Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Bendito sea quien no encuentra la fe, porque eso significa que sigue buscando su
verdad, no la de otros. Intentar perfeccionarse y perfeccionar su entorno, es
comienzo del progreso. Quien encuentra rápido su meta, ha acabado pronto. Está
al final del camino. Ya no siente la necesidad de seguir; más allá.
Es curioso observar cómo, todas las tropas del mundo, basan su acción y éxito en
la aceptación de órdenes, que implican la desaparición del individuo; para actuar
como una partícula de la masa. También resulta sorprendente, cuanto menos,
saber que en los ejércitos de todo el mundo hay mayor proporción de fieles
creyentes de su respectivas creencias, que en la correspondiente población civil.
Creyente, luchador y obediente es la principal suma de virtudes que han de reunir
quienes se apunten a una causa, para imponer sus creencias a quienes no sean
fieles a las mismas. Los ejércitos, cuya principal misión es derrotar al enemigo, o
sea, a quienes sus jefes hayan considerado clasificar como enemigos, funcionan
como cuerpo ejecutor; no como cabeza rectora. Son una fuerza subordinada.
La disciplina encierra más destrucción en sí, que fuerza constructora. Sobre todo, la
disciplina impuesta, la obediencia ciega, que anula personalidades, hasta convertir
a todos los fieles en sujetos descerebrados. La represión de los instintos, es el
arma más eficaz, para convertir lo fácil en difícil. Todo se transforma en algo
innecesariamente complicado.
Nada es estable, nada es eterno, más que la propia eternidad. La misma eternidad,
requiere cambios constantes, para conservarse. Todo lo vivo evoluciona. Sólo la
nada permanece inalterable en el tiempo.