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LOS EXTRATERRESTRES

HAN MUERTO
TOMO I

Rodrigo Bravo Garrido

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Los Extraterrestres Han Muerto
Primera Edición. Octubre 2017
EDITORIAL DIGITAL

©Rodrigo Bravo Garrido, 2017

Registro de Propiedad Intelectual Nº A-279158


ISBN: 978-956-368-760-6

Impreso en los talleres de La Prensa Austral


Punta Arenas, Chile
Diseño: Marcela Vargas Aguilar
Edición y corrección de textos: Lorena Díaz Andrade

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Dedicado a Teresa.

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AGRADECIMIENTOS

Mi más sincera gratitud y afecto a todos quienes cooperaron durante los años que
recopilé información y les comenté de este libro. La desinteresada colaboración de todas estas
personas me permitió consolidar este desafiante proyecto. Para cada uno de ellos, muchas
gracias.

Agradecimientos por la revisión y corrección de textos: (por orden alfabético)


- Jesús Pertierra (España)
- Leopoldo Zambrano Enríquez (México)
- Luis Carlos Sánchez Perry (Chile)
- Milton Hourcade (USA)
- Patricio Abusleme Hoffman (Chile)
- Sergio Sánchez Rodríguez (Chile)

Agradecimientos por el apoyo con material para este libro: (por orden alfabético)
- Alejandro Agostinelli (Argentina)
- Andrea Pérez Simondini (Argentina)
- Antonio Capafons Bonet (España)
- Crystian Sánchez Ortiz (Chile)
- Gustavo Rodríguez Navarro (Chile)
- José Antonio Caravaca (España)
- Leopoldo Zambrano Enríquez (México)
- Luis Altamirano Cañoles (Chile)
- Luis Carlos Sánchez Perry (Chile)
- Milton Hourcade (USA)
- Raúl Núñez Gálvez (Chile)
- Roberto Arancibia Morales (Chile)
- Sergio Sánchez Rodríguez (Chile)

A todos mis amigos, otros no tanto, investigadores, creyentes, escépticos, contactados,


negacionistas, amantes de la conspiración y sobre todo ufólogos que a través de conversaciones,
congresos, charlas, discusiones o debates, de igual manera e indirectamente contribuyeron a la
idea de fondo de este trabajo.

Agradecimientos por el prólogo:


- Crystian Sánchez Ortiz (Chile)
Agradecimientos por el diseño y gráfica de portadas:
- Tatiana Campos Carrillo (Chile)

Un especial reconocimiento a Daniel Silva Roquefort, Director de Editorial Digital, quien


efectuó la dilatada edición de este libro.

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Mi agradecimiento final es a mi esposa, Lorena Mulatti, por su amor, paciencia, intuición,
prudencia y sobre todo su apoyo inquebrantable en esta y cada una de mis pasiones.

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ÍNDICE

PRÓLOGO 11

INTRODUCCIÓN 17

I. EL MITO OVNI-EXTRATERRESTRE 21
1. GESTACIÓN Y NACIMIENTO
DEL MITO OVNI-EXTRATERRESTRE 29

II. DESARROLLO DEL MITO


OVNI-EXTRATERRESTRE Y SUS VARIANTES 47
1. EL CONTACTISMO 60
2. LAS ABDUCCIONES 115

III. REFLEXIONES FINALES DEL TOMO I 227

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PRÓLOGO

“En la escala de lo cósmico sólo lo fantástico tiene posibilidades de ser verdadero”, así lo
creía el jesuita francés Teilhard de Chardin que, siendo un fiel heredero del pensamiento mágico
religioso de su tiempo, incluía su visión personal y original al incursionar en otros ámbitos del
conocimiento como la filosofía o la paleontología.
De esta forma se refleja cómo cada individuo que pretenda investigar algo, siempre estará
atrapado por sus propias creencias, prejuicios y sesgos cognitivos.
Propio de esta cosmogonía, es que lo fantástico en ufología se transforma en verdades
absolutas y dogmáticas, tal como lo serían los fantasmas y el fenómeno Psi de la parapsicología
o los ángeles y demonios de la religión.
Las creencias son parte constitutiva del aparataje psicológico de todos nosotros y gracias
a la imaginación constituyen una fuente inagotable de elementos, los que, si no son analizados
de forma crítica, derivan en creencias irracionales, incluido el mito extraterrestre.
Es precisamente este mito, una creencia que se impregna en todos los aspectos de la vida
humana y que además se le adjudican ciertas capacidades las cuales simplemente lo explican
todo, siendo este tipo de razonamiento el que lamentablemente nos aleja de la investigación
formal del fenómeno ovni.
Cada vez que recuerdo a los ovnis y los extraterrestres no puedo dejar de ver a ese niño
pequeño en un cine capitalino que entre tirones y forcejeos se zafaba de los brazos de su madre
para escapar de la película de moda, Fiebre de Sábado por la Noche con John Travolta, para
entrar a la sala contigua en compañía de su fiel hermano menor para ver el estreno de Star Wars,
atraídos por ese gran afiche que a todo color y que entre espadas, naves y robots resultaba más
estimulante para mi mente infantil que ver a un tipo bailando.
El impacto de esta película en la generación de fines de los 70 fue un fenómeno social que
invita a pensar en la enorme influencia que tiene el cine en las personas y el cómo la ciencia
ficción puede despertar emociones tan profundas en nosotros, que sólo bastó salir de aquella
sala de cine para comenzar a mirar el cielo de otra manera e imaginar que más allá en el espacio,
en algún lugar del cosmos, se estaba desatando un verdadero conflicto intergaláctico.
El síndrome Welles es como suelo llamar a este fenómeno social inspirado en el gran
impacto que generó en 1938 un joven (Orson Welles) en un pueblo norteamericano al
transmitir en vivo por la CBS en el estudio uno de la Columbia Broadcasting en Nueva York, la
adaptación radiofónica de la novela del escritor británico H.G. Wells La Guerra de los Mundos,
y que puso al ser humano a merced de belicosos alienígenas, demostrando así el enorme poder
que tienen los medios de comunicación en la formación de ideas, creencias y realidades,
aspecto que en el fomento de los extraterrestres y sus naves interplanetarias los transformaron
en un interesante producto de mercado, canjeables en divisas económicas para sus creadores
que son más terrenales que interestelares.
Es de esta manera que las creencias en extraterrestres no provienen de la nada y
obedecen a un patrón bastante definido por la curiosidad e interés de la humanidad ante el
espacio y el universo que se presenta cada noche. De esta forma, desde el nacimiento de las
grandes civilizaciones hasta la formación de nuestros pueblos originarios, se han ido creando

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cosmovisiones e interpretaciones que evocan un origen divino o celestial que trata de responder
las eternas preguntas que están en las bases de cualquier sistema de conocimiento: ¿Quiénes
somos?, ¿de dónde venimos? y ¿para dónde vamos?
La importancia de comprender la fuerte proyección emocional y no racional de las
creencias resulta crucial para entender los avatares de ufolandia, expresión concebida por
Robert Sheaffer, un escéptico del fenómeno ovni, para referirse a todo el variopinto universo
de personajes que pululan dentro de las filas de la ufología: desde los investigadores más
honestos, hasta los charlatanes más recalcitrantes; desde los ufólatras militantes, hasta los
escépticos puros que, haciendo uso de la duda, invitan a la reflexión razonada para analizar el
fenómeno, pero que al ser minoría siempre están expuestos a los ataques encarnizados de los
creyentes fieles defensores de la Hipótesis Extraterrestre.
Como fundador del movimiento escéptico en Chile, siempre asistí a debates públicos con
distintos personajes de la ufología, tanto nacionales como extranjeros, pero debo confesar que
jamás se consiguió nada productivo, salvo entender que detrás de cada afirmación por parte del
ufólogo, se escondía un fuerte convencimiento y cierta fijación emocional ante sus creencias.
La persistencia de la irracionalidad en las discusiones revela algo de la naturaleza peculiar
de la especie humana. Existe una tendencia en el animal humano hacia la credulidad, es decir,
una facilitación psicológica a aceptar creencias no probadas con una total ingenuidad acrítica
que tranquiliza las ansias y ambición de conocimientos.
Es ante este escenario lleno de fantasías e interpretaciones diversas donde irrumpe este
lúcido y desmitificador libro que, como un bálsamo reconfortante entre tanta impureza
metodológica y charlatanería de ocasión, despierta los votos racionales de ufólogos apegados
al pensamiento crítico, que además pretenden correctamente informar y otorgar otra
perspectiva a ese público que diariamente es contaminado.
A través de este recorrido histórico, desde la gestación y el crecimiento de la ufología, se
logra trenzar el sentido con el cual se otorgó el moldear estas creencias por medio del gran
impacto en el imaginario de millones de personas alrededor del mundo.
Mediante este recorrido sensato, objetivo y reflexivo el autor, con más de 20 años de
experiencia en esta temática, nos lleva por el anecdotario tradicional de la ufología, sus
precursores, expositores, las principales corrientes de pensamiento, los testimonios y traspiés
de los propagadores del mito extraterrestre que, amparados en una falsa erudición por décadas,
mercantilizaron humaredas y usufructuaron de la ingenua y espontánea fascinación del ser
humano.
Al final de este libro, usted quedará con la sensación de haber conocido en profundidad
el fenómeno ovni y todas sus implicancias históricas, anecdóticas y psicosociales que inauguran
y sostienen aún las creencias que sustenta este mito moderno.
Finalmente, sólo me queda agregar que hemos sido testigos de una hermosa historia que
por años encendió la imaginación de los amantes del espacio y despertó nuestras ansias de
descubrir que no estábamos solos en el universo. La ciencia ficción y el cine ya hicieron lo suyo
explotando estos profundos deseos de la humanidad, pero ya es tiempo de madurar y asistir al
fin de las ilusiones y expectativas estelares que por tanto tiempo han inundado la imaginación
de los creyentes.
La muerte es un acto simbólico que se relaciona con el fin de un ciclo, pero también es un

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gesto que inaugura el sentido de trascendencia e invita a seguir con la vida. Por esta razón, que
al leer este libro, usted será invitado a comprar un paquete de flores y si quiere algunas velas
para asistir a este gran velatorio y dar su más sentido pésame a los extraterrestres y quizás a la
propia ufología.

Crystian Sánchez Ortiz


Psicólogo Aeronáutico
Fundador de la Asociación Escéptica de Chile (AECH).

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INTRODUCCIÓN

En el libro Las Palabras y Las Cosas (1966), el filósofo francés Michael Foucault plantea el
potente concepto: “El hombre ha muerto”.
Esta ambiciosa frase es la extracción radical de la figura del ser humano desde la
estructura o centro de la existencia, representación propuesta y formulada originalmente por
René Descartes el año 1637.
Seguramente, Foucault se inspiró en uno de los filósofos más controvertidos e influyentes
de mediados del siglo XIX, el alemán Friedrich Nietzsche, quien en una de sus principales obras,
La Gaya Ciencia (1882), bosqueja uno de los pensamientos más célebres, por lo que es meritorio
de múltiples estudios e interpretaciones hasta nuestros días. Esta frase dice: “Dios ha Muerto”.
Nietzsche expresa frontalmente que todas las verdades suprasensibles que se atribuyen
a la presencia omnipotente de una divinidad quedan fuera de su pensamiento, ya que para una
persona apegada a la fe se encuentran explicados todos los enigmas, como asimismo,
solucionados todos los problemas, sencillamente porque Dios impone su voluntad, pero a la vez
sufre, siente, piensa, se angustia y presagia el destino de ese ser humano creyente. Nietzsche
fundamenta su inclinación con el devenir de la vida misma y el constante sufrimiento de aquel
hombre pensante, quien desesperanzadamente se encuentra fuera del alcance de una figura
sagrada o fuerza etérea omnipresente.
Basado en este resumido bosquejo de importantes filósofos y luego de haber estudiado,
analizado y discutido la ufología por varios años, me permito plantear la frase que titula este
libro: “Los Extraterrestres Han Muerto”.
Esta analogía que esgrime a los tres autores mencionados (a pesar que dos de ellos
circulen en la ambigüedad del movimiento postmoderno) pretende alterar la errada senda por
la que transita el estudio del fenómeno ovni, intentando una vez más aproximarlo al mundo
científico, por cierto, deponiendo totalmente la explicación superficial y sobre todo mitológica
de que dichos objetos voladores no identificados corresponden a prototipos de naves
espaciales de procedencia extraterrestre, las cuales son tripuladas por alguna entidad biológica
con una inteligencia y, en algunos aparentes casos, con un nivel energético superior al de los
seres humanos.
La separación del fenómeno aéreo no identificado (FANI) con un origen extraterrestre se
encuentra fundamentada en que hasta la actualidad no hay ninguna evidencia o certeza que
valide la existencia de vida inteligente fuera de nuestro planeta. Peor aún, no preexiste ninguna
prueba objetiva que vincule o unifique de manera contundente las manifestaciones anómalas
reportadas, estudiadas y sin esclarecimiento, con los pretendidos tripulantes alienígenas o como
se intenta denominar en los últimos años: “Los alientes”.
Para analizar esta interesante materia se exhibe un conjunto de sucesos acompañados de
las instituciones y grupos ufológicos que aparentemente los investigaron, pero por sobre todo,
se ahonda en los individuos; llámense contactados, abducidos o ufólogos, quienes hasta este
momento son los genuinos protagonistas de este complejo tema.
La incierta y reduccionista explicación consignada para los ovnis, llamada Hipótesis
Extraterrestre, es poseedora de un alto grado de aceptación popular y, además, una parte

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importante de la comunidad ufológica la asume como irrefutable. Pues bien, no olvidemos que
dicha conjetura es fundamentada mayoritariamente por el estudio informal y exclusivo de
narraciones de personas, quienes son los componentes sustanciales de un mismo fenómeno, ya
sea como testigos, ilusorios mensajeros o las víctimas de figurados raptos y que en este
compendio son examinados con total objetividad, sumado a una inherente cuota de perspicacia.
Este libro exhibe la historia del mito extraterrestre fundamentado en su verídico contexto,
una difusa y complicada representación onírica de nuestros más profundos anhelos como seres
humanos. Ese mismo pensamiento, que luego fue desarrollado y perfeccionado por la ciencia
ficción, junto con la interpretación equívoca del avistamiento de Kenneth Arnold, el 24 de junio
de 1947, facilitó que en los años inmediatamente posteriores fuera creado el mito ovni-
extraterrestre que, al ser tomado como verídico por la ufología, se consolida con la intervención
de los quiméricos alienígenas a través del contactismo, primeramente, y luego de las siempre
mencionadas abducciones.
Usted, estimado lector, se encuentra cordialmente invitado a revisar todos los aspectos
fundamentales que subyacen el ilusorio enlace con los habitantes de otros mundos y que, a
través de una implícita línea de tiempo, nos permitirá sondear de manera aguda los sinuosos,
erráticos y sobre todo especulativos matices de la pseudociencia llamada ufología.

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I. EL MITO OVNI-EXTRATERRESTRE
(ovni-ET)

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El astrónomo Frank Drake1 en 1961 publica una ecuación que calcula de forma hipotética
cuántas probables civilizaciones extraterrestres existen en nuestra galaxia, con la también supuesta
capacidad de comunicarse a través de señales de radio.
A pesar de que el problema matemático no se encuentra resuelto, porque claramente
faltan datos para completarlo, la comunidad científica lo ha aceptado para el trazado de
diferentes suposiciones que además se han considerado como la primera aproximación teórica
al problema efectivo, pese a la ignorancia que tenemos del universo y a la lentitud que significan
las señales de radio en las inconmensurables distancias que posee el espacio para consumar la
tan anhelada comunicación con otras civilizaciones.
Es preciso delinear que la aspiración de encontrar vida fuera de nuestro Sistema Solar es
un anhelo que muchos tenemos y que ante cualquier información relevante que se conozca, ya
sea de las agencias espaciales o de SETI2, por ejemplo, de inmediato irrumpirá nuestra esperanza
más oculta de que ese afán sea una realidad. Pero exhortando los hechos concretos, en las
pruebas objetivas, en las evidencias o tan sólo en los indicios, hasta el momento y para el
desconsuelo de nuestras aspiraciones, la vida extraterrestre no existe.
Si analizamos someramente la ecuación de Drake y observamos que es una conjetura
matemática imperfecta, pero que brinda la posibilidad de encontrar al menos diez civilizaciones
inteligentes y que puedan comunicarse hacia el exterior, sumándole la información de que
nuestra galaxia es una entre las quinientas mil millones que han sido detectadas hasta ahora en
el universo conocido, usted puede sacar sus propias conclusiones referente a que es plausible
el razonamiento y apertura a la preexistencia de vida en él. En estricto rigor lógico, es una
especulación razonable, como le gusta tanto a algunos amigos míos ufólogos y, por ende, es una
conclusión obtenida meramente del sentido común.
El problema no es la existencia de esa vida, el inconveniente es concebir cómo bajo las
leyes de la física que nosotros conocemos, estudiamos y utilizamos, una potencial civilización
realizaría los viajes o traslados desde las siderales distancias en las que eventualmente se
encuentra, hasta nuestro humilde planeta, o sencillamente se pueda comunicar a través del
espectro electromagnético con señales de radio, conociendo el retraso que significa transmitir
un mensaje en una banda de alta frecuencia que, por ejemplo, se demoraría cuatro años en
llegar a nuestra estrella más cercana que es Alfa Centauro3.
En el caso que civilizaciones mucho más avanzadas realizaran de manera fortuita un viaje
a través del espacio y tiempo llegando a nuestro planeta, es tal nuestro egocentrismo como
seres inteligentes que creemos que todas y cada una de las especies extraterrestres que
probablemente habitan el universo, deben casi por obligación visitar e intervenir en nuestra
cultura.
En esta sensible, interesante y eterna discusión, lo más importante es relegar los credos
individuales, ya que la propia historia de la humanidad nos exhibe la formidable capacidad de
creencia que poseemos como seres pensantes y en este tema los dogmas no nos colaboran para
analizar con objetividad el mundo que nos rodea y cada uno de los fenómenos e interrogantes
que aún no se encuentran resueltos.
No es menor el interés del ser humano por satisfacer esa verdadera duda existencial sobre
el origen y sentido de las cosas, al igual que conocer la raíz de la existencia misma. Por ende,
desde la antigua Grecia que se establecen debates y especulaciones acerca de la vida en el

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universo, pero en los últimos setenta años se articula y consolida dentro de fenómenos que se
observan en los cielos y que no necesariamente guardan relación alguna con la exobiología o la
astronomía a las que hago referencia.
Entonces, desde una perspectiva histórica y más bien psicosociológica, es muy atractivo
examinar la condición, los orígenes, el desarrollo y la actual agonía de la forzada mancomunidad
teórica, entre la potencial vida en el cosmos y el mito moderno de los objetos voladores no
identificados que comienza explícitamente a partir del año 1947.
Es aquí donde está la demarcación concreta de un fenómeno aéreo anómalo, del cual no
dudo en absoluto de su realidad dada mi experiencia como testigo y que presento con detalle al
final del Tomo II de este trabajo, pero al realizar un análisis de esta situación y de las múltiples
que se publican permanentemente denota que el estudio se ha desvirtuado a tal extremo que
hoy no es posible hablar de ovnis sin encadenar de inmediato y de forma automática la palabra
extraterrestre.
Ahora bien, esta pretensión obsesiva, en algunos casos, es una clara muestra de que este
fenómeno es un mito moderno y que ha incidido en múltiples formas en nuestra sociedad.
Para un mejor entendimiento del mito, su definición señala que son historias que desde
la antigüedad se concentran en la divinidad y en la cosmogonía, abordando el problema de la
existencia, como de la creación y de la destrucción de nuestra especie y los lazos de la
humanidad con el entorno o la naturaleza.
A mediados del siglo XX el psiquiatra Carl Jung4 define la mitología como parte del
inconsciente personal, como paralelamente del inconsciente colectivo de los seres humanos.
Plantea Jung: “La vida psíquica es la mente de nuestros viejos antepasados, su concepción
de la vida y del mundo, de los dioses y de los propios seres humanos”.
En este sentido, Jung no podía establecer un concepto más sagaz y exacto acerca de la
cuestión ufológica, cuando en el año 1958 publica un libro que establece los primeros
fundamentos e indicios de que este fenómeno aportaría significativas consecuencias en nuestra
sociedad. El libro A Modern Myth of things seen in the Skies5 (Un mito moderno sobre cosas que
se ven en el cielo) deja instaurado teóricamente el camino que seguiría el tema desde la
perspectiva psicosociológica, pero fundamentado en lo que precisaremos en este ensayo como la
gestación, nacimiento y desarrollo del mito de que los ovnis son naves extraterrestres, el que en
su etapa actual se encuentra agonizante antes de su inevitable expiración.
Jung, además, rotula idóneamente los arquetipos que el hombre moderno proyecta con
los fenómenos anómalos observados, estudiando el ovni como un rumor, atendiendo a la
simbología onírica y artística pretendida para estas manifestaciones, algunas de las cuales
carecen de una explicación racional, por cierto, pero que refleja de muy buena forma el filósofo
Platón6 con su “Mito de la Caverna”, planteando que la única forma de acceder a la realidad es
a través del uso de la razón y no de los sentidos, ya que éstos generalmente nos engañan.
Entonces si los fenómenos anómalos registrados son una cosa y las suposiciones para
explicarlos son otra, como prioritariamente se utiliza la Hipótesis Extraterrestre o HET, la
interrogante esencial que acicala estos setenta años desde el nacimiento de la era moderna de
los ovnis es más breve y concisa de lo que podemos imaginar.
Esa pregunta es: ¿Desde cuándo se especula que los Objetos Voladores No Identificados
son extraterrestres?

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Esta es una de las incógnitas que después de años de estudio he podido responder y este
trabajo tiene el fiel propósito de compartir esa información, exhibiendo además los
protagonistas y en especial los omitidos escenarios donde se desarrollan estas historias, para
que al poseer todos los antecedentes que conciernen a este fenómeno y todos sus matices,
usted, estimado lector, saque sus propias conclusiones.

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1. GESTACIÓN Y NACIMIENTO DEL MITO OVNI-EXTRATERRESTRE

Tal cual como desarrollamos la vida los seres humanos, es la analogía que he propuesto
para explicar de manera sencilla la gestación, nacimiento y muerte del mito ovni-ET.
La separación en tres fases permite un mejor entendimiento del proceso cabal que ha
significado el tema, donde intervienen ideas globales, hechos concretos y personas claves, los
cuales, en conjunto a una complacencia social muy interesante, dejan de manifiesto el sentido
antropológico y su correlación directa con las creencias del hombre.
En efecto, para comenzar el estudio de la gestación del mito, debemos situarnos en la
historia del pensamiento social y en especial del siglo XX, ya que tal cual señala Ignacio Cabria7,
en su libro Entre Ufólogos, Creyentes y Contactados8: “El que las visiones OVNIs impliquen objeto
con existencia física real, se trate de un fenómeno psicológico o tenga una raíz sociológica, no
cambia nada la justificación de su estudio desde un punto de vista antropológico y social”.
Es seductor indagar toda la información que nos colabore con alguna de las explicaciones
del fértil engranaje de esta temática y, al mismo tiempo, deducir cómo este fenómeno se
posesiona en el centro de atención y entretenimiento de millones de personas alrededor del
mundo.
Insisto en la existencia de fenómenos de diversa índole y que no tenemos la capacidad de
conocer en profundidad o simplemente omitimos su efectividad y su verdadero origen. Esto se
consuma debido a que la ciencia no posee las herramientas técnicas y teóricas para ahondar un
estudio en muchos de ellos. Hago hincapié en fenómenos físicos, que se enmarcan directa o
indirectamente con la temática ufológica, como son las anomalías meteorológicas y
astronómicas, sumado a toda la gama de fenómenos de orden psicosocial, históricos y sobre
todo antropológicos, considerando en estos últimos los vinculados a cultos y la religión.
Examinar el estudio de los no identificados requiere un completo análisis del conjunto de
elementos que subyacen a los fenómenos físicos observados y que independiente a sus
heterogéneas raíces o impedimento para estipular sus causas, la sociedad occidental en
particular los ha reportado y nombrado como manifestaciones de orden sobrenatural, las cuales
sin confirmación alguna corresponderían a la presencia de objetos tecnológicos de origen
extraterrestre.
Esta clasificación simplista de los ovnis es la derivación y vitrina de una serie de procesos
culturales, en los que se ampara un fenómeno social en todo el globo sustentado en una serie
de manifestaciones aleatorias, inconexas y de múltiples orígenes que hasta el día de hoy no
tienen explicación alguna.
Para unificar estas afirmaciones me respaldo en uno de los autores más prolijos que existe
en cuanto a temas sociales: Salvador Giner9, quien dedica un capítulo completo de su libro
Historia del Pensamiento Social10 a la llamada “Filosofía de la Crisis”.
En un principio, las explicaciones de índole psicosocial son extremadamente confusas de
ordenar y de un complejo entendimiento, ya que el propio Giner cuando bosqueja la crisis de
la sociedad actual realiza una transferencia histórica con un penetrante diagnóstico que atañe
desde la misma Ilustración y la separación de la filosofía con la ciencia, hasta los procesos de
cuestionamiento en todo orden político, económico y religioso que se viven en nuestros días.
Pero en este caso, basta con ilustrar ciertas efemérides que supeditan ensayos, postulados e

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ideas, como asimismo, el nacimiento de la ciencia ficción y el comienzo de movimientos
pseudocientíficos para generar el escenario perfecto con el que se establece la Hipótesis
Extraterrestre, la cual, y como veremos, aparece mucho antes que surgieran los propios ovnis.
En otras palabras, la evolución del racionalismo en todo lo que incumbe al quehacer
humano se sostiene y apunta al vertiginoso desarrollo de la ciencia y tecnología, lo que al mismo
tiempo alimenta los anhelos e imaginación del hombre pensante quien, junto con ser
beneficiario de estos adelantos, edifica realidades imaginarias y mundos paralelos análogos que
contribuyen a su entretención y, de forma tergiversada, a la progresión de su conocimiento.
Inexcusablemente la revolución industrial, las nefastas guerras mundiales y la
propagación de ideologías extremas, forjan en el mundo una alteración cultural de
insospechadas consecuencias, donde inicialmente los misterios clásicos del ser humano asfaltan
el camino donde la ciencia ficción con sus ideas y la ufología, inicialmente como pseudociencia,
a partir de 1947, consiguen el ambiente perfecto para la resurrección y propagación de mitos y
leyendas de la antigüedad, pero con ribetes tecnológicos acordes a los nuevos tiempos.
Estos procesos culturales, políticos y sociales nos explican en gran medida cómo el mito
ovni-ET y sus múltiples variantes consiguen prosperar plácidamente y de manera tan exuberante
en una sociedad completa.
Por esta razón, esbozo como analogía las fases de la maternidad para moldear y deducir
la concepción del mito extraterrestre previo al caso Arnold del año 1947, reporte que constituye
un evento fortuito, pero que origina el contexto ideal para la inmediata unificación de ideas
gracias a personajes determinantes, lo que confirma que todo lo sucedido en esta materia no es
casual y, por ende, cada evento traerá sus propias consecuencias.
Empecemos reconociendo que el ser humano desde los orígenes de la civilización ha
buscado respuestas a interrogantes propias de la vida y acá podríamos establecer un eterno
debate sobre todos los principios de la ciencia madre que es la filosofía, ya que estudia los
problemas fundamentales de cuestiones como el ser, los entes, el conocimiento, la verdad, el
lenguaje y todo cuanto nos permita saber y amplificar nuestra capacidad de entendimiento de
las cosas.
Desde que somos niños, generamos el conocimiento a través del razonamiento intuitivo,
es decir, un proceso que produce creencias naturales como sobrenaturales. Así lo plantea el
psicólogo inglés Bruce Hood11 en su libro Supersense12 (Supersentido).
Por consiguiente, la fe en todo lo sobrenatural es algo mucho más común de lo que
pensamos y es imposible eliminarla, aunque alcancemos una educación científica, ya que este
autor señala que nacemos con un cerebro que está preparado para dar sentido a todo lo que
nos rodea, aunque sea a través de explicaciones que superan lo racional y lo natural. Lo que
también se denomina por algunos expertos como la capacidad de supervivencia, que asimismo
permite que distingamos cosas donde no las hay, creemos patrones, fuerzas, energías u otros
elementos que operan en el mundo, a pesar de que la ciencia los niegue categóricamente o no
exista una prueba objetiva que los ratifique.
Sumemos la capacidad humana para producir el “prejuicio confirmatorio”, que también
señala Hood. Consiste en que al momento que creemos en algo, cada vez encontramos más
evidencias de que eso es cierto, ya que permanentemente recordamos los hechos que
confirman nuestras creencias, pero generalmente olvidamos aquellos que las desafían, lo cual y

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para este tema, por ejemplo, manifiestamente facilita a los creyentes de la Hipótesis
Extraterrestre el reconocimiento sin cuestionamiento alguno de que los ovnis son aparatos de
origen alienígena inteligente.
Admito que ahondar y deducir los procesos culturales de los últimos 120 años, y que explican
la inserción de los ovnis y sobre todo de la popular HET, es mucho más sencillo de lo que parece,
estableciendo en la fecundación para este mito moderno aspectos tales como las creencias, los
dogmas y la historia, sin dejar de lado el mundo del misterio y el de las pseudociencias que se han
encargado de difundir esta idea de manera formidable.
Al hablar explícitamente de propagación para la idea de los visitantes, descubrimos
variadas publicaciones a través de la historia que mencionan en forma tácita o manifiestamente
el concepto de vida inteligente fuera de nuestro planeta.
No es extraño que desde la cultura griega se implante el pensamiento de que no estamos
solos en el universo y así asoma, por ejemplo, el trabajo del filósofo Plutarco13, quien en su obra
La Moralia describe en el texto de Filosofía y Ciencia la obra De la Facie in Orbe Lunae (En la Faz
de la Luna), entablando desde una perspectiva teórica la discusión relacionada con la posibilidad
que existan habitantes en la superficie lunar y, por ende, vida fuera de la Tierra.
No podemos eximir de estos pensamientos a otros filósofos previos y sobre todo a
distintas culturas que además añaden un inmenso repertorio de ideas convertidas en metáforas,
poesía y tantas otras expresiones del pensar como formas de entender el mundo y tentativas
imaginarias para resolver todos sus misterios. En definitiva, este conjunto de relatos es lo que
se conoce como mitos, los cuales son creados y difundidos junto con el nacimiento de la
capacidad de comunicación del ser humano.
Posteriormente, entre los años 1507 y 1532, el astrónomo polaco Nicolás Copérnico14
entre sus múltiples trabajos e investigaciones escribe De Revolutionibus15, donde junto con
plantear la teoría heliocéntrica del Sistema Solar, manifiestamente abre la opción a la pluralidad
de otros mundos, lo que también es considerado por algunos autores como la revolución
copernicana.
En este tenor, los hombres que asentaron las bases de la ciencia durante la época del
Renacimiento, emprendieron propuestas y opiniones fundadas gracias a los descubrimientos en
materia de astronomía y al uso de la razón, abriendo de esta forma paso a una legítima
especulación sobre la posibilidad de vida en el cosmos.
También se destaca la obra de Galileo Galilei16, entre los años 1585 y 1590, donde basado
en las escrituras sagradas se edifica la eventualidad de una diversidad de mundos habitados, por
cierto, gracias a la inferida magnificencia que se le otorgó en ese entonces a la divinidad.
De forma semejante otros filósofos, teólogos, hombres de ciencia y literatura plasmaron
en parte de sus publicaciones e investigación la concepción puntualizada de vida en cualquiera
de sus formas fuera de nuestro planeta. Es bastante extensa esta lista, pero no deja de llamar la
atención esta inquietud expresa del ser humano de saber o conocer acerca de todo lo que nos
rodea y ahí se ciñe la incógnita del universo, tal cual propone el citado psicólogo Hood.
Entonces no es extraño distinguir en este tipo de especulación racional a filósofos como
Johannes Kepler17 o Immanuel Kant18 y que evidentemente se circunscriben al período de
movimiento intelectual denominado La Ilustración, que se origina en el Renacimiento y culmina
en la Edad Moderna.

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No obstante, debemos hacer una separación de las ideas especulativas basadas en los
descubrimientos de la ciencia o en la evolución de nuevas corrientes de pensamiento filosófico,
de las narraciones imaginarias que transforman el contexto de un escenario narrativo a una
improbable realidad empírica. Me refiero específicamente a la ciencia ficción.
Inexcusablemente, este género literario es el que permite aquella atractiva transmutación
de la fantasía a la realidad y que a la postre simboliza la conexión indisoluble que hasta nuestros
días existe: que los ovnis son extraterrestres.
De forma semejante a muchos fenómenos sociales, no existe un acuerdo entre los
especialistas de la temática sobre la definición exacta, ni los orígenes puntuales de la ciencia
ficción, ya que en un principio, como escritos independientes entre sí, se insertan en la cultura
popular occidental despertando un masivo interés, lo que consiente una soslayada evolución
desde los libros a las posteriores revistas o cómics exclusivos del género, como también al
subsecuente cine y la televisión.
También debemos considerar que la ciencia ficción es quizás la prolongación reciente de
las pretéritas leyendas o cuentos con los cuales se transmitían reseñas, datos y testimonios de
suma relevancia a través de las generaciones de disímiles culturas. La discrepancia fundamental
es que los ya mencionados mitos eran apreciados como la verdad irrefutable y a veces sagrada,
a diferencia de nuestros tiempos donde la relatividad de la información, sumado al
conocimiento concreto que la ciencia nos ha permitido alcanzar, admiten que cada uno de los
antecedentes que se posean o se transfieran sean cuestionados y verificados
permanentemente. No obstante, acá emerge un problema no menor que favoreció
excepcionalmente la propagación del mito ovni-ET y es que, desde fines de 1948, y explicaré los
fundamentos, la sociedad occidental en un porcentaje muy alto promovió la mezcla
indiscriminada de la fantasía con la realidad, dejando a la ciencia ficción en cualquiera de sus
formas como una voz extraoficial que advertía lo que ciertas autoridades o poderes querían
imaginariamente silenciar.
Por consiguiente, la ciencia ficción es una de las semillas principales para la concepción
del mito extraterrestre y por ello es fundamental revisar su historia, a pesar de que existe una
eterna discusión sobre cuáles serían las primeras obras que se enmarcan en el contexto de este
género literario.
La primera es la obra de Kepler escrita en el año 1608, denominada Somnium Sive
Astronomia Lunaris, la cual fue publicada póstumamente en 1634.
Esta novela fantástica narra el viaje hacia la Luna de un joven islandés llamado Duracotus,
en compañía de su madre Fiolxhilda; un acontecimiento impensado de llevar a la práctica para
ese entonces, pero basado en obras de la Grecia Clásica, permitirían imaginarlo y trasladarlo al
papel como un entretenido cuento, considerando además los descubrimientos que Kepler
realizaba en astronomía por esos años.
La otra novela con la cual compite según los expertos fue escrita doscientos años después
y se remonta a 1818, correspondiendo a la obra de Mary Shelley19, titulada El Moderno Prometeo
o mundialmente conocido como Frankenstein, en honor al personaje que da vida a un ser hecho
de partes de cuerpos humanos y que envuelve la definición literal de esta temática narrativa, la
cual describe sucesos ficticios o fantásticos sustentados en los progresos de la ciencia.
Para muchos, desde esta publicación nace el segmento primitivo de este género, el cual

20
se establece entre los años 1818 y 1937.
No hay un acuerdo sobre el proceso evolutivo de este modo literario, ya que existen obras
previas a Frankenstein y que corresponden a los autores franceses Daniel Jost de Villeneuve, en
1761, y Louis-Sébastien Mercier en 1771, quienes se delimitan dentro de un segmento
denominado protociencia ficción.
Es obvio que el fondo histórico es muy atrayente e invita a profundizar mucho más en
esta materia. Tampoco se puede dejar de mencionar a los verdaderos precursores del género
como son Julio Verne20, Wells21 y tantos otros autores que contribuyeron de manera excepcional
a equiparar los cuentos con la realidad acreditada del momento. Es decir, la ciencia ficción
consigue el traspaso del conocimiento científico disponible a las historias que germinaban,
haciéndolas de esta forma más atractivas y creíbles para los lectores.
El concepto original es implantado irrebatiblemente por Hugo Gernsback22, propietario
de la casa editorial Experimenter Publishing, matriz de la revista estadounidense Amazing
Stories, la que en abril de 1926 lanza su primer número donde introduce la frase “Science &
Invention”, edificando así el concepto implícito a las historias fantásticas que se publicarían a
partir de ese momento.
Dicho de otro modo, Amazing Stories, o simplemente Amazing, es la publicación que
consolida el etéreo e inquebrantable pensamiento de que fuera de nuestro planeta preexiste
vida inteligente y que además consigna una alta probabilidad de que esas inteligencias nos
visiten.
Si hacemos una revisión aleatoria de diferentes ediciones, historias, gráficas y portadas,
nos daremos cuenta que persistentemente se inserta de forma masiva en Estados Unidos, y en
todos los países donde llegó esta publicación, la idea de que máquinas voladoras con variadas
formas, prevaleciendo las discoidales, aparecían en los cielos y llegaban con sus tripulantes.
Tenemos que considerar también la novela de ciencia ficción La Guerra de los Mundos de
H. G. Wells en 1898, como también El Libro de los Condenados de Charles Fort23, obra que
favoreció la inclusión del tema dentro de los enigmas que supuestamente la ciencia omitía en
su estudio formal, siendo ambas complemento dentro del proceso señalado como gestación del
mito extraterrestre.
Amazing, en cambio, otorgó todas las iconografías necesarias para exponer esta
posibilidad, pero de manera tal que pese a ser cuentos fantásticos, las personas quedaran con
una sensación de que algo podría ser real. Ese algo es lo que hasta nuestros días los divulgadores
de la HET, ya sea ufólogos, pensadores mágicos y sobre todo contactados, utilizan para
mantener vivo este mito.
A fines de la década del 30, Amazing fue comprada por Ziff-Davis producto del bajo número de
ejemplares que vendía, ya que connotados escritores como el popular Isaac Asimov o Ray Bradbury
publicaban en otros medios, entre los que se destacaron Startling Stories, Thrilling Wonder Stories o
Planet Stories.
Esto obligaría a modificar la estrategia de marketing y a la vez integrar nuevas personas con una
savia renovadora más audaz.
Es así como en febrero del año 1938 es contratado Raymond Palmer24 como editor, dada
su experiencia y sobre todo fanatismo en la ciencia ficción, confiriendo otro tipo de
herramientas para este medio, las que en definitiva cambiaron radicalmente su historia.

21
Palmer comenzó de inmediato el aumento y la extensión de cuentos fantásticos,
complementando Amazing con Fantastic Adventures, lo que acrecentó la venta de números de
forma considerable.
No existen fuentes que permitan comprobar que el Radio Teatro La Guerra de los Mundos
(H.G. Wells), dirigido y transmitido por Orson Welles a través del sello CBS, el día 30 de octubre
de 1938 en Nueva York y Nueva Jersey, inspirara una mayor inserción del género extraterrestre
en Amazing, pese a que alternadamente desde 1926 se publicaban historias de este tipo. Pero lo
que es irrefutable fue el pánico colectivo que generó aquel radio teatro en la sociedad
norteamericana de ese entonces y esa sensibilidad sería acrecentada por una de las invenciones
de mayor éxito en las cuales trabajó arduamente Palmer: la historia del Misterio Shaver.
Un habitante de Pennsylvania llamado Dick Shaver envió una carta a Amazing, en el año
1943, donde revelaba la verdad acerca de una extraña raza que habitaba bajo la superficie de la
tierra y se denominaba “Los Deros”.
Al ser publicada en la revista, inmediatamente, comenzaron a llegar decenas de cartas de
lectores confirmando la realidad de esa historia, ya que reconocían los mismos acosos que estos
seres le ocasionaban a Shaver.
“Los Deros” utilizaban una especie de rayo con el cual podían ingresar a la mente de las
personas, tal cual comentaba Shaver, relatando que mientras trabajaba como soldador escuchaba
voces que le señalaban la forma en que estos seres subterráneos controlaban la vida en la
superficie de la Tierra.
La carta original posteriormente se transformó en una novela, la que fue publicada en
1945 y cuyo nombre es I Remember Lemuria (Recuerdo Lemuria), donde se relataba por
completo el Misterio Shaver.
Fue tal el éxito que Palmer consecutivamente adquirió una gran cantidad de historias
escritas por este personaje, las que siguieron publicándose mientras proseguía la recepción de
correspondencia que comenzaba a mencionar la interacción con los seres subterráneos y las
observaciones de diversos fenómenos que ciertamente eran asociados a “Los Deros”, lo que
evidenciaba la indiscriminada mezcla de fantasía con la realidad en una parte importante de la
población estadounidense.
Como la vorágine fantástica no cesaba, en septiembre de 1946, Palmer, con el seudónimo
de Dick Shaver, publica en Amazing la novela Earth Slaves to Space (Esclavos de la Tierra para el
Espacio), cuyo contenido estaba basado en la visita de seres de otros mundos en naves espaciales
con el propósito de secuestrar humanos y así esclavizarlos, además de la aparición de extraños
hombres que eran emisarios de estos alienígenas.
Como vemos, la inclusión del tema extraterrestre comienza a tomar forma, ya que de una
u otra manera en la iconografía de Amazing, desde la llegada de Palmer, se acrecientan los
dibujos de naves, seres y todo cuanto guarde relación con visitantes del espacio y sus efectos en
nuestro planeta.
Pese a los éxitos de venta, también hubo críticas en relación a las historias que estaba
ofreciendo la revista y lógicamente esos ataques estaban apuntados a su editor.
Mientras seguían llegando más relatos de observaciones de “Deros” y la propagación
masiva del Misterio Shaver, ocurre una efeméride que logra trasladar a la realidad el persistente
trabajo del mundo de la ficción: la observación de nueve objetos voladores no identificados por

22
parte del piloto Kenneth Arnold25, el día 24 de junio de 1947.
Este singular hecho, el cual estuvo en diversas portadas de periódicos los siguientes días,
no hubiese tenido una mayor trascendencia a nivel local y mundial si el propio Ray Palmer no se
hubiese percatado que los mismos aparatos que fabricó por años en la mente de muchos
lectores se hicieron verdaderos.
Aprovechando esta inesperada coyuntura y sumado a los problemas que comenzó a tener
por la publicación indiscriminada de historias ficticias, Palmer toma una decisión que es clave
para la temática ovni, ya que decide publicar todo lo que tenga relación con el tema en un solo
número de Amazing y consecutivamente en 1948 abre su propia revista con el seudónimo de
Robert N. Webster, a la que bautiza con el nombre de FATE. En su primera portada sitúa un
dibujo del avión Callair A-2 piloteado por Arnold con dos de los nueve objetos que observó
originalmente, los cuales por los movimientos descritos por el testigo eran comparados con una
piedra lanzada horizontalmente en una superficie de agua, estableciéndose de esta forma el
concepto de Plato Volador.
En forma paralela, aparece en escena el Mayor retirado de la Infantería de Marina
norteamericana Donald Keyhoe26, quien le otorga el desprovisto condimento al mito ovni-ET al
que hago referencia en este capítulo y que sin lugar a dudas es junto con Palmer un personaje
de vital importancia.
Este Oficial retirado gozaba de una vasta experiencia como escritor, ya que desde sus
primeros años vistiendo el uniforme escribió un importante número de cuentos, casi todos
vinculados al mundo aeronáutico y a la creación de interesantes personajes.
Estos cortos de ficción en su gran mayoría fueron difundidos, obteniendo un amplio
prestigio entre los seguidores de esta corriente literaria.
Posterior al caso Arnold de 1947, Keyhoe se interesó en forma inmediata en los platillos
voladores, pero no con mucho entusiasmo, ya que inicialmente su postura fue más bien
escéptica.
El cambio de enfoque y de opinión obedece quizás al incremento exponencial de los
reportes de observaciones, los cuales fueron permanentemente divulgados y se transformaron
en un tema de moda, contraviniendo simultáneamente con lo informado por la USAF27 a través
del Proyecto SIGN, donde no se consideraron reales las denuncias y menos que las entidades
divisadas poseyeran un origen extraterrestre.
Sumemos el fatal accidente protagonizado por un piloto de la Guardia Nacional, el Capitán
Mantell28, el 7 de enero de 1948, mientras perseguía un supuesto objeto no identificado en los
cielos de Kentucky, el cual fue ampliamente cubierto por la prensa y que en gran medida
acrecentó el interés, además de modificar súbitamente la percepción de los llamados Platillos
Voladores.
El caso Arnold y el accidente de Mantell tenían un ornato especial para el naciente
fenómeno, ya que ambos reportes provenían del mundo aeronáutico, por lo que no podrían
existir dudas de un fenómeno físico y real.
Estos dos incidentes emblemáticos, uno con el trágico fallecimiento de un condecorado
piloto y el aumento de las denuncias de testigos en todo el territorio norteamericano,
acentuaron las noticias vinculadas a esta insólita cuestión convenciendo a muchos que los
platillos voladores eran reales, entre los que se considera al Mayor Keyhoe.

23
En medio de esta contingencia, la editorial de la revista True invita a este militar a redactar
un ensayo sobre el tema del momento, considerando su prestigio como escritor y el importante
número de obras que ya había publicado.
Es así como Keyhoe redacta el artículo titulado: “Flying Saucers Are Real” (Los Platillos
Voladores son Reales) en la edición de diciembre de 1949 de True Magazine, causando una
inmediata sensación de certeza en los lectores, ya que su propuesta encajaba con las primeras
creencias y especulaciones de una sociedad convulsionada por este tipo de reportes.
Inmediatamente en 1950 Flying Saucers Are Real se convierte en un libro cuya venta fue
masiva, ya que se lanzó en una edición de bolsillo y a muy bajo costo por Gold Medal Books.
Las ideas que propuso Keyhoe en su trabajo ostentaban la ficticia garantía que eran
procedentes de una persona con formación militar, lo que también colabora a ratificar el
pensamiento de miles acerca de la existencia de los platillos voladores. Esos creyentes fueron
los que sistemáticamente por años recibieron esta información a través de las historias de
ciencia ficción suministradas por editores como Ray Palmer, por ejemplo, y que revela las
razones por las cuales se propaga tan fácilmente este mito moderno, dejando en claro que antes
de la llegada de los ovnis producto del avistamiento de Arnold, ya en el inconsciente colectivo
estaba presente la figura de los alienígenas.
Conjuntamente, Keyhoe plantea el ocultamiento de todos estos antecedentes por parte
de las autoridades gubernamentales, ya que como era de suponer, el origen de los aparatos
observados era extraterrestre y con al menos dos siglos de permanentes visitas a nuestro
planeta, las cuales se incrementaron posterior al lanzamiento de las primeras bombas nucleares.
Con este primer compendio de platillos voladores, el ex infante de marina cultiva las dos
columnas fundamentales con las cuales aún se sostiene parte de la ufología:
La Hipótesis Extraterrestre y la Teoría de la Conspiración, esta última tan vanagloriada
cuando en la década de los 90 se inicia la difusión de la popular serie Los Expedientes Secretos
X, con su afamada frase “El gobierno niega tener conocimiento”.
Luego de la prolongada gestación, el libro Flying Saucers Are Real es el elemento clave
que otorga la luz verde para que el mito ovni-ET por fin naciera y comenzara su desarrollo en
nuestra sociedad.

24
II. DESARROLLO DEL MITO OVNI-
EXTRATERRESTRE Y SUS VARIANTES

25
El mito ovni-ET nació como consecuencia de múltiples factores entre los que se destacan
las ideas del ser humano pensante y que observa su entorno, la literatura de ficción que
imaginariamente completó las zonas vacías dejadas por la ciencia y finalmente la denuncia
“formal” del primer avistamiento que permite la inserción de personajes que, aprovechando esa
contingencia, reforzaron el concepto de que seres inteligentes provenientes del espacio nos
visitaban.
Resulta más simple de lo pensado concebir el proceso por el cual transitó este mito
moderno, antes de convertirse en una realidad irrefutable para algunos, como actualmente es
planteado por ciertos ufólogos.
Sobresale el período entre los años 1947 y 1951 como una sucesión de eventos muy
atractivos de analizar, sin desconocer que la etapa de gestación comienza desde la antigua
Grecia y se mantiene únicamente con ideas escritas y el manejo de la imaginación humana, hasta
la divulgación del caso Arnold a partir del 24 de junio de 1947.
Inmediatamente se añadieron nuevos condimentos, como por ejemplo la publicación del
mencionado caso en la revista FATE al año siguiente, para que definitivamente a fines de 1949
se desencadenara la instauración del mito con la publicación del Mayor Keyhoe, permaneciendo
así desde entonces apto para su crecimiento y futura propagación en una sociedad ávida de
elementos insólitos que sanearan las heridas producidas por dos conflictos mundiales, como
también de un conflicto ideológico que separaría al globo por décadas en dos bloques: la
denominada Guerra Fría.
Tal como mencioné, posterior al lanzamiento del libro Flying Saucers Are Real, la
población y algunos divulgadores no dudaban del origen extraterrestre de las naves denunciadas
e interesantemente continuaron los proyectos de investigación por parte de las autoridades
estadounidenses dado el revuelo que detectaron en la sociedad.
Acá resaltan los primeros programas de investigación de los denominados “platillos
voladores”, una vez acontecido el caso Arnold, siendo el primero el Proyecto Sign (Señal), el cual
se conforma durante el año 1948. No fue hasta principios de 1949 cuando se dieron a conocer
sus categóricas conclusiones donde se señala que algunos objetos avistados parecían
representar aeronaves reales, sin lograr determinar tajantemente su origen.
Este resultado y las consecutivas denuncias de avistamientos, obligó a que se continuara
con la recopilación de antecedentes en un nuevo programa denominado Grudge (Rencor), a
mediados de 1949. Este nuevo proyecto estaba al mando del Capitán Edward Ruppelt29, el cual
en agosto de ese año emitió su único informe, que en pocas palabras indicaba que no se tenían
pruebas de que los objetos denunciados fuesen el resultado de un desarrollo científico avanzado
y externo, por lo que no constituían una amenaza directa a la seguridad nacional
norteamericana.
El Proyecto Grudge, también materializado por la recién creada Fuerza Aérea de los
Estados Unidos, contó además con la colaboración de la CIA30, una oficina de inteligencia que
nace de forma paralela en la llamada Acta de Seguridad Nacional de 1947.
Seguidamente se conforma un tercer grupo de investigación en el denominado Proyecto
Libro Azul, desde el año 1952 y concluyendo en diciembre de 1969.
Este nuevo programa, también dirigido por el Capitán Ruppelt, pero solamente hasta fines

26
de 1953, trajo consigo una serie de innovaciones en la terminología y en los enfoques de la
casuística, comenzando por la modificación del concepto Flying Saucers (Plato Volador) a
Unidentified Flying Object (Objeto Volador No Identificado), con su popular acrónimo UFO que
es utilizado hasta nuestros días. Asimismo su estudio se denominó ufology, o conocido en español
como la “ufología”.
En estricto sentido etimológico, la palabra ufología es un anglicismo dada la universalidad
del concepto que posee y el entendimiento global que la acompaña.
Como vemos, esta expresión mezcla el inglés y el español, ya que el acrónimo Ufo se
combina con la palabra griega Logia, que significa estudio o ciencia y que la propia Real
Academia Española define la palabra ufología como: “El estudio de los fenómenos asociados a
los ovnis”, a pesar de ser un subterfugio lingüístico forzado y que debería simplemente
denominarse ovnilogía.
A modo de paréntesis, si la propia expresión que menciona el estudio de este fenómeno ya
posee problemas lingüísticos o gramaticales… imagínense lo que queda para el resto.
Retomando el Libro Azul, en este proyecto ingresa en totalidad al círculo “ufológico” el
reconocido astrofísico Josef Allen Hynek31. Digo en totalidad, ya que inicialmente fueron
requeridos sus conocimientos por la USAF solamente en el Proyecto Sign en 1948, y
subsiguientemente asesora este tercer programa desde su creación en el año 1952.
Es ineludible hacer una abstracción sobre la figura de Hynek, ya que es considerado como
uno de los padres de la “ufología”, pero también su imagen transfiere algunas controversias al
ser utilizado su nombre recurrentemente por muchos “ovniólogos”, quienes mal interpretan su
opinión validando con su figura la creencia en la Hipótesis Extraterrestre como el origen principal
de los ovnis.
En un artículo publicado en el año 2004, el periodista Milton Hourcade32 gentilmente me
facilitó las declaraciones que realizó Hynek en una visita a la República Oriental de Uruguay,
gestionada por él durante 1982, ocasión donde proporcionó una conferencia pública en el Cine
Metro, reuniéndose además con las autoridades del CIOVI33, con un grupo de técnicos y
profesionales en diferentes disciplinas, en dos ocasiones con un grupo de periodistas y con la
entidad gubernamental uruguaya de investigación ufológica denominada CRIDOVNI34.
Durante la “Primera Jornada Científico-Técnica sobre el Fenómeno OVNI”, llevada a cabo
el 16 de diciembre de 1982, el Dr. Hynek señaló: “Hay razones muy buenas por las cuales la
simplista hipótesis extraterrestre parece no tener asidero. En primer lugar, si tomo una simple
tarjeta y dejo que su espesor represente la distancia entre la Tierra y la Luna, entonces
preguntaría: ¿Cuántas tarjetas habría que colocar, una detrás de otra, para representar la
distancia a la estrella más cercana, aparte del Sol? …Vean, la gente viene y me dice: ‘Hemos ido
a la Luna, ¿por qué ellos no pueden venir aquí?’. Resulta que si completamos esto, tenemos que
seguir apilando tarjetas hasta que tengamos 30 kilómetros de tarjetas, para representar la
distancia hasta la estrella más cercana, Alfa Centauri. Es cierto que los humanos hemos recorrido
el espesor de una tarjeta, pero recorrer la distancia del espesor de 30 kilómetros de tarjetas es
algo que está completamente más allá de nuestra actual y predecible tecnología. Hay otras tres
razones. Una, es que cuando se informa de estas criaturas, parecen estar en casa en nuestra
gravedad y nuestra atmósfera. Esto parece muy extraño. Más aún, hay sistemas de detección
complejos y altamente sofisticados: nuestra línea de radares, los satélites infrarrojos y varios

27
sistemas de reconocimiento, que –hasta donde yo sé– no han detectado esto en su llegada o
salida. Finalmente, la tercera razón es que cuando se denuncian estos OVNIS y criaturas, parecen
estar haciendo las cosas más absurdas. De hecho, el Ovniólogo francés Aimé Michel35 ha llamado
a los OVNIS ‘el festival del absurdo’”.
Apegado a sus planteamientos, Hynek rechazaba de plano la explicación extraterrestre y
por su parte, pensaba que uno de los probables orígenes del fenómeno de los ovnis se
encontraba en la existencia de universos paralelos, lo que algunos denominan la Paraufología y
que veremos más adelante en detalle.
Si existe alguna manera más contundente de ratificar que Hynek no estaba de acuerdo
con la famosa Hipótesis Extraterrestre (HET), es la descripción que figura en el libro The Threat36
(La Amenaza) de David Jacobs37, donde señala textual: “Hynek speculated that UFOs dwelled in
a parallel universe or another dimension and popped through to Earth” (Hynek especuló que los
ovnis vivían en un universo paralelo u otra dimensión y salen a través de la Tierra)”.
Esta delineación de los fundamentos de Hynek es llamativa y seductora, ya que proviene
de uno de los más importantes patriarcas de las abducciones en Estados Unidos como del resto
del mundo y, dada su convicción de la presencia alienígena en nuestro planeta, Jacobs es muy
ecuánime al momento de calificar la imagen del denominado padre de la “ufología” y claramente
desmarcarlo de la Hipótesis Extraterrestre.
Si bien el trabajo de Hynek es fascinante, su cambio de pensamiento en relación a los
ovnis también llama fuertemente la atención, considerando sus inicios como negacionista38 y las
subsecuentes críticas a los proyectos que colaboró, sobre todo al Libro Azul.
Estos programas de investigación son piezas fundamentales para distinguir la fuerza que
este tema consigue en Estados Unidos y que consecutivamente se transfiere al resto del mundo,
pero con especial énfasis en Europa. También existe una sugestiva revisión y nueva lectura que
el mismo Milton Hourcade efectuó en relación a estos casos controversiales.
El libro OVNIs: La Agenda Secreta39 efectúa una aguda investigación periodística, la cual
considero de extraordinaria calidad y determinante para los propósitos que persigue el presente
compendio, ya que se exponen documentos y toda clase de pruebas con las cuales se demuestra
y concluye la intervención continua de organismos de Inteligencia de los Estados Unidos en la
temática “ufológica” con diversos fines.
En esta recopilación de antecedentes, se destaca un sistemático trabajo de negación que
disentía con la realidad, ya que mientras se efectuaba la deliberada desinformación, las mismas
autoridades subterráneamente nutrían de antecedentes a ciertos investigadores de ovnis, con
el objeto que se denunciara públicamente la presencia alienígena y al mismo tiempo la famosa
conspiración, ambos conceptos insertados por el Mayor Keyhoe a fines de 1949.
Este juego a dos bandos o maniobra de inteligencia, logró enmascarar
extraordinariamente una serie de experimentos y pruebas con nuevas ciencias aplicadas que se
desarrollaron en el contexto de la Guerra Fría y al mismo tiempo, este modo de ocultar los
avances en la tecnología militar también les permitió una despótica libertad para consumar todo
tipo de experimentos con personas, en donde se incluyen secuestros o contactos simulados con
los llamados alienígenas.
OVNIs: La Agenda Secreta deja al descubierto las operaciones con las cuales el gobierno
norteamericano implantó la idea que confirmaba la temática extraterrestre, ya que al proyectar

28
una línea de tiempo en la era moderna de los ovnis, era muy predecible y sobre todo coincidente
que una vez acrisolada la presencia de los platos voladores, brotaran a la luz pública los primeros
contactos con los supuestos tripulantes de estos aparatos.
Tampoco es una casualidad que los aparentes enlaces intergalácticos también se plasmaran
en el mismo Estados Unidos, ya que la propagación del mito ovni-ET a la que apunto en este libro,
contó con la complacencia de la sociedad erradamente educada y con una tendencia a este género,
además del ya descubierto soporte de las autoridades que, aprovechándose de la contingencia,
entendieron muy bien cómo encauzar el fenómeno social que la cuestión “ufológica” incitaba.
En este último punto, Milton Hourcade es tajante en sus apreciaciones ya que
confronta los discursos y comunicados que hicieron autoridades militares de la época en
relación a los ovnis, con la irrisoria cobertura y trascendencia que tenían los proyectos de
investigación ya nombrados. Por ejemplo, como fue el caso de la oficina del Proyecto Libro
Azul que para un tema tan delicado y con efectos a nivel global, carecía de los recursos para
desarrollar una labor de investigación seria y concluyente. Este sustancial detalle obliga a
ejecutar el ejercicio de la especulación, tal cual lo fomentan los “ufólogos”, pero en sentido
inverso, ya que si evidentemente estamos frente a un fenómeno en el cual es probable que
se encuentran involucradas formas de vida inteligente y de algún rincón del universo, es
sorprendente que una oficina con un mínimo de personal, con muy pocos medios y al mando
de un Oficial de grado subalterno, como es un Capitán, fueran los responsables de
materializar los estudios y seguimientos al fenómeno con tal de obtener conclusiones
determinantes para una civilización completa. En varias ocasiones Hynek hizo públicos estos
mismos reclamos, pero al no poseer un espectro cabal de la situación, no pudo comprobar
las razones de fondo para tales condiciones.
Hourcade no deja de tener razón, sumado a que es un investigador o más bien un
“ufólogo” de una gran experiencia en el tema y que en ningún caso niega el fenómeno aéreo
anómalo, al contrario, siempre ha fomentado un estudio apegado a método y en concomitancia
con diferentes disciplinas de la ciencia. Por tales razones esgrimidas, sugiero como lectura
imprescindible sus libros y en especial OVNIs: La Agenda Secreta.
Complementados estos argumentos, otra de las cosas que me llama la atención al
momento de comparar los datos relevantes en ovnilogía, es la inversión de ciertos patrones.
Me explico, antes de surgir los platillos voladores ya existía una creencia en habitantes de
otros mundos o seres alienígenas. Por su parte, y con la inmediata mixtura del concepto ovni-
ET, los hipotéticos seres que llegaron, contraviniendo un perfil agresivo e invasor con el que
fueron personificados inicialmente en la ciencia ficción, mostraron una faceta muy diferente, ya
que los primeros contactados transmitieron la preocupación de estos extraterrestres con el
devenir de la humanidad, dado el aumento de las pruebas con armas nucleares y la potencial
declaración de una tercera guerra mundial.
Este tipo de mensajes se mantuvo hasta el inicio de los 60, cuando se da a conocer el
primer secuestro por parte de alienígenas, lo que causa una verdadera revolución en la
“ufología” y que contrapone a dos tipos de seres presentes en nuestro medio. Los seres
sensibles, bondadosos y empáticos, que hacían contacto con personas y a los cuales se les
atribuyó un nivel superior intelectual como energético; y en forma paralela, los seres duros,
bruscos, agresivos e impersonales, los que al enlazar seres humanos efectuaban los secuestros

29
o las conocidas abducciones.
Esta incongruencia en la conformación de los extraterrestres descubre manifiestamente
la falsedad de su existencia, sin profundizar en la propia evolución de los aparatos que los
transportaban y que imaginariamente lo siguen haciendo, ya que es cosa de observar las
primeras fotos expuestas como pruebas con las imágenes que hoy se encuentran en discusión y
que se exhiben regularmente en programas de televisión, en algunos congresos “ufológicos” o
a través de redes sociales.
En las incipientes décadas de la era moderna, los ovnis eran de materiales propios de la
época y en su estructura tenían ventanas, remaches y formas muy acomodadas al concepto
plato volador. En cambio, después de la década de los 70, ya el concepto de nave se hace un
tanto incómodo o irrelevante y comienza la era de los ovnis luminosos o plasmáticos, que
guardan estricta relación con las tecnologías alcanzadas en la modernidad y todo lo que la física
y la química presentan como nuevos descubrimientos, como es por ejemplo el caso de la
antimateria o del plasma.
Por otro lado, la diversidad de seres visitándonos provenientes de heterogéneas partes
del espacio, es un tema que demuestra otro proceso sociocultural que también acompaña a este
mito moderno, ya que, si examinamos de manera azarosa algunos contactados y cotejamos sus
relatos, podemos evidenciar que no existe conexión, vínculo o similitud entre los extraterrestres
que establecen los difundidos enlaces. Consiguientemente, deberíamos entender que la
cantidad de razas relacionándose con humanos, es similar al número de contactados que han
hecho pública estas conexiones a través de la historia de la ufología.
En este capítulo pretendo exponer las variantes y cómo el mito ovni-ET se desarrolla,
crece y consolida su expansión a nivel global a partir del año 1950, gracias a la divulgación de las
experiencias de contacto o de secuestro de ciertas personas, sumada a la excesiva difusión que
le otorgaron algunos investigadores, estableciendo de esta manera y en forma definitiva la
indisoluble unificación de los ovnis con los extraterrestres.

30
1. EL CONTACTISMO

El estudio de lo que se denomina contactismo es bastante difuso y abstracto, ya que


previo a un análisis de este tipo de prácticas se debe tener presente que todas las narraciones,
sin excepción alguna, provienen únicamente de experiencias de personas que ostentan una
situación de enlace sostenido o intermitente con entidades originarias de otros mundos.
Una sustancial diferencia entre los abducidos, los cuales veremos posteriormente, y los
contactados es que los relatos de los secuestros invariablemente son patrocinados por algún
“ufólogo” o investigador que, en la gran mayoría de los casos, efectúa un seguimiento del relato
y de la persona que es considerada víctima de aquellas “prácticas extraterrestres”.
En el contactismo, en cambio, los protagonistas de estos vínculos son los mismos
encargados de hacer la difusión y ostentación pública de sus particulares experiencias de
manera independiente.
Esto origina una descripción considerablemente subjetiva sin demostración alguna y que
además se restringe exclusivamente a la buena fe de quienes creen en estos eventos,
admitiendo a su vez de forma implícita una gran dificultad de aplicación metodológica para
demostrar la realidad de los sucesos referidos. En definitiva, esta actividad, que en la práctica
no tiene vinculación a un estudio ideal de fenómenos aéreos anómalos, se reduce a un simple y
somero acto de creencias y que, por cierto, no difiere en demasía de lo que ha sido y es
actualmente la “ufología”.
Pese a estos obstáculos metódicos, el tema es muy interesante de abordar debido a la
gama de variables que posee, las cuales se fundan desde la perspectiva psicológica de los sujetos
que declaran abiertamente ser contactados por seres extraterrestres y, por otra parte, la
proyección de un análisis sociológico determinado en ciertos dogmas y en conductas de masas,
ya que el principal ingrediente para las presumidas manifestaciones es sin lugar a dudas y una
vez más, la creencia del ser humano en sucesos sobrenaturales o fantásticos.
La palabra contacto en lenguaje paranormal es un término muy potente y, de hecho, ese
carácter lo otorga el llamado esoterismo, lo que obviamente proporciona un elemento atractivo
y originario para vislumbrar en parte la comunicación paranormal a la que me refiero.
Todas estas tendencias de pensamiento vinculadas al ocultismo, superstición, misticismo
y chamanismo son los nutrientes con los cuales se establece la corriente New Age40,
materializando una reactualización de prácticas religiosas antiguas con una apariencia
postmodernista y que guardan relación con culturas milenarias que encierran historias, leyendas
y una rica mitología, las que al fusionarlas con algunos principios comunes o conocimientos no
develados, nos brindan una ilustración para el concepto de fondo que atañe gran parte de estas
temáticas en el llamado “esoterismo”.
Comprobadamente, el esoterismo parte como una doctrina antigua, la que se transmite
inmaterialmente por sabios y filósofos para conservar un conocimiento oculto o reservado. Por
ejemplo, Aristóteles escribió dos tipos de obras: unas llamadas exotéricas, conocidas por el
mundo común o exterior; y otras denominadas obras esotéricas, derivadas de la palabra
esotero (más adentro), las que estaban dirigidas a los núcleos reducidos del Liceo o
intelectuales de la época.

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De esta manera, el esoterismo se ha mantenido como una corriente que ha sido utilizada por
múltiples organizaciones que por siglos han traspasado a sus adeptos ciertos conocimientos a través
de iniciaciones, claves y ritos motivados a razón de persecuciones o intolerancia de otras órdenes,
como son por ejemplo las autoridades de la Iglesia Católica que durante la Edad Media y el
Renacimiento amenazaban con destruir cualquier grupo o individuo que transgrediera los dogmas
que se encontraban establecidos como parte de los estados o reinos dominantes.
Con el devenir de la modernidad y la expansión de la libertad de culto, como asimismo las
libertades individuales, las restricciones a este tipo de organizaciones fueron disminuyendo,
conservando así algunas de ellas el carácter de secretas o mejor consideradas discretas por
razones diversas, pero de menor magnitud como lo fue en épocas de despiadadas
persecuciones.
Dentro de estas corrientes esotéricas occidentales, nace en 1873 la Sociedad Teosófica,
la cual es inmensamente popular gracias a su creadora Helena Petrovna Han41.
Los propósitos de esta sociedad se fundamentaron en un penetrante estudio de las
heterogéneas religiones existentes, complementado con la investigación de las leyes
inexplicables de la naturaleza, las que incluían además la observación de los poderes latentes
del ser humano. Principios conceptuales que son los fundamentos de muchos movimientos de
orden espiritualista en la actualidad.
La Sociedad Teosófica mereció alcanzar los tributos de una organización u orden que
fomentaba el conocimiento y la fraternidad entre sus afiliados, como un movimiento intelectual
o esotérico, pero con la aceptación de un antecedente que no es un simple detalle y que, por el
contrario, es un hecho factible de tildar como inconveniente a la hora de validar los postulados
que esta colectividad externalizaba. Su fundadora, Madame Blavatsky, expresaba abiertamente
la canalización de toda la información que poseía a través del contacto directo con un “Maestro
Guía”, que exclusivamente ella podía sentir, ver y escuchar de manera permanente.
Según la misma contactada y ratificado por sus seguidores, Blavatsky poseía ciertas
percepciones superiores a nivel espiritual que le permitían el contacto con estas entidades
catalogadas como Mahatmas, Chohans o también Hermanos Mayores.
El contacto con su principal “Adepto”, según la protagonista comienza en 1851, es decir,
22 años previos a la creación de la Sociedad Teosófica.
Particularmente, la propia Blavatsky ya en Estados Unidos se separa de los movimientos
espiritistas de la época, debido a que su concepción de este tema estaba vinculada a una mezcla
de misticismo y religiones milenarias, utilizando las supuestas capacidades “mediúmnicas” para
la recepción de mensajes con propósitos muy superiores a las prácticas mundanas de los
espiritistas.
Es lógico que la oposición al trabajo difundido por la Sociedad Teosófica y sus afirmaciones no
se dejó esperar, y por ello en 1885 se publica el Reporte Hodgson, donde la Sociedad de
Investigaciones Psíquicas de Londres, fundada en 1882 y presidida por el físico Williams Barret,
desacredita totalmente las experiencias de Blavatsky declarándola como una impostora.
Referente a ello preexisten discusiones que se mantienen hasta nuestros días sobre el
incisivo informe que manifiestamente perjudica la imagen de Madame, dado el carácter
tendencioso, el cual puede interpretarse con intenciones directas de enlodar a la persona más
que a los hechos mismos que se cuestionaban. Independiente a la forma, la interrogante que

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germina de manera automática es ¿cómo demostrar que la comunicación con esos maestros
guías fue verídica? Pues bien, pasado más de cien años de aquellos hechos, la misma pregunta
hago a todos y cada uno de los contactados que posterior al año 1947, expresaban haber tenido,
o tienen hoy en día, un vínculo con los hermanos mayores con la especificación de que proceden
de otros planetas, de otras galaxias o de otras dimensiones. Es decir, los que estaban
considerados como maestros espirituales del siglo XIX, hoy son presumidos como entidades
extraterrestres o los siempre omnipresentes “seres de luz”.
Esta duda razonable y todas las coincidencias de conceptos, símbolos y sobre todo
mensajes, demuestran que efectivamente la Teosofía es la raíz donde germina el contactismo,
y en especial su fundadora Helena Blavatsky quien es de manera indirecta la creadora de todas
las ideas de este ilusorio vínculo con seres, que en este caso, son provenientes de los más
aislados rincones del universo.
Otro personaje que marca un ascendente en el contactismo es la ensayista Alice Ann
Bailey42, la que también escribió sobre una relación con un maestro ascendido, pero en esta
ocasión se trata de un monje tibetano, el cual igualmente le transmitió una serie de
conocimientos vinculados al ocultismo, misticismo, esoterismo, como también a los aparentes
poderes de la mente y del alma, lo que hacen de ella una fuente de luminiscencia teórica para
los primeros contactados y también una de las precursoras más influyentes en el nombrado
movimiento New Age.
Con esta base de hechos y sobre todo de personajes que sin intención alguna fueron
fundadores, el contactismo nace como una de las derivaciones de la unificación del mito ovni-ET
a partir del año 1950, asentado en el profundo convencimiento de que nos encontramos en un
universo poblado de civilizaciones que viajan por el espacio en sus naves para llegar a nuestro
planeta e intervenir asistiendo el desarrollo moral, tecnológico, afectivo y sobre todo espiritual
de los seres humanos.
Llama profundamente la atención que pese a todos los pronósticos que podrían
obtenerse luego del nacimiento del mito ovni-ET, en el sentido lógico de esperar una
incuestionable invasión por parte de inteligencias “alientes”, sucede algo totalmente
contradictorio, ya que los primeros contactados transmiten un mensaje de bienestar, paz, amor
y sobre todo inquietud por nuestra especie.
Dado ese tenor, en Estados Unidos a principios de la década del 50 germina un grupo de
seis contactados que, junto con ser los primeros en su tipo, son considerados como los
principales responsables de la propagación de esta tendencia mística - “ufológica” al resto del
mundo.
Es así como múltiples publicaciones del tema consideran a George Adamski43 como la
primera persona que hiciera manifiesto su enlace con seres de otros mundos. Precisamente su
historia no deja de llamar la atención, ya que según sus propios relatos los primeros
avistamientos de ovnis corresponden al año 1947, aunque esta afirmación la redacta con
posterioridad en su primer libro publicado en 1953, que para algunos de sus seguidores coincide
con las fechas del inicio de la era moderna de los ovnis.
De todas formas y pese a que comenzara a dictar charlas sobre platillos voladores desde
1950, Adamski señaló que su contacto con seres extraterrestres comenzó el día 20 de noviembre
de 1952, específicamente en el desierto de Colorado, en las proximidades de la ciudad de Desert

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Center, en el Estado de California.
De acuerdo a sus narraciones, mientras se encontraba con unos amigos observando el
cielo, de un momento a otro aparece una gran plataforma con un perfil similar al de un
submarino y de su interior irrumpe una aeronave menor. Ante el hecho, Adamski en solitario se
aproxima, muy cerca del lugar donde aterriza. Una vez al lado del aparato, desembarca un ser
antropomorfo el cual se identifica con el nombre de Orthon y le señala que es proveniente del
planeta Venus.
Este ser vivo fue descrito por el testigo como un humanoide de cabellera larga y rubia,
vestido con un buzo y zapatos de color marrón, estableciendo una inmediata comunicación a
través de la telepatía y de señales de mano.
Este contactado ya era conocido por su vínculo con el tema ovni gracias a sus
conferencias, publicaciones y diversos reportajes, por lo que el excéntrico escritor inglés
Desmond Leslie44, comienza una correspondencia con Adamski, germinando sus frutos en 1953
con el exitoso libro que publicaran juntos: Flying Saucers Have Landed45 (Los Platillos Voladores
Han Aterrizado). De ahí en adelante la popularidad fue su permanente compañera.
A diferencia del libro del Mayor Keyhoe, donde solamente se especulaba sobre el origen de
los ovnis, Adamski relató su encuentro con el extraterrestre llamado Orthon garantizando también
que los habitantes de Venus y de los otros planetas del Sistema Solar visitaban constantemente la
Tierra, expresando en forma permanente su preocupación por el posible desastre nuclear al cual nos
enfrentábamos en el proceso de la Guerra Fría.
En la siguiente publicación de 1955, Inside the Space Ships46 (Al Interior de Naves
Espaciales), Adamski rememoraba los viajes a los que fue invitado y describe el perfecto
ambiente que se vivía al interior de esos aparatos.
Mientras se encontraba en la cúspide de la fama, en 1957 recibe una carta firmada por
Re Straith, un supuesto representante de la comisión de intercambio cultural del Departamento
de Estado de Estados Unidos. En ese mensaje oficial, se rotulaba que el gobierno
norteamericano tenía conocimiento de la relación de Adamski con los seres extraterrestres. Esta
carta fue exhibida por el contactado por más de diez años como una de las pruebas para
demostrar el verdadero enlace con los venusianos.
En el año 1985, el “ufólogo” James Moseley47 reveló que la carta fue un invento con la
complicidad de su fallecido amigo Gray Barker48 y además que el FBI realizó una investigación de
dicho documento, debido a los timbres oficiales que poseía y que en definitiva habían sido
conseguidos por los autores para engañar a Adamski, el cual fue advertido de la falsedad de ese
escrito, lo que obviamente no fue considerado por el contactado ya que la carta del gobierno
significaba un respaldo para las afirmaciones que hacía en sus permanentes conferencias.
Por años, Adamski fue el símbolo de quienes se definen como contactados y previo a su
muerte hizo pública una serie de aseveraciones increíbles, como por ejemplo una reunión
secreta que sostuvo con el Papa Juan XXIII, el cual le otorgó una medalla de honor luego que le
transmitiera un recado de los extraterrestres para la firma de un acuerdo final con los seres
humanos.
Todas sus extraordinarias declaraciones, sumado a sus libros, entrevistas y a las
permanentes conferencias que ofrecía, moldearon que fuera el blanco de constantes ataques
de sus críticos dada la inconsistencia y falta de pruebas de cada una de sus afirmaciones. No

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obstante, hasta nuestros días existen personas y sobre todo ovniólogos que, junto con creer sus
relatos, defienden sus postulados y vivencias sin cuestionamiento alguno.
Quien siguió los pasos de Adamski en el grupo de los primeros contactados
norteamericanos fue Orfeo Angelucci49, el cual también relató viajes a través de la órbita de la
Tierra en naves espaciales tripuladas por afables seres, a los que además denomina “Hermanos
del Espacio”, proporcionándoles esa evocación muy ajustada a la Teosofía sin que esta corriente
filosófica irrumpiera de lleno en este fragmento del tema ovni.
Como señalan sus crónicas de 1955, que fueron redactadas en el libro The Secret of the
Saucers (El Secreto de los Platillos), en el año 1952 comenzó la observación de platos voladores
permanentemente durante las tardes, cuando regresaba a su casa desde la planta de aviones
donde trabajaba. Luego de un tiempo estos avistamientos se complementaron con el contacto
con los tripulantes de estas naves, los cuales pertenecían a un “Consejo Galáctico”, por lo que
nunca pudo precisar el planeta de procedencia de los aparentes seres.
Por su parte Adamski incrementaba su popularidad, ya que el tema del contactismo se
expuso cada vez más en los medios de comunicación y en especial en la sociedad
contemporánea. Derivado de esta notoriedad del tema, los años 1953 y 1954 fueron claves
porque asoman otros cuatro controvertidos personajes que decoran la lista de los seis
contactados cardinales norteamericanos.
El primero de ellos es George Van Tassel50, piloto civil y mecánico de aviación, quien en
uno de sus trabajos conoce a un inmigrante alemán llamado Frank Critzer, quien realizaba
prospecciones mineras e invita a Van Tassel a visitar una construcción que hizo bajo una
gigantesca piedra.
Luego de la polémica muerte del ciudadano alemán acusado de espionaje, Van Tassel en
1947 se muda con su familia a vivir en el socavón construido debajo de esa gran roca, ubicada
en las proximidades de Johnson Valley y la Ruta 247, en una zona desértica al sureste del Estado
de California.
En aquel lugar instala un café y construye una pista de aterrizaje, creando un aeródromo
civil para aeronaves pequeñas.
En 1953 comienza a dedicarse a la meditación junto a un grupo de personas que lo
visitaban, dadas las condiciones que le proporcionaba el insólito lugar donde vivía. En una de
estas actividades, Van Tassel comenta que fue visitado por un ser proveniente del planeta
Venus, el cual lo invita a subir en su nave, enseñándole además una interesante técnica para el
rejuvenecimiento del cuerpo humano.
En 1954, el contactado crea un movimiento que denominó Integratron, el cual se
mantiene en funcionamiento en el mismo lugar, compuesto por un gran domo habilitado como
centro de meditación y descanso para sus visitantes.
Desde el año 1953 y hasta 1978 la Roca Gigante albergó una convención anual sobre
platillos voladores, la que logró reunir en su mejor momento a diez mil personas en 1959. A
estos encuentros asistían interesados en los ovnis y otros contactados como es el caso de
Adamski, quien en 1955 dio su única conferencia en el lugar. También la frecuentaron quienes
investigaban el tema, como es el caso del Cap. Ruppelt de la USAF, jefe del Proyecto Libro Azul.
El que sigue en esta lista es Truman Bethurum51, quien señaló que recibía
persistentemente contacto con habitantes del planeta “Clarión”, el cual se encontraba “atrás de

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la cara oculta de la Luna”.
Estas “reuniones siderales” fueron primeramente comentadas en una entrevista a un
periódico en 1953, pero luego explicadas en detalle en su primer libro publicado el año siguiente.
Independiente al rechazo y embestida de los escépticos, Bethurum prosiguió con sus ideas
y crea una suerte de centro espiritual denominado El santuario del Pensamiento, en un lugar
cercano a Prescott en el Estado de Arizona. En ese grupo filosófico se entregaba aprendizaje a
todos los interesados en conocer la vida inteligente fuera de la Tierra y con el contactado como
facilitador y líder, el cual junto con enseñar los mensajes de los habitantes del planeta Clarión,
exhibía las supuestas evidencias físicas que dichos seres le otorgaron.
En sus relatos, este contactado afirmaba que recibía permanentes visitas de la capitana,
Aura Rhanes, la que fue descrita como una voluptuosa mujer extraterrestre, lo que incluso le
sirvió para hacer bromas sobre su vida privada, ya que su segundo matrimonio teóricamente
fracasó debido a los celos que tenía su esposa de esta “alienígena”.
El enlace entre los contactistas era permanente y con un amplio intercambio de
información, por algo no es coincidencia que la tercera boda de Bethurum se celebrara en una
de las convenciones anuales de platillos voladores en la Roca Gigante de Van Tassel.
Por su parte Daniel Fry52, otro importante contactado, entregaba una interesante
propuesta para difundir su experiencia y la de los otros que se hallaban en una similar condición
de enlace con los “seres del espacio”.
Según sus relatos, el día 4 de julio de 1949 mientras conducía a través de un camino
alternativo para llegar a una festividad por la independencia de Estados Unidos, observa un
objeto con forma de disco que aterriza frente a su vehículo. Desde su interior escucha la voz de
un ser llamado Alan, que se comunica a través de un equipo remoto, ya que el extraterrestre se
encontraba en una nave madre a 1500 kilómetros de la Tierra. Es invitado a volar en el aparato
menor y recorre los cielos de Nueva York por un lapso de media hora.
Los contactos prosiguen y cada cierto tiempo este ser le entregaba información de la
Atlántida y de la famosa Lemuria. <Recordemos que la novela I Remember Lemuria (Recuerdo
Lemuria) fue publicada en 1945 por Ray Palmer a través de la revista Amazing>.
Daniel Fry intentó demostrar sus contactos y viajes sometiéndose al detector de mentiras,
el cual no logró superar, obviamente, complementando el hecho que las fotografías que exhibía
fueron desacreditadas en su totalidad.
Pese a esto, instauró el movimiento denominado Understanding, el cual emitía un boletín
cada cierto tiempo alcanzando a publicar un total de 240 números entre los años 1956 y 1979,
donde se difundían enseñanzas vinculadas al perfeccionamiento interno y a cuestiones de tipo
sociales, promoviendo así la paz mundial y sobre todo el desarrollo espiritual de los seres
humanos.
El momento de mayor éxito en la historia de esta organización fue cuando alcanzó más
de mil simpatizantes y le fueron donados unos terrenos en el Estado de Arizona, con el
propósito de establecer una villa para la vida en comunidad, todo esto durante el año 1974.
Algo no muy alejado a lo que podríamos denominar una secta platillista o New Age, pese a que
el propio líder negaba tajantemente tal denominación.
El alejamiento de seguidores, los cuestionamientos por parte de los escépticos y un gran
incendio que destruyó parte importante de la comunidad construida en los terrenos cedidos,

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obligaron a Fry a distanciarse del movimiento, añadiendo a esto que su esposa enfermó
mortalmente de cáncer en 1980.
Las publicaciones de Understanding fueron retomadas por Fry desde 1982 hasta 1989,
tres años antes que falleciera en Nuevo México.
Lo redimible del caso de Daniel Fry, es que desde el año 1956 otorga una serie de nuevas
ideas al denominado contactismo, ya que, pese a garantizar que su organización no era una secta
o una nueva religión, en las publicaciones donde se transmitían los mensajes alienígenas, se
comenzó a emplear el concepto de “verdades científicas”, ya que los descubrimientos y avances
tecnológicos descritos aún no eran reconocidos por la ciencia mundial y hasta hoy muchos de ellos
siguen siendo una instauración vana de información impracticable.
Al mismo tiempo, el mito tecnológico de la llegada de extraterrestres se refuerza con el
conocimiento y sabiduría espiritual, muy apegados a creencias ancestrales que este tipo de
comunidades difundían y que algunas aún lo hacen en diversos países, incluyendo Chile.
Estos movimientos sólo se pueden clasificar dentro de la soteriología53, pero vinculados o
incluidos específicamente en el tema ovni, es decir, una aproximación o estudio informal
únicamente con el propósito de lograr entenderlos en su contexto.
En este naciente tenor es donde la Teosofía empieza a plasmarse en la ovnilogía
directamente, ya que con los mensajes de Adamski únicamente se observan algunos indicios sin
mayores parentescos, pero en cambio, con la figura del próximo y último de los seis contactados
cardinales, es cuando se concreta la mezcla definitiva y consagrada de esta corriente filosófica
con la temática ovni.
George King54 fue un ciudadano inglés que desplegó una interesante labor en la
espiritualidad durante la primera mitad del siglo XX.
Su estudio y trabajo en las distintas variantes del yoga le permitieron ser un reconocido
maestro, en una época donde era bastante extraño y un tanto complejo el ejercicio de esta
oriental disciplina en occidente.
En el conocimiento de estas técnicas, King recibe un mensaje denominado “El Comando”,
el cual señalaba: “Prepárese. Usted debe convertirse en la voz del Parlamento Interplanetario”.
En sus narraciones, el contactado señaló que a través del yoga el maestro ascendido que
le entregó ese mensaje, se materializó frente a sus ojos y le concedió una serie de nuevas
instrucciones detalladas para prácticas espirituales, de manera tal que King se convierte en un
autodenominado Canal Mental Terrestre Primario y crea la Sociedad Aetherius, nombre que le
entrega uno de los seres “superiores” que conoce en sus contactos y que también era
procedente del planeta Venus.
En el año 1959, King se muda a Estados Unidos donde prosigue con su tarea como
promotor de mensajes extraterrestres a sus alumnos y seguidores espirituales de la Aetherius,
actividad que desarrolló hasta el día de su muerte.
En esta fase de su vida escribe una decena de libros, en los cuales plasma las enseñanzas
espirituales que le fueron concedidas a través de la meditación, o como señaló: por simple
telepatía.
Con George King se establecen los seis contactados fundamentales, o como los denomino
cardinales, ya que son la génesis de este movimiento que fusiona los ovnis con ideas espirituales
y místicas.

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Aunque parezca un lazo superficial, los contactados son quienes confieren un somnífero
teórico a las dos grandes preguntas filosóficas del hombre: el sentido de la vida para el ser humano
y lo que coexiste fuera de nuestra atmósfera terrestre o en el universo conocido. Entonces tal cual
como los libros de Keyhoe facilitan el nacimiento del mito ovni-ET, el contactismo es el que le
confiere una suerte de crecimiento afianzado con la totalidad de enigmas del ser humano,
entiéndase misterios montados por nosotros mismos, armonizado por representaciones
esotéricas y sobre todo religiosas.
No es extraño que consecutivamente a la propagación de los nombrados contactados
cardinales en Estados Unidos, aparecen otras personas declarando enlaces similares con seres
de otros mundos. Por nombrar algunos, tenemos a Howard Menger55, Buck Nelson56 o Wayne
Sulo Aho57, los cuales se enmarcan en el discurso mesiánico de revelaciones espirituales
otorgadas por los extraterrestres, y el caso especial de Otis T. Carr58, quien no precisamente
fue un contactado, sino un inventor de tecnología furtiva asociada a la temática ovni.
La extravagancia de Otis T. Carr lo llevaría a divulgar imaginarios descubrimientos en
ciencias aplicadas, dentro de los cuales se destacó un prototipo de platillo volador denominado
OTC X-1 (sus iniciales X-1), el cual debía ser construido a escala con una dimensión inicial de casi
dos metros, para que el producto final fuera un platillo cercano a los 14 metros que sería
tripulado con la intención de llegar a la Luna y volver en pocas horas.
Luego de patentar el invento, Carr consigue en 1959 un contrato con el dueño de un
parque de diversiones situado en Frontier City, Oklahoma. En este acuerdo económico se
establece que en una primera instancia se exhibiría la maqueta más pequeña y luego la de
tamaño real, con la participación de dos tripulantes. Ambas maquetas volarían y eso
lógicamente llamaría la atención del público, precisamente en momentos que los ovnis se
encontraban en un vertiginoso ascenso dentro de los contenidos de interés masivo.
Los tripulantes del hipotético ovni construido, con el que ciertamente se pretendía ir a la
Luna y retornar, serían el propio Carr junto a su amigo y socio comercial, el contactado Wayne
Sulo Aho.
Al llegar el 19 de abril de 1959, momento de exhibir la primera fase de este atractivo
proyecto, Carr no se hizo presente en el parque, repitiendo esta situación en el mes de
diciembre, fecha designada para el supuesto vuelo.
Dado lo acontecido, Carr y Sulo Aho fueron demandados por incumplimiento de contrato
y estafa, lo que significó que en 1961 el inventor fuera condenado a 14 años de cárcel, donde
permaneció recluido hasta 1975. Por su parte, Sulo Aho fue dejado en libertad debido a su
calidad de cómplice y ser considerado solamente un colaborador en el proyecto.
Este tipo de infortunios fue bastante común desde el surgimiento de la segunda
generación de contactados, manteniéndose algunos casos en la actualidad y teniendo presente
que toda esta información sobre estafas, fraudes y robos es omitida o en realidad para ser más
indulgente, es desconocida por una parte importante de los “ufólogos” o divulgadores de la
temática ovni, debido sustancialmente al escaso estudio histórico o a la simple falta de lectura.
Otro personaje que refleja el inadecuado comportamiento de algunos de estos escogidos
por los alienígenas, es Reinhold Schmidt59.
Este contactado se integró a las conferencias itinerantes que realizaban John Otto y
Wayne Sulo Aho por Estados Unidos, a fines de la década del 50.

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La estafa de Schmidt comienza con la información que entregaba en sus charlas, ya que,
junto con exponer sus viajes por el Sistema Solar y otros lugares del universo, señalaba el
descubrimiento de colosales depósitos de minerales de alto valor. De esta forma, el contactado
comenzó a visitar personas fanáticas del mito ovni-ET, específicamente mujeres de avanzada
edad a las cuales les solicitaba dinero para solventar la faena y traslado de los cristales a la Tierra,
ya que, según su versión, eran depositarios de poderes curativos para el cáncer y otras
enfermedades terminales. Luego en 1963, Reinhold Schmidt fue acusado de múltiples estafas y
robo, por lo que terminaría en prisión cumpliendo condena por los delitos imputados.
Si bien los casos y personajes que propagaron las estafas vinculadas con los ovnis son
muchos más, existe otro legado de los contactados cardinales y es el ficticio perfeccionamiento
de las capacidades extrasensoriales y la quimérica recepción de mensajes de orden apocalíptico,
ambos también originarios de la Teosofía.
Un estupendo ejemplo lo entrega la norteamericana Dorothy Martin60, quien señalaba
abiertamente que recibía mensajes a través de la escritura automática o psicografía por parte
de seres extraterrestres, los cuales le indicaron cuatro fechas de “fin del mundo” y de un
eventual rescate al grupo de contacto que dirigía, denominado: Los Solicitantes.
Su caso sirvió para un estudio de orden psicológico, el cual fue una publicación formal
llamada When Prophecy Fails (Cuando la Profecía Falla61), donde se plantean las sensaciones o
el estrés mental producido cuando personas se ven enfrentadas a información que se
contrapone a sus creencias, dejándolas en una fragilidad tal que las obliga a buscar mecanismos
para refutar los datos que incomodan sus dogmas, como es por ejemplo el rechazo, la
consonancia de las ideas o el apoyo en otros que mantienen la fe, lo que es denominado en la
psicología como la “disonancia cognitiva”.
En la “ufología” es muy común que las personas creyentes mantengan una disonancia
cognitiva, ya que la constante refutación a las hipótesis que amparan el mito ovni-ET, las obliga a
recurrir a todos los subterfugios disponibles para conservar sus opiniones. Hoy desempeñan un
papel fundamental algunos “ufólogos”, que de manera constante ejercitan lo que yo califico
como la “maleabilidad ufológica”, es decir, conservan un discurso flexible, interesado o
simplemente maleable en conformidad al lugar o el público presente al momento que exhiben
un caso o un reporte. Por ejemplo, en una charla de contactados, el tenor de los ovniólogos
invitados es del todo complaciente a los aparentes enlazados con extraterrestres, totalmente
contrario de una conferencia universitaria o con aspecto académico donde sus posturas son más
bien escépticas, con el uso de un lenguaje muy prudente y sin la inclinación a ideas que no puedan
ser demostradas.
Como vemos, Estados Unidos hasta el año 1959 fue la cuna de los ovnis, de los
extraterrestres y sobre todo de los contactados, sin restar mérito a lo sucedido en Europa y en
otros continentes, ya que los protagonistas de estas fascinantes historias mantienen los patrones
originales complementándolas con el misticismo, espiritualismo y el conjunto de religiones
nacidas principalmente a fines del siglo XIX o inmediatamente después de la Segunda Guerra
Mundial.
Un modelo asoma en Italia, donde el surgimiento de un personaje marcó una importante
época y que hasta nuestros días da mucho que hablar.
Eugenio Siragusa62 nace en Catania el 25 de marzo de 1919 y al cumplir la edad de 33

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años, tuvo su primer encuentro con “seres provenientes del espacio”. Hablamos
específicamente del año 1952.
De acuerdo a sus narraciones, mantuvo contacto con diferentes entidades. Algunos de
sus nombres eran Ithacar, Adoniesis, Woodok y Link. No obstante, quien estampó una verdadera
revolución en el contactismo fue “un ser extraterrestre” denominado Ashtar Sheran.
Siragusa crea Fratellanza Cósmica (Centro de Estudio de Fraternidad Cósmica), un lugar
donde imparte los “mensajes” y “conocimientos universales” que le otorgaban constantemente
los “seres del espacio”.
En el caso de Ashtar Sheran, puedo señalar que es un personaje muy atractivo ya que es
descrito como el comandante general de la confederación estelar, el cual es responsable de
vigilar y supervisar la evolución espiritual y cultural de las razas inteligentes que habitan en la
Vía Láctea, entre las que obviamente destaca el planeta Tierra.
El comandante Sheran sigue las órdenes del mismo dios judeocristiano que nosotros
conocemos, pero en una relación más bien espiritual, ya que en la Tierra ha estado presente en
diversos acontecimientos y a través de diferentes personajes históricos de importancia.
Siragusa cuenta en sus textos que el primer encuentro con Sheran se materializa en el
Monte Manfré, en 1962. En aquella oportunidad, venía acompañado de Ithacar, otro
extraterrestre que fue descrito al igual que Ashtar como un ser antropomorfo, atlético, de
cabellera rubia larga, con traje plateado, con tobilleras y muñequeras que por su brillo parecían
ser de oro. Ambos traían además un cinturón luminoso y unas extrañas placas en el pecho.
Según el propio contactado, el cual llevaba once años de preparación para este encuentro,
su estado alterado de ánimo producto de los nervios solamente pudo ser controlado cuando
uno de estos seres lo ilumina con un rayo de color verde, lo que le provocó una sensación de
paz y armonía, pudiendo de esa manera seguir con el enlace.
Las primeras palabras del comandante fueron: “La paz sea contigo, hijo”. Desde ese
encuentro, es la repetida frase con la que parten los diversos mensajes de Ashtar Sheran,
algunos de ellos se pueden encontrar en la web.
Los extraterrestres entregaron un mensaje dirigido a los líderes de la humanidad,
advirtiéndoles sobre el peligro existente por el uso indiscriminado de las armas atómicas y la
confirmación que Siragusa sería a partir de ese instante el mensajero y embajador en la Tierra
de los extraterrestres, en todo caso es clara la analogía con Moisés.
Los mensajes en esta ocasión entregados por la Confederación Galáctica representada
por su líder espiritual, Ashtar Sheran, no difieren de los anteriormente difundidos o escuchados
por los contactados norteamericanos. Lo que Siragusa implementa a partir de su relato, es la
madurez y consolidación de todos los complementos que fueron provistos indirectamente por
la Teosofía, mezclándolos de manera extraordinaria con el New Age al implantar una figura
extraterrestre con capacidades propias de una deidad, ya que su experiencia instituye
definitivamente el carácter religioso con un mesianismo y misticismo combinados a la
perfección.
De esta manera, en el contactismo se instaura una nueva visión de los extraterrestres, ya no
como seres avanzados, sino como viajeros del espacio con un desarrollo energético y sobre todo
espiritual mucho más elevado que el del ser humano atribuidos a su omnipresencia, por lo que su
categoría es manifiestamente superior y digna de veneración dada su omnipotencia, equivalente a

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las divinidades de culturas ancestrales o a las figuras sagradas de las múltiples religiones existentes.
Esta nueva composición en la imagen de los alienígenas se mantiene hasta nuestros días
en el discurso de la gran mayoría de los contactados, independiente a que la conjeturada
procedencia de los visitantes sea heterogénea. Existe un cambio, aún discutido, en la imagen de
los extraterrestres y que se produce a comienzos de la década del 60, que se potencia en los 70
y se establece definitivamente en los 80 con la puesta en escena de un tipo de seres más bien
hostiles y que ya no contactan humanos para entregar mensajes, sino que al contrario, de la
armonía y serenidad que brindaban, sacan forzadamente a personas de su ambiente natural en
los llamados secuestros o abducciones para realizar todo tipo de pruebas y experimentos con
los traumas que éstos conllevan y que analizaremos en detalle en el próximo subcapítulo.
La divergencia en los tipos de seres que examinan nuestro planeta es cambiada por
nuevos conceptos e insólitos personajes que aparecen en este tema, a través de la explicación
de que nos encontramos en medio de la persistente visita de seres de otras constelaciones, con
distintos propósitos y con desiguales niveles de evolución física, espiritual y sobre todo
energética. A esto le combinamos el aderezo de que los nuevos contactados, al igual que los
cardinales, pasaron a ser los únicos expertos en el estudio de los ovnis, lo que también provoca
molestia en algunos investigadores y, lógicamente, un rechazo definitivo de la ciencia que en
algún momento se percibió interesada en ahondar esta materia.
Tal como sucede en Italia con esta insólita manera de enlace, la fiebre de contacto llega
seguidamente a España con uno de los casos más polémicos que la historia “ufológica” haya
conocido, ya que las consecuencias de estos inusitados hechos desenmascararon un colosal
fraude y perjuicios colaterales insospechados a cientos de personas. Me refiero al caso UMMO.
Gracias a la conmoción producida por los ovnis y a la ingenuidad de la sociedad en la
década de los 60, un individuo logra fusionar las creencias populares con un experimento que
literalmente, y tal cual lo confesara, se le escapó de las manos.
Todo comenzó indirectamente con Fernando Sesma, un operador de telégrafo fanático
de temas paranormales que se manifestó contactado por unos pintorescos extraterrestres
denominados “Auquianos”. Junto con transmitir los mensajes telepáticos que recibía, crea el
BURU (Sociedad de Amigos de los Visitantes del Espacio), grupo que analizaba y compartía
experiencias en el tema ovni y que en diversos locales de Madrid, destacándose el Café León o
popularmente conocido como La Ballena Alegre, organizaba extensas tertulias con numerosos
seguidores y simpatizantes, entre los que aparece José Luis Jordán Peña63, autor y protagonista
de este fraude.
El 6 de febrero de 1966 suceden dos hechos muy importantes en esta historia, el primero
de ellos es que Fernando Sesma, Jordán Peña y algunos participantes del BURU, comenzaron a
recibir cartas remitidas aparentemente por extraterrestres denominados “Oemii” (Hombres de
UMMO), los cuales provenían de un planeta llamado UMMO, localizado en la constelación de
Virgo y que orbitaba la estrella enana roja llamada Wolf 424.
En sus escritos, los seres detallaban cómo llegaron fortuitamente a nuestro planeta,
específicamente en los Bajos Alpes franceses a fines de marzo del año 1950 y desde ese entonces
comenzarían una profunda exploración de la Tierra y de sus habitantes. Asimismo, las cartas
entregaban información concerniente a su lugar de procedencia, a sus tecnologías alcanzadas y
a la historia del universo, como también presagiaban en detalle una serie de eventos no muy

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promisorios para la humanidad.
Este nuevo tipo de contacto, el cual difería de los que hasta ese entonces eran
internacionalmente difundidos, provocó una verdadera revolución en la sociedad española,
como de igual forma en su comunidad “ufológica”, lo que se exportó al resto del mundo.
El segundo acontecimiento clave es el aterrizaje de un plato volador Ummita en la
localidad de Aluche (Madrid), un descenso aparentemente con huellas físicas en terreno y que
tuvo como testigo principal y único nada menos que a Jordán Peña.
Desafortunadamente, muchos investigadores de ovnis consideraron y difundieron el
tema UMMO desde la convicción que se trataba de comunicaciones reales con seres
provenientes del espacio.
Acreditados “ufólogos” españoles, donde se destaca entre otros la figura de Antonio
Ribera64, considerado el padre de la “ufología” ibérica, creyeron en esta ficción administrada por
Jordán Peña.
Junto a los mensajes escritos y a sus timbres con la letra “H”, muy característica en todo
lo relacionado a esta “nueva raza extraterrestre”, las primeras demostraciones de que los
habitantes de UMMO estaban presentes en la Tierra fueron ficticios avistamientos de ovnis
como es el caso de Aluche o las posteriores observaciones que se respaldaban con categóricas
fotografías.
En ese sentido, las primeras imágenes y las más destacadas corresponden al caso de San
José de Valderas el 1 de junio de 1967, es decir, casi un año y medio después desde la recepción
de las primeras cartas extraterrestres y del aterrizaje del ovni de Aluche, estimulando aún más a
toda la comunidad ufológica española y mundial. Los reportes de ese avistamiento, las imágenes
difundidas y la crecida recepción de cartas remitidas por Ummitas, incentivaron que Antonio
Ribera, junto a Rafael Farriols, escribiera el primero de los tres libros que tratan el caso, el cual
lleva por título Un Caso Perfecto65 y que en su epílogo señala: “Por más que esforcemos, no
podremos comunicar al lector la impresión de autenticidad que hemos recogido en el curso de esta
labor de recopilación de datos. Le faltará al lector el conocimiento directo de los testigos, esa
magnífica gente de Villa de Madrid…De ellos se desprende tal sensación de veracidad, tal falta de
preparación previa, que es imposible no creer, primero en su sinceridad y segundo en la veracidad
de lo que nos están contando… ”. Hasta los grandes a veces se caen y sobre todo si el engaño está
muy bien concertado como lo fue este maquiavélico caso.
Pero lo que además quisiera subrayar brevemente guarda relación a las investigaciones
que se ejecutan dentro de esta temática fenomenológica en su conjunto y que en esta etapa del
mito ovni-ET, se hace presente y se potencia aún más, en las abducciones que analizaremos
subsiguientemente.
Es preciso recalcar el enfoque y en especial el respeto que se le debe guardar a un testigo
en este tipo de sucesos, ya que los eventos que ese individuo explique simplemente los hará
públicos si se encuentra convencido de que lo observado refleja claramente sus creencias y, sobre
todo, sus pensamientos o ideas ya resueltas sobre un determinado tema. Por ende, un
investigador que se digne de tal apelativo siempre debe guardar la deferencia y humildad
necesarias para quienes le confían un suceso, independiente a que el investigador sepa
exactamente lo que ocurrió y que no se ajuste necesariamente a los testimonios que acumule. No
olvidemos que la ufología, al igual que los temas de la fe, está nutrida exclusivamente de relatos

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de personas, por lo que se hace ineludible conservar siempre esa cuota de respeto y prudencia
tan necesaria. En este contexto, Antonio Ribera recibió una carta escrita por Jordán Peña donde
detallaba elementos muy interesantes del ovni que aterrizó en febrero de 1966. No olvidemos que
eran otros tiempos y la “ufología” era aún una cuestión romántica.
Siguiendo con UMMO, la correspondencia alienígena prosiguió con mensajes cada vez
más crueles, ya que por ejemplo para el año 1973 fue anunciada una devastadora guerra
nuclear, lo que traía consigo una evacuación para preservar la especie a un refugio existente en
Piedravales, en la provincia española de Ávila. Ese escape estaba restringido solamente para
algunos seleccionados por los “Ummitas” y que lógicamente eran receptores de la
correspondencia alienígena. Esas personas a su vez debían seleccionar a ciertos integrantes de
sus respectivas familias para optar a la anhelada salvación. Usted, estimado lector, ¿se imagina
a una persona que en un momento creyó esta farsa con absoluta inocencia, discriminando entre
sus seres queridos a quiénes les otorgaba la posibilidad de salvarse o no? (El ideólogo de esto
realmente era un miserable y sanguinario, por decir algo muy suave…).
Paralelamente, Jordán Peña, utilizando un perfil respetable y de un serio psicólogo
industrial <sin serlo, por cierto>, colabora en la creación de la Sociedad Española de
Parapsicología, entidad de la cual fue vicepresidente por largos años, permitiéndole entre
muchas otras cosas participar en congresos universitarios, debates académicos e incluso
encuentros con los Reyes de España.
Pese a que existieron múltiples denuncias del fraude, el fenómeno UMMO es un fiel reflejo
de lo que significa el mito ovni-ET. Es una maqueta a menor escala, ya que contiene las mismas
características y emplea similares formas de convencimiento, difusión y expansión de la creencia
extraterrestre, gracias a una sociedad complaciente en recibir y sobre todo en apasionarse con este
tipo de información. Como aconteció con la sociedad completa y tal cual lo mencioné, la comunidad
“ufológica” también cayó en las patrañas de la estafa creada por Jordán Peña.
El caso de Antonio Ribera es un fiel reflejo de los malévolos propósitos del autor de este
fraude y muy bien queda expresado en el libro El Delfín y la Estrella66, biografía del padre de la
“ufología” española, escrito por el periodista Josep Ma. Ibáñez y que fue presentado en el
homenaje nacional a Antonio Ribera, en el Palacio de Congresos de Monjuic, el sábado 3 de
junio de 1995. Reconozco lo significativo de ese libro, ya que junto con leer la vida de Ribera
logré formar el contexto histórico y cultural de aquellos años en España y en el mundo, lo cual
es la base para sustentar mi convicción de que la unificación de los ovnis con los extraterrestres
es un mito moderno. Por ende, agradezco el gentil obsequio que me hiciera don Raúl Núñez
Gálvez67.
Indirectamente y tan sólo con la fe en el enlace UMMO, surgen otros personajes a los que
se les denomina “imitadores”, pero que sin tener vínculo alguno con Jordán Peña o con sus
cartas, usurpan este contacto como propio con tal de irradiar especulaciones relativas a los seres
cósmicos y fundar grupos, colectividades o instituciones que simplemente se enganchaban de
la idea original con intenciones mucho más deplorables y que aplastan aún más el estropeado
perfil del autor de esta patraña.
Por ejemplo, en Argentina Carlos Eduardo Jerez, un falso médico, crea el Hospital de
Medicina Ummita, inspirado en los supuestos mensajes entregados por los alientes creados en
la mente de Jordán Peña.

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Este falso médico, quien aseguró ser descendiente directo de uno de los seres
provenientes del planeta UMMO, construye una maqueta de un platillo volador y la instala
frente al innovador centro hospitalario ubicado en Cañuelas, próximo a la ciudad de Buenos
Aires.
En aquel recinto, Jerez ofrecía tratamientos para enfermedades terminales como el
cáncer, por ejemplo, a través de radiaciones gamma basadas en los presumidos conocimientos
estipulados en las cartas remitidas por habitantes de aquel inexistente planeta.
Por un precio bastante alto, este doctor artificial ilusionaba a personas enfermas con
quiméricas esperanzas, obligándolas a hacer abandono de sus tratamientos convencionales y
costear estos desconocidos “procedimientos alienígenas”.
En el año 1976, el Hospital de Cañuelas fue clausurado por el Ministerio de Bienestar
Social de la República de Argentina, dado que su flamante director no poseía ninguna
acreditación académica como médico, lo que le significó un año tras las rejas. De todas maneras,
y lo que sorprende, es que al saber este tipo de hechos derivados de una mentira, el forjador
del mito Jordán Peña no escatimó en persistir con su farsa y los beneficios que le traía. Tal vez
sea esta última razón la que permitió que de forma indolente hiciera vista gorda con todo lo que
sucede posteriormente en su propia tierra natal.
Es factible que la historia paralela al mito UMMO más espantosa, sea la de una secta
creada en España y que, si bien no posee una proximidad directa para la consumación de los
delitos que ahí se comprobaron, fueron utilizadas ideas extraídas de las cartas que recibió
aparentemente el mismo Jordán Peña. De esta manera, entre 1970 y 1984 se crea la Asociación
Juvenil de Montaña, denominada Boinas Verdes de Edelweiss por Eduardo González Arenas, un
reincidente condenado por delitos sexuales contra menores.
Como una iniciativa apegada a la Iglesia Católica, el líder de este grupo inaugura una serie
de agrupaciones en diferentes ciudades españolas a las cuales asisten adolescentes, los que en
el año 1975 sumaban más de 400 en todo el territorio.
Las ideas que se inculcaban a los menores estaban relacionadas con temas que abarcaban
catecismo católico, nazismo, misión rama, doctrina de los testigos de Jehová y otros contenidos
que preparaban a los infantes a un conocimiento final, el cual comprendía la revelación de que
Eddy <Eduardo González Arenas> era el príncipe Alain y Nazar, perteneciente al planeta Delhais,
lugar similar al paraíso, pero exclusivamente para hombres. A ese lugar “llegarían” luego de una
ardua preparación, donde durante el proceso sería marcado en la cara interna del antebrazo el
signo UMMO “) I (“, para finalmente realizar las pruebas y sometimientos finales.
En el año 1984 fueron denunciados los delitos cometidos contra varios adolescentes y no
fue hasta 1991 cuando se procesó a tres personas, pero el único en ser condenado a una pena
de 168 años por violación de menores fue González Arenas.
Debido a beneficios que tenía el antiguo código penal español, a los seis años de su
condena Eddy fue dejado en libertad, pero el día 3 de septiembre de 1998 es brutalmente
asesinado por una de sus víctimas, poniendo término así a una de las crónicas policiales
españolas más depravadas y turbulentas de la historia, pero que de manera indirecta tenía la
colaboración de las ideas extraídas del fraude UMMO.
Con el paso de los años y las permanentes denuncias de la estafa, varios investigadores
se propusieron llegar al fondo de esta increíble historia y desenmascarar a su protagonista. Tal

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cual como dice una dedicatoria que me hiciera Manuel Carballal68 en uno de sus libros que
gentilmente me envió de regalo desde España: “A veces, al buscar la verdad, corremos el riesgo
de encontrarla…”.
Entre los años 1997 y 1998 Jordán Peña fue visitado en varias ocasiones por Carballal, el
cual como reconocido investigador español se ha destacado por escudriñar en sectas y
desenmascarar fraudes paranormales. De esa manera y por casualidad, José Luis Jordán Peña
confiesa su intervención en el caso UMMO, siendo el creador de toda la historia: de las cartas,
de las llamadas telefónicas y de las fotos de los supuestos ovnis.
En una entrevista que fue dada a conocer íntegramente en la revista El Ojo Crítico EOC
Nº24, un arrepentido Jordán Peña confiesa que fue el autor del fraude con el propósito de
“estudiar” la credibilidad del hombre basado en el fenómeno de los ovnis. Todo lo que concierne
a la secta Edelweiss fue extraído de la idea original por parte de Eduardo González y por eso el
autor de este mito señaló literalmente que se le escapó de las manos, pero que esos imitadores
no tenían vínculo alguno con él.
A su vez, reconoció el fraude de las fotos de San José de Valderas, ya que el ovni con la
letra “H” ahí capturado era nada más que una maqueta colgada. Pero la sorpresa estaría en
reconocer que en esa imagen, y en otras, fue utilizado el fluoruro de polivinilo para las láminas
de plástico, lo que en ese entonces (1967) no se encontraba en el mercado en España y que fue
facilitado de manera reservada por un supuesto miembro de la NASA al propio autor del fraude.
Estas declaraciones comprueban las hipótesis planteadas por investigadores como Milton
Hourcade o el propio entrevistador Manuel Carballal, que en varios de los más populares, así
como sorprendentes casos de ovnis, abducciones y de contactismo, estarían detrás las agencias
de inteligencia de superpotencias con el fin de propagar el mito ovni-ET y desviar la atención
mundial de otros acontecimientos ligados a la economía, la migración o simplemente el negocio
de las guerras. No es extraño que en años posteriores, al propio Antonio Ribera se le informara
que la Interpol enviaba regularmente información a la CIA norteamericana sobre personas con
pasaporte sueco, danés y noruego, los cuales se caracterizaban por llevar un aparato implantado
en la garganta para poder hablar. Los mismos que en algún momento empleó Jordán Peña para
falsificar su voz en las llamadas telefónicas.
Finalmente, y develado el misterio UMMO, queda esa amarga sensación de que a pesar
de haber salido a la luz la verdad, producto de esta ficción muchas personas, entre ellos menores
y también cercanas a Jordán Peña, sufrieron como víctimas del mito o de engaños paranormales,
con los cuales el impune autor logró hacer un verdadero imperio del sadismo, depravación y
engaño.
Resulta increíble, pero a pesar de que son conocidos estos fraudes y los daños colaterales
que conllevan, aún existen personas que son persuadidas para este tipo de prácticas, quedando
demostrado que el problema no son las masas o también llamados problemas sociológicos, por
el contrario, estas situaciones son más bien un inconveniente individual, es decir, una dificultad
intrínseca del ser humano, tal cual hemos advertido con detalle y continuaremos analizando en
casos más recientes de contactismo.
Esta sucinta reflexión es porque, pese a todo, la fábula del contacto con alienígenas
siempre será capaz de reinventarse e incluso de superarse, más aún si hablamos de ovnis o sobre
todo de extraterrestres.

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Esto se plasma en otro caso emblemático y que da sentido a lo que hemos revisado, ya
que un ciudadano francés llamado Claude Vorilhon69 anunció públicamente que el día 13 de
diciembre de 1973 fue contactado por un ser extraterrestre de una raza denominada Elohim, la
cual y según sus crónicas, implantó todas las especies que habitan la Tierra hace
aproximadamente 25.000 años.
Entre otros conocimientos, a Vorilhon se le indicó que la totalidad de los textos sagrados
que hoy utiliza el ser humano en su conjunto de religiones, están mal interpretados. Como
asimismo, su misión en la Tierra era la de constituirse como un mensajero y a la vez edificar una
embajada con tal de preparar el retorno de estos seres. Por tal razón, se le otorgó el nombre
profético de Rael, dando así inicio al famoso grupo de contacto denominado “Los Raelianos”.
El propio Rael comentó posteriormente que en 1975 sostuvo su segundo encuentro,
donde fue llevado al planeta de origen de estos pacíficos y maravillosos seres. Ahí le
transmitieron su extravagante filosofía de vida, la que está basada en el amor, la sabiduría, la
conciencia, la felicidad e insólitamente en el placer. Agregó, además, que en el viaje a ese mundo
se encontró con Jesús, Buda, Mahoma y Moisés, anécdotas y enseñanzas que se plasmaron en
su segundo libro.
Estimado lector, aunque usted no lo crea, la agrupación llamada Los Raelianos aún
persiste y su líder, Rael, es considerado por sus seguidores como un profeta de nuestros
tiempos, sumado a que el esparcimiento de sus doctrinas y pensamientos ha estado siempre
acompañado de una interesante mixtura de misticismo, espiritualidad y un sensualismo que
llega a ser extravagante, por esgrimir un comentario respetuoso al momento de escuchar los
testimonios o vivencias de personas que renunciaron a esta secta platillista, develando las
verdaderas orgías que se practican en sus reuniones y las promiscuas relaciones sexuales que
consuma Rael con parte importante de las integrantes de su secta alrededor de todo el mundo.
No obstante, cada uno de los escenarios que hemos leído, algunos de los cuales podrían
catalogarse de aberrantes, siempre servirán como un perverso ejemplo para que otros
individuos continúen realizando estas malas prácticas, dentro de las que se tienen que
considerar los negocios y por supuesto las utilidades con las que se ven beneficiados los
aparentes contactados, los que luego de este tipo de usanzas, sean reales o no, habitualmente
viven a costa de sus seguidores, adeptos o discípulos.
Por su parte, Latinoamérica no quedó atrás en las prácticas contactistas, tal cual como se
expandieron en Estados Unidos y en Europa, en el año 1974 asoma Sixto Paz Wells70 como un
nuevo referente y que precisamente hasta nuestros días obtiene dividendos de sus particulares
experiencias.
Paz Wells proviene de una familia con interés y apego al tema ovni, ya que su padre Carlos
Paz García era un conferencista enmarcado en la Hipótesis Extraterrestre, el que además de ser
un popular divulgador, es el fundador del IPRI (Instituto Peruano de Relaciones Interplanetarias).
La impronta del contacto con extraterrestres no tardó en hacerse presente en la vida de
Sixto, ya que desde joven se reunía con un grupo de personas las que, a través del trabajo de
meditación, sentían la necesidad compulsiva de transcribir al papel los aparentes mensajes de
los seres del espacio, en lo que se conoce y ya mencionamos como escritura automática.
Estas prácticas lo llevaron a que en junio de 1974, en el desierto de Chilca próximo a la
capital del Perú, se desencadenara el primer encuentro con un extraterrestre que además incluyó

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un viaje al lugar de procedencia del ser, específicamente a Ganímedes, la octava luna del planeta
Júpiter.
De acuerdo a sus propias memorias, Paz Wells fue “teletransportado” a un solitario
sitio, aproximadamente a dos kilómetros desde el lugar donde se encontraba originalmente
junto a siete personas. Ahí observa una media luna dorada, de aproximadamente diez
metros de diámetro, desde la cual irrumpe un ser antropomorfo con sus brazos levantados
y quien telepáticamente lo invita a ingresar a este domo, el que fue descrito por el
contactado como un “xendra” o una puerta dimensional, también denominado umbral en
el espacio-tiempo, para así ser llevado a Morlen, el nombre que los extraterrestres le
conferían a Ganímedes.
El ser que lo contactó llamado Oxalc fue descrito de una estatura de un metro ochenta,
con un traje claro, similar al que utilizan los deportistas, con un cinturón y botas. Su rostro era
ligeramente más ancho que el nuestro, con pómulos muy pronunciados, ojos marcadamente
oblicuos, de pelo lacio que caía por detrás de los hombros y de condición física robusta, parecida
a la de un culturista.
Sixto asegura que estuvo de cuatro a cinco días en Morlen, donde observó el planeta
Júpiter en el firmamento, el que empleaba un espacio superior veinte veces al que utiliza nuestro
Sol visto desde la Tierra. Según sus dichos, en su superficie observó unos domos de un material
similar al cristal, los que correspondían a la ciudad matriz de esa luna y donde se establecían las
colonias mineras de los extraterrestres.
Para sus compañeros que se quedaron en la Tierra, el viaje de Sixto no duró más de 15
minutos, ya que pasado este lapso el contactado retorna con ellos y comienza el relato de esta
increíble experiencia, la que no tardó mucho tiempo en que fuera ampliamente difundida por la
prensa peruana e internacional de la época. En el subcapítulo de las abducciones, veremos en
detalle que el período comprendido entre los años 1973 y 1977 fue clave para la divulgación y
expansión masiva del mito ovni-ET.
Producto de esta información, desde España viaja el periodista Juan José Benítez71 a
reportear estos asombrosos acontecimientos, ya que desde el año 1972 cubría a nivel mundial
todas las noticias que tuvieran relación con los ovnis para la agencia EFE y el periódico La Gaceta
del Norte de la ciudad de Bilbao.
Al tomar contacto, Benítez con Sixto Paz, inmediatamente el español es invitado como
espectador a un nuevo encuentro programado con extraterrestres en los arenales de Chilca.
Luego del avistamiento, que se materializa con unas luces al horizonte y en las cumbres de unas
colinas cercanas, el periodista español decide escribir su primer libro del tema denominado
OVNIS S.O.S. a la Humanidad72, en el cual relata la experiencia de la que fue testigo, la historia
de Paz Wells, la de su padre y la de su hermano, como también los detalles del grupo creado por
el contactado denominado “Misión Rama”.
Es interesante presentar los acontecimientos que suceden con posterioridad a la
publicación de este libro en 1975 y que favorecen manifiestamente a todos los involucrados,
pero en especial al periodista y al contactado.
En primer término, la Misión Rama se hace conocida a nivel global, lo que influye en el
nacimiento de nuevos grupos de contacto alrededor del mundo, pero en especial en Sudamérica
y España.

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Luego, Benítez alcanza un sorprendente éxito de ventas con su primer libro y,
coincidentemente a partir de 1975, comienza su acreditada carrera como investigador de
temáticas del misterio, en especial “ufológicas”, pero sobre todo como escritor de ensayos y de
novelas que ha pretendido disfrazar como historia e investigaciones científicas. Un ejemplo es
el exitoso libro Caballo de Troya (1984), el cual ya se encuentra en su tomo número nueve con
un éxito total de ventas.
No es coincidencia que en el año 1976 Benítez retorne a Perú para asistir a otro encuentro
programado de Sixto, en una playa al norte de Lima, pero con la compañía del periodista
Fernando Múgica, también corresponsal de EFE.
Luego de esa actividad, en 1978 publica su segundo libro de “ufología” titulado: Cien mil
kilómetros tras los OVNIS73, el cual también fue ampliamente vendido.
Por su lado, la popularidad de Sixto Paz lo lleva a recorrer el mundo como un contactado,
pero dado sus conocimientos de historia, astucia y sobre todo sus excelentes condiciones de
comunicador, ha logrado crear un perfil académico, circunspecto, metódico y formal que
proviene del supuesto enlace con los “Hermanos Mayores del Espacio” y sus también aparentes
viajes a Ganímedes, ya que junto con escribir hasta hoy veinte libros, dictar charlas y dirigir
talleres místicos, es reconocido como un “ufólogo” o un prestigioso investigador experto en
ovnis, logrando alcanzar en sus textos y conferencias la unificación de todos los contenidos
vinculados al pensamiento mágico y sobre todo al mundo del misterio.
El aporte al desarrollo del mito ovni-ET, y me permito designarlo así, es que Paz Wells
logró fusionar a nivel global, pero en especial para Iberoamérica todas las materias o áreas que
abarca la “ufología”, que basa sus ideas en la especulación. Es decir, unifica el contactismo, la
exopolítica, la paleoastronáutica y la ufología clásica, permitiendo que la Hipótesis
Extraterrestre alcance madurez y sustentación sin cuestionamiento, para así subyugar en ella
todos los fenómenos aéreos no identificados.
Desde que Paz Wells comienza su quehacer como divulgador “ufológico” y de sus
propias experiencias, lo hace con los conocimientos tecnológicos que cada época le confiere.
Esto queda en evidencia cuando a principios de la década de los 80 un diario chileno publicó
un suplemento anexo de los días domingo, denominado “Ovnis”. En uno de ellos se exhibía
un reportaje completo a la Misión Rama.
Dentro de la crónica se encuentra una larga entrevista a Sixto, que lleva por título: “Ellos
me llevaron a Ganímedes”.
De todas las preguntas que le hacen sobre los habitantes de la octava luna del planeta
Júpiter, la que más llamó mi atención fue la que transcribo junto a su peculiar respuesta:
Periodista: ¿Utilizan dinero o algo parecido?
Sixto: No hay dinero. Trabajan durante una determinada cantidad de horas, lo que a su
vez les garantiza una “tarjeta de crédito” para ir a los almacenes y recoger allí lo que necesitan.
Y cada vez que necesitan algo, van.
La verdad, estimados lectores, no vale la pena analizar con mayor profundidad este hecho
que hace treinta años era una primicia tecnológica y que hoy en nuestro medio, si una persona
no posee una tarjeta de crédito o de débito, podríamos considerarlo como un auténtico
extraterrestre.
Otra cosa que llama la atención, es que con una tecnología tan avanzada como para lograr

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crear un “xendra” y viajar en el espacio-tiempo, se requiera de un mecanismo de adquisición de
alimentos extraído de conceptos neoliberales como el de una distribución racionalizada, propia
de los estados comunistas. Es muy raro, tal vez Sixto intentó quedar bien con los dos bloques
existentes durante la guerra fría (Paz y Amor).
En sus contactos programados a través de Latinoamérica, Paz Wells siempre fue
acompañado de integrantes de la agrupación Rama de los respectivos países que visitaba.
Cuando se le exigen señales o pruebas del contacto con los extraterrestres, Paz rotula que a
lo menos en diez oportunidades ha invitado a la prensa para obtener una validez objetiva e
indiscutible de dichos encuentros y que a través de las grabaciones de los ovnis que se hacen
presentes, ha logrado demostrar la veracidad del enlace con la colectividad de Morlen.
En especial Latinoamérica ha servido como fuente de casos, reportes y supuestas
evidencias de que el contacto de Sixto Paz es verdadero.
Resulta inesperado que un conocido “ufólogo” chileno, Rodrigo Fuenzalida74, fuera en sus
años de inicio en el tema ovni miembro activo de la agrupación Rama Chile y que en tres
programas de televisión, a fines de los 80 y principios de los 90, admitiera estar en contacto con
extraterrestres. Pues bien, luego de una conversión “ufológica” con el paso de los años, en el
programa NeuroUfo de la extinta radio online llamada Neurona Fm, de propiedad del periodista
Julio Wright Navarrete y el ingeniero Andrés Albornoz Fuentes, el propio Fuenzalida confesó que
al pertenecer al círculo más cercano de Paz Wells y en una de las tantas visitas del contactado a
Chile, le correspondió mover focos luminosos durante una noche de vigilia frente a un grupo de
personas que se encontraban meditando para el enlace con los hermanos mayores del espacio.
En estas instancias no puedo dejar de preguntarme si en cada encuentro programado que
organiza Sixto Paz, seguirán esos patrones o procedimientos para simular un enlace con
entidades extraterrestres.
Por otro lado, y un poco antes, específicamente el día 31 de marzo de 1994, Sixto Paz fue
sometido al detector de mentiras en el programa español “La Máquina de la Verdad”.
Como era de esperar, no pasó la prueba y el polígrafo determinó que Paz Wells mentía al
decir que había viajado a Ganímedes. Lógicamente y luego de este impasse en su trayectoria, el
contactado alude a que el fracaso en esta prueba de veracidad se debió a que el programa fue
grabado y que además no se le hicieron las preguntas adecuadas.
Podría seguir con más antecedentes que prolongarían la contra argumentación de los
aparentes contactos de Sixto Paz, ya que continuamente y como una figura pública en materia
ufológica se encuentra en exposición divulgando sus experiencias en todo tipo de programas o
entrevistas de los canales que se aluden llamar científicos, pero que a la postre hacen fomento
de toda esta subcultura amante de los extraterrestres.
Retomando el auge de esta materia en Europa, en la misma década del 70 aflora uno de
los contactados que colaboró fuertemente al incremento de la literatura “ufológica” o
paranormal, como también alimentó todos los nuevos programas de radio y sobre todo de la
televisión que comenzaban a profundizar en estas temáticas, dado el masivo interés por parte
de la población mundial y el apasionado surgimiento de nuevos investigadores que comentaban
en sus respectivos programas de misterio: me refiero al caso de Billy Meier75.
La historia de este ciudadano suizo no se diferencia en demasía del resto de los enlazados por
“extraterrestres”, ya que a excepción del fraude UMMO, todos los elegidos por los hermanos mayores

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reciben de la misma manera los mensajes y las predicciones para el resto de los comunes terrícolas
como nosotros. Pero en el caso de Meier, este contactado muestra una abultada cantidad de
fotografías y de videos de ovnis como la evidencia contundente de que los avistamientos, y sobre
todo su vínculo con los tripulantes de las naves retratadas, eran infalibles.
Como lo señala en sus entrevistas, su primer contacto físico se materializa a los cinco años
con un extraterrestre llamado Sfath, el cual se mantiene hasta 1953. Luego y hasta 1964, es
visitado por una alienígena llamada Asket, proveniente de un universo paralelo al nuestro.
Luego de once años sin comunicación con los hermanos del espacio, el 28 de enero de
1975 retornan los enlaces y en esta oportunidad es con una mujer extraterrestre llamada
Semjase, procedente de las Pléyades y supuestamente nieta de Sfath.
Estos seres pleyadianos provienen del planeta Erra, ubicado a 500 años luz de la Tierra, y
su principal preocupación era la potencial guerra nuclear que el mundo podría sufrir en los
siguientes años, sumado a las enfermedades que comenzaban a brotar producto del deplorable
comportamiento de la especie. Estos mensajes eran acompañados de profundas enseñanzas
esotéricas, ya que según los habitantes de Erra, nuestra especie las ha olvidado y eso permitió
que la humanidad perdiera su rumbo hacia un desarrollo pleno.
Billy logró escribir 162 profecías sobre diversas materias con la información que le
brindaron los extraterrestres, además de ostentar un número cercano a las mil fotografías y
cientos de horas de videos, ya que los propios habitantes de las Pléyades le permitieron ser
fotografiados para acreditar su presencia en la Tierra y sobre todo su propio contacto. Este
material sirvió para que diferentes “ufólogos” en variadas publicaciones presentaran su
comunicación interestelar como auténtica y sin cuestionamiento alguno.
El problema surgió cuando investigadores apegados al pensamiento crítico examinaron
con mayor profundidad el material de este contactado y salieron a la luz pública algunos de sus
colosales fraudes.
Por ejemplo, en una de sus imágenes de la extraterrestre llamada Askey <en una de las
pocas por no decir la única aparente fotografía de un ser alienígena> se descubre que dicho
retrato correspondía a una de las mujeres que aparecían como bailarinas en un programa de
televisión llamado “The Dean Martin´s Show”. La primera explicación que dio Meier sobre lo
borroso de la fotografía fue porque los supuestos campos magnéticos emitidos por la nave
espacial donde se encontraba la alienígena impedían una toma limpia. Pero luego, al descubrir
este montaje, ya fue imposible sostener la mentira. En efecto, la muchacha que aparece en la
imagen se llamaba Michelle Della Fave y, posterior al programa donde bailaba, fue una
conocida presentadora de la televisión italiana.
Por otra parte, en las fotos de los supuestos ovnis también fueron descubiertos varios
elementos que hicieron sospechar el montaje, ya que las naves retratadas coincidían con
elementos encontrados en la casa del contactado, como tapas de algunas ollas, recipientes o
tarros de basura.
A esto sumamos que al consultar a los vecinos de Meier, no se encontraron otros testigos
de los sorprendentes avistamientos registrados. Es más, la colosal comercialización que este
contactado logró fue tal que tan sólo para estar en su hogar se requería dejar un pago o
colaboración de una cifra no menor. Este incómodo antecedente deja de manifiesto la estafa y,
a la vez, un amplio y lucrativo negocio detrás de los pleyadianos.

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Desenmascarados los fraudes, es muy común que la comunidad “ufológica” se divida entre
los que aún creen en la veracidad de la persona que se alude contactada o simplemente los que
dan vuelta la página, se olvidan del engaño, pero siguen con su creencia en el mito ovni-ET. Con
este caso, ya estrictamente se trataría de un impostor más que abulta la larga lista de charlatanes
que desprestigian el tema.
El problema es que, pese a estos evidentes desencantos y claras muestras de
manipulación, aún tenemos personas y sobre todo “ufólogos” que siguen pretendiendo y
considerando que los extraterrestres nos han visitado e intervenido en nuestra historia, como
asimismo que en la actualidad nos examinan y nos custodian en el desarrollo de nuestra
existencia.
Por otra parte, los renovados planteamientos de una cosmogonía basada en la perfecta
combinación de diferentes doctrinas, soportan que ideas como la teoría de los antiguos
astronautas, tema que prosigue en el Tomo II, se ajusten forzosamente en esta apofenia o más
bien en esta unión de temas inconexos.
En gran medida, esta mutación teórica surge entre la década de los 70 y 80 con la
expansión del New Age como una tendencia global, reduccionista y sobre todo pluralista, ya que
ajusta prácticas de diversas fuentes esencialmente las arraigadas a tradiciones antiguas, pero con
nuevos sistemas de creencias que le permiten una interpretación subjetiva para cada evento
sobrenatural o misterioso que se exponga. Así los individuos seguidores de este movimiento
asumen internamente las creencias según sus necesidades particulares y ese sí que es un
problema que potencialmente es peligroso, si se conjugan hechos y personas inadecuadas.
Otro elemento a considerar es la capacidad de tergiversar la información, creando
validaciones completamente inexistentes al momento de someterlas a un análisis metódico.
Estas afirmaciones, denominadas “verdades científicas”, buscan una certificación artificiosa de
sucesos paranormales, dando uso a todos los medios de difusión posibles gracias precisamente
al acceso e hiperconectividad que hoy disfrutamos y a su vez a esa, la inquebrantable
complacencia que hasta nuestros días disfruta el mito ovni-ET por parte de una población
fanática de este tema.
Un ejemplo de esto sucede en Estados Unidos el 26 de marzo de 1997, cuando la policía
encontró varios cadáveres dentro de una mansión, en un rancho ubicado en el municipio de
Santa Fe, al norte de San Diego, en el Estado de California.
Treinta y nueve personas pertenecientes a una secta denominada Heaven´s Gate (La
Puerta del Cielo) tomaron la decisión voluntaria de ingerir una sobredosis de fenobarbital,
mezclado con vodka y jugo de manzana, con el propósito de inmolarse, provocando de esta
manera el mayor suicidio colectivo en la historia de Estados Unidos.
Esta secta ha sido estudiada por varios especialistas debido a su atrayente evolución y la
forma en cómo sus líderes comenzaron el reclutamiento de seguidores a partir del año 1975.
Sus partidarios fueron llamados tripulantes por parte de los cabecillas, ya que uno de los
principales requisitos para ser invitados a participar era compartir la obsesión por los ovnis y los
extraterrestres.
Las autoridades norteamericanas encontraron, entre otras interesantes pistas, una serie de
cintas con grabaciones de despedida de los integrantes de la secta, la que estaba dirigida por
Marshall Applewhite76, acreditando la influencia y el trabajo sistemático de convencimiento en cada

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uno de sus discípulos.
Applewhite, junto a su pareja Nettles, previo a la creación de Heaven´s Gate, iniciaron su
camino en las ciencias ocultas con los llamados viajes espirituales por diferentes ciudades de
Estados Unidos con la intención de transmitir sus enseñanzas. Con los años, la pareja convenció
a un grupo de seguidores y gracias a las múltiples donaciones de éstos, obtuvieron recursos para
alquilar mansiones y mantener de forma itinerante su grupo.
El fallecimiento de Nettles en el año 1985, producto de un cáncer, sirvió para que
Applewhite hipotéticamente demostrara a la colectividad que el trayecto al otro nivel era real,
ya que entre los líderes, supuestamente, mantenían una comunicación a pesar de la barrera de
la muerte, lo que agudizó el enfoque y la figura religiosa de la secta. Esto también les permitió
adherirse a la idea de que llegado el momento correspondería abandonar el envase, como le
llamaban a sus cuerpos, para de ese modo introducirse en una supuesta nave que estaba en la
estela del registrado cometa Hale-Bopp en su paso medianamente cercano a la Tierra.
Luego de profundos análisis, se determinaron las razones por las cuales los 38 seguidores,
junto a su carismático líder, accedieron voluntariamente a la autoeliminación.
La primera conclusión de los académicos fue que la justificación gracias a la cual los
individuos formaron parte de esta secta, fue la creencia en elementos sobrenaturales,
específicamente la presencia de seres extraterrestres en nuestro planeta desde los orígenes de la
historia, ya que la idea de la teoría de los antiguos astronautas era compartida por todos.
Luego y de forma sistemática, Applewhite los incomunicó de la sociedad, haciéndolos
hábilmente dependientes de él, por lo que no podían vivir en su ausencia cultivando en ellos
una actitud de obediencia religiosa, ya que su líder era visto como un ser superior que les asistió
psicológica y espiritualmente para que demostraran al mundo que superaron su miedo a la
muerte.
Por añadidura, la misma vida del líder, la de su fallecida pareja y obviamente la de sus
seguidores, se tornó alejada de una sociedad de consumo, dinámica y de relatividad alarmante
para quienes piensan, creen o se sienten ajenos a la cultura contemporánea. Este último punto,
se repite en algunas otras ocasiones en grupos muy similares o que se establecen enfocados en
las ideas y enseñanzas de algunos líderes carismáticos, pero no siempre con los resultados
catastróficos de este caso.
No es coincidencia que pasado unos pocos años, el impacto de Heaven´s Gate se mitigue
y permita que nuevas generaciones reincidan en prácticas análogas, con ideas parecidas y con
actos similarmente brutales.
Es un hecho que el mito del 2012 fue difundido desde el inicio del nuevo milenio y que,
en este sentido, previo a la llegada del año 2000, existían algunas ideas escatológicas, pero que
no tuvieron tanto eco ni publicidad como el inexistente fin del calendario Maya.
Me permito apartarme brevemente del tema y como he mencionado anteriormente, con
algunos amigos vinculados a la temática ovni he sostenido interesantísimas discusiones dentro
de este contexto y claramente hemos concluido que el propio contactismo y sus derivaciones,
como el absurdo del 2012, no tienen vínculo alguno con el simple estudio de los fenómenos
aéreos anómalos o la “ufología”. Desafortunadamente y bajo mi opinión, los propios
mercaderes del misterio, entre los cuales aparecen varios ovniólogos implicados, han insertado
en el misceláneo de contenidos estos puntos, logrando confundir y lógicamente mercantilizarlos

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como productos de consumo dentro del comercio de lo paranormal. Por tal razón, es preciso
explicar que los estudios de múltiples fenómenos existentes en la naturaleza no siempre
concuerdan con el estudio de los denominados “misterios”, ya que el concepto de lo paranormal
y en especial dentro de la “ufología” desafortunadamente engloba todo lo cual no se puede
identificar por uno o varios testigos y eso no necesariamente significa que dicho fenómeno o
manifestación no posea una explicación.
El contactismo se ha mantenido y desgraciadamente una nefasta muestra de su
destructiva influencia en la sociedad la vivimos hace muy poco en Chile con la comentada Secta
de Colliguay.
Ramón Castillo Gaete77, autodenominado “Antares de la Luz”, fue un místico y
espiritualista que sentía un profundo interés por el tema de los extraterrestres. En el año 2009
organizó y lideró a un grupo de personas con las cuales posteriormente conformó una secta.
Sus conocimientos en temas vinculados al pensamiento mágico, sumado al consumo de
drogas y fuertes alucinógenos, entre los que se destacó la ayahuasca78, permitieron un perfecto
trabajo de convencimiento a los integrantes del grupo.
Antares de la Luz, junto con transmitir conceptos místicos y de sanaciones propios del
New Age, logró convencer a la colectividad de su condición como un canal, que luego derivó y
se transformó en la propia reencarnación de “Dios”, lo que le otorgó libertad para consumar
relaciones sexuales y actos sodomíticos con todas las integrantes de la secta, incluso frente a
sus propias parejas, además de instaurar permanentes rituales místicos que incluían sacrificios
de animales.
Dentro de las convicciones que transmitía en las reuniones, el magnánimo líder señalaba
la imposibilidad de procrear y en el caso de que sucediera lo contrario, el infante que naciera
sería considerado como el anticristo, por lo que no existía otra alternativa que simplemente
asesinarlo.
Como era de esperar, una de sus seguidoras quedó embarazada a principios del año 2012,
lo que se sumó a la creencia escatológica del 21 de diciembre, obligándolos a que mientras
durara el embarazo, la futura madre permaneciera en cautiverio hasta el día del nacimiento, el
cual se consumó el 21 de noviembre.
El 23 de noviembre de 2012, en un ritual místico en el sector de Colliguay, Quilpué (Región
de Valparaíso, Chile), acompañado del consumo de alucinógenos por parte de los miembros de
la secta, el líder da muerte al recién nacido quemándolo vivo en una hoguera luego de treinta
minutos de tortuoso sufrimiento, cumpliendo así el anuncio efectuado antes de su gestación.
En ese mismo lugar permanecieron hasta el 21 de diciembre en espera del momento de
la consumación profética del fin del mundo, lo que todos sabemos que no se cumplió, por lo
que, en un nuevo ritual en estado alterado de conciencia, Antares de la Luz les indica a sus
seguidores que su ser interno le comunicó la reprogramación de la fecha apocalíptica para el 21
de diciembre, pero del 2017, lo que incluía el traslado de toda la agrupación a la República del
Ecuador.
Producto del incumplimiento de lo profetizado y con el conocimiento del crimen de un
recién nacido, dos de los seis integrantes de la agrupación deciden hacer abandono de ésta y
precisamente uno de ellos era el principal sostenedor del grupo.
Este cambio obliga a que los restantes miembros y su líder se trasladaran hasta la

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localidad de San Francisco de Mostazal, en la Región de O´Higgins, lugar donde definitivamente
se disuelve la hermandad y su líder emprende su desesperada huida del país.
Pasados unos días, fueron encontrados los restos del infante asesinado en Colliguay
gracias a una denuncia interpuesta por un familiar de uno de los integrantes de la agrupación,
quedando posteriormente cuatro personas detenidas acusadas de homicidio calificado.
Por su parte, Ramón Castillo salió del país con recursos otorgados por otro integrante de
la disociada secta y luego de ser declarado prófugo con una orden de arresto internacional, el
día 2 de mayo de 2013 finalmente se suicida en un inmueble abandonado en la ciudad de Cuzco,
República del Perú.
El psicólogo Crystian Sánchez Ortiz79, colaborador de la ONG “Red de apoyo a víctimas de
sectas”, participó profesionalmente en el trabajo de mitigación de trauma a parte de los
familiares de los integrantes de Antares de la Luz.
La opinión de Sánchez para este libro es muy aclaratoria y la transcribo en forma íntegra:
“En relación a los integrantes de la secta de Colliguay, se trataría de personas completamente
normales y sin patologías desde el análisis psicológico. El problema se presentó cuando su juicio
de la realidad fue completamente alterado producto de un sistemático adoctrinamiento por
parte de su líder, lo cual fue acompañado de condiciones de aislamiento de la sociedad y
persuasión coercitiva, la que estaba netamente ligada a las ideas comunes que tenían en relación
a temas que sustentaron el grupo, como por ejemplo: los ovnis, los extraterrestres, los seres de
luz y el anunciado fin de mundo del 21.12.12. Todo lo que vincula al pensamiento mágico
intrínseco en las respectivas historias de vida de cada uno de los miembros de la comunidad.
Estas doctrinas esotéricas e ideas pseudofilosóficas extraídas de autores como Carlos
Castañeda, eran reforzadas por el líder Antares de la Luz con sus propios conceptos y
autonombramientos al momento de los rituales chamánicos, los que se caracterizaban por el
consumo abusivo de ayahuasca y enteógenos, buscando insertar los pensamientos en momentos
de estados alterados de conciencia”.
Sánchez es tajante y este caso no difiere de lo ocurrido con grupos similares en otras
partes del mundo y que revisamos sucintamente para indicar hasta dónde se puede llegar con
este tipo de creencias o prácticas.
Para culminar este subcapítulo, reitero lo atractivo que resulta analizar el proceso
evolutivo del llamado contactismo dentro del mito ovni-ET, logrando madurar y afianzarse como
una idea unificada, exclusivamente gracias a los cientos de personas que se declararon
abiertamente vinculadas con seres extraterrestres en el marco de los 70 años que llevamos con
la denominada era moderna de los ovnis.
La intervención ideológica de la Teosofía y de las corrientes apegadas a las ideas de
Charles Fort, como asimismo las del New Age, consumó el posicionamiento de esta tendencia
como parte importante del movimiento “ufológico”, pese a que, en estricto rigor etimológico y
práctico, no tiene nada que ver una cosa con la otra.
Esta mixtura es un hecho gracias a que el contactismo, en sus dos primeras décadas, se
estableció como un requisito para hablar de ovnis y sobre todo de sus tripulantes
extraterrestres, dado que los mismos contactados fueron los primeros entrevistados, escritores,
comentaristas y especialistas en el tema, posteriormente nombrados como “ufólogos”. Aunque
todavía quedan algunos que cumplen esta doble función, pero son los menos y obedece

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netamente a un asunto comercial.
Pero la integración del New Age en la temática ufológica transformó indiscutiblemente
las rutinas contactistas a nuevas y ambiguas formas de enlace, ya que la creación de nuevos
movimientos o pensamientos religiosos admitió que miles de personas alrededor del planeta no
tan sólo creyeran en estos seres, sino que practicaran una devoción a variadas entidades
cósmicas en cualquiera de sus formas. Hablo de supuestas entidades físicas, etéreas o
espirituales, y que en un momento ya no requerían de un ovni para llegar hasta los lugares de
contacto o donde se les profesara algún tipo de culto. Así, estos nexos son algo mucho más
común de lo que podemos imaginar y por algo los pensadores mágicos utilizan un lenguaje
propio para diferenciarse del mundo convencional del que procuran apartarse, empleando
palabras como: místico, ancestral, armonía, emoción, vibración, energía, etc.
A pesar de estos roces teóricos, el contactismo se aproxima a un estudio más bien ligado
a las creencias que al fenómeno de los ovnis. Por ende, posee un escuálido límite con
exacerbaciones religiosas, místicas y sectarias, algunas veces nocivas para quienes integran
estos grupos.
Siendo objetivo, no es necesario encapsular negativamente a todos los contactistas y
asociados a este tipo de ideas o agrupaciones, pero por otro lado evocando los casos expuestos,
como Heaven´s Gate en Estados Unidos o la secta de Colliguay en Chile, se confirman los riesgos
que alcanzan algunas de estas comunidades para los seguidores que se involucran emocional e
intelectualmente en ellas.
La disyuntiva es descubrir la fórmula para desvincular definitivamente los ovnis con el
contacto de sus supuestos tripulantes. Bueno, este libro pretende alcanzar ese complejo
objetivo, empezando por conocer la historia del mito ovni-ET.
Contrariamente a todos los análisis que pueden efectuarse, cuesta deducir las razones
por las que este mito sigue con vida y a pesar de que se ha tratado de alejar del estudio metódico
de los fenómenos aéreos anómalos, siempre retorna y con nuevos aires. La principal explicación
se encuentra en la gran mayoría de los fenómenos que se asocian a la Hipótesis Extraterrestre
y que van de la mano con la proyección del inconsciente colectivo, como la agrupación de
información almacenada en la mente de muchos individuos que permite bajo ciertos estímulos
que algunos sujetos piensen o se comporten de igual manera. Tal cual como lo mencioné
precedentemente, Carl Jung es muy certero en su temprana proyección sobre estas
observaciones en la atmósfera.
El contactismo es en realidad otro fenómeno dentro del fenómeno de los ovnis, al igual
que las pretendidas abducciones, pero que la inferencia de Jung logra explicar parcialmente, ya
que el componente individual es gravitante para la subsistencia de estas prácticas o
especialmente quienes aluden poseerlas. Como indico, es imprescindible la creencia individual
con la que se origina el contacto, ya que una vez difundida, se traspasa y evoluciona a un total
convencimiento colectivo, el cual fácilmente se ensambla a la antepuesta creencia de que los
ovnis son aparatos provenientes de otros mundos con tripulantes inteligentes.
Dicho de otro modo, las historias detrás de cada contactado existen porque algunos
creyentes en el mito ovni-ET permiten que existan, tal cual como se cultivan y ejecutan los
dogmas. Es así de sencillo y fácil de comprender.
Sin embargo, es muy simplista hacer una analogía para este tema desde la perspectiva de

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la fe, pero si analizamos que nosotros como seres pensantes podemos creer en un dios,
cualquiera que sea la forma o la religión que usemos como instrumento para venerarlo, a pesar
de que jamás lo hemos observado, perfectamente es plausible también creer en seres
extraterrestres, que al menos se manifiestan de manera filántropa y fortuitamente alcanzamos
a verlos en nuestros cielos cada cierto tiempo o nos hacemos la idea de que repentinamente los
vemos.
Lo alarmante de esta similitud es que, con el devenir de los años y las nuevas tecnologías,
nuestra convulsionada y agreste sociedad del último siglo admitió negligentemente que el
fenómeno del contactismo comenzara a transformarse en un movimiento de tipo religioso, con
la participación muy activa y directa de los seguidores de algún personaje que se autodefiniera
enlazado con seres de diversa procedencia, indicados como maestros ascendidos, seres de luz,
ángeles, entidades biológicas o puntualmente seres extraterrestres. No olvidemos que en la
actualidad existen cientos de personas que abiertamente se presentan como contactados y que
enuncian viajes al espacio como también a las profundidades de la Tierra, en una renovación en
los formatos de sus alocuciones, ya que para algunos específicamente los extraterrestres ya se
encuentran en nuestro planeta y viviendo entre nosotros.
Pese a todo lo que los contactados digan, escriban o traten de justificar, hasta ahora no
existe ninguna prueba objetiva y contundente que valide sus relatos. No existe la pieza clave
tecnológica o el conocimiento que sobresalga del que hoy la ciencia posee, ya que si por ejemplo
Sixto Paz hubiese demostrado matemáticamente cómo logró viajar a través de un “xendra”
<portal espacio-tiempo> a la octava luna de Júpiter y volver en quince minutos, como
supuestamente lo hizo en 1974, estaríamos hablando de otra forma y de otra cosa.
Pese a las aprensiones y la carencia de una demostración categórica, la tónica de esta
incoherente arista ufológica persiste. Quizás la modificación más interesante en los nuevos
discursos de algunos de los actuales contactados es la que alude a supuestos enlaces durante la
antigüedad o a través de diversas culturas ancestrales, tema que desarrollaré en pleno en el
Tomo II y que lógicamente ha sido el subterfugio para intentar sacar de la agonía al mito ovni-
ET, que prácticamente tiene a los extraterrestres muy próximos a pasar a mejor vida.

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2. LAS ABDUCCIONES

Al igual que el estudiado contactismo, presentar el fenómeno de las abducciones como


parte de las variantes del mito ovni-ET resulta considerablemente incómodo a sabiendas que se
trata de una aparente acción en contra de seres humanos efectuada por entidades
extraterrestres inteligentes, de las cuales ni siquiera tenemos una mínima demostración de
existencia.
A la vez, es un enorme desafío conseguir sintetizar la compleja línea de tiempo e historia
de este controversial segmento de la “ufología”, ya que únicamente en las abducciones se
relacionan centenares de publicaciones, además de innumerables personas entre los que se
encuentran las víctimas, “ufólogos”, divulgadores, escépticos, científicos, periodistas y el masivo
público interesado que rueda en torno a los populares secuestros alienígenas. Todos ellos
constituyen dos marcados segmentos sin término medio en su postura, me refiero a los
creyentes y a los detractores.
Es asombroso lo complejo del tema, ya que a diferencia del contactismo, el cual es
difundido en primera persona por los protagonistas, las abducciones son examinadas y
divulgadas generalmente por los “ufólogos”, en especial por los que concuerdan con la Hipótesis
Extraterrestre como una explicación casi exclusiva para el fenómeno de los ovnis, ya que además
cuentan con la nombrada complacencia de una comunidad interesada y devota de estos
contenidos.
Insisto que el mayor inconveniente para validar estas experiencias de secuestro no son
precisamente las víctimas, por el contrario, son los autores quienes estarían cometiendo un
delito tipificado en todo el planeta y que, además, producto de la práctica constante de estos
aparentes raptos, atentan contra la libertad de todos quienes resultan perjudicados. A esto
debemos agregar el no despreciable antecedente de que a los autores de estas transgresiones,
hasta este momento, ha sido imposible ubicarles, lo que también permite presumir que ni
siquiera existen.
Dada esta preliminar sentencia, el problema entonces se percibe bastante más confuso, pero
interesante de estudiar, tal cual como se ha investigado desde un enfoque ajeno a los supuestos
victimarios. El centro de atención lo convocan las miles de personas denunciantes que sobrellevan
muchas otras cosas, pero no precisamente algún tipo de secuestro extraterrestre.
Pese a esta aprensión, existe un grupo de investigadores apegados al pensamiento crítico
los cuales tienen la convicción de que algunas de las denominadas abducciones, fueron en
realidad una actividad sistemática con propósitos de inteligencia y experimentación encubierta
ejercida ilegalmente en varios países, destacando Estados Unidos por el abultado número de
denuncias de estos hechos. Además, en las citadas operaciones se utilizaría tecnología de punta
y se perpetrarían en lugares intencionadamente decorados con tal de alcanzar sus deplorables
propósitos, procedimientos que además serían disimulados y entremezclados con el mito
extraterrestre como argumento de justificación para quienes recordaran de alguna manera las
traumáticas vivencias.
Esta intrigante hipótesis traslada el estudio de los no identificados a un área
considerablemente oscura y que también se sostiene netamente a base de la especulación,

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quizás con muchos más argumentos que otras, pero que resumidamente se ve reforzada con la
presunción de que la gran mayoría de los avistamientos de ovnis denunciados pertenece a
tecnología basada en el concepto de prototipos de aeronaves furtivas, también denominadas
Stealth y que corresponden a ciencias aplicadas que comienzan a desarrollarse terminada la
Segunda Guerra Mundial.
Pese a estas siempre atractivas conjeturas del fenómeno tratado y, por otra parte, a los débiles
argumentos desde una perspectiva epistemológica para concadenar los ovnis como prototipos de
vehículos de una inteligencia no humana, es indiscutible la gran importancia que se le ha consagrado
a las abducciones en muchos aspectos, ya que por décadas fueron utilizadas como una de las más
importantes banderas de lucha de la “ufología”, complementándola además con que algunos
académicos dedicaron parte importante de sus vidas a tratar de demostrar que estos secuestros
fueron una realidad y que buscan un propósito incomprensible para nosotros como especie humana.
Lástima que los acontecimientos demuestren todo lo contrario, considerando que siempre la realidad
difiere exorbitantemente de las pretensiones y anhelos de muchos de nosotros.
De todas formas, y continuando el sondeo del mito ovni-ET, en nuestra cultura es
ineludible penetrar en el cautivador y dilatado campo que estas experiencias implican, para de
esa forma lograr comprender objetivamente los motivos por los cuales las abducciones fueron
la supuesta actividad extraterrestre que marcó casi la totalidad de la agenda “ufológica” por más
de treinta años.
Al comenzar su análisis, nos podemos percatar del llamativo antecedente de que
preexisten distintas definiciones para la palabra abducción, siendo la original y obviamente la
más importante desde la etimología académica, por cierto, la que se aplica en la Lógica80.
La abducción corresponde a un tipo de razonamiento formulado primeramente por
Aristóteles81, el cual se aplica con un silogismo en donde la premisa mayor es considerada cierta,
mientras que la premisa menor es solamente probable. Por esta razón, la conclusión a la que se
puede llegar tiene el mismo grado de probabilidad que la premisa menor.
Según el filósofo Charles Sanders Peirce82, la abducción es algo más que una suerte de
silogismo; es una de las tres formas de razonamiento junto a la deducción y la inducción.
Consecuentemente, la abducción como concepto proviene del latín abductio y describe
el fenómeno gracias al que un órgano o una parte de la estructura corporal se distancia del plano
medio que divide un cuerpo en dos fragmentos de carácter simétrico.
Como hemos observado, para todo lo que concierne al tópico de los ovnis se utilizan
expresiones, códigos, terminologías y hasta indumentarias propias. No olvidemos que en sus
inicios, por ejemplo, los integrantes del grupo Rama efectuaban sus meditaciones con trajes de
color blanco o también algunos “ufólogos de campo” se equipaban con chalecos muy similares
a los que usan pescadores deportivos, llenos de bolsillos para el transporte de todos los
elementos necesarios con tal de realizar un “buen trabajo en terreno”. Ese es uno de los legados
más importantes de J.J. Benítez en materia “ufológica”: el uniforme del investigador de ovnis.
Como dato anexo, existen grupos que poseen hasta sus propias vestimentas para asistir a sus
vigilias o diferentes actividades, los he visto en Chile al menos. Incluso en una oportunidad surgió
la idea de que participen en desfiles comunales, casi como una organización paramilitar. Pero
bueno… no olvidemos que la “ufología” da para todo y en especial para todos.
Retomando las definiciones, el término abducción, como muchas palabras utilizadas en

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“ufología”, es un anglicismo que proviene de la palabra “abduction”, la cual traducida significa
secuestro, por lo que no era complejo adecuarla a otro vocablo similar o que se acomode
perfectamente a tal expresión.
El origen de este término proviene de un libro publicado en 1977 cuyo nombre es
Abducted83, escrito por el matrimonio compuesto por Jim y Coral Lorenzen84, apasionados
investigadores norteamericanos, los que podrían compararse con el matrimonio Warren
<conocidos investigadores de fenómenos paranormales en Norteamérica> pero en una versión
“ufológica”.
De esta forma, la abducción es considerada en la ovnilogía claramente como el secuestro
de una persona por parte de seres extraterrestres. Este singular fenómeno, dentro del
fenómeno de los ovnis, se explica gracias a los recuerdos subjetivamente reales que posee un
individuo, el cual es tomado en secreto y contra su voluntad por algún tipo de entidad no
humana, siendo sometido a procedimientos físicos y psicológicos confusos, que por lo general
en los posteriores relatos son descritos como experimentos clínicos invasivos y particularmente
muy dolorosos.
El punto de discordia entre la “ufología” basada en la Hipótesis Extraterrestre (HET) y la
“ufología” apegada al Pensamiento Crítico, es que parte importante de los ovniólogos reconoce
como reales las abducciones, debido sustancialmente a que no es necesario exigir pruebas de
estos secuestros, ya que se sostienen por sí solos gracias al sesgado y obsesivo credo de la
presencia alienígena en nuestro planeta. Parece casi una doctrina “ufológica”, pero ese
convencimiento de que esos seres están entre nosotros imposibilita el estudio de las
abducciones y no hay otra forma de llegar a ese objetivo más que por la vía de la HET.
Dentro de los setenta años de la llamada era moderna de los ovnis, las abducciones
comenzaron hipotéticamente una década después de la observación de Kenneth Arnold, la cual
también y como analizamos en el Capítulo I, es controversial debido principalmente a la errónea
interpretación que se le brindó por parte de la prensa de ese entonces.
El primer caso conocido de un supuesto secuestro alienígena fue el del ciudadano
brasileño Antônio Vilas Boas85, joven campesino de 23 años el cual se encontraba operando un
tractor la noche del 15 de octubre de 1957, en un campo cercano a San Francisco de Sales, en el
Estado de Minas Gerais. Las faenas agrícolas por lo general se realizaban de noche o luego del
crepúsculo, debido principalmente a las altas temperaturas reinantes durante el día.
En un momento, y según el relato de la víctima, se detiene su vehículo y desciende desde
el cielo un extraño aparato. Desde su interior bajan dos humanoides de no más de 1,60 metros,
los cuales traían consigo una escafandra y una mochila. Al intentar tomarlo por la fuerza, el
agricultor se resistió y logró avanzar unos metros, pero un grupo mayor de estos seres lo toma
definitivamente y lo ingresa a la nave por una escalera metálica.
Luego de unos exámenes, entre los que se efectuó una muestra de sangre, el joven
campesino es llevado a una habitación contigua donde había algo semejante a una camilla de color
oscuro. Los humanoides, después de quitarle la ropa, pasaron una esponja por su cuerpo con un
líquido refrescante, pero con un fuerte olor que rápidamente lo hizo vomitar. Luego aparece una
mujer desnuda, del mismo tamaño que sus pares, pero con cabellera rubia y grandes ojos azules
rasgados.
El secuestrado relata que tuvo dos relaciones sexuales con su carcelera, notando en ella

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un extraño rugido, el cual comparó a los sonidos que emiten algunos animales. Una vez
concluida la escena, la tripulante le señaló su vientre y luego levantó su mano indicando el cielo
con uno de sus dedos, en una clara señal de que ese carnal enlace provocaría el nacimiento de
una futura vida.
A continuación del acto, el joven fue invitado por los tripulantes a conocer el resto de la
nave y en el intertanto observa un objeto parecido a un reloj de cristal que, según su relato,
pesaba cerca de dos kilos, el cual intempestivamente trató de sustraer. Al ser evidenciado esto
por los seres, le indicaron rápidamente la puerta quedando de nuevo frente a su tractor y
observando cómo el objeto volador se elevaba para desaparecer en el firmamento.
El 22 de febrero de 1958, Vilas Boas relata su experiencia ante un médico y un periodista
en la ciudad de Río de Janeiro, declarando entre otras cosas que los incidentes y observaciones
de ovnis habían comenzado los primeros días de octubre de 1957, los cuales culminan con su
mencionado rapto y episodio sexual.
Este secuestro no fue muy considerado por los “ufólogos” de la época, principalmente
porque no era un caso ocurrido en Estados Unidos, cuna de los ovnis. Por otra parte, la
connotación del evento incomodaba a una sociedad más bien conservadora. A esto le sumamos
que recién en 1962 un boletín brasileño llamado UFO publicó el caso y, a pesar del malestar que
indicó Vilas Boas, su evento fue siempre secundario, ya que su relato provocó toda clase de
dudas, pese a que muchos lo calificaron como la abducción inaugural.
En efecto, el libro de Coral Lorenzen, titulado Flying Saucers: The Startling Evidence of the
Invasion from Outer Space86 (Platillos Voladores: La sorprendente evidencia de la invasión desde
el espacio exterior), publicado en 1966, menciona por primera vez este caso con todos los
detalles en la literatura norteamericana, lo que tácitamente no fue bien recibido por la sociedad
de esos años, incluida la comunidad “ufológica”, debido a los prejuicios que se mantenían en
relación a temas sexuales. La demostración explícita de este punto es el preámbulo que efectúa
Jacques Vallée87 para comparar este incidente con los relatos medievales y otros textos
históricos que transcriben tramas similares en su libro Passport to Magonia88 (Pasaporte a
Magonia), publicado más de una década después del caso en Brasil.
Específicamente en el capítulo IV “Daemonialitas”, Vallée señala: “Cuando el Folklore
degenera, convirtiéndose en un género literario menor, como ocurrió con la fe en las hadas, que
degeneró en los actuales cuentos de hadas, pierden, naturalmente, gran parte de su contenido:
precisamente esos detalles –no apto para menores– que no pueden conservarse en los libros de
niños. El resultado directo de esta censura de los detalles picantes en estas maravillosas historias
las convierte realmente en simples motivos de asombro. El caso de Villas Boas no resulta
apropiado como texto de lectura para una escuela de párvulos, pero la eliminación de esta
mujercita convierte a esta historia en un cuento desprovisto de un profundo valor simbólico o
psicológico. Es precisamente el contexto sexual lo que confiere a estos relatos su influencia
literaria” (En el extracto, el nombre del protagonista del erótico incidente no está escrito
correctamente en portugués <Vilas Boas>).
Independiente a estas diferencias éticas, pasó bastante tiempo antes de que se hiciera
presente el primer secuestro alienígena en Estados Unidos, el cual fue difundido masivamente
y en ocasiones se considera como el originario de estos incidentes, pese a que sucede cuatro
años más tarde que el inaugural secuestro en Brasil.

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La noche del martes 19 y madrugada del miércoles 20 de septiembre de 1961 se produce
el famoso caso de abducción de Betty y Barney Hill.
Los hechos, que han sido incluidos en más de trescientas publicaciones, acontecen
cuando el matrimonio se trasladaba en su vehículo Chevrolet Bel Air 57 desde Canadá hacia el
sur luego de sus vacaciones, específicamente a la localidad de Portsmouth.
Mientras cruzaban el Estado de New Hampshire, pasada la localidad de Groveton,
observaron un punto brillante en el cielo, el cual inicialmente, y luego de comentarlo,
pensaron que se trataba de una estrella fugaz. Según el relato de la pareja, mientras seguían
observando, ya encaminados por la Ruta 3, pensaron finalmente que la luminosidad
correspondía a un satélite artificial. En ese instante, se detienen a ver con más calma este
fenómeno, aprovechando además para que su mascota, un perro llamado Delsey, diera un
breve paseo.
Al reanudar la marcha, el matrimonio se percató que la luz los acosaba y que incluso en
un momento se posó sobre el monte Cannon, el cual pasaron durante su viaje.
Luego volvieron a detenerse y permanecieron observando esta luminiscencia con
binoculares, donde describieron unos interesantes detalles como que se trataba de una nave
con ventanas, dentro de las cuales percibieron seres mirando por ellas. Finalmente, y luego de
un instante, vuelven a su vehículo retomando el viaje que los deja definitivamente en su destino
durante la madrugada.
El día jueves 21 de septiembre, Betty hizo la denuncia por teléfono a la Fuerza Aérea con
tal de informar lo sucedido y en espera de alguna explicación para el extraño avistamiento que
tuvo junto a su esposo. Al día siguiente recibieron la llamada del Mayor Paul W. Henderson,
quien en una entrevista de treinta minutos obtuvo pormenores, presentando el día martes 26
de septiembre un informe en el cual determinaba que los testigos denunciantes probablemente
habrían confundido el planeta Júpiter con algún fenómeno luminoso anómalo y que la denuncia
no requería una mayor investigación. Dicho reporte fue enviado al Proyecto Libro Azul de la
USAF, donde se clasificó con los detalles indicados por el Oficial entrevistador, teniendo en
cuenta que la propia Betty Hill señaló con posterioridad que al Mayor Henderson no quiso
entregarle mucha información de lo que observaron por temor a quedar en ridículo.
Al no quedar conformes con la explicación que les fue otorgada por parte de las
autoridades, los Hill comenzaron su propia indagación acerca de este tipo de fenómenos. Acá
comienzan todos los debates entre los detractores de la historia y quienes creen en los relatos
que muy posteriormente salieron a la luz.
Un antecedente importante a considerar en el caso de Betty, previo al incidente, fue que
su hermana le comentó que había sido testigo de un gigantesco ovni, teniendo en cuenta que el
tema se encontraba en pleno proceso de ebullición en la sociedad norteamericana con la
propagación de todos los llamados contactados, quienes fueron los pilares sustanciales en la
consolidación del nexo ovni-ET. Por ende, era razonable que tanto Betty como su esposo se
interesaran mucho más en el fenómeno.
Luego de la concisa y escueta respuesta por parte de la USAF, el matrimonio Hill comenzó
a dar lectura a una serie de textos relacionados con el tema, entre los que destacaron
principalmente los libros del Mayor Donald Keyhoe.
Durante la segunda semana de octubre de 1961, dos semanas después del incidente,

61
Betty comenzó a sufrir pesadillas periódicas, motivo por el que le escribe una carta a Keyhoe
contándole su historia completa y lo que la pareja pensaba acerca de lo sucedido. De esta forma,
el matrimonio hizo presente que al parecer tenían ciertos recuerdos muy extraños que les
gustaría profundizar de alguna u otra manera. Es así como este caso llega a manos de Nicap
(National Investigations Committee On Aerial Phenomena 1956-1980), organización que se
relaciona bastante con ellos, impartiéndoles además una serie de conocimientos “ufológicos”
donde varios integrantes concluyen primeramente que las pesadillas y recuerdos difusos, en
especial de Betty, fueron producto del pánico y estrés provocados por la observación de algo
aparentemente enigmático, pero solamente para ellos. No contentos con estas respuestas, los
Hill prosiguieron con sus lecturas y profundización en la “ufología”.
El día 3 de marzo de 1963, el matrimonio dicta una conferencia en el Quincy Center en el
Estado de Massachusetts, lugar donde asistieron personas mayoritariamente interesadas en los
ovnis, quienes escucharon atentamente los relatos donde, como era de esperar, surge una serie
de especulaciones. Esa conferencia no pasó desapercibida, ya que al hacer pública su historia
comienzan a popularizarse con el consiguiente acoso de la prensa y de los “ufólogos”.
Al mismo tiempo que se inmiscuían en el medio ovniológico, los Hill asistían a terapias
con un psiquiatra, dadas las aparentes consecuencias psicológicas que dejó la experiencia de
1961. El especialista les recomienda que visiten a un conocido suyo en la ciudad de Boston, el
doctor Benjamin Simon, un médico experto en hipnosis que se interesó desde un principio en
esta historia, ya que le llamó profundamente la atención que el matrimonio mostrara claros
signos de ansiedad y preocupación excesiva posterior al avistamiento.
Luego de varias sesiones de hipnosis efectuadas durante el año 1964, dos años más tarde,
es publicado un libro que sería un verdadero texto sagrado por muchos ovniólogos, donde
además se exhibe por primera vez el uso de la hipnosis como una herramienta psicológica que
otorga aparentemente una gran cantidad de información sobre eventuales hechos olvidados, ya
sea involuntaria o forzadamente, dando inicio de esta manera al submundo de las abducciones
dentro de la “ufología” en Estados Unidos.
The Interrupted Journey89 (El Viaje Interrumpido) es el título del libro que propuso una
pauta de trabajo sobre la investigación de un aparente secuestro alienígena.
John G. Fuller90, el autor, hace gala de su gran apego a los temas paranormales y en
especial al de los ovnis, ya que el mismo 1966 publica Incident at Exeter91 (Incidente en Exeter),
en el cual relata una serie de avistamientos en esa ciudad del Estado de New Hampshire, hechos
ocurridos el 3 de septiembre de 1965. En aquel compendio, Fuller expone su investigación y
testimonios que incluyen a dos policías y al principal testigo de las observaciones, lo que además
complementa con que el aludido reporte no fue tomado seriamente por las autoridades a las
cuales se denunció, hablamos de la USAF. Como antecedente paralelo, después de cuarenta
años la revista Skeptical Inquirer, en noviembre de 2011, publicó una interesante nota que
otorga una explicación racional para lo observado durante 1965 en Exeter, ya que la secuencia
de luces rojas que fueron avistadas son similares a las luces ubicadas en la parte inferior del
fuselaje del avión carguero Boeing KC-97 Stratofreighter, que la USAF utilizó desde 1951 hasta
1978 y que en aquellos días, en 1965, realizó maniobras en esos sectores, lo cual no descarta la
posible confusión por parte de los testigos.
No es casual el interés del autor por el caso de los Hill, debido a que entre otras cosas, el

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incidente de 1961 se materializa en la misma zona geográfica que los avistamientos denunciados
y que personalmente investigó cuatro años después. Así en 1966, Fuller publica dos libros de
ovnis casi simultáneamente. Uno acerca de un avistamiento con respaldo de dos policías, pero
donde hace mención al caso Hill; y el otro de un hecho similar, pero con el ingrediente extra de
un rapto y contacto del matrimonio con supuestos seres extraterrestres.
The Interrupted Journey relata el incidente completo de Betty y Barney Hill, otorgando al
lector los detalles de las sesiones de hipnosis a las que se sometieron en la consulta del doctor
Benjamin Simon, desde el 4 de enero al 6 de agosto de 1964.
Este libro entrega una serie de elementos que no hacen otra cosa que confirmar el
afianzamiento del concepto ovni-ET, ya que desde una simple observación de un “no
identificado”, los testigos pasan a un contacto con los tripulantes de una hipotética nave, junto
con su captura e ingreso a ella para soportar subsiguientemente variados procedimientos
médicos o exámenes, además de la comunicación y entrega de información relevante por parte
de los captores.
Uno de los hechos que resalta de la narración de los Hill, es el controversial mapa estelar
que los extraterrestres le enseñaron a Betty cuando le preguntan su lugar de origen.
Tal como fue expresado durante una de las sesiones de hipnosis, la secuestrada señaló que
al consultarle a los captores su procedencia, uno de ellos va al otro extremo del salón donde se
encontraban y abre una puerta aparentemente metálica de la pared sacando un mapa, el cual al
ser exhibido lo describe más largo que ancho y lleno de puntos de desiguales tamaños unidos por
líneas, las que también tenían diferentes dimensiones. Según Betty, esas líneas correspondían a
rutas trazadas y su grosor iba de la mano con la importancia que los extraterrestres le daban,
siendo algunas solamente rutas comerciales y las otras marcaban lugares que visitaban
esporádicamente. Las líneas de puntos eran simplemente las rutas expedicionarias. Pese a todas
las explicaciones, los tripulantes de la nave nunca le contestaron a Betty el lugar de procedencia,
ya que según ellos no entendería la representación.
Esta proyección fue dibujada por Betty Hill en otra sesión de hipnosis y desde ese instante
fue motivo de permanente comparación con todas las imágenes estelares que se conocieran,
con tal de encontrar la similitud de constelaciones registradas y así lograr descifrar el verdadero
origen de los seres que raptaron a este matrimonio.
Pasaron seis años desde la publicación del mapa, hasta que Marjorie Fish, una profesora
de Ohio y astrónoma aficionada, lograra igualar 15 puntos de los 26 señalados por Betty,
consiguiendo de esa manera establecer medianamente que el mapa correspondía a la
constelación de Retícula, destacando las estrellas Zeta 1 y Zeta 2, las que se encuentran a 37
años luz de la Tierra. De acá nace la designación a un tipo de alienígenas grises, los que hasta
hoy se conocen como Reticulianos, porque procederían de aquella constelación.
Como era de esperar, el descubrimiento de Fish trajo consigo emotivos elogios y fuertes
críticas, comenzando por los 11 puntos que no pudieron ser igualados. En efecto, este mapa fue
analizado permanentemente y años más tarde surgieron otras potenciales explicaciones. Pero
sin lugar a dudas, hubo una afirmación que echa por tierra todas las otras explicaciones para
este enigma cartográfico y es una publicación del investigador Rich Reynolds, quien descubrió
que, en la oficina de Betty, específicamente en la pared frente a su escritorio, había un mapa
con la representación de las acciones aliadas en el desembarco de Normandía (Día D, 6 de junio

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de 1944), durante la Segunda Guerra Mundial.
Al realizar un análisis exhaustivo, el investigador se percató de que ambos mapas poseían
puntos muy parecidos.
Esta información la pueden revisar y analizar con detalles en el Blog llamado “Esos
misteriosos objetos celestes y sus tripulantes”, donde junto con profundizar diferentes
conceptos de “ufología”, se incorporan nuevas ideas por parte de su autor, el investigador
español José Antonio Caravaca92, quien gentilmente facilitó estos datos para el presente libro.
Por otro lado, la experiencia completa de los Hill ha sido cuestionada y no por un ataque
al matrimonio como testigos o supuestas víctimas del secuestro, sino a lo que fue publicado
originalmente y todo lo que desde 1966 ha sido divulgado de manera excesiva por parte de los
“ufólogos” apegados a la Hipótesis Extraterrestre, los cuales desde este caso comenzaron con
una serie de afirmaciones e ideas que hasta hoy se mantienen y, como es de esperar, ninguna
de ellas se ha comprobado.
Coincidentemente, y no se habla mucho de este interesante punto, es que el propio
doctor Simon publicaría en una revista especializada de psiquiatría que el caso de los Hill era
una singular aberración psicológica, ya que al respecto su conclusión se orientó a que el
secuestro fue una fantasía establecida inicialmente por las constantes pesadillas de Betty y que
inspiraron la creación de una historia ficticia en la mente de Barney, el cual tampoco estaba
totalmente convencido del rapto.
El tema es que en los siguientes años este secuestro se mantuvo en la agenda “ufológica”
como una pieza imprescindible por todas las implicancias que consiguió, ya que se trata de un
avistamiento con descenso, contacto y un rapto para la aplicación de exámenes clínicos a las
víctimas, sumado a toda la información que les fue impartida por parte de los alienígenas.
Curiosamente, la experiencia de 1961 se obtuvo gracias a la hipnosis efectuada a los Hill
en 1964, como un instrumento para la obtención de la confusa información que, en un estado
normal de conciencia, específicamente Betty, no conseguiría recordar y que lo tradujo como la
explicación para sus constantes pesadillas. Esto difiere totalmente al caso de Vilas Boas de 1957
en Brasil, actividad que fue relatada por su protagonista en forma directa, sin necesidad de estar
sometido a ningún tipo de trance o con la ayuda de algún especialista.
A pesar de esta diferencia, ambos raptos son considerados como las abducciones
canónicas, pese a que el concepto se utilizó concretamente después de la mencionada
publicación del matrimonio Lorenzen en 1977.
Si examinamos los años posteriores, en 1968 se realizó una sesión del Comité de Ciencia y
Astronáutica en la Cámara de Representantes de Estados Unidos. En esa reunión, varios científicos
debatieron el tema ovni y sus relaciones con otras ciencias, producto de que el nuevo fenómeno de
los secuestros se transformaba paulatinamente en el protagonista de la “ufología”.
A las sesiones del Comité asisten importantes celebridades que estaban vinculadas a la
investigación de ovnis en aquellos años, es ahí entonces cuando aparece en la escena “ufológica”
James Harder93, quien en 1969 se transformaría en el presidente de APRO, organización ya
mencionada y que fue creada por los Lorenzen en la década del 50.
Harder es también una pieza clave en el mito ovni-ET, ya que, como defensor de la
Hipótesis Extraterrestre, es sin duda el precursor de la propagación de las abducciones como
una clara acción de los seres que aparentemente tripulaban las también supuestas naves.

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Asimismo, es él quien impulsa el procedimiento de la hipnosis como medio de obtención de la
información, con tal que las víctimas lograran recordar con mediana claridad lo vivido
figuradamente a manos de los alienígenas.
En este ambiente de especulación y de incomodidad por parte de los científicos que se
involucraron de todas formas en el fenómeno ovni, como es el caso de J. Allen Hynek, surgen otras
alternativas que van concediendo luminosidad, como también una cuota de prudencia a esta
vorágine extraterrestre que comenzaba a brotar de manera descontrolada en Estados Unidos y
que ya había iniciado su difusión en Europa.
Un ejemplo es el conocido y tan menospreciado, “ufológicamente” hablando, informe del
Comité Condon94, el cual desde 1966 hasta 1968 analizó 91 casos correspondientes a 21 años
de constantes denuncias de avistamientos de ovnis desde el mítico año 1947.
Este informe, el cual se encuentra disponible completo en la web, fue un estudio que
solicitó la Fuerza Aérea de Estados Unidos a la Universidad de Colorado con el requisito de que
fuera elaborado por académicos con un grado de objetividad tal, que permitiera un resultado
ecuánime y ajeno a cualquier creencia frente al fenómeno analizado. De hecho, se destinaron
300 mil dólares para este fin.
Parte de las críticas apunta a que varias prestigiosas casas de estudios superiores se
negaron ante tan complejo y desordenado tema. Sin duda que fue un gran desafío para el grupo
completo, teniendo presente que este proyecto de investigación contó con la participación de
varios reconocidos científicos como el astrónomo William K. Hartman, el psicólogo Michael
Wertheimer, el químico Roy Craig y el físico Frederick Ayer, entre otros, quienes estaban
supervisados por el físico y académico Edward Condon. Si a esto le añadimos algunas disputas
que el Comité sostuvo con colaboradores externos, como fueron los grupos de investigación
“ufológica” APRO o el Nicap, es una verdadera proeza que sus resultados se dieran a conocer
con una total transparencia.
Las conclusiones de este informe son muy interesantes. Por ejemplo, en una de ellas se
establece que ninguno de los casos analizados proporciona un incremento al conocimiento
científico que hasta ese momento se poseía, teniendo en cuenta además que casi la totalidad
de los reportes tenía explicación convencional en los que no existió un esclarecimiento
satisfactorio, tampoco se encontró evidencia alguna de que seres del espacio o de otra parte
nos estuviesen visitando. Otra conclusión es que este comité denunció una gran ignorancia del
público general en cuestiones científicas. Esto implica una dificultad para reconocer fenómenos
naturales, lo que se traduce en que, si existen informes con más de un testimonio, ellos pueden
perder objetividad dada una interpretación completamente errada por parte de los testigos
denunciantes. Es muy preocupante, pero a 49 años del Informe Condon, no veo una diferencia
de sus resultados con nuestra actual visión y realidad frente a los ovnis.
Por su lado, la corriente platillista, incrementada con numerosos reportes de secuestros,
hizo que la “ufología” tomara paulatinamente una dirección exclusiva hacia la HET,
repercutiendo de tal manera que a finales de los 60 literalmente se separan las aguas, dando
inicio a la divulgación de extravagantes variaciones.
Por ejemplo, en el año 1968 es publicado el mordaz libro UFOS Identified95 (Ovnis
Identificados), una forma crítica de explicar los relatos y observaciones, escrito por el ingeniero
Philip Klass96, un personaje que de ahí en adelante se convirtió en un eterno dolor de cabeza para

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la gran mayoría de los “ufólogos” y que en su rol de escéptico lo veremos más adelante como uno
de los más incisivos detractores de las abducciones.
Seguidamente, en 1969 el connotado astrofísico Jacques Vallée lanza una incuestionable
bomba teórica que provocaría una revolución en la “ufología” y un giro al predecible camino
que tomaban los no identificados, asomando en escena el libro que mencioné en el caso de Vilas
Boas, me refiero a Pasaporte a Magonia.
Para muchos interesados en los ovnis, esta publicación es considerada uno de los trabajos
más importantes en materia “ufológica”, ya que otorga una nueva interpretación a las
manifestaciones anómalas que tan interesada tenían a la sociedad y sobre todo a parte de las
autoridades de aquellos años.
En este libro, Vallée comienza a dar curso a sus ideas referente a que los ovnis, junto con
ostentar un componente físico, en oportunidades también desplegaban un elemento psicológico
que incidía en los testigos de algunas de sus manifestaciones. No olvidemos que a mediados de los
años 60, en sus primeras intervenciones y sobre todo publicaciones, el autor defendía
consistentemente la posibilidad de los extraterrestres para explicar gran parte de los ovnis, creando
precisamente el concepto de Hipótesis Extraterrestre. Pues bien, en Pasaporte a Magonia la
Hipótesis Extraterrestre es cautelosamente tanteada, ya que hace una revisión de heterogéneas
crónicas de épocas pasadas, las cuales al ser observadas con el prisma de ese momento, coinciden
notoriamente con las descripciones de algunos avistamientos y reportes “ufológicos”. El autor
también hace una aproximación del fenómeno con las leyendas medievales que mostraban hadas
y otros seres sobrenaturales, insinuando que en la historia y sobre todo en el folclore, consta una
especie de elemento subterráneo en el verdadero origen del mito de los platillos voladores,
comparándolo con las apariciones religiosas o seres no humanos y que posterior a 1947 son
asimilados a los encuentros cercanos.
Si analizamos objetivamente el fondo por el que este astrofísico e informático embiste con
tales ideas, las razones principalmente obedecen a que su posición siempre ha estado adherida
a la ciencia y simultáneamente a la “ufología” clásica, la que desarrolló un abuso de la
especulación en las décadas del 50 y 60. Dado esto, a Vallée no le queda otra alternativa que
formular nuevas ideas o también un transformador lenguaje con tal de presentar metódicamente
las comparaciones que efectúa a través de la historia del fenómeno, ya que según sus
conclusiones, se percata de la realidad y objetividad de ciertos reportes, como también de los
relatos de algunos contactados, los que al no sustentarse en alguna evidencia física podrían haber
deteriorado su prestigio como académico y sobre todo como hombre de ciencia, considerando
además que ya se encontraba en progreso la Hipótesis Paraufológica en el tema ovni.
No obstante, Vallée plantea en este libro y sobre todo en los que posteriormente publica,
su pensamiento frente al tema, lo que es claramente discutible y cuestionable, ya que su trabajo
y aporte a la “ufología” es el reflejo de sus creencias complementadas con sus penetrantes
estudios. Que sus opiniones las presente y resguarde de excelente forma, no significa que estén
exentas de especulación, que estén del todo correctas o que sean la solución definitiva para el
problema. La diferencia es que las reflexiones del astrofísico poseen una consistencia tal, que
permiten conservarlas muy acopladas a la ciencia sin disgregarse o caer en el fantasioso mundo
que han creado algunos “ufólogos”.
Como si fuera adivino, Vallée de forma admirable visualiza el sombrío devenir de la

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“ufología” al momento de comenzar la divulgación masiva de las abducciones, lo que ha
permitido mantenerse en un nivel muy superior en comparación con otros investigadores, los
cuales independiente a su trabajo y sobre todo su entusiasmo, llevaron el tema de los ovnis a
una categorización de pseudociencia y con justa razón.
Debemos recordar que la década del 70 comienza con otro cataclismo en el ámbito
interpretativo, ya que John Keel97 publica el libro UFOS: Operation Trojan Horse98 (OVNIS:
Operación Caballo de Troya), trabajo que sella una tendencia que aún se conserva: “La
Paraufología”.
Si Vallée con Pasaporte a Magonia intenta apartarse de la Hipótesis Extraterrestre, Keel
por su lado estampa una marcada diferencia estremeciendo las convencionales y reduccionistas
aguas de la “ufología” especulativa y también del escepticismo, obligando a que todos los
interesados en el tema revisen sus originales postulados, ya que éstos exhiben una seductora
gama de aspectos provenientes de todas las ciencias y paraciencias con tal de proponer una
solución alternativa al fenómeno.
Con sus siguientes publicaciones: The Mothman Prophecies99 (Las Profecías del Hombre
Polilla), pero en especial con The Eighth Tower100 (La Octava Torre), Keel se transformaría en una
figura extravagante dentro de la comunidad “ufológica”, debido a que en su concepción del
fenómeno ovni, esa fuerza o energía tan difícil de calificar a la cual denomina “Súper Espectro”, se
adecua a las creencias humanas y funciona según el desarrollo del conocimiento y las tecnologías.
Es decir, y tal cual como lo menciona en una conferencia que dio en el congreso de Acapulco,
México, en 1977: “Los viejos dioses regresan bajo un nuevo disfraz, los antiguos creían su existencia
con tanta fe, que acarrearon enormes piedras sobre centenares de kilómetros para erigirles
monumentos”.
De esta manera y también apartándose de todo interés por la Hipótesis Extraterrestre,
Keel señala la influencia directa de seres espirituales y de ciertos poderes psíquicos detrás de
todas las manifestaciones anómalas, entre las que figuran, por supuesto, los ovnis. En ellas, el
ser humano es expuesto constantemente, ya que dicha fuerza se alimenta de nuestras ideas,
sentimientos y conciencia, albergada en una especie de realidad implantada en el denominado
Teatro Cósmico, lo que hoy podemos entender con algo más de claridad cuando vemos la
película The Matrix.
No veo una definición más prolija del trabajo de John Keel como la que hace mención el
investigador chileno Sergio Sánchez101, en su mítico libro Pasaporte a Ovnilandia102, donde
expone: ”Es cierto que Keel se extravió, a veces, en laberintos especulativos sin más base que,
eso sí, su brillante imaginación. Si la HET era simplista, la Paraufología de Keel se tornaba
excesivamente compleja, en un terreno que la distanciaba cada vez más de cualquier atisbo de
escrutinio científico. Los límites de la ufología se expandían tanto, que los ufólogos terminaban
entrampados en las más abstrusas discusiones metafísicas”.
Pese a estar centrado en la cronología y desarrollo de las abducciones como parte del
mito ovni-ET, es inadmisible dejar de lado estas nuevas tendencias <hablo de nuevas al
momento que se masifican las ideas de secuestros extraterrestres>, las cuales son las
alternativas que diferentes autores componen, ambicionando la anhelada verdad detrás del
fenómeno aéreo anómalo. Por ende, la Paraufología albergó a los investigadores que la HET
no convenció del todo e intentaron vincularse con otras posibilidades teóricas.

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El caso opuesto lo figura el neo-escepticismo francés, que se desliga completamente de
las manifestaciones físicas o energéticas, circunscribiendo el asunto ovni a un fenómeno
psicosocial que como analizaremos posteriormente, emerge como otra alternativa al problema
en cuestión.
No obstante y pese al surgimiento de esta corriente “Paraufológica” y sus publicaciones,
Allen Hynek en 1972 lanza su libro The UFO Experience: A Scientific Inquiry103 (La experiencia
UFO: Una Investigación Científica), ya que desde su perspectiva completamente adherida a la
“ufología” clásica y sobre todo a partir de su tribuna apegada a la ciencia, ambicionaba conferir
una organización epistemológica y más bien ordenada, por lo que clasificó los tipos de contacto
con los cuales se manifestaba el fenómeno.
Hynek formuló tres tipos de encuentros cercanos entre seres humanos y los ovnis. El Primer
Tipo (EC1), consiste en la estricta observación de uno o más objetos no identificados en el cielo a
menos de 150 metros. El de Segundo Tipo (EC2), el ovni percibido produce una evidencia física desde
su posición original o en un eventual descenso. Concluyendo con el de Tercer Tipo (EC3), el que suma
los dos anteriores con la observación de seres extraños o seres “animados”, como los llamó
originalmente.
Las consiguientes dos clasificaciones, “Cuarto” y “Quinto Tipo”, no fueron propuestas ni
mencionadas en el libro The UFO Experience, sino que otros autores las incluyeron
enganchándose de las tres originales.
En relación a quiénes las formularon, no está muy claro ya que el Cuarto Tipo es el
contacto voluntario o no, pero con una intervención en el ser humano enlazado. En este aspecto,
el libro Abducted! de Coral y Jim Lorenzen de 1977 hace esta propuesta llanamente, pero
teniendo presente que las abducciones eran advertidas como un tipo de vínculo con entidades
alienígenas, similar al de los contactados, lo que cambió radicalmente después de este libro y
además con la incursión de nuevos referentes “ufológicos” que introdujeron el condimento de
perversidad a estas experiencias.
Finalmente, el contacto de Quinto Tipo es el más polémico de todos, ya que se trataría de
una comunicación con estas entidades a través de enlaces voluntarios y telepáticos, que hoy son
los que dicen utilizar algunos contactados. Insisto en que las últimas dos categorías están
completamente fuera del contexto original que Hynek pretendió otorgarles como una
demarcación para un estudio más prolijo de las denuncias. Esto se suma a que como astrofísico,
la Hipótesis Extraterrestre nunca lo convenció del todo, acomodándose de mejor manera a la
“Paraufología”, aunque de forma más conservadora que las expuestas por Vallée o Keel. Por ello,
en un nuevo intento de desmarcarse de la especulación infundada, Hynek pretende mantener
una posición expectante a la dinámica y devenir de la “ufología” de ese entonces, direccionando
Cufos (Center for UFO Studies) hacia una investigación más prolija y concreta, razón por la que
solicita a un viejo conocido suyo que se hiciera cargo de los estudios a tiempo completo.
De esta manera, llega Allan Hendry104 aportando una serie de nuevas concepciones desde
una perspectiva crítica, pero a la vez evitando la negación militante.
Este astrónomo propuso un análisis casuístico enfocado netamente en los testimonios,
donde se debía considerar la observación y la percepción de los testigos, ya que bajo su criterio
el fenómeno debía discriminarse de la interpretación especulativa a los eventos que
fidedignamente no guardaran explicación convencional. Su aporte fue el libro The UFO

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Handbook105 (Manual del OVNI), considerado una pauta para otros investigadores donde
también se hace un fuerte reproche a sus pares científicos por descuidar este fenómeno y
permitir que lo tomen aficionados, los que en vez de perfeccionar las investigaciones, se
destacan por constantes disputas, falta de cooperación y sobre todo entrega de información
falsa (no está muy lejos de la realidad que siempre ha tenido la “ufología”).
Luego de este aporte y por problemas económicos, Hendry abandona Cufos y no se
interesó nunca más en proseguir la materia. Esto respaldó su abierta frustración por el devenir
de esta pseudociencia, sumado a que bajo su criterio metodológico, el camino que seguía no era
el más adecuado.
En efecto, todo lo vinculado a los ovnis en un momento estaba supeditado a las
abducciones, ya que no se cuestionaba en absoluto la HET como la gran responsable de la
constante presencia alienígena a través de sus aparatos voladores, lo que permitió el
surgimiento de la “Paraufología” como una alternativa plausible y posteriormente la Hipótesis
Psicosocial.
El período comprendido entre los años 1973 y 1977 es clave para la divulgación masiva y
aceptación popular de la arista “ufológica” abduccionista en la sociedad norteamericana, como
bien lo reflejan algunos acontecimientos que marcaron esta impronta.
El caso de Pascagoula, junto con ser un incidente calificado como abducción, fue el primer
enfrentamiento entre quienes rechazaron de forma tajante los raptos extraterrestres y los
creyentes en este tipo de experiencias.
La noche del 11 de octubre de 1973, Charles Hickson y Calvin Parker, dos amigos que se
encontraban pescando en el Río Pascagoula, específicamente en las afueras del muelle ubicado
en el Astillero Shaupeter, escucharon un zumbido desde el río que les llamó la atención. Al
observar, se percatan de la presencia de un objeto con forma de huevo con luces azules, de
aproximadamente diez metros de largo por dos de alto y que estaba suspendido a unos doce
metros sobre el agua.
Según lo publicado en un diario local llamado Mississippi Press, Hickson señaló que desde
el objeto emergieron tres criaturas flotando hacia ellos, agregando textual: “Los seres tenían
piernas, pero no las usaban. Eran de cerca de 5 pies (1,5 mt) de altura, tenían cabezas con forma
de bala sin cuello, ranuras para las bocas y en donde estarían sus narices u orejas, tenían objetos
cónicos delgados que salían como zanahorias de la cabeza de un muñeco de nieve. No tenían
ojos, la piel era gris, arrugada, los pies redondos, y las manos como garras”.
Los testigos además comentaron que se hicieron los dormidos o aturdidos para desviar la
atención de los supuestos tripulantes, pero al parecer la técnica de evasión no dio resultado
porque al abrir los ojos ambos fueron llevados a bordo de la nave y examinados por una especie
de ojo mecánico, para seguidamente ser devueltos al muelle donde se encontraban
originalmente.
Calvin Parker señaló además que el ovni despegó con tal velocidad, que el zumbido
rompió las ventanas de su auto.
Luego de la confusa situación, los testigos acudieron a la policía local del condado de
Jackson y una vez efectuada la denuncia, las autoridades se mantuvieron en cautela con una
posición bastante escéptica a los hechos narrados.
El sheriff Fred Diamond, quien los entrevistó primeramente, indicó que ambos sujetos se

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notaban muy nerviosos, pero además se había percatado que previo a las declaraciones habían
estado bebiendo alcohol, lo que indudablemente complica la credibilidad de la historia. Sin
embargo, una vez que los supuestos abducidos estuvieron solos en la sala de interrogatorio,
subrepticiamente fue grabada una conversación donde expresaron de manera muy clara su
perturbación y, sobre todo, confusión producto del acontecimiento vivido.
Como era de esperar, el supuesto rapto se popularizó a través de la prensa y de quienes
apoyaban este tipo de acontecimientos, destacándose James Harder de la APRO.
Es un hecho que este secuestro es uno de los pilares de la consolidación de las
abducciones, ya que solamente en el año 1974 un total de 11 libros fueron los que relataron y
analizaron este caso. Por ende, ciertamente Pascagoula es donde comienza el verdadero debate
entre las partes creyentes y el escepticismo representado en esta ocasión por Klass, quien
concedería un capítulo completo con refutaciones para este evento en su polémico libro UFOs
Explained106 (OVNIs Explicados).
Mientras persistía el debate por lo sucedido en el Estado de Mississippi, el 20 de octubre
de 1975 es exhibida la película The Ufo Incident107 (El Incidente Ovni). Es decir, dos años después
de su lanzamiento, el libro de Fuller con el caso de los Hill toma color y legitimidad,
consolidándose definitivamente la fiebre de las abducciones. Claramente sería de esta manera,
ya que en los siguientes veinte años divulgadores señalarían que este tipo de experiencias
constituyó una verdadera epidemia en Estados Unidos.
El caso de Sandra Larson es un ejemplo de lo señalado, ya que luego de ver esta película
emitida por la NBC, toma contacto con “ufólogos” debido a un avistamiento que tuvo en compañía
de su hija y su novio en agosto del mismo año, pero que al percatarse de lo vivido por los Hill, se
da cuenta que la observación de aquellas luces mientras transitaban en una carretera, era al
parecer un secuestro con tiempo perdido. Larson también recibe la asesoría “ufológica” e
hipnótica de la APRO, publicándose el caso por primera vez en el año 1977 en el libro del
matrimonio Lorenzen, enmarcándose además en una de las tantas variaciones de los secuestros,
pero con una trama muy poco convencional, por no decir incomprensible, ya que unos seres
descritos como momias por sus vestimentas la sometieron a exámenes clínicos entre los que se
destacaron los implantes nasales, y lo más sorprendente: la revisión de su cerebro, pero una vez
fuera del cráneo... Y pensar que la gran mayoría de los “ufólogos” de esa época se prestaba para
eso.
Menciono los años entre 1973 y 1977 como el período clave para las abducciones porque
comienzan a florecer los casos y, paralelamente, los investigadores que los fomentaban y
divulgaban de manera exorbitante.
En un muy recomendable artículo, publicado en mayo de 2016, el periodista Alejandro
Agostinelli108 hace una revisión de las abducciones, debido a que principalmente en el siglo XXI
los informes de estas experiencias casi desaparecieron en su totalidad, lo que obligó a
rememorar antiguas publicaciones con tal de refrescar la frágil memoria “ufológica”.
Cuánta razón tiene Agostinelli en la débil consistencia de la historia ufológica porque a
pesar de que numerosos casos están resueltos o simplemente se han demostrado como fraudes,
el recambio generacional o la reconquista del pensamiento mágico, sumado a la astucia
mediática y comercial de mercaderes del misterio, han permitido que cada cierto tiempo se
resuciten algunos extintos acontecimientos “ufológicos”, con el agravante de que son

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presentados como grandes novedades.
En el Blog FACTOR 302.4, el artículo señala: “En parte importante de la literatura de las
abducciones, una mujer identificada como Pat Price aseguraba que el 17 de agosto de 1973 se
despertó de un profundo sueño al escuchar los gritos de sus hijos y los maullidos de su gato.
Confundida, decidió llamar a la policía para denunciar un intruso en la zona, posiblemente dentro
de la casa, pero una de sus hijas negó con la cabeza y le explicó: Eran hombres del espacio, mami.
Dos años más tarde, sometida a regresión hipnótica por el ingeniero James A. Harder, Price
revelaba cómo ella, junto con algunos de sus hijos, habían sido sacados de la casa, en su caso
siendo examinada arriba de un platillo volante. Para ella la experiencia resultó tan terrible que
no podía recordarla sin la ayuda de la hipnosis. Una vez hipnotizada, y gracias al interrogatorio
de Harder, Price contó cómo la condujeron flotando hasta el interior de la nave alienígena y cómo
había tenido que soportar un examen médico invasivo, a cuyo término fue devuelta a su casa.
Ella recordaba haber visto una criatura alienígena de pie en una esquina del cuarto de estar, y
cómo otra criatura la tomaba por ambos brazos, impidiendo sus movimientos”.
El nombre de James Harder aparece en escena una vez más, pero ahora de manera rotunda
y con méritos que le permitirían perfectamente ser inscrito como el Padre de las Abducciones. A
primera vista señalé “permitirían”, como tiempo verbal condicional, porque desafortunadamente
Harder es uno de los tantos que dieron forma a este eslabón de la “ufología”. Ahora bien, con
todos los méritos alcanzados, este ingeniero y presidente de la APRO adquiere la categoría de
precursor, con la virtud además de ser quien promueve activamente la aplicación de regresiones
con la manifiesta intención de obtener toda la información oculta y también relevante de un
secuestro alienígena, para así dar luz verde a toda credibilidad de estas experiencias. Lástima que
la información conseguida, en este caso de Patty Price, o en el de Sandra Larson y de tantos otros
hipnotizados, se refiere precisamente a los datos que los investigadores querían y presionaban
conseguir con tal de legitimar las inciertas y controversiales abducciones.
Este artículo original corresponde al año 2000 y su autor es Kevin Randle109, un conocido
“ufólogo” norteamericano poseedor de una vasta trayectoria en investigaciones y publicaciones
sobre Roswell, sumado a que ostenta una inclinación a la Hipótesis Extraterrestre, pero
extrañamente es uno de los principales detractores de las abducciones, sin ser un escéptico o
debunker (desacreditador de información falsa). Su abierta oposición a los secuestros alienígenas le
trajo como consecuencia fuertes discusiones con gran parte de la comunidad “ufológica”
norteamericana, específicamente a partir de la década del 90.
Razones le sobran a Randle y a tantos otros para dudar de la veracidad de las abducciones,
considerando como base la inconsistencia de una presencia alienígena en la Tierra para explicar
algunos pocos reportes de ovnis aún sin resolver.
Pero siguiendo con la expansiva espiral del mito ovni-ET, otro caso que engalana la columna
vertebral abduccionista norteamericana es la mediática y, por decir lo menos, polémica desaparición
de Travis Walton, que además y sincrónicamente transcurre a los pocos días de ser exhibida la
película del caso Hill.
Los hechos suceden el miércoles 5 de noviembre de 1975, pasadas las 18:00 horas,
cuando un grupo de leñadores regresaba después de un día de faenas en el bosque nacional
Apache-Sitgreaves, próximo al pueblo de Snowflake, en el Estado de Arizona.
Cuando los seis trabajadores forestales eran trasladados en un camión por su capataz y

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jefe de faena Michael Rogers, observan un resplandor desde el bosque que inicialmente fue
interpretado como el brillo del sol en el ocaso, pero luego de franquear una curva se dieron
cuenta que dicha luminiscencia provenía de un cuerpo que la emitía y que estaba sólo a algunos
metros sobre la copa de los árboles, siendo descrito como un objeto con forma discoidal, de un
diámetro aproximado de 4 por 2 metros.
Frente a este espectáculo, Rogers detiene el vehículo para observar el supuesto ovni con
mayores detalles e intempestivamente Travis Walton de 18 años, uno de los leñadores,
desciende del vehículo y se acerca a la parte inferior del disco. En ese instante, el objeto emite
un haz de luz azul que primeramente levanta al joven para luego lanzarlo a más de tres metros,
quedando tendido en el suelo, al parecer, aturdido. Debido a lo impactante de la escena y al
pánico reinante, sus compañeros de faena huyen rápidamente para detener el camión y luego
de una acalorada discusión, pasados unos cuantos minutos, deciden volver en auxilio de Walton.
De regreso al lugar, ya no estaba el supuesto ovni ni su compañero de labores, lo que de
inmediato fue notificado por el grupo a la policía de Snowflake, la que acudió al sitio del
avistamiento, hecho que se repitió por tres días consecutivos con un total de cuarenta personas
que minuciosamente buscaron algún rastro del trabajador desaparecido.
Las sospechas apuntaban a todos los integrantes de este equipo de trabajo, en el sentido de
que se presumía la ejecución de un homicidio con desaparición del cuerpo, el cual se intentaba tapar
con la historia del ovni y el sorprendente rapto.
Dados los acontecimientos y como presuntos responsables de un delito, el día 10 de
noviembre, es decir, el lunes siguiente a la desaparición, los testigos encabezados por el capataz
Rogers junto con Dwayne Smith, Steve Pierce, John Goulette y Ken Petterson fueron sometidos
a un interrogatorio con el detector de mentiras en la Oficina Estatal de Seguridad Pública de la
ciudad de Phoenix (275 km de Snowflake), prueba que todos superaron, salvo Allen Dallis que
no lo hizo debido a la inconsistencia de sus relatos aludiendo que poseía antecedentes penales.
Coincidencia o no, pero la misma noche del 10 de noviembre, en realidad pasada la
medianoche por lo que se considera la madrugada del martes 11, Travis Walton hace una
llamada telefónica a la casa de su hermana. Su cuñado atendió, quien al reconocerle la voz e
identificar el lugar descrito donde se encontraba, avisó al resto de la familia para ir en su
búsqueda.
Según Duane, hermano de Travis, el leñador estaba convencido que habían pasado unas
pocas horas, no teniendo noción del tiempo que estuvo perdido, motivo por el cual deciden
trasladarlo a Phoenix. Recién el 13 de noviembre, es decir, tres días después de encontrarlo, se
dio aviso a las autoridades de su hallazgo. Por tal razón, el Departamento de Seguridad Pública
del Estado de Arizona requirió la comparecencia de Walton para interrogarle y aplicar el
polígrafo como al resto de los involucrados, citación que postergó aludiendo un estrés y
cansancio post traumático.
Según los relatos del propio Walton, quien en 1978 publica el libro The Walton
Experience110 (La Experiencia Walton), luego de ser golpeado y aturdido por la luz emitida desde
el objeto, despierta en un cuarto similar al de un hospital, pero extrañamente de material
metálico. Detalló además que estaba tendido en una camilla y siendo observado por unos seres
de no más de un metro y medio de altura, calvos, de piel blanca, con nariz y boca pequeña, con
grandes ojos, pero sin pestañas ni cejas.

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Al recuperar la conciencia en su totalidad, Walton indica que entra en un estado de
pánico, levantándose bruscamente de la camilla y golpeando a sus hospitalarios, los que
intentan someterlo nuevamente. En vista de la situación, toma un objeto contundente que
encuentra en la sala de operaciones y los amenaza para que no vuelvan a tocarle. Los seres
tranquilamente se alejaron, abandonando la sala y dejando a su cautivo en completa soledad.
Por el temor a que regresaran, Walton decide salir e ingresa a un cuarto colindante donde
se encontró con una proyección de estrellas y galaxias, el que describió como la sala de un
planetario. Al centro, había un sillón con una especie de joystick que al manipularlo,
simultáneamente se movían las estrellas. Si lo analizamos fríamente, podríamos decir que este
abducido también tuvo la oportunidad de pilotear un ovni...
Luego de eso, Walton afirma que observó un ser vestido con un traje azul y un extraño
casco de vidrio. Este sujeto era muy similar a un hombre, pero con los ojos mucho más grandes
y de un color dorado. El individuo inmediatamente lo llevó a otra habitación donde había otros
tres seres similares. Éstos le pusieron una máscara de oxígeno en su cara, lo que lo llevó a perder
nuevamente el conocimiento. Posteriormente, despierta tirado en la carretera próximo a la
cabina desde donde realiza la llamada, contemplando además cómo el ovni se elevaba
perdiéndose en el firmamento.
Sumando el libro de Walton, existe un total de 120 publicaciones de “ufólogos”,
escépticos e investigadores norteamericanos que analizan en profundidad, o al menos utilizan
como referencia este singular caso.
Independiente a la connotación masiva que hasta nuestros días reviste, el siguiente
análisis deja de manifiesto algunas dudas sobre la veracidad de los acontecimientos ocurridos
en aquel bosque de Arizona en 1975.
Es exactamente el 13 de noviembre cuando comienza el desarrollo de hechos que son
muy extraños y más bien sospechosos, en el sentido de que al unirlos como antecedentes
concadenados demuestran la falsedad de este “secuestro alienígena”.
Públicamente una serie de investigadores ha aportado con interesantes datos para
desenmascarar el fraude, pero sin lugar a dudas y una vez más es Klass con su punzante
indagatoria el que percibe una serie de incoherencias o, mejor dicho, vínculos entre los
ideólogos de este timo y los motivos bastante justificados para crearlo.
Comencemos observando que durante la desaparición de Walton, al ser entrevistados su
hermano y su madre, hicieron notar una tranquilidad tal que sorprendió a la prensa de esos
años, porque además Duane señaló que con Travis siempre hablaron de ovnis y que en el caso
hipotético de que algún día se encontraran con una nave, debían colocarse abajo para ver con
detalles su evolución o si pasaba algo más, debían a toda costa retornar por el otro hermano.
Agregó además que sabía exactamente dónde estaba Travis y ese lugar precisamente no era la
Tierra.
Por su parte, la madre de Walton, llamada Kellet, al momento que se le notifica la
desaparición de su hijo, junto con el relato que fue proporcionado por los otros leñadores, con
una calma que llamó la atención de los policías exclamó: “Bueno, es así como suceden este tipo
de cosas”111.
Lo más contundente en la refutación que hace Klass es que el día 7 de febrero de 1976 el
matrimonio Lorenzen y el ingeniero Harder, como presidente de la APRO, solicitan que el

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especialista con mejores competencias en el uso y aplicación del polígrafo les hiciera un test a
los hermanos Travis y Duane Walton. Dicha responsabilidad recayó en Jack MacCarthy, el cual
luego de percatarse de lo viciado del proceso, simplemente señaló que la historia detrás era un
total y completo fraude. Dadas las circunstancias, los Lorenzen llegan a un acuerdo económico
con él con tal de encubrir la veracidad de los hechos. El problema es que el arreglo debía indicar
como fecha 15 de noviembre de 1975 (unos días después del incidente) y erróneamente
figuraba el día 15 de febrero de 1975, por lo que MacCarthy pudo desconocerlo y comentar
abiertamente cada uno de los sombríos acontecimientos que cubría este caso.
No obstante, la APRO consideró un nuevo proceso en el detector de mentiras por parte
de los Walton, prueba efectuada por George J. Pfeifer el día 15 de febrero de 1976 y que
obviamente lograron pasar con los rimbombantes anuncios muy típicos de la comunidad
“ufológica”.
Cuando Klass se percata de que la APRO ocultó los resultados del primer examen de
Walton en el polígrafo, lo hace público y prosigue con sus investigaciones escépticas con mayor
profundidad, ya que al descubrir la falsedad del secuestro se propuso desenmascarar las razones
que motivaron a inventar esta historia, y de hecho las hace públicas en extenso en su libro UFOs:
The Public Deceived112 (OVNIs: El Público Engañado).
La razón que posee mayor contundencia es la que guarda relación con el contrato que
tenía Michael Rogers, jefe del grupo de trabajadores forestales, quien en una entrevista
reconoce que al momento de la desaparición de Walton estaban muy atrasados en las faenas y
de no cumplir con las fechas estipuladas, tendrían que pagar una considerable multa. El
incidente “ufológico” fue el pretexto ideal para disfrazar la tardanza y que además significó que
producto del temor de los otros trabajadores, no quisieran éstos retornar por ningún motivo al
sitio del suceso. En efecto, Klass le otorga la clasificación de “muy conveniente” a esta
abducción, considerando el singular hecho que una conocida revista norteamericana, que por
aquellos años difundía noticias vinculadas a lo paranormal, ofrecía un premio de cien mil dólares
al mejor caso ovni con evidencia contundente. En la edición del 6 de julio de 1976, la revista
National Enquirer113 les otorgó el premio de consuelo, consistente en un cheque por dos mil
quinientos dólares a cada uno de los testigos, incluyendo el protagonista de este reporte
“ufológico”.
Si a todo esto le añadimos las desafortunadas intervenciones de “ufólogos” de la APRO en
relación a la manipulación de los detectores de mentiras, sumado a la cómplice tranquilidad del
hermano de Travis y de su madre, es completamente plausible apelar a la suspicacia del caso
completo.
Lo extraño, que es un acontecimiento preciso, es la versión de los otros testigos por lo que
las posibilidades se reducen a dos: estaban todos de acuerdo con inventar esta historia y disfrutar
de algunos dividendos, o simplemente se fingió una abducción con la complicidad de tan sólo tres
personas, que en este caso son la víctima Travis Walton, su hermano Duane y su jefe; también su
amigo cercano, Michael Rogers. Esta última hipótesis es la más estimable, dado que en este tipo
de historias ficticias y sobre todo confabuladas, generalmente alguno de los colaboradores con el
paso de los años termina revelando la verdad de los hechos o proporcionando indicios de ello.
Esto lo pueden verificar ustedes mismos en el caso Valdés sucedido en Putre, al extremo norte de
Chile en 1977, ya que Patricio Abusleme114, autor del libro La Noche de los Centinelas115, tomó

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contacto después de treinta años con los siete testigos de la desaparición del Cabo del Ejército de
Chile Armando Valdés Garrido, y ninguno de ellos modificó su testimonio original. Por lo que en el
caso Walton, salvo los tres hipotéticamente cómplices de la abducción, el resto ciertamente fue
parte de algo extraño para su conocimiento y que perfectamente pudo ser un montaje. Me atrevo
a dar esta opción, en el sentido que a los leñadores se les presentó una situación anómala, y queda
demostrado en las preliminares pruebas de polígrafo pasados cinco días de los acontecimientos.
Por otra parte, Travis Walton hasta el día de hoy sigue recogiendo utilidades por su libro,
las participaciones en entrevistas, coloquios y en todos los encuentros “ufológicos” donde dicta
conferencias.
No obstante, y tal cual se anuncia previo a la observación del caso Walton, ese mismo año
1975 suceden dos acontecimientos que podrían literalmente no ser considerados, pero que bajo
mi criterio revisten una importancia inherente dado el contexto histórico que tenemos de las
abducciones como un segmento medular, al igual que el contactismo, para el fomento y difusión
del mito ovni-ET.
Estos son, en primer lugar, la publicación de la tesis doctoral que data de 1973 de David
Jacobs, titulada The Ufo Controversy in America116 (La Controversia Ovni en América), libro que
fue considerado en Estados Unidos como una aproximación del tema “ufológico” a la academia,
dada la evocación histórica y lineal con que el autor hace una profunda revisión de casos, como
por ejemplo Pascagoula, y admitiendo de lleno los tipos de contactos establecidos por J. Allen
Hynek en los años previos.
Paralelamente, en 1975 se produce el ingreso activo de Budd Hopkins117 al mundo
“ufológico”, el cual en las siguientes décadas daría mucho que hablar en esta materia y sobre
todo en las abducciones. Esto sucede ya que Budd desde 1964 se interesó profundamente en
los ovnis, convirtiéndose en uno de los catorce mil integrantes activos que tenía la organización
Nicap y que por varios años presidió el famoso Mayor en retiro de los Marines, Donald Keyhoe,
a quien atribuyo la creación del mito ovni-ET.
Si bien los ovnis son una cosa, los supuestos tripulantes son otra y es aquí donde Hopkins
se percata que el tema extraterrestre era lo suyo, puntualmente cuando su amigo de vecindario
George O’Barski le comenta que observó un objeto posado y que desde su interior afloraron
seres que posteriormente tomaron muestras del terreno, específicamente en North Hudson
Park, Nueva Jersey.
Del resultado de su investigación “en terreno” (como les gusta y disfrutan tanto ese
término algunos amigos “ufólogos”), Hopkins redacta su primera publicación y desde ese
entonces todo cambió, ya que muchas personas le escribieron comentándole sus aterradoras
experiencias con seres extraterrestres. Los resultados de este fluido intercambio de
correspondencia los veremos en el primer libro que publica en 1981, con los casos que según el
propio Hopkins recibe y otros que ya eran de conocimiento público.
Tal cual comentaba, la etapa comprendida entre 1973 y 1977 es trascendental para el
desarrollo e integración de las abducciones en la sociedad norteamericana y mundial, pero sin
lugar a dudas es el año 1977 el de mayor importancia debido a cuatro acontecimientos claves
en el devenir “ufológico” y sobre todo en materia de secuestros extraterrestres.
Primero, se publica el libro Abducted del matrimonio Lorenzen, luego se estrena la
película de Steven Spielberg. Casi al unísono, aparece un interesante libro, pero en Francia, el

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que da pie al nacimiento del neo-escepticismo y la llamada Hipótesis Psicosocial, a la que hice
referencia como otra opción para el problema ovni, tal cual lo fue la “Paraufología”. Finalmente,
y como cuarto suceso, es difundido un estudio que, junto con hacer una fuerte crítica a las
abducciones, les otorga una explicación alternativa y bastante sugerente desde una perspectiva
psicológica, que lógicamente trajo a modo de efecto nutridas y acaloradas discusiones.
Abordemos al matrimonio Lorenzen, ya que como fundadores y patrocinadores de APRO,
se consagran definitivamente en la historia de la “ufología” con su libro Abducted, del cual ya
hemos comentado bastante.
Factiblemente el mayor aporte de este escrito es que desde su difusión, los iniciales
secuestros alienígenas definitivamente pasan a denominarse abducciones en todo el planeta, a
pesar de que este libro no es muy conocido ni tampoco fue muy comentado en ambientes
literarios “ufológicos”. Por ejemplo, en Estados Unidos sólo ocho publicaciones lo mencionan
desde su lanzamiento, siendo paradójicamente un texto de carácter escéptico como The UFO
Verdict118 (El veredicto OVNI), escrito por Robert Sheaffer119, citado por vez primera en el año
1981 debido principalmente a que los Lorenzen fundamentaban su análisis abduccionista
relatando el incidente del matrimonio Hill, el caso Pascagoula, la desaparición de Travis Walton
y varios casos más que prácticamente estaban resueltos o existían elementos que hacían
sospechar fraudes.
Otro aporte significativo del libro Abducted es que distancia concluyentemente las
presumidas actividades extraterrestres, ya que por una parte los alienígenas (como le gusta
mencionarlos a un amigo mío) efectuaban apacibles y enriquecedores enlaces con seres humanos
con una fuerte carga religiosa y filosófica, como lo hiciera público a partir del año 1952 Adamski,
y paralelamente efectuaban raptos en contra de la voluntad de los capturados, con el valor
agregado de que sus víctimas eran examinadas como ratas de laboratorio.
Asumiendo estos dos contextos totalmente contrarios en el proceder de los
todopoderosos visitantes, la solución fue más rápida y sencilla de lo que podemos imaginar, ya
que meramente se aludió a la diversidad de razas que nos agasajan y que, según varios
investigadores, lo han hecho a través de la historia de la humanidad. De ahí también la
explicación de tanta variedad de modelos en los ovnis denunciados y escasamente registrados.
No olvidemos que Harder mientras fue presidente de la APRO señaló que existía, según su juicio,
una confederación galáctica que nos visita y observa desde inconmensurables partes del
universo. Ojo que Sixto Paz sigue con ese mismo discurso, cifras y conceptos en pleno año 2017.
Esas contradicciones del proceder extraterrestre de alguna manera fueron enmendadas
por alguien lejano, hasta ese entonces, de la actividad “ufológica”, ya que el director, guionista
y productor de cine Steven Spielberg quiso explicar totalmente el proceder alienígena en su
afamada película Close Encounters of the Third Kind (Encuentros Cercanos del Tercer Tipo120),
en cuanto a los avistamientos de ovnis como las secuelas de éstos, los seguimientos o estudios
encubiertos del gobierno norteamericano y las polémicas abducciones que comenzaban a ser
una moda en la “ufología” establecida.
Spielberg simplifica y puntualiza las confusas imágenes que se tenían de los tripulantes de
ovnis, quedando estandarizados como seres grises muy similares al relato del matrimonio Hill,
los que en un principio, y a pesar de ser secuestradores de personas, indistintamente
manifestaban su lado compasivo y amistoso al final de la cinta.

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Como una anécdota que no puedo dejar de mencionar en esta parte y que en realidad es
para mí una muestra patente de lo que es la indisciplina llamada “ufología”, en el año 2011 fui
invitado como expositor junto a otras personas a una conferencia en la comuna de San José de
Maipo121. En aquella oportunidad, un investigador chileno en gran parte de su presentación hizo
referencia a esta película de 1977 y señaló textual: “Los extraterrestres prefirieron tomar
contacto con los ufólogos y no con los científicos”, esbozando el proceder de los visitantes como
una analogía de la realidad, sin referirse al hecho de que se trataba de una película de ciencia
ficción. En cuanto al autor de esa frase, no vale la pena mencionarlo ni menos otorgarle un
espacio con una nota biográfica, ya que simplemente su contribución a este tema es más bien
paupérrima.
De todas maneras y retomando a Spielberg, el aporte que hizo para la ovnilogía su
producción cinematográfica fue exorbitante, ya que consagró definitivamente la Hipótesis
Extraterrestre para anexarla de lleno al problema de observaciones aéreas anómalas. Es decir,
glorificó el mito ovni-ET concediéndole además una suerte de autenticación a las abducciones,
al punto que pasaron de ser un asunto discutible y sobre todo cuestionable, a una realidad
evidente en el inconsciente colectivo de la sociedad norteamericana y parte de la mundial. Algo
muy similar a lo que sucedió a mediados de los años 40 con la novela Recuerdo Lemuria y la
instauración o impulso a un entorno social muy complaciente a la mezcla de la ficción con la
realidad.
El problema es que no toda la sociedad occidental fue vulnerable a esta tendencia y, en
ese sentido, Francia siempre se ha destacado por sostener una vanguardia en muchos aspectos
académicos y culturales. Como dice Salvador Giner en la Historia del Pensamiento Social, es cosa
de analizar las razones, desarrollo y consecuencias de la Revolución Francesa en el mundo
contemporáneo y con ello podemos explicar casi todo.
Cuando algunos “ufólogos” escuchan el nombre de Michel Monnerie122, se les nota
claramente esa sensación de rechazo o de molestia inmediata. Digo algunos porque, como es
lógico en esta pseudociencia, muchos de los que se autodenominan investigadores de ovnis
desconocen parte importante de su literatura, personajes, autores, casos y lugares. Es cosa de
preguntarles dónde queda Roswell, ya que tanto hablan de aquel acontecimiento y ni siquiera
saben ubicarlo en un mapa.
Bueno, Monnerie es el precursor de lo que se llama la Hipótesis Psicosocial (HPS) en la
“ufología”. Si bien es correcto aclarar que no fue quien estampó el nombre al concepto
general, fue el iniciador de un escepticismo que no veda al fenómeno como los negacionistas,
por el contrario, lo toma como un acontecimiento verdadero, pero fundamentado y tal como
se señala desde la sociedad, es decir, quienes ven, reportan, comentan y sobre todo creen
en los ovnis.
Como había mencionado en la síntesis de la “Paraufología”, las corrientes alternativas,
como es el caso de la HPS, son variantes que de todas maneras buscan la solución al problema,
intentando además la compleja separación de los ovnis supuestamente observados, con los
también pretendidos tripulantes inteligentes.
Para entender mejor el desarrollo de esta variante en el estudio de los no identificados,
debemos apartarnos unas líneas de las abducciones para imbuirnos someramente en lo que
sucedía en Europa en las décadas de pleno apogeo platillista en Estados Unidos.

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Francia es un país que siempre se ha destacado por estar a la vanguardia en muchos
aspectos de la cultura. Como señalé, es la raíz del pensamiento social y además posee una
dilatada lista de intelectuales, filósofos y artistas, lo que también ha significado ciertas
incongruencias entre las ideas forjadas y los acontecimientos sobrellevados, de los cuales
lamentablemente y en el transcurso de la historia, sus ciudadanos han sido testigos de
algunas funestas secuelas. Por señalar brevemente alguna, tenemos el enfoque pacífico del
país galo previo a las dos guerras mundiales del siglo pasado. Esta postura mediadora y
confiada le significó que invadieran su territorio en la gran guerra de 1914, y pese a que
salió victorioso gracias al apoyo de Inglaterra y en especial de Estados Unidos, no sirvió de
mucho, ya que posteriormente en 1940 fue nuevamente invadido y de manera muy violenta
por los nazis, los cuales se establecieron en casi todo el territorio con el incomprensible y
vergonzoso apoyo de un importante número de ciudadanos franceses. Si analizamos las
consecuencias de estas beligerancias, hoy Francia es la tercera potencia militar y quinta
nuclear del mundo. Entonces algo no concuerda con la llamada liberté, égalité y fraternité...
(libertad, igualdad y fraternidad).
Si a esto añadimos otras desfavorables operaciones como las perpetradas en las colonias
en África o la que acontece a fines del siglo XIX con la materialización de los llamados zoológicos
humanos en París, exponiendo públicamente a diferentes aborígenes de todo el planeta, entre
los cuales se incluyeron algunos Selknam y Mapuches de Chile, podríamos comprender en parte
la actual posición de reivindicación que se ha desarrollado como una política exterior francesa
permanente.
La verdad es que este tipo de cuestiones es mejor analizarlas desde el contexto histórico
en el cual se desarrollan, considerando además la época en que se originan y todos los factores
externos influyentes. De esta forma, se armoniza la imparcialidad al instante de evaluar los
sucesos determinados.
Por tales razones y retomando lo nuestro, Monnerie publica su controversial libro Et si les
OVNIs n´existaient pas?123 (Y si los OVNIs no existieran), ya que luego de años de estudios
vinculados a la “ufología”, se percata del componente psicosocial detrás de los reportes de
avistamientos de aparatos voladores y toda clase de manifestaciones anómalas, aludiendo a que
la “ufología” se encuentra basada en un mito o rumores ligados puramente a la conquista del
espacio, pero sin ninguna relación con la astronomía y menos con la exobiología.
La publicación de Monnerie no se condice en absoluto con una nueva forma de estudiar
el fenómeno a través de intuiciones de algunos científicos interesados en los ovnis y que
también marcan una nueva tendencia o forma de hacer “ufología”.
Por eso considero pertinente exponer cómo Francia cautiva desde una visión
epistemológica e histórica cuando se analizan sus incongruencias y dicotomías teóricas,
humanistas o filosóficas, con las cuales podríamos extendernos en una perpetua discusión que
no es precisamente el objetivo de este libro, pero al desarrollarla me permite distinguir las ideas
de fondo que planteo.
Me explico y lo voy a profundizar en la temática ovniológica. En Francia, en 1977 nace el
llamado neoescepticismo, que se masifica globalmente en las siguientes décadas,
permaneciendo hasta nuestros días. Lo insólito es que durante el mismo año el Centro Nacional
de Estudios Espaciales Francés (CNES), símil a la NASA, crea el Geipan124, que a nivel mundial es

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el primer comité de estudios de fenómenos anómalos con científicos calificados y con un
contrato permanente para cumplir trabajos de investigación en el área “ufológica”.
A este tipo de disonancias es al que hago referencia cuando indico al país galo, ya que
históricamente se ha establecido como una punta de lanza en múltiples escenarios,
estampando una modalidad de trabajo incisivo, prolijo y a la vez muy ponderado, que además
siempre cuenta con la complementación teórica y directa de los extremos opuestos. Quizás
estos aspectos generales o integridades racionales son los que hacen tan atractiva a la cultura
y sociedad francesa.
Ahora bien, si las publicaciones de “Paraufología” de Vallée o Keel fueron en su momento
un terremoto dentro las tradicionales doctrinas del estudio de los ovnis, Monnerie y lo que sigue
de la Hipótesis Psicosocial podría calificarse como un auténtico tsunami, ya que penetró lenta y
silenciosamente para luego de un corto tiempo recoger todo lo que existía como base de la
“ufología”, destruyendo las ideas y aproximaciones especulativas, por cierto, muy básicas y
reduccionistas solamente a la Hipótesis Extraterrestre.
De esta forma, me permito calificar el libro Et si les OVNIs n´existaient pas? de Monnerie
como la Toma de la Bastilla de la gran “Revolución Francesa Ufológica”.
Claramente las olas de este maremoto racional fueron varias, porque inmediatamente
otro investigador galo, me refiero a Bertrand Méheust125, corrobora en parte lo que Monnerie
esbozó un año antes y lo refuerza con su libro Science-fiction et soucoupes volantes126 (Ciencia
Ficción y Platillos Voladores), trabajo en el cual revisa y verifica la similitud y en algunas
oportunidades la reproducción total de historias originarias de la ciencia ficción escritas hasta
1947 y la casuística “ufológica” divulgada posterior al nacimiento de la mal llamada era moderna
de los ovnis.
El punto es que a pesar de no brindar una interpretación negacionista al fenómeno, ya
que no lo rechaza pero sí lo traslada a una observación más bien humanista, la HPS planteada
por Monnerie fortalece el sector más escéptico y muchos investigadores desencantados con la
“ufología” o simplemente no creyentes, se moldean y adaptan como excelsos partidarios de sus
postulados.
Por su parte, Jacques Scornaux127, un “ufólogo” belga, escribe un artículo titulado: Et si
Michel Monnerie n’avait pas tout à fait tort (Y si Michel Monnerie no estuviera del todo mal), el
que se publica en 1978 en la revista “ufológica” francesa Lumiéres dans la nuit128. Este artículo,
junto con trazar desde ahí en adelante una perspectiva crítica para este conocido cuadernillo
bimensual, robustece aún más las ideas de Monnerie al plantear la irritante afirmación de que
la falsedad de un caso ovni, es directamente proporcional a la publicidad que recibe.
Dije irritante porque esta cualidad es muy común y permanente en la gran mayoría de los
defensores de ovnis, dado que la “ufología” es un estudio que carece absolutamente de
doctrinas que le permitan una demarcación y metodología para la investigación, por lo que cada
interesado en el fenómeno lo examina como quiere o mejor le acomoda. Si a esto le sumamos
que los “ufólogos” son, en su gran mayoría, creyentes en el mito ovni-ET, es obvio que al
momento que se cuestione cualquier detalle, método de trabajo o alguna de las conclusiones
de sus casos analizados, es imposible que disimulen su furia y en defensa de aquellas
controversias, las respuestas sean acusaciones de conspiración, negación, menoscabo
intelectual o, como he visto en Chile los últimos años, una sorprendente victimización para que

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el resto de los creyentes u otros ovniólogos solidaricen con este compañero de labores
mortificado por brutales pensadores críticos. A eso le puedo llamar patentemente disonancia
cognitiva “ufológica”. El gremio es solidario…
Estos comportamientos “ufológicos” son los que Scornaux detectó y denunció ya en el
año 1981, publicando otro artículo titulado: Du Monnerisme et de son bon usage129 (El
Monnerismo y su uso apropiado), determinando que la obra original de 1977 es el foco que
iluminó el camino en la oscuridad de la “ufología” pro extraterrestre, por lo demás muy apegada
al comercio. Los mercaderes del misterio obtienen muchas utilidades vendiendo humo, eso sí
que es irrefutable.
Si con estas asimetrías desde la perspectiva literaria, la “ufología” adepta a la Hipótesis
Extraterrestre se mantuvo con signos vitales muy bajos, el tiro de gracia lo recibe con la segunda
publicación de Monnerie en 1979.
El libro Le Naufrage des extra-terrestres130, como su nombre lo indica, establece y
puntualiza el total abandono de la HET y en realidad todo lo que pretenda aproximar a la
“ufología” a las temáticas paranormales. Evidentemente y con estas tres publicaciones, la HPS
se instaura como una de las alternativas más potentes a la hora de validar y confrontar los datos
que se obtengan, ya que muestra el originario y verdadero problema de los ovnis, el cual es que
todos los casos, o la gran mayoría, son únicamente relatos de uno o varios testigos, de manera
tal que el estudio psicosocial no ridiculiza ni niega en absoluto la observación de quien la
denuncie, al contrario, examina los elementos que revelen y corroboren las razones por las que
ese testigo incurrió en un error al identificar lo avistado y lo distorsionó de forma tal que lo
interpreta subjetivamente según sus conocimientos, convicciones o creencias.
Las tres posibilidades de confusión al interpretar un avistamiento para la HPS, se clasifican
del siguiente modo:
(1) La Ilusión, basada en la tergiversación de lo observado.
(2) La Confabulación, basada simplemente en los recuerdos de lo avistado y
(3) La Sugestión, establecida en la información que ofrecen los medios o el intercambio
de datos con otras personas, que en la mayoría de los casos son adoradores del mito ovni-ET.
Sin duda la psicología tiene mucho que aportar en este aspecto, ya que al revisar
someramente el significado de la palabra ilusión, nos encontramos con que obedece a una
distorsión perceptiva de una persona hacia un estímulo objetivo cualquiera. En cambio, la
alucinación es una percepción, pero sin ningún estímulo externo que la incite. De hecho, hoy
los individuos tienen o podrían tener alucinaciones visuales sin sufrir una psicopatología. Si a
esto sumamos los falsos recuerdos, muy comunes en los abducidos, también lo podemos
complementar con la distorsión que se ejecuta en la memoria según las creencias de ese
individuo que señala haber vivido este tipo de episodios, complementándolos además con la
asistencia del agente externo o terapeuta que llega a esos recuerdos que no existen y que son
implantados.
La Hipótesis Psicosocial aún se mantiene vigente con la incorporación de otros
investigadores que han aportado publicaciones de similar importancia a las detalladas.
A modo de conclusión de la HPS, el periodista argentino Alejandro Agostinelli en un artículo
publicado por Cuadernos de Ufología, posterior Fundación Anomalía131, “Michel Monnerie: El Ufólogo
del Gran Naufragio Espacial”, le consulta al propio Monnerie si el rumor de los ovnis con los cambios

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que ha logrado en las creencias populares, sigue mereciendo ser objeto de reflexión. A lo que uno de
los creadores de esta hipótesis contesta:
“Seguro. Pero es probable que de momento no tengamos la suficiente perspectiva
histórica como para ver las cosas con claridad. Cualquier fenómeno con la amplitud de los OVNIs
es capaz de dejar huellas culturales suficientemente significativas como para que los
historiadores dentro de 50 o a más tardar 100 años, puedan dar su veredicto”.
Cuánta razón tendrá Monnerie, Méheust, Scornaux y tantos otros investigadores,
autores, “ufólogos” críticos o escépticos de que los ovnis son un tema tan complejo que se
requiere de una mirada independiente y sin compromisos dogmáticos para lograr analizar el
fenómeno desde una perspectiva objetiva en su totalidad y luego desglosarlo en las múltiples
diversificaciones que posee.
Como antecedente y para profundizar la historia de la “ufología” francesa, les sugiero el
libro Érase una vez en Ovnilandia132, del ya mencionado investigador chileno Sergio Sánchez, el
cual es el primero de una trilogía y que en su segundo tomo profundiza la Hipótesis Psicosocial
tan atrayente por esencia.
De igual modo y casi imperceptiblemente, en Estados Unidos surgieron nuevas ideas en
el intento de esclarecer el floreciente fenómeno de las abducciones, que a partir de 1977 era un
tema socialmente aceptado y que sobrepasó las fronteras de la propia ovnilogía.
En 1970 el profesor de Inglés, Alvin Lawson133, conoce a William C. McCall, un médico del
Hospital de Anaheim en California y que por su interés en los ovnis, como asimismo en el
fenómeno de las abducciones, efectuaba hipnosis en supuestos secuestrados por
extraterrestres para obtener detalles de esas confusas experiencias.
Ambos “ufólogos” comenzaron una perspicaz investigación, debido principalmente a que
no encontraban forma de probar que los relatos obtenidos en las regresiones eran auténticos,
como tampoco contaban con los argumentos suficientes para desmentirlos y calificarlos de
falsos testimonios. Dicho de otra manera, los investigadores no dudaban de la honestidad en los
relatos de decenas de abducidos, encontrándose con que los defensores del fenómeno los
vitoreaban y por su lado los escépticos los caricaturizaban, pero sin que ambos extremos
otorgaran un esclarecimiento real al problema de fondo.
Luego de varios años de trabajo, con la participación de voluntarios a los cuales se les
practicó hipnosis con la inducción de un rapto imaginario, ambos estudiosos se percataron que
varias de las narraciones incitadas no diferían en absoluto de los testimonios reales de
supuestos secuestrados. A esta información le añadieron la inexistencia de evidencias físicas,
o lo que llamamos prueba objetiva que valide las declaraciones de los afectados, lo que les
permitió finalmente concluir que las experiencias de abducciones eran complejas alucinaciones
con una errónea e intencionada interpretación.
Con más de 300 relatos cotejados, el proceso de diez años de estudio logró la unificación
de algunos conceptos que expuso previamente el psiquiatra Stanislav Grof134, el cual en su
primer libro de 1976, Realms of the Human Unconscious (Reinos del Inconsciente Humano),
puntualiza los resultados de experimentos con personas que describían visiones fantásticas
luego de consumir LSD y que esas experiencias imaginarias procedían de recuerdos perinatales,
que luego de analizarlas, Grof encontró varias de esas imágenes insertadas en rituales
chamánicos o religiosos de múltiples culturas a través de la historia de la humanidad.

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El psiquiatra además agrega que los estados alterados de conciencia (EAC) permitían que
los estimulados por las sustancias alucinógenas pudieran observar una gran gama de seres,
deidades, criaturas y toda clase de entidades que se pueden clasificar como etéreas e incluso
extraterrestres, ya que las creencias y sobre todo el marco cultural de la persona, eran
fundamentales para el tipo de observaciones en estado de abstracción. No puedo evadir el recuerdo
de una frase, muy potente y no menos cierta, del ya mencionado investigador español Manuel
Carballal, la que cándidamente señala: “El secreto de los dioses se encuentra oculto en el único lugar
donde al hombre jamás se le ocurrirá buscarlo; dentro de sí mismo”.
Reanudando los estudios de Lawson, a partir de ese sondeo comienza una amplia difusión
de sus postulados y no se restringe en debatirlos en los círculos “ufológicos” que precisamente
creían y difundían sin distinción los secuestros alienígenas.
Por tal razón no es extraño que en Scottsdale, Arizona, durante el simposio de 1977 de la
Mufon135, este profesor expusiera claramente su trabajo de investigación en la conferencia
titulada What can we learn from hypnosis of imaginary abductees? (¿Qué podemos aprender de
la hipnosis en secuestrados imaginarios?), frente a un público creyente en el mito ovni-ET e
investigadores que eran los responsables de su difusión masiva.
La investigación de Lawson y McCall se consolida en la formulación de una hipótesis en
1981 y que es publicada al año siguiente con el nombre de Birth Memories Hypothesis (Hipótesis
de los Recuerdos Perinatales HRP) o también denominada Birth Trauma Hypothesis BTH.
Las pruebas que sustentaron la formulación de esta nueva propuesta para las abducciones
fueron: el encuentro con seres con aspecto fetal, las imágenes de túneles o corredores, la
presión que sentían los abducidos en la cabeza y el cuerpo, el dolor abdominal que simulaba el
corte del cordón umbilical, la rotación fetal, las imágenes de contenedores claros, las imágenes
de habitaciones grandes, sabores y olores desagradables para concluir con golpes de calor o frío
en un estado de indefensión absoluta.
De los 300 casos analizados, los investigadores concluyeron que 200 pudieron ser
considerados coherentes y de esos todos presentaban imágenes perinatales, por lo que
esperaban que los mismos divulgadores “ufológicos” objetaran o expusieran argumentos que
echaran por tierra la HRP.
Como es costumbre en la “ufología”, muy pocos hicieron contrapeso a esta explicación
alternativa, siendo superficialmente mencionada en algunas publicaciones, pero no existe por
parte de los ovniólogos abduccionistas una demostración contraria y esquemática que impugne
y catalogue la HRP como una interpretación errónea. Pues bien, la propia academia se encargó
de que esta alternativa perdiera fuerza, ya que los nuevos descubrimientos en neurociencias
demostraron la incapacidad de que un feto o un recién nacido pudiera utilizar la memoria,
echando por tierra esta explicación alternativa para las abducciones, ya que comprobadamente
el cerebro en esa etapa del crecimiento humano no se encuentra totalmente desarrollado, por
lo que imposibilita el uso de alguna de sus funciones como es la retención de información en
imágenes, sonidos y sensaciones; lo que conocemos como recuerdos.
A pesar que la HRP no mantuvo un sustento acreditado, se debe reconocer que
tempranamente, hablamos de 1981, pronosticó un importante antecedente que sería clave para
la posterior época dorada de las abducciones y es precisamente el uso indiscriminado, arbitrario
y sobre todo pseudocientífico de la hipnosis para obtener las experiencias con los “seres del

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espacio”.
En el tenor “ufológico” de que las abducciones son provocadas por aparentes
extraterrestres, que se trasladan en también supuestas naves, me llama profundamente la
atención que la “ufología”, desde 1947, transite por períodos ondulantes en cuanto a lo más
preciado y originario de este enigma: los ovnis.
Esto lo menciono porque luego del proceso de consolidación de las abducciones entre
1975 y 1977, era lógico proyectar un incremento de las conjeturadas operaciones alienígenas
en nuestro medio, hablo de avistamientos, secuestros y contacto. Pero, al contrario, sucede algo
que desorienta a todos quienes se involucraron en el fenómeno y ese imprevisto se traduce en
que simplemente no había ovnis.
Naturalmente que esta sequía, acaecida a fines de los 70 y principio de los 80, fue materia
de estudios y comentarios porque de acuerdo a los desorganizados, pero igual existentes,
compendios de la “ufología”, no era normal que luego de un exponencial aumento de reportes,
algunos muy intensos en zonas específicas y que se denominaron oleadas, o después de eventos
extraordinarios de contacto con mensajes proféticos, los que al mismo tiempo se
entremezclaban con pavorosos relatos de quienes sufrieron raptos por parte de seres no tan
amistosos, la agenda alienígena se detuviera a secas y sin un motivo justificado.
Los ovniólogos buscaron explicaciones en todas las áreas del conocimiento y en éstas se
incluye la historia universal, concluyendo que los extraterrestres ejecutan sus tareas en nuestra
civilización de manera segmentada, utilizando diferentes épocas y culturas para la consumación
de sus heterogéneos propósitos. Aquí toman fuerza las ideas de los antiguos astronautas, que si
bien no van al caso, se circunscriben en el ámbito general del mito ovni-ET y que narraré en el
próximo tomo de este libro.
Pero las sequías “ufológicas” son tan inconsistentes como las mismas oleadas, eso porque
los ovnis son el producto de los ovniólogos y en este aspecto no hay mucho más que agregar. Si
son ellos quienes promueven un caso, un abducido, una oleada, las vigilias o como en reiterados
períodos algunos “estudiosos del tema” han señalado frases que son para estamparlas en
bronce, por ejemplo: “Los ovnis siguen haciendo de las suyas” o en época de crisis añaden: “La
contingencia nos indica que estamos frente a una verdadera sequía”.
Retomando el inicio de los 80, las abducciones se detuvieron casi en su totalidad, derivado
a que también disminuyeron los avistamientos y, por ende, los reportes de ovnis. Pero la
“ufología”, y en especial “sus profesionales”, poseen una resiliencia extraordinaria y en varios
episodios nos han dado clases magistrales de ello. Podemos criticarlos por su falta de
metodología en las investigaciones, por el abuso de las creencias sobre las evidencias o por la
soberbia e imposibilidad de asumir errores, pero si existe algo que para mí es motivo de
admiración y que podría ser utilizado en una clase de liderazgo o de marketing, es la capacidad
de reinventarse y de innovar fórmulas teóricas, con tal de posicionar algunos mitos o sobre todo
fraudes ya esclarecidos como nuevos e interesantes enigmas. Quizás por eso a algunos se les
puede clasificar abiertamente como simples divulgadores, que adoptan lo que conocemos como
maleable o esa fascinante capacidad de conciliación de los discursos según el público donde
presenten la “contingencia” o los eternos “casos”. Pero bueno, no seamos tan severos con estos
mercaderes del misterio, ya que también coexiste una responsabilidad y sobre todo una
complicidad con miles o millones de personas que antes de saber y profundizar sobre un tema

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específico, prefieren ingenuamente creer (I want to believe… ¿Les suena?).
Pues bien, en momentos de debilidad, cuando el mito ovni-ET se encontraba en estado
crítico y conectado a un respirador artificial, dos de los redentores inyectan pócimas literarias
que prácticamente reaniman la agónica “ufología” abduccionista. En 1981 Budd Hopkins publica
Missing Time136 (Tiempo Perdido) en Estados Unidos y, por su parte, Antonio Ribera en España
lanza Secuestrados por Extraterrestres137. Se retoma la agenda de los señores “alientes” a nivel
mundial.
Missing Time no tan sólo fue un éxito de ventas, sino que además se considera el libro
que modifica el horizonte de las abducciones al exponer un estándar desafecto, brusco y a veces
perverso de los extraterrestres, contraviniendo totalmente a los originales seres grises que
fueron descritos como empáticos, en el caso del matrimonio Hill en 1961. Especímenes
imperturbables, como lo señaló después de su forzada abducción Travis Walton en 1975, o esos
seres con ojos grandes que el cine exhibe como amigables e inocentes en la película Encuentros
Cercanos del Tercer Tipo, en 1977.
Es probable que la comparación efectuada para los seres grises sea considerada un tanto
satírica por cualquiera de los pocos “ufólogos” que aún defienden las abducciones, ya que no
discriminan el mencionar casos “reales” con una producción cinematográfica como Encuentros
Cercanos. Pero en virtud de las pruebas objetivas que hoy poseemos, no hay inconveniente
alguno en dejar en una categoría similar a relatos con la ciencia ficción. Si algún amante de los
frívolos señores de los platillos se siente menoscabado por tales cotejos, le ruego me excuse,
pero a la vez lo insto a que demuestre fehacientemente los elementos que reconocen esas
abducciones señaladas, y en general todas, como acontecimientos efectivos e inmunes a la
refutación.
Hopkins en su libro instaura la idea de que las abducciones obedecen a un tipo de
actividad sistemática y planificada, con ciertos patrones que de ahí en adelante seguirían como
una constante en todos los relatos. Me refiero al tiempo perdido y a la repetición de los raptos
en distintas épocas en la vida de las víctimas. Si el libro Abducted del matrimonio Lorenzen
robustece el tema y le otorga el nombre “ufológico” de “abducción” a los secuestros alienígenas,
Missing Time les confiere un sentido y separa definitivamente las abducciones del siempre
presente y paralelo contactismo.
El ascenso mediático que el artista plástico alcanzó, lo afianza en ese entonces como el
especialista más competente en esta área de la “ufología”, ya que posterior a la presentación
de su libro, Hopkins recibió cientos de cartas de personas que señalaban tener este tipo de
experiencias y que confirmaron, bajo su criterio, que estaba en el camino correcto y debía seguir
con sus investigaciones, ya que las abducciones pasaron de raptos inconexos, a lo que él
denominó como una “epidemia invisible”.
Esta crecida tendencia, por denominarla de alguna manera, nace y se desarrolla
particularmente en Estados Unidos, pero también se mantiene en Europa a través de otra
publicación de Antonio Ribera en España, el libro Encuentros con Humanoides138, consolidando
además a un grupo de investigadores de todas las posturas: creyentes, escépticos e intermedios,
denominados como la primera generación española <hoy se encuentra en plena vigencia la
tercera>.
Otro hecho importante a considerar en la propagación abduccionista es que en 1982 Budd

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Hopkins conoce a David Jacobs, quienes de inmediato entablan una prolongada amistad,
coincidiendo además en muchos aspectos relativos a los alienígenas y sus oscuros propósitos en
nuestro humilde planeta.
En los siguientes años, las abducciones se mantendrán presentes como un derivado de la
“ufología”, combinándolas con nuevos reportes, avistamientos y, por supuesto, los contactados
que siempre, y hasta hoy, sustentan el mito ovni-ET. De hecho, entre 1983 y 1985 Hopkins ya
realizaba personalmente las hipnosis a las supuestas víctimas, sin la necesidad del apoyo de un
especialista en salud mental como lo hizo previamente y por varios años. A estas sesiones invita
a su nuevo gran amigo Jacobs en 1985, el cual también se hace partícipe de esta modalidad
<investigador abduccionista = hipnotista>, lo que a la postre traería como resultado que todos
los relatos obtenidos de esas regresiones fueran las distorsionadas ideas que precisamente los
autodidactas y espontáneos terapeutas querían escuchar.
Aspecto trascendente en la difusión abduccionista es que en 1984 Budd fue invitado como
expositor al simposio de la Mufon, realizado en San Antonio Texas, presentando un caso
particular, pero que incluía su pensamiento cabal sobre las sigilosas y pavorosas operaciones de
los “extraterrestres”.
Asimismo, David Jacobs ya involucrado totalmente en 1986 también participa del
mencionado simposio de la Mufon con su conferencia: Abductions, the Consecuence of
Nonexistence (Abducciones, la consecuencia de la no existencia), dejando entrever que el
fenómeno es silencioso y al mismo tiempo encubierto por el gobierno que se encuentra al tanto
de este programa alienígena.
Como Jacobs mantenía una imagen académica y con una vasta experiencia en la
investigación histórica de los ovnis, recibió al igual que Hopkins mucha información de personas
que desesperadas imploraban auxilio ante estos terribles y traumáticos encuentros forzados con
seres grises. Es así como crea una Fundación llamada ICAR (International Center for Abduction
Research – Centro Internacional de Estudio de Abducciones), siendo ésta la primera
organización en su tipo que brindaba apoyo a todos los sujetos que señalaban haber padecido
un secuestro extraterrestre.
Por su parte, Hopkins seguía con sus investigaciones, terapias y recolectando
sorprendentes casos para publicarlos subsiguientemente, dentro de los cuales encontró uno
donde fue protagonista una celebridad literaria norteamericana.
El escritor Whitley Strieber139 era bastante conocido por sus novelas de terror y de ciencia
ficción, pero a partir de la Navidad de 1985 su vida tuvo un giro radical, ya que en su casa de
campo, en las afueras de Nueva York, junto a su familia fue víctima de unas extrañas visitas.
Según Strieber, luego de escuchar ruidos en el salón de su cabaña, tres seres grises de
ojos muy grandes, de 1,2 metros de alto, se introducen en su dormitorio. A continuación, lo
trasladan al bosque aledaño de su residencia donde en un claro de árboles es elevado hasta una
habitación redonda, iluminada y bastante destartalada. En aquel lugar es sometido a una serie
de espeluznantes exámenes, entre los cuales enfatiza una punción hecha en su cerebro y la
introducción de un objeto en el recto, el que debía supuestamente tomar alguna muestra, dados
los movimientos que lo hicieron sentir literalmente ultrajado.
Luego de esta traumática experiencia y coincidiendo con otros avistamientos que
comenzaba a recordar desde su niñez, Strieber busca ayuda y es tratado inicialmente por el jefe

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de neurología del Centro Médico Presbiteriano de la Universidad de Columbia, el doctor Donald
Klein.
Luego de varias sesiones de hipnosis y por la connotación que alcanzaban sus relatos, el
abducido toma contacto en enero de 1986 con Budd Hopkins, quien y como mencioné era el
especialista de mayor crédito en el tema en Estados Unidos.
Al percatarse que sus experiencias servirían para una nueva obra, Strieber decide publicar
su libro Communion140, en enero de 1987, pese a que su amigo Budd le solicitara el retraso de la
presentación unos meses, debido a que aún no terminaba la obra Intruders141, su segundo libro
de abducciones y que tenía fecha para mediados de ese mismo año. El connotado novelista no
tomó en cuenta esa petición y notoriamente se adelantó a la maniobra, alcanzando además el
primer puesto en ventas, siendo catalogado como un Best-seller, mientras que el libro de
Hopkins no figuró en ninguna parte ese año (Business are business…).
Situaciones de este tipo no son aisladas en el mundo “ufológico” y el propio Hopkins en
los años siguientes tendría que afrontar circunstancias muy similares.
El caso de Strieber es muy llamativo desde la perspectiva publicitaria, ya que su prestigio en
el ámbito del horror y de la ciencia ficción le aseguró un éxito comercial en sus nuevos enfoques
literarios. Personajes conocidos o públicos como actores, políticos, artistas y celebridades que en
algún momento de sus carreras mostraron interés por los ovnis y particularmente ostentaron alguna
experiencia con pretendidos seres extraterrestres, serían invariablemente destacados y sobre todo
sus reportes constituirían un aparente soporte que legitima, superficialmente, por cierto, las
hipótesis de algunos “ufólogos”. Para ilustrar mejor esto, el enganche para el libro Communion fue
que precisamente el autor lo moldeó como una historia real, en primera persona, lo que obviamente
hizo más atractiva su venta y, al unísono, la consagración de todas las ideas de fondo sobre las
abducciones, las cuales mantuvieron este fenómeno “ufológico” y sobre todo social como un
irrebatible problema proveniente además de un supuesto enemigo invisible en común para los
ciudadanos norteamericanos y del mundo.
Cabe señalar que Strieber no era “ufólogo”, y salvo por sus experiencias como testigo de
ovnis durante su niñez, las que declara obviamente luego de su “secuestro”, no se interesó
precedentemente en el tema, pero dadas las utilidades alcanzadas gracias a las ventas de
Communion, este autor publicó en los siguientes años otros cuatro libros basados en las secuelas
y derivaciones espirituales como holísticas y místicas derivadas de su extravagante abducción de
1985, las que consideró como incidentes iniciales y con un grado de beneficio para su vida, aspecto
que discrepó totalmente con los postulados de su mentor Hopkins, quien traduce esta epidemia
como perversa. Esas diferencias conceptuales, sumado a la felonía en la precipitada publicación
de su primer libro, hicieron finiquitar la amistad entre ellos de manera terminante.
Pero el efecto Intruders y Communion se vigoriza el mismo año con la publicación de
Thomas Bullard142, en donde otorga una fórmula y un sello definitivo a los secuestros, ya que
este folclorista luego de estudiar alrededor de 300 casos hasta el año 1985, establece una
secuencia y aparente procedimiento que se repite en todas las abducciones, el cual es publicado
en UFO Abductions: The Measure of a Mystery143 (Abducciones Ovni: La Medida del Misterio).
Los pasos que tiene una abducción “tipo”, según Bullard, son los siguientes:
1. Captura: Las víctimas son tomadas en contra de su voluntad, conscientes o no, y son
llevadas a una nave con seres extraños (extraterrestres).

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2. Examen: A las víctimas se les somete a una exhaustiva revisión física.
3. Conferencia: Los secuestradores conversan con sus víctimas.
4. Tour: En la mayoría de los casos, los captores permiten que la víctima recorra la nave
y admire sus características.
5. Pérdida de Tiempo: Los abducidos pierden la noción de tiempo a través de un bloqueo
mental.
6. Retorno: Las víctimas son devueltas al punto donde fueron tomadas.
7. Teofanía: Luego de tomar conciencia del secuestro, por medio de ayuda externa
(hipnosis) o por otros medios (sueños), las víctimas sienten una profunda inspiración mística que
les hace comprender el sentido de la vida.
8. Secuelas: Las víctimas comienzan a sentir malestar y secuelas físicas de los
experimentos efectuados en el rapto.
Independiente a que Bullard en su investigación, pagada por la FUFOR (Fund for UFO
Research), concluyera que en menos de la mitad de los casos estudiados se presentaban
coincidentemente los ocho pasos de un “secuestro ideal”, esta clasificación contribuyó y
quedaría presente desde ese momento en casi la totalidad de los casos investigados con
posterioridad, los que además en la década de los 90 pasarían a tener una relevancia y difusión
tal, que ese período es considerado como la época dorada de las abducciones.
A pesar de la masificación de estas ideas, algunos de los escépticos a los cuales a estas
alturas debemos considerar simplemente como pensadores críticos, volvían a la carga con un
cuantioso arsenal de discrepancias y de nuevas refutaciones para los antiguos casos, incluidos
los considerados como canónicos, así como con los nuevos reportes que comenzaban a
difundirse en ese período.
Philip Klass publicó un nuevo libro que no tan sólo incomodó a los amantes de los
extraterrestres, sino que colaboró con bajar del frenesí abduccionista a un público contaminado
en exceso con información desprolija y presuntuosa, divulgada sistemáticamente a través de
todos los medios de comunicación disponibles y a merced de los “ufólogos” de turno.
En su libro UFO Abductions: A Dangerous Game144 (Abducciones Ovni: Un juego
peligroso), Klass hace una revisión de las abducciones que se hicieron populares en Estados
Unidos a través de la difusión mediática y literaria, como fueron los casos del matrimonio Hill,
Pascagoula y Travis Walton, por ejemplo, sumando además otros incidentes que únicamente
abultaban los números para los propósitos de quienes divulgaban sin mayor criterio ni
objetividad este fenómeno.
Los reproches más incisivos estaban apuntados a Hopkins, Jacobs y Strieber. Los dos
investigadores y el novelista que, por sus mediáticos trabajos, hicieron de este tema una
verdadera fiebre en Estados Unidos con una exportación significativa para el resto del mundo.
Por ejemplo, Klass sacó a colación los problemas psicológicos de Strieber en cuanto a su
inestabilidad emocional y a su confusa personalidad, añadiendo la irrisoria credibilidad que le
proporcionaba motivado principalmente por falsos testimonios que en reiteradas
oportunidades este novelista publicó antes del año 1986. Esa información la corrobora el propio
Strieber en su libro Communion, donde expone abiertamente que previo a su experiencia
alienígena, ya asistía a sesiones con un psiquiatra.
Klass, años después, entrega importantes antecedentes en una entrevista que concede al

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periodista argentino Alejandro Agostinelli. Ahí le comenta que obtuvo referencias del propio
médico de Strieber, el doctor Donald Klein, quien lo diagnostica con un trastorno llamado
Epilepsia del Lóbulo Temporal, lo que confirmaba que la traumática abducción sufrida fue
verdadera en su totalidad, pero únicamente en la imaginación de este exitoso escritor, lo que
fehacientemente se cristaliza con las cuatro publicaciones posteriores, ya que tan sólo con su
primer libro Strieber recaudó unos cuantos millones de dólares.
Por otro lado, el reproche de Klass para Jacobs apunta a que en su calidad de respetado
académico e historiador del fenómeno ovni, no fue capaz en ningún momento de hacer
observaciones, menos alguna crítica, al imprudente trabajo de Hopkins en el sentido de que las
personas que se sienten víctimas de una abducción, perciben una ilusoria contención psicológica
que en realidad es una simulación con tal de exagerar los relatos y amplificar una epidemia
ficticia que los mismos que investigan son los encargados de tratar. En consecuencia, Hopkins y
Jacobs son los inventores de una enfermedad, de la cual solamente ellos poseían la medicina.
En suma, UFO Abductions: A Dangerous Game es un libro bastante mesurado en un
ambiente que podría parecer hostil entre creyentes y escépticos. Es más, Klass compara el
trabajo de Leo Sprinkle145 en la recopilación y estudio de supuestos secuestros y contactos en
las conferencias que organiza en las Montañas Rocosas, con la recopilación y difusión que
efectúa Hopkins, ya que es el primero en tener una visión positiva de las abducciones: no incluye
descripciones de experimentos vejatorios ni maltratos físicos a las supuestas víctimas, evitando
de ese modo traumas y severos trastornos en las personalidades de quienes dicen tener un
enlace con los “alientes”.
Mientras estos debates se mantenían, en menor grado seguía pavimentándose el camino
para la consagración de la década dorada. Otro ejemplo es que dada la oleada de reportes de
abducciones, Budd Hopkins crea su propio centro para ayudar a las víctimas, el cual desde 1989
abre sus puertas con el nombre de Fundación Intruders (Si con el libro no le fue tan bien, con
esta organización solucionó ese problema).
Paralelamente y con la analogía de un karma en esa etapa de la vida de Hopkins, se
estrena la película Communion146, basada en el libro de su examigo Strieber, quien al año
siguiente también abre las puertas de su propia fundación para también auxiliar a las
desesperadas personas contagiadas por la epidemia abduccionista y que coincidentemente lleva
el mismo nombre del libro y de la película (Hat-Trick…).
Ya establecidos en 1990, edifican una potente amistad Budd Hopkins con John Mack147,
un psiquiatra que será un actor de suma importancia en este tema.
El suceso no se puede calificar como accidental, por el contrario, es circunscrito por un
conveniente escenario del momento, ya que inmediatamente en 1991 Mack también conoce a
Jacobs, consolidándose así la estratégica alianza de quienes son los tres propagandistas de
mayor influencia y que contundentemente se mancomunaron para la difusión de las
abducciones. No obstante, a fines de 1989, con traducción y divulgación en países de habla
hispana, surge un libro que hasta el día de hoy es un texto de consulta permanente dentro de la
“ufología” abierta a todas las alternativas o hipótesis planteadas, me refiero a Cyber-Biological
Studies of the Imaginal Component in the UFO Contact Experience148 (Lo Imaginario en el
Contacto Ovni).
Dennis Stillings efectúa una revisión crítica de esa “ufología” clásica u ortodoxa, que hasta

88
1990 seguía discutiendo la Hipótesis Extraterrestre para explicar gran parte de los reportes de
ovnis, sumado al instaurado y subyacente fenómeno de las abducciones. Manifiesto
tajantemente que los “ufólogos” ortodoxos no cuestionaban la HET, ya que al hacerlo significaba
un inmediato encasillamiento dentro del perturbador escepticismo o del extremo
negacionismo. Muy por el contrario a lo sucedido posterior al 2000, con la expansión de
enfoques mayoritariamente cautelosos al respecto y que como consecuencia han mantenido la
“ufología” vigente, a pesar de la sequía de ovnis asumida por los propios ovniólogos en la
actualidad.
El compilado de Stillings es la pieza que faltaba para integrar y complementar el precoz
análisis del fenómeno que realizó Carl G. Jung en 1958, con el libro Un mito moderno sobre cosas
que se ven el cielo, ya que no existían indicaciones o enmiendas previas que concedieran al
psiquiatra suizo la calidad de precursor indirecto de la Hipótesis Psicosocial como también la
Paraufología.
En Lo Imaginario en el Contacto Ovni se exhiben trabajos de diferentes autores, todos con
una profundidad y enfoque muy amplio y algunos claramente escépticos, entre los que se
destaca un personaje que también ha contribuido de sobremanera en el derrumbe de mitos
“ufológicos”, me refiero a Martin Kottmeyer149.
Tal como sucedió años previos con Klass, cuando algunos ovniólogos, y sobre todo los
apegados a las abducciones, escuchan el apellido Kottmeyer no pueden disimular una sensación
de incomodidad, ya que frente a las refutaciones que ha realizado este investigador, no hay
muchas alternativas para sostener lo que la ovnilogía apegada a la Hipótesis Extraterrestre
posee, me refiero a las tan deslucidas especulaciones “ufológicas”.
Hablar de Martin Kottmeyer es simplemente un agrado, precisamente por su incisivo
desglose sobre el componente mitológico que poseen los ovnis, pero en especial los
extraterrestres que en el presente libro damos por muertos, sumado a la desatención que la
ciencia tiene de este tema y que particularmente advierto en las reflexiones finales. Dicho sea
de paso, es muy común que en la actualidad algunos “ufólogos” especuladores, en especial los
seguidores de la exopolítica o sobre todo los prosélitos de la Teoría de la Conspiración, acusen
a los pensadores críticos de estar confabulados de ocultar la verdad o simplemente de no ser
capaces de abrir los ojos ante un maravilloso fenómeno que nos conecta con otras especies
inteligentes del universo, ya que además la ciencia impide que algunas personas literalmente
“bajen del Olimpo del conocimiento”.
Pues bien, Kottmeyer es un norteamericano dedicado a la ganadería y agricultura que ha
sorprendido por su erudición en temas que engloban la historia de la religión, antropología,
psicología e incluso la astronomía, llevando sus escritos al análisis psicosocial del fenómeno que
nos convoca, demostrando así que no es necesario poseer grandes credenciales académicas para
abordar y explayarse con pensamiento crítico sobre los enigmas culturales y sociales de nuestra
época.
Las publicaciones de Kottmeyer se inician en la década del 80, pero el salto para ser
considerado como una figura mítica dentro del pensamiento crítico se debe a un artículo de
1990, titulado Entirely Unpredisposed (Totalmente Imprevisto) el cual, en el contexto planteado,
se traduce como “Libre de toda predisposición”. Un extraordinario trabajo de este investigador
de escritorio.

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Recalco la denominación de investigador de escritorio porque existe otro gran reproche
por parte de los “ufólogos” para aquellas personas que, interesadas en los ovnis, indagan el
tema a través de la lectura o mediante la web, mientras que el llamado investigador de “campo”
o de “terreno” es aquel que sale en busca de las evidencias, entrevista a testigos e incluso se
amanece en las vigilias o las también llamadas “alerta ovni” a la expectativa de una menguada
conexión visual con cualquier cosa anómala que le permita siquiera una mínima aproximación
al fenómeno (Sazones de la “ufología”… y de los “ufólogos”).
En su artículo Entirely Unpredisposed, Martin Kottmeyer expone un abrumador
descubrimiento para la “ufología” abduccionista, ya que en la serie de televisión Outer Limits150,
específicamente en el capítulo titulado The Bellero Shield (El Escudo Bellero) aparece por
primera vez el prototipo de los extraterrestres, los cuales poseían una cabeza de mayor tamaño
en comparación con su cuerpo y además tenían grandes ojos rasgados. Es decir, en esa serie y
puntualmente en ese capítulo, nace el estereotipo del alienígena que veríamos en las
abducciones de la década de los 80, y con más claridad en la década de los 90.
El acierto que remeció las semillas abduccionistas consistió en que el capítulo The Bellero
Shield fue exhibido en Estados Unidos en 1964 y a tan sólo diez días de la hipnosis donde Betty
Hill recordara los seres que aparentemente la secuestraron junto a su esposo. Este pequeño
pero gran acierto, a la postre significaría el descubrimiento del origen cultural de los
extraterrestres grises que seguirían haciendo de las suyas (como diría un amigo ufólogo) desde
ese momento en adelante.
Kottmeyer establece la génesis de la tipología acerca de los alienígenas que abducen, los
cuales desde el caso Hill en 1961, y que posteriormente fueron expuestos en el libro The
Interrumped Journey en 1966, confirman la trascendental influencia de los medios de
comunicación para la propagación y fortalecimiento del mito ovni-ET dentro de la “ufología”.
Los medios a los que hago referencia son los que previo a 1947 se constituían como libros,
revistas y en especial la radio, sumándose posteriormente y en la actualidad: la televisión y sobre
todo el cine.
Entirely Unpredisposed reveló además los factores históricos, sociológicos y sobre todo
los antropológicos con los cuales todos los relatos de abducciones, sus pasos y las consecuencias
de éstos, ya se encontraban descritos en varias historias de ciencia ficción a principios de 1900,
los que se potencian y consolidan luego del 24 de junio de 1947 con la observación de Kenneth
Arnold.
La verdad, estimados lectores, es que a pesar de los diversos intentos por exhibir lo
artificioso de las abducciones, la fuerza en las creencias como también la obstinación en la
especulación y sobre todo la inclinación a las modas, fueron muy superiores al uso de la razón y
por ello en la década de los 90 se produce el destape desenfrenado y definitivo de esta auténtica
tendencia “ufológica”.
Tal como un grupo de buques que se apresta para el combate en alta mar, la armada
abduccionista tendría a su disposición un elemento que pretendió demostrar con datos duros
que los alienígenas se encontraban en pleno proceso de consolidación de su agenda.
Entre los meses de julio y septiembre de 1991, la agencia Roper efectuó una encuesta a
5947 habitantes de Estados Unidos, todas personas entre los 18 y 60 años, excluyendo los estados
de Alaska y Hawái, como también hospitalizados e internos en cárceles. Dicho sondeo de la opinión

90
pública norteamericana fue financiado por Robert Bigelow, un empresario interesado en
desarrollo espacial y en la temática ovni, quien en ese momento además era miembro de la
MUFON.
Los “ufólogos” Budd Hopkins, David Jacobs y el sociólogo Ron Westrum151 elaboraron un
banco de once preguntas, entre las cuales cinco eran consideradas como claves para indicar los
potenciales secuestros de los que fueron víctimas algunos de los entrevistados.
Las cinco preguntas consideradas como fundamentales fueron:
1. ¿Se ha despertado alguna vez paralizado y con la sensación de que hay una extraña
presencia en su habitación?
2. ¿Alguna vez ha perdido una hora o más de tiempo sin ser capaz de recordar por qué o
dónde ocurrió?
3. ¿Ha sentido que volaba por el aire sin una explicación lógica de cómo se producía ese
fenómeno?
4. ¿Ha visto en alguna ocasión luces extrañas o bolas de fuego en alguna habitación, sin
saber qué las estaba provocando?
5. ¿Se ha despertado con marcas extrañas en el cuerpo para las que no encuentra
explicación?
Los resultados fueron publicados en un informe, donde el psiquiatra John Mack se
encargó de redactar su introducción, y además se anunciaron en la primera plana del Wall Street
Journal, donde se imprimió que tan sólo en Estados Unidos existían casi cuatro millones de
abducidos.
¿Cómo llegaron a ese número tan alarmante? Muy simple. Del total de 5947 encuestados,
un 2%, es decir, 119 personas contestaron cuatro de las cinco preguntas claves, lo que
comparado proporcionalmente a los 185 millones de habitantes de ese momento, indicaba que
la no menor cifra de 3 millones 700 mil norteamericanos habían sido abducidos. Con esos
números, se confirmaba la epidemia silenciosa propuesta por Hopkins diez años antes.
La encuesta Roper, a pesar de que entregaba datos concluyentemente artificiales y
premeditados, confirmó las aprensiones que tenían los abduccionistas en cuanto a la realidad
de los raptos extraterrestres y a la angustia provocada en millones de personas que
coincidentemente ellos mismos hicieron notar a través de sus conferencias y mayormente en
las publicaciones desde el inicio de los 80.
Con los “datos duros” de respaldo y con la autoimpuesta obligación de tomar medidas
para frenar esta plaga alienígena, los sostenedores de las abducciones organizaron un encuentro
en el MIT (Massachusetts Institute of Technology), con el propósito de discutir todos los
contenidos de los secuestros desde una perspectiva “ufológica” y obviamente científica.
Entre los días 13 y 17 de junio de 1992, se llevó a cabo esta importante reunión que fue
encabezada por Hopkins, Jacobs y Mack, sumado a otros investigadores, entre los que se
destacan David E. Pritchard152 como representante del MIT y quien otorgaba el contrafuerte
científico necesario para los ansiados propósitos.
En aquel congreso, el cual inspiró la posterior publicación del libro Close Encounters of the
Fourth Kind153 (Encuentros Cercanos del Cuarto Tipo), fueron invitados especialistas de todas las
áreas del conocimiento para observar y opinar sobre 150 casos presentados, los que además se
complementaron con la exhibición de dos supuestos implantes alienígenas en personas,

91
también aparentemente raptadas.
Las conclusiones fueron aceptar la realidad del fenómeno de las abducciones y el
compromiso de encauzar todos los futuros estudios con el objeto de alcanzar la verdad del
asunto, ya que como primera gran y urgente medida se debía al menos intentar detener esas
ilícitas actividades extraterrestres que tanto preocupaban a la población norteamericana y
mundial (no olvidemos que las abducciones no pegaron como tendencia en Sudamérica ni
Europa).
Previo a este congreso, David Jacobs publicó su primer gran trabajo sobre las
abducciones en el libro Secret Life154 (Vida Secreta), detallando relatos de algunas víctimas
recopilados desde 1982 y con los cuales se establece la idea de que los visitantes poseían un
complejo programa experimental con la raza humana, consistente en la incubación y gestación
de lo que a la postre se desarrollaría como una raza híbrida.
No olvidemos que Jacobs parte interesándose en la “ufología” a temprana edad y que
luego de un tiempo de estudio, en el año 1975, publica su tesis doctoral con la casuística de
Estados Unidos entre 1896 y 1973. Pero no es hasta 1982, luego de conocer y establecer una
gran amistad con su mentor en las abducciones, Budd Hopkins, que este académico se involucra
de lleno en este tema.
De acuerdo a sus comentarios y entrevistas, Jacobs plantea que el fenómeno de los
secuestros es clave para descifrar el misterio de los ovnis. Lógicamente esa especulación es una
infalible premisa, también considerada una bandera de lucha de todos quienes percibían estos
contenidos como los grandes enigmas de fin de milenio.
Si el propio Jacobs comenta que hasta el año 2005 realizó alrededor de 900 regresiones,
en un cálculo estadístico aproximado se puede establecer que en su labor como investigador y
autoformado hipnotista efectuaba una sesión por semana, ya que, según sus datos, sus
pacientes sumaron un total de ciento cuarenta personas. En otras palabras, los abducidos no
eran los millones que la encuesta Roper concedió como alarmante cifra a los “ufólogos” de la
época, sino que los patriarcas de los raptos extraterrestres repetían las veces que fuese
necesario las hipnosis con sus ya conocidas y declaradas víctimas, con tal de validar así sus
historias y mantener con vida un mito.
Consecuentemente, durante el año 1993, acontecen tres importantes efemérides que
vigorizan la ya declarada década dorada de las abducciones, siendo las dos primeras, sucesos
que van de la mano con los medios de comunicación que tanto han colaborado en la mantención
del mito ovni-ET.
Uno de ellos es el estreno cinematográfico de la película Fire in the Sky155 (Fuego en el
Cielo), basada en el caso del leñador Travis Walton.
En esta producción cinematográfica se reconstruye la abducción de 1975, que ya había
sido severamente cuestionada por Klass y otros “ufólogos” críticos, pero debido a la
complacencia de la sociedad norteamericana (en Chile pasa lo mismo) y la marcada tendencia
del momento estaban dadas las condiciones para que se llevara a la pantalla grande aquel
polémico caso, pero con algunos cambios sustanciales donde los sufrimientos exhibidos del
protagonista dentro de un ovni pusieron nuevamente en el tapete la artificiosa idea de que los
raptos alienígenas eran tortuosas sesiones de experimentación clínica con evidentes propósitos
malignos.

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De todas maneras y pese al nutrido número de filmes dedicados a la propagación del
insigne mito ovni-ET desde la década del 70, nada puede compararse al éxito y sobre todo a los
efectos alcanzados por la serie producida por Chris Carter156. Me refiero a The X Files (Los
Expedientes Secretos X).
El día 10 de septiembre de 1993, por la señal de la cadena FOX en Estados Unidos, 12
millones de televidentes fueron testigos del primer capítulo de esta serie de misterio y ciencia
ficción, que inmediatamente cautivó por su extravagante propuesta y sobre todo el subliminal
mensaje acerca de las conspiraciones gubernamentales.
The X Files se mantuvo en pantalla por 10 temporadas, con un total de 208 capítulos que
abarcaron sucesos paranormales, ovnis, abducciones y la instauración de un comité de
poderosas e influyentes personas que pactó convenios con entidades extraterrestres, con tal de
evitar una silente invasión a través de un virus denominado Pureza.
El concepto de la conspiración, Chris Carter lo desentierra de las primeras publicaciones
del Mayor Donald Keyhoe, el cual ya examinamos en el Capítulo I de este libro y que es enunciado
al inicio de cada episodio con la frase “El gobierno niega tener conocimiento”, expresando de este
modo la imagen de que las autoridades conocen y estudian muchos de los misterios exhibidos en
la serie, como por ejemplo la existencia de razas extraterrestres operando en nuestro entorno y
con propósitos poco claros o manifiestamente siniestros.
Esta serie entrega una frescura a todas las producciones previas vinculadas a la temática
ovni y, en especial, a todo lo realizado donde figuren los persistentemente ansiados
extraterrestres, ya que en sus capítulos aborda prácticamente toda la historia de la “ufología”
desde 1947, con las derivaciones que se vivían en el momento de su estreno en 1993. No es
extraño que justo después de la encuesta Roper, con la paranoica cifra de casi cuatro millones
de abducidos solamente en Estados Unidos, Carter propusiera una particular manera de abordar
esos temas desde la visión y las creencias de dos agentes del FBI (Fox Mulder y Dana Scully).
The X Files recibió una muy buena acogida de la crítica y el efecto en los televidentes la
hace que hasta nuestros días sea recordada como una serie de culto, con seguidores y fanáticos
por todo el mundo, quienes en más de alguna ocasión se cuestionaron si lo que sus capítulos
ofrecían era efectivamente la entrega disfrazada de una verdad oculta por muchos años.
Naturalmente, los fanáticos de Mulder y Scully no tenían alguna razón puntual, salvo el
pensamiento crítico, para separar la ciencia ficción de la vida real, o al menos toda la información
que era exhibida en el ámbito “ufológico” como verdades científicas mostradas en el programa.
Esto debido a que paralelamente la “ufología” norteamericana estudiaba situaciones muy
similares a las expuestas en The X Files, ya que Hopkins, y sobre todo Jacobs, se encontraban
difundiendo con ímpetu sus ideas sobre los brutales proyectos de las entidades extraterrestres
grises que sin miramiento alguno secuestraban ciudadanos permanentemente, aspecto que se
ajusta a lo que Carter transmitió en varios de sus capítulos y que como tema de fondo lo lleva a
la pantalla grande en 1998.
Por lo tanto, y desde una perspectiva “ufológica”, si los investigadores encontraban
abducciones en cientos de personas junto a la nutrida literatura que las aludía, sumado a la
descomunal exhibición que se les otorgó a través del cine y sobre todo la televisión, en realidad son
muy pocas personas las que de alguna u otra manera no sabrían del tema o al menos tendrían
presente que superficialmente algo estaba sucediendo en relación a los ovnis y a los extraterrestres

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que los tripulaban. Esto ayudó a que teóricamente Hopkins tuviese razón en sus postulados, ya que
a pesar de ser una obsesión para algunos o una ilusión colectiva para otros, siendo reales o no, las
abducciones se transformaron en una epidemia silenciosa.
La concluyente efeméride acaecida en 1993 fue la creación de PEER (Program for
Extraordinary Experience Research), de John Mack. Una nueva organización de ayuda a las
víctimas de abducciones que acrecienta y colabora con las otras tres similares ya existentes en
Estados Unidos desde 1986. Me refiero a la fundación ICAR (International Center for Abduction
Research) de David Jacobs, la Fundación Intruders de Budd Hopkins y la Fundación Communion
de Whitley Strieber.
De esta manera, cuatro instituciones paralelas brindaban apoyo psicológico a quienes
llegaban sosteniendo la idea que habían sido víctimas de una abducción, lo que también
permitía un trabajo de investigación por parte de sus directores y especialistas en la materia.
Aunque John Mack hiciera pública su aparición en esta temática a través del congreso de
abducciones celebrado en 1992 en dependencias del MIT y en el prólogo del primer libro de
secuestros alienígenas de Jacobs, es preciso señalar que su afición a los temas alternativos como
el New Age data desde fines de la década de los 70, cuando deja la psiquiatría convencional y se
sumerge en el pensamiento mágico.
Este punto es muy importante considerarlo cuando se atribuye al psiquiatra un grado de
imparcialidad o como un referente científico frente a las abducciones, ya que sus estudios y
publicaciones se encuentran dentro de esa delgada línea roja que deslinda la ciencia con los
llamados “nuevos paradigmas”, frase tan utilizada por los practicantes y divulgadores de las
corrientes alternativas.
Al inicio de su exploración en el misticismo, John Mack participó en diversos cursos
impartidos por Werner Erhard157, principalmente en los denominados EST (Erhard Seminars
Training), seminarios de autodesarrollo en los cuales las personas después de un estricto y fuerte
programa, obtenían autoconocimiento y motivación para convencerse de la perfección del ser
humano, comenzando por la excelencia individual. De esta forma, según el propio Erhard, los
individuos pueden conseguir lo que quieran sin limitaciones.
Mack también experimentó en otras disciplinas como lo fue la respiración holotrópica,
creada y difundida por el Dr. Stanislav Grof, tal como él mismo señaló en la Conferencia
Internacional “Ciencia, Espiritualidad y la Crisis Global: Hacia un mundo con futuro”, de la
Asociación Transpersonal, celebrada en Praga el 25 de junio de 1992, la cual se encuentra íntegra
en el sitio web del John E. Mack Institute.
En aquella conferencia, la que hoy está plasmada en un interesante artículo, el psiquiatra
describe la forma en que ingresa al estudio de las experiencias de abducción, la fenomenología de los
secuestrados, el uso de estados alterados de conciencia para trabajar con ellos y el significado
espiritual de estas experiencias.
Además, el propio Mack comenta que la respiración holotrópica representó una apertura
de su conciencia, ya que, según sus evaluaciones, los ovnis ingresaron a su psique debido a la
evolución adquirida gracias a las prácticas de esas técnicas místicas y alternativas.
Con estas palabras y gracias a su postura espiritualista, Mack percibía las abducciones
desde una posición contrapuesta a las planteadas por Hopkins y Jacobs, dado que sus credos y
experiencias lo llevaron a estudiar el fenómeno con una inclinación excelsa y sobre todo

94
filántropa, de la misma forma que lo indica Whitley Strieber y como suele suceder con los
denominados contactados.
Por esta razón si las abducciones se hubiesen estancado en la década de los 80 y sin
prosperar como un tema dentro de la “ufología”, como complemento a su trabajo con Budd
Hopkins y David Jacobs, es probable que John Mack hubiese tenido una participación
protagónica en el campo “ufológico” basado en la HET, muy similar a George King, quien fue
fundador de la Sociedad Aetherius y que repasamos en el subcapítulo del contactismo.
Esta última presunción no considera los grados académicos que Mack ostentaba, pero, a
pesar de su apego al pensamiento mágico, de todas maneras intentaba también abordar el
problema de las abducciones desde el campo de la salud mental, siendo quizás una contrariedad
muy evidente ese intento personal de fusionar el área clínica con sus filosofías místicas. No
obstante, en 1994 publica su primer y único libro exclusivamente de secuestros, titulado
Abductions: Human encounters with aliens158 (Abducciones: Encuentros humanos con
alienígenas). En este compendio, Mack selecciona 13 personas aparentemente abducidas, de un
total de 80 que examinó previamente con detalle, pudiendo conjeturar que los casos
seleccionados debieron ser los más contundentes y que aportaban mayores referencias para el
estudio del fenómeno.
Una vez más figura el libro OVNIs, La Agenda Secreta, de Milton W. Hourcade, ya que en el
Capítulo XIII realiza una detallada revisión de la publicación de Mack, donde desnuda sugerentes
posibilidades para comprender el origen real de las abducciones desde una configuración
estrictamente psicológica. Esto debido a que el propio Mack plantea que los estados “no ordinarios”
de conciencia, la meditación, el trabajo respiratorio de Grof, la hipnosis y sobre todo los viajes
chamánicos, fueron sus aliados naturales e indispensables para la investigación en este tema,
revelando así su predisposición hacia el pensamiento mágico, la que desgraciadamente no se
condice con la objetividad requerida para indagar este tipo de experiencias.
En este sentido y tomándome la libertad en esta cronología de las abducciones, debo
comentar que personalmente he sido testigo de fenómenos de alta extrañeza a los cuales no he
logrado encontrar una explicación satisfactoria por ahora. Sin embargo, una experiencia que
pude observar en el sur de Chile me ha permitido profundizar el estudio en misceláneas áreas
con tal de esclarecer parte o la totalidad de los hechos y sin el abandono del pensamiento crítico,
ni el escepticismo tan necesario para alcanzar la comprensión objetiva del origen de las cosas y
sus consecuencias.
Por ello, no puedo eludir un artículo que publicara Luis Ruiz Noguez159 en su página web
Marcianitos Verdes, en agosto de 2012, titulado: John Mack explicó las abducciones, pero se le
olvidó.
En esta nota particularmente se detalla la obsesión que conservó Mack por las
abducciones desde que las observó a través del trabajo de Hopkins y Jacobs, pero que
concretamente comenzó a considerarlas para su estudio después que Will Bueche, un
integrante de su círculo más cercano dentro del John Mack Institute, le comentara su
experiencia como víctima de un secuestro extraterrestre.
Es un hecho que a principios de los 80 este psiquiatra se involucra en una búsqueda
personal de “la verdad” a través de diversas corrientes filosóficas alternativas, muy propias del
New Age, y que confirma recurrentemente en entrevistas y conferencias.

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Lo que una persona en algún momento exprese como ideas determinadas, se mantendrán
invariablemente a través del tiempo a menos que exhiba una modificación sustancial, ya sea
para mejorar las opiniones originales o simplemente para retractarlas por cualquier motivo.
Entonces, si una publicación que refleja conclusiones categóricas luego de un estudio metódico
en cualquier tema específico, al intentar suprimir, eliminar o definitivamente ignorar tales
conclusiones, permanentemente será expuesta como una desafortunada contrariedad. En
suma, siempre va a pasar la cuenta y no existe duda en eso (De lo contrario vean esta
contradicción de Mack…).
En “ufología”, generalmente, suceden dos tipos de metamorfosis conceptuales por parte
de quienes se involucran e investigan este tema. Están los escépticos que, al indagar algunos
casos con ciertos detalles, transforman la suspicacia inicial en creencia a cualquiera de las
múltiples variables del fenómeno, generalmente la HET. Y, por el contrario, están los que parten
con un credo y que con la profundización en el conocimiento del mito, los fraudes y la falta de
pruebas objetivas, simplemente toman una postura más bien aprensiva, pudiendo alcanzar
hasta una total negación de la realidad del fenómeno.
En el caso de John Mack sucede lo primero y así lo explica Ruiz Noguez en el artículo que
menciono, ya que en su libro titulado Nightmares and Human Conflict160 (Pesadillas y los
Conflictos Humanos) de 1970, el psiquiatra exhibe un interesante y profundo estudio de los
eventos traumáticos que a temprana edad influyen en el desarrollo psicológico de ciertas
personas, los cuales se manifiestan a través de patologías o simplemente a través de las
pesadillas.
Cuando Mack señala eventos traumáticos hace referencia a: “La pérdida de personas
importantes, separación de objetos de amor, traslados a un entorno extraño, etc., los cuales son
acontecimientos dolorosos más frecuentes que una carga excesiva de las capacidades defensivas
del ego y dan lugar a las pesadillas. Parece posible que una amenaza para la supervivencia,
puede ser percibida en estos eventos…” (Nightmares… pág. 55).
Señala además y de forma muy aclaratoria que un teólogo y filósofo inglés, llamado Henry
More, observó en 1656 un síntoma de melancolía llamado éxtasis, el cual permite el delirio
después de que una persona se despierta, tomando sus sueños como una historia verdadera.
Mack culmina su publicación con: “La pesadilla no sólo puede estar compuesta de recuerdos
y otros aspectos del funcionamiento mental que se originaron en la primera infancia, sino puede
estar relacionada con los mecanismos neurofisiológicos que inervan la auto-preservación y
supervivencia que son filogenéticamente más antiguos que los que son posesión exclusiva de la
especie humana” (Ibíd., pág. 241).
Entonces, este libro y varios otros dejan en claro que las abducciones están más ligadas a
problemas neurológicos o psicóticos, sin que necesariamente quienes los padezcan tengan
alguna patología mental severa, ya que a cuántos de nosotros nos ha sucedido la famosa
parálisis del sueño o esa extraña sensación de no saber si al momento de dormir nos
encontramos en estado de vigilia o simplemente soñando.
Es muy diferente si alguien con creencias paranormales y místicas, o simplemente
predispuesto, recibe la “ayuda” de un especialista que junto con atender su problema, le indica
arbitrariamente que sus síntomas son producto de un experimento alienígena del cual fue
víctima y que lo seguirá siendo por el resto de su vida.

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La verdad, estimado lector, luego de que hemos hecho un prolongado recorrido por las
abducciones desde 1957, y aún nos quedan algunos años, asoma una pregunta que me imagino
usted también la tiene: ¿Dónde están los abducidos?
Antes de responder y pese a que es evidente, debo comentar que es insólito cómo un
grupo de personas, hablo de los “ufólogos” abduccionistas e investigadores de lo paranormal,
transformaron sus propias creencias, ideas y sobre todo sus convicciones en mediáticos y
forzosos contenidos, los cuales son debatidos en heterogéneos frentes, ya sea “ufológicos” o
periodísticos, como si fueran problemas verídicos y con implicaciones trascendentales en la vida
de los seres humanos.
Además, estos mismos mercaderes del misterio crearon las condiciones para que al poner
en duda o cuestionar estas delirantes actividades alienígenas, significara una ofensa para ellos,
para las supuestas víctimas y para la comunidad en general. Del mismo modo que el propio John
Mack señalara que la simple acción de llevar un escéptico a cualquier programa donde
expusieran el caso de un abducido, simbolizaba un atentado a los derechos humanos de aquel
individuo que, según los abduccionistas, era una víctima de la macabra inteligencia alienígena y
de la conspiración que existía por parte de los gobiernos en esta temática (Hay de todo en el
Jardín del Edén…).
Pues bien, las razones para la difusión e interés masivo en las abducciones son muchas y
principalmente se concentran en el lugar donde se origina este mito y es precisamente Estados
Unidos, porque a pesar de la masificación literaria y mediática, los secuestros extraterrestres
como tendencia no trascendieron en la “ufología” europea ni sudamericana, debido a que en
los otros continentes no existían personajes tan controversiales, influyentes, ni persistentes
como lo fueron Hopkins, Jacobs o el mismo Mack.
Suena simpático, pero en los 90 los ovniólogos chilenos que ocupaban los medios de
comunicación y ejercían la divulgación “ufológica”, porque de investigación no hubo ni hay
mucho, hablaban de las abducciones mencionando las investigaciones de los tres personajes que
señalo, como asimismo, de los contactados esparcidos por la Tierra, y como un tema secundario
mencionaban algún avistamiento que significara un acontecimiento importante en la “ufología”
criolla.
Acá en Chile subsistía otro tipo de mitos, los famosos Friendship, por ejemplo, y que en
alguna futura publicación espero consignar con lo más importante: la denuncia de los
mercaderes del misterio que acá en Chile, y sobre todo en España, llevaron esta delirante fábula
al extremo de representarla como una historia real.
Luego del libro de Mack, en el año 1995, ocurre un hecho que llamó la atención del mundo
entero y fue la presentación de un video donde se exhibía la autopsia practicada al cuerpo de
un supuesto extraterrestre accidentado teóricamente en el incidente de Roswell.
Un productor y publicista llamado Ray Santilli puso a la venta el cortometraje que fue
exhibido por la televisión de 32 países y que, como era de esperar, causó gran revuelo entre
todos los fanáticos del tema, considerando además el gran momento que disfrutaba la Hipótesis
Extraterrestre en la “ufología” de Estados Unidos y del resto del mundo, como también la
concerniente fiebre abduccionista.
El punto es que este video, considerado una pieza de culto por algunos, sirvió para que
muchos autores llenaran páginas con tinta respaldando el decadente caso Roswell, otro de los

97
mayores mitos “ufológicos” de la historia.
Tal como se vería posteriormente en varios de los capítulos de The X Files, el cuerpo de
un “aliente” era cercenado para su estudio. El mayor inconveniente es que después de años de
disputas, especulación y discusiones, el propio Santilli reconoce en el año 2006 que el
cortometraje era real, pero “parcialmente”, ya que fue una recreación de un supuesto video
original del cual se mantuvieron solamente fragmentos, por lo que su película fue considerada
un fraude hasta por los propios amantes de los seres del espacio.
En el mismo año 1995, Carl Sagan161 publica el libro El Mundo y sus Demonios162, el cual
daría el pie inicial a la caída del imperio de las abducciones. Desmoronamiento que prosiguió en
los años restantes.
Es curioso, ya que el ocaso de los secuestros alienígenas se produce de la misma manera
que su consolidación en la década de los 70, de forma progresiva y espaciosa, en un lapso de
más o menos diez años.
En el Capítulo IV de su libro, Sagan efectúa un análisis completo de las abducciones y
cuestiona lo que se exhibía en esos momentos en los diferentes programas de televisión a través
de las entrevistas a “ufólogos” abduccionistas o en las innumerables publicaciones que aluden
a esto dentro del fenómeno de los ovnis.
Como es común en quienes las refutaron, el astrofísico respeta las experiencias de
quienes se denominan víctimas de esas conjeturadas prácticas y además expone claramente
que no es recomendable cuestionar el sentido común de los cientos de abducidos, ya que a
primera vista detecta que el problema real se origina por motivos totalmente ajenos.
Sus cuestionamientos son muy asertivos y lógicamente no cayeron en gracia a quienes
divulgaban la mal llamada epidemia moderna. Por ejemplo, Sagan pregunta:
“¿Por qué unos seres tan avanzados en física e ingeniería –que cruzan grandes distancias
interestelares y atraviesan paredes como fantasmas– son tan atrasados en lo que respecta a la
biología?”.
Este requerimiento nunca ha podido ser respondido por los defensores de las
abducciones, teniendo presente que en las recreaciones de los secuestros, a través de las
hipnosis, las víctimas transmiten el padecimiento y dolor producidos por los arcaicos exámenes
clínicos a los que fueron sometidas. En este aspecto, un abduccionista, “ufólogo” especulativo
o un simple amante de los “alientes”, puede refutar que dichos ensayos extraterrestres son
similares a los experimentos que hacemos nosotros los humanos con animales para la
elaboración de productos cosméticos o medicamentos. Es por eso que las escenas de los raptos
deben ser obtenidas a través de las regresiones.
Entonces Sagan bosqueja otra interesante pregunta:
“¿Por qué si los extraterrestres intentan llevar sus asuntos en secreto, no eliminan
perfectamente todos los recuerdos de las abducciones? ¿Demasiado difícil para ellos?”.
Estas graves incongruencias en la agenda alienígena que pregona Carl Sagan son dudas
razonables muy básicas que ponen en tela de juicio toda la campaña realizada desde fines de
los 70 y que marcaría una época completa en la “ufología” norteamericana y mundial.
En cuanto a los propósitos de los secuestros respecto a la creación de una raza híbrida, el
astrónomo insiste:
“¿Por qué tomarse la molestia de repetidos encuentros sexuales entre extraterrestres y

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humanos? ¿Por qué no robar unos cuantos óvulos y espermas, leer todo el código genético entero
y fabricar luego tantas copias como se quiera con las variaciones genéticas que se quiera?”.
Agrega, además: “Hasta nosotros los humanos, que todavía no podemos cruzar rápidamente el
espacio interestelar, ni atravesar las paredes, podemos clonar células”.
Sagan imprimía esto en el año 1995… Imagínese el desarrollo de la genética hoy en 2017
y de acá a 20 años más.
Y finalmente añade: “¿Cómo podríamos ser resultado los humanos de un programa de cría
extraterrestre, cuando compartimos el 99,6% de genes activos con los chimpancés?” (…y
pareciera que hay algunos humanos que comparten un 99,9%…).
Si somos consecuentes, objetivos y más que nada justos, en el amplio sentido etimológico
de la palabra justicia, con las siete preguntas enunciadas por Sagan relacionadas a las
abducciones, se impugna la totalidad de los relatos, las historias, las investigaciones y sobre todo
las publicaciones que por décadas llevaron al tope del debate esta quimérica realidad o más
bien artificioso fenómeno adherido a otro mito: que los ovnis son naves de origen extraterrestre.
Anexo a estas dudas metódicas, Sagan realiza en este Capítulo un resumen de cómo los
ovnis fueron estableciéndose como uno de los tantos demonios que el ser humano fomenta
para este mundo, contiguo con una interesante recriminación frente a la carencia de
pensamiento crítico en todos y cada uno de los círculos donde nos desenvolvemos.
Ahora bien, no por las certeras acusaciones de charlatanería que hiciera uno de los más
importantes divulgadores de la ciencia en la historia humana, los paladines abduccionistas
dejarían sus actividades o reducirían la monomanía de sus publicaciones.
Por ejemplo, en el año 1991 Budd Hopkins recibe una carta proveniente de una aparente
abducida de Nueva York. En su escrito, Linda Cortile, le cuenta una extraña experiencia vivida con
alienígenas el 30 de noviembre de 1989 en su departamento próximo al puente Brooklyn, con el
agregado de que dicho fenómeno fue observado por otras dos personas, consideradas como
testigos calificados ya que en un principio parecían ser policías, pero que resultaron ser dos
guardaespaldas del entonces Secretario General de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar.
El clímax de aquella historia fue el hecho de que los dos agentes de seguridad, más la autoridad
de la ONU, fueron también abducidos junto con Cortile.
De este modo, durante cinco años, Hopkins moldeó el llamado caso del siglo, el cual
publicaría en 1996 en su libro Witnessed163 (Presenciado).
Su trabajo de recopilación de toda la información disponible gravitó en otra carta que
supuestamente le enviaron estos dos agentes, de los cuales nunca se logró establecer si
pertenecían al Servicio Secreto, a la CIA o consiguientemente eran personas reales y no ficticias.
Al parecer sí, según Hopkins y la propia Cortile.
El tema es que nunca se logró comprobar que los sucesos relatados y corroborados en las
hipnosis a las que fue sometida la abducida, fueran reales o simplemente estaban en su mente
y en la del investigador, por cierto.
Hubo una veintena de otras publicaciones que analizaron este controversial caso, en
algunas señalada como Linda Napolitano en vez de Cortile, por su nombre de soltera, ya que a
pesar que Witnessed se publicara en 1996, Hopkins comenzó a entregar información del
incidente gradualmente desde el año 1992 en su participación en la Conferencia del MIT dada
su fastuosidad, implicaciones y sobre todo por los testigos que certificaban dicho evento.

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Lamentablemente, todo tiene un lado lúgubre y ese recién se logra desentrañar 15 años después
del libro.
En el 2011, mismo año de la muerte de Hopkins, su exesposa, Carol Rainey, comienza a
develar una serie de datos acerca de las ideas y procedimientos que presentaba Budd, junto con
David Jacobs, referente a las abducciones.
Rainey estuvo junto a Hopkins desde 1994, se casaron dos años después y se divorciaron
en el año 2004, por lo que ella representó un pilar esencial en todo lo desarrollado por su
exesposo en esta materia durante diez largos y agitados años.
En la década de los 90, Rainey fue la productora de los cortometrajes exhibidos por el
“ufólogo” en los múltiples congresos donde participó, complementando la asistencia que le
brindaba en la totalidad de las hipnosis efectuadas a las víctimas, lo que se afianza
definitivamente en la edición que realizó para el tercer libro de su exmarido sobre el famoso
caso del Puente Brooklyn. Quién mejor que ella conocía las contrariedades y sobre todo los
secretos de las abducciones.
Las declaraciones de Carol no pasaron desapercibidas, ya que efectuó graves acusaciones
sobre la absoluta falta de metodologías para realizar el proceso completo de investigación de
una abducción.
Sus dardos no tan sólo apuntaban a su ex, sino que también estaban dirigidos a David
Jacobs, dada la similar forma de trabajo de cocreación de los casos de alta extrañeza,
quebrantando todos los principios y normas académicas, científicas e incluso éticas para obtener
la información que pretendían. En ese sentido, los investigadores aludidos ejercían una figura
de autoridad frente a quienes supuestamente relataban sus experiencias a través de las
regresiones. Por algo también señaló que tanto Hopkins como Jacobs trabajaban totalmente
solos sin supervisión alguna, esto sumado a no poseer preparación en psiquiatría o psicología.
Rainey acusó a su exesposo de ser una persona que mentía a nivel patológico, ya que en
los casos que abordó para justificar sus dichos, se incluye el caso de Linda Cortile, del cual
posterior a la muerte de Hopkins en el 2011 extrañamente no se habló más, pese a las
implicaciones que pudiese tener con el propio Secretario General de la ONU en 1989 (Al parecer
la cosa no tenía tanta pomposidad como se intentó mostrar…).
En relación a este tipo de denuncias, el otro especialista en abducciones John Mack
igualmente mantuvo problemas luego de publicar su libro Abductions: Human encounters with
aliens en 1994, cuando el Dr. Daniel C. Tosteson, Decano de la Facultad de Medicina de la
Universidad de Harvard, dispuso una investigación mediante un comité de especialistas en salud
mental para revisar las actividades clínicas con las cuales el psiquiatra abduccionista examinaba
a sus pacientes, aparentemente secuestrados por extraterrestres.
De manera reservada e incisiva y en un lapso de catorce meses, el comité revisor concluyó
que Mack fue profesionalmente irresponsable debido a que otorgaba credibilidad a personas
que testificaban poseer un contacto directo involuntario con seres extraterrestres, sin haberles
realizado previamente todas las pruebas psicológicas posibles con tal de descartar algún tipo de
trastorno o patrón de comportamiento de significación clínica.
Deponiendo los resultados de la investigación interna, donde Mack no fue calificado con
una mala conducta profesional o algún tipo de violación moral por parte de la Universidad de
Harvard, el proceso acarreó un gran revuelo en el ámbito académico como también “ufológico”,

100
ya que legalmente no tenía ninguna validez desde la reglamentación interna de la casa de
estudios superiores, pero sí adquirió ribetes éticos debido principalmente a que desde las
trincheras de la ciencia se comenzaba a mirar desconfiadamente a los investigadores de
abducciones.
El proceso indagatorio al que fue sometido Mack y las subsecuentes acusaciones contra
Hopkins y Jacobs, develaban a todas luces que estos tres promotores de las abducciones no
efectuaron un trabajo correcto e imparcial para obtener la información que buscaban de sus
pacientes. En otras palabras, manipularon rutinas y sobre todo abusaron de metodologías
basadas exclusivamente en sus sesgadas convicciones, utilizando las hipnosis para intentar
legitimar un fenómeno que en sí mismo no poseía sustento alguno a través de información que
ellos mismos introducían a sus “pacientes”. Basado en esto, los críticos de las abducciones
señalan como primer gran argumento para negar su existencia, que los aparentes raptos no se
condicen en absoluto con la “ufología”, ya que en un determinado momento ya no se necesitaba
del avistamiento de un ovni que se complementara con un posterior secuestro. No olvidemos
que las abducciones canónicas o las que comenzaron con esta moda, hablo del caso Hill,
Pascagoula o Travis Walton, siempre estuvieron precedidas por la observación y reporte de
algún tipo de objeto volador, el cual se circunscribía dentro de los estándares insertados con el
nacimiento del mito desde 1947.
Fuesen reales o no aquellos secuestros, luego de la incursión de los tres paladines:
Hopkins, Jacobs y Mack, el ovni como aparato que transporta seres de otros mundos pasa a un
segundo plano o de forma paradójica, exclusivamente se asocia luego que la víctima señala bajo
regresión que fue sometida a exámenes clínicos en una sala casi siempre redonda, muy
iluminada y con seres grises en su interior.
Entonces y efectivamente los cuestionamientos a la metodología utilizada para obtener
la confirmación de relatos de abducciones, que partieron con Mack en 1994 y luego que se
develaran algunas artimañas de Jacobs y sobre todo de Hopkins entre los años 2010 y 2011,
dejaron en muy mal pie un recurso bastante utilizado por la psicología como es la hipnosis y,
evidentemente, a los individuos que sobrellevaron estos singulares sucesos.
Igualmente, no olvidemos que son varios los “ufólogos” que, seducidos a través del mito
ovni-ET y por ende también por el fenómeno de las abducciones, fueron los precursores en la
aplicación de las regresiones como un procedimiento frecuente con tal de obtener la
información aparentemente ocultada por los “alientes”. Lo que sucede con los tres
investigadores a los que hago hincapié, es que fueron los mayores promotores de estas técnicas
clínicas para promover mediáticamente dichos secuestros, sumado a sus opiniones sobre las
también aparentes intenciones de fondo de los visitantes. En síntesis, las abducciones para
Hopkins y sobre todo para Jacobs obedecían a un siniestro programa de instauración de una
futura raza híbrida, a diferencia de Mack que, deliberando contrariamente, percibía este tema
como la integración de diversas especies inteligentes del universo.
A modo de una defensa endeble puedo preguntar entonces ¿qué pasa con esos cientos
de personas que afirman haber vivido experiencias similares sin poseer una relación o
conocimiento entre ellos? o ¿qué sucede con ciertos fragmentos encontrados y extraídos de
sujetos que aseguran tener una experiencia de un secuestro alienígena?
En un claro perjuicio para el sostenimiento de las abducciones, el recurso que se utilizó

101
comúnmente y como vimos por parte de los estudiosos de estas prácticas fueron las hipnosis,
trance mental que ha sido aplicado como procedimiento para validar el contexto del fenómeno
a través del recuerdo de quienes dicen ser víctimas de los extraterrestres.
Nace inmediatamente otra pregunta y es sobre qué nos dice la ciencia al respecto, lo que
evidentemente no coincide en lo más mínimo con la información que nos dan a conocer los
divulgadores “ufológicos”.
Comencemos entonces por la definición de hipnosis, señalada como un estado de
focalización sensorial en la que una persona está concentrada en sus vivencias internas,
orientando la atención en un pensamiento, recuerdo, sentimiento o sensación, logrando
solamente, si lo desea, modificar sus percepciones, comportamientos y emociones a través de
un estado de relajación profunda psíquica y física mediante las siguientes cuatro fases: la
inducción al trance, la profundización, la intervención y la vuelta al estado de vigilia.
El profesor Antonio Capafons164, Doctor en psicología y catedrático de la Universidad de
Valencia, ha investigado por décadas el tema de la hipnosis en el ámbito clínico en un trabajo
mancomunado con la Facultad de Psicología de esa casa de estudios superiores.
Sus quehaceres apegados a estructuras metodológicas han fundamentado este
procedimiento de tal manera que hoy se encuentra considerado en el desarrollo de
tratamientos médicos convencionales en el área de la salud mental.
Capafons, quien amablemente accedió a colaborar con este libro, plantea que la hipnosis
es una herramienta terapéutica eficaz y comprobada dentro de la psicología clínica, ya que
ayuda a pacientes en la modificación de ciertas conductas, en la auto regulación emocional, en
el control de fobias, en los trastornos del sueño, en las depresiones, los traumas y numerosas
patologías; pero que al momento de ejecutar este procedimiento, se debe cumplir
estrictamente varios importantes requisitos para obtener los efectos esperados.
De esta forma, se establece que gracias a las hipnosis se refuerzan los métodos de ayuda
psicológica, por lo que no es una terapia, sino que es una herramienta beneficiosa para que se
complete un proceso o tratamiento.
Este trabajo académico y sistemático es indiscutiblemente opuesto a lo que
popularmente se conoce y, sobre todo, se difunde acerca de la hipnosis. Estos elementos son
claves para separar lo que es un trabajo correcto, ilustrado y científico, de aquellas prácticas
amateurs que se facilitan producto de las tendencias populares que existen cada cierto tiempo.
En Chile y en el resto del mundo hemos verificado cómo en los medios de comunicación
se ha utilizado la hipnosis indebidamente con el objeto de exponer elementos superficiales de
pacientes, puesta en práctica además por terapeutas sin la correcta preparación profesional. Si
a esto le anexamos una serie de instituciones pseudocientíficas que aplican estos métodos con
practicantes aficionados o no acreditados, es una señal de alerta para la salud mental de muchos
individuos que en búsqueda de ayuda pueden caer en las manos equivocadas.
Cuando hablo de las terapias que se exhiben en programas de televisión son diversos los
ejemplos, siendo las más popularmente utilizadas las hipnosis para conseguir información sobre
las supuestas vidas pasadas de algún personaje de la farándula local, mostrando abiertamente
los aberrantes procedimientos con los cuales algunos entusiastas de esta área utilizan
morbosamente ciertos estados alterados de conciencia en sus pacientes para fines netamente
comerciales, desmejorando ostensiblemente la imagen de esta práctica que aún se encuentra

102
en estudio para obtener la validación de la comunidad científica.
El profesor Capafons y un importante equipo de trabajo de la Universidad de Valencia han
logrado diferenciar los procedimientos y los resultados de las hipnosis que se practican
metodológicamente y con los conocimientos adecuados, de las que se ejecutan como parte de
las modas reinantes y con la ayuda de los medios de comunicación, en especial la decadente
televisión abierta.
En este aspecto, la confirmación de las llamadas abducciones fue en gran medida
adquirida gracias a esta práctica, la que obviamente fue manipulada por pseudo-profesionales
y que además eran apasionados seguidores del tema ovni como Hopkins y Jacobs.
En las hipnosis que escudriñaron abducciones se reforzó solamente la imaginación y la
concentración de los pacientes, ya que una persona que se somete a esta práctica no se
encuentra dormida, sino que está bajo un proceso de disminución de la conciencia periférica.
De esta forma, inducidos por el hipnoterapeuta y mediante el trabajo en un estado alterado de
conciencia, se demostró la trascendencia del sujeto que realiza la tarea como inductor, el cual
administra y sostiene el proceso a través de las instrucciones que sigue el paciente sometido, tal
cual como fueron denunciados los “ufólogos” abduccionistas norteamericanos.
Fundamentada en los estudios realizados en la Universidad de Valencia, la psicología
científica ha descartado la hipnosis regresiva como un instrumento real de obtención de
información de vidas pasadas o de secuestros extraterrestres, ya que como se define: es una
terapia que complementa un tratamiento psicológico completo, lo que inmediatamente permite
abstenernos de considerarla como un procedimiento que otorgue validez a una abducción,
agregando además el hecho de que la hipnosis expone lo sugestionable que son algunas de las
personas sometidas a estos trances, propicias para que un hipnotista ahonde en sus creencias
en una suerte de confabulación mutua (Role-Playing) donde cada cual cumple sus funciones en
este tipo de trabajo psicológico.
Dentro de la gran cantidad de publicaciones formales que tiene el profesor Capafons,
existe una realizada en conjunto con la Dra. Giuliana Mazzoni165, titulada: ¿Es lo Peligroso de la
Hipnosis el Hipnoterapeuta166?
En este interesante artículo los especialistas plantean que la hipnosis puede constituir una
iatrogenia, es decir, un acto médico dañino para el paciente que lo recibe, ya que su uso
inadecuado genera falsos recuerdos. Precisamente lo que por años realizaron en busca de
abducciones los “ufólogos” Hopkins, Jacobs y el mismo John Mack, a pesar de su título
profesional de médico psiquiatra.
Los doctores Capafons y Mazzoni son categóricos en señalar que la práctica de la hipnosis
debe ser ejecutada por especialistas en salud mental que deben tener la especialización en estas
técnicas, indicando textual:
“Un hipnoterapeuta suele ser un pseudoprofesional que usa la hipnosis como única
herramienta de intervención, y que no suele haber obtenido capacitación alguna profesional
(como licenciaturas en Medicina o Psicología), ni formación en investigación básica sobre la
hipnosis. En cierta medida, aunque tratan de diferenciarse del hipnotizador de espectáculo,
suelen mantener ideas sobre las hipnosis similares a las de ellos, por lo que el hipnoterapeuta
puede implicar riesgos para la persona hipnotizada en varios sentidos”.
Si hacemos una retrospección de quienes por décadas fueron los que practicaron las

103
regresiones, con el propósito de obtener información sobre secuestros extraterrestres, la
verdad es que no hay mucho más por agregar.
Basados en los recuerdos obtenidos en dichas hipnosis acerca de abducciones, estos
especialistas añaden también:
“Pueden generar falsos recuerdos en el cliente, usando la hipnosis como una herramienta
encaminada a recuperar información olvidada o, más aún, reprimida/disociada del consciente.
Aunque es cierto que las técnicas de hipnosis se usan con frecuencia para recuperar recuerdos, no
hay evidencia científica convincente que apoye el hecho de que la regresión hipnótica pueda ayudar
a recordar hechos y episodios autobiográficos que el individuo no es capaz de recordar fuera de
hipnosis”.
Si los profesionales con mayores competencias en estas técnicas a nivel global son quienes
indican tajantemente después de años de estudios que no existe evidencia científica alguna que
certifique la información obtenida por las regresiones, cabe la duda de cómo podemos depositar
nuestra confianza en las conjeturas de quienes trabajaron el fenómeno de las abducciones, incluso
sin prejuicios, suponiendo que lo hicieron con propósitos nobles y humanitarios, aunque por los
antecedentes expuestos desafortunadamente sabemos que no fue así.
Para este exacto punto de duda, Capafons y Mazzoni añaden:
“Dos aspectos interesantes de los falsos recuerdos son, como veremos, que no se pueden
distinguir de los recuerdos verdaderos, y que la gente que los recuerda está segura de que
realmente les ocurrió lo que creen haber recordado. Es importante resaltar que tal incremento
en la confianza es sólo un subproducto de la hipnosis. Esos pseudo recuerdos normalmente se
crean sugiriendo a la persona hipnotizada que ocurrió algo que realmente nunca sucedió”.
La verdad es que me hubiese encantado tener estos argumentos para debatir en una
conversación que tuve cuando conocí a Hopkins, al ser invitado como expositor en la denominada
Conferencia de Washington, el 12 de noviembre de 2007, evento organizado por la Coalición para
la Libertad de Información (CFI) de Estados Unidos, ya que mi breve diálogo con Budd fue para
expresarle que luego de haber leído los libros Intruders y sobre todo Witnessed, había quedado
totalmente desencantado y en negación a la posibilidad de los raptos alienígenas, por el solo
hecho de que no concordaba en ese entonces (y menos lo hago hoy) con la evidencia que
“comprueba” la existencia de aquellos extraterrestres. Hopkins sonrió y amablemente me dijo:
“Use your own judgement” (Usa tu propio criterio… lo que quieras - lo agrego yo como su
intención final).
Si queremos dar un sello definitivo al porqué las regresiones no han sido lo
suficientemente consistentes para lograr acreditar las abducciones, el artículo aludido señala
dos aspectos fundamentales.
“El problema de recibir preguntas tendenciosas, es el riesgo de que la información errónea
cambie el recuerdo del suceso original”.
Algo muy común en todas las hipnosis que realizaban los abduccionistas. Lo que se
concluye con:
“Parece que la hipnosis no entraña riesgo per se, sino que es la propia persona, en función de
las creencias que tenga sobre la hipnosis y sus propiedades sobre la memoria, o el hipnotizador con
sus preguntas tendenciosas y sugestiones, sea intencionadamente o no, quienes pueden generar el
problema de los falsos recuerdos. Por ello, se debería exigir un entrenamiento y formación en el uso

104
de la hipnosis y el funcionamiento de la memoria a quien quiera que la use” (Más claro, imposible).
Antes de culminar estas reflexiones que desestiman los falsos recuerdos, quisiera señalar
abiertamente que he sido testigo de hipnosis y que en una de ellas logré observar elementos, o
un comportamiento muy extraño, por parte del paciente, lo que no logro explicar hasta el día
de hoy, pero que bajo ninguna circunstancia obedece a una narración que el hipnotizador
transfiriera, por lo que estoy totalmente de acuerdo con lo prescrito por los académicos de la
Universidad de Valencia, quienes señalan que en el campo de la hipnosis queda mucho por
investigar, descubrir y sobre todo aprender. Recordemos que sus resultados fueron gracias a los
años de estudio y sobre todo de experiencias con las cuales lograron establecer ciertas bases
metodológicas de esta práctica, las que no deben ser utilizadas por ningún motivo como un
recuperador de recuerdos o como una máquina de la verdad, ya que es evidente que se pueden
deformar los testimonios de manera inconmensurable.
Paralelamente, y como parte de los argumentos “ufológicos” para validar las abducciones,
se exhiben los hipotéticos implantes que son obtenidos de personas a las que se alude haber
sufrido secuestros. Pues bien, de esos fragmentos que eran obtenidos no existe ninguna
certificación acabada y contundente de alguna entidad acreditada, universidad, laboratorio o
centro de estudios que legitime las muestras o trozos que se denominan “implantes”, lo cual
hace más inútil el amparo de estos raptos y de una suerte de trabajo quirúrgico por parte de los
“seres” que los ejecutan.
Ajeno a que los métodos de obtención de información “relevante” en el tema de
secuestros sean un completo fraude, los problemas para la “ufología”, en su gran mayoría, no
son presentados por la ciencia o los tan desagradables escépticos que tanto cuestionan todo.
Las dificultades provienen del interior mismo de esta pseudociencia y no es un comentario
tendencioso de mi parte, ya que invariablemente he podido observar, y la historia también lo
demuestra, cómo los mismos “ufólogos” se agreden entre sí por misceláneas razones, pero
quizás la más común es la exacerbada necesidad de figuración mediática y lo que mueve a gran
parte del mundo: el dinero.
Particularmente podemos establecer estas razones como las responsables de que en 1996
concluya definitivamente, y no de la mejor manera, la amistad de John Mack y Budd Hopkins.
Ese quiebre en los pilares básicos del ámbito abduccionista profundizó aún más el decaimiento
del tema, grieta que se inicia en 1995 con el libro El Mundo y sus Demonios de Carl Sagan y el
planteamiento formal de incisivas dudas metódicas.
De igual forma, en los últimos años de la década de los 90, la “ufología” y en especial el
mito ovni-ET continuaron usufructuando del éxito de las abducciones como una moda. Así lo
aprovechó Chris Carter cuando en 1998 estrenó la película The X FILES; Fight the Future167 (Los
Archivos X, Combate al Futuro), consolidando en una sola producción gran parte de la serie que
causó furor en todos quienes aman los ovnis, extraterrestres y sobre todo las conspiraciones.
Si The X Files como película de ciencia ficción intentaba entretener, pero a la vez
subliminalmente enviar un mensaje acerca del fenómeno; Jacobs presentó su obra más atrevida
donde expone abiertamente sus ideales sobre la cuestión alienígena. Me refiero al libro The
Threat: The Secret Alien Agenda (La Amenaza: La Agenda Secreta Alienígena).
En esta polémica publicación que ya mencioné en el Capítulo II, Jacobs expresa sus ideas
acerca de las abducciones, pero va mucho más allá, debido a que revela sus más íntimos

105
conceptos sobre las implicaciones que tendrían las actividades extraterrestres en nuestro
medio.
Entendamos que investigadores de este tipo ya no discuten la realidad objetiva o los
alcances del fenómeno ovni, ni tampoco si son efectivas o no las abducciones, ambos elementos
son un hecho irrefutable para ellos y en especial para Jacobs que de manera exuberante plantea
la preexistencia de un complejo y macabro programa clandestino alienígena que busca
establecer una raza híbrida que a la postre dominará nuestro mundo. Tal cual se lee, una
invasión a través del asentamiento de una nueva especie en la Tierra.
Lo insólito es que esta opinión David Jacobs la mantiene hasta hoy, lo que de todas
maneras se contradice con el propio paso inexorable del tiempo, ya que si una mujer abducida
en 1987, por ejemplo, que haya sido implantada por extraterrestres y luego le sacaran un feto
para los propósitos aludidos, ese pretendido ser híbrido hoy tendría 30 años, por lo que
perfectamente ya estaría operando o trabajando en plenitud en los propósitos de invasión que
el libro The Threat propone (Quizás la edad de los extraterrestres sea diferente a la de los
humanos y un año terrestre podría ser cinco espaciales… y ese híbrido debería entonces estar
en el jardín infantil de Ganímedes o de las Pléyades…).
Otra curiosidad es que permanentemente Jacobs señala: “Espero estar equivocado”, lo
que tampoco se condice con todas sus declaraciones y más aún sobre la forma cómo concluye
que estamos siendo víctimas de un sistemático experimento alienígena. Sus opiniones, al igual
que las de Hopkins, se fundamentaron en una poderosa evidencia encontrada que les permitió
deducir con absoluta certeza lo que postulaban. Pues bien, el mayor inconveniente para las
abducciones, y en general para la Hipótesis Extraterrestre, es la inexistencia de alguna prueba
objetiva, lo que definitivamente sepultó a este fenómeno dentro del estudio de los ovnis, con el
agravante que fue patrocinado por una parte importante de “ufólogos”.
Así queda citado en una interesante publicación de Kevin Randle, un investigador ya
mencionado y que pese a ser uno de los mayores defensores de Roswell, como asimismo de la
HET para otorgar una explicación a los ovnis, es totalmente contrario y detractor de las
abducciones.
En 1999 Randle publica The Abduction Enigma168 (El Enigma de las Abducciones), y para
ser muy sincero es uno de los golpes bajos más certeros que llega a los abduccionistas y su
irreflexiva tendencia, ya que desde lo más profundo de la propia “ufología”, un grupo de
estudiosos embiste este fenómeno desde una figura crítica, cuestionando todos los
procedimientos para y por los cuales se obtuvieron los informes de esta silenciosa epidemia tan
popular y ambicionada por décadas.
Si hemos considerado la “ufología” como una pseudociencia, pese a que existen
detractores de aquello incluso desde las trincheras del escepticismo, esta categorización
engloba el informal estudio de los no identificados, pero a pesar de esa inobservancia
organizacional, existen investigadores que mancomunan esfuerzos por establecer marcos
teóricos y sobre todo metodológicos para un análisis objetivo (Son muy pocos, pero que los hay,
los hay…).
Ya penetrados en la década del 2000, cuando las abducciones están en su etapa terminal,
surgen dos eventos que aceleran su proceso de expiración.
En 2004, específicamente el 27 de septiembre en Londres, el psiquiatra John Mack es

106
arrollado por un conductor ebrio mientras se dirigía a su hotel posterior a una reunión con
amigos.
El trágico y lamentable accidente marcó sin duda la “ufología” especulativa y con mayor
razón al fenómeno de las abducciones, ya que dejaba este mundo uno de sus principales
defensores.
No obstante, en esfuerzos similares a la de una persona a punto de sucumbir por
inmersión, las abducciones aún en 2009 brindaban interés como para realizar una película.
De esa manera se estrena The Fourth Kind169 (Contacto del Cuarto Tipo), filme donde
reaparecen las abducciones, pero innovando el género en una completa mixtura con otros
contenidos que se desarrollaban en paralelo dentro de la misma “ufología”, me refiero a la
paleoastronáutica y subliminalmente a los supuestos acontecimientos que deberían suceder a
partir del 21 de diciembre de 2012.
Como una producción de entretención no puedo negar que cumple su objetivo a
cabalidad, ya que está muy bien trabajada para que su componente de terror psicológico y
ciencia ficción se combine de modo perfecto con el drama de la protagonista que desconcertada
descubre una verdad aterradora, mientras sus pacientes son víctimas de extraterrestres a los
cuales identifican con búhos de grandes ojos, pareciendo así una historia sacada de la vida real.
De hecho, esta película extrae las descripciones de esos búhos, originarios del libro Communion
de Whitley Strieber, pero que primariamente son expuestos por Hopkins con la denominación
de “Recuerdos Pantalla” (En un imaginario y especulativo árbol genealógico de producciones
ufológicas, las ideas de The Fourth Kind son nietas de Budd Hopkins… Todo queda en familia).
Si las producciones de Spielberg impusieron a todos los amantes de los ovnis un perfil
amistoso y empático de los alienígenas, The Fourth Kind intentó que desde su producción se
llevara la temática con cautela, incluso de forma más osada que Communion o Fire in the Sky,
ya que a medida que avanza el filme y se revelan las abducciones, éstas se combinan con nuevos
mitos basados en la propia “ufología”, sacando a la luz el aterrador retorno de los supuestos
seres que se comunicaron con los Sumerios, allá por el 3.500 AC, llamados Anunnakis170.
Si esta película hubiese sido estrenada en la década de los 90, es probable que su éxito
hubiese sido mundial producto de la moda abduccionista que en esos años se apoderó de la
ovnilogía. Pero dada su tardía exposición, su conquista no fue la deseada.
Lo que sigue en las abducciones, ya lo mencioné en las acusaciones que hiciera la
exesposa de Budd Hopkins, quien en el mismo 2011 fallece, producto de un cáncer, el 21 de
septiembre.
Del grupo de los sostenedores de los raptos alienígenas, únicamente queda David Jacobs,
quien prosigue con sus ideas, pero de una manera mucho más mermada y con menos figuración
en eventos “ufológicos”.
Pese a ello, en el año 2015 publica su último libro, Walking Among Us: The Alien Plan to
Control Humanity171 (Caminando Entre Nosotros: El Plan Alienígena para Control de la
Humanidad), donde consolida sus investigaciones de abducciones con las cuales concluye que
los extraterrestres ya están mezclados viviendo con los seres humanos, para a través de esa
integración reforzar sus siniestros objetivos de colonización.
En este libro, el historiador simplemente hace remembranza de los 150 abducidos que
estudió y que le permitieron concluir los sanguinarios proyectos de los visitantes, pero ya deja

107
en claro que el proceso de secuestros disminuyó porque el plan alienígena entró en su fase final.
Si consideramos la historia de las abducciones, afortunadamente encontramos tres datos
duros que las dejan como lo que verdaderamente son: un mito dentro de la “ufología”.
El primero es que los secuestros extraterrestres mutaron a medida que se le agregaban
detalles y así se perfeccionaron entre las décadas de los 70 y mediados de los 80, a tal punto
que posteriormente se narraron con patrones similares en cuanto a los aparentes autores y sus
procedimientos. Asimismo, quienes estudiaban estos casos ejecutaron técnicas de obtención de
información que les permitieron coleccionar los datos que ellos mismos buscaban.
En segundo lugar, tenemos que los “ufólogos” abduccionistas fueron los precursores,
gestores y encargados de mantener este mito, basado única y exclusivamente en sus
convicciones referentes a esta temática y con la concomitancia (la palabra correcta es auxilio,
pero concomitancia se usa para otorgar un sentido filosófico e interesante a la ficción
extraterrestre) de que los aparentes abducidos eran personas creyentes antes que todo.
Finalmente, y como tercer dato, es que al fallecer dos de los tres defensores y máximos
divulgadores de las abducciones, John Mack en el año 2004 y Budd Hopkins en 2011, se reducen
considerablemente las denuncias de este tipo de hechos, al punto que hoy casi no existen en
Estados Unidos, lo que también deja en claro que ese país junto con Canadá y Australia fueron
los que en su gran mayoría albergaron los secuestros extraterrestres como parte del estudio de
los ovnis.
Al contrastar algunos interesantes casos, es factible especular, tal cual lo hacen los
“ufólogos”, que tan sólo con los indicios que se recogen de ciertos secuestros se pueden
circunscribir en algún tipo de operación encubierta para simular un rapto alienígena, pero
efectuado por humanos con medios técnicos que es imposible determinar al igual que sus
intenciones de fondo. Pero insisto, es una mera especulación y que de ser efectiva, no logra
abarcar la totalidad de este fenómeno, pudiendo ser solamente casos aislados.
En el desarrollo del mito ovni-ET, el ocaso de las abducciones liquida a una buena parte
de los alienígenas que estamos acostumbrados a ver a través de la ciencia ficción, la literatura
“ufológica” o simplemente el trabajo de divulgación de ciertos investigadores. Hablo de los
extraterrestres específicamente llamados grises que comenzaron su expansión en 1964, luego
de la publicación del caso del matrimonio Hill. Desde ahí en adelante, fueron los seres preferidos
y mayoritariamente difundidos por algunos ovniólogos y sobre todo seguidores de la exopolítica.
Al extinguirse los grises, aún permanece con vida, y exclusivamente desde los relatos, una
considerable gama de seres que aparentemente sostienen enlaces con ciertas personas elegidas
o los llamados contactados. Estos individuos son los que infatigablemente comunican mensajes
espirituales, muy ligados al misticismo y al pensamiento mágico.
Ya analizamos detalladamente a los contactados en sus procedimientos o fórmulas para
propagar sus experiencias, las cuales desafortunadamente tampoco invisten pruebas objetivas
necesarias para validar o siquiera considerar sus argumentos al momento de investigar
metódicamente la posibilidad de unificación de los fenómenos aéreos anómalos con una
inteligencia extraterrestre.
En casi 60 años de aparentes raptos alienígenas, logramos analizar la trama y desarrollo
general de un movimiento que se apoderó de la “ufología” y que se mantuvo en la cúspide del
debate hasta su depuración y actual extinción.

108
No precisamente por la encuesta Roper, sino por los testimonios que podemos considerar
más prolijos, existen casos que comprenden una extrañeza singular y digna de un estudio más
profundo, pero a pesar de su complejidad, ninguno ha logrado sobrepasar los elementos
mínimos necesarios para alcanzar una connotación diferente a los cánones establecidos por los
propios investigadores abduccionistas, como tampoco tienen las pruebas objetivas para al
menos especular de que se trate de alguna actividad de inteligencias no humanas provenientes
de cualquier parte del universo.
Las abducciones son una parte que clínicamente podemos considerar como un órgano
vital del mito ovni-ET que, pese a todos los esfuerzos médicos “ufológicos”, no logró sobrevivir
y fue necesario trasplantar para reemplazarla con otros órganos vitales.
Por ahora, solamente podemos decir que sirvió tan sólo como parte de ese mito. Fue lindo
mientras duró…

109
III. REFLEXIONES FINALES DEL TOMO I

110
Plantear explícitamente la muerte de los extraterrestres, a pesar de ser una metáfora, ha
sido el producto de un intenso trabajo de investigación y sobre todo de análisis de los abultados
antecedentes compuestos, en su gran mayoría, por publicaciones, comentarios e ideas de
cientos de personas involucradas en el estudio de los ovnis.
Dicha información al ser ordenada y expuesta cronológicamente, me ha permitido
presentar los fundamentos suficientes para desmitificar el imaginario y sobre todo lucrativo
enigma instaurado hace setenta años, desde una perspectiva netamente ufológica y muy alejada
de la ciencia.
Estableciendo las fronteras conceptuales dentro de esta atractiva temática, separé
absolutamente las creencias o interpretaciones subjetivas de la especulación basada en los
hallazgos y la objetividad trabajada por la academia, dejando en claro que la ufología es una
actividad aficionada de recopilación de información, como también de estudios informales de
ésta. Por tales razones, no se condice y tampoco interactúa en una comunicación fluida con todo
el resto de las áreas del conocimiento. Quizás sea pertinente conceptualizar, una vez más, que
la ufología no tiene vínculo alguno con la astronomía ni la exobiología, por ejemplo.
Ahora bien, es una realidad que la comunidad científica no posee el discernimiento
completo de cada uno de los eventos que ocurren en el universo y que gracias a nuestros
sentidos y capacidad de registro, hemos podido observar, comentar e integrar a nuestras vidas
una parte de esos fenómenos. A pesar de esto siempre habrá una porción de anomalías que se
encuentre fuera de nuestra comprensión, tal cual sucedió en épocas antiguas cuando
manifestaciones enigmáticas eran atribuidas a un posible origen sobrenatural o incluso divino.
Pese a esto, la ciencia siempre hará el intento de encontrar la verdad detrás de un nuevo
descubrimiento antes de atribuirle una o cualquier explicación que rodea la fantasía. Eso es un
hecho que no se discute y ¡vaya que resulta molesto para algunos!
Bajo este corolario, desde que el ser humano percibe su entorno se ha topado con
curiosidades que escapan a su racionalidad y quedan relegadas a las más paradójicas e ilusorias
explicaciones.
En esta área del conocimiento ingresan los mal llamados objetos voladores no
identificados (ovnis), los cuales deberían denominarse FANIS (Fenómenos Aéreos No
Identificados) como lo que son, simplemente fenómenos aéreos que se observan, pero que no
se identifican, debido a que si lo contemplado no es posible describirlo con el conocimiento que
se tiene al momento de la observación y permanece como una manifestación insólita, no
significa en absoluto que aquel avistamiento no posea una explicación u origen por el cual se
produzca.
Si a esto le adicionamos otros elementos como: variables culturales, sociales, religiosas e
incluso económicas, es presumible que dicha manifestación percibida sea interpretada y, por
ende, descrita con las más extravagantes justificaciones dentro de las cuales figura el origen
extraterrestre.
Para distinguir mejor este trascendental punto, una de las razones por las cuales nos
cautiva tanto la idea de que una civilización extraterrestre inteligente nos visite, es simplemente
por nuestra capacidad y uso de la razón. Lo vimos en el Capítulo I con el libro Supersense y el
porqué creemos en lo increíble.
Desde un punto de vista filosófico, demandamos imperiosamente soportes que nos

111
desvíen de la angustia que se ampara en nuestro rotundo temor e ignorancia acerca del sentido
de la vida, de la muerte y de otros tantos aspectos relevantes como la intuición de nuestra
insignificancia ante la inmensidad del universo conocido.
También, y muy por debajo, existen factores que contribuyen a esa obsesión por la
presencia extraterrestre y están ligados a nuestra propia humanidad, quizás como ideas que
únicamente totalizan un brebaje psicológico que permite apartarnos, al menos en forma
transitoria, de la sociedad en la que nos desenvolvemos y la que a veces es fría, consumista,
poco solidaria, violenta y agresiva, tal cual lo hicieron millones de personas a través de la fe en
las épocas antiguas cuando se coexistía con interminables guerras o enfermedades mortales,
donde prácticamente la existencia humana se apreciaba aun menos de lo que hoy la podemos
valorar.
No es extraño que este lenitivo teórico que reemplaza en parte los hoy cuestionados
dogmas eclesiásticos, ayude a millones de personas en esta búsqueda de algún significado
para la existencia, dado el nuevo tipo de esclavitud proyectada en las repeticiones de
esquemas de comportamiento bajo las normas y estándares sociales en los que estamos
insertos.
No es un tema que debamos tomar con ligereza, pero a la crisis antropológica del ser
humano de los últimos cincuenta años se suma la influencia de los medios de comunicación
en todos los frentes, lo que significa una mecanización de los estándares de vida; créame,
estimado lector, que los alienígenas son también un producto más de consumo que a su vez
mantienen una subcultura más dentro de las cientos que existen en nuestras sociedades. Las
razones de fondo quizás sean mucho más densas y espantosas que las que podamos imaginar
y no tienen ningún origen extraterrestre.
No obstante, observamos cómo a través de la literatura en diversas épocas de nuestra
historia se encuentra presente la desesperada paranoia por encontrar vida fuera de nuestro
planeta y que además, esas potenciales inteligencias nos visiten, nos cobijen o por el contrario
nos hostiguen, pero que de una u otra forma se manifiesten y nos hagan sentir que no estamos
solos en este gigantesco vecindario llamado universo.
Los extraterrestres, tan mencionados como si fuesen entidades irrefutables, llegaron a
nuestra cultura antes que los propios ovnis. Así lo detallamos en el Capítulo I, donde en los
albores de la historia existieron autores que, fascinados con la simple observación de las
constelaciones, imaginaban seres vivientes en los astros más próximos, como haciendo alusión
a la misma Luna, por nombrar los inaugurales.
La cadena de hombres de ciencia, teólogos, filósofos, novelistas y cuantos pudieron
dejar huellas que enunciaran vida inteligente fuera de la Tierra, tiene data desde la antigua
Grecia, por lo que no es una novedad hablar de esta posibilidad en diferentes etapas en la
historia de nuestra civilización.
Por ende, es un error calificar el avistamiento del 24 de junio de 1947, inicio de la era
moderna de los ovnis, como la fecha en que los alienígenas se hicieron visibles por vez primera
en nuestros cielos. Menos plausible sería considerar otro momento, como por ejemplo la
famosa “Batalla de Los Ángeles”, los días 24 y 25 de febrero de 1942. Esto a raíz de que la
literatura de ciencia ficción pavimentó el camino con el cual el mito de que extraterrestres
llegaban a nuestro planeta en naves espaciales, se comienza a propagar desde fines del siglo XIX

112
y continuó exponencialmente hasta que esas fantasías mágicamente se hicieran realidad,
cuando el piloto Kenneth Arnold denunciara su singular observación mientras volaba un avión
en el Estado de Washington. De ahí en adelante todo fue diferente.
A quien denomino como el precursor y gran custodio de la unificación del mito ovni-ET es
al Mayor Donald Keyhoe, quien ya en 1949 declaraba sus ideas sobre la procedencia
extraterrestre de los objetos observados y denunciados desde antes del año 1947.
Así es como el mito ovni-ET comienza su edificador avance dentro de un fenómeno
relativamente nuevo en la sociedad post guerra, consolidándose de tal manera que traería
consigo una amplia gama de temas subyugados y, lógicamente, las primeras intervenciones de
los supuestos tripulantes con nosotros.
En el año 1952 se inician los enlaces con los ya estudiados seis contactados cardinales
norteamericanos, pero en los libros escritos por ellos mismos puntualizan, no con mucha
precisión, fechas coincidentes al año 1947 para la inauguración de sus respectivos e
independientes encuentros.
Luego, en 1957 y mayoritariamente en la década del 60, aparecen los primeros abducidos.
Personas que señalaban abiertamente haber sido víctimas de un rapto alienígena, con el
padecimiento de brutales experimentos clínicos.
Acá el estudio de los ovnis deriva en dos vertientes muy singulares, ya que una refleja a
unos seres de carácter noble y compasivo, confrontados con otros que literalmente hicieron
sufrir a muchas personas y que a la postre se les atribuiría una siniestra agenda programada.
Una de las razones por las cuales las abducciones tomaron tanta fuerza fue que los
contactados que fascinaron a millones de personas alrededor del mundo, y en especial a la
sociedad de Estados Unidos, ya estaban comenzando a quedar obsoletos y se requería de una
nueva vertiente que exhibiera la indudable superioridad tecnológica de aquellos alienígenas.
Esos omnipotentes seres que a través de una nueva pauta de interacción revelaban su
comunicación y en especial sus propósitos para con nuestra modesta especie. Así comienza a
surgir un insólito tipo de enlace, con características semejantes al contactismo en cuanto al
fondo, pero con divergencias sustanciales en su forma, es decir, un tipo de empalme con
entidades superiores que en un principio no contaban con el consentimiento de esos
menesterosos humanos enlazados a la fuerza y que constituyeron evidentes víctimas gracias a
la intervención y apoyo de algunos investigadores.
El problema de raíz es que para ambos casos, y en especial para las abducciones, los
“responsables” de investigarlas y sobre todo de divulgarlas son nada menos que los propios
investigadores de ovnis. Como les encanta a parte de mis amigos apasionados por el tema
debatir esgrimiendo terminología forzosa, entre lo que se destaca la utilización de premisas y el
descomunal uso de la lógica, les facilitaremos ese deleite y zonzamente agrego la espontánea
deducción que la ufología se debe, casi en su conjunto, a los ovniólogos. Por algo la historia de
la ufología no ha sido escrita por historiadores, sino que también por seguidores y fanáticos de
los ovnis.
Pues bien, la ufología clásica, ortodoxa, como la llamo especulativa o como usted quiera
nombrarla, es una disciplina (si es que tiene algo de orden) que no es una ciencia y dista mucho
de poder obtener esa categoría como estudio, dada su informalidad y total falta de principios
fundamentales o las denominadas bases doctrinarias.

113
Cada ovniólogo o investigador es autodidacta en esta materia, ejecutando además un
método autónomo de observación acorde a sus conocimientos, especialización, entusiasmo y
sobre todo intenciones con el producto de lo estudiado, es decir, los ovnis.
Esta categorización de la ufología es una cuestión que se debate persistentemente desde
el nacimiento de la era moderna en 1947. Acá surgen discusiones entre quienes calificamos el
estudio de los ovnis como una pseudociencia, con los que la conceptualizan como paraciencia,
cociencia e incluso una protociencia o ciencia en desarrollo.
Lo que llama la atención es que, al conocer a las personas que a través de la historia han
intentado equiparar la ufología con la academia, nos encontramos con individuos que manifiestan
su profundo interés y que a veces se traduce en un exacerbado entusiasmo por los ovnis, habiendo
un porcentaje muy bajo de quienes efectivamente observan o analizan el fenómeno con un grado
de moderación o sobre todo con la tan ineludible objetividad que se requiere para efectuar un
análisis metódico de temas tan complejos como éste.
En resumen, los investigadores de ovnis, en su gran mayoría, sean hombres vinculados a
la ciencia o no, ejecutan esta labor por una inquietud e interés absolutamente personal, ya sea
ambicionando una respuesta o definitivamente un contacto con lo que son sus creencias, como
asimismo, para puramente denunciar todo lo que consideren un fraude y de ese modo refutar
lo establecido, siendo también el escepticismo negacionista una tendencia casi militante,
análogo a lo mismo que tanto critica. De todas maneras, una y otra tarea dentro de la ufología
se efectúa con el propósito de satisfacer esas eternas dudas existenciales que se producen
dentro de nuestra mente como seres humanos pensantes y que ya las mencionamos
detalladamente.
Bajo estas circunstancias cabe la pregunta, si los ovnis solamente se estudian de manera
autodidacta y aficionada, ¿qué pasa con el resto de la ciencia?
En este aspecto no menor es más adecuado señalar que la ciencia no se ha aproximado a
este tema y cuando lo ha hecho, simplemente, ha correspondido a mínimas intervenciones,
monografías o exiguos comentarios y que en su gran mayoría son para refutar el fenómeno
mismo y lo determinado por los ufólogos. Es cosa de releer las preguntas sustanciales que
efectuó Carl Sagan a las abducciones, quedando de manifiesto inmediatamente la fragilidad de
aquel pretendido fenómeno asociado a los ovnis. Hay que tener presente además que Sagan fue
uno de los científicos con mayor interés y trabajo dedicado a la búsqueda de inteligencia
extraterrestre.
Pero cuando menciono la indiferencia de la academia para con la ufología, ésta se debe
sustancialmente a dos grandes razones.
La primera, y como lo he mencionado, obedece a lo inconsistente y a la vez fortuito de las
manifestaciones anómalas o fenómenos y que en la multiplicidad de sus probables causas, la
Hipótesis Extraterrestre es la que menos pruebas ofrece para que sea considerada, salvo por la
mera especulación, que dicho sea de paso, en la ufología ha sido brutalmente nefasta.
Si buscamos refutar de inmediato esta afirmación, propongo que analicemos brevemente
el famoso Informe Cometa “Comité d’Études Approfondies” (Comité de Estudio de Profundidad)
hecho en Francia.
Pues bien, este análisis particular fue realizado en varios años y publicado en 1999 por un
grupo de doce personas entre militares y científicos que trabajaron en Ihedn “Institut des Hautes

114
Études de Défense Nationale” (Instituto de Estudios Avanzados para la Defensa Nacional).
Luego de analizar casos desde la oleada francesa de 1954, el comité llegó a la conclusión
que el 5% de los reportes no podía ser explicado, por lo que la mejor hipótesis para justificarlos
era la aplicación de la HET (Hipótesis Extraterrestre).
Los propios investigadores críticos, como Claude Maugé, se encargaron de solicitar un
pronunciamiento al Gobierno Francés y, como era de esperar, éste asumió que los resultados del
informe no eran oficiales, a pesar que la primera copia fue enviada al propio primer ministro galo,
Jacques Chirac.
Personalmente, y como también hice mención, en el año 2007 asistí a la llamada
Conferencia de Washington del 12 de noviembre en Estados Unidos, invitado por la periodista
Leslie Kean172. Esa conferencia fue base para su libro UFOs173, el cual ha tenido una gran difusión
convirtiéndose en un Best Seller.
En esa oportunidad pude compartir con varios integrantes de la llamada “Armada
Francesa”, dos científicos y un piloto que expusieron sus ideas referentes al tema ovni dejando
en claro que efectivamente para ellos, creyentes, ante todo, la Hipótesis Extraterrestre es la
explicación más adecuada para los casos ovni investigados y sin explicación. A pesar de esto, y
planteado en los propios discursos, es la explicación menos probada.
¿Volvemos a foja cero? La verdad, no. Nunca salimos de la foja cero.
La segunda razón de la antipatía científica se debe a que la injerencia de los
autodenominados estudiosos de los ovnis no ha sido afortunada, ya que por más que intenten
ofrecer un debate academicista, existen muy pocas excepciones que evitan el error de querer
interpretar el enigma en cuestión, basados principalmente en las creencias por sobre las
evidencias, ambicionando además conceder una solución al problema de fondo con la
desesperada búsqueda de las causas, sin antes aclarar los efectos de un fenómeno
extremadamente confuso en toda su dimensión.
Es imperioso señalar tajantemente que la ciencia, que es un proceso de acumulación de
conocimiento, requiere metodología (reglas ciertas y fáciles por las cuales jamás se dará algo
que es falso por verdadero) y que, además, los resultados obtenidos luego de una investigación
metódica sean observables por todos los que la estudian o lo que se denomina intersubjetividad.
Pues bien, la ufología como pseudociencia no otorga este criterio y es poco probable que lo
haga.
De todas maneras y como una superflua compensación, el estudio de los ovnis es una
absoluta anarquía, debido a que al no poseer un carácter científico es una actividad
completamente informal y carente de método, es decir, no sigue pasos lógicos, sumado a que
todos los que nos acercamos a ella ingresamos al estudio del tema desde la absoluta
autoformación, siendo todos completamente autodidactas, ya que no prevalece una base
filosófica como escuela que otorgue sustento en materia científica.
Esta carencia de doctrina obliga a que todos los que estamos de una u otra manera
interesados en profundizar el conocimiento referente a los ovnis, apliquemos nuestras
erudiciones en múltiples áreas para intentar reorganizar y priorizar el cúmulo de información
que hoy está disponible. El verdadero inconveniente se presenta cuando las prioridades de un
investigador están encabezadas por los seres que aparentemente tripulan estos objetos y que
cumplen con un protocolo en nuestro medio. Este caos metodológico y la superposición de las

115
creencias por sobre las pruebas, complementario a los vergonzosos conflictos y rivalidades que
permanentemente exterioriza gran parte de los ufólogos, es lo que definitivamente amedrenta
a la mayoría de los hombres de ciencia y disuade secundariamente que se inserten con mayor
profundidad en esta materia.
En este aspecto, la ufología es una fusión de varios tópicos, entre los que se agrupan
pseudociencias, mitos y leyendas, lo que no facilita la separación de las creencias con las
verdades o datos precisos que permitan establecer un marco teórico básico para emprender
una investigación acorde a método.
Ahora bien, haciendo un análisis histórico sobre las razones que activan la difusión
exponencial de este mito moderno, hay antecedentes que son esenciales y es muy pertinente
mencionarlos.
Ya hablamos de la influencia de la ciencia ficción en la creación de la ficción extraterrestre,
la que después de Arnold en 1947 y con la inclusión de las ideas del Mayor Keyhoe, se fusionan
generando el producto comercial, espiritual y reduccionista más influyente en los setenta años
de historia ufológica, me refiero evidentemente al mito ovni-ET.
La irrupción de los contactados obedece al primer gran acierto de este mito, el cual
satisface una serie de necesidades morales, éticas y espirituales a nivel global post Segunda
Guerra Mundial, pero específicamente en Estados Unidos, con el inicio de la denominada Guerra
Fría y el persistente temor de una Tercera Guerra con uso indiscriminado de armas nucleares.
La literatura, en especial la de ciencia ficción, fue la gran fundadora que luego se
incrementaría con textos no fantásticos que en la década del 50 potenciaron la idea de que los
platillos voladores observados formaban parte de las incursiones extraterrestres en la Tierra.
Ciertamente, en esa década es cuando el propio desarrollo tecnológico humano permite
la masificación de estas tendencias, al comenzar el perfeccionamiento de la televisión abierta,
la que entre los años 1949 y 1960 alcanzó el 90% de los hogares norteamericanos. Si millones
de televidentes vieron con interés las entrevistas que hicieron programas al Mayor Keyhoe o al
contactado Adamski, es factible que la credibilidad de esa población hiciera su eco en las
famosas oleadas de ovnis que vendrían en los siguientes años.
En ese contexto, también se justifican las oleadas francesas de 1954, por ejemplo, y su
influencia en la ufología gala como también en la europea a partir de ese artificioso incidente y
de la mencionada publicidad dada por los medios de comunicación.
Otro trascendental aspecto en el desarrollo del mito ovni-ET es la carrera espacial y su
influencia en el inconsciente de millones de personas que, en esta etapa de la exploración de
nuestro entorno sideral, también fue utilizada como la proyección de reflexiones que
subliminalmente han acompañado al ser humano y que se vieron muy bien interpretadas por la
ufología de aquellos años.
Cuando los contactados estaban en un estado de cuestionamiento general, no tan sólo
por la ciencia, sino que por muchos interesados en los ovnis y que no lograban conciliar sus
relatos con los hechos y menos con los escuálidos avistamientos, emergen de las entrañas de la
misma ufología los secuestros extraterrestres. Un nuevo sistema de aproximación a los
alienígenas, pero mucho más agresivo, perturbador y de complejo estudio, el cual se ajustaba
inminentemente a la tecnología y la incomparable forma de existencia de entidades vivas muy
superiores a las cuales nos veíamos enfrentados.

116
Si bien las abducciones nacen en propiedad en Brasil, a fines de la década del 50, su
propagación y estudio comienza patentemente en Estados Unidos entre 1961 y 1964.
Las décadas siguientes sirvieron para que la fiebre abduccionista se consolidara y
literalmente esclavizara a la ufología norteamericana, ya que los ovnis circularon a un segundo
plano y el centro de atención lo constituyeron los aparentes tripulantes. Esto sucede hasta fines
de la década de los 80, donde los “secuestros” alienígenas comienzan su total dominio de la
agenda mediática en Norteamérica y el resto del mundo.
En esta parte de la cronología es necesario detenerse y revisar los tres aspectos
fundamentales por los cuales las abducciones tomaron tanta importancia a nivel global.
Afirmo esto porque es inconcebible que un tema específico alcance tanta preeminencia,
a sabiendas que se trata de relatos que jamás ostentaron alguna prueba contundente que los
validara como tales. Por ello, no es extraño que el 21 de septiembre de 1987, en un discurso
sobre defensa estratégica en la Organización de Naciones Unidas, el propio Presidente de
Estados Unidos Ronald Reagan señalara: ”Quizás necesitemos de una amenaza universal
exterior. De vez en cuando pienso cómo nuestras diferencias se desvanecerían si nos viéramos
enfrentados a una amenaza extraterrestre. Y hoy les pregunto: ¿Acaso no existe ya una fuerza
alienígena entre nosotros? ¿Qué podría ser más alienígena a las aspiraciones universales de
nuestra gente que la guerra y la amenaza de guerras?”.
Qué puedo decir ante tan sublime reflexión del Presidente Reagan y frente a la
monumental analogía que hace sobre la potencial guerra, que en esos años aún se temía
producto del choque de dos bloques ideológicos, que precisamente eran liderados por las dos
superpotencias.
Lo pernicioso es que ese ejemplo utilizado sirvió como argumento por décadas para
justificar que el propio gobierno sabía “algo” y que la presencia alienígena era indiscutible en
nuestro medio.
Pues consecutivamente, bastó un año de aquel discurso para que el gobierno de la ex
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas anunciara el inicio del desarme nuclear, lo que sería
la antesala para que el día 9 de noviembre de 1989 comenzara la demolición del Muro de Berlín,
el símbolo que al dividir Alemania en dos, separaba a su vez al planeta en similares bloques
dentro de la llamada Guerra Fría.
Al unísono, comienza el término del régimen comunista en Europa del Este y
concluyentemente en la Unión Soviética, donde un rol fundamental en estas transformaciones
lo cumple y ejecuta Mijaíl Gorbachov.
De este acontecimiento y el cambio radical en la historia contemporánea, el más
beneficiado fue lógicamente Estados Unidos, ya que sin un equilibrio militar acorde a su poderío
desde esos años y hasta ahora, es el país que mantuvo una política exterior congruente
exclusivamente a sus intereses económicos y políticos.
No pretendo que se mal interprete que lamento la desaparición de la ex URSS y la caída
del comunismo, por el contrario, qué importante satisfacción haber vivido desde la distancia
esos significativos acontecimientos históricos. Pero lo que sí es un hecho irrefutable es que aquel
obligatorio, ineludible o bestial equilibrio bélico desapareció.
Estas efemérides influyen en nuestro tema en el sentido que si ya un Presidente de
Estados Unidos tan sólo mencionaba a fines de 1987 la potencial amenaza alienígena para con

117
el mundo y desde el año 1989 el adversario ideológico, económico y militar desaparecía por
iniciativa y problemas internos, quedaba para ese entonces un enemigo en común de quien
preocuparse, como siempre y a través de la historia lo ha revelado la cultura norteamericana.
En este caso, el rol de contendientes por acuerdo común le correspondió ser asumido a unos
ilusorios alienígenas.
No es una presunción arbitraria que EE.UU. requiera de un adversario permanente para
sus políticas de estado y movimientos comerciales. Llámense nazis, comunistas, islámicos o
quien sea que por alguna razón, fundada o ficticia, atente contra su seguridad, van a requerir de
la atención de las autoridades estadounidenses para el cuidado de sus ciudadanos. Hablo de
sociedad en su transversalidad y, en este sentido, los alienígenas que irrumpieron con todo entre
la década del 70 y los 80 cumplieron ese rol satisfactoriamente auxiliados en forma directa y de
sobremanera por los divulgadores ufológicos que además, a mediados de los 90, contaron con
otro aliado que ni siquiera imaginaban y que les permitió difundir en tiempo real lo que
planteaban o trataban de hacer ver como la realidad. Me refiero nuevamente a la tecnología,
pero esta vez informática.
Tal cual le sucedió a los contactados y conspiradores de la década de los 50 con la
irrupción de la televisión, en Estados Unidos y dada una crisis económica a mediados de los 90,
el gobierno del Presidente Bill Clinton desarrolló un proyecto a través del cual se estimulaba a
las empresas de computación entregándoles recursos con tal de propagar el uso masivo de
Internet. Es así como se patrocina el NetDay, entre 1995 y el año 2004.
Entonces, en el país que fue la cuna de los ovnis y en especial de las abducciones durante
su proceso de ebullición en el ámbito mediático, la ufología local disfrutó desde 1995 de un
soporte que sería elemental para la masificación de toda la información que estaba en boga y
que daría otros beneficios al tema, en este caso la utilización de la interconectividad para
masificar a nivel global lo que ufólogos norteamericanos exponían y defendían. En esos años,
las abducciones.
Dado este escenario muy favorable por la consolidación y a su vez divulgación masiva de
estos secuestros alienígenas, la ufología disfrutó de una maciza utilidad hasta principios del año
2000, ya que luego comenzó su desmoronamiento hasta prácticamente desaparecer como
detalladamente analizamos en su correspondiente subcapítulo.
Para dar muerte a los extraterrestres, a los cuales la ufología les ha dado vida, es
indispensable concebir que la historia como ciencia humanista, y en todos sus aspectos, debe
ser sometida a una revisión permanente con tal de aplicar el trascendental ejercicio de la duda,
tal cual como fue establecido por René Descartes en el año 1637.
De los extraterrestres, que hasta hoy la ufología especulativa nos ha establecido como
una verdad incuestionable y muy próxima a lo sacrosanto, es muy interesante prestarle atención
al proceso por el cual se extendió su creencia o el innegable fervor por el cual se perdió el sentido
y norte del estudio de los fenómenos aéreos anómalos.
A pesar de todas las explicaciones que pueda argumentar en todas las áreas en que se
justifique veracidad de la Hipótesis Extraterrestre, insisto, hasta este momento no se consigna
ninguna prueba objetiva que avale la existencia de estos seres. Con ovnis o sin ovnis, y a pesar
del último anuncio de la NASA sobre el hallazgo de siete exoplanetas del tamaño de la Tierra,
los cuales orbitan la estrella nombrada TRAPPIST-1 que se encuentra a 39 años luz de nosotros,

118
descubrimiento que se efectuó a través de los telescopios TRAPPIST-Sur en el observatorio La
Silla y el VLT (Very Large Telescope) en Paranal, ubicados en el norte de Chile, junto con el
telescopio infrarrojo Spitzer lanzado al espacio por la NASA en el año 2003, es todavía un gran
misterio si aquellos mundos u otros sistemas poseen algún tipo de vida, pero en el caso
hipotético que la hubiese y además fuera inteligente con la capacidad de viajar hacia nuestro
medio, veo muy poco probable, incluso ridículo, que se traslade un total de 80 años luz para
tomar una persona y experimentar con ella un par de horas, dejar marcas en los círculos de
trigo o simplemente mutilar una inocente y servil ternera de un campo cualquiera. Suena
despectivo o sarcástico, pero si aplicamos el pensamiento crítico, no hay cabida para “los
alientes” que la ufología y hoy la exopolítica nos quieren implantar de sobremanera.
Profundizamos el mito ovni-ET desde su gestación y nacimiento. Ahondamos en su
desarrollo basado en el contactismo y en las abducciones demostrando irrefutablemente que
son inventos del ser humano que pretende asociar de cualquier manera hechos inconexos, como
son la observación de manifestaciones anómalas con sus creencias en las visitas de seres
inteligentes de otros mundos.
Aun así, nos quedan ciertos tópicos por desmitificar como son los llamados antiguos
astronautas o la aberración histórica denominada Paleoastronáutica, sumado a la alimentación
que se le ha brindado al mito extraterrestre con la pretendida tecnología extraída de ciertos
hallazgos y accidentes de ovnis.
La verdad es que solamente esos dos temas dan para el Tomo II de este libro.
Los hechos hablan por sí solos y finalmente quiero hacer presentes las ideas de la última
entrevista que le hicieran a Carl G. Jung, seis meses antes de su muerte.
Su entrevistador, Eugene Rolfe, consulta a Jung si había cambiado de idea sobre los
platillos volantes, respondiendo éste:
“No tengo opinión formada al respecto, sólo me interesan desde un punto de vista
psicológico”.
Su sensata expresión refleja que desde un principio para Jung y para todos quienes
poseemos y aplicamos el pensamiento crítico, los ovnis son un fenómeno psicosocial y todas las
derivaciones, implicancias, concomitancias y cuanto verbo, adjetivo, sustantivo y palabra se use
para adornar su informal estudio, no servirán más que para seguir convencidos de que para
ciertas anomalías aéreas registradas no tenemos la menor idea de sus causas, orígenes o las
razones por las cuales se materializan.
De los pretendidos, anhelados, queridos y aparentes tripulantes, aquellos seres que nos han
impuesto a través de la literatura, los medios de comunicación y los ufólogos, a quienes se les
ha denominado alienígenas, hermanos mayores, seres de luz, alientes o simplemente
extraterrestres, por ahora podemos manifestar inicialmente que…han muerto.

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Notas al pie
1 Frank Drake (1930): Astrónomo y astrofísico norteamericano que propuso la famosa ecuación N= R* x Fp x Ne x Fl x Fi x Fc x L, donde
lo que se busca en N, son las probables civilizaciones que podrían comunicarse en la Vía Láctea (Nuestra Galaxia) con los siguientes
parámetros: R* (Ritmo de formación anual de estrellas), Fp (Estrellas que tienen planetas en su órbita), Ne (Planetas que orbitan la
estrella en distancia factible para vida), Fl (Planetas en esa órbita que podrían albergar vida), Fi (Fracción de esos planetas en los que la
vida inteligente se ha desarrollado), Fc (Fracción de esos planetas que ha desarrollado tecnología para comunicarse), L (Lapso en años
que una civilización inteligente y que se comunique, pueda existir).
2 SETI (Search for ExtraTerrestrial Intelligence): Proyecto de Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre, creado por la NASA desde 1970 y
que hoy reúne una serie de proyectos similares que buscan vida extraterrestre a través de análisis de señales electromagnéticas
obtenidas en radiotelescopios.
3 Alfa Centauro: Sistema estelar más cercano al formado por nuestro Sol (Sistema Solar), que se encuentra a 4,37 años luz de distancia.
En estudios astronómicos es conocido como Rigel Kentaurus.
4 Carl Gustav Jung (1875-1961): Médico psiquiatra suizo, protagonista en el psicoanálisis y uno de los padres de la psicología analítica.
Ensayista, autor de varios textos dados sus intereses en temas tan diversos, pero al mismo tiempo relacionados, como las religiones,
filosofía, arte, literatura, sociología y fenómenos extraños. Dentro de la psicología, además, fue pionero en el estudio de la actividad
onírica y el análisis de los sueños. Entre sus publicaciones, que superan la veintena, se destacan: “Psychic Energy and Essence of Sleep”
(1901), “The complex and the unconscious” (1914), “Types of Psychology” (1921), “The Redbook” (1930), “Modern Man in Search of a
Soul” (1933), “Archetypes and collective unconscious” (1955) y “A Modern Myth of things seen in the Skies” (1958).
5 Jung, Carl Gustav. Un mito moderno sobre cosas que se ven en el cielo. Ed. Trotta. Madrid. 1958.
6 Platón (427-347AC): Filósofo griego, maestro de Aristóteles y discípulo de Sócrates. Fue el creador de la Academia y del concepto
original de Episteme, actual Epistemología. Autor de múltiples obras entre las que se destacan los denominados “Diálogos de Platón”
y “La República” donde se plantea el famoso “Mito de la Caverna”.
7 Ignacio Cabria García (1955): Antropólogo español, estudioso del tema ovni desde la perspectiva humana. Autor de varias publicaciones
que insertan el factor psicosocial a las manifestaciones anómalas reportadas. Con un agudo pensamiento crítico, es uno de los
creadores de la Fundación Anomalía y, junto con otros autores, de los famosos Cuadernos de Ufología. Entre sus principales aportes
literarios a la ufología crítica están: “Entre Ufólogos, Creyentes y Contactados” (1993) y “Ovnis y Ciencias Humanas” (2002).
8 Cabria, Ignacio. Entre Ufólogos, Creyentes y Contactados, una historia social de los OVNIs en España. Ed. Cuadernos de Ufología. España.
1993.
9 Salvador Giner de San Julián (1934): Sociólogo y jurista nacido en Barcelona, con el grado académico de Doctor. Se destaca por sus
estudios e investigaciones sociales e industriales, catalogados como históricos con más de una decena de publicaciones reconocidas en
todo el mundo. Sus principales libros son: “Historia del Pensamiento Social” (1967), “Sociología” (1968), “Sociedad Masa” y “Europa
Contemporánea” (1978), “La Sociedad Corporativa” (1979), “El Destino de la Libertad” (1987) y “Teoría de la Sociología Clásica” (2011).
10 Giner, Salvador. Historia del Pensamiento Social. Ed. Ariel. Madrid. 2012.
11 Bruce Hood: Psicólogo nacido en Canadá que ha enfocado su trabajo en las neurociencias y el desarrollo cognitivo del ser humano. Se
destaca por sus publicaciones relacionadas a las creencias y el apego del hombre por lo sobrenatural, fantástico y misterioso.
12 Hood, Bruce. Supersentido. Ed. Sefirá. México. 2009.
13 Plutarco de Queronea o Lucio Mestrio Plutarco como ciudadano Romano (46-120): Filósofo e historiador griego cuyas obras fueron
traducidas y publicadas por el monje bizantino Máximo Planoudes (1260-1330).
14 Nicolás Copérnico (1473-1543): Astrónomo y matemático polaco que entre sus obras formula la Teoría Heliocéntrica del Sistema Solar.
Cabe destacar que Kopernik fue además un clérigo católico, militar, jurista y que también ejerció como gobernador. Aspecto muy
común en los genios del Renacimiento en cuanto a su multiplicidad de actividades.
15 De Revolutionibus Orbium Coelestium (Sobre las Revoluciones de las Esferas Celestes): Obra escrita en 25 años por Nicolás Copérnico y
que fue publicada de manera póstuma en 1543. En este trabajo, el autor plantea la teoría heliocéntrica, formulando que la Tierra y
todos los planetas del sistema giran alrededor del Sol. Este ensayo es conocido como “La Revolución Copernicana”, debido al sustancial
aporte en el avance teórico de la astronomía moderna.
16 Galileo Galilei (1564-1642): Matemático, físico, filósofo y astrónomo italiano, considerado como el padre de la astronomía y física
moderna por sus aportes en la investigación, como también su apoyo a La Revolución Copernicana y las mejoras que desarrolló al
telescopio.
17 Johannes Kepler (1571-1630): Astrónomo y matemático alemán, quien, entre otras obras, postuló las tres leyes sobre el movimiento
de los planetas en órbita alrededor del Sol.
18 Immanuel Kant (1724-1804): Filósofo alemán, representante del criticismo y uno de los pensadores más influyentes en la filosofía
universal moderna.
19 Mary Shelley (1797-1851): Escritora y filósofa inglesa autora de la novela ”El Moderno Prometeo” (1818), más conocida como
Frankenstein. También editó y promocionó las obras literarias de su esposo Percy Bysshe Shelley, de quien utilizó su apellido.
20 Jules Gabriel Verne (1828-1905): Escritor francés que contribuyó de manera destacada como precursor de la ciencia ficción, siendo un
referente en este género ya que sus obras inspiraron a otros autores e incluso a futuras producciones cinematográficas. Célebre por
sus novelas de aventuras y a partir de 1863 es autor de la serie llamada “Viajes Extraordinarios”, donde en un total de sesenta novelas
se destacan: “Viaje al Centro de la Tierra” (1864), “De la Tierra a la Luna” (1865), “Veinte Mil Leguas de Viaje Submarino” (1869), “La
Vuelta al Mundo en Ochenta días” (1873), “La Isla Misteriosa” (1874), entre otras.
21 Herbert George Wells (1866-1946): Filósofo y escritor inglés, conocido como H.G. Wells, quien también es considerado como uno de

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los precursores de la ciencia ficción, lo que permitió que algunas de sus principales obras fueran llevadas como adaptaciones al cine.
Sus novelas más famosas son: “La Máquina del Tiempo” (1895), “La Isla del Doctor Moreau” (1896),“El Hombre Invisible” (1897) y “La
Guerra de los Mundos” (1898).
22 Hugo Gernsback (1884-1967): Escritor y editor luxemburgués que en 1904 se radica en Estados Unidos y que ha sido considerado como “El
Padre de la ciencia ficción”.
23 Charles Hoy Fort (1874-1932): Estudioso autodidacta de sucesos no explicados por la ciencia de aquella época y que ha marcado a
varias generaciones de investigadores de lo paranormal. Es autor, entre varios libros, de: ”Many Parts” (1901), “The Outcast
Manufacturers” (1909), “The Book of the Damned” (1919), “New Lands” (1923), “Lo!” (1931) y “Wild Talents” (1932).
24 Raymond Arthur Palmer (1910-1977): Escritor de ciencia ficción norteamericano que entre los años 1938 y 1949 fue editor de la
conocida revista Amazing Stories y posteriormente creador de la revista Fate. Palmer siempre usó seudónimos para sus historias
fantásticas y, junto con publicar libros de espiritualismo, fue el divulgador que difundió masivamente el concepto de “Platillos
Voladores” a fenómenos observados en el cielo luego del caso Arnold de junio de 1947.
25 Kenneth Arnold (1915-1984): Comerciante y piloto de avión norteamericano que el 24 de junio de 1947 observa nueve objetos
voladores inusuales en las cercanías del Monte Rainier, en el Estado de Washington. Luego de su denuncia y masificación del caso, el
hecho es considerado como el nacimiento de la “Era Moderna de los ovnis”.
26 Donald Edward Keyhoe (1897-1988): Oficial de la Infantería de Marina de Estados Unidos (USMC) desde 1919. Trabajó en la Aviación
Naval y producto de un accidente se aleja del servicio, el cual retoma en la II GM, para posteriormente retirarse de manera definitiva
con el grado de Mayor. Durante toda su vida fue un apasionado escritor, ensayista y aficionado a la ciencia ficción. Luego de 1947,
alcanzó gran protagonismo en el tema ovni, dada la información que manejaba y variadas publicaciones que realizó. En 1956 es
cofundador de Nicap (National Investigations Committee On Aerial Phenomena). Sus principales libros son: “Flying Saucers are Real”
(1950), “Flying Saucers from Outher Space” (1953), “The Flying Saucer Conspiracy” (1955), “Flying Saucers: Top Secret” (1960) y “Aliens
from Space: The Real Story of Unidentified Flying Objects” (1973).
27 USAF (United States Air Force): Fuerza Aérea de los Estados Unidos, formada como institución independiente el 18 de septiembre de
1947, ya que inicialmente la rama aérea formaba parte del Ejército cuyo nombre original era Fuerzas Aéreas del Ejército de los Estados
Unidos (Usaaf).
28 Thomas Mantell Francis Jr. (1922-1948): Capitán de la Guardia Nacional de Estados Unidos, piloto de guerra, veterano de la II GM con
múltiples condecoraciones. Fallece tras caer su aeronave P-51 Mustang, en el sector de Franklin en Kentucky, luego de recibir una alerta
sobre un objeto volador no identificado desde Fort Knox. Con posterioridad, el Proyecto Libro Azul indicó que Mantell sufrió hipoxia
(falta de oxígeno) al sobrepasar los 7.000 metros de altitud persiguiendo un globo Skyhook, que en 1948 correspondía a un proyecto
militar secreto.
29 Edward J. Ruppelt (1923-1960): Oficial del Ejército de Estados Unidos, piloto militar y con reconocidas condecoraciones por su
participación en la II GM. Luego de la guerra, pasa a la reserva y estudia ingeniería aeronáutica para ser posteriormente llamado al
servicio en Inteligencia Militar en la USAF durante 1951, en la base Wright Patterson. Es conocido en ufología ya que en 1948 participa
indirectamente en el Proyecto Sign, para posteriormente dirigir el Proyecto Libro Azul hasta 1953, año de su retiro, con la colaboración
de Allen Hynek. El Capitán Ruppelt escribe en 1956 el libro “Report on UFOs” (Informe Sobre OVNIs), en el cual publica los estudios que
realizó en sus años de investigación ufológica.
30 CIA (Central Intelligence Agency): Central de Inteligencia de Estados Unidos, fundada el 18 de septiembre de 1947. Realiza operaciones
en todo el mundo apuntadas a la recopilación y evaluación de información para la seguridad norteamericana. La dirige un Director
Nacional de Inteligencia dependiente directo del Presidente.
31 Josef Allen Hynek (1910-1986): Astrofísico norteamericano con el grado académico de Doctor. Estudió en la Univ. de Chicago y
posteriormente trabaja en el Dpto. de Física de la Univ. de Ohio. Colaboró como científico para la II GM y a partir de 1948 asesora a la
USAF en proyectos de investigación de ovnis, destacándose en el Libro Azul hasta el año 1969. Culminada su participación en Blue Book,
crea Cufos (Center for UFO Studies). En el año 1978 presenta una declaración en la ONU junto a J. Vallée y el astrofísico francés Claude
Poher, con el objeto de centralizar internacionalmente la investigación oficial de los ovnis. Algo que no sucedió. Entre sus principales
libros se destacan: “The UFO Experience: A Scientific Inquiry” (1972), “The Edge of Reality” (1975) junto con Jacques Vallée, “The Hynek
UFO Report” (1977) y finalmente la publicación póstuma “Night Siege - The Hudson Valley UFO Sightings” (1987) junto a Philip J.
Imbrogno y Bob Pratt.
32 Milton Hourcade (1939): Periodista uruguayo especializado en divulgación de ciencia y tecnología radicado en Estados Unidos desde 1989.
En materia ufológica, es un reconocido investigador ya que desde 1958 se encuentra ligado al tema y es uno de los fundadores de CIOVI en
Uruguay. En 1982 es nombrado por J. A. Hynek como representante de CUFOS (Center for UFO Studies). Estuvo asociado al Proyecto Unicat
y Proyecto 1947. Actualmente lidera el Gefai (Grupo de Estudio de Fenómenos Aéreos Inusuales), organización internacional que abarca
América Latina, Estados Unidos y Europa. Apegado al pensamiento crítico, ha servido de referente en la temática de los fenómenos aéreos
anómalos desde una perspectiva metódica y científica. Es autor de cuatro libros: “Fenómeno OVNI: Desafío a la Ciencia” (1978), “Elementos
de Ovnilogía” (1989), “OVNIs: La Agenda Secreta” (2006 - Libro ganador del premio Internacional Zurich) y “In Search of Real UFOs” (2011).
33 Ciovi: Centro de Investigación de Objetos Voladores Inidentificados. Agrupación ufológica uruguaya sin fines de lucro, fundada el 29 de
abril de 1958 y que culminó su trabajo durante el 2008 al cumplir 50 años de existencia.
34 Cridovni: Comisión Receptora e Investigadora de Denuncias de Objetos Voladores No Identificados de la Fuerza Aérea de Uruguay,
creada el 7 de agosto de 1979 con el propósito de recibir e investigar reportes de ovnis y de ese modo complementar las tareas del
control de tránsito aéreo. Dentro de las agrupaciones oficiales de investigación en Sudamérica, Cridovni es la pionera en su tipo.

35 Aimé Michel (1919-1992): Filósofo y psicólogo francés que desarrolló su trabajo en la investigación de diferentes temáticas, incluyendo
el tema ovni. Escribió más de una decena de libros y en el área de los no identificados desarrolló la teoría de la Ortotenia, la cual
consistió en seguir trazados de líneas rectas según los reportes de avistamientos en búsqueda de patrones o rutas aéreas, procurando

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introducir un modelo cartesiano para el estudio de las aparentes trayectorias de los ovnis. Entre sus principales libros de ufología están:
“Lueurs Sur Les Soucoupes Volantes” (1954), “Mystérieux Objets Célestes” (1958), “Mysterieuses Soucoupes Volantes” (1969) y “Enquête
des Humanïdes” (1974).
36 Jacobs, David M. The Threat: The Secret Alien Agenda. Ed. Simons & Schuster. USA. 1998.
37 David M. Jacobs (1942): Historiador norteamericano especializado en la cultura del siglo XX. En 1973 obtiene el grado académico de
Doctor y su tesis se basó en la historia de la “ufología”. Junto con Budd Hopkins y John Mack, es considerado como uno de los mayores
divulgadores en el tema de las abducciones. Sus principales libros son: “The Ufo Controversy in America” (1975), “Secret Life; Firsthand
Accounts of UFO Abductions” (1992), “The Threat: The Secret Alien Agenda” (1998), ”UFOs and Abductions: Challenging the Borders of
Knowledge” (2000) y “Walking Among Us: The Alien Plan to Control Humanity” (2015).
38 Negacionista: Adaptación personificada de la palabra “negación”, que significa el evadir la realidad de un hecho preciso, debido a lo
aparentemente incómoda de esa verdad. En el caso de las pseudociencias, y en especial la ufología, se incrimina como negacionista a
las personas que rechazan la existencia de los ovnis como naves de procedencia extraterrestre. El negacionismo es un extremo del
movimiento escéptico, manifestado como la posición radical que niega la existencia de todo lo que concierne al tema, incluyendo
fenómenos aéreos sin explicación y que son reconocidos por la ciencia.
39 Hourcade, Milton. OVNIs: La Agenda Secreta. Ed. Fundación Anomalía. España. 2006.
40 New Age (Nueva Era): Movimiento sociocultural que comienza a principios del siglo XX y que desarrolla variadas tendencias, entre las
que se destaca la espiritualidad basada en una asimilación de múltiples doctrinas, rituales, misticismo, símbolos y costumbres religiosas
en lo que se conoce como sincretismo. Paralelamente, utiliza terminología científica para justificar prácticas en las denominadas
terapias alternativas, las que son consideradas en su totalidad como pseudociencias.
41 Helena Petrovna Han (1831-1891): Ciudadana ucraniana creadora de la Teosofía. Debido a su matrimonio con el gobernador de la
Provincia de Erivan, el General Nicephore V. Blavatsky, hereda el apellido permaneciendo con el nombre que muchos conocemos hasta
hoy como Helena Blavatsky. La Teosofía surge como una sociedad en el año 1873 con la llegada de su fundadora a Estados Unidos,
plasmando su base doctrinaria a partir de tres obras de la denominada Madame Blavatsky. Estos libros fueron: “Isis Sin Velo” (1877),
“La Doctrina Secreta” (1888) y “La Voz del Silencio” (1889).
42 Alice Ann Bailey (1880-1949): Escritora inglesa radicada en Estados Unidos desde 1915. Ingresa a la Sociedad Teosófica, de la cual se
aparta cuatro años más tarde, comenzando de forma independiente a escribir sus reflexiones y contactos con un supuesto maestro
ascendido tibetano, nombrado Djawal Khul, el cual entre varias enseñanzas le deja un mantra denominado “La Gran Invocación”.
Escribió una veintena de libros sobre ocultismo, misticismo, esoterismo, como también los poderes de la mente y del alma que hacen
de esta autora una de las precursoras del movimiento New Age, ya que desarrolla esas ideas y conceptos durante la II GM. Dentro de
sus principales libros figuran: “Initiation, Human and Solar” (1922), “Letters on Occult Meditation” (1922), “A Treatise on Cosmic Fire”
(1925), “The Light of the Soul” (1927), “Disciplenship in the New Age” (1944), “The Problems of Humanity” (1944) y “The Destiny of the
Nations” (1949).
43 George Adamski (1891-1965): Ciudadano polaco-americano, aficionado a la astronomía, que exterioriza enlaces con extraterrestres
desde el año 1952. Es considerado inicialmente como un divulgador del tema ovni a través de conferencias, pero luego se autodefine
como un “contactado” con seres provenientes del planeta Venus, siendo la primera persona en recibir esa categorización. Es autor de
tres libros que relatan sus viajes espaciales y los mensajes de los alienígenas: “Flying Saucers Have Landed” (1953), “Inside the Space
Ships” (1955) y ”Flying Saucers Farewell” (1961).
44 Desmond Arthur Peter Leslie (1921-2001): Escritor, director de cine y músico inglés, sobrino del ex-primer ministro inglés Winston
Churchill y que, junto con producir y dirigir películas de poco éxito, publicó una serie de libros entre los que se destacaron algunos de
la temática ovni.
45 Desmond, Leslie - Adamski, George. Flying Saucers Have Landed. Ed. British Book. USA. 1953.
46 Adamski, George. Inside the Space Ships. Ed. Abelard-Shuman. USA. 1955.
47 James Willett Moseley (1931-2012): Investigador y escritor norteamericano que crea la revista Saucer News de masiva divulgación en
Estados Unidos pese a ser de muy bajo presupuesto. Después de retirarse de la universidad se dedica como aficionado a la arqueología,
lo que le permite viajar en busca de tumbas precolombinas a Ecuador, Perú y Chile. Luego prosigue con la ufología, siendo considerado
como un escéptico y falsificador de información o evidencias para engañar a otros investigadores y desenmascarar sus comerciales
intenciones. En 1953 entrevista a George Adamski y posterior a ello, es uno de los primeros que denuncia la falsedad del contacto con
extraterrestres.
48 Gray Barker (1925-1984): Escritor y ufólogo norteamericano que dirigía International Flying Saucer Bureau y que editaba Space Review.
Dentro de sus publicaciones se destaca la creación del mito de los “Hombres de Negro”, sumado a las historias de George Adamski y
del falso experimento Filadelfia. Sus libros son: “They Knew too much about Flying Saucers” (1956), “The Silver Bridge” y “The
Mothman”-Novela- (1970).
49 Orfeo Matthew Angelucci (1912-1993): Ciudadano norteamericano que trabajó en montaje de aviones en la planta Lockheed en
Burbank y paralelamente escribía diversas temáticas pseudocientíficas relacionadas con energía. Desde el año 1952, inició supuestos
contactos con seres extraterrestres los que mantuvo por varias décadas. Sus principales libros fueron: “The Nature of Infinite Entities”
(1952), “The Secret of the Saucers” (1955), “Million Year Prophecy” (1959), “Concrete Evidence” y “Son of the Sun” (1959) y “Again We
Exist” (1960).
50 George Van Tassel (1910-1978): Mecánico de aviación y piloto norteamericano, que trabajó para Douglas Aircraft. Desde 1947 se establece
en la Roca Gigante en California, lugar donde en 1953 tiene su primer supuesto contacto con seres extraterrestres, creando una organización
de estudio metafísico que canalizaba la información de la sabiduría cósmica entregada por los visitantes, llamada “El Misterio de la Sabiduría
Universal”. Entre sus principales libros figuran: “I Rode a Flying Saucer” (1955), “This World and Out Again” (1956), “The Council of Seven Light”
(1958), “Religion and Science Merged” (1959) y “When Stars Look Down” (1960).
51 Truman Bethurum (1898-1969): Mecánico de vehículos norteamericano que además realizaba asesorías espirituales a personas. En

122
septiembre del año 1953, es entrevistado por el periódico Redodo Beach Daily Breze, donde comentó haber sido contactado por la
tripulación de una nave que procedía del planeta Clarión, el cual se encontraba atrás de la cara oculta de la Luna. Sus principales libros
fueron: “The Voice of the Planet Clarion” (1957), “Facing Reality” (1958) y “The People of the Planet Clarion” (1970).
52 Daniel William Fry (1908-1992): Especialista en explosivos norteamericano, el cual, luego de una difícil niñez producto de la temprana
muerte de sus padres y la posterior crianza de su abuela, logra instruirse y desarrollar su trabajo en detonaciones, manipulación de
explosivos y cohetes. Luego de un eventual contacto con un ser extraterrestre en 1949, dedica su vida a escribir boletines y difundir
sus ideas a través de un grupo denominado Understanding Inc. Sus principales libros fueron: “White Sands Incident” y “To Men of Earth”
(1954), “Atoms, Galaxies and Understanding” (1960).
53 Soteriología: Rama de la teología que efectúa estudios sobre la temática de la salvación.
54 George King (1919-1997): Maestro de yoga inglés que profundizó sus estudios en las variantes de esta antigua disciplina. En 1955 crea
la Sociedad Aetherius, un año después de recibir un mensaje telepático, con lo que se autocalifica como un canal primario mental
terrestre. En 1959 se radica en Estados Unidos donde continúa como maestro de yoga y canalizador del denominado “Parlamento
Interplanetario”, hasta su muerte.
55 Howard Menger (1922-2009): Norteamericano que vivió su niñez en High Bridge, New Jersey, hasta que se enrola en el Ejército y
participa en la II GM como tanquista en el 17º Batallón US Army. En el año 1959 y luego de algunos encuentros con Adamski, publica
el libro “From Outer Space to you”, donde comenta que desde 1932 mantiene contacto con seres de Venus, a los que considera
hermanos del espacio.
56 Buck Nelson (1895-1982): Agricultor norteamericano que publicó en el año 1956 un folleto titulado “Mi viaje a Marte, la Luna y Venus”.
En este texto relataba sus contactos en Missouri desde 1954, con seres provenientes del planeta Venus, los que le entregaron 12
principios éticos y de devoción, muy similares a los 10 mandamientos bíblicos. Su popularidad fue menor que los contactados
cardinales, pero sus mensajes fueron comentados en la sociedad estadounidense de la década del 50, ya que mancomunan la temática
ovni con la Teología y Teosofía.
57 Wayne Sulo Aho (1916-2006): Registrador norteamericano que luego de asistir a una convención de platillos voladores en la Roca
Gigante de Van Tassel, siente una “convocatoria telepática” para crear su propia organización de contacto en el Estado de Washington
donde residía, próxima al Monte Rainier, lugar del caso Arnold de 1947. En sus contactos es nombrado “Maestro Cósmico de Sabiduría”.
58 Otis T. Carr (1904-1982): Inventor norteamericano que en 1955 crea “OTC Enterprises”, compañía que aplicaría los supuestos
conocimientos de Nikola Tesla (1856-1943) para la fabricación de tecnología furtiva, entre lo que se destaca un supuesto platillo
volador, el cual nunca logró construir.
59 Reinhold Schmidt (1897-1974): Comerciante agropecuario norteamericano nacido en Nebraska. El 5 de noviembre de 1957 observa
aterrizar frente a su vehículo un objeto con forma de cigarro, del cual salen cuatro hombres y dos mujeres provenientes aparentemente
del planeta Saturno, los que le hablan en perfecto alemán. Desde ese entonces, dio a conocer públicamente su condición de
“contactado”.
60 Dorothy Martin (1900-1992): Ciudadana norteamericana residente de Chicago que comenzó a principios de los años 50 a recibir
mensajes telepáticos y de escritura automática, los cuales anunciaban cataclismos y rescates por parte de los extraterrestres que la
contactaron. Todas las fechas indicadas resultaron fallidas.
61 Cuando la Profecía Falla (1956): Estudio social y psicológico de un grupo de contacto que predijo cataclismos y la destrucción del mundo.
Es una publicación de psicología social realizada por Leon Festinger, Henry Riecken y Stanley Schachter.
62 Eugenio Siragusa (1919-2006): Ciudadano italiano, nacido en Catania en la Isla de Sicilia, y que según sus relatos comienza el enlace con
“seres extraterrestres” en 1952, para mantener una aparente preparación espiritual por once años hasta el contacto definitivo, gracias
al cual funda el “Centro de Estudio de Fraternidad Cósmica”. Durante su vida se publica una serie de libros que son escritos por otros
autores, investigadores o seguidores de su obra.
63 José Luis Jordán Peña (1933-2014): Ciudadano español nacido en Alicante y pese a no tener título alguno, se presentaba como ingeniero,
técnico superior en telecomunicaciones o psicólogo. En el año 1966 da inicio al caso UMMO, una de las ficciones ufológicas más
espantosas por las consecuencias y daños que causaría directa e indirectamente a muchas personas. Jordán Peña confesó en 1998 la
autoría intelectual y material del caso UMMO, revelación que fue publicada en la revista española “El Ojo Crítico” en su número 24.
64 Antonio Ribera i Jordá (1920-2001): Submarinista y traductor español que escribió a partir de 1949 más de medio centenar de obras,
entre las que se destacan poesía, novelas y al menos veinte libros de ovnis. Su condición políglota, le permitió traducir del idioma inglés
las primeras publicaciones de ufología, entre las que figuran los libros del Mayor Donald Keyhoe a principios de los años 50. Fue
cofundador del CEI (Centro de Estudios Interplanetarios) en 1958. Es considerado el padre de la ufología de España. Su posición frente al
tema ovni se mantuvo apegada a la Hipótesis Extraterrestre y sus principales libros son: “El Gran Enigma de los Platillos Volantes” (1966),
“Los Humanoides” (1967), “La Vida Extraterrestre” (1968), “Platillos Volantes en Iberoamérica y España”, “Un Caso Perfecto”, “Proceso a
los Ovnis” y “Los Platillos Volantes Ante la Cámara” (1969), “Los Platillos Volantes: Pro y Contra” (1971),“El Misterio de Ummo” (1973),
“¿De Veras los Ovnis nos Vigilan?” (1975), “Operación Rapa Nui” (1975), “América y los Ovnis” (1979), “Secuestrados por Extraterrestres”
(1981), ”Treinta Años de Ovnis” (1982), “Encuentros con Humanoides” (1982), “Las Máquinas del Cosmos” (1983), “Ummo Informa a la
Tierra” (1987), “Ummo: La Increíble Verdad” (1988), “Contactados y Abducidos” (1995), “Abducción” (1998).
65 Ribera, Antonio–Farriols, Rafael. Un Caso Perfecto. Ed. Pomaire. España. 1969.
66 Ibáñez, Josep Ma. El Delfín y la Estrella (Vida de Antonio Ribera). Ed. Tot S.A. España. 1995.
67 Raúl Núñez Gálvez (1950): Investigador chileno-español con estudios en filosofía y letras. A temprana edad comienza sus
investigaciones antropológicas hasta el año 1976, cuando se traslada a España, país que lo cobija por varios años y le otorga la doble
nacionalidad. Ha colaborado en diversos medios de comunicación debido a su agudo trabajo investigativo de ufología, mitos y leyendas
sudamericanas, como también en sociología comparada de pueblos ancestrales americanos. En 1983 crea el Noufa (Noticiero Ufológico
Autónomo), que hasta el día de hoy se mantiene vigente. Pertenece al IIEE (Instituto de Investigaciones Exobiológicas de España) y se
ha destacado por profundizar temáticas mitológicas modernas como el caso Friendship en Chile. Ha escrito cientos de artículos y en el

123
año 2002 publica “Explorando el Laberinto”, texto de colección del IIEE. Actualmente está radicado en Chile y prosigue con sus
investigaciones de manera independiente.
68 Benito Manuel Carballal Pazos (1967): Teólogo, criminólogo, escritor e investigador español nacido en Galicia, además de trabajar como
reportero en diversos medios, se especializó en fraudes vinculados a fenómenos paranormales, crímenes, sectas y, por ende, ha
desenmascarado diversas estafas que le han traído como consecuencia enfrentamientos con conocidos divulgadores del misterio,
llegando incluso a los tribunales. Ha escrito importantes libros sobre estas temáticas, entre los cuales destacan sus viajes buscando
develar los fraudes. Actualmente dirige “El Ojo Crítico”, publicación especializada en investigación de misterios y fraudes apegada al
pensamiento crítico. Sus libros más destacados son: “El Diablo: El Síndrome del Maligno” (1990), “Satanismo y Demonología” (1991),
”Secuestrados por los Ovnis” (1992), “Ovnis: Testigos de Élite” (1993), “Los Peligros del Esoterismo” (1995), “La Ciencia Frente al Misterio”
(1995), “Ovnis y Pilotos” (1995), “20 Relatos Inquietantes” (2000), ”Los Expedientes Secretos: El Cesid, El Control de las Creencias y los
Fenómenos Inexplicados” (2001), “Los Peligros del Ocultismo: Suicidios Colectivos, Asesinatos Rituales, Adicciones, Posesiones y Fraudes”
(2002), “El Secreto de los Dioses” (2005) y “Los Peligros del Ocultismo” (2017).
69 Claude Vorilhon (1946): Periodista deportivo, piloto de carreras de autos y cantante francés que al ser aparentemente contactado por
un extraterrestre, después de observar un ovni en Francia en 1973, recibe la misión de transmitir el mensaje de los Elohim, alienígenas
que dieron “creación a toda la vida en la Tierra”. De esta manera crea el Movimiento Raeliano, el cual basa su culto extraterrestre en
la meditación y la libertad individual, incluyendo el sexo de forma desenfrenada y múltiple. Al dedicarse tiempo completo al desarrollo
y fomento de su secta, ha publicado los siguientes libros: “El Libro que Dice la Verdad” (1973), “Los Extraterrestres me llevaron a su
Planeta” (1975), “La Geniocracia” (1978),“Bienvenidos Extraterrestres” (1979), “La Meditación Sensual” (1980) y “Sí a la Clonación
Humana” (2002).
70 Sixto Paz Wells (1955): Licenciado en historia peruano, proveniente de una familia vinculada al tema ovni, ya que su padre fue un
conocido investigador. Su primer contacto con extraterrestres fue en 1974 con los cuales, y según su versión, ha viajado en dos
oportunidades a Ganímedes, la octava luna del planeta Júpiter. Es creador del grupo Rama, considerado por algunos una secta platillista.
En su carrera como conferencista ha recorrido una gran cantidad de países y en su trabajo literario ha publicado 20 libros, entre los que
se destacan: “Los Guías Extraterrestres” (1985), “Contactos Interdimensionales” (1993), “El Umbral Secreto” (1995), “Guardianes y
Vigilantes de Mundos” (1997), “Una Puerta hacia las Estrellas” (1999), ”La Antiprofecía” (2002), “Antología del Contacto Extraterrestre”
(2007), “El Parto Planetario” (2010), “2012 Contacto con Otras Realidades” (2012), “La Cuenta Regresiva” (2013), “La Muerte como
Metamorfosis” (2013), “Relatos de Otras Realidades” (2015) y “El Santuario de la Tierra” (2017).
71 Juan José Benítez (1946): Periodista español quien luego de trabajar en diversos medios de prensa escrita, se especializa en el tema ovni
en 1972. A partir de 1975 comienza su carrera paralela como escritor con el libro “OVNIs S.O.S. a la Humanidad”, luego de reportear los
avistamientos y supuestos contactos de Sixto Paz en Perú. Ha publicado más de cincuenta libros, entre los que se destaca “Caballo de
Troya”, el cual desde el primer tomo publicado en 1984 ha sido un éxito de ventas, catalogado como una de las novelas basadas en
supuestos acontecimientos reales más leídas en el mundo. En la temática ovni, junto con su primera publicación de 1975, se destacan
sus libros: “Cien Mil Kilómetros Tras los Ovnis” (1978), “Incidente en Manises” (1980), “Encuentro en Montaña Roja” (1981), “Los
Visitantes”, “Terror en la Luna” y “La Gran Oleada” (Trilogía publicada en 1982), “El Ovni de Belén”, “Los Espías del Cosmos”, “Tripulantes
No Identificados“ y “La Punta del Iceberg” (1983), “Materia Reservada” (1993), “Mis Ovnis Favoritos” (2001), “El Hombre que Susurraba
a los Ummitas” (2007) y “Sólo para tus ojos” (2016).
72 Benítez, Juan José. OVNIS S.O.S. a la Humanidad. Ed. Plaza & Janés. España. 1975.
73 Benítez, Juan José. Cien mil kilómetros tras los OVNIS. Ed. Plaza & Janés. España. 1978.
74 Rodrigo Fuenzalida Herrera (1963): Ciudadano chileno con formación en sociología que ha dedicado varios años al tema de los ovnis.
Comenzó en la década del 80 como miembro activo de la agrupación Rama Chile, para posteriormente a mediados de los 90, y junto
con un grupo de amigos, formar AION (Agrupación de Investigación Ovniológica de Chile). Entre los años 1999 y 2000 asesora el
conocido programa OVNI de TVN en el cual se exhiben casos, algunos claramente resueltos y otros muy interesantes, que inyectan
energía a la actividad ufológica chilena. En la actualidad prosigue como divulgador ufológico en múltiples programas de televisión y
radio, junto con su trabajo académico en pseudociencias y actividades alternativas.
75 Eduard Albert Meier (1937): Granjero suizo que a los cinco años comienza su “enlace con extraterrestres”. No tuvo una infancia muy
tranquila, ya que en 1951 fue enviado a la correccional de menores de Albisbrunn por reiterados hurtos hasta el año 1954. Luego de
abandonar la escuela y no culminar su educación primaria es acusado de otros delitos, por lo que escapa de su país a los 18 años y se
enrola en la Legión Extranjera. Al desertar, comienza una vida transitando por diversos lugares entre Asia, África y Europa. En 1959,
con 22 años, realiza su primera publicación acerca de los ovnis, ya que pertenecía a un grupo denominado UFO-IFO de Uitikon, Suiza.
En sus viajes por la India inicia prácticas de meditación, aunque existen versiones que lo acusan de ser deportado por vagancia y estafa.
En el año 1965, en Turquía, sufre un accidente con graves secuelas, incluyendo la amputación de su brazo izquierdo. Retorna a Suiza,
donde a partir de 1975 se declara contactado y comienza su popularidad debido a los mensajes y, en especial, a las fotos exhibidas de
sus aparentes enlaces con alienígenas.
76 Marshall Herff Applewhite (1931-1997): Licenciado en música norteamericano. Estudió (sin concluir) filosofía, teología e incluso estuvo
algunos años en el Ejército. Debido a problemas de identidad sexual en 1965, como a sus intermitentes estados depresivos, pierde su
trabajo como docente y se divorcia, comenzando a vivir de manera desequilibrada. En 1972 conoce a Bonnie Nettles (1928-1985), una
enfermera interesada en la Teosofía y profecías, lo que complementa las creencias de Applewhite en los extraterrestres y en la
paleoastronáutica, logrando convivir en una relación platónica que los llevó a instalar una librería y luego crear un grupo místico. Luego
de la muerte de Nettles, el movimiento se radicaliza hasta el momento del suicidio colectivo entre el 23 y 26 de marzo de 1997 en la
denominada secta Heaven´s Gate (La Puerta del Cielo).
77 Ramón Castillo Gaete (1977-2013): Profesor de música chileno que luego de un viaje a China en el 2006 se interesó en la cultura, música
y medicina oriental, como asimismo en la temática ovni, obsesionándose con el tema extraterrestre. Se autodenominó Antares de la
Luz y durante el año 2009 crea un grupo de sanación, que posteriormente fue catalogado como una secta. De paso por varias

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localidades, el carismático líder convenció a sus seguidores que era la reencarnación de Dios y esperaba el fin del mundo en diciembre
del año 2012. Previo a esa fecha, fue quemado vivo un recién nacido, aparentemente su hijo con una de las integrantes de la secta, lo
que le otorgó la calidad de prófugo de la justicia chilena, hasta el día de su suicidio en Perú el 2 de mayo del año 2013.
78 Ayahuasca: Alucinógeno extraído luego de una preparación de la planta Banisteriopsis caapi que se desarrolla en Ecuador, Perú, Brasil
y Bolivia. Posee varios nombres, como yagé, caapi, pildé, yaguegue o mariri, según la zona geográfica donde específicamente se
produzca. Se conoce como una planta medicinal de culturas ancestrales de América del Sur, en especial de la Amazonía, y que se vincula
antropológicamente a la cosmovisión y chamanismo de éstas. En la actualidad es muy utilizado por individuos o grupos vinculados al
New Age, medicinas alternativas, misticismo o pensadores mágicos, ya que, en la búsqueda de respuestas para diversos fenómenos o
supuestos contactos con entidades, se requieren los denominados estados alterados de conciencia o el transporte a otras realidades
que este alucinógeno en especial provoca en el ser humano.
79 Crystian Sánchez Ortiz (1972): Psicólogo clínico chileno, fundador en el año 2012 de la AECH (Asociación Escéptica de Chile), entidad de
la cual fue presidente hasta el año 2014. Colaborador de la ONG “Red de apoyo a víctimas de sectas” y asesor del Cefaa (Comité de
Estudios de Fenómenos Aéreos Anómalos) de la DGAC. En la actualidad se desempeña como psicólogo aeronáutico en la Brigada de
Aviación del Ejército de Chile, con especializaciones en factores humanos OACI (Organización Internacional de Aviación Civil de la ONU)
y en prevención e investigación de accidentes de aviación.
80 Lógica: Del griego logikê-logikós (Razón), fundada por Aristóteles como herramienta para el resto de las ciencias, pero el filósofo
Immanuel Kant la clasifica como la ciencia que estudia las formas del pensamiento y las alternativas válidas de inferencia, proponiendo
estudiar los métodos para identificar el razonamiento correcto frente al que no es.
81 Aristóteles (383-322 AC): Filósofo de la Grecia Antigua, discípulo de Platón a quien contradice, estableciendo que el mundo es uno solo
sin compartimientos. Fundó el Liceo de Atenas y se destacó por buscar una explicación racional gracias a la experiencia o el empirismo.
Plantea que la felicidad es el fin que busca el hombre y además escribe sobre ética. Es considerado el padre de la Lógica y como tal su
influencia es muy importante en otros futuros filósofos como es el caso de Kant.
82 Charles Sanders Peirce (1839-1914): Graduado en Química norteamericano. Se desempeñó como académico de matemáticas y
astronomía. Luego de enseñar lógica, se retira para dedicarse 26 años a escribir antes de su muerte, resaltando sus legados en la
semiótica como ciencia de la lingüística. Dentro de sus obras en materia filosófica, es considerado el padre del Pragmatismo, lo que
significa que todo lo verdadero es lo que funciona, es decir, se enfoca a un mundo real y objetivo.
83 Coral & Jim Lorenzen, Abducted! Confrontations with Beings from Outer Space. Ed. Berkeley. Pub. USA. 1977.
84 Lorenzen: Matrimonio compuesto por Jim Lorenzen (1922) y Coral E. Lorenzen (1925). Ambos interesados en los ovnis y apegados a la
Hipótesis Extraterrestre. En el año 1952 fundaron la organización APRO y desde entonces realizaron múltiples actividades de
investigación como difusión del tema. Asimismo, escribieron libros en conjunto o como autores independientes: “The Great Flying
Saucer Hoax” (Coral-1962), ”Flying Saucers: The Startling Evidence of the Invasion from Outer Space” (Coral-1966), “UFOs Over the
Americas” (Coral & Jim-1968), “UFO; The Whole Story” (Coral & Jim-1969), “Shadow of the Unknown” (Coral-1970), “Encounters With
UFO Occupants” (Coral & Jim-1976) y “Abducted! Confrontations with Beings from Outer Space” (Coral & Jim-1977).
85 Antônio Vilas Boas (1934-1991): Agricultor y posterior abogado brasileño que denunció haber sido secuestrado por un ovni en el año
1957, en el cual tuvo relaciones sexuales con una alienígena. Su caso, conocido con posterioridad, fue cuestionado pese a que se
considera el primer reporte de abducción, término que se utilizó para este tipo de eventos desde 1977.
86 Lorenzen, Coral. Flying Saucers: The Startling Evidence of the Invasion from Outer Space. Signet Book, USA. 1966 (Cap. IV Shadows of
the Unknown, pág. 64-74). Versión ampliada del libro The Great Flying Saucer Hoax de 1962.
87 Jacques Fabrice Vallée (1939): Doctor en informática, astrofísico y matemático francés radicado y nacionalizado en Estados Unidos a
partir de 1962. Ha trabajado en inteligencia artificial y actualmente es empresario en fondos de capital de riesgo. Desde joven tiene un
gran interés por el tema ovni, producto de la observación de este fenómeno a los 16 años en Pontoise, su ciudad natal, y luego de ser
testigo en 1961 del borrado de la grabación que exhibía un satélite que orbitaba en dirección opuesta a los convencionales, considerado
como incidente inusual en el Centro Nacional de Estudios Espaciales de Francia (CNES). En su intento de aproximación del tema al
trabajo académico, comienza sus estudios y publicaciones relacionadas con ovnis, los cuales se han modificado según sus propios
análisis, desde la validez en la Hipótesis Extraterrestre hasta lo que hoy se conoce como la Paraufología o la también llamada Hipótesis
Interdimensional, al considerar la HET demasiado reducida para explicar manifestaciones vinculadas a otros múltiples fenómenos
anómalos y que según sus conclusiones, corresponden a manifestaciones de una inteligencia o conciencia no humana que manipula el
espacio tiempo. Con más de una veintena de libros de misceláneos contenidos como finanzas, informática, ciencia ficción y novelas, en
materia de ufología parte de sus principales publicaciones son: “Anatomy of a Phenomenon” (1965), “Challenge to Science” (1966),
“Passport to Magonia” (1969), “The Invisible College” (1975), “The Edge of Reality” (1975), “Messengers of Deception” (1979),
“Dimensions”(1988), “Confrontations” (1990), “Revelations” (1991), “UFO Chronicles of the Soviet Union” (1992), “Forbidden Science:
Journals 1957-1969” (1992) y ”Wonders in the Sky” (2010).
88 Vallée, Jacques. Passport to Magonia. Ed. Henry Regnery. USA. 1969.
89 Fuller, John G. The Interrupted Journey. Ed. Dial Press. USA. 1966.
90 John G. Fuller (1913-1990): Escritor norteamericano autor de la columna Trade Winds de la revista Saturday Review. Se hizo conocido en
el mundo ufológico por la publicación de su libro “El Viaje Interrumpido” (1966) en el que relata el caso de Betty y Barney Hill, pero en
sus obras demostró un interés por los temas paranormales y de conspiraciones. Entre otras obras se destacan: “The Gentelman
Conspirators“ (1962), “Incidente en Exeter” (1966), “El Día del Fuego de San Antonio” (1969), “Los Alienígenas en los Cielos” (1969), “El
Gran Juicio del Alma” (1969), “Las Drogas y los Cosméticos” (1972), “La Fiebre” (1974), “Casi perdimos Detroit” (1975), ”El Fantasma del
Vuelo 401” (1976), “El Veneno que Cayó del Cielo” (1977), “Los Aviadores que no Morían” (1979), “¿Están Bien los Niños?” (1981), “El
Fantasma de 29 Megaciclos” (1985) y “Reloj Tornado Número 211” (1987).
91 Fuller, John G. Incident at Exeter. Ed. Putnam. USA. 1966.
92 José Antonio Caravaca (1972): Periodista español nacido en Cádiz. Pertenece a la llamada cuarta generación española, ya que se ha

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destacado por sus publicaciones e investigación en temas vinculados a la arqueología, criptozoología y ufología. En la actualidad
desarrolla publicaciones que vinculan al concepto paraufológico de “La Teoría de la Distorsión”. Junto con variados artículos, sus libros
son: “La Última Profecía de Julio Verne” (2007), “Expediente Roswell” (2016), “OVNIS, Las Operaciones Secretas de la CIA” y “OVNIS, las
50 Mejores Evidencias” (2017).
93 James Albert Harder (1926-2006): Ingeniero hidráulico norteamericano. Se interesa por los ovnis en 1952, precisamente en la época
de inicio de los llamados contactados. Fue presidente de la APRO desde 1969 a 1982, por lo que establece una clara tendencia hacia la
Hipótesis Extraterrestre aprobando la veracidad de casos emblemáticos como Pascagoula (1973) y Travis Walton (1975). Fue además
quien fomentó las regresiones hipnóticas para los casos de supuestas abducciones, los que le permitieron bajo su criterio realizar
afirmaciones como la existencia de una Federación Galáctica compuesta por 57 razas extraterrestres que visitan la Tierra.
94 Comité Condon: Grupo de investigadores reunidos por la Universidad de Colorado, solicitado y supervisado por la USAF entre los años
1966 y 1968, con el propósito de analizar científicamente la evidencia existente sobre los ovnis y sostener un pronunciamiento
académico concreto sobre el fenómeno y su potencial origen extraterrestre.
95 Klass, Philip. UFOS Identified. Ed. Random House. USA. 1968.
96 Philip Julian Klass (1919-2005): Ingeniero eléctrico norteamericano que fue nombrado el “Sherlock Holmes” de la ufología por su incisivo
y agudo sentido de investigación apegada al escepticismo. Trabajó en General Electric, pero luego de escribir para la revista Aviation
Week & Space Technology se convirtió en su editor por más de treinta años. En su primer libro atribuye casi la totalidad de los reportes
ovni a plasma, aspecto que fue incluso rechazado por el Comité Condon, pero seguidamente abandona esa hipótesis para ampliar las
explicaciones a diferentes reportes. Por años fue considerado un destructor de ovnis, en el sentido de que se encargaba de recopilar
antecedentes para desacreditar casos y sus protagonistas. Fue miembro fundador en 1976 del Csicop (Comité para la Investigación
Científica de las Afirmaciones de lo Paranormal). Ofreció una recompensa en caso de encontrar evidencia de ovnis o extraterrestres y
entre sus múltiples artículos, sus principales libros de ufología son: “UFOS Identified” (1968), “UFOs: Explained” (1974), “UFOs: The Public
Deceived” (1983), “UFO ABDUCTIONs: A Dangerous Game” (1988) y “ROSWELL: The Real UFO Cover-Up” (1998).
97 Alva John Kiehle (1930-2009): Periodista, escritor y ufólogo norteamericano que desde su adolescencia escribía para el New York Times.
Dentro de sus excéntricas investigaciones, transmitió desde el interior de la Pirámide de Gizeh para un programa de radio llamado
Things in the Sky y fue tras los pasos del Yeti en el Tibet. Su visión diferente de los misterios lo llevó a ser apodado el heredero de
Charles Fort. Sus creencias superaban el razonamiento lineal de un investigador convencional, ya que propuso que un fenómeno de un
plano diferente manipulaba la raza humana, como asimismo, la existencia de una gran conspiración por parte de los gobiernos. Es el
creador del famoso Hombre Polilla y fue quien estremeció a la ufología clásica de la década del 70 con sus singulares pensamientos.
Sus principales libros son: “Jadoo” (1957), “The Fickle Finger of Fate” (1966), “Strange Criatures from Time and Space” (1969), “UFOS:
Operation Trojan Horse” (1970), “The Flying Saucer Subculture” (1973), “The Mothman Prophecies” (1975), “The Eighth Tower” (1975),
“Disneyland of the Gods” (1988) y “The Complete Guide to Mysterious Beings” (1994).
98 Keel, John A. UFOS: Operation Trojan Horse. Ed. Abacus. USA. 1970.
99 Keel, John A. The Mothman Prophecies. Ed. Panther. USA. 1975.
100 Keel, John A. The Eighth Tower. Ed. Signet. USA. 1975.
101 Sergio Sánchez Rodríguez (1965): Abogado, académico y escritor chileno que se ha destacado en su país, pero mayormente en el
extranjero con sus publicaciones de ufología crítica y de criminología. Es uno de los intelectuales con mayor conocimiento ufológico a
nivel mundial, tanto de la casuística como en los diferentes enfoques por los cuales es abordado este fenómeno. En su carrera literaria
ufológica ha contribuido con artículos, entre otros, a Cuadernos de Ufología de España, para la web Marcianitos Verdes del ingeniero
Luis Ruiz Noguez de México y para su mítica, recordada y controversial revista La Nave de los Locos, junto con el periodista Diego
Zúñiga. Es autor de varios libros de criminología, pero en materia ufológica publicó: “Pasaporte a Ovnilandia; Lecturas de Ufología
Crítica” (1999) y “Érase una vez en Ovnilandia; Tomo I, La Gran Invasión Marciana” (2017).
102 Sánchez, Sergio. Pasaporte a Ovnilandia. Emegé Comunicaciones. Chile. 1999.
103 Hynek, J. Allen. The UFO Experience: A Scientific Inquiry. Ed. Henry Regnery. USA. 1972.
104 Allan Hendry (1950): Astrónomo norteamericano que asume en 1970 la dirección de investigaciones de Cufos bajo la tutela de Allen
Hynek. En los años que permanece analizando el fenómeno, estudia cerca de mil casos de los cuales solamente un puñado no pudo
encontrar una explicación convencional, lo que le permite abrir una brecha de interés en fenómenos anómalos fuera de cualquier
interpretación mundana. Lamentablemente, su prolijo trabajo no se continuó, motivando su desencanto y alejamiento definitivo de la
ufología. Su única y célebre publicación es “The UFO Handbook” (1979), un completo manual para investigadores.
105 Hendry, Allan. The UFO Handbook. Ed. Doubleday and Co. USA. 1979.
106 Klass, Philip J. UFOs Explained. Ed. Random House. USA. 1974.
107 The Ufo Incident (1975): Película norteamericana producida por Universal TV, perteneciente a la NBC. El texto original corresponde al
libro “El Viaje Interrumpido” (1966) de John Fuller y fue adaptado por Hesper Anderson y Jake Justiz. En este filme se exhibe la aparente
abducción del matrimonio Hill.
108 Alejandro Agostinelli (1963): Periodista argentino especializado en divulgación científica, falsas ciencias y nuevas creencias. Su trabajo
en diversos medios comienza acompañado de un interés en la ufología a partir de los 19 años. Trabajó como redactor en diversos
medios, publicando numerosas crónicas, reportajes e investigaciones en revistas especializadas en ciencia, pseudociencia y lo
paranormal en Argentina, Estados Unidos, Europa y Brasil. Fue productor de TV y luego ingresó en Editorial Perfil como Secretario de
Redacción de Descubrir (1998), revista en la que -desde 1992- contribuyó con investigaciones sobre ovnis, creencias, fraudes y
pseudociencias. También realizó obras infográficas, desarrolló contenidos para Internet (Sintesoft, 1999) y se especializó en cultura
digital, colaborando en las secciones online, ¡nuevas tecnologías y sociedad para las revistas Web!, Rolling Stone, Bitniks, Gatopardo
(1999-2002) y El Cacerolazo (2002). En 2001-2002 produjo para Zona de Investigación (Azul TV, Argentina) varios informes, dos de ellos
dedicados a las acusaciones por abuso sexual contra el gurú indio Sathya Sai Baba, otros sobre fraudes en salud y un programa especial
sobre creencias milenaristas a raíz de los atentados del S11 del 2001 en los EE.UU. En 2009 publica el libro “Invasores” (Historias reales

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de extraterrestres en Argentina). Actualmente mantiene publicaciones actualizadas en su blog llamado Factor 302.4.
109 Kevin Douglas Randle (1949): Oficial de Ejército norteamericano, veterano de guerra de Vietnam y Segunda Guerra del Golfo Pérsico.
Piloto militar de helicópteros. Es además periodista y posee los grados académicos de Doctor en psicología, Magíster en ciencias militares.
Es un conocido escritor con cerca de cien publicaciones de ciencia ficción, acción y misterio. En materia ufológica, desde 1972 ha escrito
artículos para diversas revistas y múltiples libros donde exhibe una especialización en los incidentes de Roswell (1947) y Shag Harbor
(1967). Su posición fue que en ambas locaciones se estrellaron y recuperaron ovnis, estableciendo la presencia extraterrestre detrás del
fenómeno, sumado a encubrimientos por parte del gobierno de Estados Unidos. Contrariamente, es un detractor en la temática de las
abducciones alienígenas. Entre sus principales libros de ufología están: “Ufo Casebook” (1989), “UFO Crash at Roswell” (1991),
“Conclusions on Operation MJ-12” (1994), “A History of UFO Crashes” (1995), “Faces of the Visitors” (1997), “Conspiracy of Silence” (1997),
“Project Blue Book Exposed” (1998), “The Abduction Enigma” (1999) con William P. Cone y Russ Estes, “The Roswell Enciclopedia” (2000),
“Scientific Ufology” (2000), “The Spaceships of the Visitors” (2000), “Invasion Washington” (2001) y “Reflections of a UFO Investigator”
(2012).
110 Walton, Travis. The Walton Experience. Ed. Barkley. USA. 1978.
111 Zúñiga, Diego. “Una Abducción muy conveniente”. La Nave de los Locos Nº16. Chile. Mayo 2002.
112 Klass, Philip J. UFOs: The Public Deceived. Ed. Prometheus. USA. 1983.
113 National Enquirer: Revista norteamericana creada en 1926 y que es conocida como The Enquirer, se caracterizó por su sensacionalismo
extremo. A partir de 1967 hasta la década de los 80, se distinguió por difundir noticias vinculadas a pseudociencias, actividades
paranormales y ovnis.
114 Patricio Abusleme Hoffman (1976): Periodista chileno que se declara un apasionado por los misterios y la ufología. Como estudiante
universitario, tomó contacto con investigadores locales e integró varios grupos ufológicos por un breve período. Ha participado
escribiendo algunos artículos de la temática ovni, como también en congresos, entrevistas y múltiples programas. Publica “La Noche
de los Centinelas” (2010) y lanza una edición mejorada en el 2017, siendo este libro una impecable investigación periodística del famoso
caso OVNI del Cabo del Ejército de Chile Armando Valdés Garrido, hecho ocurrido en Putre la madrugada del 25 de abril de 1977.
115 Abusleme, Patricio. La Noche de los Centinelas. Ed. Terra Incógnita. Chile. 2010.
116 Jacobs, David M. The Ufo Controversy in America. Ed. Signet. USA. 1975.
117 Elliot Budd Hopkins (1931-2011): Artista plástico norteamericano graduado en 1953 como licenciado en historia del arte en Obelin
College. Prosigue sus estudios en la Universidad de Columbia para consagrarse como un reconocido pintor de expresionismo abstracto y
académico. En 1964 junto a dos personas son testigos de un avistamiento, comenzando así su interés por los ovnis, para luego ingresar
como colaborador a Nicap. En 1975, un amigo le comenta la observación de seres saliendo de un supuesto ovni aterrizado, caso del que
redacta su primer artículo en 1976 en la revista The Village Voice, comenzando así su trabajo como ufólogo. Posterior a su publicación,
comenzó a recibir cartas de personas supuestamente tomadas por seres extraterrestres, interesándose de fondo en esta arista de la
ufología. Con la recopilación de casos, en 1981 publica su primer libro consagrándose como uno de los mayores promotores y defensores
de las abducciones hasta su muerte. Sus principales libros de este tema son: “Missing Time” (1981), “Intruders” (1987), “Witnessed”
(1996), “Sight Unseen: Science, UFO Invisibility and Transgenic Beings” (2003) y “Memories: Art, Life and UFOs” (2009).
118 Sheaffer, Robert. The UFO Verdict. Ed. Prometheus. USA. 1981.
119 Robert Sheaffer (1949): Ingeniero y profesor de canto (ópera) norteamericano conocido por sus investigaciones apegadas a la corriente
escéptica. Integra el subcomité ovni de la Csicop (Comitte for the Scientific Investigation of Claims of the Paranormal) - (Comité para la
Investigación Científica de Afirmaciones Paranormales). Ha escrito decena de artículos para revistas como Scientific American,
Spaceflight, Astronomy, The Humanist, Free Inquiry y Reason. Ha participado en múltiples entrevistas y congresos refutando casos
ufológicos, especialmente de Estados Unidos y ha colaborado en publicaciones de otros investigadores de ovnis. Entre sus principales
libros se encuentran: “The UFO Verdict” (1981), “Ufo Sighting” (1998) y “Bad UFOs: Critical thinking about UFO Claims” (2015).
120 Encuentros Cercanos del Tercer Tipo: Película de ciencia ficción de Columbia Pictures, estrenada en 1977, cuyo guión y dirección es de
Steven Spielberg. En 1980 tuvo una edición especial de mayor duración, pero en 1998 se lanza por tercera vez con la llamada “Versión
del Director”. Con ocho nominaciones al Óscar, obtuvo uno por mejor fotografía en 1978. En su conocida trama se destaca la
participación del conocido ufólogo J. Allen Hynek y la representación de Jacques Vallée como parte del grupo de científicos que
estudiaban los ovnis.
121 San José de Maipo: Comuna de la Provincia Cordillera, en la Región Metropolitana, a 48 km al este de Santiago de Chile. Con importantes
actividades de minería, explotación de áridos, frutos locales y artesanía, posee afluentes fluviales que producen electricidad. A eso se
suma la importancia como lugar turístico por sus quebradas, ríos y maravilloso entorno. También es visitada por grupos de investigación
ufológica que permanentemente realizan vigilias, como asimismo, grupos de meditación y pensamiento mágico con proliferación de
actividades ligadas al contactismo.
122 Michel Monnerie (1940): Restaurador de obras de arte y escritor francés. Como ufólogo, investigó casos bastante conocidos del país
galo, Alpes de Huete Provence (1965), Cussac (1967), entre otros. Al percibir la falta de evidencia, la interpretación subjetiva de los
reportes y la connotación paranormal que se le administraba a los ovnis, fue víctima de un importante desencanto que le motivó a
profundizar la llamada Hipótesis Psicosocial (HPS). Sus principales libros son: “Et si les OVNIs n´existaient pas?” (1977), “Le Naufrage
des extra-terrestres” (1979) y “OVNI; vers une Anthropologie d´un Mythe Contemporain” (1993).
123 Monnerie, Michel. Et si les OVNIs n´existaient pas?. Ed. Les Humanoides Associes. Francia. 1977.
124 Gepan (Groupe d’Étude des Phénomènes Aérospatiaux Non-Identifiés): Grupo de Estudios de Fenómenos Aeroespaciales No
Identificados, dependiente del CNES (Centre National d’Études Spatiales) de Francia. Creado en 1977, en el año 1998 cambió de nombre
a Sepra (Service d’Expertise des Phénomènes de Rentrée Atmosphérique). Desde 2005 se renombra como Geipan (Groupe d’Étude et
d’Information sur les Phénomènes Aérospatiaux Non-Identifiés). Es el primer grupo de investigación oficial de ovnis a nivel mundial y
que cuenta con científicos para el análisis de los reportes que recibe, en coordinación con otros servicios públicos e instituciones
francesas. A partir del año 2007, en su página están los archivos de los casos investigados los cuales han traído controversias y

127
discrepancias con escépticos.
125 Bertrand Méheust (1947): Sociólogo con grado académico de Doctor y escritor francés que se ha especializado en temas de
pseudociencias, en especial de parapsicología. Encontró los vínculos de múltiples creencias sobrenaturales con elementos propios de
la cultura y sobre todo de la época en las cuales estas creencias se afianzan en la sociedad. En su trabajo en ufología, es uno de los
pilares teóricos de la Hipótesis Psicosocial nacida en Francia a fines de los 70. Dentro de sus principales publicaciones están: “Science-
fiction et soucoupes volantes - Une réalité mythico-physique” (1978), “Soucoupes Volantes et Folklore” (1985), “Somnambulisme et
médiumnité” (1999), “Retour sur l’Anomalie belge” (2000), “100 Mots pour comprendre la voyance” (2005), “Histoires paranormales
du Titanic” (2006), “Les miracles de l’esprit” (2012) y ”Jésus thaumaturge. Enquête sur l’homme et ses miracles” (2015).
126 Méheust, Bertrand. Science-fiction et soucoupes volantes. Ed. Mercure. Francia. 1978.
127 Jacques Scornaux (1946): Químico belga con grado académico de Doctor. Desde 1962 se interesó en los ovnis, participando desde su
fundación en 1971 en la Sobeps (Société Belge d’Étude des Phénomènes Spatiaux). Escribió decenas de artículos, siendo uno de los
mayores promotores de la Hipótesis Psicosocial en Europa.
128 Lumiéres dans la nuit (Luces en la Noche): Revista ufológica francesa creada en 1958 y que desde 1978 se caracterizó por promover la
Hipótesis Psicosocial, manteniendo sus publicaciones hasta el presente.
129 Scornaux, Jacques. Du Monnerisme et de son bon usage. Info-Ovni N° 7-8. Ing. 1981.
130 Monnerie, Michel. Le Naufrage des extra-terrestres. Ed. Nouvelles. Editions Rationalistes. Francia. 1979.
131 Fundación Anomalía: Colectivo sin fines de lucro que reunió información sobre las raíces, evolución y el impacto social del mito ovni en
España. Comenzó en el año 1983 con el nombre de Cuadernos de Ufología (CdU) y se instaura como Fundación Anomalía desde el año
1996, para ser rebautizada como Fundación Íkaros en el 2010, la cual definitivamente concluye sus publicaciones en el 2012, producto
de la falta de recursos económicos y de colaboración, sumado al agotamiento de sus creadores. Sus objetivos fueron la promoción de
los avances de la ciencia y la tecnología, la preservación de archivos y difusión de sus labores, la concesión de premios y becas, junto
con el fomento y difusión del patrimonio histórico artístico y cultural.
132 Sánchez, Sergio. Érase una vez en Ovnilandia. Ed. El Mono Dorado. Chile. 2017.
133 Alvin H. Lawson (1929-2010): Profesor norteamericano de la Universidad de California donde impartió clases de inglés y de pensamiento
crítico. Su interés ufológico despierta con el nacimiento de la era moderna de los ovnis en 1947 y a partir de 1970 se une al grupo de
investigación del condado de Orange. Al tomar contacto con William McCall, médico que efectuaba hipnosis a supuestos abducidos,
comienzan a trabajar la idea que estas experiencias de secuestros eran reales, pero que estaban ligadas a historias imaginarias de
construcción psicológica. El informe de ese estudio se publicó en 1977, originalmente, proponiendo en forma definitiva la Hipótesis de
los Recuerdos Perinatales en 1981.
134 Stanislav Grof (1931): Médico Psiquiatra nacido en la ex Checoslovaquia. Entre 1954 y 1957 en la Escuela de Medicina de Praga comenzó
a experimentar con LSD-25, evidenciando personalmente una “Experiencia Mística Visionaria”. En 1967 se radica en EE.UU. y trabaja
en la Univ. John Hopkins de Baltimore, luego en la Univ. de Maryland fue jefe del Centro de Investigación Psiquiátrica y entre 1973 -
1987 en el Instituto Esalen de California. Con la penalización del uso del LSD, desarrolló la técnica de respiración holotrópica con apoyo
de su esposa Christina, una practicante de yoga. Es considerado el padre de la Psicología Transpersonal, parte de la psicología humanista
que indaga más allá de la conciencia en el ser espiritual, social, afectivo, por lo que es calificada como una terapia holística-esotérica
más que clínica o psicológica basada en evidencia. Ha publicado una veintena de libros de experiencias con estados alterados de
conciencia y terapias de psicología transpersonal. Algunos son: “Realms of the Human Unconscious: Observations from LSD Research”
(1976), “LSD Psychotherapy“ (1980), “Beyond the Brain: Birth, Death and Transcendence in Psychotherapy” (1985), “The Adventure of
Self-Discovery: Dimensions of Consciousness and New Perspectives in Psychotherapy” (1988), “Spiritual Emergency” (1989) con Christina
Grof, “The Holotropic Mind” (1992), “The Transpersonal Vision” (1998), “The Cosmic Game: Explorations of the Frontiers of Human
Consciousness” (1998), “Psychology of The Future” (2000), “LSD” (2009), “Holotropic Breathwork” (2010) y “Healing Our Deepest
Wounds: The Holotropic Paradigm Shift” (2012).
135 Mufon (Mutual UFO Network): Organización estadounidense que investiga reportes de avistamientos de ovnis. Es organizada
inicialmente en 1969 como Midwest UFO Network en Quincy y con integrantes de la APRO. Sus publicaciones se denominaron Skylook,
las cuales se editaban con la leyenda The Midwest hasta agosto del año 1974, ya que en la edición Nº69 aparece en la portada la
identificación “Official Publication of Mutual UFO Network”, lo que se considera como el uso formal de la sigla Mufon. Desde su
creación, ha realizado investigaciones y congresos anuales de ufología con representación en casi todos los estados de Norteamérica y
en varios países alrededor del mundo.
136 Hopkins, Budd. Missing Time. Ed. Richard Marek. USA. 1981.
137 Ribera, Antonio. Secuestrados por Extraterrestres. Ed. Planeta. España. 1981.
138 Ribera, Antonio. Encuentros con Humanoides. Ed. Mundo Actual. España. 1982.
139 Whitley Strieber (1945): Escritor norteamericano, bachiller en artes y guionista de cine, carrera que estudió en Londres. Es autor de
varias novelas de horror y ficción como “The Wolfen” (1978) y “The Hunger” (1981), ambas llevadas al cine. Luego de sus traumáticas
experiencias en diciembre de 1985, escribe el primero de sus libros sobre extraterrestres “Communion” (1987), el cual también es
llevado a la pantalla grande en 1989 y lo catapulta a la fama, ya que se consideró el abducido más famoso y culto de Estados Unidos.
Luego de “Communion”, escribe cuatro libros con los cuales conforma una saga, en la que expone la connotación iniciática y mística
que significó el aparente encuentro con seres de otros mundos. Estas obras literarias son: “Transformation” (1988), “Breakthrough”
(1995), “The Secret School” (1997) y “Confirmation” (1998).
140 Strieber, Whitley. Communion. Ed. Independent Voice. USA. 1987.
141 Hopkins, Budd. Intruders. Ed. Ballantine Books. USA. 1987.
142 Thomas Eddie Bullard (1949): Psicólogo y folclorista norteamericano con grado académico de Doctor. Tempranamente se interesa en
los ovnis y reúne una serie de reportes (300) de abducciones que analiza profundamente. Dado sus conocimientos en el estudio de
costumbres y tradiciones, otorga patrones a los secuestros alienígenas, logrando clasificarlos y darles un orden. En su trabajo sobre las

128
abducciones y con la falta de evidencias, fue apartándose de la Hipótesis Extraterrestre para explicar los raptos, los que considera a
partir del año 2000 como un fenómeno original, pero con participación de la imaginación humana sumado al entorno y elementos
culturales. Dentro de sus publicaciones, se destacan: “UFO Abductions: The Measure of a Mystery” (1987) e “Hypnosis and UFO
Abduction, A Troubled Relationship” (1989).
143 Bullard, Thomas. UFO Abductions: The Measure of a Mystery. Ed. Fufor. USA. 1987.
144 Klass, Philip. UFO Abductions: A Dangerous Game. Ed. Prometheus Books. Inglaterra. 1988.
145 Ronald Leo Sprinkle (1930): Psicólogo norteamericano con grado académico de Doctor de la U. de Missouri desde 1961. Se desempeñó
como académico de la Universidad de Wyoming desde 1965 a 1989. Su interés en los ovnis parte en 1949 y en 1962 formó parte de
Nicap y de la APRO, con una abierta tendencia a la Hipótesis Extraterrestre. Desde 1965 comenzó el estudio de víctimas de abducciones
y en 1980 funda la Conferencia Ufológica de las Montañas Rocosas, la que anualmente se desarrolla en Laramie.
146 Communion: Película de ciencia ficción de la Columbia Pictures, estrenada el 10 de noviembre de 1989, basada en el libro de Whitley
Strieber que lleva el mismo nombre y cuyo autor además fue su guionista, dado el sentido de autorreferencia de la historia. Dirigida
por Philippe Mora, con la música compuesta por Eric Clapton y Allan Zavod.
147 John Mack (1929-2004): Médico psiquiatra norteamericano que a fines de los 70 se interesa de sobremanera en las terapias alternativas
y especialmente en el New Age, basado principalmente por sus experiencias junto a Werner Erhard y Stanislav Grof, ya en los 80. En
1990 conoce a Budd Hopkins y en 1991 a David Jacobs, con los cuales comienza una amistad impulsada por su común interés en la
ufología y en especial en la temática de las abducciones. Es considerado uno de los mayores divulgadores de los secuestros
extraterrestres y hasta su trágica muerte, en un accidente en Londres, trabajó incansablemente en sus ideales. Sus principales libros
fueron: “Nightmares and Human Conflict” (1970), “Borderline and States In Psychiatry” (1975), ”A Prince of Our Disorder” (1976),
“Abductions: Human encounters with aliens” (1994) y “Passport to the Cosmos” (1999).
148 Stillings, Dennis. Cyber-Biological Studies of the Imaginal Component in the UFO Contact Experience. (Lo Imaginario en el Contacto Ovni,
Ed. Español) Heptada Ed. España. 1990.
149 Martin Kottmeyer (1953): Ensayista y ufólogo norteamericano que se ha destacado por sus brillantes publicaciones desde fines de la
década del 70 en el Boletín Ufológico Saucer Smear. En 1987 publica su primer artículo en la revista Magonia, el cual disfrutó de una
muy buena acogida y despertó la atención de ufólogos críticos, escépticos y científicos, ya que desde ahí en adelante sus ensayos
brindan una detallada argumentación del origen cultural de la Hipótesis Extraterrestre. Su primer trabajo, y más conocido, fue su aporte
titulado La Ufología Como un Sistema de Paranoia en el libro de Dennis Stillings y desde ahí prosigue cada cierto tiempo publicando en
páginas escépticas sus punzantes y contundentes aportes a la ufología crítica.
150 Outer Limits: Serie de televisión basada en historias de ciencia ficción, emitida por la cadena ABC en Estados Unidos entre los años
1963 y 1965, la que en dos temporadas emitió un total de 49 capítulos. En 1995 se realizó un remake de siete temporadas hasta el año
2002. Este programa en Latinoamérica utilizó el nombre de Rumbo a lo Desconocido.
151 Ron Westrum (1945): Sociólogo norteamericano con grado académico de Doctor y especializado en el campo de los factores humanos
y organización de la aviación. Desde 1987, es profesor universitario de sociología y de tecnología interdisciplinaria. Desde su juventud
se interesó en los ovnis, siendo un miembro activo de la Mufon. Ha publicado diversos trabajos en materia aeronáutica, entre los que
se destacan: “Complex Organizations: Growth, Struggle, and Change” (1984), “The Shaping of People and Things” (1991) y “Creative
Missile Development at China Lake” (1999).
152 David E. Pritchard (1941): Físico norteamericano del Instituto Tecnológico de Massachusetts, destacado por sus experimentos en óptica
atómica y las ondas de materia. Es miembro de la Academia estadounidense de las Artes y la Ciencia. Ha recibido varias distinciones,
entre las más importantes figura el Premio Arthur L. Schawloe de ciencia láser en el año 2003.
153 Bryan, CDB. Close Encounters of the Fourth Kind: Alien Abduction, UFOs and the Conference at MIT. Ed. Weindenfeld & Nicolson. USA.
1995.
154 Jacobs, David M. Secret Life; Firsthand Accounts of UFO Abductions. Ed. Simon & Schuster. USA. 1992.
155 Fire in the Sky (Fuego en el Cielo): Película de ciencia ficción de Paramount Pictures estrenada en 1993, producida por Todd Black y
dirigida por Robert Lieberman, basada en la adaptación del libro escrito por Travis Walton, luego de la supuesta abducción del año
1975.
156 Chris Carter (1958): Periodista y director cinematográfico norteamericano. Se tituló de la carrera de periodismo en 1979 y comienza
dirigiendo la revista Surfing por tres años. La guionista Dori Pierson, su esposa desde 1987, lo incentivó a que enviara algunos guiones
a los estudios de Disney, teniendo una exitosa aceptación. Posteriormente trabaja en la NBC hasta el año 1992, cuando fue llamado
por Peter Roth, presidente de las producciones televisivas de la Twentieth Century Fox. Debido a su fanatismo por series como
“Dimensión Desconocida” e inspirado en la película “El Silencio de los Inocentes”, nace la idea de “Los Expedientes Secretos X”, su obra
magistral y de mayor éxito hasta nuestros días.
157 Werner Erhard (1935): Activista y conferencista norteamericano que desarrolló múltiples modelos para la transformación de personas
en líderes íntegros y que les permitieran modificar patrones y tendencias nocivas para el bien común e individual. Con estos
planteamientos, crea diversas plataformas como el programa EST (1971-1984). Su trabajo no ha estado exento de críticas, las cuales
apuntan a una mezcla de conceptos de filosofía existencial sin un sustento metodológico o perdurable, que a la postre significa un mero
negocio.
158 Mack, John Edward. Abductions: Human encounters with aliens. Ed. Ballantine. USA. 1994.
159 Luis Ruiz Noguez (1957): Ingeniero químico mexicano con postgrado en estadística y especialista en corrosión, destacado por su trabajo
profesional en esta área. De personalidad introvertida, desde temprana edad se interesa en el tema ovni, pero luego de una profunda
exploración en la ufología adquiere una postura crítica, publicando los primeros libros escépticos en México. Desde 2006 sube
interesantes artículos propios y de otros autores en la página Marcianitos Verdes. Entre sus principales libros de ufología se destacan:
“La Autopsia Extraterrestre; Un Mito dentro del Mito” (1995), “Ovnis estrellados en México” (1996), “100 fotos de extraterrestres”
(1997), “El Piloto Acosado por los Ovnis” (1999) y “Extraterretres ante las Cámaras” (10 tomos, 2009-2011).

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160 Mack, John E. Nightmares and Human Conflict. Ed. Brown and Company. USA. 1970.
161 Carl Edward Sagan (1934-1996): Astrónomo y astrofísico norteamericano con el grado académico de Doctor. Impartió clases en la Univ.
de Harvard hasta 1968 y luego en la Univ. de Cornell en Ithaca, Nueva York, hasta su muerte en 1996. En investigación astronómica
descubre las altas temperaturas del planeta Venus, los océanos de Titán, una de las lunas de Saturno y los mares subterráneos de
Europa, una de las lunas de Júpiter. También contribuyó a develar los cambios meteorológicos en Marte. Desde 1950 fue asesor de la
NASA y colaboró además en los mensajes enviados en las sondas Pioneer y Voyager. Interesado en la posible vida extraterrestre,
contribuyó a la creación de SETI (Search for ExtraTerrestrial Intelligence), o Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre, y pese a su
declarado escepticismo, mantuvo contacto con ufólogos como Jacques Vallée y J. A. Hynek. Por su destacado aporte en la astronomía,
divulgación científica y movimientos pacifistas, recibió una veintena de premios, algunos incluso después de su muerte. Es autor de
múltiples publicaciones, como también la recordada serie televisiva Cosmos. Entre sus principales libros figuran: “Comunicación con
Inteligencias Extraterrestres” (1973), “Otros Mundos” (1975), “El Cerebro de Broca” (1979), “Cosmos” (1980), “Murmullos de la Tierra”
(1981), “Contacto” (1985), “El invierno Nuclear” (1991), “Sombras de Antepasados Olvidados” (1993), “El Mundo y sus Demonios” (1995)
y “Miles de Millones” (1997).
162 Sagan, Carl E. El Mundo y sus Demonios. Ed. Planeta. España. 1995.
163 Hopkins, Budd. Witnessed. Ed. Paperback. Inglaterra. 1996.
164 Antonio Capafons Bonet: Licenciado en filosofía y psicólogo clínico español, con grado académico de Doctor en psicología. Es académico
de la Facultad de Psicología de la Universidad de Valencia, con una dilatada experiencia en el desarrollo de la hipnosis y múltiples
publicaciones formales, entre las que se destacan diez libros vinculados a terapias, educación, regulación emocional y la hipnosis, tema
en el cual se enfatiza su aporte científico.
165 Giuliana Mazzoni: Psicóloga clínica inglesa, con grado académico de Doctor. Se ha especializado en diversas temáticas, donde se destaca
la hipnosis y su empleo como método de apoyo a terapias. Ha escrito ocho libros de psicología, como también 120 artículos en diversas
revistas científicas internacionales.
166 Papeles del Psicólogo, REVISTA, Vol 89. España. 2004.
167 X FILES; Fight the Future: Película de ciencia ficción y suspenso producida por Ten Thirteen Productions, propiedad de Chris Carter,
quien además era guionista y creador de la serie The X Files. Fue distribuida por la 20th Century Fox y dirigida por Rob Bowman. Basada
en la serie de televisión, los protagonistas, los agentes Mulder y Scully, descubren una gran conspiración gubernamental para encubrir
la propagación de un virus extraterrestre con la finalidad de colonizar la Tierra.
168 Randle, Kevin-William P. Cone-Russ Estes. The Abduction Enigma. Ed. Forge. USA. 1999.
169 The Fourth Kind: Película de ciencia ficción y suspenso, producida en el año 2009 por Paul Brooks y Joe Carnahan, con la dirección de
Olatunde Osunsanmi y distribuida por Universal Pictures.
170 Anunnakis: Nombre modificado de los originales Anunna, dioses mesopotámicos que vivían en el cielo junto a Anu (Dios de las
constelaciones). La adaptación del nombre Anunnakis la realizó Adolp L. Oppenhein en el libro “Mesopotamia Antigua: Retrato de una
civilización muerta” en 1964.
171 Jacobs, David M. Walking Among Us: The Alien Plan to Control Humanity. Ed. Copyrighted. USA. 2015.
172 Leslie Kean: Periodista norteamericana que ha investigado la temática ovni por varias décadas a través de la Nfoic (National Freedom
of Information Coalition), grupo que originalmente se denominó CFI, de la cual es cofundadora. Es autora de los libros “Henry Hydes
Moral Universe” (1999), “UFOs” (2010) y “Surviving Death” (2017).
173 Kean, Leslie. UFOs, General, Pilots, and Government Officials Go on the Record. Ed. Harmony Books. USA. 2010.

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