procesal) sólo se interponen en los casos expresamente previstos en
el Código Procesal Civil y dentro de tercer día de conocido el agravio, salvo
disposición legal distinta.
El artículo 364 del Código Procesal Civil establece que el recurso de
apelación tiene por objeto que el órgano jurisdiccional examine, a solicitud de
parte o de tercero legitimado, la resolución que les produzca agravio, con el
propósito de que sea anulada o revocada, total o parcialmente.
El último párrafo del artículo 367 del Código Procesal Civil faculta al
superior a declarar inadmisible o improcedente la apelación, si advierte que
no se han cumplido los requisitos para su concesión. En este caso -ordena dicho
numeral-, además, declarará nulo el concesorio.
Capitulo V I: L a nulidad en el Código Procesal Civil 253

El artículo 380 del Código adjetivo señala que la nulidad o revocación


de una resolución apelada sin efecto suspensivo, determina la ineficacia de
todo lo actuado sobre la base de su vigencia, debiendo el Juez de la demanda
precisar las actuaciones que quedan sin efecto, atendiendo a lo resuelto por el
superior.
Por su parte, el artículo 382 del Código Procesal Civil precisa que el
recurso de apelación contiene intrínsecamente el de nulidad, sólo en los casos
que los vicios estén referidos a la formalidad de la resolución impugnada.
En lo concerniente al recurso de casación, el artículo 388 -inciso 4)- del
Código Procesal Civil dispone que constituye requisito de procedencia de dicho
recurso el indicar si el pedido casatorio es anulatorio o revocatorio. Si fuese
anulatorio, se precisará si es total o parcial, y si es este último, se indicará hasta
donde debe alcanzar la nulidad. Si fuera revocatorio, se precisará en qué debe
consistir la actuación de la Sala. Si el recurso contuviera ambos pedidos, deberá
entenderse el anulatorio como principal y el revocatorio como subordinado.
En el artículo 396 del Código Procesal Civil, que norma la sentencia
fundada y los efectos del recurso de casación, podemos encontrar algunas
referencias al tema de la nulidad procesal (que nos permitimos subrayar). Así,
pues, dicho numeral establece lo siguiente:
«Si la Sala Suprema declara fundado el recurso por infracción de una
norma de derecho material, la resolución impugnada deberá revocarse,
íntegra o parcialmente, según corresponda. También se revocará la
decisión si la infracción es de una norma procesal que, a su vez, es objeto
de la decisión impugnada.
Si se declara fundado el recurso por apartamiento inmotivado del
precedente judicial, la Corte procederá conforme a lo indicado en el párrafo
anterior, según corresponda a la naturaleza material o procesal de este.
Si la infracción de la norma procesal produjo la afectación del derecho a
la tutela jurisdiccional efectiva o del debido proceso del impugnante, la
Corte casa la resolución impugnada y, además, según corresponda:
1. Ordena a la Sala Superior que expida una nueva resolución; o
2. anula lo actuado hasta la foja que contiene la infracción inclusive
o hasta donde alcancen los efectos de la nulidad declarada, y ordena
que se reinicie el proceso; o
3. anula la resolución apelada y ordena al juez de primer grado que
expida otra; o
4. anula la resolución apelada y declara nulo lo actuado e improcedente
la demanda.
En cualquiera de estos casos, la sentencia casatoria tiene fuerza vinculante
para el órgano jurisdiccional respectivo».
254 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los A ctos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

2.13 La nulidad en relación al emplazamiento del demandado

El primer párrafo del artículo 437 del Código Procesal Civil, que trata
sobre el emplazamiento defectuoso, preceptúa que será nulo el emplazamiento
si se hace contraviniendo lo dispuesto en los artículos 431,432, 433, 434, 435 y
436 de dicho Código. Sin embargo, no habrá nulidad si la forma empleada le
ofreció al demandado las mismas o más garantías de las que el Código adjetivo
regula.
Tampoco habrá nulidad si el emplazado comparece y no la formula
dentro del plazo previsto, o si se prueba que tuvo conocimiento del proceso y
omitió reclamarla oportunamente (art. 437 -in fine- del C.P.C.).
Los artículos 431,432,433,434,435 y 436 del Código Procesal Civil, a que
hace mención el numeral 437 de este Código, establecen lo siguiente:
«Artículo 431°.- Emplazamiento del demandado domiciliado en la competencia
territorial del Juzgado.- El emplazamiento del demandado se hará por medio de
cédula que se le entregará en su domicilio real, si allí se encontrara».

«Artículo 432°.- Emplazamiento del demandado domiciliado fuera de la


competencia territorial del Juzgado.- Cuando el emplazado no se encontrara en
el lugar donde se le demanda, el emplazamiento se hará por medio de exhorto a la
autoridad judicial de la localidad en que se halle.

En este caso, el plazo para contestar la demanda se aumentará con arreglo al Cuadro
de Distancias que al efecto elaborará el Consejo Ejecutivo del Poder Judicial».

«Artículo 433°.- Emplazamiento fuera del país.- Si el demandado se halla fuera


del país, será emplazado mediante exhorto librado a las autoridades nacionales del
lugar más cercano donde domicilie».

«Artículo 434°.- Emplazamiento de demandados con domicilios distintos.- Si


los demandados fuesen varios y se hallaren en Juzgados de competencia territorial
diferente, el plazo del emplazamiento será para todos el que resulte mayor, sin atender
al orden en que las notificaciones fueron practicadas».

«Artículo 435°.- Emplazamiento a demandado indeterminado o incierto o con


domicilio o residencia ignorados.- Cuando la demanda se dirige contra personas
indeterminadas o inciertas, el emplazamiento deberá alcanzar a todos los habilitados
para contradecir y se hará mediante edicto, conforme a lo dispuesto en los Artículos
165°, 166°, 167° y 168° [del C.P.C.], bajo apercibimiento de nombrárseles curador
procesal.

Cuando el demandante ignore el domicilio del demandado, el emplazamiento también


se hará mediante edicto, bajo apercibimiento de nombrársele curador procesal.

El plazo del emplazamiento será fijado por cada procedimiento, pero en ningún caso
será mayor de sesenta días si el demandado se halla en el país, ni de noventa si
estuviese fuera de él o se trata de persona indeterminada o incierta».

«Artículo 436°.- Emplazamiento del apoderado.- El emplazamiento podrá hacerse


al apoderado, siempre que tuviera facultad para ello y el demandado no se hallara
en el ámbito de competencia territorial del Juzgado».
Capítulo V I: L a nulidad en el Código Procesal Civil 255

2.14 La nulidad en relación a la ineficacia de la interrupción de la


prescripción extintiva

Queda sin efecto la interrupción de la prescripción (extintiva), entre otras


razones, y tal como lo indica el inciso 3) del artículo 439 del Código Procesal
Civil, cuando la nulidad del proceso que se declare, incluye la notificación del
admisorio de la demanda.

2.15 La nulidad en relación a las excepciones

El artículo 451 del Código Procesal Civil regula los efectos de las
excepciones, pudiéndose encontrar en dicho numeral algunas referencias a la
nulidad procesal (que nos permitimos subrayar), por lo que pasamos a citarlo
seguidamente:
«Una vez consentido o ejecutoriado el auto que declara fundada alguna
de las excepciones enumeradas en el Artículo 446° [del C.P.CJ, el cuaderno
de excepciones se agrega al principal y produce los efectos siguientes:
1. Suspender el proceso hasta que el demandante incapaz comparezca,
legalmente asistido o representado, dentro del plazo que fijará el
auto resolutorio, si se trata de la excepción de incapacidad del
demandante o de su representante.
2. Suspender el proceso hasta que se subsane el defecto o la insuficiencia
de representación del demandante dentro del plazo que fijará el
auto resolutorio.
3. Suspender el proceso hasta que el demandante subsane los defectos
señalados en el auto resolutorio y dentro del plazo que este fije, si
se trata de la excepción de oscuridad o ambigüedad en el modo de
proponer la demanda.
4. Suspender el proceso hasta que el demandante establezca la relación
jurídica procesal entre las personas que el auto resolutorio ordene
y dentro del plazo que éste fije, si se trata de la excepción de falta
de legitimidad para obrar del demandado.
Vencido los plazos a los que se refieren los incisos anteriores sin
que se cumpla con lo ordenado, se declarará la nulidad de lo
actuado y la conclusión del proceso.
5. Anular lo actuado y dar por concluido el proceso, si se trata de las
excepciones de incompetencia, representación insuficiente del
demandado, falta de agotamiento de la vía administrativa, falta de
legitimidad para obrar del demandante, litispendencia, cosa
juzgada, desistimiento de la pretensión, conclusión del proceso por
conciliación o transacción, caducidad, prescripción extintiva o
convenio arbitral.
256 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los A ctos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

6. Remitir los actuados al Juez que corresponda, si se trata de la


excepción de incompetencia. En el caso de la excepción de
incompetencia territorial relativa, el Juez competente continúa con
el trámite del proceso en el estado en que este se encuentre y si lo
considera pertinente, aun cuando la audiencia de pruebas hubiera
ocurrido, puede renovar la actuación de alguno o de todos los
medios probatorios, atendiendo a lo dispuesto en el último párrafo
del artículo 50. En los demás casos el Juez debe proceder a emplazar
nuevamente con la demanda». (Conforme al art. 50 -último -párrafo- del
C.P.C.: A. el Juez que inicia la audiencia de pruebas concluirá el proceso,
salvo que fuera promovido o separado; y B. el Juez sustituto continuará
el proceso, pero puede ordenar, en resolución debidamente motivada, que
se repitan las audiencias, si lo considera indispensable).
Por otro lado, el artículo 454 del Código Procesal Civil trata sobre la
improcedencia de la excepción como nulidad, señalando que los hechos que
configuran excepciones no podrán ser alegados como causal de nulidad por
el demandado que pudo proponerlas como excepciones.

2.16 La nulidad en relación al saneamiento del proceso

Los artículos 465 y 467 del Código Procesal Civil, concernientes al


saneamiento del proceso y a los efectos de la declaración de invalidez de la
relación procesal, respectivamente, hacen alusión a la nulidad procesal de esta
manera (lo cual subrayamos):
«Artículo 465°.- Saneamiento del proceso.- Tramitado el proceso conforme a esta
SECCION [Sección Cuarta del C.P.C., referida a la postulación del proceso] y
atendiendo a las modificaciones previstas para cada vía procedimental, el Juez, de
oficio y aun cuando el emplazado haya sido declarado rebelde, expedirá resolución
declarando:
1. La existencia de una relación jurídica procesal válida; o,
2. La nulidad y consiguiente conclusión del proceso por invalidez insubsanable
de la relación, precisando sus defectos; o,
3. La concesión de un plazo, si los defectos de la relación fuesen subsanables,
según lo establecido para cada vía procedimental.

Subsanados los defectos, el Juez declarará saneado el proceso por existir una relación
procesal válida. En caso contrario, lo declarará nulo y consiguientemente concluido.

La resolución que declara concluido el proceso o la que concede plazo para subsanar
los defectos, es apelable con efecto suspensivo».

«Artículo 467°.- Efectos de la declaración de invalidez de la relación procesal.-


Consentida o ejecutoriada la resolución que declara la invalidez de la relación
procesal o vencido el plazo sin que el demandante subsane los defectos que la
invalidan, el Juez declarará concluido el proceso imponiendo al demandante el pago
de las costas y costos».
Capítulo V I: L a nulidad en el Código Procesal Civil 257

2.17 La nulidad en relación al emplazamiento de tercero en el proceso


de expropiación

El artículo 521 del Código Procesal Civil versa sobre el emplazamiento


de tercero en el proceso de expropiación, y establece en su primer párrafo que
cuando se trate de bienes inscritos y exista registrado derecho a favor de tercero,
se debe notificar con la demanda a éste, bajo sanción de nulidad de lo actuado.

2.18 La nulidad en relación al contenido de la decisión cautelar

Lo concerniente al contenido de la decisión cautelar se halla normado en


el artículo 611 del Código Procesal Civil, el cual, en su parte final, preceptúa
que la decisión que ampara o rechaza la medida cautelar es debidamente
motivada, bajo sanción de nulidad. Este dispositivo legal es concordante con
lo dispuesto en el inciso 3) del artículo 122 del Código adjetivo, referido a la
fundamentación (de hecho y de derecho) de las resoluciones como requisito
de validez.

2.19 La nulidad en relación al remate

El artículo 733 del Código Procesal Civil regula la publicidad del acto
procesal del remate, y dispone en su último párrafo que la publicidad del remate
no puede omitirse, aunque medie renuncia del ejecutado, bajo sanción de nulidad.
El primer párrafo del artículo 741 del Código Procesal Civil señala
claramente que si el saldo del precio del remate del inmueble no es depositado
dentro del plazo legal (hasta el tercer día de efectuado el remate, tratándose
de bien inmueble: art. 739 -primer párrafo- del C.P.C.; y hasta el día siguiente
de realizado el remate, en el caso de bien mueble: art. 740 -segundo párrafo- del
C.P.C.), el Juez declarará la nulidad del remate y convocará a uno nuevo.
Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 741 del Código Procesal Civil,
la nulidad del remate sólo procede por los aspectos formales de éste y se
interpone dentro del tercer día de realizado el acto. No se puede sustentar la
nulidad del remate en las disposiciones del Código Civil relativas a la invalidez
e ineficacia del acto jurídico. Así lo establece el artículo 743 del Código Procesal
Civil.

2.20 La nulidad en relación al ofrecimiento judicial de pago

En cuanto al proceso no contencioso de ofrecimiento de pago, el tercer


párrafo del artículo 805 del Código Procesal Civil indica que si el solicitante
no concurre a la audiencia (de actuación y declaración judicial), o si concurriendo
no realiza el pago en la forma ofrecida, el Juez declarará inválido el ofrecimiento
y le impondrá una multa no menor de una ni mayor de tres Unidades de
Referencia Procesal. Esta decisión -de acuerdo a dicho precepto legal- es
inimpugnable.
CAPITULO ¥¡S

1. JURISPRUD EN CIA CASATORIA RELACIONADA CON LA NULIDAD


P R O C E S A L EN G EN ER A L

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad


procesal en general, ha establecido lo siguiente:
«... Se entiende por ésta [nulidad procesal], a aquel estado de
anormalidad del acto procesal, originado en la carencia de algunos
de sus elementos constitutivos o en vicios existentes sobre ellos,
que potencialmente los coloca en la situación de ser declarado
judicialmente inválido...» (Casación Nro. 194-2007 / San Martín,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-12-2008, págs. 23587-
23588).
«... En sede de nulidades procesales, éstas suponen un estado de
anormalidad del acto procesal, originado en la carencia de uno de
sus elementos constitutivos, o en vicios existentes sobre ellos, que
potencialmente colocan a dicho acto en la situación de ser declarado
judicialmente inválido como consecuencia de deficiencias efectivas
surgidas en las desviaciones de las reglas del proceso, que puedan
generar indefensión...» (Casación Nro. 2147-2002 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 30-07-2004, pág. 12456).
«... La nulidad es la sanción por la cual se priva a un acto jurídico
procesal de sus efectos normales, y se declara cuando se ha afectado
la forma establecida, lo que comprende tanto la estructura y modo
de exteriorización del acto como el orden que le corresponde en el
desarrollo de la relación procesal; salvo que del análisis del proceso
resulte una de las excepciones que permiten preservar el proceso,
260 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

como cuando la infracción no ha producido agravio...» (Casación


Nro. 2966-2006 / Moquegua, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 02-01-2008, págs. 21170-21171).
«... Las nulidades procesales, entendidas como aquél [sic] estado
de anormalidad de un determinado acto procesal (o conjunto de
ellos) en razón de la carencia o presencia defectuosa de requisitos
que condicionan su existencia regular son [...] soluciones de última
ratio, a las que sólo debe recurrirse en casos extremos, dejando de
lado la añeja posición del culto de la forma por la forma...» (Casación
Nro. 2445-2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 30-01-2008, págs. 21422-21423).
«... La nulidad procesal es un instrumento de última ratio y sólo
debe ser aplicado cuando aparezca una infracción insubsanable de
algún elemento esencial de un acto procesal o cuando se vulnere
uno de los principios del debido proceso» (Casación Nro. 216-96 /
Huaura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-05-1998,
pág. 842).
«... En sede de nulidades procesales, éstas suponen un estado de
anormalidad del acto procesal, de manera que al declararse la
nulidad procesal ello implica resguardar la garantía constitucional
a un debido proceso...» (Casación Nro. 1771-2001 / lea, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2002, pág. 8471).
«... Los vicios del procedimiento constituyen un estado de
anormalidad del acto procesal, originado en alguno de sus elementos
constitutivos o en vicios existentes sobre ellos; tales vicios implican
que potencialmente se declare su invalidez, ya que dicho estado
de nulidad latente puede no materializarse, ya sea por subsanación
del vicio, por convalidación, o porque el acto ha cumplido su
finalidad...» (Casación Nro. 2070-2003 / Santa, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-11-2004, págs. 13104-13105).
«... Los vicios procesales [...] constituyen los defectos u omisiones
que se presentan en los elementos extrínsecos o intrínsecos de un
acto jurídico procesal; siendo esto así, su revelación al juez, no
depende única y exclusivamente de la parte que viene perdiendo
la litis, sino de ambas partes puesto que, el no hacerlo, contribuye
al desenvolvimiento de un proceso que, en su sentencia puede ser
justo, pero que dicha decisión se ha obtenido mediante un
procedimiento reprobado por las normas procesales, afectando el
derecho a un debido proceso no sólo de uno de los litigantes sino
de todos los sujetos procesales...» (Casación Nro. 2424-2003 /
Sullana, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-11-2004,
págs. 13116-13117).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 261

«... La finalidad de las nulidades procesales, es la de asegurar la


garantía constitucional de la defensa en el proceso, pudiendo
configurarse únicamente en relación a los actos procesales susceptibles
de producir efectos jurídicos autónomos, como los actos emanados
de un órgano judicial; en tal sentido, solo cuando la ineficacia sea
resultado de un vicio es posible hablar de nulidad...» (Casación
Nro. 2070-2003 / Santa, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 30-11-2004, págs. 13104-13105).
«... Debe tenerse presente los distintos efectos de la nulidad y de la
revocación; la nulidad es una rescisión de los actos procesales que
implica renovarlos al estado en que se cometió el vicio, tal como lo
establece el artículo ciento setentisiete del Código Adjetivo [C.P.C.];
en cambio, la revocación implica sustituir la decisión del Juez
inferior por una nueva...» (Casación Nro. 1193-2000 / Moquegua,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6691).
«... La nulidad es la sanción por la cual la Ley priva a un acto
procesal de sus efectos normales, debiendo diferenciarse la violación
de las disposiciones de orden público, que entrañan siempre una
nulidad absoluta, de aquellas que sólo afectan al interés privado,
y que deben ser alegadas por aquel a quien peq'udican...» (Casación
Nro. 1908-T-96 / lea, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
15-03-1998, pág. 542).
«... Son nulidades relativas [...] todas aquellas que no estando
expresamente contempladas como absolutas, quedan subsanadas
si se aceptan expresa o tácitamente, o si el acto viciado ha conseguido
su fin no obstante su defecto...» (Casación Nro. 2378-00 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, págs. 7182-
7183).
«... La aplicación automática de la sanción de nulidad por el solo
hecho de su constatación, obligaría a declarar la nulidad por causas
secundarias, aun cuando el proceso se encuentra sentenciado y
precluido sus etapas previas proporcionando con ello un arma al
litigante de mala fe, que le permitiría demorar indefinidamente el
proceso» (Casación Nro. 738-97 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 03-01-1999, pág. 2342).
«... La nulidad de resoluciones judiciales necesariamente debe
formularse incidentalmente, dentro del proceso de su referencia y
no en vía de acción...» (Casación Nro. 294-95 / lea, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 13-12-1996, págs. 2527-2528).
«... Habiéndose interpuesto la demanda sustentándola en la nulidad
de actuados judiciales en vía de acción, el cual es un petitorio no
contemplado en la legislación procesal, ella resulta imposible
262 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

jurídicamente, con lo cual deviene en improcedente, en virtud de


lo previsto en el Artículo cuatrocientos veintisiete del Código
Procesal acotado (C.P.C.), y en consecuencia, inválida la relación
procesal y es asimismo imposible emitir pronunciamiento de fondo
sobre la misma...» (Casación Nro. 2835-97 / Arequipa, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 26-10-1999, pág. 3798).
«... El artículo ciento setentiuno del acotado Código [C.P.C., sobre
el principio de legalidad y trascendencia de la nulidad procesal],
norma precisada como fundamento de derecho de la demanda sub
materia [sobre nulidad de acto jurídico], sólo puede ser invocado
dentro del mismo proceso en que se produjo el vicio pero no en vía
de acción...» (Casación Nro. 2104-2000 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-01-2001, pág. 6856).
«... La Sala Civil [...] absolviendo el grado de apelación, ha expedido
la sentencia [...], sin previamente haber resuelto la nulidad deducida,
restringiendo con ello el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva
que le asiste a la nulidicente, e incurriendo en vicio procesal
insubsanable al haber inobservado normas procesales de obligatorio
cumplimiento; siendo así [...] corresponde amparar el recurso
propuesto [casación] y en consecuencia declarar la nulidad de la
[resolución] recurrida y disponer que la Sala [Superior] de origen
subsane la omisión incurrida y hecho sea expida nueva resolución
con arreglo a derecho...» (Casación Nro. 3189-2007 / Cajamarca,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008, págs. 22810-
22811).
«... La apelación de una resolución que deniega un pedido de
nulidad no produce la suspensión del proceso en primera instancia
conforme a los Artículos trescientos veinte y trescientos setentidós
de la Ley Procesal...» (Casación Nro. 2198-97 / lea, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 03-01-1999, pág. 2348).
«... Al haberse sancionado una nulidad inexistente se ha vulnerado
el derecho al debido proceso del recurrente...» (Casación Nro. 688-
2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2000,
págs. 6372-6373).
«... Al exigir el auto de vista [...] un requisito no previsto en la Ley,
ha incurrido en la causal de nulidad contemplada en el artículo
ciento setentiuno del Código Procesal Civil...» (Casación Nro. 688-
2001 / lea, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 05-11-2001,
pág. 7908).
«... La Segunda Disposición Transitoria [sic -léase la Segunda
Disposición Final-] del Código Procesal Civil [...] establece que Tas
normas son de aplicación inmediata, incluso al proceso en tramite
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 263

[sic -léase en trámite-]. Sin embargo, continuarán rigiéndose por la


norma anterior: las reglas de competencia, los medios impugnatorios
interpuestos, los actos procesales con principio de ejecución y los
plazos que hubieran empezado'; [...] en consecuencia[,] no habiendo
la Sala [Superior] aplicado las normas [procesales] especiales y
vigentes al momento de los hechos, ha incurrido en nulidad
insubsanable a tenor del artículo 171 del Código Procesal Civil...»
(Casación Nro. 4272-2006 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-04-2008, pág. 21950).

2. JURISPRUDENCIA CASATORIA RELACIONADA CON LOS PRINCIPIOS


Q U E R IG E N A LAS N U L ID A D E S PR O C ESA LES

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a los principios


que rigen a las nulidades procesales, ha establecido, en principio, lo siguiente:
«... En materia de nulidad procesal debe tenerse en cuenta [...] los
principios que sancionan las nulidades procesales como: 1) el
principio de legalidad o especificidad, en virtud del cual la nulidad
solo se declara cuando la ley expresamente o implícitamente la
establece; y 2) el de finalidad incumplida, según el cual la nulidad
debe declararse y sancionarse, no obstante que no exista norma
legal expresa, si el acto procesal no ha cumplido su finalidad por
carecer de uno de los requisitos esenciales; principios reconocidos
en el artículo ciento setenta y uno del Código Procesal Civil...»
(Casación Nro. 1112-2007 / Callao, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 03-12-2008, págs. 23598-23599).
«... Existen [...] principios que excluyen o morigeran las nulidades
como: 1) el principio de trascendencia, según el cual solo debe
declararse y sancionarse la nulidad cuando se haya causado
perjuicio a una de las partes o al tercero legitimado; 2 ) principio de
conservación, a tenor del cual no debe declararse la nulidad en caso
de duda sobre los defectos o vicios que se alegan, salvo que se haya
afectado el derecho de defensa de una de las partes; 3) principio de
convalidación, la misma que puede ser tácita o expresa, en virtud
del cual no es procedente declararse la nulidad si se ha convalidado
el acto procesal que se pretende nulificar, entendiéndose que la
convalidación puede operar de varios modos (por subsanación,
por integración de resolución, de pleno derecho, etc.); y [...] 4)
principio de protección, que impone la no sanción de nulidad si la
parte o tercero legitimado nulidicente ha propiciado, permitido o
dado lugar al vicio...» (Casación Nro. 1112-2007 / Callao, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 03-12-2008, págs. 23598-23599).
En los subpuntos que siguen veremos la jurisprudencia casatoria referida
de un modo específico a los principios que rigen a las nulidades procesales.
264 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

2.1 Jurisprudencia casatoria relacionada con el principio de legalidad


o especificidad en la nulidad procesal

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al principio de


legalidad o especificidad en la nulidad procesal, ha establecido lo siguiente:
«... El principio de legalidad o especificidad, en virtud del cual la
nulidad solo se declara cuando la ley expresamente o implícitamente
la establece...» (Casación Nro. 598-2007 / Callao, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-09-2008, págs. 23175-23176).
«... El artículo 171 del Código Procesal Civil [...] determina que la
nulidad se sanciona sólo por causa establecida en la ley; principio
de legalidad que tiende a limitar el ejercicio abusivo que pueda
hacer el solicitante del pedido de nulidades procesales, enmarcándolas
dentro de las causales señaladas por el ordenamiento...» (Casación
Nro. 5131-2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 03-09-2008, págs. 22915-22917).
«... Habiendo la Sala [Superior] sancionado una nulidad no
contemplada en la ley ha vulnerado el derecho al debido proceso
que tiene todo justiciable...» (Casación Nro. 2292-2001 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-05-2002, pág. 8738).
«... Dado el carácter extremo de la declaración de nulidad, la causa
determinante de ella debe estar establecida por la ley; sin embargo,
el criterio legalista o taxativo, se compensa con las llamadas
nulidades implícitas, aquellas que no estando previstas en la norma,
deben ser declaradas...» (Casación Nro. 2070-2003 / Santa, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 30-11-2004, págs. 13104-13105).
«... La nulidad si bien es cierto se sanciona sólo por causa establecida
en la ley, puede ser también declarada cuando el acto procesal
carece de los requisitos indispensables para la obtención de su
finalidad conforme a lo dispuesto en el artículo ciento setentiuno
del Código Procesal Civil...» (Casación Nro. 1225-2000 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 7070).
«... Según lo establecido en el artículo 171 del Código adjetivo la
nulidad de actuados en un proceso civil no puede ser sancionada
por la nulidad misma, por el contrario, para declararla deberá estar
previamente sancionada en la ley; pero además, en atención a los
fines del proceso civil, cuando la ley prescriba determinada
formalidad sin sanción de nulidad, el acto será válido, si ha
cumplido con el propósito para el cual estaba destinado...» (Casación
Nro. 657-2008 / Ancash, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 03-09-2008, pág. 22823).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 265

2.2 Jurisprudencia casatoria relacionada con el principio de finalidad


incumplida

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al principio de


finalidad incumplida, ha establecido lo siguiente:
«... [Según el principio] de finalidad incumplida, [...] la nulidad
debe declararse y sancionarse, no obstante que no exista norma
legal expresa, si el acto procesal no ha cumplido su finalidad por
carecer de uno de los requisitos esenciales...» (Casación Nro. 598-
2007 / Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-09-
2008, págs. 23175-23176).
«... Por el principio de finalidad [incumplida], entendemos que no
basta la sanción legal para declarar la nulidad sino que es necesario
que el acto no haya cumplido el fin [al] cual iba dirigido...» (Casación
Nro. 5262-2006 / Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 02-09-2008, págs. 22670-22671).
«... Conforme al principio de finalidad [incumplida] los actos
procesales no son nulificables si ellos han cumplido con su finalidad
no obstante tener defectos de orden formal...» (Casación Nro. 5131-
2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-09-2008,
págs. 22915-22917).
«... La validez de los actos del proceso deben juzgarse atendiendo
a la finalidad que en cada caso concreto están destinados a
conseguir...» (Casación Nro. 2442-2000 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-07-2001, págs. 7334-7335).
«... Las formas procesales no constituyen un fin en sí mismas, de
ahí que la validez de los actos del proceso debe juzgarse atendiendo
a la finalidad que en cada caso concreto están destinados a conseguir,
no procediendo la nulidad cuando aún siendo defectuosos han
logrado cumplir su objeto» (Casación Nro. 1363-99 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 23-12-1999, págs. 4403-4404.).
«... La infracción o el vicio que afecte el acto procesal para ser
sancionado con nulidad debe originar el incumplimiento del
propósito perseguido por ley y dar lugar a indefensión...» (Casación
Nro. 2167-2005 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 02-06-2006, pág. 16205).
«... Debe cuidarse que la forma infringida no afecte el derecho de
la defensa o el principio de bilateralidad de la otra parte, pues de
así serlo, pese a haber cumplido el acto procesal su finalidad, no
podría convalidarse, y sería irremediable la sanción de nulidad...»
(Casación Nro. 1363-99 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 23-12-1999, págs. 4403-4404).
266 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

2.3 Jurisprudencia casatoria relacionada con el principio de trascendencia


en la nulidad procesal

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al principio de


trascendencia en la nulidad procesal, ha establecido lo siguiente:
«... En virtud del [principio de trascendencia] [...] no es dable admitir
la declaración de nulidad por la nulidad misma o para satisfacer
pruritos formales...» (Casación Nro. 111-2001 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, págs. 7538-7539).
«... [Según] el principio de trascendencia [...] solo debe declararse
y sancionarse la nulidad cuando se haya causado perjuicio a una
de las partes o al tercero legitimado...» (Casación Nro. 598-2007 /
Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-09-2008, págs.
23175-23176).
«... Por el principio de transcendencia, quien cuestiona un acto
procesal debe acreditar encontrarse lesionado por este, otorgando
al impugnante legitimo [sic -léase legítimo-] interés para discutirlo...»
(Casación Nro. 584-07 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-01-2008, págs. 21211-21212).
«... El citado Artículo ciento setenticuatro del Código Procesal Civil,
recoge el principio que la doctrina denomina de 'transcendencia',
y se basa en el principio de que las nulidades procesales sólo
proceden cuando se ha lesionado el interés jurídico del impugnante,
que recogía el antiguo derecho francés en la regla 'pas de nullité
sans grief, y, como ya lo ha establecido esta Sala en numerosas
ejecutorias, no hay nulidad cuando este interés no existe» (Casación
Nro. 475-95 / Huánuco, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 17-07-1998, pág. 1462).
«... El Código Procesal Civil, en su artículo 174[,] ha contemplado
el principio de trascendencia de las nulidades, el mismo que se ha
recogido del derecho francés, en el que se informa 'pas de nullité
sans grief' (no hay nulidad sin perjuicio); la nulidad de los actos
procesales no puede ser declarada [...] por la nulidad misma; sino
por el contrario, únicamente se invalidarán los actuados cuando
en el proceso se haya causado perjuicio real al impugnante, tal por
ejemplo se haya impedido el ejercicio de su derecho a defensa o de
un recurso impugnatorio; de lo contrario no cabe declararse la
nulidad de los actuados, ya que antes que la mera formalidad
procesal, existen otras prioridades procesales que resguardar, tales
como la celeridad y la economía procesal...» (Casación Nro. 1708-07 /
Cusco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-06-2008, pág.
22330).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 267

«... No basta la sola omisión de algún acto procesal para declarar


la nulidad del proceso, tampoco la alegación en forma genérica de
la generación de algún perjuicio, sino que dicha omisión deberá
tener la cualidad de poder causar un perjuicio concreto, de manera
tal [...] que genere indefensión en alguna de las partes, conforme
al principio de trascendencia asumido por el artículo ciento
setenticuatro del citado Código [C.P.C.]...» (Casación Nro. 2228-01 /
La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-07-2002,
págs. 8929-8930).
«... Por el [principio] de trascendencia la nulidad no procede si la
afectación no tiene trascendencia sobre las garantías esenciales de
la defensa en el juicio...» (Casación Nro. 5262-2006 / Piura, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008, págs. 22670-22671).
«... Conforme a los principios de trascendencia y conservación del
acto procesal, no cabe declararse la nulidad del mismo cuando
existan dudas sobre los defectos o vicios que se alegan, salvo que
se haya afectado el derecho de defensa de una de las partes...»
(Casación Nro. 3136-06 / Cusco, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-05-2008, págs. 22162-22164).
«... El principio de trascendencia [...] importa que la sola presencia
de un vicio no es razón suficiente para que el juez declare la nulidad
de un acto procesal, pues se requiere, además, que ese vicio sea
trascendente, es decir, que determine un resultado probablemente
distinto en la decisión judicial o coloque al justiciable en estado de
indefensión...» (Casación Nro. 4930-2006 / Santa, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008, pág. 22673).
«... Este principio de trascendencia de la nulidad preconiza que no
hay nulidad si no hay perjuicio o daño; no basta pues, la infracción
de la formalidad, que sirva para garantizar los derechos de las
partes, sino que debe existir perjuicio, de donde se deduce que la
nulidad sirve para corregir o remediar ese menoscabo...» (Casación
Nro. 5131-2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 03-09-2008, págs. 22915-22917).
«... El artículo ciento setenticuatro del Código Procesal Civil, recoge
el principio que la doctrina denomina d e'transcendencia' y se basa
en el principio de que las nulidades se producen cuando se ha
lesionado el interés jurídico del impugnante, que recogía el antiguo
Derecho Francés en la regla 'pas nullité sans griefi, y como ya lo ha
establecido esta Sala [Suprema] en numerosas ejecutorias, no hay
nulidad cuando este interés no existe, esto es, que la nulidad sólo
debe ser aplicado [sic -léase aplicada-] cuando aparezca una
infracción insubsanable de algún elemento esencial de un acto
268 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

procesal o cuando se vulnere uno de los principios del debido


proceso...» (Casación Nro. 1712-03 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 03-05-2004, pág. 11956).
«... A los hechos [...] es aplicable el principio contenido en el artículo
ciento setenta y dos, párrafo cuarto, del Código Procesal Civil, ya
que si bien es cierto existe un vicio, éste no es de tal trascendencia
como para declarar la nulidad de la sentencia, por cuanto el mismo no
influye en el sentido de la resolución...» (Casación Nro. 3780-2006 /
Junín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2008, págs.
23322-23323).
«... La invocación de un acto procesal viciado implica denunciar
una nulidad trascendente para el proceso, la que de acuerdo al
criterio de esencialidad implica que la declaración de nulidad del
vicio debe influir de manera decisiva sobre el acto, de tal modo que
pueda ser capaz de producir su ineficacia...» (Casación Nro. 2540-
2006 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008,
págs. 22655-22656).
«... En aplicación a que la finalidad del proceso es dar solución a la
controversia o incertidumbre jurídica puesta a consideración del
órgano judicial, no puede ampararse las nulidades por el sólo
mérito de ella [sic], sino que debe tenerse en cuenta si el vicio ha
de influir de manera decisiva en el acto [para] que pueda producir
su ineficacia...» (Casación Nro. 2832-2006 / lea, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-01-2008, págs. 21320-21321).
«... El agravio que se produzca en el proceso a las partes debe ser
trascendente, puesto que el núcleo de [la] nulidad es el perjuicio
cierto e irreparable...» (Casación Nro. 514-2007 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-12-2008, págs. 23560-23561).
«... El criterio de esencialidad, [...] implica que la declaración de
nulidad del vicio deba influir de manera decisiva sobre el acto, de
tal modo que pueda ser capaz de producir su ineficacia; además,
debe tener una influencia decisiva sobre la sentencia...» (Casación
Nro. 2378-00 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
30-04-2001, págs. 7182-7183).

2.4 Jurisprudencia casatoria relacionada con el principio de conservación


en la nulidad procesal
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al
principio de conservación en la nulidad procesal, ha establecido lo
siguiente:
«... [Según el] principio de conservación [...] no debe declararse la
nulidad en caso de duda sobre los defectos o vicios que se alegan,
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 269

salvo que se haya afectado el derecho de defensa de una de las


partes...» (Casación Nro. 598-2007 / Callao, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-09-2008, págs. 23175-23176).
«... Por el principio de conservación de los actos procesales éstos
pueden subsanarse en aquellos casos en que la infracción no tiene
una entidad de perjuicio tal que vulnere el derecho de defensa de
las partes o cuando pese a que se subsane el vicio ello no va a influir
en el sentido de la resolución o en las consecuencias del acto
procesal...» (Casación Nro. 717-2000 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6704).
«... Es criterio jurídico sostener que frente a la nulidad debe
prevalecer la subsanación del defecto; pues el aludido criterio
deriva del principio de conservación regulado en el segundo párrafo
de [sic -léase del-] artículo 172 del Código adjetivo [C.P.C.] en el
que se impone la necesidad de preservar la eficacia y validez de los
actos procesales frente a la posibilidad de su anulación, lo que
llevaría a un resultado disvalioso respecto de los fines del proceso;
en ese sentido, cabe precisar que la nulidad procesal es un
instrumento de última ratio y sólo será aplicado cuando aparezca
una infracción insubsanable de algún elemento esencial de un acto
procesal o cuando se vulnere uno de los principios del debido
proceso...» (Casación Nro. 1887-2004 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-11-2005, pág. 15044).
«...El criterio de las nulidades procesales debe ser restrictivo. Este
criterio deriva del principio de conservación de los actos procesales,
que consagra la conveniencia de preservar la eficacia, la validez de
los actos frente a la posibilidad de anulación o pérdida, lo que
llevaría a un resultado disvalioso para el proceso...» (Casación Nro.
3571-2001 / Cañete, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
31-03-2003, págs. 10402-10403).
«... El criterio de las nulidades procesales debe ser restrictivo ya
que la declaración de nulidad es un remedio excepcional de última
ratio...» (Casación Nro. 1759-96 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 11-06-1998, pág. 1277).
«...N o hay nulidad si la subsanación del vicio no ha de influir en
el sentido de la resolución o en las consecuencias del acto procesal.
En caso de duda debe mantenerse la validez del acto. En efecto, el
criterio de las nulidades procesales debe ser restrictivo...» (Casación
Nro. 078-2000 / Tacna, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
02-02-2002, pág. 8402).
270 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

2.5 Jurisprudencia casatoria relacionada con el principio de convalidación


en la nulidad procesal

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al principio de


convalidación en la nulidad procesal, ha establecido lo siguiente:
«... El principio de convalidación de las nulidades señala que la
naturaleza esencial del proceso recae en el principio de iniciativa
de parte, y, por tanto, el órgano jurisdiccional no puede sustituirse
en el lugar de una de las partes y anular actos procesales que han
sido consentidos por éstas...» (Casación Nro. 1998-2000 / La
Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001,
págs. 7167-7168).
«... [La convalidación de la nulidad] puede ser tácita o expresa,
[...] la convalidación puede operar de varios modos (por subsanación,
por integración de resolución, de pleno derecho, etc.)...» (Casación
Nro. 1142-03 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
02-08-2004, pág. 12497).
«... [En virtud del] principio de convalidación, la misma que puede
ser tácita o expresa, [...] no es procedente declararse la nulidad si
se ha convalidado el acto procesal que se pretende nulificar,
entendiéndose que la convalidación puede operar de varios modos
(por subsanación, por integración de resolución, de pleno derecho,
etc.)...» (Casación Nro. 598-2007 / Callao, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-09-2008, págs. 23175-23176).
«... Al no haberse denunciado los [...] agravios en la primera
oportunidad que tuvo para hacerlo [el recurrente], las posibles
nulidades incurridas han sido convalidadas...» (Casación Nro.
3502-00 / Junín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-
2001, pág. 7242).
«... Al no haber formulado el recurrente la nulidad en la primera
oportunidad que tuvo para hacerlo ha existido una convalidación
tácita sobre dicho extremo, tal como lo establece el artículo ciento
setentidós del Código Procesal Civil; habiendo operado el principio
de preclusión procesal...» (Casación Nro. 1387-01 / Lambayeque,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-07-2002, pág. 8908).
«... En virtud del principio de convalidación, sancionado por el
tercer párrafo del numeral ciento setentidós del Código Procesal
Civil, [...] no procede la nulidad cuando los actos viciados no son
cuestionados oportunamente, precluyendo con ello el derecho a
solicitar la invalidez del procedimiento...» (Casación Nro. 5262-2006 /
Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008, págs.
22670-22671).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 271

«... El tercer párrafo del artículo ciento setentidós del Código


Procesal Civil establece que existe convalidación tácita cuando el
facultado para plantear la nulidad no formula su pedido en la
primera oportunidad que tuviera para hacerlo; [...] existiendo
convalidación tácita no existe afectación al debido proceso...»
(Casación Nro. 3308-2000 / Sullana, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 31-07-2001, págs. 7443-7444).
«... Las nulidades mientras no acarrean un perjuicio transcendental al
proceso y cumpla su finalidad, quedan convalidadas automáticamente...»
(Casación Nro. 1514-2004 / Huaura, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 01-12-2004, pág. 13274).
«... Si bien es cierto que los vicios procesales podrían ser convalidables
ante el silencio de una o de ambas partes que litigan dentro de un
proceso; también lo es que, conforme a la primera parte del numeral
noveno del Título Preliminar del Código Adjetivo [C.P.C.], las normas
procesales contenidas en este Código son de carácter imperativo,
salvo regulación permisiva en contrario; por ende, deben respetarse
los canales procedimentales para obtener un resultado no sólo justo
sino debido, no pudiendo alegar la convalidación, cuando la norma
procesal exigía la realización de un acto...» (Casación Nro. 2424-2003 /
Sullana, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-11-2004,
págs. 13116-13117).
«... Debe cuidarse que la forma infringida no afecte el derecho de
la defensa o el principio de la bilateralidad de la otra parte, pues
de así serlo, pese a haber cumplido el acto procesal su finalidad,
no podría convalidarse, y sería irremediable la sanción de nulidad...»
(Casación Nro. 1332-2003 / Ucayali, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 31-03-2004, págs. 11751-11752).

2.6 Jurisprudencia casatoria relacionada con el principio de protección


en la nulidad procesal

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al principio de


protección en la nulidad procesal, ha establecido lo siguiente:
«... [El] principio de protección [...] impone la no sanción de nulidad
si la parte o tercero legitimado nulidicente ha propiciado, permitido
o dado lugar al vicio...» (Casación Nro. 598-2007 / Callao, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 30-09-2008, págs. 23175-23176).
«... En virtud del [principio de protección] [...], la nulidad debe ser
pedida por el perjudicado, quien además no debe haber originado
el acto irregular, ni haberlo convalidado expresa o tácitamente...»
(Casación Nro. 111-2001 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-07-2001, págs. 7538-7539).
272 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

«... No es posible amparar pretensiones de nulidad [procesal] cuyo


origen obedece a actos propios de la misma parte recurrente, a tenor
de lo dispuesto en el inciso primero del artículo ciento setenta y
cinco del Código Procesal Civil...» (Casación Nro. 4602-2007 / La
Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2008,
pág. 23335).
«... La impugnante sustenta su pedido de nulidad en un hecho
propio, deviniendo en improcedente a tenor de lo previsto en el
inciso 1 del artículo 175 del Código Procesal Civil...» (Casación Nro.
768-2008 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-
09-2008, pág. 22833).
«... No es posible amparar pretensiones de nulidad cuyo origen
obedece a omisiones imputables a la parte que la alega...» (Casación
Nro. 768-2008 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
03-09-2008, pág. 22833).
«... Nadie puede alegar su propia torpeza, esto es, que la nulidad
no es procedente si se formula por quién [sic -léase por quien-] ha
propiciado el vicio, según lo prevé el artículo ciento setenticinco
del Código adjetivo [C.P.C.], y que tiene como fuente la teoría de
los actos propios...» (Casación Nro. 2912-2000 / Arequipa, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 7035).
«... No es posible amparar pretensiones de nulidad cuyo origen
obedece a omisiones imputables a la parte que la alega» (Casación
Nro. 2489-98 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
15-06-1999, págs. 3004-3005).
«...El Derecho exige y protege un comportamiento de buena fe en
los ciudadanos, y por ello no acepta que se pueda actuar en contra
de sus propios actos, o rehusar las consecuencias de estos y vale al
caso citar el aforismo romano: 'Nemo auditur turpitudinem allegans',
y que en materia procesal se encuentra consagrado en el inciso 1
del artículo 175 del Código Procesal Civil, esto es, que no es factible
que quien ha propiciado o dado lugar al vicio, proponga la nulidad.
Es que el Derecho impone un comportamiento; las leyes jurídicas
expresan lo que debe ser, y se caracterizan por la realización de
ciertos valores, reconocidos y aceptados en todas las épocas, como
el Orden, la Paz, la Justicia, la Seguridad, y en general el Bien
Común...» (Casación Nro. 3177-2006 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 31-08-2007, págs. 20097-20098).
«... Se atribuye al Juez una obligación que debió haber cumplido el
propio recurrente en su demanda, solicitando el emplazamiento
de todas las personas que considere conveniente y, al no haberlo
hecho no puede fundar la nulidad de lo actuado en una causa
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 273

imputable a sí mismo...» (Casación Nro. 0771-99 / Arequipa, publicada


en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6786).

3. JURISPRUDENCIA CASATORIA RELACIONADA CON LOS REQUISITOS


EN G E N E R A L D E LA N U L ID A D PR O C ESA L

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a los requisitos


en general de la nulidad procesal, ha establecido lo siguiente:
«... Para que proceda la declaración de nulidad deben presentarse
los siguientes requisitos: i) el acto procesal se haya realizado en
violación de las prescripciones legales, sancionadas bajo pena de
nulidad; ii) la existencia de perjuicio y el interés jurídico en su
declaración; y, iii) la omisión o el acto defectuoso no haya sido
convalidado expresa o tácitamente...» (Casación Nro. 5262-2006 /
Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008, págs.
22670-22671).
«... La nulidad de actuados debe ser sustentada por escrito y no por
medio de un informe oral...» (Casación Nro. 2446-2000 / Cusco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-01-2001, pág. 6880).
«... El agraviado con un acto procesal presuntamente viciado debe
alegarlo en la primera oportunidad que tuviera para hacerlo,
indicando los errores de hecho y de derecho [,] señalando el agravio
que le ocasiona o la defensa que no pudo realizar...» (Casación Nro.
1508-98 / Huaura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-
01-2001, págs. 6780-6781).
«... En cuanto a la alegación del perjuicio sufrido, la parte perjudicada
en la fundamentación de la nulidad debe precisar con claridad cuál
es el vicio o incumplimiento de la formalidad que le causa agravio...»
(Casación Nro. 3048-2006 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-10-2007, págs. 20826-20827).
«... El interés jurídico que se procura subsanar implica que la parte
que invoca la nulidad debe acreditar por qué quiere se subsane el
acto procesal afectado con la nulidad...» (Casación Nro. 1076-2000 /
Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, pág.
7155).
«... Se pretende renovar el pedido de nulidad del propio recurrente
[...] que fuera desestimado en la Audiencia de Saneamiento, por
resolución que se encuentra firme al no haber sido impugnada, lo
que no puede hacerse a tenor del artículo ciento setenticinco inciso
tercero del Código Adjetivo [C.P.C.]...» (Casación Nro. 2090-2000 /
Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001,
pág. 7172).
274 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

3.1 Jurisprudencia casatoria relacionada con la exigibilidad de perjuicio


al solicitante de la nulidad procesal

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la exigibilidad


de perjuicio al solicitante de la nulidad procesal, ha establecido lo siguiente:
«... Para la declaración de nulidad de un acto procesal, es requisito
indispensable la existencia de un perjuicio al interesado, tal como
lo reza la antigua máxima 'pas de nullité sans grief (no hay nulidad
sin daño o perjuicio)7; en ese sentido se orienta nuestro ordenamiento
procesal civil al regular los principios de convalidación, subsanación,
integración y del interés para pedir la nulidad...» (Casación Nro.
1932-99 / Jaén, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-05-
2002, págs. 8675-8676).
«... Ese estado de nulidad potencial no puede afectar el debido proceso
ya sea por ser subsanable el vicio, por convalidación, o porque el acto
ha cumplido su finalidad, y por que [sic -léase porque-] además el
agravio que se produzca en el proceso a las partes debe ser
trascendente, toda vez que el núcleo de la nulidad es el perjuicio cierto
e irreparable...» (Casación Nro. 2050-2000 / Arequipa, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, págs. 7170-7171).
«... La parte que invoca la nulidad debe acreditar el perjuicio, y debe
ser cierto, concreto y real...» (Casación Nro. 3048-2006 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-10-2007, págs. 20826-20827).
«... Frente a un vicio procesal, generado por falta de requisitos o
formalidades, la ley señala como sanción la nulidad de un acto
procesal siempre y cuando este vicio haya ocasionado perjuicio a
la otra parte que haya impedido su defensa...» (Casación Nro. 397-
96 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 09-
10-1996, pág. 2340).
«... Donde no hay indefensión no hay nulidad...» (Casación Nro.
1329-2008 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-
09-2008, págs. 22858-22859).
«... La declaración de nulidad requiere de otro requisito básico
consistente en la existencia del perjuicio, pues donde hay daño
estará siempre el agravio de transgresión al ejercicio del derecho
de defensa, que es en definitiva el fundamento de este presupuesto
nulitivo. La idea del perjuicio se conecta necesariamente con el
principio finalista de las formas (el fin de ellas es asegurar el derecho
de defensa). Es decir que logra su finalidad un acto que aunque
padezca de un vicio formal no acarrea perjuicio» (Casación Nro.
1049-99 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 09-11-
1999, págs. 3893-3894).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 275

«... La nulidad de un acto jurídico procesal debe ser analizada no


sólo por contravenir el texto de la ley, sino cuando dicha omisión
haya trascendido en la parte resolutiva de la decisión impugnada,
produciéndose una situación de indefección (sic -léase indefensión-),
respecto de uno de los justiciables; que, en dicho sentido, quien
formula nulidad debe acreditar estar perjudicado con el acto procesal
viciado conforme lo establece el Artículo ciento setenticuatro del
Código Adjetivo» (Casación Nro. 1210-98 / Piura, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 04-01-1999, pág. 2350).
«... La invocación de un acto procesal viciado, que como tal
contravenga al debido proceso, implica denunciar una nulidad que
sea trascendente para el proceso, es decir, que quien la invoque
acredite que el vicio le ocasiona un perjuicio que no puede subsanarse,
sino con el acogimiento de la sanción de nulidad...» (Casación Nro.
2103-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-
07-2001, pág. 7540).
«... No existe afectación al debido proceso, pues según el principio
de trascendencia de las nulidades, no hay nulidad sin perjuicio,
consagrado en el artículo ciento setenticuatro del Código Procesal
acotado [C.P.C.], advirtiéndose que no ha acreditado [el recurrente]
el perjuicio que invoca, ni ha fundamentado su interés jurídico
respecto de los supuestos vicios que se pretenderían subsanar...»
(Casación Nro. 1998-2000 / La Libertad, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-04-2001, págs. 7167-7168).
«... El recurrente no tiene legitimidad ni interés propio para pedir
la nulidad de un cargo que le agravia a otra persona...» (Casación
Nro. 1296-01 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
05-11-2001, pág. 7919).
«... El impugnante carece de legitimidad para pedir la nulidad de
un acto procesal que no le agravia directamente y que está dirigido
a cuestionar el emplazamiento con la demanda de su hermano...»
(Casación Nro. 3360-01 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 01-04-2002, pág. 8532).
«... Sólo el que haya sufrido el perjuicio podrá denunciar la afectación
al debido proceso, ésta es la regla básica de legitimación para que
el efecto de la contravención sea la sanción de nulidad...» (Casación
Nro. 3248-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 31-07-2001, págs. 7440-7441).
«... De conformidad con lo dispuesto por el artículo 174 del Código
Procesal Civil, quien formula nulidad tiene que acreditar estar
perjudicado con el acto procesal viciado o, en su caso, precisar la
defensa que no pudo realizar como consecuencia del acto procesal
276 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

cuestionado, asimismo, acreditará interés propio y específico en


relación al acto; y en [el] caso de autos la recurrente no puede
denunciar vicios procesales que no le afectan directamente o a favor
de interés ajeno...» (Casación Nro. 99-2008 / lea, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-05-2008, pág. 22232).
«... El recurrente no puede invocar un supuesto agravio ajeno como
suyo, pues es regla de las nulidades procesales, que infringen el
debido proceso, que el recurrente esté perjudicado directamente
con el acto procesal viciado, tampoco se advierte que tenga interés
propio y específico en la denuncia por cuanto la hipotética negación
de tutela no es respeto [sic -léase respecto-] del derecho de él...»
(Casación Nro. 846-01 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 31-08-2001, pág. 7637).
«... Conforme lo establece el artículo ciento setenticuatro del Código
Procesal Civil, quien invoca una nulidad tiene que acreditar haber
sido afectado por el acto procesal viciado, lo cual resulta imposible
en el presente caso, ya que la recurrente no es la titular del derecho
que considera conculcado, consecuentemente la presente denuncia
carece de asidero...» (CasaciónNro. 2894-00 / Lambayeque, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 7034).
«... El impugnante invoca la afectación del derecho de defensa de
su fiador solidario, quien es una persona distinta al que solicita la
nulidad; en ese sentido, el peticionante no tiene un interés propio
para invocar la nulidad...» (Casación Nro. 2911-99 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 04-02-2000, pág. 4634).

3.2 Jurisprudencia casatoria relacionada con la oportunidad para


deducir las nulidades procesales (en primera y segunda instancia)

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la oportunidad


para deducir las nulidades procesales (en primera y segunda instancia), ha
establecido lo siguiente:
«... Las nulidades procesales se deben deducir en la primera
oportunidad que el afectado tuviera para hacerla [sic -léase para
hacerlo-]...» (Casación Nro. 1683-2008 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 04-09-2008, págs. 22969-22970).
«... En virtud al principio de oportunidad previsto en el artículo
ciento setentiséis del Código Procesal Civil, la nulidad debe
formularse en la primera oportunidad que tuvo el afectado para
hacerlo...» (Casación Nro. 2290-02 / Arequipa, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-07-2003, págs. 10756-10757).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 277

«... Es principio y regla procesal que todos los vicios acontecidos


dentro de una audiencia se impugnan en ella, por los que asistieron
o dentro del plazo de Ley de haber sido notificado [sic -léase
notificados-] del contenido de la misma, para los sujetos que no
estuvieron presentes...» (Casación Nro. 346-2005 / Moquegua,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2005, pág. 14560).
«... Con arreglo a lo prescrito en el artículo ciento setentiséis del
Código Procesal Civil, cuando se haya sentenciado el proceso en
primera instancia, el pedido de nulidad [...] sólo puede ser alegado
expresamente con el escrito sustentatorio del recurso de apelación,
que es la vía correcta para impugnar sentencias; [...] al no haberse
actuado así, se ha vulnerado también el principio de preclusión...»
(Casación Nro. 1999-2000 / Piura, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-01-2001, págs. 6813-6814).
«... Dicha articulación [nulidad de actuados] recién fue planteada
por la recurrente mediante escrito [...] cuando el Juez ya había
perdido competencia al haber concedido el recurso de apelación,
y cuando ya había transcurrido el plazo previsto por el artículo
quinientos cincuentiséis del Código Adjetivo [C.P.C.], razón por
la que carece de base real sostener que la recurrente planteó
válidamente la nulidad de actuados, en ese sentido no cabría
admitir su tramitación ni pronunciamiento al respecto...» (Casación
Nro. 404-01 / Junín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
31-07-2001, págs. 7477-7478).
«...El artículo ciento setentiséis del Código Procesal Civil establece
en su primer y segundo párrafo que: 'El pedido de nulidad se
formula en la primera oportunidad que el perjudicado tuviera para
hacerlo, antes de la sentencia. Sentenciado el proceso en primera
instancia, sólo puede ser alegada expresamente en el escrito
sustentatorio del recurso de apelación. En el primer caso, el Juez
resolverá previo traslado por tres días; en el segundo, la Sala Civil
resolverá oyendo a la otra parte en auto de especial pronunciamiento
o al momento de absolver el grado. Las nulidades por vicios
ocurridos en segunda instancia, serán formuladas en la primera
oportunidad que tuviera el interesado para hacerlo, debiendo la
Sala Superior resolverlas de plano u oyendo a la otra parte'; [...] de
lo preceptuado en el citado artículo ciento setentiséis [del C.P.C.]
puede concluirse válidamente que de deducirse una articulación
de nulidad en segunda instancia por vicios incurridos en el
concesorio del recurso de apelación de la parte contraria, la Sala
Civil está en la obligación de resolverlo en auto de especial [...]
pronunciamiento o al momento de absolver el grado; de modo tal
que de no proceder en la forma prescrita por la ley acarreará su
nulidad, por violación del principio de motivación escrita de las
278 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

resoluciones judiciales [...]; salvo que resulten aplicables los principios


de trascendencia, convalidación y subsanación contemplados en
los artículos ciento setentiuno y ciento setentidós del Código
Procesal Civil...» (Casación Nro. 2616-2005 / Junín, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 30-11-2006, págs. 17929-17930).
«... El artículo ciento setentiséis del Código Procesal Civil, dispone
en su segundo párrafo, que las nulidades por vicios ocurridos en
segunda instancia, serán formuladas en la primera oportunidad
que tuviera el interesado para hacerlo, debiendo la Sala resolverlas
de plano u oyendo a la otra parte; es decir, que la Sala no tiene la
obligación de correr traslado a la otra parte de la nulidad deducida,
puesto que puede, incluso, resolver la nulidad de plano, ello sin
oír a la otra parte; [...] siendo esto así, al haber resuelto la Sala Civil
[...] la nulidad deducida [...] respecto de la Resolución de Vista [...],
que anula la Sentencia de Primera Instancia por vicios procesales,
sin correr traslado al demandante, no se han contravenido las
normas que garantizan el derecho a un debido proceso...» (Casación
Nro. 2984-01 / Tacna, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
02-05-2002, págs. 8752-8753).

4. JURISPRUDENCIA CASATORIA RELACIONADA CON LA POTESTAD


N ULIFICANTE (DECLARACION DE OFICIO DE LA NULIDAD) D EL
O R G A N O JU R IS D IC C IO N A L

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la potestad


nulificante (declaración de oficio de la nulidad) del órgano jurisdiccional, ha
establecido lo siguiente:
«... Con arreglo a lo prescrito en el artículo ciento setentiséis in fine
del Código Procesal Civil, los jueces sólo declararán de oficio las
nulidades insubsanables, mediante resolución motivada, reponiendo
el proceso al estado que corresponda, entendiéndose por
insubsanable cuando se produce el quebrantamiento o inobservancia
de las formas del proceso y que no sea susceptible de convalidarse
mediante el consentimiento expreso o tácito de la parte perjudicada
por el acto viciado...» (Casación Nro. 1325-2000 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, págs. 6694-6695).
«... Las nulidades absolutas pueden ser declaradas de oficio por la
Corte Superior incluso al conocer de los recursos de apelación, aún
(sic) cuando el acto nulo no haya sido objeto de denuncia o recurso
por las partes...» (Casación Nro. 1755-99 / Puno, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 23-11-1999, págs. 4119-4120).
«... La nulidad procesal declarada de oficio, presupone que el acto
procesal viciado no sea posible de convalidación. La procedencia
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 279

de la nulidad de oficio está en la protección de las garantías


constitucionales del proceso, siendo una de las más importantes el
respeto al debido proceso...» (Casación Nro. 445-02 / Apurímac,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-01-2005, págs. 13517-
13518).
«... La nulidad se sanciona sólo por causa establecida en la ley, sin
embargo, puede declararse también cuando el acto procesal
careciera de los requisitos indispensables para la obtención de su
finalidad, teniendo en cuenta los principios de legalidad y
trascendencia a que se refiere el artículo ciento setentiuno del
Código Adjetivo [C.P.C.], aunque no haya sido invocada...»
(Casación Nro. 2881-99 / Tumbes, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-01-2001, págs. 6839-6840).
«... Ante un vicio de gran consideración cualquier órgano
jurisdiccional por el sólo hecho de serlo tiene lo que en doctrina se
llama la potestad nulificante, recogido [sic -léase recogida-] en el
último párrafo del artículo ciento setentiséis del Código Procesal
Civil por la cual debe declarar la nulidad aún cuando ésta no haya
sido solicitada, en los casos en que considere que el acto viciado
altere los fines abstracto y concreto del proceso...» (Casación Nro.
857-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-
01-2001, págs. 6708-6709).
«... Frente a un vicio de tal consideración (vicio sustancial), cualquier
órgano jurisdiccional por el sólo (sic) hecho de serlo tiene lo que
en doctrina se llama potestad nulificante del juzgador y que ha sido
acogido en el último párrafo del Artículo ciento setentiséis del
nuevo Código Procesal Civil, entendida como aquella facultad de
declarar una nulidad aún (sic) cuando no haya sido solicitada, si
considera que el acto viciado (incluso el proceso todo) puede alterar
sustancialmente los fines abstracto y concreto del proceso y la decisión
que en él va a recaer...» (Casación Nro. 2197-99 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 17-09-2000, págs. 6270-6271).
«... Frente a los vicios advertidos por el Tribunal Ad quem [...] en
la sentencia de primera instancia apelada, cualquier órgano
jurisdiccional por el sólo [sic] hecho de serlo tiene lo que en doctrina
se denomina potestad nulificante del juzgador, potestad que ha
sido acogida en el último párrafo del artículo 176 del Código
Procesal Civil; la misma que es entendida como aquella facultad
de declarar una nulidad aún [sic] cuando no haya sido solicitada
por las partes, si el juzgador considera que el acto viciado -incluso
todo el proceso- puede alterar sustancialmente los fines abstractos
y concreto [sic] del proceso y la decisión que en él va a recaer...»
(Casación Nro. 1583-2008 / Lambayeque, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 03-09-2008, pág. 22868).
280 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

«... Frente a un vicio sustancial, el órgano jurisdiccional tiene la


potestad nulificante, la cual ha sido acogida en el último párrafo
del artículo 176 del Código Adjetivo [C.P.C.], entendida como
aquella facultad de declarar una nulidad aún [sic] cuando no haya
sido solicitada, si considera que el acto viciado puede alterar
sustancialmente los fines abstracto y concreto del proceso y la
decisión que en él va a recaer...» (Casación Nro. 5039-2007 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-03-2008, pág. 21698).
«... En las nulidades de oficio el juez se pronuncia sin que medie
petición al respecto, corrigiendo por propia iniciativa los actos
irregulares o vicios formales que se presenten dentro del proceso
y que impliquen una lesión a la garantía constitucional del debido
proceso; [...] las únicas nulidades que pueden decretarse de oficio
son aquellas en que se compromete el derecho de defensa y [...] ello
ocurre cuando el acto viciado implica que no se ha oído a la
contraparte...» (Casación Nro. 560-2003 / Moquegua, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 31-03-2004, págs. 11677-11678).
«... La violación de una disposición de orden público entraña una
nulidad que debe ser declarada de oficio...» (Casación Nro. 4122-
2001 / lea, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-09-2002,
pág. 9217).
«... El artículo 176 del Código Procesal Civil, [...] en su último párrafo
establece que dos Jueces sólo declararán de oficio las nulidades
insubsanables, mediante resolución motivada, reponiendo el proceso
al estado que corresponda'. [...] Que, en efecto, la nulidad puede ser
declarada de oficio, pero debe proceder así en casos excepcionales,
en supuestos en que de por medio esté el interés público o exista una
disposición expresa...» (Casación Nro. 1265-2006 / Callao, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 30-11-2006, pág. 17844).
«... La nulidad de un acto del proceso es la negación del mismo y
un perjuicio evidente para las partes, por lo que sólo corresponde
ser declarado [sic -léase declarada-] cuando se ha afectado una
garantía y entonces el Juez, justificadamente, priva a un acto
procesal de sus efectos normales. La nulidad, por tanto puede ser
declarada de oficio cuando afecta principios constitucionales, o
cuando la falta de un presupuesto procesal pueda influir en el
resultado final del proceso, como establece el artículo 171 del mismo
Código [C.P.C.]...» (Casación Nro. 705-2003 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Perüano el 03-05-2005, págs. 14051-14052).
«... La nulidad de oficio es una facultad [que opera] cuando el
juzgador -y no la parte interesada- considere que ella es manifiesta...»
(Casación Nro. 946-2008 / Apurímac, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 04-09-2008, pág. 23091).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 281

«... Tratándose de un vicio que puede ser declarado de oficio por


el Juzgador, es indudable que en dicho caso no operan los principios
de preclusión y convalidación...» (Casación Nro. 2313-2000 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 05-11-2001, págs. 7974-
7975).
«...Si bien es cierto que el Artículo segundo del Título Preliminar
del Código Procesal Civil, establece que el Juez es el director del
proceso, ello no invalida que la naturaleza esencial del Proceso
Civil es de ser dispositivo, y por lo tanto, el Colegiado no puede
sustituirse en el lugar de una de las partes y anular actos procesales
que han sido consentidos por ésta, máxime si en autos dicho sujeto
procesal no ha sufrido de indefensión, porque ello implicaría
vulnerar el principio de igualdad entre las partes» (Casación Nro.
671-99 / Chincha, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-
09-1999, pág. 3409).
«... De acuerdo al principio de convalidación de las nulidades
previsto en el artículo ciento setentidós del Código Adjetivo
[C.P.C.], no prosperará la nulidad cuando mediare consentimiento
expreso o tácito de la parte interesada; [...] en aplicación de la norma
precitada, el Juez no puede declarar de oficio la nulidad si ya se ha
verificado el mencionado consentimiento...» (Casación Nro. 078-
2000 / Tacna, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-02-
2002, pág. 8402).
«... La precitada resolución [...] no había adquirido la calidad de
cosa juzgada a que se refiere el inciso segundo del artículo ciento
veintitrés del Código Procesal Civil, siendo por ello factible que
antes que transcurriera el plazo para que la resolución quede
consentida el Ad-quem ejerciera la facultad oficiosa de declarar las
nulidades insubsanables en virtud a lo previsto en el artículo ciento
setentiséis in fine del Código Procesal Civil; siendo así, carece de
sustento fáctico la denuncia invocada por la recurrente en el sentido
de que se ha infringido el principio de la cosa juzgada...» (Casación
Nro. 3224-01 / Tacna, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
01-04-2002, pág. 8528).
«... Es deber del Juzgador (operador jurisdiccional personal o
colegiado) velar que el proceso que conoce tenga por objeto una
pretensión que no haya sufrido los efectos de la caducidad, pues
de lo contrario la relación estará viciada y la sentencia que recaiga
será fraudulenta, mientras ésta no haya alcanzado la autoridad de
cosa juzgada material, pues mientras exista el proceso, dicho
operador no puede sustraerse de su facultad nulificante, entendida
como la manifestación de su rol de director del proceso en custodia
de un proceso en condiciones mínimas para expedir una sentencia
282 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

válida sobre el fondo, potestad que deriva de los artículos tercero


del Título Preliminar y cuatrocientos veintisiete inciso tercero del
Código adjetivo...» (Casación Nro. 1744-00 / Santa, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, págs. 7161-7162).

5. JURISPRUDENCIA CASATORIA RELACIONADA CON LA NULIDAD


DE COSA JUZGADA FRAUDULENTA

En los subpuntos siguientes veremos la jurisprudencia casatoria referida


a la nulidad de cosa juzgada fraudulenta

5.1 Jurisprudencia casatoria relacionada con aspectos generales de


la nulidad de cosa juzgada fraudulenta

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a los aspectos


generales de la nulidad de cosa juzgada fraudulenta, ha establecido lo siguiente:
«... Nuestro ordenamiento procesal civil ha establecido el mecanismo
legal correspondiente para el cuestionamiento de las sentencias que
han adquirido la calidad de cosa juzgada, el mismo que podrá ser
ejercido únicamente en vía de acción y no a través de una articulación
de nulidad...» (Casación Nro. 1999-2000 / Piura, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-01-2001, págs. 6813-6814).
«... No es objeto de la nulidad de cosa juzgada fraudulenta revivir un
proceso fenecido, sino establecer si durante su procedimiento se
incurrieron en las causales que la invalidan» (Casación Nro. 1169 - 99 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 20-01-2000, pág.
4608).
«... La acción de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, prevista en
el artículo 178 del Código Procesal Civil, persigue anular una
sentencia de mérito, que ha adquirido la calidad de cosa juzgada,
expedida mediando vicios sustanciales causados por dolo, fraude,
o colusión, afectando el derecho a un debido proceso y que en
consecuencia no refleja la verdadera voluntad del ordenamiento
jurídico para el caso; su finalidad es distinta de la de aquella que
culminó con el pronunciamiento sujeto a revisión o nulificación y,
ni tampoco es la contradicción de lo resuelto en el juicio anterior,
ni un nuevo proceso sobre los mismos derechos...» (Casación Nro.
130-2008 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 30-10-2008, págs. 23210-23211).
«... La acción de nulidad de cosa juzgada fraudulenta persigue
anular una sentencia de mérito, que ha adquirido la calidad de cosa
juzgada, expedida mediando vicios substanciales causados por
dolo, fraude, colusión (...) afectando el derecho a un debido proceso
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 283

y que en consecuencia, no refleja la verdadera voluntad del


ordenamiento jurídico para el caso; es acción principal y autónoma,
y su finalidad es distinta de la de aquella que culminó con el
pronunciamiento sujeto a revisión o nulificación y, definitivamente,
no es la contradicción de lo resuelto en el juicio anterior, ni un nuevo
proceso sobre los mismos derechos...» (Casación Nro. 1886 - 96 /
San Martín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 16-05-1998,
págs. 1044-1045).
«... Tratándose de una acción de nulidad de cosa juzgada fraudulenta
una acción excepcional y extraordinaria^] sólo es procedente en
casos expresamente previstos en la Ley, como es el fraude o colusión
que afectan al debido proceso...» (Casación Nro. 4389-2007 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-01-2008, pág. 21548).
«... Si bien el artículo noveno del Título Preliminar del Código
acotado [C.P.C.] dispone que las normas procesales y las
formalidades previstas en dicho Código son imperativas y que sin
embargo el Juez adecuará su exigencia al logro de los fines del
proceso, esta facultad no puede utilizarse cuando un dispositivo
como el artículo ciento setentiocho del Código Procesal Civil señala
específicamente los casos en que procede la nulidad de cosa juzgada
fraudulenta, porque implicaría la infracción de este dispositivo,
permitiendo dicho proceso en los casos no contemplados por ella...»
(Casación Nro. 286-2001 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 05-11-2001, págs. 7902-7903).
«... Una demanda de nulidad de cosa juzgada, no es la continuación
del proceso en el que se haya expedido la sentencia que ha adquirido
el carácter de cosa juzgada, sino una pretensión que da origen a un
nuevo proceso, el cual tiene que sujetarse a las normas vigentes al
momento de interponerse» (Casación Nro. 240-95 / Cusco, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 16-07-1998, pág. 1460).
«... La nulidad de la cosa juzgada fraudulenta tiene como
características principales: a) Que es excepcional. Es decir, sólo
procede su utilización frente a causales específicas tipificadas en el
ordenamiento jurídico, no teniendo lugar interpretaciones extensivas
o integración analógica a materia distintas [sic] de las reguladas
por el ordenamiento procesal civil; b) Que, es residual, es decir, no
puede ser usada si en un proceso existen mecanismos internos y
ordinarios que puedan subsanar el vicio ocurrido a propósito de
la comisión del fraude procesal; c) Que, es extraordinario, es decir,
sólo se puede cuestionar la autoridad de la cosa juzgada recaída
en una sentencia judicial, cuando ésta [sic] decisión ha sido obtenida
sobre la base de un engaño o simulación o acto fraudulento, que
agravie a tal punto el espíritu de la justicia, [...] que mantener la
284 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

cosa juzgada sería una aberración; y d) Que, es de extensión


limitada, es decir, que si se debe declarar fundada la demanda de
nulidad de cosa juzgada fraudulenta, ésta sólo alcanza a los actos
viciados de fraude...» (Casación Nro. 1432-2006 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 03-09-2007, págs. 20276-20278).
«... No se restringe el derecho de acción, cuando por la propia
naturaleza excepcional de la nulidad de cosa juzgada fraudulenta,
se restringe su procedencia a causales específicas previstas en la
ley, por ende, no cabe interpretación extensiva o integración
analógica a materias distintas de las reguladas en el ordenamiento
procesal civil...» (Casación Nro. 1963-98 / Piura, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 20-11-1998, págs. 2066-2067).
«... La Nulidad de Cosa Juzgada Fraudulenta procede contra toda
clase de procesos, cuestionando frontalmente la cosa juzgada, cuya
firmeza es principal soporte de la seguridad jurídica; de ahí su
carácter extraordinario que lo distingue de los demás procesos
regulados por el Código Adjetivo [C.P.C.]...» (Casación Nro. 1455-
2008 / Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2008,
págs. 23243-23244).
«... Para la procedencia de la Acción de Cosa Juzgada Fraudulenta
conforme a la doctrina, deben concurrir los siguientes requisitos:
a) una sentencia de mérito o sentencia definitiva; b) una sentencia
emitida en un proceso seguido con dolo, fraude, colusión (...)
afectando el derecho a un debido proceso, o un fallo producto de
conducta fraudulenta; c) que con dicha sentencia se haya causado
un perjuicio efectivo; d) que exista una adecuada relación causal
entre las consecuencias dañosas y la sentencia cuestionada; e) que
quien demanda la nulidad sea la persona perjudicada y que además
no haya propiciado o consentido el acto o proceso fraudulento
interponiendo los recursos impugnativos de ley, y f) que la demanda
sea interpuesta dentro del plazo previsto por ley» (Casación Nro.
722 - 97 / Junín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 26-11-
1998, pág. 2134).
«... El juicio de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, es un proceso
declarativo, donde no existe cuantía y es otro proceso respecto del
que se ha solicitado su nulidad y el arancel abonado es el que
corresponde a una cuantía indeterminada...» (Casación Nro. 2598-
2001 / Tacna, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-04-
2002, págs. 8520-8521).
«... El Artículo ciento setentiocho del precitado Código (Procesal
Civil) que regula la acción de nulidad de cosa juzgada fraudulenta,
no prevé ningún criterio que disponga que si las causales de fraude
procesal fueran cometidas por los Magistrados de Segunda Instancia
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 285

tenga que accionarse ante la Sala Superior» (Casación Nro. 725-97 /


Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 05-10-1998,
pág. 1773).
«... Los daños y perjuicios que se le hubiera irrogado al recurrente
en los procesos fenecidos que fueron materia de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta, deben ser invocados en la vía pertinente, no
siendo el incidente de costas y costos la vía adecuada para resolver
ese punto...» (Casación Nro. 1240-01 / Huaura, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-10-2001, pág. 7766).
«... Resulta incuestionable que el crédito laboral del tercerista [de
derecho preferente de pago] deriva de una conciliación aprobada
por el Juez laboral que tiene la calidad de cosa juzgada y en modo
alguno puede ser desconocida por el propio Organo Jurisdiccional,
no habiendo regulado la ley que en el proceso de Tercería de
Derecho Preferente de Pago [...] pueda ventilarse también la
constitucionalidad o legalidad, por presunta violación del derecho
al debido proceso, de una resolución que ha adquirido la calidad
de cosa juzgada; estando reservado [sic] dicha revisión para el
proceso de Nulidad de Cosa Juzgada Fraudulenta contemplado en
el artículo ciento setentiocho del Código Procesal Civil...» (Casación
Nro. 1950-2005 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-11-2006, págs. 17906-17908).
«... La legislación vigente no prevé la suspensión del proceso de
desalojo por ocupación precaria ni a pedido de parte ni de oficio
por el Juez, por el hecho de que la demandada interponga demanda
de nulidad de cosa juzgada fraudulenta contra la sentencia emitida
en proceso de nulidad de acto jurídico que declaró nulo el título de
propiedad de la demandada...» (Casación Nro. 157-2000 / Santa,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-05-2002, pág. 8808).
«... La recurrente desconoce plenamente la naturaleza jurídica de
su demanda de Tercería de Propiedad puesto que a través de ésta
no se entra a analizar la validez del proceso de Ejecución de Garantía
como pretende sino que ello corresponde a una demanda de
Nulidad de Cosa Juzgada Fraudulenta...» (Casación Nro. 4932-2007 /
Ucayali, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2008,
págs. 23347-23348).

5.2 Jurisprudencia casatoria relacionada con el fraude y la colusión


procesal

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al fraude y la


colusión procesal, ha establecido lo siguiente:
286 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

«... La demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta por tener


el carácter de excepcional, debe tener como sustento la conducta
calificada como deshonesta, en que habrían incurrido las partes
procesales o el mismo Juez...» (Casación Nro. 2805-2000 / Arequipa,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 6983).
«... El fraude procesal [...] debe entenderse como el acto u omisión
de una de las partes que -mediante el engaño, el ardid o la astucia-
están dirigidas [sic] a inducir al Juez a error para obtener un fallo
favorable...» (Casación Nro. 2608-2006 / Callao, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-10-2007, págs. 20787-20788).
«... Compone el concepto de fraude procesal todos los artificios,
maquinaciones, ardides y engaños que la malicia humana puede
introducir en el proceso con la finalidad de violar alevosamente la
ley, amparándose en la autoridad de la sentencia o en la estabilidad
de los actos procesales...» (Casación Nro. 1300-2001 / Ancash, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-04-2002, págs. 8501-8502).
«... Se considera fraude procesal a toda maniobra de las partes, de
terceros, o del Juez que tienda a obtener o dictar una sentencia con
fines ilícitos. La doctrina reconoce varias modalidades, pero todas
ellas contienen una infracción a la regla moral...» (Casación Nro.
1399-2004 / Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-
05-2005, págs. 14124-14125).
«... El 'fraude procesal' es un acto doloso destinado a desnaturalizar
el normal desarrollo de un proceso, provocando situaciones injustas
que afecten los intereses de una o ambas partes y eventualmente
de terceros...» (Casación Nro. 1432-2006 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 03-09-2007, págs. 20276-20278).
«... La sentencia declara como hecho establecido la colusión del
recurrente con los jueces que intervinieron en primera y segunda
instancia del proceso sobre obligación de dar suma de dinero, lo
cual consiguientemente determina la concurrencia de fraude
procesal por haberse seguido el proceso con inexactitud consciente
y engañosa, como la afectación al debido proceso por haber optado
el demandante por un Juez incompetente en forma deliberada...»
(Casación Nro. 1951-98 / lea, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-01-2001, pág. 6774).
«... El fraude procesal también se reproduce [sic -léase se produce-]
cuando existe fraude a la ley, el cual puede presentarse cuando se
tramita una materia en una vía que no le corresponde...» (Casación
Nro. 1240-01 / Huaura, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 01-10-2001, págs. 7765-7766).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 287

«... La nulidad de la cosa juzgada fraudulenta a que se refiere el


artículo 178 del Código Procesal Civil [...] requiere que el actor
describa el acto fraudulento y qué [sic -léase y que-] ese acto haya
violado el debido proceso...» (Casación Nro. 671-2001 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-11-2001, pág. 8027).
«... Si bien los medios de prueba [...] demuestran la existencia de
una relación religioso - espiritual (compadrazgo) entre el Juez de
la causa y el abogado del Banco [parte procesal], tales medios de
prueba per se no demuestran que en la tramitación del proceso
judicial [...] se hayan coludido el Juez y una de las partes del proceso,
con el objeto de obtener una sentencia judicial contraria a la
voluntad de la Ley...» (Casación Nro. 2106-2005 / Cusco, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-04-2007, págs. 19171-19176).
«... La sentencia que ordena se extienda en escritura pública un
documento falsificado, como se ha establecido en la instancia,
constituye un claro ejemplo de cosa juzgada fraudulenta, pues se
ha utilizado los mecanismos del proceso para cohonestar un acto
doloso, lo que ya de por sí descalifica el mandato judicial, pues lo
que es ilícito no puede convertirse en lícito en virtud de un proceso
judicial...» (Casación Nro. 899-2004 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 28-02-2006, págs. 15607-15608).

5.3 Jurisprudencia casatoria relacionada con el objeto de debate en


el proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al objeto de


debate en el proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, ha establecido
lo siguiente:
«... Respecto a la interposición de la demanda de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta este es un mecanismo procesal que pretende
atacar la nulidad formal, y no material, de la cosa juzgada; sin
embargo, sus fines están claramente establecidos por Ley más si
con la instauración de este tipo de procesos, por seguridad jurídica,
no se detiene los efectos del proceso sujeto a nulidad...» (Casación
Nro. 294-2001 / Huánuco, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 31-07-2001, págs. 7467-7468).
«... Una demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta no es la
continuación del proceso en el que se haya expedido la sentencia
que ha adquirido la calidad de cosa juzgada, sino una pretensión
que da origen a un nuevo proceso, el cual tiene que sujetarse a las
normas vigentes al momento de interponerse; por ende no es su
objeto revivir un proceso fenecido, sino establecer si durante su
procedimiento se incurrieron en las causales señaladas taxativamente
288 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

en el artículo 178 del Código Adjetivo [C.P.C.], siendo improcedente


revisar la cuestión de fondo...» (Casación Nro. 961-2008 / Cusco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-09-2008, pág. 22922).
«... La nulidad de cosa juzgada fraudulenta tiene una finalidad
distinta del proceso que culminó con el pronunciamiento sujeto a
revisión, y definitivamente, no es la contradicción de lo resuelto en
el juicio anterior, ni un nuevo proceso sobre los mismos derechos...»
(Casación Nro. 1473-2002 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-12-2002, pág. 9585).
«... En el proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta solamente
es materia de conocimiento las causales señaladas taxativamente
en el Artículo ciento setentiocho del Código adjetivo, por ende no
puede revisarse nuevamente la cuestión o materia de fondo del
proceso fenecido...» (Casación Nro. 2581-99 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 18-01-2000, págs. 4583-4584).
«... La vía de acción de nulidad de cosa juzgada fraudulenta está
reservada para aquellos procesos seguidos con dolo, fraude,
colusión (...) contraviniendo el debido proceso, y en consecuencia
no puede servir para obtener un nuevo examen de derecho de un
asunto sentenciado de forma definitiva...» (Casación Nro. 557-99 /
Chincha, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 22-08-1999,
pág. 3288).
«... En el proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta solamente
son materia de conocimiento las causales señaladas taxativamente
en el artículo 178 del Código Procesal Civil (fraude o colusión), no
correspondiendo revisarse nuevamente la cuestión o materia de
fondo del proceso fenecido...» (Casación Nro. 1716-2007 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008, pág. 22678).
«... La litis versa sobre nulidad de cosa juzgada fraudulenta, en la
que únicamente se verifica si las sentencias objeto de análisis judicial
han sido expedidas con fraude o colusión, aspectos a los que se ciñe
la actividad probatoria, no así aquellas cuestiones de hecho
debatidas en la causa sub análisis...» (Casación Nro. 1452-2006 /
lea, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-01-2007, pág.
18672).
«... La citada pretensión [sobre nulidad de cosa juzgada fraudulenta]
tiene carácter extraordinario no constituyendo una tercera instancia,
[...] en donde se revise nuevamente el fondo del asunto, sino una
acción de carácter residual que solamente se puede fundar en uno
o algunos de los supuestos previstos en el artículo ciento setentiocho
del Código Procesal Civil...» (Casación Nro. 3670-01 / Santa, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-04-2002, pág. 8559).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 289

«... El proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta o acción de


revisión civil no constituye una nueva vía para revalorar la prueba
actuada en el proceso primigenio ni debatir hechos que ya han sido
materia de pronunciamiento judicial [...] -lo que afectaría la cosa
juzgada y la seguridad jurídica-, pues su objeto es constatar si en
el proceso cuestionado se ha actuado con fraude o colusión que
signifique afectación al debido proceso...» (Casación Nro. 293-2006 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-10-2006, pág.
17139).
«... El proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta no es aquel
que sirva para revalorar la prueba del proceso anterior ni para salvar
las omisiones en el aporte o actuación de la prueba que se hubiera
tenido en aquel...» (Casación Nro. 284-2004 / Arequipa, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 30-01-2006, págs. 15364-15365).
«... La acción de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, prevista en
el artículo 178 del Código Procesal Civil, no tiene por objeto reabrir
el debate sobre el tema de fondo decidido [...]; no es contradictorio
[sic -léase no es contradictoria-] de lo ya resuelto, sino que ataca la
cosa juzgada cuando ésta es consecuencia de fraude procesal o
colusión...» (Casación Nro. 4339-2006 / Piura, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-02-2007, pág. 18847).
«... El proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta [...] no es
contradictorio de lo resuelto en otro juicio, sino que ataca a la cosa
juzgada, cuando es consecuencia de vicios sustanciales causados
por actos realizados con fraude, o colusión, afectando el derecho a
un debido proceso, al generar indefensión, y en todo caso, tales
vicios deben ser de tal trascendencia que a no mediar ello, el resultado
habría sido otro...» (Casación Nro. 1485-2008 / Piura, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 02-12-2008, págs. 23453-23454).
«... La naturaleza del proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta
no busca revisar las nulidades procesales en que se pudo haber
incurrido en un proceso ya concluido, y, que no fueron impugnadas
en su momento, sino, que su naturaleza responde a efectuar el
análisis de la existencia de dolo o fraude, realizado por una o ambas
partes, o por el Juez o por éste y aquéllas, causando ello la afectación
al debido proceso, según el artículo ciento setentiocho del Código
Procesal Civil...» (Casación Nro. 5304-2006 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-10-2007, pág. 20728).
«... La nulidad de cosa juzgada fraudulenta es una pretensión
nulificante, que se sustenta en los vicios sustanciales de la resolución
que contenga la calidad de cosa juzgada; no se discute el fondo del
asunto de lo resuelto en el anterior proceso, sino que aquélla se
circunscribe a la invocación del fraude procesal, según lo dispuesto
290 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

en el artículo ciento setentiocho del Código Procesal Civil...»


(Casación Nro. 2298-1999 / Junín, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-03-2001, págs. 7016-7017).
«... La nulidad de cosa juzgada fraudulenta no constituye la revisión
del aspecto de fondo de un proceso fenecido, sino simplemente si
en dicho proceso ha ocurrido un fraude procesal que ha influido
sobre el sentido de la resolución...» (Casación Nro. 2991-2000 /
Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-
2001, pág. 6989).
«... Por su propia naturaleza, el proceso de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta, cuya regulación está contenida en el artículo 178 del
Código Adjetivo [C.P.C.], no es contradictorio de lo resuelto en otro
juicio, sino que ataca a la cosa juzgada, cuando es consecuencia de
vicios sustanciales causados por actos realizados mediante dolo,
fraude o vicios que violen el debido proceso, al generar indefensión
y, en todo caso, tales vicios deben ser de tal trascendencia, que al
no mediar ello, el resultado habría sido otro...» (Casación Nro. 1525-
2001 / Huaura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-
2002, pág. 8486).
«... Los cuestionamientos efectuados no atacan vicios que afecten
a la sentencia emitida en el proceso de Obligación de Dar Suma de
Dinero, sino tan sólo a la adjudicación, la que se produjo en ejecución
de sentencia y que no es lo que corresponde atacarse en procesos
como el de autos [sobre nulidad de cosa juzgada fraudulenta] de
acuerdo con el artículo ciento setentiocho del Código Procesal
acotado [C.P.C.]...» (Casación Nro. 2650-01 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 02-02-2002, págs. 8306-8307).
«... El recurrente no puede pretender utilizar como argumento de
defensa, lo acontecido dentro de otro proceso judicial, distinto a
éste, que sea ajeno al vicio que sustenta esta pretensión de nulidad
de cosa juzgada fraudulenta...» (Casación Nro. 4408-2006 / Cajamarca,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-07-2007, pág. 19734).
«... Es errada la conclusión a la que arriba el Colegiado cuando
sostiene que la posesión que ejerce la accionada se produce en el
ejercicio del derecho de propiedad que le ha sido restituido como
consecuencia de la acción de nulidad de cosa juzgada fraudulenta,
pues (...) la sentencia que declara la nulidad de cosa juzgada
fraudulenta no está dirigida a que se restituya ningún derecho de
propiedad a los justiciables, sino que su finalidad está orientada a
declarar la nulidad de una sentencia que se ha seguido con fraude
o colusión, afectando el derecho a un debido proceso» (Casación
Nro. 1371-99 / Ucayali, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 28-12-1999, pág. 4411).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 291

5.4 Jurisprudencia casatoria relacionada con el objeto de impugnación


(sentencia, acuerdo conciliatorio o transaccional) en el proceso
de nulidad de cosa juzgada fraudulenta

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al objeto de


impugnación (sentencia, acuerdo conciliatorio o transaccional) en el proceso
de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, ha establecido lo siguiente:
«... La resolución que pone fin al proceso expedida dentro de un
proceso judicial con la categoría de cosa juzgada, sólo puede ser
cuestionada vía nulidad de cosa juzgada fraudulenta...» (Casación
Nro. 1699-2000 / Santa, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 30-01-2001, pág. 6837).
«... El primer requisito para intentar la acción de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta, es que se haya seguido un proceso, y que haya
terminado por sentencia o por acuerdo homologado [...]. No aparece
de autos que se haya seguido proceso judicial [...], por lo que mal
podría demandarse la nulidad de cosa juzgada fraudulenta...»
(Casación Nro. 2109-2005 / Nasca - lea, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 29-02-2008, págs. 21561-21562).
«... El artículo ciento setentiocho del Código Procesal Civil [sobre
la nulidad de cosa juzgada fraudulenta] no realiza distinción alguna
respecto de si la sentencia cuya nulidad se pretende es una que
deba gozar de la calidad de cosa juzgada formal o material, por
tanto, en razón de que la norma no establece diferenciación alguna,
el Juzgador no está autorizado a introducir ninguna sub - división,
debiendo analizar ambos tipos de casos por igual...» (Casación Nro.
2784-06 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-10-
2007, págs. 20800-20801).
«... Sólo son pasibles de nulidad de cosa juzgada fraudulenta las
sentencias que hacen cosa juzgada material, protegidas por la
excepción de cosa juzgada, y no las de cosa juzgada formal, como
es la de otorgamiento de pensión alimenticia...» (Casación Nro.
3219-2001 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 02-01-2003, pág. 9867).
«... La transacción objeto de homologación judicial puede ser objeto
de un proceso de revisión civil [entiéndase proceso de nulidad de
cosa juzgada fraudulenta], porque al igual que una sentencia, una
vez firme, tienen la calidad de cosa juzgada...» (Casación Nro. 2951-
2005 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-10-2006,
págs. 17153-17154).
«... Una transacción judicial [...] tiene la autoridad de cosa juzgada,
la cual solamente puede ser dejada sin efecto mediante la acción
292 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

de nulidad de cosa juzgada fraudulenta conforme a lo dispuesto


en el artículo ciento setentiocho del Código Procesal Civil, lo cual
no se ha producido en el presente caso, resultando por ello que
mientras no sea anulada conforme a ley el acuerdo de transacción
judicial, esta produce todos sus efectos...» (Casación Nro. 3194-00 /
San Román, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-10-2001,
págs. 7777-7778).
«... Un auto no puede ser objeto de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta por cuanto con los autos se sustancia el proceso cuando
requieren actos de trámite...» (Casación Nro. 1567-2001 / Junín,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2002, pág. 8465).
«... La resolución que declara improcedente un recurso de casación
no puede ser materia del proceso de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta...» (Casación Nro. 286-2001 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 05-11-2001, págs. 7902-7903).
«... En este caso se ha demandado la nulidad del embargo, remate,
adjudicación y actos concomitantes, al amparo del Artículo ciento
setentiocho del Código Procesal Civil (...); esto implica que no se
solicita la nulidad de la sentencia, sino la ejecución de la misma, lo
que es contrario a la nulidad de la cosa juzgada fraudulenta, que
sólo permite anular lo actuado en la ejecución del fallo, si también
se anuíala sentencia» (CasaciónNro. 1566-T-97 / Piura, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 07-07-1998, pág. 1409).
«... Atendiendo a sus efectos y en concordancia con lo dispuesto en
los Artículos setecientos veintidós, ciento veintiuno, ciento veintitrés
inciso uno y último párrafo (del C.P.C.) debe homologarse la
resolución que resuelve la contradicción en un proceso de ejecución
de garantías a una resolución definitiva susceptible de ser
cuestionada al amparo del Artículo ciento setentiocho del Código
Procesal Civil (referido a la acción de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta)» (Casación Nro. 1365-96 / La Libertad, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 25-04-1998, pág. 764).
«... La acción de nulidad de cosa juzgada fraudulenta hecha valer
(...) contra la sentencia en el procedimiento de declaratoria de
herederos ab intestato, es improcedente e inaplicable el Artículo
ciento setentiocho (del C.P.C.) (...); con tanta mayor razón si contra
esa sentencia puede hacer valer las acciones de petición o
reivindicación de herencia» (Casación Nro. 1464-99 / Tumbes,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 06-04-2000, pág. 4964).
«... No procede el ejercicio de esta pretensión (de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta) en materia de garantías constitucionales
debido a que, los derechos con rango constitucional que se
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 293

pretenden mantener o reparar requieren necesariamente de una


tramitación idónea por su rapidez y oportunidad, vale decir, de un
procedimiento breve y expeditivo que no admita la dilación de
un proceso común, de modo que en el supuesto de admitir el
surgimiento de un nuevo proceso para revivir el anterior importaría
desconocer la naturaleza especial de las acciones de garantía
convirtiéndolas en ineficaces al cumplimiento de los fines que le
son propios de acuerdo con su naturaleza jurídica...» (Casación
Nro. 2850-98 / Huánuco, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 13-01-1999, pág. 2475).
«... No es posible iniciar un proceso de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta contra uno de amparo, dado que ambos procesos gozan
del carácter extraordinario y residual, que implica de modo inevitable
que se excluyan mutuamente...» (Casación Nro. 365-T-97 / Ancash -
Chimbóte, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 10-04-1998,
pág. 648).
«... Las demandas sobre nulidad de cosa juzgada fraudulenta, que
se tramitan en la vía de conocimiento, orientadas a dejar sin efecto
las sentencias que declaran fundada una demanda de amparo, en
el supuesto de ser admitidas a trámite, hacen ilusoria la
administración de justicia en materia de garantías constitucionales,
razón por la que deben ser rechazadas liminarmente. (...) Que,
además cuestionar en la vía de conocimiento la validez de una
sentencia recaída en un proceso sobre Acción de Amparo
imposibilitaría la adecuada efectividad del fallo, cuando se trata
de pretensiones que exigen una respuesta inmediata frente a la
amenaza o violación de derechos constitucionales por acción u
omisión de parte de cualquier autoridad, funcionario o persona;
(...) en consecuencia, si esto es así, resulta inútil detenerse a examinar
si la demanda (...) cumple con los requisitos que señala el Artículo
ciento setentiocho del acotado (C.P.C.)» (Casación Nro. 2490-98 /
Junín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 14-06-1999, págs.
2991-2992).
«... La condena en costas es una consecuencia de la sentencia y por
sí sola no es revisable vía nulidad de cosa juzgada (fraudulenta)...»
(Casación Nro. 1690 - 2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 30-10-2000, pág. 6416).

5.5 Jurisprudencia casatoria relacionada con la legitimación (activa


y pasiva) en el proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la legitimación


(activa y pasiva) en el proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, ha
establecido lo siguiente:
294 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

«... El párrafo segundo del artículo ciento setentiocho del Código


Procesal Civil establece que puede demandar la nulidad [de cosa
juzgada fraudulenta] la parte o el tercero ajeno que se consideren
directamente agraviados por la sentencia, en consecuencia es
necesario que para que una acción de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta sea declarada fundada debe existir un perjuicio latente
en contra de quién [sic -léase de quien-] se considere afectado...»
(Casación Nro. 2836-01 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-05-2002, pág. 8748).
«... El propio accionante ha reconocido que no impugnó la sentencia
reputada fraudulenta, razón por la que la negligencia de su parte
no puede servir de sustento para, accionar, salvo que el fraude
consista, y de esta manera esté afirmado en la demanda, en que no
se le permitió ejercitar su derecho a la doble instancia o que el fraude
o colusión tenga que ver con cuestiones referidas a la notificación
de la resolución que pone fin al proceso, de modo tal que por lo
menos se advierta que el accionante no haya sido negligente frente
a la comisión del fraude procesal...» (Casación Nro. 3145-99 /
Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 17-09-2000,
pág. 6297).
«... El segundo párrafo del numeral antes glosado [art. 178 del
C.P.C.] establece quiénes pueden ser los legitimados activos para
demandar [la nulidad de cosa juzgada fraudulenta], señalándose
que lo son la parte y el tercero ajeno al proceso que se considere
[sic] directamente agraviados con la sentencia; en tal orden de ideas,
fluye que sólo puede demandar [la] nulidad de cosa juzgada
fraudulenta la parte o el tercero ajeno al proceso que se consideran
directamente agraviados por la resolución judicial que pretenden
nulificar y no el causante del fraude...» (Casación Nro. 3852-2006 /
Loreto, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008,
págs. 22651-22652).
«... La nulidad es una situación no querida en el proceso, por
implicar un retroceso en el iter procesal, lo que implica prolongar
el tiempo en la solución del conflicto de intereses, y en virtud de
ello, conforme a la teoría general de las nulidades, que rige la
nulidad de cosa juzgada fraudulenta, existen principios que están
destinados a autolimitar su utilización de modo que no se utilice
tal medio impugnatorio de manera maliciosa e indiscriminada. Uno
de esos principios es el de protección, que guarda relación con la
doctrina de los hechos propios, y que se encuentra recogido en el
precepto 'nemo auditor propiam turpitudine allegaos', conforme
al cual quien dio lugar o propicio [sic -léase propició-] el vicio no
puede solicitar la nulidad, con lo cual se busca evitar que quien
realiza o propicia el acto viciado pueda tener la posibilidad de elegir
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 295

cuales [sic -léase cuáles-] deben ser sus efectos, es decir aceptarlos
si le son favorables o denunciarlos si les son [sic -léase si le son-]
adversos, pues ello atenta contra los principios de lealtad y buena
fe procesal...» (Casación Nro. 1376-02 / San Román, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 30-05-2003, págs. 10590-10591).
«... La demandante [...] no fue parte en ese proceso y normalmente,
al tercero que no participó en el proceso no le reflejan directamente
los efectos de la cosa juzgada, pero si éste se ve perjudicado con
una sentencia firme, tiene expedito su derecho a una tutela
jurisdiccional efectiva, y puede plantear la demanda de nulidad de
cosa juzgada fraudulenta, tal como lo faculta el artículo 178 del
Código Procesal Civil. [...] En consecuencia, hay error procesal
cuando se exige que un tercero, que no participó en el proceso
cuestionado, agote los medios de defensa en ese juicio, lo que es
necesario rectificar...» (Casación Nro. 899-2004 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 28-02-2006, págs. 15607-15608).
«... Al encontrarnos avocados al conocimiento de un proceso de
nulidad de cosa juzgada fraudulenta, se debe evaluar y resolver
las alegaciones contenidas en la demanda, tendientes a acreditar si
el proceso anterior se siguió con fraude o colusión, afectándose el
derecho a un debido proceso, el cual puede ser cometido por una
o por ambas partes o por el juez o por éste y aquéllas conforme así
lo señala el artículo 178 del Código Procesal Civil; razón por la que
también resulta necesaria la intervención litisconsorcial de quienes
iniciaron el proceso donde se expidió la sentencia materia de la
presente acción, siendo predecible que la decisión a recaer les va a
afectar...» (Casación Nro. 165-2002 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-10-2003, pág. 10917).
«... El proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta debe seguirse
con citación del Poder Judicial, representado por su Procurador
Público y no necesariamente con los magistrados que intervinieron
en el proceso que se quiere nulificar, ya que lo hicieron como
integrantes de órganos del Poder Judicial, y su responsabilidad
personal, si la hay, se les exige en otra vía» (Casación Nro. 1473 - 97 /
Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 09-12-1998,
pág. 2190).
«... Solamente será posible expedir una resolución válida en el
presente proceso (de nulidad de cosa juzgada fraudulenta) cuando
los magistrados afectados sean debidamente emplazados» (Casación
Nro. 1855-98 / lea, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 24-
08-2000, pág. 6081).
«... Solamente será posible expedir una resolución válida en el
presente proceso [sobre nulidad de cosa juzgada fraudulenta]
296 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

cuando todas las partes afectadas sean debidamente emplazadas,


ya que de lo contrario se les estaría condenando sin ser oídos,
afectando el derecho de defensa. [...] no habiéndose procedido de
esa manera, al no haber incorporado como litisconsortes necesarios
a los magistrados que se menciona [magistrados de primera y
segunda instancia], se ha incurrido en causal de nulidad prevista
por el artículo ciento setentiuno del Código Procesal Civil, máxime
que ésta es manifiesta...» (Casación Nro. 1951-98 / lea, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6774).
«... Los secretarios de juzgado y especialistas legales no se encuentran
comprendidos como sujetos pasivos en el artículo 178 del Código
Procesal Civil que regula la acción de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta...» (Casación Nro. 1327-2002 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 03-02-2003, pág. 10080).

5.5.1 Jurisprudencia casatoria relacionada con el carácter residual de


la nulidad de cosa juzgada fraudulenta

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al carácter


residual de la nulidad de cosa juzgada fraudulenta, ha establecido lo siguiente:
«... La acción de nulidad de cosa juzgada fraudulenta es de carácter
residual, y [...] solamente se puede invocar después de que se haya
verificado la imposibilidad de reparar la afectación al debido
proceso dentro de la misma causa judicial en la que se produjo...»
(Casación Nro. 2074-05 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-06-2006, pág. 16142).
«... Una de las características del proceso de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta es el de ser residual, esto es, sólo procede como último
recurso para cuestionar la existencia de fraude o colusión que
afectan el debido proceso, ello en razón a que es principio general
para el derecho procesal que toda nulidad es relativa y, por tanto,
convalidable o subsanable, salvo aquellas que, por afectar
gravemente el debido proceso, no produzcan los efectos para los
cuales estaban destinados; en tal sentido, tanto la doctrina como
reiteradas ejecutorias de esta Corte Suprema de Justicia son
uniformes al exigir que el demandante debe haber agotado todos
los medios a su alcance para cuestionar, dentro del mismo proceso,
los actos o resoluciones que le causan agravio, salvo que la nulidad
de cosa juzgada fraudulenta se sustente precisamente en el hecho
de no haber sido considerado como parte del proceso o se le impida
actuar los mecanismos de impugnación para subsanar el vicio
incurrido...» (Casación Nro. 2726-06 / Cusco, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-10-2007, págs. 20795-20796).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 297

«... La nulidad de cosa juzgada fraudulenta es de carácter residual,


es decir, no puede ser usada si en un proceso existen mecanismos
internos y ordinarios que puedan subsanar el vicio ocurrido a
propósito de la comisión del fraude procesal...» (Casación Nro.
1473-2002 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-
12-2002, pág. 9585).
«... Una de las características de la nulidad de cosa juzgada
fraudulenta es la de su residualidad, esto es, que no puede ser
utilizada si existen otros mecanismos internos y ordinarios con las
cuales [sic -léase con los cuales-] se subsane el vicio denunciado,
de donde se tiene que es imprescindible el haber agotado todos los
mecanismos previos dentro de un proceso para su cuestionamiento...»
(Casación Nro. 2882-2005 / Puno, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-12-2006, págs. 18084-18085).
«... Entre otras características de la pretensión nulificante de cosa
juzgada fraudulenta, destaca la idea de que se trata de un remedio
excepcional y residual; es decir, es excepcional, por cuanto opera
en las circunstancias que sólo la ley procesal establece, y es residual
(subsidiario), por cuanto opera cuando por lo menos el perjudicado
haya intentado agotar los mecanismos impugnativos internos del
proceso en el que se ha expedido la resolución fraudulenta, de ahí
que funciona como última ratio para enervar o impedir la producción
de la cosa juzgada viciada con fraude procesal. (...) Que, por tal razón,
debe entenderse que la desviación de los fines del proceso (...), la
cual es ocasionada por los sujetos que participan en el fraude, es
por cualquier circunstancia en la que el sujeto perjudicado no pudo
enervar su producción pese (a) haber ejercitado las vías impugnativas
internas; en cambio, si deja consentir con el fallo que lo perjudica,
no puede esgrimir a posteriori las deficiencias de que adoleció la
tramitación de la causa, pues de haber impugnado también cabe
la posibilidad de que hubiere conseguido que el fraude sea atacado,
y de ser el caso, enmendado...» (Casación Nro. 3145-99 / Arequipa,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 17-09-2000, pág. 6297).
«... La demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta por tener
el carácter excepcional o de última ratio, sólo procede en casos
excepcionales en los cuales el accionante ha agotado en otras
acciones el derecho que invoca...» (Casación Nro. 1111-2001 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 05-11-2001, pág. 7986).
«... La pretensión de nulidad de cosa juzgada fraudulenta exige
como uno de sus presupuestos que quien interpone la demanda
no haya consentido con los efectos del acto cuestionado...» (Casación
Nro. 2255-04 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-06-2005, págs. 14350-14351).
298 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los A ctos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

«... Habiendo la recurrente consentido la sentencia del proceso


original, no puede sustituir su negligencia procesal con una
demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta...» (Casación Nro.
2690-2001 / Cusco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
02-01-2002, pág. 8265).
«... El recurrente en el proceso que se cuestiona, interpuso recurso
de casación impugnando la sentencia de vista cuya nulidad se
pretende con la presente acción (de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta) y en el mismo, no dedujo denuncia alguna referente
al pronunciamiento extrapetita ahora alegado, por lo que no puede
pretender su renovación mediante este proceso, por ser de carácter
residual» (Casación Nro. 160-2000 / Cono Norte, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-08-2000, págs. 6140-6141).

5.6 Jurisprudencia casatoria relacionada con el plazo u oportunidad


para demandar la nulidad de cosa juzgada fraudulenta
La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al plazo u
oportunidad para demandar la nulidad de cosa juzgada fraudulenta, ha
establecido lo siguiente:
«... El artículo 178 del Código Procesal Civil, en relación al plazo
para interponer la demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta,
establece dos supuestos: i) Hasta dentro de seis meses de ejecutada
la sentencia y; ii) Hasta dentro de seis meses de haber adquirido la
calidad de cosa juzgada, si es que la sentencia no fuera ejecutable.
De lo antes expuesto, se desprende que el plazo referido [...] es uno
de caducidad...» (Casación Nro. 130-2008 / La Libertad, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2008, págs. 23210-23211).
«... El artículo ciento setentiocho de nuestro ordenamiento procesal
civil dispone que la demanda en comento [sobre nulidad de cosa
juzgada fraudulenta] puede interponerse dentro de los seis meses
de ejecutada la sentencia cuestionada o de haber adquirido la
calidad de cosa juzgada, si no fuere ejecutable; plazo que en
definitiva es uno de caducidad por medio del cual se extingue el
derecho y la acción correspondiente conforme al artículo 2003 del
Código Civil...» (Casación Nro. 3201-2002 / Ayacucho, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 30-09-2004, pág. 12771).
«... El artículo 178 del Código Procesal Civil [sobre la nulidad de
cosa juzgada fraudulenta] señala expresamente que, 'Hasta dentro
de seis meses de ejecutada (...) puede demandarse, a través de
proceso de conocimiento, la nulidad de una sentencia (...)/, plazo
de caducidad que no puede ser suspendido ni extendido...»
(Casación Nro. 130-2008 / La libertad, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 30-10-2008, págs. 23210-23211).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 299

«... El plazo establecido en el artículo ciento setentiocho del referido


Código Procesal [C.P.C., sobre el plazo para interponer la demanda
de nulidad de cosa juzgada fraudulenta], es de caducidad, por lo
tanto no admite interrupción ni suspensión, salvo la imposibilidad
de reclamar el derecho ante un tribunal peruano...» (Casación Nro.
1450-2005 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-
11-2005, pág. 15020).
«... La presente demanda [sobre nulidad de cosa juzgada fraudulenta]
se interpuso fuera del plazo previsto por el artículo ciento
setentiocho del Código adjetivo [C.P.C.], por lo que al desestimarse
la misma en base a la caducidad de la acción, no se ha contravenido
el debido proceso...» (Casación Nro. 2805-2000 / Arequipa, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 6983).
«... Es fundamental para la admisión de la demanda de nulidad de
cosa juzgada fraudulenta, que ésta se interponga dentro del plazo
de caducidad, siendo indiferente que una anterior demanda se
hubiera declarado improcedente in limine por el Juez Civil...»
(Casación Nro. 1886-96 / San Martín, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 16-05-1998, págs. 1044-1045).
«... El primer párrafo del artículo ciento setenta y ocho del acotado
Código Procesal [C.P.C.] establece que 'hasta' dentro del plazo de
seis meses se puede interponer la demanda de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta, entendiéndose que tal plazo es el máximo que
otorga la ley, el mismo que rige para dos supuestos: en caso de
resoluciones ejecutables, el cómputo parte desde su ejecución,
mientras que en las resoluciones no ejecutables, desde que han
adquirido la calidad de cosa juzgada...» (Casación Nro. 832-05 /
Puno, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-08-2006, pág.
16924).
«... El artículo 178 del Código Procesal Civil establece dos supuestos
para proponer la demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta:
1) Si se trata de una sentencia ejecutable: en cuyo caso el plazo para
interponer la demanda se computa a partir de la ejecución de la
sentencia o resolución homologada y vence a los seis meses de
ejecutada la decisión; y 2) Si se trata de una sentencia inejecutable
(sentencia declarativa): en cuyo caso el plazo corre a partir de la
fecha en que la resolución haya quedado ejecutoriada...» (Casación
Nro. 780-2004 / Huaura, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 04-01-2006, págs. 15210-15211).
«... Se debe tener presente lo dispuesto por el artículo ciento
setentiocho, primer párrafo, del Código Procesal Civil según el cual
'Hasta dentro de seis meses de ejecutada o de haber adquirido la
calidad de cosa juzgada, si no fuere ejecutable puede demandarse,
300 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

a través de un proceso de conocimiento la nulidad de una sentencia


o la del acuerdo de las partes homologado por el Juez que pone fin
al proceso, alegando que el proceso que se origina ha sido seguido
con fraude, o colusión, afectando el derecho a un debido proceso,
cometido por una, o por ambas partes, o por el Juez o por éste y
aquellas'. [...] Lo expuesto en la norma glosada hace una diferencia
entre una sentencia ejecutable y una no ejecutable, más no distingue
[sic -léase mas no distingue-] entre sentencias constitutivas,
declarativas o de condena. La distinción radica en que tratándose
de sentencias no ejecutables el cómputo del plazo para cuestionar
esta última sentencia opera desde que queda firme, más no así [sic
-léase mas no así-] para el caso de una sentencia ejecutable cuyo
cómputo debe hacerse desde que la misma sea ejecutable...»
(Casación Nro. 1420-2007 / Puno, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 03-12-2008, pág. 23645).
«... El cómputo del plazo de las sentencias declarativas y constitutivas
en materia de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, se efectúa desde
que la sentencia se encuentra firme, pues ellas no ameritan propiamente
ejecución...» (Casación Nro. 1360 - 2000 / La Libertad, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2000, págs. 6390-6391).
«... El artículo ciento setentiocho del Código Procesal Civil establece
que hasta dentro de seis meses de ejecutada o de haber adquirido
la calidad de cosa juzgada, si no fuere ejecutable, se puede demandar
la nulidad de cosa juzgada fraudulenta, respecto de una sentencia
o la del acuerdo de las partes homologado por el Juez que pone fin
al proceso; en consecuencia, si la sentencia o el acuerdo de las partes
homologado por el Juez fuera ejecutable, es requisito indispensable
para interponer la demanda que previamente haya sido ejecutada;
[...] quien omite el cumplimiento de lo ordenado en el fallo o en el
acuerdo homologado, no puede recurrir al Poder Judicial o
demandar la nulidad de él, porque no ha acatado lo resuelto en el
Poder Judicial...» (Casación Nro. 1750-2004 / lea, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 04-12-2006, págs. 18223-18225).
«... El artículo ciento setentiocho del Código Procesal Civil
claramente establece que cuando se trata de un acuerdo de las partes
homologado por el Juez o de una sentencia que fuera ejecutable, la
nulidad de la cosa juzgada fraudulenta debe ser interpuesta después
de ser ejecutada...» (Casación Nro. 1182-2001 / San Román, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-10-2001, pág. 7760).
«... Tratándose de sentencias ejecutables, el plazo para interponer
la demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta es hasta los
seis meses de ejecutada la decisión judicial...» (Casación Nro. 559-
2000 / Huánuco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-
07-2001, pág. 7554).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 301

«... Se debe entender como ejecutada una sentencia cuando, del


mismo modo, todo lo que se haya decidido u ordenado en la
resolución se haya cumplido por el obligado [...]; en tal virtud, es
a partir de dicho momento que debe computarse el plazo de seis
meses para interponer la demanda de Nulidad de Cosa Juzgada
Fraudulenta previsto en el artículo ciento setentiocho del referido
Ordenamiento Procesal...» (Casación Nro. 894-99 / Huaura,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-05-2002, pág. 8673).
«... La resolución expedida por la Sala Civil de la Corte Superior [...],
que homologa el acta de conciliación extrajudicial, se encuentra
siendo ejecutada; [...] siendo esto así, al declararse la nulidad y
consiguiente conclusión del proceso por invalidez insubsanable de
la relación jurídica procesal y en consecuencia nulo todo lo actuado
y por concluido el proceso, no se está negando la tutela jurisdiccional,
sino precisándose que la demanda [de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta] es prematura; ya que, sólo cuando se haya ejecutado
el acuerdo de las partes -homologado judicialmente- que tiene la
calidad de cosa juzgada, [...] se podrá hacer uso del plazo previsto en
el artículo ciento setentiocho del Código Procesal Civil para recurrir
a la tutela jurisdiccional...» (Casación Nro. 1750-2004 / lea, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 04-12-2006, págs. 18223-18225).
«... La mencionada pretensión [sobre nulidad de cosa juzgada
fraudulenta] se ha interpuesto prematuramente, [...] pues el juicio
objeto de revisión se encuentra en plena ejecución. Por tanto,
tratándose de una sentencia ejecutable, el plazo de la pretensión
nulificante se inicia cuando esta resolución se encuentre totalmente
ejecutada, razón por la cual en este caso no se puede establecer una
relación jurídica procesal válida, porque el actor aún carece de
interés para obrar...» (Casación Nro. 705-2001 / Ucayali, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 31-10-2002, pág. 9421).
«... Las sentencias ejecutables son las que contienen una condena
o una declaración y condena como por ejemplo cuando se ordena
el pago de una suma de dinero. En el caso de autos, las sentencias que
se pretenden nulificar son precisamente sentencias ejecutables [...].
En tal caso, el propio numeral ciento setentiocho [del C.P.C.]
establece que esta acción [de nulidad de cosa juzgada fraudulenta]
procede 'Hasta dentro de seis meses de ejecutada o de haber
adquirido la calidad de cosa juzgada, si no fuere ejecutable puede
demandarse (...)'; siendo así, se concluye que efectivamente nuestro
ordenamiento procesal establece tal condición, la cual no ha sido
cumplida -por ahora- por la parte demandante; por tanto, es
evidente que la impugnante carece de interés para obrar...»
(Casación Nro. 2574-2005 / Apurímac, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 01-12-2006, págs. 18068-18069).
302 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

«... Como lo expresa la resolución de vista, la nulidad de cosa


juzgada fraudulenta se interpone contra una resolución que es
ejecutable, por lo que la demanda resulta prematura, ya que no se
ha producido el remate y la demanda sólo puede presentarse dentro
de seis meses de ejecutado el fallo, de acuerdo con lo dispuesto por
el artículo ciento setentiocho del Código Procesal Civil...» (Casación
Nro. 2508-2001 / Sullana, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 02-01-2002, pág. 8247).
«... El plazo de seis meses para interponer este tipo de demanda
[de nulidad de cosa juzgada fraudulenta], regulado en el artículo
178 del Código Procesal Civil, se toma en cuenta desde que la
sentencia o resolución que aprueba una conciliación o transacción
judiciales queda firme; no es objeto de revisión civil el auto que
ordena la ejecución, sino la resolución que contiene la cosa juzgada...»
(Casación Nro. 2951-2005 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-10-2006, págs. 17153-17154).
«... El artículo 178 del Código Procesal Civil [...] dispone que hasta
dentro de seis meses de ejecutada o de haber adquirido la calidad
de cosa juzgada, si no fuera ejecutable, puede demandarse la
nulidad de una sentencia, alegando que el proceso que se origina
ha sido seguido con fraude o colusión, afectando el derecho a un
debido proceso; encontrándose legitimados para obrar la parte o
el tercero ajeno al proceso cuestionado que se considere agraviado
por él. [...] Asimismo, debe advertirse que la Corte Superior, para
declarar la improcedencia de la demanda [de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta], ha considerado para el cómputo del plazo
prescrito por el citado artículo 178, la fecha en que la sentencia
emitida en el proceso de obligación de dar suma de dinero quedó
consentido [sic -léase consentida-], con lo que no advirtió que la
norma refiere en primer término a la data de la ejecución de la
sentencia y que en caso de que ésta no fuera ejecutable a aquella
en que adquirió la calidad de cosa juzgada. [...] Estando a los
fundamentos de la demanda, resulta que el proceso cuya nulidad
se pretende era no sólo uno ejecutable, sino que efectivamente se
llevó adelante la ejecución de sentencia; consecuentemente, deviene
en infracción del artículo 178 del Código Procesal Civil, el cómputo
del plazo utilizado por el Colegiado...» (Casación Nro. 3345-2001 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2003, págs.
9821-9822).
«... Conforme se aprecia del auto materia del recurso de casación,
en él se ha considerado como fecha de inicio del cómputo del plazo
de caducidad a que se refiere el artículo 178 del Código Procesal
Civil [para interponer la demanda de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta] la fecha de la expedición de la resolución suprema
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 303

que declaró improcedente el recurso [de casación]. Sin embargo, si


se tiene en cuenta que el acto de la notificación tiene por objeto poner
en conocimiento a los interesados el contenido de las resoluciones
judiciales, para los fines de su impugnación o cuestionamiento debe
tomarse en consideración la fecha de notificación de la resolución
y no la fecha de su emisión...» (Casación Nro. 1925-2000 / Moquegua,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, págs. 7555-
7556).
«... El artículo 178 ab initio del Código Procesal Civil, establece un
plazo de caducidad para interponer la demanda de nulidad de cosa
juzgada [fraudulenta], hasta dentro de seis meses de ejecutada o
de haber adquirido la calidad de cosa juzgada, si no fuere ejecutable
la resolución objeto de revisión. En el presente caso, las instancias
de mérito han establecido correctamente [...] [que] dicho plazo
comienza a correr desde la fecha en que se produjo la adjudicación
del inmueble sub litis, no importando que ulteriormente se hubiese
inscrito, o que aún falte pedir la liquidación de costas y costos,
porque estos supuestos no suspenden o interrumpen el plazo para
interponer este tipo de demandas...» (Casación Nro. 531-2003 / San
Martín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-02-2004, pág.
11390).
«... El artículo 178 del Código Procesal Civil [...] establece [que]
"Hasta dentro de seis meses de ejecutada o de haber adquirido la
calidad de cosa juzgada, si no fuera ejecutable puede demandarse../.
Esto determina que si la sentencia fuera ejecutable, es requisito
indispensable para interponer la demanda [de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta] que previamente haya sido ejecutada. [...]
Tratándose de una sentencia que ha adquirido la calidad de cosa
juzgada quien omite el cumplimiento de lo ordenado en el fallo,
no puede recurrir al Poder Judicial a demandar la nulidad de la
sentencia, porque no ha acatado lo resuelto por el Poder Judicial...»
(Casación Nro. 1841-2002 / La Libertad, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-07-2004, págs. 12285-12286).
«... El artículo ciento setentiocho del Código Procesal Civil dispone
que la demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta se
interponga hasta dentro de seis meses de ejecutada, es decir
mientras no concluya el proceso con la ejecución del fallo no se
puede interponer la demanda de nulidad, pero resulta evidente
que está referido a los justiciables de ese proceso, o sea a los que
han sido parte del mismo; [...] por ello cuando se trata de una
persona natural o jurídica, que no ha sido parte en el proceso pero
a la que pueden extenderse los efectos de la sentencia, no se le puede
exigir que se ejecute el fallo, porque precisamente basa la demanda
de nulidad de cosa juzgada fraudulenta en el dolo y fraude que ha
304 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

afectado el derecho a un debido proceso...» (Casación Nro. 2594-


2000 / lea, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001,
págs. 7433-7434).
«... Si bien es cierto el Superior Colegiado incurre en error al
considerar de modo genérico que las partes en este proceso de
Nulidad de Cosa Juzgada Fraudulenta son las mismas que en el
proceso de Retracto, cuando la recurrente evidentemente no participó
en ella, también lo es que ello en lo absoluto altera el sentido de la
recurrida toda vez que [...] el mismo plazo de caducidad de seis
meses [para interponer la demanda de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta] es también aplicable al tercero ajeno al proceso...»
(Casación Nro. 3864-2002 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-03-2004, pág. 11666).
«... El Artículo ciento setentiocho del Código Procesal Civil, establece
que la nulidad de cosa juzgada fraudulenta se puede demandar
hasta seis meses después de ejecutada o de haber adquirido la
calidad de cosa juzgada, si no fuere ejecutable la resolución que
pone fin al proceso, siendo que dicho dispositivo no prevé plazo
diferenciado cuando se trate de quienes fueron parte en el proceso
o cuando se bate de terceros ajenos al mismo que se ven perjudicados
por éste» (Casación Nro. 2579-98 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 18-08-1999, pág. 3218).
«... El artículo ciento setentiocho del Código Procesal Civil, establece
que hasta dentro del plazo de seis meses se puede interponer la
demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, dicho plazo debe
entenderse como el máximo que fija la ley para la interposición de
este tipo de demandas, debiendo advertirse que el referido numeral
establece el mismo plazo para dos supuestos: el primero referido
a la interposición de la demanda hasta dentro de los seis meses de
ejecutada y el otro supuesto, desde que la sentencia haya adquirido
la calidad de cosa juzgada, si no fuera ejecutable...» (Casación Nro.
1376-2003 / Huánuco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
31-03-2004, págs. 11753-11754).
«... La nulidad de cosa juzgada fraudulenta al establecer los seis
meses de término, establece el límite máximo para la interposición
de esa acción, lo que significa que puede interponerse después de
que se ha dictado la sentencia que tiene el carácter de cosa juzgada,
aunque ésta sea ejecutable» (Casación Nro. 2205-97 / Lambayeque,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 21-11-1998, pág. 2076).
«... El Artículo ciento setentiocho del Código Procesal Civil (...)
solamente prevé un término final para la interposición de la
demanda 'hasta seis meses de ejecutada o de haber adquirido la
calidad de cosa juzgada si no fuera ejecutable../; sin embargo, dicha
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 305

norma procesal no ha previsto expresamente un término inicial o


si es un requisito necesario que las sentencias de condena requieren
ejecución para iniciar el cómputo del plazo de caducidad» (Casación
Nro. 3217-98 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
21-01-2000, pág. 4632).
«... En los casos en que se considera que la interposición de la
demanda es prematura al no haberse ejecutado la sentencia,
implícitamente se está considerando que el actor carece de interés
para solicitar la nulidad de la sentencia expedida en el proceso
fraudulento. (...) Que el interés para obrar se define como el interés
a la tutela jurídica que induce al demandante a reclamar la
intervención del órgano jurisdiccional, a fin de que mediante
sentencia resuelva sobre las pretensiones invocadas; siendo esto
así, es obvio que aún (sic) en los casos en que la resolución todavía
no haya sido ejecutada, el actor tiene interés para que se rescinda
o deje sin efecto la sentencia o auto homologado expedido en un
proceso fraudulento. (...) Que, del mismo modo, no se requiere la
ejecución de la sentencia de condena para la interposición de la
demanda, porque la nulidad de cosa juzgada fraudulenta es una
pretensión impugnatoria que no suspende los efectos de la sentencia
o auto homologado por el Juez, por eso la norma procesal acotada
(art. 178 del C.P.C.) solamente ha previsto la concesión de medidas
cautelares inscribibles» (Casación Nro. 3217-98 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 21-01-2000, pág. 4632).
«... La primera parte del primer párrafo del artículo ciento setenta
y ocho del Código Procesal Civil [...] contiene una disposición
destinada a regular el plazo en virtud al cual el agraviado con una
sentencia o un acuerdo homologado por el Juez puede incoar la
demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta. Así, se advierte
que el dispositivo procesal dispone: 'Hasta dentro de seis meses de
ejecutada o de haber adquirido la calidad de cosa juzgada, si no
fuere ejecutable puede demandarse, a través de un proceso de
conocimiento la nulidad de una sentencia o la del acuerdo de las
partes homologado por el Juez que pone fin al proceso../. Como
puede advertirse el plazo que impone la ley es un plazo límite
('hasta') y no un plazo para el inicio del cómputo, pues en ningún
extremo de la norma acotada [...] se establece que sea requisito
indispensable para interponer la demanda de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta que la decisión final de carácter ejecutable
deba haber sido ejecutada previamente para recurrir a la vía judicial,
limitándose la norma [...] ha establecer [sic -léase a establecer-] el
plazo o término máximo de seis meses para la interposición de esta
acción...» (Casación Nro. 2726-06 / Cusco, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-10-2007, págs. 20795-20796).
306 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

«... El proceso de prescripción adquisitiva de propiedad es


eminentemente declarativo y en consecuencia no es necesario
esperar a que se efectúen las publicaciones o que se inscriba en los
Registros Públicos la sentencia para demandar la nulidad de cosa
juzgada fraudulenta...» (Casación Nro. 2160-98 / Ay acucho,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 25-11-1998, pág. 2103).
«... El plazo para interponer la acción de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta contra el auto que resuelve la contradicción en un
proceso de ejecución de garantías debe computarse desde la fecha
en que se hizo pago con el producto del remate al ejecutante...»
(Casación Nro. 1365-96 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 25-04-1998, pág. 764).
«... Tratándose de un proceso de ejecución de garantías, es con el
auto que ordena la adjudicación del inmueble que el proceso queda
ejecutado. [...] Este Supremo Tribunal [...] ya se ha pronunciado
respecto al cómputo del plazo de seis meses para la interposición
de las demandas de nulidad de cosa juzgada fraudulenta que tienen
su origen en un proceso de ejecución de garantías, estableciendo
[...] que es con el auto que ordena la adjudicación con que se ejecuta
la resolución firme a que se refiere el artículo ciento setenta [y] ocho
[del C.P.C., sobre nulidad de cosa juzgada fraudulenta]...» (Casación
Nro. 832-05 / Puno, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
01-08-2006, pág. 16924).

5.7 Jurisprudencia casatoria relacionada con la acumulación en el


proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la acumulación


en el proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, ha establecido lo
siguiente:
«... Al haberse pronunciado el Colegiado, sobre una de las
pretensiones de fondo del proceso objeto de revisión, se ha producido
evidentemente una desnaturalización el [sic -léase del-] proceso
[de nulidad de cosa juzgada fraudulenta], importando una
afectación al debido proceso, porque no se puede acumular aquélla
con la pretensión nulificatoria...» (Casación Nro. 2298-1999 / Junín,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, págs. 7016-
7017).
«... El efecto del proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta
es el de reponer las cosas al estado anterior que corresponda, de
conformidad con lo previsto en el artículo ciento setentiocho del
Código Procesal Civil; [...] por lo tanto, es claro que en este tipo de
proceso no cabe la acumulación de pretensiones vinculadas al tema
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 307

materia de litis, con las pretensiones de nulidad y éstas son


independientes...» (Casación Nro. 45-2001 / Arequipa, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, pág. 7586).
«... En nuestro ordenamiento jurídico procesal no figura norma que
prohíba la acumulación en los términos que aparecen de la demanda
[acumulación de pretensiones sustantivas a la demanda de nulidad
de cosa juzgada fraudulenta]...» (Casación Nro. 4185-2001 / La
Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-12-2002,
pág. 9537).

5.8 Jurisprudencia casatoria relacionada con la prueba en el proceso


de nulidad de cosa juzgada fraudulenta

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la prueba en


el proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, ha establecido lo siguiente:
«... El presente proceso es uno de nulidad de cosa juzgada fraudulenta
en el que lo que se tiene que acreditar es la existencia de fraude o
colusión...» (Casación Nro. 2669-2008 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-12-2008, pág. 23456).
«... Por tratarse la nulidad de cosa juzgada [fraudulenta] un remedio
excepcional y residual corresponde sean acreditados debidamente
los elementos del fraude o colusión que desnaturalizan o vician el
trámite judicial perjudicando la dación de una decisión ajustada a
derecho...» (Casación Nro. 2822-2007 / Lambayeque, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008, pág. 22749).
«... Es factible demandar la nulidad de la cosa juzgada fraudulenta
cuando una declaración jurisdiccional deviene en írrita como
consecuencia de un proceso seguido con dolo, fraude, colusión (...)
afectando el derecho a un debido proceso; que consecuentemente,
tales causales deben estar debidamente acreditadas para amparar
la pretensión del supuesto agravio, pues de lo contrario, se estaría
haciendo mal uso de tal instituto procesal y con el único propósito
de conseguir la revisión de un proceso en el que ha perdido el
accionante» (Casación Nro. 570-97 / Chimbóte, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 12-05-1998, págs. 1003-1004).
«... Quien pretende se declare la nulidad de cosa juzgada, por ser
fraudulenta, debe acreditar que se ha configurado una irregularidad
que ha afectado el ejercicio de su defensa...» (Casación Nro. 1399-
2004 / Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-05-2005,
págs. 14124-14125).
«... Los hechos y pruebas para sustentar el fraude [procesal] no
necesariamente deben ser nuevas [sic -léase nuevos-], pues el fraude
308 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

como categoría genérica puede derivar del mismo proceso donde


han recaído las sentencias que se consideran fraudulentas, incluso
dicho proceso es la fuente sustancial de la cual puede originarse el
fraude que provoca una desviación de los fines del proceso que
lesiona la defensa de una de las partes...» (Casación Nro. 788-01 /
Tacna, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2001, págs.
7630-7631).
«... A través del proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta
[...] no se puede efectuar un reexamen de las pruebas que motivan
el proceso principal, sino acreditar las causales denunciadas...»
(Casación Nro. 4258-2007 / Piura, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 03-12-2008, págs. 23642-23643).
«... Su finalidad (de la acción de nulidad de cosa juzgada fraudulenta)
es cuestionar la autoridad de cosa juzgada de la resolución que ha
sido obtenida en base al fraude procesal (ya sea con dolo o colusión)
afectando el derecho del justiciable (...) a un debido proceso, pero
en ningún modo significa el reexamen de la prueba como si se
tratara de una instancia más para discutir el fondo de la litis»
(Casación Nro. 1867-98 / Lambayeque, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 14-09-1999, págs. 3515-3516).
«... El proceso de nulidad (de cosa juzgada fraudulenta), debe estar
orientado a demostrar que se han dado esos elementos (fraude o
colusión) que desnaturalizan, vician el trámite judicial perjudicando
altamente la dación de una decisión ajustada a derecho; no se trata
de promover un nuevo juicio de revisión del proceso anterior,
agregando nuevos elementos en favor o en contra de la resolución,
revaluación o enfoque de las pruebas que se actuaron en él,
reabriendo el debate concluido» (Casación Nro. 3246-98 / Huánuco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 29-08-1999, págs. 3373-
3374).
«... La demanda de autos [sobre nulidad de cosa juzgada fraudulenta]
no constituye una instancia adicional a fin [de] analizarse las
pruebas supuestamente actuadas en el proceso anterior sino que,
conforme al artículo ciento setentiocho del Código Procesal Civil,
se trata de una salida extraordinaria que ataca la cosa juzgada en
un proceso, siempre que se acredite que el mismo fue seguido con
fraude o colusión, afectando el derecho al debido proceso...»
(Casación Nro. 4398-2001 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 31-05-2002, pág. 8791).
«... La demanda de la cosa juzgada fraudulenta no da lugar a la
revaloración de las pruebas que se hubieran actuado en el proceso
anterior para dar lugar a una nueva decisión sustentatoria, sino
que tiene por objeto acreditar las causales que se invocan al
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 309

proponerla para obtener finalmente la nulidad de la sentencia


cuestionada...» (Casación Nro. 1300-2001 / Ancash, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 01-04-2002, págs. 8501-8502).
«... El proceso antecedente tiene la calidad de prueba en la presente
causa (de nulidad de cosa juzgada fraudulenta)...» (Casación Nro.
899-99 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 24-08-
1999, pág. 3300).
«... Por la naturaleza de la acción incoada (sobre nulidad de cosa
juzgada fraudulenta) este proceso (sobre otorgamiento de escritura
pública) constituye un presupuesto necesario e indispensable para
resolver, de ahí que al fallar la causa sin tener a la vista este
expediente, así como por no haberse prescindido de él previo el
agotamiento de los trámites respectivos, se ha incurrido igualmente
en vicio de inevitable invalidez» (Casación Nro. 836-98 / Piura,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 21-09-1998, págs. 1626-
1627).
«... En lo referente a que si ha existido exceso al solicitar tener a la
vista copias certificadas completas del expediente [...], se debe tener
en cuenta que los autos versan sobre un proceso de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta, donde el juzgador debe contar con todos los
elementos necesarios a fin de determinar el supuesto fraude o
colusión, para así poder formarse un claro criterio sobre los hechos
materia de controversia, por ello la Sala de grado determina la
necesidad de tener a la vista el expediente que motiva el presente
proceso, no habiéndose cometido el exceso que se denuncia...»
(Casación Nro. 165-2002 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-10-2003, pág. 10917).
«... Para la declaración liminar de improcedencia de la demanda
[de nulidad de cosa juzgada fraudulenta] no se requería del proceso
principal; ya que el fallo se basa en elementos estrictamente formales
que determinan un pronunciamiento sobre la forma y no sobre el
fondo de la cuestión controvertida...» (Casación Nro. 3187-2000 /
Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-
2001, pág. 7073).
«... El texto del artículo ciento setenta y ocho del Código Procesal
Civil [...] no exige mayores requisitos para acceder a esta acción
extraordinaria [de nulidad de cosa juzgada fraudulenta] sino
únicamente que el afectado acredite la existencia de una decisión
definitiva firme sobre el fondo del asunto, que haya sido obtenida
mediante fraude o colusión y que conlleve a la afectación del debido
proceso. Pareciera, pues, que bastaría con acreditar estos requerimientos
literales para obtener el amparo de una demanda de esta naturaleza;
sin embargo, [...] en virtud al principio de conservación de los actos
310 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

procesales y de relatividad de la nulidad, no resulta factible recurrir


a esta acción extraordinaria [sobre nulidad de cosa juzgada
fraudulenta] si el interesado no acredita estar perjudicado con el
acto procesal viciado, tal como se reconoce incluso en el artículo
ciento setenta y cuatro del Código Procesal Civil, aplicable
supletoriamente; en consecuencia, no hay lugar a declarar la nulidad
si la subsanación del vicio no ha de influir en el sentido de la
resolución o en las consecuencias del acto procesal, debiendo
tenerse en cuenta que las nulidades alegadas para atacar la cosa
juzgada no sólo deben ser nominales o formales sino que deben
afectar la garantía del debido proceso en forma real y efectiva...»
(Casación Nro. 2726-06 / Cusco, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-10-2007, págs. 20795-20796).

5.9 Jurisprudencia casatoria relacionada con los efectos del amparo


de la acción de nulidad de cosa juzgada fraudulenta

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a los efectos


del amparo de la acción de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, ha establecido
lo siguiente:
«... En el proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta [...] se
decide únicamente sobre la validez y eficacia de la sentencia expedida
en otro proceso judicial, la cual se cuestiona como fraudulenta; la
sentencia que declara fundada la demanda de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta [...] tiene efectos estrictamente rescisorios, lo
que en buena cuenta significa que el objeto de debate, en éste [sic]
tipo de procesos, no es la cuestión sustancial o de derecho material,
sino la conducta procesal de los sujetos procesales, la cual es calificada
como fraudulenta...» (Casación Nro. 1455-2008 / Piura, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2008, págs. 23243-23244).
«... A diferencia de los demás procesos, en el de cosa juzgada
fraudulenta, se decide sobre la sentencia impugnada como
fraudulenta, y de ser fundada, su efecto es puramente rescisorio,
es decir, declara inválida la sentencia anterior, de tal manera que
el objeto de debate no es la cuestión sustancial, sino la conducta
calificada como deshonesta, en que han incurrido las partes procesales,
o el Juez, o todos ellos...» (Casación Nro. 2097-98 / Ucayali,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 24-11-1998, pág. 2084).
«... Los efectos de la sentencia en mención [en el proceso de nulidad
de cosa juzgada fraudulenta] son similares a los efectos de la
nulidad del acto procesal, la decisión del Juzgador se concentra en
aspectos netamente procedimentales...» (Casación Nro. 1455-2008 /
Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2008, págs.
23243-23244).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 311

«... La acción de nulidad de cosa juzgada fraudulenta [...] persigue


se declare la nulidad de una sentencia, 'o la de un acuerdo de partes
homologado por el Juez que pone fin al proceso', y de ser amparada
pasa a ser inexistente...» (Casación Nro. 2109-2005 / Nasca - lea,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 29-02-2008, págs. 21561-
21562).
«... Debe tenerse presente la naturaleza misma del proceso de
nulidad de cosa juzgada fraudulenta, en el cual la anulación del
proceso se extiende hasta el momento en que ocurrió el vicio, no
dependiendo ello de la voluntad de las partes...» (Casación Nro.
3656-00 / Tacna, publicada en el Diario Oñcial El Peruano el 30-04-
2001, pág. 7257).
«... Al declararse fundada la Nulidad de Cosa Juzgada Fraudulenta,
conforme a lo preceptuado por el artículo 178 del Código Procesal
Civil, queda sin efecto el fallo debiéndose reponer la causa al estado
en que se produjo el vicio, teniéndose en cuenta que dicha nulidad
no afectará a los terceros de buena fe y a título oneroso...» (Casación
Nro. 2505-2005 / lea, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
01-12-2006, pág. 18023).

5.10 Jurisprudencia casatoria relacionada con la impugnación en el


proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la impugnación


en el proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, ha establecido lo
siguiente:
«... Los hechos alegados se contraen a supuestas violaciones
producidas en el expediente acompañado que diera origen al presente
proceso [sobre nulidad de cosa juzgada fraudulenta] y, si bien
servirían para analizar lo que constituye el fondo de la controversia,
no serían tales para cuestionar la validez del trámite que ha seguido
la presente causa...» (Casación Nro. 2734-00 / Ayacucho, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 05-11-2001, pág. 7821).
«... Las recurrentes se limitan a denunciar presuntos vicios cometidos
en el expediente [...] seguido entre las mismas partes, en el cual
recayó la sentencia cuya nulidad se pretende en el presente proceso
de nulidad de cosa juzgada fraudulenta. No obstante, es preciso
establecer que el recurso [de casación] debe contraerse a denunciar
los vicios o agravios que se hubieren presentado en el presente
proceso, exigencia ésta que en modo alguno ha sido satisfecha por
las recurrentes; en tal sentido la denuncia deviene inamparable...»
(Casación Nro. 142-2007 / Lambayeque, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 03-01-2008, págs. 21377-21378).
312 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

«... Los agravios denunciados [en casación] deben estar referidos a


los vicios en que se pudiera haber incurrido en el presente proceso
[sobre nulidad de cosa juzgada fraudulenta], propiamente en la
resolución de vista impugnada, mas no en el proceso cuya nulidad
de cosa juzgada fraudulenta se persigue...» (Casación Nro. 163-2007 /
Ayacucho, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-05-2007,
págs. 19392-19393).

6. JURISPRUDENCIA CASATORIA ESPECIAL SOBRE LA NULIDAD


PROCESAL

En los subpuntos siguientes veremos la jurisprudencia casatoria especial


referida a la nulidad procesal, vale decir, aquella que trata sobre temas específicos
en materia procesal civil.

6.1 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad por contravención


del principio del derecho al debido proceso

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad


por contravención del principio del derecho al debido proceso, ha establecido
lo siguiente:
«... La contravención del debido proceso acarrea la nulidad procesal,
entendiéndose por ésta aquel estado de anormalidad del acto
procesal originado en la carencia de alguno de los elementos
constitutivos, o en vicios existentes sobre ellos que potencialmente
lo coloca en situación de ser declarado judicialmente inválido...»
(Casación Nro. 1604-2007 / Cañete, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 03-12-2008, págs. 23665-23666).
«... El inciso tercero del Artículo ciento treintinueve de la Constitución
Política del Perú establece como principios y deberes de la función
jurisdiccional, la observancia del debido proceso, por lo que cuando
no se cumple con esta garantía, no se necesita invocar la nulidad
de la sentencia» (Casación Nro. 2086-98 / San Román, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 03-05-1999, págs. 2945-2946).
«... La contravención al debido proceso es sancionado [sic -léase
sancionada-] ordinariamente con nulidad procesal cuando el acto
cuestionado adolezca de anormalidad o bien cuando carezca de
alguno de sus elementos constitutivos y que potencialmente lo
coloca en la situación de ser declarado judicialmente inválido,
siendo que el vicio debe de ser trascendente e influir de tal manera
en el acto procesal que impida la obtención de su finalidad y de tal
importancia que incida de manera determinante en la validez del
acto procesal...» (Casación Nro. 294-2007 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008, págs. 22728-22729).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 313

«... La afectación al debido proceso es sancionado [sic -léase


sancionada-] con nulidad procesal, cuando la nulidad es trascendente
para el proceso, es decir una nulidad absoluta que por su carácter
insubsanable pueda ser declarada en cualquier estado del proceso
y que tenga una incidencia decisiva en la sentencia, siendo que [...]
el estado de nulidad potencial no afectara [sic -léase no afectará-]
el debido proceso cuando el vicio pueda ser subsanado, por
convalidación o porque el acto ha cumplido con su finalidad pues
el núcleo de las nulidades es el perjuicio cierto e irreparable...»
(Casación Nro. 4508-2006 / Tacna, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 01-04-2008, págs. 21953-21954).
«... La contravención del derecho al debido proceso es sancionada
ordinariamente con la nulidad procesal...» (Casación Nro. 2050-2000 /
Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001,
págs. 7170-7171).
«... El derecho a un debido proceso constituye una garantía
establecida en el artículo 139 inciso 3 de la Constitución Política del
Estado, cuya vulneración es sancionada de ordinario con la nulidad
procesal, configurándose cuando no se ha respetado el derecho de
las partes de acudir al órgano jurisdiccional en procura de tutela
efectiva, cuando se transgrede el derecho de defensa de las partes,
el de ser oídos, de producir prueba, de formular los medios
impugnatorios y de obtener una sentencia motivada en hechos y
en derecho con sujeción a los actuados, entre otros...» (Casación
Nro. 130-2008 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-10-2008, págs. 23210-23211).
«... La garantía al debido proceso implica también el administrar
justicia de acuerdo a las normas procesales, ya sea porque en razón
a su texto son consideradas imperativas o bien de estricto
cumplimiento, estando en consecuencia sancionada su omisión o
cumplimiento deficiente con la respectiva declaración de nulidad,
siendo ello así, es tarea de ésta [sic] Suprema Sala revisar si han
sido vulneradas las normas que establecen un determinado
comportamiento procesal con carácter de obligatoriedad, en cuyo
caso debe de disponerse la anulación del acto procesal viciado...»
(Casación Nro. 876-2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 03-12-2008, págs. 23683-23684).
«... La garantía al debido proceso en su aspecto formal o adjetivo
consiste en el curso regular de la administración de justicia conforme
a las reglas y formas que han sido establecidas para la protección
de los derechos individuales, normas procesales cuya observancia
hayan sido establecidas bajo sanción de nulidad, procediendo a
declararla siempre que el vicio incida en forma decisiva sobre el
314 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

acto, de tal manera que produzca la ineficacia del mismo así como
en la sentencia que se expida en forma definitiva sobre el proceso...»
(Casación Nro. 514-2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-12-2008, págs. 23560-23561).
«... Toda denuncia respecto de nulidades que afectan al debido
proceso debe ser real y efectivo [sic -léase efectiva-], y no simplemente
formal o nominal; en consecuencia, mientras los actos procesales
que se cuestionen al interior del proceso no afecten de manera
alguna el derecho de defensa del demandado, éste no puede alegar
afectación de su derecho al debido proceso...» (Casación Nro. 2880-
2006 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-10-2007,
págs. 20810-20811).
«... El estado de nulidad potencial no puede afectar el debido proceso
ya sea por ser subsanable el vicio, por convalidación o porque el acto
ha cumplido con su finalidad y porque además el agravio que se
produzca a las partes sea trascendente, sustentado en un perjuicio
cierto e irreparable y que por ello incida determinantemente en la
decisión jurisdiccional definitiva que se adopte...» (Casación Nro.
194-2007 / San Martín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
03-12-2008, págs. 23587-23588).
«... Ese estado de nulidad potencial puede o no afectar el debido
proceso ya sea por ser subsanable el vicio, por convalidación o
porque el acto ha cumplido su finalidad y por que [sic] además el
agravio que se produzca en el proceso a las partes debe ser
trascendente, en virtud del cual no hay nulidad si el vicio no influye
de manera decisiva sobre el acto, de tal modo que pueda ser capaz
de producir su ineficacia, además de tener una influencia decisiva
sobre la sentencia...» (Casación Nro. 5094-2006 / La Libertad,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-12-2008, págs. 23606-
23607).

6.2 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad por afectación


del principio del derecho de defensa

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad


por afectación del principio del derecho de defensa, ha establecido lo siguiente:
«... El derecho de defensa es esencial, integra el debido proceso
conforme a los incisos 3 y 14 del artículo 139 de la Constitución
Política del Estado; su protección debe constituir un norte para los
Juzgadores, así como la justicia para el caso concreto, en concordancia
con la finalidad que para el proceso señala el artículo III del Título
Preliminar del Código Procesal Civil, causando su afectación una
nulidad necesaria por la trascendencia de su contenido y el respeto
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 315

del derecho que todo ciudadano tiene a defenderse...» (Casación


Nro. 249-2006 / Cañete, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 31-08-2007, págs. 20112-20113).
«... Nuestro ordenamiento legal recoge la prohibición constitucional
de indefensión, de allí que, cuando tal situación sea ocasionada en
una sentencia, ésta deviene en nula...» (Casación Nro. 2139-2007 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-01-2008, págs.
21463-21464).
«... El derecho de defensa es una garantía de la función jurisdiccional
con rango constitucional y fundamento de los principios de
bilateralidad, audiencia e igualdad procesal, por lo que su infracción
acarrea la nulidad insalvable de los actos procesales en los que se
haya presentado...» (Casación Nro. 2227-2001 / Junín, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 31-10-2002, pág. 9427).
«... La infracción del derecho de defensa acarrea la nulidad insalvable
de los actos procesales en los que se haya presentado, toda vez que,
es la base de la vigencia de los principios de bilateralidad de audiencia
e igualdad procesal, además de gozar de rango constitucional»
(Casación Nro. 1627-99 / Huánuco, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 28-12-1999, págs. 4411-4412).
«... Si bien es cierto que el incumplimiento de lo dispuesto en el
inciso quinto del Artículo doscientos sesentiséis de la Ley Orgánica
del Poder Judicial referido a la obligación de dar cuenta al Juez de
los recursos y escritos a más tardar dentro del día siguiente de su
recepción, origina la responsabilidad funcional del Secretario de
Juzgado, esta omisión sólo dará lugar a nulidades procesales en los
casos en que se produzca indefensión de la parte que lo presentó»
(Casación Nro. 2489 - 98 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 15-06-1999, págs. 3004-3005).

6.3 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad por afectación


del principio de motivación de las resoluciones judiciales

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad


por afectación del principio de motivación de las resoluciones judiciales, ha
establecido lo siguiente:
«... El deber de los jueces de fundamentar las sentencias, tanto de
hecho como de derecho, bajo sanción de nulidad, es una garantía
de la administración de justicia que es trascendente, pues, tiende
a preservar tanto el derecho de defensa como la eficacia y validez
de los actos procesales...» (Casación Nro. 2639-2007 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 04-09-2008, pág. 22970).
316 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

«... La exigencia de la motivación de los fallos judiciales constituye


un valor jurídico que rebasa el interés de los justiciables por cuanto
se sustenta en principios de orden jurídico-político, ya que la
declaración de derecho a un caso concreto, es una actividad del
Juzgador que por imperio de la Constitución Política (Artículo ciento
treintiocho) impone cierta exigencia social de que la comunidad
sienta como un bien o valor: la fundamentación o motivación de la
sentencia, de ahí que no sea posible convalidar o subsanar el vicio
denunciado» (Casación Nro. 3161-98 / Callao, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 23-09-1999, págs. 3579-3580).
«... El Superior Colegiado al momento de expedir la sentencia de
vista, ha incurrido en vicio procesal insubsanable que conlleva a
declarar su nulidad, al fundamentar su decisión en normas que no
guardan relación con la materia controvertida, ni con lo decidido...»
(Casación Nro. 525-2006 / Cañete, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-08-2007, págs. 20159-20160).
«... En las resoluciones judiciales se pueden presentar errores en su
motivación o razonamiento que afectan la validez de éstas, los
cuales se clasifican en: (i) falta de motivación, se refiere a aquellos
casos en los que la resolución no presenta ninguna motivación;
(ii) motivación aparente, se trata de aquellas decisiones que
formalmente se nos presentan como resoluciones fundamentadas
pero que si nos adentramos y profundizamos en la racionalidad y
razonabilidad de su contenido, advertiremos que en realidad no
tienen fundamento alguno; y, (iii) motivación defectuosa, se trata
de aquellos vicios de la motivación en los que el razonamiento
efectuado por el Juez viola un principio lógico como el de no
contradicción o el de razón suficiente o las reglas de la experiencia...»
(Casación Nro. 1616-2005 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-11-2006, págs. 17899-17900).
«... El estado patológico de la motivación de las resoluciones
judiciales como vicio procesal, tiene dos manifestaciones: 1) la falta
de motivación y, 2) la defectuosa motivación, la cual a su vez se
divide en tres agravios procesales: a) motivación aparente; b)
motivación insuficiente; y, c) motivación defectuosa en sentido
estricto; en ese sentido [...], la motivación aparente se da cuando la
decisión se basa en pruebas no actuadas o en hechos no ocurridos;
la motivación insuficiente, [...] se presenta cuando [se] vulnera el
principio de la razón suficiente[;] y la motivación defectuosa
propiamente dicha, se presenta cuando el razonamiento del juez
viola los principios lógicos y las reglas de la experiencia, incurriendo
en lo que se denomina como 'error in cogitando' o de incoherencia...»
(Casación Nro. 1037-2008 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-12-2008, págs. 23380-23381).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 317

«... El Colegiado Superior incurre en 'error in cogitando',


concretamente en motivación insuficiente, [...] por lo que tal vicio
incide en la motivación de las resoluciones judiciales, toda vez que
para la validez de una sentencia se requiere que ésta sea verificable
y razonable...» (Casación Nro. 5290-2006 / Pasco, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 03-12-2008, págs. 23585-23586).
«... La motivación a que se alude [motivación de resoluciones] debe
ser ordenada, fluida, lógica; es decir[,] no debe vulnerar los principios
de la lógica. Se debe evitar los errores in cogitando o incoherencias
los cuales se determinan cuando entre los considerandos entre sí o
entre estos y el fallo existen contradicciones. En suma, el razonamiento
que sustenta una decisión judicial debe ser formalmente correcto
desde el punto de vista lógico...» (Casación Nro. 380-2007 / Lima
Norte, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-09-2008, págs.
23154-23155).
«... La fundamentación o motivación de la sentencia esta referida
[sic -léase está referida-] a una relación fáctica distinta a la que
contiene la parte resolutiva, es decir, no versa sOuie el petitorio de
la demanda, sino sobre otros hechos. Ello implica que se ha incurrido
en error in cogitando, vale decir, en una transgresión al principio
de logicidad, por consiguiente, en motivación defectuosa que debe
corregirse para emitir el pronunciamiento que corresponda de
acuerdo a los hechos y a la ley...» (Casación Nro. 1733-2007 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-04-2008, pág. 21911).
«... El principio de motivación garantiza a los justiciables que las
resoluciones jurisdiccionales no adolecerán de falta de motivación
o defectuosa motivación, esta última en sus variantes de motivación
aparente, motivación insuficiente y motivación defectuosa
propiamente dicha; de tal modo que de presentarse estos supuestos,
se estará violando el referido principio y dando lugar a la nulidad
de tal resolución...» (Casación Nro. 330-2007 / Arequipa, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 03-12-2008, pág. 23608).
«... Respecto a la denuncia consistente en una supuesta motivación
insuficiente de la resolución recurrida, es del caso precisar que este
tipo de error in cogitando, que tiene que ver con la motivación de
las resoluciones judiciales, consiste en la violación del conocido
principio lógico de razón suficiente...» (Casación Nro. 332-2007 /
Cusco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008, págs.
22729-22730).
«... Al momento de motivarse una sentencia [...] podría presentarse
un supuesto de motivación defectuosa, originado porque el
razonamiento del juez viola principios lógicos. Dos de estos principios
son el de razón suficiente y el de no contradicción; según el principio
318 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

de razón suficiente, éste se transgrede cuando en la motivación no


aparecen las razones (respaldo probatorio) suficientes que justifiquen
la decisión, lo cual debió haber implicado una valoración probatoria
del las [sic -léase de las-] pruebas de cargo y descargo, llegando así
a una conclusión necesaria y suficiente; en el caso del principio de
no contradicción en materia probatoria, éste se transgrede cuando
se enuncia un argumento de prueba y luego se niega su aplicación
al caso concreto. La transgresión de estos principios originará que
nos encontremos ante una motivación defectuosa que termine por
manifestar la presencia de una sentencia arbitraria y absurda que
deba ser anulada en virtud a los artículos 121 in fine, numerales 3
y 4 del artículo 122,171 y 197 del Código Procesal Civil...» (Casación
Nro. 2255-2002 / Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 31-08-2004, págs. 12536-12537).
«... Al adolecer la recurrida de falta de coherencia entre el fallo y
los considerandos en que se sustenta, se ha incurrido en la infracción
del principio lógico de no contradicción, lo que acarrea su nulidad...»
(Casación Nro. 1383-2000 / Callao, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 02-01-2001, pág. 6696).
«... Revisados los fundamentos que sirven de soporte a la Sentencia
de vista, se advierte que la Sala revisora no ha merituado
adecuadamente respecto a los agravios formulados por el recurrente
en su recurso de apelación, no realizando mayor análisis al respecto,
lo que importa una fundamentación insuficiente. [...] Que, estando
a lo precedentemente expuesto, la resolución de vista incurre en
causal de nulidad insubsanable, siendo de aplicación el artículo
171 del Código Procesal Civil...» (Casación Nro. 2316-2007 /
Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-09-
2008, págs. 22501-22502).
«... El Tribunal Ad quem [...] ha omitido aplicar el principio de
valoración conjunta de los medios probatorios, incurriendo así en
la expedición de una sentencia insuficiente por inmotivada, con
afectación del debido proceso, en contravención del artículo 139
incisos 3o y 5o de la Constitución Política del Estado, así como del
artículo 122 inciso 3o del Código Procesal Civil, que obliga al juzgador
a resolver con la adecuada fundamentación fáctica y jurídica, con
estricta sujeción a lo actuado en el proceso; habiéndose incurrido
en la causal de nulidad prevista en el artículo 50 inciso 6o,
concordante con el [artículo] 171 del Código Adjetivo [C.P.C.]...»
(Casación Nro. 4997-2007 / Huaura, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 30-06-2008, págs. 22424-22425).
«... Al momento de motivarse una sentencia (lo cual implica el
resultado de la valoración de la prueba), podría presentarse un
Capítulo V II: La nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 319

supuesto de motivación defectuosa, originado porque el razonamiento


del juez viola principios lógicos. Uno de estos principios es la
verificabilidad o de razón suficiente, el cual se aprecia cuando en
la motivación de la resolución no aparecen las razones suficientes,
extraídas de la valoración de la prueba y del derecho, que justifiquen
la decisión tomada. La transgresión de este principio originará que
se esté ante una motivación defectuosa que termine por manifestar
la presencia de una sentencia arbitraria y absurda (por carecer de
las razones que justifiquen el fallo) que deba ser anulada en virtud
a los artículos 121 in fine, numerales 3 y 4 del artículo 122, 171 y
197 del Código Procesal Civil...» (Casación Nro. 1163-2008 / Piura,
publicada en el Diario Oñcial El Peruano el 03-09-2008, págs. 22888-
22889).
«... Se ha producido una transgresión a los artículos 139 inciso 5o
de la Constitución Política del Estado y 122 inciso 3o del Código
Procesal Civil, así como al artículo 197 del Código Procesal glosado,
al haberse dictado una sentencia sin presentar los fundamentos
suficientes que justifiquen haber desestimado el derecho del
recurrente, realizando para ello una apreciación razonada de los
medios de prueba (lo cual se evidencia de la ausencia de razones
que justifiquen el fallo), pudiendo haber utilizado para ello los
sucedáneos de los medios probatorios; siendo así, se ha incurrido
en el supuesto de nulidad procesal...» (Casación Nro. 1163-2008 /
Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-09-2008, págs.
22888-22889).
«... Se produce (la arbitrariedad fáctica) cuando el Juzgador establece
una base distinta a la que le indican los medios probatorios y en
consecuencia emite un pronunciamiento erróneo, que debe ser
sancionado con la nulidad del acto procesal...» (Casación Nro. 2414-
99 / Tacna, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 17-09-2000,
págs. 6292-6293).
«... El inciso tercero del Artículo ciento veintidós del Código Procesal
Civil obliga a que las resoluciones deban contener la relación
correlativamente enumerada de los fundamentos de hecho y los
respectivos de derecho que sustentan la decisión, la que se sujeta
al mérito de lo actuado y al derecho. (...) Que, no conteniendo la
sentencia de vista ningún fundamento de hécho (...), se ha incurrido
en la causal de nulidad contemplada en los Artículos ciénto
veintidós y ciento setentiuno del Código Procesal Civil...» (Casación
Nro. 3100-99 / Chincha, publicada en el Diario Oficial El Peruáno
el 01-06-2000, págs. 5448-5449).
«... De la lectura de la sentencia recurrida (...), se adviérte que élla
incurre bn nulidad, toda vez que sus fundamentos -sin calificar el
320 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

valor de éstos- no se encuentran apoyados en ninguna cita legal, o


en su defecto en la doctrina jurisprudencial (entiéndase precedente
judicial en la actualidad) aplicable, lo que invalida todo el cuerpo
de la sentencia...» (Casación Nro. 283-95 / Cañete, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 13-12-1996, pág. 2534).
«... La Sala Revisora expresa fundamentación de carácter
exclusivamente fáctico mas no jurídico, vale decir, no hace mención
expresa de la norma legal aplicable, como exige el artículo ciento
treintinueve inciso cinco de la Constitución Política del Estado, que
le sirve de base para sustentar por qué, en el presente caso, la
demanda [...] resulta improcedente; violando así el [...] principio
de motivación escrita de las resoluciones judiciales, lo que acarrea
la nulidad de la resolución de vista; [...] en tal virtud, se configura
la [...] contravención de normas que garantizan el derecho a un
debido proceso...» (Casación Nro. 330-2007 / Arequipa, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 03-12-2008, pág. 23608).
«... Si bien la sentencia de vista recurrida cumple con exponer una
correlación lógica y sucinta de los hechos sobre los cuales habría
que emitir pronunciamiento, no es menos cierto que la misma
adolece de la debida fundamentación legal; lo que vulnera los
principios de legalidad y de motivación de los fallos judiciales, los
que constituyen un valor jurídico que rebasa el interés de los
justiciables, por cuanto se fundamenta en principios de orden
público, toda vez que la declaración del derecho en un caso concreto,
más que una facultad del Juzgador, es un deber, por imperio del
artículo 138 de la Constitución Política del Estado, que impone una
exigencia social [...] que la comunidad sienta como un valor jurídico,
denominado fundamentación o motivación de la sentencia...»
(Casación Nro. 611-2008 / La Libertad, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 03-09-2008, págs. 22878-22880).
«... La motivación de la resolución expedida por la Corte Superior
se refiere exclusivamente a los hechos, omitiendo toda sustentación
legal, por lo que incurre en la causal de nulidad contemplada en el
artículo ciento veintidós del Código Procesal Civil...» (Casación
Nro. 1555-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 02-01-2001, pág. 6698).
«... La Sala de revisión no ha expresado fundamentos jurídicos que
sustentan su decisión, además ha incurrido en contradicción al
invocar los fundamentos de la apelada cuando justamente la revoca;
[...] incurriéndose por tanto en causal de nulidad...» (Casación Nro.
843-2000 / Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-
01-2001, pág. 6708).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 321

«... La sentencia de vista carece de fundamentación jurídica y en


consecuencia vulnera una garantía constitucional [motivación de
las resoluciones judiciales] y atenta contra el debido proceso, lo que
la hace pasible de nulidad...» (Casación Nro. 2064-00 / Callao,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 7011).
«... De la lectura de la sentencia de primera instancia, como de la
de vista, se advierte que sus fallos están privados de las razones
jurídicas suficientes para justificarse, de lo que se concluye que
adolecen de falta de motivación, vicio que por su esencialidad afecta
de nulidad a ambos pronunciamientos...» (Casación Nro. 1922-00 /
Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-
2001, pág. 7007).
«... Del estudio de la resolución de vista [...] se advierte que
efectivamente ésta no se ampara en ninguna norma de nuestro
sistema jurídico, quebrantándose el inciso tercero del artículo ciento
veintidós del Código Procesal Civil, concordante con el inciso sexto
del artículo cincuenta del precitado Código, deviniendo en írrita
la recurrida, en aplicación del principio de legalidad de las
nulidades, previsto en el artículo [...] ciento setentiuno del Código
adjetivo [C.P.C.]...» (Casación Nro. 1756-2000 / Lambayeque,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 7003).
«... La [resolución] recurrida [...] no está sustentada en ninguna
norma sustantiva ni procesal que justifique el fallo; [...] tal omisión
infringe el inciso quinto del artículo ciento treintinueve de la
Constitución Política del Estado, que establece como principio de
la función jurisdiccional la motivación escrita de las resoluciones
judiciales con mención expresa de la ley aplicable; lo que concuerda
con los dispositivos previstos en los artículos ciento veintidós inciso
tercero y cincuenta inciso sexto del Código Procesal Civil; [...] en
efecto, de acuerdo con los dispositivos anotados, la necesidad de
motivar las resoluciones judiciales y de hacerlo de forma razonable
y ajustada a las pretensiones ejercitadas en el proceso, forma parte
de los requisitos que permiten la observancia en un proceso concreto
del derecho a la tutela judicial efectiva sin indefensión...» (Casación
Nro. 2634-00 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 30-04-2001, págs. 7204-7205).
«... La sentencia de vista ha revocado la apelada sin citar la ley
aplicable, contraviniendo lo dispuesto en el inciso quinto del
artículo ciento treintinueve de la Constitución Política del Perú, por
lo que se ha incurrido en las causales de nulidad contempladas en
los artículos ciento veintidós y ciento setentiuno del Código adjetivo
[C.P.C.]...» (Casación Nro. 1626-2000 / Callao, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-01-2001, pág. 6849).
322 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los A ctos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

«... El vicio anotado [fallos privados de las razones jurídicas


suficientes para justificarse] pone en evidencia la actitud negligente
y el poco celo en el desempeño de sus labores jurisdiccionales por
parte de los señores Vocales y de la señora Juez de primera instancia,
por lo que [...] es menester imponerles la medida disciplinaria de
apercibimiento...» (CasaciónNro. 1922-00 / Lambayeque, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 7007).
«... La decisión impugnada [sentencia de vista] es nula por sustentarse
en fundamentos de derecho que no coinciden con el mérito de lo
actuado...» (Casación Nro. 316-06 / Cono Norte, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-12-2006, págs. 18150-18151).
«... No puede calificarse una sentencia, a priori, como defectuosamente
motivada por el sólo [sic] hecho de no contener mayores citas
jurídicas o doctrinarias o el análisis de las cuestiones fácticas
propiamente dichas; no obstante, sí puede calificarse de defectuosa
a aquella motivación que adolece de la debida correlación o
concatenación entre las citas jurídicas o doctrinarias y las conclusiones
fácticas que emanan del caso concreto, de forma tal que dicha
omisión deriva en una motivación aparente...» (Casación Nro. 650-
07 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-
09-2008, págs. 23180-23181).

6.4 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad por afectación


del principio de congruencia procesal

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad


por afectación del principio de congruencia procesal, ha establecido lo siguiente:
«... El principio de congruencia se encuentra recogido en el artículo
VII del Título Preliminar [del C.P.C.], así como en el inciso 3o del
artículo 122 del Código Formal [C.P.C.], por lo que su contravención
implica la nulidad de la decisión, conforme a lo expuesto en el
artículo 122 del Código acotado...» (Casación Nro. 2529-2000 /
Sullaña, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-11-2001,
págs. 80/^2-8073).
«... Las instancias inferiores al haber resuelto indebidamente un
punto no controvertido han incurrido en causal de nulidad prevista
eñ el Artículo ciento seteñtiüño del Código Adjetivo...» (Casación
Nro. 463-96 / Cono norte, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 13-06-1998, pág. 1299).
«... Tal cófiio se puede constátar de una simple comparación entre
los puntos controvertidos y lo resuelto éñ la resolución impugnada
apáíécé cóñ claridád qué ésta ificurié éñ defecto de incongruencia
por proñunciamiento extfá pétita basado eñ un hecho autónomo
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 323

no invocado por las partes, lo cual origina la nulidad de la resolución


impugnada atendiendo a lo dispuesto en los artículos VII del Título
Preliminar y ciento veintidós inciso cuatro del Código Procesal
Civil...» (Casación Nro. 1479-2000 / Lambayeque, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-01-2001, págs. 6807-6809).
«... La resolución expedida por la Sala Superior se encuentra incursa
en la facultad extra perita, en razón de que se pronuncia sobre hechos
no alegados por las partes en el escrito de demanda y en el de la
contradicción, lo que acarrea la nulidad de la resolución cuestionada
por contravenir expresamente lo dispuesto en el artículo ciento
veintidós, inciso tercero[,] del Código Procesal Civil, por no ajustarse
al mérito de lo actuado ni a derecho, transgrediendo el principio de
congruencia procesal previsto en el artículo VII del Título Preliminar
del anotado cuerpo normativo, concordado con el inciso sexto del
artículo cincuenta del mismo texto...» (Casación Nro. 3480-2006 / Santa,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2008, pág. 21179).
«... Una de las manifestaciones de la transgresión al principio de la
congruencia lo constituye lo que en doctrina se conoce como
'extrapetita', figura que tiene varias manifestaciones, siendo una
de ellas cuando se otorga lo pedido pero por 'causa petendi'
diferente a la invocada, por lo que el Juez al momento de resolver
debe atenerse a los hechos de la demanda y de su contestación, que
hayan sido alegados y probados; por lo que de producirse una
transgresión al principio de la congruencia, originará la nulidad de
la resolución judicial...» (Casación Nro. 2495-2007 / Tacna, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 30-05-2008, págs. 22235-22236).
«... La sentencia exterioriza una decisión jurisdiccional, por lo tanto
el pronunciamiento sobre aspectos no pretendidos altera una
relación procesal válida dando lugar a la nulidad de un fallo...»
(Casación Nro. 1225-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-03-2001, pág. 7070).
«... La sentencia de vista al confirmar la sentencia apelada que
declara fundada la demanda, pronunciándose por un extremo que
no ha sido materia del petitorio, ni de punto controvertido alguno,
ha infringido lo dispuesto en el inciso 4 del artículo 122 del Código
Procesal Civil, [...] incurriendo en la causal de nulidad contemplada
en dicho artículo y en el artículo 171 del Código Procesal citado...»
(Casación Nro. 827-2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-10-2008, págs. 23232-23233).
«... Habiéndose sancionado una nulidad no puede hablarse de una
[sic -léase un-] pronunciamiento extrapetita...» (Casación Nro. 2191-
2004 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-09-2005,
pág. 14663).
324 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

«... El Juez incurrió en nulidad al pronunciarse sobre un extremo


que no había sido materia del postulatorio ni se había integrado
oportunamente; pero esta nulidad no puede extenderse a toda la
sentencia en virtud de lo expuesto en la segunda parte del Artículo
ciento setentitrés del Código Procesal Civil, en cuyo caso, es
suficiente como se ha establecido en la praxis jurídica, que la
sentencia revisora anule o declare insubsistente el extremo no
demandado...» (Casación Nro. 1707-96 / Callao, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 07-06-1998, págs. 1261-1262).
«... En la sentencia de vista [...] no se ha pronunciamiento [sic -léase no
se ha pronunciado-] respecto de todos los puntos controvertidos [...],
constituyéndose por ende en un pronunciamiento infra petita,
considerando lo expuesto en el inciso 4 del artículo 122 del Código
Procesal Civil, omisión de pronunciamiento de la Sala [Superior]
que es sancionado con nulidad a tenor de lo preceptuado en el
artículo 171 del Código Procesal Civil...» (Casación Nro. 4908-2006 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008, págs.
22671-22672).
«... La sentencia de vista contiene un pronunciamiento infra petita,
pues la Sala Superior omite pronunciarse sobre todos los extremos
de la pretensión impugnatoria formulada en el recurso de la alzada,
y con ello incumple la formalidad prevista en el artículo ciento
veintidós inciso [sic -léase incisos-] tercero y cuarto del Código
Procesal Civil [...], razón por la cual aquella se encuentra afectada
de nulidad...» (Casación Nro. 2346-03 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-09-2004, págs. 12746-12747).
«... La sentencia de vista resulta incongruente porque no hay
relación entre los considerandos y el fallo, por lo que se ha incurrido
en la causal de nulidad contemplada en el artículo ciento setentiuno
del Código Procesal Civil...» (Casación Nro. 2340-02 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 30-07-2004, págs. 12425-12427).

6.5 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad por afectación


de principios de vinculación y de formalidad

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad


por afectación de principios de vinculación y de formalidad, ha establecido lo
siguiente:
«... El artículo Noveno del Título Preliminar del Código Procesal
Civil [...] consagra los principios de vinculación y formalidad de
los actos procesales, al señalar que las normas contenidas en dicho
cuerpo legal son de carácter imperativo; resultando entonces que
ante la violación de alguna de ellas debe necesariamente declararse
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 325

la nulidad del acto procesal y reponer la causa al estado en que ésta


se produjo...» (Casación Nro. 1517-2000 / Lambayeque, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 30-01-2001, pág. 6809).
«... El artículo noveno del Título Preliminar del citado Código
Procesal [C.P.C.], recoge los principios de Vinculación y Formalidad,
para lo cual debe tenerse presente que existen normas procesales
que pueden ser 'rígidas' o 'flexibles' para el juez o 'absolutas' o
'dispositivas' para las partes, según se encuentre enjuego del orden
público o el interés privado, de ahí que no todas las normas
procesales son de orden público, por lo que se deberá resolver
teniendo en cuenta la naturaleza y objeto de cada disposición y la
violación de una norma de orden público entraña la nulidad y
deberá ser declarada de oficio...» (Casación Nro. 1040-2004 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 28-02-2006, págs. 15425-
15426).
«... Las formas procesales no constituyen un fin en sí mismas, de
ahí que la validez de los actos procesales debe juzgarse atendiendo
a la finalidad que en cada caso concreto éstos están destinados a
conseguir; no procediendo la nulidad aún [sic] cuando, siendo
defectuoso el acto procesal, éste ha logrado cumplir con su objeto...»
(Casación Nro. 5425-2007 / lea, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-12-2008, págs. 23369-23370).
«... Si bien las formalidades previstas en nuestro ordenamiento
procesal civil son imperativas, el juez adecuará su exigencia al logro
de los fines del proceso. La aplicación automática de la sanción de
nulidad por el sólo [sic] hecho de la constatación del vicio obligaría
a declarar la nulidad por causas secundarias, aún [sic] cuando el
proceso se encuentre sentenciado y precluido en sus etapas previas,
proporcionando con ello un arma al litigante que le permitiría
demorar indefinidamente el proceso...» (Casación Nro. 1193-2008 /
Cusco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2008, págs.
23410-23412).
«... Es de aplicación el principio de elasticidad procesal, contenido
en el artículo IX del Título Preliminar del Código Procesal Civil,
pues no se puede anular un acto procesal si ha conseguido sus
fines...» (Casación Nro. 3151-2001 / Cusco, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-07-2002, págs. 8993-8994).
«... Por el principio de la elasticidad de las formas, la subsanación
de los probables vicios no han de influir en el sentido de la
resolución...» (Casación Nro. 3854-00 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-04-2001, págs. 7273-7274).
326 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los A ctos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

«... La norma procesal, contiene una regla de conducta que atañe,


unas veces al Juez y otras a las partes; en algunos casos tiene carácter
imperativo, de tal manera que todos los actores en el proceso deben
someterse a ella, mientras que en otros, sea que se faculta al juez o
porque la norma no trasciende la finalidad del proceso, se puede
adecuar o eximir su cumplimiento, sin incurrir en sanción de
nulidad...» (Casación Nro. 554-2000 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 17-09-2008, pág. 6277).

6.6 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y el principio


del derecho al Juez natural

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad y


el principio del derecho al Juez natural, ha establecido lo siguiente:
«... La sentencia la ha expedido un juez distinto del que se había
avocado al conocimiento del proceso, incurriéndose en la causal
de nulidad contemplada en el artículo ciento setentiuno del Código
Procesal Civil...» (Casación Nro. 2732-2001 / Canchis - Sicuani,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-05-2002, pág. 8745).
«... Es el doctor [...], quien en un solo acto procesal se avoca al
conocimiento del proceso y emite sentencia sin que se advierta que
el citado magistrado haya dispuesto y comunicado previa y
oportunamente a las partes que los autos se encontraban expeditos
para sentenciar [...]; [...] resulta así que si bien el fallo de primera
instancia contiene formalmente el avocamiento del magistrado
sentenciador, éste no cumple con su verdadera finalidad, que es el
de comunicar oportunamente a las partes quién es el Juez natural
que va a decidir la controversia, limitando el derecho de defensa
de las partes, incurriéndose en la causal de nulidad contemplada
en el artículo ciento setentiuno del Código Procesal Civil...»
(Casación Nro. 2230-02 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 28-02-2003, págs. 10147-10148).

6.7 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y la cosa


juzgada

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad y


la cosa juzgada, ha establecido lo siguiente:
«... La resolución recurrida en casación al dejar sin efecto una
sentencia con la calidad de cosa juzgada por medio de un auto, ha
incurrido en causal de nulidad...» (Casación Nro. 1999-2000 / Piura,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-01-2001, págs. 6813-
6814).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 327

«... La Sala de mérito al declarar improcedente la demanda, por


determinar que se ha configurado la cosa juzgada ha analizado
erróneamente los elementos de identidad del actual proceso con
un proceso anterior, por lo que ha incurrido en afectación del
derecho del demandante a la tutela jurisdiccional efectiva, pues al
sostenerse una supuesta cosa juzgada inexistente se estaría limitando
el derecho del recurrente para acceder a la jurisdicción, lo que
constituye contravención del inciso tercero del artículo ciento
treinta y nueve de la Constitución Política del Estado y, por ende[,]
determina la nulidad de la resolución de vista, a tenor del artículo
ciento setenta y uno del Código Procesal Civil...» (Casación Nro.
1188-2007 / lea, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-12-
2008, págs. 23608-23609).
«... La cosa juzgada supone un proceso regular, en que las partes
puedan ejercitar libremente su derecho de defensa, por lo que no
puede haber cosa juzgada en un procedimiento irregular, seguido
contra una persona absolutamente incapaz y que posteriormente
fue declarada interdicta, infringiendo la garantía constitucional de
la observancia del debido proceso consagrada en el inciso tercero
del artículo ciento treintinueve de la Constitución Política del
Estado...» (Casación Nro. 636-2002 / Arequipa, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-01-2003, págs. 9754-9755).

6.8 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y el principio


de preclusión

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad y


el principio de preclusión, ha establecido lo siguiente:
«... Por el principio de preclusión, entendemos que cuando se da
por concluida una etapa, tal hecho impide el regreso a la anterior,
salvo el caso de nulidad; este principio es una garantía para las
partes por cuanto cada una de ellas tuvo la certeza de que si expira
una etapa o un término sin que la otra hubiera realizado determinado
acto que debió llevar a cabo en esa ocasión, ya no podrá ejercerlo
más adelante...» (Casación Nro. 4068-2006 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-05-2008, págs. 22078-22080).
«... La sentencia de vista deviene en nula al pronunciarse la Sala
Civil Superior de manera contraria contra una resolución anteriormente
emitida por su propio despacho, afectando de esta manera el
principio de preclusión y el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva
de la recurrente, por lo que siendo así debe renovarse el proceso al
estado en que la Sala Superior emita nueva resolución...» (Casación
Nro. 3426-00 / Huánuco, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 30-04-2003, pág. 10480).
328 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

6.9 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y la competencia

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad y


la competencia, ha establecido lo siguiente:
«... Lo actuado ante juez incompetente resulta nulo, al haberse
afectado el principio del debido proceso y la tutela jurisdiccional,
previsto en el inciso tercero del artículo ciento treintinueve de la
Constitución, que dispone que: 'Ninguna persona puede ser desviada
de la jurisdicción predeterminada por la ley, ni sometida a
procedimiento distinto de los previamente establecidos, ni juzgada
por órganos jurisdiccionales de excepción ni por comisiones especiales
creadas al efecto, cualquiera sea su denominación' [...]; [...] siendo
ello así, y teniendo en cuenta que este vicio afecta el orden público,
no es materia de convalidación en modo alguno, lo cual determina
que se ha incurrido en causal de nulidad insalvable...» (Casación
Nro. 1180-1999 / Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 30-09-2002, págs. 9184-9185).
«... Se aprecia de la demanda, que aquella se presentó ante el Juez
Civil [...], la misma que fue admitida en vía [de] proceso abreviado,
[...] asumiendo indebidamente jurisdicción sin tener en cuenta que
la competencia por razón de la materia es improrrogable; y, su
inobservancia constituye causal de nulidad insubsanable, conforme
a lo previsto por el artículo ciento setentiuno del Código Procesal
Civil...» (Casación Nro. 1180-1999 / Callao, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-09-2002, págs. 9184-9185).

6.10 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y la capacidad


para comparecer en el proceso

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad y


la capacidad para comparecer en el proceso, ha establecido lo siguiente: «... La
Sala Civil al declarar que uno de los cónyuges no puede accionar reclamando
derechos exclusivos sobre el bien social respecto del otro cónyuge y por tanto
expidiendo una resolución inhibitoria, cuestiona la capacidad de la demandante
para presentarse en juicio, por sí o por otro, negando su elemental derecho a
la tutela jurisdiccional efectiva; por ello, ha incurrido en inevitable vicio de
nulidad, al contravenir lo dispuesto en el Artículo primero del Título Preliminar
del Código Procesal en mención (C.P.C.); tanto más que con dicha decisión ha
retrotraído el análisis del proceso a un estado procesal ya precluido, como lo
es la etapa del saneamiento procesal que no fue cuestionado por ninguna de
las partes...» (Casación Nro. 254-98 / Huánuco, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 10-12-1998, pág. 2210).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 329

6.11 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y el curador


procesal

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad y


el curador procesal, ha establecido lo siguiente: «... Pese a que la [...] resolución
[...] no conlleva el apercibimiento correspondiente [de nombrarse curador
procesal si no se absuelve el traslado de la demanda], mediante los edictos [...]
y las publicaciones [...] se exhorta a los emplazados a absolver el traslado de
la demanda en el plazo especial de sesenta días, bajo apercibimiento de
nombrarse curador procesal; y por Resolución [...] el Juez de la causa, haciendo
efectivo un apercibimiento no decretado, lleva a cabo el acto procesal de
designar [...] curador procesal de los demandados [...]; a quien [sic] se le
declarara rebelde mediante auto [...] por no haber contestado la demanda dentro
del plazo de ley. [...] Que, los hechos antes descritos evidencian la concurrencia
de actos que transgreden las normas esenciales del procedimiento, y conllevan
a [la] nulidad de actuados...» (Casación Nro. 220-2002 / Cañete, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 02-02-2004, págs. 11364-11365).

6.12 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en la


representación procesal

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad en


la representación procesal, ha establecido lo siguiente: «... Habiéndose
considerado la representación insuficiente como un requisito de procedencia
de la demanda, se ha incurrido en causal de nulidad, en consecuencia debe
reponerse el proceso al estado en que se produjo el vicio» (Casación Nro. 1205-
99 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 24-11-1999, págs.
4170-4171).

6.13 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y el apoderado


judicial

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad y


el apoderado judicial, ha establecido lo siguiente:
«... El artículo setentitrés del Código Procesal Civil, textualmente
establece lo siguiente: 'Artículo 73.- Poder otorgado en el extranjero.-
E1 poder otorgado en el extranjero, debidamente traducido de ser
el caso, debe ser aceptado expresamente por el apoderado en el
escrito en que se apersona como tal/ [...] Que, de la norma transcrita
se aprecia que, si bien se exige al apoderado la formalidad de
aceptar expresamente el poder otorgado en su favor en el escrito
en el que se apersona como tal, sin embargo, no existe sanción de
nulidad expresa. [...] Que, si bien la ausencia de una sanción de
nulidad explícita no significa que no resulte exigible al apoderado
la aceptación expresa del poder otorgado en el extranjero; [...] siendo
330 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

ello así, no resulta razonable el exceso de celo por parte del ad quem
para declarar la nulidad de todo lo actuado [...] e improcedente la
demanda y la reconvención, pues, en relación a la pretendida
nulidad relacionada con la omisión del mandato contenido [...] [en
el] artículo setentitrés del Código Procesal Civil es posible aplicar
los [...] principios de convalidación y trascendencia...» (Casación
Nro. 3640-2006 / Junín, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 03-01-2008, pág. 21381).
«... La regulación establecida en el artículo 75 del Código Procesal
Civil, busca proteger tanto a los terceros que pueden ser demandados
por representantes desprovistos de facultades y al representado
que ignora que su representante esté accionando sin facultades
expresas para ello, por lo que el incumplimiento de dicha norma
legal acarreara [sic -léase acarreará-] un vicio que de no ser
adecuadamente subsanado genera el rechazo de la acción...»
(Casación Nro. 4995-2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-06-2008, págs. 22439-22440).

6.14 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en la


acumulación

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad en


la acumulación, ha establecido lo siguiente:
«... El artículo ochenta y siete del Código Procesal Civil dispone
que la acumulación objetiva es subordinada cuando la pretensión
queda sujeta a la eventualidad de que la propuesta como principal
sea desestimada; es decir, sólo si el Juez considera que la pretensión
principal no merece amparo alguno, procederá a pronunciarse
sobre la pretensión subordinada; [...] no obstante, de la revisión de
la sentencia de primera instancia, este Supremo Tribunal advierte
que el A quo, pese a emitir su fallo amparando la pretensión
principal, a continuación se pronuncia desestimando la pretensión
subordinada, lo cual no correspondía, pues sólo cabía pronunciarse
sobre esta última en caso de ser desestimada la primera de las
nombradas. Tal proceder contraviene lo dispuesto en la parte
pertinente del artículo ochenta y siete del citado Código Procesal
y, además, causa indefensión al demandante, toda vez que la Sala
Superior tampoco podría emitir una sentencia válida respecto a la
pretensión subordinada, que al haber sido declarada infundada
por el A quo, el Colegiado [Superior] podría considerar consentido
al no haber sido recurrido. En ese sentido, este Colegiado Supremo
estima que la nulidad no sólo alcanza a la sentencia de vista
sino que igualmente se extiende a la apelada, por lo que el Juez de
la causa deberá expedir nueva resolución conforme a derecho,
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 331

disgregando debidamente las pretensiones y resolviéndolas atendiendo


a los alcances del artículo ochenta y siete del Código Procesal
Civil...» (Casación Nro. 2646-04 / lea, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 03-07-2006, págs. 16445-16446).
«... La sentencia de primera instancia [...] declaró improcedente la
pretensión principal, sin hacer pronunciamiento de fondo, y
pronunciándose sobre la pretensión subordinada, la declara
fundada; la que apelada, si variar [sic -léase sin variar-] lo antedicho,
fue confirmada por la de vista por sus propios fundamentos
agregando los propios, actuación procesal que se aparta del marco
del [...] artículo 87 del Código Procesal Civil, pues [...] para conocer
de la pretensión subordinada en los casos de acumulación objetiva
originaria de esta modalidad era menester que la pretensión
propuesta como principal sea desestimada en pronunciamiento de
fondo y no deliberadamente inhibitorio, como ha sucedido en el
caso sub exámine, en que al tratarse de una acumulación como la
anotada, las instancias de mérito no pueden examinar y pronunciarse
primeramente sobre la pretensión subordinada, y luego señalar
que la pretensión principal resulta improcedente de lo que resulta
que se ha incurrido en causal de nulidad que hace aplicable el
artículo 171 del Código Procesal Civil...» (Casación Nro. 1775-2003 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-05-2005, págs.
14135-14136).
«... No existiendo un debido pronunciamiento respecto de la
pretensión principal y conllevando ello a que se sancione la nulidad
de la impugnada, carece de objeto pronunciarse sobre el extremo
referido a la falta de motivación de la recurrida con relación a la
pretensión accesoria de indemnización de daños y perjuicios...»
(Casación Nro. 2352-2000 / Lambayeque, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 7018).

6.15 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en el


litisconsorcio

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad en


el litisconsorcio, ha establecido lo siguiente:
«... El artículo noventitrés del Código acotado [C.P.C.], establece
que la decisión a recaer en el proceso, sólo será expedida válidamente
sí todos [sic -léase si todos-] los litisconsortes activos o pasivos
comparecen o son emplazados; [...] el artículo noventicinco del
mencionado Código, faculta al Juez a integrar la relación procesal
emplazando a una persona, sí de la demanda [sic -léase si de la
demanda-] o de la contestación aparece evidente que la decisión a
recaer en el proceso le va a afectar; [...] al no haberse integrado al
332 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

Estado [litisconsorte necesario], en la relación procesal, se ha


infringido lo dispuesto en los artículos noventidós, noventitrés y
noventicinco del Código Adjetivo [C.P.C.] y se ha incurrido en la
causal de nulidad contemplada en el artículo ciento setentiuno del
mismo Código...» (Casación Nro. 1958-2001 / lea, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-02-2002, págs. 8295-8296).
«... La Municipalidad (...) tiene la condición de litis consorcio
necesario, razón por la que, a falta de denuncia, el Juez debió
integrar la relación procesal con su emplazamiento para obtener
un acto procesal válido, haciendo uso de la facultad que le confiere
el Artículo noventicinco del Código Procesal Civil de modo que
por no haber procedido en la forma indicada se ha incurrido en
nulidad insubsanable, que es necesario corregir de acuerdo con lo
dispuesto en la última parte del Artículo ciento setentiséis del
acotado» (Casación Nro. 2718-98 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 22-07-1999, págs. 3098-3099).
«... Se trata [el litisconsorcio necesario] del [...] litis consorcio [sic]
por antonomasia, ya que la idea es, no de una posible reunión de
sujetos, sino de la exigencia de convocar a todos los interesados en
el mismo fallo, por la eficacia que para ellos tiene lo resuelto en un
solo proceso. La ausencia de un litisconsorte necesario origina la
invalidez de la relación procesal...» (Casación Nro. 719-2006 / Puno,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2007, págs. 20103-
20104).
«... El artículo 93 del Código Procesal Civil, referido al litisconsorcio
necesario, señala que cuando la decisión a recaer en el proceso
afecta de manera uniforme a todos los litisconsortes, sólo será
expedida válidamente si todos comparecen o son emplazados,
figura que supone la existencia de una relación jurídica sustancial
concreta, que es materia u objeto del proceso, y que pertenece de
modo indivisible a más de un titular, por lo que no es jurídicamente
posible decidirla de un modo uniforme respecto de cada uno de
esos titulares y con la presencia o, al menos[,] la posibilidad de que
estén presentes en el proceso. [...] Consecuentemente, al no haberse
cumplido con integrar a doña [...], en la condición de Litisconsorte
necesario a efecto de que ejerza su derecho a la defensa, es evidente
que lo actuado en el presente proceso resulta ser nulo, en atención
a la inobservancia que las instancias de mérito han mostrado
respecto al artículo 93 del Código Procesal Civil, cuya imperatividad
se sustenta, no sólo en el artículo IX del Título Preliminar de este
mismo cuerpo de leyes, sino también en la garantía del debido
proceso...» (Casación Nro. 1026-2005 / Huánuco, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 03-10-2006, pág. 17212).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 333

«... No se ha cumplido con el trámite procesal que correspondía,


en cuanto a la incorporación de un litisconsorte necesario pues resultaba
pertinente que fuera emplazado con la demanda, correspondiendo
de ser el caso suspenderse el proceso u ordenarse la audiencia
complementaria a fin de que sus medios probatorios sean calificados
y de considerarlo pertinente permitiéndosele el pleno ejercicio de
su derecho a producir prueba, sin embargo no se ha cumplido [...]
con la observancia de lo expresamente establecido en los artículos
93, 95 y 96 del Código Procesal Civil, [...] razones por las cuales
corresponde amparar el recurso de casación [...] y declarar la
nulidad de la sentencia de vista por adolecer de nulidad insubsanable
a tenor de la parte in fine [del] artículo 176 del Código Procesal
Civil, correspondiendo ordenar el reenvió [sic -léase reenvío-] del
proceso...» (Casación Nro. 176-2007 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-09-2008, págs. 23122-23124).
«... Tratándose de un litisconsorcio necesario la exigencia que se
efectúe el emplazamiento a todos los litisconsortes, resulta también
extensiva a la notificación de los demás actos procesales señalados
por ley puesto que solamente de esta manera se emitirá una decisión
válida que resulte oponible a dichos litisconsortes...» (Casación Nro.
753-01 / lea, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-12-2003,
págs. 11238-11239).
«... La resolución [que declara fundada la nulidad de la resolución
que dispone la intervención de litisconsortes necesarios en el
proceso] [...] afecta a la compañía y personas que el Juzgado consideró
que debían ser litisconsorte necesario [sic -léase litisconsortes
necesarios-], para que ejercitaran su derecho de defensa si lo
consideraban necesario; [...] a pesar de ello dicha resolución no ha
sido notificada a dichas personas, por lo que se ha incurrido en la
causal de nulidad contemplada en el artículo ciento setentiuno del
Código Procesal Civil, ya que se trata de una nulidad insubsanable...»
(Casación Nro. 2990-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-07-2001, pág. 7343).
«... Resulta impropio y contrario al principio de la unidad procesal
y de preclusión que se anule lo actuado sólo con respecto a uno de
los demandados, pues ello, llevará a que éste pueda plantear su propia
contradicción que tendría que ser resuelta independientemente,
resultando así una duplicidad de etapas dentro de un mismo
proceso, lo que atenta contra los principios de economía y celeridad
procesal previstos en el artículo V del Título Preliminar del Código
acotado [C.P.C.]...» (Casación Nro. 1326-2007 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 29-02-2008, págs. 21640-21641).
334 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

6.16 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en la


intervención de terceros, extromisión y sucesión procesal

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad en


la intervención de terceros, extromisión y sucesión procesal, ha establecido lo
siguiente:
«... Todo lo actuado con intervención de una persona jurídica ajena
al proceso, como lo es el Banco [...], se encuentra viciado de nulidad;
en consecuencia, resultan insubsistentes los actos procesales
desarrollados en tales condiciones, pues no cumplen con la finalidad
para el cual [sic -léase para la cual-] estaban destinados, estando al
principio de finalidad incumplida previsto en la segunda parte del
primer párrafo del artículo ciento setentiuno del Código Procesal
Civil; [...] la infracción procesal se verifica en esta causa cuando el
A quo autoriza la intervención de un tercero ajeno al proceso, a
quien no le asiste el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, por
no haber intervenido en la relación jurídica sustantiva ni haber sido
incorporado debidamente en autos, por lo que carecen de eficacia
y validez los actos procesales que otorgan inmotivadamente legitimidad
activa al Banco...» (Casación Nro. 2096-03 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-09-2004, págs. 12725-12726).
«... Conforme se ha establecido en autos la demandada figura como
soltera en la ficha registral [...], no resultando válida la incorporación
al proceso del conviviente de la impugnante, por cuanto [...] no ha
intervenido en la relación sustantiva...» (Casación Nro. 3773-2002 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 28-02-2005, pág.
13599).
«... Tanto la sentencia impugnada como la apelada se pronuncian
otorgando derechos a personas que no han sido parte ni terceros
legitimados en el proceso, razón por la cual aquellas se encuentran
afectadas de nulidad, al haber infringido las formas esenciales para
la validez de los actos procesales; [...] por tanto, la infracción
procesal se verifica en esta causa cuando el A quo declara fundada
la demanda a favor de terceros ajenos al proceso, a quienes no les
asiste el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, por no haber
intervenido en la relación jurídica sustantiva ni haber sido incorporados
al proceso...» (Casación Nro. 2322-03 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-09-2004, págs. 12744-12745).
«... El recurrente fundamenta la [...] afectación al debido proceso
en el sentido que las instancias de mérito no han cumplido con
integrar al proceso [sobre ineficacia de acto jurídico de anticipo de
herencia respecto a un inmueble] al tercero, en este caso, su hija [...],
quien tenía capacidad procesal para haber sido válidamente
emplazada desde el admisorio de la demanda, pues a la fecha en
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 335

que se admite la presente acción su citada hija ya había cumplido


los dieciocho años de edad. [...] Que, el artículo noventisiete del
Código Procesal Civil regula la intervención coadyuvante estableciendo
que quien tenga con una de las partes una relación jurídica
sustancial, a la que no deban extenderse los efectos de la sentencia
que resuelva las pretensiones controvertidas en el proceso, pero
que pueda ser afectada desfavorablemente si dicha parte es vencida,
puede intervenir en el proceso como coadyuvante de ella; esta
intervención puede admitirse incluso durante el trámite en segunda
instancia. [...] Que, de las copias del testimonio de anticipo de
herencia [...], aparece inserta la partida de nacimiento de la hija de
los demandados, [...] a la fecha de expedición del auto admisorio
[...] ya contaba con la mayoría de edad, razón por la cual debió ser
emplazada con la demanda, ya sea a petición de parte o de oficio,
de conformidad con lo establecido en el precitado artículo
noventisiete del Código Adjetivo [C.P.C.]. [...] Que, al no haber
procedido así las instancias de mérito, se ha incurrido en causal de
nulidad que vicia el proceso...» (Casación Nro. 853-2000 / Callao,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-01-2001, pág. 6841).
«... Las partes tienen facultad para formular denuncia civil cuando
corresponda, conforme al Artículo ciento dos del Código Procesal
Civil, por lo que su omisión no puede sustentar un pedido de
nulidad...» (Casación Nro. 100-2000 / Tacna, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 09-04-2000, pág. 5056).
«... Al ser incorrecta la inclusión de [...] en calidad de denunciado
civilmente, tampoco resultaba factible emitir pronunciamiento
sobre la relación sustancial entre el denunciante y el denunciado
civilmente pues ello es exigible en el caso que el denunciado
civilmente tenga realmente la calidad de parte pasiva en el proceso,
lo cual no ha sucedido en el presente caso; [...] no obstante ello, la
Sala de revisión si [sic -léase sí-] ha incurrido en causal de nulidad
al no haberse pronunciado en la sentencia de vista respecto a la
solicitud de extromisión planteada [...]; por consiguiente, se ha
infringido lo dispuesto en el artículo ciento veintidós inciso cuarto
del Código Procesal Civil, debiendo por ende declararse nula la
sentencia de vista, a fin de que la Sala de mérito se pronuncie sobre
el pedido de extromisión del proceso...» (Casación Nro. 692-01 /
lea, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 05-11-2001, págs.
7908-7909).
«... El llamamiento posesorio se supedita a la acreditación de la
calidad de cuidador o vigilante del inmueble por parte de quien lo
alega [...]; siendo así la falta de emplazamiento con el proceso a los
[...] presuntos poseedores del bien, no invalida la sentencia de
vista...» (Casación Nro. 18-2002 / Huánuco, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 31-05-2002, págs. 8794-8795).
336 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los A ctos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

«... Fluye que el Banco [...] ya no continúa en su condición de


acreedor, en tal virtud ha devenido carente de interés y legitimidad
para obrar, razón por la que [...] se debió resolver el pedido de
sucesión procesal, por haber operado un cambio en la titularidad
activa de la relación procesal, máxime si [...] el conocimiento de
dicho pedido [...] no ha sido absuelto por la entidad demandante
que ha dejado de tener la calidad de acreedora, por ende, sin
capacidad para continuar con el desarrollo del proceso. [...] Que,
en consecuencia, al no haberse procedido en la forma que establece
la ley procesal, se ha contravenido lo dispuesto en el artículo 108
del Código Procesal Civil, [...] correspondiendo por tanto declarar
la nulidad del fallo...» (Casación Nro. 1288-2003 / La Libertad, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 30-09-2005, págs. 14747-14748).

6.17 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y el Ministerio


Público

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad y


el Ministerio Público, ha establecido lo siguiente:
«... La falta de dictamen [fiscal] acarreará la nulidad sólo en aquellos
casos [...] respecto de los cuales la Ley lo ha señalado así expresamente...»
(Casación Nro. 3744-2006 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 30-09-2008, págs. 23145-23147).
«... La falta de dictamen del Ministerio Público no es causal de
nulidad...» (Casación Nro. 992-96 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 20-12-1996, pág. 2559).
«... El Dictamen Fiscal si bien debió emitirse, suom isiónnoes causal
de nulidad, por su carácter ilustrativo y no determinante del criterio
judicial...» (Casación Nro. 411-07 / Arequipa, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 31-05-2007, pág. 19398).
«... El dictamen fiscal será meramente ilustrativo y su omisión no
causará nulidad procesal en los casos que expresamente señala la
ley, en ese sentido reiterada jurisprudencia ha establecido que no
existe nulidad en los casos en que se omite el dictamen Fiscal en
primera instancia...» (Casación Nro. 3316-2000 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-10-2001, págs. 7779-7780).
«... En lo que respecta a la omisión del dictamen fiscal, es necesario
remarcar que [...] no acarrea nulidad cuando no incide en el fondo
del asunto, esto es cuando no afecta el sentido del fallo...» (Casación
Nro. 3937-2006 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 31-01-2007, pág. 18728).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 337

«... La omisión a la referencia del dictamen fiscal no se encuentra


contemplada como causal de nulidad...» (Casación Nro. 1472-2001 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2002, págs.
8462-8463).
«... La Ley Orgánica del Ministerio Público en su artículo 89 inciso
B ha establecido que la emisión del dictamen [del] Fiscal Superior
en lo Civil será meramente ilustrativo [sic] y que su omisión no
causará nulidad procesal en los casos que expresamente señala la
Ley. De lo que se infiere que si la omisión del dictamen fiscal no
invalida el proceso, la falta de pronunciamiento del mismo por
parte del Superior Colegiado [...] no resulta causa suficiente para
invalidar el proceso y menos aún para declarar la nulidad de la
sentencia recurrida...» (Casación Nro. 1189-2004 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2006, págs. 15653-15654).
«... Al declararse la nulidad de la sentencia de primera instancia
por la omisión del dictamen del Fiscal Provincial se infringe las
formas esenciales para la eficacia y validez de los actos procesales,
porque al no resolverse sobre la materia controvertida, se atenta
contra los principios de finalidad del proceso, celeridad y economía
procesal previstos en los artículos tercero y quinto del Título
Preliminar del Código Procesal Civil...» (Casación Nro. 3316-2000 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-10-2001, págs.
7779-7780).
«... Aún [sic] cuando corresponda emitir Dictamen Fiscal para el
resguardo del derecho de los menores de edad, su omisión no
acarrea nulidad de la sentencia judicial, siendo aquel únicamente
ilustrativo en casos como el presente, en donde el Ministerio Público
no es parte ni titular de la acción...» (Casación Nro. 3744-2006 /
Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-09-2008,
págs. 23145-23147).
«... El Código de los Niños y Adolescentes, en su Capítulo II, sobre
Fiscal de Familia, del Título I, del Libro Cuarto, artículo ciento
cuarentiuno establece que el dictamen, en los casos que procede,
es fundamentado después de actuadas las pruebas y antes de que
se expida sentencia; no estableciendo que su misión constituya una
causal de nulidad, lo que significa que no lo es, concordando en
ello, lo establecido en el artículo ochentinueve - A, inciso b), de la
Ley Orgánica del Ministerio Público que prescribe que [...] el
dictamen será meramente ilustrativo y su omisión no causará
nulidad procesal en los casos que expresamente señala la ley; [...]
si bien es cierto, el artículo ciento cuarentidós del Código de los
Niños y Adolescentes establece que la falta de intervención del
Fiscal en los casos previstos por la ley acarrea nulidad, la que será
338 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los A ctos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

declarada de oficio o a petición de parte, también lo es que la


intervención a que se refiere dicho dispositivo está referido [sic
-léase referida-] a las actuaciones en las que el Fiscal interviene
como parte y en las que conforme a los artículos ciento treintiocho
y ciento cuarenticuatro del citado Código, tiene por función
primordial velar por el respeto de los derechos y garantías del niño
y del adolescente, y frente a la Violencia Familiar y no en los casos
en los que actúa como dictaminador...» (Casación Nro. 402-2004 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-09-2005, pág.
14705).
«... Las normas invocadas por la recurrente para sustentar la
intervención del Ministerio Público en el presente caso [sobre
ineficacia de patrimonio familiar constituido a favor de menor],
son los artículos 85, 89 y 96 de la Ley Orgánica del Ministerio
Público, normas que establecen las atribuciones del Fiscal Supremo,
Superior, Provincial y de Familia, aduciendo que está en discusión
el derecho de una menor de edad; sin embargo de dichas normas
se desprende que en los procesos en que el Ministerio Público no
es parte ni titular de la acción, como en el presente caso, el dictamen
del Fiscal sería meramente ilustrativo, tal como lo establece el punto
'B' del inciso décimo del artículo 89 del Decreto Legislativo 052.
[...] Que, siendo así, la no intervención del Ministerio Público en el
presente caso, aún [sic] cuando la actora lo haya solicitado, no
acarrea la invalidez o nulidad de lo actuado, toda vez que dicha
intervención sería irrelevante...» (Casación Nro. 2011-2000 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, pág. 7574).

6.18 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y el contenido


o requisitos de las resoluciones judiciales

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad y


el contenido o requisitos de las resoluciones judiciales, ha establecido lo
siguiente:
«... Si bien se verifica que la sentencia de vista [...] carece de número
de orden dentro del proceso, dicha circunstancia no acarrea su
nulidad a tenor de lo previsto en el artículo 122 del Código Procesal
Civil...» (Casación Nro. 1675-2001 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-11-2001, págs. 8044-8045).
«... La errónea numeración de una resolución no constituye nulidad
insalvable que afecte su contenido, ni el proceso, de conformidad
con lo preceptuado en el cuarto párrafo del artículo 172 del Código
Procesal Civil...» (Casación Nro. 2717-2006 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-10-2006, págs. 17421-17422).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 339

«... No cabe la declaración de nulidades superfinas o sin interés si


se tiene en cuenta que la subsanación en la numeración que le
corresponde al auto de vista dentro del proceso no ha de influir en
el sentido de lo resuelto, siendo de aplicación lo dispuesto en el
artículo 172, cuarto párrafo, del Código Procesal Civil...» (Casación
Nro. 1633-2006 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 30-10-2006, pág. 17347).
«... No se afecta los artículo [sic -léase artículos-] ciento veintidós
y ciento veintitrés del Código Procesal Civil, porque si bien la
recurrida no contiene número de resolución ni parte expositiva en
forma[,] ello no ocasiona la nulidad de la resolución, porque no
afecta el sentido del fallo, siendo aplicable en este extremo el artículo
ciento setentidós [del C.P.C.] [...] en su cuarto párrafo...» (Casación
Nro. 3188-01 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
01-04-2002, págs. 8527-8528).
«... El hecho de que la Sala no haya enumerado los fundamentos
de la sentencia impugnada no puede acarrear la nulidad de la
misma, en aplicación del principio de subsanación que consagra el
Artículo ciento setentidós del Código Adjetivo» (Casación Nro.
1631-99 / Tumbes, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 21-
01-2000, pág. 4628).
«... Si bien el A-quem del considerando quinto se pasó al sétimo,
ello constituye tan sólo un error material que no acarrea en absoluto
la nulidad de la [resolución] impugnada...» (Casación Nro. 2024-
2001 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 05-11-2001,
págs. 7885-7886).
«... Aparece de la resolución impugnada que el Colegiado Superior
no ha cumplido con la disposición que contienen los incisos 3o y 4o
del artículo 122 del Código Procesal Civil, los cuales establecen que
todas las resoluciones que expidan los jueces deberán contener,
bajo sanción de nulidad, los fundamentos de hecho que sustentan
la decisión, y los respectivos de derecho con la cita de la norma o
normas aplicables en cada punto, según el mérito de lo actuado; y
la expresión clara y precisa de lo que decide u ordena, respecto de
los puntos controvertidos. [...] Que, siendo esto así, la actuación de
los jueces del Colegiado Superior contraviene lo previsto en los
dispositivos procesales antes referidos, afectando el derecho al
debido proceso del demandante...» (Casación Nro. 1053-2008 /
Junín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-09-2008, págs.
22985-22986).
«... Esta deficiente apreciación de los hechos por parte del Colegiado
Superior, torna en nula la decisión impugnada, pues, conlleva a
colegir de que lo resuelto no se ajusta al mérito de lo actuado en el
340 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

proceso y en tal virtud, es manifiesto el agravio que se le ha causado


a la entidad recurrente...» (Casación Nro. 2087-2007 / Callao, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 31-03-2008, págs. 21725-21726).

«... La resolución impugnada incumple la formalidad prevista en


el artículo ciento veintidós inciso tercero del Código Procesal Civil,
el cual señala que las resoluciones contienen los fundamentos de
hecho que sustentan la decisión, y los respectivos de derecho, según
el mérito de lo actuado, razón por la cual aquella se encuentra
afectada de nulidad...» (Casación Nro. 4460-06 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 30-05-2008, págs. 22084-22085).

«... Siendo uno de los requisitos esenciales para la validez de una


resolución y en especial de una sentencia, que en ella se pronuncie
sobre todos los fundamentos expuestos por las partes en la que [sic
-léase en los que-] sustentan su derecho, conforme a lo previsto en
el inciso 4 del artículo 122 del Código Procesal Civil, dicha omisión
se sanciona con nulidad...» (Casación Nro. 2744-2006 / Arequipa,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 29-02-2008, págs. 21645-
21646).

«... Si bien es cierto se incurre en causal de nulidad cuando se omite


la expresión clara y precisa de lo que se decide u ordena respecto
de todos los puntos controvertidos, de conformidad con lo dispuesto
en el artículo ciento veintidós del Código Procesal Civil; no es
menos cierto que desaparece legalmente la misma, cuando tales
puntos se encuentran debidamente apreciados por las instancias
de mérito o subyacen de lo allí resuelto...» (Casación Nro. 2002-2005 /
Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-12-
2006, pág. 18238).

«... La sentencia es el resultado de un proceso dialéctico sujeto a la


observancia de las normas establecidas en la ley y exterioriza una
decisión jurisdiccional, por tanto, la omisión o falta de pronunciamiento
de algunos de los puntos de la controversia da lugar a la nulidad
del fallo...» (Casación Nro. 4147-2001 / lea, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 31-03-2003, págs. 10405-10406).

«... La sentencia es el resultado de un proceso dialéctico sujeto a la


observancia de las normas establecidas en la ley y exterioriza una
decisión jurisdiccional, por tanto, la omisión o falta de pronunciamiento
de alguno de los puntos de la controversia altera la relación procesal
válida dando lugar a la nulidad del fallo...» (Casación Nro. 1921-
2000 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
30-01-2001, pág. 6838).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 341

«... No puede tener validez alguna un procedimiento judicial en el


que la sentencia no aparece firmada por el Juez y Secretario...»
(Casación Nro. 327-96 / lea, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 13-01-1997, págs. 2793-2794).
«... No habiendo ejercido función jurisdiccional el Magistrado citado
con motivo de la licencia que se le concediera [...], es obvio que no
podía suscribir resolución alguna, máxime si a dicha fecha ejercía
funciones otro Magistrado, resultando nula la resolución [...] por
no haberse expedido por el Juez respectivo, conforme lo dispone
el inciso sétimo del artículo ciento veintidós del Código Procesal
Civil, incurriéndose en [...] causal de nulidad...» (Casación Nro.
3856-01 / Jaén - Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 28-02-2005, págs. 13639-13640).
«... En este caso la resolución (...) que deniega la contradicción al
ejecutado, no ha sido suscrita por el Juez, sino por el Secretario de
Juzgado por disposición del A quo, lo cual constituye una seria
irregularidad procesal que origina una nulidad insubsanable, que
puede declararse de oficio de acuerdo con ia ultima parte del
Artículo ciento setentiséis del Código Procesal Civil, porque el auto
carece de la media firma del Juez y el Secretario del Juzgado no
está facultado para sustituir al Juez en esta obligación» (Casación
Nro. 1954-98 / Tacna, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
13-01-1999, págs. 2465-2466).
«... En cuanto a la actuación del Secretario Judicial, [...] tampoco
podía autorizar resolución judicial con anterioridad a su nombramiento
como auxiliar judicial, incurriéndose [...] en [...] causal de nulidad...»
(Casación Nro. 3856-01 / Jaén - Lambayeque, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 28-02-2005, págs. 13639-13640).
«... Constituye un presupuesto indispensable para la emisión válida
de la sentencia, la existencia previa de un procedimiento completo
en su forma y grado, que no debe verse afectado por un mal ejercicio
de la acción u otros vicios que lo invaliden...» (Casación Nro. 2016-
2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001,
págs. 7009-7010).
«... El hecho de haberse expedido la resolución integrativa, sin tener
en cuenta lo dispuesto en el Artículo ciento setentidós de la normal
procesal ya citada (Código Procesal Civil, refiriéndose dicho
Artículo a la integración de una resolución antes de su notificación
o después, pero dentro del plazo que las partes dispongan para
apelarla), se le ha recortado el derecho de defensa de hacer uso de
los medios impugnativos contra la resolución que integra la
recurrida...» (Casación Nro. 665-95 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 13-12-1996, pág. 2522).
342 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

6.18.1 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en las


resoluciones de segunda instancia

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad en


las resoluciones de segunda instancia, ha establecido lo siguiente:
«... Resulta evidente que la resolución de vista recaída en autos ha
puesto fin a la instancia, por consiguiente, resulta de ineludible
cumplimiento que la misma contenga tres votos conformes, pues
de no ser así, la decisión se torna en inválida...» (Casación Nro.
4557-2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-
09-2008, págs. 22898-22899).
«... El A'quo declara infundada la contradicción [...], resolución que
es apelada [...] y la [...] Sala Civil [...], vista la causa [...], dos vocales
se pronuncian porque se confirme la [resolución] apelada y uno
porque se declare nula. [...] Conforme a lo dispuesto por el artículo
141 de la Ley Orgánica del Poder Judicial se requiere de tres votos
conformes para hacer resolución [tratándose de resoluciones que
ponen fin a la instancia]. [...] En consecuencia, [...] la resolución
impugnada de vista debe ser declarada nula...» (Casación Nro. 5455-
2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-12-2008,
pág. 23438).
«... La resolución (de vista) materia del grado (...), aparece suscrita
sólo por uno de los miembros del colegiado, cuando dicha resolución
debía ser firmada por los tres miembros del Tribunal conforme lo
establece el Artículo ciento veintidós de la legislación Procesal
citada (Código Procesal Civil), y (...) el incumplimiento de los
requisitos establecidos en el numeral antes citado ocasiona que la
resolución sea nula» (Casación Nro. 734-95 / Piura, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 23-12-1996, pág. 2608).
«... La sentencia de vista no cumple con la exigencia de contener el
número de firmas necesarias para hacer resolución, incurriéndose
por tanto en causal de nulidad prevista en el artículo ciento veintidós
del Código Procesal Civil, por lo que corresponde declarar la
nulidad de la citada resolución a pesar de no haber sido alegada
por el recurrente, ello en virtud a que se trata de una nulidad
insubsanable que atenta contra las normas de orden público, siendo
por ello aplicable la facultad de declarar de oficio las nulidades
insubsanables a que se contrae el artículo ciento setentiséis in fine
concordante con el artículo noveno del título Preliminar del Código
Adjetivo [C.P.C.]...» (CasaciónNro. 1660-01 / Amazonas, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-02-2002, págs. 8338-8339).
«... La expedición de la sentencia [de vista] impugnada se encuentra
viciada de nulidad, en atención a lo dispuesto en los artículos ciento
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 343

setentiuno y ciento veintidós inciso séptimo del Código Procesal


Civil, toda vez que ha sido suscrita por un Vocal que no ha
intervenido en la vista de la causa ni escuchado los argumentos de
defensa de la parte demandada, con transgresión de las formas
esenciales para su validez y eficacia; siendo así no cumple con su
finalidad, como es el de [sic -léase como es la de-] otorgar garantías
mínimas que le aseguren un juzgamiento imparcial y justo...»
(Casación Nro. 2448-03 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 30-11-2004, págs. 13118-13119).
«... La sentencia no puede ser emitida por quien no ha estado
presente en la audiencia de la vista de la causa y donde se producen
los informes orales, porque la votación sólo puede ser realizada
por los magistrados que intervinieron en la vista de la causa de
acuerdo con las disposiciones de los Artículos ciento treintitrés y
ciento cuarenta de la Ley Orgánica del Poder Judicial. (...) Que, por
ello se ha producido la contravención de las normas que garantizan
el derecho a un debido proceso, al haber intervenido en la votación
de la sentencia un vocal que no formó parte de la Sala cuando se
produjo la vista de la causa y el informe oral, por lo que se ha incurrido
en la sentencia de vista en la causal de nulidad contemplada en el
Artículo ciento setentiuno del Código Adjetivo» (Casación Nro.
2564-98 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 19-08-
1999, pág. 3229).
«... La resolución de vista [...] que pone fin a la instancia tiene la
calidad de sentencia y se pronuncia sobre el fondo de la pretensión
controvertida; sin embargo aparece suscrita solamente por dos
magistrados [...]; no apareciendo el voto del Vocal Ponente [...], tal
como lo exige el artículo ciento treintiocho de la Ley Orgánica del
Poder Judicial que establece que la ponencia debe estar escrita y
firmada por el vocal designado; asimismo el artículo ciento
cuarentinueve del Texto Unico Ordenado de la Ley Orgánica del
Poder Judicial precitada establece que aún en el caso de impedimento,
traslado, licencia, vacaciones, cese o promoción, los Vocales tienen
la obligación de emitir su voto por escrito en las causas que hubieren
intervenido el que forma parte de la resolución, no siendo necesario
la firma de ésta por el Vocal referido, supuesto que tampoco se
produce en el caso de autos en el que no obra agregado a sus
antecedentes, el voto escrito del Vocal [Ponente] [...]. [...] Que, bajo
dicho aspecto, la sentencia de vista no cumple con el requisito
esencial que establece el artículo ciento veintidós, inciso sétimo, del
Código Procesal Civil concordado con el artículo ciento cuarentiuno
de la Ley Orgánica del Poder Judicial; [...] en consecuencia, se ha
incurrido en las causales de nulidad previstas en los incisos cuarto
y sétimo del artículo ciento veintidós del Código Procesal Civil;
344 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

por lo que siendo así y en virtud a lo preceptuado en el artículo


ciento setentiséis, in fine, del acotado Código Adjetivo, debe
declararse la nulidad de la sentencia de vista y renovarse el proceso
a fin de que la Sala Superior emita nueva resolución con arreglo a
ley subsanando los vicios procesales incurridos...» (Casación Nro.
1547-00 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
30-04-2003, págs. 10459-10460).
«... El hecho de no hacerse público el nombre el Magistrado sobre
el cual recae la ponencia de la sentencia [de vista] impugnada no
implica la transgresión del artículo ciento treintiocho de la Ley
Orgánica del Poder Judicial, pues esta norma no lo exige y tampoco
se considera como causal de nulidad; aún más, la carencia de tal
publicidad no impide a la recurrente iniciar las acciones que crea
conveniente contra el Vocal ponente de la mencionada sentencia...»
(Casación Nro. 3674-2002 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-03-2003, págs. 10324-10325).
«... Mediante resolución [...] se señaló nueva fecha para la vista de
la causa por haber sido devuelto el proceso sin resolver por el Vocal
Ponente que fue rotado a otra Sala, [y] ello no es mérito suficiente
para declarar vía casación la nulidad de la sentencia expedida, pues
si bien dicha irregularidad origina la aplicación de sanciones
disciplinarias contra el Vocal que omitió expedir su voto conforme
a ley, el proceso no se supedita a la voluntad del Vocal que incumple
sus obligaciones, pues ante tal omisión el Presidente de la Sala está
facultado a integrar el Colegiado con los llamados por ley, conforme
lo establece el segundo párrafo del artículo ciento cuarentinueve
del Texto Unico Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial...»
(Casación Nro. 1330-99 / Tumbes, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-05-2002, págs. 8665-8666).
«... Conforme lo establece el penúltimo párrafo del artículo
ciento treintiocho de la [...] Ley Orgánica del Poder Judicial, en las
resoluciones que emitan las Salas deben consignarse expresamente
los votos discordantes y los singulares. Tal mandato legal, sin
embargo, no se ha cumplido en autos, [...] en ese orden de ideas,
se concluye que la sentencia impugnada [sentencia de vista] se
encuentra viciada de nulidad, en atención a lo dispuesto en el
artículo ciento setentiuno del Código Procesal Civil, toda vez que
ha sido emitida en forma incompleta, con transgresión de las formas
esenciales para su validez y eficacia; siendo así no cumple con su
finalidad, como es el de [sic -léase como es la de-] otorgar garantías
mínimas que aseguren un juzgamiento imparcial y justo...» (Casación
Nro. 1554-04 / Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
01-06-2006, págs. 16085-16086).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 345

«... Esta Sala Suprema ha señalado que hay infracción de las formas
esenciales para la eficacia y validez de los actos procesales, cuando
las resoluciones sobre discordias han sido suscritas únicamente por
el relator y no por todos los integrantes de la Sala...» (Casación Nro.
438-96 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
30-01-1998, págs. 375-376).
«... En las Cortes Superiores de Justicia (...), a falta de vocales
expeditos para completar la Sala, en casos de discordia, se llama al
juez especializado más antiguo del Distrito Judicial y no al vocal
suplente como se ha preferido en el presente caso, cuya inobservancia
de las formas esenciales para la eficacia y validez de los actos
procesales que determinan la nulidad del fallo impugnado,
obviamente, por haberse contravenido las garantías de un debido
proceso...» (Casación Nro. 85-95 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 10-06-1996, pág. 2227).
«... Los artículos 141 y 144 de la Ley Orgánica del Poder Judicial
[...] señalan que en las Cortes Superiores tres votos conformes hacen
resolución, precisando que en caso de existir discordia, se pública
[sic -léase se publica-] y notifica el punto que la motiva, bajo sanción
de nulidad, llamándose al vocal dirimente. [...] Que, en el caso de
autos, se aprecia que con la expedición del voto suscrito por el
Doctor [Vocal] [...] la opinión de confirmar la sentencia apelada en
el extremo que declaraba infundada la demanda de nulidad de acto
jurídico, contaba con tres votos válidos que hacían resolución, de
conformidad con el artículo 141 de la Ley Orgánica del Poder
Judicial. [...] Que, sin embargo al subsistir la discordia en cuanto al
extremo de la reconvención formulada por la recurrente, el vocal
llamado por Ley para dirimir dicho aspecto, omitió pronunciarse
sobre dicho punto, y contrariamente se adhirió a la opinión de que
la apelada sea declarada nula, lo que trajo consigo que se expidieran
dos resoluciones con decisiones contradictorias. [...] Que, siendo
ello así, es evidente que la Sala de mérito ha incurrido en infracción
de las formas esenciales contenidas en los artículos 141 y 144 de la
Ley Orgánica del Poder Judicial...» (Casación Nro. 1389-2001 /
Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2002, págs.
8485-8486).
«... Se aprecia que por resolución [...] se corrigieron los votos
discordantes [...] pero sin sustento alguno, toda vez que de lo
actuado no aparecen los fundamentos de dichos votos, más aún si
se tiene en cuenta que ésta resolución [sic -léase esta resolución-]
no ha sido notificada a ninguna de las partes procesales; [...] se debe
agregar a ello, que el artículo ciento cuarentitrés, segundo párrafo,
del Texto Unico Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial
señala que: 'Una vez emitidos los votos, no pueden ser modificados
346 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

salvo que el voto discordante concuerde con el voto del ponente,


antes que emita su voto el dirimente, de lo qué se deja constancia
en autos'; empero, en el presente caso no se advierte que se haya
presentado dicha situación a fin de que se justifique la alteración
de los votos tantas veces citados; [...] en tal sentido, se concluye que
las graves irregularidades incurridas por la Sala Superior importan
afectación al derecho de defensa y al debido proceso de la recurrente,
los que determinan la nulidad de la resolución...» (Casación Nro.
2924-2004 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-
12-2006, pág. 18036).
«... De los actuados y de las copias solicitadas por este Supremo
Tribunal [...] se advierte que [...] el señor vocal [...] dejó su voto
escrito y firmado en el sentido de que se confirme la sentencia
apelada que declara infundada la demanda en donde se advierte
también los votos de los señores vocales [...], en donde se adhieren
al voto del aludido magistrado; con lo que se evidencia que se dio
cumplimiento a lo estipulado en el artículo 141 de la Ley Orgánica
del Poder Judicial. [...] Que, el hecho que el señor vocal [...] no
firmara la resolución que hace sentencia final por motivo de su
fallecimiento, no la invalida por cuanto la Sala de mérito al
sobrevenir tal hecho, dio estricto cumplimiento a lo normado en el
artículo 149 primer párrafo del Texto Unico Ordenado de la Ley
Orgánica del Poder Judicial. [...] Que, además, es de acotar que los
votos de los señores vocales son archivados en Relatoría, votos que
sólo son consignados en el expediente principal hasta que se dirima
la causa, luego de lo cual son sacados los originales y archivados;
por lo que la Relatora cuando señala que el señor vocal [...] ha
dejado suscrito su voto se encuentra de acuerdo a los hechos [...].
[...] Siendo así, la resolución [...] se encuentra de acuerdo a ley y al
proceso, no siendo susceptible de causal de nulidad prevista en el
numeral 7 del artículo 122 del Código Procesal Civil...» (Casación
Nro. 1621-2004 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 30-10-2006, págs. 17329-17330).
«... Se constata de la resolución impugnada que su parte resolutiva
contraviene flagrañteiñente el [...] principio de plenitud, pües, es
uñ hecho incuestionable que el impugnañte apeló coñtra la totalidad
de la senteñcia [de] primera instancia por no encontrarla conforme
y nó sólo sobre algunos aspectos de la misma, como equívocamente
ha considerado la Sála Superior al absolver el grado. Es que [...] de
la parte resolutiva de la sentencia de vista no aparece que se haya
cónfirmado, revocado o ahulado la sentencia apelada, no bastando
para ello que se declare la improcedencia del recurso de apelación
para cóñcluir en que el organismo revisor ha eíñitido una resolución
eñ plena observañcia de lo prescrito eñ el artículo 122 inciso 4o del
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 347

Código Procesal Civil. [...] la resolución impugnada se ha tornado


en nula por la deficiencia procesal antes anotada, no existiendo
pronunciamiento válido...» (Casación Nro. 4301-2007 / Puno,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-03-2008, págs. 21704-
21705).
«... Si el Colegiado Superior advertía prueba que desvirtuara el
derecho de la demandante, lo que le correspondía era emitir un
pronunciamiento de fondo y no sancionar una nulidad...» (Casación
Nro. 257-2005 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
01-12-2006, págs. 18014-18015).
«... Si el Colegiado Superior considera que la conclusión a la que
arribó el Juez de la causa es errada, pues debe resolver conforme a
lo que indique su criterio jurisdiccional y a lo que aparezca de las
pruebas incorporadas al proceso, pero no es viable declarar la
nulidad de una resolución por el hecho de tener una apreciación
diferente de los hechos...» (Casación Nro. 3672-2006 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 03-01-2008, págs. 21395-21396).
«... Existe una afectación del debido proceso, cuando indebidamente
la Sala [Superior] pretende anular una sentencia cuyos defectos son
subsanables...» (Casación Nro. 1466-2005 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-11-2006, págs. 17897-17898).
«... La sentencia de vista resulta nula pues se ha pronunciado sobre
un vicio (amparando un pedido de nulidad de actuados) que no
tenía la calidad de insubsanable» (Casación Nro. 1789 - 99 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 20-01-2000, págs. 4595-
4596).
«... La Sala [Superior] no puede condicionar el pronunciamiento de
fondo a las resultas de otro proceso, no admitido por el a-quo,
desnaturalizándose el mismo, incurriendo en causal de nulidad
prevista en el Artículo 171 del Código Adjetivo [C.P.C.]...» (Casación
Nro. 3083-2007 / Cajamarca, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-01-2008, págs. 21487-21488).
«... El Artículo trescientos setentiocho del Código Procesal Civil
expresa que contra las sentencias de segunda instancia sólo proceden
el pedido de aclaración o corrección y el Recurso de Casación,
siempre que se cumplan los requisitos de forma y fondo para su
admisión. (...) Que por tanto, el escrito del demandante solicitando
la nulidad de la sentencia de vista debió ser declarado improcedente
de plano; (...) su admisión consiste en la infracción de las formas
esenciales para la eficacia y validez de los actos procesales»
(Casación Nro. 1367-99 / lea, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 20-11-1999, págs. 4035-4036).
348 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

6.19 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y el expediente


del proceso

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad y


el expediente del proceso, ha establecido lo siguiente: «... El artículo ciento
treintiséis del Código Adjetivo [C.P.C.] que se refiere a la formación del
expediente y a la foliación del mismo, no contempla como causal de nulidad
la variación de la numeración de las fojas del proceso, por lo que resulta
aplicable al caso el cuarto párrafo del artículo ciento setentidós del Código
acotado [C.P.C.], porque no hay nulidad si la subsanación del vicio no ha de
influir en el sentido de la resolución o en las consecuencias del acto procesal...»
(Casación Nro. 2686-2001 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
02-01-2002, págs. 8264-8265).

6.20 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y el tiempo


en los actos procesales

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad y


el tiempo en los actos procesales, ha establecido lo siguiente:
«... El exceso del plazo para la realización de las [...] audiencias, no
es causal de nulidad sino que constituye una falta por parte del
juez conforme lo dispone el artículo ciento cuarenticinco del acotado
[C.P.C.]...» (Casación Nro. 1126-2005 / Arequipa, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-09-2005, págs. 14828-14829).
«... La expedición de pronunciamiento jurisdiccional vencido el
plazo legal puede dar lugar a medida disciplinaria, pero no es causal
de nulidad de actuados...» (Casación Nro. 3050-99 / lea, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 08-04-2000, pág. 5010).
«... Si bien la referida norma procesal [art. 124 del C.P.C.] prevé que
el auto sea resuelto en dicho término [cinco días], también lo es,
que el retardo o dilación en la emisión de las resoluciones judiciales
son sancionadas [sic -léase sancionados-] disciplinariamente, según
lo dispone el mismo numeral [art. 124 del C.P.C.] en su parte in
fine, de lo que se desprende que no afecta de nulidad a la sentencia
de vista...» (Casación Nro. 3150-01 / Huánuco, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-04-2002, pág. 8527).
«... No se advierte contravención de las normas que garantizan el
derecho a un debido proceso, pues la omisión por parte del
Colegiado Superior primigenio de emitir la sentencia de Vista
dentro del plazo signado por ley constituye una falta de carácter
disciplinario que no acarrea la nulidad de la resolución, conforme
lo establece el artículo ciento cuarenta del Texto Unico Ordenado
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 349

de la Ley Orgánica del Poder Judicial...» (Casación Nro. 720-02 /


Amazonas, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2003,
págs. 9764-9765).

6.21 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en las


notificaciones y en el emplazamiento

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad en


las notificaciones y en el emplazamiento, ha establecido lo siguiente:
«... La notificación a todas y cada una de las partes intervinientes
en el proceso correspondiente constituye un requisito indispensable
y es garantía del debido proceso, siendo su inobservancia causal
de nulidad del acto cuestionado...» (Casación Nro. 3622-02 / San
Román, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2003,
págs. 11140-11141).
«... Las notificaciones defectuosas practicadas tanto en primera
como en segunda instancia constituyen una afectación al debido
proceso, que debe ser sancionado ordinariamente ron la nulidad
procesal...» (Casación Nro. 495-2008 / Piura, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-10-2008, págs. 23216-23217).
«... Es a partir de la sentencia de Primera Instancia [...] que se deja
de notificar a la recurrente [...], a pesar de estar plenamente
incorporada al proceso como litisconsorte facultativa. [...] Tal vicio
procesal viola el derecho de defensa de la recurrente, ya que no se
le ha dado la posibilidad de recurrir contra la sentencia de primera
instancia, ni de participar de los demás actos procesales que se
dieron con posterioridad, por tanto no se ha cumplido con lo
previsto en el artículo 155 del Código Procesal Civil, habiéndose
incurrido en el supuesto de nulidad procesal previsto en el artículo
171 del Código adjetivo glosado; lo cual origina la nulidad de
actuados...» (Casación Nro. 1795-2008 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-12-2008, pág. 23459).
«... La parte demandada tomó conocimiento de la acción dirigida
en su contra desde que se le emplazó por primera vez, no obstante
que, posteriormente se haya declarado la nulidad de dicha notificación,
por lo que la interrupción del término prescriptorio debe computarse
desde ese momento...» (Casación Nro. 4365-2001 / Apurímac, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2004, pág. 11554).
«... La falta de notificación constituye afectación a sus derechos de
contradicción y defensa de los emplazados y por consiguiente tal
situación significa una restricción al derecho constitucional al debido
proceso, lo que necesariamente conlleva a la [...] declaración de
nulidad...» (Casación Nro. 212-2004 / Cono Norte de Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2005, págs. 14539-14540).
350 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

«... La denuncia relativa a los defectos de la notificación de la


empresa ejecutada, es un agravio que le compete denunciar a ella
o a los representantes de la misma, mas no al ejecutado que como
codemandado carece de legitimidad para denunciar un agravió
[sic -léase agravio-] que no le afecta directamente...» (Casación Nro.
476-2001 / Cusco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-
07-2001, págs. 7485-7486).
«... No existe [...] vicio procesal [...] pues la demanda y el mandato
ejecutivo le fueron notificados [al recurrente] en el domicilio que
aparece señalado como ' dirección de cobranza' en el título valor,
que fuera aceptado por los ejecutados [...], lo que se acredita con el
aviso y la cédula de notificación...» (Casación Nro. 466-2001 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, pág. 7484).
«... Los vicios relativos al emplazamiento se cuestionan en vía [de]
la articulación de nulidad, la cual constituye un remedio procesal
por cuanto procede contra actos de notificación no contenidos en
resoluciones; siendo por ello perfectamente factible que al remedio
de nulidad se le apliquen los principios en materia de impugnación...»
(Casación Nro. 2730-00 / Callao, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-07-2001, págs. 7336-7337).
«... La falta de notificación con la demanda es una afectación al
debido proceso lo cual debe ser sancionado ordinariamente con la
nulidad procesal...» (Casación Nro. 477-2004 / La Libertad, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 31-10-2005, págs. 14882-14883).
«... Constituye una contravención al debido proceso y privación
del derecho a la defensa, la falta de emplazamiento adecuado con
la demanda» (Casación Nro. 944-96 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-01-1998, pág. 346).
«... Conforme a los Artículos cuatrocientos treintiuno y cuatrocientos
treintisiete del Código Procesal Civil, es nulo el emplazamiento que
no se practica en el domicilio real del demandado. (...) Que, al
haberse procedido de esta manera se ha lesionado el derecho a la
defensa del recurrente a que se refiere el inciso décimo cuarto del
Artículo ciento treintinueve de la Constitución del Estado»
(Casación Nro. 1069-99 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 16-11-1999, págs. 3990-3991).
«... En ese supuesto (falta de notificación al demandado), se debió
declarar la nulidad del proceso, prevista en el Artículo ciento
sesenticinco, segunda parte, del Código Adjetivo, reponiendo la
causal (sic) al estado de notificar al demandado conforme a ley;
mas no declarar infundada la demanda, pues el pronunciamiento
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 351

sobre vicios in procedendo, excluyen el de fondo» (Casación Nro.


698-96 / Chimbóte, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
18-09-1998, págs. 1604-1605).
«... Si como en el presente caso, el Juzgador de mérito determina
que a uno de los demandados no se le notificó con la demanda, y
pone en evidencia un defecto en la constitución de la relación
jurídica procesal, debe anular todo lo actuado y reponer la causa a
la etapa en que se cometió el vicio; resultando impropio y contrario
al principio de unidad procesal y de la preclusión, que se anule lo
actuado sólo con relación a uno de los demandados, lo que llevaría
a que éste pueda plantear su propia contradicción que tendría que
ser resuelta independientemente, resultando en una duplicidad de
etapas dentro de un mismo proceso» (Casación Nro. 1094-99 / La
Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 28-11-1999,
pág. 4182).
«... Al no haberse entendido la demanda con el cónyuge se ha
atentado contra los derechos de éste a la tutela jurisdiccional efectiva
y a la defensa, garantías constitucionales que no se pueden
desconocer. (...) la situación procesal descrita está incursa en el
supuesto del último párrafo del Artículo ciento setentiséis del
Código adjetivo por tratarse de nulidad insubsanable» (Casación
Nro. 250-98 / Tacna, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
30-09-1998, pág. 1702).
«... No cabe alegar la nulidad del emplazamiento [con la demanda]
si se prueba que se tuvo conocimiento del proceso y se omitió
reclamarlo oportunamente...» (Casación Nro. 478-2001 / Arequipa,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, pág. 7486).
«... La falta de pronunciamiento de la Sala de revisión respecto del
pedido de nulidad de notificación [de la demanda], no afecta el
sentido de la resolución, toda vez que se ha establecido que la
recurrente tuvo conocimiento del proceso; en ese sentido, tal como
lo dispone el cuarto párrafo del artículo ciento setentidós del Código
Adjetivo [C.P.C.], tampoco habrá nulidad si la subsanación del vicio
no a de influir [sic -léase no ha de influir-] en el sentido de la
resolución...» (Casación Nro. 478-2001 / Arequipa, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, pág. 7486).
«... Cualquier vicio en la notificación quedó subsanado al haber
contestado la recurrente [demandada] la demanda y haber inclusive
deducido excepciones [...]; por lo que, de conformidad a lo previsto
en el artículo 172 del Código Procesal Civil, no ha sido vulnerado
su derecho de defensa...» (Casación Nro. 3423-2007 / Lima Norte,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2008, pág. 21259).
352 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

«... Se atenta contra la garantía acotada [derecho de defensa] cuando


no se ha producido un emplazamiento válido, puesto que ello
implica que el demandado no ha podido tomar conocimiento de
la pretensión para que pueda ejercer adecuadamente su defensa...»
(Casación Nro. 1473-2000 / Santa, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-01-2001, págs. 6697-6698).
«... Habiéndose verificado el emplazamiento inválido de la referida
empresa, lo actuado respecto de ésta [sic] última entidad deviene
en nulo e insubsistente, siendo que en virtud del principio de plenitud
a que se refiere el artículo 364 del citado Código Procesal [C.P.C.]
y lo previsto en el artículo 176 in fine del mismo ordenamiento
legal, la Sala Superior está facultada a declarar de oficio las nulidades
insubsanables...» (Casación Nro. 5063-2007 / Lambayeque, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 31-03-2008, págs. 21698-21699).
«...E l A-quem ha declarado la nulidad de lo actuado por defectos
en el emplazamiento [...], sin que el [...] demandado lo hubiera
solicitado; siendo así se ha afectado el principio dispositivo en
materia de impugnación establecido en el artículo trescientos
cincuenticinco del Código Procesal Civil, en virtud del cual los
remedios así como los recursos son conocidos por solicitud de las
partes...» (Casación Nro. 2730-00 / Callao, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-07-2001, págs. 7336-7337).
«... Los demandados [...] se apersonaron al proceso contestando la
demanda [...] sin formular ningún pedido de nulidad respecto del
emplazamiento, es más ni siquiera en su recurso de apelación [...]
alegaron este supuesto vicio; siendo así, la Sala Superior al declarar
la nulidad de lo actuado se ha sustentado en un defecto de
emplazamiento de personas que no lo habían [sic -léase que no la
habían-] solicitado, infringiendo por lo tanto el principio dispositivo
en virtud del cual los remedios por nulidad de notificación
solamente pueden ser conocidos por el Juez si es que las partes lo
solicitan; asimismo, también se ha contravenido lo establecido en
el artículo cuatrocientos treintisiété del acotado Código [C.P.C.]
que establece qué nó habrá nulidad si el emplazado comparece y
no la formula déntro dél plazo previsto para hacerlo...» (Cásación
Nro. 2730-00 / Calláó, públicada éñ el Diario Oficial Él Peruano el
02-07-2001, págs. 7336-7337).
«... Si bién [...] [se] forírmló nulidad de lo actuado por defectos en
el eínplazamiéhto, dicho pedido de nulidad fúe desestintádo por
el Juez [...] sih qüé Iá parte interesada hübiérá iñtérpuesto recurso
de apélációh [...]; éñ tál sentido habría pirécluidó la oportunidad
para pfóhüñciarsé sobre lá acotada ñülidád, no óbstáhte ello la Sala
de revisión se ha pronunciado sobre ése extremo en lá |?áfté considerativa
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 353

de la resolución de vista, incurriendo por ello [...] en vicio procesal...»


(Casación Nro. 2730-00 / Callao, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-07-2001, págs. 7336-7337).
«... Por lo actuado en la substanciación de la medida cautelar fuera
de proceso solicitada por la propia ejecutante, relacionada con el
presente proceso, la referida ejecutante ya tenía conocimiento del
nuevo domicilio de la ejecutada; no obstante eso, señaló un domicilio
distinto, faltando al deber de proceder con veracidad, probidad,
lealtad y buena fe en sus actos e intervenciones procesales, al cual
está obligada por mandato del artículo ciento nueve del Código
Procesal Civil; a su vez, ello ha afectado el derecho de defensa de
la empresa recurrente ocasionando la demora en su absolución del
traslado del mandato ejecutivo emitido en autos. [...] En conclusión,
se ha transgredido el derecho de defensa de la empresa demandada,
el mismo que es un componente del haz de derechos que constituye
el derecho al debido proceso, situación que acarrea la nulidad de
todo lo actuado desde el acto de notificación del mandato ejecutivo,
debiendo el A Quo renovar tal acto y consecuentemente [...] la
substanciación de la causa...» (Casación Nro. 3904-2006 / Lambayeque,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008, págs. 22654-
22655).
«... La aplicación del principio de convalidación de la notificación
de la sentencia de vista no se encuentra ajustado a lo dispuesto en
el indicado Artículo ciento cincuenticinco (del Código Procesal
Civil) pues, no se trata de tomar conocimiento solamente de que el
fallo sea adverso sino que debe realizarse su notificación en forma
legal, acompañándose de una copia de su texto para que se cumpla
con el propósito de poner en conocimiento de las partes acerca del
contenido íntegro del mismo» (Casación Nro. 890-96 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 23-04-1998, págs. 752-753).
«... El acto por el cual un Juez se avoca a una causa es (sic) el iter
del proceso por disposición y aplicación de la competencia funcional
es menester que tal avocamiento sea notificado a las partes a fin de
garantizar el principio de bilateralidad de audiencia y el ejercicio
de los derechos y deberes procesales que sean del interés de
éstos (sic), su inobservancia acarrearía la nulidad inevitable del acto
hasta donde se produjo el vicio...» (Casación Nro. 1204-96 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-05-1998, págs. 871-
872).
«... Habiéndose omitido notificar al recurrente con el día señalado
para la vista de la causa, se ha incurrido en la causal de nulidad
contemplada en el artículo ciento setentiuno del acotado Código
[C.P.C.]...» (Casación Nro. 1132-2001 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-11-2001, págs. 8126-8127).
354 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

6.22 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y los m edios


probatorios

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad y


los medios probatorios, ha establecido lo siguiente:
«... El incumplimiento del pago del arancel judicial para el
ofrecimiento de pruebas no origina la nulidad de dicho ofrecimiento,
ni que éste sea inválido o inadmisible, porque no está contemplada
dicha situación en el Código Procesal Civil, lo que sí ocurre en el
caso de los recursos de apelación y de casación...» (Casación Nro.
2158-2001 / Ancash, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
30-11-2001, pág. 8146).
«... La Sala no puede emitir válidamente sentencia si de autos obra
que la recurrida se basa en prueba que se ha obtenido a través de
la comisión de delito, en infracción de los Artículos doscientos
cuarentitrés y doscientos cuarenticuatro del Código Procesal Civil
(referidos a los casos de ineficacia por nulidad del documento y de
falsedad o inexistencia de la matriz)...» (Casación Nro. 602-96 / Tacna,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 23-04-1998, pág. 750).
«... El Juzgador a efecto de no causar indefensión a la otra parte
debió correr traslado para que este niegue [sic -léase para que ésta
niegue-] o reconozca su autenticidad de los documentos que se le
atribuye conforme señala el artículo cuatrocientos veintinueve in
fine del Código Procesal Civil; [...] al no haber obrado el A - quo, y
no habiendo la Sala de mérito subsanado en la forma legal
correspondiente incurren en causal de nulidad de actuados, por
contravenir normas del debido proceso, debiendo renovar dicho
acto...» (Casación Nro. 906-99 / Lima, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 30-04-2001, pág. 7154).
«... De acuerdo con el artículo cuatrocientos veintinueve del Código
Procesal Civil, después de interpuesta la demanda, sólo pueden
ser ofrecidos los medios probatorios referidos a hechos nuevos y a
los mencionados por la otra parte al contestar la demanda a
reconvenir [sic -léase o reconvenir-] y de presentarse documentos
el juez concederá traslado a la otra parte para que dentro de cinco
días reconozca o niegue la autenticidad de los documentos que se
le atribuyen; [...] el Juzgado no ha cumplido con el trámite antes
establecido, ni ha admitido o rechazado la prueba; [...] a pesar de
ello, tanto la sentencia apelada como la de vista, se han sustentado
en la prueba presentada con el recurso de fojas [...]; [...] todo esto
determina, que las sentencias de mérito [...] han incurrido en la
causal de nulidad contemplada en el artículo ciento setentiuno del
Código Procesal Civil...» (Casación Nro. 1556-2002 / Cañete,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2003, pág. 9751).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 355

«... La parte demandada [...] han sido declarados en rebeldía [...],


situación que causa presunción legal relativa sobre la verdad de
los hechos expuestos en la demanda [...], no correspondiendo en
consecuencia admitir ningún medio probatorio a esta parte por
cuanto no había contestado la demanda dejando pasar la
oportunidad legal para presentar sus pruebas [,] a pesar de ello la
Sala de mérito ha procedido a valorar los medios probatorios
ofrecidos extemporáneamente por la demandada [...]; [...] en
consecuencia, la valoración que ha efectuado la Sala respecto de
medios probatorios ofrecidos extemporáneamente contraviene el
artículo ciento ochentinueve del Código Adjetivo [C.P.C.] que
regula la oportunidad del ofrecimiento de los medios probatorios,
así como el artículo quinientos cincuentinueve del mismo Código
que establece la prohibición del ofrecimiento de medios probatorios
extemporáneos tratándose de procesos sumarísimos; incurriéndose
de esta manera en vicio procesal que acarrea la nulidad de la
sentencia de vista...» (Casación Nro. 2418-01 / Puno, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 01-04-2002, págs. 8577-8578).
«... Al haberse merituado un documento aportado extemporáneamente
esto no invalida las otras pruebas aportadas al proceso; por tanto
la sentencia de vista no es arbitraria...» (Casación Nro. 3426-01 /
Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-04-2002, pág.
8536).
«... Interpretando el artículo 201 de dicho Código [C.P.C.] en su
sentido amplio debemos entender que cualquier defecto en la
oportunidad de ofrecimiento de un medio probatorio no puede
invalidar éste, si a ello se agrega que el Juez no lo hubiera rechazado
liminarmente...» (Casación Nro. 3889-2000 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-09-2002, págs. 9145-9146).
«... Si bien esas copias (copias certificadas presentadas después del
postulatorio) son pruebas irregularmente agregadas y no deberían
servir de sustento a la sentencia, este exceso no lleva consigo la
nulidad de la resolución que se pretende en vía de casación, porque
en nada influye en el sentido de la sentencia...» (Casación Nro.
3164-99 / Loreto, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 08-
04-2000, pág. 5024).
«... La valoración de la prueba debe ajustarse a lo dispuesto por el
artículo ciento noventisiete del Código Procesal Civil, en cuanto a
que los medios probatorios son valorados por el Juez en forma
conjunta, utilizando su apreciación razonada; [...] la apreciación
razonada está emparentada con el hecho que la ley no impone
normas generales para acreditar algunos hechos, ni determina
abstractamente el valor de las pruebas, sino que deja al juzgador
356 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

en la libertad para admitir toda prueba que estime útil al


esclarecimiento de la verdad y para apreciarla conforme a las reglas
de la lógica y de la experiencia común; se trata de un convencimiento
lógico y motivado, basado en elementos probatorios objetivos; [...]
en consecuencia queda descartada la posibilidad de una apreciación
arbitraria y no razonada de las pruebas, ya que el acto valorativo
debe apoyarse en la lógica, los principios naturales y la experiencia,
todo lo cual se relaciona con el principio de la legítima defensa y
el deber de motivación de las resoluciones judiciales, motivación
que debe ser adecuada y no cualquiera que no tenga asidero
objetivo; estas reglas determinan el sistema de valoración de la
prueba y el apartarse de ellos, por parte del juzgador trae como
consecuencia la ineficacia de la sentencia establecida en el proceso...»
(Casación Nro. 2558-2001 / Puno, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-04-2002, págs. 8580-8581).
«... Al no haberse valorado un medio probatorio que fue expresamente
admitido y que resultaba esencial para resolver la controversia, se
ha infringido lo establecido en el artículo ciento noventisiete del
Código Procesal Civil sobre valoración conjunta de todos los medios
probatorios, motivo por el que debe declararse nula la sentencia
de vista a fin de que se expida nueva resolución con arreglo a ley...»
(Casación Nro. 2157-1999 / Piura, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-01-2001, pág. 6699).
«... De [la] lectura de la sentencia de vista [...] se advierte que no se
ha valorado en forma conjunta los [...] medios probatorios [...]; [...]
a fin de no vulnerar el derecho al debido proceso y a que se expida
una sentencia de acuerdo a derecho y sin vulnerar el principio de
la debida valoración de los medios probatorios actuados, si el
derecho a probar tiene por finalidad producir en la mente del
juzgador el convencimiento sobre la realidad o inexistencia de los
hechos afirmados, resultaría una garantía ilusoria si el juzgador no
apreciara adecuadamente (razonadamente) el material probatorio
y practicara un estudio parcial, ilógico [...] del caudal fáctico; por
lo tanto, se debe anular la sentencia impugnada a fin que el
Colegiado Superior expida nuevo fallo valorando en forma
razonada lo [sic -léase los-] medios probatorios...» (Casación Nro.
666-07 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-12-
2008, págs. 23498-23499).
«... Examinada la resolución de vista se constata que la decisión
impugnada infringe abiertamente el citado principio procesal
[principio de la valoración conjunta y razonada de la prueba], pues,
se ha sustentado en una prueba instrumental que ha devenido en
ineficaz, [...] [constatándose que] ha sido declarada parcialmente
nula en sede judicial y si ello es así, mal podría apoyarse la recurrida
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 357

en una prueba que ha sido invalidada y que por lo tanto, carece de


eficacia jurídica...» (Casación Nro. 5275-2006 / Callao, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 30-07-2007, págs. 20047-20048).
«... Existe una indebida valoración de los medios probatorios, y por
ende el fallo no se sujeta al mérito de lo actuado previsto en el
numeral ciento veintidós inciso tercero del Código Procesal, [...] en
este orden de ideas, el defecto advertido precedentemente conlleva
a declarar la nulidad del fallo de conformidad con lo que dispone
el artículo ciento setentiuno del Código Adjetivo [C.P.C.] que no
es posible subsanarse, debiendo expedirse nueva resolución con
arreglo a ley...» (Casación Nro. 1648-2007 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-12-2008, págs. 23270-23272).
«... Al no haberse valorado los medios probatorios en forma conjunta
y sin utilizar su apreciación razonada, la Sala ha infringido el
Principio de Legalidad, incurriéndose en vicio de nulidad insubsanable
que debe sancionarse conforme a los Artículos ciento setentiuno,
ciento setentiséis in fine y ciento setentisiete del Código Procesal
Civil» (Casación Nro. 1464 - 98 / San Martín, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 12-11-1999, págs. 3897-3898).
«... La omisión de valorar uno de los medios de prueba que guarda
relación directa con las pretensiones en debate no es un vicio
convalidable...» (Casación Nro. 1210-03 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-10-2006, págs. 17061-17062).
«... Si bien la omisión (de valoración de prueba esencial) ha ocurrido
tanto en la sentencia de primera instancia como en la de vista, esta
última está facultada para la revisión del proceso de primera instancia
y emitir un pronunciamiento, por lo que por economía procesal
sólo se anula la sentencia de vista» (Casación Nro. 950-99 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 12-11-1999, págs. 3910-
3911).
«... Es en el área de la prueba donde ha de asegurarse la primacía
de la verdad objetiva, sin que nada excuse la indiferencia de los
jueces en su misión de dar a cada uno lo que le corresponde, por
lo que el prescindir de pruebas, decisivas en la acreditación de un
extremo fáctico determinante para la litis, implica una injuria que,
provocada por el reclamo de una de las partes, debe concluir en el
acogimiento de la pretensión invalidante de la sentencia...»
(Casación Nro. 2558-2001 / Puno, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-04-2002, págs. 8580-8581).
«... La sentencia de primera instancia deviene en nula, ya que ha
sido expedida con medios probatorios insuficientes puesto que el
juzgador no podría tener por acreditados los hechos expuestos por
358 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los A ctos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

las partes, de manera tal que pudiere producirle certeza, de la forma


que establece el artículo 188 del Código Procesal Civil; más aun si
se tiene en cuenta que las pruebas deben ser estudiadas en sus
elementos comunes, en sus conexiones directas o indirectas, ya que
ninguna prueba deberá ser tomada en forma aislada ni exclusiva,
sino en conjunto, por cuanto de su sola visión integral se pueden
sacar conclusiones acerca de la verdad. [...] Que, en consecuencia,
el Juez de la causa ha incurrido en la infracción del derecho a probar,
lo que acarrea su nulidad...» (Casación Nro. 2983-07 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008, págs. 22811-
22812).
«... Estando al carácter de esas pruebas (sobre las que se omitió
pronunciamiento) que no pueden influir de modo alguno en la
decisión jurisdiccional es de aplicación el Artículo ciento setentidós
cuarto parágrafo del Código Procesal Civil, que prescribe que, no
hay nulidad si la subsanación del vicio no ha de influir en el sentido
de la casación (sic -entiéndase resolución-) o en las consecuencias
del acto procesal, cuya ratio legis es el ahorro o economía procesal
para no repetir actos procesales en forma innecesaria o inconducente»
(Casación Nro. 876-99 / Apurímac, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 20-10-1999, pág. 3784).
«... En autos no obra la constancia de haberse elevado dichas
instrumentales a las Cortes Superiores de Justicia; y, el Colegiado
no ha reparado en esta prueba al momento de pronunciar sentencia
teniéndolos a la vista, viciándose de nulidad establecida en el
artículo ciento setentiuno del Código Procesal Civil...» (Casación
Nro. 2536-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 30-04-2001, págs. 7193-7194).
«... La nulidad de una sentencia se debe declarar al observar la
presencia de un vicio insubsanable, más (sic) no por la apreciación
de los fundamentos en que se sustenta la decisión, caso en el cual,
si hay coincidencia se debe confirmar y si hay discrepancia en base
a la nueva apreciación del juzgador de mérito en revisión, se deberá
revocar y declarar el derecho que corresponda. (...) Que, en
consecuencia, se ha afectado el derecho al debido proceso, al omitir
el pronunciamiento de fondo, y declarar una nulidad como consecuencia
de la apreciación probatoria» (Casación Nro. 2784-98 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 19-08-1999, pág. 3235).
«... El artículo 197 del Código Procesal Civil [...] dispone la obligación
de los juzgadores de valorar todas las pruebas de manera conjunta
y razonada, empero tal valoración es una que corresponde a cada
Magistrado por ser independiente en el ejercicio de su función
jurisdiccional, [...] por lo cual otros Magistrados -aún sean superiores-
Capítulo V II: La nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 359

no pueden imponer determinada valoración de la prueba, siendo


distinto que sancionen la nulidad cuando alguno de los medios
probatorios aportados al proceso no hayan sido considerados o
cuando, aún [sic] siendo valorados, el razonamiento lógico - jurídico
empleado resulte arbitrario, supuestos en los que si cabe [sic -léase
en los que sí cabe-] sanción de nulidad...» (Casación Nro. 2727-2006 /
Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2007,
págs. 20121-20122).
«... Si bien por sentencia [...] se declaró Nulo e insubsistente todo
lo actuado [...], reponiéndose la causa al estado de calificar
nuevamente la demanda; de conformidad con el artículo ciento
setentitrés del Código Procesal Civil, la invalidación de un acto
procesal no alcanza a los anteriores ni a los posteriores que sean
independientes de aquél, por cuya razón las pruebas actuadas con
anterioridad a la declaración de nulidad conservan su eficacia
probatoria y por lo mismo han sido merituadas por las instancias
de mérito...» (Casación Nro. 1049-2004 / Arequipa, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 02-11-2004, págs. 12812-12813).
«... La prueba de oficio es una facultad y no un deber del Juez, no
conllevando por tanto su omisión sanción de nulidad...» (Casación
Nro. 40-2001 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
31-07-2001, págs. 7460-7461).
«... El a-quo al expedir sentencia [...] decide incorporar el citado
documento como prueba de oficio, aplicando el artículo 194 del
Código Procesal Civil, valorándolo [...]; empero, tal documento no
ha sido puesto en conocimiento de la parte demandada para que
pueda expresar lo que a su derecho corresponde, afectándose su
derecho al debido proceso y particularmente su derecho de defensa [...].
[...] Que al incorporarse al proceso dicho medio probatorio se ha
incurrido en la causal de nulidad contemplada en el artículo 171
del Código Procesal Civil; además, la omisión señalada configura
una infracción procesal que conlleva a la indefensión para la parte
contraria pues no se le ha puesto en conocimiento dicho medio
probatorio para que pueda expresar lo que a su derecho corresponda,
afectando el principio de bilateralidad procesal; por lo que al haber
procedido de la manera indicada se ha contravenido el artículo 139
inciso 5o de la Constitución Política y el artículo 122 inciso 3o del
Código Procesal Civil...» (Casación Nro. 1723-2006 / El Santa,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 05-01-2007, págs. 18392-
18393).
«... Conforme a lo establecido en el artículo ciento noventicuatro
del Código Adjetivo [C.P.C.], el Juez puede admitir a trámite
cualquier medio probatorio con la finalidad de resolver el conflicto
360 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

ínter subjetivo de intereses y es potestad suya disponer la actuación


de los medios probatorios adicionales si lo considera conveniente;
sin embargo, tal decisión debe ser expresada, como lo exige la
norma, en una resolución motivada, previa a la expedición de la
sentencia, la misma que debe estar puesta en conocimiento de las
partes a fin de que puedan hacer valer su derecho a cuestionar o
asentir dicho medio de prueba; siendo esto así, al no haberse
procedido de este modo, se ha producido una situación de indefensión
que es menester tutelar, además, se contraviene el artículo
cuatrocientos veintinueve del acotado Código [C.P.C.], lo que vicia
de nulidad la sentencia impugnada...» (Casación Nro. 398-2004 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2005, págs.
15088-15089).
«... Con respecto a la falta de notificación a la recurrente de la
resolución [...] en que el A Quo ordena al Banco ejecutante presentar
el contrato de cuenta corriente, que obra en autos [...], dicha omisión
no es merecedora de sanción con nulidad, toda vez que no se
configura el perjuicio a que [...] hace referencia el artículo ciento
setenticuatro del Código Procesal Civil, ya que, de acuerdo al
artículo ciento noventicuatro del mencionado Cuerpo de Leyes, la
decisión del Juez que ordena la actuación de una prueba de oficio
es inimpugnable; es decir las partes se encuentran impedidas de
impugnar dicha resolución así como la prueba de oficio cuya
actuación es ordenada por el Juez...» (Casación Nro. 3270-2000 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, pág.
7441).
«...El defecto en el juramento [en la audiencia de pruebas] no puede
constituir per sé [sic] causa suficiente para declarar la nulidad de
lo actuado en el presente proceso...» (Casación Nro. 2032-2006 /
Puno, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-12-2006, págs.
18315-18316).
«... Conforme a la última parte del primer párrafo del Artículo
doscientos tres del Código Procesal Civil las partes y los terceros
pueden concurrir a la audiencia (de pruebas) con sus abogados lo
que implica que la inobservancia de este requisito no invalida el
acto procesal...» (Casación Nro. 2279-99 / Callao, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 17-09-2000, pág. 6299).
«... En cuanto a la expedición de la sentencia por Juez distinto al
que intervino en las audiencias (de pruebas), no es causal de nulidad
del trámite o vicio in procedendo, pues puede hacerlo y depende
de su exclusiva decisión renovar dichas audiencias si lo juzgara
necesario...» (Casación Nro. 3082-99 / La Libertad, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 08-04-2000, pág. 5014).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 361

«... La resolución [...] por la que la Juez [...] se avocó al conocimiento


de la causa y dispone que no se repita la Audiencia Unica fue
notificado [sic -léase notificada-] a las partes después de expedida
la sentencia de primera instancia; [...] por ello se ha omitido en el
proceso uno de los medios de defensa permitidos/ como es el
informe oral/ incurriéndose en la causal de nulidad contemplada
en el artículo ciento setentiuno del Código Adjetivo [C.P.C.]...»
(Casación Nro. 3524-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-07-2001, pág. 7451).
«... Si bien es cierto que el A quo expidió sentencia antes de vencido
el plazo de cinco días para que los abogados de las partes presenten
sus alegatos escritos; ello no puede sancionarse con nulidad en
tanto que no se advierte el perjuicio sufrido por el [...] recurrente,
toda vez que de autos no aparece que haya presentado el alegato
correspondiente en el término de ley...» (Casación Nro. 2491-2001 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-10-2002, pág.
9278).
«... Si bien el artículo 235 del Código Procesal Civil, que define lo
que constituye el documento público, dispone en su segundo
párrafo que la copia del instrumento público tiene el mismo valor
del original si está certificado por la autoridad respectiva (Notario,
auxiliar jurisdiccional o fedatario) no es menos cierto que tal norma
no puede ser entendida en forma aislada, sino en forma sistemática,
y en tal entendido, en lo que a pruebas se refiere nuestro Código
Procesal Civil no impone limitación a los medios probatorios, y
más bien de la concordancia de sus artículos 191 y 188 se infiere
que todos los medios probatorios, aunque no estén tipificados, son
idóneos para lograr la finalidad que pretenden, como es acreditar
los hechos expuestos por las partes, y por ende debe considerarse
que entre ellos también se encuentran las copias simples, a los que
el Juzgador debe dar el mérito que corresponda en conjunto con
las demás pruebas que se encuentren incorporadas en el proceso
conforme al artículo 197 del Código Procesal Civil, y en tal entendido
el hecho en si de que se de valor [sic -léase el hecho en sí de que se
dé valor-] a copias simples aún [sic] cuando sea de una escritura
pública no constituye vicio, ni puede concluirse que se afecte el
artículo 235 precitado [del C.P.C.]...» (Casación Nro. 1668-2006 /
Ucayali, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-07-2007,
pág. 20001).
«... La [...] norma procesal citada [art. 240 del C.P.C.] no sanciona
con nulidad el ofrecimiento de copias simples de los actuados
judiciales, sino que se refiere a la improcedencia del ofrecimiento
de expedientes administrativos o judiciales en trámite, en cuyo caso
la parte interesada puede presentar copias certificadas de éste; como
362 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

puede advertirse, se trata de una potestad reservada al interesado


en ofrecer tales pruebas, quien no tiene impedimento para presentarlas
en copias simples...» (Casación Nro. 318-07 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008, págs. 22693-22695).
«... El artículo doscientos cuarenta y tres del Código Procesal
Civil [...] está referido a la ineficacia probatoria de los documentos
por ausencia de una formalidad esencial para su validez, prevista
bajo sanción de nulidad; sin embargo, la falta de presentación de
las consignaciones judiciales en copia certificada [sino en copia
simple] no se encuentra sancionado con nulidad, por lo que los
alcances de dicho artículo son inaplicables al caso...» (Casación Nro.
318-07 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-09-
2008, págs. 22693-22695).
«... Se aprecia que la actora no fue quien ofreció como medio
probatorio los autos [expediente] que se aluden sino el codemandado
ejecutante en los de pago [...], el que efectivamente se admitió como
tal [...] y en la audiencia de Pruebas [...] se dispuso tener presente
su mérito sin llegar a ser tenido a la vista al sentenciar; [...] siendo
así de dicha omisión sólo podía haber cuestionado el oferente y no
la recurrente, [...] siendo así no existe [...] nulidad a declarar...»
(Casación Nro. 2504-01 / lea, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-02-2002, pág. 8304).
«... En el caso de autos el aludido expediente sí fue admitido a
prueba; sin embargo, pese a que se ofició su remisión nunca se tuvo
a la vista al resolver, ni tampoco se prescindió de su actuación. Por
consiguiente, no resulta posible convalidar tal omisión flagrante
que tiene carácter insubsanable y, por ende, la sentencia de vista
se torna en nula por dicha deficiencia procesal...» (Casación Nro.
3980-2006 / Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-
09-2007, págs. 20387-20389).
«... Al haberse resuelto la presente causa con autos diminutos, que
impiden el cumplimiento de la finalidad del proceso prevista en el
artículo III del Título Preliminar del Código Procesal Civil, tanto
la decisión final del A quo como la resolución de vista que la
confirma se encuentran afectadas de nulidad, en atención a lo
normado en la segunda parte del primer párrafo del artículo ciento
setenta y uno del acotado cuerpo normativo...» (Casación Nro. 5170-
06 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-
05-2008, págs. 22145-22146).
«... Sin que se haya prescindido de una prueba admitida [...] y que
precisamente ha servido de sustento para la sentencia de primera
instancia, la Sala Superior debió exigir la remisión del expediente
para emitir su fallo; [...] habiéndose emitido la sentencia de vista
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 363

con autos diminutos, se ha incurrido en la causal de nulidad


contemplada en el artículo ciento setentiuno del Código Procesal
Civil...» (Casación Nro. 1646-2000 / Cusco, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-04-2001, pág. 7160).
«... La nulidad propuesta no puede ser acogida a tenor de lo
dispuesto en el artículo ciento setentidós del Código Procesal Civil,
según la cual no hay nulidad si la subsanación del vicio no ha de
influir en el sentido de la resolución, siendo que en el presente caso
el expediente indicado [sobre alimentos seguido entre las partes]
no constituye prueba determinante para acreditar la acción
demandada [sobre divorcio]...» (Casación Nro. 3416-2000 / Piura,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, págs. 7234-
7235).
«... La Sala Superior no dio cumplimiento a los dispositivos legales
precitados [arts. 245 y 535 del C.P.C.] relacionados a la fecha cierta
de un documento privado, por lo que la sentencia recurrida debe
ser sancionada con nulidad...» (Casación Nro. 3762-2001 / Huánuco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2002, págs. 9039-
9040).
«... Si bien es cierto que ambas instancias de mérito no se
pronunciaron respecto al reconocimiento solicitado [reconocimiento
de contenido y firma de recibo], también lo es que tal reconocimiento
en modo alguno va a variar el sentido de lo resuelto en sede judicial,
por cuanto dicho documento en ningún momento fue tachado [...],
en consecuencia no era necesario efectuar el reconocimiento
solicitado, tal como lo establece el artículo doscientos cuarentiséis
del Código Procesal Civil; [...] si bien ha existido la nulidad antes
anotada, sin embargo se ha producido la convalidación de la misma,
por cuanto el ejecutado ha logrado que el medio probatorio referido
sea valorado y por cuanto la subsanación del vicio no ha de influir
en el sentido de lo resuelto...» (Casación Nro. 3518-00 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, págs. 7450-7451).
«... Que [...] no se haya aplicado una multa a la parte demandante
por el incumplimiento en la exhibición [de documentos], no origina
la nulidad del proce dimiento, porque la subsanación del vicio no
ha de influir en el sentido de la resolución o en las consecuencias
del acto procesal de acuerdo con lo que establece el cuarto párrafo
del artículo ciento setentidós del Código Adjetivo [C.P.C.]...»
(Casación Nro. 2692-2001 / La Libertad, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-01-2002, pág. 8265).
«... La Policía Nacional del Perú [...] efectuó la labor ordenada
mediante resolución [...]; siendo que [...] la labor realizada por esta
institución no puede ser sucedánea sino, en todo caso, resulta
364 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

complementaria del examen especializado que debe estar a cargo


de los peritos que se encuentren en la lista que el Consejo Ejecutivo
de cada Distrito Judicial formula anualmente conforme lo establece
el artículo doscientos sesentiocho del Código Procesal Civil. [...]
Que, en este sentido, al haberse infringido una norma procesal, al
dictarse la resolución [...] en la parte final de la misma que omite
nombrar a los peritos de acuerdo a Ley, debe declararse la
insubsistencia de lo actuado a partir del señalamiento de la
Audiencia [...], y consecuentemente, declararse la nulidad de la
sentencia de vista...» (Casación Nro. 2033-99 / Chincha, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-05-2002, pág. 8704).
«... La denuncia referida al error en el nombre de la actora puesto
en la pericia grafotécnica no constituye un vicio procesal...» (Casación
Nro. 1154-2001 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-10-2001, págs. 7757-7758).
«... De la constancia de notificación [...] se advierte que [...] la Juez
de la causa puso en conocimiento de las partes el dictamen pericial
evacuado [...], sin embargo, omitió convocar a una audiencia
especial en la cual debía explicarse el mismo, señalando en la
sentencia que dicho dictamen no fue observado, cuando las
observaciones corresponden efectuarse en la audiencia de ley según
lo determina el artículo doscientos sesentiséis del Código Procesal
[Civil]; [...] por ello, aún cuando las partes no repararon en dicha
omisión, ello no significa que dicho vicio se haya convalidado, si
tenemos en cuenta que el Juez revisor en aplicación del artículo
trescientos sesenticuatro del Código Procesal Civil, está facultado
a anular el fallo o revocarlo luego de hacer el análisis respectivo,
pro [sic] el cumplimiento de los fines del proceso [...] en ejercicio
del principio de dirección del proceso...» (Casación Nro. 1593-02 /
Chincha, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-09-2003,
pág. 10906).
«... La no concurrencia de los peritos a la Audiencia de Pruebas,
por no haber sido notificados, existiendo otras pruebas que actuar
no invalida el procedimiento y menos justifica la inasistencia de las
partes previamente notificadas para dicho acto procesal, mas aún
[sic -léase más aún-] cuando la diligencia de peritos se pueden
actuar [sic -léase se puede actuar-] en diligencias especiales como
lo preceptuado en el artículo doscientos sesenticinco del Código
Procesal Civil...» (Casación Nro. 3546-01 / San Román, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-04-2002, pág. 8587).
«... Al haberse realizado la inspección judicial (...) sin la notificación
de la parte demandada, máxime que ésta se ha realizado dentro
del proceso, se ha incurrido en causal de nulidad, por haberse
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 365

privado del derecho de defensa...» (Casación Nro. 2704-97 /


Apurímac, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 21-03-2000,
pág. 4839).
«... El acta de inspección judicial practicada (...) no ha sido
desvirtuado, además su valor probatorio subsiste por el hecho de
haberse declarado la nulidad de los actos procesales que no tienen
injerencia directa sobre ella» (Casación Nro. 883-97 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-10-1999, pág. 3634).
«... La prueba anticipada puede considerarse un proceso no
contencioso que busca preconstituir un medio probatorio para el
futuro proceso contencioso a entablarse, en cuya medida es posible
a su interior cuestionar las irregularidades en su trámite...»
(Casación Nro. 1080-98 / Callao, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 16-11-1999, págs. 3972-3973).
«... La resolución que hace efectivos los apercibimientos en una
prueba anticipada, debe ser notificada por cédula (...), por lo que
habiéndose omitido en el presente caso dicha notificación, el
recaudo acompañado para la acción ejecutiva adolece de nulidad,
por haberse incumplido esta formalidad procesal» (Casación Nro.
802-95 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 23-12-
1996, pág. 2598).
«...La tacha de documentos sólo se refiere a defectos formales del
mismo, mas no a la pertinencia o idoneidad que como prueba pueda
tener, ni a la falsedad o nulidad de los actos que contiene...»
(Casación Nro. 3303-2000 / lea, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-08-2001, pág. 7698).
«... Una cuestión probatoria referida a la tacha de documento,
tramitada en una vía incidental no es la pertinente para buscar la
declaración de nulidad de un título que se ha adquirido mediante
escritura pública y el derecho que genera dicho instrumento...»
(Casación Nro. 2875-2002 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-05-2003, pág. 10646).
«... La tacha planteada (...) se encuentra sin proveer y por tanto sin
ser admitida o rechazada, incumpliéndose lo dispuesto por el
Artículo trescientos uno del Código Procesal Civil e incurriéndose
en la causal de nulidad contemplada en el Artículo ciento setentiuno
del Código acotado» (Casación Nro. 1648-99 / Apurímac, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 18-12-1999, pág. 4336).
«... El actor dedujo cuestiones probatorias de tacha y oposición, contra
dos de los medios probatorios ofrecidos en su escrito de contestación,
reservándose su pronunciamiento para la sentencia (...), no obstante
366 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

ello, no han merecido pronunciamiento, incurriéndose también en


la causal de invalidez que debe ser corregida» (Casación Nro. 846-
99 / Cusco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 20-10-1999,
pág. 3783).

6.23 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en el


impedimento, recusación, excusación y abstención del Juez

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad en


el impedimento, recusación, excusación y abstención del Juez, ha establecido
lo siguiente:
«... Cuando la doctora [...] intervino como miembro integrante del
Colegiado revisor para absolver el grado, ya había conocido del
proceso como Juez de Primera Instancia, siendo ello así, estaba
incursa en la causal de impedimento prevista en el inciso quinto
del artículo trescientos cinco del [...] Código Procesal [Civil], razón
por la que el acto procesal de sentenciar en vía de revisión carece
de los requisitos indispensables para la obtención de su finalidad,
por lo que deviene en nula, conforme a la última parte del primer
párrafo del artículo ciento setentiuno del [...] Código Procesal
[Civil]...» (Casación Nro. 1214-03 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-04-2004, págs. 11817-11818).
«... Conforme lo establece el artículo 305 del Código Procesal Civil
en su inciso 5o, el magistrado que ha conocido el proceso en primera
instancia está impedido de conocerlo en segunda instancia, y es su
obligación declararse impedido y abstenerse de seguir conociendo
la causa conforme a lo preceptuado por el artículo 311 del Código
acotado; [...] en el caso de autos, el magistrado [...] ha conformado
el Colegiado [Superior] que absolviendo el grado de apelación
expidió la sentencia de vista impugnada, actuando inclusive en
calidad de Ponente, a pesar de haber conocido el mismo proceso
en primera instancia, en el cual si bien es cierto que no emitió
pronunciamiento sobre el fondo, sin embargo su actuación no ha
sido de mero trámite, [...] actuación que le impedía conocer la causa
en segunda instancia, por lo que al haber integrado la Sala [Superior]
emitiendo la Sentencia de Vista actuando en calidad de ponente,
ha incurrido en causal de nulidad insalvable prevista en el artículo
171 del Código Procesal Civil, que no puede verse convalidada [...],
[...] tampoco convalida dicho acto el hecho de que los abogados
informaran ante el Colegiado [Superior] conformado por el referido
magistrado sin recusarlo, pues es deber del magistrado que se
encuentre comprendido en causal de impedimento, declararse
impedido y abstenerse de seguir conociendo el proceso...» (Casación
Nro. 1700-2003 / Junín, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 30-10-2006, págs. 17341-17342).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 367

«... La recurrente considera que la Vocal [...] debía inhibirse del


conocimiento de la causa por haber intervenido en el proceso
acompañado y que ha servido de sustento de la sentencia; [...] ello
determina que en la sentencia de vista se ha incurrido en la causal
de nulidad contemplada en el artículo ciento setentiuno del Código
Procesal Civil...» (Casación Nro. 522-2002 / Piura, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-10-2002, pág. 9312).
«... El doctor [...], al haber actuado como abogado de doña [...] en
otro proceso, ha tenido relación laboral con dicha persona que a su
vez es demandada en este juicio; [...] por ello, dicho Magistrado se
encontraba prohibido de intervenir en este proceso [...] y a pesar
de ello, ha resuelto él mismo como integrante de la Sala Superior,
lo que determina que se ha incurrido en la causal de nulidad
contemplada en el artículo ciento setentiuno del Código Procesal
Civil...» (Casación Nro. 1278-2001 / San Román, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-11-2001, págs. 8128-8129).
«... De acuerdo con el artículo trescientos diez del Código Procesal
Civil, el trámite de la recusación no suspende el proceso principal,
pero el recusado deberá de abstenerse de cualquier resolución
que ponga fin al proceso; [...] a pesar de este dispositivo y que el
Juez a quien se había remitido el cuaderno de recusación
para resolverlo no lo había hecho, la juez expidió sentencia [...];
[...] recién por resolución [...] se resolvió la recusación rechazándola
liminarmente [...]; [...] en consecuencia, cuando la juez emitió
sentencia, y todavía no se había resuelto su recusación, infringió lo
dispuesto por el artículo trescientos diez del Código Procesal Civil,
incurriendo en la causal de nulidad contemplada en el artículo
ciento setentiuno del Código acotado...» (Casación Nro. 2258-2001 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-02-2002, pág.
8348).
«... Al variarse la conformación de la Sala [Superior], se ha impedido
a los justiciables la posibilidad de recusación, que permite el artículo
trescientos siete del Código Procesal Civil, porque sólo se han
enterado de ello al realizarse la vista de la causa, por lo que se ha
incurrido en la causal de nulidad contemplada en el artículo ciento
setentiuno del Código acotado...» (Casación Nro. 2046-2002 / La
Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 28-02-2003,
pág. 10180).
«... Al ser la abstención por decoro una facultad y no un deber de
los juzgadores no puede acarrear sanción de nulidad...» (Casación
Nro. 2455-2004 / El Santa, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 01-09-2005, pág. 14674).
368 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

6.24 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y el


allanamiento

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad y


el allanamiento, ha establecido lo siguiente: «... La declaración de nulidad de
la sentencia del A quo no desestima el allanamiento del demandado puesto
que son actos procesales independientes...» (Casación Nro. 2015-2000 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6659).

6.25 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y la transacción

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad y


la transacción, ha establecido lo siguiente: «... La decisión de la Sala infringe la
autoridad de la cosa juzgada ya que las transacciones [judiciales] anuladas de
oficio se han dado en el curso de los procesos a los que pusieron fin de modo
especial, de conformidad con el artículo trescientos treintisiete segundo párrafo
del Código Procesal Civil en concordancia con el artículo ciento veintitrés del
mismo cuerpo legal...» (Casación Nro. 1864-00 / San Román, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, págs. 7430-7432).

6.26 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y el abandono

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad y


el abandono, ha establecido lo siguiente:
«... Sí resulta atendible el argumento del recurrente en el sentido
que se ha declarado el abandono pese a que éste no ha existido. En
efecto, el Colegiado Superior sustentó su decisión de declarar el
abandono en que la resolución [...] es una resolución de mero
trámite y, por tanto, no impulsaba ni activaba el proceso. [...] Que,
el mencionado razonamiento del ad quem resulta errado porque
del tenor de la aludida resolución [...] se advierte que ésta sí tuvo
por finalidad impulsar el proceso ya que a través de ella se ponía
en conocimiento de la parte demandante la devolución de la cédula
de notificación dirigida al demandado [...], lo cual debía motivar
una absolución de traslado de la parte accionante. [...] Que, por
tanto, la decisión de declarar el abandono no observó lo establecido
en el artículo 346 y último párrafo del artículo 348 del Código
Procesal Civil, por lo que la decisión del ad quem debe ser
anulada...» (Casación Nro. 3933-2007 / Cajamarca, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-03-2008, págs. 21683-21684).
«... Al estar en etapa de ejecución no procede declarar el abandono,
el cual al haber sido dispuesto, se ha incurrido en un supuesto de
nulidad procesal previsto en el primer párrafo del artículo 171 del
Código adjetivo [C.P.C.] [...], en concordancia con el primer párrafo
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 369

del artículo IX del Título Preliminar del mismo Código...» (Casación


Nro. 1839-2006 / Junín, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 30-10-2006, págs. 17403-17404).
«... El inciso quinto del artículo trescientos cincuenta del Código
Adjetivo [C.P.C.], dispone que no hay abandono en los procesos
que se encuentran pendientes según la resolución y la demora en
dictarla fuera imputable al juez; [...] no procediendo el abandono
en este caso, se infringe el artículo primero del Título Preliminar
del Código acotado, porque se está negando al [...] ejecutante [el]
derecho a la tutela jurisdiccional efectiva; [...] por ello, la resolución
de vista ha incurrido en la causal de nulidad contemplada en el
artículo ciento setentiuno del Código Adjetivo [C.P.C.]...» (Casación
Nro. 2160-2001 / Jaén, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
02-05-2002, págs. 8737-8738).
«... Si bien la figura del abandono importa inactividad procesal, su
declaración no puede obviar la obligación del Juzgador, en su
condición de director del proceso, de impulsarlo aún sin necesidad
de que las partes lo soliciten, y cuando el estado del mismo
corresponda, ello en razón no sólo de la obligación contenida en el
artículo cincuenta del Código Procesal Civil, sino también por el
carácter imperativo de las normas legales que lo regulan, tal como
lo prescriben los artículos segundo y noveno del Título Preliminar
del Código Procesal Civil, razón por la que en el caso de autos, el
Juzgador se encontraba en la obligación de adoptar las medidas
convenientes para impedir su paralización, conforme el deber que
le impone el inciso primero del artículo cincuenta de la citada norma
procesal. [...] Que en consecuencia, debe concluirse que la resolución
impugnada, no sólo contraviene los artículos segundo y noveno
del Título Preliminar del Código Procesal Civil y el inciso primero
del artículo cincuenta del citado Código, sino también el inciso
quinto del artículo trescientos cincuenta del Código señalado,
norma última que precisa que no hay abandono en los procesos
que se encuentran pendientes de resolución y la demora en dictarla
fuera imputable al Juez, preceptos que guardan estricta concordancia
con el numeral tercero del artículo ciento treintinueve de la
Constitución Política del Estado, y cuya observancia [sic -léase
inobservancia-] acarrea la nulidad de lo actuado...» (Casación Nro.
2962-2002 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 31-08-2005, pág. 14499).
«... En el caso de autos, se tiene que no se fijó fecha (de continuación
de audiencia de pruebas) por no tenerse a la mano el rol de
diligencias; empero, este hecho no impedía que el Juez fije la fecha
de oficio una vez superada esta imposibilidad, teniendo en cuenta
el principio de unidad de la audiencia y el deber de impulso
370 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

procesal, que en este caso no corresponde a las partes al no ser un


caso en el que expresamente se señale que éstas tengan la obligación
del impulso. (...) Que, siendo así, se ha contravenido el principio
de impulso procesal, expresado en el inciso quinto del Artículo
trescientos cincuenta del Código Procesal Civil como causa
impeditiva del abandono, por lo que la resolución que lo declara
es nula...» (Casación Nro. 339-98 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 28-04-2000, pág. 5236).

6.27 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en la


apelación

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad en


la apelación, ha establecido lo siguiente:
«... Por mandato del artículo trescientos sesenticuatro del Código
Adjetivo [C.P.C.] el objeto del recurso de apelación es el reexamen
de la resolución que le produzca agravio al apelante con el objeto
de anularla o revocarla, total o parcialmente; pero nunca hacer
declarar las dos cosas a la vez...» (Casación Nro. 308-01 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, pág. 7468).
«... Por resolución expedida por la Sala Civil [...] se declaró nulo el
concesorio de apelación [...] e inadmisible el recurso de su propósito
[...] por considerar que el abogado [...] no se encontraba facultado
para impugnar la sentencia expedida en primera instancia por no
contar con poder especial para interponer el respectivo recurso de
apelación; [...] el artículo setenticinco del Código Procesal Civil no
dispone que para la interposición de medios impugnatorios se
requiera del otorgamiento de facultades especiales; [...] la Sala al
haber declarado Nulo el concesorio de apelación e inadmisible el
recurso de su propósito vulneró el derecho de defensa del recurrente
al imposibilitarlo de acceder a la instancia superior...» (Casación
Nro. 2674-2000 / lea, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
30-04-2001, pág. 7208).
«... Si el Abogado que autorizó el recurso de apelación no estuvo
habilitado para el patrocinio judicial por falta de pago de cuotas
gremiales, ello no es razón suficiente para anular el acto procesal
y los efectos que de él hayan derivado aún cuando el vicio resulta
manifiestamente reprochable por la conducta del letrado, resulta
de mayor interés considerar que la parte procesal o patrocinado
(sea actor o demandado) no se vea perjudicada en su derecho a la
doble instancia por la irregularidad administrativa anotada, pues,
el objeto o fin del medio impugnatorio referido es que el juez
(Colegiado) superior revise el fallo apelado, pues pese a que el
recurso es defectuoso al estar autorizado por el letrado inhabilitado,
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 371

ha cumplido con satisfacer la vigencia o tutela del derecho a


impugnar las resoluciones judiciales consagrado en la Constitución
Política del Estado como principio del debido proceso...» (Casación
Nro. 1332-2003 / Ucayali, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 31-03-2004, págs. 11751-11752).
«... No se ha atentado contra el debido proceso ni el derecho de
defensa, pues los abogados para el ejercicio de su profesión tienen
que observar las normas contenidas en los Estatutos del Colegio
Profesional al que pertenecen así como las de la Ley Orgánica del
Poder Judicial y del Código Procesal Civil; que al haber sido el
abogado del recurrente declarado hábiles (sic) en fecha posterior a
la que suscribieron los recursos impugnatorios, de modo alguno
subsana la deficiencia anotada por la Sala en la oportunidad en que
se dicta la resolución que se impugna, la misma que se emitió en
mérito a las certificaciones expedidas por el decano del Colegio de
Abogados de La Libertad...» (Casación Nro. 1515-97 / La Libertad,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 07-05-1998, págs. 915-
916).
«... No ha cumplido [la recurrente] con un requisito de admisibilidad
del recurso de apelación [consistente en adjuntar la tasa judicial]
que legitima la revisión de la resolución por la instancia superior,
por lo que no resulta admisible la afirmación en el sentido de que
la resolución anulatoria del recurso infringe la garantía procesal de
la instancia plural...» (Casación Nro. 2900-00 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, págs. 7221-7222).
«... La presentación de la tasa judicial para la interposición de un
recurso de apelación constituye sólo un requisito de admisibilidad
del mismo, cuya omisión no puede motivar la nulidad de lo actuado
sino sólo la subsanación de la omisión recurrida...» (Casación Nro.
2058-07 / Huánuco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
02-09-2008, págs. 22701-22702).
«... El A-quo al otorgar el plazo de un día a efectos de que la
impugnante cumpla con presentar la constancia del pago del
arancel judicial ha procedido con arreglo a lo que dispone el artículo
367 párrafo tercero; y al conceder la apelación luego de verificar el
cumplimiento de dicha omisión, ha procedido con arreglo a
derecho; no incurriendo por tanto en la causal de nulidad declarada
por la Superior Sala. [...] Que, siendo así la resolución de vista,
mediante la cual se declara nulo el auto [...], improcedente el recurso
de su propósito [apelación], y nulo el concesorio [...], restringe el
derecho a impugnar que le asiste a la actora, vulnerándose con ello
el derecho al debido proceso; lo que acarrea nulidad insalvable que
es necesario declarar, de conformidad con lo previsto en el artículo
372 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

171 del Código Procesal Civil, al no haberse observado como


corresponde la disposición contenida en el artículo 367 del citado
Código Adjetivo [C.P.C.], específicamente en su párrafo tercero...»
(Casación Nro. 561-2005 / Camaná - Arequipa, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-01-2007, págs. 18669-18670).
«...L a Sala de Revisión declaró nulo e insubsistente el concesorio
de apelación e inadmisible el recurso de su propósito por considerar
que los apelantes habían pagado una tasa diminuta atendiendo a
la cuantía de la pretensión sobre pago de frutos, pese a que [...]
dicha pretensión ya no constituía punto controvertido revisable
por la instancia superior; [...] habiéndose contravenido las normas
que garantizan el derecho al debido proceso al haberse evitado
irregularmente emitir pronunciamiento sobre el fondo de la litis...»
(Casación Nro. 3010-00 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 02-07-2001, págs. 7344-7345).
«... La recurrente cumplió con acompañar el recibo de la tasa
judicial, observando el artículo trescientos sesentisiete del Código
Procesal Civil, y si ésta era diminuta, para que pueda ser declarado
Improcedente el recurso [de apelación] y Nulo el concesorio por la
Sala de Mérito, se tenía que haberla requerido otorgándole un plazo
perentorio [...] para que cumpla con reintegrar el monto faltante,
lo que no sucedió, y siendo esto así, se han afectado sus derechos
a la tutela jurisdiccional efectiva y al debido proceso, lo que debe
ser saneado en aras de una correcta administración de justicia...»
(Casación Nro. 2174-2001 / La Libertad, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-12-2003, pág. 11218).
«... La recurrente señaló (...) que cada una de las emplazadas tenía
la obligación de acompañar a su apelación los comprobantes de
pago de las tasas correspondientes. (...) Que, no obstante esta
puntual denuncia la sentencia de vista no se ha pronunciado al
respecto. (...) Que, con tal omisión se ha infringido lo dispuesto en
el Artículo trescientos sesentisiete, tercer párrafo del Código
Procesal Civil, e incurrido en la causal de nulidad prevista en el
Artículo ciento setentiuno, primera parte del mismo Código...»
(Casación Nro. 2888-99 / Lambayeque, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 04-07-2000, pág. 5527).
«... Por recurso [...] la recurrente planteó a la Sala Superior la
inadmisibilidad del recurso de apelación interpuesto por el
demandante, sustentado en haber pagado una tasa diminuta [...];
[...] la Sala Superior al emitir la sentencia de vista [...] no se ha
pronunciado sobre este pedido de inadmisibilidad del recurso de
apelación, incurriendo en la causal de nulidad contemplada en el
artículo ciento setentiuno del Código Procesal Civil, porque de
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 373

accederse a su petición, la sentencia de primera instancia quedaría


firme, lo que importa que era un aspecto procesal que merecía
pronunciamiento...» (Casación Nro. 318-2001 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 01-10-2001, págs. 7730-7731).
«... El Juez de la causa concedió el recurso de apelación [...] y el
expediente fue elevado ante la [...] Sala Civil [...], la que, mediante
resolución [...] declaró nulo el concesorio de la apelación e
improcedente el citado recurso, considerando que dicho medio
impugnatorio no tiene la firma del apelante ni la autorización de
abogado [...]. [...] Que, el Colegiado de mérito procedió a declarar
improcedente el recurso de apelación sin tener en cuenta que las
referidas omisiones son subsanables conforme a lo preceptuado en
el artículo 367 del Código Procesal Civil [...], no habiendo concedido
el plazo previsto en la norma citada para efectos de que se subsanen
las referidas omisiones, ni tenido en cuenta que los citados requisitos
son de carácter subsanable, por cuanto se trata de requisitos de
admisibilidad. [...] Que, el artículo 132 del Código Procesal Civil y
el artículo 288 inciso 10° de la Ley Orgánica del Poder Judicial
establecen el requisito de la autorización del escrito por abogado,
pero dichas normas no prevén el citado requisito como uno de
procedencia del recurso, sino que la norma especial que regula el
recurso [de apelación] contenida en el artículo 367 del Código
Procesal Civil considera dicho requisito como uno de admisibilidad
y por tanto materia de subsanación. [...] Que, en consecuencia, [...]
se ha infringido los alcances de la norma procesal anteriormente
señalada, al no haberse concedido un plazo para que la parte
recurrente subsane las omisiones señaladas, contraviniéndose el
derecho a un debido proceso [...], así como la finalidad del recurso
de apelación destinada a que el recurrente tenga la oportunidad de
subsanar las omisiones señaladas y se absuelva el grado de apelación
con el objeto de garantizar el derecho a la pluralidad de la instancia.
[...] Que, siendo así, corresponde declarar nula la resolución de
vista...» (Casación Nro. 3349-2006 / Lambayeque, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-01-2007, págs. 18703-18704).
«... El retardo en el concesorio de la apelación [...] no origina [la]
nulidad de actuados, sino en todo caso proceso administrativo...»
(Casación Nro. 2666-2002 / Huaura, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 02-01-2003, págs. 9757-9758).
«... El Superior también puede declarar inadmisible o improcedente
la apelación, si advierte que no se han cumplido los requisitos para
su concesión, en este último caso, declarará nulo el concesorio.
[...] Que, en consecuencia, la facultad de las instancias que tramitan
los medios impugnatorios, para evaluar las condiciones de
admisibilidad y procedencia que estos deben reunir, es propia del
374 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

procedimiento y su ejercicio no constituye infracción alguna a la


Ley Procesal...» (Casación Nro. 3573-2000 / La Libertad, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, pág. 7595).
«... No se contravienen las normas que garantizan el derecho a un
debido proceso cuando se declara nulo el concesorio e inadmisible
un recurso de apelación por no haberse dado cumplimiento a la
exigencia de forma del artículo trescientos sesentisiete del Código
Procesal Civil...» (Casación Nro. 2457-2000 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, págs. 6672-6673).
«... El acto procesal de que la causa se encuentre al voto no significa
que se hayan subsanado los vicios procesales [sobre requisitos para
la concesión de la apelación], puesto que la Sala [Superior] en su
resolución, de acuerdo a nuestra legislación adjetiva, se puede
pronunciar sobre ellos...» (Casación Nro. 2379-2000 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, págs. 6667-6668).
«... El A-quo al expedir la resolución por la que concede el recurso
de apelación contra la sentencia (...), ha omitido efectivamente
resolver la nulidad deducida por la demandada (contra la sentencia) (...),
sin cuyo pronunciamiento previo no debió emitir el concesorio
respectivo...» (Casación Nro. 2802-99 / La Libertad, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 04-07-2000, págs. 5525-5526).
«... La Sala Civil al absolver el grado no se ha pronunciado respecto
del pedido de nulidad del concesorio de apelación formulado (...),
limitando en esta forma el derecho de defensa de la actora, toda
vez que por haberse planteado el artículo de nulidad en segunda
instancia, tampoco sería posible integrarlo, no sólo porque ello
conduciría a violentar la garantía constitucional de la instancia
plural, sino también por haberse incurrido en la causal de inevitable
invalidez prevista en el inciso cuarto del Artículo ciento veintidós
del Código Procesal Civil...» (Casación Nro. 884-99 / lea, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 28-11-1999, págs. 4178-4179).
«... De conformidad con el artículo 368 del Código Procesal Civil,
cuando el recurso de apelación se concede con efecto suspensivo,
la resolución de la resolución recurrida queda suspendida hasta la
notificación de la que ordena se cumpla lo dispuesto por el Superior;
por ende, el Colegiado Superior debió resolver el recurso de apelación
[de auto] pendiente [...], antes de haber emitido pronunciamiento
de fondo sobre la cuestión controvertida mediante la sentencia de
vista; pues dicha conducta puede alterar sustancialmente los fines
abstracto y concreto del proceso y la decisión que en él va a recaer.
[...] Que, los hechos antes expuestos configuran [...] contravención
del derecho al debido proceso, debiendo ser sancionada ordinariamente
con la nulidad procesal...» (Casación Nro. 4937-2006 / Pasco, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 03-07-2007, págs. 19959-19960).
Capítulo V II: La nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 375

«... El impugnante sustenta su recurso [de casación] [...] manifestando


que se ha vulnerado las normas que regulan el derecho al debido
proceso, por cuanto [...] se ha sustanciado la apelación del auto
definitivo como si fuera sin efecto suspensivo debiendo de haberse
tramitado como una apelación con efecto suspensivo. Que, el hecho
de que se haya substanciado como cuaderno aparte no implica en
forma alguna que no se haya tenido a la vista las piezas esenciales
del proceso, y que el hecho de que subsane las mismas no implica
que se vaya a variar la decisión, por lo que se ha producido la
convalidación en la forma de obtener la finalidad deseada del acto
procesal, como lo establece el artículo 172 del Código Procesal
Civil...» (Casación Nro. 4149-2001 / Cono Norte - Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-12-2002, pág. 9557).
«... La sentencia recurrida ha declarado nula la sentencia apelada,
por lo que no cabe pronunciamiento sobre las apelaciones concedidas
con el carácter de diferidas, de acuerdo con lo dispuesto en el
artículo trescientos sesentinueve del Código Procesal Civil...»
(Casación Nro. 2724-2001 / Callao, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 02-01-2002, págs. 8266-8267).
«... En el trámite de la apelación sin efecto suspensivo en calidad
de diferida el superior jerárquico debe pronunciarse sobre ella
conjuntamente con la sentencia y [...] su omisión acarrea la nulidad...»
(Casación Nro. 2191-2007 / Puno, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-10-2007, pág. 20835).
«... Al emitirse la sentencia de vista no se ha resuelto la apelación
concedida sin efecto suspensivo y con la calidad de diferida,
incumpliendo con lo dispuesto por el artículo ciento veintidós inciso
cuarto del Código Procesal Civil, e incurriendo en la causal de
nulidad contemplada en el artículo ciento setentiuno del Código
acotado [C.P.C.]...» (Casación Nro. 1409-2000 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, págs. 6696-6697).
«... Una vez reservado el trámite de una apelación sin efecto
suspensivo en calidad de diferida y recurrida la sentencia por medio
de la apelación, es obligación de la segunda instancia absolver el
grado y resolver aquella apelación diferida. (...) la omisión de este
pronunciamiento es perjudicial para quien válidamente ejercitó la
apelación diferida y cuya contravención afecta la forma de los actos
procesales prevista en los incisos tercero y cuarto del Artículo ciento
veintidós (del Código Procesal Civil); sancionándose con nulidad
cuando la resolución es expedida sin observar los requisitos
indicados en el citado artículo» (Casación Nro. 884-96 / Ancash,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-01-1998, págs. 340-
341).
376 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

«... Ambas impugnaciones [apelaciones] fueron concedidas sin


efecto suspensivo y con la calidad de diferidas, [...] sin embargo, el
Juez omitió pronunciarse sobre la elevación de dichas apelaciones
a fin de que sean resueltas conjuntamente con la sentencia
impugnada. [...] Que, ese error del Juez ha ocasionado que la Sala
Superior no se pronunciara en la sentencia de vista sobre las
apelaciones interpuestas [...], lo cual ha originado un vicio procesal
que no solamente infringe lo dispuesto en el artículo ciento veintidós
inciso cuarto del Código Procesal Civil, sino también la norma
contenida en el artículo trescientos sesentinueve del mismo Código
que establece que las apelaciones con la calidad de diferidas serán
elevadas conjuntamente con la sentencia u otra resolución a fin de
que sean resueltas por el Superior. [...] Que, en consecuencia, al
haberse incurrido en infracción de normas de carácter procesal [...],
[...] en virtud a lo dispuesto en el artículo ciento setentisiete del
Código adjetivo [C.P.C.] deben renovarse los actos procesales
afectados, de modo tal que el Juez de la causa debe pronunciarse
sobre la concesión y elevación de los recursos de apelación
interpuestos [...] de acuerdo a lo establecido en el artículo trescientos
sesentinueve del Código Procesal acotado [C.P.C.]...» (Casación
Nro. 1271-2000 / Santa, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 02-01-2001, pág. 6693).
«... Conforme lo establece el artículo 369 del Código Procesal Civil,
tal medio impugnatorio [apelación concedida sin efecto suspensivo
y con la calidad de diferida] debió haber sido resuelto en la
resolución de vista, antes de resolverse el fondo del asunto, lo cual
no se produjo por lo que se ha incurrido en un vicio que acarrea su
nulidad, conforme a lo dispuesto por el numeral 3 del artículo 122
y artículo 171 del Código Procesal acotado...» (Casación Nro. 1795-
2008 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-12-2008,
pág. 23459).
«... La Sala Superior al emitir la [resolución] impugnada no resuelve
las apelaciones formuladas [concedidas sin efecto suspensivo y con
la calidad de diferidas] [...], lo que conlleva a la transgresión del
artículo 122 inciso 4 del Código Procesal Civil, que establece que
las resoluciones deberán contener la expresión clara y precisa de
lo que se decide u ordena, respecto de todos los puntos controvertidos.
[...] Que, en consecuencia, se concluye que al expedirse la sentencia
de vista se ha incurrido en un fallo infra petita, es decir, se ha
concedido menos de lo pedido, lo cual necesariamente acarrea la
sanción de nulidad de la referida resolución, de acuerdo con la
facultad prevista por el artículo 171 del mencionado cuerpo legal...»
(Casación Nro. 3651-2000 / Piura, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-02-2002, pág. 8385).
Capítulo V II : L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria

«... Aunque la sentencia impugnada en su parte considerativa


examina las apelaciones concedidas sin efecto suspensivo y con la
calidad de diferidas; sin embargo, omite pronunciarse sobre ellas
en la parte resolutiva; incurriendo así en causal insalvable de
invalidez prevista por el Artículo ciento setentiuno del Código
Adjetivo» (Casación Nro. 2924-98 / Cañete, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 21-09-1999, pág. 3565).
«... Las apelaciones sin efecto suspensivo, tenían que ser resueltas
antes de la sentencia de vista, porque su decisión podía influir en
el fallo y en este caso no solamente no ha ocurrido ello, sino que ni
siquiera se han pronunciado al respecto, porque la Sala ha
considerado indebidamente que carecía de objeto absolver el grado,
por lo que se ha incurrido en la causal de nulidad contemplada en
el Artículo ciento setentiuno del Código Adjetivo» (Casación Nro.
398-99 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 07-01-
2000, págs. 4505-4506).
«... Si bien es verdad que la Sala de mérito no se ha pronunciado
sobre la apelación concedida sin efecto suspensivo y con la calidad
de diferida [...], el aludido vicio procesal no es de tal trascendencia
que vaya a influir de manera decisiva en el sentido de lo resuelto por
las instancias de mérito, modificando o alterándolo; no evidenciándose
violación al principio del debido proceso...» (Casación Nro. 5094-
2006 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
03-12-2008, págs. 23606-23607).
«... Mediante Ejecutoria Suprema [...] la Sala [Suprema] declaró la
nulidad de la sentencia de vista [...] y ordenó al Tribunal Superior
emita un nuevo fallo con arreglo a Ley; [...] tal pronunciamiento se
sustentó en que la impugnada no había resuelto la apelación
concedida con calidad diferida [...]; [...] no obstante lo ordenado
por esta Sala [Suprema], la Corte Superior emite la sentencia que
se viene impugnando sin emitir pronunciamiento respecto a la
citada apelación, reiterando el vicio por el que ya en la anterior
oportunidad hubiera conocido esta Corte [Suprema], causando la
dilación del proceso en perjuicio de las partes intervinientes; [...] si
m ei fl fallo que se recurre aparece fundamentacion respecto a
la aludida apelación en la parte considerativa, esta Sala Casatoria
se ve impedida a integrar el fallo al no ser una instancia de trámite [...];
[...] por lo anterior se tiene que la sentencia de vista no ha expresado
la decisión respecto a todos los puntos controvertidos, produciéndose
la vulneración del artículo ciento veintidós inciso cuarto del Código
Adjetivo [C.P.C.]; debiendo sancionarse la nulidad a tenor de lo
dispuesto en el artículo ciento setentiuno del acotado Código
[C.P.C.]...» (Casación Nro. 1114-2000 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-03-2001, págs. 7000-7001).
378 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los A ctos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

«... Si bien la Corte Superior al absolver el grado de apelación de


una sentencia [...] conoce como instancia de todo el proceso, también
lo es que su facultad revisora se encuentra limitada a la expresión
de agravios formulados por los impugnantes, y únicamente [podrá]
pronunciarse de oficio cuando las nulidades procesales sean
insubsanables, por lo que no se configura el agravio relativo a que
en la recurrida se ha efectuado una apreciación parcial del proceso...»
(Casación Nro. 3377-2000 / lea, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-07-2001, págs. 7591-7592).
«... En virtud del principio de plenitud, consagrado en el artículo
364 del citado Código Formal [C.P.C.], la [...] Sala Superior esta
facultada a declarara [sic -léase está facultada a declarar-] la nulidad
de la [resolución] apelada si considera [...] la existencia de un vicio
procesal determinante para la solución del conflicto sub litis...»
(Casación Nro. 1725-2007 / La Libertad, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-07-2007, pág. 20040).
«... Cuando la Corte Superior absuelva el grado de apelación de las
sentencias, conoce ex novo, como instancia, por lo que su conocimiento
no se limitará únicamente a los agravios invocados en el recurso
de apelación, pues de advertir alguna nulidad que revista el carácter
de insubsanable, la declarará de oficio; del mismo modo, si advierte
que no puede expedir un pronunciamiento de mérito por encontrarse
la demanda incursa en algunos de los supuestos de improcedencia
que prevé el artículo cuatrocientos veintisiete del Cuerpo de Leyes
procesales [C.P.C.], rechazará la demanda sin declaración sobre el
fondo...» (Casación Nro. 2720-01 / Chincha, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-04-2002, págs. 8582-8583).
«... Elevados los autos a la segunda instancia, la [...] Sala Superior
está ampliamente facultada a declarar la nulidad de oficio si
considera [...] que existe un vicio procesal de carácter insubsanable,
lo que no implica atentar contra el debido proceso...» (Casación
Nro. 3157-2006 / Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 03-07-2007, págs. 19932-19933).
«... De acuerdo a nuestra normatividad, el recurso de apelación
contiene intrínsecamente el de nulidad, como señala el artículo 382
del Código Adjetivo [C.P.C.], lo que permite al juez de revisiones
[...] declarar una nulidad sustancial, si fuera el caso...» (Casación
Nro. 2781-2005 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 03-10-2006, págs. 17190-17191).
«... Se ha resuelto en perjuicio de la apelante, infringiendo lo
dispuesto por el artículo trescientos setenta del Código Procesal
Civil e incurriendo en la causal de nulidad contemplada en el artículo
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 379

ciento setentiuno del Código acotado...» (Casación Nro. 192-2000 /


Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, págs.
7151-7152).
«... El Artículo trescientos setenta del Código Procesal acotado
(C.P.C.) dispone que el Juez Superior no puede modificar la
resolución impugnada en perjuicio del apelante, salvo que la otra
parte también haya apelado o se haya adherido; (...) en este caso
los ejecutados no han apelado ni se han adherido a dicho medio
impugnatorio, por lo que al resolverse en perjuicio del apelante se
ha incurrido en la causal de nulidad contemplada en la primera
parte del Artículo ciento setentiuno el (sic -léase del-) Código Procesal
en mención» (Casación Nro. 1666-97 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 10-07-1998, pág. 1435).
«... La prohibición de la reforma en peor se encuentra regulada en
el artículo trescientos setenta del Código Procesal Civil, que dispone
que el Juez Superior no puede modificar la resolución impugnada
en perjuicio del apelante, salvo que la otra parte también haya
apelado o se haya adherido; debiendo entenderse la citada norma
en el sentido que la prohibición de la reforma en peor está referida
al fondo del asunto, pero no a situaciones de índole procesal en
cuyo caso el Juez Superior está facultado para declarar la nulidad
de los actos procesales conforme a la facultad conferida en el
artículo ciento setentiséis del Código Procesal Civil...» (Casación
Nro. 2383-2001 / Camaná - Arequipa, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 01-06-2004, págs. 12067-12068).
«... [Se] acusa la contravención de los artículos 370 y 376 del Código
Procesal Civil, señalando que la Sala Superior ha transgredido el
Principio de 'Reforma in Pejus' [...]. Examinado el contenido del
recurso se aprecia, que, en cuanto al artículo 370 del referido Código
Procesal, no puede ser amparado, por cuanto se advierte que el
Superior Jerárquico ha expedido una resolución que declara nula
la sentencia [apelada], por lo que se observa que no se ha perjudicado
al apelante...» (Casación Nro. 4259-2001 / San Román, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2003, pág. 9826).
«... La transgresión al principio del (sic) 'reformado in peius' se da
cuando la Sala modifica la resolución impugnada en perjuicio del
apelante tal como lo prevé el Artículo trescientos setenta del Código
adjetivo; lo que no ocurre en el presente caso, ya que (...) la
Sala Superior declara nula la apelada, no habiendo entonces
pronunciamiento sobre el fondo de la controversia o alguna de las
pretensiones del recurrente» (Casación Nro. 1331-99 / Tacna,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 24-11-1999, págs. 4171-
4172.).
380 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

«...Si bien es cierto que únicamente la entidad impugnante apeló


de lo resuelto por el a-quo y la Sala Superior absolviendo el grado
declaró la nulidad de la recurrida; también lo es [...] que en virtud
del principio de plenitud, consagrado en el artículo 364 del Código
Procesal Civil, el citado órgano jurisdiccional está facultado a
declarar la nulidad de la resolución materia de revisión si considerase
que en ella se ha incurrido en vicios procesales insubsanables; por
consiguiente, no se verifica la infracción del principio procesal [de
la reformatio in peius]...» (Casación Nro. 2039-2007 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-09-2007, págs. 20377-
20378).
«... Si bien el trámite que se dio al recurso de apelación fue como si
[se] tratara [de] uno sin efecto suspensivo, cuando lo era con efecto
suspensivo en virtud de la queja amparada por la Sala, tal vicio no
ha permitido que se lleve la vista de la causa con la posibilidad de
que la recurrente pueda realizar el informe oral, sin embargo, de
subsanarse el cargo no va a cambiar el sentido de la resolución ya
que [...] las alegaciones de la impugnante en el recurso de apelación
están referidas a aspectos que no se formularon en la etapa
correspondiente, de los cuales, al realizarse el informe oral no
podría apartarse la defensa, tampoco la Sala, en virtud del principio
'tantum devolutum quantum appellatum', es decir, que tanto el
informante con el [sic -léase como el-] ad-quem deben incidir sobre
aquello que es sometido en virtud del recurso, siendo así, pese al
defecto anotado éste es subsanable de conformidad con el artículo
ciento setentidós del Código Procesal Civil...» (Casación Nro. 178-
01 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-07-2001,
pág. 7374).
«... El artículo trescientos setenta del Código Procesal Civil, permite
al Juez Superior integrar la resolución apelada en la parte decisoria,
si la fundamentación aparece en la parte considerativa, lo que no
ocurre en este caso; [...] todo esto determina [...] que se ha incurrido
en la sentencia de vista en la causal de nulidad contemplada en el
artículo ciento setentiuno del acotado Código...» (Casación Nro.
2146-2000 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 01-03-2001, págs. 7013-7014).
«... El Artículo trescientos setenta del Código Procesal Civil permite
al Juez Superior integrar la resolución apelada en la parte decisoria,
si la fundamentación aparece en la parte considerativa, lo que no
ocurre en este caso, por lo que la sentencia de vista infringe lo
dispuesto en este dispositivo e incurre en la causal de nulidad
contemplada en el Artículo ciento setentiuno del Código Procesal
Civil...» (Casación Nro. 582-2000 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 17-09-2000, pág. 6278).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 381

«... De conformidad con el artículo trescientos setenta del Código


Adjetivo [C.P.C.], el superior puede integrar la resolución apelada
en la parte decisoria, solamente si su fundamentación aparece en
la parte considerativa, circunstancia que no ocurrió en el presente
caso y por ello no pudo hacer uso de esta facultad, como se aprecia
en la parte resolutiva de la [resolución] recurrida, por lo que debió
declarar nula la apelada disponiendo que el Juez de la causa emita
pronunciamiento expreso respecto de todos los puntos controvertidos,
por lo que siendo ello así, la sentencia de vista incurrió en causal
de nulidad del artículo ciento veintidós inciso cuatro del Código
Adjetivo [C.P.C.]...» (Casación Nro. 2050-98 / lea, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-05-2001, pág. 7321).
«... La sentencia de mérito [de vista] incurre en causal de nulidad
por resolver contra el texto expreso de la ley que expresamente
determina que no se puede modificar una sentencia, en todo caso
debió declarar la nulidad de la misma por no ser clara ni precisa la
parte resolutiva; [...] por las razones expuestas, la sentencia de
mérito ha contravenido el artículo trescientos setenta del Código
Procesal Civil, al alterar los considerandos de la sentencia recurrida,
incurriendo en causal de nulidad prevista por el artículo ciento
setentiuno del mismo Cuerpo Legal...» (Casación Nro. 3754-2000 /
Huaura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2001,
págs. 7612-7613).
«... El superior sin admitir o declarar inadmisibles estos medios
probatorios (ofrecidos en el escrito de apelación), los ha merituado
en la sentencia de vista, incurriendo en la causal de nulidad
contemplada en el Artículo ciento setentiuno del Código Procesal
Civil» (Casación Nro. 834-99 / Lima, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 12-11-1999, págs. 3903-3904).
«... Pese a que los citados medios probatorios no habían sido
admitidos formalmente, la Sala de mérito en [...] la sentencia de
vista ha procedido a valorarlos, incumpliendo lo dispuesto en el
artículo trescientos setenticuatro del Código Procesal Civil [sobre
ofrecimiento de medios probatorios en la apelación de sentencias]
que exige que previamente los medios probatorios sean admitidos
conforme a ley; [...] en consecuencia, se ha incurrido en causal de
nulidad al haber valorado el Ad quem medios probatorios que no
han sido admitidos conforme a ley...» (Casación Nro. 430-01 /
Cañete, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 05-11-2001,
págs. 7903-7904).
«... La parte demandante ofreció medios probatorios en su escrito
de apelación (...) y el demandado en el de absolución de agravios (...).
(...) Que, sin embargo, la Sala Civil (...) ha incumplido lo dispuesto
382 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

en el Artículo trescientos setenticuatro (del C.P.C.) (...), porque no


se ha pronunciado sobre la admisibilidad o inadmisibilidad de
dichos medios probatorios, a lo que estaba obligada, incurriendo
en la causal de nulidad contemplada en el Artículo ciento setentiuno
del Código acotado...» (Casación Nro. 1574-99 / Huánuco, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 18-12-1999, pág. 4334).
«... El demandante [...] en su recurso de apelación de la sentencia
de Primera Instancia, [...] adjuntó en calidad de nueva prueba [...]
documentos [...], a fin de reforzar las anteriormente ofrecidas; [...]
recibido el expediente por el Superior se dio traslado del escrito de
apelación y luego de efectuado el mismo señaló día y hora para la
vista de la causa y ha expedido sentencia sin pronunciarse sobre la
prueba referida; [...] como prescribe el artículo trescientos
setenticuatro del Código adjetivo [C.P.C.], [...] las partes pueden
ofrecer medios probatorios en el escrito de apelación, en los dos
supuestos que indica, sobre los que la Sala de revisiones debió
pronunciarse, como prescribe el último párrafo de la norma citada;
y de admitirse los mismos, fijar fecha para la Audiencia respectiva;
[...] esa omisión configura una omisión procesal que conlleva
indefensión para el recurrente, y afecta su derecho al debido
proceso, por lo que debe ser sancionada con su nulidad...» (Casación
Nro. 3066-2000 / Piura, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 31-07-2001, pág. 7435).
«...No obstante dicho ofrecimiento extemporáneo [ofrecimiento de
medios probatorios con el recurso de apelación], la [...] Sala Civil
de la Corte Superior [...] no emitió resolución de calificación alguna,
violando así flagrantemente el artículo trescientos setenticuatro, in
fine, del Código Procesal Civil, lo que acarrea la nulidad de la
sentencia de vista y todo lo actuado en segunda instancia...»
(Casación Nro. 4062-2006 / La Libertad, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-09-2008, pág. 23198).
«... Si bien es cierto el ofrecimiento del medio probatorio (...) no ha
sido objeto de pronunciamiento judicial, ya sea para admitirlo o
para declararlo inadmisible; dicho vicio no acarrea nulidad en tanto
ha quedado convalidado tácitamente pues la ahora impugnante no
planteó la nulidad en la primera oportunidad que tuvo para hacerlo,
tal como lo dispone el segundo párrafo del Artículo ciento setentiséis
del Código Procesal (Civil)...» (Casación Nro. 774-99 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 19-10-1999, pág. 3780).
«... Los recurrentes al interponer recurso de apelación adjuntaron
medios probatorios tendientes a acreditar que habían cumplido
con cancelar más del cincuenta por ciento del precio de venta del
bien sub litis, documentos que fueron admitidos por la Sala de
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 383

Revisión [...]; [...] dicho Colegiado al dictar la sentencia de vista, se


pronunció respecto a los medios probatorios señalados [...] pero
indicando únicamente que éstos no acreditaban el pago alegado
por los emplazados, sin explicar ni fundamentar tal apreciación
jurisdiccional, con lo que se imposibilita a los sujetos procesales
tener acceso al razonamiento lógico empleado por la Sala de revisión
en la merituación de los referidos documentos, que les permitiese
determinar [...] porque éstos [sic -léase por qué éstos-] no acreditaban
la alegación efectuada por la parte demandada, de esta forma la
sentencia de vista ha infringido el principio de motivación señalado
[principio de motivación de las resoluciones judiciales] [...]; [...] por
los considerandos expuestos [...] declararon: FU N D A D O el recurso
de casación interpuesto [...], en consecuencia N U LA la sentencia
de vista...» (Casación Nro. 496-2001 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-10-2001, pág. 7733).
«... La Sala de revisión expide la resolución materia de control
casatorio, anulando la sentencia apelada y ordenando que el Juez
de la causa emita una nueva sentencia convocando a una audiencia
complementaria para la actuación de la prueba admitida, ignorando
la disposición clara y precisa contenida en el último párrafo del
Artículo ciento noventa del Código Procesal, en el sentido de que
si la denegación de la prueba es revocada por el Juez superior
después de expedida la sentencia de primera instancia, dicho
Colegiado antes de resolver la apelación de la sentencia actuará en
esa sede los medios probatorios admitidos. (...) Que, la norma antes
acotada se sustenta en el principio de economía procesal, pues
importa que los fines del proceso se desarrollen evitando un
despliegue innecesario de actividades procesales que pueden
cumplirse eficazmente con otra actuación procesal de ahí que el
anotado principio esté edificado bajo tres aspectos, de economía
de tiempo, de esfuerzo y de gastos; por consiguiente, la infracción
de la norma antes acotada es insubsanable pues es trascendente
que el proceso se desarrolle al vigor del principio comentado, en
sustento de un interés público y distanciado del mero interés de
las partes, de ahí, que pese a que el recurrente no ha alegado haber
sufrido perjuicio directo con lo resuelto por el colegiado, el vicio
materia de la denuncia devenga en insubsanable, pues la economía
en el proceso es más trascendente de lo que comúnmente puede
significar que el Juez inferior actúe la prueba por él denegada, toda
vez que ello, puede ser practicado por el Juez superior al amparo
del contenido axiológico del principio comentado y contenido en
la norma materia de la infracción» (Casación Nro. 1289-99 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 19-02-2000, págs. 4643-
4644).
384 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

«... El artículo trescientos setenticinco del Código Procesal Civil [...]


dispone que en los procesos de conocimiento y abreviados la
designación de la fecha para la vista de la causa en segunda instancia
se notifica a las partes diez días antes de su realización y en los
demás procesos con una anticipación de cinco días y que dentro
del tercer día de notificada la fecha de la vista, el abogado que desee
informar lo comunicará por escrito, indicando si la parte informará
sobre hechos; [...] a pesar de esta clara disposición legal y tratándose
de un proceso de conocimiento, la vista de la causa [...] se notificó
al recurrente [...] solamente dos días antes de la vista de la causa;
[...] resulta así que se ha infringido el artículo trescientos setenticinco
del Código Procesal Civil, afectando el derecho de defensa del
recurrente, el que ya no podía solicitar el uso de la palabra para su
abogado, por haberse vencido el término para hacerlo; e
incurriéndose en la causal de nulidad contemplada en el artículo
ciento setentiuno del Código acotado [C.P.C.]...» (Casación Nro.
4382-2001 / Ucayali, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
31-07-2002, págs. 9048-9049).
«... No se está frente a una válida notificación de la fecha de la vista
de la causa ni, consecuentemente, ante una arreglada a ley
desestimación del pedido de palabra, violándose el derecho a la
defensa y al debido proceso del demandado recurrente...» (Casación
Nro. 1332-2007 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 02-12-2008, págs. 23538-23539).
«... La concesión del derecho a informe oral fuera del plazo previsto
en el artículo trescientos setenticinco del Código Procesal Civil, no
está prevista como causal de nulidad debiendo tenerse en cuenta
que la nulidad se sanciona sólo por causal establecida en [la] ley [...];
no evidenciándose por ende la contravención al debido proceso...»
(Casación Nro. 780-2003 / Cajamarca, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 01-09-2003, pág. 10852).
«... Las Salas Superiores cuando conocen la apelación de un fallo,
deben confirmarlo, cuando están de acuerdo con lo resuelto en
primera instancia, o revocarlo y reformándolo cuando no coinciden
con el fallo [,] o declararlo nulo, pudiendo extender la nulidad hasta
el folio que se considere pertinente, pudiendo llegar inclusive a
declarar nulo todo lo actuado e improcedente la demanda...»
(Casación Nro. 3132-2000 / Huánuco, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 31-08-2001, pág. 7607).
«... Cuando la Sala [Supérior] conoce en grado de apelación puede
anular, revocar o confirmar la resolución impugnada como resulta
del artículo 364 del Código Procesal Civil, que regula el objeto de
la apelación, pronunciamientos que respectivamente dependerán
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 385

de la existencia de un vicio que motive la anulación, de la discrepancia


con el pronunciamiento emitido por el a-quo o de su concordancia
con él, aún cuando se cuente con distinta motivación...» (Casación
Nro. 2309-2003 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 28-02-2005, pág. 13702).
«... La sentencia de vista [...] no ha confirmado, ni revocado ni
declarado nula la sentencia apelada, sino que pronunciándose como
si se tratara de un Juzgado especializado en lo Civil ha declarado
improcedente la demanda, ni tampoco ha citado el artículo
cuatrocientos veintisiete del Código Adjetivo [C.P.C.], ni el inciso
pertinente de dicho dispositivo, incurriendo en la causal de nulidad
contemplada en el artículo ciento setentiuno del Código acotado
[C.P.C.]...» (Casación Nro. 3132-2000 / Huánuco, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-08-2001, pág. 7607).
«... Si bien la Sala [Superior] considera que no se ha cumplido con
compulsar en forma conjunta los medios probatorios, ello no puede
originar la nulidad de la sentencia, desde que en virtud de la
instancia plural consagrada en nuestra Carta Política en el numeral
precitado [art. 139], inciso sexto[,] debió emitir pronunciamiento
de fondo resolviendo el conflicto de intereses de las partes previa
compulsa conjunta de los medios probatorios y, en su caso, haciendo
uso de la facultad que le confiere el artículo ciento noventicuatro
del Código Procesal Civil, lo que no fue así, atentando de dicho
modo contra el principio de celeridad procesal al declarar nula la
apelada por consideraciones que pudo haber corregido en virtud
de la instancia plural, puesto que la Sala Superior de mérito
constituye una segunda instancia y no una Sala de Casación...»
(Casación Nro. 2394-2001 / lea, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-04-2002, pág. 8577).
«... Con el recurso de apelación el impugnante pretende que la
instancia superior anule o revoque la resolución porque ésta le
causa agravio. Más [sic -léase Mas-], [...] la Sala debe 'anular7 o
'revocar' (confirmar de estimar carente de sustento legal y/o fáctico
lo alegado), por lo que el pronunciamiento dependerá de si lo
atacado constituye una formalidad en la resolución impugnada o
si más bien se cuestiona la decisión...» (Casación Nro. 1846-2000 /
Tacna, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág.
7005).
«... Entre otras, es facultad del Tribunal de mérito la valoración
jurídica del hecho y de las pruebas aportadas al proceso, en virtud
de lo cual puede emitir un pronunciamiento concordante, en todo
o en parte, o discordante con el emitido por el Juez de primera
instancia, asimismo, puede declarar la nulidad de éste cuando
386 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los A ctos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

concurran las causales previstas para ello en la norma adjetiva...»


(Casación Nro. 1798-2000 / Tacna, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 01-03-2001, pág. 7004).
«... La argumentación de la sentencia de vista [...] tiende a desvirtuar
la decisión tomada por la [resolución] apelada y por ello su fallo
debió estar dirigido a revocarla si lo consideraba pertinente y no a
anularla, por no tratarse de una cuestión de formalidad...» (Casación
Nro. 1846-2000 / Tacna, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 01-03-2001, pág. 7005).
«... La sentencia apelada tiene fundamentos de hecho y de derecho
y realiza la valorización de las pruebas de acuerdo al criterio del
juez y si la Sala Superior no está de acuerdo con dicha valoración,
ni con el criterio del Juez, estaba facultada a revocar la sentencia
apelada, con su propia valoración y criterio, pero no para anular
el fallo apelado, que no contenía ninguna causal de nulidad; [...]
todo esto determina que en la resolución de vista se ha incurrido
en la causal de nulidad contemplada en el artículo ciento setentiuno
del Código Procesal Civil...» (Casación Nro. 584-2002 / Cusco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-10-2002, pág. 9314).
«... En la resolución de vista aparece que la Sala [Superior] anula
la sentencia apelada [...], pero en vez de anular los actos procesales
se pronuncia sobre el fondo del asunto [...]; en el presente caso la
Sala Superior [...] ha confundido la nulidad con la revocación. [...]
Que, en consecuencia, la resolución de vista ha infringido [...] el
artículo ciento veintidós inciso cuarto del Código Adjetivo [C.P.C.]
en la parte que exige que las resoluciones judiciales deben ser claras
y precisas respecto de lo que deciden u ordenan...» (Casación Nro.
1193-2000 / Moquegua, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 02-01-2001, pág. 6691).
«... Como se puede ver de la sentencia de vista la Sala [Superior]
emite pronunciamientos de fondo para declarar la nulidad de la
apelada, sosteniendo que el A Quo no ha resuelto de acuerdo al
mérito de lo actuado ni al derecho como lo dispone el inciso tercero
del artículo ciento veintidós del Código Procesal Civil; [...] dicha
argumentación [...] corresponde a un pronunciamiento de fondo,
pues resulta un atentado contra la lógica jurídica y contra la
argumentación jurídica que se utilicen fundamentos de fondo para
anular una resolución cuando lo correcto es que se dicte la resolución
correspondiente de acuerdo a la apreciación de la Sala revisora; [...]
siendo ello así, la segunda instancia, al momento de dictar la
sentencia inhibitoria ha vulnerado el Principio de Congruencia,
pues existe una fractura lógica entre lo considerado y lo resuelto
por la Sala Superior, incurriendo por su parte en infracción del
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 387

inciso tercero del artículo ciento veintidós del Código Procesal Civil,
en consecuencia se debe reponer el proceso al estado en que se
cometió el vicio...» (Casación Nro. 2054-2001 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 01-04-2002, pág. 8509).
«... La sentencia de vista al pronunciarse conforma en un extremo
y anula en otro la apelada mandando a expedir un nuevo fallo, lo
que constituye una aberración jurídica pues genera una duplicidad
de sentencia que atenta contra toda lógica afectando el deber de
expresión claro y preciso que sobre todos los puntos controvertidos
debe contener una resolución...» (Casación Nro. 1846-2000 / Tacna,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 7005).
«... El Colegiado Superior, pese a señalar en la sentencia de mérito
que el Juez de la causa no ha llevado a cabo un examen profundo
para determinar el monto de los intereses moratorios y compensatorios
que se reclaman, no revoca la sentencia de primera instancia en
cuanto a dicho extremo y la reforma convenientemente, sino que
más bien la declara nula y ordena que el Juez de la causa expida
un nuevo pronunciamiento al respecto, confirmando los demás
extremos de la apelada; [...] conforme a lo señalado precedentemente,
el Tribunal de mérito estaba facultado para llevar a cabo una nueva
valoración de los hechos y pruebas, por lo que carece de sustento
el declarar la nulidad parcial de la sentencia apelada, como ocurre
en el presente caso...» (Casación Nro. 1798-2000 / Tacna, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 7004).
«... Si bien de acuerdo con el Artículo ciento veintiuno del Código
Procesal Civil, la sentencia de vista podía pronunciarse sobre la
validez de la relación procesal y declarar improcedente la demanda (...),
para ello tenía que declarar nula la apelada o revocarla, lo que
implica que la apelada contenía una causal de nulidad o la Sala
modificaba la misma, pero al declarar improcedente la demanda,
sin anular o revocar la apelada, se mantiene la misma, lo cual
importa un absurdo jurídico y no existe pronunciamiento en la
parte resolutiva sobre la sentencia apelada, incumpliendo lo
dispuesto en el inciso cuarto del Artículo ciento veintidós del
Código acotado e incurriendo en la causal de nulidad contemplada
en el Artículo ciento setentiuno de dicho Código» (Casación Nro.
3016-99 / Huaura, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-
07-2000, pág. 5528).
«... La Sala de revisión al haber revocado una sentencia que ya no
era objeto de apelación y que aun más había sido anulada por la
propia Sala Superior, ha infringido lo dispuesto en los incisos tres
y cuatro del artículo ciento veintidós del Código Adjetivo [C.P.C.],
concordado con el artículo trescientos sesenticuatro del mismo
388 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

código, pues la sentencia de vista no se sujeta a mérito [sic -léase


al mérito-] de lo actuado en el proceso; [...] en consecuencia debe
ampararse el recurso de casación [...], debiéndose declararse nula
la sentencia de vista [...] a fin de que la Sala Superior expida nueva
resolución con arreglo a ley...» (Casación Nro. 3028-00 / Tumbes,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, págs. 7434-
7435).
«... El juzgador al expedir la nueva sentencia no está constreñido a
seguir el mismo criterio de la sentencia anulada, ya que ésta ha
quedado sin efecto alguno para el proceso, y al hacerlo nuevamente
es procedente que la dicte en un sentido distinto al anulado o puede
incluso coincidir con éste, dependiendo de la posición que asuma
luego de la valoración de la prueba fijando los hechos y aplicando
el derecho...» (Casación Nro. 1883-2000 / Arequipa, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001, pág. 6654-6655).
«... La Sala Civil como instancia de mérito tiene dentro de sus
facultades de revisión, anular, confirmar o revocar los fallos
apelados y la existencia de la doble instancia no significa resoluciones
conformes, por lo que en tanto quede modificada la resolución
impugnada, siempre se asumirá una decisión nueva como de
primer grado y la garantía de la instancia plural no queda afectada
por la opción del recurso extraordinario de casación...» (Casación
Nro. 2278-00 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
30-01-2001, págs. 6868-6869).
«... No se ha resuelto uno de los extremos de la apelación, incurriéndose
en la causal de nulidad contemplada en el artículo ciento setentiuno
del Código Procesal Civil...» (Casación Nro. 1112-2001 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-11-2001, pág. 8126).
«... Es nula la sentencia [de vista] que no se pronuncia sobre todos
los extremos que son materia de apelación, de conformidad con el
inciso 4o del artículo 122 del Código adjetivo [C.P.C.]...» (Casación
Nro. 1441-2001 / La Merced, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-03-2002, pág. 8463).
«... No obstante los argumentos expuesto [sic -léase expuestos-] por
el co ejecutado en su recurso de apelación, el Colegiado al absolver
el grado, ha omitido pronunciarse sobre todos los extremos allí
indicados, [...] lo que evidencia una afectación del derecho de
defensa como principio y garantía de la tutela jurisdiccional, que
conlleva la nulidad del fallo conforme establece el segundo párrafo
del artículo ciento veintidós en concordancia con el numeral ciento
setentiuno del Código Adjetivo citado [C.P.C.]...» (Casación Nro.
3670-2006 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-
09-2008, págs. 22653-22654).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 389

«... Ha existido sólo un pronunciamiento parcial en cuanto a los


agravios formulados por el apelante, lo que determina una
motivación deficiente de parte del Adquem al no circunscribirse a
los alcances del recurso de apelación interpuesto, lo que constituye
contravención de lo dispuesto en el artículo ciento treinta y nueve
inciso quinto de la Constitución Política del Estado, [...] en
consecuencia [...] habiéndose expedido la sentencia de vista sin
observarse lo dispuesto en el artículo ciento treinta y nueve inciso
quinto de la Constitución Política del Estado [...], la citada resolución
adolece de nulidad insubsanable conforme al artículo ciento setenta
y uno del glosado dispositivo procesal [C.P.C.], correspondiendo
en consecuencia declarar su nulidad...» (Casación Nro. 514-2007 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-12-2008, págs.
23560-23561).

6.28 Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia relacionada con


la nulidad en la casación

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad en


la casación, ha establecido lo siguiente:
«... Son recurribles en casación las resoluciones expedidas por las
Salas Civiles de las Cortes Superiores por las que declaran nulo el
concesorio de apelación, homologándolas a una resolución definitiva
por sus efectos prácticos que conducen necesariamente a tener por
concluido el proceso...» (Casación Nro. 2900-00 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, págs. 7221-7222).
«... Como el Colegiado (Sala de Corte Superior) no ha hecho uso
de la facultad establecida en la última parte del Artículo trescientos
sesentisiete del Código Procesal Civil, esto es, no ha declarado la
nulidad de (sic) concesorio (del recurso de apelación), resulta
improcedente acusar en vía casatoria el supuesto incumplimiento
de los requisitos para la concesión del recurso, al haberse cumplido
con el principio de la doble instancia...» (Casación Nro. 1703-99 /
Ucayali, publicada en el Diario Oñcial El Peruano el 16-11-1999,
pág. 3987).
«... Las resoluciones [...], al resolver aspectos incidentales del proceso,
tales como la nulidad procesal e improcedencia de admisión de sus
medios probatorios, no resultan ser pasibles de impugnación en
vía de casación, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 387
del Código Procesal Civil...» (Casación Nro. 985-2006 / lea, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 03-10-2006, págs. 17215-17216).
«... La recurrente pretende la nulidad del auto [mandato] de
ejecución [expedido en proceso de ejecución de garantías], supuesto
390 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

no contemplado para el recurso de casación...» (Casación Nro. 3265-


2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2001,
pág. 7677).
«... El recurso de casación también se sirve del principio de
preclusión procesal, razón por la cual no resulta viable trasladar al
debate casatorio [...] el cuestionamiento de vicios que no fueron
objeto de un planteamiento de nulidad en la primera oportunidad
que se tuvo para hacerlo, produciéndose así la inexorable convalidación
tácita a que hace referencia el tercer párrafo del artículo 172 del
Código Procesal Civil...» (Casación Nro. 1339-2001 / La Libertad,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2002, pág. 8485).
«... No puede [el recurrente] vía recurso de casación, suplir las
deficiencias de su recurso de apelación; pretendiendo artificiosamente,
y en claro abuso del derecho, la declaración de nulidad de actuados
por vicios que no fueron válidamente denunciados en su
oportunidad...» (Casación Nro. 744-2008 / Arequipa, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 04-09-2008, pág. 23081).
«... Resulta contrario a las normas procesales contenidas en el citado
Código Adjetivo [C.P.C.], que en casación se intente la nulidad de
actos procesales que ya han pasado a la autoridad de cosa juzgada
[...] por no haber sido impugnados oportunamente por la propia
[...] impugnante...» (Casación Nro. 3208-2006 / Santa, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 31-05-2007, pág. 19614).
«... No es posible denunciar [en casación] supuestos vicios procesales
que ya merecieron pronunciamiento por las instancias de mérito...»
(Casación Nro. 2683-2008 / lea, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 02-12-2008, pág. 23457).
«... No puede sustentarse el recurso de casación en una nulidad que
ha sido resuelta definitivamente...» (Casación Nro. 3266-2000 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, págs. 7059-
7060).
«... Tampoco [...] se puede alegar en casación vicios en interés ajenos
[sic -léase en interés ajeno-] al proceso...» (Casación Nro. 2413-2008 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-12-2008, pág.
23436).
«... No obstante la intervención de esta Corte [Suprema] debe
limitarse a ejercer la función casatoria únicamente sobre los cargos
calificados como procedentes, dicha regla puede variar en los casos
en que se observe la existencia de vicios procesales insalvables y
en aplicación del fin dikelógico de la casación...» (Casación Nro.
857-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-
01-2001, págs. 6708-6709).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 391

«... En virtud del principio de rogación procesal que gobierna la


intervención de esta Corte [Suprema],la función casatoria es ejercida
sobre las resoluciones que la ley señala que contengan un error de
derecho congruente con los cargos precisados por los impugnantes
y calificados por el Tribunal positivamente, mediante la resolución
de procedencia; sin embargo, excepcionalmente, resultaría imposible
que la sentencia casatoria alcance su fin nomofiláctico, uniformizador
y dikelógico si en el proceso que se conoce, existen vicios procesales
insalvables que estén por encima de los intereses de las partes, al
advertirse que tales infracciones originan nulidades procesales
insubsanables que afectan el derecho al debido proceso. [...] Que
frente a un vicio de tal consideración, el órgano jurisdiccional tiene
la potestad nulificante del Juzgador, que ha sido acogida en el
último párrafo del artículo 176 del Código Procesal Civil, entendida
como aquella facultad de declarar una nulidad, aún [sic] cuando
no haya sido solicitada, si se considera que el acto viciado puede
alterar sustancialmente los fines [...] abstracto y concreto del proceso,
y [...] la decisión que en él va a recaer, a fin de salvar la naturaleza
pública del proceso...» (Casación Nro. 707-2007 / Arequipa, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-10-2007, págs. 20644-20646).
«... Si bien es cierto el principio de motivación de resoluciones
judiciales comprende tanto el aspecto fáctico del proceso como el
jurídico normativo, debiendo cumplir toda sentencia con las
exigencias de ser expresa, clara y lógica, constituyendo la motivación
de derecho una calificación jurídica del hecho, no resulta procedente
nulificar la sentencia de mérito mediante el recurso casatorio por
el hecho de carecer de la cita expresa de la normatividad legal
aplicada cuando su parte resolutiva se ajusta a derecho, a tenor de
lo dispuesto por el artículo 397 del Código Procesal Civil...»
(Casación Nro. 664-2003 / Canchis - Sicuani, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-05-2005, pág. 14070).
«... El debido proceso es una garantía constitucional de la
administración de justicia por la que, dada una repercusión al
interior del proceso [...] puede evaluarse como agravio aún cuando
no haya sido denunciado, dado que si el proceso está afectado de
vicio o inobservancia probatoria que influirían sustancialmente en
el sentido del fallo, éste será inválido o ineficaz si estos resultan
insalvables por el hecho de estar por encima de las partes...»
(Casación Nro. 1968-2003 / La Libertad, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 31-05-2005, págs. 14154-14155).
«... Corresponde examinarse los cargos procesales de acuerdo a la
magnitud o potencialidad del vicio denunciado o de la naturaleza
de la infracción que pueda invalidar la sentencia recurrida...»
(Casación Nro. 1664-02 / Amazonas, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 03-02-2003, pág. 10015).
392 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

«... Tratándose del error in procedendo en sede de casación no


proceden las aserciones abstractas de modo que si la declaración
de nulidad del acto impugnado no afecta en nada la validez y
eficacia de la resolución no privándola de sus presupuestos ni
alterando sus requisitos de forma y contenido, no proceden [sic
-léase no procede-] el agravio denunciado...» (Casación Nro. 935-
2003 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-02-2004,
págs. 11397-11398).
«... La declaración en casación de una nulidad que en definitiva no
ha de influir sobre la sentencia, no sólo carece de todo interés
jurídico, sino que además atenta contra la economía procesal, más
aún si al hacer abstracción del vicio denunciado, la motivación de
la sentencia no se ve afectada y tampoco varía el sentido de la
misma...» (Casación Nro. 2378-00 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-04-2001, págs. 7182-7183).
«... En virtud al principio de taxatividad, el recurso de casación será
fundado, tratándose de la violación de una forma procesal
expresamente prescrita bajo sanción de nulidad, es decir, cuando
se esté ante una nulidad absoluta, entendiéndose como tal, a aquella
que por su carácter es insubsanable y puede ser declarada en
cualquier estado del proceso...» (Casación Nro. 2378-00 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, págs. 7182-
7183).
«... Cuando una Resolución, como es la Ejecutoria Suprema (...) falla
declarando nula la resolución impugnada (de vista...) ordenando
que se expida nuevo fallo, lo que está señalando es que en la
elaboración de la sentencia cuestionada se ha configurado un error
in procedendo, por lo que el juzgador de mérito debe limitarse a
realizar un nuevo examen de la apelada a fin de subsanar el vicio
o error in procedendo alegado, y así cumplir con absolver debidamente
el grado...» (Casación Nro. 2798-99 / Arequipa, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 07-04-2000, págs. 4996-4997.).
«... Si bien es cierto que la Ejecutoria Suprema (...) declaró fundado
el Recurso de Casación por haber omitido la Sala consignar los
fundamentos de derecho; también lo es, que la sentencia expedida
por el inferior fue declarada nula, y como tal inexistente; que, desde
este punto de vista, al disponer la Sala de casación que se expida
un nuevo fallo no disponía que éste debiera expedirse en un
determinado sentido, sino, que simplemente expida nueva
resolución con arreglo a Ley; que, por ello al haberse emitido nueva
sentencia en sentido diferente a la anterior no se han contravenido
las garantías que asiste (sic) a un debido proceso, tanto más si la
referida resolución ha sido expedida por una Sala conformada por
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 393

otros Vocales, distintos, a los que expidieron la resolución anulada,


haciendo uso de la facultad discrecional que la Ley otorga a los
órganos jurisdiccionales como instancias de mérito...» (Casación
Nro. 2353-99 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
11-01-2000, pág. 4525).
«... La Segunda Sala Civil, al emitir nuevo pronunciamiento, ha
integrado la Resolución de Casación antes referida (que ordena la
expedición de nuevo fallo), entendiendo que la sentencia (de vista)
(...) es nula, lo que es contrario a todo principio procesal, porque el
superior jerárquico, para evitar la declaración de insubsistencia de
una resolución, puede integrar aquellas que, habiendo omitido
pronunciamiento sobre determinado punto en el fallo, contienen
fundamentos suficientes para completarla, pero esa facultad no es
permitida al inferior...» (Casación Nro. 2166 - 97 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 19-10-1998, págs. 1984-1985).
«... Conforme lo establece el último párrafo del artículo trescientos
noventa y seis del citado Código Procesal [C.P.C.], la sentencia
casatoria tendrá fuerza obligatoria [fuerza vinculante en la
actualidad] para el órgano jurisdiccional inferior. Asimismo, el
primer párrafo del artículo cuarto del Texto Unico Ordenado de la
Ley Orgánica del Poder Judicial, dispone que toda persona y
autoridad está obligada a acatar y dar cumplimiento a las decisiones
judiciales o de índole administrativa, emanadas de autoridad
judicial competente, en sus propios términos, sin poder calificar su
contenido o sus fundamentos, restringir sus efectos o interpretar
sus alcances, bajo la responsabilidad civil, penal o administrativa
que la ley señala; [...] en tal sentido, se advierte que la sentencia
recurrida, lejos de dar cumplimiento a lo ordenado por este
Supremo Tribunal para, posteriormente, expedir sentencia
resolviendo el fondo de la controversia, tal como estaba dispuesto
en la ejecutoria suprema [...], dispone el reenvío del proceso al Juez
de la causa, [...] no obstante que la norma procesal citada [...]
proscribe la interpretación de los alcances o calificación del
contenido o los fundamentos de una decisión judicial; [...] en
conclusión, el Colegiado Superior ha omitido pronunciarse sobre
la incongruencia advertida por este Supremo Tribunal respecto de
los términos en que fue resuelta la pretensión demandada, así como
también no ha dado cumplimiento estricto al trámite previo
dispuesto en la ejecutoria suprema [...] todo lo cual vicia de nulidad
la decisión recurrida, [...] pues el acto procesal carece de los
requisitos indispensables para la obtención de su finalidad; [...]
como quiera que los señores Vocales Superiores no han dado cabal
cumplimiento al deber de motivación que les impone el inciso seis
del artículo cincuenta del Código Procesal anotado [C.P.C.], y para
394 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

efectos de garantizar la imparcialidad del juzgamiento, el Colegiado


de la Sala Superior que emita la nueva resolución y, por consiguiente,
el juicio de fundabilidad respectivo, deberá integrarse con otros
magistrados, para lo cual la Sala [Superior] deberá completarse con
los señores vocales llamados por ley...» (Casación Nro. 2752-06 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-10-2007, págs.
20799-20800).

6.29 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en la


aclaración y corrección de resoluciones

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad en


la aclaración y corrección de resoluciones, ha establecido lo siguiente:
«... La corrección al igual que la aclaración, son remedios procesales
que otorgan tres facultades a los magistrados: corregir errores,
suplir omisiones y clarificar las resoluciones que ellos expidan;
[...] estas facultades podrían considerarse que son de orden menor,
esto es, que por ninguna razón, se podrían [sic -léase se podría-]
anular un acto procesal, como lo es una sentencia, argumentando
una corrección en ella; en este caso, la Sala Revisora está cambiando
la resolución que resuelve el conflicto intersubjetivo de intereses,
esto es, esta [sic -léase está-] afectando la sustancia de la decisión
judicial; además, este hecho se agrava debido a que la propia Sala
notificó a las partes la sentencia que luego, el propio Colegiado,
anularía; [...] en consecuencia, se ha configurado expresamente la
transgresión al derecho a un debido proceso del recurrente, al
expedirse una resolución en flagrante violación a las disposiciones
procesales que generan la nulidad insalvable de la resolución
[...] y la renovación del acto procesal, con las consecuencias que ello
genere...» (Casación Nro. 3954-2001 / Santa - Chimbóte, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2002, págs. 9043-9044).
«... Para que proceda la corrección [de resoluciones] debe cumplirse
con los requisitos que establece el artículo cuatrocientos siete del
Código Procesal Civil, situación que no se presenta en el caso
anotado [...], pues en él no se corrige ningún error material, sino
que por el contrario se emite un pronunciamiento de fondo que
importa la modificación del fallo, debiendo por tanto declararse su
nulidad [de la resolución que resuelve corregir la de vista]...»
(Casación Nro. 2662-2000 / Tacna, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 02-07-2001, pág. 7335).
«... En cuanto a la alegación formulada a que en la resolución
[sentencia] de vista se ha consignado un nombre que no le corresponde
a la recurrente, debe indicarse que dicho error mecanográfico de
ningún modo acarrea la nulidad de los presentes autos, por cuanto
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 395

la subsanación del mismo no ha de influir en el sentido del fallo...»


(Casación Nro. 133-2002 / Canchis - Sicuani, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-12-2002, pág. 9539).
«... Cuando el Juzgador altera sus resoluciones en forma expresa o
tácita, expidiendo otra resolución en abierta contradicción con la
anterior, sin haber anulado con arreglo a Ley la alterada, incurre
en la causal de nulidad prevista en el Artículo ciento setentiuno,
primer párrafo, del Código Procesal Civil; toda vez que quiebra la
seguridad jurídica que garantiza el debido proceso...» (Casación
Nro. 198-T-97 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
03-04-1998, pág. 598).

6.30 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en la


consulta

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad en


la consulta, ha establecido lo siguiente:
«... Si bien la elevación en consulta debe generar en principio la
aprobación o desaprobación de la resolución consultada, no existe
ningún impedimento para que se sancione una nulidad cuando
exista un vicio o defecto que la sustente de acuerdo al artículo 171
del Código Procesal Civil, resultando distinto el hecho de que el
vicio en que se sustente la resolución de vista no se configure o
carezca de apoyo legal, siendo importante considerar al respecto
el principio de trascendencia...» (Casación Nro. 249-2006 / Cañete,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2007, págs. 20112-
20113).
«... De la revisión de lo actuado se advierte que mediante resolución
[...] se ordena que se eleve en consulta la sentencia de primera
instancia a la Sala Especializada de Familia de la Corte Superior de
Justicia [...] quien [sic] sólo debió aprobar o desaprobar dicha
sentencia en razón de apreciarse o no alguna infracción legal
procesal o sustantiva, en tanto que, la consulta tiene como
fundamento la protección del matrimonio y la familia, por ende,
no se requiere del interés privado sino del interés social; sin embargo
la Sala de Familia declaró nula la aludida sentencia de primera
instancia como si hubiese sido elevado [sic -léase elevada-] en grado
de apelación en el cual sí se puede pronunciar sobre los extremos
de la sentencia, confirmándola, revocándola y hasta anularla de
conformidad con el artículo 364 del Código Procesal Civil [...];
incurriéndose de esta forma en [...] contravención de las normas
que garantizan el derecho a un debido proceso...» (Casación Nro.
1637-2004 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-
07-2006, págs. 16524-16525).
396 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los A ctos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

«... Los Magistrados Superiores que conocieron de la causa en


consulta han estimado que es necesario solicitar un informe al
Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (RENIEC) para
verificar el domicilio de los demandados, esto a fin de no vulnerar
su derecho de defensa, lo que constituye un criterio válido dentro
de su independencia como Juzgadores encargados de la dirección
del proceso conforme a los artículos 50 inciso 2 y 51 inciso 2 del
Código Procesal Civil, concordado con el artículo 16 del Texto Unico
Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial, según el cual los
magistrados son independientes en su actuación jurisdiccional
dentro de su competencia. [...] Que, en tal sentido la resolución de
vista en dicho extremo no padece de vicio alguno que la anule...»
(Casación Nro. 249-2006 / Cañete, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-08-2007, págs. 20112-20113).

6.31 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en las costas


y costos

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad en


las costas y costos, ha establecido lo siguiente:
«... La falta de motivación de la exoneración (de la condena en costas
y costos) evidencia una omisión procesal que afecta el derecho al
debido proceso y ocasiona la nulidad del pronunciamiento...»
(Casación Nro. 2460-98 / Ay acucho, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 19-08-1999, pág. 3227).
«... El demandado resultó vencido [...] y [...] no se advierte de la
[resolución] impugnada motivación alguna que sustente la
exoneración del pago por las costas y costos en su favor; [...] cabe
señalar que el artículo cuatrocientos sesenticuatro del Código
Procesal Civil precisa que son de cargo del rebelde las costas y
costos causados por su rebeldía, advirtiéndose de autos que al
demandado se le declaró rebelde por resolución [...]; [...] en
consecuencia, la [resolución] impugnada es pasible de nulidad al
haber el a quem exonerado al demandado de los conceptos
mencionados, por lo que éste deberá expedir nuevo fallo con arreglo
a lo expuesto, debiendo además atender a lo dispuesto por el
artículo cuatrocientos trece segundo párrafo [...] del acotado Código
Procesal [Civil] a fin de determinar si resulta procedente o no ordenar
el pago de las costas...» (Casación Nro. 1614-2001 / Huánuco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-04-2002, pág. 8504).
«... El recurrente señala que la Sala Superior ha debido revocar la
sentencia en el extremo que se condena a la parte demandada al
pago de las costas y costos, ya que el Estado se encuentran [sic
-léase se encuentra-] exento de su pago. En este punto cabe señalar
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 397

que el recurrente se encuentra inmerso dentro de los supuestos del


artículo 413 del Código Procesal Civil, por lo que ese extremo de
la sentencia debe anularse...» (Casación Nro. 2579-2001 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-05-2002, pág. 8852).
«... Los Municipios gozan del privilegio de estar exonerados de las
costas y costos del proceso, según el texto claro del artículo
cuatrocientos trece del Código adjetivo [C.P.C.] [...]; en consecuencia,
la recurrida deviene en írrita, al verificarse el error in procedendo
acotado [condena a municipio al pago de costas y costos]...»
(Casación Nro. 2156-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-04-2001, págs. 7174-7175).
«... Conforme se advierte de la sentencia apelada [...], la cual fue
confirmada por la resolución de vista [...], se ha condenado a la
Municipalidad [...] al pago de las costas y costos del proceso,
causándole con ello un perjuicio económico, al sancionarla con el
pago de un concepto del cual se encuentra exenta, además este
supuesto no puede ser subsanado [...] sino a través de su declaración
de nulidad...» (Casación Nro. 2103-2000 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, pág. 7540).
«... En la sentencia de vista y en la apelada se ha contravenido el
artículo 413 del Código adjetivo [C.P.C.], al condenar en las costas
y costos del proceso a un gobierno local; sin embargo, si bien el
vicio se ha cometido desde que se dictó la sentencia de primera
instancia y atendiendo a que el perjuicio invocado por el recurrente
se encuentra centrado en la contravención a las normas que
garantizan el derecho a un debido proceso, circunscribiéndolas a
las relativas a la condena en costas y costos, en atención a obtener
una justicia oportuna es atendible declarar la nulidad sólo del
extremo que condena al pago de las costas y costos del proceso de
la resolución de vista. [...] Que no obstante la transgresión del
artículo 413 antes citado, en aplicación al principio de economía
procesal, resulta pasible de ser subsanada tal irregularidad en sede
casatoria, sin el consiguiente reenvío de autos...» (Casación Nro.
2103-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-
07-2001, pág. 7540).
«... El Artículo cuatrocientos trece del Código Procesal Civil
establece clara e inequívocamente que los gobiernos locales están
exentos del pago de costos y costas. (...) Que, al no haberse aplicado
esta norma se ha incurrido en causal de nulidad conforme a lo
dispuesto en el Artículo ciento setentiuno del Código Procesal Civil,
nulidad que sólo alcanza al extremo que se condena el pago de
costos y costas a la recurrente conforme al segundo párrafo del
Artículo ciento setentitrés del Código Procesal Civil. (...) Que, en
398 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

consecuencia y en concordancia con el principio de economía


procesal a que se refiere el Artículo quinto del Título Preliminar
del Código Procesal Civil, resulta innecesario devolver los autos
para que se expida nuevo fallo, pues la exención de las costas y
costos, no tiene influencia en lo demás que contiene el fallo
impugnado» (Casación Nro. 2801-99 / La Libertad, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 24-08-2000, págs. 6075-6076).
«... Establece [el C.P.C.] en su artículo cincuentinueve que[:] 'Cuando
el Estado y sus dependencias, o las empresas públicas y privadas
con participación económica determinante de aquél intervienen en
un proceso civil, cualquiera sea la calificación o ubicación procesal
que se les asigne, se someterán al Poder Judicial sin más privilegios
que los expresamente señalados en este Código' [...]; en tal sentido,
según lo establecido en el artículo cuatrocientos trece del Código
Procesal Civil vigente, uno de los privilegios que la Ley concede al
Estado y sus dependencias, es precisamente el hecho que no puede
ser condenado al pago de costas y costos del proceso; [...] en
consecuencia, al haberse condenado al Gobierno Local demandado
al pago de costas y costos del proceso, desde luego que se ha
afectado el debido proceso, pues se han transgredido las normas
referidas [...], razón por la que el recurso de casación deviene en
Fundado [...]; Sin embargo, la condena o la exoneración de costas
y costos del proceso constituye un mandato adicional que está
comprendido en la resolución materia del recurso, por tanto su
imposición o su rechazo no puede afectar la validez de lo establecido
en las instancias de mérito respecto al fondo de la materia controvertida;
por tal razón debe declararse la nulidad de la sentencia de vista
únicamente en la parte que confirmando la apelada impone el pago
de costas y costos del proceso, sin ordenar el reenvío del expediente...»
(Casación Nro. 918-2006 / Lambayeque, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 31-05-2007, pág. 19575).
«... El artículo 413 del Código Procesal Civil, exonera de manera
expresa del pago de los gastos del proceso, a las instituciones del
Estado, entre ellas a las Universidades Públicas. [...] Que, la Sala
de mérito al ordenar el pago de costos y costas del proceso a la
demandada Universidad Nacional [...], lo hace infringiendo la
formalidad contenida en el artículo 413 del Código Procesal Civil...»
(Casación Nro. 2449-2000 / Lambayeque, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 31-07-2001, pág. 7590).
«... Según lo dispuesto por el artículo 410 del Código Procesal Civil
[...] [las] Costas están constituidas por las tasas judiciales, los
honorarios de los órganos de auxilio judicial y los demás gastos del
proceso, de lo que se infiere que estos conceptos constituyen los
gastos del proceso, y estando a lo dispuesto por el segundo parágrafo
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 399

[sic] del artículo 413 del Código Procesal Civil, las Universidades
Públicas están exoneradas de los gastos del proceso, mas no así de
los Costos, por lo que en el caso de autos la Universidad Nacional
[...] demandada es una Universidad Pública y por lo tanto se
encuentra exonerada del pago de Costas. [...] Que, las normas
invocadas [...] son de orden público y de obligatorio cumplimiento,
por lo que las instancias de mérito han incurrido en causal de
nulidad al incumplir estas normas condenando al pago de costas
a la Universidad demandada, situación que es imperativo corregir,
declarando la Nulidad de la sentencia en ese extremo de conformidad
con lo dispuesto por el artículo 171 del Código Procesal Civil...»
(Casación Nro. 1741-2004 / La Libertad, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 03-07-2006, pág. 16353).
«... Con relación al agravio descrito [...] referido a la condena de
costas y costos del proceso, cabe anotar que si bien en virtud a lo
dispuesto por el artículo cuatrocientos trece del Código Procesal
Civil, el recurrente se encontraba exonerado del pago de dichos
conceptos al contar con auxilio judicial, [...] no obstante, dicho error
no puede ser materia de nulidad, teniendo en cuenta el principio
procesal antes glosado [principio de trascendencia], por lo que debe
ser materia de corrección por parte de esta Sala Suprema, de
acuerdo a lo dispuesto por el numeral cuatrocientos siete del Código
Procesal Civil, debiendo entenderse que no procede el cobro de
tales conceptos...» (Casación Nro. 4930-2006 / Santa, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008, pág. 22673).

6.32 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y la


demanda

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad y


la demanda, ha establecido lo siguiente:
«... Si bien el defecto [consistente en que en la demanda no se cumple
con adjuntar la tasa judicial correspondiente a la cuantía de la
prestación] fue subsanado por la ejecutante luego de que se dictara
el auto de saneamiento del proceso, la Sala [Superior] no sólo se
basó en la subsanación que practicó el ejecutado de la tasa judicial
sino, además, en el principio de convalidación tácita que exige
denunciar los vicios procesales en la primera oportunidad que tiene
el afectado; en tal sentido, pese a que en la contradicción el
impugnante hizo alusión a que la demanda no cumplía los requisitos
de ley, no formuló ninguna nulidad clara y precisa atacando el
defecto, por lo que no se infringe la preclusión procesal cuando se
opta por la conservación de los actos procesales tanto mas [sic -léase
tanto más-] si la subsanación del vicio no ha de influir en el sentido
400 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

de las consecuencias del acto procesal afectado...» (Casación Nro.


691-2001 / lea, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 05-11-
2001, pág. 7955).
«... No se puede pretender la convalidación de la no presentación
del documento de identidad, toda vez que ésta constituye un
requisito de admisibilidad de la demanda...» (Casación Nro. 3077-
2002 / Huánuco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-
06-2003, pág. 10664).
«... En cuanto al error mecano gráfico advertido [error ortográfico
al consignar el apellido paterno del codemandado en el auto
admisorio de la demanda], éste no constituye causal de nulidad
prevista por nuestro ordenamiento procesal, consecuentemente,
carece de la trascendencia necesaria como para afectar la validez
de la sentencia de vista, más aún cuando la recurrente no formuló
objeción alguna respecto del auto de saneamiento y tampoco
advirtió al juzgador durante toda la tramitación de la causa, del
error que ahora denuncia [en casación] como vicio que afecta al
debido proceso...» (Casación Nro. 2894-00 / Lambayeque, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 7034).
«... Al calificar la demanda el Juez ha cumplido con su deber de
rechazar la misma, al encontrar vicios de fondo insubsanables, lo
que no constituye una negación a la tutela jurisdiccional efectiva,
pues ésta se debe solicitar cumpliendo los requisitos y presupuestos
que establece la Ley Procesal para la admisión de la demanda...»
(Casación Nro. 961-2008 / Cusco, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 03-09-2008, pág. 22922).
«... Los jueces al calificar la demanda interpuesta, están en la
obligación de rechazar, las que adolezcan de vicios de fondo
insubsanables, lo que no constituye negación de tutela jurisdiccional,
pues ésta se debe solicitar cumpliendo los requisitos y presupuestos
que establece la ley procesal para la admisión de la demanda»
(Casación Nro. 1473 - 97 / Cajamarca, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 09-12-1998, pág. 2190).
«... El artículo 427 del Código Procesal Civil dispone que el Juez
declarará improcedente la demanda cuando: el demandante carezca
evidentemente de legitimidad para obrar; el demandante carezca
manifiestamente de interés para obrar; advierta la caducidad del
derecho; [...] no exista conexión lógica entre los hechos y el petitorio;
el petitorio fuese jurídicamente o físicamente imposible [...]; en el
caso de autos, la Sala [Superior] no cita expresamente ninguno de
los incisos a que se hace referencia en la norma adjetiva acotada,
incurriendo con ello en causal de nulidad...» (Casación Nro. 2514-
2007 / Callao, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-
2008, pág. 23201).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 401

«... El artículo 1992 del Código Civil establece [...] que el Juez no
puede fundar sus fallos en la prescripción [extintiva] si no ha sido
invocada, además, entre las razones que pueden sustentar una
declaración de improcedencia de [la] demanda, reguladas en el
artículo 427 del Código Procesal Civil, no existe la causal de
prescripción de la acción, razón por la cual, se concluye que las
resoluciones emitidas por las instancias de mérito deben ser
anuladas por infringir el inciso 3o del artículo 122 del Código
Procesal Civil...» (Casación Nro. 2923-2006 / San Martín, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 05-01-2007, págs. 18373-18374).
«... La sentencia recurrida [sentencia de vista] viene declarando la
improcedencia de la demanda por presunta invalidez insubsanable
de la relación procesal, sustentada en el inciso primero del artículo
cuatrocientos veintisiete del Código Procesal Civil, al considerar
que la demandada [...] carece de legitimidad para ser considerada
parte pasiva en este proceso, no obstante que la improcedencia que
sanciona la citada norma procesal es para los casos en que se
verifique la falta de legitimidad para obrar de la parte demandante,
y no de la parte demandada, siendo que en este último caso nuestro
ordenamiento procesal prevé, en vía de saneamiento, la suspensión
del proceso para efectos de que la parte demandante establezca
correctamente la relación jurídica procesal; [...] esta circunstancia
determina que la sentencia de vista se encuentra afectada de
nulidad, toda vez que no consigna los fundamentos de derecho
pertinentes para la solución de la litis, conforme ordena el inciso
tercero del artículo ciento veintidós del Código Procesal Civil, sino
que se sustenta en normas procesales impertinentes para declarar
la improcedencia de la demanda...» (Casación Nro. 2100-05 /
Ucayali, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-10-2006,
págs. 17496-17497).
«... El Banco recurrente [...] interpuso demanda de obligación de
dar suma de dinero derivada de contrato de arrendamiento
financiero, en la vía de conocimiento; [...] las resoluciones de mérito
han declarado liminarmente improcedente la demanda, por cuanto
la minuta con la que se recauda la acción no reviste la formalidad
de naturaleza imperativa que exige el numeral ocho del Derecho
[sic -léase Decreto-] Legislativo doscientos noventinueve Ley de
Arrendamiento Financiero; [...] no se trata de un proceso ejecutivo
[entiéndase proceso único de ejecución en la actualidad], sino de
una acción causal de conocimiento, donde se pretende cobrar el
cumplimiento de las obligaciones establecidas en una minuta de
arrendamiento financiero; [...] tratándose de una acción causal, no
se puede rechazar liminarmente la demanda, sin tramitar el proceso
con arreglo a ley y en el que sólo en la sentencia deberá definirse
402 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

si es posible el cobro o no de una suma de dinero derivada de una


minuta de arrendamiento financiero, lo cual no puede constituir
un petitorio jurídica o físicamente imposible; [...] cuando se rechaza
como en este caso liminarmente una demanda en un asunto
controvertido, se está afectando el derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva; [...] las resoluciones de mérito que han declarado
liminarmente improcedente la demanda al afectar el derecho a la
tutela jurisdiccional efectiva del demandante, ha incurrido en una
nulidad insubsanable...» (Casación Nro. 3594-2002 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2003, págs. 11139-11140).

6.33 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en las


excepciones procesales

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad en


las excepciones procesales, ha establecido lo siguiente:
«... La excepción es un instituto procesal por el cual el demandado
puede oponerse a la pretensión del actor; con ello cuestiona
el aspecto formal o de fondo del proceso, persiguiendo anular la
acción incoada...» (Casación Nro. 1607-2008 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 02-12-2008, pág. 23428).
«... La excepción es un medio de defensa que se confiere al
demandado, en virtud del cual puede poner de manifiesto al Juez
[...] la ausencia o insuficiencia de uno de los presupuestos procesales
(competencia del Juez, capacidad procesal de las partes y requisitos
esenciales de la demanda), o de una de las condiciones de ejercicio
válido de la acción (legitimidad e interés para obrar), con la finalidad
de paralizar y subsanar algún vicio procesal o, en su caso, extinguir
la relación jurídica procesal...» (Casación Nro. 1494-2007 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-12-2008, págs. 23650-
23652).
«... En atención al principio de preclusión que gobierna el proceso
civil, las excepciones únicamente pueden ser propuestas dentro del
plazo previsto en cada vía procedimental; de tal modo, que si el
demandado no hace uso de una excepción que le favorece, no podrá
luego hacer uso de dicho medio de defensa, ni plantear la nulidad
de actuados, por las mismas razones o los mismos hechos que
habrían sido sustento de la excepción que no fue propuesta...»
(Casación Nro. 2897-2007 / Ancash, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 02-09-2008, págs. 22783-22784).
«... Vía nulidad no es permisible reclamar sobre medios de defensa
(excepciones) que no han sido formulados oportunamente...»
(Casación Nro. 1840-99 / Junín, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 07-04-2000, pág. 4970).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 403

«... La falta de legitimidad para obrar del demandante ha servido


de sustento para declarar la nulidad de la sentencia, siendo este un
hecho que configuraría una excepción no deducida, con lo cual se
está contraviniendo lo dispuesto en el artículo cuatrocientos
cincuenticuatro del Código Procesal citado [C.P.C., sobre improcedencia
de alegación de hechos que configuran excepciones como causal
de nulidad]...» (Casación Nro. 1760-2000 / Huaura, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, págs. 7003-7004).
«... La Sala Superior ha emitido pronunciamiento en el principal
[...] sin haber resuelto previamente la apelación pendiente del
cuaderno de excepción, incurriéndose en causal de nulidad prevista
por el artículo ciento setentiuno del Código Procesal Civil, por
tratarse de un acto procesal indispensable para la emisión de un
fallo válido sobre el fondo. [...] Que, en consecuencia se ha incurrido
en [...] contravención al debido proceso...» (Casación Nro. 0231-96 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-07-2001, págs.
7384-7385).
«... Conforme aparece del inciso segundo del Articulo cuatrocientos
cincuentiuno y del Artículo cuatrocientos veintiséis del Código
Procesal Civil el defecto de representación del demandante es un
vicio susceptible de subsanación. (...) Que, al haberse declarado la
nulidad de lo actuado por defectos de representación del demandante,
la Corte Superior, sustituyéndose a la demandada, ha hecho valer
una excepción no propuesta oportunamente por ésta, incurriéndose
en nulidad» (Casación Nro. 841-99 / Cusco, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-09-1999, págs. 3407-3408.).
«... La institución jurídica adecuada para denunciar la ausencia
(defecto) o la insuficiencia (imperfección) de la representación
procesal con la que está actuando alguien a nombre del demandante
es la excepción de representación defectuosa o insuficiente del
demandante y no la nulidad de acto procesal. [...] Que cuando la
resolución de vista declara nulo el auto copiado [...] que declara
improcedente la nulidad deducida [...] y nulo todo lo actuado desde
el mandato de ejecución, e improcedente la demanda y por concluido
el proceso, se incurre en contravención al debido proceso al admitir
un cuestionamiento de la representación procesal que sólo cabe
hacerse en vía de excepción...» (Casación Nro. 3855-2001 / Junín,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2003, pág. 9878).
«...La Sala Superior, sin resolver la apelación concedida sin efecto
suspensivo y con la calidad de diferida, respecto de la apelación
de la excepción de representación defectuosa o insuficiente del
demandante, ha considerado que el representante del Banco
ejecutante [...] carecía de representación al interponer la demanda
404 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

y ha declarado nula la sentencia apelada, nulo todo lo actuado e


improcedente la demanda; [...] la Sala [Superior] estaba obligada a
pronunciarse sobre la excepción de representación insuficiente o
defectuosa del demandante, y en caso de considerar que los
representantes del Banco al interponer la demanda carecían de
facultades para hacerlo y revocaba la resolución apelada y declaraba
fundada la excepción, de acuerdo con el inciso segundo del artículo
cuatrocientos cincuentiuno del Código Procesal Civil, debía
suspender el proceso hasta que se subsane el defecto o la insuficiencia
de representación del demandante dentro del plazo que debía fijar
el auto resolutivo; [...] en consecuencia la sentencia de vista ha
incurrido en la causal de nulidad contemplada en el artículo ciento
setentiuno del Código Procesal Civil...» (Casación Nro. 2594-02 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-03-2003, págs.
10341-10342).
«... En cuanto al [...] agravio [consistente en la no determinación
clara del objeto del petitorio] se tiene que éste pudo haber motivado
el ejercicio de algún medio técnico de defensa [excepción de
oscuridad o ambigüedad en el modo de proponer la demanda], el
cual no fue deducido por el recurrente en el estadio procesal
pertinente, de allí que no pueda ser invocada como nulidad, en
atención a lo previsto en el artículo cuatrocientos cincuenticuatro
del Código Procesal Civil...» (Casación Nro. 033-2000 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-07-2001, pág. 7390).
«... Al haberse resuelto la excepción [de falta de legitimidad para
obrar del demandante] con argumentos que conciernen al fondo
de la materia controvertida se ha incurrido en la causal de nulidad
denunciada...» (Casación Nro. 1694-2005 / Arequipa, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2006, págs. 17002-17003).
«... El artículo cuatrocientos veintisiete del Código Procesal Civil
no prevé como causal de improcedencia de la demanda la falta de
legitimidad para obrar del demandado. Por el contrario, cuando
ésta se verifica en virtud a la interposición de un medio de defensa
por parte del emplazado, como es una excepción, el Juez se
encuentra obligado a suspender el proceso hasta que el demandante
establezca la relación jurídica procesal entre las personas que el
auto resolutorio ordene y dentro del plazo que este fije, conforme
lo establece el inciso cuarto del artículo cuatrocientos cincuentiuno
del Código Adjetivo [C.P.C.]; por tanto, este extremo en que se
sustenta la sentencia impugnada resulta insuficiente para determinar
la nulidad e insubsistencia de lo actuado y la improcedencia de la
demanda...» (Casación Nro. 1412-02 / Lima, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 03-02-2003, págs. 10011-10012).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 405

«... El colegiado al haber amparado la excepción de litis pendencia,


lo ha hecho otorgando virtualidad jurídica a un expediente fenecido
e incluido (sic) iniciado con posterioridad al de autos, no concurriendo
por tanto los presupuestos contenidos en el Artículo cuatrocientos
cincuentitrés del Código Procesal citado, por lo que se ha incurrido
en la causal de nulidad insubsanable» (Casación Nro. 1816-98 /
Cono Norte, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 12-01-1999,
pág. 2461).
«... Al determinar la sentencia de vista que se trata de dos procesos
idénticos, cuando no lo son, tácitamente ha amparado una excepción
de cosa juzgada, no formulada en el proceso y sin considerar que
la excepción de cosa juzgada planteada por el demandado, fue
declarada infundada en su oportunidad, por lo que se ha incurrido
en la causal de nulidad contemplada en el Artículo ciento setentiuno
del Código Procesal Civil» (Casación Nro. 2906-98 / Lambayeque,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 21-09-1999, págs. 3563-
3564).
«... Las excepciones de prescripción y caducidad son instituciones
distintas que sancionan relaciones jurídicas por el paso del tiempo,
cuando los derechos involucrados deben hacerse valer judicialmente,
razón por la cual deben ser tratadas en forma independiente, según
sea el caso. [...] Que, se aprecia de autos que ambas instancias de mérito
han amparado en parte la excepción de caducidad deducida [...],
sin embargo, han basado su decisión en las normas que regulan el
instituto de la prescripción extintiva, contraviniendo así, de modo
flagrante, el Principio de Congruencia que debe imperar en la
fundamentación de los autos y sentencias, vicio que es sancionado
con nulidad...» (Casación Nro. 2227-2000 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-10-2001, págs. 7719-7720).
«... Independientemente de que el recurso de casación merezca
declararse fundado [...] ha ocurrido la sustracción de la materia, en
razón a que la excepción de caducidad fue amparada en la resolución
de vista recurrida, y al tratarse de una de carácter perentoria, trajo
como consecuencia en aplicación por la Sala de mérito del artículo
cuatrocientos cincuentiuno inciso quinto del Código Procesal Civil,
la nulidad de todo lo actuado y la conclusión del proceso de lo
que se desprende que no es posible modificar lo ya resuelto
jurisdiccionalmente a través del recurso de casación sobre el que recae
la presente Resolución...» (Casación Nro. 564-01 / Canchis - Sicuani,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 05-11-2001, pág. 7905).
«... La prescripción extintiva es una institución mediante la cual se
sanciona la despreocupación del interesado de exigir su derecho
durante un lapso de tiempo determinado, es decir que transcurrido
406 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

que fuera el plazo señalado por la ley, se extingue el derecho de


acción del cual goza el sujeto para exigir su derecho. [...] Que dada
la naturaleza de esta institución jurídica, el demandado puede
proponerla como excepción en la correspondiente etapa el proceso
[sic -léase del proceso-], a efectos de anular lo actuado y dar por
concluido el proceso...» (CasaciónNro. 2133-2000 / Callao, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 01-10-2001, págs. 7720-7721).

6.34 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y la rebeldía

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad y


la rebeldía, ha establecido lo siguiente: «... Respecto a la falta de declaración
de rebeldía de la codemandada [...], dicho omisión [sic -léase dicha omisión-]
no es convalidable pues [...] las normas procesales son de carácter imperativo
y su inobservancia acarrea la nulidad...» (Casación Nro. 1137-2001 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2003, págs. 9875-9876).

6.35 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y el


saneamiento del proceso (o la validez de la relación procesal)

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad y


el saneamiento del proceso (o la validez de la relación procesal), ha establecido
lo siguiente:
«... Siendo el saneamiento un acto procesal que fija las bases para
que se establezca una relación jurídica procesal válida, el mismo
dada su trascendencia no puede ser subsanado en los términos del
artículo 172 del Código Procesal Civil, pues es aplicable el artículo
IX del Título Prehminar del Código acotado que establece que las
normas procesales contenidas en este Código son de carácter
imperativo, salvo regulación permisiva en contrario, que para el
caso sub examen no existe...» (Casación Nro. 833-2004 / Callao,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-05-2005, pág. 14053).
«... Se evidencia que el Juez de la causa ha obviado emitir el
correspondiente auto de saneamiento del proceso, [...] auto que
constituye presupuesto indispensable para emitir un pronunciamiento
de fondo que resuelva la litis. Por consiguiente, la omisión anotada
constituye un vicio que anula la sentencia dictada por el A quo, y
por ende, todo lo actuado con posterioridad...» (Casación Nro. 2324-
2006 / Arequipa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-
10-2007, págs. 20762-20764).
«... La [resolución] recurrida al declarar la invalidez e insubsistencia
de la relación jurídico procesal, no tiene la obligación de emitir
pronunciamiento sobre el fondo de la pretensión principal...»
(Casación Nro. 1856-99 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-03-2001, pág. 6976).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 407

«... En el presente caso, a través de una articulación de nulidad


sustentada en cuestionamientos vinculados a la relación jurídica
procesal, se ha declarado la nulidad del auto admisorio de la
instancia [demanda], afectándose así el derecho al debido proceso
y a la tutela jurisdiccional efectiva del recurrente [...]; [...] es menester
precisar que esta Sala de Casación no está señalando que los
cuestionamientos esgrimidos por el [...] demandado a través de su
articulación de nulidad sean inválidos o no, sino que tales debieron
ser examinados por el A Quo al momento de calificar la demanda [...];
y, en' defecto de ello, al haberse admitido a trámite la misma el
camino siguiente procesalmente válido resultaba ser el uso de las
excepciones que establece el ordenamiento procesal a ser resuelto
en la etapa de saneamiento, y no el planteamiento de una arüculación
de nulidad; de allí que al haberse hecho uso de ello [sic -léase de
ella-], las resoluciones impugnadas que la ampararon devienen en
nulas...» (Casación Nro. 3086-2003 / Lambayeque, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-03-2005, págs. 13839-13840).
«... Cuando los Jueces advierten deficiencias en el establecimiento
de la relación jurídica procesal, que pueden derivar en la declaración
de nulidad de las actuaciones procesales, deben tener presente el
derecho a la tutela jurisdiccional efectiva y a la finalidad concreta
del proceso, que no es otra que la de resolver un conflicto de
intereses o eliminar una incertidumbre, ambas con relevancia
jurídica, haciendo efectivos los derechos sustanciales, según lo
tienen establecidos los artículos primero y tercero del Título
Preliminar del Código Procesal Civil. En tal sentido, cuando el
artículo cuatrocientos sesenticinco del acotado Cuerpo Adjetivo
faculta al Juez a declarar la conclusión del proceso por deficiencias
de la relación jurídica procesal, circunscribe esta potestad a la
verificación de la existencia de nulidades insubsanables; en los
demás casos, lo faculta para conceder un plazo para la respectiva
subsanación...» (Casación Nro. 1412-02 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 03-02-2003, págs. 10011-10012).
«... El recurrente ha consentido la resolución [...] que declara saneado
el proceso, [...] razón por la cual ha precluido cualquier posibilidad
para invocar alguna nulidad, siendo de aplicación lo dispuesto en
el artículo ciento setentidós del Código adjetivo [C.P.C.] [...] que
regula [...] el principio de convalidación de las nulidades...»
(Casación Nro. 1998-2000 / La Libertad, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-04-2001, págs. 7168-7169).
«... Consentida o ejecutoriada la resolución que declara la existencia
de una relación jurídica procesal válida precluye toda precisión
referida, directa o indirectamente, a la invalidez de dicha relación,
lo que definitivamente impide a las partes en el proceso cuestionar,
408 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

objetar o solicitar la nulidad de esa resolución...» (Casación Nro.


2062-2006 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 04-
12-2006, págs. 18317-18318).
«... Habiéndose declarado el saneamiento del proceso, ya precluyó
cualquier alegación sobre la relación procesal entablada con la
demanda y además, sobre cualquier vicio procesal que no trascienda
sobre el fondo de la pretensión...» (Casación Nro. 4721-2007 /
Ancash, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-01-2008,
págs. 21519-21520).
«... Después de declarado saneado el proceso, conforme a la doctrina
procesal mayoritaria, ya no cabe la denuncia de un vicio que
invalide la relación jurídica procesal, como lo sería el acto de
notificación de la demanda...» (Casación Nro. 199 - 2000 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-08-2000, pág. 5697).
«... La preclusión procesal que opera con el saneamiento, no puede
ser removida por argumentos distintos [...] a los que han motivado
la resolución que declara infundadas las excepciones, sino que tiene
que fundamentarse en forma especial, detectando la existencia de
nulidad en ésta, para hacer aplicable la última parte del artículo
ciento setentiséis del Código Procesal Civil [sobre declaración de
oficio de las nulidades insubsanables], ya que de lo contrario,
prevalece lo dispuesto en su numeral cuatrocientos sesentiséis [del
C.P.C.]...» (Casación Nro. 2197-98 / Huaura, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-04-2001, pág. 7141).
«... Consentida o ejecutoriada la resolución que declara la existencia
de una relación judicial procesal válida, precluye toda petición
referida directa o indirectamente, a la validez de la relación citada;
(...) en consecuencia, la sentencia de vista no podía declarar nulo
todo lo actuado e inadmisible la demanda, cuando las partes habían
convenido en que existía una relación procesal válida...» (Casación
Nro. 166-95 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
19-10-1996, pág. 2349).
«... La resolución de vista confirmó la apelada, que declaró nulo lo
actuado y dio por concluido el proceso, pues la parte actora no
cumplió con aclarar el petitorio de su demanda, no siendo válida
la aclaración hecha por el abogado sin tener facultad para ello,
siendo facultad del juzgador de mérito prevista en el artículo 465
del Código Procesal Civil, declarar la nulidad en vía de saneamiento
[procesal]...» (Casación Nro. 2661-2008 / Puno, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 02-12-2008, pág. 23456).
«... Sostiene [el recurrente] que se ha infringido la última parte del
artículo ciento veintiuno del Código Procesal Civil, indicando que
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 409

la sentencia recurrida además de no pronunciarse sobre el fondo


de la litis, consigna argumentos extraños que conducen a una
decisión de la misma índole, sin embargo, es necesario precisar que
la norma que invoca define lo que es una sentencia, y la facultad
del juzgador para pronunciarse sobre el fondo de la litis o
eventualmente sobre la validez de la relación procesal, siendo esto
último lo que realizó el superior colegiado, por lo que no se observa
que se hubiese incurrido en causal de nulidad alguna...» (Casación
Nro. 1667-99 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
01-03-2001, pág. 6957).
«... Si bien se expidió auto declarando saneado el proceso y la
existencia de una relación jurídica procesal válida y de acuerdo al
principio de conservación no se puede anular innecesariamente el
proceso, por lo que precluida la etapa de revisión, cuestionamiento
u objeción a la relación procesal, ésta ya no se puede invalidar, no
es menos verdad que después de declarado el saneamiento, solo
en sentencia, excepcionalmente con la facultad que concede el
artículo ciento veintiuno in fine del Código Procesal Civil es posible
anular el proceso en pronunciamiento sobre la validez de la relación
procesal; estando por tanto el actuar jurisdiccional dentro de las
atribuciones legales conferidas al Juzgador...» (Casación Nro. 2426-
01 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-02-2002,
pág. 8301).
«... Conforme a lo dispuesto en la última parte del Artículo ciento
veintiuno del Código Procesal Civil el Juez al momento de sentenciar
puede pronunciarse excepcionalmente sobre la validez de la
relación procesal. (...) debe precisarse atendiendo a la orientación
de nuestra novísima legislación procesal que esta facultad debe
ejercerse restringidamente a la existencia de vicios de carácter
insubsanable» (Casación Nro. 192-96 / Lambayeque, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 01-01-1998, págs. 343-344).
«... Si bien el artículo 121 del Código Procesal Civil in fine ha
previsto que los Jueces excepcionalmente pueden expedir sentencia
inhibitoria, pronunciándose acerca de la validez de la relación
jurídico procesal, tal posibilidad debe entenderse que está prevista
sólo para aquellos casos en los que al momento de expedir sentencia
se advierta la existencia de vicios insubsanables que afecten
gravemente la validez de la relación jurídico procesal...» (Casación
Nro. 557-2008 / Junín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
30-10-2008, págs. 23227-23228).
«... La última parte del Artículo ciento veintiuno del Código Procesal
Civil autoriza al Juez para que emita sentencia pronunciándose
sobre la validez de la relación procesal. (...) dicha norma debe ser
410 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

concordada con el último párrafo del Artículo ciento setentiséis del


Código Procesal Civil, que establece que los jueces sólo declararán
de oficio las nulidades insubsanables, mediante resolución
motivada, reponiendo el proceso al estado que corresponde. (...)
Que, por lo tanto, cuando el Juez o la Corte se pronuncia sobre la
invalidez de la relación procesal por encontrar la existencia de un
vicio de naturaleza insubsanable no contraviene ni el principio de
congruencia, ni el carácter dispositivo del proceso civil, ni desconoce
las etapas preelusivas del proceso ni el efecto del saneamiento»
(Casación Nro. 841-99 / Cusco, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-09-1999, págs. 3407-3408).

6.36 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y la fij ación


de puntos controvertidos

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad y


la fijación de puntos controvertidos, ha establecido lo siguiente: «... Las
instancias de mérito no han resuelto los puntos fijados como controvertidos [...],
incurriendo en la causal de nulidad prevista y sancionada por el artículo 122[,]
segundo párrafo, del Código adjetivo [C.P.C.]...» (Casación Nro. 1803-2006 /
San Martín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-01-2007, pág. 18620).

6.37 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en el proceso


abreviado de título supletorio

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad en


el proceso abreviado de título supletorio, ha establecido lo siguiente: «...
Haciendo una interpretación hermenéutica, este requisito (del ofrecimiento de
tres testigos en el proceso de formación de título supletorio) se ha cumplido,
pues el actor en el acto postulatorio ofrece como medio probatorio la declaración
de tres testigos, que el no haberse actuado en su integridad dicho medio
probatorio no puede acarrear la nulidad de actuados, pues el acto procesal ha
alcanzado la finalidad a la que estaba destinado, por lo que no puede alegarse
este de efecto (sic -entiéndase defecto-) para anular los autos, mas aun (sic -léase
más aún-) si no se ha acreditado agravio conforme señala el Artículo ciento
setenticuatro del Código Procesal Civil...» (Casación Nro. 488-98 / lea, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 22-05-2000, pág. 5335).

6.38 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en el proceso


abreviado de prescripción adquisitiva

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad en


el proceso abreviado de prescripción adquisitiva, ha establecido lo siguiente:
«... La sentencia de vista [...] ha estimado que resulta jurídicamente
imposible solicitar la declaración de propiedad por prescripción
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 411

adquisitiva si se afirma haber adquirido ésta por compraventa,


puesto que si ello es así, el actor ya es propietario, lo que no era
materia controvertida; [...] precisamente el demandante, aunque
alega tener un derecho de propiedad, ha interpuesto la demanda
de prescripción adquisitiva, porque los demandados tienen su título
de propiedad inscrito en los Registros Públicos y no hay
impedimento para invocar la prescripción en esa situación, porque
si tuviera un título de propiedad válido e inscrito en los Registros
Públicos, no tendría necesidad de interponer la demanda de
prescripción [adquisitiva]; [...] por ello, la sentencia de vista ha
resuelto un punto no controvertido y en cambio ha dejado de
decidir sobre todos los puntos controvertidos, infringiendo lo
dispuesto en el inciso cuarto del artículo ciento veintidós del Código
Procesal Civil, artículo sétimo del Título Preliminar del acotado
Código e incurriendo en la causal de nulidad contemplada en los
artículos ciento veintidós y ciento setentiuno del mismo Código...»
(Casación Nro. 2432-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 01-03-2001, pág. 7020).
«... El proceso de prescripción adquisitiva [...] se ha tramitado de
manera irregular, al haberse llevado sin conocimiento del propietario,
a quien no se le cursa notificación alguna, [...] por lo que se ha incurrido
en vicio procesal...» (Casación Nro. 2448-97 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 30-05-2001, págs. 7314-7315).
«... Resulta de aplicación [...] por mandato expreso de la ley, lo
dispuesto por el artículo 507 del Código Procesal civil [sic], que
prescribe que antes de expedirse sentencia [en el proceso de prescripción
adquisitiva] necesariamente se requiere dictamen del Ministerio
Público, de modo tal que su omisión determina que se incurra en
causal de nulidad...» (Casación Nro. 1021-2004 / Callao, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 03-05-2005, págs. 14001-14002).
«... El Código Procesal Civil en su numeral 507 establece que[:] 'En
los casos previstos en el segundo párrafo del artículo 506, o cuando
el emplazado haya sido declarado en rebeldía, se solicitará el
dictamen del Ministerio Público antes de pronunciar sentencia../.
Al respecto el acotado segundo párrafo del artículo 506 [del C.P.C.],
en cuanto al emplazamiento en los procesos sobre Prescripción
Adquisitiva y otros, determina que, 'en los casos del artículo 435
-esto es en los casos del emplazamiento a demandado indeterminado
o incierto o con domicilio o residencia ignorados- y siempre que
se trate de predios rústicos, se efectuará así mismo notificación por
radio difusión [sic] por cinco días consecutivos como dispone el
artículo 169'. [...] Que, de la revisión de autos se verifica que los
demandados han sido debidamente identificados y emplazados,
habiéndose apersonado al proceso y contestado la demanda [...];
412 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

lo que permite establecer que el caso de autos no se subsume dentro


de los supuestos a que se contrae el artículo 507 concordante con
la segunda parte del artículo 506 y con el [artículo] 435 del Código
Procesal Civil. [...] Que, siendo así al haber declarado el Superior
Colegiado la nulidad de la sentencia de primera instancia bajo un
supuesto errado de los hechos y de las normas precitadas [...], esto
es por la supuesta falta de pronunciamiento previo de parte del
Ministerio Público, pese a que el caso de autos no lo exige, se ha
incurrido en causal de nulidad prevista en el artículo 171 del Código
Procesal Civil...» (Casación Nro. 256-2005 / Lima, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-10-2006, págs. 17331-17332).
«... La sentencia de vista sólo tiene como sustento la declaración de
los testigos [...], que no basta para declarar la prescripción
adquisitiva de propiedad del inmueble sublitis; [...] esto determina
que la Sala Superior debe analizar y merituar todos los otros medios
probatorios presentados por las partes para decidir si se ha
producido o no la prescripción y al no haberlo hecho en la sentencia
de vista, ha incurrido en la causal de nulidad contemplada en el
artículo ciento setentiuno del Código Adjetivo [C.P.C.]...» (Casación
Nro. 1000-2002 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 02-12-2002, pág. 9603).

6.39 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en el proceso


abreviado de tercería de propiedad

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad en


el proceso abreviado de tercería de propiedad, ha establecido lo siguiente:
«... Conforme lo establece el artículo quinientos treintitrés [parte
pertinente] del Código Procesal citado, l a tercería se entiende con
el demandante y el demandado, y sólo puede fundarse en la
propiedad de los bienes afectados por medida cautelar o para la
ejecución, o en el derecho preferente a ser pagado con el precio de
tales bienes7. Cuando nuestro ordenamiento procesal, en el artículo
transcrito, hace referencia a la 'ejecución7, debe entenderse que se
está refiriendo a cualquier tipo de ejecución, dentro del cual se
encuentra el proceso de ejecución de garantías contra el que se ha
promovido la presente tercería [de propiedad], por lo que la
demanda se sitúa en el supuesto que prevé el dispositivo antes
glosado, no configurándose un petitorio jurídicamente imposible,
como se afirma en las sentencias de mérito. A ello abona lo regulado
en el artículo quinientos treintiséis del acotado cuerpo normativo
cuando en su segundo párrafo señala: 7el tercerista puede obtener
la suspensión de la medida cautelar o de la ejecución del bien
afectado...7; [...] en consecuencia, el argumento empleado por las
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 413

instancias de mérito para desestimar la pretensión incoada, no se


ajusta a lo actuado ni a derecho, niega la tutela jurisdiccional
efectiva y contraviene no sólo lo normado en los artículos quinientos
treintitrés y quinientos treintiséis del Código Procesal Civil, sino
además lo dispuesto en el inciso tercero del artículo ciento veintidós
del Código anotado, por lo que el auto superior se encuentra incurso
en nulidad insalvable...» (Casación Nro. 796-04 / Junín, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 30-09-2005, pág. 14793).
«... Habiéndose efectuado el remate y adjudicado el bien carece de
sentido legal la admisión de la demanda [de tercería de propiedad],
y en todo caso lo que pretendería el recurrente es que se anule el
remate llevado a cabo en otro proceso, lo que no puede hacerse al
no ser propio del proceso de Tercería [de propiedad]...» (Casación
Nro. 2570-2000 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-04-2001, pág. 7198).
«... En el caso sub materia, si bien se ha realizado dos actos de
convocatoria a remate, éstos no han tenido éxito por falta de postores,
resultando por ello que todavía resulta oportuna la interposición
de la demanda de tercería de propiedad, tanto más cuando se ha
anulado judicialmente el acto de adjudicación en pago del bien al
ejecutante...» (Casación Nro. 776-01 / Apurímac, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-11-2001, págs. 8118-8119).

6.40 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en los procesos


sumarísimos en general

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad en


los procesos sumarísimos en general, ha establecido lo siguiente:
«... En materia de nulidades existe el principio de Trascendencia,
consagrado en el artículo ciento setentidós, cuarto párrafo, del
Código Procesal Civil, de acuerdo al cual no hay nulidad si la
subsanación del vicio no ha de influir en el sentido de la resolución
ni en las consecuencias del acto procesal. Precisamente, en el
supuesto de que se hubiese incurrido en nulidad por el hecho de
no haber podido informar el abogado de la recurrente en la
audiencia [única] [...], de acuerdo [...] al principio glosado, no
trascendería hasta el grado de anular tal acto ni menos el proceso.
Cabe agregar que no obstante lo alegado por la denunciante, a lo
largo del proceso [...] su abogado patrocinante ha tenido suficiente
oportunidad para sustentar su defensa; inclusive ha interpuesto
recursos impugnativos como el de apelación y el presente recurso
extraordinario [casación]...» (Casación Nro. 4480-2006 / Junín,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-09-2007, págs. 20329-
20330).
414 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

«... En los procesos sumarísimos [...] es improcedente los informes


sobre hechos a tenor de lo regulado en el inciso segundo del artículo
quinientos cincuenta y nueve del Código Procesal Civil; en tal
sentido, si bien es cierto que la Sala Superior omitió notificar a la
recurrente con la resolución que fijaba día y hora para la vista de
la causa, tal circunstancia no agravia el derecho de defensa de la
demandada, pues igualmente aquella no se encontraba facultada
para informar oralmente ante el Colegiado Superior, por lo que
debe procederse conforme a lo regulado en el cuarto párrafo del
artículo ciento setenta y dos del Código Procesal Civil, según el
cual no cabe declarar la nulidad si la subsanación del vicio no ha
de influir en el sentido de la resolución o en las consecuencias del
acto procesal...» (Casación Nro. 5344-06 / Santa, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 03-01-2008, pág. 21344).

6.41 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en el proceso


sumarísimo de desalojo

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad en


el proceso sumarísimo de desalojo, ha establecido lo siguiente:
«... No cabe declarar la nulidad cuando el emplazamiento con la
demanda ha cumplido con su finalidad de notificar al poseedor en
el mismo inmueble materia del desalojo...» (Casación Nro. 2369-
2000 / Puno, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001,
pág. 6667).
«... El hecho [...] de que el Juzgado [sic] a pesar de no haber admitido
las pruebas del recurrente las califique y concluya que las mismas
no desvirtúan su condición de precario, no origina [la] nulidad del
fallo...» (Casación Nro. 2852-2000 / Cono Norte, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, págs. 7031-7032).

6.42 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en los procesos


sumarísimos de interdictos

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad en


los procesos sumarísimos de interdictos, ha establecido lo siguiente:
«... Respecto a la contravención de normas que garantizan el derecho
a un debido proceso mediante la infracción del artículo seiscientos
uno del Código Procesal Civil, ésta se evidencia de lo expuesto en
la [resolución] recurrida, en relación a la inexistencia de acciones,
como la contenida en la demanda [sobre mejor derecho de posesión]
cuando [...] expone que 'en nuestro ordenamiento jurídico procesal
entre las acciones posesorias no existe el mejor derecho a la posesión;
como tampoco ésta, está fundamentada legalmente en nuestro
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 415

derecho sustantivo', conclusión que se contradice con lo dispuesto


en la norma procesal citada, puesto que ella regula las acciones que
como la presente se tramitan en la vía de proceso de conocimiento
en caso [...] [que] haya prescrito el año para el inicio de una
pretensión interdictal. [...] siendo ello así se aprecia que la resolución
recurrida ha incurrido en causal de nulidad por inobservancia de
lo dispuesto en el inciso tercero del numeral ciento veintidós del
Código Procesal Civil, puesto que no se sujeta al mérito de lo
actuado y al derecho, constituyendo dicha inobservancia una clara
contravención a las normas que garantizan el derecho a un debido
proceso...» (Casación Nro. 1777-99 / La Libertad, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 31-05-2002, págs. 8812-8813).
«... El artículo seiscientos seis del Código Procesal Civil indica la
realización de la inspección judicial como prueba de carácter
privilegiada para este tipo de interdicto [interdicto de retener] que
fuera de haberse realizado con la sola presencia del perito de parte,
fue actuada con posterioridad a la Audiencia Unica y no con el
admisorio como expresa e imperativamente prescribe el tercer
párrafo del referido artículo con carácter inimpugnable [...]. [...]
Que, en este sentido, al haberse infringido una norma procesal
afectándose el principio imperativo contenido en el artículo noveno
del Título Preliminar del Código Procesal Civil debe señalarse
nueva fecha para la realización de la diligencia de inspección
judicial así como la designación de peritos, conforme lo establece
el artículo seiscientos seis del Código Procesal Civil [...] y,
consecuentemente [,] declararse la nulidad de las sentencias de
mérito...» (Casación Nro. 2151-2000 / Huaura, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 30-05-2003, pág. 10512).

6.43 Jurisprudencia casatoria relacionada con aspectos generales


sobre la nulidad en los procesos únicos de ejecución

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a aspectos


generales sobre la nulidad en los procesos únicos de ejecución, ha establecido
lo siguiente:
«... La falta de arancel judicial por ofrecimiento de pruebas o por
calificación de título ejecutivo o de ejecución, no está contemplada
como causal de nulidad en el Código Procesal Civil...» (Casación
Nro. 4358-2001 / Tacna, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 03-02-2003, págs. 10051-10052).
«... Al haber el Juzgado declarado improcedente la demanda [de
ejecución de obligación de dar suma de dinero] por no haberse
acompañado el acta de protesto, se ha incurrido en la causal de
nulidad contemplada en el artículo ciento setentiuno del Código
416 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

Procesal Civil...» (Casación Nro. 1104-2001 / Cajamarca, publicada


en el Diario Oficial El Peruano el 30-11-2001, págs. 8125-8126).
«... Si las resoluciones inferiores han considerado que el documento
recaudado con la demanda, constituido por una hoja simple, sin
forma alguna, no constituye un título valor, ello no impedía que se
califique el pagaré, que también ha sido presentado como recaudo
de la acción y si éste reúne los requisitos formales, dictar el mandato
ejecutivo, sólo por el monto del pagaré y no por el total de la suma
adeudada. (...) Que, en consecuencia, al declararse improcedente
la demanda, inclusive respecto del pagaré, se ha incurrido en la
causal de nulidad contemplada en el Artículo ciento setentiuno del
Código Procesal Civil, porque se ha hecho sin calificar el título
ejecutivo constituido por el pagaré» (Casación Nro. 2106-99 /
Huánuco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 08-01-2000,
págs. 4518-4519).
«... El hecho que hayan alegado [en el escrito de contradicción]
dentro de su argumentación, respecto de la [...] causal de nulidad
formal del título, que la demanda no debió haber sido admitida a
trámite [,] ello no lo convierte [sic -léase ello no la convierte-] en una
formal articulación de nulidad que requiera pronunciamiento
expreso e individual...» (Casación Nro. 4534-2007 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 03-12-2008, págs. 23685-23686).
«... En el desarrollo de un proceso son las partes quienes fijan los
puntos en controversia y quienes como involucrados deben probar
sus preces como lo impone el artículo ciento noventiséis del Código
adjetivo [C.P.C.], encontrándose prohibido el juzgador de declarar
fundada una contradicción por un argumento no esgrimido en ella;
[...] Siendo esto así, se ha configurado la afectación del derecho a
un debido proceso, encontrándose el recurrente [demandante] en
una posición de indefensión, lo que trae como consecuencia [la]
sanción de nulidad...» (Casación Nro. 2614-2000 / Lambayeque,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2001, pág. 7202).
«... Mal puede alegarse que el juzgador incurre en vicio por
incongruencia cuando analiza las razones por las que estima no
acreditada la afirmación contenida en la contradicción...» (Casación
Nro. 3185-99 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
22-02-2000, pág. 4680.).
«... La Corte Suprema sólo puede conocer en el caso de procesos
ejecutivos (entiéndase procesos únicos de ejecución en la actualidad),
cuando se recurre en casación más (sic) no para resolver nulidad
de actuados planteadas (sic) en el Recurso de Casación...» (Casación
Nro. 164-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
11-04-2000, pág. 5062).
Capítulo V II : L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 417

«... El hecho de que dicho pago a cuenta (de un título valor) se haga
valer en ejecución de sentencia, no constituye causal de nulidad
del proceso (de ejecución)...» (CasaciónNro. 415-96 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 25-10-1996, pág. 2363).
«... Del contexto del documento [acta de conciliación extrajudicial]
se aprecia que las partes debidamente determinadas, acordaron
obligaciones expresas, precisando el contenido, el alcance de las
mismas, los términos en que fueron pactadas así como el supuesto
que establece cuando [sic] la obligación asumida por una de las
partes se torna en exigióle, lo que permite concluir que las instancias
de mérito [,] al rechazar in limine la demanda señalando erróneamente
que previo al inicio del proceso se determine el incumplimiento o
no de los acuerdos contenidos en el título de ejecución, incurrió [sic
-léase incurrieron-] en un arbitrario análisis de los supuestos de
procedibilidad de la demanda de ejecución de resoluciones
judiciales [...]; [...] en consecuencia[,] conforme a lo anteriormente
expuesto [,] habiendo incurrido tanto el AQuo como el Ad Quem
en afectación al derecho a la tutela jurisdiccional efectiva de uno
de los justiciables, ello determina la afectación al debido proceso,
adoleciendo por ende sus pronunciamientos de nulidad
insubsanable a tenor del artículo ciento setenta y uno del Código
Procesal Civil, correspondiendo reponer el proceso al estado que
corresponde a tenor de la parte in fine del artículo ciento setenta y
seis del Código Procesal Civil...» (Casación Nro. 1636-2007 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2008, págs. 23272-
23273).

6.44 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en la ej ecución


de garantías

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad en


la ejecución de garantías, ha establecido lo siguiente:
«... Por definición la fianza es una garantía de naturaleza personal,
en tanto que la hipoteca es de naturaleza real, conforme se desprende
de lo dispuesto por los artículos mil ochocientos sesentiocho y mil
noventisiete del Código Civil, sin embargo, en la demanda [de
ejecución de garantías] [...] se acumulan indebidamente estas dos
pretensiones propuestas por el [...] demandante, toda vez que con
ella se pretende el emplazamiento de los fiadores que suscribieron
los pagarés en las que [sic -léase en los que-] el deudor principal se
compromete al pago de determinadas sumas de dinero, las que a
su vez se encuentran respaldadas con una garantía distinta de la
constituida en la escritura pública [...]. [...] Que, de lo expuesto se
advierte que la presente controversia se ha llevado a cabo con el
418 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

emplazamiento de quienes no han intervenido en la Constitución


de la Hipoteca, siendo el presente proceso uno en el que se persigue
la ejecución de una garantía real y no de una garantía personal, no
siendo pertinente citar a los garantes personales; debiendo de
concluirse que el proceso se encuentra viciado desde la resolución
de primera instancia que declara infundada la contradicción basada
precisamente en tales hechos...» (Casación Nro. 1926-02 / Arequipa,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-12-2004, págs. 13233-
13234).
«... Recién al emitir la resolución (...) el Juez al pronunciarse sobre
la excepción y contradicción formulada (sic) por la ejecutada, repara
en el defecto anterior (demanda carente de requisito de forma) y
le concede (al demandante) un plazo para subsanarlo, lo cual
desnaturaliza la resolución, por cuanto debió en todo caso declarar
fundada dicha contradicción» (Casación Nro. 1770-96 / Ucayali,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 05-07-1998, págs. 1390-
1391).
«... El título para la ejecución de garantía hipotecaria está dado por
la escritura de constitución de hipoteca y no por los títulos valores
que solamente constituyen un anexo de la demanda, tal como lo
establece el artículo setecientos veinte del Código Procesal Civil [...],
por ello la sentencia de vista que ha declarado fundada la
contradicción respecto de la letra de cambio que sólo constituye un
anexo y no el título ejecutivo, ha contravenido al debido proceso y
ha incurrido en la causal de nulidad contemplada en el artículo
ciento setentiuno del Código Adjetivo [C.P.C.]...» (Casación Nro.
3116-2000 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 02-07-2001, pág. 7347).
«... La resolución de vista, al considerar de que la parte actora no
cumplió con acompañar el estado de cuenta del saldo deudor,
porque la liquidación presentada no cumple con los requisitos del
Artículo setecientos veinte del Código Procesal Civil y al declarar
nula la apelada y nulo todo lo actuado (...) y ordenar que el A-quo
califique la demanda conforme a Ley, no ha quebrantado el Artículo
ciento ochentinueve del Código Procesal Civil y los Artículos
tercero y quinto del Título Preliminar de dicho Código, porque la
Sala no ha infringido los dispositivos procesales invocados, porque
ha considerado que no se ha acompañado el anexo exigido por la
Ley, lo que está permitido por el inciso segundo del Artículo
cuatrocientos veintiséis del Código Procesal Civil...» (Casación Nro.
3008-99 / Amazonas, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
08-04-2000, pág. 5007).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 419

«... No se advierte transgresión del artículo setecientos veinte del


Código Procesal Civil, si se tiene en cuenta que dicha norma no
prevé requisito alguno para la elaboración del estado de cuenta de
saldo deudor, y si en el presente caso no se verifica dicho título,
sino liquidación de intereses compensatorios y moratorios de
préstamo, ello no acarrea la nulidad de dicho documento, máxime
si no fue objeto de tacha...» (Casación Nro. 3562-2007 / Cusco,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-12-2008, pág. 23575).
«... Permitiendo el acotado Código [C.P.C.] la vía de la ejecución
de garantías reales, de la que está haciendo uso el ejecutante en
base a una escritura pública de constitución de hipoteca, cuando
el estado del saldo deudor no es correcto, no se puede definir que
dicha vía no es la pertinente y declarar improcedente la demanda,
sino haciendo uso del inciso segundo del artículo cuatrocientos
veintiséis del Código Adjetivo [C.P.C.], declarar inadmisible la
misma para que se anexe un nuevo estado de cuenta con arreglo a
Ley; [...] por ello la sentencia recurrida [...] incurre en la causal de
nulidad contemplada en el artículo ciento setentiuno del Código
Procesal Civil...» (Casación Nro. 3096-2000 / Lambayeque, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-07-2001, págs. 7346-7347).
«... La sentencia de mérito se fundamenta en que no se ha precisado
el monto real del saldo deudor, por lo que la presente acción [de
ejecución de garantías] deviene en improcedente, debiendo tramitarse
en una vía más lata, donde se pruebe el referido saldo deudor; [...]
una de las garantías de la administración de justicia es que a nadie
se le puede desviar de la jurisdicción predeterminada [...]; [...] si el
saldo de cuenta liquidado por el banco [demandante] es mayor,
esto es materia de deducción en la ejecución, no en el proceso de
ejecución de garantías, siendo la vía invocada la correcta; [...] la
sentencia de mérito [...] al remitir a una vía procedimental diferente
a la prevista en la norma adjetiva [...] [incurre] en causal de
nulidad...» (Casación Nro. 106-2001 / Lambayeque, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2001, págs. 7614-7615).
«... Se cuestiona el hecho de que se haya acompañado a la demanda
[de ejecución de garantías] diversos estados de cuenta del saldo
deudor y no sólo uno como manda el artículo setecientos veinte
del anotado Código Procesal [C.P.C.]. En este punto en particular
es oportuno referir que la norma procesal acotada no señala
expresamente el número de estados de cuenta que es permisible
acompañar a esta clase de demandas cuando la obligación no es
una sola sino que deriva de diversos instrumentos, estableciéndose
en forma general que deberá acompañarse /... el estado de cuenta
del saldo deudor'; por tanto, el hecho de que el Banco demandante
haya presentado varios estados de cuenta de saldo deudor no
420 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

sign ifica que ello transgreda el debido proceso, pues conforme lo


dispone el principio de elasticidad previsto en el segundo párrafo
del artículo IX del Título Preliminar del tantas veces citado cuerpo
normativo [C.P.C.], cuando no se señale una formalidad específica
para la realización de un acto procesal, éste se reputará válido
cualquiera sea la empleada. Por tal motivo, el hecho de que se hayan
adjuntado a los autos [...] estados de cuenta diferentes, uno por
cada obligación, no vicia de nulidad insalvable lo actuado...»
(Casación Nro. 2746-2004 / Caj amarca, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 03-07-2006, págs. 16449-16451).
«... En el presente proceso se ha demandado la ejecución de garantías
reales en mérito del documento que contiene la garantía, más no
[sic -léase mas no-] el mérito ejecutivo del estado de cuenta del
saldo deudor que configura otra hipótesis que se encuentra regulada
en el artículo ciento treintidós inciso séptimo de la Ley Número
veintiséis mil setecientos dos - Ley General del Sistema Financiero
y del Sistema de Seguros y Orgánica de la Superintendencia de
Banca y Seguros; [...] en ese sentido, al confundirse la distinta
naturaleza de los procesos y ampararse la contradicción por nulidad
del estado de cuenta del saldo deudor en base a causal no prevista
en el proceso de ejecución de garantías, se ha incurrido en infracción
del principio de congruencia a que se refiere el artículo cincuenta
inciso sexto del Código Procesal Civil...» (Casación Nro. 2010-01 /
Amazonas, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-04-2002,
págs. 8568-8569).
«... La resolución de vista sin precisar por qué razón no tiene valor
la tasación convenida entre las partes en el contrato de hipoteca
declara nula la apelada e inadmisible la demanda porque no existe
una tasación comercial actualizada, realizada por dos ingenieros
con sus firmas debidamente legalizadas del inmueble materia de
la ejecución; (...) la tasación comercial actualizada realizada por dos
ingenieros está señalada en el tercer párrafo del Artículo setecientos
veinte del Código Procesal Civil, pero el cuarto párrafo precisa que
no será necesario la presentación de esta nueva tasación si las partes
han convenido el valor actualizado de la misma; (...) en consecuencia,
en la resolución de vista, se ha incurrido en causal de nulidad
contemplada en el Artículo ciento setentiuno del Código Procesal
Civil» (Casación Nro. 1164-99 / Cusco, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 07-01-2000, págs. 4506-4507).
«... Presentar una nueva tasación actualizada, ya sea de mayor o
menor valor que la convencional, realizada después de más de dos
años y medio de efectuada la convencional, no constituye
contravención al debido proceso y, además, no existe disposición
que establezca como causal de nulidad, la presentación de una
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la j urisprudencia casatoria 421

nueva tasación actualizada...» (Casación Nro. 3296-99 / Arequipa,


publicada en el Diario Oficial El Peruano el 08-04-2000, pág. 5038).
«... El Juzgador que haciendo uso de la facultad que la Ley le
concede, ordene una nueva tasación del bien, deberá tener en cuenta
que la operación pericial que se practique, para establecer el valor
de referencia del inmueble en la fecha, sólo variará el monto, cuyas
dos terceras partes servirán de base para la subasta, pero no el
sentido de la resolución de fondo. (...) Que, en consecuencia la
resolución de vista impugnada, que anula lo actuado porque
considera que la tasación está desactualizada, afecta el derecho al
debido proceso del demandante, por aplicación del principio de
subsanación, concordante con el Artículo setecientos veintinueve
del Código Adjetivo» (Casación Nro. 286-99 / Lima, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 28-09-1999, págs. 3619-3620).
«... La resolución de vista ha declarado fundada la contradicción
[en el proceso de ejecución de garantías] sustentada en la disminución
del valor de los predios sub judice, que por no tratarse de nulidad
formal del título, inexigibilidad de la obligación o que la misma ya
ha sido pagada o ha quedado extinguida de otro modo o que se
encuentra prescrita, debió ser rechazada liminarmente [...]; [...] si
el Colegiado considera que la tasación actualizada es menor que la
convenida, está facultado para ordenar el remate por la que
considere pertinente, pero ello no da origen a que se declare
fundada la contradicción; [...] la resolución de vista [...] ha incurrido
en la causal de nulidad contemplada en el artículo ciento setentiuno
del mismo Código [C.P.C.]...» (Casación Nro. 3632-2001 / lea,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2002, pág. 9031).
«... En puridad, no es un supuesto de contradicción al Mandato de
Ejecución [en el proceso de ejecución de garantías], objetar la
tasación comercial del bien garantizado, ni mucho menos es factible
invocarlo vía nulidad como lo ha formulado el ejecutado...»
(Casación Nro. 3659-2001 / Junín, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-03-2003, pág. 10414).
«... Significando [...] el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva la
obligación del Organo Jurisdiccional de vigilar la no aparición de
cualquier abuso del derecho, de conformidad con los artículos
ciento tres, in fine, de la Carta Fundamental, segundo del Título
Preliminar del Código Procesal Civil, resulta constitucional y legal
que los ejecutados aleguen la existencia de tasación diminuta, mas
no como contradicción; sino [...] ya sea en vía de articulación de
nulidad al mandato ejecutivo o como argumento más de defensa;
a fin de que sea apreciado por el Juzgador y de existir ello, disponga
la subsanación de la tasación, pero jamás podrá significar la
422 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los A ctos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

improcedencia de la demanda [de ejecución de garantías] de un


acreedor que conforme a Ley pretende satisfacer su acreencia a
través del Organo Jurisdiccional...» (Casación Nro. 3814-2001 /
Chincha, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2002,
pág. 9041).
«... En el presente caso se ha declarado nulo lo actuado al estado
de calificarse nuevamente la demanda [de ejecución de garantía],
por cuanto la tasación comercial del inmueble está firmada por un
ingeniero agrónomo; ese defecto tiene relación con los requisitos
de la demanda mas no con la contradicción; por lo que es pertinente
declarar la nulidad y no resolver la contradicción...» (Casación Nro.
1799-2000 / Chincha, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
02-01-2001, pág. 6649).
«... La resolución emitida por la Sala Superior que se pronuncia en
el fondo sobre un supuesto de nulidad sustancial del acto jurídico
que no está previsto como causal de contradicción [en el proceso
de ejecución de garantías] [...], representa un fallo que infringe el
principio de congruencia establecido en el artículo cincuenta inciso
sexto del Código Procesal Civil, y el principio dispositivo del
proceso civil regulado en la segunda parte del artículo sétimo del
Título Preliminar del acotado Código Adjetivo; [...] en consecuencia,
se ha incurrido en causal de nulidad...» (Casación Nro. 2336-01 /
Chincha, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-04-2002,
págs. 8575-8576).
«... Conforme se advierte el Ad quem confirmando el pronunciamiento
del Juez ha resuelto amparar la contradicción formulada por los
[...] codemandados, por considerar que el poder otorgado a quien
celebró el contrato de hipoteca es ineficaz y que no contiene
facultades expresas para gravar un bien inmueble, contenido que
está referido a aspectos de la validez del acto jurídico, en cuanto a
la literalidad de las facultades otorgadas y [...] al ejercicio de actos
del representante, quien al excederse de los límites de las facultades
que le han sido concedidas ha incurrido en un acto ineficaz, razón
por la cual, tal acto no genera efectos en la esfera jurídica de sus
representantes, aspectos de naturaleza sustantiva que no se
condicen con la naturaleza expeditiva del proceso de Ejecución de
Garantía Hipotecaria, así como de los supuestos de contradicción
expresamente delimitados por el [...] Código Procesal Civil y [...]
cuya inobservancia incluso determina el rechazo liminar del Juez
respecto a la contradicción formulada [como inexigibilidad de la
obligación], siendo que un derecho es exigible cuando no está sujeto
a plazo, condición o cargo, no correspondiendo ingresar al análisis
de los elementos consustanciales del acto tales como [...] los
elementos de validez del mismo y [...] que en todo caso corresponde
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 423

ser dilucidado en un proceso de cognición en donde se analiza la


existencia de un derecho material y en donde el conflicto jurídico
requiere del desarrollo de la actividad probatoria de las partes con
un más amplio desarrollo de las etapas y los plazos [...]; [...] en
consecuencia, [...] la Sala [Superior] como segunda instancia de
mérito, al amparar la contradicción formulada por los demandados
[...] ha emitido un pronunciamiento que no se encuentra acorde
con la naturaleza de las causales de contradicción en un proceso
de ejecución de Garantía, que parte de un derecho real contenido
en un título de ejecución y en donde no se puede discutir aspectos
que inciden en la ineficacia del acto jurídico, [...] siendo que la parte
demandada de considerarse perjudicada en sus derechos tiene
expedito su derecho para accionar a través de las vías legales
pertinentes, razones expuestas por las cuales corresponde declarar
fundado el recurso de casación [...] determinándose la nulidad de
la sentencia de vista a tenor de lo dispuesto en el artículo ciento
setenta y uno del mismo cuerpo legal [C.P.C.]...» (Casación Nro.
1110-2007 / Santa, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 03-
12-2008, págs. 23581-23582).
«... Resolviendo las contradicciones [en el proceso de ejecución de
garantías] [...] el Juez de la causa emitió los autos [...] que declaran
improcedente una y otra contradicción [de los codemandados]; [...]
las contradicciones deben ser resueltas mediante un solo auto, en
el que de desvirtuarse debe ordenarse el remate de los bienes dados
en garantía; sin embargo, tal afectación no resulta pasible de sanción
de nulidad en aplicación de lo dispuesto por el artículo ciento
setentidós cuarto párrafo del Código Adjetivo [C.P.C.], en tanto la
subsanación del vicio no ha de influir en el sentido de la resolución...»
(Casación Nro. 4122-2001 / lea, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 30-09-2002, pág. 9217).
«... No existe nulidad al no haber sido la tacha objeto de actuación de
pruebas si se tiene en cuenta la naturaleza y tramitación sumarísima
del proceso de ejecución de garantías...» (Casación Nro. 3078-01 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-04-2002, pág. 8525).
«... La Sala Superior por resolución [...] considerando que el [...]
Código Procesal Civil no limitaba la posibilidad de proponer
excepciones procesales [en el proceso de ejecución de garantías],
confirmó la resolución que admitía a trámite la excepción propuesta;
[...] a pesar de ello no se ha resuelto la excepción de litispendencia
ni en primera ni en segunda instancia, por lo que se ha incurrido
en la causal de nulidad contemplada en el inciso cuarto del artículo
ciento veintidós y artículo ciento setentiuno del acotado Código
[C.P.C.]...» (Casación Nro. 2890-2000 / Piura, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 30-04-2001, pág. 7221).
424 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

«... El auto de pago [en el proceso de ejecución de garantías] ordena


pagar una suma distinta al monto de la pretensión [...]; [...] si bien
resulta cierta esta afirmación, no ha sido objeto de la contradicción
ni de la apelación, por lo que no habiéndose deducido la referida
nulidad en la primera oportunidad que [se] tuvo para hacerlo, se
ha operado en todo caso la tácita convalidación que prevé el artículo
ciento setentidós del Código citado [C.P.C.], aspecto que no puede
hacerse valer en vía del recurso de casación, tanto más, que es en
ejecución de sentencia que debe dilucidarse tal circunstancia, puesto
que además de la suma que se cobra están también los intereses
que igualmente se demandan...» (Casación Nro. 3272-2000 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-03-2001, pág. 7060).
«... Si bien en el mandato de ejecución [en el proceso de ejecución
de garantías] se ordenó pagar la suma hasta por la cual se constituyó
la garantía y no el monto demandado [...], ello no es motivo
suficiente para declararse la nulidad, ya que dicho monto se tomará
en cuenta en la etapa de ejecución de sentencia...» (Casación Nro.
2876-2000 / Huánuco, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
30-04-2001, págs. 7220-7221).
«... Tratándose de una ejecución de garantía hipotecaria, las
resoluciones que se expidan tienen que tener sustento en norma de
derecho material, [...] en este caso tanto el auto de primera instancia,
como el de vista, incurren en la omisión de no citar la Ley sustantiva
aplicable, contraviniendo lo dispuesto en el artículo ciento treintinueve
de la Constitución Política del Perú e incurriendo en causales de
nulidad, contempladas en los artículos ciento veintidós y ciento
setentiuno del Código Adjetivo [C.P.C.]...» (Casación Nro. 922-2001 /
Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 05-11-2001, pág.
7912).

6.45 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en la ejecución


forzada

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad en


la ejecución forzada, ha establecido lo siguiente:
«... Cualquier agravio referido a la tasación comercial, en aplicación
del artículo setecientos veintinueve del Código Procesal Civil no
es susceptible de implicar la nulidad de la sentencia de vista, puesto
que ella es un elemento accesorio a la ejecución...» (Casación Nro.
4004-2007 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 03-12-2008, págs. 23617-23618).
«... Habiendo la actor a planteado la nulidad de dicho remate y de
los actos procesales consiguientes, no resulta viable que repita tales
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 425

planteamientos en vía de acción sustantiva, por expresa prohibición


contemplada en el artículo 743 -in fine- del Código Procesal Civil,
concordante con el artículo 427 inciso 5o [en la actualidad es el inciso
4] del mismo Código, resultando improcedente la demanda [de
nulidad de remate y adjudicación]...» (Casación Nro. 289-2002 / Piura,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-06-2004, pág. 12279).
«... Respecto a la falta de información de cómo se han calculado los
intereses o cual [sic -léase cuál-] es el porcentaje de los mismos,
resulta de aplicación lo dispuesto por el numeral setecientos
cuarentiséis del Código Procesal Civil, según el cual al disponer el
pago al ejecutante, el Juez ordenará al Secretario de Juzgado liquidar
los intereses, costas y costos del proceso, dentro del plazo que fije,
bajo responsabilidad por la demora; por tal razón, dicha liquidación
deberá efectuarse -como se desprende del glosado numeral- en
ejecución de sentencia, por lo que su omisión no puede acarrear la
nulidad del proceso de ejecución de garantías...» (Casación Nro.
3920-2006 / La Libertad, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 30-05-2008, págs. 22071-22072).

6.46 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en el proceso


no contencioso de comprobación de testamento

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad en


el proceso no contencioso de comprobación de testamento, ha establecido lo
siguiente: «... La citada norma procesal (art. 819 del C.P.C.) debe concordante
(sic -léase concordarse-) con lo dispuesto en los Artículos setecientos siete y
siguientes del Código Civil, referidos a los requisitos esenciales que debe
contener todo Testamento Ológrafo, y de los que se desprende que no es causal
de invalidez del procedimiento (de comprobación de testamento) la apertura
del Testamento Ológrafo (contenido en sobre cerrado), si se comprueba que
está totalmente escrito, fechado y firmado por el propio testador» (Casación
Nro. 908-95 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-01-1998,
págs. 341-342).

6.47 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en el proceso


no contencioso de sucesión intestada

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad en


el proceso no contencioso de sucesión intestada, ha establecido lo siguiente:
«... Al tramitarse el procedimiento no contencioso de sucesión intestada, cuando
existe un testamento, que no ha sido impugnado judicialmente a través de un
proceso contencioso, se ha incurrido en nulidad insubsanable comprendida en
la primera parte del Artículo ciento setentiuno del Código Procesal Civil»
(Casación Nro. 1380-T-97 / Junín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el
07-07-1998, págs. 1405-1406).
426 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

6.48 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en el proceso


de impugnación de acuerdos de asociación

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad en


el proceso de impugnación de acuerdos de asociación, ha establecido lo
siguiente: «... El presente proceso [sobre impugnación de acuerdos de asociación]
[...] ha sido tramitado en la vía del proceso de conocimiento, distinto al dispuesto
por la norma aplicable [art. 92 del C.C.]; proceso que si bien se desarrolla en
términos más amplios y con mayores etapas procesales, ello no determina que
los órganos administradores de justicia no se rijan por las normas de derecho
público y de orden público -dado que la actividad judicial es una función
pública y que las normas procesales que regulan el trámite del proceso son de
derecho público-; siendo que la inobservancia del trámite del proceso en la vía
abreviada constituye contravención de lo dispuesto en la parte in fine del
artículo noventidós del Código Civil, y del artículo noveno del Título Preliminar
del Código Procesal Civil, así como de lo dispuesto en el artículo ciento
treintinueve, inciso tercero de la Constitución Política del Estado; lo que
determina la nulidad del presente proceso conforme a lo previsto en el artículo
ciento setentiuno del Código Procesal Civil, hasta el momento en donde se ha
generado el vicio procesal...» (Casación Nro. 1774-2004 / San Martín, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-06-2006, págs. 16262-16263).

6.49 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en el proceso


sobre tenencia de menores

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad en


el proceso sobre tenencia de menores, ha establecido lo siguiente: «... La
sentencia de vista impugnada para disponer que la demandante ejerza la
tenencia de sus dos menores hijos [...] se sustenta en las edades de los menores
[de corta edad] [...] para concluir [que] requieren de la presencia materna; sin
embargo no evalúan [sic -léase evalúa-] los demás factores [...], pues no se
valora en forma conjunta todos los medios probatorios, interpretando
parcialmente y no en su verdadera dimensión el interés superior de los menores
cuya tenencia pretenden los sujetos procesales, con evidente infracción del
principio invocado [principio del interés superior del niño y del adolescente],
lo que acarrea la nulidad de la impugnada en aplicación del artículo ciento
veintidós del Código Procesal Civil; [...] asimismo, debe tenerse presente que
al haberse señalado en la recurrida [...] que por la corta edad de los menores
éstos requieren de la presencia materna, implícitamente ha vulnerado la
disposición constitucional contenida en el inciso dos del artículo dos de nuestra
Carta Magna, siendo también dicha infracción causal de nulidad...» (Casación
Nro. 1015-2000 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 02-01-2001,
págs. 6686-6687).
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 427

6.50 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en la acción


petitoria de herencia

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad en


la acción petitoria de herencia, ha establecido lo siguiente: «... Las demandantes
[...] han interpuesto demanda sobre petición de herencia del inmueble [...]
dejado por su alegado causante [...], para lo cual han adjuntado sendas
resoluciones judiciales que las declaran como hijas extramatrimoniales de aquél,
sin embargo no han presentado título sucesorio alguno que acredite su calidad
de herederas, ya mediante testamento o mediante la resolución judicial que las
declare herederas, asimismo tampoco han solicitado acumulativamente a la
petición de herencia por haberse preterido sus derechos, que se las declare
como herederas del causante; [...] en ese sentido, no se ha dado cumplimiento
a los requisitos para el ejercicio de la acción petitoria de herencia a que se refiere
el artículo seiscientos sesenticuatro del Código Civil, por lo que se ha incurrido
en vicio de nulidad al haberse admitido la demanda sin que cumplan con los
requisitos de ley...» (Casación Nro. 2264-01 / Santa, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 01-04-2002, págs. 8573-8574).

6.51 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en la acción


reivindicatoria

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad en


la acción reivindicatoria, ha establecido lo siguiente:
«... Habiéndose definido la existencia de dos derechos reales
[derecho de propiedad] en conflicto sobre un mismo bien, [...] carece
de objeto la pretensión de reivindicación, ya que no es la reclamación
idónea para resolver la litis, por lo que [...] debe anularse todo lo
actuado a fin de que las partes puedan, si lo desean, ejercitar la
pretensión idónea...» (Casación Nro. 3588-00 / Puno, publicada en
el Diario Oficial El Peruano el 31-08-2001, págs. 7610-7611).
«... En virtud a que por su propia naturaleza el derecho de propiedad
excluye la posibilidad de que otra persona alegue idéntico derecho
sobre el mismo bien, el ejercicio del atributo reivindicativo comprende
también la posibilidad de recuperar la posesión del bien de persona
que incluso se atribuye derecho de propiedad, [...] razones por las
cuales el pronunciamiento inhibitorio de la Sala [Superior] declarando
improcedente la demanda por considerar que en el presente proceso
de reivindicación no corresponde analizar el mejor derecho de
propiedad resulta errado, no habiendo resuelto conforme a la
naturaleza del proceso de reivindicación e incurriendo con ello en
un pronunciamiento insuficiente, lo que determina la nulidad
insubsanable de la sentencia de vista a tenor del artículo 171 del
Código Procesal Civil...» (Casación Nro. 498-2007 / Lima, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 02-09-2008, págs. 22760-22761).
428 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

«... Resulta necesario precisar cuál es el área de terreno materia de


reivindicación a fin de no incurrir en nulidades posteriores insalvables...»
(Casación Nro. 3142-06 / Ay acucho, publicada en el Diario Oficial
El Peruano el 02-01-2008, págs. 21178-21179).
«... Los órganos de instancia no han determinado exactamente el
área objeto de reivindicación, limitándose a señalar que el demandado
restituya parte del lote [...] en mención; debiéndose aclarar que,
estando a los hechos expuestos por las partes, para poder resolver
el presente litigio, resultaba necesario lograr la identificación plena
del área cuya restitución se reclama con sus respectivas colindancias
y delimitación, lo que no puede advertirse en forma nítida de la
Escritura Pública de compraventa [...]; [...] en tal sentido, las
sentencias de mérito son merecedoras a la sanción con nulidad,
siendo adecuado resaltar que a fin de identificar al bien objeto de
la presente litis así como el área en donde se han levantado las [...]
construcciones, el juez, en su calidad de director del proceso, puede
ordenar la actuación de prueba adicional conforme a lo dispuesto
por el artículo ciento noventicuatro del Código Procesal Civil, como
es el caso de una pericia e inspección judicial, medios probatorios
idóneos en la solución de la presente litis...» (Casación Nro. 1604-03 /
Puno, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-04-2004, págs.
11832-11833).
«... La Sala Superior al expedir la sentencia recurrida contraviene
lo dispuesto en los artículos ciento ochentiocho y ciento noventisiete
del Código Procesal civil [sic] al no haberse identificado debidamente
el predio objeto de la demanda con su área, linderos y medidas
perimétricas y ubicación; situación que importa de igual manera
la vulneración del artículo sétimo del Título Preliminar del Código
Procesal Civil y del artículo sétimo del Título Preliminar del Código
Civil. [...] Que, al emitirse las sentencias de mérito se ha vulnerado
lo dispuesto en el inciso tercero del artículo ciento veintidós del
Código Procesal Civil, dado que las observaciones que hizo el
recurrente en su debido momento no fueron tomadas en cuenta
dentro del proceso pese a que éstas repercutían en la correcta
delimitación y descripción del predio sub litis; en consecuencia la
sentencia de vista no contiene la descripción correlativamente
enumerada de los fundamentos de hecho y de derecho que sustentan
la decisión como tampoco se sujeta al mérito de lo actuado y de la
ley; los fallos finales sin estos requisitos son nulos...» (Casación Nro.
1144-98 / Lambayeque, publicada en el Diario Oficial El Peruano
el 02-01-2001, págs. 6776-6777).
«... Habiendo admitido la demandada que ocupa el inmueble sub­
litis, la sentencia de vista no puede llegar a la conclusión de que no
se encuentra identificado el bien objeto de la acción reivindicatoria,
Capítulo V II: L a nulidad procesal en la jurisprudencia casatoria 429

lo que determina que no se ha valorado debidamente lo admitido


por los litigantes; [...] esto determina [...] que se ha incurrido en la
causal de nulidad contemplada en el artículo ciento setentiuno del
Código Procesal Civil...» (Casación Nro. 3748-2000 / Ayacucho,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 31-07-2001, pág. 7457).
«... Este principio (de subsanación de la nulidad) es el que debe
operar en el presente caso, toda vez que si bien es cierto la recurrida
no invoca cita legal alguna, también lo es, que para emitir
pronunciamiento expresamente afirma apoyarse en la mejor
doctrina que dice que la reivindicación es la acción que tiene el
propietario no poseedor contra el poseedor no propietario, y que
por ello al ostentar tanto la parte demandante como demandado
(sic) títulos de propiedad respecto de (sic) predio subjúdice, la
reivindicación resulta improcedente; doctrina esta (sic) que sí existe;
de forma tal que de declararse la nulidad de esta sentencia, la
subsanación consistiría simplemente en invocarse esta doctrina
como doctrina jurisprudencial y explicarla a la luz del Artículo
novecientos veintitrés y novecientos veintisiete del Código Civil,
pero el resultado seguirá siendo el mismo, esto es, improcedente
la demanda principal de reivindicación, porque tanto la parte
demandante como demandada, con o sin subsanación del vicio,
siguen teniendo cada uno título de propiedad sobre el mismo bien
y en tanto no se invalide judicialmente un título, ya sea mediante
declaración de nulidad o de mejor derecho de propiedad, la
reivindicación no será procedente y mucho menos fundada»
(Casación Nro. 1669-97 / Puno, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 26-10-1999, pág. 3823).

6.52 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en los procesos


sobre responsabilidad contractual y extracontractual

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación a la nulidad en


los procesos sobre responsabilidad contractual y extracontractual, ha establecido
lo siguiente:
«... Se advierte que en [...] la sentencia impugnada el Superior
Colegiado, no obstante no precisar norma jurídica alguna, establece
como presupuesto jurídico de su fallo los elementos de la
responsabilidad subjetiva, a la luz de los cuales evalúa los hechos
del proceso. Sin embargo, al concluir [...] que el daño ocasionado
al recurrente (demandante) no es imputable a la demandada, por
cuanto no ha actuado con culpa ni dolo, señala (el ad quem) que la
infracción que lesionó el derecho del demandante se ha producido
por hechos determinantes de terceros. A este respecto cabe señalar
que la ausencia de responsabilidad como consecuencia del
430 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

hecho determinante de un tercero está ligada a la responsabilidad


objetiva [...], por lo cual resulta contradictorio que el Ad quem,
habiendo analizado los hechos del proceso [sobre indemnización
por daños y perjuicios] bajo los alcances de la responsabilidad
subjetiva exima de responsabilidad a la demandada teniendo en
cuenta un instituto propio de la responsabilidad objetiva. En
consecuencia, la sentencia impugnada tampoco satisface la exigencia
de motivación [...], en cuanto resulta defectuosa por ilógica e
incoherente; [...] siendo así, se concluye que la resolución de vista
impugnada es nula...» (Casación Nro. 4300-2006 / Apurímac, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 03-12-2008, págs. 23690-23691).
«... El Juez ha señalado el monto de la indemnización en forma
subjetiva sin prueba alguna que acredite el daño y su cuantía,
obviando que en su calidad de director del proceso puede hacer
uso de la facultad que le confiere el Artículo ciento noventicuatro
del Código Procesal Civil para actuar pruebas de oficio cuando las
ofrecidas por las partes son insuficientes para formar convicción.
Siendo esto así, y como la Sala Casatoria no puede valorar medios
probatorios, menos ordenar la actuación de los mismos la sentencia
apelada no puede subsistir...» (Casación Nro. 692-99 / Callao, publicada
en el Diario Oficial El Peruano el 19-10-1999, págs. 3776-3777).
NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES
i
MODELO DE SOLICITUD DE DECLARACION DE NULIDAD DE ACTO PROCESAL
POR CAUSA ESTABLECIDA EN LA LEY

Secretario : .......................
Expediente : .......................
Cuaderno : PRINCIPAL.
Escrito : Nro................
Solicita se declare nulidad de audiencia
de pruebas

A L ....... JU Z G A D O C IV IL D E ..........

.........................., en los seguidos con (por)....................... sobre..................... ;


atentamente, digo:
Que, de acuerdo a lo normado en los artículos 171 -primer párrafo-, V
-primer párrafo- del Título Preliminar y 202 -primer párrafo- del Código Procesal
Civil, solicito se declare la nulidad de la audiencia de pruebas, desarrollada el
d ía d e .........d e ........ , en mérito a las consideraciones de hecho y de derecho
que paso a exponer:

I. H EC H O S Q U E C O N FIG U R A N L A C A U SA L D E N U LID A D :

1- Que, la audiencia de pruebas, desarrollada el día ..... de ........


d e ......., no ha sido dirigida en forma personal por el Juez sino por
el auxiliar jurisdiccional, según se aprecia del acta respectiva en
donde aparece que la intervención del magistrado en tal audiencia
se produce recién al final.
2.- Que, en consecuencia, la mencionada audiencia adolece de nulidad,
pues no la ha dirigido el Juez del proceso, pese a que así lo establece
los artículos V del Título Preliminar y 202 -primer párrafo- del
Código Procesal Civil.
434 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

II. IN T E R E S P A R A P E D IR L A N U L ID A D :

El (la) recurrente tiene interés para pedir la nulidad porque la


audiencia de pruebas, desarrollada irregularmente debido a su
dirección por el auxiliar jurisdiccional, me causa un evidente
perjuicio ya que se afecta mi derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva y al debido proceso, en especial si se tiene en consideración
que aquél (aquélla) ha tomado una serie de decisiones respecto del
material probatorio que competen únicamente al Juez del proceso
y que, además, son a todas luces arbitrarias y controvertidas, todo
lo cual se puede apreciar en el acta respectiva.

III. S U S T E N T O D EL PED ID O D E N U L ID A D :

La presente solicitud de declaración de nulidad procesal se funda,


principalmente, en los siguientes preceptos legales:
Artículo I del Título Preliminar del Código Procesal Civil, que
prescribe que toda persona tiene derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva para el ejercicio o defensa de sus derechos o intereses, con
sujeción a un debido proceso.
Primer párrafo del artículo 171 del Código Procesal Civil, en cuya
parte inicial se precisa que la nulidad se sanciona sólo por causa
establecida en la ley.
Artículo V del Título Preliminar del Código Procesal Civil, en cuyo
primer párrafo se señala que las audiencias se realizan ante el Juez,
siendo indelegables bajo sanción de nulidad.
Artículo 202 del Código Procesal Civil, en cuyo primer párrafo se
establece que la audiencia de pruebas será dirigida personalmente
por el Juez, bajo sanción de nulidad.

PO R TANTO:

Al Juzgado, pido se sirva tener por interpuesta la presente solicitud de


declaración de nulidad y, en su oportunidad, declararla fundada, anulando la
audiencia de pruebas.

O T R O S I D IG O : Que, acompaño el siguiente anexo:

*.A Tasa judicial por concepto de solicitud de nulidad de actos


procesales.

Ciudad,

Sello y firm a del letrado Firm a del (de la) recu rren te
P ráctica Forense: Nulidad de los actos procesales 435

MODELO DE SOLICITUD DE DECLARACION DE NULIDAD DE ACTO PROCESAL


QUE CARECE DE LOS REQUISITOS INDISPENSABLES PARA LA OBTENCION DE SU
FINALIDAD
Secretario : .......................
Expediente : .......................
Cuaderno : PRINCIPAL.
Escrito : Nro.................
Solicita se declare nulidad de notificación

A L ....... JU Z G A D O C IV IL DE ...............

......................... , en los seguidos con (por)....................... sobre..................... ;


atentamente, digo:
Que, de acuerdo a lo normado en los artículos 171 -primer párrafo- y 158
del Código Procesal Civil, solicito se declare la nulidad de la notificación por
cédula de la resolución Nro......, de fecha..........., en mérito a las consideraciones
de hecho y de derecho que paso a exponer:

I. H EC H O S Q U E C O N FIG U R A N LA C A U SA L D E N U LID A D :

1.- Que, la cédula de notificación correspondiente a la resolución Nro ,


de fecha ........, carece del contenido previsto en el artículo 158
del Código Procesal Civil, que dispone que la cédula se sujeta
al formato que fija el Consejo Ejecutivo delPoder Judicial, a saber:
..................................................Lo señalado se acredita con la propia
cédula de notificación entregada al (a la) recurrente y que se
acompaña al presente escrito.
2.- Que, atendiendo a lo expresado precedentemente, el acto de la
notificación, al ser realizado en forma irregular, no cumple su
finalidad cual es poner en conocimiento de los interesados el
contenido de las resoluciones judiciales.
3.- Que, por consiguiente, debe el Juzgado declarar la nulidad de la
notificación por cédula correspondiente a la resolución Nro........,
de fecha......., porque el citado acto procesal no reúne los requisitos
indispensables para la obtención de su finalidad.

II. IN TER ES P A R A PED IR LA N U L ID A D :

El (la) recurrente tiene interés para pedir la nulidad, pues la notificación


por cédula objeto de impugnación me causa un evidente perjuicio ya que,
al no poder tomar conocimiento adecuado de tal resolución por no haber
sido notificada debidamente, se afecta mi derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva y al debido proceso, en especial si se tiene en consideración que
por la deficiencia descrita anteriormente no he podido cumplir con el
436 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

requerimiento judicial contenido en la referida resolución y del que me


he enterado en forma tardía.

III. S U S T E N T O D EL P E D ID O D E N U LID A D :

Mi solicitud de declaración de nulidad se funda, principalmente, en la


siguiente normatividad :
Artículo I del Título Preliminar del Código Procesal Civil, que
establece que toda persona tiene derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva para el ejercicio o defensa de sus derechos o intereses, con
sujeción a un debido proceso.
Artículo 155 del Código Procesal Civil, numeral que dispone, en
principio, que el acto de la notificación tiene por objeto poner en
conocimiento de los interesados el contenido de las resoluciones
judiciales, y también que éstas sólo producen efectos en virtud de
notificación hecha con arreglo a lo dispuesto en el citado cuerpo
de leyes.
Artículo 158 del Código Procesal Civil, numeral que regula el
contenido y entrega de la cédula de notificación, y que dispone, en
su primer párrafo, que la forma de la cédula se sujeta al formato
que fija el Consejo Ejecutivo del Poder Judicial, el mismo que no ha
sido observado al notificarse la resolución Nro....... , de fech a........
Primer párrafo del artículo 171 del Código Procesal Civil, en cuya
parte final prescribe que la nulidad puede declararse cuando el acto
procesal careciera de los requisitos indispensables para la obtención
de su finalidad; como sucede en este caso con la notificación materia
de impugnación por no cumplir dichos requisitos.
POR T A N T O :
Al Juzgado, pido se sirva tener por interpuesta la presente solicitud de
declaración de nulidad y, en su oportunidad, declararla fundada, anulando la
notificación impugnada por el (la) recurrente.
O T R O S I D IG O : Que, acompaño los siguientes anexos:

*.A Tasa judicial por concepto de solicitud de nulidad de actos


procesales.
*.B Cédula de notificación de la resolución Nro......., de fe c h a .........,
entregada al (a la) recurrente.

Ciudad,

Sello y firm a del letrado Firm a del (de la) recu rren te
Práctica Forense: Nulidad de los actos procesales 437

mm
I DELO DE ESCRITO ABSOLVIENDO TRASLADO DE NULIDAD Y QUE SE FUNDA
EN EL CUMPLIMIENTO DE LOS FINES DEL ACTO PROCESAL IMPUGNADO
Secretario : .......................
Expediente : .......................
Cuaderno : PRINCIPAL.
Escrito : Nro................
Absuelve traslado de nulidad interpuesta
por la parte contraria

AL ........ JUZGADO CIVIL DE .........

..........................., en los seguidos con (por)......................... sobre................... ;


atentamente, digo:
Que, cumplo con absolver el traslado de la resolución Nro..... , de fecha
....... , por la que se da cuenta del escrito Nro........, de fech a..........., presentado
por la parte contraria, en el que se interpone nulidad contra...............(señalar
el acto procesal de que se trate); en los siguientes términos:
1.- Que, el acto procesal cuya nulidad solicita la parte contraria, pese a
incumplir la formalidad contemplada en el artículo.... del Código
Procesal Civil, reviste validez, pues la mencionada formalidad ha
sido dispuesta por la ley sin sanción de nulidad y ha cumplido el
acto impugnado su finalidad cual e s ............. (señalar lafinalidad para
la que está destinado el acto procesal cuestionado), porque..........(señalar
por qué el acto procesal materia de nulidad ha cumplido su finalidad).
2.- Que, por consiguiente, debe declararse infundada la solicitud
de nulidad interpuesta por el (la) demandante (demandado/a)
respecto de ...... (señalar el acto procesal impugnado), el (la) cual,
insisto, goza de validez y surte todos sus efectos, en aplicación del
artículo 171 -in fine- del Código Procesal Civil.

POR TANTO:
Al Juzgado, pido se sirva tener presente lo expuesto en lo que fuere de
ley.

Ciudad,

Sello y firm a del letrado Firm a del (de la) recu rren te
438 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

¡m MODELO DE ESCRITO ABSOLVIENDO TRASLADO DE NULIDAD Y QUE SE FUNDA


EN LA CONVALIDACION DE VICIOS EN LA NOTIFICACION
Secretario : ........................
Expediente : ........................
Cuaderno : PRINCIPAL.
Escrito : Nro.................
A bsuelve traslado de nulidad de
notificación interpuesta por la parte
contraria

A L .........JU Z G A D O C IV IL D E ...................

............................. , en los seguidos con (p o r)........................... sobre


.................... ; atentamente, digo:

Que, cumplo con absolver el traslado de la resolución N ro......, de


fe c h a ........, por la que se da cuenta del escrito N ro........ , de fe c h a ......... ,
presentado por la parte contraria, en el que se interpone nulidad contra
la notificación de la resolución N ro........, de fe c h a ...........; en los siguientes
términos:
1.- Que, la notificación impugnada por la parte contraria, pese a
haberse efectuado en forma defectuosa, goza de validez, pues se ha
producido la convalidación de la nulidad al haber aquélla tomado
conocimiento oportuno del contenido de la resolución Nro...... , de
fecha , materia de notificación, lo que es fácilmente comprobable
con la propia actividad procesal realizada por la contraparte,
p o rq u e...... (señalar el o los actos del solicitante de la nulidad de los
que se desprenda que ha conocido en forma oportuna el contenido de la
resolución cuya notificación se cuestiona).
2.- Que, por consiguiente, debe declararse infundada la solicitud
de nulidad interpuesta por el (la) demandante (demandado/a)
respecto de la notificación de la resolución Nro..... , de fecha.......... , la
cual, insisto, goza de validez y surte todos sus efectos, en aplicación
del artículo 172 -primer párrafo- del Código Procesal Civil.

POR TA N T O :
Al Juzgado, pido se sirva tener presente lo expuesto en lo que fuere de
ley.
Ciudad,...................

Sello y firm a del letrado Firm a del (de la) recu rren te
P ráctica Forense: Nulidad de los actos procesales 439

5 MODELO DE ESCRITO ABSOLVIENDO TRASLADO DE NULIDAD Y QUE SE FUNDA


EN LA CONVALIDACION POR HABER LOGRADO EL ACTO PROCESAL
CUESTIONADO LA FINALIDAD PARA LA QUE ESTABA DESTINADO
Secretario : .......................
Expediente : .......................
Cuaderno : PRINCIPAL.
Escrito : Nro................
Absuelve traslado de nulidad interpuesta
por la parte contraria

A L ........JUZGADO CIVIL D E ........... ......

..........................., en los seguidos con (por)......................... sobre................... ;


atentamente, digo:
Que, cumplo con absolver el traslado de la resolución Nro................, de
fecha ........, por la que se da cuenta del escrito Nro........., de fecha ........... ,
presentado por la contraparte, en el que se interpone nulidad contra...............
(señalar el acto procesal impugnado); en los siguientes términos:
1.- Que, el acto procesal materia de impugnación, pese a no cumplir
con el requisito formal contemplado en el artículo.... del Código
Procesal Civil, goza de validez, pues ha logrado la finalidad para
la que estaba destinado, esto e s ..............(señalar la finalidad para la
que está destinado el acto procesal cuestionado), porque..........(señalar
por qué el acto procesal impugnado ha cumplido su finalidad).
2.- Que, atendiendo a lo expresado precedentemente, debe rechazarse
la solicitud de nulidad interpuesta por el (la) demandante
(demandado/a) respecto d e ...... (señalar el acto procesal impugnado),
el (la) cual, insisto, goza de validez y surte todos sus efectos, en
aplicación del artículo 172 -segundo párrafo- del Código Procesal
Civil.

POR TANTO:
Al Juzgado, pido se sirva tener presente lo expuesto en lo que fuere de

Ciudad,

Sello y firm a del letrad o Firm a del (de la) recurrente


440 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

MODELO DE ESCRITO ABSOLVIENDO TRASLADO DE NULIDAD Y QUE SE FUNDA


EN LA CONVALIDACION TACITA DEL ACTO PROCESAL IMPUGNADO
Secretario : .......................
Expediente : .......................
Cuaderno : PRINCIPAL.
Escrito : Nro................
Absuelve traslado de nulidad interpuesta
por la parte contraria

A L ........JUZGADO CIVIL D E .................

..........................., en los seguidos con (por)......................... sobre....................;


atentamente, digo:
Que, cumplo con absolver el traslado de la resolución Nro............. , de
fecha ........, por la que se da cuenta del escrito Nro........., de fecha ......... ,
presentado por la parte contraria, en el que se interpone nulidad contra..............
(señalar el acto procesal impugnado); en los siguientes términos:
1- Que, el acto procesal presuntamente viciado goza de validez, pues
ha operado la convalidación tácita de la nulidad al no haber sido
ésta solicitada por la contraparte en la primera oportunidad que
tuvo para hacerlo, ya que anteriormente, según se puede apreciar
del expediente del proceso, aquélla ha presentado varios escritos
en fecha posterior a la realización del acto procesal materia de
cuestionamiento, sin que haya denunciado vicio alguno con relación
al mencionado acto.
2.- Que, atendiendo a lo señalado precedentemente, debe rechazarse
la solicitud de nulidad interpuesta por el (la) demandante
(demandado) respecto d e ...... (señalar el acto procesal impugnado),
el (la) cual, insisto, goza de validez y surte todos sus efectos, en
aplicación del artículo 172 -tercer párrafo- del Código Procesal Civil.

POR TANTO:
Al Juzgado, pido se sirva tener presente lo expuesto en lo que fuere de
ley.
Ciudad,...................

Sello y firm a del letrado Firm a del (de la) recurrente


Práctica Forense: Nulidad de los actos procesales 441

R MODELO DE ESCRITO ABSOLVIENDO TRASLADO DE APELACION Y QUE SE


FUNDA EN EL HECHO DE QUE LA SUBSANACION DEL VICIO NO VA A INFLUIR EN
EL SENTIDO DE LA RESOLUCION
Secretario : .......................
Expediente : .......................
Cuaderno : PRINCIPAL.
Escrito : Nro. 01.
Absuelve traslado de apelación planteada
por la parte contraria

A L A .... SALA CIVIL DE LA CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA D E .....

............................ , identificado (a) con D.N.I. Nro............., con dirección


domiciliaria e n ................, con domicilio procesal e n ................... , con domicilio
procesal electrónico en la casilla electrónica.......................... , en los seguidos
con (p o r)..........................sob re.................... (señalar asunto contencioso tramitado
en vía de proceso abreviado o de conocimiento); atentamente, digo:
Que, cumplo con absolver el traslado del recurso de apelación, de
fecha...... , planteado por el (la) demandante (demandado/a) contra la sentencia
de primera instancia, de fech a....... ; en los siguientes términos:
1.- Que, no obstante ser verdad lo señalado por la parte contraria en
su recurso de apelación en el sentido de que la sentencia recurrida
no cumple con el (los) requisito (s) contemplado (s) en el (los)
inciso (s )............del artículo 122 del Código Procesal Civil, por lo
que supuestamente estaría viciada por tal razón, también es verdad
que, pese a ello, no habría nulidad, pues la subsanación del (de los)
vicio (s) incurrido (s) no va a influir en el sentido de la resolución
objeto de apelación.
2.- Que, atendiendo a lo expresado precedentemente, debe rechazarse
el recurso de apelación planteado por el (la) dem andante
(demandado/a) contra la sentencia de primera instancia, de
fecha....... ,1a cual, insisto, goza de validez y surte todos sus efectos,
en aplicación del artículo 172 -cuarto párrafo- del Código Procesal
Civil.

POR TANTO:
A la Sala Civil, pido se sirva tener presente lo expuesto en lo que fuere
de ley.
Ciudad,...................

Sello y firm a del letrado Firm a del (de la) recurrente


442 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

8 . MODELO DE ESCRITO ABSOLVIENDO TRASLADO DE NULIDAD Y QUE SE


FUNDA EN EL HECHO DE QUE LA SUBSANACION DEL VICIO NO VA A INFLUIR EN
LAS CONSECUENCIAS DEL ACTO PROCESAL
Secretario : ........................
Expediente : ........................
Cuaderno : PRINCIPAL.
Escrito : Nro................
Absuelve traslado de nulidad interpuesta
por la parte contraria

A L ........JUZGADO CIVIL D E .................

........................... , en los seguidos con (por)..........................sobre................... ;


atentamente, digo:
Que, cumplo con absolver el traslado de la resolución Nro..... , de fecha
....... , por la que se da cuenta del escrito Nro........, de fe c h a ..........., presentado
por la parte contraria, en el que se interpone nulidad co n tra...............(señalar
el acto procesal impugnado); en los siguientes términos:
1.- Que, no obstante ser verdad lo señalado por la contraparte en su
escrito Nro....... , de fech a......., en el que interpone nulidad contra
............... (señalar el acto procesal impugnado), en el sentido de que el
referido acto procesal adolece de ciertas irregularidades, también
es verdad que, pese a ello, no habría nulidad, pues la subsanación
del (de los) vicio (s) incurrido (s) no va a influir en las consecuencias
del acto procesal objeto de nulidad, pues los aludidos vicios son
nimios o triviales.
2.- Que, atendiendo a lo expresado precedentemente, debe rechazarse
la solicitud de nulidad interpuesta por el (la) dem andante
(demandado/a) respecto d e ...... (señalar el acto procesal impugnado),
el (la) cual, insisto, goza de validez y surte todos sus efectos, en
aplicación del artículo 172 -cuarto párrafo- del Código Procesal
Civil.

POR TANTO:
Al Juzgado, pido se sirva tener presente lo expuesto en lo que fuere de
ley.

Ciudad,

Sello y firm a del letrado Firm a del (de la) recu rren te
P ráctica Forense: Nulidad de los actos procesales 443

9 MODELO DE SOLICITUD DE INTEGRACION DE RESOLUCION ANTES DE SU


NOTIFICACION
Secretario : .......................
Expediente : .......................
Cuaderno : PRINCIPAL.
Escrito : Nro................
Solicita integración de resolución

A L .... . JUZGADO CIVIL DE ................

..........................., en los seguidos con (por).........................sobre....................;


atentamente, digo:
Que, no habiendo sido notificada aún la resolución Nro..............., de
fecha...... , en la que se ordena al (a la) recurrente que cumpla co n ..........(señalar
el requerimiento judicial de que se trate), y en razón de que tal resolución no indica
el plazo respectivo para cumplir lo dispuesto en ella, de acuerdo a lo normado
en el artículo 172 -penúltimo párrafo- del Código Procesal Civil, solicito al
Juzgado se sirva integrar la mencionada resolución a efecto de señalar el plazo
para su observancia.

POR TANTO:
Al Juzgado, solicito se sirva tener presente lo expuesto y proveer conforme
se pide y de acuerdo a ley.

Ciudad,

Sello y firm a del letrado Firm a del (de la) recurrente


444 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

10. MODELO DE SOLICITUD DE INTEGRACION DE RESOLUCION DESPUES DE SU


NOTIFICACION
Secretario : .......................
Expediente : .......................
Cuaderno : PRINCIPAL.
Escrito : Nro................
Solicita integración de resolución

A L ........JUZGADO CIVIL DE

........................... , en los seguidos con (por).........................sobre.................... ;


atentamente, digo:
Que, no habiendo transcurrido todavía el plazo para recurrir en apelación
la resolución Nro........, de fe c h a ......., y en razón de que tal resolución omite
pronunciarse acerca d e ....... (señalar el punto principal o accesorio sobre el cual se ha
omitido pronunciamiento), de acuerdo a lo normado en el artículo 172 -penúltimo
párrafo- del Código Procesal Civil, solicito al Juzgado se sirva integrar la
mencionada resolución a efecto de que se pronuncie sobre el referido punto.

POR TANTO:
Al Juzgado, solicito se sirva tener presente lo expuesto y proveer conforme
se pide y de acuerdo a ley.

Ciudad,

Sello y firm a del letrado Firm a del (de la) recu rren te
P ráctica Forense: Nulidad de los actos procesales 445

1 MODELO DE RECURSO DE APELACION CONTRA RESOLUCION QUE HA SIDO


INTEGRADA
Secretario : .......................
Expediente : .......................
Cuaderno : PRINCIPAL.
Escrito : Nro................
Interpone recurso de apelación contra
resolución integrada

AL ........... JUZGADO CIVIL DE .......

................................ , en los seguidos con (por) .............................. sobre


................... ; atentamente, digo:
Que, dentro del plazo legal respectivo, y de acuerdo a lo normado en los
artículos 364 y 172 -penúltimo párrafo- del Código Procesal Civil, interpongo
recurso de apelación contra la sentencia, de fe c h a ....... , que fuera integrada
por la resolución Nro....... , de fecha........ , con la finalidad de que sea anulada o
revocada parcialmente por el superior jerárquico en lo que respecta a la referida
integración, en mérito a las consideraciones de hecho y de derecho que paso a
exponer:

I. ERROR DE HECHO INCURRIDO EN LA RESOLUCION IMPUGNADA:


1.- Que, la sentencia recurrida en apelación fue materia de integración
al estimar el Juzgado que omitió pronunciarse acerca d e..... (señalar
el punto principal o accesorio sobre el cual supuestamente se habría
omitido pronunciamiento). Es por ello que el órgano judicial dispuso
lo siguiente:..................................................................................................
2.- Que, cabe indicar que no hubo en realidad ninguna omisión, pues
el citado punto que motivó la integración de la sentencia recurrida
en apelación no ha sido alegado por las partes e, incluso, resulta
totalmente ajeno a los hechos invocados en los actos postulatorios
del proceso.
3.- Que, atendiendo a lo expresado precedentemente, en la sentencia
impugnada se incurre en error de hecho al estimarse que el (la)
........................... (señalar el punto principal o accesorio sobre el que
supuestam ente se habría om itido pronunciam iento) m erecía el
correspondiente pronunciamiento judicial, lo que efectivamente
ocurrió en tal resolución al integrarse ésta de manera indebida,
lo que dio lugar, pues, a una decisión extra petita que vulnera
el principio de congruencia procesal y que es susceptible de ser
anulada o revocada.
446 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

II. NATURALEZA DEL AGRAVIO:


La sentencia recurrida en apelación me causa agravio, porque en virtud
de su indebida integración se afecta mi derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva y al debido proceso, en especial si se tiene en consideración que el
pronunciamiento extra petita contenido en dicha sentencia es perjudicial
a mis intereses tanto procesales como económicos.

III. SUSTENTO DE LA PRETENSION IMPUGNATORIA:


Mi pretensión impugnatoria se basa, principalmente, en la siguiente
normatividad:
Artículo I del Título Preliminar del Código Procesal Civil, que regula
el derecho de toda persona a la tutela jurisdiccional efectiva para
el ejercicio o defensa de sus derechos o intereses, con sujeción a un
debido proceso.
Artículo 364 del Código Procesal Civil, que autoriza el examen
de la resolución agraviante con el propósito de que sea anulada o
revocada parcialmente, como se pide en el presente caso.
Artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal Civil, en
cuya parte final se establece que el Juez no puede ir más allá del
petitorio ni fundar su decisión en hechos diversos de los que han
sido alegados por las partes.
Artículo 172 del Código Procesal Civil, cuyo penúltimo párrafo
faculta al interesado para recurrir la resolución integrada.

POR TANTO:
Al Juzgado, pido se sirva admitir el presente recurso de apelación, a
efecto de que el superior en grado lo examine y proceda a anular o revocar
parcialmente la sentencia, en lo que concierne a su indebida integración.

OTROSI DIGO: Que, acompaño el siguiente anexo:


*.A Tasa judicial por concepto de recurso de apelación de sentencia.

Ciudad,

Sello y firma del letrado Firma del (de la) apelante


P ráctica Forense: Nulidad de los actos procesales 447

1 MODELO DE RECURSO DE APELACION CONTRA RESOLUCION QUE ANULA


ACTOS PROCESALES QUE SON INDEPENDIENTES RESPECTO DEL ACTO NULO
Secretario : .................................
Expediente : .................................
Cuaderno : DE APELACION.
Escrito : Nro..........................
Apela resolución que anula actos procesales
independientes del acto nulo

AL ........... JUZGADO CIVIL DE

............................, en los seguidos con (por)..........................sobre....................


-Cuaderno de apelación-; atentamente, digo:
Que, dentro del plazo legal respectivo, y de acuerdo a lo normado en
los artículos 364 y 173 -primer párrafo- del Código Procesal Civil, interpongo
recurso de apelación contra la resolución Nro......, de fecha........, con la finalidad
de que sea anulada o revocada parcialmente por el superior jerárquico en lo
que respecta a la declaración de nulidad de actos procesales independientes
d e ...... (señalar el acto nulo en cuestión), que fuera también declarado nulo en
la referida resolución; en mérito a las consideraciones de hecho y de derecho
que paso a exponer:

I. ERRO R DE D ERECH O IN CU RRID O EN LA RESO LU C IO N


IMPUGNADA:
1.- Que, la resolución recurrida, no sólo declara la nulidad d e .......
(señalar el acto procesal en cuestión), que fuera solicitada por la parte
contraria en su escrito Nro......., de fe ch a ........, sino que también
declara la nulidad de los siguientes actos procesales posteriores a
aquél (aquélla):

2.- Que, los actos procesales señalados en los acápites anteriores fueron
declarados nulos en la resolución apelada únicamente por haber
sido realizados en fecha posterior a .... (señalar el acto procesal de que
se trate), acto procesal este último que, como se indicara, fue anulado
en mérito de la solicitud respectiva presentada por la contraparte.
3.- Que, como resulta evidente, los actos procesales consignados en
los acápites que integran el punto 1 son independientes del acto
procesal cuya nulidad fue peticionada por la parte contraria y que,
448 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

por estar viciado, también fue declarado nulo en la resolución objeto


de apelación.
4.- Que, en consecuencia, en la resolución impugnada se incurre en
error de derecho, pues se vulnera lo normado en el primer párrafo
del artículo 173 del Código Procesal Civil, el cual establece que
la declaración de nulidad de un acto procesal no alcanza a los
anteriores ni a los posteriores que sean independientes de aquél.
En razón de lo expuesto, la referida resolución tiene que anularse o
revocarse parcialmente, en lo que atañe a la declaración de nulidad
de los mencionados actos procesales independientes d e ...... (señalar
el acto nulo de que se trate), que fuera también declarado nulo en la
resolución apelada.

II. NATURALEZA DEL AGRAVIO:


La resolución objeto de apelación me causa agravio, porque, al hacer
extensiva la nulidad solicitada por la contraparte a actos procesales
independientes del acto cuestionado por ella, se afecta mi derecho a la
tutela jurisdiccional efectiva y al debido proceso, en especial si se tiene en
consideración que la aludida decisión, que transgrede el texto expreso de
la ley, anula en forma indebida actuaciones válidas promovidas por el (la)
recurrente y, por lo tanto, perjudica mis intereses, además de provocar
un mayor retraso en el trámite del proceso.

III. SUSTENTO DE LA PRETENSION IMPUGNATORIA:


Mi pretensión impugnatoria se basa, principalmente, en la siguiente
normatividad:
Artículo I del Título Preliminar del Código Procesal Civil, que regula
el derecho de toda persona a la tutela jurisdiccional efectiva para
el ejercicio o defensa de sus derechos o intereses, con sujeción a un
debido proceso.
Artículo 364 del Código Procesal Civil, que autoriza el examen
de la resolución agraviante con el propósito de que sea anulada o
revocada parcialmente, como se solicita en el presente caso.
Artículo 173 del Código Procesal Civil, cuyo primer párrafo dispone
que la declaración de nulidad de un acto procesal no alcanza a los
anteriores ni a los posteriores que sean independientes de aquél.

POR TANTO:
Al Juzgado, pido se sirva admitir este recurso de apelación, a efecto de
que el superior en grado lo examine y proceda a anular o revocar parcialñiente
la resolución Nro......., en lo que respecta a la declaración de nulidad de lós
P ráctica Forense: Nulidad de los actos procesales 449

actos procesales indicados en los acápites que integran el punto 1 del rubro I
del presente medio impugnatorio.

PRIMER OTROSI DIGO: Que, con el objeto de que se forme el respectivo


cuaderno de apelación, solicito al Juzgado se sirva expedir y comprender en él
las copias certificadas de los siguientes actuados:
Escrito Nro...... , de fecha......., presentado por la parte contraria, en
el que solicita la nulidad d e .... (señalar el acto procesal en cuestión).
Escrito Nro...... , de fech a......., presentado por el (la) apelante, en
el que se absuelve el traslado de la nulidad solicitada por la parte
contraria en su escrito Nro...... , de fech a.......
Resolución Nro......., de fe c h a ........, materia del presente medio
impugnatorio.

SEGUNDO OTROSI DIGO: Que, acompaño los siguientes anexos:


*.A Tasa judicial por concepto de recurso de apelación de autos.
*.B Tasa judicial por concepto de expedición de copias certificadas.

Ciudad,

Sello y firma del letrado Firma del (de la) apelante


450 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

13. MODELO DE RECURSO DE APELACION CONTRA RESOLUCION QUE DECLARA LA


NULIDAD DE LAS PARTES DEL ACTO PROCESAL INDEPENDIENTES DE LA
AFECTADA CON NULIDAD

Secretario : .................................
Expediente : .................................
Cuaderno : DE APELACION.
Escrito : Nro.........................
Apela resolución que declara nulidad
de acto procesal

A L ...........JUZGADO CIVIL D E ...................

............................, en los seguidos con (por)..........................sobre....................


-Cuaderno de apelación-; atentamente, digo:
Que, dentro del plazo legal respectivo, y de acuerdo a lo normado en los
artículos 364 y 173 -segundo párrafo- del Código Procesal Civil, interpongo
recurso de apelación contra la resolución Nro........ , de fecha ........ , con la
finalidad de que sea anulada o revocada por el superior jerárquico; en mérito
a las consideraciones de hecho y de derecho que paso a exponer:

I. ERRO R DE D ERECH O IN CU RRID O EN LA R ESO LU C IO N


IMPUGNADA:
1.- Que, la resolución impugnada declara la nulidad d e .........(señalar el
acto procesal en cuestión), que fuera solicitada por la parte contraria
en su escrito Nro...... , de fech a........
2.- Que, si bien es verdad que el referido acto procesal se halla viciado
en lo que concierne a .............. (señalar la parte del acto procesal que
estaría viciada), también es verdad que ello no afecta a la totalidad
del mencionado acto procesal, debiendo éste surtir sus efectos como
tal y hacerse exclusión sólo de la parte -de por sí irrelevante- de tal
acto susceptible de ser invalidada, en especial si se tiene en cuenta
que las demás partes que conforman el aludido acto procesal son
independientes de aquella que se encuentra viciada.
3.- Que, atendiendo a lo señalado precedentemente, en la resolución
impugnada se incurre en error de derecho, pues, al declarar la
nulidad en su totalidad d e ............(señalar el acto procesal en cuestión),
se vulnera lo normado en el artículo 173 -segundo párrafo- del
Código Procesal Civil, el cual establece que la invalidación de
una parte del acto procesal no afecta a las otras que resulten
independientes de ella, ni impide la producción de efectos para los
cuales el acto es idóneo, salvo disposición expresa en contrario.
Práctica Forense: Nulidad de los actos procesales 451

II. NATURALEZA DEL AGRAVIO:


La resolución impugnada me causa agravio, porque, al hacer extensiva la
nulidad a la totalidad d e ...... (señalar el acto procesal en cuestión), en vez de
limitarse a la parte viciada del citado acto procesal, se afecta mi derecho
a la tutela jurisdiccional efectiva y al debido proceso, en especial si se
tiene en consideración que tal decisión, que transgrede el texto expreso
de la ley, anula en forma indebida una actuación válida desarrollada por
el (la) recurrente y, por lo tanto, perjudica mis intereses y provoca un
mayor retraso en el trámite del proceso.

III. SUSTENTO DE LA PRETENSION IMPUGNATORIA:


Mi pretensión impugnatoria se basa, principalmente, en la siguiente
normatividad:
Artículo I del Título Preliminar del Código Procesal Civil, que regula
el derecho de toda persona a la tutela jurisdiccional efectiva para
el ejercicio o defensa de sus derechos o intereses, con sujeción a un
debido proceso.
Artículo 364 del Código Procesal Civil, que autoriza el examen
de la resolución agraviante con el propósito de que sea anulada o
revocada.
Artículo 173 del Código Procesal Civil, cuyo segundo párrafo
prescribe que la invalidación de una parte del acto procesal no
afecta a las otras que resulten independientes de ella, ni impide
la producción de efectos para los cuales el acto es idóneo, salvo
disposición expresa en contrario (que no es el caso).

POR TANTO:
Al Juzgado, pido se sirva admitir este recurso de apelación, a efecto de
que el superior en grado lo examine y proceda a anular o revocar la resolución
Nro...... , de fech a.........

PRIMER OTROSI DIGO: Que, con el objeto de que se forme el respectivo


cuaderno de apelación, pido al Juzgado se sirva expedir y comprender en él
las copias certificadas de los actuados que se describe a continuación:
Escrito Nro...... , de fecha......., presentado por la parte contraria, en
el que se solicita la nulidad d e (señalar el acto procesal en cuestión).
Escrito Nro. ...... de fech a ...... , presentado por el (la) apelante, en
el que se absuelve el traslado de la nulidad solicitada por la parte
contraria en su escrito Nro...... , de fech a.......
Resolución Nro....... , de fecha ........, materia de este recurso de
apelación.
452 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

SEGUNDO OTROSI DIGO: Que, acompaño los siguientes anexos:


*.A Tasa judicial por concepto de recurso de apelación de autos.
*.B Tasa judicial por concepto de expedición de copias certificadas.

C iudad,...............

Sello y firma del letrado Firma del (de la) apelante

4. MODELO DE SOLICITUD DE DECLARACION DE NULIDAD DE UN ACTO PROCESAL


Y EN EL QUE SE PRECISA LA DEFENSA QUE NO SE PUDO REALIZAR
Secretario
Expediente
Cuaderno : PRINCIPAL.
Escrito : Nro................
Solicita se declare nulidad de acto
procesal

A L ...... JUZGADO CIVIL DE

......................... , en los seguidos con (por) sobre


atentamente, digo:

Que, de acuerdo a lo normado en los artículos 171 -primer párrafo- y ....


del Código Procesal Civil, solicito se declare la nulidad d e .............(señalar el
acto procesal en cuestión), en mérito a las consideraciones de hecho y de derecho
que paso a exponer:

I. HECHOS QUE CONFIGURAN LA CAUSAL DE NULIDAD:


1.- Que, el (la)........(señalar el acto procesal en cuestión) ha sido realizado
con clara transgresión del texto del artículo.... del Código Procesal
Civil, p u e s ................ (señalar los hechos que dan lugar a la nulidad)',
todo lo cual ha impedido que el referido acto procesal cumpla su
propósito, cual e s ......................
2.- Que, en razón de lo expuesto precedentemente, debe el Juzgado
declarar la nulidad d e ............. (señalar el acto procesal en cuestión),
porque el aludido acto procesal no reúne los requisitos indispensables
para la obtención de su finalidad.
P ráctica Forense: Nulidad de los actos procesales 453

II. INTERES PARA PEDIR LA NULIDAD:


En cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 174 del Código Procesal
Civil, cumplo con indicar que el (la) recurrente tiene interés para pedir la
nulidad porque el acto procesal desarrollado en forma irregular me causa
un evidente perjuicio, pues afecta mi derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva y al debido proceso, en especial si se tiene en consideración que,
como consecuencia directa del acto procesal que se impugna, no he podido
........ (señalar la defensa que no pudo realizar el recurrente como consecuencia
directa del acto procesal impugnado).

III. SUSTENTO DEL PEDIDO DE NULIDAD:


Mi pedido de nulidad se basa, principalmente, en la siguiente normatividad:
Artículo I del Título Preliminar del Código Procesal Civil, que
dispone que toda persona tiene derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva para el ejercicio o defensa de sus derechos o intereses, con
sujeción a un debido proceso.
A rtículo.... del Código Procesal Civil, precepto legal éste del cual
se infiere que el acto procesal objeto de nulidad debe reunir como
requisitos los siguientes: ........... ............................ , lo que no se ha
cumplido en el presente caso, porque................................
Artículo 171 del Código Procesal Civil, en cuyo primer párrafo se
establece que la nulidad puede declararse cuando el acto procesal
careciera de los requisitos indispensables para la obtención de su
finalidad.

POR TANTO:
Al Juzgado, pido se sirva tener por interpuesta la presente solicitud de
nulidad y, en su oportunidad, declararla fundada, invalidando el acto procesal
impugnado por el (la) recurrente.

O TRO SI DIGO: Que, acompaño los siguientes anexos:


*.A Tasa judicial por concepto de solicitud de nulidad de actos procesales.

Ciudad,

Sello y firm a del letrado Firm a del (de la) recurrente


454 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

5 MODELO DE ESCRITO ABSOLVIENDO TRASLADO DE NULIDAD Y QUE SE FUNDA


EN LA FORMULACION DE ESTA POR QUIEN PROPICIARA EL VICIO PROCESAL
Secretario : .......................
Expediente : .......................
Cuaderno : PRINCIPAL.
Escrito : Nro................
Absuelve traslado de nulidad interpuesta
por la parte contraria

AL ........ JUZGADO CIVIL D E .................

........................... , en los seguidos con (por)......................... sobre....................;


atentamente, digo:
Que, cumplo con absolver el traslado de la resolución Nro.............. , de
fecha ........, por la que se da cuenta del escrito Nro........., de fecha ........... ,
presentado por la parte contraria, en el que se interpone nulidad contra..............
(señalar el acto procesal en cuestión); en los siguientes términos:
1.- Que, el acto procesal cuya nulidad solicita la contraparte ha
sido promovido por ella, o sea, fue dicha contraparte la que ha
propiciado el vicio que posteriormente denuncia en su escrito
Nro...... , de fech a..........
2.- Que, atendiendo a lo expuesto precedentemente, debe rechazarse
la solicitud de nulidad interpuesta por el (la) dem andante
(demandado/a) respecto d e ...... (señalar el acto procesal materia de
nulidad), el cual goza de validez y surte todos sus efectos, conforme
se desprende del inciso 1) del artículo 175 del Código Procesal Civil,
que dispone que el pedido de nulidad será declarado inadmisible
o improcedente, según corresponda, cuando se formule por quien
ha propiciado el vicio.

POR TANTO:
Al Juzgado, pido se sirva tener presente lo expuesto en lo que fuere de
ley.

Ciudad,

Sello y firm a del letrado Firm a del (de la) recu rren te
P ráctica Forense: Nulidad de los actos procesales 455

16 . MODELO DE ESCRITO ABSOLVIENDO TRASLADO DE NULIDAD Y QUE SE FUNDA


BASANDOSE EN EL HECHO DE QUE LA CAUSAL DE NULIDAD NO ESTA PREVISTA
LEGALMENTE
Secretario : .......................
Expediente : .......................
Cuaderno : PRINCIPAL.
Escrito : Nro................
Absuelve traslado de nulidad interpuesta
por la parte contraria

A L ........JUZGADO CIVIL DE

........................... , en los seguidos con (por)......................... sobre...... .............;


atentamente, digo:
Que, cumplo con absolver el traslado de la resolución Nro............., de
fecha ........, por la que se da cuenta del escrito Nro........., de fecha ......... ,
presentado por la parte contraria, en el que se interpone nulidad contra..............
(señalar el acto procesal en cuestión); en los siguientes términos:
1.- Que, en aplicación del artículo 171 -primer párrafo- del Código
Procesal Civil, la nulidad sólo puede sancionarse por causa
establecida en la ley o cuando el acto procesal careciera de los
requisitos indispensables para la obtención de su finalidad.
2.- Que, según se observa en el escrito Nro........, de fecha....... , mediante
el cual la contraparte interpone nulidad co n tra.............(señalar el
acto procesal en cuestión), el pedido de nulidad no se sustenta en
las causales descritas en el punto anterior sino más bien se funda
en causal no contemplada por el Código Procesal Civil, porque se
alega..............................................................................................................
3.- Que, en razón de lo expuesto precedentemente, debe rechazarse
la solicitud de nulidad interpuesta por el (la) demandante
(demandado/a) respecto d e ...... (señalar el acto procesal materia de
nulidad), el cual goza de validez y surte todos sus efectos, conforme
se desprende del inciso 2) del artículo 175 del Código Procesal Civil,
que dispone que el pedido de nulidad será declarado inadmisible
o improcedente, según corresponda, cuando se sustente en causal
no prevista en el Código Procesal Civil.
POR TANTO:
Al Juzgado, pido se sirva tener presente lo expuesto en lo que fuere de
ley.
Ciudad,...................
Sello y firm a del letrado Firm a del (de la) recurrente
456 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

17 MODELO DE ESCRITO ABSOLVIENDO TRASLADO DE NULIDAD Y QUE SE FUNDA


EN EL HECHO DE QUE AQUELLA SE TRATA DE UNA CUESTION ANTERIORMENTE
RESUELTA
Secretario : .......................
Expediente : ........................
Cuaderno : PRINCIPAL.
Escrito : Nro.................
Absuelve traslado de nulidad interpuesta
por la parte contraria

AL ........ JUZGADO CIVIL DE

..........................., en los seguidos con (por) ..... ................ sobre....................;


atentamente, digo:
Que, cumplo con absolver el traslado de la resolución Nro............. , de
fecha ........, por la que se da cuenta del escrito Nro........., de fecha ........... ,
presentado por la parte contraria, en el que se interpone nulidad contra..............
(señalar el acto procesal en cuestión)-, en los siguientes términos:
1.- Que, la nulidad interpuesta por la contraparte en su escrito Nro........ ,
de fecha ........, respecto de ................ (señalar el acto procesal en
cuestión), se trata de una cuestión anteriormente resuelta, según
se puede apreciar en la resolución Nro........, de fe c h a ........., que
hace alusión justamente al citado acto procesal y descarta toda
irregularidad en él, pronunciamiento éste que obedeció a un pedido
similar de nulidad contra el mencionado acto procesal, que fuera
planteado también por la parte contraria en su escrito Nro...... , de
fech a...........
2.- Que, atendiendo a lo expuesto precedentemente, debe rechazarse
la solicitud de nulidad interpuesta por el (la) demandante
(demandado/a) respecto d e ...... (señalar el acto procesal materia de
nulidad), el cual goza de validez y surte todos sus efectos, conforme
se desprende del inciso 3) del artículo 175 del Código Procesal Civil,
que dispone que el pedido de nulidad será declarado inadmisible
o improcedente, según corresponda, cuando se trate de cuestión
anteriormente resuelta.

POR TANTO:
Al Juzgado, pido se sirva tener presente lo expuesto en lo que fuere de
ley.
Ciudad,

Sello y firm a del letrado Firm a del (de la) recu rren te
P ráctica Forense: Nulidad de los actos procesales 457

MODELO DE ESCRITO ABSOLVIENDO TRASLADO DE NULIDAD Y QUE SE FUNDA


EN EL HECHO DE QUE LA INVALIDEZ HA SIDO SANEADA
Secretario : .......................
Expediente : ...................... .
Cuaderno : PRINCIPAL.
Escrito : Nro................
Absuelve traslado de nulidad interpuesta
por la parte contraria

AL ........ JUZGADO CIVIL DE ................

............................ , en los seguidos con .......................... sobre ................... ;


atentamente, digo:
Que, cumplo con absolver el traslado de la resolución Nro. ............ , de
fecha ........, por la que se da cuenta del escrito Nro......... , de fecha ....... ....,
presentado por la parte contraria, en el cual se pide la nulidad de todo lo
actuado; en los siguientes términos:
1.- Que, la nulidad de todo lo actuado peticionada por la contraparte
en su escrito Nro........, de fe c h a ........, se funda en una supuesta
invalidez de la relación jurídica procesal, la cual, según se consta en
autos, ha sido alegada en fecha posterior a la emisión del respectivo
auto, de fecha......, en el cual el Juez declaró saneado el proceso por
existir justamente una relación jurídica procesal válida, resolución
que no ha sido recurrida, lo que, por mandato del artículo 466 del
Código Procesal Civil, acarrea la preclusión de cualquier petición
referida, directa o indirectamente, a la validez de la citada relación
procesal.
2.- Que, atendiendo a lo expresado precedentemente, debe rechazarse
la solicitud de nulidad de todo lo actuado interpuesta por la
contraparte, conforme se desprende del inciso 4) del artículo 175
del Código Procesal Civil, que dispone que el pedido de nulidad
será declarado inadmisible o improcedente, según corresponda,
cuando la invalidez haya sido saneada.

POR TANTO:
Al Juzgado, pido se sirva tener presente lo expuesto en lo que fuere de
ley.
Ciudad,..................

Sello y firm a del letrado Firm a del (de la) recurrente


458 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

9 MODELO DE ESCRITO ABSOLVIENDO TRASLADO DE NULIDAD Y QUE SE FUNDA


EN EL HECHO DE QUE LA INVALIDEZ HA SIDO CONVALIDADA
Secretario : .......................
Expediente : .......................
Cuaderno : PRINCIPAL.
Escrito : Nro................
Absuelve traslado de nulidad interpuesta
por la parte contraria

AL ........ JUZGADO CIVIL DE

..........................., en los seguidos con (por).........................sobre....................;


atentamente, digo:
Que, cumplo con absolver el traslado de la resolución Nro............ , de
fecha ........, por la que se da cuenta del escrito Nro........ , de fecha ........... ,
presentado por la parte contraria, en el cual se interpone nulidad contra..............
(señalar el acto procesal en cuestión); en los siguientes términos:
1- Que, el acto procesal cuya nulidad peticiona la parte contraria, no
obstante no reunir el requisito formal contemplado en el artículo
.... del Código Procesal Civil, goza de validez por haber operado
la convalidación de la nulidad, pues el referido acto ha logrado la
finalidad para la que estaba destinado, cual e s ..............(señalar la
finalidad para la que está destinado el acto procesal en cuestión), porque
..........(señalar por qué el acto procesal objeto de nulidad ha cumplido su
finalidad).
2- Que, atendiendo a lo expresado prece dentemente, debe rechazarse
la solicitud de nulidad interpuesta por la contraparte respecto
d e ...... (señalar el acto procesal materia de nulidad), el cual, insisto,
goza de validez y surte todos sus efectos, conforme se colige del
inciso 4) del artículo 175 del Código Procesal Civil, que dispone que
el pedido de nulidad será declarado inadmisible o improcedente,
según corresponda, cuando la invalidez haya sido convalidada.
Cabe indicar que el aludido precepto legal guarda concordancia con
lo regulado en el segundo párrafo del artículo 172 del mencionado
Código adjetivo, que prescribe que hay convalidación cuando el
acto procesal, no obstante carecer de algún requisito formal, logra
la finalidad para la que estaba destinado.
POR TANTO:
Al Juzgado, pido se sirva tener presente lo expuesto en lo que fuere de
ley.
Ciudad,...................
Sello y firm a del letrado Firm a del (de la) recu rren te
P ráctica Forense: Nulidad de los actos procesales 459

;0 . MODELO DE ESCRITO ABSOLVIENDO TRASLADO DE NULIDAD Y QUE SE FUNDA


EN EL HECHO DE QUE LA INVALIDEZ HA SIDO SUBSANADA
Secretario : .......................
Expediente : .......................
Cuaderno : PRINCIPAL.
Escrito : Nro................
Absuelve traslado de nulidad interpuesta
por la parte contraria

AL ........ JUZGADO CIVIL DE ................

........................... , en los seguidos con (por)......................... sobre....................;


atentamente, digo:
Que, cumplo con absolver el traslado de la resolución Nro............., de
fecha ........, por la que se da cuenta del escrito Nro........., de fecha ........... ,
presentado por la parte contraria, en el cual se interpone nulidad respecto de
...............(señalar el acto procesal en cuestión); en los siguientes términos:
1- Que, el acto procesal cuya nulidad peticiona la parte contraria,
pese a adolecer de algunas irregularidades, las cuales, dicho sea
de paso, son irrelevantes o de poca importancia, goza de validez
en aplicación del principio de subsanación que rige la nulidad
procesal, principio previsto en el cuarto párrafo del artículo 172 del
Código Procesal Civil y conforme al cual que no hay nulidad si la
subsanación del vicio no ha de influir en el sentido de la resolución
o en las consecuencias del acto procesal.
2.- Que, atendiendo a lo expresado con anterioridad, debe rechazarse la
solicitud de nulidad interpuesta por la contraparte respecto d e ......
(señalar el acto procesal materia de nulidad), el cual, como se indicara,
goza de validez y surte todos sus efectos, conforme se desprende
del precepto legal aludido en el punto precedente así como del
inciso 4) del artículo 175 del Código Procesal Civil, que dispone que
el pedido de nulidad será declarado inadmisible o improcedente,
según corresponda, cuando la invalidez haya sido subsanada.

POR TANTO:
Al Juzgado, pido se sirva tener presente lo expuesto en lo que fuere de

Ciudad,

Sello y firm a del letrado Firm a del (de la) recurrente


460 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los A ctos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

21. MODELO DE RECURSO DE APELACION DE SENTENCIA QUE CONTIENE PEDIDO


EXPRESO DE DECLARACION DE NULIDAD
Secretario : .......................
Expediente : .......................
Cuaderno : PRINCIPAL.
Escrito : Nro. 01.
Apela sentencia y formula nulidad

A L ...........JUZGADO CIVIL DE

............................., identificado (a) con D.N.I. Nro............. , con dirección


domiciliaria e n .................., con domicilio procesal e n ................... , con domicilio
procesal electrónico en la casilla electrónica..........................., en los seguidos
con (p o r)...........................sobre.....................; atentamente, digo:
Que, dentro del plazo legal respectivo, y de acuerdo a lo normado en el
artículo 364 del Código Procesal Civil, interpongo recurso de apelación contra
la sentencia de primera instancia, de fe ch a .........., con la finalidad de que sea
anulada o revocada por el superior jerárquico, en mérito a las consideraciones
de hecho y de derecho que paso a exponer:

I. ERROR DE HECHO (DERECHO) INCURRIDO EN LA RESOLUCION


IMPUGNADA:
1.- Q u e,.................................................................................................................
2.- Q u e,...............................................................................................................
3.- Que, en consecuencia, en la sentencia impugnada se incurre en
error de hecho (derecho), p u es................................................................

II. NATURALEZA DEL AGRAVIO:


La resolución apelada me causa agravio, porque.........................................

III. SUSTENTO DE LA PRETENSION IMPUGNATORIA:


Mi pretensión impugnatoria se basa, principalmente, en la siguiente
normatividad:
Artículo I del Título Preliminar del Código Procesal Civil, que regula
el derecho de toda persona a la tutela jurisdiccional efectiva para
el ejercicio o defensa de sus derechos o intereses, con sujeción a un
debido proceso.
Artículo 364 del Código Procesal Civil, que autoriza el examen
de la resolución agraviante con el propósito de que sea anulada o
revocada.
P ráctica Forense: Nulidad de los actos procesales 461

Artículo .... de (del) ............... (señalar la ley de que se trate), que


establece .....................................
POR TANTO:
Al Juzgado, pido se sirva admitir este recurso de apelación, a efecto de
que el superior en grado lo examine y anule o revoque la sentencia de primera
instancia.
PR IM ER OTROSI DIGO: Que, sin perjuicio de lo señalado en el
principal, y con arreglo a lo previsto en los artículos 171 y 176 -primer párrafo-
del Código Procesal Civil, pido se declare la nulidad de todo lo actuado, porque
..............................(señalar los hechos configurantes de la causal de nulidad).
El (la) recurrente tiene interés para pedir la nulidad de todo lo actuado,
pues.....................................................................................................................................
El presente pedido de nulidad se basa, principalmente, en las siguientes
normas:
Artículo I del Título Preliminar del Código Procesal Civil, que
establece que toda persona tiene derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva para el ejercicio o defensa de sus derechos o intereses, con
sujeción a un debido proceso.
Artículo 171 del Código Procesal Civil, cuyo primer párrafo
prescribe que la nulidad se sanciona sólo por causa establecida en
la ley.
A rtículo.... del Código Procesal Civil, que dispone la nulidad de
lo actuado cuando.......................................................................................
Artículo 176 del Código Procesal Civil, en cuyo primer párrafo se
precisa que, sentenciado el proceso en primera instancia, sólo puede
ser alegada expresamente la nulidad en el escrito sustentatorio del
recurso de apelación.

SEGUNDO OTROSI DIGO: Que, acompaño los siguientes anexos:


l.A Fotocopia del D.N.I. del (de la) apelante.
l.B Tasa judicial por concepto de recurso de apelación de sentencia.

Ciudad,...................

Sello y firm a del letrado Firm a del (de la) apelante


462 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los A ctos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

MODELO DE SOLICITUD DE DECLARACION DE NULIDAD POR VICIO OCURRIDO


EN SEGUNDA INSTANCIA
Secretario : .......................
Expediente : .......................
Cuaderno : PRINCIPAL.
Escrito : Nro................
S olicita se declare n u lid ad por vicio
ocurrido en segunda in stan cia

A L A .... S A L A C IV IL D E L A C O R T E S U PER IO R DE JU S T IC IA D E .....

.........................., en los seguidos con (por)....................... sobre..................... ;


atentamente, digo:
Que, de acuerdo a lo normado en el artículo 176 -segundo párrafo- del
Código Procesal Civil, solicito se declare la nulidad de la notificación por
cédula (electrónica) de la resolución Nro....... , de fech a.........., en mérito a las
consideraciones de hecho y de derecho que paso a exponer:

I. H EC H O S Q U E C O N FIG U R A N L A C A U SA L D E N U L ID A D :

1.- Que, la resolución Nro........, de fech a ........, en la que se fija fecha


para la vista de la causa, no ha sido notificada al (a la) recurrente
con la anticipación debida, esto es, con la anticipación contemplada
en el primer (segundo) párrafo del artículo 375 del Código Procesal
Civil. Lo señalado se puede verificar del propio cargo de la cédula
de notificación de dicha resolución obrante en autos (o indicar, si
fuera el caso: "Lo señalado se puede verificar con el respectivo reporte de
envío de la notificación electrónica de la citada resolución judicial).
2.- Que, en atención a lo indicado precedentemente, el acto de la
notificación, al ser realizado en forma irregular, no cumple su
finalidad de poner en conocimiento de los interesados el contenido
de las resoluciones judiciales.
3.- Que, por consiguiente, debe la Sala Civil declarar la nulidad de la
notificación por cédula (electrónica) correspondiente a la resolución
Nro....... , de fecha....... , porque el citado acto procesal no reúne los
requisitos indispensables para la obtención de su finalidad.

II. IN TER ES PA R A P E D IR LA N U L ID A D :

El (la) recurrente tiene interés para pedir la nulidad, pues la notificación


por cédula (electrónica) objeto de impugnación me causa grave perjuicio
ya que afecta mi derecho a la tutela jurisdiccional efectiva y al debido
proceso, en especial si se tiene en consideración que la notificación tardía
de la resolución que señala fecha para la vista de la causa ha impedido al
Práctica Forense: Nulidad de los actos procesales 463

abogado patrocinante del (de la) recurrente preparar de modo adecuado


la defensa respectiva a través del correspondiente informe oral.

III. SU S T E N T O D EL PED ID O D E N U LID A D :

El presente pedido de nulidad se basa, principalmente, en la siguiente


normatividad:
Artículo I del Título Preliminar del Código Procesal Civil, que
dispone que toda persona tiene derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva para el ejercicio o defensa de sus derechos o intereses, con
sujeción a un debido proceso.
Artículo 155 del Código Procesal Civil, que establece que el acto
de la notificación tiene por objeto poner en conocimiento de los
interesados el contenido de las resoluciones judiciales, y que éstas
sólo producen efectos en virtud de notificación hecha con arreglo
a lo dispuesto en el citado cuerpo de leyes.
Artículo 171 del Código Procesal Civil, en cuyo primer párrafo se
precisa que la nulidad puede declararse cuando el acto procesal
careciera de los requisitos indispensables para la obtención de su
finalidad.
Artículo 176 del Código Procesal Civil, cuyo segundo párrafo
autoriza al interesado a formular nulidad por vicios ocurridos en
segunda instancia.

PORTANTO:

A la Sala Civil, pido se sirva tener por interpuesta la presente solicitud


de nulidad y, en su oportunidad, declararla fundada, anulando la notificación
impugnada por el (la) recurrente.
P R IM E R O T R O S I D IG O : Que, en correspondencia con lo expresado en
el principal, solicito que se señale nueva fecha para la realización de la vista de
la causa.
SE G U N D O O TR O S I D IG O : Que, acompaño el siguiente anexo:

*. A Tasa judicial por concepto de solicitud de nulidad de actos procesales.

Ciudad,...................

Sello y firm a del letrado Firm a del (de la) recu rren te
464 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los A ctos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

MODELO DE SOLICITUD DE DECLARACION DE NULIDAD DE CARACTER


INSUBSANABLE
Secretario : .......................
Expediente : .......................
Cuaderno : PRINCIPAL.
Escrito : Nro................
S o licita se d eclare n u lid a d d e au d ien cia
d e ........
A L ....... JU Z G A D O C IV IL D E .............

.........................., en los seguidos con (por)........................sobre..................... ;


atentamente, digo:
Que, de acuerdo a lo normado en los artículos 171 -primer párrafo- y V
-primer párrafo- del Título Preliminar del Código Procesal Civil, solicito se
declare la nulidad de la audiencia d e ............., desarrollada el d ía .... d e ..........
d e......, en mérito a las consideraciones de hecho y de derecho que paso a exponer:

I. H EC H O S Q U E C O N FIG U R A N L A C A U SA L D E N U L ID A D :

1.- Que, la audiencia d e ............. , efectuada el d ía..... d e .........d e ....... , no


ha sido dirigida en forma personal por el Juez sino por el auxiliar
jurisdiccional, según se aprecia del acta correspondiente en donde
aparece que la intervención del Juez en la referida audiencia
acontece recién al final.
2.- Que, en consecuencia, la aludida audiencia adolece de nulidad por
no haberse realizado ante el Juez del proceso, pese a disponerlo así
el artículo V del Título Preliminar del Código Procesal Civil.

II. IN T E R E S PA R A P E D IR L A N U L ID A D :

El (la) recurrente tiene interés para pedir la nulidad, pues la audiencia


d e ...........desarrollada irregularmente por el auxiliar jurisdiccional me
causa grave perjuicio ya que se afecta mi derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva y al debido proceso. Cabe indicar que, en atención a la naturaleza
insubsanable del vicio denunciado, no es necesario que la nulidad sea
peticionada por alguno de los justiciables, porque aquélla debe declararse
de oficio.

III. S U S T E N T O D EL PE D ID O D E N U LID A D :

El presente pedido de nulidad se basa, principalmente, en la siguiente


normatividad:
Artículo I del Título Preliminar del Código Procesal Civil, que dispone
que toda persona tiene derecho a la tutela jurisdiccional efectiva
P ráctica Forense: Nulidad de los actos procesales 465

para el ejercicio o defensa de sus derechos o intereses, con sujeción


a un debido proceso.
Artículo 171 del Código Procesal Civil, cuyo primer párrafo
prescribe que la nulidad se sanciona sólo por causa establecida en
la ley.
Artículo V del Título Preliminar del Código Procesal Civil, cuyo
primer párrafo señala que las audiencias se realizan ante el Juez,
siendo indelegables bajo sanción de nulidad.
Artículo 176 del Código Procesal Civil, cuyo último párrafo
establece que los Jueces sólo declararán de oficio las nulidades
insubsanables (como la que se denuncia a través de este escrito),
mediante resolución motivada, reponiendo el proceso al estado que
corresponda.

PO R TA N TO :

Al Juzgado, pido se sirva tener por planteada la presente nulidad y, en


su oportunidad, declararla fundada, anulando la audiencia d e ..........
O T R O S I D IG O : Que, acompaño el siguiente anexo:

*. A Tasa judicial por concepto de solicitud de nulidad de actos procesales.


Ciudad,...................

Sello y firma del letrado Firma del (de la) recurrente


466 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

111 MODELO DE SOLICITUD DE RESARCIMIENTO DE LOS DAÑOS CAUSADOS POR LA


NULIDAD PROCESAL
Secretario : .......................
Expediente : .......................
Cuaderno : PRINCIPAL.
Escrito : Nro................
Solicita resarcimiento por daños causados
p or n u lid ad procesal

A L ....... JU Z G A D O C IV IL DE ...............

......................... , en los seguidos con (por)........................sobre..................... ;


atentamente, digo:
Que, habiendo la resolución Nro....., de fecha........ , declarado la nulidad
d e ...........(señalar el acto procesal en cuestión), resolución que ha quedado firme,
y siendo el estado de la causa, de acuerdo a lo normado en la parte final del
artículo 177 del Código Procesal Civil, solicito al Juzgado que en la sentencia
respectiva se sirva ordenar a la parte contraria el resarcimiento de los daños
causados por la citada nulidad al (a la) recurrente.
POR TA N T O :
Al Juzgado, solicito se sirva tener presente lo expuesto y proveer conforme
se pide y de acuerdo a ley.

Ciudad,

Sello y firma del letrado Firma del (de la) recurrente


Práctica Forense: Nulidad de cosa juzgada fraudulenta 467

NULIDAD DE COSA JUZGADA FRAUDULENTA

mm DELO DE DEMANDA DE NULIDAD DE COSA JUZGADA FRAUDULENTA


INTERPUESTA POR PARTE PROCESAL CONTRA SENTENCIA EMITIDA EN
PROCESO SEGUIDO CON FRAUDE
Secretario : .......................
Expediente : .......................
Cuaderno : PRINCIPAL.
Escrito : Nro. 01.
Interpone demanda de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta

A L JU Z G A D O C IV IL D E ....................

.............................., identificado (a) con D.N.I. Nro.............., con dirección


domiciliaria en ........................., con domicilio procesal en ....................., con
domicilio procesal electrónico en la casilla electrónica...................; atentamente,
digo:

I. V IA P R O C E D IM E N T A L Y PETIT O R IO :

Que, en VIA DE PROCESO DE CONOCIMIENTO, interpongo demanda


de nulidad de cosa juzgada fraudulenta contra ............................ . con
domicilio e n ..................... , con la finalidad de que se declare la nulidad de
la sentencia, de fecha.........., emitida en el proceso que sobre............... ha
sido seguido entre aquél (aquélla) y el (la) accionante ante e l ..... Juzgado
Civil d e ...... , expediente Nro............ , Secretario (a )...............

II. C O M P E T E N C IA :

El Juzgado Civil d e ............. resulta competente para conocer del presente


proceso:
Porque, en aplicación del primer párrafo del artículo 475 del Código
Procesal Civil, los procesos de conocimiento (y el de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta lo es, según el primer párrafo del artículo 178
del Código Procesal Civil) se tramitan ante los Juzgados Civiles.
Porque cuando se demanda a una persona natural, es competente
el Juez del lugar de su domicilio, pues así lo dispone el artículo 14
-primer párrafo- del Código Procesal Civil.

III. FU N D A M E N T O S D E H EC H O :

1.- Que, el (la) demandado (a), Sr. (a ).................., y el (la) accionante


siguieron un proceso sobre ................, ante el ......Juzgado Civil
468 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

d e ...... , expediente Nro.......... , Secretario (a ).............. , proceso que


terminó con la sentencia, de fe c h a ....... , que adquirió la calidad
de cosa juzgada, después de agotarse los respectivos mecanismos
internos de impugnación contemplados por la ley.
2.- Que, en el proceso aludido en el punto anterior la contraparte obró
en forma fraudulenta, pues...... (señalar los actos u omisiones procesales
que configuran una conducta fraudulenta de la contraparte que influyó en
la decisión final). Cabe indicar que la anotada conducta fraudulenta
asumida por la parte contraria ha influido notoria y negativamente
(en perjuicio de los intereses de la parte demandante) en el sentido
del fallo que se impugna a través de este proceso de nulidad de
cosa juzgada fraudulenta.
3.- Que, la conducta fraudulenta adoptada por la parte contraria
en el referido proceso fue denunciada en forma oportunamente
por el (la) accionante, pero, pese a la gravedad de la situación, el
Juez de primera instancia como los órganos judiciales de grado
jerárquico superior desestimaron las denuncias correspondientes
planteadas concretamente mediante .......... (señalar los escritos o
recursos presentados oportunamente por el accionante y rechazados por
los distintos órganos judiciales).
4.- Que, atendiendo a lo señalado precedentemente, interpongo esta
demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, porque, al
haberse seguido con fraude (imputable a la contraparte) el proceso
aludido en el punto 1, la sentencia definitiva emitida en tal proceso
debe declararse nula en vía de acción, en aplicación de lo previsto
en nuestra legislación procesal nacional.

IV . I N T E R E S P A R A P E D IR L A N U L ID A D D E C O S A JU Z G A D A
FR A U D U LE N T A :

El (la) accionante tiene interés para demandar la nulidad de cosa juzgada


fraudulenta, pues se ha afectado mi derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva y al debido proceso al emitirse una sentencia en un proceso seguido
con fraude imputable a la parte contraria, resolución que perjudica mis
intereses de carácter económico, ya que me ha condenado injusta e
irregularmente a ..................

V. F U N D A M E N T A C IO N JU R ID IC A :

Mi petitorio se funda en lo normado en los siguientes preceptos legales:


Artículo I del Título Preliminar del Código Procesal Civil, que
dispone que toda persona tiene derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva para el ejercicio o defensa de sus derechos o intereses, con
sujeción a un debido proceso.
Práctica Forense: Nulidad de cosa juzgada fraudulenta 469

Artículo 178 del Código Procesal Civil, de cuyo primer párrafo


se infiere que puede demandarse, a través de un proceso de
conocimiento, la nulidad de una sentencia que pone fin al proceso,
alegando que éste se ha seguido con fraude, afectando el derecho a
un debido proceso, cometido por una (como es en el presente caso),
o por ambas partes, o por el Juez o por éste y aquéllas.
Artículo 178 del Código Procesal Civil, cuyo segundo párrafo
establece que puede demandar la nulidad (de cosa juzgada
fraudulenta) la parte que se considere directamente agraviada con
la sentencia.

VI. M ED IO S PR O B A TO R IO S:

Ofrezco el mérito de los medios de prueba que se cita a continuación:


1.- Expediente Nro.................... , correspondiente al proceso fenecido
que so b re........................ fue seguido entre el (la) demandado (a),
Sr. (a) ...................... , y el (la) accionante, por ante e l ........Juzgado
Civil d e ........ , Secretario (a )................... , cuya exicUmcia demuestro
con la copia certificada (simple) de la sentencia definitiva, de
fecha ..........., recaída en el aludido proceso. Con tal expediente
pruebo la conducta fraudulenta asumida por el (la) demandado (a), a
la que se hace mención en el punto 2 del rubro III («Fundamentos de
hecho») de esta demanda; así como también demuestro las distintas
denuncias e impugnaciones efectuadas en tiempo oportuno por
el (la) recurrente acerca de los actos fraudulentos que cometiera
la contraparte.
2.- .................. (señalar el medio probatorio de que se trate); con el (la) cual
pruebo que la parte contraria obró en forma fraudulenta cuando
....................(señalar el hecho que representa el obrar fraudulento).
PO R TA N TO :
Al Juzgado, pido se sirva tener por interpuesta esta demanda y darle el
trámite que a su naturaleza corresponde, conforme a mi derecho y de acuerdo
a ley.
P R IM E R O T R O S I D IG O : Que, delego las facultades generales de
representación, a que se contrae el artículo 80 del Código Procesal Civil, al (a la)
Dr. ( a ) ......................., con Reg............... , y declaro estar instruido (a) sobre sus
alcances. En lo que concierne al domicilio del (de la) representado (a), requisito
exigible para la representación judicial por abogado, cumplo con indicar que
está señalado en la parte introductoria de esta demanda.
S E G U N D O O TR O SI D IG O : Que, autorizo a los (as) señores (as)...........,
identificado (a) conD.N.I. Nro............ , y .................... , identificado (a) conD.N.I.
Nro............., para efectuar los actos de procuraduría que sean pertinentes en
470 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

el presente proceso, como son el revisar el expediente, sacar copias, copias


certificadas, gestionar y recoger oficios, notificaciones, recoger anexos, entre
otros.
T E R C E R O TR O SI D IG O : Que, pido al Juzgado se sirva notificar esta
demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta al procurador de los asuntos
judiciales del Poder Judicial, a la dirección que se indica seguidamente:............
C U A R T O O TR O S I D IG O : Que, pido al Juzgado se oficie (notifique
electrónicamente) a la respectiva dependencia judicial con el objeto de que
proceda a remitir el expediente Nro............ , referido al proceso fenecido que
sobre................fue seguido entre el (la) demandado (a), Sr. (a )......................... y
el (la) recurrente, por ante e l .......Juzgado Civil d e .......... , Secretario (a ).............
Q U IN T O O TR O S I D IG O : Que, acompaño los siguientes anexos:

l.A Tasa judicial por concepto de ofrecimiento de pruebas.


l.B Fotocopia del D.N.I. del (de la) accionante.
l.C Copia certificada (simple) de la sentencia definitiva, de fecha...... ,
emitida en el proceso fenecido que so b re................... fue seguido
entre el (la) demandado (a), Sr. (a) ................. y el (la) recurrente,
por ante e l ........ Juzgado Civil d e .......... , expediente Nro............ ,
Secretario (a )..............
l.D ..............(señalar el medio de prueba que acredite la conducta fraudulenta
de la parte contraria).

Ciudad,

Sello y firma del letrado Firma del (de la) demandante


Práctica Forense: Nulidad de cosa juzgada fraudulenta 471

fjM MODELO DE DEMANDA DE NULIDAD DE COSA JUZGADA FRAUDULENTA


INTERPUESTA POR TERCERO AJENO AL PROCESO CONTRA SENTENCIA EMITIDA
EN PROCESO SEGUIDO CON FRAUDE
Secretario : .......................
Expediente : .......................
Cuaderno : PRINCIPAL.
Escrito : Nro. 01.
In terp o n e d e m a n d a d e n u lid a d d e co sa
ju z g a d a fra u d u le n ta
AL JU Z G A D O C IV IL D E ...................

.............................., identificado (a) con D.N.I. Nro............. , con dirección


domiciliaria e n ...................., con domicilio procesal e n ..................., con domicilio
procesal electrónico en la casilla electrónica....................; atentamente, digo:

I. V IA P R O C E D IM EN T A L Y PETIT O R IO :

Que, en VIA DE PROCESO DE CONOCIMIENTO, interpongo demanda


de nulidad de cosa juzgada fraudulenta contra ............................ , con
domicilio en ....................... , y contra ....................... , con domicilio en
............................. , con la finalidad de que se declare la nulidad de la
sentencia, de fecha......... , emitida en el proceso que sobre.............. ha sido
seguido entre aquéllos (as) ante e l ..... Juzgado Civil d e ....... , expediente
Nro............, Secretario (a )...............

II. C O M P E T E N C IA :

El Juzgado Civil de ............. es competente para conocer del presente


proceso:
Porque, en aplicación del primer párrafo del artículo 475 del Código
Procesal Civil, los procesos de conocimiento (y el de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta lo es, según el primer párrafo del artículo 178
del Código Procesal Civil) se tramitan ante los Juzgados Civiles.
Porque, siendo dos o más los demandados, es competente el Juez
del lugar del domicilio de cualquiera de ellos, pues así lo dispone
el artículo 15 del Código Procesal Civil.

III. FU N D A M E N T O S D E H EC H O :

1.- Que, el (la) codemandado (a), Sr. (a ).................., inició un proceso


de .................. contra el (la) codemandado (a), Sr. (a) ................... ,
ante e l ............Juzgado Civil d e ............., expediente Nro................. ,
Secretario (a) .............., proceso que terminó con la sentencia, de
fech a....... , que adquirió la calidad de cosa juzgada.
472 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

2. - Que, en el proceso aludido en el punto anterior el (la) codemandado (a),


Sr. (a) ................................ , obró en forma fraudulenta, pues, al
ser demandado (a) como poseedor (a) del inmueble ubicado
e n .............. , no cumplió con manifestar en su escrito de contestación
de demanda, de fecha......., que carece de la calidad de poseedor (a)
del referido bien objeto de litigio y que simplemente lo tiene en
nombre de otro, esto es, en nombre del (de la) accionante, lo cual
hubiera generado el llamamiento posesorio respectivo regulado en
el artículo 105 del Código Procesal Civil.
3.- Que, cabe indicar que el obrar fraudulento adoptado en el
mencionado proceso por el (la) codemandado (a), Sr. (a )................. ,
fue denunciado en tiempo oportuno por el (la) accionante, pero,
pese a la gravedad de la situación, el Juez de primera instancia y
los órganos judiciales de grado jerárquico superior desestimaron
las denuncias correspondientes planteadas concretamente mediante
..........(señalar los escritos o recursos presentados en form a oportuna por
el accionante y rechazados por los órganos judiciales).
4.- Que, atendiendo a lo señalado precedentemente, interpongo esta
demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, porque, al
haberse seguido con fraude el proceso aludido en el punto 1, la
sentencia emitida de dicho proceso debe declararse nula en vía de
acción, en aplicación de lo dispuesto en nuestra legislación procesal
nacional.

IV. IN T E R E S P A R A P E D IR L A N U L ID A D D E C O S A JU Z G A D A
FR A U D U LE N T A :

El (la) accionante tiene interés para demandar la nulidad de cosa juzgada


fraudulenta, pues se ha afectado mi derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva y al debido proceso al emitirse una sentencia en un proceso
seguido con fraude imputable al (a la) codemandado (a), Sr. (a)................. ,
resolución que perjudica mis intereses de carácter económico, porque......

V. F U N D A M E N T A C IO N JU R ID IC A :

Mi petitorio se funda en lo normado en los siguientes preceptos legales:


Artículo I del Título Preliminar del Código Procesal Civil, que
dispone que toda persona tiene derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva para el ejercicio o defensa de sus derechos o intereses, con
sujeción a un debido proceso.
Artículo 178 del Código Procesal Civil, de cuyo primer párrafo
se colige que puede demandarse, a través de un proceso de
conocimiento, la nulidad de una sentencia que pone fin al proceso,
alegando que éste se ha seguido con fraude, afectando el derecho a
P ráctica Forense: Nulidad de cosa juzgada fraudulenta 473

un debido proceso, cometido por una (como es en el presente caso),


o por ambas partes, o por el Juez o por éste y aquéllas.
Artículo 178 del Código Procesal Civil, cuyo segundo párrafo prescribe
que puede demandar la nulidad (de cosa juzgada fraudulenta) el
tercero ajeno al proceso que se considere directamente agraviado
con la sentencia.
Artículo 105 del Código Procesal Civil, que trata acerca del
llamamiento posesorio y cuyo primer párrafo establece que, quien
teniendo un bien en nombre de otro, es demandado como poseedor
de él, debe expresarlo en la contestación de la demanda, precisando
el domicilio del poseedor.

VI. M E D IO S P R O B A T O R IO S :

Ofrezco el mérito del siguiente medio de prueba:


1.- Expediente Nro.............., correspondiente al proceso fenecido que
sobre ........................fue seguido entre los (as) demandados (as),
Sres. (as)...................... y ..................... , por ante e l ........Juzgado Civil
d e ........., Secretario (a )................... , cuya existencia pruebo con la
copia certificada (simple) de la sentencia definitiva, de fecha.......... ,
emitida en el aludido proceso. Con tal expediente demuestro
la conducta fraudulenta asumida por el (la) codemandado (a),
Sr. (a) ..........................., a la que se hace mención en el punto 2 del
rubro III («Fundamentos de hecho») de esta demanda; con el
citado expediente se acredita, además, las distintas denuncias e
impugnaciones realizadas en tiempo oportuno por el (la) recurrente
en relación con la referida conducta fraudulenta.
PO RTA N TO :

Al Juzgado, pido se sirva tener por interpuesta esta demanda y darle el


trámite que a su naturaleza corresponde, conforme a mi derecho y de acuerdo
a ley.
P R IM E R O T R O S I D IG O : Que, delego las facultades generales de
representación, a que se contrae el artículo 80 del Código Procesal Civil, al (a la)
Dr. (a) ...................... , con Reg............... , y declaro estar instruido (a) sobre sus
alcances. En lo que concierne al domicilio del (de la) representado (a), requisito
exigible para la representación judicial por abogado, cumplo con indicar que
está señalado en la parte introductoria de esta demanda.
S E G U N D O O T R O S I D IG O : Que, autorizo a los (as) señores (as)..........,
identificado (a) con D.N.I. Nro............ , y ................... , identificado (a) con D.N.I.
Nro............. , para efectuar los actos de procuraduría que sean pertinentes en
el presente proceso, como son el revisar el expediente, sacar copias, copias
certificadas, gestionar y recoger oficios, notificaciones, recoger anexos, entre otros.
474 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

TERCER OTROSI DIGO: Que, pido al Juzgado se sirva notificar esta


demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta al procurador de los asuntos
judiciales del Poder Judicial, a la dirección que se indica seguidamente:..............
CUARTO OTROSI DIGO: Que, pido al Juzgado se oficie (notifique
electrónicamente) a la respectiva dependencia judicial con el objeto de que
proceda a remitir el expediente Nro............ , referido al proceso fenecido que
sobre................fue seguido entre el (la) demandado (a), Sr. (a )........................, y
el (la) recurrente, por ante e l ...... Juzgado Civil d e ..........., Secretario (a).............
QUINTO OTROSI DIGO: Que, acompaño los siguientes anexos:
l.A Tasa judicial por concepto de ofrecimiento de pruebas.
l.B Fotocopia del D.N.I. del (de la) accionante.
l.C Copia certificada (simple) de la sentencia definitiva, de fech a...... ,
emitida en el proceso fenecido que so b re................... fue seguido
entre los (as) demandados (as), Sres. (as) ................y .....................,
por ante e l ........ Juzgado Civil d e .......... , expediente Nro.
Secretario (a )..............

Ciudad,

Sello y firma del letrado Firma del (de la) demandante


Práctica Forense: Nulidad de cosa juzgada fraudulenta 475

10DEL0 DE DEMANDA DE NULIDAD DE COSA JUZGADA FRAUDULENTA


- INTERPUESTA POR PARTE PROCESAL CONTRA ACUERDO CONCILIATORIO
REALIZADO EN PROCESO SEGUIDO CON FRAUDE
Secretario : .......................
Expediente : .......................
Cuaderno : PRINCIPAL.
Escrito : Nro. 01.
In te rp o n e d e m a n d a de n u lid a d de co sa
ju z g a d a fra u d u le n ta
AL JUZGADO CIVIL DE .................

.............................., identificado (a) con D.N.I. Nro.............. , con dirección


domiciliaria en ........................., con domicilio procesal en ..................... , con
domicilio procesal electrónico en la casilla electrónica.................. ; atentamente,
digo:

I. VIA PROCEDIMENTAL Y PETITORIO:


Que, en VIA DE PROCESO DE CONOCIMIENTO, interpongo demanda
de nulidad de cosa juzgada fraudulenta contra ........... ................ , con
domicilio en ..........................., y contra ............................ , con domicilio
e n ..................... , con la finalidad de que se declare la nulidad del acuerdo
conciliatorio, homologado por el Juez y obrante en acta de fech a ......... ,
recaído en el proceso que sobre.............. ha sido seguido entre aquéllos (as)
y el (la) accionante ante el ........ Juzgado Civil de ..........., expediente
Nro............, Secretario (a )...............

II. COMPETENCIA:
El Juzgado Civil de ............. es competente para conocer del presente
proceso:
Porque, en aplicación del primer párrafo del artículo 475 del Código
Procesal Civil, los procesos de conocimiento (y el de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta lo es, según el primer párrafo del artículo 178
del Código Procesal Civil) se tramitan ante los Juzgados Civiles.
Porque, siendo dos o más los demandados, es competente el Juez
del lugar del domicilio de cualquiera de ellos, pues así lo dispone
el artículo 15 del Código Procesal Civil.

III. FUNDAMENTOS DE HECHO:


1.- Que, los (as) demandados (as), Sres. (as).................... y ................... ,
y el (la) accionante siguieron un proceso so b re.................... , ante
e l.....Juzgado Civil d e......, expediente Nro........, Secretario (a)
476 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

proceso al que se le puso fin con el acuerdo conciliatorio, homologado


por el Juez, obrante en acta de fech a......... , acuerdo en el que sólo
intervinieron aquéllos (aquéllas) y no el (la) accionante.
2.- Que, en el proceso aludido en el punto anterior los (as) demandados (as),
aprovechando la temporal ausencia del país del (de la) accionante,
obraron en forma fraudulenta al realizar una conciliación en virtud
de la cual se declaró concluido tal proceso pese a no intervenir en
el respectivo acuerdo conciliatorio el (la) demandante.
3.- Que, cabe indicar que la conducta fraudulenta adoptada por los (as)
demandados (as) en el referido proceso fue denunciada en tiempo
oportuno por el (la) accionante, pero, pese a la gravedad de la
situación, el Juez de primera instancia y los órganos judiciales
de grado jerárqu ico superior desestim aron las denuncias
correspondientes planteadas concretamente mediante......... (señalar
los escritos o recursos presentados oportunamente por la parte demandante
y rechazados por los órganos judiciales).
4.- Que, atendiendo a lo señalado precedentemente, interpongo esta
demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, porque, al
haberse seguido con fraude (imputable a los/las demandados/as)
el proceso aludido en el punto 1, el acuerdo conciliatorio con el que
concluyó el citado proceso (y con el que se materializó el fraude que
se denuncia) debe declararse nulo en vía de acción, en aplicación
de lo dispuesto en nuestra legislación procesal.

IV. INTERES PARA PEDIR LA NULIDAD DE COSA JUZG AD A


FRAUDULENTA:
El (la) accionante tiene interés para demandar la nulidad de cosa juzgada
fraudulenta, pues se ha afectado mi derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva y al debido proceso al declararse la conclusión de un proceso
en virtud de un acuerdo conciliatorio en el que no he intervenido pese
a ser parte procesal, acuerdo que perjudica mis intereses de carácter
económico, porque en él se ha establecido en forma indebida e irregular
q u e ..........................

V. FUNDAMENTACION JURIDICA:
Mi petitorio se funda en lo normado en los siguientes preceptos legales:
Artículo I del Título Preliminar del Código Procesal Civil, que
dispone que toda persona tiene derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva para el ejercicio o defensa de sus derechos o intereses, con
sujeción a un debido proceso.
Artículo 178 del Código Procesal Civil, de cuyo primer párrafo se
colige que puede demandarse, a través de un proceso de conocimiento,
Práctica Forense: Nulidad de cosa juzgada fraudulenta 477

la nulidad del acuerdo de las partes homologado por el Juez que


pone fin al proceso, alegando que éste se ha seguido con fraude,
afectando el derecho a un debido proceso, cometido por una, o por
ambas partes, o por el Juez o por éste y aquéllas.
Artículo 178 del Código Procesal Civil, cuyo segundo párrafo
prescribe que puede demandar la nulidad (de cosa juzgada
fraudulenta) la parte que se considere directamente agraviada con
la sentencia (entiéndase acuerdo conciliatorio en el presente caso).
Artículo 327 del Código Procesal Civil, cuyo último párrafo
establece que, si la conciliación presentada al Juez es parcial y ella
recae sobre alguna de las pretensiones o se refiere a alguno o algunos
de los litigantes, el proceso continuará respecto de las pretensiones
o de las personas no afectadas (lo que no ha ocurrido en el proceso
fraudulento, porque el/la recurrente, pese a ser también parte en tal
proceso, no ha intervenido en el acuerdo conciliatorio cuya nulidad
se pide por haber puesto fin en forma indebida e irregular al citado
proceso).

VI. MEDIOS PROBATORIOS:


Ofrezco el mérito del siguiente medio de prueba:
1.- Expediente Nro............, correspondiente al proceso fenecido que
sobre .................... fue seguido entre los (as) demandados (as),
Sres. (as) ...................... y ......................... , y el (la) demandante, por
ante el ........ Juzgado Civil de ........., Secretario (a) .................... ,
cuya existencia pruebo con la copia certificada (simple) del acta
de conciliación, de fech a............, recaída en dicho proceso. Con el
aludido expediente demuestro la conducta fraudulenta asumida
por los (as) demandados (as), a la que se hace mención en el punto
2 del rubro III («Fundamentos de hecho») de esta demanda; con el
indicado expediente acredito, asimismo, las distintas denuncias e
impugnaciones realizadas en tiempo oportuno por el (la) recurrente
con relación al acuerdo conciliatorio que puso fin al proceso y en donde
se puede apreciar el fraude cometido por los (as) demandados (as).

PORTANTO:
Al Juzgado, pido se sirva tener por interpuesta la presente demanda y
darle el trámite que a su naturaleza corresponde, conforme a mi derecho y de
acuerdo a ley.

PRIMER OTROSI DIGO: Oue, delego las facultades generales de


representación, a que se contrae el artículo 80 del Código Procesal Civil, al (a la)
Dr. (a) ...................... , con Reg............... , y declaro estar instruido (a) sobre sus
alcances. En lo que concierne al domicilio del (de la) representado (a), requisito
478 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

exigible para la representación judicial por abogado, cumplo con indicar que
está señalado en la parte introductoria de esta demanda.
SEGUNDO OTROSI DIGO: Que, autorizo a los (as) señores (as)..........,
identificado (a) con D.N.I. Nro............., y .................... , identificado (a) con D.N.I.
Nro............. , para efectuar los actos de procuraduría que sean pertinentes en
el presente proceso, como son el revisar el expediente, sacar copias, copias
certificadas, gestionar y recoger oficios, notificaciones, recoger anexos, entre
otros.
TERCER OTROSI DIGO: Que, pido al Juzgado se sirva notificar esta
demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta al procurador de los asuntos
judiciales del Poder Judicial, a la dirección que se indica seguidamente:.............
CUARTO OTROSI DIGO: Que, pido al Juzgado se oficie (notifique
electrónicamente) a la respectiva dependencia judicial con el objeto de que
proceda a remitir el expediente Nro............, referido al proceso fenecido que
sobre................ fue seguido entre el (la) demandado (a), Sr. (a )....................... , y
el (la) recurrente, por ante e l ...... Juzgado Civil d e ..........., Secretario (a).............
QUINTO OTROSI DIGO: Que, acompaño los siguientes anexos:
l.A Tasa judicial por concepto de ofrecimiento de pruebas.
l.B Fotocopia del D.N.I. del (de la) accionante.
l.C Copia certificada (simple) del acta de conciliación, de fech a ...... ,
recaída en el proceso fenecido que sobre..................fue seguido entre
los (as) demandados (as), Sres. (a s).................. y ................. , y el (la)
accionante, por ante el ...... Juzgado Civil de .......... , expediente
Nro............, Secretario (a )..............

Ciudad,

Sello y firma del letrado Firma del (de la) demandante


Práctica Forense: Nulidad de cosa juzgada fraudulenta 479

28 . MODELO DE DEMANDA DE NULIDAD DE COSA JUZGADA FRAUDULENTA


INTERPUESTA POR TERCERO AJENO AL PROCESO CONTRA ACUERDO
CONCILIATORIO REALIZADO EN PROCESO SEGUIDO CON FRAUDE
Secretario : .......................
Expediente : .......................
Cuaderno : PRINCIPAL.
Escrito : Nro. 01.
Interpone demanda de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta

AL JUZGADO CIVIL DE .................

.............................., identificado (a) con D.N.I. Nro.............. , con dirección


domiciliaria en ........................, con domicilio procesal en ..................... , con
domicilio procesal electrónico en la casilla electrónica....................; atentamente,
digo:

I. VIA PROCEDIMENTAL Y PETITORIO:


Que, en VIA DE PROCESO DE CONOCIMIENTO, interpongo demanda
de nulidad de cosa juzgada fraudulenta contra ............................, con
domicilio en ....................... , y contra ........................, con domicilio en
..................... , con la finalidad de que se declare la nulidad del acuerdo
conciliatorio, homologado por el Juez y obrante en acta, de fech a ......... ,
recaída en el proceso que sobre.............. ha sido seguido entre aquéllos (as)
ante e l ..... Juzgado Civil d e ........, expediente Nro............ , Secretario (a)

II. COMPETENCIA:
El Juzgado Civil de ............ es competente para conocer del presente
proceso:
Porque, en aplicación del primer párrafo del artículo 475 del Código
Procesal Civil, los procesos de conocimiento (y el de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta lo es, según el primer párrafo del artículo 178
del Código Procesal Civil) se tramitan ante los Juzgados Civiles.
Porque, siendo dos o más los demandados, es competente el Juez
del lugar del domicilio de cualquiera de ellos, pues así lo dispone
el artículo 15 del Código Procesal Civil.

III. FUNDAMENTOS DE HECHO:


1.- Que, el (la) codemandado (a), Sr. ( a ) .................., inició un proceso
de .................. contra el (la) codemandado (a), Sr. (a) ................... ,
ante el ..........Juzgado Civil de ............., expediente Nro...............,
480 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

Secretario (a) ................, proceso que terminó con el acuerdo


conciliatorio, homologado por el Juez y obrante en el acta, de
fech a ...... , el cual adquirió la calidad de cosa juzgada.
2.- Que, en el proceso aludido en el punto anterior el (la) codemandado (a),
Sr. (a) ............... ...... , obró en forma fraudulenta, pues, al ser
dem andado (a) com o poseedor (a) del inm ueble ubicado
en ........................, no cumplió con manifestar en su escrito de
contestación de demanda, de fech a..... que no reviste la calidad
de poseedor (a) de tal bien objeto de litigio y que simplemente lo
tiene en nombre de otro, esto es, en nombre del (de la) recurrente,
lo que hubiera dado lugar al llamamiento posesorio respectivo a
que se refiere el artículo 105 del Código Procesal Civil.
3.- Que, pese a no efectuarse el llamamiento posesorio y no ser el (la)
codemandado (a), Sr. (a )..................... , titular de la relación jurídica
debatida en el proceso, se produjo un acuerdo conciliatorio indebido
e irregular -por la participación de este (a) último (a)- que puso fin
a dicho proceso.
4.- Que, cabe indicar que la conducta fraudulenta adoptada en el
mencionado proceso por el (la) codemandado (a), Sr. (a ).................,
fue denunciada en tiempo oportuno por el (la) accionante, pero,
pese a la gravedad de la situación, el Juez de primera instancia y
los órganos judiciales de grado jerárquico superior desestimaron
las denuncias correspondientes planteadas concretamente mediante
..........(señalar los escritos o recursos presentados oportunamente por el
accionante y rechazados por los órganos judiciales).
5.- Que, atendiendo a lo señalado precedentemente, interpongo esta
demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, porque, al
haberse seguido con fraude el proceso aludido en el punto 1, el
acuerdo conciliatorio que se produjo en tal proceso debe declararse
nulo en vía de acción, en aplicación de lo previsto en nuestra
legislación procesal.

IV. IN TERES PARA P E D IR LA NULIDAD DE COSA JUZG ADA


FRAUDULENTA:
El (la) accionante tiene interés para demandar la nulidad de cosa juzgada
fraudulenta, pues se ha afectado mi derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva y al debido proceso al no permitírseme intervenir en el litigio
en calidad de parte demandada, no obstante tener la condición de titular
(poseedor/a) de la relación jurídica debatida en el proceso, y al realizarse
un acuerdo conciliatorio indebido e irregular por no participar el (la)
accionante en el referido acuerdo y por intervenir en él quien no era
poseedor del bien litigioso en cuya virtud fue demandado, todo lo cual
P ráctica Forense: Nulidad de co sa juzgada fraudulenta 481

me ha afectado incluso económicamente, pues en el acuerdo conciliatorio


aludido se ha establecido q u e .......... .................................................................

V. FUNDAMENTACION JURIDICA:
Mi petitorio se funda en lo normado en los siguientes preceptos legales:
Artículo I del Título Preliminar del Código Procesal Civil, que
dispone que toda persona tiene derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva para el ejercicio o defensa de sus derechos o intereses, con
sujeción a un debido proceso.
Artículo 178 del Código Procesal Civil, de cuyo primer párrafo
se colige que puede demandarse, a través de un proceso de
conocimiento, la nulidad del acuerdo de las partes homologado
por el Juez que pone fin al proceso, alegando que éste se ha seguido
con fraude, afectando el derecho a un debido proceso, cometido
por una (como es en el presente caso), o por ambas partes, o por el
Juez o por éste y aquéllas.
Artículo 178 del Código Procesal Civil, cuyo segundo párrafo
prescribe que puede demandar la nulidad (de cosa juzgada fraudulenta)
el tercero ajeno al proceso que se considere directamente agraviado
con la sentencia (entiéndase acuerdo conciliatorio en el presente
caso).
Artículo 105 del Código Procesal Civil, que trata acerca del
llamamiento posesorio y en cuyo primer párrafo se dispone que,
quien teniendo un bien en nombre de otro, es demandado como
poseedor de él, debe expresarlo en la contestación de la demanda,
precisando el domicilio del poseedor.

VI. MEDIOS PROBATORIOS:


Ofrezco el mérito del siguiente medio de prueba:
l.~ Expediente Nro............., correspondiente al proceso fenecido que
sobre.................. fue seguido entre los (as) demandados (as), Sres. (as)
......................... y ......................., por ante el ........ Juzgado Civil
d e ........., Secretario (a) ................... , cuya existencia pruebo con la
copia certificada (simple) del acta de conciliación, de fech a .......... ,
recaída en el aludido proceso. Con tal expediente demuestro la
conducta fraudulenta asumida por el (la) codemandado (a), Sr. (a)
..................... , a la que se hace mención en los puntos 2 y 3 del
rubro III («Fundamentos de hecho») de esta demanda; con el
referido expediente se acredita, además, las distintas denuncias e
impugnaciones realizadas en tiempo oportuno por el (la) recurrente
respecto de la mencionada conducta fraudulenta.
482 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los A ctos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

POR TANTO:
Al Juzgado, pido se sirva tener por interpuesta la presente demanda y
darle el trámite que a su naturaleza corresponde, conforme a mi derecho y de
acuerdo a ley.
PRIMER OTROSI DIGO: Que, delego las facultades generales de
representación, a que se contrae el artículo 80 del Código Procesal Civil, al (a la)
Dr. (a )...................... . con Reg............... , y declaro estar instruido (a) sobre sus
alcances. En lo que concierne al domicilio del (de la) representado (a), requisito
exigióle para la representación judicial por abogado, cumplo con indicar que
está señalado en la parte introductoria de esta demanda.
SEGUNDO OTROSI DIGO: Que, autorizo a los (as) señores (as)
..................... , identificado (a) conD.N.I. Nro............ , y ................... , identificado (a)
con D.N.I. Nro.............., para efectuar los actos de procuraduría que sean
pertinentes en el presente proceso, como son el revisar el expediente, sacar
copias, copias certificadas, gestionar y recoger oficios, notificaciones, recoger
anexos, entre otros.
TERCER OTROSI DIGO: Que, pido al Juzgado se sirva notificar esta
demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta al procurador de los asuntos
judiciales del Poder Judicial, a la dirección que se indica seguidamente:..............
CUARTO OTROSI DIGO: Que, pido al Juzgado se oficie (notifique
electrónicamente) a la respectiva dependencia judicial con el objeto de que
proceda a remitir el expediente Nro............, referido al proceso fenecido que
sobre................fue seguido entre el (la) demandado (a), Sr. (a )........................, y
el (la) recurrente, por ante e l ...... Juzgado Civil d e ..........., Secretario (a).............
QUINTO OTROSI DIGO: Que, acompaño los siguientes anexos:
l.A Tasa judicial por concepto de ofrecimiento de pruebas.
l.B Fotocopia del D.N.I. del (de la) accionante.
l.C Copia certificada (simple) del acta de conciliación, de fe ch a ...... ,
recaída en el proceso fenecido que so b re................... fue seguido
entre los (as) demandados (as), Sres. (as) ................y .....................,
por ante e l ........ Juzgado Civil d e .......... , expediente Nro............ ,
Secretario (a )..............

Ciudad,

Sello y firma del letrado Firma del (de la) demandante


Práctica Forense: Nulidad de cosa juzgada fraudulenta 483

29 MODELO DE DEMANDA DE NULIDAD DE COSA JUZGADA FRAUDULENTA


INTERPUESTA POR PARTE PROCESAL CONTRA TRANSACCION REALIZADA EN
PROCESO SEGUIDO CON FRAUDE
Secretario : .......................
Expediente : .......................
Cuaderno : PRINCIPAL.
Escrito : Nro. 01.
In te rp o n e d e m a n d a d e n u lid a d de cosa
ju z g a d a fra u d u le n ta
AL JUZGADO CIVIL DE .................

............................. , identificado (a) con D.N.I. Nro.............. , con dirección


domiciliaria en ........................., con domicilio procesal en ....................., con
domicilio procesal electrónico en la casilla electrónica................... ; atentamente,
digo:

I. VIA PROCEDIMENTAL Y PETITORIO:


Que, en VIA DE PROCESO DE CONOCIMIENTO, interpongo demanda
de nulidad de cosa juzgada fraudulenta contra ............................ , con
domicilio en .......................... , y contra .............................., con domicilio
e n ................, con la finalidad de que se declare la nulidad de la transacción
judicial, de fecha........ , homologada por el Juez, recaída en el proceso que
sobre...............ha sido seguido entre aquéllos (as) y el (la) accionante ante
e l..... Juzgado Civil d e ....... , expediente Nro........... , Secretario (a )...............

II. COMPETENCIA:
El Juzgado Civil de ............. es competente para conocer del presente
proceso:
Porque, en aplicación del primer párrafo del artículo 475 del Código
Procesal Civil, los procesos de conocimiento (y el de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta lo es, según el primer párrafo del artículo 178
del Código Procesal Civil) se tramitan ante los Juzgados Civiles.
Porque, siendo dos o más los demandados, es competente el Juez
del lugar del domicilio de cualquiera de ellos, pues así lo dispone
el artículo 15 del Código Procesal Civil.

III. FUNDAMENTOS DE HECHO:


1.- Que, los (as) demandados (as), Sres. (as)................... y ..................., y
el (la) demandante siguieron un proceso sobre................, ante e l.....
Juzgado Civil d e ...... , expediente Nro......... , Secretario (a ).............. ,
proceso al que se le puso término con la transacción judicial, de
484 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

fecha ......., homologada por el Juez, transacción en la que sólo


intervinieron aquéllos (as) y no el (la) accionante.
2.- Que, en el proceso aludido en el punto an terior los (as)
demandados (as), aprovechando la temporal ausencia del país del
(de la) accionante, obraron en forma fraudulenta al efectuar una
transacción en cuyo mérito se declaró concluido tal proceso no
obstante no intervenir en ella el (la) accionante.
3.- Que, cabe indicar que la conducta fraudulenta adoptada por los (as)
demandados (as) en el referido proceso fue denunciada en tiempo
oportuno por el (la) accionante, pero, pese a la gravedad de la situación,
el Juez de primera instancia y los órganos judiciales de grado jerárquico
superior desestimaron las denuncias correspondientes planteadas
concretamente m ediante ........... (señalar los escritos o recursos
presentados oportunamente por la parte demandante y rechazados por
los órganos judiciales).
4.- Que, atendiendo a lo señalado precedentemente, interpongo esta
demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, porque, al
haberse seguido con fraude (imputable a los/las demandados/as)
el proceso aludido en el punto 1, la transacción judicial con la que
concluyó el citado proceso (y con el que se materializó el fraude que
se denuncia) debe declararse nula en vía de acción, en aplicación
de lo dispuesto en nuestra legislación procesal.

IV. INTERES PARA PED IR LA NULIDAD DE COSA JUZG ADA


FRAUDULENTA:
El (la) accionante tiene interés para demandar la nulidad de cosa juzgada
fraudulenta, pues se ha afectado mi derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva y al debido proceso al declararse la conclusión de un proceso
en virtud de una transacción judicial en la que no he intervenido no
obstante ser parte procesal, transacción que perjudica los intereses de
carácter económico del (de la) recurrente, porque en ella se ha establecido
indebida e irregularmente q u e............................................................................

V. FUNDAMENTACION JURIDICA:
Mi petitorio se funda en lo normado en los siguientes preceptos legales:
Artículo I del Título Preliminar del Código Procesal Civil, que
dispone que toda persona tiene derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva para el ejercicio o defensa de sus derechos o intereses, con
sujeción a un debido proceso.
Artículo 178 del Código Procesal Civil, de cuyo primer párrafo se
colige que puede demandarse, a través de un proceso de conocimiento,
la nulidad del acuerdo de las partes homologado por el Juez que
Práctica Forense: Nulidad de cosa juzgada fraudulenta 485

pone fin al proceso, alegando que éste se ha seguido con fraude,


afectando el derecho a un debido proceso, cometido por una (como
es en el presente caso), o por ambas partes, o por el Juez o por éste
y aquéllas.
Artículo 178 del Código Procesal Civil, cuyo segundo párrafo
prescribe que puede demandar la nulidad (de cosa juzgada
frau du lenta) el tercero ajeno al proceso que se considere
directamente agraviado con la sentencia (entiéndase transacción
judicial en el presente caso).
Artículo 337 del Código Procesal Civil, que establece en su tercer
párrafo que si la transacción recae sobre alguna de las pretensiones
propuestas o se relaciona con alguna de las personas, el proceso
continuará respecto de las pretensiones o personas no comprendidas
en ella (lo que no ha ocurrido en el proceso fraudulento, pues el/la
recurrente, pese a ser también parte en el referido proceso, no ha
participado en la transacción judicial cuya nulidad se solicita por
haber puesto fin en forma indebida e irregular al citado proceso).

VI. MEDIOS PROBATORIOS:


Ofrezco el mérito del siguiente medio de prueba:
1.- Expediente Nro............., correspondiente al proceso fenecido que
sobre...................fue seguido entre los (as) demandados (as) y el (la)
accionante, por ante e l ....... Juzgado Civil d e .........., Secretario (a)
.................... , cuya existencia demuestro con la copia certificada
(simple) de la transacción judicial, de fecha ............, recaída en
dicho proceso. Con tal expediente pruebo la conducta fraudulenta
asumida por los (as) demandados (as), a la que se hace mención en el
punto 2 del rubro III («Fundamentos de hecho») de esta demanda; y
también acredito las distintas denuncias e impugnaciones realizadas
en tiempo oportuno por el (la) recurrente respecto de la transacción
judicial que puso término al proceso, y en la que se puede apreciar
el fraude cometido por los (as) demandados (as).
POR TANTO:
Al Juzgado, pido se sirva tener por interpuesta la presente demanda y
darle el trámite que a su naturaleza corresponde, conforme a mi derecho y de
acuerdo a ley.
PRIMER OTROSI DIGO: Que, delego las facultades generales de
representación, a que se contrae el artículo 80 del Código Procesal Civil, al (a la)
Dr. (a) ...................... , con Reg............... , y declaro estar instruido (a) sobre sus
alcances. En lo que concierne al domicilio del (de la) representado (a), requisito
exigible para la representación judicial por abogado, cumplo con indicar que
está señalado en la parte introductoria de esta demanda.
486 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

SEGUNDO OTROSI DIGO: Que, autorizo a los (as) señores (as)............,


identificado (a) con D.N.I. Nro............ , y .................... , identificado (a) con D.N.I.
Nro............., para efectuar los actos de procuraduría que sean pertinentes en
el presente proceso, como son el revisar el expediente, sacar copias, copias
certificadas, gestionar y recoger oficios, notificaciones, recoger anexos, entre
otros.
TERCER OTROSI DIGO: Que, pido al Juzgado se sirva notificar esta
demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta al procurador de los asuntos
judiciales del Poder Judicial, a la dirección que se indica seguidamente:...............
CUARTO OTROSI DIGO: Que, pido al Juzgado se oficie (notifique
electrónicamente) a la respectiva dependencia judicial con el objeto de que
proceda a remitir el expediente Nro............, referido al proceso fenecido que
sobre................fue seguido entre el (la) demandado (a), Sr. (a )........................, y
el (la) recurrente, por ante e l ......Juzgado Civil d e ........... , Secretario (a ).............
QUINTO OTROSI DIGO: Que, acompaño los siguientes anexos:
l.A Tasa judicial por concepto de ofrecimiento de pruebas.
l.B Fotocopia del D.N.I. del (de la) accionante.
l.C Copia certificada (simple) de la transacción judicial, de fech a...... ,
recaída en el proceso fenecido que sobre.................. fue seguido entre
los (as) demandados (as), Sres. (a s )................ y ................. , y el (la)
recurrente, por ante e l .........Juzgado Civil de .......... , expediente
Nro............, Secretario (a )..............

Ciudad,

Sello y firma del letrado Firma del (de la) demandante


P ráctica Forense: Nulidad de cosa juzgada fraudulenta 487

3' MODELO DE DEMANDA DE NULIDAD DE COSA JUZGADA FRAUDULENTA


INTERPUESTA POR TERCERO AJENO AL PROCESO CONTRA TRANSACCION
REALIZADA EN PROCESO SEGUIDO CON FRAUDE
Secretario : .......................
Expediente : .......................
Cuaderno : PRINCIPAL.
Escrito : Nro. 01.
In te rp o n e d e m a n d a de n u lid a d de co sa
ju z g a d a fra u d u le n ta
AL JUZGADO CIVIL D E ..... .

.............................., identificado (a) con D.N.I. Nro.............. , con dirección


domiciliaria en ......................... , con domicilio procesal en ....................., con
domicilio procesal electrónico en la casilla electrónica....................; atentamente,
digo:

I. VIA PROCEDIMENTAL Y PETITORIO:


Que, en VIA DE PROCESO DE CONOCIMIENTO, interpongo demanda
de nulidad de cosa juzgada fraudulenta contra ............................, con
domicilio e n ....................., y contra..................... , con domicilio e n ..............,
con la finalidad de que se declare la nulidad de la transacción judicial,
de fecha ........., homologada por el Juez y recaída en el proceso que
so b re............... ha sido seguido entre aquéllos (as) ante e l .......Juzgado
Civil d e ...... , expediente Nro............ , Secretario (a )...............

II. COMPETENCIA:
El Juzgado Civil de ............. es competente para conocer del presente
proceso:
Porque, en aplicación del primer párrafo del artículo 475 del Código
Procesal Civil, los procesos de conocimiento (y el de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta lo es, según el primer párrafo del artículo 178
del Código Procesal Civil) se tramitan ante los Juzgados Civiles.
Porque, siendo dos o más ios demandados, es competente el Juez
del lugar del domicilio de cualquiera de ellos, pues así lo dispone
el artículo 15 del Código Procesal Civil.

III. FUNDAMENTOS DE HECHO:


1.- Que, el (la) codemandado (a), Sr. (a ).................. , inició un proceso
d e .................. contra el (la) codemandado (a), Sr. (a) .....................,
ante e l ...........Juzgado Civil d e ............. , expediente Nro............... ,
Secretario (a) .............. , proceso que terminó con la transacción
488 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

judicial, de fe ch a ...... , homologada por el Juez, la cual adquirió la


autoridad de cosa juzgada.
2.- Que, en el proceso aludido en el punto anterior el (la) codemandado (a),
Sr. (a) ....................... , obró en forma fraudulenta, pues, al ser
dem andado (a) com o poseed or (a) del inm ueble ubicado
en ........................, no cumplió con manifestar en su escrito de
contestación de demanda, de fech a....... , que no reviste la calidad
de poseedor (a) del referido bien objeto de litigio y que simplemente
lo tiene en nombre de otro, esto es, en nombre del (de la) accionante,
lo que hubiera generado el llamamiento posesorio respectivo a que
hace mención el artículo 105 del Código Procesal Civil.
3.- Que, pese a no realizarse el llamamiento posesorio y no ser el (la)
codemandado (a), Sr. (a ).................... , titular de la relación jurídica
debatida en el proceso, se produjo una transacción judicial indebida
e irregular -por la participación de este (a) último (a)- que dio
término al proceso.
4.- Que, cabe indicar que la conducta fraudulenta adoptada por los (as)
demandados (as) en el referido proceso fue denunciada en tiempo
oportuno por el (la) accionante, pero, pese a la gravedad de la
situación, el Juez de primera instancia y los órganos judiciales
de grado jerárq u ico superior desestim aron las denuncias
correspondientes planteadas concretamente mediante......... (señalar
los escritos o recursos presentados oportunamente por la parte demandante
y rechazados por los órganos judiciales).
5.- Que, atendiendo a lo señalado precedentemente, interpongo esta
demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, porque, al
haberse seguido con fraude el proceso aludido en el punto 1, la
transacción judicial con la que concluyó el citado proceso debe
declararse nula en vía de acción, en aplicación de lo dispuesto en
nuestra legislación procesal.

IV. INTERES PA RA PED IR LA NULIDAD DE COSA JUZG ADA


FRAUDULENTA:
El (la) accionante tiene interés para demandar la nulidad de cosa juzgada
fraudulenta, pues se ha afectado mi derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva y al debido proceso al no permitírseme intervenir en el proceso
en calidad de parte demandada, no obstante ser el (la) titular (poseedor/a)
de la relación jurídica debatida en juicio, y al efectuarse una transacción
judicial indebida e irregular por no participar el (la) accionante en tal
transacción y por intervenir en ella quien no era poseedor del bien
litigioso en cuya virtud fue demandado, todo lo cual me ha afectado
incluso económicamente, pues en la aludida transacción judicial se ha
establecido qu e........................................................................................................
P ráctica Forense: Nulidad de cosa juzgada fraudulenta 489

V. FUNDAMENTACION JURIDICA:
Mi petitorio se funda en lo normado en los siguientes preceptos legales:
Artículo I del Título Preliminar del Código Procesal Civil, que
dispone que toda persona tiene derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva para el ejercicio o defensa de sus derechos o intereses, con
sujeción a un debido proceso.
Artículo 178 del Código Procesal Civil, de cuyo primer párrafo
se colige que puede demandarse, a través de un proceso de
conocimiento, la nulidad del acuerdo de las partes homologado
por el Juez que pone fin al proceso, alegando que éste se ha seguido
con fraude, afectando el derecho a un debido proceso, cometido
por una (como es en el presente caso), o por ambas partes, o por el
Juez o por éste y aquéllas.
Artículo 178 del Código Procesal Civil, cuyo segundo párrafo
prescribe que puede demandar la nulidad (de cosa juzgada
fraudulenta) el tercero ajeno al proceso que se considere
directamente agraviado con la sentencia (entiéndase transacción
judicial en el presente caso).
Artículo 105 del Código Procesal Civil, que trata acerca del
llamamiento posesorio y cuyo primer párrafo establece que, quien
teniendo un bien en nombre de otro, es demandado como poseedor
de él, debe expresarlo en la contestación de la demanda, precisando
el domicilio del poseedor.

VI. MEDIOS PROBATORIOS:


Ofrezco el mérito del siguiente medio de prueba:
1.- Expediente Nro............. , correspondiente al proceso fenecido que
s o b re ........................ fue seguido entre los (as) demandados (as),
Sres. (as)...................... y ..................... , por ante e l ........Juzgado Civil
de ........ , Secretario (a) ........................ cuya existencia demuestro
con la copia certificada (simple) de la transacción judicial, de
fe c h a ..........., recaída en el aludido proceso. Con tal expediente
pruebo la conducta fraudulenta asumida por el (la) codemandado (a),
Sr. (a ).................... , a la que se hace mención en los puntos 2 y 3 del
rubro III («Fundamentos de hecho») de esta demanda; asimismo,
acredito con el citado expediente las distintas denuncias e
impugnaciones realizadas en tiempo oportuno por el (la) accionante
respecto de la referida conducta fraudulenta.
POR TANTO:
Al Juzgado, pido se sirva tener por interpuesta la presente demanda y
darle el trámite que a su naturaleza corresponde, conforme a mi derecho y de
acuerdo a ley.
490 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

PRIMER OTROSI DIGO: Que, delego las facultades generales de


representación, a que se contrae el artículo 80 del Código Procesal Civil, al (a la)
Dr. (a) ...................... , con Reg............... , y declaro estar instruido (a) sobre sus
alcances. En lo que concierne al domicilio del (de la) representado (a), requisito
exigióle para la representación judicial por abogado, cumplo con indicar que
está señalado en la parte introductoria de esta demanda.
SEGUNDO OTROSI DIGO: Que, autorizo a los (as) señores (as)
......................, identificado (a) con D.N.I. Nro............ , y ................... , identificado (a)
con D.N.I. Nro.............., para efectuar los actos de procuraduría que sean
pertinentes en el presente proceso, como son el revisar el expediente, sacar
copias, copias certificadas, gestionar y recoger oficios, notificaciones, recoger
anexos, entre otros.
TERCER OTROSI DIGO: Que, pido al Juzgado se sirva notificar esta
demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta al procurador de los asuntos
judiciales del Poder Judicial, a la dirección que se indica seguidamente:..............
CUARTO OTROSI DIGO: Que, pido al Juzgado se oficie (notifique
electrónicamente) a la respectiva dependencia judicial con el objeto de que
proceda a remitir el expediente Nro............, referido al proceso fenecido que
so b re................fue seguido entre el (la) demandado (a), Sr. (a )........................, y
el (la) recurrente, por ante e l ...... Juzgado Civil d e ..........., Secretario (a ).............
QUINTO OTROSI DIGO: Que, acompaño los siguientes anexos:
l.A Tasa judicial por concepto de ofrecimiento de pruebas.
l.B Fotocopia del D.N.I. del (de la) accionante.
l.C Copia certificada (simple) de la transacción judicial, de fech a ...... ,
recaída en el proceso fenecido que so b re ................... fue seguido
entre los (as) demandados (as), Sres. (as) ................ y .....................,
por ante e l ........ Juzgado Civil d e .......... , expediente Nro............ ,
Secretario (a )..............

Ciudad,

Sello y firma del letrado Firma del (de la) demandante


P ráctica Forense: Nulidad de cosa juzgada fraudulenta 491

3 MODELO DE DEMANDA DE NULIDAD DE COSA JUZGADA FRAUDULENTA


INTERPUESTA POR TERCERO AJENO AL PROCESO CONTRA SENTENCIA EMITIDA
EN PROCESO SEGUIDO CON COLUSION
Secretario : .......................
Expediente : .......................
Cuaderno : PRINCIPAL.
Escrito : Nro. 01.
Interpone demanda de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta

AL JUZGADO CIVIL DE .................

.............................., identificado (a) con D.N.I. Nro............... , con dirección


domiciliaria en ........................., con domicilio procesal en ........ ............, con
domicilio procesal electrónico en la casilla electrónica....................; atentamente,
digo:

I. VIA PROCEDIMENTAL Y PETITORIO:


Que, en VIA DE PROCESO DE CONOCIMIENTO, interpongo demanda
de nulidad de cosa juzgada fraudulenta contra ............................, con
domicilio en ........................... , y contra ............................, con domicilio
e n .......................... , con la finalidad de que se declare la nulidad de la
sentencia, de fech a.........., emitida en el proceso que sobre obligación de
dar suma de dinero ha sido seguido entre aquéllos (as) ante e l Juzgado
Civil d e ...... , expediente Nro............, Secretario (a )...............

II. COMPETENCIA:
El Juzgado Civil de ............. es competente para conocer del presente
proceso:
Porque, en aplicación del primer párrafo del artículo 475 del Código
Procesal Civil, los procesos de conocimiento (y el de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta lo es, según el primer párrafo del artículo 178
del Código Procesal Civil) se tramitan ante los Juzgados Civiles.
Porque, siendo dos o más los demandados, es competente el Juez
del lugar del domicilio de cualquiera de ellos, pues así lo dispone
el artículo 15 del Código Procesal Civil.

III. FUNDAMENTOS DE HECHO:


1.- Que, el (la) codemandado (a), Sr. (a).................., inició un proceso de
obligación de dar suma de dinero contra el (la) codemandado (a),
Sr. (a) ................... , ante el ..... Juzgado Civil de ........ , expediente
Nro..............., Secretario (a ).................. , proceso que terminó con la
sentencia, de fecha....... , que adquirió la autoridad de cosa juzgada.
492 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

2.- Que, el proceso aludido en el punto anterior fue producto de


la colusión acordada por las referidas personas con el objeto de
simular una relación crediticia entre ellas, en mérito de la cual el (la)
codemandado (a)....................fingía deber al (a la) codemandado (a)
...................... la cantidad d e ..................., para así hacer imposible el
cobro de la acreencia que tiene el (la) recurrente con el (la) primero (a)
de los (as) nombrados (as), porque, de esa manera, el (la) obligado (a)
simulaba disponer de su patrimonio conocido en perjuicio del (de la)
suscrito (a).
3.- Que, atendiendo a lo señalado precedentemente, formulo esta
demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, porque, al
haberse seguido con colusión (imputable a los/las codemandados/
as) el proceso aludido en el punto 1, la sentencia emitida en tal
proceso debe declararse nula en vía de acción, en aplicación de lo
dispuesto en nuestra legislación procesal.

IV. INTERES PARA PED IR LA NULIDAD DE COSA JUZG ADA


FRAUDULENTA:
El (la) accionante tiene interés para demandar la nulidad de cosa juzgada
fraudulenta, pues se ha simulado la existencia de una controversia y se
ha hecho uso indebido de un proceso judicial con el objeto de lograr un
resultado prohibido por la ley, sometiendo a engaño al propio Juez, lo que
perjudica los intereses del (de la) accionante, porque se torna imposible
la satisfacción de mi acreencia respecto del (de la) codemandado (a)
...................... . al pretender este (a) último (a) disponer irregularmente
de su patrimonio conocido, simulando, como se indicara, una deuda
inexistente y coludiéndose para ello con el (la) otro (a) codemandado (a),
Sr. (a )..............................

V. FUNDAMENTACION JURIDICA:
Mi petitorio se funda en lo normado en los siguientes preceptos legales:
Artículo I del Título Preliminar del Código Procesal Civil, que
dispone que toda persona tiene derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva para el ejercicio o defensa de sus derechos o intereses, con
sujeción a un debido proceso.
Artículo 178 del Código Procesal Civil, de cuyo primer párrafo
se colige que puede demandarse, a través de un proceso de
conocimiento, la nulidad del acuerdo de las partes homologado
por el Juez que pone fin al proceso, alegando que éste se ha seguido
con fraude, afectando el derecho a un debido proceso, cometido
por una (como es en el presente caso), o por ambas partes, o por el
Juez o por éste y aquéllas.
Práctica Forense: Nulidad de cosa juzgada fraudulenta 493

Artículo 178 del Código Procesal Civil, cuyo segundo párrafo prescribe
que puede demandar la nulidad (de cosa juzgada fraudulenta) el
tercero ajeno al proceso que se considere directamente agraviado
con la sentencia.

VI. MEDIOS PROBATORIOS:


Ofrezco el mérito de los medios de prueba que se citan a continuación:
1.- Expediente Nro.............. , correspondiente al proceso fenecido que
sobre obligación de dar suma de dinero fue seguido entre los (as)
demandados (as), Sres. (a s)...................... y ........................., por ante
el ........Juzgado Civil de ..........., Secretario (a) ...................., cuya
existencia demuestro con la copia certificada (simple) de la sentencia
definitiva, de fech a ..........., recaída en el aludido proceso. Con tal
expediente pruebo la colusión a la que se hace mención en el punto
2 del rubro III («Fundamentos de hecho») de esta demanda.
2.- ......................... (señalar el medio probatorio de que se trate)-, con el (la)
cual se verifica que la relación crediticia debatida en el proceso
aludido en el punto anterior es inexistente y ha sido simulada por
los (as) demandados (as).
3.- ......................... (señalar el medio probatorio de que se trate)-, con el (la)
cual demuestro que el (la) demandante es acreedor (a) del (de la)
codemandado (a )....................

POR TANTO:
Al Juzgado, pido se sirva tener por interpuesta esta demanda y darle el
trámite que a su naturaleza corresponde, conforme a mi derecho y de acuerdo
a ley.

PRIMER OTROSI DIGO: Que, delego las facultades generales de


representación, a que se contrae el artículo 80 del Código Procesal Civil, al (a la)
Dr. ( a ) ......................., con Reg............... , y declaro estar instruido (a) sobre sus
alcances. En lo que concierne al domicilio del (de la) representado (a), requisito
exigible para la representación judicial por abogado, cumplo con indicar que
está señalado en la parte introductoria de esta demanda.

SEGUNDO OTROSI DIGO: Que, autorizo a los (as) señores (as)


.................. ..., identificado (a) conD.N.I. Nro............ , y ................... . identificado (a)
con D.N.I. N ro.............., para efectuar los actos de procuraduría que sean
pertinentes en el presente proceso, como son el revisar el expediente, sacar
copias, copias certificadas, gestionar y recoger oficios, notificaciones, recoger
anexos, entre otros.
494 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

TERCER OTROSI DIGO: Que, pido al Juzgado se sirva notificar esta


demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta al procurador de los asuntos
judiciales del Poder Judicial, a la dirección que se indica seguidamente:.............

CUARTO OTROSI DIGO: Que, pido al Juzgado se oficie (notifique


electrónicamente) a la respectiva dependencia judicial con el objeto de que
proceda a remitir el expediente Nro............, referido al proceso fenecido que
sobre .................fue seguido entre el (la) demandado (a), Sr. (a )........................, y
el (la) recurrente, por ante e l ...... Juzgado Civil d e ..........., Secretario (a ).............

QUINTO OTROSI DIGO: Que, acompaño los siguientes anexos:


l.A Tasa judicial por concepto de ofrecimiento de pruebas.
l.B Fotocopia del D.N.I. del (de la) accionante.
l.C Copia certificada (simple) de la sentencia definitiva, de fech a...... ,
emitida en el proceso fenecido que sobre obligación de dar suma
de dinero fue seguido entre los (as) demandados (as), por ante
e l........ Juzgado Civil d e ......... , expediente Nro........... , Secretario (a)

l.D ......................... (señalar el medio probatorio que demuestre la inexistencia


de la relación crediticia debatida en el proceso considerado fraudulento y
su simulación por parte de los demandados).
l.E ......................... (señalar el medio probatorio que acredite que el accionante
es acreedor de uno de los codemandados).

Ciudad,

Sello y firma del letrado Firma del (de la) demandante


P ráctica Forense: Nulidad de cosa juzgada fraudulenta 495

3 MODELO DE DEMANDA DE NULIDAD DE COSA JUZGADA FRAUDULENTA


INTERPUESTA POR TERCERO AJENO AL PROCESO CONTRA ACUERDO
CONCILIATORIO REALIZADO EN PROCESO SEGUIDO CON COLUSION
Secretario : .......................
Expediente : .......................
Cuaderno : PRINCIPAL.
Escrito : Nro. 01.
In te rp o n e d e m a n d a de n u lid a d d e co sa
ju z g a d a fra u d u le n ta
AL JUZGADO CIVIL DE ..................

.............................., identiñcado (a) con D.N.I. Nro............... , con dirección


domiciliaria en ........................., con domicilio procesal en ....................., con
domicilio procesal electrónico en la casilla electrónica...................; atentamente,
digo:

I. VIA PROCEDIMENTAL Y PETITORIO:


Que, en VIA DE PROCESO DE CONOCIMIENTO, interpongo demanda
de nulidad de cosa juzgada fraudulenta contra ............................, con
domicilio e n ..........................., y contra ............................ , con domicilio
e n ............................, con la finalidad de que se declare la nulidad del
acuerdo conciliatorio, homologado judicialmente y obrante en acta, de
fecha .........., recaída en el proceso que sobre obligación de dar suma
de dinero ha sido seguido entre aquéllos (as) ante e l ..... Juzgado Civil
d e ...... , expediente Nro............ , Secretario (a )...............

II. COMPETENCIA:
El Juzgado Civil de ............. es competente para conocer del presente
proceso:
Porque, en aplicación del primer párrafo del artículo 475 del Código
Procesal Civil, los procesos de conocimiento (y el de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta lo es, según el primer párrafo del artículo 178
del Código Procesal Civil) se tramitan ante los Juzgados Civiles.
Porque, siendo dos o más los demandados, es competente el Juez
del lugar del domicilio de cualquiera de ellos, pues así lo dispone
el artículo 15 del Código Procesal Civil.

III. FUNDAMENTOS DE HECHO:


1.- Que, el (la) codemandado (a), Sr. (a)................. , inició un proceso de
obligación de dar suma de dinero contra el (la) codemandado (a),
Sr. (a )...................... , ante e l ......Juzgado Civil d e ............, expediente
496 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

Nro..........., Secretario (a) ............... , proceso que terminó con el


acuerdo conciliatorio, homologado por el Juez y obrante en acta de
fech a....... , que adquirió la autoridad de cosa juzgada.
2.- Que, el proceso aludido en el punto anterior fue producto de la
colusión acordada por las citadas personas con el objeto de simular
una relación crediticia entre ellas, en mérito de la cual el (la)
codemandado ( a ) .................... fingía deber al (a la) codemandado
...................... la cantidad d e .................. , a efecto de hacer imposible
la satisfacción de la acreencia que tiene el (la) recurrente con el (la)
primero (a) de los (as) nombrados (as), porque, de esa forma, el (la)
obligado (a) simulaba disponer de su patrimonio conocido en
perjuicio del (de la) suscrito (a).
3.- Que, atendiendo a lo señalado precedentemente, interpongo esta
demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, porque, al
haberse seguido con colusión (imputable a los/las codemandados/
as) el proceso mencionado en el punto 1, el acuerdo conciliatorio
producido en tal proceso debe declararse nulo en vía de acción, en
aplicación de lo dispuesto en nuestra legislación procesal.

IV. INTERES PARA PED IR LA NULIDAD DE COSA JUZG ADA


FRAUDULENTA:
El (la) accionante tiene interés para demandar la nulidad de cosa juzgada
fraudulenta, pues se ha simulado la existencia de una controversia y se
ha hecho uso indebido de un proceso judicial con el objeto de lograr un
resultado prohibido por la ley, sometiendo a engaño al propio Juez, lo que
perjudica los intereses del (de la) accionante, porque se torna imposible
la satisfacción de mi acreencia respecto del (de la) codemandado (a)
......................., al pretender éste (a) disponer en forma irregular de su
patrimonio conocido, simulando, como se dijera, una deuda inexistente y
coludiéndose para ello con el (la) otro (a) codemandado (a), Sr. (a )...........

V. FUNDAMENTACION JURIDICA:
Mi petitorio se funda en lo normado en los siguientes preceptos legales:
Artículo I del Título Preliminar del Código Procesal Civil, que
dispone que toda persona tiene derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva para el ejercicio o defensa de sus derechos o intereses, con
sujeción a un debido proceso.
Artículo 178 del Código Procesal Civil, de cuyo primer párrafo
se colige que puede demandarse, a través de un proceso de
conocimiento, la nulidad del acuerdo de las partes homologado
por el Juez que pone fin al proceso, alegando que éste se ha seguido
con fraude, afectando el derecho a un debido proceso, cometido
P ráctica Forense: Nulidad de cosa juzgada fraudulenta 497

por una (como es en el presente caso), o por ambas partes, o por el


Juez o por éste y aquéllas.
Artículo 178 del Código Procesal Civil, cuyo segundo párrafo
prescribe que puede demandar la nulidad (de cosa juzgada fraudulenta)
el tercero ajeno al proceso que se considere directamente agraviado
con la sentencia (entiéndase acuerdo conciliatorio en el presente caso).

VI. MEDIOS PROBATORIOS:


Ofrezco el mérito de los medios de prueba que se citan a continuación:
1- Expediente Nro............., correspondiente al proceso fenecido que
sobre obligación de dar suma de dinero fue seguido entre los (as)
demandados (as), Sres. (a s)...................... y ........................., por ante
el ........ Juzgado Civil de ........., Secretario (a) .................... , cuya
existencia pruebo con la copia certificada (simple) del acta de
conciliación, de fech a ..........., recaída en el aludido proceso. Con
tal expediente demuestro la colusión a la que se hace mención en el
punto 2 del rubro III («Fundamentos de hecho») de esta demanda.
2.- ..........................(señalar el medio probatorio de que se trate)-, con el (la)
cual se verifica que la relación crediticia debatida en el proceso
señalado en el punto anterior es inexistente y ha sido simulada por
los (as) demandados (as).
3.- ..........................(señalar el medio de prueba de que se trate)-, con el (la)
cual demuestro que el (la) accionante es acreedor (a) del (de la)
codemandado (a )....................

POR TANTO:
Al Juzgado, pido se sirva tener por interpuesta esta demanda y darle el
trámite que a su naturaleza corresponde, conforme a mi derecho y de acuerdo
a ley.
PRIMER OTROSI DIGO: Que, delego las facultades generales de
representación, a que se contrae el artículo 80 del Código Procesal Civil, al (a la)
Dr. ( a ) ...................... , con Reg............... , y declaro estar instruido (a) sobre sus
alcances. En lo que concierne al domicilio del (de la) representado (a), requisito
exigible para la representación judicial por abogado, cumplo con indicar que
está señalado en la parte introductoria de esta demanda.
SEGUNDO OTROSI DIGO: Que, autorizo a los (as) señores (as)
..................... , identificado (a) con D.N.I. Nro............, y ...................., identificado (a)
con D.N.I. N ro.............., para efectuar los actos de procuraduría que sean
pertinentes en el presente proceso, como son el revisar el expediente, sacar
copias, copias certificadas, gestionar y recoger oficios, notificaciones, recoger
anexos, entre otros.
498 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

TERCER OTROSI DIGO: Que, pido al Juzgado se sirva notificar esta


demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta al procurador de los asuntos
judiciales del Poder Judicial, a la dirección que se indica seguidamente:...............
CUARTO OTROSI DIGO: Que, pido al Juzgado se oficie (notifique
electrónicamente) a la respectiva dependencia judicial con el objeto de que
proceda a remitir el expediente Nro............, referido al proceso fenecido que
sobre................ fue seguido entre el (la) demandado (a), Sr. (a )........................, y
el (la) recurrente, por ante e l ...... Juzgado Civil d e ..........., Secretario (a ).............
QUINTO OTROSI DIGO: Que, acompaño los siguientes anexos:
l.A Tasa judicial por concepto de ofrecimiento de pruebas.
l.B Fotocopia del D.N.I. del (de la) accionante.
l.C Copia certificada (simple) del acta de conciliación, de fe c h a ...... ,
recaída en el proceso fenecido que sobre obligación de dar suma
de dinero fue seguido entre los (as) demandados (as), por ante
el .............. Juzgado Civil de ................, expediente Nro..................,
Secretario (a )..............
l.D ......................... (señalar el medio probatorio que acredite la inexistencia
de la relación crediticia debatida en el proceso considerado fraudulento y
su simulación por parte de los demandados).
l.E ............................ (señalar el medio de prueba que demuestre que el
accionante es acreedor de uno de los codemandados).

Ciudad,

Sello y firma del letrado Firma del (de la) demandante


P ráctica Forense: Nulidad de co sa juzgada fraudulenta 499

33 MODELO DE DEMANDA DE NULIDAD DE COSA JUZGADA FRAUDULENTA


INTERPUESTA POR TERCERO AJENO AL PROCESO CONTRA TRANSACCION
REALIZADA EN PROCESO SEGUIDO CON COLUSION
Secretario : .......................
Expediente : .......................
Cuaderno : PRINCIPAL.
Escrito : Nro. 01.
In te rp o n e d e m a n d a d e n u lid ad de co sa
ju z g a d a fra u d u le n ta
AL JUZGADO CIVIL DE .................

.............................., identificado (a) con D.N.I. Nro............... , con dirección


domiciliaria en ........................... , con domicilio procesal e n .................... , con
domicilio procesal electrónico en la casilla electrónica................... ; atentamente,
digo:

I. VIA PROCEDIMENTAL Y PETITORIO:


Que, en VIA DE PROCESO DE CON OCIM IEN TO, interpongo
demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta contra......................... ,
con domicilio en ......................., y contra ....................... , con domicilio
e n ..........................., con la finalidad de que se declare la nulidad de la
transacción judicial, de fe c h a ............, homologada por el Juez, recaída
en el proceso que sobre obligación de dar suma de dinero ha sido
seguido entre aquéllos (as) ante e l ..... Juzgado Civil d e ....... , expediente
Nro............, Secretario (a )...............

II. COMPETENCIA:
El Juzgado Civil de ............. es competente para conocer del presente
proceso:
Porque, en aplicación del primer párrafo del artículo 475 del Código
Procesal Civil, los procesos de conocimiento (y el de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta lo es, según el primer párrafo del artículo 178
del Código Procesal Civil) se tramitan ante los Juzgados Civiles.
Porque, siendo dos o más los demandados, es competente el Juez
del lugar del domicilio de cualquiera de ellos, pues así lo dispone
el artículo 15 del Código Procesal Civil.

III. FUNDAMENTOS DE HECHO:


1.- Que, el (la) codemandado (a), Sr. (a )..................... , inició un proceso
de obligación de dar suma de dinero contra el (la) codemandado (a),
Sr. (a) ...................... , ante e l ......Juzgado Civil d e ........, expediente
500 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los A ctos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

Nro..........., Secretario (a) ............... , proceso que terminó con la


transacción judicial, de fe ch a .........., homologada por el Juez, que
adquirió la autoridad de cosa juzgada.
2.~ Que, el proceso aludido en el punto anterior fue producto de la
colusión acordada por las citadas personas con el objeto de simular
una relación crediticia entre ellas, en mérito de la cual el (la)
codemandado (a)....................fingía deber al (a la) codemandado (a)
...................... la cantidad d e .................. , a efecto de hacer imposible
la satisfacción de la acreencia que tiene el (la) accionante con el (la)
primero (a) de los (as) nombrados (as), porque, de esa forma, el (la)
obligado (a) simulaba disponer de su patrimonio conocido en
perjuicio del (de la) recurrente.
3.- Que, atendiendo a lo señalado precedentemente, interpongo esta
demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, porque, al haberse
seguido con colusión (imputable a los/las codemandados/as)
el proceso mencionado en el punto 1, la transacción judicial
producida en tal proceso debe declararse nula en vía de acción, en
aplicación de lo dispuesto en nuestra legislación procesal.

IV. IN T E R E S P A R A P E D IR L A N U L ID A D D E C O S A JU Z G A D A
FR A U D U LE N T A :

El (la) accionante tiene interés para demandar la nulidad de cosa juzgada


fraudulenta, pues se ha simulado la existencia de una controversia y se
ha hecho uso indebido de un proceso judicial con el objeto de lograr un
resultado prohibido por la ley, sometiendo a engaño al propio Juez, lo que
perjudica los intereses del (de la) accionante, porque se hace imposible
la satisfacción de mi acreencia respecto del (de la) codemandado (a)
......................... . al pretender éste (a) disponer irregularmente de su
patrimonio conocido, simulando, como se dijera, una deuda inexistente
y coludiéndose para ello con el (la) otro (a) codemandado (a), Sr. (a)

V. FU N D A M E N T A C IO N JU R ID IC A :

Mi petitorio se funda en lo normado en los siguientes preceptos legales:


Artículo I del Título Preliminar del Código Procesal Civil, que
dispone que toda persona tiene derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva para el ejercicio o defensa de sus derechos o intereses, con
sujeción a un debido proceso.
Artículo 178 del Código Procesal Civil, de cuyo primer párrafo
se colige que puede demandarse, a través de un proceso de
conocimiento, la nulidad del acuerdo de las partes homologado
por el Juez que pone fin al proceso, alegando que éste se ha seguido
Práctica Forense: Nulidad de cosa juzgada fraudulenta 501

con fraude, afectando el derecho a un debido proceso, cometido


por una (como es en el presente caso), o por ambas partes, o por el
Juez o por éste y aquéllas.
Artículo 178 del Código Procesal Civil, cuyo segundo párrafo
prescribe que puede demandar la nulidad (de cosa juzgada fraudulenta)
el tercero ajeno al proceso que se considere directamente agraviado
con la sentencia (entiéndase acuerdo conciliatorio en el presente
caso).

V I. M ED IO S P R O B A T O R IO S:

Ofrezco el mérito de los medios de prueba que se citan a continuación:


1.- Expediente Nro.............. , correspondiente al proceso fenecido que
sobre obligación de dar suma de dinero fue seguido entre los (as)
demandados (as), Sres. (a s )......................y ......................... , por ante
el ........Juzgado Civil de ..........., Secretario (a) ...................., cuya
existencia pruebo con la copia certificada (simple) de la transacción
judicial, de fecha ........... , recaída en el citado proceso. Con tal
expediente demuestro la colusión a la que se hace mención en el
punto 2 del rubro III («Fundamentos de hecho») de esta demanda.
2.- ......................... (señalar el medio probatorio de que se trate); con el (la)
cual se verifica que la relación crediticia debatida en el proceso
aludido en el punto anterior es inexistente y ha sido simulada por
los (as) demandados (as).
3.- ......................... (señalar el medio probatorio de que se trate); con el (la)
cual acredito que el (la) accionante es acreedor (a) del (de la)
codemandado (a )....................

PO R TANTO:

Al Juzgado, pido se sirva tener por interpuesta esta demanda y darle el


trámite que a su naturaleza corresponde, conforme a mi derecho y de acuerdo
a ley.
P R IM E R O T R O S I D IG O : Que, delego las facultades generales de
representación, a que se contrae el artículo 80 del Código Procesal Civil, al (a la)
Dr. (a )...................... , con Reg............... , y declaro estar instruido (a) sobre sus
alcances. En lo que concierne al domicilio del (de la) representado (a), requisito
exigible para la representación judicial por abogado, cumplo con indicar que
está señalado en la parte introductoria de esta demanda.
S E G U N D O O T R O S I D IG O : Que, autorizo a los (as) señores (as)
..................... , identificado (a) con D.N.I. Nro..........., y .................... , identificado (a)
con D.N.I. Nro.............., para efectuar los actos de procuraduría que sean
pertinentes en el presente proceso, como son el revisar el expediente, sacar
502 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

copias, copias certificadas, gestionar y recoger oficios, notificaciones, recoger


anexos, entre otros.
T E R C E R O T R O S I D IG O : Que, pido al Juzgado se sirva notificar esta
demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta al procurador de los asuntos
judiciales del Poder Judicial, a la dirección que se indica seguidamente:.............
C U A R T O O T R O S I D IG O : Que, pido al Juzgado se oficie (notifique
electrónicamente) a la respectiva dependencia judicial con el objeto de que
proceda a remitir el expediente Nro............, referido al proceso fenecido que
sobre................fue seguido entre el (la) demandado (a), Sr. (a )........................, y
el (la) recurrente, por ante e l ...... Juzgado Civil d e ..........., Secretario (a ).............
Q U IN T O O T R O S I D IG O : Que, acompaño los siguientes anexos:

l.A Tasa judicial por concepto de ofrecimiento de pruebas.


1.13 Fotocopia del D.N.I. del (de la) accionante.
l.C Copia certificada (simple) de la transacción judicial, de fech a...... ,
recaída en el proceso fenecido que sobre obligación de dar suma
de dinero fue seguido entre los (as) demandados (as), por ante
e l ..............Juzgado Civil d e ................ , expediente Nro...................,
Secretario (a )..............
l.D ......................... (señalar el medio probatorio que demuestre la inexistencia
de la relación crediticia debatida en el proceso considerado fraudulento y
su simulación por parte de los demandados).
1 .E ..........................(señalar el medio de prueba que acredite que el accionante
es acreedor de uno de los codemandados).

Ciudad,

Sello y firma del letrado Firma del (de la) demandante


Práctica Forense: Nulidad de cosa juzgada fraudulenta 503

34. MODELO DE SOLICITUD DE MEDIDA CAUTELAR DE ANOTACION DE DEMANDA


DE NULIDAD DE COSAJUZGADA FRAUDULENTA
Secretario : .......................
Expediente : .......................
Cuaderno : CAUTELAR.
Escrito : Nro. 01.
Solicita m edida cau telar de anotación
de dem anda en los R egistros Públicos

A L ..............JU Z G A D O C IV IL DE

.............................., identificado (a) con D.N.I. Nro............... , con dirección


domiciliaria e n ................. ..., con domicilio procesal e n ..................., con domicilio
procesal electrónico en la casilla electrónica....................; atentamente, digo:
Que, en VIA DE PROCESO CAUTELAR, solicito se dicte medida
cautelar co n tra ........................ , con domicilio e n ............................, en mérito a
las consideraciones de hecho y de derecho que paso a exponer:

L FUNDAMENTOS DE HECHO:
1.~ Que, el (la) demandado (a), Sr. (a )..................., y el (la) accionante
siguieron un proceso sobre ................, ante el ......Juzgado Civil
d e ...... , expediente Nro.........., Secretario (a ).............. , proceso que
culminó con la sentencia, de fecha....... , que adquirió la autoridad
de cosa juzgada, después de haberse agotado los mecanismos
internos de impugnación contemplados en la ley.
2.- Que, en el proceso aludido en el punto anterior la contraparte obró
en forma fraudulenta, pues ...... (señalar los actos u omisiones que
configuran una conducta fraudulenta que influye en la decisión final).
3.- Que, atendiendo a lo señalado precedentemente, el (la) accionante
interpuso la respectiva demanda de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta, la cual se tramita en este Juzgado, expediente
Nro............., Secretario (a )............. , con el objeto de que se declare
la nulidad de la sentencia emitida en el proceso mencionado en el
punto 1, en aplicación de lo dispuesto en nuestra legislación procesal.
4.- Que, la presente medida cautelar (de anotación de demanda de
nulidad de cosa juzgada fraudulenta en los Registros Públicos)
tiene por finalidad poner en conocimiento de terceros, a través
de la publicidad registral, que se está tramitando un proceso (de
nulidad de cosa juzgada fraudulenta) en el que se discute la validez
de la sentencia emitida en el proceso al que se hace mención en el
punto 1, por lo que cualquier acto jurídico que se realice en relación
con los derechos inscritos a que se refiere el proceso fraudulento
504 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

no podrá presumirse realizado de buena fe. Esta medida cautelar


obedece, pues, a que existe peligro en la demora del proceso
principal iniciado, porque durante el lapso de tiempo en que el
Juzgado sustancie la causa y resuelva a mi favor, y de no concederse
la medida solicitada, el (la) demandado (a )............................podría
disponer libre y fácilmente de los bienes inscritos materia de litigio,
al ignorar terceras personas que se trata de bienes litigiosos y
adquirir éstos amparadas en la presunción de buena fe registra!.

II. M ED IO S P R O B A T O R IO S :

Ofrezco el mérito de las copias simples de los siguientes actuados:


1.- Demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta y sus anexos,
de fech a........ , presentada en este Juzgado, expediente Nro............,
Secretario (a )...............
2.- Auto admisorio de la demanda citada en el punto anterior, de
fech a.........
Se deja constancia que los originales de los indicados actuados obran
en el expediente principal Nro............., que se tramita en este Juzgado.

III. FU N D A M E N T A C IO N JU R ID IC A :

Mi pretensión cautelar se funda en lo normado en los siguientes preceptos


legales:
Artículo 608 del Código Procesal Civil, cuyo último párrafo
establece que la medida cautelar tiene por finalidad garantizar el
cumplimiento de la decisión definitiva.
Artículo 178 del Código Procesal Civil, de cuyo tercer párrafo
se desprende que en el proceso sobre nulidad de cosa juzgada
frau d u lenta sólo se pueden conceder m edidas cautelares
inscribibles.
Artículo 673 del Código Procesal Civil, que prescribe que cuando la
pretensión discutida en el proceso principal está referida a derechos
inscritos, la medida cautelar puéde consistir en la anotación de
lá demanda en el registro respectivo, la misma que no impide la
transferencia del bien ni las afectaciones posteriores, pero otorga
prevalencia a quien ha obtenido esta medida.

IV. FORMA D E LA M EDIDA CAUTELAR:


La medida cautelar solicitada por él (la) recurrente es lá de ánotación
de demanda en los Registros Públicos, la fnisina qüe éstá referida a lá
demanda de nulidad de cosa juzgada fráúdulenta interpüestá por el (la)
P ráctica Forense: Nulidad de cosa juzgada fraudulenta 505

recurrente contra...................... , que se tramita en este Juzgado, expediente


Nro............, Secretario (a ).............
Con la finalidad de que se proceda a la formalización de la medida
cautelar peticionada, el Juzgado se servirá cursar los partes respectivos
al Registro d e ...............d e .................

V. CO N TRACAU TELA:

Ofrezco como contracautela caución juratoria hasta por el monto que el


Juzgado estime necesario para asegurar el resarcimiento de los daños y
perjuicios que se pudieran irrogar al (a la) obligado (a). Para ello cumplo
con legalizar mi firma ante el Secretario cursor, de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 613 del Código Procesal Civil.

PO RTANTO:
Al Juzgado, pido se sirva admitir la presente solicitud de medida cautelar,
de acuerdo a ley.

P R IM E R O TR O SI D IG O : Que, dejo constancia que no indico monto de


afectación alguno en razón de la propia naturaleza de la medida cautelar que
se peticiona.

SE G U N D O O T R O SI D IG O : Que, acompaño los siguientes anexos:

l.A Tasa judicial por concepto de medida cautelar.


l.B Fotocopia del D.N.I. del (de la) recurrente.
l.C Copias simples de la demanda, de fe c h a .........., así como de sus
correspondientes anexos, que se está tramitando en el proceso
principal de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, en este Juzgado,
expediente Nro.............., Secretario (a )................
1 .D Copia simple del auto admisorio de la demanda descrita en el punto
anterior, de fech a............

Ciudad,

Sello y firma del letrado Firma del (de la) recurrente


506 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

5 MODELO DE SOLICITUD DE CONDENA AL PAGO DE COSTAS Y COSTOS Y DE


MULTA EN CASO DE NO AMPARARSE LA DEMANDA DE NULIDAD DE COSA
JUZGADA FRAUDULENTA
Secretario : .......................
Expediente : .......................
Cuaderno : PRINCIPAL.
Escrito : Nro................
Solicita condena a pago de costas y costos
doblados y de multa por desestimación
de dem anda

A L ...... JU Z G A D O C IV IL D E ..................

............................ , en los seguidos por .......................... sobre ....................;


atentamente, digo:
Que, habiendo la sentencia definitiva, de fech a...... ....... , desestimado la
demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta, y con arreglo a lo previsto en
el último párrafo del artículo 178 del Código Procesal Civil, solicito al Juzgado
se condene al (a la) demandante al pago de las costas y costos doblados y de
la multa correspondiente.

PO R TANTO:

Al Juzgado, solicito se sirva tener presente lo expuesto y proveer conforme


se pide y de acuerdo a ley.

Ciudad,

Sello y firma del letrado Firma del (de la) recurrente


BIBLIO GRAFIA^

AGUIRRE GODOY, Mario (1975): «Las nulidades procesales en el sistema


guatemalteco». En: Boletín Mexicano de Derecho Comparado, Instituto de
Investigaciones Jurídicas, Universidad Nacional Autónoma de México, México
D.F., Enero - Agosto 1975, Nueva Serie, Año VIII, Nros. 22-23, págs. 41-65.

ALCALA-ZAMORA Y CASTILLO, Niceto (1947): Proceso, autocomposición


y autodefensa. Imprenta Universitaria, México.

ALSINA, Hugo (1956): Tratado teórico práctico de derecho procesal civil y


comercial. Tomo I, segunda edición, Ediar Soc. Anón. Editores, Buenos Aires.

ALSINA, Hugo (1958): Las nulidades en el proceso civil. Ediciones Jurídicas


Europa - América, Buenos Aires.

ALVAREZ JULIA, Luis; NEUSS, Germán R.J.; WAGNER, Horacio (1992):


Manual de derecho procesal. Segunda edición, Ed. Astrea, Buenos Aires.

ALZAMORA VALDEZ, Mario (s/a): Derecho procesal civil. Octava edición,


Ediciones EDDILI, Lima, Perú.

AMAYA, N. Enrique (1947): La nulidad en el proceso civil. Editorial


Bibliográfica Argentina S.R.L., Buenos Aires.

ARAZI, Roland (1991): Elementos de derecho procesal. Segunda edición,


Ed. Astrea, Buenos Aires.

ARGÜELLO LANDAETA, Israel (1991): «El abuso de las facultades


procesales». En: Revista de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas,
Universidad Central de Venezuela, Caracas, 1991, Año XXXVI, Nro. 80, págs.
75-85.
508 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

ARLAS, José A. (1951): «Extensión de la cosa juzgada en el proceso civil». En:


Revista de Derecho Procesal, Ediar Soc. Anón. Editores, Buenos Aires, primero
y segundo trimestres de 1951, Años IX, Nros. 1-2, págs. 95-104.

AVILA PAZ, Rosa Angélica; y RAMOS, Alicia (1976): «La cosa juzgada y sus
modos de impugnación». En: Revista del Derecho Comercial y de las Obligaciones,
Ediciones Depalma, Buenos Aires 1976, Año 9, Nros. 49 a 54, págs. 583-600.

BAPTISTA MARTINS, Pedro (1944): «De las nulidades en el proceso


civil brasileño». En: Revista de Derecho Procesal, Compañía Argentina de
Editores S.R.L., Buenos Aires, Cuarto Trimestre de 1944, Año II, Nro. 4, págs.
381-397.

BARRIOS, Eduardo J. (1980): «Convalidación de la nulidad del acto procesal».


En: Estudios de Nulidades Procesales, Ed. Hammurabi, Buenos Aires, 1980,
págs. 121-135.

BARRIOS DE ANGELIS, Dante (1970): «Límites subjetivos de la cosa juzgada


e intervención de terceros». En: Revista de Estudios Procesales, Centro de Estudios
Procesales, Rosario, Argentina, Marzo 1970, Nro. 3, págs. 3-22.

BARRIOS DE ANGELIS, Dante (1979): Teoría del proceso. Ediciones


Depalma, Buenos Aires.

BERIZONCE, Roberto O. (1971): «Medios de impugnación de la cosa juzgada».


En: Revista del Colegio de Abogados de La Plata, Colegio de Abogados del
Departamento Judicial de La Plata, La Plata, Argentina, Enero - Junio 1971,
Año XII, Nro. 26, págs. 259-269.

BOURGUIGNON, Marcelo (1987): «Deber de saneamiento del juez».


En: Revista Jurídica, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Universidad
Nacional de Tucumán, San Miguel de Tucumán, Argentina, 1987, Nro. 27, págs.
135-145.

CASARINO VITERBO, Mario (1983): Manual de derecho procesal. Tomo


III, cuarta edición, Editorial Jurídica de Chile, Santiago.

CASARINO VITERBO, Mario (1984): Manual de derecho procesal. Tomo


IV, 4ta. edición, Editorial Jurídica de Chile, Santiago.

CASTRO, Máximo (1927): Curso de procedimientos civiles. Tomo Segundo,


Biblioteca Jurídica Argentina, Buenos Aires.

COLOMBO, Carlos J. (1944): La Transacción. Valerio Abeledo, Editor,


Buenos Aires.
Bibliografía 509

CONDORELLI, Epifanio J. L. (1980): «Presupuestos de la nulidad procesal».


En: Estudios de Nulidades Procesales, Ed. Hammurabi, Buenos Aires, 1980,
págs. 87-120.

COUTURE, Eduardo J. (1985): Fundamentos del derecho procesal civil.


Tercera edición, Ediciones Depalma, Buenos Aires.

CHIOVENDA, José (1925): Principios de derecho procesal civil. Tomo II,


traducción española de la tercera edición italiana por José Casáis y Santaló,
Ed. Reus S.A., Madrid.

CHIO VENDA, Giuseppe (1949): Ensayos de derecho procesal civil. Volumen


III, traducción de Santiago Sentís Melendo, Ediciones Jurídicas Europa -
América, Buenos Aires.

DE SANTO, Víctor (1987): El proceso civil. Tomo VIII-A, Editorial


Universidad, Buenos Aires.

DEVIS ECHANDIA, Hernando (1964): «Nulidad procesal por violación de


garantías constitucionales». En: Revista Iberoamericana de Derecho Procesal,
Instituto Español de Derecho Procesal, Madrid, Año 1964, Segunda Epoca,
Nro. 3, págs. 99-125.

DEVIS ECHANDIA, Hernando (1970): «Fraude procesal, sus características,


configuración legal y represión». En: Estudios de Derecho, Facultad de Derecho y
Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquía, Medellín, Colombia, Marzo
1970, Año XXI, Segunda Epoca, Volumen XXIX, Nro. 77, págs. 111-125.

DEVIS ECHANDIA, Hernando (1985): Teoría general del proceso. Tomo II,
Editorial Universidad, Buenos Aires.

D'ONOFRIO, Paolo (1945): Lecciones de derecho procesal civil. Traducción


de José Becerra Bautista, Editorial JUS, México.

ESCLAPEZ, Julio H. (1967): «Las nulidades procesales en el nuevo código


de procedimientos de la Nación». En: Revista Jurídica de San Isidro, Colegio de
Abogados del Departamento Judicial de San Isidro, San Isidro, Argentina, 1967,
Tomo I, págs. 197-212.

ESCOBAR FORNOS, Iván (1990): Introducción al proceso. Editorial Temis,


Bogotá, Colombia.

FAIREN GUILLEN, Víctor (1990): Doctrina general del derecho procesal.


Librería Bosch, Barcelona.
510 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

FALCON, Enrique (1978): Derecho procesal civil, comercial y laboral.


Cooperadora de Derecho y Ciencias Sociales, Buenos Aires.

FONT SERRA, Eduardo (1980): «La oposición de tercero a la cosa juzgada».


En: Revista Jurídica de Cataluña, Academia de Jurisprudencia y Legislación,
Ilustre Colegio de Abogados, Barcelona, Julio - Septiembre 1980, Año LXXIX,
Nro. 3, págs. 117-137.

FORNACIARI, Mario Alberto (1988): Modos anormales de terminación del


proceso. Tomo II, Ediciones Depalma, Buenos Aires.

GALLINAL, Rafael (s/a): Manual de derecho procesal civil. Tomo II, Unión
Tipográfica Editorial Hispano - Americana, Buenos Aires.

GARCIA, Alicia (1980): «La revisión de la cosa juzgada fraudulenta». En:


Estudios de Nulidades Procesales, Ed. Hammurabi, Buenos Aires, 1980, págs.
137-147.

GARCIA VALDECASAS y GARCIA VALDECASAS, Alfonso (1958):


«Aspectos del fraude procesal». En: Revista de Derecho Privado, Ed. Revista de
Derecho Privado, Madrid, Febrero 1958, págs. 107-123.

GELSIBIDART, Adolfo (1975): «Modos extraordinarios de concluir el juicio».


En: Boletín Mexicano de Derecho Comparado, Instituto de Investigaciones
Jurídicas, Universidad Nacional Autónoma de México, México D.F., Enero -
Agosto 1975, Año VIII, Nueva Serie, Nros. 22-23, págs. 491-505.

GIMENO GAMARRA, Rafael (1949): «El incidente de nulidad de actuaciones».


En: Revista de Derecho Procesal, Madrid, Julio - Agosto - Septiembre 1949, Año
V, Nro. 3, págs. 511-525.

GIMENO SENDRA, Vicente (2007): Derecho procesal civil. Tomo I, segunda


edición, Editorial Colex, Madrid.

GIO VANNONI, Adrio (1980): «Los vicios formales en la realización del acto
procesal». En: Estudios de Nulidades Procesales, Ed. Hammurabi, Buenos Aires,
1980, págs. 71-86.

GOLDSCHMIDT, James (1936): Derecho procesal civil. Traducción de la


segunda edición alemana por Leonardo Prieto-Castro, con adiciones sobre la
doctrina y la legislación española por Niceto Alcalá-Zamora Castillo, Ed. Labor
S.A., Barcelona.

GOMEZ DE LIAÑO GONZALEZ, Fernando (1992): El proceso civil.


Segunda edición, Editorial Fórum S.A., Gijón, España.
Bibliografía 511

GOMEZ DE LIAÑO GONZALEZ, Femando; y PEREZ-CRUZ MARTIN,


Agustín Jesús (2000): Derecho procesal civil. Tomol, Editorial FórumS.A., Oviedo,
España.

GOMEZ DE LIAÑO GONZALEZ, Fernando; y PEREZ-CRUZ MARTIN,


Agustín Jesús (2001): Derecho procesal civil. Tomo II, Editorial Fórum S.A.,
Oviedo, España.

GONZALEZ-ALEGRE BERNARDO, Manuel (1955): «La cosa juzgada».


En: Revista General de Derecho, Valencia, Noviembre 1955, Año XII, Nro. 134,
págs. 770-782.

GOZAINI, Osvaldo Alfredo (1992): Derecho procesal civil. Tomo I, Volumen


2, Ediar Sociedad Anónima Editora Comercial, Industrial y Financiera, Buenos
Aires.

GUASP, Jaime (1998): Derecho procesal civil. Tomo I, cuarta edición,


Editorial Civitas S.A., Madrid.

JIMENEZ ASENJO, Enrique (1948): «Sobre el alcance real de la cosa juzgada».


En: Revista General de Legislación y Jurisprudencia, Instituto Editorial Reus,
Madrid, Julio - Agosto de 1948, Año XCIII, Segunda Epoca, Tomo XVI, Nros.
1-2, págs. 63-78.

KELLEY HERNANDEZ, Santiago A. (1998): Teoría del derecho procesal.


Ed. Porrúa, México D.F.

KISCH, W. (1940): Elementos de derecho procesal civil. Traducción de la


cuarta edición alemana por L. Prieto-Castro, segunda edición, Ed. Revista de
Derecho Privado, Madrid.

LAVIE, Julio A. de Gregorio (1956): «La conciliación en el proceso laboral».


En: Revista de Derecho Procesal, Publicación Iberoamericana y Filipina, Madrid,
Año 1956, Segunda Epoca, Nro. 2, págs. 419-437.

LEDESMA, Angela Ester (1995): «Nulidades procesales». En Revista


de Derecho Privado y Comunitario, Rubinzal - Culzoni Editores, Santa Fe,
Argentina, 1995, Nro. 8, págs. 325-343.

LEITES, Carlos A. (1955): Laforma de los actos en el proceso. Librería Jurídica


Valerio Abeledo Editor, Buenos Aires.

LE VITAN, José (1986): Recursos en el proceso civil y comercial. Editorial


Astrea, Buenos Aires.
512 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

LIEBM AN, Enrico Tullio (1980): M anual de derecho procesal civil.


Traducción de Santiago Sentís Melendo, Ediciones Jurídicas Europa - América,
Buenos Aires.

MAIER, Julio B. (1980): Función normativa de la nulidad. Ediciones Depalma,


Buenos Aires.

MARTINEZ, Oscar J. (1980): «Los vicios del consentimiento en la realización


del acto procesal». En: Estudios de Nulidades Procesales, Ed. Hammurabi, Buenos
Aires, 1980, págs. 51-70.

MAURINO, Alberto Luis (1990): Nulidades procesales. Editorial Astrea de


Alfredo y Ricardo Depalma, Buenos Aires.

MENDOZA, Juan Carlos (1966): «Nididades procesales civiles». En: Revista


del Colegio de Abogados de La Plata, La Plata, Argentina, Julio - Diciembre
1966, Tomo IX, Nro. 17, págs. 123-186.

MICHELI, Gian Antonio (1970): Curso de derecho procesal civil. Volumen I,


traducción de Santiago Sentís Melendo, Ediciones Jurídicas Europa - América,
Buenos Aires.

MONROY CABRA, Marco Gerardo (1979): Principios de derecho procesal


civil. Segunda edición, Ed. Temis Librería, Bogotá, Colombia.

MONROY GAL VEZ, Juan F. (1987): Temas de proceso civil. Librería


Studium, Lima - Perú.

MONTERO AROCA, Juan; GOMEZ COLOMER, Juan Luis; MONTON


REDONDO, Alberto; y BARONA VILAR, Silvia (2003): Derecho jurisdiccional.
Tomo II, 12ava. edición, Tirant lo Blanch, Valencia, España.

MORELLO, Augusto Mario (1968): «Notas para el estudio de la conciliación


en el código procesal civil y comercial de la Nación». En: Revista Argentina de
Derecho Procesal, La Ley S.A. Editora e Impresora, Buenos Aires, Año 1968,
Nro. 1, págs. 69-76.

MORELLO, Augusto Mario (1980): «Las nulidades procesales. Hacia una


interpretación dinámica funcional». En: Estudios de Nulidades Procesales, Ed.
Hammurabi, Buenos Aires, 1980, págs. 149-168.

MORON PALOMINO, Manuel (1962): La nulidad en el proceso civil Español.


Ed. Nereo, Barcelona.
Bibliografía 513

OCHOA FRANCO, Jairo (1975): «La cosa juzgada». En: Estudios de


Derecho, Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de
Antioquía, Medellín, Colombia, Marzo de 1975, Año XXXVI, Segunda Epoca,
Volumen XXXIV, Nro. 87, págs. 153-243.

ODERIGO, Mario A. (1982): Lecciones de derecho procesal. Tomo II,


Ediciones Depalma, Buenos Aires.

PALACIO, Lino Enrique (1977): Derecho procesal civil. Tomo IV, Ed.
Abeledo - Perrot, Buenos Aires.

PALACIO, Lino Enrique (1979): Derecho procesal civil. Tomo V, Ed.


Abeledo Perrot, Buenos Aires.

PALLARES, Eduardo (1979): Derecho procesal civil. Octava edición, Ed.


Porrúa S.A., México D.F.

PARRY, Adolfo E. (1943): «Límites objetivos de la cosa juzgada». En: Revista


Jurídica Argentina La Ley, Ed. La Ley, Buenos Aires, 1943, Tomo 29, págs.
852-865.

PARRY, Adolfo E. (1956): «La cosa juzgada írrita». En: Revista Jurídica
Argentina La Ley, Ed. La Ley, Buenos Aires, 1956, Tomo 82, págs. 743-752.

PAYA, Fernando Horacio (1984): Fundamento y trascendencia de las


nulidades procesales. Ed. Abeledo - Perrot, Buenos Aires.

PELAEZ, Francisco J. (1987): La transacción. Su eficacia procesal. Bosch Casa


Editorial S.A., Barcelona.

PEREZ, Benito (1975): «Acción declarativa de nulidad contra sentencia


inconstitucional». En: Revista del Colegio de Abogados de La Plata, Colegio de
Abogados del Departamento Judicial de La Plata, La Plata, Argentina, 1975-
1976, Tomos XVI-XVII, Nros. 34-36, págs. 157-179.

PEYRANO, Jorge W.; y CHIAPPINI, Julio O. (1984): El proceso atípico.


Parte Segunda, Editorial Universidad, Buenos Aires.

PEYRANO, Jorge W. (1995): «Vicios que pueden generar nulidades procesales».


En: Revista de Derecho Privado y Comunitario, Rubinzal-Culzoni Editores,
Santa Fe, Argentina, 1995, Nro. 8, págs. 345-363.

PRIETO-CASTRO Y FERRANDIZ, Leonardo (1980): Derecho procesal civil.


Volumen 1, tercera edición, Ed. Tecnos, Madrid.
514 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

RAMOS MENDEZ, Francisco (1992): Derecho procesal civil. Tomos I y II,


quinta edición, José María Bosch Editor S.A., Barcelona.

REDENTI, Enrico (1957): Derecho procesal civil. Tomo I, traducción de


Santiago Sentís Melendo y Marino Ayerra Redín, Ediciones Jurídicas Europa -
América, Buenos Aires.

ROCCO, Ugo (1976): Tratado de derecho procesal civil. Volumen II,


traducción de Santiago Sentís Melendo y Marino Ayerra Redín, Temis -
Depalma, Bogotá - Buenos Aires.

RODRIGUEZ, Luis A. (1987): Nulidades procesales. Segunda edición,


Editorial Universidad, Buenos Aires.

RODRIGUEZ ESPEJO, José (1976): «En tomo a la teoría general de la eficacia


o nulidad de los actos procesales». En: Revista de Derecho Privado, Ed. de Derecho
Privado, Editoriales de Derecho Reunidas S.A., Madrid, Enero - Diciembre
1976, Tomo LX, págs. 671-686.

ROSENBERG, Leo (1955): Tratado de derecho procesal civil. Tomo II,


traducción de Angela Romera Vera, Ediciones Jurídicas Europa - América,
Buenos Aires.

SALAS VIVALDI, Julio S. (1962): «Facultades del Juez en el proceso civil para
mantener la corrección del procedimiento». En: Revista del Ministerio de Justicia,
Ministerio de Justicia, Venezuela, Julio - Agosto - Septiembre de 1962, Año XI,
Nro. 42, págs. 287-300.

SALAS VIVALDI, Julio E. (1988): «La subsanación del acto procesal irregular».
En: Revista de Derecho, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad
de Concepción, Concepción, Chile, Enero - Junio 1988, Año LXI, Nro. 183,
págs. 25-32.

SALAS VIVALDI, Julio (1990): «Oportunidad en que deben promoverse los


incidentes. Situación especial del de nulidad procesal en el juicio civil y penal». En:
Revista de Derecho, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad de
Concepción, Concepción, Chile, Julio - Diciembre 1990, Año LVIII, Nro. 188,
págs. 17-30.

SANTANA MUJICA, Miguel (1982): «Nulidad y reposición». En: Revista de


la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, Universidad Central de Venezuela,
Caracas, 1982, Nro. 63, págs. 151-161.

SATTA, Salvatore (1971): Manual de derecho procesal civil. Volumen I,


traducción de Santiago Sentís Melendo y Fernando De la Rúa, Ediciones
Jurídicas Europa - América, Buenos Aires.
Bibliografía 515

SCHÓNKE, Adolfo (1950): Derecho procesal civil. Traducción española de


la quinta edición alemana, Bosch Casa Editorial, Barcelona.

SERRA DOMINGUEZ, Manuel (1969): Estudios de derecho procesal.


Ediciones Ariel, Barcelona.

SILVEIRA, Alipio (1947): «La buena fe en el proceso civil». En: Revista de


Derecho Procesal, Ediar Soc. Anón. Editores, Buenos Aires, segundo trimestre
de 1947, Año V, Nro. 2, págs. 226-312.

SOLER, Enrique Oscar (1964): «Esquema jurídico de la nulidad procesal». En:


Lecciones y Ensayos, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Universidad de
Buenos Aires, Buenos Aires, 1964, Nro. 27, págs. 59-77.

TRASLOSHEROS PERALTA, Carlos (1988): «Las nulidades en el proceso


civil». En: Revista de Investigaciones Jurídicas, Escuela Libre de Derecho,
México, 1988, Año 12, Nro. 12, págs. 303-321.

URRUTIA SALAS, Manuel (1975): «El proceso anormal». En: Boletín


Mexicano de Derecho Comparado, Instituto de Investigaciones Jurídicas,
Universidad Nacional Autónoma de México, México D.F., Septiembre -
Diciembre de 1975, Nueva Serie, Año VIII, Nro. 24, págs. 1059-1071.

VELLANI, Mario (1968): Naturaleza de la cosa juzgada. Traducido por


Santiago Sentís Melendo, Ediciones Jurídicas Europa - América, Buenos Aires.

VESCOVI, Enrique A. (1969): «Fraude procesal: Sus características,


configuración legal y represión». En: Revista de Estudios Procesales, Centro de
Estudios Procesales, Rosario, Argentina, Diciembre 1969, Nro. 2, págs. 85-97.

VESCOVI, Enrique (1988): Los recursos judidales y demás medios impugnativos


en Iberoamérica. Ediciones Depalma, Buenos Aires.

VESCOVI, Enrique (1999): Teoría general del proceso. Segunda edición,


Editorial Temis S.A., Bogotá, Colombia.

ZEISS, Walter (1979): El dolo procesal. Traducción de Tomás A. Banzhaf,


Ediciones Jurídicas Europa - América, Buenos Aires.

ZINNY, Jorge Horacio (1990): «Sanciones Procesales». En: Revista Jurídica,


Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Universidad Nacional de Tucumán,
San Miguel de Tucumán, Argentina, 1990, Nro. 28, Tomo II, págs. 159-175.
INDICE GENERAL

Introducción..........................................................................................................9

[ d q c t r in a |

P R IM ER A P A R T E
TEORIA GENERAL DE LA NULIDAD PROCESAL

CAPITULO I
N O C IO N E S E SE N C IA L E S

1. Sanciones procesales........................................................................................ 17
2. Nulidades substanciales y procesales......................................................... 20
3. Sistemas de nulidades procesales..................................................................21
4. Concepto de nulidad procesal ...................................................................... 23
5. Distinción entre ineficacia y nulidad procesal...........................................29
5.1 Revocabilidad y nulidad procesal..................................................... 31
6. Distinción entre caducidad y nulidad procesal........................................ 31
7. Vicios que dan origen a la nulidad procesal..............................................32
7.1 Los vicios del consentimiento en la realización
del acto procesal.....................................................................................35
8. Fundamento de la nulidad procesal ........................................................... 41
9. Interpretación de la nulidad procesal......................................................... 41
10. Finalidad de la nulidad procesal ..................................................................42

CAPITULO II
C LA SES D E N U L ID A D P R O CESA L

1. Clasificación de la nulidad procesal............................................................. 44


2. Nulidad procesal absoluta............................................................................. 46
518 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

2.1 Acto inexistente...................................................................................... 49


2.1.1 Configuración ........................................................................... 49
2.1.2 Distinción entre inexistencia y nulidad ...............................58
3. Nulidad procesal relativa o anulabilidad.................................................... 61
4. Nulidades procesales expresas o conminadas e implícitas
o virtuales............................................................................................................67
5. Nulidades procesales de fondo y de forma ............................................... 70
6. Nulidades procesales saneables e insaneables ..........................................71
7. Nulidades procesales totales y parciales .................................................... 72
8. Nulidades procesales extensibles y no extensibles al trámite
posterior del proceso.........................................................................................73
9. Nulidad o invalidez de acto final y nulidad o invalidez de acto
instrumental........................................................................................................ 74
10. Nulidad o invalidez directa y nulidad o invalidez rem ota.....................74

CAPITULO III
P R IN C IP IO S Q U E R IG E N L A N U L ID A D P R O C E SA L

1. Mención preliminar................................................................................ 77
2. Principio de especificidad...............................................................................77
2.1 Definición................................................................................................. 77
2.2 A plicación................................................................................................ 79
3. Principio de finalidad incumplida ...............................................................81
4. Principio de trascendencia..............................................................................85
5. Principio de protección ................................................................................... 88
6. Principio de conservación...............................................................................90
7. Principio de convalidación..............................................................................91
7.1 Configuración..........................................................................................91
7.2 Formas de convalidación..................................................................... 95
7.3 Nulidades procesales no convalidables .........................................103
7.4 Inviabilidad de convalidación de actos procesales
inexistentes ............................................................................................105
8. Principio de la declaración judicial ............................................................106
9. Principio de independencia......................................................................... 108

CAPITULO IV
D E C L A R A C IO N D E L A N U L ID A D P R O C E SA L

1. Formas en que puede ser peticionada la declaración de


nulidad procesal..............................................................................................109
1.1 Denuncia y declaración de acto inexistente..................................... 116
2. Requisitos para solicitar la declaración de nulidad procesal .............. 116
Indice General 519

2.1 Alegación del perjuicio sufrido.........................................................119


2.2 Acreditación del perjuicio ................................................................. 120
2.3 Interés jurídico para formular nulidad...........................................121
3. Legitimidad para solicitar la declaración de nulidad procesal............ 122
4. Declaración de oficio de la nulidad procesal............................................129
4.1 Prevención judicial de nulidades procesales................................. 129
4.2 Procedencia de la declaración de oficio de la nulidad
procesal...................................................................................................131
5. Efectos de la declaración de nulidad procesal..........................................133

CAPITULO V
L A N U L ID A D D E CO SA JU Z G A D A FR A U D U L E N T A

1. Procesos irregulares o anormales................................................................153


1.1 Proceso convencional....................................................................... ...154
1.2 Proceso aparente...................................................................................157
1.3 Proceso simulado................................................................................... 158
2. Concepto de nulidad de cosa juzgada fraudulenta................................ 162
3. Vías para solicitar la nulidad de cosa juzgada fraudulenta...................162
3.1 Proceso o acción autónoma de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta............................................................................................ 164
3.2 Recurso de revisión..............................................................................168
4. Distinción entre acción pauliana y acción de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta.......................................................................................175
5. Carácter excepcional del proceso o acción de nulidad de cosa
juzgada fraudulenta...................................................................................... 177
6. Causales de nulidad de cosa juzgada fraudulenta................................. 178
6.1 El fraude procesal.................................................................................179
6.1.1 Creación de situaciones procesales y fraude a la ley ..... 185
6.2 La colusión..............................................................................................186
7. Objeto de impugnación en la nulidad de cosa juzgada fraudulenta.... 188
7.1 Sentencia con calidad de cosa juzgada.............................................188
7.1.1 La sentencia,,,...,,,,,,,,..................................... .......................... 189
7.1.2 La cosa juzgada........................................................................ 189
7.1.2.1 Configuración..........................................................189
7.1.2.2 Naturaleza jurídica................................................ 193
7.1.2.3 Objeto........................................................................ 196
7.1.2.4 Elementos.................................................................196
7.1.2.5 Fundamento..............................................................198
7.1.2.6 Cosa juzgada formal y material........................... 199
7.1.2.7 Efectos de la cosa juzgada.....................................202
520 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

7.1.2.8 Límites de la cosa juzgada.....................................204


7.1.2.9 Restricciones a la inmutabilidad de la cosa
juzgada..................................................................... 205
7.1.2.10 Alteración de la cosa juzgada: Hecho posterior
a la sentencia............................................................ 206
7.1.2.11 Sentencias que no adquieren la calidad de
cosa juzgada............................................................. 207
7.1.2.12 Eficacia de la sentencia yde la cosa juzgada ...207
7.2 Acuerdo de partes homologado por el Juez que pone fin
al proceso................................................................................................ 208
7.2.1 Conciliación............................................................................... 208
7.2.1.1 Concepto....................................................................208
7.2.1.2 Naturaleza jurídica................................................ 210
7.2.1.3 Oportunidad............................................................211
7.2.1.4 Formalidad.............................................................. 211
7.2.1.5 Homologación.........................................................212
7.2.1.6 Efectos.........................................................................212
7.2.2 Transacción............................................................................... 213
7.2.2.1 N oción.......................................................................213
7.2.2.2 Naturaleza jurídica................................................. 214
7.2.2.3 Elementos.................................................................. 219
7.2.2.4 Clases.........................................................................221
7.2.2.5 Objeto.........................................................................221
7.2.2.6 Oportunidad............................................................. 222
7.2.2.7 Formalidad............................................................... 222
7.2.2.8 Homologación.........................................................223
7.2.2.9 Efectos.........................................................................224
8. Legitimidad en la nulidadde cosa juzgada fraudulenta........................ 224
9. Proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta y excepción
de cosa juzgada................................................................................................225
10. Proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta y excepción
de conclusión del proceso por conciliación...............................................226
11. Proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta y excepción
de conclusión del proceso por transacción...............................................227
12. Efectos de la nulidad de cosa juzgada fraudulenta................................ 228
Indice General 521

S EG U N D A PA RTE
LA NULIDAD PROCESAL EN
NUESTRO ORDENAMIENTO JURIDICO

CAPITULO VI
L A N U L ID A D E N EL C O D IG O P R O C ESA L CIVIL

1. Regulación de la nulidad en el Código Procesal Civil ......................... 231


1.1 Principios de legalidad y trascendencia de la nulidad...............231
1.2 Principios de convalidación y de subsanación o integración.... 232
1.3 Extensión de la nulidad...................................................................... 232
1.4 Interés para pedir la nulidad.............................................................233
1.5 Inadmisibilidad o improcedencia del pedido de nulidad......... 233
1.6 Tramitación del pedido denulidad procesal.................................. 235
1.7 Contenido de la resolución que declara la nulidad.................... 236
1.8 La nulidad de cosa juzgada fraudulenta....................................... 236
1.8.1 Noción........................................................................................ 236
1.8.2 Causales..................................................................................... 236
1.8.3 Obj eto de impugnación..........................................................237
1.8.4 Competencia.............................................................................239
1.8.5 Vía procedimental................................................................... 240
1.8.6 Plazo para interponer la demanda .................................... 241
1.8.7 Legitimidad...............................................................................242
1.8.8 Medidas cautelares admisibles ...........................................243
1.8.9 Efectos........................................................................................ 245
1.8.10 Normas adjetivas sobre dolo o fraude............................... 246
2. Disposiciones expresas del Código Procesal Civil sobre la nulidad
procesal..................................... 249
2.1 La nulidad en relación a la conducta procesal de las partes......249
2.2 La nulidad en relación al principio de inmediación.................... 249
2.3 La nulidad en relación a los deberes de los Jueces.......................249
2.4 La nulidad en relación a la designación de apoderado judicial.... 250
2.5 La nulidad en relación a la procuración oficiosa..........................250
2.6 La nulidad en relación a la sucesión procesal............................... 250
2.7 La nulidad en relación al contenido de las resoluciones............ 250
2.8 La nulidad en relación a la notificación de actos procesales......251
2.9 La nulidad en relación a la dirección de la audiencia de
pruebas....................................................................................................251
2.10 La nulidad en relación a la declaración de parte..........................252
2.11 La nulidad en relación a la prueba documental............................252
2.12 La nulidad en relación a los medios impugnatorios en general ....252
522 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

2.13 La nulidad en relación al emplazamiento del demandado....... 254


2.14 La nulidad en relación a la ineficacia de la interrupción de la
prescripción extintiva................... ........... ...........................................255
2.15 La nulidad en relación a las excepciones..................... ................. 255
2.16 La nulidad en relación al saneamiento del proceso................... 256
2.17 La nulidad en relación al emplazamiento de tercero en el
proceso de expropiación.....................................................................257
2.18 La nulidad en relación al contenido de la decisión cautelar ..257
2.19 La nulidad en relación al rem ate................................................... 257
2.20 La nulidad en relación al ofrecimiento judicial de pago.......... 257

CAPITULO VII
L A N U L ID A D P R O C E SA L E N L A JU R ISP R U D E N C IA
C A SA T O R IA

1. Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad procesal en


general................................................................................................................259
2. Jurisprudencia casatoria relacionada con los principios que rigen
a las nulidades procesales.............................................................................. 263
2.1 Jurisprudencia casatoria relacionada con el principio de
legalidad o especificidad en la nulidad procesal......................... 264
2.2 Jurisprudencia casatoria relacionada con el principio de
finalidad incumplida............................................................................265
2.3 Jurisprudencia casatoria relacionada con el principio de
trascendencia en la nulidad procesal............................................... 266
2.4 Jurisprudencia casatoria relacionada con el principio de
conservación en la nulidad procesal................................................ 268
2.5 Jurisprudencia casatoria relacionada con el principio de
convalidación en la nulidad procesal..............................................270
2.6 Jurisprudencia casatoria relacionada con el principio de
protección en la nulidad procesal.................................................... 271
3. Jurisprudencia casatoria relacionada con los requisitos en general
de la nulidad procesal................................ 273
3.1 Jurisprudencia casatoria relacionada con la exigibilidad de
perjuicio al solicitante de la nulidad procesal............................... 274
3.2 Jurisprudencia casatoria relacionada con la oportunidad
para deducir las nulidades procesales (en primera y segunda
instancia)................................................................................................. 276
4. Jurisprudencia casatoria relacionada con la potestad nulificante
(declaración de oficio de la nulidad) del órgano jurisdiccional...........278
5. Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad de cosa
juzgada fraudulenta........................................................................................282
Indice General 523

5.1 Jurisprudencia casatoria relacionada con aspectos generales


de la nulidad de cosa juzgada fraudulenta....................................282
5.2 Jurisprudencia casatoria relacionada con el fraude y la
colusión procesal.................................................................................. 285
5.3 Jurisprudencia casatoria relacionada con el objeto de debate
en el proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta............... 287
5.4 Jurisprudencia casatoria relacionada con el objeto de
impugnación (sentencia, acuerdo conciliatorio o transaccional)
en el proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta...............291
5.5 Jurisprudencia casatoria relacionada con la legitimación
(activa y pasiva) en el proceso de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta............................................................................................ 293
5.5.1 Jurisprudencia casatoria relacionada con el carácter
residual de la nulidad de cosa juzgada fraudulenta...... 296
5.6 Jurisprudencia casatoria relacionada con el plazo u oportunidad
para demandar la nulidad de cosa juzgada fraudulenta............298
5.7 Jurisprudencia casatoria relacionada con la acumulación en
el proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta.................... 306
5.8 Jurisprudencia casatoria relacionada con la prueba en el
proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta........................ 307
5.9 Jurisprudencia casatoria relacionada con los efectos del
amparo de la acción de nulidad de cosa juzgada fraudulenta..... 310
5.10 Jurisprudencia casatoria relacionada con la impugnación en
el proceso de nulidad de cosa juzgada fraudulenta.................... 311
6. Jurisprudencia casatoria especial sobre la nulidad procesal................312
6.1 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad por
contravención del principio del derecho al debido proceso..... 312
6.2 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad por
afectación del principio del derecho de defensa.......................... 314
6.3 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad por
afectación del principio de motivación de las resoluciones
judiciales.................................................................................................315
6.4 Jurisprudencia casatoria relacionada con ia nulidad por
afectación del principio de congruencia procesal.........................322
6.5 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad por
afectación de principios de vinculación y deformalidad............ 324
6.6 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y el
principio del derecho al Juez natural...............................................326
6.7 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y la cosa
juzgada....................................................................................................326
524 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

6.8 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y el


principio de preclusión....................................................................... 327
6.9 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y la
competencia............................................................................................328
6.10 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y la
capacidad para comparecer en el proceso......................................328
6.11 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y el
curador procesal................................................................................... 329
6.12 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en la
representación procesal.......................................................................329
6.13 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y el
apoderado judicial................................................................................ 329
6.14 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en la
acumulación...........................................................................................330
6.15 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en el
litisconsorcio...........................................................................................331
6.16 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en la
intervención de terceros, extromisión y sucesión procesal....... 334
6.17 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y el
Ministerio Público................................................................................. 336
6.18 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y el
contenido o requisitos de las resoluciones judiciales...................338
6.18.1 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad
en las resoluciones de segunda instancia.......................... 342
6.19 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y el
expediente del proceso.........................................................................348
6.20 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y el
tiempo en los actos procesales........................................................... 348
6.21 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en las
notificaciones y en el emplazamiento.............................................. 349
6.22 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y los
medios probatorios............................................................................... 354
6.23 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en el
impedimento, recusación, excusación y abstención del Juez.... 366
6.24 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y el
allanamiento...........................................................................................368
6.25 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y la
transacción..............................................................................................368
6.26 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y el
abandono................................................................................................368
6.27 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en la
apelación................................................................................................. 370
Indice General 525

6.28 Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia relacionada


con la nulidad en la casación.............................................................389
6.29 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en la
aclaración y corrección de resoluciones..........................................394
6.30 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en la
consulta...................................................................................................395
6.31 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en las
costas y costos....................................................................................... 396
6.32 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y la
dem anda.................................................................................................399
6.33 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en las
excepciones procesales......................................... 402
6.34 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y la
rebeldía....................................................................................................406
6.35 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y el
saneamiento del proceso (o la validez de la relación procesal)....406
6.36 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad y la
fijación de puntos controvertidos..................................................... 410
6.37 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en el
proceso abreviado de título supletorio............................................410
6.38 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en el
proceso abreviado de prescripción adquisitiva............................410
6.39 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en el
proceso abreviado de tercería de propiedad................................. 412
6.40 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en los
procesos sumarísimos en general..................................................... 413
6.41 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en el
proceso sumarísimo de desalojo....................................................... 414
6.42 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en los
procesos sumarísimos de interdictos...............................................414
6.43 Jurisprudencia casatoria relacionada con aspectos generales
sobre la nulidad en los procesos únicos de ejecución................. 415
6.44 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en la
ejecución de garantías................f....................................................... 417
6.45 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en la
ejecución forzada..................................................................................424
6.46 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en el
proceso no contencioso de comprobación de testamento........... 425
6.47 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en el
proceso no contencioso de sucesión intestada..............................425
526 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

6.48 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en el


proceso de impugnación de acuerdos de asociación................... 426
6.49 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en el
proceso sobre tenencia de menores.................................................. 426
6.50 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en la
acción petitoria de herencia................................................................ 427
6.51 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en la
acción reivindicatoria...........................................................................427
6.52 Jurisprudencia casatoria relacionada con la nulidad en los
procesos sobre responsabilidad contractual y extracontractual.....429

^PRACTICA FORENSE |

NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES........................................ 433


1. Modelo de solicitud de declaración de nulidad de acto
procesal por causa establecida en la le y ......................................... 433
2. Modelo de solicitud de declaración de nulidad de acto
procesal que carece de los requisitos indispensables para la
obtención de su finalidad..................................................................435
3. Modelo de escrito absolviendo traslado de nulidad y que
se funda en el cumplimiento de los fines del acto procesal
impugnado.............................................................................................437
4. Modelo de escrito absolviendo traslado de nulidad y que se
funda en la convalidación de vicios en la notificación................438
5. Modelo de escrito absolviendo traslado de nulidad y que se
funda en la convalidación por haber logrado el acto procesal
cuestionado la finalidad para la que estaba destinado...............439
6. Modelo de escrito absolviendo traslado de nulidad y que se
funda en la convalidación tácita del acto procesal impugnado.... 440
7. Modelo de escrito absolviendo traslado de apelación y que
se funda en el hecho de que la subsanación del vicio no va
a influir en el sentido de la resolución.............................................441
8. Modelo de escrito absolviendo traslado de nulidad y que
se funda en el hecho de que la subsanación del vicio no va
a influir en las consecuencias del acto procesal............................442
9. Modelo de solicitud de integración de resolución antes de
su notificación....................................................................................... 443
10. Modelo de solicitud de integración de resolución después
de su notificación.................................................................................. 444
11. Modelo de recurso de apelación contra resolución que ha
sido integrada. ,445
Indice General 527

12. Modelo de recurso de apelación contra resolución que anula


actos procesales que son independientes respecto del acto
nulo..........................................................................................................447
13. Modelo de recurso de apelación contra resolución que declara
la nulidad de las partes del acto procesal independientes de
la afectada con nulidad....................................................................... 450
14. Modelo de solicitud de declaración de nulidad de un acto
procesal y en el que se precisa la defensa que no se pudo
realizar.....................................................................................................452
15. Modelo de escrito absolviendo traslado de nulidad y que
se funda en la formulación de ésta por quien propiciara el
vicio procesal......................................................................................... 454
16. Modelo de escrito absolviendo traslado de nulidad y que
se funda en el hecho de que la causal de nulidad no está
prevista legalmente............................................................................. 455
17. Modelo de escrito absolviendo traslado de nulidad y que se
funda en el hecho de que aquélla se trata de una cuestión
anteriormente resuelta........................................................................ 456
18. Modelo de escrito absolviendo traslado de nulidad y que se
funda en el hecho de que la invalidez ha sido saneada..............457
19. Modelo de escrito absolviendo traslado de nulidad y que se
funda en el hecho de que la invalidez ha sido convalidada...... 458
20. Modelo de escrito absolviendo traslado de nulidad y que se
funda en el hecho de que la invalidez ha sido subsanada..........459
21. Modelo de recurso de apelación de sentencia que contiene
pedido expreso de declaración de nulidad.................................... 460
22. Modelo de solicitud de declaración de nulidad por vicio
ocurrido en segunda instancia................................. 462
23. Modelo de solicitud de declaración de nulidad de carácter
insubsanable.................... 464
24. Modelo de solicitud de resarcimiento de los daños causados
por la nulidad procesal....................................................................... 466

NULIDAD DE COSA JUZGADA FRAUDULENTA............... ...........467


25. Modelo de demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta
interpuesta por parte procesal contra sentencia emitida en
proceso seguido con fraude...............................................................467
26. Modelo de demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta
interpuesta por tercero ajeno al proceso contra sentencia
emitida en proceso seguido con fraude.......................................... 471
27. Modelo de demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta
interpuesta por parte procesal contra acuerdo conciliatorio
realizado en proceso seguido con fraude....................................... 475
528 Derecho Procesal Civil II: Nulidad de los Actos Procesales / Alberto Hinostroza Minguez

28. Modelo de demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta


interpuesta por tercero ajeno al proceso contra acuerdo
conciliatorio realizado en proceso seguido con fraude...............479
29. Modelo de demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta
interpuesta por parte procesal contra transacción realizada
en proceso seguido con fraude......................................................... 483
30. Modelo de demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta
interpuesta por tercero ajeno al proceso contra transacción
realizada en proceso seguido con fraude....................................... 487
31. Modelo de demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta
interpuesta por tercero ajeno al proceso contra sentencia
emitida en proceso seguido con colusión...................................... 491
32. Modelo de demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta
interpuesta por tercero ajeno al proceso contra acuerdo
conciliatorio realizado en proceso seguido con colusión............495
33. Modelo de demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta
interpuesta por tercero ajeno al proceso contra transacción
realizada en proceso seguido con colusión.....................................499
34. Modelo de solicitud de medida cautelar de anotación de
demanda de nulidad de cosa juzgada fraudulenta......................503
35. Modelo de solicitud de condena al pago de costas y costos
y de multa en caso de no ampararse la demanda de nulidad
de cosa juzgada fraudulenta.............................................................. 506

BIBLIOGRAFIA................................................................................................ 507

INDICE GENERAL ,517


DERECHO PROCESAL C IV lj,
Se terminó de imprimir en la ciu d a d <¿e ] j ma
en los Talleres Gráficos de JURISTA ED IT O R ES EIRL,
Jr. Miguel Aljovín N° 201 - Lim a _ p ertj
en el mes de julio de 2017
TOMO II

Potrebbero piacerti anche