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Nota preliminar:
- La nota preliminar del texto del profesor Weil, fue escrita por el también
profesor Lorenzo Martín-Retortillo en dos ocasiones a raíz de las consecutivas
reediciones del texto principal. La primera, en el año 1964 cuando se publicó el
texto original, y la segunda, veinte años después en su décima reedición,
incluyendo a la primera y agregándole ciertas consideraciones.
- En esta, el autor plantea que nos aguarda el gran reto de contribuir a plasmar
un estado racionalizado, luego de los estragos dejados por los regímenes
totalitarios del siglo XX.
- Señala que depende para lograr un estado racional, mucha influencia ha de
tener la administración pública y su constitución.
- Sostiene además, que dicho desafío consiste en idear nuevas soluciones en pos
de dicho fin, que se ajusten a los tiempos y situaciones corrientes, pensando en
cada realidad desde sus propias coordenadas y exigencias.
- Recalca la idea de que el estado debe propiciar, respetar y subordinarse a los
derechos humanos y le incumbe promover las condiciones para que la libertad
y la igualdad de los individuos sean reales y efectivas, la de remover obstáculos
que impidan o dificulten su plenitud, así como la de facilitar la participación de
todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social.
- Se define a la administración pública en virtud de uno de sus rasgos más
característicos: su imparable vocación de acción. Además, se dice respecto de
ella, que sirve con objetividad los intereses generales, siendo uno de los
principios que deben orientarla, el de la eficacia.
- “Actuación y eficacia son dos claves inexcusables a la hora de diseñar la
administración pública que es preciso erguir, dando por sentado que se tiene
muy presente que la administración no es una organización cualquiera, sino de
una que se encarga del servicio de los intereses generales”.
- Los sistemas de administración avanzados, son aquellos que logran asegurar la
veta garantista y controladora, pero sin menguar la inaplazable actividad y la
inexcusable eficacia”.
- Se señala la idea de que es necesario que existan mecanismos de control
eficiente que supervisen la administración pública, sin llegar a una situación de
interferencia judicial exacerbada en donde el juez no solo vigile, sino que
interfiera directamente o se inmiscuya en una amplia ponderación de
circunstancias que no siempre está en condiciones de reunir el juez.
- Cuando lo anterior ocurre, se dificulta enormemente el normal desempeño de
las competencias administrativas, lo que ocurre sin lugar a dudas en desmedro
de la administración. Por el contrario, se considera positivo y beneficioso que la
administración actúe sin ser interferida, salvo por una labor de vigilancia y
control. Los poderes del juez, si no se contienen e incluso, auto-contienen,
pueden alcanzar enorme incidencia en desmedro de la administración pública.
- En este sentido, debe serle exigido a los jueces que se encarguen de fiscalizar
la administración pública una cuidadosísima formación en torno a aquella y una
sólida visión del conjunto administrativo para acceder a tan cualificado oficio.
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- “Se tiende a atribuir a la administración, el papel poco menos que de ‘malo de
la película’”.
- El sistema de administración pública francés, es un referente o modelo a seguir
y digno de imitar por los demás países, por su sensibilidad enorme para con los
derechos humanos y por su enorme preocupación por la eficacia administrativa.
Introducción:
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-Tiene su nacimiento en Francia, en el periodo comprendido entre la revolución
francesa de 1789 y la terminación del segundo imperio francés (1870). Se
comienza a generar aquí un estado controlado bajo un “régimen
administrativo”: existencia de una jurisdicción administrativa especializada y
sumisión de la administración a normas diferentes de las de derecho común.
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consejo de estado no goce de la debida independencia, sino que simplemente,
indica la existencia de una afinidad y comprensión entre el gobierno y el
consejo, que han contribuido mucho al desarrollo del derecho administrativo.
“El consejo de estado no es exterior a la administración; es sino, la propia
administración juzgándose, tal fuere su conciencia interior”.
-En cuanto a las normas de derecho en virtud de las cuales dicho órgano actuaba,
no siendo un verdadero órgano judicial y limitándose a preparar las decisiones
del jefe de estado, el Consejo permanecía al margen de las disposiciones del
código civil (derecho común). Se fraguó a consecuencia de aquello, la
existencia de un derecho administrativo autónomo y de carácter
jurisprudencial, que nace en virtud de los casos concretos que les eran
presentados al consejo, el cual podría tener algunos puntos de semejanza con
el derecho civil pero que no derivaba su autoridad del mismo.
-Se genera a partir de este punto, un periodo clásico o belle époque del Derecho
administrativo, con una serie de reformas de solidificación de su régimen.
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Lo que posteriormente es modificado, como ahondaremos más adelante.
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-Así, son dos principales pilares o dogmas que fundan la acción del derecho
administrativo: el primero de orden político y el segundo de servicio público.
-Se instaura así una concepción de sociedad libre, en donde se desecha la antigua
idea del estado autoritario-opresor, y se intercambia por una concepción de que
la libertad del individuo debe primar y sólo puede ser restringida en los casos
que la ley califique, siendo para el individuo todo permitido en tanto no lo
prohíba la ley.
-Se genera una desconfianza hacia aquel de los tres poderes del estado cuya
acción se reputaba más temible para las libertades individuales de los
ciudadanos: el ejecutivo. Como primera consecuencia de esto, se reafirma la
sumisión del gobierno al poder legislativo, en cuanto a la subordinación jurídica
del reglamento a la ley, esta última indiscutible y soberana al representar la
voluntad del pueblo. En tanto, el reglamento no podía ser interpretado más que
exclusivamente en aplicación de la ley.
-No se sospecha del mismo modo como ocurre con el ejecutivo, de los demás
poderes del Estado, ya que el legislativo proviene de la voluntad soberana y por
tanto, ¿Cómo podría el mismo pueblo faltar a sus derechos? En cuanto al poder
judicial, sólo posee la función de aplicar las leyes elaboradas por el poder
soberano que reside en el congreso, por lo que tampoco se le reputa peligroso
para la salvaguarda de los derechos fundamentales del individuo.
-La confianza que se le otorga al legislador se opone así a la desconfianza con que
se mira al gobierno: la ley es el acto primario, incondicionado e incontestable; el
reglamento, el acto derivado, condicionado y contestable. Respecto al gobierno,
como postula Hauriou, “que actúe, pero que observe la ley; que actúe, pero que
indemnice los daños causados por su acción”.
-El único tipo de control que soporta la ley, es el control constitucional de la misma,
es decir, la constatación de que ajuste su texto al espíritu de la norma de
carácter supremo y, por tanto, superior a la ley, es decir, la constitución. En
virtud de esto, incluso una ley votada por el parlamento, puede ser desechada
por inconstitucionalidad si no se ajusta a lo dispuesto por el constituyente. Sin
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embargo, la recién descrita corresponde a una situación extremadamente
excepcional en Francia2.
- El segundo dogma, es el del servicio público. Se forja este segundo pilar del
derecho administrativo en el periodo comprendido entre los años 1870 y 1914.
En virtud de los acontecimientos históricos suscitados en dicha época, el estado
se replantea la forma de llevar a cabo la administración. Pasa de ser el “Estado-
gendarme” que asegura la defensa, la policía y la justicia, al “Estado-
providente” que asegura la entrega de prestaciones y servicios en forma
íntegra a sus ciudadanos.
-El servicio público, pues, se define como “la actividad de carácter público, creada
en un interés también público”. Pasa a partir de este periodo a ser el alfa y el
omega del Derecho Administrativo; la administración actúa, y no puede hacerlo
más que a la luz del servicio público que está llamado a realizar, en virtud de su
finalidad de perseguir el bien común de los individuos que habitan el Estado.
-Si bien, el temor a que el gobierno viole la ley y el derecho, y que atente contra las
libertades individuales ha conducido al Derecho Administrativo a controlar y
limitar la acción del gobierno, la noción del servicio público ha aumentado, por
el contrario, su campo de acción. La administración debe disponer, en este
sentido, de los medios de acción necesarios para poder satisfacer las
necesidades del servicio a los ciudadanos.
-Es por lo recién mencionado, que la administración debe, en interés del servicio
público, poder imponer, unilateralmente y sin necesidad de previo
pronunciamiento judicial, obligaciones a los particulares; la administración
actúa, el administrado después podrá discutir. Al principio anteriormente
enunciado se le llama privilegio de la decisión previa y concluye el elemento
más significativo de la teoría de la decisión ejecutoria.
-Se presentan así dos situaciones a que a simple vista se contraponen: por un lado
está la desconfianza que existe hacia el gobierno, y por otro, la necesidad – y
consiguiente libertad – del gobierno para disponer de los medios necesarios
para la satisfacción de los servicios públicos que está llamado a prestar. Entre
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En nuestro país, contamos con un activo tribunal constitucional que frecuentemente se pronuncia
acerca de la constitucionalidad de los preceptos legales emanados del congreso, tanto a priori como
posterior a su entrada en vigencia.
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ambos polos, la síntesis es imposible y a lo más que puede llegarse, es a tener
en cada momento un punto de equilibrio entre el control y las prerrogativas que
le otorga el derecho al Estado, siempre amenazado según los movimientos
pendulares de la historia.
-Lo anterior, según algunos autores como Waline, no hace más que denotar una
cierta arbitrariedad y da la impresión de burlarse de categorías y esencias que
debe poseer el derecho objetivo. Ribero se contrapone a esta idea, definiendo
la generación autónoma del derecho administrativo como una “construcción
intelectual original que alía curiosamente empirismo y sentido de realidad".
-El periodo clásico del cual recién nos referimos se vio truncado con una gran crisis
de crecimiento para el derecho administrativo, gatillado por los bruscos
cambios económicos y sociales que tuvieron lugar a partir de la década del 20,
tras la primera guerra mundial.
-El Estado comienza a partir de ese entonces a desarrollar cada vez de forma más
activa sus actividades de orden económico. Las hostilidades de la guerra y la
gestión de los bienes dejados a Francia por el vencido, derivó en la
nacionalización de variadas industrias que antes eran manejadas por privados,
como lo fue la industria aeronáutica, del gas, de la electricidad, etc. Todo esto
sin hablar de las innumerables intervenciones del Estado en otros ámbitos de la
economía.
-Esto generó una situación sin precedentes que desafió la estructura hasta hoy
elaborada por la jurisdicción administrativa; se hizo necesaria la introducción de
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leyes y usos del comercio (derecho común) para poder asegurar la flexibilidad
necesaria de la gestión y facilitar su inserción en el medio económico que
estaban llamados a vivir.
-El cambio de mentalidad de esta época, consistió en admitir que servicios enteros,
y no solamente actos aislados, podían y debían vivir bajo el imperio del derecho
privado, escapando así al control del juez administrativo. Se le resta, en
definitiva, importancia al hasta entonces predominante rol de la legislación
administrativa en los actos de la administración y se dio paso a que el derecho
común interviniera en algunos aspectos de esta.
-Se genera a partir de aquello una distinción respecto del derecho administrativo
mismo. Así, el derecho administrativo in lato sensu, se refiere a todo el derecho
aplicable a la administración, sea de origen público o privado; y el derecho
administrativo in stricto sensu para referirnos a la parte de este derecho que es
autónoma, particular, especial y distinta del derecho común.
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-Se presentaban entonces una serie de interrogantes, como: ¿a través de qué se
puede reconocer, precisamente, el hecho de que una actividad deba estar
sometida a un régimen de derecho público, o que interese al derecho público, o
que plantee problemas de derecho público? Quedaba descartado el criterio
clásico de que “compete al derecho administrativo todo acto relativo a la acción
estatal, por las ya mencionadas causas, de que dicha acción ahora era también
llevada a cabo mediante personalidades jurídicas privadas, sometidas a un
régimen de derecho común.
-En este sentido el concepto de “crisis del Derecho Administrativo” no era dicho en
vano sino que respondía a una realidad patente: confusión de ideas,
complejidad de soluciones. Así como la irrupción del derecho privado en la
administración estatal colaboró muy positivamente con su principal función,
también generó desorden y confusión en los aspectos formales del derecho
administrativo.
V- La puesta en orden
-Se comienza a prestar más atención a las relaciones entre la administración y los
administrados, con independencia de toda ocupación de tipo jurisdiccional,
permitiendo, por ejemplo, a los administrados una libertad de acceso a los
documentos administrativos.
-Si bien hasta ahora el Derecho Administrativo se había regido por la máxima del
derecho inglés ‘remedies precede rights’, es decir, que era un derecho de
origen jurisprudencial que resolvía caso a caso los conflictos que se les
presentaba sin basarse en ninguna clase de derecho positivo preexistente, en la
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época del reordenamiento se comenzaron a observar y extraer de la misma
jurisprudencia del Consejo de Estado, principios generales aplicables a todo el
Derecho Administrativo. Llegó el tiempo de colocar, en sentido figurado, ‘la
anatomía antes de la patología’, es decir, los principios de derecho antes de la
resolución de problemas concretos, y estudiar las modalidades y el régimen de
la acción antes de examinar la limitación y el control.
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