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Poder Judicial de la Nación

Año del Bicentenario


Sala I – 39.579- FAVALE, Cristian Daniel y otros
procesamiento
Juzgado Nacional de Instrucción N° 38 Secretaría N° 132 -causa de origen n° 40.825/10

/ / /nos Aires, de diciembre de 2010.-


Y VISTOS:
I. Llegan estas actuaciones a estudio del tribunal en virtud de los recursos
de apelación deducidos por los letrados defensores de los imputados Cristian
Daniel Favale, Gabriel Fernando Sánchez, Juan Carlos Pérez, Pablo Marcelo
Díaz, Francisco Salvador Pipitó, Jorge Daniel González y Guillermo Armando
Uño contra la resolución obrante a fs. 4029/4102 de este incidente de apelación,
en cuanto se dispuso el procesamiento de los nombrados por considerarlos prima
facie coautores penalmente responsables de los delitos de homicidio calificado
en concurso real con homicidio calificado en grado de tentativa -3 hechos que
concurren realmente entre sí- en concurso material con coacción agravada -3
hechos que concurren idealmente entre sí- (arts. 42, 45, 54, 55, 80, inc. 6° y 149
bis, CP).-
Celebrada la audiencia en los términos del art. 454, CPPN,
comparecieron el Dr. Gustavo Raúl D’Elía, por la defensa de Sánchez; el Dr.
Sergio Fabián D’Amico, por la defensa de Favale; los Dres. Daniela Paula
Grisetti y Carlos Daniel Froment por la defensa de Díaz y González; el Dr. Oscar
Gustavo Igounet, por la defensa de Uño; el Dr. Mario H. Laporta, por la defensa
de Pérez y la Dra. María Carolina Ocampo por la defensa de Pipitó.-
A su vez, concurrieron los Dres. Alberto Bovino y Diego Ramón
Morales, letrados apoderados de la querellante Beatríz Otilia Rial y la Dra.
Claudia Ferrero, en representación del querellante Nelson Fabián Aguirre,
patrocinada por la Dra. María del Carmen Verdú.-
Atento la complejidad que reviste el asunto, el tribunal dictó un intervalo
a los efectos de continuar con la deliberación y resolver.-
II. De las nulidades planteadas por las partes
Previo a ingresar al fondo de la cuestión traída a estudio, corresponde
señalar que uno de los argumentos repetido por varias de las defensas se vincula
con la validez formal de la resolución puesta en crisis por cuanto se sostiene que
carece de la fundamentación requerida, a la que tildan de subjetiva, con un
análisis fragmentado de las pruebas acumuladas.-
En este sentido, luego de una atenta y detenida lectura de la extensa
decisión de la magistrada de grado consideramos que se trata de un acto
jurisdiccional válido por cuanto contiene los requisitos de fundamentación y
legalidad propios del acto, tal como lo dispone el ordenamiento de rito, en su art.
123, resultando los agravios meras discrepancias acerca de la valoración
probatoria efectuada por la magistrada, los que serán tratados en detalle por este
tribunal, sin que corresponda, por ello, concluir en la arbitrariedad del fallo. Es
de destacar que lo que el art. 123 fulmina de nulidad es la ausencia de
motivación, no el hecho de que ésta sea breve, insuficiente o, incluso errónea; en
estos supuestos los medios de impugnación ordinarios –los recursos- son la
solución prevista por el ordenamiento, no la nulidad.-
Como bien fuera señalado en la audiencia por el abogado Bovino, en
representación de una de las querellas, las críticas que dirigieron las defensas a la
resolución lucieron parcializadas. Sin que ello implique un cuestionamiento al
modo en que ejercieron su ministerio los recurrentes, en atención a las diversas
intervenciones que los acusadores les reprochan a los imputados, es dable
concluir que la pretensión de invalidez formal tiene su origen en dicha lectura
segmentada del fallo. Por el contrario, una lectura integral del pronunciamiento
de la sra. juez a quo demuestra que la hipótesis acusatoria ha sido planteada
correctamente, luego confrontada con la prueba colectada y el derecho de
aplicación al caso, arribando a la decisión que se recurre. Así y como dijéramos,
más allá de las críticas concretas a las valoraciones efectuadas (que no hacen a la
validez formal del acto y que analizaremos a continuación), la nulidad articulada
no puede prosperar.-
La misma suerte correrán los planteos nulificatorios postulados por la
defensa de Díaz y González por cuanto, además que han sido formulados de
manera genérica (nulidad del acta indagatoria, de medidas definitivas e
irreproducibles y de anónimos incorporados a la investigación), no ha indicado
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ni demostrado el perjuicio concreto que le acarreó a esa parte la realización de


tales actos procesales, extremo requerido para tratar un planteo como el que nos
propone.-
Tampoco cabe hacer lugar al planteo formulado por la defensa de Uño al
no advertirse, como lo alegó, una violación al principio de congruencia,
entendido éste como la identidad de los hechos atribuidos al ser legitimado
pasivamente y al dictarse un auto de mérito como el aquí analizado pues, más
allá de la calificación legal que la parte asigne al evento imputado, la plataforma
fáctica se ha mantenido indemne en los actos trascendentes de esta etapa
preliminar.-
Por último, en cuanto a la incorporación a la investigación de testigos de
identidad reservada, que ingresaron o, por lo menos, iniciaron los trámites
pertinentes, para acceder al Programa Nacional de Protección a Testigos e
Imputados del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, atento a
que a la fecha del dictado de la medida que viene a revisión de este tribunal, la
identidad de estas personas fue develada, ratificando sus dichos con todas las
formalidades legalmente establecidas para la declaración testimonial, tal como
quedara expresamente aclarado en el marco de la audiencia, nada cabe acotar a
este respecto.-
III. Del fondo de la cuestión
Aclarados los planteos preliminares, hemos llegado a la conclusión que la
decisión habrá de ser homologada, en lo que se refiere a la intervención que le
cupo a los imputados, con los alcances que se detallarán seguidamente.-
Previo a ello, cabe señalar que los hechos imputados se encuentran
ampliamente descriptos en la decisión que viene a estudio del tribunal, a cuyas
constancias nos remitimos en honor a la brevedad.-
Sentado ello, más allá de lo que se dirá con especial referencia a cada uno
de los imputados, no puede soslayarse un dato sumamente relevante para el
tribunal vinculado al momento en que se llevó adelante este enfrentamiento o
gresca que culminó con la vida de Mariano Esteban Ferreyra y que intentó
terminar con la vida de Elsa Magalí Rodríguez Sosa, Nelson Fabián Aguirre y
Ariel Benjamín Pintos: la agresión armada que culminó con los resultados
lesivos indicados se produjo durante la retirada de los “tercerizados” y militantes
de diversos partidos políticos que habían iniciado una manifestación en reclamo
de los derechos laborales de los primeros, cuando se encontraban a unos 300 mts.
de las vías del ferrocarril, cuyo servicio intentaron interrumpir como modo de
protesta.-
En efecto, tanto los empleados “tercerizados” como los militantes del
Partido Obrero, del Movimiento Teresa Rodríguez, Convergencia de Izquierda,
el equipo periodístico de C5N y los testigos ocasionales, fueron contestes al
señalar que los integrantes de la Unión Ferroviaria se encontraban sobre el
terraplén de las vías del tren o bien en la calle de abajo, mientras que los
manifestantes –que no habían podido subir a las vías en el puente Bosch-, se
encontraban a doscientos o trescientos metros de distancia, sobre la calle Luján.-
Si bien con algunas diferencias, la mayoría de los testigos coincide en que
habrían estado celebrando una asamblea entre cuarenta minutos y una hora a los
efectos de determinar los pasos a seguir, y que a las 13.30 horas
aproximadamente iniciaron la retirada hacia la Av. Vélez Sarsfield, momento en
que fueron sorprendidos por los manifestantes de la Unión Ferroviaria que se
acercaron a la carrera tirando piedras.-
Ahora, el supuesto motivo por el cual el grupo que integraban los
imputados habría concurrido al lugar era evitar el corte de las vías férreas,
objetivo que, al momento en estudio, se habría alcanzado, toda vez que, como se
dijo, el intento de los “tercerizados” de tomar las vías en el Puente Bosch había
fracasado y habían resuelto que no era conveniente continuar con el objetivo
fijado.-
Por ello, esta situación parece concederle la razón a la abogada Verdú,
quien expuso en la audiencia en representación del querellante Aguirre, en
cuanto a que la agresión desarrollada habría tenido como real finalidad
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“aleccionar a los ‘tercerizados’ ” para que, en el futuro, no intenten un nuevo


corte de vías, resultando relevante el análisis de la hipótesis acusatoria en
relación a que los distintos eventos se desarrollaron de acuerdo a un plan
determinado. Asimismo y por el contrario, las circunstancias temporo-espaciales
indicadas, echan por tierra con la base del descargo general de los imputados,
que puede sintetizarse en que se produjo una riña entre ambos bandos, en el
intento de los ferroviarios de que sus oponentes no corten el servicio del
ferrocarril.-
Es en este contexto en el que debe analizarse la conducta de cada uno de
los imputados.-
Así, y a fin de dar una respuesta concreta a los agravios vertidos por las
partes, se detallarán los elementos de cargo que, a nuestro criterio, permiten
sostener, con el grado de provisoriedad que requiere esta etapa del proceso, la
intervención que le cupo a Favale, Sánchez, Díaz, González, Pipitó, Uño y Pérez
en el hecho investigado.-
IV. El imputado Favale ingresó al proceso a raíz de un llamado anónimo
efectuado el mismo día del hecho, tal como surge de fs. 47. No obstante las
críticas dirigidas por la defensa vinculadas al tiempo transcurrido desde su
conocimiento hasta que se ordenaran medidas sobre quien habría sido el autor de
este llamado, la investigación permitió determinar no sólo que estuvo presente en
la manifestación encabezada por la Unión Ferroviaria el 20 de octubre pasado,
sino que fue uno de los que habrían efectuado disparos con armas de fuego, que
provocaron, como se dijo, la muerte de Ferreyra y lesiones a Rodríguez, Pintos y
Aguirre.-
Para ello, basta con repasar la declaración testimonial prestada por Jesús
Alejandro Benítez quien a fs. 352/355 afirma claramente haber visto a una
persona cuyas características físicas coinciden con Favale efectuando disparos
con un arma de fuego tipo revólver, expresiones que ratificó a fs. 2931/2936vta.
La diferencia en el color de la prenda que vestía (roja, en la primera descripción
y, luego de exhibirle el video, azul) que alega la defensa, ha sido también
reconocida por el propio testigo al momento de identificarlo en las imágenes
exhibidas durante la misma declaración, de manera tal que la rectificación
efectuada en modo alguno invalida sus dichos.-
Por otro lado, no sólo ha sido Benítez quien reconoció a Favale como
quien efectuara disparos de arma de fuego, sino que también ha sido identificado
por otros tantos, al serle exhibidos los videos reservados en Secretaría. Así,
puede señalarse a Norberto Ariel Roseto, Néstor Mauricio González, Gonzalo
Damián Fernández y Lisandro Rubén Martínez (fs. 965/970, 2839/2842,
3608/3611vta. y 3102/3103vta.). Además, otros, pese a que no lo señalaron,
efectuaron una descripción física y de vestimenta que coincide con la del
imputado (cfr. Eduardo Belliboni, Nelson Aguirre, Marcelo Baruir Varterián y
Víctor Catalino Amarilla Barrios, entre otros).-
Sentado ello, debe destacarse que Favale, al momento de los hechos, no
era trabajador ferroviario sino que recién había iniciado los trámites pertinentes
para su ingreso.-
Esta circunstancia adquiere vital importancia habida cuenta que demuestra
que la convocatoria no fue espontánea como intentaron convencer las defensas al
tribunal, sino que fue especialmente llamado por Díaz para evitar no sólo el corte
de las vías, objetivo que ya se había cumplido pasado el mediodía del 20 de
octubre, sino también “aleccionar” a los manifestantes a no intentarlo
nuevamente en el futuro, tal como se señalara precedentemente.-
Pese a que Díaz negó esta circunstancia, el entrecruzamiento de llamadas
ha permitido establecer que el abonado que podría ser utilizado por él o su hijo el
día del hecho mantuvo comunicaciones con el abonado de Favale (informe 2600,
cuyo gráfico fuera remitido al tribunal).-
A su vez, sin perjuicio de lo que se dirá luego, se adelanta que este
designio da respuesta a los agravios vinculados con la calificación legal
seleccionada por la a quo habida cuenta que no se trató en el caso de una gresca
tumultuosa y generalizada en la que se produjeron resultados lesivos contra la
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vida sin que pueda determinarse las personas que lo consumaron, como
pretenden describir los hechos los defensores. Por el contrario, las grabaciones
de video incorporadas al caso, si bien no registraron el momento de la agresión
armada (cuestión que trataremos a continuación), permiten concluir que fue el
grupo que integraban los imputados el que, repentina y raudamente, se aproximó
al de los damnificados, cuando éstos se encontraban en evidente postura de
abandonar el lugar. Así, cabe concluir que el enfrentamiento fue provocado por
determinados individuos, algunos integrantes de la Unión Ferroviaria, contra el
grupo de manifestantes en el momento en que éstos iniciaban la retirada –por lo
que debemos descartar la pretendida finalidad de evitar el corte de vías-, y, por
ello, lo alegado en cuanto a las piedras o proyectiles de plomo que habrían tirado
los segundos resulta un vano intento de defensa, ante un caso en que, con el
grado de probabilidad de esta etapa preliminar, se ha acreditado una agresión
armada, habiéndose identificado tanto a las víctimas como a los victimarios.-
A las razones hasta aquí expuestas, corresponde agregar el resto de los
elementos probatorios acumulados en la investigación y el resultado de las
distintas pericias técnicas incorporadas (balísticas, médicas y técnicas) no
cuestionadas por las partes, por lo que, más allá de algunas consideraciones que
serán especialmente indicadas, nos remitimos al análisis efectuado por la
magistrada de grado.-
Así las cosas, concluimos que el estandar requerido por el art. 306, CPPN
se ha alcanzado en lo que atañe a la intervención que le cupo a Favale en el
hecho que le fuera atribuido, imponiéndose en consecuencia la homologación del
dictado de la medida cautelar personal dispuesta.-
V. La encuesta permitió determinar que Gabriel Fernando Sánchez
también habría efectuado disparos de armas de fuego. Así lo indicó el testigo
Alberto Mariano Esteche, duramente criticado por las defensas en el marco de la
audiencia. Sin embargo, cabe señalar que a criterio del tribunal las
contradicciones puestas de resalto entre sus dichos vertidos en sede policial y
aquél prestado ante la magistrada de la instancia de origen, han sido aclaradas en
esta última audiencia, en la que ha expresado con excesivo detalle lo vivido.-
Aclarada esta cuestión, el aludido expuso a fs. 1242/1247 que del grupo de
manifestantes ferroviarios que comenzaron a correr hacia quienes se estaban
desconcentrando –empleados “tercerizados” y manifestantes de diversos partidos
o agrupaciones políticas- se separaron dos personas que comenzaron a disparar
armas de fuego siendo uno de ellos el que vestía una remera con el dibujo del
cantante Bob Marley. Puesto en presencia de Sánchez, aunque con dudas entre
éste y otro de los participantes, lo reconoció como quien llevaba puesta esta
prenda (cfr. acta de reconocimiento en rueda de personas de sf. 2420/vta.).-
Por ello, los cuestionamientos en torno a la valoración probatoria de sus
dichos que nos propone la defensa deberá ser materia de amplio tratamiento en
una etapa posterior del proceso, como lo es la del juicio en caso de arribarse a
dicho estadio que, con sus notas de oralidad, concentración, bilateralidad,
contradicción e inmediación, asegura un mejor discernimiento de lo sucedido.-
A ello cabe agregar, como lo señaló el letrado que representa a la madre
de Ferreyra, que también Ramón Diego Cardía refirió haber visto a dos sujetos
que efectuaban disparos con armas de fuego hacia el grupo donde se encontraba
con sus compañeros pudiendo referir solamente el lugar en el que se
posicionaron, ya que no pudo describirlos (cfr. fs. 1111/1116).-
También se valoran las manifestaciones de Claudio Abel Díaz, guarda tren
de la línea General Roca, quien el día del hecho recibió un llamado telefónico de
Roberto Carnevale a los efectos de participar de la manifestación en repudio del
intento de corte de vías, habiéndose encontrado momentos antes del inicio de las
agresiones motivo de esta investigación con Sánchez quien lo llevó en su
automóvil hasta el lugar de los acontecimientos. Durante el trayecto, éste extrajo
del torpedo del automóvil que conducía un arma de fuego, indicando que había
llevado “el muñeco” o “el juguete” porque si se complica “él (en referencia a su
persona) de alguna forma tiene que salir”.-
Si bien este testigo sostiene que la convocatoria fue espontánea, ello
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seguramente pudo haber sucedido para muchos, sino la mayoría, de los


participantes empero, como se viene sosteniendo, no descarta que algunos
hubieran actuado con el fin aleccionador mencionado. Entre ellos, debe
señalarse a Sánchez, quien se presentó –al igual que Favale- momentos antes de
iniciar la embestida, portando un arma de puño, con la que luego efectuara varios
disparos hacia los manifestantes contrarios, con el resultado lesivo ya descripto.-
Por último, no puede dejar de mencionarse que si bien no se han
secuestrado las armas de fuego utilizadas, sí se ha procedido al secuestro de un
proyectil calibre .38 o similar en la intersección de las calles Pedro de Luján y
Perdriel, habiéndose determinado que éste fue disparado por el mismo revólver
que accionó la bala que quitó la vida de Mariano Esteban Ferreyra y la otra bala
cuyo fragmento fue extraído del cuerpo de Magalí Elsa Rodríguez Sosa,
actualmente internada en el Hospital Argerich.-
A su vez, otro proyectil de plomo desnudo secuestrado por la Gendarmería
Nacional e individualizado con el n° 24 también se corresponde a calibre .38
SPL, aunque no fue disparado por el mismo revólver.-
Ello permite dar crédito a la existencia de, por lo menos, dos armas de
fuego.-
Así las cosas, como se adelantó, también es posible sostener la
intervención que le cupo a Sánchez en el evento enrostrado.-
VI. Continuando con el análisis de los elementos probatorios que permiten
agravar la situación procesal de los imputados, hemos concluido que Guillermo
Armando Uño y Juan Carlos Pérez deben continuar sometidos a proceso.-
En este sentido, pese a discrepar en cuanto al grado de intervención que les
corresponde –que seguidamente será materia de análisis- existen suficientes
elementos de prueba que permiten afirmar no sólo su presencia en la
manifestación –extremo no controvertido- sino también su participación en el
emprendimiento criminal previamente acordado con el resto de los imputados.-
Así, Pérez ha sido identificado por el testigo José Eduardo Sotelo como “el
negro” a quien le entregaran las armas de fuego instantes antes disparadas,
siendo quien a su vez los envía a “hablar con Pablo”, en referencia, a criterio del
tribunal, a Pablo Díaz. Además, lo ha reconocido en oportunidad de ser puesto en
su presencia en la rueda de personas armada al efecto, aunque con la aclaración
que lo consideró “muy parecido” (cfr. declaraciones de fs. 179/181, 869/870y
2457/vta. y acta de fs. 1235/vta.).-
El ya mencionado testigo Benítez también reconoció a Pérez como quien
acompañaba y custodiaba a Pablo Díaz, describiendo la ubicación de los
imputados en momentos en que iniciaron los disparos.-
Uño, por su parte, aunque no fue reconocido por Sotelo en oportunidad de
ser puesto delante de la fila de personas formada, fue señalado al serle exhibidas
las vistas fotográficas reservadas en Secretaría y, comparada que fue con aquella
fotografía extraída al ordenarse tareas de inteligencia, se concluyó que se trata de
la misma persona.-
A su vez, el mencionado testigo Fernández también reconoció a Uño como
integrante del grupo que protagonizó el ataque, aunque en su primigenia
declaración lo apellidaba “Garra o Gaña”, equivocación salvada conforme luce
de la constancia obrante a fs. 3240, y quien se encontraba al lado de Favale al
tiempo que efectuaba los disparos. Cabe señalar que el reconocimiento que
efectuara el testigo no sólo ha sido por medio de filmaciones sino también en
forma personal durante la rueda formada conforme luce del acta de fs. 3465/vta.-
Así las cosas, los esforzados agravios expuestos por la defensa de los
imputados no enervan el cuadro probatorio acumulado requerido para esta altura
del proceso (art. 306, CPPN) resultando en una etapa ulterior, como ya se dijo, el
momento procesal más eficaz para analizar nuevamente la postura de la defensa,
en su confrontación con la acusación ya sea pública o particular.-
VII. En este apartado también se analizará en forma conjunta la
intervención que le cupo a Pipitó y González, dado el reproche que les es
formulado.-
Como venimos desarrollando, a los efectos de dar una respuesta a los
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planteos recursivos, si bien asiste razón a las defensas en cuanto a que de los
registros de audio y video incorporados no se desprende el anuncio de un mal
futuro detallado por la periodista Gabriela Judith Carchak, ello no es óbice para
mantener el reproche que pesa sobre los imputados respecto de los resultados
lesivos en perjuicio de las víctimas, aunque con un alcance distinto al fijado por
la magistrada de grado, como se verá.-
Ello así pues la contemporaneidad entre la arremetida en contra del equipo
periodístico de C5N, integrado por la antes nombrada, Marcelo Pablo Polito y
Gustavo Javier Farías, con el fin indicado, y el inicio de la agresión armada del
grupo que integraban los imputados contra los manifestantes “tercerizados” y
quienes los apoyaban, permite sostener, con el grado de probabilidad
característico de esta etapa preliminar (art. 306, CPPN), que no resultan hechos
aislados, sino que las conductas atribuidas se desarrollaron para facilitar las
otras: los disparos con armas de fuego que habrían efectuado Favale y Sánchez,
con el fin aleccionador antes señalado.-
Las imágenes tomadas por el camarógrafo permiten apreciar el modo
agresivo en el que los conminaban a dejar de filmar lo que sucedía, objetivo
cumplido si se repara en que luego de la intimidación sufrida, quedaron
registrados sólo algunos planos a baja altura y voces de los intervinientes en la
disputa directa.-
De este modo, la falta de acreditación del contenido amenazante de las
frases que dirigieran a los periodistas no resulta suficiente para descartar el
contenido ilícito de su intervención en los sucesos pues, reiteramos, el grupo de
los “tercerizados” estaba en franca retirada, a aproximadamente 300 metros de la
vías del ferrocarril tal como lo refieren estos testigos y se aprecia de los planos
que registraba la cámara, por lo que el motivo de la “convocatoria espontánea” a
la que se hace referencia en los descargos tanto de los imputados cuya situación
se analiza como de los restantes, se había cumplido y ningún motivo existía para
un nuevo enfrentamiento.-
Más allá de lo alegado con relación a cierta actitud tendenciosa de los
periodistas, los que supuestamente sólo filmaban a los “ferroviarios” y no las
actitudes hostiles que habrían desarrollado los “tercerizados”, la reacción de los
primeros carece de fundamento dentro de su descargo pues, como lo expusimos,
las imágenes que podrían haber registrado de ahí en más hubiesen resultado
irrelevantes, ya que sólo hubiesen mostrado la desconcentración de uno y otro
“bando”, salvo que, retomando la hipótesis acusatoria, Pipitó y González
hubiesen obrado con conocimiento de la agresión armada que desarrollarían sus
consortes de causa instantes después, y que lo hubiesen hecho con la voluntad de
colaborar con ella, evitando que el hecho ilícito posterior quede grabado en las
imágenes del canal C5N.-
VIII. Resta ahora señalar las razones que nos llevaron a concluir que
también Pablo Marcelo Díaz debe continuar sometido a proceso.-
Así, como se viene señalando, el cúmulo probatorio descarta la
espontaneidad de la convocatoria, por lo menos, para un grupo (reducido) de los
“ferroviarios” que concurrieron el 20 de octubre a la escena de los
acontecimientos.-
Díaz, Secretario de la Comisión de Reclamos de la Unión Ferroviaria,
alega en su descargo que al llegar a la estación Avellaneda vio a varios
compañeros de distintas áreas por lo que permaneció en el lugar por el cargo que
ocupa y para evitar que efectivamente se corten las vías ya que esta situación es
sufrida por los mismos empleados ferroviarios.-
Sin embargo, su presencia en el lugar no se debió solamente en razón del
cargo que ostenta dentro de la dirigencia sindical para acompañar a los afiliados
y evitar que los manifestantes impidan el paso de las formaciones férreas sino,
como lo sostiene la querella, dar una lección al grupo de manifestantes.-
Para ello, como lo replicó el Dr. Bovino, no es necesario que
personalmente Díaz se comunique con todos los empleados ferroviarios sino que
basta con dar la orden a los delegados de las distintas áreas, como lo puso de
resalto Leonardo Martín Franzin a fs. 3466/3468, empleado en los talleres de
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Remedios de Escalada.-
No puede soslayarse, por ejemplo, que González concurrió ese día pese a
encontrarse de franco por cuestiones de salud, observándose en las filmaciones,
que tenía un cuello ortopédico; o que Pipitó, aunque trabaja en Florencio Varela,
habría ido a Plaza Constitución para entregar un papel a un amigo, momento en
que habría tomado conocimiento de la manifestación; o que Pérez fue llamado
por el delegado Amuchástegui.-
A su vez, se han detectado comunicaciones telefónicas de Díaz con Favale
y Sánchez, tal como lo indica la a quo en la resolución recurrida y surge del
gráfico elevado al tribunal.-
Por otro lado, si la Policía Federal tomó conocimiento el día anterior del
posible corte de vías que pretendían realizar los “tercerizados” tal como surge
del testimonio del Comisario Inspector Luis Osvaldo Mansilla de fs. 42/43, lo
que motivó la implementación de un servicio de prevención, habiéndose remitido
listado del personal afectado a fs. 1718/1727, y de lo referido por el Director de
la Dirección General en Seguridad e Investigación de Medios de Transporte,
Carlos Eduardo Innamorato a fs. 4279/4282vta., no resulta creíble, atento la
firme mención que se efectúa en cuanto al perjuicio que un corte de vías podría
ocasionar, la inactividad del gremio.-
Sentado ello, el rol cumplido por Díaz surge de lo manifestado por el
testigo Sotelo en cuanto es sindicado como el referente al que deben reportarse,
resultando sumamente relevante su testimonio habida cuenta que su presencia
fue ocasional y que, sin conocer a los intervinientes, escuchó el nombre de pila
del imputado; por el testigo Benítez quien afirmó que fue quien dio la orden de
avanzar contra los manifestantes, arengados luego por Favale y a quien luego
éste le indicó que había “agujereado la panza al de la gomera”; por el testigo
Merino quien a las 11 horas vio a Díaz coordinando el no corte de las vías; en
tanto que el testigo Cardía lo divisó ya a las 9 horas en los talleres de Remedios
de Escalada con más de treinta personas.-
También merece señalarse lo sostenido por el testigo Claudio Díaz en
cuanto a que fue Pablo Díaz quien, atento la herida que presentaba, le dijo a
González que lo lleve al hospital; o lo indicado por Gonzalo Damián Fernández
vinculado a que fue Díaz quien reclutó a los empleados.-
En consecuencia, tal como se viene afirmando, el grado de provisoriedad
que requiere el art. 306, CPPN, se encuentra satisfecho y, por ende, corresponde
también la homologación del auto recurrido.-
IX. Como lo dijéramos, y atento que también fue motivo de agravio, no
obstante la subsunción legal que en definitiva tenga mejor derecho de ser
aplicada (art. 401, primera parte, CPPN), habremos de efectuar ciertas
consideraciones.-
Hemos señalado en varios pasajes que parece llevar la razón la querella en
cuanto al motivo que guió a los imputados a actuar de la manera en que lo
hicieron, que no tenía como finalidad sólo la de evitar que el pasado 20 de
octubre se efectuara un corte en las vías férreas sino también dar un mensaje para
que en el futuro una situación como la que aquí se intentaba no se repitiese.-
Como resultado de la investigación emprendida, a los efectos de lograr
este cometido, se determinó la intervención de los imputados cuya situación fue
analizada en los puntos precedentes.-
Sin embargo, dentro de este plan criminal, nos encontramos con una
realidad incontrastable: sólo Sánchez y Favale efectuaron disparos con armas de
fuego que produjeron los resultados lesivos en perjuicio de Ferreyra (que perdió
la vida), Rodríguez Sosa, Aguirre y Pintos. Por ello, son quienes han tenido en
sus manos el dominio del hecho a través de la parte que les correspondía en la
división del trabajo, puesto que ambos arremetieron contra la vida de los
manifestantes “tercerizados” y de diferentes grupos partidarios que los
acompañaban, encontrándose cada uno en condiciones de consumar el delito.-
Así, sólo ellos podrán responder en calidad de coautores, en los términos
del art. 45 del código de fondo.-
Ahora, los coautores no se encontraban solos en este emprendimiento
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criminal sino que, por el contrario, contaron con la necesaria colaboración de


Uño y Pérez. En efecto, ambos estuvieron presentes en el momento en que se
efectuaban los disparos, contribuyendo en el hecho al ser los encargados de hacer
desaparecer inmediatamente las armas de fuego con las que se efectuaron los
disparos. Este aporte puede ser considerado necesario, habida cuenta que sólo
unos pocos fueron convocados conociendo el verdadero objetivo. La presencia
de los nombrados, próximos a Favale y Sánchez durante la agresión armada que
habrían ejecutado éstos (recuérdese en este sentido el ya citado testimonio de
Fernández) y el inmediato retiro de las armas empleadas de la escena, descarta la
subsunción alternativa de encubrimiento postulada en la audiencia por la defensa
de Pérez. Las evidencias colectadas impiden sostener que existió un
favorecimiento de un ilícito precedente cometido por otro, ni siquiera de un
aporte posterior al autor cumpliendo una promesa anterior. Por el contrario,
considerando provisoriamente acreditada la presencia de Uño y Pérez en los
momentos ejecutivos, en apoyo de los coautores, auxiliándolos para sacar
inmediatamente los revólveres empleados del lugar e indicándoles qué debían
hacer a continuación (en el caso de Pérez), cabe concluir que existió un aporte
esencial de Uño y Pérez en los hechos ilícitos, por lo que entendemos que deben
responder como partícipes necesarios.-
Por otro lado, la conducta de González y Pipitó, de agredir verbalmente y
acorralar a los integrantes del equipo de exteriores del canal C5N momentos
antes de iniciarse la embestida encuentra fundamento dentro de esta empresa en
la necesidad de evitar que los restantes puedan ser grabados por la cámara. De
otro modo, es difícil, cuando no imposible, encontrar una explicación a la
exaltación de González ya que el objetivo de los empleados ferrovarios se había
cumplido por cuanto los manifestantes estaban emprendiendo la retirada. Esta
participación, como no ha sido indispensable para la comisión del delito, se
caracteriza como secundaria (art. 46, CP).-
Finalmente, Díaz deberá responder como instigador, habida cuenta que fue
quien determinó al grupo a cometer los ilícitos que vienen a estudio del tribunal.
Como fuera ya valorado, fue quien desde las primeras horas del día estuvo
presente en el lugar de los hechos, reclutó no sólo a todos los manifestantes a
través de los delegados –aunque no todos supiesen la verdadera finalidad de la
convocatoria- sino que seleccionó personalmente a quienes pudiesen efectuar los
disparos (es de recordar los llamados registrados con Sánchez y Favale, como lo
expuesto por este último en su indagatoria) y a quienes pudiesen ocultar las
evidencias (con remisión al ya citado testimonio de Benítez, en cuanto a que
Pérez era quien acompañaba y custodiaba a Díaz), debiendo remarcarse, como se
dijo, que su elección no se limitó a empleados ferroviarios sino que se extendió a
personas ajenas al sindicato ya que Favale no es afiliado de la Unión
Ferroviaria.-
Además, indujo a González y Pipitó a que intimidaran a los periodistas
televisivos –canal C5N- y, de este modo, liberar el escenario para facilitar la
conducta de los restantes.-
En consecuencia, sin perjuicio que el devenir de la investigación pueda
involucrar a otras personas, extremo sobre el cual no corresponde que nos
expidamos pese a lo requerido por la querella en atención a los límites del
recurso, consideramos que el grado de probabilidad que requiere el art. 306,
CPPN se ha visto satisfecho en lo que concierne a la intervención que le cupo a
los imputados cuya situación procesal revisamos y, por ello, es que habrá de
homologarse la decisión de la magistrada de grado.-
En mérito a lo expuesto, el tribunal RESUELVE:
CONFIRMAR los puntos dispositivos I, IV, VII, X, XIII, XVI y XIX
en cuanto por ellos se dispuso el procesamiento de Cristian Daniel Favale,
Gabriel Fernando Sánchez, Juan Carlos Pérez, Pablo Marcelo Díaz, Francisco
Salvador Pipitó, Jorge Daniel González y Guillermo Armando Uño, en orden al
delito de homicidio calificado en concurso real con homicidio calificado en
grado de tentativa -3 hechos que concurren realmente entre sí; con la aclaración
que Favale y Sánchez deberán responder en calidad de coautores, Pérez y Uño
Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
Sala I – 39.579- FAVALE, Cristian Daniel y otros
procesamiento
Juzgado Nacional de Instrucción N° 38 Secretaría N° 132 -causa de origen n° 40.825/10

partícipes necesarios, González y Pipitó partícipes secundarios y Díaz, instigador


(arts. 42, 45, 46, 55 y 80, inc. 6°, CP).-
Devuélvase, debiendo practicarse las comunicaciones correspondientes
en la instancia de origen, sirviendo lo proveído de atenta nota de envío.-

JORGE LUIS RIMONDI

LUIS MARÍA BUNGE CAMPOS ALFREDO BARBAROSCH


Ante mí:

Vanesa Peluffo
Secretaria de Cámara

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