Sei sulla pagina 1di 6

El tema para esta noche es: los afanes, la oración y el creer

Cuantas veces hemos escuchado esta esclamacion, Por nada estéis afanosos, filipenses
4.6
El tema del covi 19 ha causado mucho estrés (o afán). Sin lugar a duda uno de los
problemas más resaltante de nuestro tiempo. Los medios y las personas hablan al
respecto muy frecuentemente, pero ninguno da una solución definitiva. Solo agravan
más la situación, con alarmas sin ayudar a las personas a combatirlo. Sin embargo, sus
“soluciones” usualmente consejos, no pueden dar una respuesta real al problema, y esto
es. porque ignoran lo que la Palabra de Dios dice sobre ello. Por lo cual, si nosotros
tampoco queremos ser ignorantes, debemos buscar en la Palabra de Dios y eso es lo que
haremos esta noche.
y en diferentes lugares hambres y pestilencias; lucas 21.11
Aunque muchos pasajes de la Palabra tratan con el problema de la ansiedad y el afán,
un vistazo solo a Filipenses es suficiente para demostrarnos lo que Dios piensa al
respecto:
Consideremos por favor:
Filipenses 4: los versículos del 4 al 7
“4 Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! 
5 Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. 
6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en
toda oración y ruego, con acción de gracias. 
7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y
vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”

El verso 4 nos llama a regocijarnos en el Señor, y de hecho a estar contentos en Él


SIEMPRE.
El verso 5 dice en su ultima parte, el Señor “está cerca”, esto se refiere a nuestro
alcance. (es un oportuno socorro).
Es por eso que el verso 6 dice: “No debemos estar afanosos, el Señor esta tan cerca de
cada uno de nosotros, como usted y yo, no importa donde estamos, peru, venezuela,
Colombia, chile. Esta allí para usted. Por eso quiere que ponganos nuestras angustias,
delante de el. Te esta escuchando no necesitamos gritar, esta a tu lado. Recuerda no te
dejare ni te desamparare.
Como es obvio, en el versículo 6 la palabra que enlaza esta declaración es “sino”. Ella
compara entre lo que no deberíamos hacer, “estar afanosos” y lo que deberíamos hacer,
“hacer conocer nuestras peticiones delante de Dios”. Otros dos contrastes se hacen con
las palabras “nada” y “todo”. Así que, no debemos: estar afanosos por NADA, en TODA
oración para que nuestras peticiones sean conocidas. El resultado garantizado viene en
el verso 7, donde se nos promete “la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento,
guardará nuestros corazones y nuestros pensamientos en Cristo Jesús.”
Por lo cual, resumiendo, la solución que Dios sugiere al problema de la ansiedad o el
afán, es muy muy simple: consiste en un “no afanarnos” y un “sean conocidas vuestras
peticiones”, y el resultado que es la PAZ, y de hecho “la paz de Dios [la única y
verdadera paz], que sobrepasa todo entendimiento”.
El pasaje anterior de Filipenses 4 no es el único que trata con el problema de los afanes.
1 Pedro 5:7 trata con el mismo problema. Ahí leemos:
“Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere
tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.”
El tomar algo que está sobre uno y echarlo encima de alguien más, requiere una acción.
Es eso exactamente lo que Dios dice, que hagamos con nuestros afanes: en vez de tratar
de solucionarlos nosotros mismos, nos dice que hagamos algo, que los echemos sobre
Él. Y no solamente unos pocos afanes, o solo los importantes. “ECHA TODOS TUS
AFANES SOBRE ÉL, PORQUE ÉL SE PREOCUPA POR TI” dice la Palabra.

La palabra “afán” en este pasaje es la traducción del sustantivo griego “merimna” cuya
forma verbal [“merimnao”] se traduce como “estar afanoso” Respondiendo Jesús, le
dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Lucas 10, 41

Por lo cual, obviamente la pregunta no es si Dios cuida de nosotros ni si Él desea ser


nuestro “portador de cargas” sino si TENDREMOS LA HUMILDAD de “humillarnos a
nosotros mismos bajo la mano de Dios…. echando todas nuestras cargas sobre Él.
Aparte de los pasajes anteriores, que conciernen al problema de los afanes, Mateo 6
también trata con el tema. Ahí dice: 25-34
“Por tanto os digo: No os afanéis [griego: “merimno” la misma palabra que en
Filipenses 4 y 1 Pedro 5] por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber;
ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el
cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni
recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho
más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su
estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo,
cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria
se vistió, así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa
en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No
os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que
tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su
justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de
mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.”
Agua, comida y ropa son unas de nuestras necesidades físicas más básicas. Sin
embargo, no somos los únicos que sabemos eso. ¡DIOS también lo sabe! Es por eso que
nos dice a través del Señor Jesucristo: “no se afanen”, diciendo: “¿Qué comeremos, o
qué beberemos, o qué vestiremos?” ……… pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis
necesidad de todas estas cosas”. Y si alguno pregunta qué vamos a hacer en lugar de
preocuparnos, el verso 33 dice: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su
justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” Como también Mateo 7:7 dice Pedid, y
se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
El pasaje no dice “no ores” sino “NO TE PREOCUPES porque tu Padre celestial sabe
que necesitas”. La enseñanza es contra las preocupaciones y no contra la oración, de
hecho, es lo que se sugiere, (ver Filipenses 4:4-7, 1 de Pedro 5:7, Mateo 7:11).
¿Quién es aquel que encuentra? ¿Quién es aquel al que se le abre? ¿A quién dará Dios
cosas buenas? A aquellos que se las PIDEN, a aquellos que tocan a Su puerta. De nuevo,
por lo tanto, como en 1 Pedro 5, si NOSOTROS haremos algo no preocupándonos:
orando (esto es lo que hay que hacer 1 Tesalonicenses 5 Orad sin cesar.), (Efesios 3 Y a
Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo
que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros,), Si lo que hemos
orado está de acuerdo a Su voluntad.

Hasta aquí hemos tratado lo del afán y la oración. Hay mucho mas pero debemos
escudriñarlo personalmente y el Señor revelara mas claramente su voluntad a cada
uno.
En cuanto a lo anterior (esto es, la alineación de lo que le pedimos a Dios con Su
voluntad) 1 Juan 5 dice:
“Y esta es la confianza que tenemos en él, que, si pedimos alguna cosa conforme a su
voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos,
sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.”
Tratemos un poco el creer que es un tema complicado:
Pareciera que este pasaje dice: “si le pedimos cualquier cosa Él nos oye” y no es asi. sino
que “si le pedimos cualquier cosa, de acuerdo a su voluntad, Dios nos oye”. Por lo tanto,
para que nuestra oración sea escuchada es necesario que lo que oremos, este de
acuerdo a su voluntad, la cual es como Romanos 12 dice: “BUENA, AGRADABLE Y
PERFECTA”.
Así que, es necesario conocer la voluntad de Dios, para así saber como debemos pedir
de acuerdo a la voluntad de Él. Y para conocer la voluntad de alguien, éste tiene
primero que hacérnosla saber de alguna manera, así también para conocer la voluntad
de Dios, Él tiene que hacérnosla saber, ya sea a través de la Biblia, Su palabra escrita, o
a través del Espíritu Santo que Él nos dio cuando nacimos de nuevo.
O por medio de algún hermano espiritual, en fin, Él nos enseñara su voluntad. buscar
primeramente el reino de Dios y su justicia y todas las cosas nos serán añadidas, nos da
la voluntad de Dios en cuanto a los afanes y a las prioridades: pon a Dios primero, nos
dice, no te afanes por nada; más bien, echa todas tus cargas sobre Él, y “todas las cosas
te serán añadidas”.
¿cómo puedo saber cuál es la voluntad de Dios? La respuesta es A TRAVÉS DEL
ESPÍRITU QUE NOS DIO para comunicarse con nosotros. en 1 Corintios 12. De estas
nueve manifestaciones, aquellas de palabras de conocimiento y sabiduría nos han sido
dadas específicamente para conocimiento y sabiduría en situaciones, que de otro modo
sería imposible de adquirir mediante los cinco sentidos.
Así que, si quiero saber si es la voluntad de Dios obtener tal o cual trabajo, debería de
acudir a nuestro Padre, hablar el asunto con Él y Él me hará saber si es sabio o no el
tomar ciertas opciones que puedo estar considerando.
Nos dice por ejemplo que los dones de Dios son buenos y perfectos (Santiago 1), que
Dios puede hacer cosas más abundantemente de lo que pedimos o entendemos (Efesios
3), etc.
Como en Santiago 1:5 dice: “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a
Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.”
Dios quiere que acudamos a Él. Para que su voluntad nos dirija en nuestras decisiones
diarias, porque él tiene propósitos para con nuestras decisiones. En realidad, él tiene
propósito para todo lo que hacemos. Regresando a 1 Juan 5, tenemos que asegurarnos,
a través de la palabra de Dios escrita y/o hablada cuál es Su voluntad sobre las cosas
que le estamos pidiendo. Si lo que le estamos pidiendo está con Su voluntad, podemos
estar seguros que nos lo dará si confiamos en Él.
Otra cosa importante es:
“Pidiendo con fe” Ya examinamos previamente Santiago 1:5 que habla sobre pedirle
sabiduría a Dios. Continuando con el mismo pasaje donde dice: 5 al 8
“Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos
abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada;
porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y
echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del
Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.”
Como vimos en la parte anterior, para que alguien reciba de Dios es necesario 1° pedirle
2° que lo que se pide este alineado con Su voluntad. Ahora, además de eso, se agrega
una condición más, 3° la fe. Como el pasaje anterior nos dice que si un hombre no le
pide a Dios con fe no va a recibir nada de Él.
Ahora, en cuanto al significado de la fe, la frase “pero pida con fe, no dudando nada”
(Santiago 1:6) pone a la fe y a la duda en oposición. Así que, cuando confiamos en Dios
tenemos fe y cuando dudamos de Él no tenemos fe. Por lo cual, la fe es la confianza que
tenemos en Dios mediante la cual le damos permiso de actuar en nuestras vidas. La
falta de fe no minimiza el poder de Dios para ayudarnos. Dios tiene el mismo poder,
aunque tengamos fe o no. Entonces, si le permitimos utilizar Su poder en nuestras
vidas, depende de la confianza que pongamos en Él.
esto es, si no le crees.
Como en Mateo 13 cuando El Señor fue a su propio país, “Y no hizo allí muchos
milagros, a causa de la incredulidad de ellos”. Por supuesto que Cristo podía hacer las
mismas obras ahí, así como hizo en otros lugares. Pero la gente de esa área no lo
permitió, debido a su incredulidad. (somos incrédulos como tomas, ver para creer…)
Cambiando ahora a la magnitud de la fe que se necesita para recibir algo de Dios,
Mateo 17 pone en claro que aun la más mínima creencia es suficiente para que las cosas
más grandes, sucedan:
“si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá,
y se pasará y nada os será imposible.” Mateo 17:20
Y también nos dice: “Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo
recibiréis, y os vendrá.” Marcos 11:24

De acuerdo a la frase “semilla de mostaza” se usaba como una frase proverbial que
denota a “la más pequeña partícula.” Así que, El Señor Jesús dice, fe aun tan pequeña
como una semilla de mostaza, es suficiente para mover montañas y hacer que suceda
cualquier cosa que le pidamos a Dios SI (y aquí hay un Si muy grande), como en 1 Juan
5 nos dice, lo que pedimos debe estar en la voluntad de Dios. Esta última condición es
la que muchas veces no se toma en cuenta, y nos preocupamos porque no recibimos.
Si en verdad es la voluntad de Dios entonces con un poco de creencia, así como una
semilla de mostaza es suficiente para que sea hecho. Sin embargo, si algo no está
alineado a la voluntad de Dios, incluso la creencia más grande no causará nada, por lo
menos del lado de Dios.
Por lo cual, la ecuación no es “creer=recibir” sino “creo LO QUE YA SE, QUE ES LA
VOLUNTAD DE DIOS, y lo recibo”. De ese modo, la fe no es un proceso mediante el
cual me persuado a mí mismo diciéndome que lo que voy a recibir de Dios es cualquier
cosa que se me haya ocurrido. Más bien, es mi confianza en Él, expresada mediante mis
actos a través de los cuales llevo a cabo lo que YA SE QUE ES SU VOLUNTAD. Para
ello, primero tienes la Palabra, la voluntad de Dios (escrita o hablada) para algo y
LUEGO lo crees y actúas de acuerdo a lo que dice su palabra.
Finalmente, me gustaría referirme a una razón más la cual, de acuerdo a la Biblia,
puede hacer que Dios, no responda ante las oraciones de alguien.
"Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, El Señor no me habría escuchado."
Salmo 66:18,
Como podemos ver, si el corazón del hombre guarda iniquidad Dios guarda silencio
ante sus oraciones.
A Dios le interesa el CORAZÓN, sino que según fuimos aprobados por Dios para que se
nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a
Dios, que prueba nuestros corazones. 1 Tesalonicenses 2,4
Y es lo que el pide de nosotros: Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis
caminos.  Proverbios 23,26
“Jehová está lejos de los impíos; Pero él oye la oración de los justos.” Proverbios 15:29

Conclusión
En esta noche examinamos el tema de los afanes, así como lo que la Palabra de Dios
dice sobre ellos. Como vimos: Dios no quiere que nos afanemos por nada, sino que
pongamos todos nuestros afanes en Él a través de la oración. Además de eso, también
vimos que lo que le pidamos a Dios debe estar de acuerdo con su buena, aceptable y
perfecta voluntad. Dios no nos da cosas de segunda. Su voluntad es perfecta, y lo que
tiene para nosotros es PERFECTO (Santiago 1:17).
“Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo
en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión;
Teme a Jehová, y apártate del mal; Porque será medicina a tu cuerpo, Y refrigerio para
tus huesos.” Proverbios 3:5-8
Algunas promesas para cada uno de nosotros:
Comencé hablando del covi 19: quiero dejar algunas promesas que El Señor dice para
su pueblo, en momentos donde necesitamos animación.
“Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo.”
Salmo 55:22
“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de
dominio propio.” 2 Timoteo 1:7.
“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová,
pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.” Jeremías 29:11.
“Para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque
ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros.” Hechos 17:27.
“Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él
dijo: No te desampararé, ni te dejaré.” Hebreos 13:5.
“He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están
siempre tus muros.” Isaías 49:16.
“Los que confían en Jehová son como el monte de Sion, que no se mueve, sino que
permanece para siempre.” Salmos 125:1.
“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo
Jesús.” Filipenses 4:19.
Que el Señor bendiga su palabra y nos ayude en la meditación de ella.

Potrebbero piacerti anche