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C A P I T U L O MI

METODOLOGÍA

111-1 SELECCIÓN Y MUESTREO

En primer lugar, se han seleccionado las formaciones y unidades geolbgi__

cas que presentaban mayor ínteres para el presente estudio, t a n t o por su

riqueza en c l o r i t a , como por su carácter representativo dentro del amplio

espectro tanto de m a t e r i a l e s como de unidades tectónicas e x i s t e n t e en l a s -

Cordilleras Bélicas. Junto a e s t a s c a r a c t e r í s t i c a s , se ha buscado, que las

zonas de muestreo seleccionadas fueran suficientemente claras y conocidas

desde el punto de v i s t a geológico, con el fin de no introducir nuevas fuen-

tes de incertidumbre en el estudio. De acuerdo con este criterio, cuando -

ha sido posible, se ha trabajado sobre muestras recogidas y estudiadas por

otros autores, que hubieran investigado previamente en la zona, bien desde

el punto de v i s t a mineralógico o bien desde el petrológico. En caso con--

trario, se han seleccionado cortes representativos, con el asesoramiento

de (os investigadores bien conocedores de la zona.

En estos cortes, se han recogido muestras de los niveles aparentemente -

más ricos en clorita, procurando espaciarlas de forma que la distancia en

tre los puntos de muestreo fuera aproximadamente constante. Dichos pun-

tos de muestreo se han señalado sobre foto aérea o mapa topográfico

1:50. 000. Con el fin de permitir su ulterior localizacíón exacta, se deja—

ron las siglas de la muestra e s c r i t a s con pintura en cada afloramiento -

maestreado.

III-2 PREPARACIÓN Y MOLIENDA

De cada muestra, una vez lavada y secada se han obtenido:

1) Una lámina delgada sin cubrir, de aproximadamente 0,03 mrr> de espesor

destinada al estudio óptico y a determinadas medidas por difracc'ón de RX.


L _ a s muestras elegidas para su estudio por microsonda electrónica fueron -

posteriormente pulidas.

2) Una molienda gruesa realizada con mortero de hierro y mortero de ágata

modelo Pulveríssette, tamizada para conseguir una fracción entre 60 y 125

v destinada al separador ¡sodmamico.

3) Una molienda fina, con t r i t u r a d o r a de mordazas, molino de aros y m o r e


ro de ágata de mano. Sobre e s t a fracción, se han real izado el análisis quí-

mico y los estudios por difracción de Rayos X de muestra total.

111-3 SEPARACIÓN

Aunque el tamaño de grano de ¡a mayoría de las c l o r i t a s no permitía su -

separación, se ha obtenido una f raccibn enriquecida en este mineral, me-

diante el uso de un separador ¡sodinámico Frantz mod. L.-1. Este método

de separación exije un tamaño de grano superior a 50 M , por lo que se em

pleó la fracción ya mencionada comprendida entre 60 y 125 M . El tamaño -

de grano medio de la c l o r i t a en la mayoría de las rocas metamórficas, es-

inferior a estos límites, por lo que los granos de este tamaño no eran —

monomfnerál icos. Por ello lo más que se puede conseguir, es separar -

los granos mas ricos en c l o r i t a de los m á s pobres. Por otra parte, la

mayoría de las veces este mineral aparece formando un fino ¡ntercrecímiern

to con fengita, de forma que es imposible separar ambos minerales e in-

cluso los enriquecimientos conseguidos son muy pobres. Tampoco es po-

sible la separación de otros minerales ferromagnesianos t a l e s como anfíbo-

les, cloritoide o micas trioctaédricas. No obstante, se consiguen enri —

quecimientos muy a l t o s respecto al Q, feldespatos, carbonates y óxidos de

Fe.

Las condiciones exactas de separación, se han ajustado para cada mués —

tra en particular, de acuerdo con sus características y composición. En


o o
general, s e n a trabajado con 20 de Inclinación longitudinal y 15 de incli-

nación transversal, recogiéndose fas siguientes fracciones;

a) Ferromagnetica (separada previamente con un imán), Magnetita.


53

b) Paramagnfeíica a O, 2 o O, 3 mA. Otros óxidos de Fe y algo de clorita.

c) Entre O, 2 o O, 3 y O, 4 o O, 5. Clorita, fengita, y paragoníta, fundamenta^

mente y a veces biotita, cloritoide y anfíboles.

d) Diamagnética a O, 4 o O, 5. Cuarzo, fengíta, paragoni ta, feldespatos y ca£

bonatos,fundamenta I mente.

En algunos casos, se han obtenido dos o más fracciones ricas en c l o r i t a -

t a l e s como (O, 3-0, 4} y (O, 4- O, 5), con el fin de estudiar las diferencias en

tre las cloritas de las d i s t i n t a s fracciones.

Todo el proceso de separación se controló mediante una lupa binocular y -

en los casos en que esta no fue suficiente, mediante difracción de RX.

11-4 TÉCNICAS ÓPTICAS

De todas las muestras, se ha llevado a cabo un estudio ópti co sobre lamí

na delgada. Este estudio, ha permitido conocer las relaciones texturales

y genéticas de la clorita, haciéndose especial hincapié en la determinación

del carácter primario o secundario de ésta. Asimismo, ha permitido la -

identificación de minerales minoritarios no perceptibles por otros métodos.

El pequeño tamaño de grano de la mayoría de las muestras y los colores

anómalos de interferencia han impedido una determinación c u a n t i t a t i v a de-

propiedades, t a l e s como índice de refracción, bi rrefringenci a o ángulo 2V

(Ver apart. ¡V- 1-3-10). El estudio óptico real izado se Umita, pues, a -

aquellas c a r a c t e r í s t i c a s deíerminables de forma simple, mediante aprecia-

ciones c u a l i t a t i v a s , sin empleo de técnicas más complejas como platina uni-

versal o inmersión en líquidos. De cada muestra se dan datos sobre color

y pleocroísmo, color de interferencia, signo de elongación y signo óptico.

No obstante, estos datos, simple y rápidos de obtener, se han revelado co

mo una importante ayuda en el estudio de c l o r i t a s y en todo caso ofrecen -

una v a l i o s a información, cuando no sea posible obtener datos mediante --

técnicas más precisas.


Su estudio sobre las muestras de este trabajo, permite confirmar plenamente

el esquema propuesto por Albee ( 1 9 6 2 ) recogido previamente en el capítulo

de "Antecedentes". Asimismo, nos ha permitido completar este esquema con

un estudio preciso de la relación entre colores de interferencia y contenido

en átomos pesados, que se recoge en el apartado tll-B.

111-5 DIFRACCIÓN DE RAYOS X

111-5-1 MÉTODO DE POLVO

Mediante e s t a técnica se han estudiado:

-a) La mineralogía global de la muestra. Análisis cualitativo y semicuantí-

t a t i v o de minerales mayoritarios.

-b) Los parámetros s i g n i f i c a t i v o s de la c l o r i t a : Espaciado basat.bo, rela-

ciones de intensidades de las reflexiones básales y c r i s t a l inidad.

-c) Los parámetros de las micas asociadas a la clorita, que pudieran ofre

cer datos sobre las condiciones termodinámicas de formación de las mues--

tras: bo y diferencia angular entre las reflexiones d de la moscovita

y paragonita.

III-5-1-I TÉCNICAS DE MEDIDA

Los diagramas pana el estudio de la mineralogía global de la muestra, se -

han realizado con un aparato Phillips PW~ 1 050 utí I izando agregados orteri

lados, preparados según la técnica habitual. Las condiciones de trabajo -

utilizadas han sido: Velocidad de exploración 1 /min. , v. de papel 5x120 -


2
mm/h. Intensidad de excitación -28mA. , Tensión -36kv-, sensibilidad -4x10 .

Constante de tiempo -4, zona explorada - 2-64 . Radiación -Cu ka -.

Filtro de Ni.

Las medidas precisas de parámetros de cloritas y micas se han llevado a

cabo con un aparato phi 1 lips PW- 1390/01


55

MI-5-1-1-1. MEDIDA DE LOS PARÁMETROS b DE CLORÍ TAS Y MICAS.


o ~~

Se han realizado sobre laminas delgadas sin cubrir, en las cuales se habían

seleccionado previ amenté con el microscopio las zonas de la preparación-

inas ricas en filosi l i c a t o s ; las laminas delgadas se situaron en el difractóme_

tro de forma que los rayos incidieran precisamente sobre la zona seleccí_o

nada. Se emplearon las siguientes condiciones de trabajo: Velocidad de -

exploración 1/2 /min. ; velocidad de papel - 4 cms. /min. ; Sensibilidad -


3
10 ; Constante de tiempo - 2; Radiación Cu ka, F i l t r o de Ni.

o o
Una exploración entre 58,5 y 62 , recoge las r e f l e x i o n e s 060 de la c l o r i t a ,

fengita y otros fi losi t ¡calos presentes en la muestra y la 21 } del cuarzo --

que aparece a 59,959 ( k a , ) , que fue u t i l i z a d a como standard interno para -

la medida (Fig. Ill-l). Cuando la clorita presenta valores de Fe t o t a l pro

ximos a O, 97, su reflexión 060 se encuentra muy próxima a ia 21 I del Q y

es difícil su medida. En estos casos es conveniente efectuar a contínua--

cibn un barrido de la misma zona de una muestra de cuarzo puro, lo que -

asegura la c o r r e c t a asignación de 2 ü a la reflexión 060 de !a clorita.

111-5-1-1-2 MEDIDAS SOBRE LAS REFLEXIONES BÁSALES DE LA CUO

RITA. ESPACIADO, ANCHURA DE PICO Y RELACIONES DE

INTENSIDADES.

Estas medidas, se han realizado sobre AO de la fracción enriquecida en -

c l o r i t a mediante el separador, de forma que sus reflexiones básales apa-

recen en el diagrama fuertemente favorecidas. Se ha llevado a cabo una -

exploración detallada de las reflexiones 002, 003, 004 y 0 0 5 ( 1 ) de la cloH

ta utilizando las siguientes condiciones: Velocidad de exploración 1/4 min.

v. papel 4cms/m¡n. ; Radiación Cu k a . F i l t r o de Ni CT= 2.

La sensibilidad se escogió según la riqueza en clorita. Es conveniente -

a j u s t a r í a para cada muestra, de forma que los picos aparezcan del máximo

tamaño posible. Este ajuste se puede r e a l i z a r sobre la reflexión 002, que

es siempre la mayor.

(O Entendidas en su acepción más general. Realmente para t^i polil


llb serían la 004, 006, 008 y 00, 10.
Las .lonas a explorar son: (002)- 12° - 13°; (003)- 1 8 , 3 ° - 19°; (004>~ 24, 7°-
o
- 2 5 , 3 ; (005)- 31, 1 - 3 1 , 9 .

QK*t,

Fig. 11-1. Diagrama c a r a c t e r í s t i c o de medida de bo de f i tosí I icatos - C -


- clorita: Q- Cuarzo; F- Fengita. 2 e de Q K a = 59, 959- .

Para la medida del espaciado basa!, se ha añadido a cada muestra 1 mg. -


o
aproximadamente de anhidrita, cuya reflexión 002 que aparece a 25,499 , -

se ha u t i l i z a d o como standar interno en la medida de ta reflexión 004 de -

la ctorita.

La medida de la anchura de pico a m i t a d de su a l t u r a se ha realizado so-

bre las cuatro reflexiones, si bien para la i n t e r p r e t a c i ón de resultados se

ha preferido la medida de la 003 (Ver ap. 1V-1-3-9).

La relación de intensidades se ha medido por pesaje, en balanza de alta -

Drecisión,de los picos recortados en papel v e g e t a l . :

I
57

Hl-5-1-1-3 MEDIDA DE LA DIFERENCIA ANGULAR ENTRE LAS REFLE-

XIONES d DE LA MOSCOVITA Y PARAGON1TA.

Se ha realizado sobre AO de muestra t o t a l en la mayoría de los casos;

cuando el contenido en mica de ésta era excesivamente bajo para permitir -

la medida, se u t i l i z ó la f r a c c i ó n del separador más enriquecida en micas

blancas.

Para la medida se emplearon las siguientes condiciones: Velocidad de ex—


(*^ H /
p I oración £ /mtn. ; v e l o c i d a d de papel - 4 cms. /mln. ¡ sensibi I i dad 10 ;

Constante de tiempo •*• 2. Radiación Cu Ka . Filtro de Ni. Zona explorada-


o i
- 45 - 48

UI-5-1-2 INTERPRETACIÓN DE RESULTADOS

IU-5-1-2-1 ESTUDIO DE LA MINERALOGÍA GLOBAL DE LA MUESTRA

Para la determinación c u a l i t a t i v a de minerales se han ut¡ I izado las f i chas

ASTM. En aquellas muestras que pudieran presentar dudas se ha com-

pletado el estudio con diversos t r a t a m i e n t o s , t a l e s como c a l e n t a m i e n t o s o

hinchamientos con líquidos orgánicos. Asimismo, las técnicas ópticas, el

análisis químico y el examen por lupa binocular de las fracciones obteni--

das mediante el separador isodinámico, han supuesto un importante comple

mentó en e s t a s determinaciones.

111-5-1-2-2 ANÁLISIS SE MI CUANTITATIVO - PODERES REFLECTANTES

PROPUESTOS PARA EL ESTUDIO DE METAPELITAS.

Para el análisis se mi cuan ti t a t i vo se ha estimado la necesidad de determi —

nar poderes r e f l e c t a n t e s propios para este trabajo. Y e l l o por varias ra-

zones: En primer lugar, la gran abundancia de fi losí I ¡catos en las mués —

t r a s estudiadas y especialmente c l o r i t a hacía, desde el punto de v i s t a del

autor, poco exactas las medidas r e a l i z a d a s mediante el empleo d é l o s poderes

reflectantes propuestos hasta el momento en bibliografía. El método trad¡_

cionalmente empleado, se basa en una primera cuantif icación, asignando un-

porcentaje a minerales laminares, en base a la intensidad de ¡a ref'exibr


a 4, 45 A en diagrama de polvo, y posterior distribución de este porcentaje

entre los diferentes fi losil icatos en base a un diagrama de AO. Pero como

la ctorita no presenta ninguna reflexión a 4, 45 A el método no es aplicable.

El error cometido puede resultar despreciable cuando la cantidad de clori*

ta sea poco elevada, pero en e s t e trabajo dicho mineral, no sólo es abun

danle, sino que es el objeto principal del mismo. Por otra parte, el ca—

rácter laminar de estos minerales hace imposible !a preparación de mués—

tras de polvo perfectamente desorientadas, con lo cual en cada diagrama-

se introduce una importante ¡ncertidumbre sobre el mayor o menor grado -

de orientación preferencia I de estos minerales. Aceptando, pues, la ¡mpo

sibilidad de una desorientación perfecta, es más congruente trabajar sobre

muestras preparadas mediante la técnica de AO, con un grado de orienta-


r
ción que suponemos constante, dada la standardización de! método, y deter.

minar todos los poderes reflectantes sobre el las. Esto permite por otra

parte, utilizar las reflexiones más intensas de los f¡ losil icatos, no sólo -

para determinar sus proporciones entre sí, sino también respecto al res-

to de minerales, consiguiéndose de e s t a forma errores menores que los -

provenientes de la utilización de una reflexión de intensidad tan pequeña -

como la 4, 45.

En base a estas consideraciones, se han determinado experimentalmente, -

mediante la preparación de mezclas con diversos porcentajes, los poderes

reflectantes r e l a t i v o s de Ct, mica y c l o r i t a para la técnica de AO. Pa-

ra estas mezclas se han uti I izado una mica y una clorita que presenta-

ran relaciones de intensidades de las reflexiones básales, iguales a la me_

día de las muestras estudiadas en este trabajo.

El poder reflectante de la paragonita se ha calculado teóricamente, respec

to al de la moscovita, mediante el uso de los factores de estructura de -

ambos minerales, corregidos mediante (os correspondientes factores georrtjé

trieos (Ver apartado HI-S-2).

Finalmente, para otros minerales no laminares, tales como carbonates, fe^

despatos o hematites, se calculan en base a las relaciones de poderes re-


59

flectantes respecto al cuarzo propuestas por Barahona ( 1974).

A p a r t i r de todas estas relaciones y asignando al cuarzo el valor 1 se ob

tienen los poderes reflectantes recogidos en la tabla 111-1.

TABLA HI-1

PODERES REFLECTANTES PARA METAPEL1TAS OBTENIDOS EN EL

PRESENTE ESTUDIO (PARA MUESTRAS DE AO)

Mineral Reflexión (A) Poder R e f l e c t a n t e

Cuarzo 4, 26 1
Mica 5, 00 0, 65
Paragoni ta 4, 82 0,6
Cloríta 4,7 0,8
Calcita 3, 03 3
Dolomita 2, 89 3
Feldespatos 3,2-3,4 3
Hemati tes 2,69 2, 25
Anffboles 8,4 3,6

Estos poderes r e f l e c t a n t e s son válidos para muestras, tales como las es-

tudiadas en el presente trabajo en que el Q, micas blancas y c t o r i t a cons

tituyen, en casi todos los casos, la porción m a y o r i t a r i a (más del 90%) de

la muestra, ya que para e s t o s minerales los poderes reflectantes se han

determinado de forma experimental, usando las mismas condiciones de me_

dida y de preparación de la muestra que se han u t i l i z a d o en el desarro-

l l o de este trabajo, obteniéndose en t a l e s determinaciones experimentales

coeficientes de correlación siempre superiores a O, 95.

La elección de las reflexiones utilizadas, se ha basado en los siguientes

cri terios:

a) Evitar la ¡ncertidumbre proveniente de las influencias de la geometría

del aparato sobre las intensidades, mediante el uso de reflexiones lo más

próximas posibles, y de valor angular tal que el f a c t o r de Lorentz-Pol^


pización tenga un valor mínimo,

b) Evitar el uso de reflexiones en las que se superpongan más de un mine-

ral. Es la razón fundamental para rechazar la reflexión a 3, 33 A, en la

que se superponen cuarzo, moscovita y grafito.

c) Evitar et uso de reflexiones muy afectadas por las frecuentes sus ti tu—

clones ¡somórficas de los fi losi! ¡catos. Por esta razón, se rechazan las

reflexiones pares de la c l o r i t a . Para la medida de intensidades en este -

a n á l i s i s semicuantitativo, se ha utilizado la a l t u r a de los picos en lugar

de su área, como aparentemente sería mas correcto. Ua razón está en

que todos los minerales presentan una crí stani I idad muy elevada y por tan

to la anchura de (os picos es muy pequeña, al par que muy semejante pa_

ra todos ios minerales. En estas condiciones se comete un error menor,

desestimando las diferencias de anchura y real i zando pues/ la medida en b¿i

se sólo a la a l t u r a de los picos.

111-5-1-2-3 INTERPRETACIÓN DE PARÁMETROS DE CLORITAS Y MI-

CAS. CALCULO DE PARÁMETROS QUÍMICOS,

Los parámetros obtenidos mediante las técnicas descritas en el apartado

111-5-1-1 son ya válidos por sí mismos, pero ademéis permiten mediante

la aplicación de las relaciones descritas en el capítulo de antecedentes, -

el cálculo de los parámetros químicos fundamentales de ta fórmula de la -

clorita. De las diversas relaciones propuestas, se han escogido aque-

llas que daban lugar a errores más bajos respecto a las fórmulas obterví-

das mediante análisis químico y análisis por microscnda electrónica de -

algunas muestras de este estudio. {Ver Capitulo V)

Así, del espaciado basa! de la clorita se obtiene el contenido en Al me—

diante la fórmula de Albee (1962):

d = 14, 52 % - O, 14 Al
001 total

Del parámetro b de la c i o r i t a se obtiene el contenido en átomos pesa—

dos mediante la fórmula de Shírozu (1958), corregida por Brindley (1961):

b = 9, 210 & -í- O, 037 (Fe, Mn)


o
61

Las relaciones de las intensidades de las reflexiones básales permiten, tam-

bién el cálculo del contenido en átomos pesados. No obstante, todos los

métodos propuestos en bibliografía, dan lugar a errores excesivamente -

grandes. A título de ejemplo, se dan los valores obtenidos mediante el -

método de P e t r u k { 1 9 6 4 ) (Ver apartado V-3).

Así pues, para la interpretación de las mencionadas relaciones de intensi-

dades, se propone un nuevo método, d e s c r i t o en el apartado lli-B-2, que

da lugar a errores aceptables en la determinación del contenido en átomos

pesados.
i
Los parámetros de las micas b y diferencia angular d Mosc. - d
o 001 001
Paracj. , se u t i l i z a n como medida de las condiciones termodinámicas de for_

mación de las muestras, fundamentalmente temperatura, de acuerdo con -

Martin Ramos y Rodríguez Gal lego ( 1976).

III-5-1-2-4 CALCULO DE LA FORMULA DE LA CUPRITA A PARTIR DE

MEDIDAS DE RAYOS X.

De acuerdo con lo expresado en el apartado anterior, son dos los parame

tros químicos de una c l o r i t a que se pueden obtener a partir de medidas

de Rayos X;

1) Contenido en Al, bien tetraedrico o bien t o t a l (1) a partir del espacia

do basal.

2) Contenido en átomos pesados a partir del b y/o relaciones de intensi-


o
dades. Cuando no ha sido posible obtener el b , se ha u t i l i z a d o el valor
o

(1) Se desecha la posibilidad de obtener los dos, a partir de fórmulas -


diferentes, por considerar incorrecto obtener dos parámetros químicos in
dependientes a partir de un solo parámetro estructural. De hecho, la -
distribución entre ambas capas obtenida de este modo, es sólo un a r t i f i —
ció matemático, producto de dos correlaciones basadas en dos conjuntos
de muestras diferentes. En realidad, los resultados que se obtienen de
e s t a forma, suelen dar A! > Al , lo cual está en contradictón con -
ta mayoría de los casos reales.
procedente de las relaciones de intensidades. Cuando se tenían ambos va-

lores y eran semejantes se u t i l i z a b a el procedente del b , por considerar

e s t a medida más precisa. En caso de que presentaran diferencias impoi

tantes se optaba por uno u otro valor de acuerdo con el color de interfe-

rencia de la muestra.

Para el cálculo del resto de la fórmula hay que partir necesariamente de

las siguientes premisas { 1):

T) Que el numero de O y OH de la fórmula responden exactamente a —

los valores teóricos de 10 y 8 respectivamente.

2) Que el numero t o t a l de cationes octaédricos es exactamente 6. Es de—

cir, que no e x i s t e n lugares vacantes.


3+
3) Que la relación Fe /Fe t o t a l es relativamente constante con un valor

en torno a O, 14.

4) Que el Cínico átomo pesado e x i s t e n t e es Fe.

SÍ se parte de las siguientes relaciones:

Fe = O, 14 Fe total
IV VI 3-r
Al = Al -f r-e (Por compensación de cargas)

Al' V + A» = Al total
V!
Mg-fFe-*- A l = 6

Se pueden obtener ios r e s t a n t e s parámetros de la fórmula:

Al t o t a l
Al - ——-— - - f o , 07 Fe t o t a l
2
•. Al tota
Al — O, 07 Fe t o t a l

Si- 4 - Al

Mg = 6 - Fe - Al '

(1) Aunque estas premisas pueden a l e j a r s e mucho de la realidad en al-


gunas muestras, son ciertas en general, s a l v o pequeñas variaciones. De
cualquier modo, la ünica forma de obtener una fórmula a partir de sólo -
dos valores es aceptando e s t a s generalizaciones y teniendo siempre en cuen
ía e. cúfñdsr aproximado del resultado obten'do.
63

11-5-2 MÉTODO DE CRISTAL- ÚNICO

Se han real ¡zado diagramas de c r i s t a l r o t a t o r i o y lauegramas.

Los diagramas de c r i s t a l r o t a t o r i o se han llevado a cabo con el objetivo

de estudiar el poliíípo de las muestras, obteniéndose además una infor-

mación complementaría sobre ¡ntercreci mientes con otros f i losi I ¡catos. Pa

ra ello, se ha u t i l i z a d o una cámara Weisenberg en la que se s i t u ó un c r i s t a l

previamente seleccionado con la lupa binocular de la fracción 60-120 M •

El c r i s t a l se montó de forma que el eje de giro fuera perpendicular a --

los planos básales, es decir aproximadamente coincidente con el eje c.

Los lauegramas se realizaron con el fin de estudiar la e x i s t e n c i a de api-

lamientos desordenados de los planos 001.

III- 6 ANÁLISIS QUÍMICO DE ROCAS

Se han útil izado porciones de roca de suficiente tamaño para garantizar la

representatividad del análisis. Sobre | a s muestrcr,, una vez molidas a ta-

maño inferior a 50 y y secadas a 110 , con eí fin de eliminar el H O , -


*—
se han I levado a cabo las siguientes determinaciones:

~ Pérdida por calcinación. Mediante diferenci as de peso en la muestra ari

tes y después de calentar a 1.000 - 1100 C, durante una hora. Se ha —

calculado y sumado al resultado obtenido el incremento de peso corres —

pendiente a la oxidación de Fe O a Fe O . El valor obtenido representa


+ 2
la suma de H O , CO y C elemental (grafito).
2+
- Determinación de Fe" Mediante disgregación con FH y SO H en cri —
4 2
sol de grafito y valoración con Cr O K
2 7 2
- Determinación de los elementos Si, Al, TJ, Ca, Mcj, Na, K, Fe t o t a l .

Mru Mediante la técnica de u s p e c t r o m e t r í t i de absorción ¿itómic.t, usando

un equipo PYE UNÍ CAM SP 1900.

Para la determinación de Si se han llevado a cabo disgregaciones con —

Na OH en crisol de Ni. Una vez disuelto en H O el prodoc:o c^ ¿ z


gación, se a c i d i f i c a y diluye a i¿ concentración adecuada para la medida -

del Si.

Para la determinación del resto de los elementos metálicos, se llevaron a

cabo disgregaciones con FH y agua regia en cápsula de teflón, calentando

hasta sequedad. El residuo se disuelve con CIH en c a l i e n t e y se lleva a -

volumen determinado.

Se utilizaron como lampones de ionización: K para el Al, Si y Ti; L_a pa-

ra Ca y Mg y Cs para Na y Ka.

3+ 2+
El Fe se calculo por diferencia entre Fe total y

111-7 MICROSONOA ELECTRÓNICA

L_a carestía y complicación del método y el pequeño tamaño de grano de I a -

mayorfa de las cloritas de metapeütas de este estudio ha hecho imposible

una extensa aplicación de la microsonda electrónica como hubiera sido de

desear. No obstante, se ha utilizado con dos fines principales:

• Sobre muestras estudiadas paralelamente con RX y métodos ópticos, con

el fin de comprobar la validez de dichos métodos, conocer el margen me —

dio de error previsible y elegir, de entre las diversas relaciones propues_

tas en la bibliografía, aquellas que mejores resultados dieran para el ti-

po de muestras objeto de éste.

- iniciar ef estudio de las c l o r i t a s del complejo Nevado-Fi lábride. A dj_

ferencia del complejo Alpujárride, la c l o r i t a no suele ser en este caso -

un mineral fundamental y se presenta en las muestras en cantidad t o t a l -

mente insuficiente para un estudio detallado por difracción de Rx, incluso

llevando a cabo un proceso previo de enriquecimiento. Por otra parte, la

enorme complejidad tectónica y metamórfica de e s t e Complejo, hace muy -

frecuente la existencia de dos o más fases de c l o r i t a . En este caso, so

lo un estudio por microsonda electrónica puede dar datos sobre cada -

una de las fases presentes.

El estudio se ha llevado a cabo en el Instituto de Geología de Madrid

del C. S. L C.
65

III- B NUEVAS APOHTACIONES A LA METODOLOGÍA PARA EL ESTU

DIO DE LAS CLORITAS,

III- B-1 RELACIÓN ENTRE CARACTERÍSTICAS ÓPTICAS V CONTENÍ

DO EN ÁTOMOS PESADOS.

Segün lo expuesto en el capítulo de antecedentes y de acuerdo con

Albee ( 1962), la c l o r i t a cambia su signo óptico de positivo a negativo al aj_

canzar la relación F/FM el valor de 0 , 5 2 (Fig. 11-16). Para este valor,

la c l o r i t a es isótropa {para un X determinado) y a uno y otro lado pre-~

senta colores de interferencia fuertemente anómalos. Estos colores se -

transforman progresivamente en gris de primer orden hacia las composício;

nes extremas.

El estudio de las muestras de este trabajo confirma plenamente la vali-

dez de los datos de Albee y permite a su ve¿ aportar otros nuevos que -

los complementan.

El color de interferencia es la propiedad más fuertemente afectada por -

la composición de la clorita. Se definen 10 tintas o matices de colores

de interferencia. En las fotos 1-M se ofrecen ejemplos de los mismos.

En la fig. 111-2 se recoge la relación entre estos diez tipos y el conten^

do en Fe. El signo óptico y signo de elongación (siempre contrarios) -

están relacionados de forma inequívoca con la tinta del color de interfe—

rencia. La ta.bla 111-2, recoge estos diez tipos con sus correspondientes

signos óptico y de elongación, y el contenido en Fe medio para las mues_

tras estudiadas en este trabajo.


.I^AB^-AJ™^
RELACIÓN ENTRE PROPIEDADES ÓPTICAS DE LAS CUPRITAS Y SU

_m£L_i¿
, . . . Signo , Signo,
Tipo Color de interferenci a (2) Foto(s) óptico elom/íicion x i
°x••
.i

er +
1 Amarillo 1 — orden 0, 3 0
2 Gris 1 + 0, 88 0, 1
3 Verde Grisáceo 2 + 1, 16 o,c
4 Verde 3-4 + 1,38 0, !
5 Verde Marrón 5 + 1, 53 o,
6 Marrón Verdoso 6 + 1, 72 0, 1
7 Marrón ' 7-8-9 + 1,90 0,2
e Isótropas 2, 16 0,
9 Violetas 10 •f 2, 32 0, 1
10 Azules 1I + 3, 06 o, ;

(1) Contenido medio en Fe obtenido en las muestras de este trabajo.


(2) Para un espesor de la preparación de O, 03 mms.

El tipo 8 ( i s ó t r o p a s ) , corresponde al cambio de signo definido por Albee pa_

ra composiciones próximas a F/FM = 52%.

r - ! 3- í ; ; Rs!ac!6n entre el contenido en Fe y la tinta dci color- de ¡nte£


ferencía.
67

El color natural y el pleocroismo son dos propiedades también relacionadas

con el contenido en Fe. A s T , las c l o r í t a s correspondientes a ios tipos 1

y 2, con contenidos en Fe por lo general inferiores a 1,0, son casi incolo-

ras. Conforme este aumenta, las muestras adquieren progresivamente más

color verde, llegando a ser este bastante fuerte para cloritas con altos va_

lores de Fe.

(a) Ib)

íondi j »
pt (dominio

¡I dtbll y//,

771

r ,.*tU
¿./ £¿
/. ¿A./¿
/ / ¿^•>

0.1 1.0 1.4 1.8 2.1 26 1.0 J.i t l i l t f l t M

Fig. UI-3 Frecuencia de aparición de cloritas con pteocroismos fuertes y


débiles, en relación a: a) contenido en Fe. b) Tipo óptico de la tabla III-2

!_as muestras cp I oreadas son pleocroicas. La figura I M - 3 muestra la re_

lación de la intensidad del pleocroismo con el contenido en Fe y con el ti-

po de color de interferencia, Se observa cómo hasta contenidos de 1 , 3

son frecuentes (as muestras con pleocroismo débil o nulo. Por encima de

este valor y hasta 1, 9 son frecuentes, en cambio, muestras con fuerte -


pleocroismo. Entre 1,9 y 2, 9 vuelve a predominar et pleocroismo débii, y -

por encima de 2, 9 de nuevo el fuerte. La primera zona de pleocroismo débil

corresponde a muestras que por tener poco Fe son casi incoloras y por tan

to, poco pleocroicas. La segunda zona, entre 1, 9 y 2, 9 corresponde al en-

torno de la región del cambio de signo, donde los tres índices de refracción

presentan pequeñas diferencias. Se puede observar en la fig. lll-3-b que

para el tipo óptico 7 (Marrón) son frecuentes tanto pl eocroismos debites —

como fuertes.

i
El contenido en Fe medio correspondiente a este color de interferencia es -

precisamente 1, 9, es decir el valor que hemos considerado a la v i s t a de

J a Fig. III-3-a como límite entre pleocroismo fuerte y débil. De esta forma, t

la intensidad del pleocroismo puede servir para matizar algo más los valo

res de contenido en Fe obtenidos a partir del color de interferencia. Las -

cloritas con color de interferencia marrón se pueden asignar a v a l o r e s de -

Fe ligeramente superiores o inferiores a 1, 9 segün presenten pleocroismo

débil o fuerte, respectivamente.

Los colores implicados son el verde segün la dirección de alargamiento má-

ximo y blanco verdoso (en muestras con signo óptico 4- } o amarillo verdoso

en las de signo óptico negativo para la dirección perpendicular.

El índice de refracción es bajo en general, si bien aumenta con el conte-

nido en Fe.

El 2V es, asimismo, muy pequeño y difícil de medir.

La extinción es siempre recta. Las lineas de exfoliación y las maclas apa

recen siempre según la dirección 001. En las cloritas correspondientes a

filoncittos son frecuentes los agregados palmeados.


69

lil-B-2 RELACIÓN ENTRE LAS INTENSIDADES DE LAS REFLEXIONES

BÁSALES Y EL. CONTENIDO Y DISTRIBUCIÓN DE ÁTOMOS PE-

SAD QS_.

Ya se ha desarrollado en el c a p i t u l o de antecedentes (Apartado II-4-I pág.

31 ) et fundamento teórico de los métodos basados en medida de ¡ntens¡da_

des. Por otra parte, ya se ha hecho mención en e s t e capítulo de cómo —

los márgenes de error medio obtenidos mediante el uso de los esquemas -

propuestos hasta el momento son excesivamente elevados para los objetí—

vos buscados en esta memoria. Ello nos ha hecho desarrollar nuestros -

propios esquemas tratando de minimizar las fuentes de error.

En primer lugar, consideramos que una causa importante de error está

en la conversión de f a c t o r e s de estructura en intensidades. Ambas magn_¡_

tudes vienen relacionadas por un f a c t o r geométrico que depende de forma

considerable de las características geométricas del difractómetro y del mo

do de preparación de la muestra. En los métodos tradicionales se ha —

empleado el factor teórico para polvo. En realidad, el factor real se —

desvía considerablemente de éste, sobre todo en ángulos bajos. Por

o t r a parte, al ser la c l o r i t a un minera! de hábito laminar es imposible e

incluso poco deseable obtener una perfecta desorientación. Es preferi-

ble et uso de muestras de AO, donde el grado de orientación es r e l a t i v a -

mente constante y las reflexiones básales están ampliamente favorecidas,

permitiendo así una mejor medida de la intensidad.

Por todo ello, en este método se u t i l i z a n las reflexiones 003, 004, y 0 0 5 -

que aparecen a ángulos más elevados y próximos entre sí. Por o t r a par-

te, el contenidp y distribución de átomos pesados se calcula a partir de

relaciones de factores de estructura y no de intensidades. Para el cálcu-

D de los primeros, a p a r t i r de las segundas se ut¡ I izan factores geomé-

-icos determinados de forma experimental, para cada difractómetro y -

de preparación de muestra.
O t r a fuente de error procede de! uso de coordenadas atómicas únicas,

cuando en realidad éstas sufren importantes variaciones con el espaciado -

basal de la c l o r í t a y repercuten de forma notable en los factores de es —

tructura calculados. Por ello se proponen cinco abacos diferentes corres^

pendientes a espaciados de 14,04; 1 4 , 1 ; 14,2; 14, 3; y 14, 42 A . (Fig. 111-4

a 111-7).

Estos abacos se han construido a partir de f a c t o r e s de estructura teóri-

cos, calculados segün eí método habitual para un cristal centrosimétrico.

Las coordenadas atómicas se han obtenido a p a r t i r de las distancias en--

tre capas propuestas por Bailey ( 1976), asignando las diferencias entre -

tos espaciados básales utilizados y el considerado por este autor ( 14, 3A)

a la separación entre los oxígenos básales de la capa tetraedrica y los — *

grupos (OH) de la capa brucítica Los f a c t o r e s atómicos de dispersión -

se han calculado a partir de los datos incluidos en las "International

Jabíes for X- Ray Crystallograph y, 1969". Para el Fe se ha u t i l i z a d o un


2+ 3+
factor intermedio entre el del Fe y Fe , mas cercano a la forma redu-

cida, de acuerdo con un valor ponderado a partir de los análisis químicos

de muestras naturales de clorítas. Para las cuatro posiciones tetraedri-

cas se ha utilizado el factor a t ó m i c o del Si y para las octaédricas co—

rrespondientes a átomos ligeros el dei M g ( t ) .

Los abacos, así obtenidos, representan en abcisas la relación F /F


004 005
y en ordenadas F, ,/F. ., Las curvas subhorizontales dan el coníeni-
:k>Hi 003
do en Fe de la capa octaédrica y las subverticales el de la capa brucíti

ca.

Una vez conocidas, pues, las relaciones de intensidades 1 / 1 e —


004 003
'o04 005Se calculan las relaciones de factores de estructura mediante -
la expresión:

Ix
|Fy I V iy

4+ 34* 5 -í. '


{ ]} L¿ semejanza de ios factores atómicos de Si , Al y Mr¿ " hace per-

fectameníe v a l i d a e s t a simplificación.
4 -

CLÜRiTA TRJOC7AEDHICA

CLORtTA TRlOCTAEDRlC A

5 6

00* '00>

^ig. 111-4.- Abacos para el cálculo del contenido en Fe de la d o r t t a . c o


.-respondientes a los espaciados 14,04 y 14,42 A
II?
\A TRlOCTAEDRlCA

d • 1410 A
001

005'

Fig. II1-5, - Abaco para el cálculo del contenido en Fe de la c t o r i t a co-


rrespondiente al espaciado 14, 10 A
u:

CLORÍTA TRIOCTAEORÍCA

Fig. 111-6. - Abaco para el cálculo del contenido en Fe de la c l o r i t a co


rrespondiente al espaciado 14,20 A
CLORITA TRIOCTAEDRICfi
U30 X

Fig. III-7. - Abaco para el calculo de) contenido en Fe de la clorita co-


rrespondiente al espaciado 14,30 A
75

Donde Gy y Gx representan los factores geométricos para los ángulos a !os -

que aparecen las correspondientes reflexiones. Las relaciones así obteni--

das se utilizan directamente sobre el abaco correspondiente al espaciado -

basal de la c l o r i t a estudiada.

Como ya se ha dicho, para conocer los valores de los f a c t o r e s geométri--

cos (G) es conveniente determinar experímentalmente la curva correspon—

diente a cada difractómetro y tipo de preparación de muestra. En la fig.

111-6 se presentan la curva teórica de polvo y las ex

perimentales correspondientes a los dos difractómetros utilizados en el pre_

senté estudio.

Para la contruccibn de dicha curva se ha u t i l i z a d o un talco, prácticamen-

te puro y de composición perfectamente conocida. Preparada la muestra

de AO en las mismas condiciones utilizadas en el estudio de las cloritas;

se han medido las intensidades de las diez primeras reflexiones básales

del talco. Asimismo, se han calculado, a p a r t i r de su composición, los

factores de estructura teóricos correspondientes a dichas reflexiones.

Mediante la expresión:

ool
= K
00
ool

es posible conocer el factor geométrico correspondiente a diez ángulos dj_

ferentes y construir la mencionada curva experimental.

De todas formas, el método, aun con las mejoras introducidas, tiene aún

•-entes de error. Quizá la principal es la existencia de lugares vacan

en las capas octaédricas. A t í t u l o de ejemplo se ofrecen en la fig.

111-9 abacos correspondientes a c l o r i t a s di-trioctaédrí cas o dioctaédri cas,

mo demostración de la enorme influencia que la existencia de e s t a s va-

; = - : e = i.ene sobre las intensidades d i f r a c t a d a s .


300

2001

100

100

Fig. lli-3. - Curvas de ios f a c t o r e s geométricos en función del ángulo 20.


Línea discontinua: f a c t o r teórico de polvo. L. inéas continuas: f a c t o r e s ex-
perimentales para AO. Cruces-difractómetro PW-1050. Círculos PW-1390
01
77

OCT-DI
BftU-TBi

ocr-oí
BftU-TBl
• 14.42 A
"001

1^9. - Abacos correspondientes a c l o r i í a s di-trioctaédri cas y diocla-


79

C A P I T U L O IV

SITUACIÓN GEOLÓGICA ; RESULTADOS Y DISCUSIÓN

En este capítulo no se va a hacer una enumeración exhaustiva, corte a cor-

te y muestra a muestra^de todos los datos obtenidos. Pensamos que tal for_

«ra de presentar los resultados, aparte de ser tediosa, impide una compren

5 ón rápida y s i n t é t i c a de los problemas abordados. Por ello, lo que se va

a presentar es el t r a t a m i e n t o e s t a d í s t i c o de los datos obtenidos, así como

¿= principales relaciones deducidas, y sólo en casos muy concretos se da_

rán datos correspondientes a muestras particulares, cuando se e s t i m e q u e

c e-,os datos ofrecen un interés especial en sí mismos,

Naturalmente, este esquema, en c i e r t o modo más i n t e r p r e t a t i v o que descrip_

.. supone de alguna forma adelantar algunos aspectos del capítulo " D i s -

.- bn : i . Dejaremos pues para e s t e ultimo tan sólo la interpretación global

De ios resultados obtenidos, realizando las de tipo p a r c i a l ya, en el pre

-^ capítulo.

*.; c e d í a n t e , en el apéndice II se recogen en forma de t a b l a s todos los da_

;: ;L :eri dos y manejados en el p r e s e n t e e s t u d i o ,

!•= í -nisma forma, en lugar de incluir en el t e x t o una descripción deta -

. - je a localización geográfica y geológica de las muestras, se datan

¿-: : i ^ - ' d a d geológica a la que corresponden los diferentes muéstreos,

-*no el significado geológi co de I os mi smos. En el apéndice I se reco

3c t 5 : tuac¡ón exa,cía de todas las muestras estudiadas.


IV-i. COMPLEJO ALPUJARRiDE

De tos tres complejos que constituyen la zona Betica, s. str. : M

de, Alpujárríde y Nevado-FM'abride el Alpujárride es el que ocupa I a po-

sición t e c t ó n i c a intermedia y es asimismo el que presenta una mayor ex -

tensión superficial. Para e s t e trabajo tiene un interés prior i t a r i o pues sus

potentes V en cierto modo monótonas series de f i l i t a s y micaesquis tos

de grano fino ofrecen un ejemplo de formaciones ricas en c l o r i t a de espe

c i a l importancia. En efecto, dicho mineral es uno de ios cons ti tuyentes

principales de la par agénesís fundamental de dichas rocas. El c a r á c t e r prj_

mario del mismo no ofrece dudas en la mayoría de las muestras y su me-

tamorfismo progresivo permite buscar relaciones entre las características

de la c l o r i t a y sus condiciones termodinámicas de formación. Todo e l l o

nos ha llevado a hacer especial hincapié en el estudio de e s t e complejo,

IV-J-T. ENCUADRE GEOLÓGICO

El objetivo de este apartado es tan sólo enmarcar correctamente los estu-

dios mineralógicos en el contexto geológico en el que se desarrollan, pre

sentando este desde la óptica mas reciente. Por tanto no se va a apor-

tar nada personal sobre el tema y todos los datos expuestos están toma -

dos de los trabajos publicados más recientemente sobre la región.

Utilizaremos como trabajo base para et desarrollo de e s t e apartado el

lizado por F. Aidaya, V. García Dueñas y F. Navarro-V¡ la (Aldaya et al, 1

como síntesis y sistematización del conocimiento actual sobre el Complejo

Alpujárride. En e! mismo, los autores recogen los resultados de su ¡nves_

ligación sobre los Mantos Alpujarrides del tercio central de las Cordille-

ras Bélicas, definen cuatro Grupos de mantos y un ensayo de correlación

con otras zonas de la Cordillera, Especial atención merecen asimismo las


~

T o j a s correspondientes a e s t a región del mapa geológico de España a esca-

la 1;50.000: 1054 ( Vfel e z - M & l a 9aj Elorza y G. Dueñas); 1055 (Motril; Avidad

> G. Dueñas); 1 056 (Albuñol ; A l d a y a ) ; 1057(Adra, A l d a y a et al); 1042(Lan

jaron; A l d a y a et al) y 1 0 1 0 (La Peza; G. Dueñas y Navarro Vilá).

Ei Complejo Alpujárride e s t á consti tuido por un numero de mantos de co-

rrimiento, variable segün la transversal estudiada. Cada uno de estos man

tos e s t á formado por una secuencia más o menos parcial de una serie tipo

que, con ciertas variaciones locales, se encuentra en todos e l l o s . Esta se

cuencía esta constituida por los siguientes términos de techo a muro:

formación carbonatada cal ¡ zo-dol omt tí ca, mas o menos me t amor f i zada

los mantos. Esta formación tiene un espesor muy v a r i a b l e que pue-

oe alcanzar hasta los dos Kms. Presenta asimismo intercalaciones mas o

ínos potentes de materiales detríticos y, en algunas unidades, de rocas

:¡cas. La datación en los niveles que presentan fauna da una edad de

'as medio y superior.

- _ - a formación de f i l i t a s y cuarcitas, de potencias muy v a r i a b l e s , con len

tejones de rocas carbonatadas y algunos enclaves de evaporitas. En los

"~¿":c5 que presentan un gradiente de metamorfismo mas fuerte, esta for-

•uc en es de micaesquistos de grano fino, Aunque el metamorfismo ha bp_

r?- = -c los p o s i b l e s restos de fauna, su atribución al Permo-Trfas no ha

•do puesta en duda.

•Dos formaciones de esquistos, probablemente de edad paleozoica. La su-

pr- :- es más cua reí t i c a , aunque no I leg¿i a presentar cuarci tas propia-

•e-- r cieñas. T¡en,e tonalidades pardorojí zas. La inferior, de tonalidades

,-¿5, es más micácea y está constituida por una alternancia de esquis_

•xsn - c a e s q u i s t o s y cuar zoesqui s t o s , frecuentemente grafitosos. Cada u-

•** ~í ¿s formaciones metapelf ti cas puede tener más de 1 Km.de espesor.


Esta secuencia aparece repetida numerosas veces en horizontal y v e r t i c a l por

la acción de la tectónica de corrimientos, que ha dado lugar al apüamiento

de un numero variable de mantos. Dichos mantos han sido definidos con nom

bres locales en las diversas áreas en que han sido estudiados. l_a fabla

\V~ 1 recoge los mantos definidos en las diversas regiones de los aipujárrj_

des del tercio central, ordenados en columnas segün su orden de suoerpo

sición. Cada f i t a corresponde a cada uno de los cuatro grupos definidos por

Aidaya et al (1981).

i .\h_ii -\- r

'.'i •h't!|!|itt.í3.ü" .'M'J-'í:1 y' •--' ( i'.'L"

A l i u i j -i'-,
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•a. oí'-*»

PcrtaliM
Tr«vuii>|iti? I ct Uf.in

^...Hu tt)irli.ii-.i
Vil.... ...

La correlación entre los mantos de las diversas zonas para constituir estos

cuatro grupos se ha realizado en base a una combinación de criterios estra

ti gráficos, tectónicos y me t amórficos.


I-

El grado de metamorfismo aumenta conforme se asciende en la p i l a de man-

tos; "La comparación del grado de metamorfismo de cada manto, deduci do al

confrontar las asociaciones minerales de términos equiparables en las res-

pectivas sucesiones, hace válida una regla con escasas salvedades; segün

ella, conforme se asciende en la pila alpujárride, el grado de metamorfi¿

mo de cada un i dad es el mismo o mayor que el de la unidad precedente.

Como el metamorfismo es siempre más intenso hacia la base de cada manto,

el resultado global es una superposición de unidades en la que cada con-

t a c t o de corrimiento determina la colocación de rocas más metamórfi cas sobre

otras que lo son menos" ( A l d a y a et al, Op. c t t . ).

De los cuatro grupos el que ocupa la posición t e c t ó n i c a más baja es el de

_j—Cjjar. Sus mantos son los menos metamórfi eos. l_a superficie de corri -

miento se sítüa siempre a n i v e l e s bastante a l t o s de la serie, en las f i I i -

tas o, en algún caso, en la formación carbonatada, de forma que esta ul-

tima puede descansar directamente sobre el Complejo Nevado-Fi| a bríde.

Por tanto, sus f i l i t a s , cuando están presentes, lo hacen con un reducido

espesor y son las menos recristal izadas de los Alpujárrides. Como puede

apreciarse en la tabla 1V-1, dentro de este grupo se incluye el subgrupo

Ballabona-Cacharón que comprende la mayoría de las unidades englobadas

por Egeler y Simón ( 1 969) y Egeler et al ( 1971) en el Complejo o Conjunto de

Ballabona-Cacharón.

El Grupo G u a da] fe o está constí luido por mantos que se superponen a los

oel grupo Lujar. En casos menos frecuentes pueden descansar directamen

te sobre el Complejo Nevado-F i 1 abrí de.

Una c a r a c t e r í s t i c a común a los mantos de este grupo es que la superficie

oe corrimiento se sitúa en la formación de f i l i t a s , con muy escasas ex-

cepciones en que lo hace próximo a su techo o muro.


Presenta una formación de filiías y cuarcitas bien desarrollada y con un

grado de r e c r i s t a l i z a c i ó n sensiblemente mayor que las del grupo Lujar.

Las formaciones paleozoicas de esquistos y micaesquistos están ausen-

tes, salvo para el manto de Alcázar, que presenta un r e t a z o de cuarci-

tas y esquistos con b i o t i t a en la zona situada entre Lujar y el túnel de la

Gorgoracha'

Debido a diferencias I i t o e s t r a t i g r a f i cas de c i e r t a importancia se define

dentro de este grupo • el subgrupo Alfaguara, constituido por los man-

tos de Alfaguara y Trevenque y la unidad de Blanquizares. En este sub

grupo es frecuente la aparición de tramos rojos poco r e c r i s t a l izados deri

tro de la formación de f i t i t a s y cuarcitas.

El Grupo Contraviesa, se superpone a los mantos de los grupos anterio-

res, o al Complejo Nevado-Fil ábride. Tiene la^> formaciones paleozoicas

bien desarrolladas. Presenta la formación de micaesquistos obscuros con

granate y e s t a u r o l i t a y sobre e l l a los cuarzoesquis tos y esquistos con bio_

tita, de tonalidades pardo-rojizas. La formación de filitas es asimismo

potente y semejante a la del Grupo Guadalfeo. Finalmente la formación

carbonatada está ausente o presenta potencias reducidas.

El Grupo Ai mi jar a presenta como c a r a c t e r í s t i c a común a todos sus man

tos y unidades un intenso metamorfismo. E s t e se material ¡za en la cris-

tal izacíón de paragénesi s de a l t o grado, en los niveles más bajos de la

serie, en la extraordinaria proximidad que actualmente e x i s t e entre las

¡sogradas y en que las diferentes zonas de minerales metamórfícos ocu—

pan siempre posiciones mucho más elevadas en la serie e s t r a t i g r á f i c a que

en los grupos precedentes. Así, aparece por ejemplo e b t a u r o ü t a y disi<s

na en niveles equivalentes a la base de la formación de f i l i í a s de otros

grupos o b i o t i t a en la formación carbonatada, que en este caso está cons-

tituida por mármoles.


85

En este grupo, la "formación de f i l i t a s y cuarcitas" e s t á constituida por

mi caesquís tos o esquistos de grano fino, con presencia de biotita, por lo

menos.

Ua posición tectónica del Grupo no es del todo claro. Se sitúa casi siem

pre sobre los mantos del Grupo Guadaifeo, planteándose el problema de

su relación con el Grupo Contraviesa, Así, al W de Motril sobre los man

tos del Grupo Guadaifeo descansan siempre los de Almijara, mientras que

al E lo hacen los de Contraviesa.

Es discutible la correlación lateral de determinados mantos de uno y otro

grupo. No obstante, lo que sí parece claro es que el manto más a l t o d e !

Grupo A l m ¡ j a r a ( e l de los Guajares) se s i t ü a sobre todas las demás unida,

ees alpujarri des, siendo pues, el manto superior de todo el empilamien

to.

El desarrollo y evolución del metamorfismo en el Complejo Alpujárride ha

s'do estudiado con d e t a l l e por N^ava^ro-VU a { } 976) y un resumen de sus con

ctusiones se puede encontrar en la hoja 20-41 (La Peza) del Mapa Geoló-

9 co de España E. 1:50.000.

En las rocas alpujarri des se aprecian tres esquistos i dades, S i, S 2 V S3,

» correspondientes

-
a tres etapas de deformación, D j , D2 , 03 . Durante es_

t r e s etapas el proceso de c r i s t a l ización mineral es continuo,

-de apreciarse en la figura IV-1. No se ha encontrado ninguna prue-


como

ba de f a s e s retrometamórficas intercaladas dentro del proceso. Es decir,

la evolución de P y T es continua, sin e x i s t e n c i a de máximos y mínimos

- terminantes de etapas puntuales de génesis mineral. Los minerales cris_

3 jan dudante todp el proceso.


!!•«. (1,1 '••i. 11*1. ÍJ } f*tt U.< »•<>.

C lorf tolde

Andalucita

Fig. IV-1. - D i a g r a m a c r i s t a l i z a c i ó n / f a s e s de deformación para los mine-


rales de la zona de B i o t i t a - C l o r i tolde (Manto de la Plata). (Segün G. Oue
ñas y Navarro-VHá. 1980)

"La esquí stosídad mas antigua conservada S. se generó durante la f a s e

de deformación D| y fue acompañada en su aparición de una c r i s t a l i z a -

ción mineral manifiesta. Es una esquistos! dad penetrativa a todas las

escalas, de flujo, y casi siempre páratela a SQ, en los casos en que se

conservan vestigios de estratificación. , .

La fase U^ genera la esquistosidad comunmente mas perceptible en los

esquistos alpujárrídes. S2 es gradualmente más p e n e t r a t i v a hacia tér-

minos más profundos de la sucesión; en tramos r e l a t i v a m e n t e elevados

se presenta muchas veces como una esquisíosidad de crenulación, aun-


87

que esta no sea siempre su condición. En efecto, en los mi caesquistos

más enérgicamente metamorfizados borra completamente a 5 1 , conser -

vada como esquistosidad interna de fenobl a s t o s IS j discordante con S2

externa); en rocas mas c u a r c f t i c a s , reducidas amígdalas de naturaleza

cuarzomicaesquistosa, d e l i m i t a d a s con nitidez por franjas contiguas con

S>2 penetrativas a escala mi croscbpica, dejan ver micas orientadas ( S j }

oblicuas a So. Por el contrario, coincidiendo con la Zona de Biotita-

-Cloritoide, es habitual encontrar S, crenulada por S>2> sobre todo

cuando ambas son oblicuas; en e s t a s rocas e x i s t e n dos lineaciones i-

gualmente penetrativas, una de intersección S j / S 2 y otra, definida por

el microplegado de Si crenulada.

Los mtcropl iegues p2 con reconocible en lamina delgada y sobre el te-

rreno; no se han encontrado pliegues métricos o más grandes. . .

Con posterioridad a D-\n varios sistemas de pliegues que no han

podido ser agrupados por la dispersión de las escasas observaciones

disponibles; las consideraremos como parte de D->, provisionalmente.

Las estructuras producidas evolucionan, a lo largo de la sucesiónme

tapetftica, desde un microplegado tenue hasta la formación de esquís-

tosidades de crenulación (provisionalmente, S-j), bien patentes en tra_

mos del Manto de La P l a t a . . .

53 es normalmente poco p e n e t r a t i v a a e s c a l a del afloramiento aun en

las zonas de mas a l t o grado metamórfico. Un f u e r t e microplegado de

S2 acompaña a 63 en los micasquistos y es c a r a c t e r í s t i c a la presen-

cia de alguna alineación L^ asociada. . ,

Insistimos en que son v a r i a s las etapas de plegamiento que deforman a

E>2 y anteriores al api lamiente actualmente v i s i b l e de unos mantos alpu_


járrides sobre otros, pero estas fases no pueden ser todas, ía

das". (G. Dueñas y Navarro Vi la, 1980)


Sigue vigente la polémica sobre la existencia de una posible esquistosidad

anterior a S j , prealpina por tanto.

Esta ¡dea ha sido defendida y argumentada por numerosos autores, entre o

tros Aldaya( 1970). NO obstante, este mismo autor, posteriormente (Aldava,

! 981 )manifiesta que no existe ninguna prueba concluyeme sobre la existen-

cia de dicha etapa metamórfica: "El posible metamorfismo antealpldico, por

e! que nos hemos pronunciado numerosos autores, no es, por ahora, de -

rnostrable en esta región, si bien es algo que tampoco se puede desear -

tar" (Aldaya, op. c¡t. ).

Como ya se ha dicho previ amenté, durante todo el proceso metamórfico la

evolución de P y T es un proceso continuo. García Dueñas y Nav L .rro-Ví_

la (1980) establecen el siguiente esquema de evolución:

Durante la fase de deformación D| se originan asociaciones minerales co-

rrespondientes a series de f a c í e s de presiones intermedias. Todas las

asociaciones minerales formadas alcanzaron una situación de equilibrio. Pa

ra el grado bajo de metamorfismo ta presión debió ser inferior a 4 Kb, pa_

ra 500°C de temperatura y "se necesitó un incremento superior a 2 Kb y

t O O ° C para conseguir dentro del grado medio las asociaciones de mayor

grado de metamorfismo" (García Dueñas y Navarro-V¡ la, op. cit. ).

En la etapa sincinematica y primera parte de la postcinematica de la fase

Ü2 continua el incremento de T, l_a presión sigue creciendo, aunque ya

muy débilmente. En la ultima parte de la etapa postcinemática de la fase

Ü2 se produce un brusco descenso de la P y un notable incremento de la

T que conduce a la formación de s i l l i m a n i t a y Fd K e inicio de la migma-

fización en los niveles mas profundos.

Con estas mismas condiciones se alcanza la fase 03, que da lugar a cris_

talizacíón de algunos minerales segün 53.


89

Por tanto, durante todo el proceso metambrfí co se produce un incremento

constante de la T hasta el final del mismo y un incremento inicial de la pr_e

sión, que cada vez se hace más débil en el curso de D2 hasta sufrir una

brusca caída al final de e s t a fase. Por tanto, son los minerales crista-

lizados con posterioridad a la formación de So 'os correspondientes a más

altas T. Estas nuevas asociaciones no llegaron a alcanzar el equilibrio y

forman parte de una serie de f a c i e s de baja presión.

Finalmente se produce un proceso general de retrometamorfi smo que se ma

nifiesta fundamentalmente en bíotitas y granates.

El modelo de metamorfismo alpujárride que precede ha sido propuesto por

el mencionado autor a p a r t i r de su Manto de La Plata (del grupo A l m i j a -

ra) fundamentalmente; los resultados obtenidos por otros autores en los

restantes grupos alpujárrídes muestran que este modelo puede extenderse

con ligeras modificaciones a todos ellos { A l d a y a , 198 J y A l d a y a e t a l , 1 9 8 1 ,

entre otros).

Aparte de la diferencia, ya citada en la intensidad del gradiente metamór-

fico, es de destacar que en los restantes grupos de Mantos Alpujárrídes

las fases de deformación post-D2 no están acompañadas de neoformacíón

de minerales: Q bien las fases de deformación fueron algo más t e m p r a -

nas en los dominios de los mantos que hoy se sitüan en el Grupo Almi-

jara, o bien en estos dominios el proceso térmico se prolongó algo mas

en el tiempo, Q bien pudieron ocurrir ambas cosas a la vez.

Como punto de interés para este trabajo y para mayor comprensión d é l a

discusión del siguiente apartado, conviene advertir lo siguiente: en los

mantos de los grupos Guadalfeo y Contravíesa la b i o t i t a no c r i s t a l i z a en

las formaciones, de f i ü t a s y c u a r c i t a s durante las fases de deformación


i y 2 ni en el correspondiente período intercinemático. Aparece sólo espo-

rádicamente en la fase postcinemáti ca post-D 2 i esta b i o t i t a ha sido, en ge-

neral, retrometamorfizada y transformada en clorita.

Dado que se encuentran materiales triásicos afectados por el proceso metía

mbrfico, no e x i s t e ninguna duda sobre la edad alpina de dicho proceso. Va

se ha mencionado previamente la posibilidad de que las rocas paleozoicas

hubieran sufrido un metamorfismo prealpino.

Conviene, asimismo, señalar que no se han descri to pliegues i socl ¡nales de

gran tamaño en las zonas en que se han realizado los muéstreos objeto de

este estudio que pudieran provocar inversiones y/o repeticiones de los ma_

t e r i a t e s objeto del mismo. En cambio, sí son frecuentes reducciones de es-

pesor de origen tectónico, que pueden no ser homogéneas. Por tanto, la

comparación de los valores medios entre unos mantos y otros no es más

que una idea global, ya que dichos v a l o r e s pueden, en general, variar s^

gün falten unos paquetes u otros por laminación tectónica.

En todas las series metapelítl cas es frecuente la existencia de filones de

cuarzo paralelos u oblicuos de bajo ángulo a S>2- E' cuarzo puede estar

acompañado por otros minerales tales corno albita, mica blanca, calcita,

óxido de Fe, epídota y, fundamentalmente, clorita, que forma finos mo-

saicos de agregados cristalinos.


91

IV-1-2 SITUACIÓN GEOGRÁFICA Y GEOLÓGICA DE LOS MUÉSTREOS

Como ya se ha expresado en capítulos anteriores, la elección de los cortes

a muestrear se ha r e a l i z a d o tratando de aunar tres objetivos fundamenta-

les: Riqueza en c l o r i t a , representati vi dad de las diversas unidades tjeológi-

cas y un conocimiento preciso de la geología de la zona.

Dentro del Complejo Alpujárride se ha estimado que las formaciones de f i -

l í t a s y cuarcitas (mícaesquistos de grano fino en los mantos de mas a l t o gr¿

do de metamorfismo) son las de mas interés de cara a este muestreo, de-

bido a que en e l l a s la c l o r i t a forma par íe fundamental de la paragénesis

principal de la roca. Al mismo tiempo, su orientación clara, paralela a l a

esquistosídad principal (S2, en la mayoría de los casos), y la menor com

plicación metamórfica de la roca hacen menos complejas las interpretaci o

nes genéticas. En estos muéstreos, a la v i s t a del estudio petrográf i co, se

han considerado no válidas, a efectos de cálculos de valores medios, aqu£

l i a s muestras donde la c l o r i t a no presentara c l a r o su carácter primario

(dicho mineral aparece frecuentemente como mineral procedente del retro-

metamorfismo de b i o t i t a ) .

Asimismo, se han maestreado también, aunque con mucha menor intensidad,

las formaciones inferiores. En dichas formaciones, el carácter retrome-

tamórfico de la c t o r í t a es c l a r o a la v i s t a de las láminas delgadas.

Finalmente, se estimó de interés estudiar las c l o r i t a s presentes en fílori

ci I los de cuarzo, asociados a las formaciones de fi I i tas y cuarct tas. Es-

te ultimo muestreo se r e a l i z ó en los mismos cortes u t i l i z a d o s para mues-

trear dichas formaciones, con el fin de poder comparar las característi-

cas de las cloritas de los filoncillos con las de las correspondientes a su

roca de caja.

En la figura IV-2 puede apreciarse la situación geográfica y geológica ce

tos diferentes cortes muestreados.


GRUPO DE LA ALMIJARA

tjn deBínomotarro Materiales post - montos

Monto de lo» Cuajares •


- Uns.det Chorean y Soyolonga. Monto de Murtas
Zono Subbe'tico y oíros
- Ktippes de lo Guindalera y ;..-•• j o d ? j atines
1 olfos deposición equivalente GRUPO DELGUflDALFEO

Manto dellrevenque o 9 Coberteras Suprobeticos


Manió de fa Ptoto.
Complejo Colmenar Pertona

Monto déla Alfaguara


Manto de Salobrefia

Manió d« Alcóiar.
Uns de Venia de Pabia y Canillas.

Complejo Nevado-F'lóbride
Monto de lo H e r r a d u r a . Monto de Norváez
- Un.d*la Tejido y escama deCalixto'

- Un det Jate y equivalentes. Monto de Costaras


F
Lü lillli
Un. de la* Alberquílas (intermfl- GRUPO DE LUJAR
dioenlre Solobr«ño- Herradura)
Monto de Víboras

Manto de Carbonates
Monto d«l Zujerio

Monto dt L0|or

Fjg. 1V-2. - Situación geográfica y geolbgica de los corles muestreados en el


Complejo Alpujarríde. (Esquema geo!6gi co segün AlcJaya et al. 1961)
.-í.'.'.'t f f f f f f f fJ-f-fff TT7 {Tí-"^^VUVW^TTT
MtóUíííí^íU^^^'W^^^
nTlrJ- i >/,->/ í -v > /Tnrh'JLroT.- .*> ?Sai /.*.-.-

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'(OJUGLU oup|p ua uopBLUJOj puní |rj Bisa ap a j u a j s t x a o]uaiiUBJO|.}.e ootun

j a ) soismbsaoz jeno A sojsmbsg ap joijajuj uqppujjoj e¡ uoo OJD&JUOO \&

BISBM (epBieuoqjDD uqpeuuoj) oqoaj ja aps^p JBZP;>IV ap ojueo» |ap spjtm

ap uopeujüo^ PI ajuaoienoi iqo BJJOQ É eM3Bjo6joG ^1 3p eLUO~iPt sp eui pus

*so6e-i pppg PA anb ou¡LueD un jod enuijuoo sandsap 'SLjoejoSjoo ^1

jaur^j ja EJS?H pepnp e j s a ap ssuope ¡patuui s^i apsap '[¡jjo^ e

J ¡a jod sopej!|

opis UPLJ 'süOiBojoaS sojep sosojatunu OOIOD tse ' s e p e z i j i j n sejjsaniu

se¡ A (696 L ' P ^ e p i v ) e / ^ e P l V ' J JQd ope ¡pnjsa oiuatue} idoie opis eq ajjoo

ns ap ofeqap uod

*?i e opeuoD BM oiuaiLueJO]¿e ejsa jod BJJUJH anb ojuaioi

ap apUJadns G| sand 'jouadns ajJBd e A BÜOI^B ou ugpetujoj

ap OJHUJ 10 anb BA 'sejpjBno A S B J J I I J ap ap aijas BJ ap ai

e u n B O i q s apuodsajjoo oaJisaniu ja 'OLUSILU jap eza|BjnjPU e( e opiqap

auaiAuoQ 'sajjoo so| sopoj ap |Bjua¡jo S^LU ¡a 53 'BJpv sp °J

sajuaipuodajjoo sa|B|jajBUj ap ofsqsp jod 'JBZB,DIV ^P OJUBOI |a PJ

-OI;B apuop eoiuqjoai BUBjuaA Pun B apuodsa-uoo '(HH)

ap OJUB^ |B

saiuaipuodsoj joo sauoo sají opezi|P9j UBLJ as |ap ojjuaQ

odnuo

A esajABjjuoo ' :sajo¡jadns sodna6 sajj opeipniss UBL| as

A S B J u Jj ap sauopBtujoj t*Z~t-AI
95

por tanto un corte completo de la formación de f i l i t a s , por o t r a parte el

ünico posible en e s t e manto.

-Carretera de Motril (CM). Este corte fue muestreado y estudiado por J. D.

Martín Ramos (Martín Ramos, 1976), en su t e s i s sobre "Micas de las Cor-

dilleras Bélicas". Se ha trabajado, pues, sobre las muestras recogidas

por el mismo, extendiendo su e s t u d i o a las c l o r i t a s . Una referencia com

pleta al mismo puede encontrarse en el trabajo mencionado.

¡V-l-2-1-2 Grupo C o n t r a v i e s a

Se ha estudiado un corte correspondiente al manto de Murtas:

-Murtas (MU). Este corte se extiende en dirección S-N desde las cerca -

nías de los Llanos de Carchuna h a s t a la c a r r e t e r a de Motri l-l_üjar, en las

proximidades del cerro de la Monja, Recoge la s e r i e completa de la for -

mación de f i l i t a s del Manto de Murtas desde su techo (formación carbona-

tada) hasta su rnuro (formación de esquistos y cuarzoesqui s t o s ) . Es apro-

ximadamente perpendicular a la e s q u i s t o s t d a d principal.

IV-1-2-1-3 Grupo A l m i j a r a

Se han estudiado dos cortes correspondientes a los mantos de La Herra-

dura y Salobreña:

-La Herradura (LH]i Es un corte de pequeña longitud, situado a lo largo

de la carretera de Motril a Almuñecar (N-340) en el km-332-333. Corres-

ponde a la formación de micaesquistos de grano fino del manto de La He -

rradura (Unidad del Ja t e ) , desde su techo (formación carbonatada) hasta

los niveles en que la c l o r i t a desaparece como mineral propio de la para-

génesis fundamental de la roca. Las ¡sogradas están fuertemente conden-


sadas, debido al a l t o gradiente térmico, y muy posiblemente a una fuerte

reducción de espesor de origen tectónico, lo cual explica la reducida Ion

gi tud de! corte.

Salobreña (SA). Es un corte de carácter Tsti cas semejantes al anterior,

correspondiente a la formación de micaesouistos de grano fino del manto

de Salobreña. Esta situado en la carretera de Granada a Almuñecar, al

S del pueblo de O t f v a r .

I V -^j - 2 - 2 Pj?/^! J3CÍ Q n_d.e._._e,gHu-J .f 19 s_ y JS.U a^c i t ai_s con b i o t i t a ( c I or j tas d e r e -

trprnej_a_m_grfj_srnoj

Se han maestreado las formaciones correspondientes al Grupo Contravie-

sa, concretamente los mantos de Murtas y de Adra. El muestreo en el man

lo de Murtas (MT) es continuación del correspondiente a su formación de f]_

litas a lo largo de la carretera de Motri l-Lüjar.

Las muestras del manto de Adra corresponden a t a zona colindante con la

ventana tectónica de la Rambla de Huarea y, al igual que tas del corteHU,

han sido f a c i l i t a d a s por F, Aldaya.

En estas formaciones la clorita es escasa y siempre de retrometamorf tsmo.

En lamina delgada aparece claramente desorientada y asociada a biotlta.

IV-1-2-3 Piloncillos

Corno ya se ha mencionado, se t r a t a de las cloriías presentes en los filo-

nes de cuarzo, a los que se ha hecho referencia previamente en el apart¿

do IV-1-1. Los muéstreos se han llevado a cabo en los cortes AL.C y

MU, previamente descritos. Siempre que ha sido posible, en cada punto


97

de muestreo se ha tomado una muestra correspondiente a f i l i t a y otra a f i l ó n

cilio. Las s i g l a s correspondientes a f i l o n c i i l o s son las mismas que las d é l a

roca de caja, terminadas en -H.

I V - 1 - 3. R_E_S_U L_TA_D Ojp Y_ _P R_|_ M JE_R_A B I NJ_E_R P.R_E_T A.CJ_O_N.E S

IV-1-3-1 COMPOSICIÓN QUÍMICA Y MI NERALOGI CA DE LAS MUESTRAS

ESTUDIADAS

En e s t e apartado lo Cínico que se pretende es dar una referencia de las com

posiciones químicas y mineralógicas medias de las muestras con las que se

ha trabajado en el presente estudio, con ei único fin de que s i r v a de gufa

para el estudio de la c l o r i t a que se va a hacer en los apartados sucesivos.

Este es pues el ünico valor de tales datos, ya que el carácter del mues-

treo realizado no p e r m i t e e x t r a e r de los mismos un valor intrínseco desde

el punto de v i s t a geoquímico o mineralógico. En efecto, al real izar tos mues_

treos se han seleccionado aquellas muestras que en apariencia presentaban

una mayor riqueza en c l o r i t a , por ser las más apropiadas para nuestro es_

ludio. Este tipo de s e l e c c i ó n introduce, pues, un f a c t o r modificador muy ¡m

portante de los valores medios obtenidos. Por otra parte, posteriormente,

en determinados cortes se han desechado aquellas muestras que no t u v i e -

ran claro su carácter primario, o que no ofrecieran datos de suficiente ca

I ¡dad.

La tabla IV-2 recoge las composiciones químicas medias de las muestras a-

nalizadas. Hay que señalar que no se han llevado a cabo análisis químicos

de todas las rocas estudiadas. De los cuatro c o r t e s correspondientes a f¡_

l i t a s se han seleccionado dos: uno correspondiente al manto de A l c á z a r

(Gorgoracha) y el de Murías. Asimismo, dentro de e s t o s cortes se han s e -

leccionado una parte de las muestras.


IAM! A u/-;:

tQ^iyf'1'-.'^'. í?_JrlUlMl_i A - . W ¡ H A - - ; >. ¡ A;.-, |«>r A'-. A 1 .AI 1,'AuA -

i it i i A:- MI,; Al - ¡i .i. MI < . l • ,\l •<-•>, 11 • i i r . < i

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I) i .-i | ) f . , - < l i i i . i ¿ M U - t ;it( ni.,, M.F v i

Las composiciones medias de los dos cortes correspondientes a f i l i t a s son

bastante semejantes entre sí. l_a diferencia principal radica en un mayor

contenido de AI 2 O3 en Murtas y de FeO, fre2°3 V M9O en Gorgoracha.

Los micaesquistos son más ricos en SiO2 y Fe O3. En cambio, el MgO

es sensiblemente inferior. Es más bajo el contenido en CaO. Como conse_

cuencia de la carencia de e s t e elemento y escasez de Mg, ta P. C. es tam

bien inferior, ya que prácticamente casi no se pueden formar COJ.

Finalmente, los micaesquistos de grano fino tienen la 5¡O bastante infe-

rior a las o t r a s unidades. En cambio, el CaO presenta un valor muy SLJ

p e r i o r y como consecuencia también ía P. C. es muy elevada. El MgO es

también sensiblemente superior. El Fe^O-j presenta un valor intermedio

entre el de tas f i l i t a s y el de los micaesquistos.


99

La tabla IV-3 recoge las composiciones mineralógicas medias de las mues-

tras estudiadas.

11 I .- Ji> •' .'•• 1 1 1 4 1.' i I '' i •1 '. » .'


1 1 II •> >I .". 1 !i ."! 17 I 1 1 1
1» •• .' 1 Li 1 1 ':' IV >. . 1 í 1 <É .'
U i i i/i i '•-, :•; .V .-.i i .• i 1 1 1 I I

.' 1 lt> .T, 1 t ,"J IV II •' II 1 1 -,' 1 1

MI' Al • • ¿i Ik-i 1 I

Tanto en las f i l i t a s como en los micaesquistos, ios fi losi I ¡calos y el cua_r

zo constituyen la fracción principal. En los micaesquistos el Q es más a-

bundante como cabla esperar de su mayor riqueza en s í l i c e , y los carbo-

nates esíán totalmente ausentes en las muestras estudiadas como conse -

cuencía de la escasez de Ca y Mg. Los m i c a e s q u i s t o s de grano fino pre-

sentan una composición mineralógica más v a r i a d a con importantes cantida-

des de feldespatos (fundamentalmente a l b i t a ) y una mayor cantidad de car-

bonatos que las otras unidades, consecuencia lógica de su riqueza en

Ca y Mg.
Respecto a la distribución de filos! M e a t o s , hay que señalar que, mientras

las f i l i t a s presentan cantidades importantes de paragonita, este mineral

e s t á casi ausente en los micaesquistos y micaesquistos de grano fino. En

el primer caso la explicación es clara, ya que el Na es muy poco abun-

dante; en el segundo, aunque es bastante abundante, se emplea prefererj

temente en la formación de a l b i t a . Finalmente hay que señalar que, míen

tras en las f i l i t a s y La Herradura ios ferromagnesianos dan fundamenta]^

mente clorita, en los micaesquistos se emplea una gran cantidad en cio-

ritoide, lo que da lugar a una proporción de c l o r i t a bastante baja. Sa-

lobreña tiene a este respecto un carácter intermedio.

IV-1-3-2 Los parámetros de las mi cas

Como ya se ha dicho en el capítulo de Metodología, e s t a s medidas se han

realizado con el fin de obtener datos sobre las condiciones termodinámi-

cas de formación de las muestras estudiadas,

Martín Ramos y R. Gal leqo, í ' 976), a partir de datos de Vetde (1967) y

Sassi et al (1974), entre otros, establece que el bo de las micas es fun

ción tanto de la presión como de la temperatura de formación.

Estos mismos autores (M, Ramos y R. Gallego, 1976) proponen la dife-

rencia angular ( ¿ 2 0 ) entre las reflexiones (00, 10) de la m o s c o v i t a y pa-

ragonita como medida de la temperatura, estando su valor a p r o x i m a d a -

mente exento de influencias de la presión.

De la medida de estos dos parámetros se han obtenido los siguientes va

lores medios, para cada uno de los cortes;

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