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2014
El Hombre Unidimensional
Ahora bien, las sociedades buscan mantener siempre sujeto al individuo para la satisfacción de
sus propias necesidades y las creadas a ese individuo para sujetarlo más. La necesidades es un sistema
de signos que no surge en los medios de comunicación o en lo biológico del ser humano, sino que son
necesidades históricas, es decir, las necesidades actuales del individuo se han producido desde antes
de que este las comience a reconocer, y tienen una función social de represión fijadas por estructuras
hegemónicas donde el individuo no tiene ningún control. Por ejemplo, el descansar, divertirse,
comportarse, y consumo, pueden ser falsas necesidades, por el contrario, el alimento, vestido y
vivienda son necesidades requeridas para mejores condiciones de existencia. Sin embargo, la verdad o
falsedad de las necesidades y satisfacciones del ser humano son determinadas totalmente por los
mismos individuos en un momento dado, él decide que es lo que necesita y lo que le da plena
satisfacción.
Por otro lado, el autor señala que, para que haya una verdadera liberación del sujeto, es
necesario manifestar una toma de conciencia, pero esta es obstruida por las necesidades y
satisfacciones que se le ha predeterminado por los controles sociales, como es la necesidad de
producir y la satisfacción de consumir, aunque a costa de esto sea necesario de un trabajo forzado al
máximo punto de sofocación. Por ello, vemos que esta totalidad represiva transforma a la libertad en
un instrumento de dominación, es decir, que aunque se tenga la libertad de elección de escoger algún
trabajo o empleo, no se libera de los controles sociales que crean signos de miedo, angustia, muerte,
hambre, vestido, mercancías, etc. Entonces, seria libre el sujeto si no existieran estos signos
elaborados por la creación de controles sociales de los distintos empleos.
Marcuse, Herbert, “El hombre unidimensional”, Juan Gracia Ponce, México, 1ª ed., Editorial Joaquín Mortiz,
1968.