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SEMINARIO ALEMAN No 1

17 de marzo 2020 Deontología Jurídica


Organizador: Edgar Orlando Gutiérrez
análisis Deontológico: Erika Viviana Bermúdez
análisis Deontológico: Andrea Perdigón Angarita
relatoría: Farley Maritza Mondragón Aparicio
relatoría: Enrique Lozada Moreno
protocolo: Laura Daniela Largo - Angie Lorena Pinzón.
Asistentes: Laura Paola Parra – Juan Diego Vargas

Acotación Importante: Sobre las lecturas que se subieron al correo electrónico y se


encontró que, con las que estaban estipuladas en el syllabus se subió la que no era ya
que hubo confusión el documento no se llama Anaris 2010 sino el autor a tratar es
garrido 2010, esto con la intención de dejar claro sobre el análisis deontológico
realizado en sesión del 17 de marzo del 2020 y para no crear confusiones.
Después de realizada esta acotación se procede a realizar el análisis deontológico
numero uno de la estudiante Erika Viviana Bermúdez.
1 análisis Deontológico: (Sobre Lecturas Tobón 2018 y Garrido 2010)
El ejercicio de la abogacía
Uno de los argumentos principales La profesión del abogado reviste de gran
importancia por cuanto según (Anaris, 2010) un profesional es “aquella persona que
ejerza una ocupación esencialmente intelectual, en la que se requieran determinados
conocimientos que no toda la población tiene”  Cuando determinada persona decide
dedicarse a la profesión de abogado se enfrenta con situaciones con las que estará o de
acuerdo, es en este punto donde es importante que el abogado pese a sus creencias tenga
una clara neutralidad, pues al defender a una persona el único interés del abogado debe
consistir en defender precisamente los intereses de esa persona e intereses o creencias
propias.
Otra importante cuestión a tener en cuenta tiene que ver con la recepción de honorarios
por parte de sus representados, y es que en la vida diaria por lo general hay quien busca
aprovechar la desafortunada situación de las personas menos favorecidas, ya sea esta
desafortunada persona un abogado que se encuentra en una difícil situación o una
persona del común que tiene una desafortunada situación, es decir, en la actualidad el
poder adquisitivo tiene una relevancia inimaginable.
INTERVENCIONES: (PUNTO CENTRAL DEL DEBATE)
Una de las cosas que hacen al abogado es la reputación, mientras un abogado a mejor
reputación tenga puede ganar mas terreno, le permite darse a conocer en su ámbito
profesional para así mismo acrecentar su trabajo. En el ejercicio profesional, a mayor
caso se tengan vitoriosos mayor reconocimiento se tendrá. Los abogados somos los
profesionales del mundo jurídico, a mayor representación nuestra reputación va a tener
un mejor nivel y mayor ganancia económica en el terreno jurídico.
Vivimos de la reputación, no debería ser así. En la vida practica la relación que el
abogado tiene con su cliente o representado es muy importante, al momento de que el
cliente contacta o escoge al abogado se pacta una clausula de confidencialidad para todo
lo que se hable, en este caso si el abogado logra salir victorioso va a generar una
reputación o recomendación que lustra su imagen con los demás, que en algún momento
requieran de un auxiliar de la justicia.
Una cosa es el reconocimiento y otra es pagar por ese reconocimiento, muchas personas
se encuentran supeditas a pagar por lo que les recomendaron por otras personas, y no
debería funcionar de tal manera.
Se plantea la siguiente pregunta a modo de análisis después de las intervenciones ¿Nos
podemos reconocer en una identidad profesional llevadas al campo jurídico, como
podríamos hablar de tal identidad? Dependiendo de la normatividad, hablando de los
primeros lineamientos del ámbito deontológico, haciendo alusión al planteamiento
kantiano del deber ser, que no es impuesto por la normativa. Hoy por hoy como
podemos hablar de identidad profesional.
Lo que nos hace diferente es con la finalidad de como hacemos el trabajo, hay varias
personas que lo desarrollan por dinero por amor, reconocimiento, fama, pero todo
comienza a partir de con que objetivo desarrollo mi profesión, y es que existen motores
que acrecientan el ejercicio profesional y que impulsan la práctica y de allí se desprende
otra pregunta en medio del debate ¿El abogado tiene vocación o es pasional? Esta
pregunta permite otro punto del debate bastante interesante y así como poco a poco se
responde de la siguiente manera:
Desde un punto de vista, el abogado tiene un poco de los dos elementos nombrados,
desde Grecia como referente es conocido como el alma matter del derecho, puesto que
antiguamente en las practicas cuando una persona se encontraba en algún conflicto se
llamaba a un auxiliar de la justicia y es allí de donde proviene el latinazgo “Ad
Vocatus” que significa el llamado a auxiliar, de una persona conocedora en ámbito
jurídico, es por eso por lo que el abogado lo tiene. Tanto la vocación como la pasión
fungen como uno solo desde un lado, la vocación es un llamado interno que todos los
profesionales del derecho tienen y por otra parte la pasión que es el motor que nos
impulsa a realizar nuestros que haceres en ejercicio profesional y el querer llevar a
cabalidad lo que esta escrito siendo los abogados los precursores de la norma que rigen
en la sociedad.
El abogado debe tener habilidades, conocimiento, razonamiento para poder determinar
su desempeño en el ejercicio jurídico. Entonces así pues ¿El abogado debe tener los dos
componentes? Dentro del debate por otra parte se responde la vocación como un
llamado a prestar un servicio a las personas que requieren de nuestro conocimiento que
las personas menos favorecidas no lo tienen, y por otra parte en el factor pasional, se
debe hacer lo que nos hace feliz y a veces uno tiene la oportunidad de escoger, la
profesión del derecho permite que prestemos este servicio en el ejercicio profesional. Al
inicio de la carrera se va adquiriendo la vocación y el gusto por la carrera y puede que a
lo largo de nuestro trabajo encontremos casos en donde nos apasionemos y el gusto nos
lleve a mayor rigor a poner en juego todos nuestros conocimientos y habilidades que
poco a poco hemos fortalecido en el camino jurídico. Es decir, hay una relación
concomitante en lo que compete a vocación y pasión en el ejercicio profesional,
Necesitamos de los dos factores a modo de conclusión.
Una opinión contraria en el punto de debate establece que: El abogado en primera
instancia debería ser mas pasional, pasional en el sentido de hacia donde va a dirigir su
quehacer, hacia el ámbito necesariamente de lo social. Un poco encaminado hacia quien
se va a ver beneficiado, esa pasión se busca por que hay un llamado un reconocimiento
entonces, así pues, necesitamos de los dos componentes, pero no en una misma línea si
no por jerarquía en primer lugar lo pasional si no la vocación a lo largo de la práctica.
Cuando a mi me buscan demuestro todo mi saber y que hacer y en ese momento hago
introspección, reconozco el llamado de lo social para darle valor y forma a la manera en
la que actuamos.
El camino que llevamos a cabo de preparación debe tener un valor, ello no significa que
entre más dinero la profesión de la abogacía mejor sea, es decir se debe tener en cuenta
que el ser conocedor jurídico no significa vivir de beneficencia, significa tener una
contraprestación que como cualquier otra carrera debe tener sin sobrepasar los límites
de la ambición.
Ya a modo de reflexión para cerrar el primer análisis deontológico, se expresa que la
vocación considerado como un llamado interno esta, se reconoce necesariamente en la
acción, no en el deseo de conseguir algo, sino reconozco lo que soy por la forma
particular frente a lo que hago, impongo una huella una determinación, una identidad. El
llamado se encuentra lo que debemos hacer es despertarlo haciéndolo a partir del
ejercicio de la pasión. El abogado debe ser analítico, reflexivo, contrayéndolo en el que
hacer para auto reconocernos y formando lo que realmente somos.
CONCLUSIONES:
 Tiene una gran importancia analizarnos y auto reconocernos en el quehacer
profesional, puesto que hacemos parte de una simbiosis comportamental y esos
aspectos nos permiten pasar a las acciones eso si cada quien, con su propia
característica y su forma particular de hacer, teniendo en cuenta la praxis que
ayuda a comprender y entender la base teórica del código disciplinario del
abogado y lo que nos establece para construir una IDENTIDAD.

 La vocación y la pasión son dos componentes que deben estar en la misma línea,
que hacen parte de la profesión de la abogacía, pues un punto de referente
histórico como lo es Grecia considerada como el alma matter del derecho atrae
el llamado a auxiliar por una persona conocedora del ámbito jurídico y la pasión
como el motor o el impulso que se construye en el desarrollo profesional y
forma nuestra propia identidad.

2. Análisis deontológico: De la indignidad de los abogados

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